Estudios geol., 43: 393-407 (1987)

GEOLOGIA y METALOGENIA DE LA PUNA

R. N. Alonso (*) y J. G. Viramonte (*)

RESUMEN

En este trabajo se puntualizan una serie de conceptos sobre las relaciones existentes entre evolución geológica y metalogénesis de la Puna. El análisis de la sedimentación, magmatismo y metamorfismo de la provincia geológica Puna, permite diferenciarla en dos subprovincias con historia geológica y metalogenia propia que son: Puna Austral y Puna Septentrional. Ambas subprovincias están separadas por una megafractura regional de rumbo ONO-ESE, el lineamiento de O\acapato o Transpuneño. La región en estudio se considera como una pieza clave en el desarrollo del orógeno andino.

Palabras clave: Geología Regional, Metalogenia, , América del Sur, Puna, Argenti­ na.

ABSTRACT

Relationships between geological evolution, tectonic setting, magmatism and minerali­ zation are pointed out. The geological Puna province is considered as two geological sub­ provinces: a northern and southern one. being the Olacapato megafault the boundary bet­ ween them. Two principal pulses for the metalic mineralization are recognized: an Ordo­ vician and a Miocenic one. Three north-southward mineralizated belts for the Ordovician time are described: eastern (Zn, Pb, Ag, baritine), central polymetalic (Cu, Fe, Zn, Pb, baritine and quartz) and western (Au, quartz) which would be the southern end of sorne Bolivian belts. On the other hand, four transversal (WNW-ESE) mineralizated belts for the Miocenic times, associated with the transversal volcanic ranges are described. From north to south: Coyahuaima (Sn, Ag, Pb, Sb); Quevar (Ag, Pb, Zn); (Pb, Ag, Zn); Carachipampa (Cu). At last, relationships between the geological evolution of the Puna province and the non-metalic mineral occurrences are described, pointing out that northern Puna can be defined as "metal-bearing region" and the southern Puna as "non­ metal bearing regíon".

Key words: Regional geology, Metallogeny, Andes, Puna, South America, .

Introducción es uno de los rasgos geológicos remarcables a ni­ vel planetario. En este trabajo se sintetizan los aspectos geoló• La Puna, desarrollada fundamentalmente en gicos y metalogenéticos de la región de la Puna. territorio argentino, es claramente diferenciable Dicha región a pesar de su importancia minera es del propiamente dicho, el cual alcanza poco conocida. La Puna constituye la terminación mejor representación en y Perú. Asimis­ austral de la alta plataforma de los Andes centra­ mo, la Pua como provincia geológica en el senti­ les mejor conocida a escala continental como Al­ do de Turner (1972), fue dividida en dos regiones tiplano, el cual se desarrolla estrechamente rela­ o subprovincias (Puna Austral y Puna Septentrio­ cionado al arco volcánico cenozoico. El Altipla­ nal) a uno y otro lado del lineamiento de Olaca­ no-Puna constituye el más importante plateau en p'3!O (Alonso et al., 1984a). Dicho lineamiento, márgenes no-colisionales y por sus dimensiones, responde a una megafractura regional, la cual con 2.000 km. de longitud por 300 km. de amplitud, rumbo ONO-ESE atraviesa otras provincias geo-

(*) Universidad Nacional de Salta-CONICET, Buenos Aires 177, 4400-Salta, República Argentina. R. N. ALONSO Y J. G. VIRAMONTE lÓgicas dcl eje andino. La diferenciaciÓn geolÓgi• Prccám!Jrico ca observable en la corteza superior, sería una respuesta a la segmentación profunda de la placa Las rocas más antiguas de la comarca posible­ de Nazca subducida. La variación geológica de mente corresponden a litofacies metamÓrficas al­ ambas subprovincias condiciona un diferente de­ tamente deformadas que afloran discontinuas en sarrollo metalogenético. Se considera como Puna el borde occidental del salar Antofalla y sierra de Austral a la región de plateau asociado al arco Calalaste, las cuales han sido asignadas al Pre­ volcánico comprendida entre los 24" y 27" S y cámbrico indeterminado (Segerstrom y Turner, Puna Septentrional a la región entre los 24" y los 1972; Allmendinger et al., 1982). También rocas 22" S (figura 1). A los 24" S se ubica el lineamien­ de mediano a alto grado metamórfico aflorantes to o megafractura de Olacapato, que también lla­ en el borde oriental del salar Hombre Muerto maremos "Transpuneño". Asimismo, coincidente fueron atribuidas al Precámbrico (Aramayo, con los 24" de latitud sur, se produce la horizon­ 1986). Seguirían en orden relativo de antigüedad talización progresiva de la placa de Nazca subdu­ las pizarras y filitas de la FormaciÓn Puncovisca­ cida, que pasa desde una inclinación de 30" a nor­ na que afloran en el contrafuerte oriental pune­ te de los 24" a una inclinación somera al sur de ño. Esta formaciÓn fue atribuida al Precámbrico los 28" Sur (Ej. Isacks, et al, 1982; Allmendiger, por Turner (1960) y posteriormente su edad se et al., 1983; Jordan, et al., 1983). llevÓ hasta el Cámbrico inferior en funciÓn del hallazgo de icnofÓsiles vermiformes y artropodi­ formes (ej. Aceñolaza y Toselli, 1981). Sin em­ Marco geográfico de la Puna bargo algunas dataciones radimétricas en cuerpos plutÓnicos que intruyen a la Fm. Puncoviscana in­ La Puna abarca unos 10.000 kilÓmetros cuadra­ dican tanto edades precámbricas como cámbricas dos del noroeste del territorio argentino, ocupan­ (ej. Omarini et al., 1985), de allí que la verdade­ do parte del occidente de las provincias de Jujuy, ra edad sea un actual tema de controversia. Salta y Catamarca. Es una regiÓn desértica, de clima riguroso, con temperaturas invernales ex­ Paleozoico tremas de hasta - 32" C, gobernada paisaj ística• mente por extensas planicies salinas e imponentes Rocas consideradas cámbricas, constituidas por estratovolcanes que a veces sobrepasan los 6.000 cuarcitas blanquecinas, se presentan en reducidas m. de altura. El promedio de alturas es cercano a afloramientos en la serranía de Cobres (Moreno, los 4 km. sobre el nivel del mar. Es un sector de­ et al., 1980) donde correspondían a facies margi­ primido limitado al oeste por la cordillera volcá­ nales del Grupo Mesón, el cual se encuentra ma­ nica occidental que la separa de territorio chileno yormente restringido a la Cordillera Oriental y al este por la Cordillera Oriental, una faja falla­ donde alcanzan su máximo desarrollo (Salfity, et da y plegada que acompaña al plateau. Al norte al., 1975). Alonso y Marquillas (1978, 1981), es­ de los 22" de latitud penetra en el Altiplano boli­ tudiaron el contenido icnofaunístico de este gru­ viano y al sur de los 27" S termina en la cordillera po en la Cordillera Oriental y sostienen que el de San Buenaventura. mismo contiene elementos que indicarían edad cámbrica inferior. Ello genera otro elemento con­ tradictorio en la discutida posición del límite pre­ cámbrico-cámbrico en los Andes. Estratigrafía El período Ordovícico está representado por diversos complejos litológicos. Por un lado se La figura 1, es un mapa geológico sintético de destacan las sedimentitas y leptometamorfitas los principales terrenos que ocurren en la Puna que conforman gran parte de las serranias interio­ argentina los cuales serán descriptos en los pun­ res puneñas. Se trata principalmente de pelitas y tos siguientes. grauvacas, de tonalidades verdosas a grises, en Entre los principales antecedentes sobre la geo­ secuencias alternantes. Si bien no se ha medido logía de la región se tiene a Catalano (1930), Vi­ un espesor total por no encontrarse expuesta la lela (1953), Turner (1960), Turner (1972), Turner base, la potencia del conjunto es de varios miles y Méndez (1979), Méndez et al. (1979), Allmen­ de metros. Turner (1960) definiÓ dos formaciones dinger et al. (1982, 1983), Coira (1979, 1983), que entonces consideró precámbricas y que son la Alonso et al (1984 a, b), Jordan (1984), Salfity et Fm. Copalayo, con predominio de pelitas sobre al. (1984), Viramonte et al. (1984) y Jordan y areniscas y la Fm. Caucota a la inversa. El hallaz­ Alonso (1987). go de graptolites (Rolleri y Mimmgram, 1968; 4 ~ \ o ~ 2 "" " -+""'- ~-- v :.:'¡if.-:¡f¡:-f==::JI) ~v v 3 ¡_x / v v -$- 4 ~//~}v V lJ('/ v v v 5 \ v V 1 "..'Kv V •E].0:' :.:." 6 /"", ~x"'~ lffij 7 " , v ~ + + 8 I EZJ I N o o ~o o 9 10 • "'" rzJx x 11 ....,¡ ~ 12 "- ~ 6. 13 e 0 14 LOS E3 15 ~ 16 illIIIIJ 17 + 18 ~~ 19 N.

