1 Independencia: Conecte Sonidero

NUEVO LÉON NO. 5 CONECTE SONIDERO

LA INDEPENDENCIA LA CIUDAD, EL BARRIO Y LA CUMBIA

©Portada. Velia de la Cruz 2 Independencia: Conecte Sonidero

LA DANSE SOCIALE o la cumbia siempre ha sido queer, y no me había dado cuenta

por María Eugenia Garza Oyervides

-¿Son dos mujeres? Me preguntó cuando veíamos hemos tenido la “libertad” de bailar con alguien una escena de la película Ya no estoy aquí, en la de nuestro mismo sexo sin que se nos cuestionen que dos TERKAS bailan la cumbia kolombiana, nuestras preferencias; digamos que no es una y son, por así decirlo, una pareja de baile. -Sí, eso práctica secreta y posiblemente también sea es algo común - pensé - bailar entre mujeres. Y le aceptada porque bailamos entre amigas. En la conté que, en los bailes y kermeses de mi escuela secundaria y fiestas se trataba de bailar y disfrutar secundaria, que era pública (y mixta), a veces bai- la música simplemente. También mis herma- lábamos en parejas de mujeres. Y no me refiero a nas mayores en los bailes de XV años lo hacían, la música que en los noventa llamábamos disco incluso mi mamá alguna vez me contó eso de y se bailaba en pareja, pero sin tocarte sino a la que bailaban así, con güercas, porque mi abuelo música grupera que sonaba fuerte en aquellos siempre las estaba vigilando. tiempos, a la tex-mex o norteña, especialmente. A veces bailábamos con otra mujer porque Recuerdo que, durante mucho tiempo, en casa había chicos que no sabían bailar o no querían, de mis papás, comíamos viendo el programa o porque no había quién se animara a “sacarte” Órale primo con Jesús Soltero, al que iban a tocar a bailar, y no ibas a quedarte con las ganas de grupos de música vallenata. Ahí se veía bailando bailar sólo por eso cuando sonara una canción a parejas de chicos con chicas y también a muchas de la Mafia, Selena o Bronco. Otras veces bailá- chicas con chicas, en parejas de mujeres. A veces bamos con otra mujer por timidez o porque nos iban abrazándose de frente, tomadas de los codos sentíamos más seguras bailando entre mujeres o de la cintura (de motoneta), de igual a igual, que con hombres. Tal vez porque las mujeres otras veces de las manos, simplemente, como la

© Fotografía de la película Ya no estoy aquí - I’m no longer here. 3 Independencia: Conecte Sonidero

bailan en la película LAS TERKAS y otras veces compañía está compuesta solo por hombres que también como en la cumbia “tradicional”. hacen todos los roles. Pero llama mi atención que Sí, es algo normal. La cumbia siempre ha sido esa cumbia vallenata se bailaba en televisión con bastante “pareja”. Ahora que lo pienso, en ese una dinámica de parejas que no se identificaba sentido la cumbia siempre ha sido queer y no “con aquellas normas reguladoras mediante las me había dado cuenta. Y aunque en la cumbia cuales se materializa la diferencia sexual” (Butler, norteña y en otros ritmos, la mujer pone una 2002, p.21) y no hablar de esa notable diferencia. mano en el hombro y el hombre la pone en la cintura de la mujer para dirigirla más fácilmente, Ver en esta película toda la carga simbólica de la recuerdo que si yo iba bailando en medio de un danza que sostiene a este grupo social me hizo tumulto y veía un espacio libre en la pista bien recordar que muchos (mexicanos) aprendemos podía “llevar” a mi pareja, o sea “dirigir” el baile a bailar en las fiestas, con alguien de la familia o sin problema. los amigos o incluso en los bailables de la escuela para las asambleas y tal vez por eso no nos perca- En la improvisación de contacto, que es una tamos de que para nosotros la danza siempre ha técnica de movimiento contemporánea en la que sido social. Por eso me sorprendió mucho cuando puedes ir encontrando diferentes personas con descubrí en la lista de cursos de academias de quien bailar y asumir diferentes roles mientras danza de Montréal, Canadá, eso que llaman la tanto, no hay un rol “dominante” o determinado danse sociale, y que son los cursos de danzas de cómo moverse; las cargadas, quién lleva al otro que se bailan en pareja, como el tango, los vals a moverse o lo dirige, son roles que se están alter- y los ritmos latinos y que nosotros bailábamos, nando a lo largo del encuentro o baile. generalmente mientras crecíamos y festejábamos, Es cierto que en la cumbia los roles de movimien- al menos los de moda en nuestra generación. to con respecto al género no son tan marcados Confieso que sigo pensando que Monterrey es mi como en el tango, en el que incluso han creado casa (aunque ya no lo es) y que hace mucho una la corriente de tango queer para bailar con los película no me removía tanto. Ya no estoy aquí, roles distintos a los propuestos originalmente, que además tiene un título increíble e imposible, por ejemplo; o como en el ballet clásico, donde me ha parecido un obsequio inesperado. Supongo el papel del bailarín (masculino) sigue siendo que es porque la nostalgia por mi ciudad, el baile, para dar soporte a las mujeres y cargarlas y no a la música, los amigos y los lugares que ya no la inversa, a menos que se trate de ballets como están, siguen estando aquí. el de Trockadero de Monte Carlo, en el que la

María Eugenia Garza Oyervides (Monterrey, México) Coreógrafa, investigadora y docente. Realizó estudios de Maestría en danza con una tesis sobre el cuerpo simbólico de la sociedad mexicana en Canadá (UQAM, 2018) y de Comunicación en México (UANL, 1998). Fundó Báilamela Suavecita Productions y La Sensación Danza para indagar el cuerpo, el video, la escritura, la identidad y la memoria en los procesos de creación coreográfica. Actualmente realiza un estudio sobre la corporeidad de los exponentes de la música norteña. Contacto: [email protected] Instagram: @lasensaciondanza

© Fotograma del programa de televisión Órale Primo, fecha desconocida. 4 Independencia: Conecte Sonidero

LAS LETRAS DE LA MÚSICA COLOMBIAN-CUMBIA Y VALLENATO Y SU ARRAIGO EN LA CULTURA DE MONTERREY 1ª. PARTE. por Alma Leticia Saucedo Villegas

