Ä ^KPE$7 PARLAMENTO EUROPEO

Comisión de investigación del ascenso del fascismo y el racismo en Europa

Informe sobre los resultados de los trabajos

Diciembre 1985

Comisión de investigación del ascenso del fascismo y el racismo en Europa

Informe sobre los resultados de los trabajos

Ponente: Sr. D. Dimitrios Evrigenis

diciembre 1985 INTRODUCCIÓN del Sr. D. Pierre PFLIMLIN Presidente del Parlamento Europeo

Desde su creación, el Parlamento Europeo ha dirigido su atención de modo muy especial a la protección de los dere• chos humanos y del ciudadano. Entre sus numerosas inicia• tivas en este dominio cabe citar la declaración conjunta Par• lamento-Consejo-Comisión de 1977 sobre los derechos fundamentales, el informe anual de nuestra Asamblea sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, numero• sas resoluciones relativas a situaciones contrarias al respeto de los derechos humanos que se producen en una serie de países sometidos a distintos regímenes políticos y casos de violación particularmente flagrante de estos derechos.

El presente dictamen, elaborado por Dimitrios EVRIGE• NIS, cuyo fallecimiento lamentamos todos vivamente, cons• tituye un nuevo y destacado avance en esta línea. Contiene, junto a la resolución que lo acompaña y que ha sido votada por una mayoría muy amplia de nuestra Cámara, numero• sos análisis, recomendaciones y propuestas que pueden ha• cer progresar la causa de la democracia y del humanismo, fundamentos de nuestra civilización europea y de la propia empresa comunitaria. Resolución de 16 de enero de 1986 sobre el ascenso del racismo y el fascismo en Europa

El Parlamento Europeo, — Vista la pregunta oral con debate sobre las recomendaciones de la comisión de investigación (doc. B2-1379/85) y la respuesta de la Comisión, — Vistas las conclusiones de la Comisión de investigación sobre el ascenso del racismo y del fascismo en Europa, — Vista la resolución del Parlamento Europeo de 9 de mayo de 1985 sobre la política comunitaria en materia de migraciones (1), — Vista la declaración conjunta de 5 de abril de 1977 sobre los derechos funda• mentales, — Vista la proposición de la Comisión de una declaración conjunta de las tres instituciones comunitarias contra el racismo y la xenofobia; 1. Toma nota de las recomendaciones contenidas en el informe de la comisión de investigación y pide a la Comisión, el Consejo, las demás instituciones comunitarias, las comisiones parlamentarias y a la Mesa del Parlamento Europeo que adopten las medidas necesarias para su aplicación; 2. Se congratula del amplio consenso que se ha manifestado en el seno de la comisión de investigación, lo que subraya la importancia primordial de la defensa de la sociedad europea democrática y pluralista, así como del respeto de la dignidad de hombres y mujeres, independientemente de su raza, reli• gión, nacionalidad u origen étnico; 3. Se congratula de que la Comisión ya haya tomado la iniciativa de un proyecto de declaración conjunta de las tres instituciones „relativa a las actitudes y a los movimientos inspirados por el racismo y la xenofobia", y pide que se le asocie a la redacción de dicho documento mediante una representación adecuada con el fin de que se someta al Parlamento el proyecto de declaración una vez concluyan los trámites oficiales pertinentes; 4. Pide a la Mesa ampliada del Parlamento Europeo que prepare las medidas necesarias para la puesta en práctica de las recomendaciones del informe y la publicación de éste con el fin de ponerlos en conocimiento del público de los países de Europa; 5. Encarga a su Presidente que transmita la presente resolución a la Comisión, al Consejo, al Tribunal de Justicia, al Tribunal de Cuentas y al Comité Econó• mico y Social.

(') J. O. No. C 141 del 10 de junio de 1985, pág. 462 In memoriam

Dimitrios Evrigenis 10. 9. 1925-25. 1. 1986 3. Homenaje fúnebre El Presidente. — Estimados colegas, nuestra Cámara está de luto, desde nuestro último periodo de sesiones parcial, por la pérdida de nuestro colega, el Sr. Dimi• trios Evrigenis, fallecido el 25 de enero de 1986.

Se vio aquejado de un mal inexorable mientras asistía, en Estrasburgo, a una sesión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, del que era un miembro altamente estimado, y he tenido yo el triste honor de asistir a la ceremonia que este Tribunal ha organizado, de cuerpo presente.

Nacido el 10 de septiembre de 1925 en Tesalónica, el Sr. Evrigenis ha desempe• ñado los más altos puestos de la función jurídica europea. Eminente jurista, de gran renombre, juez del Tribunal de Derechos Humanos, así como del Tribunal de la Haya, miembro del Comité de las Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación racial, este antiguo decano de la Facultad de Derecho y Cien• cias Económicas de la Universidad de Tesalónica, ha impartido enseñanza en varias Universidades europeas y publicado más de doscientas obras.

Durante la dictadura militar fue encarcelado y mantenido en arresto domicilia• rio, privándosele de todas sus funciones.

Más tarde ha servido a su país como diputado de 1984 a 1987, como Secretario de Estado para la Educación, de 1974 a 1975, antes de ser elegido miembro de esta Cámara en 1984.

Miembro del Grupo del Partido Popular Europeo, el Sr. Evrigenis ostentó la Vicepresidencia de la Comisión de Asuntos Jurídicos y de Derechos Cívicos, y fue miembro asimismo de la Comisión de Asuntos Institucionales.

Todos ustedes recordarán, estimados colegas, el proceder extraordinariamente objetivo, concienzudo y escrupulosamente justo con que desempeñó sus difíciles funciones de ponente de la comisión de investigación del ascenso del fascismo en Europa. El trabajo que así realizó, un trabajo particularmente delicado y difícil, contó, creo, con la aprobación general. Los miembros de esta comisión de inves• tigación, más que nadie, han tenido ocasión de ser testigos y de beneficiarse de los esfuerzos por él desplegados.

Nuestra Cámara ha sufrido así una gran pérdida. En nombre de todos ustedes expreso mi más sentido pésame a la familia del Sr. Evrigenis así como al grupo político al que perteneció. Les invito a mantener un minuto de silencio en honor a la memoria de este ilustre parlamentario europeo.

[La Cámara, de pie, observa un minuto de silencio)

INDICE

1. CONSIDERACIONES GENERALES 1.1. Contexto 9 1-23 1.1.1. La constitución de la comisión 9 1- 6 1.1.2. Base jurídica e interpretación de las 10 7-11 atribuciones de la comisión 1.1.3. Atribuciones 11 12 1.1.4. Métodos de trabajo 12 13-19 1.1.5. Documentación 13 20 1.1.6. Testimonios escritos 13 21 1.1.7. Audiencias y reuniones públicas 13 22 1.1.8. Visitas 14 23 1.2. Expresión de agradecimiento 15 24 1.3. El interés de la investigación. La sensibilidad co- 15 25 munitaria 1.4. Delimitación del tema y límites de la investiga- 16 26 ción 1.5. Definiciones 18 27-44 1.5.1. Fascismo: definiciones 18 27-35 1.5.2. Racismo: definiciones 22 36-44 1.6. Relación entre los fenómenos fascistas y racistas.. 25 45-47

2. LA SITUACIÓN Y SUS CAUSAS 2.1. Advertencia 27 48-51 2.2. La Comunidad Europea 28 52-166 2.2.1. República Federal de Alemania 28 52-74 2.2.2. Bélgica 35 75-84 2.2.3. Dinamarca 37 85-88 2.2.4. Francia 37 89-104 2.2.5. Grecia 44 105-110 2.2.6. Irlanda 46 111-113 2.2.7. Italia 46 114-119 2.2.8. Luxemburgo 49 120 2.2.9. Países Bajos 49 121-130 2.2.10. Reino Unido 51 131-153 2.2.11. España 59 154-165 2.2.12. Portugal 61 166 2.3. Otros países europeos 61 167-198 2.3.1. Austria 61 167-177 2.3.2. Noruega 63 178 2.3.3. Suécia 64 179-180 2.3.4. Suiza 64 181-183 2.3.5. Turquía 65 184-186 2.3.6. Europa oriental 66 187-198 2.4. Los contactos internacionales 69 199-200 2.5. Balance de la situación 69 201-209 2.6. Estudio de las causas 71 210-220 2.6.1. Situación económica y ascenso de los movimien• 74 218-220 tos extremistas 2.7. ¿Hay un ascenso del fascismo y del racismo? 76 221-226

3. LA ACCIÓN CONTRA EL FASCISMO Y EL RACISMO

3.1. Introducción 78 227-228 3.2. La dimensión internacional 78 229-242 3.2.1. Racismo y discriminación racial 78 230-241 3.2.2. Extremismos de derecha y regímenes autorita• 81 242 rios 3.3. La dimensión europea 82 243-249 3.4. La dimensión comunitaria 84 250-257 3.4.1. Extremismo de derecha 84 252-254 3.4.2. Racismo y discriminación racial 85 255-257 3.5. La dimensión nacional 86 258-273 3.5.1. Introducción 86 258 3.5.2. Extremismo de derecha 86 259-264 3.5.3. Racismo y discriminación racial 88 265-271 3.5.4. Observaciones generales 90 272-273 3.6. La educación — La educación cívica 91 274-281 3.7. Los medios de información 94 282-285 3.8. La reacción social organizada 95 286-290 3.9. La acción cultural 97 291-294

REFLEXIONES GENERALES Y RECOMENDACIONES 4.1. Reflexiones generales 99 295-308 4.2. Recomendaciones del ponente 102 309-344 4.2.1. A nivel institucional 102 310-323 4.2.2. A nivel de la información 103 324-329 4.2.3. A nivel de la educación 104 330-335 4.2.4. A nivel de la acción de las fuerzas sociales 105 336-339 4.2.5. Orientaciones de un debate general 105 340-344

5. CONCLUSIONES 106 345-365 RECOMENDACIONES DE LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN

6.1. A nivel institucional 110 367-383 6.2. A nivel de la información Ill 384-389 6.3. A nivel de la educación 112 390-397 6.4. A nivel de la vida económica y de la acción de las 113 398-402 fuerzas sociales 6.5. Orientaciones de un debate general 114 403-407

ANEXOS

1. Notas 115 2. Relación de temas de reflexión presentada a los expertos 150 3. Documentación y bibliografía 152 A. Testimonios en las audiencias y la reunión pública 152 B. Testimonios presentados por escrito 155 C. Documentos recibidos de los parlamentos nacionales o del Par• lamento Europeo 156 D. Relación de obras consultadas 162 E. Relación de otros documentos y publicaciones consultados 174 F. Declarada contra el rascismo 175 4. Testimonios de los expertos en las audiencias

