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Dirección, redacción y administración Calle 11 # 160 e/KyL-Vedado Editorial 137 La Habana (Cuba) tel.: (537) 832 75 81-3 - fax: (537) 832 22 33 GÉNEROS e-mail: [email protected] [email protected] Waldomiro C.S. Vergueiro Directora general Historieta pornográfica brasileña. Irma Armas Fonseca Una visión del erotismo en la Directores culturales cultura latinoamericana en las Dario Mogno, Manuel Pérez Alfaro obras del artista Carlos Zéfiro 139 Redacción Gladys Armas Sánchez HISTORIA Fermín Romero Alfau Diseño Armando Bartra Tony Gómez Debut, beneficio y despedida Ilustración de cubierta de una narrativa tumultuaria (2). Viñeta de 1988 de Fin de fiesta. Gloria y declive de Eduardo Muñoz Bachs una historieta tumultuaria 147 La Revista latinoamericana de estudios sobre AUTORES la historieta es el órgano oficial del Observato- rio permanente sobre la historieta latinoa- mericana. Su periodicidad es trimestral: sale el Manuel Barrero 15 de marzo, el 15 de junio, el 15 de septiembre Jodorowsky: y el 15 de diciembre de cada año. El precio de cada ejemplar es de 10 $MN en Cuba, de 3 US$ el chileno ecléctico (2) 167 en los demás países. La suscripción anual indi- vidual cuesta 40 $MN para el envío en Cuba, 12 JEJENES US$ para el envío a los demás países. La sus- cripción anual para las instituciones cuesta 20 US$ sea en Cuba sea en los demás países. Camilo Sanín Impresiones personales sobre el ©2001-2004 Revista latinoamericana de estu- 182 dios sobre la historieta / Observatorio permanen- cómic colombiano te sobre la historieta latinoamericana. © Las ilustraciones que aparecen en este número Leonardo M. Falaschini son propiedad de sus autores. Fuga de lápices 187 Fotomecánica e impresión: Departamento técni- ENTREVISTA co de la Editorial Pablo de la Torriente. ISSN: 1683-254X Dario Mogno Casi cincuenta años con el pincel en mano. Charla con Eduardo Muñoz Bachs 193 Sigue victorioso el camino de la primera revista dedicada a la historieta que pueda reivindicar la calificación de «fantasma». Fantasma porque por misteriosos e invencibles motivos burocráticos se cierra el número 3 mientras aún no se ha im- preso el 2. El mismo número 1 –impreso con un mes de atraso por los mismos motivos– tuvo una circulación absolutamente insuficiente y pocos son los que tienen la suerte de haberlo visto. Decimos «victorioso» con autoironía, pero también con orgu- llo, porque a pesar de su naturaleza fantasmática, la revista ha estimulado un generalizado y fuerte interés y –venciendo nues- tros miedos iniciales– llegan numerosas cartas y propuestas de publicación. Confiamos que todos los problemas que hasta ahora han obs- taculizado la impresión y circulación de la revista encuentren una rápida solución: todas las señales que nos llegan demues- tran incontestablemente cuánto esta revista ha sido esperada y cuanto se considera que puede ser útil. De todas formas, mien- tras les pedimos a autores y lectores comprensión y paciencia, nos comprometemos formalmente a llegar con una solución efi- caz y definitiva a la cita del 7º Encuentro de Historietistas Lati- vol. 1, no. 3 137 noamericanos (La Habana, 11-15 de febrero de 2002), cuando se podrá hacer colectivamente un balance de la iniciativa. En este número continúan los agudos ensayos de Armando Bartra sobre la historia de la historieta mexicana, y de Manuel Barrero sobre la figura del guionista chileno Alejandro Jodo- rowsky. Entre las colaboraciones «mayores» tenemos además la interesante incursión de Waldomiro Vergueiro en el mundo de la historieta pornográfica brasileña. Siguen dos artículos, proce- dentes uno (del historietista Camilo Sanín) de Colombia, el otro (del estudiante de ilustración Leonardo M. Falaschini) de , que hemos puesto bajo la cabecita «jejenes», porque, como estos molestos bichos, ambos pican, hablándonos de las repercusiones de la crisis económica en el mundo de la historie- ta y buscando soluciones. Concluye el número una entrevista que Dario Mogno le hizo hace tres años a Eduardo Muñoz Bachs, el gran artista cubano que falleció en julio de este año dejándonos en el más grande desconsuelo. Para los próximos números ya podemos anunciar con gran sa- tisfacción que, entre otros, nos enviaron ensayos o prometieron su colaboración Mario Lucioni, autor de una monumental histo- ria inédita de la historieta peruana; Ana Merino, profesora en la Appalachian State University de Boone (NC); Carlos Trillo, fa- moso guionista y autorizado estudioso de la historia de la histo- rieta argentina. Tenemos que seguir lamentando la falta de cualquier señal de vida desde países como Belice, Bermuda, Bolivia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Suriname, Trinidad y Tobago, Venezuela... Ya tu- vimos la ocasión de observar que de estos mercados historietís- ticos no se sabe nada y estaríamos muy interesados en rellenar esta laguna. 138 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA GÉNEROS

Historieta pornográfica brasileña

Una visión del erotismo en la cultura latinoamericana en las obras del artista Carlos Zéfiro

Waldomiro C. S. Vergueiro Profesor Associado da Escola de Comunicações e Artes da Universidade, São Paulo, Brasil

Resumen Productos pornograficos han representado una significante parcela de la industria de historietas brasileñas. A pesar de no tener mucha calidad, tanto en términos de guión como de arte gráfica, este tipo de historieta ha sido muy popular entre los lectores, quizás por trabajar en la tan conocida “sen- sualidad natural” de los pueblos latinoamericanos. De una manera especial, principalmente durante el período de la dictadura militar brasileña (1964-1985), las historietas pornograficas representan un grito de protesta contra los poderes políticos dominantes. Carlos Zéfiro, el más importante autor de historietas pornográficas del período, tuvo que producir sus historietas anónimamente debido al miedo de la perscución por los militares. Él tuvo su verdadera identidad revelada al público brasileño solamente pocos años atras. Este autor ha definido las principales características de este tipo de his- torieta en Brasil, permaneciendo como el modelo para aquellos que lo han seguido. Por este motivo, este artículo intenta analizar su trabajo artístico en mayores detalles. La situación actual de las histo- rietas pornográficas en Brasil también es discutida.

Abstract Pornographic products have been a significant part of Brazilian comics industry. Although lac- king quality both regarding plots and graphic art, this kind of comics have been very popular among readers, perhaps due to the so called “natural sensuality” of Latin American people. In a way, princi- pally during the military dictatorship period (1964-1985), pornographic comics have been like a cry of protest against the dominating political powers. Carlos Zéfiro, the most important author of porno- graphic comics in this period, had to produce his comics anonymously due to the fear of persecution by the military and had his true identity revealed to the Brazilian public only a few years ago. This aut- hor has defined the main characteristics of this kind of comics in Brazil, remaining as the model for all the others which followed. For this reason, his work will be analysed in more detail. The present situa- tion of Brazilian pornographic comics is also described.

Noviembre de 1991. En la Primera cientos de historietas publicadas como Bienal Internacional de Historietas de comic books en las décadas del cincuen- Río de Janeiro uno de los misterios más ta hasta los setenta en territorio brasile- protegidos de la historieta brasileña fue ño, fue finalmente mostrado al público. revelado. Después de casi cuarenta años Ese día un número de lectores vieron sus de trabajo anónimo, el rostro del artista sueños hacerse realidad, así como uno conocido como Carlos Zéfiro, autor de de sus más queridos deseos satisfecho. vol. 1, no. 3 139 Waldomiro C. S. Vergueiro Carlos Zéfiro abandonó el universo de la sino que también los dibujaría profusa- leyenda y ocupó su lugar en la historia mente, desde los más pequeños detalles de la historieta en Brasil. y en diferentes posturas sexuales. De En realidad, como fue mostrado en hecho, este tipo de relación fue la marca ese soleado día de noviembre, Carlos de fábrica de Caminha, dado que fue un Zéfiro no era un mago ni tampoco el ser autor de historietas pornográficas. Más extraño que muchos lectores imagina- aún: él fue «el» autor de la historieta ron. En aquel momento era un hombre pornográfica, el más importante de to- de clase media, jubilado del servicio ci- dos los autores pornográficos en Brasil, vil, un hombre tímido y algo viejo, recu- el rey. perándose aún de una trombosis que le Como ya señalamos, Alcides Cami- había paralizado la parte izquierda de su nha, de hecho, era un empleado jubila- cuerpo. No acostumbrado a los flashes do que recibía su magro salario del go- de las cámaras y fotógrafos, tenía cierta bierno. Con setenta años, había trabaja- dificultad para expresarse en aquel tu- do por más de cuarenta en la División multo de periodistas, fanáticos y lectores de Inmigración del Departamento de de historietas que estaban allí para en- Justicia en Río de Janeiro. Temía los contrarse con él personalmente y reco- efectos de la Ley 1711, el estatuto de nocerle los honores por su producción. los funcionarios públicos en Brasil, una vez que su identidad fuera dada a cono- El hombre y el mito cer al público. Esa ley establecía enton- ces –y supuestamente aún lo hace– que El verdadero nombre de Carlos Zéfi- «cualquier funcionario público que sea ro era Alcides Caminha. Tomando en objeto de escándalo perderá su salario». consideración este hecho, resulta inte- Él tenía razones para esos temores, con- resante mencionar la curiosa coinciden- siderando que su trabajo podía induda- cia de su nombre con la de Pero Vaz de blemente ser considerado como una ra- Caminha, el autor del primer texto lite- zón para escándalos por gran parte del rario escrito en territorio brasileño. En pueblo brasileño, liderados por padres 1500, cuando los portugueses llegaron y maestros cuya preocupación sería a Brasil, Vaz de Caminha fue designa- acerca de la información que sus hijos y do por su almirante, Pedro Álvares Ca- alumnos obtenían de los libros de his- bral, para escribir una carta al rey de torietas de Caminha. También estaba Portugal, en que reportaba el descubri- preocupado por la opinión que de él miento de la nueva tierra. De cualquier tendrían sus nietos. Por eso decidió des- manera, es posible considerar que el de tanto tiempo asumir su controvertida nombre no es la única coincidencia en- identidad. Afortunadamente, un libre- tre ambos escritores. En esta carta el au- ro, un periodista y un escolástico del tor portugués, admirador de los nativos, cómic calmaron sus aprehensiones, y enfatizó que estos no se cubrían con ro- finalmente accedió a revelar su verda- pa alguna y acostumbraban andar mos- dera identidad (Kfouri,1991:94). trando sus intimidades a todo el mundo. Carlos Zéfiro realizó sus historietas De igual forma su moderno tocayo ad- durante un período de fuerte conserva- miraría no sólo los cuerpos desnudos, durismo tanto en lo moral como en tér- 140 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Una visión del erotismo en la cultura latinoamericana

Figura 1: Portadas de «catecismos» elaborados por Carlos Zéfiro. minos políticos. Inicialmente la década brasileños tenían que lidiar con los del cincuenta fueron años dedicados a efectos de un golpe de estado perpe- preservar los valores morales. Las mu- trado por las fuerzas armadas, que jeres no debían tener relaciones íntimas condujo al país hacía el más conserva- con sus parejas antes de contraer matri- dor y reaccionario período de su re- monio. El largo de las faldas se mante- ciente historia. La libertad behavio- nía más cercano al tobillo que a la rodi- rista, principalmente su desprejuicio lla. Ninguna parte de los pechos feme- sexual, fue visto en aquel momento en ninos debían normalmente ser expues- igual forma que la libertad política. tos en publico. Cuando más tarde llegó No había para Zéfiro un camino para la increíble revolución behaviorista, los distribuir abiertamente su trabajo en vol. 1, no. 3 141 Waldomiro C. S. Vergueiro mando historias solamente como Zéfi- ro, produjo más de quinientos comic books entre 1956 y 1970 (D’Assunção, 1987:21). Cada uno de estos libros tie- ne entre 24 y 32 páginas, y usualmente ofrecen una historia en que el héroe ter- mina teniendo sexo con una o más mu- jeres y vive feliz para siempre. Eran de una medida o formato pequeño, y po- dían ser ocultas entre las páginas de otro libro o de una libreta. Sus títulos eran normalmente muy cortos, sólo una o dos palabras, generalmente un nom- bre de mujer –algo así como «Alba», «Suzette», «Célia», «Janina», «Vera» y otras–, o maliciosas, ambiguas o dudo- sas expresiones, como «O viúvo ale- gre» (El viudo alegre), «Boas entradas» (Buenas entradas), «Conselhos quadra- dos» (Viejos consejos), «Quem é o pai?» (¿Quién es el padre?), etc. (Figura 1). Al principio, las portadas tenían sólo el título de la historia y la imagen de una bellísima mujer. Después Zéfiro acos- tumbraba usar la portada como la pri- mera página de la historia, y el título re- sultaba de la última palabra del primer párrafo. Impresas en blanco y negro, también rudimentarias en su edición, las histo- rietas en comic books de Zéfiro fueron llamadas catecismos por sus lectores, supuestamente como una vía para dis- traer las sospechas de los padres acerca de las preferencias en la lectura. Colec- cionistas de estos libros poseen algunas veces doce catecismos encuadernados Figura 2: Desproporción de dimensiones en- juntos y que era llamado «El Viejo Tes- tre personas y objetos: camas gigantescas, per- sonas diminutas («Lia», pp. 8-9). tamento», y un segundo volumen sería «El Nuevo Testamento». Aquel colec- Brasil. Entonces no tenía opción, debía cionista que tuviese los dos testamentos permanecer anónimo. era el feliz propietario de una «Biblia». El nombre artístico fue tomado de Carlos Zéfiro no era un artista dema- un autor mexicano. Algunas veces fir- siado talentoso. Acostumbraba copiar 142 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Una visión del erotismo en la cultura latinoamericana sin prejuicios de magazines, pinturas famosas o esculturas. Copiaba incluso su propio trabajo, algunas veces cam- biando sólo el color del pelo o quitando las ropas del personaje, para utilizarlos de nuevo sucesivamente. Su conoci- miento de la perspectiva era también muy pobre. De una página a otra, per- sonas normales podían convertirse en pigmeos cuando, dibujados junto a una enorme cama, el miembro viril podía adquirir proporciones gigantescas (Fi- gura 2). Sea lo que sea, sus problemas en el dibujo serían de mínima importan- cia, al menos para sus lectores. De he- cho, su maestría consistía en contar una buena historia. «A pesar de todas sus deficiencias, Zéfiro era capaz de transmitir un clímax que lograba cautivar al lector medio, que leía todo sin percatarse de ello. Algo instintivo hizo de él un gran artista de la historieta. Sin formación técnica alguna, tuvo éxito tomando de la nada los elementos para suministrar al público la perfecta ilusión con la que envolvía al lector, de tal manera que sólo se daba cuenta que aquello era una historieta cuando vol- teaba la última página» (D’Assunção, 1987: 47). La producción de catecismos de Car- los Zéfiro, así como la de sus contem- poráneos, terminó a principios de la dé- cada del setenta, cuando la política de distensión del régimen permitió la im- portación de magazines para adultos. Figura 3: Durante el acto sexual la mujer ex- Aunque el trabajo de Zéfiro fue profu- presa verbalmente toda su satisfacción («Lia», samente reimpreso durante esa década pp. 29-30) y la siguiente, lo cierto es que la tenden- cia se detuvo, atrapada en la avalancha mantuvo insatisfecha hasta los comien- de magazines eróticos procedentes del zos de la década del noventa. exterior. De cualquier modo la curiosi- Desdichadamente Alcides Caminha, dad acerca de la identidad del autor se el hombre tras el mito de Carlos Zéfiro, vol. 1, no. 3 143 Waldomiro C. S. Vergueiro disfrutó su fama por un corto período. protagonistas no son superhombres o Murió inesperadamente en julio de tienen particulares ventajas en términos 1992 de una hemorragia cerebral. de atributos físicos. Se trata de hombres bastante comúnes en medio de unas cir- Pornografía al estilo brasileño cunstancias extraordinarias. Con el objetivo de hacer las historias Literalmente existieron cientos de más interesantes a los lectores, el héroe comic books pornográficos producidos enfrentará normalmente algunos obs- en Brasil durante las décadas del cin- táculos antes de tener a la muchacha en cuenta y sesenta. Es cierto también que su cama, pero él los enfrentará con ima- Zéfiro fue el más prolífico autor de este ginación y con una buena conversa- tipo de literatura dibujada, pero hubo ción. Su acercamiento debe ser el más muchos otros autores haciendo catecis- apropiado al tipo de mujer que él está mos. En esos tiempos represivos, cuan- tratando de cautivar. Primero un beso do ningún maestro podría siquiera so- ardiente, después las manos en partes ñar en tratar acerca de las íntimas rela- internas del cuerpo de ella, más impe- ciones entre hombres y mujeres en sus tuosas caricias, y pronto tendrá a la mu- clases, los catecismos fueron responsa- jer correspondiendo a sus deseos y an- bles de la educación sexual de toda una siosa de llegar hasta el final con él. Esta generación de jóvenes brasileños, con era el tipo de situación cualquiera en el necesario conocimiento para enfren- que los lectores de Zéfiro podrían pre- tar su vida adulta. Conllevaron una vi- sumiblemente verse envueltos. Así la sión de los problemas sexuales que pa- identificación resultaba casi inmediata. recían ser los más adecuados para la El hecho de que el hombre era nor- forma de vida brasileña, pues no iban malmente el narrador de la historia sólo en contra de las tradiciones sociales. contribuía a la identificación de los lec- De cierta manera los libros de Carlos tores con el protagonista. No obstante, Zéfiro no eran muy chocantes o escan- este no era el único factor en esa direc- dalosos si se comparaban con otros co- ción. Zéfiro tenía un especial talento mics pornográficos, principalmente para tratar las cuestiones sexuales de aquellos de otros países. Desde luego, una forma que no recibieran resistencia en sus historietas hay cientos de rela- alguna por parte de sus lectores. ciones sexuales, narradas con todos los En sus comic books, aunque aparen- detalles gráficos comunes a este tipo de temente no existían límites para las re- literatura en todo el mundo pero, de al- laciones liberales entre hombres y mu- gún modo, mostradas de una forma na- jeres, los más apreciados valores de los tural. Sus historias incluso tienen un re- lectores –en lo que podemos entender a conocido patrón. Normalmente un la sociedad brasileña al final– no eran hombre solitario, soltero –o un casado atacados o hechos objetos de burla, por cuya esposa está temporalmente lejos el contrario, eran cuidadosamente pre- de su vida–, encuentra una mujer, flir- servados. tea con ella de las primeras ocho a diez En un sentido es posible decir que en páginas, la lleva a un lugar apropiado y el fondo de su alma Carlos Zéfiro era un tienen sexo de muchas maneras. Sus tradicionalista en lo concerniente a la 144 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Una visión del erotismo en la cultura latinoamericana preservación de la familia y a mantener rales entre hombres y mujeres, como una gentil, casi caballerosa conducta en puede ser vistos en los ejemplos men- relación con el sexo débil. Resultaría cionados. Nunca representó ninguna muy raro ver a sus héroes utilizando al- historia en que familiares primarios, o gún tipo de violencia u obteniendo sus mejor dicho, madres e hijos, o herma- objetivos por este medio. Incluso, cuan- nos y hermanas, estén sexualmente do ellos tenían de alguna manera que envueltos. Esto hubiese significado forzar a la mujer en la relación sexual, romper la identificación entre el lector se veía una explicación razonable para y el héroe. ello, y al final la parte femenina siem- A ningún hombre brasileño se le ocu- pre tomaría ventajas de la experiencia y rriría jamás pensar en tener sexo con su disfrutaría ella misma inmensamente mamá. Por ello, en aras de mantener la (Figura 3). identificación popular con el héroe, la En las historietas de Zéfiro una gran madre del protagonista, así como los diversidad de intercambios sexuales progenitores del propio lector, deben son descritos gráficamente. Hombres y ser siempre respetados. Igualmente nin- mujeres de diferentes estratos están en- gún lector admitiría jamás la posibili- vueltos en ellos. En algunas de las his- dad de tener sexo con su hermana. El torias el hombre es rico y la mujer po- incesto era un tabú para Zéfiro, como bre, o viceversa. A veces hombre y mu- teóricamente también lo era para su pú- jer no son desconocidos entre sí, pero se blico. presenta como viejas circunstancias vi- En las muy pocas historias en que un viendo una nueva situación extraordi- padre tiene sexo con su hija, esto es na- naria. Las más comunes eran aquellas rrado por la muchacha, quien está con- que mostraban un esposo hallándose tando al protagonista acerca de algo solo con la esposa de su mejor amigo (o que le ocurrió en su distante pasado. El la hermana de su esposa), o una mujer héroe de la historia, como un último casada que se encuentra con el socio de resorte, el propio lector, no está direc- su esposo cuando este está lejos. Otras tamente envuelto en ello o no tiene ra- relaciones pueden también ocurrir. En zón alguna para compartir la vergüen- una de las historias un jefe convence a za de este acto. su secretaria para tener sexo con él, En relación con otros temas, Zéfiro pues su esposa está tomándose unas va- parece ser muy abierto de mente. Ese es caciones. En otras, una madrastra es el caso, por ejemplo, de la homosexua- seducida por su hijastro (o ella lo sedu- lidad, que él retrató extensamente en ce, dependiendo en la forma que uno sus comic books. De cualquier manera estime el hecho...), un tío que tiene re- él tenía diferentes puntos de vista refe- laciones sexuales con su sobrina, un rente al tema, dependiendo de quien lo sobrino que consigue llevar a su atrac- practicara. Cuando dos hombres esta- tiva tía a su cama, un adolescente que ban relacionados, sus simpatías están hace el sexo con la hijastra de su padre, decididamente con el que tiene el rol entre otras. activo, generalmente el héroe del rela- De cualquier forma, también Zéfiro to. En ese sentido, concordaba con la era un defensor de las relaciones libe- forma de ver la homosexualidad mas- vol. 1, no. 3 145 Waldomiro C. S. Vergueiro culina en la década del cincuenta y se- vo que les asignó a las mujeres durante senta –y todavía predominante en algu- el coito. De hecho, antes del acto sexual nos lugares de Brasil–, que sostienen el los hombres toman todas las iniciativas. criterio de que el homosexual es sola- Normalmente es el héroe quien conven- mente aquel que lleva el rol pasivo en la ce a la vacilante mujer a seguir adelan- pareja. Aunque veía al homosexual con te, utilizando todos sus trucos y buenos algún tipo de desdén, está claro que el argumentos. Pero después que el objeti- autor no aprobaba este tipo de preferen- vo es alcanzado, resulta mucho menos cia sexual. El personaje es el otro, la locuaz, en tanto que la mujer asume un parte activa, comprometido en esta ac- rol activo en la relación, expresándole a tividad homosexual como una diver- él su placer, solicitando diferentes posi- sión, como una forma de mantenerse ciones para el sexo, dando al hombre la ocupado cuando no hay una mujer a la completa seguridad acerca de su habili- mano para darle placer. Su masculini- dad para satisfacerla. Para sus lectores dad no está amenazada de ninguna ma- esto era muy importante en términos de nera visible. identificación con el héroe. Dos mujeres con relaciones homo- sexuales, por el contrario, eran vistas Conclusión como comprometidas en una relación normal. En este sentido es importante Considerando que sus obras apare- señalar que el acercamiento de Zéfiro al cieron en un período en el cual la repre- lesbianismo es en general muy positi- sión sexual era mucho más intensa que vo. En sus historias los hombres no se en el presente, Carlos Zéfiro incluso tu- enfadaban cuando se enteran que sus vo una dimensión educacional para mujeres han sostenido alguna relación aquellos que estaban aprendiendo có- lesbiana; por el contrario, ellos pueden mo comportarse sexualmente. Al mis- sentirse excitados por el hecho, inclu- mo tiempo también refleja cómo el pue- so disfrutar en la observación de sus blo brasileño observa las relaciones en- mujeres teniendo sexo con otra mujer. tre hombres y mujeres. Sus raíces an- En cierto sentido como si sintieran que tropológicas son las costumbres brasi- una mujer, al tener sexo con otra, sola- leñas, y en este sentido, ello representa mente es un paliativo, porque el real ac- un fenómeno cultural que, una vez to se completará solamente con su par- comprendido, ayuda a esclarecer el ero- ticipación. ticismo brasileño. En todas las historias donde el lesbia- nismo está de alguna manera envuelto, al final siempre regresa al patrón nor- Bibliografía mal de relaciones sexuales entre hom- D’Assunção, Otacílio: «O quadrinho erótico de bre y mujer. Aunque abierto mental- Carlos Zéfiro», 4.ed., Record, Río de Janeiro, mente con las actividades homosexua- 1987. les entre mujeres, Carlos Zéfiro era en Kfouri, Juca: «O fim de 30 anos de mistério», Playboy, 17, 196, noviembre 1991 (pp. 94, 96, esencia un hombre muy tradicionalista. 159). Un último aspecto de su trabajo que Marinho, Joaquim (org.): «A arte sacana de Car- es justo mencionar se refiere al rol acti- los Zéfiro», Editora Marco Zero, 1983. 146 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA HISTORIA

