César Augusto González1

Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro2

Bogotá City from Bogotanian Rap: without Friends, without Law and without Future

Resumen Abstract El presente artículo realiza un análisis de la ma- This article presents an analysis on how Bogotá city nera en la que se representa a la ciudad de Bogotá is represented in contemporary bogotanian rap songs. en las canciones del rap bogotano contemporá- This paper is part of the results of a research project neo. Este ejercicio es uno de los resultados de la entitled: “Microphone Guerrillo. A study of investigación de Maestría: “Microphone Guerrillo. social representations of identity in the lyrics of Un estudio de las representaciones sociales sobre iden- bogotanian rap”. In the study was selected a corpus tidad en las líricas del rap bogotano”. En el estudio 64 of 54 rap songs which belong to the following discography se trabajó con un corpus documental consistente en 54 canciones de rap, que forman parte de los albums: “Por siempre” (La Etnnia, 2008); “La ciencia siguientes álbumes discográficos: “Por siempre” de los sueños” (JHT, 2009); “Nací Mujer” (Diana (La Etnnia, 2008); “La ciencia de los sueños” Avella, 2010); “Mix tape” (Tres Coronas, 2006); (JHT, 2009); “Nací Mujer” (Diana Avella, 2010); “7 pecados capitales” (Juan Habitual, 2007) y “Sucio “Mix tape” (Tres Coronas, 2006); “7 pecados Sur” (Fondo Blanco, 2009). capitales” (Juan Habitual, 2007) y “Sucio Sur” (Fondo Blanco, 2009). Keywords: bogotanian rap, social representations

Palabras clave: rap bogotano, representaciones sociales.

Recibido el 23 de octubre de 2013 y aprobado el 4 de noviembre de 2013

1 Sociólogo de la Universidad Nacional de . Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Coordinador del Observatorio de Procesos de Organización Comunitaria. Correo electrónico: [email protected] 2 Artículo resultado de la investigación “Microphone Guerrillo. Un estudio de las representaciones sociales sobre identidad en las líricas del rap bogotano”.

Polisemia No. 16, 64 - 78. Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Julio - diciembre de 2013 “La música como organización más Una ciudad como Nueva York, por poner un ejemplo, existe de manera distinta en la voz de abstracta del tiempo es capaz de connotar Frank Sinatra (New York, New York), en la del Gran la singularidad expresiva de un momento, Combo de (Un verano en Nueva york), y en tanto proceso de apropiación subjetiva, en la de Sting (Englishman in New york). La poten- cia de lo musical para masificar representaciones como de revelar los significados compartidos hace de las canciones sobre la ciudad un artefacto en torno a información relacional que cultural poderoso para objetivar y anclar diferentes maneras de imaginar el mundo urbano, las cuales denota el espacio musical ocupado por esa tienen incidencia en las múltiples relaciones que los comunidad dentro del devenir histórico” sujetos construyen con la ciudad.

García (2006) En este artículo se presenta un recorrido por la ciudad representada en el rap bogotano, tratan- do de situar los matices con los que estos artistas proponen una construcción simbólica particu- “Solamente se percibe un gran olor, olor a lar de Bogotá. Este es uno de los resultados de la desconfianza, como cuando el reo paga su Investigación: “Microphone Guerrillo. Un estudio de las representaciones sociales sobre identidad en fianza, porque detrás de la cortina alguien las líricas del rap bogotano”, con la cual opté por el te caza, sólo mirar y caminar con ojos de título de Magíster en investigación social interdisci- plinaria, en la Universidad Francisco José de Caldas, vigilancia. Andenes inquietos, callejones con en el Año 2012. En el trabajo se aborda la manera manes adheridos, con puñales desafiándote en la que los raperos bogotanos se representan a sí a un reto; bienvenido a la ciudad de la mismos, al sector de la población al que pertenecen y al espacio urbano que los contiene, a partir de las 65 sospecha, yo soy sobreviviente en ella hasta letras de las canciones de los álbumes más represen- la fecha” tativos del género, producidos en los últimos cinco años. A saber: “Por siempre” (La Etnnia, 2008); “La Canción: “La ciudad de la sospecha”. ciencia de los sueños” (JHT, 2009); “Nací mujer” Grupo: La Etnnia (Diana Avella, 2010); “Mix tape” (Tres Coronas, 2006); “7 pecados capitales” (Juan Habitual, 2007) y “Sucio sur” (Fondo Blanco, 2009). Nuestra labor en este artículo será llevar a Introducción cabo un énfasis especial en la ciudad, como mar- co de todas las interacciones, relaciones y signifi- Algunos temas han permeado la discursividad cados. A lo largo del artículo trataremos de dar la de casi todas las músicas populares contempo- voz a los cantantes, citando las canciones que se ráneas: el amor, el placer, la experimentación, la analizaron en el estudio, con el fin de que el lector política, las reminiscencias de lo folclórico y la pueda ir haciendo su propia interpretación de los ciudad como universo de paisajes, representacio- textos del rap. nes, lugares, relaciones, prácticas, actores, usos del lenguaje, caminos, memorias y sueños. Oír música es escuchar la voz de las ciudades en las Algunas precisiones teóricas canciones, en donde el mundo urbano se hace sonido y palabra, reflejando múltiples territorios Acercarnos al tema de la producción, circu- imaginados. lación y consumo musical, y a los sentidos que

