'i4wt~~i;1fifisk . $t'\lf11,~a~ttuezJ (compiladores)

Pensando la clínica psicoanalítica

I Índice

Prólogo ...... _...... -.. ·--····· ...... 9

ISBN 987-21733-5-4 . ) ll. Título\ , . - 1 Vázqucz, Silvia,~, co1n1 - \ "lJn corazón de n1ucl1as :habitaciones" , 2 Psicoanahs1s. . \ 1. Psicolog1a. · · La enseñanza en la Universidad CDD \55A-32 --·------Juan Tausk ···················-··············································-· ll ---~----- Psicoanálisis. Enfoques en Salud Mental lléctor Osvaldo Pércz . . , de\ interior y tapas Valentín Barenblit ······-·-·····-··········-·-·-·-·-·········------·--·-· ?.5 llca\1zac1on J. Tausk y S. Vázquez

- • de \o.: textos: 1 Correcc1on ., Débora l~cvit ~ 'N ada es para siempre". J._,a clínica psicoanalítica .. · ón de \os tC:);.tos: en las psicosis Superv1s1 Juan Ventura Esquive\ 1 . . . téc~ \ca oeneral: ¡ Juan Tausk ...... ·-·-·····················-···················-·-··--···· 45 Rev1s1on 1 1 '° ¡i

. • d t .. ,~--- Frente del edificio Fundamentos de la clínica en la psicosis llnstrac1Dr: .e "e•l- - , UBA + J..; la Facu\ta Silvia Vázquez ...... ;• ...... 97 © 2QÜ5 \:\,¡:j•Y p\~<~• "Las lentejas tienen hombrecitos" JCE Ediciones ~"'""-'"'".'"'-:· . Carlos Esquive! - Ed1to1 Acerca de diagnósticos y métodos J uan " "(14\6) en. la clínica analítica Av. Olivera \059, B_ 0 Cíudad de Buenos Aires Jorg-e IIel;nan ...... 111 jc_csquivc\@yahoo.com Tiempos congelados. Una lectura clínica del superyó

.. , . -unio de 2005 Susana Kotlíaf ··························-································ 127 Prin1era ed 1c1on. 3 l. S. B.N. 987-21733-5-4 \· Aroenttna. Intervenciones en éatástrofes l111preso en a, . e n1arca \a ley l J .723. Gisela Perren Klingler ...... 133 llccho el deposito que Memoria y Trauma. Testimonio de un sobreviviente del Holocausto d hos reservados. Jack F'uchs ·····························-···································· 153 ,,,d<•rotxi1·1.. Todos los ercc d . 'n t_·ota\ o parcial, , 1 _.1:-.~1..1.iu1to . t.'bida \a repro ucc10 ' \"~~"~ PtOtd '., ... ~ ;.,.,.,-p Prólogo

"Nada es para siempre", cantan los jóvenes junto a ~"'ito Páez, y es muy probable que ellos sepan más de lo que creen sobre lo que sus dos vertientes dicen. Ya habrán probado el sabor amargo de saberse mortales, de lo que concluye, lo que no pudo ser. Por la otra, también cono­ cen la experiencia del desencuentro, de lo que no termina de cerrarse bien y aún más, el agujero e11 el ahna, la ausencia que se 11ace eterna, ese dolor que nunca se sacia. El desan1paro. En el filo de esta fragilidad se encuentra la fuerza vital que nos pern1ite hablar, vivir, arnar y aprender. 'l'ransitar nuestras vidas. ¿Acaso no será posible justamente por esa inermidad? Sobre eso trabajan1os en nuestra clínica psicoanalítica. Sobre eso pensamos los docentes, junto con nuestros estudian­ tes y colegas, a quienes invitamos a con1partir ideas y expe­ riencias. Cada uno de ellos lo hace de modo generoso y ello nos con1nueve. Pero tan1bién es gc11crosa nuestra casa: la Ji~acul­ tad de Psicología y Ja Universidad de Buenos Aíres. Una casa que no renuncia a la libertad y a la creatividad. Tan1poco nosotros. Juan Tausk Silvia Vázquez "Un corazón de muchas habitaciones" La enseñanza en la Universidad

Juan Tausk

A un joven panadero, fusilado en Mauthausen, Austria, a los 19 años.

1. "Un ramo sin lazo"

n profesor oriundo de la aldea medieval de Domazlice, (tam­ U bién denominada Taus) en la Bohemia checa, pasa por ante los estrados de la justicia universitaria para renovar su cargo. ¿Debe? Pero por sobre todo: ¿quiere? Han pasado quince años de lidiar con su institución aman­ te y fatal. Otra vez trabajar por poco más que nada, dándolo todo, como describe un lúcido pensador a la gran fiesta porte­ ña de la cultura: se sostiene de la generosidad obligada de aquellos que justamente no tienen para darla. No pocos deci­ den al modo Van Gogh: 1 si un saco de patatas o un pomo de pintura. Se sabe, el apasionado no vacila mucho. Pero duele ver que sus cuadros valen hoy la incomible suma de cien mi­ llones de kilos de patatas. Así tenernos, entonces, una carrera abierta y gratuita. Es un principio político e ideológico, sin duda de valor: casi todos pudimos hacer aquello que los abuelos inmigrantes o los exi­ liados internos indígenas desde sus oficios o la agricultura nunca imagi11aron: que sus nietos fueran universitarios. Pero tam­ bién hay que decir que es realizado a costa de administrativos con

l. A no inquietarse: la oreja es un artefacto cuya metonimia lo puede llevar hasta a representar el ícono de un congreso de psicoanalistas, si no más. Pero Van Gogh escribía a su hermano Teo: "Y bien, ini trabajo, yo arriesgo 1ni vida en él". /.¡ másPero fel' a veces( h ay que explicar las . ·¡¡ na H ices no así los chistes). Nad t meta oras, incluso las sueldos paupérrimos, de docentes auxiliares que administran, . s. ay que traba¡· ar A, , a e encuentra así de b pie b · · un mas h i ue- jefes de trabajos prácticos que gerencian, profesores CEO ter­ s a ca eza, toda u11a vida s· ' ay que trabajar mucho de cermundistas que pagan el honor con sus espacios de trabajo, marcas y no pasar d 1 , . iempre. Estar en cam· , . o confundirse con Jae artgo. No encandilarse con la sus c01nputadoras, sus cuentas telefónicas, sus vidas de fami- · , . . me a: es · . ' aspirac10nin~, de~~r s10n narc1s1Sta. O sea de 1 . s1bempre un espejismo de la il lia yAsí así es de fácil continuo. hacer populismo, pues se es generoso con lo que meta e ¡ · ' a 1m ec1hd d h u­ sabe- n~d a cima ni en la vuelta al val~e Sumanba. No está la . a es igual después (v; . m em argo algo se es del¿Quiere? otro. Si algún motivo lo lleva a continuar es el placer de Esto debe apreciarse e~ el er Fd. Retamar mas adelante) dar Clase, más bien, de decir lo que piensa, lo que ha ido pensan­ roceso de ensenanza:- mo o en qu e se a d ministra . el do a través de los años, lo que se va pensando, lo que piensan P El encuentro con Ul1 . otros y asume como propio. El goce de trabajar con un conjunto temente 1 mas' rmportantes· quecampo el recu de ideasd tepr od uce efectos decidida-· docente valiente y de valor, el misterio renovado de que haya ' o visto y oído que a difer . er o mporal dcltexto el a algunos estudiantes que creen que aquello que hacen vale la se refleja en la caída,oton-al dencia del trabajo logrado del árbolprm­ e h · esushoi . que pena y lo acompañan bien. Percibe con acuciante nitidez cuán . q¡as y apuntes mal p.. d ,as, no es smo la caída b d 2 d pocos de la numerosidad de porteños y platenses que han sido parcial, barridas a Ja m - ega os en las noches de la ur a sus alumnos pueden hoy vivir dignamente de su profesión. Pero_~ canal} a univers::ªs~~:sf:~tada escoba do l;~:::ii::. Paga el precio. 6 or que estamos aquí , b e uno y otro lado. A veces él no está decidiendo. La vida, el inconsciente lo . Tal vez no sea más que'~~~ º~seamos, qué nos tiene? lleva. La casa de Freud era un peregrinaje obligado, pero el ta Roberto Juarroz escribe:p. a c. trabajo que el fallecido poe- Danubio se le pasó de largo. ¿Dónde buscarlo sino en Viena? El río lo sorprende en el ii· reúne en un ran10 sin lazo lugar menos esperado. Entrando al hermoso y medieval pue­ aron1a del ser , blo pastoril de Mauthausen, que rodea plácidamente al otrora y la fragancia de la nada" 4 campo de concentración homónimo. En las exactas palabras d , No era poco lo que hacía allí: rendir homenaje, balizar la ~es el psicoanalista necesita a: st~ p~esía despeja, lo que a ve- memoria, anudar una mala historia. Allí fusilaron a un joven d:ir una_ y otra vez que sólo sirvu:~ m en el exceso, para descu- de oficio panadero, que no llegó a ser su tío. Unas palabras lo c1r lo impronunciable. ' y no es poco, para intentar acompañan deseando que encontrara allí aquello que estuvie­ ra buscando. Sin duda que buscaba, pero la pregunta le lleva a afirmar que no espera encontrar nada, que tal vez algo lo en­ cuentre a él. Allí jugaba sus cartas y arriesgaba. Jugaba como que es Wierdegefunden'· " nálisis" (S XI) ' en Los cuatro conc t Picasso/Lacan3 con el "noJ:>usco, encuentro". O "encuentro lo "· h' . 1 o retoma; en "RSI" (S XX ep os fundamentales d l . ,.'···ª iyoloveobuscarbastan I" . ll)sequejacuandoa .e ps1c~a.­ que no busco". Si no fuera así la vida... ··· me cuesta más d. b te. ' para decir en "El S' . lgmen le di.ce XXIV) ya se resi n . ~.s rozar mi camino". En "Lo mtoma" (S. XXIIl) que busco." Para en ,7Elª· ... en el punto en el que esto n: sabido que sabe ..." (S mente no encuent mbomento de concluir" (S xxJ'i't o tanto J ro, usco" ('11 d · ernunare~cuentro el · " com~ 2. El autor fue profesor titular de la asignatura equivalente en la Facultad de . uarroz, Roberto· p - . o o esto encontró el auto b giro: Actual- do4 J t . · oesiayreal'd d tres, Academiar uscando Argentina ) Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. ·, .. e ras, 1987 i ª , Buenos Aº ··· 3. Sin duda resulta en un 'witz' lacaniano, pues vuelve una y otra vez sobre la - "..- - ~ti.r~ del psicoanálisis" (S. V11) lo presenta y habla del objeto 14 Nnda c-s para sien1pre. Pensm1do la clínica psiconna!ítiea ----~----·-~---·-··------·-·-----··----~-~---- ·--~ Juon l'au~k "Ut , ------·--'.... ~corazo11 de n111cha<; habi! . ~-.. ------.... _:._ __ ,, __:'.:::~:-~~:. __·-·-·-----".~-? 2. "Brand 1nark" aquel que concluye con la ·g . la 5 el ' no rancia de la t , Nadíe podrá decir que el autor es un fiel lector de Jacques . ' que nunca llega acabad s eonas que cance- Lacan. Por ello, quizás, pueda reconocerse como buen lector. siempre reniega con aquell amente al. vulgo no iniciado pero donan la fidelidad os que lo resisten o peor aún 'b Lacan consideraba que, al que sabe, al que se supone que · , a an- 0 sabe, o sea al rubricado Sujeto Supuesto Saber, se lo ama. Tan­ h sea, es posíble n1isío11ar con to más, obviamente, al portador del semblante de objeto 'a', ª,ce del sujeto un portador d un saber garantido, que puesto que pareciera ser y/o tener el objeto de la satisfacción o :.s.' ~1 ~nterlocutor, mirando maes ~7i~ verdad. ~e desmerece de la felicidad o del deseo. (Está claro que no se equivalen exac­ ien o o a un estorbo del sabe D bo ª, traves de él, redu­ tamente). Pero uno y otro, SSS y Semblante se unen en un ~marlo: porque es un saber i .r. e era mamarlo, deberá punto que se infinitiza. Saber del deseo es saber de la causa tlca del discípulo del maestro ~",;;í~·letalvo en la elación mís• del deseo y de su cumplimiento: sea origen o fin, tanto da. Tanto por un tubo' sino literalment . e saber le llega, no 'como en la adjudicación como en la asunción, si se sabe se lo tiene y tro: un círculo radiado en un:pc~ un tubo conectado al maes­ ambos se conjugan en Ja espesa consistencia del ser. Allí la fas­ Todo cierra, pero falta aire. oza circular, en el desierto. cinación de la histeria. Siempre hay un/a incauto/a que se la Creo que a la lúcida mí cree y justo le toca al analista, lo que es lógico: puesto que él lo te la trayectoria de formaci~~~: de Femando Ulloas respecto indujo en tanto administra Ja sugestión. Al fin, es su método. uego de amar al maestro s puede incluir una categoría En el filo del extravío, en el borde de la tentación el analis­ el desierto, que al diluir eÍ i:tasa a amar la teoría. Despué¡ ta sostiene su función} cuando puede. encontrar un 'estilo' N ox1cante borramíento perm .t d · o se podr' · ' l e Pero, ¿cómo se sabe que eso acontece? No sólo por los re­ q.ue escribe lo que uno ha a ta coi.ncidir menos, puesto servados relatos de los analistas respecto de sus prácticas. A s1erto nunca se sale del todop sado o sigue pasando: del de- veces generosos consigo misn1os 1 los más impiadosos con la Pero falta una eta a . experiencia ajena. También se revela en la relación de ense­ confesar: la arroganci;; d~te cada cual ha vivido, se lo debe ñanza del psicoanálisis, incluso en la Universidad: práctica ~ne, la soberbia del portado:~:1icador de una verdad enor­ tan objetada doctrinalmente hace no más de un par de déca­ no gran faJo.7Eso viene antes embl?ma, o sea, del peque­ das. Difícilmente se la pueda excluir de las prácticas que ha­ guno~ nunca llegan a él. Pero d~l de~1erto. Es claro que al­ cen al conjunto denominado transmisión del psicoanálisis. Lo ma) siempre, alguna vez. s e desierto se les viene enci~ que seguramente no deja de pretenderse en la asignatura de Son tantos los estudiante referencia: al fin no es una introducción a la teoría psicoanalí• r~ que se han reconocido o re~ que reco:rieron la asignatu­ tica puesto que pretende avanzar en la clínica psicoanalítica. h1en, en este circuito, que parec:~~c:~ au~, para mal o para Sigamos entonces. No es infrecuente que se admire al que ran mark" de nuestro se sitúa en el lugar del maestro, se lo imite, repita, recomien­ de, cite. Identificación al rasgo, dicen algunos: en el rito, en el gesto, en el aspecto, en el decir. Se deforma abnegadamen­ te el yo, no sin esfuerzo pero con convicción, sin hacerle asco, 5. Para qué abundar si IO dice . tas: el Mesías Y el aut d " todo el brillante ensa o· "L . . sin temor al ridículo. Es la contraseña que mancomuna a la Cal pe, l993 (1990) o e fe 'de Gerard Haddad B Y . os.biblioclas- . • uenos Arres E masa, a la materia gris. 6 · UJ loa, l<... ernando· N. . . ' spasa 7 H b , . oue 1a Cltntca l'sicoa ¡- . No es infrecuente que se intente sostener un saber supe­ B.· Laª ó;:r~~ dbecir!o: el falo es un oximo~:nitica, BuenosAires, Paidós, 1995 ' - ...1nvniiR_ Quizás 11na revelación de un saber definitivo, ·¡ . a ucco de Verdi . ' . . . br ó1uca no queda ma 1 .rcc1entemente presentada· d J 8 que a sombra del rey'. · e emperador ba- Juan Tausk. "Un cor·azón de m11clws habilacio11es" 17 ------·-·-·-.. ~·-·-"'-""""'""-""'"~ .. -- ..,_ ·-·"·------

iii. La aspiración de ser el falo se reduce a tenerlo con las condi­ . de nuestra facultad. Sm dud: ciones respectivas de cada sexo. tie1npo, de nuestra tan1b1én en nuestra urbe s ~~~al~~os, Agrega el autor: la regla, la ley vale para todos. No hay debe acontecer en t extraterritorialidad. A la marca de la castración le pueden su­ suele copiar lo peor. ceder todo tipo de cosas: renegada, desmentida, repudiada, expulsada o forcluida. No serían 11ecesarias más voces para extraterritorialidad mostrar el amplio arco de matices de las defensas para sobre­ 3. No h ay ender de nuestra práctica vivir, pero la ley del incesto vale igual. No se reducen las gene­ Vayamos a lo que podder;:os.:~ue los analistas aspiran a raciones, no se atrapa al objeto. Salvo pasando. el límite de la , . S =und Freu ec1 ue ellos mismos no COjdición humana. También la genealogía de la enseñanza/ anahtica. '~ l sus pacientes a la q h b"l1"ta· a pe- l d menta en t que los a ' · ap'fiendizaje se quiebra en el imaginario de la identificación, una sa u E to es su virtuosismo, pueds o listas. Se podría in­ en la urdimbre umbrosa de lo incestuoso. arnban. s . eden hacer e ana su· etos ¿Qué es lo que permite a un sujeto sostener el lugar de sar de ellos mismos, pull ninguna otra cosa, en tantdo .. ~n de e por e o, . n con 1c10 analista? ¿Qué tiene o qué sostiene esa función? ¿Qué permite el uso agregar ~u por tanto los puntos c1egdo_s -~~ de saber que responder a esa atribución neoyorquina de los setenta que si­ del inconsc1en e. b . e claro a con ic10 . d· deben tra a¡ars ' , . túa af diván separando al 'under dog' del 'upper do_g', en Una neces1da · última instancia. J acques definición más del Bronx que de Manhattan? son irreductibles en_ 'n de este descubrimiento,dqul Seeminario la direccio t logrado e El analista no tiene más que su deseo: un 'deseo adverti­ Es en tado particularmen e l ber' Un ana- n un a par d" , · de no sa · do', como enuncia el texto referido más arriba, o un inco11s­ 1 1 0 8 ciente más la experiencia de inconsciente. Es en esa direc­ Ética9 puesto ~:~;:1: refiereª~ ~:~:ren ;~: ~nálisis' q~: ~e;{~ ción que Freud gustaba de decir que la formación del analis­ lista 'no puede saber ~u l da Eso precisamente no so t más . parte le sera ve a . b"l" dad sino que tan o ta requería al menos una 'experiencia de convicción de exis­ pre una de su responsa 1 l ' . tencia del inconsciente'. No sería ocasión de derivar pero esa hace desentenderse com romete como suJ_et~. sicoa- experiencia se pueda contar solamente a partir de una lo im phca puest~e q:: !~ cora~ón de la trandsm~::li~~!:d debe serie.11 Que no es otra cosa que experiencia de castración y si Prec1samen aradoja: la deman a con el quiere decir algo, asumirla. nálisis, se instdaladunsdaepla imposibilidad dellencuenpter~iva del "dera a e , . D de a pers ¿Deseo del analista? Uno de los conceptos administrados ser cons1 do el hm1te. es . tanto la del modo más enigmático: más parecido a lo iniciático. Pero es objeto, salvo atravesa: condición absoluta, y poi otra cosa: sin duda una idea ardua de entender, menos por el 'juicio final', o sea de:rt: ~::raen la dimensión del d~:=~~: alambicado equilibrio de sintaxis asombrosa que porque hay dimensión de la de ello? El texto sugiere tres . m~ que pasar por allí, porque atraviesa sin que se lo pueda asir Pero, ¿cómo sa er 11 l discurso en un intento sm del todo. Pero se lo puede caracterizar en una frase, como hace i El objeto no se lo hal:a y por e o e Lacan: 'No se puede desear lo imposible'. Cumplir el deseo que . 'in'º de cerrar el circulo. como sujeto del " d lo que se es, las cosas cierren bien. No hay felicidad salvo en la sublimación, , faltar a la cadena e ii. Unopo d na i11consciente. , . " ue los estudiantes 11. No carece de importancia precisar esto en una época en que un toque de . . d l promesa anahbca. , q a de fehc1da Y ª análisis, un suspiro de supervisión o un texto sie1npre explicado por otro pare~ 9 "La d em and cieran signar una penosa forn1ación más a distancia que en transferencia. · ·duamente. leen a1 ' balá. l 'ein sof de la e·a 10. ~101'Y · E" ·- -~-·- .. ··~··--- ... ~·~~w11_!~111sk. Un con:~n de-~-·---- inuchas .....hab,·1 ·-·-~s" . excit · , ·-·-··· -· __1'.l i8 Nada e< paca s\cmp•·e. Pen"rndo la cl\n\ca ps\cmmalit\ca .•-----··-··------·--·-·····------··--··----·- . ac1on cibernética . vibranteEso 1 de l a c_unos1dad.. . ' perdieron en su mayona, lo acuciante y 12 la relación sexual y la vivencia mística, pero a condición de de lo que osse s1tuatrate enincon l exos _con un hecho cons que tenga límite. ¿No se lo llama 'acotar el goce' al tratarse de es algo que h a ensenanza de 1 ] ' . tatable: nada manera p , i10, t ayan pensado en alg,a e in1ca p s1coanalítica· afeccionesSin embargo psicóticas? en el horizonte se dibuja insistentemente la h . 01 anta su . r un moment d 13 _aciendo ese traba·o imp .'cación en el traba·o º: e alguna aspiración a reducir la distancia a nada. l)na poeta cubana, cmcuentajóv J . La mclusión en 1 , J es .Justamente Viviana Acosta,14 supo entenderlo cuando dijo que: ativos y tale:;es, estudiantes aún o reci: catedra de más de "... hacían c1 an1or como dementes, con la docenci:so~aal ~ursar la asignatu;:es ;raduados, ere· Creyeron atrapar la distancia grupos de clise y , chmca psicoanalític y omprometidos sólo el estud· us10n de estudiantes a para trabajar con y se vengaron iante val ' va en esa d. . cativa en la' . ora esta modalidad . irecc1ón. No uno en el otro, fl . cm sada' pue 1 como la m, . maniatando la vida entre palabras." ex1ón, queda p . s a presentar el d as s1gnifi· ¿Qué es la terminación del análisis sino vérselas con la más experiment:c~~ a;nque significativo p~;~ udo de su re· conferencia no l . so d10 a pensar si 1 ecir al docente 'Hilflossigkeit', el desamparo, ya sin angustia que defienda o bién puede haces e recurso para no reo-i stª metodología de la sea con la verdadera? Se está solo pues no se puede 'esperar er el trab . .,. rar que el t ayuda de nadie'. Eso es Lacan, crudo, implacable. Sin embargo presentar el re . aJO, salvo cuando o ro tam· rienda de análco~T1do de una reflexión at el expositor puede está diciendo otra cosa: '¡No podés esperar que alguien te sal· 1s1s. Riesg ravesando ve, en particular tu analista!' Y por eso se encuentra con quie· n poema de Rob o y aventura. su expe· U nes hacer un camino en la vida. Lo que es otra cosa. pedir a los estud· erto Fernández Ret l ()n 1989, conden;antes que concluían la rama: 5 leído al des· nas y niño a bien el problema p imern cursada, allá s, n1uchachas y n1uchacho~~el se d.1r1me acá. En 'Ni­ ' es dice: 4. " ...El agua que toma una 1nosca... " "Pero NoSoy tengo Jo . nad a que decirles: n11smo que usted , ¿Cómo pensar la enseñanza en la universidad de una clí· han pasado lo - es, solo que sanos ... ". nica psicoanalítica que sea coherente con sus principios? Quizás partiendo de la idea de no dividir aguas entre 'el Y concluye: que sabe' y 'el que ignora'. Los estudiantes, a veces anestesia· ;,:engo malas noticias dos por el sopor de discursos que los excluyen o quizás por la o también... · ... me senté frente a un calvo. En vano." 12. No viene al caso extender el tema, pero incluye lo que puedas: desde el ascenso a una montaña, una ópera en el Colón, el enamoramiento, una misa cantada, la comunión, el ejecutar una partitura, la escritura. una corrida de toros y tantas otras experiencias de consumación gozosa del sujeto en el 15. Fernández Ret rD . F.. Ha sido directoran1ar, Robd erto . Buena suerte vicien objeto,13. En incluidoEncore yel otros, análisis, Lacan cuando fuerza llega. con el concepto "relación sexual" a la ibros de poesía . e Casa de las Ameneas , . ¡. Cub do.Alacena.1967M' a ) y autor de variosexico .

dimensión, ' "\vana sin Acosta, distancia, 1938, compacta- en: Revista Cormorán y Ddfín, Año 6, Viaje 22, (' \', 20 Nada es para sicinpre. Pensando la clínica psicoanalítica

Lo que en buen porteño se dice: 'Ni coine vidrio ni lo da de "El alu1nno debe a111nentar el saber de su n1aestro" comer', y no por ello renuncia a puntuar el texto: "soy lo mis­ mo" pero han pasado los años. Tanto menos de vejez que de ¿Cómo se 'aumenta'? Dimc11sionando el lín1ite y la virtud trabajo: en el "yo también" pronuncia la pequeña diferencia. de 'elevar lo real a la dignidad de significante'. El siguiente Diferencia sutil, fundamental, no menor a la que los autores texto lo sitúa exacta111ente en su exponencia fractal: psicoanalíticos referidos tratan de precisar. 'Si todo el cielo fuera una hoja de perganiino, todos los ár­ Cabe acá un breve paréntesis, pues más de un lector se 1 boles plun1a.s, y todos los océanos tinta, no serían suficientes puede estar inquietando. Se escuchó a un versado psicoanalis­ para poner por escrito todo lo que aprendí fi,e 1nis n1aestros. ta interrogar públicamente al autor respecto de si 'tanta poe­ Sin enibargo tonié de su sapiencia no más que el agua que sía no obstaculizaba la enseñanza de la clínica'.16 Curiosa ocu­ toma una ni.osca del océano al zanibullirsc en él."18 rrencia si se piensa en la pregnancia de la literatura en la his­ ¿Quién es su 'maestro'? toria del psicoanálisis: sin ir más lejos, Freud se enorgullecía 'Quien aprende de su compañero un capítulo, una expre­ al decir de sus historiales que eran piezas literarias. Lo son. sión y tan siquiera u11a letra, Lacan gustaba de decir repetidas veces en su último semi­ nario, bien llamado Momento de Concluir, que la escritura poé­ debe tratarlo con respeto'. 19 tica caracteriza a la interpretación analítica. Más aún, cuando el analista llega, lo que sería poco frecuente, hace poesía. Pues Si el compañero de trabajo puede enseñar, también puede bien, cuando un periodistale pregunta a qué se reduce su obra, hacerlo el profesor. Se invierte la prueba. Borges se asombraba. 'No se reduce, se amplía'. A ese maestro venera el autor, riega las blancas 'alegrías del hogar' que rodean su tumba en el Cimetiere des Rois de Ginebra, y lee otra vez la lápida, en lengua vikinga del siglo X, 5. La enseñanza ideal como para no olvidar: ¿Cómo organizar la enseñan.za en una cátedra universita­ " .. And ne forthedon nb." (" ... No debes tener miedo") ria de modo que sea consecuente con las ideas desplegadas? No es fácil un movimiento de ida y vuelta, o más bien una El n1ovimiento que abre Retamar, se observa en Winnico­ torsión de banda moebiana en la relación de los docentes con tt, que no vacila en dedicar su libro Realidad y Juego a 'sus los estudiantes. No es fácil vivir en una cátedra que no se en­ pacientes que pagaron por enseñarle'. Su texto demuestra cuadra o alinea y que abunda en la diversidad. Eso se ve en la que no es sólo un modo de decir: se le cree. Continúa una distribución de textos que no teme a la peor de las inquisiciones: larga tradición de enseñanza/aprendizaje que encuentra en ser quemado por una herejía inadmisible, el abominable ser e­ el Tratado de los Padres11 un primer registro de inversión. cléctico. Claro que no son pocos los estudiantes que valoran pre­ Enumerando cincuenta y cuatro características del estudio, cisamente esto. Hay unos cuantos que valoran ser respetados una de ellas obliga:

18. Iojanan ben Zacai: Talnntd 13abilónico, Sofrim XVI, 8. Citado en Ética 16. "¡Ay de la generación que tiene que juzgar a sus jueces!". Lamentaba del Sina.í, de Irving Buni1n, tomo 3, Buenos Aire, Yehuda, 1990. Iojanan ben Napha. 1'almud de Babilonia. 19. 1'ratado de los Padres. ¿Mucho Talmud no dificulta le enseñanza del 17. 1hlmud Babli Mishna Nezikiln. psicoanálisis? 9 22 en su trabajo de producción de ideas y en ser bien tratados, Del oído como receptáculo lo sabemos, atraviesa los escritos ¿serán los n1ás? Algunos prefieren el trato severo como signo técnicos del maestro, Sign1und Freud. J>ero, ¿qué es procurarse de rigor acadén1ico, para seguir to1nando notas, leyendo apun­ un corazón perceptivo? pregunta el alumno. Se le contesta: tes mal fotocopiados y asentir con un balanceo de cabeza ante un misterio, co11 el que se comprometen pensar alguna vez. <•Constrúyete un corazón de niuchas habitaciones y pon den­ ¿Por qué no pasaría con los docentes? También alguno deba tro las palabras de una escuela y de la otra". 21 pasar el trago amargo de tratar un texto con el que no comulga Hete ahí la 'posición' de la cátedra. Ahí la respuesta a la y tener que mostrar más rápido qué pronto que se diferencia. demanda de posición que debe pasar del banal 'qué quieren A veces el texto es del profesor. ¿Por qué no habría de pasar si que se responda en un parcial' a poder enunciar lo que uno y la n1isma Melanie Klein, años ha, no se quejaba al anunciar otro autor piensan, incluidos los docentes de la cátedra pero dignamente a la rumiante grey porteña que, allí en Inglaterra sin dejar de reflejar el pensamiento propio. O sea, es claro que apenas había uno o dos de acuerdo con ella? se trata de tomar posición. Pero es claro que la posición fuerte es la que se alinea, Valorar la producción del estudiante en su recorrido y toma cuerpo y enuncia su prédica conclusiva. En can1bio la su interés. posición débil requiere la presencia del otro puesto que se enun­ Preferir que el cuidado y el respeto circulen de un lado a cia en su incompletud. Tolera la indeterminación, soporta la otro de la cátedra. incertidumbre y entiende que aunque no se complete la tarea Explicar lo que se entiende de un texto sabiendo que nadie o ésta se signe una y otra vez en la inconsistencia, no evita el podría abrevar solo de una fuente sin agotarse. trabajo, más bien, eso lo motiva. Más cercana a la práctica del Tener audacia para explorar espacios de intervención no análisis, es una posición que no n1anda, se pronu11cia. tradicionales. Ni buenos ni mejores, ¡quién no habrá abrevado de una y Explorar con justicia los textos de los autores 'ajenos' y no otra fuente! temer la fecunda exogamia. Pero insiste la búsqueda de coherencia entre el enunciado Valorar el trabajo de conocimiento del otro y participar conceptual y lo que se hace en la clínica que se espeje en la de ese proceso. relación de enseñanza aprendizaje, y por qué no decirlo, de trans­ Saber cuándo no es el tiempo o el lugar en que uno debe estar. misión. También el problema se presentaba veinte siglos atrás: Poder reconocer que el recorrido de la experiencia del psi­ "Los discípulos de los sabios se sientan en grandes asambleas: coanálisis tiene sus Inarcas, sus valores, sus fracasos, sus mé­ están las palabras de los que enuncian bien, y las de los que ritos: que no todo es igual. enuncian 1nal; las palabras de los que prohíben y las de los que Ser generoso para poder mostrar y compartir el trabajo de perniiten; las palabras de los que descalifican y la de lo que análisis. consideran válido. Si una persona dijera: '¿Cómo he de apren~ Y 'estar psicoanalista'. :Ei"'eliz expreSión de un maestro, der en estas circunstancias?' Se le contesta: 'Dispón tu oído conio Fernando Ulloa, que condujo esta cátedra cuando el autor un receptáculo y procúrate un corazón perceptivo paia co1n- ,,20 era estudiante. pren d er unas y otras palb a ras . Tanto de esto se respira en la cátedra, con los docen;.e: con los estudiantes, en la Facultad, tanto queda por hacr "a debo entender que éste es mi camino. Por eso sigo. 20. l'almud Babli Hagigá 3B. Citado en: Hartman, David: La tradición in­ terpretativa, Buenos Aires, Altamira, 2004. 21. Tabnud Babli Sota 7:12 Citado en Harilnan ... (supra). Psicoanálisis. Enfoques en Salud Mental*

Valentín Barenblit

n primer lugar tengo que moderar mis emociones. Cuan­ E do vengo al país y cuando veo una platea con jóvenes es­ tudiantes y profesionales me siento responsabÍe de cada pala­ bra qij, digo, que voy a decir, el convertir el pensar en acto. Antes que nada quiero agradecerles a la pr!1)fesora Susana Ál­ varez Cantoni, al profesor Juan 'fausk y a la profesora Silvia Atzori por la generosidad de convidarme a compartir este es­ pacio. Este espacio me pareció interesante, especialmente su formulación al llamarse "Testimonios de Ja Clínica". Me co­ mentaban la forma de trabajo de esta Cátedra, acaso un poco al azar por el horario, pero me siento especialmente conmovi­ do por estar acompañado por este grupo de jóvenes estudian­ tes, casi profesionales, y poder hablar con ustedes. Cuando la profesora Álvarez Cantoni me propuso este en­ cuentro, me di cuenta de que casi no tenía tiempo para prepa­ rar un tema, para mínimamente ocupar este espacio con cier­ ta dignidad docente. Pero osado, acaso poco precavido, le pro­ puse que hiciéramos un diálogo. Creo que algunos testimonios puedo transmitir. Pensé en generar un espacio en el cual uste­ des puedan interactuar, preguntarme o yp preguntarles a us­ tedes. Me contaban la modalidad de funcionamiento de la Cá­ tedra y me parece modélica. En Europa, en la culta Europa, en países con muchos más.recursos que éste y donde no suele per­ derse la llave del aula, motivo por el cual nos demoramos, no tienen, desde el ámbito universitario, eµfoques como el que aquí se tiene, los cuales yo veo y me info!1Uo en cada viaje que hago a la Argentina y eso es digno de destai::ar. Siempre hay una solidarización con lo extranjero y si bien e~ éierto que se produ­ cen cosas interesantes allí, en nuestro campo, en el campo del psicoanálisis y la salud mental la Argentina es un referente de

