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Premios Andersen de Literatura Antonio Orlando Rodríguez /Adaptación Bárbara Streeter

Para hablar sobre los Premios Andersen hay que referirse primero a IBBY. IBBY son las siglas que identifican a la Organización Internacional para el Libro Juvenil. Esta entidad fue fundada en Zurich, Suiza, en 1953. IBBY está integrada por alrededor de 60 secciones en diferentes países de todos los continentes y agrupa a personas comprometidas con una idea común: el encuentro de los libros y los niños. IBBY tiene entre sus propósitos principales: o Promover el entendimiento internacional a través de los libros para niños y jóvenes. o Favorecer en todo el mundo que los niños tengan acceso a libros de gran calidad literaria y artística. o Favorecer la publicación y la distribución de libros de calidad para niños y jóvenes, especialmente en los países en desarrollo. o Apoyar y formar a quienes trabajan con niños y jóvenes y con la literatura para niños. o Estimular la investigación y el trabajo académico en el campo de la literatura para niños.

IBBY surgió como resultado del empeño de Jella Lepman, una alemana convencida de la importancia de los libros para niños. Finalizada la segunda guerra mundial, esta mujer comenzó a trabajar para que todas aquellas personas del mundo involucradas en la creación, selección y distribución de libros para niños - autores, ilustradores, bibliotecarios, profesores, editores, libreros, etc.- se agruparan en una organización que les permitiera conocerse y trabajar juntos. Así nació IBBY, en 1953. Y a los tres años de vida, también por iniciativa de Jella Lepman, IBBY instituyó un galardón bienal dedicado a premiar a los creadores de libros para niños: la Medalla Hans Christian Andersen. Inicialmente, el Premio Andersen se otorgó sólo a los escritores; pero a partir de 1966 se decidió entregar también a los ilustradores. El Premio Andersen es el más importante reconocimiento que se otorga en el mundo a un autor y a un ilustrador de libros para niños. Se entrega a creadores que, por el extraordinario nivel de su trabajo, han hecho una contribución importante y duradera a la literatura infantil y juvenil. Es tanto el prestigio de este Premio, que se le conoce como "el Nobel de la literatura infantil".

Bárbara Streeter 1 © Educando Juntos – octubre 2004 ¿Cómo son otorgados estos premios? El procedimiento es el siguiente: Las secciones nacionales de IBBY de cada país son invitadas, cada dos años, a proponer a un autor y a un ilustrador como candidatos al Andersen. Un jurado internacional compuesto por diez especialistas en literatura para niños escoge a los ganadores después de estudiar su obra y de deliberar durante dos días. En este artículo haremos un recorrido por los ganadores del Premio Andersen de literatura, desde que éste fuera instituido, en 1956, hasta nuestros días. En algunos casos, nos detendremos a comentar y recomendar obras de algunos de esos autores.

Eleanor Farjeon (1956) En 1956 se concedió el Andersen por primera vez y resultó ganadora la autora británica . Es interesante destacar que, en sus primeras ediciones, este premio se concedió por una obra en específico (más tarde se decidiría otorgarlo por la producción global del autor en cuestión). Eleanor Farjeon, nacida en 1882 y fallecida en 1965, ganó el Andersen por una hermosa colección de cuentos titulada “La princesa que pedía la luna”, en la que se unen fantasía, humorismo, reminiscencias de los antiguos cuentos de hadas y un estilo fluido y llano. Otra obra de esta creadora es la novela “El zarapito plateado”.