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en estos procesos se construyen y reconstruyen, rap, más adelante precisaremos al respecto), lo implica definir unas coordenadas epistemoló- cual ubica a Internet como el canal más impor- gicas claras. Para ello es necesario plantearse tante de difusión que encuentran los artistas de algunas preguntas iniciales: ¿Cómo construir este género. Éste no es ajeno a lo mediático, está conocimiento alrededor de lo musical? ¿Dónde construido desde sus lógicas, ha viajado por el situarse para entender el sentido de las cancio- mundo gracias a sus posibilidades; sin embargo, nes? ¿Desde el poder creativo de los sujetos o su producción sigue tendiendo a lo underground. desde las fuerzas que determinan su creación? ¿La música crea, refleja, refracta, imita, propo- De otro lado, en las esquinas del barrio Tintal, ne, interpreta o interpela la vida social? del Codito, del Paraíso, de las Cruces, los jóvenes se reúnen a improvisar cotidianamente. Las pis- La producción musical de los raperos se tas se cargan en reproductores portátiles y esta- mueve en varias tensiones que vale la pena pre- llan en speakers que sirven de instrumentación a sentar para ampliar algunos de los matices en la las rimas de los M.C.3 En un contexto donde la construcción de nuestro objeto de estudio. La música está cada vez más sobreproducida e in- primera tensión se ubica entre lo global y lo lo- volucra elementos técnicos y tecnológicos cada cal. En un momento de transnacionalización en vez más sorprendentes, el rap sigue teniendo la la producción de las representaciones sociales, espontaneidad de la improvisación y de la calle. la música es uno de los ejemplos emblemáticos del trayecto de lo simbólico entre lo global y lo Otra tensión importante se ubica entre lo ins- local. El rap bogotano no puede ser entendido titucional y lo proscrito de su producción. En los sólo desde la transnacionalización inherente a discursos de los M.C. aparece una posición de la cultura hip hop, pero tampoco se agota en la rechazo frente al mundo institucional. La visión atenta observación e interpretación de lo local. distópica, rebelde y “contrahegemónica” parece El surgimiento de la cultura H.H. en Harlem chocar con la militancia en organizaciones so- (New york), y los procesos de difusión, reelabo- ciales, en eventos, proyectos y programas esta- 66 ración, historización y mediatización, que ésta tales. Si bien el discurso es claramente contesta- ha tenido desde entonces, son necesarios para la tario, es precisamente la administración pública historicidad necesaria en el análisis del fenómeno. quien ha abierto buena parte de los espacios, Pero el reconocimiento de las dinámicas parti- locales y distritales, en los que circulan los M.C. culares al contexto local, desde lo material y lo a pesar de que en las líricas se refleja una po- simbólico, son necesarias para la contextualidad sición anómica y de descreimiento, los jóvenes de los análisis que presentamos. vinculados a esta cultura urbana terminan por generar procesos de organización y participa- La siguiente tensión se ubica entre lo me- ción social y política. Grupos como Contrapeso diático y lo barrial. El rap es una música que y Revolución Artística Popular, que operan en la tiene una presencia dentro de las agendas de los localidad de Ciudad Bolívar, los cuales conocí medios de comunicación. En la actualidad, esta a través de pesquizas en Internet, y de mi asis- música, a nivel nacional y distrital, no cuenta con tencia a conciertos organizados por ellos, pro- una difusión amplia. En el dial no hay una emi- ponen acciones conjuntas y procesos colectivos sora especializada y sólo dos estaciones pasan, al interior de los jóvenes. Carlos Mario Perea ocasionalmente, canciones de rap en horarios (2008) en su texto Somos expresión, no subversión que no son precisamente los más estelares. En reseña algunos de estos procesos. Esta tensión la televisión, el género tampoco circula asidua- no implica una paradoja, o una contradicción, mente (sólo existe un programa de televisión de es simplemente una muestra de cómo opera lo

3 Este es el apelativo que reciben los cantantes de rap al interior del género.

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Por su parte, Abric señala: La ciudad es musa La representación funciona como un sistema de interpretación de la realidad que rige las relaciones El rap llega a Bogotá hacia mediados de los de los individuos con su entorno físico o social, años ochenta gracias a películas como Breakdance ya que determinará sus comportamientos o sus o Beatstreet. Los jóvenes de clase media alta de la prácticas. Es una guía para la acción, orienta las localidad de Suba serán los primeros en acoger acciones y relaciones sociales. Es un sistema de esta música, la cual pasará a finales de la década pre-decodificación de la realidad puesto que de- a ser central en la actividad cultural de los “par- termina un conjunto de anticipaciones y expecta- ches” del centro y sur de la ciudad, en particular, tivas (2001, p. 13). en las localidades Santa Fe y Ciudad Bolívar.4 En Las representaciones funcionan, entre otras Bogotá aparecen dos bandas que son considera- cosas, para interpretar la realidad, para moverse das por la crítica como las pioneras del género en y relacionarse en ella. Así mismo, en cuanto que Latinoamérica: Gotas de Rap y la Etnnia, exponen- cantera de sentido, se ponen en juego cuando los tes del gansta rap, una música caracterizada por agentes elaboran sus producciones discursivas, la denuncia política y las historias sicariales del cuando componen música y posicionan un men- gueto, representación transaccional del campo saje al interior de un grupo social. Los individuos urbano popular. comparten representaciones sociales, visiones, posiciones e informaciones sobre la realidad, o El rap, con su rápida difusión en el sur, se convier- más claramente, sobre objetos, sujetos y catego- te ahora en el trasfondo expresivo y político (en rías sociales. cuanto el contenido de sus canciones) del baile, y el gueto en el artefacto de sentido que articula los recuerdos alrededor de la marginalidad como eje […] toda representación social es representación de su narrativa (García, 2006, p. 141). de algo y de alguien. Así, no es el duplicado de lo real, ni el duplicado de lo ideal, ni la parte subjeti- 68 A lo largo de los noventa y de la primera dé- va del objeto, ni la parte objetiva del sujeto. Sino cada del siglo XXI, los raperos en Bogotá —en que constituye el proceso por el cual se establece particular en la zona de la localidad de Ciudad su relación (Jodelet, 1998, p. 476). Bolívar y en la zona de las Cruces, territorios de Los discursos de la música circulan a gran ve- donde han emergido los artistas más represen- locidad cruzando fronteras y agrupando perso- tativos del género— han construido unos espa- alrededor de ciertos significados sociales y en cios de producción y circulación de su música, su viaje continuo van siendo apropiados y resig- ligados, entre otras cosas, a las políticas cultu- nificados por los oyentes, quienes los leen desde rales de las administraciones locales. Escenarios unos sistemas de interpretación que completan la como Rap al Parque, por ejemplo, son muestra canción, la incorporan y la dotan de significado de ello; un festival al aire libre, financiado por tanto para el agente como para el grupo. la alcaldía, que convoca más de 50.000 jóvenes

