Un Podocnemis (Chelonia, Pelomedusidae) Del Ludiense De Aldearrubia (Salamanca)
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Un Podocnemis (Chelonia, Pelomedusidae) del Ludiense de Aldearrubia (Salamanca) por EMILIANO JIMÉNEZ FUENTES (*) ABSTRACT A new Pelomedusid turtle found in Aldearrubia (Salamanca Province, Spain) is described. It is named Podocnemis sp. Because af the fragmented state of the fossil it is possible to study only the front part of the plastrom, which is com pared with that of its Lutecian turtles of the family: Stereogenys salmanticensis, ol'docnemis carbajosai y Podocnemis entodermica. In as much as the new deposits is Ludian, this find amplifies our knowledge about the vertical extension of the Iamily of the Pelomedusidae in the Duero Bassin, and increases the possibility of establishing some precise philogenetic re lationships which, until now, are indicated locally by the appearance of ex tremely singular morphological peculiarities. RESUMEN Se describe un nuevo Pelomedúsido encontrado en Aldearrubia (Salaman ca), que ha sido clasificado como Podocnemis sp. Su fragmentación sólo permite conocer la parte delantera del peto, que ha sido comparada con la de sus cofa miliares lutecienses Stereogennys salmanticensis, Podocnemis carbajosai y Po docnemis entodermica. Como la edad del nuevo yacimiento es Ludiense, este hallazgo aumenta el conocimiento sobre la extensión vertical de la familia de los Pelomedúsidos en el valle del Duero y amplía las posibilidades de establecer unas relaciones filogenéticas precisas, que hasta el momento se manifiestan localmente por la [ aparición de peculiaridades morfológicas muy singulares. Las dataciones efectuadas a principios de siglo por MIGUEL (1906) en San Morales permitieron precisar la edad del Paleógeno salmantino, comprendién dola dentro del intervalo Bartoniense-Sannosiense, en virtud de la presencia de Paloplotherium (Palaeotherium) minus y Xiphodon gracile. (,,) Departamento de Geología. Universidad de Salamanca. '7 258 PRIMER CENTENARIO DE LA R. SOCo ESPAÑOLA HIS. NAT. Las investigaciones de E. HERNÁNDEZ PACHECO (1943) y de CRUSAFONT & TRUYOLS (1957) han concretado más dicha edad como Ludiense. Con estos datos se suponía que los estratos que pueden verse en los escar pes al norte del río Tormes, entre Salamanca y Babilafuente, pertenecían a una única formación. ROMÁN y Royo GÓMEZ (1922) y ROMÁN (1923) afirman la presencia indudable del Luteciense en Corrales (Zamora), con Lophiodon isselense y Chasmotherium minimum, y destacan que la base de los escarpes que forman la muralla natural de la vieja urbe salmantina era de esta misma edad, sin pruebas paleontológicas, achacando la igualdad de altura a que se encuentran dichos estratos y los de San Morales a una natural inclinación de las capas en virtud de un basculamiento general hacia el centro de la cuenca, haciendo que el Luteciense fuese rápidamente enterrado por sedimen tos más modernos. Pero nuestras investigaciones (JIMÉNEZ, 1968) nos han llevado a descu brir el Luteciense en el Teso de la Flecha, siete kilómetros al este de Sala manca, en un nivel situado 40 metros por encima del nivel del Tormes. En este lugar apareció un quelonio fósil, Stereogenys salmanticensis, similar a otro encontrado en Corrales. Ello venía a representar una anomalía en la antigua concepción del borde de la cuenca, pues este Teso, que venía siendo datado como Ludiense, estaba muy por encima del yacimiento de San Mora les, situado a unos 8 kilómetros al Este, y no había fuertes buzamientos que lo explicasen. Por otra parte, San Morales se encuentra en una llanura a escasos metros sobre el nivel del Tormes, debiendo desplazarse dos kilómetros al Norte, ya en el término de Aldearrubia, para encontrar escarpes pronunciados. Nuestro infatigable colaborador don Eduardo Carbajosa, que había dirigido sus loables entusiasmos hacia dicha zona, halló hacia la mitad de la ladera del Teso de las Canteras, de Aldearrubia, en un nivel 40 metros por encima del fosilífero del Teso de la Flecha, varios caparazones de tortugas, uno de los cuales mo tiva este trabajo. La situación de este Teso, en realidad meseta, que se levanta hasta una altura de 880 metros, es decir, 100 sobre el río Tormes, estaba más de acuer do con la concepción geológica que nosotros teníamos de la zona. Incluso llegamos a pensar (JIMÉNEZ, 1970 a) que el emplazamiento de los fósiles de Miquel era erróneo, pues dicho autor dice que habían sido recogidos en unas canteras de donde sacaron la piedra para la construcción de unas casas en la Aceña de la Fuente, suponiendo que los fósiles habían quedado para la posterioridad como sacados de este lugar, cuando en realidad procedían de otro. No conocíamos otras canteras más que las de Aldearrubia, por 10 que supusimos que los antiguos hallazgos se hicieron ahí; pero informaciones pos teriores nos hicieron ver nuestro error al comprobar que en la misma orilla ... del Tormes, en las proximidades de la mencionada aceña, se observaban antiguas y exiguas explotaciones. Incluso en una de ellas se