Universidad Austral de

Facultad de Filosofía y Humanidades Instituto de Estudios Antropológicos Escuela de Antropología

Profesor (a) Patrocinante: Sr. Gonzalo Saavedra Gallo

Futrono, un pueblo en los tiempos de la explotación maderera 1950 – 1974.

Tesis para optar al título de Antropólogo y al grado de Licenciado en: Antropología. - Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales.

Gustavo Augusto Angulo Grandón – CHILE 2016

ÍNDICE GENERAL PARTE I: APROXIMACIONES CONTEXTUALES, METODOLÓGICAS Y TEÓRICAS 5

CAPÍTULO 1. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN ...... 6 RESUMEN...... 6 1. INTRODUCCIÓN ...... 6 2. TEMA DE INVESTIGACIÓN ...... 7 3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ...... 7 4. OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN ...... 9 5. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL ÁREA ESTUDIO ...... 10 5.1. Población ...... 11 5.2. Economía ...... 11 5.3. Clima ...... 12 5.4. Caracterización geográfica ...... 13 5.5. Formaciones boscosas del sur de Chile ...... 13 6. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA COMUNA DE FUTRONO ...... 15

CAPÍTULO 2. MARCO METODOLÓGICO – TEÓRICO ...... 21 RESUMEN...... 21 1. MARCO METODOLÓGICO ...... 21 1.1. Tipo de estudio ...... 22 1.2. Universo geográfico y temporal ...... 24 1.3. Selección de los informantes ...... 25 1.4. Técnicas de recolección de datos ...... 26 1.5. Instrumentos de recolección de datos ...... 27 1.6. Obtención de datos secundarios ...... 27 1.7. Descripción general del proceso de investigación ...... 28 2. MARCO TEÓRICO – CONCEPTUAL ...... 28 2.1. Surgimiento e instauración de la era del desarrollo ...... 28 2.2. Ecología política ...... 34 2.3. Historia ambiental ...... 39 3. LA ECONOMÍA MUNDIAL DEL SIGLO XX Y LOS PATRONES DE DESARROLLO EN CHILE ...... 41 3.1. Una mirada a la economía mundial ...... 41 3.2. Una mirada a la economía nacional ...... 43 3.3. Factores históricos que inciden en la presión sobre los bosques del sur de Chile ...... 51 RECAPITULACIÓN ...... 53 PARTE II: PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS ...... 54 CAPITULO 3. LA EXPLOTACIÓN FORESTAL NATIVA Y LA COMERCIALIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS MADEREROS EN ESCALA LOCAL, REGIONAL E INTERNACIONAL ENTRE 1950 – 1974 ...... 55 RESUMEN...... 55 1. LAS EXPLOTACIONES FORESTALES EN LA COMUNA DE FUTRONO ...... 55 2. ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE LOS OBREROS E INQUILINOS MADEREROS ...... 56 3. ACERCA DE LAS FIRMAS Y EMPRESARIOS MADEREROS ...... 58 4. DE LA MONTAÑA AL MERCADO ...... 60 4.1 Estrategia de extracción ...... 60 2 4.2. Procesamiento ...... 63 4.3 Transporte y comercialización...... 66 5. ESTADÍSTICAS FORESTALES ...... 69 RECAPITULACIÓN ...... 71 CAPITULO 4. LA ECONOMÍA DE LOS GRUPOS FAMILIARES EN EL ESPACIO LOCAL DE LA COMUNA DE FUTRONO ENTRE 1950 – 1974 ...... 72 RESUMEN...... 72 1. LA EXPANSIÓN DEL CAPITALISMO Y SU ARTICULACIÓN CON LA ECONOMÍA LOCAL ...... 72 2. GRANDES PROPIETARIOS: TENENCIA DE TIERRAS Y BOSQUES ...... 73 3. CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA DE LOS GRUPOS FAMILIARES ...... 74 3.1. La vida en los fundos ...... 76 3.2. Las labores en los fundos madereros ...... 76 3.3. Los sistemas de pagos ...... 78 4. EL ROL DE LA MUJER ...... 80 5. PLURIACTIVIDAD DE LOS GRUPOS FAMILIARES ...... 81 RECAPITULACIÓN ...... 83 CAPITULO 5. EFECTOS MEDIOAMBIENTALES RELACIONADOS CON LA EXTRACCIÓN MADERERA ...... 84 RESUMEN...... 84 1. ECONOMÍA EXTRACTIVA ...... 84 2. LA LEGISLACIÓN FORESTAL EN CHILE ...... 85 3. LA INDISCRIMINADA EXPLOTACIÓN FORESTAL ...... 86 4. ACCIONAR DE LA ACTIVIDAD MADERERA EN LA COMUNA DE FUTRONO ...... 87 4.1. Tala selectiva y utilización del fuego ...... 88 4.2. Las pérdidas en el monte ...... 91 4.3. Locomóviles y aserraderos de sierra circular ...... 92 4.4 La experiencia vs los conocimientos técnicos forestales ...... 94 5. ELEMENTOS DE CAMBIOS EN LA ACTIVIDAD MADERERA ...... 95 6. ¿ÁRBOLES? ¿MADERAS? ¿RECURSOS FORESTALES? ...... 97 7. RELACIONES DE PODER ...... 99 8. LA HUELLA AMBIENTAL ...... 100 RECAPITULACIÓN ...... 101 PARTE III. CONCLUSIONES, BIBLIOGRAFIA Y ANEXOS ...... 102 1. CONCLUSIONES ...... 103 2. BIBLIOGRAFÍA ...... 106 3. ANEXOS ...... 114 Anexo 1 Informantes calificados ...... 114 Anexo 2 Guía de preguntas por objetivo de investigación ...... 115 Anexo 3 Extractos de entrevistas capítulo 1 ...... 116 Anexo 4 Extractos de entrevistas capítulo 2 ...... 121 Anexo 5 Extractos de entrevistas capítulo 3 ...... 122

ÍNDICE DE FIGURAS FIGURA N°1: MAPA DE LA COMUNA DE FUTRONO ...... 10 FIGURA N°2: UBICACIÓN DE LOS SECTORES DE EXTRACCIÓN ...... 24 FIGURA N°3: ESQUEMA ESTRATEGIA DE EXTRACCIÓN ...... 60 3 FIGURA N°4: ASERRADERO DE SIERRA CIRCULAR ...... 64 FIGURA N°5: CANTEADORA ...... 65 FIGURA N°6: PUERTO DE HUEQUECURA. SECTOR LLIFÉN ...... 67 FIGURA N°7: RESTOS DEJADOS EN LOS BOSQUES ...... 92 FIGURA N°8: BANCO ASERRADERO EN EL SECTOR CERRILLOS FUTRONO ...... 93

ÍNDICE DE TABLAS TABLA N° 1: PRODUCCIÓN HISTÓRICA DE MADERA ASERRADA NATIVA EN LA PROVINCIA DE VALDIVIA (MILLONES DE PIES MADEREROS) ...... 69 TABLA N° 2: PRODUCCIÓN DE MADERA ASERRADA POR ESPECIES (MILES DE PIES MADEREROS) ...... 70

4 PARTE I: APROXIMACIONES CONTEXTUALES, METODOLÓGICAS Y TEÓRICAS

5 CAPÍTULO 1. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN

Resumen

En este capítulo introductorio se alude el tema abordado en esta tesis, arguyendo la problemática que da pie a esta investigación lo que, concomitantemente, cimentará el objetivo guía de este estudio, la reconstrucción histórica de la actividad extractiva maderera en la comuna de Futrono entre los años 1950 a 1974. Así mismo, se establecen los objetivos específicos que estructuran el cuerpo de resultados obtenidos. Por último, se entrega una somera descripción socioeconómica, geográfica y vegetacional, terminando con la presentación de algunos hitos históricos del área de estudio, relacionados evidentemente al objeto de investigación.

1. Introducción

La complexión de este documento, es un esfuerzo por rescatar y presentar la historia de sufrimiento y perseverancia de familias de obreros que fueron partícipes de un proceso histórico, como fue la actividad extractiva de maderas nativas en la comuna de Futrono, rubro que a mediados del siglo pasado tuvo gran relevancia para la economía del país y sobre todo en sectores del centro – sur de Chile (Donoso, 1983), en cuyos suelos se elevaban bosques de variadas especies arbóreas, algunos con un alto valor de cambio en el mercado nacional e internacional.

Las investigaciones sobre historia forestal ha tenido una producción importante (Camus, 2006; Otero, 2006), abordando procesos de gran amplitud históricos y territoriales, indicando a lo largo de la historia nacional las modificaciones en la relación sociedad - bosques. Esta investigación se ciñe solo en una porción del territorio y de la historia, en un pequeño espacio ubicado en la precordillera y cordillera andina, correspondiente a la comuna de Futrono, Provincia del Ranco, XIV Región de los Ríos. El período que comprende esta investigación va de 1950 a 1974, prácticamente 25 años donde en el contexto político y económico nacional como local, sucedieron hechos importantes teniendo implicancias para esta actividad. La propuesta de esta tesis, por tanto, es reconstruir esta historia, a través de la pesquisa testimonial de los protagonistas involucrados en la actividad forestal, describiendo el proceso productivo y de comercialización que conlleva esta actividad, la caracterización económica de los grupos

6 familiares en relación a esta práctica económica y por último, los efectos medioambientales generados por las faenas forestales. Al abordar estos tópicos, se involucran aspectos de mayor envergadura como los patrones de desarrollo, la expansión del capitalismo y las políticas socioeconómicas del Estado. Por lo demás, mediante el uso de los métodos antropológicos se inmiscuye en las dinámicas locales, que junto a una mirada histórica y crítica, se propone la tarea de reconstruir esta historia.

2. Tema de investigación

El tema central de la investigación es la reconstrucción del proceso histórico en el espacio económico local de la comuna de Futrono, relacionado a la actividad extractiva maderera, enmarcando temporalmente en los años 1950 – 1974. A partir de ahí, se focaliza en los testimonios de los obreros e inquilinos madereros. Los temas a tratar en esta investigación corresponden a la descripción del proceso productivo (de la montaña al mercado) y la comercialización de los productos forestales, la contribución de esta actividad para las economías de los grupos familiares y los efectos en el medioambiente originadas por el método de explotación forestal utilizado.

3. Planteamiento del problema

Observando (incluso a vuelo de pájaro) el paisaje de la comuna de Futrono, se puede identificar y relacionar el valor histórico de las actividades económicas primarias para este territorio (agricultura, ganadería y forestal), todas ellas presentes aún. Pero de todos estos rubros, la actividad extractiva de maderas nativas, ocupó en un determinado momento histórico, una relativa refulgencia, esto se evidencia por la gran cantidad de antiguallas, vestigios materiales (locomóviles, aserraderos, muelles, barcos a vapor, etc.), y la presencia en la comuna, en su espacio urbano y rural, de otrora obreros madereros quienes se empeñaron en las faenas forestales propuestas por firmas, empresarios y latifundistas madereros.

La comuna de Futrono posee en su territorio una gran proporción de suelo forestal (los datos se mostrarán posteriormente). Suelos ocupados por bosques pertenecientes a la clasificación de templados lluviosos (Armesto et al., 1992). Estos bosques han proporcionado a 7 lo largo de su historia, elementos de supervivencia para los grupos humanos, que van desde los primeros pobladores de esta región (alimentos, abrigo, construcción, etc.), hasta las sociedades posteriores de la Colonia y la República (siendo el bosque para ellos un obstáculo o de obtención de maderas y otros), (Otero, 2006). Para Mera (1995), existen dos aproximaciones en las relaciones de las sociedades humanas con el bosque, por un lado, como espacio sagrado y a la vez de supervivencia (pueblos originarios), y por otro lado, como espacio proveedor de bienes (sociedad actual).

Esta transformación en la concepción por parte de grupos humanos o sociedades (que en realidad es una imposición de una visión que se eleva hegemónica, esto no implica una eliminación total, más bien, es una convivencia desigual), para con la naturaleza o en este caso específico, el bosque, es el marco interpretativo que lo considera, como una especie de despensa o canasta de recursos, quedando estos a disposición de la sociedad, más bien, de cierta parte de la sociedad, para ser explotados y obtener beneficios. A partir de esto, la tesis se sitúa en un momento histórico correspondiente a los años 1950 a 1974, donde en el plano comunal las explotaciones forestales de maderas nativas ocupaban gran relevancia dentro de la economía local (Hunter, 1993; s/f), abriéndose paso hacia la cordillera dirigidos a la búsqueda de las maderas con alto valor comercial, trayendo consigo una gran cantidad de trabajadores madereros, los cuales fueron los principales protagonistas en el desarrollo de la actividad forestal.

En base a lo anterior la investigación comienza a partir de la problematización que se formula de manera general a través de la siguiente pregunta: ¿Qué factores contribuyeron a que la actividad maderera llegara a predominar por sobre otras actividades económicas, en el espacio económico de la comuna de Futrono en el periodo comprendido entre 1950 y 1974?

Esto implica considerar aspectos amplios. En primera instancia es necesario conocer el acontecer nacional, respecto al rol del Estado y las políticas económicas y sociales del país que guiaban la producción nacional, siendo estos también dirigidas bajo los principios del proyecto mundial denominado “desarrollo”, tratando así, poder comprender la articulación en plano local de estas fuerzas, en el ámbito socioproductivo.

Estas fuerzas economías y políticas estructurales, son parte del sistema económico capitalista, la cual imprime una determinada lógica productiva que es intensiva, para una economía de mercado que es mundial. Pero no solo es un determinismo económico, también

8 involucran ciertos principios modernos, como la dicotomía: sociedad - naturaleza, siendo esta última considerada, como materia prima o recursos, que están a la orden de la explotación económica, para el beneficio de las elites locales. Sobre estos hechos, es importante describir el sistema de producción de la actividad forestal y su comercialización; reconocer la existencia de relaciones de poder, siendo los que ejercen el poder, los dueños de los medios de producción, en contra de los obreros madereros quienes solo ofrecen fuerza de trabajo.

Este marco de producción económico capitalista a la vez, intensivo y de infravaloración de los límites de la naturaleza, determina la acción de las prácticas económicas locales, entre ellas la actividad forestal, produciéndose la sobreexplotación de los recursos naturales, contribuyendo a ser un factor más, en la fragmentación y pérdida de los bosques nativos, afectando no solo la naturaleza sino que el paisaje como espacio social.

Considerar que la gran cantidad de bosques nativos en la comuna de Futrono sea el determinante en el desarrollo de las actividades forestales, seria desconocer las fuerzas presentes en el marco nacional como internacional que afectan localmente a los sistemas productivos. Bajo esta mirada la investigación intenta situar la actividad maderera en su contexto político y económico, y así poder comprender la articulación en el espacio económico local, de estas fuerzas globales, que dirigen las economías de los países latinoamericanos, afectando la acción de los Estados. Esto permite reconstruir este proceso histórico, bajo una posición crítica, evidenciando las causas políticas y económicas, que están detrás de las actividades económicas, generando una producción intensiva y extensiva, he intentado una maximización de las ganancias para las elites locales, lo que trae consigo además una roturación progresiva de la naturaleza.

4. Objetivos de investigación

Objetivo general:

 Reconstruir el proceso histórico en el espacio económico local en relación a la explotación de maderas nativas acontecidas en la comuna de Futrono, entre los años 1950 a 1974.

9 Objetivos específicos:

 Describir el sistema productivo de explotación forestal nativa y la comercialización de los productos madereros en el ámbito local, regional e internacional entre 1950 – 1974.-

 Caracterizar la economía de los grupos familiares en el espacio local futronino, en la época estudiada.

 Describir los efectos en el medioambiente relacionados con la extracción maderera, hasta la promulgación del Decreto de Ley 701.

5. Descripción general del área estudio

La comuna de Futrono pertenece a la provincia del Ranco que junto a la provincia de Valdivia, conforman la XIV Región de los Ríos. Su ubicación geográfica es en la ribera nororiental del Lago Ranco, y sus coordenadas son 40º 07' 51” LS; 72º 23' 12” LW. Sus límites comunales son, por el Norte: con la comuna de Los Lagos y , por el Sur: con la comuna de Lago Ranco, en el Oeste: con Los Lagos y y por el Este: la Cordillera de los Andes y la República de la Argentina.

Fig. N° 1: Mapa de la comuna de Futrono1

1 Extraído de Biblioteca del congreso Nacional de Chile. Sistema integrado de información territorial. Disponible en: http://siit2.bcn.cl/mapoteca/comuna_view?dato=Comuna%20de%20Futrono (consultada el día 25 de abril del 2014) 10 5.1. Población

De los datos sistematizados por el Censo del año 2002, la población total de Futrono asciende a 14.981 personas, divididas en 7.647 hombres y 7.590 mujeres. La superficie total de la comuna de Futrono es de 2.267,7 Km2, lo que da una densidad de 6.6 hab. por Km2. La población se concentra preferentemente en el sector urbano, 56% (8.399); mientras en el sector rural es de 44% (6.582). Desde la primera vez que Futrono aparece en registros del censo en 1952, hasta el último censo realizado el 2002, en 50 años la población se ha duplicado. En 1952 el total de habitantes era de 7.3912, y en el censo 2002 es de 14.981, demostrando un crecimiento poblacional importante. La proyección poblacional estimada por el INE para el año 2015 se calcula en 15.842 personas.

5.2. Economía

La población económicamente activa en la comuna de Futrono, corresponde a 4.541 personas, siendo la población masculina con más representatividad con 3.551 personas y la población femenina con 990 personas. La población económicamente activa ocupada de esta comuna es de 3.936 personas, siendo 3.055 hombres y 881 mujeres; mientras que en el ámbito urbano se concentran 2.305 personas y 1.631 personas en el ámbito rural.

El trabajador asalariado es el predominante 3.368 personas, que en su mayoría se concentran en el distrito de Futrono 1.912 personas; el trabajador por cuenta propia es el segundo en concentración con 684 personas; los empresarios en la comuna asciende a 141 personas, y al igual que los asalariados se centralizan en el distrito de Futrono 92 personas, estos últimos se pueden desglosar por rama productiva: agricultura y ganadería 25 personas, comercio al por menor 23 personas, construcción 14 personas, productos de maderas 14 personas y otros.

El principal eje productivo de la comuna de Futrono corresponden a las actividades primarias, esto se refrenda en que la población económicamente activa ocupada se aglutina en esta rama productiva: agricultura, ganadería, caza y silvicultura con 1.273 personas, lo que representa el 32.3%. La segunda rama productiva es el comercio al por mayor y menor con 558

2 Servicio Nacional de Estadísticas y Censos. XII Censo general de población y I de vivienda. Levantado el 24 de abril de 1952. Tomo I. Resumen del País. 11 personas siendo el 14,2% y el tercer lugar en importancia es la industria manufacturera 384 personas que representa el 9,8%.3

5.3. Clima

Según la Dirección Meteorológica de Chile4, para las regiones de Los Lagos y Los Ríos se identifican dos subtipos de climas: El templado lluvioso con influencia mediterránea y el templado frío de costa occidental con máximo invernal de lluvias.

En la comuna se propicia el subtipo templado lluvioso con influencias mediterráneas, dentro de las principales características de este clima, es que la temperatura media anual es de 11ºC y con bastantes precipitaciones durante todo el año, el monto anual de precipitaciones alcanza los 1.800 – 2.500 mm. Y el mes más cálido supera los 60 mm (Huechan, 1997), debido a lo cual se encuentra mucha humedad en los suelos.

En los sectores cordilleranos se desarrolla el clima de montaña, este clima es propio de sectores que superan la cota de los 500 m.s.n.m. En esta zona las precipitaciones son mayores que en sectores de la depresión intermedia, ya que oscilan entre los 2.500 y 3000 mm anuales, incluso sobre los 4.000 mm, la temperatura promedio es de 6 a 9 ºC, el número de heladas también es alta alcanzando en promedio 50 días al año incluso en verano, en estas zonas en los meses de invierno es frecuente la caída o presencia de nieve (Huechan, 1997; Rodríguez, 2008).

Se propicia además, un meso clima debido a la influencia del Lago Ranco en sus riberas e islas. Esta influencia tiene la capacidad de amortiguar las oscilaciones térmicas protegiendo de heladas, asimismo se presentan lluvias durante todo el año y con alta nubosidad matinal en época estival, estas condiciones favorecen el desarrollo de las actividades agropecuarias.5

3 CENSO (2002); Diagnóstico para la Agenda 21 Local (2004). 4 Extraído del sitio Web: http://www.meteochile.gob.cl/ 5 Global Environmental Quality. (2009); Diagnóstico Para la Agenda 21 Local (2004). 12 5.4. Caracterización geográfica

La comuna de Futrono se emplaza dentro de dos unidades geomorfológicas, por el lado occidental de la comuna se despliega la depresión intermedia y hacia el límite oeste encontramos el sector de la precordillera y Cordillera de los Andes.

En la sección de la depresión intermedia se ubica el pueblo de Futrono, su sector urbano más importante. Este relieve está cubierto por capas de sedimentos cuaternarios de orígenes glaciales, fluvioglaciales y lacustres, sobre estos sedimentos se encuentran un capa continua de cenizas volcánicas recientes, depositados después de la última glaciación. Estos suelos son conocidos como trumaos, se caracterizan por su alta capacidad de retención de agua, esto se debe a que son porosos y poco densos. Estos suelos son bastante fértiles pero pueden poseer problemas de disponibilidad de fósforo, aun así, esta zona es de gran aptitud agropecuaria (Huechan, 1997; Rodríguez, 2008).

En la zona montañosa de la Cordillera de los Andes, se mezclan cumbres altas con porciones de menor altitud. Los puntos de mayor altura corresponden a volcanes, variando su altitud entre los 1.500 y 2.500 m.s.n.m. Dentro de las cumbres más altas se destaca el volcán Mocho Choshuenco, con una altura de 2.415 m.s.n.m. La Cordillera de los Andes fue sucesivamente erigida a fines de terciario y ha sido modelada desde el pleistoceno por varios ciclos eruptivos.

En cuanto a la hidrografía los ríos más relevantes son (desde Oeste hacia el Este): Río Coique, Río Quimán, Río Caunahue, Río Florín, Río Calcurrupe (que conecta los lagos Ranco y Maihue), Río Hueinahue y el Río Rupumeica (formando los últimos tres el límite entre la comuna de Futrono y Lago Ranco). Todos los ríos y lagos de la comuna pertenecen a la cuenca del Río Bueno. Además, la comuna de Futrono se caracteriza por ser predominantemente lacustre, destacándose el Lago Ranco (443 km2, 69 m.s.n.m, profundidad máxima 207 m) y el Lago Maihue (49 km2, 100 m.s.n.m, profundidad máxima 207 m). (Huechan, 1997; Rodríguez, 2008).

5.5. Formaciones boscosas del sur de Chile

La macro – ecoregión valdiviana de los bosques del centro-sur de Chile pueden a su vez ser clasificados como bosques templados húmedos. Estas formaciones boscosas se encuentran en

13 climas oceánicos fuera de regiones tropicales. En nuestro país los bosques templados se emplazan continuamente entre los 34 y 55º S, es decir, desde aproximadamente el límite norte de la VI Región del Maule, hasta la costa occidental de Tierra del Fuego, extendiéndose hacia el sector sur andino argentino. Estas regiones poseen precipitaciones mayores a 1.400 mm. anuales, y con temperaturas bajas en invierno lo cual limita el crecimiento arbóreo. Los bosques templados en el mundo son escasos y por tanto exclusivos de ciertas zonas del planeta, encontrándose en mayor extensión en Norteamérica y zonas del sur como Nueva Zelanda, Tasmania, entre otras. La ubicación de los bosques templados tanto para el hemisferio norte como del sur, se encuentra en latitudes superiores a los 30º, y desde el nivel del mar hasta los límites arbóreos de las montañas (Armesto et al., 1992; Armesto et al., 1996).

El bosque templado húmedo de Chile posee una particularidad y una condición, que se debe a su situación geográfica, presentándose como una verdadera “isla biogeográfica”. Este aislamiento geográfico se produce por limitantes naturales que actúan como barreras, puesto que, por el norte se encuentra el bosque esclerófilo y la gran extensión del desierto de Atacama, hacia el este se eleva la extensa Cordillera de los Andes, hacia el sur el océano Antártico y hacia el oeste el océano Pacífico, constituyéndose como una isla por este “efecto barrera” (Armesto et al., 1994: 67). En esta isla vegetacional se encuentran un espectro heterogéneo de bosques con una gran cantidad de especies endémicas tanto florísticas, como faunísticas resultado de esta situación de “aislamiento” (Armesto et al., 1996). Los bosques templados del mundo:

“constituyen la principal reserva mundial de recursos madereros de calidad generalmente superior a la de los árboles de los trópicos. Los árboles propios de la región de los bosques templados (los llamados endémicos) representan un recurso valioso por su exclusividad en el mercado mundial” (Armesto et al., 1996: 24)

Ahora bien, en la comuna de Futrono, la ocupación de los suelos es principalmente forestal alcanzando un 65,6% del total de la superficie comunal. El bosque nativo corresponde al bosque templado húmedo aludido anteriormente. La proporción de los bosques nativos se calcula en 145.395 hectáreas, estando dentro de las 20 comunas con mayor superficie ocupada por bosque nativo del país (UACH, PUC y UCT, 1999).

14 A partir de la clasificación de tipo forestal, se desglosa el bosque nativo presente en la comuna de Futrono: Coihue-raulí-tepa 70.375,6 ha; lenga 44.362,5 ha; roble-raulí-coihue 21.078,5 ha; siempreverde 9.346,1 ha; y coigüe de Magallanes 232,2 ha.6

6. Antecedentes históricos de la comuna de Futrono7

La historia señala que para fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, la presencia de colonos, en su mayoría eran españoles o descendientes de los mismos (Mera y Munita, 2008). Estos indicios de colonización, se puede corroborar en Guarda (1973), quien se refiere a las estancias de Dollinco y Huiti (Huite) con proyección a las reducciones en Futronhue (Futrono), siendo adquiridas y explotadas ya en el siglo XVIII.

En siglo XIX puntualmente en 1830, el gobierno asigna terrenos para colonización criolla a la familia Monsalve; en 1850 llega la familia Rosales y luego en 1870, la familia Guarda (Hunter, s/f; Muñoz-Morandé et al., 2013, Basso 2013). Insoslayable en este proceso colonizador es precisar que el territorio de la cuenca del Lago Ranco hacia la Cordillera de los Andes, era habitado por pueblos mapuche huilliche y/o pehuenche (Mera y Munita, 2008; Hunter, 1993 y s/f). Esto trajo aparejado una coexistencia entre los nuevos habitantes (colonos) y los pueblos originarios; relaciones las cuales muchas veces fueron poco fraternas, principalmente por conflictos originados por los derechos de propiedad de las tierras. Bengoa, presenta un ejemplo acontecido en la comuna de Futrono en 1918, transcribiendo un telegrama enviado por Fernando Neyimán al ministro de colonización de la época:

“Por varios años vengo reclamando en nombre Futrono, en departamento Valdivia, efectuarse nuestra radicación, diariamente somos inhumanamente despojados por particulares, sin tener amparo, porque el gobierno no proporciona ingenieros para que se efectúe radicación. Ruego influya en el sentido que anhelamos antes que nos hagan perecer de necesidad” (Bengoa, 1985: 360).

Este síntoma no solo se daba en este territorio, sino que también, en las demás provincias y regiones del sur de Chile “los indígenas fueron desplazados de las tierras más atractivas y

6 Diagnóstico Para la Agenda 21 Local (2004). 7 Para efectos de esta investigación los antecedentes solo se limitan a la historia reciente de la comuna de Futrono, a partir de los registros de los primeros colonos principalmente desde el siglo XIX. 15 quedaron relegados a la costa y faldeos cordilleranos. Bajo presión, con engaños y por compras, chilenos y extranjeros se hicieron propietarios de la mayor parte de las tierras” (Almonacid, 1998: 7).

A finales del siglo XIX, la lista de familias de ascendencia española y mestiza no supera la veintena (Hunter, s/f). En esta misma época la zona sur experimenta un importante desarrollo agroindustrial, ganadero y forestal (Muñoz – Morandé et al., 2013), donde Valdivia se transforma en la principal ciudad del sur de Chile, constituyéndose en el centro de las actividades económicas regionales (Almonacid, 1998). Es así, que en los inicios del siglo XX Valdivia es el gran complejo agroindustrial del país, exportando productos diversos al norte de Chile y a otros países como Alemania y Perú (Otero, 2006). Este auge es propiciado fundamentalmente por la llegada de los inmigrantes europeos, mayoritariamente alemanes hacia esta recóndita zona del país quienes impulsan la industria valdiviana y de sus alrededores (Bernedo, 1999).

Iniciado el siglo XX la incipiente comuna de Futrono, seguía reducida a un escaso número de familias, constituyendo un caserío disperso, donde si es posible advertir la influencia de grupos familiares ligadas a las principales actividades económicas: agrícolas, forestales y ganaderas, siendo estas las familias Guarda, Monsalve y Rosales, de las cuales sus descendientes ocuparán una vez fundada la comuna las principales posiciones políticas como alcaldías y consejerías (Hunter, s/f). En el aspecto socioeconómico, las primeras décadas del siglo XX, las actividades primarias agroganadera y forestal se constituyen como los principales ejes productivos, dando forma a latifundios de gran importancia en los sectores de Arquilhue, Maihue, Llifén, Dollinco, etc., que por lo demás, albergan a una gran cantidad de trabajadores-residentes permanentes, institución denominada inquilinaje, el cual es un elemento central y distintivo de las haciendas y latifundios-minifundios del siglo pasado (Bellisario, 2013).

Una de las mayores rémoras que afectó el ámbito socioeconómico de las familias colonas de fines del siglo XIX y albores del siglo XX, fue el aislamiento y ciertamente lejanía con los sectores más importantes. Esto se debía a la accidentada geografía en donde se asentaba la comuna Futrono; insertada en la cabecera del lago Ranco, implicaba un apartamiento y difícil acceso, desde y hacia los principales centros administrativos y comerciales próximos. Por tanto, el tránsito era realizado solo a lomo de caballo, guiado por huellas cuyo trayecto podía durar días

16 en llegar a las localidades de Collilelfu (Los Lagos), Quinchilca8 y Valdivia. (Hunter, s/f; Basso 2011, 2013). Estas huellas o rutas fueron importantes para el proceso de colonización, ya que, se tiene referencia acerca de su utilización desde antes de la llegada de los primeros colonos, para tránsito de animales y contrabando (aguardiente) hacia Argentina, específicamente en el sector de San Martin de los Andes. Así, estas rutas posibilitaron la penetración y salida para esta abrupta zona cordillerana, lo que ayudó a las familias colonas para su movilidad y establecimiento (Basso, 2013).

Debido a esta situación de escasa conectividad, los cursos de agua (ríos y lagos) se constituyeron como la principal vía de conectividad y comunicación en la cuenca del Lago Ranco9, por tanto, las balsas madereras10, los wampos11 y posteriormente los vapores eran los principales medios de transporte de productos agrícolas y forestales, y por cierto, de pasajeros (Basso, 2013; Hunter, 1993 y s/f). De esta forma, la navegación lacustre era un factor significativo para la economía y el comercio, que ante los escasos recursos para la construcción, reparación y mantención de los caminos que, aun en la década del 80’ se podía observar surcar un importante flujo de vapores por el Lago Ranco (Basso, 2013).

Bajo la predominancia de la navegación lacustre principalmente vapores, se comienzan a construir una retahíla de puertos de embarque en distintos puntos del Lago Ranco, muelles como puerto de Llifén, Puerto Futrono, Puerto Nuevo, etc., adquieren una gran relevancia y dinamismo, por la presencia permanente de ida y llegada de barcos a vapor y sus balsas remolcadas. Algunos de estos puertos eran exclusivos de ciertos particulares, como es el caso del muelle aserradero Squella, del cual hoy solo quedan mínimos relictos de su antigua cúspide, ubicada en el sector Coique antaño movilizó gran cantidad de madera aserrada hacia a la estación del ferrocarril de

8 En 1885, se publicó en el Diario oficial de la República el Decreto Supremo mediante el cual dividía al departamento de Valdivia en subdelegaciones y distritos. La subdelegación N° 8 de Quinchilca constituida por los distritos de Quinchilca, Riñinahue y Maihue, siendo este último distrito el territorio donde se ubicaba el caserío llamado Futronhue (Hunter, s/f). 9 Según Camus (1997), durante el periodo de colonización la utilización de las vías fluviales y lacustres fueron vitales para la conformación de los asentamientos humanos y de organización de las interacciones de los sistemas económicos, humanos y espaciales. 10 Las balsas madereras no solo eran un medio de transporte fluvial de maderas, sino que eran el producto en sí mismo, es decir, eran el conjunto de piezas aserradas de variadas dimensiones, que se amarraban con fuertes alambres para llegar a su destino, y posteriormente desarmarlas y elaborarlas (Moya y Vásquez, 2010). 11 Los Wampos, eran canoas monóxilas utilizadas para la movilidad de los pueblos originarios en las principales hoyas hidrográficas de la zona centro – sur del país, desde alrededor del Alfarero Tardío (1050 d.c – 1640 d.c). Debido a su función de cruce o vadeo de ríos y lagos, transporte de productos y personas, se constituirían como un importante sistema de conectividad territorial en los lagos piedmontanos. Su desaparición se vincula al inicio del servicio de navegación por vapores, impuesto como el principal medio de transporte y comunicación (Carabias et al., 2010: 90-91). 17 Lago Ranco (Navarro, 2005). Cabe considerar que la comuna de Lago Ranco a diferencia de Futrono, en 1936, poseía una estación de ferrocarril, y sumado a la falta de caminos, contribuía a que los vapores como el “Saturno”, “Laja”, “Santa Lucia”, “Squella”, entre muchos otros, significasen mucho más que conectividad.