Astrid Lindgren (1958) En 1958 se vuelve a conceder el Premio Andersen y esta ocasión resulta ganadora una escritora sueca: . Nacida en 1907, esta autora es famosa en todo el mundo principalmente por su primer libro, titulado Pippa Mediaslargas. En esta obra, publicada por vez primera en 1945, ella relata las aventuras de una niña de trenzas pelirrojas y cara pecosa, que vive sola en una finca con la única compañía de un mono y un caballo. Pippa es, además, una especie de super-niña, de extraordinaria fuerza, capaz de levantar a su caballo con una sola mano y de vencer, a puños limpios, a una banda de ladrones. Pippa irrespeta casi todas las reglas y los estereotipos sociales: detesta la escuela, no es capaz de comportarse "educadamente" a la hora de tomar el té y actúa según su capricho en toda ocasión. Es además, una gran mentirosa. No es de extrañar que este personaje divertidísimo, que rápidamente gané el favor de los niños, asustara mucho a los pedagogos tradicionales en el momento de su aparición en el panorama de la literatura infantil sueca. Pippa era demasiado "transgresora" para el gusto de muchos adultos; sin embargo, la obra resultó un gran éxito editorial y hoy día se le reconoce como un clásico de las letras para niños. Fue tal la aceptación de este libro, que Astrid Lindgren se vio estimulada a escribir dos novelas más que completan la trilogía sobre Pippa: “Pippa se embarca” y “Pippa en los mares del Sur”. Sin embargo, como explicábamos anteriormente, en sus inicios el Premio Andersen no se concedía por toda la obra de un autor, sino por un libro en específico. Y el libro que hizo ganar a Astrid Lindgren este galardón fue su novela “Rasmus y el vagabundo”. Otras importantes creaciones de Astrid Lindgren son “Mío, mi pequeño Mío”, “Ronja, la hija del bandolero”, “Vacaciones en Saltkrakán” y “Los hermanos Corazón de León”. Cabe destacar, como un texto muy singular dentro de la amplia bibliografía de esta creadora, el libro “Mi mundo perdido”, relato autobiográfico en el que Astrid Lindgren evoca el universo de su niñez y la historia de amor de sus padres.

Bárbara Streeter 2 © Educando Juntos – octubre 2004 Erich Kästner (1960) Luego de dos escritoras galardonadas con el Andersen - una inglesa y una sueca - , en 1960 le tocó el turno a un autor: el alemán Erich Kästner. Este creador, nacido en 1899 y fallecido en 1974, tenía una larguísima trayectoria como autor de libros para la infancia. Y es precisamente en esta edición que el Premio Andersen empieza a concederse no por un libro en particular, sino tomando en consideración todas las obras divulgadas por los autores, es decir, el conjunto de su producción. La más famosa novela para niños de Kästner, titulada “Emilio y los detectives”, data de 1929. En este libro se narra una historia policíaca donde los detectives son niños. Emilio viaja en tren desde un pequeño pueblo hasta la gran ciudad y durante el trayecto, pese a las advertencias de su madre, le roban los ahorros. ¿Cómo hallar al ladrón? Con la ayuda de un grupo de muchachos, y luego de numerosas aventuras, Emilio consigue recuperar su dinero. La novela es no sólo un relato de intriga y suspenso, sino también una exaltación de la solidaridad y de la responsabilidad social de la infancia. Emilio y los detectives es una obra que aún hoy se lee con agrado e interés, y alcanzó tal popularidad en su época, que el autor decidió retomar a su personaje y escribir posteriormente otra obra: “Emilio y tres mellizos”. Siempre ingenioso y ameno, Kästner escribió otras muchas obras para niños, entre ellas “La conferencia de los animales” (texto de marcado espíritu pacifista, dado a conocer después de la segunda guerra mundial), “El 35 de mayo”, “El aula voladora”, “El hombre pequeñito”, “El hombre pequeñito y la pequeña Miss” y “Cuando yo era un chiquillo”. En el prólogo de su novela “El aula voladora”, Kästner escribió unas palabras que bien vale la pena recordar aquí: "¿Cómo puede un adulto haber olvidado su infancia hasta tal punto que un día ya no recuerde en absoluto lo triste e infelices que pueden llegar a ser los niños? En la vida, lo más importante no es el porqué se está triste, sino cuánto se sufre. Las lágrimas de los niños no son más pequeñas, y a menudo pesan más que las lágrimas de los grandes."