4 “[…] de todas las localidades, es quizás Ciudad Bolívar la que mejor represente el estigma que se cierne en torno a la marginalidad, miseria y violencia del sur en Bogotá. Su nombre evoca automáticamente todos los males que puede sufrir un espacio suburbano en una gran metrópoli: los mayores grados de hacinamiento por presión demográfica, inmigración masiva de campesinos, altos índices de violencia, milicias guerrilleras y paramilitares en los barrios más altos, falta de servicios públicos, altas tasas de desempleo e informalización del trabajo y decenas de pandillas juveniles […] El hip hop se ha nutrido de esta estigmatización y su crecimiento vertiginoso desde finales de los noventa lo debe a estas representaciones, decenas de grupos de Break dance y centenares de rap se pueden hallar en los mas de doscientos barrios de Ciudad Bolívar […] y son ellos el arquetipo del ñero para la mayoría de los bogotanos; sólo basta ser adolescente y vivir allí para convertirse automáticamente en él” (García, 2006, p. 124).

Polisemia No. 16, 64 - 78. Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Julio - diciembre de 2013 Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro cada año, en el que la denuncia al Estado está a ciudad: la ciudad escenario, la ciudad escuela y la orden del día. la ciudad monstruo de mil cabezas. La ciudad es escenario en cuanto las prácticas de los M.C. (y La Bogotá de los bajos fondos ha sido un en general la de los sujetos que transitan por el personaje exitoso en las producciones artísticas hip hop: bailarines, grafiteros, d.j.s.) suceden en contemporáneas. Películas como “La Sangre y la el espacio urbano. Los ensayos, los toques y las lluvia”, “Satanás”, “La sociedad del semáforo”, entre rumbas, como prácticas que sostienen la cultu- otras, han logrado un reconocimiento masivo, y ra juvenil, en buena medida suceden en la calle. con él, el posicionamiento de una forma de ver y No existen en la ciudad muchos bares de rap y representar la ciudad. De la misma manera, no- los rutinarios trayectos callejeros de los raperos velas como “Buda blues” o “35 muertos” han con- hacen de la acera misma una tarima en donde se tribuido a consolidar una oferta cultural donde la actúa, se canta, se escribe y se produce arte. Así ciudad del crimen es la protagonista. Este fenó- lo presenta la canción mi barrio, de los cantantes meno de espectacularización del espacio urbano, Flaco Flow y Melanina: y en particular de lo liminal, forma parte una di- versa gama de producciones que encuentran co- “Caminando por las calles de mi barrio, saludando rrelatos en diferentes partes del globo (Piénsese a la gente que veo a diario, el pueblo mi causa la en la música grupera en México o en las pelí- calle es mi escenario, eh mi barrio”. culas sobre la MS13, entre otras manifestaciones artísticas). Lo liminal es inspirador; lo liminal es El rock y sus estrellas han optado por los es- atractivo y funciona como materia prima para fa- tadios y los club, lo mismo que muchas de las bricar épicas televisivas, cinematográficas, musi- estrellas pop; mientras los raperos nadan en el cales y literarias. asfalto. Es fácil ver a algunos de los M.C. reco- nocidos de la ciudad cantando en el septimazo o En este contexto debemos entender el rap en eventos organizados por colectivos de raperos bogotano, evitando caer, sin embargo, en dos o por la administración distrital. La facilidad téc- posibles trampas: 1) Concluir que lo dicho por nica de hacer shows, dado que no se requiere de 69 el rap es una farsa mediática. 2) Olvidar que lo un backline costoso y aparatoso, facilita el uso de dicho por el rap se debe también a la lógica de la ciudad como tarima. El M.C camina y canta, y un campo (Bourdieu) en donde unos agentes es- escribe sus rimas en un bus. pecíficos, orientados por una Illusio, buscan po- sicionar unos bienes culturales que tienen condi- De otro lado aparece la ciudad escuela. El ca- ciones materiales, simbólicas y sociales. La calle pital más escaso y valioso en el rap es la experien- es el telón de fondo del rap. Todo sucede allí, ella cia, la cual sólo es legítima si se logra en la ciu- contiene todos los personajes que parecen transi- dad. La calle es maestra, y en ella, los viandantes tar sin rumbo por su fría espalda, lo que deviene son guerreros y sobrevivientes de un espacio sin en que otros lugares sociales como la escuela, la ley ni justicia. El rap es anómico por convicción. fábrica y el hogar no aparezcan en las tablas del No existe orden en la ciudad fría, en la ciudad género de manera tan recurrente. de la sospecha. Sin embargo, tampoco hay salida, ni propuesta; esto lo abordaremos más adelan- Esto ya nos enfoca y nos acerca a la cuestión te. Mientras tanto, la gente del barrio continúa sobre cuál es la ciudad de la que se habla en estas aprendiendo a vivir en una ciudad que no espera canciones: la ciudad, hecha calle, es la musa, es a los desesperados: el enemigo, pero también es el tablero en el que se juega la vida. En ella, los sobrevivientes, los “Ey, barrio, guerreros legendarios luchando a dia- M.C., escriben elegías a la sospecha y al frío. rio tras un salario el cual no alcanza ni pal diario, muchos barrios pasan los calendarios y eso no es En nuestro corpus identificamos tres núcleos precario, sube todo menos el salario” (Flaco Flow centrales que organizan las representaciones de & Melanina, Mi barrio).

