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AVANCE DEL ESTUDIO DE LA ALFARERÍA CELTIBÉRICA EN LA ORUÑA (- TRASMOZ, ).

Mª Esperanza Saiz Carrasco** Sofía Gómez Villahermosa** (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 36

RESUMEN

En este artículo se presenta un avance de los primeros resultados del estudio desarro- llado en los últimos años sobre la alfarería celtibérica en La Oruña. Los distintos trabajos han puesto de relieve la existencia de, al menos, tres zonas dedicadas a la alfarería en el entorno cercano del asentamiento de La Oruña. La existencia de estos tres alfares y la in- formación derivada de las prospecciones y excavación en uno de ellos (Sector 2), eviden- cian la importancia de esta actividad económica en La Oruña. Además, las investigaciones realizadas sobre la alfarería en La Oruña nos están aportando numerosas informaciones sobre el proceso tecnológico empleado en la fabricación de las cerámicas celtibéricas y a su vez, con su puesta en valor, convertirán a este yacimiento en el primer enclave celtibé- rico donde se muestren los elementos de ese proceso.

Palabras clave: Celtiberia, La Oruña, alfarería celtibérica, proceso tecnológico empleado.

ABSTRACT

This article offers an advance account of the initial findings of the study on Celtibe- rian pottery in La Oruña conducted in recent years. The different projects clearly de- monstrate the existence of at least three zones dedicated to pottery in the area close to the settlement of La Oruña. The existence of these three pottery workshops, and the in- formation obtained from the surveys and excavations in one of them (Sector 2), make the importance of this economic activity in La Oruña very clear. Moreover, the research conducted into the pottery settlement in La Oruña provides us with considerable infor- mation about the technological process used in the manufacture of Celtiberian ceramics and, in turn, with its restoration of value, the settlement of La Oruña will become the first Celtiberian enclave to display the elements of this process.

Keywords: Celtiberia, La Oruña, celtiberian pottery, technological process used.

Fecha de recepción: 5 de noviembre de 2008. Fecha de aprobación: 14 de enero de 2009. (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 37

TVRIASO XIX pp. 35-62 ISSN: 0211-7207-2007

l yacimiento de La Oruña des- nología se desarrolla desde el siglo IV taca por ser el emplazamien- a.C. hasta los inicios del siglo I a.C., to de cronología celtibérica momento en el que se abandona. La más significativo en su en- época de mayor apogeo del yacimiento E torno, dentro de la Comarca se concreta hacia el siglo II a.C., perio- del Moncayo, y se configura como un do que enfrenta a los lusones con el espacio arqueológico de alto valor de- ejército romano, así como la conquista bido a sus dimensiones y las peculiari- de estos últimos y la posterior adapta- dades que presenta en relación con la ción de los celtíberos a los modos de realización de actividades económicas vida romanos, que se refleja perfecta- especializadas dentro de la economía mente en los resultados de las excava- celtibérica y que no se documentan en ciones realizadas hasta el momento. otros yacimientos.1 Este enclave reviste gran importancia El enclave arqueológico de La Oru- respecto al conocimiento de la econo- ña se corresponde con un extenso po- mía de los celtíberos, ya que su poten- blado2 de la Edad del Hierro cuya cro- cial metalúrgico parece ser uno de los puntos clave de su desarrollo económi- co con la extracción de mineral de hie- * Arqueóloga. Centro de Estudios Celtibéricos rro de las ricas minas del Moncayo y la de Segeda. Correo electrónico: [email protected] posterior fabricación de armamento u ** Arqueóloga. Área de Arqueología del Centro otro tipo de herramientas con el que de Estudios Turiasonenses. abastecer a las tropas celtíberas en su re- Correo electrónico: [email protected] 1. Este trabajo se ha desarrollado gracias al Proyecto I+D HAR2008-04118, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia y fondos Turiazu celtibérica en ), antigua Turiaso FEDER y a la colaboración del grupo Hiberus romana. Sin embargo, sí nos gustaría apuntar de la Universidad de Zaragoza. que precisamente los aspectos que se tratan en 2. No vamos a entrar aquí en la discusión este artículo sobre la ubicación en su entorno in- sobre si La Oruña se corresponde o no con la mediato de, al menos, tres talleres alfareros ciudad celtibérica de Turiazu, citada en las fuen- apuntan hacia la importancia de este enclave y el tes y que tradicionalmente se ha identificado su hecho de que su rango dentro del territorio que- ubicación bajo el solar de la actual Tarazona (ver dase identificado con el de una ciudad y no un José Ángel GARCÍA SERRANO, «Turiaso-Turiazu ¿dón- poblado, aunque fuese de gran tamaño. Además, de está la ciudad celtibérica?», Tvriaso, XVII, (Ta- si lo comparamos con el resto de talleres celtibé- razona, 2003-2004), pp. 119-133, para un estado ricos del Sistema Ibérico, éstos siempre se en- de la cuestión; además, el autor presenta sus ar- cuentran aislados y parecen funcionar de forma gumentos para defender el establecimiento de la independiente a ningún centro poblacional. 37 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 38

sistencia contra el avance del ejército ro- DESARROLLO DE mano por el interior de la Península.3 LA INVESTIGACIÓN

Sin embargo, tal y como se ha des- Hasta el momento, todas las inter- cubierto recientemente, la producción venciones realizadas en el cerro de La cerámica que aquí se desarrolla reviste Oruña han sido esporádicas, ya sea por una gran importancia para la econo- la inexistencia de un planteamiento mía de La Oruña, como se refleja en la continuista o por falta de recursos eco- existencia de varios talleres alfareros lo- nómicos. Durante los últimos años, el calizados en diferentes puntos de este Ayuntamiento de Vera de Moncayo junto emplazamiento. con el Centro de Estudios Turiasonen- ses han decidido tomar con fuerza el El objeto de este artículo es el de pre- objetivo de recuperar uno de los espa- sentar, de forma breve, ya que la inves- cios con más interés, desde el punto de tigación todavía se halla en curso, un vista arqueológico, en la Comarca de avance de los primeros resultados so- . bre el estudio de la alfarería celtibérica desarrollada en La Oruña en los últi- Para ello se está preparando un pro- mos años. De esta forma, se quiere re- yecto global de intervención en el yaci- saltar la importancia de esta actividad miento, dentro del que se encuadra la económica en este yacimiento, a pesar excavación, basado en una rigurosa in- de que siempre se relaciona con la fa- vestigación arqueológica fundamentada bricación de objetos de hierro según en el estudio del yacimiento arqueológi- las informaciones que las fuentes clási- co La Oruña, su origen, el desarrollo cas ofrecen sobre la afamada metalur- de su núcleo urbano y del territorio gia del Moncayo. económico dependiente de ésta y en la publicación de los resultados. Este pro- Las investigaciones realizadas sobre yecto en el yacimiento responde a la la alfarería en La Oruña, le confieren intención de elaborar un Plan Director un valor añadido ya que nos están apor- de intervención que sirva para aprove- tando numerosas informaciones sobre char las posibilidades de nuestro yaci- el proceso tecnológico empleado en la miento como foco de interés para la in- fabricación de las cerámicas celtibéricas vestigación científica, así como futuro y, a su vez, con su puesta en valor con- atractivo cultural y turístico de la Co- vertirán al yacimiento de La Oruña en marca de Tarazona y el Moncayo. el primer enclave celtibérico donde se muestren los elementos de ese proceso. En el ámbito científico, desde prin- cipios del siglo XX se tienen noticias de su existencia. Debido a la presencia de abundantes restos cerámicos apare- 3. Aunque a pesar de este hecho, todavía no cidos en superficie, los jesuitas, que re- se ha realizado ningún estudio concreto sobre gentaron el monasterio de Veruela la posible función de La Oruña en el proceso hasta los años setenta del siglo XX, lle- de fabricación de objetos de hierro, a pesar de la existencia de grandes cantidades de escorias varon a cabo una serie de campañas ar- de hierro en superficie localizadas por toda la queológicas durante la década de los extensión del yacimiento. años veinte. Poco se sabe de los traba- 38 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 39

