EL COLEGIO DE MICHOACAN, A.C. Centro de Estudios Arqueológicos Programa de Maestría en Arqueología 2014-2016

El entorno construido en Los Guachimontones, . Un

acercamiento desde las plazas y los patios

David Arturo Muñiz García

Tesis de Grado para obtener el grado de

Maestro en Arqueología

Directora de Tesis Dra. Verenice Y. Heredia Espinoza Asesores Dr. Joshua D. Englehardt Dr. Steve Kowalewski

La Piedad, Michoacán Marzo 2017

AGRADECIMIENTOS

Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT, por su apoyo financiero para realizar esta investigación.

Al Centro de Estudios Arqueológicos de El Colegio de Michoacán, A.C., por

haberme dado la oportunidad de participar en el Programa de Maestría en Arqueología,

en su promoción 2014-2016, lo cual me ha permitido tener una formación en el ámbito

antropológico.

A la Dra. Verenice Y. Heredia Espinoza, por haberme permitido participar del

Proyecto Arqueológico Teuchitlán y disponer de toda la información requerida para la

consecución de esta tesis, además de los constantes comentarios y observaciones que

han permitido que el trabajo tomara un rumbo adecuado, por ello estaré siempre

agradecido con su apoyo.

Al Dr. Joshua D. Englehardt, quien con sus comentarios y jornadas de trabajo

conjuntas han permitido que este trabajo se realice. Tengo claro que gracias a su muy

particular forma trabajar, he mejorado sustancialmente mis perspectivas acerca de la

arqueología.

Dr. Steve Kowalewski, cuyo trabajo ha sido una inspiración y que con sus

intervenciones encauso positivamente mi trabajo y me ha permitido tener la claridad

necesaria para presentar esta tesis.

A todo el cuerpo de profesores del CEQ-COLMICH, pues cada uno de ellos

aportaron significativamente en mi formación, desde sus ámbitos de especialización, y

con sus comentarios a mi trabajo he podido concretarlo satisfactoriamente.

A Kimberly, para quien no tengo palabras que expresen mi agradecimiento y

admiración, siempre conmigo, siempre impulsándome, siempre amándome, siempre

ii juntos. Sin ti nada de esto sería posible y contigo seguiremos concretando nuestros sueños.

Para Braulio y Savy, los más hermosos motores en la vida que cualquiera pudiera desear. Ellos han disfrutado y sufrido a la par este trabajo, se merecen mi reconocimiento y mi infinito amor hacia ellos.

A Coco y Arturo por su confianza y amor, encausaron mi vida y les agradezco por siempre, a mis hermanos: Ale, Ernesto e Isa, por su tesón y confianza, es un orgullo ser parte de sus vidas.

ni Resumen

El presente trabajo aborda la relación entre la organización sociocultural y la distribución espacial del entorno construido, desde la tendencia que tienen las plazas y los patios hacia lo público y lo privado, en el asentamiento de Los Guachimontones

Jalisco, cuantificado a través de una propuesta metodológica con base en plataformas de Sistemas de Información Geográfica.

Partimos de una aproximación a la idea de entorno construido, el cual se conforma por el entorno edificado, el entorno natural y el entorno no edificado, y en donde se asume la indivisibilidad del espacio habitado. Para ello se hace una primera distinción entre espacio y lugar, en donde el segundo implica la construcción de significaciones dentro del comportamiento ordinario. De los distintos lugares que conforman el entorno construido, los no edificados han sido los menos atendidos en arqueología, lo que ha producido espacios aparentemente vacíos. Usando la propuesta de planificación de un asentamiento, se analiza la posibilidad de observar al entorno no edificado como un regulador de la distribución espacial, haciéndolo análogo con los silencios en una composición.

Las plazas y los patios son el centro del trabajo, se describe y analiza el desarrollo histórico de los estudios de tanto en Mesoamérica como en Occidente, se profundiza en el caso de estudio de Los Guachimontones y el papel que este sitio ha jugado en la arqueología en la Región Valles. Para analizar este tipo de lugares se propone una metodología de trabajo que consiste en cinco variables cuantitativas y tres cualitativas, determinando la tendencia que tienen las plazas y los patios hacia lo público o lo privado. Los datos obtenidos son evaluados bajo un marco interpretativo,

IV en el que se asume la posibilidad de que la distribución espacial se relaciona con estrategias de poder jerárquicas.

Los resultados nos indican una separación de Los Guachimontones en varios sectores distinguidos por diversas disposiciones de espacios públicos y privados. Cada uno de ellos se puede asociar con estrategias heterárquicas y jerárquicas alternadas.

Palabras clave: Entorno construido, distribución espacial, plazas y patios, Occidente de

Mesoamérica, Los Guachimontones.

v Abstrae

The present work deais with the relationship between the socio-cultural organization and the spatial distribution of the built environment, from the tendeney of plazas and patios to public and prívate, in the settlement of Los Guachimontones Jalisco, quantified through a Geographic Information System methodology.

We start with an approach to the idea of built environment, which ¡s shaped by the built environment, the natural environment and the unbuilt environment, and where the indivisibility of the inhabited space is assumed. For this, a first distinction is made between space and place, where the second implies the construction of meanings within ordinary behavior. From this part of view, the non-built have been the least attended in archeology, giving the idea of empty spaces, by using the proposal of planning a settlement, we analyze the possibility of observing the environment not built as a regulator of the spatial distribution, making it analogous to the silences in a composition.

Plazas and patios are the center of the work, describing and analyzing the

Historical development of the studies of places in and the West México.

Then the research goes deeper into the case study of Los Guachimontones and the role that this site has played in archeology in the Valles Región. In order to analyze this type of places, a methodology of work is proposed that consists of five quantitative variables and three qualitative ones, determining the tendeney that the plazas and patios have towards the public or the prívate function. The data obtained are evaluated under an interpretativo framework, which assumes the possibility of spatial distribution as related to hierarchical power strategies.

vi The results indícate a separation of Los Guachimontones we have several sectors distinguished by diverse dispositions of public and prívate spaces, each one of them associate with alternating hierarchical and hierarchical strategies.

Keywords: Built environment, spatial distribution, plazas and patios, West of

Mesoamerica, Los Guachimontones.

Vil Contenido Capítulo 1: Introducción...... 1 Capítulo 2: Marco conceptual...... 11 El entorno construido...... 12 El espacio y los lugares...... 17 Rellenando espacios vacíos en arqueología...... 18 Los silencios arquitectónicos...... 26 La Distribución Espacial...... 28 Posibilidades y limitaciones interpretativas...... 32 La planificación del entorno construido...... 33 Conclusión del capítulo...... 37 Capítulo 3: Patios y plazas en Mesoamérica y el Occidente...... 40 Patios...... 41 Desarrollo histórico de los estudios del patio en Mesoamérica...... 43 Utilidad de los patios...... 45 Patios en el Occidente de Mesoamérica...... 47 Plazas...... 52 Importancia de las plazas...... 54 Definiendo la Plaza Mesoamericana...... 55 Plazas en el Occidente de Mesoamérica...... 57 Conclusión del capítulo...... 59 Capítulo 4: Caso de estudio: Los Guachimontones...... 61 Arqueología en la Región Valles...... 61 Los Guachimontones...... 66 Excavaciones de áreas grises...... 69 Conclusión del capítulo...... 74 Capitulo 5: Metodología, análisis y resultados...... 76 Marco interpretativo...... 81 Plazas...... 86 viii Identificando plazas en Los Guachimontones...... 86 Resultados de las plazas...... 96 Interpretación de las plazas (Correlación de categorías y variables)...... 108 Patios...... 112 Identificando patios en Los Guachimontones...... 112 Resultados de los patios...... 125 Interpretación de los patios...... 139 Capítulo 6: Discusión...... 142 Propuestas de sectores...... 142 Plazas en Los Guachimontones...... 154 Patios en los Guachimontones...... 160 Distribución del entorno construido y la organización sociocultural...... 167 Capítulo 7: Conclusiones...... 173 Referencias citadas...... 178 Anexo...... 220

IX Capítulo 1: Introducción

La estructura sociocultural y la disposición espacial del entorno construido guardan una estrecha relación, ya que autores como Rapoport (1977) visualizan al segundo como un reflejo de la primera. En los asentamientos mesoamericanos, la forma en que se distribuye espacial mente el entorno construido permite reconocer una separación entre lo público y lo privado, enmarcando los espacios que han de albergar ciertas formas de relaciones sociales, reforzándose esta relación entre espacios (o entornos construidos) y la estructura sociocultural a la cual sirven (Stark 2015). Estudios acerca de la distribución espacial en el Occidente han mostrado patrones de organización que difieren en cierta medida a sus contrapartes del centro y sur del

México antiguo (Alarcón 2006; Beekman 2009; López Mesías y Ramos 1996;

Ohnersorgen y Varíen 1996; Smith 2007; Smith Márquez 2009; Weigand 1993).

El reconocimiento de cuáles patrones espaciales se asemejan y cuáles no, a los que observamos en otras partes de Mesoamérica es todavía una tarea pendiente.

Lugares destinados a actividades públicas y privadas no han sido abordados bajo el enfoque de que estos son parte integral de la composición del entorno construido y por lo tanto pueden reflejar la estructura sociocultural de quienes habitaron asentamientos en el Occidente, como es el caso de Los Guachi montones en la Región Valles de

Jalisco (Figura 1).

Si bien el análisis espacial es un tema común en la literatura arqueológica (ver, por ejemplo, Anschuetz et al. 2001; Clark 1972; Criado-Boado 1994; Hodder y Orton

1976; Smith 2001; Tilley 1994), los trabajos realizados con este tópico en la Región

Valles han mantenido una dependencia explicativa con respecto a los estudios sobre las dimensiones y forma de las edificaciones, en términos de su “monumentalidad”

1 (Alarcón 2006; Blanco 2009; Herrejón Villicaña 2009; López Mesías y Ramos 1996;

Ohnersorgen y Varíen 1996; Smith Márquez 2009; Weigand 1993).

Esta situación ha impedido acercarnos al entendimiento de las antiguas

estructuras socioculturales, pues se ha asumido una relación directamente proporcional

entre forma/tamaño de las edificaciones y el grado de complejidad social (Weigand

1993). A pesar de la escaza evidencia arqueológica este argumento se convirtió en uno

de los sustentos, desde hace más de 40 años, de la supuesta existencia de sociedades

con organización estatal en la región (Weigand 2000). Esta investigación propone una

forma de análisis espacial bajo el enfoque del entorno construido, lo cual puede

enriquecer la discusión acerca de las estructuras socioculturales que se vienen dando

para asentamientos como Los Guachi montones.

Sectores Área Nuclear L o m a A lta N Leyenda Los Guachimontones 1-Circulo 1 6-LaJoyita 11- CirculoB Estructuras arqueológicas Loma Alta 2- Juego de Pelota 1 7 - Juego de Pelota 2 12-Juegpde pelota 1 Límite del sitio : Texcalame 3- La Iguana 8 - C irculo 6 13- Circulo C y D Datum WGS84. Zona UTM 13Q 4- Circulo 3 9 . CirculoB 14- Residencias Cuatripartitas 5- Talleres 1 0 .- La Gran Plaza 15- Circulo A

Figura 1. Mapa de Los Guachimontones, Teuchitlán, Jalisco, elaborado con datos del Proyecto Arqueológico Teuchitlán (Heredia y Sumano 2016). 2 El entorno construido puede ser relacionado con distintas formas de organización sociocultural, esto a partir de su distribución espacial, pues en ella se manifiesta la forma en la que los habitantes piensan y organizan su mundo (Rapoport 1967). En Los

Guachimontones tenemos varias propuestas de este tipo de organización, destacando las propuestas de un sistema jerárquico; ya sea un estado -segmentario- (Weigand

2007; Weigand y Beekman 2000), o bien una organización estratificada a manera de cacicazgo complejo (López Mestas 2011). Recientemente, Beekman (2008) ha planteado la posibilidad de que en la Región Valles se vinieran desarrollando estrategias de poder corporativo a partir de la organización sociocultural por linajes. Un aspecto central en esta investigación es poder relacionar los patrones de distribución del entorno no edificado, particularmente plazas y patios, con alguna de estas propuestas, lo cual consideramos un aporte para la discusión de la organización sociocultural en la región.

El entorno construido reconoce la indivisibilidad de lo edificado con aquello que está aparentemente vacío; es decir, los espacios abiertos -tales como plazas y patios- también conocidos como áreas grises y su distribución espacial (Stanley et al. 2012;

Stark 2015), como una vía de entendimiento de la dicotomía entre los espacios públicos y los privados dentro del entorno construido/programa de construcción. Esto en virtud de reconocer que las plazas y los patios han sido caracterizados como los elementos paradigmáticos de esa dicotomía (Cyphers y Murtha 2014; Inomata 2014; Lefebvre

1991; Moore 2014; Morton et al. 2012). Según investigaciones a nivel general sobre las relaciones entre distribución espacial del entorno construido y las estrategias de comunicación no verbal (Rapoport 1982), podemos inferir que la estructura sociocultural en Los Guachimontones durante el Formativo Tardío al Clásico Temprano debió de

3 tener una correlación espacial. Las explicaciones que existen hasta el momento de esta correlación no han tomado en cuenta una parte importante de la información accesible, es decir la que proveen los espacios vacíos, pues se han centrado preferentemente en aquello que está formalmente edificado.

Ante este problema surgen las preguntas de esta investigación: ¿Cómo es que la distribución espacial de las áreas grises el entorno construido de Los Guachimontones puede referirse a la organización sociocultural? ¿La distribución de plazas y patios nos permite identificar patrones de organización espacial que nos refiere a la dicotomía entre público/privado? Y finalmente ¿podemos relacionar la distribución de las plazas y patios con alguna de las propuestas previas de organización socio-política en Los

Guachimontones?

Para responder esto proponemos que es posible observar patrones de organización espacial en plazas y patios, los cuales permiten entender la distribución del entorno construido. Dichos patrones tendrían una estrecha relación con la estructura sociocultural de la sociedad de Los Guachimontones. Si plazas y patios se agrupan de forma proporcional entre sí, formando conjuntos reconocibles de elementos del entorno construido y al mismo tiempo separados de otros conjuntos similares, entonces podemos suponer una distribución espacial planificada en sectores. Si es así, reconoceríamos una estructura sociocultural que privilegia una organización dividida en sectores, que se asemeja a las estrategias heterárquicas (cfr. Crumley 1986).

En caso de que la distribución espacial del entorno construido responda más bien a un patrón en el que las plazas no sean proporcionales a los patios y las primeras estén concentradas en torno a un solo sector y los patios a su vez se distribuyan de manera homogénea en el resto del asentamiento, es decir no haya sectores

4 homogéneos y diferenciados en cuanto a su distribución, pensaríamos más bien en una estructura sociocultural que privilegia el control de la distribución espacial hacia un solo sector y por tanto a una organización sociocultural más tendiente a concentrar la toma de decisiones en un solo grupo y que nos llevaría a pensar en las propuestas de jerarquía como la de Weigand (2007).

De esta manera nuestro objetivo es, en un primer momento, identificar la forma y tipo de las áreas grises que hay en Los Guachimontones, lo cual solo será posible al afinar la conceptualización de plazas y patios que se ha dado para Mesoamérica. Una vez hecho esto, se analizará la relación de áreas grises, en plazas y patios con la distribución espacial de estos, determinando los patrones de organización espacial del entorno construido. Para ello, desarrollamos una propuesta metodológica de identificación de patrones de distribución de las construcciones a partir de plazas y patios, que permita tener elementos cuantificables para la diferenciación de sectores en el sitio; esto se hará mediante una propuesta de variables con sus respectivos parámetros.

Adicionalmente se consideran las propuestas que existen en la literatura acerca de las plazas y patios (Arancón 1992; Carrasco 1992; Heyden y Gendrop 1973; Inomata y Tsukamoto 2014; Mangino 1993; Manzanilla 1986; Winter 1986), en especial para el

Occidente de Mesoamérica1. Para alcanzar los objetivos establecidos partimos del principio de que la estructura sociocultural es accesible desde la relación que se

1 Si bien prácticamente ningún trabajo acerca del Occidente, trata específicamente de patio y plazas, varios de ellos tocan temas como unidades habitacionales o espacios privados y algunas otras áreas públicas, la mayoría de las veces de manera tangencial (véase por ejemplo Beekman 2008; Deraga 1986; Galván Villegas 1991; López Mestas y Ramos 1998; Olay 2005; Smith Márquez 2009; Valdez et al. 2005; Weigand 1993). 5 establece entre está y el entorno construido, el cual se organiza bajo ciertos patrones de distribución espacial, generando un espacio socialmente construido e igualmente vivido (Norberg-Schulz 1972; Rapoport 1969, 1972), de esta manera los seres humanos dotamos significación al espacio físico (Tilley 1994).

El entorno construido está conformando por el entorno natural, el entorno edificado y el entorno no edificado, todos unidos de manera indivisible en la significación del habitar cotidiano (Rapoport 1967; Tilley 1994). Al mismo tiempo el entorno construido refleja la estructura sociocultural, la cual marca la tendencia de la organización, tanto social como espacial. Por lo tanto, la organización espacial, incluyendo la distribución de las áreas públicas y privadas, puede ser usada para inferir, extrapolando la estructura sociocultural. Así podemos relacionar la organización espacial, vista desde plazas y patios, a la organización sociopolítica.

Tomando en cuenta lo anterior, se asume que abordar la relación entre entorno construido y la estructura sociocultural desde los entornos no edificados nos permite entender patrones de distribución espacial en términos de una separación entre lo público y lo privado (Stanley et al. 2012, 2016; Stark 2015; Smith 2007; Smith Monica

2014), y que en Mesoamérica están estrechamente relacionados con las plazas y los patios respectivamente (Arancón 1992; Cyphers y Murtha 2014; Inomata 2014; Winter

1986). El estudio de espacios públicos y privados en las sociedades antiguas, como parte componente de la distribución espacial de un asentamiento, ha estado inmerso en una falsa dicotomía entre planificado y no planificado, en donde la visión contemporánea ha impuesto tanto sus criterios como su terminología a una realidad pretérita que no funcionaba bajo nuestros propios estándares (Smith 2007).

6 Esto nos ha lleva a retomar el postulado de Smith (2007) de ver a la planificación como un continuo, no como una clasificación de presencia/ausencia de elementos característicos de un tipo de distribución espacial, sino más bien como estrategias en la disposición de las partes componentes del entorno construido, las cuales pueden ser cuantificadas y cualificadas en valores ordinales.

La disposición de lo público/privado nos ayuda a clarificar dos de los componentes más importantes de las estrategias de comunicación no verbal que significa la organización del entorno construido (Rapoport 1967). Ubicaríamos nuestro estudio en el nivel bajo de significación del entorno propuesto por Rapoport (2003), que se refiere al entendimiento de situaciones sociales específicas, comportamiento, privacidad, accesibilidad, disposición del asentamiento entre otros (Rapoport 1967:178).

Ahora bien, si la forma en que se distribuyen las construcciones refleja la estructura sociocultural de la cual emanó, la estructura dicta la organización social, y las personas dentro de una sociedad mantienen patrones de comportamiento, de la misma manera en que existen formas y distribuciones constantes en las construcciones de un asentamiento. Este arreglo espacial, particularmente el de las sociedades pre modernas, no siempre es claro para el observador contemporáneo (Smith 2007). No todos los asentamientos antiguos tienen un arreglo formal del espacio, pero muchos de ellos si exhiben una coordinación y planeación, es decir, mantienen su propia lógica espacial

(Hillier et al. 197:363).

Stark y Ossa (2005) señalan que en el caso mesoamericano “los grupos arquitectónicos tienen una disposición ordenada que sugiere una planeación, por ejemplo, alrededor de una plaza” (2003:198, traducción propia), refiriéndose al entendimiento del espacio público. Sin embargo, no es la única escala en la

7 distribución; el espacio privado se arregla o distribuye en buena medida en función del patio (Carrasco 1992; Manzanilla 1986). Nosotros conceptualizamos a las plazas y los patios como parte de lo que algunos autores han llamado áreas grises (Stanley et al.

2012, 2016; Stark 2015).

El caso específico de Los Guachimontones nos ofrece condiciones de investigación adecuadas para explorar la relación entre la distribución espacial y la estructura sociocultural, ya que cuenta con información pormenorizada de superficie

(Heredia et al. 2013; Weigand y Esparza 2008) y algunos elementos puntuales de excavación (Esparza y Weigand 2008), condiciones favorables para este tipo de estudio, tal y como lo señalan autores que han desarrollado trabajos similares (cfr.

Stanley et al. 2012, 2016; Smith 2007, 2014; Smith Monica 2014; Stark 2015). Para ello, se propone una metodología de trabajo que recupera principalmente los elementos establecidos por Smith (2007), y que permiten observar la organización formal del espacio en un asentamiento. Sin embargo, ese planteamiento no se enfoca específicamente en los espacios abiertos, razón por la cual reforzamos la propuesta con los trabajos de autores que sí han enfocado sus esfuerzos en este tipo de lugares

(Cavanagh 2001; Stanley et al. 2012, 2016; Stark 2015, 2015; Stark y Ossa 2015, Smith

Monica 2008, 2014; Stoll 2014; Upham 1992).

El procedimiento que se siguió para entender la distribución espacial fue el de establecer una serie de variables, que, con base en el marco conceptual planteado, son: dimensiones, patrón de distribución, accesibilidad, y visibilidad2. Como resultado

2 Las variables son con base en el trabajo de Smith (2007), retomando planteamientos de diversos autores (Arancón 1992; Blanton y Fargher 2009; Cyphers y Murtha 2014; Fargher et al. 2014, S/F; Inomata 2014; García Cook y Martínez 2008; Gutiérrez y Van 8 ponderado de estas cuatro variables tenemos la jerarquía, la cual nos muestra la tendencia que tiene el área estudiada hacia lo público o hacia lo privado. Como variable cualitativa se propone observar las edificaciones circundantes.

Proponer una metodología especifica que incluye variables y llevarlas a términos ordinales permite entender la tendencia que las áreas grises tienen hacia lo público y hacia lo privado, observándolo a través de la ubicación y distribución de estas, lo cual sería el principal indicador para interpretar cómo estaba organizado el entorno construido. Esta tesis pretende ser una contribución a la arqueología de la región, pues aporta elementos cuantificables, accesibles y contrastables para la identificación y análisis de plazas y patios en Los Guachimontones, abriendo la posibilidad de usar los parámetros propuestos en contrastación con otros asentamientos de la región e incluso en un estudio de tipo trans-cultural. Este trabajo, además, pretende ser también un aporte a la arqueología en general pues propone un análisis espacial de espacios abiertos o vacíos que tradicionalmente han sido poco atendidos en las investigaciones del entorno construido.

La necesidad de tener información contrastable y certera en el análisis espacial en Los Guachimontones es una necesidad en los estudios regionales ya que, como se ha mostrado en otros trabajos (cfr. Cardona 2016; Englehardt et al. 2016; Muñiz 2016), los postulados en torno a la llamada tradición Teuchitlán (Weigand y Beekman 2008), tienen sus fundamentos en información poco rigurosa y no sistematizada sobre la cual descansan las interpretaciones acerca las sociedades antiguas en la región.

Rossum 2010; Lewis et al 2015; López Mesías y Ramos 1998; Parcero 2009; Stanley et al. 2016; Smith Monica 2014; Smith Márquez 2009; Stark 2014, 2015; Winter 1986). 9 El trabajo se divide en seis capítulos. En el capítulo 1 se especifican brevemente los elementos que constituyeron el proyecto de investigación y las partes que le componen como la pregunta de investigación, objetivos, hipótesis, justificación y metodología. El capítulo 2 explícita los principales conceptos usados y su relación con el análisis espacial en arqueología, con énfasis en la idea de entorno construido. En el capítulo 3 se relaciona lo anterior con los espacios vacíos, profundizando en las plazas y los patios, para finalizar con la forma en que se propone enlazar esto con las distintas variables que permiten definir la organización espacial de un asentamiento. El capítulo

4 lo conforma el caso de estudio. En él se muestran los trabajos previos en el sitio Los

Guachimontones y la Región Valles de Jalisco, abriendo una discusión acerca de la manera en que se han trabajado las plazas y los patios en el Occidente.

El capítulo 5 está conformado por la propuesta metodológica a seguir, el análisis de la información y resultados obtenidos., que se concentran en la construcción de seis indicadores principales. Se puntualizan los usos previos en arqueología, el procedimiento usado de cada variable, incluyendo flujos de trabajo, ejemplos y se presentan los resultados correspondientes por cada variable propuesta. El capítulo 6 se encarga de poner de manifiesto la discusión sobre toda la información generada en el capítulo previo, desarrollando una propuesta propia acerca de la distribución espacial de lo público y lo privado en el entorno construido de Los Guachimontones, y su relación como parte de las estrategias de comunicación no verbal que reflejan la estructura sociocultural.

En el apartado de conclusiones, capítulo 7, se reflexiona sobre el trabajo desarrollado, los aportes alcanzados a lo largo de la investigación y se visualizan posibles vías hacia futuras preguntas que fortalezcan o pongan sobre tela de juicio lo aquí planteado. 10 Capítulo 2: Marco conceptual

El presente capítulo pone de manifiesto los principios conceptuales bajo los cuales se pretende entender la distribución espacial de los patios y las plazas como reflejo de las estructuras socioculturales en Los Guachimontones. Partimos de la premisa que este asentamiento prehispánico del Occidente de Mesoamérica conforma un entorno construido en el cual lo edificado y lo no edificado fueron parte integral de un lugar, con ello se dio forma a una organización del espacio, a la cual podemos acceder, acercándonos a la estructura sociocultural,3 desde la distribución del entorno construido.

Entorno construido es definido “como cualquier modificación humana sobre la faz de la tierra” (Rapoport 1967:63, traducción propia). Estudios anteriores (Norberg-Schulz

1972; Rapoport 1969, 1972, 1982; Stanley et al. 2012; Smith 2007; Stark 2015; Thomas

1993; Tilley 1994) han sugerido que los seres humanos construyen sus entornos a partir de la paulatina modificación del espacio físico, siendo este un proceso histórico.

La concepción de espacio que se forma en los habitantes de un asentamiento a partir del entorno construido reproduce las estructuras socioculturales bajo las cuales estos asentamientos fueron edificados (Johnston y Gonlin 1998:146; Rapoport 1982).

3 Rapoport (1969, 2003) refiere que la cultura es una expresión concreta de lo social, entendido esto último como la forma en que, históricamente, se organizan las personas a través de relaciones y que permiten manifestaciones específicas como las instituciones, por ejemplo, la familia, los roles sociales, status, entre otros. Estas expresiones concretas de lo social son potencialmente observables y se relacionan fuertemente con el entorno construido. El mismo autor lo refiere de esta manera: “Como ya hemos sugerido, nadie ha visto, ni nunca verá u observará la cultura, sino únicamente sus efectos, expresiones o productos. De este modo, uno hace inferencias acerca de una entidad inobservable, basándose en sus manifestaciones observables. Es bastante común (en realidad, una norma) dentro de la ciencia y no presenta ningún problema insuperable, siempre que la naturaleza de esta entidad se haga explícita y se tenga en mente” (Rapoport 2003:162). 11 En la arqueología, se ha conceptualizado al espacio ya no como un marco contenedor de las actividades humanas, estático y medible en términos euclidianos (cfr.

Hodder y Orton 1976), sino como la arena dinámica de la actividad humana en interacción con el entorno natural, cambiando la concepción de espacio. Diversos autores (Keating 2000; Smith 2007; Stark 2015; Thomas 2001; Tilley 1994, 2004; Tuan

1977) han mostrado la conveniencia de conceptualizar el entorno construido— incluyendo tanto el medio natural, el entorno edificado y el no edificado—como un lugar, cargado con significado cultural.

Por lo tanto, los estudios conciben a el espacio como un entorno construido, nos permite alejarnos de la concepción tradicional en los análisis espaciales, los cuales han centrado su atención en las edificaciones, dejado de lado los entornos no edificados

(Stanley et al. 2012; Smith 2007, 2014; Stark 2015). Como lo menciona Arancón (1992), el desarrollo de los asentamientos antiguos, particularmente los mesoamericanos, fueron a partir de mantener un espacio "libre de edificaciones”, partiendo de ahí para acrecentar las unidades habitacionales y las edificaciones públicas. Desde ese punto nos acercamos a lo no edificado, lo cual significa una vía para poder acceder a las estructuras socioculturales que dieron forma al entorno construido.

El entorno construido

Uno de los problemas centrales en arqueología ha sido entender y explicar las razones por las cuales en ciertos lugares se construye y por qué en otros no, por qué el ser humano elige vivir en un lugar y no en otro. Al respecto Norberg-Schulz (1979:20) menciona que “la vida humana no puede desarrollarse en cualquier parte, presupone un espacio que sea en realidad un pequeño cosmos, un sistema de lugares significativos”.

12 Los argumentos para solucionar esta cuestión han sido tan variados como lo es la propia inventiva humana, sin embargo, desde hace varias décadas ha existido una

predilección por explicarlo desde perspectivas como la de las condiciones del ambiente

(Armillas 1964; Binford 1962; Flannery 1976; MacNeish 1964), influencias externas

(Kirchoff 1960; Piña Chan 1972), condiciones políticas (Blanton y Fargher 2011), entre otras.

La ubicación de los asentamientos se ha reconocido como una combinación de varios factores que desembocan en una elección racional con una percepción simbólica

(Rapoport 1969; Tilley 1994:5)4. En ese sentido, la practicidad en el proceso de

elección de la vivienda, los recursos y las comodidades no se pueden negar como factor importante en la vida del ser humano (Thomas 2001:17), “pero los lugares que se

hacen ocupar adquieren, a través del tiempo, conjuntos particulares de significados y

connotaciones que son al menos parcialmente interpretables desde la evidencia

arqueológica y parecen ser demasiado importantes como para ser ignorados” (Tilley

1994:8). En ese mismo sentido otros autores consideran que el entorno construido no

es causa únicamente de las necesidades del ser humano, sino de una interacción o

influencia recíproca con el ambiente que lo rodea (Alarcón 1992), postura con la que

coincidimos.

Ahora bien, el entorno construido se compone por los entornos naturales,

edificados y no edificados, pero en el proceso de conformación de este entran en juego

cuatro aspectos principales: espacio, tiempo, comunicación y significado (Rapoport

4 Aunque bien cabe señalar que esta significación también se le puede asignar a entornos naturales sin transformación antropogénica (Rapoport 1977), pero no todos los entornos naturales tienen esa significación, mientras que todo lo modificado por el ser humano adquiere esa característica. 13 1982:78). El aspecto de la comunicación resulta vital en la interpretación de los entornos construidos, pues se considera que las características espaciales de esta, como vínculo con las estructuras socioculturales de las que emana: “Las reglas bajo las cuales se rigen la organización del espacio, el tiempo, el significado y la comunicación muestran regularidad porque están ligadas de manera sistemática a la cultura”

(Rapoport 1967:14, traducción propia).

Dicho de otro modo y llevándolo hacia nuestro propio problema de investigación, la organización espacial del entorno construido no es solo el reflejo inmóvil de la voluntad que tuvieron los constructores/diseñadores de un asentamiento. Esta organización reproduce también las estructuras socioculturales que las comunidades tenían, esto en una relación dialéctica entre el propio entorno construido y los habitantes/usuarios del asentamiento (Hillier y Hanson 1984)5. Rapoport (1969:124) señala que la forma de lo edificado y organización del espacio son producto, principalmente, de los esquemas socioculturales. El entorno construido es pues un espacio social (Rapoport 1969), será a través del establecimiento de normas que se formalice el modo en el que se construye, mostrando por un lado la estructura de la sociedad constructora y, por otro, la forma en que ésta se relaciona entre sí en el espacio construido.

El entorno construido no necesariamente determina el comportamiento de los habitantes, Rapoport (1977, 2003) señala que un punto clave para relacionar ambos

5 El grado de influencia que puede tener un aspecto sobre el otro (entorno construido y comportamiento) es un tema profundo que no pretende abordarse en este momento (véase por ejemplo Blanton 1994; Bourdieu 1977; Giddens 1984; Hillier y Hanson 1984; Hugh-Jones 1998), nos limitamos a señalar el carácter dialéctico de influencia reciproca en ambas direcciones. 14 aspectos, es que el entorno serviría más bien como "pulsiones" y no como determinante, impulsando o inhibiendo ciertos comportamientos (Rapoport 2003:25). De este modo, habría distintos niveles de significación:

(1) Significados de "alto nivel". Se relaciona con, por ejemplo, cosmologías, esquemas culturales, visiones del mundo, sistemas filosóficos, y lo sagrado.

(2) Significados de "nivel medio". Son aquellos que comunican identidad, el estado, la riqueza, el poder, y así sucesivamente, es decir, lo latente en lugar de los aspectos instrumentales de la actividad, el comportamiento y la configuración.

(3) Significados de "nivel bajo". Son los instrumentos diarios de significación: claves mnemotécnicas para la identificación de los usos y para los que se destinan los ajustes y por lo tanto las situaciones sociales, el comportamiento esperado, y cosas similares; privacidad, accesibilidad; gradientes de penetración; disposición de los asientos; el movimiento y la forma de investigación; y otra información que permite que los usuarios se comporten y actúen de manera adecuada y predecible, lo que hace posible la acción conjunta (Rapoport 1982:221, traducción propia).

El presente trabajo se ubicaría en el tercer nivel de significación pues pretendemos identificar aspectos básicos de organización espacial de la “vida diaria” como los lugares de actividades públicas y privadas. Una vez identificados, se busca entender la manera en que este tipo de espacios reflejan la estructura sociocultural.

Centrarse en un nivel no implica no atender o cooperar en el entendimiento de los otros, por ejemplo, varios de los trabajos que recientemente han atendido el tema de las plazas (véase por ejemplo Inomata y Tsukamoto 2014) privilegian el segundo nivel de significación. Otras investigaciones de nivel regional también ubican en los elementos

15 del segundo nivel una escala ideal de trabajo (Koontz et al. 2001; Meyer y Carlson

2002; Schortman y Urban 1994).

La forma en que se organiza el entrono construido y configura patrones reconocibles se ubica en el tercer nivel de significación. En este trabajo esto lo entenderemos como distribución espacial, siendo relevante porque se plantea que la manera en que se organizan los lugares públicos y privados en la vida diaria de los habitantes refleja las dinámicas generadas a partir de la estructura sociocultural.

Rapoport señala que “la organización espacial también refleja imágenes ideales, representa la congruencia entre el espacio físico y el espacio social...organización espacial es, entonces, la forma en que estas separaciones (y enlaces) ocurren y es fundamental para la comprensión, el análisis y la comparación de los entornos construidos” (Rapoport 1982:1979, traducción propia). La organización del espacio implica la presencia de sistemas de pensamiento y comportamiento de los habitantes.

El planteamiento acerca de los entornos construidos en arqueología forma parte de la crítica al procesualismo, en este caso alrededor de la conceptualización del espacio. Varios autores (Anschuetz et al. 2001; Criado-Boado 1993; Hicks 2016; Hillier y Hanson 1984; Koontz et al. 2001; Nash 1997; Parcero 2009; Stanley et al. 2012;

Smith 2007; Smith Adam 2003; Thomas 2001; Tilley 1994) han retomado los trabajos principales de Rapoport y Norberg-Schulz, aplicando sus postulados en diversos contextos. Al hacerlo se alejan de la idea de un espacio geométrico medido, graficado, matemático, cartográfico. Se busca ya no ver al espacio como un marco contendor de la acción humana, sino como parte integral e indivisible del propio ser, donde “Los individuos solo se conocen teleológicamente, a través de las obras que les han sobrevivido, en tanto que el contexto de dinámica social que los interconecta”

16 (Thomasl 993:26), y que les imbuye un significado más allá del de simple resto arqueológico. De esta manera, el espacio se produce socialmente y está contextualmente constituido (Parcero 2009; Thomas 2001; Tilley 1994:7-8).

El espacio y los lugares

La relación entre el espacio y el lugar ha sido discutida y teorizada desde distintas perspectivas (Buttimer y Seamon 1980; Seamon y Mugerauer 1969; Tuan

1977). En ellas converge la idea de que los lugares constituyen el espacio como centro de significado humano, su singularidad se manifiesta y expresa en las experiencias y la conciencia de las personas dentro de los mundos de vida particulares del día a día. Tal enfoque parte de una premisa inicial que alega la integridad e indivisibilidad de una experiencia humana de lugar (Tilley 1994:12), y ese sentido, definido en términos de estructuras de intencionalidad, es central para cualquier comprensión del lugar. El significado del lugar se basa en lo existencial o la conciencia de haber vivido en él. De ello se desprende que los límites del lugar se basan en los límites de la conciencia humana (Relph 1981).

Diversos autores han retomado esta diferencia entre espacio y lugar (Bowser y

Patton 2003; Fontjin 2007; Massey 1994; Preucel y Meskell 2008; Rodning 2010; Smith

2008; Thomas 2001; Tilley 1994, 2004; Van Dyke 2003), coincidiendo en señalar que el lugar es un concepto apropiado para señalar que los humanos asignamos significaciones al espacio físico. El significado de espacio a menudo se fusiona con el de lugar, en donde el “espacio es más abstracto que lugar. Lo que comienza como lugares indiferenciados se convierten en lugares conforme los conocemos mejor y los investimos con un valor” (Tuan 1977:6, traducción propia). Una referencia importante en 17 el desarrollo de estas posturas es la de Norberg-Schulz quien señala que el entorno es en realidad un sistema de lugares, planteándolo de esta manera:

“Un lugar es, antes que nada, un medio (milieu) que define la situación en la que

se realiza el comportamiento ordinario (es decir, regular y predecible). Los límites

de este medio, la forma de marcar estos límites, las personas que pueden

penetrarlo, etc. varían con la cultura. De esta manera, los ambientes son

culturalmente variables. Usando lo que se llama «analogía dramatúrgica», uno

puede también pensar en un ambiente como un escenario sobre el que las

personas actúan e interpretan diversos papeles. El medio y el comportamiento

dentro de él son vinculados por las reglas respecto a lo que es apropiado y lo

que se espera en el determinado lugar” (Norberg-Schulz 1979:20-21).

