ARTRÓPODOS NO INSECTOS DE LA PROVINCIA DE . ESTADO DE LA CUESTIÓN

José A. Barrientos

ARTRÓPODOS NO INSECTOS DE LA PROVINCIA DE TERUEL. ESTADO DE LA CUESTIÓN

José A. Barrientos* ISSN 0210-3524 ■ PP. 253-294 PP. ■ 2003-2005 ■ ] I [ 90 RESUMEN Los Insectos constituyen el “grupo estrella” de los invertebrados terrestres. No obstante, al lado de los Insectos hay otros artrópodos cuya importancia relativa queda eclipsada por los primeros. Por ello, resulta con- veniente contrastar la importancia de Crustáceos, Miriápodos y Quelicerados enfrentándolos al resto de la diversidad animal. Un balance faunístico (que no podemos considerar exhaustivo) arroja un total de 204 especies de artrópodos no insectos citados en el contexto provincial de Teruel (72 especies de crustáceos, 14 de miriápodos y 118 de quelicerados). El resultado de semejante valoración es sencillamente desolador, ya que podemos afirmar con rotundidad que hasta la fecha no hemos sido capaces de mencionar ni siquiera el 20% de las especies presumi- blemente existentes. Apoyados en semejante balance y en función de la situación de nuestro conocimiento sobre los artrópodos no insectos de Teruel, es legítimo plantearse y tratar de responder a una cuestión fundamental: ¿qué podemos hacer? Palabras clave: Crustacea, Myriapoda, Chelicerata, Teruel, balance faunístico, propuestas de estudio.

* Unidad de Zoología, Dpto. de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología. Facultad de Ciencias. Universidad Au- tónoma de Barcelona. 08193 Bellaterra.

255 90 [ I ] 2003-2005 José A. Barrientos

ABSTRACT The arthropods non insects of Teruel Province. State of the question. The most important group of terrestrial invertebrates is the Insects. Nevertheless, beside the Insects there are other arthropods whose relative importance is eclipsed by the first ones. Because of this, it is convenient to con- trast the importance of Crustaceans, Myriapods and Chelicerates facing them to the rest of the animal diversity. A faunistical balance (that cannot consider exhaustive) it throws a total of 204 species of arthropods non insects mentioned in the provincial context of Teruel (72 species of Crustacea, 14 of Myriapoda and 118 of Chelicerata). The result of similar valuation is simply devastating, since we can rotundity affirm that so far have not been able to not even mention approximately 20% of the existent species. Supported in fellow balance and in function of the situation of our knowledge on the arthropods non insects of Teruel, it is legitimate to think about and to try to respond to a fundamental question: What can we make? Key words: Crustacea, Myriapoda, Chelicerata, Teruel, faunistical balance, study proposals.

INTRODUCCIÓN La organización de unas Jornadas destinadas al estudio del patrimonio biológico del territorio turolense (por iniciativa del Instituto de Estudios Turolenses) nos exige, como primera medida, hacer un repaso de los conocimientos que se poseen sobre las distintas parcelas de diversidad. Un repaso que deseamos exhaustivo y que, en nuestro caso, se centra en un sector de la diversidad entomológica (sensu lato), la que resta tras la exclusión de los insectos: Artrópodos no insectos de la provincia de Teruel. Existe, por lo tanto, una necesidad primaria: un balance faunístico de Teruel en relación con estos grupos. Ese es el compromiso. No obstante, parece conveniente no limitar nuestro análisis al balance de unos resultados que se intuyen exiguos, sino aprovechar la coyuntura para lanzar un reto de futuro dibujando una perspectiva posible. La provincia de Teruel, con una superficie de algo menos de 15.000 Km2 (14.797) y un contorno levemente trapezoidal, se extiende entre los 40º y 41º 30´ de latitud norte, quedando inmediata- mente al oeste del meridiano 0. Una situación privilegiada, de no ser por el predominio del paráme- tro altitudinal, que la convierte en una tierra dura y agreste. Su territorio está constituido fundamentalmente por el núcleo montañoso suroriental del Sistema Ibérico (GUTIÉRREZ yPEÑA, 1990). Dicho núcleo queda fragmentado por la prolongación hasta Teruel de la fosa Calatayud-Daroca. El río Jiloca aprovecha esa depresión que deja a los Montes Universales y Sierra de Albarracín a su izquierda, y a la Sierra Palomera a su derecha. Es un páramo agrícola que se abre suavemente hacia la cuenca del Ebro, con el que comunica a través del Jalón. Al norte de la Sierra Palomera, todavía otras formaciones montañosas, las sierras de San Just y Cucalón, marcan un paisaje de colinas suaves y desgastadas, antes de abrirse hacia la Tierra Baja

