SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC : DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO

ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO

ECUADOR: DRAMA AND PARADOX, PIONEER OF MODERN HISTORY ESSAY

(Entregado 28/03/2016 – Revisado 03/03/2017)

YOVANY SALAZAR ESTRADA

Los estudios universitarios los realizó en las universidades: Nacional y Técnica Particular de Loja, Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, del País Vasco y Complutense de Madrid, en las cuales ha obtenido los títulos de licenciado en Ciencias de la Educación, Especialidad: Lengua y Literatura (1990), los doctorados profesionales en Ciencias de la Educación (1993) y en Lengua Española y Literatura (2000), las maestrías en Docencia Universitaria e Investigación Educativa (1998), en Estudios de la Cultura, Mención: Literatura Hispanoamericana (2004) y en Filosofía en un mundo global (2012), y los doctorados en Filosofía en un mundo global (2015) y Literatura Hispanoamericana (2016). En el campo de la crítica literaria y afines, entre 1989 y 2016, ha publicado nueve libros y más de cincuenta artículos en revistas indexadas y no indexadas. Desde 1994 se desempeña como docente de la Universidad Nacional de Loja (Ecuador).

Universidad Nacional de Loja - Ecuador [email protected]

Resumen

Se propone presentar una referencia del surgimiento de las ideologías liberal y socialista en la historia del Ecuador, así como de las obras escritas bajo su impronta; adviene, luego, la reseña biográfica de Leopoldo Benites Vinueza y la descripción de su producción intelectual, en los ámbitos del periodismo, la poesía, el teatro, el cuento, la novela y el ensayo; y, finaliza con la descripción y análisis de Ecuador: drama y paradoja, como obra pionera del moderno ensayo histórico, en cuyo proceso se enumeran algunos ensayos emblemáticos de América Latina y Ecuador con los que emparienta la obra de Benites, se refieren las temáticas desarrolladas en la obra analizada y las metáforas que se evidencian en su contenido y estructura compositiva.

Abstract

It is proposed to introduce a reference to the rise of liberal and socialist ideologies in the history of Ecuador, as well as Works written under his mark; comes about, then, the biographical sketch of Leopoldo Benites Vinueza and the description of his intelectual production in the fields of journalism, poetry, theater, short stories, novels and essays; and end swith the description and analysis of Ecuador: drama and paradox, as a pioneer ing work of modern historical essay, in which proces sare listed some emblematic essays in Latin America and Ecuador with which the work of Benites emparienta, it refers the themes developed in the analyzed work and metaphors that are evident in its content and compositional structure.

Palabras clave

Ensayo ecuatoriano, Historia del Ecuador, Leopoldo Benites Vinueza, Liberalismo, Literatura ecuatoriana, Socialismo.

Key words

Ecuadorian essay, History of Ecuador, Leopoldo Benites Vinueza, Liberalism, Ecuadorian Literature, Socialism.

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 232 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO

1. Introducción

En un momento crucial de la historia del Ecuador, en el que se plantean importantes transformaciones en los órdenes: político, económico, social, jurídico, ético, cultural, educativo, ecológico, investigativo y en las interrelaciones regionales y globales, en cuya perspectiva se ha iniciado con el proceso de reforma jurídica, reinstitucionalización del País, cambio de la matriz productiva, modernización de los medios e instrumentos de producción, como bases estructurales que viabilicen la reorientación de los destinos del País, en la búsqueda del buen vivir de todos los ecuatorianos (Cfr. Ecuador, 2009, pp. 54 y ss.) resulta muy pertinente releer a los más conspicuos baluartes del pensamiento ecuatoriano, en los distintos ámbitos disciplinarios de las ciencias sociales y las humanidades, para aprender de sus perennes lecciones, revisar las propuestas futuristas que formularon en su tiempo, alimentarse de sus utopías y, apoyados en esos cimientos, enrumbar la necesaria transformación de las injustas estructuras socioeconómicas, en un ambiente propicio para que todos los habitantes del Ecuador puedan satisfacer las necesidades básicas, sociales y de autorrealización, sin por ello restar las mismas posibilidades a las generaciones futuras.

Es, entonces, muy oportuna la relectura y revaloración de Ecuador: drama y paradoja, de Leopoldo Benites Vinueza, un clásico del ensayo ecuatoriano, que nos permite conocer el escenario geoFigura, en donde se ha ido construyendo la historia del Ecuador; reflexionar en torno a los grupos aborígenes, blancos y negros como base étnica del complejo mestizaje que, mayoritariamente, caracteriza al país en la actualidad; valorar el aporte de los sectores populares en la forja de la compleja identidad nacional ecuatoriana; enjuiciar las instituciones coloniales que se crearon para explotar a indios, negros y mestizos, su prolongación en la época republicana y la función desempeñada en su mantenimiento y usufructo, por parte de las autoridades civiles, militares y religiosas, en complicidad con los representantes de las clases dominantes criollas; valorar los principales momentos de la historia ecuatoriana y el papel que en él han cumplido los habitantes del pueblo llano y algunos líderes emblemáticos; analizar los dramas y paradojas que han marcado la historia del Ecuador, desde las épocas más remotas hasta la primera mitad del Siglo XX; y, bosquejar las principales rutas alternativas que debe recorrer el Ecuador y sus habitantes, con el propósito de labrarse un futuro mejor, con la participación activa, crítica y propositiva de las mayorías sociales más excluidas.

Con fines de claridad expositiva, el ensayo se presentan distribuido en cuatro apartados, en los que se presenta el contexto sociohistórico y literario del país, se esboza una reseña de la biografía y obra intelectual de Leopoldo Benites Vinueza, en los campos del periodismo, la poesía, el teatro, el cuento, la novela y el ensayo; se realiza una breve contextualización de la ensayística en el ámbito nacional y continental; y, se finaliza con la presentación del contenido y la valoración de Ecuador: drama y paradoja, como obra pionera del moderno ensayo ecuatoriano de tipo histórico.