Así, habría una relación intrínseca entre la manera en que las personas perciben el espacio y el entorno natural, siendo esto una cuestión clave en la forma en que las personas experimentan y comprenden el mundo.

El lugar es indivisible en su conformación y en su vivencia por parte del habitante/usuario (Hillier y Hanson 1984). Sin embargo, planteamos que es posible hacer una división del lugar, entre lo edificado y lo no edificado, pero únicamente como unidad de análisis. Es decir, se pueden estudiar ambos espacios por separado para entenderlos mejor y volverlos a unir en el momento de interpretar el sentido que tuvieron.

Rellenando espacios vacíos en arqueología

Hemos señalado que el entorno construido se compone físicamente del entorno natural, el entorno edificado y el entorno no edificado, de ellos lo no edificado es el que

18 ha recibido menor atención en la arqueología (Stark 2015). Recuperando la idea de que todo el espacio usado por el ser humano que es dotado de significado, se plantea una indivisibilidad de la experiencia humana con el espacio vivido, esa totalidad cobra significado en forma de lugar (Tilley 1994:7). De ese modo, no se podrían estudiar construcciones aisladas: “sino que hay que considerar la cuestión de cómo los edificios, formando parte de un sistema de espacios ordenados” (Rapoport 2003:36). Es justo en el proceso de diseño del entorno construido que entra la comunicación no verbal en forma de distribución espacial, la cual se liga con las reglas emanadas de la estructura sociocultural (Rapoport 1967).

Inclusive antes de este reconocimiento, Magino (1993) ya consideraba que el espacio exterior rige la composición en los asentamientos prehispánicos: “este espacio es el de mayor importancia y en función de él fueron determinados y ubicados los edificios” (Magino 1993:6). Sin embargo, también se entiende que los distintos entornos no determinan el comportamiento.

Existen varias formas de entender “espacios vacíos” en arqueología. La mayoría coincide en que son espacios físicos que parecen carecer de construcciones formales, aunque hay discrepancia en la escala y conceptualización. Para algunos investigadores los espacios vacíos son aquellos que existen entre un sitio y otro -nivel regional o inter- sitios- (Berenguer y Pimentel 2010; Darvill 2005; Fotjin 2007; Salisbury 2009; Sanhueza

2010; Upham 1992). Para otros son las áreas en el interior de los sitios -nivel local o intra-sitios- (Stanley et al. 2012; Smith 2008; Stark 2015; Stoll 2014).

La escala ínter sitios es de nivel regional, por su lado la escala intra sitio es de escala local y se divide en espacios públicos y privados; este trabajo se centra en el nivel intra-sitio. Para esta escala Stanley et al. (2012) ha propuesto una división entre 19 áreas grises y áreas verdes (Figura 2). Las investigaciones que han abordado este tema a nivel de sitio también conciben estos lugares como “áreas abiertas” y se pueden asociar con plazas, jardines y áreas públicas en general (Cavanagh 2001; Cyphers y

Murtha 2014; Evans 2005; Inomata y Tsukamoto 2014; Stark y Ossa 2007). En cualquiera de los casos e independiente a la escala de observación, espacios vacíos, espacios abiertos, espacios invisibles, se refieren en última instancia a estos espacios no edificados, indivisibles y que en asociación con las edificaciones forman los lugares de los que hablan Tilley (1994), Tuan (1977) e Ingold (2000), entre otros.

Diversos investigadores coinciden en señalar que los espacios vacíos, abiertos, en blanco, o no edificados, a nivel intra-sitio se refieren a un fenómeno espacial muy parecido entre sí, ordenar y regular la distribución espacial del entorno construido. De manera particular, las plazas son el epicentro de la vida pública, mientras que los patios hacen lo mismo en cuanto a la vida privada de las personas (Stanley et al. 2012; Smith

2007; Smith Monica 2014; Stark 2015; Stark y Ossa 2007).

Estos espacios vacíos se pueden dividir en áreas verdes y grises; los primeros se refieren a aquellos que no tienen una modificación considerable del terreno, pero que si han sido alterados, delimitados o marcados como parte del entorno construido. El segundo se refiere a aquellos que si fueron modificados en cuanto a su morfología original. Stanley et al. (2012) mencionan que “Definimos el espacio abierto como cualquier espacio de suelo urbano, sin tener en cuenta la accesibilidad pública, que no está cubierta por una estructura arquitectónica” (Stanley et al. 2012:1089, traducción propia).

20 Figura 2. Esquema del uso de los espacios vacíos en arqueología, se resaltan en amarillo, los aspectos que se tocan en el presente trabajo (basado en Stanley et al. 2012; Stark 2014).

En la propuesta de Stanley et al. (2012), tanto áreas verdes como grises se pueden observar en tres escalas: ciudad, intermedio y residencial. En las tres se pueden identificar siete formas distintas: facilidades de transporte, calles, plazas, espacios de recreación, espacio incidental, parques y jardines y espacios para producción de alimentos. Algunas de estas formas son típicas para las áreas grises, otras para las verdes y algunas más para una combinación de ambas, dependiendo de la escala tal y como se muestra en la Figura 3.

21 Escala Ciudad Intermedio Residencia Instalaciones Puertos, Estaciones de Cocheras y áreas de de aeropuertos, tránsito, áreas de estacionamiento Transporte estaciones de tren y entrada a las estacionamientos ciudades Calles Avenidas centrales Espacio en las calles Calles peatonales, [caminos] caminos Plazas Grandes plazas Plazas pequeñas y de Patios interiores formales barrio o vecindario. Espacio Estadios, cinturones Instalaciones Patios de casa, recreativo de áreas verdes, deportivas, campos espacios de juego playas de ¡ueqo Espacio Áreas naturales y Lotes vacíos, Espacio marginal incidental sem ¡-salvajes fronteras de transito entre edificios Parques y Parques principales Jardines Jardines de casa jardines formales y espacios institucionales, de jardines pequeños parques, cementerios Producción Huertas, campos Tierras de pastoreo, Huertas familiares, de alimentos agrícolas jardines comunales espacios domésticos de horticultura. Áreas grises Áreas verdes Áreas verdes/grises Figura 3. Esquema que muestra la clasificación de las áreas grises y verdes, tomado de Stanley et al. (2012:1094). Re-elaborado y traducido por el autor.

Para todos los casos los autores nos señalan algunos ejemplos de elementos formales que son susceptibles de ser asociados con indicadores arqueológicos, esto a pesar de que en las propuestas se incluyen tanto a las sociedades modernas como antiguas. Las escalas, formas e indicadores son útiles para nuestro ejemplo de caso.

En ese sentido, es importante señalar que la mayor parte de esta investigación se centra en la forma “plaza”, cuya escala doméstica se plantea como “patio interior” y en menor medida en los “caminos”, para las tres escalas señaladas (Stanley et al. 2012).

Por otro lado, la mayoría de los autores consultados coinciden en que la preocupación por entender estos espacios vacíos en arqueología surge en los últimos

20 años, en cierta medida influenciada por las posturas pos-procesualistas y

22 fenomenológicas en particular, las cuales cuestionan la capacidad “objetiva” de la observación arqueológica y reconocen la importancia del sesgo cultural del investigador. Esto debido a que en décadas anteriores no se tomaban en cuentan los espacios vacíos pues no estaban dentro del “mapa mental” del investigador (Montoya

2007).

El registro arqueológico mismo, cúspide de la objetivación de nuestra disciplina, ha sido cuestionada. Como ejemplo tenemos la falta de atención (y por tanto ausencia de registro) a estos espacios vacíos. Al no haber espacios “productivos, parcelados, económicamente significativos” no habían sido considerados como relevantes (Parcero

2002). Por supuesto que esto no fue exclusivo de la arqueología, las ciencias sociales en general mostraban esta tendencia.

La formación misma de los espacios vacíos puede deberse a distintas circunstancias y su uso puede cambiar con la sucesión de personas que los habitaron,

Monica Smith (2008) menciona que:

“Espacios vacíos pueden ser creados como zonas permanentes en los que se

prohíbe la construcción, o pueden ser el resultado temporal e involuntario de la

destrucción, el desmantelamiento y el abandono. Ya sea descrito como "abierto",

"vacío" o "desocupado", estos espacios no marcados proporcionan un alto grado

de flexibilidad, así como un mayor grado de visibilidad pública de las acciones que

tienen lugar allí” (Smith Monica 2008:217, traducción propia).

Independiente a la función o mejor dicho funciones que se pudieran estar llevando cabo en los espacios vacíos, se ha reconocido la importancia de estos, pues:

“El espacio arquitectónico mesoamericano, al igual que sus relaciones

espaciales, está regido y determinado por dos invariantes presentes en sus

23 monumentos: a) Los espacios descubiertos son jerárquicamente fundamentales,

tanto en forma cuantitativa, por el gran número de ellos, como en forma

cualitativa, pues en la organización urbana mesoamericana estos espacios

delimitados, aunque descubiertos, son generadores de su urbanismo; tal es el

caso de las calzadas o senderos ceremoniales, que generan espacios tipo plaza

(Mangino 1993:32).

De este modo el espacio "vacío" ofrece la oportunidad para un movimiento fluido de personas, bienes y servicios que permiten la creación de un medio urbano (Stark

2015). También se pueden utilizar para una variedad de fines económicos, sociales, políticos y rituales, autores como Upham (1992), Inomata (2014) Smith (2008, 2011,

2014), Stark (2015), entre otros, han abordado las posibles actividades que se desarrollarían en estos lugares.

Monica Smith (2014) plantea que las plazas pueden servir como lugares para fiestas, mercados (véase los trabajos de Joyce 2010; Pluckhahn y Kowalewski 2003), asambleas militares, mítines políticos, manifestaciones y funerales, calles, callejones conductos para el transporte, pero también pueden servir como espacios de juego para niños y adultos, como áreas para la basura y sanitarios. En suma, para su uso cotidiano, las plazas habrían servido para la socialización informal o para mover el tráfico peatonal a través de un sitio. Una de sus funciones más socialmente significativas radica en su uso como áreas para grandes eventos ceremoniales

(Inomata 2014:8). Los patios domésticos tienen igualmente la posibilidad de una gran variedad de usos, incluyendo el almacenamiento temporal y de largo plazo, las actividades de producción, cocina, limpieza, mantenimiento de animales, eliminación de basura y aguas residuales, visitas y alojamiento (Stark 2015).

24 Otro aspecto importante de la propiedad física de plazas es el tema de la inclusión y la exclusión moldeada por su accesibilidad y tamaño (Cooper 1993; Joyce

2009, 2010; Kolb 1994; Low 1995; Sánchez 2015). Joyce (2009), por ejemplo, ha examinado los cambios diacrónicos en la organización espacial de la plaza principal de

Monte Albán mostrando que las adecuaciones en este espacio se relacionan con estrategias de poder, las cuales cambiaron con el tiempo, del mismo modo que lo hizo en su fisonomía la plaza. Por su parte, Inomata refiere que la plaza en Mesoamérica fue originalmente utilizada como un espacio para las ceremonias públicas a gran escala durante el período Formativo Tardío, pero durante el periodo Clásico algunos complejos se agregaron alrededor la plaza, complejos arquitectónicos de élite con piedras talladas, lo que restringe el acceso de manera efectiva (Inomata 2014:9).

El punto central en este argumento es que las interacciones físicas entre las personas no son meras máscaras o los resultados de las maquinaciones políticas mantenidas detrás de la escena, sino que son procesos políticos en los que la gente crea, negocia, y subvierte las realidades sociales y en donde la distribución espacial de las plazas se relaciona con las estrategias políticas emanadas de la organización sociocultural (Rapoport 1980). Si es así, amplias plazas que se han diseñado sin duda para las interacciones entre un gran número de personas deben haber proporcionado una arena crítica para la constitución y transformación de la sociedad (Foucault 1979,

1997; Geertz 1980; Flouston 1998; Inomata 2006; Inomata y Cobean 2006; Rabinow

2003), “Más concretamente, el estudio de las plazas y su distribución en un asentamiento, se refiere a las cuestiones centrales en la lógica de la negociación de las relaciones de poder, la comunidad y la constitución de las autoridades políticas”

(Inomata 2014:7, traducción propia). 25 Los silencios arquitectónicos

Si la forma concreta del entorno construido es fruto del pensamiento colectivo, el

uso y distribución de las construcciones debería ser coherente con el comportamiento

humano de quienes fueron en ese mundo; el “vacío” o lo “no edificado” no serían en

realidad tal cosa, de la misma manera como no hay “vacíos” en una melodía. Si lo edificado y lo no edificado son parte de un lugar, de una totalidad, sería válido pensar,

por ejemplo, en los “silencios” y en el sonido como partes que completan una composición musical, y asemejarlo con el entorno construido, en donde los silencios arquitectónicos, lo no edificado, se armonizan con los sonidos, los entornos edificado y

natural.

De esta manera la composición espacial de un asentamiento, como Los

Guachimontones, se complementaría para formar una estrategia de comunicación no verbal del entorno construido, en donde la composición -patrones de distribución- permiten identificar la estructura sociocultural, dándole sentido a la forma concreta que observamos hoy en día, siendo los espacios abiertos los que marcan el ritmo de esta composición (¿tal vez armonía a la composición? ¿Tal vez una pausa en el continuo?).

Rapoport (2003) plantea el uso del entorno construido como una herramienta en el estudio del lenguaje no verbal: “...el diseño [del entorno construido] debe basarse en el conocimiento de las formas de interacción de las personas y los entornos, es decir, en el estudio (tanto básico como aplicado) de las relaciones entre el entorno y el comportamiento humano” (Rapoport 2003:7, traducción propia).

De este modo, la proyección del diseño de las construcciones reflejará las relaciones sociales que ahí transcurren, probablemente porque los espacios fueron concebidos para ellas. Si asumimos que la labor de construir implica una forma de

26 entender la organización sociocultural (Rapoport 1967), el dejar de construir un espacio también lo sería. Tenemos algunos ejemplos que nos permiten notar el uso de espacios vacíos como armonía en la organización del entorno construido. En San Lorenzo,

Veracruz, Cyphers y Murtha (2014) muestran cómo es que, a partir de la plaza principal, el asentamiento crece, manteniendo esta área gris un sentido simbólico que daba armonía al resto del entorno construido.

Autores como Weigand (1993:39-69) y Beekman (2003) han señalado la importancia de los patios circulares de Los Guachimontones como espacios para celebraciones religiosas que permitirían una integración de grupos en la región. Otro ejemplo de un uso diferenciado de los espacios vacíos para mostrar diferencias sociales (plazas en este caso), es el que plantea Murakami (2014:38-40), en el que argumenta que las plazas y los patios en Teotihuacán funcionaron de facto para distintos tipos de audiencia y de rituales, esto con base en el tamaño y localización.

Stoll por su parte, para algunos sitios es la Mixteca Alta, dice que “Por consiguiente, se llevaron a cabo diferentes tipos de ritual en diferentes tipos de espacios. El diseño de un espacio para la actuación de este modo, sería considerado crítico para el éxito de estas actividades” (Stoll 2014:92). En este sentido, ceremonias de rituales públicos a pequeña escala probablemente tuvieron lugar en los patios de tamaño intermedio, mientras que los rituales más íntimos relacionados con culto a los ancestros y las preocupaciones familiares habrían tenido lugar dentro del patio principal de complejos residenciales.

27 La Distribución Espacial

Distribución espacial se refiere aquí a la planificación de un asentamiento. Los

elementos que la componen han sido definidos por Smith (2007) (ver Figura 4), y se

refiere a la forma en que se organiza formalmente el espacio. Este concepto permite

manejar los elementos que se han usado para entender el urbanismo en Mesoamérica

(Arancón 1992; Blanton 1998; Heyden y Gendrop 1973; Mangino 1993; Marquina 1964;

Sanders et al. 2003; Smith 2016; Ucko 19799, con la posibilidad de hacerlo a distintas

escalas.

Lo anterior resulta importante ya que, como lo señala Smith (2007:5), existe una

“falsa dicotomía” en los estudios de los asentamientos pre-modernos entre lo

planificado -entendido como distribución ortogonal- y lo no planificado -cualquier otra forma de distribución-, siendo la primera a la que se ha categorizado como urbanidad.

Desde esa óptica el resto de los asentamientos, es decir los no planificados, que serían

los de menor tamaño o que no respondían a la lógica ortogonal, no podrían acceder a

ser urbes (con todas las implicaciones histórico-culturales que acompañan a este término). Smith (2007) sugiere que esta dicotomía es falsa pues responde más a

nuestras propias categorías modernas y occidentales. El mismo autor propone tres elementos que implican la planificación de un asentamiento pre moderno: A) la acción deliberada de los constructores B) estandarización en las construcciones y C) la coordinación entre las construcciones (Smith 2007:6-7). Con estos aspectos se definirían la organización formal del espacio en un asentamiento (Figura 4).

Visto desde este punto, el concepto de urbanidad amplía sus posibilidades, al mismo tiempo que permite asignarles variables arqueológicas específicas y abordar análisis en escalas menores, lo anterior nos permite reconocer

28 Figura 4. Esquema de los elementos que implican la planificación, se señalan en amarillo, aquellos que se están usando en el presente trabajo (basado en Smith 2007). que no todos los asentamientos antiguos tienen un arreglo formal del espacio, esto nos aleja de la dependencia a la ortogonalidad o de la monumentalidad, en las ciudades antiguas (Smith 2007).

En nuestro caso de estudio usaremos algunas de estas categorías (las que han sido accesibles con el tipo y cantidad de información disponible) que son aplicadas al tema de plazas y patios, las cuales serán medidas mediante una serie de variables explicitadas en el capítulo de análisis y resultados. Para la disposición coordinada de edificios y espacios, tenemos que, la formalidad y monumentalidad son concebidas como “grupos arquitectónicos, dispuestos de una manera ordenada, [que] sugieren un

29 diseño planificado, por ejemplo, alrededor de una plaza” (Stark 1999:205, traducción propia).

Los órdenes geométricos son específicamente la forma que tiene la disposición de edificios y conjuntos construidos en un asentamiento. En cuanto al acceso y la visibilidad, estas se refieren a la “manera en que los entornos construidos sirvieron para canalizar el movimiento de personas dentro y fuera de la ciudad” (Smith 2007:23). Estas categorías son susceptibles de ser cuantificadas en valores discretos, conformando un grupo de variables independientes, en su conjunto, que permitirían generar una variable dependiente que mediría la tendencia hacia lo público o lo privado de los diferentes lugares estudiados.

Para las categorías de la estandarización tenemos que el inventario arqueológico se refiere a “La presencia de un inventario básico de los edificios públicos y las características entre una serie de ciudades relacionadas... sugiere el uso de planes o ideas de la forma urbana comunes” (Smith 2007:25). La segunda categoría que retomamos es la del patrón espacial, que se refiere a “La presencia de patrones espaciales comunes a una serie de ciudades [que] proporciona una evidencia más fuerte para la planificación urbana que los inventarios de arquitectura” (Smith 2007:26).

Estas categorías son el aspecto cualitativo de nuestro análisis y lo consideramos un primer paso para generar un patrón con el cual comparar otras posibles estandarizaciones a nivel regional.

En Los Guachimontones se ha señalado la posibilidad de identificar grupos que se encargan de diseñar y edificar distintos espacios, en donde la calidad de la manufactura y materias primas varían, aun dentro de una misma etapa constructiva.

Esto se ha interpretado como diferentes manos que participan de la construcción

30 (Weigand y Esparza 2008), más allá de la posibilidad de la existencia de especialistas en proyectar las construcciones, por lo que parece claro que hay intencionalidad en el uso del entorno construido para fines específicos. Por ello, y en concordancia a lo mencionado por Sumano (2016:19), consideramos que se puede hablar de una planificación y proyección de la comunicación no verbal a través de las construcciones, el cual responde a una estructura sociocultural subyacente.

Del mismo modo, el entorno construido puede reflejar constantes y variables de las preferencias y elecciones de estos grupos constructores, lo cual es una forma de comunicación reflejada en la materialidad, esto es una manifestación de lo social; pero lo social como parte de la cultura. Estudiarlo nos permite acceder a aspectos sociales, aunque no a la cultura misma, ya que la cultura muestra sus efectos, pero no es visible por sí misma (Rapoport 2003:162).

Relacionar la distribución del espacio con formas específicas de organización sociocultural no es extraña en arqueología, ejemplos como los de Micronesia (Keating

2000) y Fiji (Toren 1990), mencionan la forma en que el entorno construido refleja una organización heterárquica para sus respectivos casos. En ambas sociedades los entornos no edificados, como las plazas, tienen un papel esencial para la organización de los asentamientos.

En el caso de la llamada tradición Teuchitlán se ha insistido en la similitud con grupos como los Huicholes (Beekman 2008a, 2008b, 2016a; Foster y Weigand 1984;

Weigand 2002) o incluso una cuestionable relación directa con estos (cfr. Weigand y

García de Weigand 2002), sin embargo, los trabajos referidos giran en torno principalmente a entornos edificados como el tukipa o templo huichol (cfr. Preuss 1998), y la similitud que guardan debido a su forma circular. Un ejemplo útil para nuestro tema

31 de trabajo es el de los Tepehuanos del sur de Durango (Reyes 2006), para quienes los entornos no edificados son vitales en la organización social. En especial el llamado patio de mitote, es un lugar que “representa el mundo” para grupos como los tepehuanos de Santa María de Ocotán (Reyes 2006:70).

Posibilidades y limitaciones interpretativas

En cuanto a las limitaciones interpretativas es importante señalar que, aunque no se cuenta con excavaciones extensivas o barrenos estratigráficos6 (cfr. Cach 2002;

Esparza y Weigand 2008; Weigand 2008), si se tiene un estudio de superficie pormenorizado (Heredia et al. 2014, Heredia y Sumano 2016). De esta manera varias de las funciones asignadas a los entornos no edificados quedarán a manera de hipótesis en espera de corroborarlo mediante otras técnicas de investigación arqueológica, el estudio de las áreas grises (plazas y patios) puede apoyarse en las excavaciones mencionadas y en otras relacionadas que han tipificado este tipo de espacios, por ejemplo, el trabajo de Tyndall en Navajas (Tyndall 2008).

Si bien los usos de las áreas grises pueden ser múltiples, lo que queremos resaltar aquí es el hecho de que cumplen con el papel de armonizar la composición del entorno construido y particularmente que las plazas y los patios serían los ejes de la organización espacial de lo público y lo privado respectivamente. Villalobos (2010)

6 En el estudio de Cyhpers y Murtha (2014) se muestra una sucesión de ocupaciones alternando con el proceso de sedimentación, esto mediante barrenos estratigráficos. Sin embargo, las condiciones de sedimentación y ocupación de Los Guachimontones son distintas. En primer lugar, las fases tardías de ocupación en el sitio parecen guardar una distribución distinta a la de los periodos tempranos. Por otro lado, las excavaciones muestran que el proceso de sedimentación es relativamente bajo (Esparza y Weigand 2008), permitiendo que el trabajo minucioso de superficie realizado recientemente pueda acercarnos al entendimiento de la distribución espacial en el sitio. 32 refiere que las apreciaciones extensivas sobre el concepto de patio interno en su condición de espacio interior abierto han sido expuestas por otros investigadores llevando estos términos a la escala urbana por su elevada capacidad de contención de usuarios. La plaza puede equipararse con el patio de la unidad doméstica a partir del papel que juega como elemento articulador y vestibular, no ya como espacio interior abierto, sino como espacio comunitario exterior cerrado o perimetralmente delimitado

(Villalobos 2010:89).

La planificación del entorno construido

Plazas y patios representan espacios paradigmáticos o representativos de la condición pública y privada de la vida de los habitantes de un asentamiento (Inomata y

Tsukamoto 2014). La dicotomía entre estos dos aspectos representa una de las expresiones materiales de la cultura de un cierto tipo de organización social. Estudiar la distribución de plazas y patios implica la posibilidad de observar materialmente y entender las dinámicas sociales de inclusión/exclusión, relacionado directamente con lo público/privado en la sociedad de Los Guachimontones, mostrando un tipo de organización social, y que en esta tesis hemos supuesto se comporta separada por sectores.

La manera de lograrlo es mediante un análisis espacial del entorno construido.

Incluyendo lo natural, edificado y no edificado, se busca acceder a tipo de planificación de la distribución espacial (Smith 2007). Para entender cómo se planifica un asentamiento es necesario conocer dos aspectos: la disposición coordinada de edificios y espacios, en particular los no edificados, y la estandarización.

33 La disposición coordinada de edificios y espacios se puede observar a partir de

la formalidad y monumentalidad, capas ortogonales, ordenes geométricos, acceso y

visibilidad (Smith 2007). Estos elementos pueden ser medidos en términos

cuantitativos. Para Los Guachimontones proponemos que tres de estos aspectos

pueden ser observados con la información disponible:

1. Formalidad y monumentalidad: la vemos a través de medir el tamaño de patios y

plazas, la variable propuesta es “dimensiones”.

2. Ordenes geométricos: se medirá a través de la geometría que se muestran en

patios y plazas, la variable propuesta es “patrón de distribución”.

3. Acceso y visibilidad: Se contemplan ambos aspectos por separado, la variable

“accesibilidad” mediría la facilidad o dificultad que tendrían las personas para

llegar a estos espacios. Por su parte la variable “visibilidad” medirá para ambos

casos la capacidad visual hacia el espacio estudiado.

En cuanto a la estandarización, es posible observarla desde el inventario

arquitectónico, el patrón espacial y la orientación y metrología. Para Los

Guachimontones proponemos que dos de estos aspectos pueden ser observados con

la información disponible y medidos en términos cualitativos.

1. Inventario arquitectónico: lo vemos a través de la variable “estructuras y

elementos circundantes” para los patios, mientras que para las plazas son “conjuntos y elementos circundantes”. En este punto lo que se busca es conocer las edificaciones que rodean a las áreas grises.

2. Patrón espacial: lo vemos a través de tipo de plazas/patio, en los patios lo que se observa es el espacio que no está limitado por edificaciones, mientras que en

las plazas se busca notar la cualidad de ubicación, en términos de centralidad de un

34 posible barrio o distrito. Adicionalmente “jerarquía -ubicación central de la plaza-” evalúa la presencia de edificaciones que están en relación con la plaza para entender la escala de interacción (familiar, barrio o distrito, asentamiento).

Al separar las variables cuantitativas se propone generar un índice en términos de “jerarquía”, el cual nos indicaría qué tan público o qué tan privado es una plaza/patio, esto nos acerca a la dicotomía entre lo público y lo privado. Por su parte, los aspectos cualitativos nos ayudan a evaluar aspectos que salen del encuadre estadístico y que nos permiten observar la escala sobre la cual están funcionando los espacios, factor esencial si buscamos entender la organización espacial del asentamiento. Dicho a través de un ejemplo, la presencia de múltiples plazas de condiciones cuantitativas y cualitativas similares, aunado a la inexistencia de una plaza que exceda el promedio (es decir una única “plaza principal” o “gran plaza”) puede reforzar la idea de una organización por sectores, en oposición una plaza “principal” que exceda significativamente (lo cual no solo se mide en términos cuantitativos, sino también cualitativos) los valores medidos al resto de las plazas, puede referirnos a una organización más centralizada (Tabla 1).

De este modo, al generar un índice de la condición pública/privada de áreas grises podemos identificar los patrones de organización ya sea por sectores reconocibles y similares entre sí, o bien por sectores con condiciones de estandarización y disposición coordinada de edificios diferentes entre sí. El que sea más de una forma o de otra nos refiere a la organización sociocultural de un asentamiento más tendiente hacia un control centralizado en la toma de decisiones, visto a través de la planificación, o bien de una sociedad que reparte las

35 Tabla 1. Correlación de la planificación (Smith 2007), con las variables propuestas y los elementos que mide.______Nivel Disposición coordinada de edificios y espacios (cuantitativo) Categorías Formalidad y Ordenes Monumentalidad geométricos Variables Dimensiones Patrón de Accesibilidad y independientes distribución Visibilidad Mide tamaño Se relaciona con la Cuantifica acceso C forma '2 ‘o co Variable Jerarquía: o i+— 'c dependiente Mide la tendencia de un espacio hacia lo público o privado, J5 O. sumando los tres aspectos anteriores, ponderados en valor continuo (0 a 100). Nivel Estandarización Categorías Inventario arquitectónico Variables Edificaciones circundantes Tipo de patio cualitativas Evalúan los espacios circundantes en su cantidad, forma y características para definir la presencia de patios y plazas.

decisiones/poder/gobierno de manera dividida por sectores internos, tal y como lo

mostraría su organización formal del espacio.

En este trabajo se plantea la posibilidad de relacionar la distribución del entorno construido con la organización sociocultural, en este último tema ya existen distintas

propuestas para Los Guachimontones como parte de la tradición Teuchitlán. La más generalizada es la que plantea una presencia de un estado segmentario en la región

(Weigand 1996, 2000, 2011; Weígand y Beekman 1998). Por otro lado, tenemos la ¡dea de una organización que no depende de las relaciones de poder verticales y se torna más bien estratificada, una de estas propuestas es la de López Mestas (2011), quien 36 usa datos de sus exploraciones en Huitzilapa (López Mestas y Ramos 1998) y otros de escala regional. Otra propuesta es la de identificar las estrategias corporativas y excluyentes desde una posible organización por linajes7 (Beekman 2008, 2008b). Lo que podemos apreciar de estas tres propuestas es una serie de observaciones en distintas escalas que implican relaciones sociales tanto horizontales como verticales, las cuales necesariamente tienen que ser antagónicas, como lo señala Morales

(2007:3): “conceptos antagónicos, jerarquía y heterarquía se conciben dentro de una dialéctica permanente y cambiante”.

Por ello, consideramos pertinente retomar el concepto de heterarquía, introducido a la arqueología por Crumley (1986) quien la ha definido como: “la relación de los elementos sin que necesariamente exista un rango entre ellos, o cuando poseen el potencial para ser ordenados en un cierto número de formas distintas” (Crumley

1986) y en donde "Las estructuras son heterárquicas cuando cada elemento es o no clasificado en relación con otros elementos o posee el potencial para ser clasificado en un número de maneras diferentes” (Crumley 1995:24, traducción propia). Los resultados obtenidos en este trabajo buscarán integrarse a alguna de las propuestas previas de organización, ya sea de jerarquía o heterarquía.

Conclusión del capítulo

El presente trabajo trata acerca de los espacios no edificados, particularmente las plazas y los patios, como parte de integral de un entorno construido con

7 Cabe señalar que las estrategias corporativas y excluyentes no son exclusivas de algún tipo de organización, sino más bien posibilidades dentro de un continuo (Blanton y Fargher 2008b), por ejemplo, Teotihuacán se ha caracterizado por estrategias corporativas, siendo una sociedad altamente jerarquizada (Manzanilla 2001). 37 significación cultural (Ingold 2000; Rapoport 1967; Tilleyl 994; Tuan 1977). Esta significación permite acceder a la organización sociocultural de la sociedad que diseñó su propio asentamiento, en nuestro caso vista a través de la distribución espacial de plazas y patios, bajo el supuesto de que la manera de organizar el entorno construido reproduce en cierta medida la manera en que las personas organizan su sociedad a partir de una estructura sociocultural (Rapoport 1967).

La distribución de plazas y patios nos refiere a la organización espacial de la vida pública y privada respectivamente, pues ambos han sido conceptualizados como lugares paradigmáticos de estas actividades (Inomata y Tsukamoto 2014; Stanley et al.

2012; Smith 2007, 2009; Smith Monica 2014; Stark 2015). Esto significa que podemos dar cuenta de la forma en que funcionaba las sociedades antiguas (como la de Los

Guachimontones), a partir de generar parámetros que midan la tendencia de estos lugares hacia lo público y lo privado.

Se proponen cuatro variables independientes; dimensiones, patrón de distribución, accesibilidad y visibilidad que se conjuntan en una variable dependiente

(jerarquía) que genera un indicador en términos ordinales (0 al 100), el cual nos mostraría una tendencia hacia lo público (valores altos) o hacia lo privado (valores bajos), permitiendo separar y clasificar el tipo de lugar estudiado. Nosotros esperaríamos poder observar la manera en que se distribuyen las plazas y los patios de acuerdo a su índice de público/privado y correlacionarlo con alguna de las propuestas previas de organización social (Beekman 2008; López Mestas 2011; Weigand 2007;

Weigand y Beekman 2000).

La propuesta de entorno construido (Rapoport 1967) y la idea de lugares con significación (Tilley 1994) nos permiten un marco de referencia para entender la manera

38 en que los espacios aparentemente vacíos, como plazas y patios, pueden relacionarse con la organización sociocultural de sociedades pasadas, a partir de indicadores en términos ordinales, generados a partir de variables cuantitativas tal y como lo refiere

Smith (2007), aportando elementos y parámetros locales que permiten operativizar esta propuesta y plasmarla en un ejemplo de caso para Mesoamérica.

39

Capítulo 3: Patios y plazas en Mesoamérica y el Occidente

Los espacios abiertos han sido el eje en el desarrollo de la distribución espacial del entorno construido en Mesoamérica (cfr. Morelos 1986). A pesar de su importancia, el estudio de los patios y las plazas ha sido relegado en favor de los edificios circundantes a estas áreas grises.

Si bien los patios y las plazas comparten la característica principal de ser abiertos, la vivencia cotidiana en ambos espacios implica experiencias distintas. El patio ha sido conceptualizado por el lugar paradigmático de la convivencia a nivel de familia/linaje (Steadman 2015), mientras que para la plaza es señalada como el centro de la vida pública en Mesoamérica (Moore 2014). Como áreas grises, tanto plazas como patios comparten características como el ser un espacio plano, delimitado por edificaciones o áreas grises o áreas verdes, mostrando una modificación intencional

(Stark 2015).

Entender estos dos tipos de espacio y la dicotomía que generan, nos permite, junto con el estudio del entorno edificado y el natural, completar un panorama de análisis del entorno construido. Esto resulta esencial si pensamos que los habitantes dotan de significado a los espacios que ocupan, convirtiéndolos en lugares indivisibles para la experiencia humana (Tilley 1994).

Algunos autores (Arancón 1992; Inomata 2014) sugieren que en Mesoamérica los habitantes de los distintos asentamientos vivieron sus principales experiencias cotidianas públicas y privadas en áreas abiertas, situación que debió ser compartida en el Occidente de ésta, pero la manera en que patios y plazas se distribuían en cada población debió responder a una organización sociocultural específica. Para poder acercarnos a esa organización desde la distribución del espacio, proponemos analizar

40 el desarrollo y características de las plazas y los patios en Mesoamérica, con un especial énfasis en el Occidente.

Patios

La arqueología mesoamericana toma conciencia de la importancia de los patios de la mano del estudio de las unidades habitacionales desde los años setentas y toda la discusión en torno al conocimiento de la vida cotidiana (Manzanilla 1986). En este periodo el “área de actividad” tiene uno de los papeles principales en la reconstrucción de la vida antigua. Manzanilla (1986:11) refiere que “podemos considerar que un área de actividad es la concentración y asociación de materias primas, instrumentos o desechos de superficie o volúmenes específicos, que reflejan actividades particulares”.

Siguiendo esta definición, para Mesoamérica una cantidad significativa de estos vestigios se localizarán en los patios de las unidades habitacionales pues los patios

“servían como elemento concentrador, al mismo tiempo que como área para alguna actividad. Su ubicación, con respecto a la unidad, generalmente está en el centro, en medio de los cuartos” (Paredes 1986:249).

Por su parte, Morelos (1986:207) menciona que el patio “por un lado es el elemento de iluminación y por otro es el espacio para realizar actividades comunes, como reflejo de las amplias plazas mesoamericanas; inclusive las actividades productivas de los alfareros y talladores es posible que se realizaran en estos estos lugares”. De esta manera, es posible conceptualizar al patio como un elemento principal tanto en la identificación como en la conceptualización de la unidad doméstica.

Los trabajos documentales y etnohistóricos en México han reafirmado esta percepción acerca del patio, en donde la vida cotidiana tiene su epicentro en este

41 espacio abierto alrededor del cual se agrupan las habitaciones. En ese sentido,

Carrasco (1982) refiere a la casa como la unidad social básica de los grupos domésticos y que el acomodo de la vivienda es en torno a un patio.

Winter (1986) observa una notable variabilidad en composición y tamaño de los patios, proporcional a las distintas culturas mesoamericanas, inclusive dentro de una misma sociedad. De acuerdo con lo que hemos podido observar en los primeros acercamientos a las unidades habitacionales en Los Guachimontones, esta condición de variabilidad a la que se refiere Winter está presente y representa un primer reto de conceptualización, esto porque a pesar del uso constante del concepto “patio” en arqueología, hay pocas definiciones claras acerca de lo que es y sobre todo de la evidencia arqueológica que debe de conformarlo.

Por su parte Manzanilla (2001) proponen el uso de variables observables en los patios de las unidades habitacionales, como el tamaño de los cuartos, el uso del espacio, la decoración, las técnicas constructivas, los entierros, las ofrendas, para señalar que la sociedad teotihuacana estuvo confrontada por seis niveles sociales, económicos y culturales claramente definidos.

