R evista B imestre C ubana 1831

VOLUMEN CXXIV JULIO-DICIEMBRE, 2018 ÉPOCA III, No. 49 La Habana, ISSN 1012-9561 REVISTA BIMESTRE CUBANA de la Sociedad Económica de Amigos del País Fundada en 1831 Avenida Salvador Allende No. 710 e/ Soledad y Castillejo, La Habana, Cuba Director: Dr. Fidel E. Vascós González Subdirector: Lic. Lázaro Mora Secade CONSEJO EDITORIAL Dra. Oneida Álvarez Figueroa, Dra. Zoila Benítez de Mendoza, Dr. Silvio Cálvez Hernández, Dra. María Dolores Ortiz Díaz, Dra. Mayra Espina Prieto, Dr. Aurelio Francos Lauredo, Dr. Luis Gálvez Taupier, Dra. Gladys Hernández Herrera, Dra. Miriam Raya Hernández y Dra. Dania Silva Hernández

Edición digital: Lic. Tatiana I. Elejalde Patino

CONDICIONES DE LA PUBLICACIÓN Esta Revista publicará especialmente escritos de autores cubanos y extranjeros sobre temas cubanos o asuntos foráneos que tengan especial interés para Cuba, así como bibliografías, estadísticas, etcétera.

LA REVISTA BIMESTRE CUBANA PUBLICA SEIS FASCÍCULOS (BIMESTRALES) AL AÑO, REUNIDOS EN DOS VOLÚMENES La Revista se envía a los socios de la Sociedad Económica de Amigos del País y a los suscriptores. Los trabajos publicados son de la responsabilidad exclusiva de los autores y no siempre coinciden con el criterio del Consejo Editorial de la Revista. No se devuelven ni se sostiene correspondencia sobre trabajos no solicitados. Diríjase a: Dr. Fidel E. Vascós González Director Teléfono: 78781542 - Email: [email protected] Suscripción anual: Extranjero: Equivalente de 25,00 Euros. En Cuba: 25,00 MN Dirección: REVISTA BIMESTRE CUBANA Avenida Salvador Allende No. 710 e/ Castillejo y Soledad, Centro Habana, La Habana, Cuba Para cheques SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS Edición al cuidado de: Lic. Ramón Caballero Arbelo www.seapcuba.cult.cu La Revista Bimestre Cubana recibe financiamiento del Fondo para el Desarrollo de la Educación y la Cultura. ÍNDICE

Carta del Director...... 6 POR EL 25 ANIVERSARIO DE LA SEAP EN SU TERCERA ÉPOCA La Sociedad Económica de Amigos del País: ¿Pasado o futuro?...... 8 Dr. Julio García Oliveras Tercera Época de la SEAP (1994-2019). Un repaso a 25 años de trabajo en la memoria de la Dra. Daisy Rivero Alvisa ...... 19 Dr. Aurelio Francos Lauredo La Sociedad Económica de Amigos del País, pieza esencial del patrimonio cultural de la nacionalidad cubana: su Tercera Época...... 26 Dra. Zoila Benítez de Mendoza

HISTORIA La Federación de Estudiantes y la Reforma Universitaria al triunfo de la Revolución Cubana...... 35 Dr. Luis Oscar Gálvez Taupier : figura extraordinaria del pensamiento latinoamericano y caribeño ...... 45 MSc. Hassan Pérez Casabona

INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Declaración de La Habana XXIV encuentro del Foro de Sao Paulo 15 al 17 de julio de 2018...... 58 ECONOMÍA Desarrollo cultural y económico: la sustentabilidad del modelo...... 66 Dra. Tania García Lorenzo Lenin acerca del mercado en el socialismo...... 81 Dr. Fidel Vascós González

CIENCIAS SOCIALES Cuba. Política y ciencias sociales: ¿dos aliados contenciosos?...... 98 Dr. Esteban Morales Domínguez EDUCACIÓN Modernidad y progreso en la educación cubana a principios del siglo xx...... 106 Dra. Leonor Amaro Cano

INVESTIGACIÓN La selección de árbitros desde la perspectiva de directores de revistas biomédicas cubanas...... 119 Dania Silva Hernández, Ana Dolores del Campo Peña, Rebeca Crosdale Hunt, Norma Lobaina Baile, Isabel Magalys Noa Riverón y Nelcy Martínez Trujillo

CAPÍTULO HOLGUÍN Procesos informativos y documentales del Capítulo Holguín de la Sociedad Económica de Amigos del País...... 137 MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David Leonardo Nieves Naranjo

CONSTITUCIÓN El constitucionalismo cubano. Retrospectiva histórica a siglo y medio...... 147 Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez

NORMAS Y PROCEDIMIENTOS Normas y procedimientos para el funcionamiento de la SEAP...... 186 SECCIÓN OFICIAL Sección oficial...... 199

CARTA DEL DIRECTOR

N este año 2019 se conmemoran varios aniversarios de especial importancia para la nación cubana y para nuestra Sociedad Econó- mica de Amigos del País (SEAP). EHace 60 años, el primero de enero de 1959, se alcanzó el triunfo de la Re- volución Cubana. Ese día, como resultado de la lucha insurreccional del pue- blo en la Sierra y en el Llano, el Ejército Rebelde dirigido por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, derrotó definitivamente a la tiranía de Fulgencio Batista, tomó el poder político y se instauró el Gobierno Revolucionario en nuestro país. La movilización popular entorno a la unidad en la concepción estratégica y la acción práctica conjunta del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Po- pular fue el factor principal de la victoria. El 26 de noviembre se cumplen 500 años de la fundación de La Habana. Primero en la costa sur del territorio, después en la desembocadura del río Almendares y luego en la ribera oeste de la bahía entonces llamada Puerto Ca- renas, desde donde se extendió por el territorio que hoy ocupa. Los habaneros y todo el pueblo de Cuba se aprestan a celebrar esta efeméride, no solo con los festejos de la ocasión, sino principalmente con la terminación de nume- rosas obras económicas y sociales y la perspectiva de impulsar el desarrollo capitalino. La Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana fue fundada el 9 de enero de 1793 y continuó su bregar Pro Patria durante la república neocolonial establecida el 20 de mayo de 1902. El 9 de enero de 1994 dio inicio la Tercera Época de la Sociedad promovida por un grupo de destacados intelectuales, donde fue electa como presidenta la Dra. Daisy Rivero Alvisa, la primera mujer en esa responsabilidad, y que acumuló más de veinte años de fructífera labor en el cargo. En el curso del año 2019 tendrá lugar la aprobación, en referendo popular, de una profunda Reforma Constitucional de nuestra Carta Magna vigente desde 1976. Hecho que ha compulsado a un profundo análisis y responsable partici- pación de todo el pueblo cubano.

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Estos acontecimientos históricos, junto a otros de indudable interés, están re- flejados en el contenido de los artículos e informaciones incluidos en el presente No. 49 de la Revista Bimestre Cubana. Se destacan las Normas y procedi- mientos para el funcionamiento de la SEAP, que junto a los Estatutos de la organización y la Plataforma para una SEAP del siglo xxi, constituyen los documentos rectores del trabajo de la institución. Al cierre de esta edición, se conoció que el gobierno de Estados Unidos su- frió nuevamente una aplastante derrota en la Asamblea General de las Nacio- nes Unidas cuando 189 países votaron a favor de la Resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”. Solo dos países –Estados Unidos e Israel– se pronunciaron en contra y no hubo abstenciones. En 27 ocasiones se ha repetido este ejercicio en el cual la comunidad in- ternacional demanda el fin del bloqueo. ¿Hasta cuándo Estados Unidos va a seguir ignorando este clamor planetario? Por si fuera poco, la Asamblea General de la ONU también rechazó abru- madoramente las ocho enmiendas a la Resolución propuestas por Estados Uni- dos, las cuales tenían el único objetivo de desviar la atención de los votantes, enmascarando el verdadero contenido de la Resolución, que era pronunciarse sobre el bloqueo contra Cuba. Estados Unidos y otros dos países fueron los únicos que votaron a favor de las enmiendas yanqui. Una vez más se demuestra que Estados Unidos queda ridículamente aislado cuando pretende agredir a Cuba en el terreno de la diplomacia internacional. POR EL 25 ANIVERSARIO DE LA SEAP EN SU TERCERA ÉPOCA LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS: ¿PASADO O FUTURO? Dr. Julio García Oliveras

Conferencia pronunciada por el Dr. Julio A. García Oliveras en el Instituto de Historia de Cuba el día 18 de mayo de 1993 con motivo del bicentenario de la Sociedad Económica de Amigos del País OMPAÑEROS y amigos: Creo que ningún momento más oportuno en nuestro país para con- memorar el bicentenario de la fundación de la Sociedad Económica de CAmigos del País, o Sociedad Patriótica. El amplio plan de actividades organizado por la Academia de Ciencias, el Instituto de Historia y un grupo destacado de nuestras instituciones, al que se han unido importantes asociaciones latinoamericanas, nos parece evento justo para una institución que tan importante papel desempeñó en la integración de nuestra nacionalidad a fines del sigloxviii y durante el siglo xix. Su aporte y los fundamentales trabajos de sus integrantes, en los órdenes cultural, político, histórico, económico y científico-técnico, sin duda fueron contribuciones de- cisivas a la materialización de nuestra nacionalidad y de su más elevada tarea: la lucha por la independencia. Una empresa en la que está fuertemente vinculada la obra de hombres como Félix Varela y José de la Luz y Caballero, no puede desaparecer del registro más legítimo de nuestra historia, ni puede sepultarse sin que su rastro resucite para servir a la causa revolucionaria que se iniciara hace ya más de 100 años en nuestra Patria, y particularmente cuando esa causa hace frente a situaciones y dificultades, que en diferentes condiciones, pero con similares características, se oponen y obstaculizan el desarrollo y bienestar del pueblo cubano. Al ser invitado a participar en estos eventos conmemorativos, reflexiona- mos profundamente sobre qué podríamos aportar nosotros a un concurso en

8 La Sociedad Económica de Amigos... / RBC 49 / 9 el que han tomado parte destacadas figuras de la intelectualidad cubana e ibe- roamericana, y concluimos que quizás el aporte más consecuente sería tratar el tema desde las posiciones de la lucha revolucionaria, a la que la historia nos ha vinculado indisolublemente. Y con ese espíritu decidimos romper lanzas alrededor de una pregunta cen- tral: de si la Sociedad Económica de Amigos del País, temporalmente archi- vada, pues no se puede considerar fallecida y sepultada, no sería de utilísimo valor a la vida económica, cultural y científica de Cuba en el momento actual, teniendo en cuenta su elevado prestigio e innegable aporte histórico. Sin vacilar, hemos tomado el camino de defender y fundamentar el papel que esta insigne institución puede desempeñar en beneficio del quehacer inte- lectual y la práctica económica concreta, en momentos en que Cuba alcanza ya una altura considerable en su desarrollo cultural. Nosotros, al conmemorarse el bicentenario, pensamos que ha llegado el momento de decir: ¡levántate y anda! Es natural, que no nos corresponde a nosotros considerar las “luces y som- bras” que de una forma u otra pasaron sobre las instituciones y personajes de la era de la Ilustración. Esto lo dejamos a los historiadores, que seguramen- te con puntería destacada han enfilado el tema, en las distintas actividades efectuadas. Pensamos –solamente– que el balance final debería tener bien en cuenta la época y las circunstancias precisas en que tuvieron lugar los hechos que se analizan. Esta es la ciencia de los historiadores. Yo, para mi ponencia, me alejaré de las sombras que hayan flotado sobre el quehacer de la Sociedad Económica de Amigos del País y trataré de calentar mis propuestas bajo las luces, que sin duda, iluminaron su muy notable labor en los años en que trascurrió su actividad. Al tomar posición con respecto a la institución me apoyé, sin vacilación, en lo que considero la premisa básica que se recogió en los Estatutos de la institución en cuanto a sus fines; es decir: “promover la agricultura y el comer- cio, la crianza del ganado e industria popular y oportunamente la educación e instrucción de la juventud [...]”. ¿Y es posible, y todavía más, es razonable que una institución de nuestro país que se dedique a tan importantes fines, pero además, que tenga el presti- gio y aval de dos siglos de existencia, no esté presente hoy en la vida y en la lucha que lleva adelante nuestro pueblo? En estos 30 años de Revolución, si hay que destacar un logro básico inne- gable, es que se ha producido –bajo el incesante impulso de Fidel– una ver- dadera revolución científico-técnica. Las históricas batallas en que se dieron los primeros pasos en la Campaña de Alfabetización, hoy conquistan cumbres de trascendental importancia en frentes científicos y técnicos, corrientemente 10 / RBC 49 / Dr. Julio A. García Oliveras denominados “de punta”, inconcebible en un país que se contaba entre los comúnmente denominados “subdesarrollados”. Es decir –según entendemos– hoy a distinta altura y con variadas formas, está realmente surgiendo una nueva nación, una nueva sociedad: la nación de la ciencia y la técnica, al igual que a fines del sigloxviii maduraba la nación cubana y se conformaba su filosofía e ideología. Es conocido que estas corporaciones surgieron desde principios del siglo xviii, con el objetivo fundamental de “trabajar por el desarrollo de la riqueza y la prosperidad del país”. Según algunos historiadores las primeras entidades de- dicadas al fomento de la agricultura y la economía rural, aparecieron en Zurich en 1717 y en París en 1761. En la metrópoli española se organizó, por primera vez, la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, en 1765, a la que siguió la de Madrid en 1775. No se puede obviar que la aparición de estas sociedades estuvo íntimamen- te ligada a determinada etapa en el desarrollo de las fuerzas productivas en cada lugar, y casi siempre a un período de cierto auge económico. Los avatares del proceso político, por supuesto, también desempeñaron un papel importan- te en la vida y los resultados, mayores a veces y menores otras, que alcanzaron estas instituciones a lo largo de los años. En Cuba, y siguiendo a Friedlander, las sociedades económicas surgieron como resultado del sistema que se llamó “Despotismo Ilustrado”, porque as- piraba a realizar “desde arriba” y dentro de límites imposibles de guardar, la revolución que “desde abajo” y sin detenerse ante barreras de ninguna clase, había de realizarse muy pronto. De la apreciación anterior –tomada de una cita referida a Rafael Montoro– que considero con validez de actualidad, a lo que en lo referente a la esfera científico- técnica y cultural hemos apuntado más arriba; es decir, “la Revolución que desde abajo y sin detenerse ante barreras de ninguna clase, habría de realizarse muy pronto”. El potencial que ha creado la Revolución desde 1959 apunta ya hacia este pronóstico. Los alcances económicos de esta Revolución, me atrevo a asegu- rar, están a las puertas. Como bien destaca el historiador y economista alemán, estos avances no podrían llevarse a cabo sino sobre una base amplia de educa- ción y conocimientos prácticos, labor en la que se concentró nuestra original Sociedad Económica y de la que se puede reiterar que representó casi un crisol de las ideas contemporáneas de la época de su surgimiento. Reiteramos que no es nuestro propósito adentrarnos en el campo que co- rresponde a los historiadores. Pero a fin de situar los fundamentos de nuestra tesis, se hace necesario pasar revista, aunque de manera sumaria, a las labores de la institución a partir de su fundación en La Habana, en 1793. La Sociedad Económica de Amigos... / RBC 49 / 11 No olvidamos que la primera Sociedad fue creada en , pero a los fines de este trabajo hemos considerado concentrarnos en las activi- dades de la institución habanera. La opinión general coincide en que la corporación habanera realizó con- tribuciones inestimables para la prosperidad del cuerpo económico del país. Un señalamiento, a nuestro juicio, muy importante de Friedlaender es que mantuvieron lo que merecía conservarse del pasado y se deshicieron de lo que resultaba anticuado. Con ello se afiliaban a lo que es la real dialéctica del desarrollo. Sí debemos puntualizar que el papel de más alto valor de la Sociedad Eco- nómica fue su servicio como centro de educación, y un aspecto muy impor- tante, como centro también de información, divulgación e investigación en la esfera de las ciencias aplicadas. ¿Se puede aspirar a papel más importante hoy para nuestro país, en un mundo que ha experimentado cambios trascendentales y cuando nuestra eco- nomía debe y tiene que ponerse a la altura de los niveles internacionales? Aquí cabe, o casi cae por su peso, la pregunta: bueno ¿pero no pueden las instituciones estatales cubrir todos esos campos de información y divulga- ción?, ¿no son capaces estas instituciones y organismos de llenar todos los objetivos de la esfera de las ciencias aplicadas? Yo considero que en teoría la respuesta es sí. Pero la experiencia nuestra es que hay que tener en cuenta las inevitables realidades externas. Y estamos frente a un mundo diverso, y a mi juicio demasiado diverso, aun para los mis- mos países con distintos sistemas políticos. Y a esa diversidad consideramos que también debemos ofrecer estructuras diversas que puedan establecer enlace y cooperación con los innumerables centros en los que se origina la actividad cultural o científico-técnica. Y también diversificando la iniciativa de acción. En las condiciones de un proceso socialista y de una economía planificada no se trata de afectar el sistema que defendemos, sino de tomar en cuenta el cuadro real que tenemos que enfrentar y las formas más funcionales que nos permitan actuar con mayor provecho. Es decir, cuando proyectamos a la Sociedad Económica en nuestros días, pensamos en un suplemento necesario y que cuenta, además, con un rico aval histórico. Estas, a los efectos de nuestra tesis, serían las características que correspon- derían al papel y lugar de la Sociedad Económica de Amigos del País en la Cuba de hoy. No es posible –ni necesario– tratar de exponer un balance de la labor de la institución; en general conocido por demás. Solo enunciamos algunos de sus trabajos, que en su contenido son un apoyo adicional a nuestra tesis. 12 / RBC 49 / Dr. Julio A. García Oliveras Creo que de inicio habría que citar el trabajo de Tomás Romay sobre la in- troducción de la vacuna en Cuba. En la esfera económica, son numerosos y variados los trabajos realizados sobre el cultivo del café, la producción del añil, sobre el cultivo de la cochinilla, el cultivo del tabaco, sobre el beneficio de los minerales de cobre, aclimatación del árbol de la morera y educación de los gu- sanos de seda, conservación de las piñas, comercio y consumo de ganado, corte de madera, elaboración de la remolacha; y así un caudal prácticamente infinito de estudios y propuestas acerca de todo o casi todo lo que se relacionaba a la economía de Cuba o su potencial desarrollo en esos años de gesta. Quién puede ignorar el “Discurso sobre la agricultura en La Habana y me- dios de fomentarla”, de Arango y Parreño; el del Marqués de Tirry sobre la construcción del primer ferrocarril; las insignes y amplias obras de Tranqui- lino Sandalio de Noda; de Bachiller y Morales; de José Antonio Saco; todos destacados miembros de la Sociedad Económica y que dieron importantes aportes al desarrollo económico en nuestro país. Solamente la nómina de los miembros de la Sociedad es ya de por sí un verdadero tesoro de la cultura y la historia de nuestro pueblo. En las décadas que siguieron a su fundación, los trabajos de la institución adquirieron todavía mayor amplitud en el campo social, histórico, cultural y económico. Así, desde 1835 la Sociedad quedó definida como órgano consul- tivo para las inversiones, aunque su papel –como es natural– correspondía a implementar las investigaciones relacionadas a la actividad. El trabajo en el campo de la educación, en el que se destacó el impulso decisivo a la creación de las cátedras de Química y Física en la Universidad, y que se extiende a la publicación de materiales de ayuda al productor, como el Manual del Veguero, son ejemplos muy importantes de la actividad que desa- rrolló esta bicentenaria institución. En el marco de mi tesis, sería prácticamente imposible pasar un balance justo de la labor realizada por la corporación en el campo de la producción azucarera, desde el cultivo de la caña, hasta el proceso industrial, pasando por aspectos tan importantes como la comercialización y la calidad. No se puede separar el surgimiento de la Sociedad Económica de Amigos del País de la aparición del Papel Periódico, a la edición de las Memorias y en 1830 de la Revista Bimestre Cubana, creada por la Sección de Educación de la institución, y que poco después saldría bajo el nombre reconocido de Revista y Repertorio Bimestre de la Isla de Cuba. Una somera lectura del “Indice Analítico” de la Revista Bimestre Cubana, publicado en 1968, por la muy dedicada investigadora, Araceli García Carranza, resulta realmente impresionante, y hasta abrumador, al contemplar el inmenso aporte que desde las más altas cumbres del pensamiento cubano, como Félix La Sociedad Económica de Amigos... / RBC 49 / 13 Varela y José de la Luz y Caballero, pasando por los amplios aportes de José Antonio Saco y Antonio Bachiller y Morales; desde José María Heredia hasta Fernando Ortiz y Emilio Roig de Leuchsenring, cubren prácticamente todos los campos del hacer social económico y cultural en Cuba, en los dos siglos que cubrió la vida activa de la institución de la que hoy conmemoramos el bicente- nario. Esto sin relacionar los cientos de autores y científicos que, de una forma u otra, sumaron su aporte a la obra que hoy recordamos. Al realizar este brevísimo bojeo a la gran obra de tantos destacadísimos hombres no deja de agredirme nuevamente la duda. ¿En aras de qué razones, de un día para otro, pudo archivar- se, engavetarse y suspenderse tan importante monumento cultural y científico? ¿En nombre del socialismo? No lo puedo entender, cuando las bases del socialismo se asientan precisamente sobre el conocimiento científico. ¿En nombre de la Revolución? No lo puedo aceptar, ya que la Revolución desde el primer momento dedicó todo su esfuerzo a impulsar el desarrollo científico y técnico en nuestra Patria. Sería ilógico que un proceso revolucionario, absolutamente legítimo como el cubano, que culminó una lucha de más de 100 años de historia de nuestro país, abandonara una institución, que en su balance final fue arma y campo de batalla del pensamiento más avanzado de muchas generaciones de cubanos. Compañeros y amigos: ¿Podríamos acaso ignorar los revolucionarios cubanos que José Martí ya en 1892, calificara a la Sociedad Económica de Amigos del País como “la más alta y meritoria de las sociedades de Cuba” y que al hacerlo se apoyara –nada más y nada menos– en el de haber tenido en su seno a José de la Luz, “el padre amoroso del alma cubana” y “a quien habría sido un hijo de los campos, un titulado de la naturaleza, Tranquilino Sandalio de Noda”? ¿Se equivocaba Martí en su apreciación; o podría atribuirse acaso a un “so- ciolismo” inaceptable ante la incorporación de su compañero de lucha, Juan Gualberto, a la insigne corporación? Por supuesto, la duda sería rayana con la insensatez. Y en nuestros días, en los que la lucha del pueblo cubano se libra de forma muy principal en los campos de la ciencia, de la técnica, de la cultura y la economía, ¿no sería de un alto valor incorporar a la bicentenaria institución, que con su elevadísimo prestigio nacional –que aprendimos ya en los años escolares– y su no menor proyección internacional, sin duda, sería un aporte valioso al batallar que hoy libramos? El proceso revolucionario de nuestro país avanza, se consolida y se perfec- ciona hoy en medio de tremendas dificultades de orden económico y también frente a la política de enfrentamiento que ha mantenido invariablemente –y se podría decir absurdamente– el gobierno de Estados Unidos. 14 / RBC 49 / Dr. Julio A. García Oliveras Pero la situación cambia notablemente, no solo en el orden internacional, sino en las condiciones y capacidades internas de nuestro país. No solo tene- mos poderosos recursos militares para nuestra defensa; hoy no solo contamos con nuestros indestructibles cohetes morales como bien dijera Fidel; Cuba cuenta hoy con un inmenso potencial científico y técnico; que no solo tiene capacidad para frustrar todas las agresiones en contra de nuestro país, sino que es capaz –en tiempos no muy distantes– de convertirse en un apoyo decisivo al desarrollo económico. Nunca más oportuno el recuerdo del antiguo proverbio chino: “Si te prepa- ras para un año, siembra arroz. Si te preparas para cien años, educa a la gente”. Considero, compañeros y amigos, que la Revolución ya está preparada para los próximos cien años. Como se ha dicho, Cuba cuenta hoy con cientos de miles de hombres y mujeres que se han preparado, hasta los niveles más altos, en los campos de la ciencia y la técnica. Este enorme –y estoy seguro de no exagerar– potencial intelectual ya em- pieza a dar resultados altamente importantes, no solo en el campo de sus es- pecialidades, sino también en los aportes a nuestra economía. Lo que a fines del siglo xviii y principios del siglo xix estuvo representado por un pequeño grupo de hombres, de elevada sapiencia y patriotismo, pero de muy limitado número, en nuestros días se ha convertido en un verdadero ejército, en el que se encuentran no pocos hombres de ciencia de tanto o mayor valor que nues- tros respetables antepasados. Es por ello que consideramos que a ese considerable potencial intelectual sería conveniente multiplicarle las condiciones y facilidades de exposición, discusión e incluso confrontación de ideas; proceso en que se canalice, pro- fundice y consolide el enorme caudal de conocimientos e iniciativas que ate- sora nuestra colectividad científica y cultural. Está muy fija en nosotros la visión de que ya aparece en Cuba una nueva sociedad, la sociedad de la ciencia, la técnica y la cultura; y que esta nueva sociedad también necesita nuevas instituciones, que permitan el diálogo, el intercambio de ideas e informaciones, e incluso la polémica, como formas de perfeccionamiento de su labor en los múltiples campos especializados. La masividad ha sido creada, el potencial se ha multiplicado al máximo, luego las posibilidades de expresión, particularmente en los campos de la ciencia, la técnica y la cultura, nos parece que igualmente deben diversificarse. Y ante esta –diríamos– nueva situación, ¿podríamos proponer algo más nuevo que la rehabilitación, reapertura o reanimación de la muy destacada Sociedad Económica de Amigos del País, que mira pasivamente desde su sede en La Habana, avanzar y desarrollarse la obra que fue el sueño más preciado La Sociedad Económica de Amigos... / RBC 49 / 15 –y para ellos inalcanzable– del brillante desarrollo económico, cultural, cien- tífico y técnico de una Cuba ya absolutamente independiente y soberana? Me apena pensar que al engavetar a esta Sociedad Económica, con ello hemos también echado a un lado la memoria de Varela, Luz y Caballero, José Antonio Saco y todos esos sabios que dedicaron sus mejores esfuerzos a la obra de esta institución. Y, por supuesto, al poner al día y en funciones la Sociedad Económica de Amigos del País, no se puede pensar que es como abrir una valla de gallos, en la que todo aquel –más o menos calificado– se crea o tenga el derecho a alborotar el cotarro con las más peregrinas ideas que circulen por donde menos se piensa. Y no puede ser así, porque tampoco fue así, desde los orígenes de la institución. En primer lugar, la Sociedad estaba integrada por un número de “Amigos”, según el título con que eran honrados, que eran seleccionados por el Colegio de los miembros de la institución, y en función de los méritos a los trabajos realizados. En segundo lugar, la institución estaba integrada por secciones, que organizaban –y en términos actuales planificaban– las prioridades de sus trabajos. Pero además, la denominada “Junta Preparativa” que dirigía el pro- grama de investigaciones, elegía dos o tres colaboradores para cada tema, ase- gurando de esa manera un juicio tan imparcial como fuera posible. Al trabajar en estas ideas tenemos, en primer lugar, la preocupación de que una reactivación de la institución permita, como ya dijimos, primero am- pliar las posibilidades de exposición, intercambio y confrontación de ideas e iniciativas. Pero, en segundo lugar, que se pueda lograr un aporte valioso a la ejecución de aquellas tareas que son más importantes para nuestro comercio, economía y cultura. Dentro de ello, tenemos en mente, de manera personal y sumaria, objetivos que a nuestro juicio pudieran ser temas importantes en el marco general de la institución. Por ejemplo, la lucha contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos cobra hoy una importancia capital. Lo absurdo y obstinado de esta medida se puede destacar no solo en las mismas afectaciones que esta brutal agresión, de naturaleza esencialmente política, provoca sobre los mismos sectores empresariales nortea- mericanos, interesados en el mercado cubano, sino que incluso comparado con Iraq, país con el que se libró una bárbara guerra, y que sin embargo está autorizado a adquirir los medicamentos y alimentos que requiera su pueblo. En este frente podría librarse un decisivo combate por nuestra institución, tanto en Cuba como en el exterior, teniendo en cuenta el prestigio de esta Sociedad. También la integración latinoamericana es un objetivo de primera línea. En el mundo actual conformado económicamente en tres grandes centros: Es- 16 / RBC 49 / Dr. Julio A. García Oliveras tados Unidos, la Comunidad Europea y Japón, cuyo potencial económico e industrial ha alcanzado niveles no conocidos en la historia de la humanidad, tras casi 50 años sin guerras mundiales. En este mundo en que América Latina debe participar y sin remedio debe competir, un solo indicador obliga a con- siderar la integración como inevitable y urgente –y no pensando en materias primas, sino en productos manufacturados y de la industria– no se puede des- conocer que solo en investigación y desarrollo (el conocido R+D) los países desarrollados gastan anualmente cerca de 200 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 100 mil corresponden solo a Estados Unidos. ¿Cómo se puede imaginar la competencia sin integración? Esa es otra batalla estratégica para Cuba y nuestros hermanos latinoame- ricanos. Pero aún en el campo de la ciencia y la técnica, en el que Cuba ha experi- mentado avances realmente destacados, se puede decir que en estos momen- tos, en muchas esferas, solo damos los primeros pasos. La ciencia y la técnica, por ser los escalones más elevados de la actividad intelectual, son también los niveles más complejos del desarrollo del país. El factor decisivo es la indispensable competitividad mundial que debe resultar de los procesos de racionalización para una economía socialista como la de Cuba. Se trata de utilizar la ciencia y la técnica económicamente más consecuen- temente. Ante todo, logrando rendimientos crecientes, resultados económicos superiores, ahorro de tiempo de trabajo real y mejoramiento de la calidad de los productos. La tarea inmediata reside en organizar el aprovechamiento económico de los resultados del progreso científico-técnico dirigiéndolos a un crecimiento mayor de los aportes a la economía nacional. Para ello, entre otras cosas, se hace necesario: – una disminución significativa del tiempo de investigación, desarrollo e introducción en su conjunto; – la introducción consecuente de los resultados de la investigación y el desarrollo en la producción; – la profundización planificada de la actividad científico-técnica, tenien- do en cuenta las características de nivel internacional. El progreso acelerado en la aplicación de la ciencia en la forma de tec- nologías, procesos y materiales más modernos, se tiene que reflejar en una dinámica superior del incremento de la productividad del trabajo. Todo esto debe resultar en una refinación mayor de las materias primas, ma- teriales y productos. A largo plazo surgirán variaciones cualitativas del perfil de productos, en la disminución del peso específico, el mejoramiento de la relación masa-rendimiento, así como en la economización de energía en la producción. La Sociedad Económica de Amigos... / RBC 49 / 17 El estudio de las inversiones debe ser un motor del progreso científico- técnico. Una expresión importante del crecimiento de los resultados de las investi- gaciones en la ciencia y la técnica debe ser el aumento de las patentes. En todo proceso de aplicación de la ciencia y la técnica –y particularmente en las condiciones de Cuba– tiene que resultar en la refinación máxima de las materias primas y la recuperación de material secundario. Al refinar las materias primas y energéticos nativos con alta eficiencia hay que lograr la disminución del consumo en máquinas e instalaciones al nivel internacional más avanzado. Por todo esto se hace más importante el trabajo conjunto entre investiga- dores y diseñadores, las ideas en la cooperación y que debe llegar a la corres- pondiente participación en los factores de venta y exportación. Es decir, la aplicación consecuente de la ciencia y la técnica deben llegar desde la inves- tigación hasta la venta. Cuba ya ha abierto las puertas al desarrollo científico-técnico. Muchos aspectos avanzan con fuerza aún, o a causa del período especial. El Fórum de Ciencia y Técnica es ya un paso importantísimo en esa dirección. Pero al abrirse estas puertas estamos penetrando en un campo nuevo y sumamente complejo, cuyo alcance es vasto y para el cual hay que forzar y reforzar todas nuestras energías humanas, científicas, técnicas y organizativas. Estoy convencido que la actividad de la Sociedad Económica de Amigos del País, y particularmente su poderosa tradición en estas proyecciones pudie- se ser una contribución a los objetivos que nuestra generación se ha propuesto. Este magno esfuerzo, cuyos perfiles solo hemos esbozado en aras de la ex- tensión del trabajo y del tiempo, conlleva la búsqueda y utilización de las formas multilaterales de información–y educación, como son cooperación, intercambio, congresos y seminarios, becas, etc., en las cuales la Sociedad seguramente podría lograr una destacada labor, no solo por su propio prestigio, sino por la existencia de un significativo número de corporaciones homólogas en Iberoamérica y en España, principalmente. Finalmente quisiera referirme a la labor cultural. Considero que tanto la actividad histórica de la Sociedad Económica de Amigos del País, así como las tareas que para un futuro hemos sugerido, caen esencialmente dentro del campo más amplio de la cultura. En definitiva, toda actividad humana comienza o bien termina en la cultura. Del acervo cultural han nacido las más trascendentales ideas en el campo de la política y la revolución. Al enriquecimiento del patrimonio cultural han ido a parar las obras más famosas del quehacer científico, literario y artístico. Una y otras se integran en el desarrollo dialéctico de la historia humana. 18 / RBC 49 / Dr. Julio A. García Oliveras Cuando nos referimos al inmenso potencial intelectual creado en estos años de Revolución en Cuba, no podemos dejar a un lado los múltiples y muy importantes aspectos de la producción propiamente denominada cultural: la literatura, la poesía, la pintura, la música, la arquitectura, la escultura, etcétera. Me atrevo a afirmar que no puede concebirse ningún gran hombre que no sea sensible a todas las manifestaciones del quehacer social. Desde el simple trabajo manual, hasta las más altas expresiones del arte. No quiero decir que todo grande hombre debe ser amante y seguidor de las casi infinitas manifes- taciones de la labor intelectual de la humanidad. Por eso, en las conclusiones de este trabajo, y con ello de mi tesis, que significa que mi lanza, ya rota, llega a los momentos finales de su utilización revolucionaria, quiero subrayar que el proyecto de la reanimación (y conste que he abusado de un término muy usual de los arquitectos) de la Sociedad Económica de Amigos del País, no se puede concebir sin la recreación de su Sección de Educación y con ello el parejo renacimiento de la Revista Bimestre Cubana, lo que crearía las condiciones para el despliegue parejo e igual de los intelectuales que, con tanta importancia para un desarrollo integral del país, se ocupan de la labor propiamente conocida como cultural.

Compañeros y amigos: Al enunciar, como señalé al principio, con sentido revolucionario mi tesis sobre la reactivación de la Sociedad Económica de Amigos del País, que por cierto cuenta con una base material y sus fondos de archivo y biblioteca ce- losamente conservados por la Academia de Ciencias, quiero concluir con una consideración final: Nada hay más armónico que el organismo humano. Una disfunción puede significar la muerte, sino la enfermedad. Todos los órganos humanos deben trabajar en la mejor armonía. Eso no significa que el corazón, el hígado o los riñones tengan que ser de la misma forma. O incluso, del mismo tamaño y color, o estar situados a igual altura o simétricamente en el cuerpo humano. Cada uno cumple una función integrada en la armonía general. Preciso que en la sociedad hay también que tener en cuenta esta reflexión, y más a la luz de las experiencias de los años recientes y de las realidades del mundo que tenemos que enfrentar. Muchas gracias. POR EL 25 ANIVERSARIO DE LA SEAP EN SU TERCERA ÉPOCA TERCERA ÉPOCA DE LA SEAP (1994-2019). UN REPASO A 25 AÑOS DE TRABAJO EN LA MEMORIA DE LA DRA. DAISY RIVERO ALVISA Dr. Aurelio Francos Lauredo

Introducción ACE un cuarto de siglo, en La Habana de 1994, quienes participamos en la fase de renacimiento de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), identificamos en gran medida esta institución con la de- Hcidida acción y el rostro sonriente de la Dra. Daisy Rivero Alvisa. Entonces ella, junto al Dr. Julio García Oliveras y un valioso grupo de colaboradores, acometió la tarea de dirigir la Tercera Época de la organización no gubernamental más antigua aún existente en Cuba, fundada el 9 de enero de 1793. Próximos a cumplir 25 años de trabajo en esta nueva etapa, resulta de sumo interés escuchar a la propia Dra. Daisy Rivero transmitir una serie de viven- cias y reflexiones motivadas por las siguientes preguntas: 1. ¿Cuáles son sus recuerdos más significativos durante la gestación de la Tercera Época de la Sociedad Económica de Amigos del País? 2. ¿En qué medida considera que los objetivos trazados por la SEAP a fines del pasado siglo se han ido cumpliendo hasta el presente, tanto a escala interna de la institución como atendiendo a su impacto en la sociedad cubana? 3. Inmersos en la aldea global o era de la información predominante en el siglo xxi, ¿qué sentido actual y perspectivo usted le confiere al lema “Pro Patria”?, guía invariable del trabajo desarrollado por la SEAP du- rante estos 225 años.

Desarrollo 1. ¿Cuáles son sus recuerdos más significativos durante la gestación de la Tercera Época de la Sociedad Económica de Amigos del País? Primeramente recuerdo cómo, en 1993, cuando ya la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los países socialistas euro-

19 20 / RBC 49 / Dr. Aurelio Francos Lauredo peos, unido al recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, puso a prueba la capacidad del pueblo cubano de resistir y seguir llevando adelante nuestra Revolución, tomó cuerpo la aspiración de encontrar una vía para hacer una modesta contribución en esa batalla. Por eso, cuando en el evento científico internacional “La Ilustración: luces y sombras en América”, realizado en el Instituto de Literatura y Lingüística a mediados de ese año, celebrábamos el bicentenario de la Sociedad Económica de Amigos del País en Cuba, al igual que en otros países de América Latina, Tercera época de la SEAP... / RBC 49 / 21 empezamos a gestar la idea de retomar esta Sociedad no gubernamental cuba- na, que nunca se había desarticulado legalmente de la Academia de Ciencias de Cuba, y comenzar a reanimarla. Entonces pensamos que diversos profesores, investigadores y académicos podrían animarse a tomar esa vía para hacer sus aportes intelectuales. Para ello, teníamos la facilidad de que aún vivían y trabajaban los prestigiosos doc- tores Julio Le Riverend Brusone y Salvador Bueno Menéndez, quienes habían colaborado con Don Fernando Ortiz en la segunda época de la Sociedad Eco- nómica de Amigos del País, entre los años 1902 y 1958. También nos ayudó mucho la actitud de cooperación del Dr. José Antonio Portuondo, entonces director honorífico del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, junto a todo el equipo de dirección de dicho instituto, para que pudiéramos utilizar algún espacio dentro de ese edificio en los comienzos de esta tercera etapa de la SEAP. Y así fue que numerosos profesores e investigadores cubanos se animaron para tomar esta vía de contribución científico-social a la lucha de nuestro pue- blo en esos momentos tan difíciles conocidos como período especial. Al rememorar esos momentos de gestación, no podría dejar de mencionar el apoyo de un participante español en dicho evento por el bicentenario de las sociedades económicas, el Sr. Don Álvarez de Castrillón, quien desde su condición de miembro de la Real Sociedad Matritense de Amigos del País nos asesoró de forma efectiva en la fase de retomar el trabajo de la SEAP cubana. El segundo recuerdo que deseo evocar resulta muy grato, pues el 7 de oc- tubre de 1994 se realizó el acto para dar inicio oficialmente al trabajo de la Sociedad Económica de Amigos del País en esta, su Tercera Época. Esa reu- nión, en el teatro del Instituto de Literatura y Lingüística, fue presidida por la compañera María de los Ángeles García, miembro del Buró Político del Parti- do Comunista de Cuba, y la Dra. Rosa Elena Simeón, ministra del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma). En dicho acto fui nombrada presidenta de la SEAP, siendo la primera mu- jer en ocupar este cargo, algo que nunca había sucedido pues durante mucho tiempo las mujeres no ingresaban en las Sociedades Económicas de Amigos del País. Además, en esa ocasión se designó como vicepresidente primero al Dr. Julio García Oliveras, que sería desde entonces también el director de la Revista Bimestre Cubana (RBC). Precisamente, otro recuerdo importantísimo al que haré referencia tiene que ver con esa revista, y la reanudación de su publicación en la Tercera Época de la SEAP. Ese número correspondió al volumen LXXVII (julio-diciembre de 1994, Época III), continuando así el orden de la RBC desde que se publica- ba en la etapa republicana con Don Fernando Ortiz como director. 22 / RBC 49 / Dr. Aurelio Francos Lauredo Vale la pena mencionar que dicho número tuvo el privilegio de publicar el acuerdo del Consejo de Estado de la República de Cuba en que se estable- cía llamar a 1995 como Año del Centenario de la caída en combate de José Martí. También en ese número se citaron las palabras de Fernando Ortiz que ahora resulta muy bueno repetir: “Esta revista seguirá con iguales serenidad y firmeza en esta su segunda época, la época de imitación y de modestia, con debida devoción a sus mantenedores en la época primera, la de Saco, Arango, Varela, Don Pepe, del Monte, la de ejemplo insuperable y brillante magisterio, pero quiere reverdecer con sabia más viva, y extender su follaje a que sea más copudo, para mayor floración y más rendimiento en frutos”. Cita que en ese primer número de la Tercera Época se complementó con la siguiente afirmación a modo de actualización: “Hoy la revista seguirá con iguales serenidad y firmeza en esta Tercera Época”. Pienso que el Dr. Julio García Oliveras, como el nuevo director de la Re- vista Bimestre Cubana, logró cumplir progresivamente con el deseo de Don Fernando.

2. ¿En qué medida considera que los objetivos trazados por la SEAP a fines del pasado siglo se han ido cumpliendo hasta el presente, tanto a escala interna de la institución como atendiendo a su impacto en la sociedad cubana? Considero que una gran parte de los objetivos planteados a fines del pasado siglo para el trabajo de la Sociedad Económica se han cumplido. Por ejem- plo, la SEAP ha logrado abrirse paso en la comunidad científica y profesoral del país, asunto de primer orden cuando comenzamos esta Tercera Época en los años noventa del siglo xx. Ahora, yo diría que la Sociedad Económica de Amigos del País no solo es reconocida y admirada por su labor, sino que cada día hay más jóvenes investigadores, especialistas y profesores que aspiran a integrar en la Sociedad. Realmente, en los inicios de la etapa actual tuvimos la política de que in- gresaran académicos, profesores e investigadores ya formados e, incluso, con una obra acabada y de prestigio. Con posterioridad, desde los primeros años del actual siglo xxi, hemos comenzado a abrir el ingreso para compañeros y compañeras más jóvenes que se encuentran trabajando en la consolidación de su obra profesional. Algo que se ha ido haciendo cuidadosamente, y creo que es un acierto, incluso en lo que se refiere a la participación en los seminarios y talleres convocados por las diferentes secciones de la SEAP. Una muestra evidente de esta política es la colaboración entre la Sociedad y el Instituto Superior de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, lo que contribuye a la participación sistemática de sus profesores y alumnos en nues- tras actividades. Algo que se hizo efectivo gracias a la Dra. Angelina Romeu, Tercera época de la SEAP... / RBC 49 / 23 Secretaria de la SEAP y profesora de dicha universidad, a quien siempre re- cordaremos por su destacada labor hasta días antes de su fallecimiento. A la vez, hay objetivos como el de remozar la biblioteca de la Sociedad Económica y obtener los medios de información y comunicación necesarios para el trabajo de la institución, que han ido quedando incumplidos, debido a la situación económica del país y de la propia SEAP particularmente. Asimismo, cuando planteamos el objetivo de buscar proyectos para el Pro- grama de Biofármacos, pensamos que también debíamos desarrollar acciones para el ámbito comunitario en los barrios, así como el re-equipamiento de es- cuelas de música, pintura y otras disciplinas artísticas. Por ejemplo, el caso de la Academia de Artes Plásticas San Alejandro, que fue creada por la Sociedad Económica de Amigos del País en el siglo xix. Por otra parte, muchos de los objetivos que nos planteamos el día del acto oficial de inicio de la Tercera Época, el 7 de octubre de 1994, sí han sido al- canzados. Por ejemplo, aquel día hablamos de aportar recursos para la publi- cación de obras que reflejaran la historia de la ciencia en Cuba, y se ha hecho realidad la edición del libro escrito sobre dicha temática por el prestigioso historiador de la ciencia Dr. Pedro Marina Pruna. Igualmente, se ha podido publicar la obra sobre la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Cuba, gracias a la labor del Dr. Carlos Rafael Fleitas, que es médico y miembro activo de la corporación en esa provincia. En cuanto al trabajo en los barrios, que ha sido exitoso, lo que hemos logra- do se debe básicamente a la labor de los compañeros que crearon la Comisión de EDUPAZ (Educación para la Paz y los Derechos Humanos), guiados por la compañera Consuelo Viciedo, ya fallecida, y a quien recordaremos siempre. En estos momentos considero que se le podrá poner más atención y volverá a tener resultados a pesar de problemas de salud de varios compañeros activos, y del lamentable fallecimiento de la Dra. Marta María Valdés, otra de sus im- pulsoras, a quien desde luego también recordaremos. Precisamente, Consuelo organizó y dirigió exitosos ciclos de conferencias que se realizaron con periodicidad quincenal en la Casa Don Fernando Ortiz, dirigidos en un principio a maestros de todos los municipios de La Habana, pero que luego se ampliaron a temas y especialistas de las más diversas ma- terias relacionadas con la educación para la paz y los derechos humanos en comunidades de varias provincias. En general, debo reconocer que a fines del siglo pasado era imposible que habláramos de otros asuntos que posteriormente fueron objeto de análisis en mis reuniones con el Dr. Julio García Oliveras y los jefes de secciones de la SEAP (Ciencias Sociales, Economía y Ciencia, Medio Ambiente, Educación y Cultura). 24 / RBC 49 / Dr. Aurelio Francos Lauredo A ellos les debo, por ejemplo, que cada año la Sección de Ciencias Sociales haya realizado una jornada referida a temas de gran importancia socio-política e ideológica, como por ejemplo, la vigencia del pensamiento de Carlos Marx y Federico Engels, mientras la Sección de Educación y Cultura haya promo- vido el estudio de métodos docentes novedosos, y la Sección de Economía y Ciencia haya tratado sistemáticamente el importante tema de la integración latinoamericana y caribeña. En el caso de la Sección de Medio Ambiente, cuya creación fue en el año 2000, representó una respuesta a la prioridad de este tema a escala nacional e internacional, hay que destacar el hecho de haber puesto su atención en el aprovechamiento racional de los recursos hídricos cubanos, entre otras temá- ticas vitales para enfrentar el cambio climático en las condiciones de ser un territorio insular caribeño, como es el caso de Cuba. Solo gracias al trabajo en equipo con los presidentes de las secciones, así como con el director de la Revista Bimestre Cubana, durante los 20 años en que presidí esta organización bicentenaria cubana, es que logramos avanzar con firmeza y consolidar nuestra querida Sociedad Económica de Amigos del País. Igualmente deseo expresar que la labor desplegada por el Dr. Fidel Vascós al frente de la SEAP durante el período de tres años que acaba de concluir en mayo de 2018 ha sido eficaz, consolidando el trabajo de etapas anteriores, así como perfeccionando la obra de la Revista Bimestre Cubana, de la que es su director actual, impulsando tanto su publicación en formato impreso como en soporte digital a través de Internet.

3. Inmersos en la aldea global o era de la información predominante en el siglo xxi, ¿qué sentido actual y perspectivo usted le confiere al lema “Pro Patria”?, guía invariable del trabajo desarrollado por la SEAP durante estos 225 años. Pienso que, sin duda, no pueden negarse los grandes avances que en la esfera del conocimiento hacen los medios informáticos, pero a la vez creo que sería de una ingenuidad tremenda, o una gran maldad, creer que la población mundial en su conjunto se beneficia en estos momentos con ellos. Seguramen- te recordarás que cuando esa revolución informática comenzaba hubo muchos científicos sociales que hacían con acierto la siguiente pregunta: ¿cómo es po- sible que se afirme eso cuando existen grandes masas desposeídas que jamás han podido utilizar ni siquiera un teléfono? Pero además, debemos añadir que esos medios informáticos, como sabe- mos, no solo se están utilizando para el desarrollo del conocimiento a favor de la vida en general, sino que en gran medida se emplean para desinformar y sembrar dudas sobre la lucha política y social de los pueblos por su genuino Tercera época de la SEAP... / RBC 49 / 25 desarrollo; entonces, ¿cómo vamos a seguir afirmando que ya hoy la globali- zación es un fenómeno bueno para el mundo entero? Creo, al contrario, que las ideas de nuestro apóstol José Martí llevadas a la práctica por el insigne Comandante en Jefe Fidel Castro, de que Patria es Humanidad, son las que nos deben guiar en nuestra lucha por la justicia, y que nuestro lema Pro Patria es más válido que nunca antes. Por eso, en varios artículos publicados por la propia Revista Bimestre Cu- bana, el economista Osvaldo Martínez argumenta que el pensamiento único ha creado la mitología de la globalización, y plantea la necesidad de que traba- jemos para desvanecer esos mitos que son fruto de una visión fundamentalista de esa globalización, idealizando que los avances tecnológicos han desatado fuerzas que escapan al control de los Estados nacionales y los actores sociales. Con trabajos como esos artículos, y diversos talleres y paneles organizados por miembros de la Sección de Economía y Ciencia, así como la labor de otros científicos sociales latinoamericanos, como Aldo Ferrer, por solo poner un ejem- plo, pienso que deberíamos seguir debatiendo creativamente, pues entre otras cosas, lo que se ha globalizado es la crisis económica actual del capitalismo. Por eso Samir Amin, por citar otro ejemplo, planteó que el alcance de la globalización depende en última instancia de la lucha de clases, de la lucha política y de la actuación del gobierno de cada país. Más recientemente Frei Betto, en su libro Lo que la vida me enseñó, publicado por primera vez en Portugal en el año 2013 y en Cuba en el 2017, plantea que: “el avance de la tecnología, de la informatización, de la robótica; la googletización de la cultura, la telecelularización de las relaciones humanas… son factores que nos sumen en actitudes y formas de pensar pesimistas y conservadoras… la nación se deja recolonizar por la progresiva mercantilización de la aldea global”. En la Sociedad Económica de Amigos del País, que desde su fundación ha utilizado el lema “Pro Patria”, adecuándolo a cada etapa histórica como resulta evidente: en la Colonia, para defender el derecho a la educación, a la cultura, a la mejor utilización de la tierra para el desarrollo de la agricultura en Cuba, etcétera; en la República, con el quehacer de Don Fernando Ortiz, Elías Entralgo y muchos otros frente a los males de los gobiernos de turno; y hoy, como defensores del socialismo, el lema “Pro Patria” es más válido aún. Estoy segura de que la Dra. Zoila Benítez, elegida presidenta en mayo del presente año 2018, en unión de los presidentes de secciones y la colaboración de los Miembros de Honor y de Mérito, así como por el Coordinador de EDUPAZ y muchos otros Amigos del País, podrá mantener vivo ese lema como espera toda la membresía de nuestra SEAP.

La Habana, julio de 2018 POR EL 25 ANIVERSARIO DE LA SEAP EN SU TERCERA ÉPOCA LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS, PIEZA ESENCIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIONALIDAD CUBANA: SU TERCERA ÉPOCA Dra. Zoila Benítez de Mendoza Presidenta de la SEAP

A historia de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), insti- tución de larga data e impronta histórica, con un sello de identidad que la distingue desde el siglo xviii: Pro Patria, recoge tanto la obra de valio- Lsas personas que con su profundidad y proyección, desde diferentes corrientes ideológicas, influyeron y forjaron el ideario de la nación cubana, así como los que contribuimos al quehacer de su Tercera Época institucional, desde 1994. La SEAP es una organización no gubernamental –la más antigua del país– parte inalienable de la representación patriótica de la sociedad civil cubana y a la vez pieza esencial del patrimonio cultural de nuestra nacionalidad. Estudiar y conocer el pensamiento pasado y la influencia ideológica que ejerció en el contexto social vivido, no exento de complejas contradicciones, es determinante para la actuación del presente, al recoger lo más fecundo de la tradición histórica y proyectarse en cada momento con un sentido creador. Justamente porque el desarrollo del hombre nunca se detiene y no hay límites para el mejoramiento humano en el que creyó Martí; con cada nueva época las amigas y los amigos de la SEAP tienen que transformar su forma de accionar y sus propósitos según el contexto en que se desenvuelven. La evolución de la Sociedad Económica de Amigos del País abarca tres épocas: la colonial, la republicana y la actual revolucionaria. En la época colonial se inicia la historia de la institución que inspira estos apuntes. Surge a imagen de las sociedades de ese perfil existentes en España. Se establece primero la de Santiago de Cuba, en el año 1787, y posteriormen- te, en La Habana, veintiséis vecinos destacados propusieron al gobernador y capitán general don Luis de las Casas, la creación de la Sociedad Económica habanera.

26 La SEAP, pieza esencial del patrimonio... / RBC 49 / 27 En el transcurso de su primer siglo, la historia de los Amigos del País que- dó escrita en las Memorias, en la piedra de nuestros monumentos, en la tra- dición de nuestras escuelas, en las paralelas de los ferrocarriles, en nuestros ingenios azucareros, y en las ideas. Su mayor mérito se manifestó desde los inicios en un pensamiento que comenzó a identificarse como nación cubana, distinto a las proyecciones de la metrópoli española. Lo que se logró, en buena medida, gracias al padre José Agustín Caballero, el presbítero Félix Varela y a José de la Luz y Caballero. Las Memorias destacan, además de la obra de don Luis de las Casas y los fundadores de la Sociedad –don Francisco de Arango y Parreño y el padre José Agustín Caballero–, nombres relacionados con los aportes a la ciencia y la téc- nica como: Tomás Romay, Felipe Poey y Aloy, Tranquilino Sandalio de Noda y Álvaro Reynoso. El 9 de enero de 1793 se efectuó, en el Palacio de Gobierno, la sesión inaugural de la Sociedad Económica. Desde su fundación, se preocupó por los adelantos de la agricultura, los progresos de la instrucción pública y por favorecer nuestra principal producción, la industria azucarera. A lo que se agregan los informes de Saco sobre “los caminos” y “la va- gancia”. También hay que hacer mención a la labor de Domingo del Monte, Calvo, Peñalver, O’Farril, Montalvo, Herrera, Santos Suárez, y otros tantos que fueron los primeros presidentes de nuestra Sociedad Económica. La Real Sociedad Económica no limitó nunca sus tareas solo a la ciudad de La Habana. Organizó y sostuvo diputaciones patrióticas en Matanzas, Puerto Príncipe, Villa Clara, Trinidad, Sancti Spíritus, San Antonio Abad, Guanaba- coa, Güines, San Juan de los Remedios, Cienfuegos, entre otras. Los años finales del siglo xix trajeron a Cuba una serie de transformaciones en la vida institucional, económica y social de gran trascendencia. Las funciones que por largos años le correspondieron a la Sociedad habrían de sufrir grandes cambios con el andar del tiempo. En el campo de las ciencias, la Academia de ese nombre asumiría gran parte de los encargos que antes atendía la corpora- ción. Recordemos que los primeros estatutos reflejan que la Sociedad ejercerá, además, las funciones propias de una Academia de Ciencias, Económicas, Mo- rales y Políticas, antecedente de nuestra actual Academia de Ciencias. La nueva organización de la enseñanza pública asumió la inspección y organización de las escuelas, y la reconstitución de la universidad, sobre todo con los nuevos planes de estudio. A la SEAP se debe la creación de la primera biblioteca pública cubana, que atesora más de un millón de documentos, más de dos mil libros raros y valiosos –algunos del siglo xv–, así como una valiosa colección de literatura gallega y prensa periódica cubana desde el siglo xviii. Su fundación estuvo bajo la dirección de Antonio Robredo, uno de sus miembros. Radicó inicialmente en 28 / RBC 49 / Dra. Zoila Benítez de Mendoza la propia residencia del director, sita en la calle Oficios, y posteriormente en la calle Dragones No. 62, hasta trasladarse al edificio actual en la Avenida Salvador Allende No. 710. Mucho debemos a los trabajadores del Instituto de Literatura y Lingüística por el celo y rigor con que han cuidado en esta sede tales valores bibliográfi- cos y archivísticos de altos quilates para la historia de Cuba y del mundo. Al rememorar importantes sucesos del siglo inicial de la SEAP, destaca la entrada a nuestra Sociedad de Juan Gualberto Gómez, lo que hizo escribir a José Martí el 11 de junio de 1892 en el periódico Patria: “[...] ha sido grande nuestro júbilo al leer que dos cubanos de padre europeo han llevado de la mano un cubano de padre negro a la más alta y meritoria de las sociedades de Cuba, a la Sociedad Económica de Amigos del País [...] acaban de llevar al hermano mulato, al noble Juan Gualberto Gómez, a la casa ilustre donde han tenido asiento los hijos más sagaces y útiles de Cuba”.1 Tras producirse la intervención norteamericana en la guerra hispano-cuba- na, dio comienzo la época republicana de la SEAP. Después de varios siglos como súbditos de España y tras la impetuosa injerencia económica, política y cultural de Estados Unidos se hizo necesario esclarecer qué era ser cubano. A este crucial tema dedicaron sus investigaciones descollantes Amigos del País como Fernando Ortiz y Elías Entralgo, entre otros, cuyos trabajos fueron publicados en la Revista Bimestre Cubana –órgano divulgativo de la SEAP–. Se hace justicia histórica al mencionar a otros destacados intelectuales de la época republicana como Juan Marinello Vidaurreta, Salvador Massip Val- dés y Luciano Martínez. Cuando se revisa el Índice de la Revista Bimestre Cubana (1831-1959), se encuentran relacionados numerosos trabajos sobre temas económicos corres- pondientes a la época republicana. En los años de la República, como en los años de la Colonia, la SEAP ha sido una institución patriótica que ha tenido como objetivo fundamental el progreso cultural y material del país, su adelan- to en todos los órdenes de la vida, y en tal sentido, se puede asegurar que no ha existido otra que la supere en la amplitud y nobleza de propósitos. El triunfo de la Revolución en enero de 1959 abrió un paréntesis en la ya más que centenaria existencia de la Sociedad Económica de Amigos del País. Es necesario precisar que su desarrollo histórico no se ha realizado en línea recta, sino en medio de fuertes conflictos y discrepancias ideológicas. A partir de entonces tuvieron lugar numerosas reflexiones teóricas sobre el papel que le correspondería a la sociedad civil en el proyecto socialista,

1 José Martí: Obras Completas, “Cuba. Hombres”, “Juan Gualberto Gómez en la Socie- dad de Amigos del País”, vol. 4, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, pp. 417-418. La SEAP, pieza esencial del patrimonio... / RBC 49 / 29 consolidado con el avance de las primeras décadas de la Revolución triun- fante, en que se lograron las mayores transformaciones económicas, políti- cas y sociales en la historia de Cuba, que como un pequeño país del llamado Tercer Mundo, cuenta con indicadores de salud, educación y cultura equipa- rables a los países desarrollados. En 1993, al cumplirse el bicentenario de la fundación de la SEAP habane- ra, se hizo patente la necesidad de reactivar su funcionamiento, por lo que un grupo de intelectuales, entre los que se encontraban Julio Le Riverend Bruso- ne, José Antonio Portuondo Valdor, Armando Hart Dávalos, Salvador Bueno Menéndez, Julio García Oliveras y Daisy Rivero Alvisa, se dieron a la tarea de iniciar la Tercera Época de la Sociedad. La Dra. Rosa Elena Simeón, como ministra de Ciencia, Tecnología y Me- dio Ambiente (Citma) fue designada para dirigir la Comisión con el fin de impulsar la tercera etapa de la Sociedad Económica de Amigos del País, como organización no gubernamental en los difíciles momentos del llamado período especial en Cuba. Se demostró nuevamente que la SEAP constituye uno de los aportes de la sociedad civil al desarrollo económico y social del país. Como expresó la presidenta electa, Dra. Daisy Rivero, al establecerse la primera Junta Directiva de la SEAP en esta nueva época –enero de 1994–: “[...] urge en estos momentos aunar los esfuerzos de científicos, educadores, escritores y en general profesionales, para contribuir a la solución de nume- rosos problemas que hoy nos aquejan, así como estimular aun más el espíritu patriótico demostrado por el pueblo cubano durante tantos años; la Junta de Gobierno se ha trazado líneas de trabajo en cuya realización podía ser significativa vuestra colaboración y la de personalidades e instituciones de vuestros países. Es muy grato recordar que en su larga trayectoria de vida y de trabajo, la Sociedad siempre ha tenido benefactores nacionales y de otros países que cuentan con el respeto y agradecimiento de los socios cubanos”.2 La SEAP en la época actual tiene como encargo social movilizar a la co- munidad científica en función de los objetivos trazados por la Revolución Cu- bana, así como propiciar el intercambio y debate plural de opiniones que le permita conformar criterios sobre distintos temas vinculados a la promoción de la educación, la ciencia, la cultura, la protección del medio ambiente, y al perfeccionamiento permanente del modelo económico y social cubano. En el 25 aniversario de la Tercera Época contamos con 301 Socios de Nú- mero en la SEAP. Los más recientes ingresos tienen un promedio de edad de 56 años. Florecemos al incorporar a la Sociedad a nuevas generaciones que

2 Daisy Rivero Alvisa: “Discurso pronunciado en ocasión de la presentación de la nueva Jun- ta Directiva de la Sociedad Económica de Amigos del País, 7 de octubre de 1994, Revista Bimestre Cubana, Tercera Época, No. 1, La Habana, 1994. 30 / RBC 49 / Dra. Zoila Benítez de Mendoza deben dar continuidad a nuestra institución. Además, la figura de los Socios Colaboradores permite incorporar a profesionales jóvenes. La notabilidad de sus miembros es orgullo de ayer y de hoy. Destacamos reconocidas personalidades que nos acompañan en el quehacer cotidiano de la SEAP, entre ellas: Isabel Monal, María Dolores Ortiz Díaz, Lidia Turner Martí, Oneida Álvarez Figueroa, Jorge Diego González Serra, Justo Chávez Rodrí- guez, Lesbia Cánovas Fabelo, Luis Alberto Montero Cabrera, Fabiola Bueno Sánchez, Francisca López Civeira, Nuria Grégori Torada, Mildred de la Torre Molina, Luis Gálvez Taupier y Fidel Vascós González quien desempeñó eficien- temente la responsabilidad de presidente de la SEAP entre los años 2015 y 2018. En el homenaje por los 225 años de fundación recordamos a los Presidentes de Honor del siglo xx: Salvador Bueno y Julio Le Riverend, a los prestigiosos intelectuales del siglo xxi: Eusebio Leal Spengler –Historiador de la ciudad de La Habana–, y Daisy Rivero Alvisa, quien tiene el privilegio de haber sido la primera mujer en ingresar a la SEAP y su presidenta entre los años 1994 y 2015, período de muy fructífera labor en el desarrollo de esta institución. Todos los socios participamos en el quehacer científico de las cinco secciones en que está actualmente estructurado el trabajo de la Sociedad: Ciencia y Econo- mía, Ciencias Sociales, Medio Ambiente, Educación y Cultura. Todas regidas por prestigiosos científicos: Jorge Núñez Jover, Olga Fernández Ríos, Silvia Miriam Pell del Río, Gerardo García Barceló y Virgilio López Lemus, respectivamente. Como nueva figura institucional de la SEAP surgen en esta Tercera Época los capítulos territoriales, ya funcionando en Pinar del Río, Matanzas, Cama- güey y Holguín, con los que se presta especial atención al propósito de con- tribuir al desarrollo local. Así como contamos con una Comisión Permanente: EDUPAZ (Educación para la Paz). Por otra parte, nos sentimos en deuda por impulsar en los barrios proyectos comunitarios e investigaciones culturales, a la vez que por sistematizar víncu- los con instituciones creadas por la propia SEAP en épocas anteriores, como la Academia de Pintura, Dibujo y Escultura San Alejandro. En el año 2004 el Ministerio de Educación Superior otorgó a la SEAP la condición de centro autorizado para impartir superación de posgrado. Desde la fecha han egresando de esta modalidad más de 410 jóvenes de las provincias de Mayabeque, Artemisa y La Habana. Hoy la SEAP cuenta con una Plataforma para el siglo xxi, documento que recoge los actuales objetivos estratégicos y líneas de acción, aprobados por la Junta General en la sesión anual del 9 de enero de 2016. Los aspectos organi- zativos y de funcionamiento interno se establecen en los Estatutos, aprobados por la Junta General el 9 de enero de 2017. Y en el actual año 2018 se aproba- ron las normas y procedimientos y el reglamento de los capítulos territoriales. La SEAP, pieza esencial del patrimonio... / RBC 49 / 31 La SEAP, en sus investigaciones, procura la identificación de problemas de interés público, su descripción y modelaje científico y las alternativas de solución, que se elevan a las instituciones decisoras cubanas. Prima el debate plural, por lo que no queda encerrado ni en las paredes de la SEAP ni en la RBC lo tratado, sino que se envía a las instancias gubernamentales y partidistas según corresponda. Así, la institución apoya los proyectos científicos y de superación de sus miembros, al tiempo que se nutre de sus conocimientos y del resultado de sus investigaciones para realizar actividades de amplia divulgación, promoción y asesoría a diferentes niveles, con el propósito de contribuir a la elevación del nivel y calidad del desarrollo socioeconómico del país. Nos falta un largo camino por recorrer para que la Sociedad Económica de Amigos del País desempeñe un importante papel como promotora y consul- tora de estrategias y políticas de desarrollo socioeconómico en las instancias nacionales y territoriales. Nos esforzamos para conquistar la confianza de los organismos e instituciones gubernamentales, políticas y sociales del país para propiciar el cumplimiento de la función asesora de la SEAP en el diseño e implementación de estrategias y políticas vinculadas a su objeto de trabajo. A la vez, se hace necesario fortalecer las alianzas estratégicas con instituciones y organismos nacionales e internacionales afines a la misión de la SEAP, pri- vilegiando las relaciones con España, América Latina y el Caribe. Durante más de una década se ha hecho visible a la comunidad nacional e internacional, el respaldo de la SEAP a la posición del Ministerio de Rela- ciones Exteriores de nuestra nación contra el bloqueo económico, financiero y comercial, impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba. Se paten- tiza que el bloqueo es una violación del Derecho Internacional y se reitera lo absurdo de que la ley norteamericana de Comercio con el Enemigo, del año 1917, sea aplicable solo a Cuba en estos momentos. El lema Pro Patria resulta la mejor expresión del sentido que ha guiado la continuidad, desde 1793 hasta este momento en que llegamos al 225 aniversario, materializado hoy en nuestras contribuciones a la construcción de un socialismo cubano, próspero, democrático, participativo y sostenible, tal y como se recoge en la Plataforma para una Sociedad Económica de Amigos del País en el siglo xxi. La SEAP publica la Revista Bimestre Cubana, cuyo primer número data de 1831, lo que la convierte en la publicación periódica más antigua existente actualmente en el país. Tras el último número de la Segunda Época, correspondiente a enero-ju- nio de 1959, su publicación se interrumpió hasta la reactivación de la SEAP en 1994, cuando aparece el primer número de la Tercera Época, en cuya pre- sentación la Dra. Daisy Rivero, presidenta de la SEAP, expresó: “[...] con el respeto y la admiración que nos merecen los que con su fecunda labor convirtieron a esta vieja institución cubana, la Sociedad Económica de 32 / RBC 49 / Dra. Zoila Benítez de Mendoza Amigos del País, y a esta benemérita Revista, en un legado de valor perma- nente para la cultura, la educación y la ciencia de nuestro país, afrontamos este reto”.3 Actualmente la RBC se publica en formato impreso y digital dos veces al año, distinguiéndose por su estabilidad, calidad temática y adecuado diseño. Fue dirigida por más de veinte años por el vicepresidente de la SEAP, Dr. Ju- lio García Oliveras. Como parte de su contenido, se dan a conocer escritos de autores cubanos y extranjeros sobre temas cubanos o de asuntos foráneos que tienen especial interés para Cuba. Mantiene su difusión nacional e internacio- nal a través del sitio web: www.seapcuba.cult.cu, con el que llega a decenas de universidades de otros países y prestigiosas bibliotecas, como las de la Unesco y la del Congreso de Estados Unidos. Su acceso es libre y la consulta gratuita en Internet. Es una línea de promoción y diseminación de conocimiento cien- tífico que se complementa con el sello editorial: La Semilla en el Surco, entre cuyos títulos se destacan los referidos al desarrollo científico y social cubano. Paralelamente, se ha establecido un sistema de premios y reconocimientos que permiten distinguir y estimular a destacados profesionales por sus aportes al desarrollo de la identidad nacional en las diferentes esferas del saber cien- tífico, artístico y literario, con énfasis en la actualización del pensamiento fi- losófico, científico y pedagógico de Cuba.Premio José de la Luz y Caballero, de conjunto con la Asociación de Pedagogos de Cuba, se otorga anualmente a maestros y alumnos que tengan un destacado trabajo pedagógico; Premio Felipe Poey y Aloy, se otorga a propuesta de la Sección de Medio Ambiente para reconocer estudios y acciones de protección a la naturaleza, con especial atención al cumplimiento de la Tarea Vida; Premio Félix Varela, se otorga a propuesta de la Sección de Ciencias Sociales para estimular las investigacio- nes en el campo de las Ciencias Sociales; Premio Samuel Feijoo, se otorga a propuesta de la Sección de Cultura, por un perfil literario vinculado a la cul- tura y la naturaleza; y el Premio Francisco de Arango y Parreño, se otorga a propuesta de la Sección de Ciencia y Economía, a quienes han contribuido de manera notable a la economía nacional. En la Tercera Época se da continuidad a la elaboración de las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, que tanto contribuyen al estudio y la difusión de los aportes científicos y culturales realizados a lo largo de un año de trabajo, que ha sido de suma utilidad en la elaboración de este propio artículo conmemorativo. Como refleja la Declaración de la Sociedad Económica de Amigos del País ante el Foro de la Sociedad Civil Cubana contra el Bloqueo, convocado anual- mente por el Minrex, en el presente año 2018 enfatizamos que:

3 Daisy Rivero Alvisa: Ob. cit. La SEAP, pieza esencial del patrimonio... / RBC 49 / 33 “[...] la Sociedad Económica de Amigos del País cubana exige el estable- cimiento de relaciones normales con todos los países para el bien común y condena toda medida unilateral impuesta por algún país extranjero en contra de nuestros intereses, postulados desde nuestros documentos fun- dacionales de más de dos siglos. El caso más execrable es el del bloqueo económico, comercial, financiero, científico, cultural y social que leyes vi- gentes en Estados Unidos de América establecen contra Cuba, los cubanos y sus intereses en todo el mundo. ”La junta directiva de la Sociedad Económica de Amigos del País tiene el deber de exigir, a nombre de todos nuestros miembros, la eliminación inmediata de todas las barreras que este bloqueo establece para afectar al pueblo cubano y su bienestar, que afecta los propios intereses más puros del pueblo y nuestros colegas en Estados Unidos de América. ”Asimismo, nos ofrecemos para intervenir profesionalmente en todo lo que pueda ayudar a Cuba y a los estadounidenses de buena fe para eliminar este bloqueo, desde lo legal hasta lo económico, científico y cultural”. Conscientes de que somos deudores de un pasado inconmensurable y continuadores de una vital proyección al futuro, se hizo necesario un alto en nuestro trabajo cotidiano para convocar a la Conferencia Científica por el 225 aniversario (1831-2018). Su diseño metodológico nos permitió desarrollar el análisis en dos provecho- sos paneles, donde se trataron temáticas como: La Sociedad Económica de Ami- gos del País, desde sus orígenes hasta la República; Las Sociedades Económicas de Amigos del País como dinamizadoras del progreso en el siglo xviii cubano; La Real Sociedad Económica de Amigos del País y las Diputaciones Patrióticas en Cuba; El papel de Fernando Ortiz, Julio Le Riverend y Salvador Bueno en la Sociedad Económica de Amigos del País en la República neocolonial (1902- 1958); Visibilidad y posicionamiento en Internet de la Revista Bimestre Cuba- na; y la Sociedad Económica de Amigos del País en la Revolución. Durante dos días de sesiones, 27 y 28 de septiembre de 2018, se puso en evidencia, como común denominador de las ponencias presentadas, que nuestra institución a lo largo de más de dos siglos ha realizado múltiples apor- taciones que jalonan el proceso del cual hemos surgido nosotros, los cubanos. Finalmente fueron recogidas valiosas reflexiones y propuestas que enriquece- rán el trabajo de la Junta de Gobierno en la continua elaboración conceptual y aplicación práctica de la Plataforma para una Sociedad Económica de Amigos del País para el siglo xxi, con la certeza de que aún nos quedan muchas pá- ginas por escribir, de conjunto, entre todos los amigos y amigas del país para hacer realidad cada día el lema que nos distingue como parte íntegra de la sociedad cubana: Pro Patria. 34 / RBC 49 / Dra. Zoila Benítez de Mendoza Transcurridos 225 años de existencia de la Sociedad Económica de Amigos del País y 25 de la reactivación de su Tercera Época, queda bien definido el ca- rácter esencialmente patriótico de los objetivos de nuestra corporación, desde su fundación, conocida en aquel momento con el nombre de Sociedad Patriótica, hasta la actualidad, movidos por el afán de que la Cuba de hoy y del mañana avance con ritmo propio, como nos anima la discusión del nuevo proyecto de Constitución de la República de Cuba en que participa todo el pueblo. Podemos resumir que la SEAP del nuevo milenio está en una etapa crucial de su desarrollo y nos sobran razones para afirmar que siempre recurrirá a la historia para trabajar en el presente, interrogar el futuro y contribuir a fortalecer el proyecto socialista, sin renunciar a defender los principios de la Revolución, que se aproxima a su 60 aniversario, y en el marco del 500 aniversario de la fundación de La Habana, ciudad cuyo andar es indisoluble al de la propia So- ciedad Económica de Amigos del País. Si ayer llamarle patriótica a la SEAP revelaba una actitud y acción contra la oligarquía colonial; después, en la neocolonia, implicaba el derecho a ser dueño del suelo patrio; hoy el mantenimiento de nuestra máxima inspiradora significa defender el proyecto socialista.