o 30 60 Km

Fig. l.-Mapa geológico de la Puna. Cuaternario: 1) Depósitos detríticos y salinos en las depresiones intermontanas; 2) Basaltos. Terciario: 3) Vulcanitas (dacitas, andesitas, ignimbritas); 4) Masas salinas (halita, yeso, boratos); 5) 1ntrusivos subvolcánicos; 6) Grupo Pastos Grandes y otros depósitos continentales sincrónicos (rocas elásticas, piroelásticas y evaporíticas). Cretácico: 7) Grupo Salta (areniscas, conglomerados, calizas); 8) Formación Tusaquillas, Fm. Rangel (granitos alcalinos y calcoalcalinos). Paleozoico superior: 9) Fm. Cerro Oscuro, Fm. Arizaro (areniscas, conglomerados, calizas). Paleozoico medio: lO) Fm. Salar del Rincón (are­ niscas, lutitas). Paleozoico inferior: Ordovícico: 11) Granitos calcoalcalinos (Taca-Taca, Macón, Chuculaqui); 12) "Faja Eruptiva" (pórfidos, metamorfitas, granitoides); 13) Intrusivos ultramáficos; 14) Coladas volcánicas interestratificadas; 15) Fm. Copalayo, Fm. Falda Ciénaga (sedimentitas y metamorfitas de muy bajo grado). Cámbrico: 16) Grupo Mesón (cuarcitas). Precámbrico: 17) Fm. Puncoviscana (pizarras, grauvacas); 18) Metamorfitas indeterminadas (filitas, esquistos); 19) Principales alineamientos volcano- tectónicos. 39ó R. N. ALONSO y J. G. VIRAMONTE