Aún con esto tenemos algunas constantes; son espacios planos, abiertos y de carácter doméstico. Ching (2000:99) define patio abierto como el “Espacio al aire libre rodeado sólo o parcialmente por muros o edificios”, y el patio interior como “patio central de un edificio, rodeado totalmente por edificaciones, arcadas o muros”.

Por su lado, Gendrop (1997:157) define al patio como el “espacio cerrado con paredes o galerías que, en ciertas casas u otros edificios, se deja al descubierto”. A partir de eso, y retomando las ideas mencionadas anteriormente, usaremos la delimitación de patio como un espacio preferentemente plano (menor a 15°) pero no

42 mayor a 35° y que tienen estructuras individuales circundando su perímetro. El número de estructuras puede variar, pero serían siempre estructuras tipo cuartos individuales, siendo delimitadas tanto por estas estructuras, plataformas y terrazas, como por la inclinación del terreno (mayor a 35°).

Desarrollo histórico de los estudios del patio en Mesoamérica

De acuerdo a Magino (1992:29), el desarrollo de los asentamientos mesoamericanos inicia “como un espacio abierto, es decir, libre de construcción, entre las habitaciones, como área que da respiro al agobio que producen las construcciones dispuestas en forma desordenada”. En ese sentido la disposición del área gris -patio- es esencial como eje del conjunto. Por su parte en el trabajo de Serra Puche (1986) acerca de unidades habitacionales del Formativo en la Cuenca de México se muestran distintos conjuntos habitacionales que mantienen un patrón de habitaciones alrededor de un patio (Figura 5).

Este patrón de distribución se mantendrá a lo largo de la historia mesoamericana. Sin embargo, habrá que destacar dos aspectos. El primero es que en el Centro y Sur de Mesoamérica la tendencia en las unidades habitacionales es a una disposición simétrica, es decir, las habitaciones se colocan cubriendo dos, tres o los cuatro lados del patio de manera paralela y perpendicular (cuadriforme), generando

“patios centrales”; esta disposición será más acentuada conforme avance el tiempo (cfr.

Manzanilla 1986). Es importante apuntar que esta tendencia del patio como eje organizador del espacio tiene que ser vista de manera crítica, como lo apunta Morelos

(1986:199). Se ha definido la existencia de las unidades habitacionales a partir de “la distribución de la misma en relación con un espacio abierto centrado [patio]”, también

43 Figura 5. Imagen tomada de Serra Puche (1986:182) en donde se muestra una unidad habitacional del Formativo, nótese la disposición en torno al patio. se toma en cuenta la presencia de materiales como la cerámica, la lítica, su ubicación, distribución entre otras.

Una de las propuestas más claras para identificar y conceptualizar los patios es la de Winter (1986), quien menciona que las unidades habitacionales del Formativo en

Oaxaca se agrupan en torno a un patio central. El autor usa dos aspectos que nos interesa retomar. El primero es la forma; clasifican los conjuntos en: a) abiertos, conformados por una sola estructura que tiene un patio al frente sin necesidad de otros límites claros; b) semi cerrado, conformados por dos [o tres] estructuras circundantes de forma simétrica; c) cerrada, consiste en cuatro estructuras dispuestas en forma de cruz con un patio en el centro (Winter 1986:339). El segundo aspecto son las dimensiones; en épocas tempranas los patios tienen unos 3.5m por lado en promedio, con

44 apisonados de tierra y con huellas de poste de 5cm a 15cm de diámetro, a partir de este inicio tenemos que los patios varían considerablemente en sus dimensiones, pero en general aumenta el tamaño y son más claros sus límites conforme los sitios son más tardíos (Winter 1986). Con base en esto se hace una clasificación de unidades habitacionales de tres tipos de la cual retomamos las dimensiones de sus patios en términos de metros cuadrados (m2) en promedio: tipo I 13m2, tipo II 25m2, tipo III

112m2 (Winter 1986:353-362).

Esta clasificación nos sirve como un elemento de comparación para el análisis de jerarquía de espacios y estandarización que estamos proponiendo, pues nos permite señalar que variables como forma y dimensiones en estudios similares, pueden relacionarse con diferencias socioculturales8 en el seno de una sociedad prehispánica.

Utilidad de los patios

El patio es el lugar principal de las actividades productivas domésticas en una unidad habitacional, pero este espacio no solo tiene una utilidad económica, la disposición misma del patio mesoamericano permite múltiples posibilidades en distintos rubros. Villalobos (2010) desarrolla una serie de ideas, retomando diversas investigaciones, con respecto a la importancia de los espacios internos y externos en el urbanismo prehispánico, este autor menciona que:

“Conforme los procesos de urbanización van surgiendo en el contexto

mesoamericano (posteriores al año 400 a.C.), las viviendas y agrupaciones

8 Winter relaciona el tamaño y la forma con una posición específica en la organización socio-política de su caso de estudios, en donde los patios más grandes y formales corresponden a grupos de élite. 45 integran progresivamente estos espacios cuyas funciones objetivas pueden ser

las de iluminar y ventilar un conjunto de viviendas desde su periferia o entorno

próximo, hasta actuar como área vestibular centralizada de conjuntos de

espacios interiores o cuartos... En el contexto urbano, la territorialidad encuentra

en el espacio interior abierto o patio interno una alternativa de integración”

(Villalobos 2010:88).

De esta manera podemos notar que los espacios internos abiertos, es decir los patios, además de cumplir funciones económicas, políticas y sociales, también permiten condiciones físicas de subsistencia. Por otro lado, cabe aclarar que el planteamiento original de este trabajo busca entender a las áreas grises como ordenadoras de la distribución del espacio, para ello asumimos que las plazas ordenan e integran los espacios públicos mientras que los patios hacen lo mismo, pero para el espacio privado. En ese sentido coincidimos plenamente con la última parte de la aseveración de Villalobos, pero haciendo énfasis en la diferencia entre lo público y lo privado.

Siguiendo estas ideas, Morton et al. (2012:7-9) identifican cuando menos tres tipos de patios que, aunque formalmente tienen la misma composición (rectangular- cuadrado con estructuras individuales alrededor), cumplen funciones distintas aun estando todos en el interior de un mismo complejo palaciego en Teotihuacán. Ellos clasifican los patios en: a) “central courtyards” asociados con conjuntos habitacionales y altares rituales; b) patios asociados con conjuntos habitacionales y áreas de producción; y c) patios ligados a unidades domésticas nucleares. Cabe notar que el común denominador de los patios es la asociación con unidades domésticas y si bien las diferencias parecerían ser sutiles, el elemento que cambia (altar ritual, áreas de

46 producción) nos ejemplifica el punto argumentado líneas atrás, con respecto a que los patios pueden mantener una distribución formal similar (geométrico, al aire libre y rodeado de estructuras), pero la funcionalidad cambia, retornándonos a la idea de estos espacios como eje de la vida diaria mesoamericana (y de lo privado por oposición al carácter público de las plazas).

Más allá de estas diferencias, tenemos que la distribución simétrica (de dos, tres o cuatro estructuras alrededor del patio) no es de ninguna manera una excepcionalidad en la arquitectura mundial (cfr. Rapoport 1969). Habría que verlo entonces como una de las estrategias de ordenación del espacio del mismo modo que lo serían otros patrones de distribución de los patios, la pregunta sería ¿a que responden estos patrones?

Patios en el Occidente de Mesoamérica

No se localizaron textos acerca del patio como tema principal en el Occidente.

Sin embargo, al ser un aspecto esencial en las unidades habitacionales, tenemos diversas menciones en distintos trabajos (Deraga 1986; Corona Núñez 1955; Galván

Villegas 1991; López Mestas y Ramos 1998; Olay 2004; Valdez et al. 2005; Weigand

1993). En la mayoría de estos trabajos observamos la misma problemática de no hacer una diferencia clara entre patio y plaza, además de no establecer parámetros cuantificables para determinar la existencia y características del patio.

Galván Villegas (1991) y Corona Núñez (1955) son de los primeros en describir algunas características de los patios, siempre en función de las unidades habitacionales, para el Occidente. Galván (1991) en particular observa con sus trabajos en Bugambilias diferencias espaciales que responden a una infraestructura en términos

47 marxistas, razón por la cual ubica en los patios las áreas de producción doméstica, sin tener un interés en profundizar en el tema.

Por su parte Deraga (1986) compila información de distintos trabajos y hace una contribución muy valiosa para marcar que las unidades habitacionales en el occidente son en cierta medida distintas al del resto de Mesoamérica. Esto es, si observamos las descripciones y los dibujos de Deraga en el contexto comparativo de los otros trabajos en la misma obra (Manzanilla 1986).

Otro ejemplo es el de Olay (2004) en El Chanal, , lugar en donde localiza y trabaja una serie de unidades habitacionales o conjuntos domésticos. Uno de ellos es el llamado Patio Alto que tiene una dimensión de 13.7 x 6.5m, también tenemos el Patio

C o Plaza de Agua, con un tamaño de 30 x 18m9, entre otros. Olay identifica en el

Chanal un patrón que se constituye de “patios y plazas cuyos perfiles presentan múltiples variables, ya sean plataformas rectangulares cuyas fachadas se oponen...

Este sistema crea una sucesión de pasillos que unen, a partir de una circulación que transita entre patios interiores y plazas abiertas, una serie de barrios a diferentes alturas” (Olay 2004:36).

Uno de los trabajos más metódicos y pormenorizados que incluyen patios en el occidente es el de López Mesías y Ramos (1998) en Huitzilapa. En donde los autores observan un orden jerárquico de las unidades domésticas, incluyendo como la principal la unidad F-4, en cuya estructura oeste se localizó una de las pocas tumbas de tiro sin saquear en el Occidente (López Mestas y Ramos 1998, ver Figura 6). López Mestas

9 Tendría un área de 91 m2 para el Patio Alto y 540m2 para el Patio C, con lo cual el primero entraría en nuestra categoría de patio mediano y el segundo en la categoría de grande. Esto pretende fines comparativos y saber si los rangos de dimensiones que manejamos aquí pueden tener sentido al compararlos con otros sitios del Occidente. 48 Figura 6. Grupo 8 de Huitzilapa, nótese en el centro el conjunto con su patio cuadrangular. Imagen tomada de López Mesías (2011:212).

(2011:212) menciona que “el conjunto doméstico usualmente está constituido por un grupo de patio, es decir, por varias casas alrededor de un espacio abierto10, los cuales solían albergar una familia extensa”.

De acuerdo a sus observaciones, la autora asevera que el grupo de patio o unidad doméstica varía de cinco a siete estructuras, según el espacio disponible (López

Mestas 2011:175). En Huitzilapa identifican por lo menos ocho conjuntos que

10 Mientras Smith Márquez considera a los patios cerrados, composiciones muy similares son vistas como abiertas por López Mestas. 49 conformaban los conjuntos cívico-ceremoniales más grandes, los cuales estaban formados por estructuras arquitectónicas rectangulares dispuestas en un patrón de distribución circular y cruciforme. Estos últimos incluían conjuntos con dos o tres estructuras únicamente, algunas con un altar central, concepción espacial que normó en gran medida la construcción de los sitios de la región durante el Preclásico tardío/

Clásico temprano (López Mestas 2011:218).

A pesar de que lo anterior pareciera similar a lo mencionado por Smith Márquez

(2009) para Los Guachimontones, en el caso de Huiztilapa se afirma que los patrones de distribución espacial son diferentes para los conjuntos tripartitas como el F-3, F7 y

F8 con respecto a los cuatripartitas como el F-4 (López Mestas 2011:180) (Figura 7), este último está “formado por cuatro plataformas rectangulares, unidas tres de ellas por

hiladas sencillas de piedra que presuponen un acceso restringido al patio. Las estructuras que se ubican al este y oeste presentan dimensiones mayores, de 8 x 8 m

de lado aproximadamente. Las estructuras norte y sur presentan dimensiones más

pequeñas, de4x5myde5x5m (López Mestas 2011:189).

En otro de los conjuntos refiere que los montículos se encuentran en una especie

de patio delimitado por una terraza, mismos que están unidos entre sí por alineamientos

dobles, originando un patrón tripartito (López Mestas 2011:191). Lo anterior refuerza la

idea planteada atrás, acerca de cómo se usan elementos de la topografía y/o

relativamente con poca inversión de trabajo para definir y delimitar los patios. También

señala que “si se observan los planos de distribución espacial de los asentamientos, es

notable el lugar que ocupan los conjuntos cruciformes al interior de los mismos, así

como su abundancia” (López Mestas 2011:209).

50 Figura 7. Conjunto F-4 de Huitzilapa. Imagen tomada de López Mestas (2011:215).

Un punto que, a nuestro parecer, resulta conflictivo, es la falta de claridad de si el

espacio plano en el interior de las F-4 es un patio o una plaza, incluso en distintas

partes del texto se le maneja de manera indistinta. La distribución de los distintos conjuntos “sugiere un uso reservado para un sector específico de la comunidad.

Finalmente, Smith Márquez (2009) usa los patios como un punto importante para su propuesta de patrón de asentamiento, pues considera que las unidades habitacionales generalmente se encuentran en los alrededores de esos templos, siendo sus habitantes los productores de los bienes necesarios para la subsistencia del

51 sistema administrativo. Smith dice que “hay infinidad de sitios en toda Mesoamérica donde el patrón de distribución está compuesto por cuatro casas alrededor de un patio central en donde casa representa un punto cardinal” (Smith Márquez 2009:71). Sin buscar negar esta generalización, a pesar de que en Mesoamérica haya una tendencia a edificar los conjuntos domésticos en forma de cruz simétrica, esto no quiere decir que será así.

Plazas

La importancia que ha tenido el patio para el entendimiento de las unidades habitacionales es similar al que la plaza ha tenido para la comprensión de la vida pública en Mesoamérica. Así lo plantean Inomata y Tsukamoto (2014:6) al decir que las

“Plazas son puntos focales de la vida pública Mesoamericana. A lo largo de la historia prehispánica las plazas han sido componentes esenciales de los diseños de las ciudades, villas, e incluso los pequeños pueblos”. Cabe decir que por mucho tiempo el estudio de los asentamientos prehispánicos consideró a las plazas como un complemento de las pirámides y plataformas. En cierta medida esto se debe a que se consideraba que los antiguos constructores enfocaron sus esfuerzos en las edificaciones prominentes viendo a las plazas como espacios carentes de importancia simbólica, social o política, es decir; consideraban este espacio como vacío (Inomata

2014). Las plazas son un área gris, de acuerdo a Stanley et al. (2012) y debe estar

“claramente caracterizada como un espacio abierto, libre de vegetación, pavimentado [o apisonado] con estuco de cal, es decir, niega la naturaleza y el propio suelo, por lo que crea un espacio específicamente humano” (Andrews 1977:11), convirtiéndose en ese sentido en un eje esencial del entorno construido. No es exagerado afirmar que los

52 mejores esfuerzos de los arquitectos indígenas se concentraron en lograr que estos espacios abiertos fueran satisfactorios para las necesidades de la comunidad en las diversas actividades públicas, cubriendo tanto los aspectos materiales -"funcional"- como los estéticos (Arancón 1992:39).

Estudios anteriores muestran que en ocasiones la inversión de trabajo era mayor en el acondicionamiento y formalización de la plaza que incluso en la construcción de las pirámides y templos. Por ejemplo, Inomata (2014) señala que el volumen de tierra que se requirió para construir las plazas en Ceibal supera ampliamente a la inversión en la construcción de templos y pirámides. De manera similar, en La Venta, Tabasco, la plaza principal tiene una amplitud temporal y de trabajo mayor que sus edificaciones circundantes (Cyphers y Murtha 2014). Algunos de los ejemplos más conocidos en cuanto al esfuerzo constructivo en este sentido son la Plaza de la Luna para

Teotihuacán (Sugiyama y Cabrera 2007), y la Plaza Principal de Monte Albán (Marcus

2008), entre otras.

Más allá de si son las plazas o los edificios circundantes a estas los que tiene mayor inversión de trabajo, los estudiosos de la arquitectura y el urbanismo mesoamericano coinciden en señalar que ambos son una unidad de significación y que

“Los espacios de plaza son los que generan los emplazamientos de edificios alrededor de estos mismos espacios, como en Monte Albán y Teotihuacán, donde incluso en el interior de los edificios se repite la concepción del espacio descubierto y limitado”

(Mangino 1993:36). En sentido inverso, la cuestión de resolver si plazas o edificios circundantes fueron construidos primero uno o el otro, es en ocasiones complicado de resolver (sobre todo si no hay excavaciones controladas), a lo que Arancón (1992:31) apunta que “Es difícil muchas veces, precisar si la plaza se hace para la arquitectura o

53 ésta para aquélla, ya que existe una unidad conceptual entre edilicia y urbanismo que hace que una y otro se integren a la perfección”. Lo que si podemos resolver es el tipo de relación espacial que se genera entre ambos elementos y en nuestro caso tratar de entender la lógica que impero en su disposición.

Importancia de las plazas

El estudio de las plazas ha sido una cuestión central en la lógica del esclarecimiento de la negociación en las relaciones de poder, el entramado de la comunidad y la constitución de las autoridades políticas (Beekman s/f; Smith Adam

2003; Tilley 1989; Ucko 1999), en este sentido, los espacios públicos [como las plazas] son arenas de constantes negociaciones y debates (Lefebvre 1991). Es importante señalar que las plazas no son el único tipo de espacio público, pues en la mayor parte de Mesoamérica se reconocen otros tipos de espacios, que van desde amplias calzadas a los espacios abiertos sin marcar fuera de los asentamientos, en los que podía interactuar un gran número de personas. No obstante, las plazas se destacan como espacios ampliamente reconocibles y marcados.

Más concretamente, el estudio de las plazas se refiere a las cuestiones centrales en la lógica de la negociación y de integración de las relaciones de poder, la comunidad y la constitución de las autoridades (Arancón 1992:15), al ser los espacios públicos por excelencia y por lo tanto lugares en donde se toman decisiones de esta índole. De este modo es posible extrapolar que la lógica en la distribución de las plazas (como ordenadoras del espacio público), es proporcional a la lógica de la organización social, emanada desde la estructura sociocultural. Al mismo tiempo, las plazas pueden haber sido espacios liminares que crearon dinámicas distintas de la normal (Arancón

54 1992:15). Por su parte Gussinyer y García (1993:114) colocan a los “Espacios abiertos, pero delimitados por las plataformas y estructuras alrededor de las plazas” como un primer factor dentro de las “características más significativas” a considerar en el análisis del entorno construido.

La influencia occidental nos ha hecho ver a la plaza como necesariamente geométrica, esto puede ser más o menos certero para desarrollos urbanos de otro tipo como Teotihuacán, Monte Albán o Tenochtitlán, pero que es difícil de hacer compatible en contextos más tempranos o de menores dimensiones. Lo que sí comparten ambas tradiciones, tanto la occidental como la mesoamericana, es que las plazas generalmente están rodeadas de los edificios de mayor tamaño que hay, usualmente de carácter público (Arancón 1992; Heyden y Gendrop 1973; Lefebvre 1991; Puppo 1992).

La reflexión de si la plaza hace a la ciudad o viceversa puede ser intranscendente para nuestro caso, pero si retomamos la idea de que la plaza “ordena” el espacio, verla necesariamente como geométrica implica un sesgo occidental.

Además, en ese mismo tenor, Cyphers y Murtha (2014) afirman que los espacios abiertos/plazas funcionan como áreas de integración y reforzamiento de la identidad en periodos tempranos para el área Olmeca. En su trabajo muestran que hay distintos niveles de plazas que se relacionan con las posiciones socio-políticas de los “usuarios”, así habría grandes plazas centrales que podrían ayudar en los procesos de integración del asentamiento, para una sociedad en proceso de consolidación.

Definiendo la Plaza Mesoamericana

Los distintos trabajos acerca de plazas en Mesoamérica plantean sus propios parámetros para delimitar una plaza, más allá del papel que la plaza estaría jugando en

55 la dinámica social de cada grupo estudiado, tema en el cual pueden coincidir algunos autores (cfr. Inomata y Tsukamoto 2014). Pero la definición formal de la plaza parecería quedar sobreentendida. Este problema es muy similar al del patio, en donde se asume su cualidad de estar “al aire libre” (Mangino 1993:13-14), lo cual, como se mostró atrás, resulta ambiguo.

A pesar de las diferencias histórico-culturales, las definiciones de plaza pensadas desde lo mesoamericano, no difieren mucho de lo que hemos venido planteando, mismas que ven a la plaza como un lugar ancho y espacioso, de uso comunitario (para mercado, festividades, etc.), descubierto y rodeado de edificios, dentro de una población (Francis Chang 2000; Heyden y Gendrop 1973; Moore 1996). La plaza es, desde este ángulo, “un espacio abierto estático, fin del camino y que obliga a la permanencia. Es una meta urbana. En el mundo prehispánico, por su organización cultural y los patrones de asentamiento en que ésta se traduce, la plaza llega a tener mucha mayor importancia que la calle” (Arancón 1992:31). Recordemos que de acuerdo a Kubler (1986) plazas y calles son los ingredientes esenciales del urbanismo en Mesoamérica11.

Para fines de este trabajo entenderemos plaza como el área gris de carácter

público, reconocida por la amplitud de su espacio, que puede estar rodeada por edificaciones privadas o públicas y/u otro tipo de acondicionamiento del terreno como

plataformas, terrazas o incluso por la inclinación del terreno.

11 Cabe hacer una pequeña diferencia entre las plazas abiertas rodeada de edificios, ya sean públicos o privados, y el espacio abierto en el Juego de Pelota, pues este último correspondería más bien a una plazuela de acuerdo a Gendrop (1997:157): “Plazuela, espacio abierto de dimensiones pequeñas o medianas que está entre varios terraplenes o conjuntos arquitectónicos y suele tener un carácter más privado que una plaza.” 56 Plazas en el Occidente de Mesoamérica

Arancón (1992:39) menciona para las plazas mayas que “Debe tenerse en

cuenta que la naturaleza es en esta zona muy diferente a la de las demás áreas

mesoamericanas, y esto influye -aunque no de manera determinante- en el carácter de

los espacios abiertos que aparecen como claros en la vegetación tropical, que no

permite grandes perspectivas”. Una situación similar puede estar ocurriendo con las

plazas en Los Guachimontones, en donde la topografía influye, aunque no de manera

determinante. Sumando los elementos anteriores podemos pensar que esto

contribuyera de alguna manera a que las plazas en Los Guachimontones no tengan esta traza geométrica tan típica de Mesoamérica y tal vez sea parte de la génesis de las confusiones entre patios y plazas en la tradición Teuchitlán.

Otra de las características de las plazas mesoamericanas es que puedan cumplir varias funciones, incluyendo albergar el mercado (esencial si se pretende una explicación de orden económico asociado a la distribución espacial). Smith Márquez

(2009:179) dice que: “en el caso del mercado, será difícil establecer la presencia del mismo. Aunque en la tradición Teuchitlán hay espacios que podrían haber alojado este tipo de institución, es prácticamente imposible detectar los indicadores en el campo”, sin embargo, como hemos visto, autores como Pluckhahn y Kowalewski (2003) refieren que se pueden usar indicadores secundarios y en particular la distribución espacial de la plaza para determinar la posible ubicación del mercado.

La plaza en el Occidente tiene una problemática similar que el patio. Se le refiere constantemente pero no hay trabajos específicos al respecto, con la agravante en este caso de que la morfología de las plazas se aleja del prototipo geométrico, haciendo más difícil su identificación y clasificación.

57 Es así que, en el área que nos atañe, se tiene una certeza de la importancia de la plaza para el entorno construido, aunque no existan trabajos sobre este tema en particular, por ejemplo, López Mestas señala que:

“En el Occidente de México la exaltación del poder de un linaje o personajes

preponderantes ocupaba un lugar importante; las plazas y recintos ceremoniales

fueron puntos de comunión entre los poderes terrenales y los mundos

extraterrenales; con ello, se convertían en epicentros del cosmos

mesoamericano... Los usos del espacio estaban extremadamente marcados por

la religión y la ideología” (López Mestas 2011:29).

Esto es, que la cosmovisión mesoamericana ha visto a la pirámide o templo principal de los asentamientos como los axis mundi, lugares de comunicación entre los distintos planos del mundo (López Austin 1996). Sin embargo, también es común el señalamiento que era exclusivamente un grupo pequeño y privilegiado quién tenía acceso irrestricto a esta edificación. El espacio de esa comunicación entre los distintos planos del mundo para la mayoría de la gente sería entonces las plazas que enmarcan las pirámides, es decir el lugar de la experiencia vivencial del contacto entre mundo es en las grandes plazas, razón que hace que se revista de una singular importancia a estos espacios.

De este modo, la organización espacial de las plazas al interior de los asentamientos del Occidente tendría una relación importante en la manera de concebir el mundo para aquellos antiguos habitantes. Si observamos que para la tradición

Teuchitlán las plazas principales no tienden a ser rectangulares o cuadradas, a diferencia de sus contrapartes del centro y sur de Mesoamérica, un paso para entender esta diferencia es identificar los patrones de distribución de las plazas.

58 Otra de las funciones de las plazas en el Occidente será el de “lugar de

enterramiento de personajes de alto estatus, [que] se llevó a cabo fuera de dichos

cementerios. Por lo general, se realizaban actos de sepultura en plazas o edificios de

alta significación destinados a actividades político-administrativas o ceremoniales”

(López Mestas 2011:33). Arancón (1992) mostró la pluri-funcionalidad de las plazas,

negando la condición exclusivamente sagrada o mundana de estas, haciendo imposible

distinguir formas específicas asociadas a alguna función en las plazas. En el caso de

Los Guachimontones, todas las plazas que hemos localizado son irregulares, lo que

nos permite argumentar que la línea de pensamiento de Arancón para Mesoamérica y

López Mestas para el Occidente es adecuada para nuestro ejemplo de caso.

Conclusión del capítulo

Muy probablemente los asentamientos mesoamericanos crecieron alrededor de

dos tipos de espacios abiertos: la plaza y el patio. La forma que ¡ría tomando cada

población respondería a sus distintas condiciones histórico-culturales, el crecimiento y distribución de los distintos elementos del entorno construido serían el reflejo de la organización sociocultural (Rapoport 1982).

El patio habría tenido el papel central de organizar a su alrededor la vida privada de los habitantes de un asentamiento (Morelos 1986), entendiendo esa privacidad de acuerdo a las condiciones históricas de cada sociedad. Por su parte, alrededor de la

plaza se irían disponiendo las principales edificaciones de carácter público (Inomata y

Tsukamoto 2014). A pesar de lo importante de ambos espacios en el entendimiento espacial de un asentamiento y la sociedad que vivió en él, plazas y patios no han sido tópicos atendidos extensamente en la arqueología mesoamericana.

59 Un análisis exhaustivo de algo tan particular como plazas y patios en Los

Guachimontones, nos permite aportar en problemáticas más allá de la Región Valles.

Por ejemplo, la diferencia entre plaza y patio es poco clara, pues cada caso particular trata a estos espacios de manera única, con parámetros propios, careciendo de definiciones y clasificaciones que sean útiles para otros casos en Mesoamérica. Como dice Arancón (1992:32), “realmente es puramente subjetiva la diferenciación entre patio y plaza, pues no puede establecerse un tamaño a partir del cual deje de ser lo primero para convertirse en la segunda”. En este trabajo se busca que no sea así y que los parámetros generados puedan ser adecuados a otras realidades mesoamericanas.

60

Capítulo 4: Caso de estudio: Los Guachimontones

El sitio arqueológico de Los Guachimontones ha sido considerado el asentamiento más importante de la llamada tradición Teuchitlán12 (Weigand 1996; Weigand et al. 2008).

En él se han llevado a cabo diversos trabajos de investigación arqueológica (véase por ejemplo Cach 2004; Esparza 2015; Esparza y Weigand 2008; Herrejón Villicaña 2009;

Herrejón Villicaña y Smith 2004; Smith Márquez 2009; Weigand y Blanco 2010; Weigand y Esparza 2008). Su estudio ha permitido perfilar una imagen general de la estructura sociocultural de los antiguos habitantes de la Región Valles, pues ha sido en buena medida a partir de Los Guachimontones que se ha construido la idea de la tradición

Teuchitlán misma (Weigand et al. 2008; Esparza 2015). En el presente capítulo se busca describir el sitio a la luz del problema de investigación.

Arqueología en la Región Valles

El sitio arqueológico Los Guachimontones se localiza en la Región Valles al oeste de Guadalajara en el estado de Jalisco (Figura 8). La Región Valles abarca los actuales municipios de Teuchitlán, Tala, El Arenal, Amatitán, Tequila, Ameca,

12 Tradición Teuchitlán es un concepto propuesto por Weigand (1993), y se refiere una cultura compuesta de varias tradiciones donde los actores sociales pudieron inclusive hablar distintas lenguas, el mismo autor la conceptualiza como culturas y subculturas conviviendo dentro de una tradición general (Beekman y Weigand 2008:316). Sin profundizar en el concepto, se ha utilizado, ante todo, en referencia al uso de una forma distintiva de arquitectura pública conocida como guachimontones (Heredia y Englehardt 2016:10). Nosotros hemos puesto en duda estas afirmaciones (Cardona 2016; Englehardt et al. 2016; Muñiz 2016), sin embargo, consideramos que esta tesis no es el espacio adecuado para una crítica profunda y una propuesta distinta, únicamente apuntamos que “tradición Teuchitlán” es ampliamente cuestionable, pero la seguiremos usando a lo largo del texto con la intención de proporcionar mayor fluidez al trabajo. 61 Figura 8. Ubicación de Los Guachimontones en la Región Valles, Jalisco.

Ahualulco, Antonio Mercado, Magdalena y Etzatlán y se caracteriza por una serie de valles aluviales que rodean un volcán mono-genético y que a su vez están delimitados por una serie de formaciones montañosas que son parte de la Sierra Madre

Occidental, generando una serie de distritos lacustres de tierras altas (SITEJAL 2016).

Los Guachimontones es el sitio más grande en la región (Weigand y Esparza

2008:3; Weigand 1993), y en él se han enfocado una buena cantidad de los trabajos arqueológicos. Los primeros registros acerca de los antiguos pobladores de la Región

Valles se los debemos a la exploradora inglesa Adela Bretón (Weigand y Williams

1997), quien llegó a Tequila en 1895; durante su estancia en la región realiza una serie de dibujos sobre las tumbas de tiro en Etzatlán y menciona la presencia de talleres de obsidiana, así como las estructuras circulares en Teuchitlán (Weigand 1993).

Posteriormente visitó la región el célebre etnólogo alemán Cari Lumholtz quien en 1896

62 consigna el hallazgo de una colección de ollas pintadas al pseudocloisonné (Lumholtz

1960).

Los estudios recientes nos muestran una tradición mucho más dinámica y compleja de lo que originalmente se pensó (Heredia en prensa). Múltiples publicaciones y tesis han sido inspiradas en los trabajos que se vienen realizando en la Región Valles; arquitectura, patrón de asentamiento, organización social y política, comercio, cerámica, lítica, entre otros (Alarcón 2006; Beekman 1993, 2000, 2008a, 2010a; Beekman y

Badén 2011; Beekman y Weigand 2000; Blanco 2009; Dansac 2009; Esparza 2003,

2009; Fernández y Deraga 1995; Galván 1976, 1991; Heredia 2011b; Herrejón Villicaña

2008, 2009; Herrejón Villicaña y Smith 2004; Long 1966; López Mesías y Ramos 1998;

Onhersorgen y Varíen 2008; Smith Márquez 2008, 2009; Soto 1982; Stuart 2004;

Weigand 1993, 1996, 2004, 2008).

Una gran parte de los trabajos arqueológicos en la Región Valles se han

centrado temporalmente en el Formativo tardío y Clásico temprano (300 a.C.- 500 d.C.)

(Beekman 1993, 2000, 2008a, 2010b; Weigand 1993, 1996, 2004; Weigand et al. 2008).

En este periodo se desarrolló lo que Weigand designo como el “apogeo” de esta

tradición Teuchitlán (Weigand 1993). Sus características principales son, la presencia

de cinco elementos arquitectónicos unidos en el llamado guachimontón, un sexto

elemento es una cámara funeraria debajo del basamento circular troncocónico

(Weigand 1993:61-62), el cual ha quedado descartado de acuerdo a las excavaciones

posteriores en Los Guachimontones (cfr. Cach 2002; Weigand y Esparza 2008).

De este modo, la arquitectura aparece como rasgo de primera importancia,

Weigand enfoca la caracterización de los complejos arquitectónicos o guachimontones

a partir de su tamaño (ya sea del altar central o de los patios), clasificándolos en

63 monumentales, semi-monumentales y no monumentales (Weigand 2008:33-34; cfr.

Onhersorgen y Varíen 2008). Siguiendo esa idea, traslapó el tamaño de los círculos con el nivel de los sitios en un comparativo a escala regional, teniendo como resultado una relación directamente proporcional entre las dimensiones de la arquitectura y la importancia del asentamiento, en donde los círculos de Los Guachimontones son la referencia en cuanto al tamaño.

Siguiendo esta lógica, diversos autores han puesto su atención en la arquitectura y/o distribución espacial de los sitios en la Región Valles (Alarcón 2006; Beekman

2008a, 2010b, 2016b; Dansac 2009; Duvall 2007; Esparza 2009; Ohnersorgen y Varíen

2008; Smith Márquez 2009; Weigand 2008), retomando en mayor o menor medida los trabajos llevados a cabo en Los Guachimontones. Como productos directos o indirectos de estas investigaciones tenemos el mayor volumen de escritos acerca de la región y de Los Guachimontones en particular.

Los trabajos arqueológicos en la región son relativamente recientes, no llegando más allá de los 20 años13, y pueden dividirse en tres tipos de fuentes: los informes técnicos, las tesis y las publicaciones. En cuanto a los primeros, vemos que en la

Región Valles se han trabajado relativamente pocos lugares, tales como Llano Grande

(Beekman 2000, 2003), Navajas (Beekman 2007, 2009; Beekman 2010a), Huitzilapa

(Ramos et al. 2003) y La Higuerita (López Mestas et al. 2003). Aunque no es

13 Weigand refiere que inicia sus estudios en la región desde los años setentas (Weigand 1993), de hecho, una gran cantidad de sus publicaciones son previas a 1999 (inicio de las excavaciones en Los Guachimontones), sin embargo, no existen informes de esos trabajos (recorrido de superficie de acuerdo a Weigand) entre los años setentas a 1999 en el archivo técnico del INAH ni en los archivos del PAT. 64 contemporáneo al periodo de estudio de esta tesis, es de considerar el caso Oconahua

(Smith Márquez et al. 2008, 2009, 2011, 2013).

En la primera etapa del PAT, se excavaron y consolidaron los Círculos 1,4,5,6, y el Juego de Pelota 2 (Cach 2002); en otro momento se realizaron investigaciones de los círculos 1,2,3,8,7,4, La Joyita A y B, La Gran Plaza, además se hicieron recorridos en la zona del Pedernal-La Mora (Weigand y Esparza 2008). También se trabajaron Loma

Alta (Esparza y Weigand 2008) y Talleres (Weigand y Blanco 2010). Además, existen trabajos regionales como los realizados en la zona de los valles al norte del Volcán de

Tequila (Heredia y Martínez 2008, 2012; Heredia et al. 2014, en prensa).

En cuanto a las tesis, tenemos por un lado trabajos de tipo regional Alarcón

2006; Blanco 2009; Cardona 2016; Dansac 2009; Duvall 2007; Hoedl 2003; Hollon

2015; Johns 2014; Smith Márquez 2009; Stuart 2003; Wagner 2014), y por el otro los

enfocados específicamente en Los Guachimontones (Álamos 2012; Herrejón Villicaña

2009; Herrejón Villicaña y Smith Márquez 2004; Novillo 2015; Sumano 2016). El hecho

de que la mayoría de las tesis presentadas son de corte regional o cuando menos

comparativas, es decir con escala extra-sitio, resulta paradójico pues los trabajos de

excavación han sido puntuales y en pocos lugares14. Dado el carácter debatible sobre la

confiabilidad de varios estudios anteriores, este estudio utiliza herramientas como los

SIG, que permiten unir información fragmentada o de naturaleza distinta.

Por otro lado, la cantidad de tesis presentadas como producto directo o indirecto

de los trabajos arqueológicos en Los Guachimontones son pocas en relación con los

14 En algunos casos las tesis si toman en cuenta e integran la información de los recorridos (véase por ejemplo Hollon 2015), pero la mayoría usan información proveniente de las observaciones previas a 1999 de Weigand. 65 informes presentados (Álamos 2012; Blanco 2009; Herrejón Villicaña 2009; Herrejón

Villicaña y Smith Márquez 2004; Novillo 2015). En ese mismo tenor, vale señalar que hay una gran cantidad de publicaciones en relación con los informes y tesis disponibles, lo cual nos indica poca coherencia en el proceso de investigación arqueológica

“convencional”15. Consideramos que en este el caso, la relación entre informes-tesis- publicaciones es desequilibrada, esta tesis busca subsanar parte de este problema poniendo sobre la mesa información certera acerca del entorno construido.

Los Guachimontones

Los Guachimontones está ubicado a dos km del centro del actual pueblo de

Teuchitlán y a unos 11 km de la cima del Volcán de Tequila, sobre su vertiente sur, en las coordenadas 621307 E y 2288884 N (en el centro de la estructura denominada El

Gran Guachi o Círculo 1).

El sitio se asienta sobre diferentes pisos altitudinales, usando extensiones con poca inclinación a lo largo de la pendiente de la montaña que baja del volcán hacia la actual Presa de la Vega, en la cuenca conocida como “Ahualulco-Teuchitlán-Tala”

(Weigand 1993) (Figura 8). Los Guachimontones tiene una extensión total de unos

5630m2. Para la ocupación Formativa tardía y Clásica temprana el asentamiento abarca cerca de 3690m2 (ver Figura 1 y Tabla 2).

