En busca de un nuevo orden. Las bóvedas cáscara de Amancio Williams como sistema de techos altos

Luis Müller

En la historia de la arquitectura moderna muchos ar- externos sino por su propia iniciativa. Si en la década quitectos han realizado edificios icónicos por los que de 1930 se había aproximado a la formación técnica son reconocidos, pero pocos lograron diseñar un ele- estudiando la carrera de ingeniería por tres años y mento arquitectónico que pudiera utilizarse con inde- dedicándose otro tanto a la aviación como piloto, en pendencia de su propósito original y, además, lograr la siguiente se abrirá definitivamente hacia la arqui- ser identificado con el mismo. tectura, a partir de la obtención del título de arquitec- El caso de Amancio Williams (, to en la Universidad de Buenos Aires, en 1941. 1913-1989) se inscribe en el segundo registro. El de- En esos años desarrolló una intensa actividad ex- sarrollo de un sistema de techos altos como segunda plorando los alcances de propuestas innovadoras en cubierta, que pudiera ser utilizado para proteger dis- el campo del proyecto arquitectónico. De todas ellas, tintas arquitecturas de las inclemencias climáticas salvo la «Casa sobre el arroyo» (Mar del Plata, 1942) (en particular de la incidencia del sol), ocupó gran que presenta una conceptual síntesis formal y destaca parte de su vida profesional, constituyendo un moti- por la perfección de sus detalles y el acabado precio- vo utilizado en una extensa serie de proyectos. sista del hormigón martelinado (que es estructura y a Dentro de esas búsquedas, destaca el desarrollo de la vez envolvente), las demás propuestas quedaron en un elemento al que dio el nombre de «bóveda cásca- planos sin concretar. ra», también conocido como «paraguas» o «sombri- Sin embargo, esas propuestas muestran un grado lla», una estructura de hormigón armado que, por su de experimentación sobre problemas de proyecto que logrado resultado estético y compromiso estructural, concentran una gran cantidad de planteamientos in- bien puede considerarse un destacado ejemplo de una novadores, los que podrían calificarse como inven- época marcada por una intensa experimentación con ciones, que no pudieron realizarse, pero que dejaron las estructuras de resistencia por forma y, a la vez, un abiertas unas ideas que tiempo después serían reto- producto de la modernidad que trascendió a su pro- madas por el mismo Williams, o por otros arquitectos pio tiempo. que, inspirados en ellas, las desarrollaron y las actua- lizaron. Entre esos trabajos podemos mencionar «Vivien- ARQUITECTURA COMO INVENCIÓN das en el espacio» (1942); «Sala para el espectáculo y el sonido en el espacio» (1943) –una innovadora Hacia mediados del siglo XX Williams había consti- configuración de sala cuya forma deviene de la opti- tuido un universo propio a partir de proyectos que, mización acústica, por la que obtuvo medalla de oro por lo general, no fueron promovidos por encargos en la Exposición Internacional de Bruselas en 1958-;