jos efectuados, salvo que se centraron dad industrial del yacimiento pudo cen- en la acrópolis y que con los materiales trarse en la fabricación de productos ce- arqueológicos recuperados se erigió un rámicos para el propio abastecimiento museo ubicado en el propio monaste- de La Oruña y muy probablemente para rio, donde se exponían las piezas recu- su difusión a los yacimientos del entor- peradas más destacadas. Hoy, parte de no. Gracias a las catas arqueológicas tam- los materiales exhumados se almace- bién se localizó parte de la muralla. nan en el monasterio, desconociéndo- se el paradero del resto.4 En cuanto a la investigación en torno a los alfares, los jesuitas ya se habían per- Las siguientes campañas arqueológi- catado de la posible existencia de una cas se realizan durante los años 1989 y zona alfarera en La Oruña. Sin embargo, 1990. Dirigidas por Juan José Bienes los comentarios sobre el alfar o alfares se Calvo y efectuadas a instancias de la Es- reducen a una simple referencia6 sobre cuela-Taller «Monasterio de Veruela», el hallazgo de pellas de barro y cerámicas de nuevo se centraron en la zona de la calcinadas, por lo que no sabemos con acrópolis.5 seguridad si se referían al propio horno del Sector 27 o al testar del Sector 1. Hasta el año 2005 no se retomaron los trabajos en el yacimiento con la reali- En trabajos recientes sobre el estu- zación de una prospección intensiva del dio de los materiales del monasterio y entorno próximo del cerro y la ejecu- la exposición El Moncayo. Diez años de ción de una serie de catas en determina- investigación arqueológica. Prólogo de una dos puntos del poblado con el objetivo labor de futuro, se recogen distintas refe- de delimitar su extensión y descubrir rencias basadas en las informaciones nuevos elementos. Se concluyó que la antiguas sobre la existencia de un alfar extensión total del yacimiento abarca en el yacimiento, pero sin concretar ni unas 10 ha y se localizaron, al menos, ampliar información sobre el mismo.8 tres grandes zonas alfareras en diferen- tes puntos del yacimiento, lo que nos lleva a pensar que gran parte de la activi- 6. Padre MUNDÓ, «Veruela...», ob. cit.; Miguel BATLLORI, Monasterio..., ob. cit.

7. Hay que tener en cuenta que quizás pudie- 4. Tan sólo algunas referencias escritas los ates- ron ser los jesuitas quienes vaciaron parte de la tiguan: Padre MUNDÓ, «Veruela Prehistórica», cámara de combustión del horno. Concreta- Certamen Mariano, Lérida, 1918, pp. 154 y ss.; mente, Miguel BATLLORI, Monasterio..., ob. cit., otro texto de Blas Taracena aparecido en el pe- alaba la importancia del yacimiento y se duele riódico de Zaragoza El Noticiero en 1923; Miguel de la falta de estudios. A su vez, indica que «se- BATLLORI, Monasterio de Veruela. Antigüedades grie- guramente se encontraría (en el yacimiento) gas y romanas del Museo, c. 1930, inédito. un horno de cerámica».

5. Juan José BIENES CALVO y José Ángel GARCÍA 8. José Ángel GARCÍA SERRANO, Arqueología del SERRANO, «Avance a las primeras campañas de Moncayo. Catálogo de la exposición permanente, Ta- excavación en La Oruña (Vera de Moncayo-Za- razona, Centro de Estudios Turiasonenses, 2003, ragoza)», en Francisco Burillo (coord.), p. 63; Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, El Mon- Poblamiento celtibérico. III Simposio sobre los celtíbe- cayo. Díez años de investigación arqueológica. Prólogo ros, Zaragoza, Institución «Fernando el Católi- de una labor de futuro, Tarazona, Centro de Estu- co», 1995, pp. 239-244. dios Turiasonenses, 1989, pp. 54-55. 39 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 40

Por otra parte, los trabajos llevados cebro10 y Las Tejedas11 en Orihuela del a cabo por José Antonio Hernández Tremedal –ambos en Teruel–. Por lo Vera y Juan José Murillo Ramos sobre que respecta al conocimiento de es- la siderurgia celtibérica en la zona del tructuras relacionadas con la cocción Moncayo9 nos remiten a la existencia de las cerámicas, es decir, los hornos, so- de más de un horno cerámico, que pro- lamente se conocen los que aparecieron bablemente se hayan confundido, al igual en Los Vicarios (Valdecebro, Teruel), el que el horno del Sector 2, con hornos de Las Veguillas (Camañas, Teruel)12 y metalúrgicos. el de La Oruña (Vera de Moncayo, Za- ragoza), este último inédito hasta el mo- Durante el año 2006 se llevó a cabo mento. Debido a la escasez de docu- una prospección intensiva dentro del mentación respecto a las características alfar ubicado en la zona Oeste de La de este tipo de estructuras en los alfares Oruña (Trasmoz), denominado Sector celtibéricos, los datos aportados por la 1, con el objetivo de intentar delimitar excavación del horno de La Oruña ad- su extensión, diferenciar las posibles quieren una notable relevancia. áreas funcionales del alfar –hornos, testar, etc.– y establecer la producción cerámica del mismo. SITUACIÓN DEL YACIMIENTO Y DE SUS ÁREAS ALFARERAS Tras poder comprobar la existencia de distintas áreas alfareras y corroborar El yacimiento celtibérico de La Oru- la importancia de esta actividad en La ña se ubica entre los términos munici- Oruña, en el 2008 se ha llevado a cabo pales de Vera de Moncayo y Trasmoz, a la excavación del horno cerámico del 1 km al Suroeste de Vera de Moncayo y denominado sector alfarero 2 con el objetivo de esclarecer la relación de la estructura del horno del Sector 2 con 10. Jaime D. VICENTE REDÓN, Ana Isabel HER- el alfar del Sector 1, ampliar el conoci- CE SAN MIGUEL y Carmen ESCRICHE JAIME, «Dos miento acerca de las estructuras rela- hornos de cerámica de época ibérica en «Los cionadas con la cocción de cerámicas y Vicarios» (Valdecebro, Teruel)», Kalathos, 3-4, (Te- profundizar en el conocimiento de la ruel, 1984), pp. 311-372.

alfarería celtibérica, su estructuración 11. Octavio COLLADO VILLALBA et alii, «Las Te- y funcionamiento. jedas (Orihuela del Tremedal, Teruel). Campa- ña de excavación 1987», Arqueología Aragonesa, De todos los alfares conocidos en el 10, (Zaragoza, 1986-1987), pp. 183-184. Sistema Ibérico Central solamente se 12. En este alfar se llevó a cabo una limpieza su- cuenta con excavaciones sistemáticas perficial del horno por R. Alcón y M. Martínez, y en dos de ellos Los Vicarios en Valde- las fotografías de esta actuación conservadas en el Museo Provincial de Teruel han permitido, junto con los resultados de una prospección microes- pacial realizada en 2006, delimitar la extensión 9. José Antonio HERNÁNDEZ VERA y Juan José del alfar, su distribución interna y estudiar la MURILLO RAMOS, «La metalurgia del hierro del producción cerámica del mismo. Ver Mª Espe- Moncayo en época celtibérica», Química e Indus- ranza SAIZ CARRASCO, «El horno cerámico de tria, 6, (Madrid, 1983), pp. 443-445, concreta- Las Veguillas (Camañas, Teruel)», Studium, 12, mente p. 444. (Teruel, 2006), pp. 85-102. 40 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 41

a 1 km igualmente al Noroeste del mo- concluir que deben existir otras vetas nasterio de Veruela. Se localiza en un todavía sin identificar y cuya calidad cerro de cumbre amesetada y en sus permitiría la instalación de los talleres zonas aledañas, habitadas en la última alfareros en este lugar. fase de ocupación. Tiene una altura máxima de 722 m y está rodeado por la Estas arcillas, junto a la abundancia zona del somontano del Moncayo, en de combustible para los hornos y la la confluencia de los valles del Huecha existencia de cauces de agua cercanos, y la Valluenga, cuya privilegiada posi- son las características básicas necesa- ción controla la amplia zona de vega rias para la instalación de los talleres de estos valles. alfareros.