2. Metodología utilizada

Por la naturaleza del trabajo, cuyos resultados se explicitan en este artículo, en la ejecución de las actividades conducentes a su concreción se empleó la metodología propia de la investigación biblioFigura documental, a través de la consulta y revisión de dos tipos de fuentes de información: las primarias, que aluden a la lectura de Ecuador: drama y paradoja, que constituye la obra objeto de estudio; y, secundarias, en donde se incluyen tanto las otras obras de autoría de Leopoldo Benites Vinueza, en distintos géneros literarios, así como las fuentes documentales de carácter histórico,

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En la fase de búsqueda y recuperación de la información, en la ciudad de Loja se acudió a las bibliotecas de la Universidad Nacional de Loja y Universidad Técnica Particular de Loja; la Biblioteca “Máximo Agustín Rodríguez”, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo Provincial de Loja; las bibliotecas del Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Loja, Gobierno Provincial de Loja y del Museo del Banco Central de Ecuador, que en la actualidad se encuentra administrada por la Dirección Provincial de Cultura de Loja; en Cuenca se investigó en la Biblioteca de la Universidad del Azuay y en el Centro de Documentación Regional “Juan Bautista Vázquez”, de la Universidad Estatal de Cuenca; y, en Quito se visitó las bibliotecas de la Universidad Andina “Simón Bolívar”, Sede Ecuador y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, así como la Biblioteca Ecuatoriana “Aurelio Espinosa Pólit”, de la Compañía de Jesús; la Biblioteca Nacional del Ecuador “Eugenio Espejo”, de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”; y, la Biblioteca del Centro Cultural “Benjamín Carrión”.

Una vez obtenida la información básica requerida para la realización del trabajo se la organizó y se la leyó de manera íntegra y con ese fundamento se modificó el esquema inicial de presentación y se inició la redacción del ensayo interpretativo, que da cuenta de la vida y obra de Leopoldo Benites Vinueza y en especial del contenido y alcance de Ecuador: drama y paradoja, como obra pionera del moderno ensayo histórico en nuestro país.

2.1. Contexto socio histórico y literario

El surgimiento de las ideologías liberal y socialista en la historia del Ecuador

En el Ecuador, luego de la independencia de la Corona española, el 24 de mayo de 1822 y la separación de la Gran Colombia el 13 de mayo de 1830, durante los primeros años de vida republicana, el nivel de vida del pueblo llano prácticamente no cambió en nada; puesto que el poder sólo se transfirió desde los sectores dirigentes españoles hacia las clases dominantes criollas; por ello, en lo ideológico, luego de un dilatado período de hegemonía clerical conservadora, desde el seno de la naciente burguesía emergen las ideas liberales, las cuales después de muchos intentos de aplicarse en la conducción de los destinos del Ecuador adquieren inusitada fuerza con la presencia de don Eloy Alfaro, quien luego de años de lucha, el 5 de junio de 1895, en asamblea popular reunida en la ciudad de , es proclamado Jefe Supremo y con ese poder convoca una Asamblea Constituyente que lo designa Presidente, expide una nueva Constitución e inicia el proceso de reforma en consonancia con la ideología y los objetivos del liberalismo (Cfr. Salazar, 2014, p. 36).

Una vez que las ideas liberales ascendieron a la dirección del Estado ecuatoriano, desde su mismo seno surgen, también, los primeros gérmenes del pensamiento socialista, los cuales poco a poco se van consolidando. A estas condiciones internas del Ecuador se suma la influencia de la revolución mexicana, de 1910; el triunfo de la revolución bolchevique de Rusia, en octubre de 1917; la Primera Guerra Mundial, entre 1914 - 1918; el Movimiento Estudiantil Universitario de Córdova, en 1918; el surgimiento de movimientos artísticos y literarios profundamente renovadores (realismo social o vanguardias); y, la creación de los primeros partidos socialistas en América Latina (Cfr. Salazar, 2006).

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Con base en estos acontecimientos, las primeras células de izquierda, anarquista y socialista, que habían aparecido en diferentes ciudades del Ecuador y por iniciativa del grupo quiteño La Antorcha, se reúnan en la ciudad capital, entre el 16 y el 23 de mayo de 1926 y fundan el Partido Socialista Ecuatoriano, que sería la agrupación política encargada de liderar el proceso revolucionario en el Ecuador, el mismo que, a decir de Carlos Calderón Chico: “se venía gestando en nuestros países ante el avance incontenible de las masas trabajadoras que reclamaban por mejores condiciones de vida, disminución de la jornada laboral, un pago digno y justo, una redistribución de la tierra en manos de grandes acaparadores entre ellos la Iglesia” (Calderón, 2008, p. 11).

Con el advenimiento del socialismo, sin desconocer la importancia que en determinado momento asumen los individuos como líderes o dirigentes, se considera que el auténtico protagonista de la historia es el pueblo, la masa, por ello la poca presencia de nombres propios e individuales en la historia del Partido Socialista Ecuatoriano (Cfr. Ayala, 2003, p. 10).

La ideología socialista brindó un trato preferencial a la mujer y a la clase trabajadora, planteó un nuevo proyecto educativo, propendió a fomentar las relaciones igualitarias entre los Estados y a contener el avance del imperialismo yanqui, asesoró en la expedición del Código del Trabajo en 1937, apoyó las luchas reivindicativas de campesinos e indígenas, que ante la crisis económica y los abusos de los terratenientes, pese a la fuerte represión de los gobiernos, se hicieron presentes en Simiatug (Bolívar) en 1931, en Palmira (Chimborazo) y Pastocalle (Cotopaxi) en 1932, Mochapata (Tungurahua) en 1933 y Rumipamba (Imbabura) en 1934 (Cfr. Guzmán, 2005, p. 11). No de otra manera se puede explicar su presencia en la Revolución Juliana de 1925 y su acción determinante en “La Gloriosa” Revolución de Mayo de 1944, cuyo producto más memorable fue la Constitución Política más progresista de la historia republicana del Ecuador, en 1945 (Cfr. Rodas, 2004).

