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Propuesta Educativa E-ISSN: 1995-7785 [email protected] Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Argentina

Varela, Julia Mujeres con voz propia. El peso de la socialización primaria en tres mujeres de la burguesía liberal española Propuesta Educativa, núm. 32, 2009, pp. 73-82 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Buenos Aires, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=403041704010

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Julia Varela*

Introducción hermanos, y la única hija con bas- tantes años de diferencia respecto Me voy a detener en la infancia y la de Darío, Ricardo y Pío. Su padre, adolescencia de tres mujeres espa- Serafín Baroja, de origen vasco, fue ñolas, dos de ellas de una misma ge- ingeniero de minas. Julio Caro Ba- neración, y una tercera un poco más roja nos lo presenta como una per- joven: y Nessi, Zeno- sona afable y bondadosa, y también bia Camprubí Aymar y María Teresa como un librepensador progresista León Goyri2. Nuestras protagonistas que mantuvo heteróclitas activida- vivieron en tiempos muy difíciles, des. Todo parece indicar que optó propios de sociedades victorianas, por el liberalismo universalista fren- en los que las mujeres luchaban por te al conservadurismo clerical del Artículos el reconocimiento al derecho de pro- que predominantemente se nutrió piedad, por el derecho al trabajo, por el nacionalismo vasco. Su madre, el derecho a la educación, al divorcio, Carmen Nessi, aunque nació en a la custodia de los hijos y también, “era vasca en esencia”, una claro está, por el derecho al voto. Sus mujer tradicional, que se ocupaba 73 escritos autobiográficos constituyen del cuidado de la casa y de los hijos. por tanto una valiosa fuente de infor- dice que había en mación y de conocimiento sobre la ella “algo como telúrico, ancestral, la dominación masculina. esencia de la tradición de la familia. Algo que chocaba con los anhelos y En este estudio no me propongo la manera de ser de mi madre” (Caro tanto analizar cómo estas tres muje- Baroja, 1997, págs. 50-51). res lograron romper, al menos par- OS / RESEÑAS cialmente, con el dispositivo de femi- Zenobia Camprubí nació en 1887 en nización3, cuanto poner de relieve Malgrat, un pueblo de la Costa Bra- el peso ejercido en sus vidas por los va. Su rica familia materna provenía procesos de socialización (Varela, de Puerto Rico, en donde poseía un 1997). Voy por lo tanto a centrar el ingenio de azúcar, pero estaba vin- análisis en su origen social, así como culada con los Estados Unidos pues en la educación familiar, escolar e su abuela materna, Zenobia Lucca, informal que recibieron durante su se educó en Norteamérica y se casó infancia y primera juventud. con un norteamericano miembro / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA de una familia dedicada a los nego- cios comerciales. De ahí que la ma- Origen social dre de Zenobia, Isabel Aymar, que se casó en Puerto Rico con Raimundo Carmen Baroja nació en Pamplo- Camprubí, un ingeniero catalán de na en 1883. Era la menor de cuatro caminos, canales y puertos, tuviese

Dra. en Ciencias de la Educación, Universidad Complutense de Madrid; Dra. en Sociología, Universidad de París VIII; Docente e investigadora, Universidad Complutense de Madrid. * E-mail: [email protected]

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contacto con los dos mundos. Isabel drid provenientes del País Vasco no padres a San Sebastián, mientras que era bilingüe, al igual que lo fueron disponían de casa propia, y por eso sus hermanos estudiaban en Madrid. sus hijos, Zenobia y sus hermanos. vivieron en la casa de una tía abuela, En el País Vasco asistió de nuevo a un Cuando Raimundo Camprubí regre- Juana Nessi, quien les legó al morir colegio de monjas y por deseo de su só a se trajo consigo a la la prestigiosa panadería y repostería padre siguió recibiendo clases parti- familia, incluida la abuela materna y Viena Capellanes, lo que contribuyó a culares de francés, solfeo y piano que un tío. Zenobia se movió por lo tan- mejorar su posición económica. Ma- ya había iniciado en Valencia. Los to en sus años de infancia en el am- ría Teresa León, por su parte, no es domingos, además de ir a misa, solía biente propio de la alta burguesía muy explícita acerca de las propieda- acompañar a sus padres a conciertos catalana. Y aunque Benito Pérez Gal- des de la familia. de música y alguna vez también iba dós identificaba en sus novelas a los con ellos al teatro. En esta época vi- ingenieros con la España avanzada, vieron rodeados de familiares y ami- científica, y productiva, Raimundo gos. Julio Caro Baroja señala que su Camprubí, por lo poco que Zenobia madre de niña aprendió muy bien cuenta de él, parece que fue más Infancia el francés, y bastante bien el inglés, bien conservador. así como una porción de cosas que Tanto Carmen como Zenobia y por entonces resultaban novedosas María Teresa León nació en Logroño María Teresa tuvieron una infancia (Caro Baroja, 1997, pág. 60). en 1903. Su padre, Ángel León, ha- muy marcada por los viajes, pues bía nacido en Madrid y llegó a ser sus padres, en el ejercicio de sus Zenobia, en el Diario 2, nos da deta- coronel del ejército. Su madre, Oliva profesiones, cambiaron con una lles del ambiente familiar en el que Goyri, era hermana de María Goyri, cierta frecuencia de lugar de resi- se crió cuando era niña. Vivió en la esposa de Ramón Menéndez Pi- dencia. Curiosamente las tres fami- Barcelona, en una casa amplia y lu- dal. María Teresa se sentía burgale- lias residieron en Valencia en algún minosa del Paseo de Gracia, la gran sa pues su familia materna vivió en momento de sus vidas. Durante la avenida de la alta burguesía catala- Burgos, y en esa ciudad también ella infancia los cambios frecuentes na jalonada de casas modernistas. pasó una parte de su vida. Don Hi- de domicilio suelen resultar a la En las tareas de higiene y aseo la lario de Goyri, su abuelo materno, vez novedosos y dolorosos, pues ayudaban Bobita, una esclava liberta 74 había vivido en París. Y de su abuela obligan a niños y niñas a estable- que siempre acompañó a su madre, materna, Rosario de la Hera, se de- cer nuevas amistades, adaptarse a y Manuela, que era la ayuda de cá- cía que era “la mujer más hermosa de nuevos espacios de vida y a nuevos mara de su abuela. Su abuela tenía Burgos”, y que jamás hablaba de Don códigos de pensamiento y actua- en su habitación una biblioteca, de Hilario, pues su marido, un señori- ción. Estos cambios enriquecen el modo que Zenobia, antes de cum- to calavera, fue a la vez su calvario. espacio vital, pero en detrimento plir los ocho años, entró en contacto Ambos eran burgaleses. Los abuelos de un refugio seguro. Quizás esta con los autores clásicos. Leyó, por paternos fueron Agustín León, que especie de denominador común ejemplo, la Iliada y la Odisea. En la

