EL PASTOR FIDO De BATTISTA GUARINI
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Home: Works of Cervantes http://users.ipfw.edu/jehle/cervante.htm This document: http://users.ipfw.edu/jehle/cervante/othertxts/Suarez_Figaredo_PastorFido_02y09.PDF CRISTÓBAL SUÁREZ DE FIGUEROA EL PASTOR FIDO de BATTISTA GUARINI Ediciones de Nápoles 1602 y Valencia 1609 Textos preparados por ENRIQUE SUÁREZ FIGAREDO 2 C. SUÁREZ DE FIGUEROA - EL PASTOR FIDO C. SUÁREZ DE FIGUEROA - EL PASTOR FIDO 3 A D V E R T E N C I A ON El pastor fido, traducción por Cristóbal Suárez de Figueroa de la exitosa tragicomedia pastoral de Gian Battista Guarini C (1538-1612), completamos la revisión de toda la producción del vallisoletano, con excepción de La constante Amarilis, recientemente editada por Mª Asunción Satorre. De dicha producción se han extraviado nada menos que cinco títulos: Espejo de juventud, L’Aurora, Olvidos de príncipes, Desvaríos de las edades, Residencia de talentos, y en ella se observan varias rarezas, como: • Ejemplares de La constante Amarilis dedicados a distintos personajes. • Id. para el libro Hechos de don García Hurtado de Mendoza. • Una ‘quinta impresión’ de España defendida (Nápoles, 1644) sin que se conozca ejemplar de las ediciones segunda, tercera y cuarta1. A diferencia de los más autores de su tiempo, que cedían sus derechos a un librero que financiaba y gestionaba la impresión y distribución del libro, Cristóbal Suárez de Figueroa fue el editor de los suyos. Su trato con impresores y libreros le facilitaría hacer cosas como las apuntadas arriba, bien para favorecerse en alguna pretensión, bien para volver a poner en circulación, con apariencia de nueva, los restos de serie de ediciones anteriores. Otro misterio de la producción literaria de este inquietante autor es la traducción al castellano de Il pastor fido. Es bien conocido que a principios del s. XVII se publicaron dos traducciones. La primera en Nápoles 16022, por ‘Cristóbal Suárez, Dottor en ambos Derechos’3. La segunda en Valencia 16094 por 1 El año ‘44’ de la portada está estampado sobre el primitivo ‘36’: podría tratarse de una edición póstuma. 2 Reimpresa 20 años después, pero ‘Dirigida al Señor / IUAN BATTISTA VALENZVELA / Velazquez Consejero Collateral de su / M. C. Regente de la Regia Cançella- / ria del Reyno de Napoles. / [escudo] / EN NAPOLES, / Por Domingo d’Ernando Macarano 1622.’; y en el colofón: ‘A costa de Iuan Domingo Boue’. 3 J. P. Wickersham Crawford, primer biógrafo de Figueroa, no le creía autor de esta primera versión, quizá por no percatarse del ‘Dottor en ambos derechos’ en la portada de la edición de Nápoles. 4 C. SUÁREZ DE FIGUEROA - EL PASTOR FIDO ‘Cristóbal Suárez de Figueroa’, quien parece desconocer la anterior, todo y que la similitud de nombres permite suponer que se tratase de una misma persona; todo y que Suárez de Figueroa era Doctor en Derecho Civil y Canónico, todo y que en 1602 se encontraba, precisamente, en Nápoles. En el Al lector de los Hechos de don García Hurtado de Mendoza (Madrid, 1613), el capitán don Gabriel Caravajal de Ulloa (cuyo léxico y sintaxis nos parecen del propio Figueroa) confirma que la producción del autor se inició en Italia hacia 1602, pero no precisa dónde compuso su Pastor fido: ‘El Doctor Cristóbal Suárez de Figueroa, natural de Valladolid, cuya velocidad y apresuramiento en escribir pudieran hacer sospechosas sus obras, cuando no estuvieran ya conocidos sus quilates y no se hallaran ya recebidas con tanta aceptación, en diez años ha compuesto ocho tomos. Al primero…, que escribió en Nápoles, intituló Espejo de juventud… A éste sucedió la Tradución del Pastor de Fido [sic], tan ingeniosa, como se sabe. Publicó luego la Constante Amarilis… Realzó… la adquirida opinión con la España defendida, que imprimió ha poco’. Y para reforzar los méritos del autor, se transcribe una carta del Rey al Archiduque Carlos, con fecha de abril de 1606, en que se precisa: ‘El Doctor Cristóbal Suárez de Figueroa … ha diez y seis años5 que me sirve en cargos de administración de justicia y gobierno, particularmente en el oficio de Auditor de la Infantería Española … en Piemonte y Saboya, y en el de Abogado Fiscal de la Provincia de Martesana, y Contrascritor de Blados: que asimesmo fue Juez de la Ciudad de Téramo en el Reino de Nápoles, y Comisario del Colateral, donde hizo muy particulares servicios contra delincuentes y forajidos’. 4 Se imprimió en los talleres de los Mey, en Valencia, mientras en otra imprenta de la ciudad (la de Juan Crisóstomo Garriz, ‘junto al Molino de Rovella’) se estampaba La constante Amarilis, que celebraba los difíciles amores de su protector don Juan Andrés Hurtado de Mendoza, quinto Marqués de Cañete, con su prima doña María de Cárdenas (Menandro y Amarilis), felizmente acabados en boda (29 de marzo de 1609) cuyo padrino fue el Conde de Lemos. Figueroa aprovecharía la oportunidad para ofrecer sus servicios al ya designado Virrey de Nápoles. Un rarísimo ejemplar de La constante Amarilis a él dedicado se conserva en la Biblioteca del Palacio Real. Léase El pasajero (Alivio VIII), y la Advertencia a ntra. ed. de la España defendida. 