La obra escrita, bajo la impronta de las ideologías liberal y socialista

Las ideas liberales, en su fase de ascenso, también fueron abrazadas por hombres de cultura y letras como Miguel Riofrío, autor de la primera novela ecuatoriana: La emancipada (1863), un alegato a favor de los derechos de la mujer y un anticipo del realismo social que tendrá su esplendor setenta años después; Juan Montalvo, que a más de su obra de apasionado polemista es autor de obras de ficción como la novela corta La flor de nieve y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, “ensayo de imitación de un libro inimitable”. Pacho Villamar (1900), de Roberto Andrade (1850-1938), que resume el momento anticlerical furibundo del liberalismo machetero y patentiza la eufórica confianza en las bondades de este sistema de gobierno; A la costa (1904) de Luís A. Martínez (1869-1909) avizora y explicita el desengaño, la frustración, la decepción ante el fracaso del proyecto liberal radical alfarista originario, situación que le conduce a una salida socialista pequeño burguesa, que linda con el naturalismo; Para matar el gusano (1912), de José Rafael Bustamante, que constituye la voz del terrateniente que reclama una “mediación”, que le permita también a él entrar en la repartición del poder (Cfr. Salazar, 2010, p. 39). Otras obras que podrían mencionarse como productos resultantes del influjo de la ideología liberal son: Carlota: novela realista (1900), del insigne periodista cuencano Manuel de J. Calle (1866-1918); Campana de ciudadela del lojano José Alejo Palacio; y, Luzmila (1903), del también lojano Manuel Enrique Rengel Zuquilanda (1875-1944), novela ésta que se emparienta tanto con el

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 235 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO romanticismo decimonónico, ya en decadencia, como con el realismo social que advendrá, como torrente arrollador, luego de la década del treinta del siglo XX (Cfr. Salazar, 2010, p. 40). En cuanto al socialismo, su mayor, más positivo y perenne influjo se ha dado en el campo de la narrativa de ficción; puesto que siguiendo la tradición realista social inaugurada por Luís A. Martínez con A la Costa en 1904, el socialista Fernando Chávez (1902-1999) publica su novela Plata y Bronce (1927), pionera del indigenismo ecuatoriano (Cfr. Rojas, 1948, pp. 179-180), que llegará a su cima más alta con Huasipungo (1934), de Jorge Icaza. En 1930 se publica Los que se van, de autoría de tres jóvenes narradores guayaquileños de ideología socialista: Joaquín Gallegos Lara (1911-1947), Enrique Gil Gilbert (1912-1973) y Demetrio Aguilera Malta (1909-1981), a los cuales se incorporan Alfredo Pareja Diezcanseco (1908- 1995) y José de la Cuadra (1903-1941) e integran el llamado Grupo de Guayaquil o más comúnmente llamado “Los cinco como un puño” (Cfr. Salazar, 2010, p. 51). Por estos mismos años, en la capital de la república comienzan a publicar narradores de indudable valor como Jorge Icaza (1906-1978), Humberto Salvador (1909-1982) y Enrique Terán (1887-1941). Y al Sur del país hace su señera presencia el núcleo lojano de narradores integrado por Ángel Felicísimo Rojas (1909-2003), el animador espiritual de las nuevas generaciones e inolvidable Rector del Colegio Bernardo Valdivieso de la ciudad de Loja, Dr. Carlos Manuel Espinosa; y, el injustamente relegado escritor, orador y político, Dr. Eduardo Mora Moreno. Al grupo lojano se incorporan, asimismo, los jóvenes escritores: Augusto Mario Ayora (1920-1980) y Alejandro Carrión Aguirre (1915-1992) (Cfr. Salazar, 2010, p. 52).

Reseña biográfica de Leopoldo Benites Vinueza

Leopoldo Benites Vinueza nació en la ciudad de Guayaquil el 17 de octubre de 1905. Fue hijo del Dr. Leopoldo Benites Torres, médico fundador del Instituto de Vacuna, cirujano de los ejércitos liberales, político alfarista, escritor, diputado y gobernador del Chimborazo en 1910 y de doña Angelina Vinueza Rodríguez (Cfr. Pérez, 1987, p. 46). Las primeras letras las recibió con las hermanas de la caridad en Riobamba, luego ingresó al Colegio “San Felipe Neri” e inició los estudios secundarios en el Colegio “Pedro Vicente Maldonado”. En 1917, luego del fallecimiento de su padre, regresó a la ciudad de Guayaquil e ingresó en el Colegio “Vicente Rocafuerte”, en donde tuvo profesores excepcionales, como lo testimonian sus propias confesiones al afirmar que “lo que aprendí se lo debo a esos sabios, los doctores: Pedro José Huerta, Francisco Campos, José Vicente Trujillo, y Alberto Ordeñana Cortez” (Benites, 2006, p. 179).

En 1922 fue testigo de la matanza obrera del 15 de Noviembre, “un hecho de horror”, como lo recordaría años más tarde y desempeñó la Secretaría de la Redacción de la Revista Mensual de Letras y Artes Síngulos, Órgano de difusión del Grupo Los Hermes, en cuyas páginas aparecieron varios de sus primeros poemas de naturaleza simbolista. Ese año Heleodoro Avilés Minuche le llevó a colaborar en El Guante, con versos juveniles y cuentos fantásticos de tipo parabólicos muy a lo Óscar Wilde (Cfr. Pérez, 1987, p. 46).

Comenzó a estudiar medicina, carrera que abandonó a instancias de su madre para, en 1923, iniciar los estudios de Derecho en la Universidad de Guayaquil, en donde se graduó de licenciado y egresó del doctorado sin nunca llegar a graduarse. En 1924 inició a trabajar como conserje del Colegio Vicente Rocafuerte. Años más tarde fue profesor de Literatura Castellana y Ética de este mismo Establecimiento y en 1926 comenzó a escribir para la Revista Savia. El año de 1927 colaboró en la Revista Voluntad.

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En 1930 forma parte de la delegación de estudiantes del Alma Máter guayaquileña que debatió con su similar estudiantil de la Universidad de Yale, USA; habiendo triunfado de manera contundente la delegación porteña integrada por Leopoldo Benites Vinueza, Pedro Saad, Antonio Parra Velasco y Jorge Mejía Cedeño. En 1932 fue Secretario Municipal, en la administración de Alberto Guerrero Martínez y colaboró en Semana Gráfica de Diario El Telégrafo, con algunos de sus poemas.

Con el ascenso al poder de Carlos Alberto Arroyo de Río, el Colegio Vicente Rocafuerte fue reorganizado y Leopoldo Benites Vinueza excluido de la planta docente, en retaliación a los artículos críticos al régimen que venía publicando, desde 1936, en el Diario El Universo de Guayaquil, con el seudónimo de Alsino (Cfr. Salazar, 2000, p. 40).

En 1942, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica envió una Misión reconstructora a la provincia de El Oro y fue invitado a conocer esos trabajos. Sin embargo, mientras permanecía en la ciudad de Machala, de manera arbitraria fue privado de la libertad y permaneció en la cárcel de Esmeraldas por más de diez meses.