Debut, beneficio y despedida de una narrativa tumultuaria 2 Fin de fiesta Gloria y declive de una historieta tumultuaria

Armando Bartra Investigador, Ciudad de México, México

Resumen A mediados del siglo 20 en México la población del país se convierte en una sociedad de lectores, de Pepines, pero lectores al fin. Bartra en su articulo relata los cambios que empezó a sufrir en ese pe- riodo la historieta mexicana. De ser cómics de antología pasan a tener una generalización de temas y personajes y se modifica su narrativa dando lugar a la historieta novelada. Si bien las historietas pre- cedentes a esta década habian llegado al gran público, es durante los 50 que alcanzan su máximo es- plendor. La historieta mexicana progresa conforme pasan los años y pasa de un efímero destape a las adaptaciones de personajes célebres y religiosos. La modernidad llega a México en los 60 y es la apa- rición de revistas como Kalimán, Libro Vaquero, Lágrimas, Risas y Amor, Los Supermachos de Rius, Chanoc, etc. Asi seguirá hasta los 80 con publicaciones independientes de la gran empresa editorial mexicana .

Abstract At the second half of the 20th century, México´s population became a reader´s society. Readers of Pepines (mexican comics), but readers after all. Armando Bartra´s article tells the changes that the mexican comics industry suffered. From being multistory comicbooks they became single story and character books changing its storytelling to "to be continued" stories. If the comics of the previous de- cade were close to the great audiencies, is in the 50´s that they reach the glory and maximum splendor. The mexican comics progress tru the years and moves from a brief erotic stage to adaptations of fa- mous and religious people. The modern times arrives to México in the 60´s and is the same time of fa- mous comics like Kalimán, Libro Vaquero, Lágrimas, Risas y Amor, Los Supermachos de Rius, Chanoc, etc. The mexican comics will continue to develope this way until the 80´s when the indepen- dent publishers appear.

Hubo una vez ras décadas de la posrevolución los un pueblo de lectores alabetizados se multiplican por cinco, y para 1950 son ya más de la mitad de la Las luces porfiristas no pasaban por población. Once millones de lectores las mayorías, y los que en la segunda potenciales enfrentados a un árido pa- década del siglo pudieron leer las noti- norama editorial, pues salvo las vertigi- cias de la insurgencia eran apenas dos nosas publicaciones de la Secretaría de millones de mexicanos, el 20% de los Educación Pública, los tirajes de los li- mayores de seis años. En las tres prime- bros son simbólicos y los diarios y re- vol. 1, no. 3 147 Armando Bartra

Figura 1: Una muestra del universo de personajes de Gabriel Vargas, cronista urbano del México de la segunda mitad del siglo XX. vistas no alcanzan siquiera la circula- pines y la radio nos acompañan todos los ción de El Imparcial porfiriano. días y casi a toda hora. «El éxito de los ¿Analfabetismo funcional multitudi- paquines es... tan inusitado y tan unáni- nario? No. Los mexicanos del medio si- me, que de seguir así las cosas... las edi- glo fuimos un pueblo de lectores. Lecto- ciones de los tales van a acabar sobrepu- res de pepines, cierto, pero lectores al fin. jando a las del Quijote o las de la Bi- Y eso de leer no es poca cosa. Más blia», se lamenta Efrén Hernández en allá del mensaje contenido en el texto, 1940. «Ganguea, gruñe, gañe, vibra, el simple acto de descifrar la escritura chismea, canta, muge, ruge. Escúchase- posibilita el goce intimista por excelen- le donde quiera... Casas hay donde se cia; la oportunidad de abismarse en so- desayunan con radio, comen con radio y litario y compartir vicariamente las más cenan con radio», protesta Carlos Gó- bizarras aventuras y devaneos intelec- mez Peña en 1942. tuales. Sin duda el mayor descubri- Seiscientos mil receptores en 28 ciuda- miento desde la invención de los sue- des con unos cinco escuchas por aparato, ños y las aportaciones de Onán. hicieron de «El panzón Panseco» (Arturo La máxima revolución espiritual pos- Manrique), «El doctor IQ» (Jorge Ma- revolucionaria es la privatización extre- rrón) o «Cri-Cri» (Francisco Gabilondo ma del disfrute cultural. Para el medio Soler), presencias compartidas por cerca siglo los monitos y la radio se han con- de un millón de mexicanos cada una, vertido en entrañable compañía de los pues el máximo rating neto no pasaba del antes puramente gregarios mexicanos de 30%. Por su parte, historietas cotidianas a pie. Tres millones de radioescuchas y como Pepín y Chamaco tenían tirajes cuatro o cinco millones de lectores de cercanos al medio millón y cada ejemplar historietas, en un país de 25 millones de era leído cuatro o cinco veces, de modo habitantes, hacen del esparcimiento de que en su momento «Jilemón Metralla y alcance masivo, pero fruición intimista Bomba», de Gabriel Vargas, o «Estrelli- la mayor innovación cultural del siglo. tas la flor de arrabal», de Yolanda Vargas Sin duda también el cine se populariza, Dulché, fueron aun más famosos que pero las 300 salas de proyección, que su- Panseco, IQ o Cri-Cri. Y es que las histo- plen a los teatros en franca retirada, son rietas llegaban hasta los pueblos dejados visitadas por los muy cinéfilos a lo más de la mano de la electricidad donde no se dos veces por semana, en cambio los pe- podía escuchar la radio. 148 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta En el medio siglo leían pepines más de la mitad de los alfabetizados, alrede- dor de un cuarto de la población, y esta generalización de la lectura es un hecho de trascendencia civilizatoria, no sólo por la globalidad de los mensajes, algu- nos difundidos casi simultáneamente a todo el mundo comunicado, sino tam- bién porque la globalidad de los conte- nidos coincide con la privacidad de la fruición. Así, paradójicamente, lo no- vedoso de la sociedad de masas no son las muchedumbres, que ya congrega- ban ferias, desfiles, carnavales, circos, teatros y maromas decimonónicos. La originalidad del siglo recién pasado es- tá en los gentíos virtuales reunidos en torno a millones de cuadernillos ilustra- dos y cientos de miles de cajitas parlan- tes. Se ha dicho con referencia a la tele- visión, pero lo cierto es que ya en los cuarenta el día no terminaba cuando se ponía el sol, sino cuando daba comien- Figura 2: Chistes viejos como pretexto para zo la plúmbea «Hora Nacional» y el úl- erotizar el cómic. timo de los hermanos acababa de leer el Chamaco oelPepín. Al doblar el medio siglo una serie de cambios comienzan a imponerse en los De los pepines al comic book: monitos mexicanos: se inicia la deca- 1950-1960 dencia de los pepines misceláneos, na- ce y se generaliza la historieta novelada Zotacos, prietos y patéticos, los pepi- –narraciones de gran fondo publicadas nes chicos son una variante muy mexi- en volúmenes de hasta 500 páginas– e cana del comic book. Los cuadernillos irrumpen en el mercado los cómics nor- de 12 por 15 cm, tinta sepia y vocación teamericanos traducidos al español, ha- melodramática, arrasan desde fines de ciendo que los nuestros se ajusten a su los treinta hasta principios de los cin- formato y periodicidad e introduzcan el cuenta, pero en el medio siglo la nortea- color. mericanización de las costumbres llega Pero la renovación no impide que se también a la historieta, y para competir desarrollen y consoliden los grandes ha- con los esbeltos y multicolores cómics llazgos de los treinta y los cuarenta. Así, importados, los de factura local tienen humoristas como Gabriel Vargas («La que adoptar el estilo yanki. Mimetismo familia Burrón»), Rafael Araiza («A ba- forzado que no significa renunciar a la tacazo limpio»), Gaspar Bolaños («Ro- propia identidad. lando Rabioso»), Germán Butze («Los vol. 1, no. 3 149 Armando Bartra glo los moneros capitalizan el carisma acumulado durante la edad de oro de nuestros mass media. Así, viviendo tra- mas biográficas, libres o francamente desorbitadas, llegan a las viñetas Agus- tín Lara, María Félix, Pedro Infante, Arturo de Córdova, «Tin Tan», «Los Panchos», «Tongolele», «Joe Conde», «Blue Demon», «Black Shadow», «El Cavernario Galindo», entre otros. La paulatina transformación de nues- tros monitos en cómics, durante los cin- cuenta, es parte de la norteamericaniza- ción general del país. En una posguerra que transforma en luna de miel el ren- cor histórico entre México y Estados Unidos, arraiga definitivamente entre nosotros el american way of life y las clases medias consumistas sustituyen a los obreros y campesinos como para- digma de la identidad nacional. Figura 3: Prácticamente la única forma de La revolución se quita las charrete- acercamiento a la lectura de millones de mexi- ras, y con Miguel Alemán la primera canos. generación de tecnócratas sustituye a Supersabios») y otros, llevan sus crea- los militares, hasta entonces en el po- ciones de los años anteriores a niveles de der. Paulatinamente remiten tanto los excelencia; cultores del melodrama, co- clichés populistas como el discurso so- mo Yolanda Vargas Dulché y Antonio cializante, y la posrevolucionaria cultu- Gutiérrez, encuentran en la serie Lágri- ra de izquierda deja paso a una cultura mas, Risas y Amor el vehículo ideal para de derecha. Así, mientras apostamos por sus romances, y con el fotomontaje el sueño americano brincando del peta- «Santo, una revista atómica», José G. te al box spring, transitamos también de Cruz nos dota de un superhéroe paradig- satanizar la amenaza nazi a exorcizar la mático; que además es la serie de histo- amenaza roja. rietas más rápida del mundo, ya que du- El agringamiento cultural es, en gran rante los cincuenta se publica lunes, jue- medida, obra de los medios electróni- ves y sábados, lo que significa tres nú- cos de masas, que en el medio siglo se meros de 31 páginas efectivas a la sema- expanden arrolladoramente. Gracias a na, es decir trece páginas diarias, más de la urbanización, la electrificación rural dos viñetas por hora... y la mayor potencia de las emisoras, la «El enmascarado de plata» es uno radio supera por fin a la historieta como entre muchos personajes de historieta el territorio más compartido de la cultu- que provienen de los encordados, la pa- ra popular; y la televisión, que inicia su sarela o la pantalla, pues en el medio si- promisorio ascenso en los cincuenta, de 150 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta

Figura 4: Excelente ejemplo estereotipo del charro mexicano. arranque propicia el boom del deporte Pero, en los cincuenta, la expansión espectáculo y consolida la nacionaliza- educativa y las reiteradas campañas al- ción de las soap operas inaugurada por fabetizadoras se traducen en hambre in- la radio veinte años atrás. saciable de narrativa impresa, de modo Regurgitadora compulsiva de toda que la competencia del cómic transna- clase de cultura popular, también la cional acota a los monitos mexicanos, historieta tiene que ponerse a tono con pero no los asfixia. Así, junto a los edi- los tiempos anglófonos. Los fundado- tores del Pato Donald, Tarzán, La pe- res de la industria de los pepines,o queña Lulú, Archie o Los halcones ne- abandonan como Editorial Sayrols, o gros, aparecen nuevas editoriales dedi- cambian de estilo como Novedades,o cadas a difundir obra nacional, algunas incursionan en la publicación de comic fundadas o dirigidas por profesionales books norteamericanos traducidos al del gremio. Tal es el caso de la Edito- español como Panamericana. Y junto rial Argumentos, de los guionistas a ellos aparecen los nuevos tlatoanis Guillermo de la Parra y Yolanda Var- del negocio editorial, emporios del gas Dulché, de Ediciones José G. Cruz, estilo de La Prensa y Novaro, susten- y de las pequeñas empresas de Manuel tados en los servicios gráficos de im- del Valle, Sealtiel Alatriste y otros his- portación. torietistas. vol. 1, no. 3 151 Armando Bartra cenal y luego semanal. Al principio se editan ahí series completas realizadas por capítulos para el cotidiano Chama- co, pero al estabilizarse comercialmen- te el nuevo formato, los moneros co- mienzan a producir historietas de gran fondo pensadas para La Novela Sema- nal, que ya no están sujetas al engorro- so continuará y a su frenético ritmo na- rrativo, pero que no pueden prolongar- se tanto como las series abiertas. Entre muchas colecciones de novelas ilustra- Figura 5: Modesto Vazquez elabora los guio- das destacan las de Novedades y las edi- nes tanto de la historieta como de la radiono- vela. tadas por José G. Cruz. Y el continente condiciona al conte- Monitos con lomo nido. Las historietas noveladas incuban Ni comic book ni pepín, la historieta una poética original, propician la frag- novelada es una modalidad vernácula mentación de la autoría e inducen un de la narrativa dibujada, cuyo peculiar nuevo tipo de lectura. formato genera una estética inédita y un En cuanto a la estética: si las series nuevo tipo de lectura. de los pepines eran relatos abiertos don- Así como nuestros pepines se inspi- de el suspenso del continuará atrapaba raron en la exitosa circulación de ejem- al lector, la nueva narrativa novelada plares de segunda mano de las historie- maneja historias cerradas, adopta la es- tas de los suplementos dominicales de tructura clásica: planteamiento, desa- los diarios, comercio marginal que evi- rrollo y desenlace, y capta el interés denciaba la existencia de una demanda gracias a la expectativa del final; ade- específica de monitos, hemos de supo- más, en esta modalidad se prescinde de ner que el cómic con lomo fue sugerido los héroes emblemáticos y protagonis- por la proliferación de encuadernacio- tas estables de las series abiertas, y la nes rústicas de las series de más éxito, trama cobra preeminencia sobre los que mediante una módica renta podían personajes; por último, al publicarse las ser leídas en locales especializados. obras completas y de una sola vez, es Los primeros cómics que de inicio cir- imposible hacer ajustes por el método cularon con formato de libro fueron re- de ensayo y error, debiendo diseñarse copilaciones misceláneas con las que de antemano una estructura conclusiva. Sayrols daba salida a sus sobrantes, pe- En lo tocante a la hechura, el corto ro ya en los años cuarenta Panamerica- lapso en que se realiza cada historieta na edita en un solo volumen la serie novelada propicia el desdoblamiento «Tango», de José G. Cruz, que había del guión y el dibujo en dos autores di- aparecido por episodios en Pepín,yen ferentes que trabajan por separado. De los primeros cincuenta Novedades co- este divorcio resultan guionistas verbo- mienza a publicar de manera regular La rréicos que tienden a decirlo todo con Novela Mensual, que pronto será quin- palabras, y su contraparte, dibujantes 152 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta

Figura 6: El viejo Tsekub, opacó la popularidad del protagonista. ilustradores que se limitan a rellenar el res historietas noveladas son efímeras. espacio que dejan globos y apoyaturas. Quizá entre los librocómics está el Pe- Quizá por ello el librocómic mexica- dro Páramo de la narrativa dibujada, no tiende a ser literariamente hablador pero para que trascendiera hubieran he- y visualmente decorativo. Lo que no cho falta «Pedro Páramo ataca de nue- obsta para que haya autores talentosos, vo», «Pedro Páramo contra los muertos como los espléndidos dibujantes Arturo vivos», «El hijo de Pedro Páramo», y Casillas, Ignacio Palencia y Ramón así sucesivamente. Alonso Fernández, buenos guionistas, Respecto de la fruición, el saldo de la como Leonel Guillermoprieto y Laura historieta novelada es la existencia de Bolaños, y trabajos conjuntos muy lo- un lector de gran fondo, que se clava en grados. Si esta calidad no se ha traduci- narraciones ininterrumpidas de 250 o do en obras memorables no es porque 300 páginas, y es la antítesis del espec- las piezas maestras no estén ahí, sino tador sincopado, consumidor de folleti- porque no han dejado huella persistente nes, historietas, radioteatros y telenove- en el imaginario colectivo de los lecto- las de continuará. Lector de librocó- res de monitos. Y es que la cultura po- mics, a veces monumentales, que es un pular cala por redundancia. En un me- mentís a la socorrida tesis de que quie- dio sin rediciones de obras memora- nes frecuentan los monitos son prácti- bles, que por esa vía devendrían clási- camente analfabetos. cos, es por saturación que doña Borola, Con las historietas de ancho lomo, el Santo, Kalimán o Rarotonga resulta- los comiqueros mexicanos se anticipan ron inefables. En cambio aún las mejo- cuarenta años a las novelas ilustradas vol. 1, no. 3 153 Armando Bartra La autocensura de moneros y edito- res se atenúa en los primeros cincuenta, gracias a la permisividad libidinal del gobierno de Miguel Alemán, una admi- nistración que entre los de arriba propi- cia el saqueo del erario público, la co- rrupción y el derroche, pero permite a los de abajo cierto destrampe distractor. Las desinhibiciones de la vida nocturna alemanista se trasladan al papel en re- vistas cachondas de espectáculos como Vea, Vodevil, Venus, Pigalle, Frívola, Eva, etc., y de ahí a las historietas sólo hay un paso. El que lo da es Adolfo Ma- riño Ruiz con el personaje Yolanda, una superhembra tan maltratada como pegona, que inaugura nuestro modera- do sadomasoquismo monero. Mariño no era un improvisado en el bondage cartoon, pues cuando menos desde 1952 historietas suyas como «Tahia, savage girl», eran distribuidas en Estados Uni- dos por la empresilla del hoy reconoci- Figura 7: La promiscuidad entre los distintos do Eric Stanton. Pero en Yolanda, desti- medios redundaba en mayores ganancias eco- nómicas. nada a un público abierto y mexicano, modera sus ímpetus sicalípticos. El éxi- europeas, posiblemente porque desde to de ventas y la pasividad de la censura los últimos treinta la industria local de lo alientan, y las revistas Picante, De- los monitos asume a los adultos como seo y Afrodita, de las que es editor y sus destinatarios privilegiados, mien- principal dibujante, son ya bastante tras que en el resto del mundo el cómic más atrevidas. va dirigido a niños y jóvenes, prover- Poco nos dura el gusto. A la borra- bialmente hipertiroideos y lectores de chera alemanista sigue la cruda ruizcor- tramos cortos. tinista y el corto verano de las tetas ter- mina en una macarthista cacería de bru- Efímeros destapes jas con liguero, por la que Picante, El que Pepín se anuncie como «Dia- Afrodita, Yolanda y Deseo, junto con rio de novelas gráficas propio para Vea, Vodevil, Pigalle, Eva y otras revis- adultos», no significa que esté libre de tas de peluquería, terminan en la pira mojigaterías. Al contrario, las historie- purificadora que se instala en el Zócalo tas coquetean con temas escabrosos, pe- de la ciudad de México el 26 de marzo ro siempre tras un púdico velo de hipo- de 1955, mientras que Mariño visita la cresía. Y aún así, son acusados por los cárcel en su condición de editor. moralistas de pervertir a la juventud. Pero la mala semilla está sembrada, y 154 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta durante los cincuenta son frecuentes las historietas protagonizadas por mujeres de armas tomar, siempre acosadas por látigos, cadenas, sogas, cuchillos y de- más parafernalia sadomasoquista. Entre ellas destacan las series «Adelita y las guerrillas», de José G. Cruz y dibujada entre otros por la monera Delia Larios, y «Rosita Alvirez», de Alfonso Tirado. Heredera tardía de las superhembras es «La chica del Kung Fu» de Juan Alva.

