José Luis Gumucio

BREVES HISTORIAS DE FÚTBOL BREVES HISTORIAS DE FÚTBOL © 2021, José Luis Gumucio

ISBN: 978-956-6083-54-2

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en parte ni registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecanismo, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro sin el permiso previo escrito por el autor.

Ilustración portada: Jorge Mora

Diseño portada y diagramación: www.edicionesondemand.cl

Dr. Sótero del Río 326 of 1003, de www.trayecto.cl

Impreso en Chile/Printed in Chile ÍNDICE

CAPÍTULO I: CHILENOS

Iván Zamorano: Veintiocho goles de Iván y una celebración desesperada ...... 7 Marcelo Salas: ¡Salas y River campeón! ...... 21 : El pitbull de los clásicos ...... 33 Alexis Sánchez: Alexis en el país de las maravillas. . .45 : Christiane del alma mía. . . . . 55

CAPÍTULO II: AMERICANOS

Juan Román Riquelme: El Riquelmismo...... 69 Diego Forlán: El Diego bueno del otro lado del río. . 83 José Luis Chilavert: El guaraní del barrio de Liniers. .95 Marco Etcheverry: Un pacto de fútbol con el diablo. .105 : Túpac Amaru III...... 117 Roberto Carlos: Quiero tener un millón de amigos. . 129 Alex Aguinaga: El extraño de pelo largo ...... 139 Faustino Asprilla: Faustino y las visitadoras. . . . . 153 Yangel Herrera: El llanero solitario...... 165 Michelle Akers: American Woman ...... 177 CAPÍTULO III: EUROPEOS

Zinedine Zidane: El zidanismo...... 187 Andriy Shevchenko: El zar Andriy...... 197 Francesco Totti: Francesco. El último emperador . .207 Pavel Nedvěd: León Checo...... 219 Andrés Iniesta: El héroe de Fuentealbilla. . . . . 229 Georghe Hagi: Brevario del joven Gica...... 241 Birgit Prinz: La loba esteparia...... 251 Matthias Sammer: El Káiser de la RDA...... 261 Steven Gerrard: El sexto Beatle...... 271 Luka Modrić: El niño que sobrevivió a la guerra. . 285

CAPÍTULO IV: RESTO DEL MUNDO

George Weah: El presidente Weah...... 299 Wendie Renard: Madame Renard...... 309 Romelu Lukaku: Oh, Romelu, ¿dónde estás que no te veo?...... 319 Heung Min Son: La copa de la vida...... 331 Didier Drogba: El Mesías de África...... 341 Iván Zamorano Veintiocho goles de Iván y una celebración desesperada

Érase una vez en Chile Que apareció un guerrero poco habitual Iván el Terrible, que no te fusile Como lo hizo con el pórtico rival .

Tuviste tu gran oportunidad Madrid te abrió las puertas de la Casa Blanca Tus cabezazos te harían una celebridad Cuando tu salto del suelo arranca .

Te dijeron que serías el quinto Ese insensato de Valdano Tu camino parecía un laberinto Pero cuántas bocas callaste, Zamorano .

Y llego el partido ante el Dépor de Galicia Para conquistar tras el abuso catalán Ese pelotazo de Amavisca fue una delicia Para sellar la historia, gran capitán Tu derechazo una sutil caricia Que hizo eructar el Bernabéu como un volcán .

[7] n día 2 de junio de 1995, Madrid, España, en el estadio Santiago Bernabéu, ante 110 000 espectadores, un chileno anotó el gol del triunfo Uque le daba el título de la liga española al Real Madrid tras cinco años de lamentos. Iván Luis Zamorano Zamora nació un 18 de enero de 1967 en Maipú, comuna de Santiago, la capital chilena. Al igual que en otras partes de Sudamérica, Chile no era ajeno a los conflictos que se desarrollaban a raíz de la guerra fría. Por aquella época gobernaba Eduardo Frei Montalva, líder de la Democracia Cristiana, partido político que de la mano de él llegaba por primera vez al sillón presidencial en 1964. Durante su mandato, impulsó reformas transgresoras, tales como la “chilenización” del cobre y la reforma agraria, dos ejes centrales que continuaría su sucesor, el socialista Salvador Allende. Durante toda su historia independiente, aquel metal que abundaba en territorio chileno había ido a rellenar las arcas de empresas transnacionales domiciliadas en otros continentes, mas no a las del Estado, por lo que ese primer impulso de la nación por adquirir la propiedad de lo que por naturaleza le pertenecía fue celebrado por el

