Pretérito Indefinido CECILIA MACÓN MARIELA SOLANA (EDS.) PRETÉRITO INDEFINIDO
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Pretérito indefinido CECILIA MACÓN MARIELA SOLANA (EDS.) PRETÉRITO INDEFINIDO Afectos y emociones en las aproximaciones al pasado Pretérito indefinido : afectos y emociones en las aproximaciones al pasado / Cecilia Macón ... [et.al.] ; edición a cargo de Cecilia Macón y Mariela Solana . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Título, 2015. 434 p. ; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-45618-4-8 1. Historia. I. Macón, Cecilia II. Macón, Cecilia, ed. lit. III. Solana, Mariela Nahir , ed. lit. CDD 901 © 2015, Ana Abramowski, Giovanni Algarra, Athena Athanasiou, Jordana Blejmar, Ann Cvetkovich, Irene Depetris Chauvin, Carolyn Dinshaw, Cynthia Francica, Valeria Garrote, Oliva López Sánchez, Daniela Losiggio, Natalia Taccetta, Pothiti Hantzaroula, Heather Love, Cecilia Macón, Andrea Noble, Mariela Solana, Cecilia Sosa © 2015 de esta edición: Título © “De la desposesión a la autoposesión radical. Racismo y depresión”, de Ann Cvetkovich, pertenece al libro Depression: A Public Feeling (Duke University Press, 2012) y se traduce aquí con permiso de la editorial © “Tocando el pasado”, de Carolyn Dinshaw, pertenece al libro Getting Medieval: Sexualities and Communities, Pre- and Postmodern (Duke University Press, 1999) y se traduce aquí con permiso de la editorial Título es un sello de Recursos Editoriales www.recursoseditoriales.com [email protected] Diseño de colección: Trineo Comunicación isbn: 978-987-45618-4-8 Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin permiso previo del editor y/o autor. Índice Introducción 11 Cecilia Macón y Mariela Solana Teoría e historia de las emociones en Latinoamérica “Transportamos Sentimientos”: Desafíos para 43 el estudio de las emociones en América Latina Giovanni Algarra y Andrea Noble La vocación como categoría afectiva fundante 67 de la docencia como profesión Ana Abramowski La relación entre emociones y enfermedad 95 mental: Breves reflexiones sobre la propuesta de Enrique Aragón en la explicación de la his- teria (México 1925-1931) Oliva López Sánchez Arte, textura y afectos Texturas del pasado, performances del presen- 113 te. Historia y giro afectivo en la rapsodia chile- na de Raúl Ruiz Irene Depetris Chauvin Telarañas de afectos: Louise Bourgeois y las 137 Madres de Plaza de Mayo Cecilia Sosa Lo ‘queer infantil’ en la literatura de Belleza y 157 De Spinoza al Romanticismo: sobre cómo 397 Felicidad. Temporalidad, crisis y política las pasiones políticas devienen sentimiento Cynthia Francica estético Daniela Losiggio Emociones y figuraciones negativas Fracaso camp 187 Sobre las editoras 427 Heather Love Sobre las autoras 428 De la desposesión a la autoposesión radical. 205 Racismo y depresión Ann Cvetkovich Vergüenza, memoria y subjetividad en los tes- 239 timonios de trabajadoras domésticas: Grecia 1920-1950 Pothiti Hantzaroula Archivos y memorias Una colección afectiva de la ausencia 275 Jordana Blejmar Arte, afectos y política. O de cómo armar un 287 archivo Natalia Taccetta Escenarios históricos afectivos de la Transición 315 a la democracia: entre el miedo, el desencanto y la alegría Valeria Garrote Deseo, afectos y política Tocando el pasado 353 Carolyn Dinshaw ¿“Quién” es aquel nombre? Sujetos de género 375 y resistencia queer, o el deseo de disputa Athena Athanasiou 11 Introducción Cecilia Macón y Mariela Solana Referirse al pasado como un lugar extraño pero capaz de tocarnos en cada fibra es casi un lugar común. Lo que fue, en tanto algo ajeno, pero también significativo. Lejano pero, sin importar la distancia cro- nológica objetiva, inevitablemente reciente. Es en esa tensión proble- matizadora –atravesada por un vínculo entre pasado y presente donde las razones no parecen ser suficientes– que se encuentran los textos reunidos en este libro. No se trata meramente de presentar discusiones conceptuales y estudios de caso que den cuenta del papel de la dimen- sión emocional en la investigación histórica, sino también de acercar al debate esa misma aporía que ha sido objeto de análisis por parte de la filosofía de la historia durante décadas: la tensión entre la continuidad y la discontinuidad con el pasado. Si bien es relativamente reciente la perspectiva sostenida en dis- cutir el papel de las emociones tanto para dar cuenta del vínculo que establece el historiador con el pasado bajo el marco del llamado “giro afectivo” como de la problematización de las emociones del pasado como objeto de estudio, gran parte de las preguntas que se encaran exceden ese marco. Introducir esta serie de textos obliga entonces a desarmar tres cuestiones clave que enmarcan cada uno de los argu- mentos involucrados en este paradigma: qué entendemos por giro afectivo, en qué consiste el despliegue afectivo de la relación entre la subjetividad de quien reconstruye ese pasado y las acciones de las que intenta dar cuenta y cuáles son los desafíos que plantea al historiador dar cuenta de las emociones del pasado. Reconstruyamos entonces en