Bibliografía

Salvador Bueno Menéndez: “170 años de la Revista Bimestre Cubana”, en Revista Bimestre Cubana, Tercera Época, No. 14, La Habana, 2001. José Martí Pérez: Obras completas, “Cuba. Hombres”, “Juan Gualberto Gómez en la Sociedad de Amigos del País”, t. 4, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Fernando Ortiz Fernández: “La hija cubana del Iluminismo”, en Revista Bimestre Cubana, Tercera Época, No. 5, La Habana, 1996. Periódico Granma. Suplemento con el Proyecto de Constitución de la República de Cuba, La Habana, 2018. Revista Bimestre Cubana, “Índice analítico (1831-1959)”, Índice general (1994-2000), La Habana, 2001. Daysi Rivero Alvisa: “Discurso pronunciado en ocasión de la presentación de la nueva Junta Directiva de la Sociedad Económica de Amigos del País, 7 de octubre de 1994. Revista Bimestre Cubana, Tercera Época, No. 1, La Habana, 1994. Sociedad Económica de Amigos del País: Memorias, La Habana, varios años. Declaración ante el XV Fórum de la Sociedad Civil Cubana frente al Bloqueo de Es- tados Unidos contra Cuba, La Habana, 2018. Fidel Vascós González: “Carta del Director”, en Revista Bimestre Cubana, Tercera Época, No. 48, La Habana, 2018. LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES Y LA REFORMA UNIVERSITARIA AL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA Dr. Luis Oscar Gálvez Taupier1 Investigador titular, Profesor titular adjunto, Académico de Mérito de la ACC, Miembro de la Junta de Gobierno de la SEAP, Asesor del ICIDCA y Exdirector general del ICIDCA

Antecedentes UERON los estudiantes, representados por su Federación Estudiantil Universitaria de Oriente (FEUO), los que dieron los primeros pasos, res- paldados por los profesores revolucionarios y los que sin serlo compren- Fdieron que no podían oponerse a esa ola de cambios y renovación de la universi- dad inspirada por la Revolución triunfante. La asamblea estatutaria, compuesta por profesores y alumnos, proclamó en octubre de 1959 su “Declaración de Principios”, dando paso al proceso de insti- tucionalización de una reforma universitaria, precursora de importantes cambios que se proyectaron más allá de sus propias fronteras. Un número importante de los dirigentes de la FEUO había respondido al com- promiso con la Patria y fueron protagonistas de los principales episodios en el esce- nario mismo de la lucha, en la Sierra y en la clandestinidad; le correspondía ahora a esa universidad, enclavada en el propio teatro de los acontecimientos históricos, tomar iniciativas tempranas en el proceso de transformación. Las primeras ideas se nutrieron de las realidades mismas que había que tras- formar en la Universidad de Oriente en y de los procesos de reforma de las dé- cadas del veinte y del treinta del siglo xx en la Universidad de La Habana y del manifiesto de Córdoba, Argentina de 1918. Lo ocurrido en Cuba, en la década de los años veinte y treinta, era de obligada consideración, por el significado de las reivindicaciones que fueron enarboladas en aquel entonces, frustradas por los gobiernos de la época.

1 Integrante del Ejecutivo de la FEUO (1954-1961); Presidente de la Facultad de Ingeniería y Presidente de la Comisión de Reforma Universitaria (1959-1961).

35 36 / RBC 49 / Dr. C. Luis Oscar Gálvez Taupier La Reforma de Córdoba sirvió de inspiración en una época de los movimien- tos reformistas de la mayoría de las universidades latinoamericanas, en la que también estaba la Universidad de La Habana; el propio Mella expresó su solida- ridad, sobre todo, por sus pronunciamientos antimperialistas, aunque señalaba su inspiración romántica y su distanciamiento con los problemas básicos que estaban presentes en aquella sociedad. Luego el Che alertaría en la conferencia convocada por la Universidad de Oriente, la claudicación posterior de muchos de los que enarbolaron las banderas del Grito de Córdoba.

El Che y Luis Oscar Gálvez Taupier durante la Reforma Universitaria.

Conferencia “Revolución y universidad” La distancia en tiempo y los nuevos escenarios políticos, no permitían que fueran referencias de total validez para los momentos de cambios revolucionarios a los que se estaba convocando. Ante estas realidades, surgió la iniciativa de la FEUO de invitar a un grupo de intelectuales cubanos vinculados a los temas de la Reforma Universitaria, para que expresaran sus puntos de vista, en un ciclo de conferencias, sobre el papel de la nueva universidad ante los compromisos que debía cumplir con la Revolución bajo el título de “Revolución y Universidad”. Fueron invitados, con el apoyo de La Federación de Estudiantes... / RBC 49 / 37 los profesores revolucionarios, integrado por un importante núcleo de profesiona- les de izquierda, a cinco intelectuales de diversas ideologías y corrientes filosófi- cas para dictar conferencias en octubre de 1959. Respondieron a la invitación el Dr. Juan Marinello, el Dr. José A. Portuondo, el Dr. Regino Boti, el padre Ignacio Biain y el profesor Alfonso Bernal del Riesgo, y por la FEUO presentó una ponencia el estudiante Luis O. Gálvez. Se invitó al comandante Ernesto Che Guevara para hacer las conclusiones. Fue de obligada consideración la autonomía, por ser en aquel entonces y aún hoy en la mayoría de los movimientos reformistas de los países latinoamericanos, escudo de defensa de las universidades, frente a las pretensiones de los gobiernos reaccionarios y los intereses de la gran burguesía explotadora, de desnaturalizar la misión de la universidad, de no responder a los intereses de las grandes mayorías, creadora de una docencia superior y de una cultura verdadera, tanto humanista como científica. Le correspondería al Che, en su conferencia, situar la connota- ción de la Autonomía Universitaria en el proceso de la Revolución Cubana. Las conferencias presentadas contribuyeron a esclarecer los enfoques dentro de la asamblea estatutaria de la Universidad de Oriente, integrada por profesores y alumnos. En el nuevo momento histórico que se vivía, la situación era radi- calmente diferente, el principal interesado en que se cumpliera la misión de la universidad era el Gobierno Revolucionario y había que impedir todo lo que se interpusiera entre este y la universidad y que no contribuyera a fortalecer la comu- nidad de propósitos que ahora existía. Las conclusiones del ciclo de conferencias se realizaron el 17 de octubre de 1959, y como estaba previsto con las palabras de Ernesto Che Guevara, en acto masivo en los terrenos de la universidad. Con la sinceridad que le caracterizaba, presentó las palabras de clausura, dando las cinceladas de las ideas esenciales de la Reforma Universitaria, que él gustaba calificarla como Revolución Uni- versitaria.

El mensaje del Che en la conferencia “Revolución y universidad”

La Reforma Universitaria y la Revolución triunfante “[...] me interesa analizar precisamente los deberes revolucionarios del estu- diantado en relación con la Universidad [...]”. “[...] se están discutiendo programas de reforma universitaria y enseguida se vuelve la vista hacia las reformas universitarias del año dieciocho, hacia todos los supersabios que traicionaron su ciencia y su pueblo. [...]”. “[...] ¿Por qué nosotros tenemos entonces que ir a buscar la reforma univer- sitaria en lo que se ha hecho en otros lados? ¿Por qué no tomar aquello sino simplemente como información adicional, a los grandes problemas nuestros, que son los que tenemos que contemplar [...]”. 38 / RBC 49 / Dr. C. Luis Oscar Gálvez Taupier “[...] en el libro de Gabriel del Maso, por ejemplo, donde estudia a fondo la reforma universitaria, buscarán en ese índice los nombres de todos aquellos grandes artífices de la reforma y buscarán hoy cuál es la actitud política, bus- carán qué es lo que han sido en la vida pública de los países a que pertene- cen, y se encontrarán con sorpresas extraordinarias, con las mismas sorpresas con que me encontré yo, cuando creyendo en la autonomía universitaria como factor esencial del adelanto de los pueblos, hice ese análisis que les aconsejo hacer a ustedes. [...]”.2

Los estudiantes universitarios y su posición “[...] el estudiante universitario es precisamente el reflejo de la Universidad que lo aloja [...]”. “[...] pertenece por lo general a la clase media [...] y refleja los anhelos e inte- reses de esa clase [...]”. “[...] se levantan entre las candidaturas estudiantiles en La Habana [Univer- sidad de la Habana] casi como cuestión de principio, la intervención o la no intervención del Estado, la pérdida de la autonomía [...]”. “[...] sectores estudiantiles que consideran como la peor palabra del mundo la intervención estatal o la pérdida de la autonomía. [...]”. “[...] están cumpliendo quizá el deber de la clase a que pertenecen, pero están olvidando los deberes revolucionarios [...]”. “[...] están creando precisamente el campo para que se siembre con toda ferti- lidad esa simiente que tanto anhelan sembrar los reaccionarios. [...]”. “[...] no es un análisis teórico de la cuestión ni una opinión festinada; es que esto es lo que ha pasado en la América entera [...]”. “[...] se fueron transformando en focos decididos de lucha contra el régimen democrático. Defendían precisamente lo mismo que ahora se está defendien- do: la autonomía universitaria [...]”.3

El Estado, la universidad y la autonomía “[...] la Universidad es la gran responsable del triunfo o la derrota, en la parte técnica, de este gran experimento social y económico [...]”. “[...] Porque el único que puede, en este momento, precisar con alguna certeza [...] las distintas carreras de la Universidad, es el Estado. [...]”. “[...] el Estado tiene que tener participación en el gobierno de la Univer- sidad. [...]”.

2 Ernesto Che Guevara: Palabras de conclusiones del ciclo de conferencias sobre la Reforma Universitaria, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 17 de octubre de 1959. 3 Ídem. La Federación de Estudiantes... / RBC 49 / 39 “[...] si hoy significara autonomía que un gobierno universitario desligado de las grandes líneas del Gobierno Central –es decir: un pequeño Estado dentro del Estado– [...] Es una actitud falsa [...]”. “[...] Y salta a la vista que la integración de la Universidad con el Gobierno Revolucionario no debe provocar reacciones”. “[...] Pero esa integración más sólida significa pérdida de la autonomía, y esa pérdida de autonomía es necesaria a la Nación entera. [...]”. “[...] Si la Universidad se cierra en sus claustros y sigue en la tarea de lanzar abogados, o toda una serie de carreras que no son tan necesarias [...] Ya se está pensando en La Habana en hacer un Instituto Técnico de Cultura Superior que dé precisamente una serie de estas carreras, instituto que tendrá una organiza- ción diferente a la Universidad [...]”.4

Palabras finales “[...] Por todo eso he venido aquí, más que a dar una conferencia, a presentar algunos puntos polémicos, y a llamar, naturalmente, a la discusión, todo lo agria, todo lo violenta que se quiera, pero siempre saludable en un régimen democrá- tico, a la explicación de cada uno de los hechos, al análisis de lo que está suce- diendo en el país, y al análisis de lo que sucedió con los que mantuvieron las posiciones que hoy mantienen algunos núcleos estudiantiles. [...]”. “[...] yo aconsejo hacer la reforma universitaria, mirando hacia adelante pero no hacia atrás, tomando como simples jalones lo que se había hecho en otras partes del mundo, pero analizando la situación de nuestro propio campesino [...]”. “[...] Y para finalizar, un recuerdo a los estudiantes interesados en estos pro- blemas de la reforma universitaria: investiguen la vida futura, futura pero ya pasada, desde el momento en que se inició la reforma del dieciocho hasta ahora; investiguen la vida de cada uno de aquellos artífices de la reforma. Les aseguro que es interesante. Nada más”.5 Las valiosas y actualizadas reflexiones del Che, sumadas a las expuestas por los conferencistas, permitieron mostrar el camino de cómo debía ser una univer- sidad comprometida con su Revolución.

Proceso de la reforma en la Universidad de Oriente El proceso de Reforma Universitaria se inicia no sin sus primeras escaramu- zas, en marzo de 1959, tras fuertes exigencias al Consejo Universitario, este acep- tó los planteamientos de la FEUO: depuración de los profesores y alumnos con

4 Ídem. 5 Ídem. 40 / RBC 49 / Dr. C. Luis Oscar Gálvez Taupier vinculación con la dictadura; participación de los estudiantes con voz y voto en el Consejo Universitario; establecimiento de la enseñanza gratuita; erradicar cual- quier tipo de ayuda extranjera injerencista; y creación de un órgano de profesores y estudiantes que elaboraran los nuevos estatutos que regirían el destino de la universidad dentro del proceso revolucionario. Se constituyó la asamblea estatutaria, integrada por profesores y alumnos, que comenzó a funcionar en septiembre de 1959, incorporó las ideas y conceptos de más valor presentados en el ciclo de conferencias. Sus primeros pasos se orienta- ron a proclamar a principios de octubre de 1959, la Declaración de Principios de la Reforma Universitaria que servían de guía para todos los trabajos de preparación de los nuevos estatutos y posteriormente se convertirían en punto de partida para el acuerdo que alcanzaran como posición de principios de las tres universidades.

Alcances de la reforma en la Universidad de Oriente Los estatutos elaborados por la asamblea, que rigieron los destinos de la uni- versidad y definían en sus contenidos los compromisos con la Revolución de la que era parte indisoluble, fueron promulgados el 25 de enero de 1960, estos reco- gían como principios básicos: a) Nuevo gobierno universitario, en él se separan las funciones docentes y admi- nistrativas integrado por: • Consejo superior en forma de cogobierno, que sería el máximo organismo encargado de la docencia, la cultura y las investigaciones, integrado por decanos y presidentes de las asociaciones. • Consejo económico responsable con la administración, la economía y las finanzas. • Ambos consejos están presididos por el rector y dos vicerectores que ten- drían funciones asignadas por el rector. b) En los métodos docentes se hicieron los siguientes cambios: • Eliminación de los exámenes finales, se creó un sistema de evaluación y pruebas periódicas y trabajos de clases. • La asistencia sería obligatoria en un 75% y la nota aprobatoria de 70 pun- tos. • Creación de departamentos facultativos donde se agrupan los profesores que imparten iguales asignaturas. • Se constituyeron juntas de profesores para la organización pedagógica y científica de las asignaturas y las cargas académicas. c) La contratación de profesores se estableció de acuerdo a: • Sistema de concurso y méritos, contratos a prueba, contrataciones directas por méritos excepcionales. d) En la categoría de profesores se estableció: • Profesores, docentes, especiales y tiempo completo e instructores. La Federación de Estudiantes... / RBC 49 / 41 e) Consulta académica sobre el desempeño del profesor. • De forma semestral o anual el decano debía hacer una consulta a los alum- nos sobre el desempeño del profesor. f) Fueron reformados y creados 4 departamentos universitarios. • Departamento de actividades culturales, departamento de bienestar y acti- vidades sociales, departamento de educación física y deportes y departa- mento de psicometría y orientación profesional. g) Creación de institutos de investigaciones. • Económicas, sociales y químicas. h) Creación de nuevas carreras. • Ciencias agropecuarias, minería y geología y medicina.

La reforma y la integración de las tres universidades La FEUO sostuvo intercambios con las federaciones de las otras dos universi- dades oficiales, la de La Habana y la de Las Villas, para coordinar acciones con- juntas que debían culminar en una Declaración de Principios de los estudiantes universitarios, fijando su posición unida al proceso revolucionario y como parte de este. Las FEU de las universidades cubanas adoptaron como propios, los aspectos fundamentales de la Declaración de Principios de la Universidad de Oriente, con las adecuaciones necesarias, e incorporándole la propuesta de creación de un Con- sejo Superior de Universidades. Esta declaración fue proclamada en la Universidad de La Habana el 20 de abril de 1960, en la Plaza Cárdenas, con la presencia de autoridades del Gobierno Revolucionario y los dirigentes estudiantiles de las tres universidades. Los pronunciamientos de las tres universidades, en gran medida surgieron de la Declaración de Principios de la Asamblea Estatutaria de la Universidad de Oriente que fue constituida el 24 de agosto de 1959, iniciando sus actividades en octubre de 1959 y aprobados sus estatutos en enero de 1960. La posición del estudiantado de las tres universidades fue la siguiente: “Declaración de Principios de los Estudiantes Universitarios Cubanos” Considerando las necesidades actuales de nuestro pueblo y sus aspiraciones, la nueva Universidad cubana tendrá siempre como principio insoslayable el acercar la Universidad cada vez más al pueblo, brindándole todas las facilida- des posibles al que desee superarse, impidiendo que constituya un obstáculo para dicho fin el trabajo o la falta de recursos del posible estudiante, así como orientar la Universidad hacia aquellas carreras técnicas que más necesita la Revolución y que pondrán fin de una vez para siempre a los males de nuestra Patria. En consecuencia, dispuestos a actuar dentro de la más eficiente coordinación e íntima compenetración, de manera que nuestros aportes a la solución de los 42 / RBC 49 / Dr. C. Luis Oscar Gálvez Taupier problemas universitarios que habrán de afrontarse resulten de un pensamiento común de superación de la Universidad y de una previa unidad de enfoque constituida por la firme adhesión a un mínimo de principios básicos, acorda- mos y proclamamos lo siguiente: PRIMERO: Las Universidades son Instituciones de Estudios Superiores a las que corresponden formar integralmente a sus educandos y contribuir directa- mente a la orientación de la sociedad en que actúan, facilitando su desarrollo progresivo. SEGUNDO: Las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, para los logros cabales de sus finalidades, realizarán todas las funciones que las mis- mas requieran dentro de un régimen nacional de democracia humanista fun- dada en la paz, el orden y la justicia social, como pilares de las libertades fundamentales. En consecuencia practicarán en sus relaciones internas y externas, para el de- sarrollo de su tarea este régimen que proclama esencial. TERCERO: Las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, deberán crear y mantener para alcanzar sus objetivos, los organismos necesarios que la constituyen en un coordinado y completo sistema activo de funciones, con la plena autonomía que le confiere la Constitución y las Leyes vigentes, y sin más limitaciones que la preferente supeditación a esos objetivos a los más altos fines e intereses del Estado cubano, concebido siempre dentro de una concepción humanista, democrática y popular. CUARTO: Las Federaciones Estudiantiles de La Habana, Las Villas y Oriente, ratifican y enuncian como aspectos esenciales de sus elevadas misiones, esta- bleciendo los medios que garanticen los mismos, lo siguiente: a) Mantenerse como genuinos Centros de Docencia Superior y de Investi- gaciones en las diversas ramas del conocimiento con la coparticipación dinámica y creadora de profesores y alumnos. b) Poseer a los efectos citados un personal eficiente que muestre siempre competencia, capacidad y alta calidad humana en sus labores. c) Mantener relaciones y estrecha cooperación con centros superiores de en- señanza e investigaciones nacionales e internacionales, especialmente con Universidades de América Latina. d) Reconocimiento del derecho de todos los hombres y en particular de los cubanos, a recibir los beneficios de la educación universitaria, sin más li- mitaciones que las provenientes intrínsecamente de su preparación y capa- cidad intelectual y de su comportamiento moral y cívico. Con ese fin las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, crearán planes de estu- dios especiales y extensivos y becas hasta el máximo de sus posibilidades económicas de acuerdo con las necesidades del país. La Federación de Estudiantes... / RBC 49 / 43 e) Mantener un orden universitario basado en el debido respeto y conside- ración al libre juicio en el acatamiento disciplinado de las disposiciones que se acuerden, en la más severa autocrítica y en la plena conciencia de responsabilidad revolucionaria. e) Proscribir en la educación universitaria: los planes de estudio integralmen- te rígidos; los programas inflexibles de disciplinas; los programas o puntos de programáticos obsoletos y superados por el estado actual de la materia en cuestión; el texto único en cualquier forma que fuera impreso; la ense- ñanza pasivista y verbalista; la enseñanza denominada libre en cualquiera de las formas que pudiera adoptar; el exceso de horas lectivas y las cargas académicas abrumadoras; la implantación de todo sistema de comproba- ción de estudios basados en examen único, omnicomprensible y omnide- cisivo, o cualquiera otro en que predomine el esfuerzo memorista o en que intervengan factores adversos de azar; la carencia de conexión de materias similares o análogas; la falta de coordinación, a todos los fines procedentes de los profesores del mismo curso de una carrera entre sí y los profesores de los cursos restantes de la carrera en cuestión; toda organización general o particular que permita la graduación de un universitario sin un mínimo de conocimientos básicos acerca de la actualidad histórica, social, política y económica de nuestra Patria. QUINTO: Las Federaciones Estudiantiles de las Universidades de La Haba- na, Las Villas y Oriente, consideran una necesidad urgente la creación de un Consejo de Enseñanza Superior que racionalice y coordine la enseñanza uni- versitaria en nuestra Patria. Este Organismo deberá estar integrado por representaciones de profesores y alumnos de las tres universidades oficiales y por representantes del Ministerio de Educación, del Instituto Nacional de Reforma Agraria y del Ministerio de Economía, ya que de esta coordinación de las universidades y el Estado se obtendría la información más adecuada para la solución de las necesidades nacionales. Las funciones principales de este Organismo serían: a) La planificación de la promoción de los profesionales que necesita nuestra nación. b) La coordinación de los planes de estudio de las tres universidades. c) La racionalización de las carreras universitarias. d) La planificación de las investigaciones científicas que deben realizar las universidades. e) La coordinación del intercambio de profesores y alumnos con universida- des nacionales y extranjeras. 44 / RBC 49 / Dr. C. Luis Oscar Gálvez Taupier Las tres Federaciones de Estudiantes Universitarios de Cuba, hemos queri- do expresar en este documento, nuestro pensamiento de lo que debe ser la filosofía de la nueva Universidad y nuestra posición al lado de los principios que sustenta el Gobierno Revolucionario y en plena identificación con nuestro pueblo. Federación Estudiantil Universitaria de La Habana, Federación Estudiantil Universitaria de Las Villas y Federación Estudiantil Universitaria de Oriente. Esta Declaración de Principios tuvo una importante influencia en los pasos que posteriormente fueron dados en la reforma de las tres universidades y permitió al Gobierno Revolucionario alinear acciones a favor de los programas de la Revolu- ción con el decidido respaldo de las universidades oficiales. Los universitarios cubanos, después de casi seis décadas de trabajo, contri- buyen a materializar los principios del Che y la Reforma que él quería, para la universidad revolucionaria, marchando brazo con brazo con los obreros y los campesinos, defendiendo con el trabajo, el fusil y el respaldo a los proyectos eco- nómicos y sociales de la Revolución. Ahora son protagonistas de las trasformaciones de nuestra sociedad ayer y hoy son los mismos universitarios, solo que ahora les han correspondido nuevas mi- siones y nuevos retos para hacer avanzar nuestra Revolución y hacerla invencible.

Julio de 2018

Bibliografía

Panel “Ernesto Che Guevara. Reforma Universitaria y Revolución. La Universidad y la agenda 2030 de desarrollo sostenible, en el centenario de la Reforma Uni- versitaria de Córdoba”. Ministerio de Educación Superior, febrero de 2018. “Consideraciones de la Federación Estudiantil Universitaria de Oriente sobre la Re- forma Universitaria”. Universidad de Oriente, julio de 1959. Ciclo de Conferencias de Revolución y Universidad. Universidad de Oriente, octubre de 1959. Declaración de Principios de la Asamblea Estatutaria de la Universidad de Oriente. Universidad de Oriente, octubre de 1959. Reglamento de la Asamblea Estatutaria. Universidad de Oriente, octubre de 1959. Proyecto de la Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad de Oriente, julio de 1959. Declaración de Principios de los Estudiantes Universitarios Cubanos. Universidad de Oriente, abril de 1959. Propuesta del Consejo Superior de Universidades. Universidad de Oriente, enero de 1959. Reforma Universitaria en la Universidad de Oriente. Primer Congreso de Jóvenes Latinoamericanos. Universidad de Oriente, julio de 1960. JUAN BOSCH: FIGURA EXTRAORDINARIA DEL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO MSc. Hassan Pérez Casabona Máster en Seguridad y Defensa Nacional; Licenciado en Historia y doctorante en Ciencias Históricas. Profesor Auxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana

Resumen: En el artículo se analiza la trascendencia del pensamiento de Juan Bosch, expresidente dominicano y uno de los intelectuales más relevantes de América Latina y el Caribe durante la centuria anterior. Desde ese punto de vista el autor realiza un examen crítico sobre la forma en que ha sido agrupada su vasta producción intelectual, incluyendo las ediciones de sus Obras Com- pletas tanto en 12 como en 40 tomos. De manera particular, el trabajo −en claro homenaje al 110 aniversario del natalicio del revolucionario−, aborda algunas de las facetas de los vínculos que estableció el quisqueyano con Cuba, tanto a lo largo de los 19 años en que residió en nuestro país como después de 1959. Palabras claves: historia, política, literatura, imperialismo, clases sociales. Abstract: The article analyzes the importance of the thought of Juan Bosch, former Dominican president and one of the most important intellectuals of Latin America and the Caribbean during the previous century. From this point of view, the author makes a critical examination of the way in which his vast intellectual production has been grouped, including the editions of his Com- plete Works in both 12 and 40 volumes. In a particular way, the work, in clear tribute to the 110th anniversary of the revolutionary’s birthday, addresses some of the facets of the links established by the Dominican with Cuba, both during the 19 years he lived in our archipelago and after 1959. Keywords: history, politics, literature, imperialism, social classes.

L 30 de junio de 2019 se conmemorará el 110 aniversario del natalicio de una de las personalidades cimeras de las letras y el pensamiento latinoamericano y caribeño. La vida azarosa de Juan Emilio Bosch Ga- Eviño −su nombre completo−, es digna de una novela o de ser llevada al celuloide.

45 46 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona Hijo del catalán José Bosch Subirats y de la puertorriqueña Ángela Gaviño, vino al mundo en predios de La Vega, en la pequeña comunidad de Río Verde, en la República Dominicana, en 1909. En el desarrollo de su fértil imaginación, sin duda, mucho tuvieron que ver los múltiples recorridos que realizó por las más variadas latitudes. Ese sería un rasgo –el de viajero impenitente–, que lo marcaría, aun sin saberlo, desde que en 1924 se trasladara hacia la capital quisqueyana, como preámbulo de su primer acercamiento, cinco años después, a tierras españolas, venezolanas y de otras islas de las Antillas Menores.1 Al regresar a , en agosto de 1931, encontró que su Patria co- menzaba a ser maniatada por Rafael Leónidas Trujillo, amordazamiento que se prolongaría hasta el 30 de mayo de 1961 en que un comando ajusticiara al dicta- dor. Bosch se mantuvo enhiesto desde entonces contra quien sometió a su pueblo a la más terrible represión.2 Uno de los rasgos que caracterizó la vida de Bosch, sobre todo hasta su elec- ción como presidente, fue la capacidad de simultanear las más variopintas pro- fesiones con su vocación incalificable por la escritura. Mientras permaneció en Cuba, laboró como vendedor de productos farmacéuticos, buscador de anuncios para la prestigiosa revista Bohemia y editor de libros y periódicos. Ganó, además, concursos literarios y participó en la elaboración de la Constitución de 1940. Po- cos conocen, asimismo, que escribió el guión de dos programas para la antigua emisora CMQ: Forjadores de América y Memoria de una dama cubana. Al igual que decenas de creadores, estaba obligado a vender personalmente los libros que publicaba. Una muestra de esa permanente alternancia la tenemos en 1955, cuando publi- có Cuba, la isla fascinante. El intelectual quisqueyano, cuya vida de lucha en aras de la integración latinoamericana es insuficientemente conocida fuera de su país, dio a conocer el texto mientras permanecía en el exilio chileno, uno de los tantos a los que se vio forzado durante la dictadura trujillista. En la nación austral, donde trabó amistad con Salvador Allende −vieron la luz allí igualmente sus libros Judas Iscariote, el calumniado y La muchacha de la Guaira)−, organizó, como vía de manutención, una pequeña fábrica de baterías para automóviles. Durante casi veinte años residió en Cuba, período en el cual estableció vínculos con prácticamente todos los sectores sociales.3 Desde el prisma de organizador de

1 Diómedes Núñez Polanco: “Juan Bosch, un caribeño universal”, en Bosch, Juan: El penta- gonismo sustituto del imperialismo, pp. 151-152. 2 Piero Gleijeses: La Esperanza Desgarrada. La rebelión dominicana de 1965 y la invasión norteamericana, pp. 48-49. 3 Amplía el dominicano sobre esta relación: “En 19 años conocí a Cuba de arriba abajo y a todo lo ancho no solo del país sino también del pueblo en todas sus clases y capas. En Cuba Juan Bosch: figura extraordinaria... / RBC 49 / 47 agrupaciones políticas fundó en La Habana, en 1939, el Partido Revolucionario Do- minicano (PRD), esencialmente concebido para derrocar a Trujillo. Esta organización llegó a contar con varias células en la región, incluyendo Estados Unidos. Fue básica- mente mediante ellas que llevaron adelante la frustrada expedición de Cayo Confites. Bosch fue uno de los principales organizadores de esta. El joven estudiante de Dere- cho Fidel Castro Ruz también intervino en esa empresa.4 Al frente del PRD arrasó en las elecciones –primeras celebradas tras el ajusticia- miento de Trujillo– del 20 de diciembre de 1962. El 25 de septiembre de 1963 un artero golpe de Estado, aupado por la oligarquía nacional, los militares y una parte de la jerarquía eclesiástica, en contubernio con Estados Unidos, le impidió prose- guir facturando las transformaciones emprendidas en beneficio de la población.5 Luego de la asonada y de la ocupación estadounidense en 1965, Bosch interio- rizó con mayor elocuencia que resultaba impostergable ahondar los conocimien- tos políticos del pueblo dominicano. Al meditar en ello decidió emprender una ba- talla, de innegables dimensiones ideológicas, comenzando por su propio partido. Entonces optó por renunciar a su condición de presidente y miembro del PRD. Era el 18 de noviembre de 1973. Treinta y dos jornadas después, exactamente el 15 de diciembre, procreó el nuevo aparato de combate: el Partido de la Liberación

fui amigo muy cercano lo mismo de personas que vivieron en el Palacio Presidencial que de humildes vecinos de lo que allí se llamaban solares; fui amigo tanto de intelectuales de alta reputación, poetas, escritores, periodistas, como de obreros y hasta de un antiguo esclavo que había nacido en África, lo que en Cuba se decía un negro de nación; tanto de científicos, de médicos ilustres, de antropólogos famosos. […] como fui amigo de empleados, señoras de su casa, comerciantes, boticarios, campesinos y jóvenes revolucionarios”. Juan Bosch: De México a Kampuchea, “El país que se fue adelante”, p. 36. 4 “Estando en la isla, un día llegó un grupo de dominicanos y, entre ellos, Juan Bosch. Muy pronto hicimos amistad. Entre tanta gente en el cayo a mí me gustaba conversar con él; de todos los dominicanos que conocí fue el que más me impresionó. Lo recuerdo como un hombre mayor. Cumplí 21 años en el cayo, y pienso que Bosch ya tendría unos 36 o 37 años. Su conversación realmente conmovía, la forma en que se expresaba; parecía un hombre muy sensible. Vivía muy modesto allí, al igual que todos los demás, y creo que sufría lo mismo que la gente. Yo no lo conocía, no sabía que era el escritor, el historiador, el intelectual. Lo vi como un dominicano honorable, de conversación agradable, que decía cosas profundas y sensibles; transmitía todo eso. Se le veía como una persona que sentía los sufrimientos de los demás, estaba sufriendo por el trabajo duro de la gente. Además vivía la emoción, porque era el intelectual, al fin y al cabo, que se incorpora a la acción, llegada la hora de la lucha –un poco como hicieron Martí y otros muchos intelectuales de nuestra propia guerra–. Pudiéramos decir que era allí el hombre de mayor calibre, el más destaca- do. Muchas veces nos íbamos para el extremo de la isla y conversábamos; sus palabras me marcaron mucho. Así nos hicimos amigos. La amistad tiene un mérito por su parte, él ya era una personalidad y yo era un estudiante joven que no significaba nada entre tantos jefes, co- roneles… Yo era un teniente y mandaba un pelotón. Sin embargo, Bosch me trató con mucha deferencia y consideración”. Katiuska Blanco Castiñeira: Fidel Castro Ruz. Guerrillero del Tiempo. Conversaciones con el líder histórico de la Revolución Cubana, pp. 382-383. 5 Víctor Manuel de la Cruz: Juan Bosch: capítulos ocultos del golpe de Estado, pp. 5-7. 48 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona Dominicana (PLD). Lo hizo mediante un evento de parto al que denominó Con- greso Constitutivo Juan Pablo Duarte.6 Con esta maquinaria se enroló en varios procesos electorales, entre 1978 y 1994.7 Los mecanismos de propaganda neoliberales y errores en las tácticas a seguir, en aras de que los mensajes llegaran con toda claridad al electorado, impi- dieron que obtuviera la victoria en las urnas. A lo que se suma que en las de 1990, en la cual todos los observadores foráneos reconocieron al PLD como el partido más votado, le escamotearon el triunfo en una justa a todas luces amañada.8 Pese a tales contratiempos el recio pensador no se retiró a lamentarse, ni se resignó a abandonar las batallas que le correspondían.

Agrupamiento genérico de su obra Su profusa producción literaria no excluyó prácticamente ningún género. Con pasmosa naturalidad se le daban por igual novelas, testimonios, cuentos, ensayos, crónicas, epístolas, comentarios periodísticos, piezas oratorias y líricas, evaluaciones filosóficas, económicas e historiográficas.9 Entre su vasta bibliografía, intentando un agrupamiento temático de su obra,10 descuellan La Mañosa, editada en 1936 y que recibiera amplios elogios de los especialistas por el tratamiento novedoso conque presentó las guerras civiles del siglo xix; Hostos el sembrador, que vio la luz tres años después, donde hace pa- tente la admiración hacia el insigne prócer borinqueño, al que no en balde muchos consideran mentor de Bosch por su influencia en el comportamiento ético y social del quisqueyano. De su admiración y respeto hacia figuras cumbres en el devenir humano, emer- gieron textos como Simón Bolívar, biografía para escolares (1960), Bolívar y la guerra social (1966) o Máximo Gómez: de Monte Cristi a la gloria, tres años de guerra en Cuba, de 1986. En el caso de los libros relacionados con la literatura, hayamos Camino Real (1933); Ocho cuentos (1947); La muchacha de la Guaira (1955); Cuentos de Navidad (1956); Cuentos escritos en el exilio; Apuntes sobre el arte de escribir cuentos y Más cuentos escritos en el exilio, todos ellos dados a conocer en 1962; Cuentos escritos antes del exilio (1974) y Textos culturales y literarios, de 1988. Relacionados con su país se encuentran Indios: apuntes históricos y leyendas (1935); Trujillo: causas de una tiranía sin ejemplo (1959); Crisis de la democra-

6 Víctor Grimaldi: Juan Bosch y García Márquez, p. 110 7 Juan Bosch: La política no es un negocio. A 50 años de la elección presidencial de Juan Bosch y la victoria popular, pp. 37-39 8 Joaquín Gerónimo: En el nombre de Bosch [Traspaso de antorcha], pp. 165-166 9 Hassan Pérez Casabona: Juan Bosch en tres tiempos… Una mirada a su análisis integral y excelencia narrativa. 10 Bruno Rosario Candelier: La narrativa de Juan Bosch. Juan Bosch: figura extraordinaria... / RBC 49 / 49 cia de América Latina en la República Dominicana (1964); Composición social dominicana (1970); La Revolución de abril (1980); La guerra de restauración (1980); Las clases sociales en la República Dominicana (1982); El Partido: con- cepción, organización y desarrollo (1983); La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana y La fortuna de Trujillo (1985); Capitalismo tar- dío en la República Dominicana (1986); Las dictaduras dominicanas (1988); El PLD: un Partido nuevo en América y PLD: colección de estudios sociales, ambos de 1990 y El periódico del Partido y la comunicación de masas, en 1998. Dedicados a escrutar la realidad que lo circunda y a indagar en nuestro pa- sado, empleando herramientas filosóficas, económicas y de las ciencias sociales en general, aparecen Cuba, la isla fascinante; Apuntes para una interpretación de la historia costarricense (1963); El pentagonismo, sustituto del imperialismo (1967); El próximo paso: dictadura con respaldo popular (1969); La revolución haitiana (1970); Breve historia de la oligarquía (1971); Tres conferencias sobre el feudalismo (1971); De México a Kampuchea (1975); El oro y la paz (1975); El Napoleón de las guerrillas (1976); Viaje a las antípodas (1978); Capitalismo, democracia y liberación nacional (1983); El Estado, sus orígenes y desarrollo (1987) y Temas económicos I y Temas económicos II, en 1990. El período de fértil creación ensayística europeo que sobrevino a partir de los finales de la década del 60 –incluye, además, Dictadura con respaldo popular; Composición social dominicana y Breve historia de la oligarquía11− tuvo su cenit con la publicación por Alfaguara, en 1970, del volumen De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe, frontera imperial. Este texto monumental es para la ma- yoría de los expertos su obra maestra. En 1991 presentó Breve historia de los pueblos árabes. En relación con la ac- tividad oratoria, de inestimable valía para penetrar en sus desvelos y concepciones libertarias, en 1998 se compilaron sus Discursos políticos: 1961-1962, tomos I y II. En 1999 apareció Discursos políticos: 1970, tomo III. Es tal la cuantía de su producción que, incluso a la hora de preparar la primera versión de sus Obras Completas, no existió un criterio concluyente entre sus prin- cipales estudiosos con relación al agrupamiento temático. Al final se decidió prepararla en 12 tomos. Los tomos I y II (1989) se dedican a la narrativa; el tomo III (1990) a las biografías, mientras que en los tomos IV, V, VI, VII y VIII, todos ellos publicados en 1991, aparecen los materiales de carácter histórico-social. El IX (1993) y el X se concentran en los textos políticos; el XI en

11 Si bien la mayor parte del tiempo Bosch residió en el levante ibérico, también concibió varios de sus ensayos en otras ciudades como Madrid y París. “El 12 de agosto de 1966 escribí unas palabras que iban a figurar al frente de la tercera edición de La Mañosa, y el 31 de agosto de 1968 le daba fin en Benidorm, España, a la primera versión de Composición social dominicana. Entre las dos fechas había solo dos años, pero en esos dos años todo el conjunto de mis ideas había tomado un rumbo nuevo”. Juan Bosch: Obras Completas en 12 tomos, t. X, p. 7. 50 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona textos políticos e históricos y el XII en cuentos políticos y otros textos literarios. Los tres últimos vieron la luz en el 2007. Uno de los ejemplos de que no existe consenso total entre los investigadores de su obra es que en el tomo I, además de Cuentos escritos antes del exilio y la novela La Mañosa se ubica Indios, Apuntes históricos y leyendas, que bien pudo colocarse en los tomos IV, V, VI, VII, VIII y XI. Otro caso similar lo encontramos con Simón Bolívar. Biografía para escolares incorporado al tomo IV, pero que pudo sumarse al tomo III. En el 2009, luego de un esfuerzo de rastreo en publicaciones periódicas, libros, archivos, diarios, folletos, bibliotecas, universidades, centros de investigación e instituciones de múltiples países (principalmente de República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Costa Rica, Chile, España y Francia) se presentó la edición de sus Obras Completas en 40 tomos. La monumental empresa editorial fue concebida para circular en dos partes: en ese momento vieron la luz 22 tomos, mientras que los 18 restantes se presentaron en el 2012. Este empeño se llevó a cabo en ocasión del centenario de Juan Bosch, y resultó una de las acciones más trascendentes organizadas para rendirle homenaje en su país natal. Da una idea de la magnitud de la conmemoración el hecho que el 2009 fuera declara- do en la República Dominicana “Año del Centenario del Nacimiento de Juan Bosch”. Pese al rigor y alcance del trabajo desplegado, esta es también una propuesta inacabada −algo que reconoce el equipo a cargo− a partir de la magnitud y dis- persión de la obra producida por Bosch a lo largo de 66 años, si se toma como referente para enmarcarla el tiempo entre el relato “El prófugo”, publicado en el Listín Diario del 27 de enero de 1929 y “No seré candidato a la presidencia en 1996”, que apareció el 6 de enero de 1995 en el propio rotativo, el más antiguo en circulación en aquellos predios.12 Una muestra de que queda aún por hacer, algo suscrito igualmente por quienes elaboraron esta edición, es el hecho de que no se pudieron incorporar trabajos, a pesar de ser identificados, como “El Pensamiento de Mao Tse-Tung” −publicado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo el 15 de julio de 1970− o la po- lémica que se produjo entre Bosch y el sacerdote jesuita Láutico García, luego de que este le acusara de ser marxista-leninista. Por fortuna, el investigador Eliades Acosta Matos presentó el 1 de marzo de 2018, su libro Un debate de vida o muerte. Juan Bosch versus Láutico García, en el cual no solo se reproduce la confrontación entre ambas figuras, sino que se analiza el contexto en que se originó esta y la motivación de diferentes sectores, entre ellos la jerarquía eclesiástica por impedir el triunfo de Bosch.13

12 Guillermo Piña-Contreras: “Obras de Juan Bosch: un ideal imposible”, en Listín Diario, 1 de julio de 2012. 13 Hassan Pérez Casabona: “El dedo en la llaga. A propósito de Un debate de vida muerte. Juan Bosch versus Láutico García”. Juan Bosch: figura extraordinaria... / RBC 49 / 51 Con relación a la propuesta de sus Obras Completas también aparecen traba- jos en un tomo que, por su naturaleza, debieran estar incluidos en otro. En defensa de los organizadores del proyecto debemos apuntar que, al menos en dos de los casos en que ello ocurrió, las razones para el cambio fue no disponer a tiempo de esos materiales para ubicarlos en los volúmenes correspondientes ya entregados. Ello hizo que los trasladaran hacia otros cuya temática central no era esa, si bien los trabajos poseían algún nexo con el espacio que en se le reservó en esta opor- tunidad. En esta situación está “La vuelta”, que en vez de formar parte del tomo II dedicado a Narrativa se localiza en el XXXII. Obra periodística, como intento de solucionar el dilema considerando que el mismo apareció el 31 de marzo de 1929 en el Listín Diario. Otro tanto sucede con la alocución radial “Bosch define durante una charla alcances de la palabra independencia”, la cual debió formar parte del tomo XXII, al que pertenecen los “Discursos y charlas radia- les” (1971-1972) y que sin embargo se encuentra en el XXXV, bajo la manta de que vio la luz originalmente en el diario El Caribe. Aunque se trata de una opción válida, la cual garantizó no retardar la salida de esos textos, ella remarca el carácter incompleto del ordenamiento −en estricto apego a los ejes temáticos definidos por los involucrados en esta labor− y abre las puertas a posteriores ediciones. Los textos se agruparon partiendo de dedicar del tomo I al IV (Narrativa), V (Crítica Literaria), VI (Biografías), VIII (Textos Autobiográficos), del IX al XI (Historia Dominicana), del XII al XIV (Historia del Caribe), XV (Tesis Políticas), XVI (Textos Históricos), XVII (Textos Políticos), XVIII (Textos Económicos), del XIX al XXVI (Discursos y Charlas Radiales),14 XXVII (Capacitación política y otros textos), XXVIII (Informes al PLD y otros textos políticos) y del XXIX al XXXIX (Obra Periodística). En el caso específico de su intensa labor en revistas y órganos de prensa cuba- nos, entre ellas: Bohemia, Carteles y La Gaceta del Caribe, los trabajos están en el tomo XXXIV y en una parte del XXXV, debido a que en este último también se incorporan artículos publicados en rotativos de Costa Rica, Venezuela y Repú- blica Dominicana. En los últimos once tomos se incluyen, asimismo, los análisis de Bosch en re- vistas y medios de su país, tarea a la cual le prestó especial importancia durante años. En esa línea están sus colaboraciones con las revistas Política, teoría y acción (XXIX); ¡Ahora! (XXXVI) y con Vanguardia del Pueblo (del XXX al XXXII).15

14 Sobre la oratoria de Bosch resulta de inestimable valor la consulta de “Juan Bosch, un discurso entre la refutación y la emoción” de la Dra. Julieta Haidar. Este trabajo encabeza el tomo XXIV de la edición referida de las Obras Completas del dominicano. 15 Beatriz Adriana Canseco Gómez: “Lucha contra Trujillo en el periodismo de Bosch”. En Juan Bosch: Obras Completas, en 40 tomos, t. XXXIV, pp. XLIV-XLV. 52 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona Es útil destacar el hecho de que Bosch dio a conocer algunos de sus textos más elaborados en los formatos de revistas antes de que estos se convirtieran en libros. El ejemplo más nítido de esa concepción −en la que la prensa se emplea en función del crecimiento político, ideológico y cultural, más allá de asociarla con trabajos meramente divulgativos o con funciones de movilización coyuntural− es que tanto El pentagonismo sustituto del imperialismo, Dictadura con respaldo popular y la versión primigenia de Composición social dominicana aparecieron primero en ¡Ahora! Con respecto a El pentagonismo…, esta edición de las Obras Completas con- tiene como novedad publicar por vez primera en español la versión íntegra de un libro impreso en 12 idiomas, el cual constituye, de paso, el texto más divulgado en el mundo de la autoría de un quisqueyano en cualquier época. El libro brinda una conceptualización original y transgresora sobre el capitalismo monopolista con- temporáneo, en la misma medida que sus argumentaciones continúan generando polémica en los circuitos académicos Lo llamativo es que se incluye el último capítulo del afamado libro, el cual ¡Ahora! sacó a la luz pública en diciembre de 1968 −y que apareció en las tiradas en italiano, francés y portugués de 1969− pero que curiosamente no fue incorpo- rado a las sucesivas ediciones en castellano. El otro suceso que destaca en estas Obras Completas es que La Mañosa −publi- cada originalmente en 1936− se presenta aquí a partir de la edición de 1940 realiza- da en La Habana, y que revisó y corrigió el propio Bosch. Se incorporan además los cuatro manuscritos de las dos versiones de esta novela, lo cual permite efectuar un estudio mucho más abarcador sobre la manera en que la concibió su creador. Bosch y el marxismo El insigne intelectual dominicano no tuvo un contacto precoz con el marxismo, sino que, por el contrario, la asimilación de su instrumental se produjo en su sexta década de vida. Es, desde esa óptica, uno de los ejemplos en que una personalidad se radicaliza en sus análisis con el paso de los años. Si bien desde mucho antes de que se produjera esta incorporación a su arsenal era ya un analista profundo, lo cierto es que desde el instante en que sumó a su pe- culiar forma de sumergirse en el pasado, y escrutar el presente, la enorme riqueza de la teoría marxista se produjo, como mismo él reconoció, una transformación integral en su vida. Al adentrarse en el estudio del pensamiento de los clásicos −y aplicar sus postulados fundamentales de una manera creadora en el examen de la historia y la realidad latinoamericana y caribeña− legó obras de gran valor y vigencia. Desde el principio se enroló en la aventura de contar lo sucedido. Dentro de la amplia gama de estudios sociales que llevó a cabo, la historia ejerce el papel pre- dominante, pues sus reflexiones parten, adoptando formas nada ortodoxas, de la Juan Bosch: figura extraordinaria... / RBC 49 / 53 dimensión pasada de acontecimientos y fenómenos para hallar el esclarecimiento de situaciones contemporáneas que lo inquietan. Llegó, incluso, a teorizar sobre la historia, si bien ese no fue el objetivo central de sus indagaciones.16 Algunos detractores de la obra de Bosch le critican la falta de un andamiaje categorial directamente relacionado con el marxismo, así como otras supuestas fallas a la hora de valerse del arsenal metodológico que se aplica a una investiga- ción. En una mirada retrospectiva de su quehacer, el propio Bosch se encargó de revelar cómo ocurrió dicho proceso de asimilación teórica.17 En verdad Bosch aplicó de manera creativa las enseñanzas que incorporó del marxismo, si bien en algunos textos es perceptible que dicha asunción no era el resultado de un estudio totalmente acabado en la materia. En ese sentido tiene puntos de coincidencia con el prestigioso intelectual guatemalteco Manuel Ga- lich, quien luego de ser derrocado el presidente Jacobo Arbenz realizó una im- presionante labor académica, primero en la entonces Escuela de Historia −y más tarde en la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana−, y en la Casa de las Américas. Con independencia de que Galich, autor de esa obra imprescindible que es Nuestros primero padres, no habría aceptado algún señalamiento sobre déficits en el empleo del instrumental marxista en su obra historiográfica (lo cual pone de manifiesto en primera instancia la manera en que asumió en el plano político dicha concepción, también entrado en años) lo cierto es que, al igual que en el caso de Bosch, los principales aciertos en el empleo de esa metodología está en la forma peculiar en que llevaron sus pilares al trabajo de análisis histórico, y no en el dominio acabado de cada una de las formulaciones propugnadas por los clásicos marxistas.18 Bosch, en otras palabras, se dio a la tarea de rastrear si en algún tramo de la historia quisqueyana existió, con toda exactitud, una burguesía bien definida en todos sus contornos. No la encontró, al menos en el sentido con que ella aparece en otras latitudes. Toda su obra está marcada por la necesidad de explicarse con

16 Pablo A. Maríñez: “En torno a De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe, frontera impe- rial”, en Juan Bosch: Obras Completas en 40 tomos, t. XII, Historia del Caribe, p. XXXVII. 17 Apenas como botón de muestra sobre cómo se produjo ese tránsito, son estas revelaciones. “Fue en París donde compré libros marxistas, una colección de tres tomos de trabajos de Marx y Engels publicados en español por una editorial de La Habana. […] En ellos empecé a estudiar a esos dos padres del socialismo científico llamados Carlos Marx y Federico Engels. Leyéndolos directamente, no a través de intérpretes suyos que a veces dicen tantas tonterías, me di cuenta de que la verdad era la de ellos y yo era el equivocado. […] Lo cierto es que el conocimiento del marxismo me ha convertido en un hombre nuevo; nuevo en ideas, en la concepción de la vida y del mundo, pero también nuevo fisiológicamente porque la renovación de la máquina de pensar que tenemos en la cabeza se refleja en una renovación de todo el cuerpo”. Víctor Grimaldi: Juan Bosch y García Márquez, pp. 112-120. 18 Guerra Vilboy, Sergio: “La independencia es resultado de dramáticos sacrificios humanos”. Entrevista concedida a Hassan Pérez Casabona, en Trabajadores, 4 de febrero de 2018. 54 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona claridad y amplitud lo contemporáneo, desde una interpretación rigurosa y crea- tiva de lo que sucedió antes. En él hay una coherencia total entre pensamiento, acción y forma de vivir.19 Es importante, asimismo, consignar que en alguna medida, al avanzar hacia el manejo teórico y metodológico del marxismo, Bosch, en lugar de continuar ha- ciendo referencia de castas, empezó a hacer énfasis en la existencia de un sistema de división de la sociedad en clases sociales.20 Cuba siempre en su corazón En 1975 nos visitó por primera vez, luego del triunfo revolucionario, en su condición de presidente del PLD. Ese reencuentro lo estremeció.21 Poco tiempo después de su partida meditó sobre los lazos inquebrantables que lo ataban a nuestro país. Acerca de sus vínculos con varios de los más excelsos intelectuales cubanos, dejó constancia en una de sus obras emblemáticas.22 En 1982 asistió al III Congreso de la Uneac, cuya sesión inaugural devino homenaje al 80 cumpleaños de su amigo Nicolás Guillén, quien el 30 de junio de 1943 fuera junto al general del Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo y la escritora española María Zambrano, testigo de su segunda boda, esta vez con la santiaguera Carmen Quidiello, de cuya unión nacieron Patricio y Bárbara. No imaginaba Bosch, sin embargo, que la visita coincidiría con el fallecimiento de otro de sus grandes amigos: Raúl Roa García.

19 Estos y otros asuntos los explicó el destacado profesor de la Universidad Nacional Autó- noma de México (UNAM) en un amplio diálogo que sostuvimos. “Hoy en día interpreto todo su esfuerzo como parte de un trabajo en aras de la decolonialidad. Es una dimensión que debemos estudiar dentro de su pensamiento”. Ver Pablo A. Maríñez: “El Caribe es, ante todo, un sentimiento identitario indestructible”. Entrevista concedida a Hassan Pérez Casabona, en: La Jiribilla, 2 de julio. 20 Prosigue explicando el expresidente dominicano, y uno de los discípulos de Bosch, que: “En oposición a la dictadura del proletariado, que en su tiempo propuso Marx, Bosch ela- boró la tesis de la dictadura con respaldo popular [...]. Para muchos marxistas dominicanos de sus años, el fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con sus ideas, pa- recía, más bien, antimarxista. Pero, en verdad, era todo lo contrario”. Ver Leonel Fernández: “Marx y Bosch”, en Listín Diario, 9 de julio de 2018. 21 Luis Báez: Amigos que ya no están, pp. 274-275. 22 Es evidente que Bosch trabó amistad con diferentes personalidades de la vida política, social y cultural antillana. No en balde señala: “Emilio Roig de Leuchsenring repasó muy gentilmente las páginas sobre la ciudad de La Habana; el Dr. Leví Marrero tuvo la bondad de aprobar la descripción del paisaje de la isla; Ángel I. Augier entregó al autor su biografía inédita de Nicolás Guillén; Fernando Ortiz −quien a la hora de publicarse este libro ignora lo que sobre él se dice en el capítulo “Las altas voces del pueblo”− tuvo a bien hacer ob- servaciones en los capítulos sobre la psicología cubana; el ingeniero industrial Ricardo del Valle ofreció todo su conocimiento sobre el tabaco; don Ramiro Guerra leyó el capítulo sobre el azúcar y le hizo varias correcciones”. Juan Bosch: Cuba, la isla fascinante, en: Obras Completas, t. IV, p. 7. Juan Bosch: figura extraordinaria... / RBC 49 / 55 En agosto de 1985 anduvo por los salones del Palacio de Convenciones en el oeste habanero, junto a decenas de personalidades de la región, acompañando a Fidel en su justísimo reclamo de que la deuda externa de América Latina y el Cari- be había sido pagada con creces por nuestros laboriosos y esquilmados habitantes. El 9 de junio de 1988 numerosas personalidades, y público en general, se congregaron en la Casa de las Américas −institución de la que antes fungió como jurado del Premio Literario y que ha publicado en cinco ocasiones su libro De Cristóbal Colón a Fidel Castro…− para escuchar su conferencia magistral Hos- tos, sembrador antillano. El sábado 11 las emociones llegaron a su cenit con la imposición por el Co- mandante en Jefe de la Orden José Martí, dándole cumplimiento al acuerdo 888 del Consejo de Estado. Cuatro años antes esa misma instancia le otorgó la Orden Félix Varela. El ministro de Cultura, Armando Hart, expresó que la lealtad del doctor Bosch al ideal democrático, su intransigente defensa de los intereses populares y su an- timperialismo arraigado, “lo sitúan como una de esas personalidades que dejan huella para siempre en la historia, como una de esas figuras que es necesario conocer, estudiar y aprender del ejemplo de su vida”. En las palabras de agrade- cimiento, Bosch dio un ejemplo más de su modestia al señalar que “no le he dado nada a Cuba, al contrario, ella me ha dado todo lo que soy”.23 Juan Bosch falleció en su patria el 1 de noviembre de 2001. Su deceso con- mocionó no solo al pueblo dominicano, sino a los sectores progresistas de toda la región. Fidel y Hugo Chávez enviaron sentidas cartas de condolencia a su viuda en las que resaltaron sus aportes al proceso emancipatorio continental. Bosch, sin duda, fue una personalidad extraordinaria que se entregó a la causa en la que creyó. Ello lo llevó a renunciar a su obra como escritor para dedicarse a la formación política e ideológica de su pueblo.24 Al final Juan Bosch está vivo, como sigue estando viva la revolución inconclu- sa que protagonizó, hace ya medio siglo.25

23 Marina Menéndez: “Impuso Fidel a Juan Bosch la Orden Nacional José Martí”, en Juventud Rebelde, domingo 12 de junio de 1988. 24 Con sentida emoción me expresó su hijo Patricio, quien labora desde los años 70 del siglo pasado en la Biblioteca Nacional José Martí, que: “Esta labor la realizó nutriéndose de nuestras mejores tradiciones históricas. De su condición de padre tengo los mejores recuer- dos, con independencia de que tuvimos que separarnos por los azahares de la vida, en su caso directamente relacionados con la tarea revolucionaria a la que se consagró. No tengo dudas de que el pensamiento y ejemplo de Juan Bosch es de gran valor para el presente y futuro de los pueblos de Nuestra América”. Ver “José Martí ejerció una extraordinaria influencia en Juan Bosch”. Entrevista concedida a Hassan Pérez Casabona. Cubadebate, 28 de febrero de 2018. 25 Eliades Acosta Matos, Eliades: 1963: Revolución inconclusa, Fundación Juan Bosch, Co- lección Bosch Vive No. 8, p. 54. 56 / RBC 49 / MSc. Hassan Pérez Casabona Bibliografía

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América Latina y Caribe: seguimos en pie de lucha MÉRICA Latina y el Caribe viven hoy, 28 años después de haberse fun- dado el Foro de Sao Paulo, los efectos de una multifacética ofensiva reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal, fruto de intereses Aconvergentes y de esfuerzos combinados entre las élites mundiales del capitalis- mo transnacional, del gobierno de los Estados Unidos de América como su núcleo hegemónico, y de las clases dominantes aliadas de nuestra región. Esta multifacética ofensiva, ha logrado hacer retroceder a las fuerzas de izquierda y progresistas, mediante el derrocamiento de gobiernos, los golpes parlamentarios y judiciales. La derecha imperial y las oligarquías subordinadas han amplificado para ello los errores y las limitaciones de las fuerzas transformadoras, que sufren reve- ses y a la vez poseen inmensas potencialidades de lucha. Ello explica en un grado fundamental el cambio adverso en la correlación coyuntural de fuerzas imperante. Examinar el carácter y la profundidad de los errores e insuficiencias, corres- ponderá de forma soberana a los partidos políticos y a los movimientos sociales de cada país. El golpe militar y parlamentario contra Zelaya, en Honduras (2009); el golpe parlamentario dado a Lugo, en Paraguay (2012); la derrota electoral del Frente para la Victoria, en Argentina (2015); el impeachment contra Dilma Rousseff en Brasil (2016), mediante un “golpe parlamentario, judicial y mediático”; la victoria de figuras de derecha conservadoras o ultraconservadoras en Chile, Paraguay y Colombia; la condena sin pruebas y prisión de Lula para impedir su candidatura a la presidencia de la República del Brasil; las divisiones ostensibles en el campo popular a la hora de encarar las agendas neoliberales restauradas; la descalificación de la política que en importantes países de la región favorecen los planes de la de- recha, y el fortalecimiento público de figuras y proyectos de raíz fascista en varios países, constituyen, entre otros muchos, indicadores de la ofensiva neoliberal, que las fuerzas de izquierda están desafiada a revertir a favor de los pueblos.