Cuando salió de la cárcel inició su colaboración en Acción Democrática Ecuatoriana (ADE), agrupación política que protagonizó “La Gloriosa” Revolución del 28 de mayo de 1944, que derrocó a Arroyo del Río. Con el auspicio de ADE fue elegido como Diputado funcional, por el periodismo de la Costa, a la Asamblea Nacional que se reunió en Quito en 1945 (Cfr. Pérez, 1987, p. 49). En este mismo año participa, muy activamente, en la fundación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que años más tarde tomaría el nombre de su principal mentor “Benjamín Carrión”. Luego impulsó la estructuración del Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura.

En 1948 inicia su fecunda, exitosa y extensa carrera diplomática al ser designado asesor de la Embajada del Ecuador en Bogotá. Más tarde se trasladó al , con el rango de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. En 1953 fue designado Embajador en Guatemala. En 1954 fue nombrado Ministro Alterno ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nueva York, permaneciendo hasta 1958, en que fue de Embajador a . En el año de 1959 se desempeñó como Embajador en Argentina. En 1960 fue nombrado Embajador Permanente del Ecuador ante la ONU. Este año preside la Comisión Política de la misma Organización. En 1965 está al frente de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza. En 1966 fue electo Presidente del Consejo de Seguridad. En 1968, la Organización de las Naciones Unidas para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina (OPANAL) lo nombra Secretario General. En 1973 presidió la Asamblea General de la ONU, al año siguiente, presidió la Asamblea Especial de las Naciones Unidas. Luego presidió la Comisión para elaborar la Ley Internacional de Derecho del Mar (Cfr. Salazar, 2000, p. 42).

Retornó al país y en 1974 representó al Ecuador ante la Comisión de Derechos Humanos, con sede en Suiza, presidiéndola en 1976, año en que fue contratado por la ONU para formar la comisión de investigación sobre la violación de los derechos humanos en Chile, concluyó su labor en 1980 y retornó a Guayaquil (Salazar, 2011: 45). En 1981, con motivo de los enfrentamientos armados fronterizos en Paquisha, fue enviado a conferenciar en Washington con otros delegados ecuatorianos, gesto que le acercó al nuevo gobierno democrático que recién iniciaba y, en 1982, el presidente Oswaldo Hurtado Larrea, le envió de Embajador en México, en reemplazo de Demetrio Aguilera Malta, su antiguo discípulo del Colegio Vicente Rocafuerte (Cfr. Pérez, 1987, p. 51).

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En 1986, luego de retirarse de la vida diplomática retoma su actividad de articulista en diario El Universo de Guayaquil y otros medios de difusión colectiva del País. En 1991, en reconocimiento a su trayectoria intelectual, le concedieron el Premio Grupo de Guayaquil (Cfr. Salazar, 2000, p. 43). Falleció en Guayaquil, a los 89 años de edad, el 7 de marzo de 1995.

Producción intelectual de Leopoldo Benites Vinueza

La obra creativa de Leopoldo Benites Vinueza como autor de narrativa de ficción se vio interrumpida debido a que se entregó de cuerpo entero al servicio diplomático; sin embargo, las pocas obras que logró publicar en estos ámbitos evidencian la calidad de las mismas en más de un género literario que cultivó: periodismo, poesía, teatro, cuento, novela y ensayo. Aunque en algunos géneros su producción fue muy parva dejó profunda huella, tal como lo demuestra una breve reseña de sus títulos publicados.

Periodismo

Con la experiencia que había ido acumulando con sus colaboraciones en revistas y suplementos literarios de diarios guayaquileños, en 1936, por invitación de Don Ismael Pérez Pazmiño, se convierte en columnista de Diario El Universo, con el seudónimo de Alsino, “una especie de Ícaro americano, un hombre al que le nacen alas, vuela escrutando el mundo desde lo alto” (Espinoza, 2007, p. 196), tomado de una novela poco conocida del escritor chileno Pedro Prado.

En su columna denominada Hombres, cosas y hechos analizaba los más álgidos problemas políticos, económicos y sociales del Ecuador y criticó, con fundamento y severidad, a los principales personajes que manejaban los hilos de la política ecuatoriana de la época: José María Velasco Ibarra; Carlos Alberto Arroyo del Río, Antonio Pons, Federico Páez y lo hizo bajo la orientaciones de su ética e ideas socialistas; motivo por el cual alcanzó merecida fama y a partir de 1937, luego de una temporal clausura de diario El Universo, comenzó a firmar los artículos con su nombre propio; por cuanto se convirtió en un hombre público, que no requería seguir utilizando un seudónimo.

En octubre de 1975 vuelve a El Universo y en su columna Problemas y realidades nacionales analiza, con lucidez, vehemencia y pasión, la vida política del Ecuador, en tiempos de dictadura militar, se ocupa de los problemas de la ciudad de Guayaquil y relieva, como ejemplos a imitar, a los grandes personajes de la historia del Ecuador: Simón Bolívar, Eloy Alfaro, Manuel Rendón Seminario, Ismael Pérez Pazmiño, Rigoberto Ortiz y Jorge Carrera Andrade (Cfr. Salazar, 2000, p. 46). Y para referirse a los temas de la realidad global creó la columna Espectrogramas del mundo, en los que dio una visión global del universo contemporáneo, con una erudición y riqueza literaria digna de antología, proyectándose como un intelectual de visión y estatura universal.

Poesía

Los inicios de Leopoldo Benites Vinueza en el campo de la literatura fueron en el género poético con versos de corte simbolista, los mismos que se publicaron desde 1922, en el Diario El Guante y en la Revista Síngulos de la ciudad de Guayaquil. Después de más de medio siglo estas creaciones se reunieron y publicaron en formato de libro con el título de Poemas en tres tiempos (1977), en los que se evidencian tres momentos poéticos muy distantes y disímiles entre sí: un tiempo en que predominaban todavía las limitaciones formales: “Sonetario del amor sin orillas”; un período en el que se produjo la liberación de la forma pero conservando sus elementos de esencia: “Cantos

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Teatro

En este género, en el año de 1951, en Montevideo, estrenó su obra teatral: “Cuzunza o Aguas Turbias”, en la que rescata el carácter protagónico de la naturaleza, puesto que, a decir de Leopoldo Benites Vinueza, desde los griegos el ser humano ha sido considerado siempre el centro y él pretendió demostrar un punto de vista diferente. Carecemos de información adicional sobre si en épocas posteriores tuvo o no otras producciones e incursiones en este género, porque, como lo dijo él mismo: “el teatro no era su camino” (Cfr. Salazar, 2000, p. 46).

