Biblioteca Del Soneto. Autores: Letra D
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AUTORES CON LA LETRA D Continuación de la “BIBLIOTECA DEL SONETO” con la letra D D’ANDREA, AGUSTINA ADRIANA DÁNDRETA, JUAN CARLOS DACARRETE, ANGEL MARIA DANOZ FERNANDEZ, CARLOS DARIO, RUBEN DASILVA, JOSE L. DAVALOS, ARTURO DAVALOS, BALBINO DAVALOS, JAIME DAVALOS, JUAN CARLOS DAVALOS Y FIGUEROA, DIEGO DAVID DAVIDSON, ROLANDO DAVILA, GASPAR DAVILA, NICOLAS DAVILA, VIRGILIO DAVILA Y VERA, PEDRO DAVILAS, ARTURO DAYAT, ROSARIO DE LIM A, JORGE DE MATOS, GREGORIO DEBRAVO, JORGE DEFERSON DEHEYE, PEDRO MARIA DEL MAR, MAGDALENA DELAVAL, ALICIA DELGADO, CANUTO DELGADO, JAIME DELGADO, JUAN DELGADO, JUAN B. DELGADO BLANCO, ALFREDO JODE DELGADO LOPEZ, JUAN DELGADO LOPEZ, MANUEL DELGADO PÉREZ, MANUEL DELGADO VALHONDO, JESÚS DELIGNE, GASTON FERNANDO DELIGNE, RAFAEL ALFREDO DELITALA Y CASTELVI, JOSE DELLA COSTA, PABLO DELMAR, NEIRA DENIS, JULIO DENIZ, GERARDO DESOLA, RICARDO DEUM, JORGE HECTOR DEUSTUA, RAUL DEVESA, ANTONIO DEZA Y DEL ÁGUILA, JUAN ANTONIO DIAMANTE, JUAN BAUTISTA DIANA, JOSE CANDIDO DIAZ REINORIA, RAFAEL DIAZ RENGIFO DIAZ RODRÍGUEZ, MANUEL DIAZ ROMERO, EUGENIO DIAZ SANCHEZ, RAMON DIAZ SERRANO, JOAQUIN DIAZ SILVEIRA, FRANCISCO DIAZ VILLALBA, JULIO DICENTA, JOAQUIN DICENTA, JOAQUIN (HIJO) DICK TURPIN (SEUDONIMO) DID, JUANA DIEGO, ELISEO DIEGO, GERARDO DIEGO, JOSE DE DIEGO, JOSEFINA DE DIEGO PARDO, J. I. DE DIEGO Y BENITEZ, JOSE DE DIESTE, RAFAEL DIEZ, ALBERTO DIEZ, TINO DIEZ ALVARO, GORKA DIEZ CANEDO, ENRIQUE DIEZ CRESPO, MANUEL DIEZ DE REVENGA RUIZ, ALFONSO DIEZ SERRANO, ISABEL DILIO DINO, MARTA LUZ DIAZ ALEJANDRO, DIAZ, AXEL DIAZ, EDGARDO DONATO DIAZ, FERNANDO ANTONIO DIAZ, HECTOR DIAZ, JOSE CORNELIO DIAZ, LEOPOLDO DIAZ, LUIS DIAZ, MANUEL JOSE DIAZ, ROSA DIAZ, RUFO DIAZ, ZORAIDA DIAZ BARLETT, TOMAS DIAZ CARBALLEIRA, JAVIER DIAZ CANEDO, ENRIQUE DIAZ CARMONA, FRANCISCO DIAZ DE CASTRO, FRANCISCO DIAZ DE ESCOVAR, NARCISO DIAZ DE HERRERA, PEDRO DIAZ DE LAMARQUE, ANTONIA DIAZ DE LA RIONDA, SILVERIO DIAZ DE RIBAS, PEDRO DIAZ DE VILLEGAS, NESTOR DIAZ GARCIA, EULOGIO DIAZ, LANDA, PEDRO DIAZ LEON, DENNIS DIAZ MARTINEZ, MANUEL DIAZ MAYORGA, PEDRO DIAZ MIRON, SALVADOR DIAZ PIMIENTA, ALEXIS DIAZ PLAJA, GUILLERMO DISANDRO, CARLOS DOBLES SEGREDA, GONZALO DOCE, JORDI DOMENCHINA, JUAN JOSE DOMINGUEZ, EVARISTO DOMINGUEZ, FRANCISCO DOMINGUEZ, JOSE ANTONIO DOMINGUEZ, JOSE DE JESUS DOMINGUEZ, MARIA ALICIA DOMINGUEZ BARBERA, MARTIN DOMINGUEZ CAMARGO, HERNANDO DOMINGUEZ GALLEGO, LAZARO DOMINGUEZ LEON, GABINO DOMINGUEZ MILLA, BEATRIZ DOMINGUEZ MILLAN, E. DOMINGUEZ PRIETO, JUAN MIGUEL DOMINGO BARRIO, GEMA DOMINGO CATALA, TERESA DOMINGO Y PALACIO, TIMOTEO DONOSO, FRANCISCO DORANTES GONZALEZ, ALFONSO DORE, JOSE ANTONIO DORESTE, ARTURO DORESTE, VENTURA D’ORS, EUGENIO DOYAGUEZ, FELIPE DUANI MENDEZ, PEDRO DUARTE, FELIX DUARTE, RAFAEL DUARTE DE SILVA, DOCTOR DUARTE FERNANDEZ DUARTE LOPEZ, ANTONIO DUENDE, EL DUEÑAS, JUAN DE DULCEY, ANTONIO DULCINEA GRIS DUQUE, AQUILINO DUQUE, JOSE LARGOS DUQUE DE ALBA DUQUE DE AMALFI DUQUE DE ESTRADA, DIEGO DUQUE DE ESTRADA Y GUZMÁN, JUAN DUQUE DE FRIAS DUQUE DE MEDINACELI DUQUE DE OSUNA Y CONDE DE UREÑA DUQUE DE RIVAS (ANGEL SAAVEDRA) DUQUE DE SESSA DUQUE VILLEGAS, EM ILIO DUQYE SÁNCHEZ, EMIRO DURA ARMADANS, DARIO DURAN, MANUEL DURAND