15 De acuerdo a nuestra perspectiva un proceso convencional en arqueología podría ser; una gran cantidad de informes (pormenorizados con contenido técnico), tesis que profundizan en temas específicos contenidos en los informes (menos tesis que informes) y publicaciones que pongan en un contexto mayor lo que contienen los informes y las tesis, estas tendrían que tener una menor cantidad al ser textos mucho más trabajados. 66 Hasta el momento se han identificado cuatro grandes sectores: Área Nuclear o

Los Guachimontones, Loma Alta, Texcalame y Talleres (Esparza y Weigand 2008). El

Área Nuclear abarca el espacio que actualmente está abierto al público, se extiende por la zona oeste y centro del sitio. Aquí hay nueve complejos circulares o guachimontones

(originalmente se reportaron diez), dos juegos de pelota y un área residencial de élite

(la Joyita A y B); también existen algunas estructuras de tipo doméstico (Figura 9), de acuerdo a los últimos datos disponibles en esta área tenemos 918 alineamientos y 322 estructuras (Heredia y Sumano 2016).

Tabla 2. Temporalidad del sitio Los Guachimontones, incluyendo el tamaño del sitio por periodo, con información de Heredia y Sumano (2016).

Epiclásico 500-900 d.C. El Grillo

Formativo tardío/ terminal 100 a.C.-200 d.C. Tequila 4100 416 Formativo tardío 300-100 a.C. Tequila II Formativo medio > 300 a.C. Tequila I Formativo temprano 1500-1000 a.C. Magdalena

67 Loma Alta abarca la porción Noreste del sitio; cuenta con cinco conjuntos

guachimontón, un Juego de Pelota y cuatro conjuntos residenciales cuatriformes

(Esparza y Weigand 2008), e incluye amplios espacios residenciales. Tanto Loma Alta

como el Área Nuclear tienen una ocupación mayoritariamente del periodo Formativo

Tardío al Clásico Temprano (Heredia y Beekman 2015) (Figura 9). Texcalame se

encuentra en la zona Noroeste del sitio, cuenta con algunas habitaciones domésticas

(Esparza y Weigand 2008). Talleres se encuentra en la parte Sur del sitio y cuenta con

edificaciones residenciales (Heredia y Sumano 2016; Weigand y Blanco 2010) (ver

Figura 1). La ocupación del asentamiento parece haber sido constante desde el

Figura 9. Mapa del Área Nuclear de Los Guachimontones con la nomenclatura asignada en investigaciones previas (información cortesía del Verenice Heredia y Christopher Beekman basado en la propuesta original de Phil Weigand).

68 Formativo, teniendo un descenso significativo en el Epiclásico, y un repunte hacia el

Posclásico (Heredia y Beekman 2015; Heredia y Sumano 2016).

Excavaciones de áreas grises

Dentro de los trabajos de excavación realizados por el PAT entre 1999 y el 2007 se intervinieron varias áreas grises, tales como los patios alrededor las pirámides circulares de los Círculos 1, 2 y 3, el área abierta (plaza y dos patios) de la Joyita A y B, el patio del Espacio Residencial 1 (ER-1), entre otros. De especial interés para esta tesis es la excavación en la Gran Plaza, cuyos resultados están en el informe del 2006

(Weigand y Esparza 2008).

Dicho informe menciona que: “al sureste del círculo 1 se encuentra una explanada que se le ha nombrado como La Gran Plaza, porque está conformada por una plaza al parecer con tres estructuras que cierran una superficie posiblemente de

1ha” (Esparza y Weigand 2007:252). También refiere que “en las primeras temporadas de campo en el año 2000, se hizo un pozo de sondeo en la parte media de la plaza, en esa ocasión se apreciaba en perfil el fuste de un poste del volador. Sin embargo, no se había hecho mayor exploración para saber si efectivamente este espacio era ritual, así como los altares de los círculos” (Weigand y Esparza 2008:252).

Si bien estos datos resultan relevantes, por desgracia el informe no reporta la ubicación precisa del pozo de sondeo, ni del hoyo de poste (sería valioso conocer si por su ubicación puede ser para “palo de volador” o parte de una estructura perecedera interna). En cuanto a las excavaciones ya en el interior de la plaza tenemos que:

“[se hicieron] varias calas de exploración que cruzaban de Este a Oeste la plaza

hasta donde se encontraba una plataforma de contención o terraza donde 69 empieza a subir el nivel...en el lugar se pudo recuperar un muro de contención el

cual corría de norte a sur y con una longitud de 60 metros. Este muro, constaba

de varias piedras de gran tamaño y en algunas partes todavía se podía observar

el muro con 3 hiladas de piedra. A cada esquina de esta terraza se encontraba

un afloramiento natural que fue reutilizado para contener la misma terraza”

(Weigand y Esparza 2008:252).

Esto resulta esencial en el entendimiento de la conformación de las áreas grises,

pues nos aporta información de la técnica constructiva, la cual es ligeramente distinta al

de las edificaciones (ver Figura 9)16, en donde tenemos varias capas para acondicionar

la superficie, mientras que en La Gran Plaza tendríamos un solo relleno de piedras

grandes para generar una superficie horizontal, seguida del apisonado.

La técnica también es distinta a, por ejemplo, la cancha, del Juego de Pelota 1, en donde hay una inversión mayor de trabajo para rebajar el nivel de desplante (roca

madre) y enseguida el apisonado (dando una superficie mucho más sólida que en La

Gran Plaza). En suma, hay un tratamiento diferenciado en la técnica constructiva de las edificaciones y de las áreas grises -plazas-, en dónde, si bien hay menor cantidad de elementos estratigráficos en las plazas, el volumen total de la inversión de trabajo en estos espacios sería mayor que en las edificaciones.

16 En una gran cantidad de estructuras como las plataformas circundantes de los complejos guachimontón o las unidades habitacionales como la Joyita, tenemos tres a cinco “capas” de las cuales por lo menos dos son destinadas al acondicionamiento: Una capa inferior de rocas grandes, seguida de una capa de tierra compacta con pocas intrusiones (aplanado), seguida de una capa gruesa (hasta 30cm.) de relleno constructivo con intrusiones de tamaño mediano, encima de esta última capa debió de existir un apisonado que no siempre está presente, tras el cual se tenía la capa húmica. (Weigand y Esparza 2008:174-175). 70 Por otro lado, se reporta un muro perimetral que enmarca el elemento constructivo. Este tipo de muros perimetrales los encontramos en la Joyita, el Círculo 6, el Círculo 1 y en varias plazas del mapa de Heredia et al. (2013). Esto lo entenderemos como el esfuerzo de usar el entorno natural, modificarlo mediante edificaciones formales (muros) para apuntalar el elemento constructivo (plazas, guachimontones), dando como resultado un entorno construido que integra el relieve natural, las edificaciones y los espacios vacíos (Figura 9).

Hacia la parte central de la plaza se localizó una edificación tipo altar de uno 10 x

8m y que cambia en cuanto a la técnica constructiva, siendo similar a las ya descritas.

También se menciona que “Resultó sumamente interesante la cantidad de material cerámico y lítico que apareció en este lugar, principalmente material fino de cerámica

Oconahua Rojo sobre Crema y algunos Teuchitlán Rojo sobre Blanco. Resulta también constante la aparición de fragmentos de buriles de auto sacrificio y algunos fragmentos de joyería en obsidiana” (Weigand y Esparza 2008:253) (Figura 10).

Algunas consideraciones de la información anterior es que existió un acondicionamiento a manera de apisonado en La Gran Plaza y que la inversión de trabajo para conformar una plataforma que sostuviera y permitiera una superficie más o menos plana fue amplia. Incluso es posible que la superficie tuviera un recubrimiento de tierra batida, reforzando la idea de que las áreas grises tienen este tipo de intervenciones, y por oposición, lugares como La Gran Plaza no sería un espacio verde.

Por otro lado, para el sector Loma Alta se mencionan cinco círculos (Esparza y

Weigand 2008:17), el más grande de ellos es el llamado Círculo A con 80m de diámetro y ocho estructuras, al Sur y contiguo, está el llamado Círculo B de cinco estructuras, más al Sur está el Patio IV y que consiste en una unidad habitacional de distribución

71 Figura 10. Perfil de las excavaciones en La Gran Plaza, La segunda capa (blanco con líneas diagonales) corresponde a lo que parece ser un apisonado (Weigand y Esparza 2008:256). cuatriforme. Al Norte del Círculo A esta el Juego de Pelota 1 cuyo cabezal Sur es al mismo tiempo una estructura del mencionado círculo, de manera casi simétrica hacia el

Este y Oeste del cabezal Sur hay otros dos cuatriformes (Figura 11). Otros dos guachimontones se ubican al este del Juego de Pelota 1 y un poco más al Norte de estos últimos un cuatriforme más. La totalidad del sector incluye por lo menos cinco guachimontones más, 417 estructuras y 529 alineamientos (Heredia et al. 2013).

Junto con la Gran Plaza, uno de los pocos ejemplos de excavaciones específicamente en un área gris es el llamado Patio IV en el conjunto cuatriforme del mismo nombre en la parte Sur de Loma Alta, el cual se trabajó alternadamente en las temporadas 2004 y 2007. Una primera situación que llama la atención con respecto al

72 informe de este espacio es que encabezan el apartado correspondiente como “Plaza

IV” y en la primera línea lo refieren como “Patio IV” (Weigand y Esparza 2008:92).

Si bien en la investigación del 2004-2007 estos términos no eran relevantes para ese momento, en esta tesis la diferencia resulta nodal y ejemplifica la importancia de

622200 622300

Figura 11. Mapa de Loma Alta con la nomenclatura asignada en investigaciones previas (información cortesía del PAT y Beekman). 73 clarificar los términos. La parte que corresponde propiamente al patio (es decir la parte

plana carente de edificaciones enmarcada por las cuatro estructuras en forma de cruz), fue considerada como “estructura para fines prácticos al componer un elemento

arquitectónico por sí mismo” (Esparza y Weigand 2008:96). Aquí también se localizó lo que parece ser un apisonado, lo que permite considerar un acondicionamiento

intencional de área gris.

Conclusión del capítulo

La historia investigativa en Los Guachimontones ha tenido un camino particular, el cual puede ser visto desde los informes técnicos. Existe una heterogeneidad en el registro arqueológico, en términos de diferencia en las técnicas utilizadas en cada temporada de trabajo y en un mismo espacio, como de formas de trabajo. Sin embargo, existe una cantidad suficiente de información con condiciones que permiten ahondar en temas particulares, como es el caso de esta tesis.

Tras la revisión de la información producida por el PAT desde 1999 y hasta la actualidad, consideramos que existen muchas lagunas en el registro arqueológico, las cuales pueden ser subsanadas en cierta medida, con algunos trabajos puntuales de excavación, pero sobre todo con el análisis de los materiales recuperados. La naturaleza de la información arqueológica es fragmentada, y los huecos en el registro la vuelven aún más dispersa. Será tarea pendiente una revisión profunda de los informes técnicos, así como la recuperación de datos que ayuden a unir las diversas formas de registro. Al hacerlo tendremos la posibilidad de ampliar la gama de opciones para poder realizar más trabajos particulares, y que se reflejen en tesis y publicaciones.

74 Como se mostró, existe un desequilibrio muy notorio entre los informes, las tesis y las publicaciones con respecto a la tradición Teuchitlán, tal vez porque el proceso mismo de formación del concepto y la conceptualización de la sociedad antigua en la

Región Valles ha sido diferente al de otros lugares en Mesoamérica. En nuestra región de estudio, tras el hallazgo de los “grandes sitios” como Los Guachimontones, no siguió

una ola de trabajos de campo que proporcionaran materia prima para la interpretación

del pasado, esas interpretaciones habrían ido cambiando con el paso de tiempo y de

más investigaciones. En la Región Valles tuvieron que pasar más de treinta años para

que se iniciaran los trabajos sistemáticos, durante ese tiempo fueron las

interpretaciones, hechas con base en recorridos de superficie, las que dominaron el

panorama de la literatura arqueológica (cfr. Alarcón 2006; Onhersorgen y Varíen 2008;

Stuart 2004; Weigand 1993).

Nuestro trabajo presenta información tomada de las distintas etapas del PAT,

bajo una hipótesis distinta y con parámetros diferentes, usando tecnologías recientes,

los resultados pueden aportar a la discusión del análisis espacial, pero también de la

naturaleza misma de la información en el sitio.

75

Capitulo 5: Metodología, análisis y resultados

Un primer paso para conocer el patrón de distribución espacial de las áreas grises en Los Guachimontones fue delimitar cuales lugares corresponden físicamente a plazas y cuales a patios. Esta situación no es autoevidente (aunque a veces se piense lo contrario), en ocasiones suelen usarse estos términos como sinónimos. Arancón

(1992:31) señala que: “Evidentemente, calle y plaza no pueden existir si no están delimitadas, es preciso, por tanto, tomar también en cuenta el carácter de la arquitectura”. En el presente capítulo se propone un análisis de las categorías formuladas por Smith (2007), puestas en operación a partir de una serie de variables cuantitativas y cualitativas, con la finalidad de dilucidar el carácter público/privado de los distintos lugares a estudiar.

Se asignaron valores de medición, tanto para plazas, como para patios, quedando las variables cuantitativas englobadas en: dimensiones, patrón de distribución, accesibilidad y visibilidad, las cuales sumadas nos dan un rango de jerarquía. Mientras que para los valores cualitativos se propone: tipos de patio o plaza, edificaciones, conjuntos y elementos circundantes.

A continuación, se presenta la correlación entre las distintas categorías planteadas por Smith (2007) y las variables propuestas en este trabajo (Tabla 3). Los parámetros planteados, fueron ponderados y convertidos a valores ordinales, siguiendo la recomendación de Smith (2007:7). La información vertida aquí, se generó a partir de pruebas en SIG, y con el apoyo de base de datos en el programa Microsoft Excel, esto

nos permite modificar los parámetros y valores, así como adicionar información sin

necesidad de rehacer todas las pruebas. La obtención y análisis de parámetros y valores de cada variable serán explicitadas a lo largo del presente capítulo.

76 Tabla 3. Correlación de niveles y categorías propuestos por Smith (2007) y su puesta en operación para el ejemplo de Los Guachimontones, incluyendo variables, parámetros y valores ordinales.______Variables Cuantitativas Planificación Patios Plazas (Smith 2007) Categ Variable Parámetros Variable Parámetros Plazas orías Valor discreto Valor discreto

1= Pequeños 0-69m2 1 = Pequeña: menos de -o ro 2= Medianos 70-160m2 700 m2. > , ! 3= Grandes 161-700m2 2 = Mediana: entre 700 - -O $ 2500 m2. "O(O co> 3 = Grandes: mayores que II 2500 m2. o o Ll_ 2 8.3 (valor continuo) 8.3 (valor continuo) 1= Aislado que tiende a 1= Irregular lo alargado 2= Geométrico (cuadrado- 2= Mixto que tiende a lo rectangular) alargado 3= Circular 3= Alargado 4= Aislado que tiende a lo geométrico/cuadrado 5= Mixto que tiende a lo geométrico/cuadrado 6= Parcialmente c simétrico: (forman una (A ‘O cruz con sus lados O o (A O 3 cercanos a los 45°) O u JO (0o .0 'ü 7= Simétrico: (forman O. E Jtñ (A (A o una cruz con sus lados d) d> 'B ■B O) d> cercanos a los 90° 0) CA tA ■o •o O d> c dejando un patio c o c 'O d) 2 geométrico) L_ -o (0 (0 TD 1 = Sin acceso 1 = Acceso restringido: 0- CO ■o •o T3 re 2 = Acceso parcial re 10% CO 2 2 c 3 = Abierta 2 = Acceso parcial: 11 -50% Í2 ’Jñ 5 o ¡A ‘55 3 = Abierta: +51% o d> d) o o o o 8.3 (valor continuo) o 8.3 (valor continuo) 'Oc < < o 'to 1= Poco visible o no 1= Poco visible o no visible o -Q "O jo -o Q. (A (O re visible. (0-24%). 5 1 2= Medianamente visible I i

77 3= Muy visible 2= Medianamente visibles (25%-49%). 3= Muy visible (Más del 50%). 8.3 (valor continuo) 8.3 (valor continuo) 0-100 (variable 0-100 (variable .2 dependiente) 3 dependiente) k_O" re O Jerarquía Variables Cualitativas Planificación Patios Plazas > Categ Variable Parámetros Variable Parámetros Plazas Z 0 orías Cantidad y ubicación de HS= Habitacional Simétrico las estructuras H= Habitacional no simétrico EG= Estructuras de 8 » w c £ o Guachimontón o c G= Guachimontón 8 -S 2 « JP= Juego de Pelota o 8 § o s= o ‘c "O *- o 2 P= Plaza 'O LU O Valor nominal O o Valor nominal 0o •M 1 Patio Cantidad y ubicación de los 3 O"1— 2 Área Verde elementos CO 3 Camino ‘uo ro 4 Plaza 0)c 5 Guachimontones c> Elementos Elementos circundantes circundantes Valor nominal Valor nominal 1 Cerrado 1= Plazas centrales 2 Parcialmente cerrado abiertas 3 Parcialmente abierto 2= Plazas centrales c 4 Abierto parcialmente abiertas 'O “co ra o 'o O N 3= Plazas centrales (0 re re N C/íQ. o. a cerradas estructuras re 0 0 0 ■o__ c ■O ■o 4= Plazas centrales ‘O o co -t—< o cerradas por conjuntos C/> 0 a a LU Q_ l - Valor ordinal H Valor ordinal

Los análisis se realizaron en su totalidad usando el software de mapeo ESRI

ArcMap 10.3, con base en la información cartográfica proveniente de recorridos de

78 superficie para el mapeo de Los Guachimontones (Heredia et al. 2013; Heredia y

Sumano 2016), así como la información vectorial producto del levantamiento topográfico en curvas equidistantes de 1m contenidas en el anexo del informe de los trabajos arqueológicos previos en Los Guachimontones (Weigand y Esparza 2008).

El mapa que realizó el equipo encabezado por Heredia (Heredia et al. 2013), consistió en un levantamiento cartográfico que combinó el dibujo mediante puntos y líneas UTM, con un equipo GPS Trimble GEO XM de alta precisión y con correcciones en tiempo real, esta última técnica apoyada con puntos georreferenciados hechos con el mismo equipo. La precisión del GPS es de hasta 10cm en sus mediciones, para el levantamiento se usó la técnica de recorrido de superficie por cubrimiento total, con un equipo de prospectantes que caminan en líneas paralelas (10 a 25m), al localizar un rasgo arqueológico se registró y mapeó en detalle (Heredia et al. 2013).

El resultado es una planimetría altamente precisa de lo que es posible observar en superficie. La información fue facilitada por Heredia en archivos de extensión .shp, con información adicional de polígonos por temporalidades y puntos con cerámica diagnóstica asociada17. El mapa contiene información que separa, por un lado, estructuras, plataformas, cabezales y patios hundidos, todas dibujadas en polígonos18.

17 Se tomaron en cuenta para este trabajo solo las estructuras dibujadas que tuvieran asociados materiales cerámicos del periodo Formativo Tardío y Clásico Temprano, adicionalmente se suprimieron algunas edificaciones debido a que sus características formales corresponden a otros periodos, por ejemplo, patios hundidos. Si bien esto no nos garantiza la contemporaneidad de las estructuras si acota el margen de error que pudiera haber en la selección de la muestra (ver Figura 12). 18 Estructuras se refiere a posibles cuartos, plataformas a las edificaciones que sostienen o sirven de base para las estructuras, los cabezales y laterales son las estructuras que conforman los juegos de pelota. 79 Por el otro lado hay “alineamientos”, señalados en poli líneas y que se separan en

alineamientos, banqueta, escalón, estructura, plataforma y terraza.

La información se retomó, se re proyectó (en WGS84 13N) y se integró en una

serie de capas de trabajo. La información vectorial del levantamiento topográfico del

equipo de Weigand y la planimetría de estructuras arqueológicas del equipo de Heredia

fueron las dos partes que permitieron la condición de posibilidad del análisis que aquí

se presenta.

La información fue corroborada en campo y se realizaron observaciones

puntuales con el uso de mapas de mano georreferenciados y el uso de un GPS

£1*867 620067 620667 621067 621567 622067 622567 623067 623567

a Figura 12. Mapa de Los Guachimontones con la nube de puntos de materiales cerámicos. Abajo a la derecha un acercamiento en el que se muestra la asociación de las edificaciones con los restos cerámicos.

80 Magellan explorist 210. También se generó una base de datos con los resultados de la etapa previa y se completó la nube de puntos por temporalidad (Figura 12).

Marco interpretativo

De acuerdo a nuestro marco conceptual, plazas y patios son elementos principales en la vida pública y privada, su distribución se relaciona con la organización sociocultural de un asentamiento como Los Guachimontones, sobre lo cual existen propuestas previas (Beekman 2008a; López Mesías 2011; Weigand 2000).

Las posibilidades que hemos planteado son, que la distribución espacial del entorno construido responda más bien a un patrón en el que las plazas no sean proporcionales a los patios y su distribución sea en torno a un centro claramente definido (un solo sector) y los patios a su vez se distribuyan de manera homogénea en el resto del asentamiento. Es este caso pensaríamos en una organización jerárquica.

En un segundo escenario tenemos la posibilidad de que plazas y patios se agrupan de forma proporcional entre sí, formando conjuntos reconocibles de elementos del entorno construido y al mismo tiempo separados de otros conjuntos similares, asumiendo así una distribución espacial planificada en sectores. De ser así, hablamos más bien de una organización heterárquica.

En la Tabla 4 se resumen ambas posibilidades, asociándolas con su posible patrón de distribución en el asentamiento (hipótesis), enseguida las características que podrían tener los indicadores tanto para plazas, como para patios y que podrían relacionarse con alguna de las hipótesis. También se agrega la forma en cómo podrían observarse las pruebas cualitativas (Thiessen), si respondieran a una organización jerárquica o a una heterárquica (Tabla 4).

81 Ahora bien, si consideramos las posibilidades planteadas aquí, tendríamos que las estrategias de distribución espacial que van de lo público en el centro a lo privado en el exterior nos puede referir una sociedad jerarquizada, con relaciones sociales

Tabla 4. Correlación de propuestas de organización social para la tradición Teuchitlán con los autores proponentes y los indicadores de plazas y patios. Autor Hipótesis Indicadores plazas Indicadores patio cualitativos Distribució -Una plaza principal, -Una proporción Polígonos de n espacial por su tamaño y pequeña de Patios de Thiessen de en un solo ubicación, identificada índices altos. tamaño, forma centro por un índice de -Patios grandes y de y distribución jerarquía índices bajos cercanos a regularen público/privado alto. la plaza principal. torno a un -Plazas con índices -Patios con índices área intermedios, medianos cercanos a las distribuidas de forma plazas intermedias. homogénea en torno a -Patios con índices bajos o la plaza principal y a su en las periferias del o o vez rodeadas por asentamiento. patios de índices bajos. JC0 "O ^ ; c -Una distribución E co concéntrica con la Cü D) <1) :; >0 plaza principal al “3 : > centro. Distribució -Plazas agrupadas de Patios agrupados de Distintas n espacial forma proporcional en forma proporcional en concentración ^ en conjuntos. conjuntos. es de «o distintos -Plazas con índices Patios con índices altos polígonos de ro sectores altos serían más de estarían repartidos en Thiessen, con «=O una y se repartirían todo el asentamiento y distintos CD alternadamente en los asociados a plazas con patrones de distintos sectores. índices bajo e forma y Un numero equilibrado intermedios. tamaño. de plazas con índices -Patios con índices o CM medios y patios por medios, repartidos de

82 verticales, tal y como como lo demuestran diversos trabajos en Mesoamérica (Andrews

y Geraldine 1995; Cowgill 2004; Healan 2012; Hirth 1984; Smith 2016). Sociedades con

equidad competitiva (Flanagan 1989:257)19, es decir aquellas cuyas relaciones sociales

son predominantemente horizontales tienden a estrategias de distribución en donde se

privilegia la posición del household (cfr. Keating 2000; Toren 1990), en donde el orden

de lo público al centro no tiene que ser la ubicación predominante.

Los resultados obtenidos en el presente trabajo, pueden asociarse con una

organización social que combina relaciones verticales y horizontales. Los elementos

que tendríamos para analizarlo son, por un lado, el índice de jerarquía, el cual es una

variable dependiente, la cual es medida en términos ordinales y que evalúa el carácter

público-privado de un espacio. Por otro lado, la posible estandarización del inventario

construido (cfr. Smith 2007), observada a través de variables cualitativas y visualizadas

en la interpretación de la dispersión de los polígonos de Thiessen. De este modo, los

patrones de disposición de lo público y lo privado en distintas escalas se relacionan con

estrategias verticales de poder, como la preferencia de colocar al centro lo público, y

estrategias horizontales, como puede ser la no centralidad del espacio público.

La identificación de lugares más plenamente públicos o privados está en función

del índice principal de jerarquía, valores bajos nos mostrarían lugares más privados,

mientras que valores altos se referirían a lugares más públicos. Los polígonos de

Thiessen nos permiten contrastar esta información, ya que espacios más públicos se

mostrarían en polígonos más grandes y polígonos pequeños y muy cercanos se

19 Keating (2000:306) ejemplifica la equidad competitiva, señalando la importancia de tres ciudades distintas: una puede poseer importancia militar, otra administrativa y otra religiosa, pero ninguna está necesariamente sobre la otra pues cada una sirve a propósitos distintos. 83 referiría a lugares más privados. Los rangos del índice de jerarquía se definen en función de los valores totales de la muestra, ya que los valores medios son los que se ubican en el rango entre la media aritmética y el promedio.

Esto se puede expresar gráficamente en mapas de densidades, asignándole un color a lo preferentemente público y otro a lo privado, las interpretaciones de la distribución de estos índices se pueden relacionar a una forma de comunicación no verbal (Rapoport 1969) que corresponde a una forma de organización sociocultural.

Como lo muestra Hirth (1984), patrones de centralidad en la distribución espacial, se asocian a organizaciones socioculturales que tienden a centralizar el poder y las decisiones en grupos pequeños y que en nuestro caso podemos asociar con la propuesta de Weigand (2000) de una sociedad altamente jerarquizada.

Aquí hemos considerado, a manera de hipótesis, que este no sería el patrón predominante en Los Guachimontones, sino más bien tendríamos una distribución espacial de lo público repartido de manera más homogénea en todo el asentamiento.

Plazas muy públicas (principales) estarían en asociación a patios con índice público bajo, a manera de núcleo de un sector (guachimontón junto a cuatriformes). Esto tendría un orden inverso hacia los posibles sectores circundantes, con plazas de

índices medios y bajos, rodeadas de patios de índices públicos altos, conformando posibles sectores diferenciados tal vez por linajes (cfr. Beekman 2008a, 2008b). En la siguiente imagen (Figura 13), se muestra la manera en que esperamos que se distribuyan los índices de lo público/privado en Los Guachimontones. Las cercanía o alejamiento a esta expectativa es lo que interpretaremos como más cercano o lejano a un tipo de organización sociocultural.

84 Cabe decir que, tanto jerarquía como heterarquía implican relaciones sociales complejas en sentido vertical y horizontal; sin embargo, aquí tratamos de resaltar la posibilidad de observar, desde la distribución espacial de áreas grises, la tendencia de hacia dónde se inclinan las relaciones socioculturales, y en dónde lo vertical apunta más a lo jerárquico y lo horizontal a lo heterárquico.

Aquí hemos asumido que esa tendencia debería ser hacia las relaciones horizontales en las periferias y vertical en el centro del asentamiento, asemejándolo en una escala distinta a lo que Beekman (2008a, 2008b) plantea para la Región Valles en general20. Patios más públicos

* Plazas más privadas Patios más públicos

> Patios más públicos » Plazas más privadas

Patios más privados Patios más públicos Plazas más privadas

Patios más públicos

Patios con índices de Plazas con índices de Patios con índices Plazas con índices de jerarquía altos (más jerarquía altos (más de jerarquía bajos jerarquía medios y bajos públicos) públicos) (más privados) (más privadas) -Patios -Plazas principales -Patios -Plazas secundarias que son alargados/irregulares, con -Conjuntos cuatriformes, limitadas por unidades gran cantidad de cuartos guachimontón posible élite habitacionales. Posibles sectores Figura 13. Distribución espacial esperada de áreas grises.

20 Como lo han señalado diversos autores (Crumley 1986; Flanagan 1989; Keating 2000; Toren 1990), la presencia de relaciones de poder heterárquicas no implica la exclusión de relaciones jerárquicas y viceversa. De hecho, López Mestas (2011) señala que la presencia de tumbas de tiro, muestran sociedades cuya organización implica relaciones verticales de poder. Sin embargo, esto no sería necesariamente el reflejo de una sociedad estatal (cfr. Weigand 2000), sino más bien de una sociedad estratificada. 85 Plazas

Identificando plazas en Los Guachimontones

Debido a la falta de referencias específicas a plazas y patios en Los

Guachimontones, así como la desatención general en la arqueología a los espacios abiertos, se ha planteado la necesidad de construir los parámetros para identificar a las plazas y a los patios. A continuación, se presenta la información generada para este fin, detallándose los métodos usados para cada caso, así como los datos obtenidos.

La exposición se hace en el mismo orden que se siguió en el llenado de la base de datos, primero las variables cuantitativas independientes (dimensiones, patrón de distribución, accesibilidad y visibilidad), luego la variable dependiente (índice de jerarquía de lo público/privado), finalmente las variables cualitativas (que sirven para falsear y afinar la propuesta). El proceso no fue lineal, y en todos los casos se regresaba constantemente a las distintas variables. La construcción de la información se realizó simultáneamente tanto para las plazas como para los patios, aunque aquí se separan con fines de lógica narrativa.

Dimensiones

Se refiere a la cantidad de espacio que ocupa un área gris medida en metros, con ella se cuantifica la categoría de “formalidad y monumentalidad” propuesta por

Smith (2007). Para medir las dimensiones de un espacio y compararlo, Fargher et al.

(2014) proponen una escala para el tamaño de las plazas (en su caso de estudio

Beekman (2008a) relaciona las mismas tumbas de tito con estrategias excluyentes, dentro de una dinámica más tendiente a lo corporativo. Por lo tanto, no debería ser extraño encontrar estrategias verticales y horizontales alternadas en la distribución de áreas grises en Los Guachimontones. 86 enfocado a generar variables ordinales de qué tan pública es una plaza). En su investigación, refieren que las plazas pequeñas son menores de 700m2, las medianas entre 700 -2500m2, y las grandes serían mayores a 2500m2.

La clasificación por tamaño de las plazas la hemos asociado aquí con la diferencia en escalas de la distribución espacial del entorno construido y en donde las plazas grandes se podrían relacionar con las plazas centrales del asentamiento, las medianas con las plazas secundarias, mientras que las plazas chicas se asimilan como las plazas domésticas o plazas “privadas”.

Las dimensiones se tomaron en metros cuadrados (área) y en metros lineales

(perímetro). Una vez delimitados ambos espacios en el programa ArcMap, se calculó el

área mediante el uso de la herramienta “calcúlate geometry”. En algunos casos se corroboraron las mediciones mediante la función “measure” que permite calcular el tamaño (tanto área como perímetro) de manera manual, ya que en el proceso de dibujo pudo haber algún error, por ejemplo, en algunos casos se trazó el contorno de una plaza, pero esta tenía una estructura interior, cuyo tamaño debe ser descontado del

área total de la plaza. Los resultados están contenidos en las Tablas 5 y 6.

Patrón de Distribución

El patrón de distribución se refiere a la forma repetida en que las edificaciones se agrupan alrededor de un área gris y que dan una distribución de estas áreas en formas reconocibles (Stark 2015). Se dibujaron los contornos tomando en cuenta las edificaciones circundantes, dando como resultado tres patrones de distribución: (1) irregular, (2) geométrico (cuadrado-rectangular) y (3) circular.

87 El patrón irregular es el más difícil de observar y por tanto también de definir, esto si tomamos en cuenta que las plazas de patrón geométrico (cuadrada o rectangular) han sido definidas y asociadas como parte integral del urbanismo mesoamericano (Arancón 1992; Heyden y Gendrop 1973; Hirth 1984; Inomata 2014) y que las plazas circulares (llamadas a veces patios o a veces plazas) alrededor de la pirámide circular en un guachimontón también han sido conceptualizadas como características de la tradición Teuchitlán (Weigand 1993) (Figura 14).

Figura 14. Ejemplos de los distintos patrones de distribución en las plazas (1) irregular, (2) geométrico, (3) circular.

8 8 Accesibilidad

Para las plazas tenemos que el acceso restringido (entendido como la presencia

de edificaciones que impiden el paso al área gris), se definió a partir del perímetro total

de la plaza menos el perímetro de las edificaciones circundantes. Fargher et al. (2014) tienen una propuesta para la clasificación de acceso a plazas, en donde se parte del

supuesto de que el carácter público de las plazas las hace más accesibles que los

patios. Se retoma esta clasificación para evaluar la cercanía de las plazas con los caminos. El resultado es un parámetro con tres niveles de restricción al acceso: (1) restringido va de 0 al 10%, (2) parcial va del 11 al 50% y (3) abierto que sería mayor al

51%. El valor continuo de estos parámetros es en función ascendente de su carácter público.

Para medir la accesibilidad en las plazas se utilizó la herramienta “measure” para contabilizar cada porción del espacio abierto (el área que da hacia la plaza en la que no existen edificaciones). Una vez que se tenía la dimensión total del perímetro de la plaza

(obtenido de manera automática mediante la opción “calcúlate geometry”), se convertía a promedios. Luego se le anotaba manualmente la suma del perímetro colindante de las edificaciones, enseguida se le aplicó una fórmula -regla de tres- y se obtuvo una cifra en porcentaje para el espacio ocupado por edificaciones. Este resultado era restado al perímetro total, obteniendo así una medida en metros (para más detalles véase anexo 3).

Visibilidad

Diversos autores coinciden en que una manera de medir la restricción de un espacio es a partir del acceso visual a este (Bermejo 2009; Chatford 2007; Criado-

89 Boado 1995; Figuerero et al. 2013; González 2001; Parcero y González 2007; Smith

2007); acceso visual y posibilidad de observar son considerados los elementos de la intervisibilización (Criado-Boado 1999:9). Hay dos formas principales en las que han entendido la intervisibilidad: visibilidad (inward viewshed) y visibilización (outward viewshed), ambas se refieren a la capacidad de la percepción visual de un área determinada ya sea desde esa área hacia el exterior (visibilidad), como del exterior hacia el punto referido (visibilización).

De acuerdo a Parcero (2009), los conjuntos habitacionales de no élite tienden a tener poca capacidad de visibilidad y una alta visibilización. Por el contrario, edificios públicos deberían buscar ser vistos constantemente y desde distintos ángulos. Esto nos ayuda a identificar la intención de generar espacios más públicos o bien más privados, ordenando la distribución de las construcciones en Los Guachimontones, usando la topografía y modificándola, en caso de ser necesario, para obtener estas diferencias. La visibilidad se puede medir a partir de la herramienta SIG “viewshed”.

La medición de la visibilidad se hizo a partir del área total de la cuenca visual.

Esta prueba fue hecha en términos relativos; es decir, se toma la totalidad de las pruebas y el rango de las áreas. Lo que se obtiene es un continuo de colores que

Figura 15. Ejemplo de la categoría 3 “poco visible”; izquierda un patio, derecha una plaza. El color verde representa el área visible, mientras que el rosa el área no visible. 90 muestra lo que es posible ver y lo que no es posible ver. Los parámetros establecidos corresponden a contabilizar el total del espacio estudiado.

Se consideraron los parámetros del 1 al 3, en donde la relación de valores y visibilización es la siguiente: (1) poco visible corresponde a un rango de capacidad visual menor al 25% del área estudiada; (2) medianamente visible corresponde a un rango de capacidad visual de entre el 26%-51% del área estudiada; (3) muy visible corresponde a un rango de capacidad visual mayor al 50% del área estudiada. Los valores asignados fueron los mismos tanto para plazas como para patios.

Para obtener la visibilización fue similar para plazas y para patios. En primer lugar, se cargaron los modelos de elevación digital y sombreado digital, previamente creados, luego se cargan las capas de estructuras, patios y plazas. Ya con el archivo de puntos se corre los análisis “visibility". El resultado es una capa con las cuencas visuales. Posteriormente se analizó cada patio y plaza para determinar el valor que le correspondía (Figura 15).

Jerarquía

Jerarquía se refiere al conjunto de pruebas que establecen qué tan pública o qué tan privada es un área gris en función de su dimensión, accesibilidad, visibilidad y patrón de distribución. Estas cuatro variables se consideran independientes pues el valor obtenido está solo en función del parámetro establecido y el aparato de medición.

El resultado es una variable dependiente de valor continuo que clasifica en orden progresivo (0 a 100); qué tan público o qué tan privado tienden a ser los espacios estudiados en función de la totalidad de la muestra. Es decir, son valores relativos obtenidos de la comparación interna y servirían como un primer modelo de

91 contrastación para establecer la “la disposición coordinada de edificios y espacios”

(Smith 2007).

La jerarquización, al ser ponderada con las variables cualitativas, también nos permite identificar cuántos conjuntos, de qué orden existen en el sitio, si se repiten, cuántas ocasiones y en dónde se concentra cada nivel. La asociación de distintas variables también nos puede señalar más objetivamente, y sin necesidad de excavar, una distinción entre áreas habitacionales de alto estatus y las que no lo son.