OS / RESEÑAS había nacido en tierras sevillanas, en la vida temprana de estas tres alcoba disponía de un chiffonnière o y María Lores que procedía de Bar- jóvenes contribuyó a conformar ropero en donde guardaba y orde- celona. De su propia madre, Oliva, una especie de habitus que está en naba sus vestidos y otras prendas de nos dice que era una mujer “bella y la base de sus inquietudes, de sus su cuidado vestuario. La abuela re- graciosa”; que la bisabuela materna inconformismos futuros, pero tam- modelaba en ocasiones para la nieta era “toda hecha de tierra burgalesa”, bién de su interés por la lectura y la trajes de su juventud. Podía así par- y que la paterna había sido dama de escritura. ticipar en las representaciones tea- honor de la reina doña Cristina. trales que ella y sus hermanos ha- Carmen Baroja en sus Recuerdos no cían en el salón de la casa. Y durante

DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA Así pues, estas tres mujeres, Carmen cuenta casi nada de su infancia: se el verano iban a la casa de Malgrat, Baroja, Zenobia Camprubí y María Te- limita a decir que su niñez fue “ama- una quinta situada junto al mar. resa León, de origen vasco-navarro, ble”. Pero gracias al cuidado prólogo Por lo que se refiere a su educación catalán y castellano respectivamen- que Amparo Hurtado escribió de su formal, Zenobia, como sucedía con te, pertenecieron a la generación de autobiografía, de la que también es otras familias de la alta burguesía, mujeres nacidas al final del período editora, conocemos algo más sobre fue educada en casa, especialmente victoriano en el seno de familias de esta etapa de su vida. De su edu- por su madre y por preceptores. una media y alta burguesía, al menos cación escolar sabemos que entre por lo que respecta a su capital cul- los años 1891 y 1894 frecuentó en En 1896, cuando Zenobia tenía nue- tural. Quizás, de las tres, la familia de Valencia un colegio de monjas. Por ve años, realizó su primer viaje a Zenobia fue la que contó con más re- entonces murió su hermano Darío y los Estados Unidos, acompañando cursos económicos. En todo caso los después, tras un rápido paso por Bur- a su madre que iba a matricular a Baroja, cuando se instalaron en Ma- jasot y Cestona, se fue a vivir con sus su hermano mayor, José, apodado

PROPUESTA EDUCATIVA / 32 Mujeres con voz propia. El peso de la socialización primaria en tres mujeres de la burguesía liberal española familiarmente Jo, que iniciaba los ción social, chiquillos de alpargatas pronto, que ella era una “señorita” a estudios en la Universidad de Har- a los que se les quiere tanto que se quien no le estaba permitido mez- vard. Cuando regresaron a Barcelo- reparte con ellos la merienda” (León clarse con los niños y niñas de las na alquilaron una casa en Sarriá en Goyri, 1982, pág. 166). Llegó incluso clases “artesanas”. En el colegio Ma- donde Zenobia tuvo una habitación a titular Infancia quemada a uno de ría Teresa aprendió a leer, y adquirió propia, que daba a un jardín, al dor- los relatos de su libro Cuentos de la una buena caligrafía y, entre otros mitorio de su madre, y a una salita España actual. En contraste con las conocimientos, aprendió el francés5. en donde estaba ubicado el piano otras dos protagonistas, tuvo no En un determinado momento “sua- que le había regalado su tío mater- pocas posibilidades pues fue de las vemente” fue expulsada del colegio, no, y en el que recibía las lecciones tres la que contó con más espacios- y no queda claro si fue por leer libros de música4. La educación musical refugio y con un lugar especial en prohibidos, porque a las monjas no era entonces indispensable para el que aprender cosas interesantes: les gustó que quisiese continuar los convertirse en una señorita ilustra- la casa de su prima Jimena y de sus estudios del bachillerato o porque da, como ponen de relieve tanto tíos los Menéndez Pidal. Recuerda, casi siempre lloraba a destiempo. Zenobia como Carmen. De ahí la no obstante, con agrado que por alegría que reinaba en la casa cuan- entonces todavía se vendía en Ma- La música, la caligrafía y los idiomas do venía su hermano Jo a pasar las drid el agua en botijos, y que había eran tres aprendizajes importantes vacaciones e interpretaba al piano vaquerías donde, según las madres, en la formación de una pequeña óperas a las que era muy aficiona- había una leche sanísima. También damisela de una familia distinguida. do, mientras que su hermano Rai- recuerda las Navidades de Madrid, El francés era la lengua de la diplo- mundo cantaba. La educación de el nacimiento, las figuritas del Be- macia, del arte y de la gran literatura las niñas de buena familia estaba lén, el tañido de las campanas de del siglo XIX. Y además, la reforma por tanto especialmente controlada las iglesias quitándose la voz unas a escolar de Luc Ferry, que proporcio- por los padres y fue en el espacio otras, los puestos de las mil baratijas nó un decisivo impulso a la escuela familiar en donde transcurrió la ma- en la Plaza de Santa Cruz, cuando pública en la Francia de la III Repú- yor parte de su vida infantil. Pero el del brazo de su abuela iba pidién- blica, implicó la expulsión del terri- clima familiar no siempre resultaba dolo todo porque todo le encantaba torio francés de numerosas órdenes agradable pues sus padres tenían (León Goyri, 1982, pág. 300). religiosas dedicadas a la enseñanza, problemas de convivencia. como los maristas, los hermanos de 75 Su primera escolarización tuvo lu- Lasalle, las ursulinas y otras, que en- María Teresa León proporciona un gar en Madrid, en el colegio de las contraron cobijo en la católica Espa- rica información sobre su educación monjas del Sagrado Corazón, situa- ña. Estas órdenes contribuyeron a su durante los años infantiles. Si la com- do en un antiguo Palacio de la Prin- vez con la enseñanza del francés en- paramos con la de Carmen y con la cesa de Éboli, un edificio grande con tre su distinguida pequeña clientela de Zenobia, comprobamos que, al puertas macizas que se cerraban de los colegios privados de pago. igual que Carmen, fue a un colegio tras la entrada de las alumnas, y en No obstante, el inglés comenzaba de monjas y que, como sucedió con entonces a ser una de las lenguas cuyo interior había colgados por OS / RESEÑAS Zenobia, aunque quizás con más las paredes cuadros ennegrecidos presentes en la educación de las ni- intensidad, en su casa había con de santos y santas. En este lóbrego ñas de la burguesía, y especialmen- frecuencia discusiones entre sus pa- caserón las niñas se sentían solas, te en las de la alta burguesía. El caso dres pues su madre echaba en cara a pequeñas y un tanto encarceladas, y de Zenobia es algo especial pero su marido las infidelidades. Nos dice la educación que recibían era “muy también Carmen Baroja estudió el también que cuando era niña y ado- ceñida a preceptos” y siempre vigi- inglés y, según señala Constancia de lescente tuvo una relación un tanto lante en lo que se refiere al buen la Mora, en los años 1920 se puso de ambivalente con su madre, pues era comportamiento. En uno de los re- moda entre las familias madrileñas