Meindert Dejong (1962) Un norteamericano de origen holandés, llamado Meindert Dejong, fue el ganador del Andersen en 1962. Este autor nació en 1906 y se dio a conocer como escritor para niños cuando era joven, con dos cuentos de gran éxito: “El ganso gordo” y “El patito blanco”. Muchas de sus historias transcurren en Holanda, en pueblitos pequeños, como los que conoció durante su infancia humilde. Otros de sus libros son “La colina que canta”, “Shora y las cigüeñas” y “Una gata casi blanca”. Una de las obras más hermosas de Meindert Dejong se titula “Una rueda en el tejado” y ejemplifica muy bien el estilo de este autor, que toma como eje central de sus historias acontecimientos de lo cotidiano. Una rueda en el tejado narra la vida de un grupo de niños en el campo. Es tan diminuto el pueblo donde viven, que la escuela sólo tiene seis alumnos. Un día, el maestro habla sobre las cigüeñas y entre los estudiantes surge una inquietud: ¿por qué, cuando llega la temporada en que las cigüeñas llegan a Holanda para fabricar sus nidos sobre los tejados de las casas, ninguna se queda en su pueblo? Sin embargo, en todos los pueblos vecinos las cigüeñas se hallan muy a gusto. Puestos a investigar, los niños descubren que las cigüeñas no hacen nidos en los techos de sus viviendas porque éstos son muy perpendiculares y no les brindan el suficiente equilibrio. La solución sería colocar ruedas encima de los tejados, para que las aves pudieran hacer sus nidos con comodidad. Pero el pueblo donde transcurre la historia es tan humilde y tan remoto, que nadie tiene una rueda

Bárbara Streeter 3 © Educando Juntos – octubre 2004 vieja. La novela se centra en las andanzas de los niños en busca de una rueda y concluye cuando logran colocarla encima del techo de su escuela y allí anida una cigüeña.

René Guillot (1964) En 1964 el Premio Andersen le corresponde a un escritor francés: René Guillot. Nacido en 1900 y fallecido en 1964, este autor no escribió, en los inicios de su carrera, para el público infantil. Fue un editor quien lo convenció de que se diera a la tarea de crear historias inspiradas en sus vivencias en África. Así nacieron numerosos libros de aventuras que tienen como protagonistas a animales de la selva; entre ellos cabe destacar “El príncipe de la jungla, Sirga”, “La leona”, “Kro, el leopardo”, “Ouoro, el chimpancé” y “El señor de los elefantes”. Guillot ha sido llamado "el Kipling de las letras francesas". Una pieza singular dentro de la bibliografía de Guillot es su novela “Crin blanca”, donde el escenario no es el continente africano, sino una hacienda campesina en el sur de Francia.

Tove Jansson (1966) En 1966 nuevamente una mujer se hace acreedora del Andersen. Se trata de la autora finlandesa , una de las grandes figuras de la literatura infantil contemporánea. Tove Jansson es la creadora de una serie de novelas que tienen como protagonistas a los miembros de la familia MumÌn, una familia formada por trolls, esos seres míticos de la tradición oral escandinava. Pero, en el folclor de Finlandia y otros países de esa región, los trolls generalmente son personajes enormes, malévolos, dañinos, de malos sentimientos. Tove Jansson creó, al concebir a sus personajes, una especie de trolls de naturaleza muy diferente: sus trolls son animalitos bonachones, parecidos a pequeños hipopótamos, que viven en un tranquilo valle, amantes de la amistad y de la vida hogareña. Son muchos los títulos que integran este ciclo narrativo protagonizado por los trolls MumÌn; entre ellos podemos mencionar “La familia MumÌn”, “Memorias de papá MumÌn”, “Una noche de San Juan bastante loca”, “La niña invisible”, “La llegada del cometa” y “La familia MumÌn en invierno”, todos publicados en español. Y todos, además, ilustrados magistralmente por su autora.

