Revista de Lenguas Modernas, N.° 25, 2016 / 71-79 / ISSN: 1659-1933

El padre Brown: la convergencia de la fe y la razón en el relato “La cruz azul” de G. K. Chesterton

Gabriel Quesada Mora Universidad de Costa Rica Editorial PROMESA, Costa Rica

Resumen La primera parte del artículo muestra una semblanza de G. K. Chester- ton, su búsqueda intelectual y luego religiosa, y su amor a la verdad y al sentido común en medio de una sociedad moderna muy segura del poder de la razón, del progreso, las matemáticas, las ciencias, etc. En esta inda- gación, Chesterton va madurando su pensamiento y su manera de abor- dar los temas de actualidad sin dejar de lado la reflexión de los grandes temas universales. En un segundo momento se comenta el encuentro entre Chesterton y el catolicismo como experiencia viva con la persona de Cristo. Su conversión fue un largo camino con dos fuertes alas: la fe y la razón. Posteriormente, sigue escribiendo apoyado en estos dos pila- res y condimentados ahora con un tercero: su fino sentido del humor, su ironía punzante y sin concesiones. Por último, a partir de este recorrido, se analiza el relato “La cruz azul”, en la que se presenta al padre Brown evitando el robo de una cruz de zafiros. Se muestran las relaciones entre los temas de la libertad, el bien y el mal, el uso de la razón, la intuición, y la ciencia. Se muestra cómo el conocimiento, las ideas y la experiencia del catolicismo hacen que el padre Brown tenga las armas necesarias para enfrentar de manera elegante y astuta la dinámica del mal. Además, en la última parte, se muestra la finura del padre Brown que sabe distinguir el mal en sí mismo y la calidad inalienable de la persona como ser con dignidad y capaz de cambiar su destino.

Palabras claves: G. K. Chesterton, sentido común, búsqueda, persona, libertad, conversión

Recepción: 23-01-16 Aceptación: 29-06-16 72 Revista de Lenguas Modernas, N.° 25, 2016 / 71-79 / ISSN: 1659-1933

Abstract The first part of this article shows G. K. Chesterton’s, intellectual and religious quest, his love of truth and common sense in the midst of a modern society that relies only in the power, progress, mathematics, science, etc. In this search Chesterton matures his thought and his way to address current issues without neglecting the reflection of the great universal themes. Then I will mention the encounter between Catholicism and Chesterton as a living experience with the person of Christ. His conversion to Catholi- cism had two strong wings: faith and reason. Henceforth his writing will be supported by these two pillars and seasoned with a third one: his fine sense of humor, his sharp and uncompromising irony. Finally, I shall present the story “The Blue Cross”, in which prevents the theft of a cross of sapphires, where the relations between the themes of freedom, good and evil, the use of reason, intuition and science are studied. It shows how knowledge, ideas and the experience of Catholicism give Father Brown the necessary tools to deal elegantly with cunning evil weapons. Moreover, in the latter part we see how Father Brown can distinguish evil in itself and the inalienable dignity of the human person being able to change his destiny.