ella quien le imponía normas estric- latos de Cuentos de la España actual, de la alta burguesía no solo tomar / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA tas. De hecho, al salir del colegio y muestra la separación que existía en el té de las cinco con pastas, sino de camino a casa, no la dejaban par- esos colegios de religiosas entre las también tener institutrices inglesas ticipar en los juegos de los otros chi- alumnas de pago, pertenecientes a al cuidado de hijas e hijos. cos por considerarlos de una clase las familias de calidad, y las niñas de social inferior a la suya, ni tampoco las clases populares. La educación El influjo del grupo de iguales, y la beber horchata en el paseo cuando escolar de las niñas de ambas clases educación informal, no deberían ser comenzaban los calores estivales. no solo difería en cuanto a los con- subestimados, aunque la familia y Manifiesta en distintos momentos tenidos, sino también en cuanto al la escuela eran las dos instituciones una cierta insatisfacción respecto espacio mismo en el que se impartía fundamentales de socialización. No de una infancia insustancial y dice la enseñanza, ya que las hijas de la sabemos prácticamente nada de las sentir envidia de que burguesía ocupaban los pisos supe- amigas de infancia de Carmen Baroja, tenía “amigos de cualquier extrac- riores. Supo por tanto, desde muy y muy poco de las de Zenobia Cam-

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prubí, lo que confirma el celo con el llenos de desnudos. María Teresa la quien conocía personalmente, pues que las familias trataban de mono- acompañaba a las clases de dibujo su madre siempre lo saludaba cuan- polizar la socialización infantil de las que impartían don José Masriera y do lo encontraban paseando por niñas. Zenobia se refiere a una amiga su mujer en la Biblioteca Nacional. el Parque del Oeste. Recuerda que de infancia, María Muntadas, que era En la casa de sus tíos, los Menéndez entre las visitas que iban a su casa también hija de un ingeniero catalán. Pidal, aprendió de memoria los pri- había generales, entre ellos uno Pero recuerda que sus hermanos y los meros romances españoles, las can- con largos bigotes, rubio, palaciego, amigos de éstos que venían a veces ciones recogidas por María Goyri y casado con la hija de una novelis- a la casa familiar, sobre todo en el ve- Ramón Menéndez Pidal durante su ta famosa. Cuando hizo la primera rano, le permitieron realizar diversas viaje de novios, siguiendo la ruta del comunión la llevaron a verla y ella actividades culturales y educativas. Cid. “Por primera vez, escribe, oí la le regaló una novela: El tesoro de Por ejemplo, establece una conexión voz del pueblo”. Fue también en esa Gastón. La dedicatoria que le escri- entre el traslado de su padre a Tarra- casa en donde entró en contacto bió decía: “A la niña María Teresa de gona, una ciudad que cuenta con un con “hombres inteligentes y sabios”: León, deseándole que siga el camino importante patrimonio histórico, y Francisco Giner de los Ríos, a quien de las letras. Condesa de Pardo Ba- el inicio de su interés por lo artístico, se escuchaba con veneración, Anto- zán”. La anécdota de este encuentro pues aunque ya había visitado Grecia nio Machado, Américo Castro, Henri con Emilia Pardo Bazán recuerda un con su abuela materna considera que Merimée, Bartolomé Cossío. Y más poco a esas profecías que marcan fue especialmente importante para tarde siguió teniendo contacto con un destino6. ella el verano en el que Jo terminó la ellos en la casa que tenían sus tíos carrera, y vino a casa con un compa- en la Granja de San Ildefonso. En to- María Teresa León tenía en el cole- ñero de estudios. Se fueron todos jun- das esas casas, en donde la familia gio de las monjas compañeras que tos a visitar el monasterio de Poblet. se autoafirmaba como una familia la llevaban a sus casas que eran ver- A partir de entonces empezó a sentir de familias, siguió los pasos de su daderos palacios. En una ocasión le admiración por los monumentos de prima Jimena y aprendió cosas im- dijeron que besase la mano de una la Antigüedad. Tanto para Carmen portantes para la vida. La abuela viejecita que resultó ser la empera- como para Zenobia, siempre some- “Amalia les contó cómo había sucedi- triz Victoria Eugenia. Otras veces la tidas al escrutinio de los padres, sus do la ascensión de las mujeres hacia invitaban a ir en coches de punto 76 hermanos y los amigos seleccionados la igualdad” al referirles que María tirados por caballos. Le fascinaba es- de sus hermanos representaron una Goyri había sido una de las primeras tar entre gente vestida para la gran vía de salida al mundo. mujeres que se licenció en la Facul- fiesta de las carreras de caballos en el tad de Filosofía y Letras y que impar- hipódromo. Allí, entre aquel público María Teresa relata que en su in- tió clases en una Universidad espa- selecto, estaba su padre. A sus ami- fancia le gustaba saltar a la comba ñola (León Goyri, 1982, págs. 89-90). gas les gustaba subir las majestuosas y patinar y, sobre todo, al salir del escaleras de sus casas en perfecto colegio, ir a casa de sus tíos, los Me- En la casa de sus tíos, María Tere- equilibrio, con especial solemnidad, néndez Pidal, y estar con su prima la cabeza alta, el cuello erguido, y OS / RESEÑAS sa no solo entró en contacto con Jimena: la educación liberal y con la lucha casi sin pestañear. De hecho jugaban por la igualdad de las mujeres, sino a arrastrar vestidos de cola con total “una chica diferente, morena, que también con la pasión por el co- naturalidad no desprovista de ele- andaba sola por Madrid, que iba al nocimiento y por la cultura. Otros gancia. A través de estos ejercicios colegio sin acompañante. A Jimena familiares contribuyeron también inocentes iban adquiriendo la hexis le dejaban leer, como a ella su tío loco con esa importante educación in- corporal propia de su clase. de Barbastro, todos los libros (…) formal, pues el principal culpable de Ella repetía sus palabras, sus gestos, las llamadas por las monjas “lecturas Situada socialmente entre las niñas

DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA se desesperaba al mirarse el pelo ru- malsanas” era un tío suyo, ya mayor, pobres de la planta baja del colegio bio, le avergonzaba ir a un colegio de que vivía encerrado en Barbastro, en y los palacios de sus compañeras de monjas…Además había una abuela donde María Teresa pasaba los ve- clase, hijas de duques y marqueses, en aquella casa, y una madre capaz ranos (León Goyri, 1982, pág. 142). María Teresa empezó a sentir una de contestar a todas sus preguntas” Aquella casa fue para ella la silen- cierta inseguridad. Le entristecía que (León Goyri, 1982, pág. 151). ciosa casa de la lectura, ya que no sus recuerdos de infancia estuviesen había censura alguna y podía leer a empañados por el negro humo de las Jimena, que era algo mayor que ella, su antojo los libros que quisiera de incontables batallas coloniales, pero iba al colegio de la Institución Libre una frondosa biblioteca. Leyó a Du- no faltaban recuerdos gratos que for- de Enseñanza (ILE), no iba a misa ni mas y a Víctor Hugo, La religieuse de maban “esa cadena que nos enlaza a aprendía el catecismo de memo- Diderot y Les liaisons dangereuses de las personas, y que nos han permitido ria, ni bajaba la voz para hablar de Laclos, que no entendió, y también ser lo que somos”. Es también la úni- arte, aunque los museos estuviesen novelas de Benito Pérez Galdós a ca de las tres mujeres que describe la

PROPUESTA EDUCATIVA / 32 Mujeres con voz propia. El peso de la socialización primaria en tres mujeres de la burguesía liberal española insatisfacción que, por lo general, le que contaban sus hermanos, y tam- familia: a su paso se inclinaban ca- produjeron los primeros juegos eró- bién las que ella misma pensaba y bezas, se descubrían sombreros, se tico-sexuales infantiles (León Goyri, deseaba: “Me forjaba historias y es- escuchaban susurros, se percibían 1982, pág. 73). cenas, en donde era la protagonista, guiños y cuchicheos casi imper- que variaban de lugar y argumento. Y ceptibles. María Teresa se sentía los mejores ratos los pasaba fuera de en ese ambiente como una santa la realidad, que veía estúpida, triste llevada en procesión, y se sentía y monótona” (Baroja y Nessi, 1998, obligada a bajar humildemente los Adolescencia págs. 44-55 y ss.). ojos cuando la miraban demasia- do fijamente. Buena parte de esos En el año 1898, en plena crisis pro- Tampoco Zenobia parece haber te- ceremoniales sociales, ordenados vocada por la guerra de Cuba, Car- nido una adolescencia muy alegre. por el rígido protocolo de las reglas men, que tenía quince años, se des- En Valencia, es decir, en la ciudad de de urbanidad de la época, estaban plazó con su madre a Madrid para las flores, de la luz y del amor, vivió destinados a poner en evidencia las cuidar de su tía abuela, Juana Nessi, “fastidiada, triste, encogida y rara”. diferencias sociales y las diferencias en cuya casa vivían Pío y Ricardo. No disponía de una alcoba propia sexuales, y también a favorecer el Sus hermanos habían abandonado y dormía en la habitación de su lucimiento de unas muchachas aún las profesiones de médico y archive- madre. La vida le parecía gris y abu- casi niñas destinadas a encontrar ro respectivamente y llevaban una rrida. Su padre la obligaba a hacer “un buen partido”, un marido, como vida un tanto bohemia, dedicada a diariamente paseos rígidos, de una ellas, de buena posición y familia7. jugar al billar, a las tertulias en los ca- hora, y una de sus pocas distraccio- fés y en el Ateneo y a las bellas artes. nes consistía en ir a misa con Bobita María Teresa se rebeló desde muy Pío escribía y Ricardo pintaba. Pero los domingos. No tenía amigas, y pronto contra el mundo inocente el sentimiento de pertenencia a una sus relaciones eran con la familia y y un tanto falso que querían impo- familia extensa, así como su apego los libros. La única gran alegría que nerle. Se encerró cada vez más en al País Vasco, siguieron siendo muy rompía la monotonía eran las car- la lectura que tanto en la infancia fuertes en todos ellos, que hablaban tas de Jo, a las que se sumaban las como en la adolescencia le sirvió correctamente el euskera. de Raimundo que a veces también para huir de una realidad a la vez eran divertidas. Su formación estaba pacata y machista. 77 Carmen señala que en su adolescen- entonces en manos de profesores cia las preocupaciones empezaron de música y de francés que venían a Se podría avanzar en la hipótesis de pronto, y siguieron sin apartarse: darle lecciones a casa, mientras que que la crisis de la adolescencia afec- su madre la instruía en italiano, his- taba sobre todo a las mujeres, pues “(…) al mirar hacia atrás, veo un toria y literatura. el estatuto de minoría y subordi- camino recto, seguido, largo, abu- nación se fraguaba especialmen- rrido, larguísimo, monótono, siem- María Teresa León también sufrió en te en ese período, pues mientras pre igual, con desgracias de vez en su adolescencia un nuevo cambio que para las chicas la adolescencia OS / RESEÑAS cuando, y apenas una pequeña de domicilio. El traslado de la fami- señalaba el final de su período de sonrisa (…) era de una enorme lia a Burgos se debía a que su ma- formación, para los varones signi- disciplina. Me levantaba a las siete dre no se sentía a gusto en Madrid. ficaba el inicio de su socialización y media, limpiaba algo la casa, me En todo caso el padre fue destinado profesional. Para muchachas ado- arreglaba y daba las lecciones y a esta ciudad en la que María Teresa lescentes, con un cierto nivel de estudiaba música, y lo demás; leía, vivió la adolescencia y parte de la instrucción, sensibles, inteligentes casi siempre sin que mi madre lo juventud. Su llegada a la ciudad fue y soñadoras, aceptar la condición sancionara porque no le parecían registrada por un periódico local femenina suponía renunciar a su

