Territorios 35 / Bogotá, 2016, pp. 127-148 ISSN: 0123-8418 ISSNe: 2215-7484

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México ¿gentrificación o repoblación? Urban Politics and Sociodemographic Changes in City’s Urban Center ¿Gentrification or Resettlement? Política urbana e mudanças sociodemográficos no centro urbano de Cidade do México, gentrificação ou repovoamento?

Ibán Díaz Parra*

* Licenciado en Geografía por la Universidad de Se- villa. Doctor en Geografía Humana por la Univer- sidad de Sevilla. Becario posdoctoral en el Instituto de Geografía de la UNAM Recibido: 21 de agosto de 2015 entre 2013 y 2015. Becario Aprobado: 30 de marzo de 2016 posdoctoral del Instituto Doi: dx.doi.org/10.12804/territ35.2016.06 Gino Germani de la Uni- versidad de Buenos Aires desde abril de 2015. Correo electrónico: ibandipar@ Para citar este artículo: gmail.com Díaz, I. (2016). Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México ¿gentri- ficación o repoblación?Territorios , 35, 127-148. Doi: dx.doi.org/10.12804/territ35.2016.06 127 Resumen Palabras clave El centro urbano de Ciudad de México ha sufrido fuertes transformaciones en las últimas décadas, gentrificación, renovación que en el discurso imperante tienden a interpretarse como una rehabilitación y repoblación. Al mis- urbana, centros históricos, mo tiempo, algunos académicos afirman la existencia de un proceso de gentrificación que implicaría política urbana. la sustitución de la población más humilde de estos sectores. El presente texto pretende aportar a este debate realizando una interpretación histórica de la desvalorización y revalorización del cen- tro urbano y su relación con los cambios sociodemográficos más recientes, ilustrados a partir de la exploración de los censos de población y vivienda. El resultado es la identificación de una serie de sectores del centro urbano donde coincide una fuerte reinversión de capital público y/o privado con tendencias a la promoción social relativa de su población.

Abstract Keywords In the last decades there have been significant changes in ’s urban core. The hegemonic gentrification, urban thought has often interpreted these changes as a process of building upgrading and resettlement. renewal, urban core, At the same time, some scholars are denouncing a gentrification process and the substitution of the urban politics. poorer dwellers for more affluent ones. This paper develops a historical review of the urban center devaluation and revaluation and its relation to more recent sociodemographic changes by exploring the Mexican census. As a result, the research highlights a series of sectors in the urban core where strong public or private investment coincides with the social upgrade of its population.

Resumo Palavras-chave O centro urbano de Cidade do México tem sofrido fortes transformações nas últimas décadas, que gentrificação, renovação no discurso imperante tendem a interpretar-se como uma reabilitação e repovoamento. Ao mesmo urbana, centros históricos, tempo, alguns acadêmicos afirmam a existência de um processo de gentrificação que implicaria a política urbana. substituição da população mais humilde destes setores. O presente texto pretende aportar a este debate realizando uma interpretação histórica da desvalorização e revalorização do centro urbano e a sua relação com as mudanças sociodemográficas mais recentes, ilustradas a partir da exploração dos censos de população e vivenda. O resultado é a identificação de uma série de setores do centro urbano onde coincide um forte reinvestimento de capital público e/ou privado com tendências à promoção social relativa da sua população.

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128 Ibán Díaz Parra 1. ¿Qué es gentrificación? inutilidad fuera del contexto anglosajón donde en primer lugar se ha estudiado. En Las consecuencias positivas de las interven- el extremo opuesto, Casgrain & Janoschka ciones de rescate, recuperación, mejora, (2013) realizan esta identidad de una for- revitalización, etcétera, sobre los espacios ma radicalmente diferente, defendiendo centrales, a menudo con una importante el sentido crítico de la gentrificación y su carga patrimonial y con el peso de décadas aplicación en América Latina frente a con- de abandono, son de sobra conocidas y se ceptos mainstream como rehabilitación, encuentran invariablemente en los docu- revitalización o renovación urbana que “es- mentos de carácter técnico que sobre estas conden, detrás de un discurso eufemístico, cuestiones suelen manejar las administra- la creciente mercantilización de las ciudades ciones locales, así como en la importan- y la perpetuación de las diferencias sociales te producción académica sobre el tema. a escala territorial” (Casgrain & Janoschka, Aunque algunos extremos de este discurso 2013, p. 21). Algunos textos en castellano merecen ser cuestionados, no es ese el ob- (Hernández, 2012; Salinas, 2013) parecen jetivo de este texto. Antes bien, se pretende identificar la gentrificación con cierto tipo intervenir en la discusión sobre la validez de embellecimiento urbano y cambios en del término gentrificación, defendiendo su el tejido comercial, siguiendo el camino uso para referir aspectos de las transforma- abierto por Zukin (1987), y prestando me- ciones acaecidas en los espacios centrales de nos atención a la cuestión residencial. Otros Ciudad de México de forma reciente. Por autores, cuando hablan de gentrificación otro lado, el propio uso del concepto, hasta de nueva planta y/o positiva, refieren un cierto punto, abre por sí mismo el camino a proceso de repoblación de vacíos demográ- cuestionar las consecuencias sociales de las ficos en la ciudad, barbechos urbanos que políticas urbanas, al menos en la forma en nunca habían tenido un uso residencial, que se está usando mayoritariamente en el no produciéndose los conocidos efectos mundo hispanoparlante. negativos de sustitución y desplazamiento La labor propuesta resulta más compli- (Butler, 2007; Hamnett, 2009) o dándose cada en la medida en que, a menudo, hay solo en sectores próximos (Lees, 2007; Sla- poca claridad conceptual en el uso de este ter, 2009). Detrás de esto hay discusiones neologismo, cuando no visiones diversas importantes que aquí solo se tocan tangen- y no siempre compatibles sobre cuál es cialmente, optándose por una acepción, si su significado. Así, podría existir una ten- se quiere, clásica y restrictiva del término. dencia a identificar la gentrificación con la El concepto que aquí se maneja parte revitalización de sectores en declive. Ma- del hecho de que la segregación socioes- loutas (2012) viene prácticamente a afir- pacial se produce y reproduce a partir de mar esto, principalmente para argumentar una determinada distribución de las rentas la escasa validez general del concepto y su de suelo en la ciudad capitalista ­(Jaramillo, territorios 35

