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DE NARIGONES EN LA ESQUINA AL PLACARD DEL OTRO

De narigones en la en sus formaciones discursivas y explorar las construcciones en torno a las subjetividades esquina al placard del presentes en ellas. otro: aproximaciones La dicha no es una cosa alegre2

subjetivantes en Es 6 de enero del 2001 en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia. Hace frío, el micropoéticas de la viento no cesa y el público se amontona, la cordillera y un inmenso lago completan el banda cuadro. Así, ante más de cinco mil personas, Divididos sale a escena, en el marco de 1 “ en Vivo 2”, festival organizado NANCY GREGOF por la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Turismo de la Nación. La banda compuesta por , Diego Arnedo y Jorge En los umbrales de la mayor crisis político- Araujo inaugura, de esta forma, la segunda económica argentina, y también después, tanda de una serie de recitales que propuso Divididos dejó huella del ethos de una llevar a “artistas populares” a diversas sociedad convulsionada. Un arco de lectura latitudes del territorio nacional y, al mismo crítica entre micropoéticas de dos discos tiempo, generar un espacio de circulación y elementales de banda nos permitirá ingresar escucha de bandas locales emergentes.

1 SPERAC (Seminario Permanente de Estudios 2 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Luzbelito, sobre Rock Argentino Contemporáneo) – “La dicha no es una cosa alegre”, 1996. Universidad de .

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DE NARIGONES EN LA ESQUINA AL PLACARD DEL OTRO Es el 19 diciembre de 2001. El una pandemia de dimensiones inauditas, presidente argentino, Fernando De La Rúa, Divididos saca su último corte titulado decreta estado de sitio. Miles de personas “Cabalgata deportiva”, que dice: “despojado colman las calles de todo el país. La continua del ser / arranca esta vida hoy / a pesar de vulneración de los derechos sociales y un desinterés social / voy corriendo / voy políticos, junto a una profunda recesión corriendo hacia mí”. Me pregunto, ahora: económica –agudizada por los dos ¿Hacia dónde corría el yo poético de gobiernos menemistas– ha engendrado un Divididos, en plena crisis político social, en caldo de pobreza, desocupación, la Argentina de diciembre del 2001? ¿Qué precarización e indigencia que, junto con la perspectivas y configuraciones de la continua represión estatal y la corrupción subjetividad emergen en las discursividades política y judicial, estalla el 19 y 20 de presentes en sus corpus poéticos de esos diciembre y deja como saldo 39 muertos – años, específicamente en “Narigón del asesinatos perpetrados por el aparato siglo” (2000) y en “Vengo del placard del estatal– y cientos de heridos en un país otro” (2002)? postrado y, tras la renuncia y huida del presidente electo, acéfalo. En este contexto Ni chicha ni limonada de quiebre absoluto de la representatividad política e institucional, entre el caos y las Divididos, “la aplanadora del rock”, es una continuas luchas de movimientos y de las bandas activas más importantes del organizaciones sociales y obreras, las rock argentino contemporáneo. Con- configuraciones del “sujeto social” y formada en 1988, luego de la disolución de “colectivo” se vuelven campos de batallas SUMO -tras la muerte de -, su de actos y sentidos. En ese estado de cosas: trayectoria a nivel nacional e internacional habla por sí misma, con nueve discos de Después de diciembre de 2001 el estudio y multitudinarias fechas a su haber. mapa de la producción del rock en En la propuesta musical, intrínsecamente Argentina va cobrando otras sonora, las composiciones de Ricardo Mollo inflexiones tensionadas, por un lado, y Diego Arnedo son centrales. De la mano por la intensificación del llamado a de sus performances en guitarra y bajo, así incrementar la lucha social, ya que el como el desempeño de sus sucesivos rock siente que fue parte de la bateristas (Catriel Ciavarella, en la movilización que logró voltear al actualidad), la estética musical de Divididos gobierno y poner en crisis, al menos tiene una dominante basada en la solidez del de manera parcial, a la democracia trío a la hora de la ejecución musical, sus burguesa y a los políticos de la casta exploraciones sobre diversos “géneros” corporativa y, por otro lado, por el musicales –folcklore, funk, rock progresivo, establecimiento de un repliegue ante reggae, hard rock– y, claro, sus letras. El el acomodamiento de la política corpus poético de la banda, desde sus inicios, tradicional, una autocomplacencia ofrece una poiesis variopinta que dialoga con sobre una identidad contestataria la coyuntura, así como también refracta que comienza a burocratizarse al representaciones sociales circundantes. Y volcar su mirada sobre sí misma, y digo “refracta” –no “representa”– porque constituirse en su pura y sola en el juego de las (re)presentaciones de “lo exhibición (…) (Blanco, real” todo es ficción, construcción Scariccaciotoli, 2014:204). discursiva del hecho artístico en sí mismo. Si vemos a la poesía argentina de fines los Es el 28 octubre del 2020. En el medio de noventa como un preludio de lo que

