UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO- FACULTAD DE CIENCIAS

HUMANAS- SEDE QUEQUÉN

“Las huellas del pasado en el turismo” Necochea 1930-1955

Tesis de Licenciatura en Turismo

Arce Natalia – Heiland Mercedes

2017

T UTORA : D RA. P A L A V E C I N O V ALERIA

RESUMEN

Esta investigación busca comprender la realidad turística actual de la localidad de Necochea analizando los comienzos de la actividad en la ciudad. El foco de atención estuvo en el periodo comprendido entre 1930 y 1955, periodo en el cual se observa la diagramación, formación y consolidación de la ciudad, la Villa balnearia, y por consiguiente su desarrollo como destino turístico.

Este recorte se fundamenta en relación al contexto de transformación a nivel nacional que atravesó nuestro país. Se buscará dar cuenta en la medida de lo posible de manera se plasmó esta realidad en la localidad, buscando poner en evidencia cuáles habían sido (en caso de haberlos) los efectos del modelo peronista vinculados al turismo en Necochea, sin por supuesto descuidar y a apuntar las particularidades del caso de estudio.

i

AGRADECIMIENTOS

La presente investigación no hubiera sido posible sin la colaboración del Museo Histórico Regional, el Archivo Histórico del Museo Regional y la Biblioteca Popular Andrés Ferreyra de nuestra ciudad, quienes nos otorgaron las fuentes disponibles para la concreción de nuestro trabajo.

De igual manera agradecemos el apoyo incondicional de nuestros familiares y amigos, de la coordinadora de la carrera de Licenciatura en Turismo Prof. Valeria Capristo, que estuvo presente no sólo en el desarrollo de este trabajo, sino a lo largo de toda la carrera, y nuestra tutora la Dra. Valeria Palavecino, quien nos guió y aconsejó en el mejoramiento del mismo.

ii

INTRODUCCIÓN 2

Arce Natalia

CAPÍTULO I LINEAMIENTOS TEÓRICOS/METODOLÓGICOS 5

1.1 DESCRIPCIÓN DEL TEMA 6

1.2 LINEAMIENTOS METODOLÓGICOS 7

1.3 MARCO DE REFERENCIA: NECOCHEA 10

1.4 LINEAMIENTOS TEÓRICOS 12

1.4.1 TURISMO: HACIA UNA CONCEPTUALIZACIÓN 12

1.4.2 DIFERENTES ANALOGÍAS EN EL ESTUDIO DEL TURISMO 16 Heiland Mercedes

CAPÍTULO II TURISMO DE SOL Y PLAYA: ANTECEDENTES DE SU INVESTIGACIÓN 21

2.1 ALGUNOS ESTUDIOS SOBRE LA PROBLEMÁTICA TURÍSTICA DESDE UNA PERSPECTIVA GENERAL 22

2.2 ESTUDIOS DE CASO 30

CAPÍTULO III MARCO HISTÓRICO-CONTEXTUAL: POLÍTICA, ECONOMÍA, SOCIEDAD Y TURISMO EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 51

3.1 LA POLÍTICA ENTRE 1916-1955 52

3.2. LA ECONOMÍA ENTRE 1916-1955 63

3.3 SOCIEDAD Y CULTURA ENTRE 1916- 1955 73

3.4 EL TURISMO EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 78

3.4.1 EL TURISMO DE ÉLITE Y LOS PRIMEROS DESTINOS TURÍSTICOS 78

3.4.2 LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL TURISMO DE MASAS 80

3.4.3 EL PERONISMO Y EL TRIUNFO DEL TURISMO DE MASAS 82

iii

CAPÍTULO IV NECOCHEA: SU TRANSFORMACIÓN EN CIUDAD TURÍSTICA 85

Arce Natalia

4.1 EL TRAZADO DE LA CIUDAD DE NECOCHEA 86

4.2 LOS PRIMEROS CAMBIOS HACIA LA “MODERNIZACIÓN” DE LA CIUDAD 87

4.3 CÓMO LLEGAR A NECOCHEA Y A LA PLAYA: DESARROLLO DEL TRANSPORTE HACIA Y EN LA CIUDAD 96 Heiland Mercedes

4.4 SERVICIOS Y OBRAS PÚBLICAS EN LA CUIDAD: BENEFICIOS PARA LOS TURISTAS Y LOS RESIDENTES 103

4.5 DESARROLLO HOTELERO 112

4.6 PLAYAS, BAILES Y TERTULIAS: ESPACIOS DE SOCIABILIDAD PARA TURISTAS Y RESIDENTES 115

4.7 EL TURISMO DE MASAS EN NECOCHEA 122 Arce Natalia - Heiland Mercedes

CONCLUSIONES 130

ANEXO 135

LÍNEA HISTÓRICA DE LAS INTENDENCIAS DEL PERÍODO ESTUDIADO (1930- 1955) 136

FUENTES CONSULTADAS 138

IMÁGENES 140

BIBLIOGRAFÍA 143

iv

INTRODUCCIÓN

Tarjeta postal de 1915 con la inscripción: “Hotel La Perla y Diagonal Atlántica. Necochea”. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

La presente investigación tiene como objetivo principal realizar un aporte al estudio de la ciudad de Necochea entre 1930 y 1955. Ello permitirá ir avanzando en el conocimiento de los diversos factores que permitan entender y dar respuesta a algunos de los interrogantes que surgen en relación a la situación actual que está atravesando el turismo en la ciudad de Necochea. Como se mencionó anteriormente, se analizará un periodo central en la conformación del modelo turístico de la y de la ciudad en particular, en este sentido sostenemos que este se configuró no solo a partir de las políticas sociales-culturales y turísticas que se implementaron durante el gobierno Peronista sino que también responden a un claro esfuerzo por parte de distintos sectores de la ciudad de Necochea que “trabajaron” en pos de desarrollar a la ciudad como destino turístico.

El trabajo se encuentra dividido en 4 capítulos. En el primero “Lineamientos Teóricos/Metodológicos”, se presentará el tema de estudio, los objetivos propuestos a lo largo de la investigación, las herramientas metodológicas utilizadas, como así también una breve descripción del área de estudio elegida.

En el segundo capítulo “Turismo de sol y playa: antecedentes de su investigación” se definen un conjunto de conceptos que resultan fundamentales para el desarrollo de la investigación. Además se presentan una serie de trabajos relacionados con el área temática de investigación que sirvieron de antecedentes para articular la presente investigación.

En el tercer capítulo “Marco Histórico Contextual: política, economía, sociedad y turismo en la primera mitad del siglo XX”, se buscó a partir de una descripción de la política, la económica, la sociedad y de la actividad turística en el periodo a nivel nacional, dar un marco general que posibilite situar a nuestro objeto de estudio en un contexto más amplio. De esa manera se va de lo general a lo particular, en un juego de escalas que hacen posible una mejor comprensión del fenómeno estudiado.

En el cuarto capítulo “Necochea: su transformación en ciudad turística”, se

3 desarrolla una breve historia sobre la fundación de la ciudad de Necochea, su paulatina transformación en ciudad turística haciendo hincapié en los factores que influyeron en la misma y cambiaron la fisonomía de la ciudad. En este sentido apuntamos a delinear cuestiones que a nuestro entender permitirán dicha transformación: transporte, servicios, obras públicas, hotelería, entre otros. También se consideran en el período 1930-1955 las características que tomó el principal atractivo de Necochea, es decir la playa, y qué rol jugó en esa configuración los esfuerzos locales por potenciar el desarrollo turístico en la ciudad.

La tesis finaliza con una serie de reflexiones elaboradas como resultado de la investigación, las cuales retoman los temas considerados de mayor importancia.

4

CAPÍTULO I Lineamientos Teóricos/Metodológicos

Vista aérea Villa Díaz Vélez, 1927. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

1.1 Descripción del tema

Esta investigación busca dar a conocer una parte de lo acontecido en la ciudad de Necochea durante el período 1930-1955, época en la que comenzó a desarrollarse masivamente la actividad turística. El recorte temporal no fue seleccionado de manera aleatoria, sino que la elección del mismo intenta reflejar un período de esplendor, no sólo de la oferta turística local, sino de la costa atlántica en general. En dicho proceso confluyen distintos factores de los cuales pretendemos dar cuenta. Algunos de estos vinieron de la mano del Estado nacional y provincial, aunque partimos de la hipótesis de que muchos de estos cambios fueron posibles en la medida en que distintos sectores de la ciudad impulsaron el desarrollo masivo de la actividad en el país.

De esta manera se ha planteado como objetivo general aportar al esclarecimiento de la situación actual del turismo en la ciudad, a partir de una reconstrucción y análisis histórico del período 1930- 1955, caracterizado por el auge turístico a nivel local y nacional. Esta investigación estará basada en diversas publicaciones y documentos, como los anuarios editados por el diario local “Ecos Diarios”, además de producciones escritas sobre la historia de la ciudad, también se utilizarán diversas imágenes fotográficas, que permitirán no sólo ilustrar la realidad del período seleccionado, sino también evidenciar el crecimiento que presenciaba la ciudad. En palabras de Ivan Gaskell en Peter Burke (1993) sobre la historia de las imágenes “aunque la gama de imágenes que su técnica es capaz de generar no sea, en cierto sentido, muy grande, su ámbito de importancia cultural es considerable, al ser tratada, por un lado, como recursos transparentes para transmitir información y, por otro, como un medio artístico opaco” (Peter Burke, 1993: 212).

Para aproximarnos al objetivo general, nos hemos planteado los siguientes objetivos específicos: ● Explicar el contexto histórico en el cual comienza a desarrollarse masivamente la actividad turística, tanto a nivel nacional como local. ● Describir las principales características del partido de Necochea,

6 identificando los condicionantes políticos, económicos y sociales en el período estudiado, y las transformaciones sufridas en dichas estructuras. ● Definir los actores que intervinieron, y su relación con el desarrollo de la actividad turística. ● Delimitar las cuestiones que tuvieron mayor importancia en el desarrollo de la oferta turística local.

El problema que se intenta ampliar y debatir en este trabajo de investigación, sostiene como hipótesis que el período de auge turístico de la ciudad de Necochea responde a la lógica (y/o políticas si se quiere) de turismo implementado por el gobierno Peronista y por el rol jugado por los distintos sectores de la ciudad que coadyuvaron a delinear la Necochea turística.

Un gran inconveniente que se presentó al momento de realizar la investigación y el análisis bibliográfico, propiamente dicho, fue la imposibilidad de acceder al archivo de Ecos Diarios, diario local y único medio gráfico de la ciudad. A raíz de esta situación, decidimos centrarnos en las ediciones de los anuarios publicados por dicho medio. Fue así que los directivos de la Biblioteca Popular de Necochea Andrés Ferreyra y del Archivo Histórico de la ciudad, entendidos de la finalidad del presente trabajo, nos facilitaron el material. Conjuntamente con el análisis bibliográfico, se utilizarán fotografías (que nos fueron brindadas por el Archivo Histórico), como una estrategia de provocar en el lector, una proyección de la realidad de la época que procuramos dilucidar.

1.2 Lineamientos metodológicos

La elección del lineamiento metodológico a utilizar, estará determinada por los objetivos de la investigación y las circunstancias del contexto a analizar. Por lo tanto, siguiendo a Rosana N. Panero, la metodología seleccionada es de tipo cualitativo, ya que lo que se intenta realizar en este caso es comprender los procesos por los cuáles tienen lugar los acontecimientos y acciones, que

7 cimientan la vida social a través de una explicación interpretativa de la realidad social.

Como señalan Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2006), las investigaciones cualitativas van de lo general a lo particular, es decir, el investigador comienza examinando el mundo social y a través de dicho proceso desarrolla una teoría relacionada a lo que observa qué ocurre. Por lo tanto, podemos decir que son fundamentadas a través de un proceso inductivo, que busca en primer lugar explorar y describir, para luego desarrollar perspectivas teóricas:

“Se fundamenta en una perspectiva interpretativa centrada en el entendimiento del significado de las acciones de seres vivos, principalmente los humanos y sus instituciones (busca interpretar lo que va captando activamente)” (Hernández Sampieri, Fernández Collado, Baptista Lucio: 2006, 9).

Como plantean los autores antes mencionados, este tipo de investigaciones tienen como objetivo reconstruir parte de la realidad como la observan los actores de un contexto social previamente definido. Se denominan holísticas porque consideran el todo, sin reducirlo al estudio de sus partes. También suelen caracterizarse por no probar hipótesis, por el contrario, estas son generadas durante el proceso y van siendo modificadas conforme a la recolección y análisis de los datos o son resultado de la misma investigación.

Esta metodología nos permite, según Maxwell (1996), la comprensión del significado, que para las personas que son objeto de estudio tienen, las situaciones y acciones en las que están involucradas y cómo esta significación influye en su comportamiento; la influencia y entendimiento del contexto dentro del cual actúan los participantes; la identificación de fenómenos e influencias no previstos; la comprensión del proceso por el cual tienen lugar los acontecimientos y acciones; y el desarrollo de explicaciones causales.

El tipo de muestreo seleccionado será según propósitos o selección basada en

8 “una estrategia en la cual escenarios particulares, personas o eventos son seleccionados deliberadamente con el fin de obtener información importante que no puede ser conseguida de otra forma” (Maxwell, 1996: 6). Existen cuatro metas, planteadas por el mismo autor, para este tipo de muestreo, que consideramos relevantes: ● Lograr representatividad de los contextos, individuos o actividades seleccionadas. ● Captar adecuadamente la heterogeneidad de la población. ● La selección de una muestra para examinar deliberadamente casos que son críticos. ● La posibilidad de establecer comparaciones para iluminar las razones de las diferencias entre contextos o individuos.

Las decisiones sobre el muestreo fueron tomadas en base a la relación y a la factibilidad de la recolección de datos, las cuestiones de validez y la ética. Para la concreción de los objetivos planteados se han seleccionado las siguientes herramientas: ● El análisis bibliográfico “es un conjunto de operaciones que consisten en examinar un documento para encontrar sus elementos esenciales y las relaciones entre ellos” (Golpe, 2009: 3). ● El apoyo de medios fotográficos. “La fotografía es el registro visual de un acontecimiento desarrollado en un momento y en un tiempo concreto” (Lara López, 2005: 3). A su vez “juega un importante papel en la transmisión, conservación y visualización de las actividades políticas, sociales, científicas o culturales de la humanidad, de tal manera que se erige en verdadero documento social” (del Valle, 1999: 13).

La importancia de esta investigación radica en el aporte a la comprensión de la oferta turística actual de Necochea a través de una mirada histórica, como así también al turismo como una nueva disciplina en proceso de formación. Es por eso que desde los ámbitos académicos se plantean este tipo de estudios para contribuir al fortalecimiento del turismo. Importancia de este hecho se observa en

9 la relevancia que han tomado la temática en diversos tipos de investigaciones en relación a la actividad turística, en pos de contribuir a la comprensión del fenómeno.

En cuanto al aporte particular esta investigación, está relacionada a la cuestión de que no hemos encontrado estudios sobre esta temática que brinde una información detallada en relación al desarrollo y características del funcionamiento de la actividad en dicha localidad, a través de una reconstrucción y análisis histórico, lo que repercutirá directamente en el conocimiento de cuáles fueron los factores determinantes en la época donde el turismo comenzó a desarrollarse de forma masiva en el destino.

1.3 Marco de referencia: Necochea

Necochea, el área de estudio seleccionada, es una ciudad argentina ubicada en la costa atlántica al sureste de la provincia de . Es cabecera del partido homónimo y posee un importante puerto, de gran porte, al encontrarse en la desembocadura del Río Quequén Grande al océano Atlántico.

Según el Ente Necochea de Turismo los orígenes de su fundación datan del año 1854 cuando un grupo de terratenientes dedicados a la producción de tasajo solicitan respaldo a las autoridades provinciales para construir un pueblo en la desembocadura del Río Quequén. A pesar de la autorización del gobierno para su fundación, los propietarios de las tierras (familia Guerrico) impidieron su concreción, paralizando casi 30 años su creación.1

En 1865, una nueva jurisdiccional de la Provincia conforma 72 partidos, entre los que surge General Necochea, en una región de 7.130 kilómetros. Los progresos económicos y productivos conllevaron nuevamente a dueños de estancias ganaderas a volver a solicitar el apoyo provincial para fundar una ciudad cabecera. Recién en 1881, y después de varios debates acerca de donde debía ubicarse, el

1 Ente Necochea de Turismo (ENTUR). Temporada 2006/2007. Reseña histórica del partido de Necochea.

10 comandante Ángel Ignacio Murga, que había participado de forma activa en la Expedición al Desierto bajo las órdenes de Julio Argentino Roca, contó con el respaldo del diputado José Hernández y el gobernador Dardo Rocha para la fundación del pueblo en las tierras del propietario Eustaquio Díaz Vélez. Así, el 12 de octubre de 1881 en cuatro leguas cuadradas en la ribera derecha del Río Quequén y las costas del Atlántico, se fundó la ciudad de Necochea. Su nombre es en homenaje al General Mariano Necochea, quien integró el regimiento de Granaderos a Caballos en la lucha por la Independencia de Argentina, Chile y Perú al mando del General Don José de San Martín. Su trazado fue realizado en forma de damero, con cuadras bien marcadas y en cuyo centro se destaca la plaza principal.2

Murga desempeñó el primer cargo de Presidente de la Municipalidad, Juez de Paz y presidió la urbana que, según los datos del Censo de 1881, contaba con 139 habitantes, comisión de fomento que manejó el negocio de loteo de quintas y chacras. De esta manera, el pueblo contaba con su primer núcleo de población mientras que 3222 vivían en la zona rural dedicados a la actividad agrícola - ganadera.3

Dos hechos importantes marcaron el crecimiento de la región: la llegada del Ferrocarril del Sud en 1892 que favoreció el progreso agropecuario y consolidó la idea de complementar la economía con la formación de un balneario y la construcción del puerto Quequén en 1911.4

La economía estuvo principalmente relacionada con la producción ganadera y cerealera y años más tarde se incorpora la industria alimenticia y la actividad turística proporcionando una muy buena fuente de ingresos.

Actualmente la ciudad de Necochea, según el Censo Provincial del año 2010, cuenta con aproximadamente 92.933 habitantes. La principal actividad económica

2 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea. 3 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea. 4 Ecos Diarios, 1881-1981, Centenario de la Fundación de Necochea.

11 la brinda el puerto de Necochea - Quequén, al llegar a ser uno de los más importantes del país por su gran envergadura, la siguen las actividades agrícola- ganadera, pesquera y turística.

1.4 Lineamientos Teóricos

1.4.1 Turismo: hacia una conceptualización

Existen diversas definiciones relacionadas al concepto de turismo, esto se debe a su relativa juventud como actividad socioeconómica y a su carácter multidisciplinario (su análisis engloba varias disciplinas). Muchas de las desarrolladas dejan de lado componentes esenciales del mismo como los son los turistas, los atractivos, los servicios, el transporte, la infraestructura, etc. Sin ir más lejos la definición formal del turismo que nos brinda la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 1994 lo define de manera limitada como aquel que “comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros”. En un sentido más amplio economistas suizos Walter Hunziker y Kurt Krapf lo definen como “el conjunto de relaciones y fenómenos que se producen como consecuencia del desplazamiento y estancia temporal de personas fuera de su lugar de residencia, siempre que no esté motivado por razones lucrativas”.5

Siguiendo lo planteado por A. Sancho (1998) nos lleva a considerar al turismo, como la suma de un conjunto de elementos interrelacionados que evolucionan de manera dinámica, entre los que se pueden distinguir: la superestructura (organizaciones tanto públicas como privadas e intergubernamentales), la demanda (consumidores o posibles consumidores de bienes y servicios turísticos), el atractivo (principales motivadores del viaje, sean naturales o culturales), el equipamiento e instalaciones (conjunto de productos, servicios y organizaciones

5 Citados en Castillo Nechar y Lozano Cortés, 2006: 69.

12 involucradas activamente en la actividad), infraestructura (es el sistema de servicios básicos para el desarrollo de la actividad), el espacio geográfico (base física donde tiene lugar el encuentro entre la oferta y la demanda y donde se sitúa la población residente), la comunidad local (conformada por los individuos que residen permanentemente) y los operadores del mercado (empresas y organismos cuya función es facilitar la interrelación entre la oferta y la demanda. Entre ellas podemos mencionar a las agencias de viajes y las compañías de transporte, por ejemplo.6

Siguiendo a Bertoncello podemos afirmar que un destino turístico se caracteriza por contar con cualidades propias que constituyen un atractivo turístico que motive al turista a visitarlo. Los atractivos turísticos no son atributos absolutos de un lugar, sino que serán valorados como tales si logran coincidir con las demandas existentes en la sociedad de origen (lugar de residencia habitual) de los turistas.

Existen diversas clases o tipos de turismo que pueden clasificarse según el origen o procedencia de los turistas (nacional o internacional), según la motivación o intención del viaje (cultural, de sol y playa, ecológico, aventura) según la actitud del turista (activo o pasivo), por el tiempo destinado al desplazamiento o la estancia (turismo de estancias o itinerante), entre otros. Siguiendo a López Brenner (2002), también es posible considerar otra clasificación que nos habla de la manera en que esta actividad se desarrolla, es decir: turismo de masas o tradicional y turismo alternativo.

El turismo de masas o tradicional se caracteriza por una oferta homogeneizada y de bajo precio, una fuerte concentración espacial, desarrollo de grandes instalaciones de alojamiento y esparcimiento, una marcada estacionalidad, el cual es principalmente practicado por turistas generalmente de tipo pasivo, estático y con un bajo nivel de formación. Dentro de esta clasificación podemos incluir al turismo de sol y playa y al turismo de nieve y esquí (Pérez, Rodríguez y Rubio,

6 Véase también: OMT (2001); Revista de FUSDA, México, Turismo Sustentable, octubre- diciembre 2008, entre otros.

13 2003).

Por otro lado, el turismo alternativo se caracteriza por una oferta que pone al turista en contacto directo con la naturaleza, la cultura y la gastronomía local, respeta el patrimonio natural y cultural del lugar. El turista que lo practica es de tipo activo, dinámico, participativo y culto, está orientado a una demanda individual y muy específica, se desarrolla a lo largo de todo el año, el tipo de alojamiento está compuesto por casas rurales y hoteles pequeños y singulares. Dentro de esta clasificación incluimos al ecoturismo, el turismo aventura y el turismo cultural (Martín de la Rosa, 2003).

Entendemos que en nuestra investigación es fundamental también definir el papel que juega el Estado en relación a la actividad turística, ya que es el encargado de asegurar que dicha actividad se desarrolle dentro de un marco administrativo, legal e institucional beneficiando a la población residente, cuyos territorios serán intervenidos, protegiendo el medio ambiente y generando ingresos de divisas que permanezcan en el país. La intervención del mismo consiste en promover y regular el desarrollo adecuado de la actividad a través de promociones a nivel nacional e internacional, atraer inversiones extranjeras, elaborar planes estratégicos, coordinar y financiar la infraestructura, brindar bienes y servicios, resguardar la seguridad, entre otros (López Palomeque, 1999; Monforte Mir, 2000).

La Política Turística es una herramienta que busca a partir de distintos lineamientos un mayor bienestar de los ciudadanos de un país, complementando la actuación de los agentes privados que intervienen en el mercado turístico con la finalidad de evitar comportamientos que alejen su funcionamiento del objetivo principal. Para ello, el sector público regula la actividad turística, utilizando medidas de tipo coactivo o concediendo incentivos con la finalidad de favorecer determinadas iniciativas que no puede afrontar el sector privado por sí solo. Así el objetivo principal del Estado debe ser crear y mantener las condiciones adecuadas para fomentar la competitividad de las empresas y regiones turísticas. De hecho,

14 su trabajo forma parte de los requisitos necesarios para que se pueda ofrecer una experiencia turística integral de calidad, y sin él es imposible lograr la total satisfacción del consumidor, su fidelización y la competitividad de los destinos turísticos (Sancho, 1998).

No debemos dejar de lado el papel que cumple también el sector privado en el impulso de la actividad, ya que para que el turismo se desarrolle de una manera eficiente y adecuada es necesaria una tarea compartida entre ambos sectores. El sector público es el encargado de crear el marco regulador, facilitador, promotor e inversor, para que el sector privado, quien está a cargo de la generación de los productos y la competitividad de la oferta, pueda trabajar en mejores condiciones (Schulte Silke, 2003). En efecto,

“la experiencia turística integral (ETI) se compone de una amplia gama de elementos donde se combinan bienes públicos y privados: cada uno de los bienes y servicios que el consumidor adquiere durante su estancia en el destino, además de los factores de entorno como paisaje urbano y natural, actitudes de acogida por parte de la población residente, seguridad, salubridad, etc. El consumidor tiene expectativas respecto a la calidad de cada uno de esos elementos. Debido a la amplitud del espectro de componentes de la experiencia turística integral y a la inherente complejidad de las relaciones que surgen entre ellos, sólo la acción pública es capaz de asegurar la coordinación entre los distintos agentes implicados, a fin de responder a las necesidades de los consumidores”. (Sancho, 1998: 172)

En este sentido, y siguiendo los planteos de Mantero (2004) en relación al desarrollo local en los destinos turísticos, cabe remarcarse que “sustentar la aptitud de negociar en la capacidad de gestión se torna responsabilidad y el liderazgo casi inexcusable de la agencia municipal o, en su defecto, de la agencia regional del desarrollo” (Mantero, 2004: 28), en relación al contexto de competitividad que viven los destinos turísticos. Lo anterior supone una

15 consideración amplia del concepto del desarrollo local asociado al turismo, en el que confluyen múltiples dimensiones y actores. La identificación e inclusión de los mismos supone la generación de un proceso beneficioso para la sociedad local.

1.4.2 Diferentes analogías en el estudio del turismo

En la teoría, las distintas formas que ha adquirido la actividad turística a lo largo de la historia suelen ser asociadas al modo de organización de la economía en general. En este sentido Ioannides y Debbage (1997), han elaborado una clasificación en la cual se distinguen tres modelos bien diferenciados ligados a las formas de producción y consumo del ocio turístico en las sociedades desarrolladas y en vías de desarrollo. Estos son:

● El modelo Prefordista

● El modelo Fordista

● El modelo Postfordista

Cabe destacar que estos tres modelos de práctica turística pueden convivir en un mismo espacio, y en algunos casos se pueden visualizar en la actualidad en especial en economías subdesarrolladas o en vías de desarrollo.

En lo que respecta al “modelo prefordista” cabe remarcar que su aparición se sitúa en torno a inicios en el siglo XIX. Este está representado por pequeñas empresas de propiedad familiar y explotados por la misma familia. El número de trabajadores y los niveles de tecnología empleados son muy bajos, con una pequeña inversión de capital. Caracterizado por ser intensivo en el uso de mano de obra, con utilización de técnicas orientadas a una producción limitada y mercados reducidos. Cuenta con débiles habilidades de gestión, los empleados trabajan muchas horas y ejercen varias tareas a la vez. Los turistas que consumen este tipo de turismo son inexpertos por lo que se encuentran motivados por todas las formas de turismo (Lopez Brenner, 2002).

Por su parte el “modelo fordista” se asocia con los métodos de producción

16 fordistas. Estos fueron aplicados por primera vez en la compañía Ford Motor, en Detroit, en 1913 bajo la dirección de Henry Ford (1863 -1947). La lógica fordista constituye una forma de organización de la producción particular caracterizada por hacer que la misma se realice en serie o en cadena. Consistía en dividir el trabajo de un modo significativo haciendo que la producción sea segmentada y con un operario responsabilizándose de modo repetitivo de una determinada tarea. Esta forma de organización permitía producir bienes homogéneos en gran cantidad y a bajo costo, haciendo viable que productos antes destinados a un segmento de elite, ahora fueran accesibles a un público más amplio.

El fordismo dejó su huella en la historia por organizar a la producción de un modo más eficiente, por lograr mejoras significativas en la situación financiera de muchos trabajadores y por hacer accesible a sectores populares bienes antes considerados costosos. Prevalece desde la segunda guerra mundial hasta la década de los 80, pero en realidad, en muchos lugares sigue siendo el modelo por excelencia. Frente a la búsqueda de nuevos mercados, dentro de estrategias de globalización, las grandes compañías se esfuerzan por alcanzar una mayor cuota de mercado, reflejando características que se han vuelto cada vez más comunes tanto en la fabricación o producción como en el servicio al consumidor.

Las formas de producción fordista se caracterizan por ser en masa y en cadena. Cada trabajador realiza una única función altamente especializada, el mercado es denominado por un reducido número de productores, se elaboran y consumen productos estandarizados al menor costo posible, orientados hacia mercados muy amplios con escasa segmentación, existe poca competitividad entre los destinos y una concentración temporal de las vacaciones. La demanda se caracteriza por ser inexperta con un bajo nivel de exigencia, búsqueda de precios reducidos, motivados por el sol, la playa y el exotismo, un consumo estandarizado, son pasivos y estáticos.

La oferta turística fordista no ha sido capaz de incorporar avances tecnológicos que permitan una innovación en los procesos de producción y una mayor

17 capacidad de adaptación a las necesidades de la demanda. El principal objetivo del turismo fordista ha sido el incremento del número de visitantes, siendo este el principal responsable de los procesos de deterioro ambiental. La creciente sensibilidad hacia los problemas ambientales y la progresiva implantación de una ética ecológica entran en contradicción con las formas turísticas fordistas que generan fuertes impactos ambientales en el destino.

De manera general el modelo turístico fordista que había prevalecido de forma hegemónica desde la década de los 60 muestra, a mediados de los años 80, claros síntomas de decadencia. En este contexto el modelo tradicional fordista es lentamente sustituido por un nuevo modelo complementario a la oferta básica del turismo de masas.

Ahora bien, en el caso puntual de la Argentina este modelo encuentra paralelismo con lo que se ha dado en llamar el turismo industrial que si bien poseen una amplia cronología que va de 1810 al 2000 aproximadamente. Para los fines de esta investigación se toma en consideración el periodo trascurrido desde las primeras décadas del siglo XX hasta 1955, momento en el cual el turismo de masas alcanza su madurez. Como hemos enunciado anteriormente, el desarrollo turístico de la ciudad de Necochea se ubica en el marco en el cual este modelo se encuentra en desarrollo y podría decirse también en su mejor momento. A priori se sostiene que su desarrollo turístico se ha caracterizado por el crecimiento espectacular y casi ininterrumpido de la demanda y de la oferta y por una expansión urbanística y una concentración espacial en torno a la línea costera. También presenta elevadas tasas de estacionalidad propias del producto que se comercializa (sol y playa), implicando que la demanda se concentre durante los meses de verano. Además ello presenta un claro conflictivo ya que es un proceso que se desenvuelve sin control ya que la mayor parte ha crecido sin ningún tipo de planeamiento desencadenando la visita de grandes volúmenes de turistas lo que conlleva al deterioro de los servicios públicos y privados.