En la actualidad, el cerro tiene bas- Como ya se ha comentado, tras la tantes afloraciones de la superficie ro- prospección realizada en 2005 se deter- cosa formada por material calizo en su minaron tres áreas con gran acumula- parte superior, mientras que las laderas ción de fragmentos cerámicos celtibéri- se encuentran en su mayor parte aban- cos y con presencia de fragmentos de caladas aterrazando el terreno para su escorias de horno cerámico. También uso agrícola, principalmente para el se documentaron en determinadas zo- cultivo de viñedo y almendros, en su mayoría abandonados en la actualidad. nas grandes acumulaciones de material Al tratarse de campos yermos, presenta cerámico que no se encontraban asocia- un tupido manto de vegetación de mon- das a otro tipo de elemento característi- te bajo. Los arbustos más frecuentes son co de alfar. Sin embargo, estas concen- espinos, escaramujos, romeros y bastan- traciones son altamente significativas a tes herbáceas [lámina nº 1]. la hora de la localización de posibles testares, por lo que habrá que tenerlas Los cauces de agua más cercanos son en cuenta para estudios futuros. una ramificación que surge del Barran- co del Val en dirección Norte-Sur, por la Hasta ahora, de las tres áreas identifi- zona Oeste de La Oruña, el Barranco de cadas como alfar se han realizado traba- la Hoya del Almendro al Sur del cerro y jos de campo en dos: los denominados el río Huecha, discurre a unos dos km y Sectores 1 y 2. Por tanto, y según lo ex- que sería el cauce más caudaloso. puesto anteriormente, si bien cabe la posibilidad de que existan más zonas al- En cuanto a los afloramientos de ar- fareras en el yacimiento de La Oruña, cilla más cercanos, según el mapa geo- extramuros del poblado, por el momen- lógico son los niveles terciarios de for- to hay que ser cautos en este punto. maciones del Neógeno formados por Tampoco podemos afirmar si se trata de conglomerados, areniscas y limonitas talleres independientes que están fun- rojas. Sin embargo, se procedió a tomar cionando a la vez especializados en dis- muestras de las arcillas de esos niveles tintos productos o se corresponden con junto con el alfarero, Javier Fanlo, y se distintas ubicaciones del mismo taller, comprobó que éstas no eran aptas para que por circunstancias desconocidas se la fabricación de cerámicas; cabe, pues, va trasladando de lugar. 41 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 42

Lámina 1. Situación de La Oruña. Mapa Topográfico Nacional 352-I.

1. Plano de la delimitación del yacimiento La Oruña con la ubicación de las áreas alfareras. 42 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 43

2. Elementos identificativos de alfar: 1. Bordes cerámicos; 2. Pella de barro; 3. Adobe; 4a y 4b. Cerámicas calcinadas; 5. Escorias de horno cerámico.

Brevemente comentaremos las ca- material cerámico, pellas de barro, ce- racterísticas más significativas de las dos rámicas calcinadas y escorias de horno zonas alfareras estudiadas hasta el mo- cerámico. mento. El Sector 1 y el Sector 2 se en- cuentran ubicados extramuros del El material en superficie se extiende asentamiento citado, pero a escasa dis- por un área de 0,3 ha y se recogieron un tancia de sus murallas. Se hallan distan- total de 2.467 puntos –cerámica celtibé- tes entre sí 225 m y tanto por su ubica- rica, fallos de cocción, escorias de horno ción como por las características de cerámico y pellas de barro [foto nº 2]– cada uno de estos sectores resulta evi- con Estación Total. Tras realizar la pros- dente que se trata de dos talleres inde- pección microespacial se pudieron dis- pendientes [foto nº 1]. tinguir con claridad al menos dos áreas funcionales del alfar que se correspondí- Sector 1. Zona Oeste del cerro an, respectivamente, con la zona de tes- tar y de los hornos [foto nº 3]. Se ubica en un campo de almendros al Oeste del cerro de La Oruña, en el Sector Testar: se localiza en la zona término de Trasmoz, donde se identifi- Sur y se identifica por la gran concen- ca claramente un testar con abundante tración de material cerámico, general- 43 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 44

mente con un índice de fragmentación su exacta procedencia.13 Las documen- muy alto, ya sea calcinado o sin calcinar. tadas en la prospección se caracterizan Debido precisamente a la gran canti- por su alto grado de fragmentación, y dad de material que se conserva en los tienen un tamaño medio de 14 x 12 cm. alfares, en la prospección se planteó un Excepcionalmente se encuentra algún muestreo dirigido a aquellos elementos fragmento de mayor tamaño (22 x 12 cerámicos más representativos; en con- cm), indicativo de una fragmentación creto, se seleccionaron los bordes como más reciente, hecho que vuelve a incidir muestra de la producción cerámica del en el deterioro progresivo derivado de alfar, pues es el elemento que aporta los trabajos agrícolas en este sector. más datos sobre las formas cerámicas. Otro elemento característico de los Las cerámicas calcinadas son aquellas alfares son las pellas de barro. Se trata que durante el proceso de cocción, debi- de elementos de arcilla, aparentemen- do a las altas temperaturas alcanzadas, se te informes, que aparecen en número han roto o deformado y se les denomina abundante. En cuanto a su función no por este motivo como «fallos de coc- hay nada claro, ya que si en principio, ción». Normalmente tienen una colora- se pensaba que podían ayudar a situar ción grisácea o negruzca y a veces pre- la zona de trabajo de los alfareros,14 és- sentan deformaciones o burbujas por el tas siempre aparecen cocidas, lo que exceso de temperatura al que han esta- significa que han estado en contacto do sometidas y, por tanto, son signo in- con el fuego. De ahí las diversas inter- equívoco de la ubicación del vertedero. pretaciones sobre su función como pruebas de alfar, tapones para las tobe- Sector Hornos: localizado en la zona ras de la parrilla o separadores para Noreste. En este alfar, debido a que to- evitar que las cerámicas dentro del hor- davía hoy se encuentra en cultivo se no se rocen y se destruya la carga. identifica un claro deterioro de las posi- bles estructuras existentes en el taller, En el caso del Sector 1 de La Oruña, especialmente de los hornos cerámicos. su localización es dispersa por todo el Así lo indican la gran cantidad de esco- campo y la muestra con la que conta- rias de horno cerámico identificadas en mos es bastante heterogénea. En gene- superficie. Se trata de fragmentos de las ral, son de pequeño tamaño, aunque paredes interiores del horno, en con- se aprecia que se encuentran fragmen- creto, suelen corresponder a la cámara tadas o que pertenecían a otras mayo- de combustión o al præfurnium. Por tan- to, su localización en superficie y el es- tudio de su dispersión nos aporta dos datos importantes: por un lado, la posi- 13. Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, «Catálo- ble ubicación de los hornos, y por otro, go de la colección arqueológica del Monasterio de Veruela», Tvriaso, IV, (Tarazona, 1983), p. 78, que parte de estas estructuras pueden lam. XXXVI, nº 645. estar dañadas. 14. Como planteaba Jesús Arenas en su pros- pección del alfar de La Rodriga: Jesús Alberto Ya entre los materiales del monaste- ARENAS ESTEBAN, «El alfar celtibérico de La Ro- rio de Veruela se hallaron escorias de driga. Fuentelsaz, Guadalajara», Kalathos, 11-12, horno cerámico, aunque se desconoce (Teruel, 1991-1992), pp. 205-232. 44 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 45

res. Resulta de gran interés el hecho de última línea de abancalamiento del ce- que estas pellas presenten la misma co- rro, y tiene una orientación Sureste- loración que las cerámicas del alfar y, Noroeste. Esta posición al abrigo de la al igual que éstas, sean muy compactas ladera le facilitaba una adecuada pro- y de una arcilla muy depurada. En la tección contra vientos fuertes que hu- mayoría se aprecia la manipulación del bieran impedido un buen control sobre alfarero y huellas dactilares. la temperatura de cocción en el horno.

De nuevo hay que citar los materiales El horno se conservaba en muy bue- que había en el monasterio de Veruela, nas condiciones, debido a un abancala- donde también se documentaron pellas miento moderno. Gracias a que parte de barro, aunque no se dan más des- de ese bancal se derrumbó, quedó a la cripciones respecto a cómo son o de vista una de las subcámaras de la cáma- dónde proceden. Interesa destacar un ra de combustión, que se encontraba ejemplar en especial,15 ya que entre las parcialmente vaciada desconociéndose pellas recogidas por nosotros en la pros- en qué exacto momento se llegó a exca- pección no aparecen de este tipo. Se var su interior. Los habitantes de Vera lo trata de una pella de barro semejante a recuerdan en este estado desde siem- una especie de soporte para separar las pre, refiriéndose a esta estructura como cerámicas en el horno o quizás restos de «la cueva», constando incluso que fue barro empleado para regularizar alguna usada por algunos de los agricultores de tobera con un diámetro perfectamente los campos cercanos para guarecerse de circular y que también se documentan las inclemencias del tiempo [foto nº 4]. en otros alfares celtibéricos como Ba- rranco de la Cañada (Torralba de los Esta parte de la estructura del hor- Frailes, Zaragoza), Mojón de II no es la que Hernández Vera y Murillo (, Zaragoza), Cerrá la Viña I y caracterizaban como horno metalúrgi- Allueva II (Allueva, Teruel), Modojos II co aún admitiendo que «su conforma- (Codes, Guadalajara), La Rodriga ción en galería horizontal contrasta (Fuentelsaz, Guadalajara) y Las Tejedas con otros de fechas similares que pre- (Orihuela del Tremedal, Teruel).16 sentan desarrollo vertical».17 Son, sin embargo, varias las razones que ratifi- Sector II. Zona alfarera de la ladera can su catalogación como horno cerá- Sur de La Oruña mico. Salvador Rovira comenta en un estudio sobre la metalurgia celtibérica18 Se halla en la ladera Sur del cerro de La Oruña. Concretamente, el horno