Debido a la nula existencia de caminos o en pésimo estado si había, sobre todo, en época de invierno, generaba que la conectividad para la estación del ferrocarril de Paillaco o Reumén en las primeras décadas del siglo XX, se hacía a través de caravanas de carretas de bueyes o a través del madero carril12 para llevar la producción agrícola y forestal para su venta. De vuelta, se regresaba con diferentes elementos y enseres necesario para la subsistencia de las familias pioneras (Otero, 2006; Basso, 2011, 2013).

En 1928, comienza la construcción del ramal del ferrocarril hacia la comuna de Lago Ranco, desde Cocule al sur del Rio Bueno llegando en el año 1932 a Ignao y luego en 1936, a Lago Ranco (Hunter, 1993). Esto provocaría un impacto en la zona, en la vida de las personas, y por sobre todo, en el ámbito económico pues vería un impulso en las economías de las localidades de borde lago como Lago Ranco y Futrono, siendo la actividad forestal la más beneficiada con la llegada del ferrocarril. La extensión del ramal del ferrocarril hacia este sector es a consecuencia de este auge maderero13, facilitando el transporte de las maderas hacia los puntos de elaboración en el país. El ferrocarril entregaba un flete más barato, seguridad, mayor capacidad de carga y rapidez, considerando la epopeya que significaba el traslado en caravanas de carretas tiradas por bueyes y/o madero carril, o a través, de las balsas madereras que bajaban desde las zonas al interior de la cordillera. (Hunter, 1993). Hoy, la estación del ferrocarril “Desde 1982 duerme en el olvido, allí al final de la avenida Viña del Mar de Lago Ranco” (Navarro, 2005: 93).

El año 1941 marca un hito importante para el territorio de la cuenca, ya que, es el año de fundación de las comunas Lago Ranco y Futrono14. Anterior a esta fecha se podría considerar a la

12 El madero-carril, consiste en líneas confeccionada de madera sobre las cuales rodaban carros tirados por bueyes, la extensión de estas líneas podían alcanzar varios kilómetros. Los carros se ubicaban en las zonas cercanas a las explotaciones madereras para ser cargados y llevados hacia las estaciones de ferrocarril (Otero, 2006; Basso, 2011, 2013). 13 Se reconocen como impulsores para la extensión de este ramal a Francisco Knust, Oscar Daniel y Francisco Rettig, dueños de grandes propiedades forestales en el área de Lago Ranco (Hunter, 1993). 14 Durante la presidencia de Pedro Aguirre Cerda, el 14 de febrero de 1941 bajo el decreto de ley N° 6.826 se creó la comuna de Lago Ranco. Durante la misma presidencia el día 12 de julio de 1941, mediante el Decreto de ley N° 18 cuenca del lago Ranco como un único espacio territorial de gran movilidad, donde Futrono era el lugar de extracción maderera y Lago Ranco el lugar de acopio de esta producción, la combinación de vapores y ferrocarriles se elevaban como los medios de transporte de carga y pasajeros y unificación espacial. Pero las motivaciones políticas y económicas de las familias locales en ambas comunas, se concretarían en la división jurisdiccional de la cuenca.

La red caminera en la comuna comienza en 1938 donde es inaugurada la vía Futrono – Paillaco, luego en 1941 se une Futrono con la comuna de Los Lagos (Rofëln, 2013), pero es a partir de la década del 50’ que comienza a mejorar y mantener las vías, aunque de todas formas en época invernal estos caminos se hacían prácticamente intransitables o solo transitados por camiones, esto se refrenda en un reportaje realizado por el diario “El Correo” de Valdivia en enero de 1950 intitulado “La habilitación del camino a Llifén contribuirá al progreso de la comuna” y como subtítulo “Extensas zonas madereras y agrícolas están aisladas actualmente”, y continuando “En muchas oportunidades esta corresponsalía, se ha referido a la enorme importancia que encierra el camino internacional Futrono-Llifén. Hoy, nuevamente debemos preocuparnos de este problema, pues, de su completa terminación depende el desenvolvimiento de la comuna”.

Con la implementación de las nuevas vías camineras desde la década del 50’, el transporte caminero toma importancia, esencialmente por la llegada de máquinas mayores, tanto de pasajeros, como de carga. Pero, son estos últimos que ligados a la producción local, dentro de ello las maderas, son traídos por firmas y empresarios quienes comienzan a establecerse en Futrono, ante el auge de la explotación maderera, y por supuesto, con las mejoras en la conectividad (Hunter 1993 y s/f). Esto propicia, que la madera aserrada pudiese ser sacada desde el interior de la cordillera por camiones y llevarlas a las estaciones ferroviarias de Reumén y Paillaco, desarrollando una complementariedad con el transporte lacustre, ya que, el número de camiones aún era bajo y en época invernal los caminos se tornaban intransitables (Basso, 2011, 2013).

De esta forma, firmas madereras como Lacámara Ruiz y Cía. Ltda. en el Fundo San Vicente; la familia Guarda para el sector Cerrillos; Alberto Lacoste en el sector de Arquilhue; Firma Rodríguez en Hueinahue; Firma Flaño en Carrán; el empresario maderero Juan Keller en

6.973 se da vida a la comuna de Futrono, y el 4 de enero de 1942 se nombra a Laureano Rosales como Alcalde y Gastón Guarda como secretario municipal (Hunter, 1993 y s/f). 19 Cerrillos; Andrés Fried Kopp para el sector de Chabranco y Maihue, entre muchos otros, comienzan a explotar indiscriminadamente esta inmensa reserva forestal.

Por último, un episodio que perdura en la memoria de quienes lo vivieron fue el terremoto de 1960, que asoló profundamente esta zona del sur de Chile. Dentro de las innumerables consecuencias que dejó este evento sísmico, fueron los daños producidos en las líneas férreas desde la capital al sur. Ante esto, Ferrocarriles del Estado toma la determinación de reparar estas vías, lo que tuvo consecuencias en las zonas forestales, dando paso a una suerte de “fiebre del durmiente” (Basso, 2011, 2013). Este efecto también abarcó al sector de Futrono, implicando la extracción y elaboración de una enorme cantidad de madera, preferentemente de roble pellín (Nothofagus obliqua), coigüe (Nothofagus dombeyi), tineo (Weinmannia trichosperma) y ulmo (Eucryhpia cordifolia). Cada uno de estos durmientes mide 2.75 metros de largo y 6 por 10 pulgadas de grueso, con un volumen de 0,1 metro cúbico, pesando alrededor de 65 kilos. Cabe considerar que para cada kilómetro de vía férrea se emplean entre 1.700 y 1800 durmientes. La empresa de ferrocarriles del Estado posee 3.300 kilómetros de vías (Hoffmann, 1998: 274). Esto manifiesta la enorme cantidad de durmientes que se emplearon para la construcción del ferrocarril y luego para las diferentes reparaciones por desgastes, o como en este caso, recomponer las vías dañadas producto del terremoto.

20 CAPÍTULO 2. MARCO METODOLÓGICO – TEÓRICO

Resumen

Este capítulo se divide en tres partes; el primero de ellos, se expone el encuadre metodológico de la investigación, explicitando la opción cualitativa y el tipo de estudio. Asimismo, se presentan los aspectos limitativos (universo y espacio), la forma de obtención de los datos primarios - secundarios y la descripción del estudio. El segundo apartado, se alude a las perspectivas que sustentan teóricamente esta tesis: la antropología del desarrollo (Escobar, 1999, 2005, 2007; Esteva, 2000 y 2009 y Viola, 2000), involucrándose elementos de enfoques histórico-estructurales (Sunkel y Paz, 1970), dependentistas (Frank, 2005 [1967]) y, otros aportes teóricos en torno al desarrollo (Eschenhagen, 2001; Ramírez, 2007; Shiva, 1996). El segundo enfoque teórico, es la ecología política (Alimonda, 2008, 2011; Comas, 1998; Leff, 2006; Lipietz, 2000; O’Connor, 2002; Palacio, 2006). El colofón del marco teórico, es la historia ambiental (Camus, 2006; Castro, 2008; Martínez, 1993; Worster, 2008). Finalmente, se contextualiza la economía mundial de primera mitad del siglo XX (Sunkel, 2007, Sunkel y Paz, 1970), y la economía nacional del siglo XX (Cariola y Sunkel, 1982; Meller, 1996), donde se puntualiza otros acápites como, la Reforma Agraria (Garrido et al., 1998; Le Bonniec, 2013) y, la política forestal del Estado (Camus, 2006; Otero, 2006).

1. Marco metodológico

La orientación metodológica de esta investigación se perfila como cualitativa, para Tylor y Bogdan (1994), este tipo de metodología se arraiga en la perspectiva fenomenológica, la cual intenta comprender los fenómenos sociales desde el punto de vista del actor, examinando el modo en que las personas experimentan y definen su mundo, ya que, las conductas, lo que la gente dice y hace es obra de esta definición, por tanto, la realidad que importa es lo que los actores perciben como importante. Continuando con estos autores, la metodología cualitativa, en un sentido amplio, es “la investigación que produce datos descriptivos, las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable” (Tylor y Bogdan, 1994: 20).

Los estudios cualitativos, por tanto, investigan los fenómenos sociales, desde un supuesto básico: que el mundo social es construido en base a significados y símbolos, implicando esto, la

21 búsqueda de esa construcción y de sus significados. En base a lo anterior y en concordancia a los objetivos de investigación, se busca obtener elementos descriptivos para la reconstrucción histórica, a partir de los aspectos subjetivos (testimonios), obtenidos de las experiencias de los informantes. Ante esto, se privilegia una estrategia “emic” la cual “se centra en las explicaciones y criterios de significación de los nativos o informantes, por extensión, el punto de vista de los informantes” (Pujadas et al., 2010: 332). De esta forma, esta investigación se sirve principalmente de los discursos, las percepciones y las experiencias de los actores, en el marco de su propio contexto, que en esta tesis es un contexto histórico.

1.1. Tipo de estudio

Este estudio versa dentro de los lindes de la historia oral, donde la subjetividad es el eje medular de indagación, centrando su análisis en la visión y versión desde lo más profundo de las experiencias que expresan los seres humanos (Aceves, 2008). La historia oral, refiere la producción y uso de fuentes orales en la reconstrucción histórica, por tanto, los datos que busca este método son los que los sujetos sociales expresan con su propia voz, permitiendo la obtención de la visión o el punto de vista del actor social.

La historia oral aporta un conocimiento más profundo de los procesos sociohistóricos y culturales, al considerar a los sujetos sociales invisibles o subalternos, para la historiografía convencional u oficial. Esta práctica de investigación sociohistórica, es nutrida por la “historias de vida”15, que es un método más cercano al campo de la antropología, apuntando hacia las fuentes del conocimiento social, teniendo la voluntad de “profundizar en aquello que las personas y los grupos hacen, piensan y dicen, con el fin de ensayar una interpretación de la realidad desde la subjetividad del individuo” (Pujadas, 2010: 227).

El valor de las fuentes orales radica en “dar voz a los sin voz” (Thompson, 1989 en Pujadas, 2010: 244), enriqueciendo los estudios sociohistóricos y etnográficos, revalorizando, por ejemplo, los sujetos sociales postergados (género, etnias, clase, etc.). Por medio del rescate de la

15 Para Aceves (1998, 1999), la historia oral, es una subdisciplina que es más asociado al campo de la Historia, y la historias de vida, pertenece al campo de la antropología, sociología y sicología. Este método desde la década del 60’, entregó nuevos aportes teóricos y metodológicos a la historia oral, contribuyendo con la introducción de historias de vidas de personas que no pertenecían a las elites, personas subalternas y desvalorizadas, ampliando y contrarrestando la historia practicada hasta esas décadas. 22 memoria, narrándola desde los protagonistas, se le atribuye una capacidad a las fuentes orales que “desmitifican, rompen el silencio incluso violentamente, el aislamiento y soledad de los archivos, el mundo concluido de lo escrito” (Vilanova, 1988 en Santamarina y Marinas, 1993: 259).

Es aquí, donde radica la importancia de este tipo de estudio para esta investigación, ya que, estriba en los términos metodológicos de los estudios de historia oral, fundamentándose, en que, una de las principales formas para recolectar la información proviene de los testimonios de los antiguos obreros madereros, que fueron partícipes del proceso histórico estudiado, de entre los años 1950 y 1974. Desde la historia oral, se posiciona la visión de los informantes como fundamental, en dos sentidos: por un lado, es recoger la memoria de los obreros madereros, que no son considerados como fundamentales o agentes, por tanto, están en una situación de postergación o desvalorización; y por otro, la interpretación y reconstrucción de la realidad, a partir de la captación del sentido de los actores involucrados, obteniendo detalles del proceso histórico como la cotidianeidad, así como los sentimientos y creencias. Con esto, se amplía y enriquece la información de los datos provenientes de los documentos históricos. En términos de producción, la investigación se acerca al campo de la historia oral temática16, ya que, la evidencia oral corresponde a los testimonios históricos, pertenecientes al ámbito personal, son informaciones testificales acerca de la actividad maderera desarrollada en la época seleccionada, impresas en un ser humano particular.

Finalmente, Aceves (1998), nos precisa a través de lo que él denomina geometría de la historia oral, evitar la unilateralidad en la consideración y empleo de solo una fuente histórica “las fuentes corresponden a la misma realidad y todas se empalman y complementan o bien se contradicen. El examen de un tipo de fuente tiene que implicar la consideración de las demás” (Aceves, 1998: 222). De esta forma, la realidad empírica de los hechos no solo se puede sustentar en los recuerdos: la memoria, se requiere de una pluralidad de fuentes históricas, datos que complementen la información de la memoria individual. Para Aceves (1998), las fuentes orales requieren tanto o más control en su producción y utilización que las demás fuentes históricas,

16 En la historia oral existen dos caminos de producción (que no son excluyentes), por un lado, las historias de vida, que implica la ejecución de un estudio individual o de casos particulares, donde se opta por la utilización de un informante calificado, con el cual se hace un trabajo en profundidad de su vida y en relación a la problemática estudiada. Y el segundo camino, es la historia oral de carácter temático, en el cual se elige un problema o tema central, donde se abre un abanico mayor de informantes para la captura de sus testimonios en torno al tema elegido (Aceves, 1998, 1999). 23 siendo importante en este paso la geometría de las fuentes orales, logrando así una combinatoria de fuentes, generando y para el caso de esta investigación, información más precisa y válida.

1.2. Universo geográfico y temporal

La investigación contempla como universo geográfico al territorio de la comuna de Futrono. Metodológicamente se dificulta poder investigar todas las firmas y/o empresarios madereros de la época en cuestión. Ante esto, el campo de acción se limita identificándose tres sectores de extracción-producción maderera: el Fundo San Vicente, cuyos dueños fueron la firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda.; el sector de Cerrillos correspondiente al empresario maderero Juan Keller Keller; y por último, el sector de Chabranco y Maihue, respectivo al empresario maderero Andrés Fried Kopp17 (fig. 2)

Fig. N°2: Ubicación de los sectores de extraccion. Fuente: Google earth.

La sección histórica de este estudio comprende los años 1950 - 1974, debido a una definición metodológica y de alcance de esta tesis. Dos son los motivos que explican el corte temporal. En primer lugar, se debe a la relevancia que tuvo esta actividad entre estos años, con gran empleabilidad y con altos índices de producción (Basso, 2013; Hunter, 1993). Y en segundo lugar, la recolección de los testimonios de los trabajadores madereros es fundamental para esta investigación, como se mencionó anteriormente. Ante esto, se realizó un corte inferior en el año

17 Ninguno de estos se encuentran actualmente en la comuna, quedando solo las huellas de su estancia. 24 1950 debido a la dificultad de encontrar informantes anteriores a esta fecha, siendo sus memorias la materia prima para este estudio.

El año 1974 marca un hito trascendental en la historia forestal del país, ya que, es la fecha de promulgación del Decreto de Ley Nº 701 de fomento forestal, en plena dictadura militar. Este decreto es el envión que definitivamente impone el complejo industrial forestal, fundado en las plantaciones con especies exóticas de rápido crecimiento (Pinus insigne y Eucaliptus globulus), desplazando la producción de maderas nativas. Lo que este Decreto de Ley dispone es “una serie de incentivos a las plantaciones en terrenos declarados forestales, de aptitud preferentemente forestal y de bosques naturales” (Camus, 2006: 251).

1.3. Selección de los informantes

En una primera etapa se realizó una búsqueda que comprendió, visitas y conversaciones con habitantes de la comuna de Futrono cuya residencia fuese antigua. Asimismo, se acercó a profesores, escritores, y otras personas que poseyeran conocimientos del pasado futronino. El fin de esta prospección fueron dos motivos, una de ellas, era la posibilidad de obtener datos relevantes para esta tesis, ya sean documentos históricos de cualquier tipo (diarios, investigaciones, escritos personales, etc.), o mediante sus propios conocimientos del tema. El segundo motivo, consistía en individualizar a antiguos obreros madereros u otras personas relacionadas con esta actividad, para comenzar de allí las instancias de visitas a sus residencias.

Una vez individualizada una cantidad de personas se procedió a visitarlas, para dar comienzo a las entrevistas informales y determinar la posibilidad de aplicar las entrevistas semiestructuradas. Una técnica que facilitó bastante la búsqueda de informantes, fue la “bola de nieve”, la que luego de “conocer a algunos informantes, lograr que ellos nos presenten a otros” (Tylor y Bogdan, 1994: 109). La ganancia de esta técnica es el carácter de “recomendación” generando mayor empatía con estas nuevas personas. Pues bien, la selección de los informantes claves se realizó a partir de los siguientes criterios: a) Personas que fueron partícipes de las antiguas faenas madereras, o que tengan vínculos y/o conocimientos de esta actividad acontecida en la comuna de Futrono, enmarcadas entre los años 1950 - 1974. Este criterio deriva a un segundo; b) Personas con una residencia prolongada en la comuna, por lo menos, desde mediados del siglo pasado. 25 Como resultado se limitaron los informantes calificados, con quienes se profundizó sobre los aspectos de esta investigación. En total fueron 14 los entrevistados, con 9 de ellos se realizó una segunda entrevista y con 1 de ellos una tercera entrevista (ver anexo 1).

1.4. Técnicas de recolección de datos

Por el carácter cualitativo de esta investigación, el procedimiento es directo, implicando un trabajo de campo de acercamiento, observación y diálogo con las personas, traduciéndose en un trabajo etnográfico “de adquisición del conocimiento […] a partir de la aplicación de un conjunto de técnicas de campo” (Pujadas, 2010: 15), las cuales corresponden a la observación y las entrevistas.

En el aspecto empírico de esta investigación, no solo se obtienen los datos a través de las conversaciones y/o entrevistas, sino que además, existe un trabajo preliminar y durante la investigación de observación. Las entrevistas informales o conversaciones se realizan antes de dar paso a las entrevistas de mayor profundidad, y previo, durante y después de las entrevistas formales ejecutadas. La función de estas entrevistas es establecer vínculos y relaciones con los posibles informantes y ahondar y/o descubrir nuevos temas (Roca, 2010). Por otra parte, con estas conversaciones se detalla cual es el motivo de la investigación y la importancia de lo que pueda decir la persona para el estudio. Son las entrevistas informales con las cuales el entrevistador determina la posibilidad de si el potencial informante, tiene la disposición, el tiempo, los conocimientos, etc. para acceder y/o aplicar un diálogo más formalizado: una entrevista. En esta instancia del trabajo de campo, es donde se demuestra la capacidad empática y de convencimiento por parte del entrevistador para lograr la consecución de la tan anhelada entrevista.

Las entrevistas permiten a los investigadores ir un paso más adelante, ante la oportunidad de profundizar “en la comprensión de los motivos, las actitudes, las percepciones y las valoraciones de la gente” (Roca, 2010: 89). Esta técnica posibilita socavar en la experiencia de los informantes, mediante un modelo de conversación flexible, más no, en un intercambio formal de preguntas y respuestas. Es por esto, que el tipo de entrevista aplicada en esta investigación corresponde a la entrevista semiestructurada.

26 La entrevista semiestructurada, otorga al investigador un control sobre la entrevista y por tanto, sobre lo que dice el informante, esto no implica que el entrevistado no tenga la libertad de poder expresarse y poder este, profundizar acerca de lo que esté diciendo y desviar positivamente la conversación, hacia aspectos que generen y amplíen los datos. Este tipo de entrevistas, se conducen por el entrevistador, mediante una guía, conformada por preguntas abiertas dirigidas a profundizar sobre los aspectos que se abordan en esta investigación. (Roca, 2010).

1.5. Instrumentos de recolección de datos

La pauta de observación, es una guía que ayuda a describir los sectores, el entorno físico y social (si lo hubiere). En las salidas a terreno que podrían denominarse de reconocimiento, realizadas en los sectores de Cerrillos y Chabranco, así como también, a antiguos puntos de embarque y desembarque como: Puerto Viejo de Llifén, Puerto Los Llolles, Puerto Futrono y Puerto Squella y lugares donde aún existen vestigios de la antigua época maderera como los locomóviles, huellas y/o caminos, puntos de extracción, bancos de aserraderos, etc. Se registran y caracterizan con la mayor cantidad de detalles posibles, dando cuenta de su estado actual. De igual forma, se hace un recorrido por algunos aserraderos en funcionamiento, para observar el trabajo realizado en la actualidad y así obtener una idea o imagen general del trabajo realizado en los aserraderos, registrando por sobre todo las diferencias que existen con la época pasada, a partir de la información obtenida de las entrevistas.

La guía de preguntas, es con la cual se dirige las entrevistas, que no se convierten en una estructura rígida a seguir, el entrevistado tiene la libertad de poder abordar en profundidad algunas de las preguntas o poder desviarse hacia otro tema que pueda generar datos valiosos para esta investigación. Las preguntas están ordenadas por objetivos específicos (ver anexo 2).

1.6. Obtención de datos secundarios

Los datos secundarios se obtienen a través de la revisión de documentos históricos, periódicos, archivos, artículos de investigación, libros con información comunal, regional y nacional, tesis, reportes estadísticos, documentos técnicos, diagnósticos comunales y regionales, catastros vegetacionales, archivos judiciales, entre otros. Todos estos son obtenidos desde 27 bibliotecas municipales de la comuna de Futrono y Valdivia, biblioteca de la UACh, bibliotecas virtuales (INFOR, FAO) y sitios web.

1.7. Descripción general del proceso de investigación

Las actividades en terreno se realizaron itinerantemente durante los años 2012 – 2014, que corresponden específicamente a la visita de los informantes que ante su disposición y aprobación se daba paso a la aplicación de las entrevistas semi-estructuradas. Lo mismo ocurrió con las salidas a terreno hacia los antiguos lugares de extracción y producción. Estas visitas a terreno se enmarcaron en distintas localidades del territorio jurisdiccional de la comuna de Futrono, Chabranco, Maihue, Llifén, Cerrillos, Pumol, y Futrono. En conjunto con la aplicación de las entrevistas semiestructuradas se cotejaba con información proveniente de documentos (seleccionados anteriormente) relacionados a la historia – económica local, regional y nacional, la actividad maderera, estadísticas forestales, documentos técnicos forestales y noticias de periódicos regionales, entre otros documentos.

2. Marco teórico – conceptual

2.1. Surgimiento e instauración de la era del desarrollo

Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial la hegemonía se consolidaría en Estados Unidos, y en un escalón inferior los países aliados. La nueva posición dominante de Estados Unidos no solo fue en detentar este trono, sino que además, era necesario demostrar y consolidar su predominio a escala global. Esto conllevaría que Estados Unidos se enfrasque en una campaña mundial que ideológicamente llevara su impronta. Esta empresa seria iniciada el 20 de enero de 1949, día que Harry Truman pronunciaría en su discurso de toma de posesión, su plan de trato justo, que incluye como componente esencial la ayuda o asistencia18, por parte, de Estados Unidos y los países de avanzada, resolver los problemas de las “áreas subdesarrolladas” (Esteva, 2000).

18 La metáfora del desarrollo para Viola (2000), viene en razón del lenguaje utilizado por los países civilizados (ahora desarrollados), que mantenían de sus colonias en ultramar, el cual los dejaba en una posición de moralidad que los obligaba a actuar como tutores, para conducir a los países subdesarrollados hacia camino del progreso (desarrollo). 28 En términos generales, el contenido del desarrollo implica preparar el terreno para reproducir en las áreas subdesarrolladas (Asia, África y América Latina), las condiciones necesarias que caracterizan los rasgos de las sociedades más avanzadas de la época (Europa y Norteamérica): altos niveles de industrialización, urbanismo y educación, tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la producción material y los niveles de vida y adopción generalizada de la educación y los valores culturales modernos (formas concretas de orden, de racionalidad y actitud individual) (Escobar, 1999, 2007). Por tanto, el objeto del desarrollo son los países tercermundista, presentando niveles de atraso que serían resueltos con la adopción del proyecto desarrollista.

El desarrollo utiliza el modelo europeo occidental de sociedad, como la pauta para medir el retraso o progreso del resto de los países, constituyendo toda una visión de mundo (moderna, occidental y europea), ya que, presupone una determinada concepción de la historia de la humanidad y asumiendo un modelo de sociedad específico que se considera como la universalmente válida y deseable. Consecuentemente, la única vía al desarrollo reside en adoptar el paquete cultural occidental. (Viola, 2000).

Ahora bien, el desarrollo ligado al progreso, posee además un componente evolucionista y etnocéntrico, frente a la idea de áreas subdesarrolladas, necesitadas de desarrollo, a partir de esto, Escobar (1999), nos señala que, el desarrollo lleva implícito el reconocimiento y la negación de la diferencia, es decir, que estas áreas son reconocidas como diferentes y es el desarrollo el principal mecanismo que eliminará esta diferencia. El desarrollo desconoce los procesos históricos locales del tercer mundo, y parten del hecho de que todo el mundo puede llegar y alcanzar el mismo punto de desarrollo, mediante la implementación de políticas científicas, económicas y sociales (Eschenhagen, 2001).

Para Viola (2000), el desarrollo detenta prejuicios que sesgan su concepción, uno de ellos es el economicismo. Este, se refiere a la centralidad en la teoría económica neoclásica que, configura imágenes dominantes del desarrollo, limitándolo a crecimiento económico, es decir, que la forma de medición (indicando el atraso o el progreso) es mediante indicadores económicos, como la renta per cápita “Para estos hombres, el desarrollo consistía sencillamente en el crecimiento de la renta per cápita en las áreas económicamente subdesarrolladas” (Esteva, 2000: 78). Asimismo, se difunde por todo el planeta la economía de mercado.

29 De este modo, la visión del desarrollo se convirtió en inmutable, en una certeza en el imaginario social, siendo imposible calificar la realidad en otros términos, esta había sido colonizada por el discurso del desarrollo (Escobar, 2007). “Nada hay que se le pueda comparar en la mentalidad moderna [al desarrollo] en tanto que fuerza directriz del pensamiento y de la conducta” (Esteva, 2000: 71).

Desde una visión histórico-estructural revisada por Sunkel y Paz (1970), el subdesarrollo es parte del proceso histórico y global del desarrollo, son interdependientes, las dos caras de un mismo proceso histórico universal, los que estructuran geográficamente dos grandes dualismos. Por un lado, los países industriales, de avanzada y desarrollados. Y por otra parte, los países atrasados, pobres y subdesarrollados. Continuando con estos autores, la diferencia de estas estructuras, es que la desarrollada gracias a su crecimiento endógeno, es la que domina, y la parte subdesarrollada, queda supeditada a esta. Esta dinámica se aplica entre países, como dentro de ellos. A propósito, e involucrando elemento de la teoría de la dependencia, Frank nos dice:

“…el subdesarrollo contemporáneo es en gran medida el producto histórico de las relaciones económicas y de otro tipo, pasadas y actuales, que mantuvo y mantiene el país satélite subdesarrollado con los países metropolitanos ahora desarrollados. Además, estas relaciones son una parte esencial de las estructura y desarrollo del sistema capitalista en su totalidad a escala mundial” Frank (2005 [1967]: 146)

Este dualismo desarrollo - subdesarrollo es una expresión de las relaciones económicas históricas, estructuradas entre el centro (área desarrollada) y la periferia (áreas subdesarrolladas), originadas por la expansión del sistema capitalista mundial, y que en su expansión ilimitada ha penetrado de manera efectiva e incluso en esas áreas más aisladas del mundo subdesarrollado, establecen al igual que el nivel internacional centros (desarrollo) y periferias (subdesarrollo) al interior de los países, en las regiones, provincias y comunas, es decir, “toda una cadena de constelaciones de metrópolis y satélites relaciona todas las partes del conjunto del sistema” (Frank, 2005 [1966]: 148). Por tanto, esta estructura de metrópolis o centros y periferias, permite imponerse y mantener esta dependencia e intercambio desigual, no solo a nivel internacional, sino que además dentro de los países. Esto, Frank lo denomina el desarrollo del subdesarrollo.

30 Cuestionamientos al desarrollo: La antropología del desarrollo

El desarrollo hoy “es un emblema de un mito en agonía” (Esteva, 2009: 7), un mito generado por el pensamiento de occidente, el cual hasta el momento no ha podido resolver los problemas por cuales emergió, como la erradicación de la pobreza y las desigualdades económicas. El desarrollo no atendió el llamado de proporcionar mejoras en la calidad de vida de los habitantes en los sectores subdesarrollados, es más, la pobreza en el mundo ha sido agudizada (Eschenhagen, 2001) y la desigualdad económica entre los países del primer y tercer mundo ha aumentado (Esteva, 2009).

Una de las principales teorías19 que cuestionan al desarrollo es el postestructuralismo, que a través, del análisis del discurso y de las estrategias del desarrollo, cuestionan los modos en que Asia, África y América Latina llegaron a ser creadas como subdesarrolladas (Escobar, 1999). A su vez, este discurso producido históricamente permite examinar las razones por las cuales los países comenzaron a considerarse como subdesarrollados, dando paso a la búsqueda e insistencia de lograr el ansiado desarrollo.

La antropología del desarrollo vinculada al postestructuralismo, subraya el papel del lenguaje y el discurso que “no se consideran como un reflejo de la sociedad si no parte de la misma, defendiendo que es a través del lenguaje y del discurso que la realidad social inevitablemente se construye” (Escobar, 1999: 51). Desde una posición crítica, se cuestiona la noción de desarrollo, revisando su construcción a lo largo de la historia, “desde que perspectivas, con que principios de autoridad, con qué consecuencias y para que grupos de población en particular” (Escobar, 1999: 52).

Para la antropología del desarrollo, no se trata de ofrecer nuevas bases para mejorar al desarrollo, si no de examinar los fundamentos por los cuales se construyó el desarrollo como objeto de conocimiento y de práctica. Por tanto el objetivo de esta antropología posestructuralista, es desestabilizar las bases para modificar el orden social que regula el proceso

19En los últimos 50 años, las conceptualizaciones sobre el desarrollo desde las ciencias sociales, ha visto tres momentos. En primer lugar, durante las décadas del 50’ y 60’ la teoría de la modernización, que para muchos teóricos y elites mundiales inaugura un período de certeza, donde el capital, la ciencia y la tecnología tenían efectos benéficos. El primer revés que sufre esta certeza, es con la teoría de la dependencia entre los años 60’ y 70’, la que plantea que la razón del subdesarrollo subyace en la dependencia externa y la explotación interna, pero para los dependientitas el problema no era tanto el desarrollo, sino más bien el capitalismo. Y por último, en los años 80’ emerge la crítica posestructuralista que cuestiona el concepto mismo de desarrollo, a través del análisis del discurso que es de origen occidental, operando como un poderoso mecanismo en la producción cultural, social y económica del tercer mundo (Escobar, 2005). 31 de producción del lenguaje (Escobar, 1999). La tarea es, por tanto, “desfamiliarizar” lo familiar, al poner énfasis en el análisis del discurso se intenta de hacer de lo obvio algo problemático (Crush 1995: 3, en Escobar, 1999:52).

Un factor importante a considerar al plantearse el desarrollo, es la crítica de la representaciones que los occidentales se hacían de los no europeos, en base a esto, Ferguson (1990) en Escobar (1999), nos dice, que el desarrollo es un marco interpretativo y problemático, desde el cual se conocen la regiones empobrecidas del mundo y es dentro de este marco interpretativo que adquieren sentido y se hacen inteligibles. Por tanto, estas representaciones son formas de conocimiento y poder posibilitadas por el discurso, que se despliegan en instituciones, organizaciones y formas de conocimiento relacionadas con el desarrollo, que construyen el tercer mundo, elevando un conocimiento verdadero (lo que implica la marginalización de los conocimientos locales) que determinan cuales son los aspectos a tratar y cuáles no, de esta forma se establecen los problemas a abordar, creando a partir de esto categorías conceptuales como pobreza, medioambiente, mujer, recursos, etc. convirtiéndolas en realidades que deberían irse desarrollando.