El desarrollo del modelo post-fordista coincidió con los cambios culturales

18 (posmodernismo), económicos (neoliberalismo) y tecnológicos de se profundizaron a principios de la década de los 90, ello se plasmó, por ejemplo, en cambios en el comportamiento del turista y en los patrones de viaje.

En el contexto de una sociedad en continuo cambio, ecológicamente cada vez más concientizada, que demanda una nueva calidad de vida y consciente de los efectos negativos del turismo masivo, ha sentado las bases para el resurgimiento de un turismo diferente denominado alternativo, ligado a las áreas rurales y naturales.

El mismo se caracteriza por un mercado bien diferenciado que produce bienes y servicios de acuerdo a los gustos cambiantes del consumidor, intensifica los desplazamientos cortos, coexisten grandes y pequeños productores, existe una gran competencia entre las empresas, los consumidores son quienes determinan la cantidad y el tipo de producto, mayor utilización de tecnología y constante capacidad de innovación. Los turistas que lo practican poseen un alto nivel de exigencia, son experimentados e independientes, están dispuestos a pagar más por productos diferenciados, son activos, dinámicos y participativos.

En este último paradigma es en el cual la actividad turística se relaciona con la sustentabilidad, ya que aumenta la preocupación por los impactos sociales, económicos y ambientales. La Organización Mundial del Turismo ha adoptado un enfoque sostenible para el turismo y lo define como:

“aquel que atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía para la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida” (OMT: Guía para administradores locales: Desarrollo Turístico Sostenible, 1999).

Para concluir resulta pertinente tener en cuenta como plantea la OMT que el

19 turismo sostenible es “un modelo de desarrollo económico”, y no solo eso, que busca mejorar la calidad de vida de la sociedad residente facilitando al turista una experiencia inigualable que protege al medio ambiente.

20

CAPÍTULO II Turismo de sol y playa: Antecedentes de su investigación

Playa de Necochea, 1940. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

2.1 Algunos estudios sobre la problemática turística desde una perspectiva general

Existen diversos estudios que analizan el desarrollo del turismo a nivel nacional con claras intenciones de historiar el fenómeno. Estos nos han permitido comenzar a pensar distintas variables que atraviesan esta cuestión y que hacen posible situar esta investigación en una perspectiva más amplia.

Entre estos trabajos podemos destacar el de Regina G. Schlüter, en “El turismo en Argentina. Del Balneario al campo” (2003). Aquí se realiza un análisis histórico de la actividad turística en Argentina durante el siglo XX. La autora busca dilucidar diversas cuestiones que han marcado el rumbo del turismo en nuestro país. Desde los grandes hoteles de lujo que marcaron el comienzo de un turismo de élite, pasando por el desarrollo de las líneas ferroviarias, que conjuntamente con las reformas que se produjeron en el ámbito laboral, durante los años peronistas, dieron lugar a la popularización de la actividad. Así considera los diversos balnearios de la costa Atlántica, como así también los inicios de las agencias de viajes y líneas aéreas, y los Parques Nacionales. Además, cabe destacar que su análisis se extiende hasta tiempos actuales lo que le permite incorporar temáticas más recientes como son las cuestiones ambientales, turismo alternativo y turismo rural.

Su trabajo resulta sumamente interesante ya que considera al turismo como una herramienta de desarrollo en distintos espacios de Argentina y en especial para las áreas rurales. Cabe destacar la importancia que le otorga, la autora, a los Parques Nacionales en su papel de coadyuvadores en el desarrollo de la actividad turística, y cómo funcionaron desde un principio hasta la actualidad, como un fomento de los viajes de ocio, Además sostiene que el turismo ha hecho posible la generación de una alternativa económica en las diferentes regiones donde se ubican, en especial en las provincias que componen la Patagonia.

Por otro lado encontramos los estudios geográficos del turismo. Estos han estado asociados a lo que se conoce como a una investigación de tipo tradicional, centrando su atención en la descripción de los lugares turísticos abarcando

22 solamente sus atractivos, su equipamiento y su configuración territorial. Dentro de esta perspectiva otro grupo de geógrafos ha analizado al turismo exclusivamente como actividad económica o como práctica social en sentido estricto. Por su parte y buscando distanciarse de estas miradas Rodolfo Bertoncello en su trabajo “Turismo, territorio y sociedad. El mapa turístico de la Argentina” (2006), propone combinar ambas posturas en busca de generar una mirada diferente sobre el turismo en nuestro país. Así ambas miradas permitirán caracterizar el mapa turístico de Argentina. Propone en este sentido no solo hacer hincapié en el estudio de los lugares turísticos (para describir sus rasgos fundamentales, sus transformaciones a lo largo del tiempo y atributos que definen los atractivos turísticos), como así también las modalidades que el turismo adopta en cada momento, vinculado a las tendencias y transformaciones sociales por las que ha atravesado el país.

En su análisis considera y caracteriza lo que se ha denominado “turismo tradicional” que según el autor corresponde a una forma de organización del territorio turístico que se consolida hacia 1970. Luego hará hincapié en describir “el nuevo mapa turístico” en el cual se consideran las transformaciones que dicha organización ha atravesado en las dos últimas décadas del siglo XX. Esta distribución, según el autor, no debe ser interpretada como un quiebre en el proceso de transformación, por el contrario, sostiene que el mismo se encuentra caracterizado no solo por fuertes cambios sino también continuidades.

En esta línea el autor destaca que con el retorno a la democracia, en 1984, el nuevo plan federal de turismo enumera para cada región del país los destinos turísticos destacados y sus características. Entre ellos se encuentra Quebrada de Humahuaca, Salta, Cataratas del Iguazú, Mendoza, Córdoba, , entre otros. Dicha descripción del sistema turístico nacional es tomada por el autor como punto de partida para su análisis.

Según el autor, puede decirse que el período de consolidación del turismo en Argentina define un mapa turístico integrado por destinos de gran importancia, que

23 reciben una gran afluencia de turistas, y que pueden ser caracterizados en función de atractivos específicos como sol y playa, por ejemplo. Sin embargo, más allá de las cualidades intrínsecas de cada destino, son las funciones que la sociedad les asigna junto con las posibilidades y la utilidad de hacerlo las que acaban definiendo dicha condición. Las profundas y diversas transformaciones sociales y económicas que se desarrollan a partir de la segunda mitad de los años setenta, y que se consolidan en los noventa, se ven expresadas en el turismo definiendo un nuevo mapa turístico argentino.

En un contexto en el que hay un paulatino abandono del modelo de desarrollo orientado al mercado interno y con fuerte intervención estatal, dando lugar a un modelo económico neoliberal abierto al mercado internacional y asociado a la reducción del estado trae como consecuencia cambios en el mercado de trabajo: precariedad laboral, flexibilización, aumento de la desocupación y por ende disminución del salario. Esto trae consecuencias significativas para el modelo turístico provocando una crisis en el turismo masivo por varias razones: el empobrecimiento excluyendo a una gran cantidad de argentinos de la posibilidad de realizar turismo, disminución de la cantidad de afiliados que se benefician de los sindicatos, mayor flexibilidad laboral generando una fragmentación del tiempo libre, entre otros. Dicha situación tuvo su máxima expresión, según Bertoncello, en los destinos turísticos de sol y playa provocando consecuencias negativas en los balnearios por la disminución de la actividad económica y la incapacidad de poder invertir en el mantenimiento de su equipamiento o por la depreciación simbólica que sufren como destinos turísticos al ser asociados con “los pobres y perdedores”. Destinos turísticos en crisis que van perdiendo su atractivo a medida que se van degradando sus condiciones materiales y simbólicas.

El mapa turístico argentino actual muestra infinidad de lugares valorizados como destinos turísticos que coexisten y compiten con los tradicionales respondiendo a las nuevas tendencias de la práctica turística orientadas a formas de turismo más específicas (turismo alternativo) relacionadas con las tendencias de fragmentación social y el consumo diferenciado según nichos de demanda dominantes en este

24 nuevo contexto sumado a los avances tecnológicos.

Otro artículo importante para mencionar es “La política turística en la Argentina en el siglo XX” (2006) de César Alejandro Capanegra. El mismo tiene como objetivo ahondar en el rol jugado por el turismo como herramienta/estrategia de política pública en los diferentes modelos de acumulación que han definido a nuestro país en el siglo XX en nuestro país. Cabe destacar que el turismo es objeto de la política pública por los beneficios económicos, sociales, políticos y culturales que genera.

En un primer momento el autor considera el Modelo Agroexportador en sus primeros cincuenta años (1880-1930). Alrededor de 1880 la Argentina se incorpora a la economía mundial como exportadora de materias primas agrícola-ganaderas. La clase dominante controlaba de manera monopólica las tierras fértiles y establecía alianzas con el capital extranjero. La ideología dominante en lo económico era el liberalismo con distintos grados de intervención del Estado. Este cumplió un rol substancial en la consolidación del modelo ya que ocupó el territorio, desarmó la resistencia autonomista, unificó la legislación básica, la educación y la moneda, intervino en la economía (medidas fiscales y aduaneras), desarrolló infraestructura, políticas de población y también fue un instrumento de intervención social porque disciplinó el mercado de trabajo y se constituyó en canal de movilidad social para las clases medias (Capanegra, 2006:45).

El turismo comienza a configurarse como política pública con la crisis de este modelo. Así la actividad turística comenzó a expandirse durante la primera guerra mundial, aunque cabe remarcar que en los años ´20 tuvo su mayor progreso con la consolidación de las clases medias, la difusión del automóvil y las políticas sectoriales. El mismo representó un instrumento de modernización que contribuía de manera eficaz en la transformación de la Argentina de país rural a moderna nación urbana.

Con la crisis de 1929, Argentina tuvo que readaptarse y pasar de un modelo abierto de crecimiento a otro semi cerrado con una declinación de la base

25 agropecuaria y de apertura comercial. En consecuencia despegara en forma creciente una industria liviana sustitutiva de antiguas importaciones, que debería de crecer bajo marcos de protección. En este período se consolida la centralidad de la manufactura orientada al mercado interno conocida como industrialización sustitutiva. Esta toma forma en los años comprendidos entre 1930 y 1945.

La función civilizadora que se le otorga al turismo registró un salto cualitativo en los años ´30 donde las transformaciones legislativas (el sábado inglés, la jornada laboral de 8 horas, las vacaciones obligatorias y pagas) favorecieron el desarrollo del mismo en los sectores medios que luego se extendería a los sectores obreros con el peronismo a mediados de la década del 40´. Así lentamente el turismo va ganando terreno y va formando parte de la política pública. La misma puede visualizarse en el papel que juega la acción del Estado en su desarrollo: pavimentación de la RN2, ampliación de la red caminera, equipamiento urbano, sanción de la ley 12699/39 de fomento turístico y de la ley 12103 de Creación de la Dirección General de Parques Nacionales (Capanegra, 2006:48)

Los cambios se profundizarán en tiempos del peronismo (1945-1955), se introduce un modelo socio-económico redistributivo con una economía industrial protegida y orientada al mercado interno, el Estado se levanta como orientador de la producción y agente redistributivo, con una modalidad corporativa de negociación de las demandas. En lo que respecta a la política turística peronista es muy ambiciosa y tiene rasgos característicos: figura en la planificación quinquenal del gobierno, busca brindar como alternativa a los circuitos comerciales paquetes de vacaciones a precios controlados, amplía y mejora la infraestructura turística, incrementa la capacidad hotelera, aplica descuentos en las tarifas de transporte y organiza el turismo popular y/o social administrado por el Estado, los sindicatos y la Fundación Eva Perón. En este sentido, Capanegra sostiene que el gobierno peronista reconoce que una activa intervención del Estado en el tiempo libre a través de políticas turísticas para asegurar la difusión de los mensajes ideológicos a través de canales distintos a los tradicionales, organiza y controla a las masas y amplía su consenso político (2006: 51-52).

26 Cómo ha podido observarse hasta aquí la cuestión del turismo como política pública resulta central para comenzar a pensar este fenómeno. En este sentido, Melina Piglia busca caracterizar los elementos que asume el turismo como cuestión pública. En su artículo “La incidencia del Touring Club y del ACA en la construcción del turismo como cuestión pública 1918-1929” pone de manifiesto el modo en que,

“durante la década del 20, el Touring Club Argentino (TCA) y el Automóvil Club Argentino (ACA) instalan al turismo como problema público. Esto es posible ya que lo posicionan como una industria, como fuente de civilización para los pueblos atrasados y como agente de fomento de la salud pública, la armonía social y el patriotismo. Dichos clubes demandaron la intervención estatal en la promoción y regulación del turismo y buscaron reemplazar parcialmente la ausencia de la acción estatal y orientar las políticas públicas” (2008: 51).

Estas dos entidades fueron clubes sociales y deportivos asociados al automovilismo de la Argentina de entreguerras. Entre sus fundadores se destaca la elite porteña de la primera década del siglo XX, fueron muy importantes al desarrollar acciones públicas a favor de la vialidad, el automovilismo y el turismo, alcanzando gran repercusión gracias a la prensa. En lo que respecta al TCA tenía como objetivo fomentar el turismo en Argentina, brindando información a los turistas y promoviendo excursiones y deportes mecánicos. De acuerdo con el diagnóstico que daba a conocer la revista del club, en nuestro país el turismo no era ni podía llegar a constituirse en lo inmediato como una actividad rentable. A partir de la primera guerra mundial esta concepción se fue modificando ya que esta situación desalentaba los viajes a Europa. El TCA comenzó a plantear al turismo entonces como potencial fuente de riqueza, sobre todo para las zonas atrasadas. Junto a la elite argentina, las dirigencias del TCA confiaban en que también los extranjeros podían visitar nuestro país aprovechando la coyuntura de la guerra (Piglia, 2008:53-54)

27 Por otro lado, las intervenciones del ACA en relación al turismo se centraron en el fomento práctico: la expansión de los servicios recreativos para los socios, instalación de casillas y estaciones de servicio, publicación de mapas y guías, propaganda, realización de conferencias y difusión de descripciones de los sitios en el marco de las competencias deportivas organizadas por el club. Hasta fines de los años 30 la demanda del ACA al Estado se concentró casi exclusivamente en la cuestión vial. Recién a partir de 1938 surgió en su discurso la idea de que el Estado debía regular la actividad turística.

Así puede visualizarse que durante este periodo el ACA tuvo como objetivo promover el turismo en automóvil, es decir, que desde su perspectiva, la actividad era un asunto privado y el club se concentraba únicamente en incitar a los automovilistas de viajar por el país y facilitar su viaje, mientras el rol del Estado se limitaba a proveer infraestructura vial necesaria. Por el contrario, el TCA instaló al turismo como una cuestión pública que debía ser objeto de políticas públicas, por lo cual la intervención del Estado estaría relacionada con la regulación, la organización y el fomento de la actividad turística.

Estos avances llevan a la autora a interesarse por el rol de las políticas turísticas en un periodo posterior. Así en el artículo “En torno a los parques nacionales: primeras experiencias de una política turística nacional centralizada en la Argentina 1934 – 1950”, la autora busca avanzar en el estudio de las políticas turísticas a partir de la reconstrucción y el análisis de la misma llevada a cabo por de la Dirección de Parques Nacionales (DPN) y de la Administración General de Parques Nacionales y Turismo (AGPT), que fue quien la sucedió.

Como ya marcamos en el contexto de la primera guerra mundial y la posguerra se desalentaron los viajes a Europa y se fomentaron los viajes al interior del país demostrando los beneficios económicos que este producía. Es decir, que si el turismo contribuía a la riqueza nacional y al desarrollo de las zonas atrasadas se convertiría entonces en interés público y su fomento no debía limitarse solo al sector privado, era necesaria la cooperación del gobierno. Así en octubre de 1934

28 se sancionó la ley de Parques Nacionales, siendo el primer ensayo consistente y sistemático de política turística nacional, la cual creó la DPN dependiente del ministerio de agricultura. Este organismo estuvo a cargo de Ezequiel Bustillo hasta 1944 quien buscó cumplir con dos objetivos: el desarrollo económico de las zonas comprendidas en los parques, su integración simbólica y material al territorio nacional. Para ello era fundamental el turismo ya que para Bustillo este era un instrumento clave para realizar ambos cometidos.

La política turística de parques de abocó a la construcción de los parques nacionales como lugares turísticos, a través de la remodelación del paisaje, de la inversión en infraestructura y de su instalación en el imaginario como lugar turístico deseable y como paisaje patriótico. La misma estaba basada en la propiedad estatal de los atractivos y podía imponer en su jurisdicción una supervisión de la actividad privada en todo lo que pudiera afectar al desarrollo del turismo.

Al analizar la trayectoria de estas primeras políticas turísticas nacionales en la Argentina, la autora reflexiona en torno a dos cuestiones: en primer lugar la nacionalización y mercantilización de los parques se asoció con una construcción simbólica y material del paisaje que lo convertía en un paisaje extranjero. En este sentido se puede tomar como ejemplo la “Suiza Argentina” que se materializó en la reforestación con especies europeas, además de la introducción de peces exóticos y la imposición de un estilo arquitectónico que imitaba las villas alpinas y poco tenía que ver con las construcciones de la argentina. A partir de esa extranjerización dichos paisajes se volvieron deseables para la elite. Si bien a priori podría pensar que con el peronismo esto cambiaría el periodo analizado por M. Piglia da cuenta que no se rompió con esta imagen previa (Piglia, 2012: 70).

En segundo lugar, la autora toma como punto de partida el análisis de las políticas de la DPN y de la AGPT para a reflexionar y caracterizar al Estado peronista y sus políticas públicas. Así ella encuentra continuidades en algunas de las premisas que le dieron razón de ser a ambas reparticiones. Entre ellas se destacan la

29 construcción de obras de infraestructura y hotelería, la propiedad estatal de los atractivos naturales, la regulación y control de la actividad privada. En los 2 casos la política de inversiones públicas apuntó a potenciar y articular la actividad privada y no reemplazarla.

El análisis de la trayectoria de la AGPT, da a conocer por otro lado, las tensiones que atravesaban las políticas turísticas peronistas. Por un lado, una política que buscaba ampliar su capacidad estatal y por otro, una estrategia discrecional y pragmática, que ponía aspectos importantes de la decisión y ejecución de políticas turísticas en manos de la Fundación Eva Perón. Para la autora con ello el peronismo pudo manejar diferentes prioridades y habilitaba un uso patrimonial de los recursos del Estado.

2.2 Estudios de caso

Los destinos de sol y playa han comenzado a ser investigados desde distintas aproximaciones y temáticas, aunque cabe destacarse que el turismo como práctica social es un elemento central en las mismas como así también perspectiva que privilegia el estudio de caso como punto de partida para el análisis. En este sentido, a continuación, se podrán observar un conjunto de trabajos que abordan dicha problemática a partir de cuestiones como: surgimientos de los destinos, sus características, elementos que han hecho posible su desarrollo, ocio, sociabilidad, etc.

Entre estos trabajos podemos mencionar “Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar” (2002) compilado por Elisa Pastoriza. En esta obra se analizan los balnearios como lugar de ocio, de uso social y de consumo en el que se disputa el límite entre lo público y lo privado. Esta perspectiva da lugar a una nueva línea para abordar los espacios turísticos ya que comienzan a ser pensados como escenarios de desenvolvimiento social, también resulta importante analizar cómo esta actividad influye en el crecimiento de la ciudad, en este caso particular Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar.

30 Para el caso de Viña del Mar, se observa una estrategia analítica que contrapone dos realidades de la ciudad, el suburbio ferroviario y la villa de descanso (1870- 1910). Para los autores -Quiero, Sabatini y Booth- los suburbios representan una autosegregación espacial por parte de las élites, siguiendo un modelo anglosajón que habría tomado la burguesía local, en el cual la lejanía de las residencias les permitía distanciarse de la densidad habitacional, considerada excesiva y, que a su vez, les confería un mayor status a los miembros de la sociedad, que allí se erradicaban. Así “la inauguración del primer tramo del ferrocarril Santiago- Valparaíso en 1855 brindó una excelente oportunidad para ampliar el área urbanizable hacia el norte” (Quiero, Sabatini y Booth, 2002: 37), que conjuntamente con la abundante oferta de lotes a bajo precio y la belleza del paisaje, convirtió a Viña del Mar en un lugar atractivo para que importantes ciudadanos de Valparaíso e incluso Santiago, quisieran construir grandes viviendas allí.

A medida que la ciudad se fue consolidando pudo observarse que comenzó a desenvolverse a partir de la línea del tren y alejada de la costa, un proceso de popularización de sus playas, de la mano de la estación del ferrocarril, que no fue muy bien vista por la burguesía que allí se había establecido en los orígenes de la la ciudad. Fue así como surge Miramar como un nuevo balneario, una playa de difícil acceso, que le permitía a la élite “resguardarse” de la mirada de los trabajadores, que habían irrumpido la exclusividad y privacidad de la costa de Viña del Mar. Fue así como Miramar, ribera más sobria, rústica y con menos comodidades, se convierte en el principal punto de encuentro para la sociabilización de la burguesía que frecuentaba la playa.

En relación a la intervención gubernamental, si bien las demandas de la población eran muchas, el financiamiento por parte del estado, no apareció sino hasta después de la década de 1930. De la mano del gobierno de facto, liderada por el Coronel Ibáñez del Campo (1927-1931), se concretó la modernización urbana tan añorada de Viña del Mar, que trajo aparejada la apertura de la ciudad, al consumo de la clase media. Entre las obras más importantes que se desarrollaron se

31 encuentran la construcción del Casino, del nuevo palacio de descanso presidencial, se terminó el Teatro Municipal y demás obras de infraestructura y equipamiento que permitieron arrimar la localidad a la margen costera.

El segundo caso de estudio abordado en la ciudad de Montevideo, entre finales de del siglo XIX hasta aproximadamente la década del ’40, momentos en los cuales esta localidad experimentó el auge de la actividad turística, y además se produce la valorización y construcción del espacio recreativo. Se intentará dilucidar cuál fue el rol que asumió el gobierno local en dicho proceso con el fin de acondicionar los recursos con que se contaban en vías de satisfacer la demanda turística.

En el período que va de 1868 a 1950 se observa una clara intención de adquisición por parte del municipio de espacios colectivos, lo que le permite iniciar proyectos para la expansión de los espacios recreativos, entre los que se encuentran: el Club Náutico Carrasco y Punta Gorda, el Yach Club Uruguayo en el predio municipal de la barra de Santa Lucía y el Polo Club. Los paseos marítimos, con las ramblas como principal elemento del paisaje costero, representaron el eje para el uso social de esta zona. Pero tenían una doble función, ya que además de ser un espacio de recreación público, también sirvió de sostén al avance de la propiedad privada, ya que durante el período se presenció una fuerte ampliación del mercado inmobiliario, a partir de la especulación de la tierra y la construcción de residencias en torno a estos paseos.

Para llevar adelante estos centros recreativos (expropiación y adquisiciones para ampliación de parques y construcción de ramblas), el municipio recurrió a fuentes extrapresupuestarias. Las principales fuentes de recursos y formas de financiación fueron:

“1) aportes especiales sin reintegro y un préstamo de origen estatal; 2) parte de los empréstitos externos contratados en bancos extranjeros (1867, 1901, 1922); 3) emisión de deuda pública interna bajo la forma de bonos y títulos con diferentes destinos en los que se incluye la extensión de la infraestructura urbana, y 4) adelantos del Banco de la

32 República para la adquisición de terrenos” (Da Cunha, 2002; 125).

Y para afrontar el pago de estas deudas y demás obras

“1) recuperación de costos mediante gravámenes a los propietarios en casos concretos, como la pavimentación de las ramblas, a partir de 1921, y 2) fondos generados en la venta de terrenos sobrantes en el diseño de parques y ramblas” (Da Cunha, 2002; 126).

Así entre 1904 y 1909 el paisaje de las playas de Montevideo iniciaba su segunda transformación vinculada al acercamiento social al mar. De la mano de diversas obras como la construcción de ramblas, el alumbrado público, el seguimiento y control del aprovechamiento comercial privado de las playas y la reglamentación de la ocupación comercial del Parque Urbano. Junto con ello llegara el control de estado sobre las mismas, en 1917 nace la Ordenanza de Playas, reglamento que apunta a fiscalizar y ordenar las conductas de los usuarios y concesionarios dentro de la zona costera, equipamiento, como así también la vestimenta que se consideraba adecuada para asistir a la misma. A partir de la década del 30 se registra un nuevo cambio en relación con el mar y la costa, con la modernización de los trajes de baños, la utilización del bronceado como símbolo del “ocio saludable”, el traslado de los veraneantes hacia la playa con la indumentaria adecuada y la crisis económica de 1929, hizo peligrar a los concesionarios de servicios, en especial a los que poseían casillas de baño. Según Cunha para el caso de Montevideo, en el periodo analizado se observó una clara voluntad política de transformar a la ciudad y acrecentar así el flujo turístico. El accionar del municipio fue claro en la búsqueda de recursos para el financiamiento de diversas obras, y por otro, el establecimiento de reglamentaciones que controlaban, no sólo el uso comercial, sino que también social de los espacios recreativos de carácter público.

Cabe mencionarse también el artículo de E. Pastoriza, “Turismo Social y acceso al ocio: el arribo a la ciudad balnearia durante las décadas peronistas (Mar del Plata, 1943-1955)”, en el libro “las Puertas al Mar”. Aquí la autora analiza

33 los factores que han permitido el desarrollo turístico de la localidad. Ella observa que la ciudad de Mar del Plata a partir de 1910 atraviesa un proceso de modernización, que se encuentra en clara consonancia con el que vivió el país entre los años 1880 y 1930. Este período se caracterizó por la expansión económica, social y territorial que se vio favorecido por la abundante oferta de tierras loteadas, inversión que se aconsejaba realizar por aquel entonces, ya que se veía favorecido por el clima de la especulación, durante los primeros años del siglo XX. A esto también hay que sumarle el aumento poblacional que sufrió la ciudad, por los numerosos inmigrantes que allí se emplazaron, aunque muchos se instalaron en las áreas rurales, una gran porción de ellos se ubicaron en el núcleo de la ciudad, lo que favoreció la diversificación de la economía.

Desde la llegada del ferrocarril en 1886 (extensión de la línea férrea, que hasta ese entonces llegaba a la ciudad de Maipú), Mar del Plata era el balneario por excelencia de la élite porteña, pero con la llegada del peronismo hubo cambios importantes. El turismo social significó el acceso de la clase obrera al ocio, enmarcado por ciertas reivindicaciones como fueron el aguinaldo, las vacaciones y la jubilación. Si bien el socialismo en el poder comunal, ya había planteado en la década del ’20 quitarle el sesgo exclusivista al verano y modificar la índole social de los veraneantes, fue el peronismo quien le dio un marco legal e hizo posible el fomento del mismo. Así, la manera en que el peronismo prestaba sus servicios, fue bajo la construcción de complejos turísticos (los más importantes en Río Tercero, Córdoba, y Chapadmalal, Buenos Aires), la adquisición de hoteles, ya sea propios o alquilados a los gremios durante las temporadas estivales, y diversos planes encarados por cada provincia, bajo el lema “Usted paga el viaje, la provincia el hospedaje” (Pastoriza, 2002:100).

Junto con este cambio que se relaciona con las políticas públicas que fomentaron el turismo en la ciudad de Mar del Plata también emergió una legislación que reglamentaba las costumbres y comportamientos, además del equipamiento a instalarse sobre la arena, la autora menciona el Reglamento de Baños que estaba vigente desde el siglo XIX, sancionados por el Estado nacional, teniendo como

34 base el Código Civil. La ley 4.739/39 de Urbanización de Playas y Riberas, representó el marco para la construcción de las grandes obras (Rambla Casino y demás construcciones en Playa Grande), que dio lugar a partir de diversas construcciones la arquitectura de la costa cambiará radicalmente y se pusiera fin a los establecimientos precarios que la habían caracterizado décadas atrás. Así “la Nación inicialmente produjo la legislación general, pero en forma posterior reconoció la potestad provincial en las playas y limitó su actuación, dejando establecida su jurisdicción a las cuestiones relativas a la navegación” (Pastoriza, 202: 136), el final de la década del ’30 marcó, definitivamente, la posesión provincial de la jurisdicción de las costas. Este hecho provocó un largo conflicto entre el gobierno local y el provincial, por el dominio de este espacio, ya que no sólo se presentaba como un escenario de identificación cultural, sino que también representaba una importante fuente de recurso financiero para ambos. El argumento peronista que justificaba su accionar, se basaba en una planificación centralizada del turismo, que evitará la inequidad en la distribución de las necesidades económicas y paisajísticas en la provincia. Pero los enfrentamientos por esta cuestión continuarían por varias décadas.

También podemos mencionar el trabajo “Prácticas de sociabilidad en un escenario argentino. Mar del Plata 1870-1970” de Graciela Zuppa, Mónica Bartolucci, Gabriela Méndez y Elisa Pastoriza (2004). El mismo es el resultado de un proyecto de investigación elaborado en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el año 2000. Las autoras intentan, a través de diversas investigaciones, dar a conocer la mirada social, cultural y política de la ciudad de Mar del Plata desde la formación como balneario hasta la década de 1960. Según las autoras estas miradas son importantes para poder observar las variaciones en el espacio (evoluciones o regresiones) por la que ha atravesado el destino y que pueden observarse a través del tiempo en los cuales las distintas formas que toma “la sociabilidad” resulta fundamental para el análisis.

Así la sociabilidad es el eje central que articula las distintas investigaciones que

35 condensa el libro. Las autoras parten de reconocer que la conceptualización que utilizan como punto de partida ha sufrido cambios y a implicado diversos enfoques. Así en sus inicios se lo consideraba como sinónimo de vida cotidiana, historia de las costumbres, buena educación y en ocasiones, únicamente sinónimo de vida política o religiosa. Ellas pretenden avanzar en esta conceptualización, además de redefinir el concepto a partir de enfocarse en las relaciones que los individuos establecen en los espacios de ocio, en campañas políticas o para conseguir matrimonio, por ejemplo. Los trabajos se centran en las experiencias que los sujetos obtenían en sus relaciones cotidianas y encuentros sociales con cierta frecuencia, lo que conlleva a los actores a desarrollar vínculos familiares, al consumo de bienes materiales y simbólicos y a la manifestación de las desigualdades sociales y políticas. Avanzar en el conocimiento de estos elementos les permitirá acercarse a los nuevos espacios para el disfrute del tiempo libre que impulsan las prácticas dentro de la cultura del ocio como gestos, vestimentas, juegos, encuentros, bailes, deportes, teatros, entre otros.