se ubica a una cota de 675,310 m, en la 17. José Antonio HERNÁNDEZ VERA y José Ja- vier MURILLO RAMOS, «Aproximación al estudio de la siderurgia celtibérica el Moncayo», Caesa- 15. Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, «Catálo- raugusta, 61-62, (Zaragoza, 1985), pp. 177-190, go…», ob. cit., p. 78, lam. XXXVI, nº 656. concretamente p. 184; José Antonio HERNÁNDEZ VERA y José Javier MURILLO RAMOS, «La metalur- 16. Todos los aspectos en relación con las pe- gia…», ob. cit., p. 445. llas de barro forman parte de un estudio inédito incluido en la tesis de Mª Esperanza Saiz sobre 18. Salvador ROVIRA LLORENS, «Metalurgia celti- los alfares celtibéricos del Sistema Ibérico. bérica: estado de la cuestión y nuevas perspecti- 45 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 46

la imprecisión de las descripciones tan- de longitud conservada. Estas medidas to de la propia estructura como de la lo convierten en uno de los hornos analítica de las escorias que publicaron prerromanos de mayor tamaño, si te- los citados autores, indicando que in- nemos en cuenta que desconocemos cluso por su composición podrían co- cuáles serían las medidas del præfur- rresponderse con escorias cerámicas. nium, que no se ha conservado com- pleto [foto nº 5]. Como veremos a continuación, al de- tenernos en la descripción de la propia El muro perimetral es de piedras de estructura todavía se hace más evidente distinto tamaño, aunque predominan la débil argumentación de Hernández las de tamaño medio y tiene una an- Vera y Murillo para su adscripción chura media de 75 cm. Está construido como horno metalúrgico, tanto por sus en casi todo su perímetro por calizas, dimensiones como por las característi- aunque también se utilizan areniscas, cas técnicas del horno.19 Se correspon- piedra ésta muy resistente al calor y de con un horno de doble cámara y que también se emplea en la construc- tiro vertical, la inferior o de combus- ción de hornos contemporáneos. tión y la superior o de cocción –labora- torio–, que no se ha conservado. Tiene Este muro perimetral presenta dos una planta circular, lo que unido a la peculiaridades. En primer lugar su existencia del muro central exento per- construcción en piedra, ya que lo habi- mite clasificarlo dentro del subtipo B-5 tual es que el muro perimetral de este de Jaume Coll.20 Presenta unas dimen- tipo de estructuras sea de adobe. En se- siones de 4,30 m de ancho por 5,90 m gundo lugar el gran tamaño de dicho

vas», en Magdalena Barril Vicente y Alicia Rodero quien partiendo de la realizada por Duhamel Riaza (coord.), Novedades arqueológicas celtibéricas, en 1978 sistematiza los hornos a partir de la Madrid, Asociación Cultural de Protectores y forma de su planta, los elementos de sostén de Amigos del Museo Arqueológico Nacional, 2004, la parrilla y la forma de los conductos o toberas pp. 63-84. laterales. Así se establecen dos grupos básicos, 19. En cualquier caso, es lógica la adscripción diferenciados por su planta: tipo A (rectangu- de estos restos a un horno metalúrgico ya que en lar) y tipo B (circular) con variantes según la ese momento se desconocían por completo las forma y ubicación de los pilares o muros centra- características de los hornos cerámicos celtibéri- les sobre los que apoya la parrilla. En cualquier cos y las evidencias tanto de las fuentes escritas caso, esta tipología que hay que utilizarla con –sobre todo, Marcial y Plinio– como de la propia ciertas reservas, ya que solamente atiende a la arqueología –concentraciones de escorias metáli- forma de la planta de la cámara de combustión cas dispersas por toda la superficie del yacimien- y ésta no siempre es definitoria de la del labora- to, junto con los restos de las paredes de horno torio. Ver Jaume COLL CONESA, «El horno ibéri- calcinadas– parecían confirmar esa hipótesis. co de Alcalá del Júcar, Albacete», Revista de Ar- queología, 80, (Madrid, 1987), pp. 16-24; Jaume 20. Con los escasos datos conocidos sobre los COLL CONESA, «Aspectos de tecnología de pro- hornos prerromanos y su estructura, en gene- ducción de la cerámica ibérica», Saguntum, ex- ral, pero más concretamente en el territorio del tra nº 3, (Valencia; 2000), pp. 191-209; Santiago Sistema Ibérico Central, todavía no es factible BRONCANO RODRÍGUEZ y Jaume COLL CONESA, «El establecer una tipología de estas estructuras pa- horno ibérico de Alcalá del Júcar, Albacete», No- ra dicha zona. Por este motivo, se emplea la ti- ticiario Arqueológico Hispánico, 30, (Madrid, 1988), pología existente publicada por Jaume Coll, pp.189-226. 46 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 47

3. Sectores funcionales del alfar del Sector 1 de la Oruña.

4. Subcámara 1 del horno del sector 2 con detalle de las toberas y restos de la parrilla antes de la excavación de 2008. 47 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:17 Página 48

muro perimetral no es usual; la posibi- El muro central de la cámara de com- lidad que se plantea para explicar este bustión la divide en dos subcámaras. hecho es que se realizara para asegurar La longitud del muro es de 4,80 m y una mayor protección a la hora de so- apoya sobre la pared posterior por lo portar el gran peso de la propia estruc- que crea una separación entre las dos tura, cuyo laboratorio sería imponente, subcámaras que no se hallarían comu- aún más si cabe al estar cargado con las nicadas.21 La función más importante cerámicas y preparado para la cocción. de este muro central es servir de apoyo a la parrilla. De éste parten los adobes El præfurnium no se ha conservado, que forman los falsos arcos de la bóve- seguramente se destruyó al realizar el da que la sujeta. Está hecho con ado- aterrazamiento de la ladera para culti- bes trabados con una capa de arcilla de var y con la construcción del bancal. 1 a 3 cm de grosor. El muro se halla re- En cualquier caso, podemos afirmar cubierto de un revoque que es el mis- que el præfurnium y la entrada de éste mo que de forma continua recubre las se encontraban orientadas al Sureste. No paredes de la subcámara 1. estamos en disposición de aventurar cuáles fueron las medidas que alcanzó este elemento en nuestro horno, y aun- que es previsible pensar en un præfur- 21. Esta característica es relativamente usual en otros hornos prerromanos como por ejem- nium de grandes dimensiones, acorde plo, en Las Calañas (M. MOLINOS, J. L. SERRANO al resto de la estructura, también es y B. COBA, «Excavaciones en el asentamiento de cierto que en otros hornos prerroma- «La Campiña». Marmolejo, Jaén», Anuario Ar- nos la variedad tipológica de esta parte queológico de Andalucía, vol. III, (Sevilla, 1990), de la estructura es muy amplia. pp. 197-203; M. MOLINOS et alii, Un problema de fronteras en la periferia de Tartessos. Las Calañas de Marmolejo, Monografías de Arqueología Históri- La cámara de combustión tiene plan- ca, Jaén, Universidad de Jaén, 1994), Cerro de ta subcircular y está subdividida en dos los Infantes (Francisco CONTRERAS CORTÉS, Fran- cámaras separadas por un muro de ado- cisco CARRIÓN MÉNDEZ y Encarnación M. JABALOY SÁNCHEZ, «Un horno de alfarero protohistórico be. Para su construcción, se procedió a la en el Cerro de los Infantes (Pinos Puente, Gra- excavación del terreno natural y después nada)», XVI Congreso Nacional de Arqueología, Za- se recubrió con el muro de piedras, y és- ragoza, Secretaría General de los Congresos Ar- te se revocó con una capa de barro. queológico Nacionales, 1983, pp. 533-537), los hornos 2, 3, y 5 de la Illeta dels Banyets (Eduar- do J. LÓPEZ SEGUÍ, «El alfar ibérico», en Manuel El diámetro interno de la cámara de H. Olcina Doménech (coord.), La Illeta dels combustión se desconoce, ya que no se Banyets (El Campello, Alicante). Estudios de la Edad ha podido vaciar por completo el relle- del Bronce y época Ibérica, Alicante, Museo Ar- queológico Provincial de Alicante, 1997, pp. no de la subcámara 2. Sin embargo, a 221-250), La Maralaga (F. MARTÍNEZ y Pascual priori la anchura debe ser similar a la IRANZO, «La Maralaga. Excavación de urgencia. de la parrilla. Quizás algo menor, en tor- Abril, 1987», La voz de Sinarcas, 6, Mayo-agosto, Si- no a los 4 m, si tenemos en cuenta que narcas, 1988, pp. 16-20), Casillas del Cura (Juan el recubrimiento del muro de piedras José CASTELLANO CASTILLO y Asunción MARTÍNEZ VALLE, «Los hornos ibéricos de las Casillas del une con el suelo formando una curva, Cura (Venta del Moro)», Recerques del Museu lo que reduce su superficie. d’Alcoi, 6, (Alcoi, 1997), pp. 61-69; Juan José 48 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 49