José María Sánchez / James Krüus (1968) En 1968 ocurre un fenómeno singular en la entrega del Premio Andersen. Por primera, y única vez, el galardón es compartido por dos escritores: el español José María Sánchez Silva y el alemán James Krüus. José María Sánchez Silva es famoso, sobre todo, por su novela “Marcelino, pan y vino”, traducida a numerosos idiomas y, además, llevada al cine con gran éxito. Se trata de un relato de corte religioso y moral, tal vez un tanto lacrimógeno para el gusto contemporáneo y las nuevas tendencias de la literatura infantil. Por su parte, James Krüus inscribe su obra dentro del llamado non sense o disparate; en sus cuentos y poemas los elementos absurdos e hiperbólicos cobran gran importancia y constituyen un motivo estilístico reiterado. Entre sus títulos sobresalientes se encuentran “La fiesta de las muñecas” y” El águila y la paloma”. Tal vez este español y este alemán sean dos de los escritores ganadores del Premio Andersen menos conocidos, quizás porque sus obras no alcanzan la trascendencia y la originalidad de otros creadores laureados con la distinción.

Bárbara Streeter 4 © Educando Juntos – octubre 2004 (1970) Por el contrario, el escritor que ganó el Andersen en 1970 sí es ampliamente conocido y goza de gran vigencia en el momento actual. Fue el italiano Gianni Rodari, maestro, periodista, narrador de original manejo del humor, nacido en 1920 y fallecido en 1980. Rodari comenzó a escribir para los niños en 1948. Muchas de sus creaciones fueron difundidas inicialmente en páginas de periódicos y suplementos infantiles y con posterioridad se editaron en forma de libros. Entre sus obras más populares se encuentran “Cuentos para jugar”, “Cuentos escritos a máquina”, “Las aventuras de Cebollino”, “Gelsomino en el país de los mentirosos”, “El libro de los por qué”, “Érase dos veces el Barón Lamberto”, Las aventuras de Tonino el invisible”, “Gip en el televisor”, “La tarta voladora” y “Cuentos por teléfono”. Para los educadores, y en general para todos aquellos interesados en el universo de la creatividad y la imaginación del niño, es lectura insoslayable su Gramática de la fantasía. Para Rodari, la creatividad es esencial; de hecho, resulta evidente que sus obras están escritas pensando en niños que posean ese don. Para él, "creatividad es sinónimo de pensamiento divergente”, es decir, de capacidad de romper continuamente los esquemas de la experiencia. Es creativa una mente que siempre trabaja, que siempre hace preguntas, que descubre problemas donde los otros encuentran respuestas satisfactorias". Tal vez el libro más famoso, y más original, de Rodari, sea “Cuentos para jugar”. Se trata de una obra poco común. El título ya nos da una pista acerca de su naturaleza: un libro-juego, una invitación a la aventura, a apretar el misterioso botoncito que pone en marcha el motor de nuestra imaginación. En él, cada historia tiene que se terminada por el lector; cada uno puede escoger con absoluta libertad el final que le parece más adecuado, el que prefiere, entre tres variantes que le propone el escritor. Sin embargo, Rodari no intenta imponer sus puntos de vista a nadie; acepta, incluso, que podamos no estar conformes con ninguno de los desenlaces sugeridos y nos exhorta, en ese caso, a proponer el nuestro.

Scott O’Dell (1972) Scott O’Dell, un autor norteamericano especializado en novelas de aventuras, es el ganador del Andersen en 1972. Nacido en Los Ángeles, en 1903, este escritor probó fortuna inicialmente en el género de la novela histórica, pero el éxito alcanzado en 1960 con la publicación de “La isla de los delfines azules” le hizo comprender que su futuro estaba en la creación de libros para niños. Desde entonces, O’Dell ha publicado alrededor de una veintena de obras para niños y de él se ha afirmado que es heredero de los grandes autores de la literatura de aventuras, como London y Verne. Entre sus obras se encuentran “Zía” (continuación de La isla de los delfines azules), “La canción de la luna”, “La perla negra” y “La canoa oscura”.