**Es parte de un ensayo sin publicar del Centro de escritores CONARTE 2008.**

A finales de la década de los ochenta, cuando construidos alrededor de la música colombiana. llegué a residir en la ciudad de Monterrey, instalé En la observación y contemplación de esta cultura un negocio en la calle de Colegio Civil y 15 de urbana y popular surgieron diversas interrogan- mayo, el centro de la ciudad y del comercio in- tes: la forma en que llegó a la ciudad, la época en formal. En esas calles, llenas de “estucheros” y que arribó; las circunstancias y contextos de negocios, siempre estaban de fondo, en los duros apropiación; cuáles fueron las subjetividades fríos e intensos calores, los acordes de música y emotividades que permitieron se quedara regional y la incipiente grupera, alternando con esta música, con tan alta estimación en la los ritmos de la música colombiana. Esta última población. Un punto central en el proceso llamo mi atención, y dejo un impacto que a través de indagación y contacto con los sujetos de los años le iría encontrando sentido, pues portadores y promotores fue mi aprecia- eran canciones de cumbia que me remitían a un ción personal por las letras de las canciones. baile “cumbianchero” del D.F. o al trópico de La indagación implicaba ir más allá del presente una playa. ¿Qué hacía esta música aquí? A partir y buscar los orígenes de su presencia en Monte- de la sorpresa ante el nuevo descubrimiento se rrey, y ya había sido abordado su origen (Olvera: inició un camino de cercanías y alejamientos 1998) y continúa siendo examinado (Blanco: con este mundo. En ocasiones fue fortuita y otras 2003). Por ello este texto no es un escrito de los debido a un trabajo profesional desarrollado en el orígenes de la música sino una aproximación municipio de San Nicolás. De esta forma surgió de profundizar en las letras de las canciones en la necesidad de registrar, con cámaras de vídeo y los géneros cumbia y vallenato, originarias fotografía, diversos elementos relacionados. En la de la costa atlántica de Colombia. Y que se medida que entraba en un recoveco diferente des- ha convertido a lo largo de casi cuarenta cubría nuevos factores y crecía la certeza de que años es uno de los géneros de preferencia de existía una cultura popular sui géneris asentada una parte considerable de la población que en gran parte del área urbana de Monterrey. vive en el Área Metropolitana de Monte- La etapa fue una especie de acumulación de rrey. Pero ¿por qué otro escrito de la música impresiones, entablar vínculos y conocer la colombiana?, ¿falta algo más por decir, por forma efusiva en que lo recibían los jóvenes indagar o ver con otra perspectiva ese fenó- de barrios populares y fieles seguidores de los meno cultural? Es necesario abordarlo desde ritmos colombianos. Hombres y mujeres se la palabra y lo que ésta significa. Es remitirse sumaban y aglomeraban llevados por su in- a una perspectiva que hable desde el lengua- quietud de estar y pertenecer a una serie de je. La construcción del sujeto y su realidad se contextos, relaciones, escenarios y ambientes efectúa a partir del manejo de la lengua, especí- 5 Independencia: Conecte Sonidero

la mayoría de sus receptores en Monterrey- o dentro de ambientes rurales o populares. Si bien existe una línea de compositores e intérpretes que viven en una situación económica mejor no dejan por ello de compartir elementos culturales que se aglutinan alrededor de una identidad, va- llenata a nivel regional y otra a nivel nacional, en Colombia. Las investigaciones realizadas desde un ámbito sociológico (Olvera: 1998) y antropológico (Blanco: 2006) han centrado el estudio del fenó- meno cultural de la música colombiana desde la difusión, transnacionalización y apropiación © Fotografía: Yasodari Sánchez vinculados con la construcción de identidades y subjetividades. La propuesta es retomar los dos géneros y abordar el fenómeno de la música desde las significaciones de las letras de las ficamente el “habla” que se da en determinados canciones. Y como éstas repercuten y han sido contextos. Y éstos son generalmente, para los parte importante en un proceso de hacer “suya” jóvenes y seguidores del género, espacios que la música. Los portadores crean mecanismos que ofrecen poco en cuanto a la palabra escrita. van construyendo alrededor de elementos que los La palabra otorga significados por medio de los identifiquen como consumidores de la música significantes y son los sujetos, en la vida cotidiana colombiana hasta asumirse y autodenominarse y la interacción con los otros, los que se apropian “colombias”. La idea central parte de la hipótesis de aquéllos en diversas formas. Otorgándoles de considerar que la población se apropia de la otros significados o reconfigurando sus usos de música, desde su arribo a la ciudad de Monterrey, acuerdo a una realidad o un imaginario que parte por la identificación con los significados y narra- de sus contextos concretos. tivas de las letras de las canciones. Los primeros Las letras contienen frases y evocaciones que receptores y consumidores de la música se ubican responden a las vivencias que traslapan las clases como la primera generación, y posteriormente la sociales como el amor, la muerte, los hijos, la siguiente generación reproduce su identidad por traición, la amistad, la vejez. Las palabras no sólo medio del aprendizaje y la reconfiguración de re- dan referencias explicativas, sino que son formas ferentes culturales. La cultura se practica por imi- de vivir las diversas situaciones existenciales tación y en el actuar de la vida diaria se van cons- inherentes a todo ser humano. Por ejemplo, vivir truyendo y reconstruyendo formas particulares de el amor de manera trágica; asumir concepciones ser, vivir y asumir la vida. Forma y contenido con idealistas y románticas de la mujer o el inevitable que las personas se identifican y le dan un sentido sentimiento de culpa al ver los errores cometidos. y coherencia al pertenecer a determinado barrio, El contexto social desde donde se escucha la colonia, calle. Los aspectos que permiten congre- música colombiana, en general, pertenece a gar a los individuos como grupo son, igualmente, entornos marginados. Aún así, dentro de la es- las diversas experiencias, costumbres, hábitos o tructura de la sociedad, se efectúan situaciones aprendizajes que comparten en el transcurrir de de movilidad social aunados a la masificación la vida: el amor, la amistad, el trabajo, la muerte, de la música y al acceso a otros géneros musica- la escuela, la fiesta, el juego. les. Esto trae como consecuencia que en alguna Todos estos aspectos son compartidos porque se población la música colombiana sea parte de un ubican en un mismo espacio social y en ocasiones pasado y que en el presente se vive de formas de las historias son similares. Las visiones y formas diversas. Puede ser que se siga consumiendo y de asumir algunas situaciones son particulares disfrutando entre uno más de los diversos tipos y en ocasiones la diferencia de otros grupos de música, hay quien dice “…me gustaba…”, “…yo sociales. La construcción de un mundo simbó- fui colombiano…”, “…tenía todos los discos de…”, lico colectivo -creencias, valores, imaginarios, “…ya no la escucho…”, “...tengo grabadas algunas - encontrará en momentos alguna relación en las canciones…”, etc. Las letras de la música colom- letras de las canciones. En éstas podrán vivirse, biana que se escucha actualmente en la radio son a partir la forma y el contenido expresados en escritas, mayormente, en otros contextos social algún fragmento, las experiencias emotivas como y cultural. Aunque también se realizan dentro la tristeza, el dolor, el placer o la alegría. El gusto de situaciones igualmente desfavorables –como por la música se extiende más allá de una transacción 6 Independencia: Conecte Sonidero

