De La Necesidad Del Saber Al Gusto Y Pasión Por Los Buenos Libros”
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Resumen: El libro constituye un medio fundamental de conocimiento y de placer, tanto más cuanto mejor es lo que transmite. Por ello hay libros buenos, excelentes, mediocres o malos. En este caso, la correspondencia entre Mayans y Sales nos muestra la pasión por los buenos libros, por su búsqueda y posesión cuando es necesario sin atender a su precio. Palabras clave: Gregorio Mayans, Agustín Sales, Juan Luis Vives, bibliofília. De la necesidad del saber From the need of knowledge to taste and passion for good books al gusto y pasión por los buenos libros Vicente León Navarro vteleó[email protected] Abstract: The book is a fundamental means of knowledge and pleasure, the more the better it is what it conveys. So there are good books, excellent, mediocre or bad. In this case, the correspondence between Mayans and Sales shows us the passion for good books, for their search and possession when necessary without paying attention to their price. Key-words: Gregorio Mayans, Agustín Sales, Juan Luis Vives, bibliofília. PRESENTACIÓN: 20/01/2017. ACEPTACIÓN: 23/02/2017. PUBLICACIÓN: 23/04/2017 LEÓN NAVARRO, VICENTE (2017). “De la necesidad del saber al gusto y pasión por los buenos libros”. En Pasiones bibliográficas II. València: Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés, 63-71 Pasiones bibliográficas 63 El constante aumento de la difusión del libro desde la aparición de la imprenta ha contribuido a un conocimiento progresivo en los distintos ramos del saber, no sin controversias tanto por su contenido como por su exposición y alcance según países y ámbitos sociales. En unos casos se trata de libros de oro, en otros de libros irrelevantes e incluso malos, según la opinión de unos u otros lectores. El oratoriano lisboeta José Clemente escribía a Gregorio Mayans: “Yo embié al P. Seguer alguno libros del Pe. Bernardes. No dexe Vm. de passarlos por los ojos, que es un hombre y digno de leyerse; singularmente el libro intitulado Luz e calor, es un libro de oro y 1 de muchos quilates, especialmente la segunda parte” . Y referencias a libros de oro o muy buenos -algunos rechazables- encontramos en las distintas correspondencias de Mayans con amigos, co- nocidos, parientes o simples corresponsales, tanto en las publicadas como en las inéditas. En todas ellas sobresale el afán por buscar, comprar o reeditar las mejores obras y de ensalzar a los buenos autores sean nacionales o extranjeros, independientemente, -salvo excepciones- de sus adscripcio- nes ideológicas o religiosas. Además, los libros llaman a los libros, llamada, a veces, frenada por los exiguos recursos para su adquisición o excesivos gastos dedicados a otros menesteres. Mayans, por ejemplo, comunicaba a su amigo Juan Bautista Hermán, que se encontraba en la corte, que no deseaba comprar más libros por falta de tiempo para leerlos y necesidad de emplear ese dinero en su proyecto editorial, si bien no dejó de adquirir aquellos que consideraba imprescindibles: “[…] aunque no quiero comprar libros, he comprado muchíssimos” (3-X-1769). Pasión compartida por Hermán: “[…] que se encanta viendo libros por las esquinas” con la desazón de no poder comprar- los. Pero con más o menos compras, los libros están presentes siempre: se consultan ediciones y se piden las más raras; se indican las venales con la esperanza de que alguien del entorno las pueda adquirir o se buscan en conventos y monasterios que, como escribía F. J. de Velasco: “[…] suelen ser depositarios de los más selectos o raros, y estimarlos en tan poco, que les parece hacen grande negocio en lográndolos cambiar por otros modernos […]” 2. En todo caso, se trata de las mejores, sea por su doctrina, por sus comentaristas o por tratarse de ediciones especiales. No obstante, como escribía a su amigo e impresor Antonio Bordazar: “[…] son poquíssimos los que estiman los buenos libros más que el dinero […]”. Entre ellos estaban el mismo Mayans, Agustín Sales, Asensio Sales, Juan Bautista Cabrera o Juan Bautista Hermán, por citar algunos valencianos 3. La necesidad de los buenos libros Mayans ejerció una gran influencia intelectual a través de sus cartas en los distintos campos del saber y quiso estar al día de las novedades bibliográficas convirtiéndose en un gran divulgador de las mejores obras y autores sin tener en cuenta si eran locales, nacionales o extranjeras. Se alaban las buenas bibliotecas, se buscan los libros deseados sin atender el precio, se prestan o se buscan las ediciones más antiguas entre impresores o libreros, y se cotejan para evitar errores en sus comenta- rios o en futuras reediciones 4 . Entre esas correspondencias nos hemos fijado, concretamente, en la que mantuvo con el cronis- ta de la ciudad de Valencia y su de reino, Agustín Sales y Alcalá que, aunque doctor en Teología, 1. Biblioteca Archivo Histórico Mayansiano [BAHM], lib. 53 (23-I-1759). 