María Gripe (1974) En 1974, por segunda vez una escritora de Suecia obtiene el Premio Andersen. En esta oportunidad se trata de María Gripe, considerada por muchos como una autora fundamental, alguien que ha hecho aportes trascendentes a esta modalidad literaria. De María Gripe se ha dicho que su obra, más que dirigida a niños o jóvenes, va hacia cualquier lector, trasciende las fronteras de la edad y cala en los sentimientos del ser humano para llamarlo al diálogo y para abrir interrogantes eternas para su imaginación. Esta creadora nació en 1923, en Estocolmo, y desde pequeña fue admiradora de los cuentos de Andersen. Sus primeros libros

Bárbara Streeter 5 © Educando Juntos – octubre 2004 para niños, publicados a mediados de los años cincuenta, no resultaron especialmente significativos. Sin embargo, en la década del sesenta ella inicia una vigorosa renovación temática y formal con libros como “El papá de noche”, “Hugo y Josefina” y el ciclo de cinco novelas que tienen como protagonista al niño Elvis Karlsson. Luego vendrían historias como ¡La hija del espantapájaros”, “Los hijos del vidriero”, “El país de más allá”, “El rey y la cabeza de turco”, “Los escarabajos vuelan al atardecer”, “Agnes Cecilia”, “El túnel de cristal” y “La sombra sobre el banco de piedra”. María Gripe estudió filosofía e historia de las religiones en la Universidad de Estocolmo. Contrajo matrimonio con el ilustrador Herald Gripe, quien realiza los dibujos de sus libros para niños y jóvenes. En 1963 recibe el premio Nils Holgerson, creado por los bibliotecarios suecos para estimular a los mejores autores de libros para niños de su país. En sus libros encontramos distintas vertientes. Por una parte, los relatos que toman como centro temático la realidad contemporánea en que se desarrollan los niños y adolescentes suecos, sus relaciones con los demás miembros de la familia, con sus compañeros de escuela y maestros, con la sociedad en general. El divorcio, el poco tiempo que dedican los padres a los hijos, la incomunicación, la necesidad de ternura y de diálogo, son algunos de los asuntos que aborda con criticismo. Por otra parte, están sus historias de atmósfera sobrenatural, que incursionan en el terreno de lo parapsicológico y lo extrasensorial.

Cecil Bodker (1976) En 1976, el Andersen se entrega a la escritora danesa Cecil Bodker, narradora y poetisa. En sus libros, esta creadora gusta de presentar complejamente los problemas de la sociedad, desechando el tradicional esquema que divide a los seres humanos en buenos y malos.

Paula Fox (1978) Dos años más tarde, en 1978, el Premio se entrega a la escritora norteamericana . Esta autora se caracteriza por el empleo de un estilo realista para recrear las vivencias de los adolescentes norteamericanos de nuestros días. Uno de sus libros más difundidos, la novela “Un lugar aparte”, presenta los problemas de adaptación de una muchacha cuando sus padres se divorcian. Otras de sus obras son “El cuarto de Maurice”, “Pobre George”, “El rey de los halcones”, “Fred el hambriento” y “Retrato de Iván”.

BohumÌl Riha (1980) En 1980 es un creador checo, BohumÌl Riha, quien obtiene el Premio Andersen. Este autor nació en 1907 y falleció en 1984. Desarrolló una intensa actividad no sólo como escritor, sino también como editor y maestro. Sus obras generalmente tienen carácter realista y, en ocasiones, se nutren de episodios de la historia checa. De su producción pueden citarse títulos como “Ryn, el caballo salvaje”, “El nuevo Gulliver”, “El doctor MelusÌn”, “El viaje de Juan” y “Romance indio” .

Lygia Bojunga Nunes (1982) Por fin, en 1982, una escritora de América Latina alcanza el Premio Andersen. ¡Y qué escritora! Sin exagerar, puede afirmarse que se trata de una de las voces más singulares y atractivas de la literatura infantil en el siglo XX: la brasileña . Esta autora es ampliamente conocida gracias a novelas como “Angélica”, “Mi amigo el pintor” y “El sofá estampado”. Lygia Bojunga nació en 1932 y, antes de dedicarse por entero a la creación de