El desarrollo y medioambiente

El desarrollo desnaturalizado, se evidencia como construcción histórica, una invención, que antropológicamente implica verlo como una forma cultural concreta y mirar hacia los que “llevaban a cabo el desarrollo y su papel como productores de cultura” (Escobar, 1999: 54). Pues bien, el desarrollo no solo es una construcción social (limitarlo a un campo de ideas), este posee instrumentos para su difusión y uno de ellos que ha sido central al desarrollo desde sus inicios, son las técnicas y prácticas de planificación, las cuales asumen una idea de control de las experiencias sociales respondiendo a la problemática situación identificada (Ramírez, 2007), en otras palabras, el concepto de planificación personifica la creencia que el cambio social puede ser manipulado y dirigido, por tanto producido a voluntad, de esta forma la idea de que los países pobres podrían encauzarse más o menos fácil sobre el camino del progreso, mediante la planificación ha sido siempre tenido como una verdad absoluta (Escobar, 1996). Concomitantemente, los proyectos y políticas desarrollistas como grandes intervenciones estructurales, son promovidos y aceptados como benéficos por sí mismos, sin considerar que al intervenir en los territorios se ejerce, una significativa transformación y degradación del entorno

32 y un proceso inductivo hacia formas concretas de interpretación de la relación humano - ambiental (Ramírez, 2007).

Shiva (1996), nos habla del quiebre conceptual de la naturaleza en el seno de la modernidad, y ante el advenimiento del industrialismo y el colonialismo, es reducida (física y conceptualmente) en fragmentos, recursos naturales. Bajo esta lógica, (la materia natural con capacidad de explotación económica) la naturaleza pierde su poder regenerador, y son las capacidades creativas humanas que revalorizaran la naturaleza y regeneran, es decir, los recursos naturales requieren ser desarrollados, bajo la introducción del capital y la tecnología se puede lograr una regeneración de estos recursos. La naturaleza se convierte en materia muerta y manejable.

Como se mencionó anteriormente, en las sucesivas décadas de posguerra, la emergencia del desarrollo fue la principal fuerza de transformación de las sociedades del Tercer Mundo y por tanto de su riqueza natural. El desarrollo equivalente a crecimiento económico consiguientemente implica la elevación per cápita, esto conlleva un proceso que requiere de grandes cantidades de insumos materiales, que parecían de oferta abundante, lo que escaseaba no eran recursos, más bien la escasez era de capital y tecnología. La ayuda20 y la transferencia de tecnología se convirtieron en fuerza movilizadora de los primeros años de desarrollo planificado, hubo por tanto una euforia por los poderes regeneradores del capital y la tecnología (Shiva, 1996).

En la economía de mercado el principio estructurante es la maximización de las ganancias y la acumulación del capital. Tanto las necesidades de la naturaleza como de los seres humanos, son guiadas por los mecanismos del mercado. Así, la ideología del desarrollo se funda en la idea de llevar todos los productos de la naturaleza dentro de la economía de mercado en forma de materias primas para la posterior producción de mercancías. Este tipo de desarrollo económico desvaloriza todas las propiedades y procesos de la naturaleza y de la sociedad, ya que no tienen precio en el mercado, bajo esta premisa se generan programas de desarrollo económico, que parcelan y destruyen la base natural (Shiva, 1996).

20 La ayuda proveniente del exterior se entiende como asistencia para el desarrollo o asistencia técnica. Que involucra la intervención de profesionales para la resolución de los problemas, partiendo del hecho de la neutralidad de la ciencia y la tecnología y del carácter apolítico de las mismas. (Ramírez, 2007: 73) 33 2.2. Ecología política

La ecología política tiene su origen en la década del 70’, producto de las preocupaciones medioambientales que afectan al planeta, que ligado al surgimiento de una conciencia mundial ha originado un sentimiento de impotencia que ronda por todo el globo. En conjunto se cuestiona el modelo económico utilizado, discutiendo sobre los límites y la capacidad sustentadora del medioambiente (Comas, 1998). Esta situación provocó el involucramiento de perspectivas teóricas y prácticas disciplinares diversas, que comenzaron a preocuparse por el cambio ambiental, y por cierto, del surgimiento de movimientos sociales ambientalistas.

Relación sociedad – naturaleza

Lipietz (2002), se refiere a ecología política como la ecología de la especie humana, especie que su carácter social es ser política21. Especie que es capaz de vivir organizadamente, deliberando acerca de lo que está bien o está mal, producir ¿De qué forma? ¿Hacia dónde? etc., es por esto, que este autor considera que la especie humana es consciente de lo que hace y, por lo tanto, de los efectos que sus actividades puedan provocar sobre los recursos y el territorio, por ende, dirime y puede garantizar que las generaciones futuras puedan vivir en el mismo territorio bajo los métodos de producción utilizados (Lipietz, 2002). De esta forma, las colectividades humanas bajo una determinada organización social del trabajo, división de ese trabajo, destino de la producción, etc., comprende dimensiones de consenso y dominación abarcando de igual forma el universo simbólico (Alimonda, 2011). Esto se traduce en relaciones de poder.

El principio estructurante del campo de la ecología política es la centralidad de las relaciones de poder, en las relaciones de la sociedad y la naturaleza (Alimonda, 2008; 2011; Palacio, 2006.). Este poder es ejercido sobre la naturaleza permitiéndoles a unos pocos actores sociales tener decisiones sobre la utilización de esta, y sobre sus recursos, pero también se ejerce el poder sobre otros humanos, que a su vez permite tener poder sobre la naturaleza para explotarla y obtener de ella sus recursos (Alimonda, 2011).

21 Lipietz, (2002), define como especie social a: “toda especie en la cual existe una división del trabajo, si nos atrevemos a considerar como trabajo toda actividad que transforma el medio ambiente a fin de satisfacer las necesidades de los individuos de la especie” y como especie que es política “"ella no está programada genéticamente solo para vivir en hordas, tribus, bandas, etc., sino que además es horda, esta tribu, esta banda se organiza en cité... los individuos de esta especie definen entonces sus comportamientos y sus actividades por medio de una deliberación. Juzgan, en conjunto, lo que está bien y lo que está mal" (Lipietz, 2002: 15) 34 La estructura social imperante, es resultado de un largo camino de mecanismos de expropiaciones y explotaciones del territorio o parte del territorio, provocando también la subalternización de los pueblos originarios a través del despojo, quienes o desaparecían culturalmente o se incluían (impuestos bajo violencia) en la parte inferior de la estructura social (Alimonda, 2011). Los seres humanos desde sus orígenes han establecidos relaciones sociales, a partir de condiciones de apropiación y exclusión que despliegan sobre la naturaleza. Estas relaciones sociales son de poder, ya que regulan el acceso, disponibilidad y la utilización de los distintos componentes de la naturaleza. Asimismo, estas regulaciones realimentan al poder y fracciona a las sociedades a partir de la disponibilidad y de usufructo de los recursos, es así, como las relaciones entre los humanos son intermediadas por la naturaleza (Alimonda, 2008).

Palacio (2006), enfatiza que la ecología política ponga en el centro del análisis lo político, cuyo énfasis es la reflexión y discusión de las relaciones de poder, en torno, a la naturaleza “en términos de su fabricación social, apropiación y control de ella o partes de ella por distintos agentes socio-políticos” (Palacio, 2006: 147). Las relaciones de poder no solo se constituyen dentro de los marcos del territorio definido del Estado y de la sociedad, sino que además se establecen relaciones de poder más allá de las fronteras políticas estatales, interconexiones transfronterizas con la naturaleza, por tanto “incorpora las escalas interconectadas de lo glocal” (Palacio, 2006: 147). La referencia aludida por Palacio acerca de las interconexiones transfronterizas, en términos de lo que ocurre en lo local se articula en el contexto global, es fundamental en el análisis de esta perspectiva.

Las concreciones locales de lo global

El gran aporte de las teorías de la dependencia y la teoría de sistema mundo, fue instaurar la dimensión conceptual de sistema global, el que evidencia y nos ayuda a comprender que cada sociedad en el mundo “no es un producto aislado ni el espacio ni el tiempo, sino que es fruto de la relación desigual y jerárquica entre sociedades. Y es que el sistema global hace que todo esté en relación.” (Comas, 1998: 15). Esto es propiciado fundamentalmente bajo la dimensión de la globalización específicamente económica, correspondiéndose con la expansión del mercado, en relación, a la instauración del capitalismo como el sistema económico y social hegemónico, ayudado además, por los nuevos medios de comunicación y transporte que han logrado constituir un solo mundo, por lo tanto, una conciencia de globalidad (Comas, 1998).

35 La distribución ecológica es un concepto que nos ayuda a comprender las externalidades ambientales, que son las cargas desiguales de los costos y beneficios en los usos de ciertos recursos, emergiendo de esto, conflictos de distribución ecológicos (Leff, 2006). La deuda ecológica, evidencia que en la estructura económica mundial se instaura un intercambio desigual entre los países más ricos (primer mundo) y lo más pobres (tercer mundo), siendo esto preocupación de la ecología política22, ya que esto provoca:

“la destrucción de la base de recursos naturales de los países llamados subdesarrollados, cuyo estado de pobreza no es consustancial a una esencia cultural o a su limitación de recursos, sino a su inserción en una racionalidad económica global que ha sobre-explotado a su naturaleza, degradado a su ambiente y empobrecido a sus pueblos” (Leff, 2006: 24).

Sobre la base de esta estructura económica mundial, se considera que el capitalismo es en sí mismo un sistema expansivo, poseyendo una lógica de producción ampliada de alcance global (Biersack, 2011), esto conlleva a dilucidar lo que acontece en la escala local dentro del marco de fenómenos económicos y políticos mundiales, es decir, “interpretar lo que ocurría a escala local en términos de su articulación con el contexto global” (Comas, 1998: 201).

Pues bien, la expansión del régimen de acumulación de capital del alcance mundial, estructura a los países generando posiciones desiguales y dependientes: por un lado, los países que extraen y proveen los recursos naturales (tercermundistas) y quienes los transforman y gozan de los mayores beneficios (primer mundo). Pero esta expansión no solo es a escala entre sociedades, sino que además, influye en la estructura civil interna y de grupos sociales en las sociedades, transformando los sistemas tradicionales de producción hacia una producción dirigida al mercado y la exportación, esto contribuye a la acentuación de las desigualdades entre los poseedores de los medios de producción y los recursos, frente a los desposeídos de estos elementos, como los proletarios rurales, quienes solo poseen su capacidad de trabajo; y los campesinos ,que por las condiciones económicas carentes y la insuficiencia de sus medios tecnológicos, ante la intensidad de producción que implica la economía de mercado acaban destruyendo el territorio (regeneración de los ciclos naturales), desplazándose hacia otras tierras o

22 Comas (1998), nos dice que desde la década del 80’ que se viene desarrollando una ecología política del tercer mundo, la que se considera como “la interrelación entre diversas fuerzas sociopolíticas y la relación entre estas fuerzas y el medio ambiente afecta a los países y regiones que por su débil posición en el desigual sistema de intercambio padecen unos problemas más específicos de degradación ambiental, pues se relacionan con la pobreza, una elevada demografía y una fuerte presión sobre los recursos” (Comas, 1998: 118) 36 convertirse en fuerza de trabajo, generando así integraciones desfavorable en el mercado (Comas, 1998).

Painter (1985) en Comas (1998), nos dice que los pequeños productores no son los únicos quienes roturan su entorno (producto del desplazamiento por causa de la acumulación del capital), sino más bien son los grandes propietarios y/o sociedades (latifundistas y firmas), quienes consideran a la tierra como un input de bajo coste por tanto les es más rentable ir hacia otras tierras dejando las ocupadas degradadas (o conjuntamente ocupar e ir hacia otras tierras) producto de la sobreexplotación de los recursos del territorio y la tierra en sí misma (Painter, 1995: 8-9 en Comas, 1998: 162).

El Estado y la penetración del capitalismo

La expansión e instauración del sistema económico capitalista hacia gran parte de las sociedades del planeta, procura el establecimiento y/o agudización de relaciones jerárquicas entre sociedades y dentro de las sociedades. Pero este sistema económico no solo se inserta en campo de las relaciones productivas de las sociedades, sino que además influye en la acción de los Estados el cual favorece el ejercicio de este.

Al poner el acento en lo político implica mirar hacia el papel del Estado, ya que, es este quien conforma las líneas generales de las macropolíticas para la gestión ambiental del territorio que le corresponde, y además, sobre sus políticas en relación al ambiente, este posee distintos mecanismos y dispositivos (como la legislación), instituciones gubernamentales, su políticas en sí, que hacen del Estado, el principal re-organizador del territorio (Alimona, 2011). En esta misma dirección, Guerra y Skewes (2010), nos indican que “La acción del Estado es decisiva en la reorganización de los territorios que se ponen a disposición del desarrollo capitalista, donde el fraccionamiento de la población es un requisito indispensable” (Guerra y Skewes, 2010: 452).

Según esto, el rol del Estado como re-organizador del territorio y “con su monopolio de la violencia y de la definición de la legalidad” (Guerra y Skewes, 2010: 452), predispone la penetración del sistema de acumulación capitalista, avalado por estas macropolíticas promueve procesos de desposesión, generando la sustitución de los sistemas productivos originarios por sistemas de mercado que imponen relaciones de producción capitalistas (Comas, 1998). Acentuando las desigualdades en el acceso, control y distribución de los recursos, creando un fraccionamiento de la población local en su base económica productiva. 37 Otro aspecto, es la conformación del medio ambiente construido, que se refiere, a la infraestructura que está implicada en el proceso productivo, es decir, el Estado proporciona las condiciones materiales en la producción como la comunicación y el transporte (carreteras, ferrocarriles, tendido eléctrico, etc.), siendo estos gastos asumidos por el Estado (Comas, 1998). Al entregar el Estado la base material facilita la ganancia de las elites capitalistas ya que los medios de comunicación, la infraestructura pública y el transporte son condiciones necesarias para la producción.

De la reflexión anterior James O’Connor (2002), considera que en las sociedades capitalistas el Estado es una agencia, y su función es producir las condiciones de producción como, en regular el acceso del capital a estas condiciones, es decir, toda la actividad del Estado que incluye implícitamente la actividad de todas sus agencias y todos sus rubros presupuestarios, los cuales se vinculan de una u otra manera en la función de, proveer el acceso a la fuerza de trabajo, a la naturaleza, o a la infraestructura y al espacio urbano para el capital.

Construcción social de la naturaleza

“Todo lo que es indispensable para este sistema deviene en parte del ambiente. Lo que circula no es la vida, sino materias primas, productos industriales, contaminantes, recursos. La naturaleza es reducida a un ser inerte, a un mero apéndice del ambiente”. (Escobar, 1995: 13).

La naturaleza en la modernidad, se convirtió en objeto de dominio de las ciencias y de la producción, al tiempo que fue externalizada del proceso productivo, desconociendo el orden complejo y de organización ecosistémica de la naturaleza, en tanto poco a poco se fue convirtiendo en objeto de conocimiento para las ciencias y materia prima en el proceso de producción capitalista. Es así como la naturaleza fue desnaturalizada convertida en recurso, y de esta forma insertada en el sistema de producción capitalista (Leff, 2006)

Escobar (1999b), acuña la expresión regímenes de naturaleza23, identificando al régimen de la naturaleza capitalista, que nace en la Europa post-renacentista y cristalizó con el capitalismo y al arribo del orden epistémico moderno a finales del siglo XVIII y en el que subraya dentro de otros tópicos, la gobernalidad y la mercantilización de la naturaleza. Polanyi (1944) en Comas (1998), nos señala que ante el avance incontrolable del liberalismo de mercado

23 Arturo Escobar (1999b) para referirse a “las convenciones e institucionalizaciones variables en términos sociohistóricos de las articulaciones humanos-naturaleza” (Biersack, 2011: 164), identifica tres regímenes de naturaleza, el capitalista, orgánico y tecno-naturaleza, los cuales conviven en un momento y lugar determinado. 38 a mediados del siglo XIX, al mismo tiempo que aumentaban las riquezas y las tecnologías como nunca antes, se introduce en todo el planeta un sistema de mercado, el cual mercantiliza dos elementos centrales del mundo real, la naturaleza y la fuerza de trabajo, lo que denomina mercancías ficticias. En suma, la naturaleza no es producto de una evolución biológica, más bien es una co-evolución de la naturaleza y de las distintas culturas que la han habitado (Leff, 2006). Ante esto la naturaleza es considerada una construcción social, y no algo independiente de la acción humana.

2.3. Historia ambiental

No es la primera vez que los seres humanos se han enfrentado a una crisis ambiental, pero como vimos, si es la primera vez que el problema ambiental toma una dimensión planetaria. Esta crisis no es solo ambiental, si no que constituye de igual forma una crisis civilizatoria. Crisis que remueve los cimientos sobre los que se sustenta la actual civilización occidental. Se extiende al mito del crecimiento económico proveedor de bienestar, como a la propia teoría económica que la sustenta (desarrollo), afecta a la cultura occidental que es incapaz de escapar de los valores del consumo, del utilitarismo y del antropocentrismo, afecta igualmente a la ciencia derrumbando los paradigmas tradicionales basados en conocimiento especializado y parcelario (Martínez, 1993).

Para Castro (2008), bajo esta crisis, aflora la estrecha relación existente entre las relaciones que los seres humanos establecen entre sí en la producción de sus condiciones de vida, y las que como especie establecen con el conjunto del mundo biofísico. Esto da paso a una visión de creciente complejidad, lo que implica nuevas formas de colaboración e interacción entre las ciencias humanas y naturales. Introducir una perspectiva histórica, permite evidenciar de que “solo en los tiempos largos es posible analizar los periodos de acumulación de impactos negativos y positivos, como también sus efectos concretos sobre el medio” (Camus, 2006: 31). Es decir, que la crisis ambiental actual, solo se puede entender a través del estudio de los procesos históricos relacionados a esta. Son problemas estructurales de un sistema en el tiempo que incluye el medio físico donde se desarrolla la producción, así como los grupos sociales que la producen, la economía que los sustenta y los factores externos que condicionan la actividad (Camus, 2006).

39 Bajo esta mirada, la historia ambiental pretende el estudio de las interacciones producidas entres los seres humanos y su medioambiente, cada vez más artificiales, y de las consecuencias generadas de estas interacciones para los humanos en lo ecológico, lo político, lo cultural y lo económico (Castro, 2008: 7). Para Worster (1988) en Camus (2006: 29), su visión de la historia ambiental se inclina a entender el ambiente como naturaleza, por tanto este enfoque, implica profundizar en la comprensión acerca de cómo los seres humanos han sido afectados por su ambiente natural a lo largo de su historia, y viceversa, como los humanos han impactado al ambiente y con qué resultados. Esta concepción demuestra que los determinismos ambiental o social, limitan los conocimientos que se puedan hacer de la relación humano-ambiental, la historia ambiental según esta postura entrega elementos amplios para su comprensión. “entender la Historia como el proceso coevolución entre los humanos y su medio, partiendo del carácter inseparable de los sistemas sociales y ecológicos” (Martínez, 1993: 12).

Para Worster (2008), existen tres niveles de preocupación de la historia ambiental. La primera de ellas, se refiere a la comprensión de la propia naturaleza, tal como ha estado organizada en tiempos ya pasados; el segundo nivel, incorpora el dominio de lo socioeconómico y como este interactúa con el medio ambiente; y el tercer nivel, es conformado por el campo de lo mental e intelectual, “ en el que las percepciones, la ética, las leyes, los mitos y otras estructuras de significado se convierten en parte del diálogo de un diálogo entre el individuo o el grupo con la naturaleza” (Worster, 2008: 42). Estos tres niveles que para el estudio de lo ambiental con el propósito de esclarecimiento, constituyen un único campo dinámico de indagación donde la naturaleza, la organización social y económica, el pensamiento y los deseos han de involucrarse como un todo.

Para Camus (2006), la historia ambiental no es la historia de las plantas y los animales como entidades aisladas, sino más bien, en su relación con los humanos. Resulta imposible disociar la historia de la fauna y la flora, de la historia de los humanos, ambos se configuran como factor ambiental. Lo que se denomina ambiente no es más que una fracción de la realidad biofísica, esta se construye o socioeconómicamente captada por nuestros sentidos. La dicotomía entre naturaleza y sociedad no tiene sentido.

El ambiente concebido como una construcción social evidencia que su percepción y comprensión se transforma históricamente. El ambiente entonces contiene, los valores, creencias, costumbres, mitos y otras estructuras de significado de la sociedad, que en palabras de Worster 40 (2008), se convierten en parte del diálogo, del diálogo entre el individuo o grupo de personas con la naturaleza. Así por ejemplo, la histórica relación de humana con los bosques, ha variado desde los primeros pueblos de nuestro territorio, los cuales tenían una relación con los bosques distintas de por ejemplo, las primeras décadas de la colonia y posteriormente la república. Desde considerar al bosque como lugar de abastecimiento, refugio y simbolismo (pueblos originarios), hasta la roturación por quemas indiscriminadas de las selvas en aras de la producción de cereales, como el trigo, que como consecuencia de la pérdida de los nutrientes del suelo, se dejaban para el pastoreo del ganado (Camus, 2006).

Desde una perspectiva antropológica, la historia evolutiva de los seres humanos está profundamente ligada con los bosques, considerados como un espacio espiritual y a la par, como un espacio proveedor de bienes para supervivencia, pero “la historia de la emergencia de la especie humana es, de alguna manera, la historia del abandono gradual del bosque” (Mera, 1995: 63). Podría añadirse, también un abandono conceptual, que ha derivado en la concentración de las poblaciones humanas (gran parte), en este ambiente construido, poblados, grandes ciudades, etc. alejándose cada vez más de la naturaleza. La relación humano – ambiental, o más bien, humano – bosques como espacio proveedor de bienes en el marco de expansión global del capitalismo ha conllevado a la apropiación y transformación de los recursos naturales bajo el propósito de generar máximas ganancias en el corto plazo. La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales y la degradación ambiental han sido consecuencias de los procesos de incorporación de los recursos boscosos a la economía capitalista (Zarrilli, 2004).

3. La economía mundial del siglo XX y los patrones de desarrollo en Chile

3.1. Una mirada a la economía mundial

En la primera mitad del siglo XX acontecieron crisis económicas y políticas de repercusión global: la Primera Guerra Mundial (1914 – 1919) y la Gran Depresión (1929), las que pondrían fin a la fase de expansión global del capitalismo internacional librecambista, que prevalecía desde el siglo XIX bajo el dominio del imperio británico. Este colapso financiero y comercial afectaría a la mayoría de los países del mundo (Sunkel, 2007).

41 Sunkel y Paz (1970), nos señalan que las economías latinoamericanas tuvieron dos respuestas al embate producido esencialmente por la crisis de 193024, las cuales dependían del sistema económico interno y del grado de vinculación económica externa25. En los países que poseían una dependencia considerable se ejecutó un “reajuste profundo de su sistema económico interno y de sus formas de vinculación externa” (Sunkel y Paz, 1970: 349), lo que implicó una re-orientación de la economía bajo políticas deliberadas de industrialización, con el fin de diversificar la economía, y de esta forma acelerar el proceso de sustitución de productos manufacturados, que en el largo plazo conlleve a superar la dependencia externa y la vulnerabilidad del comercio internacional. Otro grupo de países no tuvieron que realizar cambios profundos de sus economías, ya que, las exportaciones (vinculación externa) no eran la base fundamental de sus ingresos.

Pero esta primera mitad del siglo XX época que fue mencionado mencionado, marcada por las crisis culminaría en la década de 1940, con la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). Este segundo conflicto bélico también traería consecuencias para la economía mundial. En lo que a Latinoamérica refiere, este nuevo episodio bélico puso en sintonía a las demás economías latinoamericanas bajo políticas de industrialización. En suma, la desastrosa primera mitad del siglo XX para los países de Latinoamérica fue una época de cambios, sobre todo, de su base económica y política interna cuyas posibles respuestas se pueden encontrar en los nexos de esta región con la economía mundial.

En general, para América Latina durante este periodo de crisis, el principal objetivo de las naciones “fue la superación de su condición de subdesarrollo” (Sunkel, 2007: 470). Nótese, la aceptación de los países latinoamericanos de la condición de subdesarrollo y tal como se

24 La gran depresión comienza con la quiebra de la bolsa de valores de Nueva York en el año 1929, desatando “un proceso acumulativo que llega hasta la ruptura de muchos de los factores y condiciones institucionales y estructurales que hasta entonces hacían posible el funcionamiento de la economía liberal” (Sunkel y Paz, 1970: 345). De esta forma, la devaluación de las monedas de cambio internaciones como la libra y el dólar provocaron la caída del sistema financiero mundial, que sumado a la alto índice de desempleo en los países centrales condujeron a políticas proteccionistas de la economía nacional, lo que evidentemente produjo la suspensión de las inversiones extranjeras. 25 Antes de la crisis de 1930, los países de la periferia (dentro de ellos Latinoamérica), basaban (gran parte) de su economía en la exportación de materias primas a gran escala, en cuyo proceso extractivo existía la presencia de empresarios extranjeros y/o inversión extranjera (Meller, 1996). Este hecho estructuraba una situación de dependencia de los centros consumidores. Por tanto, la violenta retracción de las naciones del centro expresadas, por ejemplo, en la contracción drástica de la demanda de productos primarios, lo que consecuentemente vería afectado las importaciones de estos productos reduciendo su volumen, propiciarían la aceleración en la caída de los precios de estos recursos, dejando a los países periféricos con una grave inestabilidad económica (Sunkel y Paz, 1970: 345- 346). 42 mencionó, a partir de 1930 la forma de impulsar el estancamiento económico fue mediante políticas de industrialización, así lo confirma Sunkel y Paz (1970), que durante este periodo la industrialización se asimiló con gran facilidad al desarrollo, sobre todo, porque los países desarrollados habían conducido su economía en alguna época por una revolución industrial alcanzando altos niveles de vida, urbanización, crecimiento económico, etc. (lo que se consideraba como aspectos e índices desarrollados) lo que indujo a los países subdesarrollados a optar por este patrón de desarrollo.

3.2. Una mirada a la economía nacional

Para Meller (1996), los recursos naturales, sobre todo, minerales han tenido un papel importante para la economía del país. Así, durante la Conquista y la Colonia, se primordió la búsqueda de minerales preciosos (oro y plata). Sin embargo, en el territorio chileno la disponibilidad de estos minerales es pobre, en contraste, con el gran auge de la plata en el Virreinato del Perú. Pero, precisamente este auge de la plata en Perú, demandó gran cantidad de cueros y sebos para la fabricación de velas y jabones, propiciando el desarrollo y expansión de la ganadería en el Chile del siglo XVII. Durante el siglo XVIII y XIX, el cobre va adquiriendo importancia en la exportación de recursos minerales (Meller 1996). Aunque el siglo XVIII, se caracteriza por el paso de una economía pastoril a una agrícola derivada de la conquista del mercado del Perú a fines del siglo XVIII, y su expansión en el siglo XIX (Cariola y Sunkel, 1982).

El siglo XIX, con el proceso de independencia y el despojo paulatino de la herencia colonial, y la conformación de un Estado relativamente fuerte y organizado, la economía del país comienza a sustentarse de las exportaciones de recursos mineros y agrícolas, lo que origina una paulatina integración de la economía chilena, al mercado capitalista en expansión (Cariola y Sunkel, 1982). Pero, lo que transformó sustantivamente la economía nacional fueron las exportaciones salitreras durante la década de 1880 (Meller, 1996). Cariola y Sunkel (1982), nos hablan de una gran expansión económica en el siglo XIX, y las primeras décadas del siglo XX (1830 – 1930), donde se distinguen claramente dos ciclos de expansión, y que la historiografía nacional se ha encargado en denominar al conjunto de estos ciclos, como de crecimiento hacia afuera.

43 Primer ciclo de expansión 1830 – 1879

La apertura e inserción de la economía chilena a la internacional, se apoyó sobre el aprovechamiento de las exportaciones de recursos naturales-mineros (oro, plata y cobre) y agrícolas (trigo). Respecto de las explotaciones y exportaciones de los recursos mineros en la región del Norte Chico, estas fueron emprendidas por un grupo de empresarios nacionales y europeos con ayuda de técnicos, quienes comenzaron a evaluar las riquezas mineras, y eventualmente introducir innovaciones tecnológicas en su explotación (ferrocarril y fundiciones) (Cariola y Sunkel, 1982).

La expansión y transformación de la agricultura en el Valle Central al Biobío, entre 1850 – 1870, tiene relación con el significativo auge exportador de trigo y harina, cuyos mercados eran California, Australia e Inglaterra, y los vecinos Perú y Bolivia. Asimismo, el mercado interno representado por los principales centros urbanos y el importante Norte Chico, que fruto del auge minero evidenció un incremento considerable de la población, que en conjunto canalizaron demandas de productos alimenticios (Cariola y Sunkel, 1982).

A consecuencia de la expansión del comercio exterior se crea una importante base gravable para las recaudaciones tributarias. Además, la expansión del comercio exterior permitió vinculaciones financieras y comerciales externas, que dan paso a la opción de los empréstitos internacionales. Estos hechos contribuyeron considerablemente a la ampliación de los recursos del Estado, y por consiguiente del gasto público, que se ven concretizadas en importantes políticas de integración, aparato estatal y obras públicas, como: el inicio de la construcción de ferrocarriles, caminos, puertos, telégrafos, represas y canales de riego, edificios públicos, etc. Y es en este periodo que se constituyen las bases para la incorporación (concretándose en el segundo ciclo, a excepción de Valdivia y Llanquihue), de las regiones de Valdivia y Llanquihue, la Araucanía, Chiloé y Magallanes, las que desarrollaban importantes actividades económicas (Cariola y Sunkel, 1982).

Son factores internos como externos que propician la crisis de este primer modelo de expansión. Uno de estos factores tiene relación con la inserción de la economía chilena a economía mundial, dejando de manifiesto las consecuencias que estas relaciones dependentistas originan; sostenidamente durante la década de 1870, la economía internacional registró un decaimiento que trajo aparejado la baja de los precios de los principales productos de exportación

44 nacional; finalmente, la guerra del Pacifico 1879 – 1883, contribuye a dar término a este primer ciclo y dar paso al gran ciclo salitrero.

Segundo ciclo de expansión 1880 – 1930

Las explotaciones salitreras comienzan en la década de 1860, pero el gran auge de esta actividad inicia con el término de la Guerra del Pacifico en 1883, donde se incorporan la provincia boliviana de Antofagasta y la provincia peruana de Tarapacá al territorio nacional, entregando al país una industria del salitre, con una próspera fase expansionista en los mercados internacionales. (Cariola y Sunkel, 1982). Antes de la guerra, la minería del salitre era llevada a cabo por capitalista chilenos, y paradójicamente terminada la guerra, la explotación a gran escala del salitre fue contralada por capitalistas británicos, como el conocido John Thomas North proclamado el rey del salitre. (Meller, 1996).

El aumento de la demanda a nivel mundial del recurso salitrero, adquirió niveles asombrosos, traduciéndose en un incremento de la producción, de las exportaciones y de la ocupación, generando cambios significativos en las regiones salitreras, así como también en la economía del país. Ahora bien, aunque las explotaciones salitreras pertenecientes al capital inglés implicaron la salida de una parte sustanciosa de los excedentes hacia las metrópolis británicas, el Estado nacional logró captar un flujo considerable de estas riquezas mediante las tributaciones (Sunkel y Paz, 1970), alcanzando casi el 50% de los impuestos totales en el periodo de 1895 – 1920. (Meller, 1996).

Este aumento en las arcas del Estado producto de las tributaciones derivadas de las exportaciones del salitre, originaría un significativo impulso en el gasto público durante este ciclo. Se concretarían las políticas impulsadas del anterior ciclo de expansión, como el término de la construcción del ferrocarril al sur, y la incorporación definitiva de las regiones del sur del país. Pero los ingresos fiscales contribuyeron además, a consolidar y expandir el sector público y el aparato estatal, una considerable expansión de los establecimientos educacionales y mejoras de la educación en general, aumento en los gastos de los servicios urbanos, en obras públicas, telégrafos, puertos, riego, electrificación, etc. (Cariola y Sunkel, 1982).

Finalmente, el término de este ciclo tiene sus causas asociadas a la fabricación artificial del nitrato sintético en Alemania, durante la primera guerra mundial, que era de coste mucho menor. Aunque su caída y efectos se verían terminada la guerra, debido a que el salitre fue 45 bastante utilizado para la fabricación de explosivos durante la guerra, beneficiando con unos años de gran exportación salitrera para Chile. No obstante, durante la década de 1920 el salitre comienza su fase decadencia, debido a la grave depresión de la economía mundial, pero daría paso a la gran minería del cobre, que al igual que el salitre quedaría en manos foráneas, en este caso firmas norteamericanas. El ciclo del salitre culminaría definitivamente con la crisis mundial de 1929. (Cariola y Sunkel, 1982; Meller, 1996).

Crecimiento hacia adentro

La crisis económica de 1930 tuvo un fuerte impacto en la mayoría de los países del mundo (Camus, 2006); y según un informe de la Liga de las Naciones, se demostró que Chile fue el país más afectado por la gran depresión (Meller, 1996). Por tanto, esta crisis removió los cimientos de la economía nacional lo que indujo a un giro radical en el estilo de desarrollo llevado por nuestro país hasta 1929.