5. Vista general del horno del Sector 2 tras la excavación de 2008.

Subcámara 1. Debido al derrumbe rrespondía con una de las subcámaras parcial de parte del bancal se observa- que formaban la cámara inferior o de ba un agujero en este lugar que se co- combustión y que, en un principio, se confundió con el propio præfurnium. En alzado presenta forma ovalada o sub- CASTELLANO CASTILLO, Antonio SAEZ, Asunción circular –es decir, no forma un arco de MARTÍNEZ VALLE, Felipe CUARTERO y Laura HOR- medio punto perfecto–. No tiene unas TELANO PIQUERAS, «Los hornos ibéricos de Las medidas homogéneas en todo su traza- Casillas del Cura (Venta del Moro, Valencia)», en Alberto José Lorrio Alvarado (coord.), Los iberos en do, oscilando su anchura entre 77 cm la Comarca de Requena-Utiel (Valencia), Anejo Lucen- en la zona de entrada y 89 cm hacia el tum, 4, (Alicante, 2001), pp. 135-150), Boca del fondo. La altura oscila entre 1,27 y 90 Río Chico (Marian ARLEGUI SÁNCHEZ, Mª Jesús cm en la parte final. Tiene una longi- SANZ LUCAS y Alberto SANZ ARAGONÉS, «Dos insta- tud de 5,90 m. laciones alfareras en la provincia de Soria: «Royo Albar» en Quintana Redonda y «La boca del Río Chico» en Ucero», Arqueología en Castilla Está formada por una falsa bóveda y León, Numantia, VI, (Soria, 1993-1994), pp. 45- construida por adobes, recubiertos por 60), Cerro de las Balsas-Chinchorro (Pablo ROS- varias capas de revoques y es la que sir- SER LIMIÑANA, «El Cophiam: seis años de activi- dad arqueológica», LQNT, 1, (Alicante, 1993), ve de soporte para la construcción de pp. 9-74). la propia parrilla. 49 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 50

La subcámara 1 tiene 5 toberas, en la La parrilla es de planta circular y no pared Este, que comunican con la parri- se conserva completa. Tiene un diáme- lla y se disponen de forma perimetral tro de 4,30 m por lo que la superficie en la zona de límite entre ésta y el muro útil de la cámara de cocción tendría de piedras que delimita la estructura. una capacidad de 14,5 m2. En el lado En la pared Oeste de la subcámara 1 se Oeste y parte central es donde mejor se aprecian tres toberas que se abrirían ha- ha conservado la parrilla, ya que es ahí cia la propia parrilla, aunque no se han donde tiene mayor apoyo sobre la pro- podido limpiar por lo que no quedan pia bóveda que forman las subcámaras completamente definidas. de la cámara de combustión. La zona de apoyo está constituida por adobes y La subcámara 1 se halla recubierta sobre esta primera capa se construye la de varias capas que corresponden a re- parrilla formada por una capa compac- paraciones realizadas con barro que se ta de arcilla que forma el piso o solera aplica con las manos para reforzar el de la parrilla. Sobre este primer piso se revoque tras sucesivas cocciones. documentan otros tres de arreglos pos- teriores de la parrilla. Seguramente se Subcámara 2. Aún no se ha termina- trata de arreglos que se producen en do de excavar. Esta cámara se hallaba to- un corto periodo de tiempo ya que no talmente colmatada e intacta. Se descu- se aprecia que se apliquen sobre un ni- brió una vez que se levantó el bancal y se vel de derrumbe anterior. limpió la vegetación en esa zona. Se co- menzaron a excavar los rellenos que la En total se han documentado 11 to- colmataban dando como resultado una beras dentro de la parrilla. Se disponen importante acumulación de material ce- de forma aleatoria, a excepción de las rámico sin cocer, en especial de vajilla perimetrales, que se ubican de forma de almacenaje, y que con seguridad pro- radial en torno al muro perimetral del cedía del derrumbe de la parrilla. horno. El diámetro de las toberas del interior de la parrilla oscila entre 12 y 6 El suelo de la cámara de combus- cm. Las perimetrales son de mayor ta- tión, al menos según lo que se ha podi- maño, llegando a alcanzar unas dimen- do observar en la subcámara 1 y parte siones de hasta 40 cm. No se documen- de la 2, está bien conservado. Se com- tó ninguna tobera taponada. pone de una capa de arcilla de un gro- sor de 3 cm bastante uniforme que se La cámara de cocción o laboratorio encuentra vitrificada, y su coloración es casi circular, con un diámetro de es blanquecina. El suelo presenta una 5,75 m. El muro del laboratorio no se ligera pendiente hacia la parte Noroes- te, es decir, en la zona posterior de la cámara de combustión, donde la altura de la cámara es de 90 cm.22 combustión está a una cota superior que la bo- ca de entrada, lo que facilita el tiro del horno (Jaume COLL CONESA, «Aspectos…», ob. cit., p. 199). Estos paralelos se recogen en Mª Esperan- 22. Esta característica no es específica del za SAIZ CARRASCO, Producción cerámica de época cel- horno de La Oruña, ya que es común a muchos tibérica en el Sistema Ibérico Central. Estudio compa- hornos prerromanos en los que la cámara de rativo en el marco de la Península Ibérica, inédito. 50 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 51

6. Vista de la parrilla y cámara de cocción del horno del Sector 2.

ha conservado, pero se intuye que el el umbral de esta puerta, que segura- alzado de la cámara de cocción o labo- mente se tapiaría para cada cocción con ratorio estaría realizado en piedra, ya barro y adobes o con cascotes de cerá- que al exterior de la cámara de coc- mica y arcilla [foto nº 6]. ción aparecen grandes acumulaciones de piedras caídas con las mismas carac- En este sector todavía no se ha docu- terísticas que las del muro –tamaños, mentado la zona del testar y tampoco se calcinación, etc.– y cuya disposición sabe si existen más hornos23 u otro tipo evidenciaba su procedencia. También de estructuras en relación con el alfar. dentro del propio horno, entre el mu- ro perimetral de la cámara de cocción y la parrilla, se documentaron varios 23. Lo más plausible es que sí, ya que en los niveles de caídas de piedras junto con alfares prerromanos de la península Ibérica lo normal es que haya varios hornos funcionando el derrumbe de la propia parrilla. a la vez (Mª Esperanza SAIZ CARRASCO, Produc- ción…, ob. cit.). Además, como ya se ha comen- En la zona Oeste se conserva la en- tado, José Antonio Hernández Vera y Juan José trada o puerta del laboratorio para faci- Murillo, advierten de la existencia de varios hor- nos y Mariano Ostalé tras sucesivas visitas a La litar la carga del horno. Tiene una an- Oruña hace años, nos ha comunicado personal- chura de 95 cm y desconocemos cuál mente la evidencia de varios «huecos» en la la- sería su altura. No se ha documentado dera donde se ubica el horno del Sector 2. 51 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 52

Actualmente, al permanecer yermos los Vajilla de almacenaje/transporte. La for- campos aterrazados del cerro de La Oru- ma con mayor representación en el Sec- ña, la cubierta vegetal es muy abundan- tor 1 de La Oruña, son las tinajas de borde te y, a su vez, los amontonamientos de cefálico y tinajas de borde reentrante.25 En ge- piedras y en algún caso los derrumbes neral, se trata de vasijas de grandes di- de los abancalamientos impiden la iden- mensiones, aunque también se han docu- tificación de restos arqueológicos. Está mentado ejemplares de tamaño medio, previsto realizar en este sector una pros- cuya única decoración suele estar repre- pección microespacial intensiva y una sentada por baquetones bajo el cuello o prospección geofísica para ratificar la en la parte superior del cuerpo. evidencia de otras estructuras y delimi- tar la extensión del taller. En relación con las tinajas, para cu- brir o proteger su contenido también se han documentado tapaderas, aunque PRODUCCIÓN CERÁMICA DE son pocos los ejemplares localizados, LA ORUÑA ya que estos elementos también se rea- lizarían en otros materiales como yeso, Producción del Sector 1 madera o cuero.