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⇒ 1 La Delegación Cuauhté- 2009; Schteingart, 1992). Entonces, los mayor o menor medida, a un cierto abur- moc ocupa un lugar central cambios en la ubicación de los grupos hu- guesamiento de usuarios y residentes, el dentro de Ciudad de Méxi- co y contiene la cuadrícula manos responderían en una parte impor- cual implica a su vez cierta sustitución de original de la ciudad. Es- tante (sin pretender obviar otros factores) población. ta última coincide básica- a las transformaciones en esta geografía de El presente texto presenta la primera mente con el denominado las rentas, que responde a su vez a procesos parte de una investigación sobre la trans- Perímetro A del CHCM, donde se localiza la mayor de valorización y desvalorización (tanto formación reciente del Centro Histórico de densidad monumental de objetivos como subjetivos) del entorno Ciudad de México (CHCM). Parte de un la ciudad. Además, existe construido. En relación con lo anterior, análisis de la bibliografía existente, docu- un Perímetro B que rodea aquí se entiende la gentrificación como mentos de planeamiento, informes y otros, al primero, considerado una zona de amortigua- un aburguesamiento de los residentes y con los cuales se realiza una reconstrucción ción por el gobierno local. usuarios de un enclave, que responde a la histórica de los procesos de valorización y lógica de mercado de suelo (aunque tam- desvalorización de los enclaves centrales 2 La estadística nacional bién puede ser fruto de una intervención de la ciudad. Posteriormente se procede mexicana divide el terri- torio en unidades geoesta- estatal directa, a su vez condicionada por al examen de los censos de población y dísticas con tres niéveles de los mercados). vivienda. Se ha elegido trabajar con los de desagregación: estatal, mu- En estos términos, ¿puede hablarse de 2000 y 2010, en los que se espera poder nicipal y básica. La AGEB gentrificación en el centro de Ciudad de observar resultados de las intervenciones (Área Geoestadística Bási- ca) es la unidad mínima México o, por el contrario, se debe hablar concentradas en la década de los noventa y de análisis por encima de de rehabilitación y repoblación de estos primeros años del siglo XXI. Se trabaja en la manzana. espacios, sin implicar un aburguesamiento primer lugar con tres unidades espaciales residencial? Si bien la transformación de jerarquizadas: el término administrativo estas áreas ha sido un hecho notorio en de Ciudad de México, la Delegación de la última década, los cambios producidos Cuauhtémoc y Perímetro A del CHCM1, pueden interpretarse de manera muy diver- para observar cambios relativos en las áreas sa. Desde el discurso oficial, los planes de centrales de la urbe. En segundo lugar, se “rescate” se plantean exclusivamente como han representado una serie de variables a una repoblación de ámbitos que llevaban escala de AGEBs2 con el objetivo de ob- perdiendo residentes desde la década de servar posibles cambios en el mapa social los setenta. Asimismo, se plantea la coloni- de la ciudad. zación de estos espacios por las clases me- dias como algo deseable y positivo. Por el 2. Valorización, desvalorización contrario, la posición que aquí se defiende y revalorización de las zonas es que, en ausencia de un control social centrales de Ciudad de México efectivo del suelo, en un contexto de libre mercado capitalista, la intervención del El espacio cuenta con una valorización ob- medio construido, que implica reinversión jetiva, que depende del medio geográfico, territorios 35 de un entorno desvalorizado, conlleva, en del capital invertido en el espacio concreto,

