MÁLAGA 1967: NOS TRAEMOS A SABICAS.

En Nueva York y a mediados de los sesenta vivía un guitarrista excepcional: Agustín Castellón Campos: Sabicas. Pero Nueva York estaba muy lejos. La mar de lejos. La mar oceana. Muy pocos eran los aficionados españoles que recordaban a un joven Niño de las Habicas pujante y poderoso con veinticuatro años, que hacía treintaiuno que había cogido las maletas para hacer las Américas. A mediados de los sesenta se necesitaba poseer una edad madurita o provecta y una afición antigua y abnegada para recordarle, aún a fuer de la densidad de la obra y del esplendor artístico conquistado por Sabicas en la España de antes de la guerra. Sabicas había refrescado la memoria de los aficionados españoles añejos en el cincuentainueve con su disco puro, el primero que se comercializaba aquí desde su ida. Y había dejado con las patas colgando a los jóvenes que no se fumaban que en el lejano Oeste existiera un artista flamenco tan formidable como decían. Mirar para afuera era una labor y una actitud de complejidades y dificultades apenas insuperables para los españolitos pedestres de la España del generalísimo. Y para los aficionados también. O todavía más. Muy pocos alcanzaban a escuchar más allá de donde se apagaban los ecos de El Niño Ricardo: el único. Una unidad indiscutible, excluyente y exclusiva, como la que se pregonaba de aquel país: uno, grande y libre. Pero a la unidad de Ricardo le salía compañera. ¡Y vaya compañera! Algunos aficionados que estaban al cabo de la calle eran de Málaga. Y desde el sesentaitrés organizaban el evento de mayor repercusión en aquellos entonces: la Semana de Estudios Flamencos. A lo largo de seis días, programaban un repertorio de actividades que se había erigido en el más prestigioso y celebrado, en el de referencia, en el emblemático por antonomasia. Y aquellos aficionados se autolanzaron un reto: había que traer a Sabicas. La guitarra de Agustín Castellón encarnaba a la vez el montoyismo más rancio y el vanguardismo más audaz; el gitanismo más atávico y el internacionalismo más universal y arrollador; el pasado más glorioso, el presente más triunfador de mayores proyecciones y el futuro inmediato que más prometía. La guitarra de Sabicas sonaba en otra dimensión, en otra esfera. Y lo sabían muy pocos, por lo que era de justicia redifundir a Sabicas en España, matronear el reencuentro. Había que traer a Sabicas. Y tenía que entrar en España por la puerta grande de las Semanas de Estudios Flamencos de Málaga.

La IV Semana de Estudios Flamencos. En 1967 la Semana de Estudios Flamencos se manifestaba como un acontecimiento que había echado hondos raigones tanto en la sociedad malagueña como en el universo flamenco, universo que comprendía a los entornos artísticos, profesionales e intelectuales. Su solidez venía avalada por la esponsorización y la organización de la solvente Coca-Cola de España, S.A.1 y por Surbega, S. A., su delegación en Málaga2. Los ineludibles reconocimientos y apoyos institucionales los protagonizaban el Ayuntamiento, involucrado en la organización y en la gestión3 y el Ministerio de Información y Turismo4, que a partir de este año integraría a las Semanas en el Plan Nacional de Festivales de España. Los Festivales de España constituían el ciclo más prestigioso de espectáculos con patrocinio y regiduría estatal que anualmente eran programados en el solar patrio, como se decía por entonces. Otro reconocimiento institucional fue el del Instituto José María Cuadrado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, interesado por el contenido intelectual de la Semana. La coordinación y el asesoramiento fue de la acreditada Peña Juan Breva.

La repercusión mediática que registraría la Semana fue excepcional. Los cuatro periódicos malagueños se volcaron en ella: los diarios Sur, Sol de España y La Tarde, más el semanario Hoja del Lunes. Y numerosos fueron los medios extra-provinciales que destacaron a sus redactores y a sus corresponsales para efectuar el seguimiento. De igual manera, las emisoras de radio locales se extendieron en crónicas e informaciones.

1 En la IV Semana representó a Coca-Cola de España, S. A. José María Rabadán Formíes, jefe de relaciones públicas. 2 Por Surbega, S. A.: el delegado Ramón Jover y Tripaldi; el jefe de relaciones públicas Luis de Urrea, quien ejerció como portavoz de la Comisión Organizadora, y Cándido Velázquez-Gaztelu Ruiz, jefe de ventas. 3 Intervino el alcalde Antonio Gutiérrez Mata y los tenientes de alcalde y concejales Rafael León Portillo, Manuel García Campos y José Luís Ramírez. 4 Participó Néstor Gallego Caparrós, delegado provincial del Ministerio; León Herrera y Esteban, director general de Empresas y Actividades Turísticas; Enrique de la Hoz y Díaz, subdirector general de Cultura Popular y comisario general de Festivales de España, y Francisco Mena, de la delegación local. A la cabeza estuvo Radio Peninsular de Radio Nacional de España que transmitió en directo y para todo el país la sesión de homenaje a Sabicas, a la vez que grabó el archivo sonoro de la Semana. Televisión Española, el medio estrella de la España de 1967, acusó igualmente su interés. La prensa informaría: Televisión Española, presente todos los días en las sesiones celebradas, por medio de sus corresponsales en Málaga, ha anunciado ayer que desplazaba a Málaga un equipo especial, con cámara de sonido, al objeto de poder recoger íntegramente para la pequeña pantalla las actuaciones todas: discursos, conferencias, conciertos de guitarra, todo –y es mucho- cuanto se está ofreciendo en la Semana5. El evento fue organizado por una comisión constituida al caso6 y como se acostumbraba en la época, contó con el auspicio de una gruesa presidencia de honor7. Las sesiones fueron desarrolladas en la hoy desaparecida Casa de la Cultura -calle Alcazabilla- entre el lunes cuatro y el sábado nueve de septiembre. Y sus actividades fueron sistematizadas en dos grandes bloques: sesiones matinales con seminarios dedicados monográficamente al tema Los gitanos andaluces8, y sesiones vespertinas, más espectaculares y de programa doble, que contenían una conferencia9 y una actuación artística. El cantaor Pepe el Culata y el guitarrista Andrés Heredia iniciaron las actuaciones el lunes cuatro con la ilustración de la conferencia que dictaría José Luque Navajas. El martes cinco interpretó en solitario un concierto de guitarra Víctor Monge: Serranito,