Para obtener la jerarquía se dividió el total entre las cuatro variables usadas, esto nos dio un valor ordinal general de 25 (es decir 100/4=25). Luego ese valor general de

25 se divide entre el número de parámetros para cada variable. Por ejemplo, si tenemos tres posibilidades el valor sería 8.33 (25/3=8.33) para valores bajos, 16.66 (8.33x2) para valores medios, y 25 (8.33x3) para valores altos. El procedimiento para la obtención de

los valores fue la misma en plazas y patios.

Variables cualitativas

Las edificaciones circundantes y el tipo de plazas/patios corresponde a valores

cualitativos. Es decir, que sus características no pueden ser cuantificadas o medidas en

términos matemáticos. Por lo tanto, lo que se evalúa son las cualidades de cada

variable, estas pueden ser ordinales (en un orden progresivo establecido por el autor) o

nominales (no se les puede asignar un orden específico).

El espacio vacío se define por lo que está edificado a su alrededor (Stark 2015).

En Mesoamérica tenemos una distribución de plazas regularmente rodeadas por

edificaciones de orden administrativo (palacios, oficinas), religiosos (pirámides),

comerciales (otras plazas), edificios de control o ejercicio del poder (conjuntos

92 habitacionales de élite o corporaciones militares-religiosas) (Arancón 1992), o incluso

áreas productivas (áreas verdes) (Stark 2015). Por otro lado, las áreas privadas son preferentemente rodeadas de áreas habitacionales (cuartos o habitaciones sencillas) y

áreas productivas o de recreo (Fargher et al. 2014). y en donde plazas y patios son los epicentros de estos conjuntos.

A estos conjuntos se les aplicó la prueba SIG del polígono de Thiessen, la cual sirvió como medida de resistencia que permite validar la fiabilidad de las pruebas cuantitativas. El Polígono de Thiessen o Diagrama de Voroni, consiste en una interpolación con base en distancias euclidianas, se crean al unir puntos entre sí a partir de un centroide (punto medio de la unidad de análisis cualitativo), trazando las mediatrices de los segmentos de unión. Las intersecciones de estas mediatrices determinan una serie de polígonos en un espacio bidimensional alrededor de un conjunto de puntos de control (en nuestro caso plazas y patios), de manera que el perímetro de los polígonos generados sea equidistante a los puntos vecinos y designan su área de influencia (Drysdale 1993). Esto se hizo a través de la plataforma ESRI Arc-

Map 10.3. con la herramienta “Thiessen”. Esta herramienta es conocida y aplicada en arqueología, tanto en contextos prehistóricos como modernos (Araneda 2002;

Berenjeno Domínguez 2001; Bermejo 2009; Murrieta-Flores 2009; Renfrew 1976).

Por otro lado, las “edificaciones circundantes” busca resolver la categoría de

“inventario arquitectónico”, que a su vez es parte de la “estandarización” del entorno construido (Smíth 2007), aunque cabe señalar que en este trabajo lo estamos aplicando a una escala menor a la propuesta original del autor (quién lo plantea en términos de inventario total de las construcciones frente al área total del asentamiento). Aquí

93 tenemos indicadores distintos para plazas y para patios, además de dos niveles de análisis para cada área gris.

Las plazas se dividen en conjuntos y elementos circundantes. Los primeros se refieren a posibles grupos de estructuras de tipo: habitacional simétrico (HS), habitacional no simétrico (H), estructuras de guachimontón (EG), guachimontón (G), juego de pelota (JP) y plaza (P). Para el caso de los elementos circundantes se consignan la cantidad y ubicación de edificaciones, esto debido a su amplia variabilidad.

Las plazas pueden estar delimitadas parcialmente por estructuras individuales, muchas veces éstas forman parte de un conjunto habitacional, por ejemplo, la delimitación en la plaza número 32 al Noreste de Los Guachimontones (Figura 16). Ahí tenemos un área gris que está contenida en cerca del 70% de su perímetro por la

inclinación de terreno, la cual esta apuntalada con varios alineamientos, dejando tres

secciones sin esta diferencia en la inclinación del terreno, dos de ellas ocupadas por

conjuntos habitacionales y una tercera que hace las veces de acceso a la plaza. Los

Figura 16. Plaza 32, se resaltan las estructuras individuales que limitan la plaza

94 dos conjuntos habitacionales alrededor, separan la plaza de sus respectivos patios a través de estructuras habitacionales individuales. En nuestra base de datos se indica la cantidad y orientación de las estructuras con respecto a la plaza.

En oposición, la misma plaza 32 tiene su límite hacia el norte con tres conjuntos habitacionales que se desplantan sobre la loma del cerro, estas unidades tienen la mayoría de sus estructuras justamente hacia la loma, dejando que sus patios hagan frontera con la plaza.

La manera en que se separaron los distintos espacios, fue tanto la diferencia en la inclinación, como la presencia de un alineamiento que parece señalar una zona liminar entre ambos (ver Figura 16). De este modo, se gráfico la plaza siguiendo distintos tipos de límites: patios, alineamientos, inclinación diferencial del terreno, estructuras individuales y curvas de nivel, todos ellos conceptualizados como

“elementos”.

Las formas específicas que se aprecian en el entorno construido son parte de la intención de “estandarizar” el paisaje, para poder identificarlo es necesario hacer una clasificación del “patrón de distribución” (Smith 2007). En nuestro caso, la hemos hecho a partir de los tipos de plazas, se decidió que lo que habría que medir en cuanto al tipo es la centralidad del área gris analizada (ver Tabla 15 en Anexo).

Se recurre nuevamente al trabajo de Fargher et al. (2014), quienes consideran los siguientes órdenes para las plazas: (1) plazas centrales abiertas: son regularmente muy accesibles y conectadas a los sistemas de caminos públicos; (2) plazas centrales parcialmente abiertas: tienen acceso limitado a la red de caminos, los palacios y tumbas se encuentran cerca o a lo largo de las plazas; (3) plazas centrales cerradas por estructuras "tipo-patio", son aquellas que se tratan como el espacio privado de los

95 gobernantes y sus linajes (palacios y tumbas forman los límites de estos espacios), nosotros agregamos a esta propuesta la opción (4) plazas centrales cerrada por conjuntos. La ubicación central de las plazas, nos ayuda a visualizar posibles separaciones en sectores, entendiendo que los parámetros de Fargher et al. (2014) son propuestos para la Tlaxcala del Posclásico.

Resultados de las plazas

A partir de identificar las plazas, ahora estamos en la posibilidad de describir la distribución de estas en el asentamiento, en la Tabla 5 se presentan los datos generados para las plazas de Los Guachimontones. La información está ordenada ascendentemente de acuerdo al número arbitrario asignado a cada plaza y se divide en dos bloques, variables cuantitativas y variables cualitativas.

En la primera columna se agrupa la información de las dimensiones, separada en el parámetro asignado, la medida en m2 y el valor continuo. La segunda columna consigna el patrón de distribución, dividida en el parámetro asignado y el valor continuo.

La accesibilidad es la tercera columna, la cual se divide en el parámetro asignado, el porcentaje de área abierta y el valor continuo. La cuarta columna contiene la información de la visibilidad, dividida en el parámetro asignado y el valor continuo. La

última columna del primer bloque consiste en el valor ordinal de la jerarquía del índice público/privado, este último dato se obtuvo sumando los valores ordinales de las cuatro variables anteriores, a través de la fórmula de suma de Microsoft Excel.

El segundo bloque contiene la información de las variables cualitativas, en la primera columna están los conjuntos circundantes, dividido en el número de conjuntos,

96 el número de elemento asignado en nuestra base de datos y el tipo de conjunto. La segunda columna consigna los elementos circundantes dividido en el número de elementos (junto con su ubicación cardinal) y la suma de estos elementos. Finalmente, la tercera columna contiene el tipo de plaza de acuerdo a la categoría asignada.

A continuación, se analizan los datos contenidos en la Tabla 5, iniciando por las dimensiones, que son la variable más comúnmente usada es el estudio del entorno construido y su relación con la organización espacial. Una primera diferencia entre los Tabla 5. Resultados de las mediciones para patios.

Variables Cuantitativas Variables caulitativas

Dimensiones # P laza Patrón de Distribud Accesibilidad visibilidad Jerarquía # Conjuntos Circundantes elem entos circunda Tipo de pl Paré me Parám et Parám et Parámet m2 Ordinal tro ro Ordinal ro % Ordinal ro Ordinal # Fid tipo Suma Suma Categoría 1 2 2156 16,66 2 16,7 3 81 25,0 3 25,0 83,3 2 pOH, p lF AISLADA N 645, O 644 3 2 2 3 5208 24,99 1 8,3 3 94 25,0 1 8,3 66,6 3 H, EG, G CENTRAL O 700, S 639, 4 2 3 2 1179 16,66 3 25,0 2 38 16,7 1 8,3 66,6 7 G Circulo 5 N74,O708,73 8 3 4 2 1044 16,66 3 25,0 2 42 16,7 2 16,7 75,0 7 G circulo 6 N336,63,062 8 3 5 2 887 16,66 3 25,0 1 32 8,3 3 25,0 75,0 7 G Circulo 4 N709,O53,52 8 3 6 3 4757 24,99 3 25,0 1 24 8,3 2 16,7 75,0 7 G Circulo 1 N58,15,14,0 11 3 7 3 2665 24,99 3 25,0 1 23 8,3 2 16,7 75,0 7 G Circulo 2 N32,30,028, 10 3 8 2 1440 16,66 ' 3 25,0 1 19 8,3 1 8,3 58,3 7 G Circulo 3 N33,048,46, 8 3 9 2 1299 16,66 3 25,0 2 43 16,7 1 8,3 66,6 7 G Circulo 7 N718,0717,8 8 3 10 2 1164 16,66 3 25,0 2 40 16,7 2 16,7 75,0 7 G Circulo 8 N84,O91,90, 8 3 11 3 5208 24,99 1 8,3 3 74 25,0 2 16,7 75,0 4 140,141,1 LA GRAN PLA N6,8,056,20, 9 4 12 1 494 8,33 3 25,0 2 44 16,7 3 25,0 75,0 7 G Circulo 10 N97,098,99, 8 3 13 i 619 8,33 2 16,7 2 75 16,7 2 16,7 58,3 0 AISLADA N687,E686 2 2 14 2 1983 16,66 3 25,0 1 32 8,3 1 8,3 58,3 7 G Circulo A N125,0124,1 8 3 15 2 1142 16,66 3 25,0 2 44 16,7 3 25,0 83,3 7 G CIRCULAR N732,733,07 8 3 16 1 317 8,33 3 25,0 2 39 16,7 3 25,0 75,0 7 G CIRCULAR N160,0730,1 8 3 17 3 6692 24,99 1 8,3 3 71 25,0 2 16,7 75,0 4 HS,G,G,H CENTRAL 0177,178,161 8 4 18 2 1457 16,66 1 8,3 1 24 8,3 3 25,0 58,3 7 JP,G,HS,G NODO 0142,125, SI 9 4 19 1 662 8,33 3 25,0 2 58 16,7 2 16,7 66,6 7 G CIRCULAR 0735,736,73 6 3 20 1 671 8,33 3 25,0 2 52 16,7 2 16,7 66,6 7 G CIRCULAR 0378,377,S3 9 3 21 1 317 8,33 1 8,3 1 14 8,3 2 16,7 41,7 3 H,H,G ALARGADA 0370,S749,4I 6 1 22 1 542 8,33 1 8,3 1 11 8,3 1 8,3 33,3 5 HS,H,G,H, NODO 0739,372,S3 11 4 23 2 685 16,66 1 8,3 1 16 8,3 1 8,3 41,7 2 HS,H ALARGADA E415,417,41* 5 1 24 2 1134 16,66 3 25,0 1 20 8,3 2 16,7 66,6 4 H,HS,HS,h ALARGADA S427,741,42í 5 1 25 2 873 16,66 1 8,3 1 32 8,3 3 25,0 58,3 4 H,H,H,H ALARGADA N353 1 1 26 1 312 8,33 3 25,0 2 41 16,7 2 16,7 66,6 7 G CIRCULAR E459,457,S4í 7 3 27 1 528 8,33 1 8,3 1 23 8,3 1 8,3 33,3 2 H,G NODO 0475,E456,N 3 1 28 . 3 3086 24,99 1 8,3 1 29 8,3 2 16,7 58,3 6 g , hs, h , h ; NODO 0523,525,52 11 4 29 2 1561 16,66 3 25,0 1 28 8,3 1 8,3 58,3 7 G CIRCULAR 0537,535,53 10 3 30 3 3990 24,99 1 8,3 3 63 25,0 2 16,7 75,0 6 H,HS,H,H5 CENTRAL 0594,591,58 11 2 31 3 7327 24,99 1 8,3 2 54 16,7 2 16,7 66,6 2 H,H CENTRAL S620,621,62: 3 2 32 2 2140 16,66 1 8,3 1 15 8,3 2 16,7 50,0 3 H,H,H,H ALARGADA E496,S495,4Í 11 1 33 2 4561 16,66 2 16,7 2 51 16,7 2 16,7 66,6 4 H,H,H,HS la joyita E299,707, N3 5 2 34 1 932 8,33 2 16,7 1 3 8,3 1 8,3 41,7 3 G,G,G, JP N50,032,34, 8 3 35 3 15805 24,99 1 8,3 2 53 16,7 2 16,7 66,6 6 G,HS,G,G, CENTRAL N712,713,71 11 4 36 2 2077 16,66 3 25,0 2 60 16,7 1 8,3 66,6 2 G,INDEFIf CENTRAL N736,734,18 3 2 37 3 16518 24,99 1 8,3 3 71 25,0 2 16,7 75,0 7 G,G CENTRAL 0716,80,82, 10 4 38 2 1661 16,66 2 16,7 3 72 25,0 2 16,7 75,0 2 G,H ALARGADA S53,709,710, 5 2 39 3 3163 24,99 3 25,0 3 92 25,0 1 8,3 83,3 7 G CIRCULAR E637,697,S6‘ 4 3 97 espacios públicos y privados está dada en relación a sus dimensiones. Smith (2007) relaciona la cantidad de entorno construido con el nivel de planificación de un asentamiento, la cual, si bien no es directamente proporcional al tipo de organización sociocultural, sí refleja la intencionalidad y necesidades de los constructores21.

Para el caso de Los Guachimontones tenemos que el área total del sitio para la ocupación formativa es de 3,658,303m2, mientras que el área edificada (incluyendo edificaciones y áreas grises) es de 948,001 m2, de los cuales 108251 m2 son plazas,

32480m2 patios, 37174m2 estructuras y 770096m son de alineamientos22. De acuerdo a estos resultados, en Los Guachimontones el 26% del área ocupada tiene construcciones (esto sin tomar en cuenta las áreas verdes todavía no identificadas, lo cual podría incrementar considerablemente el porcentaje). Esto resulta relativamente alto, tomando en cuenta la gran cantidad de espacio ocupado por zonas con inclinaciones muy abruptas. Así la idea de que la ubicación de un asentamiento es el producto de una elección racional con una percepción simbólica (Rapoport 1969; Tilley

1994:5), empieza a cobrar sentido.

Lo anterior es en función del total de las dimensiones del entorno construido. En cuanto a las plazas, tenemos que Fargher et al. (2014) resaltan la relación que tienen las dimensiones de plazas, como factor para determinar una serie de funciones de

21 Esto implica que no existe una relación directamente proporcional entre mayores dimensiones y mayor complejidad o una organización sociocultural más “sofisticada” o evolucionada, pero sí que el tamaño del entorno construido está en función de lo que los constructores y usuario requieren para satisfacer las necesidades producto de su organización social, o bien direccionar/propiciar esas necesidades, los “Push” o tirones que menciona Rapoport (2003), de esta manera la dimensión es uno de los elementos para tomar en cuenta en la relación distribución espacial-organización sociocultural, no el único ni el más importante (Smith 2007). 22 La información es tomada de Heredia y Sumano (2016), el conteo y agrupación son del autor. 98 orden administrativo, ritual o doméstico, dada la condición de los espacios públicos

como arena de la acción colectiva. Por ejemplo, la relación que existe entre la

necesidad de áreas abiertas amplias (en función de rituales colectivos incluyentes) y la

reciprocidad de los gobernantes hacia sus contribuyentes, lo que permitiría usar las

dimensiones como un factor para este tipo de análisis.

Se dibujaron un total de 39 plazas, con un tamaño promedio de 2776m2. De

estas 10 corresponden a pequeños (menores a 700m2), 19 a medianas (700-2500m2) y

10 a grandes (más de 2500m2). En la siguiente gráfica podemos apreciar que son las

plazas 35 y 37 las de mayores dimensiones (contiguas hacia ambos lados de los

Círculos 1, 2, 3 y el Juego de Pelota 1) (Figura 17). También nos muestra cómo las

plazas de tamaño grande sobresalen del resto, en lo puede corresponder a plazas

centrales (Tabla 5).

Los resultados nos muestran una proporción de casi 2 a 1 de las plazas

medianas frente a las pequeñas y grandes, esto nos indica que existe una cierta

proporción entre las dimensiones propuestas. Ahora bien, hay que tomar en cuenta que

las plazas 35 y 37 están muy por encima del promedio (ver Tabla 5), si estas dos plazas

Plaza 35= 15805m2 M2 Dimensiones plazas 3 plaza 37= I65i8m2

Figura 17. Gráfica que muestra las dimensiones de las plazas ordenadas por las categorías propuestas, se agrupan en color verde las plazas pequeñas, en amarillo las medianas y en rojo las grandes.

99 mantienen niveles altos en la jerarquía podríamos estar ante las plazas principales del

asentamiento (ambas se encuentran asociadas a los conjuntos circulares más

grandes). Las plazas 17 y 31 también se alejan del promedio significativamente23, lo

cual puede llevarnos a pensar en que el tamaño de las plazas intermedias no debería

ser mayor a 5200m2, recordando la importancia de las plazas intermedias (cfr. Fargher

et al. 2014).

Por su parte, los resultados del patrón de distribución nos muestran que casi la

mitad de las plazas son circulares (49%), mientras que el patrón geométrico es el de

menor proporción (14%), lo cual resulta importante pues esta última es la forma

predilecta en el resto de Mesoamérica. Por su parte, la forma irregular representa el

36% (Tabla 6).

CZ3 3 Abierta Porcentaje Accesibilidad plazas % 2 Acceso parcial J 1 11 1 Acceso restringido

Figura 18. Gráfica que muestra la accesibilidad de las plazas, ordenadas por porcentaje.

23 Estas dos plazas presentaron problemas en su medición. La plaza 17 tiene una ocupación posterior a manera de tres patios hundidos, los cuales no permiten observar con claridad su real dimensión, si hubiera estructuras previas en el área de esos patios el tamaño se reduciría a menos de 5000m2. Por su parte la plaza 31 tiene una serie de alineamiento que no fue posible definir si eran parte del sistema constructivo o vestigios de estructuras, al restar ese espacio las dimensiones también están por debajo de los 5000m2. 100 En cuanto a la accesibilidad tenemos que, la mayoría de las plazas en Los

Guachimontones son de acceso restringido (categoría 1) con 16 ejemplos, mientras que las de acceso parcial (categoría 2) fueron 14, y las plazas abiertas (categoría 3) solo 9 plazas. En la Figura 18 se muestra que solo 8 plazas rebasan el 70% de apertura y 7 las que están por debajo del 20% de apertura, apuntando que el valor más bajo de la gráfica, 3% (plaza 34) corresponde a la cancha del Juego de Pelota 1. Esto parece señalarnos el carácter restrictivo del acceso a la celebración, evidenciando que la limitación es al acceso no a la celebración misma (Figura 18).

Dentro de las mismas plazas se hizo una distinción con la forma más reconocible de estas; los guachimontones, esto con la intención de saber si tienen un comportamiento distinto al del resto de las plazas. Para ello se usaron los indicadores en ordinal, ya que permite patrones de comparación más certeros y ya ponderados. De acuerdo a esta información, los guachimontones son más restringidos que el resto de las plazas, pero ambos están cercanos. Si comparamos estos números con el indicador similar para patios tendríamos una idea de la diferencia (Figura 19).

Comparativo accesibilidad (%)

Figura 19. Gráfica comparativa de porcentajes relativos entre el acceso a plazas (en general) y guachimontones.

101 Por otro lado, los resultados de visibilidad para las plazas nos muestran que no son tan visibles como podríamos pensar. Solo el 18% de las plazas son visibles en más de 2/3 del patio o plaza. Por otro lado, la mayoría de las plazas se ubican en la categoría 2 (medianamente visible), y cerca de una tercera parte de las plazas son poco visibles. El análisis al respecto, nos hace pensar que el patrón de distribución de las edificaciones alrededor de las plazas; la forma circular de las plazas y el altar/pirámide central evitan que haya una cuenca visual completa, dando resultados medios y bajos para las plazas circulares (89% entre las categorías 1 y 2 de visibilidad), mientras que las plazas irregulares y geométricas muestran una tendencia a ser más visibilizadas

(85% entre las categorías 2 y 3) (Tabla 6).

Finalmente, en cuanto a la jerarquía tenemos que para obtener el valor continuo

se sumaron los valores de cada variable, una vez hecho esto se creó una “gráfica de

dispersión" la cual muestra una “línea de tendencia”. Esta ubica visualmente los valores

cercanos a la media aritmética y aquellos que tienden a desviarse. Los valores entre la

media y el promedio, se ubicaron como intermedios (59 a 70), los que están por debajo

de este rango (recuadro verde Figura 20) se consideran valores bajos (de 32 a 58),

aquellos por encima se ubican como valores altos (71 a 100) (Figura 20).

En la Tabla 6, presentamos un concentrado de resultados de las distintas

variables que se han propuesto aquí (primera fila). En la segunda fila los parámetros y

en la tercera los resultados (totales y porcentajes).

102 22 23 21 8 14 25 29 2 9 20 26 33 4 6 10 12 17 36 39 1

Figura 20. Gráfica del índice de jerarquía público/privado para plazas, al centro se muestra una línea de tendencia en puntos azules. Nótese como las plazas se dispersan alrededor de esta línea. Abajo se separan los valores bajos en amarillo, los intermedios en verde y los altos en rojo.

103 Tabla 6. Resultados de plazas, obtenidos para las variables cuantitativas Dimensiones 1 Pequeña 2 Mediano 3 Grande Promedio Máxima Mínima 10(22%) 19 (45%) 10 (33%) 2776m2 16518m2 312m2 Patrón de Distribución 1 Irregular 2 Geométrico 3 Circular

15(38%) 6(16%) 18 (46%) Accesibilidad 1 Sin Acceso 2 Acceso parcial 3Abierto 15 (40%) 14(35%) 10 (25%) Visibilidad 1 Poco visible 2 visible 3 muy visible 12(31%) 20 (51%) 7(18%) Jerarquía 1 Bajo 2 Medio 3 Alto (33-57) (58-70) (71-99) ^ t ' ¡-M- * < - 6(16% . 18(46%) 15 (38%)

Análisis espacial

La información generada se plasmó en los siguientes mapas (Figuras 21 y 22),

nos enfocamos únicamente en la jerarquía, debido a que esta es la suma de las cuatro

variables dependientes, y que es en la que permite observar más claramente la

tendencia hacia lo privado o a lo público.

Notamos que la tendencia es que las plazas intermedias (en ocasiones

acompañadas de plazas de jerarquía alta en otras por plazas de jerarquía baja) es a

repartirse de manera equilibrada en las zonas con presencia de edificaciones, es decir

104 Figura 21. Ubicación de plazas por jerarquía. Las plazas de jerarquía baja se aprecian en el extremo superior izquierdo.

no hay una sola concentración, sino por lo menos unas ocho secciones o porciones con

las presencias mencionadas (Figura 21).

Las plazas de valores bajos (en amarillo) se encuentran asociadas en general a

las plazas de valores medios (en verde). Ambas se encuentran repartidas y separadas

entre sí, aunque los valores altos (en rojo) se concentran en el sector nuclear (Figuras

21 y 22).

Al correr la misma prueba con una densidad de patios (se cambiaron los colores con

fines visuales verde por blanco, rojo por negro, amarillo por gris), se pudo apreciar que

en seis de las posibles particiones se traslapan, congregando plazas medias y bajas

con áreas de gran concentración de patios (Figura 22).

Por otro lado, tenemos la representación espacial de las variables cualitativas,

expresadas a través de la prueba de polígonos de Thiessen. Aquí tenemos que en la

105 parte oeste del asentamiento (tomando como referencia el juego de pelota 1 del Sector

Nuclear) (Figura 23) se observan polígonos grandes e irregulares tanto para patios como para plazas. En el sector nuclear hay polígonos medianos y muy regulares en su distribución para las plazas, misma situación que se nota en el caso de los patios

(Figuras 23 y 24). Las regularidades radican en el tamaño constante de un polígono a lo largo de cierto espacio, la presencia de zonas con este tipo de polígonos corresponde al Área Nuclear y Loma Alta.

Se observan cuando menos siete sectores para plazas (Figura 23) y cinco para patios (Figura 35). El primero es al Oeste del sector nuclear, en donde tenemos una plaza de índice alto (guachimontón) y una intermedia. La segunda es la propia Área

Nuclear con ocho plazas de índice alto (cinco de ellos guachimontones), seis

Figura 22. Ubicación de plazas por jerarquía con interpolación de patios. Las cuatro concentraciones de plaza en la parte nor-este del asentamiento se sobreponen con la mayor concentración de patios (gradiente amarillo-verde-rojo). 106 intermedios (incluyendo La Gran Plaza) y una baja (el Juego de Pelota 1), es el sector

con mayor concentración de índices altos e intermedios, siendo por lo tanto la zona más

tendiente hacia lo público.

La tercera zona es Loma Alta alrededor de Juego de Pelota 1, ahí tenemos tres

plazas de índice alto (dos guachimontones y la plaza al norte de estos) y dos

intermedios (el Círculo A y la plaza en medio de los guachimontones), siendo el

segundo espacio más público del asentamiento. La cuarta al este del Círculo A de

Loma Alta, tiene una plaza de índice alto y dos intermedias (una es guachimontón),

están separadas por un declive muy pronunciado en el terreno (Figura 23).

La quinta zona se ubica en el extremo Este del asentamiento y la componen dos

plazas intermedias (con un guachimontón) y cinco de índices bajos, cabe señalar que

debido a la presencia de un declive en medio de esta concentración de plazas (a través

Figura 23. Prueba de polígono de Thiessen para las plazas. 107 del cual se definió un posible camino interno principal), es probable que más bien se trate de dos sectores distintos. Hacia el norte se ubica una sexta zona con una sola plaza intermedia. Finalmente, la séptima zona la componen una plaza de índice alto y dos intermedias (incluyendo un guachimontón). Como se puede observar la presencia de plazas con los tres índices propuestos es en cierta medida regular, a excepción del sector nuclear que concentra una buena cantidad de áreas públicas (Figura 24).

Interpretación de las plazas (correlación de categorías y variables)

Los resultados obtenidos entre las pruebas implementadas para variables cualitativas (polígonos de Thiessen) y cuantitativas (índice de jerarquía) se parecen en la disposición general (concentración de entramados), pero no en su composición

“interna”. En la prueba de polígono de Thiessen observamos cuatro sectores por plazas

Figura 24. Mapa con las pruebas combinadas de Thiessen (líneas negras) e índices de jerarquía para plazas (amarillo, verde y rojo). 108 y cuatro para patios, mientras que son cinco en jerarquía para plazas y cinco para

patios. Nuestra interpretación es que Thiessen es un guía que permite hacer grandes

separaciones, pero para análisis más fino se necesitan los análisis cuantitativos.

También notamos que no hay una relación clara entre índice de jerarquía y

Thiessen (salvo en sector nuclear). Esto puede responder a que con Thiessen se está

midiendo la estandarización, en ese sentido el sector nuclear es muy consistente con una organización jerárquica a partir de un patrón espacial alrededor del Círculo 2, es el espacio más público del sitio, y posiblemente se relaciona con que es lo que más pretende mostrarse (cfr. Sumano 2016).

Por el contrario, en Loma Alta y en el resto de los sectores la vida pública es menos estricta en el sentido del patrón espacial, con una distribución poco homogénea.

Figura 25. Mapa con las pruebas combinadas de Thiessen (líneas negras) y densidades de patios (amarillo, verde y rojo). 109 La “disposición coordinada de edificios y espacios” muestra la forma en que en que se distribuyen las plazas; se concentran cerca de un tercio (12 de 40) en un solo sector (el central), y el resto se distribuyen de forma más o menos homogénea (Figura 25).

Estrategias de distribución espacial jerárquicas y heterárquicas de las plazas

Cada una de las variables propuestas se relacionan con ciertos aspectos visibles de la distribución espacial. Al vincularlo con posibles estrategias de organización social, podemos observar algunas que tienden más hacia lo vertical (jerarquía) y otras hacia lo horizontal (heterarquía), recordando que la presencia de una estrategia no excluye a la otra (cfr. Crumley 1986) y que no se plantea como una relación directa de dependencia24.

La integración de la información proveniente de los polígonos de Thiessen para

plazas y patios nos muestra por lo menos ocho particiones del espacio, o mejor dicho ocho agrupaciones en las que se parte la totalidad del asentamiento. Esto solo nos

indica que existen estas aglomeraciones, pero la información cuantitativa nos empieza a perfilar las características de estas ocho agrupaciones.

Los resultados de las plazas nos permiten identificar ciertas generalidades en su distribución. En cuanto a los aspectos heterárquicos de las plazas tenemos que: la

mayoría son de dimensiones intermedias, tienen una preferencia por la forma circular,

24 El que se identifique la presencia de una estrategia de distribución vertical no significa que hay una correspondencia automática con una organización sociocultural jerárquica (vertical), sino que lo que estaríamos observando son tendencias en un continuo. Como lo sugiere Smith (2007), en la organización espacial no es conveniente interpretar la planificación en términos de dicotomías “presente-ausente”, es mejor identificar posibles tendencias cuantificables de manera ordinal. 110 no tienen asociaciones claras con patios grandes rodeados de estructuras cuatriformes

(identificados en la literatura como de élite). Tenemos siete concentraciones repartidas equitativamente que se empalman con las concentraciones de patios, las plazas con

índices de público/privado intermedio están repartidas equitativamente en el asentamiento.

Los aspectos más bien jerárquicos identificables en las plazas son: la cantidad reducida de plazas grandes, solo el 25% de las plazas son plenamente accesibles, el resto mantienen una restricción en por lo menos la mitad de su perímetro, del mismo modo solo el 18% de las plazas tienen una visibilidad mayor al 50%. Por otro lado, el

60% de las plazas con índices altamente públicos se concentran en el centro del asentamiento, finalmente las plazas con índice público/privado bajo son solo el 15% del total de plazas en el sitio (Tabla 7). A continuación, presentamos una síntesis de las interpretaciones que acjuí se han expuesto, retomando cada variable analizada (primera columna), en la segunda columna se resume el comportamiento espacial observado, y en la tercera columna la posible tendencia que le correspondería.

111 Tabla 7. Resultados encontrados por cada variable de las plazas, y su relación con una posible organización jerárquica o heterárquica.______Variable Comportamiento Tendencia Dimensiones Comportamiento estandarizado del tamaño (poca Jerárquico variabilidad). Patrón de No hay un predominio de la forma cuadripartita Heterárquico distribución Accesibilidad La mayoría son accesibles Heterárquico Visibilidad Tendencia a ser muy visibles Heterárquico Jerarquía La mayoría son de índices medios y bajos Heterárquico Las densidades de patios se concentran en la periferia, aunque hay zonas de gran concentración que se traslapan con concentraciones de plazas intermedias. índice Cerca de las plazas intermedias, pero alejado de otros Heterárquico alto patios. Repartidos en todo el asentamiento y no en un solo espacio. índice Son la mayoría y se reparten de manera homogénea en Jerárquico medio el asentamiento índice Se reparten preferentemente en las periferias de las Jerárquico bajo concentraciones de plazas/patios Thiessen Ocho zonas de concentración de polígonos.

Patios

Identificando patios en Los Guachimontones.

La identificación y conceptualización de los patios siguió en general las mismas condiciones que el de las plazas. Sin embargo, en el patrón de distribución se contemplaron siete categorías (en lugar de las tres para las plazas). A continuación, se describen la forma en que se construyó la información con respecto a los patios.

Dimensiones

La construcción de los parámetros de dimensiones para patios fue tomando en cuenta la propuesta de plazas hecha por Fargher et al. (2014), en donde los patios

112 tendrían un tamaño máximo de 700m2 (vid supra:89), cifra que corresponde a la dimensión mínima de plazas. Cabe señalar que si bien esta no es una cifra definitiva

(es decir que no se cierra la posibilidad de que existan plazas más pequeñas y patios más grandes que 700m2), si es necesaria como referencia de inicio.

Se siguió el mismo procedimiento de dibujo en SIG que se usó para las plazas.

Posteriormente y tomando en cuenta la referencia de dimensión máxima de 700m2, se realizó una primera separación partiendo aritméticamente en tres el conjunto de valores, sin embargo, los resultados no tenían correspondencia, ni con un rompimiento natural matemático y tampoco con la realidad arqueológica (no mantenía ninguna relación con el resto de las pruebas). A saber, el nivel de “pequeños” le correspondía el

73% del total de patios, mientras que a “grandes” solo un 5% de los casos (para más detalle ver Anexo 2).

En un segundo momento se retomó la propuesta de Winter (1986), que es de las pocas clasificaciones de patios por dimensiones en Mesoamérica. Este autor desarrolla de manera implícita una separación en tres niveles para el Formativo en Oaxaca (él lo hace para la totalidad de elementos de la unidad habitacional): el tipo de patio I (0-

19m2) lo ubica en las zonas de no élite de Monte Albán, el tipo II (20-69m2) es de escala intermedia, y el tipo III (70-156m2) es considerado para patios de unidades habitacionales de élite con algunas funciones administrativas. Esta propuesta fue retomada por Smith Márquez (2009) para su definición de patrón de asentamiento en el

Área Nuclear de la tradición Teuchitlán, razón por la cual asumimos que tendría mayor armonía con el resto de la información.

En este caso tuvimos resultados similares al primer intento, pero de manera invertida, es decir al tipo I (pequeños) le correspondían el 6% de los ejemplos, mientras 113 que el tipo III (grandes) concentraba el 63% de los casos (para más detalles véase anexo 2), tampoco en esta clasificación se tuvo una asociación con otros valores planteados.

Decidimos realizar una tercera propuesta que tomara en cuenta nuestra propia experiencia previa y por el otro la información cualitativa. De este modo, se juntaron los dos primeros niveles de Winter para tener nuestro tipo (1) o pequeño que va de los 0 a los 69m2, se decidió cerrarlo en esos parámetros ya que observamos que la mayoría de los patios asociados a estructuras individuales y/o aisladas están entre los 7-69m2.

El tipo (2) o mediano corresponde al tipo III de Winter (70-156m2), adicionando 4m2 más debido a que los patios hasta los 160m2 en Los Guachimontones corresponden en su mayoría a patios con dos o tres estructuras. Finalmente, en el tipo (3) o grandes se agruparon los patios que van de los 161 a los 700m2 y en él hay repartidos los distintos tipos de patio y la mayor parte de los patios asociados a unidades habitacionales cuatriformes. En la Tabla 8, se muestra en una primera columna la propuesta de Winter

(1986) y su correspondencia en porcentajes de patios para Los Guachimontones (% en

LG), la segunda columna es la propuesta original y sus porcentajes, la tercera columna es la clasificación definitiva en donde se muestra la combinación de las dos propuestas anteriores.

114 Tabla 8. Comparativo entre los criterios usados para definir la clasificación por tamaño de los patios en Los Guachimontones.______Clasificación de Winter Clasificación propuesta Clasificación definitiva originalmente basada en proporciones aritméticas % En LG % en LG % En LG Tipo I: 0-19m2 6% (3) Pequeños: 0- 73% (1) Pequeños: 0-69m2 21% 250m2 Tipo II: 20-69m2 31% Tipo III: 70-156m2 63% (2) Medianos: 70- 33% 160m2 (2) Medianos: 251- 22% 500m2 (1) Grandes: 501- 5% (3) Grandes: 161- 46% 700m2 700m2

Patrón de distribución

Se establecieron parámetros de medición siguiendo el planteamiento de Smith

Márquez (2008); teniendo una separación entre cuatripartitas y no cuatripartitas. Sin embargo, nos dimos cuenta que la variedad de patrones de distribución era mayor a estas dos opciones. A través de visitas de campo se corroboró que el patrón geométrico en los patios no corresponde a la generalidad de los conjuntos habitacionales en Los

Guachimontones. Por esta razón, se plantearon nuevos parámetros con base en las formas en las que se distribuían las estructuras habitacionales en torno a los patios, observadas tanto en SIG como en el campo:

1. Patios con estructuras aisladas; se refiere a que no tienen asociación con otras

edificaciones, ni conjuntos arquitectónicos.

2. Patios alargados; son aquellos en donde hay dos o más estructuras individuales

tipo cuartos alineados, el patio se colocaría en uno de los costados y tienen un

lado más largo que ancho. Estos patios rompen la simetría de un cuadrado y son

irregulares en su forma.

115 3. Simétricos; se refiere a que los patios tienen una forma cuadrada, rodeado de

dos a cuatro estructuras individuales tipo cuarto, en cada uno de sus lados.