Bárbara Streeter 6 © Educando Juntos – octubre 2004 libros para niños, fue actriz y dramaturga. Su primera obra para los jóvenes lectores, “Los compañeros”, apareció en 1974, y narraba la vida de un grupo de perros vagabundos en las calles y playas de la ciudad de Río de Janeiro. La originalidad de su estilo, el magistral uso de los diálogos, la compleja psicología de los personajes y lo bien construido de la trama, hicieron que ese primer libro ganara numerosos premios nacionales en el momento de su aparición. Luego vendrían otras creaciones, igualmente notables, como “El bolso amarillo”, “La cuerda floja”, “La casa de la madrina”, “Juntos los tres” y “Adiós”. Los libros de Lygia Bojunga Nunes han sido traducidos a idiomas como el inglés, francés, alemán, español, sueco, noruego, danés, finés, islandés, vasco, hebreo, italiano, checo, búlgaro, gallego y catalán. Sobre la obra de esta escritora, ha expresado la crítica Laura Sandroni: "Creyendo que los niños son el proletariado extremo, porque en cualquier clase social están sujetos a los caprichos humillantes de los adultos, Lygia Bojunga Nunes les ha dedicado su arte, buscando dentro de sí misma las motivaciones y la poesía que siembra. Lanza puentes, cava túneles y regresa con las manos llenas de maravillosas historias que divierten y hacen pensar. Su obra constata y expone la tensión violenta que envuelve a toda la sociedad y de la cual el niño no está protegido por ninguna campana de vidrio como pretenden muchos, sino que por el contrario es su mayor víctima. Y contribuye al despeje de esta tensión llevando a una visión crítica del mundo. Su mensaje, siempre cuestionador e instigante, está abierto a las soluciones de cada lector".

Christine Nöstlinger (1984) Otra escritora gana el Andersen en 1984: la austriaca Christine Nöstlinger, sin duda muy conocida por todos los aficionados a la literatura infantil. Ella es la autora de la serie de libros que tienen como protagonista a Franz (entre otros, forman parte de la serie: “Franz se mete en problemas de amor”, “Las vacaciones de Franz”, “De por qué a Franz le dolió el estómago”, etc.) Christine Nöstlinger es autora de una vasta producción que se caracteriza, esencialmente, por la utilización de la fantasía y el humor para presentar historias que satirizan determinados aspectos de la sociedad contemporánea. Tal es el caso de obras como Konrad o el niño que salió de una lata de conservas, que es una burla al consumismo actual, y donde se presenta la historia de un niño que llega por equivocación a la casa de la señora Bertolocci. Llega... metido en una lata de conservas: es un niño perfecto, producido industrialmente. La novela es una sátira a la industrialización desmedida, al consumismo feroz, y a las sociedad que, a fuerza de tecnología y superdesarrollo, paralelamente van deshumanizando las relaciones entre sus miembros. Nacida en un barrio proletario de Viena, en 1936, Christine Nöstlinger se dedicó inicialmente al diseño gráfico. Publica en 1971 sus primeros libros, que rápidamente ganaron el favor de los más jóvenes lectores y los elogios de la crítica especializada. Ya en esos títulos resultaba evidente la habilidad de Nöstlinger para mezclar humor, fantasía y crítica social. En 1972, en Austria, recibió el Premio por la Hazaña Especial en el Campo de la Literatura Juvenil por su novela Me importa un comino el rey Pepino. "Mis libros contienen muchos elementos fantásticos porque la fantasía me gusta. Además, ésta sirve para que los niños tengan una mejor idea de la realidad. No creo en un mundo totalmente feliz ni totalmente desgraciado, sino en un mundo en que los niños y los adultos estén estrechamente vinculados", ha declarado la autora. También ha expresado: "Detrás de lo que escribo estoy yo, con mi forma de ver el mundo, con mis valores y, por tanto, mi obra refleja todo eso.

