Laviana En Dos Tiempos
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GERMÁN OJEDA Laviana en dos tiempos Gracias a la Fundación Emilio Barbón y a la insistencia de Francisco Trinidad, tengo la oportunidad de reunir en este número 2 del boletín de la Fundación dos textos míos sobre Laviana, uno basado en la Topografía Médica que en 1927 escribió sobre el concejo el gran médico y notable ilustrado J. Mª Jove Canella, que conocía muy bien esta comarca del alto Nalón y que nos describe en su trabajo la intensa transformación económica y social que está viviendo Laviana desde comienzos del siglo XX debido al avance de la minería y al desarrollo comercial de la capital del municipio, transformación que poco a poco convierten una comarca agrícola y sobre todo ganadera en una zona también minera e industrial, un proceso que a ojos vista el gran Palacio Valdés definió como el paso de la civilización a la barbarie. El magistral novelista del paisaje humano lavianés tenía nostalgia del pasado bucólico y señorial, porque ni Laviana venía de la civilización —gran parte de la población a comienzos del siglo XX era analfabeta— ni la explotación del carbón significaba la barbarie; al contrario, en el segundo texto recogido en estas páginas —mi pregón sobre Laviana— lo que se observa es el empuje de una sociedad nueva, menos tradicional y más abierta, menos feudal y más democrática, que en su anda- dura a lo largo del siglo pasado se compromete con las ideas del progreso político y social, salvados los años negros del franquismo. En realidad, bien mirado, podría decirse que fue al revés, que Laviana pasó en el siglo XX de la barbarie —por emplear la terminología del eminente escritor— a la civilización, en un proceso de transformación económica y modernización social que ha hecho de este histórico municipio del alto Nalón una referencia de modernidad en BOLETÍN DE LA FUNDACIÓN EMILIO BAR B ÓN el conjunto de Asturias, tal como expon- En esta topografía sobre Lavia- go en los textos que siguen a estas líneas na —la tercera sobre los municipios de introductorias. la cuenca del Nalón que Jove Canella elabora en poco más de un lustro— I nuestro autor escribe más propiamente como médico preocupado por la salud Laviana en las primeras décadas del si- que como sociólogo que denuncia la si- glo XX tuación socioeconómica la clase obrera —como había hecho en los casos de San Son las últimas palabras de Arman- Martín y Langreo estudia atentamente do Palacio Valdés antes de dar por ter- las estadísticas demográficas que deter- minada La aldea perdida: «Decís que ahora minan los movimientos de población, comienza la civilización... Pues bien, yo analiza con detalle las distintas enfer- os digo..., ¡oídlo bien!... ¡yo os digo que medades que afectan al vecindario, ex- ahora comienza la barbarie!»1 plica en muchos casos sus criterios sobre Civilización o barbarie, esa era hace los tratamientos sanitarios, e incluso se poco más de una centuria —al princi- atreve a criticar diagnósticos y compor- pio de la expansión minera en la zona tamientos médicos. alta del Nalón— la gran alternativa, Por ejemplo, ante el problema de la alternativa que para el eminente nove- gripe, «endémica entre nosotros», Jove lista de Laviana Palacio Valdés era la constata que «hemos de reconocer que barbarie, y que para Jove Canella era un en la abundancia de gripe un tanto de cuarto de siglo después de comprobar culpa muy grande, quizá el mayor, co- sus efectos —el trabajo está redactado rresponde al médico, forzado las más de en 1927 — la civilización, pero una civi- las veces por la imperiosa demanda, tan lización con claroscuros, porque si por corriente en los pacientes y en cuantos una parte «económicamente la situación lo rodean, de un rápido diagnóstico, y mejora de modo constante», y crecían la otras por el afán de epatar con su ojo población, el urbanismo y el bienestar clínico. Y así no hay ligera febrícula que de los vecinos, en cambio con el avance no se moteje de trancazo, ni iniciación de industrial había más problemas sociales infección alguna que no se achaque al y además constataba «la falta de cultura discutido amigo de Pfeiffer»3. e ilustración y el abandono de la higiene Para el médico Jove Canella muchas pública»2. de las principales enfermedades de la co- marca, empezando por las respiratorias 1 Armando Palacio Valdés, La aldea perdida, Madrid, 1982, p. 264. año 1927, Madrid, 1927, 140 pp. [la cita corresponde 2 José Mª Jove Canella, Topografía médica de Laviana, a la p. 140] premiada por la Academia Nacional de Medicina en el 3 Ibídem, pp. 122-123. 