INTRODUCCION a LA HISTORIA DE LA IGLESIA EN CUBA.Pdf
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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA EN CUBA Ramón Rivas Villa, S.J. Roberto Méndez Martínez Prólogo, capítulo XV, revisión, notas, cronología y episcopologio. Dr. Roberto Méndez Martínez Diseñador de portada Adrián González Alonso Programador de esta edición P. Román Espadas, S.J. Fondo Histórico: Jesuitas en Cuba Conferencia Cubana de Religiosos (CONCUR) Los Potros (Promoción 1982 del Instituto Agronómico San Ignacio de Loyola, República Dominicana) La Habana, 2021 PRESENTACIÓN El texto que se pone a consideración del lector forma parte de los esfuerzos por estudiar, explicar y difundir la historia de la Iglesia Católica en Cuba, parte inseparable y significativa del proceso de formación histórica de nuestro país. Su objetivo es, como el título de esta edición lo indica y fue, obviamente, la intención de su autor, hacer una introducción a los aspectos esenciales de la evolución histórica de la Iglesia en la Isla, al alcance de todo tipo de lector y ajena a la erudición –no siempre conveniente- y a la parcialidad extrema de algunas aproximaciones a la historia eclesiástica cubana. Se complementan de modo natural en este libro la perspectiva católica y la cubana que supo impregnarle su autor, el padre Ramón Rivas Villa, S.J. y, como tal, se inscribe legítimamente en los fines que alientan la existencia del Fondo Histórico Jesuitas en Cuba. Tiene además el valor agregado de la puesta al día, respetuosa y oportuna, resultante de la revisión, las notas y un último y adicional –con respecto al texto original del padre Rivas- capítulo elaborado por quien es además su prologuista, el Dr. Roberto Méndez Martínez. Esperamos que su lectura estimule el interés por adentrarse más en una historia que para muchos, aún, es desconocida. Dr. Edelberto Leiva Lajara Académico de la Academia cubana de la Historia Director del Fondo Històrico Jesuitas en Cuba 3 A MANERA DE PRÓLOGO Este libro, en sus inicios, no pretendió serlo. Cuando el P. Ramón Rivas, S.J., aceptó impartir en el Instituto María Reina, hace más de tres décadas, la disciplina “Historia de la Iglesia en Cuba”, no encontró a mano un libro de texto completo y adecuado que ofrecer a sus alumnos. Varios investigadores se habían ocupado del tema, bien de manera general, o en períodos específicos: Martín Leiseca, Manuel Fernández Santalices, Raúl Gómez Treto, así como los PP. Testé, Lebroc, Maza, Suárez Polcari, pero sus textos, o bien eran joyas bibliográficas con ejemplares escasos que no podían ponerse en manos de todos, o de difícil acceso por haber sido publicados fuera de Cuba. De modo que, con mucho tesón, paciencia y grandes dosis de buena voluntad, el P. Rivas preparó un esquema con aquellos temas que le parecían fundamentales y la estructura se completó con lo que pudo investigar en aquella bibliografía dispersa. Sus apuntes se enriquecieron con los de algunos de sus discípulos. El texto resultante, a pesar de su modestia, mostró pronto nuevas virtudes. En 2001 la CONCUR lo publicó en forma de folleto mimeografiado, en tanto la información allí contenida tenía una evidente utilidad para los religiosos de otras partes del mundo que venían a servir a Cuba y debían – de modo más o menos urgente – inculturarse en las realidades de esta tierra y conocer los rasgos peculiares de la Iglesia insular, lo que incluía desde el carácter afectivo de sus fieles, su fuerte devoción mariana, como la existencia de una religiosidad popular con rasgos fuertemente cristianos y otros marcados por el sincretismo con cultos de diversa procedencia, así como la existencia de una tradición social fuertemente laicista, liberal y anticlerical. Dos décadas después, el panorama de la historiografía de la Iglesia en Cuba se ha enriquecido con los aportes de autores católicos, residentes o no en el país como Mons. Ramón Suárez Polcari, los padres jesuitas Manuel Maza y José Luis Sáez, así como los de historiadores laicos, no necesariamente creyentes, pero investigadores rigurosos como los doctores Eduardo Torres Cuevas, Edelberto Leiva, Mercedes García y Pedro M. Pruna, por solo destacar los más notables, sin embargo, sigue notándose la falta de un libro de carácter panorámico y a la vez analítico y de enfoque católico, que sea capaz de hacer un balance justo y crítico de nuestras realidades eclesiales con una claridad y dosificación pedagógica que resulte útil tanto a los que estudian la materia en seminarios, institutos religiosos y cursos para laicos, así como para la consulta en nuestras bibliotecas. El texto que más acercaba a estos requerimientos era el del P. Rivas, de ahí que la Compañía de Jesús se interesara en una nueva edición, revisada y actualizada. Recibí con alegría el honor de ser algo así como un editor acompañante