EN LA MEMORIA

La huella imborrable de LA NIÑA DE LA PUEBLA

 El recuerdo de Dolores Jiménez Alcántara, La Ópera flamenca, Pasan las coplas, El sentir de la Niña de la Puebla, una de las grandes figuras del copla, Toros y cante, Noche de coplas, Así canta cante , ha protagonizado importantes citas Andalu cía, Herencia de arte , Fantasía flamenca , flamencas este año y continuará haciéndolo el que Romance flamenco … Durante sus setenta años de viene. Su localidad natal celebra ya su centenario, al vida artística trabajó con figuras como El Cojo de que se dedica también el cartel del Circuito Ocho Huelva, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, José Cepe- Provincias , auspiciado por la Confederación de ro, Juanito Valderrama, La Niña de Antequera, Peñas Flamencas de Andalucía y la Agencia Andalu- Pepe Pinto, El Sevillano, Rafael Farina, El Carbone- za para el Desarrollo del Flamenco. Pero las conme- rillo, El Corruco de Algeciras, José Menese o Cama- moraciones no quedarán ahí, ya que el Teatro Maes- rón. tranza tiene previsto en su programación rendirle Su figura, siempre muy erguida, con las gafas homenaje el 1 de julio de 2009, con un espectáculo negras que ocultaban la ceguera que vivió con ella en el que participarán La Tremendita, María José desde que tenía pocos días de vida, permanece en el Pérez, Encarna Anillo, Rocío Bazán y Gema Jimé- recuerdo de los aficionados al arte jondo, como su nez. “Aún hasta el final de su vida, y sobreponiéndose a Los cantes de Levante, los achaques y a su ceguera, contraída a los tres días de nacer a causa de un colirio mal compuesto, Dolo- malagueńas, verdiales, res Jiménez Alcántara, a los que todos llamaron Niña hasta su muerte, seguía ejerciendo en los esce- y granaínas narios exhibiendo su lección de firmeza y poderío”, brillaban dice el Teatro Maestranza en su página web. Es a en su garganta esta gran artista, “figura referencial del flamenco y mujer decidida a la que otras cantaoras flamencas, gran entrega en el escenario. “ Los como ella, igualmente pujantes en sus comienzos han quedado inmortalizados en su voz, cuya sor- rendirán homenaje sobre el escenario del Teatro de prendente potencia conservó casi hasta el último la Maestranza”. momento. Además, los cantes de Levante, malague- La Niña de la Puebla, hija de un barbero aficiona- ñas, verdiales, peteneras y granaínas brillaban en su do al cante, recibió una sólida formación en música. melodiosa garganta, forjada en las escuelas de Anto- A los 20 años, acompañada de su guitarra, actuó en nio Chacón y, sobre todo, de Pepe Marchena. Tam- un festival de Morón de la Frontera. Luego explica- bién abordaba con criterio y seriedad los cantes más ría que decidió dedicarse al cante de forma profesio- duros, como la soleá y la seguiriya”, afirma Alfredo nal tras oir cantar al Niño de Marchena. Grimaldos. Su gran triunfo llegó antes de la Guerra Civil. Una semana después de su fallecimiento iba a reci- Debutó en Sevilla, en el Salón Olimpia, en 1931, y al bir la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. año siguiente se trasladó a Madrid, donde actuó en Uno de sus hijos -tuvo dos, Adelfa Soto y Pepe Soto, el Cine Variedades. Después se presentó en el Tea- también cantaores- manifestó que el mayor deseo de tro de La y comenzaría a grabar; uno de los su madre era ser recordada por la colombiana primeros temas que dejó para la posteridad fue su Serranía del Brasil , que cantaba junto a su marido, celebérrima versión de Los Campanilleros . Pero fue Luquitas de Marchena. después de la contienda cuando su popularidad se En su momento, la cantaora afirmó que “a mí lo acrecienta gracias a la radio y cuando comenzó a que me gusta es pensar que, cuando me vaya, no me desarrollar una actividad artística muy intensa que iré del todo”. La memoria de aquella poderosa can- le haría estar de gira continua hasta los años setenta. taora llamada la Niña de la Puebla sigue entre nos- En este tiempo representó cada año un espectáculo: otros.

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