En efecto, durante los años 1930 a 1973 los gobiernos de la época buscaron abandonar la estrategia económica de dependencia en la exportación de recursos naturales-mineros26 (salitre y cobre), estilo conocido como “desarrollo orientado hacia afuera”, por la vulnerabilidad de este modelo, debido a la subordinación de la economía chilena respecto de las fluctuaciones de la economía mundial (mercados disponibles y tarifa de precios), y dirigir más bien, la economía hacia los sectores que producen para el mercado interno. De esta forma, el patrón de desarrollo se modificó hacia un “desarrollo orientado hacia adentro”, cuya estrategia consistía en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), con esto, el Estado sentó las bases políticas y administrativas para financiar, proteger y fomentar las industrias nacionales, con el propósito de que el desarrollo fabril pase a encarnar el motor para el crecimiento económico y social, como una nueva fórmula para superar la estancada economía del país. (Meller, 1996).

Es así, que en Chile a partir de 1932 a 1973 se comienzan a ejecutar políticas restrictivas en el sector externo, y la aplicación de instrumentos que favorezcan el desarrollo y protección de la industria nacional27. Paralelamente, el aparato estatal incrementó su participación en la

26 Según Sunkel y Paz (1970), esta dependencia externa en la práctica nunca se redujo, es más se acentúo. En este mismo sentido apunta Meller (1996: 54), la ISI no logró independizar la economía interna del sector externo “…en el mejor de los casos, el grado de dependencia no había cambiado”. La economía nacional seguía exportando recursos naturales, principalmente cobre, representando el 65% de las exportaciones totales durante la década de 1960. 27 Algunas de estas medidas fueron, la aplicación de variados impuestos y diferentes sobrecargas a las importaciones, tasas de cambio múltiples, elaboración de listas de importaciones permitidas y prohibidas, creación de 46 economía nacional, “asumiendo un papel directo en el proceso productivo y en la promoción del desarrollo” (Meller, 1996: 58). Este papel preponderante se vería ratificado con la creación de una corporación nacional para el desarrollo, CORFO (Corporación de Fomento de la Producción) en 1939, cuya función era “la formulación de un programa nacional de desarrollo y la asignación de recursos para actividades productivas incluidas en dicho programa” (Meller, 1996: 58). Esta agencia gubernamental se transformaría en el principal instrumento para promover el crecimiento mediante políticas de desarrollo, de esta forma, durante el periodo 1939 – 1973, CORFO dominó la economía chilena mediante la inversión directa en sus empresas estatales y la asignación de créditos y subsidios. (Meller, 1996).

Las reformas y políticas de desarrollo motivadas por CORFO, beneficiarían a ciertos sectores industriales, tal como sucedió en la década de 1960, donde se vieron impulsados los sectores pesquero y forestal (Meller, 1996: 59). Respecto al sector forestal, estas políticas incidirían en la conformación de los cimientos de una pujante industria maderera, basada en la explotación de plantaciones con especies exóticas, y de rápido crecimiento, destinadas a abastecer a la industria del papel y la celulosa (Camus, 2006).

A continuación se desarrollan dos elementos que se insertan en este periodo histórico, la conformación de una nueva política forestal del Estado y el proceso de reforma agraria, ambas tendrían incidencias en el desarrollo de las explotaciones forestales de la comuna de Futrono.

Política forestal del Estado

Desde la década de 1930 gracias a los aportes al conocimiento silvicultural y de conservación de científicos como, Federich Albert y Konrad Peters, el Estado y la sociedad comienzan lentamente a preocuparse por la conservación de los bosques nativos, la deforestación y la problemática ocasionada por la erosión de los suelos. Estos esfuerzos tendrían sus frutos con la promulgación del Decreto N° 4.363 (“ley de bosques”), la cual dispone de una serie de normas que protegen los bosques nativos y los suelos forestales. Además, promueve la reforestación con especies exóticas de rápido crecimiento (Camus, 2006). Efecto de esta ley, sumado a las iniciativas de particulares y del Estado a través de CORFO, durante las décadas de 1930 y 1940

reglamentaciones especiales para la inversión extranjera y los movimientos de capital relacionados, importación de productos semielaborados para ser terminados en las industrias del país, ahorrando el costo de manufactura extranjera, prohibiciones en las exportaciones de papas, harina y trigo con el fin de asegurar el abastecimiento interno, entre muchas otras medidas. (Camus, 2006; Meller, 1996). 47 el número de hectáreas con plantaciones de especies exóticas (pino insigne) aumentarían considerablemente. Para Camus (2006), esta ley concilia dos posturas: Por un lado, la conservación y protección de los bosques y la reforestación de los suelos erosionados, heredados del antiguo ciclo triguero; y la contraparte, es la postura utilitarista que advertía el beneficio económico de las plantaciones, para desarrollar un complejo industrial en el país, destinado a abastecer la demanda mundial de celulosa y papel.

El 22 de septiembre de 1939 es aprobado por el consejo de CORFO, el Plan de Fomento Industrial,28 el que da luces sobre las principales industrias del país, estadísticas de producción y la consideración de algunas ineficiencias, presentando posteriormente fórmulas de inversión que son necesarias para potenciar a estos sectores. Dentro de sus ítems, se detalla la industria maderera y se considera como uno de los sectores trascendentales para la economía nacional. Los incentivos para esta industria son en forma de créditos destinados a fomentar la producción maderera. La proporción de créditos es de $8.000.000 destinados a aserraderos de montaña en el sur y, $2.000.000 para comerciantes-industriales. En suma, el plan de fomento maderero inmediato (1939-1940), contempla un fondo de inversión de $18.500.000 (CORFO, 1939).

La visión utilitarista del bosque se plasma en el arribo de las misiones forestales Haig en 1943, y FAO en 1952. Los resultados y conclusiones de estas misiones forestales concluyeron que la actividad maderera de la época (basada en la extracción de maderas nativas) era atrasada en su método de extracción, transporte y elaboración, además existían una nula racionalización de los recursos forestales (sobre todo, con el uso del fuego), por tanto, lo que se necesitaba era la modernización e industrialización del sector forestal, que implicaba una inyección de capital mediante créditos estatales. Conjuntamente, se propone incentivar las plantaciones de especies exóticas de rápido crecimiento para solucionar los problemas de erosión, y abastecer la creciente industria de celulosa y papel, lo que permitiría establecer en el país un sector industrial competitivo que posibilitaría ingresar al mercado mundial (Camus, 2006).

En resumen, desde mediados del siglo XX la política forestal del Estado canalizadas por CORFO, en esta fase de desarrollo hacia adentro, guiarán hacia un proceso de transformación y modernización de la industria forestal en su producción y mercado, las misiones forestales y los diversos estudios, disposiciones legales, instituciones, formación técnica y universitaria, la

28 Este plan correspondía a un fórmula de acción inmediata, a la espera de un estudio de mayor envergadura, para destinar racionalmente los recursos en los diversos sectores industriales (CORFO, 1939). 48 legitimidad de conocimiento silvicultural científico, corporaciones privadas (como CORMA) contribuirían en este proceso modernizante. Asimismo, se daría un giro hacia la producción de celulosa y papel, y la reforestación con especies exóticas de rápido crecimiento, principalmente pino insigne, como resultado, desde 1940 las plantaciones comienzan a ganar predominancia (Donoso, 1983), y a desplazar las maderas provenientes de los bosques nativos, que serían luego consideradas como estorbo para este nuevo sector forestal. Para el final de este periodo 1973, se consolida una industria forestal que durante la dictadura militar se convertiría en uno de los pilares del nuevo modelo de desarrollo. (Camus, 2006).

La cuestión agraria y el proceso de reforma agraria

A mediados del siglo XX la propiedad rural prevaleciente en la comuna de Futrono y en el sur de Chile era el latifundio, patrón de propiedad que estaría en el centro de las discusiones de la época, ya que, era considerado la causa principal en la crisis del sector agrícola29. Las ideas de re-estructuración en el agro problematizando esencialmente, sobre la concentración de las tierras30 y el sistema hacendal, las que serían subsanadas mediante reformas en el sector agropecuario, se comienzan a incubar ya en 1930 siendo incluso slogans de campañas presidenciales (Meller, 1996).

No es hasta los inicios de la década de 196031 que se consensa sobre el bajo rendimiento del sector agrícola, obteniendo resultados negativos para el crecimiento económico del país.

29 El latifundio retardó la evolución económica, social y política de Chile, nos señala Meller (1996), en el mismo sentido y ampliando esta afirmación Bellisario (2013), nos dice que, durante 1930 - 1970 la agricultura se encontraba empantanada en la ley de los rendimientos decrecientes, y esto es en gran medida causa del sistema hacendal (latifundio). Por una parte, monopolizaba la mayoría de los recursos agrícolas en Chile en unas pocas manos, y por otra, no existía el interés (de la clase terrateniente) en transformar este sistema, hacia un moderno sistema agrario. Continuando con este autor, fue el proceso de reforma agraria 1965 – 1980 que en definitiva, permite el surgimiento de la actual agricultura exportadora (y el tránsito hacia el capitalismo). Sobre este estancamiento agrícola se puede agregar, la discriminación de la agricultura por parte de las políticas del Estado planteado por Almonacid (2005). 30 En 1925 la distribución en la tenencia de las tierras, indicaba que 9.866 personas eran dueñas del 90% de las tierras, con fundos de más de 200 hectáreas; 12.503 personas eran dueñas del 5% de las tierras, con fundos entre 51 – 200 hectáreas; y 87. 494 personas eran dueñas del 3% de las tierras, con fundos de menos de 50 hectáreas. En 1965, 13.849 personas eran dueños del 86% de las tierras, con fundos de más de 200 hectáreas; 23. 959 propietarios dueños del 7% de las tierras, con fundos entre 51-200 hectáreas; y 216.044 personas dueños del 6% de las tierras, con fundos de menos de 50 hectáreas (Meller, 1996: 87). Estas cifras ilustran la concentración cercana al 90% del total de las tierras, con fundos de más de 200 hectáreas en pocos propietarios. 31 Las presiones y preocupaciones por la productividad y estructura social del sector agrícola, no solo eran de índole interna sino también externas. En el tenso escenario mundial dividido ideológicamente por dos sectores, uno de corte socialista conformando el bloque soviético, y el segundo, capitalista encabezado por E.E.U.U, cristalizaría en tensiones localizadas como la revolución cubana (1959). Este síntoma socialista en América Latina, motivaría estrategias paliativas directamente de la Casa Blanca, cuyo sillón presidencial era ocupado por John F. Kennedy, concretamente, sería la Alianza para el Progreso que bajo promesa de ayuda económica y social, promovería transformaciones profundas de carácter político, económico y social en Latinoamérica “las modernizaciones de los 49 (Meller, 1996). En este complejo contexto político y económico, se comienzan a tomar medidas que buscan promover cambios radicales en el agro. Es así, que durante el gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964), se dicta la primera ley de Reforma Agraria N° 15.020 (1962), otorgando facultades legales que permitan expropiar los fundos mal explotados. Con esto, se intentaba dar acceso a la propiedad de la tierra a aquellas familias que quisiesen trabajarlas, y así mejorar sus condiciones de vida. Esta ley tendría una intención más social que económica, en cuanto, a la subdivisión de las tierras y el acceso a estas (Garrido et al., 1988).

En el gobierno presidido por Eduardo Frei Montalva (1964-1970), continuador del proceso de reforma agraria, se promulgan las Leyes N° 16.640 y N° 16. 625, que facilitaban el proceso de expropiación y la sindicalización de los campesinos, respectivamente. Lo significativo de la Ley N° 16.640 es el establecimiento del límite superior de tenencia de tierra, hasta 80 hectáreas de riego básico equivalente, lo que permite expropiar el restante de esta reserva, y no solo los fundos definidos ambiguamente como mal explotados. Por último, es con estas leyes que el gobierno de la unidad popular se regiría en la última etapa de la reforma agraria (Meller, 1996).

Con el ascenso al poder de Salvador Allende (1970-1973), se inicia también un nuevo proyecto sociopolítico y económico, donde la reforma agraria era un pilar fundamental, por tanto, se priorizó la aceleración del proceso de reforma. Consecuentemente, durante este período las tomas, las huelgas y las expropiaciones se incrementaron, generando un ciclo de gran efervescencia social en los campos del país, muestra de esto, es que solo en el primer año del gobierno de Salvador Allende se expropian 1.379 predios, casi la misma cantidad de expropiaciones durante todo el gobierno de Eduardo Frei Montalva 1.400 predios (Meller, 1996).

En el plano local, esta última etapa de reforma agraria también tuvo una radicalización de consideración, en 1971 Valdivia fue la provincia con mayor números de tomas, registrando 158 de un total nacional de 1.278 tomas (Klein, 1973 en Le Bonniec, 2013). Le Bonniec (2013), quien investiga este proceso en la provincia de Valdivia, nos señala que actuaron dos lógicas (no excluyentes) que motivaron las ocupaciones o tomas. La primera, relacionada a la reivindicación de los derechos de propiedad, uso y usufructo de la tierra por parte de obreros y campesinos, y la segunda, la recuperación de los territorios ancestrales indígenas, usurpados por latifundistas países en desarrollo, teniendo como modelo el Plan Marshall; las modernizaciones producen desarrollo económico, y este, democracia, y por tanto, eran indispensables cambios estructurales en el sector rural y tributario” (Garrido et al., 1988: 84). 50 desde el siglo XIX. En cuanto a la referencia que este autor hace de la comuna de Futrono, nos indica, que en los meses de noviembre y diciembre de 1970, las áreas de Panguipulli y Futrono son las que concentran mayor cantidad de tomas (7 y 4, respectivamente). Los fundos tomados mencionados por Le Bonniec que corresponden a la comuna de Futrono son: La Pellinada, Sichahue, Cerrillos y Maihue32.

En suma, durante la reforma agraria (1965-1973) se expropiaron en el país 5.809 predios, con una superficie total de 9.965.900 ha. En la provincia de Valdivia 2.986 familias entraron en el proceso de reforma agraria; el número de hectáreas expropiadas fue de 768.719, de un total provincial de 1.847.000, representando por tanto un 41.6% (Garrido et al., 1988; Meller, 1996).

3.3. Factores históricos que inciden en la presión sobre los bosques del sur de Chile33

De las secciones anteriores, la mirada a la economía nacional y los patrones de desarrollo (gran ciclo de expansión y crecimiento hacia adentro), nos permiten identificar algunos factores históricos que han incidido en la presión sobre los bosques del sur de Chile, concretamente la presión ejercida por la actividad maderera.

La tasa de crecimiento poblacional registraría una explosión en la década de 1930, esto es, asociado a las mejoras en la calidad de vida y de los servicios fundamentales, reduciendo los índices de mortalidad general e infantil. En la década de 1940, se observaría que la tendencia en la concentración urbana se concreta, superando a la población rural, fenómeno que sería agudizado con el tiempo (Almonacid, 2005). Todos estos aspectos demográficos, dejan como corolarios la necesidad de viviendas y muebles, desnudando que las ciudades no estaban preparadas para albergar el flujo migratorio. Esta situación sumado a otras problemáticas sociales, incentivan movimientos sociales reivindicativos demandando soluciones como las habitacionales (Cariola y Sunkel, 1983). Como resultado en la primera mitad del siglo XX, se

32 En 1971, en los sectores precordilleranos y cordilleranos de Panguipulli, Los Lagos, Futrono y Lago Ranco, producto de las tomas realizadas por trabajadores y comunidades indígenas, que en total sumaron 22 fundos, el Estado expropiaría estos predios y juntos constituirían el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, filial de CORFO. Este complejo abarcaría un área aproximada de 420.000 hectáreas, trabajando cerca de 3.600 personas. Algunos fundos emblemáticos de la comuna de Futrono, que fueron parte de este complejo serian (un sector de) Cerrillos, Arquilhue y Maihue. 33 La identificación de los factores históricos se limitó a un rango de la historia nacional, y relacionados con los bosques del sur de Chile. Este rango temporal inicia con el “gran ciclo expansivo” (1830-1930), hasta la medianía del siglo XX. 51 promovieron cambios profundos en el aspecto habitacional, sobre todo, en la década de 1940 que en ciudades como Valdivia marcarían hitos importantes en la construcción de viviendas para obreros (Almonacid, 2000).

El surgimiento de ciudades y pueblos34 que requerían madera para construcción, así como también, la expansión de la educación primaria a lo largo del país, que significaba la edificación de escuelas y su equipamiento, la implementación de infraestructura pública (oficinas estatales, hospitales, retenes, etc.); infraestructura básica como la red de electricidad y telecomunicaciones, obras civiles, puertos, telégrafos, entre muchas otras, representaron grandes demandas para el Estado, las cuales, de una u otra forma necesitaban de maderas y/o derivados para su obra, por tanto, el Estado en su papel de benefactor tuvo que satisfacer paulatinamente (Camus, 2006; Otero, 2006).

La construcción del ferrocarril longitudinal marca un hito importante en la incorporación de las regiones del sur. En 1862 se inicia la construcción del ferrocarril al sur, en 1910 a Valdivia y en 1913 se completa el tramo en Puerto Montt (Otero, 2006: 99). El ferrocarril no solo fue un medio transcendental de transporte de carga y pasajeros para el país, sino que además, fue un gran consumidor de productos madereros. (Camus, 2006). Estas demandas se canalizaban en dos: leña, como combustible para las calderas de las locomotoras, y durmientes para el levantamiento de las vías férreas.

Sostenidamente durante el siglo XIX y XX, se fundan diversas industrias que requerían cantidades importantes de leña, carbón, maderas y derivados (como la corteza del lingue) para su funcionamiento, situación que en la zona sur se ve potenciada desde 1850, con la llegada de inmigrantes europeos35. Muestra de estas industrias en el sur, es la minería del carbón en la zona de Concepción la cual demandó gran cantidad de estos productos madereros. Y en Valdivia, concretamente en la Bahía de Corral, se funda la primera siderúrgica de América del Sur y la primera en todo el mundo que funcionaba con leña (Otero, 2006).

34 Durante 1860 y 1910 surgirían gran cantidad de pueblos en el sur (Corma, 2002. en Otero, 2006). 35 La llegada de inmigrantes europeos proceso de la historia nacional, conocido como “colonización del sur de Chile”, respondía a los deseos expansionários económicos y territoriales del Chile del siglo XIX, viéndose empantanados en el sur por el escaso desarrollo de la zona. En el aspecto económico, la pujante demanda de alimentos originados por la industria del salitre, la fiebre del oro en California y los mercados de Australia e Inglaterra, era los alicientes fundamentales que incidían en el desarrollo de la agricultura, sobre todo, en el cultivo de trigo. Territorialmente, para 1850 el poblamiento en el sur y extremo sur era escaso, la apertura de la frontera agrícola en la región del Biobío, y la necesidad de ejercer soberanía, ante la preocupación de que aquel territorio fuese ocupado por otras naciones, son otros motivos, que gatillaron la idea y ejecución de poblar el sur y extremo sur, con inmigrantes europeos (Otero, 2006). 52 Todos estos factores anteriormente descritos, entregan posibles respuestas que explican, por una parte, la gran presión sobre los bosques nativos del sur ante la necesidad imperiosa de maderas y sus productos, y por otro parte, demuestran la importancia de los productos forestales (maderas para construcción, en bruto, durmientes, leña, carbón, pilotes, postes, envases, etc.), en la conformación social y económica de Chile del siglo XIX y XX.

Recapitulación

Delimitado el marco metodológico de esta tesis, se plantean los cimientos teóricos de este estudio. En primer lugar, se expone una exégesis del concepto de desarrollo, puntualizando sus atributos que desde su origen lo nimbaron de misticismo, seguidamente, gracias a los aportes teóricos abordados, el desarrollo se desnaturaliza y desenmascara. Los límites medioambientes a los que el proyecto desarrollista se afronta, es un tópico emprendido por la ecología política, indagando las causas económico- políticas subyacentes de los patrones de desarrollo optados, que a su vez, están ligados a fuerzas globales (expansión del capitalismo y la economía de mercado). La historia ambiental permite situarnos y profundizar sobre las interacciones históricas entre sociedad y naturaleza, pretendiendo comprender los efectos que el entorno natural ha ejercido sobre los humanos, y al tiempo, los impactos que los humanos han realizado sobre el ambiente y con qué resultados.

El anclaje de la economía nacional en la economía mundial, queda exteriorizada y a la vez desnuda, las consecuencias que esto trae aparejado. La armonía económica y política de la década de 1920 se resquebrajaría con la Gran Depresión en 1929, haciendo zozobrar las bases económicas internas del país, dando un giro hacia un nuevo planteo de patrón de desarrollo mitigador y eventualmente desasirse de aquel vínculo dependentista, con las metrópolis europeas y norteamericana. Este patrón de desarrollo de crecimiento hacia adentro, tendría prioridad en fomentar la industria nacional, agencias gubernamentales como CORFO serian determinantes en este proceso. En lo que a la industria maderera refiere, el Estado conformaría una política forestal instituida sobre la base de plantaciones con especies exóticas, construyendo un complejo industrial – celulosa y papel – que en un nuevo contexto económico-político (dictadura militar), sería un pilar para su quimérico modelo de desarrollo.

53 PARTE II: PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

54 CAPÍTULO 3. LA EXPLOTACIÓN FORESTAL DE LOS BOSQUES NATIVOS Y LA COMERCIALIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS MADEREROS 1950 – 1974

Resumen

La tala de árboles se posicionaría como una de las prácticas económicas más relevantes del territorio futronino en el siglo XX (Basso, 2011, 2013; Hunter, 1993), generando para los capitalistas y dueños de fundos un rubro bastante lucrativo, permeando además, la economía de los grupos familiares (capítulo 4). De ser una actividad que históricamente satisfacía necesidades locales, pasó a suplir las demandas provenientes del mercado nacional e internacional, ávidos de productos forestales. En este capítulo se realiza una descripción de las explotaciones forestales de la época estudiada, es decir, se pormenoriza el proceso que principia en los bosques de montaña, hasta la comercialización de los productos forestales (madera aserrada y durmientes), dejando establecido que la comuna de Futrono se constituyó como sector extractivo, mas no, de elaboración de la materia bruta.

1. Las explotaciones forestales en la comuna de Futrono

Las explotaciones forestales en el territorio futronino, fueron y son llevadas a cabo bajo lógicas capitalistas, que por cierto, eran coherentes con el patrón de desarrollo de la época, crecimiento hacia adentro (Meller, 1996), cristalizando una mirada al bosque en perspectiva industrial, generando un marco que legitima la extracción maderera con un fin más amplio, el bienestar nacional, crecimiento económico (desarrollo) (Viola, 2000). Los gobiernos de la época priorizaban la producción de materias primas locales, como queda de manifiesto en el mensaje del ex presidente Pedro Aguirre Cerda: “Se trata, por una parte, de reemplazar hasta donde es posible la importación de materias primas, especies o productos elaborados que podrían obtenerse con los elementos disponibles en el país” (Almonacid, 2005: 242).

A nivel nacional, las explotaciones forestales tuvieron un gran auge, entre 1935 y 1963, la producción maderera fue muy alta constituyéndose como una industria de gran importancia económica (Otero, 2006). En 1936, en el país se registraban 737 aserraderos, de los cuales 233 aserraderos se encontraban en la provincia de Valdivia, en Cautín había 193 aserraderos y 55 aserraderos poseían en la provincia de Malleco. Estas tres provincias abarcaban el 76% de la

55 producción nacional (Almonacid, 2005). En 1963, existían en Chile 1.162 aserraderos, de los cuales 574 (52%) se encontraban en las provincias de mayor importancia forestal del país: Cautín, Valdivia, Osorno y Llanquihue, generando puestos de trabajo para alrededor de 15.000 personas (Otero, 2006). A partir de la década de 1970 la madera aserrada nativa sufre una importante caída, representado el 20,8% del total de la madera aserrada en el país, mientras el pino insigne alcanza el 79,2% (Donoso, 1983).

El método de extracción maderera aludida en esta tesis tiene sus raíces en el siglo XIX, caracterizado por la tala selectiva (floreo), la utilización de herramientas elementales (hachas, corvinas, combos y cuñas), el uso de tracción animal (yuntas de bueyes), gran cantidad de fuerza de trabajo, y a fines de este siglo se incorpora el locomóvil como fuerza motriz. Para 1950, las 5 principales especies utilizadas en Chile eran roble-pellín, el raulí, el coigüe, el laurel y la araucaria (Otero, 2006). A excepción de la araucaria (Araucaria araucana), las demás especies se encontraban en cantidades importantes en los bosques del territorio futronino, considerarse 4 las especies con un alto valor comercial: el lingue (Persea lingue), el roble-pellín, el laurel (Laurelia sempervirens) y el raulí (Nothofagus alpina). En un segundo nivel se ubicaban especies que no poseían un gran valor comercial, pero a medida que se agotaban las existencias de especies con mayor valía por sobreexplotación y, de encontrarse en lugares cada vez más de difícil acceso, estas fueron progresivamente valorizadas, es el caso del ulmo, tepa (laureliopsis philippiana), coigüe, olivillo (aextoxticon punctatum), tineo, entre otras.

2. Aspectos socioculturales de los obreros e inquilinos madereros

Los trabajadores forestales usualmente denominados madereros36 eran mayoritariamente hombres,37 por ende, los oficios eran del campo de dominio masculino. Ahora bien, según la relación laboral que los madereros establecían con los propietarios, firmas o empresarios forestales se componían en inquilinos u obreros. Los inquilinos vivían afincados en los fundos madereros, y los obreros, formaban parte en las faenas madereras como temporeros, ya sean, los

36 En sentido estricto, los madereros son quienes maniobran las yuntas de bueyes y traen las trozas desde los lugares de tala a los bancos aserraderos. 37 Se utiliza la categoría de hombre debido a que en las antiguas faenas forestales, los trabajos eran realizado mayoritariamente por este sexo, de los entrevistados ninguno respondió a ver trabajado o visto a una mujer en las explotaciones madereras. Se dice mayoritariamente para considerar los casos documentados en otros relatos e investigaciones de mujeres participando en las faenas forestales de medianías del siglo pasado. 56 hombres que componen un grupo familiar en territorios menores adyacentes a las grandes propiedades (chilenos y/o reducciones indígenas) en la comuna, y los errantes, personas (y sus familias) provenientes de otras provincias o regiones del país, que trabajaban en las faenas forestales viviendo en el fundo mientras duraba la temporada maderera (octubre – abril), conformando los denominados campamentos madereros.

Estos campamentos madereros, eran un conjunto de viviendas denominadas rucos o burros38, siendo levantadas improvisadamente por los mismos obreros con celeridad, utilizando para esto, las mismas tapas sobrantes de los aserraderos. En estos rucos vivían los obreros y sus familias discurriendo su vida familiar, de amistad, cofradía, recreación, etc., realizando algunas tareas en conjunto con otros grupos familiares, como cocinar, aseo de las vestimentas y menesteres, crianza de animales menores, etc., Esta existencia de ambulante, los entrevistados decían estar acostumbrados “en los campamentos solían haber más de 50 rucos, y todo ahí, con las mujeres, los niños, perros, gallinas, animalitos, todo” (Marcelo).

La mayoría de los madereros poseían una escasa o nula educación formal, tal vez a la falta y/o lejanía de los establecimientos educacionales de los fundos o sectores madereros, y/o tal vez, de lo fútil que era la educación formal para la sociedad rural de la época, esto propiciaba el ingreso temprano (niñez) al mundo laboral. Los entrevistados mencionan que sus comienzos en las faenas de cualquier tipo, era en edades que oscilaban entre los 8 a 15 años “La primera firma en que trabajé yo fue con Keller, de 8 años. 8 años tenía yo cuando cargaba trozos para mi carro” (Jenaro).

Por tanto, lo que caracteriza a los madereros es su experiencia (imitación de labores ejercidas por antiguos madereros, enseñanza y práctica), su vivencia en relación a las labores forestales, el largo camino recorrido que implicaba el acostumbramiento al sacrificado oficio, pasando en algunos casos por varios puestos y logrando finalmente dominar una labor que desempeñaría a lo largo de su vida en relación a la madera “después los trabajos eran a rosca” (Robinson). Es este recorrido que los hacía detentores de tal o cual labor, dentro de la actividad forestal talador, maderero, tumbador, caminero, etc. Así, de las menciones hechas por entrevistados que no participaron de las actividades forestales, pero que si compartieron un mismo momento histórico, aluden a lo hábiles que eran en su labor, la rudeza, el gran dominio del

38 Los rucos, eran unas viviendas de temporada que estaban construidas improvisadamente en forma de A. 57 hacha, la corvina, maniobrar los bueyes, montar los trozos en el aserradero, encastillar, en fin “eran hombre muy buenos para la pega, porque se criaban en eso” (Fernando).

A propósito del extracto de entrevista anterior, aflora como común denominador de los testimonios sobre la vida de los antiguos inquilinos y obreros entrevistados, que “la vida de antes era muy sufrida” (Robinson) o “la vida de nosotros fue muy triste” (Marcelo). Malos tratos, abusos, aprovechamiento, por parte, de administradores, dueños de fundos, entre otros, lo que sumado a la pobreza o escases en determinados momentos dan verosimilitud a esos recuerdos.

Respecto de la participación de miembros de comunidades indígenas en las faenas forestales, era en calidad de obreros de temporada, desempeñando según lo mencionado por los entrevistados labores de montaña, más que en los aserraderos, es decir, taladores, destrozadores, fajadores, camineros y madereros, quienes una vez terminada la temporada maderera volvían a sus comunidades o residencias.

3. Acerca de las firmas y empresarios madereros

Bastantes fueron las firmas y empresarios madereros que estuvieron en la comuna de Futrono desde las primeras décadas del siglo XX, advirtiendo en este espacio, un nuevo sector, una nueva cantera para la extracción de maderas nativas, efectos de la incorporación definitiva de las regiones al sur de Concepción (Cariola y Sunkel, 1982). Por lo demás, existía el interés de la clase política local en su arribo. “En la Zona de Futrono a la Cordillera se encuentra la mayor reserva maderera del País”, titulaba el redactor a un reportaje publicado el 23 de julio de 1950, en el diario Correo de Valdivia, “Es preciso que nuevos capitales se interesen en darle impulso a una fuente inagotable de riqueza como es la industria maderera” declaraba el entonces Alcalde de la comuna de Futrono Santiago Guarda Paredes.

El empresario Andrés Fried Kopp de nacionalidad checoslovaca llegó a Chile el año 1939, a continuar la actividad en el ramo maderero que ejercía en su país de origen, consolidándose como una personalidad destacada dentro de rubro en el sur de Chile, logrando ser vicepresidente de la Unión de Productores de Maderas del Sur. (Moya y Vásquez, 2010). Este empresario junto a su hermano, trabajaban bajo la modalidad de arriendo de montañas, esto consistía en arriendos de terrenos que poseyeran un volumen importante de bosques maderables, los cuales explotaba,

58 procesaba y comercializaba en su casa matriz en Valdivia “Lo que hacía Fried era arrendar las montañas, después las explotaba, entregaba y se iba a otra parte” (Enrique). Uno de ellos recayó en el territorio de la comuna de Futrono, en los sectores cordilleranos de Los Guindos, Maihue y Chabranco. Este alquiler se celebró a fines de la década del 50’ con el latifundista alemán Erich Rudolph, llegando a su fin en 1970, cuando comienza la segunda etapa de la reforma agraria durante el Gobierno de Salvador Allende. Estos terrenos posteriormente conformarían el ex Complejo Forestal y Maderero Panguipulli39

Acerca del empresario maderero Juan Keller Keller, todo gira en torno a un misterio que incluso alcanzó páginas y portadas de revistas de la época. El origen de este enigma es la dilucidación de la identidad de este personaje. En una publicación realizada por la Revista “Vea” en 1960, se publican fotografías comparativas de Juan Keller Keller y de un ex oficial nacionalsocialista, Martin Ludwig Bormann. Estas imágenes intentan probar (por similitud física) que Juan Keller Keller era un prófugo nazi y su verdadero nombre era Martin Bormann. Durante la publicación de estas fotografías Juan Keller Keller ya no se encontraba en el país y sin un destino conocido40. Los testimonios de obreros que trabajaron en sus faenas siempre recuerdan este hecho, lo que alimenta aún más el misterio. En base a los testimonios de los entrevistados, Juan Keller Keller, compró un terreno en el sector de Cerrillos a la Familia Guarda, y fue él quien abrió el actual camino cordillerano que lleva al Volcán Mocho-Choshuenco por Futrono. (1952-1960).

La firma Lacámara y Cía. Ltda., se crea en 1922, y era propiedad de unos hermanos Francisco y Felipe Lacámara Ruiz, por una parte, y Miguel y Juan Lacámara Bazzo, por otra. Todos procedentes de Villoslada, España. Eran dueños además de importantes barracas “Iberia”, “Ambos Mundos” y “La Estrella”, ubicadas en Santiago, y “El Sol” situada en la ciudad de La Calera. Para 1930, esta empresa se destaca como una de las más importantes de la colectividad española en Chile, dentro del rubro maderero. En 1948, la sociedad y los activos se disuelven entre hermanos. Francisco y Felipe Lacámara constituyen la firma “Lacámara Ruiz y Cía. Ltda.”, quedándose con la barraca Ambos Mundos y el Fundo maderero San Vicente en el sur de Chile

39 Ver apartado aludido al proceso de reforma agraria. pág. 52-55 40 Extraído del sitio web: http://www.elciudadano.cl/2011/02/08/32039/%C2%BFjerarca-de-hitler-refugiado-en-el- sur/ 59 (Futrono).41 Esta firma al igual que Andrés Fried Kopp trabajaba bajo la modalidad de arriendos de montaña.