Key words: G. K. Chesterton, common sense, person, freedom, conversion

Las cosas muertas pueden ser arrastra- Una vez afirmó que “el secreto de la das por la corriente, sólo algo vivo pue- vida reside en la risa y en la humil- de ir contracorriente. Chesterton dad”. Risa que no es carcajada burlona que busca rebajar la realidad y ofen- der, sino risa alegre que busca mirar Chesterton: buscador de la ver- la realidad en su justa dimensión. dad, la moral y el sentido común Una vez en una conferencia dijo “yo no soy tan gordo, lo que sucede es que ilbert Keith Chesterton este micrófono me está amplificando”; (Londres, 1874-1936) fue en otra oportunidad afirmó que “por Guno los escritores más lo que respecta a mi peso, nadie lo ha importantes del siglo XX. De él y su calculado aún” (p.15). Era realmente un literatura una vez dijo Jorge Luis hombre de gran estatura y gordo. Como Borges que “quizá ningún escritor me se observa, este humor es una manera haya deparado tantas horas de felici- de relacionarse con la realidad. dad como Chesterton” (p.16). ¿Qué jus- Chesterton fue periodista, novel- tifica tal afirmación? En Chesterton, ista, poeta y ensayista. Colaboró con el convergen de manera extraordinaria Daily News y fue director del New Wit- la brillantez, la perspicacia y el buen ness. Aunque escribió novela (El hom- humor. Esta mezcla hizo que tuviera bre que fue jueves, El Napoleón de Not- en su vida admiradores y detractores. ting Hill), se consideró siempre más El sentido del humor que tenía era su periodista y ensayista porque, en sus manera de relacionarse con el mundo. palabras, “a mí me gusta ver las ideas, QUESADA. El padre Brown... 73 y los conceptos forcejear desnudos, no las voces que advertían el problema disfrazados de hombres y mujeres” moral y sobrevino la desgracia. Algo (p.45). Esta afirmación la compren- parecido piensa Chesterton al reflex- demos a la luz de la gran producción ionar sobre la conciencia y la moralidad: periodística y ensayística que por mucho sobrepasa sus contribuciones En Macbeth aprendemos la gran equi- literarias de relatos, poemas y novelas. vocación que comete un hombre cuan- Como veremos más adelante, en los do supone que un acto malo le abrirá relatos del Padre Brown, sí encontra- camino y le conducirá al éxito. Las per- remos conceptos e ideas disfrazados de sonas estamos diseñadas para llevar a hombre y mujeres. cabo una conducta coherente entre lo La infancia y juventud de Chester- que pensamos y lo que hacemos, y esa ton transcurren en una época en la que deseable coherencia nos obliga a pagar están en boga el positivismo cientificis- un elevado precio por las incoherencias ta, la teoría de la evolución de las espe- de nuestros actos. Un precio en forma cies de Darwin, el ateísmo, el agnosti- de sufrimiento moral o psicológico. cismo, la duda metódica e ilimitada, y (Ayllón, p.84) el relativismo moral; la supremacía de los factores económicos y políticos per- Vemos aquí la claridad del sentido mean la sociedad inglesa del momento. común de las cosas, la previsión de las En 1892 termina el colegio e in- consecuencias de los actos humanos, gresa a la universidad. En su Auto- el gran pedido de la libertad humana biografía dirá que “el ambiente de mi que exige de la persona una respuesta juventud no era solo el ateísmo, sino la positiva; cuando no se es fiel a la rea- ortodoxia atea, y esa postura gozaba de lidad hay la tentación de hacer falsas prestigio” (p.17). En el University Col- promesas, de manipular los hechos y lege de Londres estudia arte, literatura el lenguaje para que parezcan y digan inglesa, francés y latín. Es esta época lo que en el momento conviene; pero al la que Chesterton llama “mi periodo final la realidad se mostrará tal cual es de locura [...] en la que iba a la deriva, y pedirá cuentas a los impostores. Pues no hacía nada y era incapaz de concen- bien, Chesterton vive en esta época en trarme en un trabajo regular. Andaba la que las promesas de la razón y la disperso en un montón de cosas. El ciencia no satisfacen a muchos: la reali- pensamiento dominante era nihilista, dad del universo se muestra más allá de muy negativo, y yo me hundía cada vez los límites de la propia razón humana. más en una especie de suicidio espiri- El determinismo era otra de las tual” (p.39). Como se observa el fin de doctrinas filosóficas de moda a finales siglo ya tenía desencantado a más de del siglo XIX y principios del XX. Para uno, las promesas de la ciencia y de la Chesterton, tal propuesta es inconcebi- razón habían sido falsas. La Primera ble y sin sentido porque desestima en Guerra Mundial más adelante llegará primer término la realidad objetiva de a mostrar que el adelanto científico- la libertad humana. Además de que si técnico no iba de la mano con un creci- se acepta el determinismo, ya no tienen miento ético y espiritual. Se impuso el cabida la responsabilidad ni la ética. poder y la tecnología; no se escucharon Un mundo así es imposible de concebir, 74 Revista de Lenguas Modernas, N.° 25, 2016 / 71-79 / ISSN: 1659-1933 porque el ser humano es responsable ciegamente las ideologías. Hay que de que se pueden fundar acuerdos per- buscar la verdad, cuestionarse, tenien- durables que posibiliten la convivencia do en cuenta los límites propios de la social. Si el hombre no es libre y res- razón humana que es extraordinaria ponsable, todo está permitido; sería la pero limitada. Hay que esforzarse por supremacía del más fuerte e imperaría comprender el universo. la sentencia de Hobbes de que “el hom- bre es un lobo para el hombre”. Estas filosofías implicaban una es- De las filosofías a las personas: el pecie de desamparo humano: la perso- rostro del encuentro na se encuentra indefensa ante fuer- zas y causas externas. La supremacía En 1896 Chesterton conoce a Frances del factor económico no terminaba por Blogg, quien más tarde –en 1901– sería explicar las realidades más profundas su esposa. Ella va a ser desde entonces de la existencia. Al respecto comenta un pilar fundamental en la vida del es- Chesterton que “quien pretenda una critor, quien lo acompañará y lo apoyará interpretación económica de la Histo- en sus diversas actividades intelectuales, ria, nunca podrá explicar el patriotis- sociales y espirituales. En 1900 Ches- mo de un soldado que muere por su terton conoce a Hilaire Belloc, historia- bandera ni el amor de un campesino a dor que le descubre el pensamiento social su tierra ni la negativa que invoca la cristiano. La gran amistad de ambos les objeción de conciencia” (Ayllón, p.87). valió ser conocidos como Chesterbelloc; En definitiva, la economía, la ciencia y estaban juntos en diversas iniciativas, en la razón son una parte de la realidad, las polémicas de los periódicos. En 1909 pero no explican total y definitivamen- Chesterton publica su biografía de Ber- te a la persona. nard Shaw; el hecho es significativo con- El cambio constante de postura, la siderando que este hombre era el antago- ausencia de un referente estable que nista por excelencia de Chesterton. indicara el norte y la pluralidad de op- En 1907 Chesterton conoce al pa- ciones de pensamiento tenían a Ches- dre O’Connor, sacerdote católico, cura terton frente a un verdadero mercado párroco de Branford. Le sorprende su de ideologías. Sobre esto comentaba inteligencia y su simpatía, su ingenio que “el vertiginoso fluir de filosofías vestido de inocencia. En efecto, este desmanteladas nos tenía mareados. sacerdote va a ser el modelo a partir Si un día éramos marxistas, al día si- del cual Chesterton va a formar a su guiente éramos nietzscheanos y super- famoso personaje literario: el padre hombres, aunque siempre esclavos” Brown. El mismo Chesterton confiesa (p.85). La mera oferta de pensamiento que “surgió en mi mente la vaga idea no hace al hombre libre; acumular op- de dedicar a un fin artístico estos cómi- ciones no es necesariamente un signo cos despropósitos, al mismo tiempo de ejercicio de la libertad. Se es libre trágicos, y construir una comedia en la cuando de acuerdo con la realidad se que un sacerdote aparentaría no saber compromete la persona entera a un nada, conociendo en realidad el crimen ideal que le sobrepasa. Por el contra- mejor que los criminales”. Respecto a rio, se es esclavo cuando se siguen la Iglesia y al sacerdote, dice Chesterton QUESADA. El padre Brown... 75