256 ARTRÓPODOS NO INSECTOS DE LA PROVINCIA DE TERUEL. ESTADO DE LA CUESTIÓN 90 [ I ] 2003-2005 de Alcañiz. Esta planicie, colgada aún en la altura (381 m), pero ya más cerca del Ebro, está surcada por los ríos Martín, Guadalope y Matarraña, que vierten (ahora sí, directamente) al río principal, que comienza a serpentear. Por ello, es obvio que Teruel constituye una parte importante del borde natural de la gran depresión del Ebro. No obstante, una zona montañosa tan compleja como la de Teruel se constituye también en cabecera de la gran meseta sur peninsular dando origen a su río más largo y emblemático, el Tajo, sin perder por ello su condición de borde mediterráneo del que le separan los macizos montañosos de la Sierra de Javalambre, Sierra de Gúdar y los puertos de . Éstos constituyen, a su vez, la cuna de ríos como el Turia-, y Mijares; todos buscando el mar a través de las penillanuras costeras de Valencia y Castellón. Teruel constituye, en suma, un núcleo montañoso intercalado de amplios páramos demasiado apartados de las grandes rutas comerciales y turísticas. A Teruel hay que ir; de modo que son pocos los viajeros que se acercan hasta allí. La capital (Teruel), a 915 m de altitud, que apenas supera los 30.000 habitantes, deja por encima de su cota aproximadamente cuatro quintas partes de la super- ficie provincial (montes, valles, altiplanos). La densidad de población, en la provincia, no supera los 10 habitantes por Km2 (NAVARRO, 1998). Teruel, sin duda por su propia naturaleza, alejada, dura y difícil, es una de las grandes descono- cidas e ignoradas del territorio peninsular, aunque no la única. Pero también, y por las mismas razones, es una provincia rica en espacios naturales. Con un gradiente altitudinal desde los 380 m hasta los 2.020 y un despoblamiento como el que acabamos de indicar, su superficie es muy hete- rogénea desde una perspectiva ecológica y se encuentra poblada de bosques muy diversos. Suelo, clima y vegetación se conjuran para ofrecer un mosaico necesariamente rico desde la perspectiva faunística (PEDROCCHI yLANTERO, 1986). La estirpe o el filo de los Artrópodos agrupa, él solo, al menos las dos terceras partes de las especies animales conocidas. Esta es casi una afirmación trivial, apoyada en datos objetivos (WILSON, 1992). También es cierto que la mayoría de estos artrópodos son insectos (751.000 espe- cies descritas), de modo que el resto de los grupos (artrópodos o no: 281.000 especies) quedan des- dibujados por el aplastante número de hexápodos conocidos y por conocer. Pero si prescindimos de ese número desproporcionado de insectos y nos centramos en los demás, nos encontramos cifras como las señaladas en la tabla 1. Resulta ineludible admitir que los artrópodos no insectos continúan estando a la cabeza, por encima de otros grupos de formas mucho mejor conocidos, a los que se concede más atención: Crustáceos, 40.000 especies, un 14,23%; Miriápodos, 10.000 especies, un 3,55%; Quelicerados, 73.400 especies, un 26,12%. Otra obviedad, que es necesario señalar ahora, es que (con magnitudes inferiores) estas propor- ciones de diversidad se mantienen casi estables al ir reduciendo el marco geográfico; hasta el extre- mo de poder afirmar sin demasiad