Enrique Guzmán, Obras Completas. Escritos Históricos Y Políticos
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264 ESCRITOS HISTORICOS Y POLITICOS 307. Así deben de ser En un periódico de Nicaragua, LA ESTRELLA, encontramos el ins- tructivo suelto que a continuación trascribimos: "EL LIBERALISMO Y EL CONSERVATISMO. El partido conservador o de las tradiciones, es decir, el amigo del egoísmo y de la obscuridad, tie- ne por aliados natos al clero, la aristocracia falsa y las masas embruteci- das. El partido liberal, o sea la parte de la sociedad civilizada que trabaja por el progreso y los grandes ideales, solo cuenta, por la paridad de sus tendencias, con una asociación: pero grande y poderosa, bien organiza- da, indestructible, eminentemente altruista que aspira al mejoramiento so- cial y a la redención del género humano: esta augusta sociedad es la ma- sonería que se encuentra esparcida por toda la superficie de la tierra, com- puesta solo de hombres libres, y de austeras costumbres, quienes recono- cen por única patria el mundo". Así debe de ser: de un lado el clero, la gente principal y el pueblo, es decir la inmensa mayoría: del otro, los masones. Es realmente lo que pasa en Nicaragua y sin duda no hay en aquella tierra desde hace once años, día de tranquilidad. Lo que dice el periódico granadino es lo que se llama en derecho, "confesión de parte". La soba- da antífona de "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" ¿en que viene a quedar? Los masones, que son los que imperan en Nicaragua, no forman ni la milésima parte de la población de aquel país. 308. Tapachulerias liberales (481) Hemos leído los primeros once números de EL ESTADO, periódico que se publica dos veces a la semana en Tapachula (Méjico): le redactan Silvio Selva y Teófilo Guzmán. EL ESTADO ataca enérgicamente al dictador Estrada Cabrera: pero con la más deliciosa lógica liberalesca hace grandes elogios del dictador Rufino Barrios. Solamente las personas que tengan ojos de pantera y conciencia idem, pueden ver la superioridad del "mártir" sobre el "licenciado". Si tal su- perioridad existe, será la de Musolino sobre Sacamantecas. Para los que, Los Textos 265 gracias a Dios, tenemos ojos de cristiano, es imposible percibir la diferen- cia substancial entre la dictadura de don Justo Rufino Barrios y la de don Manuel. Afirman los de EL ESTADO que "el mártir" engrandeció a Guate- mala". Canastos! Decir esto en Méjico, al que Justo Rufino le regaló (más bien dicho: le vendió) una buena tira del territorio guatemalteco, es abusar demasiado del humorismo tapachulense y de la candidez de los lectores. Los que combatiendo al dictador actual de Guatemala, ponen sobre los cuernos de la Luna al Nerón centroamericano, están probando que no son enemigos de la tiranía sino del señor Lic. don Manuel Estrada Cabrera. Varios de estos conocemos, y todos son muy "liberales": para ellos el asunto de la dictadura "chapina" no tiene pues carácter político, sino pu- ramente personal. El "licenciado" que es hombre listo, les ganó la palmeta: hé ahí todo. 309. Gran patria y feminismo (4 82 ) Aunque se abrieron a las mujeres las puertas de todas las libertades, como algunas de ellas lo reclaman, las honradas y las discretas no querrían pasar por esas puertas. MADAME ACKERMANN El art. 52 de los Estatutos de la sociedad unionista Trinidad Cabañas, es del tenor siguiente: "La mujer tiene los mismos derechos que el hombre y debe educársela para el hogar, para la patria y para la lucha". Hacer igua- les al hombre ya la mujer contra la manifiesta voluntad de Dios y contra las reglas de la Naturaleza, me parece mucho nmás difícil que reconstruir la GRAN PATRIA DE NUESTROS MAYORES: y ya sabemos si esta última empresa tiene bemoles. Ponderando alguien las enormes facultades del parlamento inglés, dijo que todo le estaba permitido menos hacer de una mujer un hombre y viceversa. Nuestros liberales unionistas a quienes les hace mucha falta el sentido práctico del buen escudero Sancho se propo- nen realizar ese milagro. Como ha de tener la mujer los mismos derechos que el hombre si son seres sustancialmente desemejantes! Con que no te- nemos todos los hombres los mismos derechos! La palabra "derecho" di- ce Lamaire, no tiene sentido sino en correlación con la palabra "deber". 