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«Aeropuerto para la ciudad de Buenos Aires» (1945) Atendiendo a estas particularidades propias del si- –una gran estructura de hormigón armado apoyada tio, buscó en las construcciones populares las res- en el lecho del Río de , y el «Edificio suspen- puestas decantadas por siglos de tradiciones cons- dido de oficinas» (1946) –un gigantesco pórtico de tructivas, que se manifestaban en las galerías que, a hormigón armado del que se cuelgan las grandes ca- un lado y otro de las edificaciones, se abrían como jas metálicas de varios niveles de oficinas-, entre espacios de protección, llegando a cubrir el períme- otros. tro de las manzanas para dar una circulación pública La amplia difusión que tuvo la Casa sobre el arroyo protegida. a través de diversas publicaciones internacionales, así Esa mirada atenta y un enfoque inteligente del como los premios recibidos y apariciones de los traba- problema, condujeron a una búsqueda de soluciones jos mencionados en revistas europeas y americanas, que, desplazándose del tradicionalismo folklórico generaron un extendido prestigio y reconocimiento (Goldenberg 1957) hacia una interpretación absolu- para Williams, quien en 1947 entra en contacto con Le tamente contemporánea, se relacionaba con los avan- Corbusier y, al año siguiente, es recomendado por éste ces técnicos tanto como con las tendencias estéticas para hacerse cargo de la realización de la casa que el en vigencia. arquitecto suizo estaba proyectando para el Dr. Curut- chet en la ciudad de La Plata, . Casi simultáneamente a este hecho trascendente, LA BÓVEDA CÁSCARA COMO NUEVO ORDEN Williams recibía un encargo que por primera vez lo ARQUITECTÓNICO ponía frente a un comitente concreto y de gran esca- la: el Estado Nacional. En 1948 el Ministerio de Williams hace mención a que su interés por los Bienestar Social del gobierno argentino, por entonces «techos altos» se inició aproximadamente en 1939 a cargo del presidente Juan D. Perón, le encomendó (Williams 2008), de lo que se deduce que ya en sus el proyecto de tres hospitales para ser ubicados en años de estudiante era un tema que le merecía aten- distintas localidades de la provincia de Corrientes, al ción. Los hospitales que debía proyectar ofrecieron la noreste del territorio nacional, que estarían integra- oportunidad adecuada para desarrollarlos y desde los dos a un amplio plan de salud diagramado para el primeros esbozos se reconoce la decisión de integrar- país en su conjunto. los al diseño de los edificios. La participación del ar- La ubicación geográfica de estos emplazamientos, quitecto catalán Antoni Bonet en la etapa de antepro- en un territorio despoblado con un clima subtropical yecto seguramente fue un aliciente más para analizar caracterizado por altas temperaturas, fuerte inciden- el tema, teniendo en cuenta su participación en el cia del sol y lluvias intensas, provocó en Williams la atelier de cuando, en 1937, participó inquietud de resolver un modo de mitigar estas con- del proyecto para el pabellón de Francia a montarse diciones mediante la arquitectura misma, como un en la «Exposición del agua» de Lieja en 1939. Aque- dispositivo de control del clima. Esta búsqueda lo lle- lla propuesta de quien ambos consideraban una refe- varía a desarrollar su invención más singular, el ele- rencia insoslayable, podría ser un punto de partida mento al que llamó «bóveda cáscara». sobre el que giraron las primeras ideas para los hos- Dadas las condiciones del encargo, el arquitecto se pitales que, a semejanza del mencionado pabellón, se trasladó al área de emplazamiento de los futuros hos- plantearon como unos edificios horizontales, desple- pitales en julio de 1948, con el propósito de tomar gados en el terreno bajo una segunda y amplia cu- conocimiento directo de las condiciones físicas y so- bierta protectora sobreelevada a más de diez metros ciales de la región. En ese viaje no sólo pudo percibir de altura. la extensión horizontal de la llanura que constituye Los tres hospitales fueron concebidos como un sis- ese territorio sino que, a través de las fotografías to- tema con características similares aunque particular- madas por él mismo, se aprecia el impacto que, en su mente pensadas para cada caso. En síntesis, los edifi- percepción de hombre urbano, pudo haberle causado cios se desarrollarían bajo una cubierta elevada la omnipresencia de un cielo de horizonte ilimitado, resuelta mediante una grilla de retícula cuadrada, que lo cubre todo para dejarlo a merced de la fuerte cuya modulación podía ser de 9, 11, 12 o 13 m de radiación solar. lado. En los casos de mayor magnitud, la planta rec-

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Figura 1 Perspectiva de proyecto de Hospital para la Provincia de Corrientes, 1948-1951 (Archivo Williams)

tangular del techo alto tendría 11 × 6 módulos, lo bas dimensiones estaban estrechamente ligadas, en la que podría alcanzar a 143 × 78 m, lo que equivale a concepción de Williams la forma debía responder a decir que cubriría una superficie continua de algo las solicitaciones mecánicas de la estructura y al ma- más de 11.000 m2 si no se descuentan los sectores terial utilizado. que quedarían descubiertos para dejar que el sol pe- Si bien la decisión de proyecto indicaba una es- netre hacia sectores estratégicamente definidos. tructura de planta cuadrada, en el hecho de plantearla El desafío implicaba dos aspectos centrales: la con forma de paraguas invertido estaba también la de cuestión formal, que debía dar como resultado un derivar la bajada de las aguas pluviales por el interior elemento estéticamente logrado, con una imagen li- de la columna central que haría de sostén en cada gera y despejada, y la cuestión técnica, que posibili- módulo.1 Siendo la columna de planta circular, la tara calcular y construir semejante estructura en hor- transición entre el cuadrado externo y el círculo cen- migón armado. En cuanto al primero de los aspectos tral planteaba un problema formal que debía atender- mencionados, la forma fue motivo de numerosos se con atención para encontrar las líneas y proporcio- ajustes hasta alcanzar un alto grado de refinamiento, nes que dieran un resultado armónico sin en tanto que las cuestiones técnico constructivas sin interrupciones o saltos bruscos. La forma resultante duda implicaron los mayores retos. Sin embargo, am- se definió por una forma de peralte ascendente desde