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Lo único que queda en la excluyente ciu- La omnipresencia del mal, del crimen, del dad es aprender a sobrevivir aún en ausencia de frío, de la sospecha, hacen que la representación destino: del espacio urbano choque con la aparente se- guridad que se propone desde algunos aparatos “Es de frialdad construida esta ciudad. Cuanto ideológicos del Estado. Ahora bien, esa ciudad más quien quiera su destino cambiar, habrá que inclemente que amenaza por todos los flancos y luchar, afinar la voluntad, prepararse y olvidar que deja sin salida y sin propuestas al rap que habla no hay marcha atrás” (Diana Avella, Vida). de familia, de parche, pero también de la imposi- La ciudad del rapero es la ciudad de la noche, bilidad de confiar en el otro. el lado oscuro del espacio urbano en el que sólo existen los fantasmas: El gueto en distintos colores “Sólo sombras quedan de una noche fría, cami- nando al compás de una sinfonía de grillos, a esa La categoría del gueto viene desde la antigüe- hora sólo parchan pillos, como en el oeste con el dad, pasando por el Medioevo, hasta llegar a la dedo en el gatillo” (La Etnnia, Nocturno). Modernidad, en donde se identificó con el barrio Por último, aparece la ciudad monstruo de judío de las ciudades de Europa. Después de la mil cabezas, en donde no es posible tener cla- Segunda Guerra Mundial éste representa la segre- ro hacia donde va la vida y en donde nadie vela gación, voluntaria o involuntaria. Sin embargo, la por la seguridad de nadie. Esta representación se historia del término ha adquirido muchas formas relaciona con la manera en la que todos imagina- a lo largo de los siglos XX y XXI. En particular mos Bogotá: una selva de cemento en donde el en el rap se ha adoptado como la forma de de- vínculo social es débil y los sujetos deben, por sí signar el espacio popular urbano. El gueto —en solos, encontrar el camino para seguir adelante: nuestra música— es una categoría transnacional, mediatizada a través de la música, los grafitis, los 70 Sigue pasando el tiempo en la ciudad fría. Nadie documentales, videos y películas. Lo interesante sabe donde va la vida. Entre suspiros, miedos y es que si bien es una categoría para designar lo desdichas. No, no, no, no, no. Sigue luchando por territorial, funciona más allá de lo local y puede encontrar la salida. Nadie sabe donde va la vida. tener distintos sentidos y funcionar para nom- Entre suspiros, miedos y desdichas (Diana Avella, brar diferentes escenarios al interior de la discur- Ciudad Fría). sividad del rap. La desconfianza es el olor de la ciudad: “En El gueto es el barrio del M.C., pero es tam- donde todos andan como un gallo fino a la de- bién otros barrios con condiciones de exclusión fensiva, rodeados de killers, multitudes intranqui- y desigualdad estructural. El gueto está en la cár- las” (La Etnnia, La ciudad de la sospecha). Algo cel, en las correccionales, en el ICBF, en la tele- particular de la ciudad imaginada en el rap es que visión, en las imágenes mediatizadas de la mara en buena medida el enemigo no tiene rostro. Se Salva Trucha y del barrio La Perla en Puerto habla de los maleantes, de los políticos, de un Rico. Cejaz Negraz, líder de la agrupación Fondo peligro sin forma que habita en los amigos, en Blanco, en una de sus canciones como solista, el aire, pero que no es nombrado en cuanto es canta lo siguiente: multiforme y omnipresente: Yo represento toda la people en los guetos, en las “Cuida tu equipaje en la ciudad salvaje, ciudad in- prisiones, en los corregimientos, los internados segura croni crónica pura, ciudad de la sospecha donde el corazón sagrado acaricia los niños y no donde el mal ejemplo acecha, sospecha, donde el como el viento […] los enfermos en los hospitales, crimen siempre acecha, parado en la ciudad de los a esos chingas perdidos en la calle […] represento temores” (La Etnnia, La ciudad de la sospecha). el barrio donde las ratas los rompen en el norte

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[…] los latinos en mis conciertos, la mara, netas abordarlos. Un escucha desprevenido sentirá una king… yo represento la olla y los que habitan en cierta homogeneidad al interior de los textos del ella (Gueto, Fondo Blanco, 2011). rap. Ésta, sin duda, se debe a la frontera semióti- No puede ser más ilustrativo el fragmento de ca en donde se define qué es y qué no es conside- la canción que acabamos de citar. El gueto, de rable como rap, la cual es muy marcada, a contra- lo local a lo global, se convierte en una imagen mano de un mundo que cada vez es más proclive multiforme para representar la marginalidad, la a la fusión y a la ruptura de diferentes elementos desigualdad, la pobreza, la ilegalidad y la resis- estéticos y discursivos. Tal es la manera de operar tencia. Por ello, al interior del género la compe- del género como construcción no sólo estética tencia se abre para poder retratar el gueto de la sino también ideológica. manera más “real”. Al ser el gueto un tipo ideal Lo que debe ser el gueto no admite discu- del barrio, en sentido weberiano, los M.C. termi- sión; y si bien, en la realidad de a puño los ra- nan reproduciendo unas homologías que si bien peros viven en el barrio, con todas las discon- no están construidas sin fundamento, obedecen tinuidades, mezclas y contradicciones que eso a una ficción estándar y multinacional de los implica, sus canciones parecieran habitar en la sectores populares. En el gueto sólo hay noche, espectacular categoría del gueto que homoge- sólo habitan pillos y madres cabezas de familia, niza el barrio latino en Harlem, con el barrio desplazados y desempleados, lo cual omite otros Paraíso de Ciudad Bolívar. sujetos que también habitan el barrio y tienen actuaciones distintas a las que aparecen en las canciones. Sería interesante oír a los M.C hablan- La imposibilidad del vínculo: do de los procesos comunitarios, de los jóvenes estudiantes que sacan adelante sus carreras, y de utopía y distopía en el rap los microempresarios, entre otros personajes ba- Aunada a la representación de la ciudad como rriales, quizás menos espectaculares, pero tam- gueto está la representación de la socialidad, en- bién reales. Con esto no busco minimizar la ex- 71 tendida como la forma en que se explicitan las presión legítima de estos artistas, la cual respeto relaciones sociales. Aquí se evidencia una repre- profundamente, pero quisiera evidenciar que en sentación del sujeto urbano y de la manera en la la discursividad del rap operan categorías repre- que se construye con y para el otro. Los persona- sentacionales y dispositivos de control al interior jes del rap son solitarios, desencantados, ausentes del campo, que hacen que los textos que allí se de vínculos. Todos hacen consciente la necesidad proponen vengan predeterminados y se cons- de fortalecerse y de construir un destino que ve tituyan como relatos de un barrio imaginado el sueño comunitario como algo inalcanzable. transnacionalmente, a partir de la experiencia en lo liminal de la ciudad. De esta forma, el gueto Es que uno viene sólo al mundo, igual se va uno aparece como una representación fragmentada y como el universo, como el cielo, y el momento que unilateral de la sociedad del barrio. pasó como el sol irrepetible, única unidad divisible Mas allá del rap, resulta interesante ver cómo para los demás, mas si le pones uno, uno es el co- mienzo y pase, es mi dios soy rap y yo uno como —a la manera del hecho social de Durkheim5— el gobierno y la corrupción (Juan Habitual, Versos en las formas de pensar y sentir la ciudad en la con números, 2007). música operan moldes culturales que se repro- ducen gracias a las demandas del campo musical No existe oportunidad para construir una que predetermina unos temas y enfoques para utopía colectiva, por el contrario, se propone el

