La Banalización De La Guerra En Los Videojuegos Bélicos
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
LA BANALIZACIÓN DE LA GUERRA EN LOS VIDEOJUEGOS BÉLICOS Tesis Doctoral ALEJANDRO GONZÁLEZ VÁZQUEZ Director: Dr. Juan José Igartua Perosanz Programa de Doctorado Formación en la Sociedad del Conocimiento TESIS DOCTORAL La banalización de la guerra en los videojuegos bélicos Trabajo de tesis presentado por: D. ALEJANDRO GONZÁLEZ VÁZQUEZ Director Prof. Dr. JUAN JOSÉ IGARTUA PEROSANZ Salamanca, 2019 PROGRAMA DE DOCTORADO FORMACIÓN EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO (RD 99/2011) Dr. Juan José Igartua Perosanz, Catedrático de Universidad, del área de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Salamanca, en calidad de Director del trabajo de tesis “La banalización de la guerra en los videojuegos bélicos” realizado por D. Alejandro González Vázquez, HACE CONSTAR Que dicho trabajo tiene suficientes méritos teóricos contrastados adecuadamente mediante las validaciones oportunas, publicaciones relacionadas y aportaciones novedosas. Por todo ello manifiesta su acuerdo para que sea autorizada la presentación y defensa del trabajo referido. En Salamanca, a 6 de julio de 2019 Fdo. Juan José Igartua Perosanz Programa de Doctorado Formación en la Sociedad del Conocimiento (RD 99/2011) TESIS DOCTORAL La banalización de la guerra en los videojuegos bélicos Director Prof. Dr. JUAN JOSÉ IGARTUA PEROSANZ __________________ Doctorando D. ALEJANDRO GONZÁLEZ VÁZQUEZ __________________ Salamanca, 2019 A mi madre, por regalarme la música y la educación. Agradecimientos Hace tiempo tuve la casualidad de cruzarme con un pequeño comic de autor anónimo. En él, un niño con cara compungida y mirada triste aparecía a lo largo de varias viñetas siendo reprendido en el colegio, acosado por sus compañeros e ignorado por sus padres. Pero, en la última de ellas, aquel niño sonreía por fin, sentado ante un monitor en el que podía leerse “¡Has ganado, eres el mejor!” mientras aún sostenía el mando de una videoconsola entre sus manos. En primer lugar, querría que mis primeras palabras de agradecimiento fuesen dirigidas tanto hacia los videojuegos como a aquellas personas que los hacen posibles, en recuerdo de todas esas veces en las que sentarse delante de una pantalla ha sido el último refugio. Porque los videojuegos son mucho más que un entretenimiento a través del arte audiovisual. Son una manera de entender el mundo, de asomarse a miles de realidades y transitar infinitas vidas diferentes, una experiencia solo comprensible para quienes hemos crecido inmersos en sus universos de fantasía. En gran parte, ha sido mi pasión por ellos la que me ha llevado hasta aquí, embarcándome en el duro reto de realizar un doctorado centrado en su estudio. Y ahora que escribo las últimas letras de esta tesis doctoral, como el final de un proceso que comenzó con un niño atraído por un rótulo pixelado que rezaba “press start”, echo la vista atrás y considero que el esfuerzo ha merecido la pena. En segundo lugar, considero ineludible dedicar unas líneas expresamente a dar las gracias a todos los profesores y profesoras que he tenido a lo largo de mi vida. Por razones obvias, enuméralos a todos resultaría imposible en tan poco espacio, pero eso no impide que a mi mente vengan docenas de nombres que atesoro con cariño. Es a ellos a quien debo lo que soy hoy en día, y solo aspiro a seguir sus pasos y tener la oportunidad de devolver todo lo que he recibido, transmitiendo como ellos hicieron conmigo el amor por el saber, la curiosidad y el espíritu crítico, así como la convicción de que sin ellos no es posible ser enteramente libre. No obstante, entre todos ellos querría hacer una mención especial a mi tutor y director de tesis Juan José Igartua; para mí ha sido un absoluto privilegio poder contar con alguien que es, sin duda, la mejor definición de un Sabio. Gracias, Juanjo, por tus consejos, por tu exigencia, por tu confianza y apoyo, y por tu infinita paciencia y comprensión. A mi tutor también le debo haberme dado la oportunidad de formar parte del Observatorio de los Contenidos Audiovisuales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca. Un espacio de trabajo donde reina un ambiente de camaradería y ayuda mutua en el que uno llega a sentirse parte de una verdadera familia. Allí he tenido el placer de conocer a personas que cuento ahora entre mis amigos para siempre, brillantes y profesionales en su trabajo y maravillosas personas en lo personal. De nuevo, es difícil nombrarlos a todos, pero no puedo dejar de dar las gracias a Raúl, Jorge, Eva y Diego por su ayuda en la realización del primer estudio de la presente tesis doctoral. A los profesores Javier, Lifen, Félix, Carlos y Beatriz, miembros también del Observatorio y con quienes he tenido la oportunidad de enriquecerme y