1. CONSIDERACIONES GENERALES

1.1. Contexto 1.1.1. La constitución de la comisión 1. Por carta del 12 de septiembre de 1984, el Sr. Rudi ARNDT, presidente del Grupo Socialista del Parlamento Europeo, informò al Presidente de dicho Parla• mento de que más de 109 diputados habían firmado la propuesta para la consti• tución de una comisión de investigación encargada de examinar el ascenso del fascismo y del racismo en Europa. El Presidente aceptó dar curso a la propuesta lo antes posible de conformidad con el artículo 95 del Reglamento. La carta iba acompañada de la solicitud, firmada por 113 diputados, y expresaba las atribu• ciones de la comisión (véase 1.1.3. infra). 2. Esta solicitud y la carta fueron examinadas por la Mesa del Parlamento Europeo en el curso de la reunión que ésta celebró el 28 de septiembre de 1984. Como resultado de un amplio intercambio de opiniones sobre la conformidad de la demanda con el apartado 1 del artículo 95 del Reglamento, el Presidente deci• dió, de conformidad con la interpretación del apartado 1 del artículo 95 dada por la Comisión de Reglamento y Peticiones, que la demanda era conforme a los criterios fijados en el Reglamento y que, por lo tanto, era admisible. La Mesa decidió que la comisión de investigación no debía constar de más de 15 miem• bros y que el informe definitivo debía ser presentado a la Asamblea Plenaria el 30 de junio de 1985 ('). Invitó a los grupos políticos a presentar propuestas para la asignación de cargos en el seno de esta comisión y a presentar sus listas de candidatos con tiempo para la reunión de la Mesa del 9 de octubre de 1984. 3. El problema fue examinado de nuevo en las reuniones de la Mesa de los días 9 y 23 de octubre. En esta última reunión se presentaron los nombres de los can• didatos propuestos para esta comisión. El miércoles 24 de octubre de 1984 el Presidente anunció en sesión plenaria que la Mesa había recibido, de conformi• dad con el apartado 2 del artículo 95, propuestas para la composición de la Comisión de investigación del ascenso del fascismo y del racismo en la Comuni• dad y en otras partes de Europa. La lista de los candidatos figura en el Anexo I del Acta (2). El Presidente indicó que si esta lista no era objeto de ninguna obje• ción antes de la aprobación del acta, los nombramientos serían considerados como aprobados. No se formuló ninguna objeción y se aprobó el acta el jueves 25 de octubre de 1984. La reunión constitutiva de la comisión tuvo lugar el jue• ves 25 de octubre de 1984. 4. El artículo 92 del Reglamento prevé que las elecciones de los miembros de las comisiones deben asegurar una representación equitativa de los Estados miembros y de las tendencias políticas. Los grupos políticos respetaron este prin• cipio en las propuestas que presentaron a la Mesa ampliada, propuestas que fue• ron aprobadas a continuación por el Parlamento. 5. Se designó miembros de esta comisión a cuatro diputados del Grupo Socia• lista (que cuenta con 130 diputados de todos los Estados miembros de la Comu• nidad excepto Irlanda); cuatro diputados del Grupo del Partido Popular Euro• peo (Grupo Demócrata Cristiano que cuenta con 110 diputados pertenecientes a los partidos de todos los Estados miembros de la Comunidad excepto el Reino Unido); dos diputados del Grupo de los Demócratas Europeos (que cuenta con 50 diputados del Reino Unido y de los partidos conservadores daneses); un dipu• tado del Grupo Comunista y afines (que agrupa a 43 diputados de los partidos de Italia, Francia, Grecia y Dinamarca); un diputado del Grupo Liberal y Demo• crático (que cuenta con 31 diputados de partidos de todos los Estados miembros de la Comunidad excepto la República Federal de Alemania y el Reino Unido); un diputado del Grupo de Alianza Democrática Europea (que cuenta con 29 diputados de los partidos de Francia, Irlanda y Escocia); un diputado del Grupo Arco Iris, federación de la Alianza Verde Alternativa Europea, de Agalev-Ecolo, del Movimiento Popular Danés contra la Pertenencia a la Comunidad Europea y de la Alianza Libre Europea en el seno del Parlamento Europeo (que agrupa a 19 diputados de los partidos de la República Federal de Alemania, Dinamarca, Bél• gica y los Países Bajos) y un diputado del Grupo de Derechas Europeas (que cuenta con 16 diputados del Frente Nacional francés, del MSI-DN italiano y del EPEN griego), así como un observador del Grupo de los no inscritos. 6. Se designó miembros de esta comisión a los diputados cuyos nombres figu• ran a continuación: Sres. Glyn FORD (Presidente electo), Derek PRAG (primer Vicepresidente elec• to), Robert CHAMBEIRON (segundo Vicepresidente electo), Sras. ANGLA- DE, CHARZAT, Sres. DUCARME, EVRIGENIS, Sra. FONTAINE, Sres. HABSBURG, van der LEK, d'ORMESSON, PROUT, ROTHLEY, SELVA y Sra. Van HEMELDONCK. Por carta de 25 de abril de 1985 la Sra. CHARZAT fue sustituida por la Sra. FUILLET. Suplentes: Sra. d'ANCONA, Sres. AVGERINOS, de CAMARET, CASINI, CROUX, Sra. DURY, Sres. GAWRONSKI, MALAUD, NEWTON DUNN, PENDERS, PRICE, ROSSETTI, SCHWALBA-HOTH, STAUFFENBERG y ZAGARE Observador: Sr. ULBURGHS.

1.1.2. Fundamento jurídico e interpretación de las atribuciones de la comisión 7. Cierto número de diputados formularon sus reservas respecto de la confor• midad, en cuanto al fondo, del acta por la que se constituía la comisión de inves• tigación con el apartado 1 del artículo 95 del Reglamento, habida cuenta de la amplitud y la naturaleza de la investigación. Estas reservas fueron formuladas en la reunión de los días 28 y 29 de noviembre de 1984 (PE 94.269/rev., p. 4). 8. El Sr. LE PEN, presidente del Grupo de Derechas Europeas, envió una carta al Presidente del Parlamento Europeo el 27 de diciembre de 1984, en la que desaprobaba la interpretación del artículo 95 sobre cuya base había sido consti• tuida la comisión y solicitaba que se suspendiesen sin demora los trabajos de la comisión de investigación, que se remitiese el problema a la comisión de Regla• mento y Peticiones y sugería que en defecto de esto se podía invitar al Tribunal de Justicia a pronunciarse sobre la imposibilidad de constituir una comisión de investigación cuyos objetivos no estuvieran claramente relacionados con el ámbito de las actividades de las tres Comunidades Europeas (').

10 9. El 16 de enero de 1985 el Sr. LE PEN envió una carta al Sr. FORD en este mismo sentido, informándole de que el Grupo de Derechas Europeas impugna• ría por todos los medios la legitimidad de esta comisión, no volvería a asistir a sus reuniones, le denegaría toda autoridad o importancia y denunciaría toda acción difamatoria o prevaricadora. El 18 de enero de 1985 el Sr. FORD escri• bió al Presidente pidiéndole su opinión sobre esta carta. Por carta de 22 de enero el Presidente afirmaba que su deber era contralar la ejecución de la decisión de la Mesa y del Parlamento que había fijado la composición de la comisión de inves• tigación de conformidad con el artículo 95 del Reglamento, y destacó que la comisión debía presentar su dictamen en el plazo fijado. 10. El 1° de abril de 1985 el Grupo de Derechas Europeas, representado por su presidente, Sr. LE PEN, presentó un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Comunidades Europeas en Luxemburgo. El demandante solicitaba al Tribunal que invalidase la decisión del Parlamento Europeo y de su Presidente por los siguientes motivos: — la comisión no era una comisión de investigación; — el objeto de la investigación no estaba dentro del marco de las actividades de las Comunidades y — el objeto de la acción constituía una discriminación contra un grupo político del Parlamento Europeo. 11. El 2 de mayo de 1985 el Parlamento Europeo levantó una excepción de inadmisibilidad para este recurso y el demandante presentó sus observaciones el día 4 de junio de 1985.

1.1.3. A tríbuciones 12. Las atribuciones de la comisión de investigación eran las propuestas por los 113 firmantes. Ni el Presidente ni la Mesa del Parlamento Europeo introduje• ron modificación alguna en el curso de las discusiones relativas a la creación de la comisión de investigación. Dicha comisión quedó encargada de realizar un dictamen de urgencia sobre: 1. La expansión y la importancia de los grupos fascistas, racistas y afines en Europa, tanto dentro como fuera de la Comunidad; 2. Las relaciones y los vínculos que existen entre estos grupos; 3. La relación existente entre sus actividades y el racismo en los Estados miem• bros; 4. La relación existente entre el aumento del fascismo y del racismo y el agrava• miento de la situación económica y social, por ejemplo la pobreza, el paro, etc.; 5. El examen de los medios ya empleados por los gobiernos de los Estados miembros para enfrentarse a estas organizaciones y 6. Los medios para combatirlas (véase Anexo 2). En el curso de las reuniones de los días 28 y 29 de noviembre y 17 y 18 de diciembre la comisión examinó y aprobó una lista de puntos en 3 páginas para

11 que las examinasen los expertos (PE 94.424/def.), lista basada en sus atribucio• nes (véase Anexo 2).

1.1.4. Métodos de trabajo 13. Teniendo en cuenta el poco tiempo de que disponía y su limitado presu• puesto, la comisión decidió recoger información: — mediante reuniones públicas ordinarias en Bruselas; — mediante audiencias públicas en Bruselas; — solicitando la presentación de testimonios escritos y — en la medida de lo posible, mediante visitas a lugares concretos. 14. La comisión mantuvo nueve reuniones públicas entre el Io de noviembre de 1984 y el 30 de junio de 1985 en los locales del Parlamento Europeo en Bruse• las (97-113 rue Belliard). Estas reuniones permitieron intercambiar puntos de vista con diferentes representantes de organismos de las Comunidades, entre ellos el Sr. Ivor Richard (comisario encargado de Asuntos Sociales) el 18 de diciembre de 1984, un representante del Consejo de Ministros en abril de 1985 y representantes de los servicios competentes de la comisión en diciembre de 1984 y en abril de 1985. 15. En esta primera reunión, la comisión decidió organizar en Bruselas tres audiencias públicas con expertos sobre los problemas relativos a sus atribucio• nes. Estas audiencias públicas tuvieron lugar los días 30 y 31 de enero, 25 y 26 de febrero y 18, 19 y 20 de marzo de 1985 y permitieron a los miembros de la comisión conversar con 23 eminentes expertos, especialistas en cuestiones relati• vas a las atribuciones de la comisión. Numeroso público asistió a estas audien• cias. 16. La comisión conversó con representantes de la Conferencia Europea de Sindicatos y de SOS-Racisme los días 25 y 26 de abril de 1985. En las reuniones de los días 13 y 14 de mayo, la comisión mantuvo un intercambio de puntos de vista con varios representantes de organizaciones de Bruselas y de Limburgo sobre los refugiados políticos y los trabajadores migrantes. También conversó con el Sr. Aldo Aniasi, Vicepresidente de la Cámara de los Diputados de Italia. 17. La comisión solicitó a otros expertos que enviasen testimonios escritos e invitó a sus miembros a que presentasen informes al ponente para ayudarle a ela• borar su dictamen. Algunos expertos invitados a las audiencias enviaron contri• buciones escritas. Varios particulares y organizaciones entregaron también otras contribuciones sin ser invitados. Se pidieron datos de sondeos de opinión y de encuestas a organizaciones de toda Europa y a Eurobaròmetro. 18. Se realizaron contactos con diferentes organizaciones internacionales, y varias organizaciones no gubernamentales que habían tenido noticia de los tra• bajos de la comisión se pusieron en contacto con ella. 19. El material recogido, particularmente abundante, se puso a la disposición del ponente de la comisión y los miembros de ésta tuvieron la posibilidad de consultarlo.

12 1.1.5. Documentación 20. Los servicios del Parlamento Europeo suministraron una información de partida sobre los temas principales de trabajo de la comisión de investigación. Este material fue distribuido a todos los miembros de la comisión en el transcur• so de las primeras reuniones (*). Se solicitó a los parlamentos nacionales que enviasen documentación. En especial enviaron un gran volumen de documenta• ción las Naciones Unidas y su Centro de los Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, el Consejo de Europa, su Asamblea Parlamentaria, el Comité de Ministros, la comisión y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como la Oficina Internacional del Trabajo. El Institute of Jewish Affairs de Londres permitió a la comisión el acce• so a sus ricos archivos.

1.1.6. Testimonios escritos 21. Numerosas organizaciones y particulares presentaron testimonios escritos a la comisión de investigación, cuya lista figura adjunta a la parte 3.B.

1.1.7. A udiencias y reuniones públicas 22. La comisión de investigación organizó tres audiencias públicas en las que intervinieron: a) los días 30 y 31 de enero de 1985 Sra. Marie-José CHOMBART DE LAUWE, Centre national de la recherche scientifique (CNRS), París, Francia; Sra. Brigitte GALANDA, Dokumentationsarchiv des Österreichischen Widerstandes, Viena, Austria; Sra. Joke KNIESMEYER, Anne Frank Stichting, Amsterdam, Países Bajos; Prof. Bhiku PAREKH, Universidad de Hull, Reino Unido; Sr. Jean-François REVEL, periodista, París, Francia; Prof. Erwin K. SCHEUCH, Universidad de Colonia, República Federal de Alemania; b) los días 25 y 26 de febrero de 1985 Sra. Ann DUMMETT, Directora de Runnymede Trust, Londres, Reino Uni• do; Sra. Philomena ESSED, autora de «Alledaags Racisme», Amsterdam, Países Bajos; Prof. Raoul GIRARDET, institut d'études politiques, París, Francia; Prof. Franz GRESS, Universidad de Frankfort, República Federal de Alema• nia; Sr. Mervyn KHOLER, Help the Aged, Londres, Reino Unido; Prof. Olivier PASSELECQ, Institut d'études politiques, París, Francia; Sra. PAU-LANGEVIN, Mouvement contre le racisme et pour l'amitié entre les peuples (MRAP), París, Francia; Sr. Simon WIESENTHAL, director del Judischen Dokumentationszentrums, Viena, Austria.