4. De la montaña al mercado

La actividad maderera posee una cadena de procesos que inicia en los bosques de montaña “en la cordillera”, para terminar en el mercado nacional e internacional. En estos eslabones que componen el proceso productivo, es donde se inserta el obraje maderero. La extracción maderera es una concatenación de tres procesos: la estrategia de extracción, el procesamiento y la comercialización. Cabe mencionar que estas etapas en todo el territorio futronino tenía el mismo procedimiento, solo variaban en cuanto al uso adelantado de tecnologías como máquinas y herramientas.

4.1 Estrategia de extracción

La estrategia de extracción, es el proceso previo a la aserradura, a las faenas en el bosque, buscando y extrayendo la materia bruta, las maderas. La extracción se divide en 4 etapas: a) Reconocimiento y ubicación, b) Tala, c) Destroce y d) Madereo (transporte). Precisar que estas etapas se supeditan a las estaciones del año (figura 1).

Verano Otoño

Primavera Invierno

Fig. 3: Esquema de Estrategia de Extracción

41 Extraído del sitio web: http://www.valvanera.com/riojanos/lacamararuiz1.htm 60 Reconocimiento y ubicación

Antes de comenzar a caracterizar la faena extractiva, es oportuno resaltar a un protagonista relevante dentro de la actividad maderera, el mayordomo de montaña. Quien tenía la responsabilidad de todo el proceso extractivo y de procesamiento. Además, se preocupaba de controlar las asistencias y registrar lo realizado por cada obrero durante la jornada, elaborando al final del día, semana, quincena, etc. un “informe que entregaban los mayordomos a la oficina de contabilidad” (Bernardo). Es por estas funciones que el mayordomo de montaña tenía mayor cercanía con los administradores, gerentes o dueños de los medios de producción, otorgándole una posición distinta dentro de orden jerárquico de funciones y mando.

Retomando, el reconocimiento y la ubicación, consiste en la visita al lugar de explotación, la instalación de los aserraderos y los obreros. Durante el reconocimiento – conducido por el mayordomo de montaña – se inspecciona el fundo o sector con bosque nativo a explotar, para encuestar el bosque, es decir, calcular el número de pulgadas madereras que este posea, priorizando y marcando las manchas42 de especies de mayor valía (raulí, roble, laurel y lingue). Así, calculada el área, se evaluaba la rentabilidad para las firmas y/o empresarios madereros, si era factible, se daba paso al establecimiento.

Parte de la instalación es habilitar el terreno cercano a los bancos aserraderos, quemar lo que se consideraba innecesario, para despejar y asentar la zona de aserradura, obras realizadas por rozadores. Conjuntamente, se inician la labor de los fajadores, encargados de trazar las fajas (huellas) que, permitían a los obreros adentrarse hacia los sectores de extracción43. Luego, correspondía el trabajo de los camineros, quienes enanchaban estos vericuetos y daban consistencia al suelo en base a ripio, piedras, palos (planchado o envaralado44) o algún otro material, permitiendo un tránsito más expedito para las yuntas de bueyes y/o tractores – ya a mediados de la década del 50’.

42 Las manchas, corresponden al área que es ocupada por un conjunto de árboles de una misma especie arbórea, dentro de la enormidad de los bosques nativos, distinguiéndose por su forma y color. 43 La decisión del trazado de las rutas dentro del área a explotar, era del mayordomo de montaña, ya que, los caminos debían tener un recorrido estratégico, que permitiese por un lado, abarcar toda la madera a extraer y, por otro lado, tener salida para sacar las trozas del bosque. 44 Los planchados, son secciones del camino que debido a su suelo lodoso, se colocaban una retahíla de palos, separados entre sí, por entre 8 - 10 pulg. aprox., cubriéndolos luego con el material del lugar (tierra). Esto generaba solidez en el terreno. 61 El volteo

La segunda etapa en la estrategia de extracción es la tala. En este episodio, taladores o hacheros se adentran en las montañas en busca de las especie arbórea, pero bajo una limitante, la estación. Esto se debe a que la tala se realizaba en una determinada época del año, que se extiende desde el 15 de mayo hasta el 15 de agosto o septiembre “Ah razones, porque la savia del 15 de mayo, hasta el 15 de septiembre, está comprobada, de que la savia esta abajo, y ahí se para el volteo, porque la madera no parte” (Bernardo). Por tanto, la tala era un trabajo invernizo al momento de cesar la circulación de la savia. Bajo esta limitante, el período de tala se condicionaba a unos cortos meses, pero en reiteradas ocasiones, ante la alta demanda de maderas en determinados períodos, se talaba en cualquier época del año (Maldonado, 1925).

Los taladores solo estaban provistos de hachas para tumbar los árboles y, no es hasta finales de la década del 60’ que en ciertos lugares, hacen su aparición las motosierras ““empezamos nosotros a usar motosierras el año… 57’ en el sur” (Santiago). Aunque otros entrevistados nos mencionan que las motosierras comienzan a usarse en la década del 70’ “nosotros conocimos las motosierras en el tiempo de Allende” (Jorge). Este nuevo elemento produjo varios cambios en la actividad, principalmente la reducción de tiempo de volteo. Estos especialistas se denominarán motosierristas.

El destroce

Tumbados los árboles del sector asignado continuaba el destroce. Aquí, entran en escena los destrozadores quienes retaceaban las matas volteadas con corvinas45 y cuñas46 de metal, obteniendo trozos que variaban su largo según las dimensiones requeridas. La altura comercial más usada era de 4,5 varas (3, 65 mts). El trabajo de destroce, era realizado a alimón por obreros debido al uso de corvinas. De los árboles comúnmente se obtenían de tres a cuatro trozos, incluso más (todo dependiendo del largo de los trozos y el árbol), y al igual que el volteo, una vez llegada las motosierras las corvinas fueron quedando en el olvido y los destroces se hacían con esta máquina.

45 Las corvinas, son sierras de 1.5 mts. a 2, 7 mts. de largo y un ancho aproximado de 20 cm, siendo el largo adecuado igual al diámetro del árbol más 1 a 1.5mts de conducción. Esta sierra posee un mango de madera, en cada extremo de la sierra, para ser operado por dos personas. 46 La cuña, es un pedazo de acero de 15 cm de largo por 5 cm de ancho aprox., y con uno de sus extremos totalmente afilado. 62 Traslado de los trozos (madereo)

En épocas de primavera (septiembre), se daba inicio al traslado de los fustes hasta los bancos aserraderos, tarea conocida como madereo. Este desplazamiento era realizado bajo dos formas, una de ellas era el madereo de tracción animal, utilizándose para este desplazamiento yuntas de bueyes. Y, a mediados de la década del 50’, de la mano con la introducción de mayor tecnología y capital, el madereo comenzó paulatinamente a ser mecanizado, usando para esto tractores con orugas, tractores articulados, Bulldozer, etc. (Gayoso, 1995; Otavo, 1984).

Los trozos traídos desde los bosques por madereros, eran depositados en las canchas o patios de abastecimiento (acopios), ubicados en las cercanías de los aserraderos. Cada banco aserradero trabajaba con al menos 10 yuntas de bueyes, manteniendo el stock necesario. Con el paso natural del tiempo, llegan las maquinarias, principalmente los tractores (Gayoso, 1995). Este tipo de madereo mecanizado implicaba un gran coste de inversión, es decir, solo las firmas y/o empresarios madereros los podían adquirir, lo que se tradujo en una agilización de los tiempos de madereo, aunque en sectores de difícil acceso por la accidentada geografía de montaña, la yunta de bueyes seguía siendo la más útil. En gran parte de los casos existía una complementariedad de ambas formas de maderear

4.2 Procesamiento

Dispuesto el aserradero se daba inicio al procesamiento del recurso forestal que, para los sectores estudiados era principalmente durmientes y madera aserrada47, es decir, tablas, tablones, cuartones, vigas y basas48. El tipo de aserradero utilizado era de sierra circular (Figura N° 4) y la planta motriz que accionaba a los aserraderos provenía de la energía obtenida de un motor a vapor, conocido como locomóvil49.

47 La madera aserrada, “es la madera que ha sido trabajada con sierra, con el fin de producir caras planas y a escuadra” (Souter et al.; 2003: 21). 48 Tablas: maderas hasta 1 ½ pulgadas de espesor y sobre 4”. de ancho; tablones: maderas sobre 1 ½” de espesor y sobre 6”. de ancho; Cuartones: Maderas de sección cuadrada cuyo ancho varía entre 2 y 6”; Vigas: Maderas de 6 a 10”. de espesor y de 6 a 10”. de ancho; Basas: maderas sobre las 10” de espesor y sobre las 10” de ancho. (Souter et al. 2003: 21-22). 49 Los locomóviles comienzan a llegar al país, entre los años 1880 y 1890, importadas desde Canadá. Se estima que llegaron a existir alrededor de 2.000 de estos motores en todo el sur de Chile (Maldonado, 1925; Otero, 2006) 63 Fig. N° 4: Aserradero de Sierra Circular.50

Depositados los trozos por los madereros en las canchas de abastecimiento, es función de los cancheros o boteros, ayudados por yuntas de bueyes, apilar ordenadamente los trozos dentro de las canchas, facilitando la llegada y salida de los madereros y el libre tránsito de los mismos cancheros, cuando deben llevar la materia bruta a los aserraderos. Acercados los fustes al aserradero, los tumbadores tumban (de ahí el nombre), los trozos con el auxilio de un diablo51 en el carro del aserradero. El movimiento de avanzar el carro con el trozo hacia las sierras es obra del palanquero.

El palanquero, es el trabajador indispensable en el aserradero, eran obreros requeridos por la importancia de su trabajo, el ritmo de producción dependida de él, si el palanquero era rápido en partir los trozos, mayor producción había al final del día. Además, instalaba, mantenía y reparaba los bancos aserraderos (afilaba las sierras, las cambiaba, las tensaba, ajustaba, etc.). El palanquero mediante el uso de una palanca (de ahí su denominación) avanzaba el carro hacia las sierras para aserrarlos, intentando poder aprovechar el máximo del trozo52. De los bancos aserraderos solo sale madera en grandes dimensiones 6”x12”, 8”x12”, 12”x12”, etc. Estando el trozo con escuadría53 perfecta, el tablero, era el encargado de arrumar esta madera ya terminada en un sector aledaño.

50 Extraído de Wettling (1969). 51 El diablo posee la misma función que los diablos usados por madereros, la diferencia es su forma que son de una vara de madera y en uno de sus extremos posee una pinza para mover y cargar los trozos al carro. 52 La primera sección en la partidura del trozo se denomina tapas, y era recibida por el bocasierra, quien tenía la función de amontonarlas en otro sector, al igual que las tablas descuadradas llamadas cuartones. 53 La escuadría “es la expresión numérica del espesor y del ancho de una pieza” (Souter et al., 2003: 22). 64 El canteador, operaba la canteadora54 (Ver Figura N° 5). Este maquinista pasaba por estas sierras pequeñas las tapas y cuartones, desprendiéndole los cantos, defectos y descuadres, para así recuperar y obtener maderas cuadradas. Es obra de la canteadora reducir la madera de grandes dimensiones, a piezas de madera de menores medidas 1”x10”, 2”x2”, 2”x4”, etc. De igual forma, el canteador destrozaba las cantoneras y tapas que no se reutilizan para leña, usada como combustible para el locomóvil. Otro protagonista era el fogonero, quien era el maquinista del locomóvil, encargado de hacer funcionar el motor y mantenerlo.

Fig. N° 5: Canteadora55

Clasificación y encastillamiento

El clasificador determina la calidad de cada pieza de madera para luego ser encastillada (apilada) por el encastillador. El fin de encastillar la madera era para que se secase, por su estado verde56, y ser ordenados según calidad. La clasificación se realizaba según las normas del reglamento especial de requisitos para las maderas, publicada en el diario oficial el 29 de febrero de 1934, conocido también como el “reglamento de 1934”57. Lo esencial de este reglamento es su vigencia, ya que, es utilizado (con ciertas modificaciones) hasta el día hoy. La madera encastillada debiese estar a lo menos un año, esto muchas veces no sucedía, pudiendo estar varios

54 La canteadora, es una máquina compuesta por una mesa con una sierra circular de diámetro muy menor a las usadas en los aserraderos y una guía lateral, en la entrada para la pasada de las tapas se ubica un rodillo al igual que en los costados. Esta es la máquina que elimina los cantos muertos y recupera las tapas descuadradas obteniendo madera de diámetros menores (Wettling, 1969). 55 Extraído de Wettling (1969). 56 La madera verde “contiene sobre 30% de humedad. Punto de saturación de las fibras” (Souter et al., 2003: 21). 57 Esta normativa clasificó a las maderas en dos grupos: de uso general y estructural, especificando para estas, cuatro clases de calidad: clase I: cara limpia en un 100%; clase II: cara limpia en un 75%, tolerando uno dos defectos; clase III: cara limpia en un 50%, tolerando uno o dos defectos y clase IV: posibilidad de obtener piezas de dos pies de largo (60,96 cm.). Hasta en un 50% de su superficie total, el reverso de la pieza puede tener defectos casi ilimitados (Souter et al., 2003). 65 años encastillada. “Ahí se secaba la madera. Ahí solía estar el tiempo que usted lo quiera, 5 años, 6 años si quiere o 10 años” (Jenaro).

4.3 Transporte y comercialización

El territorio de Futrono como en otras zonas madereras del sur de Chile, se constituyó como cantera de recursos forestales, y no es hasta el año 1983, cuando entra en actividad la primera industria de elaboración de terciados en Futrono, MACORA58 (Hunter, s/f). Por tanto, era imprescindible que la comuna de Futrono tenga vías para la evacuación de los productos forestales. La construcción del ferrocarril al sur y los ramales que se despliegan de esta arteria hacia la costa y los sectores precordilleranos, viene de la mano con el aprovechamiento de los recursos de ambos sectores (Cariola y Sunkel, 1982). La llegada del ramal del ferrocarril a Lago Ranco (1936), y prontamente la construcción y mejoras de caminos (1950), son respuestas al llamado de establecer rutas expeditas. Comas (1998), nos señala que el medio ambiente construido – ferrocarril, obras públicas como las vías camineras, etc. – son gastos que al ser asumidos por el Estado ayudan a reducir la inversión privada, y por tanto, aumentan los beneficios del capital.

Concretamente, el transporte de maderas en la comuna de Futrono era bajo dos modalidades: lacustre-ferrocarril y caminera. En gran parte del siglo pasado, la navegación lacustre (ver Figura N° 6) estaba en su cúspide, vapores surcando y remolcando balsas atiborradas de madera aserrada y durmientes, con destino a la estación ferroviaria de la comuna de Lago Ranco “en el auge de la explotación de la madera, yo diría casi sin equivocarme, deben haber habido unos 20 barcos aquí, y algunos barcos hasta con dos lanchones, y cada lanchón transportaba hasta 4.000 pulgadas de madera"59. En la década del 50’ la ruta caminera, Reumén-Paillaco a Futrono, permitió a la comuna de Futrono unirse a la principal vía del país, la carretera Panamericana. Conjuntamente, se conecta Futrono con la extensa zona de Llifén. Por

58 Una de las razones estriba en el recargo de entre el 10% - 20% a la tarifa del flete ferroviario de la madera elaborada, respecto a la madera aserrada. Esto desincentivaba la instalación de industrias elaboradas en las zonas productoras por el gran coste del flete de productos terminados (Guajardo, 2007). 59 Testimonio de Luis Parada Cortez extraído del documental “Entre Bosques y Montañas. Historia de Lago Ranco” 66 lo demás, esto se condice con la mayor cantidad de transporte caminero en el sur de Chile60, permitiendo el uso de este medio para transportar las maderas.

Fig. N° 6: Puerto Huequecura. Llifén. 1953. Se puede apreciar los castillos de durmientes a la espera de ser remolcados por vapores61

Cadenas comerciales

La producción maderera del empresario Andrés Fried Kopp, extraída de los sectores de Maihue, Los Guindos y Chabranco, era transportada en camiones y acanchada en las orillas aledañas al puerto de Maihue, en el Lago del mismo nombre. Desde este puerto la madera aserrada era cargada en balsas, remolcadas luego por vapores, hasta el puerto Los Llolles, ubicado en la desembocadura del Rio Calcurrupe en el Lago Maihue. Llegado al puerto, descendían la madera de las balsas y la cargaban a los camiones para transportar la producción a Valdivia. En la ciudad de Valdivia este empresario poseía su casa matriz, con una barraca62 en la cual elaboraba la madera, es decir, seccionaba la madera aserrada en tipos comerciales para ser usada como madera de construcción como tablas, tablones, tabiques, pisos, forros, etc. Además, fabricaba cajones, envases, para las producciones agrícolas y comerciales63. Y, madera pulida

60 En 1942, de los 17.921 camiones existentes en el país, solo 362 se encontraban en la provincia de Valdivia, mientras que Santiago aglomeraba 7.582 camiones. Para 1955, en Valdivia los camiones y camionetas aumentarían a 742 (Moya y Vásquez, 2010; Almonacid, 2005). Para 1960, la principal ruta del país la carretera panamericana se encontraba en buenas condiciones hasta Los Ángeles, Región del Biobío, por tanto, el transporte caminero hacia el centro del país era nulo o no era rentable. Según Almonacid (2005), el transporte caminero competía con el transporte ferroviario solo en tramos cortos, de alrededor de 140 km, para tramos largos el ferrocarril seguía siendo más barato. 61 Extraído de Rofëln (2013: 78-79). 62 Tradicionalmente en Chile, la madera era elaborada en barracas que son empresas que con una dotación pequeña de máquinas, entregan productos terminados o semi terminados a los clientes. Las máquinas utilizadas comúnmente son de sierra de huincha, moldureras, cepilladuras, machihembradoras y otras máquinas menores. 63 En 1930, el Estado dispuso por Ley N° 5092, la utilización de envases de madera en diversos productos (Saelzer, 1973). 67 para ser usaba en mueblería. Estos productos transformados los comercializaba en su casa matriz.

El empresario maderero Juan Keller Keller, quien poseía un gran capital invertido en maquinarias, dentro de las cuales, una gran cantidad de camiones, sacaban la producción desde las montañas de Cerrillos, mediante este transporte llevándola y achanchándola en el Puerto de Huequecura, en el sector de Llifén, para ser cargadas en balsas, y ser remolcadas por vapores hacia la estación de ferrocarril en Lago Ranco. La introducción de su producción al mercado nacional se desconoce, los entrevistados mencionan, que llevaba la madera a La Unión a un fundo de su propiedad. “no le digo que tenía 16 camiones que trabajaban doble turno, día y noche sacando madera al puerto Huequecura” (Jorge).

La firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda., al igual que el empresario Andrés Fried, poseía barraca en la comuna de Los Lagos y en Santiago. Así, la madera encastillada en el fundo San Vicente era llevada en camiones hasta la comuna de Los Lagos, para ser elaborada, o por el contrario, ser enviada a Santiago por ferrocarril64, desde la estación en la misma comuna. En este fundo la intervención de los intermediarios65 era constante, en palabras del mayordomo de montaña que realizó labores para esta firma, la visita de agentes que arribaban a hacer pedidos era muy frecuente, comprando grandes cantidades de madera aserrada “Generalmente había gente que se dedicaban a comprar las producciones, por ejemplo, San Vicente… San Vicente que es de donde mucho puedo hablar, San Vicente era un proveedor, un productor” (Bernardo).

Mención aparte merece, la comercialización de los durmientes cuyo principal comprador era EFE. Entre 1930 y 1960, la red ferroviaria se hizo cada vez más compleja, extendiendo ramales en el centro y sur del país. Además, el terremoto de 1960 provocó graves daños en la línea del ferrocarril, resultando dañados 1.700 km de vías (Almonacid, 2011). Esto, originó una gran demanda de durmientes, muestra de esto, es que en 1950, se adquieren 901.000 durmientes, aumentando en 1960, a 1.525.000 durmientes y en 1961, a 1.753.000 durmientes (Buljevic y Navarrete, 1963). Pero esta “fiebre del durmiente” no solo fue un negocio para las firmas y

64 La madera aserrada era transportaba mayoritariamente hacia el centro del país para ser elaboradas en barracas, fábricas de contrachapado, tableros, cajones, etc. En 1950 el 70% de la producción de madera aserrada, era enviada al centro y norte del país (Guajardo, 2007). 65 Los intermediarios llegaban a los distintos fundos madereros de la comuna, para comprar madera aserrada, que luego vendían a las barracas, mueblistas, industrias, etc. O los mismos dueños de industrias elaboradas enviaban a sus agentes con la intención de comprar la materia prima para su producción. Otro tipo de intermediarios eran los que compraban madera de primera calidad y luego la vendían al exterior del país. 68 empresarios, sino que además, los pequeños y medianos propietarios también entraron en la producción de durmientes labrados.66 Para lo cual, existían compradores de durmientes en las zonas forestales quienes acumulan una cantidad importante vendiéndolos directamente en las estaciones del ferrocarril en Lago Ranco, Reumén y Paillaco67. Este último punto se ahondará en el capítulo siguiente.

5. Estadísticas forestales

Entre 1952 y 1953, la CORFO realizó un inventario forestal de la provincia de Valdivia, el cual concluyó que el área de bosques maderables consta de 518.000 hectáreas, pudiendo rendir 5.215.000 de pulgadas de madera, representado el 30% del volumen de madera en el país. Este inventario revela además, la importancia de la provincia de Valdivia como zona forestal (CORFO, 1962). La producción de madera aserrada en la provincia de Valdivia, tuvo una gran importancia para el país, muestra de esto es la gran proporción de madera aserrada con respecto al total de la producción nacional (Tabla N° 1).

Tabla N° 1: Producción histórica de madera aserrada nativa en la provincia de Valdivia (millones de pies madereros).68 Años Provincia Total Valdivia Nacional 1950-1951 96.6 262.1 1955-1956 109.5 257,1 1961-1962 140.8 255 1965-1966 85.3 189,5 1967 74.7 143.9 1968 74.6 149.1 1971 30.9 112.4 1973 54.7 147.3

Tal como se muestra en la tabla N°1, desde 1959 hasta 1970, la madera aserrada nativa tuvo una alta producción, alcanzando proporciones mayores al 50% del total nacional (1961-

66 La madera labrada, es la obtenida mediante el trabajo artesanal usando para esto herramientas como el hacha y hachuelas. 67 Uno de los destinos principales antes de utilizar los durmientes y distribuirlos por el país, era Valdivia, lugar que en 1948 fue creada la Sociedad Impregnadora de Maderas S.A, compuesta por capitales de EFE, CORFO y la firma sueca Torreth Export and Import Corporation (Guajardo, 2007). Aquí, los durmientes pasaban por un proceso de secado e impregnación otorgando mayor resistencia a la humedad y durabilidad. 68 Elaborado a partir de Buljevic, I y Navarrete, H. (1963); Rosenblut, B y Muñoz, R. (1968) y UACH, (1977). 69 1962). Un factor en la declinación de la producción de madera aserrada nativa en el país, es la progresiva notoriedad (fundamentalmente desde la década del 30’), de las plantaciones de especies exóticas, especialmente pino insigne y Eucaliptus globulus. Con los años estas especies pasaron a ocupar una participación importante en la producción de madera aserrada nacional. En 1930, la participación del pino insigne ocupaba solo un 3%, de la producción, el restante 97% correspondía a maderas nativas, ya en 1950 el pino insigne incrementó su participación a un 14%, aumentos progresivos que serían presagios del futuro. Para el periodo entre 1970 - 1979, la representación del pino insigne aumento de manera considerable, ocupando un 79,2%, en contra del 20,8% de las maderas nativas, síntomas de un nuevo modelo forestal. (Donoso, 1983). En 1974, la producción de madera aserrada en la provincia de Valdivia ascendía a 71.120.000 de pies madereros (p. m), 41.120.000 de p. m. correspondía a maderas nativas, los 30.000.000 de p. m era de pino insigne. (UACH, 1977).

69 Tabla N° 2: Producción de madera aserrada por especies (miles de pies madereros) Periodos 1950 – 1951 1955 – 1956 1961 – 1962 1965 – 1966 1966 - 1967 T. T. T. T. T. T. T. T. T. T. Especies Valdivia Nacional Valdivia Nacional Valdivia Nacional Valdivia Nacional Valdivia Nacional Coigüe 5.598,3 29.590,1 6.820,5 34.501,3 7.451 43.517 11.626 32.038 7.350 22.728 Laurel 10.762 22.594 4.833 10.591 8.249 12.573 3.537 7.809 3.565 5.911 Lingue 1.887,9 3.967,1 1.920,2 3.097,3 1.363 2.372 1.358 2.093 775 1.500 Olivillo 8.361 13.095 17.577,8 21.506,4 12.707 15.797 9.163 12.317 4.718 6.674 Raulí 27.811,5 46.348,2 25.395,5 31.293,8 18.645 23.644 9.232 12.949 12.797 16.192 Roble 23.077,7 51.649,5 14.282,1 31.870,6 22.405 38.110 11.331 26.950 10.970 23.691 Tepa 5.029 15.675 12.062,2 27.421,7 18.681 29.565 12.860 21.147 8.889 18.244 Tineo- Ulmo 11.775,7 19.979,8 25.091,5 33.388,4 32.886 41.073 24.026 31.099 17.377 23.014

Respecto de las principales especies explotadas (Tabla N°2), y tal como nos describían los entrevistados, el raulí, el roble y el laurel, ocupaban altos índices de explotación, la salvedad es el lingue, que mantuvo una producción baja debido a la sobreexplotación sufrida por esta especie en décadas anteriores para usar su corteza en las industrias de curtiembres (Otero, 2006). De igual forma, se puede observar el relativo aumento de las otras especies que no eran valoradas, como el coigüe, la tepa, el olivillo, el tineo y el ulmo. Por último, destacar que en especies como el raulí, olivillo, lingue, ulmo y tepa, la provincia de Valdivia produce más del 50% en cada una de ellas, respecto del total nacional. (UACH, 1977).

69 Elaborado a partir de Buljevic, I y Navarrete, H. (1963); Rosenblut, B y Muñoz, R. (1968). 70 La exportación de madera aserrada es fluctuante, en 1950, la exportación alcanza los 74,7 millones de pies madereros (p. m), registrando un peak entre 1954 y 1955, con un promedio de 84,1 millones de p. m, cifras que descienden drásticamente en los años siguientes. En 1960, producto del terremoto de Valdivia, y en consideración de que el sur de Chile es la principal zona de concentración de recursos forestales, registra una cifra de 13, 5 millones de p. m, aumentando con los años siguientes superando los 20 millones de p. m. Las especies mayormente exportadas son el laurel, el raulí, el coigüe, la araucaria y el pino insigne. En 1950, el laurel registra 13,8 millones de p. m, el raulí 15,6 millones de p.m., el coigüe 8,5 millones de p. m, la araucaria 13,1 millones de p. m y el pino insigne 8,9 millones de p. m. La mayoría de las especies verán un descenso posterior a 1956. En 1966, se registran nuevas especies que alcanzan niveles altos de exportación, el eucalipto con 1.180 miles de p. m, y la lenga con 3.068 de miles p. m, mientras tanto el pinos insigne se eleva como la más importante con 13.635 de miles de p. m. El principal comprador de madera aserrada es Argentina, exportando a ese país en 1950, 57,2 millones de p.m., con un peak en 1955, de 82,6 millones de p. m., para 1967 la exportación era de 15.9 millones de p. m. (Buljevic y Navarrete, 1963; Rosenbluty y Muñoz, 1968).

Recapitulación

Mientras en el país se suscita una industria maderera de base en el pino insigne y Eucaliptus globulus, en esta parte de Chile la extracción maderera nativa vive un período áureo, a la vez que, poco a poco se van ocasionando cambios en la actividad, originados por la introducción de tecnologías: motosierras, tractores y camiones, que van agilizando los tiempos de extracción y el aumento de la producción maderera. Pero el proceso productivo se mantenía con un sistema de herramientas elementales, el uso de yuntas de bueyes, aserraderos de sierra circular de fuerza motriz a vapor, y los infatigables obreros de la madera. Las firmas y empresarios estudiados sacaban sus producciones de esta cantera de productos forestales para elaborarlas en otros puntos del país o por intermediarios llevándolas al centro del país principal elaborador y/o fuera de Chile.

71 CAPITULO 4. LA ECONOMÍA DE LOS GRUPOS FAMILIARES EN EL ESPACIO LOCAL DE LA COMUNA DE FUTRONO ENTRE 1950 – 1974.

Resumen

La recientemente fundada comuna de Futrono (1941), no se encontraba aislada (ni física, ni ideológica) de los grandes procesos económicos del país, y de las políticas emanadas desde el Estado, y es precisamente este proceso de anclaje que se intenta explorar. La articulación de la economía local con la economía global, se observa en una coexistencia de relaciones económicas de índole disímil, pero necesaria para la expansión del capitalismo y para la reproducción (dependiente) de los grupos familiares locales.

1. La expansión del capitalismo y su articulación con la economía local

La fuerza de penetración del capitalismo ha alcanzado todos los rincones del globo, estructurando además una cadena de constelaciones de centros y periferias internacionales, hasta el nivel provincial, nos ayuda a comprender en definitiva, como el capitalismo se va configurando desde los niveles internacionales hasta alcanzar las escalas locales (Frank 2005[1966]). Ahora bien, en Comas (1998), se reconoce que el capitalismo es el sistema económico hegemónico, pero su expansión no es vertical, es decir, no se produce una reestructuración total de las relaciones y formas de trabajo locales no capitalistas, si no que precisamente su desarrollo y expansión es nutrida por la coexistencia de y con otros sistemas, el concepto de articulación, es el utilizado para definir estos vínculos.

Como fue mencionado en el capítulo anterior, las explotaciones forestales fueron llevadas a cabo bajo lógicas capitalistas, imponiendo relaciones de producción que en alguna medida modifican la estructura de relaciones y formas de trabajo locales, representada por los grupos familiares y la comunidad local, quienes por su forma específica de producción se basa en dos elementos “el uso de la fuerza de trabajo familiar y la falta de acumulación capitalista” (Comas, 1998).

En los sectores extractivos investigados en esta tesis; la firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda., en el fundo San Vicente, el empresario maderero Juan Keller Keller en el sector cordillerano de Cerrillos, y Andrés Fried Kopp, en los sectores de Los Guindos, Maihue y Chabranco. En todos 72 se desarrollaron relaciones sociales de producción capitalistas, donde el trabajo del obrero maderero se cambiaba por un salario, “la acumulación capitalista no solo se basa en la mera posesión de capital si no en el control y uso del trabajo humano” (Comas, 1998: 82). Pero además existían prácticas que no correspondían a lógicas capitalistas como la agricultura de subsistencia, o participaban del mercado en la venta directa de productos forestales que solo constituyen la obtención de recursos e insumos para la reproducción material de su existencia, no implicando la acumulación de capital. Lo mismo se puede decir de los trabajos o labores realizados esporádicamente o temporales en las distintas etapas de extracción, madereo y procesamiento. Lo que interesa aquí es comprender la penetración del sistema capitalista en sus concreciones locales, es decir, en los grupos familiares y las comunidades locales en la transición al capitalismo (Comas, 1998).

2. Grandes propietarios: Tenencia de tierras y bosques.

Durante la década de 1920 y los inicios de 1930, se daría término a la conformación de la propiedad austral. Es durante la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931), donde se elaboraron las principales leyes sobre la Propiedad Austral e intervención del Ministerio de Propiedad Austral. Toda la acción del Estado respecto de la propiedad austral e indígena favorecieron los intereses de los particulares rurales no indígenas “se avalaron las usurpaciones de tierras fiscales e indígenas por particulares, se consolidaron grandes propiedades rurales y se optó por el desarrollo de la propiedad rural privada” (Almonacid, 2009: 55). El papel del Estado en la constitución de las grandes propiedades fue legitimar las usurpaciones, despojos, etc., protegiendo los intereses de la clase terrateniente y capitalistas. Esto se puede vincular a los procesos de desposesión que se refieren Guerra y Skewes (2010), que estarían en el origen de la penetración capitalista en este territorio, con la conformación de los latifundios, acaparando las mejores tierras y a la postre concentrarían las actividades agropecuarias y forestales

Estas grandes propiedades además de concentrar las mejores tierras en un reducido número de personas extranjeras y chilenas (Almonacid, 2009), también concentrarían los bosques nativos. En 1944 la comisión forestal estadounidense Haig, de acuerdo con datos del Ministerio de Tierras y Colonización concluyó que, el 54,5% del área de bosques naturales aserrables en las principales provincias forestales, pertenecía a particulares; de esto el 79% era de particulares que

73 poseían propiedades de más de 1.000 hectáreas. En Valdivia y Osorno, el 95,5% del área de bosques maderables era de particulares (Camus, 2006: 200).