aprender como si fuese un alumno de primero de carrera. A Valeriano, por su eterna amabilidad. A Laura, David y Javi, por tener una capacidad de trabajar en equipo que hace que uno lamente incluso terminar las tareas más tediosas. A Íñigo, por su habilidad para levantar siempre la moral, llueva o nieve. A Marta, por su talento y su altruismo incondicional. A Diego y Catalina, por convertirse en mis compañeros de fatigas y alegrías durante todos estos años, y a quienes guardo con especial cariño. Pero, particularmente, gracias a Isabel por su ayuda, sus ánimos, su disposición, y, sobre todo por su amistad; ella es en gran medida responsable de que todo haya llegado a un buen fin, y siempre estaré en deuda con ella. Sin salir del ámbito académico, en tercer lugar quiero agradecer también a la Universidad de Salamanca y al programa de doctorado Formación en la Sociedad del Conocimiento por permitirme ser partícipe de una institución de tan alto renombre, y desde cuyo Patio de Escuelas 800 años de historia nos contemplan. Gracias también por dejarme hacer uso de sus espacios, de sus bibliotecas y de sus instalaciones. Querría también agradecer a todas aquellas personas anónimas que han participado en mis estudios, siendo ellos realmente los verdaderos protagonistas de esta tesis doctoral y sin quienes nada de esto hubiese sido posible. Sin embargo, querría hacer también un reconocimiento a la lucha para que el conocimiento y el saber sea un patrimonio universal por y para todos, de manera que no implique fronteras de ninguna clase, que día a día emprenden innumerables héroes y heroínas anónimas. Es realmente gracias a esas personas que se dejan la piel motivadas únicamente por su amor a la ciencia a quienes debo haber conseguido llevar finalmente a buen puerto mi tesis doctoral. Gracias a todas ellas. En cuarto lugar, y entrando en un plano más personal, querría dar las gracias a todos los amigos que han estado a mi lado ayudándome y apoyándome todos estos años de duro trabajo. Solo ellos saben cuántas veces he estado a punto de tirar la toalla respecto a mi vocación, y cómo me he sentido demasiado a menudo superado por las dificultades. Pero, del mismo modo, solo yo sé hasta qué punto sin su incondicional presencia me hubiese sido imposible llegar hasta aquí. Por eso, quiero mostrar expresamente mi eterno agradecimiento a Borja, por tantas y tantas razones que para mencionarlas todas sería necesaria otra tesis doctoral. A Rocío por su incombustible espíritu, a Nadia por las conversaciones hasta la madrugada, a Lou por ayudarme a relajarme cuando más lo necesitaba, y especialmente a Carmen por sus terriblemente afectuosos abrazos. Gracias también a Bea, por ser la persona precisa en el momento oportuno. De una forma muy especial, quiero mostrar mi agradecimiento a mi grupo de música Tine, responsable en gran medida del éxito y el sustento de esta tesis doctoral. Por todos esos momentos mágicos y maravillosos que pasamos juntos, y por los que aún nos quedan. Gracias a Ronan y a Sara por iniciar conmigo esta aventura, sin saber que a través de la música forjaríamos una amistad a prueba de distancias. Gracias a Manu y a Edu por ser tan genuinos e irrepetibles. Gracias a Caterina por enseñarme tantas cosas. Gracias a Sito, por compartir, literalmente, lo que nos hace únicos. Y gracias a Fran, el verdadero artífice de este proyecto, por ser una persona tan extraordinaria. Querría también mostrar mi especial agradecimiento a Lucía, una de las personas a las que más he querido y quiero, y que siempre ocupará un lugar especial para mí. Gracias por aguantarme, gracias por confiar en mí, gracias por permitirme estar a tu lado en los buenos y en los malos momentos. El último lugar, y quizás por ello el lugar de honor, he querido reservarlo para las personas que, ciertamente, son las verdaderas responsables de que yo haya logrado llegar hasta aquí. La primera de ellas es mi mejor e inmejorable amigo Jose, a quién nunca podré agradecer ni expresar totalmente lo afortunado que me siento por contar con su amistad. Gracias por estar siempre ahí, gracias por tu sabiduría, tu imaginación y tu arte. Gracias por esas conversaciones en El Califa, donde debatimos gran parte de las ideas que, en última instancia, supusieron la semilla de este trabajo que ahora presento. Gracias por tantos años juntos, por tantas experiencias y recuerdos, y por ser el mejor compañero que uno podría desear. La segunda de ellas es mi madre Isabel, a quien le debo, sencillamente, todo. Eres la mejor persona que he conocido jamás, la mejor maestra de la vida que he podido tener, y el espejo donde me gustaría poder reflejarme algún día. Gracias por creer en mí y por apoyarme siempre donde otros no lo hacían, por tu sacrificio y tus noches en vela. Gracias por ser una luchadora, por ti y por nosotros. Esta tesis es para ti.