5 Estas exageraciones eran habituales. Aquí se recurre a sumar los 6 años transcurridos hasta el momento de incluir la carta en el libro, cuyas Aprobaciones y Privilegio son de finales de 1612. El libro salió de la imprenta en el primer trimestre de 1613, según la Fe de erratas. C. SUÁREZ DE FIGUEROA - EL PASTOR FIDO 5 Así que cierto Fiscal de Martesana en 1597 que firmaba ‘Cristóbal Suárez’ es quien, vuelto a España, se hizo llamar ‘Cristóbal Suárez de Figueroa’ y publicó varios libros, entre ellos la traducción del Pastor fido de 1609; y quizá aquel Fiscal fuese el ‘doctoratus in utroque … Chistofori Suarez hispani’ en Pavía en 1594, y el ‘Cristóbal Suárez Dottor en ambos derechos’ primer traductor del Pastor fido. No pocos autores de aquella época se aplicaron, sustituyendo a otro de no tan buen sonido (Ruiz, Martínez, o sospechoso de ascendencia morisca o judía) un apellido que no les correspondía estrictamente, quizá tomado de ‘segundas partes de un mi agüelo’. Quizá también ocurriese así con el flamante ‘Suárez de Figueroa’, pero la combinación resultaba de tronío, por ser los apellidos de los Duques de Feria, nada menos. Eso, unido a un carácter antipático y conflictivo y una producción literaria de escasa originalidad, le puso en el ojo del huracán. Bien es verdad que Figueroa daba a sus colegas tanto como recibía.6 No ha podido determinarse con certeza el apellido del padre de Suárez de Figueroa. Según él nos dice, fue un abogado que, procedente de la Coruña, se estableció en Valladolid. Pero en los registros aparecen letrados con uno y otro apellido; un ‘Alonso Suárez’ está registrado como natural de Viana ‘de Navarra’. De la madre nada se sabe.7 En fin, todo sugiere que al regresar a España Cristóbal Suárez, que había salido mozo de Valladolid, ahora doctorado en Pavia, habiendo servido al Rey en diversos puestos de responsabilidad, iniciada carrera literaria con el Espejo de juventud y una traducción de Il pastor fido, con poco más de 30 años y pretendiente de empleo acorde a sus estudios y hoja de servicios, fallecidos todos los miembros de su familia, decide suplirse el ‘Figueroa’8, quizá por favorecerse en sus pretensiones. 6 ‘Hay algunos que con la hiel de sus entrañas procuran avenenar, deshacer y deslucir cuanto digno de alabanza con virtuoso sudor fabrica el más estudioso. Éstos por disimular su apasionada intención dan título de ajenos a los que son propios trabajos, aplicándoles nombre de mendigados fragmentos. De semejante idiota impugnación y pretendido menoscabo […] no me descuido ni descuidaré jamás en la puntual merecida correspondencia, por ser defetos con tales la modestia y tolerancia’ (Varias noticias importantes a la humana comunicación: Madrid, 1621). 7 Se ha pretendido identificar al padre de Figueroa directamente del examen de los registros de Abogados en Valladolid. Habida cuenta de que padre, madre y hermano de Figueroa fallecieron en un periodo de escasos años, quizá sea lo más práctico intentar localizar y casar sus partidas de defunción. 8 Quizá con la misma legitimidad con que otros se aplicaron ‘Carpio’, ‘Espinel’, ‘Guevara’, ‘Saavedra’. 6 C. SUÁREZ DE FIGUEROA - EL PASTOR FIDO Nuestra idea inicial respecto al Pastor fido era reproducir, en páginas alternas, ambas versiones, evidenciando que el traductor de 1609 tuvo siempre a la vista la versión de 1602. Presuponíamos hallar muchos pasajes de 1609 iguales o muy similares a 1602, y ambos separados de la recta traducción del original de Guarini, del cual colocaríamos copia en un anexo para apoyar nuestras conclusiones. Pero en seguida comprobamos que para esa jornada no hacía falta tanto equipaje: aparte de observar las similitudes en los Argumentos, de algo había de servirnos la experiencia previa con el autor. Ya en el prólogo de 1602 ‘vimos’ a Figueroa, y hacia la página 30 ya no teniamos duda alguna: también aquella versión del Pastor fido salió de su mano. Así las cosas, nos hemos decidido a editar, una a continuación de la otra, ambas versiones de El pastor fido, sin el aparato previsto inicialmente.9 Buen ejemplo de las habilidades de Figueroa en lo que podríamos llamar ingeniería textual es el pasaje de la abeja que se lee en el Aminta de Jáuregui10 y (prosificado) en la Amarilis de Figueroa: JÁUREGUI: ‘Pues yo, que hasta entonces / otra ninguna cosa deseaba / que la agradable lumbre de sus ojos / y sus palabras dulces / entonces me encendió nuevo deseo / de arrimar a los suyos estos labios; / y con mayor astucia y más aviso / que nunca había tenido (¡mira cuánto / el amor sutiliza nuestro ingenio!) / se me ofreció un engaño con que en breve / llegar pudiese a conseguir mi intento; / y fue desta manera: que fingiendo / me había picado una furiosa abeja / el labio bajo, comencé a dolerme / de suerte que el remedio que la lengua / no demandaba, el rostro le pedía.