5 Sur, Málaga, 6-IX-1967, p. 13. 6 Estuvo compuesta por José María Rabadán Formíes, por Coca-Cola de España, S.A.; Cándido Velázquez-Gaztelu Ruiz, por Surbega, S. A.; José Luque Navajas, por la Peña Juan Breva; Rafael León Portillo y Manuel García Campos, por el Ayuntamiento; Néstor Gallego Caparrós, por la delegación provincial del Ministerio de Información y Turismo; Francisco Sanz Cagigas, por la Asociación de la Prensa; el guitarrista Manuel Cano Tamayo y Francisco Báguena. Ejerció de portavoz Luís de Urrea, de Surbega, S. A. 7 La formaron Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo; Antonio Gutiérrez Mata, alcalde de la Ciudad; Gregorio Marañón Moya, director del Itto. de Cultura Hispánica; la bailaora Pastora Imperio y el cantaor Manolo Caracol, galardonados con Medalla de Oro en anteriores ediciones de la Semana, más los guitarristas Renata Tarragó, Regino Sáinz de la Maza y Narciso Yepes. De todos ellos, sólo asistieron Pastora Imperio y el alcalde. 8 El lunes cuatro disertaron Juan de la Lastra y Antonio Murciano. El primero lo hizo sobre Gitanos de Jerez y el segundo acerca de Gitanos en Arcos de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda. El martes cinco, Manuel Morales Álvarez hablaría de los Gitanos de Utrera y Morón. Manuel Morales sustituía a Amós Rodríguez Rey quien por indisposición, no pudo asistir. Al día siguiente, José Luís Tejada se referiría a los Gitanos de Cádiz y los Puertos. El día siete, jueves, sería Francisco Bejarano Robles quien expuso una aproximación histórica alrededor de los Gitanos en Málaga. Y el viernes ocho cerró las sesiones Eduardo Molina Fajardo quien desarrolló su ponencia Gitanos de Granada. Esta última fue considerada como la triunfadora de las sesiones matinales. Registró nada menos que tres minutos de aplausos. Ejerció de moderador en los seminarios Arcadio de Larrea Palacín. Las conclusiones nº 6 y 7 de los seminarios establecían que fueran publicados los textos de las conferencias y que en futuras ediciones se continuase desarrollando el tema Los gitanos andaluces. 9 Inauguró el ciclo el lunes cuatro el presidente de la Peña Juan Breva José Luque Navajas, quien se pronunció sobre La guitarra y el cante. El día cinco, martes, Federico Muelas disertó acerca de La guitarra y la poesía. Al día siguiente, miércoles seis, José María Gutiérrez Ballesteros: Conde de Colombí expuso el tema La guitarra y sus más famosos intérpretes. El jueves cubriría la sesión Manuel Cano Tamayo con el título Evolución de la guitarra flamenca. Clausuró el ciclo de conferencias el poeta Antonio Murciano quien recorrió Un viaje andaluz con fondo de guitarra. concierto que fue elogiado por la prensa como inenarrable y de éxito clamoroso10. Serranito era el concertista más audaz, el más vanguardista y el mejor reputado del panorama flamenco. Una detención merece el recital del jovencísimo Paco de Lucía el miércoles día seis tras la conferencia del Conde de Colombí, recital tan soslayado en las biografías que de él se han escrito. La trascendencia que disfrutaba la Semana, la repercusión mediática que poseyó, la calidad de las personalidades que asistieron, el tratarse de tal homenaje a Sabicas y el triunfo que obtuvo Paco merecen que el recital sea reconocido en su justa dimensión en la trayectoria artística de Paco de Lucía. Una dimensión de amplios y lejanos horizontes. La crítica calificaba como maestro de la guitarra a un Paco de Lucía que aún no había cumplido veinte años. Y en titulares: de excepción su recital. Y le dedicaba un párrafo tan clarividente que no ha perdido actualidad. Podría servir para glosar cualquiera de sus interpretaciones:

Paco de Lucía, maestro de la guitarra, dio un recital de tal categoría que cada obra, escuchada con el silencio que sólo rompe la brisa, fue casi interrumpida por los aplausos, que al final se hacen más profundos y le arrancan un regalo magnífico11. Durante el recital, Sabicas, sentado en la primera fila reservada para protocolo junto a Pastora Imperio, Medalla de Oro de la III Semana, no dejó de removerse y gesticular de asombro y satisfacción mientras tocaba Paco. Al finalizar, espontáneamente subió al escenario y abrazó y felicitó con toda efusividad a un Paco de Lucía rojo de emoción y de azoramiento por tan inesperada y sorprendente reacción de quien era justamente considerado el mejor guitarrista flamenco de la historia. Fue allí donde Sabicas dio el espaldarazo público y definitivo a Paco de Lucía. La cuarta tarde de la Semana, el jueves siete, también sería para el toque. El guitarrista Manuel Cano expuso su conferencia y él mismo la ilustró con sus ejecuciones12. El viernes día ocho intervinieron al cante Juan Varea, Rafael Romero: El Gallina y ; al baile Rosa Durán y a la guitarra Perico el del Lunar, hijo.

10 Sur, Málaga, 6-IX-1967, p. 13. 11 Sur, Málaga, 7-IX-1967, p. 19. 12 Curiosamente, el diario Sol de España del viernes ocho dice en titulares: Brillante disertación del doctor Cano sobre “Evolución de la guitarra flamenca”. En la crónica correspondiente apunta: El doctor Cano –ya que lo es en Medicina- es conocidísimo de todos. Y al día siguiente persiste en su error con este pie de una fotografía de Manuel Cano: El eminente médico y gran artista, ilustra su charla con interpretación a la guitarra. Manuel Cano no era médico. Sí lo es y ejerce como tal su hijo José Manuel, quien a la vez es magnífico guitarrista no-profesional, aunque ha grabado un disco dedicado a su padre (En tu recuerdo) y ocasionalmente interpreta espléndidos recitales. Homenaje a Sabicas. El programa del sábado nueve, programa que clausuraría la Semana y que detentaba como primer objetivo homenajear a Sabicas, estuvo cuajado de solemnidad y abarrotado de intervenciones y de actos. Como organizadores, Coca-Cola y Surbega convidaron a una copa de vino español en la terraza del hotel Málaga Palacio. A continuación y en la Casa de la Cultura, se constituyó la presidencia13. Presentó el programa Luís de Urrea quien leyó un telegrama de Manolo Caracol, Medalla de Oro de la II Semana, excusándose por no poder asistir, así como otras adhesiones de personalidades ausentes. Después usaron la palabra Enrique de la Hoz y Díaz y León Herrera, quienes pronunciaron elogiosas semblanzas de Sabicas. Y por fin, el alcalde Antonio Gutiérrez Mata realizó la entrega a Agustín Castellón de la Medalla de Oro de la IV Semana de Estudios Flamencos de Málaga. Un emocionadísimo Sabicas que tuvo que solicitar una pausa para recuperar serenidad y ofrecer su concierto. Mas no fue sólo una la pausa. Según cuenta Agustín Gómez testigo del acto, fueron tres las veces que Sabicas se sentó en el escenario dispuesto a tocar sin poder hacerlo. Las lágrimas le caían cara abajo y su pecho temblaba compungido. Sacó del bolsillo un pañuelo con que enjugarse: un pañuelo enorme, como enorme era su emoción, su sensibilidad y su personalidad, al profundo decir de Agustín Gómez. El programa que interpretó Sabicas constaría de Granaínas, Soleares, Bulerías, Zapateado, Malagueñas, Danza árabe y Guadalquivir, obra de Sabicas compuesta sobre motivos de Federico García Lorca. Pero los actos de aquella noche no finalizaron ahí. José Luque Navajas leyó las conclusiones de los seminarios matinales14 y el jefe de relaciones públicas de Coca-Cola de España, S. A. entregó la

13 Estuvo formada por León Herrera y Esteban, director general de Empresas y Actividades Turísticas; Carlos Pardo Delgado, contra-almirante jefe del Sector Naval; Antonio Gutiérrez Mata, alcalde de Málaga; Néstor Gallego Caparrós, delegado provincial del Ministerio de Información y Turismo; José María Gutiérrez Ballesteros: Conde de Colombí y Ramón Jover Tripaldi, delegado de Surbega, S. A. Si hoy sorprende que entonces fuesen constituidas con cualquier pretexto tan orondas y deslumbrantes presidencias honoríficas sin más función que la figurante, lo que mueve a la hilaridad es que se incluyese en ésta para presidir un acto flamenco, a un contra-almirante de Marina. Seguramente, debía ser un apasionado del cante por Jabegotes. Seguramente. 14 Las conclusiones fueron: 1.- Agradecimiento al Ministerio de Información y Turismo por la inclusión de la Semana de Estudios Flamencos en el Plan Nacional de Festivales de España. 2.- Agradecer al Itto. José María Cuadrado del C.S.I.C., su interés por estas Semanas. 3.- Agradecimiento al concesionario de Coca-Cola por el patrocinio material y la organización de la Semana y pedirle que continúe este apoyo en las sucesivas ediciones. beca de investigación que mediante concurso15, otorgaría la Semana al estudioso José Blas Vega por el proyecto titulado Antonio Chacón y su tiempo, beca dotada con 50.000 Pts. Además, se obsequió al antiguo y cabal aficionado José Navarro Rodríguez el premio José Carlos de Luna, premio concedido por el Ayuntamiento a su constante labor en pro del Arte Flamenco. Siguieron unas líricas glosas de la personalidad de Sabicas expresadas por el Conde de Colombí, José Luque Navajas, Federico Muelas, Antonio Murciano y José Luís Tejada. Y cerraron la noche y la Semana los cantes de Enrique Morente, Gabriel Moreno y Manolo Limón; las guitarras de Paco de Lucía, Víctor Monge: Serranito, Juan Carmona: Habichuela, Manuel Cano, Rafael Morales y el baile de Mariquilla.