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el apoyo central que debía asegurar la resistencia por de la Zarzuela de Madrid (1935); Oscar Niemeyer en forma de una delgada lámina, que se pretendía llevar la iglesia de Pampulha (1942-1944); Eero Saarinen a su mínima expresión en los bordes. Esta conjun- en el Kresge Auditorium de Cambridge (1950) y, ción daba dos cortes diferentes, ya sea que se realiza- fundamentalmente, Félix Candela (Pabellón de Ra- ra por las diagonales (uniendo las esquinas) o por los yos Cósmicos en la Ciudad Universitaria de la ejes centrales paralelos a los bordes; pero saliéndose UNAM, México DF, 1951 – Iglesia de la Medalla de estos ejes la gradual variabilidad de las formas da- Milagrosa, México DF, 1953); o algo más tarde ría tantas posibilidades diversas como secciones se Heinz Isler en Suiza en trabajos como el Pabellón en practicaran. parque Wiss, (Zuchwill, 1962) - Área de servicios en La idea de continuidad en toda la extensión llega- autopista (Deitingen sud, 1968). Por su parte, una ba a su punto crítico en el encuentro del paraguas in- mención especial merecen los resultados con cerámi- vertido con la columna, como sucede en la unión del ca armada desarrollados por el ingeniero uruguayo cáliz de una copa con el tallo. Esa conflictiva articu- Eladio Dieste en la iglesia Cristo Obrero de Atlántida lación fue estudiada incluso con el propósito de ope- (1952). rar como válvula de seguridad en caso de una acci- Ante la falta de certezas científicas Williams optó dental obstrucción del conducto de desagüe (lo que por los métodos experimentales utilizados por Torro- podía derivar en una situación de excesiva sobrecar- ja, desarrollando modelos a escala para someterlos a ga) por lo que se ideó una pieza con perforaciones pruebas de carga. El proceso de ensayo y aplicación que permitieran la evacuación del agua ante una intuitiva del cálculo en relación con el modelo fue eventual acumulación indeseada. Los primeros cro- desarrollado con la asistencia del ingeniero italiano quis en busca de la forma adecuada remiten a una Giulio Pizzetti, quien por entonces residía en Buenos asociación formal con piezas de instalación sanitaria Aires.2 con resultados un tanto toscos, pero la insistencia en Ambos, arquitecto e ingeniero, explican estos pro- la búsqueda de una forma óptima finalmente conclu- cedimientos con referencia al uso del hormigón ar- yó en un diseño que armoniza fluidamente las partes mado, evidenciando claridad conceptual respecto del dando una perfecta integración, que prescinde de la momento histórico en que estaban situados: idea de «columna con capitel». Por su parte, la cásca- ra superior que forma el cáliz, obtiene su resistencia ... la técnica del nuevo material evolucionará rápidamen- mediante curvaturas que permiten un pronunciado te, produciendo en estos últimos años, creaciones que, como la bóveda cáscara, aportan nuevas soluciones cons- adelgazamiento de los espesores hacia los bordes. tructivas y plásticas a la arquitectura moderna. Aquí es donde entra a gravitar fuertemente la En un principio, los métodos de cálculo se realizaban cuestión técnica y, fundamentalmente, lo referido a considerando la estructura formada por sólidos prismáti- las definiciones estructurales, más aún considerando cos, vigas o columnas, similares a los de hierro y made- que para la época no se había desarrollado el cálculo ra. Se imitaba en su aspecto formal a las construcciones científico para cáscaras de doble curvatura y resis- realizadas con estos materiales, y por medio del cálculo tencia por forma. teórico se obtenía el dimensionamiento de los elementos A mediados del siglo XX en distintos países se es- del edificio. En cambio, al considerar la estructura ac- taba experimentando con el hormigón armado con tuando como un conjunto único, se hace posible la cons- distintos resultados: las columnas fungiformes de trucción de la bóveda cáscara, que aprovecha al máximo el valor estructural que puede adquirir una lámina resis- Frank L. Wright en la Johnson Wax Co. en Racine tente con el diseño adecuado. El problema de la forma (que podrían ser vistas como antecedente de las de reviste así una importancia fundamental en este tipo de Williams; Pier Luigi Nervi en Italia con estructuras estructuras, que se proyectan y ensayan experimental- nervuradas de ferrocemento; Le Corbusier con la ro- mente con anterioridad al cálculo teórico, que es sólo de bustez del material a la vista en la Unidad de habita- verificación. (Williams y Pizzetti 1957, 32) ción de Marsella (1946) o en Chandigarh (1953) en- tre otros; pero las búsquedas más interesantes se Así se llevó a cabo un trabajo de ensayos, comproba- estaban dando en torno de las superficies laminares, ciones y ajustes que eran vueltos a verificar mediante como las que diseñaban Eduardo Torroja en el Mer- mediciones controladas. Los arquitectos Helvidia cado de Abastos de Algeciras (1933) y el Hipódromo Toscano de Saal y Jaco Saal, quienes colaboraron