Volver a la infancia En el medio siglo, la vocación de la historieta por los adultos coexiste con el regreso al originario público infantil, redescubrimiento inducido por la inva- sión de cómics norteamericanos desti- nados a los menores. Para competir con la fauna antropo- morfa de Walt Disney y similares, por una infancia que los pepines habían ex- traviado cuando se hicieron adultos, se Figura 8: El personaje dibujado Oscar Gonzá- editan revistas misceláneas para chicos lez Guerrero. como Tesoros, Mexicolor y Colorín, donde trabajan moneros como Escalante, dibujan desde consagrados como Car- Antonio Campuzano, Ramón Valdiose- los Neve, Alfonso Tirado, Ignacio Sie- ra, Bismark Mier, Carlos y Guillermo Vi- rra y Delia Larios, hasta debutantes co- gil, entre otros. Al mismo tiempo, con el mo Antonio Cardoso y Rubén Lara. título genérico de Paquito presenta y for- En Vidas Ejemplares abundan los mato de comic book, Panamericana pu- santos y santas, cuyas biografías confi- blica «El Gato Garabato», donde Álvaro guran una variante de los cómics didác- Ruz hace su aportación al zoológico mo- ticos: las historietas de la fe. Además de nero nacional. las editoriales transnacionalizadas, co- Siguiéndole la pista a la serie nortea- mo Novaro y La Prensa, también las mericana de adaptaciones literarias titula- empresas promotoras de los monitos da Clásicos Ilustrados, grandes introduc- nacionales incursionan en la historia sa- toras de cómics de importación, como grada y las vidas de santos. Antonio Novaro, emprenden por su cuenta la pro- Gutiérrez es el biógrafo de Cristo predi- ducción nacional de historietas didácticas lecto de Editorial Argumentos, mien- como Tesoro de Cuentos Clásicos, Aven- tras que Casillas realiza las historietas turas de la Vida Real, Grandes Viajes, persignadas del editor José G. Cruz. Epopeya, Vidas Ejemplares, Hombres Este último le da otra vuelta de tuerca al Ilustres, Leyendas de América, etc., que género con la revista Apariciones, dedi- vol. 1, no. 3 155 Armando Bartra cada más al truculento melodrama gua- nam y el generalizado antimperialismo dalupano que a los elevados temas de la tercermundista. Pero más que de es- cristiandad. En Apariciones debuta el tructura política la ruptura es espiritual, satanismo chocarrero, que más adelante pues el régimen autoritario no se demo- derivará en la metafísica cachonda y re- cratiza aunque sí se subvierten los usos lajienta de los jinetes de la muerte, ca- y costumbres de la sociedad civil. Con ballos del diablo y similares. el fin del sueño americano queda en en- Y en un pueblo profundamente con- tredicho un american way of life que vencido de su catolicismo, no podían entre nosotros no había pasado de lujo faltar asomos de historieta cristera, co- minoritario, y transitamos del culto al mo la biografía historietada «El marti- supermercado, a la profesión de fe anti- rio del Padre Pro», y barruntos de un consumista. Un nuevo sueño anglosa- cómic cristiano cultivado, como las jón, que preconiza el pelo largo, las dro- adaptaciones moneras de K. G. Ches- gas sicodélicas y la inédita sexualidad terton con guiones de Vicente Leñero, practicada en comunas y a ritmo de que publica la revista Señal. rock and roll, se apodera de la genera- ción jipiteca. Y, como nunca antes, lo Los monitos del aliviane: juvenil deviene espacio de legitimidad 1960-1980 cultural. Esta puesta al día es posible, tam- Durante la segunda mitad de los se- bién, porque la masificación de la edu- senta y en los setenta, la historieta me- cación media y superior ha creado un xicana alcanza el punto más alto de su extenso sector de consumidores de cul- popularidad, al tiempo que se perciben tura sofisticada. El fenómeno García los síntomas de la decadencia. Por esos Márquez: brillante, Novel, best seller y años revistas como Kalimán, El Libro abrumadoramente popular entre la tro- Vaquero y Lágrimas, Risas y Amor, re- pa pinolera, hubiera sido inconcebible basan el millón de ejemplares semana- sin el boom del bachillerato y por ende, les; Eduardo del Río (Rius), expande de la literatura de morral. las fronteras del cómic y un sector de la Con la multiplicación de los cultiva- intelectualidad alivianada reconoce a dos se da también un recambio cultural los monitos como cultura. Pero la in- en todos los ámbitos: la literatura de la dustria, transformando su auge en iner- onda, que se atreve con anglicismos y cia, lejos de apropiarse de las nuevas malas palabras; el teatro de vanguardia, posibilidades de la narrativa dibujada que pasa de la dramaturgia del absurdo elegirá la reiteración. a los efímeros yelhapenning;lanueva Por primera vez desde el inicio de la ola cinematográfica y el auge de los ci- guerra fría, el conservadurismo defen- neclubes; el reconocimiento de los pin- sivo de occidente remite, y soplan vien- tores de la ruptura; la nueva música co- tos de renovación. En México la cultura mercial-popular, donde conviven el de derecha dominante desde los cuaren- rock en inglés y el folclor latinoameri- ta deja paso a una nueva cultura de iz- cano; el renacimiento de la caricatura quierda, alimentada por la revolución política con revistas como La Garrapa- cubana, oposición a la guerra de Viet- ta y autores como Rius, Rogelio Naran- 156 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta jo y Helio Flores... Y como en los años charrismo monero, y más adelante lan- veinte y treinta, la cultura y sus ofician- za a la que será emblema de la literatura tes devienen espectáculo. La mafia no dibujada postsesentaiochera: «Torbe- sólo anima la Revista de la Universi- llino» de Orlando Ortiz y Antonio Car- dad, el suplemento La Cultura en Méxi- doso. Por su parte Guillermo Mendizá- co y los programas de Radio UNAM, bal difunde la politizada y concientiza- también está de cuerpo presente en el dora Los Supermachos de Rius, pero cine-club México del Instituto Francés también el esoterismo de «Duda», pro- de América Latina y departe en el Kine- lijamente ilustrada por Luis Chávez ret, el Tirol y otros cafés de la Zona Ro- Peón, Antonio Cardoso y Rubén Lara, sa, donde José Luis Cuevas sigue los entre otros. pasos autopromocionales de Diego Ri- vera, y Carlos Monsiváis va tras la hue- Los nuevos héroes lla de Salvador Novo. Juan Panadero («El Payo») y Pedro Y los nuevos cultos no se sonrojan Márquez («Torbellino»), son sólo algu- por leer historietas. No sólo tratan de es- nos de los debutantes héroes de papel tar al día en lo tocante al underground que renuevan la tradición iniciada por norteamericano y el cómic europeo para Drake, Tawa, Águila Roja y Santo. En adultos, también exaltan a los potencia- los sesenta y setenta una nueva hornada les clásicos de nuestros monitos: Monsi- de adalides sin excesivos superpoderes váis canoniza a Gabriel Vargas, Cuevas se suma a los nacidos en las décadas an- proclama su admiración por Abel Que- teriores. zada y Francisco Toledo reconoce sus La continuidad del otro México pro- lecturas de «Santo, el enmascarado de fundo está representada por Kalimán,el plata». Sintomática es la publicación por más popular de todos y digno heredero esos años de dos libros que experimen- del enmascarado de plata. La de Víctor tan con la narración gráfica: «Historias Fox y Cristóbal Velasco es una historie- de animales», de Jaime Godet, y «Co- ta de origen radiofónico sin el más mí- mix-arte», de Zalathiel Vargas, quién nimo color local y francamente esotéri- previamente publicara algunos de sus ca, lo que al parecer resulta más entra- cartones de corte underground en el se- ñable para los mexicanos naturales que manario Sucesos para Todos cuando lo las explícitas señas de identidad que dirigía Alexandro Jodorowsky. aprecian los compatriotas culturalmen- Los vientos contraculturales no des- te cosmopolitas y urgidos de profesio- peinan a los empresarios de la historieta nes de fe mexicanistas. Kalimán es una que habían despegado industrialmente saga sin pretensiones de ninguna clase: en las décadas anteriores, y son edito- ni culturales, ni literarias, ni plásticas, riales nuevas las que más abiertamente ni didácticas, ni políticas, que por si se ponen al día. Senda, de Carlos Vigil, fuera poco está realizada en mediotono publica «El Payo», una historieta de e impresa con tinta sepia, mientras que Guillermo Vigil y Fausto Buendía jr., los otros héroes de papel tienen un look donde los ambientes de «Pedro Pára- moderno y polícromo. Lo que no le im- mo» y el estilo narrativo de Juan Rulfo pide vender más de un millón de ejem- se entreveran con los clichés de nuestro plares a la semana, ser escuchada como vol. 1, no. 3 157 Armando Bartra radionovela hasta en las más recónditas Zapiáin pone al día el género de las rancherías gracias a Radio Cadena Na- aventuras de mar y selva al documentar cional y dotar de protagonista a tres pe- acuciosamente su historia, pero sobre lículas, una de ellas, una superproduc- todo al transformar al «Tzecub Balo- ción filmada en Egipto. yán» regañón y moralista de los prime- Entre los héroes rurales de nuevo cu- ros números, en un rico borracho, cos- ño destaca «Alma Grande», un cómic colino y relajiento que a la larga despla- nacido en 1961 que resulta expresión za del protagonismo al joven tiburonero temprana del síndrome Vietnam y testi- y se adueña de la serie confiriéndole un monio de lo que será políticamente co- agradecible tono paródico. El tabasque- rrecto durante las décadas siguientes. ño Ángel Mora, que sabe lo que dibuja, Al principio, los yaquis alzados eran los le da a la historieta la fuerza y el trazo malos de la historieta, hasta que Gui- dinámico que hacen de «Chanoc» una llermo Vigil, guionista que releva al de las mejores series de aventuras de iniciador Pedro Zapiáin, se percata de nuestro cómic. que los alzamientos indios son guerras «Torbellino» no es el primer aventu- justas, e invirtiendo los puestos en la di- rero del asfalto, y poco tiene de original cotomía barbarie-civilización, reivindi- justificar la historia con una venganza ca a los rebeldes y transforma en villa- –a Pedro Márquez le matan a la mamá y nos a los soldados federales. a la novia en el día de su boda–, pero Aunque Juan Panadero tiene claros Orlando Ortiz transforma la serie en el antecedentes en «El Charro Negro» y re- emblema monero de 1968, y en la histo- pite el socorrido estereotipo de caballo, rieta que reconcilió con los monitos de pistola y mujer, «El Payo» se incorpora aventuras a una generación de jóvenes al espíritu de la época gracias al rulfismo politizados. Universitario, novelista e de Vigil, quien lo hace oriundo de Vil- historiador, Ortiz es un guionista atípi- mayo, el polvoriento páramo por el que co: se documenta en la violencia social deambulan Fulgor Sedano y Damiana y política, que era evidencia cotidiana Cisneros. Ideología progresista, mani- en los últimos sesenta y los primeros se- fiesta en que el hilo conductor de la his- tenta, no para utilizarla como simple toria es la lucha por la tierra contra el ha- contexto de las habituales aventuras in- cendado, y un realismo mágico bastante dividualistas, sino para emplearla como oportuno en tiempos macondianos, ha- hilo conductor y eje dramático de la tra- cen de «El Payo» una muy digna puesta ma. Dibujo suelto, hallazgos fisonómi- al día del género más socorrido y exitoso cos y sensibilidad para lo popular, ha- de las narraciones mexicanas de aventu- cen de Antonio Cardoso la mancuerna ras, desde «Los bandidos de Río Frío» perfecta de Ortiz. de Manuel Payno. «Fantomas» es un hombre de mun- Si «Alma Grande» es originario de la do, pero también un caco justiciero y un Sierra de Bacatete y el Vilmayo de Juan desfacedor de entuertos fuera de la ley, Panadero está en el Bajío, «Chanoc», nada que no podamos encontrar en los como «El Mulato» y «El Cachorro», es aventureros internacionales de José G. un héroe playero. Con «Piel Canela» Cruz. La diferencia específica del có- como antecedente, el guionista Pedro mic inspirado por el folletín de Allain y 158 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta Souvestre está en las alusiones cultura- go, y «Rancho Alegre», de Antonio Car- les y las referencias a la coyuntura polí- doso, que ocupaban algunas páginas del tica con que lo dotan el petrolero nove- suplemento que El Universal publicaba lista Gerardo de la Torre y otros guio- a mediados de los cuarenta; Los Super- nistas cultivados. Julio Cortázar se en- sabios, de Germán Butze, fundador del carga de consagrar como fetiche con- suplemento de Novedades, y «Chicha- tracultural al justiciero sin boca, cuan- rrín y el Sargento Pistolas», de Armando do lo hace protagonizar el panfleto an- Guerrero Edwards, que apareció durante timperialista «Fantomas contra los más de cincuenta años en el dominical vampiros transnacionales». de Excélsior. «Aníbal 5» es un cyborg y también Si el cine había alimentado de prota- el nombre de un cómic fuera de serie gonistas a la historieta del medio siglo, creado por el entonces teatrero pánico en las décadas siguientes muchos hé- Alexandro Jodorowsky y dibujado por roes de las viñetas provienen de la tele- Manuel Moro. En las historias de cien- visión. Durante los sesenta y los setenta cia ficción Alexandro proyecta sus ob- los canales de Telesistema Mexicano sesiones metafísicas y su cultura esoté- sustituyen a la XEQ en la función de rica, pero revela un amplio conoci- crear estrellas, y los ídolos de la panta- miento del cómic, infrecuente entre los lla chica se trasladan con frecuencia a la cultivados de aquellos años, creando un historieta. Uno de los primeros es Enri- tono y un personaje notables que él mis- que Alonso, el Cachirulo del «Teatro mo retomará un cuarto de siglo después fantástico», y con el tiempo le seguirán, desde Europa en la serie «Aníbal Chabelo, Lechuga, Los Polivoces, El Cinq», que dibuja George Bess. Tam- Chapulín Colorado, El Chavo del bién con trazos de Moro, Jodorowky Ocho y hasta animadores como Luis realiza otro cómic extraño y efímero: Manuel Pelayo y Raúl Velasco. Sin du- «Los insoportables Borbolla», protago- da la más exitosa y longeva de las tvhis- nizado por un robot Luis XV. torietas es «Aventuras de Capulina», La galería de héroes y heroínas sesen- adaptación al cómic del personaje de teros engrosa gracias al suplemento do- Gaspar Henaine, que dibuja Héctor minical de El Heraldo de México, dirigi- Macedo. do por Sealtiel Alatriste, quien argumen- ta y dibuja «Johnny Galaxi», «Dan Ba- Historietas de bolsillo rret», «Wamba» y «Gabriela»; también En los sesenta los editores responden participan Eduardo Ferrer, con «Tradi- al encarecimiento del papel publicando ciones y leyendas de México» y «El Gi- minihistorietas. Se trata de fascículos de tano», y Héctor García con «Hombres alrededor de 7 por 10 cm, donde se ape- intrépidos». El suplemento de Alatriste ñuscan dibujantes como Adolfo Mariño, es excepcional, pues en él los moneros Rubén Lara, Héctor García, Othón Luna, locales son abrumadora mayoría. Salvo Guillermo Marín, Alfonso Tirado, Juan en su primera década, los dominicales Alva y muchos otros. Al parecer la idea siempre estuvieron copados por histo- de las historietas minúsculas fue de rietas extranjeras. Garbanzos de a libra Eduardo Lozano, miembro del equipo de son «Torbellino», de Constantino Rába- argumentistas de Edar-Vid, integrado por vol. 1, no. 3 159 Armando Bartra Javier Reynag, Aurelio Morales, Pilar Los personeros del chamuco remiten Obón y María Luisa López. Esta empresa al mismo sustrato que Tradiciones y Le- publica en pequeño formato Mini-Leyen- yendas, pero su contexto no es urbano, das, Mini-Policiaca, Mini-Ficción, Mi- sino rural, y las historias se apartan de ni-Terror, entre otras. Por su parte Edito- los temas cortesanos y coloniales para rial Joma lanza Mini-Relatos. Hay tam- adentrarse en los años oscuros del me- bién versiones pigmeas de series mayo- dioevo, actualizados en el rijoso campo res, como Mini-Burrerías, Mini-Cárcel mexicano contemporáneo. Curándose de Mujeres y Mini-Capulina, todas de en salud, el director de El Jinete de la Editormex. Las minis ratifican la procli- Muerte advierte que las historietas son vidad nacional por la lectura de camión y puramente fantásticas e inspiradas en la por el cómic de bolsillo, inaugurada vieja leyenda eslava «El carretonero de treinta años antes por los pepines chicos. la muerte», novelada por Selma Lager- lof. Aclaración oportuna para evitar El gótico mexicano ataca de nuevo que se le acuse de promover supersti- A comienzos de los sesenta el horror ciones, pero que soslaya un origen más a la mexicana regresa de la tumba con próximo de la serie: el que en Chiapas y la serie Tradiciones y Leyendas,yafi- Centroamérica perviva aún la fe en San nes de la década se suman al género El Pascualito, una calaca carretonera que Caballo del Diablo, El Jinete de la Muer- por las noches carga con los difuntos. te, El Carruaje Divino y otros achichin- Culto sincrético proveniente de la pro- cles de San Pascualito Rey. videncial intervención de San Pascual Con portadas de ilustradores tan do- Bailón –que no era calavera, pero en tados como Jesús de la Helguera e Igna- cambio levitaba– en el fin de una peste cio Palencia, y argumentos de Franco que asoló el sureste durante la Colonia. Sodja, entre otros, Tradiciones y Leyen- El mismo culto que en los años cin- das reincide en las capas y espadas co- cuenta suscitó fuertes choques de sus loniales, de rancio abolengo en nuestra seguidores con otros católicos que se historieta. Pero la nueva serie es de ca- oponían a que se le dedicara un templo pítulos conclusivos, que recuperan el en Chiapas. De origen eslavo o centroa- estilo y estructura de los relatos de tra- mericano –es lo de menos– la historieta dición oral: sucedidos legendarios don- retroalimentó nuestro pensamiento má- de la fidelidad positivista a los hechos gico: los campesinos de Morelos dicen históricos deja paso a la más truculenta que por las montañas del estado cabalga invención. Historias como estas fueron Zapata, pero también galopa el Jinete la narrativa de las sociedades premo- de la Muerte. dernas y aún alimentan la imaginación rural, aunque la misma compulsión na- Del tremendismo de nota roja rrativa se expresa en numerosas leyen- al humor escatológico das de banqueta como las que forman el En los sesenta y setenta la tradición anecdotario colonial recopilado por Luis miserabilista de nuestros monitos da González Obregón y Artemio de Va- una nueva vuelta de tuerca con las his- lle-Arizpe, donde abrevan los monitos torietas criminales. Entre los muchos tí- legendarios de los sesenta. tulos: Islas Marías, Penitenciaría, Cár- 160 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta cel de Mujeres, etc. destaca Lecumbe- acceso a la enseñanza media, y la etapa rri, cuyas narraciones apelan a la indis- presuntamente larvaria se prolonga de cutible autoridad de nuestro más entra- los doce a los dieciocho años. El joven ñable serial killer, Gregorio (Goyo) por excelencia es entonces el estudiante Cárdenas. Y es que el tremendismo es de secundaria, bachillerato o facultad mejor cuando se presume fidedigno, que habita una suerte de limbo, entre la como lo demuestra el espectacular éxi- tierna ligereza de la infancia y las seve- to de la fotonovela Casos de Alarma, ras responsabilidades de la adultez. Así, que en tirajes se da el quién vive con la juventud es un fenómeno básicamen- Kalimán. te urbano –en el campo casi no hay jó- Y del tremendismo de nota roja se venes porque casi no hay prepas– y en transita a las parodias de humor escato- México debuta en los cincuenta con las lógico, como Hermelinda Linda y Ani- pandillas que aspiran al Marlon Brando ceto. La bruja y el brujo chocarreros se de «El salvaje», pero por lo pronto sor- inscriben en la moda norteamericana de ben ice cream soda en el Kiko´s, la ne- combinar humorismo y horror, cuyo vería chilanga por antonomasia. mayor éxito comercial fueron «Los lo- En los sesenta los jóvenes sientan sus cos Addams», creados por el dibujante reales en un cine de tema adolescente, Charles Addams y popularizados gra- pero óptica senecta, y en las historietas cias a la versión televisiva. Pero la apor- son protagonistas y destinatarios de Los tación de nuestra hechicera timbona es colegiales, que publica biografías mo- una procacidad de mal gusto, que si en la neras de James Dean, Elvis Presley y cuenta corta proviene del humor guarro otros, a las que pronto se sumarán las de Araiza en A Batacazo Limpio y Papi- fotonovelas de la serie Linda, interpre- to Frito, en la larga remite al leperuno tadas por los jóvenes galanes y galanas humorismo popular de la edad media re- del cine y la televisión nacionales, y Zo- creado por Ravelais. Si los dráculas y na Inn, donde Sixto Valencia arremete frankensteins relajientos son monstruos contra los jipitecas. simpáticos, horrores light para el medio Para fines de los setenta la juventud pelo, Hermelinda y Aniceto son tan ple- descarriada se ha transformado en ju- be como Gargantúa y Pantagruel. En ventud contestataria, y los nuevos re- particular la curandera desfajada es una beldes tienen causa. No hay airados bri- vieja fodonga y también una heroína gadistas de monitos, y lo más parecido triunfadora, paradoja que se presta a lec- aunnarodniki urbano es Pedro Már- turas feministas que no suscitan los quez («Torbellino»), pero sí llegan a las monstruos nice del norte. viñetas otras causas menos comprome- tedoras como el misticismo justiciero La invención de la juventud del juvenil trío multirracial de «Hata Niños los ha habido siempre. En Yoga», de Alfredo Cardona Peña, Pa- cambio los jóvenes –esa suerte de in- blo Marcos y Gonzalo Mayo. fantes crecidos cuyos juegos atrabanca- Después del satanizado concierto de dos ocupan espacios sociales cada vez Avándaro, el rock, refugiado en los ho- mayores– aparecen sólo cuando un sec- yos funkies, deviene patrimonio y em- tor significativo de la población tiene blema de la banda: esa juventud que no vol. 1, no. 3 161 Armando Bartra sólo salen de la marginalidad con el có- mic Simón Simonazo, cuyos autores y editores muestran su vocación rockera publicando Tree Souls en 1981.