de distribución y consumo de mercancías. Se construye una identidad “Colombia” que se hace palpable en los barrios o colonias y se traduce en la estética, la vestimenta, la manera de hablar y de bailar. Es una cultura viva que por muchos años permaneció como parte característica de un mundo marginado. Sólo en la última década se posicionó y recono- ció su importancia en algunas esferas, como la academia, la promoción cultural y, por supuesto, la industria musical que vio un nicho de opor- tunidad económica. Ahora es palpable que lo “Colombia” es un elemento característico de la cultura popular de la metrópoli de Monterrey. No por ello ha sido aceptada en diversos ámbitos cul- turales o en el propio imaginario de la población. Alma Leticia Saucedo Villegas (CDMX 1964). Sociolo- Los otros que no son “colombias” y que iden- ga, etnografa visual, gestora cultural, mediadora de lectura, tifican a éstos con características negativas de bordadora y encuadernadora. Vivio en Monterrey (1987 los barrios populares como la violencia y la dro- -2018) acercandose a la cultura “colombia”. Su tesis docto- gadicción. Llegando en ocasiones a construirse ral incluye una etnografia de La Fe Music Hall, violencia y binomios que estigmatizan: Colombia -violencia; bailes. Colombia -pobreza; Colombia -drogas; Colombia -pandillero; colombia -chuntaro; colombia -naco; Contacto: [email protected] colombia -cholo. Facebook: .https://www.facebook.com/leticia.s.villegas

© Fotografía: Alejandro Valdez, IN. D. P KUMBIA Agrupacion de Música Colombia de la col. Independencia 7 Independencia: Conecte Sonidero En vallenato y Cumbia Sonidero Movimiento Sonidero Monterrey

“Hola, mi nombre es Juan Guerrero, nacido en esta bella ciudad de la montañas Monterrey Nuevo León”

por Juan Guerrero

© Fotografía: Juan Guerrero

En el año de 1970, viviendo nuestra niñez en la se remonta al año 1981 cuando ya le poníamos colonia Altamira, frente al muy famoso Cerro atención a la música colombiana y tropical que de la Campana, en los cuales de adolescentes escuchaban familiares cercanos en las fiestas de- vivimos tantas anécdotas relacionadas a la cembrinas y de cumpleaños o simples reuniones música sonidera ya que nos tocó vivir la época de fin de semana. dorada de los grandes sonideros que por el sur de Al calor de la cerveza y la reunión familiar se la ciudad predominaban y se hacían sonar muy armaba el pequeño baile familiar y escuchando fuerte, fuera del territorio del barrio de la Inde- los ritmos y tratando de identificar las melodías pendencia. cual era cada cual, leyendo las pequeñas pes- Mi historia relacionada a la música colombiana tañas interiores de casetes que en ese tiempo se 8 Independencia: Conecte Sonidero

escuchaban. Ahí empezó el gusto por estos ritmos llenos de folclore desconocido para mí en esas épocas contaba yo con al menos 11 años de edad. Descubriendo la Cumbia Inicios del conocimiento de ritmos

El gusto que realmente me atrajo al 100 % fue al ver por primera vez un sonido Radson tradi- cional, me juntaba en una vecindad en la calle Pipila y camino al mirador, esa vecindad estaba conformada por pura familia, hermanos todos, al menos eran 6 familias en esa vecindad, la famosa © Fotografía: Archivo Juan Guerrero vecindad de la familia Lobato en la cual el mayor de los hermanos Don Rafael Lobato Fraga tenía un sonido llamado “Sonido Tropical”. “Sonido Delirio Vallenato” Ese sonido fue el primero que escuché en vivo manejado por don Rafael Lobato que en sus ratos libres de fin de semana se dedicaba a limpiar su inicia la historia sonidera colección y a la vez escuchar algunos de esos discos, esa primera vez que lo vi y escuché me quede ahí paralizado, sorprendido, viendo la cantidad de discos que ahí se encontraban en esa gran colección. Ese gran Señor Don Rafael Lobato A la edad de 15 años entre un gran amigo ya fue el primero que me brindó la oportunidad, de fallecido mi hermano porque así lo tenía consi- ver y manejar un sonido Radson de 8 botones, derando el cual llevaba por nombre Juan Antonio micas en color azul y blanco, con focos de colores Arista Rosas. Mejor conocido como el “Chavillo” en su tapa y su leyenda de “Tropical” en tipografía el cual conocí agarrándome a golpes con el cuando gótica como eran normalmente adornados. teníamos como 10 años crecimos y trabajamos juntos, nos dio el gusto de la música sonidera Ahí empezamos a adentrarnos y conocer discos, ahí con la familia Lobato. A los 15 años entre él portadas, artistas fuimos empapándonos de una y yo compramos un sonido Radson de 7 botones, escuela musical gratis, que con ansias esperá- recuerdo bien que ese sonido le fue comprado bamos cada fin de semana para poder asistir. La a Domingo Zavala, Sonido Estrella Blanca, del vida nos enseñó a que si no luchas y no trabajas barrio de la Campana, compramos un cajón no tienes para darte un gusto personal, desde con 2 bocinas de peavey de 12” y en aquellos niños, nos ocupábamos después de escuela a años había gente que traía fayuca de los Estados tirar basuras con las familias de los alrededores, Unidos y nos trajeron un hermoso par de tweeters ya que entre la colonia Altamira y el cerro de la realistic tipo pirámide, ahí empezó la verdadera Campana hay aún en estos días un campo llanero locura sonidera de un servidor quien a lado de de futbol, a en aquellos años había un gran tira- mi compadre Juan Rosas vimos nacer al Sonido dero de basura como toda colonia marginal, ahí Delirio Vallenato, ese era nuestro, empezamos a llegábamos con los baños y bolsas de basura de juntar discos obviamente nacionales y alguno las familias del cerro de la Campana ya que allá que otro importado, íbamos al puente del Papa arriba no hay manera que pase un camión reco- a buscar discoteca con sonideros como Jorge lector, y subíamos y bajábamos escalones en las Rada, los hermanos Mario y Raúl Murillo, en el tarde tirando bolsa de basura a ese gran basurero negocio de José Niño, Sonido Álvarez, , para recolectar algo de dinero, en la adolescen- Dueñez, en aquellos años había discotecas que cia trabajando en el mercado Colón, vendiendo aún era fácil de conseguir. Ese Sonido Delirio cebolla después vendiendo periódico y siempre Vallenato duró al menos de 1985 hasta 1993-1994 cada fin de semana comprarte una playera o, un al menos para mí ya que me casé muy joven y no pantalón usado para estrenar el fin de semana el podía atender eventos de tocadas tan fácilmente, algún baile sonidero. pero fueron grandes eventos a lado de sonidos en 9 Independencia: Conecte Sonidero