A pesar de clarificar un poco más y ampliar las posibilidades, apreciamos que muchos de los patios no coincidían por completo con los criterios establecidos, pues

Figura 26. Ejemplos de los siete distintos patrones de distribución en los patios (1) Aislado que tiende a lo alargado, (2) Mixto que tiende a lo alargado, (3) Alargado, (4) Aislado que tiende a lo geométrico/cuadrado, (5) Mixto que tiende a lo geométrico /cuadrado, (6) Parcialmente simétrico (forman una cruz con sus lados cercanos a los 45°), (7) Simétrico (forman una cruz con sus lados cercanos a los 90° dejando un patio geométrico).

116 había un traslape entre las tres formas generales anteriores. Por ello se abrieron

posibilidades intermedias que se ajustaban más a lo observado.

Así se identificaron siete patrones de distribución y se les asignaron valores discretos. Estos eran ascendentes conforme a su tendencia hacia lo público: (1) Aislado que tiende a lo alargado, (2) Mixto que tiende a lo alargado, (3) Alargado, (4) Aislado que tiende a lo geométrico/cuadrado, (5) Mixto que tiende a lo geométrico/cuadrado, (6)

Parcialmente simétrico (forman una cruz con sus lados cercanos a los 45°), (7)

Simétrico (forman una cruz con sus lados cercanos a los 90° dejando un patio geométrico al centro) (Figura 26).

Accesibilidad

A diferencia de las plazas, la accesibilidad de los patios es medida en términos de su cercanía a los posibles caminos internos, esto debido a que la definición misma de patio implica la ausencia de acceso franco hacia el interior. Diversos autores han mostrado la posibilidad de usar esta forma de accesibilidad para entender las características espaciales de un asentamiento. Por ejemplo, en el caso de Xochicalco,

Hirth (1984) muestra cómo los caminos se relacionan con las funciones y la organización social. García Cook y Martínez (2008) especifican que los caminos principales, secundarios y domésticos, se asocian con espacios cívico-religiosos, públicos-residenciales de élite y unidades habitacionales respectivamente. En nuestro caso los caminos internos son una condición de posibilidad para poder cuantificar la accesibilidad.

117 Lewis et al. (2015) han desarrollado una propuesta metodológica de trabajo, puesta en práctica para el caso Purépecha. En ella se plantea que es posible identificar caminos antiguos usando la herramienta “least cost path”, realizando primero las pruebas en SIG y luego corroborándola con fuentes etnohistóricas como la Relación de

Michoacán. Los resultados son bastantes consistentes, y su importancia radica en mostrar la viabilidad de usar una herramienta de análisis morfológico desde la actualidad con una expresión material de la cultura antigua (caminos), dando cuenta de que las sociedades prehispánicas usaban las alteraciones del terreno (o las modificaban) para su aprovechamiento. De este modo, con los SIG podemos re- interpretar y asociar las diferencias del terreno con prácticas culturales.

Stanley et al. (2016) han propuesto que el grado de acceso puede ser un indicador para observar el proceso de la inequidad social. Mediante un estudio trans­ cultural analizaron diversos contextos con variables como: densidades, distancia euclidiana, entre otras. Bajo una idea de acceso similar, Bermejo (2009) cuantifica la restricción que hay para los usuarios de distintos espacios, a partir de pruebas en softwares como Depthmap y Agraph. También de manera reciente, Sumano (2016) ha desarrollado una propuesta de aplicación de trabajos como el de Bermejo, Hillier y

Hanson, entre otros para Los Guachimontones.

De este modo, fue necesario desarrollar una propuesta de posibles caminos internos del asentamiento, para poder medir la accesibilidad de los patios. De acuerdo con García Cook y Martínez (2008), estas vías de circulación construidas son relativamente fáciles de identificar, si se conservan al menos parcialmente y pueden observarse sus características constructivas como ancho, altura, conformación, materiales utilizados, solución de accidentes topográficos y geológicos, gradiente,

118 etcétera. Sin embargo, en el caso de las rutas, caminos o senderos antiguos, el resultado del paso constante por ellas y el abandono hacen difícil precisar la localización exacta y más aún sus características (García Cook y Martínez 2008:128).

La herramienta usada en ArcMap 10.3 fue la ruta de menor costo o “least cost path”. En esencia, se cargan parámetros que puedan influir en la fluidez de un caminante hacia su destino, tal como inclinación del terreno y cubierta vegetal. El programa calcula, a partir de un punto de origen dado, cuál de los pixeles inmediatos implica menor dificultad para avanzar y así consecutivamente por cada unidad de medida asignada (convertida en pixeles), hasta llegar al punto definido. Un problema de la aplicación de esta prueba es que te sugiere la ruta más rápida para una caminante, pero esto no necesariamente corresponde a la existencia de un camino, es decir podría haber una enorme cantidad de posibilidades de puntos de inicio y fin. Lo que se buscó fue la concurrencia de jutas posibles, sugiriendo los caminos más probables.

Se hicieron puntos cada 400m en los cuatro lados de un mapa base, asumiendo a cada uno como posible inicio y el lado opuesto como posible fin. Adicionalmente, se colocaron puntos de inicio en estructuras en el extremo Suroeste y Noroeste del asentamiento, así como entre las plazas más grandes del Sector Nuclear y Loma Alta.

Los caminos sugeridos aquí son aquellos que tuvieron mayor concurrencia entre ellos, esto ponderado de acuerdo a los criterios establecidos previamente con base en trabajos como los de García Cook y Martínez (2008) y Hirth (1984) (Figura 27).

Para determinar los posibles caminos internos, se ponderaron otros indicadores como: escalones, plazas al final del camino, conjuntos habitacionales en la vera del camino, acondicionamientos como alineamientos “marcando” el posible camino, entre otros. También nos apoyamos en observaciones de campo, en donde se notaron

119 algunos acondicionamientos e incluso escalones en algunas partes inclinadas. Sin embargo, los caminos trazados aquí seguirán a nivel de propuesta (modelo predictivo de SIG). Es necesario señalar que la topografía sobre la cual se basaron las pruebas no

Figura 27. Propuesta de rutas internas comparativo (acercamiento), ruta principal en amarillo y negro, caminos secundarios en rojo, rutas domésticas en negro. Arriba se muestran los posibles caminos incluyendo patios y plazas, abajo solo las estructuras arqueológicas, nótese la forma en que los caminos cobran sentido con la presencia de las áreas grises. Los colores verde, amarillo y rojo corresponden a la inclinación del terreno.

120 fue hecha con el objetivo específico de notar caminos internos (muy posiblemente sin idea de que la topografía podría ayudar a tal fin), así que eso nos ofrece una prueba

“ciega”, es decir sin intención de alterar el resultado. A partir de lo anterior, se generó una propuesta de caminos internos (Figura 27).

El trazado de las rutas internas fue un constante vaivén, pues conforme se graficaba la posible ruta y se modificaban los datos de las variables, se regresaba a la capa de caminos para afinar la propuesta, esto a su vez implicaba modificar la base de datos, por ejemplo, distancia hacia la ruta. En la imagen (Figura 28), se muestran las

Figura 28. Mapa general de los posibles caminos internos. En amarillo el camino principal, en rojo el secundario y en negro los domésticos.

121 rutas ordenadas jerárquicamente: en amarillo y negro la ruta principal25, en rojo los caminos secundarios26 y en negro las rutas domésticas o de tercer nivel27.

De este modo los parámetros para los patios se ajustaron a la distancia que habría entre el patio y el camino principal o secundario más cercano, este criterio es señalado por García Cook y Martínez (2008). Aquí lo que se busca medir es qué tan público o tan privado puede ser, asignándoles valores discretos bajos para (1) patios sin acceso o poco acceso (de 200 a 700m de distancia hacia un camino principal o secundario), (2) valores medios para un acceso parcial (de 51 a 199m hacia un camino principal o secundario) y (3) altos para un acceso franco o abierto (de 0 a 50m hacia un camino).

Visibilidad

La visibilidad en los patios siguió los mismos criterios usados para las plazas, con la diferencia de que en el caso de los patios esperábamos que las cuencas visuales generadas tuvieran tendencias a restringir más la visual que las plazas. Los parámetros también son (1) poco visible, (menos del 25% de rango visual), (2) medianamente visible (entre el 26%-51% visibles) y (3) muy visible (más del 50% del área visible).

25 Identificada a partir de: mayor recurrencia de posibles rutas, continuidad en la ruta, mayor espacio (lateral) en la ruta, presencia de las plazas más grandes del asentamiento a lo largo del camino, conjuntos habitacionales a la vera del camino, presencia de las edificaciones más grandes del asentamiento a lo largo del camino. 26 Identificada a partir de: recurrencia de posibles rutas, continuidad en la ruta, presencia de algunas plazas a lo largo del camino, conjuntos habitacionales a la vera del camino. 27 Identificada a partir de: poca recurrencia de posibles rutas, no hay continuidad en la ruta, pero si con los caminos secundarios y el primario, presencia de conjuntos habitacionales a la vera y al final del camino. 122 La manera en que se asignó el porcentaje de rango visual al interior del patio de la siguiente manera: tras corres la prueba de visibilidad, se ubicaba el patio y se trazaba una línea temporal uniendo las esquina en forma de “x”, de este modo se generaban cuatros secciones (25% cada una), se identificaba que tanto espacio abarcaba el color verde (visible), en referencia a las cuatro particiones imaginarias del patio. Finalmente se anotaba el resultado en la base de datos.

Variables cualitativas

Las edificaciones circundantes de los patios se contabilizaron en términos de cantidad total de estructuras individuales (cuartos o habitaciones), tal y como Winter

(1986) y otros autores (Manzanilla 1986) señalan que es característico en las unidades habitacionales mesoamericanas (en la base de datos se agrega la ubicación con respecto a los puntos cardinales). En el segundo se contemplan espacios abiertos como patios, plazas, área verde, caminos y el conjunto guachimontón.

Por otro lado, tenemos la delimitación de patios por estructuras. De acuerdo al planteamiento teórico propuesto, éste es el principal indicador para identificar un patio.

Como ejemplo, tenemos el patio 93 en el Noreste de Los Guachimontones, en donde podemos observar como en tres lados tenemos estructuras individuales de tamaños y orientación similar (Figura 29).

Se siguió una metodología similar de graficación a la usada en plazas, pero en este caso los patios estarían delimitados preferentemente por estructuras individuales

(cuartos). A pesar de que encontramos una gran heterogeneidad en la forma de los patios, los principios que se aplicaron fueron constantes. Priorizando los posibles límites

123 Figura 29. Comparativo de mapas del patio 93. En la derecha apreciamos el mapa solo con la capa de inclinación de terreno y estructuras arqueológicas (en azul), a la izquierda se agregan plazas, caminos y alineamientos, nótese la diferencia en las formas que se perfila a partir de la graficación, en la imagen de abajo se agrega el dibujo del patio. en el siguiente orden: estructuras, alineamientos e inclinación del terreno (Figura 29).

Para nuestra base de datos se consignó la cantidad de estructuras, así como la orientación que tenía cada una con respecto al patio.

En cuanto al tipo de patio, se usó una clasificación similar a la empleada en plazas, pero en orden inverso (1) patios cerrados: sin acceso a otras estructuras más allá de las que la delimitan; (2) Patios parcialmente cerrados: poco acceso a otras estructuras más allá de las que la delimitan, (3) Patios parcialmente abiertos: con acceso limitado y relacionado con tumbas y palacios, (4) Patios abiertos, muy accesibles y comunicados al sistema de caminos.

124 Las clasificaciones o conceptualización de lo que es “abierto” o “cerrado” en un

patio cambia de autor en autor. Mientras para Winter en Oaxaca un patio cerrado es

aquel que esta bordeado en tres o cuatro de sus lados por estructuras habitacionales

individuales (Winter 1986:338), para Cyphers un patio abierto tiene estructuras en sus

cuatro lados, agregando la idea de un “patio interno” (Cyphers 1986:39). Estas

diferencias existen entre otras razones, debido a una falta parámetros cuantificables

que permitan homogeneizar conceptos como cerrado o abierto. En ese sentido,

proponemos una clasificación en términos de porcentaje de área abierta o cerrada.

Cabe señalar que esta separación no existe tal y como se plantea aquí, es una

combinación de las propuestas de Winter (1986) retomando algunos de los aspectos

señalados por Smith Márquez (2008).

Resultados de los patios

En la Tabla 9 se encuentran los datos generados para los patios, la información

se presenta de manera ascendentemente de acuerdo al número arbitrario asignado a

cada patio, los datos cuantitativos se dividen cinco partes, la información cualitativa se

anexa al final del trabajo (Tabla 15).

En la primera columna se encuentra la información de las dimensiones, separada

en el parámetro asignado, el valor continuo y la medida en m2. La segunda columna

consigna el patrón de distribución, dividida en el parámetro asignado, el valor continuo y

si el patio es cuatriforme o alargado (incluyendo la cantidad de estructuras que lo

componen en el caso de los cuatriformes). La accesibilidad es la tercera columna, se divide en el parámetro asignado, el valor continuo y la distancia (m) hacia el posible camino interno. La cuarta columna contiene la información de la visibilidad, dividida en

125 el parámetro asignado y el valor continuo. La última columna tiene la jerarquía del

índice público/privado en términos de su valor ordinal.

Tabla 9. Resultado de las mediciones para patios. Variables Cuantitativas

Dimensiones Patrón de distribución Accesibilidad Visibilidad argüía

fN P arám etro # patio Continuo P arám etro P arám etro Continuo Cuatriforme Parám etro Continuo índice E Continuo 0 3 2 4 ,9 9 3 8 8 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 43 2 1 6 ,6 6 7 4 1 3 2 4 ,9 9 3 3 2 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 3 4 2 1 6 ,6 6 8 4 2 3 2 4 ,9 9 6 9 0 3 1 0 ,7 1 2 1 6,7 160 2 1 6 ,6 6 69 3 1 8 ,3 3 4 0 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6,7 75 3 2 4 ,9 9 64 4 3 2 4 ,9 9 26 7 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 13 0 2 1 6 ,6 6 69 5 3 2 4 ,9 9 5 7 5 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6,7 87 2 1 6 ,6 6 73 6 3 2 4 ,9 9 3 4 3 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 6 2 1 6 ,6 6 77 7 2 1 6 ,6 6 144 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 162 3 2 4 ,9 9 76 8 2 1 6 ,6 6 113 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 192 3 2 4 ,9 9 76 9 2 1 6 ,6 6 108 5 1 7 ,8 5 c 1 8,3 2 0 7 3 2 4 ,9 9 68 10 3 2 4 ,9 9 189 3 1 0 ,7 1 1 8,3 2 3 9 3 2 4 ,9 9 69 11 2 1 6 ,6 6 145 6 2 1 ,4 2 3 1 8,3 2 7 0 2 1 6 ,6 6 63 12 2 1 6 ,6 6 83 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6,7 103 3 2 4 ,9 9 73 13 2 1 6 ,6 6 120 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6,7 167 3 2 4 ,9 9 73 14 3 2 4 ,9 9 2 6 8 3 1 0 ,7 1 2 1 6,7 188 2 1 6 ,6 6 69 15 3 2 4 ,9 9 177 5 1 7 ,8 5 c 1 8 ,3 2 4 6 2 1 6 ,6 6 68 16 3 2 4 ,9 9 2 4 9 5 1 7 ,8 5 c 1 8,3 27 2 2 1 6 ,6 6 6 8 17 2 1 6 ,6 6 9 4 2 7 ,1 4 a 2 1 6 ,7 115 2 1 6 ,6 6 57 18 3 2 4 ,9 9 2 9 8 6 2 1 ,4 2 2 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 9 6 19 2 1 6 ,6 6 116 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 92 20 3 2 4 ,9 9 2 8 6 6 2 1 ,4 2 3 2 1 6 ,7 1 0 6 2 1 6 ,6 6 8 0 Z 1 3 2 4 ,9 9 5 8 0 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 1 8 ,3 3 8 0 22 3 2 4 ,9 9 37 3 3 1 0 ,7 1 1 8,3 3 0 0 1 8 ,3 3 52 23 2 1 6 ,6 6 8 0 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 77 2 4 3 2 4 ,9 9 2 4 6 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6,7 103 3 2 4 ,9 9 8 4 25 3 2 4 ,9 9 5 9 9 2 7 ,1 4 a 2 1 6,7 10 0 3 2 4 ,9 9 7 4 26 1 8 ,3 3 67 2 7 ,1 4 a 1 8 ,3 2 1 1 3 2 4 ,9 9 4 9 27 1 8 ,3 3 61 5 1 7 ,8 5 c 1 8,3 2 7 1 3 2 4 ,9 9 60 28 3 2 4 ,9 9 22 3 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 45 3 2 4 ,9 9 86 29 1 8 ,3 3 14 6 2 1 ,4 2 3 1 8,3 2 0 2 3 2 4 ,9 9 63

126 30 1 8 ,3 3 18 1 3 ,5 7 a 1 8,3 2 1 0 3 2 4 ,9 9 45 31 1 8 ,3 3 31 1 3 ,5 7 a 1 8 ,3 2 1 9 2 1 6 ,6 6 37 32 1 8 ,3 3 13 7 2 4 ,9 9 2 1 8 ,3 2 5 1 3 2 4 ,9 9 67 33 2 1 6 ,6 6 115 6 2 1 ,4 2 2 1 8 ,3 3 3 4 3 2 4 ,9 9 7 1 3 4 1 8 ,3 3 27 1 3 ,5 7 a 1 8,3 2 0 3 3 2 4 ,9 9 4 5 35 3 2 4 ,9 9 2 0 5 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 1 8 7 2 1 6 ,6 6 69 3 6 3 2 4 ,9 9 19 6 2 7 ,1 4 a 1 8 ,3 2 5 5 3 2 4 ,9 9 65 37 3 2 4 ,9 9 165 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 15 2 1 6 ,6 6 81 38 1 8 ,3 3 22 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 199 3 2 4 ,9 9 6 4 39 2 1 6 ,6 6 7 8 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 25 3 2 4 ,9 9 81 4 0 1 8 ,3 3 13 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 59 3 2 4 ,9 9 6 4 4 1 2 1 6 ,6 6 159 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 39 2 1 6 ,6 6 65 4 2 1 8 ,3 3 29 1 3 ,5 7 a 2 1 6 ,7 82 3 2 4 ,9 9 5 4 43 2 1 6 ,6 6 8 4 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 37 2 1 6 ,6 6 7 6 4 4 1 8 ,3 3 6 4 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 14 7 2 1 6 ,6 6 5 6 4 5 2 1 6 ,6 6 93 2 7 ,1 4 a 2 1 6 ,7 11 7 3 2 4 ,9 9 65 4 6 1 8 ,3 3 5 1 1 3 ,5 7 a 3 2 5 ,0 32 2 1 6 ,6 6 5 4 4 7 2 1 6 ,6 6 9 9 6 2 1 ,4 2 2 2 1 6 ,7 168 3 2 4 ,9 9 8 0 4 8 1 8 ,3 3 10 1 3 ,5 7 a 1 8 ,3 2 0 3 3 2 4 ,9 9 45 4 9 1 8 ,3 3 12 4 1 4 ,2 8 c 1 8 ,3 2 2 0 3 2 4 ,9 9 5 6 5 0 1 8 ,3 3 2 6 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 82 3 2 4 ,9 9 6 4 5 1 1 8 ,3 3 3 9 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 5 6 3 2 4 ,9 9 68 52 1 8 ,3 3 13, 1 3 ,5 7 a 1 8 ,3 2 2 5 3 2 4 ,9 9 4 5 53 2 1 6 ,6 6 16 1 7 2 4 ,9 9 3 2 1 6 ,7 7 4 2 1 6 ,6 6 75 5 4 2 1 6 ,6 6 1 4 0 4 1 4 ,2 8 c 1 8 ,3 3 8 6 2 1 6 ,6 6 5 6 55 3 2 4 ,9 9 2 0 5 3 1 0 ,7 1 1 8 ,3 3 1 3 3 2 4 ,9 9 69 5 6 3 2 4 ,9 9 1 7 8 4 1 4 ,2 8 c 1 8,3 25 3 2 1 6 ,6 6 6 4 5 7 2 1 6 ,6 6 8 0 4 1 4 ,2 8 c 1 8 ,3 2 4 7 3 2 4 ,9 9 6 4 58 3 2 4 ,9 9 1 6 6 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 182 3 2 4 ,9 9 77 59 2 1 6 ,6 6 1 0 4 1 3 ,5 7 a 1 8 ,3 2 2 7 2 1 6 ,6 6 45 6 0 2 1 6 ,6 6 1 1 0 4 1 4 ,2 8 c 1 8,3 2 3 8 2 1 6 ,6 6 5 6 61 3 2 4 ,9 9 2 0 7 5 1 7 ,8 5 c 1 8 ,3 2 8 8 2 1 6 ,6 6 68 62 2 1 6 ,6 6 1 1 0 4 1 4 ,2 8 c 1 8 ,3 3 3 5 2 1 6 ,6 6 5 6 63 3 2 4 ,9 9 2 1 6 5 1 7 ,8 5 c 1 8 ,3 7 6 6 2 1 6 ,6 6 68 6 4 3 2 4 ,9 9 1 7 5 5 1 7 ,8 5 c 1 8 ,3 7 8 3 2 1 6 ,6 6 68 65 3 2 4 ,9 9 2 2 9 4 1 4 ,2 8 c 1 8,3 7 4 7 2 1 6 ,6 6 6 4 66 2 1 6 ,6 6 101 6 2 1 ,4 2 2 2 1 6 ,7 7 8 2 1 6 ,6 6 71 67 3 2 4 ,9 9 2 9 5 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 5 2 1 6 ,6 6 7 7 68 1 8 ,3 3 2 8 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 7 3 2 4 ,9 9 73 69 1 8 ,3 3 6 0 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 2 3 2 4 ,9 9 83 70 1 8 ,3 3 3 1 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 56 3 2 4 ,9 9 68 72 3 2 4 ,9 9 4 0 0 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 16 1 8 ,3 3 83 73 3 2 4 ,9 9 2 4 2 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 32 2 1 6 ,6 6 92

127 7 4 3 2 4 ,9 9 2 8 9 6 2 1 ,4 2 3 3 2 5 ,0 10 1 8 ,3 3 8 0 75 3 2 4 ,9 9 2 5 0 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 23 3 2 4 ,9 9 89 7 6 3 2 4 ,9 9 29 6 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 6 7 7 1 8 ,3 3 56 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 7 3 2 4 ,9 9 73 78 2 1 6 ,6 6 148 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 77 79 2 1 6 ,6 6 9 0 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 16 3 2 4 ,9 9 81 80 3 2 4 ,9 9 173 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 52 3 2 4 ,9 9 81 81 2 1 6 ,6 6 115 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 8 0 82 3 2 4 ,9 9 2 0 7 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 6 3 2 4 ,9 9 93 83 2 1 6 ,6 6 8 0 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 7 4 8 4 3 2 4 ,9 9 2 0 2 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 93 85 2 1 6 ,6 6 156 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 76 8 6 2 1 6 ,6 6 121 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 7 4 8 7 2 1 6 ,6 6 159 1 3 ,5 7 a 3 2 5 ,0 9 2 1 6 ,6 6 62 8 8 3 2 4 ,9 9 4 5 6 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 88 89 2 1 6 ,6 6 160 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 8 0 9 0 1 8 ,3 3 61 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 76 91 1 8 ,3 3 69 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 0 92 3 2 4 ,9 9 27 5 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 93 93 3 2 4 ,9 9 144 7 2 4 ,9 9 3 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 10 0 9 4 3 2 4 ,9 9 161 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6,7 92 2 1 6 ,6 6 7 6 95 2 1 6 ,6 6 112 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 86 2 1 6 ,6 6 68 9 6 3 2 4 ,9 9 27 8 1 3 ,5 7 a 3 2 5 ,0 8 2 1 6 ,6 6 7 0 97 3 2 4 ,9 9 3 2 9 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 1 8 ,3 3 69 98 3 2 4 ,9 9 189 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 77 99 3 2 4 ,9 9 2 8 0 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 86 10 0 3 2 4 ,9 9 4 0 1 3 1 0 ,7 1 2 1 6,7 77 3 2 4 ,9 9 77 101 3 2 4 ,9 9 3 1 2 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 5 0 2 1 6 ,6 6 8 4 1 0 2 3 2 4 ,9 9 1 6 4 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 45 3 2 4 ,9 9 93 103 3 2 4 ,9 9 4 4 1 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 77 1 0 4 3 2 4 ,9 9 148 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 86 105 2 1 6 ,6 6 156 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 77 1 0 6 1 8 ,3 3 33 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 69 1 0 7 3 2 4 ,9 9 4 1 5 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 7 3 2 4 ,9 9 8 6 10 8 3 2 4 ,9 9 2 8 1 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 61 3 2 4 ,9 9 77 10 9 1 8 ,3 3 35 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 83 3 2 4 ,9 9 61 11 0 3 2 4 ,9 9 149 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 4 8 3 2 4 ,9 9 86 111 3 2 4 ,9 9 171 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 86 112 2 1 6 ,6 6 83 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 12 2 1 6 ,6 6 76 113 3 2 4 ,9 9 23 3 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 82 1 1 4 2 1 6 ,6 6 86 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 77 3 2 4 ,9 9 7 6 115 3 2 4 ,9 9 3 8 4 3 1 0 ,7 1 2 16 ,7 78 2 1 6 ,6 6 69 11 6 2 1 6 ,6 6 126 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 74 3 2 4 ,9 9 69

128 11 7 3 2 4 ,9 9 1 9 4 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 83 2 1 6 ,6 6 73 11 8 3 2 4 ,9 9 2 9 9 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 8 3 2 4 ,9 9 89 119 2 1 6 ,6 6 9 9 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 4 120 3 2 4 ,9 9 3 2 6 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 36 3 2 4 ,9 9 93 121 3 2 4 ,9 9 5 4 9 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 50 2 1 6 ,6 6 8 4 122 3 2 4 ,9 9 153 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 105 3 2 4 ,9 9 7 7 123 2 1 6 ,6 6 9 6 6 2 1 ,4 2 3 3 2 5 ,0 22 3 2 4 ,9 9 88 1 2 4 3 2 4 ,9 9 1 6 7 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 3 4 2 1 6 ,6 6 8 4 125 2 1 6 ,6 6 9 8 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 93 2 1 6 ,6 6 68 12 6 1 8 ,3 3 39 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 4 0 3 2 4 ,9 9 83 12 7 1 8 ,3 3 69 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 33 3 2 4 ,9 9 76 12 8 2 1 6 ,6 6 1 1 4 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 4 129 2 1 6 ,6 6 148 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 15 2 1 6 ,6 6 7 6 1 3 0 1 8 ,3 3 2 4 6 2 1 ,4 2 2 3 2 5 ,0 49 3 2 4 ,9 9 8 0 13 1 2 1 6 ,6 6 9 0 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 28 2 1 6 ,6 6 69 13 2 2 1 6 ,6 6 7 0 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 8 3 2 4 ,9 9 8 4 133 2 1 6 ,6 6 10 8 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 92 1 3 4 1 8 ,3 3 4 2 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 83 135 3 2 4 ,9 9 18 1 6 2 1 ,4 2 3 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 9 6 13 6 3 2 4 ,9 9 169 7 2 4 ,9 9 3 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 1 0 0 13 7 2 1 6 ,6 6 11 2 6 2 1 ,4 2 3 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 8 138 2 1 6 ,6 6 95 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 77 139 3 2 4 ,9 9 2 7 1 x 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 6 1 4 0 2 1 6 ,6 6 103 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 7 6 1 4 1 3 2 4 ,9 9 7 4 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 93 1 4 2 3 2 4 ,9 9 2 6 9 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 7 7 143 2 1 6 ,6 6 113 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 7 6 1 4 4 2 1 6 ,6 6 82 2 7 ,1 4 a 3 2 5 ,0 4 4 3 2 4 ,9 9 7 4 145 2 1 6 ,6 6 142 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 33 3 2 4 ,9 9 81 14 6 2 1 6 ,6 6 1 1 8 1 3 ,5 7 a 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 62 14 7 1 8 ,3 3 5 1 1 3 ,5 7 a 3 2 5 ,0 20 3 2 4 ,9 9 62 14 8 3 2 4 ,9 9 4 5 1 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 7 7 149 3 2 4 ,9 9 3 3 5 6 2 1 ,4 2 2 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 9 6 1 5 0 2 1 6 ,6 6 14 8 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 3 1 8 ,3 3 68 151 3 2 4 ,9 9 5 6 7 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 2 2 1 6 ,6 6 77 152 2 1 6 ,6 6 1 6 0 6 2 1 ,4 2 2 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 8 0 153 2 1 6 ,6 6 7 6 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 28 2 1 6 ,6 6 69 1 5 4 1 8 ,3 3 3 6 4 1 4 ,2 8 c 3 2 5 ,0 19 1 8 ,3 3 5 6 155 1 8 ,3 3 5 6 3 1 0 ,7 1 2 1 6 ,7 1 5 0 1 8 ,3 3 4 4 1 5 6 3 2 4 ,9 9 2 0 0 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 130 1 8 ,3 3 6 4 157 2 1 6 ,6 6 159 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 1 0 4 2 1 6 ,6 6 68 158 3 2 4 ,9 9 3 7 6 7 2 4 ,9 9 4 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 92 159 2 1 6 ,6 6 1 0 8 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 28 3 2 4 ,9 9 8 4

129 1 6 0 2 1 6 ,6 6 1 3 5 5 1 7 ,8 5 c 2 1 6 ,7 1 5 2 3 2 4 ,9 9 7 6 16 1 2 1 6 ,6 6 1 5 4 1 3 ,5 7 a 2 1 6 ,7 1 0 9 3 2 4 ,9 9 62 1 6 2 1 8 ,3 3 3 0 1 3 ,5 7 a 2 1 6 ,7 1 5 2 3 2 4 ,9 9 5 4 1 6 3 1 8 ,3 3 19 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 1 0 1 2 1 6 ,6 6 5 6 1 6 4 3 2 4 ,9 9 2 6 3 1 3 ,5 7 a 2 1 6 ,7 8 8 2 1 6 ,6 6 62 16 5 2 1 6 ,6 6 81 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 9 6 2 1 6 ,6 6 6 4 1 6 6 2 1 6 ,6 6 14 2 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 1 1 8 2 1 6 ,6 6 6 4 1 6 7 2 1 6 ,6 6 9 9 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 61 3 2 4 ,9 9 73 1 6 8 1 8 ,3 3 29 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 2 0 2 1 6 ,6 6 68 1 6 9 3 2 4 ,9 9 3 0 8 3 1 0 ,7 1 3 2 5 ,0 0 2 1 6 ,6 6 7 7 1 7 0 3 2 4 ,9 9 3 5 6 1 3 ,5 7 a 2 1 6 ,7 1 4 9 1 8 ,3 3 5 4 1 7 1 3 2 4 ,9 9 2 4 3 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 1 0 8 2 1 6 ,6 6 73 1 7 2 3 2 4 ,9 9 4 7 4 5 1 7 ,8 5 c 3 2 5 ,0 15 2 1 6 ,6 6 8 4 1 7 3 1 8 ,3 3 61 4 1 4 ,2 8 c 2 1 6 ,7 1 3 2 2 1 6 ,6 6 5 6 1 7 4 1 8 ,3 3 3 8 6 2 1 ,4 2 4 3 2 5 ,0 0 3 2 4 ,9 9 8 0 1 7 9 1 A 3 3 4 5 6 2 1 ,4 2 3 3 2 5 ,0 39 3 2 4 ,9 9 8 0

A continuación, se analizan los datos contenidos en la Tabla 9, iniciando por las dimensiones. Los patios tienen un tamaño promedio de 184m2, 39 de ellos corresponden a pequeños (0-69m2), 65 a medianos (70-160m2) y 72 a grandes (161-

700m2) (Figura 30). Con estos resultados, y apoyados en los antecedentes expresados aquí, reforzamos la idea de que los patios más grandes no pueden ser asociados directamente con una posición de élite (dimensión no puede ser igual a monumentalidad).

En la Figura 30, observamos un comportamiento estable en el tamaño de los patios, si agregamos que los patios que salen de la desviación estándar son solo 19 (de un total de 174), podemos suponer un comportamiento estandarizado en el tamaño de los patios. Por lo tanto, para poder relacionar las dimensiones de los patios con un grupo social es necesario tener más elementos para evaluar (como patrón de distribución, acceso y visibilidad).

130 Dimensiones Patios 700 600 500 400

3 0 0 JÉ 200

100 ■ niill m l Patio „ ...... OON#Mrt*(HNMOHNNOIOOa|aiOOOHlDU)dOinr55^»01¡|Hin«^NO®OlOlllC;N « U1 m lí « w 'Í M N t ^ H S m r i u i l í OOCO^-HÍJ)OOlfl|ANlÍHlJll|)U>N OI N H N P K H H H H H H H H H tH H H rt H Figura 30 Gráfica que muestra las dimensiones de los patios ordenadas por las categorías propuestas, se agrupan en color verde las plazas pequeñas (39), en amarillo las medianas (65) y en rojo las grandes (72).

En cuanto al patrón de distribución de los patios, se identificaron dos formas

extremas en el patrón de distribución de los patios: el primero es el alargado y el

segundo el geométrico (parámetros 1 y 7 respectivamente), en donde los puntos

intermedios corresponden a qué tan cerca están de uno u otro extremo.

Los conjuntos habitacionales identificados positivamente como cuatriformes

corresponde al 19.54% del total de 174 patios en Los Guachimontones (Figura 31), lo

cual resulta sumamente bajo, si lo comparamos con la afirmación que los patios

cuatriformes son la gran mayoría (cfr. Smith Márquez 2008). Esta diferencia puede ser

un problema en la muestra, o bien de definiciones de lo que nosotros consideramos

cuatriforme (simétrico) y lo que no. En este sentido el deterioro de los vestigios

arqueológicos puede ser un factor que impida observar las unidades habitacionales de

mismo modo que lo hicieron en los primeros trabajos. Tomando en cuenta estos

factores fuimos altamente cuidadosos con la definición de cada patio en cuanto a su

“patrón de distribución”, lo cual puede ser una de las razones por las que obtuvimos

siete parámetros distintos.

131 so 4 S 4 0 35 3 0 2 5 20 1 5 lO 5 O C a n tid a d

■ 1 Aislado m 2 Mixto 3 Alargado

■i A Aislado/geométrico 5 Mixto/geométrico ’ ; G Parcialmente simétrico * 7 S i m é t r i c o

Figura 31. Gráfica con los resultados del patrón de distribución de patios.

Más allá de esto y aun agrupando a los patios de las categorías que pudieran ser unidades cuatriformes (el tipo 4 aislado-geométrico, 5 mixto-geométrico, 6 parcialmente simétrico y el 7 simétrico), que por causa del deterioro o por diferencias en el registro arqueológico ya no pudieran ser visibles, no tenemos una cantidad suficiente para referir una tendencia general, pues aún en este caso, son el 62% del total de patios, lo cual dejaría fuera casi la mitad de los patios totales en el sitio (Figura 31). Por lo tanto, consideramos que hay elementos suficientes para desestimar la observación de que en

Los Guachimontones los conjuntos cuatriformes son la regla, y más bien pensar que es una forma más de resolver el espacio privado.

Por otro lado, el nivel de accesibilidad a los espacios públicos en un asentamiento se ha relacionado de cierta manera con la organización política (Bermejo

2009; Blanton etal. 1998:4; Blanton y Fargher 2008b:133, 277-278, 2011:511-519;

Hillier y Hanson 1984; Punzo 2013; Stanley et al. 2016; Sumano 2016) o al ejercicio del poder o tipo específico de ideología en un nivel medio de significación en la planeación de un lugar (Rapoport 1969).

132 Jerarquía

minr^iom^-oiLnir»Hr'IOO'í'IlOlhlDm'ÍM^OlDfflH'íiflNrflMMOlH'tlflCriHrNmOlMlNH <£>io*-ii-Hcr>rHr''^roorNC'iocr>iooor'''3’ iDOcoo'im*Hoo*t

* t tH rH t—I t—1 t—( t .—I i—I rH t-H t—I t-H t—I .—i tH .—I 136

Figura 32. Gráfica 5 Jerarquía de patios. En amarillo se muestran los valores bajo, en verde los medios y en rojo los altos.

Nuestros resultados (ver Tabla 10) nos indican que, en general los patios están bien comunicados o son accesibles pues el 83% de ellos están a menos de 200m de un camino, con lo que podemos pensar en un asentamiento integrado. Es interesante hacer notar el sentido del análisis espacial, pues lo que en una primera vista parecería ser un patrón de distribución disperso (estructuras por todos lados sin orden aparente en el mapa), empieza a vislumbrarse como lugares integrados mediante espacios aparentemente vacíos siguiendo una lógica, una constante.

Finalmente, para definir los rangos de jerarquía en los patios, se siguió el mismo principio de las plazas, en cuanto a ubicar una línea de tendencia en una gráfica de dispersión, partiendo de ahí para definir los parámetros. De este modo, se definió el rango medio (en valor continuo) del 61 al 79, en donde se agruparon 93 patios, el rango bajo quedo del 37 al 60 con 23 ejemplos, finalmente el rango alto va del 80 al 100 con

57 ejemplos (Figura 32). Al colocar los datos generados, se empieza a perfilar una tendencia, en donde los patios de valores bajos (en amarillo) se encuentran hacia la

133 periferia de las concentraciones de patios-plazas, los valores medios (en verde) se ubican cercanas, pero no contiguas a las plazas. Finalmente, los patios con valores altos están en su mayoría asociados a las plazas (en rojo) (Figura 33). A continuación, se presenta un condensando con los resultados obtenidos (Tabla 10).

Análisis espacial

La información generada se vertió en mapas, aunque en este caso se adicionó la información proveniente de plazas. Cabe señalar que la información de patios era poco entendióle debido a cosas como el tamaño y lo variado de las asociaciones en los

índices público/privado en patios contiguos. Por ello y con fines de visualización se corrieron dos pruebas adicionales llamadas interpolación y densidad de Kernel.