*Conferencia dictada en el 1narco de las clases teóricas de la Cátedra Clínica 11 de Adultos IJ. 26 prestigio internacional. ¿De qué hablarles?¿Qué les puedo tes­ Ahí aparece el enfoque interdisciplinario. Desde el punto timoniar de la historia, qué puedo testimoniar del presente y de vista de la interdisciplina, el desafío importante en este del anhelo de futuro? campo de la atención de la salud mental es que deja de ser Aquí, en la introducción, planteaban mi referencia histórica, hegemónica la disciplina psiquiátrica y el enfoque interdisci­ la cual creo que más que un acto fue realmente una etapa funda­ plinario incluye la introducción de una noción in1portante como cional en el país y que se debió a la inspiración, al compromiso, es la noción de "equipo". la valentía, la creatividad de un maestro a quien esta facultad le Algunos con más valentía y acaso con problemas episte­ ha rendido homenaje a través de una publicación, que es el maes­ mológicos, están planteando el concepto de trm;sdisciplina. tro Mauricio Goldemberg; que fue y es el maestro de muchos de En la realidad coj"lcreta, lo cierto es que esta propuesta nosotros, y que co11 su inspiración generó en el país, siguiendo pone en forma simétrica a los psiquiatras, a los psicólogos, a algunos modelos que se estaban desarrollando en Europa y en los trabajadores sociales, a los terapeutas ocupacionales, a los los Estados Unidos, una transformación importante. epidemiólogos, a los antropólogos y demás. Seguramente omi­ Yo la planteo como transformación de la asistencia psiquiá­ to alguna disciplina profesional. Ustedes como psicólogos tie­ trica, a la construcción del campo de la atención a la salud nen que pensar desde esta perspectiva, y éste es un espacio mental. Esto no es poca cosa. Acaso este planteo es un poco para hacerlo, espacio privilegiado y creatívamente llamado seductor y los que me han escuchado en otra oportunidad di­ "Testimonios de la clínica", ya que hoy en día tenemos que ad­ rán que me estoy repitiendo. Creo que es importante para los herir a que en la práctica clínica, y especialmente en la prácti­ jóvenes estudiantes, que en poco tiempo enfrentarán las difi­ ca psicoanalítica, el psicólogo tiene un lugar privilegiado den­ cultades que hay en el país para la práctica profesional, más tro de los equipos para la atención de la salud mental. Libre y aún siendo psicólogos, sería interesante por lo menos plantear democráticamente tiene que ocupar con su saber su espacio, y tres cosas y Juego abrir el diálogo. este espacio no se lo van a regalar. Se lo tienen que ganar. La construcción del campo de la atención de la salud men­ Cuando se movilizan conceptos -y Freud es el primer testimo­ tal es una posición que conlleva transformaciones estructura­ nio de alguien que intentó introducir su discurso en el ámbito les importantes, transformaciones éticas importantes, teóri• institucional hace más de cien años-, nos encontramos con cas importantes y es un campo en el que la Argentina tiene un muchas resistencias, se ponen en juego espacios de poder. Pero papel pionero. Esta Facultad da buena cuenta de ello si nos ya hay experiencias de ~conocido prestigio internacional que fijamos en los primeros maestros en psicoanálisis que tuvo esta marcan este enfoque d¡, aa interdisciplina. escuela. Esto es importante porque la propuesta de la cons­ El otro enfoque que me gustaría comentarles, aunque trucción de este campo en la salud mental tiene tres ejes que temo no ser original, riesgo que hay que correr, es el enfoque me parecen importantes. interinstitucional. Desde una concepción macrosocial no hay En primer lugar hay que pensar la atención a la salud ninguna institución que pueda dar respuesta a toda la pro­ mental desde un enfoque interdisciplinario. Hace muchos años blemática que hoy en día aqueja al campo de la salud men­ la psiquiatría hegemonizó saberes y poderes en el campo de la tal. La subjetividad se configura con riesgos, con padecimien­ asistencia psiquiátrica, y lo hegemonizó en el campo de la aten­ tos y sufrimientos diversos, la clínica lo demuestra diaria­ ción pública desde instituciones que en su momento fueron mente. Entonces este enfoque interinstitucional ha sido ava­ importantes pero que desde hace varios decenios fueron re­ lado por la importancia y el predominio en todos los foros pensadas y examinadas como elementos complementarios pero internacionales: la Organización Mundial de la Salud y la no como centro. Me estoy refiriendo a los hospitales psiquiátri­ Organización Panamericana de la Salud así lo plantean, por cos como eje de la salud mental. ¿Qué pasa con esta propuesta? los dispositivos de atención primaria, por los dispositivos de ., / '--- trabajo comunitario y por distintas aportaciones de las cuales Los jueces se asesoran con equipos de psicólogos especializados nosotros so1nos testigos. en determinados tipos de práctica o de problemas. Cuando me refiero a 01:Jsotros, hago hincapié en los que Lo que quería transmitirles como testimonio y como mensa­ tuvimos la suerte de ser discípulos del doctor Mauricio Gol­ je, es algo en relación a Jo histórico. Digamos que la Argentina demberg y de haber podido realizar algo que era una osadía tiene el privilegio de haber sido pionera en esta transformación, histórica: el reconocimiento de atención de la salud mental y que, además, tiene una fundan1entación ética muy importante, de Jo que antes se llamaba la asistencia psiquiátrica, como en la medida en que equipara simétrica y democráticamente a imprescindible en los hospitales generales. Luego empezamos distintos profesionales, y descentra -lo puedo decir porque ya a avanzar desde los hospitales generales, empezamos a traba­ no tengo mucho que perder y porque soy psiquiatra- descen­ jar en salud mental comunitaria y realmente vivimos épocas tra ll saber y el saber hacer, de la hegemonía que durante de debates, de enfrentamientos. Esto, porque cada vez que se muchos años sostuvo la psiquiatría en este campo. Repito: hacen propuestas nuevas en cualquier campo de la vida, gene­ interdisciplinariedad, interinstitucionalidad e intersectoriali­ ralmente se generan resistencias, inquietudes, temores al cam­ dad, son tres ejes interesantes para pensar macrosocialmen­ bio, mucho temor a la pérdida del espacio y de poderes. Creo te, pero con todas las consecuencias que esto tiene. que es importante tener en cuenta este aspecto, porque sola­ Hoy en día hay un debate muy fuerte, hay personas que mente el concepto de red, de redes en donde los dispositivos cuestionan la presencia y la validez del psicoanálisis en el cam­ específicos creados para una red de atención a la salud men­ po de la salud pública. Yo quisiera dejarles mi mensaje; hay un tal, agrupa de manera integral los problemas tan diversos y número grande de grupos de experiencias y testimonios claros algunos muy novedosos de la población. y hay pensadores dentro del país que no adherimos de ningu­ El tercer aspecto, es el aspecto intersectorial. En gene­ na manera a algunos principios que ya me parece que han sido ral, la salud mental es respoqsabilidad del sector salud; superados, y es que el psicoanálisis es patrimonio exclusivo de pero la experie11cia va demostrando, en distintos países, la práctica privada, que el intercambio de dinero mata simbó• que el sector salud no puede dar cuenta de toda la proble­ licamente la eficacia del método, u otras cuestiones de .este mática, y que requiere, en la medida en que se avanza -y tipo. El psicoanálisis tiene una riqueza y la clínica psicoanalí• no es poca cosa, porque la función y el rol de los psicólogos tica tiene un desafío cada vez n1ás importante, y es avenirse a va adquiriendo cada vez mayor prestigio y siendo cada vez las transformaciones sociales, a las transformacio11es de la más requerido- requiere, les decía, de la colaboración, la cultura, a las transformaciones políticas y emulando modesta­ cooperación con otros sectore&~ como bienestar social, tra­ mente a nuestro maestro Freud, para poder seguir recreando bajo, justicia, educación, etc. prácticas donde la esencia del psicoanálisis sigue vigente, pero Yo les podría contar cómo funcionan estos sistemas de re­ donde tenemos que empezar a pensar cómo el psicoanálisis des, aunque tampoco son tan novedosos. La asistencia inter­ puede seguir teniendo vigencia fuera de su dispositivo tradi­ sectorial no es poca cosa, porque los profesionales de la salud cional. Esto no quiere decir que desaparezca o se cuestione el mental, y especialmente los psicólogos, cuando se desarrollan dispositivo tradicional del psicoanálisis. Freud nos muestra redes paralelas pero interconectadas con las redes de sanidad, claramente que su pensamiento está atravesado por esta pers­ encuentran posiciones interesantísimas. HOy en día hay psicó• pectiva. El interés de Freud por la cultura, por la sociedad, el logos trabajando en el campo de la justicia, en el del trabajo, interés de Freud por todo aquello que atravesó su época, tiene etcétera. Uno de Jos serios problemas que se está enfrentando que ser rescatado para prácticas profesionales con las que te­ acá en el país, y que no es patrimonio exclusivo de Latinoaméri­ nemos el compromiso, también como ciudadanos, de seguir ca ni de este país, de Europa también, es la violencia familiar. haciendo vigentes, reformulando, recreando y reinventando Valentín Barenblit. Psicom1á/isis. Enfoques en Salud Menl(l[ 31 ·-.. -··------· --~----·------.. -·------.. -·--

estrate{,rias, modalidades técnicas) pero que de ninguna mane­ otro ca1npo, en otro territorio, que no se aleja de la clínica, pero ra pierde su referencia conceptual teórica y de ninguna mane­ que tiene la posibilidad de adquirir otra dimensión. La teoría es ra corre peligro la pureza del psicoanálisis. la misma, el método es el n1isn10, lo que nosotros podemos es Esto es para calentar un poquito los ánimos, ahora me trabajar sobre la técnica, lo cual significa sobre las estrategias. gustaría escucharlos un poquito a ustedes. ¿Qué les sugiere Concretamente en el caso forense, hoy en día hay un serio este pequeflo mensaje? problema en el mundo, por ejemplo en el maltrato al infante, por ejemplo en la violencia familiar. En distintos países hay I.ic. Susana Álvarez: Yo le comentaba a Valentín hace distintas formas de abordaje, hay equipos en redes, por ejem­ un rato, que ustedes están en el último tramo de la cadera, y plo en el territorio de la protección a la infancia, donde un que la práctica hospitalaria es una posible puerta de ingreso a psicoanalista tiene como fu11ción hacer una evaluación clínica la práctica para aquellos que se van a dedicar a la clínica. La de un contexto familiar y establecer los riesgos de este menor formación clínica psicoanalítica, no es una formación exclusi­ y asesorar a un juez acerca de la medida más indicada o más va, no sirve sólo para aquellos que van a insertarse en la clíni• recomendable desde su perspectiva, desde su escucha, desde ca psicoanalítica, sino que es un 1nétodo, es una teoría sobre el su diagnóstico, el juez suele tomar en cuenta de buena manera hombre, sobre su constitución, y es un método que provee una estas cuestiones, porque de eso dependen actos de la justicia manera de atender al discurso, que es aplicable en campos muy importantes. Por ejemplo, que un niño siga con su fami­ absolutamente diversos. Justamente en los últimos años se lia, que u11 niño sea acogido e11 una institución especializada están abriendo en este país otras perspectivas para los psicó• de protección al menor, o sea acogido por una familia sustituta logos. Bueno, entonces, una puerta para los que se inclinan a para garantizar hasta donde sea posible, un crecimiento y un la clínica es el hospital, la clínica hospitalaria. Este espacio desarrollo en condiciones menos patógenas que las de su pro­ que nosotros hemos abierto, pretende anticipar algo de estas pia familia. ¿Qué puede el psicoanálisis seguir haciendo ahí? cuestiones que hacen a Jos profesionales psicólogos en los hos­ El psicoanálisis puede seguir haciendo un diagnóstico en este pitales, y me gustaría que ustedes puedan plantear su pers­ caso, por ejemplo, del campo relacional, de los riesgos, puede pectiva, sus inquiettldes ... hacer un diagnóstico psicopatológico del niño. Yo trabajo y su­ perviso equipos de este tipo. Recién la profesora Álvarez Intervención: Yo por ejemplo, no entiendo cómo entra el Cantoní planteaba el asunto de la mortificación. Nuestra prác­ psicoanálisis dentro de lo forense, me cuesta ver, a mí, el psí• tica profesional no está exenta de cierta cuota de sufrimiento, coanálisis dentro de la justicia, teniendo en cuenta las reglas pero hay muchas maneras de abordar ese sufrimiento, entre q~e Freud dice que hay que seguir. Me cuesta, no lo puedo ver. ellas, por ejemplo, el trabajo en equipo; entre ellas, fortalecer nuestros instrumentos; entre ellas, tener que regular y mode­ Respuesta: Me parece muy inteligente la pregunta. En rar nuestros vínculos y respuestas contratransferenciales. general, nosotros tenemos una concepción en psicoanálisis que Una escucha y una lectura psicoanalítica pueden dar los articula la teoría, el método y la técnica, y que establece una elementos necesarios para que un psicólogo que asesora a la serie de reglas que marcan un encuadre y que permiten una justicia, pueda establecer un diagnóstico psicopatológíco, un práctica más o menos conocida, aunque diferente según ten­ diagnóstico relacional, un diagnóstico situacional, una pers­ dencias. Pero, ¿qué pasa cuando el psicoanalista sale del cam­ pectiva pronóstíca que marca y define el destino de un niño y po de la clínica tradicional? Tiene que reinventar, tiene que su familia, que no es poca cosa. El psicoanálisis tiene instru­ recrear, tiene que repensar cómo los conceptos fundamentales mentos como para poder hacer ese tipo de diagnóstico ínte• del psicoanálisis pueden tener vigencia en otra práctica, en ¡t¡ gra!. Requiere de un entrenamiento especifico en cada caso, a 32 __ ------~<~_l_i:_nlín )J(Jren/Jlit. Psicounáfisis. Hi\(oq~es en Sulud 1\frntal veces puede reqt1erir la adquisición de un cierto lenguaje, por­ con una teoría de fondo de cómo se constituye esa humanidad, que ta1nbién a veces, en nuestro medio nos manejamos con ese hombre que porta ese discurso. Me pregunto qué es lo que algún leng11aje cuya semántica y sintáctica no es den1asiado caracteriza al método y yo diría que es la escucha. I~scuchar el con1prensible, y tenemos que hacer el esfuerzo de aprender a discurso que se produce sobredetern1inado por un idea de có1no reconvertir nuestros conceptos, nuestras formulaciones, en un funciona el psiquismo. Esa escucha puede ser en el marco de lenguaje que cualquier interlocutor pueda comprender. una sesión individual, en un consultorio privado, puede ser en No sé si con esto respondo un poco a tu preocupación. 'I'am­ un pasillo de un hospital, en un jardín ... puedo decirles que bién ocurre en el campo laboral; hay psicoanalistas que aseso­ atendí a un chico con una fobia n1uy importante en el jardü1 ran en este can1po y que incluso, podemos l1oy en día utilizar botánico porque quedaba cerca de mi consultorió y porque lo nuestra teoría y nuestro método, aunque con otra técnica, y no único qu,e a él le importaban eran las plantas y los bichos. Me estamos inventando nada. Freud ya lo hizo para recomendar parecióCue-esa era la única manera de abordaje y no n1e n10- medidas que son preventivas para la salud mental. Hay cierta vía ni un milímetro del método. Incluso he llamado a familias especificidad y cierto grado de especialización, pero nuestra para que asistan a mi consultorio como en 11ospitales u otros teoría y nuestro método sirven. Lo que ocurre es que requieren ámbitos. El método se centra allí, después los recursos técni­ de un entrenamiento y una experiencia que se adquiere como cos, la manera en que se arma la situación es el punto en don­ en cualquier otra especialidad. No sé si aclaro tu duda. de se requiere adaptación, pero el método es elástico. Los que no somos elásticos, en general, son1os los psicoanalistas. Intervención: Ocurre que yo nunca tuve práctica, no se me ocurre cómo hacerlo. Me es difícil de pensar. Cuando us­ Dr. Valentín Barenblit: Después de la intervención de ted hablaba del área forense, a mí se representaba la idea de la profesora no me queda 1nucl10 por agregar, pero como luego un chico que llega a la justicia por algún problema. Eso pue­ no tengo oportunidad de dialogar con ustedes tengo que dejar de ser tomado como el síntoma de la familia. Está expresan­ más o menos saldado el problema. Me parece muy inteligente do lo que le ocurre a la familia ¿Yo puedo, desde el psicoaná­ tu pregunta porque no se trata de caer en deslizamientos om­ lisis, por ejemplo, pedir entrevistar a la familia, no sólo en­ nipotentes y pensar que con nuestro saber vamos a solucionar trevistar al chico y realizar un genograma familiar, sino tam­ cualquier tipo de situación. Pero hay una amplia franja que bién acceder a la familia y hacer entrevistas y trabajos con piensa que la práctica psicoanalítica sólo es idónea, válida y ellos? La otra pregunta es si puedo entrevistarlos juntos. aplicable en el dispositivo tradicional. Hay quienes -porque Cuando hablamos de lo situacional, del contexto, la familia, ideológicamente nos interesó, porque vocacionaln1ente nos fas­ los padres, los hermanos forman parte de esto, incluso algu­ cinó, y este país, insisto, tiene maestro y una historia que bien na otra persona que no sea integrante de este grupo familiar. vale recuperar- pensamos que la práctica psicoanalítica pue­ Me pregunto si se los puede traer a sesión, porque para mí de ser eficaz, puede tener vigencia, por fuera del dispositivo esto es más del método sistémico. tradicional. Hay psicoanalistas de primer nivel que han pro­ ducido bibliografía para el abordaje de grupos familiares. Hay Prof. Susana Álvarez: Me parece que acá el problema es psicoanalistas que han trabajado aquí en abordajes grupales y intentar alguna precisión relativa al método. Creo que vos lo que han sido utilizados en trabajos comunitarios. Lo que tene­ intentabas hacer cuando diferenciabas el método de la técnica. mos que establecer es una precisión clara1 para no caer en el El método es algo mucho más amplio que los recursos técnicos. riesgo de la idealización de nuestros recursos, porque eso trae la El método es una manera de acercarse a un discurso que puede idealización y a veces el abandono y es saber que nuestra teoría ser individual, familiar o colectivo, con una escucha particular, psicoanalítica y la diversidad de técnicas que el psicoanálisis 34 ------·~V'(¡allee¡¡1lltílí1'1_c1l~la'2/'''e:1n[1b'f./1"L JP~s.. 11·c:c(".>a111111.áállii1s;·ii1s;-.:. Jl111'oq11cs1"er11S,Salud f.1entol ha desarrollado desde Freud en adelante sigue teniendo ple­ en el Hospital Lanús, y tengo entendido que allí se hacía tra· na vigencia en la clínica n1ucho mas allá del dispositivo tra­ bajo co1nunitario y de atenció11 prin1aria. ¿C~ón10 se congenia el dicional, lo que para nada pone en cuestión al dispositivo tra­ psicoanálisis en la atención primaria? dicional, pero nos abre la perspectiva de que los psicoanalis­ tas tengan1os un lugar calificado dentro de la atc11ción de la Dr. Valentín Barenblit: Da gusto venir a esta Facultad, sal11d rnental y dentro del amplio repertorio de prácticas so­ porque las preguntas son más inteligentes que las respues­ ciales y comunitarias donde el psicoanálisis no tiene qué en­ tas. Desde nuestra perspectiva el psicoanálisis introduce una vidiarle al método sistémico. novedosa aproximación en los conceptos tradicionales de sa~ Lo que es in1portante es establecer claras precisiones en­ 1ud y enfermedad e incluso en la concepción de 1irnchos secto­ tre una aproxiinación diagnóstica, a quien tiene que tomar res actuales del campo de lo psi. Nuestros bordes, límites, a n1edidas, o a i1osotros, en determinado tipo de situaciones o veces son mucho más difusos que los que propone la psiquia­ circunstancias que están vinculadas a lo social o a la justicia, tría tradicional. El DSM IV o la psiquiatría tradicional, son donde no tenemos nada que ceder en i1uestra fOrmación teó• útiles porque sirven a los efectos administrativos para rendir rica, y otra cosa es la transformación de los sujetos. 11:11 este cuenta de nuestra tarea, aunque nuestros diag11ósticos sea11 último punto tenernos que ser modestos y cautos. Nuestros bastante más sutiles y tengan límites más borrosos entre lo recursos sig11en siendo vigentes, incluso e11 patologías com­ que es salud y lo que es enfermedad. plejas, como la psicosis, pero tenen1os límites, no curamos Yo quisiera rescatar dos planteos de la pregunta. Una cosa

todo 1 no resolven1os todo. es que no desarrollé con mucho cuidado la actualidad de los Algo que los jóvenes tienen que saber para no frustrarse es modelos de atención de la salud mental. Yo no sé si ustedes que tenen1os lo n1ejor para ofrecer, pero eso no tiene que con­ tuvieron la oportunidad de leer un reportaje que se le hace al vertirnos en agentes de la omnipotencia y en transformadores Dr. Benedicto Sarraceno en la Nación, que es el Director del eficaces en tocios los casos. Hay que tener la capacidad de es· Departamento de Salud Mental de Ginebra. Actualmente es· cucha que nos posibilite diagnosticar y a partir del diagnósti· tamos trabajando con autoridades locales con la intención de

co 1 que no tiene que ser necesarimnente individual, recién al1í poner en marcha acciones in1portantes a p.artir de todo un se establecerá una estrategia de intervención que nos muestre movimiento que se ha generado en la Ciudad de Buenos Aires cuáles son los objetivos alcanzables, las posibilidades de trans· y que ahora está convocando a las provincias. Son propuestas formación y las dificultades co11 las que nos encontraren1os en que están a la altura de las más avanzadas experiencias del el can1ino. ¿Por qué? Porque a veces n1e encuentro con jóvenes mundo. Lo que quiero dejar planteado es que los organismos

profesionales, con hermosos desafíos clínicos, pero que se sien­ internacionales proponen, desde hace n1ucl1os años1 con10 es­ ten frustrados porque no logran la cura total o la felicidad com· pacio social privilegiado e institucional a la atención primaria. pleta, pero tenemos que ver de dónde partimos para, por inter­ Pero con el criterio de redes, donde una puerta de entrada debe medio de un diagnóstico integral, ver hasta donde podemos estar próxima a la comunidad, la demanda pueda tramitarse llegar. 'I'ambién nosotros tenen1os límites. con la mínima dificultad de barreras y pueda operar, luego de un diagnóstico de cuadro, para ver si el mismo dispositivo de Intervención: Si bien el psicoanálisis muchas veces ha­ atención primaria da la respuesta o si hay que ir recurriendo a bla del desarrollo supuestamente normal de un sujeto, parece otros dispositivos, como por ejemplo, los hospitales de día, los que muchas veces se ocupa sólo de la enfermedad en sí y no del hospitales generales o los hospitales psiquiátricos. desarrollo de la persona "normal". ¿Cómo congenia esto con lo Antes, creo que se mencionaba el tema de la clrogaclepen­ que usted menciona de la atención primaria? Usted trabajaba dencia. Este te111a es muy serio, pero es mucho más serio e11 Nada es para sie1npre. Pc""'"sa<.. 1 P'icoa>u\}i.l.ica_ ......

Europa que en la Argentina. Últimamente se está desaten­ No hay en esto vacunas, como las hay para la polio o la viruela. Cuando hablamos de salud mental y más si lo hacemos desde diendo ~en co1nparación con la preocupación social y política que genera la drogadependencia en general-- a un tipo de dro­ una perspectiva psicoanalítica, el desafío que implica Ja pre­ gadependencia que tiene cultura egosintónica en la Argentina vención requiere instrumentos y conocilnientos que sólo ad­ y en América Latii1a, y que es el alcoholismo, que registra una quiere un valor macrosocia1 si se opera en el campo comu11ita­ alta tasa de dependencia y de mortalidad. rio, y si las políticas en salud mental privilegian ese campo. La posibilidad de establecer redes, que sería tema para I)ero 11oy en día se puede hacer prevención en las escuelas, e11 los centros laborales, creando condiciones dignas para la vida, otra charla, plantea como primer asunto la atención prin1aria1 como lugar de contacto comunitario y de n1ejor accesibilidad, y se puede hacer prevención incluso, si se cura o ·sí se i11tenta después redes, con dispositivos o instituciones interco1nunica­ curar, una de las enfern1edades sociales más egosintónicas y das que tienen funciones específicas, cuando en la atención pri­ dramáticas que tiene y que sufrimos en el país: la corrupción. maria no se ha podido resolver adecuadamente la problemática por el tipo de situación o patología. Incluso en muchos progra­ Prof. Susana Álvarez: Quiero hacer una pequeña inter­ mas se está trabajando con la medicina familiar, con el médico vención. Creo que esa primera intervención que hicieron uste­ de familia. Los jóvenes profesionales formados en esta modali­ des en el Hospital Lanús es fundamental. Pienso que los mejo­ dad de entrenamiento, están siendo entrenados para poder te­ res agentes de salud mental no son los psicoanalistas. Cuando ner intervenciones de menor complejidad y que pueden operar llegamos nosotros las cosas ya están "cocinadas". Los mejores sobre la base de la relación médico-paciente y son como ante­ agentes de salud mental son los maestros, los médicos, Jos pe­ nas detectoras de parámetros de salud o enfermedad. diatras, los neonatólogos, que reciben a los chicos cuando son Su pregunta es por dónde pasa la salud y la enfermedad. pequeños y las cosas están ahí, produciéndose. Una función Efectivamente creo que es cierto lo que usted dice. Da la im­ interesantísima para los psicoanalistas es introducirse en esos presión de que el psicoanalista sólo presta atención a Ja enfer­ á1nbitos, trabajar codo a codo con esos profesionales. Decir "codo medad, da la impresión de que el psiquiatra sólo se ocupa del a codo" implica primero bajarse del caballo, segundo animarse paciente psiquiátrico enfermo, da la impresión de que el psicó• Y tercero, encontrar un lenguaje entendible e intercambiable. logo sólo se ocupa del pathos, pero ahí es donde me gustaría Uno de los problemas fundamentales que tuvimos los psicoa­ volver un poco a lo que planteaba antes. Hoy en día el cambio nalistas es que en el contacto con otros profesionales ellos no de palabras que introduje cuando dije que estamos en un pro­ nos entendían. Esto es difícil, porque es salir de la endogamia, ceso de transfor1nación de la asistencia psiquiátrica a la cons­ de los circuitos internos del psicoanálisis, donde todos habla­ trucción del campo de la atención de la salud mental, no era mos de deseo, de goce y en donde parece que todos nos enten­ algo ingenuo. Ustedes sabrán que atención conlleva los tres demos. Otra cosa es hablar con un juez, con un pediatra, con grados de intervención: la intervención primaria, lo que sella­ una maestra y tratar de hacerle entender cuando decimos que maba higiene mental pero que desde hace años adquirió el rango "el niño es el goce de la madre". Entre nosotros parecemos en­ de fomento, promoción y protección de la salud; la atención tender11os, pero otro profesional puede preguntarse: Eso, "icon qué Instalarse en esos lugares y llegar a estos profe­ secundaría es la asistencia, y la atención terciaria es la rehabi­ se come?". litación y resocialización de enfermos mentales. Lo que usted sionales, me parece fundamental. dice me parece estupendo. No hay que perder de vista un viejo aforismo: "mejor es Prof. Sih,ria Atzori: Quisiera agregar algo a esto que dice prevenir que curar". Lo que ocurre es que en el campo de la la profesora Alvarez y que me gustaría ponerlo a considera­ salud mental tenemos desafíos importantes para la prevención. ción del Dr. Barenblit. Y es retomar una suerte de discusión Nada es para sie1npre. Pensando la clínica psicoanalítica ______,, ______Volentín nurcnblit. l'sicouná/isis. Rr~(oqucs en Salud Afental '.-l9 -- ·------'--·

que se planteó e11 el prin1er práctico, la semana pasada, r~s­ de acuerdo. (~reo que con10 sujeto y como seres hu1nanos corre­ pecto de un comentario que ~uizá ~io lugar~ un malentend~~o mos los misn1os riesgos que las poblaciones a las que pensa­ de mi parte. Pensaba la particularidad que tiene la prevenc10n mos ayudar. Sé que uno de los_riesgos es el de la on1nipotencia en el campo específico de la salud mental. Pensaba cómo se del saber y del saber hacer. Yo visito al país luego de estar previene, cómo conceptualizan1os, cómo se previene la.n.euro­ vivie11do veinticuatro años e11 Barcelona. llago mis visitas en sis y demás. Yo hacía referencia, luego de haber_ participado for1na fluida y por lo general para colaborar en proyectos insti­ activamente, a dos años de discusión acerca de d1st1ntos pro­ tucionales. E11 esta oportunidad, es en relación a un proyecto yectos de la ley de salud mental y a la discusión que se reflotó que parte de la Ciudad de Buenos Aires y de una Universidad respecto del poder hegemónico que tenía la psiquiatría, y que de la que soy profesor consulto que es la Universidad de La­ por suerte teníamos un constitución con un capítulo lo bastan­ núsj y en general circulo tratando de aportar con lo que modes­ te amplio como para que diera lugar al buen texto que creo tamente amortice la deuda que yo te11go con el país, a pesar de tiene la ley de salud mental. Se produjo toda una pelea en el que me tuve que ir exiliado en el aüo 1977, pero los seüores sentido de que 110 se viera desvirtuada la asistencia con res­ que comandaron el genocidio en laArgentina, para mí no re­ pecto a lo que eran las actividades referidas a la atención pri­ presentan el país. Para mi el país es mucho más, es el pueblo, maria. Digo, cuando hacemos asistencia en salud mental ¿No la u11iversidad1 1os colegios, la ciudadanía, los profesionales, y estamos al mismo tiempo haciendo prevención? ¿No es ésta especialmente la juventud, que como ustedes, tendrá 1a res­ una particularidad que tiene la salnd mental a diferencia de ponsabilidad de seguir creando y reinventando cosas. cómo se puede pensar este campo en la medicina? Pero cuando antes hablaba de lo interdisciplinario, me parece bueno alertarlos: no busquemos sustituir la hegemonía Intervención: En realidad quisiera hacer otra acotación. tiránica de la psiquiatría tradicional por la hegemonía tiráni­ Me parece que usted está escuchando ecos de cosas que están ca de nt1estra teoría, de nuestro método, de nuestras prácti­ pasando dentro. Yo soy estudiante por ocho aüos_y habl~ con cas. Podríamos hacer un taller en donde se trate la importan­ cierta experiencia. Cuando pregunta1nos por el metodo psicoa­ cia de la concepción democrática y de la equidad y la ética en el nalítico lo hacemos porque la novedad está \~niendo desde otras trabajo interdisciplinario. Yo creo que el campo de atención en escuelas psicológicas. Uno escucha a la gente que porta el discur­ la salud mental, tiene una complejidad y una amplitud que da so psicoanalítico hablar de cómo el psicoanálisis ha ampliado el cabida para interacciones en la cual cabe realmente agrupar horizonte de la psiquiatría. Sin embargo, creo que en la forma­ ordenadamente en estrategias bien pensadas, los aportes de ción de grado de la Licenciatura, el psicoanálisis aparece como distintas disciplinas. Una cosa que es imposible negar es que, hegemónico y cuando usted escucha estos mummllos es porque en los aüos '50, la fundación del complejo campo de la psicofar­ las innovaciones aparecen de la mano de otras escuelas. Ante macología, facilitó la atención de pacientes con patologías se­ esto n1uchos de los alumnos encontra1nos cerrazón intelectual a veras, psicosis, en nuestros 11ospitales generales, y que noso­ nue~as propuestas con frases, mitos que son eficaces: '(sólo to- tros pudimos atender a pacientes psicóticos, evitando la inter­ man en cuenta al síntoma"'¡ , no t•1enen en cuent a a 1 SUJC·t""no o , nación. Otra cosa es entrar en la corrupción de laboratorios hay otra escucha que no sea la psicoanalítica". Creo que esto internacionales, en la seducción que está desarrollando deter­ hace eco en lo que estamos preguntando. Era simplemente eso. minada perspectiva empresarial, y en la capacidad que tienen algunos sectores inédicos de dejarse seducir por esas cuestio­ Dr. Valentín Barenblit: Me parece que estoy aprendien­ nes; pero nadie puede negar que hoy en día, para abordar de­ do mucho con ustedes y que voy a tener que darles testimonio terminadas patologías, es importante un uso adecuado y un de mi gratitud. Por lo menos me hacen pensar. Estoy totalmente buen trabajo de equipo, con un buen psicofarmacólogo. 40 Nada l'S para .<0iempre. Pen.<;a1H;dl'o; 11·"" dd"í•niii'"''t•p'icoan'.'litica Va/entín Bnr('nblit. />sicoanálisis. Fr\/i)(¡ucs en S'ol11d A1entol 4J ----- ~·----

Un trabajador social puede darnos soluciones que nues­ con buenos recursos, con una vivienda digna, que atender a tro instrun1ento no puede, porque no operan1os transforn1an­ ese misn10 paciente sin esos recursos. Es la n1is1na sinto1nato­ do el contexto de la forma en que el método del trabajo so­ logía, la n1isma estructura pero con otro contexto. cial puede hacerlo: un enfermero bien entrenado, hoy en día Si nosotros tencn1os entrenan1iento e11 una escucl1a, vamos a tiene responsabilidades y tareas de prin1erísi111a calidad. No poder ver que nos resulta sun1amente in1portante, no sola1nente se trata de can1biar, entonces, una hegen1onía por otra he­ diagnosticar los sínto1nas, la estructura, los n1ecanis111os de de­ gen1onía, no pode111os pensar que lo nuestro es lo único y 1o fensa predominante, los recursos yoicos, sino tan1bién incluir pre­ n1ejor, se trata de pensar en la interdisciplina, de pensar en cozmente un diagnóstico de la relación transferencial, porque el trabajo interprofesional. inarcan en buena 111edida la evolución y el pronóstico posible. Quiero transmitirles que hay que descentramos de diag­ Intervención: Quisiera saber dónde encontró el límite del nósticos exageradamente inecanicistas y que últin1ame11te es­ cual antes hablaba, sobre la práctica psicoanalítica. tán muy de moda: un señor es un POP, el otro es un TOC, el siguiente es un PIC, pero esto no nos dice n1ucho. Si nosotros Dr. Valentín Barenblit: Yo creo que es un compromiso entendemos la historia vital de un sujeto, si comprendemos ético, de cualquier disciplina, conocer sus alcances y sus lími• las situacio11es que hipotéticamente constituyero11 a ese sujeto tes, es un con1promiso ético de los maestros ilusionar a s11s de determinada ma11era, si privilegian1os la escucha sobre s11s discípulos pero advertirles acerca de los obstáculos que hay síntomas, si poden1os J.1acer un diagnóstico de estructura, y que superar, incluso de los riesgos y del fracaso. ¿Cómo se pue­ otro buen diagnóstico situacional, si escuchamos y lo hace1nos de prevenir y anticipar los limites? Yo tengo la impresión que con respeto por la transferencia y por el análisis de la deman­ nos va a llevar a una aproxin1ación conceptual que a n1í n1e ha da, Y por la fantasía de curación que pueda traer cada pacien­ costado aprender, hace muchos años, y que desde entonces la te, al1í van1os a poder ver cuáles son nuestros alcances y nues­ propongo, y es no confor1narnos con un eje diagnóstico, sino tros limites, y si se trabaja en equipo mejor. Por supuesto que tratar de tener u11a aproximación diagnóstica integral. IJo que los alcances y límites de un joven profesional serán distintos a propongo, para conocer nuestros alcances y nuestros lúnites, los de un veterano. Por supuesto que si tenemos un equipo es que los alcances y los límites no se dan únicamente desde el ü1terdisciplinario que nos respalda, va a mejorar nuestro al­ diagnóstico de la estructura psicopatológica, porque nosotros cance y disminuir nuestro límite. r'or supuesto que si podemos tenen1os que tratar de organizar una estructura diagnóstica tener buenos recursos de supervisión vamos a poder trabajar sobre la base de comprender que el concepto de estructura con­ n1ejor, es decir, creo que hay una n1ultideterminación que hay lleva la idea de que cada uno de los integrantes de esa estruc­ que ordenar sistemáticamente y que son los que marcan nues­ tura, influye sobre los demás y es influido por ellos. Así, pues, tros alcances y límites, y eso es btieno tenerlo en cuenta. una aproximación diagnóstica de estructura psicopatológica Yo creo que el trabajo en equipo se puede hacer en princi­ es i111portante, pero junto con ello es importante que cuando se pio sobre la base de un acuerdo sincero de convicción, de respe­ opera en la clínica, nuestros pacientes en general no suelen to ético y de modestia disciplinar. Cuando yo sé que solo no venir con la convicción de que tienen una patología estructu­ puedo, y que con un equipo aumento mi potencial pero que soy ral, suelen venir por causa de síntomas. Ento11ces, un diagnós• parte de una totalidad, de un conjunto, tengo ·a mi favor la tico sintomático, un diagnóstico que se aproxime a l_a estructura posibilidad de instaurarme en una relación de equipo. Pero lo del sujeto, un diagnóstico situacional, cambia los pronósticos de que importa dentro de un equipo es poder recuperar la especi­ n1uchas de nuestras intervenciones. No es lo mismo atender a ficidad de las intervenciones y articularlas en el marco de una un paciente con una crisis psicótica con una familia co11tinente, estrategia de intervención, o de una estrategia terapéutica. Yo I )' Nada es para siempre. Pensando la clínica psicoanalítica ------~~~'.!in JJorcn/1/it. l'sico(""''"álllissii.ss.J"'

insisto con el cjen1plo de la película de Chaplin, donde hacía de la salud n1ental. I~sto es algo especial. Si hay algo que ine una crítica devastadora a la revolución industrial, que sella- llena de einoción cuando veo los avatares y las dificultades 1na ]'ien1,¡)os .Jl,,fodernos, donde él estaba en una cinta y otro por la que está atravesando el país, que no son pocas, sí hay estaba haciendo otra cosa. lt~so no es t1n trabnjo de equipo. Es­ algo que n1e lle11a de e1noción es cuando me encuentro con toy l1abla11do de algo 111uy serio con10 es la configuració11 inter­ jóvenes entusiastas que están estudiando, que toleran las vi­ profesional y de lns aportaciones de cada uno de los n1ie111bros cisitudes, que se están preparando y que en sus marias esta­ de un equipo, pero sobre la base de establecer diagnósticos in­ rá la ;esponsabilidad de que este país sea n1ás sano y n1ás tegralc:'.s y sobre la base de articular adecuadamente y eficaz­ digno para todos los habitantes. n1entc las aportaciones de cada 1nien1bro del equipo. Yo 11abía Esto no es patrimonio exclusivo nuestro, pero este aporte pensado 11acc aüos una frase. Si la recuerdo decía: "La valida­ que hacemos es importante. Las dificultades son para tener ción de un equipo se puede registrar en la 1nedida en que se en cuenta, pero cuando escucho pregu11tas tan interesantes, constate que el accionar de los n1ie111bros de t1n equipo genera 1ne vuelvo a se11tir esperanzado, como nos sentin1os orgullo­ un eft:cto inayor a la su1na de las partes". Esto quiere decir sos por parte del pasado y nos sentimos irritados por aque­ que articula1.'los recursos y potenciarlos adecuada1ne11te, son llos que no nos permitieron seguir desarrollando nuestros partes trascendc11tales para poder configurar .Y constiLtlir in­ ideales en el país. Verlos a ustedes trabajando y luchando en tervenciones. Claro que esto requiere de una filosofía, de una el país es una alegría. ideología, de una cuota de 111oclestia de parte de cada porta­ dor profcsio11al, de cada disciplina. Y el placer enor1nc de tra­ bajar en cqt1ipo Jr el placer cnorn1e de saber que uno no cue11- ta sólo co11 los recursos de su propio instru1nental, sino que puede pote11ciarlo y enriquecerlo co11 los potenciales de cada uno de los n1ien1bros del equipo.

Prof. Susana Álvarez: Nos has respondido y mucho y creo que sería de n1uc}10 interés seguir escuchando tu testin10- nio. }")ero todo tiene su lírnite, con10 bien advertiste. Yo quería decirte, Valcntín, que este reencuentro contigo ha sido riquísi• n10. ~:stuve en Barcelo11a 11ace u11 aüo trabajando con Valentín y con otros profesionales y discutimos en un coloquio estupen­ do sobre transformaciones en psicoanálisis y en sociedad. Fue u11a· experiencia rica. 'fenerte hoy acá es regalo y ade1nás po­ der recuperar algo de lo que nuestro país e11 otros tie1npos nos quitó. Hoy recuperamos un pedazo de historia que años de dic­ tadura nos quisieron sacar. Poder recuperarlos es recuperar un poco de nuestra vida. Por eso te lo agradezco.

Dr. Valentín Barenblit: Y yo les agradezco mncho, les agradezco a ustedes. I'ara mí es un regalo poder venir al país y poder trabajar con jóve11es, con estudiantes, con profesionales

.,-,, /'1 "Nada es para siempre" La clínica psicoanalítica en las psicosis·

Juan Tausk

"¿Quién n1anda, la lógica o yo, la lógica 1ne sirve a mí o yo sirvo a la lógica? ¿Acaso no hay razón e inteligencia en n1i sinrazón y en mi estupidez?" Carta de Van Gogh a Thco

I E la nave va

amino a reunirn1e con ustedes, me preguntaba por el inte­ e rés que produce la clínica en las psicosis. Tal vez se deba al desafío que imponen las dificultades que presenta. Seguramen­ te. Tal vez a que la posición de paciente y analista tan diversa a la que observamos en la clínica de las neurosis presente pro­ blemáticas complejas. Pero hay una cuestión que hay que va­ lorar: el interés de los psicoanalistas respecto de esta clínica y el hecho que aquellos que padecen afecciones psicóticas insis­ tan en consultarnos. Michel Silvestre, un lúcido psicoanalista francés, fallecido tempranamente en Tucumán, al quereforir.é mas adelante, parafraseaba a Lacan -quien indicaba al ana­ lista no retroceder ante la psicosis- diciendo que le asombraba que los psicóticos no retrocedan y requieran de los analistas. Mas aún que de esa consulta se pueda decir que se trate de una clínica psicoanalítica y que haya una cura de la cual se pueda dar cuenta. Para decirlo de otra manera, y algunos ejem­ plos que he de referir pretenden ilustrarlo, se pueden dar ra­ zones de los límites de nuestras intervenciones.