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con Williams en su estudio desde 1951 hasta 1968 y bles. Además, el diseño de las bóvedas permitía perfecta- participaron de estos trabajos, dan cuenta de cuánto mente el recorte de uno o más triángulos −las esquinas de había de experiencia acumulada y aproximación in- las bóvedas-, lo que permitía abrir este paraguas protector tuitiva a la hora de tomar decisiones. A pesar de la en todos aquellos sectores que por requerimiento de luz extensión del relato, dado lo revelador de su testimo- fuera necesario. (Toscano de Saal y Saal 1998, 14). nio es conveniente reproducir íntegramente el pasaje Sin duda la afinidad con los temas estructurales en el que refieren a ese episodio: que demostraba Williams provenía de sus años de es- Diseñada una posible armadura, debían entonces reali- tudio en la facultad de ingeniería, aunque para el zarse los ensayos para verificar que todas las partes de la caso es probable que también hayan jugado a favor bóveda trabajaran a la tracción únicamente, ya que el es- sus conocimientos de aeronáutica, de los que proven- pesor asignado de 4 cm en la parte más fina no daba re- dría la interpretación del comportamiento de las for- sistencia para trabajos a la compresión. mas en relación con la incidencia del viento (la for- Faltaba aún determinar un proceso de cálculo que per- ma que adquiere el corte remite innegablemente a la mitiera definir; para cada punto de la bóveda la altura imagen de un par de alas): que le correspondía respecto del plano horizontal que pasa por la base. En el caso que nos ocupa, se ha logrado una bóveda cua- Se pensó entonces en tomar la diferencia de altura en- drada de 13 metros de lado y 4 centímetros de espesor. tre los dos cortes, el diagonal y el transversal, como altu- Cada unidad resiste cargas extraordinarias y puede man- ras máxima y mínima de sinusoides de revolución, lo que tenerse en equilibrio por sí misma sin necesidad de nin- permitió definir la cota de cualquier punto. gún punto de contacto con las otras bóvedas que forman Se pasó a continuación a realizar los ensayos de la la estructura. Ofrece muy poca resistencia al viento y misma, que hicimos en el Instituto de Ensayos de Mate- tiende a descargarse de peso por acción del mismo. (Wi- riales de la Municipalidad de Buenos Aires. Allí trabaja- lliams y Pizzetti 1957, 33) mos sobre modelos naturales en escala 1:10 de la bóve- da, respetando los espesores establecidos, así como el Finalmente, luego de una intensa experimentación, diámetro de los alambres, de acuerdo a esa reducción del 1:10 del diámetro proyectado. ajustes de forma, de cuantías de hierro, de dosifica- Conviene aclarar aquí, que al trabajar en modelos a ciones del hormigón y consultas a Pier Luigi Nervi, escala reducida, no se reduce en forma proporcional el hacia 1951 el modelo básico estaba desarrollado. peso del modelo, este es mucho menor, de modo que an- Constan en el archivo Williams los planos detallados tes de iniciar los ensayos, debíamos cargar el modelo con de las armaduras, del sistema de desagüe, las plani- bolsitas con arena, uniformemente repartidas, hasta lo- llas de hierros, el correspondiente cómputo y, en ge- grar imitar el peso propio correspondiente. neral, toda la documentación que hubiera sido nece- A partir de allí, mediante la utilización de extensíme- saria para la construcción. Pero dentro de las tros y deflectómetros, ir cargando el modelo y verificar contingencias directamente relacionadas con la obra, el comportamiento del mismo. aparece un problema que, si bien transitorio, no es Pese a que la resistencia del modelo era satisfactoria, se detectaron sectores cercanos a los ángulos, donde apa- menor y adquiere una importante magnitud en razón recían compresiones. Entonces, el ingeniero Pizzetti pro- de la escala de los edificios a construir: el moldeo y puso la realización de un modelo sin armadura, que se los encofrados necesarios para realizarlo. cargara hasta provocar su ruptura, para apreciar su com- En este punto es que se alojó una de las mayores portamiento. dificultades. Por entonces la prefabricación aún no Realizando una investigación de los resultados, Wi- estaba desarrollada en la industria de la construcción lliams llegó a la conclusión de que el problema radicaba en Argentina y resolver los moldes en madera impli- en el peralte de la bóveda: 1,83 metros no era suficiente caba unos costos muy altos, sobre todo afectando el para lograr el correcto trabajo por forma, con lo que se rubro mano de obra. Unos años más tarde Félix Can- rehicieron los dibujos, llevando dicho peralte a 2,26 me- dela realizaría grandes cáscaras de hormigón armado tros –Amancio trabajaba siempre con las medidas del Modulor de Le Corbusier-. en complejas superficies de doble curvatura, y pudo En total realizamos 7 modelos, al cabo de los cuales el hacerlo por las condiciones laborales mexicanas que trabajo por forma era perfecto, todo trabajaba a la trac- aportaron una mano de obra económica, condición ción, los deflectómetros daban medidas totalmente acepta- que no era equivalente en el país sudamericano.