mano a mano con el Plegaria Vallenata, el Choco MP3 que era lo que más se podía hacer para y su Sonido Tres Perlas, Sonido Monterrey con mantener al menos junta una buena cantidad de Sonido Acuario en Canteras, eventos de XV años, melodías, aunque la verdad se extrañaba mucho bodas y pachangas de amistades, no teníamos ya para esas épocas el tocaras directamente de las facilidades de ahora que puedes moverte en un buen vinilo. Un día caluroso de mayo del año una camioneta. Cuando no nos apoyaban con el 2010 paseando por la ya desaparecida pulga del transporte nos íbamos en camión y a pie a colonias rio Santa Catarina, llegando a saludar al señorón como Sierra Ventana, Canteras, Fomerrey 21, Don Gabriel Dueñez, y aprovechar para comprar Burócratas, Nuevo Repueblo. Eso eran nuestros algún CD de música de antaño, veo a sus espaldas recorridos. Ahora escribiendo esto se me vienen un disco LP de Anibal Velásquez donde viene una tantas cosas a la mente, tantos recuerdos tan rola llamada Esperanza. Le pregunto al señor bellos, que la verdad tardaría mucho en escribirlo. Dueñez ¿ese disco lo vende? -él contesta- si hijo. Yo me retiré del ambiente sonidero en esa época Le pregunto el precio y me dice 50.00 pesos. de 1995 más o menos tomando en referencia la Lo tomé, iba mi esposa conmigo y le digo -¡mira edad de mis hijos. Seguí escuchando música y de este disco nosotros lo tocábamos cuando tenía- repente cuando había oportunidad asistiendo a mos el Delirio Vallenato! Me dice mi esposa -¿a bailes sonideros de fin de semana, cuando podía poco aún te acuerdas? -claro que sí- le contesté, los cuales fueron disminuyendo poco a poco por volteo con el señor Dueñez y le digo -me lo llevo cuestiones de pandillas y drogas. Sepultándolos aquí están los 50.00 pesos que pidió-. Mi esposa por completo en los 90`s. con una cara de sorpresa y asombro me pregunta ¿Para qué lo quieres si no tienes donde tocarlo? Pausa de música sonidera Mi respuesta fue -ya conseguiré donde escucharlo eso déjamelo a mí-. adentrándonos en otros ritmos

El seguir escuchando música y tratando de adap- tarse a las nuevas tecnologías como la llegada del CD y los archivos digitales, seguimos con el gusto y colección de música en diferentes forma- tos, escuchando géneros diferentes como el rock en español asistiendo a conciertos fue el gusto que más me atrajo, llegó el nuevo milenio y nos adaptámos a una era rockera llena de buenos ta- lentos tales como Caifanes, Tex Tex, el Tri, Soda Stero, Santa Sabina, Sangre Azteca la poesía de Joaquín Sabina o Luis Eduardo Aute, el excelente blues de Real de Catorce por mencionar algunos. Asistiendo a conciertos en vivo y demás. Eso sin dejar de escuchar en lapsos la música sonidera de la vieja escuela. Comenzamos a coleccionar © Fotografía: Juan Guerrero música en CD el cual era comparada a sonideros que seguían distribuyendo esa música como la familia Murillo, los hermanos Carvajal, y Sonido Juan Guerrero. En vallenato y cumbia, sonidero, crecido en Dueñez ahí en el mercado del puente del Papa. el barrio de la Campana, melómano por naturaleza, adicto a la En el centro de la ciudad podías encontrar música magia del vinil, iniciador del Movimiento Sonidero, Monterrey en el área de Reforma. Al sur de la ciudad estaba Nuevo León, México. mi compadre Arturo Domínguez Sonido Fuerza Contacto: Caribe y el Güero Colombia al menos esas eran Facebook: Sonidero en Vallenatoycumbia las opciones de compra o búsqueda de aquellos. Todos esos CD´s iban directo a una computadora en al cual íbamos guardando archivos en formato 10 Independencia: Conecte Sonidero

Así en el barrio como en el cielo por Jorge Karam

© Fotografía: Jorge Karam

Muchas veces he dicho que si no viviera en el derecha, quizáś como una clara alusión a toda la barrio donde vivo, y me llegara a perder en sus mierda depositada de las colonias aledañas. Los calles, si lo veré como un lugar maldito. O quien mensajeros nunca quieren entrar, los taxistas se sabe. De alguna manera le he llegado a tener niegan a meterse por miedo a no regresar. cariño a todas estas calles calurosas e inven- - ¡Pinches tan putos!, si ni esta tan fea la unidad-. tadas, aparentemente sacadas debajo del culo de Dios. Desde pequeño he vivido aquí llevo Como dije, si yo fuera de otro lugar, tal vez veintidós años creciendo entre los puntos más también tendría miedo de pasar por aquí. No lo tensos de la zona. Vivimos en el segundo piso de sé. Casualmente le tememos a lo que no conoce- un edificio anaranjado, que hace juego con otros mos, o lo que creemos que es obvio. Yo también veinte más. Nuestro departamento es la edad desconfió de los callejones oscuros, porque así me de Cristo si anulamos el cero que los hace ori- criaron; ignorando tal vez, que venimos todos de llarse. Aquel edificio se encuentra al fondo a la uno. Jamás me considere barrio-barrio. Mientras 11 Independencia: Conecte Sonidero

otros fumaban, se metían piedra, decidían robar u otorgarle su voluntad al narco, yo aún jugaba a las escondidillas, a las atrapadas, a los policías y ladrones... ¿Quién en su sano juicio que ir ser puerco?, todos amábamos ser ladrones. La neta. Pero tenía seis años. Mis padres vendían banderillas, y todo el barrio iba a comprarles. Me gustaba el local porque mi papa tenía un walkman donde se podían escuchar canciones de los bitles. Eran tiempos difíciles para mi familia, y supongo que para el barrio también. Poco a poco, cada uno de los niños con los que salía, se fueron perdiendo a sí mismos y quedan- do en el camino. Como dije antes, la mayoria Acá el barrio es como cualquier otro en la cedió su voluntad a la mentira más falsa y frágil, pero popular. Las necesidades siempre se ven más ciudad. Verguero y pesado. Se ha ganado abundantes desde acá, y a veces, eso es lo que la a pulso cada puño de tierra o de madrazos gente no entiende. Lo que las personas que no nacidas aquí no entienden, y temerían. que han soltado. De alguna u otra manera Por eso mismo me he encariñado viviendo de han luchado por la permanencia misma, este lado de la moneda. Pues, aunque no me no sólo de exclamar ni de exigir lo mismo, sentía parte, desde muy pequeño me comprometí a observarlo desde sus vísceras más entrañables ni siquiera de delimitar una oportunidad; y encontrar de esa gracia dulce en sus hábitos y sino algo mucho más inocente y sencillo. “fallas”. Desde los morritos que salen en bicicle- ta tirando lo que parecieran frases repetidas o sacadas de algún sitio en particular, que en algún momento se convertirán en raps y rimas dignas de ser repetidas, ensayadas y celebradas. Asi como de los -Gordos-, que tienen cara de li- cenciados y que prefieren estar afuera comiendo chetos y jugando free fire, aprovechando el in- ternet gratuito que el gobierno de la ciudad vino a instalar, que quedarse en su casa tal vez pade- ciendo los mismos gritos de siempre. O como el carnal todo tatuado que sirve en la tienda, o eternamente esta reparando su carro, o trabaja de mototaxista para llevar pan de dulce cada noche a su mujer que vende dulces en la tarde, o que corta el cabello o lee las cartas o limpia las casas de las zonas residenciales. Muchas de las personas que he visto desde pequeño la han pasado mal. Algunas ya no están con nosotros. Evidentemente las personas cambian, aunque la situación de crisis en el país Jorge Karam. 22 años. Estudiante de Sociología en la siga igual. UAM Xochimilco. Ha publicado en Revista Tlacuache y Revista Letramía, y en uno que otro portal perdido. Contacto: Instagram: @xocoyotzinjk 12 Independencia: Conecte Sonidero