“que la Iglesia Católica estuviera más un Dios que hace las cosas de la nada enterada del bien que yo, era fácil de cre- y, en cambio, creen que de la nada han er. Que estuviera más enterada del mal, salido todas las cosas. No advierten me parecía increíble. El padre O’Connor que el problema del mundo consiste en conocía los horrores del mundo y no se que no se explica por sí mismo” (p.92). escandalizaba, pues su pertenencia a la Iglesia En lógica elemental sería ver manifies- Católica le hacía depositario de un gran tesoro: to el principio de causalidad. El efecto la misericordia” (p.54). Poco a poco Chester- sería la existencia del mundo material, ton empieza a comprender que una institución la causa estaría previa, existiría antes que ha caminado más de 1900 años en la histo- del mundo. El efecto no produce la cau- ria, algo de experiencia habría de tener sobre el sa, sino viceversa. Chesterton le pone mal; en sus propias palabras comenta: nombre a esta causa primera: Dios. Y no es una causa cualquiera sino suma- descubrí que no existe ninguna otra mente ordenada, con leyes y manifes- institución estable e inteligente que taciones orientadas hacia la vida. haya meditado sobre el sentido de la La conversión de Chesterton susci- vida durante dos mil años. Su expe- tó en su época un gran revuelo. Si nos riencia abarca casi todas las expe- atenemos a los hechos veremos que lo riencias y, en particular, casi todos los menos popular en una Inglaterra an- errores. El resultado es un plano en el glicana de la década de los veinte era que están claramente señalados los ca- hacer pública una conversión al catoli- llejones sin salida y los caminos equi- cismo. Pero Chesterton no estaba para vocados. (Ayllón, p.54) mantener una imagen; su fidelidad y su sentido común lo llevaron finalmen- La conversión de Chesterton al te a concretar de un modo más fuerte la catolicismo, en 1922, no fue un asun- unidad de vida, hacer converger en su to de arrebato sentimental o desespe- conversión lo que creía y lo que hacía. ración ante la adversidad. Antes bien fue el resultado de su honesta búsque- da de la verdad. Desde antes de 1908 El padre Brown: convergencia de cuando publica su libro Ortodoxia, ya la fe y la razón se va observando que Chesterton no se contenta con explicaciones fáciles o reduccionistas de la realidad del mun- La fe y la razón (Fides et ratio) do; por eso le impresiona y le atrae la son como las dos alas con las cu- visión cristiana del mundo porque en ales el espíritu humano se eleva ha- su propio sistema todo encaja y adquie- cia la contemplación de la verdad. re sentido desde la lógica del amor de Juan Pablo II un Dios que es misericordia. Hay un principio claro de lo existente y una En los relatos de El candor del padre finalidad de toda la historia humana: Brown, G. K. Chesterton presenta a un la salvación y la participación libre sacerdote católico que resuelve los más en el amor de Dios. En este recorrido diversos casos de muertes misteriosas Chesterton una vez comentó que “hay y sucesos extraordinarios. Hay que tener evolucionistas que no pueden creer en presente que en estas historias policiales 76 Revista de Lenguas Modernas, N.° 25, 2016 / 71-79 / ISSN: 1659-1933 que el detective sea un sacerdote no es Valentín no era una “máquina pensan- un asunto gratuito o marginal; antes te”, insensata frase, hija del fatalismo bien, precisamente por su condición de y el materialismo modernos [...] era un sacerdote que usa la razón, la fe y la in- hombre pensante [...] todos sus éxitos tuición es que puede acercarse con otra [...] se debían a la lógica. Pero por lo mirada a la realidad de los hechos. Al mismo que Valentín entendía el uso de final del relato “La cruz azul”, el ladrón la razón, palpaba sus limitaciones [...] Flambeau está desconcertado al ver solo el ignorante en cosas de la razón que el padre Brown resuelve el caso. puede creer que se razone sin sólidos Ante este asombro le dice el sacerdote e indisputables primeros principios. “¿No se le ha ocurrido a usted pensar (Chesterton, p.11) que un hombre que casi no hace más que oír los pecados de los demás no Chesterton nos presenta no a una puede menos de ser un poco entendido máquina sino a una persona. Aristide en la materia?” (Chesterton, p.25). tiene la facultad de la razón, pero él Chesterton, quien reconoce los an- mismo sabe también que es una facul- tecedentes de las historias de Poe y tad limitada. Cuando no hay indicios Conan Doyle en sus respectivos person- respaldados por la razón, es momento ajes Auguste Dupin y Sherlock Holmes, de intentar otros caminos. “Cuando se declara admirador y lector de estos solo contaba con noticias vagas, Va- relatos. Hay que comprender que para lentín solía tomar un camino y un mé- estos detectives la intuición, el análi- todo que le eran propios” (Chesterton, sis, el método científico, las matemáti- p.11). Porque es también insensato cas y la deducción son fundamentales seguir insistiendo con la razón cuando para la resolución y conclusión de sus las pruebas disponibles no son sufi- investigaciones. Sin embargo, hay que cientes para elaborar una hipótesis tener bien claro que un crimen –ya sea razonable del caso. El caso de la “La asesinato, robo, etc.