Tabla 10. Resultados de plazas, obtenidos para las variables cuantitativas

Dimensiones 1 2 3 Promedio Máxima Mínima Pequeña Mediano Grande 39 (22%) 65 (36%) 72 (42%) 172m2 690m2 10m2 Patrón de Distribución Aislado/ala Mixto/alargad Alargado Aisla/geo Mixto/ge Parcial/ Simétrico rgado 0 métrico ométric sim 16 11 39 33 43 21 13 Accesibilidad 1 Sin 2 Acceso 3 Abierto Acceso parcial 29(17%) 53 (30%) 94 (53%) Visibilidad 1 Poco 2 visible 3 muy visible visible 12 (7%) 70 (39%) 95 (54%) Jerarquía ^ \ , 1Bajo (37- 2 Medio 3 Alto ' ja? 60) (61-79) (80-99) 23 93 57

134 Figura 33. Ubicación de patios por jerarquía con interpolación de plazas, nótese la relación de concentración de patios (nube verde-amarilla-rojo) hacia la periferia del asentamiento y los patios con valor altos de jerarquía ubicados hacia el centro y cercanos a las plazas.

Estas consisten en detectar concentraciones y generan un polígono continuo, graficado

a manera de nubes en gradiente de color (Figuras 33 y 34).

Para poder hacer estas pruebas se usó el shape de puntos generado

previamente, se le corrió la herramienta “interpolación” (IDW) y la densidad de Kernel

en ArcMap 10.3. De esta manera logramos visualizar la relación entre las

concentraciones de patios y plazas, en función de su índice de público/privado.

Al correr la misma prueba de jerarquía, junto a la densidad de patios, se pudo

apreciar que los patios con valores altos están fuera de la zona de mayor concentración

de patios (sombreados rojos y amarillos) (Figura 33), es decir, aquellos patios que

tienen una tendencia mayor hacia lo público están preferentemente cerca de las plazas,

135 pero no necesariamente en las zonas en donde hay mayor concentración de patios

(que en su mayoría son de jerarquía media y baja).

Otro de los resultados observados a partir del uso de la densidad de Kernel para plazas y la sobreposición de la jerarquía de patios, es que se hizo evidente una tendencia a que los índices altos se agruparan en torno a las concentraciones de plazas, aquellos con índice intermedios están ligeramente más alejados y los de índice bajo son los más alejados. De este modo se observan cuando menos siete sectores para plazas y cinco para patios (34).

Un segundo tipo de información gráfica se obtuvo a partir de los resultados provenientes de las variables cualitativas, a través de la prueba de polígonos de

Thiessen. Se notó una diferencia con respecto a los mapas de índice de jerarquía, esto

Figura 34. Ubicación de patios por jerarquía con interpolación de plazas, nótese las concentraciones de plazas (azul), asociadas a patios de jerarquía alta y en menor medida a patios de jerarquía media. 136 debido a que la prueba de Kernel amplía gráficamente la zona de “influencia” de la densidad analizada (un poco a la manera de los polígonos de Thiessen), y con ello se aprecian por lo menos seis áreas de concentraciones de patios, identificados por el color amarillo a rojo (Figura 33). Estas corresponden a la zona de concentración de entramados pequeños y homogéneos de polígonos de Thiessen.

La primera al extremo Oeste del asentamiento en la zona de Texcalame. La segunda al Noreste del Circulo 1 del sector nuclear, la tercera concentración está prácticamente al centro del asentamiento entre el Área Nuclear y el área de Loma Alta.

La cuarta concentración es en la franja Oeste de Loma Alta (fuera de la zona de plazas). La quinta se ubica en toda la franja Este del asentamiento y es la que muestra una densidad considerablemente mayor que el resto del sitio (50 de 174 patios se

Figura 35. Prueba de polígono de Thiessen para los patios. 137 ubican ahí). La sexta concentración esta al Noreste del asentamiento, siendo esta la segunda zona más densa de patios con 24 patios28 (Figura 35).

Al bajar la escala de observación se hace notorio, en al caso de Loma Alta, el traslape geográfico de las distintas pruebas, es decir el tamaño y forma de los polígonos de Thiessen y el índice de jerarquía (Figura 36). Esto nos lleva a pensar en la idea una planificación como la sugiere Smith (2007).

Figura 36. Acercamiento (Loma Alta) de la prueba de polígono de Thiessen para los patios, se delimito el área de análisis con fines gráficos. Se aprecia la franja Oeste con polígonos medianos (izquierda), mientras que el Sur (abajo) y Norte (arriba) tiene polígono

28 Adicionando los patios que están en puntos intermedios entre las concentraciones cinco y seis el total de patios es de 91 lo que representa el 52.2% de la totalidad en el asentamiento. 138 Interpretación de los patios

En el caso de los patios tenemos una correlación entre pruebas cualitativas y

cuantitativas más cercana, pues en la jerarquía observamos que los patios de índice

bajo se distribuían en las partes más alejadas de las zonas de concentración de plazas.

Los polígonos por su parte muestra una especie de cinturón alrededor de esos mismos

espacios con polígonos de tamaño mediano alrededor de patios muy homogéneos. Por

otro lado, se aprecian polígonos pequeños en las zonas cercanas a las concentraciones

de plazas que corresponden a zonas con índice de jerarquía media y alta (Figura 25).

Estrategias de distribución espacial jerárquicas y heterárquicas de los patios

Las características heterárquicas que identificamos en los patios son: un

equilibrio entre las distintas formas29, la mayoría son muy accesibles (53%) o accesibles

(30%), tienen una tendencia a ser muy visibles (54%). Por otro lado, los patios

altamente públicos están repartidos en todo el asentamiento y no en un solo espacio30,

29 Se estableció previamente que generar lugares geométricos implica un esfuerzo adicional en la labor de edificación. También se argumentó que mayor formalidad en el patrón de distribución del entorno edificado requiere una coordinación mayor. Por lo tanto conjuntos geométricos y muy formales, como los conjuntos cuatriformes, se podrían asumir como conjuntos de élite (frente a los poco formales y de patrón distinto, como el alargado o el aislado), la cantidad equilibrada de conjuntos cuatriformes, mixtos, aislados y alargados, nos puede indicar relaciones más horizontales de poder, en donde la edificación de un conjunto cuatriforme no implica un privilegio por sí mismo, siendo una más de las posibilidades constructivas y no una exclusiva de la élite. 30 López Mesías (2011) señala que el conjunto F-4 de Huiztilapa pudo funcionar para celebraciones semi-públicas, en ciertos casos, este tipo de patios pueden incluso sustituir a las plazas (cfr. Stoll 2014), por lo tanto, su índice de público/privado debería ser alto (lo cual incluye tamaño grande, cercano a los caminos principales, patrón de distribución formal y alta visibilidad). En las sociedades altamente jerarquizadas, este tipo de patios deberían colocarse cerca de las zonas muy públicas, regularmente el centro del asentamiento (cfr. Hirth 1984; Winter 1986). La distribución de patios altamente públicos en todo el asentamiento nos puede indicar que esos patios no son 139 los patios con índices medios son la mayoría y se reparten de manera homogénea en el asentamiento.

Los aspectos jerárquicos observables, a partir de nuestros resultados son: un comportamiento estandarizado del tamaño (poca variabilidad), las densidades de patios se concentran en la periferia, aunque hay zonas de gran concentración que se superponen con concentraciones de plazas intermedias. En cuanto a los índices de público/privado, la mayoría de los patios son de medios y bajos, los patios con índice alto están preferentemente cerca de las plazas intermedias, pero alejados de otros patios, finalmente los patios de índices bajo se reparten preferentemente en las periferias de las concentraciones de plazas.

En la Tabla 11, se muestra la relación de la variable medida, el comportamiento observado y la interpretación que hacemos de esta relación, en términos de su tendencia hacia lo jerárquico o lo heterárquico como reflejo sociocultural de las estrategias de distribución espacial.

un factor en la diferenciación espacial y por tanto tampoco en la organización sociocultural, por lo menos no una importante. 140 Tabla 11. Resultados encontrados por cada variable de los patios, y su relación con una posible organización jerárquica o heterárquica.______Variable Comportamiento Tendencia Dimensiones Comportamiento estandarizado del tamaño (poca Jerárquico variabilidad). Patrón de No hay un predominio de la forma cuatripartita Heterárquico distribución Accesibilidad La mayoría son accesibles Heterárquico Visibilidad Tendencia a ser muy visibles Heterárquico Jerarquía La mayoría son de índices medios y bajos Heterárquico Las densidades de patios se concentran en la periferia, aunque hay zonas de gran concentración que se superponen con concentraciones de plazas intermedias. índice Cerca de las plazas intermedias, pero alejado de otros Heterárquico alto patios. Repartidos en todo el asentamiento y no en un solo espacio. índice Son la mayoría y se reparten de manera homogénea en Jerárquico medio el asentamiento índice Se reparten preferentemente en las periferias de las Jerárquico bajo concentraciones de plazas/patios Thiessen Ocho zonas de concentración de polígonos.

141 Capítulo 6: Discusión

Propuestas de sectores

Una vez comparadas las distintas variables, y con base en la información recopilada a lo largo de este trabajo proponemos una división en nueve sectores internos (numeradas del 0 al 8 en la Tabla 10), para ello se tomaron en cuenta las características del entorno natural (como topografía) y el entorno edificado (ver Tabla 5.

Resultados de las mediciones para patios, y Tabla 9.

Esta separación también responde a la identificación de un patrón, a partir del cual la presencia de plazas intermedias estaría asociada, a complejos habitacionales, en cierta proporción (preferentemente unidades pequeñas a medianas). Además, las plazas mayores enmarcarían el espacio público y tendrían relación con las unidades habitacionales con características especiales.

De acuerdo a la información de los sectores propuestos, las cantidades de

plazas y patios por índice de jerarquía tienen cierto equilibrio en cuanto a sus

proporciones. Observamos que en seis sectores tenemos presencia de plazas

intermedias, en los tres sectores restantes tenemos la existencia de plazas de jerarquía

alta. También es importante resaltar que en todos los sectores tenemos por lo menos

un complejo guachimontón (Tabla 12).

Estos datos nos regresan a las propias hipótesis, en donde se proponía que las

plazas intermedias podrían relacionarse con plazas de barrio (cfr. Fargher et al. 2014).

En cuanto a las plazas mayores o de jerarquía alta, tenemos presencia de ellas en seis

de los nueve sectores, pero cabe resaltar que en los tres sectores que no hay plazas

intermedias, si hay plazas de jerarquía alta (3,5 y 7), esto posiblemente se relacione a

142 Tabla 12. Propuesta de sectores para Los Guachimontones con información del índice privacidad para plazas y patios. #Sector/Nombre Plazas Patios Jerarquía baja media alta Guachimontón baja media alta 0 LA Sureste 1 4 0 4 0 : 13 7

1 LA Sur 0 3 0 1 0 4 6

2 LA Noroeste 1 3 0 1 3 19 9... 3 LA Noreste 0 0 4 1 6 22 15

4 LA Suroeste 0 2 3 1 5 ; 4...... 3 5 SN Este 0 0 1 1 6 14 3... 6 SN Oeste 0 0 2 1 3 2 ...... 2 7 Texcalame 0 1 2 1 0 13 : 0... 8 SN Centro 1 4 7 7 1...... :.3.....'.... 1... LA=Loma Alta Cantidad ya SN= Sector Nuclear incluida en la jerarquía las dimensiones y a la pérdida del registro arqueológico, en una cuestión de orden metodológico plantéado en el capítulo anterior. Esto es, que solo cuatro de las 19 plazas sean realmente mayores y el resto intermedias (ver Figura 17).

También cabe destacar la presencia de por lo menos un guachimontón en cada uno de los sectores, pues si bien sus índices de privacidad pueden variar, parece claro que podrían tener una connotación ritual o administrativa que lo hiciera condición de necesidad para tener un espacio diferenciado o sector. A continuación, se describen los posibles sectores del asentamiento, argumentado las razones para agruparlos de esa manera.

Sector 0 LA Sureste: parece ser plenamente residencial con cinco plazas

(ninguna de índice alto) y 20 patios (la mayoría de índice intermedio), sus límites fueron señalados al norte por la presencia una pequeña depresión en el terreno, y en la cual,

143 de acuerdo a nuestras pruebas, podría haber estado el camino interno principal del asentamiento. Hacia el Este y el Sur tenemos una inclinación natural muy pronunciada con presencia menor de patios, al Oeste también hay un declive, pero este es menos pronunciado y con mayor densidad de patios. Inmediatamente al Oeste tenemos otro sector, ambos se diferenciaron por la cantidad de plazas (la zona de influencia de la densidad de Kernel mostró una ausencia entre ambos), además los polígonos de

Thiessen para plazas mostraron una diferencia entre los dos sectores, la única prueba que no mostró diferencia entre ambos sectores fue Thiessen para patios (Figura 37).

Sector 1 LA Sur: es el más pequeño con tres plazas intermedias (una de ellas un guachimontón) y diez patios. Sus límites fueron señalados por el posible camino interior, ligeras inclinaciones al Este y Oeste, además de una inclinación muy fuerte al sur. Las distintas pruebas fueron consistentes en señalar la conveniencia de agrupar este sector (tuvo condiciones muy similares al sector 0 LA Sureste) (Figura 37).

Sector 2 LA Noroeste: cuenta con cuatro plazas y 22 patios, siendo una de las zonas de mayor concentración de patios, se localiza sobre una elevación natural que se limita por declives ligeros en todos sus lados. En este sector la mayoría de las pruebas eran consistentes en la homogeneidad que mostraba este espacio, razón por la cual se decidió agruparlo como un sector (Figura 37).

Sector 3 LA Noreste: tiene la mayor concentración de patios con 43 y cuatro plazas. En él hay dos zonas diferenciadas de patios; la primera es la más próxima a las plazas con valores altos en el índice de jerarquía y la segunda es un cinturón que está más alejado de patios con índices preferentemente intermedios. Estos primeros cuatro sectores parecen ser espacios preferentemente residenciales (Figura 37).

144 Figura 37. Mosaico con los distintos sectores de Loma Alta. (1) Sector 3 LA Noroeste, (2) Sector 2 LA Noreste, (3) Sector 0 LA Sureste, (4) Sector 3 LA Suroeste, (5) Sector 1 LA Sur.

Sector 4 LA Suroeste: cuenta con cinco plazas de índices altos y 12 patios, cinco de los cuales son altamente privados, esto sumado a las pruebas desarrolladas sugieren un espacio residencial de élite (Figura 37).

Sector 5 SN Este: se encuentra entre Loma Alta y el sector nuclear, es un espacio difícil de definir, pero parece corresponder a un área habitacional que creció a

145 la vera del desarrollo de sus sectores vecinos, pues en el vemos una distribución poco

homogénea en tanto plazas como patios (Figura 38).

Sector 6 SN Oeste: está conformado por el grupo conocido como La Joyita y

parece corresponder a una habitación de élite (Herrejón Villicaña 2008), aunque con

características diferentes al sector LA Sur, esto debido a que tanto las plazas como los

pocos patios (siete) tienen índices altos en cuanto a lo público (Figura 38).

Sector 7 Texcalame: se ubica en el extremo Oeste del asentamiento, en la

mayoría de las pruebas realizadas fue consistente su conformación como sector

diferenciado del resto. El sector 8 SN Centro es la que hemos manejado como Área

Nuclear y es en donde se concentran las áreas abiertas al público en la actualidad

(Figura 38).

Figura 38. Mosaico con los distintos sectores en el Área Nuclear, (1) Sector 5 SN Este, (2) Sector 6 SN Oeste, (3) Sector 8 SN Centro, (4) Sector 7 Texcalame.

146 De este modo tendríamos, una separación en nueve sectores. En el centro de los cuales estaría la zona plenamente pública (sector SN Centro), enmarcado por dos sectores con habitaciones de densidad baja (pocos patios), luego tanto hacia el Este

(Loma Alta) como hacia el Oeste (Texcalame) tenemos las áreas más densamente ocupadas. Es interesante notar que la zona pública está ligeramente inclinada hacia el

Suroeste del asentamiento, del mismo modo los sectores de Loma Alta se distribuyen dejando la zona más pública (sector LA Suroeste) también hacia el Suroeste, dejando los sectores con mayor cantidad de patios en el Norte (sector LA Noroeste) y Este (LA

Noroeste, LA Sur y LA Sureste) (Figura 39). Esto nos puede referir a que ciertamente estemos viendo una misma planificación en distintas escalas de observación.

Jerarquía Simbología Propuesta sectores Posibles caminos plazajera_baja ___ j . LASurOeste LA Sur Sombreado -<— •— Domestico plazajera_medi8 V a lo re s SN Este LA Sur Este High: 254 M plazajera_alta_ ------In te rm e d io SN Oeste SN centro patios jerarqui baja — ■11 Principal A Low: 0 . LA Ñor Este Tescalame 0 75 150 300 ¡ patios jerarquía media , LA Ñor Oeste I Meters Límte oficial del sitio ■ i patios jerarquía alta Figura 39. Mapa general de los sectores propuestos 147 Esta distribución del entorno construido parece reflejar cierto patrón concéntrico, el cual no es exclusivo de Los Guachimontones. Por ejemplo, en el caso Tarasco,

Pollard describe cuatro zonas de habitación con distintas jerarquías: “El tipo uno, es la clase más pobre, son los campesinos y viven alrededor de la ciudad... el tipo dos representa a las casas nobles, estos vivían dentro de la ciudad y tenían diferentes ocupaciones... la tercera clase social son los nobles de bajo estatus, generalmente vivían dentro de la ciudad y eran los especialistas en distintos oficios” (Pollard 1993:38-

41). Por su parte, Hirth (1984:583) muestra un patrón parecido en Xochicalco, con la zona pública hacia el centro de una mancha irregular del asentamiento, las zonas habitacionales de élite repartidas en un primer anillo y el resto de las unidades habitacionales más alejadas, pero cargadas hacia un sector, unidos por un sistema de caminos internos (Figura 40).

Así podemos asumir que, si bien la “estandarización” y la “disposición coordinada de edificios y espacios” son distintas entre Los Guachimontones y por ejemplo

Xochicalco (como muestra del patrón alrededor de plazas rectangulares), al observarlo en una escala mayor -el de la planificación- resultan bastante similares entre sí.

Al bajar nuestra escala de observación notamos que la distribución de plazas y patios en los distintos sectores fue relativamente homogénea, tal y como se muestra en la siguiente gráfica (Figura 41), exceptuando el sector 8 (Área Nuclear) en donde la presencia de plazas es significativamente mayor que en el resto de los sectores.

148 FJg. 4 (le ñ ). Epiclassic pcriod occapation at Xccbktíco, Fig. 5 Iríght). Compariion of idealized and actual concentric arcbitectunl división» at Xochicako: (1-2) élite zones, (3-5) nonclitc reaideace, (6) Pyramld oí the Plumed Setpent and Plaza Ceremonia), (7) EdiSco E and Plaza Central, and (8) streets and pavements.

Figura 40. Mapa con la distribución del espacio en Xochicalco durante el Epiclásico, tomado de Hirth (1984:583).

Cantidad de patios y plazas por sectores

0 1 2 3 4 5 6 7 8 a patios 20 10 32 43 12 23 7 13 5 ■ plazas 5 3 4 4 5 1 2 3 12

Figura 41. Gráfica que muestra el balance de plazas y patios por sectores en Los Guachimontones.

149 Este balance nos muestra que, en general un sector tendría en promedio tres plazas y unos 24 patios, esta tendencia (una plaza para cada ocho patios) podría someterse a comparación con otros asentamientos de la tradición Teuchitlán para poder perfilar patrones de distribución, siguiendo la idea de una organización por sectores.

En el proceso de definición de los sectores se hicieron pruebas para cada una de las variables cuantitativas (dimensiones, acceso, visibilidad y patrón de distribución), con resultados que muestran tendencias similares a las mostradas en la Figura 41. Con fines se sintetizar solo se presenta una gráfica comparativa (Figura 42). En ella podemos observar la tendencia de los resultados por sectores para las plazas (en ordinales para poderse comparar), la línea verde corresponde a la accesibilidad, la morada a dimensiones y la roja al patrón de distribución. Se organizan en tres niveles

(bajo medio y alto), al decir homogéneo nos referimos a que la mayoría de las veces, si una plaza tiene un valor bajo en dimensiones, lo tiene también en patrón de distribución y accesibilidad.

Las líneas muestran que el sector 8 es el más heterogéneo, mientras que los sectores 0 al 7 tienen una tendencia muy homogénea, es decir las plazas tienen valores ordinales cercanos. Por ejemplo, el sector 0 tiene cinco plazas (ver Figura 41), solo presenta valores distintos en la cuarta plaza del patrón de distribución y en la quinta de las dimensiones, lo cual representa un 86% de afinidad. Esto es relevante ya que se están midiendo condiciones independientes entre sí, y aunque el rango de dispersión es bajo (del 1 al 3), la afinidad es muy marcada.

150 comparativo en valores continuos 40

Figura 42. Gráfica con el comparativo entre tres de los valores continuos usados en el presente trabajo para plazas.

Lo anterior nos permite asumir la validez de la prueba, puesto que las distintas variables cuantitativas estaban midiendo aspectos distintos de las plazas y los patios.

Un ejemplo de lo anterior es la distribución de las plazas por sectores de acuerdo a su dimensión. En la Figura 43 podemos apreciar cómo las plazas se reparten, de acuerdo a sus dimensiones, de manera homogénea en los distintos sectores del asentamiento.

Las plazas intermedias (color rojo en la Figura 43) cobran especial relevancia, pues seis de los nueve sectores tienen cuando menos una de ellas, siendo las excepciones el sector 0 LA Sureste, el cual parece sustituir el tamaño por la cantidad, pues cuenta con cuatro plazas pequeñas (color azul). El sector 5 SN Este, tampoco tiene plazas intermedias, pero, como hemos señalado, este sector es el más problemático para definir pues tiene un patrón de distribución similar al de los sectores de Loma Alta, aunque hay que señalar que está contiguo al Área Nuclear (Figura 43).

151 Dimensiones por sectcares m 2 Medianas 18000 16000 14000 \ 12000 \ 10000 1 8000 \ ouuu t \ yinnn A A ft A A A \ onnn a f / V L / \ / ^ / V y N J\ W V * t r 4 0 0 0 0 0 1 1 1 2 2 2 2 3 3 3 3 4 4 4 4 4 5 6 6 7 7 7 888888888 8 8 8

Dimensiont s

Figura 43. Gráfica de las dimensiones de las plazas por sectores.

No debemos descartar la posibilidad de que los parámetros establecidos puedan ser ajustados con nueva información y esto podría cambiar las interpretaciones que aquí se han establecido.

Otro elemento relevante, aunque tangencial en el análisis, fue el de los caminos.

En la imagen (Figura 44) podemos apreciar cómo el camino principal articula el resto de los caminos, al mismo tiempo que divide a los sectores, estos están agrupados por una conexión inmediata a los caminos secundarios y al principal. En oposición, los caminos domésticos más bien unen los conjuntos arquitectónicos al interior de los sectores.

También notamos en cuanto a la ruta del camino principal que, a pesar de que hay secciones en donde es más estrecho el espacio con una inclinación menor a 15°

(color verde en la Figura 44), existe una continuidad que articula y en torno a la cual se disponen los distintos elementos del entorno construido. Algunos autores destacan la importancia de los caminos internos, por ejemplo, Blanton y Fargher (2011) encontraron que los estados altamente colectivos intentaron crear redes que permitieran la

152 Leyenda Posible* Caminos Domstbc» ...... Intermedio w a a xtct Pnnopal Pn>pu««ta Sector*» EAtcoctoo*» Densidad Plazas [ l o •0.000262652 1____ | 0.000262852 - 0,000525705¡ I 1 0,000526705 -0,000788557 Densidad Palios I 10-0.000121662 ¡ . J 0,000121602 -0,000243323 [ _ j 0,000243323 - 0,000384985 I I 0 000304085 - 0.0004B8047Í I | 0.000486047 -0.000608308' I 1 0.000608306 - 0,00072007 1-5; -.I 0 00072907 - 0 00065t832 m 0.0006M632 - 0.0009n2#3¡

Figura 44. Mapa de Los Guachimontones en donde se muestran los sectores, caminos, así como densidad de plazas y patios. comunicación urbana, para facilitar el rápido y fácil movimiento interurbano entre múltiples ubicaciones, tanto para los contribuyentes como los funcionarios (y formas de procesión no sólo ceremoniales para la élite).

Los espacios públicos están articulados a partir de los caminos internos, en especial a escala de barrio (Stark 2014). Caminos y plazas son factores indivisibles del diseño de un asentamiento y la convivencia de sus habitantes:

“Espacios públicos son importantes porque son la arena del entorno construido

en la cual una gran cantidad de individuos puede congregarse y engancharse en

un verdadero ejercicio de construcción social, que son cruciales para adquirir la

153 confianza necesaria para la cooperación y la construcción y mantenimiento del

estado colectivo” (Stark 2015:5, traducción propia).

De este modo, la distribución de plazas y patios permiten identificar patrones de organización espacial, lo cual nos refiere a la dicotomía entre público/privado, con nueve sectores diferenciados entre sí. Esta distribución espacial de áreas grises la relacionamos con estrategias socioculturales tanto verticales (jerárquicas) como horizontales (heterarquía). Lo anterior se acerca más a la propuesta de Beekman

(2008a) de organización socio-política a partir de linajes.

Plazas en Los Guachimontones

Si las plazas fueron tan importantes en el resto de Mesoamérica ¿qué papel están jugando las plazas en Los Guachimontones, al no tener el mismo patrón de distribución? Si sometemos a análisis los niveles de Rapoport, podemos localizar un patrón interno ¿se referirá a otro tipo de cosmogonía -nivel alto- a cuestiones de identidad, poder, ideología (nivel medio) o a cuestiones de relaciones sociales, posibilidades técnicas (nivel bajo)? Un paso importante a seguir es comparar lugares como Los Guachimontones con otros en Mesoamérica. Consideramos que la plaza puede seguir siendo un ordenador del espacio, pero con una lógica distinta.

Los datos obtenidos, nos muestran que las plazas ocupan 11.5% del espacio no natural (edificado y no edificado). Este porcentaje nos puede referir el interés de los habitantes en Los Guachimontones de procurar espacios públicos y al mismo tiempo de un asentamiento planificado. Habría que recordar que distintos autores coinciden en que las plazas son el centro de la vida pública (Arancón 1992; Heyden y Gendrop 1973;

Inomata 2014; Moore 2014; Stanley et al. 2012), pero también se ha señalado que las 154 actividades públicas no son exclusivas de las plazas; por ejemplo, grandes patios de

élite en el occidente pueden albergar celebraciones de carácter semi-público (López

Mestas y Ramos 1998).

Siguiendo la lógica del argumento anterior y con base en nuestros propios resultados, consideramos que ciertamente las grandes plazas son espacios para la actividad pública de la mayoría de las personas, mientras que plazas medianas y pequeñas sirven como un elemento cohesionador del espacio privado circundante, serían plazas para un grupo particular de personas unidas (por lo menos espacialmente) por algún motivo, como la filiación a un linaje.

Esto no implica una separación de élite y no élite. Nuestros datos nos muestran que el tamaño intermedio de la plaza se reparte de manera homogénea, es decir, las plazas no son controladas directamente, por lo menos en términos espaciales, por grupos de élite. Esto nos lleva a retomar las ideas de Stoll (2014) y López Mestas y

Ramos (1998) acerca de que serán los patios grandes los que cumplirán las funciones, no permanentemente, de contenedores de celebraciones rituales para un público restringido.

Trabajos anteriores asociaron la monumentalidad en la tradición Teuchitlán con una organización jerárquica tipo estado (Weigand 2000). Uno de los argumentos principales de esta propuesta fue la distribución urbana, la cual se organizaba en círculos concéntricos (Weigand 1993). Visto desde una escala de sitio, parecería que efectivamente es de esta manera.

De acuerdo a los datos obtenidos en este trabajo el sector SN Centro (área plenamente pública), estaría en un primer círculo de entorno construido, seguido de un segundo círculo de habitaciones con una concentración mayor de unidades

155 habitacionales de élite y que lo componen los sectores SN Oeste, SN Este y LA

Suroeste. En un tercer círculo tenemos los sectores habitacionales de no élite,

conectado mediante un sistema de caminos internos (Figura 45), compuesto por

Texcalame, LA Sur, LA Sureste, LA Noroeste y LA Noreste, todos contenidos por el

entorno natural.

Al llevar esta información a la tendencia entre lo público y lo privado, vemos

consistencia con la propuesta de Weigand, y por lo tanto con la idea de una jerarquía

en el asentamiento. Sin embargo, al cambiar de escala de observación de una que

abarca el asentamiento, a otra que se enfoca en el nivel de los sectores internos,

podemos notar que la dinámica espacial es distinta, combinando en algunas ocasiones

espacios privados en el interior y públicos alrededor (Tabla 13 y Figura 46).

Figura 45. Mapa (recuadro superior izquierdo) y esquema de distribución de los sectores públicos y privados en Los Guachimontones (representados en círculos). En rojo las áreas más públicas, en amarillo los sectores con habitaciones de élite y finalmente las áreas plenamente habitacionales. En línea punteada se esquematizan los caminos.

156 Tabla 13. Relación de la organización del espacio en términos de lo público y lo privado en los distintos sectores de Los Guachimontones.

Esta distribución parece menos jerárquica, respondiendo favorablemente al planteamiento de que en una heterarquía se solapan las distintas formas de organización (Crumley 1986). Esta compleja relación de traslape entre lo público y lo privado se muestra en las siguientes Figuras (47 y 48). Para los sectores de Loma Alta tenemos que, en tres de los cuatro sectores la distribución es contraria al nivel de asentamiento, es decir con lo público en la parte exterior (Figura 46). Mientras que en el sector SN Centro hay una relación de traslape entre los aspectos público y privado los cuales se alternan (Figura 47). Con esta información podemos pensar que, si las plazas y los patios son reflejo de la estructura de poder como una expresión social de la organización social, en Los Guachimontones no hay un poder centralizado.

En las imágenes (Figura 46 y 47), se muestra a la izquierda la propuesta de sectores, mientras que a la derecha tenemos el esquema con la distribución de las zonas más públicas y más privadas tanto de patios como de plazas. Por ejemplo, abajo a la izquierda se observa que en el sector LA Suroeste los patios con índice altamente

157 público están alrededor del centro (color rojo de la izquierda correspondiente al color marrón de la derecha), los patios más privados se ubican al centro, por otro lado, las plazas más públicas (color negro) se encuentran en la periferia del sector, mientras que las plazas menos públicas están hacia el centro del sector. Se ilustra la diversidad en la distribución de los distintos sectores.

Lo anterior nos lleva a la idea de que el uso del entorno construido puede ser observado en distintas escalas, mientras que a nivel de asentamiento observamos una tendencia hacia la centralización, a nivel de sectores notamos una gran diversidad, en donde se incluye patrones no centralizados, es decir el emplazamiento de los lugares públicos hacia la periferia del sector.

Así lo podemos notar en la Figura 46. En el esquema realizado para este fin se aprecia que en el sector LA Suroeste (abajo a la izquierda), mantiene una distribución

Público rn^ ^ ^ ^ u b lic o

O Patios más privados O fím menos pública ^ Patios más públicos • Plaza más pública

Figura 46. Mapa y esquema de la distribución del espacio en función de los índices de público/privado en los sectores de Loma Alta. 158 centralizada en la disposición general con las plazas al centro (ligeramente cargadas al

Noreste) y los patios alrededor de ellas, pero estos patios son altamente públicos

(círculo marrón), mientras que los patios más privados son cercanos a las plazas

(círculo verde). Esto resulta contradictorio con lo señalado en la revisión de la literatura y en lo que esperábamos observar, pues considerábamos que los patios altamente públicos, parecidos al F-4 de Huiztilapa, se encontrarían contiguos a las plazas. Incluso la plaza más pública (círculo negro) de este sector está prácticamente en uno de los extremos del mismo, es decir no mantiene un patrón centralizado.

Una situación similar se aprecia en el resto de los sectores de Loma Alta (Figura

46), pues en ningún caso tenemos las plazas con índices públicos más altos hacia el centro, contrastando esto con la distribución en plazas en el Sector SN Centro o Área

Nuclear (Figura 47), en donde sí tenemos el patrón concéntrico de plazas más públicas

' * ■ ...... - — — ► Publico Privado Público Privado

O Patios más privados O plaza menos pública 4 ) Patios más públicos ^ plaza más pública

Figura 47. Mapa y esquema de la distribución del espacio en función de los índices de público/privado en los sectores del Área Nuclear. 159 al centro (círculo negro), con plazas menos públicas alrededor (círculo gris).Contiguas a estas plazas intermedias están los patios altamente públicos (tal vez como el F-4 de

Huitzilapa) y los patios más privados en la periferia del sector (círculo verde).

Entonces, si la distribución de plazas y patios en el entorno construido nos puede acercar a la organización sociocultural, aún sin total certeza de la forma específica de dicha organización, sí podemos pensar que existían distintas estrategias de comunicación no verbal, a través de la disposición de áreas públicas y privadas. De este modo, distintas estrategias de distribución espacial podrían relacionarse con distintas estrategias dentro de la organización sociocultural, tales como jerarquía o heterarquía.

Patios en los Guachimontones

Weígand (2011:56) complementó la idea de monumentalidad en la arquitectura de la tradición Teuchitlán afirmando que ésta no implica únicamente el tamaño sino también el diseño -la forma-. Bajo esta misma lógica Smith Márquez (2009) planteó que la forma de la unidad habitacional en Los Guachimontones y los sitios de la Región

Valles es principalmente la cuatriforme. De este modo, la dependencia explicativa de la monumentalidad para los espacios públicos, representada por el complejo guachimontón, se trasladó al ámbito privado en una dependencia de la forma cuatriforme, con los mismos problemas causales que ya hemos discutido.

El mismo Smith Márquez (2009:63) refiere que “las casas de cuatro estructuras alrededor de un patio es uno de los patrones más comunes en los asentamientos mesoamericanos y se pueden encontrar en distintas zonas y en diferentes temporalidades”, si bien esto es certero para algunos casos, el patrón de distribución 160 simétrica de los cuartos alrededor de un patio, tiene una trayectoria histórica que se puede rastrear desde el preclásico (cfr. Manzanilla 1986) y no necesariamente corresponde a la distribución de la mayoría de las unidades domésticas en Los

Guachimontones.

Nosotros hemos observado una distribución del entorno construido que privilegia la división por sectores más o menos homogéneos, en donde si bien existe una estratificación en la sociedad (véase la propuesta de López Mestas 2011), no implica una jerarquía rígida a partir de un estado (cfr. Weigand 2000). En cada sector propuesto habría un grupo de personas unidas por algún motivo, posiblemente por linaje como lo refiere Beekman (2008a), y al mismo tiempo separadas claramente de otros grupos. Así lo sugiere la distribución de plazas y patios: grupos de edificaciones y entornos no edificados agrupadas en una conexión inmediata, delimitados claramente por otros conjuntos y por el entorno natural, generando separaciones con otros sectores.

En el interior de cada sector, observamos un equilibrio entre las áreas públicas y privadas (ver Figura 41). Si bien la disposición especifica de los distintos elementos cambian de sector en sector, casi todos mantienen una estandarización, medida a través del índice de privacidad de los espacios. La única excepción en este equilibrio entre los sectores, es el SN Centro, o Área Nuclear, espacio en donde se concentran las edificaciones y las plazas de mayores dimensiones en el sitio. A diferencia de la perspectiva de Weigand (2011), consideramos que la forma y tamaño no son los únicos elementos para asumir las funciones de un espacio, ni tampoco su relación directa con una forma de organización socio-política.

Los elementos que observamos en el Sector SN Centro, nos indican plazas grandes, pero no necesariamente con los índices de público/privado más altos, la

161 distribución cualitativa (Thiessen) es muy homogénea pero no es la única que lo tiene de ese modo, más allá de esto, tenemos pocos patios cuatriformes, y con índices de público/privado inusualmente altos.

Todo esto nos lleva a pensar que hay muy poca gente viviendo en esta zona (si la hubiera) y que quienes lo hicieron debieron estar cumpliendo funciones plenamente públicas. Así, no habría un control directo sobre el Área Nuclear de ninguno de los grupos representados en los distintos sectores del asentamiento, más bien veríamos una organización social compleja, pero equilibrada en sus relaciones jerárquicas y heterárquica, representada culturalmente en una distribución del espacio con índices públicos/privados similares entre sí.

Por otro lado, en cuanto a la relación de los índices de lo público/privado con la organización sociocultural, tenemos que, a lo largo del trabajo ambas estrategias fueron percibidas. Por ejemplo, en el análisis cualitativo veíamos una primera tendencia hacia lo jerárquico, pero de habernos quedado solo con esto, nos habría llevado a lo que advirtió Smith (2007), acerca de una falsa dicotomía de cierto/falso-presencia/ausencia, tal y como lo planteó Weigand (2011) en términos de la monumentalidad de los edificios. Al continuar con las pruebas, se notó que las estrategias de distribución se diversificaron.

Esta falsa dicotomía de lo monumental contra no monumental (o en otro nivel, de lo planificado contra no planificado) nos obliga a ver la relación entre distribución del espacio y organización sociocultural en términos también de presencia/ausencia; civilización vs no civilizado, estado vs cacicazgo. Consideramos que esta discusión ha llevado al estudio de la llamada tradición Teuchitlán a un callejón sin salida, en donde

162 las explicaciones deben ser “a favor de o en contra de” alguna de las propuestas de organización sociocultural.