Sonido Fuerza Caribe sonidero del sur de Monterrey NL

“Soy Arturo Domínguez del Sonido Fuerza Caribe de la colonia La Campana”

por Arturo Domínguez

En el 2019 participé como sonidero en Cumbia Fest en Monterrey. Soy apasionado al vinilo, a la tornamesa y al sonido. No me considero el #1 pero si uno de los mejores y siempre con el nombre de México y mi bandera bien en alto.

© Fotografía: Archivo Arturo Domínguez

© Fotografía: Archivo 40 años de un Sonido La Indepe YS/ Aarón Leyva 13 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Archivo Arturo Domínguez

Mi inicio empezó a la edad de los 13 años comprando mi primer Radson a mi tío políti- co Odilón Arellano, dueño del Sonido Caribe y Paraíso de la colonia Independencia de Campeche y a los 14 años compré mi segundo Radson por ese motivo le puse Fuerza Caribe, por el doble Radson. Mis primeros inicios en los bailes comenzaron en las colonias de la zona sur la Campana, Canteras, la Risca, Burócratas, República, Revolución. Entre otras colonias tengo 30 años como sonidero. En el 2013 formé parte del equipo de sonide- ros en el Movimiento Sonidero. En el 2017 fui invitado a Colombia en la Fiesta de la Cumbia en el homenaje de Andrés Landero en el teatro Adolfo Mejía en Cartagena de Indias Colombia por el Sr. Juan Carlos Díaz y Nelson Espinoza. En 2018 me volvieron a invitar a otro homena- je de Andrés Landero en San Jacinto Montes de María Colombia por el club de maestros, Sr. Arturo Domínguez. Sonido Fuerza Caribe de la Col. La Fredy Chamorro. Campana, La Guajira Colombia. Sonidero de la zona sur de Mon- terrey NL y gran apasionado del vinil y la tornamesa. Contacto: Facebook: Fuerza Caribe Sonidero Arturo (Internacional) 14 Independencia: Conecte Sonidero Velia de la cruz: el barrio de la indepe. portafolio por Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz 15 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz 16 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz

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© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz 18 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Velia de la Cruz

© Fotografía: Velia de la Cruz

Velia de la Cruz. Fotoperiodista de 35 años nacida en el norte de México, donde vive y trabaja, es licenciada en Ciencias de la Comunicación con acentuación en publicidad por la Universidad Autóno- ma de Nuevo León. El trabajo de Velia de la Cruz se publica en periódico El Norte en Monterrey y en otros medios a través de Agencia Reforma desde el año 2011 a la fecha. Contacto: [email protected] Instagram: @velia_delacruz, @fotografas_delnorte 19 Independencia: Conecte Sonidero © Fotografía: Adriana Franco Adriana © Fotografía:

El éxodo del baile en la pandemia

por Adriana Franco

A un año de que comenzó el confinamiento por partir del temblor del 85, como narra el periodista el Covid-19, aún no anuncian la reapertura de los José Luis Martínez en su libro de memorias El día salones de baile en la Ciudad de México. Varios de que cambió la noche. Salones como Los Ángeles, ellos no sobrevira a la pandemia. Caribe, Hidalgo y Gran Forum, por citar algunos Algunos incluso cerraron un poco antes, como de la zona Centro, han enfrentado un año de cierre los legendarios cabarets Casablanca y Barba Azul, continuo, sin apoyo del gobierno. Sus orquestas que con siete décadas de resistencia eran de los fueron confinadas a un prolongado silencio, últimos vestigios de la época dorada de la vida las pistas de baile al vacío y el público asiduo, la nocturna citadina, cuya decadencia comenzó a mayoría de la tercera edad, al encierro. Si para 20 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Adriana Franco

estos espacios es difícil sobrevivir sin ingresos, traía puesto el cubrebocas y a las tres piezas ya para sus clientes es peor vivir sin bailar. Es por ello deseaba quitármelo. Nico no se lo quería poner, que la gente se apropió de los parques y las plazas solo lo hacía cuando Axel, el dueño de la bocina públicas, sin importar el color del semáforo epide- y líder del grupo, solicitaba por el micrófono que miológico, aunque la policía los persiga. respetaran los protocolos sanitarios, lo decía La primera vez que bailé con Nicolás o Nico el del por la presión de los policías, que amenazaban abanico, como le decían en el Salón Hidalgo -a correrlo si no acataban las medidas. Como Nico donde llegaba con su gabardina negra sintiéndose pretende ligarme no quiere revelar su edad, pero le Pedro Navaja, con todo y su diente de oro, que una calculo unos 80 años: su cabello cano, las huellas noche perdió en la pista- fue una tarde que me en su rostro y sus escasos dientes lo delatan. Al quedé encerrada en el museo Franz Mayer, hasta igual que él, muchos adultos mayores se reúnen que un guardia me encontró. Atravesé la avenida aquí para bailar, sin ninguna protección. Nico no Hidalgo para caminar por la Alameda y el sonido se ha vacunado, ni piensa hacerlo. “Nosotros no de la música trazó mi camino, hacia un grupo que necesitamos vacuna. El baile es nuestra vacuna, toca instrumentos de percusión: güiro, cencerro, contra el estrés, la soledad y los kilos de más. maracas y pandero, al ritmo de salsa, cumbia, Somos aztecas, no nos puede matar este virus. y son. A la siguiente canción, Nico me Llevamos toda la pandemia bailando, si esto no sacó a bailar y durante dos horas no me soltó. Yo existiera yo ya no viviera”, dice mientras simula