Aceñolaza y Tosclli, 1(71), permitiÓ reuhicarlas Sedimentos devónicos, carbonífcros y pérmi­ cronológicamente en el Ordovícico. Posterior­ cos, fueron ubicados en un reducido atloramiento mente Aeeñolaza et al., (1976), descrihieron sedi­ en el sector sudeste del salar Rincón. Aceñolaza mentitas eon graptolites de la Puna Austral como et al. (1972) definieron las siguientes formaciones Fm. Falda Ciénaga. Otros hallazgos de graptoli­ para esa localidad: Fm. Salar del Rincón (areno­ tes se deben a Ramos (1972) y Schwab (1973). arcalitas blanquecinas a verdosas con invertebra­ Aceñolaza (1973) llamó la atención sobre el cam­ dos marinos devónicos); Fm. Cerro Oscuro (are­ bio litológico que se produce a uno y otro lado de niscas rojas contincntales con trazas fósiles y res­ la megafractura de Olacapato. Mientras al norte tos vegetales carboníferos) y Fm. Arizaro (calizas se presentan facies de sedimentitas amarillentas, grises y amarillentas marinas, con dientes de pe­ al sur ocurren leptometamorfitas oscuras. Por ces, invertebrados y microfósiles pérmicos). Un otra parte en numerosas localidades se ha infor­ estudio estratigráfico detallado de estas formacio­ mado la presencia de rocas igneas intercaladas en nes corresponde a Donato y Vergani (1985). AII­ las secuencias ordovícicas. Así, Schwab (1973) y mendinger et al. (1982) asignaron con dudas al Coira (1979), mencionan vulcanitas submarinas Devónico sedimentitas grises que afloran en el intercaladas sincronicamente en las sedimentitas borde occidental del salar Antofalla. En la sierra de la Pua Septentrional, mientras que Argañaraz, de los Colorados, al oeste de Antofagasta de la et al., (1973), Allmendinger et al., (1982) y Kou­ Sierra, se ha comprobado la presencia de un karsky (1984) citan intrusivos máficos y ultramáfi­ complejo litológico sedimentario de probable cos distribuidos en las leptometamorfitas de la edad Paleozoico superior (Fielding et al., 1986). Puna Austral. En el borde oriental de la Puna El análisis preliminar de bandas espectrales en Austral, Viramonte et al. (1976) han investigado imágenes de satélites "TM", indica que muchos el tránsito gradual que se produce en las rocas or­ de los terrenos cartografiados como terciarios en dovÍCicas sedimentarias elásticas de la Fm. Copa­ la Puna, en realidad corresponden a otros siste­ layo entre diferentes facies de un metamorfismo mas geológicos más antiguos. regional de edad paleozoica. El polimetamorfis­ mo actual de este conjunto litológico obedece en algunos lugares a la penetración de plutonitas ter­ Mesozoico ciarias. Sus rocas constituyen una faja metamórfi• ca de disposición paralela a la elongación de la No se conocen registros de los tiempos triásicos Fm. Oire en el ambiente de Puna Austral (Oma­ y jurásicos. Sedimentitas rojas aflorantes al oeste rini et al., 1984). del salar Cauchari fueron atribuidas al Jurásico La llamada "Faja Eruptiva de la Puna Orien­ por Schwab (1973, 1984) pero no se tiene certeza tal" fue originalmente definida como integrada sobre su verdadera edad. Vilela (1953) y Méndez por pórfidos riodacíticos y granitoides al norte y (1974) definieron como cretácicos unos aflora­ sur de la Puna respectivamente (Méndez et al., mientos reducidos de la Puna Septentrional. 1973), caracterizados ambos por la presencia de Schwab (1973), consideró como cretácicos gran cuarzos azules y megacristales de feldespatos. Su parte de los terrenos aflorantes al oriente de la heterogeneidad litológica dió lugar a numerosas depresión de Cauchari-Olaroz, presentando pos­ interpretaciones (Coira, et al., 1982). Posteriores teriormente un análisis de la evolución geológica observaciones de campo y dataciones radimétri­ de la cuenca cretácica occidental (Schwab, 1984; cas permitieron redefinir nuevamente este com­ 1985). Alonso et al (1984a) establecieron un or­ plejo litológico, incorporándole la faja metamór• denamiento estratigráfico diferente al seguido por fica en transición y asignando el conjunto al Or­ el autor precedente, aunque coinciden sin embar­ dovícico (Omarini, et al., 1984). Sin embargo, go en que la Fm. Cerro Morado (Vilela, 1953) parte de esa faja de transición serían en realidad que fuera asignada al Terciario, corresponde en rocas precámbricas como fuera mencionado por realidad al Grupo Salta en facies atípicas. Esos Aramayo (1986). Por otra parte en la Puna Aus­ terrenos están restringidos en exclusividad a la tral ocurren una serie de cuerpos graníticos cal­ Puna Septentrional y tienen como límite estrati­ coalcalinos (Taca-Taca, Macón, Arita, La Causa­ gráfico-tectónico el lineamiento transpuneño. La lidad, etc.) que arrojaron un amplio rango de potencia del conjunto sedimentario, integrado edades (Túrner y Méndez, 1979; Méndez et al., principalmente por conglomerados, areniscas y 1979). Una isócroDa inédita obtenida en el grani­ fangolitas de colores rojos, rosados y grises ama­ to de Taca-Taca dió una edad de 471 m.a., valor rillentos, es de unos 2.000 metros. igual a los obtenidos en la "Faja Eruptiva" (J. Vi­ En la Puna Septentrional fueron datados como ramonte, en Alonso et al., 1984b). del Cretácico inferior plutones graníticos (Ran- GEOLOGIA y METALOGENlA DE LA PUNA 397 gel, Tusaquillas), que se encuentran alojados en (1960) se han creado algunos nuevos nombres rocas ordovícicas (Halpern y Latorre, 1973). formacionales, tanto en el área tipo del Grupo Pastos Grandes (Alonso y Gutiérrez, 1986), como en otras regiones puneñas (ej. Schwab, Cenozoico 1973; Coira, 1979; Donato y Vergani, 1985). En forma generalizada puede resumirse que la Terciario sucesión sedimentaria comprende una sección ba­ sal de fuerte color rojizo, integrada por conglo­ Las rocas pertenecientes al Terciario, represen­ merados, areniscas y muy escasas pelitas (Fm. tan areal y volumétricamente una parte relevante Geste). Continuan depósitos salinos, que en el del edificio puneño, albergando algunas de ellas caso de la Puna Austral dan lugar a importantes grandes masas evaporíticas. Se presentan dos ti­ cuerpos de halita (Alonso et al., 1984b), con in­ pos principales de litologías qne son: rocas sedi­ tercalaciones abundantes de pelitas rojizas a rosa­ mentarias y rocas igneas. Entre estas últimas se das y delgadas intercalaciones piroclásticas (Fm. destacan las rocas volcánicas, de las cuales las Pozuelos). Se superponen psamo-pelitas, piro­ plutónicas están restringidas puntualmente a pe­ clastitas y evaporitas (yeso, anhidrita, boratos) de queños intrusivos que Ilegal' a producir una alte­ colores grisaceos, amarillentos, blanquecinos y ración térmica incipiente en la roca de caja. Todo verdosos (Fm. Sijes/Fm. Trinchera). Por último el conjunto rocoso comprende gran parte de la conglomerados y tufitas grises a verdosas (Fm. cubierta que se desarrolla sobre los terrenos or­ Singuel/Fm. Catal/Fm. Pastos Chicos). Esta pila dovícicos marinos infrayacentes, que afloran en sedimentaria se apoya en fuerte discordancia an­ serranias interiores de rumbo submeridiano y que gular sobre el sustrato pre-eoceno, principalmen­ limitan algunos de los flancos de los salares ma­ te sobre las sedimentitas y leptometamorfitas ma­ yores (ej. borde occidental del salar Pocitos y rinas del Ordovícico. Hacia el techo se cubren borde oriental de los salares Cauchari, Olaroz, con depósitos aluvionales y salinos o efusiones lá­ Antofalla, Arizaro, etc.). Los estratos terciarios vicas y piroclásticas del Cuaternario. Una colum­ llegan a hundirse en los salares donde constituyen na integrada supera los 5.000 m. de espesor en total o parcialmente su basamento. cubetas de la Puna