primera instancia qué entendemos por “giro afectivo”, una definición no exenta de problemas en tanto engloba perspectivas no siempre armónicas entre sí. 12 Introducción Cecilia Macón y Mariela Solana 13 1. Deshacer el giro afectivo1 Si bien la filosofía ha estado siempre atenta a la cuestión de las pasiones y su rol en la política –baste recordar los escritos de Smith, Desarrollado en principio a partir de una relación íntima con las disputas Hobbes, Ferguson o Spinoza– es en los últimos años y muy particular- producidas al interior de las teorías de género, el llamado “giro afectivo” mente en el ámbito de las teorías de género cuando ha comenzado a desplegado en la última década en el campo filosófico ha sido capaz de desplegarse el llamado “giro afectivo”. En muchos casos tomando como hacer ingresar al debate cuestiones que hasta entonces sólo habían sido punto de partida los desarrollos fundacionales de los filósofos citados y revisadas transversalmente o gracias al impacto lateral de la sociología de también haciendo ingresar al debate a las investigaciones provenientes las emociones2 –de desarrollo algo anterior. Leído en algunos casos como del ámbito de las neurociencias como las de António Damásio. En más una suerte de respuesta al posestructuralismo3 presente en el feminismo de un argumento también se trata de evocar las definiciones embriona- de la tercera ola, entendemos que se trata más bien de una tendencia que, rias de Raymond Williams alrededor del concepto de “estructuras del aunque crítica de ciertas lecturas de esa tradición, llega a profundizar al- sentimiento”,5 centrales para él a la hora de dar cuenta de la matriz que gunas de las consecuencias del giro lingüístico tales como la inestabilidad caracteriza una época en términos de experiencia histórica. El rastreo y la contingencia. No se trata entonces de una perspectiva que busca in- del debate obliga también a retrotraernos a la década del 80 cuando el validar el posestructualismo que tan fuertemente ha marcado la teoría de feminismo generó la llamada teoría del cuidado. Encabezada por Carol la historia y la teoría política, sino de llevar algunas de sus premisas hacia Gilligan esta tradición desarrolló una ética sostenida en la idea de que el terreno de lo corporal. Tomando como punto de partida objeciones las mujeres despliegan sus emociones de manera más abierta que los va- puntuales a algunos de sus elementos, el giro afectivo al menos en una de rones y establecen sus vínculos morales basadas en la lógica del cuidado sus variantes lleva la matriz propia del giro lingüístico más allá del propio –valorada positivamente– más que en la de justicia –sostenida en una lenguaje evitando así algunas de las objeciones que han sido vertidas so- abstracción que legitima la descorporización. Hoy en día desacreditada bre él, tales como su reificación del lenguaje o su incapacidad para poder por dualista y esencialista6 la teoría del cuidado abrió sin lugar a dudas dar cuenta de la dimensión concreta de la política.4 un debate, implícito durante décadas en el seno del feminismo. Otro de los aportes centrales que tiene un papel como antecedente y 1 Algunos fragmentos de esta sección fueron adelantados en Macón, Cecilia. “Sentimus trasfondo actual del giro afectivo son los trabajos de Martha Nussbaum ergo sumus. El surgimiento del giro afectivo y su impacto sobre la filosofía política”, en relación, fundamentalmente, con la cuestión de la justicia. En Uphea- en: Revista Latinoamericana de Filosofía Política, Vol. 2, Nº 6 , 2013, pp. 1-32. vals of Thought (2001) Nussbaum se ocupa de argumentar a favor de una 2 Nos referimos aquí a trabajos como los de Arlie Hochschild, Viviana Zelizer y, justicia donde las emociones sean atendidas, pero poco después, en Hi- más recientemente, de Eva Ilouz quienes a partir de desarrollos fundacionales ding from Humanity (2006) y en From Disgust to Humanity: Sexual Orien- como los de la antropóloga Catherine Lutz, incorporaron al trabajo de campo y a la teoría sociológica el estudio de las emociones, bajo un marco feminista. Desde tation and Constitutional Law (2010), advierte sobre los efectos adversos la ciencia política, por ejemplo, las investigaciones de James Jasper, Francesca de la presencia de ciertas emociones como la vergüenza y el asco en el Polletta y Jeff Goodwin dialogan con este marco sociológico. De más está decir marco del derecho y la vida pública. Desde el momento en que se trata, que trabajos como los de Gustave LeBon configuran un antecedente importante, sostiene, de emociones esencialmente jerárquicas7 capaces de legitimar la aunque raramente mencionado. En el marco de la ética es importante destacar los argumentos desplegados a favor del papel que cumplen las emociones en la motivación moral gracias a su carácter cognitivo (Nussbaum 1990 y 2006). 3 Muy especialmente en: Hemmings, Clare. “Invoking Affects: Cultural Theory of Parody”, en: The New Republic, 22/02/1999, al discutir ciertas consecuencias and the Ontological Turn”, en: Cultural Studies Vol. 19, Nº 5, septiembre 2005, de los planteos de Judith Butler.