13 c) los días 18, 19 y 20 de marzo de 1985 Sr. André GLUCKSMAN, escritor, París, Francia; Prof. Ernest MANDEL, Universidad Libre de Bruselas, Bélgica; Sr. Günter MÜLLER, Bundestag, Bonn, República Federal de Alemania; Sr. Michael MAY, director adjunto del Institute of Jewish Affairs, Londres, Reino Unido; Prof. Marco REVELLI, Universidad de Turin, Italia; Prof. Stephen ROSE, profesor de Biología, en la Open University Milton Keynes, Reino Unido; Sr. Martin SÅVITT, Board of Deputies of British Jews and World Jewish Congress-Europe, Londres, Reino Unido; Prof. Michail VOSLENSKY, Forschungsinstitut für Sowjetische Gegenwart, Munich, República Federal de Alemania; El Sr. Oscar Luigi SCALFARO, Ministro del Interior de la República Italia• na, aceptó participar en calidad de experto en esta audiencia. d) En la reunión pública de los días 28 y 29 de noviembre de 1984 intervinieron: Sr. George William O'BRIEN, funcionario de la Comisión y la Sra. Daniela NAPOLI, funcionaria de la Comisión. e) En la reunión pública de los días 17 y 18 de diciembre de 1984 intervino: Sr. Ivor RICHARD, miembro de la Comisión de las Comunidades Europeas encargado de los Asuntos Sociales, Bruselas. f) En la reunión pública de los días 25 y 26 de abril de 1985 intervinieron: Sres. Paolo ADOURNO, y Peter COLDRICK, Confederación Europea de Sindicatos, Bruselas, Bélgica; Sr. Harlem DESIR, SOS-Racisme, París, Francia; Sra. Daniela NAPOLI, funcionaria de la Comisión; Sr. W. NICOLL, Director General de la Secretaría del Consejo de Ministros; Sr. Yannick SAMSUN, SOS-Racisme, Bélgica. g) En la reunión pública de los días 13 y 14 de mayo de 1985 intervinieron: Sr. Aldo ANIASI, Vicepresidente de la Cámara de Diputados de Italia; Sr. Bruno ANGELO y Sra. Marie-Claire ROSIERS, Provinciale Dienst voor Onthaal van Gastarbeiders, Limburgo, Bélgica; Sr. Jef CLEEMPUT, Caritas Catholica, Bruselas, Bélgica; Sr. Bruno DUCOLI, Centre socio-culturel des immigrés de Bruxelles; Sr. Gaétan de MOFFARTS, Vlaams Overleg Comité over Migratie (VO- COM), Bruselas; Prof. André NAYER, Universidad Libre de Bruselas, representante del Mou• vement contre le racisme, l'antisémitisme et la xénophobie (MRAX), Bruse• las; Sr. Jacques ZWICK, Ligue des familles, Bruselas.

1.1.8. Visitas 23. Debido a la Situación presupuestaria del Parlamento Europeo, la comisión no pudo visitar otros lugares diferentes de las tres sedes de trabajo del Parlamen-

14 to. Los miembros socialistas de la comisión organizaron conferencias en Londres y Manchester, a las que asistieron miembros de otros grupos políticos. Varias organizaciones y grupos representantes de minorías asistieron también a estas reuniones. Algunos aportaron testimonios. Los informes de estas conferencias y los testimonios fueron entregados al ponente (véase listas en el Anexo 3).

1.2. Expresión de agradecimiento 24. El ponente quiere expresar aquí su agradecimiento a todas aquellas perso• nas que le han ayudado en la realización de su tarea: los expertos y representan• tes de instituciones o de organizaciones que han declarado ante la comisión; las organizaciones e instituciones que han aportado documentación y, en especial, al Institut of Jewish Affairs de Londres por haber puesto a disposición de la comisión sus archivos y biblioteca, fuentes de información excepcionales sobre el tema de la investigación; los miembros de la secretaría de la comisión y los consejeros técnicos que no han escatimado esfuerzos a la hora de realizar el tra• bajo de la comisión, y por último y en especial, a sus colegas de la comisión por su contribución a una reflexión común.

1.3. El interés de la investigación. La sensibilidad comunitaria 25. El objeto de la investigación reviste una importancia que nunca se subraya• rá demasiado. Intentemos evaluarla en función de cada uno de los conceptos que la componen: a) En seguida examinaremos el concepto de fascismo. Sin embargo, podríamos pensar desde ahora que en la formulación del título de la investigación ese tér• mino evoca directamente las doctrinas y las realidades políticas totalitarias que dominaron Europa antes y durante la última guerra. Aunque tal sea el rasgo principal de este concepto, se explica fácilmente que la Europa demo• crática, en su expresión comunitaria y a través de su institución parlamentaria sea particularmente sensible a un posible resurgimiento de las tendencias fas• cistas. El hecho de que la investigación se concluyese en el cuarenta aniversa• rio del fin de esta horrible y dolorosa aventura es una coincidencia que, más allá de un simbolismo instructivo, no deja de conferir una responsabilidad histórica a la reflexión que constituye la base del trabajo confiado a nuestra comisión. Desde este punto de vista, la investigación se presenta como una obligación moral de toma de conciencia y de vigilancia democráticas (5). b) Europa guardará siempre viva en la memoria la sangrienta y humillante dimensión racista de la experiencia que ha conocido bajo los regímenes totali• tarios. Es significativo que intente ahora construir su futuro sobre el acerca• miento y la cooperación de las naciones que la componen. La perspectiva comunitaria es, por definición, la negación de las rivalidades nacionalistas. Con mucha más razón es la conjuración de las tendencias racistas en el con• texto propiamente europeo. Abierta, sin embargo, especialmente a partir del final de la guerra, a grupos e individuos de cualquier origen étnico, llegados para unirse a sus esfuerzos de reconstrucción y de desarrollo o para encontrar una tierra de asilo, la libertad y la justicia, ve cómo en la actualidad se enri-

15 quece su fisonomía étnica y cultural con nuevos rasgos. El pluralismo, carac• terística fundamental de la comunidad de pueblos europeos, adquiere gra• dualmente una nueva connotación en un mundo que es cada vez más univer• sal. Como todas las grandes mutaciones históricas, este paso no se realiza sin contradicciones, sin sacudidas ni sin dolor. Una crisis económica y social sumada a las tensiones y a las fricciones que conlleva la amalgama de expre• siones étnicas, culturales y religiosas diferentes, incluso a veces opuestas por su contenido, sus tradiciones o sus orientaciones políticas particulares, ofrece el riesgo de crear un ambiente de intolerancia y de xenofobia susceptible de adquirir aquí o allá dimensiones alarmantes. Consciente de sus responsabili• dades, Europa debe hacer frente a este desafío con la perspicacia, la franque• za, la honestidad política y el valor moral que han marcado los mejores momentos de su historia. La síntesis europea en fermentación no puede sino ser conforme con los principios de los que la Europa histórica, reunida par• cialmente hoy día en la Comunidad, pretende ser la inspiradora, creadora y guardiana. El Parlamento Europeo, representación directa de las fuerzas y tendencias políticas de la Europa de hoy, debe, también en este terreno, asu• mir plenamente sus responsabilidades en el plano de la información, de la reflexión y de la acción. Nuestra investigación se sitúa en este marco y en esta perspectiva.

1.4. Delimitación del tema y límites de la investigación a) Se comprende fácilmente, en función de las observaciones precedentes, que una de las dificultades inherentes a la investigación y, por consiguiente, a la redacción de este dictamen, ha sido la delimitación del tema. Los dos ejes con• ceptuales — fascismo y racismo — no son términos fáciles de definir y de cir• cunscribir. Al número y variedad de sus definiciones científicas (política, his• tórica, sociológica, psicológica, antropológica) hay que añadir las acepcio• nes, a menudo diferentes, que estas palabras presentan cuando se utilizan en la jerga política, acepciones que tienen a veces intenciones políticas implícitas. Las definiciones que resultan del análisis de la vida política y social se ven muy a menudo semánticamente perturbadas por la «esloganización» de dichas palabras. Por lo tanto, una de las preocupaciones prioritarias del ponente ha sido evitar los escollos que resultan necesariamente de la manipu• lación partidista de los términos del tema. b) Otra dificultad, que se deriva esta vez de los términos mismos del mandato encargado a nuestra comisión, consiste en la interdependencia entre fascismo y racismo que sugiere su título. Aunque la hipótesis de esa interdependencia se confirmase en un sentido y en una medida que se precisarán más adelante en el dictamen, no es menos cierto que el examen del fascismo a través de sus rasgos racistas y, sobre todo, el análisis del racismo como parte integrante o subproducto de un cierto fascismo organizado, acabarían estrechando los límites de la investigación y determinarían arbitrariamente la elección de los datos de la reflexión. La marcha de los trabajos ha demostrado a la comisión que, en este punto, había que ensanchar y suavizar las hipótesis de trabajo con el fin de poder captar los fenómenos objetivos de la investigación en sus verdaderas dimensiones e intentar evaluar sus causas de una forma no tenden• ciosa. La importancia, por ejemplo, de actitudes de xenofobia generalizadas

16 (una de las conclusiones más significativas de la investigación) no habría sali• do a la luz si el razonamiento de la comisión se hubiera encerrado en los esquemas de pensamiento preconcebidos que podían sugerir los términos de referencia de la investigación. De igual forma, la elaboración de un conjunto de recomendaciones relativas a una posible acción comunitaria, nacional e internacional, hubiera chocado con límites artificiales y políticamente injusti• ficables si hubiera obedecido a una concepción parcial o dogmática del tema. c) Como todo fenómeno político y social, el fascismo y el racismo se manifiestan en este medio pluridimensional que es la vida en sociedad. Sería aberrante, en el marco de una investigación parlamentaria, quererlos aislar y examinar en condiciones de asepsia artificial propias de una investigación de laboratorio. No hay que perder de vista que se trata de expresiones del comportamiento humano y social que se insertan en el pasado y en el presente y que no pueden en absoluto ser percibidas, concebidas y apreciadas si no es con referencia y en función de la historia. Ahora bien, es evidente que la tarea de la comisión, y en particular la de su ponente, no podía consistir en reescribir la historia politica de Europa. Teniendo en cuenta que el intentar ser exhaustivo en la búsqueda de información y en el cumplimiento teórico del tema de la investi• gación sería poco realista y estaría fuera de lugar, el ponente se ha limitado a tomar como regla la constante preocupación de tener siempre presente, en la medida de lo posible, el marco histórico y político de los fenómenos examina• dos, y es muy consciente de los límites de la empresa. d) Una de las mayores dificultades de la investigación fue su extensión en el espacio. Intentar describir y apreciar la situación en el conjunto de los países europeos suponía una tarea inconmensurable. Se apreciaron variaciones cuantitativas y cualitativas entre países al establecer tanto las situaciones de hecho (Cap. 2) como los mecanismos de acción (Cap. 3). Algunos países no figuran en este inventario y otros recibieron un tratamiento privilegiado debi• do a la existencia de información y a su accesibilidad. Estas variaciones son atribuibles no sólo a las dimensiones geográficas demasiado extensas de la investigación, sino también a una serie de otros factores que el lector aprecia• rá al leer la advertencia que precede al Capítulo 2 del dictamen (véase el apar• tado 48 infra). e) De conformidad con el Reglamento (cf. apartado 2), la investigación ha teni• do que ser realizada en un plazo relativamente breve y, en particular, el tiem• po del que ha dispuesto el ponente para redactar su proyecto de dictamen des• pués de cerrada la fase inquisitoria ha sido muy limitado en relación con la naturaleza y la extensión del tema y con la enorme masa de información que debía considerarse. Este factor, entre otros, ha tenido ciertas repercusiones en la calidad del presente texto. f) El ponente quiere hacer también la siguiente precisión: al ocuparse en su dicta• men del análisis de fenómenos estrechamente ligados con las realidades políti• cas y sociales contemporáneas, se ha visto necesariamente obligado a referirse a formaciones u organizaciones y a veces a personas activas en la vida política nacional o europea. Aunque estas referencias siempre comporten, aunque sólo sea de forma latente, juicios de valor político relacionados con el tema de la investigación, no debería considerarse la mención de una agrupación o una

17 persona como una apreciación o un juicio formal en sí mismo. Algunos, tal vez, encontrarán algunas de estas referencias poco explícitas. Otros pensarán lo contrario. No ha sido fácil encontrar el equilibrio que impone aquí el deber de objetividad y el ponente es plenamente consciente de ello. En cualquier caso, ha intentado evitar a lo largo de su trabajo que su dictamen se convirtie• se en un discurso acusador propio de contextos diferentes del dictamen de una comisión de investigación. g) Finalmente, el ponente debe ciertas explicaciones sobre la línea que se des• prende del conjunto del dictamen. Como sostuvo desde la primera reunión de la comisión, un tema tan vasto en el tiempo y en el espacio, a la vez muy teóri• co y sujeto por su naturaleza a controversias políticas, no es fácilmente conci• liable con la misión de una comisión de investigación como la que define el artículo 95 del Reglamento. La experiencia de nuestra comisión debería servir en el futuro de guía para una interpretación de esta disposición más conforme con su formulación y su objetivo, y más adaptada a los medios de investiga• ción de los que dispone el Parlamento Europeo. Como resultado de la expe• riencia de esta comisión se enviará al Presidente del Parlamento Europeo una serie de observaciones sobre el sistema de comisiones de investigación (cf. PE 101.760). En todo caso, una vez constituida, nuestra comisión debía realizar su tarea en las mejores condiciones posibles. El dictamen que cierra sus trabajos expresa, o al menos así lo espera su autor, la preocupación de objetividad en la bús• queda y apreciación de la información recopilada, así como la voluntad de lle• gar a conclusiones que, sin caer en generalidades inofensivas que convengan a todo el mundo, puedan ser tema de un consenso lo más amplio posible en el seno de la comisión y en el conjunto del Parlamento. Esto es particularmente válido para la parte del dictamen relativa a las recomendaciones sobre las medidas que podrían tomarse eventualmente en el plano comunitario, nacio• nal e internacional. El ponente se sentiría especialmente satisfecho si el traba• jo realizado pudiese revelar la existencia de una parcela de consenso más allá de las divisiones políticas, naturales y legítimas en la Europa democrática.