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DE NARIGONES EN LA ESQUINA AL PLACARD DEL OTRO Josefina Ludmer llamaría “literaturas la tevé/Días de perdón virtual/Las tripas posautónomas”, encontramos que estas cantoras/De este hambre mundial/Dan escrituras “fabrican presente con la realidad vida a ese monstruo paquete/La gente se cotidiana”, ya que los sujetos líricos -sujetos divierte/Y yo pregunto cuanto es/La gente de la enunciación- se despliegan conjugando se desviste/En este ácido mundial (“La tonos que “atravesarían la frontera y gente se divierte”, 2000). entrarían en un medio (en una materia) real- Porque en la dimensión enunciativa del virtual, sin afueras, de la imaginación yo poético de Narigón del siglo (2000) el pública: en todo lo que se produce y circula desencanto es moneda corriente, engranaje y nos penetra y es social y privado y público de un ver pasar y ser para ver sin hacer (“Hace y real” (Ludmer, 2007:74). En esos tonos, el que hace”, Otro Le Travaladna, 1995), en yo poético existiría como “práctica donde la promesa del primer mundo y la territorial de lo cotidiano”, en el intento de prosperidad material anulan cualquier tipo ser diciendo lo que es, un acto de habla con de argentinidad crítica, política, soberana: potencia ilocutiva en el cual la noción de “Hubo un tiempo/que fui hermoso/y fui sujeto lírico y ethos confluyen en el acto de preso de verdad/el billete más valioso/tiene enunciación y contenido proposicional, casco y religión/mezcla rara de angustia/y predicativo. Estos movimientos son, cañita voladora/que si así/como así/somos justamente, los que encontramos en gran ñapi de mamá/no pensar/no pensar” (“La parte del corpus poético de Narigón del siglo ñapi de mamá”, 2000). (2000), disco presentado en un tour Tanto en el uso del lunfardo como en homónimo, en la sexta gira de la banda, que los registros coloquiales de la micropoética comenzó en abril de 2000 y finalizó en junio de todo este disco, el yo poético construye del mismo año. al sujeto social como una exterioridad sujeta En él, las dimensiones del sujeto social y diseñada, casi abyecta, a poderes efectivos como sujeto escindido por las imposiciones superiores y opresores, que limitan sus del sistema capitalista, los consumos posibilidades participativas y creativas problemáticos y la enajenación de la vida interiores, en donde el acto enunciativo es cotidiana dan como resultado diversos fuga sin estallido, sin horizonte: “Intentaba arquetipos de un yo poético subordinado a tomar algo de pie/a partir de esa molestia/A las condiciones materiales que lo exceden y vos también te duele dudar/Si el veneno atomizan en su subordinación: “Con la cara enamora al dolor/o maquilla al ángel hecha ajedrez/va la magia militar/En la vida lujurioso” (“Qué pasa conmigo”, 2002). Y hecha ajedrez nunca el peón se come al es que este yo poético parece ver sin creer, rey/Sueldo de héroe quincenal/Casi estatua decir sin hacer y vivir sin sentir, porque “Sale de estación/Patria de un boyero muerto y un bolso y entra otro/mundo de un amor un tambero digital” (“Casi estatua”, 2000). curioso/Sentada está la pasión/Juega el En el país del uno a uno y las víctimas del ñoqui de hoy/¿Dónde está el bondi de la vaciamiento (Hermética, Víctimas del humanidad?” (“Elefantes en Europa”, vaciamiento, 1994), el yo enunciativo de la 2000). poética de Divididos está siempre mediado y agenciado a los roles y consumos que lo constituyen, medios masivos de Venir de lo otro comunicación que lo configuran/moldean y, también, por una inercia que parece La noción de ethos anuda enunciado, cuerpo fundarse en un hastío permanente basado en y voz, pues el cuerpo-sujeto enunciante la muerte de la política como práctica y forma parte de condiciones materiales e como creencia: “Casting de Mesías rumbo a históricas en las que se encuentra inscrito. Y

