LASA-2015 San Juan Puerto Rico, 26-30 De Mayo 2015 MÉXICO 2015
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1 LASA-2015 San Juan Puerto Rico, 26-30 de mayo 2015 MÉXICO 2015. EL LEVIATAN CONTRA LOS SEÑORES FEUDALES. RETOS A LA SEGURIDAD Raúl Benítez Manaut Profesor e Investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Professor and Researcher at the Center for North American Studies, National Autonomous University of Mexico [email protected] RESUMEN En el presente artículo se analizan los antecedentes de la forma cómo el crimen organizado se fue convirtiendo en la variable principal de seguridad nacional en México. Para ello se toma en cuenta la evolución de las organizaciones criminales y su distribución geográfica. Se describe la tasa de homicidios, su aumento durante el gobierno de Felipe Calderón, y la leve baja durante los años de 2012 a 2014. Se analizan los factores que influyen para el incremento de la actividad criminal en México como es la descentralización de los poderes del Estado, provocando una "feudalización". Se sostiene como hipótesis que existen cuatro guerras: la primera, es la que libran entre sí los carteles criminales; la segunda es la ofensiva gubernamental contra los carteles, respaldada por la Iniciativa Mérida; la tercera, es la lucha del Estado contra sí mismo, pues los carteles han logrado penetrar al Estado mediante la corrupción; y la cuarta, y más reciente, la de las organizaciones criminales contra la población. Finalmente se analiza la crisis de seguridad de los dos últimos años, 2013 y 2014, por la aparición de la crisis en Michoacán y Guerrero, y las principales estrategias del gobierno de Enrique Peña Nieto. PALABRAS CLAVE: México seguridad, guerra al crimen, militarización, feudalismo criminal, estado débil 1.ANTECEDENTES Históricamente, durante el siglo XX, los enfoques gubernamentales sobre la seguridad nacional y la gobernabilidad, no habían incorporado al crimen organizado como 2 una amenaza relevante. La guerra fría centró la doctrina de seguridad mexicana en los enemigos políticos, principalmente el comunista o aquellos grupos revolucionarios que optaban por la lucha armada, así como las variables geopolíticas (Aguayo, 1990, p. 107). Sin embargo, la seguridad nacional de México, al diseñarse en el contexto de una estado autoritario, le otorgó numerosas atribuciones a los cuerpos de seguridad, civiles y militares, y estos en su accionar no tuvieron respeto a los derechos humanos, propiciando una gran impunidad y una gran debilidad en la impartición de justicia (Acosta, 2011). De igual manera, debido a que México no ostenta hipótesis de guerra con el exterior, las fuerzas de defensa están casi en su totalidad centradas al combate al enemigo interno (Oliva, 2013, pp. 54-55). Las dos principales amenazas durante la guerra fría se definieron como el "enemigo comunista" que amenazaba al régimen de la revolución, principalmente de 1960 a 1980, y Estados Unidos, como potencia imperial. Este concepto se basaba en una ideología estatal nacionalista y de defensa de la soberanía de los estados. En relación con la violencia, durante el siglo XX se observó un descenso sostenido de ésta después del periodo revolucionario, como se observa en el Cuadro 1, donde descendió de niveles de casi 70 homicidios por cada 100 mil habitantes, a menos de 10: Cuadro 1 Fuente INEGI: www.mexicomaxico.org/Voto/homicidios100M.htm 3 Hasta inicios del siglo XXI la guerra a las drogas no era violenta, su expresión fue silenciosa sin afectar a la población. Incluso en México la tasa de homicidios bajó significativamente para alcanzar una cifra de 8 por cada 100 habitantes en 2006. Entre 1990 y 2007 las muertes causadas por homicidios descendieron 39%, y ese año sólo el 25% se consideraban los homicidios producto de la actividad del crimen organizado (Polanska, 2009, pp. 122-123). Desde fines de 2007, aumentó rápidamente la tasa de homicidios por dos razones, la guerra entre carteles y la declaratoria gubernamental de guerra a las drogas: Gráfica 1 Tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes Nacional (2007-2013).1 30 25 23 24 22 20 18 19 15 13 10 8 5 0 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Nacional 8 13 18 23 24 22 19 Fuente: Elaboración propia con información de Instituto Nacional de Estadística, Geográfica e Informática (INEGI). El poder de la cocaína comenzó a impactar en las economías y los sistemas políticos de América Latina, teniendo una directa repercusión en México (Kruijt, 2011, p. 26). Hacia 1989-1990, analistas de Estados Unidos sostenía que el esfuerzo antidrogas de Estados Unidos estaba recayendo sobre México: “También es cierto que los costos de las políticas actuales -violencia y corrupción- recaen principalmente sobre países latinoamericanos, especialmente México, aunque también infecten a Estados Unidos” (Treverton, 1989, p. 1 Los datos ofrecidos por Inegi incluyen homicidios dolosos y culposos con base en los registros administrativos de defunciones accidentales y violentas, generados por las entidades federativas. La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes se realizó utilizando datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) referentes a la Conciliación Demográfica para los años 1990 - 2009 y las Proyecciones de la Población de México, 2010-2050. 