Boletín De Información Del Ceseden Nº
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BOLETÍN DE INFORMACIÓN núm. 320 COLABORACIONES • HACIA LA DEFENSA EUROPEA José M. Piñeiro Álvarez Alférez de navío. 320 • OTAN-UNIÓN EUROPEA ¿QUÉ RELACIONES EXISTEN O REALMENTE? ANÁLISIS DESDE EL ENFOQUE DE FUERZAS N. DE REACCIÓN RÁPIDA Adolfo de la Macorra García Especialista universitario de «Fundamentos, Paz, Seguridad y Defensa». • EL «PODER MILITAR» AL INICIO DEL SIGLO XXI Carlos Javier Frías Sánchez Comandante de Artillería (DEM). • ANÁLISIS DE LAS OPCIONES DE MULTIPOLARIDAD José Javier Quintana-Lacaci Ramos, Fernando Mosquera Silven, INFORMACIÓN Ricardo Torrón Durán, Jesús Moneo Montoya, José Carlos Ayuso Elvira, Fernando del Pozo García y Javier Guisández Gómez Comisión de Prospectiva. DE • POLÍTICA DE DEFENSA. CONSIDERACIONES SOBRE ASPECTOS CULTURALES Y RELIGIOSOS EN LAS RELACIONES CON LOS PAÍSES ÁRABES Federico Aznar Fernández-Montesinos Capitán de fragata. BOLETÍN y Mohamed Salih Alaly Secretario del Centro Cultural Islámico de Madrid. • FACTORES CULTURALES EN EL DESRROLLO DE LOS CONFLICTOS ARMADOS Michel Grant Smith Bianchi Teniente coronel. año 2011 ACTIVIDADES DEL CENTRO MINISTERIO DE DEFENSA BOLETÍN DE INFORMACIÓN (CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL) SUMARIO Colaboraciones — Hacia la defensa europea ......................................... 7 — OTAN-Unión Europea ¿qué relación existen real- mente? Análisis del enfoque de fuerzas de reacción rápida......................................................................... 33 — El «poder militar» al inicio del siglo XXI ..................... 51 — Análisis de las opciones de multipolaridad ............... 67 — Política de defensa. Consideraciones sobre aspec- tos culturales y religiosos en las relaciones con los países árabes ............................................................ 93 — Factores culturales en el desarrollo de los conflictos armados..................................................................... 103 Actividades del Centro Las ideas contenidas en estos trabajos son de responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento del CESEDEN, que patrocina su publicación. CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] [email protected] PÁGINA WEB: www.ceseden.es CATÁLOGO GENERAL DE PUBLICACIONES OFICIALES http://www.publicacionesoficiales.boe.es Edita: NIPO: 075-11-068-2 (edición en papel) NIPO: 075-11-069-8 (edición en línea) ISSN: 0213-6864 Depósito Legal: M-4350-1987 Imprime: Imprenta Ministerio de Defensa Tirada: 800 ejemplares Fecha de edición: diciembre, 2011 En esta edición se ha utilizado papel libre de cloro obtenido a partir de bosques gestionados de forma sostenible certifi cada. COLABORACIONES Boletín de Información, número 320 HACIA LA DEFENSA EUROPEA José M. Piñero Álvarez Alférez de navío La necesidad de la defensa europea El 11 de septiembre de 2001 dejó claro que el siglo XXI tampoco sería un siglo pacífico. La caída de la Unión Soviética en el año 1991 hizo pensar a muchos analistas que el mundo entraría en una carrera de reducción de armamento que no encontraría ningún punto de inflexión. Sin embargo, la amenaza de las Armas de Destrucción Masiva (MWD) –en muchos casos, armas procedentes de la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)– y el auge del terrorismo internacional hicieron de saparecer cualquier esperanza de paz. Por otro lado, los países europeos, una vez deshecho el mito del invencible «diablo rojo» que se ocultaba tras el «telón de acero», decidieron aumentar las inversiones sociales en detrimento de los presupuestos de Defensa. Además, tras cerca de 50 años prepa- rándose para una guerra convencional en las fronteras de Alemania, que probablemente derivase en una guerra nuclear, los ejércitos europeos no estaban preparados para hacer frente a la nueva guerra asimétrica. Las potencias emergentes, los famosos países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), no han renunciado a sus aspiraciones de convertirse en superpotencias militares, y desde el inicio del nuevo milenio, avalados por un crecimiento anual cercano en ocasiones al 10% del Producto Interior Bruto (PIB), se han embarcado en una carrera armamentística sin precedentes, mientras Corea del Norte, Irán o India y Pakistán a mediados de la década de los años noventa, se convierten (o al menos, lo intentan) en potencias nucleares. Europa, sin embargo, parece sumida en un letargo prolongado por una crisis económica que ha obligado a recortar aún más los gastos militares. En un mundo multipolar, donde Estados Unidos ya no puede actuar como garante único de la seguridad de sus socios económicos europeos, la Unión Europea parece caminar demasiado despacio. Pero Occidente, y especialmente los países que componen la Unión Europea, deben erigirse como un actor fuerte