*Versión revisada de la exposición realizada en la Cátedra de referencia. I .Juan Tousk. '?\ada es puro siempre". ],u clínico ¡isi!'uanulitic(l i'I! tus psicosis .. _ ------

A diferencia de otras clínicas, ésta se caracteriza por varios a otro, se soporta de los procesos de pcnsa11licnto inconcicntc: aspectos. Hay una particular preocupación respecto del destino tondensttción y dcsplaza111ient.o o en la f(n·n1ulación que abre­ del paciente. I.Jcva a sostener u11a interrogación respecto de los va en la ling-üística: las figuras rvtóricas: 111etáforn y n1ctoni­ confines de la teoría, su puesta a prueba, constituyéndose en nün. l~stc trabajo pern1itc que el sujeto, no quedando co1npac­ un singular desafío intelectual, que con10 saben, fue una tem­ 1 tado en un significante, asPgure que el discurso co11tinúa: ase­ prana preocupación para Freud. Se plantea una inquietud res­ gurando la serie con un significante por venir. :r~s prccisan1en­ pecto de la eficacia de nuestros recursos) por el fracaso de los tc en ello que se soporta la clínica psicoanalítica, el significan­ tratan1ientos y el descubrirniento de modos de intervención te por venir, o el sucesor en una serie indica y ·a11ticipa una solidarios con el método analítico. Pero hay otro aspecto que posición subjetiva. Se puede decir que ese n1ovin1iento es el quiero balizar, que dicho de un modo compacto se podría for- 111ovin1ie11to del deseo. Ningún trabajo si1nbólico es suficiente 1nular así: ¿Qué tiene que ver la psicosis con la experiencia del para satl1rar la din1ensió11 desiderativa. \Tienen bien el decir que interviene en el campo? de un poeta francés contcn1poráneo, Gérurd IV1ounicr: Sea que se nccntúc11 unos u otros

¿Cuál es el esfuerzo del sujeto en el campo de la neurosis? El trabajo en las neurosis' ti Que el trabajo psíquico -la elaboración- lo localice en la trama º'.J'°' simbólica como sujeto del inconciente. Poder tramitar la di­ mensión pulsional en el campo de la representación. Esto se Si bien esto ha sido transitado por ustedes de n1odo n1ás puede decir de varias maneras: pasar de la cantidad a la cua­ explícito, es apropiado que lo veamos funcionar e11 una situa­ lidad, que el exceso de estimulación que supera la barrera an­ ción clínica a la que refiero n1uy sucintan1ente. lTn analizante tiestímulo en su efecto traumático, pueda procesarse psíquica• refiere de n1odo inuy detallado e insistente que la mujer es un mente. Incluso en una formulación mas poética, "elevar lo Real ''ogro". L,a densa trama argu1nental no debiera llevar al ana­ a la dignidad de significante", en el decir de J. Lacan. Se en­ lista a identificarse con el decír del paciente, en u11 traspié de tiende que no siendo el sujeto sino lo que representa un signi­ la atención flotante o ir en defensa de la acusada. No es tan ficante para otro significante, el sujeto no será ningún signifi­ fácil perderse allí, no obstante perfectamente factible. Pero si cante en particular, sino aquello que va de uno a otro. En una se sabe esperar sin desfallecer y sin apurar conclusiones, el referencia que verán enseguida, se torna imposible la afirma­ discurso puede sufrir otros destinos. Más adelante el anali­ ción "Yo soy esto" en una identificación absoluta, sin que tenga zante dice referido a otro te1na: " ... cuando yo logro ... ". En ese indeterminación alguna. n1omento el analista en1crge de su atención difusa y escucha Estamos en el campo de la neurosis, y por ende en el de la con u.na lice11cia poética: "yo el ogro ... ". De inn1ediato entiende represión. Esto quiere decir que el movimiento de un significante ese pcqueiío atisbo de idea que ya se le había aparecido n1on1e11tos Nada es para sienrpre. Pensando Ja clínica psicoanalítica J11an Tausk. "'Nada es para siempre··. La dínícG psicounolític-o en lus psicosis 49 ------...... - -·------·------antes y que ahora ton1aba forma: si lo usual es referir a "la de la palabra 110 lleva sino a seguir produciendo palabras, y en bruja de la n1ujcrn en el decir popular, eso habría quedado flo­ tanto sujeto de ese discurso, no seguirá sino deseando. A eso tando en su escucha hasta que llega Ja segunda frase. De ha­ apunta el análisis con10 se verá un poco más adelante berse dicl10 bruja en vez de ogro, no 11abría funcio11ado este Este n1ovimiento se 11ace posible en el contexto interlocuti~ trabajo de formación del inconcie11tc, pero sin duda habría de vo de una sesión a11alítica. Sin duda que es posible entonces e11 tener ocasión de otra presentación. Ya tene111os u11a deter1ni­ casi cualquier tipo de situación, puesto que se soporta e11 la nación de por qué aparece esa palabra. Se podría conjeturar transferencia. Pero eso no basta. :B~1 n1étodo analítico requiere que la elección de un sustantivo masculino cuando correspon­ de una escucha bajo ciertas condiciones que ustedes no desco­ de uno fe1nenino traería otra ilación idea tiva en relación a ide11- nocen: abstinencia, ause11cia de demanda, ate:O.ción flotante, tidad y sexualidad. Sin duda, pero no es Ja ocasión para tratar­ asociación libre. El error se produce en la ocasió11 del relato lo. I-Iay mas líneas argun1entales, sie1npre. que se dirige al que lo escucha y es inclusivo del oyente. A la La clave residía en el par: 'ella el ogro' -'yo (e)! ogro'. Dos signi­ vez, la intervención del oyente llega acorde desde donde se Jo ficantes y en su relación, en lo que va de uno a] otro, un sujeto del localiza al analista en la trama fantasmática del paciente. inconciente. No estaba sin-() en el inis1no acto en que se produce. Ven ustedes que tenemos varios elen1entos: forrnación del í11concie11te, sujeto del inconciente, transferencia, escucha, Estudiante: ¿Qué pasaría si el analista pensara que en deseo. Hablamos de neurosis de transferencia, estamos en el efecto esa mujer era tal cual decía el paciente? campo de la represión y se diferencia, aunque no siempre cla­ ramente, de las afeccio11es de carácter psicótico. Respuesta: Si el analista convergiera en Jo que dice de la mujer, al fi11 conversació11 de bajo vuelo de an1igos en el bar, Nada es para siempre nunca se arribaría a lo que importa, o se llegaría pero no ha­ bría analista que lo cscucl1e. Al fin de cuentas, es precisa1nen­ te porque hay interlocutor que se produce el fenómeno de dis­ Volvamos entonces a la preg1111ta que he realizado al co111ien­ curso. ¿Cón10 se llan1a a eso? zo, pero refonnulándola: ¿Cuál es el esfuerzo del sujeto cuando el efecto traumático supera la barrera antiestímulo y el proce­ Estudiante: Transferencia. samiento psíquico referido no se puede tran1itar o, n1ás bien, se lo tran1ita de otra n1anera? 'fon1aré una situación clínica. Respuesta: Claro. La heterogeneidad significante, Jo que Una mujer ha transcurrido una parte significativa de su va de uno a otro, no sabemos lo que quiere decir, de qué servi­ análisis, habiendo atravesado difíciles contingencias. Tal vez, ría apelar al sentido común o cultural, si basta co11 exponer al la aparición temprana de un cáncer de n1ama, fue t1no de los paciente a sus propias palabras. ¿Podrá decir lo mismo? ¿In­ desafíos n1ás duros que tuvo que atravesar y que realizó con sistirá? Puede ser. Pero lo más probable que la eficacia de una una valentía admirable. Fallecido tempranamente su marido, intervención en el momento apropiado y del modo que pueda Dolores educó a sus hijos, creó su profesión, pudo ser profesora ser escuchado por el paciente, debería llevarlo a seguir hablan­ universitaria, sen1bró su afecto y cosechó amigos que la ama­ do... de otra cosa. Algo más va a decir y será sujeto de ese nue­ ban. Una persona generosa, linda. Años después de su análisis vo decir. IJa pelota está nuevan1ente en movimiento. Se dcs­ resultó una buena amiga del analista y su mujer, que la acom­ co1npleta la convicción en la necesariedad de su argun1ento: pañaron hasta su muerte. Transitaba las dificultades de su duelo una última palabra que, diciéndolo todo, nada habría por agre­ por la muerte súbita de su marido debido a una afección cardía• gar. I>odrá descubrir que eso es imposible, que la insuficiencia ca. Un día llega a su sesión muy trastornada y desgarrada por N;ida es para sÍt'n1pn:. Pensando la dinica psicoanalítica .hum Ti111sk. ''N"'···---i<' __ -·- ___ $ie1npre". L(I clínil'a psicou1111/itica en las p$icosis 51 la angustia. !\elata que el día anterior estaba en la escuela efectiva de ql1e los límites pueden ser traspasadosi y que entonces nocturna c11 la cual dictaba clases a adultos. 1'~stando en su vale todo: no hay regla) división de aguas, diferencia, distancia. lJn aula, esperaba que vayan arriba11do sus alumnos. Súbitamen­ fuera de la escena sin1bólica o lo que JiYeud denominaba la "otra te n1irH hacia el pasillo y ve parado allí a su n1arido. Igualito, escena", en el colmo de la angustia. Hacerle sentir que hay alguien de carne y hueso, con su ín1pcrn1cable. ¿(iué aconteció? que la acompaña, cuya presencia indica u11 n1ris acá de la alucina~ ción, pero que ade1nás, frente a una vivencia de catástrofe, baliza Estudiante: ¿l.Jna aluci11ación? la temporalidad: hay antes y hay mañana. La instantaneidad del tiempo) o el tiempo sil1 escanciones, sin periodicidad, es t1n equi­ Ilespuesta: Efectivan1ente, 110 lo in1aginai no está pen­ valente de la compactación de las generaciones. ·Es decir de la sando en él, no está en una suerte de cnsofiación, sino que lo sucesión de las generaciones: lo que diferencia al padre del hijo, a ve, con el peso que tiene una experiencia con tal nivel de reali­ uno sujeto del otro, al hombre de la mujer. El fracaso de la prohi­ dad. J)csconcierto, susto, angustia, co11fusión es lo que rever­ bición del incesto atañe cierta1ne11te a esta circunsta11cia. Ante la bera e11 los n1inuios siguientes y perdura hasta que asiste a su desaparición del mundo y evidentemente del interlocutor, una sesión. "¿Qué es esto?" -se pregunta ella. El analista, ensilen­ presencia que enuncia su diferencia con el sujeto) tranquiliza. cio, le 11acc coro. Se pregunta si no se le habrá pasado a1go No obstante, eso solo no basta. No basta una mano amiga flu1clamc11tal por alto, si había 11ocho un registro antojadizo en el hombro que diga que esas cosas le pueden suceder tam­ del padecer de su paciente: no sería aquello que parecía ser. bién a otros, que no es de uno solo, incluso que de eso uno No la }1abía pensado padeciendo una psicosis. Sin duda se in­ sabe algo) que esas cosas también concluyen, que nada es para quieta preguntándose adónde llevaba el análisis, por dónde siempre. Todo eso se puede, si es el momento. No es bueno erraba. l)cro se sobrepone. Sabe que no es el 1110111cnto de pen­ dejar a alguien cautivo de un dolor sin límite, si se puede sar en él, sino en su pacio11te, y sostiene su lugar. ¿Qué hizo el atenuar -y eso incluye el uso de psicofár1nacos- por motivos analista? ¿(~ué harían ustedes? que trataremos n1as adela11te. Es interesante que cada vez que les pregunto algo a uste­ Estuclia11te: Creo que 11abría que tranquilizar a la pacien­ des, el conjunto de las intervenciones da una buena perspecti­ te, contenerla ... va de la problemática. El último que intervino dijo que le pre­ guntaría a la mujer qué pasó antes y durante el hecho. En Otro estudiante: I-Iacer1e sentir que no está sola. efecto, es lo que hizo el analista; cuando redujo su propia an­ gustia y su desconcierto, se encontró con una sorpresa que hace Estucliante: 'I'rataría de que hable algo inás, de pregun­ pensar que estas experiencias valen la pena ser vividas. La tarle algo ... paciente relató que estaba en el aula esperando que entraran sus alumnos y pensó: "¿Quién falta?". Una pregunta como Respuesta: I ... c preguntarías a1go ¿con10 qué? tantas. Que no hubieran entrado todos los alumnos, dispara una pregunta, totalmente ajena a una i11tención que uno su­ Estudiante: Preguntaría qué aconteció antes o durante pone la origina. "¿Quién falta?" Su marido faltaba, y a falta ese 1no111ento ... de una representación que evoque el recuerdo, lo produce nn acto al cabo de su pregunta. Un fenómeno alucinatoric_, "e Respuesta: I\ie interesa lo que dicen. Son ideas mu:1/ razo­ una persona que no podía pensarse psicótica, y que ai r nables. Yo no haría otra cosa. El in1pacto de una expe1iencia ponderse la verdadera pregunta, se tranquiliza y comieuo alucinatoria es tren1cndo para aq11el que la padece: es la prueba hilar las ideas que necesitaba pensar. 52

Al recurrir a una pregunta se intentaba recuperar una his­ problema en la subjetividad, pues esta se constituye en el mo­ toria, desagregando el tran1ado compacto de la alucinación, vimiento que va de uno a otro significante. De no haber ese descompletando su valor de verdad sin matices para el sujeto. movimiento, ¿qué queda del sujeto del inconciente? El sujeto Ahora podía seguir hablando. cae de la trama como objeto y esa pérdida de lugar se acompa­ No habrá que precipitarse: como verán prefiero pues ña con angustia. No aquella que anticipa que algo podría pa­ hablar de fenómenos psicóticos y de psicosis mas que de sar, una angt.1stia que baliza el camino, sino aquella donde el psicóticos. sujeto se extravía en la masa significante. ¿I:>or qué signarle in1portancia clínica a ese momento? . Puesto que es el comienzo de un trabajo psíquico que toma Sucesor y forclusión Otrl dirección que la construcción de un discurso inconsciente. Podría decirse el trabajo inverso de desamarre de la subjetivi­ Quiero destacar una cuestión para la cual la referencia dad de la trama discursiva. Es un trabajo cuya progresión ge­ clínica es de utilidad. Contardo Callegaris, en su libro La. clí• ométrica impresiona. Y el sujeto lo sabe. Un modelo banal po­ nica. diferencia./ de las psicosis destaca con precisión clínica dría servir para explicarlo. Es ya antiguo referir a las perso­ que es necesario reconstruir con eLpaciente las circunstancias nas en términos ''tener tela". Es una metáfora textil, que va­ bajo las cuales se desencadenó un brote psicótico. El fenómeno rios autores han utilizado. A las mujeres de los setenta, cuan­ psicótico en -su permanencia y extensión se e11cuentra en los do las medias de nylon eran caras y se enganchaban con facili­ casos extremos. Diversás observaciones clínicas han destaca­ dad, les preocupaba que saltara un punto (hágalo equivaler a do la importancia de una temprana atención y trabajo en rela­ un significante que no viene a ocupar su lugar en la serie y ción a las circunstancias desencadenantes de tal fenómeno. deja entonces un agujero) pues llevaba a que se vayan abrien­ Algo que Callegaris nombra como fenomenología del desenca­ do la trama hasta extender el agujero más de lo aceptable. denamiento. Veamos esto. Un poco antes les refería la dimen­ Una gota de esmalte a tiempo podía detener el desamarre de sión de subjetividad que se despliega en la trama simbólica, en la trama pero, al modo de la llamada restitución delirante o la la tra1na discursiva. ¿Qué pasa si el término siguiente, recuer­ metáfora delirante, al precio de la rigidez de la estructura y de dan que lo refería como el sucesor, no viene? Lo vemos en el la marca de la ruptura. La temporalidad del proceso psicótico caso de esta mujer: a falta de una forn1ación del inconciente, es muy importante para la intervención, dado que indica que producto de la condensación y el desplazamiento Y de lo que los destinos del sujeto pueden ser muy diferentes si la inter­ denominamos formación de--;;compromiso, se produce otra for­ vención es temprana y además eficaz, mientras que el trabajo mación: la alucinación, heterogénea con la anterior. de ruptura progresiva de la trama puede llevar a situaciones catastróficas en las cuales el retroceso se torna imposibilitado. Estudiante: ¿Puede aclarar eso un poco más? Un fenón1eno forclusivo local, en ocasión de una circuns­ tancia determinada ante la que el sujeto no puede dar res­ Respuesta: Ciertamente. Imaginen la trama discursiva puesta, al decir de Juan David Nasio, afecta al sucesor: no inconciente al modo de una línea. Eso no es más que una idea aparece el significante por venir. Esto quiebra la tensión de la que simplifica la realidad psíquica, que debe ser un complejo serie discursiva, afectando también al punto de amarre de la I] conjunto de múltiples líneas asociativas. El espesor de la sub­ misma. Pero, ¿cuál es el punto de amarre? Sería el 'cero' en el 1 jetividad se debe asentar en la complejidad de esas tramas. El modelo de la serie de números naturales, sobre la que basó La­ hecho que no advenga nada en la línea asociativa, que no ven­ can su concepción de la 'Lógica del significante'. Es la marca de ga algún elemento significante a modo de sucesor presenta un la represión originaria en Freud. Que se quiebre la tensión es .S4 Nada es para siempre. Pensando Ja clínica psicoanalítica -- ____ , ______,,, ______, --- " ------·----·--·-- -- -·------... -- 55 en efecto el trabajo inverso de constitución de la serie, movi- Les presentaré u11 fragn1cnto n1l1y acotado de un trata.­ 111icnto contrario a la constitución del sujeto: es un movimien­ n1iento con un joven paranoico. Podía pasar de enamoran1ien­ to regresivo de ruptura de la tran1a simbólica. tos eroton1aníacos con su vecina -en q11c las extrafias dec]a­ Es por ello que el tiempo tiene un valor en esto. Me explico: racio11es de an1or que le realiza tiene11 por respuesta una hace poco se expuso en 11uenos Aires la colección de oro incaico risa nerviosa y una 111.irada de ason1bro que él n1alinterpre­ del Perú. El propietario de la misma, un hombre ya mayor, rela­ ta~ a entender que las vocc~s que vcr1ían del piso de arriba, ta en una entrevista en el diario Clarín) que había conocido a y que hablaban de sus aptitudes y deficiencias sexuales, eran tratado con numerosos personajes del siglo XX. Refiere a Chur­ claras lecturas de su mente o su decir, realizadas por sus ve­ chill, Stalin, Einstein y a un sinfín de otros. En particular refiere cinas. I-)uedcn ustedes percibir la tensión que va" de un lado al su visita a Freud en Viena, acompañado por una hermana que otro. ¿Qué podría decir el oyente del relato, si al intentar in­ padecía una psicosis desde hacía mas de treinta años. Requeri­ cidir en los dobleces del n1isn10) tenía por respuesta un joven do para atenderla, Freud le contesta que lamenta que no la hu­ enojado? Su relato no era una interrogación, sino n1ás bien biera visto entonces, ya que podría haber hecho algo por ella. un.a afirn1ación. Sobre todo una afirn1ación delirante que le pcr111itía situarse en algún lado. Poco ¡Jrobable que t111 i11te11- Estudiante: La he leído, y me asombró que Freud consi­ to de llevar la tcn1ática a alguna derivación asociativa, a una derara que era posible atenderla si lo hacía tempranamente. rc111isión a otra cosa pudiera ser fructífera. M_ás bien se iba incrementando c11 el pacie11tc la sensación de una irrupció11 Respuesta: Sí, debe entenderse que el avance del proceso del analista de tono persecutorio. Eso lo he podido entender: psicótico va desarmando la trama en Ja que se soporta el suje­ interrogar por el sentido de su decir y de su experiencia lo to. Las intervenciones tempranas pueden tener efectos nota­ pone en peligro. El peligro de no tener un sentido que lo anu­ bles, lo que se ve claramente en las intervenciones en la tem­ de en alguna posición de sujeto. Claro que la posición en la prana infancia, cuya eficacia amplía las perspectivas clínicas. cual se aloja tiene un in_conve11iente: no tiene Jnovin1icnto. Me refiero a que lo que podemos esperar de una cura en la l'}cr1nítann1e para entender esto utilizar 11ueva111011te un psicosis no debe hacerse equivalente con aquello que se espera modelo. Se trata de un juego solitario que todos ustedes han en las neurosis de transferencia. Pero podemos hablar de cura tenido en sus manos alguna vez (por las sonrisas entiendo psicoanalítica, que requiere de un analista y de métodos de qt1e algunos n1e escuchan a la letra), que consta de un dan1e­ intervención analíticos. ro de 21 espacios que se recubren co11 20 piezas cuadradas n1óviles y e11cajadas entre sí, cada una con una imagen sobre ella. Gracias a que hay un espacio sin ocupar, las piezas se Construcción delirante pucde11 desplazar secuencíal1nente a los efectos de recons­ truir la imagen ordenada de la que la disposición inicial de Avancemos unos pasos más. He hecho antes una referen­ piezas la presentan fragmentada. Ello es posible, se lo imagi­ cia a un caso de neurosis, luego a un fenómeno alucinatorio en nan, solamente si tc11emos ese espacio vacío, pues de otra el campo de la neurosis. n1anera el movín1iento sería ilnposible. Que haya u11 espacio Muy diferente es la situación cuando hablamos de sujetos que represente la falta de una pieza en el sistema es lo que le que padecen afecciones psicóticas. Nuestro trabajo se torna permite funcionar. Si no fuera así, todo quedaría trabado. tanto más difícil como improbable, llevando a admitir que los recursos que disponemos pueden no bastar para avanzar en Estudiante: No veo como ese espacio vacío tiene que ver dirección a cura alguna. con lo que estaba relatando. ¿Lo podría aclarar? Nada c's para sie1npre. Pensando la clínica psiconna!ítica ,Juan Tm1sk. "1'.Taclt1 es por(I siempre". - ______,,,,_ .. _ ------" - ... , ------

llespuesta: A eso voy. l~l espacio vacío equivale a la falta I~Iabía1nos dejado t1nos instantes a nuestro joven. B~11 cier­ de objeto y su representación en el sistema. Falta de objeto de ta oportunidad relata que estaba en un aln1acén esperando ser satisfacción, siguiendo a :B"'reud, y en consecuencia castración e atendido. Conversa co11 un an1igo respecto de cuestiones sexua­ inscripción sin1bólica. Es el que pern1ite la articulación de los les y percibe que el vendedor lo está escuchando todo. Se va de111ás significantes, sin ser en sí n1isn10 11ada en particular irritado por esa in·upció11 en su intin1idad, n1olesto con su amigo sino lo que pern1ite establecer un sistc1na que se caracteriza que hablaba demasiado fuerte. Ese día, cruza la ciudad para ir por la pura diferencia de sus elc1ncntos. Siguiendo a J_,aca11 se a sus clases de idion1a. Al acercarse, ve en la escalinata a sus lo designa: "significante del nombre del padre". Justamente no con1pañeras de estudio que se sonríen y 11ablan entre ellas. es ninguna pieza en particular, en nuestro juego, pero es el "¡Ya está!" Se dice. Las chicas saben todo lo que habló en el que per111ite el n1ovi1níento. __ El ¡novin1iento de las piezas se negocio porque el vendedor se lo ha contado. Furioso por ese nombra con10 "función paterna" o "funció11 fálica", siendo lo abuso, me dice dos cosas que 111e 11an resultado n1uy significa­ que produce significación y lo que va en el n1ovimiento de una tivas. La primera es que debe matar al vendedor, dado que esa a otra posición marca el lugar, la trayectoria del sujeto del in­ sería la única solución. conciente. ¿Qué es lo que·-lleva al movimiento? ¿Advertencia de qué?

Estudiante: ¿Que algo falte? Estudiante : Sería un acting o un pasaje al acto ...

Respuesta: Sí, ¿qué? Un aviso de un posible pasaje al acto que sería la única salida de una an1enaza. Avisa, eso es bueno para el trabajo. Estudiante: El objeto de satisfacción. Sin embargo también se cumplen ... I.Jo segundo que dice es que esas cosas lo vuelven loco. Eso Respuesta: Sí. Nos queda un paso más. Y es un término n1e lleva a una reflexión un poco cruda: ¿acaso no lo estaba ya? frecuentado por ustedes. La falta de objeto lleva a un movi­ Pero tiene razón. Este joven, con10 tantas otras personas, en n1iento. ¿Cón10 se lo deno111ina? tanto puedan bordear o evitar ese pozo, ese abismo sin fondo en el cual podrían caer eterna111ente, pueden desarrollar su Estudiante: ¿Deseo? vida de alguna manera, a su manera. Pero saben que hay co­ sas q11e los desbordan, Jos saca11 de quicio -como se suele de­ Respuesta:Exaetamente. La falta de objeto es que cau­ cir- o para decirlo más precisan1cnte, los pasa del límite. Por sa el deseo. De alú el término que conocen: "objeto causa del ello deben llevar adelante una vida de mucho trabajo, como si deseo'', Quiero subrayar una cuestión: si no hay movín1íento tuvieran que construir el universo una y otra vez, soportando de las piezas en nuestro juego, nuestro modelo, no hay deseo y sobre sí una tarea desmedida. Produce con su delirio un mun­ no se determina un lugar de sujeto de un discurso. Eso tiene do en el que se puede situar, que pueda habitar. Es por ello que dos consecuencias. Una que se trata de u11 discurso cerrado y es tan poco conveniente el intentar desmontar el poco de rea­ autocontenido. Co1no verán, un discurso abierto se caracteriza lidad que podría tener para el interlocutor, pues es el todo de por una dirección desiderativa en el intento de ceñir totalmen­ realidad que lo sitúa. Para hacerse una idea de ese trabajo, te al objeto del deseo, haciendo del fracaso un movimiento cons­ que lo he visto realizar tantas veces, no he encontrado un mo­ tante de la tran1a sii11bólica. La segunda consecuencia, no cons­ delo mejor, van1os por el tercero, que el de la econo1nía en épo­ tituye un interlocutor que se anuda en la trama discursiva: o ca de inflación. Recordarán que a fines del '80 tuvimos un pro­ sea transferencia, salvo la que se n10,;:u1a co1no persecutoria. ceso de hiperinflación. J_,os analistas soñába1nos con París o 58 Nada es para siempre. Pensando la dínica psicoanalítie;1 --- -~ -- -·------

Nueva York, donde se fijaba un honorario al comienzo del tra­ por lo que la apertura del campo psíquico implica pérdida y tan1iento y se n1antenía hasta su fin y no se hablaba 1nás de la duelo. Es esa pérdida la que permitirá encontrar toda suerte cuestión. "B~n ese entonces, en Buenos Aires se los ca1nbiaba de cosas en la vida atravesadas por la dimensión significante. cada iues, al co1nienzo, luego cada 15 días y casi llegamos a La imposibilidad del encuentro con la 'Cosa', el objeto definiti­ can1biarlos se111anal1ncnte cuando, a ccnnienzos de la década vo, el objeto de 'la satisfacción' indica un límite. Al pasarlo se siguiente, avanza la cavallería, que lo detiene. Ei1 los mome11- hace posible que no haya falta, que todo sea posible, y que no tos de hiperinflación suceden dos cosas. I,.,a primera es que al opere entonces la dimensión de la ley y la prohibición. ¿Cuál? perder valor la unidad de medida (significante fálico, rasgo La prohibición del incesto. Si recuerdan en la Interpretación unario, etcétera), todas las de1nás relaciones se desestabilizan de los Sueños, Freud, al trabajar sobre el modelo de aparato y no se sabe có1110 establecer equívale11cías para realizar inter­ psíquico que hoy denominamos del "peine", plantea la imposi­ cambios. No se puede trabajar. Observen que la posibilidad de bilidad de retornar y pasar de largo el polo perceptivo. Creo que se produzcan sustituciones significantes y por ende signi­ que anticipaba esta idea que estamos tratando contemporá­ ficación requiere de la unidad de medida. El sistema se detie­ neamente. No hay vuelta a la masividad y compactación con el ne y entra en caos. Las autoridades económicas empiezan a objeto "mítico'' de satisfacción. Si bien el término lí1nite lo usa- dispo11er reglan1entaciones, que en ese momento se denomina­ 111os en sus connotaciones semánticas, es esencialmente un ban "paquetes de medidas". La tra1na económica y social se concepto matemático. Ya lo estaba presentando cuando hacía iba desarmando y desintegrando (recuerden la ruptura de equivaler a la lí11ea discursiva o la serie de significantes con la cadena de distribución), se iban haciendo necesarios nue­ sucesión de números naturales. Requieren de un punto de par­ vos paquetes de medidas. En pocos días se observaba que el tida: el cero (como salto de la naturalidad al orden del concepto) avance geo1nétrico del caos se aco1npañaba por-un crecin1ien­ o como ya lo hemos hecho, haciéndolo equivaler a la represión to geométrico de medidas y de un acortamiento de los perío• originaria. Ta1nbién requiere del 's11cesor', del significante 'por dos de tiempo entre unos y otros. El trabajo era enorme, y la venir', que caracteriza a la condición hun1ana: al i10 saturarse el i11minente catástrofe apenas pateada hacia delante, no i1n­ deseo, siempre adviene u11a demanda inas: una palabra mas. pedía la sensación de llegar al límite y traspasarlo: eso ha· La tensión que va del cero al sucesor es siempre relativo al bría de ser el final. Sólo un enorme esfuerzo podría evitar· 'lúnite' al que no se llega sino virtuahnente, o sea en la aproxi­ lo. Volvan1os a nuestros pacientes, la tarea es demasiado mación infinitesimal. Sie1npre hay lugar para que una palabra gra11de para una persona sola. n1as indique una nueva 'posición' del sujeto del inconciente. En el campo de la psicosis, ese límite se pierde, y el todo se Estudiante: No me queda clara la idea de límite. hace posible. De allí la experiencia de angustia: la 'cosa' se viene encima, y las construcciones delirantes son ese enor1ne Respuesta: Pasar de largo. Yo tenía la sensación que lo esfuerzo de reconstruir una realidad '¡acotada", o sea con'cotas', vengo refiriendo sin exp1icarlo suficientemente. Tomaré un par balizada, con límite. Esa experiencia totalizante es mortificante, de minutos para ello, si me lo permiten. El deseo del neurótico en el sentido de la pregnancia de la pulsión de muerte. se da contra un límite: es imposible arribar al objeto que lo Acá debemos incorporar un término que seguramente han satisfaga totalmente. Una aproximación infinitesimal, que se recorrido: el de "goce". ¿Pero cómo explicarlo? Usaré una idea hace infinita, hacia el límite marca el derrotero del discurso de Maimónides (Rambam), el brillante pensador judío del me­ inconsciente y en consecuencia el lugar del sujeto. Recordarán dioevo. (Una excJ;'ente biografía realizada por Abraham J. que el concepto de represión originaria y constitución del psi­ Heschel es tan recomendable). Sabía decir que los secretos de quismo en Freud implica la separación respecto de la 'Cosa', la Torá (El Pentateuco) eran imposibles de conocer totalmente,

// // 60 Nada es para siempre. Pensando la clínica psicoanalítica pero que además ello estaba prohibido. Le interrogan: ¿por qué Ahora bien habrán notado antes de referir a Main1ó11i• si es imposible además está prohibido? Hagan también la pre­ des, el uso trivÍal con10 lo conocen1os de los informe sobre el gunta inversa, ellos se la hacían. Pero Rambam había entendi­ estado de los ríos del térn1ino "acotado". Pero, nuevamente, do profundamente el problema. Si el saber absoluto es imposi­ es un término de las n1atemáticas. En un interesante desa­ ble, la prohibición abre el campo de lo posible, y en eso no ha­ rrollo que realizó el referido Michel Silvestre sobre clínica en bría palabra final. Verán que entonces todo lleva a la interpre­ las psicosis, formula una idea y una propuésta clínica muy tación, y de ahí la riqueza de la interpretación talmúdica. De precisas: ''acotar el goce)'. Producir un espacio en que el goce estar todo dicho, ¿qué lugar habría para uno? ¿Qué lugar para se encuentre un límite. Claro que el límite deberá ser en el el sujeto? Observen que teóricamente el texto es abordable en orden de la significación "fálica)', y consecuenteffiente un goce su totalidad en un acercamiento infinitesimal que se cumpla acotado, un ''goce fálico': es lo que del deseo se satisface, como en el infinito. Pero es entonces imposible para los mortales, para no se deje de desear. Inás que en partes, o sea, para los sujetos a la castración. Lo podemos trasladar a nuestra experiencia. La prohibición edí• Estudiante ¿Se puede equiparar la idea de límite con la pica, y lo qu.e e11 general 4enominamos castración indican una de castración? imposibilidad: que no todo es posible. Inversamente, sin efica­ cia de la refC'!iencia paterna todo es posible, en particular, que Respuesta: Me alegra que lo digas, has acompañado mi "falte la falta" de objeto. Lo que en matemáticas contemporánea pensamiento. Hacía falta decirlo. Hemos avanzado en la idea se non1bra com.o un "in1pOsible lógico": un conjunto universal de límite, y ahora debiéramos retornar a la idea de la cuál que contenga a todos los conjuntos. De allí deriva, y lo digo de partíamos: "Es un trabajo demasiado grande para una perso­ n1odo excesivamente breve,' que no hay teoría que pudiera dar na". Sola. Pero puede i10 serlo para dos, y allí es donde entra el cuentas de todo: o es incompleta porque excluye elementos de la analista, cuando puede. realidad para poder mantener su consistencia lógica, o los in­ Percibo en algunas expresiones que el ten1a no les termina cluye al precio de su propia inconsistencia. ¿Preguntarán qué es de "cerrar,, y no podría estar i11ás de acuerdo. Es un "trabajo la inconsistencia? Que un teorema, una conclusión del razona­ demasiado grande" para una sola reunión, y quisiera presen­ miento se pueda demostrar a la vez como verdadero y como fal­ tar estas ideas en el contexto de una referencia clínica, que so, pues eso rompe la posibilidad de que sea pensable. Imaginen podemos dejar para la próxima reunión. el universo que se construye de esa manera, un universo "loco". Se signa por dos cosas, al menos. La una, que no hay dife­ rencia. No hay diferencia sexual, pero sobre todo, lo que inau­ II gura a la anterior: el discurso inconciente se soporta de la pura Te quiero contar diferencia. Ninguna palabra recubre totalmente a la "cosa", al objeto del deseo (también se lo puede nombrar como "objeto Un estudiante se preguntaba respecto de porqué la posición a''), y esa insuficiencia "repetitiva" sostiene la serie discursiva. del analista en la neurosis transferencia! era diferente a la que La otra, por un "goce absoluto" donde todo es posible, donde la adoptaba en la clínica en las psicosis, y si aún así, se lo considera­ pérdida de límites, ya incluso en su sentido usual , deriva en ba psicoanálisis. Me parece oportuno tomar hoy esa inten-oga­ una catástrofe del campo imaginario ( de las identificaciones y ción, si admiten que enfoquemos solamente algunos aspectos. relaciones), así con10 de una depleción de la función simbólica Son pacientes que no demandan nada del analista o, dicho que signa la posición subjetiva. Nada más cerca del sufrimien­ de otra manera, se trata de una demanda masiva sin matices. to y el dolor psíquicos insoportables. Inversamente es el analista quien espera algo del paciente, 62 Nada es para siempre. Pensando la clínica psieoanalítica ,/wm 'f'ousk ...1Vodu us J>Ol"(J siempre ·.f~ª-~_l_inica psicounolítica en las psicosis ------~--- --______,, ______-- ·- ----·-- . ------quizás que diga algo donde se lo llegue a tomar como interlo­ 1-lay mon1entos en que está n1uy irritado, fuera de sí, tiene cutor. El a11alista se sie11tc poco acompañado y no llega a cons­ ataques de furia, n1omentos de "excitación psico111otriz", donde tituirse en alguíen para el otro. A diferencia de una dimen­ no sabe como sacarse de arriba eso que se le viene y se le pega a la sión in1aginaria o simbólica de la transfere11cia, el consulto­ piel, en un n1undo pequefi.o pero de desm.esura. l.;a 11crn)a11a lo rio se vuelve un pára1no solitario y despojado, henchido de un caln1a a veces, es tierna. Un cura que lo recibe an1igablen1ente en clima pesado. El analista lo siente hasta en el cuerpo y se la parroquia, lo escucha con pacie11cú1. 1~1 analista lo veía con10 pregunta qué 11ace allí. Mas todavía, si en la neurosis la cura un socio para este emprendimiento y esperaba que le diera algu­ 'vier1e por aüadidura', con10 resultante de un trabajo, en el na tarea, algún trabajito, algo en lo que fuera útil, un lugar. campo de la psicosis pareciera que es precisamente lo que se Comprendió que la afección venía de lejos ·y que en estos procura. Otra cura seguramente 1 pero a fin de cuentas, que años el deterioro. fue progresivo, quedando ya hilachas y reta­ la vida del sujeto le sea habitable. zos de su psiquisn10. Convicciones sin sustancia, proyectos sin Sergio hurga la cartera de la hermana con10 si fuera una efecto, deportes sin reglas: no le queda sino limpiar la casa, prolongación de ~su cuerpo. l)ara infortunio de ella, siempre repartir volantes, n1atear y comer. E11uncia frases del libro de le arranca los pesos necesarios para comprar golosinas o al­ n1isa si11 ton i1i so11 o repite frases tales como "hay que levan­ quilar una película porno que nunca devuelve. Se van acu­ tarse y recibir el sol", carentes .de n1odulación y presencia. La mulando debajo de la cama hasta que la mamá no da más, familia quería que pasara algo concreto, pero tra11scurrían las las devuelve y paga la deuda. Lo desesperan los golpes de reuniones y no pasaba nada. No viendo por do11de entrar, se n1artillo que cscucl1a de la casa vecina. Los siente retun1bar preguntaba el analista en qué se había metido. La pregunta dentro do su cabeza. Para desalojarlos, golpea las paredes, que se planteaba era ¿hay alguien allí? Siempre hay alguien, ins11lta y am·e11aza golpear al vecino también, pero aún es se responde, pero ¿podrá llegar? n1icdoso y se detiene. Un día decide entrar en el juego. ¿Por qué? No cobraba