bien demasiadas lecturas; cosía o que le dedicó una poesía. Recuerda desarrollo profesional y, en buena / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA bordaba o hacía alguna labor y, como jóvenes de uniforme impeca- medida, personal. Se explica así la cuando se me terminaba el gusto ble la ayudaban solícitos a bajar del frecuencia con la que en esta épo- de trabajar, era muy desgraciada. caballo, jóvenes que tenían miedo ca mujeres jóvenes de la burguesía Después de comer vuelta a em- a su padre, el coronel. Describe la eran llevadas al psiquiatra, al confe- pezar, y luego salía con mi madre vida formal y provinciana burga- sor, o a ambos a la vez, para que las o a casa de las amigas de vez en lesa, los buenos modales, los salu- ayudasen a superar su malestar de cuando. Los domingos íbamos ge- dos y reverencias, los paseos entre vivir, y a aceptar con resignación su neralmente al teatro por las tardes” uniformes, y la asistencia a fiestas “condición femenina”. (Baroja y Nessi, 1998). entre trajes de gala. Es ilustrativa en este sentido la descripción del Frente a este panorama repetitivo ritual del paseo de los domingos, estaban las lecturas, las aventuras que realizaba en compañía de su

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la enseñanza oficial, considerada a los programas, ni a las prácticas en- memorística, abstracta, demasiado tonces habituales en la enseñanza Familia, educación y autonomía centrada en los libros y poco cien- oficial. De hecho, Federica comenzó tífica. Abogaron por tanto por una a aprender las primeras letras cuan- La familia y la escuela, las dos princi- educación con tintes rousseaunia- do cumplió los seis años, pues su pales instituciones de socialización nos, pues no en vano Rousseau fue madre era partidaria de “desarrollar primaria a principios de siglo XX, el inspirador de la llamada Escuela su cuerpo antes de empezar a amue- jugaron para las tres protagonistas Nueva. Era una escuela partidaria de blar su espíritu”. La mañana la desti- de nuestra historia un importante una educación que supuestamente naba al estudio, y por las tardes dis- papel en la tendencia a la reproduc- se basaba en los intereses del niño, ponía libremente de su tiempo. La ción de las relaciones de poder que que debía ser en buena medida lú- enseñanza racionalista que practica- existían en la sociedad española de dica, y estar, sobre todo, destinada ba su madre no la torturaba con lec- ese momento. Carmen, Zenobia, y a desarrollar los sentidos, el cuerpo, ciones que debía de aprender a toda María Teresa expresan bien en sus la inteligencia y la voluntad. De ahí costa: “Cuando algo no entraba en mi escritos la presión conjunta y coor- la importancia que en este marco cerebro sin esfuerzo, se dejaba para dinada que ejercieron sobre ellas cobró el contacto con la naturaleza, más adelante. Mi madre pertenecía a sus padres y los colegios religiosos las excursiones al campo, la visita a una generación en la que todavía las de señoritas. Estas dos instituciones monumentos artísticos, los labora- ideas de Rousseau sobre la educación protectoras, lejos de contribuir con torios, etc. Conviene además subra- de los niños tenían singular vigencia”. la formación de un yo para la liber- yar que los defensores de la ILE abo- Su madre no descuidó tampoco la tad, fueron en realidad más bien dos gaban por una educación que debía educación artística y musical, y qui- instancias claves que actuaron en ser igual para niñas y niños. so que aprendiese a tocar el piano. tenaza para reproducir, y por tanto Federica sin embargo, al comprobar contribuir a perpetuar la domestica- Para ilustrar con mas nitidez la so- que no tenía disposiciones para ello, ción de las mujeres. En contraparti- cialización de estas tres jóvenes, se rebeló “contra unas lecciones que da las relaciones con los hermanos me voy a referir brevemente a la no me aportaban nada y costaban di- varones, que gozaban de mayores educación de nero” (Montseny, 1987). libertades, las relaciones con otras (1905-1994), inspirada en los ideales 78 familias más abiertas y progresis- anarquistas, pues pone bien de ma- A diferencia del enclaustramiento tas, así como con el grupo de igua- nifiesto la importancia que puede de las niñas imperante en las fami- les, contribuyeron, por lo general, a tener el hecho de considerar a las ni- lias burguesas, en su casa vivían, crear una línea de fuga con el orden ñas y a los niños, como señaló en El además de algunos miembros instituido, es decir, abrieron el ca- primer hombre Albert Camus, “suje- muy allegados de la familia, otras mino a la búsqueda de alternativas tos dignos de comprender el mundo” personas que compartían los idea- para conseguir mayores cotas de (Montseny, 1987). les libertarios. Inspirándose en los autonomía. De todo ello se deduce principios anarquistas lo que más

OS / RESEÑAS que las relaciones más igualitarias Al igual que los padres de nuestras contaba eran “las amistades, las afi- en el seno de las familias, así como tres protagonistas, los padres de Fe- nidades, esto es, la familia espiritual los modos de educación alternati- derica cambiaron con frecuencia de que cada ser se constituye por elec- vos a los imperantes en los centros residencia y vivieron en lo que po- ción propia”. En ocasiones, cuando de religiosos y religiosas contribuían dríamos denominar casas-granjas, andaban escasos de recursos, pues con la emancipación de las mujeres. al principio cerca de Madrid y luego casi siempre los negocios en los que cerca de Barcelona. Federica mantu- se embarcaba su padre resultaban María Teresa León admiraba la edu- vo, por lo tanto, desde niña una rela- ruinosos, su madre se veía obligada cación escolar que recibía su prima ción muy intensa con la naturaleza. a recurrir al trabajo asalariado. En

DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA Jimena en la Institución Libre de En- La educación formal que recibió es- esos períodos hacía traducciones señanza8. Es conocido que la ILE se tuvo a cargo de su madre, Soledad para la Casa Maucci, un trabajo que dedicó a la enseñanza primaria y se- Gustavo, que era maestra. El hecho ya había realizado antes cuando era cundaria desde el curso 1878-1879, de que viviesen en la periferia urba- soltera, “pues dominaba bien el fran- y que su sistema pedagógico estaba na no le facilitaba asistir a alguna es- cés y literariamente el español, lo que inspirado sobre todo en Fröebel, dis- cuela racionalista. En todo caso sus la hacía apreciable como traductora” cípulo de Pestalozzi, a quien admira- padres estaban decididos a liberarla (Montseny, 1987, págs. 23 y ss.). ba Kraus. Los krausistas españoles, del carácter predominantemente aglutinados en torno a Francisco Gi- confesional que tenía la enseñanza Los distintos cambios de residencia ner de los Ríos, fueron partidarios de en España. y los accidentes económicos que su- una enseñanza que seguía los prin- frían sus vidas no impidieron que el cipios de la llamada pedagogía acti- Los métodos pedagógicos a los que programa educativo trazado para la va, una enseñanza que rompía con recurría Soledad no se adecuaban ni pequeña Federica siguiese su curso.

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Cuando era ya una muchacha, y de- casi había finalizado, y que su inten- imagen femenina con la que identi- bido a las obligaciones ocasionales ción era “cuando el trabajo lo permi- ficarse profesionalmente de forma de su madre, el horario de estudios tiese, inscribirme en cursos libres en la positiva. de Federica se vio modificado, pues Universidad de Barcelona, y obtener por la mañana debía de hacer la algún diploma que coronase más A diferencia de sus hermanos, que compra y limpiar la casa. Su interés o menos oficialmente mis estudios, fueron educados para ejercer pro- por los acontecimientos que enton- cosa que hicimos años más tarde” fesiones liberales, estas jóvenes no ces estaban teniendo lugar en Euro- (Montseny, 1987, págs. 25-30). recibieron una formación profe- pa constituye un buen indicador de sional. Carmen explicitó en varias que en su casa los niños y las niñas ocasiones que echaba en falta co- no permanecían ajenos a las cues- nocimientos para dedicarse a la or- tiones sociales y políticas. De hecho, febrería, y afirmaba que nadie de su cuando iba a hacer la compra, se en- Feminismo y libertad familia se tomaba en serio su deseo contraba con otras mujeres que le de trabajar, pues en realidad consi- pedían que les leyese el periódico “El Tanto para Carmen como para Ze- deraban que su verdadero oficio era Diluvio”, cosa que hacía con agrado, nobia, el matrimonio tradicional y su convertirse en una mujer casada. pues estaba tan interesada como conversión en amas de casa suponía Zenobia, por su parte, se lamentará ellas en conocer los acontecimien- una especie de aceptación de la en distintas ocasiones de no haber tos de la primera guerra mundial. servidumbre, es decir, la renuncia a accedido a una educación universi- Por la tarde, tras estudiar las leccio- los ideales de emancipación. Y algo taria cuando era joven. El ambiente nes, podía enfrascarse en la lectura, parecido debió de representar para de la época no era en general favo- que, también para ella, constituía “la María Teresa León quien tras casarse rable, ni siquiera en las familias libe- pasión favorita”. Leyó a los novelistas muy joven y tener dos hijos se sepa- rales y cultas, para la emancipación franceses, se adentró en la literatura ró pronto de su primer marido. Las de las mujeres. Zenobia explica con de los rusos y españoles: “Descubrí a tres compartían una fuerte dosis de claridad qué era lo que se esperaba Tolstoi, a Turgueniev, a Chejov. Pero el romanticismo, y a la vez una gran entonces de los muchachos y de las que más me fascinó fue Galdós, con capacidad de reflexión. Caro Baroja muchachas: su inmensa creación de tipos huma- dice de su madre que procuró llegar nos, comparable a la de Balzac y Zola, a una especie de objetividad, rara “Como era corriente en la época, 79 también descubiertos en mis años en los varones, y más rara aún en las mis padres creían que a los hijos jóvenes”. A su juicio sus padres fue- mujeres, y que tuvo un gran ascen- varones los debían preparar para la ron muy inteligentes al ponerla en diente sobre sus hermanos, pues era lucha por la vida, pero en el caso de la pista de todos estos autores que la única persona que discutía con las niñas, los mismos padres, o quie- ella luego iba “descubriendo” sucesi- fuerza los juicios y opiniones, tanto nes los suplan, deben encargarse de vamente con toda naturalidad. de Pío como de Ricardo (Caro Baro- la lucha. La niña debe permanecer ja, 1997, pág. 64). exenta de toda obligación en este

Hacia 1916 y 1917, años especial- sentido. Mi madre, sin embargo, ha- OS / RESEÑAS mente agitados por la revolución Nuestras protagonistas no acepta- cía dos excepciones a esta regla: la social, cuando contaba en torno a ron el estatuto propio de las jóve- mujer puede sin desdoro, dedicarse doce años, acompañaba a su padre nes burguesas, la imagen de marca a la enseñanza o a escribir” (Cam- a los mítines, las manifestaciones, de la feminidad propia de las clases prubí Aymar, 1986, pág. 101). y al teatro. Todas estas actividades medias españolas de la época, vin- constituían una fuente importante culada con el espacio íntimo del En sus escritos autobiográficos se de aprendizaje para adquirir y vivir matrimonio y los valores religiosos, ponen de manifiesto las dificulta- los ideales anarquistas. En esas sali- y ello en buena medida porque des- des que tenían en la relación con