– no es un problema cruz azul” amerita entonces poner en matemático o un objeto pasivo de estu- marcha otra forma de proceder porque dio. Un crimen es un acto humano en el precisamente la lógica ordinaria no da que interviene en su totalidad la gran cuenta de lo que está ocurriendo. Por complejidad de la persona: libertad, lo anterior, Valentín procede según afectividad, inteligencia, corporeidad, otro orden: llama a las casas vacías, espiritualidad. Se comprende entonces visita calles bloqueadas y se deja ir por que el comportamiento humano no es las avenidas que lo alejan de los cen- una ecuación matemática. tros, etc. Estas medidas extremas son Dupin utiliza al extremo la intuición; combinadas con decisiones de sentido Holmes, el pensamiento lógico-analíti- común; al respecto, Valentín comenta co. El padre Brown combina intuición, que “el hombre tiene que empezar sus lógica y un extraordinario conocimiento investigaciones por algún sitio, y lo del alma humana. Chesterton ya en el mejor era empezar donde otro hombre primer relato de “La cruz azul” pone de pudo detenerse” (p.11). En este mo- manifiesto que no cree en que el hombre mento, Valentín sin más indicios vio sea solo razón. Al describir al detective aquella escalinata y subió al restauran- oficial Aristide Valentín comenta: te; ninguna pista lo llevó hasta ahí, pero QUESADA. El padre Brown... 77 es donde empieza la cadena de sucesos La descripción que hace Chesterton inexplicables: sal en vez de azúcar en del padre Brown no es gratuita. Está el café, la sopa arrojada en la pared, el en la línea del humor, de la paradoja y cambio de los tarjetones de naranjas de la ironía. Nos dice que: y nueces, la vidriera rota, el paquete en la confitería... y aquellos dos sacer- el curita es la esencia misma de aque- dotes. Cuando ya están cerca Valentín llos insulsos habitantes de la zona reconoce al padre Brown y recuerda oriental; tenía una cara redonda y que este en el tren había comentado roma [...] unos ojos tan vacíos como el que traía un valioso objeto de plata. De mar del Norte [...]. Llevaba una som- inmediato Valentín piensa la hipótesis brilla enorme, percudida, que a cada de que el otro sacerdote es Flambeau rato se le caía. Al parecer no podía dis- que intenta robarle el objeto de plata tinguir entre los dos extremos de su al ingenuo padre Brown. Valentín lle- billete. (p.9) ga a una conclusión verdadera: el otro vestido de cura es Flambeau, pero se En definitiva, el padre Brown no equivoca en las motivaciones y razones sobresale a primera vista, hasta pa- últimas de todo lo que ha observado. rece algo torpe, pero es precisamente Por su parte, el delincuente en es- ahí en la persona y la situación menos tas primeras historias es el famoso llamativas donde se va a manifestar Flambeau: “sus delitos eran siempre luego una gran inteligencia y una gran hurtos ingeniosos y de alta categoría humanidad. El padre Brown combina [...] cada uno podría considerarse una la serenidad con una tremenda deter- especie inédita del pecado” (p.8). La in- minación, escucha, mira, estudia, da teligencia humana se pone al servicio consejo y es buen platicador; tiene ade- de fines deshonestos. Que un acto sea más un buen sentido del humor. Todo ingenioso en su industria no implica lo anterior en la humildad propia de necesariamente que sea moralmente su oficio de servidor de Dios y de los aceptable. En las primeras líneas del hombres. Él no está para sobresalir por relato “Las estrellas errantes”, Flam- sus facultades: es un cooperador de la beau recuerda “el más hermoso crimen Verdad que busca la salvación de las que he cometido” (p.65). En esta oca- almas. Resolver los casos es un medio sión, Flambeau puso en marcha toda para que brille la luz de la verdad y, su inteligencia para urdir el escenario con esta luz, conducir a los criminales del robo de los diamantes del magnate hacia el bien. El padre Brown es intole- Sir Leopold Fischer. Esta “hermosura” rante con el error –robo, asesinato, es- contrasta con aquella otra hermosu- tafa, extorsión, etc.–; no lo admite por- ra trascendente en la que ocurren los que al igual que Tomás Moro es más hechos: es Nochebuena. Se pasa de lo amigo de la verdad, pero es tolerante aparente al hecho, de la falsedad a la con la persona que se equivoca. Ejem- hermosura de la conversión de Flam- plo de lo anterior es la conversación beau: libremente acepta el consejo del que tiene con Flambeau al final del re- padre Brown de apartarse del mal antes lato “Las estrellas errantes”: de que este lo consuma por completo. 78 Revista de Lenguas Modernas, N.° 25, 2016 / 71-79 / ISSN: 1659-1933