58 Declaración de La Habana XXIV Encuentro... / RBC 49 / 59 La actuación de la derecha guarda relación directa con la naturaleza expansio- nista y depredadora del capitalismo, y con los intereses del capital financiero que lo dominan. Los hechos hablan: entre el último Encuentro del Foro de Sao Paulo (Mana- gua/2017) y este de La Habana (2018), a nivel global se ahondaron los efectos negativos de la concentración de la propiedad, el poder y la riqueza en manos de una élite mundial decidida a imponer, a cualquier precio, mejores condiciones para elevar sus tasas de ganancia. Así lo confirman la destrucción de la naturaleza, con efectos negativos crecien- tes sobre el clima; las tentativas de privatización de los bienes públicos como el agua, la tierra y el petróleo y su uso predatorio por las trasnacionales; las tentati- vas de privatización de los fondos públicos; el ataque a los derechos laborales y sociales; el incremento insultante de la inequidad y la desigualdad; la destrucción de fuerzas productivas mediante la guerra para animar las economías llamadas cen- trales; la multiplicación de los flujos migratorios y del sufrimiento que millones de seres humanos padecen al verse obligados a emigrar, y la ofensiva que desarrollan los intereses transnacionales contra la soberanía nacional de nuestras naciones, a fin de facilitar el libre movimiento de los capitales. Estas realidades, agravadas por el peligroso desempeño de la administración Trump, que busca revertir la tendencia declinante de la hegemonía norteamerica- na, multiplican los riesgos para la paz mundial y el estatus de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. América Latina y el Caribe seguirán siendo prioridad para la política exterior estadounidense, cuyo dominio es de vital importancia en su afán por mantener un insostenible orden mundial unipolar. Los Estados Unidos y sus aliados necesitan consolidar la percepción de que la historia continental entró en una fase regresiva imparable a favor del capitalismo. Aunque la reacción contra los gobiernos progresistas y de izquierda fue inme- diata, debido al descrédito y el debilitamiento extremo de los partidos políticos de derecha utilizados para imponer la reestructuración neoliberal, los inhabilitó como instrumentos capaces de descarrilar las transformaciones sociales impulsa- das, según el caso, por los movimientos políticos del Foro de Sao Paulo. De ahí la necesidad de recurrir a la estrategia desestabilizadora que combina la guerra mediática, jurídica y económica, la injerencia externa y la criminalización del movimiento y la protesta social, entre otros, que sirven a los golpes de nuevo tipo (judicial o parlamentario) o la derrota electoral. Ante esta reacción del imperialismo y las oligarquías locales contra las fuerzas progresistas, rechazamos la idea del “fin de ciclo” con la misma firmeza y convic- ción con que en su momento lo hicimos con la del “fin de la historia”. Las fuerzas progresistas de América Latina seguiremos luchando por horizontes de un mundo basado en la justicia social. La Casa Blanca y sus aliados buscan lograr exactamente lo contrario: dividir, cooptar, desmovilizar y generar desánimo. Es razón suficiente para que imponga- 60 / RBC 49 / Declaración de La Habana XXIV Encuentro... mos con hechos e ideas los verbos de la unidad de la izquierda y el campo popular para organizarse y luchar. Preservar las experiencias de soberanía, de ampliación de la democracia, de gobierno de carácter popular y con proyecciones antimperialistas, impulsadas por partidos de izquierda y progresistas; ofrecer apoyo decidido y estimular los es- fuerzos emancipatorios y los ideales anticapitalistas de los movimientos sociales y populares que así actúan; trabajar con denuedo por consolidar una paz duradera con justicia social e impulsar esfuerzos que permitan avanzar en la integración soberana de la que Martí llamó Nuestra América, se transforman en imperativos políticos y en pruebas de honor para la izquierda continental. Como en 1990, cuando emerge como espacio de concertación y construcción colectiva de la plural izquierda latinoamericana y caribeña, frente a una coyun- tura internacional marcada por la incertidumbre y la desorientación que generó la desaparición de la URSS y el llamado campo socialista, el Foro de Sao Paulo siguiendo su tradición de reflexión crítica y formulación política se ve de nuevo ante el desafío de examinar con mirada crítica el camino andado, reunificar fuer- zas y hacer renovados esfuerzos para seguir construyendo los consensos que exige la ofensiva de la derecha en curso. Los partidos políticos miembros del Foro de Sao Paulo llegan a este XXIV Encuentro con un acumulado político superior, que a su vez se ve multiplicado por la acción articuladora del Foro y con plena conciencia de la imposibilidad del capitalismo depredador para ofrecer alternativas a la humanidad, lo que genera la rebeldía popular y potencialidades para la acción transformadora del progresismo y la izquierda, si esta se reorganiza, actúa al lado de los movimientos sociales, prepara cuadros y mejora sus proyectos de cambio, algunos de clara orientación socialista. Existen suficientes ejemplos en la historia latinoamericana y caribeña que prueban que cuando hay unidad, dirección política decidida y capaz, obje- tivos claros de lucha y moral de combate y arraigo en las clases populares, se multiplican las opciones para contener cualquier ofensiva contrarrevolucionaria, conservadora y restauradora neoliberal, incluso más, para vencerla. Ceder al derrotismo; auspiciar o tolerar los personalismos y sectarismos que emergen y proliferan en épocas de reveses; aceptar o promover la pérdida de con- fianza en la capacidad política de nuestros pueblos explotados, no solo sería hoy una afrenta a los héroes y mártires de las luchas por la emancipación del continen- te, sino una concesión gratuita e innecesaria a los Estados Unidos y sus aliados internacionales y locales. Frente al plan del imperialismo por socavar la soberanía de nuestras naciones y tomar control de sus recursos naturales, opongamos con auténtico espíritu in- ternacionalista latinoamericano y caribeño, con firmeza e innegociable sentido de dignidad, el plan emancipador de nuestros nobles pueblos. Trabajemos por fortalecer las luchas por la justicia y emancipación social, por plena soberanía política e independencia económica, por la soberanía de los Declaración de La Habana XXIV Encuentro... / RBC 49 / 61 pueblos y la paz mundial. ¡Reivindicar las mejores experiencias emancipatorias de los movimientos sociales y populares de la región! En este contexto, los delegados y delegadas e invitados e invitadas al XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, desde La Habana, Cuba, en representación de América Latina y el Caribe, de Asia y África, de Europa y América del Norte: I. Convocamos a fortalecer el movimiento mundial en defensa de la Paz. La realidad impone sumar fuerzas para presionar, por todos los medios posibles. II. Advertimos que los representantes del gran capital transnacional –guberna- mentales y privados, militares y económicos, mediáticos e ideológicos– están operando con niveles de concertación superiores a los que conocemos. Con- cluimos, por tanto, que se impone un ejercicio práctico del internacionalismo mutuo entre todas las fuerzas de izquierda de América Latina y el Caribe, Asia, África, Europa y América del Norte. III. Observamos con preocupación cómo la derecha imperial opera de forma concertada en el Consejo de Seguridad de la ONU; a favor del sionismo en el Medio Oriente; para cercar militarmente a Rusia en Eurasia; para impedir que la República Popular China, en Asia, continúe su avance como potencia económica mundial con propuestas de paz y cooperación; para destruir, en América Latina, los proyectos de justicia social, democráticos y de internacio- nalismo latinoamericano y caribeño que impulsan nuestras fuerzas políticas; y para fragmentar el Caribe mediante distintas fórmulas, incluidas las coloniales como Puerto Rico. IV. Ratificamos la vigencia de las siguientes causas y líneas de actuación reivin- dicadas por el XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo, efectuado en Managua el pasado año: – Convertir la defensa de la CELAC, mayor acontecimiento unitario de los últimos 200 años, en objetivo político prioritario a promover por todos nuestros partidos, movimientos sociales y populares, desde cada escuela, universidad o espacio de creación intelectual. Sembrar la idea integracio- nista en la conciencia de nuestros pueblos, ya de por sí será un avance frente a la política divisionista impulsada por los Estados Unidos y sus aliados. Confiamos en el valor de las ideas justas: aseguremos que ellas sean escuchadas por cada uno de los gobiernos de Nuestra América. – Transformar en objetivo de toda la izquierda y de los sectores patriotas y demócratas de América Latina y el Caribe, la defensa intransigente de los presupuestos de la Proclama de América Latina como Zona de Paz. – Repudiar el militarismo nacido de las entrañas del imperialismo, que ca- rece de límites y de escrúpulos, es una necesidad política, ligada a la sobre- vivencia de nuestros pueblos. Dar forma concreta a este repudio, en cada acción política cotidiana, es una cuestión de principios que ratificamos. – Rechazar de forma enérgica, la idea absurda e inadmisible de que esta re- gión del mundo pertenece a las élites de poder de los Estados Unidos o de 62 / RBC 49 / Declaración de La Habana XXIV Encuentro... cualquier país del mundo. Que cada día sea para la Casa Blanca un recuerdo concreto de lo afirmado por la II Declaración de La Habana: “[...] esta gran humanidad ha dicho ¡basta! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia [...]”. – Concertar en cada espacio internacional que lo permita, por encima de diferencias subalternas de tipo nacional o sectorial, toda acción que de- bilite los niveles de dominación y hegemonía de los Estados Unidos en nuestros países, es esencial y posible. El imperio ha optado por priorizar los componentes de la guerra cultural y de símbolos. Rescatemos, como respuesta ofensiva, las tradiciones de libertad de cada uno de nuestros paí- ses. Honremos a los que las forjaron. Impidamos que la banalidad cultural del Norte que nos desprecia, se imponga sobre la rica historia de los países que representamos. – Conocer con rigor cómo está desarrollando la derecha internacional sus planes de desestabilización, contra las experiencias de gobiernos y popu- lares de carácter emancipatorio en América Latina y el Caribe, constituye una necesidad de primer orden. Ello será más eficaz si creamos un sólido sistema de intercambio de informaciones y experiencias colectivas. El Foro de Sao Paulo puede desempeñar en este campo un papel central, en particu- lar haciendo esfuerzos en la formación política. Al igual que los delegados al XXIII Encuentro de Managua, por entender que se trata de causas vigentes: – Reafirmamos la importancia del acercamiento y la acción concertada en- tre la izquierda de Europa y la de América Latina y el Caribe. Nos com- prometemos en esta nueva etapa a tornar más sistemática y eficaz la acción antimperialista unitaria entre ambas regiones. El PIE y el Foro de Sao Pau- lo están en condiciones de posibilitar este objetivo. – Denunciamos, esta vez con razones adicionales, el papel injerencista de la OEA, que sigue siendo utilizada por el gobierno de los Estados Unidos como su Ministerio de Colonias. La actuación de su secretaría general, marcada por una despreciable supeditación a los intereses de la Casa Blan- ca, así lo prueba todos los días. La OEA, junto al Grupo de Lima, cons- tituyen los Caballos de Troya actuales contra la unidad latinoamericana y caribeña. Hagamos todo lo posible para impedir que continúen su avance destructor. – Condenamos la guerra no convencional y de amplio espectro, aplicada por el imperialismo yanqui y sus aliados europeos, latinoamericanos y caribe- ños contra la Revolución Bolivariana. Esta se ha convertido para la Casa Blanca en el objetivo estratégico inmediato a derrotar. Sea para nosotros, por tanto, el objetivo mayor de solidaridad en estas circunstancias. Como hace un año atrás, en Managua, el Foro de Sao Paulo se mantiene en estado Declaración de La Habana XXIV Encuentro... / RBC 49 / 63 de alerta y en sesión permanente de solidaridad internacionalista contra la intervención internacional hacia Venezuela. – Mantenemos intacta la solidaridad con lo (as) argentinas (os) y brasileñas (os), hondureñas (os) y paraguayas (os) que se resisten a aceptar el retroceso al neoliberalismo en sus respectivos países, luego de experiencias de gobier- no que, por caminos propios, buscaron el crecimiento económico, la mejor redistribución de la riqueza, la garantía de derechos sociales, la ampliación de la participación popular y la democracia, asegurar la soberanía nacional y fortalecer la integración regional en el ámbito de los BRICS, todo para combatir las desigualdades sociales, regionales y de género, el racismo, o que, simplemente, retaron por su política exterior la lógica hegemonista de la política exterior de los Estados Unidos. – Reafirmamos nuestra absoluta convicción de apostar por la paz, en con- cordancia con la Declaración de la CELAC, que en enero de 2014 declaró América Latina como Zona de Paz. Por eso, respaldamos el pedido de las fuerzas políticas y sociales de Colombia para que el gobierno colombiano cumpla con la implementación de los Acuerdos de La Habana, mantenga abierto el proceso de diálogo con el ELN y dé pasos certeros para acabar con el asesinato de excombatientes y líderes sociales, políticos, ambienta- les y defensores de los derechos humanos. Denunciamos las acciones de la ultraderecha nacional e internacional para boicotear la paz. Es evidente que la Casa Blanca, el sionismo internacional y las fuerzas más retrógradas del continente, persisten en lograr que los grupos oligárquicos de Colombia sigan siendo tropa de choque a favor de los intereses transnacionales en América del Sur. Es vital la lucha contra esta estrategia, que ya colocó a uno de los países de la CELAC como miembro de la agresiva OTAN. – Rechazamos de forma enérgica la política intervencionista de los Estados Unidos en los asuntos internos de la Nicaragua sandinista, país en el que se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialis- mo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemóni- cos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista, que boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN desde el gobierno presidido por el Comandante Daniel Ortega y que ha reducido de manera notable la pobreza y la desigualdad social en ese hermano país. – Nos solidarizamos con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Na- cional y con el gobierno del compañero presidente Salvador Sánchez Ce- rén, que enfrentan con energía la guerra mediática, la guerra jurídica, el boicot económico y otras formas de desestabilización, y nos comprome- 64 / RBC 49 / Declaración de La Habana XXIV Encuentro... temos a acompañarlos como observadores internacionales en la elección presidencial del 3 de febrero de 2019. – El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo convoca y alienta a Bolivia y Chile a encontrar, cuidando las sensibilidades de ambos países, una salida al enclaustramiento marítimo boliviano en base al diálogo y el derecho internacional, y que contribuya a una verdadera integración de nuestros pueblos. – Renovamos el rechazo del Foro de Sao Paulo a la política de la Casa Blan- ca, que criminaliza a los emigrantes latinoamericanos y caribeños y, de ma- nera particular, a los hermanos centroamericanos. Un mundo sin fronteras y con ciudadanía universal es el norte de nuestra lucha emancipatoria. – Rechazamos cualquier forma de racismo, intolerancia y discriminación. Impulsamos el ejercicio pleno de los derechos económicos, culturales, so- ciales y políticos de las mujeres, y la eliminación de la cultura patriarcal. – Demandamos la retirada de las fuerzas de la MINUSTAH que, siguiendo un mandato del antidemocrático Consejo de Seguridad de la ONU, mantie- nen ocupado Haití desde hace más de una década. – Condenamos el narcotráfico, el tráfico de personas y el terrorismo, y denun- ciamos la doble moral de un sistema que dice combatir al crimen organizado, mientras protege a sus grandes promotores y principales responsables. De- fendemos el cultivo legal y el uso tradicional benéfico de la hoja de coca. – Proclamamos el acceso al agua como derecho humano y los demás bienes comunes (tierra, aire puro, energía, etc.), luchamos contra la depredación del medio ambiente, la amenaza a la biodiversidad y al ecosistema en general. – Apoyamos las exigencias de los pequeños Estados insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños humanos de la esclavitud y a acceder a recur- sos que permitan su resiliencia frente al cambio climático. – Demandamos el levantamiento incondicional, total y definitivo del blo- queo económico, financiero y comercial del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, y la indemnización al pueblo cubano por los daños y perjui- cios causados por más de medio siglo de agresiones de todo tipo. – Exigimos la devolución al pueblo de Cuba del territorio ocupado por la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo. – Apoyamos el reclamo histórico de Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. – Exigimos la eliminación de todas las bases militares estadounidenses que existen en la región (77 en total, que junto a la IV Flota, cubren todo el es- pacio regional), y de todas las bases militares extranjeras de cualquier país, dondequiera que se encuentren. – Defendemos los derechos y las culturas de los pueblos originarios y afro- descendientes, y asumimos sus luchas para la restitución y ejercicio pleno de sus derechos históricos. Declaración de La Habana XXIV Encuentro... / RBC 49 / 65 – Demandamos la descolonización total del Caribe y apoyamos de manera particular la independencia de Puerto Rico, al conmemorarse el 25 de julio de 2018, ciento veinte años de la invasión militar estadounidense contra esta nación caribeña. Asimismo, nos pronunciamos por la eliminación de toda forma de coloniaje y neocoloniaje. – Respaldamos, en apego a la autodeterminación de los pueblos, la postula- ción del presidente Evo Morales –habilitado constitucionalmente y respalda- do por la Convención Americana– para las elecciones de 2019, y rechazamos los planes desestabilizadores impulsados por la derecha de ese país, la OEA y la embajada de Estados Unidos. – Solidarizamos con el compañero Rafael Correa Delgado, líder popular y progresista de nuestra región. Debido a rupturas del Estado de Derecho y del debido proceso, el compañero Rafael también es víctima de la per- secución política y de la utilización de la justicia como instrumento de venganza y amedrentamiento, lo que rechazamos. La orden de captura internacional que fue emitida en su contra nos indigna y nos revela. – Saludamos el democrático y contundente triunfo en México de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República. El triunfo de Morena, integrante del Foro de Sao Paulo, abre una esperanza para los sue- ños y luchas de los pueblos de Nuestra América. Unidos Haremos Historia. – Exigimos la libertad inmediata de Lula, después de una condena y prisión sin pruebas y el derecho a ser candidato presidencial en las elecciones de octubre en Brasil, respetándose la voluntad de la mayoría del pueblo brasi- lero. ¡Lula Live! ¡Lula Inocente! ¡Lula Presidente! V. Como hace un año atrás, ratificamos que América Latina y el Caribe siguen en pie de lucha. Y mantienen la decisión de actuar con optimismo, decisión y mayor sentido unitario. ¡Hasta la Victoria Siempre! DESARROLLO CULTURAL Y ECONÓMICO: LA SUSTENTABILIDAD DEL MODELO Dra. Tania García Lorenzo Escritora. Investigadora en temas de economía de la cultura y relaciones económicas internacionales

Lo que hace crecer el mundo no es el descubrir cómo está hecho, sino el esfuerzo de cada uno para descubrirlo. José Martí, Obras completas1

L acontecer socio-económico y político de Cuba desde 1959 es el resultado de un largo proceso de luchas contra el colonialismo, el neocolonialismo y la búsqueda de una independencia política y Eeconómica de la nación cubana. La memoria histórica ha dado siempre es- pacio principal al reconocimiento de la identidad y cultura en el balance de todo ese acontecer. Es el resultado también de la impronta que genera su lugar en la geografía hemisférica, estando situada en la frontera sur del país más importante del hemisferio y entre los más importantes del mundo, con muy particular noción de su jurisdicción. Está en el centro de la circunvalación del Caribe, identificándose como caribeña y latina al mismo tiempo. Uno de los debates más urgentes en la cultura cubana actual está relacio- nado con el impacto que tienen las transformaciones del modelo sobre la pro- ducción cultural. Y es un debate de envergadura porque se trata de fomentar, jerarquizar y proteger el valor cultural de la producción y al propio tiempo sustentar y elevar el valor económico que también posee. Y ese valor cultural es fundamental al proyecto, porque de la cultura huma- nista emana la creatividad, la convicción de los derechos a la inclusión, la se- guridad en la diversidad, se acrecienta la noción de ciudadanía y se reconoce en el bienestar. El arte cubano sintetiza, mediante múltiples símbolos, los valores, ideas y emociones que subyacen en esa cultura nacional y pone al descubierto

1 José Martí: Obras Completas, “Cuba. Mujeres. Artículos varios, v. 5, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 190.

66 Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 67 la identidad de la nación, porque emerge desde cada rincón del territorio nacio- nal. Los productos culturales en los que se expresa ese arte, contienen un valor económico que genera ingresos y beneficios económicos para los artistas, su familia y su pueblo. Los objetivos del modelo y sistema económico están erigidos para alcanzar los mayores beneficios para toda la sociedad. Ese es el propósito del pro- yecto social cubano. Partiendo desde el subdesarrollo, han sido 60 años de experimentación, de importantes conflictividades y tensiones, en un contexto internacional tipificado por una gran polarización y, además de rectificar cursos y políticas por múltiples causas internas, ha tenido que responder a crisis recurrentes provocadas desde el exterior. En esos contextos, el desarrollo cultural siempre ha estado entre sus objetivos más priorizados. Esa creación artística genera bienes y servicios que ocupan ya un lugar relevante en el desempeño económico nacional, aunque no ha sido suficiente- mente reconocido. Abordar todas las dimensiones resulta indispensable y para ello es necesario razonar los procesos culturales desde los espacios de crea- ción, incorporando las complejas dinámicas de los procesos de producción, promoción, circulación hasta el consumo. Ya es reconocido ampliamente, que para abordar los desafíos del desarrollo, resulta imprescindible transgredir la noción de crecimiento económico e impulsar la prosperidad integral, desde y para la sociedad, a través de su participación plena en todo el ciclo de reproducción. El planteo ha de ser por una noción humanista del desarrollo, con una concepción del mundo que coloque en el centro al ser humano y su vida en armonía con la naturaleza. A partir de esa concepción del desarrollo y los valores culturales que la acompañan, la economía y la competiti- vidad han de ser transformadas por la innovación y la inventiva para la prosperidad de toda la sociedad. Es necesario reconocer que aunque existe un consenso básico general, no siempre coinciden los criterios acerca de dónde están identificadas las sinergias fundamentales del desarrollo ni cuáles son los indicadores que se asumirán para medir el progreso. Tampoco existe coincidencia plena en cuáles son las vías y medios. Es, evidentemente, un complejo proceso en construcción y formación de consenso permanente, donde deben participar activamente todos los actores sociales. En los documentos rectores de la reforma económica, aprobados en el ve- rano de 2017 por el parlamento cubano, en particular los Lineamientos de la Po- lítica Económica y Social para el período 2016-2021, prioriza el “Fortalecer el papel de la cultura en los nuevos escenarios a partir de continuar fomentando la defensa de la identidad, así como la creación artística y literaria y la ca- pacidad para apreciar el arte: promover la lectura, enriquecer la vida cultural de la población y potenciar el trabajo comunitario, como vías para satisfacer las necesidades espirituales y defender los valores de nuestro socialismo”. Por 68 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo otra parte, se señala “Garantizar la defensa del patrimonio cultural, material e inmaterial de la nación cubana”.2 Existen múltiples ejemplos de cómo el Estado cubano otorga la prioridad requerida al proceso creativo. El sistema nacional instituido para la enseñanza artística, tanto en el nivel medio y superior es un resultado palpable, y también los mecanismos establecidos para la protección del patrimonio cultural. De la misma forma, se aprecia un importante respaldo a través del presupuesto nacional a creadores y proyectos culturales, cuya obra no debiera ser sometida a los avatares del mercado. En los ámbitos de la creación musical existen polí- ticas claramente definidas que establecen subvenciones específicas para lograr que el panorama musical cubano refleje siempre lo mejor y más auténtico.3 En su obra Maestros Ambulantes, Martí dijo: “Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”.4 Una noción cultural del desarrollo ha de encarar las necesidades de la vida, tanto espiritual como material y la cultura es una fuerza productiva directa aportando al bienestar espiritual y también material de la sociedad. La transformación de la economía cubana está llamada a estremecer todos los ámbitos de la cultura y de la producción cultural nacional, y es menester pensar juntos, actores culturales y agentes económicos, para que se haga rea- lidad la percepción de prosperidad que mencionaba Martí. No es lo mismo un territorio donde las identidades colectivas se convierten en sinergias para la elevación de la calidad de la vida, que aquel donde la pobreza ha pasado a ser parte de su resignación y conformidad. En esa dicotomía uno de los factores decisivos es la cultura. En las bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, en el Capítulo II: Principios rectores y ejes temáticos jerarquizados está el punto 7, “propiciar que el potencial científico y creador del país se convierta en una fuerza productiva decisiva para alcanzar la sostenibilidad del desarrollo”. En términos generales, la política cultural cubana está orientada, por una parte, a promover la creación artística y literaria, así como propiciar la partici- pación de los escritores y artistas en el diseño y la práctica de esa política. Para esto se ha articulado un diálogo sistemático con las instituciones y asociacio- nes que, aunque ha tenido resultados, su función es perfectible. Por otra, a

2 Lineamientos 133 y 134. Actualización de los Lineamientos de la Política y Económica del Partido y la Revolución para el Período 2016-2021 aprobados en el VII Congreso del Partido en abril de y por la Asamblea Nacional en julio de 2016, p. 30. 3 Cubadebate, 16 de marzo de 2018. 4 José Martí: Obras Completas, “Nuestra América III”. Maestros Ambulantes, v. 8, Ed. cit., p. 288. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 69 promover la participación de la sociedad en los procesos culturales y su acceso a lo mejor del arte cubano y universal. Sin embargo, eso no parece suficiente. Cada vez se hace más evidente que la política cultural necesita estar acompañada por una política económica de la cultura con un diseño estratégico que respalde el ciclo económico integral e integrado, que va desde la creación hasta el consumo, para lograr la conversión de ese acto creativo en un acontecimiento cultural, que es el momento en que el mensaje es aprehendido por el receptor y, al propio tiempo, se constituye en fuente de ingresos y empleo, para el creador y su familia y para la economía de la sociedad toda. Asumir el potencial de la creación artística como una fuerza productiva directa implica que sea considerada como uno de los medios fundamentales para salir de la situación de crisis en que está la economía nacional sumida recurrentemente, con un permanente y volátil crecimiento económico. De hecho, pudiera tener esa capacidad en igual o mayor medida que otros sectores de la economía. Aunque es un sector sometido a altos riesgos, en algunas expresiones artísticas pudiera tener mayor tasa de rentabilidad porque su valorización está determinada por el valor cultural de la obra y en menor medida por sus estructuras de costos. Reclama niveles importantes de inversión, pero también pudieran ser recupe- rados en menos tiempo que otras ramas de la economía. Un ejemplo es que el hecho de que las artes visuales estén consideradas cielo seguro del mercado monetario y de capitales internacional, evidencia su capacidad para contribuir a la recuperación. No obstante, para lograr muchos de estos desempeños tiene que mostrarse una fuerte voluntad y desplegar políticas públicas proactivas que otorguen nuevos impulsos al proceso de producción que lo respalde. Hoy existe un importante debate en la sociedad cubana alrededor de la re- lación siempre conflictiva entre la creación y el mercado. No es posible eludir la dimensión económica de cualquier proyecto cultural, no solo porque resulta forzoso en el proceso creativo mismo, sino porque sus proyecciones determi- narán el alcance del propio hecho cultural. El producto cultural es un sector económico, pero no es similar al resto de las actividades económicas del país. Su contenido es una obra del espíritu y ha de llegar a la sociedad que lo consume de forma diversa, por todos los medios posibles y respondiendo a las múltiples preferencias. En cualquier caso, una oferta cultural de calidad y rigor para el enriquecimiento espiritual. Y el proceso económico que lo respalde y su ló- gica circular, no debieran condicionar ni supeditar el proceso creativo. Debe respaldarlo y promoverlo. Sin embargo, es un proceso en permanente transformación porque la prác- tica económica de la cultura debe innovar con las dinámicas cambiantes que tienen lugar en la creación, en el ordenamiento del contexto social en que se 70 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo desenvuelve y en las nuevas exigencias del consumo y prácticas culturales. Es un proceso complejo, que genera tensiones, porque involucra tanto a los marcos institucionales como a los paradigmas con que se han diseñado las políticas económicas públicas de la cultura. Ese debate altamente conflictivo, contrapone dos nociones relevantes: la autenticidad frente a la banalidad. No se trata de participar en el mercado na- cional y mundial de bienes y servicios culturales siguiendo patrones construi- dos artificialmente para obtener mayores ganancias, sino ofrecer la diversidad de mensajes que muestran el conjunto cultural diverso y cambiante de toda la sociedad cubana. Entre los principios rectores trazados por el parlamento a la nación se plan- tea “Lograr una dinámica de crecimiento del PIB y mecanismos distributivos y redistributivos que permitan un nivel de desarrollo sostenible y que conduz- can al mejoramiento progresivo del bienestar y la prosperidad de la población, la equidad y la justicia social”.5 Sin embargo, del 2010 al 2016, el rubro Cultura y Deporte en la estructura sectorial del PIB cubano presenta una clara tendencia decreciente y altamente volátil.6

De la misma manera, la participación de la producción cultural y los de- portes en el conjunto del PIB cubano ha ido declinando de manera significa- tiva pasando de un 4,7% a 3,0% en el transcurso de los últimos siete años.7 Los discursos y la promoción nacional y territorial de los procesos culturales,

5 Documentos rectores del proceso de reforma económica cubana. 6 Cálculos de la autora a partir del Anuario Estadístico de Cuba, 2015 y 2016. Capítulo Cuen- tas Nacionales. Tablas 5 y 6, p. 18. Estructura del PIB a precios corrientes. www.onei.cu 7 Ídem. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 71 que se impulsan al amparo de la política cultural, no se ven reflejado en los resultados económicos de la cultura y no se corresponde con la magnitud de la creación cultural. No obstante, es importante destacar que –siempre según informaciones ofi- ciales– el promedio de 3,2% del PIB en el quinquenio 2012-2016 se aproxima a la presencia de otros importantes sectores productivos como el de agricultu- ra, ganadería, silvicultura y pesca, y es superior al sector económico explota- ción de minas y canteras y la propia industria azucarera. También es significa- tivo en el contexto continental.

Siempre, según las fuentes oficiales, la cantidad de grupos profesionales e inte- grantes registrados mantuvo un comportamiento creciente de forma ininterrumpi- da entre 2010 y 2014, produciéndose un punto de inflexión en 2015 y 20168, años en que tuvo lugar una disminución relevante, lo que resulta coherente conque el sector ha perdido peso en el conjunto del empleo estatal del país, pasando del 4,2 al 3,9%. También el salario medio del sector está un 31% por debajo del salario medio para todo el sector estatal del país.9 Coincidiendo con esas tendencias, la

8 www.onei.cu 20 cultura 2016.pdf 9 Ídem. Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Capítulo Empleo y Salarios http://www.onei.cu/aec2016/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf. 72 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo asistencia a actividades artísticas culturales se mantuvo con un comportamiento ascendente hasta que en 2015 y 2016 se produjeron disminuciones significativas. No puede ignorarse que la crisis económica del país resiente la participación, en tanto ciertas dificultades de la vida cotidiana se han acrecentado. Es necesario tener en cuenta que el resultado de la producción cultural se refleja de múltiples formas en la economía cubana. La producción cultural va al PIB y el Estado asigna recursos desde el presupuesto central para la promoción de la cultura y la creación. La cadena productiva genera empleo y, además, los creadores aportan al presupuesto nacional a través del impuesto sobre sus ingresos personales. Por otra parte, las reservas internacionales de la Balanza de Pagos del país seguramente incluyen el valor de mercado de los bienes patrimoniales que atesoran nuestros museos y otros centros encargados de su custodia, en tanto son activos de la nación. La producción cultural cubana, en todas las manifestaciones artísticas, tie- ne evidentes ventajas para inscribirse entre los potenciales fondos exportables del país y contribuir a alcanzar una inserción más efectiva en la economía internacional, especialmente en nuestra región, como aparece destacado entre los principios rectores. Sin embargo, ese aserto no puede ser demostrado por- que las estadísticas disponibles no lo permiten. Según TRADEMAP10 que brinda datos espejos porque no dispone de fuen- tes originales, diez son los sectores de mayor relevancia entre los que destacan el rubro 71 (perlas finas y piedras preciosas) y 49 (productos editoriales). Por supuesto que no son solo esos. Las artes visuales cubanas en general tienen un lugar especial en la creación cubana y dentro de ella, su artesanía por su carácter extensivo en todo el territorio nacional. Tanto la red de galerías (esta- tales y no estatales) como Subasta Habana y FIART dan cuenta de una amplia y diversa producción. La música está llamada a constituirse en una de las principales fuentes de ingresos del país, tanto por la magnitud de su oferta, como por la diversidad de su utilización y consumo. Los estudios realizados al amparo del proyecto ONUDI de conjunto con las autoridades cubanas, dan cuenta de su perspecti- va. Según Alejandro Rivera Rojas, oficial del programa de ONUDI para Amé- rica Latina y el Caribe, “el objetivo principal de este proyecto es fortalecer la capacidad organizacional y la competitividad de la industria musical cubana y su capacidad de exportación”. Y la fuente agrega “De igual manera alegó que el proyecto trasciende el aspecto económico, por cuanto abarca no solo el desarrollo económico sino también el humano en beneficio de la cultura de los

10 Ver Centro de Comercio Internacional (CCI). www.trademap.org datos de Cuba. UNCTAD COMTRADE. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 73 pueblos”.11 También las artes audiovisuales han demostrado ya la capacidad de generar una oferta institucional y alternativa. En la actualidad, la renovación del parque tecnológico es uno de los ma- yores desafíos de la economía de la cultura en Cuba. Por ello, la política eco- nómica de la cultura requiere incluir una corriente de inversión productiva de amplio espectro que abarque la renovación tecnológica del proceso productivo de la creación y de los espacios de realización cultural en todas las manifes- taciones artísticas, incluidos los procesos complementarios para el consumo nacional y para impulsar la exportación de bienes y servicios culturales. Es importante reconocer que son pocos los análisis económicos nacionales e internacionales que sitúan la producción cultural entre las potenciales fuen- tes de los necesarios ingresos frescos. A pesar de los avances que se pueden apreciar en los informes emitidos por organismos multilaterales internaciona- les y regionales como UNESCO, UNCTAD, OMC, SELA, OEA, OEI-SEGIB, MERCOSUR, entre otros, el sistema estadístico internacional aún no reconoce suficientemente a la producción cultural y su cadena productiva entre sus obje- tos de estudio principales. La insuficiente existencia de estadísticas públicas calificadas al respecto en el país, limita hacer los cálculos y análisis depurados para dar mayor seguimiento con el rigor requerido. Cuba no publica la Cuenta Satélite ni la Cartografía Cultu- ral como instrumentos de información y análisis para la sociedad. Las dos Encues- tas Nacionales de Consumo Cultural realizadas no incluyen la información eco- nómica para evaluar inversión y gasto en la cultura por parte de los encuestados. Es necesario destacar que el movimiento creativo del país tiene una fuerte presencia en el sector no estatal, del cual, como se ha señalado, no se disponen estadísticas públicas sectoriales suficientes; sin embargo, la experimentación participante hace pensar que el sector cultural tiene un comportamiento simi- lar o mayor al global del país que alcanza cifras significativas del orden del 30% de la población económicamente activa. El sector no estatal en la cultura reclama políticas, regulaciones económi- cas y marcos jurídicos diferentes del resto de los sectores económicos del país y específicos para responder a la naturaleza del proceso creativo, de los distintos géneros y formas de operar. Comprender y asumir esa heterogeneidad es funda- mental para realizar un diseño de políticas públicas que se corresponda con las necesidades estructurales del sector y con la naturaleza de la creación misma. En cada una de las fases del ciclo de producción cultural cubano y, por ende, en su cadena de valor hay presencia del sector estatal y no estatal, lo que agrega

11 https://cubanosporelmundo.com/2017/05/23/onudi-apuesta-proyecto-impulsar-industria- musica-cubana/ 74 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo complejidad a la labor de los diseñadores de política y la función veladora de los actores sociales porque han de complementarse distintas formas de propie- dad, múltiples intereses y formas de funcionamiento en los mismos procesos productivos. Y es verdaderamente importante el rol del Estado porque las presiones que ejercen los grupos corporativos mundiales de cada expresión artística son de significación. Cuando se estudia la estructura mundial de los mercados de las artes se aprecia una gran concentración. Según Cultural Times12 estamos hablando del 3% del PIB mundial, que genera alrededor de 30 millones de empleos y estimó una producción de 2 250 000 millones en 2013. Al propio tiempo, el Centro de Comercio Internacional calcula en más de 600 mil millo- nes de dólares el movimiento del mercado mundial de bienes creativos donde 22 países concentran el 86% de las exportaciones.13 En esas condiciones, los grandes grupos corporativos se alimentan de las fuerzas creativas de los países que no tienen desarrolladas las industrias culturales y creativas, ni poseen un riguroso sistema de protección intelectual, lo que provoca una baja renta y la pérdida de su patrimonio cultural. Como es reconocido en la vasta bibliografía existente, el desarrollo cultural está en consonancia y depende del desarrollo general de un país. Se subordina al tipo de regulación y a las políticas públicas predominantes y, por tanto, está vinculado con las relaciones de poder que se ejercen desde distintos espacios de realización. Las preguntas predominantes sobre el modelo económico de la producción cultural son las mismas que hoy se hacen al modelo económico na- cional. ¿El espacio vital de las sinergias para el desarrollo está en la exportación y el mercado mundial o en el ámbito territorial y el mercado interno como su espacio natural de validación? Muchos expertos y creadores coinciden en que la promoción de la producción cultural en ambos espacios resulta indispensable y su interrelación inevitable. Según divulga la prensa nacional, la inversión productiva que hoy se im- pulsa a través de programas diversos en distintos territorios del país, permitirá estimular el establecimiento de cadenas productivas internas y, en general, situar el mercado doméstico entre los factores de crecimiento. Solo el incre- mento del mercado turístico y su potencial conversión en locomotora de la economía nacional incrementará la demanda de bienes y servicios culturales, especialmente si se considera que tanto el turismo nacional como el interna- cional desbordarán los hoteles en la búsqueda del conocimiento de la sociedad

12 Cultural Times, 2015. http://www.ey.com/Publication/vwLUAssets/ey-cultural-times- 2015/$FILE/ey-cultural-times-2015.pdf 13 Cálculos de la autora a partir de www.trademap.org. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 75 y ello desafiará las capacidades instaladas para la realización de los procesos culturales. En ese contexto el desarrollo cultural endógeno resulta esencial porque son los espacios de creación –consumo municipal, provincial y luego nacional– los que validan la obra creativa como auténticamente cubana. Establecer los enca- denamientos productivos resulta fundamental para el desarrollo de la produc- ción cultural y para ello tiene una base de sustentación –si se utiliza en toda su capacidad– en el propio sistema institucional de la cultura creado a lo largo de muchos años de dedicación y un sistema de eventos nacionales e internacionales que tiene como función esencial, contribuir de manera efectiva a la promoción de la cultura nacional. En efecto, luego de un largo proceso, se dispone en la actualidad de una red de instituciones culturales en la capital nacional y las provinciales, con ex- tensión, en diversa medida, hacia los municipios. Esa red está compuesta por más de dos mil doscientos teatros, salas-teatros, museos, cines, galerías de arte, bibliotecas, librerías, casas de cultura, centros promotores de la cultura en ge- neral y del arte en particular, entre otras.14 Con especial dedicación al trabajo comunitario, también ocupan un lugar destacado las ONG que poseen una larga experiencia como eficientes operadores culturales; las estructuras formales e informales para las prácticas culturales tradicionales y fiestas populares, que desaparecen en ocasiones y vuelven a emerger; así como el sistema empresarial y su amplia red de tiendas, casas de recreación y espacios de múltiples usos. Hoy se plantean nuevos desafíos. Tomando como indicador de medida la cantidad promedio de habitantes/institución, las cifras demuestran la ne- cesidad de una mayor cantidad y diversidad de oferta de bienes y servicios culturales para el consumo nacional. Fruto de la propia obra cultural de la Revolución, este gran esfuerzo promocional de la cultura, ejercido desde todo el sistema institucional en cumplimiento de la política cultural del país, es insuficiente. Es necesario tener en cuenta el estado de deterioro de algunas de las instalaciones y el atraso técnico en sus dispositivos. Consciente de esto, ya existe un programa de recuperación que avanza acorde a las asignaciones del presupuesto central y territorial. Decía Ernesto Sábato que el genuino viaje del conocimiento no es descubrir nuevas tierras, sino mirarlas “con nuevos ojos”. Mirando la cultura desde la economía, el movimiento creativo existente en el país tiene las condiciones para “perfeccionar y expandir el mercado interno, garantizando los estándares de calidad, creando las condiciones que permitan que la demanda compulse a la producción nacional a dar respuesta al consumo diversificado de las empresas

14 ONEI, Anuario Estadístico de Cuba, Capitulo Cultura años 2015-2016. 76 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo y la población” como reza en los principios rectores del programa a mediano plazo del país. La reforma económica y la aplicación de sus preceptos van acercándose a la producción cultural por distintas vías. Hoy existe una nueva tipología de los productores culturales en Cuba y es resultado de la impronta de esa reforma económica nacional. Según la lógica económica del espacio en que opera, se mantiene y fortalece una institucionalidad estatal operando con diversas moda- lidades y comienza a consolidarse un sector no estatal con propuestas y acciones de interés social. En el espacio no lucrativo opera un sistema institucional estatal presupues- tado, estructurado desde la dirección central del país hasta los municipios que constituye la columna vertebral para la aplicación de la política cultural. Esa estructura tiene una doble subordinación a los gobiernos territoriales y central, lo que permite articular los proyectos culturales de mayor envergadura de la nación. En ese mismo espacio actúan asociaciones y fundaciones de amplio es- pectro, así como proyectos socio-culturales comunitarios fomentados por dona- ciones o asignaciones múltiples, incluidos ingresos propios de los participantes. Bajo la lógica empresarial operan empresas estatales y sociedades mercantiles cubanas que fomentan la producción y comercialización de bienes y servicios cul- turales, empresas estatales de servicios a la cultura y otras igualmente relevantes con contenidos específicos, que promueven y garantizan los resultados económi- cos fundamentales del sector cultural. Al propio tiempo, han emergido proyectos estatales liderados por artistas con regímenes de funcionamiento especiales que han demostrado los resultados virtuosos que se pueden obtener cuando se une el talento gestor de los creadores y la capacidad de fomento del Estado. Se va consolidando en Cuba el autoempleo con perfil cultural. En ocasiones operan de forma conjunta y otros de forma individual. Por otra parte, se han de- sarrollado con fuerza y éxito productoras audiovisuales. Según Darsi Fernández “[...] en los últimos cinco años casi la mitad de los audiovisuales cubanos inscri- tos en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana fue producida de forma autónoma, sin la participación de entidades estatales”.15 También productoras de espectáculos; talleres y galerías de arte liderados por artistas. Algunos de estos proyectos están reconocidos formales y jurídica- mente y otros aceptados. El desarrollo de emprendimientos de la cultura es una realidad innegable en las más diversas manifestaciones artísticas y en los más variados géneros. En encuentros efectuados con creadores-promotores de este tipo de proyectos

15 Darsi Fernandez (abogada y gestora cultural): “Nuevos modelos de gestión cultural en Cuba”, Revista Temas 85-86, enero-junio de 2016. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 77 y procesos culturales, se aprecia una motivación principal: la primera y esen- cial es la de su realización como creadores y promotores culturales, al propio tiempo que se sienten comprometidos con su entorno tales como la comuni- dad, el barrio o el gremio creador al que se siente integrado. La motivación económica está presente tanto para la autosustentación como para disponer de capacidad económica que le permita alimentar y reproducir el proyecto. Llama la atención dos características principales: la primera, es la altísima inseguridad de muchos gestores, provocada por la incertidumbre acerca del sis- tema regulatorio, la ausencia de decisiones en cuanto a la personalidad jurídica con la que pueden representarse a los efectos contractuales y la ambivalencia con que se deciden las políticas de funcionamiento de este sector. La segunda característica es la improvisación en la actuación, en tanto muchos no tienen co- nocimientos suficientes para la administración eficaz y eficiente de los compro- misos que deben establecer para acometer el proceso productivo. La tendencia al establecimiento de alianzas horizontales no está suficientemente consolidada. Ambos desafíos son comprensibles y atendibles con políticas públicas na- cionales y territoriales para su fortalecimiento. En cualquier caso, el escenario territorial es el eje principal y articulador de muchos de esos proyectos, y ello hace necesario fortalecer la economía de la cultura y su papel en el desarrollo de la comunidad. Eso solo es posible llevarlo a cabo con una visión multidimensional e interdisciplinaria de la es- trategia que debe servir de guía. La cultura es un sector de demanda creciente, contrario a lo que sucede con el resto de los consumos de la sociedad. Tiene una propensión creciente al consumo, porque a mayor consumo cultural, más se desea consumir. La economía de la cultura en el territorio es intensiva en trabajo, en tanto resulta imposible la sustitución del trabajo creativo por otros factores productivos, tanto en las presentaciones en vivo como en otras produccio- nes que tienen en la creatividad personal y su singularidad su principal valor cultural y económico. Esa fuerza de trabajo, además, tiene satisfac- tores profesionales y personales diferentes que la mano de obra que opera en otros sectores de la economía. Tiene que ver con la realización personal que emana del reconocimiento social a su obra. En el contexto territorial confluyen distintos actores que deberán producir alianzas estratégicas para cumplir los propósitos que de conjunto ese espacio se proponga, y ese esfuerzo mancomunado tendrá a su vez como reto su inserción en espacios mayores en la región, en la nación y el continente, que a su vez rivaliza por la oferta que emana de otros espacios internos y externos. Corresponde al nivel central del Estado contribuir con su acción a establecer los equilibrios para compensar las necesidades de los territorios que no tienen 78 / RBC 49 / Dra. Tania García Lorenzo fuerza económica suficiente. Cuando se estudia la distribución geográfica de ese gran circuito de instituciones de la cultura que se ha logrado desarrollar se encuentran zonas de silencio que no se corresponden con un proyecto que tie- ne a la equidad como mayor virtud. Tal es el caso de los teatros y salas teatros, o las casas de la trova y galerías de arte.16 La mirada al desarrollo cultural reclama esa integralidad. En resumen, la economía de la cultura en Cuba está presente en la sustenta- ción de los procesos culturales como generadora de riqueza económica desde las artes y como propiciadora de una sociedad culturalmente desarrollada. Ha de ser asumida desde lo político cuando se establecen los principios que rigen las relaciones entre el Estado, el mercado y la sociedad; desde lo económico cuando se determinan las lógicas que regirán el ciclo económico y el patrón de acumulación del sector en consonancia con el del país; en lo cultural cuando identifica los comportamientos éticos y estéticos que se asumen en el proceso creativo, para enfrentar la creación a los requerimientos de la oferta y la de- manda. Hoy es menester enfrentar nuevas preguntas porque hay nuevas maneras de proponer el arte y la cultura; nuevas formas de relaciones entre el creador y el consumidor; nuevos modelos de gestión que confrontan a los modelos de gestión tradicionales y la internacionalización de los procesos por los grandes grupos corporativos; nuevas formas de cooperación y cambios en los soportes que obligan a procesos económicos más dinámicos, flexibles y en red. Hay muchos temas por abordar, entre los que están: la impronta de la cul- tura digital y la desigualdad en el acceso, los grandes debates mundiales entre la homogeneización avasalladora y la diversidad creativa, el dialogo intercul- tural que puede promover el conocimiento recíproco y contribuir a los enten- dimientos. Todos son temas que es necesario abordar al propio tiempo que se siga investigando acerca de la tasa de rendimiento del capital que se invierte en la producción de los bienes y servicios culturales, el patrón de acumula- ción, los requerimientos arancelarios y los espacios de mercado, las cuotas de pantallas para proteger la producción doméstica de nuestros países y las leyes de derecho de autor y los derechos conexos. Para el devenir de Cuba también se cierran etapas y comienzan otras llenas de desafíos, incertidumbres y es- peranzas. La política cultural no puede articularse sin una imprescindible imbrica- ción con: la política educativa, la de información y comunicación social, la

16 Dr. Hamlet López García: Cartografía de las instalaciones culturales. Distribución y co- bertura a la población a nivel de provincia. ICIC Juan Marinello, 2015. Ver Capítulo 20 Cultura, del Anuario Estadístico de Cuba. Ob cit. Desarrollo cultural y económico:... / RBC 49 / 79 política turística, la política industrial y la comercial, la política de propiedad intelectual y la política tecnológica, entre otras. Pueden existir teatros, pero sin las condiciones integrales que se necesitan para cumplir su función no son más que un espacio vacío. La creación artística y literaria de vanguardia de la nación solo se perpetúa en su evolución si se nutre de las raíces y el entorno cul- tural, y para eso es condición indispensable el desarrollo de la cultura de la loca- lidad. La conciencia de las potencialidades que la cultura otorga al desarrollo de la sociedad y su comunidad ha de servir para producir las estrategias integrales que se necesitan para avanzar en los objetivos de bienestar de las sociedades. Y es que el desarrollo como resultado ha de ser armónico e integrado o no es desarrollo.

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Resumen: La construcción del socialismo es un fenómeno nuevo desde el punto de vista histórico que se inició en Rusia con la Revolución de Octubre de 1917. En este proceso hay aspectos no totalmente resueltos tanto en la teoría como en la práctica. Uno de los temas más polémicos es el lugar y el papel de las categorías monetario-mercantiles en la nueva sociedad. El pensamiento de Lenin al respecto y su evolución dialéctica a través de diferentes etapas es un referente principal para su esclarecimiento. Se destaca la definición leninista de Capitalismo de Estado como la vía para alcanzar el socialismo. Las causas de la existencia de la producción mercantil en el socialismo se encuentran en los ámbitos económico, socio-político y cultural, y en la conciencia del pueblo. Palabras clave: mercado, socialismo, Capitalismo de Estado, Lenin. Abstract: The process of building a socialist society is a fairly new phenom- enon from a historical perspective, initiate in Russia with the October Revo- lution of 1917. Inherent to this process, one can find aspects not yet entirely solved nor fully explained, both in theory and in practice. One of the most de- batable subjects thus found, is the role that the monetary-mercantile categories take in the new society. Lenin’s view on this topic and its dialectic evolution throughout time is the main reference for reaching full understanding of such aspect. Lenin’s own definition of State Capitalism is the key concept outlined as the mean to reach socialism. The grounds that explain the presence of mer- cantile production in socialism are to be found within the economic, socio-po- litical and cultural environment, and the conscience of the people. Key words: market, socialism, State Capitalism, Lenin.

A construcción y desarrollo del socialismo en la práctica es un fenó- meno nuevo desde el punto de vista histórico, que se inició en Rusia con la Revolución de Octubre de 1917. A partir de ese momento y a lo Llargo del siglo xx, el socialismo se extendió por Europa, Asia y América Latina,

81 82 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González influyendo decisivamente en el proceso de descolonización del llamado Tercer Mundo y constituyéndose en un factor principal de contención para las preten- siones hegemonistas del imperialismo. Por causas aún no totalmente analizadas y esclarecidas, a fines de la dé- cada de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, ocurrió la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del campo socialista en Europa. Ese cataclismo económico y social se convirtió en un duro golpe para el movimiento revolucionario y comunista mundial; no obstante, no significó el final del socialismo como aspiración de los pueblos de construir una nueva sociedad de plena justicia social y solidaridad entre los hombres y las nacio- nes, con un alto nivel de vida material y espiritual del pueblo, sobre la base de un elevado y eficiente desarrollo científico-técnico de las fuerzas productivas. El reflujo de las ideas socialistas y comunistas que actualmente se observa dará paso, más temprano que tarde, a un nuevo auge del pensamiento revolu- cionario y de su acción práctica. Nuevos países tomarán la senda de las rei- vindicaciones democráticas, populares y del socialismo, para triunfar sobre el capitalismo neoliberal. En este proceso de avances y retrocesos en la construcción del socialismo hay aspectos no totalmente resueltos en la teoría y en la práctica, los cuales requieren de un intenso trabajo creador para su más precisa definición. Entre esos aspectos se incluye el sistema de dirección de la economía socialista, tanto en sus elemen- tos conceptuales como en su aplicación. Uno de los temas más polémicos es el vinculado a la existencia de la producción mercantil en el socialismo, al contenido de las categorías mercantiles, el lugar, papel y funciones de las relaciones mone- tario-mercantiles en la construcción de la nueva sociedad y las relaciones entre la planificación y el mercado como reguladores de la economía socialista. Para el esclarecimiento de estos temas es importante estudiar el pensa- miento de Vladimir Ilich Lenin al respecto en su evolución teórica y práctica.

Los criterios de Lenin El desarrollo del pensamiento de Lenin en cuanto a la economía mercantil y su existencia en el socialismo puede estudiarse en varias etapas. La primera corresponde al período anterior a la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917. En esa etapa, Lenin desarrolló la teoría marxista del valor y del papel del mercado, aplicándola a las condiciones de la Rusia de aquel entonces, y coincide exactamente con Marx y Engels en su concepción sobre la producción mercantil en el socialismo. Ello se pone de manifiesto en las obras económicas de Lenin correspon- dientes a la década de 1890 y el primer lustro del siglo xx. En esos 15 años, Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 83 Lenin dedicó importantes esfuerzos a la profundización de la teoría económi- ca de Marx y en la aplicación de muchos de sus conceptos claves, acorde a las nuevas condiciones históricas de la Rusia zarista. En su trabajo “Acerca de la llamada cuestión de los mercados”, escrito en el otoño de 1893, Lenin expuso su concepto de producción mercantil relacionándolo con el desarrollo de la división social del trabajo: La primera conclusión consiste en que el concepto “mercado” es completa- mente inseparable del concepto “división social del trabajo” de ese, como decía Marx, “fundamento general para toda producción de mercancías” [y, en consecuencia, capitalista, añadimos nosotros]. El “mercado” apa- rece precisamente allí donde aparecen la división social del trabajo y la producción de mercancías. El volumen del mercado esta indisolublemente vinculado al grado de especialización del trabajo social”.1 Al respecto también se manifiesta Lenin en su obra “El desarrollo del capi- talismo en Rusia”, escrita en 1896-1899. En ese período de su pensamiento económico, Lenin aborda su concepción acerca del destino de la economía mercantil en el socialismo. Entre los meses de enero y abril de 1902 se llevó a cabo una intensa labor teórica entre los miembros del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia (POSDR) con el objetivo de redactar el Primer Programa del Partido, el cual fue aprobado en su II Congreso celebrado en 1903. El primer proyecto del programa fue preparado por L. V. Plejanov. A ese proyecto Lenin anotó una serie de observaciones. Entre ellas, en el acápite VI del programa, Plejanov escribió: “[...] solo con sus propios esfuerzos puede la clase obrera sacudirse el yugo de la dependencia económica que pesa sobre sus espaldas y de que para quitarse de encima ese yugo es necesaria la revolución social, es decir, la supresión de las relaciones de producción capitalistas, la expropiación de los explotadores y la transformación de los medios de producción y de circulación de las mercancías en propiedad social”.2 Acerca de este párrafo, Lenin acotó la siguiente observación: “¿Destrucción de las relaciones de producción capitalista? Sustitución de la producción mercantil por la producción socialista”. Y añadió: “hay que aclarar cómo es la producción socialista”.3 De esta manera Lenin expresó que en el socialismo la economía mercan- til desaparecería, aunque no abordó el proceso en que ello sucedería. Lenin

1 V. I. Lenin: Obras Completas, t. 1, Editorial Progreso, Moscú, 1981, p. 99. 2 V. I. Lenin: Ob. cit., t. 6, p. 211. 3 Ídem. 84 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González coincidía con Marx y Engels en cuanto al destino de la economía mercantil en el socialismo y como ellos, concebía que la producción mercantil desa- parecía al suprimirse la propiedad privada sobre los medios de producción. Posteriormente, Lenin profundizó en esta concepción y al enfrentarse a las tareas prácticas de la construcción del socialismo en Rusia, ratificó que la economía mercantil desaparecería, pero precisó que ello ocurriría mediante un período de transición en donde la utilización de las relaciones mercantiles por el proletariado en el poder era requisito indispensable para la destrucción del capitalismo y la construcción del socialismo. Fue después de la Revolución de Octubre cuando Lenin sentó las bases para la teoría de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo, desarrollando creadoramente la economía política marxista. A partir de la toma del poder y hasta mediados de 1918, el Partido Bolche- vique se enfrentó a la tarea práctica inmediata de gobernar a toda Rusia. Esa etapa inicial de estreno del poder soviético en la historia de la humanidad tiene un especial significado. Las realidades concretas de la Rusia de entonces de- terminaron una profundización en el pensamiento económico marxista. Lenin advirtió a tiempo que una vez realizadas las nacionalizaciones de los bancos, los seguros, el correo, los telégrafos, la industria, el comercio exterior y otros importantes medios de producción que hasta entonces habían estado en manos de la burguesía, no se podía continuar atacando al capital “a lo Guardia Rojo”. Era necesario continuar atacando pero de una forma distinta. Había que hacer un aparente repliegue temporal pero que, en realidad, era la única vía para consolidar el poder soviético, destruir las bases del capitalismo y garantizar la construcción del socialismo. Aunque considerada como una táctica provisional, Lenin orientó en esta etapa cambiar el centro de gravedad del trabajo económico y político del proletariado. Con las nacionalizaciones, había surgido un importante sector de propie- dad estatal que demandaba una efectiva administración en bien del pueblo y para consolidar el poder revolucionario. Por primera vez en la historia, un Estado de obreros y campesinos se enfrentó a la tarea de administrar direc- tamente importantes medios de producción. Lenin comprendió enseguida que no era posible llevar a cabo esta nueva responsabilidad eliminando de inmediato las relaciones económicas y sustituyéndolas por estrictos méto- dos administrativos. Era necesario garantizar una buena contabilidad y un adecuado control económico. Relacionado con ello, en su trabajo “Las ta- reas inmediatas del poder soviético”, escrito en abril de 1918, Lenin planteó la consigna general del momento en estos términos: “Lleva con puntualidad y honradez la cuenta del dinero, administra con economía, no seas perezoso, no robes, observa la mayor disciplina en el Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 85 trabajo: estas son precisamente las consignas que, ridiculizadas con razón por el proletariado revolucionario cuando la burguesía encubría con ellas su domi- nio como clase explotadora, se transforma hoy día, después del derrocamiento de la burguesía, en las consignas principales y propias del momento”.4 Para comprender la esencia dialéctica y revolucionaria de la teoría marxis- ta, es muy importante estudiar a fondo la gran capacidad de Lenin para pro- fundizar y desarrollar la teoría a partir de las condiciones históricas concretas. Una muestra de esta visión de Lenin nos la ofrece su comprensión del cambio de orientación en la conducción del trabajo económico una vez tomado el po- der en Rusia por los obreros y campesinos. “Hasta ahora se destacaban en primer plano las medidas encaminadas a la expropiación inmediata de los explotadores. Hoy colocamos en primer plano la organización de la contabilidad y del control en las haciendas y empresas ya expropiadas a los capitalistas y en todas las demás”.5 (5) “El centro de gravedad en la lucha contra la burguesía se desplaza hacia la organización de esta contabilidad y de este control. Únicamente partiendo de esto podremos determinar con acierto las tareas inmediatas de la política económica y financiera en el terreno de la nacionalización de los bancos, del monopolio del comercio exterior, del control del Estado sobre la circulación fiduciaria, del establecimiento de un impuesto sobre los bienes y los ingre- sos aceptables desde el punto de vista del proletario, de la implantación del trabajo obligatorio”.6 Así, de una manera práctica y como un cierto repliegue temporal en la ofensiva contra el capital, se inició en los primeros momentos de la Rusia soviética, la utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la cons- trucción del socialismo. En abril de 1918 el Gobierno soviético aprobó un plan de construcción del socialismo que preveía la utilización de las palancas económicas como el dinero, los bancos, el crédito, las finanzas y otras. La primera etapa del poder soviético corrió desde octubre de 1917 hasta los primeros meses de 1919. Durante ella no se desarrolló un sistema teórico que plasmara de conjunto el plan de construcción del socialismo en Rusia, sino que ese plan de construcción se iba elaborando y cumpliendo mediante una serie de medidas prácticas. En ese período, Lenin abordó en sus artículos y discursos la idea de no eliminar de inmediato las palancas económicas que venían del capitalismo, sino utilizarlas

4 V. I. Lenin: Obras Escogidas (en tres tomos), t. 2. Editorial Progreso, Moscú, 1981, p. 679. 5 V. I. Lenin: Ob. cit., p. 681. 6 V. I. Lenin: Ob. cit., pp. 685-686. 86 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González para aplastar a la burguesía y establecer definitivamente el poder obrero y cam- pesino. Estas ideas de Lenin se reflejan en los actos legislativos y otros documen- tos oficiales del Gobierno soviético, así como en las resoluciones del Partido. Como ejemplo de ello podemos citar un fragmento del Decreto sobre la nacio- nalización de los bancos, dictado por el Gobierno soviético el 14 de diciembre de 1917, en el cual se dice lo siguiente: “Con el interés de organizar correctamente la economía nacional, de erra- dicar la especulación bancaria y de liberar por todos los medios a los obre- ros, campesinos y a toda la población trabajadora de la explotación del capital bancario, y con el objetivo de crear un Banco Popular Unido de la República Rusa que sirva fielmente a los intereses del pueblo y de las cla- ses más pobres, el Comité Ejecutivo Central resuelve: 1) La actividad bancaria se declara monopolio estatal”.7 En esta disposición está presente la concepción de que para eliminar el poder financiero de la burguesía representado en las instituciones bancarias, con el cual explotaba al pueblo, la solución no podía ser la supresión de esas institu- ciones, sino la nacionalización de los bancos, pasando de manos de la burguesía a manos del Estado proletario, el cual no disolvía los bancos, sino asumía su dirección para combatir a la burguesía en el terreno financiero y garantizar la construcción del socialismo. Aquí está implícita la idea de que los instrumentos y categorías económicas del capitalismo cambian de contenido bajo la dirección del Estado proletario, el cual usa las formas de esas instituciones y categorías pero con objetivos totalmente diferentes a los que perseguía la burguesía. Esas y otras ideas que se elaboraban por el Partido y el Estado con vista a ejecutar un plan de construcción del socialismo en Rusia fueron brutalmente interrumpidas por la agresión extranjera, que comenzó a gestarse en los pri- meros meses de 1918 y se desencadenó a principios de 1919. La guerra civil y la agresión extranjera impusieron al país condiciones extraor- dinarias para su supervivencia. Desde los inicios de 1919 y hasta mediados de 1921 el Estado soviético no utilizó las relaciones monetario-mercantiles en la práctica de la dirección económica. Aunque la economía continuaba bajo una atención primordial por parte del Partido y del Gobierno, su objetivo era el abastecimiento material para el frente de combate. En esta etapa, que se conoce como el período del “comunismo de guerra”, no se produjeron avances en la utilización de las relaciones mercantiles ni en el desarrollo de sus corres- pondientes aspectos teóricos.

7 Acuerdos del Partido y del Gobierno sobre cuestiones económicas (1917-1967), t. I. Edito- rial de Literatura Política, Moscú, 1967, p. 28 (texto en ruso). Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 87 El período del “comunismo de guerra” se extendió desde principios de 1919 hasta marzo de 1921. Durante estos meses se desarrolló la guerra civil en Rusia, donde guardias blancos e interventores extranjeros trataron de ahogar en su cuna a la Revolución Socialista de Octubre. La situación militar de la República de los soviets era muy peligrosa para su existencia y el Partido y el Gobierno sovié- ticos tomaron medidas extraordinarias para salvar a la Revolución. Mantener la capacidad combativa del Ejército Rojo y la economía militar era la tarea principal del momento y lo único que podía salvar al poder obrero y campesino. En aras de lograrlo, se tomaron medidas especiales en la direc- ción de la economía. Se eliminó la circulación monetaria en las relaciones económicas entre la ciudad y el campo, sustituyéndose por medidas admi- nistrativas. La lucha de los kulaks contra el poder soviético y su propaganda contrarrevolucionaria entre los campesinos pobres y medios, agudizó la lucha de clases en el campo y amenazó con debilitar la alianza obrero-campesina, que constituye la principal base social de la Revolución socialista. En estas condiciones se implantó la entrega forzosa al Estado del pluspro- ducto agrícola en físico. Se eliminó el mercado, sustituyéndolo por la recogi- da obligatoria de trigo y otros alimentos para el ejército y los obreros de las ciudades. Estas medidas necesarias, prácticamente eliminaron de momento las relaciones monetario-mercantiles en la economía soviética. La producción industrial también estaba dedicada, en lo fundamental, al ejército, tanto en el combustible y los metales, como en el tejido y otros productos. Aquí también se eliminaron las relaciones de compraventa y la circulación de mercancías. Para explicar la justeza de estas medidas y su aplicación en la economía, se desplegó un intenso trabajo político y organizativo entre las masas. El pueblo entendió los objetivos que se perseguían y apoyó con heroísmo y abnegación la política económica del Partido y el Estado soviéticos. La condición decisiva para esta elevación de la producción y la productivi- dad era la elevada conciencia política de las grandes masas trabajadoras, sus iniciativas y el entusiasmo en el trabajo. Solamente, de esta manera, era posible abastecer de todo lo necesario al Ejército Rojo y vencer a los guardias blancos y los interventores extranjeros en las extraordinariamente difíciles condiciones de la guerra civil. Pero estas medidas en la dirección de la economía soviética, que elimina- ron las relaciones monetario-mercantiles e instauraron la más severa centra- lización administrativa en la industria, la agricultura, el transporte y demás sectores económicos, solo podían elevar la producción y la productividad en un período de extrema gravedad para la Revolución. Estas medidas solo tienen resultado y ganan el apoyo de las masas cuando el poder obrero está amenazado de muerte ante la ofensiva de los explotadores. Debido a ello, la eliminación de 88 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González las relaciones mercantiles en la construcción del socialismo puede tener lugar solamente de manera provisional y en períodos extraordinarios. En condiciones relativamente normales, sin guerra y sin peligros extremos para la Revolución, no pueden aplicarse exclusivos métodos administrativos ni eliminarse la utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la tran- sición socialista. Las medidas prácticas extraordinarias que fue necesario tomar en el cam- po de la dirección económica para rechazar la intervención extranjera fueron interpretadas por algunos teóricos como la política que debía aplicarse en la construcción del socialismo. Estas medidas prácticas provisionales se consi- deraban por ellos como decisiones definitivas y a partir de aquí se trató de ela- borar una teoría general de la construcción socialista, que sirviera para todas las etapas del ulterior desarrollo social. Durante ese período se divulgó la idea de que al socialismo le era ajeno la economía mercantil y sus categorías económicas. Se partía del criterio de que las relaciones monetario-mercantiles estaban identificadas con el capitalismo y, por tanto, eran un obstáculo que había que eliminar para construir el socia- lismo. En esas condiciones, surgieron una serie de intentos cuyo objetivo era eli- minar el dinero y sus funciones económicas. En la segunda mitad de 1920 se discutieron en la prensa y en algunas instituciones económicas las vías para sustituir el dinero en las relaciones económicas socialistas. En esas discusiones pueden distinguirse tres direcciones principales que pretendían sustituir el dinero y sus funciones: registro natural directo, en uni- dades físicas, de los gastos de producción; registro en unidades energéticas de trabajo; registro directo en unidades de tiempo de trabajo puro. Durante el “comunismo de guerra” se pretendió justificar teóricamente que la economía socialista eliminaba las relaciones monetario-mercantiles y es- tablecía las relaciones naturales de intercambio directo de productos, sin la mediación del dinero. Es decir, la economía socialista era considerada una economía natural, sin relaciones mercantiles. En realidad, ninguna de esas concepciones fue puesta en práctica y el Pro- grama del Partido, aprobado en el VIII Congreso, en marzo de 1919, no plan- teó la eliminación del dinero de forma inmediata, sino la necesidad de crear condiciones para su eliminación futura. Las concepciones definitivas del Partido en esa etapa pueden apreciarse en los fragmentos siguientes del Programa aprobado en el VIII Congreso: “Al aspirar a la igualdad en la remuneración por todo tipo de trabajo y al comunismo completo, el Poder soviético no puede plantearse como ta- rea la inmediata realización de esta igualdad en los momentos actuales Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 89 en que meramente da los primeros pasos hacia el tránsito del capitalismo al comunismo. Por eso es necesario mantener por cierto tiempo una re- muneración más alta para los especialistas, para que ellos puedan trabajar mejor y no peor que antes. Para lograr ese objetivo no se puede renunciar al sistema de premios por el trabajo más exitoso y específicamente, el más organizativo”.8 “En la esfera de la distribución, la tarea del Poder soviético en la actuali- dad consiste en continuar incesantemente la sustitución del comercio por la distribución de productos de forma planificada y organizada a nivel de todo el Estado”.9 En este texto se manifiestan las distintas ideas que sobre la dirección eco- nómica se debatieron en el VIII Congreso. En el primer párrafo se reconoce que no es posible implantar de inmediato la igualdad de salario y de consumo y se define que esta igualdad se logrará en el comunismo total, y que en el pe- ríodo de transición del capitalismo al comunismo hay que estimular material- mente a los especialistas de alto nivel técnico, o sea, que no puede implantarse la igualdad absoluta en la esfera del salario y del consumo. Sin embargo, en el segundo párrafo se plantea que una de las tareas inme- diatas del poder soviético consiste en sustituir el comercio por la distribución planificada de los productos a escala de todo el país. Aquí está presente la idea, superada más tarde, de contraponer el plan al mercado, a la ley del valor y a otras categorías mercantiles. En definitiva, el congreso se manifestó resueltamente por no eliminar de inmediato el dinero y la circulación monetaria. Terminada la guerra civil con la victoria del poder soviético sobre los inter- ventores extranjeros y la contrarrevolución interna, la situación del país cam- bió radicalmente. Las condiciones del peligro militar para la Revolución, que determinaron la adopción de la política del “comunismo de guerra”, habían desaparecido en lo fundamental. En las nuevas condiciones, los principios del “comunismo de guerra” te- nían que ser cambiados. Un momento importante en la comprensión del papel de las relaciones mo- netario-mercantiles en la construcción del socialismo fue el paso del período del “comunismo de guerra” a la Nueva Política Económica (NEP). Este cam- bio en el método de dirección de la economía soviética fue concebido y dirigido por Lenin y en él se refleja la profundización del pensamiento marxista sobre la producción mercantil en las condiciones de la construcción del socialismo.