Cuento

En 1923 ganó el Primer Premio en un Concurso convocado por la actual Unidad Educativa Fiscal Vicente Rocafuerte de la ciudad de Guayaquil, con dos cuentos cortos: “La Mala hora” y “El enemigo”. Por el primero de ellos “La mala hora” (1927), Leopoldo Benites Vinueza ha sido considerado precursor del nuevo realismo social que advendría como torrente arrollador a partir de la década del treinta del siglo XX (Cfr. Cueva, 1993, p. 123), en razón de que el personaje protagónico Nicasio Ronquillo, condensa y patentiza las principales características del montubio ecuatoriano que sería uno de los personajes más recurrentes de los narradores guayaquileños que son considerados como los representantes del realismo social y socialista (Cfr. Salazar, 2011: 47).

Novela

Dentro del género novelístico hay que hacer referencia a Argonautas de la Selva, obra que había sido escrita durante la estancia de Leopoldo Benites Vinueza en la cárcel de Esmeraldas. En lo esencial Argonautas de la Selva se constituye en una especie de biografía novelada del capitán , desde su llegada a tierras americanas, en 1527, hasta su muerte acaecida en 1546, poniendo especial énfasis en la odisea que significó el viaje de descubrimiento del Río Amazonas, al mando de la expedición que partió desde la ciudad de Quito. La obra destaca por lo formal y artístico, motivo por el cual como, acertadamente, dijera José Vicente Trujillo la obra se constituye en “uno de los más grandes poemas vegetales” (citado por Salazar, 2000, p. 46).

Ensayo

Dentro de la historia, la sociedad y la cultura ecuatoriana, el mayor y mejor aporte de Leopoldo Benites Vinueza es, ante todo, como ensayista. El cultivo de este género lo inicia con la publicación de Perfil del coloniaje (1940), un ensayo biobiblioFigura sobre el orador quiteño José Mejía Lequerica, a quien le dedica especial atención porque se trataba de un inconforme, “un mestizo que aceptó su identidad, sufrió persecución a causa de ella y supo mostrar en las cortes de Cádiz lo que valía un verdadero mestizo, humanista, integral, científico y hombre superior a los prejuicios de su tiempo” (Espinoza, 2007, pp. 197-198).

Luego advendrá Un zapador de la colonia (1941), en torno a la vida y obra del precursor de la independencia del Ecuador y América Latina, el polígrafo quiteño Dr. Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, de quien se relieva su condición de marginal, así como el peso del mestizaje en la concepción y estrategia emancipadora ideada por Espejo para poder liberarse del yugo ibérico.

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 239 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO

En 1945 da a la luz, en la Revista América, el ensayo “El cacao en el Ecuador”, en donde resalta la importancia de este cultivo en la prosperidad económica del país. En este mismo año publica el extenso y erudito ensayo “Don Juan, el antiamor”, en el cual sostiene que el amor tiene que ser visto como una propuesta histórica y cultural que subyace en los grandes personajes de la literatura universal.

En “El quijotismo como actitud”, escrito por el año de 1947, como dijera en su oportunidad Carlos Calderón Chico, pasa revista a una actitud, una forma de vida, que asumió el pueblo español, a partir de la publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra: “La España de Cervantes era una España-Quijote, con todo su sentido de tragedia: discordancia de medios y de fines, contradicción de mundos. También expresión de drama personal. Y, sobre todo, expresión de ideales que se mantenían con terquedad” (Benites, 2006, p. 48). En el año de 1950 se publica, en la Revista de la Casa de Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, otro ensayo de su autoría, titulado “Sociología de arte”.

En 1969 elabora la introducción del libro Eugenio Espejo, reformador ecuatoriano de la ilustración escrito por Philiph Astuto. En 1977 prepara la Historia Económica del Ecuador, por encargo del Banco Central del Ecuador. Un trabajo que permanece inédito hasta la actualidad.

En el ensayo “Tiempo y presencia de la ´Generación Decapitada´”, publicado en 1982, aunque Benites diga que no es “un estudio completo de cada uno de los geniales poetas que integraron este Grupo, sino más bien una ubicación temporal y el señalamiento de su presencia” (Benites, 2006, p. 99), en la realidad constituye un lúcido acercamiento a este grupo de bardos ecuatorianos, al tiempo que contextualiza el medio en el que surgieron, la clase social a la que se pertenecieron y que influyó en los temas poéticos recreados y en el trabajo les atribuye los adjetivos calificativos más precisos para referirse a la poesía de cada uno de los miembros de esta célebre Generación de poetas modernistas del Ecuador.

La admiración que profesó por los librepensadores que han jalonado la historia del Ecuador se pone de manifiesto al estructurar nuevos enfoques sobre Eugenio Espejo y José Mejía Lequerica y poner de relieve la figura de “Juan Montalvo: el profeta inerme”, como uno de los intelectuales que de mejor forma defendió las ideas del liberalismo ecuatoriano en pleno ascenso (Cfr. Benites, 1989).

Luego de la muerte de Benites, por iniciativa de la ya desaparecida Universidad Alfredo Pérez Guerrero de Quito, con prólogo y selección de textos de Carlos Calderón Chico, en el año 2006, se publicó la obra Pensamiento crítico, en la que se reúne algunos ensayos que habían sido publicados de manera independiente y una muestra de lo artículos de prensa que había publicado en el diario El Universo de Guayaquil, en sus memorables columnas Hombres, hechos, cosas… y Problemas y realidades nacionales.

En el año 2008, con Estudio Introductorio del mismo Carlos Calderón Chico, se publica la obra Pensamiento Socialista, que reúne cuarenta y seis artículos de prensa, que se publicaron en dos épocas diferentes en diario El Universo de Guayaquil, textos de discursos y fragmentos de obras, en las que trasunta el pensamiento ideológico político socialista que subyace en la obra intelectual de Leopoldo Benites Vinueza; puesto que, aunque nunca se afilió a este Partido, siempre se sintió identificado con su pensamiento y acción, porque en el “socialismo ecuatoriano hubo figuras de gran importancia, yo creo que la parte más selecta de la literatura y el pensamiento ecuatoriano estuvo en el socialismo, como fueron nuestro querido Benjamín Carrión, Jorge y César Carrera Andrade, Carlos Cueva Tamariz, Ángel F. Rojas, Colón Serrano” (Benites, 2006, p. 13).