Cámara baja Los destapes francos y duraderos –co- mo el del posfranquismo español– ago- tan pronto las reservas del morbo popu- lar y el negocio de la pornografía se normaliza como uno más. En México, en cambio, permisividad y represión se suceden cíclicamente, y en los cortos períodos de destrampe la líbido se des- borda. Fueron permisivos los veinte y parte de los treinta, pero en los primeros cuarenta la censura arreció, para dismi- nuir en los relajientos años del alema- nismo y reanudarse con todo y piras pu- rificadoras, en los tiempos de Ruiz Cor- tínez y Díaz Ordaz. Los desfogues de- mocráticos de los primeros setenta van acompañados por una apertura porno- Figura 9: La vocación rockera del segmento juvenil de las clases populares. gráfica por donde fluyen resmas de re- vistas sicalípticas; publicaciones pican- lo es por estudiosa, sino por desemplea- tes marcadas por la alborozada libera- da. Ahí se refugia también la contracul- ción, pero también por la aberrante au- tura desertada por la clase media. Fa- tocensura: desnudo integral femenino, chas, sonideros y tocadas, fanzines, de- pero no masculino, albures en grado su- mos y posters,yelTianguis del chopo, mo, pero jamás malas palabras.Enla como breve zona liberada y anchuroso historieta, los encueres van del porno lugar común, son las aportaciones de pulcro y colorido de Zótico Fonseca y una contracultura que los medios sólo colaboradores, en María, al destrampe mencionan peyorativamente. En la his- guarro de Gustavo Galán en La Mos- torieta comercial la onda rockera casi quita y El Mamilitas. No falta tampoco no se manifiesta. Yerba, con marcada el cachondeo clandestino y subterráneo, influencia del undeground norteameri- las Tijuana Bibles de los sesenta y se- cano y en particular de Robert Crumb, tenta, con héroes propios como El Ro- expresa las veleidades iconoclastas de casbú... y parodias sicalípticas de có- la clase media ilustrada y publica algu- mics conocidos como Chanoc. nas historietas de Checo Valdés, quien Pero el mayor protagonista del desta- en el apodo lleva la fama. Posterior- pe de papel es la pornografía fotomone- mente los monos de la banda parrapa ra; un tropel de encuerados y encuera- aparecen en fanzines anarco-punks y das que transita de los tremendistas Ca- 162 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta sos de Alarma, Dramas de mi Pueblo, revista Sucesos, y por fin en La Garra- Lacras Sociales y Los Lavaderos,ala pata, la mejor publicación de humoris- combinación de chichi y albur de Locos mo gráfico de la posrevolución. Duran- por el Sexo, para terminar en los rutina- te sus tres épocas, animaron La Garra- rios empelotes de Las Cotorras, Las Go- pata dibujantes ya formados como Car- losas, Las Gatas del Tejado, Las Gordas los Dzib; Emilio Abdalá Pérez, quien o La Dona. Burdo y grotesco como fue, firmaba AB; Rogelio Naranjo y Helio el destape de los setenta tiene un plausi- Flores. Ahí se fogueó también la prime- ble curso ideológico que lo lleva del ra plana de los caricaturistas del último crudo sexismo falócrata y moralista al cuarto de siglo: Efrén Maldonado, Bul- choteo irónico y levemente autocrítico. maro Castellanos (Magú), Felipe Ga- Si los primeros monos de encueradas lindo (Feggo), Ramón Garduño, Arturo son misóginos, los últimos son más bien Kemchs, Mario Alberto Garduño (Ma- andróginos. Del burlesque destrampado ral), Sergio Arau, Checo Valdés, Gon- y el humor carpero llega a la pornogra- zalo Rocha, Rafael Barajas (El Fisgón), fía de papel el reconocimiento, entre te- Manuel Ahumada, Mongo, Llera, Bet- meroso y alborozado, del dominio se- tini, entre otros muchos. En La Garra- xual femenino; el urticante pero insos- pata casi todos hacían caricatura y tam- layable descubrimiento de la impoten- bién historieta. Ahí se publicaron las cia y la homosexualidad que subyacen memorables «Kornykaz de Nanylko tras el machismo mexicano. Tatatylko», de Naranjo; «Los Archivos de Indias», de AB y «El pequeño Mun- Viñetas concientizadoras do», de Leonardo Vadillo; ahí nació Monitos de la revolución y revolu- también «Simón Rojas, el revoluciona- ción en los monitos, son aportaciones rio de los ojos tristes», de Efrén Maldo- del tránsfuga del seminario Eduardo del nado, y debutó «El Hombre de Negro», Río. Pero Rius no está solo. El espíritu un personaje de tinta china transido de iconoclasta de los setenta encarna en angustias existenciales propias del tea- una nueva generación de comiqueros. tro del absurdo, que emparenta a su au- Algunos, como el hispano-mexicano tor, Helio Flores, con la obra de Samuel Sergio Aragonés editor con otros de La Becket. Y ahí estaba Rius, cuya tesone- mano, son fanáticos de Harvey Kutz- ra rebeldía frente a la censura ejercida man y Bill Gaines; de modo que el mo- por los medios y por el gobierno le ha- nero emigra a los EE.UU., donde se bía desbrozado el camino al nuevo car- convierte en dibujante de Mad y autor tón político. de la exitosa serie Groo. La trayectoria monera de Rius va del Heredera del humorismo madrileño chiste blanco al rollo historietado, pa- de La Codorniz,esLa Gallina, que edi- sando por el cartón político y la histo- tan en México el humorista español Gi- rieta contestataria. La primera sorpresa la y el michoacano Rius. Experiencia que nos da el michoacano es que un di- efímera que al vincularse con la tradi- bujante editorialista hecho y derecho se ción mexicana de caricatura política, ponga a hacer historietas, y que su pri- desemboca primero en El Mitote Ilus- mer ensayo, Los Supermachos, resulte trado, que aparece como sección de la exitoso. Los monitos de un cartonista, vol. 1, no. 3 163 Armando Bartra y en los cartones secuenciados del me- xicano Abel Quesada hay verdaderos ensayos en monitos; pero Rius hace del rollo-cómic un lenguaje original que ar- ticula textos explicativos con globos monologados o dialogados, combi- nados con dibujos originales o tomados en préstamo, en un discurso explicativo donde coexisten personajes reales con anónimos comentaristas chocarreros. Y todo puesto al servicio de una voca- ción didáctica, que en los sesenta y se- tenta dimos en llamar concientizadora. Los libros de Rius se multiplican en títulos y ediciones, mientras que las his- torietas venden hasta 300 000 ejempla- res. Y por la brecha desfilan los plagios descarados: Francisco Ochoa es el he- redero de Los Supermachos impuesto por el editor, Jorge Ramírez dibuja Figura 10: Rius: autorretrato del creador del comic didáctico. «Los hijos de Pérez», y así surgen «Los patarrajada», «Los superfríos», «Los es decir, de un dibujante político de opi- chamuscados», «Los políticos», «Los nión, tenían que ser politizados y opina- arrancados», «Los penitentes», etc. dores, de modo que Juan Calzónzin, Pero no todo son fusiles. Rius y los Chón Prieto, don Perpetuo y el resto de vientos iconoclastas del sesenta y ocho los pobladores de «San Garabato Cucu- generan un modesto auge del cómic chán», son protagonistas de un esquetch contestatario, politizado o cuando me- social donde se abordan los grandes y nos heterodoxo. Ahí está «La familia pequeños problemas nacionales. El se- Placachica», de Leonardo Vadillo; las cuestro de sus derechos de autor por la «Perlas japonesas», de Niquito Nipongo Editorial Meridiano no interrumpe el y Vázquez Lira; «Wafles y mofles», de curso monero de Rius, y en Los Aga- AB; «El pequeño dictador y el guerrille- chados, Nopalzin, el profe, Trastupijes ro audaz», de Raúl Moysen; «El watu- y demás, prolongan la saga de los cucu- si», de Sergio Magaña y Luis de la To- checos. rre; «El águila descalza», de Alfonso Pero si Los Supermachos y Los Aga- Arau y Fello; «Chin Chin el teporocho», chados son una revolución en el conte- de Armando Ramírez y Julián Cevallos nido de las historietas, «Cuba para prin- Casco, animadores del grupo Tepito, Arte cipiantes», publicada por primera vez Acá; y hasta un cómic esotérico como en 1964, poco antes de Los Superma- «Fábulas pánicas» que Alexandro Jodo- chos, es una revolución en el lenguaje rowsky publica en el suplemento domi- del cómic. Mucho aporta al libro histo- nical de El Heraldo de México. rietado el argentino Oscar Conti (Oski), Más extensa e irreseñable es la apro- 164 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fin de fiesta piación social del lenguaje monero de Rius. La sociedad civil hace suyo el método, empleándolo para la capacita- ción y la difusión de luchas populares; las iglesias producen cómics catequis- tas y de salvación; el gobierno pasa de la persecución al secuestro estilístico con fines institucionales, como explicar el IVA, y la iniciativa privada produce derivaciones degradadas de Los super- machos, como Los asegurados.

Los monos del ogro filantrópico En la inmediata posrevolución, el estado emprende la regeneración espi- ritual de los compatriotas de a pie, ejer- ciendo el mecenazgo sobre las artes cultas. De ahí resulta el muralismo de la escuela mexicana de pintura, el nacio- nalismo musical, el teatro didáctico de masas, el diseño y el cartelismo de van- guardia, y tardíamente la escuela mexi- cana de danza moderna. La burocracia se ocupa mucho menos de las artes me- Figura 11: Los clásicos de la narrativa mexi- nores y de la industria cultural, de mo- cana llevados al papel en un lenguaje «poco hortodoxo». do que su huella sobre la radio, el cine, la historieta y, más tarde, la televisión, de López Portillo diseña y ejecuta una es insignificante. Apuesta equivocada, efímera política monera. pues a la postre los monitos vencieron a Partiendo del diagnóstico al uso de los monotes en los cuadriláteros del que los cómics son un medio noble, imaginario colectivo, y en el siglo XX multitudinario y potencialmente con- los medios masivos de comunicación cientizador, pero envilecido por los resultaron los verdaderos forjadores de empresarios del ramo, la Secretaría de la identidad nacional. Educación Pública se dispone a digni- Tarde, a mediados de los setenta, el ficarlo, poniendo el ejemplo a través gobierno mexicano incursiona con de la producción de historietas de cali- fuerza y sin fortuna en la industria cul- dad que deberán ser coeditadas con la tural. El presidente Luis Echeverría ca- industria. Adicionalmente patrocina si estatiza el cine, fortalece la presencia un congreso internacional de historie- gubernamental en la radio y pone buró- tistas con asistencia de importantes au- cratas al frente de canales de televisión. tores latinoamericanos como Sergio Pero las historietas se mantienen como Aragonés, Roberto Fontanarrosa, Alber- asunto exclusivo de la industria. Hasta to Breccia, José Muñoz y Carlos Sam- que por fin, en 1980, la administración payo, y europeos como Luis García, vol. 1, no. 3 165 Armando Bartra Alfonso Font, Carlos Jiménez y Anto- nio Hernández Palacios, y promueve un concurso nacional de cómic que ga- nan el dibujante Ángel Mora y el guio- nista Rolo Diez, con «El tigre automá- tico». Que la siempre almidonada Direc- ción de Cultura de la SEP incursione en los plebeyos monitos, causa un pe- queño revuelo y logra la transitoria convergencia del agónico populismo de estado con el populismo de la socie- dad civil, encarnado en el director del proyecto y novelista negro Paco Igna- cio Taibo II, algunos improvisados guionistas externos al gremio, un nú- mero importante de dibujantes profe- sionales y tres de los editores realmen- te existentes. El saldo en viñetas son las series México, Historia de un Pue- Figura 12: La revista a la que se debe la irrup- ción del nuevo cómic europeo, en México blo, que narra la saga de los mexicanos Abstract en catorce pequeños volúmenes reali- zados a todo color por algunos de los anécdotas melodramáticas, tampoco mejores dibujantes de la industria, tiene éxito. como Sealtiel Alatriste, Angel Mo- La última oleada del populismo cul- ra, Rafael Gallur, Antonio Cardoso y tural mexicano no modifica las rutinas el argentino Leopoldo Durañona; Epi- del cómic comercial; pero algunos mo- sodios Mexicanos, que cuenta la mis- neros vislumbran fugazmente un modo ma historia en cerca de setenta fas- de hacer historietas más digno y poten- cículos en blanco y negro, Novelas cialmente creativo que el prevaleciente Mexicanas, que adapta al cómic alre- en la industria local. Lo que despierta dedor de setenta clásicos de nuestra li- inquietudes gremiales, como el recono- teratura, y Aventura y Relatos, con te- cimiento de los derechos de autor y el mas como la vida de Heraclio Bernal y pago de regalías, y también intentos de la de Emiliano Zapata. renovación profesional. Otro saldo de Nada que modifique la inercia de una la experiencia es la aparición de una efí- industria convencida de que todo lo que mera revista de cómic adulto en el estilo huele a pupitre rebota en el mercado. Al de la francesa Metal Hurlant ydelas respecto, cabe mencionar que, por los españolas Bang! y Totem, que se titula mismos años, un experimento realizado Snif e incluye tanto trabajos mexicanos con más profesionalismo y conoci- como extranjeros. A esta seguirá años miento de causa por Editorial Senda, la después la también breve Bronca,y serie El hilo roto, que combina cir- más tarde El Gallito Cómics, esa sí te- cunstancias históricas auténticas con naz y duradera. 166 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA AUTORES Jodorowsky el chileno ecléctico 2

Manuel Barrero Estudioso de la historieta, Sevilla, España

Resumen Recientemente ha tenido lugar una gran exposición de historieta de Jodorowsky en Francia. 1 500 portadas y páginas de cómic originales. Un gran honor para un chileno que estudió en México, lo cual es el resultado del enorme éxito de sus sagas de historieta en todo el mundo: Italia, Portugal, Ale- mania, España y, también, en los EE.UU. Si te gusta la fantasía heroica, la ciencia ficción, los super- héroes o lo esotérico, entonces te gustarán los cómics de Jodo. Echemos un vistazo a su carrera como guionista de historietas.

Abstract There has been a large exposition about the comics by Jodorowsky in France recently. One thou- sand and five hundred originals of covers and comic pages. A big honour for a man from Chile, who estudied in Mexico, that is as a result of the great success of his comic sagas all over the world: in Italy, Portugal, Germany, Spain and, also, in the United States of America. If you’re fond of fantasy, science-fiction, super-heroes or esoterism, then you’re very fond of Jodo’s comics. Let’s see his ca- reer as a comics creator.

Su historieta: monotématica del desarrollo de la Conciencia Huma- na» (eso lo defiende él solito). Mas, hay Los guiones de historieta de Jodo- que precisar que no toda la historieta le rowsky han gozado por lo general del parece de calidad a Jodorowsky. En su favor del público, no así del de la crítica reciente visita a la italiana villa de Ro- especializada que los ha considerado vigo, frente a los micrófonos tachó de muchas veces veleidosos. Con todo, pe- «cabrones» a los productores cinemato- se a que su producción se halle sosteni- gráficos de Hollywood y luego se des- da por una iterativa argumentación, es pachó a gusto con las diferentes histo- admirable constatar su amor por el me- rietas que en el mundo hay: «La histo- dio, al cual considera un arte mayor rieta es tenida por obra de arte solamen- (eso también lo defiendo yo), despre- te en Francia, en España, en Bélgica... ciado, pero no despreciable puesto que en América es el producto de una cade- materializa un «deseo de crear una ma- na de montaje; en Japón es “basura”, in- nifestación sagrada que esté al servicio mundicia. Esto no significa que los “có- vol. 1, no. 3 167 Manuel Barrero mics” y los “manga” no hayan dado lu- mencionados cuando se dio repaso a su gar a grandes obras y grandes autores cine y biografía, recreando mundos sumi- que admiro y amo: Will Eisner y Kat- dos en una demencia particular, llenos de suhiro Otomo están entre mis favori- entidades ficticias, salpicados de ascetis- tos». 1 El autor teatral ya había mostra- mos, metempsicosis, ritualismos... en de- do tempranamente su atención por los finitiva, en una vuelta de tuerca sobre los cómics en su libro «Teatro pánico», mismos planteamientos, tal y como se donde los definía como «poesía páni- verá en el análisis particular de cada una ca», y una de sus alborotadoras repre- de sus creaciones. sentaciones, la llamada «Efímero de San Comienza su obra en viñetas a finales Carlos», la concluyó lanzando centena- de los años sesenta, vertiendo sus ideas y res de cómics hacia los asistentes mien- pensamientos y su propia biografía en tras les increpaba diciendo «Esta es la las tiras tituladas «Fábulas pánicas» que verdadera poesía del siglo XX ¡Tomen! comenzó a escribir, semanalmente, para ¡Léanla!». 2 el rotativo local mejicano de gran difu- Curiosamente, y centrándonos en su sión El Sol de México. Las guioniza du- obra, el chileno no puede ser llamado rante cinco años, hasta alcanzar más de guionista de historietas en el sentido eu- 200 sunday-strips. Estas muestras de su ropeo del término. Sí argumentista, pues arte, dado que comenzó dibujándolas él, así es como habitualmente crea sus epo- siguen inéditas en España. peyas, conociendo la genealogía del di- Después de ese proceso de iniciación bujante y relatándole luego una historia pergeña «Aníbal 5» para la Editorial ajustada a la medida de su capacidad ar- Temporae (que no para Novaro, como tística, para lo cual le permite plena liber- se ha dicho). 5 Temporae lanza este títu- tad de puesta en página, encuadres y téc- lo el 1 de octubre de 1966 con formato nica ilustradora. 3 Por ello, dependerá casi comic-book, alcanzando a publicar sie- por completo del dibujante que el guión te ejemplares pobremente distribuidos, resulte correcto. Con algunos historietis- sólo por México y Venezuela, pero de tas es farragoso y desorientado, con otros, gran trascendencia, pues consigue en- no obstante su buen oficio, la narración trada en la afamada enciclopedia de los adolece de la enjundia general y de la ex- cómics dirigida por Maurice Horn, don- travagancia, omnipresente como conse- de el español Luis Gasca calificó esta cuencia directa de que el chileno no cree obra como «la mayor renovación de los en el estilo. 4 Jodorowsky asegura que sus cómics mexicanos de su tiempo» 6. Aní- historias ya existen en el universo y que bal 5 es un cyborg, un hombre engasta- él se limita a recibirlas humildemente a do con injertos mecánicos cierto para través del inconsciente, pero luego las usarlos en sus arriesgadas misiones. En transforma conscientemente sabedor de su primera aventura, «Amenaza de las que a los jóvenes lectores les interesa la mujeres topo», se nos cuenta que sirve a acción. De este modo, siempre preocupa- la ALAD (Agencia Latino-Americana do por servir las dosis mínimas de entre- de Defensa), organización responsable tenimiento, vierte en sus cómics toda una de la progresiva robotización de su or- panoplia de cuestiones esotérico-místi- ganismo al ritmo del cumplimiento de cas, reincidiendo sin pausa en los temas las misiones encomendadas, hasta la 168 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico conversión definitiva en un arsenal vi- viente. La organización adversaria es Interterror, cuyo jefe es el barón de Sa- der, un tipo ataviado a la usanza hitle- riana, rodeado de perros y hombres que portan cascos puntiagudos y sustentado por una cápsula de líquido nutricio que es mantenida por seis androides sádi- cas, las cuales se ofrecen en ritual a su amo supervillano, consumiéndose en el trance (!). He aquí, contenidos en este tebeíto mexicano, el tema y los elemen- tos básicos de toda la obra posterior de Jodorowsky. En el segundo cuaderno, para hacer frente a la amenaza de Sader de volver a la fauna contra la humanidad, Aníbal 5 muere por cinco veces y por cinco ve- ces resucita rencarnado en diversos animales, y es aprisionado por un útero y goza de los placeres de cinco concubi- Figura 1: Uno de los primeros trabajos en el nas elegidas entre cinco Miss Universo medio historieta de Jodorowsky, el que reali- tras acabar con Sader. ¡Hala! En el ter- zase para la colección mejicana «Aníbal 5», ya cer episodio, «El cementerio de los sa- rompía moldes argumentales y con la ortodo- télites», el villano es reconstruido en xia de la historieta de su tiempo. parte, otorgándole el semblante de una mujer de apariencia simiesca, y desde gitador en un teatro de variedades vesti- su nueva base de operaciones, ahora si- do igual que Mandrake y desde allí via- ta en la luna, crea un ejército de zombis ja a través de la materia sólida para lu- succionando restos humanos de los ce- char contra el «canguro padre» que ha menterios de todo el mundo, y combate raptado a los mayores sabios del mundo a Aníbal mermando sus fuerzas y ha- para extraer sus conocimientos con una ciendo crecer monstruosamente su pe- ordeñadora cerebral. Sin comentarios. lo. ¡Más madera! Ahí no acaba el cuen- En la última aventura, «Las momias ro- to: en el episodio siguiente, «El hom- mánticas», una invasión de estupendas bre-mujer», se agudiza lo absurdo al mujeres-momia plagan las viñetas, y transportar a Aníbal un universo feme- contra ellas se enfrenta Aníbal, en una nino regido por la Capitana Sara donde historia en la que abunda la necrofilia. es transformado en mujer, que se expre- Pudo ser esto último lo que instó a la sa y lucha de modo diferente que el res- Editorial Temporae a cancelar la serie to de los personajes (modificando para en el siguiente cuaderno. Alegó proble- ello las convenciones narrativas del có- mas de distribución. mic). En el episodio quinto, «La risa del El dibujante, Manuel Moro Cid canguro», Aníbal actúa como prestidi- (1929), aunque capaz de cierto virtuo- vol. 1, no. 3 169 Manuel Barrero Y esa semilla sería abonada por Moe- bius (Jean Giraud, 1938), galo divino que seduce al de Chile con su capacidad creadora y con la imaginación desple- gada en el story de «Dune» y, tras ha- berle elaborado Jodorowsky un prólogo para un álbum de «Blueberry», este le propone plasmar sus ideas en viñetas (concretamente las que tuvieron que de- jar varadas en «Dune»). Moebius es el más indicado para ello puesto que el francés, medrado en las dudas artísticas de los setenta, es de sobra conocido por sus lucubraciones cósmico-místicas pro- pias de la revista Métal Hurlant ydelos «humanoides». Su primera colaboración es «Les yeux du chat» (Los ojos delgGato), un expe- rimento preciosista elaborado con la úni- ca intención de epatar que permite al Figura 2: «Aníbal 5» constituía tanto una pa- galo lucir su imponderable capacidad rodia de las cosmologías de los superhéroes creadora. Lo hace usando un estilo de yanquis como una reflexión sobre el poder desbocado y sobre la escasa atención que pres- dibujo decimonónico, en una historieta tamos a nuestro mundo interior. El autor vol- de aspecto formal innovador (con dos vería a esta obra muchos años después para puntos de vista), repleta de simbolis- publicarla en Francia con gran éxito. mos (he aquí el águila, que volverá a aparecer) y con el tema de la carencia, sismo sí echa mano de su archivo foto- la falta de ojos concretamente, como gráfico (hasta el punto de ser compara- partida. Sin pretensiones de resultar co- do con Wood o Frazetta por Gasca), es mercial, es primeramente distribuida en un autor mediocre, descuidado con la 1978 como regalo a los mejores clientes entintación y temeroso de dibujar las de una tienda para luego ser recogida en descabelladas ideas de Alejandro, que un álbum en 1981. cada vez iban a más. Después de un es- Tras ese prólogo, en 1980 llega la merado cuidado con la ambientación y obra que les catapulta a la fama: los personajes en las primeras aventu- «L’Incal». La saga publicada en Métal ras, calcando para el protagonista la faz Hurlant y luego recopilada en álbumes del actor azteca Jorge Rivero, muy en («L’Incal Noir», 1981, «L’Incal Lumiè- boga entonces, Moro se abandona en re», 1982 –ambas con nueva edición en los tres últimos cuadernos y la serie 1998–, «Ce qui est en bas», 1983, «Ce concluye con pobres resultados artísti- qui est en haut», 1985, «La Cinquième cos. Pero la semilla de la desbocada Essence - 1. Galaxie qui sogne», 1988 y imaginación del chileno había sido «La cinquième essence - 2. Le planète plantada ya. Difool», 1988), supone todo un fenóme- 170 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico no de masas que dividió las opiniones. ahí a las proporciones cósmicas sólo Es calificada por algunos equivocada- media un paso: Difool es padre de todo mente como cómic de superhéroes a la un planeta tras ser ennoblecido en la lu- europea por la semejanza de la Ténèbre cha y en el amor, luego está a punto de con el Galactus de Marvel Comics, mien- ser castrado por sus «hijos» (en una es- tras otros afirman su débito a la tradición cena que Jodo canibaliza de «La monta- de la ciencia ficción anglosajona al eti- ña sagrada») y, finalmente, se entrevis- quetearla como space-opera mitológico. ta con el omnipotente creador, Ohr, que Otro grupo de críticos la colocan al mar- hace que todo vuelva a empezar como gen de ese género literario entendiéndo- si nada hubiese pasado, completándose la como aventura onírico-mística confu- el círculo. Como es arriba, es abajo, que sa y hermética. Lo cierto es que «El decía El Kybalión... No ha satisfecho a Incal» resulta un vertido apresurado de muchos este colofón con la divinidad lo que Jodorowsky quiere contar en vi- que muere y renace para demostrar que ñetas y que luego desgranará con mayor la felicidad se logra por medio de la re- comedimiento en posteriores sagas. Aquí nuncia, y se ha señalado certeramente aúna todos sus temas recurrentes permi- que el paso del tiempo ha permitido tiendo al dibujante que la inicie con un apreciar en su justa medida el lastrado tono de aventura de ciencia ficción en final de esta epopeya de misticismo. 7 clave de serie negra (tal que su «The La saga es en un principio interesan- Long Tomorrow»), para luego enlazar te, de buena argumentación, planifica- con sinergia temas dispares en la narra- ción y puesta en escena, y rebosa de ción de una héjira en busca de Dios y de imaginación y escenarios gozosos. Lo la paz del universo. cual es toda una sorpresa, ya que Jodo- Es un viaje iniciático en el que se ven rowsky consigue que el álter ego de Gi- aliados Difool, Deepo, Kull, el Metaba- raud se repliegue a la historieta conven- rón, Tanatah, Animah y Soluna (siete, cional. Todo se vuelve difuso en el ter- como el grupo de Kamar Raimo que cer álbum, donde los autores parecen también aparece en la historieta) y que perder el norte de los planteamientos ahonda en el mensaje vernáculo del zen, iniciales, pero entusiasma el buen ofi- en la división en chakras del cuerpo, en cio del dibujante que deleita al lector los mundos pelúcidos sede de la salva- con un diseño de página innovador en ción, en los mentores (aquí son los lla- las entregas quinta y sexta, al que Thierry mados arhats) y en el ying y el yang Smolderen calificó de «reincidente en (Soluna es el andrógino perfecto; la Me- el pecado, el gusto por la invención y el ga Santidad, también). El análisis caba- efecto inédito». Una obra, pues, si se lístico está claro: La Estrella de los Sie- desdeña el mensaje incógnito final, ex- te Magos que forman el equipo se con- celentemente realizada y con buenas do- vierte en una nave calcada de la Estrella sis de entretenimiento. de David o del Sello de Salomón, sím- En un retorno a la circularidad, usando bolo del equilibrio entre microcosmos y la primera y última letras del alfabeto he- macrocosmos, con dos triángulos (el breo, el guionista incide en 1983 en su Espíritu y la Materia), dos trinidades, propio mundo de nuevo con su siguiente que conforman el Gran Todo. Y desde proyecto de ocho volúmenes emplazado vol. 1, no. 3 171 Manuel Barrero