8 Ídem, p. 37. 9 Ídem. 90 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González Este cambio propuesto, cuya aplicación dio lugar a la Nueva Política Eco- nómica, restableció los principios de la construcción del socialismo en el pe- ríodo relativamente normal de desarrollo de la República Soviética y constitu- yó un importante aporte a la teoría marxista de la economía socialista. Lenin demostró que el “comunismo de guerra” constituía una medida provi- sional impuesta por las condiciones particulares de la guerra civil que se desató en Rusia, y no el método necesario e inevitable para todos los países que construyen la nueva sociedad. El método permanente y que se repetiría como una necesidad en todos los países era el que reflejaba la NEP, la cual constituía la continuación, en las nuevas condiciones, del acertado plan de construcción socialista aprobado por el Gobierno soviético en abril de 1918 y que contemplaba la utilización de las palancas económicas, el mercado, los bancos y el dinero para la construcción del socialismo. El “comunismo de guerra” fue un paréntesis eventual en el camino inevitable de la utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la construc- ción del socialismo. Lenin comprendió que con la terminación de la guerra era necesario modi- ficar los métodos de dirección e introducir, junto a los administrativos, nuevos métodos económicos. La NEP fue discutida y aprobada por mayoría en el X Congreso del Parti- do, en marzo de 1921, y se reafirmó en la X Conferencia del Partido de toda Rusia, en mayo del mismo año. En la conferencia se discutió el trabajo de Lenin “Sobre el impuesto en especie”. La esencia del cambio en los métodos de dirección económica del “comu- nismo de guerra” a los de la Nueva Política Económica consistía en sustituir el acopio forzoso de los productos agrícolas por el impuesto en especie. Aunque las categorías económicas no se extendieran de inmediato al resto de los secto- res productivos, la implantación del impuesto en especie contenía un aspecto económico de profunda significación posterior. La aplicación de la nueva política económica era, en su esencia, una cues- tión política, pues el impuesto en especie conduciría al fortalecimiento de la alianza obrero-campesina y las relaciones de estas dos clases determinaba el destino de la revolución socialista en Rusia. La tarea consistía en movilizar a la masa campesina hacia el socialismo empleando los métodos económicos más conocidos por ella. Lenin aclaró que la NEP no conduciría a debilitar las bases del socialismo, sino por el contrario, mientras el poder político estuviera en manos del prole- tariado, la NEP sumaba a este poder político, el poder económico. La esencia del cambio consistía en que el campesino tenía que pagar de su producción un impuesto en especie al Estado. Lo que le quedaba por encima de este impuesto, podía usarlo en el aumento de su economía, en el consumo personal o en el Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 91 intercambio por productos industriales y artesanales en los marcos del mercado local. De hecho, se estimuló la circulación de mercancías y el uso del dinero en ese intercambio mercantil. Lenin comprendió la necesidad de las relaciones mercantiles entre la ciu- dad y el campo para el desarrollo de la construcción del socialismo y concibió una ampliación de las formas económicas de esas relaciones. En su ya mencionado artículo “Sobre el impuesto en especie”, de abril de 1921, planteó: “Una política acertada del proletariado, que ejerce su dictadura en un país de pequeños campesinos, es el intercambio del trigo por los artículos in- dustriales necesarios al campesino. Únicamente tal política de abasteci- miento responde a las tareas del proletariado; solo esta política es capaz de consolidar las bases del socialismo y llevarlo a la victoria completa. El impuesto en especie representa la transición hacia ella”.10 Las concepciones teóricas sobre las cuales se formuló y aplicó la NEP no abarcaban todas las posibilidades del empleo de las relaciones monetario-mer- cantiles en la construcción del socialismo; pero sentaban las bases para ello. La necesidad de la NEP se explicaba a partir de las distintas formas de propiedad sobre los medios de producción en el período de transición del ca- pitalismo al socialismo. El “comunismo de guerra” había avanzado demasiado hacia las formas comunistas de distribución y era necesario un “repliegue” para asegurar que la masa de campesinos pobres y medios continuara com- prendiendo y apoyando la Revolución. Se concebía la NEP fundamentalmente como un intercambio de productos y un desarrollo del mercado y el comercio solo en el ámbito local. Poco a poco las palancas económicas fueron abarcando una escala mayor en el mercado y las relaciones monetarias y financieras comenzaron a desempeñar un papel más activo en la dirección de la economía soviética. Rusia era un país con una enorme masa de pequeños productores e, inclu- so, una economía patriarcal bastante generalizada. La guerra había destruido en gran parte la economía, con lo cual la restauración de la gran industria sufrió un gran retraso y la ruina del pequeño productor se agravó aun más. En estas condiciones era imprescindible aplazar el desarrollo de la gran industria y el único camino que podía iniciar la recuperación de la economía nacional era el resurgimiento de la pequeña producción campesina y de la pequeña industria. La miseria y la devastación eran tales que no se podían restablecer de golpe la gran producción fabril y la producción estatal socia- lista.

10 V. I. Lenin: Obras Escogidas (en tres tomos), t. 3. Editorial Progreso, Moscú, 1981, p. 616. 92 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González En las condiciones de Rusia, con un gran peso de pequeña economía cam- pesina, Lenin planteó que la libertad de comercio generaría el capitalismo, pero que ello no era inevitablemente fatal para el socialismo. Era necesario que el Estado soviético fuera capaz de movilizar a la pequeña producción mer- cantil y encauzarla hacia el socialismo. El camino hacia el socialismo pasaba por el capitalismo de Estado. Lenin concibió cuatro formas principales de capitalismo de Estado en la Ru- sia de entonces: las concesiones a los capitalistas extranjeros; la cooperación (cooperativas de créditos y de consumo, tanto agrícolas como comerciales); el comerciante privado; y el arriendo por el Estado al capitalista industrial. La política económica planteada por Lenin concebía la movilización de estas fuerzas por la única vía que dichas fuerzas entienden: el intercambio y la libertad de comercio. Con ello, Lenin fundamentó la utilización de las rela- ciones mercantiles en el período de transición del capitalismo al socialismo. Dada las circunstancias de aquel momento, esa utilización se limitaba a las relaciones con la pequeña producción mercantil y la causa de su existencia se veía en la presencia simultánea de diferentes tipos de economía social en el período de transición al socialismo. El intercambio de mercancías se continuaba considerando únicamente capi- talista. Su empleo se concebía como una necesidad impuesta por un tipo de eco- nomía ajeno al socialismo: la pequeña producción mercantil y el capitalismo. En la obra de Lenin “Sobre el impuesto en especie” se expresa claramente toda esta concepción de aquel momento acerca del empleo de las relaciones mercantiles por el Estado socialista. “El desarrollo de la pequeña hacienda es un desarrollo pequeño burgués, un desarrollo capitalista, ya que existe el intercambio; esta es una verdad indiscutible, una verdad elemental de la Economía Política [...]”. “¿Qué política puede, pues, realizar el proletariado socialista ante semejan- te realidad económica? [...]”. “[...] o bien intentar prohibir, impedir por completo todo desarrollo del inter- cambio privado, no estatal, es decir el comercio, esto es, el capitalismo, in- evitable con la existencia de millones de pequeños productores. Esta política sería absurda y suicida para el partido que tratara de ponerla en práctica [...]”. “[...] O bien (la única política posible y la única prudente) no tratar de prohibir o impedir el desarrollo del capitalismo, sino tratar de meterlo en el cauce del capitalismo de Estado [...]”. “¿Es posible la combinación, la unión, la compatibilidad del Estado sovié- tico, de la dictadura del proletariado con el capitalismo de Estado?” “Claro que es posible [...]”. Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 93 “Todo el problema –tanto en teoría como en la práctica– consiste en en- contrar los métodos acertados de cómo se debe llevar precisamente el in- evitable (hasta cierto grado y por un plazo determinado) desarrollo del ca- pitalismo al cauce del capitalismo de Estado, en qué condiciones hacerlo y cómo asegurar, en un futuro próximo, la transformación del capitalismo de Estado en socialismo”.11 “Hay que desarrollar por todos los medios y a toda costa el intercambio, sin temor al capitalismo, puesto que lo hemos metido en un marco bastante estrecho (por la expropiación de los terratenientes y de la burguesía en la economía, por el poder de los obreros y campesinos en política), bastante “moderado”. Tal es la idea fundamental del impuesto en especie, tal es su significación económica”.12 “Esto podrá parecer una paradoja: ¿el capitalismo privado en el papel de auxiliar del socialismo?” “Pero no es ninguna paradoja, sino un hecho de carácter económico abso- lutamente incontrovertible”.13 A fines de 1921 y hasta su muerte, ocurrida el 22 de enero de 1924, Lenin continuó profundizando en la teoría económica del socialismo. De ese último período de su vida son los aportes principales que sientan las bases para el de- sarrollo posterior de las concepciones acerca de la utilización de las relaciones monetario-mercantiles no solo en el período de transición, sino, en la propia economía socialista. Ya en octubre de 1921, Lenin comprendió que los criterios que habían sustentado la aplicación de la NEP habían sido superados en la práctica. Con la NEP se pensaba desarrollar, en el ámbito local, el intercambio de produc- tos entre el campesinado y el proletariado. En realidad, la libertad de dicho intercambio condujo al comercio mediante el dinero, cuya esfera de influencia desbordó el marco local y trascendió a la economía nacional. Ante estos hechos, Lenin llegó a la conclusión de que lo correcto no era tratar de llevar el mercado hacia atrás, hacia el intercambio de productos tal y como se había concebido antes, sino continuar desarrollando el mercado y la circulación monetaria. En esta alternativa, el Estado debía desempeñar un pa- pel activo y conducir dicho mercado y dicha circulación monetaria por cauces que condujeran a la construcción del socialismo, a través de la acumulación para el resurgimiento de la gran industria.

11 V. I. Lenin: Ob. cit., t. 3, pp. 617-618. 12 Ídem, p. 625. 13 Ídem, p. 627. 94 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González Esa idea del desarrollo de la NEP la planteó Lenin en octubre de 1921, al intervenir en la VI Conferencia del Partido en la provincia de Moscú. En esa ocasión explicó: “Proyectábamos realizar en todo el país un intercambio, más o menos so- cialista, de artículos industriales por productos del agro, y gracias a este intercambio restablecer la gran industria como fundamento de la organiza- ción socialista. Pero, ¿qué ocurrió? Ustedes saben perfectamente, a través de los hechos y también de nuestra prensa, que el intercambio de mercan- cías fracasó y tomó la forma de compra-venta”. “[...] Debemos admitir que el retroceso no fue suficiente, que es indispen- sable retroceder un poco más aún, dar otro paso atrás en la transición del capitalismo de Estado al control estatal de la compra-venta y la circulación monetaria. El intercambio de mercancías fracasó; el mercado resultó ser más fuerte que nosotros, y en lugar del intercambio de mercancías, se ope- ró la simple compra y venta: el comercio”. “Debemos ajustarnos a ella, porque de lo contrario la fuerza espontánea de la compra y la venta, de la circulación monetaria, nos arrollará”.14 En esos momentos Lenin continuaba considerando la utilización de las relaciones monetario-mercantiles en la revolución socialista solamente como una necesidad impuesta por los vestigios de un régimen social ajeno al socia- lismo. El empleo de las relaciones mercantiles era considerado como un paso atrás en la edificación de una economía socialista, que hasta entonces se había concebido alcanzar de forma inmediata y diferente, prescindiendo de la utili- zación de las relaciones mercantiles. Lenin planteó que en las condiciones de Rusia, con una enorme masa de pequeños productores, la construcción del socialismo se llevaría a cabo dando un rodeo, por la vía más larga, y no directamente. Haber descubierto la nece- sidad de este rodeo para lograr la edificación socialista es un mérito de Lenin. Con esa idea, se enriqueció el marxismo y su teoría económica del socialismo. Hoy se puede asegurar que lo que entonces se consideraba un rodeo es, en realidad, el único camino posible para construir el socialismo. En su artículo “La importancia del oro, ahora y después de la victoria total del socialismo”, escrito en noviembre de 1921, Lenin planteó: “[...] Pienso que cuando triunfemos en escala mundial construiremos min- gitorios públicos de oro en las calles de algunas de las más importantes ciudades del orbe”. “Por el momento es necesario economizar el oro en la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética de Rusia. –N. A.–), venderlo más caro, ad- quirir con él mercancías a precios más bajos”.15

14 V. I. Lenin: Obras Completas, t. 33. Editora Política, La Habana, 1964, p. 83. 15 Ídem, pp. 98-99. Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 95 La comprensión de Lenin acerca de que la construcción de la economía socialista en la URSS era un fenómeno totalmente nuevo y que había que estar preparado para aplicar las formas más variadas de dirección, aún no previstas anteriormente, lo demuestra el siguiente párrafo de su obra ya mencionada: “[...] Todas las formas económicas de transición son admisibles, y es preci- so saber emplearlas, puesto que son necesarias para fortalecer los vínculos entre los campesinos y el proletariado, para reanimar enseguida la econo- mía en un país agotado y arruinado, para elevar el nivel de la industria”.16 A fines del propio año 1921, Lenin comenzó a vincular el uso de las relaciones mercantiles con las características del sector socialista de la eco- nomía, planteando que uno y otro no se contraponen antagónicamente. En carta a G. M. Krzhizhanovski, en diciembre de 1921, Lenin escribió: “[...] la nueva política económica no modifica el plan económico estatal en su conjunto ni se sale de sus marcos, sino que modifica solo el modo de abordar su realización”.17 Lenin abordó de lleno los métodos económicos de dirección de la econo- mía socialista y su aplicación en el sector estatal socialista. En carta a Sokol- nikov, entonces ministro de Finanzas, el 1 de febrero de 1922, planteó los prin- cipios del cálculo económico en las empresas socialistas de la forma siguiente: “[...] Pienso que los trusts y las empresas que funcionan sobre la base del cálculo económico han sido creados precisamente para responder ellos mismos, y además por entero, de la rentabilidad de sus empresas [...]”. “Si después de haber creado los trusts y las empresas basados en el cálculo económico, no lográramos asegurar plenamente y en el terreno mercantil nuestros intereses, seríamos unos tontos de remate”.18 En enero de 1923, Lenin definió el carácter socialista de las cooperativas en la URSS. En su conocida obra “Sobre la cooperación”, analizó cómo la organización cooperativa, bajo el capitalismo, no tenía carácter socialista ni constituía el camino al socialismo. Los viejos socialistas utópicos que soñaban con el cooperativismo como vía para construir el socialismo, no comprendían que en aquellas condiciones lo fundamental no era la cooperativa, sino la lu- cha política de la clase obrera por derrocar el dominio de los explotadores. Después de ese derrocamiento, llevado a cabo en Rusia, el papel de las cooperativas cambia por completo y adquiere un contenido socialista, cons- tituyendo el camino más sencillo, fácil y accesible para el campesino en su desarrollo hacia el socialismo. Lenin lo planteó así:

16 Ídem, p. 100. 17 Ídem, t. 35, p. 552. 18 Ídem, p. 566 (cotejado con el texto en ruso). 96 / RBC 49 / Dr. Fidel Vascós González “[...] Cuando los medios de producción pertenecen a la sociedad, cuando es un hecho el triunfo de clase del proletariado sobre la burguesía, el régi- men de los cooperativistas cultos es el socialismo”.19 “[...] Si pudiéramos organizar en cooperativas a toda la población, pisaría- mos ya con ambos pies terreno socialista”.20 Esta definición de Lenin establece que las categorías económicas pueden cambiar de contenido según el régimen social en que se desarrollen. A su vez, la definición del carácter socialista de las cooperativas tiene especial im- portancia para el desarrollo de la economía política del socialismo. Con ella se postula que las relaciones mercantiles, el uso del dinero y otras palancas económicas, que relacionan entre sí al Estado proletario y a las cooperati- vas socialistas, surgen no solamente sobre la base de la pequeña producción mercantil y el capitalismo, sino que también hay causas en el propio sector socialista de la economía que determinan la necesidad de la utilización de las relaciones monetario-mercantiles, las cuales pueden existir sobre la base del sector socialista de la economía, donde no existen ni la propiedad privada sobre los medios de producción, ni la explotación del hombre por el hombre. Este documento de Lenin, unido a sus muchas apreciaciones sobre los principios, la organización y los métodos de dirección económica en la cons- trucción del socialismo, permiten declarar que Lenin enriqueció la teoría eco- nómica marxista en las nuevas condiciones históricas y sentó las bases teóri- cas para la utilización de las categorías mercantiles en la construcción de la nueva sociedad. A partir de las concepciones leninistas acerca de este tema y ampliándolas con las experiencias actuales de China, Vietnam y Cuba, se puede afirmar que la causa más profunda de la existencia de la producción mercantil en el socialismo consiste en la falta de maduración de las relaciones socialistas de producción, el relativamente bajo nivel de desarrollo de las fuerzas produc- tivas y la insuficiente generalización de la conciencia socialista y comunista en el pueblo, de la cultura, el espíritu solidario y la educación ética, política e ideológica de las masas. Todo ello se manifiesta en el incompleto grado de socialización de la propiedad, de los medios de producción y del trabajo, lo que determina que, en el socialismo, en el proceso de producción, distribu- ción, cambio y consumo los productos aún tienen que seguir comparándose mediante una vía indirecta: el valor de las mercancías. También hay que tener en cuenta que en el mundo de hoy, a inicios del siglo xxi, existen factores internacionales que contribuyen a la existencia

19 V. I. Lenin: Obras escogidas (en tres tomos), t. 3. Editorial Progreso, Moscú, 1981, p. 789. 20 Ídem, p. 791. Lenin acerca del mercado... / RBC 49 / 97 de las relaciones mercantiles en los países que adoptan el camino del so- cialismo. La globalización mundial se desenvuelve según los patrones de la economía de mercado capitalista, impulsada por los más ricos y poderosos países imperialistas y las empresas transnacionales. Ello influye en las na- ciones que deciden construir una nueva sociedad, las cuales, al conectarse con la economía internacional, trasladan a su interior las relaciones mercan- tiles externas y reflejan en su propia economía las manifestaciones interna- cionales de la ley del valor. CUBA. POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES: ¿DOS ALIADOS CONTENCIOSOS? Dr. Esteban Morales Domínguez

“No debemos temer a las contradicciones. Pues ellas son las fuentes del desarrollo”.

El Autor

IRÍAMOS que como nunca antes, estos aliados, ahora mencionados, deben funcionar interconectadamente, dentro de nuestra realidad políti- ca. Existe entre ellos una dialéctica, objetiva y subjetiva, que se expresa Dcomo unidad y lucha de contrarios. Como fuente del desarrollo y la solución de todos los problemas. Pero refiriéndome, en particular, a nuestras ciencias sociales y humanísticas, es- tas tienen dos enemigos a vencer, en el accionar de los científicos: la ignorancia, que es la madre, y la timidez que es el padre. Ambas operan de manera muy negativa. Si somos, los científicos sociales cubanos, realmente consecuentes con la tarea que nos corresponde desarrollar, ello quiere decir que debemos estudiar, investi- gar y debatir sobre todos los problemas hasta la saciedad. Y ser consecuentemente valientes al defender nuestras opiniones. Porque, en definitiva, la ciencia es tam- bién una forma de poder. No puede haber problema tabú para el científico social. Todo debe ser investigado y debatido hasta el cansancio. No podemos dejar la conducción de nuestro proceso solo en manos de los políticos. Si no trabajar con ellos, exigiéndoles nuestro lugar. Tal cosa es válida, tanto para las relaciones internacionales, relaciones de se- gundo grado, porque se refieren a lo externo, aunque, sobre todo, para prestar especial atención a las relaciones internas. Aquellas que discurren dentro de la realidad de la sociedad cubana, y que constituyen la variable fundamental de toda acción o proceso, que pretenda transformarla. La economía, la política y la ideología, para resumirlas en sus enclaves prin- cipales, constituyen momentos claves del accionar de las ciencias sociales. No es posible soslayar ni que se nos soslaye de ninguna de las esferas mencionadas. Porque, como ya he expresado en otras ocasiones, la variable fundamental es la dinámica interna de cualquier sociedad. Sobre todo, dentro de una como la cubana actual, socialista, sobre la cual pesa continuamente la intención de nues-

98 Cuba. Política y ciencias sociales:... / RBC 49 / 99 tros enemigos por subvertirla, atrayéndola continuamente hacia el capitalismo, la sociedad que nos hemos propuesto superar. Situación, en medio de la cual, el científico social revolucionario debe estar consciente del papel que le corresponde desempeñar. Que no es otro que el de ser uno de los arquitectos de las relaciones sociales dentro de la sociedad cubana, de conjunto con la economía, la política y las artes. Utilizando esa forma de poder que nos provee la ciencia. Respecto a las artes y las humanidades en general, a pesar de que no pocas veces tropiezan con los mismos obstáculos que el resto de las ciencias sociales, podemos momentáneamente descartarlas, no, por no ser también muy importantes, sino por- que sus lenguajes y formas de expresión, les permiten, a veces, “escapar” de los prejuicios con que si tropiezan más frecuentemente el resto de las ciencias sociales. La pintura, las artes plásticas en general, la música, la danza, las llamadas ciencias audiovisuales son las que no pocas veces pueden sortear, con mejores au- gurios, los prejuicios que atacan a las ciencias sociales. Pues estas últimas, tienen siempre, que necesariamente, referirse directamente a la política. Espacio este, en el que el celo de los políticos y los prejuicios subyacentes en las relaciones mutuas, actúan con mayor fuerza. Luego entonces, el científico social, su producción intelectual, no debe y no puede actuar subvirtiendo su lenguaje, ni ocultarlo con sofismas; ni dentro de una forma de expresión de la realidad, en el que se puede actuar, disfrazando sus producciones, o moviéndose dentro de las licencias de la creación artística. Que siempre tendrían a su favor las expresiones de la realidad de manera figurada, bajo símbolos, apelando a la ficción y a representaciones que no son directamente la realidad, sino formas metamorfoseadas de esta. Y que, con frecuencia, no tienen que enfrentar directamente a la política. Por su parte, los científicos sociales, de manera directa, tienen que presentar esa realidad con un lenguaje claro y directo, que a veces resulta relativamente agresivo, o que pudiera ser asimilado por los políticos como agresivo. Entonces, los sofismas, la ficción, las representaciones y las formas metamor- foseadas no pueden ser el lenguaje de estas ciencias anteriormente mencionadas, porque ellas, necesariamente, siempre tienen que enfrentar a la política de manera directa, formando con esta última, un verdadero “dúo contencioso”, pues la una no puede prescindir de la otra. Ni el político puede desentenderse de lo que la ciencia social está diciendo; ni los científicos sociales pueden desentenderse de la política, pues en última instancia, ambos actúan dentro de ella, la que aporta siempre el contexto. Esto último es también válido para las humanidades, pero no les toca siempre de manera tan directa. No obstante, se manifiestan continuamente en tales relaciones, visiones contra- dictorias de las que no es posible desentenderse, ni tampoco, simplemente, escapar. En medio de tal situación, si el científico social no actúa de manera consciente del papel que le corresponde como arquitecto de la sociedad, que quiere decir, si 100 / RBC 49 / Dr. Esteban Morales Domínguez no actúa con valentía y no defiende sus criterios frente al de los políticos, la po- lítica los aplastará; porque los políticos poseen el poder corriente que les permite hacerlo. Y no pocas veces han hecho uso de ese poder. Por celo, o por conveniencia, los políticos pueden actuar para aplastar las opi- niones de las ciencias sociales y las Humanidades también; sobre todo, cuando estas opinan o adelantan escenarios, que los políticos no comprenden, o nos les conviene comprender. Los políticos, incluso, revolucionarios o no, pueden actuar aquí, también por ignorancia o por conveniencia. Podemos decir que el político revolucionario no debiera actuar por convenien- cia, pues dejaría de serlo realmente. Por lo que, dándole el beneficio de la duda, podemos decir que el político revolucionario no debiera actuar negativamente ante el criterio fundamentado de las ciencias sociales; más bien, podría hacerlo solo por ignorancia y no por conveniencia. Pero ambas situaciones ocurren. Y no es posible ser idealista ante esta realidad, pues existe la actuación de la burocracia gubernamental, que es un asunto de muy alta complejidad. Tratándose de ese componente de la sociedad, que ya hemos mencionado, es corrupto por su propia naturaleza, aunque no todos los burócratas lo sean. Es que la burocracia estatal administra los bienes de la sociedad y ello lleva implícito una posible desviación, la de usufructuar esos bienes como si fueran de su absoluta propiedad. Lo cual crea y alimenta una forma de corrupción, que es bien difícil de extirpar, y de la cual, ejemplos múltiples, tenemos ya, en la Cuba actual, y que se continúan produciendo. A su vez, el científico social debe comprender que el político actúa en el con- texto de una situación, dentro de la cual, su principal deber es el de defender la estabilidad de la política; no permitir que se le ataque, viéndose obligado a actuar dentro de unos límites y plazos de tiempo que no le permiten, a veces, entender y muchos menos aceptar, de manera inmediata, que una política deba ser cambiada, porque las ciencias le están diciendo que debe cambiar. Razón por la cual, dentro de una sociedad como la nuestra, hay que dejar espa- cio al debate, consciente e informado, de todos los fenómenos sociales; dado que necesariamente, entre la ciencia y la política debe existir, como especie de un lag, para que los políticos y los científicos sociales puedan debatir abiertamente sobre la conveniencia o no, de cambiar una política. Momento dentro del cual, el cien- tífico debe demostrar, de manera clara, valiente, fehaciente, que la política debe ser cambiada. Y ambos, el político y el científico, deben actuar con la conciencia de que una política que debe ser cambiada, pero que no cambia, está afectando a la sociedad, que es lo más importante; porque para ambos, si son revolucionarios, no existe una presión mayor que la que la sociedad ejerce. También, es muy frecuente el error de considerar que las ciencias sociales tie- nen que ser facturadas por la política para estar en condiciones de ser consumidas por el resto de la sociedad. Ello se expresa claramente en que, aun dentro de un proceso de comprensión del papel que deben desempeñar las ciencias, la política frecuentemente reacciona Cuba. Política y ciencias sociales:... / RBC 49 / 101 con tendencia a monopolizarlas, facturándolas continuamente, como si la política fuera el único destinatario de las ciencias. Dentro del proceso anteriormente descrito, algunos científicos se dejan facturar, mientras que otros se resisten defendiendo el papel relativamente independiente de las ciencias sociales. Conflicto que solo tiene solución sobre la base del debate y de la mutua comprensión por ambos sectores sociales, del papel que corresponde a la política y el que toca a la ciencia. Pero sobre todo, por la comprensión de que las ciencias sociales van dirigidas también al individuo, a ellas mismas, a la familia, la escuela y los medios de comunicación, entre otros, que las consumen, muchas veces, sin que estas tengan que pasar, ser mediadas, o facturadas por la política.1 No es posible negar que esta incomprensión mencionada, nos ha llevado, no pocas veces, a confundir el discurso político con el científico. Lo cual ha tenido, no pocas consecuencias negativas para el trabajo ideológico. Teniendo este fenómeno su ex- presión más frecuentemente en la deficiente calidad de nuestros medios informativos. Sería una verdadera tontería, la cual nos hace mucho daño, que otras esferas de la sociedad se dejasen arrebatar los beneficios que les acarrearía mantenerse en con- tacto directo con las ciencias sociales y humanísticas, aprovechando sus resultados. Todo lo cual desborda, en mucho, el interés en las ciencias sociales solo como un objeto utilizable por la política. Es que las ciencias sociales, además, no pueden sustraerse a la realidad de que dentro de esas actividades que las consumen, a veces, estas son también gene- radoras de conocimientos. Dado que, al menos en Cuba, no es solo dentro de la academia donde pueden generarse conocimientos científicos. Todo lo cual es el resultado de la gama de profesionales de las más disimiles especialidades que, en muchos lugares, desempeñan su actividad concreta, enfocando sus tareas también con un sentido investigativo y científico. Tal situación implica también que las ciencias sociales, al ser facturadas solo para la política, pueden entrar en “maridaje justificativo” de la política, que les hacen perder personalidad, entrando en un incesto con la política que les cercena la posibilidad de preservar su carácter de ciencias. Es que el pensamiento científico no puede estar subordinado a la coyuntura po- lítica ni a la política misma. Porque entonces se tiende, oportunistamente, por parte de los científicos sociales a tratar de encontrar las soluciones que más acomodan a la política, perdiendo las ciencias su capacidad de hallar las alternativas necesa- rias, por si la política falla o debe cambiar. Pues debemos partir de que la mejor política es aquella que, desde el momento de su formulación, ya deberíamos co- menzar a pensar en cómo debiéramos ajustarla o cambiarla. Tratándose esta última de una dialéctica, cuya comprensión es indispensable. Pues ninguna política es eterna, como no lo es tampoco la situación que la generó.

1 La valentía del científico social, para reclamar este lugar, no siempre entendido por algunos políticos, es de vital importancia, si realmente el científico quiere desempeñar la función que le corresponde. 102 / RBC 49 / Dr. Esteban Morales Domínguez Tratándose de un asunto al que los políticos, no pocos, se resisten con mucha frecuencia. Pero que de no ser, como hemos explicado, a la hora de los errores, se equivocan ambos, científicos y políticos. No obstante, una variante extrema de la relación entre política y ciencia, es tam- bién considerar que las ciencias sociales y humanísticas, sus métodos y procedimien- tos, tienen que estar divorciados de la política y de la influencia de su coyuntura. Aun cuando las ciencias sociales tienen que llegar a sus propias conclusiones y por sus propios medios, incluso, con independencia de que puedan entrar en contra- dicción con la política presente, ello no significa que sus métodos y procedimientos de trabajo, incluso sus resultados, tengan que estar divorciados de la política, ni de sus coyunturas; pues se trata de una independencia relativa de las ciencias sociales y humanísticas, no de su divorcio de la política. Aunque estas últimas, solo siendo independientes, es como mejor contribuyen a la política. Por lo que se trata de una independencia relativa de la ciencia y no absoluta de la política y sus coyunturas. Es muy sintomático que, en periodos de coyunturas críticas, como lo es ahora, la po- lítica se vuelva rápidamente buscando el auxilio de las ciencias sociales y humanísticas. Lo anterior es cierto, se ha repetido como una constante, desde que el Coman- dante en Jefe Fidel Castro, fundó los Equipos de Investigaciones Económicas en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, en 1964; o cuando se hicie- ron los trabajos para formalizar matrimonios en la Ciénaga de Zapata en los años sesenta; o cuando fue necesario crear un equipo de científicos para participar acti- vamente en la organización de las conferencias internacionales “Girón 40 años des- pués” y “La crisis de Octubre 40 años después”, para situar solo algunos ejemplos. Sin embargo, ahora el proceso de acercamiento a las ciencias sociales y huma- nísticas que se viene produciendo, tiene un carácter mucho más profundo y diríamos sistemático, de urgencia, respondiendo, consideramos, no solo a las necesidades actuales, sino más que ello también, al grado de madurez alcanzado por la com- prensión que han ganado, tanto los científicos sociales, pero sobre todo los políticos acerca de la necesidad de trabajar juntos, así como a las exigencias que los cambios económicos actuales reclaman, dentro de un mundo extraordinariamente complejo, lleno de peligros y frente a una administración norteamericana que se ha propuesto llevar la política de Estados Unidos a su período de poder absoluto. Lo cual se ha expresado en la consigna “América para los americanos”, y que en el caso de Cuba ha significado un activo retroceso de lo que se había logrado en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante la administración de Barack Obama.

La importancia de la teoría No es difícil en un país, incluso, como el nuestro, escuchar aún frecuentes diatribas en contra de la teoría. Me pregunto, ¿de qué modo podremos llegar a ser un “país de hombres de ciencia y de pensamiento”, si menospreciamos la teoría? ¿De qué modo podríamos llegar a obtener una “cultura general e integral”? Cuba. Política y ciencias sociales:... / RBC 49 / 103 Hasta que no sea superada esa disfuncionalidad cultural, no seremos un país realmente culto ni tampoco, definitivamente, de hombres de ciencia. Pues este re- sulta el precio a pagar por tantos años de subdesarrollo a pesar de todo lo que se ha avanzado. A pesar de lo tan tempranamente que nuestro máximo líder Fidel Cas- tro dijo que: “el futuro de nuestro país debía ser un futuro de hombres de ciencia”. Es que, científicamente hablando, siempre será más importante hallar el camino del conocimiento que el conocimiento mismo. Aunque se trate de procesos que no pueden ser separados. Y la teoría desempeña un papel de primer orden en ello. Es que la ciencia, entre otras de sus funciones fundamentales, tiene la de ser ca- paz de construir modelos de interpretación de la realidad, siendo esa precisamente su principal tarea. La ciencia no puede ser una bitácora de hechos recogidos al azar que no in- diquen ningún camino para la interpretación de la realidad y de sus movimientos futuros. La ciencia tiene que predecir. Tiene que ayudarnos a visualizar el futuro; de lo contrario, para qué la necesitamos. Si no es para adelantarnos a lo que pu- diera ocurrir en todos los planos de la vida social y cultural. Asunto, por demás, de vida o muerte, para un país como Cuba. Pero, a pesar de complementarse, existen diferencias objetivas básicas entre la teoría de las ciencias sociales, la academia y la práctica política. El asunto es que debemos distinguir entre el especialista que busca lograr una comprensión teórica de los fenómenos formulando generalizaciones y proyeccio- nes acerca de su comportamiento político, basándose en un alto nivel de proba- bilidad; y el encargado de tomar decisiones, para lo que se ve obligado a elegir cursos de acción inmediato. Es que el encargado de trazar políticas se preocupa por los detalles sutiles, los valores, las fuerzas y las preferencias que operan dentro de una situación parti- cular, formada por toda su realidad existencial, más que por la abstracción o la probabilidad. Mientras que el teórico social quiere concentrarse primordialmen- te en aquellos elementos comunes a muchas situaciones, observando los hechos históricos a largo plazo, para extraer del pasado la comprensión del futuro. Los hechos del presente y la predicción de sus comportamientos. Por lo que no es posible escribir un artículo, como el que ahora nos ocupa, sin mencionar al compañero Fidel Castro Ruz. En cierta ocasión, impartiendo conferencias sobre Cuba, en Estados Unidos, alguien afirmó que “Fidel en política era un genio, pero que en economía, era un «out, vestido de pelotero»”. Le respondí entonces: “dígame, mencióneme un líder en el mundo, un país, que en las condiciones de Cuba, bajo el bloqueo más feroz por parte de la mayor y criminal potencia imperialista, haya podido sobrevivir, también económicamente, como Cuba. No existe ese país ni esa persona. Fidel ha tenido que dirigir a Cuba y su economía, como no lo ha tenido que hacer nadie en el mundo. Y tanto Cuba, como su economía, han sobrevivido. Fidel es un genio de la supervivencia económica, de la economía y también de la política”. 104 / RBC 49 / Dr. Esteban Morales Domínguez No podemos olvidar quién fue Fidel Castro. Muchos decían, y yo lo creo, que viajaba al futuro y volvía para contárnoslo; o que era capaz de mirar y ver al doblar de la esquina. Fue un hombre que tuvo la capacidad de planear el futuro de la ciencia en Cuba; porque cuando estábamos literalmente muriéndonos de hambre, durante el llamado “período especial”, tuvo la valentía y la capacidad de utilizar recursos para construir casi todos los centros de investigación de que hoy disponemos. Es que, en nadie como Fidel, ciencia y política lograban una simbiosis tan per- fecta. Creo que se trataba del espíritu visionario de José Martí que llevaba dentro. Fidel fue capaz, siempre, de adelantarse a lo que los “yanquis” querían ha- cernos, y trazaba la estrategia para vencerlos. Pronosticó Girón, la derrota, como cuando dijo: “tírenle a los barcos”, lo que sirvió para cortarles la retirada a los mercenarios. La Crisis de Octubre, para la que formuló pautas que, de haberse se- guido, la crisis pudo haber terminado de otro modo. Pronosticó la caída del campo socialista. Llegaba a los lugares antes de que los ciclones azotaran. Como fue, por ejemplo una vez el caso de Pinar del Río, aunque el ciclón dio una recurva y entonces la gente decía que el ciclón le había cogido miedo a la actitud desafiante conque Fidel lo estaba esperando. Sin la capacidad de pronosticar los acontecimientos que tenía Fidel Castro, de lo cual nos imbuía a todos, estoy seguro que la Revolución Cubana no hubiera so- brevivido. Pues se adelantó a casi todo; desde los conflictos internos, como los del sectarismo en sus dos etapas; absolutamente a todo lo que pudo habernos hecho un daño irreparable y haber dado al traste con la Revolución Cubana. Finalmente, antes de irse físicamente, en su concepto de Revolución nos dejó un legado inconmensurable, que estamos obligados a seguir si queremos superar esta difícil “encrucijada” en que hoy nos encontramos. El encargado de trazar política, invariablemente, quiere información deta- llada acerca de aquellos elementos que son únicos respecto al curso que tiene entre las manos. Los énfasis están determinados por la posición de cada uno ante la realidad; sobre todo, en cuanto a las urgencias con que se debe operar dentro de ella. El político, más apresurado por dar respuestas a la coyuntura; el científico con más relativo tiempo para el análisis, pero acicateado por el necesario avance de la ciencia. Fidel fue capaz de captar y seguir esa dialéctica, haciendo de la política un arte, y por eso aún estamos aquí. Fidel fue el único líder en el cual ciencia y política emergieron en una simbiosis perfecta. Por eso era un genio en todo el sentido de su expresión científica y política. Estos énfasis, del científico y el político profesional, no alteran la necesidad de que cada uno intente apreciar las modalidades de conocimiento que le son peculiares para ambos, pues ninguno puede permitirse el lujo de desestimar el conocimiento generalizando o particularizando. Ninguno de los dos puede operar olvidándose del otro, porque ambos se complementan objetivamente. Es decir, al margen de sus mutuas voluntades y sus acciones, también responden siempre a un contexto político. Cuba. Política y ciencias sociales:... / RBC 49 / 105 Los teóricos académicos apuntan hacia la comprensión de los fenómenos; los po- líticos prácticos deben elegir cursos de acción. Los primeros intentan prescindir de los acontecimientos de todos los días, los segundos no pueden hacerlo, y deben actuar con el carácter de arte que posee la política. Porque la política es un arte. Al teórico le urge buscar, no ya lo excepcional, sino lo general y sacrificar las descripciones detalladas del caso aislado en favor de los modelos más amplios y abstractos que abarquen muchos casos. El teórico, además, debe estar dispuesto a tolerar las ambigüedades y a enfrentarse con probabilidades, haciéndolo más que con certidumbres absolutas. Se debe dar riendas sueltas a la imaginación para tratar con ideas poco co- munes, incluso, a veces, al parecer absurdas, que nos puedan llevar a reflexiones sobre asuntos antes impensados, estando siempre dispuestos a la aceptación de que podamos estar equivocados. Entonces, al adentrarnos en la teoría, esta debiera permitirnos predecir algunos fenómenos, al menos, ayudándonos también a llegar a ciertos juicios de valor respecto a ellos. “Una teoría modelada, tal y como la concebimos, será entonces una herra- mienta intelectual, que nos ayuda a organizar nuestro conocimiento, formular preguntas significativas y guiar la formulación de prioridades, tanto en la in- vestigación, como en la selección de métodos para llevarla adelante de manera fructífera”. (Dougherty-Sfaltzgarff, p. 26) Esta teoría, por supuesto, estaría en capacidad de suministrar un marco para evaluar las recomendaciones políticas explícitas o implícitas que abundan en to- das las ciencias sociales y humanísticas. Por lo cual, los políticos tampoco pueden prescindir de ella. Porque, en última instancia, un político dotado de las capacida- des necesarias, es también un científico y además un artista. Qué esgrime el arte de la política como herramienta insoslayable, porque la política, sustentada en la ciencia, es el arte de convencer. A partir de la filosofía de la ciencia, una teoría también se define como una construcción simbólica, una serie de hipótesis interrelacionadas, definiciones, leyes, teoremas, axiomas, variables y constantes, planteándose un enfoque sistémico de los fenómenos y presentándonos una serie de proposiciones o hipótesis que espe- cifican las relaciones entre variables y constantes, a fin de presentar explicaciones y hacer predicciones acerca de los fenómenos futuros. Por supuesto, las ciencias matemáticas servirían aquí de idóneo instrumento, aunque no de simple pincel de representación, sino para operar con ellas, sobre la base de descubrir en el objeto de estudio seleccionado, los algoritmos, funciones y relaciones, biunívocas o no, ampliar el análisis dialéctico que nos permita trazar el modelo de la investigación, elaborar las hipótesis y arribar a conclusiones acep- tablemente fundamentadas y convincentes. 27 de septiembre de 2018. MODERNIDAD Y PROGRESO EN LA EDUCACIÓN CUBANA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX Dra. Leonor Amaro Cano Doctora en Ciencias Históricas. Profesora Titular Consultante de la Universidad de La Habana

Introducción A modernidad, como época de transformación generada por la sociedad ca- pitalista, en la historia de Cuba ha tenido más de una periodización. María del Carmen Barcia afirma en su libro:Una sociedad en crisis: La Habana a Lfinales del sigloxix : “[...] los años finales del sigloxix la sociedad cubana transitaba de la tradición a la modernidad”; en tanto Ana Cairo, en más de un texto, subraya la importancia de la proyección moderna aportada por la Sociedad de Amigos del País desde finales del sigloxviii . Pero, el inicio del siglo xx se ha considerado como el momento en el cual se ejemplifica con mayor precisión el nuevo escenario porque el rompimiento de las relaciones coloniales se alterna con la organización política que favoreció la tendencia a la transformación que caracteriza este tiempo histórico. Roberto Quiza en su libro El cuento al revés: historia, nacionalismo y poder en Cuba (1902-1930) señala los dos niveles de análisis: lo que representa lo externo como agente modernizador y lo propio que no siempre podría expresarse de manera radical en ese contexto. En otras palabras, se mezclaron en esos años un conjunto de operaciones que respondían a la avalancha política económica y cultural nortea- mericana, con las necesidades que tenía Cuba de insertarse en el nuevo mundo y abrirse paso entre tradición y progreso para lograr “ser cubanos civilizados”, algo bien complejo en tanto la concepción de la modernidad para un país del llamado “Tercer Mundo”, siempre se ha expresado de manera incompleta. Desde la Historia se precisan algunas cuestiones particulares. A partir de la economía se han expuesto criterios más fundamentados ya que en los inicios del siglo xx la producción se fue transformando en una industria moderna (Zanetti, 2001:Temas, 10-11) con un aumento de la productividad que exigió, a su vez, una nueva tecnología para complementar el proceso de los nuevos ingenios o centrales con el fin de perfeccionar el almacenamiento, el mantenimiento de las fábricas o garantizar la transportación de los productos, por lo que el desarrollo de los ferro- carriles no pueda separarse de todo este proceso de transferencias.

106 Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 107 Por otra parte, Cuba desde la Primera Guerra Mundial se había colocado de ma- nera protagónica a nivel mundial, por la impronta del movimiento inversionista que comenzaron a protagonizar las “sugar companies”. Al decir de Pinos Santos (1991: Temas, 42-60) se trataba de la penetración acelerada de los capitales norteamerica- nos. Otra de las grandes inversiones que produciría un vuelco en los intercambios, sería, la Cuban Telefone Company, al darle posibilidades de comunicación a todo el país. Pero si queremos acercarnos a la verdad económica, a este escenario habría que contraponerle la vida rural en Cuba, tan lejana a la modernidad en formas de trabajo, relación con el Estado y vida tradicional (Pogolotti, 2002:86-90). De igual modo, la introducción en el país de los avances de la ciencia y la técnica que mejoraban las condiciones de la vida urbana en particular, provocaron además modificaciones en la vida cotidiana que atestiguaban el progreso muchas veces algo contradictorio y hasta incomprensible. Así, la historiografía ratifica el crecimiento de las tendencias cosmopolitas y se citan algunos ejemplos importantes como el uso del tranvía eléctrico que circularía a partir de 1901, el incremento de la importación de automóviles que entraron en 1910 y, tres años después la disposición de la red de alcantarillado, la utilización de los ferries desde 1914, que facilitaron los viajes hacia Estados Unidos, la cantidad de plazas y monumentos que contribuían al em- bellecimiento y urbanización de las ciudades1 que dieron también una imagen de los cambios que se estaban produciendo. Algunos estudios de época han incluido hasta la contribución que tuvo a la emancipación de la mujer. (Del Toro, 2011.) A ello se unen los actos fundacionales de carácter intelectual por el cual se reconocían la Academia de Ciencias de 1908, Academia de la Historia de Cuba como corporación oficial y la Academia Nacional de Artes y Letras en 1910, ads- critas ambas a la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. A la par, se fortalecían las organizaciones sociales como la Asociación Pedagógica de La Ha- bana y la Sociedad de Geógrafos de Cuba y con ello se resaltaba el papel de la cultura en el proceso de la institucionalidad republicana. En el plano científico, Cuba estaría representada por hombres de ciencias en reuniones internacionales como fue la participación del Dr. Luis Montané en el Congreso Internacional con los resultados de sus trabajos acerca del hombre primitivo en Cuba y el proyecto para la desecación de la Ciénega de Zapata, del ingeniero J. A. Cosculluela.

La primera república como contexto de estos cambios Pese a los treinta años de lucha, contrariedades y contratiempos, la república no pudo ser considerada hija legítima de la Revolución, pues la salida de los espa- ñoles, vencidos verdaderamente por los cubanos, no fue continuada por la satis- facción de la independencia, sino por “una intervención impuesta por la fuerza”

1 En La Habana, en 1905, se erige la estatua de Martí en el Parque Central y, en 1908, la de Cervantes en el parque de San Juan de Dios. 108 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano (Gómez,1969:481). En otras palabras, no triunfó la fórmula de amor triunfante de José Martí: “con todos y para el bien de todos”. Esta compleja circunstancia no escapó a la inteligencia cubana, que rápidamente se percató de que la victoria en el orden político había sido a medias al hacerse realidad la estrategia trazada por Estados Unidos desde casi un siglo atrás. En este sentido, Martínez Ortiz –que no se caracterizó por una posición hostil hacia la dominación norteamericana en Cuba– hacía referencia a la “advertencia de los ingleses sobre el peligro de la nación del norte”.2 Por lo tanto, con la inter- vención, se iniciaba “la etapa más compleja para la historia de Cuba hasta aquel momento”,3 porque si bien se logró la emancipación del colonialismo, el desarro- llo libre de la nación cubana quedaba trunco. Y es en esta etapa de la historia de Cuba, convulsa en términos culturales, que se inscribió la opinión de maestros y hombres relevantes de la intelectualidad en relación con el proyecto educativo, símbolo de la modernidad, en términos de formación. A pesar de la falta de conexión entre las ideas de una representatividad impor- tante de la sociedad civil y la expresión política del Estado, caracterizada por su abulia, un programa educativo marcadamente moderno divulgado a través de los medios de prensa escrita, se fue abriendo paso. Sobresalía en él el reclamo del vínculo de la escuela con la comunidad y la familia, como punto de referencia para la gran reforma que se pedía. Una especialista como Alicia Conde considera que esta relación padeció de “un resquebrajamiento notable”,4 convirtiéndose en uno de los problemas neurálgicos de la pedagogía cubana de entonces; yo diría que no llegó nunca a articularse, precisamente por la falta de coordinación entre los que planteaban los bosquejos educativos y las instituciones gubernamentales que debían ejecutar lo planeado. No menos importante sería el hecho de la articulación de las ideas del nacio- nalismo liderado por los sectores liberales que también identificarían la escuela como lugar de confirmación de este sentimiento. Aunque en la práctica lo nacional estu- viese lastimado, entre otras razones, por no contenerse la deformación estructural que subordinaba los intereses del país a los foráneos, ni frenase la inercia ni la corrupción, que se fue convirtiendo en práctica política cotidiana de la mayoría de los gobiernos en ejercicio, los conceptos se fueron recreando. Por otra parte, hay bastante certeza en el criterio de que el nacionalismo apareció con mucha in- coherencia; pero desde el punto de vista intelectual, hay convencimiento también de que los fundamentos del cubano fueron concebidos a través de este tipo de pensamiento político.

2 En la obra, afirmaba que el célebre William Patterson advertía la Isla podía ser ambicionada por una nación del norte. Ver Rafael Martínez Ortiz: Cuba. Los primeros años de Independencia, Editorial “Le Livre Libre”, París, 1929. pp. 220-221. 3 Francisca López Civeira: Cuba y su Historia, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1998, p. 118. 4 Alicia Conde Rodríguez: “Comunidad, escuela y familia en la pedagogía cubana de las primeras décadas de la República”, 30 de abril de 2014. Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 109 La sociedad civil cubana de los primeros años tuvo como particularidad un creci- miento de gran vitalidad en términos de grupos, pero sobre todo, porque se evidenció como fuerza y energía dirigidas hacia determinados objetivos relacionados con el fun- cionamiento de las instituciones republicanas. Por una parte, se dio continuidad a lo ya existente5 y por otra se propició el aparecer de nuevas instituciones y asociaciones nacidas bajo el cambio de la modernidad. Así, las viejas asociaciones de los españoles en Cuba fueron introduciendo en sus estatutos y en su vida interna una dinámica que tendió a favorecer el mercado. Paralelamente, instituciones científicas y culturales lo- graron, asimismo, tener peso en el país. Las asociaciones de profesionales, las logias, las iglesias cristianas y los hombres que otrora habían combatido a España6 fueron ocupando un espacio en el concierto político de la república. Ahí se agruparon, bajo las ideas republicanas, tendencias verdaderamente liberales y otras teñidas por el con- servadurismo que venía de la herencia española, sobre todo aquella, que consideraba la participación amplia del pueblo como enemiga de la estabilidad. En este contexto, alejados de los mecanismo del Estado, surgieron grupos intere- sados en la formación ciudadana y el canal utilizado para ello serían las revistas de la época, muchas de las cuales fueron financiadas con el concurso de personas vincu- ladas con el quehacer educativo. Sin embargo, hay que reconocer que en Cuba había una larga tradición en ese sentido, evidenciada en las cifras significativas de revistas editadas en el siglo xix, sobre todo si se tiene en cuenta el poco interés que mostró España en propiciar el fomento educativo en la colonia. Influencias de las revistas pedagógicas Bajo esta atmósfera de corte liberal se fueron agrupando hombres con pre- paración académica, pedagogos, médicos, juristas, maestros improvisados o de certificado y más de un patriota preocupado porque se organizara el camino de la instrucción pública en términos de filiación norteamericana. Como resultado de ello, aparecieron las primeras asociaciones, los boletines y las revistas como medios de divulgación del magisterio cubano.7 Aunque los registros y catálogos8 revelan más de una veintena de revistas que circularon en estos años –muchas de las cuales no tuvieron eco en todo el territorio– la muestra que proponemos es reveladora,

5 Desde el siglo xviii se crearon en Cuba la Real Sociedad Patriótica o Sociedad Económica de Amigos del País entre 1790 y 1838, donde se impulsaron actividades en pro de Cuba, sobre todo en la educación, tan olvidada por el gobierno colonial. 6 La Asociación de Veteranos y Patriotas sería en un primer momento el resultado de una actitud defensiva ante la situación de abandono en que habían quedado los hombres más sacrificados de Cuba. 7 Algunas datan del siglo anterior. Se ha considerado que en 1882 circulaba la primera revista El profesorado de Cuba, aunque en Cuba en la Mano en 1892. En 1885, apareció la Revista cubana, dirigida por Enrique José Varona; y en 1897 La educación. 8 Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos xviii y xix, Editorial Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1965. 110 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano pues las revistas Escuela Cubana y Cuba Pedagógica acusan su función de canal para llevar adelante los intereses de los maestros como grupo social que se organi- zaba poco a poco a la vez que lograba reconocerse como comunidad con categoría asociada a la vida ciudadana que recién aparecía en la república. La motivación del grupo social interesado en los asuntos concernientes a la educación, en general y a la escuela pública en particular, fue creciendo como cír- culo de interés, lo cual demuestra que el concepto del maestro había ido cambian- do de su primitivo significado hasta alcanzar un carácter de reconocida compleji- dad. Esto se puede apreciar en los principales tópicos tratados en las principales revistas de la época. Así, con el propósito de apoyar el producto educativo, declaraba la revista Es- cuela Cubana,9 en pleno momento de la intervención americana, que lo esencial de la publicación era ofrecer orientaciones a los maestros, muchos de los cuales se iniciaban en esta tarea y se encontraban condenados a la miseria y reducidos al aislamiento.10 Fortalecer el trabajo del maestro se consideró el primer paso para garantizar la formación de los hombres nacidos en libertad. No fue casual que el propio Enrique José Varona escribiera que la educación debía ser “obra de regeneración y purificación [...]. No puede circunscribirse a la esfera intelectual”.11 Para el gran pedagogo cubano había que educar combatiendo la miseria pública; saneando y embelleciendo las poblaciones; elevando el nivel moral del pueblo; ejerciendo la tolerancia; despojándonos de hábitos de violencia y aprendiendo a respetar. Se requería alcanzar una educación armónica y para ello el maestro debía convertirse en la figura más relevante. “Un maestro –decía en junio de 1899–, es el guía; el guía mayor es el que ha ido más lejos y con mayor frecuencia por el camino que ha de enseñar a recorrer. El que ha explorado más y ha descubierto más amplios horizontes”.12 Cómo preparar a los maestros aparecía, asimismo, como tema sobre el cual muchos interesados opinaban. Sirva de ejemplo la divulgación llevada a cabo por Alfredo Aguayo, quien publicita los proyectos provenientes de Alemania, en los cuales se daban a conocer las ideas de la Pedagogía que se comenzaba a imponer en el mundo. Para los especialistas germanos, las ideas pedagógicas no se creaban en ningún país, sino que eran el resultado del desenvolvimiento de las ideas de cada nación. En ese sentido, desde Cuba, Alfredo Martín Morales afirmaba que había que educar, pues “no existe fuerza comparable a la educación creadora y providencial de nacionalismos libres, ricos y poderosos, que no acudan a la historia”; razón por la cual había que “Mejorar la educación en la escuela, el hogar, en la prensa, en la

9 La revista Escuela Cubana fue dirigida en sus inicios por Manuel Valdés Rodríguez y en 1912 por Fernando Valdés y R. González Ricardo. 10 La Escuela Cubana, 11 de noviembre de 1899, p. 2. 11 Ídem, p. 4. 12 En Lecturas de Varona, Educción Popular, San José de Costa Rica, pp. 19-24, s.f. Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 111 tribuna, en la Iglesia, en el gobierno, para formar hombres, ciudadanos, caracteres y gobernantes que conduzcan al país.13 Interesantes fueron los informes acerca de las Volkschule de Alemania, institu- ción que sedujo a más de un profesor cubano. Muchos de los observadores de la Isla emitieron su admiración por la forma empleada para la conducción de la clase. Se llamaba la atención acerca de los maestros que en voz baja llamaban a sus alumnos por sus nombres y no por sus apellidos. A la par, algunos pedagogos cubanos con- sideraron que no todo era conveniente para la tradición nuestra; objetaron el uso de un solo libro de lectura, la no incorporación de flores y música a sus actividades y la rigidez en cuanto al control profesoral. Muy recocida por los lectores fue la sección dedicada a “críticas literarias” que ofrecía evaluaciones de obras y autores. En esas páginas aparecieron tam- bién obras de poetas que cantaban a la nación, a la bandera y a la naturaleza. Por aquellos años, los estudios de la Literatura cubrían además tópicos que luego desarrollaría la Historia. Así, biografías, ensayos y monografías serían publica- dos por literatos, pedagogos y juristas indistintamente. Más cercano al propósito pedagógico fueron publicados los estudios sobre los resultados del aprendizaje; se trataba de una especie de sondeo de la opinión escolar, algo bien prematuro en aquellos tiempos donde la voz estudiantil no era reconocida. La Didáctica también fue fortalecida a través de los comentarios y debates fo- mentados por la revista. Un buen ejemplo fue la reproducción del trabajo de Carlos J. Parker, profesor de una escuela superior de Chicago, quien sostenía el criterio de abolir el sistema de “relleno mental” existente en Estados Unidos y también en Cuba, por el cual quedaban atados el aprendizaje y la calificación. Desde la Isla también se abogaba por aprender a pensar, tanto o más que a recordar.14 Junto con esta preocupación de alcanzar un mejor aprovechamiento escolar, se incorporaba además el interés por la inclusión social de los niños negros. Así, se reproduce la carta de una profesora al director de la revista en la que aseguraba lo beneficioso de la mezcla en la escuela, al no observarse allí ninguna diferencia en el aprendizaje entre niños blancos y negros.15 Se trataba de la maestra Francisca Roja Astudillo, quien había enviado en 1899 una carta al Dr. Manuel Valdés Rodríguez informándole sobre las habilidades de los niños de color y, de esta manera, tal vez sin total conciencia de lo comunicado ubicaba entre las preocupaciones pedagógi- cas, el problema más candente en Cuba. No menos importante fue el sentido solidario de la comunidad pedagógica en esos años. En relación con la perspectiva de los maestros, la revista en cuestión indaga a través de los cuestionarios que permiten organizar la superación profesoral; asimismo, denuncia en noviembre de 1899, que en el municipio de Holguín, desde

13 Ibídem, pp. 32-33. 14 La Escuela Cubana, 18 de noviembre de 1899, p. 20. 15 Ibídem, 25 de noviembre de 1899. 112 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano el mes de agosto de ese año los maestros no habían cobrado sus haberes; y además abogó por un mayor retiro en correspondencia con un mayor tiempo de trabajo.16 Luego en el contexto de bonanza económica que vive Cuba resultado de los efectos de la Primera Guerra Mundial,17 La Escuela Cubana acogería con entu- siasmo las tentativas de personas e instituciones para motivar el estudio. Se divul- garían los estímulos o galardones propuestos y de esa manera amparaban las con- vocatorias a las escuelas. Uno de los más relevantes se instauró a propuesta del Dr. Ramiro Carbonell en 1910, en honor a Eusebio Guiteras. Este premio consistente en la entrega de medallas de oro, plata y bronce para los alumnos destacados de las escuelas públicas del Distrito, el 20 de mayo (medalla de oro, plata y bronce). A pesar de todos los esfuerzos, no había pasado una década de gobierno propio y un periódico tan conservador como el Diario de la Marina iniciaba una fuerte critica a la Escuela Pública.18 Según sus editoriales, la escuela laica era la respon- sable de la existencia de inmundos cinematógrafos, teatros lascivos, y hasta del escándalo de las prostitutas. Ante los insultos, la revista La Escuela Cubana arre- mete señalando las virtudes de la institución pública. En ese momento aprovecha para abogar por la creación de las Escuelas Nacionales, al llamar a los “cubanos celosos de la suerte de su país”. Con un sentido de unidad clama por ayuda no de liberales ni conservadores, sino de cubanos. La proyección de trabajo de los pedagogos iría más allá de los aspectos rela- cionados con la instrucción, extendiéndose a cuestiones de la sociedad que im- pedían la incorporación de los niños a la escuela. Así, nos encontramos con una campaña por la creación de “cantinas escolares” con el objetivo de ayudar a los estudiantes que carecían de recursos. Un artículo denominado “Asistencia a las Escuelas”, planteaba no solo la falta de interés de algunos padres –a los cuales la sociedad tenía que exigir su responsabilidad– sino también criticaba las medi- das contraproducentes de la Secretaría de Instrucción Pública, como había sido la supresión de los “inspectores especiales de asistencia a clases”, funcionarios que eran los encargados de velar por el cumplimiento de la ley de la asistencia obligatoria.19 Expresión también de las preocupaciones sociales fue el comentario periodístico de Manuel Valdés Rodríguez titulado “El niño y la niña”, a favor de las aulas mixtas como parte de una precoz proyección de igualdad de sexo. La in-

16 Muchas veces los maestros que habían alcanzado experiencia en las aulas se retiraban con capacidad de trabajo por no lograr ningún beneficio al mantenerse activos. 17 El país y en particular La Habana vive un apogeo de las construcciones de las familias enriquecidas y de las edificaciones públicas como fueron en 1913 la Lonja del Comercio y al año siguiente la Aduana, en tanto el Palacio Presidencial se terminaba en 1919. De esta época data la ubicación de la Universidad de La Habana en la colina de la antigua Pirotecnia Militar. A ello le siguieron otras importantes obras que representaban al mundo asociacionista hispano como el Centro Gallego y el Asturiano. 18 El Diario de la Marina defendería la existencia de las escuelas privadas, en particular las religiosas. 19 La Escuela Cubana, Año I, no. 2, 20 de mayo de 1912. Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 113 corporación de los niños de forma conjunta, según el autor, abría un camino donde “se van barriendo las diferencias, se estudian las distancias, la comadrona de la vida alcanza mayor intensidad, y los niños y niñas se preparan a ser iguales”.20 Otra de las revistas que tendría un gran alcance sería Cuba Pedagógica, apare- cida en 1903, la cual llevó adelante el debate acerca del problema de la educación como parte del desarrollo de la sociedad cubana. Contó además con grandes hom- bres de la inteligencia21 con profundas preocupaciones en torno al acontecer educa- tivo. En sus páginas sostuvo que solo a través de un fuerte vínculo entre la escuela y la comunidad, solo se lograría un buen proyecto pedagógico. Esta relación propia de modernidad no había llegado a Cuba, sobre todo, porque su primer obstáculo estaba en el mantenimiento de la tradición hispánica muy enraizada en las zonas rurales. Esta revista salió a la opinión pública con la misión de defender los altos pro- pósitos educativos y de alguna manera darle continuidad a una lucha iniciada mu- cho antes del aparecer de la república. Se sabe que desde 1900 se había producido un reclamo, bastante extendido entre los pedagogos, de cambiar la organización escolar, cuestión medular planteada en el trabajo “Reformados y reformadores” de Enrique José Varona, en el cual se argumentaba que: “Hay que reformar la escuela, hay que reformar al maestro y hay que reformar las ideas de las ideas de las familias respecto a los que son y lo que puede hacer el maestro y la escuela”.22 Consecuentemente, cómo preparar a los niños y jóvenes del nuevo país se convirtió en tema frecuente en tertulias, círculos o reuniones. Apareció también como motivo en escritos y comentarios de periódicos y revistas. Cuba Pedagógica reseñó algunos ejemplos. Así, a través de un comentario de Márquez Sterling al trabajo de Rafael Altamira acerca de la “Psicología del pueblo español” se pueden deducir algunos de los impedimentos que la tradición presentaba a la modernidad. En este caso, contaba Sterling que le había preguntado a un joven “¿Qué quie- res ser cuando llegues a hombre?”, y el muchacho le contestó “Cacique como mi papá”.23 Luego el periodista agregaba: “Nosotros tenemos un gran deber que cumplir con la patria”. Sin duda, se planteaba formar un ciudadano que cumpliera con el legado martiano de que “De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarse sobre ella”.24 Al igual que en otras publicaciones se divulgan los adelantos en la enseñanza venidos de Francia e Inglaterra, los cuales fueron comentados por los profeso-

20 Ibídem, pp. 13-14. 21 Colaboraban en ella especialistas, científicos y hombres de la cultura como Miguel de Carrión, Félix Callejas, Alfredo Miguel Aguayo, Juan M. Dihigo, Ramón Mañalich, Carlos de la Torre, Manuel Valdés Rodríguez, Enrique José Varona, Guillermo Gutiérrez, Ramiro Guerra y Arturo Montori. 22 Revista Pedagógica Cubana, No. 1, 15 de junio de 1900, pp. 1-2. 23 Cuba Pedagógica, 15 de diciembre de 1904. 24 José Martí: Obras Completas, Vol. 4, Cuba. Política y Revolución IV, 1895, Editorial de Ciencias Sociales, 1974, p. 269 114 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano res cubanos y orientados como parte de la superación que exigía la formación profesional.25 Todo ello contribuyó notablemente al mejoramiento del trabajo del maestro que había nacido de una experiencia “de emergencia” para el país. A la vuelta de una década, comentaría el Dr. Pedro García Valdés en esta propia revista “Los maestros llegan a ser en cada pueblo los jóvenes que daban la nota del buen gusto y del refinamiento en la elegancia del vestir y en el trato social”.26 En algún momento de la realidad contemporánea, esto pasó a ser visto como algo superfluo, pero hoy sabemos la importancia que tienen estas características para que el maes- tro sea reconocido por la familia y la comunidad. En un sentido didáctico también aparecieron de forma sistemática los nuevos ejercicios para perfeccionar el lenguaje, la aritmética, la geografía, la medicina y la fisiología; se divulgaron cuestiones tan novedosas para la época como la economía doméstica y se ofrecieron recomendaciones higiénico–sanitarias. Al buscar orientaciones para facilitar el aprendizaje se actualizaron conocimientos que aparecían en textos nuevos que eran presentados o comentados en la publi- cación quincenal. En esos años se propagó el libro del profesor francés, Auguste Pinloche Pestalozzi y la educación popular moderna, muy debatido en Europa en aquellos momentos.27 Fueron tan valiosas estas informaciones, que luego pasarían a integrar los programas de formación cultural en la Escuela Normal de Maestros. La sección de “Enseñanza y educación. Ayer y hoy” recogió críticas, desde el magisterio, al trabajo burocrático presente en las instituciones republicanas. Abelar- do Saladrigas, quien fuera maestro público, aseveraba que “de todos los problemas de nuestro pueblo, no conocí uno tan solo como el de la educación nacional”.28 Desde puntos aparentemente diferentes se hicieron juicios para modelar los conoci- mientos imprescindibles a los alumnos. Así, se reprodujeron los argumentos que ha- bía esgrimido Enrique José Varona a favor de la Educación Física como asignatura,29 considerada una materia de la modernidad y casi ausente en las escuelas cubanas; y luego asomaron en sus páginas los comentarios sobre la enseñanza de la Historia en la Escuela Primaria.30 Carlos H. Valdés Miranda, quien sostenía que la historia era la ciencia de los hechos realizados por los hombres, recomendaba que en el caso de Cuba comenzara por las biografías de los hombres más célebres del país, por su

25 Muchos de estos conocimientos eran discutidos en las escuelas de Verano, aparecidas en 1900. Estas muy pronto fueron tildadas de demasiado teóricas. Fueron criticadas también porque no se hacía efectiva la cuota de ingreso por su carácter privado, según el doctor Pedro G. Valdés en un comentario aparecido en Cuba Pedagógica. 26 Cuba Pedagógica, noviembre de 1916, p. 600. 27 Auguste Pinloche: Pestalozzi y la educación popular moderna, Imprenta C. Bouret, París, 1903. 28 Cuba Pedagógica, julio de 1904, p. 2. 29 Antiguamente se consideraba que el músculo era antítesis de la inteligencia. No sería hasta el siglo xx en que se reconociera el contenido social, cultural, pedagógico y formativo del deporte. 30 Se divulgan los criterios de la enseñaza de la Historia de José Ángel Trujillo y Miguel Cano. Cuba Pedagógica, 29 de febrero de 1920. Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 115 saber, por sus valores o por sus virtudes. En Cuba, por ejemplo, habría que estudiar ante todo a José de la Luz y Caballero y Félix Varela.31 En cuestiones de métodos de enseñanza el aporte es muy diverso. Mensajes críticos acerca de las formas de evaluación son abordados por J. A. González La- nusa. Bajo el título de “Exámenes” alegaba: “A mí no me espanta que el número de estudiantes matriculados se reduzca, lo malo es que no se reduzca el número preciso de los capaces”.32 Las calificaciones eran cuestiones muy discutidas en esos momentos, de ahí que fuese objeto de análisis en la revista. Casi de mane- ra inmediata al comentario de Lanusa, Enrique José Varona criticaba el examen público por artificioso y se inclinaba a la forma sistemática, aunque reconocía que “la obra de la educación es lenta y de resultados muy variables para los alumnos”.33 No le faltaba razón porque al respecto todavía el mundo pedagógico de hoy se debate ante muchas opciones. Tampoco se escapó la crítica a las influencias norteamericanas en el campo de la instrucción pública. Félix Calleja en su comentario sobre “La Graduación” apunta que “Se trajo una ley de los Estados Yankee para las escuelas del Estado cubano”; por lo que advierte que la legislación escolar tiene que ser propia: “Hagamos nuestras leyes, que aunque no tan sabias como las que dieron de prestado, serán las leyes cubanas, apropiadas a nuestros recursos y a nuestras necesidades”.34 Pero, era también un reclamo al primer gobierno. Resurgían de esta manera las ideas de Martí, casi recién publicadas, donde valoraba la “libertad real y pujante, que solo puede pecar por fal- ta de la cultura” con la cual debían contar los políticos con mayor confianza que la proveniente de “los catecismos de Francia o de Inglaterra”. Porque se aspiraba ya a tener resultado del “trabajo de nuestras cabezas, sacado del molde de nuestro país”.35 El mundo poético y literario se divulgaba igualmente con el propósito de conso- lidar el sentimiento patriótico. A través de sus páginas se dan a conocer los poemas de Dulce María Borrego, discursos de Emilio Blanchet sobre la importancia de las bibliotecas como reservorios de trabajos literarios; la reproducción de La Edad de Oro de José Martí y del poema “Noche buena y noche mala” de Vital Aza. A este tenor, la revista sirvió como medio para divulgar literatura reconocida, como sería el libro Corazón de Edmundo de Amicis, y para la publicación de cuentos cubanos y extranjeros,36 a la vez que favoreció la circulación de estudios lingüísticos. Sirva en este caso como ejemplo, el repaso de las etimologías del Diccionario de la Academia de la Lengua por José Manuel Dihigo. La estructura de la institución escolar fue ampliamente discutida, y de igual forma, los mecanismos establecidos para su control pedagógico y administrativo.