Diag11osticado de esquizofrenia seis años atrás1 le indican pues quería ver si se podía ir hacia algu11a parte, pero al pa­ ncurolépticos debido a su agresividad. Lo era un poco en el dre, obrero textil, no le bastaba que le dijeran que se le cobra­ colegio y lo fue en el consultorio de la psiquiatra a quien logró ría algo que él pudiera pagar. Entonces informa al joven de asustar. Andaba bastante adormilado y finalmente la madre 23 años que iba a arreglar con el padre de cobrarles entre 10 lo sustrae del secundario, contra la opinión de los docentes, y 12 al mes, según le convenga al padre. Sergio le dice que que n1anifestaban su aprecio y afecto por el joven. Estuvo un inejor 10. No creyendo que se tratara de c1lidar las finanzás tiempo en un hospital de día y relatan los terapeutas que no fan1iliares, le pregunta el analista por qué. "Así n1e queda 'daba bolilla' a nada y que no hacía actividades con los demás algo para mí". ¡Había alguien! Apuesta a esa pequeña dife­ cl1icos. Sí enseñó a sus co1npañeros a simular la ingesta de rencia. Pero para sostener el trabajo pone algunas condicio­ fármacos y a escupirlos después. Eso lo hacía bien. No le inte­ nes que el grupo familiar debía observar. Que el padre le die­ resaba el hospital de día y él tampoco interesó. En otro no co­ ra esa diferencia al hijo distribuido por semana, que la ma­ rrió mejor suerte, la madre siempre se lo llevaba. dre no le dé dinero, pues lo hacía diariamente y sin cálculo. Ella lo viste o le prepara la ropa, verifica si no huele mal, Dado que le robaba a la hermana y gustaba de meter la mano le está encima. Si se demora en el baño, entra por las dudas. en la lata, que le descontaran esas cifras, así como el dinero

Como decía un colega1 en estos casos más allá del terapeuta, que decía perder en la calle. El primer efecto era que dejó de sie1npre hay una n1adre esperando. El analista prefería que lo perder dinero o de ton1arlo. Son "1nedidas" que intentan pro­ aco1npañara su padre o la hern1ana a las sesiones, que ella ducir u11 límite y consecuenten1ente alguna "unidad de n1edi­ estuviera un poco por fuera. da". Hubo otros intentos, no todas exitosas. Nada es para siempre. Pensando la dínita psi('O:tnalítíca ,J¡¡an 'Ji:wsk. "Nud:i_?s paru sic111pn:". ~-º c/ínict/ psicl)11nalí1ico en los psi('osis

Los padres debían autorizar los alql.llleres de videos, si no, no . Se le pide que cuente. ¿Abriría la puerta hacia alguna inti­ los pagaban; a la vez, si no devolvía Sergio un video, el recargo lo n11dad? J)ero no, otra vez un discurso vacío donde dice nada debía pagar él. Eso funcionó. En cambio otra fue un fracaso. l)ado para nadie. No se iba a ninguna parte. que se comía todo lo que había en la heladera, cuando el padre llegaba de trabajar no tenía qué comer. Claro que el muchacho Estudiante: ¿I)orqué en1pezó al traian1iento? ¿No sabía engordaba día a día, y el padre se tornaba en un alfefüque. Propo­ del van1os que era poco probable? ner horarios de comida, n1uchos si se quería y poner un candado en la heladera fue 'too much'. Lo rompió. Observo miradas que señalan desconcierto, pero observen: apoyarse en pequeñas difc~ Briznas rencias y establecer acotamientos en experiencias limitadas per­ mite situar al sujeto entre lo uno y lo otro, entre lo habilitado y lo Respuesta: Así pensaba, es cierto. Y n1e da la oportuni­ prohibido, lo propio y lo ajeno, lo anterior y lo posterior, etcétera. dad de decir dos cosas que no querría dejar de decir hoy y son Se trata, en otras palabras, de producir en algún espa· solidarias e11tre sí: u11a el "investirnie11to libidinal del discur- cio un "vacío de goce". ~a internalización de estas operacio­ so " , l a o.raet lt' erm1110 . "b.riznas ,, -que es 111as bien una imagen, nes ¿podrán nombrarsS como castración? Eso sólo se habría que a m1 gusto sintetiza bien unn idea. de poder saber después. Vayan1os a la prin1era: Ilespccto del análisis en neurosis de Su hablar no dice na~a a nadie porque no dice de sí mismo: transferencia, Freud solía decir que la transferencia positiva de no es más que un discu~so circular del cual está exceptuado el scntin1i~nt.os "tiernos", no relacionados a representaciones edípi• sujeto. No podía el analista encontrar trazo discursivo que lo c~c; repr11111das, era de fundamental in1po1ttmcü1 para que el trata­ llevara a escuchar algo que ren1itiera a otro lado. Una 1netoni- n11ei:to pudiera realizarse. Usen1os tér111inos n1ás nítidos para de­ 1nia llana sín saltos metafóricos, un discurso unidimensional, no1n1narlo: respeto, interés, reconocin1ienio, estin1a, afecto. Que sólo 1natizado por momj?ntos de excitación. alg_o de eso se preserve, es lo que per1nite al analizante soportar y Sin embargo, un día se sienta frente al analista, le hace un sostener las contingencias, dificultades, resistencias y dolores de gesto de complicidad y acercamiento con el brazo y mirándolo con un ru1álisis. Pero ello no debiera ser válido sola1nente en una direc­ franqueza le dice: "Escuchá, te hablo del corazón, hablemos entre óón. También es necesario que del lado del analista lo haya tam­ vos y yo, te quiero contar algo ... ''. Por primera vez pareciera que bien, e mcluso se pueda agregar preocupación y responsabilidad. existe el interlocutor para él y Además amaga con decir algo. Segu­ , En cambio, e11 casos co1110 el que vengo de referir hay algo ramente habrán ustedes tenido alguna vez la sensación de estar n1as~. ¿I)or qué habría de recibir al joven? La hermana, que me hablando con alguien y que no les responda, ni ideativamente en hab1a escuchado hablar del tema, me cuenta acerca de él, de un diálogo ni afectivamente en un lazo de complicidad. Una falta los mtentos fracasados, además de la gravedad del cuadro. Pero de reconocimie11to del otro, de no encontrar un espejo en el que uno el afecto con que me hablaba de él, la preocupación que tenía, se encuentre, o se aliene especularizándose, al modo de una viden­ las ganas de que pudiera hacer algo de su vida y su paciencia, te diciéndole a la otra: ('Vos estás bien, pero ¿cómo estoy yo?" me daba la impresión de que podía trabajar con el joven en No permite al interlocutor el reconocerse como un otro y base a que había alguien que tenía algo vital por o para él la angustia lleva a enojarse con él, a odiarlo, a tratarlo mal. podría apoyarme en eso. Tiempo después n1e encuentro co~ Pasa con frecuencia y en otra época en los hospitales se usaba un una idea de Piera Aulagnier que, tratando del a11álisis en las término malicioso: "caño", para referir a este tipo de pacientes de psicosis entiende que debe haber un "escucha11te" dispuesto a in­ quienes se escapaba. Decía mas arriba que la tra11sferencia, tal vestir el discurso del paciente. Ese aporte de investimiento libidi­ con10 se presenta en el análisis de neurosis, no es esperable. nal es necesario para soste11cr a un edificio que se derrumba. I 66 Nada es Pensando la clínica psicoanalítica ,Juan Tnusk. "Nadn es para sicmp,.c". Ln clínica psicoanalítica en /as psicosis 67 ------"----.. ------.. ·-·------·--·------··-·-·-··---

Investirlo, ¿,no es lo que hace la madre con el bebé para que Alumno: Si uno tiene en cuenta estas briznas, puede ir exista? fJero, ¿un analista? J!~ste caso, que parecía desde un prin­ rescatando lo perdido, aunque más no sea lo posible. cipio que no iba a andar, también me pareció que, habiendo un "lülillo" libidinal en la 11erma11a, si ella lo te11ía, lo podía tener Respuesta: Ése sería un buen proyecto terapéutico, coin­ yo también. Lo tomé de prestado y quise hacerlo propio. Siem· cido. Guido Narváez decía en esta facultad en 1989: " ... (que) pre vale la pc11a, aunque no se arribe a buen puerto. No sería pueda ir constitt1yéndose en una forn1a de vida(. .. ), que pueda justo si no agregara a estas ideas, una observación que me re­ dejar de padecer ciert.os sufrimientos de Ja psicosis". Eso es sulta significativa, pues es la otra cara de la moneda. La he posible y no es poco. También se puede ir a más. Recuerden leído en un trabajo de D. Perrier: El psicoanalista entre el psicó· que Freud, con n1ucho sentido co1nún, interrogaba a los psi­ tico y el tera¡1euta en donde dice que " ... se le escuche (al pacien­ coanalistas en tanto quisieran producir en sus pacientes un te), se le espere y se le hable, fuera de un proyecto narcisizante". ideal de salud mental del cual ellos mismos no podrían respon· Quiero destacar que entre lo uno y lo otro, es posible crear un der. Porque si el ideal de cura se lo elevara para los pacientes, espacio en el cual la inscripción significante sea posible. el analista podría identificarse con el mismo o dejaría que el paciente Jo identificara con ese ideal. Nada más problemático Estudiante: ¿Por qué vale la pena? que eso. Al final de la reunión veremos por qué. E11tonces, tene111os briznas, brotes, que se pierden, que se Otro estudiante: ¿No se estaría perdiendo tiempo o un rescatan. '11ene1nos un can1po yer1no y la espera11za de forn1ar esfuerzo que otros podrían aprovechar mejor? el paisaje. Estamos metafóricos, pero ¿de qué estamos hablan­ do, en térmit1os de un pensamiento psicoanalítico? Respuesta: Claro. Las preguntas están bien planteadas y me permiten entrar al tema que había anticipado. Alumno: ¿De discurso psíquico? Hay un hospital de día que atiende a jóvenes y niños afec­ tados por psicosis, que se llarna "Brizna". Me gusta ese non1- Otro alumno: ¿No es Ja asociación libre? bre, no podría ser mejor elegido para la misión que pretenden realizar. En un pára1no yermo y desolado, pareciera que no Respuesta: ¿Y qué elementos aparecen para que se hable hay vida y que nada crece. Así era el desierto de Atacama que de discurso o de asociación? recorrí cuando tenía la edad de ustedes. Sin embargo, hay aquí y allá, briznas de algún vegetal. Pocas, dispersas, obviables Alumno: Significantes. para el observador desatento. ¿Qué les hace pensar? Respuesta: Significantes, representaciones. Las briznas Alumno: Brotes, en el sentido de vida ... serían representaciones. Si las hay, también hay algún sujeto de esas briznas que fonnan alguna suerte de discurso. No toda Otro alumno: Por ahí tiene que ver con la esperanza de traza de simbólico está desaparecida. Si se trata de algo de volver a formar el paisaje. pulsión de vida en esas briz11as, entonces poden1os suponer un sujeto de ese discurso. Habrá que encontrarlo y trabajar con lo Respuesta:Es una buena imagen. Paisaje que por ahora que tiene. Seguramente la insuficiencia para sostener el mun­ está despojado, que cada devastación o descompensación psí· do sobre sus hombros. Pero acaso ¿no es ese el trabajo de todo quica ha provocado que este campo vaya perdiendo cada vez ser humano: sostener por medio de lo simbólico lo inconmen­ más sus escasas ~riznas y quiebre el conjunto. surable de lo Real? Para algunos es siempre un exceso. 68

En cua11to al paciente que vengo de referir, n1i pregunta en inás contunde11tes y pretendía evitarlo. I-Iago lo que algunos ese n1on1ento era: "¿Iiabía alguien allí?". Alguien tiene que hoy en día denon1inan n1aniobra. (El térn1ino no me resulta haber, sie1npre lo hay, la cuestión es si lo puedo encontrar y cómodo. Sin en1bargo, atcn1pera mi crítica e1 hecl10 que tra­ puedo producir con él. I)lantear una experiencia que no llega a ta1niento en alen1án, y así lo usaba F'reud, se dice donde se la quería llevar, corno la que vengo de relatar, i10 indi­ behanrllung, cuya traducción literal sería, a fin. de cuentas, ca que la 1nisn1a 110 se pueda realizar; en todo caso habla de su n1anipulación.) l.,e advierto a Pedro: "Si te vas a lastin1ar y límite. Y de la insistencia de los analistas. hacer daño, no te voy a atender más". I~nuncio una paradoja, seguran1ente ustedes piensen en lo que me preocupaba: que se suicidara o dañara severa1nente. Te tengo que matar De matarse, es evidente que 110 seguiría atendiéndolo. Pero si él resistió la paradoja, también yo. J_.a idea era instituir un Para ello quisiera referirn1e a 11na experiencia, aunque sea c'No", una prohibición, algo que opere con10 límite a1 goce. Es bl·eve1nente, que sí se pudo realizar. Y que se puede realizar una forma n1uy parecida a con10 varios autores lo han referi­ con mucho trabajo: ta11:to de uno como del otro. do en el trabajo con niüos. Pedro sabía que lá'.s cosas andaban fra11camente 1nal, se Sin duda, nada más parecido a una función sin1bólica ü1s• sentía enldquecer. L11ego de trabajar conmigo por poco tiempo, tituyente del psiquismo, si pensamos en la ordenación negati­ se va. Le comento al coJega que lo había enviado, que preveía va del :inco11ciente. ¿Acaso el ca1npo del deseo 110 se abre con un futuro óscuro. r'ero Volvió. Hay que dejar sien1pre la puerta algo que diga "No" a la inadre, que diga "No" a perderse co1no abierta: cri las dos dirécciones. cosa, co1no objeto en el cuerpo inaterno, el cuerpo del Otro, Cuand:o no daba n1ás, salía a la azotea a gritar y patear repudiando la falta en los dos lados? Pero uno no pretende paredes. l..1Íls voces lo incrin1inaban, an1enazaban y ordenaban. tanta omnipotencia, sino tan sólo crear un espacio "vacío de Sentía que' no tenía con qué responder a una exigencia desme­ goce" donde poder hacer circular una palabra y ocupar u11 lu­ dida. Confundido, su capacidad de pensar en sombras, una gar para e} otro. I~.,ue eficaz, porque fue usado en el mo1nento angustia que no le daba respiro, su afecto congelado y su ex­ justo. (Recuerden como en el caso de Sergio, no lo fue.) Ade- presión opaca: estaba desesperado, era un desesperado. Con­ 1nás, ¿cuántas veces se podría usar? La prohibición tranquili­ verso con el padre para 10&11·ar su colaboració11. Para ro1nper el zó y permitió trabajar, a an1bos. hielo, obscr:,a atentamente los libros de mi biblioteca y me En otra oportunidad, inucho tiempo después, en que las dice: "¿l:>ara qué quiere tantos libros si todos dicen mentiras?" voces le obligaban a una conducta violenta y definitiva se lo Ahí entiendo un motivo para tanto fracaso en la vida del jo­ vuelvo a enunciar: "Si le pegás ... " No lo hizo. Por s11erte, pues ven. Debo reconocer que n1e enojó esa observación, l1asta que yo debía cumplir mi promesa, y él Jo sabía. Con10 verá11, se e} humor n1e dio una n1ano. Le contesto: 1iTal vez me interesen asume responsabilidad y riesgo, pero eso ta1nbién tie11e un lí• las mentiras que dicen". Eso nos tranquilizó a los dos. Años mite: se puede fracasar. La dimensión de la prohibición en acto más tarde podremos reírnos con Pedro de esa anécdota. Tam­ rcn1eda la prohibición edípica, en un destiem1)0, en un des­ bién él era un buen lector, tampoco él se la creía del todo. ajuste -es cierto- pero es una oportunidad que puede ser deci­ He de referir sólo dos circunstancias. Una de ellas es en el siva, tal vez por prünera vez. llera sepan del riesgo: u11a orden comienzo. Advierto que su irascibilidad podría traerle proble­ del analista, a falta de tener incorporado un sistema de prohi­ n1as. La circunstancia tenía poca importancia: arrancar un disco biciones y habilitaciones en el psiquismo, se puede tornar per­ del tocadiscos (esto ocurrió hace tanto ... ), donde se corta con la secutoria y fabricar un nuevo an10. púa. Entiendo que hay riesgo de que se pueda dañar de modos Les presento entonces Ja segunda referencia: 70 71

Sé que le hablan las voces, se le ve en la cara y en los son diferentes. Pero lo que va de lo uno a lo otro, probablemen­ gestos. Apesadumbrado, no puede con ellas. Le pregunto qué te es la cualidad del trabajo a realizar en el contexto analítico. le están diciendo: siempre trato de que hablen, así se produce otro interlocutor más allá del cortocircuito. Estudiante ¿Qué es un espacio si11 lugar o un espacio "Tu1e dicen que te tengo que matar." compacto?

Estudiante: ¿Qué se hace en esas circunstancias? Respuesta: Veamos algo sobre esa suerte de "espacio sin lugar", planteándolo de un modo genérico. La construcción del Respuesta:Confieso que me asusté. No hay por qué no psiquismo se sostiene de la posibilidad de figurar, representar tomarlo en serio. No son formas de decir, cargadas de metáfo­ la dimensión de la diferencia. Cuando esta construcción no se ras. Pero me sobrepuse. El oficio de analista tiene esas cosas: constituye en los comienzos, lo hace de modo fracasado o frag­ no es que ltno no reaccione como cualquier otro, sino lo que mentario o colapsa en una diversidad de modalidades en mo­ importa, es lo que puede 11acer con ello, una vez que se corre de mentos posteriores de la vida, se pueden observar regular­ donde quedó situado por el discnrso del otro. Algnien pregun­ mente algunos fenómenos. tará cón10 se 1-iace, pero un analista no es sino un sujeto del Uno de ellos es respecto a la estabilidad en la identifica­ inconcie11te con10 c11alquier otro, que 11a pasado por una expe­ ción sexual. Nada diferenciaría el poder pasar de un lado al riencia de análisis. No lo banalizo: los que la pasan o la han otro, de hombre a mujer. Una voz que lo insinúa desde dentro pasado saben que no es poco. de la cabeza o que interpela desde el televisor, alguien que se Le pregunto con cierta candidez: dirige al sujeto con una alteración de género en el hablar, y la 'l¿Vos le creés lo que dicen?" pregunta: ¿Por qué se goza de un lado si se podría gozar del "¡No, qué va!" Con el gesto correspondiente con el bra­ otro? O sea, nada i1npediría entonces ser lo uno o lo otro, sal­ zo, y se ríe. vo el obstáculo anatómico. Yo tarn bién y pienso en el gesto de secarse el sudor de la Este pasaje sin balizan1ientos, también se puede observar frente. Me sorprendió. Sobre todo el acceso de humor. ¿Fue de en la pérdida de la dimensión de interioridad y exterioridad. él o inío? Sería una pregunta innecesaria. (Bien representado en las figuras de la geometría topológica Se cun1plía algo que me evocaba una idea que me había que ha utilizado Lacan.) Que una relación sexual despierte el gustado y veremos mas adelante: desagregar la trama deli­ terror de entrar en el interior de la n1ujer y desaparecer e11 él, rante. l~xactan1ente eso estábamos haciendo, al hacerle per­ lejos de una representación metafórica, es una experiencia a­ der consistencia e irreductibilidad, se torna palabra que puede lucinatoria, con un todo de realidad, o sea Real. Una cosa es la circular entre dos. También entendí que aquél que puede dis­ sexualidad acotada, como se dice en el lenguaje de La naranja poner del humor está bastante mejor de lo que cree o creen los mecánica con cierta obscenidad: el "viejo uno-dos, uno-dos": den1ás. Mas aú11, el 11un1or, no la burla, es un recurso de traba­ hay límite en lo espacial y en lo temporal: los cuerpos no se jo excelente. Entre las voces y Pedro, en ese espacio sin lugar, amalgaman, alguna vez eso termina. El adolescente se pregun­ se interpone el chiste quitándoles severidad. Si circulan mas ta si no pierde el pene, si se gasta, si se acaban los espe1mato­ allá de su cabeza, es como ponerle el cascabel al gato: ya no se zoides por andar follando por ahí: se pregunta por la castración deslizarán vociferantes pero silenciosas en la leñera. Algo de y sufre. Otra cosa es entrar y perderse. No es que se arriesgue la terceridad abre una fisura en lo compacto de ese espacio. una parte, sino que se pierde todo, sumergido en un vacío, un Gw duda es importante distinguir la irrupción desde afuera y agujero sin fondo, un abismo sin medida. Sin la operación que la instalación en lo sin1bólico de lo tercero. Las consecuencias produce unidad de medida, ¿de qué significantes sostenerse? {_/ . _'.~u~:~~ ·12~u-.~~-:'Nuda es porn sicmprl' ·./,o clínica psicoanalítico C'n lus psicosis 73

N acla es ¡>ara sic11111rc lugar de castración. lJno de los i11dicadores de esa lin1itació11 es que no se puede atender sino a pocos pacientes que atravie­ No había poca sabiduría en las inscripciones ele los can1io­ sen por estas situaciones, lo cual es recon1endablc. ncs que proveían de verdura al viejo J\..Icrcado de Abasto. ~a no podc1110s leerlos, allí. Uno rezaba así: "An1or de n1adre, ab1sn~o Estudia11te: Si la relación es docente alu1n110, y a su vez si11 niedida". lJna cosa es la I1ostalgia: eso habla ele la ausencia el docente con un docente, entonces se trata de tres generacio­ del objeto a111ado, es un guif10 a la castración. Otra cosa es un nes. ¿Qué tiene esto que ver con el Edipo? fenón1eno forclusivo que, con10 un todo co111pacto, ton1a toda la experiencia_ y no tiene intervalos. No da resuello y pareciera Respuesta: P~l n1ovin1icnto indica que las generaciones se que i10 hay trabajo que alcance para ~alir del "abismo'~; aplastan y quedan reducidas a una sola dimensión. De in1ne­ Otro de los fenómenos se puede figurar en el par deple­ diato aparece claramente que la ausencia de diferencias gene­ ción-i11flación" para lo que me será útil ton1ar a inodo de ejem­ racionales reduce la din1ensión edípica y se cancela la prohibi­ plo, el problema que se le planteaba a un paciente en relación ción del incesto. Todo es posible: lo que quiere decir que todo es a la posición en que qu~<:Jaba arrojado al ocupar un lugar de igual. Eso no deja lugar a movimiento alguno. ¿Qué es ser hijo? alumno o de profesor. Dé ser docente, el sujeto vuelca todo el Y sobre todo, la pregunta que hemos tornado en clásica, pero saber al alumno, co11 lo cual se queda vaciado y el alumno con no por ello menos crucial: ¿Qué es un padre? una voraz exigencia lo traga. Por tanto deja de ser docente, Esta idea tiene su equivalente en el achatamiento de los deja de ser y registra laalarma: la soga se termina Y puede tiempos. No hay un antes, no hay una historia, no hay un des­ caerse del "tablero". Si :el n1is1no sujeto tiene a su vez una pués, un futuro, y una suspensión que traza ese inovin1ie11t.o. relación de alun1no respecto de un docente, puede e1npezar a F'areciera que todo opera en la perentoriedadt en la inn1ediatez verse perseguido por sus exigencias desmedidas y arbit~a­ (mejor aún: en la instantaneidad), ante la inmine11cia de una rias, sentir q-ue debe darlo todo y que eso tan1poco alcanzar1a, catástrofe. Es la pérdida de distancia que lleva a que el otro se quedando succionado por el mismo y tendiendo a desapare­ venga encima de 111odo n1asivo: sin balizamiento, lo que viene a cer. Es el problema equivalente. ser como pura "cosa". Si11 distancia ni diferencia, es imposible el Son los n1omentos e11 que el sujeto se siente enloquecer, investimiento libidinal, de modo que el único recurso habría de co1110 lo refería en la reunión pasada. Una angustia insoporta­ ser la pura violencia, la don1inancia de la pulsión de rnuerte. ble invade la escena, un pasaje al acto puede forzarse para El trabajo clínico debe apuntar a producir diferencia, pro­ detener la escena y también puede ser el momento que un a­ duciendo la textura, el espesor del interlocutor, de las genera­ nalista sea requerido por el protagonista. Son momentos en ciones y del tiempo. Para que un sujeto se pudiera colocar en el que llaman al analista en los más diversos horarios y éste_ esté lugar de padre, para realizar este niovimiento, tie11e que poder dispuesto a dejar la línea abierta o a reumrse con dpacien_te descolocarse del lugar de hijo, y producir tres generaciones con frecue11cia, incluso un par de encuentros en el in1smo d1a. cuando no eran sino solo dos. Dos que en la relación especular Ser testigo de y acon1pañar en esos n1omentos es de cr~1cial se aplastan en un solo lugar. iinportancia. Sin embargo, en tanto la de1nanda es excesiva Y Para que se abra una serie debe haber al menos tres tér­ masiva toda respuesta debe incluir una dimensión de límite Y minos. Uno de ello abre la serie: el cero en los números natura­ de secu~ncia. El riesgo es el de pregnar de un exceso de senti­ les, represión originaria e11 Freud, inscri pció11 del nombre del do, que podría reducir la experiencia al consejo o a la ?rden. Se padre en Lacan: es la unidad de medida. Pero para que la serie trata de transformar ]a pregna11cia de omnipotencia que se pueda operar debe haber un cuarto ténnino: algo debe estar sitúa y requiere del lado del analista, para responder desde un perdido. El objeto debe faltar. Cualquier operación de producción 74 significante es a condición de perder algo .. Sin pérdida, no Diagnosticando estructuras hay constitución subjetiva ni de las generaciones. L1a1namos a eso castración. . Es inevitable a esta altura que algunos se estén plantean­ Un analista que acon1pañc la experiencia puede can1b1ar do una cuestión respecto al diagnóstico. ¿Cómo se articulan los las cosas, sentar la base del intervalo, de la diferencia. Se pue­ moví1nientos que vengo de referir en el trata1níento de pacien­ de estar tornado por una alucinación, dominado por voces o tes con las definiciones de psicosis que vienen trabajando us­ aplastado por la melancolía impiadosa, pero tambié.n se pue­ tedes y son frecuentadas en nuestro medio? de salir de la prin1era, acallar a las segundas, reducir la viru­ Sí las mismas enuncian un diagnóstico por estructura, des­ lencia de la tercera. Se puede no estar siempre alli, se puede de el cual se hace informulable un pasaje de psicosis a neurosis, faltar a la cita. Puede haber otra voz, el analista, que nom­ ¿dónde situar el trabajo que lleva a un orden de inscripción bra, que acompaña, que temporiza presencia y ausencia Y que simbólico en el cual se puede hablar de sujeto del inconciente y e11uncia que nada es . de deseo? Esta discusión no carece de ünportancia, pues ubica En efecto se intenta construir una historia, un drama que los alcances de la intervención y los modos de situarse el ana­ tenga una secuencia, personajes, argumento, desenlace. Se lista respecto del paciente. Por ello, en el tiempo que nos que­ intenta recuperar un tejido simbólico que, al "desagregar la da, he de presentar un par de ideas para situar el problema. trama argumental... del fantasma delirante... y crear condi­ La dificultad diagnóstica es frecuente en el medio psicoa­ ciones que hagan posible Ja reconstrucción en el seno de una nalítico. La esquizofrenia y la paranoia por un lado, y la neu­ historia destruida" (Emiliano Gallende), descompleta ese va­ rosis por el otro parecieran no presentar dudas de magnitud lor de verdad sin matices que se impone unívoco al sujeto. Lo como las que presentan una serie de cuadros en los cuales, lo desmedido puede tomar medida: una medida significante Y menos que se puede observar es la coexistencia de fenómenos podemos tener un interlocutor, un sujeto. . forclusivos y represivos. Se los ha situado contemporáneamente He trabajado con varios pacientes que han podido hacer en un territiirio llamado de patologías de borde, que tienen un recorrido importante para sus vidas. Un joven cuyo arduo una tradición que se expresa en deno1ninaciones siempre geo­ trabajo se baliza en dos momentos cruciales: a partir de poder gráficas: borderline, patologías fronterizas, etcétera. producir un "nombre propio", sujeto de su discurso, a poder Se ha reservado la denominación de psicosis, sea que se sítuarse e11 la identidad sexual como "hombre". Decirlo en u.na haya desencadenado, como que no se hubieran manifestado frase me produce un aire de trivialidad, pues fueron vanos los fenómenos que se le consideran propios, a aquellas situa­ años de trabajo hacia lo primero y desde allí a lo segundo. ciones en que la forclusión habría recaído sobre el "Significan­ La posíbilidad de separación respecto del otro, de desarro­ te del Nombre del Padre" (SNP), definiendo así la no operan­ llar su capacidad creativa, de trabajo y de desarrollar i.;na pro­ cia de la metáfora paterna y en consecuencia la imposibilidad fesión. Poder enseñar, reconocer al otro y ser reconocido. Re­ de significación fálica. En otras palabras, el desvanecimiento lacionarse afectivamente pudiendo desarrollar relaciones de de un sujeto deseante. Pero, además, la imposibilidad futura pareja y ocupar un lugar parental. También poder es;ar_aler; de tal inscripción constituiría un destino. Sólo la "metáfora ta de los momentos y situaciones en que se acerca al abismo delirante" habría de estabilizar la estructura, pero no se ha­ y saber hacerse ayudar. , . . bría de equivaler a una inscripción del SNP. Consecuentemen­ He admirado en ellos la valentia, la permanencia y la luci­ te se haría informulable desde esta concepción un pasaje de la dez de sus reflexiones. Sentir que la insistencia en sostener un psicosis a la neurosis. Dicho de modo condensado la forclusión trabajo enorme y difícil para hacer sus vidas habitables era afectaría al Significante del Nombre del Padre haciendo ino­ una tarea en común y que valía la pena. perante la metáfora constitutiva. Ahora bien, esto lleva a que se pudiera explicar a posteriori que se tratara de una psicosis) sostener la tensión de la inisn1a, en el trabajo del inconciente a partir

Silvia Atzori

abiar de una clínica µosible, o de un tratamiento µosible H de la psicosis, es un tema quei podríamos decir, pertene­ ce a la "n1odernidad". Antiguamente, a los locos se los consideraba poseídos por el demonio, por brujas, etc. Se decía que el demonio los había poseído, que estaban dominados por el mal, y no había ningún tratamiento posible, o en realidad, el tratamiento era el de la inquisición : quemarlos en la hoguera para poder, de ese modo, eliminarlos, así como al demonio que los había poseído. Había además algunos otros métodos más humanizados, que consis­ tían en intentos de exorcizar al demonio que los había poseído. Modernamente aparece toda la idea de enfermedad, y de pensar a la enfermedad mental con el modelo de las enferme­ dades médicas. Es decir, la ideología científica empieza a do­ minar la cultura, y de acuerdo a ella , todo es pensable en el modo de la ciencia y no de las religiones. Esto hace que se empiecen a entablar cuadros psiquiátricos bien descriptos, lo cual tiene su desarrollo más importante en Alemania y en Fran­ cia, con escuelas psiquiátricas distintas Los que antes se llamaban locos, que hablaban dispara­ tes y que parecían "poseídos", de pronto pasaron a llamarse de acuerdo a las diferentes enfermedades que padecían: Esqui­ zofrenia, Parafrenia o Psicosis Maníaco Depresiva, etcétera.

*Clase de Concurso para Jefe de Trabajos Prácticos - Cátedra Clínica de Adultos II. So Nada es par:t siempn~. Pcnsanllo la clínica psicoanalítica

f)or ello, quisiera con1partir con ustedes una referencia del Jleferc11cias y citas llil>liográficas rraln1ud, del rl'ratado de los l)adres, del siglo II, que n1e ha ü11- presionado desde hace ticn1po. Dice así: Aulagnier, Piera: El upre.1uliz ai­ ta al saber esperar el tiempo y la ocasión para un sujeto. Pero dós, 1982. ¿córno saber de eso si la experiencia le es ajena? . Main1ónides: Guia de los ¡1erplejo.'>', IJirección General de Pu­ La idea que expresa la cita taln1údica es en cierta n1ed1da blicaciones, ]\léxico, 1993. voluntariosa, 11asta piaQosa si se quiere, si no se considera esta Nasio Juan D.: La forclusión local: una contribución a la últi1na pregunta. Tardé-décadas, y no exagero, en extraer del teoría lacaniana en Los c~ios tie Laura, Buenos Aires, A­ texto talmúdico lo que considero su sentido 1nás fuerte. morrortu, 1987. I.Ja cuestión que se plantea en la cita es práctican1ente una Nerváez, Guido: En torno a la )Jsicosis, Iluenos Aires, advertencia. Tekné, 1989. ¿Por qué habría el lector de situarse del lado del_ que no Perrier, D.: El cuento de la buena pipa, Barcelona, Petrel, 1978. desprecia, dando por supuesto ese lugar para uno y depndo el Silvestre Michel: "Tra11sferencia e interpretación en las psicosis", otro, el pasible de desprecio, para el interlocutor f1~urad~? en Psicosis y psicoanálisis, Buenos Aires, Manantial, 1985. ¿,Quié11 podría constatar esa frase? I .. a frase se le podr1a venir "Talmud Babilonio", Pirke Abot, Siglo ll, en Sidur, Consejo encima. Cualquiera pudo haber estado en la "111ala" o estarlo Mundial de Sinagogas, Buenos Aires, 1965. en u11 futuro, y caber perfectarnente del "otro" lado. Eso no Tustin Frances: .F;staclos au.tisticos en los nillos, Buenos Aires, tendría tanta importancia. Sí la tiene que un psicoanalista Paidós 1987. entienda que es posible trabajar con quienes atraviesan las Van Gogh, Víncent: Cartas a Theo, Buenos Aires, Goncourt, experiencias n1ás devastadoras de la subjetividad, precisa1nente 1980. porque ese territorio no le es ajeno. . A fin de cuentas, nadie las tiene todas consigo. ¿No llama­ mos a eso castración? Siluio J\l'zori. Fundumentos de/([ clínicn en