De esta manera, se ha impedido reconocer la riqueza en los matices de las dinámicas socioculturales, en donde las tendencias hacia una forma de organización u otra se pueden alternar e incluso entrar en tensión en un mismo asentamiento. En ese sentido, nos parece bastante pertinente la sugerencia de “cambiar la escala de observación” constantemente (Kowalewski 1990:210), tanto en términos teóricos como metodológicos, pues de esta manera podemos notar la dependencia explicativa y la relación uni-causal que se genera a partir de mantener interpretaciones que giran en torno a conceptos como el de “monumentalidad”. Consideramos más adecuado entender la distribución espacial y explicar su relación con la organización sociocultural a partir estrategias socio-políticas en términos de tendencias en un continuo, tal y como los sugieren autores como Blanton y Fargher (2011) para Mesoamérica, así como

Beekman (2008b) para la tradición Teuchitlán, o Sumano (2016) y Hollon (2015) para

Los Guachimontones.

Finalmente, es importante destacar que en el periodo previo a 1999 se propuso la caracterización de la tradición Teuchitlán en temas como su organización política, modo de vida, formas de subsistencia, relaciones económicas, patrón de asentamiento, entre otros. Tras varios años de trabajo de campo los postulados principales no han cambiado, lejos de eso tesis y algunas publicaciones “refuerzan” las ideas planteadas antes de intervenir arqueológicamente.

Si sumamos esto al desequilibrio de informes-tesis-publicaciones, tenemos un problema circular de generación del conocimiento, no asumimos que las ideas originales de Weigand sean erróneas, más bien planteamos que hay que contrastarlas

163 con otras hipótesis. Como ejemplo, en cuanto al patrón de distribución del entorno

construido en Los Guachimontones, es probable que lleguemos a conclusiones

similares, o tal vez no, pero es necesario completar el proceso de formación del

conocimiento y someterlo a comprobación. A continuación, se resumen las

interpretaciones obtenidas a partir de los resultados generados, en relación con las

preguntas de investigación e hipótesis de trabajo (Tabla 14).

Tabla 14. Correlación de las preguntas de investigación, hipótesis e interpretaciones. Pregunta Hipótesis Interpretaciones ¿La distribución de Equilibrio entre plazas y Estrategias diferenciadas, plazas y patios nos patios con jerarquía alta y observables en distintas escalas. permite identificar media/baja (proporcional) Escala asentamiento: público al patrones de centro privado en dos niveles organización espacial Patios con tendencia hacia lo exteriores- el segundo equilibrado que nos refiere a la público cerca de plazas entre lo público/privado el segundo dicotomía entre principales más tendiente a lo privado público/privado? (estrategia vertical). La mayoría de las unidades Escala sector: seis de nueve habitacionales asociadas a sectores con privado al centro y/o plazas domésticas y sin orden nucleado (estrategia secundarias horizontal). Patios de jerarquía alta Hay sectores diferenciados en tres asociado a plazas principales círculos concéntricos (similar al patrón del guachimontón). Las concentraciones de elementos se difuminan hacia afuera. ¿Cómo es que la Mediante la formulación de Estrategias horizontales y verticales distribución espacial estrategias específicas de de distribución espacial se de las áreas grises el distribución de lo relacionan con una organización entorno construido de público/privado que alterna estrategias horizontales Los Guachimontones y verticales de relaciones de poder. puede referirse a la organización sociocultural?

164 ¿podemos relacionar La distribución nucleada (lo público en el centro), solo es la distribución de las 03 ~ 0 aplicable en una escala de asentamiento, en donde plazas y patios con ET= o)S puede relacionarse con lo intencionalmente se quiere alguna de las 03 ’ <1) mostrar, mientras que la vida cotidiana parece tener una propuestas previas distribución más horizontal. Esto es similar a lo de organización planteado por Beekman (2008a), cuando habla de que socio-política en Los elementos como el conjunto guachimontón representa Guachimontones? estrategias más corporativas, siendo estos conjuntos lo .03 más público. Mientras que por ejemplo las tumbas de c r L_ tiro son elementos más excluyentes (y un aspecto más 03 privado). De esta manera los datos obtenidos en el ■+—

Una vez hechas las interpretaciones con respecto a los resultados, es necesario

apuntar algunos otros aspectos que se apreciaron durante el presente trabajo. La

generación de una propuesta metodológica para identificar plazas y patios,

relacionándolas con la distribución espacial, requirió una sistematización de la

información disponible. Al hacerlo, pudimos darnos cuenta de que ideas previas, como

la monumentalidad y la presencia de unidades habitacionales cuatriformes, reforzaban

el planteamiento de la existencia de un estado. De manera inesperada apreciamos que

los patios con estructuras cuatriformes no son la forma principal de las unidades

habitacionales, como tampoco lo es la relación entre tamaño y complejidad de las

edificaciones.

Por otro lado, las pruebas de los polígonos de Thiessen, significó una forma de

visualizar posibles contradicciones en las variables cuantitativas. Situación que fue

evidente en lugares como Loma Alta, en donde algunos polígonos de patios fueron más

grandes que polígonos de plazas. Nosotros esperábamos tener regularidades en el

Área Nuclear y en el centro de Loma Alta, pero encontramos que la distribución de los

165 polígonos fue más constante en las periferias que hacia el centro, posiblemente refiriendo el énfasis en el orden espacial de las unidades habitacionales.

Algunos otros resultados inesperados fueron que, si bien pensábamos encontrar una tendencia en la distribución del espacio público mediante estrategias verticales y horizontales combinadas, similar a las que señala Beekman (2008a) para el entorno edificado, no imaginábamos que esta iba a ser en una escala de observación tan pequeña como la del nivel de sectores. Asumimos originalmente que habría mayor equilibrio entre la tendencia de lo público y lo privado, pues si bien conocíamos la preponderancia en este aspecto del Área Nuclear para lo público, consideramos que los

índices de jerarquía pública en las plazas de los sectores aledaños podían “equilibrar” el entorno edificado marcadamente público del centro. No fue así y lo que encontramos fueron estrategias diversas en una escala menor.

En ese sentido, también pensábamos que los patios posiblemente de élite (muy privados pero grandes y cuatriformes) estarían asociados a las plazas altamente públicas de la periferia (ordenado por sectores), pero no fue así. Lo que encontramos fue sectores diferentes entre sí, con estrategias de distribución diversas en el interior de cada sector, en ocasiones con lo más público hacia el centro y en otras ocasiones disperso en el interior del sector. Por ello, ahora consideramos muy probable que exista una tendencia a mostrarse hacia afuera (escala mayor) con una organización más jerarquizada y otra tendencia de relaciones más heterárquicas hacia el interior.

Ya Hollon (2015) y Sumano (2016) habían señalado el carácter restrictivo del conjunto guachimontón, en especial el Círculo 1 de Los Guachímontones. Hollon lo considera como una forma de expresar desproporciones de poder simbólico y político entre los grupos corporativos que los edificaron (Hollon 2015:174), mientras que

166 Sumano (2016) lo relaciona con las estrategias sociopolíticas excluyentes. En ambos casos tenemos que la restricción es parte de una serie de estrategias dialécticas que se alternan en el Área Nuclear, pero que en general se pueden asemejar al planteamiento de que hay elementos que buscan mostrar relaciones más jerárquicas (lo más visible) y otras que evidencian relaciones más horizontales.

Lo anterior puede conceptualizarse como una de las formas de comunicación no verbal del entorno construido que plantea Rapoport (1969), y que evidenciaría una planificación del asentamiento que es discernible desde el registro arqueológico (cfr.

Smith 2007). En donde la disposición coordinada de edificios y espacios muestran

índices de jerarquía pública alternados.

Distribución del entorno construido y la organización sociocultural

“Ciudades planeadas son aquellas en las que existe una organización discernible y formal del espacio” (Smith 2007:7, traducción propia). Para poder observar esa planeación en un asentamiento, proponemos la conveniencia de usar los modelos de entorno construido de Rapoport (1967) y su aplicación en la arqueología a través de conceptos como lugar (Ingold 2000, Tilley 1994), en donde se reconoce la indivisibilidad de entornos no edificados con las edificaciones y la naturaleza. En la idea de entorno construido se asume una relación entre la distribución del espacio y la organización sociocultural, en esta relación los entornos no edificados, particularmente plazas y patios, tienen una posición privilegiada como espacios paradigmáticos de la vida pública y privada respectivamente (Stanley et al. 2012, 2016). De este modo, investigar plazas y patios nos permite dilucidar la planificación de asentamientos como Los

167 Guachimontones y relacionarlo con la organización sociocultural de esa antigua sociedad.

En la distribución espacial del entorno construido, plazas y patios debieron de tener un papel fundamental como lugares centrales de la vida pública y privada respectivamente (Santley et al. 2012). La forma en que ambos lugares de distribuyen a lo largo del asentamiento nos ayudará a entender la forma en que se organizaba la sociedad, de acuerdo a propuestas previas (cfr. Beekman 2008a, 2008b; López Mestas

2011; Weigand 2009).

Como fenómenos físicos, y por tanto expresión cultural de la estructura social, los restos arqueológicos pueden medirse y sus relaciones espaciales son determinables

(cfr. Ingold 2000), tanto en los espacios interiores como en los exteriores. Estos espacios van dando forma al emplazamiento de áreas cubiertas y posteriormente a sus edificios (Mangino 1992:33). En el entorno construido lo edificado y lo no edificado juegan papeles tan importantes tanto uno como el otro, dentro de los espacios no edificados plazas y patios se definen en cierta medida por sus edificaciones circundantes.

De este modo, áreas abiertas intencionalmente dejadas pueden dar paso a edificaciones y viceversa, en una relación dialéctica a lo largo del tiempo. Por tanto, la organización de espacios interiores y exteriores pueden ser un reflejo uno del otro, y ambos a su vez de la organización sociocultural. Keating (2000) plantea el ejemplo de un cuarto grande (interno) en Pohnpei (Micronesia) llamado Nahs o casa de festines, que a pesar de tener una forma rectangular (similar a las usadas en pueblos organizados jerárquicamente), el acomodo interno de los asistentes es el que refleja el carácter heterárquico de la organización social. En el interior del Nahs se combinan

168 relaciones horizontales y verticales, tal y como ocurre en la organización de la sociedad de Pohnpei. Con el tiempo a los lugares que ocupaba cada representante se iban colocando símbolos materiales de cada sector o grupo, amueblando el espacio.

Por otro lado, tenemos el planteamiento de Arancón (1992), quién propone que en Mesoamérica es a partir de los patios centrales internos que se da paso a las plazas principales, respetando la disposición inicial, acrecentando las dimensiones, pero no el sentido de organización. Si combinamos la forma de distribución espacial interna, vista sincrónicamente con el ejemplo de Keating (2000), con un análisis diacrónico como el de Arancón (1992), podríamos asumir que la distribución espacial del entorno construido en Los Guachimontones es la perpetuación material que expresa culturalmente las posiciones dentro de la organización que tendría cada sector de la sociedad.

En el presente trabajo hemos observado una distribución de las áreas grises en

Los Guachimontones, en donde la tendencia hacia lo público y lo privado se relaciona con una forma de organización sociocultural. Consideramos que este acomodo espacial es producto de una planificación (cfr. Smith 2007) y que refleja una organización heterárquica (cfr. Crumley 1986), del mismo modo que las plataformas circundantes en el conjunto guachimontón son producto de mano de obra distinta (cfr. Beekman 2008b;

Weigand y Esparza 2008).

Si la distribución espacial del entorno construido es el resultado de la perpetuación material de la organización sociocultural (cfr. Arancón 1992), es factible pensar que dicha organización respondía a un esfuerzo coordinado de construcción. La distribución espacial al interior de los Nahs se organizaba de acuerdo a relaciones

169 horizontales de poder, pero dentro de una edificación que es similar a las que se usan en sociedad con organizaciones más jerárquicas (Keating 2000).

Del mismo modo la distribución espacial de áreas grises en Los

Guachimontones, a nivel de asentamiento, parece mostrar una tendencia jerárquica al disponer los elementos más públicos hacia el centro. Pero al cambiar la escala de observación notamos que, en la distribución de áreas públicas y privadas de los sectores y la composición interna de estos, se muestra una tendencia más bien heterárquica, del mismo modo que el conjunto guachimontón parece restringir el acceso, reflejado en índices públicos bajos. Sin embargo, al observar más detenidamente se aprecia que en dicha composición interna del guachimontón hay distintas manos de obra, sin que haya una que se imponga sobre las otras.

Otro ejemplo de escala distinta es el que plantea Beekman (2008b), en donde estrategias más bien jerárquicas son características de asentamientos alejados del centro regional más grande. Mientras que estrategias de poder horizontales tienden a ser más notorias hacia el centro (Los Guachimontones). Así, podemos ver distintas estrategias en escalas diferentes, situación similar a lo que hemos apuntado en cuanto a la distribución espacial de áreas grises, observado desde los índices de tendencia hacia lo público o privado.

Lo anterior nos lleva a reflexionar acerca de observar los vestigios arqueológicos en una escala distinta, pero las escalas no son solo en términos del espacio físico, lo puede ser también en el aspecto teórico. Si la distribución del entorno construido a nivel de asentamiento es en tres círculos concéntricos, ¿puede esto referirnos a una escala de organización sociocultural?

170 Hemos notado una similitud entre el patrón de distribución del conjunto

guachimontón y el patrón de distribución del entorno construido en Los

Guachimontones, en donde ubicamos un ordenamiento a partir de tres círculos

concéntricos (Figura 48). Si bien el guachimontón y la distribución en sectores no es

una reproducción a escala perfecta (8 sectores igual a 8 plataformas), estamos frente a

una manera de concebir la forma de ordenar las cosas.

La cosmovisión de las personas da un sentido de lógica al espacio, lógica que es

aplicada de manera implícita o explícita en las distintas escalas de intervención del

entorno (casa-patio, sector-plaza, asentamiento-distribución del espacio). La

distribución espacial del entorno construido en Los Guachimontones, está organizada

Figura 48. Repetición de patrones concéntricos en la distribución del guachimontón (arriba) y el patrón de distribución del entorno construido en Los Guachimontones (abajo). 171 en nueve sectores agrupados en un sector central, tres sectores intermedios y cinco sectores predominantemente habitacionales. De este modo los tres conjuntos tienen patrones de distribución de lo público/privado diversos; el nivel de asentamiento nos

muestra una estrategia vertical de organización sociocultural, mientras que en el nivel de sectores notamos una mayor tendencia a estrategias horizontales. Es por ello que

consideramos que en Los Guachimontones es posible relacionar la distribución del

entorno construido con una organización sociocultural tendiente a usar de manera

combinada estrategias de poder verticales y horizontales, tal y como se ha señalado

que ocurre en las heterarquía.

Finalmente, los análisis acerca del entorno construido requieren amplios marcos

de comparación para tener alcances explicativos: “El enfoque sugerido aquí necesita

ser ampliado y ajustado a las distintas regiones y ciudades. Su validez y utilidad sólo

puede establecerse a través de la confrontación con registros arqueológicos e históricos

de ciudades antiguas específicas” (Smith 2007: 41, traducción propia). A este respecto

el ejemplo de caso de Los Guachimontones puede aportar otro ejemplo singular a este

tipo de estudios, y cuestionar en específico la preponderancia de la distribución

alrededor de una plaza rectangular.

172

Capítulo 7: Conclusiones

Los datos presentados aquí nos aportan elementos para identificar e interpretar posibles tendencias en un continuo de estrategias a partir de la distribución espacial de plazas y patios como elementos paradigmáticos de la vida pública y privada en Los

Guachimontones. Estrategias que, de acuerdo a nuestra investigación, tienden a la organización por sectores (tal vez linajes). A partir de lo anterior se abren distintos derroteros de investigación que consideramos el siguiente paso a seguir.

En esta tesis se han cuestionado argumentos anteriores que mostraban una fisonomía distinta de la sqciedad en Los Guachimontones, por ejemplo, la dependencia explicativa hacia la monumentalidad, un patrón cuatripartita en las unidades habitacionales, entre otros. Sin embargo, también es importante señalar un aspecto que fue apuntado previamente por autores como Weigand (Weigand 1993; Weigand y

García de Weigand 2002) y al que no se le dio mayor importancia en el resto de la construcción del conocimiento acerca de la tradición Teuchitlán: la repetición del patrón circular en el patrón de distribución del asentamiento, como una especie de continuación del conjunto guachimontón.

De acuerdo a nuestros datos, la distribución del entorno es a partir de sectores diferenciados entre sí, entre otras cosas por su tendencia hacia lo público o privado. De

estos sectores uno de ellos (SN Centro) tiene una predominancia de elementos

públicos y se encuentra en el centro del asentamiento. Tres sectores (SN Este, SN

Oeste y LA Suroeste) tienen un inventario de construcciones muy equitativas entre lo

público y lo privado, y se localizan también en el centro del asentamiento, pero

alrededor del sector SN Centro, a manera de círculo concéntrico. Los cinco sectores

173 restantes (Texcalame, LA Sur, LA Sureste, LA Noroeste y LA Noreste), tienen una

predominancia de construcciones privadas, y se ubican en la periferia del asentamiento.

En el conjunto guachimontón se ha planteado que la plataforma/altar circular es

el espacio destinado al contacto con las deidades, lugar del axis mundi, del mismo

modo que las plataformas troncocónicas o pirámides en el resto de Mesoamérica (cfr.

Broda 1989; Grove 2007), por su forma y tamaños sobresale y es lo más observable en

el conjunto guachimontón, además de ubicarse en el centro del mismo. Rodeado a la

plataforma/altar se encuentra la plaza circular. Como hemos visto, la plaza es el lugar

de la negociación, área que es al mismo tiempo límbica e integradora del resto de las

construcciones, un espacio de intermediación en donde se equilibran las relaciones

sociales. Finalmente, en un tercer circulo concéntrico tenemos una plataforma sobre la cuál se desplantan estructuras geométricas individuales, las cuales se han identificado, como fabricadas por distintos grupos (Weigand y Esparza 2008), posiblemente linajes distintos (Beekman 2008b).

Si comparamos estas dos descripciones podemos apreciar la semejanza. El

sector “SN Centro” cumple condiciones de dimensión, forma (patrón de distribución),

accesibilidad, visibilidad y ubicación similares a la plataforma/altar circular. Por su lado

los tres sectores alrededor del sector SN Centro tienen condiciones intermedias en sus

índices de público/privado, además de estar entre el sector más público y el más

privado, cumpliendo posiblemente funciones muy parecidas a la de la plaza circular en

el guachimontón. Los cinco sectores periféricos tienen condiciones similares a las

estructuras geométricas periféricas del guachimontón, pudiendo tener la misma

característica se estar agrupadas por su posible filiación a un linaje. De este modo,

174 parecería entonces que es una cuestión de cambio en la escala de observación (Figura

48).

El planteamiento original de esta tesis no buscaba corroborar o desechar la hipótesis de la distribución concéntrica del asentamiento, pero algunos de los resultados finales parecen indicar positivamente esta idea. A lo largo del trabajo evaluamos críticamente el proceso de construcción del conocimiento acerca de Los

Guachimontones, el cual está plagado de problemas técnicos y teórico-metodológicos.

Es necesario reconocer que, a pesar de esto, las afirmaciones hechas por investigadores como Weigand, no deben ser descartadas sin trabajos sistemáticos de por medio. Si bien una gran cantidad de sus hipótesis carecen de fundamento a la luz de nuevos datos, algunas otras (como el patrón circular) se fortalecen bajo miradas distintas, como la que planteamos aquí.

Por ello consideramos que la invitación de Weigand acerca de que: “Debemos de tener la flexibilidad para reconocer que nuestra conceptualización del Occidente está cambiando rápidamente el día de hoy, y continuará cambiando mientras más y más estudiantes e investigadores se vean inevitablemente atraídos hacia la región”

(Weigand 1996:23), está más vigente que nunca.

Para poder reconocer la distribución espacial de plazas y patios en Los

Guachimontones, era necesario en un primer momento, identificar formas y tipos de estas áreas grises. Este objetivo se cumplió plenamente, encontrando una diversidad que no había sido considerada hasta el momento. Para lograrlo se generaron variables con parámetros cualificables y cuantificables que permiten contrastarlos con otros asentamientos dentro de la Región Valles y con otros lugares de Mesoamérica. Se demuestra así que la diferencia entre plaza y patio no puede ser autoevidente y que es 175 necesario atender los espacios aparentemente vacíos para tener un panorama más amplio de comprensión de la distribución del entorno construido.

Otro objetivo del trabajo era analizar la relación de áreas grises, con una distribución espacial, determinando patrones de organización. El patrón encontrado fue el de plazas y patios equilibrados en su porcentaje (cerca de ocho patios en promedio por cada plaza, por sector), aunque con estrategias muy alternadas de ubicar lo más público en el centro o en las periferias. Notamos el uso de la totalidad de entorno construido, pues los sectores son limitados principalmente por entornos naturales, pero también lo hacen con el entornos edificados y no edificados.

Finalmente se buscó relacionar los patrones de distribución espacial con propuestas previas de organización sociocultural. Situación que, con base en los resultados, consideramos posible hacer. Nosotros consideramos que nuestra propuesta es compatible el planteamiento de que en Los Guachimontones existió una organización sociocultural tendiente a combinar las relaciones de poder verticales y horizontales, como es característico de la heterarquía, y más concretamente pudieron estar agrupados en torno a un poder compartido, como los sugiere Beekman (2008b).

Las interpretaciones hechas a lo largo de este trabajo nos abren una serie de cuestionamientos acerca de corroborar la presencia de grupos de linajes en el sitio, por ejemplo, mediante excavaciones en distintos sectores, siguiendo la idea de que en las plataformas de los guachimontones se representan distintos grupos del interior de la sociedad. Posiblemente pueda existir una relación entre estas plataformas y los sectores propuestos aquí.

Si vemos esta problemática en una escala mayor, y para saber si nuestra propuesta de metodología puede ser más confiable es necesario someterla a prueba en

176 un sentido comparativo, con otros sitios de la Región Valles y fuera de ella. Para esto se requiere trabajo sistemático y rigurosos de recorrido de superficie, que permita generar información en un nivel de detalle tan alto como el de Los Guachimontones.

También se ha hecho evidente la necesidad de comprobar, con datos de recorrido y de excavación tanto en Los Guachimontones como en otros asentamientos, el tema de la preponderancia de los conjuntos cuatriformes como forma principal de las unidades habitacionales. Ello buscando despejar las dudas con respecto a las diferencias observadas en los porcentajes de este tipo de unidad habitacional, aclarando si los conjuntos son una presencia hegemónica o bien, como parece sugerir esta investigación, son solo una forma más.

En ese mismo sentido, habría que corroborar si las formas de patios y plazas, así como los sectores propuestos tienen los límites y configuraciones planteadas. Esto puede hacerse mediante trabajos de excavación, que permitan tener información más fina como acondicionamientos, técnicas de construcción entre otras.

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219 Anexo

1.- Tablas de resultados de las mediciones hechas en patios de Los

Guachimontones.

Tabla 15. Resultados de las mediciones a las variables cualitativas de los patios.

- — - líEstructur^^ Sum a su MA Z o 00 Pd z o CZ5 w Valo r 1 1 1 0 0 6 0 2 0 4 3 70 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 60 1 0 1 1 0 7 0 2 3 2 4 83 1 1 0 0 0 2 0 0 0 2 4 88 1 1 0 0 1 2 0 0 2 0 3 73 1 0 1 0 1 2 2 0 0 0 3 51 1 1 0 1 0 4 4 0 0 0 3 59 1 1 2 1 1 6 2 3 1 0 3 74 1 1 1 1 1 2 1 0 1 0 4 86 1 1 0 1 0 1 1 0 0 0 4 77 1 1 0 1 0 2 1 0 1 0 3 65 1 1 1 0 1 1 1 0 0 0 4 81 1 0 0 1 0 6 2 2 2 0 4 78 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 . 3 63 1 0 2 1 0 0 0 0 0 0 . 4 84 1 1 1 1 1 2 0 2 0 0 3 51 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 2 49 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 3 73 1 0 1 0 1 4 0 0 4 0 3 64 1 1 1 1 1 7 0 3 0 4 3 57 1 1 1 1 0 6 2 2 0 2 4 77 1 1 1 1 1 4 0 0 0 4 3 70 1 0 1 0 1 2 0 0 0 2 3 67 1 0 1 1 1 4 0 4 0 0 4 85 1 1 0 1 0 2 1 0 0 1 : 3 64 1 1 0 1 1 0 0 0 0 0 4 82 2 1 1 1 2 7 1 2 2 2 > 3 64 1 0 1 0 1 4 2 0 2 0 4 75 2 4 1 0 0 0 0 0 0 0 2 37 1 1 1 1 0 6 0 4 0 2 2 50 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 2 33 1 1 0 0 0 2 2 0 0 0 4 82 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 2 33 220 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 3 73 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 2 33 1 1 0 1 1 2 0 2 0 0 3 62 1 0 0 1 1 2 0 0 0 2 3 50 1 1 0 0 0 4 2 0 0 2 4 76 1 1 0 0 0 2 0 0 0 2 3 55 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 17 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 2 38 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 3 54 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 3 54 0 0 0 0 2 0 0 2 0 2 38 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 3 57 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 2 45 1 0 1 0 0 2 0 0 0 2 3 68 1 1 0 0 1 2 0 2 0 0 3 60 1 0 0 0 1 2 0 2 0 0 3 58 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 3 50 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 2 27 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 3 59 1 0 1 0 0 2 0 2 0 0 2 48 1 1 0 1 1 4 2 0 0 2 3 69 1 0 0 0 1 2 0 2 0 0 3 60 1 1 1 1 1 2 0 2 0 0 2 37 1 0 o ' 0 1 2 0 2 0 0 2 31 1 0 0 0 1 2 0 2 0 0 3 59 1 0 0 0 1 2 0 0 2 0 2 26 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 23 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 4 78 1 1 0 1 0 2 0 2 0 0 2 48 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 4 81 1 1 0 1 0 6 0 0 4 2 2 37 1 0 0 1 0 10 2 4 2 2 2 47 1 0 0 1 0 2 2 0 0 0 3 68 1 1 1 0 0 8 2 2 2 2 3 71 1 3 0 0 0 7 2 2 3 0 3 62 1 0 0 0 1 7 2 3 2 0 3 55 1 1 1 1 1 12 2 2 4 4 1 10 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 ■ 2 42 1 1 1 1 1 8 4 4 0 0 ’ ■ 2 38 1 1 1 1 1 6 3 3 0 0 3 51 1 1 0 1 0 5 0 4 0 1 3 71 1 0 0 1 0 2 1 1 0 0 ; 2 47 1 0 1 1 1 13 1 4 4 4 2 37

221 1 1 0 0 0 10 4 4 1 1 2 44 1 0 0 0 2 5 4 1 0 0 1 21 1 0 0 1 0 1 1 0 0 0 3 68 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 4 85 1 1 2 0 0 12 4 4 1 3 2 34 1 0 0 1 0 3 1 0 1 1 2 49 1 0 0 0 1 8 3 0 1 4 2 34 1 0 0 1 1 6 4 1 0 1 2 42 1 0 1 0 1 6 4 1 0 1 2 48 1 1 1 0 1 8 1 1 3 3 2 25 1 1 2 0 0 1 1 0 0 0 3 64 1 0 2 0 3 8 4 4 0 0 3 65 2 2 1 1 1 13 4 4 1 4 1 20 1 0 0 1 1 13 4 4 4 1 1 24 1 1 1 1 1 11 4 0 4 3 3 59 " 1 2 0 1 0 8 0 0 4 4 2 37 1 1 0 1 1 11 4 3 4 0 3 64 1 0 0 0 2 1 0 0 0 1 1 14 1 0 2 0 1 4 0 1 0 3 2 35 0 0 0 0 3 3 0 0 0 3 64 1 0 1 1 0 8 3 0 4 1 3 57 1 1 0 0 0 10 3 1 4 2 2 35 1 1 1 0 2 8 0 4 4 0 2 26 1 0 1 1 1 2 0 0 0 2 3 50 1 0 0 0 1 2 0 0 0 2 3 50 1 0 1 0 0 6 2 3 0 1 2 33 2 8 2 0 0 14 4 4 3 3 2 30 1 2 1 0 1 9 0 4 4 1 3 69 1 0 1 1 0 6 0 1 4 1 2 34 1 1 0 0 1 6 0 1 4 1 3 53 2 0 4 0 4 7 1 1 4 1 2 44 1 2 0 0 0 1 0 0 0 1 4 82 1 1 1 0 0 2 0 1 0 1 2 30 2 0 1 0 5 2 0 0 1 1 2 30 2 0 5 2 1 6 0 1 1 4 2 44 1 1 0 2 0 5 4 1 0 0 1 22 1 2 1 0 0 7 1 5 0 1 3 73 1 1 1 0 1 1 0 0 1 0 2 36 1 0 3 0 0 3 0 1 0 2 2 46 1 0 2 1 0 2 0 0 1 1 2 42 1 0 0 1 0 4 0 2 2 0 3 73 1 2 0 0 1 9 2 2 3 2 3 62 1 0 0 1 1 13 4 2 3 4 3 58

222 1 0 0 0 0 8 1 2 3 2 1 24 1 0 0 0 0 5 2 2 1 0 4 80 2 1 0 1 3 6 2 2 2 0 3 68 1 0 1 1 1 8 2 3 1 2 3 72 1 1 1 0 1 8 1 3 2 2 3 74 1 0 1 0 2 6 2 2 2 0 3 52 1 1 1 1 1 2 O 1 0 1 2 32 2 0 2 0 3 3 1 1 0 1 2 42 1 0 0 0 2 9 4 4 0 1 1 13 1 0 2 0 2 6 4 1 0 1 1 24 1 1 1 0 0 2 1 1 0 0 2 43 1 0 2 0 2 2 O 1 1 0 2 35 1 0 1 1 1 3 O 1 1 1 4 76 1 1 1 1 1 12 4 2 2 4 2 42 1 1 1 1 1 7 1 4 1 1 2 42 1 1 1 1 0 9 1 4 4 0 2 47 1 0 1 1 1 11 1 2 4 4 3 51 1 0 1 1 1 13 4 4 1 4 1 19 1 2 1 0 0 3 1 1 1 0 2 27 1 0 3 0 1 14 4 4 2 4 2 49 1 0 1 0 2 6 4 1 0 1 2 31 1 0 1 0 1 9 4 1 0 4 2 45 2 3 0 3 0 10 2 2 4 2 3 54 1 0 f 0 1 8 1 2 1 4 3 70 1 1 0 1 0 8 2 2 2 2 3 74 1 0 0 1 1 7 2 2 2 1 2 31 1 0 1 0 0 8 2 2 0 4 ” 2 47 1 0 0 1 0 7 1 2 0 4 3 50 2 1 1 0 3 9 4 4 0 1 1 10 1 1 0 0 1 6 4 1 0 1 2 46 1 1 0 1 0 5 1 4 0 0 2 43 1 0 0 1 2 5 O 4 1 0 2 36 1 1 0 0 0 6 3 0 3 0 3 64 1 1 1 0 0 6 2 0 2 2 3 55 1 0 1 0 0 3 O 3 0 0 4 86 1 3 0 0 0 0 O 0 0 0 2 46 1 2 1 0 0 1 O 0 1 0 2 31 1 0 1 0 0 1 1 0 0 0 3 72 1 1 1 1 1 9 o 0 5 4 3 56 1 1 0 0 1 2 1 0 0 1 2 29 1 2 0 1 0 1 1 0 0 0 3 74 1 0 2 0 1 0 o 0 0 0 3 67 1 0 1 0 0 0 o 0 0 0 3 52

223 1 0 0 1 0 8 2 2 2 2 3 56 1 0 2 0 0 4 2 0 2 0 4 80 1 0 1 0 0 2 0 0 0 2 3 62 1 0 1 0 0 4 0 0 2 2 3 69 1 1 0 1 0 8 2 2 2 2 V™ p 8? 70 1 1 0 0 0 1 0 1 0 0 m 38 2 5 0 3 0 7 2 1 4 0 63 k| : i 1 1 0 1 0 1 2 0 0 0 2 MI 4:S 86 5 1 0 1 0 0 6 2 2 2 0 ílílliS 4 87 1 0 1 0 0 9 0 0 4 5 4 79 1 0 0 0 1 2 2 0 0 0 41 1 0 1 1 0 8 3 4 1 0 1 13 1 2 0 0 1 2 0 1 0 1 ' ' 3 65

2.- Criterios para el establecimiento de parámetros de dimensiones en patios.

Los criterios tomados para separar por dimensiones fueron tomando en cuenta

criterios cualitativos: el tipo de patio disperso se agrupaba en su mayoría en la

categoría (1 Pequeños), la mayoría de los patios con dos y tres estructuras (incluyendo

la mayoría de los alargados) corresponden a la categoría (2 medianos), los patios

simétricos con cuatro estructuras se agrupan principalmente en la categoría (3 grades).

Los criterios cuantitativos se acercan bastante a los cualitativos: tenemos una

media de 77,38, y un promedio de 172,32. (línea roja horizontal en la gráfica), la

desviación estándar es de 134,27 (línea roja vertical). La mayoría de los valores medios

se entran en la categoría (2 medianos), la desviación estándar es aceptable al tener fuera de ella el 26% de la muestra.

No se establecieron criterios plenamente cuantitativos ya que se está separando

en función de posibles relaciones con la dinámica social. Sin embargo, los resultados

parecen acércanos una idea de estandarización, al englobarse la mayoría de los patios

224 (el 74%) en el rango de la desviación estándar. Además, la relación de resultados a partir de criterios cualitativos y cuantitativos es muy cercana.

En las siguientes gráficas de dispersión observamos la diferencia en el comportamiento de los tres criterios utilizados, en círculos amarillos esta la propuesta de Winter (1986), en círculos verdes la propuesta original a partir de separaciones proporcionales aritméticamente y finalmente en círculos rojos la propuesta final, con base en los criterios señalados y expresados en la gráfica anterior.

En esta comparación observamos que la propuesta de Winter (amarillo) resulta muy estrecha en sus criterios, dejando fuera una gran cantidad de patios y tiene muy pocos patios para el criterio (1), no se corresponde con ningún criterio cualitativo. La segunda propuesta de separación aritmética engloba la mayoría de los patios en el criterio (1), dejando los criterios 2 y 3 con solo ejemplos dispersos, tampoco tiene relación con criterios cualitativos.

La propuesta tres (en rojo) parece tener más correspondencia con el comportamiento del tamaño de los patios, pues si quisiéramos separarlo por intervalos estadísticos más uniformes los límites del criterio (1) pasaría de 69 a 100 (representado

Dimensiones Patios

225 en la gráfica con la mancha sin color en el centro), el criterio 2 pasaría de 169 a 300

(representada en la gráfica con las puntas de la mancha que son menos pronunciadas).

Sin embargo, estos serían criterios plenamente estadísticos, la colocación de los parámetros seleccionados fue en función primero de estos intervalos estadísticos y luego afinados en correlación con los criterios cualitativos.

Si quisiéramos relacionar estos datos con una organización política y que el tamaño de los patios refiera una ubicación de sus habitantes en función de elites o no elites o elites intermedias o alguna clasificación similar, tendríamos que asumir que, en las dos primeras propuestas, la inmensa mayoría de los habitantes de Los

Guachimontones entran en una sola de estas categorías, haciendo inverosímil la posible relación entre espacio y organización socio-política. Es decir, si los patios

“grandes” son de elite, asumiríamos que solo habría una muy escasa elite gobernante con acceso diferencial muy marcado a bienes de prestigio. Este escenario no corresponde con ningún modelo de organización socio-política para Mesoamérica, el caso contrario sería aún menos certero pues se asume que habría un sector muy pequeño de no elite que sostendría a una numerosa cantidad de gente.

Wínter (1986) relaciona las unidades habitacionales de patios grandes (tipo I) a poblaciones de elite, el tipo II a grupos intermedios y los patios pequeños (tipo III) a sectores populares, esto para Monte Albán y sus alrededores con base en datos de excavación y superficie que tenían disponibles hasta ese momento.

2 2 6 227 __5 _4 _3_ _2 11 11 11 _18 11 11 11 _L4 _n J£ _9 _8 _7 j6 25 22 27 26 24 23 20 32 29 28 33 30 \3_ 12 3.

o # Plaza Tabla paraobtenciónporcentajeperímetrodeTabladeabierto 1 309 212 226 297 385 153 447 126 145 110 131 302 355 369 130 318 310 160 181 154 171 152 125 129 124 182 154 157 81 99 95 97 92 68 per cerrado 235 124 174 102 130 108 123 262 252 109 145 206 153 157 113 111 120 48 83 75 77 80 45 76 31 18 61 40 82 48 41 56 69 99 % 40,1315789 60,3174603 57,2413793 81,0457516 76,9911504 76,0517799 6,06060606 22,6415094 55,5555556 68,1818182 61,5384615 26,4935065 42,2680412 60,8695652 55,6451613 67,5824176 80,1104972 49,3710692 46,0850112 70,9859155 58,8235294 84,4155844 89,4736842 86,3157895 48,4848485 29,2682927 37,4172185 72,0779221 58,778626 76,433121 84,516129 76,744186 cra o percerrado abierto 68,125 24,8 228 %abierto 43 42 94 40 24 32 38 81 44 44 75 23 71 39 60 74 19 41 52 58 32 23 32 20 24 54 63 28 29 51 16 11 14 15 34 214 208 97,1962617 3

35 780 369 47,3076923 53

36 267 60 22,4719101 78

37 941 257 27,3113709 73

38 190 54 28,4210526 72

39 280 23 8,21428571 92

229