Austral. Las rocas sedimentarias representan el registro Los terrenos volcánicos alcanzan gran distribu­ de una evolución iniciada en el Eoceno medio y ción en el Terciario a partir de la fase Pehuenche que con algunas interrupciones se mantiene hasta (Oligoceno tardío) en que, como lo señalaron Vi­ el Plioceno tardío. Corresponden al relleno pau­ ramonte et al., (1984), se produce una intensa latino de una cuenca continental amplia, que fue efusividad calcoalcalina principalmente en el mar­ compartimentándose a partir del Eoceno, dando gen occidental de la Puna y en menor grado en el lugar a pequeñas cubetas con diferente indice de borde oriental de la Puna con la formación de subsidencia. Una de ellas fue estudiada por Tur­ una cadena discontínua de tendencia potásica. A ner (1960) quién definió el Grupo Pastos Gran­ su vez se produce la penetración hacia oriente del des al que dividió en tres formaciones que de vulcanismo a través de megafracturas de orienta­ base a techo son: Fm. Geste, Fm. Pozuelos y Fm. ción ONO-ESE, que dan cadenas volcánicas Sijes. Consideró al grupo en la clásica denomina­ transversales, composicionalmente trancisionales ción de "Calchaquense" y "Araucanense" incor­ entre las dos anteriores. Los edificios volcánicos porando las formaciones Geste y Pozuelos a la corresponden casi exclusivamente al tipo estrato­ primera denominación y la Fm. Sijes a la restan­ volcanes con un predominio de andesitas, dacitas te. De acuerdo con ello supuso una edad mioplio­ e ignimbritas mesosilícicas a acidas. En algunos cena para esa sucesión en sentido contrario a casos se desarrollan calderas con amplios plateau Pratt (1957) quién las había considerado como ignimbríticos (ej. Galán). Los productos del vul­ pleistocenas en base al hallazgo de diatomeas. A canismo, tanto sólidos como líquidos y gaseosos partir de los trabajos de Turner (1960) la denomi­ se combinaron y vaciaron en las cubetas sedimen­ nación de Grupo Pastos Grandes se usó generali­ tarias ya sea como lluvia de cenizas o soluciones zadamente para incluir cualquier afloramiento de fuertemente mineralizadas dando abundantes to­ rocas terciarias de la Puna (ej. Méndez et al., bas y evaporitas e influyendo notablemente en el 1979). Sin embargo como lo señalaron Salfity et desarrollo evolutivo de esas cubetas. Existe tam­ al. (1984) habría existido una evolución indepen­ bién una estrecha relación entre las efusiones lá­ diente de las distintas cubetas y la homologación vicas y los mantos sedimentarios, los cuales se in­ estratigráfica puede en muchos casos inducir a terdigitan en las proximidades de los aparatos error. Posteriormente a los trabajos de Turner volcánicos y en algunos casos llegan a colmatar 3lJX R. N. ALONSO Y J. G. VIRAMONTE las cuencas, sobre todo aquellas de bajo índice de cuencas de sedimentación, emplazadas en gran subsidencia. medida sobre las terciarias. Se mantiene un clima La intrusividad en cambio se manifiesta en al­ árido semejante y un regimen similar de alimen­ gunos pequeños cuerpos como el Acay (26 m.a.), tación de las cubetas. Ello dá lugar a los actuales Los Patos (20 m.a.), Inca Viejo (15 m.a.), Cente­ salares, amplias superficies con una costra de sal nario (16 m.a.), El Oculto, Concordia, Turu­ especular rodeadas por abanicos detríticos coales­ Tari, Huayra Huasi, Aguiliri, etc., tanto en rocas centes. de caja terciaria como en el basamento pre-eoce­ El volcanismo decreció en el arco principal y no (Ej. Coira, 1983; Schwab y Lippolt, 1974; Vi­ sus cadenas transversales. Sin embargo se inició ramonte, et aL, 1976; Sillitoe, 1976). en la Puna Austral un importante vulcanismo bá­ Una cartografía de la distribución de los terre­ sico, representado por pequeños centros monogé­ nos sedimentarios y volcánicos terciarios fue lle­ nicos y coladas, que ocurren principalmente en vado a cabo por Salfity, et al. (1984); lardan los alrededores de 'os salares Arizaro, Antofalla (1984) y lardan y Alonso (1987). Salfity, et al. y Hombre Muerto. (1984), resaltan el hecho que los depocentros de sedimentación terciaria se encuentran en los alre­ dedores de los grandes salares y están limitados Estructura por ejes volcánicos ONO-ESE los cuales son coincidentes con fajas de fallamiento que se ha­ El estilo éstructural dominante de la Puna es brían comportado como pilares en emersión du­ de bloques de orientación submeridiana, elevados rante el Cenozoico. Mencionan que los espesores y hundidos, inclinados, con fracturas inversas en de sedimentitas se adelgazan hacia esos pilares, a los flancos. Las fracturas de rumbo andino con­ través de los cuales se canalizó posteriormente el trolan la inclinación de los bloques hacia el este magmatismo post-Oligoceno. ú oeste, mientras que las fracturas de rumbo Los ambientes de sedimentación indican un aNO-ESE, contolarian la inclinación hacia el medio continental donde predominan las aguas norte o hacia el sur. El fracturamiento submeri­ corrientes como agente erosivo y de transporte, diana está cruzado por un fracturamiento de el viento subordinado y el hielo ausente. El clima rumbo ONO-ESE en muchos casos regmático. sufrió variaciones importantes durante la evolu­ Ambos fracturamientos han segmentado el zócalo ción del orógeno. En la base de la secuencia ter­ puneño en bloques paralepípedos que han tenido ciaria, el hallazgo de mamíferos fósiles (marsu­ gran influencia en el control de las cubetas tercia­ piales, notoungulados, dasipódidos) indican habi­ rias y cuaternarias. Entre las fracturas de rumbo tats de vegetación y fauna variada. Sin embargo a aNO-ESE la más importante es la de Olacapato partir, a mitad de su desarrollo la secuencia sedi­ o transpuneña, que aparece claramente visible en mentaria indica un desmejoramiento del clima, imágenes satelitarias con un recorrido de unos con aridización y endorreismo progresivo que 700 km, atravesando varias provincias morfoes­ dieron lugar a la formación de importantes volú­ tructurales del orógeno. menes evaporíticos. Las condiciones mencionados Varios autores han analizado el papel del frac­ son en muchos casos similares a las existentes en turamiento transversal de la Puna. Whiting la actualidad, siendo un buen indicador las icnitas (1959) y Baldis (1980) lo relacionaron con las de aves fósiles afines a las que viven hoy en los principales mineralizaciones del noroeste argenti­ ambientes altoandinos (Alonso, 1985, 1987). no. Salfity, et al. (1984) lo consideraron en fun­ La cronología del Terciario de la Puna es po­ ción del control de la sedimentación y efusividad bre y se sustenta en unas pocas dataciones radi­ de las cuencas cenozoicas. Viramonte et al. métricas, homologación con fases diastróficas de (1984) con el desarrollo del vulcanismo y su qui­ regiones vecinas y restos de vertebrados, que de­ mismo. Sureda, et al. (1986) con los fenómenos nuncian edades-mamífero calibrabies a las del metalogenéticos y salfity (1985) con el control pa­ "patrón patagónico". En base a ello pudo deter­ leogeográfico que los lineamientos tienen sobre las minarse que la sedimentación se desarrolló entre cuencas. Las megafracturas de rumbo ONO-ESE el Eoceno tardío y el Plioceno superior. han tenido movimientos de rumbo y en algunos casos sus bloques limitantes se han movido dece­ nas de kilómetros. Cuaternario Fenómenos relacionados con neotectónica es­ tán ampliamente distribuidos en la Puna Austral Los acortamientos durante la fase diastrófica y restringidos en la Puna Septentrional (Strecker, Diaguita (plio-pleistoceno) dan lugar a nuevas et al., 1985; Allmendinger, 1986). GEOLOGIA y METALOGENIA DF LA PUNA 3<)<)