Sabicas: ese desconocido. En efecto. En 1967 y en España, Sabicas era el gran desconocido de los guitarristas flamencos. Un perfecto desconocido. Desde luego, no abundaban los aficionados con más de treinta años de querencia flamenca. Una rolliza cantidad de aquellos aficionados de los sesenta no eran más que esnobistas asomados hacía poco al Arte Flamenco. Y los que poseían solera, recordaban a un Sabicas antepasado. Algunos jóvenes artistas conocían al Sabicas de Nueva York, con personalidad flamenca hasta las trancas, que cuando los recibía, ejercía más de padrino o de padrone que de guitarrista. Nadie conocía la magnitud de la obra producida por Sabicas a lo largo de los últimos treinta años16. Los que más, sólo el disco Flamenco puro. Y por descontado, nadie imaginaba que la guitarra flamenca de concierto hubiese alcanzado el reconocimiento internacional y la altura artística a la que había llegado en manos de Sabicas. ¿Conciertos de guitarra flamenca en el Carnegie Hall o en el Lincoln Centre o en el Hollywood Bowl…? ¿Cómo…? El concertismo guitarrístico flamenco en España era por entonces poco menos que un espurio del llamado y considerado arte grande: el cante, el baile y el toque de acompañamiento. Los guitarristas virtuosos tenían que resignarse a la subordinación al

4.- Felicitar a Radio Nacional de España por la calidad y eficacia de su intervención, destacando la labor de archivo, agradeciéndole el interés demostrado. 5.- Agradecer asimismo a los demás medios informativos su colaboración al éxito de esta Semana. 6.- Acuerdo de que se publiquen en la forma más conveniente los estudios, diálogos y ponencias de los seminarios matinales. 7.- Acuerdo de que la próxima Semana siga dedicando los estudios de los seminarios matinales, hasta la terminación y agotamiento del tema tratado en la presente: “Los gitanos andaluces” y a ser posible bajo la misma dirección. 8.- Respecto al tema, proponer que el programa de los próximos estudios se confeccione a base de estos tres puntos de investigación: Vida material, vida espiritual y vida anecdótica. 9.- Acordar que para continuar la investigación comenzada en esta Semana se formen equipos por provincias que mantengan la actividad y el contacto durante estos dos años venideros. 10.- Insistir respecto a las conclusiones de la anterior Semana de Estudios Flamencos que sea la Peña Juan Breva, en Málaga, la coordinadora de las actividades y contactos hasta la próxima edición, y la ejecutora más directa de los acuerdos adoptados. La Tarde, Málaga, 12-IX-1967, p. 5. 15 Las bases del concurso habían sido publicadas en el diario Sur del 22 de julio. 16 Y continuamos sin conocerla. La biografía detallada de Sabicas en América está aún por escribir. cante y al baile como meros acompañantes disciplinados, a menudo hasta anónimos. Y en ocasiones, a ejecutar algún solo en el transcurso de espectáculos donde con frecuencia rellenaban los vacíos escénicos entre los cambios de vestuarios de los elencos. Los más atrevidos e inconformistas emigraban al extranjero, como Esteban de Sanlúcar, Carlos Montoya, Diego Castellón, Juan Serrano, Mario Escudero, Pepe Motos, Pepe Martínez o Paco Peña, curiosa y consecuentemente, todos de escuela montoyista.