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 240 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO

Ecuador: drama y paradoja, pionero del moderno ensayo histórico

Algunos ensayos emblemáticos, en América Latina y en el Ecuador

Ecuador: Drama y paradoja (1950), de Leopoldo Benites Vinueza se inscribe en la línea de los más connotados ensayistas latinoamericanos que reflexionaron e inquirieron sobre las principales características de la identidad y la cultura nacional, que se fue construyendo o reconstruyendo en cada uno de los Estados nacionales latinoamericanos, entre los que se pueden mencionar: Manuel González Prada, con Nuestros indios (1904); Alfonso Reyes Ochoa, con Visión de Anáhuac (1917); Pedro Henríquez Ureña, con La utopía de América (1925); José Carlos Mariátegui, con Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928); Ezequiel Martínez Estrada, con Radiografía de la pampa (1933); José Vasconcelos, con Ulises criollo (1935); Germán Arciniegas, con Este pueblo de América (1945); y, Mariano Picón Salas, con Regreso de tres mundos (1959).

En el contexto nacional, la obra de Leopoldo Benites Vinueza retoma la posta de lo más avanzado y progresista del pensamiento ecuatoriano, el cual siempre tuvo cultores de primera línea, como Eugenio Espejo, Fray Vicente Solano, Juan Montalvo, José Peralta, Pedro Moncayo, Pedro Fermín Cevallos, Abelardo Moncayo, Roberto Andrade, Belisario Quevedo.

En este contexto y gracias a la fama de ensayista que había alcanzado Leopoldo Benites Vinueza, Daniel Cosío Villegas, Director de la Editorial Fondo de Cultura Económica de México y encargado de editar la Colección Tierra Firme, le pidió que escribiera una biografía del pueblo ecuatoriano, un ensayo de interpretación histórica. En respuesta a este pedido, con base en las amplias lecturas sobre temas socioeconómicos e históricos del Ecuador hechos a lo largo de su primera juventud, con la orientación del método materialista y teniendo como base las decenas de artículos periodísticos publicados en el diario El Universo, desde 1936, sobre temas históricos, políticos y coyunturales, Benites Vinueza escribe, entre octubre y noviembre de 1946, Ecuador: Drama y paradoja, penetrante ensayo de interpretación de la realidad histórica, social y política de nuestro país.

Proyecto de construcción / reconstrucción de la identidad nacional y cultural del Ecuador que ha sido reforzada y continuada por otras obras ensayísticas, anteriores y posteriores a la publicación de Leopoldo Benites Vinueza, como: Psicología y sociología del pueblo ecuatoriano (1918), de Alfredo Espinoza Tamayo; El indio ecuatoriano (1922) y Nación quiteña, biografía de una cultura (1947), de Pío Jaramillo Alvarado; El montubio ecuatoriano (1937), de José de la Cuadra; Cartas al Ecuador (1943) y El cuento de la patria (1967), de Benjamín Carrión Mora; La novela ecuatoriana (1948), de Ángel Felicísimo Rojas; Biografía del pueblo indio (1952), de Joaquín Gallegos Lara; La moderna novela ecuatoriana (1958), de Edmundo Ribadeneira; Ecuador: una nación en ciernes (1991), de Erika Silva Charvet y Rafael Quintero López; Los mestizos ecuatorianos y las señas de identidad cultural (1995), de Manuel Espinoza Apolo; Ecuador: señas particulares (1997), de Jorge Enrique Adoum; Ecuador: identidad o esquizofrenia (1998), de Miguel Donoso Pareja; Identidad Nacional en el Ecuador: un acercamiento psicosocial a la construcción nacional (1998), de Martha Traverso Yépez; Identidad y raíces (2000), de Félix Paladines; Características biológicas y psicológicas de la población lojana (2000), de Patricio Aguirre; Los caminos del tiempo (2003), de Joaquín Martínez Amador; Identidad nacional y poder (2004), de Erika Silva Charvet; Identidad y transmisión cultural del migrante lojano: en el contexto de la ciudad de Santo Domingo de los Colorados (2004), de Ángel Conde Salinas; Prole de vendaval: Identidad y formas de lo

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 241 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO ecuatoriano (2005), de Juan Valdano Morejón; La cuadratura del círculo. Cuatro ensayos sobre la cultura ecuatoriana (2006), de Fernando Albán y otros; y, Las costumbres de los ecuatorianos (2007), de Oswaldo Hurtado Larrea (Cfr. Salazar, 2014, pp. 226-227).

El contenido de la obra

Ecuador: drama y paradoja, bajo la impronta de la ideología socialista que profesó el autor, ubica como protagonista central de la historia ya no sólo a los grandes líderes sino también al pueblo llano del Ecuador y distribuye el libro de ensayos en siete capítulos, en los que destacan tres aspectos: la geografía y la naturaleza del territorio que hoy ocupa el Estado ecuatoriano; el complejo proceso de mestizaje, luego de la venida de los españoles y los afro descendientes; y, la explicitación de los principales dramas y paradojas de nuestra ya dilatada historia, que arranca desde el pre incario y avanza hasta la primera mitad del Siglo XX.

El Primer capítulo, “Escenario”, se presenta en tres apartados: “Trasunto del paisaje”, que patentiza la ubérrima naturaleza, en sus tres regiones naturales del Ecuador continental; “Una encrucijada de la geografía”, alude al carácter determinante de la geografía nacional y su rugosa orografía, la misma que, por su carácter dispersante, ha determinado que aún existan tres países no integrados de modo definitivo: la zona litoral, la zona interandina y la zona amazónica oriental; y, “El duelo de la selva y la montaña”, relieva el hecho que por sus diferencias de ambiente y clima, la costa y la sierra desde siempre se vieron entre sí de manera hostil.

El segundo, “Dramatis personae”, se estructura en tres subcapítulos: “Hombres de barro”, en donde se plantea la hipótesis de que los primeros habitantes del actual Ecuador, provendrían de los cuatro puntos cardinales del horizonte; “Aquellos hombres blancos”, refiere la llegada de los conquistadores y colonizadores españoles; y, “Ébano vivo”, alude a la venida del contingente negro y su asentamiento en territorios del trópico, especialmente de la provincia de Esmeraldas, a donde arribaron por vía marítima en condición de esclavos o salvados de barcos náufragos.