Recursos minerales Las rocas del periodo Ordovícico comprenden sedimentita$ y leptometamorfitas con vulcanitas La provincia geológica Puna, es una de las re­ concomitantes y escamas intrusivas máficas, así giones más ricas en depósitos minera­ como terrenos igneos-metamórficos ("Faja Erup­ les. En su territorio ocurren un gran número de tiva"). Los frentes regionales de fracturación de metales no metales y rocas de aplicación indus­ qu~ rumbo andino conocidos como "Tacónico occi­ trial en su mayor parte permanecen inexplo­ dental" y "Púnico" limitan a la ':Faja Eruptiva." tados o han sido escasamente explotados. Su des­ por el oriente y occidente respectlva~ente.\Salf~­ favorable ubicación geográfico-climática contribu­ ty, et al., 1975). Si se toma en conslderaclon di­ ye en gran medida al aisl~miento de sus ~aci­ chos frentes quedan delimitadas en la Puna Sep­ mientos. Algunos de los minerales o matenales tentrional tres fajas de mineralización ligadas a son propios a esta región o al menos se hallan en rocas de edad ordovícica: "faja de Zn-Pb-Ag en ella mejor representados. Merecen d~stacarse los baritina" al oriente del frente púnico, "faja poli­ boratos y otras evaporitas como hahta, y yeso, metálica de Cu, Fe, Zn, Pb en baritina y cuarzo" los calcareos hidatogénicos ("onix"), vidrios y entre los frentes púnico y tacónico occidental y granulados volcánicos, azufre, zinc, antimonio, "faja de Au en cuarzo" al oeste del frente tacóni• oro, plata, estaño diatomitas, salmueras metálicas ca occidental. Estas fajas son coincidentes con las ricas en litio, potasio, magnesio, boro, entre subjfas ordovícicas mineralizadas de plataforma, otros. arco y borde externo de arco, descriptas por Coi­ Desde fines del siglo pasado se fue acumulando ra (1983). Un análisis regional muestra que n? una copiosa bibliográfica sobre la génesis, asocia­ hay una clara correspondencia entre las fajas mi­ ciones minerales, marco geológico, etc., de los neralizadas descriptas en Bolivia y las presentes distintos yacimientos, la cual fue sintetizada en en el noroeste de Argentina. Ello sería en parte Angelelli (1950), Angelelli, et al. (1983) YSchala­ consecuencia de la segmentación andina (Avila muck, et al. (1983). Sureda et al., (1986), elabo­ Salinas, 1986). . raon un trabajo de síntesis sobre los aspectos me­ La faja Zn-Pb-Ag en baritina, coincide aproxi­ talogenéticos del noroeste argentin<;>. Coira madamente con el límite entre las provincias geo­ (1983), interpreta para la Puna Septentnonal sub­ lógicas de Cordillera Oriental y Puna, compr~n­ fajas ordovícicas que de oeste a este correspon­ diendo los depósitos minerales de las serraOlas den a: borde externo de arco (Au, Sb), arco vol­ Pumahuasi-Cangrejillos (minas Barrios, Isabel, cánico (Cu, Fe, Zn, Ba, Au-Sn) y depósitos de Pumahuasi, Chausete, 9 de Julio, Sol de Mayo, plataforma (Pb, Zn, Ag, Ba, fosforitas). Dichas Cerro Colorado, Cari Casini, Leman, Pulpera, subfajas se corresponden con las representadas Bélgica, Luisito, San Marcial, La Perla, Washing­ en la figura 2. Para el Cenozoico, postula que la ton, Cangrejillos, Bach, etc.), los depósitos de la Puna Septentrional sería una "Provincia Polime­ Sierra de Aguilar (minas Tapada, Esperanza, tálica Transicional" con rasgos distintivos de la Quera, Aguilar, etc.), y los depósitos de la serra­ "Faja estannífera austral boliviana" y elem~ntos nía del Chañi (minas Lagunita, Ruth, Alumbrillo, de la "Provincia Polimetálica" que se extiende La Antigua, etc.). Esta faja es aproximadamente desde el Perú, mientras que la Puna Austral mos­ continuación de la faja de Pb-Ag definida en Bo­ traría características propias a la "Provincia Poli­ livia y culmina netamente contra el lineamiento metálica". transpuneño. La mayoría de las minas están En el presente trabajo se presen.ta una. síntesis abandonadas. Se destaca por su importancia mina de la distribución y tipo de depÓSitos minerales, Aguilar, el mayor yacimiento de Zn, Pb de Amé- tanto metalíferos como no-metalíferos y rocas in­ rica del Sur. _ dustriales, intentando una ordenación en domi­ La faja polimetálica de Cu, Fe, Zn, Pb en bari­ nios y fajas, como un avance que permita su in­ tina y cuarzo, coincide aproximadamente con la clusión en futuros mapas metalogenéticos del "Faja Eruptiva" en el ambiente de Puna Septen­ orógeno andino. trional, abarcando los cordones de Escaya-Cochi­ noca y la sierra del Cobre. Esta faja culmina tam­ bién netamente contra el lineamiento transpune­ Minerales metalíferos ño. La distribución de elementos metalíferos alcan­ La faja de Au en cuarzo tiene buena represen­ za una mefor representación en la Puna Septen­ tación en las sierras de Santa Catalina, Rincona­ trional. Se reconocen dos pulsos mayores de me­ da, Lina, Olaroz y Catua, con las minas Azules, talización correspondientes a los tiempos Ordoví• El Torno, San Francisco, Rinconada, Timón co (figura 2) y Mioceno (figura 3). Cruz, Ajedrez, El Carmen, Oratorio, Santo Do- R. N. ALONSO Y J. G. VIRAMONTE 400