31 Cuba Pedagógica, 29 de febrero de 1904. 32 Cuba Pedagógica, 15 de julio de 1904. 33 Ídem. 34 Ídem. 35 José Martí: Ob. cit. 36 Uno de los primeros en divulgarse sería El Camarón Encantado. 116 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano Varona ofreció, a través de la revista, una respuesta al escritor Miguel de Carrión, quien había emitido una carta de crítica a las Juntas de Educación. Cierto era que las juntas presentaban muchas insuficiencias y apenas revolvían los problemas relacionados con los centros de instrucción, sobre todo en cuanto al reparto de los recursos escolares, el funcionamiento de las escuelas y la ubicación de los maestros, pero Varona defendía la instancia porque representaba un importante vehículo del trabajo con la comunidad; que junto a la escuela y la familia, consti- tuía la tríada básica para la formación de las personas y de los futuros ciudadanos. Respaldó además las juntas porque sus miembros eran elegidos por el vecindario, y por lo tanto, evidenciaba una visión democrática de control del trabajo educati- vo, esencial para alcanzar también los valores entre los niños y jóvenes. La segunda etapa de Cuba Pedagógica cubre los años de 1910 a 1920 y el desenvolvimiento del país indicaba la necesidad que tenía el hombre de educarse, si quería mejorar sus condiciones de vida. En ese sentido Ramiro Guerra en su trabajo “La Pedagogía cubana”, había indicado en 1911 que: “Lo novedoso no hay que buscarlo en el extranjero, ni el perfeccionamiento de los métodos ni de la técnica, sino en el espíritu de nuestro pueblo”.37 Esos años fueron escenario de movimientos peculiares en la sociedad civil. El desarrollo de la economía, aunque no de manera intensa, propició un ambiente cultural en el cual sobresalieron proyecciones para mejorar y ampliar la literatura y el arte. Se creó, entre otras, la Fundación Pro-Arte Musical; mejoró el mundo citadino que celebraba las ganancias producidas por el aumento del precio del azúcar y se perfilaba la explotación del sector turístico al emitirse la primera ley para organizar esta actividad en los principales centros del país38 y se proyectaron los primeros casinos y centros de juego. Específicamente, bajo el gobierno de José Miguel Gómez, el asunto de la escuela pública se había proyectado en la prensa como un asunto de vital importancia. Entre otras cuestiones, la realidad de la desventaja del maestro se había hecho notable en esa época. En relación con la polémica legislativa en torno a modificar la ley del 4 de julio de 1911 para lograr el aumento de los salarios de los maestros y alcanzar la superación a través de las Escuelas Normales, desde Cuba Pedagógica, Arturo Montori se expre- saba como representante de los intereses de este grupo. Justamente, desde sus páginas, se publicitaba el suplemento, en el cual Enrique José Varona se refería a la escuela pública como la única que podía afianzar y consolidar la república. Debía, según su criterio, ocupar el primer plano entre las preocupaciones nacionales. Corrían los años de gobierno de Mario García Menocal y los periódicos rese- ñaban fuertes ataques, a pesar de la política poco democrática del presidente con la prensa.39 De acuerdo con las notas críticas, en la educación se había interrum- pido el trabajo logrado y, sobre todo, se detenía la relación entre escuela y las

37 Cuba Pedagógica, Año IX, enero de 1911, pp. 922-924. 38 Bajo el gobierno de Mario García Menocal se aprueba la primera Ley de Turismo, el 8 de agosto de 1919. 39 Ver El periodismo en Cuba. Libro conmemorativo del día del periodista, La Habana, 1952. Modernidad y progreso en la educación... / RBC 49 / 117 Juntas Municipales.40 También la cuestión de la cubanía reaparecía como proble- ma, sobre todo en el plano de la educación en el momento en que García Kholy representaba la Secretaría de Instrucción Pública. El pedagogo e historiador, Ramiro Guerra, quien había sido director de la revista en esos años, se empeñó en organizar la voluntad de los maestros. Ante las consi- deraciones de que la escuela pública había fracasado en Cuba, en muchas convoca- torias públicas insistió en la necesidad de reforzar los criterios de identidad a través de la escuela. Según sus observaciones: “era preciso inculcar a los ciudadanos de los porvenir el amor a la nacionalidad y a las instituciones públicas y enseñarlos a conocer a Cuba en lo pasado”.41 El sentido patriótico vuelve a plantearse como problema central de la educación. “La patria –según Guerra– es, sobre todo, una personalidad moral que tiene un pasado, un presente y aspira a tener un porvenir. El patriotismo –añade–, es un sentimiento y la noción de un deber”.42 Por su parte, Arturo Montori coincide con Guerra en muchos de estos aspectos, aunque se inclinaba más al análisis de la educación desde sus ideales. Los maestros no solo son personas habilitadas en la técnica de enseñar. Según este pedagogo, el maestro era algo más. “Un educador, para lo cual es preciso que sea educado; es decir, un hombre de mentalidad desenvuelta y disciplina, de hábitos y aptitudes orgánicos convenientes, y de pensamiento orientado en direcciones definidas en relación con los grandes problemas individuales y sociales que la complejidad de la época contemporánea aglomera en la existencia de los individuos y los pueblos.43 Para finalizar, añadiría que los grandes pedagogos movilizaron a través de las revistas a los maestros en pro de transformar la fuerza potencial de cada hijo de Cuba. A través de ellas se presentaron libros que expresaron la modernidad en las ciencias que abordaron. La enseñanza de la agricultura y otros temas de eco- nomía fueron objeto de debate en las páginas de la revista que además lograba un intercambio entre profesores de las distintas provincias.44 Por otra parte, las consideraciones planteadas en el segundo congreso de las Escuelas Normales,45 dadas a conocer en varios números de la revista, muestran el alcance del tema de la educación en la sociedad civil cubana de esos años.

40 Juntas de Educación establecidas por la Orden No. 368 de Leonardo Wood. En ese momento Enrique José Varona era Secretario de Instrucción Pública. El 18 de julio de 1909, se dicta la Ley Escolar respecto a las Juntas y el Dr. Ezequiel García defiende esta forma en la Comisión de Instrucción Pública de la Cámara de Representantes. 41 Ramiro Guerra: “La Nación y la escuela”. En Cuba Pedagógica, 31 de diciembre de 1917, pp. 456-457 y 630-646. 42 Ramiro Guerra: ¿Cómo se forma la moral de un niño? Cuba Pedagógica, 31 de agosto de 1917,t. 3, p. 384. 43 Arturo Montori: “Función de los Estudios Gramaticales y Lecturas en la Escuela Normal” (discurso de inauguración del curso de La Habana 1917). En Cuba Pedagógica, No. 12, 15 de diciembre de 1917, pp. 456-457. 44 En Cuba Pedagógica, III Serie, 30 de abril de 1920, se publicaron varios temas como “La enseñanza de la agricultura”, pp. 210-212 y “La fiesta del árbol”, pp. 213-216. 45 Cuba Pedagógica, 31 de enero de 1920. 118 / RBC 49 / Dra. Leonor Amaro Cano Otras muchas publicaciones esperan por un comentario, pero ello rebasaría el límite del trabajo presente. En algunas de ellas sería justo reconocer lo aportado por la Revista Pedagógica Cubana, aparecida en el año 1900 como el “Órgano oficial de la Asociación de maestros y amantes de la niñez cubana”, bajo la dirección de Ma- nuel de J. Sáenz Medina que contó, a su vez, con colaboradores de gran prestigio.46 Esta publicación no solo puso a disposición de los maestros informaciones preci- sas acerca de los nuevos libros editados y las nuevas técnicas pedagógicas sino que trazó políticas en cuando a la educación, considerada por muchos como una zona neutra. En realidad los hombres agrupados en torno a la revista sabían la importancia de la educación como control de la sociedad y como vía para alcanzar el progreso. Otra importantísima revista sería Cuba y América, aparecida en 1897 en Nueva York con un carácter mensual, dirigida por Raimundo Cabrera quien contó con ilus- tres colaboradores como Nicolás Herrera, Leopoldo Cancio, Enrique José Varona y Rafael S. de Calzadilla. Iniciado el siglo xx, a partir del tercer número se publicaría en La Habana y desde esta publicación se clamará por responsabilizar al Estado de sus deberes hacia la educación del ciudadano. José María de Céspedes desde sus pá- ginas reclamaría que El Estado no tienen el deber, ni menos la obligación de formar sabios ni eruditos, pero el Estado tiene la obligación de fomentar el aprendizaje de un arte, oficio o preparación con que librar la subsistencia propia y el de los suyos.47 Y para ello, debía mejorar el sistema de formación de los maestros. No podemos terminar sin antes incluir, brevemente, la Revista de Instrucción pública, editada también en 1900 y dirigida por el Dr. Alejandro María López, en la cual se conservaron los comentarios de la correspondencia de los maestros cu- banos que fueron a Harvard University, a principios del siglo, cuyos datos fueron procesados de manera muy interesante por Maríal Iglesias en su obra Las metáfo- ras del cambio 1898-1903. La actualización del maestro en diversas temáticas sería su mayor propósito. Esta revista, de la cual no se conserva la colección completa, contribuyó de mane- ra diversa a la cultura cubana. Más que reproducir poesías, por ejemplo, estimuló el conocimiento a través de comentarios sobre obras o poetas, aunque no siempre serían referidas a autores cubanos. Fue una manera de sensibilizar al maestro en este tipo de creación tan importante para el mundo espiritual de un educador.

46 Fueron colaboradores, entre otros: Alfredo Miguel Aguayo, el Dr. Manuel Valdés Rodríguez, Bruno Valdés Miranda, Enrique José Varona, María Luisa Dolz, Esteban Borrero Echevarría, Dr. Manuel Sanguily, Dr. Lincoln de Zayas, Juan Gualberto Gómez, Lic. Alfredo Zayas, Dr. Juan Dihigo y Dr. Pedro Valdés Rodríguez. Ver Carlos Trelles, Alfredo Dollero, Juan Jacobo de la Pezuela, Raimundo Cabrera, Castellón y Alfredo Zayas. 47 José María de Céspedes: “Enseñanza Superior”. En revista Cuba y América, No. 74, vol. IV, La Habana, 5 de enero de 1900, p. 7. INVESTIGACIÓN LA SELECCIÓN DE ÁRBITROS DESDE LA PERSPECTIVA DE DIRECTORES DE REVISTAS BIOMÉDICAS CUBANAS

SELECTION OF PEER REVIEWERS ACCORDING TO THE CUBAN MEDICAL JOURNAL EDITORS’ PERSPECTIVE

Dania Silva Hernández, Ana Dolores del Campo Peña, Rebeca Crosdale Hunt, Norma Lobaina Baile, Isabel Magalys Noa Riverón y Nelcy Martínez Trujillo Editorial Ciencias Médicas. La Habana, Cuba Escuela Nacional de Salud Pública. La Habana, Cuba

Resumen: Objetivos: Valorar los criterios utilizados por los directores de re- vistas biomédicas cubanas para la selección de sus árbitros. Métodos: Se realizó una investigación descriptiva entre septiembre del año 2013 y diciembre de 2014. Se aplicó y se validó un cuestionario enviado por vía electrónica a 21 directores escogidos por muestreo de conveniencia y dis- ponibilidad para participar. La muestra la constituyeron 14 directores. Se ex- ploraron variables relacionadas con el proceso de arbitraje y la selección de los árbitros. Los datos se ingresaron en una base de datos creada al efecto con el programa SPSS versión 15.0., en español. Los resultados se expresaron en valores absolutos y porcentajes. Resultados: El prestigio científico fue el crite- rio de selección marcado por 13 (85,7%) directores. La característica señalada como indispensable por todos los directores fue la actualización del árbitro en el tema a evaluar. En segundo lugar, mencionaron el compromiso de ser ético y responsable, la objetividad en el dictamen, y el gestionar la información per- tinente; esta última condición fue muy valorada. Entre las habilidades indis- pensables en un árbitro, 8 directores declararon que fueran capaces de detectar errores graves de forma y de contenido y problemas metodológicos que afecten la calidad del texto. Conclusiones: Los criterios adoptados por los directores

119 120 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. para la selección de árbitros denotan una orientación objetiva. No obstante, deben establecerse pautas concretas que establezcan las condiciones y habili- dades indispensables para el buen desempeño de un árbitro. Esto facilitaría la gestión de selección de estos expertos. Palabras claves: Árbitro; criterios de selección; revisión por pares. Abstract: Objectives: To assess the criteria used by the Cuban medical journal editors for the selection of peer reviewers. Methods: A descriptive research study was conducted from September 2013 to December 2014. A questionnaire was administered and validated, which was sent by e-mail to 21 editors selected through convenience sampling and willingness to participate in the study. The sample was 14 editors. Several variables related to review process and selection of reviewers were explored. Data were entered into a database created for this purpose with the SPSS 15.0 version software in Spanish. The results were given in absolute figures and percentages. Results: The scientific prestige was the selection criterion stated by 13 (85.7%) editors. The characteristic that all the editors pointed out as indispensable was update in terms of evaluation by the reviewer. In the second place, they listed the commitment to ethics and responsibility, objective reporting and relevant information management, the latter was highly assessed by the participants. Among the indispensable skills of a reviewer, eight editors stated that they should be able to detect serious mistakes in form and content and the method- ological problems affecting the quality of text. Conclusions: The criteria of editors for the selection of peer reviewers show an objective orientation. However, specific guidelines should be set to state the indispensable skills and conditions for good performance of reviewers, which would facilitate the process of selection of these experts. Keywords: Reviewer; selection criteria; peer review.

Introducción OS directores de revistas científicas cubanas, una vez que deciden que un manuscrito es publicable, sobre todo los que tienen resultados de in- vestigación, lo someten al proceso de revisión por pares externos o peer Lreview. Este proceso tiene lugar fuera del ámbito de la casa editora, que se encarga de la redacción, la edición de los manuscritos arbitrados recibidos y de su publi- cación en una revista científica. El tránsito de los manuscritos desde su recepción hasta su publicación se representa en forma de diagrama de flujo, para su mejor comprensión.1 El filtro de la revisión por pares permite seleccionar el material para publicar, mejora la presentación del trabajo (su claridad científica y lingüística), elimina errores, evita omisiones y genera un ambiente de credibilidad de lo publicado; La selección de árbitros... / RBC 49 / 121 por tanto, la revisión por pares es al mismo tiempo una defensa que tiene el autor (contra sus propios errores) y el lector (contra los trabajos sin calidad), así como una ayuda en la toma de decisiones finales del director de la revista científica.2 Pero es también un proceso complejo por varias razones, entre ellas: las dificul- tades en la selección de los pares evaluadores, su lentitud, los sesgos que puede generar y las pocas posibilidades de detectar comportamientos antiéticos como el plagio, la publicación redundante o los resultados fabricados. Otros inconve- nientes señalados, sobre todo en esta era digital, es la escasa o nula presencia de peer review en algunas revistas de acceso abierto, la necesidad de su vigilancia continua para su perfeccionamiento y la resistencia de autores y directores a los nuevos sistemas de revisión.2–4 A pesar de los problemas señalados, actualmente la revisión por pares es acep- tada por la comunidad académica mundial y prestigia e identifica a las revistas científicas. Un número importante de las revistas biomédicas cubanas están indexadas en SciELO y procesadas por Scopus,5 lo que implica que tienen visibilidad interna- cional en un mundo ilustrado cada vez más competitivo, que las obliga a alcanzar y a mantener altos estándares de calidad en los aspectos científico y editorial, a lo que contribuye el arbitraje siempre que sea riguroso y bien conducido. En la práctica y, durante la redacción y edición de los manuscritos arbitrados recibidos, el especialista detecta problemas que remiten, en algunos casos, en un deficiente arbitraje. La calidad de la selección de los árbitros podría ser una de las causas por las que se identifican estas irregularidades en los manuscritos. La selección de pares académicos es una tarea que se le asigna tradicionalmente al director de la revista,6 por considerarse que es quien mejor conoce el estado del conocimiento en su área de estudio y, por ende, está al tanto de quiénes son los me- jores expertos. No obstante, se constituye en una tarea compleja. En las revistas científicas cubanas se publica poco acerca del peer review;7–10 solo encontramos un artículo que aborda desde la teoría, el problema de la selec- ción de los expertos y de las vías para su realización.11 A partir de los antecedentes comentados, y en virtud de la carencia de infor- mación que se refiera de manera específica a la selección del árbitro en el ámbito editorial cubano, es objetivo de este trabajo valorar los criterios utilizados por los directores de revistas biomédicas cubanas para la selección de sus árbitros.

Métodos Se realizó una investigación descriptiva entre septiembre del año 2013 y di- ciembre de 2014, como parte del proyecto de culminación del curso para editores científicos impartido por la Editorial Ciencias Médicas. El universo estuvo constituido por 21 directores de revistas biomédicas cu- banas certificadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente 122 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. (Citma). La selección se realizó a partir de un muestreo por conveniencia,12 y su disponibilidad para participar. La muestra quedó constituida por 14 directores. Para la recogida de la información, se diseñó por el equipo de investigación, constituido por editores vinculados a las revistas biomédicas por más de diez años, un cuestionario (anexo) validado por criterio de expertos que cumplían los requisitos de tener más de cinco años como integrantes de comités editoriales, poseer formación de máster o doctor en ciencias y experiencia en la publicación de artículos científicos. El cuestionario se envió por correo electrónico a los par- ticipantes. Las variables exploradas en el cuestionario fueron: tiempo en el cargo de di- rector de revista, cumplimiento del objeto social de la revista que dirige, evalua- ción externa de los artículos, modalidad que emplea y disponibilidad de guía para esta evaluación, criterios que aplica para la selección de los árbitros, presencia de guía que paute las características que debe tener un árbitro, características que considera debe tener un árbitro y su importancia, existencia de guía que paute la forma de evaluar a sus árbitros y –si los evalúa– qué habilidades considera durante la evaluación y su importancia, si ha tenido árbitros que hayan detectado mala praxis científica o rechazado artículos que implican avances médicos importantes y, por último, si reconoce explícitamente a los que considera buenos revisores, y el nivel de satisfacción de estos en relación con la labor que realizan. Para el procesamiento de la información, los datos se ingresaron en una base de datos creada con el programa SPSS versión 15.0. en español. Los resultados se expresaron en valores absolutos y porcentajes. Se realizó el análisis cualitativo de los datos del cuestionario que aportaba este tipo de información. Se identificaron unidades de análisis.

Resultados Respondieron el cuestionario en el límite temporal señalado 14 directores (100%); de ellos, ocho (57,1%) tenía más de 10 años de experiencia en la activi- dad de dirección de revista científica; cuatro (28,6%) menos de cinco años y dos (14,3%) entre seis y 10 años. La mayoría, ocho (57,1%), declaró que su revista cumple totalmente con su objeto social, mientras que cinco (35,7%) dijo que solo tenía un cumplimiento parcial, y uno (7,2%) no respondió la pregunta. La evaluación externa (arbitraje) de todos los manuscritos recibidos la reali- zaban 12 directores (85,7%); dos (14,3%) precisaron que no la hacían, por lo me- nos en todos los trabajos. La modalidad de arbitraje utilizada por ocho directores (57,2%) es la de doble ciego, tres (21,4%) a simple ciego y uno (7,2%) declaró la modalidad abierta. Poseen guías para la evaluación de los manuscritos por los árbitros nueve directores (64,3%); los cinco restantes (35,7%) no la tienen. El prestigio científico fue marcado por 13 directores (85,7%) como criterio utilizado para la selección de sus árbitros (tabla 1). La selección de árbitros... / RBC 49 / 123 Tabla 1. Criterios utilizados por los directores para la selección de los árbitros

Directores No. Criterios No. % 1 Los selecciona el director 6 42,9 2 Revisión de una base de datos 1 7,1 3 Solicitud a los autores 0 0 4 Por ser relativamente joven 0 0 5 Por ser mujer 0 0 6 A sugerencias del comité editorial 11 78,6 7 Por su prestigio científico 13 85,7 8 Otros* – – * Tener amigos especialistas. Solo tres directores (21,4%) declararon disponer de algún documento o guía que contiene las características que deben tener los árbitros; el resto, 11 (78,6%) no tiene ningún documento. Entre estas características, la considerada indispen- sable por 14 directores (100%) fue el “estar actualizado en el tema objeto de evaluación” (tabla 2).

Tabla 2. Importancia que los directores atribuyen a las características que deben tener los árbitros

Importancia de las características (frecuencia de las respuestas) Características No la Poco Media- Sumamente Indis- toma en impor- namente importante pensable cuenta tante importante Actualizado en el tema 0 0 0 0 14 a evaluar Objetivos en el dictamen 0 0 1 3 9 Entregar en plazo fijado 0 0 0 5 0 Tener conocimientos en metodología de la 0 0 1 5 7 investigación Pertenecer a institución 0 1 2 3 1 de prestigio Tener conocimientos en 0 0 3 5 1 bioestadísticas 124 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al.

Importancia de las características (frecuencia de las respuestas) Características No la Poco Media- Sumamente Indis- toma en impor- namente importante pensable cuenta tante importante Ético y responsable 0 0 0 1 12 Rechaza manuscritos 1 1 1 1 1 con resultados negativos Tiene preparación como 0 0 3 3 1 árbitro Gestiona información 0 0 0 8 3 pertinente Es lector crítico 0 0 – 5 6 Es inquisitivo 0 0 2 4 1 Es altruista 0 1 0 3 1 La mayoría ocho (57,1%) de los directores no cuenta con un documento que paute las formas de evaluar a los árbitros de su revista; cuatro (28,6%) dijo que sí lo poseen; uno (7,1%) no sabía e igual porcentaje no respondió; a pesar de estos resultados, ocho (57,1%) directores declararon que evalúan de alguna manera las habilidades de sus árbitros; cinco (35,8%) no lo hacen y el resto, uno (7,1%), no respondió la pregunta. Las habilidades marcadas como indispensables por la mayoría de los directores, ocho (57,1%), fueron: detectar errores graves de forma y contenido y problemas metodológicos en el texto, así como ser éticos en sus críticas a los autores (tabla 3).

Tabla 3. Importancia que los directores atribuyen a las habilidades que consideran deben tener los árbitros

Importancia de las habilidades (frecuencia de las respuestas) Habilidades No la Poco Media- Sumamente Indis- toma en impor- namente importante pensable cuenta tante importante Generar críticas cons- 0 0 0 3 5 tructivas Detectar errores graves 0 0 0 1 8 de forma y contenido Detectar problemas me- todológicos que afectan 0 0 0 1 8 la calidad del texto La selección de árbitros... / RBC 49 / 125

Importancia de las habilidades (frecuencia de las respuestas) Habilidades No la Poco Media- Sumamente Indis- toma en impor- namente importante pensable cuenta tante importante Entregar el dictamen en 0 0 1 4 3 el plazo establecido Argumentar sus valora- 0 0 0 4 4 ciones Sugerir la implementa- ción de métodos estadís- 0 0 1 2 2 ticos más apropiados Ser éticos en sus críticas 0 0 0 1 8 Constatar el valor cientí- 0 0 0 2 6 fico del articulo Ajustar sus respuestas a 1 1 1 2 2 la guía de evaluación Comprobar la valía de 0 0 0 4 4 las referencias Sugerir la inclusión de 0 0 2 2 2 referencias a fines Declarar conflictos de 0 0 0 2 3 intereses con el autor La casi totalidad de los directores, 13 (92,9%), declaró que no han dado como publicables manuscritos que contengan datos o experimentos falseados y 1 (7,1%) prefirió no responder la pregunta. Asimismo, 12 (85,8%), expresaron que no han rechazado trabajos cuyos resultados supongan un sorprendente avance de la cien- cia; dos (14,2%) no respondieron la pregunta. Menos de la mitad de los directores, seis (42,9%), hace reconocimiento ex- plícito a sus buenos árbitros, iguales resultados para los que no lo hacen y dos (14,2%) no respondieron la pregunta. Dos directores (14,2%) se sienten muy satisfechos con la labor que realizan en la revista, cinco (35,5%) se sienten satisfechos y tres (21,4%) medianamente satisfechos. Los cuatro directores restantes se distribuyeron en las categorías de insatisfecho, muy insatisfecho, indiferente y no respuesta, con un director en cada categoría.

Análisis cualitativo Entre las propuestas de los directores para mejorar la calidad del arbitraje emergieron los aspectos siguientes: las formas de selección del árbitro, la estan- 126 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. darización del proceso de evaluación de los manuscritos, la estimulación, la capa- citación, el acceso a la información y la evaluación del desempeño. Formas de selección del árbitro La selección del árbitro se basa, según experiencia, en la amistad entre el co- mité editorial y el árbitro, lo cual debe ser erradicado.

Estandarización del proceso de evaluación de los manuscritos Valorar la posibilidad de crear una guía de evaluación estandarizada de la Edi- torial Ciencias Médicas (Ecimed) para todas las revistas. Sería una guía de eva- luación general de Ecimed para árbitros que, si es necesario, se pudiera adecuar por los comités editoriales. Estimulación El arbitraje debe ser retribuido de forma tal que exista un compromiso entre el árbitro y la revista. Debe existir la posibilidad de estimular el trabajo que rea- lizan los árbitros; así participan y realizan con más entusiasmo el arbitraje de los artículos solicitados; buscar mecanismos que estimulen moralmente al árbitro (re- conocimiento en su institución, ante colectivos laborales y organismos políticos y crear un sistema de estímulo moral con adecuada divulgación). Aunque para los árbitros el hecho de ostentar esta categoría implica un recono- cimiento consustancial a su desempeño, sería útil que estos pudieran recibir algún tipo de estímulo de un área distinta al propio comité editorial. Además, debería disponerse de un fondo para remunerar esta labor, una práctica internacional, que ya existe en algunas revistas cubanas. Debe buscarse la forma de incentivar a estos profesionales que de manera gentil contribuyen a la revisión de artículos. Capacitación Asistir, junto a editores profesionales, a cursos y eventos; crear cursos siste- máticos para arbitraje que sean a distancia preferiblemente; impartir cursos pe- riódicos a los comités editoriales y a los árbitros; organizar entrenamientos a los árbitros: cursos, talleres, seminarios, etcétera. Consideramos que un árbitro debe ser, en primer lugar, un profesional con amplio dominio del tema que se somete a su consideración. Acceso a la información Poseer Internet, al menos para el comité editorial y el director o secretario. Evaluación del desempeño como árbitro Evaluar al árbitro. Si no es bueno se puede sustituir por otro. La selección de árbitros... / RBC 49 / 127 Discusión Las características personales que exhiben la mayoría de los directores de re- vistas científicas que participaron, tanto por el tiempo de experiencia en la acti- vidad de dirección como por el conocimiento que tienen del objeto social de su revista, expresado como la misión de cada una de ellas y publicadas en la interfaz de la plataforma Scientific ELectronic Library On Line (SciELO), es favorable. Asimismo, lo es también el que la mayoría de los directores sometan los manus- critos recibidos a la evaluación externa por pares. El hecho de que no todos los manuscritos, por ejemplo, las cartas al editor, los editoriales y otros, no reciban este tratamiento, es decisión de cada director. Las modalidades de la revisión por pares tienen argumentos a favor y en con- tra.13-14 La más utilizada por nuestros directores fue la de doble ciego, variante que otorga mayor libertad a los expertos para hacer sugerencias o críticas y eli- mina prejuicios de autoría o afiliación; sin embargo, en el mundo académico de hoy están siendo consideradas otras alternativas que se destacan como formas de evolución del proceso original del peer review; se trata de la revisión abierta, publicada al final del artículo y que abre espacios de discusión posteriores a la publicación.15 Entre los directores encuestados, uno declaró hacer un proceso de revisión abierto, en concordancia con las alternativas planteadas hoy día a los métodos de simple y doble ciego. Las opciones marcadas por los directores como criterios que tienen en cuenta para la selección del árbitro (tabla 1) se ajusta a lo que consideran algunos inves- tigadores.4,10,13-14,16 El prestigio científico, señalado por todos, es polémico en el sentido de que, por un lado, se supone que quienes ostentan esta categoría, mane- jan información reciente sobre el tema que evalúan; por tanto, pueden identificar con facilidad los aportes originales de la investigación que se presenta sobre lo ya conocido; y por otro, podemos pensar que el prestigio científico lo tienen profe- sionales con alto nivel académico, casi siempre en la sexta o séptima década de la vida; y curiosamente, la calidad de la revisión declina con el aumento del rango académico del evaluador.17 El argumento a favor de esta afirmación estriba en que los miembros mayores pueden ir adquiriendo un número creciente de responsabilidades académicas y científicas que les hace difícil mantener los estándares de calidad exigidos en el proceso de peer review, son menos impresionables por los nuevos trabajos; sus evaluaciones se basan más frecuentemente en su experiencia y mantienen opinio- nes más arraigadas.17 Las tres opciones no marcadas por los directores como criterio de selección (tabla 1) merecen comentarse. En primer lugar, la juventud del revisor. Los resul- tados de diferentes investigaciones expresan que el perfil de los evaluadores más precisos en su labor suele tener unos 40 años, residen en Estados Unidos, tienen preparación específica en epidemiología y estadísticas y dedican como promedio 128 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. tres horas en la redacción del dictamen. Las críticas que recibe este modelo se asientan en la exclusión de las mujeres entre los evaluadores y editores (direc- tores) de revistas de prestigio y de la preferencia por los autores anglosajones.18 Otros encuentran que el mejor perfil lo ofrecen los jóvenes evaluadores, meno- res de 40 años, que trabajan en un centro universitario; y añaden que la juventud y el tipo de institución son los únicos predictores independientes de la calidad de las revisiones.17 Consideran que estos jóvenes tienen más interés en alcanzar reconocimiento profesional, han recibido más recientemente entrenamiento en habilidades de diseño, metodología y estadística, buscan más datos en la literatura y están más abiertos para aceptar nuevas ideas y los avances de las ciencias. En cuanto a las féminas, existe también el criterio de que, a pesar de las dificultades que tienen para su desarrollo científico,19 son tan buenas evaluadoras como los hombres, tienen menos demora y mejor cumplimiento que ellos.17 El criterio de solicitar a los autores sus posibles árbitros, otro no marcado por los directores, es factible; pero se ha comprobado que en estos casos los manuscri- tos en cuestión tienen una mayor frecuencia de aceptación en comparación con los de otros árbitros.17 Además, las posibles relaciones personales o profesionales, ya sean positivas o negativas, entre el autor y otros actores que participan en el pro- ceso de peer review pueden generar conflictos,20 y a la larga sesgar las decisiones editoriales. Estos elementos pudieran aplicarse también al criterio de selección que declaró un director: “tener amigos especialistas”, que pensamos debe ser to- mado con cautela. Los amigos especialistas del director pueden serlo también de los autores y más aún si conviven en una misma institución; el resultado, además de conflictos y sesgos, pudiera ser arbitrajes malos o superficiales. El hecho de que un poco más de la mitad de los directores disponen de mo- delos para la evaluación que hacen los árbitros, es conveniente. Hoy día, algunos autores publican guías bien completas,21 pero lo importante es desplazar el meca- nicismo y argumentar con solidez la opinión que le merecen el manuscrito y las recomendaciones a los autores. La selección de personas para realizar determinada labor conlleva que se ten- gan en cuenta las características y las habilidades que poseen y que las hacen idóneas para la tarea. Relacionado con las características, podemos plantear que la invitación a un profesional para actuar como árbitro es un reconocimiento a su competencia en un área del conocimiento, a su seriedad en la entrega en tiempo de un dictamen objetivo, a su ética profesional, tanto en la observancia de la confidencialidad del manuscrito que evalúa como en sus críticas constructivas o recomendaciones, y a su responsabilidad en la decisión final del director de publicar o rechazar; de ahí que estas características, señaladas como indispensables por la mitad y más de nuestros directores, se explican por sí solas y se avienen a lo publicado en la litera- tura.3,6,17,22-23 Es bueno destacar que la competencia del experto –dado, entre otros, por “la actualización en el tema a evaluar”– es, sin duda, una de las características La selección de árbitros... / RBC 49 / 129 más importante que debe tener un experto y así quedó entendida y marcada por todos los directores. “Gestiona información pertinente”, particularidad declarada como sumamente importante por la mayoría de los participantes, es interesante por cuanto la enu- meración de las referencias en los manuscritos arbitrados recibidos, casi siempre tiene errores,24 y se considera25 que uno de los mayores aportes que un revisor puede dar es comunicarle al autor aquellos artículos relevantes y recientes que fueron omitidos o aquellas referencias que sobran porque están incompletas o incorrectas en su acotación en el texto o con lo que se dice de ella en el manus- crito. Además, el experto debe hacer una valoración general del número de refe- rencias, su actualización, formateo o estilo y ser exigente en la cita de las fuentes originales, no secundarias, como las tesis o resúmenes de congresos, o las poco accesibles.25 Entre las habilidades (tabla 3) que los directores marcaron con condición de indispensable, repite la condición ética del experto que ya hemos comentado en párrafos anteriores. Emergieron también con la misma condición anterior el “detectar problemas metodológicos que afectan la calidad del texto”. Estos problemas deben ser eva- luados por los árbitros, en opinión de diferentes autores.17,23 El periódico brasileño de neumología,26 publica un documento titulado “Recomendaciones a los reviso- res” que contiene siete puntos que sus expertos deben tener presentes durante la evaluación del manuscrito bajo su responsabilidad. El segundo punto dice “Aten- ción a los aspectos metodológicos y al análisis estadístico” y recomienda la nece- sidad del análisis crítico de estos elementos; los directivos de esta revista habían sido alertados de errores metodológicos graves y análisis estadísticos impropios en artículos publicados. En la práctica del trabajo de redacción y edición de manuscritos arbitrados, recibimos trabajos sin conclusiones, objetivos mal formulados, las limitaciones del estudio rara vez están presentes, la información aparece mezclada entre las diferentes partes de un artículo original, aparecen figuras con textos ilegibles, entre otros elementos que dificultan la lectura, la comprensión, la redacción y la edición del manuscrito, lo que hace muy probable su devolución al comité edito- rial. Consideramos que el árbitro no evalúa estos aspectos y no ofrece ayuda a los autores. Se infiere que se fijan más en los errores de forma y contenido, opción marcada por nuestros directores como indispensable, que se corresponde más con la actualización y la preparación que deben tener en determinado campo del co- nocimiento y dejan de lado la revisión de los aspectos metodológicos o lo hacen de forma inconsistente. Además, si bien las opciones sobre aspectos relacionados con la bioesta– dís- tica (tablas 2 y 3) la marcaron pocos directores, se percibe, no pocas veces, insu- ficiente claridad en estos aspectos que pudiera llegar a entorpecer la reproducción de los métodos descritos y, por tanto, la calidad del artículo. 130 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. La evaluación del árbitro, tanto en su forma de hacerla o en la de sus habilida- des, fue deficiente. En este sentido, los directores pueden aprovechar las ventajas que les ofrece el sistema de acceso abierto [Open Journal System (OJS, siglas en inglés)],1 que es una herramienta de gestión editorial útil para directores, árbitros, autores y todos los involucrados en el proceso editorial; le permite al director disponer de un registro de los dictámenes recibidos, el tiempo tomado para su en- trega y otros elementos, y así cualquier decisión a tomar o evaluación que se haga sería más fácil y tendría una base objetiva y concreta. Prácticamente todas las re- vistas biomédicas cubanas están hoy en día incorporadas al Open Journal System. Ningún experto, según expresaron prácticamente todos los directores, ha de- tectado en los manuscritos datos o experimentos falseados. Esta es una de las críticas que recibe el peer review, ya aquí comentadas y en la que todos los invo- lucrados coinciden. Es difícil, y en realidad las pocas veces que se ha detectado un problema de este tipo en alguna revista biomédica cubana ha sido obra de la casualidad.27 Tampoco se han rechazado manuscritos cuyos resultados impliquen un avance científico importante, pero uno de nuestros directores argumentó que es preferible abstenerse de diseminar algo que tiene poca comprobación y después resulta no válido o en ese caso, buscar la opinión de un tercer árbitro o del comité editorial. Estamos de acuerdo con la opinión de este director, pero también con- sideramos que es necesario correr el riesgo; antes que todo puede pasar, incluso en nuestras revistas, que se rechacen manuscritos cuyos resultados sean después objeto de aceptación por su novedad o trascendencia. El reconocimiento al trabajo del árbitro es un aspecto esencial, que debería ser así considerado por todos los directores; sin embargo, pocos de ellos tienen en cuenta este aspecto y los que lo hacen emplean diferentes formas: aparición de la relación de árbitros en la revista al concluir o iniciar el año acompañado de palabra de agradecimiento, entrega de documento que le sirva para su evaluación profesio- nal anual y currículum vitae, certificado por la labor realizada e información de su buen trabajo en los colectivos de trabajadores. En la actualidad, algunas revistas biomédicas cubanas tienen instrumentada la entrega de una remuneración discreta por cada arbitraje, que se espera repercuta de forma positiva en la calidad y rapidez en la entrega del dictamen. Todas las revistas deberían explorar la posibilidad de hacerlo en aras de estimular de forma material a sus expertos, a pesar de que pueden aparecer los problemas ya comentados cuando existen relaciones personales o de otro tipo entre autores, evaluadores, directores y otros participantes en el proceso de producción de revistas científicas. La satisfacción de los directores con el trabajo realizado en las revistas aportó resultados variables; la mayoría declaró algún grado de satisfacción. Ser director de una revista científica es tener prestigio y autoridad en el mundo académico. Es una actividad compleja, que exige mucho tiempo, pero lo que no debe suceder es que la falta de motivación o de interés que pudieran tener algunos directores lastre el proceso de producción de una revista científica, y que toda su primera etapa La selección de árbitros... / RBC 49 / 131 –que incluye la primera lectura del director y el arbitraje, entre otras– queden sueltas o simplemente no se hagan. En el análisis cualitativo hubo coincidencia en las categorías emergentes ex- traídas de textos generados por las opiniones de los directores; solo pequeñas diferencias a favor de la evaluación del árbitro por los directores. Una de las limitaciones de este estudio fue la imposibilidad de disponer de la participación de todos los directores de las revistas biomédicas cubanas certifica- das por el Citma, como aparece en el proyecto de investigación. Tiene también la limitación que implica el autorreporte y el sesgo de memoria; pero a pesar de estos inconvenientes, consideramos que esta primera aproximación al tema de la selección del árbitro es válida para todos los participantes en el proceso editorial y para todos los profesionales con potencialidades de ser invitados a participar en él. Por todo lo expuesto podemos concluir que los criterios adoptados por los directores para la selección de árbitros denotan una orientación objetiva. No obs- tante, deben establecerse pautas concretas que establezcan las condiciones y ha- bilidades indispensables para el buen desempeño de un árbitro. Esto facilitaría la gestión de selección de estos expertos. Recomendamos a los directores renovar sus opciones; en la selección del par evaluador, por ejemplo, integrar un experto de alto prestigio científico con otro más joven de menos experiencia y ampliar la participación de la mujer. Considerar la incorporación de especialistas en metodología de la investigación, epidemiología y estadísticas si fuera necesario, y acumular las experiencias conseguidas. También recomendamos la eliminación de expertos amigos entre los criterios de selección, una mayor incorporación del OJS, como herramienta muy útil para el trabajo edi- torial, y valorar la posibilidad de una Guía de evaluación general de Ecimed para árbitros que, si es necesario, se pudiera adecuar por los comités editoriales. Agradecimientos A todos los directores de las revistas biomédicas cubanas que aceptaron par- ticipar en este trabajo. A los licenciados Ana Luisa Pinillo León, de la Biblioteca Médica Nacional, por la excelente ayuda y la atención brindada en la búsqueda de información. A Mónica Guillén del Campo, Thelvia Berriz Valle y Alex Ordaz Sayas, del Centro de Investigaciones Sociales del ICRT, por la creación y organi- zación de la base de datos utilizada, así como el procesamiento de la información. Conflicto de intereses Las autoras declaran que no existen conflictos de intereses. Referencias bibliográficas

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Anexo

Estimado director de revista: La Editorial Ciencias Médicas está realizando un estudio con el objetivo de contribuir a elevar la calidad de las revistas biomédicas cubanas. Para ello, hemos centrado la atención en el proceso de selección de los árbitros. Por tal motivo y teniendo en cuenta su experiencia, nos dirigimos a usted para contar con su valiosa opinión. La informa- ción recogida es totalmente anónima y solo será utilizada para los fines ya expuestos. Le agradecemos de antemano su colaboración. 1. ¿Durante cuánto tiempo se ha desempeñado como director de revista científicas? ___Menos de cinco años ___6–10 años ___Más de 10 años 2. ¿Considera usted que la revista que dirige cumple con su objeto social? (Marque solo una alternativa) ___Totalmente ___Parcialmente ___No lo cumple ___No sé 3. ¿Todos los artículos de su revista se someten al proceso de evaluación externa? ___Sí ___No En caso de que su respuesta sea afirmativa, diga qué tipo emplea: ___Simple ciega ___Doble ciega Abierta 4. ¿Cuentan los árbitros con alguna guía para la evaluación de los artículos? ___Sí ___No ___No procede 5. ¿A partir de qué criterios se seleccionan a los árbitros de su revista? (Puede marcar más de una respuesta) ___Los selecciona el director. ___A partir de la revisión de una base de datos. ___Se les solicita a los autores. ___Por ser relativamente joven. La selección de árbitros... / RBC 49 / 135 ___Por ser mujer. ___A sugerencias del comité editorial. ___Por su prestigio científico. ___Otros, ¿cuáles? ______. 6. ¿Cuenta con algún documento que paute las características que deben tener los árbitros de su revista? ___Sí ___No ___No procede. 7. A su juicio, ¿qué características debe tener una persona para ser incluida entre los árbitros de su revista? (Marque a la izquierda) 7.1 De las seleccionadas, ¿qué tan importante las considera?: Indispensable (5), Su- mamente importante (4), Medianamente importante (3), Poco importante (2), No lo toma en cuenta (1) (Incluya, a la derecha, el número que se corresponda con su valoración) ___Estar actualizado en el tema objeto de evaluación___. ___Ser objetivos en la elaboración del dictamen___. ___Cumplir con el plazo establecido para la elaboración de los dictámenes___. ___Poseer conocimientos de la metodología de la investigación___. ___Pertenecer a una institución de prestigio___. ___Poseer conocimientos de bioestadística___. ___Ser ético y responsable___. ___Tener tendencia a rechazar artículos con resultados negativos___. ___Poseer preparación específica como árbitro___. ___Ser capaz de gestionar información pertinente___. ___Ser un lector crítico___. ___Ser inquisitivo___. ___Ser altruista___. ___Otras, ¿cuáles?___. 8. ¿Cuenta con algún documento que paute las formas de evaluar a los árbitros de su revista? ___Sí ___No ___No sé. 9. ¿Evalúa usted las habilidades de sus árbitros? ___Sí >> Pase a la pregunta 10. ___No >> Pase a la pregunta 11. 10. ¿Qué habilidades considera durante la evaluación a sus árbitros? (Puede marcar más de una respuesta) 10.1. De las seleccionadas, ¿qué tan importantes las considera? Indispensable (5), Sumamente importante (4), Medianamente importante (3), Poco importante (2), No 136 / RBC 49 / Dania Silva Hernández et al. lo toma en cuenta (1) (Incluya, a la derecha, el número que se corresponda con su valoración) Que el árbitro sea capaz de: ___Generar críticas constructivas. ___Detectar errores graves de forma (estructura y diseño) y contenido (constatar el valor científico). ___Detectar problemas metodológicos que afecten la calidad (coherencia, claridad, legibilidad) del texto. ___Entregar el dictamen en el plazo establecido por la revista. ___Argumentar sus valoraciones. ___Sugerir la implementación de los métodos estadísticos más apropiados. ___Ser éticos en sus críticas. ___Constatar el valor científico del artículo propuesto. ___Ajustar sus respuestas a la guía de evaluación que utiliza. ___Comprobar la valía de las referencias. ___Sugerir la inclusión de referencias afines a la temática del artículo. ___Declarar conflictos de intereses. ___Otros, ¿cuáles? ______. 11. En algún momento de su actividad, ha tenido árbitros que: ___Dan como publicables artículos con datos o experimentos falseados: ___Sí ___No. ___Rechazan artículos cuyos resultados suponen un sorprendente avance médico: ___Sí ___No. 12 ¿Realiza usted algún reconocimiento explícito a los que considera buenos reviso- res? ___Sí >> Pase a la Pregunta 12.1 ___No >> Si responde No pase a la pregunta 13 12.1. Explique la forma que utiliza para reconocer al revisor (es): 13. ¿Cómo se siente usted en relación con la labor que realiza como director de revis- ta? (Marque solo una alternativa) ___Muy satisfecho ___Insatisfecho ___Satisfecho ___Muy insatisfecho ___Medianamente satisfecho ___Ni satisfecho ni insatisfecho 14. Para finalizar, le agradeceríamos nos ofreciera opiniones o sugerencias que contri- buyan a mejorar la calidad del arbitraje en las revistas biomédicas cubanas. ______. PROCESOS INFORMATIVOS Y DOCUMENTALES DEL CAPÍTULO HOLGUÍN DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS MSc. Leonardo Nieves Cruz Secretario del Capítulo Holguín de la SEAP, Presidente de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información Filial Holguín Ing. David Leonardo Nieves Naranjo Miembro de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información, diseñador del Boletín Bimestre Holguinero

Resumen: Se exponen algunas de las experiencias y aportes logrados por el Capítulo Holguín de la Sociedad Económica de Amigos del País (primero creado en la Isla), desde su fundación en el 2012 hasta el presente 2018 en que ya arribó a su primer lustro de existencia; así como la gestión informativa que despliega esta asociación mediante diferentes vías de socialización de informa- ción y conocimientos derivados del sistema de actividades que realiza en fun- ción de promover debates sobre cultura, educación, ciencia, protección del me- dio ambiente, desarrollo local, etc. Entre estas vías se incluyen la edición del Boletín Bimestre Holguinero, su publicación oficial, y la divulgación mediante espacios radiales, televisivos, redes sociales, etc. Se aborda además la labor de gestión documental que ha facilitado la conservación y sistematización de la documentación generada por el Capítulo desde su génesis hasta la actualidad. Palabras claves: Sociedad Económica de Amigos del País Capítulo Holguín, gestión informativa de la Sociedad Económica de Amigos del País Capítulo Holguín, gestión documental de la Sociedad Económica de Amigos del País, Capítulo Holguín, Boletín Bimestre Holguinero Abstract: Some experiences and results are presented from the Holguin Chap- ter in the Economic Society Friends of the Country (the first created in the country), from its foundation back in 2012 until 2018 arriving to its first period of existence, presenting its information management deployed by several ways of socialization and knowledge derived from its activity system carried out for promoting debates about culture, education, science, environment protection, local development and more. Among these features the edition of the Boletín Bimestre Holguinero as the official publication and its promotion using known media as radio, television and social networks can be found. It is also found the

137 138 / RBC 49 / MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David L. Nieves Naranjo performance of document management that has allowed the preservation and automation of generated assets by the Chapter since its beginning. Keywords: Holguin Chapter in the Economic Society Friends of The Countr/, Information Management in The Holguin Chapter In The Economic Society Friends Of The Country / Document Management In The Holguin Chapter In The Economic Society Friends Of The Country/Boletín Bimestre Holguinero

Introducción

as sociedades económicas de amigos del país son asociaciones surgidas en la segunda mitad del siglo xviii en España –aunque también existie- ron en otros países europeos, como Irlanda o Suiza– cuya finalidad era Ldifundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración. Nacieron en el reinado de Carlos III, quien las puso bajo la protección real para que fueran un instrumento del reformismo borbónico. En la actualidad algunas de ellas todavía permanecen activas y siguen teniendo como objetivo el fomento de la economía de los lugares donde se asientan y de toda España. Acorde con Fleitas (2016) la Sociedad Económica de Santiago de Cuba fue la primera de su tipo creada en América. El 2 de marzo de 1788 se reunieron en la Casa Consistorial de esa ciudad los interesados en que se instituyera una Real So- ciedad Patriótica, que le habían elevado la solicitud de crearla al soberano, lo que constituyó el primer paso para la instalación de lo que sería la primera Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP) en Cuba. Mas su trayectoria discontinua y las circunstancias históricas en que se desenvolvió le restaron trascendencia histórica. Se desintegró definitivamente en 1825. Instituida por Real Cédula del 15 de diciembre de 1792, el 9 de enero de 1793 se inaugura oficialmente la SEAP en la capital del país. Transitando por denomi- naciones como Sociedad Patriótica o Sociedad Económica (desde 1898 adoptó el nombre de Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, con el que se conoce hasta la actualidad) y surgida al calor de las ideas renovadoras de la Ilus- tración, fue organizada por un destacadísimo grupo de criollos prominentes entre los que figuraban Francisco de Arango y Parreño, el conde de Casa Montalvo, el doctor Tomás Romay y el padre José Agustín Caballero, entre otros. Tres etapas se distinguen en el devenir histórico de la SEAP de La Habana: 1. Etapa colonial (1793-1901). 2. Etapa republicana (1902-1958). 3. Etapa actual (1959-1993; 1994-hasta la fecha). Es preciso acotar que en esta tercera etapa, desde 1959 hasta el año 1993 dejó de funcionar formalmente por razones inherentes a la reestructuración estatal del sistema de instituciones científicas y de asociaciones en Cuba. En 1994 se reac- tiva asumiendo las características y forma de funcionamiento que distingue hoy día a tan prestigiosa Sociedad, la primera y más antigua de Cuba, que el 9 de Procesos informativos y documentales... / RBC 49 / 139 enero de 2018 arribó a sus 225 años de creada y continúa cumpliendo los fines patrióticos, educacionales, culturales y científicos que inspiraron su fundación. La SEAP constituye parte inalienable de la sociedad civil cubana y tiene como objeto social movilizar a la comunidad científico-técnica en función de los ideales de la Revolución Cubana, propiciando un intercambio y debate plural de opiniones que le permitan conformar criterios sobre distintos temas a nivel macro, meso o mi- cro, vinculados a la promoción de la cultura, la educación, la ciencia, la economía, la protección del medio ambiente, al perfeccionamiento del modelo económico y de la sociedad cubana, como aporte que en su condición de componente de la sociedad civil pueda brindar al Gobierno en toda obra positiva y de adelanto para la nación. A esos fines desarrolla las relaciones de intercambio y la cooperación con las instituciones académicas, culturales, educativas, científicas y de medio ambien- te, con organizaciones no gubernamentales, así como otras entidades nacionales y extranjeras, para contribuir al desarrollo sostenible del país con la promoción y profundización en el conocimiento de estas disciplinas, en cumplimiento de los pro- pósitos que inspiraron a sus antepasados más ilustres, manteniendo sus mejores tradiciones, la formación y fortalecimiento de la conciencia ciudadana, los deberes para con la Patria y la consecución de los más altos ideales de la sociedad cubana, expresados hoy en el propósito de hacer realidad la visión de una nación soberana, independiente, socialista, democrática, participativa, próspera y sostenible. A su vez, apoya los proyectos científicos y de superación de sus miembros, al tiempo que se nutre de sus conocimientos y del resultado de sus investigaciones para desempeñar actividades de amplia divulgación, promoción y asesoría a dife- rentes instancias, con el propósito de contribuir a la elevación del nivel y calidad del desarrollo socioeconómico del país. Su lema es Pro Patria, en correspondencia con su tradicional espíritu patriótico y que refleja el ideario de contribuir de forma significativa a las tareas de mayor importancia en el quehacer nacional. La SEAP no contaba con representaciones o filiales en las provincias hasta que se creó oficialmente el Capítulo de Holguín, el 18 de diciembre de 2012, inicialmente con 12 socios. En la actualidad lo integran 31 asociados. Cumplió su primer lustro de fundado el pasado 12 de diciembre de 2017. Desde su fundación, entre los principales objetivos y tareas del Capítulo Holguín de la SEAP estuvieron dados en todo lo relacionado con la gestión de información y la gestión documental, enfocadas ambas hacia el interior y exterior de la Sociedad. La visión e importancia de la gestión informativa desde el Capítulo se sustenta fundamentalmente en dos premisas: 1. La iniciativa de la SEAP de organizar una biblioteca surgida pocos me- ses después de su fundación, que resultó la primera biblioteca pública de Cuba.1 A ello se suma la edición y difusión de publicaciones como Papel

1 Para una mayor información sobre esta biblioteca, léase el artículo “Historia de la primera biblioteca pública de Cuba vista a través del Archivo de la Sociedad Económica de Amigos 140 / RBC 49 / MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David L. Nieves Naranjo Periódico de La y Revista Bimestre Cubana. Todo lo cual, junto a otras múltiples acciones, refrendan el alto grado de significación que le daba y le sigue otorgando la SEAP a la gestión de la información. 2. La importancia de contribuir a socializar diversos contenidos, generados o no por la Sociedad, útiles para los propios socios y los diferentes actores del sistema territorial de ciencia, tecnología, innovación y medio ambiente; y también para la población en general. Por su parte, la gestión documental en el Capítulo se sustenta en las premisas: 1. La expresa importancia que se le otorga a la gestión documental de la So- ciedad manifestada en la sistemática labor de procesamiento y conserva- ción de la documentación de valor archivístico que genera y la pertinencia de la elaboración de las memorias anuales y otros productos documentales e informativos que en el futuro puedan documentar lo que hoy se realiza en la Sociedad. 2. La necesidad de conservar la documentación generada y contribuir, con la gestión de la documentación de valor archivístico del Capítulo, a la memo- ria propia y general de la SEAP. Ponjuán (2014) define que la gestión es un proceso; por lo que se definiría la gestión de información como “el proceso mediante el cual se obtienen, despliegan o utilizan recursos básicos (económicos, físicos, humanos, materiales) para ma- nejar información dentro y para la sociedad a la que sirve. Tiene como elemento básico la gestión del ciclo de vida de este recurso y ocurre en cualquier organi- zación. Es propia también de unidades especializadas que manejan este recurso en forma intensiva, llamadas unidades de información”. El proceso de gestión de información debe ser valorado sistémicamente en diferentes dimensiones y el dominio de sus esencias permite su aplicación en cualquier organización. A tono con lo anterior es posible asegurar que en una gran parte de la activi- dad del Capítulo Holguín de la SEAP se lleva a efecto la gestión de información, incluida la gestión de recursos de información (la que necesita para su funciona- miento y cumplimiento de sus fines y objetivos). Así, puede afirmarse que como en cualquier organización, pero con más inten- cionalidad por sus características y misión, en la actividad del Capítulo se cumple el ciclo de vida de la información, cada una de cuyas etapas y algunas de las corres- pondientes tareas de una forma u otra se evidencian en la gestión informativa de la organización. Por su parte, Mena (2014) sostiene que los conceptos esenciales de la gestión documental están asociados a su objeto por excelencia: los documentos, en tanto evidencia, prueba o testimonio de las acciones de la sociedad en general y de las organizaciones en particular.

del País de La Habana”, de las autoras Dania Vázquez Matos y Yolanda Vidal Felipe, publi- cado en Revista Bimestre Cubana, No. 30, enero-julio de 2009. Procesos informativos y documentales... / RBC 49 / 141 La norma ISO 15489 del 200 define al documento archivístico como “Infor- mación creada, recibida y mantenida como evidencia e información por una organización o persona en virtud de sus obligaciones legales o en el desarrollo de sus transacciones y actividades de negocios”. Estas definiciones nos per- miten comprender que el documento archivístico es reflejo de las acciones diarias que realiza una organización para cumplir sus propósitos. Los do- Figura 1. Representación del ciclo de vida cumentos archivísticos le sirven para de la información: generación, selección, mantenerse informada de sus propias representación, almacenaje, recuperación, acciones como evidencia o prueba de distribución, uso, generación. Tomado de estas y para llevar la memoria organi- Ponjuán. zacional y social. El documento archivístico tiene una función concreta de trascendental impor- tancia: servir de prueba, testimonio, evidencia y memoria de las acciones de las organizaciones y de las personas. Se coincide con el concepto dado por Ponjuán (2003) que define la gestión do- cumental como el proceso mediante el cual las organizaciones de cualquier índole desarrollan diferentes funciones y procedimientos para optimizar el tratamiento de documentos de cualquier índole. Se ha considerado oportuno exponer algunas de las experiencias y aportes logrados por el Capítulo Holguín de la Sociedad Económica de Amigos del País durante su primer lustro de existencia y en razón de ello la gestión informativa que despliega esta asociación mediante diferentes vías de socialización de infor- mación y conocimientos derivados del sistema de actividades que realiza en fun- ción de promover debates sobre cultura, educación, ciencia, protección del medio ambiente, desarrollo local, etc. Entre estas vías se incluyen la edición del Boletín Bimestre Holguinero, su publicación oficial, y la divulgación mediante espacios radiales, televisivos, redes sociales, etc. Se aborda además la labor de gestión do- cumental que ha facilitado la conservación y sistematización de la documentación generada por el Capítulo desde su génesis hasta la actualidad.

Métodos Los métodos de investigación utilizados en esta indagación sobre la gestión informativa y documental del Capítulo son: Del nivel teórico: El análisis y crítica de fuentes a través de los procedimientos generales del conocimiento científico: 142 / RBC 49 / MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David L. Nieves Naranjo • Histórico-lógico: Para determinar concepciones teóricas sobre las teorías de la gestión de información, archivística y gestión documental y las re- lacionadas con la génesis y el devenir histórico de la SEAP y su Capítulo Holguín. • Análisis y síntesis: Para la búsqueda y procesamiento de la información, así como la definición de los conceptos fundamentales. • Análisis de documentos: Revisión de todos los documentos relacionados con el tema emitidos por diferentes instituciones, fundamentalmente la SEAP. Y, además, las normativas de asociaciones, de la SEAP y archivísti- cas cubanas vigentes. • Enfoque sistémico: Para facilitar la identificación y sistematización de las acciones y resultados referidos a la gestión informativa y documental.

Resultados El 18 de diciembre de 2012 a las 10:00 de la mañana, en el salón de protocolo de la Plaza Mayor General Calixto García Íñiguez de la ciudad de Holguín que- dó constituido en acto solemne, auspiciado por la Delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información Filial Holguín (Socict) el Capítulo de la SEAP en la provincia, primero en la nación. Desde ese mismo momento se proyectó y sustentó la gestión informativa y documental del Capítulo, algunos de cuyos resultados en ambas esferas han sido identificados y sistematizados.