© Fotografía: Adriana Franco 21 Independencia: Conecte Sonidero

ahorcarse con una corbata. Vive solo. Perdió to. Los dos viven solo de esto, ganan 700 u 800 a su pareja, de baile y sentimental, al inicio de pesos diarios. Trabajan casi todos los días, de 5 la pandemia. Sus hijos ya no la dejaron salir ni a 10 de la noche. Pero lo que más los une es que verlo, porque él no puede confinarse, es vendedor enfrentan el mismo conflicto: la policía, que en ambulante. Si no trabaja, no come. Si no baila, ocasiones les pide que se retiren y otras tantas se se muere. Un amigo de Nico nos llevó con Jesús, los quiere llevar, lo que no ha sucedido porque la quien toca en otra fuente de la Alameda. Son gente los rodea para protegerlos y cuestiona a los dos estilos distintos, en un solo parque, aunque elementos de seguridad. “Para nosotros ha sido toquen las mismas canciones. Axel tiene 23 años una persecución, pero hasta eso es emocionante. y se distingue por las percusiones. Jesús tiene 54 Nos han rodeado las patrullas y me han querido y solo usa la bocina. Axel no conoce ningún salón llevar, pero la gente responde por mí. Les digo: si de baile. Jesús no salía de ellos. Axel no impone viene la policía vamos a pasar al plan B. Ya saben una cuota. Jesús cobra 10 pesos por persona. Axel cuál es, me voy por mi lado, ellos por el suyo y nos se nombra sonidero. Jesús, bocinero. Axel es un vemos en otro parque. Si llega a fracasar el plan personaje que no puede pasar desapercibido, por B, hay un plan C, pero el baile nunca se los dejé su vestimenta y carisma. Jesús se oculta detrás de dar, con todo y esas persecuciones. Una vez, de la bocina. A pesar de estas diferencias, tienen sin mentirte, nos trataron como narcos, llegaron mucho en común. Ambos empezaron a tocar poco como 30 patrullas”, cuenta Jesús, sin imaginar tiempo antes de que iniciara la pandemia, por que minutos después viviría con ellos el éxodo del lo que se han formado durante el confinamien- baile.

© Fotografía: Adriana Franco

Adriana Franco. (Ciudad de Mexico, 1978) Es periodista. Escribe cronicas y reportajes. Ha publicado en Cimac Noticias, Milenio, Animal Politico, CNN, Expansion y Dia 7. Obtuvo el premio de pe- riodismo latinoamericano ESET en 2011. Contacto: [email protected] 22 Independencia: Conecte Sonidero

Fiesta y calle; naturaleza chilanga por Adrián Román

Desde tiempos de la colonia, cuando el mestizaje Los léperos participan activamente en la vida de la comenzó a hacer lo suyo, a los habitantes de esta ciudad ciudad. Son la parte incómoda del paisaje público, les gustaba reventar al aire libre. “En cuanto a éste su capaces de poner la ciudad de cabeza durante un placer, su delirio, es embarcarse, tomar un lugar en una mes. En 1828 junto a los presidiarios y mendigos se de esas inmensas canoas que se deslizan lentamente adueñaron de la ciudad. Asaltaron el mercado del sobre el agua, al son de la música de cuerda, y estreme- Parián y algunas tiendas como El Emporio. Grita- ciéndose con el movimiento de los que bailan.” Escribe ban: ¡Mueran los españoles! Querían la destitución Luis Castillo Ledón, en La ciudad de México en el siglo de Gómez Pedraza, dentro del gobierno de Guada- XVIII. lupe Victoria. Proclamaban el triunfo de Guerrero en las segundas elecciones electorales de este país. Los léperos no sólo eran indios, los había negros y hasta La mercancía que se robaron la vendieron a precios blancos. Sólo los cubría una manta, y en la cabeza un más bajos en las calles, durante al menos treinta gran sombrero. Iban armados siempre con filos, puntas días. o cuchillos. Dormían en la calle. Muchos de ellos tenían cicatrices en el rostro, o les faltaba algo; un ojo, una Esta ciudad ha parido grandes antros. El Jacalito oreja, un trozo de nariz o un dedo. Eran tiempos violen- y el Bullpen representan el binomio perfecto de la tos en las calles. Ana María Prieto Hernández se centra noche chilanga de principios de milenio. En el Jaca- en la vida de estos desterrados sociales en el periodo lito cuelgan representaciones en madera de dioses que va de 1760 a 1867, para escribir el libro, Acerca de santeros. El Bull Pen tiene personajes de la vida la pendenciera vida de los léperos capitalinos. nocturna y cultural de la ciudad dibujados en la