[8] grueso de la sociedad, que no veía con buenos ojos que las riquezas del suelo no pudieran ser aprovechadas por ellos mismos. La reforma agraria, por su parte, había sido iniciada por su antecesor, Jorge Alessandri, quien presionado desde el exterior había exhibido un “gesto de humanidad” entregando algunas tierras estatales a manos de campesinos. Con la llegada del humanista cristiano, se inició un proceso más agresivo de cambio en la tenencia de los predios, bajo los principios de la redistribución de estos y la sindicalización campesina, lo que trajo como consecuencia una ola de expropiaciones para efecto de destinar esos terrenos a quienes realmente las trabajaran. Un día antes del nacimiento del mejor cabeceador del fútbol en los noventa, el Congreso Nacional denegaba al presidente Frei una visita diplomática a Estados Unidos. “No tiene nada que ir a hacer allá, si acá tiene la pura tendalada”, le espetaron votantes de leyes de ambos polos de la política. Eso hizo enfurecer al hombre de nariz prominente, quien sostenía que era una visita diplomática necesaria para el devenir de la nación. Finalmente, los norteamericanos harían su negocio unos años más tarde, de la mano de uno que, si bien no era narigón, su seudónimo respondía al del muñeco de madera llamado Pinocho, al cual le crecía la nariz cuando mentía. Lo que no sabremos es si tal apodo sería tan solo un juego de palabras derivado de su apellido, o bien, haría referencia a lo mentiroso que fue al hacerse valer de todo tipo de embustes para llegar al poder. Para el 67, fuera del ámbito sociopolítico, ocurrían otro tipo de situaciones. En lo futbolístico, el torneo nacional se lo adueñaría la Universidad de Chile con ese famoso plantel conocido como el “Ballet Azul”, que revolucionó

[9] el balompié local en los sesenta. Tras esa década exitosa, como si fuera una maldición, la U no volvería a ganar la chilena en veinticinco años. Eso sí, en casa de los Zamorano Zamora no pasaba nada con el club universitario. El único equipo por el cual se hinchaba era aquel que vestía de blanco y negro, ese que basaba su nombre en un guerrero mapuche que entregó la vida por su pueblo, el famoso Colo-Colo. Con tan solo seis años sufrió su primera decepción deportiva, cuando el Cacique cayó en la final de la ante Independiente de Avellaneda. Al poco tiempo se daría cuenta de que ese brillante elenco de Valdés y Caszely lo había engañado, porque le había hecho creer que los clubes chilenos eran los mejores del continente. De no ser por el robo a mano armada de “Los Rojos” de don Julio Grondona, ese trofeo quedaba en suelo chileno. Fascinado con los atacantes albos, soñaba con meter goles como ellos. “¿Dónde juegas tú Iván?”, le preguntaban en el barrio, a lo que él respondía de manera tajante con una sola palabra: “Adelante”. Se probó en el club de sus amores, pero le dijeron que era muy flaco. “Después de dos cazuelas hablamos”, enfatizó el DT de las cadetes albas. Será de aquella época que Bam Bam desarrolló un fanatismo por aquel típico plato chileno. Cuando tenía trece años falleció su viejo, hecho que lo marcará para el resto de su vida. Sería a él a quien le dedicaría la mayor parte de sus conversiones cuando más grande. Fue tal la cantidad que marcó, que en el cielo todos envidiaban a Iván padre. “De nuevo le llegaron dedicaciones al perla”, comentaban sus envidiosos colegas en el reino del Señor.

[10] Se inició en un club deportivo ubicado en un campamento minero, el histórico Cobresal de El Salvador lo aceptó en sus filas. Su primera campaña de profesional sería enel Cobreandino de Los Andes, donde fue cedido en 1986 para que se fogueara en la Segunda División y aprendiera a recibir golpes de puño en el rostro que quedaran totalmente impunes. Ese año metería veintisiete goles en veintinueve juegos, llevando a su equipo a ascender a Primera. Aquella carta de presentación era lo que el guerrillero del soccer, Manuel Rodríguez Araneda, necesitaba para los oscuros planes de gol que tenía en Cobresal. Armaría un tridente ofensivo con Sergio Salgado, Rubén Martínez e Iván Luis, que lograría la en 1987. En esa época, la competición se dividía en grupos norte y sur. En el primero de estos, Cobresal se quedó con el trono en una disputada definición con la Universidad Católica que se definió por una sola diana. Por su parte, en el otro sector Colo-Colo capturó la punta, clasificándose ambos a la gran final que dirimiría al campeón. Bam Bam venía fresquito. Se había matriculado con doce anotaciones en la fase previa y el volumen ofensivo del cuadro minero ilusionaba a sus pocos fanáticos. Al otro lado se encontraba el club que le robaba los suspiros. En cualquier otra circunstancia hubiese hinchado por ellos, pero esa tarde de invierno en Antofagasta estaba para destruir sus esperanzas. El conjunto capitalino venía pisando fuerte con grandes estrellas como el Cóndor Rojas, o el Káiser Pizarro, dirigidos por la gran proyección chilena en cabinas técnicas de ese momento que era . No obstante, lo intimidante que podían llegar a ser, los de