En Futrono para 1950 el latifundio era el patrón de propiedad privada, por tanto, no es de extrañar que los entrevistados mencionen a las familias y los sectores asociadas a ellos: como la familia Guarda en Cerrillos, Hoffmann en Arquilhue, Erich Rudloph y la familia Martínez en Maihue, Rodríguez en Hueinahue y Rupumeica, entre otros. Actualmente en estos sectores viven numerosas familias, lo que evidencia para aquella época la gran concentración de tierras por estas y más personas. Junto a estas grandes propiedades, se encontraban las reducidas y dispersas comunidades originarias, en razón de su antigua ocupación antes de la colonización; además, de pequeños campos de algunas familias que se iban asentando en sectores adyacentes a las grandes propiedades o en los incipientes núcleos urbanos como en el actual Futrono y Llifén (Basso, 2013; Hunter s/f). Estas pequeñas unidades en cuanto a terrenos, son mayormente asociados a “economías campesinas”, cuya base corresponde a grupos familiares con economías de subsistencia.

3. Caracterización socioeconómica de los grupos familiares

Ante todo, se debe considerar las condiciones en las cuales los madereros, realizaban sus labores. En las explotaciones forestales de aquella época estas condiciones no eran las mejores, la legalidad laboral era inoperante, los horarios de trabajo iniciaban al amanecer, y se terminaba con la llegada de la oscuridad; elementos de seguridad como protección corporal no existía; además, los sueldos eran muy bajos y muchas veces no pagaban cuando correspondían o simplemente nunca lo hacían. Y con respecto a la cancelación de las imposiciones para jubilación en muchos casos se encontraban impagos, con gran cantidad de años de atrasos, situación que afecta actualmente a muchos de los ex obreros madereros, padeciendo de jubilaciones exiguas. “las libretas de seguro como estaban, amontonadas, arrumbadas por allí y no compraban las imposiciones para arreglar las libretas, y es ahí donde los demandaban” (Bernardo).

Se coexistía con la incertidumbre de que en cualquier momento les podían cancelar el trabajo y ser sacados del fundo junto a sus familias, deambulando luego, de firma en firma, de fundo en fundo, en busca de trabajo. Esto reproducía el círculo de explotación y pobreza, que 74 debido a la desesperación de trabajar para generar ingresos para sus familias, aceptaban trabajos bajo condiciones de explotación abismantes. Recordamos aquí a Polanyi (1944), quien señala que el mercado capitalista al imponer su lógica, mercantiliza dos elementos la naturaleza y el “hombre”:

“del hombre (bajo el nombre de trabajo) y de la naturaleza (bajo el nombre de tierra) se hacían mercancías disponibles, cosas listas para negociar que podían ser compradas y vendidas en todas partes a un precio denominado salario, en el caso de la fuerza de trabajo, y a un precio denominado renta o arrendamiento en lo que se refiere a la tierra” (Comas, 1998: 140).

Estas mercancías ficticias como las denomina Polanyi, son desarraigadas de las estructuras sociales sometidas ahora por una economía de mercado (una institución autorregulada fuera de la sociedad), más bien, por una sociedad de mercado “que subordina lo social, destruye las comunidades indígenas y las formas de vivir comunitarias, e impone la pobreza y el desarraigo en aras de la obtención del máximo beneficio” (Comas, 1998: 140-141). Por tanto, el ser humano ahora fuerza de trabajo entra en la escena mercantil como mercancía, y ante el juego de la oferta y la demanda adquiere una valorización, un precio. De esta forma, la única opción de los obreros forestales era el ofrecimiento de su fuerza de trabajo, en condiciones impuestas por los capitalistas (quienes solo se rigen por la satisfacción del lucro personal) que claramente no era favorables para los desposeídos de los medios de producción. Por otra parte, el Estado como agencia “provee al capital acceso a la fuerza de trabajo, a la naturaleza, o a la infraestructura y al espacio urbanos” (O’Connor, 2002: 41). La elaboración de leyes laborales y la aplicación de la fuerza legislativa queda a disposición de la combinación consensuada estado – capital.

Por último, la acumulación capitalista no solo consiste en la posesión de capital sino en el control y uso del trabajo humano, la fuerza de trabajo convertida en mercancía. Una de las formas de obtener el trabajo humano es mediante la estratificación organizada del mercado de trabajo, jerarquizando el trabajo conllevando valores distintos. Tres son las fuerzas que originan esta desigualdad “la preparación profesional, las características locales del mercado de trabajo y, por último, las divisiones basadas en el género, la raza o la etnia” (Comas, 1998: 82).

75 3.1. La vida en los fundos

En los latifundios – o fundos como lo denominan los entrevistados – algunos de extensas superficies, superando holgadamente las 10.000 hectáreas70, se constituirían en los principales asentamientos de la población, ya que, los trabajadores vivirían dentro de los límites del fundo junto a sus familias, bajo la figura de trabajadores-residentes permanentes (inquilinos) (Bellisario, 2013). La estructura social en los fundos en relación a los inquilinos y la diferencia con los trabajadores de temporada, como nos señala Bellisario (2013: 344), estos desempeñaban un doble papel económico “por un lado, eran productores agrícolas en su asignación de tierra; por otro, eran trabajadores agrícolas en la empresa patronal”. Podríamos complementar, trabajadores forestales para las zonas madereras. Por tanto, los inquilinos en su calidad de permanentes tenían la posibilidad de criar animales (gallinas, ovejas, cerdos, etc.), y cultivar de forma individual o colectiva en una pequeña porción de terreno cedido por los dueños o empresarios (papas o maíz), y lo mismo ocurría con las huertas. Estas actividades constituían una salvaguarda importante, sobre todo en los fundos donde la itinerancia de los pagos o la escasa y paupérrima pulpería (se describe más adelante) existente lo ameritaba. “Los que les gustaba sembrar papitas, no tenían goce en sus casas, había que preparar un pedazo en común, se hacía entre todos eso (…) si, en eso no había límite, el que quiera tener 100 gallinas, 200 gallinas” (Jaime).

3.2. Las labores en los fundos madereros

Pues bien, los propietarios, firmas y empresarios madereros, requerían en su explotación una cantidad importante de fuerza de trabajo, sobre todo en los meses de primavera y estío cuando se da inicio al madereo y la aserradura, por ende, era común que miembros (mayoritariamente hombres) de las familias propietarias de terrenos menores de la comuna (indígenas y chilenos) trabajasen en lo que denominaban la temporada maderera (octubre – abril). Asimismo, se contemplaría la llegada de trabajadores provenientes de otros puntos de la región y del país. Esta situación se sostendría durante un par de décadas (1930-1970), lo que contribuiría al incremento de la población de la comuna, concentrándose en los distintos sectores de extracción (Cerrillos, Chabranco, Maihue, Los Guindos, etc.), y en los incipientes núcleos

70 Se hace una referencia del fundo Arquilhue en el libro “Álbum de la Zona Austral de Chile” de Jaime Valenzuela “Fundo Arquilhue de Carlos Hoffman, de 40.000 hectáreas. Tasado en $500.000. Dedicado a crianza de animales” (Valenzuela, 1920: 86). 76 urbanos. Este hecho se puede cotejar con la información de otras zonas madereras del país; al igual que en la comuna de Futrono, los periodos de auge de las explotaciones forestales fortalecen y/o influyen en la conformación de nuevas localidades, así lo evidencian las investigaciones de Ordoñez (2005), Moya y Vásquez (2010), Zúñiga (2010) y Jalabert (2012), en las comunas de: Lanco, Los Lagos y Panguipulli, para la Región de los Ríos; Curarrehue, Lican Ray, Pucón y Villarrica en la Región de la Araucanía.

Desprendiéndose de lo anterior, el auge y descenso en la disponibilidad de trabajos en la actividad maderera, tendría directa relación con las estaciones del año, el periodo de otoño – invierno y el periodo primavera – verano. Como vimos en el primer capítulo, en cada uno de estos ciclos se realizaban distintas labores. Pues bien, la época con mayor dinamismo laboral era el periodo estival cuando se daba inicio al madereo y la aserradura, esto era sí, porque el aserradero exigía diariamente un abastecimiento constante de trozos, es decir, había que traer la máxima cantidad de materia bruta desde los bosques. La forma de realizar este traslado monte – aserradero, madereo, era mediante el uso de yuntas de bueyes lo que por añadidura, contemplaba el uso de una gran cantidad de estas yuntas, que los entrevistados llegan a contabilizar entre 40 y 60. En razón de que cada una de estas yuntas de bueyes era guiada por una persona, solo en el madereo el personal corresponde entre 40 y 60 personas. Lo mismo ocurre en el aserradero, donde el mínimo de personal para que funcione sin contratiempo un banco aserradero era de al menos 12 personas (cancheros, tumbadores, palanquero, fogonero, clasificador, etc.), usualmente las firmas poseían más de un banco aserradero. Mientras tanto en el bosque las labores de destroce continuaban en esta época, puesto que, en invierno se privilegiaba las limpias y la tala de los árboles. Sumamos además, a los fajadores y camineros que aprovechaban esta bonanza de buen tiempo para realizar las faenas de construcción de huellas y/o caminos.

En el caso de los inquilinos cuando ameritaba el uso de toda la mano de obra del fundo en las faenas forestales, se disponía de todas las manos posibles, y en invierno cuando los trabajos descendían los inquilinos no forestales71 volvían a labores agrícolas o ganaderas. Los trabajadores de temporada terminando los meses de madereo y aserradura, volvían donde sus familias a realizar los trabajos de crianza y cultivos para el consumo familiar. Los demás

71 Según lo mencionado por los entrevistados en los fundos que desarrollaban más de un actividad económica (agrícola, ganadera y forestal), dividían la fuerza de trabajo de los inquilinos en cada actividad, pero en ciertas ocasiones cuando se requería mayor cantidad de mano de obra en algunas de estas, se disponía de todos o lo necesario de los inquilinos presentes en el fundo. 77 trabajadores provenientes de otros puntos del país volvían a sus hogares o se quedaban trabajando en el mismo fundo o en otros fundos en labores forestales, agrícolas o ganaderas que con el pasar del tiempo constituirían familias y se quedarían definitivamente en la comuna, como fue el caso de muchos de los entrevistados.

3.3. Los sistemas de pagos

El pago por las labores realizadas no todas las veces era en salario, más bien eran en especies, en este caso pulpería. Este sistema prevalecía en la mayoría de los fundos de la comuna de Futrono y consistía en el establecimiento de una edificación (bodega de almacenamiento) dentro del fundo llamada pulpería. Esta bodega contenía todos los insumos que los trabajadores requerían en su vida diaria, o al menos lo básico: mercadería, vestimenta, calzados y artículos varios. Al respecto Meller (1996: 85), nos indica que:

“…cerca del 70% de la remuneración de los campesinos es pagada en especies y no en dinero (…) la existencia de almacenes-pulperías, administrados por los patrones, es otro mecanismo que aísla a los campesinos del mercado y le crea deudas permanentes, que les impide abandonar la hacienda”.

En el capítulo anterior, se mencionó que los mayordomos de montaña (o algún administrador o capataz) elaboraban un informe que era entregado en las oficinas de contabilidad, el cual detallaba la producción de cada trabajador ya sea diario, semanal o mensual. Lo que en suma correspondía al salario. Con esto el obrero y/o inquilino podría solicitar el dinero total o parcial de lo acumulado, pero en aquella época, la lejanía con las principales localidades de abastecimiento, y lo engorroso que implicaba el viaje que podría durar días, obligaba a los obreros o inquilinos a optar por adquirir los artículos, mercadería, vestimenta, etc., en las pulperías que disponía el fundo. Si este era el caso (la mayoría de las veces), la pulpería que solicitasen los trabajadores se descontaba del sueldo acumulado, sin la mediación de dinero. El valor de los artículos en los almacenes-pulperías era establecido por los administradores o dueños de fundos.

La existencia de pulperías es un claro ejemplo del ejercicio del poder por parte de los dueños de fundos (agroganaderos y forestales), firmas y empresarios madereros, sobre la contraparte, inquilinos y/o trabajadores en general (no solo los forestales). En ocasiones la 78 calidad de la pulpería no era la mejor, era limitada, poca variedad y fundamentalmente los precios eran establecidos por los mismos dueños de fundos, firmas y empresarios. Esta manifestación de la relación desigual y jerarquizada puede ser asimilada al sistema de endeude (Leal y Restrepo: 2003) que es muy común en la actividad maderera de los bosques tropicales, que consiste en una relación económica desigual, donde el empresario adelanta al trabajador una suma de dinero o especie a un precio que establece quien la entrega, lo que genera una situación de dependencia hasta que la deuda queda saldada. Muchos inquilinos y/o trabajadores recurrían ante la única alternativa (porque algunos simplemente no pagaban salarios) de obtener algunos insumos (con valores más altos que los del mercado habitual) a las pulperías. Los cuales semanalmente o mensualmente sobrepasaban sus límites salariales acumulados (para muchos de los entrevistados los suelos eran muy bajos), y la siguiente semana o mes ocurría lo mismo y así sucesivamente, que a la postre generaba una deuda que podía tornarse eterna “yo, por ejemplo, supuesto trabajador del fundo, en el mes hacía $20.000. Pedía $15.000 o $21.000, o me daban los $15.000, o daban los $21.000, y si me pasaba quedaba debiendo. Yo llevaba un arrastre de deudas” (Marcelo).

Este sistema de endeude o pulperías, generaba a los forestales un abaratamiento de los costos al suprimir los dineros correspondientes a salarios, a cambio de artículos básicos a precios establecidos por ellos mismos. A la vez que veían disminuir los costos, ejercían dominio al disponer de todo el tiempo del trabajador o inquilino, además de asegurarle por un tiempo (que podía ser años) fuerza de trabajo prácticamente gratis por la deuda contraída. En los casos de las firmas y empresarios investigados, el empresario Andrés Fried Kopp utilizaba el sistema de pulpería, pero las referencias de los ex trabajadores son bastante buenas, la pulpería era de calidad, tenía una gran variedad de artículos y en el caso de que el trabajador o inquilino requiriese dinero este no oponía ninguna traba. El empresario Juan Keller Keller las referencias también son positivas, la diferencia radicaba en que este empresario no utilizaba el sistema de pulpería, el trabajo era cambiado íntegramente por un salario. Por último, la firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda., según un relato de un ex mayordomo de montaña quien realizó labores en el fundo San Vicente, hubo bastantes problemas con el sistema de pulpería, la calidad de la pulpería era paupérrima, la variedad era escasa e inducían a aceptar la pulpería en vez de un salario, aunque, con el tiempo esta situación se fue modificando para el bien de los trabajadores e inquilinos de aquella firma. Los casos de las firmas investigadas no reflejan la realidad de otras firmas de la comuna, que en palabras de los entrevistados eran muy explotados, humillados, etc. 79 En fin, una suma de situaciones y vivencias que fueron parte de la historia de las explotaciones forestales en la época estudiada.

Una relación laboral que se estableció entre los propietarios, firmas y empresarios madereros con los inquilinos y obreros forestales era el trato, el cual, consistía en un acuerdo individual que estribaba en mejoras salariales refrendadas en mayor extracción, es decir, el inquilino y obrero tenía la posibilidad de obtener mayores ingresos salariales si su extracción era mayor. La forma de medir el trabajo realizado era mediante la cantidad de pulgadas madereras volteadas, destrozadas, trasladadas y aserradas. Por tanto, los volteadores, destrozadores, madereros y palanqueros podían obtener mayores ingresos si al final del día obtenían mayor cantidad de pulgadas madereras acorde a su labor. En otros casos el acuerdo o trato era colectivo (cuadrillas), en esta situación el trato se consumaba con el líder (cabecilla) del grupo, quien convenía con el capitalista el valor de la pulgada maderera y otros arreglos. A diferencia del trato individual que media la producción por pulgadas madereras acorde a su labor, en el trato colectivo la producción se medía por la cantidad de madera que llegase a los acopios, es decir, la materia bruta, los trozos. Esto no ocurría en todas las labores, ya que, por ejemplo, los fajadores, camineros, aserrinero etc. solo recibían un salario fijo72.

4. El rol de la mujer

A partir de las afirmaciones de la totalidad de los entrevistados, en las explotaciones madereras de los empresarios Juan Keller Keller y Andrés Fried Kopp y la firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda., las labores eran dominadas y ejecutadas íntegramente por el género masculino. El papel de la mujer estaba lejos de la montaña y de los bancos aserraderos, y más cerca del hogar, como las tareas concernientes al cuidado y mantención de la familia, tareas del hogar, cultivo de la huerta y la alimentación de animales de corral, por lo demás, estas labores estaban muy lejos de ser remuneradas, pero esto no quiere decir que el papel de las mujeres fuese fútil. Ahora bien, en el contexto de la expansión del capitalismo, como nos señala Comas (1998), las relaciones

72 Dentro de la actividad maderera existían ciertas labores que recibían mayor remuneración estos eran los casos del mayordomo de montaña, el palanquero, fogonero, tumbador y encastillador. En un detalle que entrega Maldonado (1925: 82), sobre los gastos de elaboración, se demuestra tal afirmación donde el palanquero recibe por pulgada maderera $6,25 centavos, el fogonero $5.25 centavos, encastillador $5.25 centavos el mayordomo de montaña $4.25 centavos, el resto del personal no supera los $3.50 centavos. 80 domésticas no pueden entenderse fuera del escenario de los dominios del trabajo asalariado y viceversa.

El trabajo familiar tiene un papel protagónico en la reproducción de la fuerza de trabajo y de la propia familia, la alimentación de los miembros del grupo doméstico, los quehaceres del hogar, el cuidado de los enfermos y ancianos, la crianza, la socialización y transmisión de los conocimientos culturales, es decir, “en la familia no solo se producen individuos, sino también personas sociales y socializadas en el marco de la estructura de clases existente en cada sociedad” (Comas, 1998: 102). Precisamente, eran estas las labores y funciones que eran ejecutadas por mujeres, por las parejas de los obreros e inquilinos madereros quienes estaban a cargo de la manutención de los trabajadores, y el hogar. Por tanto, el trabajo familiar asume los costos de producción y reproducción de la fuerza de trabajo, vitales para el funcionamiento y reproducción de las relaciones sociales capitalistas (Comas, 1998).

Además, las mujeres tenían un papel importante en el autoaprovisionamiento, que son aquellas actividades orientadas a la propia subsistencia, no implicando acumulación (Comas, 1998). Eran las mujeres quienes cultivaban las huertas y pequeños sembríos que los abastecían con variadas verduras y vegetales. Además, estaban a cargo de la crianza y alimentación fundamentalmente de las aves de corral como gallinas, patos y gansos proveyéndoles de huevos y carne. En suma, las mujeres desempeñaban una serie de actividades que contribuía enormemente a paliar la escases, cuando solo se podía obtener mercadería en las pulperías, o cuando el dinero no alcanzaba a cubrir los gastos de alimentación. Por último, se agrega una actividad que recibía remuneración pero esta no era generalizada. Algunas, mujeres ofrecían alojamiento, comida y en algunos casos lavar y planchar la ropa a obreros cuya procedencia era lejana, este servicio se conoce como pensión. El pago estaba condicionado según el cambio por el trabajo realizado del obrero, es decir, si en el fundo la remuneración consistía en pulpería o en dinero, la forma de cancelar el servicio de pensión era en especies o en dinero.

5. Pluriactividad de los grupos familiares

Un elemento de importancia para las economías familiares fuera de los latifundios, es decir, no inquilinos, era la elaboración o concretamente la labranza y posterior venta de durmientes. Esta actividad era una labor ejercida en invierno por los hombres que componen el

81 grupo familiar, que consistía en la búsqueda en sus predios u otros (fiscales), de los árboles utilizados para la fabricación de durmientes como el pellín, el coigüe y la tepa, que posteriormente talaban y labraban (uso del hacha) según las medidas correspondientes (2,75 mts de largo y 6 por 10 pulg. de grueso). Estos durmientes los vendían a agentes en la comuna (intermediarios), los que posteriormente estos agentes vendían a E.F.E.

Esta actividad de labranza y venta de los durmientes, era un medio por el cual podían obtener un poco de dinero en épocas invernales, cuando se paraba la temporada maderera, por lo tanto, esta actividad no era orientada a la acumulación, pero deja en evidencia que “los grupos domésticos no se limitan exclusivamente a la agricultura y la pluriactividad acaba siendo el único medio para vivir” (Comas, 1998: 97). “En la temporada trabajábamos en la empresa y en invierno para hacer plata, labrábamos durmientes” (Jenaro).

Como nos señala Comas (1998), la expansión mundial del mercantilismo, no siempre tiene su base en formas capitalistas de organización de la producción, sino que también se mantienen antiguas formas sociales de producción no capitalistas o pre-capitalistas. Un concepto que ayuda a entender esta convivencia es el de pluralidad de bases económicas, que se refiere a la capacidad de los grupos domésticos y las comunidades locales de adaptarse a los imperativos de las relaciones mercantiles, pero a la vez, es un atisbo que refleja la dependencia e imposibilidad de reproducirse con sus propias bases sino es con estas relaciones mercantiles, institucionalizando esta dependencia dominante. Esta situación se refleja en la participación de los trabajadores componentes de los grupos familiares, en las temporadas madereras, donde obtienen un salario (en especies o dinero), pensiones y, en la producción y venta de los durmientes. Esto sin dejar de lado la agricultura y crianza de subsistencia, estableciendo un escenario de coexistencia de relaciones de producción distintas. Los grupos familiares en la comuna mantenían una producción agrícola que era destinada al consumo familiar que no era suficiente para su reproducción, los trabajos de temporada no solo en el plano forestal y la venta de durmientes se conjugan y a la vez los hacen dependientes para su reproducción de relaciones netamente mercantiles.

82 Recapitulación

Se distinguen la relación laboral de inquilinaje y salarial, cada una con sus atributos que impactan de igual forma en las economías familiares. En ambas el ejercicio del poder es notorio, las pulperías se constituyen en un factor de dominio y a favor de los capitalistas forestales. El rol cumplido por mujeres es de suma importancia no solo para la reproducción del grupo familiar y fuerza de trabajo, sino que además es servil al capitalismo asumiendo estos costos. Finalmente, la venta de durmientes, pensiones y proletarización rural, son prácticas económicas que manifiestan el acople a relaciones capitalistas y mercantiles. De igual forma, corroboran la dependencia de los grupos familiares de estas relaciones para su reproducción.

83 CAPÍTULO 5. EFECTOS MEDIOAMBIENTALES RELACIONADOS A LA EXTRACCIÓN MADERERA.

Resumen

Las modificaciones en la naturaleza son inherentes a las interacciones entre los seres humanos y su entorno. Pero en el presente la sociedad industrial ha llevado estas modificaciones a la degradación y/o destrucción ambiental. En este capítulo se explora la indiscriminada explotación forestal motivada por los intereses económicos de los capitalistas forestales, quienes vieron en el bosque una abundancia de recursos que era necesario extraer y comercializar, llevando a una merma considerable de las existencias de las especies más valoradas. Por tanto, como nos señala Comas (1998), los recursos no son escasos por definición, más bien, solo cuando los demanda un determinado sistema de producción, que intensifica su uso por encima de su capacidad regeneradora.

1. Economía extractiva

Leal y Restrepo (2003), en su investigación sobre la historia de la extracción maderera en el Pacífico colombiano, desarrollan un modelo denominado economía extractiva. Este modelo lo definen de acuerdo a las dos palabras que lo componen; extracción, “significa que los recursos en cuestión son primordialmente creados por la naturaleza y no por el trabajo humano. Así, las plantas y los animales silvestres, y también los minerales, pueden ser objetos de procesos extractivos” (Leal y Restrepo, 2003: 2). Ahora bien, la extracción de recursos naturales por sí solo no generan una economía extractiva, para ello, los procesos extractivos deben ser el eje de la economía de una determinada región. Y entienden por economía al “conjunto de actividades tendientes a generar acumulación” (Leal y Restrepo, 2003: 3). Por tanto, la extracción con fines de subsistencia no la consideran en esta definición.

Si continuamos con esta idea Zarrilli (2004), nos complementa diciendo que la explotación de los bosques (en Argentina), se ejecutó bajo un criterio minero, es decir, puramente extractivo sin prever su reposición, lo que de hecho transformó a los bosques en un recurso no renovable, o como nos apunta Tompkins (1998: 10) “los bosques antiguos o primarios, (Old Growth Forests) no son un recurso renovable dentro del marco convencional del ciclo de los

84 tiempos económicos”. Es más, Bengoa (2009), nos señala que la colonización del sur de Chile fue llevado a cabo bajo el imperio de una cultura minero-extractiva, ya que, los españoles no eran agricultores si no mineros, y los que los sucedieron (colonos) vieron al bosque como recursos a explotar, a echar abajo o quemarlo. De esta forma, las prácticas de reforestación con una mirada hacia el futuro no caben en la visión de esta cultura. Consecuentemente, en Chile la cultura extractiva se impuso hasta el día de hoy. Y es este determinismo cultural-extractivo que impone la definición acerca de si los recursos, en este caso forestales, son renovables o no. “esto significa en la práctica que la mayor parte del bosque nativo es, por esta razón cultural, no renovable” (Bengoa, 2009).

En la comuna de Futrono la extracción de maderas se constituyó en uno de los ejes económicos dominantes, de suma importancia para la economía local. Los propietarios, empresarios y firmas madereras, bajo una lógica de maximización de las ganancias, derivaron hacia una extracción de los recursos forestales bajo un criterio y cultura minero-extractiva, imponiendo una visión de los bosques nativos del sur como una despensa natural (Leal y Restrepo, 2003), la cual está ahí naturalmente y se debe explotar. Bajos estos lineamientos, en los apartados sucesivos se demuestra que en el territorio futronino, en lo que a explotación forestal refiere, se impuso un tipo de extracción asimilable al modelo de economía extractiva.

2. La legislación forestal en Chile

El papel del Estado es un factor primordial a la hora de comprender el accionar destructivo de la actividad maderera, para con los bosques nativos. Una revisión a algunos hitos legales en relación a la protección de los recursos forestales, nos da luces sobre el escaso límite impuesto a esta y otras actividades.

El 13 de julio de 1872, se promulga la Ley Sobre Corta de Bosques, la cual intentó proteger los manantiales, vertientes, cuencas y suelos de la excesiva corta de árboles. El 3 de mayo de 1873 se dicta el “Reglamento Sobre la Corta de Bosques”, que protegía los terrenos con bosques fiscales, los cursos de agua y los suelos, además estableció normas para la explotación de los bosques, y coartar el uso del fuego (Cabeza, 1988). Más tarde en junio de 1931 se promulga el Decreto Supremo N°4.363 también conocida como “ley de bosques”. A pesar de lo beneficiosa que implicaba esta ley para la conservación y protección de los bosques, como 85 reglamentar y penalizar el uso del fuego, coartar la corta de los bosques contiguos a manantiales y vertientes, y establecer algunas medidas restrictivas para la protección de algunas especies arbóreas como el ciprés de las Guaitecas, ulmo, quillay, alerce entre otras, en la práctica esta ley constituyó letra muerta (Otero, 2006).

Finalmente, el Decreto de Ley N° 701 promulgado el 28 de octubre de 1974 durante la Dictadura Militar, en el contexto de un nuevo patrón de desarrollo, tendría efectos positivos en materia de reforestación; estimulando mediante una serie de incentivos (reducción arancelaria) las plantaciones con especies exóticas, que ya tenían una base firme legado de la ley de bosques de 1931. Fue positiva, porque desvió la presión desde los bosques nativos, hacia las plantaciones (Otero, 2006).

Se puede afirmar que en Chile ha existido una larga tradición en materia legislativa para con el bosque nativo (Saelzer, 1973), pero como señalan las investigaciones de Elizalde (1970), Cunill (1971), Camus (2006) y Otero (2006) esta tradición legislativa en la práctica tuvo muy poca eficacia, tornándose letra muerta. Ahora bien, en referencia al accionar de la actividad maderera, esta ha tenido que operar dentro de los parámetros fijados por la ley (que en la temporalidad de esta tesis el marco legal estaría estructurado, por la Ley de Bosques de 1931), pero dentro de las posibilidades de control del Estado, es decir, la ausencia, soslayo o falta de voluntad del Estado para fiscalizar, fue uno de los principales alicientes que favorecerían una extracción indiscriminada, mas no imponiendo sus facultades legales. Ya, Elizalde (1970: 124), denunciaba la ineficacia de esta ley que si “hubiese sido aplicado con estrictez, muchos miles de hectáreas de bosques se habrían salvado. Pero en la práctica ha demostrado ser totalmente inoperante”.

3. La indiscriminada explotación forestal

12 años después del informe elaborado por la misión forestal norteamericana Haig, se publican los resultados de la segunda misión forestal FAO, revelando una considerable pérdida de los bosques nativos, descendiendo en 608 millones de m3, es decir, se habría perdido el 27% de la madera existente en 1944. De este total, el 54% seria a causa de incendios forestales, un 32% por vientos, insectos y enfermedades y solo un 14% por las explotaciones forestales. Respecto de la merma originada por las explotaciones forestales, aunque representa un porcentaje 86 menor como factor de pérdida, se reprocha su método de explotación siendo considerado altamente destructivo. La proyección tampoco era muy alentadora, puesto que, de continuar con ese ritmo destructivo las existencias madereras podrían agotarse dentro de 10 a 20 años (Elizalde, 1970).

Hartman (1956) en Donoso (1983), señala que en la época – medianía del siglo XX – los bosques nativos no representan un valor económico de importancia para el país, pero esto no se debe a la calidad de las maderas o la escases de las mismas, ya que, los bosques nativos poseen una gran potencialidad de abastecimiento continuo de diversos recursos forestales. El problema radica en la nula preocupación de la mayoría de los industriales madereros, por mantener la productividad de los bosques naturales. Por tanto, era necesario que los propietarios particulares de los bosques (que concentran la mayoría de los suelos forestales) tomen conciencia de la gran riqueza forestal y la utilicen racionalmente. Por otra parte, se insiste en que el Estado debería tener un control más estricto, principalmente sobre los métodos de explotación llevados en la época en las faenas forestales.

En el plano local, la actividad maderera es un ejemplo concreto, de la destructiva utilización de los bosques por los empresarios, firmas y propietarios forestales en la comuna, quienes imbuidos por el lucro fácil e inmediato, invertían muy poco en su método de explotación, tanto en la etapa extractiva como en la productiva. Esto conllevaría a un gran despilfarro de recursos madereros en las mismas etapas. La idea de bosques con recursos abundantes, que es necesario extraerlos bajo cualquier método, sin considerar las consecuencias que esto pueda provocar sobre la base natural que sustenta esta actividad, y la falta de una visión hacia el futuro de esta industria, con prácticas de reforestación o manejo silvicultural, fortalecen la idea de la gran despensa natural.

4. Accionar de la actividad maderera en la comuna de Futrono

Las explotaciones forestales tienen un fuerte impulso desde la segunda mitad del siglo XIX en el sur de Chile73 (Armesto et al., 1994). Conjuntamente, la construcción del ferrocarril al

73 Es preciso señalar que la tala del alerce y la comercialización de sus tablas, fue de suma importancia durante el periodo Colonial y Republicano para la economía de Chiloé, generando una actividad de gran dinamismo en aquel territorio tanto extractiva como mercantil (Torrejón et al., 2011). 87 sur74 contribuyó enormemente en el transporte de las maderas, principalmente hacia el centro del país, que era el principal consumidor y elaborador de esta materia prima (Camus, 2006). A medida que el bosque se fue agotando alrededor de la línea del tren y de los principales núcleos urbanos, esto inevitablemente provocó la ampliación de la frontera extractiva. Para Donoso (1983), en la primera década del siglo XX ya se apreciaba claramente el agotamiento de los bosques maderables accesibles. Esto derivó en la construcción de rutas hacia aquellos sectores cordilleranos de difícil acceso, que concentraban una gran cantidad de masa boscosa75, tarea que sería asumida por el Estado (Guajardo, 2007). Hacia allá se fueron trasladando los aserraderos y el obraje, y hacia allá se construyeron ramales del ferrocarril y se fueron mejorando y/o construyendo caminos.

4.1. Tala selectiva y utilización del fuego

La actividad maderera operaba bajo el sistema de tala selectiva, también conocido como floreo, que consiste en la extracción de las mejores especies arbóreas seleccionadas por determinadas características y propiedades de la madera (durabilidad, aspecto, resistencia y rendimiento), en desmedro de otras especies que componen la floresta nativa. "se floreaba la madera, se busca la madera buena, madera con mucho gancho que le dé un trozo no se voltea, tiene que ser de dos o tres trozos" (Isaías).

Los bosques templados del centro – sur de Chile, se destacan dentro de otras características de su biota, por la gran diversidad, endemismo de especies arbóreas, y la calidad de la madera de una alta proporción de especies (Armesto et al., 1996). Pero, esta gran variedad de especies y calidad de sus maderas no coincide con los valores de cambio, solo algunas de estas poseían valores comerciales altos, siendo estas últimas las más buscadas y taladas (lingue, roble- pellín, laurel y raulí). Solo se extraían aquellos ejemplares de mayor altura y mejor aspecto de una especie, particularidades que tienen directa relación con su antigüedad, una larga historia en el contexto de los tiempos ecológicos, verdaderas columnas representantes de los bosques

74 El ferrocarril al sur Camus (1997), lo considera un factor trascendental en la destrucción de los bosques, producto de estas relaciones económicas centro y sur, que estimulan los sectores productivos ganaderos, agrícolas y forestales, los que a su vez ejercen presión sobre los bosques. 75 La sección de Aguas y Bosques del MIOP en 1911, ya exponía la necesidad de construir líneas madereras hacia sectores precordilleranos, lugar donde se encontraban los bosques de calidad, ya que, los bosques aledaños a la línea del ferrocarril estaban en un extremo de degradación casi completa (Gutiérrez, 2007). 88 catedrales que nos enseña (Hoffmann, 1998), aquellos bosques con una rica biodiversidad componentes de un ecosistema prístino, aquellos bosques que eran una fotografía de un paisaje representativo de épocas anteriores a la llegada de conquistadores y colonos. Los renovales (bosque de segundo crecimiento), el resto de las especies y los bosques muy maduros, no pasaban la selección y eran dejados en el lugar. Hoy, son testimonios de una mejor época.