'roda una generación de psiquiatras, se sienta en las ca­ de base. Que es pensar a la psicosis con10 una estructura dis­ mas de los enferinos y en1pieza11 a escribir historias clínicas tinta de la neurosis y de la perversión, y no con10 un déficit de y a definir cuadros. A partir de ese mo1nento, se los dejó de una supuesta norn1alidad. pensar como endcn1oniados y se los empezó a pensar con10 ()bvian1cntc de esto va a depcr1der e] posiciona111iento y la enfer1nos, lo cual permitió, que en lugar de que fueran que- dirección que van1os ;:1 in1primirle a tratan1iento de un pacien­ 111ados vivos , fueran tratados en hospitales, co11 algún in­ te psicótico, que difiere radical1nente de la dirección de la cura tento de n1edicación posible, pero sin ninguna pretensión de de un neurótico, por razones que intentaré desarrollar, y que poder entender que pasaba con esa persona. Se le adjudicaba so11 estructurales. como causa de la enfermedad, un trastorno degenerativo, he­ El psicoanálisis, intentará desde Freud, dai·le una lógica, reditario, algo que era imposible de comprender. Los existen­ a lo que la psiquiatría se propone poner en orden, clasificando, cialistas trataban de verlo con10 una forma de existir en el nombrando la locura, en base a lo que desde la observación del mundo. Jaspers decía que habría tanta posibilidad de enten­ que se pone a mirar ve: el síntoma corno aquello que desborda der a las psicosis, co1no de tirar un caja llena de letras hacia lo esperado. El diagnóstico es un punto de partida, es una con­ el techo y que aparezca escrito "El Quijote". Renegaban de jeturai req1iiere de una concepción teórica y anuda lo univer­ toda posibilidad de poder pensar, de poder entender que ocu­ sal con lo singular, lo universal de la estructura del sínton1a rría con este tipo de pacientes. con la particularidad del sujeto. Es el psicoanálisis quien con1ienza a preocuparse por la J.,a Psiquiatría nos dirá como es el loco, y el psicoanálisis verdad en juego en un texto psicótico. se propone dar cuenta de la verdad e11 juego e11 un texto psi­ Freud, se encuentra con ésto de que existen ya cuadros cótico, a pesar de que el psicótico n1uestre su auto1101nía y psiquiátricos bien descriptos, que se puede hacer un diagnósti• afirn1e su personalidad a través de conductas estrafalarias a co de enfermedad y pronosticar algi1na evolución y se va a ha­ veces, que coptradicen las norn1as fan1iliares, sociales, y has­ cer algún otro tipo de pregunta sobre el porqué de la psicosis. ta el sentido común. Freud empezó a investigar, no atendiendo pacientes psicó• Desde el con1ienzo, el psicoa11álisis intentará aislar el n1e­ ticos, que no eran su n1ayor vocación,( sabemos que todo lo que canismo productor de la enfermedad: aprendió lo aprendjó con neuróticos, podemos decir que cons­ Freud muy tempranamente, en Neuropsicosis de Defensa, truyó su doctrina de la mano de las histéricas), sino tomando (1894) diferenció los mecanismos de defensa de la histeria y de el texto de un psicótico muy inteligente, de un delírante bri­ la neurosis obsesiva frente a la representación intolerable, y llante, que fue presidente de la Real Cámara de Apelaciones aisló otra forma propia para la psicosis. I)ara ellas, ubicó una del Land de Dresde y que escribió un libro con sus memorias, modalidad defensiva consistente en que el Yo desestima en las que contaba absolutamente todo su delirio. (Verwerfen) Ja representación intolerable junto con su afecto y O sea, Freud investigó, teorizó, pero hasta él no podemos se comporta como si la representación nu11ca hubiera existido. hablar de tratamiento, o de práctica clínica. O sea, junto con la representación, el Yo se arranca un frag­ Es a partir de I..1acan, quien se introdujo e11 el psicoanálisis mento de Ja realidad objetiva a él entramada. Incapacidad del de la ma110 de la para11oica "Aimeé" que podemos pensar en un yo para defenderse contra el peligro de una representación tratamiento posible de las psicosis. psíquica intolerable. La representación que amenaza al Yo es Para poder desarrollar el tema de esta clase, que tratará intolerable porque recae sobre un fragmento de realidad de­ de los fundamentos de una práctica clínica con psicóticos, des­ masiado investido, ligado a la experiCncia de la castración. De de el psicoanálisis, con un particular modo de concebir las es­ la castración del Otro, de la madre. Para el niño, lo doloroso de tructuras, se 1ne hace necesario partir de un mínimo acuerdo la experiencia de la castración, es constatar y percibir en el 86 Nada es para siempre. Pensando la clínica psicoanalítica Siluia Atzori. Fundamentos de lo clínica en lo psicosis . ------·· ·- --·------···-·------··---·---·--·--- cuerpo fen1enino la ausencia de pene que la madre posee. de la castración, no fue alcanzado jan1ás por esta experiencia Dolorosa, porque ella significa que también el niño puede ser crucial y decisiva. despojado del pene, y dolorosa además porque esta percepción Esto sería lo que para T.iacan produciría u11 agujero en viene a confirmar la seriedad de la prohibición paterna del lo simbolico. incesto. Para Frcud, la representación rechazada vuelve des­ Más tarde, en 1924, en "Pérdida de Realidad en Neurosis y de el exterior y se transforma en algo alucinado (imagen aluci­ Psicosis", dirá que el problema no es la pérdida de realidad, nada del dedo meñique cortado). Se trata de una defensa mór• sino co1no se la sustituye, cuáles son los resortes. bida e inapropiada: el peligro que se echó por la puerta, vuelve También de acuerdo a Freud, el psicótico no· cede la posi­ obstinadamente por la ventana). ción de intérprete, 11i ta1npoco, a causa de su regresión al nar­ cisismo, ama lo suficiente como para conferir autoridad suges­ 1ec. tiempo mítico: el niño supone que todos los seres huma­ tiva a la palabra del analista. nos, y su madre en particular, poseen un pene. Juicio pri­ Lacan, sobre el final del seminario 3, luego de haber vuel­ mordial de atribución, atribución universal del pene. to a Schreber, a las memorias de Schreber, despeja ese tér­ 2º tiempo: tiene lugar el hecho fundamental de la experiencia mino que parece haberse constituido en un punto pivote de de castración a saber: La percepción de la falta de pene. La cualquier consideración de la psicosis y su cuestión prelimi­ huella inscrita en el inconciente de este acontecimiento nar: la forclusion. perceptivo, tiene el valor de un juicio referido a la existen­ O sea, forclusión traduce Verwerfung, pero al mismo tiempo cia de la castración. implica un "no reton10 a la noción de Verwerfun¡j'. Es u11a tra­ (Existe al menos una persona, mi madre, que no tiene pene) ducción entre comillas, porque forclusión no traduce Verwer­ Ahora bien, la concepción freudiana de la defensa psi­ fung según el sentido, es una interpretación, o una traducción que resulta de una interpretación, y una reelaboración teórica. cótica, entendida en u11 primer momento como una expul­ sión de la representación, se va a ir modificando de un En tal sentido Forclusión in1plica un "no retorno", justa­ modo progresivo. Más adelante en su obra dirá que se trata mente porque la Verwerfung (1894, "Neuropsicosis de De­ de una acción aún más brutal que consiste en la abolición fensa"), era un n1ecanismo que se ejercía sobre una repre­ pura y simple del peligro de la representación. Escribe sentación, lo que en ese artículo Fret1d denominaba una "re­ Freud en 1911: presentación inconciliable" (la representación inconciliable es la Castración del Otro, la Madre), mientras que lo que se pro­ "No era por 1o tanto exacto decir que la sensación inte­ duce en el curso del Seminario 3 es que Lacan despeja, pri­ riormente reprimida es proyectada al exterior, pues ahora mero el orden del significante en su radical autonomía, y se­ vemos n1ás bien que lo interiormente reprünido (aboli­ gundo, dentro de ese orden, un significante en particular, cuya do) retorna desde el exterior". función asignada es la de efectuar una especie de ca pi tonado Freud endurece notoriamente su posición teórica: la re­ de ese orden, que hace de eso un orden, que es el significante presentación no es ya rechazada, sino literalmente suprimida del Nombre del Padre. del interior. Entonces, la abolición de la representación peli­ O sea, la forclusión es el mecanismo que da origen a las grosa es tan radical, que uno se puede preguntar si la expe­ psicosis. El concepto de forclusión, es una construcción teóri• riencia de la castración estuvo inscripta alguna vez en el in­ ca que intenta explicar el mecanismo psíquico que está en el concie11te, e incluso, si fue vivida alguna vez. origen de las psicosis. La abolición es una acción tan neta y tan definida que tene­ Es el nombre que da el Psicoanálisis al defecto de inscrip­ mos derecho a pensar que el sqjeto psicótico no conoce el dolor ción en el Inconciente de la experiencia normativa de la castración. fJ 88

l~xperic11cia que de ser sünbolizada pern1ite al niño asu1nír su Aquí poden1os volver a subrayar Jo que tanto insiste en propio sexo y así ser capaz de reconocer sus ]ín1ites. :F'reud 11asta sus últimos escritos: la castración es no ser el falo I~as 111anifestaciones clínlcas adre real, sino a la au­ este deseo otro objeto que c1 propio niüo. Inscribe el signi,fi­ sencia del significante n1isn10. Ausencia de esa Behajung o cante de la falta en el nii\o, lo desata de ese lugar donde solo juicio de atribución que Freud establece con10 precedente ne­ el deseo mater110 le daría u11 significado, para· lanzarlo a la cesario a toda aplicación posible de la \!erneunu.ng, que le inetonimia deseante. opone con10 juicio de existencia. Si toman1os la definición de metáfora con10 la "intuición de analogía entre cosas disín1ilcs" pode1nos pensar que el 1Vo1n­ bre del Padre marca otro lugar en el deseo de la n1adre, en Metáfora paterna tanto que este deseo apuntando al Falo como significante no se obtura en el 11iño. Si el resultado de la n1etáfora es la creació11 de un se11tido ¿Qué es una metáfora? nuevo, ven1os aquí que el resultado de la :I\1etáfora J>aterna, es La posibilidad de subvertir un dicho, de cambiar una le· un sujeto afectado por la castración (en tanto no es el falo de la tra, u11a puntuación y que can1bie el sentido. I.ia metáfora posi­ madre), y no un objeto que completa a la madre. bilita jugar co11 la sustitución significante. Por lo general el agente de esta operación es padre, (su fun. Para poder comprender el concepto de metáfora. paterna de· ción), quien representa la ley de prohibición del incesto: al.re· bemos partir del concepto de falo en Freud, quien designaba con eordar a la madre que no puede reintegrar su producto (el hIJO a éste al significante de la ausencia de pene en la inadre, o sea, la su vientre) y a recordar al niño que no puede poseer a su madre. falta en el Otro. Para Frend el falo es el pivote simbólico que lleva El Padre (su función) castra a la madre de toda pretensión a ambos sexos a ser atravesados por el Complejo de Castración. de tener el falo, y al mismo tiempo, castra al nii\o de toda pre­ 1.. a prepo11derancia del falo significa que la evolución sexual tensión de serlo, de ser el falo de la madre. infantil y adulta se ordena según la presencia o ausencia de O sea, la castración es más un acto de corte que a1nenaza o este pene in1aginario. e11vidia, y el acto recae n1ás bien sobre el vínculo. El falo, con10 patrón sin1bólico, posee la cualidad de ser un El acto de castración, aún cuando es asumido por el padre, objeto intercambiable. El falo es el significante de la ley. no es en realidad la acción de una persona física, sino la opera­ Es el significante de la falta en la que encarna al Otro Pri· ción simbolica de la palabra. paterna, y obra por la ley a la cual n1ordial, que aparece así inarcada por la castración. Si veni­ el padre misn10, con10 sujeto, está inexorablemente sometido. n1os a este i11undo por lo que Freud denomii1a ecuación sin1bó• La Ley rompe la ilusión de todo ser humano de creerse lica (falo = niño), desde ya el niño nunca puede cubrir esta poseedor o de identificarse con una omnipotencia in1aginaria. falta, sólo puede en el mejor de los casos 1netaforizar1a. ·Qué es un Padre? Un padre es Ley. Ordena el deseo. El Cabe señalarse, que en la concepción lacaniana, la Castra­ su función simbólica, representada en el sig11ificante ción i10 se define tan sólo por la an1enaza que provoca la angustia I)ad~e, del Nombre del Padre, marca otro lugar en el deseo de lama· en el niño, ni por la constatación de una falta que origina la envi­ dre, en tanto que este deseo, apuntando al falo como signifi. dia del pene en la nii'iai sino que se define fundamentalmente por cante, no se obtura en el nif10. la separación entre la madre y el niño/a. 90 Nada es para Pensando la clínica psicoanalítica 91

Es el significante del nombre dRl padre el que produce una opera la represión posibilitada por la metáfora, se deshace el interpretación sobre el deseo de lo madre: el niño no queda ubi­ encadenamiento significante, se pierden las diferencias, se pier­ cado como u11a suerte de significación capricl1osa, sin ley, sino de la relación entre Sl y S2, y en el lugar del sucesor no advie­ que es el nombre del padre el que interpreta que el deseo de la ne sino un agujero donde aparecerá la alucinación y el delirio madre es el Falo (significación fálica). a modo de restitución. Cuando falta la Metáfora Paterna el hombre queda sin Además el niño quedará arrojado a ser el objeto de goce de soporte 011 su cadena significante, e intentará resolverlo con la la madre. construcción delira11te. Sujeto psicótico: objeto de goce de Otro sin barrar. El delirio para Gastón De Clérambault (psiquiatra de la escue­ la mecmlicista francesa) es la manera de otorgar un sentido posible a la irrupción fuera de sentido de los fenómenos elementales. Transferencia Lacan toma de De Clérambault el concepto de fenómeno ele1nental o automatismo mental, que es un fenón1eno automá­ J_,as razones estructurales antes expuestas nos llevan inevi­ tico, que se impone al sujeto, y va a jerarquizar esta teoría ele­ tablemente a abrir un interrogante respecto de la transferencia, vándola a la característica esencial de la estructura psicótica. dado que no es pensable la clínica psicoanalítica por fuera de ella. Dirá: La posición de Freud muy temprana, ha sido despejar la noción de la función de la '11ransferericia e11 el análisis: consisten­ "Es la fir111a particular de las psicosis. Es lo único que te en pasar de "las transferencias", en plural, de" La Interpreta­ no cngaña... Debcmos buscar la psicosis en los trastor­ nos de1 lenguaje ... (manifestación clínica del fenómeno ción de Jos sueños') como transferencias de deseos inconcientes elc111ental) ". sobre los restos diurnos preco11cientes, a la Transferencia, en singular, como motor y obstáculo de la cura psicoanalítica. Dichos fenómenos se pueden clasificar en Interferencias , Ésta diferenciación i1nplica, por su posición misma, una frases incon1pletas, estribillos, extraüeza, e1noción sin objeto, exclusión de la psicosis del campo de eficacia de la cura. detenciones del pensamiento, neologismos, alucinaciones (vi­ En una de las reuniones de los miércoles en Viena, en 1906, suales, auditivas, ce11estósicas), falsos reconocimientos, etc., y Freud sostenía que el psicótico carece de esa libido flotante de para 1.,acan tan1bién el delirio, porque va a decir que no es la que se apodera el analista como resorte de su eficacia en el deductivo, sino que reproduce la misma fuerza constituyente tratamiento de los neuróticos. Por lo tanto no habría para del resto de los fenómenos elementales. Freud, un tratamiento posible de la psicosis. En sus conferen­ Dice Lacan: cias de Introducción al Psicoanálisis, Freud ligaba el comienzo del análisis a dos acontecimientos: "P'orque es en la relación del ho1nbre con el significante donde este dran1a (e1 de la psicosis) se sitúa... ". a) el analista se apodera del síntoma, en el sentido de que el síntoma adquiría en la cUra una significación transfeiencial El avance psicótico va desar1nando la trama de lo que so­ b) el analista se apodera de la libido. porta el sujeto. Para que la psicosis se desencadene es necesario que el Condiciones que estarían imposibilitadas en la psicosis. nombre del padre forcluido, sea llamado en oposición simbóli• Desde ya la dimensión transferencia! no puede ser abs­ ca a sujeto. traída del "diagnóstico de estructura". Como Velázquez en Las Se llama a un significante, éste no acude, se rompe la ca­ Meninas, forma parte del cuadro. dena y la realidad se organiza siguiendo otra lógica. Si no Nada es para siempre. Pensando la clínica psicoannlítica Síl11fr1 Af?.ori. F11nda111entos de la clínica en la 93 92 ·-· ~"'------··-·-- .... -~-·------

T_,a transferencia es lo que establece un n1uro entre lo que que ese saber lo tendrá el psicoanalista. E~l cnign1a o los des­ yo creo que es la c1ínica psicoana1ítica y otra que no lo es. lizan1ientos significantes quedarán del lado del ana1ista, quien rral vez, si bien no podcn1os l1ablar de transferencia en las n? ~ntervendr~ interpretativa1nente de acuerdo a eso, y el psi~ psicosis, podan1os dar cuenta de "las psicosis en transferencia". cot1co ofrecera su certeza. J_,a certeza del psicótico es acerca Ya dijin1os que l1'rcud en distintos lugares de su obra, a del Saber de Otro. la preg11nta de si 11ay transferencia en la psicosis, respondín lJna transferencia real es posible en las psicosis, si el analista taxativan1ente que no, y expone sus razones: la regresión acepta prin1ero reconocer que está ante una estructura distinta. del psicótico al autocrotismo, no quedaría disponible en él Y segundo, responder e11 consonancia con esa estructura. ese trozo de libido flotante, de la que se apodera el psicoana­ Co11vendría estar 1nuy atento a descubrir aunque sea una lista en la cura, y que constituye propiamente, en la doctri­ brizna de ese aparato simbólico que apunte a un goce inás allá na freudi'ana, la transferencia. algún objeto a crear más allá. El analista se dispone, como l~ De todas n1aneras es interesante señalar que él no deja de plantea Platón en Lysis, cuando habla de la estructura de la formular que es la transferencia de Schreber sobre el profesor amistad, a1 c11cuentro con un amigo. Flcchsig lo que desencadena la psicosis del primero. Un amigo puede acompafiarnos en un anhelo, en un pro­ Quic11 rúpidan1erite afirn1aría que hay transferencia sin yecto. Es posible que el analista consiga algo si puede perfilar­ dltda en l~ psicosis, sería Melanie IGein, y los l..:leinianos en se de ese modo. ge11cral. Para dicha teoría la transferencia está concebida en El analista no puede, en la psicosis, como en la neurosis térn1inos de proyección. Y de acuerdo a esto por supuesto, las ofre~er su cuerpo, lo que Laca1111ama el objeto a como objet~ proyecciones está11 de· entrada. puls1onal que mueve el aná1isis. En ca1nbio, el analista será Enco11tré una frase de Masotta, en un texto de Ricardo aquel que se perfile para permitir que más allá de sil cuerpo, y Rodríguez 1-)onte, que dice que para los kleinianos: nluy atento a esas briznas que el discurso brinde, se apunte a un objeto que pueda tener i11serción social, 111ás allá de él que "Lanorn1alidad no es n1ás que una psicosis que ha evolu­ abra algún camino de creación. t11 ' cionado favorablc1ncntc". El analista en la psicosis no sostiene ni lo que Lacan llama l)e acuerdo a I,,acan, como sefiala en la fenomenología de el lugar de SSS ni el lugar de objeto a. 1a 'I1ransferencia, en su fundamento, está el hccl10 de que el En general ocurre que recibir a un paciente psicótico que otro se puede engañar, que el otro es de derecho engañablc. pid~ una entrevista, tiene características particulares que es­ pecialmente desubican al analista. ~~l térn1ino de SSS viene a trabar 1o ql1e podría ser una deducción de estas dos fórn1ulas cada una por su lado, definen La inayoría de las veces, este encuentro, adquiere la forma al i11co11ciente como "discurso del Otro" y a la transferencia de 11n encuentro patético, en donde hay un pedido de socon·o por como la puesta en acto de la realidad del inconciente; el SSS parte del paciente y un no saber hacer por parte del analista, tomado por el sesgo del engaño posible. respecto de qué es aquello de lo que quiere ser liberado el sujeto. Condiciones que no estarían dadas en las psicosis. Si bien estas son preguntas que nos hacen1os continuamen­ Pero es innegable que hay psicóticos en interlocución con te cada vez que somos consultados por un neurótico, en el caso de las psicosis cobra 111ayor relevancia las cuestiones de: ¿por psicoa11alistas. Esperar que un psicótico acuda a un analista por un saber que se qué consulta?, ¿de que quiere ser curado?, ¿por qué un a11alista? le escapa de aquello de lo que sufre, 110 es acorde con su estructura. De acuerdo al desarrollo anterior, y sabiendo que el psi­ No es el psicótico quien se dirigirá al a11alista, con un enig­ coanálisis basa su práctica en la transferencia, a partir de lo ma (síntoma) que pida por un saber no sabido, y que supondrá cual, se ponen en juego en el dispositivo analítico una serie de Nada--- --·--- es para______siempre. ,, Pensando... ______la clínica psicoanalítica - ----·----·-- Silvia Alzod. Fw1damc11tos de{(¡ dínic(J en [u 94 ______·- ,____ ------operaciones lógicas que van a posibilitar la pregunta por el ~o que co11viene entonces al analista, es n1ostrar la igno­ deseo, a partir de la instauración del 888. El neurótico padece rancia que lo habita y ofrecer su credulidad. O sea) se invierte de preguntas. la suposición de saber) va a ser e a11alista quien debe suponer rran1bién que le psicoanálisis es la respuesta más eficaz un saber secreto en los términos del delirio. Sin esta suposi­ que :F'reud encontró para tratar las enferme.dades neuróticas, ción, aco1npañada de un descon1pletamiento de saber, no ha­ sus síntomas, sus inl1ibicíones y sus angustias. . bría posibilidad de reconocimiento para el sujeto. Sabemos que las psicosis, no enigmáticas en sí 1n1smas, Esto estaría en consonancia con la lógica estructural de la pero resiste11tes a las especulaci~ne~ teóricas e. ~ndiferentes, p~i.cosis, que hace que la transferencia sea dual, 1nasiva, sin posi­ en el mejor de los casos, a cualqmer mterpretac1on, desperta­ bilidad de simbolización, imaginaria .... O sea, poilo tanto los ca­ ron el interés de los psicoanalistas. Quienes entre invento Y n1inos de la transferencia e11 la psicosis, no será11 n1uehos ni muy creación, como diría Daniel Paola, más naufragan que nave­ prometedores: la erotomanía o la paranoia de transferencia. gan en las aguas turbias de la forclusión. . Entonces, si la puesta en juego de la "falta" del lado del No dejamos de sorprendernos, a semejanza de I1uestros analista, permite el afianzamic11to de un vínculo que sostenga mayores, por el misterio de la locura y el poder in.so~pechado clivada o divida (castrada) la figura del analista, podemos pasar de una escucha analítica capaz de aliviar el sufnm1ento del a un segundo momento, en el que de lo que se trataría es de paciente psicótico. . . . . que el "Otro social" le suponga un sujeto a la producción o a la Mientras el neurótico asombrado, admite que su mconc1en­ creación. (Lazo Social). te habla por su intermedio y que él es su agente involuntario, Transferir implica entre otras cosas una cesión. Hay algo el psicótico por su parte, conmovido por la certeza, tiene la que ceder a alguien, a otro, y para hacer esta operación, de dolorosa e inquebrantable convicción de ser víctima de una algo hay que separarse. El psicótico sufre de goce, está tan voz tiránica que lo aliena. . . cerca de él que por eso se vuelve loco. J_,aca11 condensó en una fórmula la sen1eJanza entre psi­ lmple111entar estrategias para ponerle un muro al goce, cosis e inconcie11te. "El psicótico es un mártir del ínconcien• una distancia que lo separe de él, es la finalidad. te si damos al térmi110 mártir Stl sentido de ser testigo". En Que el psicótico pueda, a través de un oficio, arte u ocupa­ ef~cto ¿Quién puede atestiguar mejor que el psicótico la fuer­ ción que lo represente, pueda inscribir su 11ombre con10 propio, za irreductible, y en su caso devastadora del inconciente? y pueda ser reconocido por el Otro Social. Sin detenerme en las dificultades que la transferencia en Las formas de conseguirlo constituyen la inquietud de los esta estructura plantea a la dirección de la cura, podemos de­ analistas que aceptamos gustosos el desafío. cir que la misma es diferente que en la neurosis. La característica del diálogo inicial con el psicótico es dife­ rente. No va a suponer en el analista el saber inconciente. No nos va a interrogar acerca de ese saber, sino que se va a dirigir a nosotros a fin de hacerse reconocer como portador de una verdad. La verdad constituye su certeza, y es él quien preten­ de hacerla saber al Otro. En el caso de aceptar esta invitación, podemos convertir­ nos en testigos in1parciales del delirio, sin cuestionar ni pre­ tender otorgar ningún sentido. Es decir, no interpretándolo. El delirio ya es una interpretación. ¡ r r 'i /, Bibliografía Fundamentos de la clínica en la psicosis*

Clase dictada por R.icardo ltodríguez IJonle en la Escuela Jí.,reu• diana de I~ucnos Aires: Tres res¡Juestas a la cuestión de lo Silvia Vázquez trn.nsfcrenc1:a en la ]Jsicosú:;. Clase dictada por tTosé Zubern1an en un scn1inario sobre Tra­ ta1nien,to JJOsible de la. psicosis en la Escuela I~~rcudiana de Buenos Aires. 1. Introducción Fernández) }~lida: Dia¿5'nosticar las Psi,cosi, Data Editora, 1993. Freud, Sigmund: "Las Neuropsicosis de Defensa VII" (1894) Obras Completas, Traducción de López Ballestero, Madrid, a prese1~te c.lase tiene por objeto entender el mecanisn10 Biblioteca Nueva. L de la ps1cos1s y poder sostener, desde allí, la posibilidad -"La interpretación de los Sueüos" (1898), ídem. de tratamiento. Para dar cuenta de los fundamentos de una -"Neurosis y Psicosis~~ (1923-4, íde1n. práctica, resulta preciso situar las coorde11adas que dan ori­ -"La pérdida de Realidad en Neurosis y Psicosis", (1924), ídem. gen a la estructura que se abordará. En este se11tido se co­ -"Observáciones psic0,a11alítícas sobre un caso de paranoia au- mienza situando el mecanisn10 constitutivo de la estructura tobiográficamente descrito. Caso Schreber", (1910/11), ídem. psicótica para 1uego considerar el lugar del analista. Kanmar, Cristina: I)sic'psis: ten.iativas de curación, I>ublicación de la Escuela Frcudi:ana de la Argentina. Lacan, Jacques: El se1hinario deJacques L,acan, 1.,ibro 3 Las 2. Meca11isn10 constit11tivo Psicosis, 1955/6, Texto establecido por J. A. Miller, Paidós. -De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis (versión castellana, Escritos IL 2.1. Desarrollos Freudianos Pomn1ier, Gerard: I.,a transferencia en la psicosis, Sen1inario Freud plantea en "Neurosis y Psicosis" (1923) que las dife­ dictado en 1997 bajo el auspicio de la Fundación del Campo re11tes entidades clínicas resultan de un conflicto entre las ins­ l ... acaniano, Kliné. tancias psíquicas con1prcndidas en su segunda tópica. l.,a neu­ Rabinovich, Norberto: Producción Siln bólica, Anialgama I1na­ rosis estaría dada por un conflicto entre el Yo y el Ello; !as ginaria y Nombre Propio, del libro Lacan ... efectos en la cff­ psiconeurosis narcisistas (melancolía) por un conflicto entre el nica de las psicosis, Lugar Editorial, 1993. Schreber, Daniel P.: Memorias de un Neurópata, Leipzig, Ar­ Yo Y el Superyó y por último las psicosis por un conflicto entre el Yo y el mundo exterior. got, 1903. Soler, Colette: iQ¡té lugar para el analista?, Capítulo 2 del libro Freud (1923) plantea el siguiente interrogante: Estudios sobre las Psicosis, Manantial (Col. Los Ensayos). "Para concluir, cabe apuntar un problen1a: ¿cuál será el Vegh, Isidoro: Estructura y transferencia en las psicosis del mecanisn10, análogo a una represión, por cuyo inter1ne­ libro Las Psicosis, Horno Sapiens. dio el yo se deshace del n1undo exterior? Pienso que sin nuevas indagaciones no puede darse una respuesta, pero

*Clase dictada para el concurso de ,JTP - Cátedra Adultos IL Pensando la clínica psicoanalítica 98 Nada es para

su contenido debería ser, corno el de la represión, un dé­ 2.2. Desarrollos Lacanian.os bito de la investidura enviada por el yo" Lacan (1955-6) retoma estos planteos referidos al meca­ En "La pérdida de la realidad en la net1rosis y 18: psic_osis'> nismo psicótico en su se1ninario tercero: "l.1as Psicosis''. En el . d F d (1924) considera que en ambas entidades ch- primer capítulo refiere lo siguiente: S1g1nt1n reu · · "' , 1 . ºdenc1·a una pérdida de la realidad. F...... s as1 como a n1cas se ev1 . · 1 " ... en lo inconsciente, todo no está tan sólo reprimido, es diferencia esencial no está en la p~rd1da sino en o ~ue se rea~ decir desconocido por el sujeto luego de haber sido verbali­ liza a artir de esta pérdida como intento reparatono. En am zado, sino que hay que ad1nitir, detrás del proceso de verba­ bas sepobserva una incapacidad del yo para adaptarse a la rea­ lización, una Bejahung prünordial, una ad1nisión en el sen­ lidad, con un fracaso e11 el segu~cl~ tiempo. . - tido de lo simbólico que a su vez puede faltar(. . .) lo que cae adro con1parativo s1gu1ente se resun1en las carac bajo la represión retorna, pues la represión y el retorno de E ne1 Cu d l' . terísticas constitutivas de ambas ent1·a a es e in1cas. lo reprin1ido no son sino el derecho y el revés de una inisn1a cosa. J,o repriinido sicn1pre está al1í, y se expresa de n1odo perfecta111cnte articulado en los sínton1as y en inultitud de · N;urosis-----¡- otros fenón1enos. En can1bio, lo que cae bajo la acción de la p;;¡;;;-~¡~=-==-~1 Verwerfung tiene un destino totalmente diferente(. .. ) todo ¡------· -·-;~uida: desmentida lo rehusado en el orden sin1bólico en el sentido de la Ver­ werfung, reaparece en lo real." __ t~~1:n1:: ~~:edie::a~:e:re~:n:._ Ya~~~;;~~~i;{~~~~~- Lacan toma del vocahulario jurídico el término forclusión para traducir Verwerfung (en los textos de Freud corresponde .12"" Tiempo Reaccton co.1;t1 a l (Rcparatorio) la reprcs1on al rechazo). Con forclusión se refiere al rechazo de la repre­ sentación intolerable. Esta representación no es ni más .ni Aflojanüento del Creación de una re~lidad menos que la castración en el Otro, encarnado primordialmen­ 1 \ nexo con la realidad nueva: Fase a_c;-1va de rcconstrucc1on te por la madre. La representación rechazada vuelve desde el Intento de huida: exterior y se transforma en algo alucinado (Ej.: dedo meñique Afán de 1 cortado de El Hombre de los Lobos). 1 Evita un fragmento poder del Cabe aclarar que el término forclusión no es una traduc­ Ello 1 de la realidad Rce1nplaza a \sustitución de la realidad: la realidad ción directa del vocablo Verwerfung sino más bien una inter­ 1 Mundo de fantasía pretación, o una traducción que resulta de una interpretación y una reelaboración teórica. Se apuntala en un .Lacan (1955-6) ubica la forclusión como mecanismo fundan­ Fracaso fraginento de la realidad parcial Delirio te de la psicosis. Se trata de un proceso primordial de exclusión, Fracaso de la alucinación rechazo o expulsión de aquella p1imera marca a partir de la cual represión (enfermedad) se ordena el psiquismo y que permite la legalidad y la sexualidad. La forclusión se ejerce sobre un significante, más específi• Sínto1na camente sobre ese significante particular que es el que Lacan (Retorno de lo reprimido) L--·--·- __" ___ _ -~----·--- denomina "Significante del Nombre del Padre". Es así que Lacan (1956-1957) en el capítulo XXI: "Las bra­ gas de la madre y la carencia del padre", del Seminario 4: "La relación de objeto", enuncia: Nada es para siempre. Pensando la clínica psiroanalítica 101

.· ·""~~l padre sünbólico, es el Nombre del Padre. Es el cle­ la Madre. Es la madre quien funda al padre como mediador de '111cnto inediador esencial del inundo sin1bólico y de su algo que va más allá de su capricho. , · CHt.ructuración. Es necesario para este destete, inás esen­ A partir de este fenómeno el niño ingresa en la estrnctura cial que el destete prin1itivo, por el que el niño sale de su como objeto, objeto del Deseo de la Madre. Es ella quien a través puro y sünplc acopla1niento con la 01nnipotcncia inater­ na. Eil No111bre del Padre le es esencial a toda articula­ de sus cu1dados, sus palabras y su deseo imprin1e las prin1eras ción del lenguaje hu1nano." inarcas en el cuerpo de su hijo y de esa n1ancra va despertando su de~eo. I~l X:ifi.o se ubica allí, no solame11te como queriendo A partir de este desarrollo, comienza a concDptualizar la "Ji-.un­ ser cmdado, smo queriendo ser deseado por ella. Intentará ins­ 11 1 ción del l::>adre", el l_;'alo ' y el "D~sco de la Madre", en que el falo es talarse allí corno objeto que colme el Deseo de ia Madre. el elemento ordenador de la reláción entre la madre y el hijo y es Larn expresa claramente la dimensión de este Deseo de m la madre quien posibilita la entrada del padre en la estructura. Madrelfm el capítulo VII: "Edipo, Moisés, y el Padre de la Horda" del Seminario XVII (1969-1970): "El Reverso del Psicoanálisis" a) La función del Padre: "El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es Al hablar de la funf:ión del Padre Lacan (1956-1957) no se capital. El deseo de la 1nadrc no es algo que pueda so~ refiere a la persona dclpadre, ni a su carácter o personalidad, p~rtarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. S1en1prc produce estragos. Es estar dentro de la boca tampoco rernile a la presencia del padre real o al lugar que de un c~codrilo, eso es la n1adrc. No se sabe qué n1osca ocupa en la fan1ilia. Dicha función puede constituirse aunque puede picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el el padre real no esté. deseo de la n1adre". En tanto es una función, ella puede ser ocupada por un significante. De esta manera, la función del Padre no se Entonces, traté de explicar que había algo tranquilizador. ubica e11 la di1nensióU del registro de lo real, sino en la l_,cs ?1go cosas .simples, i1nproviso, debo decirlo. Hay un palo, din1ensión si111bólica. de piedra ~or supuesto, que está ahí, en potencia, en la boca, y La función paterna, se encuentra en el núcleo del Comple­ eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el palo jo de Edipo, instaurando 11na prohibición que vehiculiza una que te protege si, de repente, eso se cierra." Ley. El padre en tanto representante de la Ley, funciona corno agente de la Prohibición del Incesto. Esta función es ejercida a e) El Falo través de la amenaza de castración, prohibiendo a su hijo el acceso a la n1adre e instaurando por consiguiente la exoga1nia. En un primer momento el niño capta lo que él es para el Es así corno la Función paterna, permite la unión del deseo deseo de la Madre y se presenta ante ella como si él mismo a la Ley estableciendo que algunos objetos de deseo queden fuera lo que ella desea, se ofrece corno un objeto: el Falo. En prohibidos para el hijo, pero a la vez da lugar a que otros obje­ esa ?osíción el niño intenta col1nar a la n1adre con lo que ella tos queden permitidos. Esta ley posibilita un ordenamiento en no tiene. Tanto el niño corno la niña localizan tempranamente el linaje, y en la sucesión de las generaciones. es~a dialéctica y se identifican con este Falo. Hasta aquí el n1no se encuentra en el paraíso del señuelo capturado en esa b) El Deseo de la Madre: relación a la vez tramposa y estructurante con su madre. Esta relación que se establece entre madre e hijo, y que I.Ja operatoria de la función paterna se encuentra íntüna• por ende parece ser dual, tie11e un tercer elemento que es esencial mente vinculada con el lugar que el padre tenga en el Deseo de a esta dialéctica, un elemento organizador y ordenador: el Fam. fj} 102 Nada es para sie1npre. Pensando Ja clínica psicoanalítica ______... , ... ------"------~--- .. ------~-

El Falo en principio, no es el pene. El Falo es definido por La operatoria de la función paterna es por estructura siem­ F'reud con10 la "premisa universal del pene". Premisa por la pre fallida. Ningún padre puede estar a la altura de la función, lo cual todos los seres aniinados e ina11imados posee11 pene. En cual implica que siempre algo quede por fuera de la ley. gsto no premisa dicho elemento se encuentra radicalmente. sep~rado legalizado está en relación a lo que conforma la base de los llama­ del órgano y se ubica por entero dentro del campo s1mbohco. dos síntomas neuróticos. Cua11do esta función no es sola111ente J!~l Falo es e11tonces, un operador sin1bólico, un ordenador, fallida, sino que no opera, da lugar a la no-inscripción de la fun­ un ordenador que pone en juego una falta en la madre. Es un ción del padre (Nombre del Padre) en el psiquismo. Se constituye elemento mediador y tercero. A partir de allí se mueven todas así, la base de la estructura subjetiva conocida como Psicosis. las relaciones de los distintos personajes que conforman este Es a partir de esta articulación lógica, que Lacan llega a núcleo (madre, padre, hijo). En este sentido, esta dialéctica formular la denominada "Metáfora Paterna", cuyo resultado ü1cluye cuatro elementos. es un sujeto afectado por la castración y no un objeto que com­ A partir de la alternancia de presencias y ausencias la pleta a la madre. Podemos decir con Lacan que el significante madre con1ienza a instalar un movimiento que es fundamen­ del Nombre del Padre es el significante de la castración y que tal con relación a la "ilusión de falicización recíproca", es decir, el falo es el significante del deseo. el niño identificado con el Fal.o completando la falta materna. El significante del Nombre del Padre sustituye a otro sig­ La madre hará surgir así en el niño la pregunta estructurante: nificante que es el del Deseo de la Madre y produce una nueva "¿Qué otra cosa desea, y que no soy yo?", con la consiguiente significación: la Significación fálica. resignación: "Hay algo que mi persona no recubre"; si ella a veces no está, "Ella desea otra cosa, pues tiene una falta más allá de 2.3) Fenómenos füementales

m,:," g 8ta vivencia de imposibilidad del chico de colmar el deseo de Ja madre, es decir, que el deseo de ella permanezca insatisfe­ El efecto de la forclusión del Nombre del Padre tiene como cho, es fundamental para su advenimiento como sujeto. correlato que aquello forcluido en lo simbólico, retorne en lo La relación madre -hijo entra en una situación de conflic­ real. Este retorno presenta un estatuto diferente al retorno de to, puesto que el falo se pasea; está en otro lado, ni lo tiene la lo reprimido en la neurosis y que se puede representar en los madre, ui lo es el niño. El niño supone pues, que el padre es el fenómenos elenientales. portador, el que detenta el falo, y éste ni lo cambia. ni lo dona. Con respecto a ellos Lacan (1955 -1956) en el capítulo XI: Aquí no hay circulación. Es aquello que debe existir para ~u:' "Del rechazo de un significante primordial" del Seminario III: coino dice J_,acan, el falo sea otra cosa que un meteoro. La un1- "Las J.:>sicosis", refiere: ca función del padre en este trío es hacerse preferir por la madre "La estructura aparece en lo que se puede l1a1nar, en sen­ prohibiendo al niño el acceso a ella, y poniendo en claro que la tido propio, el fenómeno. Sería sorprendente que algo de madre como objeto es para él, no para el niño. la estructura no apareciese en el modo en que, por ejem~ La /unción paterna entonces es normativa. Posibilita la plo, el delirio s·e presenta." identificación sexual: el tipo viril o el femenino, ambos vmcu­ lados a la función del Ideal. Por esta razón le otorga al sujeto El valor diagnóstico de los fenómenos radica entonces, en un "títulon. Es una función en reserva que va a ser utilizada que es allí donde aparece la estructura. Estos fenómenos pue­ por el sujeto cuando tenga que hacer frente a la sexualidad. Va den ubicarse inclusive antes del desencadenamiento, dado que a necesitar de ella cuando se tenga que ubicar enfrente de un permiten dar cuenta de la estructura psicótica y no necesaria­ hombre, una mujer, o a algo relacionado con la paternidad y el mente de la psicosis propiamente dicha (es decir, aquella con­ figurada con posterioridad al desencadenamiento). orden de las generaciones. Silt1ia Váu¡Ul'?:, Funda/l/cntos de la clínica c11 Nada es para

A continuación se presenta una descripción didáctica de Intuición delirante: l~s un fcnón1cno pleno de sentido que tie­ los n·1isn1os: ne para el sujeto un valor inundantc que lo colma. El sujeto queda fascinado en esa significación. a) F'cnón1enos de frnnja: b.3 Delirio:

Se caracteriza11 por prcscnt~r una fenon1cnología ~1t~s ~in1~ Aparece ante la falta de un significante. Su carácter es ple y rudinicntaria que ]os fcnon1enos I 01 CJC111 ele1ncnta~es. irreductible e indialectizable. La metáfora delirante es una plo en el caso de alucinacio:ies ~is:-iales se perciben. des:,ellos forma de estabilización. 1un1ínicos 0 bien sombras indef1n1das, nunca una figu1a de­ terminad~; en el caso de alucinaciones auditivas, se con1poncn b.4 Certeza: de sonoridades, también difusas, a la 1nan~ra de n1urmullos inciite11dibles 0 risas, sin aparecer texto legible alguno. Este fenómeno es característico de toda psicosis. Se produ­ ce el llamado fenó111eno de auto referencia, en que todo lo acon­ b) Fenómenos elementales: tecido le concierne al psicótico. Se presenta el carácter diferen­ cial con las neurosis en cuanto el aspecto privilegiado de éstas Estos fcnón1enos $··e caracterizan por ser neutros, no sen­ es el de la duda. soriales y anideicos. Déntro de esta categoría se cncuc11tran: b.5 Infinitización: b. ll Trastornos del lenguaje: Es un detrimento de la n1etáfora, con1pensada con un au­ Sus características son: . mento de la producción n1etonímica. -Indi~lectizables: se percibe µna detención, es decir u11 cese en el desli:zamiento de.la cadena. . . b.6 Déficit en lo simbólico: -Trastornos de Ja temporalidad: hay un predomm10 de la Está caracterizado por una regresión tópica al filo mortal anticipación en la cadena. No se percibe el modelo común a la del Estadio del Espejo cuyas características son: neurosis de anticipación-retroacció11. . , La proliferación imaginaria: Por ejemplo los hombrecitos he­ Estos dos puntos bacen referencia a la contmmdad del chos a la ligera, en Schreber). Genera manifestaciones de discurso, es decir a la cadena significante en su sentido rivalidad, agresividad y transitivis1no, entre otras. n1etonín1ico. Despersonalización: Este proceso denota la falla de la imagen especular co1no propia. b.2) Neologismos: Fragmentación: Característica de las esquizofrenias. Denota Es en esencia un trastorno del algoritmo sauss:iriano, re­ la falla de la imagen especular como unidad. mitiendo a lo que Lacan denomina plomada del discurso. Se presentan bajo dos modalidades: Respecto al desencadenamiento de estos fenó1nenos, se puede decir que en el momento en que el psicótico se ve obli­ Fórn1 uias 0 estribillos: No remite a ninguna significació~, gado a enfrentar determinadas situaciones de compromi.so, odría graficarse como un significante en lo real. Es vac1a suelen quebrarse, dada su fragilidad, sus posibilidades de res­ ~n sentido. Es la fórmula estereotipada que se machaca puesta en el lugar donde la simbolización no es posible. con insistencia. 107