El grupo de actores a analizar estará conformado por la elite porteña, los residentes y por último los turistas que practican el turismo de masas, todos ellos insertos en un estado en plena modernización y en una cultura de ocio y turismo.

En “Sociabilidad y familia. Matrimonios y sociabilidad. Mar del Plata, 1870 – 1900”, G. Méndez, pretende identificar los vínculos, lazos e interacciones establecidas por los habitantes de la ciudad de Mar del Plata que conducen al matrimonio. La autora considera al matrimonio como uno de los actos más importantes en la vida, por lo que supone que el estudio de las relaciones sociales para su concreción permite descubrir los modos de sociabilidad particulares. La investigación se llevó a cabo a través del análisis de las actas matrimoniales del periodo seleccionado. Para comprender el fenómeno de las relaciones sociales es muy importante para la autora tener en cuenta las relaciones parentales como la pertenencia étnica pero también los vínculos establecidos de manera vertical como por ejemplo, las relaciones económicas de superioridad. A modo de conclusión, la sociabilidad llevada a cabo por los actores sociales en las últimas

36 décadas del siglo XIX en Mar del Plata, se aleja de una mirada simple, sino que requiere de un análisis de tipo complejo y complementario hacia una visión integradora.

Por otro lado, G. Zuppa en el capítulo “Sociabilidad y espacio. Prácticas de sociabilidad en la construcción de la villa balnearia. Mar del Plata y el acceso al siglo XX”, relaciona el concepto de sociabilidad con los vínculos que establecen los grupos entre sí, como así también con las acciones interpersonales que estos plasman en sus encuentros. Dicho sistema de relaciones informales necesita además, de una serie de aportes como el lenguaje, la indumentaria, los gestos y los objetos que refuercen la lectura de las representaciones de los actores (Zuppa, 2004: 56). La autora buscará distinguir diferencias y similitudes en las formas de sociabilidad entre los residentes de la ciudad de Mar del Plata y los veraneantes porteños a través de los gustos, los usos de signos culturales materiales e inmateriales y de la construcción de los entornos espaciales. Según Zuppa,

“el escenario en el cual se llevan a cabo los encuentros sociales resulta ser un campo espacial móvil (abierto potencialmente cuyos límites son fronteras dinámicas) y significativo en el que se construyen nexos, se movilizan estrategias y se modifican disposiciones” (Zuppa, 2004: 56).

Antes de la llegada de los veraneantes a Mar del Plata, los residentes ocupaban su tiempo libre en billares, canchas de bochas, pelotas, tiro al blanco, orquestas, bailes, carrera de bicicletas, entre otros. Pero la playa comenzó lentamente a ser un espacio codiciado por aquellos que buscaba en nuestro país un lugar para descansar así comenzaron a gestarse distintos proyectos en pos de satisfacer la demanda de los futuros veraneantes. Los variados servicios buscaban atender los gustos de los veraneantes, en especial, porteños. Esta situación fue configurando dos universos el de los “residentes locales”, quienes avanzaban lentamente instalando lo que podían y como podían; y “los veraneantes”, que gracias a la inversión empresarial realizaron instalaciones costosas. Así se fueron

37 construyendo diversos espacios que transformaron la ciudad. Las nuevas demandas permitieron la construcción de hoteles, el arribo de trenes de pasajeros, mejoramiento de los accesos, el embellecimiento de la ciudad, etc. (Zuppa, 2004:59)

La llegada de veraneantes y de inversiones marcará una clara división en la ciudad que se verá representada por residentes y turistas. En este sentido se visualizará la “ciudad de los residentes” al norte de la misma en torno a la playa “La Perla” en la cual los servicios que se ofrecían eran modestos y precarios. En contraposición, la elite veraneante se ubicó en la Rambla Bristol, construida con un estilo afrancesado en la que se encontraban diversos locales comerciales, confiterías, clubes y cines. Dicha élite se caracterizaba por el gran despliegue de la posesión de bienes y un comportamiento sofisticado y ostentoso. La exhibición de indumentaria europea y los modales refinados conformaban su clase de vida concentrada en la competencia de lujos y el buen gusto (Zuppa, 2004:62-63).

La influencia del veraneante penetró en diversos ámbitos de la ciudad. Así el comportamiento social en los hoteles del balneario respondía a formas adoptadas en ámbitos porteños y europeos, marcando las formas de relación social, hasta que los visitantes deciden construir sus propias viviendas. Estas últimas fueron objetos de cultura material que reproducían prácticas sociales y comportamientos de sus propietarios. En esta misma línea se encuentra la indumentaria que permitía la identificación frente a otros, expresando así distinción y marcando diferencias sociales.

Estos elementos le permiten a Zuppa (2004) sostener que tanto residentes como veraneantes crearon un conjunto de representaciones implicaron y generaron relaciones de interdependencia. Ambos constituyeron dos mundos de complejos significados, capaces de estratificar la organización de la villa balnearia; su proximidad permitió el entrecruzamiento de solicitudes y demandas, como el conocimiento recíproco y diferenciado entre ellos. Investigar los ámbitos de sociabilidad de ambos grupos permitió individualizar señales de comunicación,

38 referencias legitimadoras de cada uno y comportamientos adoptados para poder comprender los modos de interacción social. Las formas de comportamiento analizadas y las actitudes adoptadas responden a factores culturales, los cuales permitieron caracterizar las formas de apropiación del espacio, la construcción de representaciones, los modos de emitir efectos simbólicos frente a otros y las formas de referenciar las posiciones sociales.

En el caso del capítulo de Mónica Bartolucci , “Sociabilidad y multitudes. La foto en “La Bristol”. Sociabilidad, circulación y consumo en la década de los sesenta en Mar del Plata” propone una mirada diferente y original de la época. Durante la década de los ´60 la sociedad Argentina tenía 2 visiones del mundo a veces opuestas y otras complementarias. Por un lado, una sociedad apegada al consumo y al bienestar material producto de las sociedades capitalistas, en este sector se ubica la clase media tradicional; y por otro una sociedad integrada por jóvenes que a partir de la política buscaban generar cambios y reformas que conllevarán a una revolución. Ambas visiones generaron tensiones culturales, las cuales formaron parte del proceso de modernización.

En este contexto, Mar del Plata fue un ámbito esencial para el desarrollo del consumo del ocio durante el verano, lo que permite considerarla como un escenario privilegiado para observar los cambios culturales de la época. Así el turismo de masas impulsó el comercio, la hotelería y la construcción (en sus diversas ramas) transformando no solo la ciudad sino también a residentes, veraneantes y clase dirigente. La sociedad y sus dirigentes ya no observaban a los balnearios europeos para su imitación. Los cambios que se producían en la ciudad eran muy bien vistos (Bartolucci, 2004:110-111).

Los turistas que visitaban Mar del Plata no buscaban paz y descanso durante sus vacaciones, sino, por el contrario el ruido y la saturación típica de las ciudades modernas .El corazón de la nueva ciudad renovada era la Rambla Bristol-Casino, un paseo informal sobre un tablado frente a las casillas de baño, reconocido como un lugar de encuentro de la elite. Desde sus orígenes fueron perfeccionando su

39 aspecto para ofrecer al visitante un sitio de consumo y placer. Decenas de fotógrafos ofrecían sus servicios con dicha edificación detrás o con la imagen de los marinos de cemento, ya que llegar a ambos lugares era resultado de una conquista social.

Según Bartolucci, al observar la playa desde arriba se distinguen un conjunto indiferenciado de construcciones y gente, desde lejos parece una totalidad homogénea, sin embargo, al mirar detenidamente los espacios en relación con los hábitos muestra signos de diferenciación social. El espacio ocupado por los balnearios privados demostraba una sociabilidad diferente entre las personas, reproduciendo vínculos más sólidos de los que se dan en la orilla, ya que el alquiler de espacios de sobra implicaba semejanzas económicas y una similitud de gustos e intereses entre los compañeros, y la reiterada sociabilidad anterior al verano. Se caracterizaban por ser grupos de una clase media acomodada (Bartolucci, 2004:117-118).

La década de los ´60 demostró una serie de cambios culturales en la Argentina: desde el punto de vista económico el país vivió un proceso de concentración que apuntó a sostener el consumo de los sectores medios, fortalecidos después de una serie de conquistas laborales y sociales vividas durante el primer y segundo gobierno peronista. Realidad que tendió a la sociedad al consumo de bienes materiales y simbólicos. El turismo se convirtió en un bien que afirmaba la identidad de la clase media. Por lo tanto, la sociedad en “La Bristol” demostraba las características de la época, donde convivían ocasionalmente tres sectores sociales (burgués, medio y popular) generando, según la autora, un imaginario en el que la ciudad era un “espacio para todos”.

Otro trabajo que merece ser destacado es el dirigido por E. Pastoriza, “Un mar de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata” (2009). Los distintos trabajos que componen la obra buscan reconstruir el desarrollo de la ciudad y el turismo a través de testimonios, relatos e imágenes durante el período comprendido entre la década del 30 hasta la actualidad. Resalta la importancia de

40 la fotografía en el análisis histórico, ya que son las que confirman y refuerzan las narraciones de inmigrantes, turistas y residentes. Estos trabajos han sido de gran importancia para comenzar a pensar la problemática que nos ocupa. El trabajo de investigación retrata aspectos del balneario y las formas de socialización entre los actores, como así también la vida rutinaria de los residentes como partes integrantes de una misma ciudad, dando a conocer la memoria social, política y cultural de la misma.

El mar es una de las temáticas que abordan Favero, Pedetta y Portela (2009), para estos, el mar hizo posible el surgimiento de la ciudad, ella creció junto a él, lo que le otorgó sentido a su identidad. En este sentido debe considerarse que, si bien “el mar” permitió generar una importante actividad turística, es parte integrante de la vida cotidiana de los marplatenses representando su lugar de trabajo y de radicación de barrios y viviendas.

Hacia fines del siglo XIX los primeros visitantes hacían uso de él únicamente para baños curativos, a medida que el balneario fue creciendo y mayor cantidad de personas accedían a él se creó un estricto reglamento el cual establecía que trajes de baños eran adecuados y delimitaban los sectores masculinos y femeninos. Durante los años ´30 y ´40, las variaciones en el turismo y en el empleo del espacio público hicieron que cambiara la relación con el mar. Nuevos sectores sociales tuvieron acceso al disfrute de la ciudad, hombres y mujeres ya no se bañaban por separado, el mar comenzó a ser escenario de nuevas prácticas turísticas como por ejemplo los deportes acuáticos. La villa se transformó en ciudad y multiplicó su población estacional como permanente. Resultó ser una urbe con características turísticas de masas y con una vida activa y dinámica durante todos los meses del año.

Por otro lado, Bartolucci y Pilcic (2009) analizaran la ciudad material. Para estas autoras, a lo largo del siglo XX la ciudad ha atravesado cambios espaciales acelerados con el fin de modernizarse y convertirse en la ciudad turística de la Argentina en la que vacaciona gran parte del país. Los grandes cambios edilicios

41 que sufre Mar del Plata son acompañados por una transformación social. Entre los grandes cambios pueden mencionarse: el reemplazo de la clásica rambla con un estilo afrancesado construida en 1913 por los complejos Bristol Casino y Hotel Provincial, la pavimentación de las principales rutas de acceso, la demolición de las casonas con el fin de dejar disponibles terrenos para la construcción de edificios de altura, entre otros. Todos estos proyectos estarán orientados a dotar a la ciudad de capacidad para alojar una masa importante de turista y dar por iniciado el proceso de turismo masivo en la ciudad.

Consumo y ocio es otras de las problemáticas abordadas en este libro que resulta fundamental para pensar la conformación de los destinos de sol y playa en las primeras décadas del siglo XX. Así M. Piglia y M. Pedetta (2009) plantea que si bien hacia fines del siglo XIX Mar del Plata era un lugar de entretenimiento exclusivo de las elites con mayor poder económico, el transcurrir el siglo XX, fue abriendo sus puertas a nuevos sectores sociales y junto con ellos surgieron nuevos gustos y modas que reinventaron los consumos y el uso de las playas y de los lugares de la ciudad en relación a sus “usuarios”.

También los hoteles serán objeto de investigación. Para E. Pastoriza y F. Reis (2009) resulta fundamental adentrarse en el recorrido que la hotelería ha transitado, ya que los recuerdos de la vida en los hoteles que se instalaron en la costa permiten observar y analizar el desarrollo de la ciudad. También hace posible una comprensión más amplia de las relaciones sociales. Buscará dar cuenta de las diferencias y similitudes que caracterizarán la hotelería, así se podrán visualizar distintas realidades como los hoteles equipados para las elites porteñas (grandes edificios con salones de baile y juegos, con muchas habitaciones con alas especiales para el personal de servicio y con 3 o 4 comedores), los generados por emprendimientos familiares (durante la década del ´20 y del ´30 respondiendo a las demandas de la clase media), los surgidos por iniciativas del Estado (como consecuencia del declive de la hotelería de lujo) y aquellos diseñados para el turismo social y el hospedaje sindical.

42 Por su parte B. Favero S. Delgado y F. Reis (2009), plantean como eje fundamental de su investigación las relaciones sociales que se vincularon con distintos ámbitos de sociabilidad, que a su vez les permite abordar “rasgos identitarios de la ciudad de masas” (2009: 109). En lo que respecta a su análisis sobre la presencia de la elite porteña en la ciudad en la temporada veraniega sostiene que esta buscaba un estilo propio, pero a la vez muy europeizado, que promovió pautas culturales muy definidas por el deseo de la distinción, el refinamiento y la exclusividad. En cuanto a la población estable su rol fue algo diferente en especial porque fue un sector que se transformó en la mano de obra permanente y complementó los servicios necesarios para el desarrollo turístico de la villa balnearia. Así la ciudad permite visualizar un escenario en el que se ven reflejada una compleja dualidad en los comportamientos y las prácticas: por un lado, una más refinada y exclusiva propia de los veraneantes, y por otro, una más simple, modesta y familiar de los residentes que no dejaban de mirar al otro.

En este contexto, las autoras destacan la búsqueda de una “sociabilidad deseada a partir de diversas estrategias de ascenso social desarrolladas por los distintos sectores que llegaron a la villa desde principios del siglo XX” (Favero et.al 2009: 110). Además, debe tenerse en cuenta que entre 1930 y 1950 la playa fue conquistada por un turismo masivo originándose, como consecuencia, nuevas aéreas de sociabilidad unidas a los cambios culturales de la época. En consecuencia “la sociabilidad deseada” fue cambiando su aspecto, igualmente siempre concibiendo la idea de que Mar del Plata es el escenario ideal para conquistar una posición social.

Otro trabajo que merece atención particular es el de Elisa Pastoriza: “La conquista de las vacaciones” (2011). Como la mayoría de sus trabajos, este, tiene como protagonista a la ciudad de Mar del Plata, presentando una breve historia del turismo en nuestro país. Paralelamente considera la conformación del sujeto social que lo desarrolla: el turista, haciendo hincapié en los fenómenos sociales y culturales que lo definen como tal. Su investigación comienza hacia fines del siglo XIX cuando surgen los primeros balnearios en la costa bonaerense,

43 estando destinada la práctica del turismo a la clase alta. Finaliza su análisis a mediados del siglo XX cuando el turismo se masifica con las políticas públicas llevadas a cabo por el peronismo permitiendo el acceso de las clases medias y de los trabajadores al consumo del tiempo libre y las vacaciones pagas.

En este sentido, y en relación a los objetivos de la autora, el libro se encuentra dividido en 3 partes. En la primera y segunda sección analiza la construcción y la evolución de algunas de las ciudades costeras como Necochea, Miramar, Mar del Sud y Ostende. La autora pone el acento en la definición de estas ciudades como balnearios, remarcando los aspectos socio-económicos que formaron parte de la misma, y le dieron sentido como tales. Paralelamente, desarrolla también otros espacios que cobraron importancia por, además de tener grandes atractivos naturales (sierras y montañas), poseer climas beneficiosos para la salud como Córdoba y Mendoza.

En lo que respecta a nuestro estudio de caso, E. Pastoriza sostiene que la ciudad de Necochea es considerada el segundo balneario atlántico de la Argentina, después de Mar del Plata. Comienza con una breve descripción geográfica e histórica del surgimiento de la ciudad, además de hacer hincapié en el desarrollo y crecimiento de la misma como balneario. Destaca la llegada del ferrocarril (febrero de 1892) como dinamizador de la región como a partir de este se va afianzando la idea de complementar la economía agrícola – ganadera de Necochea con la formación de un balneario. Años más tarde comenzaron a construirse los primeros hoteles e infraestructura necesaria para la recepción del turista consolidándose como uno de los balnearios más destacados del país.

El surgimiento de estos nuevos balnearios y las transformaciones en el turismo serrano configuran un nuevo mapa turístico en el país que tuvo como corolario una mayor urbanización y modernización. Dichas transformaciones se desarrollaron en un contexto de crisis económica de 1929 en el cual los conservadores retornaban al poder luego del golpe militar (1930). La crisis implicó la disminución de los flujos migratorios internacionales y provocó migraciones masivas hacia el litoral. Esto fue

44 potenciado por el proceso industrial de sustitución de importaciones que se genera en respuesta a la crisis y a la posterior Guerra Mundial. De esta manera, la tradicional élite dirigente, nuevamente en el control del Estado, será quien lleve a cabo un segundo proyecto modernizador, de carácter económico y social, en simultáneo con la restauración de un orden político restrictivo.

A partir de 1930 la Argentina atravesará transformaciones en distintos ámbitos aunque especialmente en el plano económico. Estos cambios permitirán nuevas formas en el uso del tiempo libre, además harán aparición nuevas ideas y prácticas recreacionales en las que comenzarán a formar parte nuevos tipos de visitantes. Así se generaron iniciativas conjuntas de la gestión estatal nacional y provincial, junto a la sociedad civil para poner en marcha un complejo programa turístico, en el que nuevos turistas acceden a nuevos bienes sociales.

La autora afirma que el cambio social, las políticas públicas y las iniciativas privadas que se llevaron a cabo durante los años 30 por los conservadores, sentaron las bases de las políticas peronistas que harían posible unos años más tarde conformar un turismo de masas. Entre ellas se destaca la construcción de caminos, obras de infraestructura, modernización y disminución de los precios de alojamiento y el transporte. Fueron iniciativas apoyadas por un plan de amplia difusión y propaganda en la prensa, el cine y la radiofonía. También tuvieron gran protagonismo las asociaciones civiles vinculadas al Automóvil Club Argentino y el Touring Club Argentino en el desarrollo de la vialidad y la construcción de caminos, generando una incipiente “cultura del automóvil” (Pastoriza, 2011:144- 149).Dichas transformaciones generaron tensiones entre las elites y los nuevos sectores sociales que comenzaron a tener acceso a los balnearios y que manifestaron diferentes hábitos de consumo, gustos y desplazamientos.

Finalmente, en la tercera y última parte del libro Pastoriza desarrolla las políticas peronistas orientadas a la implantación del turismo popular en la Argentina, colocando las cuestiones de tiempo libre y ocio en un lugar destacado del Estado Nacional. La implementación de las vacaciones pagas, por ejemplo, permitieron el

45 acceso a las clases obreras y trabajadoras al consumo turístico, conllevando a una amplia gama de planes vacacionales y excursiones garantizando el hospedaje. Mediante el viaje turístico se pretendía que nuevos actores conocieran la historia y los paisajes de la Nación. Este proyecto social de las vacaciones populares produjo un gran impacto y significación en la memoria colectiva de la sociedad argentina marcando un antes y un después, otorgándole al turismo dos roles bien definidos: indicador de distinciones e inclusiones sociales.

Para finalizar, siguiendo con la temática abordada por Pastoriza en relación a Mar del Plata como estudio de caso, hemos seleccionado tres artículos breves de la misma pero cada uno con un enfoque diferente que permiten ampliar la perspectiva estudiada. El primero de ellos se denomina “Estado, gremios y hoteles. Mar del Plata y el peronismo” (2008); el segundo “El turismo social en la Argentina durante el primer peronismo. Mar del Plata, la conquista de las vacaciones y los nuevos rituales obreros, 1943-195” (2008); por último, “Dos balnearios atlánticos entre el fin de siglo y la crisis del treinta. San Sebastián y Mar del Plata. Un ejercicio comparativo” que E. Pastoriza realizó junto a C. Larrinaga (2010).

En estos artículos, la autora hace especial hincapié en el desarrollo de la ciudad de Mar del Plata como balneario turístico, y en particular como se fue dando la masificación de la actividad, ésta apoyada por las políticas sociales durante los gobiernos peronistas. En el primero de los artículos mencionados aborda la trayectoria del hospedaje en la ciudad y su modificación a partir de la intervención de los gremios y el gobierno. La diversidad social de los veraneantes que asistían a la ciudad, dio lugar a la diversificación de los modos de albergue, conjuntamente con el decaimiento de los grandes hoteles de lujo que caracterizaron a Mar del Plata desde finales del siglo XIX y principios del XX. Así la hotelería tradicional fue poco a poco desplazada por los departamentos, el hospedaje estatal y el gremial cambiando radicalmente las características de los mismos. El escenario podría plantearse de la siguiente manera: la clase media obrera podía acceder a la adquisición de inmuebles en la costa, lo que favoreció el boom de la construcción;

46 también existía la posibilidad de hospedarse en colonias de vacaciones y hoteles organizados por la Fundación Eva Perón, a partir de convenios que esta organización realizaba con diferentes gobiernos provinciales, bajo la propaganda “Usted se paga el viaje, la provincia el hospedaje” muy difundida en la época. Esto provocó el decaimiento de gran parte de la hotelería tradicional como ya marcamos, muchos de ellos fueron demolidos, otros se reconvirtieron en propiedad horizontal y los de mayor categoría tendieron a achicarse, dando inicio a la transferencia de algunos de ellos a las organizaciones sindicales (Pastoriza 2008).

Para la autora “estos modernos complejos vacacionales representaron la consumición de una tendencia anterior” (Pastoriza, 2008: 19) refiriéndose a diversos ensayos que se venían poniendo en práctica, con el fin de atender el ocio popular. En este sentido la autora destaca el Complejo Vacacional en Los Cocos de la Asociación cristiana de Jóvenes, las empresas ferroviarias británicas que construyeron hoteles y complejos recreativos en Córdoba y Mendoza, el antiguo Ferrocarril Buenos Aires-Pacífico inauguraba en 1912 en Yacanto una colonia de vacaciones, lo propio hace 1921 el Ferrocarril Central Argentino en Alta Gracia, entre otros.

En el segundo artículo, E. Pastoriza (2008), intenta a partir de la recopilación de un conjunto de hechos que terminaron por convertir a Mar del Plata en la gran figura de la costa Atlántica, abordar y develar el significado que estos hechos tuvieron para el común de la gente, además, deja a partir de su análisis entrever el mensaje político que el gobierno deseaba instalar en la sociedad. Así el tiempo de las vacaciones y del viaje turístico se convirtió en la conquista de la clase obrera. En particular la ciudad de Mar del Plata representó el eje central del mensaje del proyecto político, basado en una conquista simbólica, por parte de la clase trabajadora y de la sociedad en su conjunto, de un espacio que, desde larga data, había sido reconocido como un bien de uso de las clases ricas de la capital porteña. Así, bajo este discurso fuertemente obrerista del derecho al descanso, las clases medias podían acceder a un tiempo de vacaciones, antes impensado, a

47 partir de la intervención Estatal.

Por último, el tercer artículo seleccionado es un ejercicio comparativo entre San Sebastián y Mar del Plata. Sus planteos nos llevan a un repaso de los antecedentes que dieron lugar a la proliferación de las ciudades con mar, a mediados del siglo XVIII, como por ejemplo, el paradigma higienista el cual otorga “una gran influencia e importancia al entorno social y ambiental en la génesis y evolución de las enfermedades” (Larrinaga y Pastoriza, 2010: 282). También marcan la preocupación por la salud en las grandes ciudades industrializadas, la revolución del consumo de la época, y los beneficios del baño termal y de ola. El predominio de este paradigma convirtió a ambas ciudades, en las favoritas de las élites políticas, económicas y sociales de sus respectivos países. Aunque a diferencia de San Sebastián, ciudad ya desarrollada, que contaba con vida social y económica desde tiempo a atrás, Mar del Plata se fue urbanizando paralelamente al fervor de la extensión de la villa balnearia: con la llegada del ferrocarril, las diversas instalaciones hoteleras y la llegada de numerosos veraneantes que cambiaron la fisonomía con la construcción de mansiones de verano.

Los autores estructuran el análisis a partir de tres elementos: alojamiento, transporte y ocio. Para el caso que aquí nos interesa, que es el de la ciudad de Mar del Plata, la primera etapa como ciudad balnearia, estuvo caracterizada por estar destinada a las clases altas del país, que eran alojadas en grandes hoteles de lujo, que se habían convertido en los grandes centros de sociabilidad porteña, ya que contaban con salones de baile y juego, momento donde los miembros de esta élite, aprovechaban para lucir sus galas en sociedad. El hotel Bristol fue el máximo exponente “de la percepción del gusto de lo más distinguido por aquella sociedad veraneante” (Larrinaga-Pastoriza, 2010:302).

Un punto a destacar del artículo, es el hecho de que muchos de los inmigrantes que llegaron a la Argentina a mediados del siglo XIX, y que se instalaron en la ciudad de Mar del Plata, fueron de la comunidad vasca. A partir del análisis que realizan los autores llegan a la conclusión que generaciones de diversos firmas

48 comerciales, entre los que se pueden mencionar almacenes, fondas y hoteles, estuvieron en las manos de la comunidad vasca marplatense, dentro de la cual se encontraba el impulsor Pedro Luro, ejemplo paradigmático del inmigrante exitoso. En relación a esto los autores sostienen que:

“Posiblemente, conjeturamos, los balnearios situados en las riberas del golfo de Vizcaya, recordados de su infancia, lo estimularon. Biarritz y San Sebastián representaban una significación especial para los nacidos en el País Vasco. ¿Hasta qué punto estaríamos ante una trasposición del modelo de Biarritz y San Sebastián a la Argentina? Muy posiblemente estos vascos que eligieron probar suerte en la Argentina, junto a otros integrantes de las clases altas, quisieron re-editar aquellos balnearios europeos en la pampa, al otro lado del océano. Y, en parte, lo lograron.” (Larrinaga-Pastoriza, 2010:293)

La emergencia del modelo de veraneante clasista vino de la mano con la modificación de la sociabilidad marplatense. El escenario de cambio estuvo marcado, entre otros aspectos, por la construcción de un edificio propio destinado para el casino (entre 1936 y 1940), el surgimiento del automóvil como medio de aproximación y prácticas turísticas, el aumento del número de veraneantes, cada vez más alejados de las posiciones económicas más altas, y las políticas sociales adoptadas por el gobierno de Juan D. Perón.

Los autores concluyen que, si bien la evolución turística de las ciudades de San Sebastián y Mar del Plata fueron diferentes, ya que la primera contaba con su propia estructura económica, la iniciativa turística pasó a constituir un sector importante dentro de la economía de ambas, favorecidas por el valor que habían adquirido las aguas frías con el paradigma higienista, aunque las dos tardías en comparación con la costa británica. Si bien ambos se convirtieron en importantes centros de distinción dentro de sus respectivos países, San Sebastián no vivió la

49 popularización que si Mar del Plata. En resumen, a lo largo de este capítulo hemos realizado un recorrido por diversos estudios que han abordado la cuestión del turismo desde distintas perspectivas. En un primer momento describimos un conjunto de trabajo que analizaba la problemática desde una mirada macro lo que hizo posible establecer las características que fue adquiriendo la actividad turística desde finales del siglo XIX hasta la actualidad en nuestro país. Por otro lado, se consideraron otro grupo de investigaciones que tomaron como perspectiva de análisis micro priorizando en sus análisis el estudio de caso. En este sentido, han sido de gran utilidad los distintos trabajos de E. Pastoriza en relación a la ciudad de Mar del Plata, en la medida que permite avanzar en el análisis del destino Necochea objeto de nuestro estudio entre 1930 y 1955). Este ha sido un punto de partida para iniciar esta investigación, en particular, no sólo como parámetro de comparación con el balneario por excelencia de la costa Atlántica, como es la ciudad de Mar del Plata, sino también, y por qué no, en contraposición a la forma de desarrollarse.

50

CAPÍTULO III Marco histórico-contextual: política, economía, sociedad y turismo en la primera mitad del siglo XX

Tarjeta postal de 1920 con inscripción “Avenida Emiliano Abásolo” vista del Royal hotel, autos y tranvías. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

3.1 La política entre 1916-1955

Con la asunción del radicalismo al poder en el año 1916, comienza una experiencia de gobierno para el país caracterizada por la combinación de nuevas prácticas con viejos modos de hacer política. Este ascenso fue posible a partir de la sanción de la ley electoral 8.871 en 1912, también conocida como la ley Sáenz Peña. La misma establecía que para todos aquellos hombres nativos o naturalizados mayores de 18 años (sin discriminar por razones económicas, sociales o culturales) el voto será universal, secreto y obligatorio. En teoría se buscaba garantizar la participación más amplia en los comicios, y evitar el fraude y la manipulación del elector.

La apertura electoral, planteó el debate sobre un nuevo diseño institucional, proceso de democratización con los principios republicanos, representativos y federales. El actual gobierno (los conservadores) no logró adaptarse a este nuevo contexto, quedando expuesto frente a una nueva y desconocida competencia electoral, cerrando un ciclo de predominio conservador y dando lugar al radicalismo.

La política Argentina se encontraba, para ese entonces, fragmentada en grupos como Unión Cívica Radical, Partido Demócrata Progresista, Conservadores y Partido Socialista, los cuales a su vez estaban subdivididos notablemente en algunas provincias, lo que generó conflictos internos. A pesar de estas diferencias, la disputa política Argentina estuvo centrada en el conflicto entre los radicales y conservadores. Siguiendo a Cattaruzza estos últimos definían a los radicales como “los incapaces que se imponían, sin más virtudes ni méritos, por la supremacía del voto y el poder del número” (2009:50).

El partido Radical asume la presidencia como la fuerza opositora al gobierno actual, por lo que su principal misión era la construcción de una nación, como la principal causa colectiva. Era un partido que se estaba constituyendo como una organización que perseguía diferenciarse del personalismo de la cuña oligárquica.

El primer gobierno radical que tuvo Argentina, como resultado de los comicios del 2 de abril de 1916, fue presidido por Hipólito Yrigoyen, cuyo mandato abarcó

desde 1916 hasta 1922. Su presidencia estaba orientada a la construcción de la Nación, como el elemento que articulaba, de forma privilegiada, la síntesis y agregación del conjunto social; con un marcado liderazgo indiscutido que giraba en torno a la figura de Yrigoyen.