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_'7_0_ t +6~0 -'/'/· Fig. 2.-Mapa de distribución de minerales metalíferos de la Puna, durante el pulso mineralizante Ordovícico. 1) Límite geográfico aproximado de la Puna; 2) Salares; 3) Lagunas; 4) Sierras y serranías; 5) Lineamiento de Olacapato o transpuneño; 6) Faja de Zn­ Pb-Ag en baritina; 7) Faja polimetálica de Cu-Fe-Zn-Pb en baritina y cuarzo; 8) Faja de Au en cuarzo. \.. o ./'-., I\ /I A I ~- .... . \ I} x<

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Fig. 3.-Mapa de distribución de minerales metalíferos de la Puna, durante el pulso mineralizante Mioceno. 1) Salares; 2) Lagunas; 3) Límite geográfico aproximado de la Puna; 4) Lineamiento de Olacapato o transpuneño; 5) Lineamientos de rumbo ONO-ESE, transversales al eje andino; 6) Penetración del volcanismo hacia oriente en cadenas transversales solidarias al fracturamiento regio­ nal; 7) Yacimientos, depósitos y manifestaciones minerales; 8) Faja de Sn-Ag-Pb-Sb de Coyahuaima; 9) Faja de Cu de Carachipam- pa; 10) Faja de Ag-Pb-Zn del Quevar; 11) Faja de Pb-Ag-Zn de Antofalla-Galán; 12) Depósitos tipo "porfidos de cobre". R. . ALONSO Y J. G. VIRAMONTE mingo. Rosario de Coyahuamima, alaroz, Ca­ La segunda fase se desarrolla en el límite entre tua. cte. Las minas Puyita, Pabellón y San José, Puna Septentrional y Puna Austral y la denomi­ de antimonio-oro en caja ordovícica, podrían per­ namos "faja de Ag-Pb-Zn del Quevar". Dicha tenecer tal vez a este pulso mineralizante. La ma­ faja está relacionada al intenso fallamicnto del li­ yoría de las minas se encuentran inactivas aunque neamiento transpuneño y dá lugar al rico distrito recibieron intensa explotación en tiempos de je­ minero de San Antonio de los Cobres. Se desta­ suitas. A diferencia de las fajas metalíferas des­ can las minas Concordia, Vince (plata), La Paz, critas anteriormente que culminan contra el linea­ Recuerdo, Polvorilla, Matilde, Vicuña, Acazo­ miento transpuneño, la faja aurífera en cuarzo que, Diana, Esperanza, California, Soncaiman tiene representantes en la Puna Austral, donde (plomo, plata, zinc), Victoria, Incachule (antimo­ localizadamente ocurre el distrito de Incahuasi nio), Julio Verne (bismuto, oro), Remate, Qui­ con metalogenia semejante. rón (manganeso), etc. El pulso mineralizante Mioceno (figura 3), está En el ambiente de Puna Austral ocurren dos relacionado con el intenso magmatismo desarro­ importantes cadenas volcánicas transversales, Ga­ llado en la Puna a partir de la fase Quechua (ca. lán y Carachipampa, asociadas a sendas mega­ 15 m.a.) y fundamentalmente durante el Mioceno fracturas. La primera contiene al distrito de An­ superior (Malvicini y L1ambias, 1982). Los depó• tofalla-Archibarca (plomo, zinc, plata) y otras sitos metalíferos se encuentran relacionados con metalizaciones relacionadas, que denominamos las cadenas volcánicas transversales que penetran como "faja de Pb-Ag-Zn de Antofalla". La cade­ hacia oriente del arco volcánico y culminan con­ na volcánica de Carachipampa contiene el distrito tra el frente púnico (Viramonte, et al., 1984). cuprífero de La Hoyada y fuera del área puneña Whiting (1959), Baldis (1980), Sureda et al. el complejo volcánico de Farallón Negro, con im­ (1986) entre otros, llamaron la atención sobre la portantes concentraciones de oro, cobre y manga­ estrecha relación existente entre fracturamiento, neso. Se la denomina "faja de Cu de Carachi­ magmatismo y centros mineralizados. En este tra­ pampa". bajo se toma como unidades o metalotectos con En la Puna Austral se registran también algu­ definición propia a cada una de las cadenas volcá­ nos depósitos del tipo "pórfido de cobre" con nicas transversales al rumbo andino en el sentido edades entre 12 y 15 m.a., que se alojan en dis­ de Viramonte et al., (1985). Dichas cadenas aso­ tintos tipos de terrenos. Los más conocidos son ciadas al fracturamiento de las placas cabalgante los de Taca-Taca, Agua del Desierto, El Oculto,. y subducida, han tenido una evolución petrológi• Diablillos, Inca Viejo y Centenario (Sillitoe, ca y cronológica distintiva y albergan asimismo 1977; Mendez et al., 1979). una metalogenia intrínseca que permite diferen­ Los géiseres y manantiales termales alrededor ciarlas. Si bien el pulso mineralizante principal ha de los principales centros volcánicos (Alonso y sido durante el Mioceno, algunos depósitos se Viramonte, 1985) serían en algunos casos la ex­ formaron durante el Plioceno y unos pocos du­ presión superficial de un sistema geotermal ma­ rante el Cuaternario, lo que a efectos prácticos se yor en profundidad con manifestaciones de meta­ considera en conjunto. les preciosos epitermales. Asimismo, depósitos Se destaca que las fajas mineralizadas miocenas sedimentarios de directa filiación volcanogénica, cortan oblicuamente a las fajas mineralizadas or­ en algunos casos de intracaldera, albergan capas dovícicas, lo que ocasiona algunos depósitos de anómalas en plata (ej. mina Providencia). origen enigmático. Se han reconocido cuatro fajas metalíferas mio­ Minerales no metalíferos y rocas de aplicación cenas, que proponemos llamar con los nombres industrial de los principales centros volcánicos que ellas abarcan. La primera, en Puna Septentrional, se­ Las mayores concentraciones de elementos no­ ría la "faja Sn-Ag-Pb-Sb de Coyahuaima" con metalíferos y rocas industriales se manifiestan en numerosos depósitos minerales entre los cuales se el ambiente de Puna Austral (figura 4). Por el destaca mina Pirguitas, mayor concentración co­ contrario los depósitos metalíferos son más abun­ nocida de plata-estaño de Argentina. Otros depó• dantes en la Puna Septentrional. La diferente dis­ sitos comprenden las minas Pululos, Negro, Cau­ tribución es debida a la particular evolución geo­ cani, Pairique, San Pedro, El Chorro (estaño), lógica operada a uno y otro lado del lineamiento Pan de Azúcar, España, Potosí, Rachaite, Chin­ transpuneño. chillas (plomo-plata-zinc), Lina, Doncellas, Co­ Se reconocen tres pulsos formadores de no-me­ yahuaima (antimonio), Pabellón, Iral (mangane­ tales y rocas de aplicación correspondientes al so), etc. Ordovícico, Terciario y Cuaternario. ,