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Una alternativa para Williams podría haber sido círculos concéntricos, que en función del alabeo pensar en encofrados metálicos formados por tramos dado por la posición relativa de cada parte en el con- en chapa de hierro, lo cual hubiera sido posible em- junto, terminaría dando una variedad de cuarenta ti- pleando capacidades instaladas en las industrias na- pos diferentes de moldes para completar una sola viera o de fabricación de tanques y calderas, pero cáscara (Müller 2012). esta posibilidad fue desestimada probablemente por Todo este procedimiento, sumado a la necesidad la escasez de hierro que afectaba a la región en la de elevar unos diez metros las piezas para ser ubica- posguerra, derivando ese material en todo lo posible das en posición y las dificultades de trabajar en altu- hacia las funciones estructurales. ra para su armado, nivelación y ajustes, en el mayor Tiempo más tarde, resuelta la disponibilidad de de los casos se tendría que haber realizado algo más chapas metálicas, se planteó esa alternativa que, se- de en sesenta oportunidades para construir la cubier- guramente, habría facilitado el montaje y la capaci- ta de uno de los hospitales, lo que también habla de dad de recuperación y reutilización de las piezas, importantes costos operativos que incidirían fuerte- pero en las circunstancias de la coyuntura la elección mente en el presupuesto. se orientó hacia una opción que reducía al mínimo la De todos modos no sería ése el motivo por el cual utilización del hierro: el ferrocemento, un material los hospitales finalmente no fueron construidos sino con el que ya había experimentado largamente Nervi por cuestiones más complejas, en las cuales es muy en Italia, en la producción de encofrados perdidos probable que hayan influido tensiones políticas inter- para estructuras e incluso en la fabricación de cascos nas al propio gobierno (Müller 2015). para embarcaciones. Sin embargo, a pesar de la frustración por no ha- El sistema ideado por Williams consistía en unas berse concretado ese proyecto para el que se dedica- piezas que serían utilizadas como bandejas acopladas ron años de trabajo, las «bóvedas cáscara» no queda- entre sí, realizadas en delgadas láminas de ferroce- ron allí sino que cobraron un protagonismo propio, mento con un reborde que permitiera fijar prensas de independizándose de los hospitales; el factor deter- tornillo para dar continuidad entre las partes y asegu- minante para su concepción, las condiciones climáti- rarlas. Todo el procedimiento aparece como bastante cas, no es privativo de esa región en particular sino trabajoso para ser llevado adelante. Lo primero sería que está presente en buena parte del planeta. De he- crear una contraforma a escala natural moldeada en cho, y sólo por poner un ejemplo, la ubicación de los un túmulo de tierra, para encima de ella modelar las hospitales estaría dada entre los 28º y 30º de latitud piezas del encofrado, las que una vez aptas para ser sur, prácticamente equivalente a la latitud de Chandi- utilizadas deberían pasar a la segunda instancia de garh en el hemisferio norte (30,75º N) y se puede integrarse en un conjunto que, dispuesto en la altura apreciar una solución semejante en el empleo de un correspondiente y en torno de la columna central, doble techo utilizada, casi simultáneamente, por Le constituyera un encofrado recuperable. Una vez éste Corbusier en el Palacio de la Corte Suprema de Pun- instalado, antes de proceder a la disposición de los jab-Haryane (1951-1956). hierros de armadura y el colado del hormigón, estaba Williams entendió que con la «bóveda cáscara» previsto rellenar las juntas entre las secciones del había diseñado un elemento autónomo, un sistema molde con una colada de yeso y alisarlas, para evitar que podía adaptarse a distintas circunstancias y que, posteriores marcas en la superficie que quedaría a la de algún modo, había logrado plasmar un nuevo or- vista una vez que éste fuera retirado. den, un orden moderno. Si la definición de los órde- A tal efecto, cada una de las superficies a construir nes clásicos de la arquitectura implica tanto la co- (que en el mayor de los casos llegaba a 169 m2) sería lumna como lo que por encima soporta (es decir: dividida en cuatro cuadrantes, subdivididos a su vez orden = columna + superestructura), corresponde en cuarenta fracciones cada uno, lo que hace un total leer la «bóveda cáscara» en conjunto con la columna de ciento sesenta partes. La compleja geometría de que la sostiene; de ese modo, se llega a la compren- las cáscaras, que no terminan respondiendo plena- sión de que se trata de un elemento universal, repeti- mente a una forma de revolución ni resultan de la ble, transferible y, dada su ausencia de referencias es- matriz de un paraboloide, llevó a una solución que tilísticas, atemporal. estuvo definida por una partición en líneas radiales y