Las características técnicas que defi- Por último, es destacable la identifi- nen la producción del Sector 1 de La cación de varios ejemplares de kalathos, Oruña son bastante homogéneas. Tras ya que dicha forma no suele ser común el estudio conjunto de caracteres tales en los yacimientos de esta zona y nos como la pasta, decoración y formas de aporta datos sobre posibles contactos las vasijas, pensamos que existe una so- culturales.26 Si bien las características de la producción cuyas características defi- nitorias pasamos a describir.

1. Formas 25. Comúnmente denominadas como ildura- tin en el valle del Ebro desde que Juan Cabré dio a conocer un dolium con una estampilla en el La tipología general [lámina 2] para borde que se correspondía con la inscripción «il- catalogar las formas se establece según duratin» (Francisco BURILLO MOZOTA, «Memo: bel. distintos grupos funcionales –vajilla de al- Una estampilla celtibérica aparecida en », macenaje/transporte, vajilla de servicio, Kalathos, 13-14, (Teruel, 1993-1995), pp. 339-346). Sin embargo, hemos evitado esta denominación vajilla de mesa, y elementos auxiliares– por su connotación cronológica en relación con generados a partir del estudio de la cerá- su presencia en yacimientos celtibéricos tardíos, mica celtibérica del Área 3 de Segeda I.24 ya que esta vasija está presente desde el siglo IV a.C. en yacimientos del valle del Ebro, aunque se aprecia cierta evolución en la morfología con el paso del tiempo. 24. Raúl LÓPEZ ROMERO et alii, «La cerámica de técnica ibérica aparecida en las excavaciones de 26. Francisco BURILLO MOZOTA, Mª Ascensión la ciudad de Segeda I. Área 3: Campaña 2001», CANO DÍAZ-TENDERO y Mª Esperanza SAIZ CARRAS- Actas del XXVII Congreso Nacional de Arqueología, CO, «La cerámica celtibérica», en Darío Bernal en Bolskan, 19, (Huesca, 2002), pp. 211-220; Mª Casasola y Albert Ribera i Lacomba (coord.), Ce- Ascensión CANO DÍAZ-TENDERO, Estudio de la cerá- rámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, mica aparecida en el Área 3 de Segeda, Trabajo de Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universi- doctorado, Teruel, inédito. dad de Cádiz, 2008, pp. 171-187. 52 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 53

estas piezas nos permiten adscribirlos, agruparlos junto con la vajilla de coci- sin duda alguna, a la producción local, na, ya que su peculiaridad radica en la también es cierto que la gran fragmen- presencia en su interior de grupos de tación de estas muestras no nos permi- líneas impresas formando rectángulos, te ofrecer más datos sobre tipología.27 tres o cuatro por vaso,28 que alternan con espacios lisos. Estas líneas parecen Vajilla de servicio. Este grupo está re- estar realizadas con algún tipo de rue- presentado por vasijas de tamaño me- decilla o peine y se interpreta que estos dio, dedicadas al servicio de alimentos grupos de impresiones crean una su- y líquidos, y su transporte a la mesa. Des- perficie apropiada para rallar. tacan, por su abundancia los vasos tronco- cónicos, que son unas piezas similares a Además de la vajilla cotidiana en el los kalathos pero de menor tamaño y alfar del Sector 1 también se fabricaban con el borde ligeramente saliente y re- otros elementos, principalmente las bo- dondeado. las de cerámica, tanto lisas como decora- das y los pondus. En ambos casos se han Las vasijas globulares destacan por su documentado fragmentos de estos ele- variedad morfológica, dependiendo de mentos calcinados, por lo que no hay su tamaño y de pequeñas variaciones duda de su fabricación en el alfar. en la forma del borde e inclinación del cuello. También se documentan sítulas, Respecto a los pondus lo único signi- enócoes y botellas, aunque representan un ficativo es el hecho de que no hemos porcentaje mínimo dentro del total. documentado inscripciones ni grafitos en ninguno de éstos, mientras que sa- Vajilla de mesa. Los cuencos son los bemos que en el poblado aparecen con más numerosos tras el grupo de las ti- dichos elementos.29 najas. Presentan una tipología variada –borde redondeado, plano, biselado, 2. Pastas etc.– y, en general, son de gran tama- ño. Si bien no se documentan platos, sí Se han diferenciado tres grandes gru- que se fabricaban fuentes. pos de pastas, cuyas características son

Cocina. Este grupo está representa- do por los cuencos ralladores. Estas vasi- 28. Mª del Carmen AGUAROD OTAL, «La cerá- jas por su morfología y denominación mica de cocina», en Mª Pilar Galve Izquierdo como «cuencos-ralladores» se incluyen (coord.), Los antecedentes de Caesaraugusta. Estruc- generalmente en el grupo de los cuen- turas domésticas de Salduie (C/ D. Juan de Aragón, 9. Zaragoza), Zaragoza, Institución «Fernando el Ca- cos, pero funcionalmente habría que tólico», 1996, p. 109 y Amparo CASTIELLA RODRÍ- GUEZ, La Edad del Hierro en Navarra y Rioja, Pam- plona, Diputación Foral de Navarra, Institución «Príncipe de Viana» y CSIC, 1977, p. 310. 27. Entre los materiales del Monasterio de Ve- ruela también se distinguen varios bordes de 29. Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, «Catálo- Kalathos (Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, «Ca- go…», ob. cit., pp. 26-30, lam. I, II, III y IV. Al- tálogo…», ob. cit., pp. 56, lám. XXI, nº 258). gunos de estos pondus están calcinados, por lo Esto nos indica que era una pieza conocida y que tampoco podemos descartar que se hayan utilizada en La Oruña. fabricado en el alfar. 53 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 54

muy similares: cocción oxidante, gran La técnica empleada es la de la pin- dureza y tacto y textura suave. Los des- tura aplicada sobre el engobe o direc- grasantes casi no se aprecian a simple tamente sobre la superficie de la cerá- vista y las cerámicas presentan un aca- mica y los colores utilizados son el rojo bado alisado o espatulado. Pese a las vinoso y el negro. Los motivos decorati- grandes dimensiones de algunas vasijas, vos aplicados en las vasijas fabricadas estamos ante una producción cuidadísi- en el Sector 1 de La Oruña son de tipo ma, con paredes de un grosor fino. geométrico –líneas y bandas paralelas horizontales, semicírculos concéntricos La distinción principal entre estos y líneas en zig-zag– [lámina nº 3]. grupos es su coloración –anaranjada, blanquecina y ocre– que muy proba- Debido a la variedad tipológica docu- blemente responde a la propia cocción mentada en este sector, se puede afir- dentro del horno y los cambios de tem- mar que al menos en este alfar no exis- peratura durante ese proceso. Esta pre- tía una especialización centrada en la misa será refrendada o refutada con fabricación de una forma cerámica con- los resultados de los análisis arqueomé- creta. Más bien, al contrario, se trata tricos que se están llevando a cabo. En de una producción diversificada, aun- concreto, se han analizado30 tres frag- que no podremos saber hasta su exca- mentos cerámicos y una muestra de ar- vación si la cocción de las distintas vasi- cilla. Los métodos empleados han sido jas se realiza en el mismo horno o en difracción de rayos X, estudio petrográ- distintas estructuras adaptadas a las ca- fico mediante lámina delgada y análisis racterísticas y tamaño de cada forma. digital de imagen y análisis químicos de espectrometría de emisión atómica Entre los materiales del monasterio de con plasma. Ver uela31 hay representación de buena parte de las formas cerámicas aquí re- 3. Decoración cogidas. De hecho, es muy probable que algunos de los fragmentos incluso Las vasijas que presentan decoración procedan de este sector.32 son escasas; en concreto, sólo hemos en- contrado seis fragmentos que la tuvie- Resulta llamativa la circunstancia de ran. A excepción de una pequeña vasija que proporcionalmente el número de globular, todos los fragmentos docu- materiales con decoración sea mucho mentados con decoración son paredes más alto entre los materiales del mo- por lo que es difícil intentar adscribirlos nasterio, pero seguramente esto se a unas formas determinadas. Aún así, deba a una selección previa por parte parecen pertenecer a piezas de peque- de los jesuitas en el proceso de recogi- ño tamaño, en ningún caso tinajas. da de la cerámica más significativa, ya

30. Los resultados están siendo estudiados por 31. Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, «Catálo- los especialistas P. Lapuente, Josefina Pérez y go…», ob. cit., pp. 9-92. Jesús Igea, de la Universidad de Zaragoza, miem- bros del Proyecto I+D HAR2008-04118 que diri- 32. Ignacio Javier BONA LÓPEZ et alii, El Monca- ge Francisco Burillo. yo…, ob. cit., pp. 54-55. 54 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 55

Lámina 2. Síntesis de la tabla de formas del alfar del Sector 1.

