España Abandonada
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L * Supplément mensuel de SOLIDARIDAD OBRERA, porte-parole de la C.N.T. d'Espagne en exil * P™*> OVO NF ■ N\793-78 París. Junio 1960 ESPAÑA ABANDONADA El nuestro, de país, debe per- AYER el Pueblo español acó-»» por J. COLL DE GUSSEM manecer en atraso: político, in- metia apasionadamente suj(j' dustrial, agrario, cultural, en sis- marcha en pos de un des- i,¡ temas de relación y transporte, tino de libertad y progreso que «Levántate y anda»! ¡Para vol- llo internacional — prolijo, infes- siempre servil a la iniciativa ex- nunca había conocido. Tenia que verlo a derribar si lo intenta! tante, pero mundillo — que ig- tranjera. Al bloque reaccionario sacudirse, con energía, un pasado nora a la España progresista, no le gusta que España entre en inquisitorial y ae privaciones. La España yugulada, saeteada, ve- jada, yacente a la sombra de la científica, ideológica, moral, tra- las estadísticas del Progreso. In- incivilidad reaccionaria debía re- bajadora y libertaria; ese mun- teresa mejor con sus fantasmas ducirse a un pasado de pesadilla, Guardia Civil. Asi se la quiere. Federico García Lorca lo supo. dillo que conoce al dedillo, con de El Escorial, de la Inquisición, de negra leyenda. Bastante había cifras exactas, la importancia de del Castillo de Montjuich, de la con una larga tradición de dolor De corazón, nuestro Pueblo no es eso. Con la carne dolorida su las catedrales, de los castillos, el Plaza de Toros de Badajoz (2.000 y tinieblas que la fatalidad exi- número de primeros espadas y de personas toreadas a muerte por el gió, y todavía exige. El fantasma interior crepita. Pero ¿quién es e! Pueblo? Plazas da Toros importantes, la falangismo), de los Calvarios, de de la Guardia Civil debía partir calidad de espectáculos flamencos las Procesiones; con las llamean- ahuyentado por el renacer de la Nosotros, y con nosotros las pe- queñas y majestuosas minorías de y santurreros, el total de monu- tes justicias de Plaza Mayor, es- conciencia y las libertades públi- mentos funerarios falangistas y pectáculo para reyes y corregido- cas en oposición al despotismo sabios, humanistas, pedagogos, ar- tistas, escritores y obreros espar- demás necedades que el turismo res ; con los pases de Cuchares, clásico de las castas, infaliblemen- foráneo exige de España y no to- con los Siete Niños de Ecija, las te opresoras. El Santo Oficio, los cidos por todo rincón y anchura del planeta, lejos de ese mundi- lera en sus respectivos países. manólas, los castizos, los colille- Reyes Católicos, los Borbones, con ros, los curas trabucaires, las le- Felipe II, Torquemada, Felipe V giones de mendigos, la Guardia («¡Desdichado el que tenga la fu- Civil, eso, eso, lo de guardar por- nesta manía de pensar!»), Fer- que es folklore, atracción de nando VII, Narváez, la Carlistada turistas, representación para un (cuatro guerras civiles), el Padre público abigarrado que cotiza en Claret, Cánovas del Castillo, Al- divisas el drama de la vida espa- fonso XIII, Gregorio Mayoral el Verdugo, el Cabo Botas, el .luez ñola. Marzo, Antonio Maura, .luán La- ¡España desamparada y trágica!. cierva, Juan Cambó («.¡Delateu!» Cuando pretendió disponer de sí ¡Delatad !), Dato - Anido - Arlegui, misma, el complejo reaccionario Miguel Primo de Rivera, Soldevi- internacional se opuso, el propio la-Gomá-Segura-Pla y Deniel, car- comolejo que hoy rezuma: «Arre- denales... glen su política los españoles», Y los Alguaciles, los Corchete- entendiendo solamente por espa- ros, la Guardia Civil, siempre. Y ñoles a los opresores de los mis- el pánico, el hambre, la ignoran- mos. cia, la suciedad, el atraso conge- Y sin embargo, España no pue- nito y el atropello impidiendo des- de desgarrarse por más tiempo arrollar la Historia de España, la para satisfacer gustos estragados que Don Benito Pérez Galdós hu- y apetencias desaforadas. Ese ho- biese escrito con mil amores. rrible guiñol totalitario demasia- El Pueblo español empezó su ve- do dura siendo hora de que ter- rídica Historia con acopio de dig- nidad, de humanismo, de lealtad, mine. de amor al trabajo, a la luz del Que no tarde el día en que la día y con disposiciones nuevas. voz inexorable de Cronos exprese, Siendo entonces que el mundo con frialdad que no admita re- le opuso todo su atasco fascista. curso: «Señores, la comedia ha Nuestro Pueblo quiso obrar por terminado». voluntad propia y fué perturbado Hitler, Mussolini y Su Santidad conocieron el detalle. Consiguie- ron el todo para sus secundarios de España. NUESTROS LECTORES Arrollado, aplastado el Pueblo por la turbamulta totalitaria, se Hallarán en este número dice ogaño que al Pueblo español originales de J. Chicharro de corresponde apañar sus asuntos. León, Fabián Moro, P. Bosch Lo prooala la misma grey foras- Gimpera, Benito Milla, Diego tera que visita, condecora y sos- Abad de Santillán, Román tiene a Franco, discípulo afortu- nado del Duce y del Führer. La Saavedra, Luis di Filippo, Is- victima — el Pueblo — yace pos- mael Viadiu Rodenas, Cristó- trada por causas de las que bal D. Otero y de muchos el mundo exterior es culpable. ¡Y se le grita sarcásticamente el (DIBUJO DE GARCÍA RAMOS) otros autores. Centro de Documentado e Apoio á Pesquisa unesp^ Cedap 19 20 21 22 23 24 2 — SUPLEMENTO Raíces de pobla miento y civilizaciones del continente americano evolución de sus sociedades en el sentido de posibilitar la liberación por Fabián MORO ■ r ~* OMO se ha producido, pues, el fenómeno histó- del individuo en su fuero interno. I y ^ rico de las civilizaciones que nos ocupan, de in- Así vemos que en la estructura las riberas españolas del Medite- %* negable personalidad que aparecen originales al simbólico-mitológica, de las socie- rráneo. Otro rito amerindio de primer golpe de vista y que hasta cierto punto lo son por dades mayas y aztecas perdura la raíz común prehistórica es el de- adoración al sol y a la luna aun- rramamiento de sangre para pro- esa misma personalidad recia que por los artistas intérpre- que sea bajo forma zoomorfa o piciar la benevolencia de los dio- tes de sus pueblos y de sus sociedades respectivas con un antropomorfa, continuando estan- ses y la fecundidad de la Tierra sello de común factura entre sí fué dada? Vamos a tratar cada su ideografía ritual. En lo al cual eran devotos también los de explicarlo. que a los Incas respecta, su es- pueblos ibéricos primitivos lusita- tructura ritual mágico-religiosa se nos y otros. Esa violencia y cruel- asienta sobre la adoración al sol dad de mayas y aztecas que antes En el área del territorio ameri- recen en el Eufrates y en el Ti- y a la tierra, a ritos que proceden hemos hecho mención perduran- cano, tres focos primordiales- de gris, en el Nilo y a orillas del del neolítico igualmente de los do en tales pueblos que eran co- cultura material se forman, aglu- Mar Rojo, en Cretas y en las tiempos matriarcales de la agri- mo la élite del mundo amerindia- tinando en ellos los elementos de Cicladas o archipiélago Egeo, en cultura igualitaria; es decir, del no, procede así, del fondo ances- base llevados por las colectivida- Sldon y en Tiro, en el Guadalqui- periodo agrícola primario que ha- tral de la humanidad prehistórica. des migratorias al instalarse en vir y en el Ebro, en el Elba y en bía tenido actualidad en el viejo Podemos citar la costumbre de los tres centros geográficos propi- el Danubio, etc. Asimismo los fo- mundo miles de años antes. Ese las tribus lusitanas arrancando el cios. Son por lo tanto centros se- cos de cultura y civilización pri- conservadurismo se manifiesta de corazón a sus enemigos hechos cundarios de irradiación respecto mordiales, digámoslo asi, de am- tal manera inamovible, que hoy prisioneros para consultar el por- de los centros de génesis de la bas Américas aparecen en el Ama- en día aún subsiste rebelde a la venir en las entrañas palpitantes. civilización. Como ya hemos ex- zonas, en el Missouri, en el Missi- larga coacción católica en las tri- Y así, las prácticas tradicionales puesto el proceso de ocupación sipí; en cuanto a sus centros bus amerindias de coexión indí- del hombre prehistórico del he- humana, sólo nos queda citarlos. principales de irradiación supe- gena reacias a la influencia euro- misferio oriental consistente en Son: La región atlántica del rior, o más evolucionada, los en- pea postcolombiana. Citemos el untarse el cuerpo de ocre rojo, Amazonas; golfo de Méjico y ar- contramos en el golfo de Califor- ejemplo de los Aymara, que con cuyo color, color de la sangre, chipiélago antillano; y, el golfo nia y después y sobre todo, como el barniz y la iconografía cristia- daba, en su creencia, valor y fuer- de California con toda su región ya hemos señalado, en el de Mé- na es a sus divinidades ancestra- za, pasan al hemisferio oriental, adyacente. Cada uno de esos tres jico y archipiélago antillano. An- les a quienes rinden culto. Asi hallándose las costumbres de los centros ha sido portador de ele- tes que el carro apareció la pira- ellos ven en la virgen María la pueblos indianos que se untaban mentos diferentes adquiridos du- gua; antes que el caballo domesti- diosa de la Tierra, «Pachamama» ; el rostro con ese mismo ocre ro- rante el período agrícola matriar- cado, el odre, la lancha de jun- y en Santiago el dios del rayo jo en manifestación persistente amo del fuego y patrón de los del atavismo ancestral. Sedimen- cal, iniciación de la revolución cos forrada de cuero, y la alme- agrícola que posibilita el primer dla. En América fué, sin duda, brujos; de donde resulta una abi- tos etnológicos que, como los de período de creación artística; y la embarcación el vehículo exclu- garrada síntesis, detrás de la cual la preconsciencia, quedan arrin- los del patriarcal en su apogeo sivo que tranportara en puntos aparece dónde tuvo su medio ori- conados sin morir en el fondo de inicial que da los elementos de la de convergencia costeros o ribe- ginal la raíz que les hizo florecer las estructuras sociales.