Resultados en la gestión de información • Una de las acciones más importantes del Capítulo, asociada a la gestión de información es el Boletín Bimestre Holguinero, su publicación oficial. Fue creado en el 2014. Está inscripto en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas (RNPS). Se tramita en estos momentos el ISSN. Dirigido a divulgar noticias e informaciones sobre el acontecer del Capítulo y mostrar de una forma una otra el pensamiento de los miembros de la orga- nización o de otros intelectuales del territorio sobre diversos temas, Boletín Bimestre Holguinero ha resultado una vía expedita para la socialización de información referida, además, a temáticas sociales, científicas, ambientales, culturales y docentes, el cual ha tenido una gran acogida. Elaborado y redactado de forma sencilla, es digital, y se distribuye por correo electrónico a miembros de la SEAP, de la Socict, red provincial de asociacio- nes, bibliotecas, centros de información, entidades de ciencia y a otras insti- tuciones de la provincia e incluso del exterior. Se socializa también mediante redes sociales. Posee una frecuencia trimestral. Cuenta con un consejo edi- Procesos informativos y documentales... / RBC 49 / 143 torial integrado por reconocidas personalidades miembros del Capítulo. Los números del 2017 y del 2018 están ya disponibles en el sitio web nacional de la SEAP. • Compilación y distribución de las memorias anuales del Capítulo a los socios, medios de comunicación masiva y otros actores. • Creación del repertorio Quién es Quién en el Capítulo Holguín de la SEAP, que contiene algunos de los principales datos, resultados y reconocimientos profesionales y sociales, así como otras informaciones sobre los socios. • Sistema de presentación de libros, documentos y exposiciones sobre la SEAP, como es el caso del Pabellón de las Ciencias, que se organiza anualmente en el marco de la Feria Internacional del Libro en Holguín, y el evento anual Expo- ciencia, en cada uno de los cuales se cuenta con un espacio protagónico para socializar información. • Organización de talleres de socialización de productos informativos, entre ellos el destinado a la presentación de la compilación bibliográfica elaborada por un miembro del Capítulo contentiva de más de 30 artículos sobre adminis- tración empresarial publicados en el periódico provincial de Holguín ¡Ahora!, durante la década del noventa en una columna denominada “Fuera del Buró”, a cargo de una especialista del Mintur. Dicha compilación resulta de gran uti- lidad hoy día para académicos y otros especialistas, dada la vigencia de los asuntos abordados. • Localización, organización y uso de la información gerencial necesaria para el desempeño y el cumplimiento de los fines y objetivos del Capítulo (recursos de información). • Elaboración y difusión de notas y otros productos informativos sobre temas de la Sociedad propiamente u otros conexos, así como de las conferencias temá- ticas que organiza sistemáticamente. • Numerosas acciones informativas y divulgativas en espacios radiales, televisi- vos y sitios web de la provincia, una parte importante de las cuales, además de conservarse, se utilizan en actividades docentes y científicas. • Alianza estratégica con Socict Filial Holguín para la elaboración y disemina- ción de las relatorías y compendios informativos derivados de talleres, confe- rencias y otras actividades que desarrolla el Capítulo, entre ellos los talleres anuales “El Desarrollo Local en Holguín: potencialidades y desafíos”. Vale señalar aquí que estas relatorías le han sido muy útiles a decisores, académicos e investigadores. • Establecimiento de un sistema informativo para hacer llegar a los asociados y otros actores datos e informaciones necesarias para su desempeño profesional y sobre la asociación o temas vinculados. • Presentación de cada número recibido de la Revista Bimestre Cubana. Elabo- ración y distribución de un boletín informativo digital sobre la Revista a la red de bibliotecas y centros de información de la provincia y se coordinó con la 144 / RBC 49 / MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David L. Nieves Naranjo Biblioteca Pública Provincial Alex Urquiola para conocer los ejemplares de épocas anteriores (1932-1958) que posee dicha institución en la sala de fondos raros y valiosos y depositar allí los números actuales que recibe el Capítulo. • Elaboración del repertorio Análisis de contenidos de los artículos publicados en los números 30 al 39 de la Revista Bimestre Cubana, disponibles en el Capítulo Holguín, el cual reseña mediante palabras clave o breve descripción del contenido los temas publicados en cada uno de los diez números editados desde el 2009 hasta el 2013, lo cual corrobora que la publicación, si bien cu- bre los asuntos propios de la SEAP, abre sus páginas asimismo a una amplia gama de temas, todos de interés para la comunidad científica e intelectual del país. Este repertorio resultó de gran utilidad y destacó que probablemente se ha escrito bastante sobre esa excelente publicación, pero mucho más queda por investigar mediante estudios métricos o sociales sobre esta Revista que ha acompañado siempre, desde el pensamiento, la consecución de los más altos ideales de la sociedad cubana, y que en sus últimos veinte años –su Tercera Época– ha demostrado alta pertinencia para todo el que quiera asomarse a aristas diversas del devenir social de la nación cubana. Se trabaja ya en la con- tinuación del repertorio, que abarca el análisis de los números 40 al 47. • Sistema de conferencias sobre la Biblioteca de la SEAP como la primera bi- blioteca pública del país. • Organización, de conjunto con la Socict, del panel Visión martiana de Antonio Bachiller y Morales y de la SEAP, que tuvo como objetivo principal establecer un espacio de reflexión e intercambio sobre Martí y particularmente en torno a su visión acerca de la SEAP y su vínculo con Bachiller, reconocido intelectual, padre de la bibliografía cubana, de quien el propio Martí expresara “Bachiller es ya alma de la Sociedad Económica…”. Fue presentado en ese marco la edición crítica del texto Antonio Bachiller y Morales, de José Martí, producida por el Centro de Estudios Martianos. • Donación al centro de información de la Casa Iberoamericana, por parte de uno de los socios del Capítulo, de 150 libros, folletos, revistas y CD publica- dos por el Frente de Afirmación Hispanista de México, con el fin de que pu- dieran tener una mayor difusión y utilización. Se trata de textos muy valiosos sobre la cultura de Iberoamérica que engrosaron los fondos de tan prestigiosa institución holguinera. • Entrega al Director de la Oficina Provincial de Monumentos y Sitios Históri- cos de un CD contentivo de imágenes únicas captadas por el Frente de Afir- mación Hispanista de México (FAH) durante la inauguración del emblemático mural Orígenes, de la ciudad de Holguín; lo cual adquiere una gran signifi- cación pues ni siquiera en la televisión local se conservan imágenes de aquel momento. • Gracias a la relación del Capítulo con el contralmirante (r) José Luis Cuza Té- llez, miembro de la Junta de Gobierno de la SEAP, fue posible conocer sobre el Procesos informativos y documentales... / RBC 49 / 145 lamentable fallecimiento en el año 2017 de María Caridad Cuza Téllez (Neni- ta), una de las más notables especialistas cubanas de las Ciencias de la Infor- mación de todos los tiempos. Fue elaborada y distribuida una Hoja Informativa en su memoria.

Resultados en la gestión documental Toda la documentación generada por el Capítulo desde su génesis se conserva y sistematiza en su archivo de gestión, disponible en la oficina de la Socict en la Delegación Territorial del Citma, por no tener una oficina propia. En dicho archivo de gestión se conservan cuidadosamente: • Documentos fundacionales. • Correspondencia. • Acto de constitución. • Actas de reunión. • Expedientes de los socios. • Documentos enviados y recibidos por el Capítulo. • Documentos de la Junta de Gobierno. • Memorias anuales. • Declaraciones y otros documentos emitidos con el punto de vista político del Capítulo ante determinados hechos. • Documentos normativos. • Números editados (impresos) del Boletín Bimestre Holguinero. • Documentos de eventos del Capítulo. • Relatorías. • Expediente de los trámites de inscripción del Boletín Bimestre Holguine- ro en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas y las revalidaciones anuales. • Planes de trabajo anuales y otros planes operativos. • Cotización. • Eventos. • Proyectos. • Artículos publicados o por publicar sobre el Capítulo. La documentación digital también es conservada en una computadora con sal- vas en CD y memorias flash. Entre esta documentación se encuentran: • Versiones digitales de documentos del archivo de gestión antes relaciona- dos. • Fondo fotográfico de actividades del Capítulo y de aquellas en que han participado socios en representación del mismo. • Audios y videos de programas radiales y televisivos donde han intervenido directivos del Capítulo. • Artículos en la web referidos al Capítulo. 146 / RBC 49 / MSc. Leonardo Nieves Cruz e Ing. David L. Nieves Naranjo • Documentos de las asambleas nacionales anuales a partir del año 2013. • Documentos de las secciones nacionales. • Documentos sobre los premios que otorga la SEAP, etcétera. Por contar el Capítulo solo con cinco años de desempeño, todos los docu- mentos se mantienen en el archivo propio de gestión. En su momento se valorará cuáles de ellos con valor archivístico podrán ser transferidos al archivo intermedio de la Delegación del Citma, órgano de relación de la SEAP en la provincia. Se evidencia que se ha mantenido una labor direccionada y sustentada a favor de procesos de gestión de información y documental del Capítulo Holguín de la SEAP. No se constatan experiencias similares a lo descrito en este trabajo en otras provincias del país.

Conclusiones Las experiencias y aportes logrados en la gestión informativa y documental por el Capítulo Holguín de la Sociedad Económica de Amigos del País durante todo un lustro desde su fundación en el año 2012 hasta la fecha demuestran que es posible potenciar desde esos procesos la labor de una institución destinada fun- damentalmente a promover debates sobre cultura, educación, ciencia, protección del medio ambiente, desarrollo local, etcétera. La alianza estratégica con la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información Filial Holguín y con la Delegación Territorial del Citma ha propiciado esos logros, ubicando al Capítulo como el más destacado del país y una de las asociaciones cimeras de la Red Provincial de Asociaciones de Holguín. Es posible percibir en el accionar del Capítulo Holguín de la SEAP la triada gestión de información-gestión documental-gestión de conocimientos como in- soslayables procesos que garantizan su desarrollo y eficaz cumplimiento de sus fines y objetivos.

Bibliografía

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A modo de introducción L próximo 10 de abril se cumplirán 150 años de la proclamación, en el poblado camagüeyano de Guáimaro, de la primera constitución cubana de las guerras independentistas. Con ella dio inicio al tracto evolutivo Edel constitucionalismo en el solar patrio. Hoy, a un siglo y medio de distancia, y con el acicate de un proceso de reforma constitucional en marcha, se impone un breve recuento de su tracto histórico. La historia del constitucionalismo cubano ha gozado de abundantes estudios, tanto antiguos1 como modernos.2 Igualmente el tema ha sido abordado por di-

1 Pueden consultarse, por vía de ejemplo: Antonio Bravo Correoso: Cómo se hizo la Cons- titución de 1901. Imprenta y Papelería Rambla, Bouza y Cía, La Habana, 1927; Gustavo Gutiérrez: Constitución de la República de Cuba. Sus antecedentes históricos, su espíritu y estudio crítico sobre sus más fundamentales principios. Editorial Lex, La Habana, 1941; Orestes Ferrara: Las ideas jurídico sociales, en las constituciones cubanas. Madrid, 1946, Conferencia pronunciada en el Colegio de Abogados de Madrid el día 29 de enero de 1945. Talleres Tipográficos Marsinoa, Madrid, 1945; Gustavo Gutiérrez:“ La Convención Consti- tuyente y la Convención de 1940”, en Ramiro Guerra et al.: Historia de la Nación Cubana, t. IX. Editorial Historia de la Nación Cubana, La Habana, 1952; Enrique Hernández Coru- jo: Los fundamentos históricos y filosóficos de la Constitución de 1901. Editorial Lex, La Habana, 1953; Ramón Infiesta: Historia constitucional de Cuba. Cultural S.A., La Habana, 1951; Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba. 2 tomos, Compañía Editora de Libros y Folletos, La Habana, 1960. 2 Pueden consultarse, por vía de ejemplo: Fernando Álvarez Tabío: El Constitucionalismo en Cuba, Universidad de La Habana Dirección de Publicaciones, Unidad de Impresión Ligera, 1966; Julio Ángel Carreras: Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1980; Jorge de la Fuente: Análisis constitucional desde Jima- guayú hasta el 40. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989. (Colección Ciencias Jurídicas); Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba. Editorial Félix Varela, La Habana, 2005; Ana Suárez Díaz (Coordinadora): Retrospectiva crítica de la Asamblea Constituyente de 1940. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2011; Fabri- cio Mulet Martínez: “Entre la crisis y la reforma. Itinerario del constitucionalismo cubano”.

147 148 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez ferentes historiadores a lo largo de la centuria pasada.3 De hecho, esta temática contribuyó de manera significativa al desarrollo de la Historia del Derecho en el país, en especial durante la etapa anterior a 1959. Sin embargo, pese a la abundancia de estudios antes mencionados, el gran pú- blico apenas conoce acerca de la Historia Constitucional patria. Como resultado, muchos de los magnos textos cubanos permanecen olvidados. Ello significa no solo el desconocimiento de una parte importante de la historia patria, sino también el abandono de un acervo jurídico que, con sus aciertos y limitaciones constituye una parte integrante del patrimonio cultural de la nación. No debe olvidarse que, por vía de ejemplo, la Constitución de 1940, marcó un hito histórico en su mo- mento y sirvió de guía para el resto del orbe. Es por ello que se decidió aprovechar este espacio gentilmente cedido por la Revista Bimestre Cubana, para realizar un recorrido, necesariamente breve, por la Historia Constitucional patria, en aras de motivar su estudio en especial entre las nuevas generaciones. Puede afirmarse que la Historia Constitucional patria tiene tres etapas fun- damentales. Una primera, esencialmente fundacional, vinculada al siglo xix y a la dominación española. Una segunda etapa que abarcó el período republicano anterior a 1959, con sus avances y retrocesos. Por último, una tercera etapa conec- tada con el proceso revolucionario posterior a 1959. No obstante, para facilitar su comprensión, se decidió dividir la obra en diferentes acápites, que no coinciden necesariamente con lo dicho con anterioridad. La que se adoptó en este estudio es solamente a los efectos metodológicos y no pretende ser definitiva. De hecho, cualquier criterio que se adopte, estaría condicionado por los parámetros utili- zados en su elaboración. Por ejemplo, si se empleara como criterio el tema del reconocimiento de los derechos, o la estructura estatal, la cronología resultante resultaría muy distinta a la anteriormente señalada. Por ello se decidió abordar primero una etapa preconstitucional, anterior a 1868. Ello permitió abordar los orígenes del pensamiento constitucional cubano y las di- versas corrientes que lo informaron. En segundo lugar, se estudió el constitucio- nalismo separatista posterior a 1868, a través de sus cuatro textos fundamentales: Guáimaro, Baragúa, Jimaguayú y La Yaya. En un tercer acápite se abordó la etapa de vigencia y crisis de la Carta Magna de 1901. En cuarto lugar se analizó la Cons- titución de 1940, todo un símbolo de la etapa republicana. Por último se valoró

En Andry Matilla Correa y Alie Pérez Véliz (Coordinadores): Estudios jurídicos. Homenaje al Dr. Eurípides Valdés Lobán. Ediciones Loynaz, Pinar del Río, 2016. 3 Pueden consultarse, por vía de ejemplo: Rafael Martínez Ortiz: Cuba. Los primeros años de independencia. 2 tomos, tercera edición. Editorial Le Livre Libre, París, 1929; Instituto de Historia de Cuba: La República neocolonial: formación y crisis 1899 a 1940. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004; Francisca López Civeira, Mario Mencia y Pedro Álvarez Tabío: Historia de Cuba: Estado nacional, dependencia y Revolución. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2013. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 149 el período posterior a 1959, a partir de sus dos normas fundamentales, la Ley Fundamental de 1959 y del proceso constituyente de la Constitución de 1976 que actualmente rige los destinos del país.4 En todos los casos se trataron de analizar los aspectos vinculados al pensamiento político y jurídico que informaron los diversos textos constitucionales, una síntesis de su estructura y una valoración de sus principales aportes y limitaciones.

I. La etapa preconstitucional cubana anterior a 1868

El constitucionalismo cubano del siglo xix estuvo vinculado al movimiento ilus- trado europeo y americano de finales del siglo XVIII,5 que describió Carpentier en El Siglo de las Luces. En el plano del pensamiento político y jurídico su ideología estuvo marcada por las ideas del Contrato Social y la teoría de los Derechos Natura- les del Hombre. Al respecto, la mayoría de ellos podrían suscribir el Artículo 2 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: “El objetivo de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resisten- cia a la opresión”.6 Igualmente su note doctrinal se puede encontrar en el Artículo 16 del mismo documento: “Toda sociedad en la que la garantía de los derechos no esté asegurada, ni determinada la separación de poderes, no tiene constitución”.7 No obstante, su visión del fenómeno estuvo marcada por una cierta dosis de pragmatismo que los llevó a contradecir algunos de sus basamentos ideológicos. En este tema actuaron como freno sus propios conflictos de clase. Al respecto la esclavitud actuó como freno a la plena asimilación de estas teorías. Para ellos, el Derecho fundamental era la propiedad, como señaló Fernández Viciedo: “El triunfo final de sus defensores –quienes habrían de poner a su servicio todo el

4 No compete analizar aquí la Carta Magna de 1976, actualmente vigente, por no ser todavía parte de nuestra Historia Constitucional. Para el lector interesado puede consultarse, entre otros: Juan Vega Vega: Derecho Constitucional revolucionario en Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1980; Lissette Pérez Hernández y Martha Prieto Valdés: Temas de Derecho Constitucional Cubano. Editorial Félix Varela, La Habana, 2006; Andry Matilla Correa (Coordinador): La Constitución cubana de 1976: Cuarenta años de vigencia. Editorial Unijuris, La Habana, 2016. 5 Para más información puede consultarse sobre este tema, entre otros, a: Izaskun Álvarez Cuartero: Memorias de la Ilustración: Las sociedades económicas de amigos del país en Cuba. Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, Madrid, 2000; Juan Bosco Amores Carredano: Los tiempos de Espada: Vitoria y La Habana en la era de las revoluciones at- lánticas. Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, Bilbao, 2014. 6 Artículo 2 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano en: Gregorg Jelli- nek: La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Tr y estudio preliminar de Adolfo Posada. Universidad Nacional Autónoma de México, México DF., 2003, p. 197. 7 Artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano en: Gregorg Jellinek: La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Tr y estudio preliminar de Adolfo Posada. Universidad Nacional Autónoma de México, México DF., 2003, p. 199. 150 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez arsenal teórico elaborado por el racionalismo ilustrado, y que en Europa se usó para fundamentar los derechos individuales del hombre, determinó que en nues- tros orígenes constitucionales, el pensamiento esclavista criollo, antepusiera, al derecho a la libertad, el “sagrado” derecho de propiedad”.8 Durante la primera mitad del siglo xix, el pensamiento constitucional cubano mantuvo la idea de los derechos naturales y de la división de poderes como bases esenciales de la organización política de la sociedad. Estas no fueron cuestionadas hasta la segunda década del siglo xx. No obstante, cómo llevarlos a vías de hecho en el contexto insular y colonial era un asunto distinto. Es necesario aclarar que no existió homogeneidad en cuanto a los objetivos perseguidos por las diferentes fuerzas políticas locales durante el siglo xix.9 En ello influyeron las diferentes corrientes del pensamiento constitucional europeo y americano de la época. En el caso europeo, la principal corriente doctrinal asimilada vino del constitu- cionalismo español. No puede olvidarse que la condición colonial de Cuba condi- cionó una parte de las aproximaciones a este tema. Al respecto debe advertirse que este condicionó una serie de actitudes, desde la aceptación al rechazo que marca- ron el panorama político cubano de la centuria. Aceptada mayoritariamente por los defensores del régimen colonial, marcó su actitud ante temas como la forma y organización del Estado y el alcance y contenido de los derechos fundamentales. Una segunda corriente estuvo impregnada del republicanismo americano ema- nado de los procesos independentistas de finales delxviii e inicios del xix. Recepcio- nado sobre todo por aquellos contrarios a la pervivencia del status colonial terminó siendo identificable con el separatismo. En consecuencia, este se encontró de forma predominante en los proyectos constitucionales vinculados a esta durante el siglo. La etapa fundacional se caracterizó por la vigencia intermitente de los textos constitucionales españoles, en especial durante la etapa de 1812 a 1815, 1820 a 1823 y 1834 a 1836. Esta existencia esporádica supuso un cierto grado de in- certidumbre, toda vez que durante las etapas intermedias se mantuvo el régimen absoluto. Paralelo a ello aparecieron los primeros proyectos constitucionales ela- borados por cubanos. En ellos, más allá de las divergencias ideológicas, se pueden apreciar una serie de rasgos comunes, como el reconocimiento de derechos funda- mentales, la representación política y la división de poderes. El primer vínculo de Cuba con el constitucionalismo moderno estuvo rela- cionado con la elaboración de la Constitución española de 1812. El 1 de enero de 1810 la Junta Central emitió el primer decreto convocando a Cortes extraor-

8 Yuri Fernández Viciedo: «Los “fieles” orígenes del constitucionalismo cubano», en Carlos Manuel Villabella Armengol (Comp.): Hitos constitucionales del siglo xix cubano. Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Editorial Ácana, Ediciones Universidad de Camagüey, 2011, pp. 62-63. 9 Tradicionalmente se les divide en reformistas, autonomistas, separatistas y anexionistas. Para un resumen puede consultarse a: Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba, Capítulo III. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 151 dinarias a nombre del Rey ausente.10 Este fue sustituido por otro del Consejo de Regencia como Instrucción de 14 de diciembre de 1810.11 A diferencia del emanado del anterior órgano, estableció reglas para el procedimiento electoral a seguir. En ambos, se insistía en la igualdad jurídica de españoles y americanos. El Consejo de Regencia mantuvo la convocatoria y estableció las reglas especiales. Se dispuso la elección de un diputado por cada población cabeza de partido, en lugar de uno por cada 50 000 habitantes, como en la península, para la elección de los diputados americanos. El 4 de septiembre de 1810, el Cabildo de La Habana criticó este procedimiento electoral al plantear: “[...] Establecida la igualdad de derechos entre los españoles de Europa y América, no solo por la Junta Central y por el Consejo de Regencia sino por las anteriores leyes de la Monarquía, por toda la razón y todo el verdadero interés; y declarado asimismo en los anuncios y con- vocatorias de estas Cortes, o sea, Congreso Representativo de la nación española que su grande objeto es la salvación y regeneración del Estado haciendo leyes generales que lleven consigo como lo deben llevar las verdaderas leyes el gran carácter del consentimiento público, ¿se puede suponer este consentimiento de parte de las Américas por el voto, aunque sea unánime, de los diputados que ahora envían; por el voto de veintiocho individuos que solo llevan el de sus respectivos Ayuntamientos [...]”.12 La participación de los Diputados cubanos quizás no resul- tó tan significativa como la de otros de sus colegas americanos. No obstante, atinó a una acertada defensa de los intereses de la élite criolla.13 Quizás lo primero que se deba acotar es qué aportó a Cuba la constitución de 1812. En su articulado encontramos establecida la igualdad de españoles y americanos14 y su transformación de súbditos en ciudadanos.15 En consecuencia, no solo estuvieron sujetos a obligaciones,16 sino que también fueron considera-

10 Decreto de 1 de enero de 1810 convocando a Cortes Extraordinarias, disponible en http:// www.cervantesvirtual.com. 11 Consejo de Regencia, “Instrucción de 14 de febrero de 1810 para la elección de los diputa- dos de Indias”, disponible en http://www.cervantesvirtual.com. 12 Acuerdo del Ayuntamiento de La Habana de 4 de septiembre de 1810, en Francisco Arango y Parreño: Obras Completas, vol. II, Ed. Imagen Contemporánea, La Habana, 2005, pp. 10-11. 13 Véase al respecto: Yuri Fernández Viciedo: «Los “fieles” orígenes del constitucionalismo cubano», en Carlos Manuel Villabella Armengol (Comp.): Hitos constitucionales del siglo xix cubano. Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Editorial Ácana, Ediciones Universi- dad de Camagüey, 2011; Andry Matilla Correa y Marcos Francisco Massó Garrote (Coor- dinadores): De Cádiz (1812) a La Habana (2012). Escritos con motivo del Bicentenario de la Constitución española de 1812. Ediciones ONBC, Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad de La Habana, Unión Nacional de Juristas de Cuba, La Habana, 2011. 14 Véase al respecto el Artículo 5 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, edición conjunta del Congreso de los Diputados y el Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1986, p. 2. 15 Véase al respecto el Artículo 18 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, Ob. cit., p. 5. 16 Véase al respecto los artículos del 6 al 9 de la Constitución española de 1812 en: Constitu- ciones españolas, Ob. cit., pp. 2 y 3.. 152 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez dos como destinatarios de derechos.17 Estos últimos eran esencialmente civiles y políticos y aparecieron diseminados a lo largo del texto. Algo similar ocurrió con las garantías establecidas para la protección de su ejercicio. Al respecto Varela Suanza considera que: “[...] la Constitución de Cádiz carecía de una explícita declaración de derechos, si bien reconocía a lo largo de su articulado los derechos de propiedad, libertad y seguridad, consustanciales a la nueva sociedad burguesa y liberal [...]”.18 En este sentido resulta importante resaltar como ha señalado un au- tor: “A diferencia de las tres primeras constituciones francesas, la de Cádiz no in- cluía una tabla de derechos individuales que, pese a ello, aparecían prudentemente repartidos a lo largo del texto con el fin de evitar la tacha de “copia del francés”.19 Con respecto a la estructura estatal, la Constitución gaditana acogió los princi- pios de la soberanía nacional20 y de la división de poderes21 propios de la época. Su fundamento era la necesidad de proteger el orden social y conservar los derechos reconocidos. Así un autor contemporáneo comento: “[...] por la naturaleza todos los hombres tienen iguales derechos y libertad, pero reunidos en grandes socieda- des, diversificados por sus intereses y pasiones, necesitan una dirección, y lo que es más, una autoridad que los conserve en sus mutuos derechos, no permitiendo que la sociedad se disuelva, ni que se perjudiquen mutuamente sus miembros”.22 Al tratar el tema de la soberanía, Varela comentó que: “Nada más razonable y justo; pues si el pueblo es quien ha de renunciar a una parte de su libertad volunta- riamente, y no por violencias tiránicas, contrarias a toda justicia y razón, a él toca exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales, que incluyen estos derechos renunciados, esta parte de libertad que pierde cada individuo en favor de la sociedad, y en él reside esencialmente la soberanía, que no es otra cosa sino el primer poder y el origen de los demás”.23 Esta, según el propio autor: “[...] es sin duda indivisible en su naturaleza, mas en sus operaciones exige una división de poderes, no siendo conveniente que todos ellos se reúnan en un individuo o en

17 Véase al respecto el Artículo 4 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, Ob. cit., p. 2. 18 J. Varela Suanza Carpegna: “La construcción del Estado en la España del siglo xix. Una perspectiva constitucional”, en Carlos Manuel Villabella Armengol (Comp.): Hitos consti- tucionales del siglo xix cubano [Olga Portuondo, pról.], Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Editorial Ácana, Ediciones Universidad de Camagüey, Camagüey, 2011, p. 18. 19 Santos M. Coronas González: Manual de Historia del Derecho español. segunda edición, Tirant to Blanch, Valencia, 1999, p. 453. 20 Véase al respecto el Artículo 3 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, Ob. cit., p. 2. 21 Véase al respecto los artículos del 13 al 17 de la Constitución española de 1812 en: Consti- tuciones españolas, Ob. cit., pp. 4 y 5. 22 Félix Varela: “Observaciones a la Constitución política de la monarquía española”. En Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta y Mercedes García Rodríguez (Compiladores): Félix Varela. Obras, Volumen II, Editorial Cultura Popular y Ediciones Imagen Contempo- ránea, La Habana, 1997, pp. 11 y 12. 23 Félix Varela: Ob. cit., 12. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 153 una corporación, pues el cúmulo del poder propende al despotismo, y las pasiones protegidas por la fuerza sin contraste, dan lugar al error y al crimen”.24 En conse- cuencia, la Constitución asentó la clásica estructura de ejecutivo,25 legislativo26 y judicial.27 Al respecto, el propio Varela comentó: “Diremos, pues, que en España el poder representativo está en el supremo congreso, que representa la nación y dicta sus leyes, porque se le ha concedido el ejercicio de la soberanía. El poder ejecutivo se halla en el rey, que es quien sanciona las leyes y las establece en la monarquía. Y el poder judicial está en los tribunales, que aplican las leyes, juzgan- do sobre los derechos de los ciudadanos administrando justicia”.28 En el esquema antes enunciado las Cortes29 se erigieron en los depositarios de la soberanía nacional. Derivadas del principio de representación política basado en la incapacidad de los individuos para ejercerla directamente por sí mismos, se convirtió en la piedra angular del constitucionalismo de la época. El ejecutivo vio muy mermada su autoridad por el traspaso de la función legislativa.30 En cuanto al gobierno y administración local quedaron a cargo de los Ayuntamientos,31 los Jefes Políticos32 y las Diputaciones Provinciales.33 No obs- tante, el espíritu de los constituyentes fue el de la centralización política, al res- tringir a funciones administrativas y policiales sus facultades,34 así como esta- blecer estrechos mecanismos de supervisión y control de su gestión.35 Quizá la principal modificación introducida a nivel local fue la sustitución de los regidores perpetuos y similares por cargos de elección popular.36

24 Félix Varela: Ob. cit., p 20. 25 Véanse al respecto los artículos 171 y 172 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 45 a 49. 26 Véase al respecto el Artículo 131 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., 1986, pp. 34 a 36. 27 Véase al respecto el Título V de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 64 a 78. 28 Félix Varela: Ob. cit., p 21. 29 Véase al respecto el Artículo 131 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 34 a 36. 30 Véanse al respecto los artículos 171 y 172 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 45 a 49. 31 Véanse al respecto los artículos 309 a 323 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 78 a 82. 32 Véanse al respecto los artículos 324 y 325 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., p, 83. 33 Véanse al respecto los artículos 325 a 337 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 83 a 87. 34 Véase al respecto el Artículo 321 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 81 y 82. 35 Véase al respecto el Artículo 335 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 85 y 86. 36 Véase al respecto el Artículo 312 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., 1986, p 79. 154 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez Pese a su innegable superioridad con respecto al régimen monárquico preceden- te, no tuvo el régimen constitucional buena acogida en tierras americanas. En primer lugar, los movimientos separatistas ya iniciados en las posesiones continentales de España, algunos ya constitucionalizados, hicieron su vigencia muy problemática. En segundo lugar, ciertas medidas adoptadas por las Cortes constituyentes resulta- ron lesivas a sus intereses. Entre ellas, se encontraron la desigualdad en el cómputo de la base poblacional para la representación política, antes aludido;37 el excesivo centralismo impuesto a los entes locales; la no concesión de la libertad de comercio con extranjeros y la supresión de los cargos municipales hereditarios y las justicias señoriales, que afectaron a ciertos sectores de las élites criollas. Lo anteriormente expuesto, unido a los debates sobre la esclavitud antes aludidos y a las críticas emanadas de la libertad de imprenta, llevaron a un descontento de la aristocracia cubana con el sistema constitucional.38 No obs- tante, el régimen constitucional permitió a los habitantes de esta Isla apreciar un sistema distinto al inspirado en el absolutismo monárquico. La extensión a la Isla del catálogo de derechos del texto doceañista, tuvo más o menos la misma significación que para España. Igualmente, el paso al sistema constitucional no afectó sensiblemente las facultades del capitán general, convertido en jefe polí- tico ni el dominio por la oligarquía de los ayuntamientos. Quizá, su efecto más perdurable fue el de introducir el debate constitucional en Cuba. Testimonio de ello fueron las cátedras de Constitución creadas en la Universidad de La Habana y el Seminario de San Carlos, esta última encomendada a Félix Varela. Como recuerdo de sus lecciones quedaron sus Observaciones a la Constitución política de la monarquía española,39 primera obra de Derecho Constitucional realizada en Cuba. Con ellas nació el estudio de los temas constitucionales en el plano científico y académico, marcando el inicio de una tradición que se mantiene viva casi doscientos años después. En 1834, a la muerte de Fernando VII, se proclamó en Cuba el Estatuto Real.40 Este texto no era una verdadera constitución, sino una carta otorgada por el mo- narca. Por tanto le resultaron extraños conceptos como la soberanía nacional y la

37 Véase al respecto el Artículo 29 con relación al 22 de la Constitución española de 1812 en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 7 y 8 . 38 Los estudios más recientes sobre el tema pueden encontrarse en: Olga Portuondo Zúñiga: Cuba. Constitución y liberalismo, t. I, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2008; Andry Matilla Correa y Marcos Francisco (coordinadores): De Cádiz (1812) a La Habana (2012). Escritos con motivo del Bicentenario de la Constitución española de 1812. Ediciones ONBC, Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad de La Habana, Unión Nacional de Juristas de Cuba, La Habana, 2011; Carlos Manuel Villabella Armengol (Comp.): Hitos constitucionales del siglo xix cubano, Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Editorial Ácana, Ediciones Universidad de Camagüey, 2011. 39 Félix Varela: Ob. cit., pp. 4 a 70. 40 Puede consultarse su texto en: Diego Sevilla Andrés: Constituciones y otras leyes y proyectos políticos de España, t. I, Editora Nacional, Madrid, 1969. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 155 división de poderes. El mismo careció de carta de derechos, luego no se recono- cían garantías jurídicas específicas a los ciudadanos. En él, los cubanos partici- paron a través de representantes en la votación de los impuestos, ello constituía una protección mínima en este campo. Las elecciones realizadas bajo ese Estatuto tuvieron un cariz distinto, en virtud de la existencia de dos Cámaras,41 lo que in- trodujo un fuerte elemento aristocrático en la composición del legislativo. Un rasgo común aplicable tanto a Cádiz como al Estatuto Real fue su corta vigencia. Entre ambas no llegó a diez años el lapso temporal de los gobiernos constitucionales en la Isla. Además, las prolongadas etapas de gobierno absoluto contribuyeron a crear incertidumbre acerca de su supervivencia. En la medida en que el imperio colonial español se desintegró, los políticos metropolitanos reevaluaron su política hacia Cuba. Las necesidades del tesoro español y las apetencias de su débil burguesía se unieron para lograrlo. En con- secuencia, apuntó Filiu Franco: “A estos efectos la constitucionalización del re- ferido estatuto colonial fue el modo de legitimar jurídicamente los mecanismos de explotación colonial en cuya virtud se instrumentalizaba a las provincias ultra- marinas en beneficio del erario peninsular con la pretensión última de financiar la consolidación del Estado liberal en la Península”.42 De ahí que los círculos políticos metropolitanos modificaran su actuación hacia el segregacionismo. De manera que plantearon separar la Isla del régimen constitucional y legal español, y someterla a “leyes especiales” distintas. Con el propósito de reforzar este argu- mento se adujo que la composición racial de la población cubana, y la existencia de la esclavitud, resultaban incompatibles con la vida de un Estado liberal. Se estableció, entonces, el principio de que “las provincias españolas de América y Asia fueran regidas y administradas por leyes especiales, y que los diputados de las mismas no tomasen asiento en las Cortes [...]”.43 Una segunda vertiente en los orígenes del constitucionalismo patrio estuvo re- presentada por las tentativas realizadas por diversos autores de elaborar proyectos constitucionales.44 Ante todo, es necesario aclarar que no hubo homogeneidad en

41 Se crearon dos estamentos: el de Próceres y el de Procuradores. Ver al respecto el Título II. En Diego Sevilla Andrés: Constituciones y otras leyes y proyectos políticos de España. Ed. cit. 42 Antonio Filiú Franco: Cuba en los orígenes del constitucionalismo español: la alternativa descentralizadora (1808-1837). Fundación Manuel Jiménez Abad de Estudios Parlamentarios y del Estado Autonómico, Zaragoza, 2011, p. 327. 43 Ramiro Guerra y Sánchez: Manual de Historia de Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973, p. 589. 44 Puede consultarse al respecto, entre otros, a: José Agustín Caballero: “Exposición a las Cortes españolas”, en R. Agramonte (Comp. y pról.): Obras, Editorial de la Universidad de La Habana, 1944, pp. 251 y ss; Joaquín Infante: Proyecto de Constitución para la isla de Cuba. Con estudio preliminar de Emeterio Santovenia, Biblioteca de la Academia Nacional de Historia, Caracas, 1959, pp. 9-51; Félix Varela: “Instrucción para el gobierno económico político de las provincias de Ultramar”. En Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta y Mercedes García Rodríguez (Compiladores): Félix Varela. Obras, vol. II, Editorial Cultura Popular y Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 1997, pp. 88 a 93. 156 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez cuanto a los objetivos perseguidos por las distintas fuerzas políticas locales durante el siglo xix, y aunque su trasfondo ideológico era –esencialmente– el liberal bur- gués, lo que marcó las contradicciones entre ellas fue su actitud ante el problema colonial. En consecuencia, estos pueden ser divididos en reformistas y separatistas. No obstante, su impacto en el desarrollo del constitucionalismo patrio resultó esca- so, ya que algunos, incluso, fueron prácticamente desconocidos hasta el siglo xx. Todos tuvieron en común la idea de la representación política, la división de poderes y el reconocimiento de ciertos derechos y garantías. En este punto debe tenerse presente que, por su subordinación al constitucionalismo metropolitano, los textos reformistas consideraron aplicables a la Isla las cartas de derechos es- pañolas, intentando implementarlos y adecuarloso a la realidad cubana. En el caso de los separatistas, incluyeron desde el principio un grupo de derechos básicos compatibles con la situación de guerra. En sentido general, puede afirmarse que este primer constitucionalismo cuba- no asimiló las ideas del liberalismo burgués sobre los derechos naturales del hom- bre, la soberanía, la representación política y la división de poderes. Las mismas sirvieron de base a la obra posterior a 1868.

II. El constitucionalismo cubano durante el período de las guerras de independencia 1868 a 1898 El constitucionalismo cubano durante esta nueva etapa tuvo varios rasgos que resultan importantes enmarcar desde el inicio. En primer lugar, se trató de cons- tituciones elaboradas por la vía de un proceso constituyente. No se trató entonces de meros ejercicios intelectuales u opiniones destinadas a ventilar un debate. Teó- ricamente eran textos para fundar una estructura de gobierno y reconocer ciertos derechos mientras durase la situación de guerra. El segundo elemento a destacar era su provisionalidad. De acuerdo con la teoría constitucional, una carta magna es un texto pensado para durar en el tiem- po. Sin embargo, en el caso de las mambisas todas presentan fecha de caducidad determinada por la duración de la guerra. Sus autores consideraron que eran tex- tos de emergencia y que el verdadero proceso constituyente vendría después del triunfo frente a España. Un tercer elemento a tener en cuenta es su sencillez. Cuentan con pocos artícu- los a excepción de La Yaya. Esto refuerza la idea antes mencionada acerca de su provisionalidad. En algunas de ellas se observan importantes omisiones como la ausencia de derechos reconocidos, el no desarrollo del régimen local, entre otros. Un cuarto elemento radicó en el peculiar fenómeno, ya señalado por varios autores,45 de convivencia en tiempo y espacio dos o más constituciones. En este sentido la presencia del poder español en Cuba supuso la vigencia de su texto

45 Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Ed, cit., p. 138. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 157 constitucional. Este fenómeno resultó palpable durante la guerra de 1895 cuando, junto a los textos mambises de Jimaguayú y La Yaya estuvieron vigentes la Cons- titución española de 187646 y la autonómica de 1897.47 A estas dos últimas no se hará referencia en este estudio por su escaso valor para la historia constitucional cubana posterior. La primera de las constituciones cubanas, la redactada en Guáimaro el 10 de abril de 1869, reunió muchos de los elementos antes mencionados. Resultado de agrios debates dentro del campo cubano, cuyos orígenes se remontan al 10 de octubre de 1868 y al proceso conspirativo previo fue más que el resultado de un consenso, el efecto de la imposición de una visión de cómo conducir la guerra. Al respecto, resultan esclarecedoras las palabras de Antonio Zambrana: “Se quería solo al exigir que cada Estado enviase el mismo número de mandatarios a la Cá- mara Legislativa, impedir la preponderancia exagerada de alguna de las agrupa- ciones en que por virtud del curso de los acontecimientos se encontraba dividido el país, y tener una garantía, para decir toda la verdad, de que ciertos principios fundamentales no se conculcasen con el tiempo, ya que en distintos grupos no se había mostrado el mismo interés por su reconocimiento y conservación”.48 En este sentido la visión de la Asamblea de Guáimaro como la encargada de establecer un pacto entre ideas encontradas, donde ambas partes ceden en aras de un objetivo común, resulta muy poco convincente.49 La Carta Magna asumió en el orden político la idea de los derechos naturales del hombre. En este sentido, aunque careció de parte dogmática o carta de de- rechos propiamente dicha, dedicó dos artículos a regularlos. Así, el Artículo 28 estableció que: “La Cámara no podrá atacar las libertades de culto, imprenta, re- unión pacífica, enseñanza y petición, ni derecho alguno inalienable del pueblo”.50 Un análisis de este deja claras algunas inconsecuencias. En primer lugar, la parte final del texto, si bien lo dejó abierto a otros derechos, deja la duda de cuáles serían. Sin duda, los tuvo muy claros el constituyente, pero, en este tema, la diversidad de opiniones pudo llevar a un interminable debate acerca de estos. Un segundo punto, fue el referido a la Cámara. Sin duda, como se analizará más adelante, este era el órgano fundamental del Estado. No obstante, otras ramas de este podían igualmente

46 Puede consultarse su articulado en: Constituciones españolas, ed. cit., pp. 277 a 312. Hecha extensiva a Cuba por el Real Decreto de 7 de abril de 1881, publicado en la Gaceta de La Habana, el 1 de mayo del propio año. 47 Puede consultarse su texto en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Editorial Cultura Hispánica, Madrid, 1952, pp. 477 a 503. 48 Antonio Zambrana: La República de Cuba. Imprenta y Librería de Néstor Ponce de León, New York, 1873, p. 35. 49 Pueden consultarse distintas opiniones en: Andry Matilla Correa y Carlos Villabella Armengol (compiladores): Guáimaro. Alborada en la historia constitucional cubana. Ediciones de la Universidad de Camagüey, Camagüey, 2009. 50 Artículo 28 de la Constitución de Guáimaro en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed, cit., p 505. 158 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez atacar el ejercicio de estos derechos, sin violar la Constitución, al menos en su letra. Igualmente, privó al máximo órgano de la revolución de la posibilidad de suspender o limitar los derechos fundamentales, algo que se hace normalmente en el constitu- cionalismo moderno durante los conflictos armados. No obstante, las condiciones de la guerra hicieron muy pronto virtual y contraproducente su ejercicio. Más significativos en el tema de los derechos resultaron los artículos 23, 24 y 25. En este sentido el 24 supuso la ruptura del nudo gordiano del constituciona- lismo cubano decimonónico. Su sencilla redacción expresó: “Todos los habitantes de la República son enteramente libres”.51 Con ella se estableció la primacía de la libertad sobre la propiedad en los derechos fundamentales rompiendo con la visión tradicional de las primeras décadas de la centuria. Ello significó hacer realidad la fórmula de que independencia y abolición eran sinónimos. Por ello es esencial reco- nocer el valor del Artículo 2352 que estableció para ser elector las mismas cualidades que para ser elegido. Aunque puede señalársele una cierta imperfección técnica, este supuso, en la práctica, el reconocimiento de derechos políticos a los esclavos liberados y su conversión en ciudadanos. Igualmente importante resultó el 25,53 que estableció expresamente el deber constitucional de servir a la Patria al considerar a todo ciudadano de la República soldado del ejército libertador. No obstante, quedó la duda acerca de quiénes serían considerados ciudadanos cubanos, aspecto sobre el que no recayó expresamente un pronunciamiento constitucional. El tema de los derechos se completó con el establecimiento de la igualdad formal ante la ley, al establecer el Artículo 2654 que la República no reconocería privilegio alguno. No obstante, hubiera sido deseable una formulación más clara de este principio, ya que, como se produjo con el denominado Reglamento de Libertos,55 la Cámara podía crear desigualdades y atacar la libertad de in determi- nado sector poblacional. Con a la soberanía y a la representación política, ambos principios quedaron cla- ramente formulados en el preámbulo y los artículos 1 y 2 del texto constitucional.56 La legislación electoral se confió a cada Estado en particular, aunque no dejó claro si era su competencia elaborar una ley electoral. De hecho, pronto se elaboró un texto uniforme para todo el territorio liberado,57 que buscó evitar la existencia de desigualdades en esta materia. La estructura estatal se basó en el principio de la división de poderes. Como señaló un autor: “La Constitución adopta una estructura estatal integrada por la

51 Artículo 24 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem. 52 Artículo 23 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem. 53 Artículo 25 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem. 54 Artículo 26 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem. 55 Ver al respecto: Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba, t. I, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973, pp. 380-382. 56 Ver al respecto el preámbulo constitucional y los artículos 1 y 2 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, p. 503. 57 Antonio Zambrana: Ob. cit., p. 35. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 159 Cámara de Representantes que detenta la función legislativa y el Presidente asis- tido por los Secretarios de Despacho con la función ejecutiva, aunque la primera concentra casi la totalidad de atribuciones, por lo que deviene en máximo órgano de poder”.58 En este sentido, han existido discrepancias en la doctrina en torno a la forma o sistema de gobierno adoptada por la Constitución. Para algunos se trató de un diseño modelo parlamentario59 clásico, y otros lo consideran como conven- cional.60 Realmente el mismo resultó una mezcla de los dos mencionados.61 Quizás más significativo que estas disquisiciones teóricas fueron los efectos prác- ticos que produjeron los mismos. Ciertamente el Presidente no dispuso de amplias facultades para realizar sus gestiones,62 y quedó bajo una estrecha supervisión del legislativo declarado en sesión permanente.63 También resulta significativo que no se reguló expresamente su potestad de emitir Decretos, aunque esta pudo derivarse de la potestad de hacer ejecutar las leyes.64 A ello hay que añadir una reserva a favor del le- gislativo con respecto a determinados temas, que solo se podían tratar mediante ley.65 Al analizar esta situación Ramiro Guerra expuso: “La transacción política fundamen- tal, si así puede llamarse, a que se llegó en Guáimaro fue esa. Céspedes aceptó que la autoridad suprema fuese ejercida por la Cámara de Representantes, depositaria de la soberanía del pueblo cubano, sin compartirla con el Ejecutivo, que le estaba entera- mente subordinado. La Cámara, a su vez, convino en nombrar a Céspedes Presidente de Cuba Libre, con poderes limitados, de acuerdo con la Constitución, sin peligro alguno, puesto que podía destituirlo en cualquier momento por un simple voto de mayoría”.66 No obstante, Céspedes intentó ejercer las facultades presidenciales de las que estaba investido, en especial el veto. Como resultado, los conflictos entre ambos órganos menudearon durante su mandato hasta su deposición.67 Otros temas a destacar resultaron la administración de justicia y la estructura territorial del Estado. Respecto al primero, el poder judicial se articuló como inde- pendiente68 quedando su desarrollo a una ley complementaria.69 En segundo lugar

58 Andry Matilla Correa y Carlos Villabella Armengol (Compiladores): Ob. cit., p. 12. 59 Ramón Infiesta:Historia constitucional de Cuba. Cultural S.A., La Habana, 1951, p. 259. 60 Orestes Hernández Más: “Constitucionalismo revolucionario y su abandono en la república neocolonial”. En Discursos, artículos y otros documentos sobre el Derecho Constitucional, Facultad de Derecho, Santiago de Cuba, 1982, p. 20. 61 Puede consultarse una tercera propuesta en: Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia Constitucional y poder político en Cuba. Editorial Acana, Camaguey, 2009, p. 66. 62 Artículos 7, 18, 19 y 20 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, pp. 503-505. 63 Artículo 20 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, p. 505. 64 Artículo 15 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, p. 504. 65 Artículo 14 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem. 66 Andry Matilla Correa y Carlos Villabella Armengol (Compiladores): Ídem. 67 Ramón Infiesta:Ob. cit., pp. 258-261. Para más información puede consultarse a: Andry Matilla Correa, y Carlos Villabella Armengol (Compiladores): Ob. cit. 68 Artículo 22 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, p. 505. 69 Orestes Hernández Más: Antología de documentos para el estudio de la Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Edición Revolucionaria, La Habana, 1976, pp. 8-9. 160 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez se creó una estructura nominalmente federal integrada por cuatro estados, con igual representación en la Cámara.70 No obstante, los esfuerzos por implementar este modelo federalista, realizados sobre todo por Cisneros Betancourt no dieron frutos, por lo que el sistema quedó apenas esbozado. El texto constitucional se modificó en varias ocasiones incorporando diversas modificaciones a lo largo de su existencia. Entre ellas cabe destacar la creación de la Vicepresidencia de la República y la modificación del Artículo 24 entre otras.71 La Constitución de Baraguá,72 elaborada durante la agonía de la Guerra Grande resultó apenas un breve texto normativo. Sus seis artículos que la convirtieron, sin duda, en la más corta de las constituciones cubanas, apenas establecieron un gobierno colegiado de cuatro individuos73 y un general en jefe a este subordinado.74 El Gobierno no podría negociar la paz sin independencia75 y pondría en vigor las leyes compatibles con la situación de guerra.76 El poder judicial se declaró independiente.77 Este texto presentó varias novedades que resultan importantes comprender de cara a la segunda etapa de la guerra de independencia. En primer lugar, se aban- donó la idea de la representación política y de la división de poderes. En segundo lugar, se dejó de lado el tema de los derechos fundamentales. En este sentido, se extraña la ausencia de un Artículo 24 como el de Guáimaro que aboliera la escla- vitud. Esta se echa particularmente en falta si se tiene en cuenta que fue uno de los objetivos esenciales de la guerra. En resumen: “[...] del complejo aparato civil de Guáimaro quedaba poco. Cuatro personas detentaban las funciones ejecutiva y legislativa [...]”.78 Puede entonces afirmarse como señaló Villabella: “[...] el texto, de escaso relieve técnico-jurídico y de escaso valor práctico dado que el gobierno por ella constituido dejaba de existir el 28 de mayo, tiene sobre todo importancia política y simbólica. Política, porque establece una relación de concatenación en- tre revolución-independencia-pueblo que se enraizó como silogismo existencial de la nación. Simbólica, porque constituye hito en el proceso de formación de la nacionalidad cubana”.79 La Constitución de Jimaguayú,80 fue el fruto de un proceso constituyente ce- lebrado a los pocos meses del estallido de la guerra de 1895. En ella se hicieron

70 Artículos 2 y 3 de la Constitución de Guáimaro en: Ídem, p. 503. 71 Ramón Infiesta: Ob. cit., pp. 258-260. 72 Ver al respecto Constitución de Baraguá en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba, Editorial Cultura Hispánica, Madrid, 1952, pp. 508-509. 73 Artículo 1 de la Constitución de Baraguá en: Ídem. 74 Artículo 2 de la Constitución de Baraguá en: Ídem. 75 Artículos 3 y 4 de la Constitución de Baraguá en: Ídem, p. 509. 76 Artículo 5 de la Constitución de Baraguá en: Ídem. 77 Artículo 6 de la Constitución de Baraguá en: Ídem. 78 Eduardo Torres Cueva y Oscar Loyola: Historia de Cuba 1492-1898. Formación y libera- ción de la nación, segunda edición, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2002, p. 289. 79 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ob. cit., p. 17. 80 Constitución de Jimaguayú en: Andrés Lazcano y Masón: Ed. cit., p 509. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 161 evidentes las contradicciones en torno a la organización del aparato de gobierno, en especial las contradicciones en torno a los temas militares. En la Constituyente se manifestaron, con respecto a la forma del gobierno, tres tendencias. Salvador Cisneros Betancourt defendió la aplicación de la Constitución de Guáimaro con leves retoques, en defensa de los principios civilistas de 1869. Por su parte, Rafael Portuondo Tamayo sostuvo la idea de unir el mando militar al civil, con preemi- nencia del primero sobre el segundo. Un tercer grupo, formado por los jóvenes “[...] que no tenían nada que ver con los antiguos problemas civiles o militares, deseaban una estructura sencilla, en la que el ejército y la dirección civil no se interfiriesen [...]”.81 Quizá el proyecto que mejor representaba estos ideales era el de Fermín Valdés Domínguez.82 El texto definitivo careció de cualquier mención a una declaración de dere- chos. No obstante, su Artículo 1983 estableció la obligación de todos los cubanos de servir a la patria con sus personas e intereses. Al igual que la de Guáimaro careció de una definición de la ciudadanía cubana lo que técnicamente pudo com- plicar la aplicación del precepto antes mencionado y del Artículo 20 referente a las propiedades de los extranjeros.84 Con respecto a la estructura estatal se logró formular un consenso entre las di- ferentes tendencias antes enunciadas. En primer lugar, se mantuvo la vinculación con los principios de soberanía popular y representación política antes enuncia- dos. En este texto el papel de las estructuras representativas resultó considerable- mente reducido, al limitarlo a una Asamblea de Representantes que se convocaría cada dos años o en caso de ratificar la paz con España o de vacar la Presidencia y la Vicepresidencia.85 La facultad de hacer las leyes recayó en un Consejo de Gobierno de seis miem- bros, con amplias facultades legislativas. Este, como señaló Hernández Corujo: “Rompiendo con la pauta de Guáimaro y con la división de los poderes estilo clásico, el Consejo de Gobierno en el que se hacía residir el gobierno supremo de la República, era un organismo nuevo dentro de nuestro derecho constitucional ideado para evitar los excesos de unos poderes sobre otros y las discordias entre ejecutivo y legislativo”.86

81 Eduardo Torres Cuevas y Oscar Loyola: Historia de Cuba 1492-1898: Formación y liberación de la Nación. Ed. cit., p. 356. 82 Véase el proyecto en Academia de la Historia de Cuba: Actas de la Asamblea de Representantes y el Consejo de Gobierno durante la guerra de independencia, t. I, Imprenta El siglo XX, La Habana, 1928, pp. 5-6. 83 Véase el Artículo 19 de la Constitución de Jimaguayú en: Andrés Lazcano y Masón. Ed. cit., p. 515. 84 Véase el Artículo 20 de la Constitución de Jimaguayú en: Ídem, p. 516. 85 Véanse los artículos 11, 13 y 24 de la Constitución de Jimaguayú en: Ídem, pp. 515-516. 86 Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. I, Compañía Editora de Libros y Folletos, La Habana, 1960, p. 302. 162 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez Todas las tareas del gobierno recaían en este órgano, que asumiría de hecho, funciones ejecutivas y legislativas.87 Esta forma de gobierno, que para Villabella configuró un modelo de gabinete,88 tiene su antecedente más en el modelo consti- tucional elaborado en Baraguá en 1878. Resulta paradójico que, pese a la adopción de una estructura tan poco orto- doxa, los constituyentes siguieron apegados a las fórmulas de la división de po- deres. Así, el Artículo 8 designó al Presidente –o en su defecto al Vice–89 titular del poder ejecutivo, y el Artículo 23 declaró independiente el Poder Judicial.90 No deben quedar dudas que los autores del texto trataron de conciliar el pensamiento, entonces en boga de división de poderes, con la necesidad de un gobierno opera- tivo. No obstante, los esfuerzos antes comentados resultaron infructuosos. A todo lo largo de la guerra se desarrollaron conflictos entre el Presidente y el Consejo de Gobierno, y entre autoridades civiles y militares.91 La Constituyente de La Yaya, que comenzó a trabajar en octubre de 1897, des- pués de un azaroso inicio,92 estuvo encaminada –en lo fundamental– a tratar las es- pinosas relaciones entre el mundo civil y el militar, dando respuesta a los conflictos entre ambos, que habían afectado a la Revolución durante el lapso de 1895 a 1897. Sus autores –muchos de ellos juristas– intentaron producir una obra más acabada y acorde a el pensamiento constitucional de la época. El resultado fue el texto más completo y técnico del constitucionalismo mambí. Al tratar el tema de los derechos y garantías fundamentales, la Constitución de La Yaya incluyó un título (el segundo),93 dedicado a su regulación. En su versión definitiva el texto constitucional ofreció una amplia regulación de los derechos civiles y políticos entonces reconocidos. En esencia se incluyeron la libertad de en-

87 Pueden verse las funciones del Consejo de Gobierno, en los Artículos 3 y 4 de la Constitución de Jimaguayú, en Andrés Lazcano y Masón: Ed. cit., pp. 513-514. 88 Carlos Manuel Villabella Armegol: “Historiografía del poder político en Cuba: forma de gobierno en el constitucionalismo cubano”. En Andry Matilla (Coordinador): Estudios sobre Historia del Derecho en Cuba. Ed. cit., p. 166. Puede consultarse también del propio autor: Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia Constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 67. 89 Artículo 7 de la Constitución de Jimaguayú en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 514. 90 Artículo 23 de la Constitución de Jimaguayú en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 515. 91 Puede consultarse sobre este interesante tema: Ibrahim Hidalgo de Paz: Cuba 1895-1898. Contradicciones y disoluciones. Centro de Estudios Martianos y Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 1999. 92 Pueden consultarse el texto de la Constitución en Academia de la Historia de Cuba: Ob. cit., pp. 199-203, o Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba, Ed. cit., pp. 519-530. Como ampliación, puede consultarse, entre otros, a: Juaquín Llaverías: “La Asamblea de La Yaya”. Social, La Habana, vol. 6, No, 6, junio de 1921; Elías Entralgo: “La Asamblea de La Yaya”. Discurso leído en el Aula Magna de la Universidad de La Habana en la noche del miércoles 8 de agosto de 1951, Imprenta Universitaria, La Habana, 1951; Cosme de la Torriente y Peraza: La Constituyente de La Yaya, Imprenta El Siglo XX, La Habana, 1953. 93 Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 520-521. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 163 señanza, expresión, religión, petición, reunión, asociación y el sufragio universal.94 A ello se añadió un importante corpus de garantías como la inviolabilidad de domicilio y correspondencia, el debido proceso en materia penal, entre otros.95 Quizá el único gran ausente sea el de propiedad, que las condiciones de la guerra hicieron inviable. El ejercicio de los derechos reconocidos podía ser suspendido por necesidades de la guerra,96 aunque esto solo afectó a los incluidos en los artículos 11, 12 y 13. Un aspecto novedoso e importante de este texto constitucional fue, por prime- ra vez, el reconocimiento de la ciudadanía cubana97 y del territorio de la Repúbli- ca.98 Igualmente incluyó el deber constitucional de servir a la Patria y reguló el servicio militar.99 Con respecto a la organización del Estado, la soberanía popular y la represen- tación política permanecieron como en Jimaguayú.100 Sin embargo, se abandonó la idea de la división de poderes a favor de su concentración en el Consejo de Go- bierno. Este asumió facultades ejecutivas y legislativas muy amplias. Las mismas le fueron transferidas de la presidencia de la República, que perdió su autonomía funcional y quedó restringida a un papel simbólico y representativo. En este sentido un autor afirmó: “Así, puede señalarse que este texto es mucho más acabado res- pecto a la organización del poder político y la regulación procedimental-funcional de sus instituciones, al igual que en la configuración de la perspectiva de concen- trar el poder. Aquí se diseñó un esquema estatal sobre la base de un órgano único, colegiado e indivisible, en donde la idea de despersonalización del poder llega a su proyección más elevada. De esta manera, se trazó también una forma de gobierno de gabinete”.101 En igual sentido el poder judicial se declaró independiente.102 En esencia el constitucionalismo mambí asimiló el discurso ideológico decimo- nónico a la hora de redactar sus textos constitucionales. En este sentido la doctrina de los derechos del hombre apareció reflejada en dos de las cartas magnas analiza- das. En lo referente al aparato de gobierno se atuvo a las ideas básicas de soberanía y representación política. No obstante, la división de poderes resultó severamente afectada en la medida que se volvió un estorbo para el buen desarrollo de la con-

94 Véanse los artículos 6, 8, 9, 10 y 13 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 519. 95 Véanse los artículos 4, 5, 9, 7 y 11 y 12 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 96 Véase el Artículo 14 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 97 Véase el Artículo 2 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 520. 98 Véase el Artículo 1 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 99 Véase el Artículo 3 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 100 Véanse el Preámbulo de la Constitución de La Yaya y los artículos del 38 al 45 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 101 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia Constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 69. 102 Véanse los artículos 16 y 17 de la Constitución de La Yaya en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 521. 164 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez tienda. Es así, como señala Villabella que la forma de gobierno: “[...]evolucionó de una concepción asamblearia a una de gabinete más práctica para el entorno en el que fungiría, modelos en los que está muy clara la influencia del constitucio- nalismo revolucionario francés”.103 Es importante señalar que las estructuras de Consejo de Gobierno adoptadas en Jimaguayú y La Yaya se reprodujeron duran- te la etapa republicana y revolucionaria en diferentes textos constitucionales de emergencia, cuando se volvió necesaria la centralización del poder. Un último comentario acerca de esta etapa, dedicado a referenciar la Constitución Provisional de Santiago de Cuba promulgada por el gobernador Leonardo Wood antes del fin de la guerra.104 Esta era una simple carta de derechos sin referencia a estructura orgánica. Como ha señalado Lazcano y Masón al respecto: “[...] no se trata propia- mente, desde el punto de vista del Derecho constitucional, de una Constitución orga- nizadora de un Estado, sino de una Ley Suprema en aquellos momentos que se dictó, por medio de la cual se daba a conocer a un pueblo [...], cuáles eran sus derechos en aquellos momentos bajo la bandera de Estados Unidos de Norteamérica, por estimar- se inaplicables los que estaban hasta esos instantes vigentes”.105

III. La etapa republicana del constitucionalismo cubano 1901 a 1940

El constitucionalismo cubano de la primera mitad del siglo xx estuvo marcado por las continuidades y rupturas con respecto a la etapa precedente. Entre las pri- meras, deben destacarse el carácter republicano, el reconocimiento de la sobera- nía popular, la división de poderes y el Estado laico. Entre las rupturas, estuvo una visión distinta del tema de los derechos, la aparición de mecanismos de control constitucional y un diseño distinto de la estructura estatal. La primera constitución cubana de esta etapa estuvo marcada indeleblemente por el gobierno de ocupación norteamericano. El resultado fue una Convención Consti- tuyente que se eligió por una pequeña fracción del electorado. Entre sus integrantes hubo un predominio de los veteranos de la guerra de independencia, aunque tam- bién hubo figuras autonomistas como Giberga y Berriel. Lo significativo fue que, pese a la diversidad de orígenes políticos de los constituyentes, todos fueros capaces de encontrar un lenguaje común. En buena medida, esto se debió a que ella fue un punto de llegada, no de comienzo, dentro del pensamiento constitucional cubano. Como señaló Hernández Corujo: “Si observamos el desenvolvimiento histórico de nuestra Patria hemos de convenir que la Constitución de 1901, fue la meta de una etapa en nuestro proceso histórico revolucionario y que ese texto canalizó una serie de ideales que tuvieron sus raíces en la propia historia constitucional cubana”.106

103 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ob. cit., p. 69. 104 Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 673. 105 Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 106 Enrique Hernández Corujo: Los fundamentos históricos y filosóficos de la Constitución de 1901. Ed. cit., p. 17. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 165 A lo largo de nuestra historia, la doctrina ha abordado su valor y vigencia desde distintas posiciones. En buena medida, se alabó su acabado técnico, la claridad de su articulado y su expresión acabada de las doctrinas liberales del siglo xix. En el lado negativo, se le imputaba su limitación reconocida de la soberanía cubana al aceptar la Enmienda Platt,107 con sus conocidas restricciones a la independencia cubana. Igualmente, se le achacó la escasa observancia de sus preceptos en la práctica po- lítica del país y el cuestionamiento del presidencialismo que instituyó.108 Con pos- terioridad a 1959, los historiadores han añadido a los cargos anteriores, una crítica severa de su articulado, al considerarla un texto arcaico, feudal, que nació viejo.109 En realidad la Constitución de 1901 nació estrechamente vinculada a las raíces del liberalismo patrio. En buena medida, puede considerarse que ella resumió los ideales del pensamiento liberal constitucional cubano del siglo xix. Como señaló al respecto Hernández Corujo: “En el orden formal el constitucionalismo seguía, más o menos, los principios invariables del Estado liberal, individualista y de limitación al poder.110 En esencia, como señaló Orestes Ferrara: “El principio li- beral del siglo xix, latu sensu adaptado por la Constitución cubana de 1901, es distinto de cualquier otro practicado en el pasado. La palabra libertad… se refiere a la suma de derechos individuales, considerándolos al margen del Estado, y hasta contra el Estado”.111 Esto explica que el tema de los derechos fundamentales pasara casi sin debates en la constituyente. En este sentido, artículos como el referente a la igualdad ante la ley, irretroactividad de la ley, prohibición de anular las obligaciones civiles derivadas de contratos, entre otros, resultaron aprobados por unanimidad y sin debate.112 Por otra parte, suscitaron disputas dentro de la Convención, en cuanto a los derechos, la introducción del juicio por jurado, la separación de la Iglesia del Estado, la regulación de la libertad de reunión y el sufragio. Este último motivó uno de los debates más encendidos de la Convención por los diferentes intentos realizados por restringirlo, lo que al final obligó a una transacción entre las pos- turas encontradas.113

107 Véase al respecto: Emilio Roig de Leuchering: Historia de la Enmienda Platt. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973. 108 Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2, Compañía Editora de Libros y Folletos, La Habana, 1960, p. 60. 109 Julio Ángel Carreras: Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Editorial Pueblo y Edu- cación, La Habana, 1980, p. 356; Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba, Editorial Félix Varela, La Habana, 2005, pp. 195-198. 110 Enrique Hernández Corujo: Los fundamentos históricos y filosóficos de la Constitución de 1901. Ed, cit., p, 9. 111 Orestes Ferrara: Las ideas jurídico sociales, en las constituciones cubanas. Madrid, 1946, p. 19. 112 Antonio Bravo Correoso: Cómo se hizo la Constitución de 1901. Imprenta y Papelería Rambla, Bouza y Cía, La Habana, pp. 29-39. 113 Antonio Bravo Correoso: Cómo se hizo la Constitución de 1901. Ed. cit., pp. 40-45. 166 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez En este sentido, la Constitución dedicó al tema de los derechos el Título IV con los artículos del 11 al 42114 divididos en tres secciones. La primera, del Artículo 11 al 37 reconoce los derechos individuales. La segunda, compuesta por los artículos 38 y 39 regula el derecho al sufragio. Por último, la tercera, que comprende los artículos 40, 41 y 42, estableció el procedimiento extraordinario de suspensión de las garantías constitucionales y sus efectos. Dentro de ellos, resultaron destacables los referidos a la pena de muerte, el de- recho al voto y el reconocimiento de la enseñanza pública. El primero levantó una amplia polémica, al solicitarse por varios convencionales la introducción de una enmienda suprimiendo totalmente la sanción capital. En el debate resultante, la asamblea se dividió claramente, por lo que se propuso como solución de compro- miso entre ambas partes.115 En definitiva el texto quedó redactado de la siguiente forma: “No podrá imponerse, en ningún caso, la pena de muerte por delitos de ca- rácter político los cuales serán definidos por la ley”.116 Al respecto, es significativo consignar que en una fecha tan temprana como 1901, en una época en que esta medida extrema era considerada un perfecto remedio para los males sociales, se levantaran voces en Cuba pidiendo su abolición. Sin embargo, no puede dejar de reconocerse las flaquezas de esta limitación impuesta por la ley. Se limitó exclu- sivamente a los delitos políticos y dejó a una ley posterior la definición de cuáles serían las ofensas exceptuadas la cual nunca se elaboró. De ahí, que de los debates a la práctica, se puede decir que pocas variaciones se introdujeron al respecto. El derecho al sufragio motivó una de las más encendidas polémicas de la Con- vención Constituyente. Originalmente, la comisión redactora de las bases con- sideró oportuno incluirlo, al considerar que era materia correspondiente a una ley especial y no a la Constitución.117 En este punto, los constituyentes parecían seguir el plan de la Constitución española de 1876. El resultado fue una solución de compromiso. La sección segunda reconoció en su Artículo 38: “Todos los cu- banos, varones, mayores de veintiún años, tienen derecho de sufragio [...]”.118 Por principio, esto significó reconocer la capacidad para ejercer el sufragio, aunque, a la hora de establecer los procedimientos electorales, la voluntad de los ciudadanos quedaba considerablemente restringida.119 En este sentido, la introducción de los compromisarios sacados de los mayores contribuyentes para la elección de los senadores constituyó un compromiso entre las dos tendencias opuestas. Quizá la mayor novedad del texto constitucional era el Artículo 31 que es- tableció: “La enseñanza primaria es obligatoria, y así esta como la de artes y oficios serán gratuitas. Ambas estarán a cargo del Estado, mientras no puedan

114 Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 550-556. 115 Antonio Bravo Correoso: Ídem, p. 30. 116 Artículo 14 de la Constitución de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón. Ídem, p. 550. 117 Antonio Bravo Correoso: Ídem, pp. 40-45. 118 Andrés Lazcano y Masón. Ídem, pp. 554-556. 119 En este sentido solo eran directas las elecciones de representantes a la Cámara. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 167 sostenerlas respectivamente, por carecer de recursos suficientes, los Municipios y las Provincias. La segunda enseñanza y la superior estarán a cargo del Esta- do. No obstante, toda persona podrá aprender o enseñar libremente cualquier ciencia, arte, o profesión y fundar y sostener establecimientos de educación y enseñanza; pero corresponde al Estado la determinación de las profesiones en que exija títulos especiales, la de las condiciones para su ejercicio o la de los requisitos necesarios para obtener los títulos, y la expedición de los mismos, de conformidad con lo que establezcan las leyes.120 Originalmente, su redacción era la habitual en los textos del siglo xix, reconociendo la libertad de enseñanza, pero sin hacerla obligatoria. A propuesta del convencional Leopoldo Berriel, se desechó la fórmula original, siendo sustituida por la antes reseñada.121 Con ella, Cuba fue más allá en este aspecto que el constitucionalismo precedente, al esta- blecer la obligatoriedad y gratuidad de la educación, e incluyó en su articulado constitucional lo que en buena técnica sería un derecho de segunda generación. Con ello, sin duda, se convirtió en una de las más avanzadas de su tiempo y sentó un significativo precedente para su ulterior desenvolvimiento en el texto constitucional de 1940. Respecto a la soberanía, el Artículo 43122 la atribuyó al pueblo de Cuba, del cual dimanaban todos los poderes. Igualmente, acogió la idea de la representación política emanada de la voluntad popular. Como señaló Bravo y Correoso: “El principio de la soberanía y su ejercicio son cosas diferentes. En la imposibilidad de que todos los ciudadanos actúen, un pequeño número, prefijado en las leyes, se encarga de la dirección de la colectividad, constituyendo los órganos de que el Estado se vale para el cumplimiento de sus fines, y, claro está, esos órganos, ese pequeño número, procede por delegación del pueblo y en nombre del pueblo”.123 Al tratar la organización del poder, la Convención aceptó tácitamente el mo- delo republicano norteamericano.124 A partir de aquí se estableció el principio de división de poderes. Como señaló Villabella: “La misma diseñó un mecanismo organizacional sobre la base del principio de tripartición de poderes, el que se integraba por el Congreso que ejercía el poder legislativo, el Presidente que de- tentaba el poder ejecutivo y el Tribunal Supremo y demás tribunales que ejercían el poder judicial”.125 Quizá lo más significativo de la nueva estructura estatal fue el abandono de los antecedentes españoles y cubanos para sustituirlos por el sistema presi- dencialista norteamericano. Este apenas suscitó debates sobre algunos puntos

120 Antonio Bravo Correoso: Cómo se hizo la Constitución de 1901. Ed. cit., pp. 37-39. 121 Antonio Bravo Correoso. Ídem, p. 36. 122 Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., p. 556. 123 Antonio Bravo Correoso: Ídem, pp. 45-46. 124 Ramón Infiesta: Historia constitucional de Cuba. Cultural S.A., La Habana, 1951, p. 312. 125 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 69. 168 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez técnicos en cuanto a su configuración.126 En este sentido, es importante señalar dos aspectos. El primero de ellos estuvo relacionado con la elección presidencial. En su versión original se trató de un mecanismo de elección directa por el pueblo. No obstante, durante el debate se impuso la idea de los compromisarios, quedando transformado en un procedimiento indirecto.127 Con ello se garantizó la indepen- dencia del ejecutivo frente al legislativo. Otro punto a tener presente fueron sus amplias atribuciones. En este sentido hay que advertir que el tema no fue debatido por los constituyentes. Estas, con- signadas en el Artículo 68,128 resultaron muy amplias, permitiendo al mandatario actuar como centro de la vida política nacional. Quizá lo más significativo de este tema radicó en, que estando presentes en la Convención defensores del sistema parlamentario como Cisneros Betancourt, Giberga y Juan Gualberto Gómez, no se produjo un debate entre ambas tendencias. Un detalle interesante es el relacionado con los requisitos para ocupar el car- go. Entre ellos se incluyó el ser cubano por nacimiento.129 No obstante, se acordó admitir a los extranjeros naturalizados que hubieran cumplido diez años de ser- vicio a la causa de Cuba. El tema motivó algunos breves debates en la Conven- ción Constituyente y algunas propuestas de enmiendas que no fructificaron.130 Indudablemente se incorporó esta cláusula pensando en una posible candidatura de Máximo Gómez, aunque sus artículos beneficiaron también a Carlos Roloff y Rius Rivera. No obstante, resultó inoperante, pues ninguno aspiró nunca a la máxima magistratura. Para el desempeño de sus funciones, el presidente se auxiliaba de los secretarios de Despacho, que podía nombrar y deponer libremente.131 Estos solo respondían ante el mandatario y solo podían ser juzgados por el Senado en caso de delito.132 Su organización y funciones se dejaron a una ley posterior.133 Cada uno era el jefe de un ramo de la administración y respondía personalmente de sus decisiones.134 El órgano legislativo, denominado Congreso, quedó conformado por dos cá- maras, la de representantes y el Senado.135 La primera no sufrió un debate signi-

126 Antonio Bravo Correoso: Cómo se hizo la Constitución de 1901. Ed. cit., pp. 52-54. 127 Antonio Bravo Correoso: Ídem, p. 53. 128 Artículo 68 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 567-569. 129 Artículo 65 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 566-567. 130 Antonio Bravo Correoso:Ídem, p. 52. 131 Artículo 68, inciso 8, de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 568. 132 Artículo 47, inciso 2, de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 133 Artículo 76 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 571. 134 Artículos 77 y 78 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 135 Artículo 44 de la Constitución cubana de 1901 en: Ídem, pp. 556. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 169 ficativo en la Convención, que aprobó sin discusión sus artículos.136 No ocurrió lo mismo con el Senado, donde fueron objeto de fuerte polémica el método de elección de sus integrantes y sus funciones privativas.137 Con respecto a los métodos de elección, cada cámara tuvo uno propio. Los re- presentantes se eligieron sobre la base de un criterio poblacional, mediante sufra- gio directo.138 Los senadores lo fueron por un mecanismo indirecto, a través de los consejos provinciales y los mayores contribuyentes.139 Esta diferencia respondió a dos factores. En primer lugar, ver al Senado como un ente de estabilidad del sistema frente a las pasiones de los representantes. Coherente con este diseño, era la exi- gencia de una edad superior para ocupar el escaño y la presencia en la elección de los hombres de fortuna a nivel local, como garantes del orden y la estabilidad. En segundo lugar, el Senado se fundamentó en el criterio de asignar una representación igual a cada provincia, con independencia de su población. De ahí su elección por los consejos provinciales siguiendo la pauta del modelo norteamericano.140 La relación entre el ejecutivo y el legislativo se basó en el sistema de pesos y contrapesos propio del modelo norteamericano. Al respecto Villabella expuso: “El sistema de relación que se diseñó entre el ejecutivo y el legislativo era típico de la forma de gobierno que se estructuró, de modo que el Presidente podía presentar un mensaje sobre el estado de la nación al Congreso a inicio de cada legislatura en donde recomendaría leyes que considerara necesarias, debía de facilitar al mismo los informes que se le solicitare y podía convocar a sesiones extraordinarias al Congreso o suspender las mismas en determinado caso”.141 A ello hay que añadir el veto presidencial contra las leyes aprobadas por el Congreso142 y la posibilidad de este de destituirlo mediante un juicio político.143 El poder judicial se declaró independiente.144 No obstante, la Constitución solo desarrolló en su articulado al Tribunal Supremo,145 dejando a norma complementa- ria la organización del resto de los tribunales. En este tema es importante realizar

136 Ramón Infiesta:Historia constitucional de Cuba. Ed.cit., p. 313. 137 Ídem. 138 Artículo 48 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 559. 139 Artículo 45 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 557. 140 A comienzos del siglo xx la elección de los senadores en Estados Unidos se realizaba por los congresos estaduales. Lo más parecido a ellos en Cuba, donde no se implantó el sistema federal, eran los consejos provinciales. 141 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 70. 142 Artículo 62 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 565-566. 143 Artículo 47, inciso 1, y Artículo 50 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 558-560. 144 Artículo 81 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed.cit., pp. 571-572. 145 Artículos 82 y 83 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 572-573. 170 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez dos acotaciones. La primera es referente al hecho de que el Tribunal Supremo exis- tía con anterioridad a la elaboración de la Constitución, ya que se creó en 1899. La segunda estuvo relacionada con un importante salto cualitativo vinculado al control de la constitucionalidad. Inspirado en el modelo norteamericano, el Ar- tículo 83.4 ,dispuso: “Además de las atribuciones que le estuvieren anteriormente señaladas y de las que en lo sucesivo le confieran las leyes, corresponden al Tribu- nal Supremo las siguientes; 4ta. Decidir sobre la constitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, cuando fuere objeto de controversias entre partes”.146 Su sentido lo aclaró Leopoldo Berriel cuando expresó: “El criterio de la Comisión en este caso es que en este inciso se determine de un modo preciso que siempre y en todo caso que una ley resulte inconstitucional, siempre que se trate de su aplica- ción por las entidades llamadas a ponerla en práctica, podrá utilizarse este recurso ante el Tribunal Supremo, que tendrá un carácter especial y en su día resolverá la ley procesal”.147 Con ello se introdujo en nuestro derecho un modelo de control constitucional en sede judicial que hasta entonces no tenía precedentes en Cuba. Sin embargo, difería del modelo norteamericano que le antecedió y guió, en el hecho de estar concentrado en el Tribunal Supremo y no disperso entre todos los órganos judiciales de la República. Ello garantizó un mayor control del recurso y más facilidades para establecer una doctrina al respecto. Igualmente, creó un sentimiento de orgullo por el hecho de haberlo incorporado a la Constitución, en lugar de establecerlo por la práctica. Así, Juan Clemente Zamora, sostuvo: “[...] Nuestra Constitución de 1901 fue, pues, más perfecta que su modelo norteameri- cano; declarándose en ella expresamente lo que en la Constitución de los Estados Unidos estaba solo implícitamente contenido”.148 Uno de los inconvenientes de la Constitución de 1901 fue su remisión de deter- minados temas medulares a legislación complementaria.149 Esta debía ser elabora- da por el Congreso, pero su indolencia o incapacidad dejó grandes vacíos normati- vos. De ellos se derivaron dos consecuencias. En primer lugar, dejó determinados temas abiertos a la interpretación, lo que benefició sobre todo al Ejecutivo. En segundo lugar, mantuvo la vigencia de ciertas normativas españolas que poco se avenían con el régimen republicano.150 No obstante, se mantuvieron en vigor por falta de reemplazo. Igualmente, estas tendían a reforzar la autoridad de presidente.