2. Mayans y Siscar, G., Epistolario XVI. Mayans y los altos cuadros de la administración borbónica, 3. Fernan- do José de Velasco Ceballos (1753-1781), Estudio preliminar, transcripción y notas por Antonio Mestre Sanchis y Pablo Pérez García, Valencia, 1998, Velasco-Mayans (18-IX-1754). 3. León Navarro, V. “La corte y la relación epistolar Juan Bautista Hermán-Gregorio Mayans (1767-1770): Una colaboración intelectual”, en Actas del Congreso Internacional sobre Gregorio Mayans, Valencia, 1999. La correspondencia completa entre Hermán y Mayans corresponde a los epistolarios XVIII y XIX publicados por el Ayuntamiento de Oliva en 2001 y 2002, preparados por Vicente León Navarro. 4. Mestre Sanchis, A., Los ilustrados, el origen de la imprenta y el catálogo de incunables españoles, Biblioteca Valenciana, Valencia, 2007. 64 Pasiones bibliográficas se apasionó por la Historia. El magisterio de Mayans le guió por el camino de la crítica frente a la historia fabulosa, fabulada y manipulada por los falsos cronicones. Sales aprendió y se convirtió en un excelente colaborador del erudito de Oliva en alguna de sus empresas editoriales que no estuvieron exentas de polémicas a causa de la polarización social y división de escuelas. Es decir, por cuestiones ideológicas, fueran políticas o religiosas. Y en este ámbito jugaron un papel muy importante tanto impresores y libreros como censuras eclesiásticas y gubernativas. Hemos tomado esta correspondencia como una manifestación más de la pasión por los libros que destilan las cartas y de las luchas que entrañan sus contenidos y autores de buena parte del siglo XVIII. No obstante, una de las ideas de Mayans era que los hombres de letras empleasen su saber en el aprovechamiento de los demás. La censura o crítica, cuando fuere necesario, había que hacerla con gravedad, sin pasión ni odio y de manera que en todos los escritos luciera el espíritu de verdad y no de contienda (Mayans-Sales, 13-IV-1737). Máxima que intentó seguir a lo largo de su vida, no así Agustín Sales más inquieto y polemista, aunque excelente colaborador según escribía Mayans al padre jesuita Andrés M. Burriel: No sé si dige que el le(c)tor Segura ha escrito contra el Dr. Sales una terrible invectiva. Al parecer, leyó el Dr. Sales algún fraile basilio i se embocó todo lo que decía con demasiada credulidad. Fuera de esto, es un sacerdote honrado, de ingenio i singular aplicación. Ahora ha asistido por orden de la Real Audiencia de Valencia a una compulsión de instrumentos por parte de los censos de este reino […]. Con ocasión de esto ha visto más de 12 sínodos celebrados en Valencia de que no se dio noticia a Aguirre. Un hombre así es bueno para mil cosas, porque hace las cosas que se le encomienda con aplicación i tiene por punto de honra satisfacer a su 5 obligación […] . Leyendo atentamente la correspondencia encontramos que el interés se dirige a todos los cam- pos del saber, aunque unos resulten más interesantes que otros por su atractivo o mayor conoci- miento. Las referencias al mundo grecolatino son constantes, sea por la búsqueda de la pureza de la lengua o por su contenido literario, moral, filosófico, político o histórico. Además, el interés de Mayans se canalizaba también a la confección de una gramática latina capaz de mejorar y reformar la enseñanza preuniversitaria. Autores como Terencio, Plinio, Cicerón. P. Mela, T. Livio, C. Velle- yo, Suetonio, Plutarco, Estrabón, Dionisio Afro aparecen continuamente en sus cartas. Los clásicos grecolatinos no empecen las referencias a los clásicos españoles por su literatura y buena doctrina. Él mismo escribió Orígenes de la lengua española en 1737 y en ese mismo año Vida de Miguel de Cervantes Saavedra como prólogo a la lujosa edición de El Quijote patrocinada por Lord Carteret y salida de las prensas londinenses de J. y R. Tonson. La recomendación de leer a los clásicos espa- ñoles es constante, especialmente a los autores del Siglo de Oro, Luis Vives, fray Luis de Granada y de León, Santa Teresa, Arias Montano, San Juan de la Cruz, Calderón, Lope de Vega, Cervantes, Guillén de Castro, etc. El conocimiento, en ocasiones, se hace exquisito, tanto que Mayans y Sales polemizan sobre la paternidad de frases emblemáticas que aparecen en algunas obras, como en La vida es sueño de Calderón. La frase: “En esta vida todo es verdad y todo es mentira”, la empleó el francés Cornelio, pero por la cronología de las obras, Mayans y Sales defienden que Cornelio plagió a Calderón. Y si los clásicos grecolatinos le eran necesarios para su gramática latina, los españoles lo eran para su idea de otra gramática española que consideraba sería amena. Eran tiempos de cambios en la concepción del aprendizaje y de la necesidad de ceder el terreno a favor de la lengua vulgar. Los libros de Historia son un buen exponente de la necesidad de la crítica ante cualquier he- cho o documento que evite errores o falsedades intencionadas con el fin de asegurar tradiciones o intereses, políticos, económicos, eclesiásticos o religiosos.