“Sus explotadores para “domar” la selva, se abrían paso a fuego a través de lianas, quilantales, bejucos y matorrales, hasta llegar al punto donde se hallan los árboles con la mejor madera, sin importarles nada la terrible destrucción que causan” (Elizalde, 1970: 119). Esta cita ilustra, el trabajo realizado por obreros madereros en épocas de invierno, conocido como limpias. Esta labor se realizaba en los futuros sectores de extracción, quemando todo aquello que no se consideraba de valor, incluso algunos árboles poco valorizados en el mercado, para despejar los bosques y facilitar el acceso a los lugares donde se encontraban los árboles más preciosos y preciados. Así como Elizalde (1970) concluye que el bosque se convirtió en el principal enemigo de madereros, agricultores y colonos, es decir, de la sociedad sureña de la época, desde la otra cara de la moneda, es el fuego que se transforma en el peor enemigo del bosque. Las formas que utilizaban para efectuar estas limpias eran mediante hornillas76 y roces:

“se cometía tal crueldad con la madera, que no se valorizaba, se quemaba. Se hacían hornillas que le llamábamos, y ahí se echaba la madera y se allegaba al fuego, la tepa, el coigüe para hacer las limpias, para llegar a lo otro al lingue, al laurel al pellín” (Bernardo).

Pero la extracción no solo fue mediante la tala selectiva, en condiciones ideales – superficies de fácil acceso y relativamente planas característicos de la depresión intermedia, valles y faldeos cordilleranos – la extracción era bajo el método de tala rasa, es decir, la extracción total e indiscriminada de todos los árboles de un bosque o un de sector determinado del bosque, no dejando ningún árbol en pie, lo que elimina de facto o por lo menos fragmenta, el hábitat de muchas especies florísticas y faunísticas ahí establecidas. Estos nuevos campos eran utilizados para el cultivo y una vez sobreexplotados los suelos volviéndose improductivos, se sembraba pasto para talaje del ganado. En definitiva, el sistema de floreo deterioró enormemente la biodiversidad de los bosques nativos (Armesto et al., 1994), fundados en la búsqueda y

76 Las hornillas eran unos hoyos excavados por los obreros, de alrededor de 20 mts de largo, por 10 mts de ancho, con una profundidad de 3 mts. En estas hornillas se encendían grandes fogatas que eran alimentadas con todo lo que no se consideraba de valor de los bosques, dentro de ello los árboles con poco valor de cambio coigüe, tepa, olivillo, canelo, etc. 89 extracción por su alto valor comercial de solo algunas especies como el pellín, laurel, lingue y raulí, y dentro de estas especies, la selección de los árboles con mayor altura y aspecto. Lo mismo ocurrió con la tala rasa eliminando de facto los árboles de un bosque o sectores de bosques, y por extensión el hábitat de otras especies.

Ciclos de extracción

En la comuna de Futrono siguiendo la línea de explotación de los bosques, se podrían establecer ciclos de extracción, que inician con el ciclo del lingue buscado y talado por las propiedades tánicas de su corteza, requeridas por las curtidurías en la segunda mitad del siglo XIX, hasta principios del siglo XX. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, daría paso al ciclo del pellín-laurel-lingue77; la diferencia con el anterior ciclo e inclusión del lingue, vendría dada por la búsqueda de sus maderas, por su alto valor comercial requeridas para sus usos como durmientes, madera de construcción, mueblerías, etc. A mediados del siglo XX, comenzaría el ciclo del raulí – coigüe, especies explotadas a causa de la ampliación de la frontera extractiva, puesto que, el hábitat de estas especies arbóreas es en los sectores andinos, no así, las otras maderas que habitan en los valles y depresión intermedia, sectores más accesibles. Cabe considerar, que esta idea de los ciclos, tiene su base en la predominancia de estas especies sobre otras en un momento dado, no por la extracción exclusiva, ya que, se mantenía la extracción de las otras especies, pero a medida que se iban agotando y por tanto, bajando en productividad, daban paso a otra especie con mayor auge en el mercado. Es por ello que este tipo de extracción selectiva produjo una progresiva reducción de cada una de estas especies más valorizadas, lo que provocó el desabastecimiento de las existencias madereras de estas especies, y se dirigió la atención hacia otras especies que antes no fueron valoradas como la tepa, el coigüe, el olivillo, el ulmo, el tineo, entre otras78.

77 El tipo forestal roble-laurel-lingue hoy prácticamente inexistente, ha tenido una presión (mínima en sentido estricto) que Donoso (1983), la evidencia desde el periodo indígena, esto en gran parte por su ubicación original, desde el río Malleco por el norte, hasta el lago Llanquihue por el sur, en la depresión intermedia y los faldeos cordilleranos, estratos ocupados por los pueblos originarios. La merma principal se origina en el siglo XIX con la intensificación en el uso del fuego, y a principios del siglo XX bajo una intensa tala. 78 Muestra de ello es que en las primeras décadas del siglo XX, el roble, el laurel y el lingue poseían un alto consumo, donde también hacen su aparición un consumo importante de coigüe y raulí, lo que indicaba la incursión cada vez más importante hacia los sectores cordilleranos para la extracción de esta especies, representantes de los tipos forestales coigüe-raulí- tepa y roble-raulí-coigüe. Ya en 1950, aparte de la importancia que van adquiriendo la producción de pino insigne síntomas de un nuevo modelo forestal, las principales especies arbóreas aserradas eran en orden descendente roble, raulí, coigüe, pino insigne, laurel y la araucaria, lo que evidencia la decadencia del lingue y la intensificación de los bosques andinos (Donoso y Lara, 1996: 372 – 374). En 1951 las estimaciones de agotamiento de las existencias madereras por especies, eran alarmantes: en 25 años (1976), el laurel y el roble, lingue 90 4.2. Las pérdidas en el monte

Dentro de los impactos ejercidos por la actividad maderera en el entorno, es imprescindible destacar el despilfarro de estos recursos tanto en la etapa de extracción, como de procesamiento. Para Mittak (1959), gran parte de los propietarios forestales o arrendatarios de montañas consideran el valor de sus bosques en pulgadas, es decir, el real interés de estos particulares es el producto forestal, la madera aserrada (tablas, basas, durmientes, etc.). Lo que suceda en la extracción o en el procesamiento no era de su interés.

En el volteo los taladores por regla general comienzan a cortar los árboles a la altura del pecho, dejando adheridos al suelo el tronco que también constituye madera aprovechable. Además, la caída de los árboles a pesar del cuidado que los taladores procuraban, no era la más pulcra, caían encima de otras matas ya taladas, provocando daños irreparables a la madera o el rompimiento de los palos, considerando árboles con alturas de 40 – 50 mts. Luego, en el destroce se acostumbra a fraccionar solo las parte más regular de la mata, por dos razones, la primera, facilitaba el transporte a los madereros, y la segunda, estas secciones del árbol es de donde se obtienen los mejores trozos (con más pulgadas), cortándose según la medida estipulada 3, 65 mts. Por tanto, en el bosque quedaba todo el resto del árbol ramas, pies, las partes irregulares del palo, etc. conjunto que constituía una cantidad importante de madera79 (Mittak, 1959; Bravo, 1951 en Camus, 2006: 178). “Yo me fijaba ahí en la cordillera, estos mismos que nos acordábamos ayer los G… dejaron mucho desaprovechamiento, hubo mucho desaprovechamiento… sacaban lo mejor al árbol, el resto quedaba ahí” (Bernardo). Debido a las pérdidas de madera durante el volteo y el destroce, no es de sorprenderse de que a las canchas de acopio solo llegue el 40% de la madera bruta Mittak (1959).

50 años (2001) y raulí 60 años (2011). Lo que para Donoso (1983: 413-414), las proyecciones para laurel y lingue se quedaron cortas, y ajustadas para raulí y robles viejos (pellines). 79 Los entrevistados mencionaban que posterior a las grandes explotaciones por firmas y empresarios madereros, sobre todo, durante la década del 80’ y 90’, fue muy común ver a particulares y/o locales realizar rebusques, es decir, volver hacia los antiguos lugares de extracción a buscar estos restos de maderas dejados por los madereros en épocas de mayor auge, reciclándolos y procesándolos principalmente como madera para mueblería, construcción y artesania. 91 Fig. N° 8: Restos dejados en los bosques. Sector Cerrillos.

4.3. Locomóviles y aserraderos circulares

El locomóvil fue ampliamente utilizado en las faenas forestales, dos elementos se conjugan y explican su predominancia. Por un lado, estas instalaciones representaban un bajo coste de instalación y mantención, además su manejo no era muy dificultoso (Maldonado, 1925), solo bastaba la presencia de un buen fogonero y palanquero. El locomóvil representa el tipo más elemental de motor, es a vapor, sencillo, fácil de manejar, fácil de reparar y no necesita muchos repuestos. Por otra parte, la principal característica de estas instalaciones sobre todo del locomóvil era su movilidad “que iba persiguiendo el bosque a medida que este se iba explotando” (Bravo, 1951 en Camus, 2006: 178), convirtiendo a los locomóviles en un “símbolo de la explotación del bosque” (Otero, 2006: 116). Esta movilidad Camus (2006), la considera una mala práctica, ya que, bajo el método del floreo, ayudó al empobrecimiento de la compleja composición original de los bosques, penetrando en los bosques inaccesibles en busca de las mejores especies. La movilidad de los bancos aserraderos constituye una de las principales características de la explotaciones forestales en la comuna, siendo llevados a prácticamente cualquier punto o sector inaccesible, y una vez extraído las maderas más valiosas del área era retirado y llevado hacia otro sector en la misma comuna o hacia otras comunas, como es el caso de los particulares que trabajaban bajo la modalidad de arriendos de montañas o bosques.

Pero no solo su movilidad fue criticada, sino también su instalación y su funcionamiento. Mittak (1959), nos dice que estas instalaciones eran primitivas e improvisadas, sin consideración alguna de las relaciones necesarias entre fuerza motriz, número de revoluciones de la transmisión y diámetro de la sierra. Este conjunto de deficiencias mecánicas se reflejan posteriormente en la madera aserrada evidenciando cortes irregulares de diferentes medidas y espesores y otros

92 defectos, que en suma, el producto es una madera de baja calidad afectando notoriamente su precio.

A estas deficiencias, se suma la utilización de las sierras circulares que implicaban un gran derroche en aserrín, tanto así, que Maldonado (1925), establece una pérdida en aserrín de 1 tabla por cada 3. Mittak (1959), señala que el corte de la sierra es entre 7-12 mm, representando una pérdida equivalente a la mitad de la madera bruta que llega al aserradero (que ya es de un 40%). Esto genera una gran acumulación de aserrín alrededor del aserradero, lo que no estaba exento de complicaciones. En muchas oportunidades debido a las chispas que emergen desde el cañón del locomóvil (cuyo combustible era la leña), recaían en estos montones de aserrín produciendo ignición, dando origen a incontrolables incendios, resultando gravemente dañadas las máquinas y la pérdida total de la producción maderera acumulada. Esto se puede ilustrar en la figura N° 9 donde se puede observar los apilamientos de la producción y restos de madera próximos a los aserraderos, susceptibles de comenzar incendios "los locomóvil llegó un tiempo que los prohibieron también, por los incendios. Tuve que mandarle hacer una malla buena al cañón arriba para que no salten chispas, pero lo pararon al final” (Rubén).

Fig. N° 9: Banco aserradero en el fundo La Esperanza. Sector Cerrillos. Futrono. 1965.80

La conclusión que llegan Mittak (1959) y Bravo (1951), ya en la década de 1950 y que también esboza Maldonado (1925), es la sustitución inmediata de estas instalaciones de aserradura móviles, por instalaciones permanentes con sierras de huinchas, accionados por electricidad o por fuerza hidráulica. Es evidente que estas instalaciones de sierras circulares y locomóviles perduraron hasta las postrimerías del siglo XX, muestra de ello, es el registro actual en la comuna de Futrono, de que por lo menos un aserradero mantiene estas instalaciones

80 Extraído de Rofëln. (2013: 70). 93 funcionando esporádicamente. Por tanto, las nuevas instalaciones de aserradura propuestas por estos autores, en el caso de Futrono durante el periodo investigado no se establecieron, debido fundamentalmente a la gran inversión de capital (instalación de un galpón, cambio de maquinarias, utilización de nuevas energías, etc.). Inversiones que claramente no estaban contempladas en la lógica de las firmas y empresarios madereros, donde prevalecía el mínimo gasto y la máxima ganancia, la movilidad en contra de lo estacionario, la extracción en contra de la reforestación, son elementos que caracterizaron la actividad maderera durante la temporalidad estudiada.

4.4. La experiencia vs los conocimientos técnicos forestales

En las explotaciones forestales el personal no tenía una preparación técnica y tampoco las personas que estuvieron a cargo de dirigir las faenas, como los mayordomos de montaña. Los obreros eran hombres que manejaban su oficio por la suma de sus experiencias en los trabajos con la madera. Esta falta de conocimientos técnicos en silvicultura por parte del personal maderero, contribuye a la destructiva utilización de los bosques nativos del país (Camus, 2006; Mittak, 1959). Esto puede ser verdad sobre todo en el manejo forestal de los bosques, pero no es a consecuencia por los desconocimientos técnicos por parte de los obreros madereros.

A pesar de estos desconocimientos y nula preparación técnica forestal, los obreros sabían muy bien del mal aprovechamiento que se hacía a los bosques y luego a la madera, de la extracción excesiva de las especies arbóreas, de los roces y de las enormes pérdidas en el volteo, en el destroce y en la aserradura. Las respuestas que nos entregan los entrevistados son categóricas: “era recibir órdenes no más” (Enrique) o “había que hacerlo no más” (Jaime). Los obreros madereros eran meros ejecutores, motivados por obtener un salario más alto cada mes, o por el simple hecho del estado de incertidumbre que origina la pérdida del trabajo, en una época muy difícil. Recordemos que los obreros ganaban por pulgada de madera, esto implica que entre más pulgadas de madera, mayor era su salario al término del día, en otras palabras, entre más pulgadas de madera mayores eran los efectos en los bosques. La real amenaza la constituye la motivación de las firmas, empresarios y propietarios forestales, quienes animados por la máxima ganancia y en el corto plazo, guiaban a los obreros madereros a roturar cada vez más los bosques

94 nativos, empleando para ello métodos de explotación que como vimos en los apartados anteriores eran muy destructivos.

5. Elementos de cambios en la actividad maderera

Los principales elementos identificados de cambios de la actividad maderera, tienen relación con los métodos de explotación, y vendrían dadas por las innovaciones tecnológicas, estas serían la introducción de la motosierra, los camiones y los tractores, que constituyen para los entrevistados las modificaciones más importantes, dentro de la temporalidad estudiada. Pero a esto, se le agregan otros hitos de cambios que son posteriores a la fecha límite de esta tesis 1974, y serian la renovación de los antiguos locomóviles y las sierras circulares, por aserraderos con motor eléctrico o a petróleo y sierras de huincha, mayor control y fiscalización en las explotaciones del bosque nativo, y por último, los efectos producidos por las plantaciones de especies exóticas incentivadas en el marco del Decreto de Ley N° 701.

Respecto de las innovaciones tecnológicas aunque tempranas en el caso de la explotación forestal realizada por Juan Keller Keller, quien trajo consigo un gran capital en camiones y tractores con huinches, contribuyó a una mayor y más rápida roturación de los bosques, esto es así, por la reducción de los tiempos en la etapa extractiva, es decir, en el volteo y destroce de los árboles.

En cuanto a los tractores con o sin huinche y los bulldozer, ambos fueron usados en varias etapas del proceso productivo, pero principalmente se destinaron al traslado de los trozos desde la montaña al aserradero, madereo. Estas máquinas de carga también redujeron los tiempos de madereo, además poseían una mayor capacidad de carga, mayor distancia de recorrido y un periodo de trabajo diario más prolongado. Asimismo, algunos de estos tractores y/o bulldozer poseían palas en la parte delantera la que utilizaban para construir o reparar caminos. Como señala Otavo (1984), el rendimiento de los tractores y/o bulldozer, es superior a las yuntas de bueyes, pero los costos asociados al uso de estas máquinas son muy altos (inversión, reparación, combustibles y lubricantes). Por tanto, estas máquinas solo estuvieron al alcance de los capitalistas forestales.

95 La mayor producción también implica una salida constante para evitar la acumulación de la madera aserrada en las canchas de encastillamiento, lo que paulatinamente produjo la aparición de más camiones, además de que paulatinamente se produjeron mejoras en las vías camineras de la comuna durante la década de 1950 en adelante (Basso, 2013).

"la motosierra llegó, yo diría en un pésimo momento, porque como no había regulación y había un tipo de explotación, [que] le pagaban al tipo por lo que hacía, entonces, si botaba 20 árboles no es cierto, le pagaban 20 árboles” (Fernando).

“claro los camiones en los 50’ más o menos llegarían 60’ ya más seguro. Ahí las firmas, todas estas firmas después tenían camiones para transportar la madera. No ve que antes era pura carreta” (Robinson).

“el tractor también fue un cambio importante, de eso tractores con huinche y pala, con el huinche tiraban los trozos y con la pala hacia los caminos” (Isaías).

Actualmente, los aserraderos móviles con motor a petróleo y con sierras de huincha cuyo corte es menor en comparación a las sierras circulares son los más comunes en la comuna, su aparición según algunos de los entrevistados es en la década de 1990. Otro de los cambios en la actividad maderera que estos mencionan para épocas recientes, tiene relación con el mayor control y fiscalización en la utilización de los bosques nativos, que viene dado principalmente por los planes de manejo que aprueba CONAF, protegiendo en cierta medida la extracción de los bosques nativos.

“Como el 90’ llegaron estos aserraderos móviles que se usan ahora, estos a petróleo que son más livianos, más fáciles de usar. Ya usted llega, los engancha a la camioneta o lo que sea, y te fuiste a aserrar” (Ramón).

“Bueno, ahora CONAF protege harto los bosques porque… los planes de manejos que entregan… ya no es como antes, pescar sus herramientas, yunta, y al bosque no más a sacar lo que quería, como lo hacían los jutres [dueños de fundo] antes” (José).

Finalmente, el nuevo modelo forestal cuya base era las plantaciones con especies exóticas cuyo hito es el Decreto de Ley 701, también tuvo cambios en la actividad maderera actual, sobre todo, desde la década de 1980.

96 “en el fondo las plantaciones estuvo bueno porque o si no lo nativo iba a desaparecer, por ejemplo, la leña, es un verdadero crimen que exploten todas las huallizadas [robles jóvenes], que eso después con los años es pellín” (Santiago).

6. ¿Árboles? ¿Maderas? ¿Recursos forestales?

De lo visto hasta acá, se puede apreciar una utilización de los bosques durante la época establecida bastante destructiva, y sin una visión hacia el futuro de esta actividad. La reforestación con especies nativas en los mismos lugares de extracción, no fueron parte del accionar de la actividad maderera en la comuna. Desde la creación del ex Complejo Forestal y Maderero Panguipulli en 1970, se registran experiencias de viverización, manejo forestal y reforestación con especies nativas, innovadores para este sector de la región y del país (Otero, 2006). La visión que poseían los actores madereros sobre el bosque nos puede dar algunas luces sobre esta relación destructiva humano – bosque. El punto de partida lo marca la modernidad, más bien, la construcción de la naturaleza en el seno de la modernidad, en la cual se origina la desnaturalización de la naturaleza, desconociendo el orden complejo inherente de los ecosistemas boscosos, convirtiendo la naturaleza en recursos, en este caso recursos forestales (Leff, 2006). La modernidad, como una formación social consolidó prácticas sociales que establecen una relación entre humanos y no humanos, en donde “la naturaleza ha sido claramente despojada de poder generador; se ha convertido en un depósito de materias primas que esperan su transformación en insumos para la producción de mercancías” (Shiva, 1996: 319).

Es la cultura económica occidental que se preocupó mediante la ciencia y la producción capitalista, en transformar y reducir la naturaleza en ambiente, y es precisamente del ambiente de donde la sociedad industrial obtiene la materia prima, los recursos naturales, etc. “la naturaleza es reducida a un ser inerte, a un mero apéndice del ambiente” (Escobar, 1995: 13). Es más Shiva complementa lo anterior diciendo “la ideología dominante del desarrollo de la posguerra, se ha preocupado exclusivamente de la conversión de la naturaleza en un recurso y el uso de recursos naturales para la producción de mercancías y la acumulación de capital” (Shiva, 1996: 332). Bajo esta mirada, toda la biodiversidad de los ecosistemas boscosos fueron poco a poco a ser conceptualizados y reducidos a recursos forestales, disponible para la producción capitalista. Por otra parte, el desarrollo entendido como crecimiento económico, bajo el continuo aumento de 97 la producción industrial masiva, con sus necesidades intensivas de materias primas, y el aumento en el consumo de los productos y sumado el factor de la concentración de población en centros urbanos creciendo día a día, han derivado en problemas medioambientales: contaminación, degradación, destrucción masiva y sistemática de los elementos del ecosistema (Eschenhagen, 2001).

La ejemplificación del dominio ejercido por el conocimiento científico sobre los bosques, es la reducción a una expresión matemática. Los mayordomos de montaña ejecutaban una función previa a la extracción de las maderas, que era conocida como “encuestar el bosque”, esto consistía, en calcular la masa boscosa que poseía el área a explotar. Esta medición era formulada comúnmente en pulgadas madereras. Es decir, los bosques ya no son vistos como tales, sino como un recurso medible, una materia inerte, apto y dispuesto a ser extraído, luego transformado en materia prima y posteriormente producida en mercancía. La forma de representar la naturaleza por parte de los propietarios, empresarios y firmas madereras es asociada al régimen de la naturaleza capitalista (Escobar, 1999b).

Ahora bien, esto bajo el imperativo de las fuerzas del mercado, la maximización de las ganancias y la acumulación de capital (Shiva, 1996), sumado al escaso control fiscalizador del Estado, conllevó a una extracción desmedida de los recursos forestales, que bajo este escenario socava en gran medida los límites de la naturaleza “El tratamiento de la naturaleza como un recurso que adquiere valor solo en la explotación para el crecimiento económico ha sido central para el proyecto del desarrollo” (Shiva, 1996: 327). Esto reafirma lo que expusimos en el comienzo de este capítulo, acerca de la explotación de los bosques bajo un criterio minero (Zarrilli, 2004), que bajo la predominancia de la extracción maderera sin límites, genera una escases de las existencias por especies, impidiendo su regeneración natural, por lo demás, esta lógica tampoco contempla la reforestación de las áreas explotadas. La cultura minera-extractiva que nos señala Bengoa (1999), tiene por definición tiempos cortos, es decir extraer la máxima cantidad de recursos en poco tiempo, lo que repercute en los ciclos naturales de los bosques nativos, definiéndolos como no renovables dentro del marco de la expansión de la economía de mercado.

98 7. Relaciones de poder

La creación y reducción de la naturaleza en recursos naturales es el síntoma más visible de la relación jerárquica y dominadora de la sociedad sobre la naturaleza, la naturaleza en la sociedad industrial es ahora poseída y controlada, pero su acceso no es igual para todos. Es el carácter político de nuestra especie que organiza nuestra vida (Lipietz, 2002), estableciendo relaciones de poder.

Anteriormente vimos que el Estado protegió los intereses económicos y políticos del sector latifundista, consolidando y legitimando propiedades en muy pocas manos, que habían sido poseídas bajo la usurpación, el engaño, pillaje, etc. ejercidos sobre los asentamientos históricos de los pueblos originarios (Almonacid, 2009). También vimos que estas propiedades concentraban la mayoría de los recursos agrícolas y forestales del país, por tanto, los grandes dueños de fundos, eran a la vez dueños de los recursos naturales, como los bosques nativos. Esta situación elevaba a una posición desigual a los latifundistas, quienes controlaban el acceso a los recursos naturales, la utilización y su usufructo, pero este sector no puede explotar por ellos mismos estos recursos, necesitaban de otras personas para que exploten los recursos naturales por ellos. Serían los inquilinos y obreros madereros a quienes usarían el sector terrateniente y los empresarios y firmas madereros para su extracción. Es decir, el poder también se ejerce sobre los seres humanos que están en la escala inferior, desposeídos de los recursos, y es a través de ellos que ejercen su poder sobre la naturaleza para obtener de ella, las tan ansiadas maderas (Alimonda, 2011).

La modalidad de arriendos de montaña es un claro ejemplo del control y acceso de los recursos naturales por parte de los grandes propietarios. El latifundista quien posee una cantidad enorme de hectáreas, dispone en arriendo parte de su propiedad, a algún empresario o firma maderera. Andrés Fried Kopp era uno de los que utilizaba esta modalidad de arriendo de montaña, abarcando las actuales regiones de los Ríos y Los Lagos. Lo mismo ocurre con la firma Lacámara Ruiz y Cía. Ltda., este sistema les permite arrendar una porción de la naturaleza, ahora valiosa por las pulgadas de madera que de esta puedan extraer, pero este escenario no está exento de complicaciones. Como señala Mittak (1959) “las selvas naturales no son explotadas a veces por su dueño sino por arrendatarios a menudo inescrupulosos. El punto de vista de los arrendatarios es obtener la mayor utilidad con el menor esfuerzo y el menor costo”

99 Los latifundistas en su posición de detentores de la naturaleza, disponen de los recursos forestales a arrendatarios motivados únicamente por la maximización de las ganancias, cuyo resultado unívoco seria la degradación de los bosques o montañas arrendadas. Esto demuestra el ejercicio del poder por parte de los dueños de los recursos forestales y que su aprovechamiento para generar las máximas ganancias, implicó a la vez las máximas extracciones de maderas. La contratación de gran cantidad de mano de obra dominada por mecanismos de control como las pulperías, que constituían a la vez una mano de obra barata, sumado la movilidad de los bancos aserraderos y el escaso límite legal se conjugan en un sistema de explotación, que sustentan la idea del modelo de economía extractiva.

8. La huella ambiental

La historia ambiental nos permite situarnos y profundizar sobre las interacciones históricas entre sociedad y naturaleza, pretendiendo comprender los efectos que el entorno natural ha ejercido sobre los seres humanos, y al mismo tiempo, los impactos que los grupos humanos han realizado sobre el ambiente y con qué resultados (Worster, 1998 en Camus 2006: 29). Asimismo, solo en los tiempos largos es posible analizar periodos de acumulación de impactos negativos y positivos, y los efectos concretos que han tenido sobre el medio (Camus, 2006: 31). La huella dejada por la actividad maderera en la comuna para los entrevistados es notoria. Las consecuencias medioambientales generadas por el auge de las explotaciones forestales han sido la pérdida y degradación de los bosques a lo menos centenarios, la extracción desmedida y sin reforestación, condujo al agotamiento de las existencias de las maderas más buscadas por su alto valor comercial, son los casos del lingue, el pellín, el roble y el laurel. La predominancia de esta práctica extractiva durante el periodo establecido, guió a la búsqueda permanente de frentes de aprovechamiento otorgándole un carácter extensivo a esta actividad, factor en este proceso fue la movilidad de los bancos aserraderos contribuyendo a la ampliación de la frontera extractiva. Las motivaciones de los particulares en maximizar las ganancias en el corto plazo impusieron una visión de los bosques en cuanto a la cantidad de pulgadas de maderas que de estos puedan extraer, una gran despensa natural, utilizando para ello métodos de explotación que despilfarraron en la extracción y procesamiento una gran cantidad de madera. La paulatina innovación tecnológica a partir de 1960 con la introducción de la motosierra, tractores, bulldozer y camiones aceleraron los ciclos extractivos. La legislación forestal que en la práctica tuvo escaso control en 100 la protección de los bosques dejó a disposición de los propietarios, empresarios y firmas madereras su extracción sin normativa y límites.

De esta forma el modelo de economía extractiva propuesto por Leal y Restrepo (2003), se condice con lo sucedido en este territorio. La riqueza forestal de la comuna y el aprovechamiento que la actividad forestal hizo de estos recursos, constituiría la predominancia de las faenas forestales por sobre otras actividades, estableciéndose como la práctica económica de mayor relevancia de gran parte del siglo XX en la comuna (Basso, 2013; Hunter, S/F). Esto también derivó hacia una explotación extractiva-minera de carácter puramente coyuntural, sin una visión hacia el futuro de esta actividad “el afán puramente extractivo y la falta de criterios de manejo silvicultural fueron comunes a este periodo” (Donoso y Lara, 1996: 372). En este mismo sentido Painter (1985) en Comas (1998), nos señala que la mayor degradación procede de las grandes corporaciones y los propietarios más poderosos y ricos, quienes consideran a la tierra como input de bajo coste, siéndoles mucho más rentable ocupar nuevas tierras e ir degradando el entorno, en vez de preservarlo con prácticas paliativas. En definitiva, se confirman las transformaciones medioambientales originadas por la actividad madereras que nos relatan los entrevistados.

Recapitulación

Las explotaciones forestales no solo en la comuna de Futrono, si no que, en la totalidad de las zonas forestales del país – ayudados por su impunidad legal – ejecutaron un accionar indiscriminado, eliminando de facto bosques de áreas, como los aledaños a las líneas del tren y de los núcleos urbanos (Otero, 2006). La extracción maderera bajo un criterio minero (Bengoa, 2009; Zarrilli, 2004) propio del modelo económico extractivo (Leal y Restrepo, 2003), es parte de una sociedad moderna o de un régimen de naturaleza capitalista (Escobar, 1999b), la dicotomía naturaleza-sociedad, fraguada por la ciencia y la tecnología reduce el complejo ecosistema de los bosques templados del país a recursos forestales medibles.

101 PARTE III: CONCLUSIONES, BIBLIOGRAFÍA Y ANEXOS.

102 1. Conclusiones

Durante los años que esta investigación aborda el país era guiado por un patrón de desarrollo que priorizaba y fomentaba la industria nacional, producir en casa lo que se obtiene allende las fronteras. Asimismo, el embelesamiento de la epifanía desarrollista en Latinoamérica y el país estaba instaurado, por tanto, se intentaba buscar el mejor camino que condujera hacia tal anhelado estado. Por ende, no es dificultoso entrever que la actividad maderera fuese guiada por este embudo, cuya meta era influir en el crecimiento económico, sinónimo de desarrollo. Por lo demás, el país se encontraba afanoso de productos forestales, viviendas, escuelas, obras públicas, leñas, envases, durmientes, industrias y un larguísimo etcétera, requerían de maderas para construcción, materia prima, entre otros usos. Es en este cuadro de tensiones entre fuerzas económico-políticas externas e internas, que las explotaciones forestales de la comuna de Futrono fueron y son conducidas.

Se pudo pormenorizar el proceso productivo y de comercialización de la actividad maderera, proceso que principia en los bosques de la cordillera andina, así como de los cordones montañosos que de ésta se desprenden, para terminar – a través de vapores, trenes y camiones – en el mercado nacional e internacional. De igual forma, se exploró y presentó los numerosos oficios madereros y las vivencias de sus protagonistas y, como éstos se concatenan dando como resultados la madera aserrada y los durmientes que, elevan y constituyen a la comuna de Futrono como zona de extracción de recursos forestales. Pudimos identificar las principales herramientas y máquinas utilizadas y los cambios tecnológicos que fueron dejando atrás el hacha, la corvina, el locomóvil, etc. Se trajo a recuerdo algunas de las firmas y empresarios madereros que dejaron su huella en la memoria de sus trabajadores pero, principalmente su huella dejada en el paisaje boscoso de la comuna de Futrono.

Aunque el negocio de las maderas fue altamente beneficioso para los capitalistas forestales, también permeó la economía de los grupos familiares locales, la proletarización rural fue uno de las formas en que sus miembros participaron de la actividad, dejando sus laborales invernales (agricultura de subsistencia), incorporándose en la temporada maderera para obtener de ésta algunos réditos, que los ayudase a solventar la cada vez más mercantilizada vida local. Asimismo, la venta de productos forestales como durmientes en invierno, también fue otro medio de involucramiento en las relaciones netamente mercantiles. Otro punto de suma consideración es el rol de las mujeres aunque lejos de los bosques y los bancos aserraderos desempeñan un 103 papel importante en la reproducción de las familias fuente de fuerza de trabajo, ya que, como nos dice Comas (1998), en el contexto de la expansión del capitalismo las relaciones domésticas no pueden entenderse fuera del escenario de los dominios del trabajo asalariado y viceversa. A pesar, de no ser una actividad generalizada más bien puntualizada las pensiones, constituían otro medio para obtener ingresos a la economía familiar. La suma de todas estas prácticas económicas proletarización rural, venta de durmientes y pensiones, expresan la dependencia y convivencia de relaciones económicas dispares, que se solventan mutuamente, una como medio de expansión (capitalismo), y la otra como manifestación de la pluralidad de bases económicas (Comas, 1998).