146 Artículo 83.4 de la Constitución de 1901. En Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p 573. 147 Ángel C. Betancourt: Recurso de inconstitucionalidad, Imprenta y Papelería de Rambla Bouza y Cía, La Habana, 1915, pp. 7-8. 148 Juan Clemente Zamora: “La defensa de la Constitución en la legislación cubana”, en Andry Matilla Correa (Compilador): Estudios cubanos sobre control de constitucionalidad (1901-2008). Ob. cit., p. 236. 149 Véase el Artículo 41 de la Constitución cubana de 1901 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 555. 150 Rafael Martínez Ortiz: Cuba. Los primeros años de independencia, t. 1, tercera edición, Editorial Le Livre, París, 1929, p. 25. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 171 El modelo constitucional de 1901 entró en crisis a los pocos años de su puesta en vigor. La crisis política de 1906, motivada por la reelección de Estrada Palma y la segunda ocupación norteamericana, pusieron en entredicho la estructuración del sistema político, en especial el presidencialismo.151 En este tema se incluyó el debate en torno a la forma de gobierno, iniciado en 1906. Este se concentró en dos ideas fundamentales. Para algunos, como Eliseo Giberga, Ricardo Dolz y Miguel Alonso Pujol la solución fue sustituir el sistema presidencialista por uno de elementos del parlamentario.152 Otros, como Berenguer y Sed apuntaron a prohibir la reelección presidencial alargando en correspondencia su mandato a seis años.153 Ninguno de estos proyectos pasó de la etapa de debate, aunque son significativos de la incipiente crisis del diseño político de 1901. La reforma constitucional de 1927 a 1928 no cambió el panorama antes alu- dido. Entre sus postulados fundamentales estuvieron la extensión del mandato presidencial a seis años, al igual que los de los representantes y senadores, la supresión del cargo de vicepresidente y la creación del distrito central.154 No obs- tante, esta se realizó en un marco de inconstitucionalidad a tenor de la violación por la Convención Constituyente de las exigencias formales del Artículo 115 de la Constitución de 1901.155 Contra ella se presentaron varios recursos de incons- titucionalidad, aunque ninguno prosperó, sobre todo por no reconocerse la ac-

151 Para más información puede consultarse, entre otros, a: Rafael Martínez Ortiz: Ob. cit.; Julio Le Riverend: La República, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973; Instituto de Historia de Cuba: La República neocolonial: formación y crisis 1899 a 1940. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004; Rolando Rodríguez: República de corcho. 2 t, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2010; Francisca López Civeira, Mario Mencía y Pedro Álvarez Tabío: Historia de Cuba: Estado nacional, dependencia y Revolución. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2013. 152 Véanse al respecto: Miguel Alonso Pujol: La reforma constitucional y el sistema parlamentario. Imprenta El Siglo XX, La Habana, 1917; Ricardo Dolz: “Proyecto de reforma constitucional”. En Revista La Reforma social. Vol. X, No. 3, marzo de 1918; Eliseo Giberga: “Sobre el sistema parlamentario en el debate sobre la forma de gobierno más conveniente para Cuba”. Discurso pronunciado en el Ateneo de La Habana el 20 de diciembre de 1906. En Obras de Eliseo Giberga, t. I. Discursos políticos. Imprenta y Papelería de Rambla Bouza y Cía, La Habana, 1930, pp 341-370. Puede consultarse además: Fabricio Mulet Martínez: “Entre la crisis y la reforma. Itinerario del constitucionalismo cubano”. En Andry Matilla Correa y Alie Pérez Véliz (Coordinadores): Estudios jurídicos. Homenaje al Dr. Eurípides Váldes Lobán. Ed. cit., pp. 78-111. 153 Antonio Berenguer y Sed: Proposición de ley del Dr. Antonio Berenguer y Sed sobre la revisión constitucional presentada al Senado en la sesión del 5 de agosto de 1912. Imprenta y Librería La Moderna Poesía, La Habana, 1912. 154 Pueden consultarse en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 586-607. 155 Puede consultarse sobre este tema: Fabricio Mulet Martínez: “Entre la crisis y la reforma. Itinerario del constitucionalismo cubano”. En Andry Matilla Correa y Alie Pérez Véliz (Coordinadores): Estudios jurídicos. Homenaje al Dr. Eurípides Váldes Lobán. Ed. cit., pp. 78-111. 172 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez ción pública en esta materia y por la necesidad de demostrar la violación de un derecho.156 En este sentido, Gutiérrez Quirós señaló: “El efecto político, el que buscaba el recurrente, el único que seguramente le interesaba, era la declaración de inconstitucionalidad de esa Ley, sencillamente porque aquellas reformas de la Constitución eran inconstitucionales. Y esta era precisamente la declaración que el Tribunal no podía hacer”.157 La realidad política cubana de la época marcada por la dictadura machadista, los graves efectos de la crisis económica y la fallida reforma constitucional de 1927 a 1928, amenazaron con desembocar en una situación revolucionaria. Como se- ñaló Mulet Martínez: “La reforma constitucional aparecía nuevamente como una alternativa para contener la situación revolucionaria, cada día más crecida, y que se hacía insostenible para el régimen”.158 En este contexto aparecieron nuevos proyec- tos constitucionales de Mariano Aramburo, Arturo Mañas, Mario Díaz Cruz y José Manuel Cortina, entre otros,159 que buscaron darle una salida legal a la crisis. El gobierno de la mediación, que asumió el poder a la caída de Machado, in- tentó una aproximación distinta al tema. El 24 de agosto se restableció la vigencia de la Constitución de 1901, eliminando las reformas realizadas anteriormente.160 Esta tentativa de restablecer la Carta Magna tuvo corta vida. Después del 4 de septiembre de 1933 se abrió una etapa de crisis constitucional que solo terminó con la constituyente de 1940. El período temporal que abarcó desde 1933 a 1940 estuvo marcado en el or- den constitucional por dos elementos.161 El primero de ellos es la inestabilidad

156 Puede consultarse al respecto: Andry Matilla Correa (Coordinador): Estudios cubanos sobre control de constitucionalidad. Ed. cit.; Fabricio Mulet Martínez: Ídem. 157 Juan Gutiérrez Quirós: La Reforma Constitucional y el Tribunal Supremo. Jesús Montero, Editor, La Habana, 1934, pp. 53-54. 158 Fabricio Mulet Martínez: Ob. cit., p. 105. 159 Puede consultarse al respecto, entre otros, a: Arturo Mañas: Sobre una reforma de la Constitución Cubana. Imprenta de F. Verdugo, La Habana, 1931; Mariano Aramburu: “Proyecto de Constitución de la República de Cuba”, en La Nueva República. Revista de Renovación, 15 de abril de 1931, La Casa Martín. Imprenta, La Habana; José Manuel Cortina: Exposición de Motivos y Bases sobre la Reforma de la Constitución, segunda edición, Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Cía., La Habana, 1936. Puede utilizarse además, como lectura complementaria a: Enrique Hernández Corujo: Historia constitucional de Cuba, t. 2, Editora de Libros y folletos, La Habana, 1960; Fabricio Mulet Martínez: Ob. cit., pp. 78-111. 160 Decreto 1298 de 24 de agosto de 1933. En Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 508-612. 161 Puede consultarse al respecto, entre otros, a: Enrique Hernández Corujo: Las Transformaciones del Derecho Constitucional cubano desde el 12 de agosto de 1933. Revista Cubana de Derecho, Año XII, No. 4, octubre-diciembre de 1935, La Habana, 1935; Fernando Álvarez Tabío: Evolución constitucional de Cuba. Conferencia leída en el ciclo de conferencias organizado por el Colegio Nacional de Abogados. Talleres Gráficos O’Reilly 259, La Habana, 1953. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 173 normativa. Desde el 14 de septiembre de 1933 dejó de regir formalmente la Cons- titución de 1901. En su lugar comenzó a implementarse un constitucionalismo de emergencia a partir de diferentes estatutos o leyes fundamentales.162 Estas fue- ron medidas creadas para legitimar a los diferentes gobiernos provisionales de la etapa y no fueron una emanación directa de la voluntad popular, por lo que en buena técnica, tuvieron un rango inferior al de una verdadera Carta Magna. Como rasgos comunes entre ellas se pueden apreciar la desaparición del Congreso y la concentración de las facultades ejecutivas, legislativas y de facto, las constituyen- tes en el presidente y el Consejo de Secretarios, que actuó, por primera vez como órgano colegiado. Al respecto, señaló Villabella: “El Consejo de Secretarios se integraba por los Secretarios de Despacho, los que eran nombrados por el Presi- dente. Este órgano, además de asistir al Presidente asumía las funciones que en la Constitución anterior estaban legitimadas al Congreso, las que reproducía de ma- nera casi idéntica, con lo cual adquiría un carácter bifronte en tanto sus integrantes en lo individual participaban de la función ejecutivo-administrativa y como ente colectivo asumían el rol de órgano legislativo”.163 Con ello, como señaló el pro- pio autor: “Como se evidencia, el diseño institucional que estableció este texto propugna una unificación y concentración del poder en un órgano de diecisiete miembros (Presidente e integrantes del Consejo de Secretarios) lo cual constituye una fórmula para ejercer el poder en condiciones de difícil gobernabilidad bajo un manto de constitucionalidad”.164 Otro aspecto interesante fue el relativo, por primera vez en nuestra historia, a la aparición del Consejo de Estado como órgano con facultades consultivas.165 Al respecto Villabella comentó: “El Consejo de Es- tado estaba integrado por representantes de organizaciones y diferentes sectores económicos que eran nombrados por el Presidente con la aprobación del Consejo de Secretarios. Fungía como órgano asesor o consilium del Presidente”.166 Igual- mente se modificó el recurso de inconstitucionalidad para admitir el presentado por 25 ciudadanos y supuso la consagración del Tribunal en guardián de la supra legalidad constitucional, más allá de la defensa de los derechos individuales.167 No obstante, en la práctica se suprimió la inamovilidad de los funcionarios del poder judicial, lo que de hecho desvirtúo el apartado anterior.168

162 Pueden consultarse sus textos en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 615-774. 163 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 72. 164 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ídem. 165 Véase el Título IX de la Ley Constitucional de 3 de febrero de 1934 en: Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 650. 166 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ídem, p 72. 167 Fernando Álvarez Tabío: “Evolución constitucional de Cuba”. Conferencia leida en el ciclo de conferencias organizado por el Colegio Nacional de Abogados. Ed. cit., p. 17. 168 Véase al respecto la Disposición Transitoria Quinta en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., p. 664. 174 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez En materia de derechos se mantuvo la formulación de 1901. Igualmente in- cluyó en su regulación el fuero militar que, como señaló Álvarez Tabío, supuso la negación del principio de igualdad recogido en los propios textos.169 También modificó el principio de irretroactividad de las leyes civiles,170 que sufrió entonces duros embates doctrinales.171 Otro elemento a tener en cuenta es el relativo a la inestabilidad derivada de la facilidad de su modificación por medio del propio Consejo de Secretarios. Otro aspecto a tener en cuenta es la emergencia de nuevas problemáticas en materia constitucional que desplazaron el tradicional debate en torno al presiden- cialismo. En su lugar, cobró fuerza la llamada cuestión social. Es así que el Dr. Carrera Justiz, en conferencia pronunciada en la Información pública del Senado en 1936, se refirió a la “gran cuestión social” como elemento imprescindible a tener en cuenta en una futura pero necesaria reforma constitucional.172 Esta hizo su aparición en los proyectos de Mariano Aramburo, Arturo Mañas, Mario Díaz Cruz y José Manuel Cortina.173 Se consolidó a nivel programático,174 dentro de los diferentes partidos políticos de la época y en el ámbito doctrinal.175 Este estado de inseguridad constitucional se mantuvo hasta 1935. La celebra- ción de elecciones nacionales y la toma de posesión de un gobierno electo, por primera vez desde 1925 no supusieron el fin de la provisionalidad constitucional. En este sentido el reclamo de la convocatoria a una nueva Convención Constituyente se convirtió en mayoritario. Hay que tener presente que este derivó de los Estatutos del Gobierno Provisional de 1933.176 También en 1935 se aprobó un proyecto de reforma constitucional por el Congreso de la República, que propuso introducir

169 Fernando Álvarez Tabío: Ob. cit. 170 Véase el artículo 14 de la Ley Constitucional de 12 de julio de 1935 en: Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 723. 171 Fernando Álvarez Tabío: Ob. cit., p. 16. 172 Francisco Carrera Justiz: “La Reforma de la Constitución”. Conferencia pronunciada en la Información pública del Senado, Universidad de La Habana, Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, La Habana, 1936, p. 19. 173 Arturo Mañas: Sobre una reforma de la Constitución Cubana. Ed. cit.; Mariano Aramburu: “Proyecto de Constitución de la República de Cuba”. Ed. cit., pp. 12-20; José Manuel Cortina: Exposición de Motivos y Bases sobre la Reforma de la Constitución. Ed. cit., pp. 39-50. 174 Puede consultarse al respecto los programas del Directorio Estudiantil Universitario, el Ala Izquierda Estudiantil y el ABC en: Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba, t. 3, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973. Para el período posterior a Machado puede consultarse el programa del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), el Programa Constitucional de Acción Republicana, el Programa de Doctrinas del Partido Demócrata, entre otros, en: Hortensia Pichardo: Ob. cit. 175 Puede consultarse, entre otros a: Francisco Carrera Justiz: Ob. cit.; Juan Clemente Zamora: “Nuevas orientaciones en materia constitucional”. Ed. cit. 176 Véase el artículo tercero de los Estatutos para el gobierno provisional de la República de Cuba en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., p. 617. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 175 importantes transformaciones en el derecho constitucional cubano.177 El proyecto nunca llegó a implementarse, pero sirvió de base a la Constitución de 1940. La nueva Cara Magna fue el fruto de los movimientos populares de la década de 1930. En este sentido, la Convención Constituyente estuvo conformada por un abanico ideológico mucho más amplio que en 1901. En ella se sentaron viejos políticos como Mario García Menocal y Orestes Ferrara, junto a protagonistas de la Revolución del 33 como Ramón Grau San Martín y Carlos Prío, así como dipu- tados comunistas como Blas Roca y Juan Marinello.178 El choque de las diferentes posiciones convirtió a este texto en una obra de compromiso, marcada por las constantes referencias a legislaciones complementarias. Un ejemplo de ello fue el debate en torno a la propiedad.179 No puede ignorarse, sin embargo, la existencia de un cierto consenso sobre ciertas medidas a adoptar y sus implicaciones. En líneas generales la Constitución de 1940 se caracterizó, en el orden formal, por ser un texto escrito, codificado, dotado de todas sus partes. Asumió el ideario republicano democrático propio de su época y los principios de soberanía popular, representación política y división de poderes. No obstante, tuvo ciertas falencias técnicas que afectaron su contenido y alcance.180 Quizás sus mayores conquistas estuvieron en el área de los derechos funda- mentales. En este punto es importante realizar dos consideraciones. La Constitu- ción revisó el tema de los derechos individuales, civiles y políticos, dándoles a algunos nuevos contenidos y alcances, mientras que en otros abandonó los postu- lados básicos del liberalismo político. La otra innovación importante fue el amplio reconocimiento de los denominados derechos sociales. En este sentido secciones como la dedicada a la familia, al trabajo, la educación y la cultura, sentaron un importante precedente dentro del constitucionalismo cubano. Con respecto al tema de los derechos individuales, la Carta Magna de 1940 introdujo importantes modificaciones. En primer lugar, el Artículo 20 mantuvo el

177 Véase el Proyecto en: Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., pp. 774-843. 178 Para más información sobre este tema puede consultarse, entre otros, a: Gustavo Gutiérrez: “La Convención Constituyente y la Convención de 1940”, en Ramiro Guerra et al.: Historia de la Nación Cubana, t. IX. Ed. cit.; Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2. Ed. cit.; Fernando Álvarez Tabío: El Constitucionalismo en Cuba. Ed. cit.; Julio Ángel Carreras: Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Ed. cit.; Jorge de la Fuente: Análisis constitucional desde Jimaguayú hasta el 40. Ed. cit. (Colección Ciencias Jurídicas); Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba. Ed. cit.; Ana Suárez Díaz (Coordinadora): Retrospectiva crítica de la Asamblea Constituyente de 1940. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2011. 179 Véase al respecto la sesión sexagésimo novena ordinaria en: República de Cuba: Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de 1940. Vol. II, No. 69. 180 Véase por ejemplo lo dispuesto en el Artículo 98 de la Constitución de 1940 que motivó la reforma constitucional de 1946 en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., pp. 876 y 976-977. 176 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez principio de igualdad ante la ley.181 Se añadió un importante párrafo que condenaba la discriminación por raza, sexo, color o clase. Con esto se estableció, por primera vez en Cuba, una noción de igualdad que fue más allá de lo formal, al condenar como contrario a este principio cualquier acto discriminatorio. Igualmente, los artí- culos 21, 22 y 23 modificaron los principios relativos a la irretroactividad de la ley civil y penal, así como el referido a los contratos, dándole potestad al Estado para modificarlos en interés de la vida nacional.182 Igualmente, se trató de ofrecer mayo- res garantías a los acusados en el ámbito penal y se proscribió la pena de muerte, sal- vo casos excepcionales.183 También se mantuvieron otros derechos como la libertad de expresión y religiosa, la inviolabilidad de domicilio y de correspondencia, entre otros. En muchos casos se les dotó de garantías adicionales para su mejor defensa.184 Con respecto a la participación en la vida política se reconoció la libertad de reunión pacífica y de asociación.185 Aquí se añadió una importante limitación que declaró ilegales todas las organizaciones políticas que atentaran contra la indepen- dencia nacional y la forma republicana y democrática de gobierno.186 También se declaró punible cualquier intento de impedir la participación de cualquier ciudada- no en la vida política del país.187 El sufragio fue declarado un derecho y un deber, castigándose con la inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos.188 A ello se añadió la incorporación del referéndum y de la iniciativa legislativa popular189 como formas de participación directa del ciudadano en la toma de decisiones políticas.190 Un derecho individual que resultó objeto de una nueva regulación fue el de propiedad. En principio el Artículo 87 reconoce la propiedad privada dentro de ciertos límites al plantear: “El Estado cubano reconoce la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social y sin más limitaciones que aquellas que por motivos de necesidad pública o interés social

181 Artículo 20 de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Las Constituciones de Cuba. Ed. cit., p. 852. 182 Artículos 21, 22 y 23 de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p 853. 183 Artículos 25 al 30 de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 854-856. 184 Artículos 34 al 36 de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 856- 858. 185 Artículo 37 de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 858. 186 Artículo 37, párrafo segundo, de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 858-859. 187 Artículo 38, párrafo segundo, de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 859. 188 Artículo 97, párrafo segundo, de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 876. 189 Artículos 135, inciso f, de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 856-892. 190 Artículo 98, párrafo segundo, de la Constitución de 1940 en: Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 876. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 177 establezca la Ley”.191 Sin duda, el tema del contenido de la función social resultó uno de los más polémicos del texto de 1940. En ese sentido, José Manuel Cor- tina expresó: “Este concepto, tal como está en la Constitución, significa sola- mente que cuando el propietario utilice su propiedad en forma antisocial, o sea, sin ponerla en explotación o coordinarla debidamente con el ritmo económico del país, el Estado tiene, de acuerdo con la misma Constitución, el derecho de privarlo de esa propiedad para incorporarla al movimiento económico del país, mediante el procedimiento expropiatorio que la propia Constitución seña- la, o los pagos de indemnización correspondientes cuando las leyes, acordadas debidamente, suspenden alguno de los atributos de la propiedad, con carácter transitorio”.192 En última instancia, el propio Cortina lo definió como un valla- dar frente al egoísmo individual al decir: “El concepto «función social» –insis- timos en aclararlo– significa que el propietario, por el mero hecho de serlo, no puede establecer una muralla infranqueable entre su egoísmo, el interés social y sus derechos patrimoniales. El hombre que tiene una propiedad y vive dentro de la comunidad social, está obligado a darle a esta propiedad un sentido social, o sea, de actividad creadora”.193 Por su parte, el Artículo 88 declaró que el subsuelo pertenece al Estado.194 A ello hay que añadir uno de los artículos más progresistas de la Constitución de 1940, el 90, que estableció: “Se proscribe el latifundio y a los efectos de su desa- parición, la Ley señalará el máximo de extensión de la propiedad que cada perso- na o entidad pueda poseer para cada tipo de explotación a que la tierra se dedique y tomando en cuenta las respectivas peculiaridades. La Ley limitará restrictiva- mente la adquisición y posesión de la tierra por personas y compañías extranjeras, y adoptará medidas que tiendan a revertir la tierra al cubano”.195 La historia de este resulta interesante, por la presentación de dos proyectos contrapuestos: el del Partido Unión Revolucionaria Comunista y el del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), siendo, al final aprobada la primera propuesta con una significativa modificación.196 Lo interesante es que el consenso mayoritario de la Convención Constituyente era la necesidad de frenar la expansión del latifundio y de tratar de resolver el problema agrario cubano. Lamentablemente, este artículo, como tantos otros de esta Carta Magna quedó en letra muerta. Con respecto a los denominados derechos sociales, la propia Constitución re- sultó altamente innovadora. En sus títulos dedicados a la economía, la familia, la

191 Artículo 87 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 873. 192 José Manuel Cortina: “Función social de la propiedad según la Constitución cubana”. Diario de la Marina, La Habana. 26 de febrero de 1946, p. 1. 193 José Manuel Cortina: Ob. cit., p. 13. 194 Artículo 88 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 874. 195 Artículo 90 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 196 Véase al respecto la sesión sexagésimo novena ordinaria en: República de Cuba: Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de 1940. Vol. II, No. 69. 178 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez cultura y la educación, incluyó propuestas muy avanzadas para su época.197 Quizá lo más significativo de estos acápites fue que, en el afán de garantizarlos, se inclu- yeron en el texto normas que, en buena técnica pudieron quedar en leyes comple- mentarias.198 Igualmente. se reconocieron un amplio grupo de derechos laborales.199 En este último caso, en realidad lo que se hizo fue llevar a rango constitucional un grupo de conquistas de la clase obrera cubana de la década del treinta. Es impor- tante recalcar que estos dos títulos fueron el resultado de amplias movilizaciones de diversas organizaciones populares. Ello explica la tendencia a la minuciosidad y al casuismo en su regulación. Un último comentario es el relativo a su efectividad. Muchos de los derechos mencionados requirieron una intervención activa del Esta- do para lograr su eficacia, o la elaboración de leyes complementarias. En el primer caso, estas no existieron realmente hasta después de 1959. En el segundo, muchos de los avances sociales reconocidos se frustraron por la incapacidad del Congreso para elaborar la legislación complementaria necesaria.200 Con respecto a la estructura estatal, la Constitución de 1940 recogió los prin- cipios de soberanía popular,201 representación política y división de poderes.202 Como planteó Villabella: “La Constitución de 1940 planteó que el Estado ejercía sus funciones por medio de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y los orga- nismos reconocidos en la Constitución, a los que agregaba de manera inédita que las provincias y los municipios, además de ejercer sus funciones propias, coadyuvan a la realización de los fines del Estado, ofreciendo así una proyección más integral del mecanismo estatal a tenor de la forma de Estado unitaria”.203 En este sentido hay dos temas que es necesario acotar. Primero. lo referente a la solución del tema del presidencialismo. En segundo lugar. la creación de nuevos órganos estatales. Respecto al primer punto hay que decir que los constituyentes trataron de limi- tar el poder del presidente de la República. El esfuerzo por debilitar el poder per- sonal del mandatario llevó a la creación del Consejo de Ministros y de la figura del Primer Ministro.204 Como señaló Villabella: “De este planteamiento vale la pena comentar ante todo la ambivalencia que se dibuja al reforzar el hegemonismo de la figura (Jefe de Estado y representante de la nación) mientras por otro lado se

197 Véase al respecto los títulos del V y VI de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., pp. 860-876. 198 Como ejemplo puede consultarse el Artículo 56 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 865. 199 Véase al respecto el Título VI de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 866-873. 200 Puede consultarse al efecto: Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2, Ed. cit., p. 226. 201 Artículo 2 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 847. 202 Artículo 118 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 882. 203 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 73. 204 Artículo 151 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 899. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 179 colectiviza su desempeño al responsabilizarse del mismo también al Consejo de Ministros. Estos pronunciamientos junto a otros elementos que se introducen en la dinámica del mecanismo estatal asoman una proyección de dibujar al ejecutivo de manera menos personalista”.205 No obstante, las funciones del presidente, como señaló el propio autor206 continuaron siendo sustancialmente las mismas. Su man- dato se redujo a cuatro años, mediante un extraño proceso electoral, y se admitió la nueva postulación trascurridos dos períodos presidenciales.207 Para debilitar el poder presidencial se introdujo la responsabilidad del Consejo de Ministros ante el Congreso.208 Junto a ello: “Se agregan además mecanismos de control específico cuando se legitima que cada cuerpo colegislador podrá de- terminar la remoción total o parcial del Gobierno planteando la cuestión de con- fianza y que el Consejo de Ministros podrá plantear por sí mismo la cuestión de confianza en cuanto a la totalidad de sus componentes o respecto a alguno de los Ministros”.209 La presencia de este mecanismo dio pie al debate en torno a la confi- guración de un semiparlamentarismo. En este tema, autores como De la Fuente,210 Carreras,211 Álvarez Tabío212 o Fernández Bulté213 han sostenido la teoría. Otros autores como Hernández Corujo han defendido la idea de un presidencialismo condicionado o atenuado.214 De igual criterio es Villabella que planteó: “Bajo este razonamiento se configuró a nuestro juicio un presidencialismo atenuado a partir de que la preceptiva constitucional hace menos hegemónica la función ejecutiva al hacerla recaer en el Presidente asistido del Consejo de Ministro, el hecho de que exista este órgano con un determinado margen de atribuciones, la introducción de la figura del Primer Ministro y la posibilidad de que el Parlamento en ejercicio del control político pudiera provocar la dimisión de alguno de los Ministros”.215 A nuestro juicio, este último resulta el más atinado no solo por la letra de la norma y a la práctica política de la etapa. Con respecto a los nuevos órganos estatales, además de los antes aludidos y de algunos cuerpos técnicos, merecen mencionarse dos en particular: El Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales y el Superior Electoral. Estos se incluyeron

205 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 74. 206 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ob. cit., p. 75. Véase el Artículo 142 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., pp. 895-897. 207 Véase el Artículo 140 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p. 895. 208 Véase el Título XIII de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 901-903. 209 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ob. cit., p. 76. 210 Jorge de la Fuente: Análisis constitucional desde Jimaguayú hasta el 40. Ed. cit., p. 185. 211 Julio Ángel Carreras: Historia del Estado y del Derecho en Cuba. Ed. cit., p. 486. 212 Fernando Álvarez Tabío: Derecho constitucional comparado. Ed. cit., p, 66. 213 Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba. Ed. cit., p. 298. 214 Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2. Ed. cit., p. 212. 215 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ob. cit., p. 77. 180 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez dentro del denominado poder judicial, declarado independiente.216 La Sala o Tri- bunal de Garantías Constitucionales y Sociales asumió tareas que fueron más allá del mero recurso de inconstitucionalidad de 1901.217 Hay que destacar entre ellas no solo los recursos de inconstitucionalidad, sino también su opinión consultiva en materia, el conocimiento en última instancia de los habeas corpus y los temas de legislación social. No obstante, su funcionamiento quedó a una ley comple- mentaria que tardó varios años en aprobarse. El Tribunal Superior Electoral218 marcó la completa judicialización del conten- cioso electoral en Cuba. El órgano regulador era, al mismo tiempo, juez y parte, pues debió dirigir el proceso electoral y sustanciar los recursos contra este.219 Es posible que hubiera sido más acertado separar los dos entes, manteniendo la Junta Superior Electoral, y dejando una sala especial en los tribunales para lo contencioso electoral. En sentido general, puede afirmarse que la Constitución de 1940 supuso un significativo avance para el Derecho Constitucional cubano. Fue el resultado del proceso de luchas populares de la década del treinta y recogió varios de sus pos- tulados progresistas. No obstante, tuvo sus fracasos, sobre todo en lo referente al presidencialismo y la falta de leyes complementarias.

IV. El constitucionalismo revolucionario La Carta Magna de 1940 tuvo una vida azarosa. Parte de su vigencia estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial lo que afectó su normal desenvolvimien- to. Luego, el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 supuso el quebranto de la legalidad constitucional. Batista la sustituyó por unos Estatutos Constitucionales espurios, que marcaron el inicio de la crisis del modelo de 1940.220 Restablecida de nuevo su vigencia el 24 de febrero de 1955, como parte de la farsa electoral pla- neada por el tirano estuvo vigente, aunque en la práctica inoperante hasta el triunfo revolucionario.221 El triunfante Gobierno Revolucionario, aunque proclamó la vigencia de la Constitución de 1940, ajustándose al punto uno del Programa del Moncada, pronto comenzó a introducirle modificaciones para adecuarla a las nuevas cir-

216 Véase el Artículo 170 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ob. cit., p 904. 217 Véase el Artículo 182 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem. 218 Véanse los artículos del 184 al 187 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, pp. 909-911. 219 Véase el Artículo 185 de la Constitución de 1940, en Andrés Lazcano y Masón: Ídem, p. 909. Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba. Ed. cit., pp. 305- 307. 220 Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2. Ed. cit., pp. 230-233. Puede consultarse además: Julio Fernández Bulté: Ob. cit., p. 298. 221 Enrique Hernández Corujo: Ob. cit., pp. 236-239. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 181 cunstancias.222 La vigencia de esta Carta Magna planteó significativos problemas. En primer lugar, no se avenía con el sistema de gobierno provisional implemen- tado. En segundo lugar, la capacidad de este gobierno para introducir transforma- ciones por vía de Decretos era limitada. Muchas de las medidas que se querían introducir, como por ejemplo, la Reforma Agraria, debían ser objeto de ley y esta solo podía emanar del Congreso. Ello puso a las fuerzas revolucionarias en la disyuntiva de convocar nuevas elecciones, lo que suponía un panorama incierto o sustituir la Carta Magna de 1940. La legitimidad de la que gozaba el proceso revolucionario le permitió realizar esta transformación. Debe tenerse en cuenta además, el creciente descrédito del texto de 1940, tanto por la falta de cumpli- miento de algunos de sus postulados fundamentales, como por no haber servido como freno a las ambiciones de poder, la corrupción y la dictadura. Por ello, el 7 de febrero de 1959 se promulgó una nueva Ley Fundamental destinada a actuar como texto constitucional de emergencia.223 Esta introdujo im- portantes modificaciones, sobre todo respecto al ejercicio de algunos derechos y la estructura estatal. Al respecto Villabella planteó: “Como puede observarse, una vez más la ruptura en el poder político provocaba una constitucionalidad de emer- gencia planteada como provisional. La diferencia con los momentos anteriores referidos es que en este caso la quiebra institucional era el resultado de una revo- lución portadora de un cambio raigal en los fines de hacer política, en la forma de hacerla y en la ética que la inspiraba”.224 Con respecto a los derechos, permitió la aplicación retroactiva de ciertas leyes revolucionarias, sobre todo en la esfera penal,225 y reintrodujo la pena de muerte como castigo a los autores de crímenes durante la dictadura.226 Igualmente, se aplicó la confiscación de bienes derivados de malversación de fondos públicos.227 No obstante, se mantuvo de forma similar el resto del catálogo de derechos de la Constitución de 1940. Con respecto a la estructura estatal, el poder legislativo se atribuyó al Consejo de Ministros,228 siguiendo la práctica del constitucionalismo mambí y del de los años treinta.229 Es interesante señalar que, como en casos anteriores, se mantuvo

222 Enrique Hernández Corujo: Ob. cit., pp. 243-245. 223 Puede consultarse el texto y sus modificaciones, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ley Fundamental de 1959. Publicada el 7 de febrero de 1959. 224 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 79. 225 Artículo 21 de la Ley Fundamental de 1959 y Disposición Transitoria Cuarta, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ob. cit., pp. 6 y 10. 226 Artículo 25 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 7. 227 Artículo 24 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 6. 228 Artículo 119 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 27. 229 Véanse los Artículos 120 y 121 acerca de las atribuciones del Consejo de Ministros en: Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, pp. 27 y 28. 182 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez la ficción de la división de poderes del Artículo 118,230 aunque en la práctica esta no funcionase realmente. Vale destacar lo planteado por Villabella: “El Consejo de Ministros lo nombraba el Presidente. Puede señalarse que a pesar de que el texto mencionaba literalmente su papel legislativo, el mismo desempeñaba tam- bién dos roles, como entidad de asistencia del ejecutivo e instancia constituyente. En el primer plano puede argumentarse que se le transcribían las atribuciones que preveía la Constitución de 1940 para el Senado (aprobar nombramientos del Pre- sidente, autorizar a los cubanos para servir militarmente en el extranjero y aprobar los tratados que negociare el Presidente) y las que señalaba como facultades no delegables de ambas cámaras que reproducía casi con exactitud. En el segundo papel puede señalarse que se refrendaba que para el ejercicio del poder ejecutivo el Presidente estaría asistido del Consejo de Ministros, precepto que se retomaba exactamente del texto anterior. En ese sentido vale agregar que el órgano, que era encabezado por el Presidente o en su defecto por el Primer Ministro, debía despa- char los asuntos de cada ministerio, cumplir y hacer cumplir la legalidad, redactar proyectos legislativos y refrendar conjuntamente las leyes y documentos. En la tercera perspectiva puede destacarse que este podría modificar la Constitución en votación nominal, con la conformidad de las dos terceras partes de sus componen- tes, ratificadas en igual votación en tres sesiones sucesivas y con la aprobación del Presidente de la República”.231 Puede afirmarse, como señaló el propio autor que: “[...] lo cierto es que aquí se adopta una fórmula que ya había empleado el Dere- cho Constitucional cubano basada en concentrar los poderes más importantes en un órgano, adoptándose ex novo un modelo de gabinete”.232 El poder ejecutivo se atribuyó al Presidente de la República, con funciones similares a las de la Constitución de 1940.233 incluyendo el derecho de veto.234 La organización judicial se mantuvo intacta con respecto a 1940.235 No ocurrió lo mismo con los órganos locales de poder que fueron sustituidos por Comisionados designados al efecto.236 Sobre este tema ha existido un debate acerca de si la Ley Fundamental de 1959 es una constitución nueva o la del 40 modificada. Para Hernández Corujo,237 las

230 Artículo 118 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, pp. 26 y 27. 231 Carlos Manuel Villabella Armengol: Historia constitucional y poder político en Cuba. Ed. cit., p. 79. 232 Carlos Manuel Villabella Armengol: Ídem, p. 80. 233 Artículo 129 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ob. cit., pp. 29 y 31. 234 Artículo 124 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 28. 235 Título XII de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 28. 236 Artículo 198 de la Ley Fundamental de 1959, en Gaceta Oficial de la República de Cuba: Ídem, p. 55 y Enrique Hernández Corujo: Historia Constitucional de Cuba, t. 2. Ed. cit., p. 248. 237 Enrique Hernández Corujo, Historia Constitucional de Cuba. Tomo 2, Compañía Editora de Libros y Folletos, La Habana, 1960, p 246. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 183 transformaciones que sufrió el texto fueron de la suficiente entidad para consi- derarlo una constitución nueva. Para autores como Álvarez Tabío238 y Fernández Bulté239 se trató de la Constitución de 1940 modificada. No obstante, es posible afirmar que los cambios efectuados resultan suficientes para admitir la idea de un texto constitucional nuevo. Un último tema con respecto a la Ley Fundamental es el referido al de las reformas. Por un lado, el texto desarrolló un procedimiento flexible,240 acorde a la concentración de poderes. De otro lado, como señaló Álvarez Tabío: “Pero al ensancharse la base de la Revolución fue necesario realizar profundos cambios económicos y atacar los tradicionales males sociales en su verdadera raíz”.241 En la medida en que se radicalizó el proceso revolucionario la Ley Fundamental co- menzó a quedar desfasada con la realidad del país. Esto fue especialmente visible después de la proclamación del carácter socialista de la Revolución. En conse- cuencia, se fueron introduciendo cambios cada vez más profundos en aras de acotarla a la nueva realidad social y política. Estas modificaciones alteraron pro- fundamente el contenido esencial de la Constitución, pero no lograron suplantar totalmente su esencia burguesa. Por ello se abrió un período de provisionalidad constitucional que se prolongó hasta 1976. Como señaló la Comisión Redactora del Anteproyecto de Constitución: “Pero la Ley Fundamental, con sus numero- sas modificaciones, ha sido superada definitivamente por la realidad socialista en constante avance. Nuestro país requiere ya una nueva Constitución”.242 No es objeto del presente estudio analizar la Constitución de 1976 actualmente en vigor. No obstante, se impone una breve reflexión acerca del proceso constitu- yente por ser el antecedente más inmediato del actual y por sus diferencias con la tradición patria. Este estuvo estrechamente vinculado al proceso de instituciona- lización desarrollado desde finales de los años sesenta.243 Un papel importante lo desempeñaron las comisiones de estudios jurídicos creadas durante esa etapa244 y la experiencia de los órganos del Poder Popular en Matanzas.245 En esta cuerda se

238 Fernando Álvarez Tabío. El constitucionalismo en Cuba. Universidad de La Habana, La Habana, 1966., p 13. 239 Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba, Editorial Félix Varela, La Habana, 2005, p 333. 240 Enrique Hernández Corujo, Historia Constitucional de Cuba. Tomo 2, Compañía Editora de Libros y Folletos, La Habana, 1960, p 249. 241 Fernando Álvarez Tabío. El constitucionalismo en Cuba. Universidad de La Habana, La Habana, 1966., p 14. 242 Consideraciones sobre el Anteproyecto de Constitución en: Revista Cubana de Derecho, Año V, Número 11, La Habana, 1976, p 48. 243 Puede consultarse al respecto a Julio Fernández Bulté: Historia del Estado y el Derecho en Cuba, Editorial Félix Varela, La Habana, 2005, p 350 en adelante. 244 Puede consultarse al respecto: Héctor Garcini Guerra: “Las comisiones de estudios jurídicos”. En Revista Cubana de Derecho, Año I, No. I, La Habana, 1972, pp. 21-68. 245 Puede consultarse al respecto a Héctor Garcini Guerra: “La constitución de los órganos del Poder Popular”. En Revista Cubana de Derecho, Año III, No. 8, La Habana, 1974, pp. 61-80. 184 / RBC 49 / Dr. Santiago Bahamonde Rodríguez nombró una Comisión mixta del Estado y del Partido para la redacción del Antepro- yecto de Constitución, presidida por Blas Roca y formada por destacadas figuras de la Revolución y de las ciencias jurídicas.246 Esta norma, en su apartado tercero orde- nó: “El Buró Político y los miembros del Consejo de Ministros aprobarán en prin- cipio las líneas generales del Anteproyecto y lo someterán a discusión pública (en la prensa, en los órganos estatales, en las direcciones de las organizaciones sociales y de masas); y popular (en las asambleas de las organizaciones de masas, centros de trabajo, universidades, escuelas, etc.), desde el 10 de abril, 106 aniversario de la Constitución de Guáimaro. La discusión pública y popular se prolongará hasta el 16 de septiembre, 80 aniversario de la Constitución de Jimaguayú. Al mismo tiempo discutirán el Anteproyecto de Constitución las organizaciones y organismos del Par- tido en el curso del proceso asambleario previo a la reunión del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba”.247 Igualmente dispuso algunas bases como guía para la Comisión a la hora de redactar el Anteproyecto.248 Por último, dispuso la cele- bración de un referéndum nacional para su aprobación definitiva.249 Fidel consideró que: “Y esto nos permitirá ponerle fin a la provisionalidad del Estado revolucionario y dejar constituido un Estado con carácter definitivo para el futuro”.250 A continuación se realizó el proceso de consulta popular251 y se debatió y apro- bó en el Primer Congreso del Partido.252 Por último, se desarrolló el referéndum popular,253 que aprobó el texto con más del noventa y siete por ciento de los votos válidos254 y la nueva Carta Magna entró en vigor el 25 de febrero de 1976. Como puede apreciarse se trató de un proceso atípico por la ausencia de una Asamblea o Convención Constituyente, electa por el pueblo. No obstante, se hizo presente tan- to en el proceso de discusión del Anteproyecto o en el referendum. Como señaló Raúl Castro: “Jamás en toda la historia de nuestra Patria y de nuestro continente

246 Puede consultarse el Acuerdo del Consejo de Ministros, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp. 7-14. 247 Apartado Tercero del Acuerdo del Consejo de Ministros, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 8. 248 Apartados Séptimo a Décimo del Acuerdo del Consejo de Ministros, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp. 9-13. 249 Apartado Cuarto del Acuerdo del Consejo de Ministros, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 8. 250 Palabras de Fidel en el acto de constitución de la Comisión Redactora del Anteproyecto de Constitución, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 14. 251 Véanse los resultados del mismo, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp. 56-65. 252 Véase la resolución del Primer Congreso del Partido, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp. 66-68. 253 Véase la Ley de Referendo, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp. 71 y ss. 254 Informe sobre el resultado del Referendo, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, pp 96-101. El constitucionalismo cubano... / RBC 49 / 185 ha sido aprobada una Constitución mediante un proceso de tan ejemplar democra- cia, de tan masiva y consciente participación de toda la población en su discusión, elaboración y aprobación; en el que se haya expresado con tanta fuerza y realidad la voluntad soberana del pueblo”.255 La nueva Carta Magna debía ser: “Que la Constitución no puede ser un pro- grama de futuro sino, como decía Martí, «una ley viva y práctica», un conjunto de normas jurídicas supremas del presente, que se basen en lo ya conquistado por la Revolución, en la realidad económico-social y política de nuestro país”.256 Al respecto Fidel expuso un argumento cuya relevancia trasciende hasta nuestros días: “Hoy necesitamos una Constitución socialista, en correspondencia con las caracte- rísticas de nuestra sociedad, con la conciencia social, las convicciones ideológicas y las aspiraciones de nuestro pueblo. Una Constitución que refleje las leyes generales de la sociedad que construimos, las profundas transformaciones económicas, socia- les y políticas operadas por la Revolución y los logros históricos conquistados por nuestro pueblo. Una Constitución, en fin, que consolide lo que somos hoy y que nos ayude a alcanzar lo que queremos ser mañana”.257 Por último, el propio Fidel advir- tió: “Todos y cada uno de nosotros debemos ser firmes baluartes de la Constitución, que aprobará el pueblo, aplicadores y cumplidores de la ley revolucionaria, celosos y estrictos defensores de la legalidad socialista”.258

A modo de conclusión El constitucionalismo cubano ha transitado por diferentes etapas desde sus orígenes en 1869 hasta nuestros días. En este es posible distinguir dos ideas fun- damentales. En primer lugar, ha sido el resultado de los diferentes movimientos populares de nuestra Historia que, a partir de él han dado cauce a una nueva lega- lidad, como ocurrió en 1869, 1901, 1940 y 1976. En segundo, en su redacción in- fluyeron las ideas más modernas en materia constitucional existentes en el ámbito nacional e internacional. Mantuvo ciertos principios básicos como el Estado laico y el respeto a la soberanía popular como base del sistema político. Puede afirmarse entonces que, constituye una parte valiosa de la conciencia nacional y que su estudio no debe pasar inadvertido a las presentes y futuras ge- neraciones.

255 Raúl Castro Ruz: “Informe del Comité Central del PCC al Primer Congreso del PCC”. Fragmento, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 58. 256 Anteproyecto de Constitución, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 48. 257 Fidel Castro Ruz: “Discurso pronunciado por el Primer Secretario del PCC y Primer Ministro en el acto de proclamación de la Constitución”. En Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 57. 258 Fidel Castro Ruz: “Informe del Comité Central del PCC al Primer Congreso del PCC”. Fragmento, en Revista Cubana de Derecho, Año V, No. 11, La Habana, 1976, p. 61. NORMAS Y PROCEDIMIENTOS PARA EL FUNCIONAMIENTO DE LA SEAP, A PARTIR DE LO PRECEPTUADO EN LOS ESTATUTOS APROBADOS POR LA JUNTA GENERAL CELEBRADA EL 9 DE ENERO DE 2017, ADOPTADAS POR LA JUNTA DE GOBIERNO EN SU REUNIÓN DE 29 DE JUNIO DE 2018 INTRODUCCIÓN Constituyen las presentes Normas y Procedimientos un eslabón superior en el con- tinuo perfeccionamiento de la labor de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), permitiendo además de la necesaria uniformidad en las diferentes estructuras de las que nos valemos, cumplir el mandato contenido en los Estatutos aprobados por la Junta General celebrada con fecha 9 de enero de 2017, así como, es el resultado de las experiencias acumuladas a partir del desarrollo de la SEAP.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE SOCIO DE HONOR. Referencia: Artículo 19 1. Las propuestas de otorgamiento de la condición de Socio de Honor deben ser efectuadas por las secciones o capítulos territoriales de la Sociedad, según lo es- tablecido en el Artículo 20 de los Estatutos. 2. Los miembros de la Sociedad pueden tomar, en el marco de dichas instancias, la iniciativa de proponer a la Sociedad el otorgamiento a una persona nacional o ex- tranjera; la decisión al respecto se tomará en votación abierta, y para ser aprobada necesitará el voto favorable de las tres cuartas partes de los socios presentes en la correspondiente reunión de la Sección o Capítulo territorial 3. La propuesta debe ser enviada a la Secretaria de la Junta de Gobierno por el Pre- sidente de la Sección o Capítulo territorial y deberá estar acompañada obligato- riamente del currículo de la persona que se propone, en el que se consignen, junto a los elementos básicos de todo currículo, los servicios prestados al fomento de los intereses de la Sociedad, así como de la constancia en cuanto a que la persona propuesta mantiene una conducta acorde a los altos fines de la Sociedad. 4. La Secretaria de la Junta de Gobierno coordinará con el Presidente la inclusión oportuna del examen de la propuesta en la agenda de la correspondiente sesión de la Junta de Gobierno.

186 Normas y procedimientos / RBC 49 / 187 5. La Junta de Gobierno decidirá, siguiendo las reglas de votación aplicables en esa instancia, la presentación o no de la propuesta a la Junta General, así como sobre el momento de su presentación. 6. La Junta de Gobierno aprobará la propuesta si la misma recibe las tres cuartas partes de los votos de los miembros de la Junta presentes en la sesión. 7. Si la decisión de la Junta de Gobierno fuera la de presentar la propuesta a la Junta General, esta decidirá sobre la misma en votación abierta, otorgando la condición de Socio de Honor caso de recibir la propuesta los votos afirmativos de las tres cuartas partes de los socios presentes en la reunión. 8. Una vez aprobada la propuesta por la Junta General, el Presidente de la Sociedad, decidirá, con el auxilio de la Junta de Gobierno, sobre el lugar y fecha más apro- piados para un otorgamiento personal de la categoría de Socio de Honor mediante el diploma correspondiente.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE SOCIO CONSULTANTE. Referencia: Artículo 23 1. Las propuestas de otorgamiento de la condición de Socio Consultante deben ser efectuadas por las secciones o capítulos territoriales de la Sociedad, según lo esta- blecido en el Artículo 23 de los Estatutos. 2. Los miembros de la Sociedad pueden tomar, en el marco de dichas instancias, la iniciativa de proponer a la Sociedad dicho otorgamiento a un Socio de Número; la decisión al respecto se tomará en votación abierta y para ser aprobada necesitará el voto favorable de las tres cuartas partes de los socios presentes en la correspon- diente reunión de la Sección o Capítulo territorial. 3. La propuesta debe ser enviada a la Secretaria de la Junta de Gobierno por el Pre- sidente de la Sección o Capítulo territorial de que se trate, acompañada de una sucinta información sobre la situación del Socio de Número a quien se propone otorgar la condición de Socio Consultante. 4. La Secretaria de la Junta de Gobierno coordinará con el Presidente la inclusión opor- tuna del examen de la propuesta en la agenda de la correspondiente sesión de la Junta. 5. La Junta de Gobierno aprobará la propuesta si la misma recibe la mayoría simple de los votos de los miembros presentes en la sesión. 6. Una vez aprobado el otorgamiento de la categoría de Socio Consultante, el Presi- dente de la Sociedad comunicará formalmente la decisión a la instancia que efec- tuó la propuesta. 7. Los socios consultantes participan, en la medida de sus posibilidades, en las reuniones de las secciones o capítulos territoriales que los propusieron y pueden ser designa- dos para realizar, igualmente dentro de sus posibilidades, trabajos de asesoría.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE SOCIO CORRESPONSAL. Referencia: Artículo 24 1. Las propuestas de otorgamiento de la condición de Socio Corresponsal deben ser efectuadas por las secciones o capítulos territoriales de la Sociedad, según lo esta- blecido en el Artículo 24 de los Estatutos. 188 / RBC 49 / Normas y procedimientos 2. Los miembros de la Sociedad pueden tomar, en el marco de dichas instancias, la iniciativa de proponer dicho otorgamiento a una persona nacional o extranjera; la decisión al respecto se tomará en votación abierta, y para ser aprobada necesitará el voto favorable de las tres cuartas partes de los socios presentes en la correspon- diente reunión de la Sección o Capítulo territorial. 3. La propuesta debe ser enviada a la Secretaria de la Junta de Gobierno por el Presi- dente de la Sección o Capítulo territorial de que se trate y deberá estar acompañada obligatoriamente del curriculum vitae de la persona que se propone, en el que se consignen en particular los servicios de carácter relevante prestados al fomento de los intereses de la Sociedad o de la sociedad cubana en general. 4. La propuesta deberá estar acompañada, asimismo, de la constancia escrita en cuanto a que la persona propuesta mantiene una conducta acorde a los altos fines que la Sociedad tiene asignados y que se avienen a las mejores tradiciones y prin- cipios de la sociedad cubana. 5. La Secretaria de la Junta de Gobierno coordinará con el Presidente la inclusión opor- tuna del examen de la propuesta en la agenda de la correspondiente sesión de la Junta. 6. La Junta de Gobierno decidirá, siguiendo las reglas de votación aplicables en esa instancia, la presentación o no de la propuesta a la Junta General, así como sobre el momento de su presentación. 7. Si la decisión de la Junta de Gobierno fuera la de presentar la propuesta a la Junta General, esta decidirá sobre la misma en votación abierta, otorgando la condición de Socio Corresponsal caso de recibir la propuesta los votos afirmativos de las tres cuartas partes de los socios presentes en la reunión. 8. Una vez aprobada la propuesta por la Junta General, el Presidente de la Sociedad, decidirá, con el auxilio de la Junta de Gobierno, sobre el lugar y fecha más apro- piados para un otorgamiento de la categoría de Socio Corresponsal mediante el documento acreditativo correspondiente 9. Los socios corresponsales pueden asistir con plenitud de derechos a todas las sesiones de la Junta General y de la Sección o Capítulo territorial que lo pro- puso originalmente y gozan de la más amplia iniciativa para presentar propo- siciones que contribuyan al mejor desempeño del trabajo de la Sociedad. 10. Los socios corresponsales no podrán ocupar cargos de dirección en las distintas instancias de la Sociedad.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE SOCIO INSTITUCIONAL. Referencia: Artículo 25 1. Las propuestas de otorgamiento de la condición de Socio Institucional deben ser efectuadas por las secciones o capítulos territoriales de la Sociedad, o por la Junta de Gobierno. 2. Los miembros de la Sociedad pueden tomar, en el marco de dichas instancias, la ini- ciativa de proponer dicho otorgamiento a una persona jurídica nacional o extranjera. En el caso de las secciones o capítulos territoriales, la decisión al respecto se tomará en votación abierta, y para ser aprobada necesitará el voto favorable de las tres cuartas partes de los socios presentes en la correspondiente reunión. Normas y procedimientos / RBC 49 / 189 3. La propuesta debe ser enviada a la Secretaria de la Junta de Gobierno por el Presidente de la Sección o Capítulo territorial de que se trate y deberá estar acompañada de la información sobre la persona jurídica que se propone, en la que se consignen los ser- vicios de carácter relevante prestados por la organización de que se trate al fomento de los intereses de la Sociedad o de la sociedad cubana en general 4. La propuesta deberá estar acompañada, asimismo, de la constancia escrita en cuanto a que la persona jurídica se desempeña como tal observando un comporta- miento acorde a los altos fines que la Sociedad tiene asignados y que se avienen a las mejores tradiciones y principios de la sociedad cubana. 5. La Secretaria de la Junta de Gobierno coordinará con el Presidente la inclusión oportuna del examen de la propuesta en la agenda de la correspondiente sesión de la Junta. 6. La Junta de Gobierno decidirá, siguiendo las reglas de votación aplicables en esa instancia (Estatutos, Artículo 39), la presentación o no de la propuesta a la Junta General, así como sobre el momento de su presentación. 7. Si la decisión de la Junta de Gobierno fuera la de presentar la propuesta a la Junta General, esta decidirá sobre la misma en votación abierta, otorgando la condición de Socio Institucional caso de recibir la propuesta los votos afirmativos de las tres cuartas partes de los socios presentes en la reunión. 8. Una vez aprobada la propuesta por la Junta General, el Presidente de la Sociedad, decidirá, con el auxilio de la Junta de Gobierno, sobre el lugar y fecha más apro- piados para un otorgamiento de la categoría de Socio Institucional. 9. Los socios institucionales pueden asistir con plenitud de derechos a todas las se- siones de la Junta General y de la Sección o Capítulo territorial que lo propuso originalmente y gozan de la más amplia iniciativa para presentar proposiciones que contribuyan al mejor desempeño del trabajo de la Sociedad. 10. Los socios institucionales no son elegibles para formar parte de la Junta de Go- bierno o para ocupar cargos de dirección en secciones y capítulos territoriales.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE COLABORADOR. Referencia: Artículo 26 1. Las propuestas de otorgamiento de la condición de Colaborador de la Sociedad Eco- nómica de Amigos del País pueden ser efectuadas por las secciones o capítulos te- rritoriales de la Sociedad o por tres miembros de la Junta de Gobierno, según lo establecido en el Artículo 26 de los Estatutos. 2. Los miembros de la Sociedad pueden tomar, en el marco de dichas instancias, la iniciativa de proponer a la Sociedad dicho otorgamiento a una persona natural o jurídica, nacional o extranjera; la decisión al respecto se tomará en votación abier- ta, y para ser aprobada necesitará el voto favorable de las tres cuartas partes de los socios presentes en la correspondiente reunión de la Sección o Capítulo territorial, o de la mayoría simple de los miembros presentes en la reunión de la Junta de Gobierno. 3. La propuesta debe ser enviada a la Secretaria de la Junta de Gobierno por el Presi- dente de la Sección o Capítulo territorial correspondiente o por los tres miembros 190 / RBC 49 / Normas y procedimientos de la Junta de Gobierno, y deberá estar acompañada obligatoriamente de una infor- mación sobre el Colaborador que se propone, en la que se consignen los servicios que habitualmente el mismo presta al desempeño de las labores de la Sociedad, al cumplimiento de sus objetivos y a la realización de sus fines. 4. La propuesta deberá estar acompañada, asimismo, de la constancia escrita en cuanto a que la persona natural o jurídica propuesta mantiene una conducta acorde a los altos fines que la Sociedad tiene asignados y que se avienen a las mejores tradiciones y principios de la sociedad cubana. 5. La Secretaria de la Junta de Gobierno coordinará con el Presidente la inclusión oportuna del examen de la propuesta en la agenda de la correspondiente sesión de la Junta. 6. La Junta de Gobierno decidirá, siguiendo las reglas de votación aplicables en esa instancia, la aprobación o no de la propuesta de Colaborador. 7. Una vez aprobada la propuesta por la Junta de Gobierno, el Presidente de la Socie- dad, decidirá sobre el lugar y fecha más apropiados para la entrega de la categoría de Colaborador de la Sociedad Económica de Amigos del País. 8. Los colaboradores pueden asistir, con derecho a voz, a todas las sesiones de la Junta General y de la Sección o Capítulo territorial que lo propuso originalmente y gozan de la más amplia iniciativa para presentar proposiciones que contribuyan al mejor desempeño del trabajo de la Sociedad. 9. Los colaboradores no son elegibles para ocupar cargos de dirección ni para inte- grar la Junta de la Sociedad.

PROCEDIMIENTOS FUNDAMENTALES PARA LA INTEGRACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS SECCIONES. Referencia: Artículo 29 La facultad de crear las secciones concierne a la Junta de Gobierno, que norma lo re- lacionado con su organización y funcionamiento e integran la estructura de la SEAP. Los presidentes de las secciones integran la Junta de Gobierno. La estructura de dirección de la Sección es de un Presidente, un Vicepresidente y un Secretario. Todos elegidos en el pleno de la Sección por mayoría simple de votos. Los miembros de la SEAP pueden integrar más de una Sección. Las reuniones de las secciones para su validez requerirán de la presencia de la mitad más uno de los posibles participantes. Las secciones recibirán asesoramiento y control de la Junta de Gobierno. Las Secciones de la Sociedad Económica de Amigos del País pueden integrarlas: Socios de Número, Socios de Honor, Socios de Mérito, Socios Consultantes y Colaboradores. La Dirección de la secciones presenta sus planes anuales e informa de su gestión a consideración de la Junta de Gobierno. Mantiene actualizada la base de datos de sus miembros en coordinación con la Secretaria de la Junta Directiva. La secciones tienen facultad de crear Reconocimientos. La metodología, periodici- dad, propuesta y entrega corresponde a cada Sección. A las secciones les corresponde presentar los premios a convocatoria y crear un jurado para su selección, así como garantizar que los expedientes pasen al Archivo Histórico de la SEAP. Normas y procedimientos / RBC 49 / 191 Las secciones establecen relaciones de trabajo y alianzas profesionales con distintas instituciones vinculadas a su perfil e impulsan los convenios con socios institucionales. En las actas de la Sección y las Memorias de la SEAP se recoge el quehacer de las secciones.