1.5. Definiciones

1.5.1. Fascismo: definiciones 27. Les expertos invitados y las personas que enviaron una contribución escri• ta proporcionaron a la comisión una amplia variedad de definiciones y de pistas de investigación. Algunos expertos identificaron al fascismo con los temas que desarrollan los grupos extremistas de derechas: nacionalismo virulento, rechazo violento de la democracia y de las fuerzas políticas y sindicales tradicionales, xenofobia, superioridad de una «raza» arbitrariamente definida, antiigualitaris• mo, culto al jefe, falsificación de la historia, exaltación de ciertas dictaduras. Estos fueron los rasgos más citados por las Sras. Galanda y Chombart de Lauwe en especial.

18 28. Generalmente se ha insistido en la necesidad de situar los fenómenos estu• diados en una perspectiva histórica, y hasta algunos expertos opinaban que se debía reservar el término para los movimientos de la Europa de entreguerras designados con este vocablo (Sres. Girardet, Passelecq y Gress). Los métodos de acceso al poder constituían otro criterio de definición que permitia, según el Sr. Mandel, establecer analogías entre diferentes períodos históricos. Finalmente, los objetivos del fascismo constituían otra línea de demarcación: los Sres. Såvitt y Revel en especial estimaban que toda organización que pretenda destruir el orden democrático merece la calificación de fascista. En este sentido, el Sr. Voslensky desconfiaba de las distinciones demasiado elaboradas, puesto que corren el riesgo de enmascarar la perversión y los daños de las organizaciones y de los sistemas antidemocráticos. El Sr. Glucksman y él prefieren el concepto de totalitarismo, en la línea de pensamiento representada por Hannah Arendt y sus sucesores.

29. Las investigaciones de los historiadores y de los politólogos revelan un con• junto de intereses y de enfoques tan variado como el que ha tenido que conside• rar la comisión. Sin embargo, del estudio de los regímenes autoritarios de los años 30 de la Europa occidental y central se desprende un «ideal tipo». El fascis- mohistórico, según J. Linz, combina el hipernacionalismo, el antiparlamentaris• mo, el antiliberalismo, el anticomunismo, el populismo y un anticapitalismo parcial con un objetivo de integración social mediante un partido único y una representación de tipo corporativo. Sus rasgos esenciales ( ) son un estilo y una retórica distintos (llamada a la emoción, al mito y a la acción), el activismo de sus cuadros (procedentes en su mayoría de los sectores sociales menos integrados o con una fuerte movilidad ascensional o descensional) y la combinación de la acción violenta con la participación electoral. En un nivel más teórico, un autor ha encontrado hasta nueve categorías de definición. El fascismo podría ser: un agente violento y dictatorial del capitalismo burgués, el producto de una ruptura moral y cultural, la consecuencia de impulsos psicosociales de carácter neuróti• co, el producto de la ascensión de masas amorfas hasta ese momento, el resulta• do de una secuencia histórica del crecimiento económico, una manifestación típica del totalitarismo del siglo XX, una lucha contra la «modernización», la expresión de un radicalismo particular de las clases medias, o una impostura conceptual puesto que el «fascismo genérico» no existe, y por ello son tan gran• des las diferencias entre los movimientos así clasificados. El mismo autor distin• gue a continuación varias clases de fascismo: el fascismo italiano paradigmático, con derivaciones en Francia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Hungría, Aus• tria, Rumania y hasta en Brasil; el nacionalsocialismo alemán con derivaciones en Escandinávia, Bélgica y Hungría; el falangismo español, marcado por el cato• licismo; la Legión Rumana y la Guardia de Hierro, fascismo místico, semirreli- gioso; el movimiento húngaro de Szalasi y los movimientos abortados que se intentaron imponer en la Europa del Este por medios autoritarios y burocráti• cos (7).

30. Además de los elementos anteriormente citados, se debatieron cuatro cues• tiones más específicas en el curso de los trabajos de la comisión, con la idea de llegar a una definición operativa de los fenómenos estudiados: ¿Cuáles son las

19 principales víctimas de las doctrinas y movimientos fascistas? ¿Existe una conexión orgánica entre el fascismo y ciertos fenómenos económicos? ¿Qué importancia hay que conceder a las actitudes y doctrinas del «culto al jefe»? ¿Cuáles son las diferencias y semejanzas entre nazismo y fascismo? 31. Históricamente, los movimientos fascistas y nazis han tenido un blanco principal: los judíos (véase también los apartados 34 y 44), los gitanos y también (como recordaron el Sr. van der Lek y la Sra. d'Ancona, miembros de la comi• sión, en un documento (8)), los homosexuales y las personas consideradas a menudo como marginadas, débiles o «desviadas». El Prof. Rose y la Sra. Essed señalaron la devaluación de la mujer, cuyo papel social se reduce a su «función reproductora». Los grupos fascistas contemporáneos hacen siempre de estas categorías sociales, así como de los trabajadores y los refugiados extranjeros, las fuerzas sindicales y políticas tradicionales y las organizaciones que consagran sus esfuerzos al apoyo de los más débiles y más marginados, un blanco particular de su 'animosidad. Sin embargo, también se constata que los más extremistas de estos grupos se componen a su vez esencialmente de marginados. En resumidas cuentas, cualesquiera que sean las fijaciones particulares de uno u otro grupús- culo, la discriminación entre los seres humanos y la negación de los mismos dere• chos fundamentales para todos sigue siendo un componente esencial del fascis• mo. 32. La cuestión de la relación entre el fascismo y las estructuras económicas también fue tratada en el curso de los trabajos de la comisión. A priori, esta cuestión corresponde más bien al análisis de las causas, y de hecho la volveremos a tratar más adelante (apartados 188-189), pero es pertinente aquí si considera• mos, con arreglo a algunas teorías, que la relación fascismo-economía constituye un rasgo conceptual esencial. Esta fue la tesis defendida por el Prof. Mandel, quien ve en la llegada del nazismo el resultado de la estrategia de sectores indus• triales alemanes para maximizar sus tasas de beneficios y evitar la formación de un Estado que respondiera a las aspiraciones sindicales (*). Esta tesis ha sido a veces discutida en el curso de los trabajos de la comisión. Se la encuentra, con diferentes variantes, en numerosos autores (10) y ya a partir de los años 1935- 1936 ("). Nos parece difícil mantenerla como elemento de una definición opera• tiva por diferentes razones: a) la demostración de los hechos en los que se basa esta hipótesis ha sido siempre muy discutida. Cada vez se da más importancia a la contribución de los pequeños industriales y las clases medias a la llegada del nazismo frente a la tesis de una acción decisiva del «big business» (12). b) una explicación «economicista» del fascismo debería dar cuenta de las dife• rencias de desarrollo entre los países sometidos a su influencia. Así, en 1921, Italia sólo empleaba el 24% de su población activa en la industria, mientras que Alemania ya empleaba el 42% en 1925 (°). c) también debería explicar la diversidad y las contradicciones de las políticas económicas de los fascismos: objetivos autárquicos de Alemania frente a la apertura a mercados exteriores en el caso italiano; diferente hincapié en el desarrollo agrícola o en el papel de la burocracia; diversidad de mecanismos de planificación y de representación corporativista; paradojas de la economía de guerra, etc.

20 d) finalmente y sobre todo, sería difícil transponer esta tesis al contexto econó• mico y social de hoy en día.

El ponente estima que las bases y las consecuencias económicas de los fascismos son equívocas y no constituyen fenómenos lineales. En cualquier caso, no quiere emitir un juicio sobre la validez de las teorías economicistas del fascismo, pero estima que no es posible retenerlas como una dimensión de una definición técni• ca operativa de los fenómenos estudiados. 33. ¿Se debe considerar el culto al jefe como un elemento genérico de la defini• ción del fascismo? Sí, cuando se trata de los fascismos históricos, no cuando se estudian los movimientos contemporáneos reunidos bajo esta etiqueta. Real• mente, y ésta es una de las constataciones de nuestra investigación que aparecerá al menos «en hueco» en la exposición de las situaciones nacionales, sólo hemos percibido ecos extremadamente apagados de un cierto culto al jefe en los grupos estudiados. Para explicar este hecho hay que tener en cuenta, sin duda, la dife• rencia de contexto social entre los años 30 y la época actual. En el primer caso, el culto al jefe representaba una tendencia hasta para los movimientos democrá• ticos. En la actualidad, hasta una gran parte de la extrema derecha pregonaría más bien una forma de agresividad próxima a la agresividad libertaria, que explica en parte las innumerables escisiones internas. ¿Quiere esto decir que han desaparecido todas las formas de «patología de grupo»? Seguro que no, pero lo que ahora se le pide al grupo ya no es la seguridad derivada del gigantismo, uni• do al culto de la personalidad, sino una forma de consuelo afectivo mutuo. 34. La cuestión de las similitudes y las diferencias entre nazismo y fascismo también se ha tratado en el curso de los debates de la comisión. Algunos desta• can la importancia de la influencia mussoliniana en la marcha hacia el poder y los comienzos del régimen hitleriano, así como la comunidad de ciertas fuentes ideológicas y la misma ambición totalitaria. Otros, como es el caso del Sr. Wie• senthal, insisten en la diferencia de escala en lo que respecta a los asesinatos polí• ticos principalmente, o en las consecuencias de la dimensión antisemita del nazismo en cuanto a la naturaleza del régimen (M). Desde la óptica de este dicta• men, donde lo que interesa son las manifestaciones contemporáneas de los fenó• menos estudiados, hay que destacar que la confusión ideológica de la mayoría de los grupos extremistas hace difíciles las distinciones. Dicho esto, la «fascinación del mal» que sigue ejerciendo el nazismo, con su cohorte de símbolos aptos para alimentar una violencia paroxística, y la dispersión de los antiguos nazis por diferentes puntos del globo contribuyen a conferir al fenómeno «neo-nazi» una coloración específica y una extensión geográfica mucho más amplia. También cabe señalar que la llamada al nazismo, más o menos enmascarada bajo la refe• rencia a los S.A. y al «strasserismo» ("), alimenta un discurso específico dentro del extremismo de derechas, discurso que engloba a los Estados Unidos y a la Unión Soviética en una abominación común y que desarrolla una retórica al mis• mo tiempo anticomunista, antiatlantista y antisionista. El discurso «strasserista» sirve muy a menudo para justificar la perpetración de actos terroristas cuyo ori• gen exacto es difícil de determinar. 35. Con estas definiciones tan variadas, es evidente que la tarea de la comisión no puede consistir en resolver problemas teóricos y realizar elecciones sutiles que

21 son propias de la ciencia política. Si en la redacción de las atribuciones de la comisión se habla de «fascismo», este término debería entenderse como una expresión genérica que incorpora una serie de términos intercambiables utiliza• dos en este contexto, tales como extremismo o nacionalismo de derechas, neona• zismo y neofascismo. También debemos despojar aquí al término fascismo de ciertos rasgos que le confiere su utilización como «concepto de lucha» (Kampf• begriff) en el vocabulario de ciertos sectores de la izquierda. Teniendo en cuenta estas consideraciones, el ponente estima que el rasgo fundamental del fascismo, en tanto que concepto técnico de la investigación, consiste en una actitud nacio• nalista esencialmente hostil a los principios de la democracia representativa, de la primacía del Derecho y de los derechos y libertades fundamentales, así como en una exaltación irracional de una comunidad con respecto a la cual se efectúan exclusiones y discriminaciones sistemáticas (16). Esta actitud se manifiesta en el plano de las ideas, del discurso, de la acción y de los objetivos. Sobre esta defini• ción — hipótesis de trabajo — se basará el análisis que sirve de base al contenido del dictamen.