4 294). Hay autores que sostienen que también se configuró una narcoeconomía (Watt y Zepeda, 2012), tanto a nivel binacional como en el interior de México. Desde 1980, las organizaciones criminales que realizaban tráfico de drogas cambiaron su morfología y su poder por la aparición de la cocaína proveniente de los países andinos (Astorga, 2005, p. 127). Así, se convirtieron en organizaciones criminales poderosas y la nomenclatura los definió como "carteles". Pasaron de tener sólo alcance local y estatal, a nacional e internacional, sobre todo el cartel de Sinaloa. Ello se debió a que se consolidaron como intermediarios entre los exportadores de cocaína de Colombia y los importadores en Estados Unidos, lugar donde se concentra la principal demanda. A fines del siglo XX se consideraba que estaban acotados los grupos criminales que realizaban tráfico de drogas en ciertas regiones, y que estos no influían ni en la dinámica política, ni afectaban de forma significativa la economía. 2.FEUDALIZACIÓN En los años ochenta estaban presentes los carteles de Guadalajara, de Sinaloa, y crecieron dos organizaciones fronterizas urbanas: los de Tijuana y ciudad Juárez. Después, en los noventa, aparece el cartel del Golfo. En estos años su dinámica no correspondía a una "guerra" entre ellos, pues tenían territorios bien definidos, cada uno se vinculaba a sus socios en Colombia, y tenían su mercado también delimitado. El gobierno de Estados Unidos implementó la estrategia de "Guerra a las Drogas", correspondiente a la destrucción de plantíos en los países andinos y de intercepción en las rutas de tránsito (Youngers y Rosin, 2005). Esa guerra tuvo éxitos y fracasos. Los éxitos fueron cerrar el corredor del Caribe, y por ende fortalecer las rutas a través de Centroamérica y México. Las rutas terrestres se volvieron las más importantes desde los años noventa del siglo XX, apoyadas por rutas navales y aéreas que necesitan hacer escala en las costas de Centroamérica y México para que la droga entrara por las fronteras, principalmente las de Texas y California, principalmente con los Estados mexicanos de Baja California, Chihuahua y Tamaulipas (Kruijt, 2011, pp. 18-19). 5 En México, al darse la transición a la democracia a la par del cambio de siglo, no hubo una reforma importante en las dos instituciones de defensa, Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) y Secretaría de Marina (SEMAR), y al crecer la guerra al narcotráfico, en ocasiones no se respetaron los derechos humanos, ni de la población, ni de los criminales, en parte por las debilidades del sistema de justicia. Por ello, la guerra al narcotráfico, al darse en un contexto de aumento de los homicidios, también causó afectación a la población -sobre todo en los estados y municipios penetrados por las organizaciones criminales. En muchos casos el Estado (en los tres ámbitos, federal, estatal y local) fue el responsable por omisión de la justicia, tolerancia, impunidad o colusión- corrupción. En otras palabras, los carteles de la droga fortalecidos lograron penetrar segmentos del Estado, sobre todo en los niveles municipal y estatal. En otras palabras, el país se feudalizó: Aparecieron barones de la guerra en los distintos "frentes" territoriales de los carteles. Durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006), el aumento de la criminalidad se debió a un debilitamiento del Estado por tres razones: La democratización del país, pues no se dio acompañada de una reforma judicial, ni cambió el comportamiento hacia la población por parte de los cuerpos de seguridad; la descentralización de los poderes del Estado, fortaleciéndose los poderes municipales y estatales; un ambiente internacional favorable al crecimiento de poderes criminales, por la libre circulación de mercancías, dinero y personas. Por lo anterior se observó una paradoja en sentido contrario a la mayoría de los países que tuvieron procesos de transición de regímenes autoritarios y-o militares en del mundo. En primer lugar, la democratización del sistema político, al debilitarse muchas instituciones del régimen autoritario que dirigió al país entre 1929 y 2000, y no ser sustituidas por nuevas instituciones gubernamentales democráticas, favoreció al crimen organizado, pues este aprovechó los "vacíos de poder". Esto principalmente se observó en todos los sistemas 6 de justicia y los policiacos en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Por ello: “las instituciones de seguridad y justicia fueron incapaces de defender a la sociedad por debilidad o complicidad” (Valdés, 2013, p. 16). El segundo factor que favoreció al crimen fue la reducción de atribuciones del Estado federal y el traslado de presupuestos sin transparencia y control administrativo, aumentando el poder y atribuciones de las autoridades municipales y estatales. En éstas, no se dio una democratización de sus estructuras y se reforzó el poder de grupos tradicionales (mediante el populismo y la corrupción), lo que abonó un campo fértil para el crimen organizado.