Para fines de 1918, comenzaron a hacerse más evidentes las diferencias hacia el interior del partido, cuestionando la gestión Yrigoyenista. El radicalismo no logró articularse en un movimiento de alcance nacional, sino por el contrario se generaron disputas por el manejo de la administración o el reconocimiento de los organismos del partido. Para ese entonces, tanto el congreso como varios gobiernos provinciales, estaban en manos opositoras, lo que dificultaba el desempeño y accionar del gobierno (Roy Hora, 2011).

Durante la primera guerra mundial, Yrigoyen se mantuvo en una posición neutral a pesar de que el gobierno norteamericano presionó para que cambiara de posición y rompiera relaciones con sus enemigos.

Por otra parte, en lo que se refiere a su posición ante las cuestiones sociales, intentó colocar al gobierno como árbitro frente a los conflictos obreros, postura muy criticada por la oposición por su debilidad frente a los conflictos sociales.

En 1921 comenzaron a gestionarse las negociaciones para definir al próximo candidato radical para la presidencia, siendo Marcelo T. de Alvear el elegido en la convención nacional de la UCR. Como plantea Cattaruzza “Alvear era un importante dirigente, con experiencia parlamentaria y diplomática, de lealtad probada incluso a pesar de las diferencias de criterio, con extensa pertenencia partidaria y relación personal con el líder” (2009:55). Las listas radicales lograron imponerse en 12 distritos en un total de 15. El primer gesto de autonomía que tuvo Alvear respecto de Yrigoyen fue en el momento de designar a los ministros, ya que solo uno de ellos sostenía contacto con el ex presidente. De esta manera los radicales se distanciaron de Yrigoyen y luego de que el bloque parlamentario se dividiera, en 1924 los que estaban disconformes organizaron un partido diferenciado: Unión Cívica Radical Antipersonalista. Lo que los unía era la crítica

53 hacia el expresidente buscando construir el auténtico radicalismo denunciando la actitud política personalista.

Quienes apoyaban a Yrigoyen, por su parte, sostenían una política fundamentada en lo popular, antiimperialista y en defensa de la soberanía nacional e interpretaban al antipersonalismo como una división conservadora impulsada por aquellos que no eran verdaderamente radicales. El congreso fue uno de los lugares en el cual se pudo ver reflejado el conflicto entre personalistas y antipersonalistas, ya que gran parte de las bancas radicales en diputados estaban en manos “Yrigoyenistas” y la obstrucción fue moneda corriente. El gobierno de Alvear intentó diferenciarse, sin provocar rupturas, de la política intervencionista del período precedente, a través de una reforma parcial de la Constitución en 1923, como fueron la reducción del mandato de los diputados a tres años, la elección directa de los senadores a las legislaturas provinciales, que mejorará la relación entre el gobierno nacional y el provincial.

Entre las líneas de acción de dicho gobierno se puede destacar la sanción de varias leyes laborales (se reglamentó el trabajo de mujeres y menores y estableció el descanso dominical). En 1924, estableció por decreto el 1° de Mayo como feriado nacional. Dicho año también se presentó un proyecto para extender el sistema de jubilaciones que terminó fracasando porque suponía la disminución del salario. A lo largo de su mandato los conflictos sociales fueron menores comparados con el período 1917-1921, lo que se pudo observar en la disminución de huelgas y en el estancamiento del reclutamiento sindical (Cattaruzza, 2009).

En los comicios llevados a cabo en abril de 1928, la UCR obtuvo la mayoría de los votos, seguido por la UCR antipersonalista con el apoyo conservador. En dichas elecciones hubo la mayor participación de electores hasta el momento, y el triunfo de Yrigoyen fue rotundo en todos los distritos. Muchos de los dirigentes conservadores y antipersonalistas justificaban el triunfo del radicalismo con la falta de cultura cívica, incluso llegó a ponerse en duda la reforma electoral de 1912 y comenzaron a evaluar la posibilidad de recuperar el gobierno a través de otras

54 vías.

Los conflictos políticos se intensificaron, el propio presidente incluso fue víctima de un atentado fallido a cargo de un anarquista. También tuvieron lugar enfrentamientos callejeros entre diversos grupos políticos.

En 1930, la opinión pública iba cambiando y aumentaban las movilizaciones en contra del gobierno. La violencia era cada vez más intensa previo a las elecciones de diputados, en la cual el radicalismo era la fuerza dominante. La oposición ya no solo incluía a los partidos, sino también a la prensa y agrupaciones estudiantiles. En dichos ámbitos comenzaron a sembrarse las bases de un golpe de estado a cargo del ejército, con el objetivo de recuperar la vigencia de la Constitución Nacional y las reglas que debían regir la vida institucional, desconocidas según la oposición, por Yrigoyen.

Existían en el ejército dos grupos diferenciados para la organización del golpe: uno dirigido por Agustin P. Justo (ministro de guerra de Alvear) y el otro por el General José F. Uriburu. Justo convocaba a aquellos que tenían un perfil conservador y liberal entre los cuales se destacaban varios antiguos radicales; mientras que Uriburu nucleaba a antiguos conservadores de extrema derecha. Por su parte el partido Socialista y el Demócrata Progresista no estaban de acuerdo con esta medida a pesar de sostener que Yrigoyen había llevado a las instituciones a una situación crítica.

Finalmente el 6 de septiembre de 1930 triunfó, prácticamente sin resistencia el golpe de estado en Buenos Aires. El gobierno surgido de este contexto fue encabezado por Uriburu como presidente provisional. Con la UCR derrocada, se abrió una controversia política entre los grupos que habían participado del golpe. El nuevo presidente era apoyado por los nacionalistas y conservadores que estaban lejos de ser mayoritarios en el ejército. Por su parte Justo tenía mayor poder, ya que contaba con varios contactos en el ámbito político. La disputa entre ambos terminó con el triunfo de este último, quien fue candidato a presidente en las elecciones celebradas en noviembre de 1931. El año próximo asumió como

55 presidente (de Privitellio, 2012).

Poco después del golpe militar se conformó la Federación Nacional Democrática, en la cual se constituyó el Partido Socialista Independiente integrado por los conservadores de la provincia de Buenos Aires y otros grupos conservadores y antipersonalistas, quienes estaban de acuerdo con el golpe, pero no apoyaban a Uriburu.

Siguiendo la misma línea de acción, un grupo de oficiales a comienzos de 1931 le exigían a Uriburu una rápida normalización institucional planeando un contra golpe. Frente a esta situación se vió obligado a organizar un llamado a elecciones.

El radicalismo continuaba teniendo un peso importante en el ámbito político debido a que contaba con un gran apoyo popular, motivo por el cual Justo se esforzaba por convertirse en el candidato de dicho partido. Sin embargo, Marcelo T. de Alvear, quien se encontraba fuera del país, regresó para reorganizar el partido y postularse como presidente. En julio de 1931, algunos militares Yrigoyenistas intentaron la realización de un movimiento armado que fracasó, lo que provocó que varios dirigentes radicales (entre ellos Alvear) fueran deportados.

En noviembre la dictadura convocó a elecciones y la UCR proclamó la candidatura de Alvear; por su parte el general Justo construyó otra base de apoyo y en simultáneo presionó para que el gobierno vetara la candidatura de Alvear, hecho que logró poco antes de las elecciones. El radicalismo ante esta circunstancia decidió abstenerse, ya que significaba otorgarle la presidencia a Justo. Finalmente, en febrero de 1932, asume como presidente Justo y como vicepresidente el conservador Julio A. Roca apoyados por el Partido Demócrata Provincial (conservadores provinciales), el Partido Socialista Independiente (subdivisión del partido Socialista) y por la Unión Cívica Radical Antipersonalista. En segundo lugar, se ubicaron las listas de la Alianza Civil, integrada por el Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista, quienes intentaron conformar la oposición de izquierda al partido de Justo. Cabe destacar que en dichas elecciones hubo varias denuncias de fraude realizadas por las agrupaciones que

56 apoyaban a Justo para impedir que los radicales llegaran al poder (Cattaruzza, 2009).

Durante los primeros años de su gobierno y hasta 1935 la UCR decidió sostener la abstención electoral. Otro factor importante que caracterizó la política de la época fue la difícil relación entre los partidos que componían el oficialismo, cuya alianza se denominó concordancia. Competían por conseguir puestos en el gobierno, hecho que fortaleció a Justo como mediador. Otra particularidad fue la relación que mantuvo el gobierno con la oposición, ya que, a pesar de las disputas, esta última participaba de las actividades del congreso.

El 3 de julio de 1933 fallece el ex presidente Hipólito Yrigoyen, contexto en el cual se demostró la fidelidad hacia el radicalismo a través de una masiva movilización que acompañó su entierro. Este hecho provocó la reorganización del partido para presentarse a elecciones en 1935. Así algunos dirigentes e intelectuales radicales que cuestionaban los principios del “auténtico” radicalismo fundaron la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), definiéndose como Yrigoyenistas antiimperialistas denunciando la dependencia económica y política de Inglaterra (Cattaruzza, 2009).

Entre 1935 y 1936 se llevaron a cabo las elecciones a diputados nacionales y gobernador en algunas provincias, en las cuales las denuncias de fraude y voto cantado seguían siendo recurrentes. Los éxitos radicales alertaron al oficialismo para garantizar las elecciones presidenciales de 1937. Con el objetivo de no correr riesgos, el gobierno aprobó una reforma de la ley electoral eliminando la lista incompleta para los miembros del Colegio Electoral que elegiría al presidente, así quien triunfaba conseguía todos los electores.

En noviembre de 1937 varios procedimientos de fraude otorgaron el triunfo a la fórmula oficialista integrada por Ricardo Ortiz (radical antipersonalista) y Ramón Castillo (conservador) frente a la fórmula radical encabezada por Alvear. Ortiz fue el candidato elegido por Justo, en febrero de 1938 asumió su cargo. Siguiendo a Cattaruzza “es altamente probable que el cálculo de Justo fuera que la presidencia

57 de Ortiz constituía la mejor apuesta para su propio retorno, en las elecciones de 1943” (2009: 127). Por el contrario la política de Ortiz fue muy independiente.

Ortiz durante su presidencia llevó a cabo una campaña en contra del fraude orientada a garantizar elecciones limpias, hecho que lo alejaba de sus aliados. A mediados de 1940,el presidente comenzó a sufrir problemas de salud que lo obligaron a solicitar licencias en varias ocasiones. Castillo, en su reemplazo, logró conformar su propio gabinete con importante presencia conservadora. En este contexto se rompe la política dirigida en contra del fraude y el radicalismo vuelve a quedarse sin estrategias, ya que habían sido formadas en función a la política de Ortiz. Frente a esta crisis atravesada por la UCR, fueron varios los distritos en los que fueron derrotados en las elecciones para diputados en marzo de 1942 (De Privitellio,2012).

Días más tarde falleció Alvear y en julio Ortiz. Frente a esta situación garantizar el triunfo en las elecciones era muy difícil. En enero de 1943 también fallece Justo complicando la alternativa del Frente Democrático. La situación política para ese entonces era compleja, ya que eran varios los dirigentes que sostenían que la única salida era un nuevo golpe militar.

El actual presidente (Castillo) había seleccionado como candidato del oficialismo, a pesar de que no convencía a las fuerzas conservadoras, a Patrón Costas, quien era senador por Salta, conservador, además de terrateniente vinculado al negocio del azúcar y partidario de los aliados en la segunda guerra mundial.

Finalmente, el 4 de junio de 1943 tuvo lugar el golpe militar, siendo derrocado el actual gobierno sin resistencia alguna. El general Arturo Rawson fue el elegido para ocupar la presidencia, sin embargo, tres días más tarde en un movimiento militar interno y sin haber alcanzado a prestar juramento, fue reemplazado por el General Pedro Ramírez. La disputa entre los militares culminó pronto con la presidencia de Ramírez, quien en marzo de 1944 entregó el mando al general Edelmiro Farrell.

En este contexto y de forma paralelamente, comenzaba a hacerse visible y ganar

58 poder el coronel Juan Domingo Perón, quien fue designado secretario del Departamento Nacional del Trabajo en diciembre de 1943, logrando transformar dicho organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión. Cuando en 1944, Farrell asume como presidente, Perón toma el mando del Ministerio de Guerra. Durante este período comenzó a consolidarse una relación entre Perón y los dirigentes sindicales, dando como resultado disposiciones legales que mejoraron las condiciones laborales y otorgaron estabilidad para los trabajadores. Entre ellas podemos mencionar el establecimiento de tribunales de trabajo, el control del cumplimiento de las jornadas laborales, la extensión del régimen jubilatorio, las vacaciones pagas, el aguinaldo, la sanción del Estatuto del Peón que mejoraba las condiciones del trabajador rural, entre otras (Sidicaro, 1996).

Simultáneamente los opositores al gobierno militar comenzaron a asumir posiciones más duras. Entre ellos se destacaron los sectores medios urbanos con el apoyo de las organizaciones de estudiantes y las patronales. En septiembre de 1945 se realizó una enorme manifestación opositora denominada “La Marcha de la Constitución y la Libertad”, en la cual los militares opuestos a Perón decidieron actuar forzandolo a renunciar a sus cargos el 9 de octubre. Como consecuencia, días después fue encarcelado y enviado a la isla Martín García. Por su parte el Comité Central de la CGT se reunió con el fin de discutir qué posición tomar frente a la prisión de Perón, acordando finalmente una huelga general en defensa de las conquistas laborales obtenidas. El 17 de octubre los trabajadores colmaron masivamente el centro de la ciudad, mientras lo mismo sucedía en otras ciudades, teniendo como objetivo primordial la libertad de Perón. Al anochecer, el ex secretario, luego de una serie de discretos traslados, se dirigió a sus fieles desde el Balcón de la en la . Así el peronismo transformó el 17 de octubre en la fecha fundacional del movimiento (Cattaruzza, 2009).

A partir de entonces, el gobierno convocó a elecciones generales en febrero de 1946 y comenzaron a configurarse los dos partidos opositores. Por un lado, la Unión Democrática integrada por el radicalismo, el socialismo, el Partido Demócrata Progresista y el Partido Comunista; y por el otro el Partido Laborista

59 integrado por la unificación de fuerzas que apoyaban la candidatura de Perón sobre una base sindical denominada UCR-Junta Renovadora. El 24 de febrero de 1946 hubo llamado a elecciones, en las cuales triunfó el Partido Laborista, asumiendo Juan Domingo Perón como presidente y Hortensio Quijano como vicepresidente, el 4 de Junio del año en curso (Cattaruzza, 2009).

Entre 1946 y 1948, el incremento del número de afiliados sindicales representó un crecimiento de más del 50% comparado con la década anterior. Este crecimiento tuvo como base que el estado reconocería la personería gremial a la organización con mayor número de afiliados en el sector, permitiéndoles participar en las negociaciones de los convenios de trabajo. Los sindicatos eran instituciones eficaces para resolver disputas en el ámbito laboral y garantizar estabilidad. En este contexto varias fueron las huelgas llevadas a cabo por los trabajadores con el objetivo de que el gobierno interviniera en su apoyo.

En 1949, las leyes que regían las elecciones se modificaron, teniendo lugar una importante reforma constitucional que estableció el voto directo para presidente, vicepresidente y senadores nacionales, con la posibilidad de reelección. En el preámbulo de la nueva Constitución figuraba la fórmula peronista que se haría clásica: el objetivo era “construir una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana” (Cattaruzza, 2009:212). Además reconoció también derechos especiales como a la ancianidad y fijó los derechos del trabajador (derecho a una retribución justa, condiciones de trabajo y vivienda dignas, al esparcimiento, la seguridad social y la salud). Otro aspecto importante fue la sanción de la ley que les otorgó a las mujeres el derecho a votar y se realizó una modificación que restableció el sistema de circunscripción uninominal. Durante ese mismo año, el Partido Peronista se dividió en tres: sindical, masculino y femenino; siendo Perón siempre el jefe. Simultáneamente, Evita poseía un liderazgo peronista caracterizado por su relación más directa con los partidarios, en particular con los sectores más desprotegidos, dejando de lado el protocolo.

Entre los apoyos iniciales al gobierno se destaca la iglesia y la mayoría de las

60 fuerzas armadas. Con la reforma constitucional Perón podía ser reelecto en las próximas elecciones, sin embargo, la vicepresidencia no estaba definida y fue disputada dentro del oficialismo. En 1951 la CGT comenzó una campaña para que Evita fuera la candidata a la vicepresidencia, sin embargo, fue criticada por la alta jerarquía, hecho por el cual renunció días más tarde a la candidatura. A pesar de que los jefes militares consiguieron su objetivo, el 28 de septiembre de 1951 el general Benjamín Menéndez intentó un golpe de estado que fue rápidamente fallido, ya que nadie de importancia lo acompañó. Las elecciones desarrolladas en noviembre de 1951 le otorgaron una nueva victoria al peronismo. La fórmula Perón - Quijano obtuvo el 62% de los votos. Asumieron su segundo mandato el 4 de junio de 1952. Evita para ese entonces estaba enferma de gravedad y falleció el 26 de julio de ese mismo año (Cattaruzza, 2009).

A partir de los años 50 Perón comenzó a introducir el peronismo en instituciones estatales, transformando los principios doctrinarios en “doctrina nacional”. Impulsó una política de difusión de los principios peronistas en el ejército y en las escuelas, haciendo que la bibliografía oficial tuviera a Evita y Perón como referentes. Incluso se había expropiado del diario porteño La Prensa, que luego quedó en manos de la CGT.

En 1953 una nueva ley fue sancionada con el objetivo de reglamentar la radiodifusión y la televisión. De esta manera muy pocos medios recogían las voces opositoras. Ese mismo año la creación de la Confederación General Económica (CGE) les permitió una intervención estatal mucho mayor buscando controlar la expresión pública de los intereses sectoriales.

La CGT, formando parte del movimiento peronista, fue incorporada en el manejo del estado. Durante estos años pudo verse un crecimiento significativo de afiliados que transformaron a los viejos sindicatos en importantes organizaciones llegando a tener sus propias administraciones y empleados. En este contexto, el conflicto entre peronismo y antiperonismo se tornó cada vez más tenso. A comienzos de 1953 Juan Duarte (secretario de Perón y hermano de Evita) fue acusado de haber

61 participado de un hecho de corrupción, hecho por el cual Perón mandó a investigar la cuestión. Días más tarde apareció muerto y comenzaron a circular rumores de que el gobierno era responsable. La CGT decidió movilizarse en apoyo al presidente y mientras Perón daba su discurso en la Plaza de Mayo, explotaron dos bombas que produjeron 7 muertos y 100 heridos. Esa misma noche grupos peronistas atacaron e incendiaron el Jockey Club y las sedes de algunos de los partidos opositores.

Sumado a esto, en 1954 las diferencias entre el peronismo y la iglesia comenzaron a aparecer, pasando a ser esta última aliada de los partidos antiperonistas. A pesar de que en 1946 la Iglesia apoyó la candidatura de Perón, en 1950 tuvo lugar su primer conflicto en ocasión del Congreso Eucarístico. En el peronismo se argumentaba que la prédica de Jesús tenía un importante contenido social y manifestaban su preferencia por un tipo de cristianismo espontáneo que no estaba asociado a la liturgia ni la jerarquía eclesiástica. A su vez, el estado peronista proponía extenderse socialmente, siendo esto difícil de tolerar por el catolicismo, acostumbrado a organizarse y discutir acerca de cuestiones sociales y políticas.

En noviembre durante un acto peronista los discursos en contra de la iglesia fueron muy duros, hecho que se acentúo en diciembre con la eliminación de los subsidios para los colegios católicos, con la prisión de varios sacerdotes, la sanción de una Ley de Divorcio y la reducción de los feriados religiosos. También para ese entonces se consideraba una nueva reforma constitucional para separar el estado de la iglesia. Como consecuencia para comienzos de 1955 la iglesia era apoyada por militantes y dirigentes de partidos opositores.

En Junio de ese mismo año, oficiales de la marina y de la fuerza aérea intentaron un nuevo golpe de estado, que tenía como objetivo primordial el asesinato de Perón. Hecho que se vio reflejado en bombardeos en la Plaza de Mayo y zonas céntricas dejando más de 300 muertos y un alto número de heridos. En represalia esa misma noche activistas peronistas quemaron templos e iglesias importantes

62 de la ciudad. El conflicto político y social había alcanzado un alto nivel de violencia (Cattaruzza, 2009).

Perón por su parte levantó el estado de sitio, permitió a los opositores hablar por la radio e hizo cambios en su gabinete. Poco tiempo después, observando el fracaso de su política retomó la actitud de enfrentar a la oposición, hecho que provocó un golpe de estado llevado a cabo el 16 de septiembre de 1955. Las tropas leales al gobierno fueron derrotadas y el 23 de ese mismo mes asume como presidente el general Eduardo Lonardi; sin embargo, la interna militar llevó a que el general Pedro E. Aramburu desplazara a Lonardi, de esta manera las fuerzas armadas estaban de nuevo en el poder.

3.2. La economía entre 1916-1955

El comienzo de la Primera Guerra Mundial causó el rompimiento de un orden económico que se había instaurado desde las últimas décadas del siglo pasado: el modelo agro-exportador. Esta paralización económica mundial provocó un cambio en el proceso productivo, ya que los países intervinientes en el conflicto bélico, eran los principales importadores de la materia prima producida en el país (Basky y Gelman, 2001).

La antesala a esta situación, se vio marcada por la quita de las inversiones en latinoamérica por parte de Gran Bretaña, por efecto de la guerra de los Balcanes, combinada con la peor cosecha de la historia argentina hasta el momento, sucedida en 1913-1914, que obligó al gobierno a suspender la convertibilidad en el mes de agosto de 1914, para evitar la falta de liquidez. Esta circunstancia nos indica que el país ya venía atravesando una crisis, antes de que se desatara la guerra.

Dentro de las principales consecuencias a nivel internacional, podemos mencionar la desestabilización del sistema monetario, se estrechan los mercados para los productores de materias primas, y se desmorona el poder hegemónico del que

63 gozaba, hasta aquel entonces Gran Bretaña por su propia economía importadora, dando impulso a Estados Unidos como el nuevo centro de finanzas y créditos. Este nuevo surgimiento de Estados Unidos en el panorama mundial, pudo darse de esta manera porque norteamérica contó con la ventaja de no haber sido epicentro bélico.

En este nuevo panorama global, Argentina se vio obligada a reestructurar su sistema económico, cuyo eje central de comercialización era Gran Bretaña, bajo la premisa del modelo agroexportador, en contraprestación de inversiones de capital de dicho país, especialmente en infraestructura de transporte. Esto además fue necesario a partir de diversas fisuras que se visualizaron claramente, como el límite de la expansión horizontal de la agricultura, la reorientación del comercio exterior, el detrimento de las inversiones británicas, combinado con el aumento de las norteamericanas. En este período también se destacan la creciente relevancia del oro negro respecto del carbón, y el consecuente desarrollo de caminos y de los automotores, con su posterior industria en formación, con la merma del emblema británico en nuestro país: el ferrocarril (Palacio, 2000).

Si bien son muchas las opiniones con respecto a la realidad vivida durante el inicio de la guerra, la argentina no fue el país que mayores beneficios obtuvo durante esta época, ya que por un lado la industria de la transformación de materias primas nacionales, como alimento, indumentaria y talleres de reparación de máquinas y herramientas, crecieron considerablemente, otros como el sector metalúrgico, estratégico para el crecimiento interno, se vieron más afectados, porque dependía de materia prima importada. En consecuencia, se paraliza la obra pública y el empleo público, generando una caída del salario real, el aumento de los precios de los artículos de consumo y grandes niveles de desocupación. El camino que encontró el gobierno para subsanar esta realidad, fue a través del inicio de la dependencia crediticia con Estados Unidos (Regalsky, 2011).

Una vez entrados en la década del ‘20 y la finalización de la guerra, Argentina vive un período de recuperación, con el retorno de las inversiones, la recuperación de

64 los precios, reactivación del comercio exterior y las arcas públicas se estabilizan. Paralelamente se vive el rompimiento del bilateralismo comercial con Gran Bretaña, que significó el quiebre de la estructura tradicional de especialización en el sector primario con una limitada industrialización. El comercio con Estados Unidos se mantuvo estable, lo que permitió el abastecimiento de la industria a partir de la inversión de capitales privados extranjeros, lo que hace crecer ese sector nacional y peligrar el comercio de manufacturas con Gran Bretaña (Diaz Alejandro, 1975).

Se asistió el crecimiento gradual y sostenido del sector industrial durante esta década. Se registró un alto nivel de importación de maquinarias y equipos industriales, la incorporación del motor a explosión, que termina de modificar las técnicas de productividad, a la vez que se consolida el sistema del petróleo para reemplazar al carbón. Los sectores que registraron mayor crecimiento fueron los frigoríficos, automotores, petrolero, construcción, electricidad y teléfonos. Aún así, el funcionamiento de la industria nacional seguía dependiendo del comercio exterior, debido a que los insumos que se utilizaban eran en gran parte importados, por lo que la estabilidad económica seguía subordinada al capital extranjero (Regalsky, 2011).

La industria en sus inicios tuvo un desarrollo acotado asociado con la producción de bienes para el mercado interno y luego, a raíz de la disminución del comercio durante la guerra se vio favorecido el desarrollo de algunas industrias que sustituían importaciones. Hacia finales de la década de 1920, se convirtió en un sector importante para la economía: se radicaron en la Argentina varias grandes empresas extranjeras, entre las que se destacaron las norteamericanas (Barbero y Rocchi, 2002).

En octubre de 1929 los primeros indicios de la crisis que conducirían finalmente a la caída de wall street se comenzaron a sentir en nuestro país. Los fondos fiscales menguaron, el gasto del estado disminuyó produciendo como consecuencia una baja en los sueldos y un proceso inflacionario. Según la Unión Industrial Argentina,

65 hacia 1933 la industria utilizaba el 43% de la mano de obra ocupada. Dicha tendencia creció desde mediados de la década de 1930. A pesar de estas circunstancias, cuando se produce la crisis de 1929 y el golpe de Estado, la economía seguía centrada en la producción primaria para el mercado externo en un esquema de relación comercial triangular que incluía a la Argentina junto con Inglaterra y Estados Unidos. Así con la caída de la bolsa de Nueva York en 1929, deviene una gran depresión que trae aparejado la necesidad de un cambio rotundo en la orientación económica que tenía Argentina hasta aquel entonces: la exportación hacia el mercado internacional dejó de ser el gran impulso de crecimiento del país que caracterizó al período anterior.

A nivel internacional se observó la disminución del comercio mundial y la retracción de la inversión de capital fuera de las fronteras de cada país, se abandona el patrón oro en búsqueda de acuerdos bilaterales, superando el comercio abierto-multilateral propio de la etapa anterior. Para el caso de Argentina, la caída de los valores de la carne y el cereal de exportación, provocó una gran dificultad para la obtención de divisas con las que se afrontaba el pago de las importaciones y el pago de la deuda externa. Esto desencadenó en graves problemas de financiamiento del Estado, ya que gran parte de sus ingresos provenían de los gravámenes del comercio exterior. A nivel social, la consecuencia más evidente fue la desocupación (Rocchi, 2011).

Los gobiernos de la década del ‘30 tomaron diversas medidas tendientes a afrontar la situación hostil que se vivía, entre las que se pueden mencionar la búsqueda de financiamiento, especialmente interno, la creación del Banco Central de la Nación, el mantenimiento de la inconvertibilidad monetaria, la disminución de las importaciones, el apoyo y regulación a la producción agropecuaria, como así también salvaguardar las relaciones comerciales con Gran Bretaña. Ejemplo de este último punto es el tratado Roca-Runciman7 en 1933, que se basaba

7 Sólo llegó a la aprobación de la Cámara de Diputados durante el segundo mandato de Yrigoyen, firmado por él también. No alcanzó a contar con la aprobación del Senado por el advenimiento del Golpe de Estado, aunque terminó siendo dispuesto en 1933 durante el gobierno de facto.

66 principalmente, en asegurar determinados niveles de exportación de carne hacia Inglaterra bajo una tarifa congelada y la reducción de gravámenes para los productos importados de dicho país, a cambio la Argentina se comprometía a comprar en el mercado inglés los insumos necesarios para continuar los ferrocarriles del Estado durante tres años. El principal, por no decir único, beneficio que obtenía nuestro país de este tratado comercial, es la obtención de libras esterlinas a partir del acceso al mercado británico, que le permitiría equilibrar su balanza de pagos. En 1936 vuelve a extenderse dicho tratado bajo el nombre de Eden-Malbrán (Korol, 2001). Encaminados hacia la autarquía, los ingresos del Tesoro Nacional no podían seguir dependiendo exclusivamente de los recursos externos, producto de derechos a la importación y exportación y de la venta y locación de tierras de propiedad nacional. Durante el gobierno de Uriburu las medidas tomadas como respuesta a la crisis estaban orientadas a equilibrar el presupuesto del Estado: se disminuyen gastos en salarios de empleados públicos y en obra pública, se intenta incrementar los ingresos a partir de diversos impuestos internos y el aumento de los aranceles a las importaciones. Por otro lado, el problema más serio era el mantenimiento del pago de la deuda pública, compuesta por la deuda flotante y la deuda externa, esta última en su mayoría en libras.

En 1933, con Pinedo a cargo del Ministerio de Hacienda durante el gobierno de Agustín P. Justo, existió una continuidad en las medidas tomadas por parte del gobierno, con el fin de mantener una estabilidad económica y recaudatoria. Entre los más representativos podemos mencionar la creación del Banco Central en 1935, la devaluación de la moneda y los impuestos internos a los réditos y a las ventas constituyeron los gravámenes federales, precursores del nuevo régimen de rentas anticonstitucional que adoptó la Argentina desde esa época. Se establece una mayor intervención del Estado en el comercio exterior a partir de un control de cambio y en el sostenimiento de los precios y en la regulación de la producción de dicho sector (Belini, 2012).

La creación del Banco Central permitió contar con una institución que se

67 encargara de regular un sistema crediticio, actividades comerciales y el circulante, concentrar las reservas y mitigar las fluctuaciones de capital extranjero sobre la moneda nacional, producto por las exportaciones e inversiones y promoción de la liquidez, entre otros. Estas medidas mostraban una continuación en la reestructuración de la deuda pública, que se sostenía en el cambio de bonos a corto plazo por otros bonos de un pago anual menor, pero que se prolongaban en el tiempo, lo que permitía disminuir los costos anuales que le representaban al Estado.