Figura 3: Parte de uno de los centenares de story-boards que Moebius realizó para el film «Dune». en un escenario de fantasía heroica, trayecto aparecen las divertidas masco- «Alef-Thau» (álbumes: «L’enfant tronc», tas (Lurulú, Holibanum), la esencia que 1983, «Le prince manchot», 1984, «Le roi produce la inmortalidad (la juventa), un borgne», 1986, «Le seigneur des illu- mentor (Hogl), el dualismo (brujo blan- sions», 1989, «L’empereur boiteux», co, brujo negro), los huevos, el sincretis- 1989, «L’homme sans réalité», 1991, «La mo (los tres mentores que le plantean el porte de la vérité», 1993 y «Le triomphe enigma son uno judío, otro oriental y du rêveur», 1995). La aventura, que se otro helénico), las referencias bíblicas comenzó a serializar en 1982 antes de su (el árbol de la sabiduría, el pulpo jona- recolección en álbumes, no cosechó de- siano), el amor como fuerza generadora masiado éxito y la crítica francesa, en (Diamante es lo único inmortal y real), concreto Anita Van Belle, la calificó de la rencarnación virginal (también de ridícula, trucada, una suerte de «“Chant ella), los viajes astrales con ectoplasma de Maldoror” combinado con esoterismo incluido y, por supuesto, la cábala. Todo a la manera de “Star Wars”». A Jodo- ello en un mundo en el que las intrigas rowsky le atrae del artista implicado, Arno palaciegas al estilo «Dune» vuelven a (Dombre Arnaud, 1961-1996), su infan- aparecer y sumido todo en una profunda cia chilena y su joven maleabilidad crea- irrealidad, tal que una obra de Phillip K. dora, que le debe casi todo a Moebius. El Dick. El dibujo, como se ha dicho, es estilo del malogrado dibujante, elegante elegante, de angulaciones correctas, de de trazo y capaz de erigir una arquitectura mal color en la primera edición española de volúmenes con gran economía de lí- en álbum (al igual que ocurrió con «El neas, aunque vacía de contenido, se ajus- Incal»), pero el guión es errático, atrope- taba perfectamente a la ambientación que llado y subtiende a un apresurado final pretendía el argumentista, una a lo J.R.R. que convierte la historieta en algo vago, Tolkien, con sus elfos, trolls, ents y orks. de entrecortada narratividad y ligero. De nuevo la saga contiene todos los Tras la muerte de Arno en 1996, Al Co- temas que obsesionan al guionista. El vial se encargó de concluir la aventura protagonista, falto de miembros, de cua- dibujando el octavo álbum pobremente lidades y de emociones, parte en busca por sufrir la impostura de tener que imi- de su identidad física y espiritual. En el tar el estilo de Arno. 8 172 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico La siguiente colaboración del chileno es con el italiano Silvio Cadelo (1948), con quien de nuevo tiene algo que le une: el teatro. Cadelo, actor y escenógra- fo, es dueño de un grafismo enhebrado con trazas de Moebius, Liberatore, Ma- nara y Pazienza, tal y como lo plasma en su portafolio «Strappi» de 1982, el cual impulsó a Jodorowsky a llamarle sedu- cido por su dibujo preciosista. El pro- ducto de esa alianza es la malhadada gesta épica de Alandor (a.k.a. «Le dieu jaloux», por el título del primer álbum, de 1984), prevén cinco entregas donde trazar un camino de perfección desde un punto de partida caótico para luego ir or- ganizándose, profundizando en la sico- logía de los personajes y en la concep- ción del entorno fantástico en el que se mueven. Para ello, el dúo de autores ha- ce una amalgama de fantasía épica y aventurera, más alejada de Tolkien y más cercana a Lobsang Rampa, en lo que podría tenerse por una obra-puente Figura 4: Si bien Jodorowsy y Jean Giraud, entre «Alef-Thau» y la posterior «Le La- alias Moebius, habían coincidido anteriormen- ma Blanc». Ya en el primer álbum Jodo- te, fue su relación profesional conjunto desa- rrollada para el proyecto cinematográfico «Du- rowsky repite plato: abunda el mágico ne» lo que les uniría férreamente. he aquí uno siete (siete caballeros monjes, siete reli- de los diseños de Moebius para ese fallido giosas vibrátiles para la abadesa), las film. continuas sediciones y luchas por el po- der, la esencia (el andragorus), los an- nista, que acabó considerando un artista dróginos, mutilados del brazo derecho y maniático al italiano. 9 Del desastre fi- con tres tetas, las cosas astrales ectoplás- nal se salva el seductor personaje de la- micas, las mascotas (Tiril), el humor so- ya shakesperiana Alandor (lo cual re- carrón de los místicos locos. El protago- fuerza el sugestivo decorado netamente nista, otra vez, peregrina ritualmente a escénico de Cadelo), un ser derrotado través de la fe, el dolor y el miedo, y cap- por la traición, en pugna con su herma- ta el ánima de su padre adoptivo en una no por el amor y el trono, paria y apátri- nueva ruta de iniciación que le reportará da, que hará de la venganza su modo de pureza y venganza, no sin derramar en el vida. En el aspecto gráfico, el primer ál- trance alguna lágrima. Y sangre. bum resulta innovador. Cadelo alardea Aquí el guión pierde inmediatamente de un estilo que Phillipe Bronson ha lla- el interés, lo cual fue debido a una falta mado «manierismo ilustrado» debido a de conexión entre el dibujante y el guio- su minuciosidad barroca, naturalista y vol. 1, no. 3 173 Manuel Barrero primeros y medios planos sin detalle al- guno, en un ejercicio de hastío al que Silvio se abocó por desavenencias con el guionista, hasta que ambos determi- naron parar la serie. Para la siguiente saga «Le Lama Blanc», cuya publicación se inicia en 1988, Jodorowsky hace migas con Georges Bess (1947), autor procedente de Estocolmo que había ya ilustrado al chileno en 1986-87, en los «Jumeaux magiques» publicados en Le Journal de Mickey (de Hachette). «El Lama Blan- co» consta de seis volúmenes con un guión de nuevo volcado en el tema del proceso iniciático que está dedicado al ex-lama tibetano Thursday L. Se cuenta en ellos una historia para la cual el chi- leno se inspiró en los relatos de Alexan- dra David Neel 10 y que tenía previsto convertir en película. Los volúmenes son: «Le premier pas», 1988, «La se- conde vue», 1988, «Les trois oreilles», 1989, «La quatrième voix», 1991, «Main fermée, main ouverte», 1992 y «Triangle d’eau, triangle de feu», 1993. El protagonista es Gabriel Marpa, un occidental que reniega de sus orígenes para empaparse de la doctrina zen tibe- Figura 5: Diseño de Moebius para Leto Atrei- tana, de cuyas estructuras se hace en la des, protagonista de la obra «Dune» que Jodo- saga una descripción apasionada y apa- rowsky quiso filmar. Con posterioridad, la di- sionante. Aparecen aquí los enigmas, rección artística que utilizó David Lynch no estaría a la altura imaginativa de lo que propo- las artes marciales, la lucha por el po- nía Giraud. der, la esencia que confiere vida eterna (la leche de Yamantaka, en este caso), demencial, si bien la obsesión del italia- el cuerpo astral, el águila, la mutilación no por las berenjenas y los pepinos no ritual, la irrealidad (de Tzu-la, quien ayudan a dar credibilidad a ese mundo luego resulta estar desdoblado), la per- medieval, desbocado y de escenografía cepción extrasensorial, la rencarna- casi carrolliana. Empero, la segunda ción milenaria, la venganza brutal... En entrega («L’ange carnivore», 1986) se esta ocasión el guionista respalda su ar- vuelve alarmantemente floja, el dibu- gumento con cierta dimensión históri- jante obvia los fondos, sustituyendo los ca, la colonización inglesa del Tíbet, planos generales y de conjunto por los componiendo con ello abiertamente un 174 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico discurso sobre el abuso de poder sin la ce: «calentaré mi porra entre sus tripas utilización de metáforas o alegorías, al- sanguinolentas». El autor redunda en los go inédito hasta entonces en su obra, y andamios de su temática con la esencia dotando al conjunto de cierto mensaje (la armorina se llama aquí), el padre car- menos abstraído de lo habitual. Supone gado de prótesis metálicas, el interés por por lo tanto una de las obras más com- la revolución emocional a través del pactas del autor, a la que la crítica espa- amarax, el mentor (Kolbo-5, también ñola se apresuró a calificar de espléndi- mutilado) y los juegos de poder de una da. Lo cierto es que está excelentemen- clase dirigente ataviada a la moda del te ilustrada por un Bess quizá algo hie- fascio. Pese al intento de nutrirla con hu- rático ante el evidente uso que hace de mor (he ahí esos Aristos que parecen re- la base fotográfica y que construye pá- volucionarios cubanos), la historia re- ginas excesivamente recargadas, pero sulta absurda. Y más por cuanto la su- de gran plasticidad, heredadas del ge- puesta iniciación espiritual de Difool es nio creador de Hermann, sin duda. materia desarrollada previamente. Jodorowsky seguirá colaborando con Deficiente también es la historieta si- Bess, mas ahora simultanea su siguiente guiente, «Aníbal 5» (dos álbumes: guión con el elaborado en 1988 para Zo- «Dix femmes avant de mourir», 1990, y ran Janjetov, un remedo de su obra pun- «Chair d’orchidée pour le cyborg», tera con la única intención de profundi- 1991), con un Bess abandonado por zar en la genealogía de sus personajes, la completo en lo que algunos han llegado serie «John Difool avant l’Incal» (inte- a calificar como «descanso» de su ante- grada por: «Avant l’Incal», 1988, «Dé- rior colaboración. Es posible, porque la tective privé de classe “R”», 1990, idea de rescatar los disparatados tebeos «Croot», 1991, «Anarcopsychotiques», de Temporae surgió al solicitar Bess un 1992, «Ousisky, SPV et homéoputes», guión diferente a «El Lama Blanco», a 1994 y «Suicide allée», 1995. En Fran- lo cual Jodo respondió traduciendo al cia existe también una edición integral dictado los tebeos mexicanos. Bess vio fechada en 1996. Aquí sólo ha sido pu- aquello como una parodia del típico su- blicado el primer volumen). Janjetov, perhéroe yanqui y, por tratarse de un colorista de los últimos tomos de «El guión tan despendolado, le pareció per- Incal», no es un buen dibujante, es basto fecto para su adecuación a los años no- y compone caóticamente las páginas. venta. Y eso es: una aventura díscola, Incluso es repudiado por el mismo Moe- rebozada con space-opera, sujeta a una bius, cuyo modelo imita, y hasta Jodo- la temática ya algo caduca por ser pro- rowsky hubo de replegarse a redactar ducto de la guerra fría (por ese protago- para él un guión técnico detallado. En el nista socarrón manejado por el poder y argumento, Jodo parece querer mostrar portador de cápsulas suicidas) que Jodo el mismo retrato de los Santiago y Méxi- adapta a nuestro tiempo disponiéndole co de juventud que utiliza en «Santa al servicio de una Organización para la Sangre», acaso con la mera intención de Defensa Europea regida por un pede- escandalizar: sirven de ejemplo la viola- rasta mecánico, grotesco y ridículo. La ción de la inocente coneja, la iglesia obra no es otra cosa que un revival de neuroemocional, o el policía cuando di- mitos y delitos de una época pasada (te- vol. 1, no. 3 175 Manuel Barrero nemos al enemigo oriental, la sociedad Hasta que el guionista cae en el heretis- clonada de tetudas que se rinden ante el mo al retratar a María como una loca, a macho-dios halterofílico, la caterva de José como un drogadicto (algo similar a enemigos totémicos con la apariencia lo que hiciera Michael Moorcock en su de Atila, Al Capone, Hitler, etc.) que novela de 1969 «Behold the Man»), si- hacen del comienzo de la aventura algo tuando una cópula en un confesionario estrambótico y del siguiente volumen (con una felación que no viene a cuen- un mero divertimento rijoso. Eso sí, to- to, sea dicho de paso) y finalmente, pre- do ribeteado por sus temas fetiche: la guntándose si la locura es el camino de carencia de humanidad del cyborg, el la salvación, que si lo que se teme es lo humor corrosivo, el mundo pelúcido, el que se ama secretamente y, en definiti- pene divino creador/destructor, la ren- va, el significado de la verdad del amor. carnación de los malosos, etc., pero to- El guión es más complejo de lo habitual do, en suma, mediocre. (fue técnico) y, el dibujo, certero, un re- Vuelve de nuevo con Moebius para to para el francés, no habituado a la la serie de tres tomos «Le Cœur Cou- «comedia» tal y como la entiende Jodo- ronné» («La folle du Sacré-Cœur», 1992, rowsky. Supone una obra interesante, «Le piège de l’irrationnel», 1994 y «Le por provocadora y densa. Y la segunda fou de la Sorbonne», 1998) que dejó entrega es francamente divertida. atónitos a crítica y público debido a su Lo siguiente que el chileno idea es difícil comprensión y a haber sido ilus- una sorpresa que se presenta para el trada «con desidia por la falta de moti- premio Alph’art de Angulema, la serie vos teológico-trascendentales de dibu- «Face de Lune le dompteur de vagues» jar» (sic). 11 La serie versa de la vida de iniciada en noviembre de 1991 en (A María, aunque de un modo muy dife- suivre...) con la serialización del álbum rente a como el chileno le refiriese a «La cathédrale invisible». Sorpresa por Moebius en un esbozo previo, pues el despegarse de los Humanoïdes para co- galo pensaba que la historia sería de laborar con Casterman y con François corte hagiográfico, «una visión pura e Boucq (1955), autor procedente de la inocente del personaje de María». 12 El caricatura política y cuyo grafismo no personaje central, Mangel, es un hom- concuerda con los delirios habituales de bre de gran sabiduría, pero desconoce- Jodorowsky, aunque sí su surreal senti- dor de la esencia fundamental de la vi- do del humor. Boucq es un hombre que da, que abandona su teoría del «no-ac- incurre en el medio guiado por Daniel tuar» (un rechazo, declarado por Jodo- Goossens y Gotlib y posee una enorme rowsky, a Castaneda y su filosofía del capacidad para crear escenarios y per- «no-hacer») y que cesa su autoimpues- sonajes, como dejó claro en su incur- to celibato por ser negación de felicidad sión en la fantasía onírica de la mano y, en suma, de Dios. La parábola se del escritor y guionista estadounidense aclara con los contenidos judaizantes, Jerome Charyn, tras cuya lectura Jodo- la circuncisión/castración igual a odio rowsky tuvo en consideración a Boucq. al padre, la carencia, en este caso de ca- Con la intención de completar tres li- pacidad reproductora con la estúpida bros de cómics, se traza en «Face de idea de los espermatozoides siameses... Lune» un recorrido por otro mundo ce- 176 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico rrado en sí mismo y a merced de la furia de un omnipotente enemigo exterior, el mar. Por descontado, alguien llegará pa- ra amainar la marejada, un Mesías, Ca- ra de Luna, interfecto sin rasgos ni per- sonalidad, indestructible e inocente. Justo lo opuesto del lugar por donde se mueve: un hediondo laberinto de tube- rías sumido en la miseria y gobernado por el despotismo más absoluto, aquí representado al unísono por la iglesia, tanto católica como judía, el nazismo y el comunismo, o al menos con su tópica imaginería. Los temas habituales no van a faltar. Los iconos del huevo, pro- tector y generador, el laberinto, la auto- mutilación entre los pescadores, la des- floración ritual de la virgen inmacula- da, la raza subterránea (siempre se halla ad inferos la salvación, por lo visto) su- Figura 6: En su única obra con J.C. Gal, Jodo- mida en guerras intestinas. También hay rowsky insiste en los mismos parámetros ar- humor, socarrón, de manifiesto en la gumentales, que en esta ocasión se beneficia- boyante industria gallinera, lo cual pa- ron del detallismo hierático del excepcional autor francés. rece más propio de Boucq que de Jodo- rowsky, así como una mezcla de humor que Jodorowsky vomita de nuevo todas y heretismo que constituye la elección sus obsesiones sobre la muerte y lo fe- como Mesías de Serafino el jorobado y, menino (aquí es una mujer, pelirroja, la como santa, a Mamá Lola, la más puta que pasa por el abandono, el ritual ini- del lugar. Si se aguanta el tirón de los ciático, la conversión en guerrero, la delirios argumentales, se puede disfru- transformación física y síquica, la puri- tar de una obra maestra de la historieta ficación a través del hambre y la medi- por cuanto es Boucq quien la diseña y tación hasta la asunción final de su organiza. El genial segundo volumen, identidad), en un álbum que a la postre «La pierre de faîte», fue publicado en resulta de los más bellos en los que ha 1997. intervenido Alejandro debido a la es- Su siguiente obra en el tiempo es la pectacular puesta en escena de Gal, a su que aparece en 1992, cuando el chileno narrativa precisa, a sus diagramaciones se asocia con Jean-Claude Gal para rea- simétricas y a su dibujo lujuriosamente lizar «La passion de Diosamante» (aquí detallista. traducido como «La pasión de la Dio- «La caste des Méta-Barons» («La sa-mante»). Historieta hermosa por lo casta de los Metabarones»), la obra por que compete a Gal, un fotógrafo del lá- la que Jodorowsky ha sido popular en el piz, pero dotado a su vez de gran capa- período de entre siglos, es otro paseo por cidad para imaginar escenarios, en los el universo de «El Incal», ahora de la vol. 1, no. 3 177 Manuel Barrero guibles del desarrollo posterior y que versan sobre la figura del Metabarón, uno de los personajes más logrados de la famosa serie. La saga constituye una obra de grandes pretensiones donde comulgan la fantasía con la ciencia ficción en un es- tilo cercano al de las exitosas sagas de fantasy de Scott Card y Zimmer Bradley. Pero eso no es más que un disfraz, porque lo que el guionista desea realmente es verter en esta historieta lo que hubiera he- cho con la película «Dune» (como ya lo intentara con los ciclos de «L’Incal» y «Le dieu jaloux») pasándola por el tamiz de la tragedia griega. Nos sitúa, pues en un universo medievogaláctico lleno de castas, jerarquías y guerreros de espada y láser que no dejan de resultar familiares por sus caminos de iniciación (con la muerte del padre como última prueba), sus pociones que dan poder (aquí la epifi- Figura 7: Edición americana de «La folle du ta, prima hermana de la melange de Her- Sacré-Cour», obra de 1992 y primera parte de bert), salvajes en la lucha, faltos de honor, la colaboración Moebius/Jodorowsky «Le Cour protésicos, castrados con ilusión de en- Couronné». Recientemente, también se está traduciendo con éxito la Saga de los Metaba- gendrar sin semen, aplomados por la cul- rones para el mercado de los EE UU. pa... Todo, de nuevo, en las mismas pro- porciones, sin dejar de lado el humor mano del argentino Juan Antonio Gimé- (Lothar y Tonto, que son dicharacheros nez López (1943), que alcanza un enor- además de homenajeadores), sin obviar me éxito de ventas: 20 000 álbumes ven- la aventura, más sugestiva que nunca, y didos en el lapso de tres meses en Fran- teniendo presentes sus otras neuras ova- cia. Previstos ocho tomos inicialmente, les, transmigratorias y la correspondiente van seis cuando se redactan esas líneas: moralina filosófica oriental. «Othon le Trisaïeul», 1992, «Honorata Sin embargo, la ambientación lograda la Trisaïeule», 1993, «Aghnar le Bisa- es aquí envolvente, a lo que ayudan mu- ïeul», 1995, «Oda la Bisaïeule», 1997, cho las anilinas de Giménez, creador más «Tête d’Acier l’Aïeul», 1998 y «Doña de atmósferas que de escenarios y siem- Vicenta Gabriela de Rokha l’Aïeule», pre pendiente de superar su handicap con 1999. El serial nació de ocho páginas la anatomía, pero edificador de una bri- pergeñadas por Jodorowsky y Moebius llante escenografía muy adecuada al te- («Un chaptre inédit», en «Les mystères ma. Y el éxito ha sonreído a esta reco- de l’Incal», Humanoïdes Associés, 1989) 13 mendabilísima producción, tanto que am- que Giménez convirtió en 14 páginas de bos autores han preparado un álbum para la primera entrega, perfectamente distin- 2001 separado de la saga titulado «La 178 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico maison des ancêtres», repleto de entre- voir», 1997, «La chair et la gale», 1998, vistas, bocetos inéditos y una nueva his- y «Saint Salaud», 1999), parece un re- torieta de 14 páginas en la que se revela make en viñetas de «El Topo», por cen- algún secreto de los metabarones. trar su historia en el gángster Juan, otro La penúltima obra publicada en España marcado por la desdicha y la estigmati- del chileno es la colaboración con Moe- zación –su madre le arrojó a la basura bius «Garras de ángel» («Griffes de crío debido a que nació con rabo– d’ange», Albin Mitchel), un conjunto de que alcanza la pureza tras recorrer un ilustraciones que escarban en la alucina- camino de violencia, sangre, sexo, de- ción sexual, en lo escatológico, en lo teo- satención amorosa y revólveres en un logal y en lo sadomasoquista, apoyadas México triste donde el personaje busca con una suerte de arrabalescos. Si bien no su identidad. La enorme tristeza que pueden ser adscritas al medio historieta, empaña la obra «Juan Solo» se com- se recomienda su visión por su fuerte car- prende bien al estar dedicada a uno de ga simbólica y su trasgresión. Y por ser sus cinco hijos, Teo, fallecido en 1995. puro Moebius, desde luego. La obra que vendió a caballo de 1995 Otras obras de Jodo no publicadas y 1996 a Dargaud, el endiablado thri- en nuestro país son: «African night flight», ller «Alliot, fils des ténèbres», tampoco un guión escrito en 1984 para ser dibu- ha aparecido en nuestro país, y eso pese jado por Kent Hutchinson. Las siete a que el autor del dibujo es el español páginas de «Double secret», ilustradas Víctor de la Fuente. Sí que ha sido visto en 1991 por Sylvain para el libro el proyecto que ideó para Otomo, que «Naughty but nice» (Diva Graphix. finalmente ha destinado a otro autor East Rockaway, New York). Sus cola- menos experimentado, pero más expe- boraciones de 1993: con Durandur, la rimental, el parisino Fred Beltrán novela en cómic «La última noche del (1963), quien ha dibujado sobre su pa- loro mentiroso», con Jean-Jacques leta electrónica la obra retitulada «Me- Chauvin, la historieta «La vérité est au galex». Beltrán es un dibujante rígido fond des rêves», y con el mangaka ja- descendiente de Giraud en lo imaginati- ponés Otomo (a quien el chileno dice vo, pero hijo de las fórmulas más estáti- haber indicado el final de su afamada cas de Chaland, Benoit o Fromental en obra «Akira»), la saga en dos volúme- lo formal. Está versado en la panorámi- nes «La guerre de Mégamex». En 1993 ca amplia y elude la dinámica, es fun- también volvió a contactar con Bess cional, frío y sólido, pero diestro en el para trabajar sobre una serie de histo- manejo de la paleta de colores con soft- rietas intimistas, de gran belleza poéti- ware de MacIntosh, del cual extrae unas ca, tituladas «Oda al X», no publicadas texturas que permiten un acabado es- aquí. Como tampoco lo ha sido la saga pectacular de sus páginas (ayudado por «Juan Solo», pese a haber recibido el la impecable edición de Humanoïdes). premio Haxtur al Mejor Álbum del Año Este nuevo delirio de Jodorowsky con- en 1996, a la par que el Alph’art al me- siste en una aventura de ciencia ficción jor guión. Este último trabajo de Jodo- en la que, desde lo más hondo de una rowsky-Bess para Humanoïdes («Fils sociedad represiva, progresa un rito ini- de flingue», 1995, «Les chiens de pou- ciático, el de un individuo destacado vol. 1, no. 3 179 Manuel Barrero sobre los demás por su anormalidad (el de Beltrán, que dan volumen y tonifi- título de la primera entrega de la sa- can que es un gusto. ga, «L’Anomalie», 1999, alude a él, Las más recientes viñetas salidas de la por ser un gigantón), que deviene Salva- imaginación del chileno afincado en Pa- dor, que sufre de castigo y de mutila- rís se concretan en una colaboración con ción, que estará rodeado por simbolo- el yanqui crecido al amor de Image y de gía sexual y con la eugenesia como te- Wildstorm Travis Charest, una nueva lón de fondo, y que conocerá de entida- obra con Boucq, «Le trésor de l’ombre», des superiores en el clímax del ciclo... y en lo que ha supuesto gran noticia: «Le O sea, lo mismo de siempre, bien conta- Nouveau Rêve», álbum que principia la do, entretenido, ajetreado y muy bonito. nueva saga de seis libros «Après l’Incal», E iguales adjetivos se pueden aplicar a desarrollarse en el universo de el Incal sobre su obra «Les Technopères», tam- y cuyas dos primeras entregas dibujará bién para los Humanoides, también re- Moebius. dundante en el mismo género y que nos La historieta de Jodorowsky se cons- presenta a Albino, un supremo sacerdote tituye en sagas muy dilatadas en las que de pelo blanco que también es «guerre- un personaje crece, toma conciencia y ro» (diseñador de infojuegos y webmas- se implica en un conflicto de grandes ter), que se ve obligado a encabezar la dimensiones. El autor derrocha papel huida de medio millón de jóvenes de una para contar una y otra vez la misma re- sociedad tecnológica en la que los jue- flexión sobre el poder instituido y su gos virtuales han retrotraído a la civili- demolición, y sobre cómo el parricidio zación a una nueva barbarie. Albino su- simbólico abre las puertas hacia la pro- pera un proceso, otra vez, de iniciación pia identidad, solventándolo todo con en el que de joven ha de afrontar la vio- unos apresurados finales que nos dejan lencia, la traición y la crueldad, para cu- descontentos, como si de virajes hacia ya descripción dice haberse inspirado el el absurdo se tratase. Pero el chileno es autor en el bushido de los samurais. 14 un tipo listo, con olfato, y sabe que pue- Por último, se reconoce a sí mismo, halla de contar lo mismo adecuándolo inteli- lo absurdo de la vida regida por la tecno- gentemente a su tiempo. No en vano, logía y, para crear una «nueva humani- con «Aníbal 5» ya incorporaba los dad», se eleva sobre lo prosaico de su vi- cyborgs a las historietas de un México da anterior y sobre el suelo en que vive que recién conocía de ese concepto, en hasta acomodar a la nueva y pura neo-hu- «El Incal» se aprovecha de las preten- manidad en otra galaxia. Por el momen- siones más escapistas tan del gusto de to sólo han aparecido dos álbumes de es- los Humanoides Asociados, la serie con ta saga: «La Pré-école Techno», 1998 Arno se publica en un momento en que (prepublicado en 1997 en los tres prime- hace furor todo lo relativo a Tolkien y ros números de Bo Doï con otro color seguidores, idea la serie tibetana con menos espectacular), y «L’École Péni- Bess precisamente cuando la filosofía tenciaire de Nohope», 1999, ambos di- zen vuelve a ponerse de moda, con Gi- bujados por Janjetov con algo más de ménez se aprovecha del filón de ventas maestría que antaño y con la ayuda ines- que consigue el fantasy, en «Cara de timable en el coloreado y en las texturas Luna» introduce elementos heredados 180 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Jodorowsky: el chileno ecléctico del boyante cyberpunk abanderado por ronado» (Norma); «Garras de Angel» (Kiss William Gibson, en «Megalex» se be- Comix, 43-56, La Cúpula). Con Moro: «Aníbal 5», reproducción de viñetas neficia de las nuevas tecnologías info- sueltas («Los Héroes de Papel», Taber). gráficas mientras se apoya en el asunto entonces en candelero de la clonación, Notas y utiliza la bonanza de la presencia de la 1. «Megalex, le nuove frontiere del Fumetto». realidad virtual en la sociedad interse- Entrevista y texto por Filippo Rossi. http://uten- cular para sacar jugo al tema en «Les ti.tripod.it/lendicomics/megalex.html. Technopères». 2. Luis Gasca. Presentación sin título.«Los hé- roes de papel». Editorial Taber/Epos. Barce- Así pues, sus guiones son inteligente- lona, 1969. mente oportunistas, son cómodos vecto- 3. Corroborado en «Entretien avec Silvio Cade- res para la imaginación que desintegran lo». Entrevista por Thierry Groensteen. Les los patrones preestablecidos, suponen hap- Cahiers de la Bande Dessinée, 71. Glènat. Grenoble, septiembre-octubre de 1986. penings en papel a la búsqueda de su re- 4. Equipo El Wéndigo. «Jodorowsky: un moder- conocimiento como creador a través de no contador de cuentos». El Wéndigo, 61/62. la trasgresión. Empero, su capacidad pa- F.R. Arbesú Editor. Gijón, invierno de 1993. ra conjugar máximas y sapiencias mil en 5. Manuel Barrero. «Jodorowsky». U, el hijo de Urich n.º 12. Camaleón Ediciones. Barcelo- viñetas, así como su enorme capacidad na, septiembre de 1998. para sugerir y situarnos en mundos oní- 6. Luis Gasca. Entrada «Aníbal 5». The World ricos, son razones más que suficientes Encyclopedia of Comics. Maurice Horn para revisar su obra. Ed./Chelsea House Pub. New York, 1976. 7. En apoyo de esta tesis, véase: “Incal. El deli- La asunción de sus teorías sobre el rio que trascendió”. José Miguel Pallarés. universo y de su filosofía de la vida ya Ultimate reports Vol. 2 nº 6. Megamultime- es asunto de cada cual. dia S.L. Málaga, enero de 2000. 8. Según ha alegado en http://www.alkem- ya.com/Interview03(sp).html. Tebeografía en español 9. Declaraciones de Jodorowsky en el 27º Salón Con Arno: «Alef-Thau» (Col. Humanoides, Eu- Internacional del Cómic de Asturias. Gijón, rocomic / Col. Las Aventuras de Alef-Thau, octubre de 1993. Una grabación obra en el Norma). archivo de Manuel Barrero. Con Beltrán: «Megalex» (Norma). 10. “Lama Blanc, Le”. Entrada por Patrick Gau- Con Bess: «El Lama Blanco» (Col. Pandora, Norma) mier y Claude Moliterni. En Diccionario del y «Aníbal 5» (Col. Pandora, Norma). Cómic. Larousse/Planeta. Barcelona, 1996. Con Boucq: «Cara de Luna» (Col. Cimoc Extra 11. Alvaro Pons, en E.M.M. nº 13. La General Color, Norma). Ediciones. Valencia, junio de 1993. Con Cadelo: «El Dios Celoso» (Col. Humanoi- 12. “Moebius en USA”. Entrevista por Juan Pu- des, Eurocomic) y «El Angel Carnívoro» chades y Manel Gimeno. El Maquinista nº 2, (Metal Hurlant, 45 a 47, inconcluso, Euroco- La General Ediciones. Valencia, enero de mic). 1991. Con Gal: «La Pasión de la Diosa-mante» (Cimoc, 13. Este álbum, también firmado por Jean 145-147, Norma). Annestay, reedita el ilustrativo artículo “Le Con Giménez: «La Casta de los Metabarones» film que vous ne verrez jamais”, relativo al (Los Libros de Co & Co, B / Col. Pandora, proyecto Dune. La historieta germinal de la Norma). serie también fue publicada bajo el título “Au Con Janjetov: «La juventud de John Difool» cœur de l’inviolable Méta-Bunker” en la re- (Col. Humanoides, Eurocomic). vista gala Bo Doï n.º 2 (noviembre de 1997). Con Moebius: «Los Ojos del Gato» (Metal Hur- 14. “Alejandro Jodorowsky”. Entrevista por lant, 1, Eurocomic); «El Incal» (Col. Huma- Jesús Palacios, http://www.generacionx- noides, Eurocomic / Norma); «El Corazón Co- xi.com/jodo.htm. vol. 1, no. 3 181 JEJENES Impresiones personales sobre el cómic colombiano