Ni El Niño Ricardo ni los ricarderos o ricardistas fomentaron el concertismo guitarrístico flamenco. Sólo dos veces en el discurrir de la Semana, la prensa demanda opiniones a las personalidades presentes acerca de Sabicas. Con seguridad, la pobreza de las contestaciones disuadió a los periodistas de insistir. En una de ellas fue interrogado José María Gutiérrez Ballesteros: Conde de Colombí, quien pronunciaría una conferencia pomposamente titulada La guitarra y sus más famosos intérpretes, nada menos. El Conde de Colombí se presentaba como experto conocedor de la guitarra. Y he aquí su tópico y huero comentario: Agustín Castellón, conocido artísticamente desde su más tierna edad por “Niño de Sabicas” es un caso típico de que “el artista nace, no se hace”, por que (sic) nacido en Pamplona donde poco pudo aprender de flamenco y sin maestro alguno que le enseñase, empezó a mostrar sus aficiones a la guitarra, cuando sólo contaba cinco años de edad, en cuya fecha, se dice, que sus padres le compraron una pequeña guitarra y sólo de oír música en gramófonos fue perfeccionándose y según mis noticias, la primera vez que actuó en público, con sólo siete años, en su ciudad natal, fue con motivo de las fiestas que para celebrar la jura de bandera de aquella guarnición, acompañó maravillosamente a un capitán del Ejército que cantaba flamenco, obteniendo ya su primer rotundo éxito. Ha sido siempre primera figura en este difícil arte de la guitarra, sobresaliendo lo mismo en ejecución que en acompañamiento y espero, después de tantos años de ausencia, como gran acontecimiento, saborear su indiscutible arte flamenco en la gran Semana que se avecina17. No más profundo en su conocimiento se mostró Manuel Cano, a quien se consideraba máximo especialista en sabiduría de la historia, del entorno y de la práctica de la guitarra flamenca. Incluso su adscripción estilística era la misma de Sabicas: el montoyismo. Esto fue lo que contestó: Mi opinión sobre Sabicas tiene dos vertientes diferentes, una es sobre la figura humana y otra la figura del guitarrista. En las dos lo considero maravilloso. Humanamente es hombre sincero, hombre que sabe en todo momento captar la simpatía de todos los que le rodean, es lo que podríamos llamar “todo corazón”. En su arte, en su guitarra, aparte de ser único por su forma de interpretar la guitarra, y siendo la guitarra en todo artista una continuidad de su espíritu, de su carácter, también refleja lo que como persona humana le he dicho antes, en cuanto a sensibilidad y sincera emoción18. El colmo más ridículo, el mingo irrisible, lo puso León Herrera y Esteban, director general de Empresas y Actividades Turísticas en la semblanza de Sabicas que expuso durante el acto de imposición de la Medalla de Oro. León Herrera resaltó la labor que durante treinta años venía realizando (Sabicas) en bien de nuestra Patria en su incansable españolear por el mundo19. Para colmo de los colmos, la prensa destacó en titulares tamaña pamplina como Brillantes palabras del director general20. Como decíamos, en la España de 1967 Sabicas era un perfecto desconocido, lo que agiganta el valor de la iniciativa de la IV Semana de Estudios Flamencos de Málaga al hacerlo regresar a España y condecorarlo con su Medalla de Oro. Pero Sabicas poseía carisma. Era arrollador. No necesitó muchas horas de estancia en Málaga para arrebatar con su personalidad y su humanidad a una afición que se le rendía gustosa, que lo adoraba a medida que lo conocía. Sus pasos por la Ciudad de Paraíso se vieron permanentemente envueltos en una atmósfera de indescriptible glamour.

El glamour de Sabicas. Algo inusual se había producido. Como anticipo de la Semana, la prensa había anunciado la llegada de Sabicas: Sabicas llegará al aeropuerto de Barajas, de Madrid, el próximo día 13 de agosto, a las 7’30 de la mañana, en el vuelo IB-952, procedente de Nueva York, acompañado por su hermano Diego21. Era noticia lujosa en detalles, habitualmente reservada a personalidades políticas o sociales. El glamour de Sabicas había entrado en España antes que él. Quien primero reaccionó en Málaga fue el tablao más rancio y prestigioso y uno de los más acreditados de España: La Gran taberna Gitana22. El martes día cinco, el excelente

17 Sur, Málaga, 6-IX-1967, p. 13. 18 Sur, Málaga, 7-IX-1967, p. 5. 19 Sur, Málaga, 12-IX-1967, p. 20. 20 Sol de España, Málaga, 13-IX-1967, p. 14. 21 La Tarde, Málaga, 11-VIII-1957, p. 7. aficionado Antonio Rojas propietario y director artístico, impuso a Sabicas la Guitarra de Oro, emblema de la sala con el que se distinguía a los visitantes ilustres. En la fotografía que reproduce el periódico aparecen con ellos Cándido Velázquez-Gaztelu Ruiz, José María Rabadán y otros amigos23.

El tablao El Jaleo no podía pasar por alto la estancia en Málaga de Sabicas. Su propietaria, la bailaora Mariquilla aprovechó que rubricaba un acontecimiento de importancia para su carrera artística y lo efectuó con el apadrinamiento de Sabicas. Se trataba de la firma del contrato con la productora HISPAVOX para la grabación de los bailes de Mariquilla. La fotografía recoge el momento de la firma ante el sr. Pla, director comercial de HISPAVOX con la presencia de Sabicas y de Manuel Cano24. A gusto debió estar Sabicas en El Jaleo. A gusto, a gustito y a gustín debió estar Agustín cuando el día once, en un acto de homenaje, fue el encargado por la dirección de imponer la Guitarra Flamenca, condecoración de la sala, al guitarrista Juan Carmona: El Habichuela, homenaje que sería anunciado en la prensa con todo lujo, a media página25. Y desde luego, no se limitó Sabicas a la imposición protocolaria. ¡Cómo no iba a agasajar a su amigo Habichuelita y a los asistentes con unos toques!