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El pulso Ordovícico, incluye los depósitos mi­ porítico de los salares,y los depósitos de calcáreos nerales formados en el ambiente de la "Faja hidatog~nicos. Los salares albergan importantes Eruptiva". Dicha unidad geológica albcrga diques concentraciones de halita, yeso, boratos (ulexita pegmatíticos portadores de mica, turmalina, fel­ y tincal), thenardita y mirabilita, trona, etc. (ej. despato y cuarzo en los cerros de Centenario, Catalano, 1926; Alonso y Gutiérrez, 1984; Alon­ Diablillos, Antofagasta de la Sierra y El Peñón. so, 1986, 1987). El cloruro de sodio forma una También se destacan facies metamórficas ricas en costra especular en la mayoría de los salares de la estaurolita, granate, cianita y sillimanita. Esta úl­ Puna y se explota en Rincón, Pocitos, Pastos tima forma un importante depósito en el borde Grandes, Arizaro y Salinas Grandes. Los salares de la Puna, a la altura del salar Hombre Muerto. de la Puna Austral son más ricos en sales que los Un segundo pulso corresponde al Neógeno de la Puna Septentrional a consecuencia de su se­ (mio-plioceno). Por una parte se tienen las ingen­ dimentación evaporítica previa durante el Tercia­ tes cantidades de sales que dieron lugar a poten­ rio (Viramonte, el al., 1984b). tes depósitos evaporíticos en el ambiente de Puna El borato ulexita está profusamente distribuido Austral, favorecidos por una mayor subsidencia en algunos salares puneños ya sea como bancos de las cuencas y mayor índice de aridez. En la masivos ("barra") o como nódulos en el sedimen­ Puna Austral se presentan algunas masas kilomé­ to fangoso ("papas"). Está ligado genéticamente tricas de halita, emplazadas en los principales de­ a paleofuentes termales boratíferas alineadas sobre pocentros de sedimentación terciaria, como las fracturas en los bordes de los salares (Alonso y que rodean los salares Pastos Grandes, Hombre Gutiérrez, 1984). Los principales salares con con­ Muerto, Arizaro y Antofalla (Alonso, et al., centraciones de ulexita son Cauchari, Olaroz, Sa­ 1984a). Asociados a los cuerpos de sal y en un linas Grandes y Guayatayoc en la Puna Septen­ mismo marco genético aparecen potentes depósi• trional y Pastos Grandes, Pozuelos, Centenario, tos de yeso-anhidrita y en el caso de Pastos Gran­ Ratones, Diablillos y Hombre Muerto en la Puna des y Hombre Muerto acumulaciones de boratos Austral. El bórax se concentra en los salares de (Alonso, 1986). Con respecto a los boratos, los Cauchari y Turi Lari (Alonso, 1987). En la figura cuales constituyen la mayor riqueza minera de la 4, se representa un dominio de salares boratíferos Puna, se destacan el yacimiento de Tincalayu que ocupa parte de la Puna Septentrional y borde (bórax) y Sijes (colemanita, hidroboracita). En la oriental de la Puna Austral. En este sentido tanto Puna Septentrional se descubrió en 1982 un yaci­ el extremo norte de la Puna Septentrional como miento de bórax, inyoita, ulexita (Loma Blanca). el borde occidental de la Puna Austral carecen de Los boratos de la Puna constituyen las mayores concentraciones de boratos. Asimismo se define concentraciones conocidas para América del Sur un dom~nio de salares sulfatíferos para resaltar y el Hemisferio Austral, conteniendo además las las manifestaciones de sulfato de sodio que se mayores concentraciones de hidroboracita del manifiestan en el sector occidental de la Puna mundo (Alonso y Viramonte, 1985b) Austral tales como Laguna y los salares Ligado a la construcción de algunos edificios de Pocitos, Tolar Chico, Río Grande y Arizaro. estratovolcáncios de la Puna Austral, se formaron El carbonato de sodio se presenta como eflo­ perlitas, esto es, coladas y domos de vidrio, luego rescencias ("coipa") en muchos salares puneños, hidratados que constituyen los depósitos de Ra­ habiéndose explotado en laguna Santa María. mada, Acay, Rupasca, Quirón, Vega de Arizaro Dada la herencia ambiental de la Puna desde el y Antofalla. Ellos son al momento los únicos ya­ Mioceno (Alonso, 1987b), no sería rara la pre­ cimientos explotables conocidos en América del sencia de viejos depósitos de trona, asociados a Sur. Las erupciones plinianas del volcán Socom­ los antiguos cuerpos evaporíticos. pa, eyectaron abundante material pumicítico que La mayoría de los salares contienen concentra­ se depositó en sus alrededores. Acumulaciones ciones de salmueras metálicas ricas en litio, pota­ secundarias de origen eólico sobre obstáculos to­ sio, magnesio, y otros elementos escasos y raros pográficos dieron lugra a depósitos explotables de (Igarzábal y Poppi, 1980; Nicolli el al., 1984). Di­ granulado volcánico. Asociado a las manifestacio­ chas salmueras se encuentran en explotación en nes fumarolianas póstumas se formaron impreg­ el (), existiendo un pro­ naciones de azufre en las cúpulas de algunos vol­ yecto similar en marcha en el salar Rincón. canes del límite argentino-chileno, como los pre­ Los calcáreos hidatogénicos, conocidos como sentes en la Corrida del Cori, donde se encuentra onix, ocurren abundantemente en la Puna Aus­ el yacimiento de la Casualidad hoy inactivo. tral. Se han explotado como canteras en Arita, El tercer pulso corresponde al Cuaternario. Sus Catua, León, Antuco, Tocomar, etc. El material representantes más conspícuos son el relleno eva- consiste de calcita o aragonita, depositadas por GEOLOGIA y METALOGENIA DE LA PUNA 405 fuentes termales, con estructuras de aspecto algal hajo, así como al Sr. José Arroyo Calvín que tuvo a su cargo la y vistosos colores entre los que se destacan el confección de la parte gráfica. Numerosos tópicos sobre la geo­ logía y la metalogenia fueron analizados con los doctores Ricar­ azul, verde, blanco, marrón, naranja y rojo. do Sureda, Ricardo Omarini y Miguel Galliski (UNSa, Argenti­ na) a quienes se agradece el intercambio de puntos de vista. El Dr. Carlos Martín Escorza (CSIC, España) tuvo la amabilidad Conclusiones de leer el manuscrito y sugerir algunos cambios. Por último nuestro agradecimiento a la empresa Industrias Químicas Bara­ dero S.A., en el nombre del Dr.