Camilo Sanín (Sanito) Dibujante y guionista de cómics, Bogotá, Colombia

Resumen Con ganas de expresarme en este espacio impreso sobre mis apreciaciones generales que tengo so- bre el panorama de la historieta en mi país, decidí escribir estas palabras en tres títulos. El primer apar- te hace referencia a mi primer contacto con el mundo del cómic en Bogotá. En el siguiente, observo el frecuente uso de la mediocridad. Por último, me arriesgo a pronosticar algún futuro probable.

Abstract I decided to write here, in this pressed space, about my own appreciations over the comic panara- ma in my country. This words are divided in three titles. The first is about the time of my initials con- tacts with the comic world in Bogota. In the next, I remark over the frequent use of the mediocrity. At last, I predict some probably future.

Nostalgias dad Nacional de Colombia una carrera ajena a las artes. No hace muchos años, quizá cinco o Poco a poco fui adquiriendo cómics seis, me encontraba en la desesperada como pudiera en una librería que en un labor de buscar cómics y leerlos, de tiempo fue sensacional, pero que ahora apasionarme por ellos. Quería amar ese es un sitio vetusto que ha caído en ma- mundo que me trajo de vuelta las series las manos y es víctima de la ya muy de- animadas gringas de los ochenta. Fue testada crisis económica. También los en la Feria del Lbro de Bogotá, más encontraba en la Feria del Libro, que exactamente en la del año 1993, en don- con los años, se convirtió en el mercado de compré mi primer cómic americano persa y casi único sitio, en donde unos Este estaba en inglés, obviamente, por- pocos arriesgados muestran algún fan- que en ese entonces no existía en Co- zín de menos de mil copias. lombia la gigantesca Vid. En fin, me hallaba yo en los primeros Recuerdo que era un número de pinitos, tanto de dibujante de cómics, Amazing Spider Man, y que me costó como de aficionado al género. Me sen- mucho sacrificio comprarlo, ya que tía solitario y desamparado. Me pre- sólo contaba con lo que me daban mis gunté, durante este proceso de autodi- padres para estudiar en la Universi- dactismo, si habría alguien que hiciera 182 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Impresiones personales sobre el cómic colombiano cómic en Colombia y encontré una res- puesta milagrosa en la misma feria: la revista ACME. Por aquel entonces, la revista tenía tres o cuatro números. Los compré todos y no me cansaba de admi- rar a sus dibujantes. La seguí fielmente, y como un niño emocionado esperaba la siguiente, que se afirmaba, iba a ser mejor. Creía que algo grande sucedería con esta revista. Quizá iba a gestarse por fin un movimiento cómic en Colombia. En estos días, con mucha más cultu- ra gráfica y unos años más que me están empezando a pesar, redescubro esos fantásticos dibujantes que arriesgaban mucho y manejaban un lenguaje de his- Figura 1: Dibujo por Karmao, Neura, Phyco torietas bastante maduro. Vuelvo a mi- comics, 2001. rar a Quiló, a Caramelot, al increíble LeoComix , a Nigio , a Diego Guerra y maduras en aquel entonces, pudieran a Pepe. A todos ellos les debo mi interés robar una o dos paginitas en alguna de por acercarme al cómic europeo y al estas publicaciones. Pero esta pequeña adulto norteamericano de salirme del bonanza historietística se vino abajo. esquemático, predecible e industriali- Se divisa un panorama oscuro para el zado cómic de superhéroe americano. impreso. Casi todos han cambiado su seudónimo Desde el año 98 no se publica la re- artístico, y no sé qué es de la vida de es- vista ACME; nadie sabe decirme el por- tos talentos, me arriesgo a decirlo, des- qué, a ciencia cierta. Es facilista decir perdiciados. Sucedió algo dentro de la que no hay plata, que acá no se puede y editorial y la revista se partió. Rincón, todas esas cosas. Yo me atrevería a pro- su director, se quedó con el nombre e mulgar una respuesta de lo que pienso importó dibujantes como el fantástico de las revistas de cómics en Colombia, Javier Kaparó y el premiado José Sana- puesto que yo también intenté sacar la bria. De esta nueva época, el año 95, se mía, y participé en proyectos fallidos: conocen figuras que desfilan por la nue- «el dibujante de cómics sencillamente va ACME, como Charlie Draw y Víctor es un artista; él no puede ser impresor, Velásquez. Las antiguas luminarias hi- negociante, vendedor, distribuidor y cieron un intento por su cuenta con un cobrador». diseño parecido: la TNT, revista que tu- vo tres números, los que hasta la fecha, El antihéroe y la oda todavía se consiguen. Pensé que la divi- a la mediocridad: la fórmula sión era mejor porque tendría otra re- más usada y comercial vista colombiana de buena calidad para leer. Hasta me emocionaba porque al- Se han hecho muchos intentos a lo guna de mis viñetas, muy sucias e in- largo de estos años. Están muy bien re- vol. 1, no. 3 183 Camilo Sanín

