Conocimiento, Paisaje, Territorio Procesos De Cambio Individual Y Colectivo | ISBN | 978-987-3714-06-1
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© 2015 | UNPA | UNRN | CENPAT-CONICET | CIGA-UNAM CONOCIMIENTO, PAISAJE, TERRITORIO Procesos de cambio individual y colectivo | ISBN | 978-987-3714-06-1 Primera edición: Agosto de 2015 | Diseño y Diagramación | DCV. Prof. Ariel Rosica | Puesta en Página | Rogelio Corvalan | Obra de Tapa | Marcos Sourrouille Hecho el depósito que establece la ley 11.723 © Ediciones Universidad Nacional de la Patagonia Austral © Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - Centro Nacional Patagónico © Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental–UNAM © Universidad Nacional de Río Negro Usted es libre de: Compartir-copiar, distribuir, ejecutar y comunicar públicamente la obra El INTA en Bariloche: Una historia con enfoque regional, bajo las condiciones siguientes: Atribución — Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciante (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o que apoyan el uso que hace de su obra). No Comercial — No puede utilizar esta obra para fines comerciales. Sin Obras Derivadas — No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 Argentina. Vessuri, Hebe, Bocco, Gerardo Conocimiento, paisaje, territorio : procesos de cambio individual y colectivo / Hebe Vessuri y Gerardo Bocco. - 1a ed. - Río Gallegos : Universidad Nacional de la Patagonia Austral; Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental- UNAM; Centro Nacional Patagónico; Universidad Nacional de Río Negro, 2014. 400 p. ; 15x20 cm. ISBN 978-987-3714-06-1 1. Historia Regional. 2. Patagonia. I. Vessuri, Hebe y Bocco, Gerardo II. Título CDD 982.7 CONOCIMIENTO, PAISAJE, TERRITORIO Procesos de cambio individual y colectivo Hebe Vessuri / Gerardo Bocco (Coordinadores) Albarracín, Dalma Álvarez Gamboa, Gabriela Bekerman, Fabiana Bocco, Gerardo Cinti, Ana Curti, Leticia Flores, Cristina Guber, Rosana Kaminker, Sergio Andrés Laztra, Carolina Sánchez-Rose, Isabelle Serrano, Javier Sourrouille, Marcos Taire, Damián Leonardo Urquijo, Pedro Vessuri, Hebe Vezub, Julio Esteban | Prólogo Desde fuera (acotación necesaria, ya que los compiladores no viven en ella) la Patagonia puede concebirse en su particularidad o especificidad como una región geográfica única, irrepetible. Tal sería el caso de la Amazonia, la Puna, o la Pampa, por señalar unos ejemplos conocidos. Pero también, y sin desligarse de la visión anterior, puede tipificarse como un espacio genérico, clasificable, tal vez, como un espacio binacional, bioceánico y multi-ecoregional “emparentado” geográficamente con otras regiones del planeta. Es binacional y bioceánico desde el punto de vista territorial, es decir, desde la perspectiva de gobierno, administración y poder. Es multi-ecoregional desde la perspectiva de los paisajes que alberga: desde la estrecha franja costera Pacífica, pasando por la Cordillera de los Andes y sus respectivos piedemontes occidental y oriental, la meseta patagónica, y la franja costera Atlántica. Aunque tal vez lo que caracterice a la Patagonia, como región o como tipo de región, es estar en “los confines”, en los bordes, en los extremos, tanto del mundo, como del hemisferio, del continente y de dos países. De inmediato surge la noción de lo (in)accesible, o lo remoto, noción sujeta a cuestionamiento por la compresión espacio-tiempo que ha experimentado nuestro planeta. Dicho en forma sencilla, la compresión alude por un lado a que todos los espacios del planeta son ecúmene (hasta los polos o las muy altas montañas de Asia o los desiertos, pueden habitarse por el ser humano adecuadamente subsidiado energéticamente. Por otro, alude al “acortamiento” de las distancias, no las horizontales, geométricas, pero sí los desplazamientos (adecuadamente subsidiados energéticamente). Por ejemplo, uno puede desplazarse mediante tres escalas, desde la ciudad de Morelia en el centro de México hasta Groenlandia, pasando por Reikiavik en Islandia. Queda en entredicho lo remoto primero, 7 | Hebe Vessuri y Gerardo Bocco (coordinadores) | gracias a las exploraciones que expandieron al ecúmene y redujeron la tierra desconocida; más recientemente gracias a las tecnologías aplicadas a los transportes y a las comunicaciones. La mera noción de lugar, concepto esencial en geografía, ha cambiado radicalmente, y con ello la noción de “remoto”. Sin embargo, lo geométrico (en forma sencilla, la distancia horizontal al polo sur) que encierra la idea de confín, de extremo, es ineludible. En América Latina lo remoto nos remite a las enormes extensiones amazónicas o andinas y, sin duda, a la Patagonia. Viendo el mapa del conjunto del planeta, por ejemplo en Google Earth, la Patagonia adquiere dimensiones de macro-península, estrechándose en el sentido de