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RECUERDOS DEL FUTURO De todas estas propuestas, la única que fue cons- truida fue la del Pabellón de exposiciones para Bun- Habiendo descubierto la potencialidad del elemento ge y Born, una empresa cerealera que exhibió en la diseñado, Williams lo introdujo en una gran diversi- feria de la Sociedad Rural de Palermo (Buenos Aires, dad de proyectos: estación de servicio para Automo- 1966) un par de «bóvedas cáscara» como elemento tores Avellaneda (Avellaneda, 1954/1955); supermer- icónico de su pabellón representativo. cado textil La Bernalesa (Bernal, 1960); Escuela Algunos cambios se produjeron en esta versión. Industrial (Olavarría, 1960); Casa en Punta del Este En primer lugar, se descartó la pieza de unión entre (Uruguay, 1961); Monumento en homenaje a Alberto el fuste de la columna y la cáscara, reemplazándola Williams (1963); Pabellón Bunge y Born en la expo- por un «collar» de acero inoxidable que, invariable- sición de Palermo (1966); Santuario de Nuestra Se- mente remite a la idea de un capitel; si bien constitu- ñora de Fátima (Pilar, 1967/1968); concurso para el ye una pieza de gran calidad que articula ambos ele- Hospital de Orán (Salta, 1970); y el concurso para el mentos, ha perdido las líneas fluidas que los Parc de la Villette (París, 1982), entre otras oportuni- vinculaba sin solución de continuidad y, con ello, se dades (Müller 2014). acentúa la percepción de que se trata de un encaje

Figura 2 Pabellón Bunge y Born, corte mostrando la sección central de las bóvedas cáscara. (Archivo Williams)

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entre ambas partes. Otro aspecto que se simplificó es de gran calidad escénica, a lo que se sumaba el traba- en la forma de las columnas, que pasaron a ser cilín- jo de iluminación que jugaba con sus formas. El di- dricas perdiendo la forma original que se iba adelga- seño del conjunto, elaborado hasta el mínimo detalle, zando en altura. En relación con la cuestión del mol- contó con la participación de Lidy Prati, una destaca- deo, las columnas de 11 m de altura y 0,60 m de da artista plástica que participaba del grupo Arte diámetro contaron con un molde metálico, en cuyo Concreto - Invención y que, en este caso, colaboró en eje longitudinal central se fijó el conducto de des- el diseño del equipamiento, las elecciones cromáti- agüe, pero para las cáscaras, que se hicieron de 9 m cas, lumínicas y tipográficas, entre otros aspectos. de lado, se realizó un encofrado de madera que im- Sin embargo, el destino del pabellón era efímero. plicó un trabajo artesanal de gran complejidad. El ri- Pese a la donación ofrecida por la empresa Bunge y guroso control del arquitecto dirigió a los maestros Born a la Sociedad Rural Argentina (que no fuera carpinteros con la precisión del encargado de un asti- aceptada), y los denodados esfuerzos de Williams y llero naval, como si se hubiese tratado de la fabrica- de su promotor, el influyente coleccionista de arte Ig- ción de una extraña embarcación cuadrada. nacio Pirovano para evitar la demolición, apenas dos Para asegurar la tersura de las superficies del hor- meses más tarde fue derribado sin contemplaciones. migón sobre el encofrado se aplicó una capa de yeso De ese modo se perdió una pieza emblemática de la y, por encima, otra de estearina para facilitar el des- arquitectura en la Argentina, aunque a través de los molde. Luego de la compleja instalación de las arma- registros fotográficos alcanzó un status mítico, con- duras, finalmente se volcó el hormigón con una flui- virtiendo a las «bóvedas cáscara» en un ícono asocia- dez controlada que aseguró la calidad del acabado do inseparablemente a Amancio Williams y, por ex- que se vería desde abajo y materializó un hito que, tensión, a la arquitectura moderna de Argentina. por su pregnancia formal, se instaló rápidamente en Algo más de tres décadas después se dio la oportu- el imaginario de los arquitectos contemporáneos. La nidad de reeditar en parte la experiencia, ya en au- visión que ofrecían las dos cáscaras dispuestas en sencia del arquitecto, que había fallecido en 1989. La diagonal y aproximadas por los vértices a una composición de dos «bóvedas cáscara» alineadas por distancia de 70 cm, ofrecía un espectáculo plástico una diagonal, y casi tocándose por sus vértices, ya