La mejor herramienta con la que contaba el Estado era el sistema de control de cambio, que le permitía disponer quienes tendrían acceso a las divisas más baratas del mercado oficial, y beneficiarse de la actividad comercial de las empresas extranjeras. Pero este sistema acarreaba la creación de un Mercado Oficial que regulara el precio de venta y compra de moneda extranjera, y que además, estableciera un precio sostén para los productos agropecuarios (maíz, trigo y lino). A esto también se sumó la creación de diversas juntas reguladoras de diversos sectores (agrícola-ganadera, granos, carnes, vinos, leche, etc), y tenían como fin proteger la producción agrícola, a la vez que se combinaban al convenio con Inglaterra para asegurar el mercado de carnes (Girbal, 2002).

El gobierno logra una mejora sustancial en las cuentas públicas con estas medidas, y se consigue la repatriación (en peso) de parte de la deuda. Situación que desmejora que 1937 con la devaluación del peso y la ampliación del crédito, a lo que también se suma la alerta por los efectos de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Además emerge con claridad en un clima de corrupción y descrédito que envuelve al gobierno, tras la denuncia de evasión que realiza Lisandro de la Torre hacia un frigorífico, y el posterior asesinato de Enzo Bordabehere en el mismo senado de la Nación.

Aunque los efectos de la guerra no fueron tan adversos como los que se esperaban, la economía creció hacia finales del conflicto, ya no basado en las exportaciones, sino en el desarrollo de la industria. Si bien el desarrollo de la

68 misma en la Argentina creció bajo el auge de una economía agroexportadora, desde finales del siglo XIX se había desarrollado una industria ligada a la elaboración de productos y derivados de la producción agropecuaria, con el fin de ser exportados, como es el caso de los frigoríficos y los molinos harineros. Paralelamente durante este período de crecimiento económico impulsado por las exportaciones, se desarrolló un mercado interno que animó a diversas industrias, a satisfacerlo (Korol, 2001).

De esta manera, el impedimento de importar los productos, que habitualmente adquiría la Argentina por el conflicto bélico a nivel mundial, permitió que se reforzaran las medidas tendientes a reducir las importaciones durante los años ´30, lo que favoreció el desarrollo de la industria nacional, período caracterizado bajo la premisa “sustitución de importaciones”.

Con la culminación de la segunda Guerra Mundial en 1945, se vislumbran grandes dificultades para mantener el orden económico en un ambiente de posguerra. Se vive la ampliación de los roles del Estado a nivel mundial, políticas de nacionalización, a la vez que se extendía el socialismo de estado en el oriente europeo y prácticas de regulación pública en los Estados Unidos. Los conflictos bélicos y las posteriores depresiones, generaron un clima de solidaridad, y a su vez un vuelco en la visión de que el desempleo y la pobreza eran problemas políticos que se resolverían con mayor intervención estatal. Este era el panorama que se observaba a nivel mundial y que sería tomado en cuenta por Juan D. Perón al momento de hacerse cargo de la presidencia del país, tras las elecciones de febrero de 1946 (Belini, 2012).

Para este momento, Argentina vivía un proceso de industrialización que venía acumulándose desde hacía tiempo. Desde 1880 de la mano del imperio inglés, con actividades industriales que giraban en torno al ferrocarril y la elaboración de alimentos, pasando por el primer y efímero impulso de sustitución de importaciones durante la Primera Guerra Mundial. Ello se incrementara durante la década del ´20 con el flujo masivo de inversiones norteamericanas que aceleró la

69 gama de la producción nacional, y que siguió creciendo y diversificándose con el cambio de régimen macroeconómico tras la depresión del ´30.

La Segunda postguerra traía aparejada una dinámica distinta a las anteriores crisis: sobraban las divisas y faltaban bienes, en especial los indispensables para la maquinaria de la producción industrial, que no se canalizaba a través de importaciones. Por su parte los dirigentes no estaban tan aferrados a las bondades indiscutibles del bilateralismo comercial que caracterizó a las décadas anteriores, lo que dió como resultado un proceso de industrialización pujante, con el fin de sustituir las importaciones, lo que trajo aparejado el crecimiento del empleo (Gerchunoff y Antúnez, 2002).

Esta última puede considerarse una pieza fundamental de la política económica del peronismo, que no fue distintiva de los años iniciales (época dorada que va desde 1946 a 1948), como sí lo fueron la persecución del pleno empleo, el aumento de los salarios reales y el cambio profundo en la distribución. Esto pudo darse gracias al legado de una estructura productiva profundamente modificada por la expansión de la manufactura, y que se benefició por políticas de industrialización aranceladas. A ello debemos sumarle un esquema de comercio internacional básicamente cerrado, con la nacionalización de los servicios públicos como así también de algunas manufacturas y la consolidación de políticas sociales. Estos elementos fueron fundamentales para la multiplicación del poder de compra de los sectores más bajos, también la clase media accedió a nuevos bienes, lo que implicó un salto en la calidad del estilo de vida de la población (Belini, 2012).

Para ello se necesitaba consolidar una demanda interna que hiciera una suerte de motor de un período de crecimiento económico y cuyo punto de partida sería la expansión del consumo, y el gobierno contaba con dos herramientas fundamentales: una cantidad abundante de reservas internacionales en oro y divisas que se habían acumulado entre 1940 y 1948, y el IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) con poder autónomo y multifacético dentro del

70 aparato estatal que se encargaba de diversas actividades como la venta de artículos argentinos a países europeos, importación de otros, subsidió productos de consumo masivo, participó en la adquisición de los ferrocarriles, otorgó créditos a empresas públicas y ministerios para alentar las inversiones previstas en el Primer Plan Quinquenal, pero su rol fundamental para aumentar los salarios reales, fue la centralización del comercio exterior. Esta dinámica se vio favorecida también con las políticas de control de precios, la institución del aguinaldo, la ley de alquileres, la política monetaria y crediticia, palanca fundamental para el sostén de la industria (Girbal Blacha, Zarrilli y Balza, 2001).

La política que llevaba a cabo el peronismo se benefició por una serie de hechos: los salarios reales aumentaron, la distribución era más igualitaria, la demanda del dinero aumentó, y como consecuencia las presiones inflacionarias se mantienen moderadas. La transformación del Estado debía concretarse a partir de la mantención y extensión de la plataforma de la industrialización, y para ello debía coordinar voluntades, crear nuevas instituciones, estatizar los servicios públicos, realizar inversiones y preparar las fuerzas armadas, acciones todas contempladas en el Primer Plan Quinquenal (1947-1951). Durante este período se estatizaron puertos y elevadores, los ferrocarriles, los servicios telefónicos, las usinas eléctricas, empresas de gas, plantas de servicios sanitarios entre otros, lo que da surgimiento a nuevas empresas estatales que impulsaron la inversión pública (Girbal Blacha, Zarrilli y Balza, 2001).

Como marcábamos más arriba en 1949, en un contexto de vacilación económica, se produce la reforma de la Constitución, que incluyó los derechos del trabajador, ancianidad, educación y “función social”. Para seguir garantizando la expansión productiva y la justicia social debía cumplirse con dos aspectos fundamentales: la perdurabilidad de los beneficios de intercambio del comercio exterior y mantener controlada la inflación. Pero el contexto no ayudaría, con la implementación del Plan Marshall en Estados Unidos, la crisis que atravesaba Berlín y la guerra en Corea, sumada a la fuerte sequía que atravesó el país durante ‘49-’50, hizo que se produjera una caída en los precios, reducción de los volúmenes de producción y

71 en la exportación agropecuaria, una drástica reducción de las divisas que obligó a restringir todavía más las importaciones, afectando la producción industrial (Gerchunoff y Antúnez, 2002).

Ante esta situación, el gobierno emprendió un vuelco de la economía para mantener la “revolución industrial”, entonces apostó al campo: el IAPI se limitó a la comercialización de las cosechas, comprando a precios mayores de lo que lo vendía en el mercado internacional para mantener las cotizaciones. Así, entre 1949-1952 se reasignó el crédito del sistema financiero nacionalizado al sector agrario, y por último proveyó al campo de bienes e insumos de capital, en especial para la adquisición de maquinaria agrícola. Ello permitiría incrementar la productividad y el volumen de producción.

Paralelamente la inflación era un problema que debía ser atendido, y para eso el gobierno implementó ciertas medidas para reducir el desequilibrio fiscal como fueron la aplicación de nuevos impuestos sobre los salarios y gravámenes a personas, corporaciones, y cargas indirectas sobre el consumo. Pero ello implicó el frenó al gasto público con la suspensión de obras y la cancelación de otras, presupuestos más austeros a las fuerzas armadas, así se logró desacelerar el sistema crediticio por la selectividad y condicionalidad (Belini, 2012).

Perón comenzó a abandonar sus ideas para poder aceptar que un poco de ahorro externo serviría para menguar la situación que se estaba viviendo y así amortizar el nivel de vida popular alcanzado. La prioridad era mantener la productividad de la Nación, poniendo en orden las bases que la conformaban como el transporte, la siderurgia y la energía y la comunicación, o también llamadas “industrias pesadas”, aspecto que estaba contemplado en el nuevo Plan Quinquenal de 1953. Esto podía conseguirse por el aumento en las inversiones y por la apertura al capital extranjero. Pero para ya entrado el año 1955, el desgaste político ya estaba acelerado en un contexto de violencia y levantamiento militar en el interior del país, y cada vez eran más fuertes los rumores de un levantamiento militar (Gerchunoff y Antúnez, 2002).

72

3.3 Sociedad y cultura entre 1916- 1955

Entre los años 1914 y 1937 no se realizaron censos nacionales, hecho por el cual se conocen cifras provisorias de los cambios ocurridos en la época en lo que respecta a la población. Así para 1930 se estimaba que la población total del país oscilaba entre los 11.000.000 y los 12.000.000 de habitantes, mientras que a fines de la década era de unos 14.000.000. Sobre estas cifras aproximadas, el porcentaje de extranjeros era alrededor del 24% en 1930 y descendió al 19% en 1939. Finalmente en 1947, a través del Censo, se dieron a conocer cifras exactas: Argentina contaba con 15.890.000 habitantes; el porcentaje de extranjeros seguía disminuyendo y llegaba al 15%; mientras que por el contrario la tasa de población urbana crecía alcanzando el 62% (Cattaruzza, 2009: 156).

El quiebre de la tendencia al crecimiento de la población extranjera comenzó a registrarse luego de la crisis económica internacional de 1929, este había sido producto de la expansión del modelo agroexportador. La restricción de la inmigración ultramarina registrada luego de la crisis hizo dar un giro a la tendencia de las décadas anteriores. Dicha circunstancia cambiaba una de las características de la sociedad argentina desde fines del siglo XIX.

Con la llegada de los inmigrantes el Estado buscando homogeneizar la sociedad y por ende la cultura. Ello fue a través de políticas públicas que tenía como misión la nacionalización de los hijos de inmigrantes, esto fue posible a partir de la expansión de la escuela primaria y del servicio militar obligatorio (Miguez, 2011).

Durante los años 30, limitada la llegada de inmigrantes de ultramar, se produjo un aumento y reorientación de las migraciones internas, alentadas por el proceso de industrialización por sustitución de importaciones, hecho que se aceleró a lo largo de la segunda mitad de la década. Durante los años posteriores a la crisis, en los cuales la desocupación comenzó a crecer, se desarrollaron las primeras villas miseria.

73 Este contexto comenzó a mejorar a partir de 1934, cuando las industrias sustitutivas se instalaron en las ciudades y comenzaron a demandar mano de obra. La mayoría fue aportada por quienes migraban del campo o de las ciudades pequeñas a las grandes ciudades, esto provocó que el despoblamiento rural se convirtieran en una preocupación para el Estado (Caimari, 2012).

Bajo estas circunstancias ciudades como Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Rosario sufrieron modificaciones económicas y demográficas. Multiplicaron el número de casas, departamentos y rascacielos, a su vez ampliaron y construyeron nuevas calles y avenidas, conllevando procesos de modernización que perduraron hasta la actualidad.

Por su parte, en lo que respecta a lo cultural, se destacó un importante crecimiento en las tasas de alfabetización y escolarización. Consolidándose entonces, consumidores de bienes culturales como libros, diarios y revistas de diversos temas. También la radio y el cine sonoro se ampliaron y afirmaron durante esta época (Cattaruzza, 2009).

El crecimiento del sector industrial y el aumento de puestos de trabajo fue paralelo a un aumento de los sectores medios, vinculado a las posibilidades de ascenso social. La Unión Industrial Argentina estimaba que, entre 1933 y 1938, el porcentaje de la población económicamente activa ocupada en el sector creció del 43% al 47%. El aumento de trabajadores, empleados y obreros no calificados iniciaron el declive de un tipo de sindicato de etapas previas, que agrupaba artesanos y trabajadores altamente especializados y desconfiaba del estado y la política. Como consecuencia, durante los años 30, comenzaron a reorganizarse y ampliar los sectores de trabajadores que formaban parte del mismo. Varias organizaciones obreras empezaron a negociar con el estado para la resolución de conflictos y la obtención de herramientas legales relacionadas con las condiciones de trabajo. De este modo, la política comenzó a ser importante para el movimiento obrero.

Durante el estado de sitio, la dirigencia obrera sufrió represión, expulsiones del

74 país, torturas e inclusive ejecuciones. Sumado a esto la desocupación y la disminución de salarios dificultaba la actividad de los militantes sindicales. Sin embargo, a pesar de las circunstancias, dos de los centrales (La Unión Sindical Argentina y La Confederación Obrera Argentina) se unieron, retomando iniciativas de años anteriores, para construir la Confederación General del Trabajo (CGT) (Cattaruzza 2009).

La llegada de Justo al poder mejoró las condiciones para el desarrollo de los sindicatos posibilitando la negociación entre el gobierno y las organizaciones obreras. Sin embargo, tuvieron lugar importantes huelgas, en las cuales el 75% de los casos los trabajadores fueron derrotados. A partir de 1934, el porcentaje de derrotas de los trabajadores en conflictos comenzó a disminuir paulatinamente a lo largo del período.

En 1941, según el censo llevado a cabo por el Departamento Nacional del Trabajo, eran aproximadamente 440.000 los trabajadores que estaban sindicalizados, representando un importante crecimiento desde 1930. En su mayoría las bases sindicales se ubicaban en las grandes ciudades del Litoral. La situación para ellos no era sencilla, ya que los escasos convenios conseguidos eran desconocidos por las empresas, hasta incluso algunas de las mejoras obtenidas por ley. El poder de las organizaciones sindicales era insuficiente para llevar adelante el control de las condiciones de trabajo en fábricas y talleres.

Los casi diez años de gobierno peronista representaron importantes mejoras en franjas muy amplias de la población, sobre todo en los sectores populares. Se amplió el número de personas con posibilidades de acceso a bienes y servicios que antes eran reservados a sectores sociales restringidos. Entre ellos se destacan los relacionados al equipamiento y mantenimiento del hogar, esparcimiento, salud, educación y vivienda.

Como consecuencia de la mejora de los salarios reales y de la legislación laboral, creció el tiempo libre del que disponían quienes trabajaban, y a su vez las posibilidades de utilizarlo en entretenimiento. El consumo de sectores populares y

75 medios aumentó en alimentos, bebidas, electrodomésticos y espectáculos. Se aceleró el crecimiento de la escolarización primaria y secundaria, mientras se ampliaban los grupos que aportaban estudiantes a la universidad (Caimari, 2012).

Esto sumado a la extensión de las jubilaciones, las mejoras en la salud pública, la puesta en marcha de planes oficiales de vivienda, el congelamiento de alquileres y la apertura de línea de créditos económicos para la construcción, así como la ampliación del turismo social fueron algunos de los cambios ocurridos durante el período peronista que llevaron a una recuperación de las posibilidades de ascenso social y a una mayor integración.

Para 1955, los asalariados percibían aproximadamente el 50% de la riqueza nacional, los salarios reales eran de un 60% superior en relación con los de 1945. Dichos aumentos implicaron un movimiento general de redistribución de la riqueza; igualmente dicha tendencia se ajustó de acuerdo con la situación previa de los distintos sectores.

Entre 1946 y 1953 el consumo de carne, bebida, vestimenta, electrodomésticos y calzado crecieron a niveles superiores al 100%. En general el consumo se expandió a un promedio anual del 13, 5%. En cuanto a la vivienda, en 1946 los datos señalan que entre los trabajadores el 64% no era propietario de la casa que habitaba. A su vez el Censo Nacional realizado en 1947 indicaba que las viviendas alquiladas rondaban el 70% del total. Así como el congelamiento de alquileres permitió consolidar las mejoras nominales de salarios, los créditos a tasa baja y la propia construcción encarada por el estado de monoblocks y barrios de nuevas viviendas puestas a la venta con facilidades, permitieron la ampliación de números de propietarios (Cattaruzza, 2009:231). Simultáneamente, junto con la migración interna crecían las villas miseria: en 1956, 110.000 personas se hallaban en esa situación en Buenos Aires.

La salud pública fue otra de las áreas importantes en este proceso: se impulsaron campañas de prevención y erradicación de enfermedades y se llevaron a cabo vacunaciones masivas. Dichas campañas eran acompañadas con propagandas

76 que fomentaban la educación sanitaria. Entre 1946 y 1954 se duplicó el número de camas disponibles en los hospitales.

Medidas como las vacaciones pagas y el aguinaldo regían para todos los trabajadores impulsando el desarrollo del turismo de masas. El gobierno construyó colonias turísticas manejadas por la Fundación Eva Perón (desarrollaba tareas asistenciales dirigidas a los grupos más vulnerables entre los sectores populares). A Mar del Plata en 1940, habían arribado 380.000 turistas, mientras que en 1955 llegaron a 1.400.000; hecho que demuestra la masividad y crecimiento del sector (Cattaruzza, 2009:233).

En cuanto a la educación; en la enseñanza primaria la tasa de crecimiento anual de la matrícula se recuperó y superó las cifras de los años 30. Los avances más significativos se dieron en el nivel secundario: el crecimiento anual promedio de la matrícula rondó el 11,5 % superando las cifras de los años 30. Simultáneamente aumentaba el número de estudiantes que eran miembros de sectores trabajadores, así como la extensión de la escolarización secundaria a gran parte de los grupos medios. También creció el número de estudiantes universitarios, integrado por 6 universidades nacionales: Córdoba, Buenos Aires, , Tucumán, Litoral y Cuyo. Desde 1949 el área de educación tenía su propio ministerio y en 1950, a través de un decreto, se estableció la enseñanza universitaria gratuita.

Entre 1946 y 1950, el gobierno peronista quiso impulsar sus propias políticas culturales reformando las reparticiones que habían sido creadas en la década anterior. Se creó la Subsecretaría de Cultura y la Junta Nacional de Intelectuales. Otro proyecto fue el de poner al alcance de auditorios y públicos más amplios un conjunto de productos culturales relacionados con la argentina tradicional que el gobierno consideraba como parte de la educación y mejora en la calidad de vida. Así se estableció que en las radios debía difundirse un 50% de música nacional, se organizaron viajes en tren por el interior, se creó la Orquesta Sinfónica Municipal y luego la Nacional, se dieron recitales gratuitos de música clásica en el

77 Teatro Colón y se brindaban funciones gratuitas en el salón de actos de la Facultad de Derecho para los sindicatos y la Fundación Eva Perón (Saitta, 2012).

3.4 El turismo en la primera mitad del siglo XX

3.4.1 El turismo de élite y los primeros destinos turísticos

El turismo en la Argentina comienza a desarrollarse en las últimas décadas del siglo XIX, momento en el cual se consolida el proceso de organización nacional y el Estado-Nación, a la vez que se afianza el modelo agroexportador, en el cual la Argentina se posicionó como proveedor de materias primas – cereales y carnes – en el orden mundial como hemos venido marcando en estas páginas.

En sus inicios, la demanda turística se circunscribía a los miembros de la élite, es decir, a los sectores sociales más acomodados de la población, quienes imitaban comportamientos sociales de las élites europeas, con los que se sentían identificados. Tenían un estilo de vida caracterizado por el lujo y la ostentación. Así, como plantea Bertoncello, “el turismo tiene para estos grupos una clara función social, en la medida en que se trata de una práctica compartida que define y refuerza el grupo de pertenencia y establece claras distinciones respecto de los otros.” (2006:319).

La élite se desplazará hacia destinos cuyos principales atractivos eran la playa y la montaña, similares a los que se desarrollaban en los destinos turísticos europeos. El alojamiento jugaba un papel fundamental en este tipo de turismo, ya que los grandes hoteles debían ofrecer servicio y confort semejante al modelo europeo: contaban con grandes salones comedores donde se desarrollaban las fiestas aristocráticas, sala de espectáculos, sala de juego, sala de lectura, además de las espaciosas y lujosas habitaciones. Un papel secundario o casi inexistente tenían los baños en el mar, ya que el papel fundamental lo ocupaba el disfrute del paisaje (Walingre, 2007).

En lo que respecta a las localidades de montaña, en ellas se consolidó un turismo

78 relacionado con la salud. Así se le otorgaba al aire serrano un conjunto de cualidades sanativas que prometían hacer posible la cura de afecciones comunes en la época, como aquellas relacionadas a las vías respiratorias, por ejemplo. Otro destino destacado eran los centros termales, con sus grandes hoteles, organizados alrededor de sus salas de baño, donde la importancia radicaba en las propiedades curativas de las aguas para las enfermedades reumáticas, afecciones herpéticas, enfermedades nerviosas y crónicas (Schluter, 2003).

El desarrollo de esta forma de turismo estuvo apoyado en mejoras significativas no sólo en aspectos edilicios y de infraestructura hotelera, sino que fue posible por el desarrollo ininterrumpido que tuvo en las primeras décadas del siglo XX el transporte ferroviario y automotor en el país. Como marca acertadamente Schluter (2003), en esta época el ferrocarril se convirtió en un elemento central para desarrollar y potenciar el turismo. En 1880 se contaba en la Argentina con una extensión de 2516 kilómetros de líneas férreas, número que fue cuadruplicado para 1890 y llegó a alcanzar los 28332 kilómetros en 1910. Estas cifras demuestran la importancia que adquirió este medio de transporte, que no solo impactó en el transporte de mercaderías –destino fundamental de sus servicios–, sino también en el transporte de personas.

En ese sentido, el turismo se vio beneficiado ya que por una parte proporcionó viajes más cómodos y seguros, y por otro, las empresas ferroviarias se encargaron de la construcción y de la administración de hoteles en sitios que carecían del equipamiento necesario para hospedar a los viajeros, aumentando el tráfico de pasajeros por todo el territorio nacional. En las primeras etapas de este proceso el ferrocarril tuvo un papel destacado, por haberse extendido en el territorio nacional permitiendo la accesibilidad a los lugares turísticos, y posibilitando el traslado de los turistas. Es de suma importancia destacar el rol que las empresas ferroviarias jugaron en la prestación de dichos servicios, ya que edificaban hoteles en zonas potencialmente turísticas y ofrecían boletos económicos y combinados que incluían el transporte y la estadía (Wallingre, 2007).

79 Además del ferrocarril, otro medio de transporte iba emergiendo como alternativa para los turistas: el automóvil. Su impacto positivo en el turismo no puede disociarse de la acción de asociaciones como el Automóvil Club Argentino (ACA) y el Touring Club Argentino (TCA), a comienzos del siglo XX, que exigían al Estado la construcción de caminos, la señalética correspondiente y la difusión de una pedagogía automovilística. Ambas entidades desarrollaron numerosas actividades que fomentaron el desarrollo de la actividad, tales como publicar planos camineros del país, diagramar paseos por zonas pintorescas, brindar información necesaria al público en general en materia de turismo, entre otras. Junto a esto, el Estado nacional profundizó desde los años veinte un plan de construcción de carreteras y mejora de caminos que fue fundamental en la expansión automovilística en el país, fomentando la circulación por zonas antes vedadas e incentivando nuevos destinos turísticos en todo el territorio nacional (Piglia, 2014).

3.4.2 Los primeros pasos hacia el turismo de masas

Durante la década del 20, el turismo fue impulsado en el interior del país con una doble función: buscar des-provincializar a los habitantes del interior y argentinizar a los porteños. La expansión del turismo con esta doble función había comenzado durante la Primera Guerra Mundial, pero el progreso más notable ocurrió durante estos años con la consolidación de las clases medias, sumado a la difusión del automóvil y a ciertas políticas sectoriales. En este sentido, “el turismo representó un instrumento de modernización que contribuía eficazmente con la transformación de la Argentina de país rural en moderna nación urbana; este junto con la expansión de la red caminera y la obra pública, era símbolo y acción de progreso” (Capanegra, 2006:46).

Dichas transformaciones tuvieron lugar, como ya marcamos, en un contexto en el cual retornaban los conservadores al poder mediante un golpe militar, se produjo una marcada crisis económica que se desarrolló en los años treinta a nivel mundial, lo que generó reducción de flujos migratorios internacionales, y se dieron

80 migraciones internas en la Argentina que llevaron a un número importante de individuos del interior hacia los grandes centros urbanos. Este fenómeno fue potenciado por el proceso de industrialización por sustitución de importaciones. De esta manera, la Argentina pasó de un modelo abierto de crecimiento a uno semi cerrado, con una declinación de la base agropecuaria y de apertura comercial, sobre la que se había afirmado la fortaleza de su economía, pasando a desarrollar una industria liviana sustitutiva de importaciones. Esto influyó claramente sobre el modelo turístico.

El cambio fundamental que se produjo durante dicha década en materia turística fue convertir a la actividad en una preocupación pública y, por consiguiente, el Estado jugó un importante papel para fomentar su desarrollo. Dentro de las acciones realizadas podemos destacar la construcción de obras públicas e integración territorial mediante un mayor tendido vial, la sanción de la Ley 12.699/39 la cual faculta a la Dirección General de Arquitectura a otorgar créditos para la construcción de hoteles y su amueblamiento, y la sanción de la Ley 12.103/34 de la Dirección General de Parques Nacionales dentro del Ministerio de Agricultura, que habilitaba la creación de zonas protegidas dentro del territorio nacional, potenciales destinos turísticos centrados en el contacto con la naturaleza.

Durante la década infame, la función civilizadora que se le otorgó al turismo, sumado a las transformaciones legislativas que favorecieron el desarrollo de la actividad en los sectores medios (sábado inglés, la jornada laboral de ocho horas y las vacaciones obligatorias pagas), alentaron un proceso de democratización del acceso al ocio, que pocos años después el peronismo extendería a los sectores obreros. Las clases acomodadas y los sectores medios comenzaron a veranear en las mismas regiones, aunque en zonas y hoteles diferentes. Se generaron entonces conflictos entre una elite que participaba mayoritariamente del turismo y mantenía la exclusividad durante muchos años, con otras clases sociales que incomodaban su privacidad (Walingre, 2012).

81 Dichos cambios sociales conllevaron la transformación de la práctica turística, la modificación de los destinos tradicionales y la consolidación de nuevos destinos. El derecho al descanso se fue asociando cada vez más con el turismo, ya que este fue visto como instancia de recuperación física y mental necesaria para el mundo laboral. Como plantea Bertoncello, “paulatinamente, el turismo se instala como una necesidad, y también, como un derecho” (2006: 322).

3.4.3 El peronismo y el triunfo del turismo de masas

Con la llegada de Juan D. Perón al gobierno (1946-1955), este se constituirá en un momento paradigmático de ese proceso de democratización del ocio que hemos mencionado. Ello será posible en especial porque las políticas que se desplegaron en estos años lograron incluir a los hasta entonces excluidos de las prácticas turísticas. Así en un contexto económico con un fuerte rol del Estado, se sostendrá una política económica preocupada más por la redistribución que por la generación de nuevos recursos. En el plano institucional se traducía en una fuerte intervención en favor de nuevos beneficiarios sociales – los trabajadores –, el papel de Estado se impuso sobre los partidos políticos como canales de intermediación de los intereses.

El peronismo buscaba crear un vínculo sólido entre el régimen y sus seguidores, basado en compartir costumbres y gustos comunes con el fin de crear en el imaginario popular un recuerdo no solo de un buen gobierno, sino también de un clima festivo en el cual las clases populares tuvieran un acceso fácil al consumismo, la diversión y mayor tiempo libre. En ese contexto, las vacaciones se transformaron en un derecho, y los sectores trabajadores en naturales beneficiarios de las mismas. Su éxito fue factible cuando el gobierno reconoció la importancia de una activa participación del Estado en el fomento del tiempo libre, por medio de la puesta en marcha de un programa de políticas públicas con la finalidad de difundir el turismo y los diferentes destinos turísticos a lo largo del país (Pastoriza, 2011).

82 Estas acciones fueron una entre tantas que tenían como objetivo importante organizar y controlar a las masas y ampliar su consenso político. El turismo fue posible para los sectores trabajadores porque fue acompañado de otras acciones que permitieron la mejora de sus condiciones de vida como marcábamos páginas atrás: la fijación de salarios mínimos, el congelamiento de los alquileres, el establecimiento de precios máximos a los artículos de consumo popular, los créditos y los planes de vivienda, las mejoras en la oferta de salud pública, la construcción de escuelas y colegios, la organización del sistema de seguridad social, entre otras. En ese contexto, la implementación de los programas de turismo social fue un elemento más que, junto a los antes mencionados, proporcionaron cambios significativos en el nivel de vida de las clases trabajadoras (Wallingre, 2007-2011).

En cuanto a las políticas relacionadas con la actividad turística, las cuales serán de gran importancia para nuestra investigación, podemos mencionar el otorgamiento de paquetes vacacionales a precios controlados, la ampliación y mejora de la infraestructura necesaria para el desarrollo del turismo, el incremento de la capacidad hotelera, descuentos en tarifas de transporte y la organización del turismo popular y/o social administrado desde el propio Estado, los Sindicatos y la Fundación Eva Perón.

Cabe destacar que es el primer gobierno de Perón el que incluye al turismo en su planificación nacional. Según las palabras del presidente Perón, en el contexto de estas políticas sociales, el turismo social:

“tendrá como finalidad posibilitar el acceso de la población trabajadora a los lugares de turismo y será organizado facilitando a los servicios de bienestar y asistencia social de las asociaciones profesionales, la construcción de hoteles y colonias de vacaciones, y las franquicias posibles en los medios de transporte. No es un objetivo “ideal”. Está en plena marcha. Los trabajadores saben cuánto hizo el

83 Gobierno y la Fundación Eva Perón en esta tarea de fundamental trascendencia social” (citado en Pastoriza, 2008:203).

El ocio popular estaba integrado por dos tipos de demandas claramente definidas: las áreas marginales comprendidas por los Parques Nacionales y aquellas ya consagradas por las elites y las clases medias altas, como Mar del Plata y Córdoba. Desde sus inicios, uno de los propósitos del Estado fue promover una fuerte vinculación con el sector sindical, ya que los mismos serían los encargados de la organización y prestación de la actividad turística para sus afiliados. Dichas vacaciones fueron promocionadas a través de un eslogan muy recordado: “Usted se paga el viaje, el gobierno el hospedaje”. El mismo era asociado a los premios relacionados con una mayor y mejor producción en las fábricas, los talleres y las áreas rurales.