22 También está por escribir la historia de La Gran Taberna Gitana, así como la de los demás tablaos de Málaga y su provincia, tan importantes en el mundo flamenco de los años cincuenta y sesenta. 23 Sur, Málaga, 6-IX-1967, p. 12. 24 Sur, Málaga, 10-IX-1967, p. 15. 25 La Tarde, Málaga, 11-IX-1967, p. 7; Hoja del Lunes, Málaga, 11-IX-1967, p. 30. Los papeles registran que el gran Sabicas tocó la guitarra como los propios ángeles, como él sabe hacerlo cuando está a gusto26. A poco supieron los días que Sabicas vivió en Málaga. A poco les supieron a los aficionados que disfrutaron de su humanidad, de su carisma, de su flamencura y de su jondura. Y a poco les supieron a él, quien después de tantos años había regresado a su España querida y había entrado a hombros y en olor de multitudes por la puerta grande que le abrió de par en par Málaga. Como para Vicente Aleixandre, para Sabicas fue Málaga la Ciudad del Paraíso.

Sabicas secundum Sabicas. Sin embargo, la prensa desaprovecharía la óptima ocasión que se le presentaba para profundizar en la biografía y en el historial de Sabicas y difundirlos con detalles y con eficacia. Consciente de la ignorancia que sobre él reinaba y pendiente de todo, Surbega había convocado una rueda de prensa el sábado día dos en el hotel Málaga Palacio con la presencia de Sabicas. Era el sábado anterior al lunes de comienzo de la Semana. Desde luego, Surbega no pudo organizarlo mejor. Pero incomprensiblemente, la oportunidad fue desperdiciada por unos periodistas que no podemos imaginar a qué acudieron. Sólo uno de los medios la refiere en sus páginas. Fue el diario La Tarde del lunes cuatro (p. 5) donde Francisco Javier Bueno dedica su sección Los temas del día a la Presentación de Sabicas. Y se queja del así las cosas:

En las ruedas de prensa es imposible “rascar” al personaje, llevar un hilo de conversación, cada cual tiene su pregunta y quiere soltarla lo antes posible. Para quedarse tranquilo, para irse a tomar una copa. Así, claro, no hay manera. Por el contrario, pondera la profesionalidad de un Sabicas que supo estar muy por encima de lo negativo de las circunstancias: Pero Sabicas, no en vano lleva treinta años en los Estados Unidos, está acostumbrado a estas cosas. Sabía perfectamente de qué iba. Contestaba con rapidez, sin titubeos, aunque cada pregunta fuera por un lado. Ya lo verán ustedes. Y por fin, entra en materia con una pregunta inocente pero que se le podría ocurrir a cualquiera de sus lectores: - ¿No ha tocado nunca clásica? - No. El maestro Andrés Segovia, un día me oyó tocar, me dijo que nunca me pasara al clásico. Que lo mío es el flamenco y que, en eso, me consideraba el mejor.

26 Sur, Málaga, 14-IX-1967, p. 15. Continúa Francisco Javier Bueno ahondando en las preferencias artísticas de Sabicas, como forma de concretar su postura ante aquel mundo flamenco: - Elija dos guitarristas, Sabicas. - De clásico, Segovia; de flamenco Ramón Montoya. Claro, no podían ser otros. El indiscutible Andrés Segovia, consagrado desde hacía décadas en los altares de la guitarra clásica, amigo y admirador de Sabicas. Y Ramón Montoya cuyo concepto de la guitarra flamenca subyacía en el estilo de Sabicas. - Ahora, elija un cantaor. - Hay media docena de cantaores muy buenos. No se puede uno decidir por uno o por otro. A unos, los he acompañado yo. A otros, todavía no. Sabicas reconoce aquí el desfase que le había producido su ausencia de España durante una etapa tan larga en la que el panorama flamenco había mutado. La estética musical, la cultura y el concepto de Arte Flamenco de 1967 eran distintos a los de 1936 donde estaba anclado Sabicas. A pesar de que perseguía la evolución flamenca a través de los artistas que llegaban a América, su visión de la actualidad española no podía ser lo larga, ancha y honda que él quisiera que hubiese sido. Los medios de comunicación de entonces no eran lo perfectos y masivos que son hoy y las sorpresas de Sabicas ante el mundo flamenco de 1967 se repetían y a veces lo desconcertaban. Con esta contestación reconoce que necesitaba una puesta al día. - ¿Y bailaora? - . A ésa sí que la he acompañado. Y no sólo en el baile. Carmen fue el gran amor de Agustín: la mujer de su vida. Un idilio pertinaz que nunca cuajaría en unión estable y definitiva, suponemos que a causa de la fortaleza de las personalidades de ambos. Dos personalidades indómitas. Dos potentes polos magnéticos del mismo signo27. A lo largo de su existencia, a Sabicas no le faltaron compañeras, pero como Carmen… Nunca superó Agustín su enamoramiento, su dependencia afectiva. Ahora, Francisco Javier Bueno lanza una pregunta que aseguraría una respuesta sorprendente, como sorprendente lo fue. El mundo artístico americano de 1967 tenía muy pocos puntos comunes con el español. La sorpresa y el asombro de los lectores estaban garantizados. - ¿Cuánto suelen durar los conciertos de Sabicas en América?