Figura 2: «Drake», por Pepe, ACME, 1994. señados en Peña (1999). De nuevo miré Existe un programa que lleva varios qué es lo que había por acá y traté de ver años en la televisión colombiana y que hacia dónde iba el cómic colombiano. fue la continuación de su precedente, Examiné aquellos fanzines y publica- con Carlos Vives, que se llamaba La ciones que he logrado rescatar en la Fe- Tele. Ahora, en versión animada, se lla- ria del Libro de Bogotá. ma El siguiente programa, por aquello 184 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Impresiones personales sobre el cómic colombiano de que en los canales colombianos, an- tes de empezar un programa cualquiera, se anuncia: «a continuación el siguiente programa...». En esta serie animada con muy malos dibujos y animación de la peor, lo que importan son los apuntes y críticas a una sociedad inculta, ladrona y deshonesta que denominan los chib- chombianos. Es una oda a la mediocri- dad y constantemente hacen alusión a ella los dos personajes protagonistas que existen en la vida real y que hacen parte de la farandulilla criolla: Santiago Maure y Martín de Francisco. Al detenerme con detalle y examinar la versión cómic de la conocida serie de televisión, se me vino a la cabeza algo que podría resaltar dentro del cómic la- tinoamericano y que es un fenómeno ya muy arraigado en Colombia: la subva- loración del latino, por llamarlo de al- gún modo. Esto es algo que vemos a Figura 3: Dibujo por Leocomix, ACME,7, diario en todos los campos sociales y Bogotá. 1994. culturales, desde el campo profesional, hasta los meramente cotidianos. Se nos rechonchos vistiendo uniformes remen- dice que siempre lo de afuera es mucho dados que toman bus para ir a combatir mejor que lo nuestro; que jamás vamos el crimen en ciudades en donde el cri- a lograr nada como lo que se hace en los men abunda, como Medellín. Este es el países llamados desarrollados; que es- caso de la revista antioqueña Zappe Pe- tamos a años luz de ellos, alejándonos lele y su «Peleleman», en donde figura cada vez más. el Capitán Colombia. De nuevo, al pare- Otro ejemplo, que viene más al caso cer, las deficiencias en el dibujo se excu- de los cómics, es el de la conocida fór- san con el carácter de burla y de chib- mula humorística del antihéroe. En el chombiano de la revista. Finalmente, mexicano «Chapulín» de la década de muy interesado, intenté escrutar en mi los setenta y ochenta, claramente tenía- biblioteca de aficionado y aspirante a mos un ejemplo de antihéroe. Este era teórico de los cómics para ver dónde en- un enano personaje suramericano sin cuentro más ejemplos de los antihéroes poderes, cobarde y tonto que divirtió a regionalistas. En la historieta colombina aquella generación de niños de la cual yo encuentro algunos ejemplos de tira có- no me escapo. Así como esta fórmula mic, más no exactamente de antihéroes del Chapulín, encontré varios ejemplos puros, pero sí viñetas cargadas de apolo- de antihéroe que exaltan un supuesto gías a situaciones propias de nuestra subdesarrollo nuestro, con personajes chibchocrasia. Se destacan: Querubín vol. 1, no. 3 185 Camilo Sanín (1988) y las demás creaciones del taller panorama desolador: junto con la revista del humor de Grosso, el fanzín de un nú- de un dibujante de Pasto: Forgasm, Neu- mero Magnético (1993), en donde se ha- ra, su último proyecto, eran los dos úni- ce una muy inocente parodia de los X cos impresos de cómic que se vendían men, y las historias ácidas de Sudaka como novedad en dicho evento. Parece Comix (1995), entre otras que se me de- que tampoco hay esperanzas de que ben escapar porque no encontré docu- ACME o algo parecido vuelva a ser im- mentación de última hora. preso. Con Bernardo comentábamos ha- Este es uno de los apartes por apreciar ce poco: «¿para qué quedarse con 1 000 dentro de los marcos de creación pura- o 2 000 revistas bajo la cama?». mente regionales que se pueden desta- Sin embargo, puede haber una salva- car dentro de la pobre producción de có- ción para la producción comiquera de mics en Colombia. Quizá no se deba cri- los dibujantes colombianos. Una salva- ticar un hecho como la subvaloración ar- ción que será en realidad el futuro de ca- tística, puesto que estamos en el fondo si todo: el internet. Con Karmao, hemos de un complejo cúmulo de situaciones llegado a la conclusión de que el cómic sociales adversas en el que el arte, y por está transformándose para la web. Nu- ende el cómic, no están exentos de una merosos sitios están empezando a surgir directa influencia. Es lógico que se trata cada día. En ellos hay espacios para el de la crítica, la burla y la parodia como debate, el intercambio, las muestras, las medio de expresión y reacción a nuestra galerías, los cómics on-line, las anima- situación actual, pero se podría hacer de ciones, etc... Con tanta fuente de inter- una forma más inteligente, y sobre todo, cambio que se encuentra en la Web, tal con mucho mejores propuestas en cuan- vez se puedan buscar mecanismos para to a plástica y narración gráfica que las la exportación del talento para que se que nos presentan Zappe Pelele y El Si- pueda imprimir en países con mayor guiente Programa. En Colombia hay viabilidad económica. Aunque el acceso mucho talento y se pueden hacer cosas a ilimitado a la web no está todavía al al- la altura de los países de la gran industria cance de un público masivo en Latino- sin necesidad de hastiarnos con las re- américa, en un futuro sí lo será, y hay tahílas de que somos unos mediocres sin que prepararse para él. En este momento remedio alguno. hay varios proyectos de portales y sitios on-line para promocionar el cómic co- Las otras manifestaciones lombiano, implementados como una sa- actuales y el posible futuro lida muy oportuna y viable a la tan difícil opción del impreso. Sobre este tema me ¿Qué pasará con el cómic en Colom- extenderé en mi próximo artículo. bia?, o mejor dicho, ¿resurgirá de nuevo el cómic en Colombia? Parece que cada vez son más los problemas para poder Bibliografía hacer un impreso en este país. Karmao, Ossa, F.: «La historieta y su historia», Editorial La Rosa, Bogotá, Colombia, 1986. el director de Phyco comics,melohadi- Peña, J.: «Cronología de la historieta en Colom- cho en la última Feria del Libro en don- bia», Klan destinos, Tercer Milenio Comics, de participamos, dándonos cuenta del Cali, Colombia, 1999. 186 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA JEJENES Fuga de lápices

Leonardo M. Falaschini Estudiante de Ilustración, Escuela de Artes Visuales Martin A. Malharro, Mar del Plata, Argentina

Resumen En épocas de represión y censura, muchos historietistas argentinos se vieron obligados a llevar sus talentos fuera del país, y aquello asfixió a la historieta argentina. Hoy se da otro tipo de emigra- ción por razones distintas, pero la asfixia es similar.

Abstract In times of repression and censure, many Argentine comic makers had to take their talents outside the country, and that produced a suffocation on the local comic industry. Today there is a new kind of emigration for other reasons, but the suffocation is similar.

Argentina, lejos de cultivar en estos vés del dibujo». Parece como si lo que tiempos una fama mundial de seriedad, no nos matara nos hiciera más fuertes, y responsabilidad, estabilidad y bajo ries- de hecho así es. Pero puede ser que aho- go país, sí fue prolífica en su produc- ra sí nos estén matando. ción artística y en el nivel de calidad de Estoy escribiendo esto el 24 de mar- sus historietistas, algunos de los cuales zo de 2001, a veinticinco años del últi- llegaron a ser idolatrados en el exterior. mo golpe militar en la Argentina, un No menos impresionante es el estilo «proceso» que no viví y por lo cual pue- propio que acuñaron los dibujantes ar- do llamarme, en cierta forma, afortuna- gentinos. Como saldría de boca del do. Por aquellas épocas (nunca sufi- mismísimo Carlos Nine, en un encuen- cientemente lejanas), muchos artistas tro sobre ilustración que tuvo lugar en argentinos, filósofos, escritores, e his- Mar del Plata el año pasado: «En Euro- torietistas supieron hacer su fama en el pa nos buscan a los argentinos porque exilio y hacer escuchar y ver su tristeza tenemos un estilo de dibujo mucho más por medio de su arte. Pero no todos se crudo, casi curtido por las crisis y los refugiaron en el extranjero. procesos militares. En Europa dibujan Algunos se quedaron para sufrir el todo más lindo porque la pasaron mejor destino de los que cayeron en el amplí- en los últimos años. Nosotros refleja- simo blanco de tiro del gobierno mili- mos nuestra tristeza y decepción a tra- tar. Entre ellos está nada menos que vol. 1, no. 3 187 Leonardo M. Falaschini Héctor G. Oesterheld (quien merece al personajes, sean de la nacionalidad que menos un gran párrafo aparte, por ser fueran, no eran sino buenas personas un ideólogo de lo que caracterizó la his- transformadas por el infierno que los torieta argentina en sus épocas de apo- rodeaba. En «La Fuga», un episodio de geo), famoso por ser el autor, junto con la serie de este mismo personaje, el na- el dibujante Francisco Solano López, rrador observa a los soldados japoneses de «El Eternauta»: la que ha sido varias en la guerra de Vietnam, devenidos tor- veces calificada como la obra cumbre turadores de sus prisioneros: «En tiem- de la historieta argentina (y posible- pos de paz eran labriegos... pequeños mente la idea que basó a la película es- campesinos que llorarían al ver nacer tadounidense y muy hollywoodense un ternero». Pero la guerra «los había «Starship Troopers» 1). transformado... en fieras más crueles Oesterheld nació en en aún que la más sanguinaria de las fieras 1919 y fue asesinado en 1977 con sus salvajes». cuatro hijas, seguramente por estar in- Otro ejemplo es la memorable escena volucrado en movimientos de izquierda de «El Eternauta», donde Oesterheld y por su manifiesta ideología humanista trasforma lo que él mismo había presen- y antibélica. Ello se demuestra en su tado como un invasor despiadado (el obra, como en “Vida del Che” 2: una Mano) en un admirador del arte y la be- obra publicada en 1968 por Editorial lleza cotidiana: el extraterrestre, mori- Jorge Álvarez, donde en conjunto con bundo, se emociona con la belleza de los no menos geniales Alberto y Enri- una doméstica pava 3. Los invasores no que Breccia relata la vida del revolucio- eran más que simples instrumentos de la nario argentino Ernesto «Che» Gueva- codicia de los «Ellos», unos temibles y ra. Asimismo, «El Eternauta», al prin- casi incorpóreos Señores de la guerra, cipio de su segunda parte, comienza a que no hacen su aparición hasta ya el fi- tener tintes políticos mucho menos suti- nal de la segunda parte. A esta altura de les que en la primera, quizás muy «peli- la historia, se vuelve dudoso que el guio- grosos» para ciertos intereses. nista sea el mismo Oesterheld y no un Oesterheld fue y es de esa escuela ignoto seguidor de sus pasos, que lo historietista en la que «si había que ha- remplaza luego de su desaparición. Sa- cer una historieta bélica de la Segunda bemos que en la tercera parte ya no se Guerra Mundial, los alemanes no eran trata de Oesterheld, si bien su nombre siempre los malvados villanos, y los es- aparece en evidente señal de respeto. tadounidenses no serían siempre los hé- Oesterheld se caracterizó por combi- roes», ni tampoco viceversa. Así dijo nar lo fantástico en lo cotidiano con Elvio E. Gandolfo en una conferencia asombrosa maestría. El salvajismo y la que dio a propósito de este guionista ha- sinrazón de una matanza estatizada apa- ce cuatro años. gó vidas y talentos como este en Argen- En «Ernie Pike» (un personaje que tina y Latinoamérica entera. hizo su aparición en abril de 1957 en la Otros quedaron en el prudente silen- revista Hora Cero, dibujado por el íta- cio o pasaron inadvertidos frente a los lo-argentino Hugo Pratt) el único ene- ojos de los verdugos por afortunadas ra- migo es la guerra misma; y todos los zones que sólo aquellos saben, o más 188 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fuga de lápices precisamente, que no supieron en su mo- mento. , un uruguayo ra- dicado en argentina a la edad de tres años, también se debe hacer acreedor de un párrafo en su honor. Si Oesterheld era el pilar ideológico de la historieta argen- tina pasada, Breccia fue el pilar de la tendencia gráfica que la perfiló. La mejor fuente de inspiración que tuvieron Raymond y Hogarth al crear sus semidioses neoclasicistas y héroes legendarios modernos, fue el Renaci- miento de Boticelli y Miguel Ángel. Quien nos ocupa se inspiró en otra rama posterior. Breccia, en cambio, incorpo- Figura 1: El reportero de guerra Ernie Pyke, ra «citas» estilísticas del impresionis- de la homónima serie de Héctor G. Oester- mo; pero a diferencia de Monet, el ne- held, dibujado por Hugo Pratt. gro y el blanco vuelven a sus imágenes más contrastadas y escalofriantes por la llegaba a desplegarse en interpretacio- falta de color. Remiten a lo grotesco y nes, juicios y aun señalamientos admo- lo terrible, muy distinto al clima solea- nitorios al protagonista». do y brumoso del pintor francés. Las Fuera de lo que es estrictamente artís- calidades de texturas y los pregnantes tico, debemos decir que Breccia (y fami- claroscuros lo hacen un artista plástico lia) no granjearon el éxito (mas la repu- al mismo tiempo que historietista. En tación) que sí obtuvieron en el extranje- su propia opinión, buscaba separarse ro. Alberto comenzó a trabajar para Eu- del arte pictórico; 4 sin embargo, parale- ropa en 1960 para la editorial británica lamente a los principios del arte pop, Fleetway, que vuelve sus trabajos un Breccia fue un experimentador de nue- producto de consumo muy masivo. No vas técnicas casi inéditas en el cómic, obstante, sus proyectos de radicarse en como el collage, el agregado de textu- Londres son frustrados por la muerte de ras o los efectos ópticos. su cuñada y la enfermedad de su esposa, Esto es parte de las peculiaridades y lo que en desgraciadas circunstancias lo particularidades de la historieta argenti- motiva e inspira en el año 1973 a llevar a na. Oscar Steimberg, en un artículo en cabo la adaptación a la historieta de va- la enciclopedia «La historia del có- rios cuentos del escritor norteamericano mic», lo determinó con precisión: «La Howard. P. Lovecraft, entre ellos el afa- novedad argentina consistió en la últi- mado «El llamado de Cthulhu». En ma parte de la década del cincuenta y 1989 ocurre algo sin precedentes: una principios del sesenta, en la combina- historieta obtiene el premio Amnesty ción de esas realizaciones de dibujo con International, y se trata de «Perramus», narraciones cabalmente novelísticas en con guión de Juan Sasturain y dibujos de las que la aventura suponía motivacio- Breccia. Una serie de ilustraciones es nes sicológicas complejas, y el texto comprada por la Casa de América Latina vol. 1, no. 3 189 Leonardo M. Falaschini

Figura 2: El Che en una viñeta dibujada de Enrique Breccia. en París, Francia; están basadas en «El cales. Esto termina privando al público nombre de la rosa», del escritor italiano argentino de la exclusividad de sus ar- Umberto Eco. tistas, y a los artistas de su libertad esti- Alberto Breccia fallece en 1993, el lística, excepto cuando son buscados 10 de noviembre, día del dibujante. precisamente por su estilo. Respecto a su hijo, Enrique «Churri- Los que pudieron y quisieron esca- que» Breccia, podemos decir que no ha paron al extranjero, como Francisco traicionado el estilo de su padre. Sí lo Solano López (dibujante de la primera ha derivado hacia lo lineal y realista, y versión de «El Eternauta»), Carlos su dibujo adhiere con los volúmenes de Sampayo, José Muñoz, Horacio Altuna contornos de rostros y cuerpos bien de- y otros más que integran una larga lista. finidos, detalles que su padre quizás ha- Entre ellos, encontramos a Juan Gimé- bía preferido exceptuar en pos del trata- nez, quien dejó Argentina a finales de miento y representación de luces. los setenta y debutó directamente en Actualmente podemos ver trabajos de Italia en las revistas Lanciostory y Enrique Breccia, en X-Factor y Wolve- Skorpio. Se hizo famoso publicando en rine de la editorial estadounidense Mar- Francia en 1979 la obra «Etoile noire» vel Comics y Batman Blanco y Negro de («Estrella negra», en la versión españo- DC Comics. Es sabido que los estadou- la) con guiones de Ricardo Barreiro. nidenses son mucho más ortodoxos que Fue elegido mejor dibujante por los lec- los europeos con los requerimientos y tores de las revistas 1984 y Comix los lineamientos que deben seguir los di- Internacional, en el Salón del Cómic y bujos de sus personajes, y eso encajona la Ilustración de Barcelona de 1984; y el estilo rebelde y criollo de Breccia en premiado con el Yellow Kid del Salón un notable esquematismo. Internacional del Cómic de Lucca en Ya desde los sesenta los sueldos de 1990 y el Bulle d’or en Francia en 1994. centros de producción extranjeros eran Hubo intercambios de historietistas, insuperables para los presupuestos lo- no sólo de ida, sino también de venida, 190 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Fuga de lápices entre Europa y Argentina, lo cual expli- dad Europea ha beneficiado a hijos y ca las similitudes de la historieta local nietos de inmigrantes en América, mu- con la europea. Un ejemplo de inmigra- chos argentinos van a probar suerte a ción es el italiano Hugo Pratt, creador del una nueva (y vieja) tierra de oportuni- afamado «Corto Maltés», y quien dibuja- dades. Tierra en la que los fondos públi- ra el «Ernie Pike» de Oesterheld. Pratt re- cos destinados a la cultura sí tienen una gresó más tarde a Europa debido a las generosa porción para las artes visuales persecuciones del gobierno de facto. y la historieta, como ocurre en países como Francia, España, Italia o Bélgica. El nuevo exilio No ocurre así en Argentina, donde el permanente estado de crisis presupues- Hoy se da en Argentina, como en casi taria amenaza con cerrar carreras o es- toda Latinoamérica, otro tipo de emigra- cuelas públicas de enseñanza artística, ción de artistas y no artistas. Esto es con- y prácticamente no existen museos ni secuencia de la asfixia económica que bibliotecas que salvaguarden el pasado queda como herencia del mismo gobier- de la historieta del país. no militar de hace veinticinco años. Un Publicaciones recientes, como El Ca- gobierno que trató de congelar y acallar zador, de Ediciones La Urraca, ostentan voces de gremios, tanto por la pobreza calidad gráfica muy respetable (aunque como por medio de la espada. su contenido está más bien basado en el La situación actual es, felizmente, mu- infantil descontrol de la violencia y el cho menos sangrienta, pero coarta las po- chiste soez y fácil) y otras parecen recu- sibilidades de expansión y crecimiento perar algo del clima particular que ca- artístico con similar o igual eficiencia. racterizó la línea argumentativa de Oes- Sostener una publicación independiente terheld, como El Laucha de Mutant Có- se convierte en una tarea casi titánica: los mics. Mientras tanto, Código Neosud de costos de impresión en color son prohibi- Chartwell Media se adscribe al siempre tivos, y algunas editoriales de poder ad- presente género de los superhéroes, con quisitivo mediano o bajo optan por enviar claras influencias estadounidenses, aun- sus publicaciones para ser impresas en que aportando cierta frescura localista Chile, debido a la enorme diferencia de que no le sienta nada mal a la ya trillada precios. Viene al caso aclarar que en especie superheroica. Argentina ya no hay, prácticamente, edi- toriales de gran peso que vendan gran Mala fama cantidad de ejemplares. Las historietas que salen al mercado son, en su mayoría, En añadidura a las repercusiones de producciones independientes. la economía en el desarrollo cultural (y Un historietista, ilustrador o guionis- por lo tanto en la historieta), existe ade- ta, tiene pocas oportunidades laborales más una crisis de imagen del rubro «co- en su rubro. Es entonces que tiene lugar miquero» en Argentina. una nueva emigración hacia el otro lado La invasión de productos provenien- del charco. Aprovechando su ascenden- tes de Japón, destinados al público in- cia italiana o española y la relativa aper- fantil y adolescente, ha instaurado una tura de fronteras con la que la Comuni- creencia generalizada de que la histo- vol. 1, no. 3 191 Leonardo M. Falaschini rieta es un producto «para chicos». La http://www.mundobreccia.com idea del noveno arte como la inteligente Rivera, Jorge: «Panorama de la historieta argenti- na», Libros del Quirquincho, Coquena Grupo fusión del cine y la literatura escrita (y Editor, Buenos Aires, 1992. desde ahí, mucho más que eso) se ha eva- Steimberg, Oscar: «La historieta argentina desde porado mayoritariamente de los idearios 1960», en «Historia de los cómics», vol. IV, de los argentinos. Rumbos Contemporáneos, Toutain Editor, Bar- celona, s.f. La marea del olvido ha incluso conven- «El arte de Juan Giménez: Overload», Norma cido a la mayoría de los adeptos de este ar- Editorial, Barcelona, noviembre de 1998. te, a tal punto que el estilo (entre europeo, estadounidense, y argentino propiamente Notas dicho) de la historieta local ha mutado en 1. Las coincidencias son sugerentes: Se trata de una imitación de esos seres con inexplica- la lucha de la raza humana contra una invasión bles ojos saltones y vidriosos, bocas y na- de insectos de gran tamaño. Pese a tratarse de una película de origen estadounidense y de rices pequeñas, que viven historias vacías habla inglesa, los personajes protagonistas y pueriles como pueden observarse en al- son nacidos, en su mayoría, en Buenos Aires. gunas series de televisión japonesas que Aparentemente sus hacedores vieron caer en están en boga últimamente. sus manos un ejemplar traducido al inglés de «El Eternauta». Obviamente la adaptación, o No obstante, la influencia oriental no el homenaje, si de eso se trata, omite lo más puede ser absolutamente perniciosa, importante de la obra de Oesterheld: el senti- como tampoco es absolutamente prove- miento de grupo que une a los protagonistas, chosa la influencia europea o estadou- un grupo de vecinos que de pronto se ven ais- lados como «modernos Robinsones» frente a nidense. Se puede pensar que el talento la invasión de unas fuerzas sumamente supe- de los buenos historietistas argentinos riores, que jamás podrían derrotar. sabrá hacer provecho del ingreso de los 2. Con ese nombre fue editado en 1968, ya una buenos nuevos elementos culturales ja- época de censura paranoica en la que fue reti- rada al instante de circulación. Tanto los ori- poneses (que sí los hay), en tanto no ol- ginales como casi todos los ejemplares vide su propio pasado y siga aprendien- impresos en aquella época, fueron quemados do de ello. La línea de «El Eternauta» y o desaparecidos. En 1998, a veintiún años de de «Mort Cinder» no debe ser archiva- la desaparición de Oesterheld, es reditado con el lacónico título de «Che», aprovechan- da, ya que está poco o nada distorsiona- do la fama y el valor icónico que el personaje da por los requerimientos de un merca- había adquirido en los últimos años, y si- do de entretenimiento que sólo busca la guiendo los cánones de mercadeo, que no venta por la venta misma. A la historie- aceptan redundancias. Una muestra más de cómo el mercado asimila y absorbe aún las ta argentina le queda mucho por explo- ideologías opuestas a sí mismo. rar, quizás mucho más que a otras. 3. En Argentina y en Uruguay, hervidor con pico, especie de tetera metálica para las infu- siones con yerba mate. Bibliografía 4. En un reportaje, a la pregunta que le hicieron Arnaut, Daniel: «Dossier Oesterheld», Paredón, Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno, de si 9, Gráficos Del Plata, Mar del Plata, 1er. se- su interés por su virtuosismo clásico era o no mestre de 1998. aplicado en la historieta, Breccia respondió: Breccia, Enrique: «El Sueñero», Colección de los «No, yo hacía historietas, nada más. Nada Imaginadores, Imaginador, Buenos Aires, ju- que ver con la plástica». No obstante nos lio de 1998. cuesta creer que la historieta no sea un arte Código Neosud, 3, Chartwell Media, Mar del Pla- plástica, aunque lo niegue nada menos que ta, 2000. Breccia. 192 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA ENTREVISTA Casi cincuenta años con el pincel en mano

Charla con Eduardo Muñoz Bachs

Dario Mogno Investigador, Milán, Italia

Resumen Para recordar al gran artista cubano Eduardo Muñoz Bachs, fallecido recientemente, se publica una entrevista inédita de hace tres años, en que él recorre las etapas fundamentales de su carrera ar- tística y manifiesta sus preferencias en las áreas de la pintura, la literatura y el cine.

Abstract In order to remember the great Cuban artist Eduardo Muñoz Bachs, recently dead, an inedited in- terview of three years ago is published. Here he runs over again the fundamental stages of his artistic career and manifests his preferences in the areas of the painting, the literature and the cinema.