y decidido de la seguridad internacional. Los pasos dados — — 7 — — Boletín de Información, número 320 hacia una Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) no son suficientes, y los gober- nantes del Viejo Continente deben darse cuenta de la necesidad de mantener una acción exterior decidida y conjunta. El objetivo de este trabajo es, por tanto, desarrollar el camino que, sin demasiado éxito, ha intentado unificar los esfuerzos europeos en materia de defensa y asuntos exteriores, analizar las capacidades de defensa actuales de la Unión Europea y definir las capaci- dades necesarias para que ésta se alce como una potencia militar respetada y capaz de defender sus intereses. El camino hacia la defensa europea Desde la creación de la Comunidad Económica Europea, en el año 1958, han sido muchas las voces que se han alzado a favor de extender los lazos entre las naciones del Viejo Continente a ámbitos distintos al puramente económico. Desde su nacimiento, la Unión Europea ha desarrollado instituciones que trabajan para mejorar de forma conjunta la educación, las infraestructuras, la justicia o simplemente la calidad de vida de los ciu- dadanos de los Estados miembros. Sin embargo, y a pesar de las crecientes amenazas a las que se enfrenta el mundo occidental, los avances en materia de defensa, frenados por una falta de dirección clara y la poca disposición a renunciar a una de las capacidades que definen la soberanía nacional, son todavía la asignatura pendiente de la Unión Europea. El Tratado de Maastricht En el año 1993, con la entrada en vigor del Tratado de Maastricht, firmado un año antes, la joven heredera de la Comunidad Económica Europea, la Unión Europea, establecía las bases de una PESC. Era el final de un largo camino iniciado en el año 1948 con la crea- ción de la Unión Europea Occidental (UEO). En el año 1999, la entrada en vigor de otro Tratado, el Tratado de Ámsterdam, refuerza el desarrollo de la PESC, instituyendo la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) como su vertiente operativa. El Tratado de Ámsterdam redefine además las misiones Petersberg (1), incluyéndolas en el Tratado de la Unión Europea. Estas misiones habían sido establecidas en Bonn, en el año 1992, y constituían las prioridades en materia de seguridad y defensa de la UEO. Las operaciones de mantenimiento de la paz, gestión de crisis y asistencia humanitaria quedaban entonces incluidas en la PESC, y posteriormente en la PESD. Se incluirían al amplio rango que contemplan las misiones Petersberg aquellas operaciones destinadas a la reducción de armamentos, lucha contra el terrorismo y también estabilización de zonas de crisis. La Cumbre de Helsinki Fue también en el año 1999 cuando los miembros de la Unión Europea se comprome- tieron a alcanzar las metas de la Cumbre de Helsinki (2). Las bases de esta Cumbre (1) En: http://www.nato.int/docu/handbook/2001/hb150401.htm (2) En: http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cmsUpload/Helsinki%20Headline%20Goal.pdf — 8 — Boletín de Información, número 320 se asentaban en la declaración bilateral de británicos y franceses de Saint-Maló donde las dos naciones más poderosas de Europa determinaron la necesidad de la Unión Europea de disponer de una fuerza militar que hiciera creíble su política exterior, sin necesidad del respaldo de la OTAN. La Unión Europea estableció entonces como una de sus prioridades la capacidad de desplegar un total de 15 brigadas en cualquier escenario de crisis que afectara a los intereses europeos. Estas fuerzas debían ser capaces de desplegarse en dos meses y permanecer en la zona durante otros 10. En el año 2001, en la reunión de Laeken, varios comités de expertos en materia de defensa discutieron el Plan de Acción para las Capacidades de la Unión Europea, cuyo objetivo era determinar las principales carencias en materia de defensa de las Fuerzas Armadas europeas, y proponer un plan de acción para alcanzar una solución viable. El plazo inicial de cuatro años, que expiraba en el año 2003, fue ampliado un año des- pués hasta el año 2010. El Acuerdo «Berlín Plus» En el año 2002, la Unión Europea y la OTAN llegan a una serie de Acuerdos conocidos como «Berlín Plus» (3). El origen de estos Acuerdos se encuentra en la décimoquinta reunión de la OTAN en Washington, en el año 1999. En el momento álgido de las accio- nes militares contra la Serbia de Milosevic, la Unión Europea y la OTAN se comprometían a compartir información y procedimientos clasificados, creaban estructuras de coope- ración, y permitían a la Unión Europea la utilización de la infraestructura de mando y control de la OTAN en el desarrollo de las operaciones dirigidas por las fuerzas del Viejo Continente, siempre y cuando la OTAN hubiera rechazado la intervención y existiera unanimidad de todos los miembros de la Alianza. Se alcanzaba