130 Ibán Díaz Parra de la localización con respecto a otras in- social en un determinado ámbito, fruto de versiones de capital, etcétera (Moraes & Da la movilidad social estructural o absoluta, Costa, 2009). Esto no quita la existencia de y la movilidad social relativa de un sector, una valorización subjetiva, que depende de que en caso de ser ascendente denominaría- aspectos simbólicos y que no tiene por qué mos promoción social relativa. Esta última corresponder necesariamente con la valori- podría consistir en el aburguesamiento o zación objetiva (aunque generalmente sí lo gentrificación de una ciudad con respecto haga), estando vinculada en mayor medida a un marco más amplio (región, estado fe- al afán de distinción y a los estilos de vida deral, etcétera) o aburguesamiento o gen- (Bourdieu, 1988). Ante una determinada trificación de ciertos sectores de la ciudad, diferenciación del espacio, determinados mediada por procesos de valorización ob- usos pagarán un mayor tributo a la pro- jetiva y subjetiva. piedad del suelo para ocupar los lugares En una variedad de publicaciones re- más valorados y exclusivos. En la puja por cientes se señalan como casos paradigmá- estos espacios, los mecanismos de merca- ticos de revalorización de enclaves en Ciu- do harán que sean las clases altas y los usos dad de México a los ensanches al oeste y más rentables (como los financieros en la suroeste de la Delegación Cuauhtémoc y actualidad) los que las ocupen, en la medida el caso del CHCM. Estos tienen en común en que pueden pagar un coste superior a la revalorización de espacios centrales tras cualquier otro grupo o uso (Harvey, 1977; largos periodos de decadencia, que habría Jaramillo, 2009; Schteingart, 1992). Es pasado por una indiscutible reinversión del entorno a estos lugares demandados que medio construido y por ciertos cambios de se estructuraría la geografía de las rentas de estatus más complejos de plantear. En cual- suelo y los grupos sociales, diferenciados quier caso, podría haber cierto consenso en por su posición en la estratificación social que estas transformaciones han implicado y por diferentes estilos de vida (en parte una modificación tanto de la valorización condicionados por su posición económica). diferencial como de la diferenciación social Esta estructura social de la ciudad también del espacio urbano. puede cambiar. Conceptos como filtrado o gentrificación refieren procesos mediante 2.1 Desvalorización los cuales se modifica cierta configuración de una estructura socioespacial dada (Díaz, Hacia el meridiano del siglo XIX Ciudad de 2013). Para que estos conceptos tengan México se correspondía con poco más de sentido y sean útiles a la investigación, es lo que actualmente se considera el CHCM fundamental distinguir entre cambios en la en su perímetro B. Se tiende a considerar estructura social y cambios en la estructura la ciudad preindustrial como un espacio socioespacial. Debería asimismo distinguir- no segregado por criterios socioeconómi- se el cambio generalizado de la estructura cos; sin embargo, el sistema de castas en territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 131 México hizo que la urbe fuese un espacio chas más o menos fuertes por parte de los notablemente diferenciado a nivel sociocul- inquilinos organizados, se toman medidas tural desde su refundación por la Monar- contra la especulación con las rentas urba- quía Hispánica. Independientemente de la nas. No obstante, hay que recordar que mayor o menor diferenciación interna que existen otros factores que estaban actuando pudiese existir en la cuadrícula central en previamente, causando la desvalorización la primera mitad del XIX, entre el último de este espacio urbano. En primer lugar, tercio de este y principios del XX la confi- la huida del capital privado, implicado en guración de la ciudad comienza a cambiar el sector rentista e inmobiliario, hacia los con un desplazamiento progresivo de las nuevos barrios dirigidos a grupos solventes zonas más valorizadas y centrales hacia el en el suroeste de la ciudad, lo que implica suroeste. Esto es producto de las políticas desinversión del medio construido en las de ensanche, que se inician con el Paseo de zonas centrales. Esto es también aplicable la Reforma y la creación de nuevos barrios a la financiación pública, que durante la residenciales. La expansión urbana mo- mayor parte del siglo XX se concentra en derna entra dentro de una estrategia que la expansión periférica (Salinas, 2008; Vi- implica la creación de nuevos lugares de llavicencio & Durán, 2003). Como señala representación de la clase dirigente, con un Smith (1996), el declive de vecindarios es nuevo centro financiero y rector, espacios el resultado de decisiones sobre la inver- residenciales adecuados para la burgue- sión pública y privada, que dan lugar a un sía y las clases medias (comenzando por círculo vicioso de pérdida de valor, desin- San Rafael y siguiendo por Juárez, Roma, versión y deterioro por falta de manteni- , etcétera) y la oportunidad para miento, que libera capital para ser invertido la acumulación de capital en el mercado de en otros lugares. En segundo lugar, están los fraccionamientos de suelo y las activi- los propios procesos de filtrado residen- dades inmobiliarias. De forma paralela, la cial hacia grupos progresivamente menos presión de la migración campo-ciudad iba pudientes en el CHCM. Además, está la dando lugar a la densificación de los barrios cuestión de la terciarización del CHCM residenciales del CHCM. Este alcanzaría que, progresivamente, en la segunda mi- su máxima densificación en la década de tad del siglo XX, se irá convirtiendo en el los cincuenta, momento a partir del cual centro comercial de las clases populares. La comenzaría un prolongado declive demo- competencia del comercio, con capacidad gráfico. Es común achacar a la regulación de pagar rentas más altas por una ubicación de las rentas urbanas en la década de los central que la residencia popular, será un cuarenta el declive posterior del CHCM factor determinante en el despoblamiento. (Esquivel, 2003; González & Kunz, 2005; De esta manera, podría argumentarse que VVAA, 2010). Al igual que en otros países el proteccionismo del Estado de cara a los territorios 35 en América y Europa, tras periodos de lu- inquilinos (mediante el control de la ren-