los meridianos, desde norte a sur. La Patagonia satisface esta condición de confín. En efecto, pese a la compresión, por remoto entendemos aquellos territorios y sus paisajes alejados de los centros urbanos destacados, bien de las grandes urbes o bien de ciudades medianas (del millón o más de habitantes), con aeropuertos internacionales, o terminales ferroviarias o portuarias del nivel nacional. No sólo alejados en cuanto a distancias horizontales, medidas en términos de kilómetros, sino alejados en términos de su acceso poco amigable, bien por falta de conectividad, bien por lo costoso de los desplazamientos desde y hacia ellas, o bien entre las localidades en ellas. La noción de lo remoto encierra también la idea de lo desértico en el sentido de lo despoblado, de los hábitats dispersos, caracterizados por la existencia de innumerables pequeñas localidades relativamente aisladas entre sí, de caminos de difícil transitabilidad, vulnerables a las catástrofes, rutas que pueden dejar de ofrecer accesibilidad y convertirse en brechas insalvables. Si bien la Patagonia actual se parece muy poco a aquélla de las descripciones de Asencio Abeijón, por ejemplo, conserva sin duda, para propios y extraños, esta condición de confín. Y es justamente esta idea la que permea este libro, que se propone vincular el conocimiento con el territorio y los paisajes que éste alberga. Es propósito de los compiladores ofrecer, a través de los textos presentados en el V congreso de historia patagónica, una visión de un espacio que adquiere características tan especiales que lo convierten en emblemático del hemisferio austral. Si Nueva Zelandia es emblemática de lo austral- insular, la Patagonia es el confín peninsular de Suramérica. Cargada de historia y de historias, de arraigos y de sentidos de pertenencia, la Patagonia y sus paisajes fue la fuente de inspiración de este libro. Gerardo Bocco / CIGA-UNAM Morelia, Mich., febrero de 2014 8 I INTRODUCCIÓN | CONOCIMIENTO, PAISAJE, TERRITORIO. Procesos de cambio individual y colectivo | | Hebe Vessuri / Gerardo Bocco (Coordinadores) | 1. INTRODUCCIÓN. AMBIENTE, SOCIEDAD, CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA PATAGONIA Y OTRAS REGIONES PERIFÉRICAS | CONOCIMIENTO, PAISAJE, TERRITORIO. Procesos de cambio individual y colectivo | INTRODUCCIÓN. AMBIENTE, SOCIEDAD, CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA PATAGONIA Y OTRAS REGIONES PERIFÉRICAS / 1 / Hebe Vessuri ■ VESSURI, HEBE/ Antropóloga. En este libro proponemos la exploración de algunos temas anclados Investigadora emérita en el imaginario (Castoriades, 1989) de la Patagonia, los cuales del IVIC-Venezuela, e investigadora en el suponen un recorte particular del mismo, a partir de los intereses de CIGA-UNAM. campus un conjunto de autores que coincidimos en una reunión en Comodoro Morelia, Michoacán, México. Antigua Rivadavia en abril de 2013. Como resultado de ese feliz encuentro Carretera a Pátzcuaro resaltan algunos ejes temáticos, tales como el del conocimiento de 8701, Morelia, Mich. [email protected] la región patagónica y la implantación y desarrollo de actividades de ciencia, tecnología e innovación en ella, la urbanización, el patrimonio cultural y el natural, y las transformaciones económicas y políticas que fueron redefiniendo tanto el paisaje como el territorio en la segunda mitad del siglo XX, fundamentalmente como resultado de la voluntad política y económica del Estado nacional, y los provinciales a partir de la década de 1950, pero también de grupos de interés de la sociedad civil. Una población cuantitativamente menor habitó históricamente la masiva geografía austral y subantártica y una dispersa presencia humana aborigen, colonial y actual influenciaron el ritmo y naturaleza del crecimiento económico y las sensibilidades socio-ambientales. Recién hacia el final de la primera mitad del siglo XIX, el gobierno chileno empezó a impulsar la ocupación del territorio trasandino entre Concepción y el Cabo de Hornos. Algunos eventos internacionales ■ 1/ relacionados con el extremo sur del continente llevaron a la creación Agradezco las de Punta Arenas en 1848. En décadas posteriores las grandes observaciones y señalizaciones que sociedades ganaderas de Punta Arenas, las empresas navieras, hizo Julio Vezub en su de seguros y comerciales extendieron su área de servicios a toda la generosa lectura de este texto introductorio, Patagonia. La colonización en el siglo XIX se apoyó en el crecimiento que me ayudan a de las grandes estancias y la introducción del ganado lanar sentirme un poco menos vulnerable ante conforme a dos corrientes a partir de la década de 1870, la primera mis errores, omisiones desde la región de Magallanes mediante reproductores traídos y otras fallas de desde las islas Malvinas, y la segunda de norte a sur como efecto conocimiento