1.5.2. Racismo: definiciones 36. El término «racismo», al contrario que el de «fascismo», quedó definido de una forma relativamente consensuada por las organizaciones internacionales, especialmente la ONU y la UNESCO. En cuatro ocasiones diferentes, la UNES• CO invitó a expertos para que analizasen los conceptos de raza y de prejuicio racial. Los expertos llegaron a la siguiente conclusión: «No existe justificación para la idea de raza «inferior» o «superior», ni en el cam• po de las posibilidades hereditarias en lo que se refiere a la inteligencia general o a la capacidad de desarrollo cultural, ni en el de las características físicas» (' ). Por lo tanto: «Las teorías racistas no pueden pretender en ningún caso disponer de un funda• mento científico». Según la UNESCO, el racismo está hecho de creencias y de actos antisociales fundados en la ilusión de que las relaciones discriminatorias entre los grupos están justificadas por razones de orden biológico (1S). 37. Desde este punto de vista, el objetivo social del racismo es actuar de forma que las diferencias existentes aparezcan como intangibles, puesto que éste es el medio de mantener de forma permanente las relaciones que existen entre los gru• pos. 38. Sobre estas bases, la Conferencia General de la UNESCO de 27 de noviem• bre de 1978 aprobó la declaración sobre «la raza y los prejuicios raciales». Los elementos que constituyen el racismo, según el artículo 2 de dicha Declaración, son descritos y juzgados de la siguiente manera: «Toda teoría que invoque una superioridad o inferioridad intrínseca de grupos raciales o étnicos, que dé a unos el derecho de dominar o eliminar a los demás, presuntos inferiores, o que haga juicios de valor basados en una diferencia

22 racial, carece de fundamento científico y es contraria a los principios morales y éticos de la humanidad. El racismo engloba las ideologías racistas, las actitudes fundadas en los prejuicios raciales, los comportamientos discriminatorios, las disposiciones estructurales y las prácticas institucionalizadas que provocan la desigualdad racial, así como la idea falaz de que las relaciones discriminatorias entre grupos son moral y científicamente justificables ...»

39. Por último hay que añadir que el artículo 1 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial suma, para los fines de la Convención, a la discriminación basada en la raza y en el color, otra basada en el «linaje», el «origen nacional» y el «origen étnico».

40. También nuestros expertos han propuesto otras pistas complementarias: La Sra. Essed y la Sra. Kniesmeyer insistieron en la importancia y en la generali• dad del racismo cotidiano, de la xenofobia y de las actitudes de discriminación más o menos explícitas. El Prof. Rose enumeró con detalle las pretensiones del racismo «científico» y las conclusiones abusivas que saca de las investigaciones biológicas, etnológicas o psicológicas. El Prof. Girardet recordó la continuidad y la fuerza de la tradición del «darwinismo social». Los Sres. Wiesenthal, Såvitt y May describieron algunas de las formas actuales del antisemitismo. Se citaron repetidamente los efectos racialmente discriminatorios de las legislaciones nacio• nales. De forma más general, se describió y estudió el racismo a tres niveles bien diferenciados pero complementarios: como fenómeno universal y espontáneo de desconfianza y hasta hostilidad hacia los grupos extranjeros; como fenómeno cultural cuyas formas específicas están determinadas por los prejuicios y las for• mas de pensamiento heredados del pasado; y como justificación de una agresión o de una dominación. Por otra parte, el Prof. Parekh insistió en la importancia que podían revestir las formas institucionalizadas de discriminación, aun cuando estas últimas no pueden ser identificadas con el «racismo de Estado» en el senti• do estricto de esta palabra.

41. Entre las pistas complementarias se citó varias veces el problema del «racismo científico», en especial por el Prof. Rose. La utilización del idioma y de ciertas técnicas de la ciencia para «probar» que ciertos hombres o ciertos pueblos son de modo innato superiores a otros, representa una impostura tanto científica como epistemológica, y esto por varias razones: — porque se basa muchas veces en simples manipulaciones en la selección, la presentación y hasta en la invención de los datos ("); — porque está basada en un supuesto previo: la definición arbitraria de la «superioridad» buscada (véase el caso de los tests de inteligencia) (20); — porque el desarrollo humano combina y transforma cualitativamente inextri• cables componentes sociales y biológicos. Como dijo Pascal: «¿Pero qué naturaleza es ésta destinada a ser borrada? La costumbre es una segunda naturaleza que destruye a la primera. ¿Pero qué es naturaleza? ¿Por qué la costumbre no es natural? Mucho me temo que esta naturaleza no sea más que una primera costumbre, igual que la costumbre es una segunda naturaleza» n. 23 Por encima de sus imposturas conceptuales y prácticas, el «racismo científico» da pruebas de un determinismo reductor al admitir implícitamente que el destino de cada persona, resultado de mecanismos irresistibles, está ya sellado. Albert Jacquard escribe: «Lo esencial está por construir. La persona que yo seré no está en mis genes (...); la estatua de Moisés no estaba en el bloque de mármol que un día llevó Miguel Angel a su taller» (22). 42. Por otra parte, se observó que las modalidades del racismo en Europa dependen, por más de un concepto, de su pasado colonial. la colonización mar­ có fuertemente la visión europea del mundo exterior, imponiendo un estilo de descubrimiento y de contactos que no pudo sino influir en las imágenes y en el discurso transportados. El eurocentrismo dominante todavía marca nuestras imaginaciones independientemente de las vicisitudes históricas. En segundo lugar, la descolonización impuso en muchos casos relaciones conflictivas de las que todavía quedan huellas. Por último, los movimientos de población han dependido estrechamente de las relaciones con las antiguas colonias y, por esta razón, el pasado colonial y la existencia de ciertos lazos bilaterales privilegiados dentro y fuera del territorio europeo han determinado la estructura de las rela­ ciones étnicas en la Europa actual. 43. Podríamos recordar que por lo general las sugerencias de nuestros expertos tienden a subrayar los comportamientos de intolerancia y las actitudes de discri­ minación que, con gran frecuencia, proceden o acompañan a toda manifestación de racismo explícito. La intolerancia y la discriminación son los rasgos distinti­ vos de una «sociedad cerrada», de una sociedad que se encierra en sí misma, que rechaza a priori a los individuos, los valores, los comportamientos procedentes de medios diferentes, o que utiliza a estos individuos y a su cultura, de una forma irrespetuosa para su historia y su dignidad propias. Esta es una dimensión del análisis que debe tenerse en cuenta para comprender realmente las situaciones actuales de las sociedades europeas. Si se toma una definición demasiado estre­ cha del racismo, se corre el riesgo de limitar arbitrariamente el número de fenó­ menos pertinentes para el análisis de las relaciones intercomunitarias. Obvia­ mente el peligro inverso está en utilizar una definición del racismo demasiado amplia que pueda diluir el fenómeno que se pretende estudiar. Si se utiliza el tér­ mino de una forma demasiado generalizada, se debilita tanto la causa que se pre­ tende defender como el alcance del análisis. El respeto y la defensa de sus tradi­ ciones propias y de sus derechos naturales y legítimos no es suficiente para hacer reacaer sobre un grupo cualquiera la sospecha de racismo, de discriminación racial o de xenofobia (2í). 44. Teniendo en cuenta la amplitud de los hechos y de las situaciones citadas en el curso de los trabajos de la comisión, pero con el deseo, sin embargo, de que la definición utilizada no se aparte sustancialmente de la aceptada por los orga­ nismos internacionales, el ponente tratará, desde este punto de vista, fenómenos como: — las ideologías comprendidas bajo el término de racismo en los trabajos de la ONU y de la UNESCO anteriormente mencionados (24); ■— los regímenes racistas, en especial su más abominable ejemplo, el régimen nazi, pero también el régimen del apartheid de Sudafrica, cuyas dolorosas y

24 sangrientas consecuencias acaban de ser denunciadas una vez más por el con• junto de la comunidad internacional, así como los actos de persecución racial masiva perpetrados por ciertos regímenes de Africa y Asia; — los grupos u organizaciones que difunden las doctrinas o justifican los re• gímenes anteriormente mencionados o que recogen su ideología; — la discriminación racial institucionalizada, directa o indirecta, explícita o implícita, de la que pueden observarse trazas en los países europeos; — las manifestaciones sociales corrientes de una discriminación de carácter racial, étnico o religioso (expresión de prejuicios, comportamientos discrimi• natorios y, en sus formas más graves, violencia racial), tanto si estas manifes• taciones son efectivamente sancionadas o no por la ley.

1.6. Relación entre los fenómenos fascistas y racistas 45. Históricamente la inmensa mayoría de los movimientos de carácter fascis• ta, independientemente de su fisonomía particular, han presentado característi• cas racistas y en especial antisemitas. Sin embargo, el vínculo no es orgánico: es a raíz de la victoria del nazismo en Alemania cuando tiende a confundirse en toda Europa fascismo con antisemitismo, identificación inicialmente ignorada por muchos partidos fascistas, incluidos los italianos. Por otra parte, existieron a fines del siglo XIX en Alemania, en Austria y en los Balcanes partidos antisemi• tas que no eran fascistas. En la misma época, en Francia el antisemitismo impreg• na una gran parte del espectro político (antisemitismo más a menudo asociado al anticapitalismo, reaccionario u obrero, que a motivos religiosos) (2S). Por lo tan• to, el racismo, y especialmente el antisemitismo, desbordan ampliamente el mar• co del fascismo histórico, y este último no cuenta absolutamente siempre al racismo entre sus componentes originales. 46. En resumen, ambas tendencias se solapan en gran medida desde un punto de vista histórico. Casi todos los movimientos extremistas de derechas tienen en la actualidad un componente racista, y las ideologías explícitamente racistas se acercan sistemáticamente a una forma de pensamiento autoritario. 47. Merece la pena hacer algunas indicaciones complementarias: a) Los regímenes que practican un racismo de Estado corren el riesgo de verse empujados hacia alguna forma de gobierno autoritario. Véase el caso de las medidas tomadas por Pretoria y condenadas por toda la comunidad interna• cional (26). b) A nivel de los sistemas sociales, los regímenes totalitarios muestran una pode• rosa tendencia a designar en un momento dado una cabeza de turco para un conflicto popular artificialmente suscitado: entonces el racismo o la exclusión pueden actuar como factores equilibradores del régimen. Se pueden encontrar diversas motivaciones para este «racismo funcional» de los regímenes totalita• rios: jugar con las animosidades tradicionales de sus pueblos; presentar un modelo de «anormalidad» y, de rechazo, de normalidad; hacer del terror del «ejemplo» una forma de gobierno.

25 c) A nivel individual, los comportamientos racistas son los más proclives a verse atraídos por comportamientos autoritarios y no democráticos. No se puede ser al mismo tiempo un «verdadero racista» y un verdadero demócrata. d) Sin embargo, no sería exacto considerar la asociación entre tendencias racis• tas y extremistas como una regla inflexible carente de excepciones o matices. La realidad política es aquí mucho más compleja. Formas no muy virulentas de actitudes racistas o de comportamiento racialmente condicionado pueden coexistir con la ausencia de tendencias autoritarias. Se pueden manifestar en el marco de formaciones políticas o en capas sociales que no podrían ser tachadas de fascismo ni de autoritarismo. Con mucha más razón, los senti• mientos de xenofobia, muy extendidos según los sondeos efectuados en los países europeos de gran inmigración, no pueden ser atribuidos a un sustrato social antidemocrático, ni necesariamente vinculados a actitudes laxistas del cuerpo social en lo que respecta a la defensa del orden democrático y liberal. Pero no es menos cierto que la persistencia y la legitimación progresiva de actitudes de xenofobia generalizadas amenazan seriamente con conducir a un debilitamiento de la adhesión a la cultura democrática de las sociedades euro• peas, e incluso a su contestación abierta.