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que en las consecutivas campañas de que estos materiales se cociesen.33 Espe- los años noventa y del 2005 el porcen- cialmente, hay que destacar la gran acu- taje de cerámica decorada era también mulación de fragmentos documentados realmente escaso. en el suelo de la subcámara 2, ya que aunque estaban fragmentados, eran de Producción del Sector 2 gran tamaño, y se observaba que perte- necían a distintas tinajas de borde reen- Si bien los materiales cerámicos se trante cuyo perfil se podrá reconstruir hallan en fase de estudio, podemos ade- completo. lantar, a grandes rasgos, cuál es la pro- ducción del horno del Sector 2 de La 1. Formas Oruña. Estos datos son todavía provi- sionales, pues la excavación no se ha En cuanto a la tipología de formas podido completar y hay que continuar cerámicas documentadas, principalmen- con la exhumación del horno en pró- te podemos afirmar, con los datos dispo- ximas campañas. nibles hasta el momento, que la produc- ción de este horno se centraba en la Además, conviene tener en cuenta fabricación de tinajas de borde reentrante y que, concretamente y si somos exactos cuencos. Dentro de estas dos formas cerá- hemos de decir que las cerámicas do- micas la variedad tipológica se observa cumentadas durante esta campaña nos en la distinta morfología de los bordes. indican únicamente qué tipo de cerá- micas se cocían en el horno excavado. 2. Pastas Es decir, debemos considerar que con probabilidad haya más hornos en este Hasta que se analicen con más deteni- alfar en los que se cocieran otro tipo miento, a priori parece existir una única de vasijas. Estas hipótesis se verán con- producción uniforme, con pastas ana- firmadas o refutadas con el hallazgo y ranjadas y con un acabado muy cuida- posterior estudio del testar. do, sin presencia de desgrasantes. El estudio arqueométrico de las pas- El material cerámico a torno docu- tas del horno del Sector 2 de La Oruña mentado en la excavación, en los nive- aportará datos de gran interés para con- les de derrumbe de la parrilla y en la tinuar profundizando en el conocimien- parte exterior del muro, entre los de- to de la tecnología cerámica celtibérica, rrumbes de piedras de éste presentaba ya que al tratarse de materiales que no una peculiaridad. La conservación, de han alcanzado el punto óptimo de coc- forma general, de estos materiales ce- ción, los componentes minerales carac- rámicos era muy deficiente, hallándose fragmentos que se desprendían y se la- minaban al sacarlos. Además tenían un tacto muy suave y presentaban hume- 33. Tras una visita del alfarero Javier Fanlo, éste dad. Nuestra hipótesis es que el horno nos indicó que estas cerámicas parecían haber al- canzado, al menos, unos 4000 C. Este hecho, que se hundió en mitad del proceso de coc- se comprobará con los análisis arqueométricos, es ción, antes de que éste alcanzase la tem- el que ha permitido que estos materiales no se peratura suficiente (8000-9000 C) para destruyesen al extraerlos. 56 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 57

Lámina 3. Dibujo de los fragmentos con decoración documentados en la prospección del Sector 1.

terísticos de las arcillas empleadas en su 3. Decoración fabricación no han sufrido un proceso de cambio. Este hecho nos permitirá te- La producción cerámica del horno ner datos más fiables sobre las caracte- del Sector 2 de La Oruña no emplea la rísticas de la materia prima original em- decoración. Únicamente se documen- pleada en su fabricación, lo que a su vez tan algunos baquetones en la parte su- nos podrá aportar indicios más fidedig- perior del cuerpo de las tinajas. Del nos para la localización en el entorno mismo modo, los cuencos tampoco pre- de las fuentes de arcilla empleadas. sentan ningún tipo de decoración.

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CRONOLOGÍA DE LOS ALFARES ción, Miguel Beltrán expresa que son DE LA ORUÑA escasos los dolia itálicos en Celsa y, según este autor, la explicación radica Respecto a la época o período de en que estos dolia se realizan con pastas funcionamiento de los alfares de La locales y, por este motivo, cree que la Oruña, es muy complicado establecer- tradición alfarera indígena se prolon- la con seguridad y hay que plantear un gó, manteniendo las tipologías ibéricas abanico amplio que no se podrá con- hasta la época romana.35 cretar hasta no contar con estratigrafí- as y más datos procedentes de una ex- Por otro lado, los cuencos rallado- cavación sistemática, sobre todo para el res son una pieza excepcional que solo Sector 1, tal y como veremos a conti- se fabrica en este alfar de entre todos nuación. A este problema se une el he- los conocidos en el Sistema Ibérico. Su cho de que en los alfares no se hallan difusión se circunscribe, principalmen- materiales de importación que puedan te, al ámbito del Alto Duero, y Alto ayudar a fechar, sobre todo, para el pe- Ebro, en yacimientos con contextos ríodo de conquista romana. tardíos de la segunda mitad del siglo II a.C. y siglo I a.C., por lo que se puede Las formas cerámicas del Sector 1, considerar como una vasija típica de en general, tienen una larga perdura- época tardía.36 Su origen es, en todo ca- ción y casi no sufren modificaciones a lo largo del tiempo. Este mismo problema es el que llevó a plantear a partir de los 35. Miguel BELTRÁN LLORIS et alii, Colonia Vic- materiales del monasterio de Veruela, trix Iulia Lepida-Celsa (, Zaragoza). El una cronología amplia para el asenta- Instrumentum domesticum de la «Casa de los Delfi- miento de La Oruña entre los siglos IV-I nes», Zaragoza, Institución «Fernando el Católi- co», 1998, p. 43. a.C. Sin embargo, hay determinadas va- sijas que nos pueden ofrecer datos para 36. Algunos ejemplos: en Numancia Federico fijar más concretamente la época de Watemberg los data con posterioridad al 133 funcionamiento de nuestros alfares. a.C. y los pone en relación con los mismos cuencos sin incisiones y con las formas de la Campaniense A 32 y 33 (Federico WATTENBERG En primer lugar, las tinajas de borde SAMPERE, Las cerámicas indígenas de Numancia, Bi- reentrante, si bien están presentes en bliotheca Praehistórica Hispana, vol. IV, Ma- todos los yacimientos del ámbito celti- drid, Instituto Español de Prehistoria, 1963, pp. bérico ya desde los primeros momen- 171); en Inestrillas se documentan en la fase celtíbero-romana entre mediados del IV a.C.- tos de empleo del torno, perdurarán primera mitad del III a.C. y mediados siglo I a. hasta época tardía. Así lo demuestran C. (José Antonio HERNÁNDEZ VERA, Las ruinas de los ejemplares documentados con ins- Inestrillas. Estudio Arqueológico, Aguilar del Río Al- cripciones ya en la primera mitad del hama, La Rioja, Logroño, Servicio de Cultura de siglo I a.C.34 Respecto a esta perdura- Diputación Provincial de La Rioja, 1982, pp. 213 y ss.); en Calahorra (Mª Asunción ANTOÑAN- ZAS y Pilar IGUÁCEL DE LA CRUZ, «Apuntes de cronología celtibérica para Calahorra», Kalako- 34. De hecho, en la excavación del horno del rikos, 12, (Calahorra, 2007), pp. 97-114) apare- Sector 2 ha aparecido un sello celtibérico sobre cen varios fragmentos en las excavaciones de la una vasija de este tipo y que se encuentra en es- calle Mayor y calle Mártires, en niveles prerro- tudio actualmente. manos con materiales indígenas que según los 58 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 59