Bárbara Streeter 7 © Educando Juntos – octubre 2004 Cualquier tipo de literatura conlleva valores morales o sociales implícitos. Lo que no hago es – “moralizar”, dar pautas de comportamiento". En sus obras aborda el universo de las relaciones de niños y adolescentes en la escuela y el hogar, y problemáticas como el descubrimiento del amor, la emancipación de la mujer, el divorcio, la drogadicción, la burla a las convenciones sociales, etc. En un mensaje enviado a los niños del mundo con motivo del Día Internacional del Libro Infantil, esta autora austriaca declaró: “Muy poco en el mundo es como debería ser. Casi todo en el mundo es como no debería ser. La vida es buena para pocas personas. Para la mayoría de la gente, la vida es mala. Y en donde los adultos no se encuentran bien, los niños están aún peor. Es más necesario ahora gritar duro, pelear, unirse con otros para poder cambiar las cosas, que tomar un libro y leerlo. Pero para poder cambiar el mundo, debemos saber todo acerca de él. Hay que saber distinguir el bien del mal y no dejarse engañar por mentiras. La gente miente en las palabras y en las frases. Cuando las palabras y las frases se escriben, es más fácil saber si están bien o mal que cuando sólo se oyen. Ciertamente no es verdad, como mucha gente dice, que la televisión nos hace estúpidos y que los libros nos hacen inteligentes. Pero en muchos países la televisión pertenece a la gente que está en el poder y esta gente quiere que el mundo se mantenga tal como está. Muchos libros también desean esto mismo. Pero también hay muchos libros que nos dicen lo que realmente está sucediendo en el mundo y por qué está sucediendo. Los libros pueden ayudarnos a descubrir lo que debemos gritar, por qué debemos pelear, con quién unirnos y dónde comenzar a cambiar las cosas. Pueden ayudarnos como nadie más puede hacerlo”. Sus numerosos títulos son fieles a esa filosofía y a ese modo de ver la vida. Para comprobarlo basta leer obras como “Un marido para mamá”, “¡Por favor, vuelve a casa!”, “Una historia familiar”, “Gretchen, mi chica”, “Mi amigo Luki-live”, “Uno, Rosalinde tiene ideas en la cabeza”, “Vuela, abejorro” y otras muchas.

Patricia Wrightson (1986) , escritora australiana, recibe el Andersen en 1986. Fue un reconocimiento muy merecido, pues esta autora, nacida en 1921, ya era famosa internacionalmente mucho antes de ser candidata al Premio Andersen. Sus novelas se nutren de las antiguas leyendas y mitos de su país, y logran de manera magistral imbricar lo fantástico con personajes, situaciones y escenarios de la realidad. Entre sus libros más conocidos se encuentran “El Nargun y las estrellas”, “El escalofrÌo” y “La invasión del hielo”. En ellos hay emoción, aventura, amor a la naturaleza y un profundo conocimiento de la psicología humana. La novela El escalofrÌo, por ejemplo, tiene como protagonista a una anciana de 80 años a quien su familia convence para que se vaya a vivir a un hogar de ancianos, un sitio hermoso, tranquilo y limpio, donde estará muy bien atendida por un personal especializado. Pero ella resiste poco tiempo ese nuevo hogar. No le ha dicho a ninguno de sus familiares que ha heredado una pequeña granja perdida en el campo y, sin decirle nada a nadie, se escapa hacia ese lugar, para vivir allí, sola, sin otra compañía que un perro al que pone por nombre Héctor. Claro que, en realidad, la señora no está tan sola como ella cree. En el corral de aquella vieja granja vive, desde hace quién sabe cuántos siglos, un duende malévolo, un pequeño espectro a veces cruel, a veces bromista, que decide hacerle la vida imposible para hacer valer sus derechos. La historia está narrada de manera magistral, de un modo realista

Bárbara Streeter 8 © Educando Juntos – octubre 2004 que hace que la tensión crezca de página en página, a medida que el enfrentamiento entre la anciana y el duende crece y por tanto el conflicto se acentúa. Es asombroso, por demás, el modo en que la autora refleja la naturaleza, todos los insectos, los murciélagos, las ranas, las ratas, los pequeños e insignificantes animalitos que viven en el campo y que conforman un mosaico equilibrado de fuerzas que actúan y proyectan también sobre los personajes principales sus necesidades y sentimientos.

Annie María Gertruida Schmidt (1988) Una escritora holandesa Annie María Gertruida Schmidt es la ganadora del Andersen en 1988. Nacida en 1911, esta autora se dio a conocer por sus historias para niños en la década del cincuenta. Dentro de su amplia producción los títulos más populares son Uiplalá, Vuelve Uiplal·, Minusa, Ebel y su ascensor, Pluk y Brujas y otras cosas.