© Fotografía: Adrián Román 23 Independencia: Conecte Sonidero

pared. Ambos sobre avenida Medellín, debajo del A veces nos daban las nueve o las diez de la edificio marcado con el número 300 de una de las mañana encerrados en cualquiera de esos antru- avenidas más largas del mundo. Los Condominios chos, con las cortinas abajo, discutiendo cualquier Insurgentes. El edificio es un inmenso monstruo, noticia relevante que estuviera de moda, con las con algunas ventanas rotas, un depa quemado, narices llenas de esa cocaína que vendían de forma una estructura vieja. Un Titánic que no se hunde, nada discreta y que parecía detergente Roma, y que sigue mostrando su machacado rostro, pero dejaba unas plastas en la nariz, no eran mocos, sigue sin caer a la lona. De pasillos oscuros y te- eran otra cosa, un mocogramo, un mocotorreo. nebrosos, alberga más de cien departamentos y fue Una mutación. conocido como edificio Canadá. Ahí estaban esos Esta urbe ha parido antros legendarios para todas antros. las clases sociales. En su libro, Los bajos fondos El primero en mencionarlos de forma pública, fue (Cal y arena, 1990), Sergio González Rodríguez Sergio González Rodríguez, en su columna Los define el antro: “Vivir el antro en cualquiera de sus bajos fondos en el diario Reforma. Cruzando la formas conduce a detener el tiempo por unas horas, calle se encuentra el Mamá Rumba. Sobre Que- entrar en el hechizo de los riesgos y el calor colec- rétaro se encuentra el Gran León y enfrente un tivo. Mito o laberinto, el antro permite la única puesto de lámina que vende la mejor puta comida entrada al país de nunca jamás asequible a todos, nocturna de esta ciudad, lo atiende una señora el convencimiento placentero de flotar entre las tepiteña que se maquilla de forma extravagante y fronteras extremosas de lo bueno y lo malo ante la cocina como el mismísimo dios. Su cantante favo- elección individual. Eso que sólo puede disfrutarse rito es Héctor Lavoe. La vida es agitada, llena de un instante antes de desvanecerse en el aire con la luces y ritmos. En el Jacalito y el Bullpen las mesas mañana encima.” son pequeñas y de madera, las sillas incomodas y Todo el tiempo la ciudad va dejando de ser para el espacio para bailar inexistente. seguir siendo. No se detiene. Ni lenta ni apresura- En El Jacalito hay música en vivo. Una banda de da, terriblemente exacta. Conoce sus tiempos, y se músicos que parecen sacados del libro de los fra- le cierra un antro por este lado, pero le brota otro casados más grandes de esta ciudad, donde seguro por allá. Hoy hay antros clandestinos, está el Oso, mi foto también destacaría. Recuerdo al Muerto, ya no está el Pollo Rock, La Pulquería de Los In- un tipo que tenía una piel amarillenta, medio surgentes sigue rifando, el Centro de Salud es uno ceniza, cara alargada con la piel de las mejillas de las mejores alternativas nocturnas, aunque a cayendo como telones cansados, creo que tocaba veces me aturde y termino aburrido. Ya soy viejo e los teclados. Rengueaba al caminar y parecía de intolerante. esa gente que fuma piedra. El Pepón era un gordo Hay muchos lugares de la noche chilanga que me de proporciones bíblicas que tocaba alegremente habría gustado conocer. Entre otros el 9, el Look la trompeta. Su momento más alto en la noche o Rockotitlán. En 1943, según Serge Gruzinski, era un solo que se aventaba a la hora que sonaba (La ciudad de México: una historia, FCE, 2004) Idilio de Willie Colón. La vocalista era entusiasta, había en esta ciudad mil cantinas e igual número y de voz chillante. Güera con chamarra de piel y de cabarets, doscientos prostíbulos y cincuenta mil el aspecto de haber salido hace poco tiempo de la prostitutas, y continúa: “En 1949 la vida nocturna ducha. Hay otro músico alto que tenía un rostro se concentraba en San Juan de Letrán y la Plaza raro, como que no pertenecía a esta época, larga Garibaldi. Mucha gente que frecuenta la cantina de e inexplicablemente anacrónica, con un bigotito Las Veladoras de Santa donde se sirve aguardiente ralo. En la entrada de los baños de hombres hay un flameado y perfumado con frutas…” señor viejo y grande, robusto y desparramado, que sólo extiende la mano para recibir alguna moneda Cormac McCarthy es uno de mis escritores favori- y se queda jetón, a veces se le cae su cerveza en tos. He leído como cinco o diez libros en toda mi el pantalón o se mea dormido. Claudia y Elisa vida y uno de los mejores escritos es Meridiano son las meseras, hay un tipo de ojos rasgados que de Sangre, en la versión de Luis Murillo Fort. Y el consigue coca. El momento más álgido de estos personaje que robó toda mi atención y que envidio tiempos es cuando se toca el Azerejé. Ahí miré no haber creado, es el juez Holden, y el juez sabe pasar a personajes como Sergio González, Rúben bailar: “…El ex cura meneó la cabeza. Dirigió la Bonet, Guillermo Fadanelli, Las Ultrasónicas, vista hacia donde estaba el juez. Ese coloso sin Daniel Jímenez Cacho, Carlos Martínez Rentería pelo. Viéndole no pensarías que es capaz de bailar ¿Cómo se podía ligar, beber, bailar, y drogarse en mejor que el mismísimo diablo, ¿verdad? Pues es un espacio tan breve? un bailarín consumado, eso no se lo quita nadie. 24 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Adrían Ramób

Y encima toca el violín. Es el mejor violinista que he visto nunca y no hay más que hablar. El mejor. el charro de calzonera de paño con botonadura de Sabe buscar atajos, disparar un rifle, montar a plata y sombrero canelo galoneado (…) la nodriza caballo, seguir la pista de un ciervo. Ha recorrido (…) y el aguador, que concurría a la fiesta sin des- medio mundo”. prenderse de sus arreos y casquete de cuero. (…) el leperito de calzón blanco y frazada al hombro, y la Antonio García Cubas, a quien Salvador Novo figonera, cuya ropa estaba impregnada de un olor cita en su libro Los paseos de la ciudad de México, de frituras excitante.” (FCE, 2005) nos recuerda que Iztacalco y Santa Anita, alrededor de la última década de 1700, Nadie en la pista de baile es más joven que yo. Ni fueron los lugares en donde los capitalinos bus- siquiera hay alguien de mi edad. Pero cualquiera caban la fiesta cuando las calles eran de agua, y baila mejor. Es 2018 y estamos en la colonia Moc- nos trae un retrato de la semana de Cuaresma, en tezuma muy cerca del metro que también lleva el donde podemos ver que a los chilangos se les da nombre del tlatoani de Tenochtitlan. Según Barbara eso de armar pistas de baile donde sea: “…Unos E. Mundy, en La muerte de Tenochtitlan, la vida de iban sentados en los bordes de la canoa, entre los México (Grano de sal, 2018) la estación del metro que se contaban los músicos, que tañían un arpa, está ubicada ahí y lleva ese nombre porque indica un bandolón y una guitarra y otros en los planos lo que antes fue el borde del agua. Los límites de la inclinados de las que impropiamente pudiéramos ciudad lacustre. Hasta ahí llegaba Tenochtitlan. llamar proa y popa, pues de una y otra carecen las La pista de baile está al aire libre y frente a un primitivas embarcaciones aztecas. El centro de la mercado. El mercado se llama Luis Preciado de canoa quedaba libre, sin el obstáculo del toldo, para la Torre. Enfrente se encuentra el Jardín Emilio los bailadores, que por el gusto que se daban, no Carranza, y la pista está debajo de un techo. hubieran cambiado su suerte por la del Preste Juan Desde hace años se llevan a cabo estos toquines, (…) El grupo de bailadores formaban un extraño todos los jueves a partir de las cuatro de la tarde. de individuos de diversos trajes y condi- Hay amenaza de lluvia. En las bancas del parque ciones (…) La china de zagalejo y reboso terciado, y 25 Independencia: Conecte Sonidero