Quiero que me los devuelva usted, que está hecho. Sabe de la fragilidad, Flambeau, y quiero que abandone de la tentación, de los obstáculos. Pero, usted esta vida. Todavía tiene usted al mismo tiempo, comprende que el bastante juventud, buen humor y posi- límite del mal puede ser fijado con la bilidades de vida honrada. No crea us- respuesta positiva de la libertad huma- ted que semejantes riquezas le han de na hacia el bien. durar mucho si continúa usted así. Los En su caso particular, sí hemos de hombres han podido establecer una es- decir que hay una gran unidad y co- pecie de nivel para el bien. Pero, ¿quién rrespondencia entre las ideas de Ches- ha sido capaz de establecer el nivel del terton como persona y figura pública y mal? Ése es un camino que baja y baja sus personajes literarios. En este caso incesantemente. (pp.77-78) el cura de Essex es el vocero de muchas de las ideas que Chesterton vertía en El padre Brown es firme frente al sus artículos y ensayos. Por ejemplo, error, no maquilla la realidad: Flam- respecto al tema de la razón y la teo- beau ha robado los diamantes y debe logía, el padre Brown con claridad me- reintegrarlos. El sacerdote exhorta al ridiana le dice a Flambeau –que está ladrón para que en un acto de soberana vestido de cura– que una de las pistas libertad devuelva él mismo lo hurtado que lo llevaron a descubrir que no era y rectifique. El cura no se queda en la un sacerdote es que “usted atacó la ra- inmediatez del momento, ve hacia el zón; y eso es de mala teología” (p.25). futuro y le expone a Flambeau el pe- Para Chesterton como para la Iglesia ligro de seguir en este camino de mal- Católica, la razón no se opone a la fe; dad. Pero no todo está perdido –no hay antes bien, van juntas en el camino determinismos–; la razón, la libertad y hacia la verdad. Han de ayudarse mu- el bien hacen posible enderezar el ca- tuamente. Al respecto son clarificado- mino y comenzar una nueva vida. ras las palabras de Juan Pablo II en la Respecto al método del padre encíclica Fides et ratio: Brown tenemos que es muy sencillo, no hay artificio. En “El secreto del padre No hay, pues, motivo de competitivi- Brown” el cura confiesa que: dad alguna entre la razón y la fe: una está dentro de la otra, y cada una tiene yo fui el que mató a esas personas [...] su propio espacio de realización [...] El yo quise decir, y digo, que me vi a mí libro de los Proverbios nos sigue orien- mismo cometiendo esos asesinatos. No tando en esta dirección al exclamar: digo que los ejecutara. Lo que yo quiero «Es gloria de Dios ocultar una cosa, y decir es que pensé y pensé de qué ma- gloria de los reyes escrutarla» (25, 2). nera podría un hombre llegar a ser así, Dios y el hombre, cada uno en su res- hasta que me daba cuenta de que yo pectivo mundo, se encuentran así en mismo era de aquella manera, en todo, una relación única. En Dios está el ori- menos en aceptar el consentimiento gen de cada cosa, en Él se encuentra la formal de la acción. (p.17) plenitud del misterio, y ésta es su glo- ria; al hombre le corresponde la misión Se pone de manifiesto que el sacer- de investigar con su razón la verdad, y dote conoce la sustancia humana de lo en esto consiste su grandeza. QUESADA. El padre Brown... 79