5 Tal como es representado por el autor en Las reglas del método sociológico.

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egoísmo como la única forma de palear la ciu- ser la presa o cazar, depende de cada cual estando dad de la sospecha. Hago énfasis en palear por- mal, que el destino de cada quien es como un jue- que pensar la victoria es imposible al interior de go de azar. (Flaco Flow & Melanina, Vueltas son este contexto discursivo, en donde no hay una vueltas, 2007). orientación hacia ningún horizonte colectivo de El rapero es un sujeto solitario y la experiencia carácter utópico: “Aunque la vida no sea lo que le hace descubrir la traición muy cerca: se esperó, cada quien busca a su medida una so- lución, detrás de la tormenta se esconde el sol no Los proyectos colombianos raíces negras y he llo- habrá perdedor, no hay ganador” (Diana Avella, rado es por que tú y las vivencias me han enseñado Ciudad Fría, 2010). que los que siempre he creído que están de mi lado se les olvidó, monedas de cuero resultaron los hi- De esto se colige que los amigos y los amo- jos del sol (Fondo Blanco, Tosco, 2009). res son impensables en las líricas del rap; en ellas impera la traición que tarde o temprano hará su En consonancia, La Etnnia propone en su líri- arribo. “Malos muchachos, cuidado, las calles que- ca: “Aquí en el día, día nadie en nadie se confía, tú man. Malos muchachos, muy pocos amigos afuera en nosotros, en nosotros nadie se fía. (La ciudad […] Número uno: en los negocios no involucres de la sospecha, 2008). faldas; número dos: si es de un amigo, con tu vida Discurso y práctica toman orientaciones dis- pagas” (Juan Habitual, Malos muchachos, 2007). tintas: la lírica es distópica, porque en la canción A pesar de que los raperos son representados se renuncia al futuro, se destruye la posibilidad como guerreros, en la calle, donde están sus pares, de la utopía; aunque en la cotidianeidad el parche el honor no tiene ningún valor: “La palabra vale construya redes sociales y proponga formas de en el tiempo de saldar cuentas si hay plata, lujos y organización para la gestión cultural, como es el joyas mujeres contentas” (Flaco Flow & Melanina, caso de los colectivos: Crack Family, Contrapeso, Vueltas son vueltas, 2008). Ante este panorama tan Revolución Artística Popular, Mesa de Raperos 72 egoísta y anómico, resulta muy interesante pensar del Amparo, entre otros. Reiteramos la visión los colectivos de artistas que, al parecer, son nota negativa del rapero, en relación al vínculo social, común de la actividad artística rapera de las lo- con el siguiente fragmento de la canción noctur- calidades. Esta fractura entre discurso y práctica no de la agrupación La Etnnia: no puede ser abordada acá, pues desbordan los alcances de este artículo; no obstante, podría ser Es hora de tener cuidado, donde está parchado hay un tema interesante para futuros trabajos. más de uno entonado, mejor andar sólo que mal acompañado, no se fía él de nadie y así anda relaja- La oda constante a la desconfianza se relacio- do, con estimulante que fluye por su sangre camina na con el hecho de que buena parte de los perso- solitario haciendo su balance, y la nicotina irrita su najes del rap obedecen a la figura del gánster y, en retina, no le falta la línea de blancalina, que agita, muchos casos, son mezcla de M.C. y pandilleros cruza el carro y luego le pita, no importa, no les (Fondo blanco, Roberto Bruto, 2009). Así, la ló- debe nada pero evita (Nocturno. 2008). gica de la pandilla se extiende a la vida social, ha- Diana Avella, en su canción aduladores, parece ciendo que la posibilidad de construcción colecti- asentir la propuesta de sus colegas de La Etnnia. va no exista, a diferencia de los procesos reales de Veamos: los raperos, en donde se evidencian procesos de organización social y de generación de vínculos Cuál es la intención: ganar a toda costa sin impor- para la producción y difusión musical. tar perdedor, un mundo de competición, creado de avaricia, perfecto para quienes aman la hipo- Confianza en dios, ya nadie confía en vos; faltones, cresía. La verdad sea dicha y sin temor afirman: en este negocio como arroz, no hay tiempo para hay que cuidarse más de los que ofrecen amistad llorar, sólo tienes que enfrentar, morir o matar o (Adulaciones, 2010).