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DE NARIGONES EN LA ESQUINA AL PLACARD DEL OTRO es así como, en la era de la convertibilidad, del tornado político institucional de en las costuras de la posmodernidad, los principios del siglo XXI. ethos poéticos-imaginarios de cuerpos Sin embargo, lejos de una interpelación enunciantes exponen experiencias a la acción, organización o movilización importadas del mercado de lo dicho y de lo colectiva de las fuerzas de los oprimidos, dado, de pantallas y de las imágenes de la desclasados o sometidos, y todavía más lejos imaginación en la espectacularización de “lo de una denuncia, respuesta o plan de acción, real”. el yo poético de ambos discos de Divididos En este sentido, Vengo del placard de otro sigue apostando al sentimiento como vía de (2002) continúa por la ruta de la expectación acceso a otro estado de conciencia, desde el del individuo sujetado no solo a la lengua y habitar ese presente con un horizonte de a los discursos hegemónicos, sino también a esperanza: “como un pueblo de egos la exterioridad que lo oprime y encorseta, ya solos/buscándose en la oscuridad/a estos que “engordé de ideas y ahora hago ayuno hombres tristes/sí, por favor, no dejen de de bocho/encima me enamoré y engordó amar” (“Un alegre en este infierno”). Es que mi corazón también” (“Ay que Dios si “la mente miente/la mente miente” boludo”, 2002). El que sale del placard del (“Puertas”) y muchos siguen del otro lado otro (de ese adentro, un refugio) es un otro del reviente, las transas o el televisor, la de sí mismo que puede adoptar diversas autocomplacencia se perfuma en la esquina, perfomatividades, por ejemplo, la del como el narigón, a la espera de lo-que- apolítico-ateo: “se me divorciaron las vendrá. mesitas de luz/por ser rebelde no hay Debido a esto, en un ensayo más negocio” (“Ay que Dios boludo”, 2002), la extenso que verá la luz en breve, examino la del enajenado: “pasaje a ningún categoría de liminalidad para poder pensar lugar/domingo última estación/volviendo las fronteras en donde gravitan de lo mismo/ventanilla/cine y tren” (“Brillo construcciones sobre la subjetividad triste de un canchero”) o la del “fisura” estética, política y social que, mediante estas (“Miente el after hour”), entre otras letras, vehiculizan gran parte de los máscaras, porque “sentado todo pasa/el argumentos y perspectivas históricas sobre mundo gira igual”. Así, este yo poético los otros y “el yo” mismo. Mientras tanto, enuncia sin denuncia, restituye simulacros “que hay de esa imagen en mi infierno/si ya de realidad y formas de la fui roto a tomar aire/caminaste por mis decepción/desesperación del después de la brasas/me soñé en la oscuridad/me estrellé crisis, que parece ser, sin más, igual que el contra mí/luz, luz, luz del alma/soy un antes. hombre que espera el alba.” El yo poético de Vengo del placad de otro juega con las representaciones del sujeto paciente, pasivo, depredador de su propia (ã Créditos material fotográfico de este existencia, consumidor compulsivo de archivo: Andrea Meikop) ficciones de la fiesta, el amor (“Aburridos peligrosos”), la celebración (“Villancico del horror”) y de la participación política y ciudadana (“Casitas inundadas a votar”). De esta manera, marca asimetrías y desajustes de un entorno político-social-cultural que pone sobre la mesa las contradicciones políticas y sociales respecto de la consideración del sujeto social en el centro

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Referencias

Blanco, Oscar y Emiliano Scaricaciottoli. (2014). Las letras del rock en Argentina. De la caída de la dictadura a la crisis de la democracia (1983-2001). Buenos Aires: Colihue.

Ludmer, Josefina. (2010). Aquí América Latina. Buenos Aires, Eterna Cadencia.

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