PROCEDIMIENTO PARA LA ORGANIZACIÓN Y EL FUNCIONAMIENTO DE LOS CAPÍTULOS TERRITORIALES DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS. Referencia: Artículo 29 Los capítulos territoriales de la Sociedad Económica de Amigos del País, en lo adelan- te Capítulos de la SEAP, constituyen parte integrante de la Sociedad en los territorios, siendo oficialmente reconocidos, con personalidad jurídica y patrimonio propios, ins- criptos en el Registro de Asociaciones de la Dirección Provincial de Justicia. Los Estatutos de la SEAP establecen las responsabilidades, regulaciones y disposicio- nes generales para la organización, pero no particularizan cómo deben ser las normas de actuación y funcionamiento de los Capítulos de la SEAP. Unido a ello la inserción de Capítulos de la SEAP en el escenario social, de los territorios en que están encla- vados, exige una normalización de su accionar, lo cual es necesario ir reglamentando paulatinamente. Para el propio sostenimiento y desarrollo de los Capítulos de la SEAP se requieren acciones y medidas que coadyuven al cumplimiento exitoso de las tareas y que esti- mulen a su vez la creatividad, la búsqueda de fuentes de financiamiento y el mayor reconocimiento social de la organización. En observancia de lo establecido en cada uno de los artículos de los Estatutos de la SEAP, se aprueba y pone en vigor el presente Procedimiento de Organización y Fun- cionamiento de los Capítulos Territoriales de la SEAP.

CAPÍTULO I DISPOSICIONES GENERALES

ARTÍCULO 1: Este Procedimiento tiene como objeto establecer las normas particu- lares de organización y funcionamiento, acorde a sus características, de los Capítulos de la SEAP, y como complemento de los Estatutos y lo reglamentado en el país para este tipo de asociaciones. ARTÍCULO 2: A los efectos de este Procedimiento se entenderá como: 1. “Presidencia del Capítulo”: al máximo Órgano de Gobierno del Capítulo entre sesio- nes de la Junta de Socios. La integran el Presidente, Vicepresidente y Secretario. 2. “Junta de Socios”, al máximo Órgano de Gobierno. Reunión general de asociados en las que se informan y aprueban los acuerdos y acciones llevadas a cabo por la Presidencia del Capítulo. 3. “Órgano de Relaciones”: a la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, organismo estatal con el que se relacionan oficial y legalmente los Capítulos de la SEAP, acorde a la Ley de Asociaciones. 192 / RBC 49 / Normas y procedimientos CAPÍTULO II DEL FUNCIONAMIENTO DE LOS CAPÍTULOS DE LA SEAP Y FACULTADES DE LA PRESIDENCIA Y LOS SOCIOS

ARTÍCULO 3: Los socios deberán abonar la cuota anual establecida, la cual se man- tiene en el Capítulo para uso en las actividades del mismo. ARTÍCULO 4: Cada socio debe tener presente que el cumplimiento de tareas y par- ticipación en actividades de la organización no puede ser nunca en detrimento de las funciones y actividades que le corresponden en su centro de trabajo. ARTÍCULO 5: La Presidencia del Capítulo se reúne bimestralmente y la Junta de Socios lo hará cada trimestre. ARTÍCULO 6: Además de lo reglamentado en los Estatutos, son funciones específicas de los integrantes de la Presidencia del Capítulo las siguientes: Presidente a) Elaborar, someter a consideración de la Junta de Socios y enviar a la Junta de Go- bierno la Memoria Anual del Capítulo. b) Elaborar y someter a aprobación de la Junta de Socios, los objetivos y planes de trabajo anual y estratégico. c) Presentar el informe anual de la gestión. d) Planificar, organizar y desarrollar las reuniones de las Juntas de Socios y velar por el cumplimiento de los acuerdos y tareas derivadas. e) Mantener la comunicación necesaria con la Junta de Gobierno, el Órgano de Rela- ciones y el Departamento de Asociaciones de la Dirección Provincial de Justicia, así como con otras instituciones de Gobierno y Partido u otras que sea necesario. f) Contactar con otras instituciones y organizaciones en busca de apoyo y fuentes de colaboración y financiamiento. g) Crear grupos de trabajo y activistas en función de intereses del Capítulo. h) Cumplir y hacer cumplir lo establecido en las Normas de Relaciones convenidas con el Órgano de Relaciones. i) Representar a la Sociedad en eventos y actividades provinciales, nacionales o in- ternacionales. j) Mantener informados a los miembros del Capítulo sobre decisiones, acuerdos de la presidencia y cuantos aspectos sean necesarios. k) Establecer y cumplir las vías y formas de estimulación y atención a los socios. l) Lanzar la convocatoria a los reconocimientos oficiales que entregue el Capítulo, así como divulgar oportunamente la de los premios que otorga la SEAP y sus sec- ciones. m) Proyectar y dirigir la organización de los eventos del Capítulo. n) Mantener el vínculo con los presidentes de las secciones. Vicepresidente a) Apoyar al Presidente en sus funciones. b) Sustituir y asumir por delegación las funciones del Presidente en su ausencia. Normas y procedimientos / RBC 49 / 193 c) Representar a la Sociedad en eventos y actividades provinciales, nacionales o in- ternacionales. d) Gestión de financiamiento para el Capítulo. e) Captación de la cotización y cuotas de ingresos. f) Elaborar el anteproyecto del presupuesto anual del Capítulo. g) Controlar el estado financiero y registros contables del Capítulo. h) Realizar, conjuntamente con el Presidente, las operaciones necesarias a la admi- nistración de los fondos y valores del Capítulo. i) Llevar el Libro Registro de Ingresos y Gastos (cuando se habilite). j) Libro de Inventario (cuando se habilite). Secretario a) Organizar y conservar la documentación del Capítulo: actas, fichas de socios, in- formes, correspondencia, memorias, etc. b) Controlar los aportes y participación individual de los socios. c) Llenado de los Libros de Actas de las Juntas de Socios y de las reuniones de la presidencia (cuando se habiliten). d) Circular a los socios y a la Junta de Gobierno, las actas de las Juntas de Socios y de otras actividades. e) Representar a la Sociedad en eventos y actividades provinciales, nacionales o in- ternacionales. f) Enviar oportunamente a los socios cuantas informaciones sean necesarias. g) Editar y distribuir la publicación oficial del Capítulo. h) Distribuir a los socios la Revista Bimestre Cubana e incidir en su divulgación en el territorio. i) Divulgar las convocatorias a premios, reconocimientos y otras actividades del Ca- pítulo. ARTÍCULO 8: Además de lo reglamentado en los Estatutos, y lo estipulado en el Ar- tículo 3 de este Procedimiento, es responsabilidad de los socios del Capítulo: a) Comunicar a la presidencia en el mes de noviembre la relación de los principales estímulos, condecoraciones, premios, etc., recibidos en el año que concluye, o actividades de relevancia en que tomó parte. b) Facilitar a la presidencia las informaciones que les sean solicitadas. c) Asistir a las reuniones de la Junta de Socios y otras actividades convocadas por la presidencia del Capítulo y, de estar fuera de la provincia o del país, mantener el vín- culo con la presidencia mediante correo electrónico, redes sociales u otras vías de comunicación. Emitir por esa vía votos u opiniones, según sea necesario. d) Comunicar a la presidencia las inquietudes, opiniones, resultados o logros profe- sionales, así como otras informaciones que sean de interés para la Sociedad. e) Comunicar oportunamente a la presidencia del Capítulo los cambios que ameriten sustituir o actualizar en su ficha de socio. ARTÍCULO 9: La admisión de nuevos socios tendrá un carácter selectivo. Los intere- sados deberán presentar la solicitud de ingreso a la presidencia del Capítulo, la cual se evalúa en la correspondiente Junta de Socios. De aprobarse, se designan a dos socios 194 / RBC 49 / Normas y procedimientos que avalen cada solicitud. Se procederá acorde a lo establecido en el Artículo 18 de los Estatutos. Avalados los solicitantes, la presidencia del Capítulo envía el expediente a la Junta de Gobierno para su evaluación y decisión definitiva de aceptación o no; lo cual se le comunicará solemne y oportunamente al interesado. ARTÍCULO 10: Las reuniones de la presidencia y de las Juntas de Socios se puntua- lizarán un mes antes del día de su realización, con vista a que puedan ser incluidas en los respectivos planes de trabajo de los socios. ARTÍCULO 11: A propuesta de la presidencia y con el consenso de los asociados, anualmente se elegirán los Socios Destacados, sobre la base de participación en acti- vidades y aportes a la Sociedad. ARTÍCULO 12: Los reconocimientos oficiales a personalidades u organizaciones que instituyan los Capítulos en cada territorio deberán ser aprobados en el mismo y comu- nicados a la Junta de Gobierno.

CAPÍTULO III DE LA GESTIÓN ECONÓMICA Y UTILIZACIÓN DE LAS FINANZAS

ARTÍCULO 13: A tenor con el Reglamento de la Ley de Asociaciones y los Estatutos de la SEAP, además de las cuotas anuales y de ingreso, las finanzas de los Capítulos de la SEAP se integran por otros ingresos económicos provenientes de: a) Donativos de la Junta de Gobierno. b) Participación en proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). c) Servicios y actividades profesionales. d) Gestión de publicaciones científico-técnicas. e) Asesorías. f) Cursos, talleres y adiestramientos. g) Contribuciones y aportes del Órgano de Relaciones o de otras organizaciones. h) Donativos de los socios. i) Otros que sean pertinentes. ARTÍCULO 14: Los fondos financieros que se adquieran por las vías de ingresos refrendadas en el artículo anterior son patrimonio de los Capítulos de la SEAP y se utilizarán exclusivamente para el desempeño de las acciones, tareas y actividades de interés para la Sociedad: a) Juntas de Socios. b) Reuniones y actividades de la presidencia del Capítulo. c) Reconocimientos oficiales. d) Organización de eventos científicos. e) Organización de actividades socioculturales de interés de los asociados. f) Actividades docentes. g) Contribuciones a asociados con problemas personales o de salud. h) Contribuciones a asociados para su participación en eventos de interés de la Socie- dad. i) Adquisición de publicaciones y otros bienes y servicios. Normas y procedimientos / RBC 49 / 195 j) Adquisición de insumos. k) Gastos de representación. l) Estímulos a asociados. m) Gastos operacionales y editoriales de la publicación oficial, sitio web y otros re- cursos informáticos de comunicación del Capítulo. n) Otros gastos que se consideren necesarios. ARTÍCULO 15: El momento y cuantía de la utilización de algún fondo financiero para cualesquiera de los destinos señalados en el Artículo 14 es decisión de la Junta de Socios, siempre que el estado de cuentas lo permita. ARTÍCULO 16: En caso de no poder reunirse la Junta de Socios para acordar lo reglamentado en el Artículo 15, es prerrogativa de la Presidencia tomar la decisión correspondiente y comunicarlo oportunamente a la Junta de Socios. ARTÍCULO 17: El registro y control del movimiento de fondos derivado del cumpli- miento de los artículos 14, 15 y 16 se realizará por parte del encargado de tesorería o por la presidencia, acorde a lo reglamentado, en el Libro de Gastos e Ingresos que deberán llevar los Capítulos de la SEAP.

CAPÍTULO IV DE LAS MODIFICACIONES

ARTÍCULO 18: Este Procedimiento solo puede ser modificado a propuesta de la Jun- ta de Socios de los Capítulos territoriales y aprobado por la Junta de Gobierno.

NORMAS PARA LA SUSTITUCIÓN DE LOS CARGOS ELECTIVOS O POR DESIGNACIÓN. Referencia: Artículo 37D Acerca de las vacantes en los cargos de dirección de la Junta de Gobierno: para pro- ceder a la sustitución de alguno de los miembros en la responsabilidad designada, se procederá por la propia Junta de Gobierno, a propuesta de su presidente, a designar él o la sustituta dentro de su propia membresía. En caso de no existir posibilidad de rea- lizar esa sustitución por este procedimiento, se tomará como potencial, en primera ins- tancia, a los integrantes de la boleta electoral que no hubieran resultado electos. Si este procedimiento no fuera factible, por diferentes razones, la Junta de Gobierno debe valorar nuevas proposiciones para realizar la sustitución por cooptación de miembros de esta instancia, procedimiento que será aplicable igualmente a los sustitutos de los miembros de la Junta de Gobierno en el caso de que por diferentes razones algunos de los electos deje de pertenecer a la Junta de Gobierno lo que será informado a los integrantes del cuerpo institucional.

PROCEDIMIENTO PARA EL OTORGAMIENTO DE PREMIOS. Referencia: Artículo 37K a) Las secciones y capítulos propondrán los premios a otorgar por la Junta de Gobierno. b) Las propuestas de premios deben incluir: denominación, periodicidad, tipo de re- conocimiento a entregar. 196 / RBC 49 / Normas y procedimientos c) La aprobación del sistema de premios de cada Sección o Capítulo corresponde a la Junta de Gobierno. d) La convocatoria a los premios se hará de forma pública y amplia, de manera que las instituciones tengan conocimiento de ella. e) Las propuestas para premios se harán por las instituciones que trabajen en el cam- po profesional que corresponda. f) El otorgamiento de cada premio se hará por medio de un jurado constituido con ese fin. Los jurados deben estar compuestos por personas de reconocido prestigio en la esfera de que se trate y, siempre que sea posible, que hayan obtenido el pre- mio a otorgar. g) Los requisitos para obtener el premio que se convoque contemplará la obra desa- rrollada por los aspirantes en su campo específico, su solidez y utilidad, así como su conducta ciudadana en correspondencia con los valores de la sociedad. h) La selección de premiados debe ponerse en conocimiento de la Junta de Gobierno antes del otorgamiento oficial. i) La entrega de los premios, en correspondencia con el nivel de cada uno, debe ha- cerse en acto público; en los casos de los premios principales de las secciones, la entrega se hará por la presidencia de la Junta de Gobierno en acto público.

NORMAS Y CRONOGRAMA PARA LA PREPARACIÓN Y CELEBRACIÓN DEL PROCESO ELECCIONARIO EN LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS. Referencia: Artículos 53 al 58 Teniendo en cuenta lo establecido por los Estatutos vigentes, se establecen las si- guientes normas: PRIMERO: La Junta General de la Sociedad Económica de Amigos del País en la primera reunión ordinaria del año en que se venza el período de duración del mandato de la Junta de Gobierno actuante, convoca conforme a lo establecido en los Estatutos a elecciones para los cargos electivos de la SEAP. SEGUNDO: La Junta de Gobierno actuante, una vez convocada la elección mencio- nada por la Junta General, y dentro de los 20 días hábiles a partir de la fecha en que la Junta General decidió iniciar el proceso preparatorio de dichas elecciones, aprueba las normas y cronograma para su celebración. TERCERO: Para la conformación de las candidaturas, la Junta de Gobierno actuante en un término no mayor de 20 días hábiles de librada la Convocatoria, se dirigirá a las secciones y capítulos territoriales para que los Socios de Número hagan sus pro- posiciones sobre quiénes deben aparecer incluidos en la candidatura para la Junta de Gobierno, con excepción de aquellos que les corresponda serlo por derecho propio, los cuales son los presidentes de secciones y capítulos y el director de la Revista Bi- mestre Cubana. CUARTO: A partir de la totalidad de las proposiciones recibidas, la Junta de Gobier- no actuante conforma la boleta de la candidatura a presentar a la Junta General 20 días hábiles antes, en la cual se dará a conocer que se deben hacer dos cruces al lado del nombre del candidato que se considere que debe ocupar el cargo de presidente, Normas y procedimientos / RBC 49 / 197 aclarando que pueden realizarse votaciones a favor de candidatos que no aparezcan en la boleta. QUINTO: La Junta de Gobierno actuante designa a una Comisión Electoral 20 días hábiles de entre los Socios de Número que no aparezcan mencionados en las proposi- ciones recibidas, a la cual corresponde diseñar las boletas que se utilizarán para reco- ger la votación de los miembros de la Junta General, a la vez que dirige, en el marco de su competencia, el proceso electoral, además de compilar las fichas de los propuestos, así como hacerlas de público conocimiento. SEXTO: La Comisión Electoral, una vez que los miembros de la Junta General parti- cipantes en la votación hayan depositado en las urnas habilitadas al efecto, procederán a recoger las mismas y sellarlas ante los presentes, retirándose a un local habilitado al efecto, para proceder a su revisión con el fin de comprobar su validez y una vez depuradas en ese proceso, se pasará al escrutinio de la votación efectuada, debiendo declararse electos, los que mayor cantidad de votos hayan recibido. Se declarará pre- sidente electo quien reciba la mayor cantidad de votos con dos cruces. Los Socios de Número tienen derecho a participar como observadores en el escrutinio de los votos que desarrolle la Comisión Electoral y, al final, pueden emitir criterios sobre la calidad del trabajo realizado por dicha Comisión. SÉPTIMO: Una vez efectuada la revisión y conteo de los resultados de las boletas recogidas, la Comisión Electoral regresa a la sala donde se encuentre reunida la Junta General y el presidente de dicha Comisión informa a los miembros de esta que estén presentes, los resultados de la labor de escrutinio, comenzando por el que resultó elec- to como presidente, el cual será invitado a incorporarse a la presidencia de la reunión, quien será acompañado por los nuevos miembros de la Junta que hayan resultado elegidos en virtud del escrutinio de las boletas. OCTAVO: Como parte de este proceso de elecciones, además de proponer miembros para integrar las candidaturas para la elección del presidente de la SEAP y de la Junta de Gobierno, las secciones y capítulos territoriales realizarán su propia elección inter- na para los cargos de presidente, vicepresidente y secretario, la que se llevará a cabo mediante votación abierta y pública, antes de que concluya el mes de marzo de 2022.

PROCEDIMIENTO PARA LA APLICACIÓN DE MEDIDAS DISCIPLINARIAS A LOS MIEMBROS Y DIRECTIVOS DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS. Referencia: Artículo 59 SECCIÓN ÚNICA De las causas, medidas y procedimientos para la aplicación de las medidas dis- ciplinarias a los miembros y directivos de la Sociedad Económica de Amigos del País ARTÍCULO 59: En los casos de incumplimientos de las normas establecidas para el funcionamiento de la Sociedad Económica de Amigos del País, a propuesta de la Junta Directiva, la Junta de Gobierno aprobará la aplicación de una de las medidas disci- plinarias siguientes a los Socios de Número y a quienes ocupan cargos de dirección: 198 / RBC 49 / Normas y procedimientos 1. Amonestación pública. La amonestación se hará en dos niveles inclusivos o no, según sea la gravedad o significación de la causal: 1) dentro de la Sección o secciones a que pertenezca el Socio, 2) en la Junta General anual. Se aplicará, respectivamente, si la causal es solo del ámbito de un grupo de asociados o si concierne a toda la Sociedad. La sanción puede devenir por propuesta de la Sección correspondiente dirigida y fundamentada al presidente de la SEAP, o por la Junta Directiva de la Sociedad, pero en todos los casos el nivel de aprobación de la amonestación pasará por la Junta de Gobierno y será aplicada por el presidente de la SEAP o quien designe. 2. Separación temporal del cargo para los directivos. En todos los casos, esta medida se aplica por propuesta de la Junta Directiva, la aprueba o no la Junta de Gobierno y la aplica el presidente de la SEAP o a quien designe para cumplirla. 3. Separación definitiva del cargo para los directivos. En todos los casos, esta medida se aplica por propuesta de la Junta Directiva, la aprueba o no la Junta de Gobierno y la aplica directamente el presidente de la SEAP. 4. Suspensión de la condición de Socio de Número por los motivos siguientes: a) Perder las condiciones que determinaron su admisión. b) No concurrir por causas injustificadas a las reuniones o actividades que se convoquen. c) No abonar la cuota de cotización. 5. La propuesta de cualquiera de las medidas disciplinarias, debidamente fundamen- tada, se dirige al presidente o la gesta él mismo, quien la tramita en la Junta de Go- bierno, y se hace efectiva si obtiene los votos favorables de las tres cuartas partes de los miembros de la Junta presentes en la sesión. En los casos de suspensión, se precisa de las tres cuartas partes de la votación de la Junta General presentes en la sesión. 6. El sancionado que esté inconforme con la medida disciplinaria decidida podrá apelarla en un término de diez días hábiles después de su notificación por con- ducto del presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, ante la Junta General, cuya decisión se le comunica al apelante dentro de los diez días hábiles siguientes a la fecha de la sesión ordinaria o extraordinaria en que dicha Junta General adoptó esa decisión, la cual es irrevocable. 7. El Reglamento rige para todas las sanciones, no son aplicables otras que no apa- rezcan en él o que no sean contempladas en los Estatutos, y se aplican según el procedimiento dictado por el presente Reglamento. La Junta General es soberana para establecer regulaciones adicionales que fuesen casuísticamente imprescindi- bles, según los casos de contravenciones sociales graves en que puedan incurrir los miembros fuera de la SEAP, según el epígrafe D, inciso a), de los Estatutos y de este Reglamento. SECCIÓN OFICIAL

Jornada científica por el 225 aniversario de la SEAP OS días 27 y 28 de septiembre la Sociedad Económica de Amigos del País organizó una Jornada Científica para conmemorar el 225 aniversario de su Lfundación el 9 de enero de 1793. Las sesiones de trabajo se desarrollaron a partir de las 9:30 a.m. hasta la 1:00 p.m.. El día 27 se desarrollaron el Período Colonial, la República hasta el triunfo de la Revolución y el día 28 la etapa actual, que abarca desde su reanimación en 1994 hasta el presente, incluyendo su proyección de objetivos, desafíos y actividades contenidas en la Plataforma para una Sociedad Económica de Amigos del País del siglo xxi aprobada por nuestra Junta General en enero del 2016. Contamos con la presencia y aportes de instituciones que a lo largo de nuestra historia han estado vinculadas al quehacer de la institución en favor del desarrollo de la nación, compartiendo en el presente el compromiso con la Patria y la construc- ción de una sociedad socialista, próspera, democrática, participativa y sostenible. Las palabras inaugurales estuvieron a cargo de la Dra. Zoila Benítez de Men- doza, presidenta de la SEAP, quien dio la bienvenida a los participantes y resaltó la importancia de esta conmemoración, de las contribuciones de la SEAP desde su fundación al desarrollo económico y social del país. Seguidamente, el Dr. Luis Montero Cabrera dio lectura a la Declaración de la SEAP de rechazo y condena al ilegal y criminal bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, que sería presentada días después en el XV Foro de organizaciones de la Sociedad Civil de Cuba contra el bloqueo. El Dr. Fidel Vascós González, director de la Revista Bimestre Cubana, quien tuvo a su cargo moderar el panel “La Sociedad Económica de Amigos del País, desde sus orígenes hasta la República”, presentó a la invitada especial, la Dra. Izaskun Álvarez Cuartero, Profesora Titular de Historia de América de la Univer- sidad de Salamanca, donde actualmente ocupa el cargo de vicerrectora, que este año está celebrando el octavo centenario de su fundación. La Dra. Izaskun Álvarez Cuartero, autora de una importantísima investigación sobre las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País en Cuba y otras

199 200 / RBC 49 / Sección Oficial investigaciones sobre la historia de nuestro país, ofreció a los participantes una Conferencia Magistral titulada “Las Sociedades Económicas de Amigos del País como dinamizadoras del progreso en el siglo xviii cubano”. Partiendo de una ca- racterización del momento histórico en que surgieron estas sociedades en el Reino de España y sus colonias, caracterizó críticamente la importante contribución de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, desde su funda- ción hasta la década del treinta del siglo xix. A continuación se presentaron los siguientes trabajos: Dra. Mildred de la Torre: La reacción contra la Sociedad Económica de Ami- gos del País. Dr. Oscar Piñera Hernández: La Real Sociedad Económica de Amigos del País y las Diputaciones Patrióticas en Cuba. Dra. Nuria Gregori Torada: La Sociedad Económica de Amigos del País en la República. Dr. Fidel Vascós González: La Revista Bimestre Cubana en la Sociedad Eco- nómica de Amigos del País. Dra. Yohannis Martí Lahera: Visibilidad y posicionamiento en Internet de la Revista Bimestre Cubana. A partir de estas importantes presentaciones se desarrolló una sesión de pre- guntas y contribuciones de los participantes que enriquecieron el conocimiento sobre estos temas, terminando la sesión con intervenciones adicionales de los integrantes del panel. El día 28, correspondió a la Dra. Zoila Benítez de Mendoza moderar los tra- bajos del panel: La Sociedad Económica de Amigos del País en la Revolución. En su introducción a los trabajos del panel abordó los siguientes temas: • El triunfo de la Revolución Cubana cambia radicalmente la forma de cómo la prestigiosa institución proyecta su accionar para contribuir con los ob- jetivos trazados por la Revolución Cubana y mantener vigente el lema Pro Patria. • Acciones para revitalizar la época actual de la SEAP. • Accionar de la SEAP a través de cinco secciones científica. • Alcance de la SEAP fuera de La Habana. Capítulos territoriales. • Plataforma para una Sociedad Económica de Amigos del País del siglo xxi. • Posición ante el injusto bloqueo económico, financiero y comercial im- puesto por Estados Unidos a Cuba. A continuación fueron presentados los siguientes trabajos: Dr. Aurelio Francos Lauredo: Dra. Daisy Rivero Alvisa, primera mujer miem- bro de la SEAP y su primera presidenta. Dra. Olga Fernández Ríos y Dra. Silvia Pell del Río: Experiencias de la labor de las secciones científicas. Sección Oficial / RBC 49 / 201 Dr. Oscar Piñera Hernández y Dra. Belkis Rivera Riverón: Experiencias de la labor de los capítulos territoriales. Dra. Orieta Álvarez Sandoval: Reflexiones en torno a la Plataforma para una Sociedad Económica de Amigos del País del siglo xxi. Al término de las presentaciones se abrió el espacio para preguntas y comen- tarios de los participantes, en el que se produjo un fructífero intercambio que culminó con respuestas de los panelistas a las preguntas formuladas por los parti- cipantes y comentarios adicionales de estos sobre los temas abordados. Las palabras conclusivas estuvieron a cargo de la Dra. Olga Fernández Ríos, vicepresidenta de la Academia de Ciencias de Cuba y presidenta de la Sección de Ciencias Sociales de la SEAP, quien estuvo participando todo el tiempo en los trabajos de la Jornada. Esta información se presenta de forma sintética, a pesar de la importancia de este evento, porque se está preparando una edición muy amplia de las Memorias, que pondremos a disposición de nuestros lectores y del público en general a la mayor brevedad posible.

DECLARACIÓN DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS

Foro de organizaciones de la sociedad civil cubana contra el bloqueo de 2018 La Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana (SEAP) es la or- ganización de la sociedad civil cubana más antigua. Su propósito fundacional fue la promoción de la ciencia y la tecnología desde la ilustración. Hoy es parte inalienable de la representación patriótica de la sociedad cu- bana, a la vez que integra el patrimonio cultural de nuestra nacionalidad, ci- mentado en la ilustración de su membresía pasada y presente, y sus relevantes aportes a Cuba y los cubanos durante más de dos siglos. Agrupa actualmente a experimentados especialistas de diversos perfiles profesionales acreditados por su capacidad y elevado compromiso “Pro Pa- tria”, materializado hoy en sus contribuciones a la nación y su Revolución. Estamos empeñados en contribuir a establecer un socialismo libre, próspero, democrático, participativo y sostenible. Por lo que rechazamos todo lo que atente contra ello y el bienestar del pueblo cubano. En línea con lo declarado en las Naciones Unidas por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la Sociedad Económica de Amigos del País cubana, exige el establecimiento de relaciones normales con todos los países para el bien común y condena toda medida unilateral impuesta por algún país 202 / RBC 49 / Sección Oficial extranjero en contra de nuestros intereses, postulados desde nuestros docu- mentos fundacionales de más de dos siglos. El caso más execrable es el del bloqueo económico, comercial, financiero, científico, cultural y social que le- yes vigentes en Estados Unidos de América establecen contra Cuba, los cuba- nos y sus intereses en todo el mundo. La Junta Directiva de la Sociedad Económica de Amigos del País tiene el deber de exigir, a nombre de todos nuestros miembros, la eliminación inme- diata de todas las barreras que este bloqueo establece para afectar al pueblo cubano y su bienestar, que asimismo afecta los propios intereses más puros del pueblo y nuestros colegas en Estados Unidos de América. Asimismo nos ofrecemos para intervenir profesionalmente en todo lo que pueda ayudar a Cuba y a los estadounidenses de buena fe para eliminar este bloqueo, desde lo legal hasta lo económico, científico y cultural. ¡ABAJO EL BLOQUEO!

Dra. C. Zoila Benítez de Mendoza Presidenta Sociedad Económica de Amigos del País

150 aniversario de nuestro Himno Nacional Con motivo del 150 aniversario de nuestro Himno Nacional, la Sección de Cul- tura de la Sociedad Económica de Amigos del País – el 19 de septiembre de 2018, a las 3:00 p.m. en nuestra sede–, organizó una conferencia acerca del desarrollo histó- rico y lo avatares de la letra del Himno de Bayamo, cuyo autor, Perucho Figueredo, escribió y musicalizó, para convertirse en el himno oficial de la Patria. La conferencia estuvo a cargo del narrador, poeta y ensayista Pedro de Jesús (Fomento, 1970), que ha publicado los libros de relatos Cuentos frígidos, La so- brevida y La vida apenas, la novela Sibilas en Mercaderes, el cuaderno de poe- sía Granos de mudez y el libro de ensayo Imagen y libertad vigiladas. Ejercicios de retórica sobre Severo Sarduy. Su investigación “Lengua, verso e historia en el himno nacional cubano” se encuentra en proceso editorial. Ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio de la Academia Cubana de la Lengua (2015), el Premio de la Crítica Literaria (2014) y el Alejo Carpentier, tanto de cuento (2006) como de ensayo (2014). Traducidos a otros idiomas, sus relatos aparecen en antologías del género publicadas en Estados Unidos y Europa. Es licenciado en Letras y máster en Estudios Lingüísticos-Editoriales Hispánicos. Una nutrida concurrencia que estuvo integrada por miembros de la SEAP, de la Academia de Ciencias de Cuba, de la Academia Cubana de la Lengua, del Insti- tuto de Literatura y Lingüística y estudiantes y profesores de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Sección Oficial / RBC 49 / 203 En su amena disertación, Pedro de Jesús ofreció un amplio bosquejo de la his- toria del Himno de Bayamo, y concluyó con propuestas concretas para propiciar una nueva ley, que supere la de 1983, acerca de la letra y música exactas del himno de la nación cubana. Numerosas intervenciones del público asistente sellaron con mucha calidad la conferencia impartida.

Taller sobre el 150 Aniversario del inicio de la Guerra Grande y del Himno Nacional El 19 de octubre, en la sede de la SEAP se realizó el taller, el cual tuvo como expositores a la Dra. Francisca López Civeira, los másters Luis Fidel Acosta Ma- chado y Fabio Enrique Fernández Batista y el poeta y editor Juan Nicolás Padrón. Se inició el taller con una presentación de Juan Nicolás Padrón que se centró en el valor que concedió José Martí, cuando estaba uniendo voluntades y hombres que habían participado en la Guerra de los 10 años y a los “pinos nuevos” para de conjunto participar en la guerra necesaria, a la obra poética, patriótica, generada en la manigua, que si bien no se distinguía por su alta calidad literaria para los cánones de la poesía culta de la época, tenía la virtud de exaltar el patriotismo, elevar el espíritu de lucha y de sacrificio de los combatientes mambises, de los exilados y residentes en Estados Unidos. Enterado de que el mayor general Serafín Sánchez Valdivia, al objeto de re- caudar fondos para el reinicio de las hostilidades, organizaba tertulias en las que se declamaban poemas, se hacían relatos sobre combates librados por las fuerzas mambisas, encargó a este realizar una recopilación de aquellas obras para publicar un folleto, que vio la luz en el año 1893 con un prólogo escrito por el Apóstol. Iniciando la muestra La Bayamesa o Himno de Bayamo, compuesto por el general Pedro (Perucho) Figueredo, el cual devendría al crearse la República en nuestro Himno Nacional, otros himnos compuestos para llamar al combate a los poblado- res de Manzanillo, Holguín, Camagüey, Las Villas, y varios poemas que expresa- ban la voluntad de lucha por una Cuba independiente y soberana. Después se desarrollaron las presentaciones de: Luis Fidel Acosta Machado sobre Los dilemas del 68; Francisca López Civeira sobre El 68 en Martí, y Fabio Enrique Fernández Batista sobre El 68 en Fidel. Luis Fidel Acosta Machado, de entre las variadas contradicciones existentes en el 68 y a lo largo de aquellos 10 años de lucha, como fueron la organización de la guerra, la posición ante la esclavitud y otras muchas, centró su presentación, bá- sicamente por cuestión de tiempo en tres de estas: el regionalismo, el caudillismo y las clases sociales, elementos que estuvieron presentes desde el inicio y hasta el final, como consecuencia del aislamiento entre las regiones, del escaso desarrollo del concepto de nación e incluso de las incipientes relaciones económicas entre las regiones y de la independencia o autonomía en los movimientos conspirativos 204 / RBC 49 / Sección Oficial en las diferentes regiones, realizando una valoración con nuevas aristas normal- mente no desarrolladas en nuestra historiografía a partir del momento histórico, de las diferencias sociales entre las regiones y su evolución en aquellos 10 años de lucha, aspectos estos que requieren de una investigación más profunda para entender mejor el proceso de formación de la nacionalidad y las razones por las cuales se llega al Zanjón y a la Protesta de Baraguá. Francisca López Civeira, comenzó explicando que su ponencia sería sobre la apreciación martiana respecto a la Revolución del 68. Sus textos más conocidos sobre el proceso y entre las grandes figuras están Céspedes y Agramonte y su artículo “10 de abril” publicado el 10 de abril de 1892, son textos elaborados en ocasión de conmemoraciones, cuando el propósito es la exaltación de los patriotas y del proceso, cuando Martí está en los preparativos de la Guerra Necesaria, pero a pesar de su propósito de exaltación de estas figuras no deja de señalar errores que se cometieron en la organización de la lucha, particularmente en Guáimaro. José Martí, ya desde antes de finalizar la Guerra del 68 está buscando información sobre Céspedes y las contradicciones con la Cámara de Representantes, hay apuntes de sus valoraciones, que no hizo para publicar, sino para formarse una opinión de los personajes y de sus posiciones. Llega a la conclusión de que Céspedes conside- raba que la autoridad del mando durante la guerra no podía estar dividida, el tenía un fin, lograr la independencia; la Cámara tenía otro, lo que sería el país después de la independencia, queriendo aplicar esas reglas antes de lograrla. Los dos tenían razón, pero en el momento de la lucha la de la cámara estaba en segundo lugar. Otro tema en el que profundiza y busca información es en el de las causas del final de aquella guerra, pues consideraba que era necesario saber por qué no se alcanzó el objetivo de la independencia, cuáles fueron los errores que se cometie- ron para tratar de evitarlos en la nueva contienda que él estaba preparando, porque llegó a la conclusión de que “la espada no nos la quitó nadie, la dejamos caer nosotros mismos”. Y en otro momento, dice en un discurso refiriéndose al tema, “[...] el pabellón que dejaron caer los menos necesitados de justicia [...]”. Es importante señalar que siempre habló Céspedes de la Revolución, no de la guerra de Cuba, ahí está su artículo publicado en 1873 titulado “La República Española ante la Revolución Cubana”, concepto que hace suyo José Martí. Martí buscó información y estudió lo sucedido en los territorios liberados, bajo el control de los mambises, donde regían leyes distintas, donde el ciudadano había ejercido otros derechos y no tiene duda de que en Cuba no se ha producido una guerra de independencia, sino que ha sido el desarrollo de un proceso revolucio- nario, truncado, pero que ha dejado su huella, que ha marcado a gran parte de la población y es por ello que inicia el Manifiesto de Montecristi con la frase: “La Revolución iniciada en Yara, ha entrado en Cuba en un nuevo período de Guerra”. Es decir, que Martí se sintió continuador de la Revolución iniciada en Yara, como nos sentimos nosotros y estamos comprometidos a continuarla y no podemos per- mitir de ninguna forma que se entreguen nuestras armas o se arríe nuestra bandera. Sección Oficial / RBC 49 / 205 Fabio Enrique Fernández Batista al presentar su ponencia sobre El 68 en Fidel, explicó que en primer lugar hay que entender que ni Martí ni Fidel eran historia- dores, esto quiere decir que no miran los acontecimientos desde la misma pers- pectiva que los historiadores. Por tanto, la lectura de los hechos históricos está marcada por los objetivos políticos, por el proyecto político de que son portadores. Fidel tenía un vasto conocimiento sobre el mambisado cubano –es uno de los estudios que falta por hacer–, cómo adquirió esos conocimientos. Cuando Fidel inicia su vida política, lo vemos recurrir continuamente a los símbolos de la Re- volución del 68. Es muy conocido por todos el acontecimiento de la campana de La Demajagua, y otro bien conocido es su declaración en el juicio por el asalto al Moncada en el que declara que el autor intelectual de los hechos fue José Martí y otra vez es cuando ya está a las puertas de la victoria y dice que esta vez los mambises si entrarán en Santiago de Cuba. El uso de la historia es algo recurrente en sus discursos de 1959. Él se dedica a restituir a Martí, a Céspedes, a Agramon- te, a Maceo la importancia de sus ideas ideas revolucionarias que le habían sido escamoteadas por los políticos de la República. En la década del sesenta, Fidel se dedica a esclarecer el rol histórico que de- sempeñaron nuestros próceres, que tiene su momento culminante en el discurso en ocasión del centenario de la Guerra del 68, en el que proclama “ellos hoy hu- biesen sido como nosotros, nosotros entones hubiésemos sido como ellos”. Hay una conexión entre las apreciaciones de Fidel y las de Martí, en la forma de abordar, de valorar la actuación de nuestros próceres de la independencia. Enfrenta las tendencias de negar valores, las valoraciones ahistóricas, marxis- tas estrechas, que existieron en muchos países socialistas, y rescata la tradición de lucha, la herencia patriótica del pueblo cubano y su potencial movilizador en la lucha antimperialista que emprendimos desde 1959. Aspectos que retoma en los años noventa, cuando llamó constantemente a re- sistir, a defender la Revolución, a fortalecer el ánimo, a confiar en nuestras fuerzas para alcanzar la victoria, para defender lo logrado, que tiene uno de sus puntos culminantes en el Juramento de Baraguá. Al terminar su exposición, la Dra. Zoila Benítez de Mendoza, presidenta de la SEAP, le hace entrega de su carnet como miembro de la SEAP a Fabio Fernández Batista, subrayando que es el más joven de los integrantes de nuestra institución, el más joven de los que han ingresado en ella desde 1994, cuando esta se reanimó y sin que se haya hecho concesión alguna desde el punto de vista científico. Los participantes, en sus intervenciones, reconocieron el alto nivel e importan- cia de las presentaciones y coincidieron en la necesidad de continuar investigando nuestro pasado. Tanto las presentaciones de los panelistas, como las preguntas y valoraciones serán reproducidas y publicadas para el conocimiento de los lectores de la RBC y del público en general. 206 / RBC 49 / Sección Oficial Taller científico internacional “Pensando las temporalidades en Cuba: continuidades, tensiones, desincronizaciones” El martes 18 y el miércoles 19 de septiembre se celebró en la sede de la Socie- dad Económica de Amigos del País, en el Instituto de Literatura y Lingüística, el Taller científico internacional “Pensando las temporalidades en Cuba: continuida- des, tensiones, desincronizaciones”, donde 14 profesionales de variadas orienta- ciones científicas demostraron la pertinencia de incluir la variable Temporalidad en el diseño de las investigaciones sobre procesos socioculturales. En las sesiones de trabajo, organizadas en forma de tres paneles, participó un total de cincuenta profesionales de perfiles diversos, quienes pudieron intercambiar criterios acerca de teorías y aplicaciones del concepto Temporalidad al análisis de temas de la realidad cubana desde una perspectiva que piense el presente con- siderando el pasado para proyectar el futuro, de acuerdo al lema acordado en el encuentro preparatorio celebrado en el mes de junio: “Interrogar al futuro desde el presente, sin olvidar el pasado”. El taller contó con la presencia de los directores de tres de las instituciones coauspiciadoras: la Dra. Zoila Benítez de Mendoza por la Sociedad Económica de Amigos del País, la Dra. Nuria Gregori por el Instituto de Literatura y Lingüís- tica y la MSc. Elena Socarrás por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello. Por el también auspiciador Centro Nacional de Investigaciones Científicas-IRIS (París), participó la Dra. Blandine Destremau. La coordinación científica de todo el proyecto ha estado a cargo de la historia- dora Mildred de la Torre, la filóloga Ana Vera y la socióloga Blandine Destremau, con la colaboración de la filósofa Olga Fernández. A continuación incluimos el listado de las intervenciones: Día 18 Apertura: Zoila Benítez de Mendoza, Olga Fernández, Mildred de la Torre, Blan- dine Destremau, Ana Vera Mesa 1: Historiografía cubana y temporalidades Moderadora: Yoana Hernández Suárez Mildred de la Torre: Temporalidad en la historiografía cubana Yoel Cordoví: Temporalidades en Braudel: algunas claves metodológicas Fabio Fernández: Braudel y Fontana, dos puntos de vista Carlos Venegas: El tiempo de lo real maravilloso. Una reflexión sobre la si- multaneidad de tiempos culturales Leonor Amaro: La temporalidad en la interpretación del nacionalismo como concepto Día 18 Mesa 2: Conceptos, ritmos e interpretaciones del tiempo Moderadora: Francisca López Civeira Blandine Destremau: Envejecimiento y temporalidades en Cuba Sección Oficial / RBC 49 / 207 Bruno Henríquez: Percepción del tiempo. Sus impactos Camilo Rodríguez: La configuración del tiempo político en el decurso de la transición socialista Hilda Alonso: Procesos de patrimonialización en Cuba Día 19 Mesa 3: El tiempo como categoría analítica Moderadora: María Isabel Landaburo Ana Vera: El futuro de la industria azucarera cubana en clave de temporalidad Concepción Ayús y Jorge Luis Santana: El análisis de la coyuntura y la historia del futuro. Edelberto Leyva: Regímenes de historicidad: lecturas del tiempo en la Cuba colonial Meri Córdova: El concepto de temporalidad como herramienta de análisis heurístico y hermenéutico en los estudios sobre la música Enrique Beldarraín: Las epidemias y su respuesta institucional, variaciones temporales Clausura: Olga Fernández En próximas ediciones publicaremos una información más amplia sobre las cuestiones discutidas.

Capítulo Holguín de la SEAP realizó exitosamente su cuarto taller anual sobre desarrollo local Por MSc. Leonardo Nieves Cruz El IV Taller El desarrollo local en Holguín: potencialidades y desafíos se rea- lizó exitosamente el 13 de septiembre de 2018 en la sede de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc), en la ciudad de Holguín. Tuvo como objetivo principal continuar profundizando e intercambiar, desde el pensamiento y la praxis, acerca de las experiencias en la gestión del desa- rrollo local en nuestra provincia, conocer nuevos proyectos y continuar buscando la mayor integración en aras de tan importante actividad. Contó con la presencia del Lic. Lázaro Mora Secade, miembro de la Junta de Gobierno de la SEAP, quien nos ha acompañado y apoyado intensamente en cada una de las ediciones de tan vital para el Capítulo y la provincia evento. Participó asimismo un nutrido grupo de especialistas, investigadores, docentes y responsables de proyectos de diferentes instituciones del territorio. Al coincidir la fecha del taller con un aniversario más del fallecimiento de An- tonio Núñez Jiménez, hecho que ocurrió el 13 de septiembre de 1998, el MSc. Eliel Gómez Rodríguez, presidente en funciones de la Sociedad Cultural José Martí en el territorio, realizó una breve disertación acerca de ese gran científico, geógrafo, arqueólogo y espeleólogo cubano, quien fuera el primer presidente de la Academia de Ciencias de Cuba y creador de la Fundación La Naturaleza y el Hombre. 208 / RBC 49 / Sección Oficial Tras las palabras de apertura a cargo de la presidenta del Capítulo, MSc. Belkis Rivera Riverón, el taller inició la parte científica con la presentación del trabajo ¿Expectativas cumplidas? Una breve mirada a los tres talleres precedentes, en el que se realiza una valoración de las características y resultados de esos espacios anuales de socialización y debate, llegándose a la conclusión de la necesidad e importan- cia de estos eventos convocados desde el Capítulo que, cumpliendo con sus fines de integración Pro Patria, ha propiciado un espacio científico más, sistematizado y sostenido en el tiempo, para el intercambio sobre la gestión del desarrollo local y presentación de proyectos. Las expectativas se han cumplido. El Capítulo afianza su posición en el territorio y ya se proyecta la edición del quinto taller, en el 2019. Seguidamente tuvo lugar el panel Experiencias de la gestión del desarrollo local en Holguín. Estado de la implementación de la Estrategia Provincial de De- sarrollo Local, con la participación de los panelistas Dr. Luis Orlando Aguilera García, Universidad de Holguín; Dr. Eduardo Ávila Rumayor, Casa Iberoamerica- na; MSc. Rosa Mercedes Almaguer Torres, Universidad de Holguín; MSc. Claribel González Calzadilla, SEAP, Capítulo Holguín; Esp. Idania Ricardo Leal, vicepre- sidenta del CAP, Holguín y Esp. Neyvis Moreno, coordinadora de la Plataforma para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), en Holguín. Dando inicio al panel, el doctor Luis Orlando abordó aspectos teóricos y de políticas contextualizados en los documentos rectores y fundamentó el concepto más utilizado referido al desarrollo local, entendido este como el “[...] proceso integral de cambio y avance sostenible, que tiene como finalidad el bienestar de la población y la satisfacción de necesidades e intereses públicos locales, con- ciliados y articulados con la concepción de desarrollo socioeconómico del país determinada en las políticas y normativas de carácter general que definen los or- ganismos rectores globales y sectoriales”, asumido por el Ministerio de Economía y Planificación en el 2017 a raíz de todo un trabajo realizado por expertos del país para definir por cuál concepto guiarse. También dio a conocer, como avances y resultados en el cumplimiento de la Estrategia, la proyección del Parque Científico Tecnológico de la Universidad de Holguín para el Desarrollo Territorial, la implementación de nuevas herramientas e instrumentos en los territorios, para medir el desarrollo e identificar despro- porciones territoriales, la caracterización sociodemográfica de la provincia y sus municipios, con cierre 2015, entre otros. Argumentó, asimismo, la estructura de trabajo concebida para el cumplimien- to de la Estrategia a nivel del Consejo de la Administración Provincial, con un grupo asesor, y a nivel del Consejo de la Administración Municipal mediante el grupo técnico, grupo gestor y grupo de consulta. Señaló, además, como importantes aportes, los talleres de trabajo generales y por grupos organizados por la Universidad de Holguín, los cuales han propiciado la sensibilización y concertación en los temas abordados. Agregó que las estrategias de Desarrollo Municipal están en proceso de actua- lización, cuyas principales acciones son: identificación de polos productivos ac- tuales y potenciales, construcción de cadenas productivas, concepción de nuevos Sección Oficial / RBC 49 / 209 rubros exportables y fuentes de sustitución de importaciones, y la observancia de un mayor despliegue de las potencialidades territoriales; de todo lo cual se conci- ben y ejecutan los programas y proyectos concretos Por otra parte, hizo alusión al seminario de formación de capacidades para el desarrollo local en Holguín realizado en julio de 2018, un importante espacio de adquisición de conocimientos y habilidades; así como a la publicación del libro Sistematización de experiencias de desarrollo local en cuatro provincias cubanas, editado por Plataforma para el Desarrollo Integral Territorial. Otra panelista, la MSc. Rosa Mercedes Almaguer Torres, de la Universidad de Holguín, enfocó la dimensión económica del desarrollo local y expuso el trabajo Procedimiento para la gestión integrada y por procesos de proyectos de desarrollo local, para lo cual partió de la definición de que el desarrollo local no es más que el fomento de proyectos basados en pequeñas y medianas empresas que tributan a encadenamientos productivos y de servicios con enfoque al desarrollo local, por tanto, tienen que ser proyectos económicos que pueden estar vinculados a la industria alimentaria, producción de alimentos, construcción, servicios sociales y personales, de reparación y mantenimiento, oferta complementaria al turismo, producciones artesanales, transporte y comunicaciones, de tipo sociocultural, de I+D+i, de fortalecimiento institucional, etcétera. Abundó sobre las múltiples fuentes de financiamiento para el desarrollo local y sus características, y presentó un estudio de caso en proyectos Iniciativa Municipal de Desarrollo Local (IMDL), en el cual se calculó la proyección de ingresos a obtener por el proyecto, los costos por la prestación de los servicios del proyecto y los costos pla- nificados en el estudio de factibilidad donde solo se tuvo en cuenta el costo de venta, no incluyendo los gastos por salario de los trabajadores, energía eléctrica y teléfono, talento artístico para los servicios culturales, seguridad y protección, etcétera. Se refirió, además, a un interesante aporte que es la evaluación de indicadores en proyectos IMDL y dio a conocer algunos de los principales temas abordados y re- sultados, entre ellos, cadenas productivas en municipios de la provincia de Holguín, la contribución al desarrollo territorial como fuente de financiamiento y experien- cias en la provincia, estudios sobre calidad de vida como indicador del desarrollo territorial y género y familias, problemáticas de la localidad. El cierre de la exposición del panel estuvo a cargo del Dr. Eduardo Ávila Ru- mayor director de la Casa Iberoamericana, quien expuso las experiencias de pro- yectos de desarrollo local en el sector de la cultura. Retos asociados al desarrollo local en Holguín fue otra de las aristas de su intervención, refiriendo entre los retos los siguientes: a) Fortalecimiento de las estructuras gubernamentales, académicas, adminis- trativas y de otros actores. Coherencia de todos los actores implicados. b) Capacidad de promover el desarrollo de la empresa local. c) Orientación desde la universidad y las demás asociaciones e instituciones en el desarrollo local (reservas que aún se tienen). Destacó que las principales herramientas para encarar esos retos son las es- trategias provincial, municipal y la financiación del desarrollo provincial. Tam- 210 / RBC 49 / Sección Oficial bién argumentó cómo la Casa Iberoamericana, junto al Centro para el Desarrollo Sociocultural (CEDES), han tenido que ir proyectando sus actividades sociales, académicas y científicas con visión de desarrollo local, obteniendo resultados re- conocidos y sostenidos en el tiempo. La experiencia de estas dos instituciones bien puede replicarse en el territorio holguinero y fuera de las fronteras de este. Concluido el panel, el Arq. Oscar Bellido Aguilera, de la Unaicc, presentó su trabajo Nuevos avances del Plan Estratégico Holguín Ciudad Parque de Cuba, para lo cual partió de la conceptualización de Ciudad Parque, en lo intangible, como un subsistema urbano conformado por un conjunto de espacios temáticos patrimoniales en un hábitat sostenible, próspero y atractivo, donde las áreas ver- des y los ríos desempeñan funciones de primera importancia; una plataforma de articulación de proyectos y alianzas con instituciones, y una categoría urbanísti- ca, sociocultural, ambientalista y turística. En lo intangible, como un sueño en construcción por el bien común de la polis holguinera. Y en lo subjetivo, como una propuesta proactiva para estimular la imaginación, creatividad y participa- ción comunitaria de las holguineras y holguineros. Por tanto, está dirigido, como concepto y plataforma de acción, a fortalecer la civis holguinera, en especial la cultura del parque y el buen servicio, potenciar el cuidado de la urbis holguinera, en particular sus ríos, parques y demás áreas verdes; y a mejorar el bienestar del homo creator holguinero (moradores y visitantes). Señaló que Holguín es pionera de la red de Ciudades Parque de Cuba. La visión de su Plan Estratégico apunta como máxima aspiración que la ciudad nece- sita ser compartida con todos, constituir un destino de recreación sana y turismo total y ser referencia del urbanismo integral. La finalidad es contribuir a la eleva- ción de la calidad de vida de las familias holguineras, la cultura del servicio y el desarrollo local sostenible; para satisfacer la necesidad de potenciar el patrimonio cultural, el medio ambiente y la identidad de la ciudad de Holguín y su región de atracción, como recursos para el desarrollo. Se trata, aseveró, de crear una articulación de manera que se pueda asegurar una gestión participativa, integral, creativa y eficiente de las potencialidades de la ciudad y su región de atracción. Al concluir su intervención, Bellido aseguró que Ciudad Parque es una plata- forma de articulación de proyectos y alianzas con cuantas instituciones tributen a los fines antes señalados y ya cuenta con una amplia gama de resultados tangibles vinculados a la sostenibilidad, socialización y promoción; la articulación; capaci- tación e investigación y proyectos. Por su parte, el Dr. René Luciano Guardiola Romero, del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa (ISMMM), expuso el trabajo Contribuciones actua- les del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa al desarrollo local. Partiendo de la premisa de que gestionar la innovación local es ampliar los canales participativos de las personas y la colaboración, presentó los resultados Sección Oficial / RBC 49 / 211 más sobresalientes de los tres últimos años alcanzados por el Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa que constituyen contribuciones al desarrollo local. Entre estas contribuciones detalló las siguientes: • Estudios del fenómeno licuefacción. • Contribución a la defensa. Trabajos de cartografía de riesgos. • Proyectos de caracterización y evaluación para materiales de construcción. • Contribución al desarrollo de la vivienda con los materiales de la construcción. • Contribución al estudio integral de los yacimientos de zonas mineras de Moa, que le dan sostenibilidad porque permite prolongar la vida de la empresa Co- mandante Pedro Soto Alba y la minería del níquel en general. • Contribución al programa Agroalimentario de la provincia. Actualización de la tecnología de construcción de los túneles del Trasvase este-oeste. • Contribución mediante Evaluación de Impactos Ambientales debido a la ex- plotación de yacimientos en zonas próximas a grandes comunidades urbanas. • Contribución al desarrollo de comunidades singulares: del Plan turquino y pesqueras de Moa. • Otros aportes al proyecto de desarrollo integral del gobierno municipal. • Contribución con investigaciones comunitarias. • Contribución por estudios sociodemográficos. Concluyó el doctor Guardiola reafirmando que hay contribuciones importan- tes del ISMMM al desarrollo local a través de proyectos que se desarrollan en la actualidad. Abordó algunos elementos sobre el enfoque de la gestión de la inno- vación, necesarios para la sostenibilidad del desarrollo local, y planteó como in- dispensable, potenciar la colaboración entre las universidades cubanas, entre estas y entidades productivas, investigativas y de servicios, así como entre estos dos actores y los gobiernos locales, lo que debe proporcionar, en todos los sentidos, nuevas dimensiones buscando una mejor manera de hacer. Seguidamente el MSc. Cosme Casals Corella, del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab), expuso el trabajo Ruta Mar- tiana, II Etapa: un proyecto de desarrollo local. Mediante novedosas y atractivas imágenes fue mostrando los resultados del proyecto Sendero Eco-histórico Playita de Cajobabo, ubicado en el municipio de Imías en la provincia de Guantánamo, lugar donde desembarcaron Martí y Gómez el 11 de Abril de 1895. El objetivo del Sendero está dirigido a desarrollar una educación histórico-patriótica y naturalista, teniendo como principal objetivo des- tacar el hecho fehacientemente en toda su dimensión histórica, patriótica, natural, paisajística, etnográfica y socio-cultural que contribuya a la formación de valores en los visitantes nacionales y extranjeros. Devenido un imponente centro de información in situ de interés para todo visitante, a través de la cartelería expuesta es posible conocer el entorno y los acontecimientos allí ocurridos. De tal modo, que se ofrece información visual sobre múltiples aspectos y variables del lugar, entre ellos: 212 / RBC 49 / Sección Oficial Clima; geología; mapa geomorfológico; suelos; vegetación; fauna; arqueolo- gía; tradiciones; promoción turística; Playita de Cajobabo, sendero eco-histórico; guía general para el visitante; tarjas con información de cada uno de los expe- dicionarios; bosque martiano; señalética de los diferente sitios con información puntual; avisos o alertas de prohibición, cuidado, protección, etcétera. Argumentó que “juntos por el desarrollo local” ha sido una de las principales máximas que han tenido en cuenta para la ejecución del proyecto, cuya segunda etapa ya comenzó. Dio a conocer, además, el máster Cosme Casals su libro Playita de Cajobabo. Irradiante presencia, que como resultado también del proyecto, es un ineludible y hermoso texto que partiendo de la transcripción del documental Mi hermano Fidel, referido al encuentro en Playita del Comandante y Salustiano Leyva, testi- go del desembarco de Martí y Gómez por aquel lugar, narra todo lo acontecido y describe el entorno histórico-natural de ese sitio sagrado para la Patria. A continuación, la licenciada Lídice Perdomo Quiñones, especialista del Cen- tro Provincial de Superación para la Cultura, interpretó una breve escenificación de parte de la obra Un girasol pequeño –conocida también como La ciudad hechi- zada– del autor holguinero, radicado en México, Salvador Lemis Pérez Franco, la cual recrea la historia de Vineta, una ciudad castigada que surge cada cien años sobre el nivel del mar y permanece ahí durante una hora exacta, hasta que algún habitante de la tierra le venda o regale una flor viva. Muchos personajes pinto- rescos de la ciudad encantada dialogan con el niño que logra colarse a través de las grandes puertas amuralladas… pero al final la ciudad se hunde sin poder ser salvada: el niño promete regresar dentro de cien años llevándoles un girasol. Tras la motivadora interpretación, Lídice Perdomo expuso su trabajo Mirada preliminar para la sistematización de un proyecto comunitario de la ciudad de Hol- guín. Contribución al desarrollo local. Partió de argumentar que desde hace ya algún tiempo se viene haciendo muy común escuchar el término “proyecto comu- nitario”, el cual está centrado en la necesidad de generar propuestas desde la propia comunidad o región, capaces de identificar y solucionar los problemas inherentes a esta. Una de las principales amenazas que atentan contra el desarrollo orgánico de un proyecto es precisamente que este se le imponga a una comunidad. Es mucho más factible si los habitantes deciden realizar acciones específicas para cambiar una conducta que ellos mismos han detectado en su entorno. Los creadores de un proyecto deberían ser siempre los miembros de la comunidad, pero lamentable- mente, esto no siempre ocurre así. Sin embargo, en el caso de Casita del Cuento, un proyecto comunitario que se viene ejecutando en la ciudad de Holguín desde hace varios años, las condiciones fueron diferentes y los resultados han permanecido en el tiempo más allá de cualquier otro proyecto que se haya iniciado en la zona. Señaló que lograr un cambio social perceptible y propiciar el sentido de perte- nencia de la comunidad sobre el proyecto sin declararlo como uno de sus objeti- vos es el resultado más loable de este proyecto que ha permanecido en el tiempo; por lo que se han identificado elementos y condiciones que favorecen estudiar e investigar las vías y posibilidades de sistematizarlo. En razón de ello, está traba- Sección Oficial / RBC 49 / 213 jando en realizar una sistematización del proyecto Casita del Cuento y su poste- rior socialización para estimular futuras iniciativas comunitarias desde la creación artística sin la necesidad de formar grupos de aficionados. Explicó que los proyectos de desarrollo local son socioculturales, con capa- cidad de autofinanciarse o generar ingresos, que posibiliten obtener ganancias destinadas al beneficio de las instituciones que los promueven, las comunidades desde donde se diseñan como parte del aporte al desarrollo local o aportar a los esquemas de financiamiento del Ministerio de Cultura; pero el caso del proyecto Casita del Cuento quizás a priori pudiera parecer que no se adecua totalmente a la citada definición, pero de forma tangencial, inicialmente, y de manera prospectiva sí se corresponderá con lo planteado en la citada definición. Pero lo más impor- tante es sistematizar la experiencia. Vinculación con la sociedad del CECADEL-CIAM-Universidad y su contri- bución al desarrollo local. Caso Cantón Santa Ana, provincia Manabí, Ecuador, de los autores MSc. Claribel Silvia González Calzadilla, Dr. Manuel de Jesús Andérez Velázquez (ambos miembros de la SEAP), e Ing. Karen Lorena Briones Cedeño, resultó el último trabajo reseñado en el taller, el cual refiere la investiga- ción realizada en el tema vinculación de la universidad con la sociedad a través de la pertinencia social del Centro de Capacitación y Desarrollo Local (Cecadel) y el Centro de Investigaciones Agropecuarias de Manabí (CIAM). Se ejecutó un experimento con la participación de tres universidades, asumiendo el acercamien- to de acciones con sectores vulnerables del entorno comunitario del Cantón Santa Ana. Se desarrolló con jóvenes en una primera etapa y en la segunda con adultos mayores, personas con discapacidad, niños, niñas y adolescentes, y también la participación de los jóvenes en un segundo módulo. La metodología utilizada fue el método de análisis y síntesis de diferentes docu- mentos legales que permitieron un trabajo coherente. También se tuvo en cuenta el análisis cualitativo en la aplicación de la técnica, acción-participación por las diversas acciones que se desarrollaron con el objeto de estudio, las intencionalidades o propó- sitos, el accionar de los involucrados en el diagnóstico inicial en el cantón y algunas parroquias; las actividades que se realizaron en función de la capacitación, el fomento y preparación de líderes comunitarios, se exponen gráficamente en este trabajo. Los resultados evidencian que el esquema adoptado y las formas organizativas propues- tas en su aplicación detectan un conjunto de problemas a los cuales se les elabora la propuesta de proyectos que fortalecen la vinculación de la universidad con la alcaldía, su entorno parroquial y comunitario, favoreciendo la capacitación y la preparación de sectores vulnerables de la población en temas de cultura general e integral. Se conclu- ye que la aplicación de esta experiencia y el seguimiento de los procesos integraron y evidenciaron un incremento en la actividad de vinculación de la universidad con la sociedad, avalado con los resultados alcanzados. Los participantes trabajan en los diferentes problemas que contribuyen a enriquecer el desarrollo local. Al concluir todas las presentaciones se produjo un amplio y enriquecedor de- bate entre los participantes y se tomaron varios acuerdos, concertaciones y pro- 214 / RBC 49 / Sección Oficial yecciones. Las palabras de conclusiones estuvieron a cargo del Lic. Lázaro Mora Secade, miembro de la Junta de Gobierno nacional de la SEAP. La relatoría del evento, a cargo de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Infor- mación Filial Holguín, será socializada a cuantos actores y decisores sea necesario.

Reunión de intercambio de experiencias de los capítulos territoriales de la Sociedad Económica de Amigos del País El 18 de octubre de 2018 tuvo lugar en la ciudad de Camagüey el primer in- tercambio de experiencias entre los cuatro capítulos territoriales de la SEAP hoy existentes. Asistieron los doctores y doctoras Redimio Pedraza Olivera, María Teresa Caballero Rivacoba, Ramón González Fontes y Roberto Portuondo Padrón por Camagüey; Belkis Rivera Riverón y Leonardo Nieves Cruz por Holguín; Os- car Piñera Hernández por Matanzas; Rosa Hernández Acosta por Pinar del Río; y Fidel Vascós González y Vicente Maciñeira Pérez por la Junta de Gobierno de la SEAP. Se expusieron las experiencias acumuladas por cada Capítulo Territorial, se presentaron las Normas y Procedimientos para el Funcionamiento de la SEAP, aprobadas por la Junta de Gobierno el pasado 29 de junio, así como el No. 48 de la Revista Bimestre Cubana. También se impartió una conferencia acerca de la Gestión del Desarrollo Local en Camagüey, sus impactos relevantes, la creación de sus redes de innovación, el desarrollo de un doctorado de la especialidad y la divulgación de los trabajos realizados mediante la revista Retos de la Dirección. De especial significación resultó la experiencia del Capítulo de Holguín con la creación y desarrollo de su modelo de gestión organizativa y de funcionamien- to, el sistema de comunicación, el sistema de gestión documental que mantiene actualizado el archivo histórico, el sistema de divulgación para dar visibilidad al Capítulo y los resultados de su trabajo, así como los cuatro talleres sobre el de- sarrollo local. Los objetivos de la reunión se cumplieron plenamente y se acordó realizar un evento similar en el próximo año 2019 en Matanzas.

Congreso Internacional de Sociedades Económicas de Amigos del País El congreso tuvo lugar en la ciudad de Jaén, Andalucía, España, del 31 de mayo al 2 de junio de 2018. Participaron las 18 Reales Sociedades Económicas de Amigos del País (RSEAP) asentadas en el territorio español; la SEAP de Chiávari, Italia; y la SEAP de Cuba, representada por el Dr. Fidel Vascós González. El objetivo principal del congreso consistió en exponer por parte de cada uno de los asistentes, y debatir las funciones y el papel de las SEAP en el siglo xxi, las experiencias acumuladas y sus perspectivas. Se editará un libro con las ponencias presentadas. Como parte del programa del congreso se impartieron cuatro conferencias magistrales: “Presente y perspectivas de la economía española y de la Unión Europea”, por el catedrático Juan Ramón Cuadrado Roura; “Las Reales Sociedades Económicas Sección Oficial / RBC 49 / 215 de Amigos del País: origen, finalidad y actividades a lo largo de su historia”, por el Dr. Domingo Buesa Conde; “El Big Data y sus aplicaciones a la biología y a la medicina”, por el Dr. Juan Luis Fernández Martínez; y “La mujer en las Socieda- des Económicas de Amigos del País: historia y futuro”, por la profesora Begoña Cava Mesa. La participación en el congreso permitió exponer ante los delegados la historia de la SEAP de Cuba, sus actividades durante los siglos xix, xx y xxi, la situa- ción actual y sus perspectivas de desarrollo. Se distribuyeron ejemplares de la revista Bimestre Cubana, libros publicados por el Sello Editorial “La Semilla en el Surco” de la SEAP y otros documentos de organización y funcionamiento de nuestra institución. Se fortalecieron o iniciaron, según el caso, las relaciones de colaboración con las RSEAP de España e Italia. Se apoyó la propuesta de estudiar la posibilidad de crear una Federación Internacional de SEAP, en dependencia de los recursos financieros existentes.