132 Ibán Díaz Parra tas), hasta cierto punto, permitió mantener Roma o Condesa (Hiernaux, 1999; Tomas, el peso residencial de la zona. 1991). La huida de las clases medias y el Mientras el vacío dejado por las clases filtrado hacia grupos de menor extracción medias en el CHCM era cubierto por fami- social se aceleraría, siendo notorio el fenó- lias migrantes con origen en el éxodo rural, meno de la invasión de edificios de vivien- los ensanches burgueses al suroeste de la das, con protagonismo de grupos indígenas delegación Cuauhtémoc, en su proceso (Delgadillo, 2011b). Otra consecuencia de de envejecimiento, fueron pasando de la este acontecimiento, así como del fuerte élite local a clases medias. Eventualmente, movimiento vecinal que se generaría a par- los procesos de desvalorización afectaron tir del mismo y que se mantiene en parte a los nuevos barrios, tanto por el deterioro en la actualidad, sería la fuerte inversión producido por el uso y el tiempo, como pública en materia de vivienda sobre las por la obsolescencia funcional y de estilo, áreas centrales, que permitiría el acceso a conduciendo a los grupos privilegiados a la propiedad de muchas familias humildes nuevos conjuntos adaptados a los gustos gracias al Programa de Renovación Habita- modernos, como Polanco (Moreno, Mer- cional Popular. Si bien esto estabilizó a una cado & Félix, 2011). En la segunda mitad parte importante de la población, todavía del siglo XX, el proceso de subdivisión de el área central presenta una proporción de las grandes casas burguesas o la sustitución alquileres en vecindades muy superior a de viviendas unifamiliares por vecindades cualquier otra zona de la ciudad. fue reduciendo el estatus de estas zonas. En Roma, en la década de los setenta, llegó a 2.2 Intervención pública ser notoria la entrada de cierta población y e inversión privada actividad marginal, incluida la prostitución (Neri, 2009), muy presente también en Al igual que la progresiva desvalorización ciertas zonas del CHCM. Otro elemento del centro, su revalorización puede enten- interpretado como factor del declive sería la derse como un movimiento estratégico, proliferación extrema del comercio calleje- cargado de significados políticos e inte- ro, que algunos interpretan como respuesta reses económicos. Si bien los agentes que a la profunda crisis económica del país en la intervienen en la revalorización de las áreas década de los ochenta (Coulomb, 2001). centrales de la ciudad son varios, puede afir- La cúspide del declive de las zonas marse que el protagonismo inicial de este centrales llegaría con el terremoto de 1985, giro recae sobre la inversión pública. Es esta que daría lugar a un empeoramiento de una cuestión ideológica y política respalda- las condiciones de las estructuras edilicias, da por intereses materiales en el contexto conduciendo a la proliferación de solares del capitalismo posterior a la década de los y edificios en ruina, riesgo de derrumbe y setenta. Desde la década de los ochenta predios vacíos tanto en el CHCM como en se va desacelerando el crecimiento de la territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 133 ­ciudad, al mismo tiempo que se introducen oposición popular. No obstante, en 2000, ideas foráneas en el urbanismo y la política ya con un gobierno autónomo y de centro- pública: discursos conservacionistas res- izquierda en la ciudad, se recuperó con pecto del patrimonio, pero también otros sustanciales modificaciones. Finalmente, vinculados a la política urbana neoliberal. la intervención consistiría en la instalación En cualquier caso, los espacios centrales de varios edificios públicos del gobierno, históricos empiezan a ser percibidos co- hoteles y proyectos inmobiliarios para re- mo áreas de oportunidad ante la creciente sidentes de estatus elevado (Delgadillo, importancia a nivel internacional de los 2008; Hernández, 2012). Los diversos sectores turístico e inmobiliario-financiero. documentos redactados por el Fideicomiso En 1980 se establece un perímetro de pro- sobre el proceso de rescate, no dejan duda tección y en 1987 el CHCM es declarado de la intención de introducir clases medias patrimonio de la humanidad por la Unesco. en el sector. Asimismo, en el marco del Estos hitos, con una fuerte influencia en planeamiento general del Distrito Federal los programas de desarrollo urbanos que de 1996, se proyectaron planes de conser- se irían redactando a partir de estas fechas, vación patrimonial y mejora urbana para serían seguidos por un cierto giro en la lo que se consideró un “Centro Histórico política urbana hacia modelos derivados Ampliado”, el conjunto de viejos ensanches de la lógica del mercado privado, perspec- burgueses al oeste y suroeste: Roma (norte tiva empresarial, etcétera (Hiernaux, 1999; y sur), Condesa, Santa María de la Ribera, Iracheta, 1998). Valenzuela (2013) sitúa la San Rafael y Juárez (ver figura 1), así como irrupción del paradigma de intervención algunos barrios populares de similar data- neoliberal en los gobiernos de Salinas de ción y con cierta carga patrimonial, como Gortari, con el planteamiento de varios la . El discurso de la ne- grandes megaproyectos dirigidos al desa- cesidad de repoblar el CHCM es un lugar rrollo o ampliación de enclaves de prestigio común en los documentos producidos en (Santa Fe y ), así como a la este contexto, tanto en los planes delega- puesta en valor de sectores patrimoniales cionales de desarrollo de Cuauhtémoc, degradados con claro potencial turístico como en el planeamiento parcial derivado. (Alameda, CHCM y ). Con la De forma paralela se sancionó el co- reforma de La se inicia nocido Bando Número 2 (2000), que res- la recuperación del perímetro histórico de tringió la concesión de licencias en la mayor la capital. Para ello se crea un fideicomiso parte de Ciudad de México para fomentar que se encargaría de promover iniciativas la construcción en las delegaciones centra- inmobiliarias y el desarrollo de un nuevo les. Esto potencia la reinversión de varias centro financiero en la zona. La primera colonias de la Delegación Cuauhtémoc, configuración del plan es de 1991, que no algo que ya se venía produciendo desde la territorios 35 llega a realizarse por encontrar una fuerte década de los noventa y que se hace espe-

134 Ibán Díaz Parra cialmente patente en la primera del siglo anterior, la expectativa de beneficios en el XXI. Por otro lado, el llamado programa sector inmobiliario y rentista en estas áreas de rescate urbano implicaría, a lo largo se multiplica, en la medida en que se ge- de esta década, la reubicación de la venta neran expectativas de revalorización sobre ambulante en el Perímetro A del CHCM, espacios previamente muy desvalorizados, el incremento de la presencia policial y la lo que ha podido generar importantes ga- video-vigilancia y la rehabilitación o rede- nancias especulativas para inversores bien sarrollo de edificios residenciales, dota- informados. Finalmente, ha existido una cionales y de oficinas (Delgadillo, 2008; alianza explícita público-privada, claramen- Hernández, 2012; Leal, 2007). te en el caso de Fideicomiso del CHCM, En tiempos recientes también se han que ha llegado a convertir agentes priva- implementado políticas en favor de las cla- dos en protagonistas del desarrollo de la ses populares. En este sentido Delgadillo política pública urbana, en particular con (2011b) señala como los gobiernos de cen- el rol jugado por el multimillonario Carlos tro-izquierda que se suceden en la ciudad Slim. Este, ha tenido un papel indiscutible desde 1997 han prestado especial atención en el proceso de revalorización de las zonas a la población perteneciente a pueblos ori- centrales, presidiendo el consejo consulti- ginarios, habitualmente instalada en el cen- vo para el rescate del CHCM (creado en tro donde se dedica al comercio ambulante. 2001) e instrumentalizando la Fundación Asimismo, el INVI diseñó un programa de CHCM (de su propiedad). El programa atención específico para estas comunidades inmobiliario de esta entidad adquiriría y re- con el que se realizaron hasta 14 conjuntos habilitaría decenas de inmuebles en la zona, habitacionales, en su mayor parte en las acogiendo viviendas de estatus elevado y áreas pericentrales, ya en la primera déca- residencias para estudiantes o para artistas. da del siglo XXI. Además, los programas Además, la institución ha promovido pro- de apoyo a la rehabilitación, aunque con gramas sociales, artísticos y culturales, en tendencia al fachadismo, también habrían especial en el corredor cultural de Regina, beneficiado a los hogares humildes propie- en el extremo sur-occidental del perímetro tarios de sus viviendas (Delgadillo, 2011a). A, donde también se realizaron significati- Respecto del vuelco del capital privado vas inversiones inmobiliarias (Díaz, 2015). sobre los espacios centrales hay varias cues- Por último, no se debería descartar la tiones que apuntar. En primer lugar puede existencia de nuevas pautas de consumo interpretarse como un contagio (persegui- entre las clases medias. La dinamización del do) de la inversión pública a la privada, al mercado inmobiliario de Roma y Condesa generar expectativas de revalorización, con se ha vinculado a un sector muy concreto la administración asumiendo riesgos que de estas. Solteros, familias jóvenes, traba- no hubieran sido afrontados de otra for- jadores del ámbito cultural, profesionales ma. En segundo lugar, y en relación con lo extranjeros, etcétera, con mayores necesi- territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 135 dades de exposición social que satisface el dueños o invadidos por clases populares. centro de la ciudad (Moreno, Mercado & Por último, y a raíz de las políticas del IN- Félix, 2011; Neri, 2009). VI desde la década de los ochenta, existe En cualquier caso, la dinamización cierto fraccionamiento en la propiedad, del mercado de la vivienda en las zonas con una gran cantidad de propietarios no centrales sigue encontrando serias dificul- capitalistas, lo que dificulta el desarrollo de tades. Por un lado está el elevado peso de grandes estrategias inmobiliarias, aunque el la propiedad estatal, que en el CHCM alquiler sigue en torno al 35%, por lo que puede llegar a un tercio de los predios. hay cierto margen para estas. Obviamente, Por el otro, las irregularidades con respec- estos obstáculos son mucho más fuertes en to a la propiedad privada, con una gran el CHCM que en las zonas de ensanche al cantidad de predios abandonados por sus suroeste de la ciudad.