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El hermano, el vecino, el allegado, podría ser Veamos lo que señala Martín Barbero en su el enemigo; como Fredo y Michael, los persona- texto Desorden cultural y palimpsestos de identidad: jes del padrino, quienes son invocados por JHT ¿Con qué queremos que sueñe una juventud ali- para representar la imposibilidad del vínculo fra- mentada cotidianamente —no sólo y no tanto en terno. Un elemento constitutivo de la discursi- la televisión sino en la casa, la calle, en el traba- vidad del colombiano es la propensión al atajo jo— con el afán de lucro fácil, con el dinero y y a la trampa. Seguramente, estos elementos se el confort como valores supremos, con la confu- manifiestan en diferentes contextos culturales, sión del inteligente con el listo, es decir, con el pero en el nuestro han devenido en la naturali- que sabe engañar y trepar rápido, con la corrup- zación de algunas categorías comprendidas por ción como estrategia de ascenso tanto en la clase todos y reproducidas en la imaginería popular. política como empresarial? ¿Qué entusiasmo por Desde el lenguaje se reproduce una visión que los proyectos colectivos le están transmitiendo privilegia la astucia más allá de la legalidad y los las derechas y las izquierdas? ¿Qué imágenes de respeto a las normas le enseñan hoy unos ciuda- valores ciudadanos. “El onceavo mandamien- danos mayoritariamente tramposos, ventajistas, to”: “la ley de la papaya” (a papaya puesta pa- aprovechados? ¿Qué experiencias de solidaridad o paya partida), se convierte en un mandato ético generosidad les ofrece hoy a los jóvenes una socie- que sustenta la traición y pone los medios por dad desconfiada, recelosa, profundamente injusta encima de los fines. El rap retoma esta premisa y sin embargo estancada y conformista? (Martín- del sentido común en la siguiente canción: “El Barbero, 2009, p. 23). hombre se mueve y su filosofía es tome para que lleve. Escuche bien, tome para que lleve, en la Los raperos están inmersos en unas condicio- búsqueda del pan. Al precio del que sea y sus nes estructurales y simbólicas que los determi- malas intenciones es muy difícil que se vean” (La nan, dándole sentido a su denuncia y conectán- Etnnia, El allegado, 2010). dola con la sensación de vacío que experimenta el sujeto contemporáneo (Taylor, 1994). En esa situación, no puede esperarse otra cosa que una Lo mismo encontramos en Diana Avella, otra 73 vez en su canción adulaciones: “Un mundo va- variedad de relatos sobre la traición. Algunos de cío, mata la sangre, llena la codicia, comercio de ellos terminan por naturalizar la mentira aunque carne, son seres humanos vendidos y más. No otros la señalen. hay que pensar, tener y comprar, vestir, reflejar, Aunque la traición se reproduce como un ele- oír y callar, ver y engañar, a donde camina esta mento “natural de la vida social”, ésta es vista humanidad” (2010). como una falta a un código de honor que debería El bien y el mal son dos categorías que apa- primar en las relaciones ente pares. recen frecuentemente en el rap y están siempre puestas en duda. Estar “parchado” en la margi- Canta, canta, canta el capo, paso de patrón a ser nalidad, como dice La Etnnia, es no saber dónde un buen sapo, paso de traficante a ser un infor- está el bien y en dónde está el mal. Esta crisis mante, que pasó con tu criterio de maleante. Es el día a día de mi Colombia fría y el patrón canta en moral representa el carácter distópico y anómico la Fiscalía (La Etnnia, El Patrón, 2008). de los letristas del rap, el cual no aparece desli- gado de una situación macrosocial que se conec- Resulta interesante que en esta canción no ta con la misma construcción de lo juvenil, que operen las vinculantes cívico ciudadanas, sino debe ser vista hoy desde una perspectiva crítica las reglas éticas de la mafia. En el texto se habla y cuestionadora. Autores como Auge, Reguillo, del criterio de maleante, aludiendo implícitamente a Perea, Maffesoli, entre otros, han abordado esta un ethos en donde debería primar el honor más crisis, conectando la increíble condición raquítica allá de la conveniencia personal. Parece contra- de nuestras sociedades, simbólicamente hablan- dictorio que después de muchas canciones sobre do, con las dinámicas juveniles contemporáneas. la traición se denuncie la falsedad, pero forma

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parte de la moralina del rap, y en general, de nues- ¿Por qué será que la sociedad está tan materialista? tro contexto, en donde se heroiza al delincuente Si tú no tienes nada, no vales nada, si no tienes pero se le castiga con todo el peso de la justicia dinero tienes que aguantar la necesidad; por qué divina que siempre termina igualando los tantos. será que es tan fácil hablar de guerra y tan difícil hablar de paz, por qué será que son muchos los Aquí los personajes transgresores son vesti- que tienen poco y son pocos los que tienen más dos con el mismo traje heroico de los personajes (Flaco Flow & Melanina, Atención). de las narconovelas y los narcocorridos; pero al El tono pasional ilustra muy bien la sensación final, como en una fábula moralizante, el bien que produce la palabra: sociedad, al interior de triunfa sobre el mal, a pesar de la ausencia de estos discursos; sensación que claramente nos normas cotidianas. ayuda a develar las representaciones desde las cuales estos sujetos entienden el mundo social y Un oficial atravesó ahora a la fuerza, le pidieron su lugar en él. documentos, recordó sus momentos cruentos, ra- yados de actos violentos, ya en el piso, lo trataron Bauman plantea que la comunidad (2008) es como rata, le dieron la de golpes, le dieron la de una palabra que produce una sensación cálida, pata. Le decían: usted no es lo que dice ser, y él mientras la sociedad parece ser el depositario de comprendía que acababa de perder (La Etnnia, Ilegal, 2008). todas las penurias vitales. La sociedad, cercana a la representación de la ciudad monstruo de mil “Viviendo a toda” parece ser la consigna, cabezas, es una máquina difícil de transformar. sobreviviendo a la ciudad de la sospecha, tram- En el rap se renuncia —por lo menos discursi- peando para seguir vivo, corriendo en la ficción vamente— a cualquier utopía social. La denun- agitada de un mundo hostil, pero siempre seguro cia y la anomia no devienen en propuesta, y el que el castigo está cerca. Es una visión desen- corolario que se colige con esta tragedia urbana cantada y marginal pero a la vez religiosa de la es que la salida, sin duda, es la atomización y el vida misma. ensimismamiento del sujeto. 74