Sin dejar pasar en alto, el sistema de pulpería que es asimilable a la relación económica jerárquica de endeude propia de la actividad maderera de regiones con bosques tropicales (Leal y Restrepo, 2003), fue un medio íntegramente beneficioso para los capitalistas forestales, ya que, a través del arrastre de deudas en las pulperías – pudiendo durar años – obtenían fuerza de trabajo prácticamente gratis acaudalando aún más sus beneficios económicos. Lo que mantenía a muchas familias ensimismadas en condiciones de pobreza salvaguardándose, en el caso de los inquilinos, en siembras – individuales o colectivas – y crianzas de animales. Podemos concluir que, a pesar de que en palabras de los entrevistados grandes partes de los habitantes de la comuna de Futrono estuvo relacionada a la actividad maderera, ésta tuvo mayor incidencia para los capitalistas forestales que para las economías de los obreros e inquilinos, sin desconocer las ligaciones acontecidas. “Don Rubén ¿La actividad maderera era importante para las familias? – No, que para los ricos sí, pero no para uno” (Rubén).

La extracción maderera bajo un criterio minero (Bengoa, 2009; Zarrilli, 2004), claramente dejó una huella ambiental imborrable, aunque en este estudio no se muestra guarismos históricos que permitan visualizar la reducción boscosa concreta de la comuna de Futrono, si está latente en la memoria de los involucrados. La tala selectiva o floreo desmembró los ecosistemas boscosos, a la vez que, reducían las existencias madereras como del roble-pellín, lingue, laurel y raulí, se suman las pérdidas en el volteo, destroce y en los aserraderos, etc. Todo esto son muestras de un accionar destructivo y sin una visión del futuro de la actividad y mucho menos de conservación. Claramente esto es la consecuencia de ver y construir el mundo bajo los parámetros del régimen de naturaleza capitalista (Escobar, 1999b), que desnaturalizan los componentes complejos de la

104 naturaleza (Leff, 2006), reduciendo, aprovechando los ahora recursos naturales, y al tiempo que se infravaloran los límites de resiliencia del medio ambiente.

Ante esto, la idea de despensa natural (Leal y Restrepo, 2003) o de cantera de recursos forestales, se torna irremediablemente en una realidad. Las redadas a los bosques tuvieron sus motivos en la consecución de la máxima ganancia en el menor de los plazos, intenciones de los capitalistas forestales a los que se incluyeron los trabajadores madereros como ejecutores. Esto es un signo de las relaciones de poder, donde unos pocos son dueños de mucho – suelo con bosques – controlando el acceso y el usufructo de estas porciones de la naturaleza, que azuzan a los desposeídos de los medios de producción a explotar los bosques, y mediante su fuerza de trabajo obtener de ellos sus beneficios (Alimonda, 2008, 2011).

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113 3. Anexos

Anexo 1: Informantes calificados

A continuación se presenta un cuadro que detalla los nombres, el número de entrevistas, la firma o empresario maderero donde se desempeñó y labor realizada. Por último, algunos de los entrevistados dispusieron que no figurase su nombre completo, ante esto se tomó la determinación de individualizar solo con el nombre al total de los entrevistados.

NOMBRES N° DE FIRMA O LABOR ENTREVISTAS EMPRESARIO Bernardo 3 Lacámara Ruiz Cía. Ltda. Mayordomo de montaña Enrique 1 Andrés Fried Kopp Talador y maderero Fernando 2 Antiguo residente de la comuna Franco 1 Andrés Fried Kopp Maderero Isaías 2 Lacámara Ruiz Cía. Ltda. Maderero Jaime 2 Juan Keller Keller Talador Jenaro 2 Juan Keller Keller Talador y maderero Jorge 2 Juan Keller Keller Talador y maderero José 2 Antiguo residente de la comuna Marcelo 2 Lacámara Ruiz Cía. Ltda. Clasificador Ramón 2 Antiguo residente de la comuna Robinson 1 Andrés Fried Kopp Talador Rubén 1 Andrés Fried Kopp Mayordomo de montaña Santiago 2 Andrés Fried Kopp Palanquero

114 Anexo 2: Guía de preguntas entrevistas semiestructuradas por objetivo de investigación

1- Describir el sistema productivo de explotación forestal nativa y la comercialización de los productos madereros en la escala local, regional e internacional entre 1950 – 1974.-

 ¿Cómo era la actividad maderera en la época en que usted trabajó en la comuna de Futrono?

 ¿Cómo era el proceso de comercialización de las maderas o sus productos? Esto es en plano comunal, regional y nacional.

 ¿Quiénes eran los principales protagonistas en las faenas forestales? y ¿Qué tipos de relaciones tenían estos protagonistas entre sí?

2- Caracterizar la economía de los grupos familiares en el espacio local Futronino, en la época estudiada.

 ¿Cuál era la importancia de la actividad maderera para las economías familiares?

3- Describir los efectos en el medioambiente relacionados con la extracción maderera, hasta la promulgación del Decreto de Ley 701.

 ¿Cuáles considera usted que fueron los principales cambios en la actividad maderera en el transcurso del tiempo? 1950 – actualidad.

 ¿Cuáles eran las principales actividades económicas en la comuna de Futrono entre los años 1950 – 1974? Y ¿cómo estas afectaban el paisaje, es decir, en qué medida modificaban el entorno?

115 Anexo 3: Extractos de entrevistas capítulo 1 ÍTEM EXTRACTO DE ENTREVISTAS “yo trabajaba feliz, porque me sentía bien, porque mi patrones me querían, me tenían confianza, lo que decía yo, valía, me dieron voz de mando, muy joven, me dieron autoridad muy joven […] yo, lo que decía se hacía, yo me oponía, no se hacía, así entonces, yo no pensaba de que me pagaban poco ni nada, lo que pasaba, es que me sentía bien…” (Bernardo).

“yo estaba trabajando en Fresia explotando alerce, que eran un arriendo que hacían los jutres [dueños], cuando me avisan de que tengo que irme a un fundo en Futrono, a San Vicente, así que hay me vine, como el 64’ más o menos” (Bernardo).

“¿conoces las clases de madera tú? Si, le dije yo a Don Juan [Lacámara], ¿Qué clases de madera conoces? Me dijo. Bueno, le dije, conozco el lingue, el pellín, la tepa, el coigüe, el ulmo, el mañío, el lleuque, el olivillo, es todo lo que conozco. Justamente me dijo, hay lingue, hay pellín, hay esas otras maderas que son de poco valor para mí, el coigüe, el ulmo, la tepa, que se yo, son de poco valor para mí, a mí me interesan el laurel, el pellín, el pellín con el tiempo va a hacer un oro me dijo, y eso lo vamos a perseguir” (Bernardo).

Labor realizada por “cuando hacíamos las fajas nos encontrábamos con unas tremendas fajadores y camineros coliguales y quilas, y había que hacer la faja en medio de todo eso, y había que tener cuidado macheteando, porque los coligues no se pueden cortar muy abajo, porque eso es un peligro para los bueyes, se le puede enterrar en las patas y se las puede rajar” (Jorge).

“en los terrenos malos, hualvosos, se hacían planchado de palos redondos, cien, doscientos metros de ese planchado oiga, se hacían con cualquier madera la que tocaba no más, para que pasen las carretas con los bueyes, no si se le leseaba harto para abrir caminos” (Jenaro).

“entonces, el patrón me dijo oye tú, eres tan obediente, te voy a poner a hacer faja en las montañas, me mandó a hacer faja, así para, abrir para, que haga el camino, para los camiones […] claro, las huellas antes era a pura mano no más” (Isaías).

Labores de tala “yo corte madera en el tiempo que era y que no era, porque la madera tiene su tiempo para voltearla, usted ahora en abril ya, abril, mayo los manda a los montes a voltear hasta de agosto, esa es la época de la madera para voltear con la savia cuando esté, está abajo, y de ahí, en ese tiempo en la fábrica, volteábamos todo el año completo, todo el año completo, cuando ya cortábamos la madera en el tiempo que la savia iba subiendo, cortábamos el tronco y empezaba a salir la savia por el tronco, claro…” (Jenaro).

“un hombre, un buen hachero, se volteaba seis matas al día, un árbol que le daba trescientas pulgadas” (Bernardo). “habían gallos que se volteaban hasta diez palos por día” (Jenaro). 116 “de esa madera blanca me botaba hasta diez en un día, pero pellines, dos, tres palos mas no, esos son tremendos árboles si, y no el pellín es duro” (Jorge). Destrozadores “nosotros destrozamos la madera a 3.65 mts, porque esa era la medida que nos pedían, y bueno si habían otros pedidos que a veces pasaba eso, se trozaba a 6 mts, 7, hasta 8 metros, no si habían matas grandes” (Jenaro).

“habían unos gallos muy buenos para la corvina, no se cansaban, me acuerdo que habían unos hermanos en Cerrillos incansables, esa corvina volaba, daba gusto verlos trabajar” (Jorge).

“yo para destrozar tuve que buscar a otra persona, porque mi socio era muy pesado, me cabreaba, me dolían los pulmones, vio que soy chico, entonces, dele, que, dele, que dele, no más, a la corvina hasta que pasaba el trozo abajo, y meta cuña para que no se apreté…” (Isaías).

“la cuña se usaba cuando uno trozaba, se ocupaba nada más que cuando la corvina se atracaba no más, ahí se le ponía la cuña arriba, se golpeaba un poquito cuando ya se aflojaba la corvina, se sacaba y se seguía tostándole” (Jorge).

“la corvina usted la afilaba los dientes así no más con una lima, y después tenía que destrabarlo con un sapito, dejarla pero que no se enreden por la… por ningún lado, cuando está cortando, porque, si quedan, algunos dientes descontrolados, se van enredando, enredando, enredando, y tiene que quedar lisito, así no se maltratan ni jota, y así pasan y pasan, y pasan…” (Jorge).

Labores de madereo “andaban como 40 madereros cada banco trabajaba con 8 a 10 yuntas, y ahí en San Vicente había 5 aserraderos, así que imagínese” (Isaías).

“yo en San Vicente llegué a trabajar con 120 personas, 60 yuntas de bueyes” (Bernardo).

“Fried tiene que haber tenido unas cuarenta yuntas de bueyes porque en esa parte, en esa montaña por lo complicado del terreno, o sea como el campo es blando, no entraban los camiones” (Ramón).

“con Keller cortábamos a doce yuntas de bueyes, doce yuntas de bueyes andaban a la siga de nosotros, así que, todo el día dele volteando, destrozando, volteando y destrozando, corríamos para todos los lados” (Jenaro).

“y los bueyes acostumbrados al trabajo maderero, yo vi arrastrar una yunta de bueyes un palo que un tractor de cuatro no lo arrastraba” (Fernando). “tenían bueyes, por ejemplo, que los dejaban sujetando, mientras el tipo arreglaba algo atrás, claro si eran especialistas con sus bueyes,

117 le hacían caso en todo lo que le decía el maderero, avanzaban cuando el maderero les decía, o retrocedían o se hincaba, no si eran capos los gallos” (Fernando).

“A veces cuesta abajo había que cambiar la forma de montar el palo en la carreta, y se hacía de tal forma que el palo quede atrás, si no arrastrando, y así podía bajar porque si lo dejaba contrapesado se manda encima de los bueyes bajando la cuesta” (Jenaro).

“nosotros en veces teníamos que usar dos, tres yuntas de bueyes para maderear unos tremendos trozos y pesado, eso le llamaban cuartear, entonces lo que hacíamos era enganchar con gatas el palo y comenzábamos a arrastrar el trozo con los bueyes, hasta que daba el trozo” (Rubén).

“esos carritos con yuguillo, ya, aquí va el carrito, la rueda y aquí le pone dos varas usted para allá, y carga ahí al yuguillo que se le hacen tres muescas, y ahí se cargan los trozos, y ahí se contrapesa y se llevan a las canchas, claro, hay que chinguiar [balancear] el palo, usted lo amarra adelante y le manda la tira con los bueyes, pasa volando para adelante, y chinguiao no, porque le manda una cadena atrás frente al yuguillo entonces ahí usted lo va tirando al pasito, al pasito, hasta que contrapese el palo, en el carretón, cuando ya laceándose [equilibrándose] el palo ahí ya lo amarra adelante, y quedaba listo para llevarlo” (Jorge).

“madereo a bueyes, con carreta, estas carretas tenían dos ruedas de madera, dos varas, cosa que del largo del buey se ponía la rueda más o menos, un poco más, y el tipo los cargaba solo, cada uno cargaba su carreta, ponían unas yeguas y ponían una cadena y lo empezaba a tirar el palo, y en un momento el palo hacia esto[hace un gesto con su mano] y quedaba en el bajo que tenía el yuguillo, ese que le hacía para que siente la madera. Habían tipos, que era la gran mayoría, que dejaban el palo siempre contrapesado y usted podía moverlo con la mano, y estamos hablando de palos enormes, porque si no quedaba contrapesado como levantaba las varas para colgar el carro’” (Fernando).

“yo tenía una yunta de bueyes muy requete buena parecían tractores, puta que era buena mi yunta, poderosos como ninguno, claro, tenían una edad parecida, uno era un poquito más viejo no más, pero si, tenían el mismo alto, claro, eso sí, funcionaban conmigo no más, con otra persona no se daban, no ve que, los bueyes se acostumbran a la persona” (Jorge).

“y para amarrarlo después, con un hacha [hacían] un corte donde pasaría la cadena, y en el corte, le metían una cuña de palo, y le hacía así a la cadena [efectuando un movimiento parecido a un latigazo] para que se apretara, y golpeaban un poco [la cuña] para que se metiera más en el corte debajo de la cadena, y así, la cadena quedaba tensa” (Marcelo).

“depende como es el palo porque, en veces, hay palos que son 118 deformes abajo, muy anchos, con raíces, y unas tremendas cotorras [se refiere a protuberancias que desarrollan algunos árboles en su base], entonces, hay que cortarlo al lado arriba de las cotorras, en veces, había que hacerle catrones para poder botarlo” (Jenaro).

“la sacábamos al plano y la cargábamos en un carro para llevarla al banco, trozos así grandes, claro, usted, los agarraba, los engataba y los sacaba así con la gata y los llevaba a la pampa y los dejaba ahí, después estaba el carro llegaba los cargaba y los llevaba, se hacía como tres viajes en el día, no ve que es complicado y el lento el trabajo” (Isaías). Labores en los bancos “El palanquero es ese que asierra la madera […] está el banco aserraderos trabajando y… hay una palanca así, y con esa palanca se tira la rienda, la rienda de dicen al, a unos fierros y atrás [del fierro] va el número que uno quiere dejar, de dos pulgadas, y tiene un ganchito la deja ahí frente [enganchado], sale a dos pulgadas, lo corre otro poquito sale de tres pulgadas así, y toda la madera casi de diez como de el palo, de diez es lo más, de ocho cuando el palo ya da menos, de seis ya eso lo asierra una sierra chica que hay esa es la canteadora – ya – el palanquero ese es el que lleva el control de todo, ese le dan la lista y le dicen hágame madera así, ese el palanquero tiene que llevar la contabilidad de cuanta madera le va a sacar, y cuanta madera da un trozo, por ejemplo, que era puro pellín, viene un trozo de olivillo, le dicen ya otra dimensión de madera, en tablones, o en tablas… yo trabajé quince años en los aserraderos” (Santiago).

“Porque mire, entonces, el palanquero entrega la madera cantoneada a la canteadora inglesa, la canteadora inglesa sacaba la madera al pedido como venía, sacaba 2”x10”, 2”x8”, de una tabla de 1”x10”, 1”x6”, y cartoncito de 2x2. Porque la Canteadora sacaba todo a medida” (Isaías). Clasificación y “Usted la madera, permítame su lápiz un momento [sobre un papel encastillamiento de las comienza a dibujar caras de piezas de madera]. Yo le voy a figurar maderas aquí una pieza de madera… esto de aquí [señala en el dibujo] se llama nudito, y aquí otro nudito, y por aquí otro nudito, unas fallitas que son manchitas, esa es quinta. Y aquí otra pieza de madera, que tiene una fallita por aquí, y otras fallita por acá, tiene una partidurita por aquí, eso pasa a hacer cuarta, este palito no tiene fallas en el cuerpo, pero tiene una fallita en cada punta, [y la medida es de] 2”x10”, tiene cuatro pulgadas de aquí a aquí [lo señala en el dibujo], usted lo mete a cuarta, pero como el comprador es vivo, lo compra por cuarta, lo lleva a su barraca y lo parte, le saca las puntas defectuosas, pum, y sale la pieza de primera calidad” (Bernardo).

“El secado de la madera era en castillos, se forma una cuadrilla de cuatro personas y tomaban en los aserraderos, toda la madera que sacaba y la encastillaban, y se hacían 100, 200 castillos, los que salían de la madera, y era un cantidad de madera por castillo, mil pulgadas por cada castillo, [porque] después el jutre [Dueño] vendía mil pulgadas, desarmaba un castillo y lo vendía. Ahí se secaba la madera, ahí solía estar el tiempo que usted lo quiera, cinco años, seis años si quiere o diez años [...] depende de la madera el secado, por

119 ejemplo, el pellín ese no se seca nunca, el pellín no aliviana nunca, el coigüe igual los encastillaban también pero costaba mucho para que se seque, la otras maderas como el laurel y el raulí esas en una temporada se secan, se alivianan” (Jenaro). Nuevas tecnologías “estuve de amarrador de los tractores igual, ahí puta los cables pesados la callampa [estrobo] de este vuelo no se lo podía uno para tirarlos allá, para pescar los palos allá, donde los tractores en veces quedaban lejos y ahí, yo con otro socio acarreábamos el cable y laceábamos los raulices y empezaba el huinche shsh, shsh, shsh. Que no había tronco que no se lo pudiera, tenían fuerza esas cosas, tremendas máquinas, Caterpillar, tremendos” (Jorge).

“ese hombre trajo harta maquinaria, imagínense que la gente en eso años nunca habían visto esas máquinas, quedamos con la boca abierta mirando esas máquinas, la potencia” (Fernando).

“en ese tiempo cuando Keller entro ya habían tractores grandes, de estos con oruga, con esos huinches que hay ahora, puro tractores con orugas de esos grandes llegaron, mensos animales que no, nadie los conocía, trajo harta maquinaria” (Jenaro).

“todo lo más delgado, eso lo destrozaban en el monte otras cuadrillas y esa madera la canchaban a los camiones, pero todo el raulí que el palo era grande y más pesado, grueso, eso lo tiraba un tractor, de una, dos matas, tres, tremendas matas, que daban seis trozos” (José).

“harto madereo, se madereaba con bueyes, se maderaba con Caterpillar, habían dos tractores grandes, que se traían las matas enteras de raulí, coigüe, y habían como cuarenta yuntas de bueyes acanchándole a seis camiones madereros, y esos camiones cargaban allá en el monte y traían al banco, ahí descargaban y ahí aserraban” (Jorge).

“ese hombre [juan Keller Keller], madereo pura madera de raulí, tiene que haber sacado siquiera más de 2.000.000 de pulgadas” (Jorge).

120 Anexo 4: Extractos de entrevistas capítulo 2 ÍTEM EXTRACTO ENTREVISTAS Pulperías "claro que antes habían buenas pulperías, pero malos para la plata oiga, y no querían que los hijos estudien tampoco, y hoy día sin estudio no hacen nada los hijos’. Antes la vida de antes fue muy triste oiga, claro se comía bien sí, pero había mucha injusticia" (Rubén). “en San Vicente fíjese que había el requeté desorden, gente debiendo, gente que no se le pagaba sus sueldecitos… la pulpería sucia, mala, la gente tenía que recibirla igual (…) vino el contador de Los Lagos, agarró todas las libretas y se las llevó a Los Lagos y las empezó arreglar, se debía una millonada de plata en las libretas del seguro (…) se empezó a pagar, se arregló la pulpería, con decirle que botábamos barricas de grasa, antes llegaba la grasa en barricas, y eso era lo que se le entregaba a la gente, cajones y cajones de fideos, porque los fideos venían en cajones así sueltos no más, donde los ratones rompían los cajones y hacían nidos ahí en los fideos, y todo así, la azúcar, una azúcar molida negra como tierra” (Bernardo). La vida entorno a la “Yo empecé de muy joven a trabajar en los aserraderos, empecé de picador de leña para el motor, para picarle leña al fogonero, y madera después que le picaba leña al fogonero cuando ya tenía las tremendas rumas de leña, me iba ayudarle a los clasificadores de madera a cortar con corvina, dele no más. Esa eran las pegas, y después ya falló un obrero en el aserradero 4 me mandaron de listonero. De listonero a mí me salía llanto, sacando listones y todo el día atochado con una tremenda ruma y que le iba a ganar solo a un banco doble (…) y después me salí porque el Coño G. no daba pulpería en esos años a los solteros y yo era un cabro joven tenía que pagar pensión y yo trabajaba para mantener a mis padres, mis padres necesitaban la pulpería y yo les daba la pulpería, así que ya, después me salí y me fui a la firma Fried. Y ahí entonces pase a la casa a enyugar mi bueyes y me fui para la empresa a fletar madera aserrada, raulí, y ahí conocí la plata” (Jenaro).

“era muy sufrida la vida antes, la gente sufría mucho para poder ganarse el pan, no es como ahora que uno tiene sus cositas para fin de mes, antes no, lo trataban como querían a uno” (Rubén). “se vio mucho abuso de la gente, mucho, esos Guarda malos pal billete, su gente nunca surgía así, no si muchos la vieron fea, sufrían mucho” (José). “los Fried fueron buenos patrones en los aserraderos, pagaban en la época justa, en ese tiempo cuando la gente tenía mucha plata, no pagaba se enojaban y no pagaban, se tomaban la plata y todo eso. En cambio en invierno tenía su día de pago y el día de pago les cumplía con o sin lluvia, con o sin sol” (Ramón). “A nosotros nos pagaba por pulgada me entiende, claro, entre más pulgadas hacíamos más plata ganábamos” (Jaime). “yo siempre fui maderero, porque fui a la cordillera primero a fletar la madera con bueyes de ahí no me gustó, entré a los bancos, ya, en 121 los bancos aprendí a palanquear y eso me gustó, porque en eso se gana más” (Santiago). “toda esta gente de aquí de Caunahue, de Cerrillos y todos eso lados toda la gente trabajaba en durmientes” (Marcelo). “harto trabajo oiga, harto trabajo, era labrar esos durmientes, pero había que hacerlo porque o sino no llegaba la plata, y era lo que único que se podía hacer a veces, y esa eran las maderas, como le digo que en ese tiempo era la madera” (Franco).

Anexo 5: Extractos de entrevistas capítulo 3 ÍTEM EXTRACTO ENTREVISTAS Las limpias "la forma como se explotaron las maderas, no es cierto, tal vez, sin ninguna limitación. No hubo limitantes para dejar una cantidad, no es cierto, de bosques que fuera… y se quemaba cualquier cantidad de madera – ¿Se quemaba mucho? – Claro, se hacían roces y los roces, lo que no era madera de las nobles, todas a fuego, hacían un hoyo largo que le llamaban hornillas, entonces, ahí hacían una ruma de madera, como era el hoyo se iba consumiendo la madera y se iba deslizando hacia el fuego, aunque fuera madera verde, se quemaba, el coigüe, por ejemplo, se quemó gran cantidad de coigüe" (Fernando). Las maderas más “primero explotábamos el pellín, el coigüe, el laurel y el lingue, y ya buscadas después se le empezó a dar al raulí -¿Por qué?- porque el raulí sale en la cordillera no más, no estaba tan así digamos, accesible en los campos… yo no conocí… a Juan Keller pero tengo testimonio de que el comenzó a sacar el raulí de la cordillera” (Bernardo). “mis patrones hicieron un arriendo de un bosque que tenía mucho lingue. Estábamos… habíamos volteado ya unas 10.000 pulgadas de lingue, cuando llega la orden de que no se desperdicie la cascara, que se saque la cascara, que se ponga gente a sacar la cascara de lingue y se corte en pedacitos de, de 10 pulgadas hasta 80. Se hacia los paquetes y se entregaban a las curtiembres” (Bernardo). "Keller empezó la explotación de raulí en Cerrillos" (Fernando).

"ese [Keller] aserrío puro raulí, y tepa o coigüe aserrío para las puras casas, ranchas, burro que se le llamaban o también hacían casas tablas tiras. Para eso aserrío madera blanca no más, lo demás puro raulí y los camiones dele y dele, dele y dele, día y noche, día y noche, tres aserraderos meta aserrar" (Jorge).

“antes se buscaba el pellín pal durmiente, el pellín, el laurel esa era la madera que llegaba, porque los aserraderos aserraban la madera más valiosas no más – y ¿el resto?- y lo demás se quemaba, se quemaba, se hacían roces al barrer para poder limpiar y hacer pampas pal ganado, que se dejaban los cuatro coigües, lo más gruesos no más en la hectáreas o una cuadra, antes se hablaba de cuadra" (Jenaro).

122 “La tepa por ejemplo, de primera, se quemaba no se aserraba, lo que después… se hicieron pedidos de durmiente de tepa y no había, se había quemado. No se servía para leña tampoco, no lo miraba la gente para leña, ¿Quién hacia fuego con leña de tepa? Nadie, coigüe tampoco, tenía que ser ulmo, si no era ulmo no había leña buena, ahora puta la tepa, el hualle, el canelo son oro” (Bernardo).

“ya en los últimos años no se discriminaba, se le daba a todo, ahí ya la tepa era valorada, el coigüe ya se empezó a buscar por su calidad que es el coigüe rosado. Coigüe rosado que lo metíamos por raulí, también fuimos pillos, defendiéndole el bolsillo a los patrones para que se les llene el saco más luego – y ¿cómo hacían eso? – metíamos 250 pulgadas de raulí, 100 pulgadas de coigüe y se iba mezclando, y el raulí teñía el coigüe, estaba pensado porque, llamábamos nosotros armados verdes, y había gente que a cada ciertos días los iba moviendo, dando vuelta, después llegaba y cuando llegaban los camiones a buscar la madera, era todo raulí” (Bernardo). "la madera después fue, no es cierto, yo diría el roble siguió también siendo de mucha demanda todavía, de mucha demanda por mucho tiempo, y las otras maderas ya entró después la tepa, el olivillo, no es cierto, lo que se quemaba antes, y el coigüe, el coigüe se quemó mucho" (Fernando). Pérdidas en el monte "antes sacaban lo puro bueno de la mata, yo volteaba una mata me salía hueca en el centro y eso ya no servía, entonces me decían que la destroce y la dejaba destroza, y después se iba a poner aserradero después y no se puso nunca, y se pudrió todo eso en el monte" (Jenaro).

"se perdió cualquier cantidad de madera, perdió ese rico cualquier cantidad de madera, con que ese rico, saca toda esa madera y la tiene encastillada, se imagina cuánta plata hubiese tenido ahora" (José).

"ahí pille trozaría vieja que dejaron estos, todo lo malo, ese gringo [Juan Keller Keller] sacó todo lo bueno no más, pero de todas maneras sacamos unos pocos, porque están podridos por encima no más y así tanta carne, porque los raulices eran gruesos" (Rubén).

Pérdidas en el "era una lástima se veía el fuego al medio de los castillos y no habían procesamiento bomberos, agua tampoco escasa, claro lo esteros estaban lejos ja ja ja. Desarmemos los castillos patrón le dije, así salvemos un poco de madera, toda la gente oiga, y el fuego como no avanzaba tan rápido, y los tablones cuatro por diez adonde andaban sus cien personas, pescaban unos tablones, uno por allá, otro por allá, allá, allá, se salvaba madera pero no se salvó las dos temporadas de aserradura" (Isaías).

“Generalmente como le digo, la madera en los aserraderos hay que estar despuntando por, por mejorar la calidad, mmm, y cada despunte usted pierde 5 centímetros, que son 2 pulgadas, con las dos puntas ya son diez centímetros, ya se echa a perder un pie de madera, lo que a la larga es harta perdida en los bancos” (Bernardo).

123 "pero lo corto se perdía todo antes se sacaba todo lo largo no más, lo que salía largo y se votaba todo lo corto de seis pies, ocho pies a veces para fuera, después empezaron a aprovechar eso" (Jenaro). Impactos de los caminos “Las huellas nosotros la hacíamos donde mejor era para sacar la madereros madera después, como quede más fácil no más, si teníamos que pasar por entremedio de bosques de poco valor así o lo que sea, se le metía fuego no más y después, con los machetes y hachas, íbamos haciendo camino para que pasen las yuntas y la gente ” (Robinson).

"después llegaron las maderas nobles como el raulí, se rompieron caminos para hacer, para sacar el raulí, hacían un camino para sacar un raulí, claro, y de paso iban botando árboles en la cordillera común, no es cierto, con el raulí está la tepa, la lenga y hay una familia del raulí, que no me acuerdo como se llama ahora que esa está más al sur si" (Fernando). Cambios en la actividad “el volteo en esos años se hacía, se paraban la faena en abril, en forestal mayo se volteaba, mayo, junio y julio. Hoy día en esta época que estamos tenemos que voltear en abril, mayo ya y junio, julio ya el raulí se parte porque eso me pasó a mi” (Rubén).

“Yo fui muchas veces opositor a la explotación del hualle, todo lo contrario… mi lema era limpiar el bosque, que el bosque esté limpio, se crie sano el árbol, perseguir la polilla del hualle y eliminarlo. Ahora que es lo que pasa, que el hualle lo están explotando fuertemente para leña mi pregunta ¿Qué van a hacer las nuevas generaciones cuando necesiten una maderita sólida para construir? ¿Cuánto le dura una casita de pino a usted? – No mucho – no mucho, tiene que estar todos los años invirtiendo ¿Cuánto duraba una casita de pellín? 100 años y más también. Una casita de pino a los 10 años ya está jodida” (Bernardo).

“las políticas mismas no paran de que debían de haber parado hace mucho tiempo, ya la explotación generalizada de las maderas nativas como ser el pellín, el lingue el laurel… más adelante no va a ver, las nuevas generaciones no van a tener con que construir sus casitas [con] pino, harto pino pero ¿Qué es lo que pasa? Ya llegó la plaga del pino. En Santiago me fijaba yo, casas que las demuelen porque las termitas la está derribando, demuelen tremendas casas lindas porque la termina se le metió, se comen la madera, y el pellín que son contaditos [los que tienen casas hechas de esta madera] se ríen de los peces de colores” (José). La motivación de los “Lo dije muchas veces, lo dije muchas veces, lo dije muchas veces… propietarios, firmas y incluso cuando llegó Don O. B. a San Vicente. Con O. B. salimos un empresarios madereros día a caballo con Don T. y él me dijo Bernardo ¿Qué de malo hayas tu que se hizo aquí? Don O. lo malo que hizo es que no se dejó un árbol de pellín, ni para recuerdo, se derribó todo. Primera cosa mala, en tal parte había una mancha de lingue muy bonita se barrió, no se dejó una rama. Había una parte que le llamábamos el laurel, había un valle, una vega, como de 50 hectáreas, una laurelea, se puso de nombre el laurel que todavía existe el nombre de laurel, no se dejó una varilla. Y así, un montón de otros” (Bernardo).

124 “Lo que más afectó, y afectó harto porque la gente estaba muy entusiasmada en explotar la madera, explotar madera, poca crianza, poca agricultura… menos mano de obra y más… destrucción de las fuerzas naturales de la tierra. Porque antes había mucha madera, cuando yo conocí desde aquí de Dollinco para abajo era la primera parte que yo conocí… mucho pellín, mucho laurel, mucho lingue, en esa planada ahí hasta por decir hasta Paillaco casi, se suicidó todo eso” (Bernardo). “yo siempre, porque mi abuelo, mi abuelo y tuve un tío, ellos siempre me decían que lo que estaban haciendo los ricos era muy re malo, porque no dejaban reservas y hubieran dejado reservas oiga, no si era barrer no más” (Rubén).

“El rico antes no, echaban abajo los que pillaban no más oiga, y explotaban, esos Fried oiga, los B. esos dejaron la crema en los fundos por ahí” (Rubén).

“Don Juan [Lacámara], me dijo, me voy a arrendar un bosque que tú debes conocer me dijo, mira, yo me acuerdo mucho de eso, tú debes conocer un cerro me dijo que se llama Tralcán al lado de Riñihue – Lo conozco pero de lejos no más – un cerro grande que hay, ese cerro grande ese lo arrende yo, hay mucho pellín y por interés del pellín lo arrende, me dijo, porque con el tiempo, me dijo, el pellín va a hacer un oro y puta que tenía razón” (Bernardo).

“El hombre [Andrés Fried Kopp] arrendaba las montañas y las explotaba todo lo que quería, sin límites, pellín, laurel, coigüe allá arriba en Chabranco” (Enrique).

"de ahí para dentro en esos años estaba intocable todo, intocable, después ya se metieron los G. con aserraderos, todos los G., Don G. G., S. G., R. G., Don B. G., todo esos pasaron y le pusieron firme, después adentro, porque él [Juan Keller Keller] dejó lista la brecha, del peligro para adentro. Pero es que los ricos nos supieron aprovechar lo que tenían, arrendaron todas las partes con mas rauli, vino otro a hacerse la plata" (Jaime).

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