Figura 1: Localización

territorios 35 Fuente: elaboración propia.

136 Ibán Díaz Parra 3. Cambios sociodemográficos. de los objetivos iniciales del presente traba- ¿Repoblación o aburguesamiento? jo. De cualquier forma, el elevado grado de desagregación de los datos del censo con- A continuación se procede al examen de vierte esta fuente en óptima para el análisis los censos de 2000 y 2010 y del conteo de de las transformaciones sociodemográficas. población de 2005. Con esto se pretende encontrar indicios de aburguesamiento re- 3.1. Cambios sociodemográficos sidencial relativo que pudieran vincularse de Ciudad de México con la reinversión del entorno construido y otro tipo de acciones dirigidas a la revi- Ciudad de México actualmente gana po- talización de las zonas centrales. Para esta blación a un ritmo moderado (tabla 1). misión, los datos ofrecidos por el censo son Comparándola con el Distrito Federal, la ricos, pero limitados. Como en la mayoría delegación de Cuauhtémoc se comporta de de los sistemas estadísticos nacionales, los forma semejante, invirtiendo la tendencia censos mexicanos no están pensados para al declive demográfico que se hizo notar y realizar análisis históricos. El tipo de infor- fue fuente de preocupación desde la década mación recogida varía mucho entre uno y de los ochenta. Respecto del CHCM (pe- otro censo, limitando el número de indica- rímetro A), si bien pierde población entre dores susceptibles de una comparación in- 2000 y 2010, la mayor parte de esta pérdi- tercensal. Los datos sociolaborales compa- da se produce en el primer lustro, tenien- rables a un nivel elevado de desagregación do un crecimiento notable en el segundo son reducidos, aunque los indicadores de quinquenio de la primera década del siglo formación cuentan con la ventaja de estar XXI. Entre 2000 y 2005 el perímetro A fuertemente correlacionados con los ingre- pierde 11.000 habitantes, más de un 16% sos y con los niveles generales de consumo. de su población, mientras que en el lustro En este sentido, incluir más indicadores no siguiente gana más de 3.000. De esta for- mejora necesariamente la información pre- ma, las tendencias demográficas al despo- sentada, que se volvería redundante. blamiento, propias del sector más antiguo Respecto de la información estricta- de toda la ciudad, se han invertido en la mente demográfica, esta suele ser mucho primera década del siglo XXI. más abundante en los censos, aunque su Respecto de la estructura por edades, utilidad sigue siendo limitada. Por un lado, existe una tendencia en Ciudad de México el cambio en el tipo de información recogi- a un tímido envejecimiento de la población. da entre censo y censo sigue siendo grande. Cuauhtémoc y el CHCM son porciones Por otro lado, aunque un elevado número relativamente envejecidas de la ciudad, aun- de datos demográficos permitiría profun- que el segundo pasa de estar relativamen- dizar en la caracterización de las distintas te envejecido a ubicarse ligeramente por unidades espaciales utilizadas, esto se desvía debajo del dato para Ciudad de México. territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 137 Tabla 1. Cambios sociodemográficos. Variación intercensal (2000-2010) Por su parte, el tamaño de los hogares es Ciudad de México 2000 2005 2010 ligeramente inferior en las áreas centrales y Población 8.584.919 8.690.550 8.810.393 su evolución similar, tendiendo a reducir su tamaño de forma paulatina. Este tipo % Mayores 65 5,86 6,85 7,79 de datos deben tomarse con prudencia res- Tamaño promedio de los hogares 3.9 3.7 3.6 pecto del problema que plantea el artículo, % Nacidos en otra entidad 21,88 18,91 dado que mientras en una gran ciudad es- tadounidense, el rejuvenecimiento relativo Grado de escolaridad 9,68 10,29 10,57 de la población se vincula habitualmente al Ocupantes / cuarto 1,27 0,92 0,7 aburguesamiento de sus habitantes, esto no % Viviendas con refrigerador 88,21 87,72 88,41 tiene por qué ser así en todos los casos. En un país como México, que mantiene unas % Viviendas con ordenador 21,50 36,15 49,19 tasas de natalidad relativamente altas entre Delegación de Cuauhtémoc 2000 2005 2010 sus clases populares, la mejora de estatus de Población 516.255 521.348 531.831 un sector urbano podría asociarse precisa- % Mayores 65 8,26 8,58 9,10 mente al envejecimiento. Un dato que podría resultar relevante Tamaño promedio de los hogares 3.7 3.5 3.4 es el porcentaje de población nacida fue- % Nacidos en otra entidad 24,45 20,83 ra de la AGEB, lo que refiere el grado de Grado de escolaridad 10,61 11,24 11,69 estabilidad o arraigo de la población. En todas las unidades la tendencia es que esta Ocupantes / cuarto 1,07 0,81 0,6 proporción se reduzca entre 2000 y 2010, % Viviendas con refrigerador 86,67 85,65 88,91 aunque en menor medida en las áreas cen- % Viviendas con ordenador 22,20 36,88 53,84 trales. A este respecto, resulta lógico encon- trar un dato mayor en la delegación central Centro Histórico (Perímetro A) 2000 2005 2010 y mucho mayor en el CHCM, habiendo Población 66.395 55.315 58.488 sido históricamente primer destino de la in- % Mayores 65 6,41 7,34 7,78 migración procedente de las zonas rurales. % Nacidos en otra entidad 33,11 32,71 En relación a un supuesto aburguesamiento del área central, de nuevo, este dato puede Grado de escolaridad 7,18 9,36 9,37 someterse a interpretaciones contrarias, da- Ocupantes / cuarto 1,41 1,06 0,7 do que la mayor inmigración puede deberse % Viviendas con refrigerador 80,40 82,73 84,49 tanto a la llegada de clases medias, como de inmigrantes pobres procedentes de zonas % Viviendas con ordenador 22,20 36,88 53,84 rurales, procesos que podrían estar sola- Fuente: censos de población y vivienda, INEGI. pándose en el CHCM (ver a este respecto territorios 35 Díaz, 2015).