El tercer capítulo, “Crisol”, se presenta distribuido en tres subcapítulos: “Sangre y oro”, que se refiere a la infinita codicia de los españoles por conseguir oro y otros metales preciosos, en pro de cuyo fin último se volvieron insensibles al dolor y a la muerte de los indígenas americanos y los negros venidos del África; “La conquista del trópico”, resume todas las peripecias, hambre, sed, peligros y amenazas que tuvieron que enfrentar los conquistadores españoles, para penetrar en la Región Litoral del Ecuador hasta fundar la ciudad portuaria más importante del Pacífico Sur: Santiago de Guayaquil y otros poblados de la Costa; y, “La locura de la espada”, enfatiza el hecho de que los hidalgos españoles que no tenían títulos nobiliarios se valen del poder de las espadas, que es lo que le da carácter, porque “le impone sentido de su propia dignidad, de su estima personal, de la confianza en su propio valer”, lo cual les ayuda para convertirse en feudalistas, dueños y señores de tierras, bienes y personas.

En el cuarto capítulo, “Entre dos mundos”, en seis apartados presenta aspectos de nuestra realidad socio histórica como los siguientes: “Configuración”, que desarrolla la metáfora de la sociedad colonial como un cono invertido, con una ancha base en donde se ubica la indiada, que se va angostando hacia arriba con las diversas formas del mestizaje (que fluctuaban de cobrizos a blancos) hasta llegar a la estrecha cúspide, conformada por los conquistadores y burócratas; “La trinidad sangrienta”, denuncia que las instituciones coloniales de la encomienda, la mita y el obraje, dirigidas por encomenderos (terratenientes), burócratas (corregidores) y frailes (curas), con la complicidad sangrienta de los mestizos constituyen la trilogía sangrienta en contra del indígena

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 242 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO americano; “Santos y verdugos” cuestiona el hecho de que junto a los escasos prelados de grata recordación: Marcos de Niza, Fray Jodoco Ricke, Fray Pedro Gosseal, el Obispo Luis López de Solís se encuentran los sacerdotes codiciosos, sensuales, lujuriosos, avaros, crueles; “La mancha negra” se refiere al aporte del negro afro en el complejo proceso de conquista y colonización de la Región tropical o costanera del Ecuador; “La impronta indiana”, patentiza el hecho de que “la impronta india quedó para siempre grabada en el arte colonial quiteño, pues las solas manos capaces de la tarea del arte -considerada de artesanía- fueron las hábiles manos del indio y del mestizo”(Benites, 2002, p. 27); y, “La marginalidad mestiza” pone en evidencia el problema psicológico y sociológico de los mestizos, quienes se muestran descontentos con su casta y desean elevarse a otra superior, problema de identidad por el cual se los considera como seres en transición, fluctuantes, siempre insatisfechos con su situación actual y deseosos de adquirir títulos nobiliarios, títulos académicos o ejercer alguna rama artística que les dé nombre y valía; circunstancias por las cuales es necesario recordar una frase lapidaria, la misma que por su veracidad siempre nos hace volver a la realidad de nuestra traumática identidad mestiza: “Quien no tiene de inga tiene de mandinga”, es decir, quien no tiene de algo de indio tiene de negro.

El quinto, “Tránsito”, se divide en cuatro subcapítulos: “Fermentos de insurgencia”, en donde se caracteriza al Siglo XVIII, como el germen de la emancipación política, de la búsqueda de la libertad, con memorables sublevaciones indígenas: la de Patate en 1770, la de Otavalo en 1777, la de Guano en 1778; “El aluvión”, da cuenta del momento en el que confluyen todas las inconformidades que se habían ido acumulando en tres siglos de coloniaje español y en el que se consolidaron y maduraron las condiciones para iniciar la emancipación política violenta, que inicia con el Primer Grito de la Independencia, el 10 de agosto de 1809; “El despertar del trópico” pone de manifiesto la participación de la Costa en el proceso de independencia nacional, con la victoria de 9 de octubre de 1820, que marcó “su ingreso a la vida política con toda su turbulencia. Con toda su pasión. Con todo su arrebato intenso y dramático. Con su colorido y su fuerza. Y también con su semilla de caos” (Benites, 2002, p. 169); y, “El orto del caudillo”, se refiere al inicio de los caudillismos nacionalistas y segregacionistas de los subalternos del Libertador Simón Bolívar: Antonio Páez, en Venezuela; Francisco de Paula Santander, en Colombia; y, Juan José Flores, en el Ecuador, quienes desbordados por las ambiciones personales forzaron la desintegración de la Gran Colombia y se hicieron con el poder político en las nacientes repúblicas.

En el sexto capítulo, “Del caos a la unidad”, en cuatro apartados se alude a los siguientes ejes temáticos: “A la sombra de las espadas” desarrolla el problema sociológico de haber dejado intocado el latifundio, así como de mantener la condición infrahumana en la vida del indígena y el esclavo negro, razón por la cual, a los pocos años de haberse producido la independencia de la Corona española, desde las universidades emerge la inconformidad con el sistema socioeconómico y político de la naciente república y adviene la sangrienta represión del Gobierno militar presidido por Juan José Flores; “La misa de las lanzas” relata el hecho histórico de que a los quince años de hegemonía floreana le sucede el militarismo nacional, dentro de cuyo período el general José María Urbina, en el año de 1852, decreta la manumisión de los esclavos negros; “Partida de azar contra el destino” analiza la presencia de la controversial figura de Gabriel García Moreno, quien por la ambición de tomar y mantener las riendas del poder político del Estado ecuatoriano no dudó en colaborar con el Presidente Guillermo Castilla del Perú y luego entabló comunicación con Francia para convertir al Ecuador en un protectorado francés o en el Reino de Los Andes, convirtiéndose en un auténtico vende patria; “El profeta inerme y el arcángel sangriento” analiza, contrastivamente, dos grandes personalidades de la historia y la política ecuatoriana: Gabriel García Moreno y Juan Montalvo, el

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 243 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO primero de ellos que ha pasado a la historia como una persona de impasibilidad diabólica y siniestra, que no escatimó fusilamientos, latigazos, destierros, torturas y cárcel para imponer su omnímoda voluntad; Juan Montalvo, en cambio, con su voz patética y amenazadora anunciaba la nueva era, lo que vendrá y su luminosa palabra se hizo carne en la lucha política del bizarro líder del liberalismo radical y estadista incomparable: Eloy Alfaro Delgado.