- Luis De Rito y Sr. Carlos La segmentación andina, posiblemente conse­ Elias, por su asistencia y facilidades durante los trabajos de cam­ cuencia del fracturamiento profundo de la placa paña. de Nazca subductada, da lugar a sectores de cor­ Nota: Una versión previa, inédita, de este trabajo, corresponde teza con naturaleza geológica y metalogenética a un manuscrito que sirvió de base para una conferencia pronun­ propia. Dichos segmentos constituyen de por sí, ciada por uno de los autores (R.A.) bajo el título "Evolución subdivisiones menores en las regiones morfoes­ geológica y recursos minerales de la Puna Argentina" durante tructurales del orógeno andino. Ello establece ca­ las sesiones del "Simposio Internacional de Tectónica Centroan­ dina y su relación con los recursos naturales", realizado en La racterísticas que en muchos casos permiten la de­ Paz (Bolovia) en octubre de 1984. finición del subprovincialismo geológico, al cual es en un todo solidario el subprovincialismo me­ talogenético. Referencias La confección de una moderna carta metaloge­ Aceñolaza, F. (1973). El Ordovícico de la Puna saltocatamar­ queña, V Congreso Geol. Argentino, Actas 4:3-18. nética para la región debería tomar en cuenta los Aceñolaza, F., Benedetto, L., y Salfity, J. (1972). El Neopaleo­ aspectos de la segmentación en la definición de zoico de la Puna: su fauna y relación con áreas vecinas. Ana­ los principales dominios de distribución de los de­ les Acad. Bras. Ciencias, 44 (suplemento):5-20. pósitos minerales. Los avances que se realizan en Aceñolaza, F. y Toselli, A. (1971). Hallazgo de graptolites or­ dovícicos en el supuesto precámbrico de la Puna de Catamar­ este trabajo constituyen una futura base en el ca y de Salta. Asoc. Geol. Arg., 26:274. sentido mencionado. Asimismo, la definición teó• Aceñolaza, F., Toselli, A., y González, O. (1976). Geología de rica del provincialismo metalogenético es una lla­ la región comprendida entre el salar Hombre Muerto y Anto­ fagasta de la Sierra, Catamarca. Asoc. Geol. Arg., 21:127­ ve práctica, útil y necesaria, para la exploración 136. de futuros depósitos minerales. Aceñolaza, F. y Toselli, A. (1981). Geología del Noroeste Ar­ En síntesis puede decirse que desde el punto gentino. Univ. Nac. de Tucumán, F.C.N. N.O 1287, 212 págs. de vista geológico, se producen diferencias a lo Alonso, R. (1985). Icnitas de aves como control de niveles bora­ tíferos. Soco Ciento del Noroeste Argentino, 1:37-42. largo del tiempo en la composición de los terre­ Alonso, R. (1986). Ocurrencia, posición estratigráfica y génesis nos a uno y otro lado del lineamiento transpune­ de los depósitos de boratos de la Puna Argentina. Tesis Docto­ ño. Así por ejemplo, la Puna Austral muestra te­ ral. Universidad Nacional de Salta, 196 págs. rrenos de niveles corticales más profundos que en Alonso, R. (1987a). Valoración icnoavifaunística de ambientes boratíferos. IV Congr. Latinoamericano de Paleontología, T. parte serían consecuencia de su larga denudación 1:586-597. Santa Cruz de la Sierra. durante el Mesozoico, así como depocentros ter­ Alonso, R. (1987b). Bórax (tincal) de la Puna Argentina. X ciarios bien desarrollados y vulcanismo básico im­ Congr. Geol. Argentino, Actas IV:292-295. Alonso, R. y Fielding, E. (1986). Acerca de un nuevo yacimien­ portante. La Puna Septentrional muestra una cu­ to de vertebrados paleógenos en la Puna. 111 Jornadas Argen­ bierta mesozoica espesa y sedimentación terciaria tinas de Paleontología de Vertebrados. Resúmenes. de menor desarrollo. Alonso, R., Gutiérrez, R., Pascual, R. y Raskovsky, M. (1982). El Grupo Pastos Grandes (Puna salteña, Argentina): Mamífe• Las metalizaciones para el Ordovícico indican ros de su Formación Pozuelos y su antigüedad. JIl Congreso un enriquecimiento de oro hacia el oeste y de Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía. Resúmenes. metales de base hacia el este. En el Mioceno se Alonso, R. y Gutiérrez, R. (1984). Zonación de ulexita en los salares de la Puna Argentina. Asoc. Geol. Arg., Revista, aprecia un decrecimiento de todas las metaliza­ 39:52-57. ciones hacia el sur, al punto que la mayor parte Alonso, R., Gutiérrez, R. y Viramonte, J. (1984). Megacuerpos de la Puna Austral es una región casi estéril. A salinos cenozoicos de la Punta Argentina. IX Congr. Geol. diferencia de ello aumentan los minerales no-me­ Argentino, T. 1:25-42. Alonso, R. y Gutiérrez. R. (1986). Litoestratigrafía del Neóge• tálicos, lo cual en la balanza de la distribución de no terminal. Puna Argentina. Rev. Inst. Cs. Geol. (Jujuy), los depósitos marca claramente las diferencias en­ 6:29-47. tre una Puna Septentrional con predominio de Alonso, R. y Marquillas, R. (1978). El Grupo Mesón. Conteni­ do Paleontológico y edad. Asoc. Geol. Lilloana, T. 14 metálicos y una Puna Austral con predominio de (sup.):5-6. no-metálicos. Alonso, R. y Marquillas. R. (1981). Trazas fósiles de la Forma­ ción Campanario (Grupo Mesón. Cámhrico). Consideraciones amhientales y cronológicas. Rev. Inst. Cs. Geol. (Juyuy), AGRADECIMIENTOS 3:95-110. Alonso, R., Viramonte. J. y Gutiérrez. R. (1984). Puna Aus­ Deseamos expresar nuestro agradecimiento a la Lic. Nilda tral. Bases para el suhprovincialismo geológico de la Puna Ar­ Menegati que colahorÓ activamente en varias facetas de este tra- gentina. IX Cognr. Geo/. Argcntino, T. 1:43-63. 406 R. N. ALONSO Y J. G. VIRAMONTE

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