Figura 3 Figura 4 Pabellón Bunge y Born, imagen de obra mostrando las es- Pabellón Bunge y Born en la Sociedad Rural Argentina, tructuras provisorias de encofrado. (Foto Luis Santos) Buenos Aires, 1966. (Archivo Williams)

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había sido ensayada por Williams en 1963, en oca- una definitiva afirmación de que esos elementos ha- sión de proyectar un monumento en conmemoración bían alcanzado su plena autonomía. del centenario del nacimiento de su padre, el gran En la ciudad de Santa Fe en 2010 se inauguró «El músico y compositor Alberto Williams. El monu- Molino. Fábrica Cultural». En un típico caso de mento, que no llegó a construirse, estaba pensado reutilización de instalaciones industriales ociosas, para ser emplazado en un parque de la ciudad de se produjo la transformación de un viejo molino ha- Buenos Aires y constituyó el principal antecedente rinero que llevaba décadas sin funcionar y se le dio para el Pabellón Bunge y Born. Pero acercándose el nuevo uso. El equipo proyectista del gobierno pro- fin de siglo, como un designio circular, se produjo un vincial (arquitectos Silvana Codina, Luis Lleonart, acontecimiento en el que su propio hijo menor Clau- Francisco Quijano, con asesoramiento de Mario Co- dio, junto con el arquitecto Claudio Vekstein, en un rea Aiello) resolvió desmontar la deteriorada estruc- parque frente al Río de La Plata en la costa de Vicen- tura metálica de un galpón que separaba el cuerpo te López, construyeron un monumento recordatorio de oficinas de la zona de silos. De ese modo se ge- del fin del milenio y como homenaje a Amancio Wi- neró una plaza seca lineal que posibilitó unir dos lliams. En 1999 quedó plasmada la imagen de dos calles; siendo que una de ellas se trata de un bulevar bóvedas cáscaras recortándose en el cielo como un muy transitado y un tradicional paseo de la ciudad, gran objeto escultórico cuya belleza, con la verticali- la integración con la calle posterior terminó benefi- dad de sus columnas resalta el horizonte inagotable ciando a todo el barrio. del río y genera un llamado a la contemplación bajo El clima de esta ciudad presenta veranos muy ca- las onduladas formas de las bóvedas. En este caso se lurosos y el fuerte impacto del sol obliga al peatón a recurrió nuevamente a los encofrados de madera y se buscar protección en lugares sombreados. Estas con- realizó la obra siguiendo fielmente los planos origi- diciones condujeron a que se planteara la necesidad nales. de proveer a esa plaza de un techo alto que diera un Con ello, las bóvedas cáscara de Williams habían microclima al lugar, el que fue pensado mediante tre- logrado trascender a su propio autor y sobrevivirlo, ce bóvedas cáscara de Williams, ubicadas en diago- pero aún faltaba un capítulo que se impondría como nal y separadas ligeramente unas de otras. Con la co-

Figura 5 Figura 6 Monumento del fin del milenio, homenaje a Amancio Wi- El Molino, Fábrica Cultural. Santa Fe, 2010. Vista del sec- lliams en Vicente López, 1999. (Archivo Williams) tor de las bóvedas en construcción. (Foto del autor)

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Figura 7 Figura 8 El Molino, Fábrica Cultural. Santa Fe, 2010. Una bóveda El Molino, Fábrica Cultural. Santa Fe, 2010. Vista del sec- cáscara recientemente desencofrada, a la derecha y otra aún tor de calle cubierta con las bóvedas cáscara. (Foto del au- en su molde. (Foto del autor) tor)