El séptimo y último capítulo, “Drama y paradoja”, se distribuye en tres apartados: “La hoguera bárbara”, que se refiere no sólo a la muerte, arrastre e incineración, en la pira de El Ejido, de Eloy Alfaro y sus lugartenientes más leales, sino también a toda la época de hegemonía liberal, al tiempo que destaca las principales obras ideológicas y físicas del liberalismo radical, el mismo que dejó huella indeleble en la historia del Ecuador; “El becerro de oro”, refiere los movimientos de descontento de las masas populares, que fueron sanguinariamente reprimidos por gobiernos llamados “liberales”: el 15 de noviembre de 1922, en las calles de Guayaquil; y, el 3 de septiembre de 1923 en la Hacienda de Leito, en la provincia de Tungurahua. Ante la severa crisis un grupo de militares jóvenes de tendencia progresista encabezaron la Revolución del 9 de Julio de 1925. Período en el cual se ubica el gobierno presidido por el Dr. Isidro Ayora Cueva, quien con el apoyo de la Misión Kemmerer reorganizó las finanzas públicas e inició el proceso de modernización e institucionalización del país. Con el crack financiero de la Bolsa de Valores en Nueva York y las secuelas de la Segunda Guerra Mundial que advendría muy pronto, la crisis en el Ecuador se tornó insostenible, advinieron una serie de encargados del poder hasta que, con el impulso de las izquierdas, advino la Gloriosa Revolución del 28 de mayo de 1944. Cierra este capítulo: “Hombres sin tierras y tierras sin hombres”, en donde se denuncia una de las mayores paradojas del Ecuador, que se pone de manifiesto con la inequitativa distribución capitalista de la tierra cultivable, la cual está en pocas manos de latifundistas, comenzando por el propio Estado y la Iglesia Católica, mientras la mayoría de ecuatorianos trabajadores carecen de ella y, producto de esta inequidad, adviene la otra gran paradoja del Ecuador, según la cual una mayoría de habitantes del país padecen de desnutrición y hambre, aunque vivan sobre un territorio signado por la feracidad de su suelo, la riqueza del subsuelo y la biodiversidad del fondo del mar.

En el Epílogo o Desenlace, bajo la denominación: “En busca del destino”, todavía incierto, refiere la tardía incorporación del Ecuador al capitalismo mundial, patentiza la frustración de las masas populares con las revoluciones de 1895, 1925 y 1944, enumera las inmensas riquezas naturales que posee el Ecuador, en las tres regiones continentales, en la Insular y en el fondo de los mares. Con estos fundamentos Leopoldo Benites Vinueza concluye su obra con una visión esperanzadora, puesto que, a decir de él, advendrán hombres nuevos, con ideas nuevas, con la mirada siempre puesta en el porvenir, que trabajarán, de manera permanente, en procura de la construcción de un nuevo Ecuador, en el marco de las ideas socialistas y progresistas, que siempre profesó y practicó el autor de la obra en estudio.

Las principales metáforas de Ecuador: drama y paradoja

Ecuador: drama y paradoja, el ensayo más difundido y mejor valorado de Leopoldo Benites Vinueza, sobre todo fuera del país, como dice Simón Espinoza, se desarrolla a través de la metáfora, que presenta al Ecuador como drama impuesto por la geografía, por dos razones fundamentales: la separación que ha dividido al Ecuador en, prácticamente, tres naciones distintas, una por cada región natural del Ecuador continental, las cuales histórica, económica y políticamente se han ido forjando entre la dispersión, cierta hostilidad entre selva tropical y montaña andina, la complementariedad y los intentos de unidad; y, por otra, la geografía ha determinado el aislamiento y atraso del Ecuador,

Yovany Salazar Estrada (Universidad Nacional de Loja- Ecuador) SATHIRI Vol. 12 – N° 1, pp. 232 – 246. ISSN 1390-6925. LATINDEX 21955. Enero – junio 2017 244 SATHIRI: Sembrador CITT – UPEC ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA, PIONERA DEL MODERNO ENSAYO HISTÓRICO debido a su ubicación muy distante del Océano Atlántico, que desde siempre constituyó la ruta natural de la intercomunicación entre los distintos pueblos del mundo, el intercambio tanto comercial como de objetos culturales, el desarrollo capitalista y el mutuo conocimiento entre civilizaciones y culturas (Cfr. Espinoza, 1986, pp. 41 y ss.).

Los actores del drama del Ecuador, fuertemente influidos por la geografía fueron, en primer término y en su orden, los indígenas originarios de lo que hoy es América, los blancos venidos de España y los esclavos negros traídos desde el África; luego advendrá la etnia fluctuante, compleja, traumática y vacilante del mestizo, con diferentes tonos y matices en el color de la piel, reflejo de los distintos niveles de un abigarrado mestizaje.

Otra gran metáfora que presenta Leopoldo Benites Vinueza es el Ecuador como paradoja, la cual se fundamenta en varios hechos y acontecimientos de la historia de lo que hoy es el la República del Ecuador: la dispersión de pueblos vecinos que siempre debieron estar predispuestos a la unidad para forjar una nación más poderosa; el feudalismo que impusieron los colonizadores españoles cuando este sistema socioeconómico ya estaba en declive en Europa; la estructura política democrática y liberal sobre un fundamento feudal colonial; las relaciones económicas que dejaron intocadas las revoluciones sociales que han emergido en el Ecuador durante la independencia, la revolución marcista de 1845, la liberal de 1895, la juliana de 1925 y la “Gloriosa” del 28 de mayo de 1944; derechos y libertades ciudadanas que sólo se reconocen en el papel; “tierras sin hombres y hombres sin tierra” alude la inequitativa distribución de la tierra cultivable; y, población desnutrida y hambrienta asentada sobre un territorio de alta productividad.

Conclusión

La relectura Ecuador: drama y paradoja ha permitido revalorar al más elevado pensador y más lúcido intérprete de la historia ecuatoriana, que desde una visión socialista plantea la indisoluble relación pueblo / geografía; relieva el papel de las masas populares en la forja de los principales hechos históricos del Ecuador; incorpora la noción de clases sociales y lucha de clases en la forja de la nacionalidad ecuatoriana; problematiza el trauma del mestizaje en el Ecuador; critica a las élites dominantes en una sociedad clasista, en los distintos períodos históricos, sin por ello perder la acendrada fe en un futuro promisorio, para el Ecuador, en donde la libertad, justicia, equidad y grandeza dejen de ser un utópico sueño, para convertirse en tangibles realidades.

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