La Parroquia Como Territorio Clave Para Estructurar La Ruralidad Asturiana1 AUTORES
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TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN: La parroquia como territorio clave para estructurar la ruralidad asturiana1 AUTORES: Mónica Dávila Díaz CONTACTO: [email protected] ÁREA TEMÁTICA: Área temática 10: Técnicas de análisis regional RESUMEN El trabajo que a continuación se presenta tiene por objetivo revisar el modo de clasificar el territorio rural en algunas CCAA españolas. Para ello, se identifican las ventajas y desventajas del uso de las distintas entidades territoriales existentes. Así, se construye una métrica de la ruralidad a partir de variables que compendian las conclusiones que, sobre ruralidad, se han presentado en distintos trabajos de investigación y que reflejan las principales características demográficas, educativas, ocupacionales y de movilidad de la población residiendo en territorios. Las variables seleccionadas sirven de input en un análisis factorial a partir del cual se encuadra un análisis de clusters que agrupa a los territorios con características homogéneas en subgrupos heterogéneos entre sí, ofreciendo una graduación de lo rural a lo urbano que vendría a estructurar el territorio asturiano y que modifica sustancialmente la cuantificación de la población rural en la región en las últimas décadas. 1 El trabajo aquí expuesto tiene como base el primer capítulo del Estudio sociológico sobre los modos de vida, familia y trabajo de las mujeres jóvenes rurales poco cualificadas del Principado de Asturias: descripción y análisis de los factores que intervienen en sus itinerarios sociolaborales elaborado por: Mónica Dávila y Begoña López Hacia una medición de ruralidad El concepto sociológico de ruralidad El estudio de “lo rural” es extenso en el campo de la Sociología. Nace como consecuencia de vincular los conceptos rural y agrario, suponiéndose población rural a aquella dedicada a la producción de alimentos y que habita en una entorno rural (Newby, 1983). No obstante, esta clasificación tan estricta de lo rural frente a lo urbano pronto provoca críticas y hace emerger lo que durante casi medio siglo (desde la década de los años 20 hasta los años 70) supone el soporte de la sociología rural: el continuum rural-urbano de Sorokin y Zimmerman (1929) que huye de la ruptura entre lo rural y lo urbano y define el paso de uno a otro de manera gradual2. La base se centra en el peso del número de agricultores y por lo tanto, en el modo de vida agrario. Lo rural continúa definiéndose como algo gradual (continuum) hacia lo urbano en las definiciones que posteriormente tomaron el relevo a Sorokin y Zimmerman como es el caso de Wirth (1938). La aproximación de éste focaliza el estudio de lo rural en lo que será la base para la cuantificación estadística del mundo rural: la densidad de población. Esta definición será posteriormente explicada y elaborada por otros sociólogos como Dewey o Duncan agregando variables explicativas como el sexo, las tasas de envejecimiento, el nivel educativo, etc. El salto cualitativo en este proceso analítico lo constituyen los críticos del continuum, entre los que se encuentran Pahl (1961), Lowe y Peek (1974) o el propio Dewey (1961) que se centran en la relevancia de factores socio-culturales como elementos explicativos de diferenciación entre las poblaciones sin eliminar la densidad de población como factor relevante, aunque no excluyente. Aproximación a la medición de ruralidad A esta extensa e inacabada revisión teórica de definición y delimitación de la ruralidad, no le ha seguido la revisión de indicadores estadísticos que resuman lo rural y que suponga la generación de indicadores rurales completos. En la inmensa mayoría de los casos la caracterización de la ruralidad se resuelve a través de un indicador económico del uso del espacio (territorios con alta densidad de 2 Camarero hace un profundo repaso teórico del éxodo rural. concentración del sector primario) o uno demográfico (densidad de población, o bien, territorios con un determinado segmento de población). La definición más extendida de lo rural; conforma un único criterio que atiende a dos dimensiones de cuya combinación surge la definición tradicional de ruralidad. La primera dimensión hace referencia al tamaño poblacional hábitat de residencia: se considera población rural a toda aquella que reside en hábitats de menos de 2.000 habitantes, quedando bajo la consideración de mezorurales (o intermedias) los territorios que comprenden entre 2.001 y 10.000 habitantes3 y en urbano a aquellos con población superior a los 10.000 habitantes. En la segunda dimensión se concreta la unidad territorial referida, el municipio. Sin embargo, existe consenso respecto