En la madrugada del 22 de julio falle- obra gráfica inspirada con mucha liber- ció en La Habana Eduardo Muñoz tad al tema de la película, preciosamen- Bachs. Con su muerte, los mundos de la te impresa en colores y en serigrafía. ilustración, la pintura y la historieta per- De esta escuela del cartel cinematográ- dieron a un gran artista, quien tuvo la fico cubano puede decirse que Eduardo suerte de conocerlo personalmente a un Muñoz Bachs haya sido sin más el funda- gran amigo, así tierno, dulce y sensible dor. La primera obra realizada con estos como lo son las obras que nos deja. criterios es en efecto su afiche de 1960 Hace cinco años había festejado su para el filme «Historias de la Revolu- 2 000 afiche, consagrándose así no sólo ción» de Tomás Gutiérrez Alea. como el más importante y afirmado, si- Además que autor de más de dos mil no además como el más prolífico expo- carteles cinematográficos, Eduardo Mu- nente de aquella escuela cubana del car- ñoz Bachs fue pintor, ilustrador de re- tel cinematográfico que es famosa en vistas y de libros para niños, y hasta di- todo el mundo. Como es notorio, el afi- bujante de historietas. che cinematográfico cubano presenta la En el realismo mágico de sus obras peculiaridad de no ser constituido ni de pictóricas, de impronta vagamente cha- una foto ni de una ilustración naturalis- gallana, pobladas de imágenes de Char- ta que represente a los actores o una es- lot, de payasos, de arlequines, de soles cena de un filme: es al contrario una y lunas sonrientes, se expresa en la for- vol. 1, no. 3 193 Dario Mogno ma que puede ser más completa y su- madre era también profesora de segun- gestiva el universo fantástico de este da enseñanza. Mi padre era de Madrid, grande poeta del color. mi madre de Barcelona. Se conocieron Aventurándose en la narración en el en su trabajo... más tarde los sorprendió sector del dibujo animado hace ya más de la guerra. Cuando terminó la contienda, cuarenta años, sólo mucho más reciente- mi padre tuvo que escapar de España... mente, hace dieciséis años, se acercó a ¿Por qué? ¿Se había comprometido...? la historieta, solicitado por los dirigentes Sí, mi padre era militar y era de la de la entonces recién constituida Editorial República, y entonces –yo ya había na- Pablo de la Torriente. Sobre guión del cido– fuimos a Francia. En Francia es- poeta Félix Guerra, realizó numerosas tuvimos en un campo de concentra- historietas, la mayoría bajo el título «El ción... muy poco tiempo, creo que fue Cuento». Se trata de irónicos trastornos una semana. Allí nació mi hermana. En de los cuentos clásicos: muchos centra- Francia cogimos un barco y vinimos dos en las relaciones entre Caperucita para la Martinica; de la Martinica pasa- Roja y el Lobo. Estas historietas, ya godi- mos a Santo Domingo. En Santo Do- bles en sí mismas, puede ser que tengan mingo estuvimos un año aproximada- el destino de dejar una huella sobre todo mente. De Santo Domingo entonces pa- en la historia del arte, uniéndose a las samos para Cuba. A principio no vini- otras numerosísimas obras poéticas de mos directamente a La Habana; vivi- este gran ilustrador y pintor. mos en Camagüey, un año y medio más Muchos son los reconocimientos que o menos: en Camagüey había un cole- mereció en su carrera artística. En Cuba gio de españoles republicanos. Mi pa- ganó veintiún premios; además fue dre empezó a dar clases en ese colegio. premiado en Alemania (Leipzig, 1967), ¿En qué año llegaron a Cuba? en Canadá (Ottawa, 1972), en Francia En el año 1941. Allí en Camagüey (Cannes, 1973, 1974 y 1981; París, se le presentó una posibilidad de traba- 1975), en Estados Unidos (Hollywood, jar en una emisora de radio que había 1978 y 1983) y en Japón (1986 y 1990). en un edificio, el edificio Palace, que Para recordar al gran artista y queri- está en 25 y G 1. En el piso 11 había una do amigo, publicamos una entrevista emisora de radio y allí empezó: ya no inédita grabada en su casa en La Haba- era como profesor, era como periodis- na el 6 de marzo de 1998. Tratando de ta, y además hacía libretos humorísti- restituir un testimonio lo más fiel posi- cos para la emisora. Trabajaba allí y ble de la personalidad de este hombre vivíamos en el mismo edificio, que era que era tan parco de palabras como pró- como una especie de hotel. Ya comen- digo de imágenes y de colores, la publi- zamos a estar más asegurados econó- camos sin revisión alguna, tal cual la micamente. Yo empecé a estudiar en sacamos de la cinta. una escuela privada –se llamaba Bal- dor–, y mi hermana también. El direc- Yo nací en España, en Valencia, el tor de la escuela tuvo la condescenden- 12 de abril del año 1937. Mis padres, él cia de admitir a mi hermanayamípa- era periodista, y también era profesor gando una sola matrícula. Y entonces de Instituto de Segunda Enseñanza, mi allí hice toda la primera enseñanza, 194 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Casi cincuenta años con el pincel en mano

Figura 1: La primera página de «Sorpresa en el bosque», Cómicos,3,4, 1989. también la segunda... y me gustaba el por ejemplo en la escuela son los que dibujo. Me gustaba el dibujo pero no mejor dibujan, y entonces la asignatu- como como les gusta a los niños que ra de dibujo es la que hacen ellos, y vol. 1, no. 3 195 Dario Mogno pintan... Yo dibujaba mucho, pero di- de», y entonces yo sacaba un dibujo que bujaba en mi casa, dibujaba cosas más era un reloj. informales, hacía unas historietas pe- ¡Ah! Títulos... queñas. Me acuerdo que dibujaba una ¡Ajá! Entonces, bueno, en 1957 ya cosa que se llamaba «En abordaje», me empezaron a pagar un sueldo... pero que era en hoja de papel, pintaba mu- en 1958... yo ya tenía relaciones con chos muñequitos, que eran piratas: ba- gente que trabajaba en otra empresa y talla naval... Y entonces, bueno: y en que inclusive eran caricaturistas de eso mi padre empezó a trabajar en prensa, eran dibujantes de prensa para CMQ, en 1951, en la televisión en Cu- revistas... y entonces me proponen... se ba; él empezó a trabajar como perio- crea una agencia de publicidad que se dista en CMQ y entonces, al crearse la llamaba Siboney, y esta agencia tenía televisión, crean un departamento en un Departamento de Dibujo Animado CMQ que se llamaba Departamento de Comercial, que hacía comerciales para Cinematografía. En este departamento la televisión, y un amigo mío que traba- se dibujaban todos los libretos que sa- jaba allí me propone pasar a trabajar lían en la televisión, se dibujaban los con ellos para hacer los guiones de los telops, que eran los dibujos que salían animados. Pasé para allá porque inclu- en la televisión dentro de los progra- sive me pagaban mucho más que en mas. Ya entonces a mí me seguía la afi- CMQ. Estuve trabajando allí haciendo ción para el dibujo, y al trabajar mi pa- como siete u ocho comerciales para la dre allí en CMQ le pedí que tratara de televisión. ver si podía por lo menos yo entrar co- ¿Cuál era tu tarea? mo aprendiz en un departamento que Los guiones... aunque muchas veces tenían de dibujo... los guiones se hacían en colectivo... Tú estudiaste... ¿hasta qué grado? pero, bueno, los que hacía yo eran El bachillerato. guiones muy cortos, de 20-30 segun- ¿Y no tenías una especialización dos... Me recuerdo que había guiones particular? para anuncios de cigarros, para anun- No. Inclusive, cuando mi padre pudo cios de café... conseguir que me dejaran allí como ¿Y también dibujabas? aprendiz, yo iba a la escuela por el día y Dibujaba también. Hacía guiones, lo que hacía entonces era seguir yendo dibujaba los diseños, hacía fondos... por la noche al Instituto de Bachillera- Llega el 1959... y en el 1959 llega la re- to, y por el día trabajaba. Estuve traba- volución, y enseguida se crea... el pri- jando allí hasta 1956. mer organismo que crea la Revolución ¿Y qué tú hacías allá? es el ICAIC 2; y entonces el ICAIC ab- Hacía dibujos para la televisión. Por sorbe todos los departamentos de dibu- ejemplo, había un programa que se lla- jo animado que había particulares, en maba Show del Mediodía. publicidad y eso, crea un Departamento ¿Qué hacías? ¿Los fondos...? de Animación... ya no era para comer- No fondos escenográficos. En ese ciales, sino era para hacer animados Show del Mediodía, por ejemplo, salía más largos, de siete-ocho minutos. un libreto que decía: «Una hora más tar- ¿Quién estaba contigo en la agencia 196 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Casi cincuenta años con el pincel en mano de publicidad? ¿Ellos también pasa- Estados Unidos, de Argentina... man- ron al ICAIC? daban las películas y traían su propa- ¡Sí! Estaba Jesús de Armas, que ganda ya hecha. Con este departamen- también era diseñador, hacía guiones... to se cambia la política esta y se cam- fue él que me llevó para allá... estaba bia,osetrata de cambiar, el estilo: no Hernán Hernández –¿tú te acuerdas la era un cartel comercial que debe ex- historieta de «Gugulandia»?– hacía plotar el sistema de estrellas, el cartel también allí el animador... estaba Pepe de sexo, de la mujer en trusa. Se cam- Reyes, que sigue trabajando en el bia completamente la óptica, ya una ICAIC... Bueno, después que se formó cosa más artística, más simbólica. el departamento animación allí, paso Entonces, cuando se crea el departa- entonces, y estoy haciendo dibujo ani- mento dejo dibujo animado y paso al mado dos años –o año y medio– por- Departamento de Carteles. que el proceso era muy lento, porque ¿Y eso cuándo? no había un laboratorio para revelar el Eso en el año 1964, más o menos. color. Cuando uno hacía una prueba te- Entonces: tú entras en el ICAIC en nía que mandarla a revelar afuera, a 1959, trabajas durante cuatro-cinco Checoslovaquia o a España, y el tiem- años en dibujo animado y en el ‘64 pa- po era muy largo, porque demoraba sas al nuevo Departamento de Carte- muchos meses para llegar, y así todo lo les... que tú habías hecho tenías que esperar ¡Ajá! Este cartel de «Historias de la cinco-seis meses... para que entonces, Revolución» lo hago sin estar formado cuando llegue, no te gustaba... Si te- el Departamento de Carteles... es una nías que hacer un arreglo, tenías que cosa personal... Titón me dijo: «Hazme mandarlo... Y entonces no me gustaba un cartel»... y así... inclusive que pri- tener que esperar tanto para ver el re- mero el Taller de Carteles del ICAIC... sultado del trabajo. En eso me pide Ti- Se imprimió en una imprenta aparte... tón 3, que filma la película «Historias Se imprimió en offset ¿no? de la Revolución», –y como éramos Sí, en offset... era mucho más grande. amigos de antes de la revolución– él ¿Y quién estaba entonces, allá, en me pide que le haga un cartel, aunque el Departamento de Carteles? yo nunca había hecho carteles de cine. Cuando se creó éramos Rafael Mo- Hago el cartel, el cartel se aprueba, se rante, Rivadulla que hacía también al- imprime. Bueno, me gustó mucho; y gún cartel, aunque no trabajaba allí con además lo que yo quería era ver rápido nosotros, porque el ICAIC tenía gente mi trabajo. Enseguida estuvo impreso en plantilla... y Morante se encargaba y yo lo vi puesto en la calle... Me des- la gente por fuera para hacer un car- lumbró un poco la rapidez, poder ver tel, porque la demanda era muy gran- mi trabajo rápidamente. Y entonces se de, porque no sólo se hacían carteles a crea un departamento en el ICAIC para las películas cubanas, sino también a hacer los carteles, porque como tú sa- las películas que el ICAIC traía, im- bes todos los carteles que se hacían en portaba. Cuba venían de afuera, eran carteles ¿Qué tirada tenían estos carteles? comerciales... venían de México, de La tirada era de quinientos carteles, a vol. 1, no. 3 197 Dario Mogno veces trescientos... era –tú sabes– un también hacía campañas para todos los cartel artesanal, tirado a mano... organismos, para Salud Pública, para ¿Cuándo empieza la serigrafía? Agricultura... Paso a trabajar allá, pero Cuando se intervienen todos los ta- sigo colaborando con el ICAIC: iba al lleres particulares de serigrafía. ICAIC a ver las películas, nada más, y Perdón. Los primeros carteles se hacía los carteles en mi casa. Sigo en imprimieron en offset. ¿Cuándo se Intercomunicaciones hasta el año 67 pasó a la serigrafía? más o menos, que se crea el DOR 4,se En el año 1964. Porque había un taller funde Intercomunicaciones con el DOR allá para el Vedado, y el ICAIC lo adquie- y pasamos a trabajar todos al DOR. Allí re y allí se imprimía ya ... e inclusive había sigo trabajando hasta el año 70... 71. talleres de particulares que el ICAIC los Allí también hacía anuncios de prensa, contrataba y se hacían carteles... porque en aquella época anunciaban las ¿Y cuántos carteles se imprimían películas en el periódico... Yo hacía en un año? anuncios de prensa y carteles también. Bueno: en el ICAIC... yo llegué a ha- Viene Reboiro también, que era esce- cer en un año 77 carteles... no siempre. nógrafo y arquitecto – trabajaba en co- Había años que hacía 60 carteles... pero sas de escenografía para películas– y la cantidad de películas era muy grande. pasa de carteles también, llega Julio ¿Y otros artistas? Eloy Mesa y pasa de carteles también... También. La producción del ICAIC y allí se crea un equipo. Éramos un debían ser algo como 300 carteles. equipo de cinco diseñadores que absor- ¿Y entonces? bíamos toda la producción de carteles, Y entonces cuando se crea el depar- además que siempre se demandó una tamento éramos dos y nada más... el política que para algunas películas se director del departamento era Mario llamaba a un foráneo, por ejemplo Rodríguez Alemán. Una vez tuvimos Humberto Peña, Raúl Martínez... Por- una palabra allí y yo me voy del ICAIC tocarrero también hace carteles... algún y paso a trabajar a Intercomunicacio- extranjero... Saura, el español, hizo un nes. Intercomunicaciones era una agen- cartel. Y así, seguimos así hasta el año cia de publicidad también del estado y 80, 80 y pico, que empieza un poco a decaer la cantidad de trabajo... Ya em- pezaba a traerse poco material. No ha- bía papel a veces, faltaban colores... Se decide entonces hacer carteles a las pe- lículas latinoamericanas, cubanas, di- bujo animado cubano y documentales cubanos. Después se reduce ulterior- mente y se hacen nada más que las pelí- culas latinoamericanas importantes, y cubanas, y documentales –no todos, si- no sólo algún documental y algún ani- Figura 2: Historieta autoconclusiva publicada mado. Y después ya llega el período es- en El Muñe, 18, 3, 1989. pecial y esta crisis que se crea... falta 198 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA Casi cincuenta años con el pincel en mano material para imprimir, falta película Y además incursionaste en el cam- –porque el ICAIC no podía fabricar pe- po de la historieta... lícula– y entonces el estado en que esta- Sí, pero en la historieta no mucho... mos hasta ahora. porque no me gustaba... Normalmente ¿Y ahora cuántos carteles se pro- hay gente que cuando hace los dibujos ducen en un año? en el mismo tiempo hace los guiones..., En un año se producirán –¿de pelícu- pero en mi caso los guiones yo nunca las?– no sé: cuatro o cinco... porque los hice... Entonces cuando aparecía un además en la mayoría las películas que autor de guiones yo ilustraba el guión. el ICAIC produce ahora son coproduc- Pero tú trabajaste siempre con Fé- ciones y todas estas coproducciones tie- lix Guerra, ¿no? nen fuera una empresa distribuidora, Con Félix Guerra, siempre. las distribuyen empresas de ellos y en- ¿No tienes historietas hechas con tonces muchas veces hacen el cartel otros guionistas? allí, y entonces el ICAIC no... a veces Hice una... cuando era niño –tenía hace uno... al año serán cuatro o cinco doce o trece años–. Era en una revistica carteles... de trescientos que se hacían. que salía y que se llamaba Tío Remo. Hablemos ahora de otros trabajos ¿Cómo funciona el trabajo de cola- que tú hiciste fuera del ICAIC: libros boración entre tú y Félix Guerra? para niños, pinturas, etc. En este momento no funciona, por- Bueno, sí: eso siempre lo mantuve. que no hay revistas. Cuando trabajába- También yo colaboraba con semana- mos, él tenía creados algunos persona- rios, con revistas de caricatura, de cari- jes, y entonces me daba el guión. catura política. ¿Cómo eran los guiones de Félix ¿Con qué revistas colaboraste? Guerra? ¿Ya establecían el número Con una que se llama El Pitirre... En de cuadritos...? Zig-Zag también trabajé antes de la re- Sí, todo... inclusive yo dibujaba tam- volución –no mucho: hice unos dibujos bién los globos con los textos. para Zig-Zag–... Ilustraba Bohemia,la ¿Y es un tipo de trabajo que te gusta? revista Cuba, Revolución y Cultura... Sí, me gusta... y me gustan más los todas las revistas del país. Además ha- cuentos cortos que los largos de cuatro cía cubiertas de libros, carátulas de re- o cinco páginas... Me gustan más las vistas... hacía carteles para otras empre- historietas cortas..., así, de media plana. sas: para Cultura, para Salud Pública, ¿Cómo tú describirías tu mundo trabajando en el ICAIC, para el Institu- artístico? Siempre tienes personajes to del Libro también... me gustaba mu- como Charlie Chaplin, payasos, el sol, cho el dibujo para niños... Inclusive en la luna... mi trabajo mantengo siempre la cosa in- Eso es un problema que... como son fantil, un poco humorística... Ilustré li- personajes que se prestan mucho para bros infantiles también –para Cuba, pa- los cuentos infantiles... y lo que me gus- ra afuera también... para una editora ta mucho es dibujar personas antiguas, alemana–... Hice carteles para festiva- del siglo XVIII, XIX...por el tipo de ro- les internacionales de cine, para Brasil, pa que se usa, el tipo de bigotes, la bar- para Italia, en Estados Unidos... ba... Me recreo mucho con eso. vol. 1, no. 3 199 Dario Mogno ¿Qué artistas influyeron más en tu ¿Latinoamericanos? trabajo? Me gusta García Márquez, mucho... Yo diría que, por ejemplo, André Vargas Llosa no me gusta mucho: es François... Chagall... Picasso... Modi- bueno, pero tiene un estilo que no me gliani... Saul Steinberg... muchos. A gusta... me gusta Puig... y me gustó mu- veces tú te instruyes y no te das cuenta cho la película de «El beso de la mujer que te instruyes, pero esa gente pienso araña». Y leí una obra de teatro hecha que todos me han influido... toda gente por él también: buenísima. que me encanta, y además muy prolífi- ¿Y de los cubanos? ca... como por ejemplo André François Alejo Carpentier... Virgilio Piñera... que hace chistes de prensa, y carteles de Senel Paz me gusta mucho... Guillén es publicidad, e ilustra libros... ¡ah! Había bueno, pero es poesía... Un otro que me un italiano muy bueno, que me gustaba gusta mucho es Roa Bastos, el paragua- mucho, Serafino Piatti, que hacía carte- yo... Y me gusta mucho la novela po- les publicitarios, que siempre trabajaba licíaca: me gusta mucho Dashiell Ham- con búhos, con lechuzas... mett... Raymond Chandler... ¿La película que más te gusta entre ¿Y ahora? ¿Tus proyectos? las que viste en los últimos años? Ahora sigo en el ICAIC trabajando... Hay una muy bonita: «Inocencia» de mucho menos que antes... y entonces Martin Scorsese. ilustro... Estoy trabajando más en mi ¿Y los directores que te gustan más? casa... Ilustro un libro más o menos de Scorsese... Me gusta mucho el cine vez en cuando... Ahora tengo que hacer polaco: Andrzei Wajda me encanta... un cartel para el ICAIC, no para una pe- Del cine ruso también me encantan mu- lícula, para celebrar el aniversario 39 chos directores... el cine francés... el ci- del ICAIC... Tengo que hacer otro –que ne inglés... ¿cómo se llama este hom- lo hice ya– para una muestra del cine bre... el director de la película esta de cubano en el Festival de Biarritz... Hice «Esplendor»? otro para un proyecto que hay de re- Stanley Kubrick. mozamiento de cine para niños, que se Kubrick me encanta... Vi el otro día llama Proyecto Pionero. Eso en el una película muy buena que es sobre un ICAIC, y fuera : estoy trabajando en ha- libro de Stephen King... el director no cer un cartel para un festival de cine. lo recuerdo. Una película muy buena... Estoy esperando que terminen de dise- ¡Ah! Me gusta mucho Ridley Scott. Y ñar un libro para ilustrarlo... se demora directores cubanos: Tomás Gutiérrez mucho por un problema de papel que Alea... Buñuel me encanta también. tienen todas la empresas. ¿Y como novelistas? ¿Como novelistas? Ahora estoy le- yendo una de un norteamericano que se Notas llama Kennedy... una sátira. 1. En La Habana. ¿Más autores? 2. Instituto Cubano del Arte e Industria Cine- matográficos. Muchos me gustan... Hemingway, Dos 3. El director de cine Tomás Gutiérrez Alea. Passos, Truman Capote... Maupassant... 4. Departamento de Orientación Revoluciona- me gusta mucho el cuento también. ria. 200 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA l International Journal of Comic Art Ellena un vacío en el conocimiento de la cultura del comics. Aparece dos veces al año como una publicación consa- grada a los aspectos históricos, prácticos y teóricos de la caricatura y los comics. Con el objetivo de publicar materiales ilustrati- vos el Journal aborda todo lo relacionado con el arte de los comics en el mundo, cari- caturas, libros de comics, tiras, humor y caricaturas políticas, así como ilustracio- nes humorísticas.

Su edición incluye unas 300-350 páginas, con un promedio de 18 artículos y más de cien ilustraciones. Unos treinta países de todos los continentes han estado repre- sentados en sus artículos.

Adicionalmente International Journal of Comic Art refleja editoriales, libros y ca- tálogos de exposiciones, ensayos biblio- gráficos, columnas de opinión, un portafo- lio de caricaturas de todo el mundo y en- trevistas.

Suscripciones: $40.00 USD para instituciones $30.00 USD para suscripciones individuales Haga su cheque pagadero a: John A.Lent 669 Ferne Blvd. Drexel Hill. PA 19026

Disponibles algunas ediciones anteriores. http://home.earthlink.net/~comicsresearch/ijoca/