das, tan interesantes para ella, iban de muy pronto su contacto con un sus madres y que en gran medida se / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA también a los cafés en donde se re- cierto laicismo, los vínculos con la debían a que ellas no se adecuaban unían los intelectuales de izquierdas música, la literatura, el peso de la al ideal de muchachas dulces, dóciles y los periodistas. Un poco más tarde, educación informal no se avenían y femeninas. Constancia de la Mora cuando tenía alrededor de catorce bien con el sistema de vida hereda- se expresa en este mismo sentido años, ayudó a su padre a trabajar la do. Sus madres seguían siendo mu- cuando dice que intentó buscar tierra, intensificándose su relación jeres bastante tradicionales que no un trabajo pero que sus padres se con él y con sus amigos. De esta for- ejercían ninguna profesión y que se opusieron pues eso era algo que en- ma, Brossa, un geógrafo de renom- dedicaban de forma exclusiva al cui- tonces estaba muy mal considerado bre, la introdujo por entonces en el dado de la casa y a la vigilancia de por las familias ricas, y más cuando conocimiento de la geología. Afirma los hijos, especialmente de las hijas. para las hijas jóvenes había llegado que, hacia 1920, cuando tenía quin- Se podría por tanto afirmar que ca- el momento de ser presentadas en ce años9, la enseñanza de su madre recieron en la primera edad de una sociedad y de pensar en buscarles

PROPUESTA EDUCATIVA / 32 Julia Varela

un buen partido (de la Mora, 2004; una estatua de sal en el tiempo se conviertan en el mejor baremo Vives, 1947; Varela, 1983). El huma- histórico pues, como observa Ju- del desarrollo de la madurez política nista español Juan Luis Vives había lio Caro Baroja, se diferenciaba en y de la democracia de una sociedad. escrito en el siglo XVI que “para la parte de la que habían recibido las En nuestro caso ponen de relieve la mujer, la casa hará las veces de toda generaciones anteriores (Caro Baro- falta de un funcionamiento demo- la Republica”. Y cuatrocientos años ja, 1997, pág.50). Pero no se puede crático en las instituciones de la Es- más tarde la vida de las mujeres de olvidar que, pese a todo, el objeti- paña de la Restauración. El ejemplo la burguesía española parecía haber vo fundamental de esa educación de Federica, que hemos utilizado de sido planificada siguiendo sus con- seguía siendo convertirlas en seño- contrapunto, muestra que las socie- sejos10. ritas casaderas. Y aunque vivieron dades no están exentas de contra- la adolescencia como un período dicciones internas, y que frente a Las protagonistas de nuestro relato más bien conflictivo marcado por determinadas relaciones de poder lucharon no obstante desde muy la percepción de la hipocresía y los pueden surgir resistencias. Las con- pronto para conseguir mayores cotas convencionalismos sociales, exis- diciones en las que se desarrolló la de libertad y autonomía y en parte lo ten indicios suficientes para pensar existencia de Federica, que contaba lograron cuando fueron adultas, pero que esa socialización temprana y el con una red de mujeres que estaban da la impresión de que no pudieron ambiente familiar no favorecían la de acuerdo con las decisiones que romper totalmente con la fuerza ruptura con el sistema de hábitos tomaba, y que le servían de apoyo, conjunta ejercida por la educación y bastante convencional que habían le permitieron compaginar con cier- la costumbre. En todo caso la socia- adquirido, y que en buena medida ta facilidad su vida personal y profe- lización de sus primeros años con- pasó a ser inconsciente. En contra- sional. Ella misma nos asegura que, tribuyó con que de hecho sus vidas partida, la educación de Federica, aunque quería muchísimo a su hija, estuviesen muy vertidas al cuidado alejada de los moldes en boga en la cuando salía a dar mítines, o a reali- de los demás, especialmente de su educación de las señoritas, le permi- zar otras actividades como militante familia, en detrimento de su propio tió desde muy niña alcanzar un ele- de la CNT13, podía dejarla al cuidado desarrollo personal y profesional. Ni vado grado de autonomía, ya que de su madre y de otras mujeres de Carmen ni Zenobia pudieron realizar en vez de tener una infancia separa- la casa. “No quería que la maternidad el trabajo que les interesaba cuando da de los adultos, custodiada y de- fuese para mi, escribe, una barrera en 80 eran jóvenes. Por su parte María Te- fendida de supuestos peligros exte- mi vida de luchadora y de militante, resa León se benefició de la oportu- riores, participaba con los mayores como no había querido que el amor nidad que le brindó la II República en las diversas tareas y escuchaba tampoco lo fuese”. Su forma de ac- para divorciarse. Se casó con Rafael sus opiniones y pareceres acerca de tuar sorprendía incluso a un intelec- Alberti y pudo dedicarse con más los problemas de la vida. La percep- tual cosmopolita de la época, como intensidad que antes a ser escritora ción de la infancia que dominaba en Max Nettlau. Sus escritos reflejan y a defender los ideales comunistas. su mundo no exigía que se estable- una educación sentimental que se De las tres fue sin duda la que más ciese ese corte tan estricto entre la distanciaba de la habitual en las se-

OS / RESEÑAS escritos nos legó, aunque todas ellas vida infantil y la vida adulta, de ahí ñoritas de su tiempo, de modo que fueron mujeres con voz propia, que que pudiese incorporarse desde el imaginario romántico no parece se vieron eclipsadas por varones de muy pronto a la vida familiar, social haber adquirido en su caso el peso su entorno: Zenobia por Juan Ramón y política. Por esto le resultó mucho que tenía en la vida de la mayoría Jiménez, María Teresa por Rafael Al- más fácil que a nuestras tres prota- de las jóvenes burguesas, incluidas berti, y Carmen por sus hermanos, gonistas apropiarse de su propia voz nuestras tres protagonistas14. Pío y . Pero esa voz y hacerse oír desde muy pronto12 eclipsada está saliendo en las últimas (Montseny, 1987, pág. 78 y ss.). Mientras que Federica compatibi- décadas de nuevo al espacio público lizaba el feminismo con la prepara-

DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA debido especialmente a importantes Hemos defendido la tesis de que los ción de la revolución social, la mayor trabajos de recuperación de la me- procesos de socialización primaria parte de las jóvenes de la burguesía moria histórica, entre los que desta- juegan un papel fundamental en ilustrada tuvieron más dificultades can los realizados por Graciela Palau las trayectorias de los sujetos. De para encontrar la vía de la emanci- de Nemes, Amparo Hurtado y Juan ahí que las formas específicas que pación y la conquista de una voz Carlos Estébanez Gil, así como por los adopten en cada momento históri- propia, y tuvieron que luchar deno- distintos homenajes y premios que co y en cada formación social la fa- dadamente por ampliar su mundo se han celebrado en las últimas déca- milia y la escuela, dos instituciones mental y social. Carmen, Zenobia das en su reconocimiento11. que siguen siendo claves para la for- y María Teresa, tras la infancia y la mación de la personalidad en nues- adolescencia, empezaron a incor- La educación que recibieron Car- tras sociedades, no solo incidan en porarse a determinados círculos men, Zenobia y María Teresa no es- el moldeamiento de la subjetividad intelectuales y artísticos, a viajar, y taba sin embargo detenida como de los individuos, sino que además a realizar sus primeros trabajos. Las

PROPUESTA EDUCATIVA / 32 Mujeres con voz propia. El peso de la socialización primaria en tres mujeres de la burguesía liberal española tres se conocieron en Madrid en la filosofía, el arte, la educación, la li- taria, al trabajo, y a la vida pública el Lyceum club, fundado en 1926 a teratura decidieron luchar por la for- democrática. imagen del Lyceum Club londinense, mación de una sociedad diferente, creado en 1905. Desde este ateneo y resistir contra la dominación mascu- otras tribunas se unieron a mujeres lina, y promover la incorporación de Recibido el 7 de julio de 2009 inconformistas, mujeres que desde las mujeres a la educación universi- Aceptado el 22 de agosto de 2009

Bibliografía

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Notas

1 Este texto está vinculado con un proyecto de investigación financiado por la Secretaría de Estado de Universidades del Minis- terio de Ciencia e Innovación (SEJ2006-04140), España.

2 En bibliografía de referencia se citan los textos autobiográficos de cada una de ellas. DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCU L DOSSIER / ENTREVISTA 3 En el libro Nacimiento de la mujer burguesa refiero al dispositivo de feminización entendido como un programa de domestica- ción de la mujer.

4 Véase Camprubí, Diario 2, 2006, pág. 322 y ss.

5 Véase Juan Carlos Estébanez Gil, 2003, 3.

6 Por ejemplo, Jean Paul Sartre cuenta en Les mots que cuando aun era muy niño una noche su madre le puso el pijama y, levan- tándolo en alto le decía: “Un día, cuando mi niño sea mayor, escribirá, escribirá”.

7 Ya durante el franquismo, en 1956, el director de cine Juan Antonio Bardem reflejó magistralmente enCalle Mayor la mezquin- dad generalizada de esa España negra.

8 Tanto la ILE como la Escuela Moderna de Ferrer i Guardia, y las Escuelas Jaime Vera pusieron en marcha modelos pedagógicos inspirados en las nuevas corrientes educativas europeas de la época. Esta educación nueva fue uno de los instrumentos desti-

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nados a proporcionar a la burguesía ilustrada, en conflicto sobre todo con la burguesía tradicional, una nueva identidad social e individual. Véase Julia Varela (1992).

9 Federica recuerda la famosa huelga por el abaratamiento de las subsistencias, en la que se concentraron centenares de muje- res en la Plaza de Cataluña.

10 De doncellas, escribe Vives, sirven a sus padres; de casadas sirven al marido; de madres sirven a sus hijos”, (op. cit. pág, 1340).

11 Graciela Palau de Nemes ha hecho un enorme trabajo al editar los tres Diarios de Zenobia, además del Espistolario I. Cartas a Juan Guerrero Ruiz (1917-1966), este último trabajo en colaboración con Emilia Cortés. De Amparo Hurtado son la edición y el prólogo de Recuerdos de Carmen Baroja. Véase también el ya citado libro de Juan Carlos Estébanez Gil.

12 Federica fue la primera ministra en Europa de un gobierno democrático. Colaboró desde muy joven en la Solidaridad Obrera, en donde tenía a su cargo la sección Relieves Sociales. En 1923 ingresó en la CNT y a partir de ese mismo año dirigió diversas secciones de la Revista Blanca.

13 Confederación Nacional del Trabajo, de orientación anarco-sindical.

14 Sobre los efectos ambivalentes del amor romántico en el imaginario de las mujeres de las clases medias véase , (1995, op.cit., pág. 50 y ss.).

Resumen Abstract El artículo relata las historias de vida de tres mujeres This article recounts the life stories of three Spanish women españolas, pertenecientes a la burguesía liberal de los who belonged to the liberal bourgeoisie of the XIX and XX siglos XIX y XX. A partir de sus escritos autobiográficos century. The childhood and youth of each one of them is y otras fuentes, se reconstruye la infancia y la juventud reconstructed through their autobiographic writings and de cada una de ellas, recalcando el papel fundamental other sources, emphasizing the fundamental role of family de las instituciones familiares y escolares (formales e and school institutions (formal and informal) in the process informales) en su socialización primaria. of primary socialization. Desde una mirada centrada en la historia de las mujeres, From a perspective centered on the story of women, this se destaca su lucha para alcanzar mayores niveles de article underlines their struggle to achieve increasing levels autonomía y desarrollo profesional (especialmente of autonomy and professional development (especially in en el mundo de las letras y las artes), en un contexto the world of arts) in a highly conservative context signed altamente conservador y marcado por la jerarquización by gender hierarchical organization. These are women en función del género. Mujeres que, a pesar de las that -despite difficulties- could make their voices to be dificultades, pudieron hacer oír su voz, al menos heard, at least partially. As a counterpoint, it is included a parcialmente. Como contrapunto, se incluye una cuarta fourth story which belongs to a feminist activist who has historia, perteneciente a una militante feminista que been through a very different socialization. In all, the main atravesó una socialización bien diferente. hypothesis of this article is the fundamental role of primary El papel fundamental de la socialización primaria en las socialization in the life course of individuals. trayectorias de los sujetos es la hipótesis que articula el texto.

Palabras clave Key words Socialización primaria – Dominación masculina - Primary socialization – Male domination – – Power Historia - Poder