LA VIDA NO TIENE NOMBRE

LOS ÁNGELES DE HUESO

Archivo General de la Nación Volumen CCCXLV

Marcio Veloz Maggiolo

LA VIDA NO TIENE NOMBRE

LOS ÁNGELES DE HUESO

Santo Domingo 2018 Cuidado de la edición y corrección: Orlando Cordero Diagramación: Rafael R. Delmonte Soriano, Harold Frías Maggiolo Diseño de cubierta: Orlando Cordero Motivo de cubierta: Muelle de San Pedro de Macorís a principio del s. XX.

La vida no tiene nombre Primera edición, Impresora Arte y Cine, 1965 Segunda edición, Ediciones Ferilibro, 2006

Los ángeles de hueso Primera edición, Impresora Arte y Cine, 1967 Segunda edición, Editora Taller, 1985

© Marcio Veloz Maggiolo, 2018

De esta edición © Archivo General de la Nación (vol. CCCXLV) Departamento de Investigación y Divulgación Área de Publicaciones Calle Modesto Díaz, núm. 2, Zona Universitaria, Santo Domingo, República Dominicana Tel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110 www.agn.gov.do

ISBN: 978-99-45-6130-7-0

Impresión: Editora Búho, S.R.L.

Impreso en República Dominicana • Printed in the Dominican Republic Índice

Presentación Orlando Cordero...... 9

La vida no tiene nombre ...... 15

Los ángeles de hueso ...... 59 Capítulo I ...... 61 Capítulo II ...... 75 Capítulo III ...... 79 Capítulo IV ...... 87 Capítulo V ...... 95 Capítulo VI ...... 105 Capítulo VII ...... 113 Capítulo VIII ...... 117 Capítulo IX ...... 121 Capítulo X ...... 127 Capítulo XI ...... 133 Capítulo XII ...... 141 Capítulo XIII ...... 147 Capítulo XIV ...... 153 Capítulo XV ...... 161

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Presentación

Historicidad y ficción en Marcio Veloz Maggiolo

En Los límites de la objetividad y el desafío posmodernista, Julián Casanova afirma que “un hecho histórico era algo que había sucedido en el pasado y que había dejado huella en documentos para que pudieran ser reconstruidos por el historiador”. La historicidad, en síntesis, es pragmatismo y certeza basados en la objetividad de los acontecimien- tos. Puntualizamos que con la ficcionalización de los da- tos expuestos en la novela, sin duda la historia como tal adquiere un giro democrático; en la novela histórica, los testimonios narrados afrontan una vivacidad ceremonial mediante el empleo de los recursos estilísticos literarios; en cuanto a lo que se ha dicho, hay que destacar que, en lo que se refiere a la novela histórica, aunque los hechos na- rrados sean fidedignos, con la carga de experimentación lingüística y otros recursos, el texto siempre será ficción. Pero debemos celebrar la novela histórica, que a través de

– 9 – 10 Marcio Veloz Maggiolo la democratización de los hechos históricos es, en esencia, el gran triunfo de ella. La novela histórica dominicana tiene sus antecedentes en la literatura francesa. Una de las primeras obras precur- soras de la literatura dominicana de este género es Enriquillo (1882) de Manuel de Jesús Galván; esta novela presenta una elogiable fidelidad a los hechos históricos, y su primera en- trega se efectuó en 1879, la cual nos muestra la desigual- dad entre los enfrentados, la violencia del conquistador, las intrigas cortesanas, y la emblemática rebeldía del cacique Guarocuya. Las primeras novelas criollas las son en El mon- tero (1856) de Pedro Francisco Bonó y La campana del higo: tradición dominicana (1866) de Francisco Angulo Guridi. Las posteriores novelas Baní o Engracia y Antoñita (1892) de Francisco Gregorio Billini, pasando por la trilogía de Fede- rico García Godoy Rufinito (1908), Alma dominicana (1912) y Guanuma (1914), y La sangre (1914) de Tulio Manuel Ceste- ro representan la madurez de esa época. En la década de los años 30 del siglo XX se producirán obras de un interesante valor estético como lo es La mañosa (1935) de Juan Bosch, Los enemigos de la tierra (1936) de Andrés Requena, Cañas y bueyes (1936) de Francisco Moscoso Puello, Over (1939) de Ramón Marrero Aristy, entre otras. El problema que presen- ta este