FLORES, MERCEDES DURBAN, JOSE DUYOS GARCIA, LUIS MANUEL DUYOS GIORGETA, RAFAEL AUTORES D’ANDREA, AGUSTINA ADRIANA Argentina. Siglo XX Poeta hallada en Internet. SONETO AL AMOR IMPOSIBLE Como feliz me hace lo imposible me dedico a treparme a las estrellas. Cuando el tiempo me aparte de tu huella nacerá en mí un silencio inamovible. Desgarraré la sábana del cielo nocturno, y el sin fin del firmamento se borrará, habrá parecido un cuento; nunca más veré en este mi consuelo. Tal vez así podré algún día hallarte en los jirones del azul caído, o en la estela de alguna estrella errante. Te buscaré sin tregua hasta encontrarte; cuando en mis ojos puedas reflejarte sabré por fin en vano no he vivido. SO NETO DEL ERRO R Es triste -si se busca el argumento de nuestro error- haberse sometido a la verdad y muerto en el intento; pero es peor haberse antes rendido. Se sabe que la lucha es cruel y es mucha, que en ella te dejás hasta el pellejo; y cuando quieras ver si alguien te escucha verá sólo el reflejo del espejo. ¿Por qué entonces seguimos insistiendo? La respuesta posible se me atora en la garganta y sólo se demora. Por más que te deshagas corriendo como un loco reloj contra las horas sabés que todavía no estás cayendo. D’ANDRETA, JUAN CARLOS ESPAÑA. Siglo XX. Poeta hallado en Internet. SONETOS PARA EL T IEMPO DE N AVIDAD LA ESTRELLA DE JESUS I Tú que contemplas en tu vuelo errante pues eres única, la simetría que hay en la ruta de las Tres Marías, Estrella, del espacio navegante. Tú que de la vía láctea, rutilante te desprendiste, porque te decías que signos evidentes existían en el Zodíaco de algo fascinante. Tú que desciendes como seducida para observar de cerca, sin saber que, con tu huella, orientas su Venida, mira que ya te debes detener Estrella, por milagro reducida que un milagro mayor vas a encender. II Abre el capullo de tu seno, Madre, para adorar tu fruto, fascinados, y brote de tu vara, José amado, la Flor cuya raíz está en el Padre. Ángeles cubran con sus blancas alas su niño sueño. Vélense extasiados los que, con sus rebaños, son llamados a esta función sin ruidos y sin galas. Porque quien nace y duerme entre animales en esta noche misericordiosa no es otro que el Ungido, el Emanuel. Por Él serán sanados nuestros males. En Él restaurarán todas las cosas. Y el hombre vuelve a Dios sólo por Él. DACARRETE, ANGEL MARIA España. 1.827 – 1.904 Académico de la Real Academia Española, nombrado en 1.900, debería haber ocupado la silla R pero falleció antes de tomar posesión del cargo. Poeta y Autor dramático. Discípulo de Alberto Lista. Desempeñó altos cargos en la Corte, donde murió. SONETO ¿Por qué, menguado corazón, suspende opresión dolorosa tu latido? ¿Por qué moja mi párpado abatido lágrima torpe que mi orgullo ofende? ¡Mal la nobleza de tu ser entiende quien dos veces, esclavo envilecido, el alma que de Dios ha recibido de una mirada engañadora prende! Acabe ¡y para siempre! el ansia fiera por la que presa fuiste en otros días de inciertas dichas y pesares vanos. Que si aun capaz de conmoverte fuera, del pecho a quien infame afrentarías, sabré arrancarte con mis propias manos. EN LA MUERT E D E LINCO LN No sobre el campo del honor caído, ni de banderas bélicas cubierto dejó a ese cuerpo ensangrentado y yerto su espíritu inmortal nunca