Lacan (1955-1956) denomina "Invocación del Nombre del 3. El lugar del analista Padre" a estos momentos de especial compromiso vital, con1u­ nes a toda existe11cia humana, pero desestabilizantes particu­ larn1e11te en la estructura psicótica. Estas encrucijadas poseen Para hablar del lugar del analista es necesario comenzar características que evocan de uno u otro inodo a la función por la transferencia. Para Freud la transferencia implica el patcr11a. Cuando se invoca la posición sig11ificante de un pa­ refenr a la persona del analista representaciones y afectos dre, eso que falta, reaparece con10 recon.strucción en lo real. relativos a personas significativas en la historia infantil del A modo de ejemplo en el caso Schreber, podemos ubicar pa~1ente. La transferencia es un desplazamiento, pero no cual­ dos mo1nentos particulares de las n1encionadas encrucijadas: qmer desplazamiento. Es el desplazamiento

"Allí donde e1 neurótico negocia con el fantas1na el psiH p~evio a ~a reorganización del aparato psíquico e11 un nuE'vo c:ótico encuentra un agujero. No le queda n1ás re1ncdio mvel d t ., E' 1 · e in ~grac1on. 11 a psicosis la desorga11ización es lo que reconstruir con sus insuficientes inedios ese agu­ qu.e P_r~do1n1na Y el camino es hacia la organización. La pro­ jero de la realidad. Lo hace con el dc1irio. Al contrario dc có1no opera el fantasn1a. en la neurosis, la produc­ blcn1atica ~o so .Plantea como en el caso de las i1eurosis de ción delirante no separa al psicótico del goce. El psicó• transfe~enc~a e~:re represión y retorno de lo repri1nido sino tico goza en el delirio. La rc

Bibliografía "Las lentejas tienen hombrecitos" Acerca de diagnósticos y métodos Aulagnier, Piera: "El aprendiz de historiadar y el maestro bru­ en la clínica analítica jo", A1no1Tortu. l~erná11dcz, Élida: Diagnosti,car las Psicosis, l.ietra Viva. Freud, Sign1und: "Neurosis y Psicosis", Obras co1npletas, Ton10 Jorge Helman XIX, Amorrortu, 1923. --·"La pérdida de Ja realidad en Ja neurosis y la Psicosis", Obras completas, Tomo XIX, Amorrortu, 1924. -"Presentación autobiográfica", Obras completas, 1bmo XX, esa hora, el hospital no se había desentumecido aún de Amorrortu, 1924. A su reposo. Sin embargo, más tarde, el recinto se vestiría -"Esquema del Psicoanálisis", Obras completas, Tomo XXIII, de guardapolvos blancos, con estetoscopios colgando de los cue­ Amorrortu, 1938. llos o los bolsillos, y de miradas perdidas, entre el dolor y la Gracia, Aurelio: Psicoanálisis y psicosis, Síntesis. preocupación, aposentadas en los bancos de la sala de espera. Lacan, Jacques: (1955-1956) "Seminario III: Las Psicosis", Pero todavía era temprano. Sólo la guardia estaba allí cuan­ do trajeron a la ~frenética. Unos vecinos asustados llamaron a Paidós. -(1956-1957) "Seminario IV: La relación de objeto", Paidós. la policía, y ésta a la emergencia médica. Por eso estaba allí la --(1969-1970) "Seminario XVII: El reverso del psicoanálisis", vieja, la frenética; así la llamaron los paramédícos. La sedaron, como corresponde en estos ca.sos, y abrieron la Paidós. -(1958) "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posi- historia clínica; allí apareció el segundo diagnóstico: crisis de ex­ citación psicomotriz, de etiologia desconocida, síntoma sobresa­ ble de la Psicosis", Escritos II, Siglo XXI. Soler, Colettc: Estudios sobre las psicosis, Buenos Aires, Ma­ liente: apretaba, en su mano derecha, un puñado de lentejas. El servicio de Psiquiatría hizo su intervención horas más tarde. nantial, 1991. Tausk, Juan: Testimonios de la Clínica Psicoanalítica, JVE Cuando se la pudo interrogar, la paciente dijo llamarse Veróni• ca1 tener cincuenta y nueve años, vivir con su hija y su yerno. Ediciones. Vegh, Isidoro: "Estructura y transferencia en la Psicosis", Ar­ Perseveraba en una frase de la cual no podía despegarse: las lentejas ti.enen hombrecitos. Decía haber visto cosas que se mo­ tículo de Ja Escuela Freudiana de Buenos Aires. vían y cambiaban de lugar, sin que mediara alguna intervención humana. Al ser interrogada sobre quién alteraba esas cosas, res­ pondía que habían sido Jos gnomos, y que lo hacían contra ella. El diagnóstico de Psiquiatría, el tercero en cuestión, era más específico que los anteriores: esquizofrenia con delirios persecutorios y alucinaciones visuales. Se decide medicar a la mujer con resocializantes enérgicos, a base de Haloperidol y otros complementos; una auténtica mezcla antidelirante. Se resuelve, además, convocar al servicio de Psicología clínica. Desde allí, se hacen entrevistas diarias con Verónica y con la hija, de aproximadamente veinticinco años de edad, quien sumi­ nistra datos más vinculados a la realidad. Según esta última, a Si diagnosis es conocúniento de la historia de una situación cerca (el objeto) desaparece. 4 Esta última mirada q h (como lo señala su lecho filológico), es cieito que se trataba de una mte t d d. - . . , ue emos ~ a ~ isenar, apelando fl citas literarias, in1pide el en- frenética. Es válido recordar que la Antigüedad griega disociaba ~andilamiento propio del enfoque frontal y marca, de hecho, los hoy llamados trastornos mentales en dos categorías: los que na metodologi.a diferente para constituir al objeto. afectaban al pensamiento, llamados manías y melancolías, y los trastornos c1nocionales, que se dísta11ciaban de los primeros, donde los sujetos aparecían afectados de frenesí. Y Verónica te­ Métodos nía una sería afección de la pasión, era frenética. Por ello, los paramédicos (que poco importa si saben o no lo que dicen, por­ que las palabras hablan más allá de los sujetos que las portan) Nuestros modos de razonar han sido adiestrados histó . - mente· , ( t" nea habían aceitado. Lo desacertado hubiese sido desoírlas. : sena a ·1goso puntuar meticulosamente esa historia y nos El segundo diagnóstico (el de la guardia) también es correc­ extravi~a del objetivo de este trabajo. Valga tan sólo la famosa to en su fenomenología, porque permite aquietar la situación de expres10n .de Borges: todos nacemos platónicos o aristotélicos. Sí, la paciente a través de un acertado trayecto medicamentoso. El de cualqmer modo, y a propósito del caso de Verónica podemos tercer diagnóstico (el de Psiquiatría) es necesario, aunque aún trazar dos líneas sobre esos modos de razonar que ha:i sido sis­ está por determinarse si es correcto o no; sí es cierto que ha tematizados, por el pensamiento positivista, en epistemología. cumplido una finalidad: ofrecer un blindaje farmacológico im­ Ellos son, por un lado, el sistema inductivo-genera.lizador, que prescindible para favorecer la interlocución, o, en otros térmi­ ~e caracteriza por el relevamiento de casos individuales a partir nos, lo que en psicoanálisis llamamos transferencia. e los que lu_ego se intenta extraer una ley general; y por el Pero, a diferencia de los dos primeros, el diagnóstico psico­ otro, el hipotetico-deductivo, que paitiendo de una ley universal patológico cristaliza una situación existencial, fija, deteniendo observa los modos particulares de adhesión a ella. 5 En esta últi­ un trayecto. Eso no ocurre en las otras dos diagnosis, ya que ma modalidad, es clásico el silogismo aristotélico. allí se tratan situaciones provisionales sujetas a movimiento y El n:étodo hipotético-d,eductivo posee una fuerte vecindad cambio. En Psiquiatría, por el contrario, los predicados son con a~ue! que Freud critico a propósito de las interpretaciones estables porque apuntan a una estructura. i anagogi.cas de la llamada Escuela Suiza de Sí!berer y Jung 6 u Sin embargo ... los tres diagnósticos tienen algo en común. producto onírico podía ser desentrañado por el recurso deÍ sis~ Miran de frente al objeto que califican, cuando en realidad, por tema descifrador, cuyo antecedente fue Artemidoro de Dalcis las características propias del objeto que tratan -o sea, un su­ en el siglo II, o por el sistema de los arquetipos junguiano~ jeto humano- deberían actuar niirando el sesgo, 2 o sea, fabri­ cando conocimientos a ¡;aso de cangrejo, 3 porque de1nasiado

4. Dal Masetto, Antonio: Den1asiado cerca desaparece Buenos Aires p¡ neta, 1997. • , a-

l. El concepto de estructura es, por definición, inconmovible y resistente al 5. ApaRrtir de es~a forma de pensar, emerge la frase: la excepción confi,rnza la reg1 a. azonam1ento que no de· d paso del tien1po. Ver al respecto: Bastide, Rogcr y colaboradores: Usos y cos­ 1, . . . :ia e provocar sorpresa porque se desdice a tun1bres del térniino estructura, Barcelona, Coloquio-Anagrama, 1981 y l-iel­ ; misin{ s; irata de. un o~únoron o desmentida recur;iva, donde el primer n1an, Jorge: Historia y Estructura, Buenos Aires, 'l'rabajopublicado por Tckné ragmen o. e enunciado "ignora" o desmiente al segundo. 6. Freud, S1gmund: La Interpretación de los ~ueños 1900 Inclui"d Ob en sus cuadernillos "Cuestiones", 1987. Co1npleta d' ' • · o en ras 2. Zizek Slavoj: Mirando el sesgo (Una introducción a Jacques Lacan a través de s correspon icntes a las ediciones españolas de Biblioteca N la cultura popular), Buenos Aires, Paidós-Espacio del Saber, 2002. ~948) Y Amorrortu Edi.ciones de 1978; a la edición ale1nana de Con~~t~: 3. Grass, Günter: A paso de cangrejo, Buenos Aires, Alfaguara, 2003. d ~ana ~ Buchdrukere1 Euge~ GOb.el, S. Fischer Ver)ag GmbH, Frankfort el cno, 1975. En adelante, solo se indicará el año de publicación del texto. tienen hombrccitos". Aceren de diayn6sticos.. 113 11'..!. quien ahora 1la111aren1os Juana, h;:1cía tien1po que la paciente e~'la,nos con poderes sobrenaturales. l,a terapeuta tradujo: ¿corno padecía de una fuerte irritabilidad y de insomnio, y la hostiga­ si fueran unos lionibrccitos? Verónica, con toda naturalidad ba permancnte111ente, tar1to a ella con10 a su esposo, con quie­ respondió que, efectivan1entc, se trataba de honibrecitos que[(;

nes convivía. Verónica insistía en que su hija debía tener 11ijos tienen de lujo, se ríen, n1ean1 cagan y a veces son divertidos, pro11to; esto se le l1abía transforn1ado en una idea fija que, en pero otras te joroban la vida. los últi1nos n1eses, no le pern1itía pensar en otra cosa. Estos datos pern1itieron desenredar la frase, c11te11derla Verónica era hern1ética. Su estribillo fatigaba la interlocu­ desde un costado diferente, inás allá de su aparente irraciona­ cjón, la esterilizaba) y a11nque su estado en1ocional se había lidad. La oración contenía una poderosa hostilidad hacia la apaciguado) no podía escapar de esa frase que la mantenía hija, Juana, la lenteja, que se resistía a· tener honibrecitos, los sojuzgada. {Jn tiempo n1ás tarde, los resocializantcs farn1aco­ que te tie1ie11. de li~;o, se rfen, niean, cagan y a veces son diver­ lógicos, y el contacto social resultante, lograron inenguar la tidos, pero otras te joroban la vida. aparición de ese sufrin1icnto. En esos n101nentos distendidos, Veró11ica fue des-internada a la cuarta sen1ana de su es­ surgieron algu11os datos significativos. tancia en el 11ospital con la siguiente indicación: control rigu­ Ella era la {1nica hija de unos padres des¡Jreocu¡Jados, pro­ roso de la n1edicación y tratamiento psicológico, tres veces por fu11da111ente esclavos de-rencores que no les pern1itían ate11der se1nana. Pero nunca volvió al hospital, su caso quedó condena­ a la jove11 adolescente; sus recuerdos se remontan a esa época. do al polvo del archivo y a algunos roedores que suelen, perió• Su n1ariclo era errante,- viajaba periódicamente y ella crió a dicamente, visitar ese sótano; rünguna noficia acerca de ella. Juana en soledad. Su vida siempre fue ua infortunio, saturada Los profesionales que la atendieron también se fueron del lu­ de obligaciones y compromisos. Hasta aquí llegaron los pocos gar, y muchos de ellos alojaron a Verónica en el olvido gracias indicadores adicionales q11e puedo brü1dar, sobresaltados pe­ a nuevas historias que comenzaron a poblar sus memorias. riódica1nente por la frase las lentejas tienen honibrecitos, que Esta pincelada clínica es el producto de un trabajo de super­ irru111pía y se desva11ecí::-i con la n1is111a velocidad. visión realizado en el año 1988 en un hospital polivalente de la I"'ueo·o de tres sen1a11as de internación, el estribillo tuvo, un provincia de Buenos Aires (Argentina), y brotó como recuerdo b día, u11a ligera variación: las lentejas deberían te1ier ho1nbre- de quien ahora escribe en respuesta a la invitación a hablar de citos. Se le seüala esta n1utación, pero ella no recuerda nada. testiln,onios ele la clínica. Permite, gracias a la distancia, algu­ Cuando se le pregtu1tó a Juana, la 11ija, si tenía idea de por nas reflexiones acerca de la práctica, ya que ésta tiene la bon­ qué tenía Verónica en su mano algunas lentejas cuando fue dad de despertar a algunos conceptos teóricos que suelen dor- internada, ésta manifestó no saber nada al respecto. Lo único 1nir en los Hbros. En esta dirección, se encan1ina este escrito. que se le ocurría era que con frecuencia la llamaba a ella lente­ ja, cosa que irritaba sobre1nanera a su esposo. Desde que recuerdo, sienipre fue rara, decía Juana. Lapa­ Diagnósticos ciente afirn1aba que los vecinos le movía11 las cosas de la casa y alteraban el orden en que dejaba la ropa; los objetos más rudimentarios se n1ovían y nunca estaba11 en el lugar en que Los tres diagnósticos, que se en1itieron en el caso de Veró• ella creía haberlos dejado. Verónica decía que si bien podían nica, fueron aproxjn1aciones certeras, pero, cabe remarcar, haber sido los vecinos, también era probable que los gnomos aproximaciones. Evoquémoslos: la frenética (emitido por los hicieran tales cosas. paramédicos), crisis de excitación psicomotriz (asentado por la La psicóloga que la atendía la interrogó acerca de qué erar guardia) y esquizofrenia paranoica con delirios (surgido del los gnon1os, y Verónica, ofuscada, le respondió que eran unos servicio de Psiquiatría). Nada es para siempre. Pensando !a clínica psico;in;díticn 116 ------""'"'"'' ______,, ______,____ ,,, .... -.--·-- "'"'"'"'"'"'"_"' ______,,., ______

(que es Ja vestidura que toma el método hipotético-deductivo hay un hilo suti1 que los 1nanco1nuna: se trata de un n1odo e11 psicoanálisis). Según estos prototipos universales, cada pro­ particular de razonar, y algunos autores9 han calificado a es­ ducció11 onírica posee un significado, n1ás acá y n1ás allá del tos hombres como Jos fundadores del paro.dignia indiciario. propio sofiante, que responde a algún arcaísn10 sim?ólico .. Por otra parte, las distinciones entre la intriga psicoanalí• Tanto el método hipotético-deductivo como el mductlvo tica, sostenida por la novela familiar del neurótico, JO y el enig­ constituye11 modos 11abituales de razonar1 es decir, forn1as n1a policía}, transcripto por el género detectivesco, 11 se desva­ materiales concretas co11 que traducimos o leen1os los aconte­ necen; ambas situaciones requieren de u11 n1ismo método__ fren­ cimie11tos ... a los que prcsupo11emos dotados de una lógica in­ te al suspenso de tener que desentrañar una verdad que apa­ trínseca que se encuentra encen~ada entre estos dos grandes rece de forma hermética. Ese procedimiento eS, precisamente, barrotes interpretativos. En síntesis, si bien en los comienzos el abductivo, aquél que se construye para un caso, pero luego ainbos 111étodos padecieron de una "rivalidad edípica", e inte11- se desvanece, y no formula una ley general. Algo similar ocu­ taron sepultarse 1nutuamente, el tiempo limó esas asperezas, rre con el discurso cine1natográfico; allí se fabrican signos que, los rencores inclementes cedieron, y hoy gozan de u11a venera­ a fuerza de insistencia y de perseverancia, logran mostrar re­ ble y solidaria convivencia. laciones de contigüidad (se transforman en símbolos) que lue­ Sin embargo, existe, desde la década del '80 del siglo XIX, go mueren cuando concluye Ja película. un método poco difundido, pero muy eficaz, para tratar situa­ Freud, en un texto de 1916,12 hace alusión a un médico ciones que huyen de las formas lógicas tradicionales. Se trata italiano, Morelli (alias: Iván Lermoliefü, que se dedicó, en 1876, 8 del método abductiuo, 7 ideado por Charles Sanders Peirce. Esta a detectar la falsificación de cuadros originales. Según Morelli, modalidad de razonar consiste en procrear relaciones de cau­ no hay que prestar atención a la figura central reproducida en salidad efímeras, y valederas para cada situación, que luego un cuadro (cuando se trata de determinar su autenticidad) sino se desvanecen sin pretender captar el universo; sólo son váli­ a los detalles marginales y menores. Él sostenía que el falsifi­ das para una circunstancia y no van más allá de ella. Si este cador centraba su atención en la zona central de Jo que inten­ 1nétodo an1bicionara ótros alcances, se mudaría en alguna de taba reproducir, pero relajaba su personalidad en los indicios las formas del pensamiento hipotético-deductivo o inductivo y insignificantes o poco relevantes. Allí se delata el verdadero perdería su potencia como sistema. Es decir, se trata de un estilo del copista, su sello personal. Freud lo señala a Morelli método que se "desmetodiza" (¡valga el neologismo!), porque como uno de los mentores del método analítico. en su ese11cia está el de subvertirse a sí mismo. Morelli, Freud, Conan Doyle ... ¿Será, tal vez, una casualidad Charles Sanders Peirce no conoció a Freud ni a Conan Doyle que los tres hayan sido 1nédicos "en retiro efectivo" de sus respec­ (tampoco a su personaje más difundido: Sherlock Holmes); tivas profesiones y se hayan dedicado a otros menesteres? Conan Doyle no tuvo noticias de Peirce ni de Freud; Freud no leyó a Peirce y (se sospecha) tampoco a Conan Doyle. Sin embar­ go, desde Jos Estados Unidos pasando por Austria e Inglaterra

9. Guinzburg, Carlo: El paradignia indiciario. Incluido en Eco, Umberto, Sebeok, Thomas y otros: Ji:l signo de los tres (Dupin, Holnies, Pcirce), Barce­ lona, Lumen, 1989. ?.Abduction significa 'rapto' o 'robo'. Cuando nace una ciencia, debe "raptar" 10. Freud, Sigmund: La novela fa ni iliar del neurótico, 1909. 0 "robar" semantcmas o signos de territorios vecinos con e] afán de crear su 11. La novela policial nace con la creación del personaje del detective (Dupin), propio dispositivo se1niótico. . inaugurado por Edgar Allan Poe y continuado por Conan Doyle. Autores 8. Peirce, Charles Sandcrs: Collected Papers, Catnbndgc (Massachusetts), posteriores han formalizado y enriquecido el género. Harvard Univcrsity Prcss, 1933-1948. 12. Freud, Sigmund: El Moisés de Miguel Ángel, 1916. us Jorge Hcl111an. "JÁls lentejas tienen homb1·ecitos". Acerca de di11gnósficos... 119

El n1étodo abductivo nos invita a no ver lo que se nos mues- Resoluciones tra, sino a ser mirados por ¡ os in. d' ic1os, . 13 a queb rar e 1"sen t• -ic 1 o con1ún" o para decirlo en términos técnicos, a no ver los signi­ Con este arsenal, es posible retornar al historial de Verónica. ficados ~i~o a atender a Ja multivocidad de Jos significantes. Podríamos decir que su frase en nada se diferencia de aque· Ellos nos '1mblarán" desde otro costado, y generarán relacio· lla que puede aparecer en un sueño, o de esa otra organización i1es de significancia novedosas. significante que constituye un chiste ... Hasta se puede afir­ En oportunidades pasadas, hemos distinguido lo que lla­ mar que todo síntoma, metapsicológicamente pensado, no es 14 mamos el síntoma Saussure, allí señalamos que este pen· más que un chiste de mal gusto para el paciente. 15 Dado que se sador suizo atendía a las vicisitudes del lenguaje y de la trata de formaciones del inconsciente, deben ser tratadas como lent,.YUa, pero exiliaba al habla, a aquello que violentab,a lo tales, es decir, tienen que someterse a un proceso de desmenu­ que ahora llamamos el "método hipotético-deductivo". Este za1niento, ya que análysi..i:; significa, precisamente, desatar para se viste, en lingüística, con el nombre de lengua (o idioma, o luego producir nuevos anudamientos significantes. léxico); habita en el diccionario, allí donde se dictamina y En aquella oportunidad, habíamos seguido justamente ese se congela el valor permanente de la palabra. El habla, por camino. Portando las leyes que regulan las permutaciones se­ el contrario, transita por Ja vida de las personas, fluye a mióticas: desplazamiento, condensación y protección de la fi­ través de ellas. Precisamente, lo que la ciencia lingüística gurabilidad (rüc/¡sicht auf darstellbarheit), procedimos a des­ deporta (porque no puede pensar si no es en términos uni· trozar el acertijo en sus partes constituyentes. versales) lo recolecta el psicoanálisis. Se trata de aquello Es sabido que la palabra "lápiz" no afecta en absoluto a la que hace al uso singular del léxico, que lo lesiona y que gene· ontología del 'objeto que sirve para escribir sobre el papel', ya ra r1uevas relaciones de significación. que si canjeamos esa palabra por "pencil", no ganan1os ni ex­ Una última reflexión sobre Jos métodos. Los tradiciona· traviamos nada con relación a los atributos y a las funciones les son cómodos, lllivian el proceso intelectual, porque éste se que posee ese objeto. Solamente una cuestión de hábito ha es· recuesta en el hábito y la tradición (que en términos analíti• tablecido Ja relación "natural" entre el referente (lápiz) y lo cos conocemos con el nombre de repetición). El método abduc· referido (lo que sirve para escribir). La cosa (das Ding) pro· tivo es trabajoso, exige el esfuerzo de investigar hasta conse­ mueve la construcción del objeto (como representable Simbóli• guir la ley singular de cada sujeto, pero luego no es extensi· co) que hace "mordedura" en lo Real. ble, no sirve para otro. Es decir, se deconstruye a sí misn10. Justamente, por ello, intentamos desvincular (o mejor di· cho: "des-ver") al objeto lentejas de su referencia a la cosa en sí. A las lentejas, las tratamos como significantes, y gracias a ese enfoque, pudimos percibir que ellas ocupaban el lugar de las lentas, las demoradas, precisamente, las lentejas. Este dato nos fue suministrado por Juana, Ja hija, quien era tratada por Verónica como tal, como una de1norona.

13. 'Ibmamos aquí la diferenciación establecida por Lacan. Lacan, Jacques: (1964-65) Sen1 ir1ario XI, Los cuatro conceptos fundanientales del psicoanáli­ sis, Madrid, Barral, 1976. 14. Hehnan, Jorge: "La palabra y el cambio psíquico", Revista Electrónica El Sig1na (acceso a Internet: ww\v.elsigma.com). Versión gráfica en la Revista 15. Un testimonio cinematográfico alienta esta interpretación. Se trata de C:a1npo (}rupal, Nº 50, Buenos Aires, octubre de 2003. la película París, Texas del director alemán Wim Wenders. .Jorge l fclman. "J.,os ll'nh'jos tiencn lwmhrcdtos". Acerco de dio9n/1sficos.. 121

Si bie11 no fue ln paciente la que brindó la asociación (como la paciente la llamase lent(ja tiene su gravitación en toda la sería esperable en el caso de u11 paciente neurótico, o en un sue­ historia singular de esta parL~ja filial. Aquí se ha producido ño), ]o cierto es que en eJ tratan1iento de psicóticos, los allegados un desplazan1icnto donde el significante adquirió una cara son parte de su n1en1oria en acción, y ello no puede ser desoído. nueva, fuera de lo convencional. I•~n ese giro scn1ántico, se Una gran distancia separa a los i1curóticos de los psicóti• estabilizó lo que Frcud, en sus prin1eros escritos, denon1ina­ cos: en tanto los prin1eros cnl1ebran relatos poblados por ¡1er­ ba un fá18o enlace. Esa estabilización es propia de un coágu­ sonc4jes, en los últimos, las ¡Jcrsonas (familiares) hacen presen­ lo significante, conocido en lingüística con10 sintcignia cri8ta­ cia en acto. En esta dirección, recorden1os que acto16 significa: lizado. J_,a rnetáfora se corporizó "erróncan1ente" en otro sig­ puesta en escena de un conjunto de representaciones que se nificado. Por eso, cuando Verónica es i11ternada, cobija en su desvanecen en calidad de tales, transfor1nándose en presenti­ n1ano un puñado de lentejas. ficaciones. Los actos constituyen acontecimientos de la vida El otro fraginento, tien,en l1on1brecitos, sufre u11a mutación cotidiana y se distinguen de las actuaciones, conocidas con el importante: se quiebra la cantinela introducie11do una nueva nombre de actings (tanto out como in). En esto.s últimos casos, fachada en el cuerpo significante. Es ahí donde se detuvo la el sujeto es sorprendido por la impulsión del pensamiento, ya escucha, en aquello que rompió con la fatigosa rutina de lo f' que ésta se impone con1o tina escenifícación incontrolable, pero misn10 que insiste: deberi'an. tener honibrecitos significa un

sujeta a iiiterpretación1 porque un fi·agmento de la subjetivi­ in1perativo (¡vaya a saber alguien cuándo fue inscripto con10 dad es receptivo al significado de ella. Se trata de ideas que se mandato!) y en calidad de tal, algún destinatario debía cum­ ha11 inovílizado en una' escenificación, más allá de la vocación plirlo. A esta altura, ya es sabido que la lenteja debía hacerse que tenga el sujeto por provocarlas. cargo de ese manda111ic~11to; o sea, debía tener hijos. J.lcro lioni­ El pasaje al acto posee un carácter más radical aún, por­ brecitos denota tan1bién a,lgo diferente. Saben1os que ren1ite a que implica una disolución del sujeto que ha sido avasallado los gnomos, aquellos enanos (hombres pequeños) que están por lo n1ás exterior a él: el inconsciente. l.,as "circunstancias)' vestidos, en los cuentos infantiles, co1no entes malignos que han disipado a la subje_tividad) y, a diferencia de lo que ocurría hacen cosas co11tra las personas. e11 las actuaciones, aquí no hay un barrarniento del sujeto, si110 }jn otros términos, sí el vocablo len,teja posee un nuevo y un borraniiento de él. 17 solitario significado, hombrecitos tiene dos: hijos y gnomos. Juana es parte de la n1en1oria de Verónica;18 de ahí, Ia va­ Estamos en condiciones de traducir19 la frase que rodea la in­ lidez de acoger su asociación con10 legítin1a. Y el hecho de que ternación de la paciente Las lentejas tienen hom brecitos por otra que acompañó a su externación: Mi hija debería tener hi­ jos (hombreciios) ... así, mis males (hombrecitos, personificados en los [:,.>nomos) se retirar{an. 16. El vocablo griego que Jo traduce es drania., palabra que el castellano recolecta en toda su extensión. 17. Esto in1plica que los hechos, en su holgura, han devorado a la su~jetivi­ dad. El Otro, en el sentido lacaniano del término, también se ha disipado, dando espacio a la dimensión de lo Heal. Para mayores detalles, se puede protagonista en un recorrido por diversos estados de la inemoria, a partir de consultar: Zizek Slavoj: flfirando el sesgo (Una introducción a Jacqitcs La­ la ausencia de sus padres. Fragn1entos, fantasías, relatos y fotos dan fonna can a travds de la. cultura popular), Buenos Aires, Paidós~Espacio del Sa­ a una realidad que pertenece al pasado y se proyecta en el presente. Un ber, 2002 (pág. 228). equipo de filmación a la deriva, una actriz y unos ]Jlayn1obiles (Jnuilequitos de 18. La nlen1oria es una forn1ación colectiva. lJn fiel testin1onio de esta sen­ plüstico articulados) felices construyen el universo fracturado en el que la tencia es Ja película argentina de A!bertina Carri Los rubios, Buenos Ai­ protagonista descubre, una y otra vez, lo improbable de Ja me1noria. res, 2008. 1-Ic aquí una apretada síntesis de ella: Los rubios n1uestra a la 19. La voz latina lmducire sif,'llifica 'llevar o transportar cosas de un lugar a otro'. el sesgo de la frase que tomamos de Piglia apunta a otra re­ Disoluciones flexión, i11enos histórica y más actual. Rescatar al sujeto trágico, para nosotros, es sustraerlo de la masificación, hoy conocida como globalización; es brindarle M 'lt'ples1 han sido Jos lazos que se han establecido históri• camc~e entre la Literatura y el Psicoanálisis,2° después. de el valor propio de una subjetividad no aturdida por un ensor­ todo, el psicoanálisis puede concebir a la clínica ~01no escritu~ decedor estrépito. Es bastante frecuente escuchar, en la clíni• ra. 21 Sin en1bargo, ahora queren1os rescatar una idea que nace ca, el anhelo (¡no queremos llamarlo deseo por su fuerte carga del diálogo entre ambas disciplinas y que parte de al~unas conceptual!) de querer ser como lós demás. Voluntad que de­ 22 niega, precisamente, el deseo de ser, con la poderosa investi­ reflexioi1es de Ricardo Piglia. Según él, una contr1buc1on que brindado el psicoanálisis a la literatura es haber rescata- dura ontológica que ello significa. 1e h a . d do el sujeto trágico que ésta había extravia o. Quien quiera ser 'como los demás' no puede elegir el psi­ coanálisis como trayecto; dicho más enérgicamente y rotando Toman1os esta idea de sujeto trágico, porqu~:os r~cuerda, el enunciado, el psicoanalista que se prenda de esa ambición · lud1'blemente a Shakespeare. Harold Bloom sostrnne, au­ dazmcnte,me que el' Hombre fue una invenc1on· ·· de Sha k cspc;arc,· puede ser cualquier otra cosa, pero 110 psicoanalista. Podrá ser, sea que, a partir de se puede pensar la :ategona de por ejemplo, profesional de técnicas alternativas, de terapias 0 Hamlet, Hombre como una unidad en conflicto. Algunos anos antes de New Age, o de reencarnación de vidas pasadas, o de flores de esta afirmación de Bloom, Foucault había sentenciado que el Bach u otras yerbas similares, conforme pulula en el mercado Iioinbre es una construcci.ón estrU:ta1nente hant1.ana. Sin embargo, "PSI" actual. Porque ser psicoanalista es asumir el riesgo de confrontarse con ese sujeto trágico del que habla Piglia, sujeto que singulariza a la persona, la distingue, a diferencia de la masificación (o la globalización) que disipa lo distinto, Jo vuel­ 20. Tan sólo con el ánimo de orientar sobre algunos de ellos, ~abe menc!on~r ve homogéneo, porque le aterra la diversidad. lns constantes apelaciones, desde el análisis, a textos d~ raigambre litera­ No es azar'OSo que el nazismo haya combatido, entre otros, ria: ,Jenscn, Dostoicvski, Schrcbcr, etc. }{csulta sugestivo ~ue e2 c.1 texto al psicoanálisis. Un examen superficial podria conjeturar que M '!tiple interés del psicoanálisis de Freud (1913) no se mencione el interés lit~rario~'; sin embargo, ello ocurre porque está implícita en toda su.obra la se trataba de una ciencia judía, sin embargo, algunos estudios invocación a textos. Tainbién pueden verse, en Lacan, ]a convocatoria a Poe recientes24 han intensificado el análisis y han inferido que Jo (La carta robada), motivo de uno de sus se1ninarios, o a Joyce, c~usa .~e otro que, como sustrato, unificaba a las masas austro-alemanas era · lardi'o seniinario. Otros autores han insistido en esta d1recc1on: Le mas . · ¡· · (t · el odio y el deseo de abolir al distinto. Es allí donde hace pie la Galliot, Jean y colaboradores: Psicoc1nális1s y lcngua;cs itcrarios, eor1a Y disciplina inventada por Freud. Claudia Magris25 señala, con práctica) BuenosAircs, B.achette, 1.977. . ... 21. I-Iclm'an, Jorge: "La clínica como escritura", Revista.de Psrco.anah,sis de la Universidad J. F. Kennedy, Buenos Aires, 1998. Pu~h~ado po1 A~~ronta N 4 (Prirnera Revista Psi.coanalítica en {orinal.o electron.ico), 7 de d1c1embre 24. Goux, Jean-Joseph: El inconsciente freudiano y la Revolución iconoclasta, de 1g95 (Acceso directo a Internet: W\V\V.~cheronta.org - Acceso a Internet Buenos Aires, Letra Viva-Cuadernos Monográficos, 1983. por correo electrónico: [email protected]:t.org.ar). . Hclman, Jorge: "Soy unjudío sin Dios", en Conceptos fundanientales de Psico­ 22. Piglia, Ricardo: Ji'ornias breves, Bue1:os Aires, Te.mas e_n. ~1.ma~gen, d1- patología (VJI) (Cien Años de Psicoanálisis), Buenos Aires, mayo de 2003. cienlbrc de 1999. Textualmente señala (pag.73): Elpsicoanalisis nos co~uoc:n Departamento de Psicología Clínica de la Universidad J. F. Kennedy, Buenos a todos COlllO sujetos trcigicos; nos dice que h~y un: lugar en el que somos su~e­ Aires, Centro Editor Argentino, marzo de 2001. Publicado por la revista Psico­ tos extraordinarios, tene1nos deseos cxtraordinari~s, lucha1nos contra tensio- analítica Encuentro Nº 3, julio de 2001. Publicado por la revista electrónica nes y dranias profundísinios, y esto es niuy atractivo{. .. ). . .. El Signia (Acceso Internet: \V\v\v.elsign1a.co1n.), Buenos Aires, febrero de 2002. 23. Bloon1, Harold: Shahespcarc, la invención del ser humano, (~~1c10~ 25. Magris, Claudio: Microcos1nos, Barcelona, Anagrama, Panoran1a de original: Riverhead Books, 1998), Barcelon:i, Anagrama (Colccc1on At- Narrativas, 1999. gun1entos), 2000. ( Nada es para Pensando la dínica Jorye /-febna11. "Los lenli'.fas tienen lwmbrccitos". Aci'rl'ci de diu9nó.~ticos ... 125

1nuc]10 acierto, q11c el afán nazi de purificar y enriquecer a la el verdadero rostro de esa conju11ció11 entre la ilusión conse11- raza aria tern1inó e1npobrecie11do a la cultura alen1ana. suada del mundo simbólico y la alucinación singular del regis­ El sujeto trágico es el héroe de su propia épica, es el sujeto tro in1aginar'io, como con1bates trágicos e infatigables ante el singular que requiere ser rescatado de los a:~lladeros de la ~~sa. desorden de lo Real. y el resorte que dispone para ello es, paradoJ1can1ente, aquel fun­ dado, al con1ienzo del siglo XX en Viena, y enriquecido por cien años de historia co11flictiva. A todas las historias, en tanto merez­ Bibliografía can el non1bre de tales, las habita el conflicto, son laberinticas; jainás se son1eten a trazas lin~ale~ ni uniforn1?~· Marx