so, anterior pues también se documen- Por tanto, podemos concluir tras el ta en yacimientos como La Hoya de análisis del material cerámico que el Álava o Monte Cantabria (Logroño), funcionamiento de los alfares de La poblados cuyo final se fecha a princi- Oruña se concentraría entre el siglo III pios del siglo II a.C., antes de la funda- a.C. –posiblemente la segunda mitad– ción de Gracurris en el 179 a.C.37 y la primera mitad del siglo I. a.C., coincidiendo con su final.40 Más con- Los vasos troncocónicos están pre- cretamente, y de forma provisional, se sentes ya en los contextos del siglo III puede especificar que el alfar del Sec- a.C., si bien su representación aumenta tor 1 podría ser el primero en comen- durante el siglo II a.C. y perduran hasta zar a fabricar cerámicas en La Oruña, el siglo I a.C. Según Miguel Beltrán,38 entre los siglos III-I a. C. Por motivos, son vasos representativos del celtibérico que actualmente se desconocen, en al- tardío, al menos en el valle del Ebro. gún momento del siglo II a.C. se pone en funcionamiento el alfar del Sector Por último, respecto a la presencia 2, muy probablemente en activo de ma- de kalathos –del tipo denominado «som- nera simultánea al alfar del Sector 1, brero de copa»– hay que comentar que coincidiendo el final de la fabricación es una forma característica del periodo con el abandono del asentamiento de tardío que surge a partir del siglo III La Oruña. a.C. y su mayor difusión se produce du- rante el siglo II a.C., aunque perdurará en época romana.39

autores en Calahorra nunca van más allá de fi- nales del siglo II a. C. Un ejemplar de Salduie apareció en el nivel C 2 de las excavaciones en la calle D. Juan de Aragón, 9, datado entre el primer decenio del siglo I y el 60/50 a.C. (Mª 40. Tras las excavaciones realizadas en el cerro Pilar GALVE IZQUIERDO, Los antecedentes de Caesa- (ver Juan José BIENES CALVO y José Ángel GARCÍA raugusta. Estructuras domésticas de Salduie (C/ D. SERRANO,«Avance a las primeras…», ob. cit., p. Juan de Aragón, 9. Zaragoza), Zaragoza, Institu- 244) parece que el abandono y decadencia del ción «Fernando el Católico», 1996, p. 109). poblado es lenta, ya que a partir de los materia- les cerámicos recuperados, se aprecia que la 37. Javier ARMENDÁRIZ MARTIJA, De aldeas a ciu- parte alta del poblado es habitada hasta el últi- dades. El poblamiento durante el primer milenio a. C. mo cuarto del siglo I a.C. Si bien el momento en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2008, de mayor apogeo del poblado se corresponde p. 266. con el siglo II a.C. También incide en esta época de mayor desarrollo (finales del siglo III 38. Miguel BELTRÁN LLORIS, El poblado ibérico de Castillejo de la Romana (La Puebla de Híjar, Te- y primer tercio del siglo II a.C.) para La Oruña ruel), Madrid, Ministerio de Cultura, Subdirec- Isidro AGUILERA, «El poblamiento celtibérico en ción General de Arqueología, 1979, p. 59. el área del Moncayo», en Francisco Burillo Mo- zota (coord.), Poblamiento celtibérico. III Simposio 39. Ver Mª Ascensión CANO DÍAZ-TENDERO, Raúl sobre los celtíberos, Zaragoza, Institución «Fernan- LÓPEZ ROMERO y Mª Esperanza SAIZ CARRASCO, do el Católico», 1995, p. 228, quien destaca la «Kalathos aparecidos en las excavaciones arqueo- escasez de campaniense A, mientras que a ciu- lógicas de Segeda I, Área 3», Kalathos, 20-21, (Te- dades como Bursao y a otros pequeños asenta- ruel, 2001-2002), pp. 189-214. mientos llegan con facilidad. 59 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 60

CONCLUSIONES El estudio de las vasijas que se pro- ducían en La Oruña nos permitirá te- Tras la exposición de los aspectos más ner un mejor conocimiento del ajuar significativos de la alfarería en La Oruña, celtibérico y las características técnicas hay que insistir en que los datos presen- de su fabricación. De hecho, llama la tados son preliminares y no definitivos, atención la gran variedad de formas ya que la investigación todavía se halla en documentadas, estando presentes la curso. Sin embargo, se incidirá en deter- mayoría de piezas que forman la vajilla minados puntos que destacan la impor- de cerámica fina típica con algunas ex- tancia de esta alfarería en La Oruña y cepciones; si bien, en este último caso, que hasta ahora había permanecido en hay que remarcar que muy probable- un segundo plano a pesar de las noticias mente debido a la gran fragmentación sobre esta actividad desde antiguo, eclip- de las cerámicas estudiadas no haya- sada por la relación de este yacimiento mos sido capaces de identificarlos. con la metalurgia del Moncayo. La amplitud del testar del Sector 1 y El hecho excepcional de que este ya- las dimensiones del horno del Sector 2, cimiento cuente con dos zonas alfareras así como la posibilidad de la existencia es de gran relevancia, lo que reafirma la de más hornos, evidencian el carácter importancia de los hallazgos y los traba- de un gran centro alfarero. El volumen jos realizados en ambas áreas. En el res- de vasijas fabricadas en este alfar parece to de alfares celtibéricos conocidos en el responder no sólo a la demanda de los Sistema Ibérico Central su dispersión en habitantes de La Oruña, sino de la po- el territorio nos muestra que se trata de blación asentada en el entorno depen- una serie de alfares aislados, «rurales», y diente de ésta. Precisamente un objetivo que están funcionando de forma inde- futuro es analizar y establecer las distin- pendiente a un asentamiento cercano. tas redes comerciales existentes en la Sin embargo, La Oruña es una de las ex- etapa celtibérica en el entorno del Mon- cepciones dentro de este modelo y ejem- cayo, siguiendo el rastro de la dispersión plo de los alfares prerromanos que se de las producciones de La Oruña e in- ubican en relación con un asentamiento tentar valorar en qué medida estas activi- 41 de grandes dimensiones. dades económicas estaban controladas o no por este centro poblacional.

41. Carlos SANZ MÍNGUEZ y Zoa ESCUDERO NA- Por lo que se refiere a la propia es- VARRO, «Un centro alfarero de época vaccea: el tructura del horno del Sector 2 la exca- Horno 2 de Carralaceña (Padilla/Pesquera de vación ha dejado al descubierto la Duero, Valladolid)», en Fernando Romero Car- mayor estructura de este tipo excavada nicero et alii (eds.), Arqueología Vaccea. Estudios so- bre el mundo prerromano en la Cuenca Media del hasta el momento en Aragón, y en el Duero, Valladolid, Junta de Castilla y León, Con- resto de la Celtiberia. sejería de Cultura y Turismo, 1993, pp. 471-492; José David SACRISTÁN DE LAMA, La Edad del Hierro Recordemos que el horno tiene unas en el Valle Medio del Duero, Rauda (Roa, Burgos), Va- lladolid, Junta de Castilla y León, Consejería de dimensiones conservadas de 5,90 m de Educación y Cultura, y Secretariado de Publica- longitud y 5,75 m de anchura. La parri- ciones de la Universidad de Valladolid, 1986. lla tiene un diámetro de 4,30 m por lo 60 (035-62) 03-Tvriaso 19 13/9/10 20:18 Página 61

que la superficie útil de la cámara de la cocción es una tarea difícil y para la cocción tendría una capacidad de 14,5 que se requiere de una gran experien- m2. Este hecho lo convierte en el segun- cia, todavía resulta mucho más compli- do horno de mayor tamaño conservado cado el control de la temperatura en hasta el momento en la península Ibé- un horno de tan grandes dimensiones. rica en la etapa prerromana, detrás del excavado en la zona vaccea de Carrala- Finalmente, gracias al buen estado de ceña –Padilla/Pesquera de Duero, Va- conservación de la estructura del horno, lladolid–.42 no sólo nos va a aportar datos relevan- tes sobre la tecnología de cocción de El propio tamaño de esta estructura las vasijas celtibéricas, sino también nos está mostrando el gran avance tec- sobre el grado de conocimiento de las nológico alcanzado por los celtíberos técnicas desarrolladas en la construc- en la fabricación y posterior cocción de ción de la propia estructura, como la las vasijas cerámicas a torno, ya que si realización de falsas bóvedas.

42. Carlos SANZ MÍNGUEZ y Zoa ESCUDERO NA- VARRO, «Un centro…», ob. cit., pp. 484 y ss. 61