Paulatinamente se fue consolidando una organización nacional del turismo mediante la creación de una Escuela de Capacitación Hotelera y Turística, la generación de una nueva clasificación y sistema tarifario hotelero, la elaboración de una Ley Nacional de Turismo y un sistema de inversiones e incentivos destinados a la industria privada. Dichas políticas produjeron un gran impacto y significación en la memoria colectiva de la sociedad, sobre todo en las clases trabajadoras. Marcaron un corte en la historia que perdura hasta la actualidad, ya que para muchos representó la ampliación de sus horizontes al poseer el acceso a una mayor cantidad de beneficios con una estructura de ingresos más igualitaria. También se deben destacar factores intangibles que formaron parte de esta significación integrados por sentimientos y emociones desconocidas hasta entonces, como son el orgullo, el respeto, la dignidad y el llegar a “ser alguien”. Según Pastoriza, la actividad turística durante el gobierno peronista cumplió dos funciones fundamentales: por un lado, ser indicador de distinciones, y por otro de inclusión.

84

CAPÍTULO IV Necochea: su transformación en ciudad turística

Vista Aérea de la playa céntrica y Rambla Municipal 1968. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

4.1 El trazado de la Ciudad de Necochea

A principios de 1890 comenzó a desarrollarse la venta de terrenos en la costa marítima de la ciudad de Necochea originando el barrio balneario, a más de cuatro kilómetros del centro de la ciudad. Unos años antes, emprendimientos privados habían comenzado a dinamizar la costa. En 1885 un inmigrante vasco llamado Julián Arzúa inaugura el primer hotel en la ciudad denominado “La Perla de San Sebastián Argentino”, y posteriormente el “Balneario Arzúa”. Dos años después se construye el segundo hotel, “La Perla Hotel Marino” y en 1892 “La Perla General Díaz Vélez”. Así de manera paulatina, la costa marítima se fue poblando con edificaciones de diversos estilos, teniendo como eje central a la Rambla Municipal, la cual era un importante centro de encuentros sociales y paseos. Los baños de mar comenzaron a ponerse de moda incentivando la construcción de un importante número de negocios y alojamientos.

Aunque al fundarse la ciudad, en 1881, los necochenses ya soñaban con un balneario y algunos de los fundadores plantearon que la ciudad fuera creada sobre la costa, no fue hasta 21 años después que comenzó a hacerse realidad aquel sueño y recién en 1945 se expropiaron las tierras para urbanizar la zona balnearia.

A fines de 1901 Eustaquio Díaz Vélez (heredero del general Eustaquio Díaz Vélez) había comenzado las gestiones para la fundación de un pueblo entre el ejido de Necochea y el océano. En febrero de 1902, el ingeniero Carlos Paquet realizó el proyecto. El Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires dictaminó que el proyecto debía ser modificado, pues la extensión de las manzanas era considerada excesiva. Allí comenzaron los inconvenientes y no por Díaz Vélez, sino por las autoridades. Los herederos del dueño de la tierra proyectaron un trazado de avanzada turística, superior al de .

Aunque se escucharon voces de protesta contra la familia Díaz Vélez, fue el Concejo Deliberante el que no aprobó el proyecto.

El 26 de septiembre de 1927, al aprobarse la ley 3.928 de ensanche del ejido de Necochea en 10.000 hectáreas, los herederos de Díaz aceptaron también el

86 ensanche de lo que ya comenzaba a llamarse la Villa Díaz Vélez.

En 1939, la señora Mathilde Álvarez de Toledo de Díaz Vélez solicitó la aprobación de la división de tierras en lo que hoy es la villa balnearia. Intervino el ingeniero Justo Duggan y la dirección de Geodesia aprobó el proyecto, ya que se trataba de una ampliación del ejido y las reservas de uso público sobrepasaban el porcentaje establecido por la ley. Sin embargo, este proyecto encontró oposición en la Municipalidad de Necochea por considerarse que la "subdivisión es inconveniente para una ciudad balnearia cuya población estable y de temporada no es de gran densidad". Se consideraba que era inútil la ampliación de la zona balnearia en "regiones actualmente despobladas".

La Dirección de Geodesia expresó en ese momento "que no puede privarse a un particular la facultad que tiene de dividir o vender su propiedad, siempre que se ajuste a las reglamentaciones vigentes". El asesor del Gobierno adhirió a la opinión de Geodesia y aconsejó la aprobación del fraccionamiento. El Consejo de Obras Públicas de la Provincia consideró que podían aprobarse las subdivisiones propuestas. El Comisionado Federal, por decreto 6.043, aprobó el proyecto. Pero la Municipalidad de Necochea, basándose en opiniones de la Asociación de Fomento y de la Cámara Comercial local, dictó una resolución que estableció "oponerse en forma terminante a la ampliación del ejido” de la villa balnearia.

Recién en 1945 las autoridades municipales y entidades locales parecieron ponerse de acuerdo al respecto y comenzaron a exigir la aprobación del proyecto de expropiación de las tierras que pertenecían a doña María del Carmen Felicitas Díaz Vélez de Álvarez de Toledo.

4.2 Los primeros cambios hacia la “modernización” de la ciudad

Como habíamos marcado en páginas atrás, entre finales del siglo XIX y principios del XX se desarrolla lo que se conoce como la “belle époque”, época que estuvo marcada por la ostentación y el lujo de las clases pudientes. Ello se reflejó en diversos ámbitos de la sociedad, desde la arquitectura hasta los espacios de ocio.

87 Un ejemplo, de esto son los llamados “hoteles de lujo” que se crearon en ese tiempo, que a su vez eran frecuentados por los miembros de la elite. Dentro de este grupo se encuentran el hotel Edén en la localidad de La Falda, Córdoba; el Bristol Hotel en Mar del Plata; hotel Termas Rosario de la Frontera, Salta; Hotel y Casino Termas de Reyes, a 30 km. de la ciudad de San Salvador de Jujuy, entre otros. Parte del imaginario de los veraneantes de la época, era encontrarse con paisajes, no solo naturales, sino también arquitectónicos, que les representara al viejo continente. Cabe destacar que gran parte de la aristocracia que comenzó a movilizarse por el país por motivos de descanso a finales del siglo XIX y comienzos del XX, había tenido oportunidades de conocer Europa, ya sea por viajes de estudio, negocios, o por socializar con personas que habían visitado el continente (Schlüter, 2003).

A pesar del incipiente desarrollo que tenía Necochea como ciudad, en ella se visualizaron en 1914 varios hoteles (volveremos sobre esta cuestión). Además, contaba, gracias a un arduo trabajo de la Sociedad de Fomento8 (encabezada ésta por el vecino Domingo Olivera), con un sistema de tranvías que unía a la ciudad con la playa abarcando aproximadamente 80 cuadras saliendo por la actual calle 62 y siguiendo por 61, 56, av. 59, av. 42, 87 hasta av. 2. En un principio dicha línea iba a ser a tracción eléctrica, razones de última hora determinaron la tracción a vapor (véase Imagen 4.1).

8 Sociedad de Fomento: Institución creada y sostenida por vecinos que se unen de manera voluntaria sin fines de lucro con el objetivo de llevar a cabo acciones que beneficien el desarrollo y progreso de la ciudad. Sus fondos han sido constituidos con “honorosos y voluntarios aportes de los señores vecinos, que han facilitado nuestra labor en pro del adelanto local…” (Anuario de Ecos Diarios, 1941:26) La misma fue fundada en 1881, junto con la fundación de la ciudad y fue la encargada de hacer entrega de los terrenos a los vecinos adquirentes. Fué presidida por Ángel Ignacio Murga.

88 Imagen 4.1 Inauguración del tranvía a vapor (3 de enero de 1913)

Fuente: Primer Museo Virtual del Transporte Argentino. www.busARG.com.ar

Pero la vida del tranvía fue corta en nuestra ciudad. En aquel entonces, Necochea se había transformado en una de las ciudades turísticas más importantes del país, por lo que requirió un sistema de tranvía más eficiente, renovándose las viejas máquinas por tranvía eléctrico a trolley (véase Imagen 4.2).

89 Imagen 4.2

Inauguración del tranvía eléctrico (8 de febrero de 1914)

Fuente: Colección Aquilino González Podestá.

El tranvía cambió la fisonomía de la ciudad, ello fue posible debido al trabajo de la Asociación de Fomento, quien realizó importantes obras que le imprimieron un halo de esplendor y despegue para Necochea en los años comprendidos entre 1910 y 1914.

El trabajo de esta asociación no se circunscribió solo a la instalación de los tranvías, sino que también participó en la construcción del Casino, con amplias salas que se caracterizaron por estar lujosamente ambientadas.

Según los Anuarios del Ecos Diarios, a partir de los años veinte y treinta, la ciudad tenía una amplia variedad de alojamientos y transportes de diversas tarifas que facilitaban una estadía más económica, lo que generó que las primeras familias ricas veraneantes fueran acompañadas por otras procedentes de clases sociales más bajas. A partir de este hecho la ciudad amplió su paisaje social estival. En relación a esto, Antonio F. Ignacio, propietario de Ecos Diarios, sostenía en 1931, que: “Como balneario propicio para descansar y disfrutar de unas gratas vacaciones, no existe en nuestro país ningún otro que aventaje al de Necochea”.9

9 En los ´30 Necochea recibía 10.000 turistas por verano. En el álbum del Cincuentenario de

90 En esta misma línea y para sostener esta argumentación es importante remarcar que para los necochenses la ciudad estaba atravesando importantes transformaciones que se visualizaban

"magníficos lugares de recreo a lo largo de la costa y en la riberas del Río Quequén Grande. La belleza admirable de sus paisajes y los encantos múltiples que Necochea ofrece por doquier, hacen de él el sitio ideal para todos los veraneantes que buscan reposición de energías y esparcimientos saludables a pleno contacto con la naturaleza pura”.10

Estos cambios también fueron captados a través de la fotográfica unos años antes (véase Imagen 4.3).

Imagen 4 .3

Vista aérea Villa Díaz Vélez (1927)

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra- historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas-verano-32474.html 10 En los ´30 Necochea recibía 10.000 turistas por verano. En el álbum del Cincuentenario de Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra- historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas-verano-32474.html

91 En relación a la playa sostenían que "su edificación es modernísima. Aparte de los suntuosos hoteles construidos últimamente, un sinnúmero de elegantes y confortables chalets ofrecen una espléndida impresión de conjunto”.11 (véase Imagen 4.4)

Imagen 4.4

Playas céntricas de Necochea

Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1931.

Así el comienzo de la década del 30´se visualizaba muy próspera para la ciudad balnearia y para la Villa Díaz Vélez, en particular:

"va progresando en forma asombrosa”, …”los grandes adelantos que en pocos años a esta parte se han operado en la villa, hacen que ésta vaya perfilándose como la gran ciudad balnearia del futuro”. 12

Esta prosperidad se visualizaba en La Villa Díaz Vélez, por ejemplo, a partir de numerosos hoteles que se había instalado en la zona: Necochea, La Perla Hotel Marino, Royal, Atlántico, París y Playa (véase Imagen 4.5 y 4.6). Además, sobre

11 Álbum del Cincuentenario de Necochea recuperado el 11 de noviembre de 2014 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/11/11/necochea-recibia-10000-turistas- verano-32474.html

12 Ibidem.

92 la misma playa se encontraba el establecimiento balneario La Sirena, dotado de un moderno servicio especial de baños calientes y fríos de agua de mar.

Imagen 4.5

Postal del Hotel Necochea y balneario (1930)

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

93 Imagen 4.6 Royal Hotel (1940)

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

Para estos años no faltaron tampoco "los establecimientos de baños con casillas movibles figuran los de Barbarito Hnos., Manuel Uzobiaga y de los hoteles La Perla, Royal y París”13. Hay que tener en cuenta que "las comodidades en materia de hospedaje que ofrece Necochea durante el verano, son completadas con los establecimientos existentes en el centro de la ciudad y que funcionan todo el año: España, Vasconia, Gran Hotel, La Paz, Liverpool, Averhoff e infinidad de casas de pensión”14, concluía la nota.

El desarrollo urbanístico de la ciudad fue acompañado por un auge en el comercio. Este se visualizaba claramente en la Rambla Municipal que era considerada un verdadero centro comercial, en el que los turistas podían acceder a comercios de

13 Ibidem. 14 Ibidem.

94 diferentes ramos y comprar los más diversos productos (véase Imagen 4.7). Por otra parte, el balneario contaba con cine, bares, servicios de telégrafo, teléfono, tranvía eléctrico y ómnibus.

Imagen 4.7

Entrada a la Rambla ubicada en actual Avenida 2 y calle 83 (1930-1940).

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

A principios de la década del 30, la joven Villa Díaz Vélez albergaba a unos 10.000 turistas por año, de acuerdo a las cifras dadas a conocer por el Ferrocarril del Sud. Los veraneantes se alojaban en los hoteles y casas de pensión del balneario y de la ciudad, viviendas particulares y chalets.15

15 Ibidem.

95 4.3 Cómo llegar a Necochea y a la playa: desarrollo del transporte hacia y en la ciudad

Como hemos marcado páginas atrás, desde finales del siglo XIX y principios del XX, la red ferroviaria se extendió por todo el país y por supuesto Necochea no fue la excepción. Este fue el medio de transporte por excelencia que utilizaban los turistas para llegar a la ciudad. Gracias al Ferrocarril del Sud Buenos Aires y Necochea se encontraban cada vez más cerca. El número de trenes para los años 30 había aumentado considerablemente, se incorporaron 3 trenes más semanales que circulaban vía Chas y , vía Las Flores, Cañuelas y Tandil y vía Dolores.

Así la temporada 1935/36 “arrojó un saldo favorable”: según las estadísticas otorgadas por el Ferrocarril del Sud son más de 15.000 los turistas que visitan nuestra ciudad brindando un aporte anual del 25% a la economía local. Las cifras fueron iguales a la temporada anterior16. No hubo aumento debido a la inestabilidad del tiempo, factor que afectó a todos los balnearios de la costa. Cabe destacar que en dicha época la temporada estival tenía una duración total de 5 meses comenzando el 1 de diciembre y finalizando el 30 de abril. Necochea tenía una doble condición, por un lado era un centro granero exportador y por otro un lugar de veraneo. Como consecuencia las obras de vialidad se llevaban a cabo con doble función: por un lado son caminos de trabajo y por otro de turismo.

Algo similar sucedió “durante la temporada 38/39 vinieron a Necochea 25.000 turistas. En pocos años, la afluencia de veraneantes al segundo balneario del país se ha triplicado. Ya en el período 1937/38 la estadística del F.C. SUD señalaba para Necochea el récord de aumento proporcional sobre todos los puntos del circuito marítimo y serrano del sud bonaerense” expresaba con entusiasmo el diario local en 1940. 17 Además en referencia a las cifras de visitantes estivales, datos que corroboraba la Asociación de Fomento según se expresa en el Anuario del Ecos Diario de 1940, la cantidad de pasajes expedidos hacia la localidad de

16 Ecos Diarios, Anuario 1937. 17 Ecos diarios, Anuario 1940.

96 Necochea por el F.C.S. (Ferrocarril del Sud)18 desde Plaza Constitución, y La Plata sumaron 12.95019, sin incluir en dicha cifra, los veraneantes que viajaron en otras líneas del F.C.S, ni los que se aproximaron en automóviles particulares. Estas estadísticas levantaban un fuerte entusiasmo en la comunidad con respecto a las temporadas venideras, ya que año tras año, las cifras de visitantes iban en ascenso. Ello se visualiza claramente en playas repletas de veraneantes (véase Imagen 4.8).

Imagen 4.8

Playa céntrica en 1940.

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

Además, debe tenerse en cuenta que durante los meses de diciembre, marzo y abril comienzan a regir los boletos ferroviarios combinados con hospedaje ofreciendo al turista un veraneo económico, tanto en lo que respecta al viaje como a la estadía. Los boletos de turismo más económicos valían $35 por persona ida y vuelta en coches de primera clase, mientras que los boletos de temporada alta (enero y febrero) el precio era a partir de $40 por persona ida y vuelta también en

18 A partir de aquí se utilizará la abreviación F.C.S para referirse al Ferrocarril del Sud. 19 Ecos Diarios, Anuario 1940.

97 primera clase. Entre Necochea y localidades vecinas (Mar del Plata, Miramar, Lobería y Balcarce) había ómnibus dos veces por día. Los precios de los mismos oscilaban entre $ 4 y $ 5.20

En 1938 comienza la construcción de varias rutas, entre ellas la ruta Mar del Plata – Necochea y la ruta de Lobería. Estas serían punto de convergencia de varias otras rutas que permitirán seguir fomentando el balneario. Aunque cabe remarcar que el ómnibus no era aún, una competencia para el tren ya que el servicio de ómnibus de la empresa “El Rápido” tardaba desde Buenos Aires 8 horas y 20 minutos mientras que el tren 7 horas y 45 minutos.

Para 1947 cuatro eran las rutas pavimentadas principales que facilitaban las relaciones sociales y comerciales de Necochea con ciudades y pueblos de la región. Estas eran: la de Mar del Plata, la de Lobería, la de Juárez y la de . Para completar el circuito pavimentado regional y turístico solo faltaba unirnos con Balcarce y Tandil. Un aspecto que se hallaba retrasado es el referido a los accesos de los pueblos del interior de nuestro partido a las rutas pavimentadas que se internan en el mismo. También atravesó Importantes progresos la empresa de transporte de pasajeros que prestaba servicios entre el centro y el balneario, conocida como Compañía de Ómnibus Pampa. Esta aumentó la cantidad de coches e incorpora “3 super- pullman” con capacidad para 15, 21 y 25 pasajeros cómodamente ubicados. Estos eran coches modernísimos proporcionados por una importante empresa de Buenos Aires, conocida por la gran comodidad que ofrecen sus coches y la rapidez y seguridad de su correcto servicio (véase Imagen 4.9).

20 Ecos Diarios, Anuario 1942.

98 Imagen 4.9

Fábrica de la carrocera Vaccaro Hnos., que entregó el primer vehículo de la Cía. Pampa. (1938).

Fuente: Colección Sergio Ruiz Díaz.

En los últimos 8 años las corrientes turísticas han aumentado extraordinariamente, fueron duplicadas las cifras de la temporada 1946/1947 en la temporada 1947/1948. En ningún periodo similar de años anteriores hubo tanta concurrencia de viajeros como en diciembre de este año21.

Numerosos pasajeros arribaban por vías directas de ómnibus desde Buenos Aires por las rutas de Mar del Plata y Azul, fijándose turnos para la reserva de pasajes. Se manifestó también activo, el movimiento de la nueva línea directa entre Bahía Blanca y nuestra ciudad, inaugurada en la temporada 1947/1948. El ferrocarril por su parte, también atendió una demanda creciente y sus trenes nocturnos llegaban colmados de viajeros, siendo problemático obtener boletos con 2 o 3 días de antelación. Debido a la extraordinaria demanda en los trenes de la línea Plaza Constitución, la empresa de F. C. S debió ampliar el servicio de expresos diurnos,

21 Ecos Diarios, Anuario 1947.

99 teniendo un total de tres trenes semanales22.

En el orden de los servicios públicos, se estableció la línea de ómnibus entre el balneario y la estación de ferrocarril, atendiendo el reclamo de los vecinos. Era común ver a los colectivos frente a la estación ferroviaria, en actual calle 62 y 45, se alinean los vehículos esperando a los pasajeros del tren, puntual por entonces, para trasladarlos a la Villa Díaz Vélez (Imagen 4.10 y 4.11).

Imagen 4.10

Colectivos esperando los pasajeros del tren

Fuente: Gran Libro del Milenio, Ecos Diarios, 5 de diciembre de 1948.

22 Ecos Diarios, Anuario 1947.

100 Imagen 4.11

Aviso de Transportes General Necochea S.R.L. en el Anuario Regional. Año 1947.

Fuente: Colección Aníbal Trasmonte.

En el ámbito turístico el crecimiento de la afluencia de turista se mantuvo constante, la Asociación de Fomento daba a conocer que para la temporada 48/49 la cantidad de pasajeros alcanzaba los 77.34923 y de 130.00024 para la temporada 49/50; por lo que las empresas de transporte, tanto los micros de larga distancia como las líneas de ferrocarril, aumentan la frecuencia de sus servicios para poder abastecer la demanda de movilización hacia la costa25.

Otro avance importante para nuestra ciudad fue la habilitación de nuevos circuitos telefónicos entre Necochea y Tres Arroyos, y entre Mar del Plata y nuestra ciudad, elevándose a cinco los circuitos existentes entre las dos ciudades balnearias. Esto representó también un progreso de orden técnico, ya que se trató de una instalación denominada “a onda portadora”, que ofrecía un alto nivel de eficiencia

23 Ecos Diarios, Anuario 1950. 24 Ecos Diarios, Anuario 1951. 25 Ecos Diarios, Anuarios 1950 y 1951.

101 en la transmisión de la voz. Por otra parte, Teléfonos del Estado se propuso aumentar las comodidades de su oficina en Necochea, en beneficio del público y del personal de la dependencia, a cuyo efecto proyectó la construcción de un edificio moderno y amplio, dotado de todas las condiciones necesarias para el fin a que sería destinado26.

El organismo de Correo y Telecomunicaciones estableció un importante servicio: el transporte de correspondencia en ómnibus a los demás destinos unidos por líneas automotoras. Medida que se aplicaba los días en que no funcionaba el vagón postal o que no había adecuadas combinaciones de trenes. La correspondencia salía así diariamente desde el balneario.

El transporte a la ciudad crecía en la medida que aumentaba el número de turistas, así lo marcaba el Anuario del Ecos Diario de 1945: “durante dicha temporada desde el mes de diciembre se pudo observar una afluencia de turistas muy superior a la que se registró la temporada anterior”. Al promediar dicho mes, las empresas concesionarias de las líneas automotoras de Buenos Aires a Necochea colocaban la totalidad de los pasajes con una semana de anticipación a la fecha de salida de los coches. En el ferrocarril el movimiento fue importante también. El expreso “Brisas del Mar” llegaba repleto de pasajeros a partir de los primeros días de enero. Los trenes de baja categoría también sufrieron una importante crecida en la cantidad de viajeros. Así sin tener en cuenta a los turistas que llegaban en automóviles particulares, según el anuario de 1954, el promedio diario de personas que arribaron entre el 21 de diciembre de 1953 y el 10 de enero de 1954 fue entre 950 y 1000. Esto mereció la atención de la Asociación de Fomento, junto con la Asociación de Hoteles quienes buscaron ampliar los medios de transporte de los pasajeros entre Buenos Aires y nuestra ciudad, siendo este un importante factor para contribuir al progreso de la actividad turística ante una demanda de pasajes en constante aumento. Como consecuencia, apoyaron la exitosa gestión de la Compañía Colectiva Costera Criolla para que se le autorizara

26 Ecos Diarios, Anuario 1953.

102 a extender hasta Necochea sus servicios del permiso provincial. Así

“Necochea es el centro de veraneo adecuado para disfrutar de cómodas vacaciones. Su amplia playa da cabida a un mundo de gente sin molestias para nadie. En las confiterías, restaurantes, cines, etc. no hay que hacer cola. Todo está a mano, sin problemas ni dificultades engorrosas” (Anuario Ecos Diario, 1954).

4.4 Servicios y Obras públicas en la cuidad: beneficios para los turistas y los residentes

En relación al desarrollo de los servicios y obras públicas en la ciudad de Necochea, cabe remarcar nuevamente el gran protagonismo que sigue teniendo la Asociación de Fomento en gestiones de suma importancia que benefician no solo a los usuarios del puerto sino también del balneario. En este sentido, en 1938 sus representantes se entrevistaron con el presidente de la Nación Agustín P. Justo, y además fueron recibidos por el ministro de obras públicas quien les aseguró la construcción de un hotel moderno y de un casino. También mostró interés en cuestiones de vialidad y propaganda veraniega.27

Con respecto a los servicios y a las obras públicas que se llevaron a cabo en la ciudad hasta 1940, puede mencionarse: la puesta en marcha de la tercera temporada consecutiva del Casino, concesionado por la empresa U.K.A., la inauguración del nuevo Palacio Municipal a fines de 1938, la extensión de la red telefónica hasta la zona de la villa balnearia, destacando que algunos hoteles ya poseían el servicio dentro de las habitaciones.

Además, en 1939 inició sus servicios en la localidad la Usina Popular Cooperativa de Necochea, que se ocuparía de la extensión del servicio eléctrico particular hacia la zona balnearia, que hasta entonces se había encargado la Compañía

27 Ecos Diarios, Anuario 1938.

103 Eléctrica del Sud Argentino. Por otra parte, durante la temporada de verano, la Dirección de Correo y Telégrafos establece oficinas en la rambla municipal que favorecían el servicio de recepción y reparto de correspondencia. En lo que concierne a obras de mayor envergadura se destaca el proyecto de ampliación del puerto, y la pavimentación de dos grandes accesos a la ciudad, como son la RP88 que une Mar del Plata con Necochea, y la RP86 que une la última localidad con Benito Juárez. Estos últimos proyectos a partir de la sanción de la ley 4540 (también conocido como el plan de 70 millones) por la que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires establece 2.500km de pavimentación.28

Como consecuencia de la intensa actividad comercial que estaba atravesando la ciudad y las exigencias del turista derivadas del contacto que deben tener con las localidades en las cuales residen, Necochea contó con teléfonos automáticos.

La fisonomía de la ciudad iba modificándose de a poco, entre las mejoras que podían observarse hacia comienzos de 1941 estaban el embellecimiento de la avenida 9 de Julio (actual avenida 2), arteria principal de la Villa Díaz Vélez, trabajo conjunto realizado entre el comisionado Montangero y la Asociación de Fomento, con una inversión de $20.000 por partes iguales29; la realización del acceso hacia la escollera, prolongando así el camino de la avenida costanera; se adquirió el terreno para la construcción de una Iglesia frente a la plaza principal de la zona balnearia; entoscado, adobamiento y servicios de conservación de todas las calles de tierra del ejido urbano; se resolvió el mejoramiento y prolongación de la Avenida Sarmiento hasta el empalme con el camino ribereño en construcción (Juárez-Necochea);se culminó el pavimento de la ruta provincial 88 que une Mar del Plata-Necochea.30

Sigue el reclamo de urbanización de la zona balnearia, en la que se aúnen el esfuerzo provincial y municipal, para estimular el esfuerzo privado, al cual se debía casi todo en lo que adelanto se refiere.

28 Ecos Diarios, Anuario 1940. 29 Ecos Diarios, Anuario 1941. 30 Ecos Diarios, Anuario 1942.

104 En cuanto a los accesos, se le solicitó al Gobierno de la Provincia la apertura de la Avenida 10, la cual uniría el puerto con Punta Negra (un pintoresco y frecuentado paraje de nuestras playas). La nueva Avenida empalmaría con la Avenida 9 de Julio, significando un paso importante para efectivizar el proyecto de ampliación del balneario hacia el Sur, base esencial del plan orgánico de la Dirección de Arquitectura de la Provincia.

En 1947 Ernesto Presa (comisionado municipal), solicitó y obtuvo la colaboración de las entidades del bien público para integrar la Junta Consultiva y Asesora de vecinos, la cual quedó constituida el 22 de octubre en la sala de sesiones del Concejo Deliberante. A través de ella se designaron comisiones internas: de legislación e interpretación, hacienda, cuentas y presupuesto, obras públicas y de higiene y moralidad. Las mismas se encargaban de estudiar diversos asuntos y problemas formulando despachos que servían de base a sugerencias que el organismo hacía llegar al comisionado municipal.31

En los primeros días de diciembre la junta destacó una delegación que se trasladó a La Plata, quién entrevistó al Gobernador de la Provincia, ministros del poder ejecutivo y otros importantes funcionarios, ante quienes fueron expuestas diversas necesidades de Necochea, relacionadas con aspectos de competencia del Gobierno Central. Durante noviembre, diciembre y enero la junta sesionó todos los miércoles en forma activa e ininterrumpida. Posteriormente, distintas circunstancias, fueron determinando su desintegración como consecuencia de varias renuncias de sus miembros. En todo momento los vecinos integrantes de la junta demostraron su excelente disposición en el sentido de trabajar por los intereses generales de Necochea. Así quedaba demostrado en la memoria anual de la junta, en la que se expresaba:

“Nos permitimos hacer notar que, consecuentes con los fundamentales propósitos que dieron origen a la Asociación de Fomento, la Comisión Directiva se ha preocupado con

31 Ecos Diarios, Anuario 1947.

105 todos los medios a su alcance de intensificar una propaganda seria y eficaz, a la vez que ha dedicado especial atención, tratando de interesar a los poderes públicos, nacionales, provinciales y municipales, a las necesidades de todo orden que reclama el porvenir de la ciudad, sin cuyas realizaciones no será posible pensar en aumentar aún más las actividades de propaganda; y es por ello, como podrá verse en el balance respectivo, que se ha tratado de conservar fondos de reserva al solo efecto de realizar o coadyuvar con los poderes públicos en la ejecución de obras que siendo exponentes de progreso, sirvan a la vez de propaganda objetiva, que es a nuestro entender la más efectiva, real y económica” (Ecos Diarios, Anuario 1940: 80)

No todo serían logros, la ciudad y sus vecinos debieron afrontar momentos difíciles que no solo tenían que ver con acontecimientos que transcurrían en la ciudad. Así los años 1941 y 1942 fueron complicados para Necochea ya que debieron afrontar los problemas generados por la situación imperante a nivel mundial, que desencadenó en la segunda guerra mundial. Ello implicó un importante decrecimiento de la exportación, lo que generó una disminución de la actividad portuaria, agravando la economía general de la ciudad (y el partido) que tenía como principal motor de la economía los productos agropecuarios. Sin embargo, frente a esto no se observa desaliento de la comunidad, por el contrario, renace el espíritu de empresa y de lucha que se manifestó en nuevas iniciativas y realizaciones, mayormente manifestadas en el ámbito turístico, sector que se perfilaba con cierta esperanza, a pesar de la situación que se vivía a nivel mundial.