118 LAVIANA EN DOS TIEMPOS Mercado de Pola de Laviana, hacia 1915 y la tuberculosis, «que destaca como muertes «bochornoso» como consecuen- productora de una de las más grandes cia de «la incultura reinante en cuanto cifras de mortalidad», tenían relación concierne a la crianza infantil» y que se directa con el clima húmedo, escaso de relacionaban sobre todo con «la hiperali- sol y propenso al contagio de infeccio- mentación desde los primeros días (pues) nes. El segundo grupo de enfermedades no guía a las madres más afán que ver a estaba relacionado con las actividades sus hijos gordos y rollizos», madres que laborales, abundando los traumatismos por su parte solían tener problemas del y los problemas quirúrgicos en los cerca sistema circulatorio y cardiaco «debido de 1.200 mineros que trabajan en el con- a los repetidos embarazos y agobio del cejo al «arrancar de las entrañas de la trabajo»4. tierra el carbón, ese combustible sólido A los problemas derivados del cli- universal, cuya conquista se amasa con ma, el trabajo y la incultura sanitaria, lágrimas y sangre». Y el tercer bloque se añadía la falta de higiene pública importante eran las enfermedades in- fantiles que ocasionaban un número de 4 Ibídem, pp. 126-129. 119 BOLETÍN DE LA FUNDACIÓN EMILIO BAR B ÓN (Jove pedía como medida urgente para vida, y hasta en tradiciones y costum- «nuestra redención sanitaria» la traída bres, lo cual venía determinado princi- de aguas del manantial del Raigoso), palmente por su estructura económica, que eran los cuatro principales factores pues en San Martín y más aún en Lan- causantes de las enfermedades más fre- greo la economía estaba basada en mi- cuentes en Laviana, un municipio que nas y fábricas desde hacía décadas, pero sin embargo todavía no había visto ex- en Laviana el avance de la industria tenderse las enfermedades venéreas y la carbonera era reciente, no había comen- sífilis, porque a diferencia de los conce- zado hasta la llegada del Ferrocarril de jos de Langreo y San Martín «no hay Langreo en 1884, y las actividades prin- prostitución oficial en la comarca»5. cipales estaban vinculadas todavía a la No era la única diferencia importan- economía campesina7. te de Laviana con los concejos vecinos «La mayor parte de la población de más abajo del Nalón, porque si bien —escribe Jove— dedica sus actividades todos habían visto progresar notable- a la agricultura y a la ganadería. Son mente su economía, su urbanismo y su estas dos actividades las que consumen población, sobre todo desde comienzos más trabajo humano, no sólo por ser la de siglo y en los años de la Gran Guerra, mayoría de la población terrateniente en San Martín y Langreo crecían mu- en pequeña escala, sino porque la mu- cho más los habitantes que los edificios, jer también suma sus esfuerzos al mis- mientras que en Laviana según nuestro mo trabajo. Sigue la minería, teniendo médico en el decenio 1917-1926 «la re- que añadir que parte de los mineros son lación entre aumento de viviendas y el también labradores. Parte de los elemen- de habitantes, uno de los más interesan- tos labradores suelen contratarse como tes en materia sanitaria, es sumamente jornaleros eventualmente, según cerca- favorable, puesto que en el año 1917, la nía de obra y época, como ocurre en el proporción era de 4,9 habitantes por vi- invierno, cuando el campo descansa. Los vienda, y en el de 1926, pese al notable oficios de construcción, los profesionales aumento de población, es esta relación manuales, como los del vestido, calzado de 3,8»6. y los elaboradores de productos alimen- En realidad, las diferencias al cum- ticios, panaderos, carniceros etc., son plirse el primer cuarto del siglo XX en- proporcionales a la población. Una pro- tre Laviana y los concejos industriales fesión es muy abundante, la de comercio, vecinos eran muy notables en todo, en que resulta muy excesiva, pues carga so- vivienda, en salud, en condiciones de bre ella el sostenimiento de numerosas 7 La situación de Laviana a finales del siflo XIX, en 5 Ibídem, pp. 34-35, 124. Eladio G. Jove, «Laviana», en Asturias, tomo II, 1897, 6 Ibídem, p. 107. pp. 43-63. 120 LAVIANA EN DOS TIEMPOS familias, y lo hacen sumamente caro. El culable valor para el sostenimiento del que más abunda con grave daño es el de ganado»11. bebidas alcohólicas»8. Por otra parte, en la capital del Efectivamente, la mayor parte de concejo había una importante activi- la población se dedicaba al campo. La dad comercial derivada de la buena si- agricultura era «uno de los elementos tuación estratégica —entre la industria básicos en que descansa la riqueza del y el campo, y entre el valle y las zonas concejo», pero «no rinde mucho» por el montañosas fronterizas de Asturias y poco terreno llano disponible, la gran León— del concejo, y también de las fá- división de la propieedad y el atraso en ciles comunicaciones por ferrocarril con los sistemas de cultivo, pues «todas las Gijón y por automóvil con Oviedo, a pe- labores se caracterizan por la rutina de sar de que la carretera por Tarna hacia prácticas primitivas.