266 ESCRITOS HISTORICOS Y POLITICOS ¿Querrán nuestros unionistas que la mujer preste el servicio militar? Sin duda que sí, pues para poner las cosas bien claras, agregan que debemos educar a nuestras hijas "para la patria y para la lucha". No se trata, claro está, de la lucha moral en que se pone a prueba el temple de la mujer cris- tiana educada como Dios manda, sino de luchas materiales, de palos, mandobles y pistoletazos. Bien dijo el que hace tiempo dijo que "el mari machismo es una cosa insufrible". Y viene ahora a ofrecernos marimachis- mo la sociedad Trinidad Cabañas! VADE RETRO! Afirmé antes que ni los hombres tenemos derechos iguales. En la práctica, por lo menos, es lo que día adía estamos viendo. Y natural es que así sea pues todas las leyes del universo mundo son impotentes para su- primir las desigualdades de la inteligencia, honradez, valor físico, naci- miento, educación, riqueza, etc. etc. que por doquiera vemos. Solo antes el que murió en la cruz somos todos iguales: el judío y el samaritano, el idio- ta y el genio, el leproso que se arrastra en el estercolero y el monarca sen- tado en su trono resplandeciente: el mundo habla de igualdad pero no la conoce. Me parece que, considerando bien, al negar la ley ciertos dere- chos a la mujer, la hace persona privilegiada. ¿Pretenderán ellas perder estos fueros? En cuanto a los derechos políticos de que los centroameri- canos "gozamos"... cedo todos los míos por media peseta: y sé de algunos que los cederían gratis y aun darían dinero encima para que de semejan- te carga les librasen. En este caso se hallan los millares de personas que, según vemos en los periódicos, antes prefieren pagar una multa que aso- marse a los llamados comicios. Que la mujer y el hombre fueron creados para funciones muy deseme- jantes solo podrá negarlo el que no halle diferencia ninguna entre un ga- llo y una gallina, entre un toro y una vaca. Fisiológica y psicológicamente se diferencian ELLA de EL. Empeñarse en hacerlos iguales es ir contra las sabias leyes de lacre- ación. Lo divertido es que las mujeres no están pidiendo nada. La socie- dad Trinidad Cabañas es la que se encarga de estas revindicaciones aun- que para ello no haya recibido poderes de nadie. Porque no debemos to- mar en cuenta tres o cuatro viragos que andan por ahí pluma en ristre (la aguja no la conocen) defendiendo los privilegios del "sexo débil" ni mucho menos a ciertas hembras casquivanas que se han dado a pensar en lo que llaman "sus derechos" porque se les hace casi imposible cumplir con 'sus deberes". Si para obtener la unión centroamericana hay que comenzar por poner las cosas de este mundo al revés de corno Dios dispuso que estu- viesen, antes veremos a un burro alivolante que LA GRAN PATRIA DE NUESTROS MAYORES. El Moro Muza Los Textos 267 310. Quincalla política (485) En verdad ya es hora de pensar en la reconstrucción de la GRAN PA- TRIA DE NUESTROS MAYORES: es decir, ya es hora de que en ello pien- sen los liberales porque si descuidan de ese asunto, ¿que dirían las "na- ciones extranjeras' y sobre todo que dirían los "funestos cachurecos"? Cosa bien sabida es que los conservadores, y solamente ellos, se oponen unguibus et rostris a que reaparezca en todo su esplendor la dicho- sa república del "bello Central de América": por lo menos es lo que siem- pre he oído decir desde que tengo uso de razón, y lo que a pies juntillas es- tuve creyendo mientras no some cayeron las escamas de los ojos. Enton- ces, ¡vergüenza me da confesarlo! me tragaba yo enteros los mameyes, los sonzapotes y las ruedas de molino cual si hubieran sido gránulos he- meopáticos. Hace ya muchos años, ¡pero muchos! que el liberalismo im- pera sin contrarresto desde la punta de Borica hasta los Cuchumatanes y, señores... apenas puede creerse! la GRAN PATRIA no aparece por ningu- na parte: ni la punta de las orejas se le ve. Lo único que por ahora se des- cubre es una sociedad que se llama Trinidad Cabañas que promete hacer el milagro aun que no dice en que plazo. En Santa Ana celebra sus teni- das la dicha sociedad y si hemos de atenernos a lo que cuenta Truth, co- laborador de EL DEMOCRATA, la mamá Treniá, "se ha dedicado ala obra con tal ahínco que pronto ganará el tiempo perdido". Todo esto me pare- ce muy bueno. Hay que taparles cuanto antes la boca a los 'infames ca- churecos" que con burlona sonrisa preguntan por la GRAN PATRIA y se manifiestan muy deseosos de conocer a esta señora, siquiera en retrato. Lo que no me gusta es que, para iniciar sus trabajos salga por ahí la ma- má Treniá con un enorme cesto de quincalla política al ver la cual se es- cama cualquier prójimo que medio conozca nuestras peculiaridades y al- go de la historia de estos cinco minúsculos reinos centroamericanos. El resto de quincalla lleva esta llamativa rotulata: "ESTATUTOS DE LA SO- CIEDAD UNIONISTA TRINIDAD CABAÑAS". Ahí se ven antiguallas de to- da clase que están como mandadas hacer, mejor dicho como mandadas desenterrar para la Exposición Nacional de la Finca Modelo. Después de afirmar la Sociedad Unionista (art. 5) que a la mujer hay que educarla para que ande en zipizapes porque tiene ella los mismos de- rechos que el hombre, lo cual es ir contra todo racional discurso, estampa en su art.