26 2. LA SITUACIÓN Y SUS CAUSAS

2.1. Advertencia 48. Anteriormente nos hemos referido (apartado 26) a los límites impuestos a la investigación, tanto por su naturaleza y la definición de su objetivo, como por las condiciones de trabajo de la comisión y del ponente. Antes de presentar en los siguientes apartados (apartados 52 - 166) el esquema que hemos podido trazar de la situación y de sus causas, desearíamos informar al lector de las condiciones en que se han realizado la investigación y la elaboración de las informaciones relativas a esta parte del dictamen: a) Las informaciones relativas a la presencia del fascismo y del racismo en la sociedad europea contemporánea constituyen un valor enorme de datos de todo tipo, difícil de entender y controlar. Sería una ambición irrealista querer realizar un inventario completo de los grupos y organizaciones que nos intere• san, describir sus orígenes y su historia e insertarlos en el contexto político nacional y europeo. Bastaría mencionar, por poner un ejemplo, que el infor• me nacional anual sobre el extremismo y el espionaje publicado por la Repú• blica Federal de Alemania bajo el título de Verfassungsschutzbericht, dedica varias decenas de páginas a las actividades del extremismo de derecha en este país (27). Además, el acceso a las informaciones pertinentes no es siempre fácil. En algunos casos, este acceso es incluso imposible, por no existir una documentación sistemática. La comisión, su secretaría y el ponente no han escatimado ningún esfuerzo para recabar toda la información de la que han tenido noticia. La elaboración y, sobre todo, la presentación de esta informa• ción se ha realizado, como era obligado, con un criterio selectivo. El ponente se ha esforzado en trazar un esquema que, aun siendo sumario y forzosamen• te elíptico, espera que no traicione la realidad. b) Lo mismo sucede con la bibliografía del tema, que es inmensa, multilingue y en constante proliferación. A ello hay que añadir una prensa cotidiana y periódica que tiende a dedicar una rúbrica permanente al extremismo y, sobre todo, al racismo y a las manifestaciones de xenofobia. Hemos intentado, en la medida de lo posible, tener debidamente en cuenta tanta riqueza informativa. c) La comisión no ha tenido a su alcance medios materiales suficientes para reali• zar su tarea (véase el apartado 23 supra). No ha podido realizar trabajos «in situ», es decir, investigar la información directa y de primera mano en su lugar de origen. Desde este punto de vista, una comisión de investigación del Parlamento Europeo como la nuestra tiene unas competencias institucionales y unas posibilidades de acción mucho más restringidas que las comisiones de investigación de los parlamentos nacionales. 49. En efecto, una comisión de investigación del Parlamento Europeo no pue• de convocar a personas para declarar; tampoco puede ordenar registros en busca de documentos o de otros elementos de prueba. 50. Habría que reflexionar, sin duda, sobre estos problemas en el marco de la consolidación institucional del Parlamento. Por el momento, las informaciones no comunitarias de las que pueda tener noticia una comisión de investigación del Parlamento Europeo, no son exigibles, sino que tienen que ser solicitadas (28).

27 51. Por otra parte, no hay que perder de vista que el acceso directo a las fuen• tes de información quedaba, en gran parte, excluido debido a la naturaleza mis• ma de estas fuentes. Es difícil imaginarse, por ejemplo, que la comisión o el ponente pudieran ponerse en contacto directo con personas sospechosas de per• tenecer a grupos fascistas y racistas.

2.2. La Comunidad europea 2.2.1. República Federal de Alemania 52. Como es sabido, la experiencia nacionalista marcó profundamente la sociedad alemana. Sus huellas han sobrevivido en cierta medida a los esfuerzos realizados desde el fin de la guerra para desnazificar el nuevo Estado alemán y convertirlo en una democracia parlamentaria y liberal basada en la primacía del derecho y en el respeto de los derechos fundamentales. En realidad, a lo largo de toda la historia de la República Federal de Alemania, desde su fundación hasta nuestros días, se puede constatar la existencia de una corriente de extremismo de derecha que se caracteriza globalmente por los siguientes rasgos: a) A nivel ideológico: por el rechazo de los principios de la democracia represen• tativa parlamentaria, por un nacionalismo intransigente que valora en exceso los valores de la «comunidad nacional» (« Volksgemeinschaft») y que es hostil a ia idea del acercamiento de los pueblos; por tendencias racistas y antisemi• tas en particular; por una hostilidad de principio a las mutaciones sociales y culturales que se están produciendo en la sociedad alemana; por el desprecio de los derechos y las libertades fundamentales, y por el intento sistemático de rehabilitar al régimen nazi. b) A nivel de organización: por la creación de numerosos grupos de militantes; por la perpetración de actos de violencia; por la creación de estructuras paramili• tares; por la difusión de una prensa extremista, racista y xenófoba y, en el caso de ciertas organizaciones, por el desarrollo de estructuras de masa y la participa• ción en los procesos electorales. 53. No es posible, teniendo en cuenta los límites del dictamen, realizar una exposición histórica de los intentos realizados en la República Federal de Alema• nia por dar una expresión política a las tendencias extremistas de derechas. Aquí el ponente se tiene que contentar con remitir a la abundante bibliografía que existe sobre este punto (29), así como a las contribuciones dirigidas oralmente o por escrito a nuestra comisión ('"). Su objetivo será dar una idea sucinta de la situación actual, tomando esencialmente su información de los dos últimos «informes sobre la protección de la Constitución» {Verfassungsschutzberichte, VS Berichte) de los años 1983 y 1984 ("), de las obras recientes de los Sres. F. Gress y H.-G. Jaschke (,2) y P. Dudek y H.-G. Jaschke (33), así como de las con• tribuciones escritas y orales de los expertos invitados por la comisión (34).

28 54. Grupos y organizaciones de extrema derecha Censo de 1981 - 1984 (35) 1981 1982 1983 1984 Tipo de Organ. Organ. Organ. Organ. organ. Miembros Miembros Miembros Miembros Grupos 18 1.250 21 1.050 16 1.130 34 1.150 neonazis Organizaciones «nacional­ 7 7.350 7 6.500 9 6.700 7 6.700 demócratas» Organizaciones «nacionales 4 10.400 3 10.400 3 11.400 3 12.400 liberales» Otras 44 3.300 43 2.800 41 2.600 45 3.200 Total 73 22.300 74 20.750 68 21.830 89 23.450

55. Empresas editoriales y distribuidoras de prensa de extrema derecha no afiliadas a organizaciones 1981 1982 14 S 3 1984 Editores de libros 15 14 11 10 Editores de periódicos y ensayos 27 19 17 20 Servicios de difusión 17 17 17 17 Total 59 50 45 47

56. Revistas de extrema derecha En 1984 se publicaron 87 revistas (en 1983: 82; en 1982: 89) con una tirada anual total de 8 457 000 ejemplares (en 1983 fueron 8 208 000 ejemplares) (36). 57. Las organizaciones neonazis i) Según el VS Berichte de 1984, el aumento del número de organizaciones neo­ nazis en el período 1983 (16) a 1984 (31) se explica por la prohibición en 1983 de la organización ANS/ΝΑ (Aktionsfront Nationaler Sozialisten/ Nationale Aktivisten, Frente de Acción de los Nacionalsocialistas/ Activistas Nacionales) ('7). Numerosos miembros de esta organización, dirigida por Michael Kühnen, se reagruparon en nuevas formaciones de 5 a 25 miem­ bros. La organización disuelta contaba con 270 miembros organizados en «camaraderías» («Kameradschaften») locales, que a continuación se trans­ formaron en «círculos de lectores» («Leserkreise»), que tenían como misión mantener activos a los miembros de la organización prohibida y difundir su mensaje. Michael Kühnen y su colaborador Heinz Marx fueron condenados en 1985 a penas privativas de libertad (3 años y 4 meses, 2 años y 6 meses

29 respectivamente) con privación de sus derechos cívicos (por un período de 5 y 3 años respectivamente) (3H). ii) El FAP (Freiheitliche Deutsche Arbeiterpartei, Partido Obrero Alemán Libe­ ral) (39) ha sido utilizado como tapadera de las actividades del ANS/ΝΑ a raíz de la prohibición de este último. Tomó parte en 1983 en las elecciones regionales de Baden­Würtemberg y en las elecciones comunales del mismo Land y en el de Nordrhein­Westfalen sin éxito apreciable. La sección de Nordrhein­Westfalen ha creado un «comité para la preparación de festejos con ocasión del 100 aniversario de Adolfo Hitler (KAH) en 1989. iii) También existen lazos de cooperación entre los efectivos del ANS/NA actualmente prohibido y la HNG (Hilfsorganisation für nationale politische Gefangene und deren Angehörige e. V., Organización de Asistencia a los Presos Políticos Nacionales y a sus Familias, sociedad registrada) (40). Sobre esta base se abrió instrucción judicial contra ciertos miembros de la junta directiva de esta organización, que amparándose en una actividad social, realiza una acción de adoctrinamiento. La HNG mantiene relaciones de cooperación con sus organizaciones hermanas en Francia, en Bélgica y en los Estados Unidos de América (41). iv) El NSDAP/AO (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei — Aus­ lands­und Aufbauorganisation, Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán­ Organización para el Extranjero y el Desarrollo) (42) dispone de una red de puntos de difusión de material de propaganda neonazi, expedido por el famoso centro de Lincoln/Nebraska (Estados Unidos) que dirige Gary Rex Lauck. Algunas organizaciones locales del NSDAP/AO como la Reutlingen han estado muy activas en la distribución de material de propaganda, inclui­ das pegatinas con la cruz gamada y consignas neonazis. ν) Entre las organizaciones neonazis hay que mencionar también al NF (Natio­ nalistische Front, Frente Nacionalista), la BBI (Bürger­ und Bauerninitiative, Iniciativa de Ciudadanos y Campesinos), dirigida por Th. Christophersen, expulsado en 1983 de Bélgica, detenido en la frontera alemana y condenado el 14 de agosto de 1984 a 8 meses de prisión con sobreseimiento, por injuria al Estado y a la memoria de personas difuntas, y la DBI (Deutsche Bürgerini­ tiative, Iniciativa de Ciudadanos Alemanes), dirigida primero por M. Roe­ der y, después de ser condenado a 13 años de prisión mayor por participa­ ción en la organización terrorista Deutsche Aktionsgruppen, por su esposa G. RoederC"). El NPD (Nationaldemokratische Partei Deutschlands, Partido Nacionaldemó­ crata de Alemania) y sus organizaciones filiales.

58. Fundada en 1964, esta formación toma el relevo del DRP (, Partido del Reich Alemán) (44). Forma todavía parte, aunque mar­ ginalmente, del espectro político alemán y participa de una manera selectiva en los procesos electorales. Su discurso político está centrado en los siguientes temas: difamación sistemática de los partidos y de los líderes políticos demócra­ tas, xenofobia, independentismo nacionalista y hostilidad pronunciada hacia la Comunidad Europea (45).

30 59. El NPD obtuvo en las últimas elecciones legislativas federales (1983) 91 095 votos (0,23%), (en 1980: 68 096 = 0,18%). Después de realizar una campaña violentamente anticomunitaria logró conseguir en las elecciones euro• peas de 1984 un éxito inesperado al obtener 198 633(0,8%) votos. Este resulta• do no fue suficiente para conseguir un diputado en el Parlamento Europeo, pero el partido pudo traspasar el límite del 0,5 % y tuvo así derecho al reembolso de sus gastos electorales por los fondos públicos (46). Esta progresión se vio confir• mada en las elecciones al Landtag en Sarre el 10 de marzo de 1985, donde el NPD obtuvo el 0,7% de los votos. También hay que destacar que el número de miembros efectivos del NPD en 1984 era aproximadamente de 6 100 (lo que representa un ligero aumento frente a 1983: 6 000). 60. Dos organizaciones están afiliadas al NPD: los JN (Junge Nationaldemo• kraten, Jóvenes Nacionaldemócratas, 1984: 550 miembros; 1983: 500) y la NHB (Nationaldemokratischer Hochschulbund, Asociación Universitaria Nacionaldemócrata) con unos efectivos muy limitados. 61. Para valorar la posición actual del NPD hay que referirse a sus prestaciones anteriores: en las elecciones legislativas federales de 1969 estuvo a punto de fran• quear el límite del 5% (porcentaje mínimo necesario para que un partido tenga representación en el Bundestag) al obtener el 4,3% de los votos. El número de sus miembros era en 1965 de 13 700 (1966: 25 000, 1969: 28 000, 1982: 5 900) (47). El número de miembros del JN era en 1970 de 1 100 (1976: 1 800, 1980: 1 000). 62. Resulta significativo que los Sres. Dudek y Jaschke incluyan en el título del capítulo consagrado al NPD las palabras «ascenso y declive» (48) de esta forma• ción, cuando los últimos resultados electorales muestran una consolidación y hasta una ampliación de su apoyo electoral, referido todo ello, eso sí, al punto más bajo de su evolución.