27 Ángel Álvarez Caballero apunta: Carmen, cuando se le hablaba del tema, decía: “Yo le estimaba. Se había enamorado; le pidió mi mano a mi padre y allí se acabó todo (…). Porque mi padre se echó a llorar (…). Pensar que se quedaba sin su hija Carmen tenía que dolerle. Mis padres han sido siempre para mí lo primero del mundo y hasta entonces yo no había visto en él lágrimas en los ojos (El toque flamenco, Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2003, p. 155). Nos parece que Carmen usa aquí la expresión le estimaba con la carga sentimental que estimar posee en catalán, carga de muchos más profundos e intensos sentimientos que la que posee en castellano: más querer que estimar o que apreciar. De todos modos, no nos convence esta explicación de Carmen. No creemos que su veneración filial, por más exagerada que fuera al ser gitana, determinase su negativa a contraer matrimonio. Es verdad que cuando se desposó en 1951 con José Antonio Agüero, hacía cinco años que había fallecido su padre: El Chino. Pero renunciar a lo que pudo ser una boda en la cumbre… nos lleva a sospechar que debió haber otras razones de por medio. Puede que la homosexualidad que de ella se rumoreaba estuviese en su apogeo. Puede que su posterior casorio fuese una cuestión de conveniencia. ¡Qué sabe nadie…! - Dos horas. Naturalmente, para cubrir ese tiempo hay que exprimir todas las variedades del flamenco, que en realidad tiene pocas variantes. ¡Conciertos de guitarra flamenca solista de dos horas de duración! Más de uno debió pensar que exageraba o que los americanos estaban mirando para Melilla… Pero era cierto. ¡Y triunfaba! La inteligencia y la diplomacia de Sabicas se manifiestan aquí una vez más con un aviso para navegantes. En efecto, los programas de los conciertos y las grabaciones de Sabicas contenían un acusado número de piezas no-flamencas. Sírvanos como ejemplo El sitio de Zaragoza, una de las más conocidas. Es cierto que para el público americano un concierto sólo flamenco de dos horas era mucho flamenco, por lo que Sabicas acostumbraba a amenizarlos con interpretaciones ajenas al género que resultaban fácilmente audibles por aquellos espectadores, sobre todo por mor de la espectacularidad virtuosística con que Sabicas las dotaba. Se trata de un recurso muy usado por los concertistas flamencos y que ahora se ejerce con menor frecuencia. Con esta contestación, Sabicas salía al paso de las críticas de los talibanes del Flamenco que lo acusaban de heterodoxo y de extra-flamenco. Abundando en su defensa, conviene advertir que las obras no-flamencas de Sabicas resultaban siempre flamencas al impregnarlas con su personalidad, una personalidad irrenunciablemente flamenca. En sentido lato, el Arte Flamenco va mucho más allá de donde llega su repertorio de formas musicales: es todo un determinado sentido de la estética artística. Pero, ¿y sus proyectos? ¿Cambiarían los propósitos de Sabicas tras su regreso a España? Continúa Francisco Javier Bueno. Nada más llegar a España comenzaron a llover los ofrecimientos sobre Sabicas, pero él no aceptó ninguno. - Sólo he tocado, en estos días, una vez para los gitanos. Después de actuar en la Semana de Estudios Flamencos, volveré a América. Mi vida está hecha allí. Por último, la pregunta fundamental. La que esperábamos con ansioso interés. La que de haber escarbado Francisco Javier Bueno con más ahínco, nos habría revelado claves trascendentales: - ¿Por qué en treinta años no ha vuelto a España? - Cuando me fui llevaba conmigo lo que más quería: mi familia. Comenzaron los conciertos en un sitio y en otro. Y allí, en este aspecto, las cosas se hacen de manera muy distinta a como en España. Se firman los contratos de un año para otro y el que incumple un contrato, aparte de tener que pagar una indemnización muy fuerte, se expone a no volver a trabajar. De ahí que fuera tan difícil volver a encontrar un hueco para volver. Ahora, cuando recibí la invitación de Coca-Cola, tuve la mayor satisfacción de mi vida. Y con todo el miedo que tengo al avión, me puse en camino28.

28 Nuestro amigo José Luque Navajas nos apunta lo siguiente: Esa misma pregunta se la hizo Ángel Caffarena (no sé si antes o después que Francisco Javier Bueno) en su oficina del Servicio Nacional del Trigo, hallándonos presentes Rafael León, Enrique Crooke y yo. Se había dicho de Sabicas que era republicano, que abandonó el país por mor del golpe de estado del caudillo y que los nacionales lo estaban esperando, que si volvía le iban a dar el paseo. Se había dicho de él que estaba censurado por el régimen, que por eso sus discos no eran comercializados en España, que estaba prohibido hablar de él en los medios… Y Francisco Javier Bueno no pudo llegar a profundizar mejor. La respuesta lograda no decía toda la verdad. Era una respuesta de compromiso. Y resultaba obvio con descaro. Pero a los treintaiún años del golpe no habían sanado en España las heridas que causaron la época republicana, la guerra y la posguerra. La política de represalias que ejecutó el franquismo aún conservaba vigencia y el ostracismo de los vencidos era una de sus manifestaciones más palpables. La censura obligaba a silenciar cualquier aspecto ingrato al régimen. Quizás de ahí el frenazo en seco del periodista y la diplomática contestación de Sabicas, quien de seguro, estaba advertido.