_uLa clínica como escritura'', Revista de Ps1'.coanálisis de la Tiempos congelados Universidad J. F. Kennedy, Buenos Aires,1998. Publicado Una lectura clínica del superyó por Acheronta N 4 (Primera Revista Psicoanalítica en for­ mato electrónico), 7 de diciembre de 1996 (Acceso directo a Internet: \VWw.achcronta.org - Acceso a Internet por correo SllSana Kotliar electró11i co: acheronta@111sa. psiconet. org. ar) -"Soy un judío sin Dios", e11: Conceptos funda1nentales de j)Si­ copatologia (VII) (Cien Años de Psicoanálisis), Buenos Ai­ res, mayo de 2003. Departamento de Psicología Clínica de ipotecas subjetivas, pagos desmedidos, posiciones sacri­ la Universidad J. F. Kennedy, Buenos Aires, Centro Editor H ficiales nos invitan a interrogar una clínica, diría que Argentino, marzo de 2001. Publicado por la Revista Psicoana­ gran parte de la misma donde el "superyó decide la gravedad de lítim Encuentro Nº 3,julio de 2001. Publicado por la Revista la neurosis". Afirmar esto es introducirnos en la complejidad es­ electrónica El Sigma (Acceso a Internet: www.elsigma.com), tructural del mismo y detenernos en principio en su constitución. Buenos Aires, febrero de 2002. Recuerdo un paciente que se presentó en las primeras en­ -"La palabra y el cambio psíquico, Revista electrónica El Sigma trevistas enfatizando su autodiagnóstico. Sostenía que él pade­ (Acceso a Internet: www.elsigma.com), Versión gráfica en la cía "u11a cadena perpetua". Si to111a1nos literalmente la frase, Revista Campo Grupal Nº 50, Buenos Aires, octubre de 2003. una condena según el diccionario es un testilnonio para i11dicar Lacan, J acques: Seminario XI - Los cuatro conceptos funda­ el destino de un reo, la extensión y el grado de su sentencia. mentales del psicoanálisis, Madád, Barral, (fecha original: Sentencia remite a castigo; entonces, ¿cuál es el escena­ 1964/()5), 1976. rio donde este castigo toma cuerpo en las distintas singula­ Le Galliot, Jean y colaboradores: Psicoanálisis y lenguajes li­ ridades, produciendo diferentes ropajes en las patologías, terarios (tcoria y práctica), Buenos Aires, Hachette, 1977. con costos muy elevados que van debilitando, acosando o bien Magris) Claudio: Microcos1nos, Barcelona, Anagrama~Panora­ disociando al yo para enfrentar la vida en la posibilidad de ma de Narrativas, 1999. trabajar, an1ar y gozar? Peirce, Charles Sanders: Collected Papers, Harvard Universi­ Freud subraya el hiperpoder pulsional hasta el final de ty Press, Cambridge (Massachusetts), 1933-1948. sus días, excediendo la capacidad de ligazón, de simbolización Piglia, Ricardo: Formas breves, Buenos Aires, Temas en el o bien produciendo desligaduras, como borramiento de mar­ margen, Buenos Aires, diciembre de 1999. cas; regresión libidinal producida por desestabilizaciones de Wenders, Wim: película París, Texas, S. B. P. Video, E:di­ los modos habituales de organización. ción 1998. En determinado momento Freud se enfrenta coh una clíni• Zizek, Slavoj: Mirando el sesgo (Una introducción a ,Jacques ca a la que no podía responder con los instrumentos teóricos y Lacan a través de la cultura popular), Buenos Aires, Paidós• clínicos con los que se manejaba hasta ese momento: los que Espacio del Saber, 2002. fracasan al triunfar, los que delinquen por sentimiento de cul­ pa, las enfern1edades orgánicas hasta llega a enumerar allí matrimonios desafortunados. Un padecer en exceso o bien un exceso de padecer que no alcanza fundamentarse con el beneficio primario del síntoma. Carlos sufría por su pérdida de tiempo, al salir cotidiana­ mente de su casa, cerrar el gas, las ventanas con las distintas Susana Kotliar. 11'c1npos co11oelados. Una lectura clinicíl del superyó 129 128 ___ ..,______------·------.. -.. ------·-"'"'"'"""'------·------.. -·------~------llaves eran actos q1u: se le iln]Jon.fan realizar, no }Joclía evitarlo, " ... sin duda alguna esta vez 2ne volví obediente pero había sufrido un daño interior. Aún años n1ás tarde me perseguía per(Lía denTasiado tú~n1JJO, su tentar se situaba en la posibili­ la visión torturadora de ese hombre gigantesco que casi sin clacl que acontezca una catástrofe. La ruJniación se reiteraba causa pudiera venir una noche y sacarn1c al balcón, a tal en su trabqjo, una)' otra vez preguntándose si había hecho o punto era yo una nulidad para él. no, bien un escrito. Él se ciaba cuenta "que era deniasiado", que Esto fue sólo un leve co1nienzo. El respeto por tu opinión era un exceso, que sus co1n¡Ja1ieros trabajaban rnás tra11quilos, era tan grande que c1 fracaso que quizá n1ucl10 más tarde no relajacios. J_,a tensión que lo aco1n¡Ja11aba iba a la par con la podía ser detenido, perdí la confianza en la acción propia. sensación que la sanción ¡_1oclía ser inrninente. Lo interesante es Es corno si uno fuera a ser ahorcado, si lo ahorcan que tenía niucha dificultad de firniar cada vez que ter1niriaba n1uere y se acabó. Pero si tienes que vivjr todos los pre­ un trabajo y tenía que entregarlo. parativos para su enjuician1iento puedes quedar afecta­ Ahora bien, dos premisas constituyen la base para la gé­ do para toda la vida ... ". nesis del superyó: Avatares de la larga dependencia. Recuerdo otra paciente -la prolongada dependencia del ser humano, que padecía imposibilidades e inhibiciones en su capacidad de -el complejo de Edipo. expresión, que se infiltraba en los distintos aspectos de su vida. Luego de un prolongado tiempo de análisis, le apareció una Es preciso detenerse y confrontarnos con la endeblez y el imagen de muy pequeña, muy angustiada: la mano enorme de largo período de dependencia del ser humano, tiempos de ple­ su padre, levantada, amenazándola. Acompañaba a esa ima­ no derecho del otro, tiempos donde se sedimentará el terreno, gen la voz de su padre gritándole: "¡No llores! ¡No llores!". donde se conjugará el complejo de Edipo. Terreno donde el efecto Lágrimas tragadas, expresión coartada, maniatada. de ]as primeras identificaciones será11 universales y durade­ Freud, en su texto "El malestar en la cultura" sitúa cómo ras, ya que tras ellas se esconde Ja identificación prin1aria, frente al desvalimiento y dependencia del otro, se renuncia por identificación al padre de la historia personal. amor y por temor a quedar desprotegido. Cada fragmento de El fin de la infancia es una ecuación que abarca el sepul­ agresión qne nos abstenemos queda asumido por el superyó quien tan1iento del con1plejo de Edipo. Deja necesaria1ncnte un daño acrecienta su agresión. El niño debió renunciar a esta satisfac­ permanente en el sentimiento de sí. Probablemente, dirá ción vengativa. Es llamativo cómo en su incorporación se multi­ Freud, éste da cuenta del sentimiento de inferioridad de los plica la escala de autodestrucción que reina en el interior. neuróticos, que es inl1erente al ser hun1ano n1ás allá de las Distintas voces introducen lo paradoja] de esta instancia_.,] diferentes patologías. superyó que es inherente a nuestra construcción como humanos Aquí nuestro interés es detenernos en los tiempos que pa­ para entrar en la cultura-. Los diferentes enunciados que sitúa sa11 y los tiempos que no pasan, conviven, nos muestran la Freud en relación al superyó nos hablan de su gran complejidad: tiranía de las marcas, los caminos facilitados que una y otra vez nos llevan a los misn1os lugares. -Residuo de las primeras elecciones de objeto del ello. Carlos refería su imposibilidad de enfrentar a su padre. -Enérgica formación reactiva al mismo. Su obediencia al mismo, nos fue llevando lentamente a su te­ -Su vínculo con el padre no se agota en la advertencia: rror infantil. La pasividad que refería dejo in tocado ese terror, -Así como tu padre debes ser. se volvió tan obediente que el deber y la obediencia tiñó todo -Así como tu padre no te es lícito ser. su quehacer e imposibilitó su cause descante. -Incitación y prohibición qne se conjugan en la misma Sus palabras me evocaron a Franz Kafka en su libro Car­ afirmación. tas al padre: -Doble faz que deriva del sepultamiento del complejo de Edipo. rron1a del padre la Ílrerza para lograrlo, su poder, su seve­ Fie ahí nuestro desafio. Introducir una cuña en la repetición, ridad. Quizás Jo peor del padre, quizás Ja no responsabilidad desn1ontar resistencias, a veces muy intensas, que invita11 a in­ del mismo recaiga en culpa en los hijos tervenciones, que apelan al hun1or y, m.uchas veces, a la ironía, -Monumento recordatorio a la endeblez en que el yo se encontró en de acuerdo a la singularidad de cada quien. Apostar, vía el traba­ el pasado y n1antiene su ü11perio en el yo adulto: así como el niño jo analíticó, a abrir nuevos ca1nir1os; un escenario donde el deseo es sometido a obedecer a sus progenitores, de la 111isn1a n1anera pueda lentamente comenzar a circular, acallando las voces del que el yo se somete al imperativo categórico del superyó. superyó y habilitando la voz propia, la firma y la expresión, que -Su relación con la adquisición filogenética del ello, lo convier­ son modos de dar cuenta de la posibilidad de recrear la afirma­ te en reencarnación de anteriores formaciones yoicas que de­ ción. Esta vez, pudiendo hacer uso de los propiÜs recursos. jaron su sedimento en el ello. -Por último, la cruda afirmación del superyó como cultivo de pulsión de muerte. Podríamos, en principio, postular que las temáticas del incesto y del parricidio, articuladas con los avatares de la castración, nos darán el panorama para entender parte de esta complejidad. Incitación y prohibición. Incesto y parricidio. Voces del masoquismo, restos que si bien acompañan to­ das las fases libidinales, se recrean en fases fantasmáticas: ser devorado, ser cagado, ser castrado, dando actualidad en Bibliografía los distintos marcos fantasmáticos donde el sadismo del su­ peryó se incrementa arrinconando y limitando al yo en su Freud, S.: "Más allá del principio del placer", Volumen XVIII potencia y dominando cada vez más su endeblez, hasta llegar (1920) Obras Completas, Amorrortu. a ser una pobre cosa rnás cercana a un objeto sometido a los -"El Yo y el Ello", Volumen XIX (1923) Obras Completas, distintos vasallajes. Amorrortu. Así como el superyó no puede desmentir que proviene de lo -"El problema económico del masoquismo", Volumen XIX visto y lo oído, la mirada y la voz retornarán desde lo más (1924) Obras Completas, Amorrortu. ajeno y lo más íntimo, burlando la ley, asediando desde su obs­ -"El malestar en la cultura", Volumen XXI (1930-1929) Obras cenidad, presentando clínicamente tiempos congelados, juegos Completas, Amorrortu. detenidos, ilusiones acalladas, excesos de realidad, riegos im­ -"El Humor", Volumen XXI (1927) Obras Completas, Amo­ posibilitados ante la propia apuesta. rrortu. Este panorama invita a articular la compulsión a la repe­ -31" Conferencia: "La descomposición de la personalidad psíqui• tición que insiste una y otra vez en su dimensión tanática. ca", Volumen XXII (1932-1936) Obras Completas,Amorrortu. Presencias de la insensatez que muchas veces se nombra como -32 ªConferencia: "Angustia y Vida Pulsional", Volumen XXII destino, siendo éste el último nombre, el más impersonal de (1932-1936) Obras Completas, Amorrortu. una larga serie para nominar al superyó. Kafka, Franz: Cartas al Padre, Colección Reino Imaginario. Intervenciones en catástrofes*

Gisda Perren Klingler

e lo que quiero hablarles es de Jo que yo llamaría el mapa D salutogénico, de Ja psicotraumatología, que es otro mapa de esta realidad. Nunca tenemos "la realidad'', sino sólo tene­ mos mapas: psicoanalíticos-, comportame11tales, etc. En este mapa no vemos la patología, sino cuáles son los recursos que tiene un ser humano que ha sobrevivido a un evento trauma­ togénico. Utilizo esta palabra "traumatogénico" porque sabe­ mos que ningún evento traumático provoca siempre trauma para todos. El peor evento traumático, que puede ser por ejem­ plo, un campo de concentración durante el holocausto, o lo que vimos ahora en ex Yugoslavia, en Ruanda, los torturados du­ rante la dictadura, o largas detenciones, nunca traumatiza a todas las personas y eso es muy importante de considerar por­ que significa también que el ser humano tiene una resiliencia, una capacidad de amortiguación enorme. Ésta es Ja idea que yo quisiera transmitirles un poco más. Esta imagen para mí dice casi todo, (imagen de la guerra: un padre herido, que tiene a su niño). Una persona traumati­ zada a nivel físico, con sangre, después de un ataque, supongo con una granada, está allí viva, y todavía tiene al niño junto a él, no lo ha dejado, todavía Jo tiene, con sangre o sin sangre, no lo sabemos, el niño está todavía contenido. Esto es algo muy importante de ver cada vez que hablamos de resiliencia, todo el resto, lo que se ve en los ojos del niño y del padre, lo que podemos interpretar del horror que vive este hombre, eso es nuestra visión y no sabemos lo que vive él.

*Clase dictada en el marco de las clases teóricas de la Cátedra Clínica de Adultos !l. Pensando- la clínica psicoanalítica Gisc/a fierren Klinger. Intervenciones en catástrofes 135

El concepto de trauma, es un concepto médico, finalmente. nivel actual, afuera, ta1nbién puede ser en la fantasía, con­ Hasta hace veinte años pensar en traun1a era pensar en lo trolar tan1bién puede ser buscar ayuda," ... entiendo que ten­ físico. La traumatología era una ciencia inédica que normal­ go un problen1a, que necesito ayuda y busco la ayuda de otros". mente trabajaba con 11ueso_s, fracturas, etc. liay que ser claros También es ser aceptado por Ja red social. Hay investigacio­ con este concepto: tampoco hablo del trauma freudiano, de Ja nes en los Estados Unidos sobre ml1jeres violadas, que de­ fa.11tasía, si110 que hab]o del trauma psíquico que vie11e del ex­ muestran que la mujer que ha sido violada y tiene una red terior, que surge del exterior y que pone en peligro }a integri­ social que la contiene, que acepta lo que le ha pasado, que no dad de Ja persona; el trau1na viene de afuera, entra dentro de busca la culpa en la i11ujer, sino que la ayuda, le da soporte, la persona y dentro del cuerpo, (el cerebro también es cuerpo) está mucho menos en peligro, menos vulnerable a desarrollar y dentro del cuerpo se producen reacciones, tanto a nivel cere­ después trastornos por estrés postraumático, depresión, etc. bral como a nivel físico. Mientras que Ja mujer que no tiene red social, que no está Un dibujo realizado por Frida Kahlo testimonia otro trau­ casada, que tiene niños Inargínados por la sociedad, está ma, un trauma cotidiano, como son los accidentes de carrete­ mucho más expuesta a desarrollar trastornos, de todo tipo. ra, demuestra muchas cosas de las que vamos a hablar des­ pués; vale recordar las imágenes que les muestro. Lo que no 2. La segunda parte es que si la gente entiende lo que pasa se ve e11 esta image11 es que, no sólo hay víctimas directas, puede sobrellevar mucho mejor lo sucedido. ¿Cómo podemos que participaron del accidente, sino que también hay gente nosotros dar información justa, honesta e inmediata de lo que viene a ayudar a los heridos, eso es un grupo de riesgo, que ha pasado? Esto puede ser muy duro, porque muchas co1no decimos hoy, que están "tocados" por lo que viven, por veces significa transn1itir n1alas noticias. También, después, ayudar a las víctimas. ¿qué podemos hacer para enseñar que las reacciones apa­ rentes, que parecen muy locas, son norn1ales, naturales: están ligadas a ese estrés demasiado grande que significa La salutogenésis un evento crítico o traun1atogénico? Y aden1ás no sólo debe- 1nos transmitir que es normal y natural, sino que también debemos enseñarles cón10 se puede manejar. Ahora no vamos a hablar de la patogénesis, ¿dónde está el problema?, ¿qué es lo que no funciona?, ¿dónde están los tras­ 3. La tercera parte es darle sentido: lo sostuvo Frakl, y muchos tornos, síntomas?, ¿cuándo hacemos diagnósticos con DSM IV, otros psicoterapeutas de otras escuelas lo reconocieron. Pien­ CIE 10?, o ¿cuándo hacemos terapia?, ¿cómo hacemos terapia?. so que dentro del sentido hay algo que fue encontrado o in­ Sino que vamos a hablar de cómo podemos ver los recursos y ventado en esta parte del mundo, especialmente durante y cómo trabajamos con gente que ha sido sometida a un evento · después de las dictaduras militares, que consiste en el reco­ traumatogénico, cómo podemos ayudarlos a ser lo más rápido nocimiento social, reconocer que alguien ha sufrido. Lo mis­ posible independientes y que su herida se cierre y se cicatrice. mo pasa en este momento en África del Sur y aquí con las Antonovsky, quien concibió el concepto de salutogénesis, en su luchas que hay contra el Punto Final, Ja Amnistía Mutual trabajo con sobrevivientes del Holocausto, descubrió tres partes: en el Uruguay, etc. Eso es exactamente lo que se necesita para poder llegar finalmente a un reconocimiento social y l. La primera, la manageability, Ja capacidad de manejar, con­ eso brinda naturalmente de nuevo control y comprensión, es siste en cómo podemos devolver a Ja persona tocada el con­ l1n círculo que se cierra. En personas que tienen un acciden­ trol, la capacidad de manejar, lo más deprisa posible. Lo que te, como Frida Kahlo, que viven agresión criminal, el senti­ es interesante es que el control no tiene que ser sien1pre a do allí es mucho más difícil de encontrar, porque no hay esta [t. Nada es par;:1 sien1prc. Pensando la cllrnca ps1coanalit1ca Gisela Pe1Tcl1 lnte1·ucncfrmes en C(lfástnifes ------"'"'"'"'"'_____ .. _,..,_, ... ., ... ------.---~------

visión social que puc'

jefe de la intervención debe saber esto, hay que proteger a los cada uno con la suya: puede ser rabia, tristeza, miedo, vergüen• illtervinientes. Hay otro n1odo que es la focalización 11acia el za, culpa, etc. Impotencia es parte de Ja definición del trauma y interior; lo conocen1os en la psicología de niños abusados, en­ provoca muchos sentin1ientos que, cuando la perso11a no está tran dentro de sí, no sienten mucho lo·que le pasa a su cuerpo Y n1ás disociada o evitando la emoción, surgen con tanta fuerza van de11tro de sí a otro lugar; ta1nbién se ve en personas tortura­ que piensa que está otra vez loca. Cada trauma, si se pone dra­ das que experi111entan lo n1ismo: van a otro lugar, diciendo "lo mático incluye pérdidas: pérdidas de personas, objetos, funcio­ que pasa afuera no 1ne ü1teresa" y lo pasan mejor que si tuvie­ nes físicas, de seguridades que hasta entonces se tenían. La ran la percepción focalizada hacia el exterior. Puede ser que en pérdida llama a la tristeza y al duelo, y en este sentido no hay accidentes las personas no recuerden qué pasó porque tenían su trauma sü1 duelo; pero sí hay muchos duelos Sin trauma. atención hasta cierto punto dirigida hacia el interior. No hay Muchas veces las personas están confundidas porque con bueno o malo, hay bueno para cada función, y yo pienso que la las reacciones específicas no se reconocen, están agitadas, hi­ perexci tadas, están "locas" y evítan cosas y no saben por qué las \-j, percepción. focalizada hacia el i11terior, cuando la persona está completamente impotente, es el mejor modo de vivir y sobrelle­ evitan. También pueden estar confundidos en tiempo y lugar var hasta que eso se acabe. Mientras que Ja percepción está porque el flashback los hace sentir que no están más aquí y focalizada, la emoción, el sentimiento también baja, hay como ahora sino entonces y allá, confusión en el sentido del tiempo. t111a anestesia en1ocio11al: la gente no siente ni el miedo, ni el Otro tema de importancia son Jos valores, especialmente horror, ni todo Jo que podría ser como emoción adecuada a lo que cuando hay violencia política que no se ha castigado ni ha sido sucede. Se llama estupor emocional, en escuelas específicas se claramente declarada. Cuando hay violencia con soldados jóve• habla de disociación, la gente está afuera de sí misma. El térmi­ nes, niños, como en África, donde han aprendido a no tener valo­ no "disociación" es algo bastante complicado y co1nplejo y no res, ni a ser bien educados o cuidar al prójimo, el valor es ser el tendría que ser utilizado así. Una vez que el evento ha acabado, más fuerte, no mirar Jo que hace el otro; eso es un problema que digamos, el accidente de carretera pasó, la persona que no está r1os?tros vivimos con jóvenes refugiados de donde sea, de Bosnia, herida vuelve a su casa. Pero no vuelve a la normalidad, sino de Africa. Se comportan como criminales y tenemos que enseñar­ que tiene reacciones postraumáticas, que son llamadas "especí• les qué reglas son imprescindibles para vivir juntos. Estas reac­ ficas" porque está11 í11tin1amente ligadas a la reacción de estrés ciones específicas y no específicas son normales y naturales y durante Ja exposición: Ja persona está hiperexcitada, no puede hablan de que la persona vivió algo fuera de lo normal. cal1narse, 11abla demasiado, corre, se agita, ríe sin razón, llora, está impaciente, agresiva, todo debido a la hiperexcitación. Al Reaceiones a eventos traumatogénicos misn10 tiempo se siente perseguida por memorias recurrentes, que vuelven cada vez que pueden ir hacia un flashback, donde revive nuevan1ente el evento como si estuviera dentro. He hablado de lo que pasa durante la reacción aguda de De noche son pesadillas, en el niño es el juego traumático. estrés, inmediatamente después, hasta ocho semanas más tar­ Muchas veces evitan lugares, personas y situaciones que po­ de, está lo que se llama la "reacción aguda traumática", es mi drían llamar a otras memorias traumáticas. No vuelven a con­ modo de llamarlo, porque en el DSM IV figura como un trap ducir un coche, etc. Aparte de esta evitación hacia afuera, tam­ torno. Pero no es un trastorno, ya que es normal y natu~·~, bién hay evitación hacia lo emocional, continúan con shock Desde el momento en que lo llamamos "trastorno" ya es ro.te' emocional, con10 un zombie. Hay reacciones postraun1áticas es­ gico, por eso prefiero hablar de "reaf~íón". Saben1os '",_ue ' pecíficas y también no específicas. 'Il-as las no específicas la impoten­ reacción puede resolverse en un 80% y sólo lo que penlun cia despierta en todos nosotros muchas emociones desagradables, de ocho semanas llega quizás a ser trastorno. En estas se' Nada es Pensando la clínica quizás la gente pueda experimentar lo que el DSM IV llama "sín• que ha pasado. Este acompaña1nícnto lleva norn1aln1ente poco ton1as", pero son "reacciones", i1om1ales y naturales. Sólo des­ tiempo, salvo si hay turistas, porque 11asta que la red personal pués de varios meses (y allí hay diferencias entre escuelas), apa­ de un turista se pone en inovín1ienio se demora más tiempo. rece lo que se lla111a trastorno ¡1or estrés postrcuunático, TEP1~ y llecuerdo un gran ince11dio que tuvimos en un túnel del luego trastorno por estrés postratunático crónico. Afortunadan1ente San Gottardo, que va del norte al sur. Había bastantes extran­ un n1an~jo sano después de la exposición a eventos traun1atogé­ jeros que estaban adentro y pasó una sen1ana hasta que los nicos pern1ite que un 809(, de las personas puedan quedar sanas. familiares pudieron venir. Había gente no sólo de Alemania e El trastorno postraumático se produce en un 10% a un 15% de los Italia, sino de más lejos, y entonces los equipos de apoyo debie­ casos, y es 111uy interesante si piensan en. lo que dije antes, cómo ro11 intervenir durante más tie1npo. No sirve ubicar a la gente t1n evento puede ser interpretado. En una investigación e11 el de¡t;ro de un hotel lujos? y dejarlos allí, sino que hay que ocu­ Uruguay con ex detenidos t01turados había sólo un 8% de perso­ pal-Os. Si no, tienen el tiempo para n1en1orizar una y otra vez nas con estrés postraumático; tan1bién hay otros trastornos, pero lo que ha pasado. Por esto los equipos de apoyo deben no sólo es un porcentaje menor del que uno hubiera pensado. Controla­ estar disponibles más tiempo sino también tener gente que ro11; no en el sentido de controlar , pero sabían que iban hable lenguas diferentes y conozca cómo manejan, en culturas a ser torturados, lo sabían muy bien y eso era parte aceptada del diferentes, la idea de la muerte. juego. Ta111bién había una con1prensión clara porque era una lu­ cha política, con ideologías de ambos lados y esto daba la posibili­ dad de manajar más sanamente que en otros casos. Los bosnios Intervenciones estructuradas, como dcbriefing que vimos en los últimos diez años, no entendían qué pasó con ellos en el momento que explotó la guerTa y la persecución. Te­ Sólo después del cuarto día se puede intervenir con inter­ nían, por ejemplo, un apellido n1usuhnán, serbio, croata y esa era venciones más estructuradas, como por ejemplo lo que se hace la causa para ser perseguidos, torturados, matados; era comple­ en el debriefing psicológico, grupal o individual. Ahí se orde­ tamente diferente porque no había comprensión. nan los hechos, después las emociones y se habla de la norma­ lidad y naturaleza de estas reacciones emocionales y de estrés y se enseña el manejo del estrés. Posibilidades de intervención El término "debriefing psicológico" podría traducirse como '(d~codificación"; pero no es lo n1ismo. (No hemos e11contrado ¿Cómo podemos interveijir? Aquí no me refiero a la parte otra palabra, por lo que quedó ésa.) médica que salva vidas. Inmediatamente después del evento Consiste en dos sesiones. La segunda sesión es de segui­ sabemos que acompañar a las personas, (en Europa se piensa miento, porque no sólo tiene una función preventiva, sino tam­ en "uno a uno") hasta que la red social los acoja de nuevo, es de bién. una función de diagnosis muy precoz. Después de .ocho suma importancia. En los cantones de Suiza (que son como semanas se realiza esta segunda sesión, porque si después de provincias, más pequeñas) hay equipos de apoyo psicológico ocho semanas la persona no vuelve a la norma, entonces nece­ que están preparados para salir a cada minuto; estos equipos sita una psicoterapia precoz, breve y focalizada a lo que ahora no son de psicólogos, son de laicos formados en las bases de la pueden llamarse '1síntomas", ya no reacciones. Más tarde, por psicotraumatología que saben cómo dar la primera ayuda psí• trastornos de estrés postraumático, depresión u otras patolo­ quica, que saben qué es una reacción traumática, y también gías psiquiátricas, se puede necesitar psicoterapia, psiquia­ cómo manejarla. Conocer la salutogénesis, cómo devolver a la tría con psicofarmacología, y rehabilitación, lo que nosotros persona lo más rápidamente posible el control y a entender lo llamamos psiquiatría social. ·------"--·-·------·-Gisela Pcrren Intervenciones en catástrofes

Pregunta: Usted dijo que el estrés postraumático se pre­ una parte de su mandato. Esto no pasa en los países latinos, sentaba en el lOo/o o 15 o/t-; de los casos si11 intervención. Con la donde hay una concepción totalmente diferente, laica. En la intervención del dcbríefing, ¿a cuánto se podría llegar a reducir? visión fra11cesa e italiana, hay n1ucl1a resistencia a colaborar con las iglesias; yo pienso que es una lástima para estos paí• -Buena pregunta, no hay estadísticas todavía, porque es ses, porque no se están organizando. muy difícil, hay muchos trabajos hechos, pero si uno lo hace En todo país más o menos desarrollado, hay planificación con h.onestidad., 1nira11do lo que 1niden, cón10 lo inicien, es muy para las catástrofes. Aparte de lo político, lo que interesa es el difícil; hasta ahora se ha medido el TEPT, creo que la sintoma­ manejo del estrés en incidentes críticos. E~n ev~ntos críticos hay tología del trastorno por estrés postraumático, con lqs tipos un antes, un durante y un después; el dcbriefing es sólo una ABCDE, no es específica para inedir la prevención. Es corno si parte del después. Es una intervención de la que se habla mu­ yo contara cuánta gente tiene tos ,si l1ago una prevención con­ cho, que está de moda, por eso he publicado el libro con el título tra la tuberculosis. La gran dificultad es que no podemos ha­ provocativo de Debriefing. Un debriefing es un proceso que se cer grupos de control, porque ¿có1no los hacemos?, ¿en una hace en una sesión con estos siete pasos (ficha) y sólo puede ser emergencia cómo vamos a hacer grupos? ¿Cómo hacer estas utilizado empezando, como n1ínimo, tres días después del even­ cosas en un caos total, lo que es típico para catástrofes? Pense­ to. Es muy importante saber manejarlo, hay que aprenderlo, no mos en Santa Fe: eran 120.000 evacuados. Pensemos en las puede hacerse sólo luego de haberlo visto. Es un proceso que va Torres G-en1elas, que no saben1os cuánta gente finalmente fue de lo cognitivo a lo emocional y de vuelta a lo cognitivo. afectada. Es muy difícil hacer grupos al azar, y de comparación, Los siete pasos son: o todavía más dificil hacer grupos de control. Si pensamos que algo funciona, ¿quién nos da el derecho de darle algo a unos y a l. La introducción. Yo lo llamaría el consentimiento infor­ otros no? Hay preguntas éticas, desde mi punto de vista, y en mado. Es para que la gente sepa de qué se trata; este sentido todavía no hay estadísticas fiables. Yo soy clínica; puedo decir que cuando veo gente al cuarto día, después de una 2. El segundo paso es hacer una historia, un relato de lo intervención a vícti1nas directas, no heridas, observo que la gente sucedido, muy preciso, para ordenar; aquéllos que ya han tra­ i1ormaln1ente viene con caras y posturas corporales de víctimas. bajado con gente que vivió un trauma, saben que nor1nalmen­ Y después de la ü1tcrvención, del debriefing, que funciona si te no logran tener una historia, porque la persona comienza a está bien hecho, la gente sale sonriendo, con -de nuevo- un fu­ hablar de lo que pasó y al minuto que empezó ya hay una can­ turo abierto. Tienen una tonicidad corporal diferente y saben tidad de emociones que les vienen sin que puedan contenerlas que pueden controlar. Lo que es muy importante para quien ha y el que escucha tiene mucha dificultad para contener a la per­ vivido algo que lo ponía impotente; es bueno que salga y diga: sona. Después de una hora sabe que fue horrible, sabe cuántas "Bueno, he vivido eso, pero puedo controlarlo y seguir adelan­ emociones tiene el cliente, pero no sabe lo que ha sucedido. El te". Claro, como con toda técnica, hay que saber hacerla. Cuan­ arte consiste en poder contener a la persona con técnicas espe­ do se detectan casos que necesitan de la atención psiquiátrica, cíficas, porque antes de esclarecer las emociones hay que ha­ muy raran1ente se derivan. cer un relato, antes de saber lo que tiene como emoción hay Pero esto se hace a nivel voluntario. Las iglesias de los que saber lo que ha sucedido. países del norte, de los Alpes, (Austria, Suiza, Alemania) y otros inás al norte, como los escandinavos, están interesadas en brin­ 3 y 4. El tercer y cuarto paso, son pasos que abren a las dar este servicio, porque les parece importante estar presen­ emociones, no en el sentido de la catarsis, sino otra ve'z mUy tes cuando las personas están en dificultades; parece que es contenido con técnicas muy específicas, que salen de la hipno­ sis o del focusing; hay que contener. Reinos visto que la catarsis Giscla Perrcn Kli119er. Jnteruencioncs e11 catástrf~(es 144 _,,, ___ ._,____ ,,______--·- -- "----·•'------'------·- no sirve, porque sería ude índole traun1ática y eso inunda a la idea no es hacer algo nuevo, esto se hace desde que tenemos persona y le quita control, lo que se opondría a aquello que escrituras. Podemos encontrar en la Biblia n1odos de debriefing, rescatan1os con10 n1uy in1portante: control)-1 entenduniento. Las yo no les diré donde; vale la pena que lean; también en la llía• emociones se elaboran; una vez elaboradas se normalizan y da hay relatos donde se hace dcbriefing, y en tantos otros más. naturalizan -eso ya es parte del 5º punto. Creo que el ser humano desde que habla lo hace. Eventos trau­ n1atogénicos, siempre }1ubo, antes eran osos, tigres con dien­ 5. El quinto paso es la información que se hace sobre las tes afilados, más que asesinatos entre 11on1brcs, porque eran reacciones, y de cón10 manejarlas, con técnicas para el manejo demasiado pocos. Siempre hubo gente capaz "1e hacer esto y en de estrés: con1ida sana, regular, ejercicios, etc. La información cada religión se ofrece este modelo más o n1enos claran1ente. es lo que se llama psicopedagogía, informar y además convenir Hablarlo de un modo cognitivo, aceptar las emociones y hacer con el cliente, que no es paciente porque no está enfermo. Hay un ritual. El ritual es, finalmente, lo que en todas las religio­ que ser congruente con lo lingüístico. Se debe convenir que a nes da un cierre, lo que es, quizás) más rescatable es que en las ocho sen1anas debe concurrir nuevamente, y durante este comparación a hoy, que buscamos siempre lo patológico, lo tiempo debe realizar tareas de manejo de estrés. médico, antes no había formas de curar, eran los chamanes quienes hacían todo y ponían todo en conjunto, con una visió11 6. El ritual es un acto, mediante el cual se hace un cierre naturalmente diferente de la nuestra. Sabemos que hay una de lo sucedido. Un cierre también abre puertas nuevas, y al recepción diferente, según la ideología. Como dije antes con los mismo tiempo la personase confronta otra vez con lo sucedido, torturados, activistas políticos, pero también, por ejemplo, en el pero de un modo muy controlado, porque tiene un relato, cono­ budismo el trauma esta concebido de un modo muy distinto. Es ce las emociones y sabe epmo manejarlas, se lo confronta otra parte del kanna, y el trauma da la posibilidad a una vida más vez para deponerlo. elevada en Ja próxima vida y ahí encontramos menos del 8% de traumatizados, hay una recepción diferente del trauma. 7. La conclusión es la conclusión del proceso. Hacer una historia, hablar de lo sucedido existió siempre Esto no se aprende en una noche, son dos o tres días de en el ser humano. trabajo asiduo los necesarios para n1anejar las técnicas. Se ha empezado a formalizar este modelo, que aunque se haga de otras n1aneras, siempre es lo inismo: de lo cognitivo a Pregunta. ¿Es necesario o hay posibilidad de simbolizar lo e1nocionctl y de nuevo a. lo cognitivo. Existe un n1odelo ale­ los hechos en el ritual? mán con 26 pasos, pero es específico culturalmente. Hay un grupo que hace tres pasos, pero respetando siempre el mismo -Yo pienso que es demasiado pronto después de tres, cua­ proceso. Yo creo que también aquí los detenidos políticos ha­ tro o cinco días del evento. Es verdaderamente un acto de cie­ cían esto, porque después de la tortura se la relataban, no para rre, porque muchas veces sucede que la persona dice "yo sé sentirse mejor, sino para denunciarlo n1ás tarde, cuando pu­ que acabó", pero continúa y l1abla de las reacciones, de las con­ dieran. Recuerdo un libro que se publicó hace diez afi.os, sobre secuencias, y por eso es muy importante decir "¡No! I-fay un trauma, donde un ex detenido cuenta cómo ]o hicieron, es exac­ evento y hay reacciones", y las reacciones podemos manejarlas tamente eso y él dijo: "Nosotros, los machos sudan1ericanos, y así podemos cerrarlo. Yo pienso que la simbolización viene tuvin1os que aprender a consolar11os", Ésta es la parte emocio­ mucho más tarde. nal: aceptar que hay emociones, consolar y contenerlas. El En estos últimos minutos quiero hablarles de lo que yo manejo en las cárceles estaba organizado con cierta regulari­ hago en Europa que es donde trabajo, entre otros lugares. La dad de vida, estudio, etc., co11 enorn1e discipliI1a; pienso que Nada es para sie1nprc. Pensando la clínica psicoanalí~~'. ______Gisdn Perren Intervenciones en catástrqfes - " ------·---·~ .. ----""--·--~·-···--·-·----"'"" ___ _ eso fue útil, porque se vio un porcentaje muy pequeño con es- que, por eje1nplo, me lla1nan de noche, nor1naln1ente, y n1e pre­ trés postraumático. . , guntan ¿cómo hago un debriefing? Les digo que es un proceso y En Europa alguien se dio cuenta de que entre los pohcrns les pregunto por qué me llaman ahora, y responden que al día se observan inás suicidios, más alcoholisn10 y más divorcios siguiente quieren hacer un debriefing. Les digo que hay mu­ que entre la población corriente ¿De dónde proviene esto? ¡Más cha gente que lo podría hacer muy bien, ¿por qué quieren ha­ estrés! ¿Por qué el policía tiene más estrés? Porq;ie es el ma_­ cerlo ellos? Porque hay que aprenderlo. Y entonces dme res­ yor asistente social que existe. No puedo decir como. es aqui, po11den: "Pero yo soy psiquiatra'', a lo que contesto que tam­ pero allí es así: en sus 24 horas de servicio, intervienen en bién los psiquiatras deben aprenderlo, como t&mbién los psicólo• violencia familiar, en accidei1tes, se ocupan y preocupan por gos ¿no? Normalmente yo utilizo el modelo médico para transmi­ las víctimas y no descansan hasta que no ven soluciones, po­ tir esto. "Mire, usted estudió medicina, hay libros de técnica de nen su psicología y su alma en juego. Viven repetición de trau­ cirugía, ¿usted osaría 11acer una intervención de cirugía con el ma que en parte podría ser trauma tipo II, pero no lo es com­ libro al lado?". Normalmente cuelgan después de esto, Lo que pletamente todavía. Pero es muy claro que saben que va a ve­ significa que entendieron ... pero no significa que no van a hacer­ nir la próxima intervención difícil, siempre es _lo mesperado, lo. Eso es otra cosa, eso ya no depende de mí. Es necesario apren­ que de repente les cae, quizás en un momento mop~rtuno. Se derl.o, supervisarl.o y saber cuidarse. También es muy importan­ vio que, quizás, se podía hacer algo con esta s1tuac1oi:. te, no vivir sólo de debriefing. Sería, creo yo, perverso pretender Cuando la policía y los bomberos saben que necesitan algo vivir sólo de eso. Si sirve más o menos, creo que es algo que está (y lo reciben), empiezan a ver que las víctimas directas tam­ en desruTollo y quizás en diez años más habrá cosas diferentes; bién están necesitadas, pero ellos no se lo pueden dar porque pero se necesita algo al inicio, porque la gente está angustiada. tienen sus propias tareas. Había peligro de que esto no cerrarn Recuerdo a un hombre de Bosnia que vino con mucho su­ para las otras personas. Pensamos que con estas i~~e~enc10- frimiento porque había perdido a su familia y su casa y me nes podemos dar una calidad de vida mejor y sens1b1hzar ~ la dijo: "Mire señora, he perdido mi casa, mi familia, y además población acerca de lo que es la violencia. Es u_na prevenc10n a mi salud mental, estoy loco". Pudimos explicarle con este mo­ largo ple zo de la violencia familiar, porque s1 todos saben lo delo que lo q11e él vivía en ese momento, con sus memorias que es, u.no puede empezar a decir qué es n1alo y así ayudar recurrentes, con hiperagitación, con insomnio, con pe"sadillas, para que sea n1enos frecuente. era normal, porque su cerebro trataba de integrar todo y era demasiado para ese momento. Pero ofrecimos ayudarle ama' Pregunta: ¿En qué lugares se está aplicando este modelo nejarlo mejor, manejando su estrés, lo que considero fue un del debricfing? paso muy importante. No podemos devolverle su casa ni su familia, pero sí proporcionarle el sentimiento de que es un ser -Primero yo pienso que el debriefing se usa todos los días hu1nano normal, con mucho sufri1niento. sin haberlo aprendido. En Escandinavia, por ejemplo, se usa en forma habitual (¡enseñada, por supuesto!). En cada hospi­ Pregunta: Freud conceptualiza las neurosis de guerra y tal psiquiátrico hay un equip_o de debrief!ng! y si sucede algo esta cuestión de lo traumático. En "Más allá del principio del 111ás i1nportante, como un accidente de transito, ya no se plan­ placer", habla de un aparato que por un factor sorpresa no está tea sí sirve o no. Es una rutina que no se discute, porque es en condiciones de tramitar eso que lo excede, esto tiene que parte de la cultura. Es un modelo. Un modelo no se puede aplicar ver un poco -entiendo yo-, con lo que contaba. Usted mencio­ para todo, sino que es para algo específico. Y para usarlo hay que naba con relación a lo trau1nático, una diferencia entre cuando saber hacerlo. Yo tengo muchas discusiones con colegas ps1qmatras hay una preparación para una guerra o se padece una lucha Nada es siempre. Pensando la clínica psicoanalítica Gisl'la Pcrren Kli11ger. Intervenciones en armada, y cuando no la hay. 11e despertó el deseo de escuchar -·Este concepto fue inventado por Emmy Werner, en una más de eso. ¿Qué pasa en relación a la escena de lo traumático, observació.n realizada durante 2veinte años con niños de pa­ la persona que es torturada por terroris1no de estado, o por el dres inarginales,_ niños de alto riesgo. Ji_jlla encontró que gran nazismo, por eje1nplo, o una persona que participó de una lu­ parte de esos chicos fueron adultos nor1nales, sü1 problemas cha armada; cómo entendemos lo traun1ático? psicológicos. Identificó unos veinte factores que para mí son muy poco operativos, por ejemplo, "el niño inteligente" eso es -Viene a mi mente una investigación 11echa en Turquía con inherente, no puedo cambiarlo, ('el niño lindo", "bello", que reci­ un grupo de torturados en con1isarías de policía, cuando esto be n1ás ayuda de afuera, ta1npoco puedo can1biarlo. Es por eso era habitual en todas ellas. (Actualmente ya no pasa tanto, por­ que prefiero la visión de la salutogénesis, en laque sabemos lo que quieren integrarse en la Unión Europea. Una de mis tareas que podemos hacer nosotros, podemos buscar dónde dar control era controlar estas cosas). Se entrevistaron a 300 torturados a la persona, por ejemplo con un equipo de ayuda inmediato, políticos de la izquierda, periodistas, kurdos, combatientes, etc., que pueda decir: "lJsted está a salvo, ahora qué quiere?". personas con ideología, y se los comparó con un grupo de crimi­ Si ustedes estuvieran a salvo luego de un accidente, por nales comunes. (Fue muy interesa11te que sólo entrevistaron a ejemplo de avión, ¿qué quisieran hacer? ¿Se-lo preguntaron cri1ninales cornunes cori crín1enes leves, i10 a violadores ni ase­ alguna vez? ¿Cuál sería la primera demanda que harían? sinos. Pregunté por qué hacían eso y dijeron que los criminales graves inerecen la tortura. Esto ine resultó muy llamativo, pen­ Respuestas varias: sobrevivir, tra111itarlo, atención ... sándolo desde los derechos humanos, ya que nadie merece ser torturado y todos tienen derecho a ser indemnes). Lo interesan­ -Yo llego y digo: "Soy Gisela Perren, te salvaste, que ne, te es que los torturados políticos tienen mucho menos dificulta­ cesitas ahora? Bueno, un vaso de agua, y después ¿qué quieren des psicológicas después de la liberación que los otros. todos?, y estoy segura de eso ... Se investigó n1ás acerca de có1no puede ser. Y se vio que los políticos estaban preparados, que sabían. La gente común pen­ Respuestas: saber qué pasó ... contenció11 ... saba que "el Estado es el padre de todos los turcos" y un padre trata bien a sus hijos por lo que se sorprendieron mucho al ver -Nadie va a decinne "yo necesito contención". Eso es psi~ que este padre no los trataba bien. Esto fue mucho más trau­ cológico. No, la gente, todos, piden poder llamar a un familiar mático. Aquí el imprevisto resultó mucho más traumático que para avisarle que están a salvo. Ahora yo puedo decir: "Usted tener la idea previa de esta posibilidad. El profesional de ayu­ tiene que llamar a su familia"; o con una visión salutogénica le da está bien preparado porque sabe que va a suceder esto, pero diría: "Quizás usted quiera llamar a su familia", o "¿A quién de por otro lado, a veces hay lazos que los afectan. Recuerdo un su familia quisiera llamar?". Y así le entrego el control. En bombero que tenía que sacar a un niño muerto de un coche, medio catástrofes generalmente no hay celulares. Entonces, con muchas dificultades. Este niño tenía los mismos zapatos ofrezco una tarjeta para un teléfono público -que en Suiza fun, que su hijo, entonces esto fue verdaderamente inesperado y cionan- y digo_: "Mire, tengo una tarjeta, ¿a quién quiere lla­ muy traumático, uno no puede separarse a sí mismo del otro. mar?". Eso es devolver el control y es un concepto más fácil­ mente operacionalizable, y luego ver qué más necesita, adón-,• Pregunta: Quisiera saber acerca del concepto de resilien­ de quiere ir, etc. Yo debo acompañarlo, ser contenedora hasta cia. Aquí en la Facultad no se trata habitualmente, y me gus­ que llegue a un lugar donde la familia se haga cargo. Como. taría saber qué factores son los que hacen que alguien tenga ven, el concepto de salutogénesis es más fácil de usar que el de más o menos desarrollada esta capacidad. resiliencia, aunque éste no deja de ser un concepto importante Gisda Pen·en Klill.IJt!I". Jntervcncioncs en catástrofes para considerar, saber, que el ser hu1nano tiene esta capacidad Nunca encontré a alguien que no quisiera contar, pero hay que de sobrevivir, tan1bié11 a nivel psicológico, quizás también con darle la seguridad necesaria. Ésta es una visión diferente de cicatrices. Eso es lo más in1portantei se llame resilienciai o la de Freud sobre neurosis traumática. Yo no podría escuchar salutogénesis, es I11ás importante que sólo ver lo patológico. Lo las historias co11 este concepto solamente, puedo hacerlo con la que para mí en Freud es muy peligroso, y lo fue en los ejércitos idea de salutogé11esis, ¿qué hizo para sobrevivir? tambié11, es el concepto de neurosis traun1ática. Sostener que Mi 1neta era darles un n1apa diferente, que es el de la salu­ "el que n.o puede ir es que no quiere ir", es una interpretación togérLesis, para j)oder trabajar mejor en una parte del n1undo que, quizás, no es justa, y con10 ustedes sabe11, en la Pri1nera donde existe mucho el trauma. No solamente apunto a las Guerra Mundial la gente fue fusilada porque había esta psi­ Malvinas y la dictadura militar; hay muchas más cosas, y para quiatría de guerra que miraba desde lo general y no desde la eso se necesita 111ucho coraje y u11 buen trabajo. parte del enfermo. En este sentido, me da miedo esta concep­ tualización, porque se puede hacer abuso de ella.