138 Ibán Díaz Parra Pasando a los indicadores con mayor sociales superior o muy superior al del con- significado socioeconómico, se ha recurri- junto de la ciudad. do a utilizar el promedio de escolaridad, Esto coincide con los datos existentes que es el resultado de dividir el monto de sobre vivienda, en los que se produce una años escolares aprobados por personas de mejora generalizada entre los dos censos: 15 a 130 años de edad entre personas del una reducción del hacinamiento y un me- mismo grupo de edad. A este respecto, jor equipamiento de las viviendas para el Ciudad de México contó con cierta movi- consumo. La proporción de habitantes lidad ascendente, un resultado acorde con por cuarto sufre un descenso generalizado los cambios en la estructura sociolaboral en todas las unidades espaciales del análi- del país. El interés de este indicador reside sis, siempre un dato menor en el caso del en comprobar si el centro urbano tiene un CHCM, lo que coincide con la subocupa- comportamiento discordante. Se ve como ción que sufre desde hace décadas. Hay que no es así, dado que la delegación de Cuau- destacar que el número de viviendas vacías htémoc, que aparece en todo momento en 2010 superaba el 10% para Ciudad de como un sector con valores ligeramente México y se situaba en torno al 18% para por encima del conjunto, tiene un incre- el CHCM. Por otro lado, un consumo bá- mento de los indicadores algo superior a sico como la presencia de refrigerador se la cifra global. Aunque los datos no son mantiene estable en la ciudad mientras que excesivamente llamativos, sí que insinúan sube mucho en las áreas centrales, y lo que que Cuauhtémoc, como sector privilegia- podríamos denominar un consumo suntua- do, tiende alejarse de la media. El CHCM rio (cada vez menos), como la presencia de por su parte se muestra como un sector con ordenador, se incrementa en toda la ciudad, valores por debajo de la media, situación pero mucho más en las áreas centrales. que no cambia con el paso del tiempo. No El dato de los hogares indígenas (ha- obstante, en el perímetro A el incremento blantes de un idioma indígena) tiene interés del promedio de escolaridad es muy supe- en sí mismo, aumentado por la correlación rior tanto al dato del Distrito Federal como que suele existir entre la condición de mi- al de Cuauhtémoc. Si en estos sectores la noría étnica y el estatus social. Los hogares variable se incrementa en un 9 y un 10% censados como indígenas son reducidos en respectivamente, en el CHCM sube has- el Distrito Federal, por debajo del 3%, aun- ta en un 30%. Esto ha hecho que casi se que con una cierta tendencia a incrementar alcance la media de la ciudad, invitando su peso. Su localización más habitual ha además a pensar en un proceso de conver- sido el centro urbano. Sin embargo, en- gencia con el resto de la delegación, muy tre 1990 y 2010 la población indígena de tenue todavía. En otras palabras, tanto en Cuauhtémoc ha variado poco, o incluso se la delegación central como en el Perímetro ha visto ligeramente reducida en términos A existe un incremento de los indicadores relativos. El elemento más destacable­ es territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 139 que la población indígena de esta delega- cas en torno a la media de la distribución. ción pierde peso en relación a la del con- El promedio de escolaridad, así represen- junto de la ciudad (figura 2). Es decir, la tado en la figura 3, muestra claramente la delegación central podría estar reduciendo polarización social norte-sur y este-oeste su importancia como zona receptora de de Ciudad de México. Una situación que inmigrantes hablantes de lengua indígena nace de la misma delegación central de procedentes de las zonas rurales en favor Cuauhtémoc, donde también se ilustra per- de otros sectores. fectamente esta diferenciación. Tanto en el censo de 2000 como en el de 2010 se de- 3.2. La diversidad interna del cambio fine un clúster de valores altos al suroeste, que arranca de los primeros ensanches del Los mapas que se presentan en este epígrafe siglo XX. Se trataría de un centro privilegia- se realizaron utilizando el software Geoda, do desviado hacia el suroeste frente a una tomando las AGEBs como unidades de periferia pobre, que se extiende en mayor análisis y calculando las desviaciones típi- medida hacia el norte y el este.

Figura 2: Variación de la población indígena en Cuauhtémoc 10

9

8

7

6

5

4

3

2

1

0 1990 1995 2000 2005 2010

Sobre el total de población de Cuauhtémoc Sobre el total de indígenas del DF territorios 35 Fuente: censos de población y vivienda, INEGI.