Anda a la deriva en la vida porque la traición a Por otro lado, la memoria supone una co- él lo incentiva. Parte del castigo de tu fiel amigo. munidad de emociones, pero en Colombia pa- Cuidado la llave puede estar contigo. Así es que te reciera no existir sino el sujeto fragmentado, lo digo. Así te lo predigo. Parte del castigo de tu aislado y sin valores cívicos internalizados. En fiel amigo. Cuidado, la llave puede estar contigo el caso de los jóvenes, señala Pérez Tornero que (La Etnnia, El allegado, 2008). existe una tendencia a pensar lo juvenil desde el aislamiento, lo que constituye en sí mismo una trampa para avanzar en la formación de actores sociales: Los enemigos: la sociedad, el Estado, la Policía, los medios El joven será el héroe retórico y falso de nues- de comunicación y la fábrica tro universo cultural mientras se someta volunta- riamente al aislamiento autocomplaciente que le propone el sistema. Este aislamiento hace de él Uno de los personajes centrales dentro de la un ávido consumidor y un inapetente sujeto que discursividad del rap es la sociedad, la cual apare- ignora, por sistema, al otro (2009). ce representada, al igual que el gueto, como una categoría imaginada, compuesta por los otros, Esta observación crítica de Pérez parece ser- por los que miran de soslayo al gueto. La so- nos de mucha utilidad para enfrentarnos a la ciedad es la némesis del gueto, está al otro lado manera en la que los M.C. se representan a sí del ring, señalando, corrompiendo, asesinando y mismos a lo largo de los textos del rap. Es ne- excluyendo: cesario aclarar que el interés no es desvirtuar la

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aún a riesgo de ser condenado al castigo de las señanza de la ley a los jóvenes M.C. De nuevo, minas o las encomiendas (p. 39). JHT propone una escena crítica frente a los va- lores tradicionales y la violencia cultural que él El rap oscila entre la reproducción de esa su- identifica como flagelo nacional. Así mismo, en misión, al pensar las juventudes urbano populares la canción La esquina, el mismo cantante presen- como condenadas a la marginalidad, y la crítica a ta la calle como escenario de manifestación de esa posición sumisa, al poner, en voz de JHT, lo político, como expresión de la inequidad, la un llamado a la toma de consciencia del orgullo opresión y la insuficiencia del Estado. La voz ra- patrio. El rapero de las canciones no es sumiso, pera percibe la falsa armonía de la seguridad de- recordemos que es un guerrero, pero tampoco es mocrática hecha una guerra sin fin en el asfalto: propositivo, ni la esperanza le da para ser visio- “Señor presidente, qué seguridad, su policía me nario ni revolucionario. golpea con alegre maldad, quiso sacar del campo De la misma forma que el rap propone una el fusil, pero trajo al asfalto la guerra sin fin, es la manera de entender la ciudad y la nación, tam- esquina la que guarda nuestra política” (JHT, La bién hace alusión a las instituciones del Estado. esquina, 2009). Dentro de ellas, en particular, se habla de la Las alusiones a las instituciones del Estado Policía como aparato represor que reproduce pasan también por la mención a la imposibilidad una violencia estructural. El policía y el políti- de ejercer el derecho a la salud y la educación, co son personajes recurrentes en las letras de las como parte de una política social insuficiente. canciones que nos ocupan. Flaco Flow y Melanina, afro-colombianos des- plazados, habitantes de Ciudad Bolívar y JHT, Me empezaron a pegar patadas en el culo. Me otro habitante del gueto, ven desde abajo el pre- trataron como si fuera su trapo sucio del tercer cario sistema de educación y salud: piso a la puerta de la calle. Me llevaron con garro- te los muy salvajes. Ningún ciudadano se dignó Universidad soñó al graduarse, pero luego despier- 76 a ayudarme, sólo se limitaron a burlarse. En el ta y piensa en la tierra; la educación superior no es tanque la cosa no mejoró, hacinado juntamente para pobres, cualquiera se presenta, por supuesto, me encontraba yo. Conclusión: 24 horas de cala- a la u del Estado, un cupo entre 300 y no fue el be- bozo por hacer ni mierda, que grandioso (JHT, El neficiado, luego en busca trabajos sin certificados Odio, 2009). (JHT, La esquina, 2009). Más adelante, el M.C. complementa: Necesitas atención y te mueres en el andén, por- que la operación no la paga el Sisben, oh, qué bien, Una tarde mi parcero Kávelo iba con una nena tan bacano tener Sisben (Flaco Flow & Melanina, en plena avenida y tropezaron, que mal, con mera Atención, 2008). garbimba; esto es un atraco ñero deme lo que ten- ga, ya Kávelo le pasó su celular panela. Kávelo le Probablemente existan algunos “moldes” contó al teniente el atraco que esa misma tarde él transnacionales que prefiguran la discursividad sufrió, y sabe qué nos dice nuestro rey el paladín del rap; sin embargo, en el caso de Colombia, de la justicia y la de ley: tienen que andar armados éstos adquieren formas particulares al resaltar para defenderse y también para lucirse frente a sus mujeres (JHT, El odio, 2009). la desigualdad estructural que más que ser una ficción musical, es una verdad de a puño. Así, La degradación ética de la Policía, ciertamen- nos vemos obligados a pensar cómo opera en te fundamentada en la experiencia empírica, apa- este caso el poder perlocutivo (Austin) del lengua- rece personificada en el consejo que el teniente je. ¿Qué incidencia tiene que un puñado de can- da a Kavelo (otro rapero bogotano) en el Odio. tantes de un género subalterno como el rap esté La masculinidad, asociada al ejercicio de la vio- cantando a la insuficiencia del Estado? ¿Se pro- lencia, la ostentación traqueta del arma, es la en- duce algún proceso de movilización u otra ac-