En relación a las obras portuarias, uno de los focos económicos más importantes de la ciudad, cabe destacar los emprendimientos de la Dirección Nacional de Navegación y Puerto que elevó al Ministerio de Obras Públicas de la Nación el

106 proyecto de ampliación del Puerto Quequén32, el cual comprendía la prolongación de la escollera oeste33, obra indispensable para la solución integral del problema del acceso, seguridad y defensa del puerto. El mismo fue incorporado en 1942 dentro del plan orgánico.

Además, no podemos perder de vista que este desarrollo no solo estuvo marcado por diversos emprendimientos que llevaba adelante el estado, sino también importantes empresas, asociaciones y entidades de bien público de la ciudad que han estado siempre presentes con su calificado apoyo a favor de las gestiones inspiradas en el progreso de Necochea y la región. Entre ellas se destacan: el Centro de Acopiadores de Cereales, la Cámara Comercial e Industrial, el Club Náutico, el Automóvil Club Argentino, la Asociación de Hoteles y Afines y la Asociación de Fomento, entre otras.34

En 1945 continuaron los cambios en la ciudad, para este año se visualiza como central, la ampliación del balneario y la creación de un parque recreativo para la ciudad. Así en junio de 1945, luego de varios días de tensión con las entidades locales, la Provincia de Buenos Aires decretó finalmente la expropiación de 119 hectáreas y 2.030 metros de frente costero con el objetivo de la ampliación del ejido urbano necochense. Las mismas eran propiedad de la familia Díaz Vélez, la cual fue debidamente indemnizada por esta cuestión.

Días antes, el 1º de dicho mes, se realizaba una reunión en la Asociación de Fomento en la que, además de representantes de dicha entidad, participaban referentes de la Cámara Comercial e Industrial, el Rotary Club y la Asociación de Hoteles. El objetivo de la reunión era analizar la demora del gobierno para disponer la expropiación de las tierras destinadas a la ampliación del balneario. Las entidades estaban dispuestas a impulsar una medida de fuerza, con el cierre de todos los locales comerciales de la ciudad, a fin de presionar a las autoridades

32 Ecos Diarios, Anuario 1941. 33 Escollera Oeste, o también llamada escollera Sur, está localizada en el antepuerto en la desembocadura del Río Quequén Grande, sobre la margen derecha, en la ciudad de Necochea. 34 Ecos Diarios, Anuario 1943, 1949, 1950.

107 provinciales.

El martes 5 de junio, el comisionado municipal, Néstor Montangero, se reunió con el interventor federal, Juan Atilio Bramuglia, a fin de expresarle la inquietud despertada en las instituciones locales por la falta de una resolución sobre el tema en cuestión. Durante dos días Montangero desarrolló intensas gestiones en La Plata. Se reunió con autoridades de Lotería Nacional, la Dirección de Escuelas, con el director general de Correos y Telecomunicaciones y el jefe de Policía. De esta manera, logró el interés de las autoridades escolares respecto de la habilitación de una escuela en la Villa balnearia. También dialogó sobre la instalación de una sucursal de correos y un destacamento policial.35 Finalmente, el viernes 8 de junio de 1945, el comisionado municipal recibía en la Casa de Gobierno una copia autenticada del decreto número 8.76236, fechado y suscripto ese mismo día.

Normalizada la situación de posguerra se visualizó un anticipo del nuevo impulso que recibió Necochea. Una importante masa de capitales se aplicó a la edificación, levantándose un conjunto de nuevos hoteles y casas de hospedaje. En momentos en los cuales el valor de los materiales resultó altamente oneroso, la iniciativa

35 El largo camino hacia una ciudad turística. En Ecos Diarios recuperado el 28 de enero de 2015 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2015/1/28/largo-camino-hacia-ciudad- turistica-34228.html 36 El decreto 8.762 disponía la expropiación de las tierras. Constaba de seis artículos. En el primero se leía: "Declárase expropiado el lote 4, ubicado en el partido de Necochea, (…) con superficie total de 119 hectáreas, 2.030 metros cuadrados, de acuerdo con el informe de la Dirección de Geodesia, Catastro y Tierras”.El artículo segundo autorizaba al fiscal de Estado, "conforme a las prescripciones de ley de la materia, a deducir las acciones judiciales pertinentes, a fin de obtener la posesión del inmueble referido e iniciar el juicio de expropiación respecto contra la señora María del Carmen Felicitas Díaz Vélez de Álvarez de Toledo o a quien resulte propietario del inmueble relacionado”. Además, el decreto ofrecía como "precio de la tierra afectada la suma de 44.900 pesos moneda nacional, importe de la tasación del impuesto de contribución directa”.Artículo 4º: "La suma que se manda depositar se imputará a la cuenta de "Urbanización del Balneario de Necochea”, Ley 4.588, artículo 13”.El decreto llevaba la firma del interventor federal, doctor Juan Atilio Bramuglia y el ministro de Obras Públicas, Víctor Rivarola. Citado en Ecos Diarios recuperado el 28 de enero de 2015 de http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2015/1/28/largo-camino-hacia-ciudad- turistica-34228.html

108 privada se manifestó activa. La notable escasez de neumáticos y el severo racionamiento de la nafta redujeron la afluencia de turistas por vía automovilística, lo cual no fue un obstáculo para que siguiera en constante aumento la concurrencia de veraneantes a nuestras playas ya que el transporte ferroviario cubría una importante demanda. Ello no impidió que las proyecciones que se tenían sobre la red caminera se frenaran, por el contrario con 2 rutas pavimentadas que unían la ciudad con la Capital Federal, el turismo en automóvil tendrá un importante incremento cuando se disponga de nafta, cubiertas y coches sin limitaciones.37

Como destacamos anteriormente, los efectos de la guerra se dejaron de sentir antes de lo esperado, lo que resultaba sumamente prometedor para Necochea que tenía en el puerto una de sus principales fuentes de recursos y mano de obra, además eran considerado la esperanza más fuerte para el futuro de la ciudad. La intensidad de la demanda y la riqueza de nuestro granero se adelantaron a la solución del problema técnico del puerto, superando sus dificultades. Es lamentable que la morosidad oficial haya retardado la construcción del nuevo tramo de la escollera, lo que significó para esa época un cuantioso perjuicio para la economía de la zona, la cual perdió millones de pesos al año en concepto de diferencias en el flete marítimo y en los precios del cereal. La demora de los poderes públicos en corresponder a las exigencias locales pudo observarse también en lo relacionado al balneario. Las acciones privadas marcharon más rápido que las gestiones gubernativas, que gracias a ellas sin duda, Necochea continúo su progreso.38

Por otro lado, importantes obras sanitarias se llevaron a cabo en la zona balnearia que sirvieron de base para el desarrollo urbano, edilicio y estético de la zona: instalación de agua corriente y cloacas. Dichas obras tienen una trascendental importancia para el futuro como resorte indispensable para resolver la expansión del balneario hacia el sur, en línea paralela al mar, y dentro de la franja de tierras

37 Ecos Diarios, Anuario 1946. 38 Ecos Diarios, Anuario 1946.

109 expropiadas por el gobierno, conforme a los planos del proyecto orgánico de urbanización trazado por la Dirección de Arquitectura de la Provincia. El mismo considera que todo el sector de la Villa Díaz Vélez reviste un carácter esencialmente residencial, que deberá ser respetado por los proyectos que se conciban para el futuro.39

En materia de obras sanitarias, se emprendieron las labores de instalación de la red de agua caliente y cloacas en la Villa Díaz Vélez durante la temporada de verano del 47/48, a cargo de la Dirección de Obras Sanitarias de la Provincia, dicha obra, ya licitada, es ampliada hacia la planta urbana en el año 1950. Estos hechos marcan una conquista urbanística local que promueven el futuro desarrollo edilicio, lo anterior puede observarse en un artículo del anuario de 1950, donde hace referencia al notorio desarrollo de la edificación en la ciudad, donde representantes de la oficina de catastro daban cuenta de la incorporación de 366 nuevos edificios y 127 ampliaciones. Se complementa así el proceso de mejoramiento iniciado en 1929. Cabe mencionar que en 1948, quedan reglamentados ciertos aspectos relacionados con los frentes y alturas mínimas de los edificios que fueran construidos sobre la avenida costanera.

Se observan incipientes pasos en pos de favorecer la expansión de la zona balnearia de la ciudad. Testigo de ello es la aprobación por ordenanza municipal del anteproyecto de urbanización del “lote mar N°4” (que incluía trazado y fraccionamiento), también conocido como “Parque Díaz Vélez”, que fue parte de la expropiación de tierras del año 1945 por el gobierno de la provincia, para la ampliación del balneario en 1951. Esta situación coloca dentro de la órbita política municipal, la posibilidad de extensión de la Villa balnearia, a partir del loteo de terrenos en desuso.40

A partir de 1948 se dan comienzo a obras de gran envergadura para la ciudad, como la adhesión por parte de la municipalidad a la ley provincial de bonos de

39 Ecos Diarios, Anuario 1949, 1950 y 1951. 40 Ecos Diarios, Anuario 1952.

110 pavimentación, que permitirá entre otras cosas, la ampliación del afirmado en la zona urbana y zona balnearia, pavimentación de accesos al puerto, cementerio, RN 228 que comunica con Tres Arroyos, y la RP 43 que comunica con la localidad de Juárez; en 1950 comienzan los trabajos de construcción del último tramo de la escollera Oeste, lo que permitirá obtener un mayor calado, de vital importancia a partir de que el puerto local queda habilitado para la importación en 1947.

La Asociación de Fomento contó con la oportunidad de poder dirigirse directamente al gobernador de la Provincia para darle a conocer las necesidades de Necochea con el objetivo de que sean contempladas en el plan general de gobierno para el quinquenio 1953-1957. Entre ellas podemos destacar: la terminación de la red de desagües cloacales y las deficiencias de la red del balneario; el mejoramiento del servicio de trenes para la temporada; y por último la instalación de una oficina de Gas del Estado en nuestra ciudad.

En concordancia con las economías que dispusieron las autoridades nacionales y provinciales en la administración municipal de Necochea, se estableció un plan de restricción de gastos en conformidad con un decreto del intendente, el cual comprendía varias disposiciones: reducir un 50% la intensidad del alumbrado de las avenidas céntricas, limitar el uso de los automotores municipales a los servicios estrictamente necesarios, dejar sin efecto toda adquisición que no sea de imperiosa necesidad, limitando especialmente los gastos en conceptos de combustible, entre otras.

En conformidad con la ordenanza de 1953 las calles de nuestra ciudad que hasta ahora tenían dos nombres, llevarán uno solamente. Además, le corresponderá un número a cada una de ellas, como el sistema ya aplicado a la Villa balnearia. Las impares iniciaban en la Ribera del Río Quequén y las pares en la Avenida Costanera.

Durante 1955 se puso en marcha el Plan Municipal de Pavimentación juntamente con la instalación de la red de desagües residuales. Estas integran las realizaciones de más alta importancia y trascendencia edilicia que se ha encarado

111 en los últimos quince años, según el anuario de dicho año.

La nueva pavimentación urbana y suburbana se ha ido cumpliendo por medio de sucesivos contratos concertados por la municipalidad después de los respectivos actos de licitación, y alcanzó en conjunto a 350 cuadras, cantidad requerida por las necesidades de la evolución edilicia de la ciudad.

4.5 Desarrollo hotelero

Durante la temporada estival 1937/1938 se destacaron varios hoteles por ser lugares elegantes, acogedores y divertidos tanto para los turistas como los necochenses. Entre ellos podemos nombrar al Hotel Marino, al Royal Hotel y el Hotel Necochea. Los meses de diciembre y marzo eran los indicados para veraneos económicos debido a que las tarifas de los hoteles eran más accesibles. Los mismos eran en diciembre, marzo y abril a partir de $8 diarios por persona, mientras en los meses de enero y febrero eran a partir de $10 diarios por persona.

Se constituyó la Asociación de Propietarios de Hoteles integrada por los propietarios de todos los hoteles de la ciudad, formándose su primera comisión directiva bajo la presidencia de Juan José Marino, dueño del mítico hotel que lleva su nombre. Su finalidad fue defender los intereses comunes del gremio, favorecer la coordinación de los servicios y contemplar la propaganda veraniega. En este último aspecto trabajaba en cooperación con la Asociación de Fomento.

112 Imagen 4.12

Vista panorámica de la rambla y playa de Necochea de la década del ‘40

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

El progresivo incremento anual de la afluencia de turistas estaba señalando las insospechadas posibilidades del balneario, por lo que habría que imponer la realización de construcciones frente al mar, en la extensa zona expropiada por la provincia, con el fin de satisfacer la enorme demanda de hospedaje y proporcionar al turista mayores comodidades y atractivos.

El hotel más antiguo de nuestra playa, Hotel Marino, mantuvo en los círculos de la colonia de veraneantes una marcada preferencia (véase Imagen 4.13). Esto se debe a que ha conservado la higiene, el confort, el trato correcto y el ambiente familiar y grato. Ha conservado su línea tradicional al mismo tiempo que ha seguido el ritmo del progreso. También era para destacar la excelencia de su cocina de primerísima categoría, la cual representaba uno de los puntales del establecimiento. Su tradicional restaurante era una nota de excepción, no solo en nuestro balneario, si no en el conjunto de los centros de veraneo de la Provincia. En momentos en que la suba de precios era furor en la época, dicho restaurante

113 ofrecía su selecto menú al precio de $5 el cubierto.41

Imagen 4.13

Hotel Marino (1948)

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

Por otro lado, la Asociación de Hoteles y afines prosiguió su labor en defensa de los intereses generales del balneario, interviniendo con eficacia en diversas gestiones destinadas a solucionar problemas de orden público y formulando oportunas sugestiones a las autoridades. En el orden gremial trabajó activamente a fin de superar las dificultades que se presentaron con respecto a los convenios con el personal, tarifas, etc. También colaboró empeñosamente en pro de toda iniciativa interesante para el progreso local: desarrolló un extenso plan de propaganda balnearia para la temporada 1953/1954. Junto con la agencia de publicidad “ABC”, acordó un contrato por la suma de $120.000 comprendiendo propaganda de televisión desde el 20 de octubre hasta el 20 de enero 3 veces por semana; televisación de películas documentales sobre Necochea y sus playas; difusión de frases referentes al balneario con intervalos de media hora por Radio

41 Ecos Diarios, Anuario 1947.

114 Belgrano y Radio El Mundo todos los días; filmación de una película que se exhibió en todos los cines del país; y publicidad en diarios y revistas de la Capital Federal y del interior del país.42

4.6 Playas, bailes y tertulias: espacios de sociabilidad para turistas y residentes

“Balneario familiar, libre de lujos excesivos y de derroches vanidosos, la grandeza imponente de su playa sin par pareciera advertir a los hombres de su pequeñez, infundiéndoles el sentido de la modestia, que elimina la fatuidad, reprime el falso orgullo y facilita el amistoso acercamiento social” (Ecos Diarios, Anuario 1941; 19).

Así describe el diario local de 1941, el ambiente social que se podía percibir en nuestra ciudad por aquellos años, haciendo referencia a una “playa democrática”, a la que todos podían acceder al disfrute de la misma, siempre con un especial hincapié en sus bondades naturales como la extensión y el suave declive, lo que la convertía, según describe el Anuario de 1941, ideal para el disfrute en familia.

Otro factor importante para resaltar es que “está consagrada la playa de Necochea como la playa ideal para los niños”: los niños necesitan más que sol y aire puro, necesitan libre expansión y la gran amplitud de nuestras playas se lo permiten. Entre otras ventajas podemos mencionar la abundante proporción de hierro en polvo en la arena que presenta un beneficio importante para la salud de los mismos, así como también excelentes condiciones climáticas. Como consecuencia se instalaron importantes colonias de vacaciones que recibían alrededor de 3500 niños por temporada. Entre ellas podemos mencionar: Colonia de niños débiles (que funcionaba a cargo de la Municipalidad de Capital Federal), la Sociedad aire y sol, La Sociedad femenina de vacaciones (para empleados de establecimientos

42 Ecos Diario, Anuario 1954.

115 comerciales) y La Sociedad de obreros y empleados de la Compañía Italo Argentina (véase Imagen 4.14).

4.14 Imagen

Colonia de Niños Débiles (1938).

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional

Cabe destacar también que la afluencia de niños porteños crecía cada año, llegando a superar los 5000 niños por temporada. Los mismos viajaban en trenes especiales nocturnos provistos de cómodos coches dormitorios. Su traslado desde la estación de ferrocarril hasta las colonias marítimas se llevaba a cabo en ómnibus de la Compañía Transportes General Necochea. Su estadía constaba de 3 semanas completas, en las que realizaban diversas actividades como disfrutar de la playa, fiestas, clases de canto, etc. Estaba plenamente comprobado a través de estadísticas otorgadas por las colonias de vacaciones, que nuestra ciudad poseía importantes condiciones para la salud física y moral de los niños. Esto podía observarse en su aumento de peso, en la mejora de su apetito y en el ánimo

116 alegre de los pequeños, a los pocos días de haber llegado.43

Durante toda la temporada de verano no hay un solo día sin tertulias y bailes en los hoteles principales (véase Imagen 4.15). El objetivo de las mismas es vincular a los veraneantes con los residentes. Cada uno de los hoteles buscan hacer las fiestas más atrayentes, manteniendo el interés del público y estimulándolo con innovaciones. Las fiestas con mayor esplendor se llevaban a cabo durante las semanas de carnaval. 44

Otro de los grandes centros de esparcimiento que existía en la época era el Cine Teatro París perteneciente a los hermanos Lafourcade, que funcionaba en la ciudad desde septiembre de 1904. Su sala no sólo presentaba estrenos a la par de Capital Federal, sino que sus propietarios se encargaban de incorporar los mejores avances para brindar un mejor servicio.45

43 Ecos Diarios, Anuario 1947. 44 Ecos Diarios, Anuario 1937. 45 Ecos Diarios, Anuario 1938.

117 4.15 Imagen

Baile en el Hotel París (1936).

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

En el año 1937 la línea de tranvías fue suplantada por nueve líneas de ómnibus, que se distribuían entre la ciudad, la rambla, la playa y el puerto, favoreciendo así al turista que en pocos minutos pudiera trasladarse a los diversos puntos de la ciudad.

En este mismo año Necochea recibió la visita del presidente Agustín P. Justo con el fin de conocer personalmente la ciudad y sus necesidades, debido a que existía una gran indiferencia del poder central en contraste con la acción privada. Gracias a una iniciativa del diputado Dr. Emilio Ferreyra, nuestra ciudad fue incluida en el presupuesto provincial de dicho año. Con excepción de la Rambla y del muro contenedor, nada más ha hecho el gobierno en relación al desarrollo del balneario.46

46 Ecos Diarios, Anuario 1937.

118 Varias provincias comienzan a presentar interés en nuestras playas; Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Entre Ríos y Santa Fe. Las primeras familias de dichas ciudades que nos visitaron fueron las encargadas de recomendarnos a sus amistades. Con el correr de los años, la mayor contribución de turistas provenía de Capital Federal, según los boletos que eran expendidos para Necochea en Plaza Constitución. De las principales ciudades de la provincia se puede mencionar , La Plata, Bahía Blanca y Tres Arroyos; en cuanto a los visitantes de la zona, de pueden mencionar las ciudades de Tandil, Balcarce, Juárez, Lobería y González Chávez.47

Para 1938 Necochea ya estaba ubicada en 1° lugar dentro de las playas de Sudamérica y en 1° lugar en Argentina por el aumento de veraneantes y 2° lugar por su importancia. Estaba atravesando un ininterrumpido progreso que le proporcionaba al veraneante comodidades, atractivos, distracciones y paseos que el confort moderno exigía, generando una estadía amena y prolongada.48

Un aspecto particular de la época para destacar es la reglamentación de las playas bonaerenses, que surge como iniciativa de la legislatura provincial. La misma ha sido encarada desde la seguridad y la moral pública y contemplaba horarios, zonas de baños, la indumentaria que debían utilizar los bañistas, los modales, entre otros. A modo de graficar el pensamiento del período con respecto a la exhibición del cuerpo en este espacio público (véase Imagen 4.16), se transcribe unas breves líneas de la publicación del Anuario ’40, la cual exponía lo siguiente:

“A veces no es tanto el traje como la pose atrevida o el ademán incorrecto lo que constituye la nota indeseable. Va sin decir que aquello resulta doblemente ingrato cuando proviene de una dama, pero en materia de trajes de baño hemos señalado alguna vez, y ahora lo repetimos, que si es

47 Ecos Diarios, Anuario 1937. 48 Ecos Diarios, Anuario 1938.

119 tolerable la exhibición discreta de los encantos femeninos, resulta en cambio chocante y desagradable el aspecto que ofrecen algunos presuntos dechados de “belleza masculina”, exponiendo sus desnudeces de mal gusto estético y luciendo “trajes” reducidos a dos tiritas y un pequeño pantalón” (Anuario Ecos Diarios, 1940:14)

Imagen 4.16

Turista en la playa de Necochea (1940).

Fuente: Museo Histórico Virtual Diario Necochea

A la hora de darse baños de mar había que respetar determinados horarios (por la mañana de 8:00 a 13:00 hrs y durante la tarde de 15:00 a 18:00 hrs) debido a que durante dichas horas existía vigilancia y servicio de auxilio a cargo de los bañeros, por lo que convenía respetarlos. No era recomendable bañarse en las playas que no estaban oficialmente habilitadas, ya que no existía servicio de guardavidas.49

El casino continúo en funcionamiento como en los años anteriores en los salones del “Necochea Hotel” frente al mar. Él mismo constituyó un centro de reunión

49 Ecos Diarios, Anuario 1942.

120 social otorgando brillo a la vida del balneario. Turistas de diversos lugares eran atraídos por la fama que él mismo había conquistado.

Otra forma alternativa para fomentar el balneario y prolongar la temporada fue la organización de la carrera de automóviles denominada “Circuito Necochea”. Fue una manera práctica de organizar un programa social y deportivo que signifique una importante atracción. Fiestas, concursos de regatas, natación, polo, carreras de motos y bicicletas eran algunas de las actividades que formaron parte de este programa. También se sumaron propuestas a destacar durante el año 1947 fue la realización de la primera “Semana Deportiva de Necochea”, ya que arribaron calificadas embajadas del deporte de varias localidades, quienes tuvieron la oportunidad de conocer y promocionar la ciudad.50

Los concesionarios de las playas por su lado, buscando embellecer y mejorar el estado de nuestro balneario, hicieron una importante propuesta a las autoridades provinciales, queriendo realizar por su cuenta obras de mejoramiento a cambio de la renovación de las concesiones en las condiciones actuales (véase Imagen 4.17). El 28 de septiembre de 1953 se inauguró el nuevo tramo de la escollera oeste, dando lugar a la realización de importantes festejos populares en el puerto local. La empresa Gruen y Bilfinger hizo entrega del tramo de prolongación al Ministerio de Obras Públicas de la Nación. La misma consistía en un largo de 350 metros, siendo este el mínimo indispensable para proteger la entrada al puerto contra los vientos que soplan desde el cuadrante sur-este. La obra fue iniciada en 1947, habiendo empleado 5 años en su construcción.

50 Ecos Diarios, Anuario 1947.

121 Imagen 4.17

Escollera Oeste durante los trabajos de prolongación

Fuente: Ecos Diario, Anuario 1951, Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra.

4.7 El turismo de masas en Necochea

La comisión directiva del centro Pro Necochea (contra-poder de la administración socialista) siempre se ha preocupado en conseguir del Ferrocarril del Sud nuevas ventajas para nuestra ciudad. También podemos destacar varias acciones llevadas a cabo por este gobierno en relación al desarrollo del turismo. Entre ellas se distingue la colocación de una oficina de informes turísticos sobre Necochea en Capital Federal, concursos de propaganda balnearia publicados en el diario metropolitano “Noticias Gráficas” otorgando como premio veraneo gratis, propagandas radiotelefónicas en varias difusoras de Buenos Aires, entre otras. Dicha comisión también dio a conocer un importante proyecto que consistía en la construcción de un gran edificio social en la playa con la finalidad de dotarla con elementos adecuados para el veraneante que le permitieran una estadía amena y prolongada. Edificio, según ellos, sumamente necesario para los días frescos y lluviosos que no se pueden disfrutar de la playa. El mismo contaría con: confitería, cine, teatro, salón de fiestas, pileta, cancha de bochas, de tenis, de basket, juegos infantiles, etc. Para dar a conocer una visión exacta del edificio se realizó una maqueta que fue exhibida primero en Capital Federal en vidrieras de importantes

122 negocios y durante la temporada se exhibió en nuestra ciudad.

Es para destacar el especial hincapié que realiza el medio gráfico local en la continuidad de los años, en realizar una dura crítica dirigida al Gobierno Provincial con respecto a la desatención de las demandas locales en materia de inversión en obras para el desarrollo del turístico y aplazar indefinidamente la realización de las mismas, para cuya financiación se cuenta con recursos aportados por el propio Balneario. Con respecto a este tema, diarios como “La Prensa”, “La Nación”, “La Razón” y “El Día” de La Plata, hicieron voz de estos reclamos, y al respecto se puede leer textual en el Anuario de 1940 “Aquellos diarios expresaron la cruda verdad sin eufemismos, haciendo conocer a la opinión pública la irritante injusticia que constituye la retención de fondo expresamente establecidos para el mejoramiento de las condiciones de nuestro balneario en tanto que la ayuda oficial se ha manifestado pródiga en otros lugares de escasa atracción del turismo, como son los balnearios de lagunas” (Anuario ‘40, 1940: 77)

Paralelamente a esta situación, seguía movilizándose la organización creada y sostenida por los vecinos, que trabajaba en pos del crecimiento de la ciudad y en defensa de sus intereses: la Asociación de Fomento de Necochea, que contaba con recursos propios y se ha cargado con el peso de actividades tales como el fomento y publicidad de la ciudad como destino turístico a través de diversos medios de comunicación, también participando en congresos y charlas, diversas gestiones que han derivado en el mejoramiento de diferentes aspectos, como por ejemplo la construcción del camino a “los manantiales”, intervención para el mejoramiento de diversos servicios públicos de importancia, como por ejemplo el ferroviario, edilicios y viales, como así también la intervención ante los distintos organismos de gobierno, intentando interesar a los poderes públicos respecto de las necesidades de diverso índole que reclama el porvenir de la ciudad.

Ya para el inicio de la temporada de 1941, la ciudad de Necochea se perfilaba como un destino fuerte de sol y playa, lo que se reflejaba en el hecho de que año tras año se superaba el número de visitantes de la temporada anterior. Con

123 especiales ventajas naturales, nuestras playas eran promocionadas como propicias para la familia, debido a las propiedades ferruginosas de la arena y el suave declive de la costa que la convertía en segura para los juegos infantiles.

Durante la temporada de 1941/1942 la ciudad llegó a atraer 25.000 turistas, según el anuario de Ecos Diarios del año 1942, “debido a la atracción que ejerce por sí misma su playa incomparable, el clima noble, el sol radiante, la brisa marina, el panorama amplio, el arenal ferruginoso y la serena tranquilidad de su playa sin límites”.

Por su parte la Asociación de Fomento durante este año no ha perdido oportunidad para defender los legítimos intereses del balneario en lo que respecta a las inversiones que deben hacerse en obras para la playa de la ciudad y no ha cesado en reclamar el cumplimiento de la ley de casinos. También ha continuado la involucración en temas como puerto, balneario, caminos, propaganda de verano (tarea en la que colabora la Asociación de Propietarios de Hoteles) y la relación con el turista.

Se destaca la participación de dicha institución en la 2° Conferencia Regional de Turismo del Circuito Mar y Sierras (la 1° Conferencia fue realizada en 1938 en la ciudad de Tandil), realizado en 1942 en la ciudad de Miramar, en la que ratifica los anhelos locales, entre los que se destaca la formación de un parque en la ribera del río Quequén y la unión del mismo con los paseos comúnmente llamados “los manantiales” y “las cascadas”; la creación de un cuerpo especial de vigilancia y salvataje para los balnearios; el arbolados de caminos de la zona y régimen a seguirse; la creación de un estación experimental dunícola y la construcción de un muelle de pesca. Estos dos últimos aprobados en la 2° Conferencia de Turismo. También se hizo presente en el Congreso Nacional de Turismo llevado a cabo en Capital Federal, donde no sólo se reprodujeron las ponencias del Congreso Mar y Sierras, sino que además se manifestó la preocupación por la procreación de especies de peces y la reglamentación de la actividad pesquera, justificación ligada a motivos de atracción turística (se proponen estaciones de siembra de

124 especies y la división de zonas de pesca comercial y aficionada).

Para los últimos años (1948-1955) decidimos realizar un análisis conjunto de los principales aspectos que se tomaron en cuenta en esta investigación, para poder mostrar la constancia, la evolución, el avance o no de las cuestiones más trascendentes para el turismo en Necochea, a modo de comenzar a introducirnos en la conclusión de nuestro trabajo de tesis de grado.

Necochea comienza a figurar dentro del nuevo sistema provincial de veraneo económico que se inició en diciembre de 1949 por la Dirección de Turismo y Parques de la provincia de Buenos Aires, que consistía en diez días de vacaciones a razón de $100 por persona, que incluía el pasaje y el hospedaje. El éxito de este sistema oficial de turismo social posibilitó la divulgación de la ciudad de Necochea como balneario turístico, ya que un gran sector de trabajadores, en su mayoría provenientes de la ciudad de buenos aires, se adherían a este sistema de vacaciones económicas, además que diversos gremios de trabajadores (como por ejemplo el bancario) realizaban convenios con los diferentes prestadores de servicios, para ofrecerles a sus afiliados un combo vacacional. La Asociación de Hoteles accedió al pedido de la Dirección de Turismo y Parques de la Provincia, de mantener una tarifa de $12 por día por persona el hospedaje destinado a contingentes de empleados u obreros y sus familias. Además siguen vigentes las diversas colonias de vacaciones infantiles, que reciben cientos de niños provenientes de la capital cada temporada.

A partir de la temporada ‘49/’50, la Dirección de Turismo y Parques de la provincia, con sus oficinas de informes turísticos ubicadas en la rambla municipal, cedidos por la comuna, realizan tareas de información turística y además comienzan con el registro estadístico de pasajeros, a fin de superar las dificultades que hasta ese entonces se tenían en obtener dicho registro, también requerido por la Asociación de Fomento local. A partir de los dos primeros años de registro, se pudo establecer que las principales corrientes que afluyen a la ciudad de Necochea son: Capital Federal y el Gran Bs. As. con el 75% de pasajeros por temporada, le

125 siguen sur de la provincia, liderando la ciudad de Bahía Blanca y la provincia de La Pampa con un porcentaje considerable, una corriente de Rosario que se mantenía constante, y por último las provincias de Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta y Santiago del Estero con un número cada vez mayor.