Sabicas en América. ¿Un autoexilio? En efecto, Sabicas había abandonado España en 1936 hacia Buenos Aires con una compañía donde figuraban El Pena, hijo, El Niño de Utrera y un elenco de actores. Representaban la obra El padre castañuela. Pero desconocemos algunos datos que nos pongan sobre aviso. No sabemos si la salida fue antes o después del 18 de julio, cuando se produjo el llamado alzamiento nacional y el comienzo de la guerra. No sabemos el itinerario que siguieron las actuaciones de la compañía, ni sabemos si los motivos reales de aquellos artistas eran los profesionales o la huída por motivos políticos: el autoexilio. Sí sabemos que sufrieron dificultades para salir de España, lo que nos lleva a deducir que lo hicieron después del 18 de julio. Además, cuando llegaron a Buenos Aires, se encontraba allí Carmen Amaya actuando en el Teatro Maravilla y como vamos a ver, el debut de Carmen se produjo el 12 de diciembre. Lo cierto es que un cuñado de Sabicas, marido de su hermana, era chofer de Federica Montseny. Y fue él quien los sacó de España vía Portugal usando el coche de la ministra y consecuentemente, su inmunidad política. De Sabicas volvemos a tener referencias en 1940 cuando rueda en Cuba El embrujo del fandango, cortometraje de 15 minutos donde acompaña a Carmen Amaya junto con los guitarristas Diego Castellón, hermano de Sabicas; José Amaya: El Chino, padre de Carmen; El Pelao, hermano de Carmen y Paco Amaya, casado con la bailaora Micaela la Chata29. Carmen Amaya había partido en el mes de julio de 1936 para representar en Lisboa. En esta capital recibe una oferta de contrato para intervenir en el Teatro Maravilla de Buenos Aires durante tres semanas con 1.000.000 Pts. garantizado. Y el 12 de diciembre debuta en él, donde permanecería por espacio de dos años. Pero en aquella compañía no aparece Sabicas. En cambio y además de tocar en 1940 en la película El embrujo del fandango, sí está Sabicas en la compañía de Carmen el 12 de enero de 1942, cuando se presenta el espectáculo Carmen en el soberbio Carnegie Hall de Nueva York. En aquel espectáculo Sabicas y Carmen estrenan el baile por Tarantos, creación de ambos artistas, Sabicas interpreta a solo Gallegos y granadinas y acompaña a

Entonces Sabicas contestó que la guerra civil le sorprendió en Buenos Aires, y que él, que era muy miedoso, se propuso no volver mientras durara, pensando que sería cosa de poco tiempo. 29 Navarro García, J. L. y González: Zaafra, D., Vida y arte de Carmen Amaya, edición de los autores, Granada, 2003. Carmen las Alegrías de García Matos30, junto a los guitarristas El Chino, Paco Amaya y el pianista Manuel García Matos. En Estados Unidos y en amor y compañía residieron desde 1940 hasta 1945 cuando en Méjico, Sabicas abandona la compañía y es sustituido como solista por Pepe Motos. Sin embargo, en 1955 se reincorpora al elenco con su hermano Diego, para actuar en Nueva York una vez más. De este modo, la gira de Carmen Amaya duró nada menos que once años, hasta 1947 cuando regresa a España de donde tras una breve tournée, marcha a recorrer Europa. Y la de Sabicas duró treintaiuno, hasta 1967 como narramos. Desde luego, ni durante la segunda mitad de los años treinta, ni durante la década de los cuarenta se encontraba España en condiciones económicas suficientes siquiera, para costear las giras de espectáculos con tan altos presupuestos como los de Carmen Amaya. Ni tampoco Europa, que padeció una guerra tan destructiva como la de España y una posguerra tan menesterosa como la que aquí se sufrió. Lo sensato era quedar en América y recorrer su inmensidad con resultados de éxitos asegurados, tanto en lo artístico como en lo económico. Y eso decidió Sabicas. Las noticias que llegaban a América de la España en guerra eran espeluznantes. Lo que contaban los exiliados lo era tanto o peor. Y la situación se prolongaba inmisericordemente a lo largo de una larguísima y dantesca posguerra. Una posguerra que no comenzaría a suavizarse hasta principios de los años cincuenta cuando desaparecen las famélicas cartillas de racionamiento y consecuentemente el estraperlo, cuando el comercio se liberaliza y cesan los macabros paseos de tan amarga memoria. Para Sabicas como para Carmen, lo sensato era quedarse en América. En realidad y la verdad es que no nos consta si Sabicas era hombre de ideas, como calificaban los nacionales a los rojos o republicanos, si tuvo problemas políticos, si llevaba en su equipaje algo que ocultar, si su salida de España se produjo por conveniencias artísticas y profesionales o si en realidad fue un autoexilio disfrazado. Que sepamos, él no lo aclaró nunca. Desde luego, no lo hizo a su regreso a Málaga. Y desde luego, no era el momento oportuno. Su sensibilidad le indujo a omitir el tema y disfrutar paradisíacamente de una estancia paradisíaca que le ofrecía la Ciudad del Paraíso.

Eusebio Rioja.

30 Manuel García Matos fue pianista, compositor y catedrático de Folclore del Conservatorio de Madrid. Muy vinculado al Arte Flamenco, era hermano del bailaor Antonio de Triana quien colaboró con Carmen Amaya. Manuel García Matos produjo importantes grabaciones y escribió notables ensayos que hoy son considerados clásicos de la bibliografía flamenca.