La derecha «nacional-liberal» 63. Los VS Berichte citan entre las agrupaciones extremistas de derecha y bajo la denominación de derecha «nacional-liberal», a las organizaciones y activida• des cuyo creador es el editor muniqués Dr. Gerhard Frey. Se trata de una organi• zación de base conocida por el nombre de DVU (Deutsche Volksunion, Unión del Pueblo Alemán) que cuenta, según las afirmaciones de sus representantes, con 14 000 miembros (4') y sirve de organización-madre a un cierto número de «comunidades de acción» (Aktionsgemeinschaften) satélites (5l)). En noviembre de 1984 se creó la sexta de estas «comunidades», denominada «Schutzbund für Leben und Umwelt» (Asociación para la Protección de la Vida y del Medio Ambiente). Sus objetivos estatutarios son la lucha contra el aborto abusivo, una mayor protección del medio ambiente y la protección de los ciudadanos contra la criminalidad. La militância en una de estas «comunidades de acción» confiere automáticamente la calidad de miembro de la D VU ("). 64. Las actividades de este conglomerado se manifiestan sobre todo a través de sus hazañas en el campo de la prensa. El Dr. Frey, propietario de la empresa «Druckschriften- und Zeitungsverlag, GmbH» (DSZ-Verlag, Editor de Impresos

31 y Periódicos) es también editor de dos publicaciones semanales, el Deutsche National-Zeitung (DNZ, Diario Nacional Alemán) y el Deutscher Anzeiger (DA, El Noticiero Alemán) que tienen en conjunto una tirada de 100 000 ejem• plares ("). La esposa del Dr. Frey, propietaria de la editorial «Freiheitlicher Zei• tungsverlag, GmbH» (FZ-Verlag, Editorial de Periódicos Liberal) pone a la ven• ta, junto con sus publicaciones, medallas conmemorativas de oro y plata, entre las que destacan dos (1981, 1984) dedicadas a Rudolf Hess. En los últimos años, el Dr. Frey instituyó y concedió diversos premios. Entre los galardonados encontramos al historiador «revisionista» (") y la familia de Luis Amplatz, originario del Tirol del Sur, el cual fue condenado en Italia a una fuerte pena de prisión por haber perpetrado atentados con explosivos, siendo asesina• do en 1964 en extrañas circunstancias (54). Los periódicos del Dr. Frey invitan constantemente a sus lectores a demostrar su generosidad en favor de la lucha por la «causa del derecho». Las aptitudes empresariales del editor muniqués (") suscitan comentarios en otros medios de la extrema derecha (S6). 65. El discurso que propaga dicha prensa tiene como ideas prioritarias la reha• bilitación del tercer Reich ("), la xenofobia, y el antisemitismo enmascarado bajo el manto del antisionismo (58).

Otros grupos de extrema derecha 66. Para los «otros» 45 grupos citados en el cuadro anterior (apartado 54), el VS Bericht de 1984 suministra los siguientes datos: sus efectivos ascienden a cer• ca de 3 200 miembros (1983: 2 600). Se trata de 12 (1983: 10; 1982: 11) orga• nizaciones juveniles y estudiantiles que agrupan aproximadamente a 1 200 (1983: 1 000) miembros. Sus dirigentes son extremistas de derecha comprometi• dos, pero entre sus miembros se encuentran numerosos jóvenes atraídos por un espíritu de camaradería o de aventura, por el amor a la naturaleza o a los depor• tes (5'). Se observa también que a partir de 1982 estos grupos están realizando un esfuerzo de infiltración en ciertas capas de jóvenes socialmente marginales (skin• heads, agresivos hinchas de fútbol) mediante la explotación de un cierto estilo de vida y de una subcultura (60). Parece ser que el grupo más importante es el Wiking Jugend (Juventud Vikinga) cuyas tendencias neonazis quedaron al des• cubierto al albergar en su seno en 1984 a numerosos miembros del ANS/NA prohibido (6I). También existe un cierto número de «grupos culturales» (62).

Editoriales 67. En 1984 aumentó el número de editoriales de extrema derecha no depen• dientes de organizaciones o partidos, que pasó de 17 a 20. Las principales publi• caciones de estas editoriales son la Deutsche Wochenzeitung (DWZ, Semanario Alemán, tirada: 15 000 ejemplares), los Deutsche Monatshefte (Cuadernos Mensuales Alemanes, tirada: 6 000 ejemplares) y el semanario Mensch und Mass (Hombre y Mesura, con una tirada de más de 1 000 ejemplares). Una red de puntos de difusión de material de comunicación distribuye, junto con libros y otros impresos, discos, cassettes y películas con discursos y manifestaciones de la

32 Vínculos internacionales 68. Existen lazos de cooperación entre agrupaciones alemanas y organizacio• nes extranjeras ubicadas en Francia, Bélgica, Austria, Suiza, Reino Unido, Irlan• da, España y Estados Unidos (M). Los últimos éxitos electorales del Front Natio• nal en Francia fueron recibidos por la extrema derecha alemana como indicio de un inminente cambio de la escena política europea. El presidente del Front National ha rechazado tajantemente la hipótesis de una cooperación con los extremistas de derecha de la República Federal de Alemania (65). La organización paramilitar Wehrsportgruppe Hoffmann (WGH, Grupo de Deportes Marciales- /Hoffmann) prohibida en 1980, colaboró con la OLP y Al-FATAH. El jefe de este grupo, K.H. Hoffmann, se encuentra actualmente perseguido por la ley como coautor del asesinato del editor judío S. Lewin y de su compañera F. Pöschke, cometido en 1980 en Erlangen y atribuido al antiguo miembro de la WGH W. Behrends, muerto en 1981 en el Líbano en extrañas circunstancias (66).

Violencia 69. En 1984 los extremistas de derecha cometieron o se cree que cometieron 11 actos terroristas (1983: 11). Se cometieron en el mismo año 1 137 (1983: 2 169; 1982: 2 475) infracciones de la ley que se atribuyen ala extrema derecha. Se descubrieron multitud de armas y de municiones en circunstancias que permi• ten implicar a activistas pertenecientes a la extrema derecha (67). También come• tieron actos de violencia los grupos extremistas extranjeros (6").

Organizaciones de veteranos 70. En la República Federal de Alemania se organizan regularmente encuen• tros de veteranos de las Waffen-SS, bien de forma abierta, bien bajo denomina• ciones de tapadera (69). Según las informaciones de M. Schwalba-Hoth, miem• bro de la comisión de investigación, las posibiliades de desgravación fiscal ofre• cidas a las organizaciones benéficas son utilizadas por algunas de las organiza• ciones de veteranos. Varios miembros del Parlamento Europeo han presentado propuestas de resolución solicitando al Gobierno de la República Federal de Ale• mania la prohibición de estas reuniones (70).

Reflexiones generales 71. En una evaluación retrospectiva a largo plazo, la situación en la República Federal de Alemania se caracteriza sin duda por una considerable disminución del potencial humano de extrema derecha. De los 76 000 miembros en 1954, los efectivos a mediados de los años 60 se estabilizan por los 20 000 (71) y esta ten• dencia numérica a la baja no parece haber sufrido fluctuaciones por la difícil coyuntura económica y social posterior. Las tentativas electorales realizadas por las fuerzas de la extrema derecha registran resultados cada vez menos notables. Se observa una gran movilidad (72) dentro de este sector, expresada sobre todo por las adhesiones múltiples de numerosos aliados y en particular por el conti• nuo cambio de etiquetas políticas, consecuencia de querellas tanto personales como ideológicas y de readaptaciones tácticas al medio político y a las presiones institucionales ejercidas a través de prohibiciones de organizaciones y de sancio-

33 nes judiciales a algunos de sus dirigentes. También se puede observar una cierta radicalización (73) en el estilo y los medios de acción: retorno a los orígenes de un «socialismo alemán» de tipo strasseriano (74), recurso más sistemático y más organizado a la violencia verbal y material, así como al terrorismo, el cual lleva a buscar apoyos extranjeros no siempre ideológicamente conformes. 72. Si sobre estas constataciones existe un cierto consenso entre los observado• res políticos, no ocurre lo mismo en cuanto a la valoración de la importancia política general del fenómeno: algunos estiman que estos índices esencialmente cuantitativos no dejan de esconder la amenaza que siempre representa la extre• ma derecha para la democracia alemana (7i). Otros, por el contrario, piensan que se sobreestima el peligro (76) y que las amplias capas democráticas del electo• rado están eficazmente protegidas contra la tentación extremista inspirada en un pasado rechazable y doloroso, por el cordón sanitario político que forman una estructura institucional eficaz y una conciencia cívica alerta. La cuestión se ha planteado de forma particularmente acuciante a raíz de una investigación demoscopica realizada por el SINUS (77) que ha revelado la existencia de consi• derables sectores de la población que se encuentran abiertos o sensibles a las ideas de la extrema derecha, o que incluso llegan a simpatizar con ellas (78). Es cierto que algunos aspectos de la concepción de esta investigación y algunas de sus constataciones han sido muy discutidas ('9). Sin embargo, aunque su alcance sea menor, sus conclusiones siguen constituyendo un tema de reflexión. 73. En cualquier caso, aunque el extremismo de derecha sea un componente menor de la vida política alemana, al igual que en otros países europeos, no es menos cierto que su base histórica justifica la atención particular que se le presta y explica, en cierta medida, que se tienda a aumentar su importancia. Sin embar• go, el ponente no puede por menos de hacer suya la conclusión de los Srs. Dudek y Jaschke, según la cual «el extremismo de derecha alemán organizado no tendrá ninguna posibilidad a medio plazo en el plano de la política electoral», y que «no constituye ni ha constituido un problema político de poder, aunque sí un fer• mento antidemocrático de la cultura política, cuyos efectos no pueden leerse solamente en los resultados electorales» (80). Queda ciertamente por definir el comportamiento que conviene adoptar respecto a este fenómeno. 74. Junto al adoctrinamiento racista y la violencia racial practicados por los grupos de extrema derecha, se ha podido constatar en la República Federal de Alemania un aumento de los sentimientos de xenofobia: en principio, se dirigen contra los trabajadores inmigrantes y en particular contra los inmigrantes de ori• gen turco que son los más numerosos, (81) sin olvidar a los inmigrantes de origen asiático entre otros. El Prof. Scheuch (82) ve en ello, más que un conflicto racial, el efecto del enfrentamiento de culturas y de la dificultad de integración de cier• tas categorías de inmigrantes, particularmente de las expuestas a la influencia de un integrismo islámico. De todos modos, esta situación es susceptible de ampliar virtualmente el apoyo a los partidos y organizaciones que apoyan la intolerancia racial.

34 2.2.2. Bélgica 75. Aunque con una importancia política marginal, el extremismo de derecha también está conociendo en Bélgica un resurgir de grupúsculos, círculos y publi• caciones. En Walonia, la influencia de la Acción Francesa y el Texismo de Léon Degrelle, continuado después de la guerra por el Movimiento Social Belga, cons• tituyen las principales fuentes históricas, renovadas hoy en día por las teorías de la Nueva Derecha Francesa. Entre los grupos activos en Walonia se encuentran: Nouvel Ordre Européen, Nouvelle Sparte, Delta, Euro Droite, REX, GRECE, Front National, Forces Nouvelles, Zwarte Order-Ordre Noir (ZOON), Consor• tium Européen, «3A» Diffusion, Front de la Jeunesse y Westland New Post (WNP). En el último decenio, el grupo más activo y más violento ha sido el Front de la Jeunesse (Frente de la Juventud) que acabó siendo disuelto en mayo de 1981 bajo la acusación de organización paramilitar. A raíz de esto, algunos de sus miembros contribuyeron a la fundación del Westland New Post. Las acti• vidades de este grupo, su pretensión de constituir una organización secreta y sus posibles connivencias con algunos militares de carrera atrajeron la atención sobre esta organización de la que no se sabe en la actualidad si sigue existiendo ("').