Imagen 4.18

Avenida costera (1950)

Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

Por decreto del Poder Ejecutivo, el 17 de enero de 1952, la comuna de Necochea fue intervenida, expresándose en la resolución que la municipalidad se hallaba en virtual estado de acefalia por las sucesivas renuncias presentadas por la mayoría de los concejales. En virtud de esta medida, finalizó la administración que dirigiera el intendente Sr. José Marchetti, quien actuaba en dicho cargo desde el 1° de mayo de 1950. Mediante el decreto de intervención, se designó como comisionado municipal al Sr. Lerio Rossi, quien se efectuaba cargo de oficial 4° en La Plata, actuará hasta el 30 de abril de 1952, pues el 1° de mayo siguiente asumiría la comuna el Intendente municipal electo en los comicios del 2 de noviembre de 1951, el Dr. Rodolfo Arce quien encabezaba la lista de candidatos del partido

126 peronista.

Imagen 4.19

Grupo de jóvenes posando para el fotógrafo

Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1950.

Durante su periodo (1952-1955) en relación al turismo específicamente ha llevado a cabo varias tareas: desarrolló obras públicas con el objetivo de mejorar y embellecer el balneario; determinó prolongar la temporada hasta fines de marzo en consecuencia de iniciarse el período lectivo a comienzos de abril, aseguró un excelente servicio de guardavidas para los bañistas a cargo del cuerpo de guardavidas del Ministerio de Salud Pública de la Provincia complementado con salas de primeros auxilios de la Municipalidad; dispuso implantar en conjunto con las autoridades provinciales, el turismo escolar en nuestra ciudad. Los participantes gozaban de una estadía de 20 días en hoteles previamente contratados, viajaban con pasajes de primera clase, asistencia médica y asistían a

127 actos culturales y recreativos, especialmente organizados.

“Las temporadas 1953/1954 y 1954/1955 se destacan entre las mejores de la historia de nuestro balneario” desarrollaba el anuario de 1955. La avalancha de turistas durante enero y febrero constituyó un hecho sin precedentes que indicó el desarrollo creciente de la moderna actividad social del turismo y el progresivo interés que Necochea despertó como centro de veraneo. Durante estos meses estuvo colmada la capacidad de hospedaje (tanto en el centro como en el balneario). La construcción de nuevos hoteles, era para las próximas temporadas una necesidad de carácter impostergable.

Este interés se debe, siguiendo al anuario de dicho año, a 2 razones: la insuperable amplitud y seguridad de su extraordinaria playa y a la cómoda estadía que proporcionaba en condiciones más económicas que cualquier otra ciudad de la costa sudamericana.

Imagen 4.20

Portada Anuario 1955. Vista Aérea de la Villa Balnearia.

Fuente: Ecos Diarios, Anuario 1955. Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra.

128 Para que la marcada preferencia que demostraba por Necochea una importante corriente turística del país pudiera encontrar el camino abierto a una rápida expansión, hacía falta que se llevara a cabo el plan de mejoras y ampliaciones del balneario, plan originalmente trazado por la Dirección de Arquitectura de la Provincia, siendo luego encomendada su ejecución al Instituto Inversor.

Concluimos nuestra investigación con el Golpe de Estado que tuvo lugar el 22 de septiembre de 1955 al arribar a Necochea una importante dotación militar al mando del Capitán de Corbeta Rafael González Aldalur quién tomó posesión de la intendencia y comisaría local. Se procedió al desarme de quienes se encontraban en su interior portando armas siendo registrado la totalidad del edificio municipal realizando tareas de registro y empaquetamiento de documentación. Además de haberse arrojado por la ventana simbología partidaria y bustos referidos al régimen depuesto ante un numeroso público reunido en la Plaza Principal.

El Capitán González Aldalur emitió un comunicado a través de la principal emisora de radio de la ciudad advirtiendo al vecindario aguardar orden y observar las disposiciones del comando militar, siguiendo el anuario emitido por el principal diario local el pueblo de Necochea celebró jovialmente el triunfo de la revolución libertadora.

129

CONCLUSIONES

Playas céntricas de Necochea, 1940. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

El partido de Necochea, con la ciudad homónima como cabecera de partido, nace en 1881. En los albores del modelo agro-exportador impulsado por el gobierno de Julio Roca, la actividad principal que imperó desde sus inicios fue la agrícola- ganadera y portuaria, debido a la ubicación geográfica que favorece el desarrollo de las mismas. No fue hasta las primeras décadas del 1900 que las élites porteñas comienzan a trasladarse hacia la costa atlántica, no sólo en búsqueda del descanso, sino también a modo de continuación de un ritual social de pertenencia. Dicho traslado lo permitió la gran extensión de las líneas ferroviarias que vino de la mano de capital extranjero, mayormente británico, a modo de inversión en el desarrollo económico y territorial del país. Esta serie de acontecimientos nos muestra que Necochea no nace con una finalidad turística, sino que esta actividad fue desarrollándose paralelamente conforme la ciudad iba creciendo.

Con el correr de los años, en las primeras décadas del siglo XX sería su periodo de esplendor como se pudo visualizar en último capítulo de esta tesis. Luego del cual comenzaría un largo proceso transformación y de “decadencia” (periodo de análisis que este trabajo no considera), a partir de la llegada de nuevos turistas y de la modificación de las prácticas y los lugares turísticos. Ello a su vez dará lugar a un turismo de tipo masivo, como consecuencia de la consolidación de derechos laborales (limitación del tiempo de trabajo, días de descanso y vacaciones pagas) en Argentina. El derecho al descanso se ve asociado con el turismo, ya que es visto como una recuperación necesaria para el mundo laboral.

Con la crisis del modelo agroexportador y la paulatina consolidación del modelo económico vinculado a la industrialización y el mercado interno, junto con la ampliación de los derechos laborales y el creciente acceso al consumo, permitió que sectores cada vez más amplios de la sociedad pudieran acceder a la práctica turística. Dentro de este contexto de expansión del turismo, tuvo un rol protagónico la difusión del transporte automotor, que dejó en un segundo plano al ferrocarril y permitió viajar a lugares a los cuales este último no tenía acceso. De esta manera comienza a consolidarse una clase media popular que empieza a desplazarse sobre el territorio argentino, prefiriendo mayoritariamente, la costa atlántica para

131 disfrutar de las vacaciones de verano.

La masificación del turismo tuvo como destinos privilegiados a los de “sol y playa”, destacándose la ciudad de Mar del Plata en Argentina. La expansión del veraneo provocó el surgimiento de nuevos balnearios en la provincia de Buenos Aires vinculado con los negocios inmobiliarios que buscaban la transformación de tierras rurales de muy escaso valor agropecuario. Este escenario favoreció a la ciudad de Necochea y le permitió en parte posicionarse en la agenda turística del país.

Considerando el período analizado, la noción de turismo que se gesta, sigue un proceso lineal, inclusive hasta los años peronistas (1946 - 1955). Ello permite en parte afirmar que el desarrollo turístico de Necochea es anterior a la época del gobierno de Perón. Así el auge turístico en la ciudad antecede a las políticas de turismo implementado por el gobierno Peronista lo que no significa que ellas no lo favorezcan. Ello en parte se debe a los distintos emprendimientos que realizan los vecinos de Necochea (por ejemplo, Sociedad de Fomento) los cuales por supuesto no son pensados en su totalidad para favorecer a la “masa de turistas” que llega cada verano sino también a la población local que alberga.

Inclusive en parte nuestra investigación deja entrever en algunos casos que el progreso del balneario estuvo dado por iniciativas privadas por encima de las del gobierno. Las fuentes utilizadas marcan de forma constante la inconformidad sobre la tardía evolución hacia la zona balnearia, con reiteradas quejas hacia la municipalidad, y sobre todo a la provincia por la falta de atención a las necesidades de crecimiento. Así el acento y el énfasis está puesto en la voluntad y el espíritu progresista del sector privado. De esta manera, un sector de la comunidad de Necochea toma la iniciativa de favorecer el desarrollo local de la misma, así se observan pequeños pasos, pero seguros que van favoreciendo la expansión de la zona balnearia. Un ejemplo claro de esta situación es la importancia que tomó la Asociación de Fomento, entidad que se ocupó de bregar por diversas cuestiones que hacen al crecimiento de la ciudad. Aunque cabe marcar que los debates de mayor envergadura se los llevaba los temas

132 relacionados con el desarrollo turístico, la expansión territorial, la ampliación de servicios, la propaganda turística, el incentivo de inversión privada, como así también el progreso portuario.

En lo que respecta a las cuestiones turísticas, también se observaron otras entidades que trabajaron en el impulso de la misma. Entre ellas se destaca la Asociación de Hoteles y Afines de Necochea, que tuvo una participación especial en el programa de veraneo económico que se promocionaba a nivel nacional. Quienes participaban del mismo que además de ofrecer alojamiento accesible, coordinaban demás servicios como traslados y gastronomía. Esta última organización, tenía una estrecha colaboración con la Asociación de Fomento en la financiación de la propaganda veraniega, que se realizaba conjuntamente con la empresa Ferrocarril del Sud. Otra entidad con compromiso en la labor turística, fue la Dirección de Turismo y Parques de la Provincia de Buenos Aires, que contaba con oficinas en la Rambla Municipal, y realizaban trabajos de información al turista, y relevaba los pasajeros que arribaban a la ciudad. En estos últimos ejemplos puede observarse distintas vinculaciones entre el sector público y el privada. También permite en parte observar el impacto de las políticas públicas de corte nacional y provincial en el espacio necochense.

Así dos de las más importantes asociaciones de la ciudad de Necochea que mayor peso tenían en el periodo analizado como así también un claro involucramiento en el desarrollo de las cuestiones turísticas eran de procedencia local. Este escenario denota que el crecimiento de la ciudad en general, y del turismo en particular, estuvo muy ligado a los miembros de la misma localidad, que se asociaron e involucraron para tratar y “pelear” por la mejora de las cuestiones que afectaban a la comunidad, aun encontrando claras limitaciones y abruptos cambios que sucedían en la intendencia municipal.

Este trabajo de investigación deja claro que no es pertinente la asociación automática y de sentido común en la cual el apogeo turístico en la mayoría de los destinos de sol y playa de la costa atlántica bonaerense son producto directo de

133 las medidas tomadas por el gobierno peronista. El desarrollo lineal y sostenido que venía manteniendo la ciudad, fue gracias al aporte local y privado, no fueron las medidas peronistas las que dieron el puntapié inicial, si permitieron la continuidad y la expiación del destino a través distintas políticas públicas de corte turístico y social.

134

ANEXO

Señores frente a Rambla de madera, al fondo Hotel Necochea, 1920. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

Línea histórica de las intendencias del período estudiado (1930- 1955)

La localidad de Necochea sufrió de abruptas y consecutivas interrupciones del poder ejecutivo municipal, propios de la inestabilidad que sufrían los gobiernos durante el período analizado. Lo que se intenta realizar aquí, es una descripción de cómo fueron modificándose las titularidades de dicho cargo, a fin de poder ilustrar en el siguiente apartado, su influencia en el desarrollo turístico de la ciudad.

José Pucciarelli gobernó la ciudad durante 10 años consecutivos, comprendidos entre septiembre de 1930 y julio de 1940. Dos de las más grandes obras proyectadas y licitadas por el anterior mandato, el del señor Alejandro Calzada, fueron concluidas durante el mandato de Pucciarelli, las mismas fueron la pavimentación de la Villa Díaz Vélez, y el empedrado del boulevard Pellegrini, actualmente parte de la Avenida 59.

El 22 de julio de 1940, asume con el cargo de Comisionado, designado por la intervención nacional, el Doctor Néstor R. Montangero, y junto con esta modificación se iniciaba un período de inestabilidad política que se prolongaría durante varios años. Siguiendo el texto del archivo digital del diario local 51 “en los siguientes 10 años, el mismo lapso que Pucciarelli fue intendente, se sucedieron 14 comisionados al frente del gobierno comunal”.

De ahí en adelante el listado de comisionados que siguieron fue facilitado por el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Necochea a la Biblioteca Municipal, que se detalla a continuación: - 17/09/1930 a 18/7/1940 José Pucciarelli. - 18/7/1940 a 16/1941 Nestor R. Montangero. - 21/4/1941 a 1/7/1943 José García Landera. - 27/7/1943 a 5/4/1944 Arturo Villafañe. - 05/04/1944 a 11/09/1944 Víctor Mercante.

51http://www.ecosdiariosweb.com.ar/nuestra-historia/2014/10/28/decada-ganada-necochea- 32157.html

136 - 11/09/1944 a 21/12/1944 Enrique Cárdenas. - 3/3/1945 a 4/10/1945 Néstor Montangero. - 2/2/1946 a 26/4/1946 Hernan Morgante. - 26/4/1946 a 17/7/1946 Humberto Bonaura. - 19/7/1946 a 31/5/1947 Antonio Ugo. - 10/8/1947 a 3/2/1948 Ernesto Presa, quién en el breve lapso de su actuación ha contado con el auspicio de diversas instituciones locales para el desarrollo de su gestión administrativa. Una de sus primeras preocupaciones fue la de velar por el buen cumplimiento de ordenanzas y disposiciones reglamentarias. - 3/2/1948 a 5/4/1948 Eulogio Bengochea. - 5/4/1948 a 1/5/1948 Francisco Fusté Padrós. - 1/5/1948 a 17/12/1949 José Brun, su mandato sería desde 1948 hasta 1952, como resultado de los comicios del 14 de marzo de 1948. - 17/12/1949 a 1/5/1950 Andrés Villanueva del Gage, Comisionado municipal puesto en posesión del cargo, en nombre y representación del poder ejecutivo de la provincia, por el señor Ernesto Girbal Argüello. - 1/5/1950 a 19/1/1952 José Marchetti. - 19/1/1952 a 2/5/1952 Lerio Rossi. - 1/5/1952 a 22/9/1955 Rodolfo Arce, resultado de los comicios del 2 de noviembre de 1951. - 22/9/1955 a 13/4/1956 Rafael González Aldalur.

137

FUENTES

CONSULTADAS

Playa Nueva Necochea, 1922. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

- Anuario Centenario de Ecos Diarios. “1881-1981. Centenario de la Fundación de Necochea”.

- Anuarios de Ecos Diarios. Años: 1937, 1938,1940, 1941, 1942,1943, 1946, 1947, 1949, 1950, 1951, 1952, 1953, 1954, 1955 y 1956.

- Gran Libro del Milenio, Ecos Diarios. 2000.

- Museo virtual del transporte argentino. En www.busarg.com.ar

- Museo virtual del transporte argentino. En www.busarg.com.ar

- Freitas, Jorge (2001). Historia Quequén-Necochea. Trabajo presentado en el centro de acopiadores de Necochea.

- Ecos Diarios Digital. En www.ecosdiariosweb.com.ar

139

IMÁGENES

Arcadas de la Rambla Municipal, 1940. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

- Imagen 4.1: Primer Museo Virtual del Transporte Argentino www.busARG.com.ar - Imagen 4.2: Colección Aquilino González Podestá. - Imagen 4.3: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.4: Ecos Diarios, Anuario 1931. - Imagen 4.5: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.6: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.7: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.8: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.9: Colección Sergio Ruiz Díaz. - Imagen 4.10: Gran Libro del Milenio, Ecos Diarios, 5 de Diciembre de 1948. - Imagen 4.11: Colección Aníbal Trasmonte. - Imagen 4.12: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.13: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.14: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.15: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.16: Museo Histórico Virtual Diario Necochea. - Imagen 4.17: Ecos Diarios, Anuario 1951. Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra. - Imagen 4.18: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen 4.19: Ecos Diarios, Anuario 1950. - Imagen 4.20: Ecos Diarios, Anuario 1955. Biblioteca Municipal Andrés Ferreyra. - Imagen de Introducción: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Capítulo 1: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Capítulo 2: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Capítulo 3 : Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Capítulo 4: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Conclusiones: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Anexo: Archivo Histórico del Museo Regional.

141 - Imagen de portada de Fuentes: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Imágenes: Archivo Histórico del Museo Regional. - Imagen de portada de Bibliografía: Archivo Histórico del Museo Regional.

142

BIBLIOGRAFÍA

Av. Costanera, antes Emiliano Abasolo, 1910. Fuente: Archivo Histórico del Museo Regional.

- Barbero, María Inés y Rocchi, Fernando (2002): “La Industria”, en Nueva Historia de la Nación Argentina, IX -La argentina del Siglo XX, Academia Nacional de la Historia, Planeta, Buenos Aires. - Barsky, Osvaldo; Jorge Gelman (2001). Historia del agro argentino. Desde la Conquista hasta fines del siglo XX. Buenos Aires: Grijalbo-Mondadori. 460 p. En Mundo Agrario, vol. 2, nº 3. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Centro de Estudios Histórico Rurales. - Bartolucci, Mónica (2004). Sociabilidad y multitudes. La foto en “La Bristol”. Sociabilidad, circulación y consumo en la década de los sesenta en Mar del Plata. En Prácticas de sociabilidad en un escenario Argentino. Mar del Plata 1879-1970 (pp.) Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. - Bartolucci, Mónica; Méndez, Gabriela; Pastoriza, Elisa & Zuppa, Graciela (2004). Prácticas de sociabilidad en un escenario argentino. Mar del Plata 1870-1970. Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. - Bartolucci, Mónica & Pilcic, Talía (2009). La ciudad Material. En Un mar de memoria. Histórias e imágenes de Mar del Plata (pp.38-63). Edhasa. - Belini, Claudio (2012). “El proceso económico”, en Alejandro Cattaruzza (coord.), Argentina. La mirada hacia adentro, Buenos Aires, Taurus-Mapfre, Tomo 4: 1930-1960. - Bertoncello, Rodolfo (2002). Turismo y territorio. Otras prácticas, otras miradas. Aportes y transferencias, 6 (2): (pp.29-50). Mar del Plata: UN Mar del Plata. - Bertoncello, Rodolfo (2006). Turismo, territorio y sociedad. El mapa turístico de la Argentina. América Latina: cidade, campo e turismo (pp.317-336). Geraiges de Lemos, A. M. Arroyo & M. M. Silveira. Buenos Aires: CLACSO- USP. - Burker, Peter (1993). Formas de hacer historia. Editorial Alianza. Madrid.

144 - Caimari, Lila (2012). Mientras la ciudad duerme. Pistoleros, policías y periodistas en Buenos Aires, 1920 - 1945. Buenos Aires. Siglo XXI Editores. - Capanegra, César A. (2006). La política turística en la Argentina en el siglo XX. Aportes y Transferencias, Vol. 10, Núm. 1, sin mes, 2006 (pp. 43-61). Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. - Capristo, Valeria (2005). Transformaciones en la economía global: modelos fordista y postfordista. Ficha n° 3 de la cátedra introducción al turismo. UNICEN. - Capristo, Valeria (2005). Turismo tradicional y turismo alternativo. Ficha n° 4 de la cátedra introducción al turismo. UNICEN. - Carr, Edward (1951). El historiador y los hechos. En ¿Qué es la historia?. Editorial Ariel, S.A. - Castillo Nechar, Marcelino & Lozano Cortés, Maribel (2006). Apuntes para la Investigación Turística. D.R. Universidad de Quintana Roo. - Cattaruzza, Alejandro (2009). Historia de la Argentina 1916-1955. Siglo Veintiuno Editores. - Da Cunha, Nelly (2002). Gestión municipal y tiempo libre en Montevideo (1900-1940). En Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar (pp 117-130.). Universidad Nacional de Mar del Plata. Editorial Biblos. - De Privitellio, Luciano (2012). La vida política, en Alejandro Cattaruzza (coord.), Argentina. La mirada hacia adentro. Buenos Aires, Taurus - Mapfre. Tomo 4: 1930-1960. - Díaz Alejandro, Carlos (1975): Ensayos sobre la historia económica argentina. Amorrortu, Buenos Aires. - Ente Necochea de Turismo (ENTUR). Temporada 2006/2007.Reseña histórica del partido de Necochea. - Favero, Bettina; Delgado, Susana y Reis, Fernanda (2009). En busca de la sociabilidad deseada. En Un mar de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata (pp.106-127). Edhasa.

145 - Favero Bettina, Pedetta Marcelo & Portela Gerardo (2009). El Mar. En Un mar de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata (pp.24-37). Edhasa. - Gerchunoff, Pablo y Antúnez, Damián (2002). De la bonanza peronista a la crisis del desarrollo. En Nueva Historia Argentina. Tomo 8: Los Años Peronistas (1943-1955). Dirección Juan Carlos La Torre. Editorial Sudamericana. - Girbal Blacha, Noemi (2002). “Agricultura y ganadería”, en Nueva Historia de la Nación Argentina. IX -La argentina del Siglo XX, Academia Nacional de la Historia, Planeta, Buenos Aires. - Girbal Blacha, Noemí, Zarrilli, Gustavo y Javier Balza (2004): Estado, sociedad y economía en la Argentina (1930-1997), UNQ, Bernal. [1ºedición 2001]. - Golpe, Laura I. (2009). Metodología cualitativa de investigación. Curso de Postgrado (Guías módulos 2 y 3). Campus Socialis. - Hernández Sampieri Roberto, Collado Fernández Carlos & Lucio Baptista Pilar (2006). Metodología de la investigación. Cuarta edición. - Hunzike, Walter & Krapf, Kurt (1942). Fundamentos de la Teoría General del Turismo. - Ioannides, D. & Debbage, K. (1997). Economic geography and tourism. Routledge. New York/London. - Korol, Juan Carlos (2001). La economía. En Nueva Historia Argentina (2001). Tomo 7: Crisis Económica, avance del Estado e Incertidumbre Política (1930-1943). - Lara López, Emilio L. (2005). La fotografía como documento históricoartístico y etnográfico: una epistemología. Revista de Antropología Experimental nº 5 (Texto 10). Universidad de Jaén (España). - Larrinaga Carlos & Pastoriza Elisa (2010). Dos balnearios atlánticos entre el fin de siglo y la crisis del treinta. San Sebastián y Mar del Plata. Un ejercicio comparativo. En Historia Contemporánea (pp.). - Lopez Brenner, E. (2002). El reto de la conservación ambiental y la

146 diversificación del turismo masificado de balneario: El diseño de una estrategia para Caldas Novas, Brasil. Tesis de doctorado de la UAB (Capítulo 1). - López Palomeque, Francisco (1999). Política turística y territorio en el escenario de cambio político. Boletín de la A.G.E. n° 28 (pp. 23-38). - Mantero, Juan Carlos (2004). Desarrollo local y actividad turística. Aportes y Transferencias, año 1, volumen 8 (p.p.11-38). - Martín de la Rosa, Beatriz (2003). Nuevos turistas en busca de nuevos productos. Pasos, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. - Maxwell, Joseph (1996). Qualitative research design. Sage publications (Capítulos 1, 2 y 5). - Méndez, Gabriela (2004) Matrimonios y sociabilidad. Mar del Plata 1870 – 1900. En Prácticas de sociabilidad en un escenario argentino. Mar del Plata 1870-1970 (pp.). Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. - Míguez, Eduardo J. (2011). Población y sociedad en Míguez Eduardo J. (coord.). Argentina. La apertura al mundo. Buenos Aires, Taurus - Mapfre. Tomo 3: 1880-1930. - Monfort Mir, Vicent M. (2000). La Política Turística: Una aproximación. Cuadernos de Turismo, N° 6. - Museo Virtual de fotos históricas. En Diario Necochea digital: www.museodn.com - Nueva Historia Argentina (2000). Tomo 6: Democracia, Conflicto Social y Renovación de ideas (1916-1930). Dirección Ricardo Falcón. Editorial Sudamericana. - Nueva Historia Argentina (2001). Tomo 7: Crisis Económica, avance del Estado e Incertidumbre Política (1930-1943). Dirección Alejandro Cattaruzza. Editorial Sudamericana. - Nueva Historia Argentina (2002). Tomo 8: Los Años Peronistas (1943- 1955). Dirección Juan Carlos La Torre. Editorial Sudamericana.

147 - Nueva Visión Socialdemócrata (2008). Turismo Sustentable. Revista Número 14 (capítulo 1.) FUSDA México (D.R. Fundación por la socialdemocracia de las Américas, A. C.) - Nogar, Graciela (2006). Diferentes abordajes teóricos acerca del concepto de territorio. Ficha n° 2 de la cátedra introducción al turismo. UNICEN. - Organización Mundial del Turismo (2001), Cooperación entre los sectores público y privado. Por una mayor competitividad del turismo, OMT, Madrid. - OMT (2001); Revista de FUSDA, México, Turismo Sustentable, octubre- diciembre 2008. - Osorio, García M. (2003). La teoría de sistemas aplicada al turismo. Artículo en red. - Osorio, García M.; Ramírez de la O & Irma Luz (2008). El desarrollo sustentable del turismo cultural. Una aproximación conceptual. Tendencias revista de la UBP, año 2, n°4. (pp.17-24). - Palacio, Juan Manuel (2000) La antesala de lo peor: La economía argentina entre 1914 y 1930. Capítulo III en Nueva historia argentina, Tomo 6: Democracia, Conflicto Social y Renovación de ideas (1916-1930). - Panero, Rosana (2009). La perspectiva cualitativista en investigación en ciencias sociales. Ficha de cátedra de Metodología de la Investigación. UNICEN, Tandil. - Pastoriza, Elisa (2008). El turismo social en la Argentina durante el primer peronismo. Mar del Plata, la conquista de las vacaciones y los nuevos rituales obreros, 1943-1945. En Nuevo Mundo Mundos Nuevos (pp.2-12). http://nuevomundo.revues.org/36472. - Pastoriza, Elisa (2008). Estado, gremios y hoteles. Mar del Plata y el peronismo. Revista Estudios Sociales. - Pastoriza, Elisa (2002). Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar. Universidad Nacional de Mar del Plata. Editorial Biblos. - Pastoriza, Elisa (2002). Turismo Social y acceso al ocio: el arribo a la

148 ciudad balnearia durante las décadas peronistas (Mar del Plata, 1943- 1955). En Las Puertas al Mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar (pp.89-107). Universidad Nacional de Mar del Plata. Editorial Biblos. - Pastoriza, Elisa (2009). Un mar de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata. Edhasa. - Pastoriza, Elisa & Reis, Fernanda (2009). Recuerdos de la vida en los hoteles de la costa. En Un mar de memoria. Historias e imágenes de Mar del Plata (pp.84-105). Edhasa. - Pérez Esther, Rodríguez Ma. Elena & Rubio Francisco (2003). Turismo en la sociedad de información: Modelos Emergentes. El entorno general. - Peter Burke, (1993). Formas De Hacer Historia. Alianza Editorial, Madrid. - Piglia Melina (2008). La incidencia del Touring Club y del ACA en la construcción del turismo como cuestión pública 1918-1929. Cuestiones Públicas y Turismo (pp.51-67). Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina. - Piglia, Melina (2012). En torno a los parque nacionales: primeras experiencias de una política turística nacional centralizada en la Argentina 1934 – 1950”. Pasos, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural (pp.61-73). PASOS - Piglia, Melina & Pedetta, Marcelo (2009). Consumo y Ocio. En Un mar de memoria. Histórias e imágenes de Mar del Plata (pp.64-83). Edhasa. - Piglia Melina (2014). Autos, rutas y turismo. El automóvil club argentino y el estado. Siglo XXI editores. - Quiero Cáceres Gonzalo, Booth Rodrigo & Sabatini Francisco (2002). La suburbanización de Valparaíso y el origen de Viña del Mar: entre la villa balnearia y el suburbio de ferrocarril (1870-1910). En Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar (pp.30-46). Universidad Nacional de Mar del Plata. Editorial Biblos. - Regalsky, Andrés (2001). “El proceso económico”, en Míguez, Eduardo J.

149 (coord.), Argentina. La apertura al mundo, Buenos Aires, Taurus-Mapfre, Tomo 3: 1880-1930. - Rocchi, Fernando (2011). “Argentina en el mundo”, en Míguez, Eduardo J. (coord.), Argentina. La apertura al mundo, Buenos Aires, Taurus-Mapfre, Tomo 3: 1880-1930. - Roy, Hora (2011). La vida política en Míguez Eduardo J. (coord.), Argentina. La apertura al mundo, Buenos Aires, Taurus-Mapfre, Tomo 3:1880-1930. - Saitta, Sylvia (2012). La cultura. En Alejandro Cattaruzza (coord.), Argentina. La mirada hacia adentro, Buenos Aires. Taurus-Mapfre, tomo 4: 1930-1960. - Salerno, Elena (2012). Los inicios del turismo y los Ferrocarriles del Estado en Argentina en las primeras décadas del siglo XX. Congreso de Historia Ferroviaria (6º). Vitoria-Gasteiz. - Sancho, Amparo (1998). Turismo: concepto y definiciones. Introducción al turismo (pp.43-57). Madrid: Organización Mundial del Turismo. - Schlüter, Regina G. (2003) EL turismo en la Argentina. Del Balneario al campo. Centro de Investigaciones y Estudios Turísticos, Buenos Aires. - Schulte Silke (2003) Guía conceptual y metodológica para el desarrollo y la planificación del sector turismo. Chile, ONU. - Sidicaro, Ricardo (1996). Los nombres del Poder. Juan Domingo Perón. Fondo de Cultura Económica, Universidad de texas. - Taylor, S y Bodgan R. (1986). Introducción a los métodos cualitativos de investigación (Capítulos 1, 4 y 6). Paidós, Buenos Aires. - Troncoso, Claudia & Lois Carla (2003). Políticas turísticas y peronismo. Los atractivos turísticos promocionados. Visión de Argentina (1950). En http://www.naya.org.ar/turismo/congreso2003/ponencias/Claudia_Troncoso. htm - Valle Gastaminza, F del (1999) Dimensión documental de la fotografía. Manual de documentación fotográfica (pp.113-132). Madrid, Síntesis. - Vera, J. Fernando (1997). Análisis territorial del turismo. La naturaleza del

150 turismo. Barcelona - Viñals Blasco, M. (2001) La historia del turismo. En Geografía mundial del turismo (capítulo 2). Editorial Síntesis. Madrid. España. - Wallingre, Noemí (2012) Evolución histórica y factores de cambio del turismo. En Problemas Turísticos Contemporáneos. Edición de la Universidad Nacional de , Bernal. - Wallingre, Noemí (2007) Historia del Turismo Argentino. Buenos Aires, Ediciones Turísticas. - Zuppa, Graciela (2004) Sociabilidad y espacio. Prácticas de sociabilidad en la construcción de la villa Balnearia. Mar del Plata y el acceso al siglo XX. Prácticas de sociabilidad en un escenario Argentino. Mar del Plata 1879- 1970 (pp.) Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.

151