Una teología que tenga en poco a la Bibliografía razón no es fiel a la realidad propia del ser humano como ser racional. Una ra- Ayllón, José R. (comp). Ciudadano Chester- zón que no considere la fe tendrá una vi- ton. Madrid: Ediciones Palabra, 2011. sión parcial de la realidad porque con la Impreso. sola razón no se explica todo lo existente. Chesterton, G.K. El candor del padre Brown. En definitiva, las historias del pa- Buenos Aires: Editorial Claridad, 1999. dre Brown muestran una preocupa- Impreso. ción por el ser humano. La razón y las ––. La inocencia del padre Brown. Madrid: demás facultades están al servicio del Ediciones Encuentro, 1995. Impreso. bien y la verdad. La investigación de ––. Por qué soy Católico. Madrid: El buey los casos es un medio para poner en mudo, 2011. Impreso. claridad las más íntimas motivaciones Domínguez Prieto, Pablo. La crisis de la del comportamiento humano. razón. Conferencia pronunciada el 16 de febrero de 2009, en Madrid. < http:// magnificat.tv/es/node/284> Nota Juan Pablo II. Fides et ratio. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana, 1998. 1. Trabajo efectuado en el marco del pro- Impreso. yecto “Talleres de capacitación a pro- fesores de español de secundaria de III Ciclo, Proyecto ED-2145 de la Vice- rrectoría de Acción Social y del INIE.