hay familias jóvenes con hijos; unos comparten pasos, vueltas. Nadie. Todas parecen huirle. Gira el elote, otros las papas. Todos vienen a bailar o sobre sus talones repentinamente y enseguida escuchar música. También se vale bailar sentado, sonríe de ver lo que viene hacia él. Son dos mujeres, ¿o no? Alrededor de la pista hay bancos de plásti- él extiende ambas manos al aire, en búsqueda de co y sillas plegables, que se apartan con suéteres, que las dos digan que sí. Ellas no parecen muy bolsas y abrigos, para que nadie más se siente. El cómodas con la petición, esconden las manos y no cielo es gris y las luces del sonidero no se aprecian dejan de caminar. Se nota que él siente un golpe al con tanta luz natural. Frente a una banca del hígado. Pero se aguanta y sigue caminando. Los parque hay una mesa portátil donde unos hombres necios siempre obtienen recompensa; una mujer al mayores juegan dominó. otro lado de la pista, acepta la invitación. Un piano, un bajo y los metales suenan: “No te metas con los Un hombre flaco, huesudo, canoso, mal encarado, guapos, te van a desbaratar.” que viste guayabera. De su cuello cuelgan numero- sas cadenas plateadas. Es un tipo de quijada promi- Una mujer llama mi atención: lentes negros, blusa nente. Lleva pulseras doradas y plateadas, pantalón floreada, falda negra, cabellera teñida de rubio, so- café recto y bien planchado, zapatos blancos. Baila brepeso, bolso negro colgando en forma diagonal, con un estilo particular, menea la cabeza mientras tacones, piel oscura. Baila bien y ya, nada extraor- se mueve y saca la lengua, como si le fuera indis- dinario. pensable para mantener el equilibrio y el ritmo. Hay un montón de cuerpos más lentos, de esos Muy cerca de la tornamesa hay una pareja con cuerpos que el tiempo se ha encargado de irlos idéntico vestuario. Pantalón rojo de mezclilla, doblando, que se mueven con más pausa pero sin zapatos negros y playera tipo polo, con un escudo soltar la ola de la música. Con el golpeteo de la de algún club de bailadores. Ellos son quienes los árboles también se mecen. “Baila, hacen los pasos más complejos de toda la pista. A goza, y aprieta, para que seas feliz con Roberta.” El pesar de que son buenos, no son espectaculares. cielo amenaza con desbaratarse sobre nosotros. Les falta estilo, cochambre, sabor. Una señora de cabello rizado y blusa floreada toma Estoy sentado en las escaleras del quiosco. Cerca su mochila, se la cuelga y sale disparada rumbo de mí, a unos escalones hay una pareja de obesos a casa. Un compa que va pasando, se detiene a comiendo fritangas. Contemplan cómo los otros se mirar, le echa un lente a su reloj y en cuanto ve desgastan en la pista bailando. Maruja tú tienes que a una chava sola, se lanza. Le da con gusto al comprender que yo no nací para una mujer. dancing, deja todo sobre la lona. Luego de bailar sigue su camino, apurado pero sonriente. El hombre que acaba de entrar a la pista lleva una gorra gris encima de su cabellera plateada, estro- En el quiosco hay una pareja dando vueltas sin pajosa y larga, que termina en una pequeña cola seguir otro ritmo que no sea el de sus risas. Ella de caballo. El hombre tiene pinta de rufián. Anda recarga su cabeza en el pecho de él, y carcajeándose sonriente; bigote de alacrán. Parece chalán de de un chiste que sólo a ellos pertenece, dan vueltas. algún taller cercano. Viste pantalón negro, sucio, Conforme todos se marchan, levantan sus bancos y lleno de grasa y polvo, zapatos negros notoriamen- los colocan junto al sonidero, uno encima del otro. te cansados, su playera es de manga corta. Baila Un chavo pasa vendiendo gelatinas con rompope. con una doña morena de pelo corto. Una doña que La música sigue: Es de noche y en la celda se oye guarda algo de cachondez en su andar. El tipo baila un lamento. La lluvia comienza a caer, y yo me bien. Cuando la pieza termina, él deambula por la lanzo al metro, caminando a breves ratos con los pista como si estuviera extraviado, va buscando ojos cerrados, sintiendo el agua. con los ojos a una presa para compartir compases,

Adrián Román. Autor de la Pinche Paleta Payaso, y de La noche del Sandunga, oriundo de la Ramos Millan, enamo- rado de Tepito y conocido en Garibaldi. Tiene dos perros, este ano cumple 44. Contacto: [email protected] 26 Independencia: Conecte Sonidero Aprender por amor: Sonideros por Yasodari Sánchez

En el amor se ata todo, es contingencia, también oportunista-consumista, son legado de memoria e es urgencia. El amor es cuerpo, son palabras, es el identidad en una ciudad que se autonombra capital otro y uno, es conocimiento, el amor da respuestas del conocimiento-la industria pero que cada vez y llegamos a la verdad, el amor no llena vacíos, los gentrificado y olvida a quienes lo han construido. completa. El amor no es territorializar, ni es espejo, no es ese Ulises y Penelope, el amor es aventura, Aprender por amor, hacer ciencia ciudadana es discontinuidad, es voluntad, son mundos, deseos, precisamente esto, porque los conocimientos no autonomia y hay encuentros que nos descubren son términos, argumentaciones imposibles de en caos, en muerte, en proyectos. Y si hay final descifrar por lo complicado del lenguaje, por un feliz, porque las experiencias de vida, de verdad, de título o mención académica, la ciencia ciudadana conocimiento, de amor se convierten en razones y tiene una complejidad mayor, pues refiere no sólo parajes donde hay que hacer-hay que parar, donde un típica erudición vertical y de aula, sino desde hay que compartir. los entornos y contextos en donde se democratizan Los sonideros de la col. Independencia, aprendie- los saberes desde lo material e inmaterial: la calle, ron por amor, el cerro cómplice de la sonoridad, el la familia, la escuela, el barrio, nuestra Indepe, y el río cauteloso en aquel eco de acordeón, tambores, amor, porque todos somos expertos en experiencia, cantos de amor, pero también el vicio de quitar y todos participamos colectivamente de la naturaleza, poner la aguja hicieron universos de pistas improvi- la ciudad, el cuerpo y sobre todo la música, siempre sadas, pasos exclusivos que sudan las calles, afectos acompañada del amor, porque el,oficio de sonidero de antaño por la complicidad del origen, el hábito es un gran ejemplo de lo que es entender que es la de ser-hacer comunidad aún cuando se trataba de ciencia ciudadana. subsistir. Los sonideros de la col. Independencia, de la zona sur, y también los de la zona metropolitana de Monterrey hoy son ejemplo de resistencia, resi- liencia y patrimonio en una sociedad cada vez más

© Fotografía: Yasodari Sánchez 27 Independencia: Conecte Sonidero

© Fotografía: Yasodari Sánchez

**Lo anterior es parte del conversatorio “Damita y caballero, porque si no baila con ésta, no baila con nada... Y... !Pon de buenas, Raulón! es la Independencia; Sintonía Sonidera,” propuesto desde la reflexión del texto de Antonio Lafuente Ciencias por amor-Ciencia ciudadana, el abordaje que plante y espíritu de LABNL como institución y que se suma hoy a La Independen- cia: Sintonía Sonidera (apoyado por el SNCA).

El texto presentado Aprender por amor: Sonideros fue parte del programa reflexivo de LABNL como enfoque las comunidades de aprendizaje fuera del aula y las culturas que habitan los laboratorios.

Agradecimientos a LABNL por la reflexión del aborda- je, conversatorio y tocada.** © Fotografía: Yasodari Sánchez

Yasodari Sánchez. Monterrey, N.L., 1976, artista visual, documentalista y catedrática de la Facultad de Artes Visuales, UANL. Es apoyada por el Sistema Nacional de Creadores del Arte con el proyecto La Independencia: Sintonía Sonidera. Su obra reflexiona y transita en espa- cios de educación, comunidad y arte.

Contacto: [email protected] Facebook: Yasodari Sánchez Instagram: @yasodari 28 Independencia: Conecte Sonidero

DESDE LA COLONIA INDEPENDENCIA ¡FUERZA COLOMBIA! DISEÑO EDITORIAL: MELISSA LUNA DE