140 Ibán Díaz Parra En la zona central, en ambos censos, Figura 3: Promedio escolaridad. Desviaciones típicas (2000-2010) todo el cuadrante suroeste de la delegación (Roma, Condesa, etcétera) se encuentra dentro de las zonas privilegiadas, mien- tras que el perímetro A del CHCM y sus barrios limítrofes al norte, sur y este están por debajo. Entre 2000 y 2010 podemos encon- trar cambios en el área central, aunque estos no son radicales. En primer lugar, se aprecia una consolidación de las colonias al suroeste como zonas con valores relativa- mente altos, con varias AGEBs que pasan de ubicarse simplemente por encima de la media a estar entre una y dos desviaciones típicas arriba. En segundo lugar, se aprecia una li- gera expansión del clúster de valores altos en dirección al centro desde las mencio- nadas colonias. En el CHCM, fuera del perímetro A, aunque limítrofe al mismo, es notorio el cambio de los polígonos al sur de La Alameda Central, que pasa de encontrarse por debajo de la media a estar por encima en 2010. Dentro del perímetro A, esto también ocurre con algunos secto- res en el extremo suroeste del mismo. La figura 4 complementa el mapa anterior, introduciendo otro indicador de estatus, la proporción de viviendas con computadora, mostrando tendencias similares. Por lo tanto, existen indicios de pro- moción social relativa del extremo suroes- te del CHCM (sur de la Alameda Cen- tral y entorno de Mesones-Regina), que podría interpretarse como una expansión del clúster suroeste de estatus social eleva- Fuente: censos de población y vivienda, INEGI. do. Asimismo, se aprecia una mejora de la territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 141 3 El porcentaje de viviendas Figura 4: porcentaje de viviendas con ordenador. con ordenador ha sufrido Desviaciones típicas (2000-2010)3 un incremento enorme en el conjunto de la ciudad du- rante el periodo intercensal, como resulta lógico y acorde con el cambio tecnológico y cultural. No obstante, el in- terés de este indicador, al igual que el de los otros que se exponen, reside en obser- var comportamientos atípi- cos de determinados sectores con respecto a la variación en el conjunto de la ciudad.

territorios 35 Fuente: censos de población y vivienda, INEGI.

142 Ibán Díaz Parra ­situación de las colonias Condesa y Roma, Figura 5: Total de hogares indígenas. Desviaciones típicas (2005-2010) pero también en las AGEBs limítrofes de la colonia vecina y popular de Doctores y en las colonias residenciales al oeste del CHCM, San Rafael y Santa María de la Ri- bera (zonas de clase media con su origen en el final del siglo XIX, con procesos de declive similares a los del resto de las colo- nias centrales). Los cambios no se limitan a la delega- ción de Cuauhtémoc, donde pone el foco este trabajo. También se advierte una pro- moción social relativa al sur, en las zonas en torno a , y al norte, en las AGEBs limítrofes entre Pensiles y Polanco, mien- tras que las fronteras al este parecen mucho más estables. Finalmente, el último mapa (figura 5) muestra el número total de hogares indí- genas (hogares con jefe hablante de lengua indígena). Aquí aparecen de nuevo varios clústeres localizados en ubicaciones perifé- ricas de estatus social bajo, con la excepción de la delegación Cuauhtémoc. Las varia- ciones son escasas. Inapreciables en el caso del CHCM. Solo se percibe una pérdida de posición en cuanto al alojamiento de hogares indígenas en las colonias al suroes- te y oeste. Esto es apreciable en el sector Roma-Condesa y en la zona limítrofe de , así como en las colonias de Guerrero, San Rafael y Santa María de La Ribera.

Fuente: censos de población y vivienda 2000 y 2010, INEGI. territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 143 4 Parcialmente reubicado 4. Áreas de interés para relacionar lo anterior con el hecho de que en plazas cubiertas, dentro fueran sectores que contaban con indica- y fuera del Perímetro A del el estudio de la gentrificación CHCM. dores sociales por debajo de la media y que Tras lo anterior pueden delimitarse una se- han pasado a situarse por encima, apuntan- rie de áreas de interés en el centro urbano do esto a un cierto aburguesamiento. Se da de la ciudad. Sectores que presentan indi- la circunstancia de que las AGEBs que han cios de gentrificación: en los que se detecta sufrido este cambio, entre 2000 y 2010, una promoción social relativa, un cambio de forma similar al conjunto del CHCM, de estatus más radical en unos casos que en han tenido un crecimiento real negativo, a otros, coincidente con una reinversión pú- pesar de existir una notable recuperación blica y/o privada sobre el medio construi- en el segundo lustro. En ellos estaría sobra- do y estrategias diversas de revalorización. damente justificado valorar la existencia de El caso en el que la promoción social gentrificación, a la espera de observar cómo relativa está más claramente vinculada a evolucionan estos indicadores en futuros una intensa intervención urbanística es el censos. Asimismo, sería conveniente com- del sector suroeste del CHCM. Aquí, se plementar esta información con un trabajo identifican dos zonas con contigüidad fí- de campo que permitiese examinar el perfil sica, que han sido objeto de algunas de las de los nuevos vecinos y valorar si las trans- intervenciones más contundentes o más formaciones han podido o podrán producir claramente enfocadas a la transformación en el futuro desplazamiento de familias con social. En primer lugar, el caso del entorno pocos recursos, independientemente de construido al sur de la Alameda, la mayor que el ciclo previo de declive haya impli- intervención que se produce en el centro, cado ya un importante desplazamiento de fruto de la colaboración público-privada. hogares de estatus bajo. En segundo lugar, el corredor cultural de Por otro lado, está el caso de los ensan- Regina-Mesones, donde a las operaciones ches burgueses al oeste y al suroeste de la de mejora urbanística se ha sumado la in- ciudad, con sus procesos de declive más o tervención de la Fundación Centro Histó- menos pronunciados durante el siglo XX y rico de . En ambos casos se ha su ubicación estratégica, entre el gran clús- producido un contundente proceso de dis- ter suroeste de colonias de estatus medio- ciplinamiento, del que el rasgo que más se alto y el CHCM, contando además con una señala habitualmente es la eliminación del importante carga patrimonial. A la hora de comercio ambulante4, al mismo tiempo que hablar de gentrificación, cabe aquí plantear- se ha realizado un esfuerzo organizado para se hasta qué punto estos sectores han sido fomentar la introducción de nuevos vecinos alguna vez barrios populares. A finales del de clase media y/o de rasgos culturales di- siglo XX la mayor parte de los mismos eran ferentes a los predominantes anteriormente zonas de cierto estatus y los indicadores territorios 35 (Díaz, 2015; Leal, 2007). Resulta lógico así lo respaldan. Cabría la posibilidad de