encontró fauna, actualmente en investigación. Al efectuar el estudio estratigráfico que formaba parte de nuestra tesis doctoral (en prensa) pudimos darnos cuenta de que los estratos de estas pe queñas canteras de San Morales podían correlacionarse perfectamente con los de las canteras de Aldearrubia y con los de la parte más alta del Teso GEOLOGÍA 259 de la Flecha, destacando de todo ello que la formación Ludiense está cons tituida por una gran alternancia de niveles detríticos, principalmente arenis cas, en delgadas capas alternativamente de color amarillento y rojizo debido a fuertes tinciones ferruginosas, con abundantes huellas de estratificación cruzada y otras marcas típicas de sedimentación fluvial. Su potencia la hemos estimado en 100 metros aproximadamente. '\ '"' 1 f' __ '- ... - ;:- ----< l _,J" ...'!..\..~ ..,.' /' .'.- cm Fíg. l.-Poducnemls sp. (FCUS 327). Esquema. La anomalía de altura entre San Morales y el Teso de la Flecha venía a ser explicada por una fractura deducida entre ambos puntos, que se ex tiende en dirección aproximada SSW-NNE y que no es única, pues hemos podido precisar la presencia de varias escalonadas, formadas contemporánea mente a las pulsaciones de la gran falla principal, que llamaremos de Alba Villoria, pues es entre estos dos puntos donde hemos observado su indu dable ser, sin que ello quiera decir que no se extienda más allá. Esta falla limita al Paleógeno en el labio elevado (Oeste) y al Mioceno en el hundi do. Su salto ha sido deducido superior a los 80 metros por métodos de cam po. (Según los datos de algunos sondeos, sobrepasa los 400 metros). Ello viene a revolucionar todos los antiguos conceptos sobre el Paleógeno durense, que durante todo el Terciario debió acusar enormemente los efectos de la orogenia alpina, produciéndose fracturas de diversa magnitud, que hi cieron variar la paleogeografía en varias etapas espaciadas en el tiempo. 260 PRIMER CENTENARIO DE LA R. SOCO ESPAÑOLA HIS. NAT. Como ya hemos indicado el quelonio que describiremos a continuación fue encontrado por don Eduardo Carbajosa en el Teso de las Canteras, 1,5 kilómetros al Este de Aldearrubia, y estaba empastado en arenisca roja muy ferruginosa, afectando la tinción química incluso a la parte más externa del fósil. Su extracción resultó sencilla, por no estar en mal estado de conser vación. Fue colocado con el número 327 en la colección de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca. Desgraciadamente, sólo se trata de un fragmento del lóbulo anterior de un quelonio. En él pueden verse parte del intergular, de los gulares, braquiales y pectorales, así como del entoplastron y epiplastrones. De los hioplastrones apenas se ha conservado nada. La parte delantera del lóbulo ha sido destruida por erosión. Fig. 2.-Podocnemis sp, (FeUS 327. Vista dorsal. El Intergular separa por completo a los gulares y parcialmente a los braquiales, tal como ocurría en Podocnemis carbajosai y en Podocnemis en todermica, del cercano Teso de la Flecha. Ello nos ha llevado a clasificar este fósil dentro del mismo género. Penetra profundamente sobre el ento plastron. Su forma es irregular, condicionada por la de los gulares, La curiosa forma de éstos no tiene equivalente entre los representantes fósiles de la familia Pelomedusidae. Su aspecto triangular se complica en el vértice interno, donde sufre un ensanchamiento muy peculiar. Al igual que en Podocnemis entodermica y en Stereogenys salmanticensis, se superponen al entoplastron, pero aquí 10 hacen más marcadamente (figuras 1 y 2). GEOLOGÍA 261 La forma y disposición de braquiales y pectorales no difiere de la usual en los otros Podocnemis del valle del Duero. Por su cara externa, la superficie es plana, pero por la interna se ob servan notables ondulaciones. El entoplastron, romboidal, muestra la inserción típica en forma de hor quilla (fig. 3), con la particularidad de que aquí está muy marcada y gruesa (el espesor en el centro es de 16 mm.; en el borde anterior de los «brazos» de la inserción es de 13,2; en el resto del entoplastron solamente de 7,7). La «horquilla» muestra un saliente central. dirigido hacia adelante, muy pequeño. Se pueden ver también los orificios ya indicados en otras especies. Los epiplastrones son de la forma típica en la familia. Destacan por la ondulación de su superficie, que podemos expresar por su espesor (recorde mos que la cara externa era plana): oscila entre 5,8 y 11,3 mm.; en la sínfisis interepiplastral es de 10,4. Este espesor se acuña en el borde. La sutura epi-hioplastral es entre recta y ligeramente curvada. Muestran los epiplastrones un curioso orificio de inserciones musculares en las proxi midades del entoplastron. Como hemos visto en otros casos, las suturas óseas son inclinadas, lo que produce dimensiones distintas de las placas óseas según las midamos por su cara interna o externa. En este ejemplar es más destacada debido al consi derable espesor. La cubierta dérmica, aunque osificada, puede distinguirse perfectamente de la puramente ósea. Aquélla afecta a un espesor comprendido 1/3 y 1/4 del total.