de la obra, a pesar de lo delicado de poner la mano en un texto que tiene su propio estilo literario, sus puntos de vista, sus objetivos, pero, creo que, modestamente, he podido encargarme de destacar sus virtudes y enmendar algunos detalles – sobre todo algunas informaciones que en las décadas transcurridas han sido investigadas con mayor profundidad- y redondear la redacción para que pasara de ser un folleto docente a un libro más redondo. En ningún caso he intentado imponer puntos de vista míos en la obra, salvo, claro está, en el capítulo XV, que es una adición a la obra original y de mi entera responsabilidad. Como es explicable entre seres humanos, aunque compartimos las verdades de la fe católica, en ciertos aspectos puntuales 4 A MANERA DE PRÓLOGO de la historia tenemos enfoques que no resultan idénticos. En esos casos, he añadido una nota al pie, con las informaciones de que dispongo, para que el lector saque sus conclusiones. Algunas veces, he añadido pasajes al original con datos que resaltan lo sostenido por el autor, derivados de mis investigaciones. Y, a solicitud de la Compañía , he incluido un último capítulo al volumen que es de mi completa autoría y responsabilidad, sobre la vida de la Iglesia en Cuba entre 1959 y la actualidad, centrado específicamente en dos aspectos: las relaciones entre la Iglesia y el Estado y los nuevos modos de acción en materia pastoral. El cambio del título original, al que se añadió el término “Introducción” responde a la certeza del carácter docente, sinóptico y de obra no definitiva del texto. No es esta la historia completa y exhaustiva que tendrá que acometer en el futuro un equipo de investigadores, con tiempo y recursos para resumir, al menos, cinco siglos de andadura eclesial. Mientras tanto, este libro podrá satisfacer un objetivo esencialmente pastoral: saber de dónde venimos y hacia dónde vamos, para los que necesiten aplicarlo a su vivencia de la fe y a su acción evangelizadora. Dr. Roberto Méndez Martínez La Habana, diciembre, 2020 5 INTRODUCCIÓN El presente curso pretende sólo dar pistas para un análisis sucinto de nuestra historia eclesiástica. Una historia completa y documentada de la Iglesia en Cuba, desde los orígenes hasta la fecha, está por hacer. Si algún hilo conductor puede encontrarse en estos apuntes es, únicamente, el del proceso de secularización y el del fenómeno secularista que, iniciados más o menos en el siglo XVIII (y reforzados por una trama compleja e intrincada en la que entran cuestiones de orden ideológico, político, histórico, étnico, económico, etc.), florecerá en la peculiar religiosidad de nuestro pueblo: ecléctica, mestiza, sentimental, folkclórica, incluso eventualmente rudimentaria, poco inclinada a lo clerical y un tanto reacia a las institucionalizaciones, pero religiosidad al fin y al cabo marcada por la fe cristiana y la búsqueda, en el mejor caso, de lo divino, y las más veces del fenómeno sobrenatural. Esa fe resistió ayer los embates del laicismo masónicoliberal y de la ideología oficial marxista en las últimas décadas. Ambos fenómenos, hitos del proceso secularizante y secularista antes referido, han aportado su condimento a nuestro “ajiaco criollo”, como sentenciara Don Fernando Ortiz. Se ha dicho muchas veces que los cubanos no conocemos nuestra historia, y tal vez resulten muy retadoras aquellas palabras de Menéndez y Pelayo: “Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irreversible muerte; puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión, de ingenio y hasta de genio, y serán relámpagos que acrecentarán más y más la lobreguez de la noche”. Ya sería una gran cosa que estos jalones de nuestra historia despierten en nosotros el interés por conocerla, la pasión por estudiarla, y la audacia para protagonizarla, de manera que las luces y las sombras del ayer se transformen en impulsos dinámicos del hoy que prepara el mañana. La historia es salvífica porque en ella se encarnó el Hijo, porque Dios es el Señor de la Historia, el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin... Nosotros, hijos de Cuba y de la Iglesia, estamos llamados a anunciar el Reino y continuar la obra que comenzaron a hacer nuestros antepasados al modo como lo describía José Martí: “Rompió de pronto el sol sobre un claro del bosque, y allí, al centelleo de luz súbita, vi por sobre la yerba amarillenta erguirse en torno al negro tronco de los pinos caídos, los racimos gozosos de los pinos nuevos: ¡Eso somos nosotros, pinos nuevos!”. Ramón Rivas Villa, S.J. La Habana, agosto de 1978 6 ÍNDICE I. PRIMEROS PASOS DE LA IGLESIA EN CUBA ....................................................................................11 A) El Descubrimiento ....................................................................................................................................11 B) El signo