Polisemia No. 16, 64 - 78. Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Julio - diciembre de 2013 Bogotá desde el rap bogotano: sin amigos, sin ley y sin futuro ción política práctica? Estas preguntas rebasan Esta crítica resulta muy aguda en cuanto va la intención del presente estudio. No obstante, en contravía de los discursos que constituyen la podemos apuntar que son muy pocos los proce- juventud desde los medios de comunicación. La sos de reivindicación sociopolítica desarrollados propaganda de la empresa de cerveza Bavaria pro- desde los grupos juveniles raperos, aunque por mulga: “Celebra colombiano que es como mejor lo menos ellos siguen oficiando el noble oficio te ves”, slogan que acompaña la foto de una mu- de la sospecha. Quizás, si pasaran de la denuncia jer joven, hermosa y semidesnuda. Ese modelo a la acción habría posibilidad de ver de manera del chico cool, dueño del placer, es atacado por más clara el poder instituyente de su música, sin la pluma mordaz del M.C., que evidencia en el perder de vista que ésta no es, ni tiene porque mismo placer una atadura fundamental. Hay que evaluarse en sus resultados políticos. decir que en medio de un panorama musical tan raquítico, resulta interesante ver otras posiciones Esta discusión nos permite traer a colación que debatan la construcción social de la juven- lo planteado por Bourdieu sobre los artistas en tud. No obstante, y como es apenas predecible, su texto El sentido social del gusto, donde explica el los raperos se debaten entre la crítica a lo masi- lugar de los mismos artistas en el espacio social: vo y la intención de masificar su música. Esto se hizo evidente cuando en una entrevista a la joven Excluidos del poder político y económico, arro- cantante Electra, en la localidad de Kennedy, se jados por la mayoría en la miseria dorada de la refirió a JHT como unvendido al sistema, por haber vida de bohemio, los artistas encuentran en la prensado varios discos y haber adulzado su lírica. contestación simbólica del orden burgués que los excluye (al menos tanto como ellos lo ex- Yo me sorprendí, dada mi alta estima del cantan- cluyen) una manera de revertir simbólicamente te, pero luego comprendí que en la lucha por el su relación hacia su situación objetiva, es decir, underground el enemigo es el que está más cerca hacia la relación que se establece objetivamente a la posibilidad de la popularidad. entre quienes detentan el poder y los artistas o Otra de los lugares sociales evidentes en las los intelectuales coaccionados a pagar la autono- 77 mía que les es concedida por su desplazamiento líricas del rap es la fábrica. En la canción Pablo hacia prácticas destinadas a permanecer simbóli- Gueto de JHT, inspirada en la canción Pablo cas, sean simbólicamente revolucionarias o revo- Pueblo de Rubén Blades, se relata el desempleado lucionariamente simbólicas (2010, p. 70). que pasa por la humillación de pedir trabajo. En una escena casi kafkiana, Pablo Gueto es auscul- Junto con la sociedad, la nación, el Estado y tado por las psicólogas de selección de personal: la Policía, aparecen los medios de comunicación como un nuevo enemigo, los cuales, para los Presenta la famosa prueba del polígrafo, escarban M.C., homogenizan el pensamiento de los suje- en su alma, graban todo lo dicho, tiene buenas in- tos. Raperos como JHT han ubicado un nuevo tenciones, quiere un fucking trabajo, tener seguro némesis del hip hop: el , como símbo- médico y comer como humano, lo manosean cual lo del placer irreflexivo, tan adecuado a la lógica gusano, de su intimidad abusan, son los tiempos pop de los medios de comunicación. de Pablo y su lucha injusta, inmunda (JHT, Pablo Gueto, 2009). Sírveme una copa más, borracho hasta el amane- cer, la venenosa música que venden para tu ser, La imposibilidad de conseguir trabajo hace con su poder te hacen creer un chico cool, a la que JHT, el narrador, coliga el destino de Pablo: moda, y sólo eres uno más en una multitud sim- plona, el modelo Pepsi Cola de pancartas y revis- Por muy bien que le vaya el seguirá siendo escla- tas, tu modelo a seguir para lanzar a la vista o el vo, apto pa´ malos tratos y para empleos bara- regaetonto con videos de mansiones y lujos, en tos, un sueldo mínimo no alcanza para estudiar sus piscinas alquiladas y alquilados culos (JHT, Es ni mirar alto. Él desearía estudiar, la inteligencia veneno, 2009). se va con códigos impuestos en la casa presiden-

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cial ¿Cómo paga pasajes? ¿Cómo paga matriculas? do su esfuerzo en algunos fenómenos puntuales, ¿Cómo puede aspirar a la vida que imagina? Pablo rumiando algunos lugares comunes, espectacu- pueblo, no hay empleo, mas bien desempleo, hijo larizando la calle, asumiendo la imposibilidad de del grito y la calle (JHT, Pablo Gueto, 2009). la utopía, denunciando la violencia estructural La inteligencia discursiva de los raperos, la de nuestro sistema, poniendo a la luz la ideolo- que crea historias y metáforas, va contando la gización, a veces oculta, de las culturas urbanas historia de un sector social específico, enfocan- juveniles.

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