144 Ibán Díaz Parra observar otros comportamientos si se to- clara revalorización selectiva de ciertos sec- mara un rango temporal más amplio para el tores y lo que aquí ha venido a denominarse análisis sociodemográfico. No obstante, la un aburguesamiento relativo, que solo pue- existencia de un proceso de gentrificación, de deber su origen a la entrada de grupos generalizado al conjunto de estas colonias con un estatus social progresivamente más es más cuestionable. Si podría existir un elevado. Es solo en base a esto último que proceso más difuso en el que la revaloración podemos hablar de gentrificación en las de zonas como Condesa fuese eliminando áreas centrales de Ciudad de México. Aun pequeñas bolsas de pobreza que hubiesen así, esta gentrificación muestra cierta diver- podido generarse en los periodos de mayor sidad interna y podría hablarse incluso de desvalorización. Por otro lado, los datos una forma más difusa o más concentrada no dejan de mostrar cambios relevantes en según el caso. Por un lado, tenemos una algunos polígonos. Es el caso de la zona gentrificación concentrada (o planificada), fronteriza entre Roma y la colonia popular en áreas muy definidas y de reducido tama- de Doctores, al sur del CHCM. Allí hay ño donde las transformaciones son fruto indicios de que esta puede estar convirtién- de intervenciones centralizadas y donde el dose en una zona privilegiada, a modo de claro carácter popular de su pasado permite contagio del propio éxito de Roma como plantear una sustitución del hábitat social colonia de moda. También parece haberse preexistente. Estos podrían ser los casos del dado una reubicación y cierta reducción del entorno residencial al sur de la Alameda peso de los hogares indígenas. De forma Central y del entorno de Regina. Por otro similar, en la zona que cubren las colonias lado, están el conjunto de áreas históricas de San Rafael y Santa María de La Ribera centrales que han pasado por periodos de aparecen también indicios de cierta promo- declive previo y, sobre todo, se encuentran ción social relativa para algunas AGEBs que próximas al clúster de estatus alto al su- en el censo de 2000 estaban todavía por de- roeste del centro urbano, así como a otras bajo de la media de la ciudad. Un elemento zonas de frontera entre la ciudad popular y particular aquí es la considerable pérdida de la ciudad burguesa. Aquí podría plantearse peso de la población indígena en la última la existencia de una gentrificación difusa y década, lo que puede ser parte del aburgue- más o menos espontánea, desarrollada en samiento y señalar un matiz particular del los bordes de áreas sociales definidas o so- desplazamiento. Por lo tanto, estos dos ám- bre bolsas internas de pobreza en sectores bitos: Roma-Doctores y San Rafael-Santa de clase media que han pasado por un cier- María de la Ribera son zonas de especial to declive. Este proceso, además de cam- interés donde existen indicios que invitan bios en las pautas de inversión inmobiliario- a profundizar en la investigación. financiera en la ciudad, podría reflejar una Los datos no permiten asegurar una combinación de promoción social estruc- sustitución de la población. Si existe una tural (que incrementa la demanda potencial territorios 35

Política urbana y cambios sociodemográficos en el centro urbano de Ciudad de México 145 por cierto tipo de espacios) y promoción en algunos de los casos, o al menos de fre- social relativa en áreas concretas. no a la reproducción de las comunidades de estatus bajo residentes en el centro. No Algunas conclusiones obstante, la complejidad de la cuestión étnica, sobre la que existen suficientes pu- Se ha pretendido aportar al debate sobre la blicaciones, algunas citadas aquí, invita a transformación sociodemográfica del cen- tomar esto con prudencia. tro de Ciudad de México con el examen La existencia de un aumento de po- de algunos pocos datos estadísticos. Las blación en la Delegación Cuauhtémoc, limitaciones de esto proceden, en primer en general, desde finales del siglo XX y lugar, de los constantes cambios en los en el CHCM desde el segundo lustro del cuestionarios, que hacen difícil la obser- XXI, es una información conocida con la vación de las variaciones en los periodos publicación de los resultados del censo de intercensales. En segundo lugar, el uso 2010. Así, las políticas urbanas desarrolla- de indicadores puede identificar cambios das pueden reivindicar un cierto éxito en sociodemográficos, pero solo muestra in- su objetivo de incrementar la población y dicios sobre dinámicas complejas, como la densificar las áreas centrales. En este sen- gentrificación, no debiendo identificarse tido existe repoblación, aunque sin llegar la simple promoción social relativa de un al extremo que parece insinuar el término, área con el proceso en sí mismo. En este de colonización de un vacío demográfico. sentido, la profundización con un trabajo Por otro lado, independientemente de campo y técnicas cualitativas sería esen- de su éxito, la atracción de clases medias cial para poder ampliar el conocimiento del al centro de la ciudad ha sido un objetivo problema. No obstante, los indicadores de declarado de la política pública desarrollada estatus, han mostrado cambios relativos de en las últimas dos décadas. Asimismo, una condición social en sectores concretos de la moderada promoción social relativa se ha ciudad. La coincidencia de estos cambios hecho efectiva en zonas centrales que du- con políticas urbanas documentadas, per- rante la mayor parte del siglo XX habían mite sostener con cierto fundamento que sido tugurios. Por lo tanto, está justificado estas están provocando un incipiente pro- plantear que, durante el periodo estudiado, ceso de gentrificación del centro urbano. la entrada de población que se ha produ- Otros aspectos calve del proceso, como el cido responde a un perfil particular, que es desplazamiento directamente provocado el de hogares con estatus social por enci- por la revalorización y la entrada de con- ma de la media. En este sentido, es clara la sumidores solventes, escapan por completo existencia de un aburguesamiento relativo al análisis de los datos disponibles en los o gentrificación, con un impacto más fuerte censos. El dato de la población indígena o más moderado según el caso. territorios 35 podría ser un indicio de desplazamiento

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