[11] El Salvador estaban para hacer historia y no aceptarían premios de consuelo. En el minuto cincuenta y cuatro de partido, una incursión en el área de Rubén Martínez derivó en un centro buscando la pierna milagrosa de un compañero, haciendo conexión perfecta con la diestra de Iván, quien logrando desmarcarse del zaguero albo empujó la bola hacia dentro del arco rival. Doscientos cuarenta segundos después, el Negro Salgado terminaría de sepultar los sueños del cuadro popular, configurando así el 2-0 final con que acabaría esa batalla, dejando el título en el norte. Un par de campañas alcanzó a estar el goleador en tierras chilenas. Bologna de Italia lo compraba y lo mandaba cedido al Saint Gallen suizo. Su primera temporada en el Viejo Continente fue de lujo y los helvéticos se lo quedaron, haciendo pedazo de inversión porque después lo venderían al Sevilla español. Fue expresamente pedido por el adiestrador argentino , que conducía al Sevilla y que antes había trabajado en Chile, llevando a Cobreloa a dos finales consecutivas de Copa Libertadores. El profesor tenía su trayectoria y sabía que uno como Iván no aparecía todos los días, por lo cual había que aprovecharlo. En Andalucía se radicó un par de años hasta que llegó la gran oportunidad de su vida. Las buenas campañas en el sur lo llevaron al centro. Así es, porque el recién contratado técnico español Benito Floro, ubicaba a Zamorano en su lista de prioridades para comenzar a construir el ataque del Real Madrid. Corría el verano de 1992, el goleador se encontraba en el matrimonio de su hermana cuando su representante le pide hablar de manera urgente. Iván tomó el teléfono y le dijo “Hostia tío, que no podéis esperar a

[12] mañana para comunicarte conmigo. No veis que estoy de fiesta”. Pero efectivamente no podía aguantar un minuto más sin comunicarle la buena nueva a su representado. “Iván, te llamo para decirte que eres el nuevo jugador del Real Madrid”, le dijo emocionado, conteniendo las lágrimas. Tras ese traspaso, Bam Bam se convirtió en el primer chileno en la historia en llegar a la Casa Blanca. Tremenda mochila cargaba, porque no solo perseguiría sus sueños, sino que consigo llevaba los de todo un país. El Helicóptero se instalaba en la guarida merengue para convertirse en leyenda. Llegó con toda la expectativa, sin embargo, sus dos primeras temporadas no serían nada fáciles. El primer año fue de dulce y agraz, donde por un lado resultó clave con sus goles para que los blancos se quedaran con la Copa del Rey, pero en la Liga protagonizaban uno de los mayores despilfarros que recuerde la década de los noventa en España, cuando en la última jornada caían derrotados ante el modesto Tenerife, permitiendo así que el Barcelona se quedara con el torneo. En la campaña siguiente lo volverían a intentar, pero nuevamente fallarían. El conjunto de Chamartín no funcionaba y se notaba en la cancha. Iván disminuyó su producción goleadora y, salvo la Supercopa Española, los dirigidos por Floro acabarían el año sin títulos. Un pobre cuarto lugar en la Liga fue suficiente para que los burgueses que manejaban el club despidieran al Beno. Como reemplazo traerían a uno que los había hecho sufrir demasiado en la cabina técnica del Tenerife, uno de la casa llamado Jorge Valdano. Al momento de llegar, el argentino creyó que se las sabía todas. No le seducía el juego de Zamorano y quería los cupos de extranjeros para hacer movimientos. Fue así

[13] como llegó al entrenamiento y le dijo: “No cuento contigo. Si tengo cinco delanteros, tú serás el quinto”. El adiestrador lo invitaba amablemente a buscarse una salida, pero creer que el chileno se daría por vencido era no entender nada del espíritu de lucha que corría por sus venas. Inicialmente la frase “Tú serás el quinto” retumbó en la cabeza de Iván por una semana entera. Recordaba cuando lo habían pateado en segundo medio que se las lloró todas, cuando se murió el viejo o cuando le dijeron que no lo iban a tomar en cuenta en el Colo y pensó: “¿Por qué me estoy calentando la cabeza con lo que me dijo Valdano? Muy campeón del mundo será, pero este era malo malo”. Recompuesto, invitó a unos amigos a su casa para desahogarse y les dijo: “Si no me quiere se la voy a hacer más difícil. Voy a entrenar el doble, le voy a demostrar que soy mejor que todos los que están acá”. Era lógico lo que pensaba, porque su competencia no era difícil. Estaban Alfonso y Dani que no le llegaban ni a la rodilla, también competía con Butragueño, que era extraordinario, pero ya iba en retirada. Solo le hacía sombra un muchacho de la cantera, un tal Raúl González Blanco. Un cúmulo de lesiones en ataque forzó al nuevo coach a ponerlo de titular y Zamorano respondió. Tardó exactamente doce segundos en convertir su primer tanto en esa liga. A los cuatro minutos ya llevaba dos goles, estableciendo la base de una bombástica victoria merengue por 4-1 en Sevilla. En las diez primeras fechas ya registraba diez tantos, ubicando su nombre en el podio de los reyes de goleo, el cual no habría de abandonar hasta acabar Pichichi de la competición. Nada menos que veintiocho balones depositó Iván en las redes rivales, muchos de los cuales fueron claves para el desenlace del torneo local ese año.

[14]