Pregunta: Yo entrevisté a una persona víctima del nazis­ mo y me sorprendió que pudiera hacer algo con eso que le pasó, y de lo contento que estaba de mantener su identidad. Lo lla­ maban para hacerle reportajes e interesarse por su historia. Me pareció que pudo hacer algo con eso, ayudar a otras vícti• mas, en Amia. ,

-En estos días en sus diarios salió publicada una entre­ vista a Jorge Sen1prún, que es también un sobreviviente. Su primer libro fue La escritura o la vida, donde se dio cuenta de que no podía escribir al principio porque lo que sentía era de­ masiado ÍI1undante, a nivel en1ocional. J)espués escribió su historia de vida, ordenada. Escribió un libro en Praga libera­ da, 1990, sobre su detención y lo hizo con la mirada de un adulto viejo que no ha perdonado, pero sí ha sobrevivido bien, que es lo más importante. Poder volver a estar tranquilo. Perdonar, no para no investigar, sino para recuperar la tranquilidad y la calma. Jorge Semprún cuenta que dos días después de haber muerto su maestro y amigo, él no podía esperar dos semanas más y sale, y encuentra a dos soldados aliados, respira y quie­ re hablar, pero se calla, porque ve en los ojos de esos soldados el horror que él provoca, como un moribundo que era. Esto lo lleva a callarse por mucho tiempo. Yo creo que si podemos es­ tar atentos a la persona que viene y poder escuchar lo que quiere decir, eso sería muy importante. Es muy importante que sea capaz de demostrarle que yo puedo y quiero escuchar.

1. IJ Memoria y Trauma Testimonio de un sobreviviente del Holocausto*

JaclcFuchs

rasmitir algo intransferible, significa mucha tensión y mu­ T cha responsabilidad para nosotros. Nosotros, que hemos sobrevivido a Auschwitz, a un gueto, al nazisn10, y que sien1- pre deci1nos que no queren1os transn1itir, que no sabe1nos cómo hablar. Sin embargo, no paramos de hablar ni de escribir li­ bros. Y si bien, i10 se pueden trasmitir ciertas cosas, es la obli­ gación que nos ha quedado. El problema surgió durante la guerra, durante el Holo­ causto. Y quiero decirles, explicarles, cómo nació esta palabra. Hace cincuenta y seis años que ter1ninó la_guerra.1 Los nazis, durante esos últimos días de guerra, trataban ¡¡ de destruir todo lo que había de evidencia. Los nazis dinamita­ ¡ ron los crematorios, las cámaras de gas. Pero quedaron ras­ tros, no pudieron elüninar todo, quedaron algunos sobrevivien­ tes. Si hubiera sobrevivido alguien que contara lo que había visto, hubieran dicl10 que esa persona no estaba bien, que era un psicótico y nadie le creería. Sin embargo quedaron rastros, 2 ¡: quedaron algunos sobrevivientes. Durante Ja Shoá, en los gue­ 1 tos, en los campos, se pudo estudiar sobre notas allí encontra­ das. Testimonios ocultados allí durante la guerra, por personas j ¡, *1'estin1onio aportado por un sobreviviente deAuschwitz (Polonia) y Dachau ji (Ale1nania) en el marco de las Clases Teóricas de la Cátedra Clínica de Adul­ tos, el 29 de n1ayo de 2004. 1. N. del C. Jtcfcrenci~ a la Segunda Guerra !vfundial. ¡ 2. Voz hebrea que significa fiolocausto. Sacrificio. 1 154 Jock Fuchs. AJen10rit1 !J truumo. Testinwnio de un sobreviviente del llolocausto 155 ------_,,.,,. ·------.------·' -·-·------· ----·-· ------· ------' ------_.. "" ---- - . --"'------~ que arriesgaban la vida al esconderlos. Entonces yo, que sien­ Bueno, y ahora voy a contarles qué pasó conn1igo, porque to que ya estoy libre y que no corro ningún peligro, debo cum­ en estos últünos diez años me di cuenta de que a la gente no le plir también en dejar este legado. interesa tanto la historia sino qué pasó conn1igo. l)or curiosi­ 1'~11 un principio ~ya han pasado casi 56 años desde que es­ dad, y es normal. tuve en el "ca1npo"- no había palabra, no existía la palabra, no Yo debo confesarles que es muy difícil hablar de uno mis- sabían1os qué decir, cómo nombrar la guerra. f)ecir "guen·a" era 1110, uno tiene pudor, tie11e n1icdo de las preguntas que van a decir "desastre". Se buscaban palabras para definirlo. Más tar­ venir. Voy a tratar de contar de la mejor forma que pueda lo de surgió la palabra "Holocausto", mucl1a gente se opuso. que pasó conmigo. Yo nací en Polonia, en la segunda ciudad en Holocausto quiere decir "sacrificio voluntario a través del importancia, llamada Lodz. Había una población de 750.000

11 fuego , pero eso no fue voluntario. Después surgió Shoá, que habitantes, de la cual 250.000 eran de mi religión, o grupo étni­ tan1bién quiere decir desastre. La palabra tiene valor, como cuan­ co, --las palabras cambian tan rápido que yo no sé cómo decirlo­ do ustedes, por ejemplo, hacen terapia. Pero la palabra no vale , Éramos una nació11 de11tro de otra nación. Con sus canciones, cuando uno no tiene idea acerca de qué hay detrás de ella. .su idioma, y se vivía junto a los polacos, a veces peleándose un Había tres campos: había campos de concentración, eso poco. Pero se vivía así, con todos los conflictos. Había gitanos, fue originalmente en Alemania. En Polonia, antes de la gue­ había alemanes, había rumanos, había lituanos. Como ustedes rra, ya había otros dos campos de concentración, eran como saben, en Europa las fronteras se rnovían pero la población no, un reformatorio. Si alguien se oponía, no quería entrar en la entonces quedaban ancladas muchas minorías, porque las fron­ política, lo llevaban al hospital psiquiátrico. Porque el no es­ teras se cerraban. Y así se vivía, con guerras, rendiciones. tar de acuerdo con un régimen era indicador de que algo fun­ Yo recuerdo que mi madre me contaba sobre la Primera Gue­ cionaba mal; por lo tanto, debían llevarlo al manicomio para rra Mundial, sobre mi abuela que había muerto de tifus, sobre el hacerle entender. hambre, sobre cómo fue sitiada la ciudad. Y no más que veinte En la Alema11ia nazi, quien se oponía al régimen nazi, no años más tarde, comienza la Segunda Guerra, c11 el mes de setien1- era considerada como una persona normal y entonces era ma11- bre de 1939. Yo tenía quince años. Antes habían llamado a los que dado al campo de concentración para ser reeducado como en teníamos esa edad, íban1os a ser como una especie de mensaje­ un reforn1atorio. A veces sucedía que estaban un mes o una ros, para mí era todo co1no un juego, yo no e11tendía bien de qué se semana en condiciones muy difíciles y luego eran liberados. trataba. Y así seguíamos esperando para ver qué pasaba. Esto tenía dos propósitos: el primero era castigar a la gente y En el mes de setiembre cayó la primera bomba en nuestra el segundo, era que para que contaran al resto lo que habían ciudad, no hizo mucho daño, no pasó nada. Ocho días más tarde vivido, para que la gente supiera qué le podía pasar al que no los alemanes entraron a la ciudad y ahí ya nosotros comenzamos estaba de acuerdo con el régimen. a hablar con la gente grande acerca de lo que podía llegar a pasar. Además había campos de exterminio, nada más que de Nos decían "no, no va a pasar nada, esta guerra es con aviones, exterminio. Tudos los días, transportaban entre 10 mil y 15 con tanques, hay que tener paciencia a que pase la guerra". mil personas a organizadas fábricas de muerte, en donde con­ Pero esa no fue una guerra para conquistar un poco de vertían a la gente en cenizas; ese fue el propósito y eso fue tierra o cambiar una frontera, fue una guerra contra la huma­ nada más que exterminio. Había opositores políticos, adven­ nidad, fue una guerra en la que Alemania aspiraba a salir vic­ tistas, comunistas, socialistas. También había campos de tra­ toriosa y reinando por mil años. Y nosotros no nos dimos cu·en·~ bajo forzado, en donde si bien la tarea no requería de tanto ta de que había dos guerras, una contra todo el mundo y otra esfuerzo, sin embargo n1oría mucha gente, porque la co1nida específicamente contra el pueblo judío, y si bien todos los ju­ no era buena y las raciones no alcanzaban. díos fueron víctimas del nazismo, no todas las víctimas del nazisn10 era11 judíos. Mucl1os chicos alen1anes con síndrome esos deportados eran llevados a campos de aniquilamiento. La de Do\Vn u otras cnfer111edades, eran víctin1as. perso11a que escuchó esto rne inforn1ó y n1e pidió que yo a su Después de un tien1po, la Iglesia protestó, pero siguió la vez contara a mi grupo pequeño esta infor1nación, y l1asta hoy n1atanza. en día no puedo recordar bien si yo 11abía trasrnitido esto a la Esperamos para ver qué pasaba hasta el año 40 o 41, año gente o no. Hablába1nos con algunas personas y decían1os que en que se estaba preparando un gueto, y al1ora me doy cuenta eso debía ser alguna propaganda de los aliados. "¿Cón10 van a de que era la antesala de la muerte. mandar a rnatar a tanta ge11te?, eso debe ser propaganda de Alemania invadió Francia, I-:Iolanda, Bélgica, Noruega y los aliados". Y aunque yo lo hubiese trasmitido, tampoco podía comenzó la guerra contra la, Unión Soviética. Cuando comien­ 11acer nada. Yo no recuerdo cón10 lo trasn1ití. Sé que por suerte 4 za la guerra contra la Uniórt Soviética, con1ienza la guerra or­ o lt:>' nos quedamos un tiempo Inás largo escondi~os y en :1.44, ganizada contra el pueblo judío. Un gobierno dentro de un go­ ya en agosto ... lo recuerdo porque es la fecha mas dramatica, bierno, que se ocupaba de lo que llamaban el "problema judío". más difícil de todo lo que ha pasado, porque los rusos estuvie­ Y ahí estuvieron involucrados filósofos, abogados, psicólogos, ron a 120 kilómetros de nuestra ciudad, París ya estaba libe­ ingenieros, militares, todo un conjunto de gente que debía ocu­ rada, Sicilia en parte liberada, la invasión de Normandía, los 1 parse de cómo eliminar al pueblo judío de Europa sin hacer rusos estaban a 110 kilómetros de nuestra ciudad, todavía había mucho ruido. Y usaron todas las maneras, a tal punto de que en 60.000 judíos en el gueto, y los polacos tuvieron una idea que la Kristalln.acht o "la noche de Jos cristales", noche en que rom­ nos costó 120.000 personas: levantarse y luchar contra los ale­ pieron vidrios de los negocios de judíos, y quemaban sinagogas, manes y liberarse, con la idea de que los rusos nos iban a apo­ el pueblo ale1nán no era quien salía a la calle a n1atar, sino que yar. Y digo "los rusos", porque en la guerra no existe la gente, quienes hicieron arrestos y quemaron, eran la policía, el ejérci­ existen los soldados, existe la guerra, pero la gente no. Enton­ to. Desde entonces comenzó esa lucha y en el año 41, con la ces los rusos se detuvieron. l.,os nazis sofocaron a los polacos, y invasión de la Unión Soviética, empieza la guerra total contra dieron orden de liquidar toda la zona, no dejar rastro. Eso no el pueblo judío. En el 40 nos encierran en el gueto de Lodz fue el levantamiento del gueto, la gente confunde, el levanta­ En ese 1non1ento tan1bién pensábamos "es temporario, va miento del gueto fue en el 43. Y mientras tanto, tuvieron la a pasar rápido". Pero no pasó rápido. Yo soy testigo de todo lo posibilidad de liquidar el gueto y llevarnos hasta Auschwitz. que ha pasado en el gueto, aunque no quiero en este momento De noche se podía escuchar el fuego de la artillería, sentíamos entrar en detalles. · que ya venía la liberación. Pero nos llevaron, y al día siguiente En el 43, participé en el. movimiento clandestino. No les viÍnos ese infierno, Anschwitz, y _ahí ya no 11abía más secretos, estoy dando una clase sobre 'el Holocausto, sino que les estoy se podían ver las chimeneas, el crematorio... Ahí yo fui separa: hablando acerca de que pasó conmigo. El gueto de Lodz fue do de mi familia, porque consideraron que podía trabajar toda­ muy especial porque era un campo de concentración que esta­ vía y me mandaron a otro lugar. ba muy aislado. Nosotros teníamos una radio y en un momen­ Hace seis años atrás, yo estaba en un congreso psicoanalí-• to, captamos la BBC de Londres en la que hablaban de todos tico. Yo tengo muchos amigos psicoanalistas y quieren hablar los transportes que iban de Lodz. Ellos utilizaban otra pala­ conmigo, me hacen una entrevista y entre una cosa y otra, yo bra, no se decía "llevar gente a inatar", decían "deportar". cuento que cuando a mí me pusieron en el tren y dejaba Ausch­ Nosotros presentíamos que algo no andaba bien en esa de­ witz, yo estaba contento, y hasta hoy día no puedo decir cómo portación, pero nadie se podía imaginar que todos los días es posible, si dejaba toda la familia allá, estar contento de po­ saldrían diez mil personas y que luego no existirían más. Sin der salir. Entonces, uno de los terapeutas me dijo: "Jack, vos no embargo fue escuchado por la radio de la BBC de Londres que estuviste contento, sino que te sentías como siendo apretado Jack F11chs.1\femoria lraunu1. Testimonio de wi sohre11ivie111c del llo!ocau;;to por una pinza, con un dolor cnor1ne que de pronto aflojó". Esa J)espués regresé a los E~stados Unidos, inás tarde volví interpretación qliizás tenga una lógica, quizás haya sido dicha bueno me costó mucho poder tener una vida normal, tener un~ para hacerme sentir 1nejor, no lo sé. Bueno eso pasó l1ace más casa, tener un lugar. Yo práctica1nente vivía con la valija e11 la de medio siglo. n1ano, porque tenía un n1iedo tan grande, que se11tía que i1o Fui liberado, aunque yo considero que no fui liberado, por­ tenía que tener u11a casa. Me decía: "Si mañana me quiero ir, que liberar quiere decir "ir co11 intención de liberar un lugar", por lo menos tengo la valija, la agarro y me puedo ir". y yo no fui liberado: fui encontrado. Cuando los aliados entra­ Ahora estoy aquí con ustedes, reflexionando y contando. ron al campo de concentración, nos encuentran en eI camino No fueron tanto los errores pero la pesadil1'¡ fue después de la porque nos querían llevar a otro lugar, ya no sabían qué hacer liberación. Enterarse cómo fue el mundo, saber que todo siguió con nosotros. La mayoría estaba moribunda. Después fui lle­ igual, eso me quedó muy marcado. vado a un hospital. Un año más tarde, tan1bién viví un mo­ Recuerdo una vez que fui a trabajar por un corto tiempo a mento dran1ático, ine sacan una radiografía y me dicen que Puerto Rico. Salimos de Nueva York, había una tormenta de tengo tuberculosis. En ese tiempo la tuberculosis era una en­ nieve enorme. Al llegar a Puerto Rico, al ver el Caribe, las pal­ fermedad bastante fuerte, no tanto como el Sida ahora, pero n1eras, las frutas tropicales, lo prin1ero que se me ocurrió pre­ bastante fuerte. Pero sobreviví en el sanatorio. Un año más guntarme fue: ¿Todo esto esta]>a igual cuando yo estaba en tarde me llevaron a los Estados Unidos. Auschwitz? Siempre me siguió esa pesadilla después de la li­ Cuando llegué a los Estados Unidos en 1946, en la Cruz Roja beración, después de la guerra, pensando que había tanta gen­ me preguntaron si tenía un familiar en algún lado, y recordé que te, filósofos, profesores de todas las disciplinas que siguieron de chlco tenía familiares en la Argentina. Les digo el nombre, una ideología de exterminio, de matar a todos quienes ellos pusieron un aviso en el diario y dos meses más tarde recibieron pensaban que no debían vivir. Yo digo: ¿cómo es posible la indi, una carta. Me preguntan si quería ir a la Argentina, que ellos me ferencia del mundo? Y ahora que estarnos aquí hablando, me iban a ayudar, que no iba a tener problemas y yo decidí que no pregunto si hemos aprendido algo, cómo es posible que haya quería ir. Otra vez entrarnos en la lógica: ¿por qué yo decidí que gente que de un día para el otro se convierta en víctima y otros, no quería ir si en aquel momento los Estados Unidos o la Argen­ en asesinos. Uno se pregunta si toda Ja cultura, toda la educa­ tina era lo n1ismo'?Yo no sabía dónde estaba, pero dije que 110, que ción, hacen al hombre mejor, y uno entra en duda. Yo escucho a me quería quedar ahí. Y años más tarde me di cuenta por qué la gente que tiene más de cincuenta o sesenta años y dicen: decidí no ir: porque terúa pudor. Yo pensaba: ''Voy a ir a la Argen­ "Antes la vida era diferente, había ideales". Y yo les digo: "Ha­ tina, me voy a encontrar con mi tío y ine va a preguntar qué pasó bía ideales de mierda", de matar gente, el diablo también tiene conAbraham, que pasó con tu papá, que pasó con tu tío". Me dije: sus ideales, también quiere conquistar. El bien y el mal cami­ "'No n1e va11 a entender, no me voy a sentir muy cómodo. nan por la misma senda. Parecería que el mundo tiene un tras­ Pero debo contarles que en ese momento, cuando yo decía torno bipolar. Vecinos que, de un día al otro, se matan. que no quería ir, 110 era ése el motivo. Así, me quedé diez años Parece que Auschwitz no fue ninguna advertencia para el en los Estados Unidos y después de ese tiempo decidí visitar a mundo. Hace pocos años atrás con la guerra fría, tenían bas­ la familia. Vine a la Argentina, me quedé diez semanas y ni me tante bombas para autodestruirse, no una vez sino tres veces. preguntaron que pasó con la familia, ni yo les conté, pero dos Ustedes me van a preguntar: "¿Con un mensaje así, ¿para qué días antes de llegar a Buenos Aires estuve muy mal, tuve una vale que usted hable?". En el fondo uno quiere creer que qui­ especie de ahogo. Fui al médico y él me dijo: "No te hagas pro­ zás hay una salida, que quizás el hombre puede cambiar. Por­ blema, si no podés respirar te vas a desn1ayarn. Pero todo era un que hemos logrado eliminar tantas enfermedades, porque po­ estado de nervios -no se puede abarcar todo en una charla ... dernos lograr que una persona produzca comida para ciento Nad;1 l~s para siempre. Pensando la clínica psícoanalitica cincuenta perso11as, sin sudor. Y sin en1bargo, hay gente con l1ambre ... l~l hon1bre todavía es el peor enen1igo de sí n1ismo, y J. F.: Prin10 Levi tenía una vida n1uy rica e individual, era sigue. lJno trata de pensar en algo. Y yo ereo que ése es un muy culto y él gracias a esa educación en1pezó a escribir, ern­ problen1a que se lo van a plantear ustedes en el futuro, para pezó a trabajar otra vez, fornió una fan1ilia, tuvo nietos. Des­ algún trabajo o alguna ü1vestigación. pués él se suicidó. Mi interpretación sobre el suicidio, pueden La ggnte n1e dice: ",Jack, vos sos den1asiado considerado, ser dos cosas. No 1ne quiero desviar ni 11acer u11a polén1ica, ¿por qué no nos dices todo'?1'. No, no soy considerado, sino que pero cuando Favaloro se suicida, la gente dice: ''Él le escribió n1e guardo a n1í. I=>ara contarles todas las experiencias, yo ten­ una carta a De la Rúa y aquél no le contestó, entonces tomó el revólver y se suicidó. Más claro no puede ser'': Pero yo creo que go revivir otra vez eso, y entonces yo no sé si soy considerado Favaloro, con setenta y siete años, siendo científico, con sólo con ustedes o conn1igo n1ismo. hacerse unos análisis sabía qué posibilidades te11ía de contraer Hay t1na necesidad 11umana de con1partir, con vergüenza, Alzheimer, de perder la memoria, de tantas cosas que él sabía con pudor; pero el ser humano no puede vivir solo. Quizás no que le podían llegar a pasar. Porque si uno vive mucho tiempo pUede convivir, tampoco. En el departamento donde yo vivo, no tiene otro remedio. Entonces él eli¡;,>ió vivir y morir con dig­ en la calle Arenales, hay una persona que no habla con nadie. nidad. Ahora, ¿por qué yo cuento esto? Durante los últimos Se 1nurió su n1adre y nic vio,' n1e saludó y no dijo n1ás nada. tiempos de la vida en el "campo", nosotros ya no teníamos 1nie­ Solamente se lo dijo al portero porque necesitaba compartirlo. do de n1orir, tenían1os miedo de có1no íba1nos a morir. En una Si yo quiero no ser honesto con ustedes, podría buscar pala­ cámara de gas, con palos o no sé cómo. La gente tiene n1iedo de bras muy lindas para decir por qué yo quiero hablar, para res­ cómo va a morir. Primo Levi vio todo esto. 'l'al vez sea una catar a la humanidad, para traer un mensaje de aquellos que apreciación mía, pero yo no quiero ser un lastre para mi hija, 11an muerto o inucl1as otras cosas. no quiero que mis amigos 1ne vean deteriorado, n1e gustaría Fui testigo de muchos suicidios, pero no violentos, sino morir de pie. I'ero, ¿cómo hago? suicidios pasivos. Eran otro tipo de suicidios. No un suicidio Pero esto es una interpretación. con cuchillo, o corriendo hacia la alan1brada eléctrica, pero no hay un arte de sobrevivir. Yo escuché a n1is propios compa­ J. Helman: Hay una película de Francesco Rossi, que se üeros ;l muchos de ellos sobreviviero11 para poder contar, so­ llama La última tref,rua, que cuenta la vida de Primo Leví cuan­ brevivían para poder recordar a su fan1ilia. Por cualquier cosa do salió de Auschwitz, cuando las tropas soviéticas tomaron el te podían n1atar, 110 11abfa una ciencia de có1no sobrevivir en campo de. extenninio y él sale y tiene que recorrer un camino el "campo". No sé si fui claro, pero es tan difícil para mí... Yo hasta que llega a Bolonia. entiendo la inquietud de saber, me gustaría transmitirles co­ sas que ustedes puedan comprender, pero no sé si puedo. Alumno: Usted antes habló de que había campos de con­ centración y campos de exter1ninio, mi pregunta es con qué Jorge Helman: antes mencionaste a Primo Levi. Él tuvo criterio se decidía que una persona fuera a uno y no otro. la esperanza, la obsesión de sobrevivir para poder contar, y una vez que lo logró, se suicidó. Es un caso n1uy particular, era J. F.: Bueno, con el criterio del nazismo. Ellos sabían muy un bioquímico italiano y se impuso la tenaz idea de "yo tengo bien cómo hacerlo, aunque a veces dependía del estado de áni­ que vivir para contar esto, mi único objetivo es dar testimo­ mo. Yo, por ejemplo, me salvé porque llegué en el 44 y los ale­ nio", y sobrevivió con ese pensamiento; escribió sus libros y manes habían tenido muchas bajas, debían movilizar más gen­ luego se suicidó. Es como si hubiese cumplido la misión. te. Había sido una locura, ellos hubieran podido tener mano de .Jack Fuchs. Jiiemuria tra11nu1. Tcstinwnio de un sobreviviente del l!oloi:ai1sto 162

obra barata pero no les interesaba, les iI1teresaba más matar enseguida. A n1í no n1e tocó. l,a mayoría de los casan1ientos era que sacar provecho. riabía intelectuales, físicos, químicos, iné­ entre sobrevivientes, y era un desafío, no existía el odio. El dicos e11 la población judía; entonces, como en ese rnomento desafío era seguir a pesar de todo, y construir una familia. necesitaban gente porque l1abían movilizado más alemanes, Las mujeres durante el holocausto no eran mujeres, los r1os rna11daron a Alemania. Nos trataron tan inal que después hombres 110 eran hombres. f)espués fue como una reivindica­ de tres meses no pudimos seguir trabajando, el fiio y la falta ción: nlostraron que podían tener hijos, que podían darles an1or. de l1igie11e, hacía que la gente se muriera. Yo, en ese sentido tenía otra defensa, i10 podía construir pare­ Una pregunta que surge siempre es: ¿cómo fue la libera­ ja, no podía tener un hogar, corría de un Jugar a otro; pero ción? La inuerte por hambre es u11a muerte muy tranquila, es nunca estuve deprimido ni le dejaba ver a la gente que me una muerte sin violencia: quizás de noche hablabas con tu com­ pasaba algo. Tenía una defensa muy especial, pero no podía paüero y por la maüana te levantabas y estaba muerto. No llevar una vida como la que i1osotros consideramos nonnal. había violencia. Cuando fue la liberación, nosotros no tenía• Tenía miedo de tener un hogar, de tener hijos, tenía miedo de n1os ni fuerzas para ponernos contentos, porque para ponerse amar. Tenía todo, todo, no me faltaba el dinero, pero tenía mie­ conte11to uno tan1bién necesita energía. Nosotros éramos como do, tenía un problema con la soledad. un paquete, nos llevaban aquí, nos ponían en la cama, eso es una sensación que también recuerdo. Cua11do me e11contraron, J. H.: Recién explicabas que había cosas que ustedes no me llevaron a un sa11atorio, que era un convento convertido en creían que se podían desatar a partir de la experiencia vivida sanatorio, no un hospital. Allí me lavaron, me sacaron toda la en el gueto, en el campo de concentración, como si las fronte­ ropa y 1ne diero11 un pij::i.ma blanco. Me subieron a la cama y, ras de lo creíble o lo increíble se fueran ampliando o destru­ ¿qué se 1ne ocurre deciT? Pues: "Ahora puedo morir". Hasta hoy yendo. Entre tanta destrucción cobra sentido volver a creer en día pienso por q11é yo i10 pude decir: "Ahora puedo vivir". Otra los vínculos, es como restablecer vínculos que han sido des­ vez entran1os en n11cstra cultura judea-cristiana, que es una truidos ocasionalmente. ¿Cómo volver a la cordura después de cultura, una forn1a de vivir, de mirar. Cuando tino se muere lo haber pasado por tanta locura? lavan, lo visten de blanco. Yo pensaba, cuando veía las pilas'de cadáveres, que dentro de una hora o al día siguiente iría a esa J. F.: Aparentemente, a mí me quedó más dramatizado pila. Seguramente tenía miedo de morir, porque yo pensaba que a otros. Haubo alguna gente que no creía que yo me pudie­ que no era nadie. I'ero subía a la cama blanca, tenía un médico, ra casar después de veinte aüos. Y hay gente que nunca pudo una enfer1nera, una can1a, n1i no1nbre, ya sería cuidado... Pero ... casarse, hay gente que moría después de la liberación o la bue110, esto es una interpretación, una fantasía mía. guerra, depende de las defensas que cada uno genera. Yo no soy capaz de odiar. En el 46 yo estaba en el hospital _J Alumno: ¿Cómo fue la relación con las personas y con el y cuando cayó la bomba sobre Hiroshima, sentí satisfacción. mundo dcspnés de la liberación? Alguna vez dije esto y alguien me reprochó, pero no tnve la oportunidad de explicarle que cuando yo estaba internado, ,J. F.: No sé todavía, no sé como explicarte. La vida nos había perdido a toda mi familia bajo circunstancias así, mien­ llevaba. Yo viajé a Nueva York, me di cuenta de que ya no tenía tras tanto los japoneses ayudaban a la Alemania nazi. Cuan­ el saco con la estrella, me agarró miedo, fue como un flash. do cayó la bomba, sentí alivio, una especie de venganza. Es 'lbdos reaccio11aba11 diferente, es difícil entrar en algo ta11 ínti• tan interesante cómo cambia la men1oria, tan1bién la actitud mo. Puedo responder que la mayoría de los que han sobrevivido, de uno. Yo no sé qué sentiría hoy, pero hay diferencias. Uno te11ía ganas de comenzar u11a vida nueva. La mayoría se casaba relata algo en un momento y a los dos aü.os lo ve diferente y a los diez años, también. Los autores Yo tengo una muy buena amiga aquí en la Argentina, Eisa Oesterheld, Ja viuda de Héctor Oesterheld, el escritor autor del Eternauta, que perdió cuatro hijas y a su marido durante Juan Tauslc es l).rofcsor Asociado a ~argo de la cátedra desde la dictadura militar argentina -se salvaron dos nietos-. So­ J1ace diecisiete años. Psicoanalista, no vacila en recorrer nuevos cain­ mos muy amigos. El otro día hablábamos sobre hacer algo jun­ J:>os de interrogación. Co1nparte sus ideas y experiencia en la clínica tos, justamente para nuestros nietos. Tengo dos nietos. El tiem­ en la.., psicosis y en 'Un corazón de n1uchas habitaciones' reflexiona · po pasa y uno los ve completamente diferentes. En aquel mo­ sobre la enseñanza del psicoanálisis en la Universidad, abrevando del Talmud y de la poesía. mento, cuando yo dije que me sentía bien cuando tiraron la Silvia Vázquez es psicoanalista y ProfesoraAdjunta de la cáte­ bomba en Hiroshima, la gente no me podía comprender, esta­ dra. Escribe sobre intervenciones en psicosis. Sostuvo con su volun­ ba enojada conmigo. ¿Cómo yo podía decir eso? Pero, yo necesi­ tad el que las ideas que atravesaban el espacio docente to111aran un taba un tiempo para explicarles. cuerpo de papel. Valentín Barenblit fue uno de los precursores de esa experien­ cia 'fundante en el Policlínico I.,anús. I-Ioy desarrolla su pr<-íctica pro­

fesional y su enseüanza en Barcelona. Cuando concluyü1 e1nociona­ do, su diálogo con los estudiantes, pudo descubrir ta1nbién la e1no­ ción de los que lo hahía1nos escuchado hablar sobre psicoanálísís, universidad y cultura. Silvia Atzori pone en forn1a escrita una clase sobre clínica en las psicosis, de la cual tiene una extensa práctica en el Centro de Salud Mental An1cghino. Esa clase fue valorada e11 su concurso uni­ versitario, 1nereciendo el cargo de .Jefa de Trabajos Prácticos que vie­ ne ejerciendo desde hace unos años. Jorge Ilelman sostiene una constante producción escrita. I>si­ coanalista, se descn1pcña desde hace algunos afíos con10 Profesor Invitado, desarrollando de 1nodo constante un Se1ninario. Es tan1- bién docente en otras universidades en grado y posgrado. Susana Kotliar es una psicoanalista que presenta su trabajo y reflexión clínicos con una lúcida n1irada e11 relación al superyó. Se dese1npeña co1no Jefa de Trabajos Prácticos. Gisella Perren Klingler. Psiquiatra suiza, también ha tenido una for1nación psicoanalítica. Trabaja en la tcn1ática del trau111a y