rendido. Del lauro ya del vencedor ceñido la ambición y el rencor, en vil concierto con golpe aleve le postraron muerto, la desgracia infamando del vencido. Mas la mano del bárbaro homicida, nuevo triunfo a los triunfos eslabona con que ilustró su generosa vida. ¡Qué llora el mundo su fatal partida, y brilla más que la imperial corona la noble sangre de su frente herida! SONETO Muerto está el corazón: ¡ni aun el suspiro exhala del dolor! Mustio, cansado, enmudece el laúd, desesperado fastidio y soledad do quiera miro. No son sueños poéticos, deliro: no suspira mi pecho enamorado ¡quisiera descansar! sí, que abrumado me siento por el aire que respiro. Ya no puedo cantar, ¡adiós, mi lira! tú que de mis ensueños y dolores el eco fuiste, queda abandonada. Si pronto el plazo de mi ser expira, tus vibraciones de pesar y amores repite en torno de mi tumba helada. SONETO Atrás te deja el tiempo en su carrera, del olvido a la tumba te avecinas, y cargado de muertes y de ruinas la misteriosa eternidad te espera. Un año nuevo con sonrisa fiera alza la frente cuando tú la inclinas, y cual tú de esperanzas peregrinas fecundiza del hombre la quimera. ¡Un año más en el que sangre y llanto verteré persiguiendo a la ventura! ¡Un año más que pasará muy pronto! Y en el que yo que filosofo tanto es posible que siga en la locura de estar enamorado como un tonto. SONETO AL PUBLICO Por el precio de un palco, de una butaca, o un asiento de humilde galería; la veste del pudor la musa mía rasga y al aire sus encantos saca. Insolente ramera hoy ya destaca su voz entre tu vana gritería; ¡ella que cantos de dolor gemía sin cuidar de tus bravos la alharaca! ¡Ay, virgen fue! mas hora en su locura solicitando impúdica tu halago ese engendro te da que triste aborta! Yo al escribirlo no pensé en tu altura; sílbalo sin piedad, poco me importa. Será a su torpe vanidad buen pago. SONETO Como la sombra al cuerpo, el sentimiento a perseguir se inclina tu hermosura, mas si dicen mis ojos mi ternura casto respeto sofocó mi acento. Con tu imagen querida, en su aislamiento forja el alma quimeras de ventura; nunca esa dicha alcanzarás –murmura la despiadada voz del pensamiento-. Amarga pena al escucharla abrigo, y luego el corazón, como un tesoro acoge ese dolor, y te bendigo. ¡Y sin nada esperar, ciego te adoro! ¡Ay, si a mi seno del dolor amigo volver pudiera al desterrado lloro! SONETO Quizás mis ojos por la vez postrera clavo, Guadalquivir, en tu corriente, la luna contemplando tristemente que en tus aguas sus rayos reverbera. Lleve mis pasos do la suerte quiera, tu imagen siempre al corazón presente; los años ¡ay! renovará la mente que sentí resbalar en tu ribera. Amargue las espumas de tu orilla esta lágrima. ¡Adiós! hondo gemido el pecho exhala, que de ti me alejo. Cuando bese los muros de Sevilla, murmura con dolor que nunca olvido que allí del alma la esperanza dejo. SONETO ¿Te acuerdas, di, cuando al tocar mi mano, radiante tu mirada, estremecido tu seno de placer, daba un gemido, verme temiendo de tu amor lejano? ¿Te acuerdas que en combate sobrehumano, por tu pena mi amor enaltecido, en mis brazos llorando, tu encendido labio los míos abrasaba en vano? Ciñó tu frente de virtud la palma, mas ¿qué fue nuestro amor? Inerte, fría, hoy te contempla, aunque te admire, el alma.