al uso de diferentes dimensiones de análisis que pasa, en algunos casos por incluir, además del criterio demográfico, otros de contenido económico, antropológico o cultural. La unidad territorial de referencia para el análisis de ruralidad en el Principado de Asturias Las deficiencias del municipio como unidad territorial de referencia Recurrir al tamaño del municipio resulta prácticamente idéntico que recurrir al tamaño de la entidad singular de residencia en estructuras territoriales que engloban grandes agregados poblacionales, como es el caso de Andalucía. Diferente es la situación de otras comunidades autónomas, como Asturias o Galicia, donde el municipio es un agregado de multitud de entidades singulares, de manera que el hecho de que un municipio tenga más de 2.000 habitantes no asegura que albergue en su interior ni una sola entidad de población que se aproxime, ni remotamente, a este tamaño. En este sentido, trabajos de investigación, como el de Benjamín García Sanz (1994)4, reflejan ya la conveniencia de sustituir el municipio por la entidad singular de población5 como unidad básica de estudio de la población rural. 3 Instituto Nacional de Estadística. En adelante INE 4 El autor desarrolla una amplia explicación de lo ajustado del uso de una división espacial municipal o de entidad singular para las distintas Comunidades Autónomas de España. 5 Se entiende por Entidad Singular de Población cualquier parte habitable del término municipal habitada o excepcionalmente deshabitada, claramente diferenciada dentro del mismo y que es conocida por una denominación específica que la identifica, sin posibilidad de confusión (INE) Tabla 1. Población según tamaño de municipio y Nº de municipios según tamaño del mismo. Datos en %. Año 2005 % de Municipios según Población (en %) tamaño del mismo De 2.000 a De 2.000 a < 2.000 > 10.000 < 2.000 > 10.000 10.000 10.000 Total nacional 6,56 15,60 77,84 72,22 19,19 8,60 Andalucía 3,48 17,90 78,61 40,26 41,17 18,57 Aragón 18,37 13,56 68,07 92,19 6,16 1,64 Asturias 2,92 11,02 86,06 38,46 34,62 26,92 Baleares 1,59 16,51 81,90 22,39 47,76 29,85 Canarias 0,65 11,12 88,23 9,20 44,83 45,98 Cantabria 10,80 21,02 68,19 59,80 29,41 10,78 Castilla - La Mancha 27,83 16,20 55,97 94,26 4,67 1,07 Castilla y León 17,96 30,67 51,37 80,85 15,78 3,37 Cataluña 5,26 14,08 80,67 65,54 23,04 11,42 Comunidad Valenciana 4,70 13,18 82,12 57,93 24,54 17,53 Extremadura 20,26 31,88 47,86 73,11 22,98 3,92 Galicia 4,25 28,91 66,84 26,98 55,56 17,46 Madrid 0,88 5,13 94,00 42,46 34,64 22,91 Murcia 0,55 6,08 93,37 13,33 26,67 60,00 Navarra 15,93 31,12 52,94 79,41 17,65 2,94 País Vasco 4,96 14,60 80,44 58,80 25,20 16,00 Rioja 13,59 22,36 64,05 87,93 9,77 2,30 Fuente: Padrón Municipal de Habitantes 2005 Como se pone de manifiesto a través de la Tabla 1 la relación de población en municipios menores de 2.000 habitantes y el peso de este tipo de municipios en el territorio regional varían sustancialmente según la comunidad autónoma que se esté analizando. Así, por ejemplo, una CCAA con población diseminada (véase Galicia)6 y otra de gran concentración de su población como es Castilla León muestran claras diferencias. La más destacada radica en el escaso número relativo de población que reside en municipios rurales en el caso de Galicia (4,25%), frente a la presencia de población en municipios de estas características de más de una cuarta parte del conjunto poblacional en el caso de Castilla León (27,83%) y, sin embargo, el elevado número de municipios que tienen poca población en el primero de los casos (Galicia: 26,98%). En el caso asturiano, aproximadamente una tercera parte de los municipios son considerados rurales (36%). Sin embargo, el análisis de la población según el criterio municipal ofrece resultados bien distintos. Aquí tan sólo el 2,92% de la 6 La distribución territorial de Galicia presenta similitudes con la asturiana población total de la región era considerada población rural en el año 2005. Por el contrario, una minoría de municipios sería urbano (aproximadamente una cuarta parte del conjunto regional), aunque abarcarían al 86,06% de la población (ver Tabla 2). De esta manera se subrrepresenta a la población rural y al tiempo la población urbana aparece sobrerrepresentada. Puede decirse, por lo tanto, que el tamaño municipal resulta extremadamente ineficaz para el estudio de la ruralidad (y por extensión al estudio de la población urbana). Tabla 2. Población asturiana rural y urbana. Análisis de Municipios. Año 2005. Totales y % Número de % sobre total de % sobre total de Población total municipios población municipios Rural 31.454 30 2,92 38,46 Mezorural 118.655 27 11,02 34,62 Urbana 926.526 21 86,06 26,92 Total 1.076.635 78 100,00 100,00 Fuente: elaboración propia a partir de SADEI.