laboración de Claudio Williams, depositario del de calidad homogénea en tanto que con las mangas archivo paterno, se volvieron a utilizar los planos ori- de vertido se evitaron muchos inconvenientes del ginales. acarreo en altura. Esta vez las «sombrillas» serían utilizadas según el La secuencia operativa fue de a pares, levantándo- propósito para el que fueron concebidas: generar un se dos plataformas al mismo tiempo a unos 10 m de ambiente más confortable a partir de su sombra. Si altura, a las que eran subidos los moldes de PRFV, en la costa de Vicente López el par de elementos ais- ocho piezas que, ensambladas, producían la forma lados en el paisaje adquiere un sentido escultórico, requerida. Luego a medida que se iban desencofran- casi metafísico, en el proyecto para Santa Fe se recu- do los moldes se pasaban a la plataforma contigua ya pera su sentido más funcional y aporta a la ciudad un preparada, evitando así la operación de bajarlos y escenario calificado. Esta dualidad nos dice de la volver a subirlos. condición ubicua a la que pueden aspirar: tanto en si- Casi seis décadas separan a los proyectos de hospi- tuación de paisaje natural como en entorno urbano su tales para los que se inventaron las «bóvedas cásca- utilización destaca como un signo de cualificación ra», de la realización de la obra en Santa Fe. Un bre- espacial del ambiente. ve período de tiempo para la historia de la El desafío ahora pasaba por la cantidad a construir, arquitectura pero que, como nunca antes, acumula ra- que implicó una logística de planificación de la obra dicales cambios en las técnicas de construcción y en y de la construcción de la que no había precedentes. los recursos para la ideación de formas complejas. Las técnicas actuales colaboraron en dar soluciones Hoy los medios digitales de asistencia al cálculo y el apropiadas: las estructuras provisorias fueron resuel- proyecto permiten resolver problemas que Williams tas con andamios tubulares metálicos en lugar de los afrontó con más intuición que certezas; a pesar de consabidos tramados de palos de madera, los moldes ello, la búsqueda de un nuevo orden arrojó resultados fueron de plástico reforzado con fibra de vidrio y el que excedieron límites espaciales y temporales. En vaciado de hormigón se hizo mediante la provisión esas «bóvedas cáscara» la modernidad del siglo XX de hormigón elaborado, lo que permitió un control decantó en una forma universal para el siglo XXI.

LLIbroIbro 2 Congreso.indbCongreso.indb 11601160 228/09/158/09/15 13:2113:21 En busca de un nuevo orden. Las bóvedas cáscara de Amancio Williams 1161

NOTAS LISTA DE REFERENCIAS

1. Si bien Williams adoptó convencionalmente la denomi- Goldemberg, Jorge. 1957. «La poética técnica de Amancio nación «bóvedas cáscara» para designar a su particular Williams». nv nueva visión 9. Buenos Aires: nueva vi- invención, el nombre resulta forzado, ya que si bien se sión. trata de cáscaras de hormigón armado técnicamente no Müller, Luis. 2012. «Un largo y sinuoso camino. La bóveda se comportan como bóvedas. En razón de la compleji- cáscara en los proyectos de Amancio Williams». Block 9. dad de la distribución de los esfuerzos y la imposibili- Buenos Aires: UTDT. dad de dar un nombre a la geometría de sus formas, es Müller, Luis. 2014. «Los hilvanes del sastre. Sistemas de te- que se han conocido de ese modo, así como también chos altos en la arquitectura de Amancio Williams». Bi- con las apelaciones de «paraguas» o «sombrillas». Mi- tácora 28. México: UNAM. rar Müller (2012). Müller, Luis. 2015. «El edificio como experimento. Aman- 2 Giulio Pizzetti (1915-1990) nació en Italia, estudió In- cio Williams: tres hospitales y un sistema». En Sudamé- geniería en Torino y en la segunda posguerra vivió un rica Moderna. Objetos - edificios - territorios, editado tiempo en Argentina dando cátedra en la Facultad de por H. Mondragón. Santiago de Chile: ARQ - PUC Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Poste- Toscano de Saal Helvidia y Saal Jacobo. 1998. «Las bóve- riormente Pizzetti dio clases de Ciencia y Técnica de la das cáscara». Revista 3 9. Buenos Aires: SynTaxis. construcción en el Politécnico de Torino, en la Facultad Williams, Amancio. 2008. Amancio Williams. Obras y tex- de Arquitectura de Venecia, en Ulm y en Estados Uni- tos. Editado por Claudio Williams. Buenos Aires: Sum- dos. Entre 1962 y 1989 dirigió el Instituto de ciencia de ma+. la construcción del Politécnico de Torino. Entre sus pu- Williams Amancio y Pizzetti Julio. 1954. «Una nueva uni- blicaciones más destacadas se encuentra Principi statici dad estructural». nv nueva visión 5. Buenos Aires: nueva e forme strutturali (con A. M. Zorgno), editado por visión. Unione Tipografico-editrice Torinese en Torino, 1980.

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