Tormod Haugen (1990) En 1990, el Andersen va a dar a manos de un autor de Noruega llamado . Es el autor más joven que ha obtenido este galardón, a los 45 años de edad. Sus obras, de corte realista, presentan el universo de los niños urbanos del momento actual, sus miedos, insatisfacciones, pequeñas alegrías y esperanzas. Entre sus principales libros se encuentran Los p·jaros de la noche, Secretos tras las puertas y Zepelín.

Virginia Hamilton (1992) Una escritora afronorteamericana obtiene el Andersen en 1992: . Es una figura con una larga trayectoria, que publicó su primer libro para niños en la década del 60, y que no ha dejado de publicar nuevas obras. En Plain City, uno de sus títulos más conocidos, nos presenta el retrato de una adolescente mestiza en una pequeña ciudad norteamericana de nuestros días. Hija de una cantante de bares nocturnos y de un hombre alienado, que vive en medio de los basureros, esta jovencita descubre súbitamente que su padre no ha muerto, como le han dicho todos en su familia, sino que vive, y va a su encuentro para conocerlo. El encuentro resulta doloroso, pero más doloroso es para la muchacha el hecho de que sus parientes, con el deseo de protegerla, le hayan mentido. Es una historia contada con gran maestría, cuyo interés no decae a lo largo de toda la trama, que recrea muy bien el proceso de maduración de una adolescente en circunstancias difíciles.

Michio Mado (1994) En 1994 el Andersen fue otorgado a un poeta japonés de 90 años, llamado , muy popular entre los niños de su país, pero escasamente divulgado en otras latitudes. Recientemente fue traducido al inglés uno de sus libros de versos.

Uri Orlev (1996) El Premio Andersen más reciente, el del año 1996, ha sido concedido al novelista israelÌ .

Por supuesto que hay muchos excelentes autores de la literatura infantil contemporánea que no han sido galardonados con el premio Hans Christian Andersen. Sin embargo, para todas las personas que relacionan con los niños, los libros y la lectura, conocer los autores ganadores del Premio Andersen, y darse a la tarea de buscar sus libros y leerlos, es

Bárbara Streeter 9 © Educando Juntos – octubre 2004 fundamental; pues en todos los casos se trata de creadores reconocidos por su talento, cuyo conocimiento resulta insoslayable.

PREMIOS HANS CHRISTIAN ANDERSEN (LITERATURA) 1956. Eleanor Farjeon (Inglaterra) 1958. Astrid Lindgren (Suecia) 1960. Erich Kästner (Alemania) 1962. Meindert Dejung (USA) 1964. RenÈ Guillot (Francia) 1966. Tove Jansson (Finlandia) 1968. José María Sánchez Silva (España) y James Krüus (Alemania) 1970. Gianni Rodari (Italia) 1972. Scott O’Dell (USA) 1974. María Gripe (Suecia) 1976. Cecil Bodker (Dinamarca) 1978. Paula Fox (USA) 1980. Buhumil Riha (República Checa) 1982. Lygia Bojunga Nunes (Brasil) 1984. Christine Nöstlinger (Austria) 1986. Patricia Wrightson (Australia) 1988. Annie M. G. Schmidt (Holanda) 1990. Tormod Haugen (Noruega) 1992. Virginia Hamilton (USA) 1994. Michi Mado (Japón) 1996. Uri Orlev (Israel) © Antonio Orlando Rodríguez Este texto puede ser citado, siempre que se den los créditos al autor y se indique su fuente de procedencia. Bajado el 21 de octubre 2004 desde el sitio de “El búho revista virtual de libros y bibliotecas” en http://www.lasbibliotecas.net/documentos/recome_nin/premios_andersen.htm

(Ilustraciones en carboncillo al inicio y final de este documento son del sitio http://www.eldrbarry.net/rabb/farj/farj.htm#Awards%20Received aquí encontrará una completa reseña de la autora Eleanor Farjeon)

Bárbara Streeter 10 © Educando Juntos – octubre 2004