76. En Flandes, ciertos movimientos de habla flamenca y nacionalistas han abrazado las tesis de la extrema derecha, como por ejemplo: Were Di, Delta, De Vlaamse Militanten Orde (VMO)-Odal. Este último es el más importante. El grupo Odal surgió después de la prohibición del VMO bajo la acusación de mili• cia privada el 25 de mayo de 1983. En los medios neonazis de la postguerra, el grupo VMO-Odales el más activo y el más violento (84). Hasta junio de 1985, el grupo VMO-Odal era dirigido por Bert Eriksson, y actualmente su jefe es Jef Eggermont. Bajo la dirección de Eriksson, la VMO organizó campos de ejerci• cio donde los participantes, uniformados, se adiestraban en el manejo de las armas. El grupo Odal está en la actualidad estrechamente ligado al . Prestan servicios a este partido político como «servicio de orden» y pro• porcionan equipos para pegar carteles contra la inmigración. La propaganda de estos grupos es difundida por periódicos como Alarm, Delta-Pers, Storm, Rebel, Dietsland-Europa, Berkenkruis, Taboe, Bormsberichten, Revolte, Viking, Branding, Signaal, l'Accent, Nieuwe Gudrun, Une Belgique à neuf(as).

77. Algunos grupos extremistas no dudan en recurrir a la violencia, y así la atención pública se vio atraída hacia este tipo de actos con ocasión del asesinato de un marroquí, cometido en los suburbios de Bruselas, por un militante de 21 años del Frente de la Juventud, que poco antes había tomado parte en ejercicios de tiro de su organización. Como consecuencia, el Frente de la Juventud fue con• denado el día 14 de mayo de 1981 como organización paramilitar.

En enero de 1981, 107 militantes del VMO habían comparecido ante el Tribu• nal de Amberes por infracción a la ley del 24 de julio de 1934 referente a las mili• cias privadas. Un Tribunal de Apelación belga levantó, sin embargo, en 1982 la prohibición que pesaba sobre él y en la actualidad el VMO está aliado con el Vlaams Blok. Este último movimiento está constituido por tendencias diversas y a menudo divididas entre sí.

35 78. La «cuestión de la inmigración» en Bélgica, y más en concreto en Bruselas, ha sido muy estudiada por la comisión. Se observa un aumento de sentimientos de xenofobia en el comportamiento cotidiano (86). Pero lo que realmente ha atra• ído la atención de la comisión es el problema general de la «condición inmigran• te» en Bruselas, porque ilustra claramente las dificultades que se observan en numerosas ciudades de la Comunidad (87). 79. Las condiciones de admisión y la obtención del permiso de residencia plan• tean desde un principio problemas específicos, como recordó el Sr. Gaétan de Moffarts del Vlaams Overleg Comité over Migratie (VOCOM) y el Sr. André Nayer del Mouvement contre le Racisme, l'Antisémitisme et la Xénophobie (MRAX). Estas condiciones han sido objeto de una ley general aprobada por unanimidad menos un voto el día 15 de diciembre de 1980 en el Parlamento. Además se aprobó la ley sobre el racismo y la xenofobia, llamada «Ley Mou- reaux» el 30 de julio de 1981, que intenta reprimir ciertos actos inspirados en el racismo y la xenofobia. El 28 de junio de 1984, por iniciativa del Ministro de Justicia, Jean Gol, se aprobó una ley que modificaba ciertos aspectos de la condi• ción de los extranjeros e instituía el código de la nacionalidad belga. Esta ley (que además suaviza las condiciones de obtención de la nacionalidad belga) limi• ta la reagrupación familiar y ofrece a los ayuntamientos que lo deseen la posibili• dad, bajo ciertas condiciones, de rechazar la inscripción de extranjeros. Seis ayuntamientos de Bruselas han podido acogerse a esta disposición y están actual• mente en condiciones de hacerlo. Posteriormente, se ha creado una «Comisión de Estudios de la Inmigración». 80. Muchas de las dificultades se deben también a las relaciones con la admi• nistración: dificultades de comprensión, retrasos en la expedición de los permi• sos de residencia, numerosos documentos exigidos y tasas excesivas sobre los documentos administrativos expedidos (las contribuciones percibidas pueden llegar hasta 5 000 FB)(88). 81. También se trató la cuestión de las ayudas a las que no tienen derecho los inmigrados y en especial la asistencia judicial. El Sr. Cleemput, representante de Caritas Catholica, recordó que el derecho al mínimo vital no era válido hasta después de 5 años de residencia en Bélgica o como refugiado político (pero el derecho a la asistencia está garantizado por la ley orgánica de 8 de julio de 1976). 82. El alojamiento también constituye un problema grave. Las familias de inmigrantes son rechazadas por el sector privado, y se integran mal en el sector social (temor & guetos, a malos pagadores, alojamientos mal adaptados a la rea• lidad familiar). El 70% de los trabajadores masculinos inmigrantes no están cua• lificados. De los 52 000 parados de Bruselas, 12 800 son extranjeros. Los repre• sentantes de la Conferederación Europea de Sindicatos expusieron ante la comi• sión el carácter penoso y peligroso de las tareas realizadas habitualmente por los trabajadores inmigrantes.

83. El grave problema de la enseñanza se tratará más adelante. El representan• te de la Liga de las Familias citó también el derecho de los inmigrantes a la educa• ción afectiva y sexual, así como a la paternidad responsable.

36 84. El caso de Bruselas sirvió, por tanto, para que la comisión comprendiera la realidad, no sólo de los sentimientos de xenofobia, sino también y principalmen• te de las limitaciones objetivas que determinan la «condición de inmigrante». Los testimonios de los expertos ilustraron la magnitud de las dificultades que encuentran los inmigrantes, la complejidad de sus problemas de formación y de inserción, y también, como se pudo apreciar en el caso de Limburgo, que una política tenaz y a largo plazo puede producir resultados positivos.

2.2.3. Dinamarca 85. El extremismo de derecha es muy débil en Dinamarca. Existe un partido nazi danés, insignificante, dirigido por Paul Heinrich Riis-Knudsen, además Secretario General de la «World Union of Nacional Socialists». Su nombramien• to para un puesto universitario provocó numerosas protestas. 86. Se observa en cambio un aumento de los sentimientos xenófobos, que parece deberse principalmente a la reciente liberalización de las condiciones de admisión de refugiados políticos, lo que ha provocado la llegada de cerca de 5 000 de ellos, principalmente iraníes, en un año (en los últimos 25 años Dina• marca sólo había acogido a 18 000 refugiados políticos, todos los cuales no se han quedado, ni mucho menos). La concentración de estos refugiados en centros de alojamiento situados en pequeñas ciudades ha provocado tensiones. El 26 y 27 de julio de 1985, en Kalundborg, unos 200 jóvenes atacaron un hogar de ira• níes enfrentándose con los residentes y a continuación con la policía. 87. Mogens Glistrup, fundador de un partido populista que, sobre este punto no parece haberle seguido enteramente, expresó ciertos sentimientos xenófobos latentes, provocando un debate en todo el país (89). 88. Los atentados a finales de julio en Copenhague contra una sinagoga y una compañía aérea despertaron enorme inquietud en un país que hasta entonces no se había visto afectado por el terrorismo. Nuevos atentados antisemitas en sep• tiembre contribuyeron a aumentar esta inquietud, tanto más cuanto que el ori• gen de estos actos siguen siendo desconocido y pudiera ser tanto nacional como internacional.

2.2.4. Francia 89. La tradición francesa de extrema derecha es particularmente abundante, aunque la mayoría de las veces sus corrientes sean contrapuestas y el descrédito del régimen de Vichy haya constituido un tabú duradero y difícil de superar (aun cuando Vichy no representara solamente a la extrema derecha francesa ni a la totalidad de ésta). La cuestión de la especificidad de un fascismo francés es difícil de resolver. Aun• que los «Faisceaux» (los «Haces») fueron creados en 1925 por Georges Valois, ni la Action Française, ni las Croix-de-Fau (Cruces de Fuego), ni la mayoría de las ligas pueden identificarse con el fascismo de Mussolini. Algunos historiado• res niegan la existencia de un fascismo francés específico (™), mientras que otros sostienen que, a pesar de la debilidad de sus expresiones políticas, existe en Fran• cia una ideología fascista profunda y permanente (9').

37 90. Después de la segunda guerra mundial se observan, como señaló la Sra. Chombart de Lauwe, dos fenómenos específicos: la aparición de una corriente populista, con una retórica antiparlamentaria, cuyo exponente fue, en 1956, el Movimiento Poujade y la cristalización de una violencia activista alrededor de la «Organisation de l'Armée Secrète» (OAS) después del fracaso del alzamiento de Argelia. En esta última línea se encontraban Occident (disuelto en 1968), Ordre Nouveau (creado en 1969), movimientos estudiantiles del tipo de «Groupe Union Défense» (GUD), la FANE (organización neonazi dirigida por Marc Fre• deriksen), etc. (92). La violencia de estos grupos es real, aunque su impacto no debe sobrevalorarse. Un informe del Senado francés observa: «Desde la desapa• rición de la OAS el terrorismo de extrema derecha en Francia es muy débil (...) se concentra en dos blancos principales: los norteafricanos, y en particular los arge• linos, y la comunidad judía francesa» (93).

91. El mismo informe nos proporciona, en la primavera de 1984, las siguientes cifras: (véase el cuadro de la pág. 39).

92. Al parecer, el apogeo de la violencia extremista de derecha de los últimos tiempos tuvo lugar en el año 1980: existen más de 60 acciones reivindicadas por grupúsculos como la FANE, Occident Chrétien, Comandos Delta, Frente de la Juventud, Honneur de la Police, Groupe d'intervention Nationaliste, Comman• do Mario Tuti, etc. Se observan, entre otras acciones, diversas depredaciones y agresiones, así como atentados contra tiendas y librerías (94). En lo que concierne específicamente al antisemitismo, la LICRA enumeró en 1980, 235 incidentes y atentados, 75 de ellos especialmente graves (53 y 17, respectivamente, en 1975). Sin embargo, el Sr. Revel hizo notar que en este período se atribuyeron de una forma demasiado rápida a la extrema derecha acciones que más tarde se atri• buyeron a extremistas palestinos. De cualquier forma, la organización de la vio• lencia extremista de derecha parece encontrarse desde entonces en regresión.

93. El fenómeno de la «Nouvelle Droite» (Nueva Derecha) es de naturaleza diferente. Toma impulso a partir de 1968 e intenta distanciarse de los métodos activistas de la extrema derecha tradicional. La «Nouvelle Droite» quiere ser esencialmente una corriente cultural e ideológica en la línea del «nacionalismo europeo». El Prof. Girardet ha observado que, aunque de una forma condescen• diente, participaba en el gran movimiento anticomunista y romántico de esta época. El Sr. Revel llegaba a las mismas conclusiones tras la lectura de los artícu• los de «Elements» consagrados a los temas del dinero, de la democracia o de las relaciones Este-Oeste. En esta línea ideológica, el movimiento más citado a lo largo de los trabajos de esta comisión fue sin duda el «Groupement de Recherche et d'Etude pour la Civilisation Européenne» (Grupo de Investigación y de Estu• dio de la Civilización Europea) (GRECE). Este movimiento creó en 1969 la revista «Nouvelle Ecole», cuyo principal animador es Alain de Benoist. La revis• ta «Elements» también está editada por el GRECE. La editorial «Copernic», edi• ta sus obras. Los temas de estos órganos de la «Nouvelle Droite» giran en torno a la evocación de la raza indoeuropea, del paganismo, de las leyes naturales del nominalismo y de los daños que ha causado el universalismo humanista. La revista «Nouvelle Ecole» se dedica a reactivar y enriquecer una verdadera mito• logía política ofreciendo una visión del mundo totalizante. La revista está recar-

38 91. Balance de actos terroristas desde 1975

Terrorismo internacional Autonomistas Racismo Extrema Drcha. Extrema Izqda. Total Atentados Atentados Atentados Atentados Víctimas Víctimas Víctimas Víctimas Atentados contra contra contra contra contra Víctimas Bie­ Pers. M H Bie­ Pers. M H Bie­ Pers. M H Bie­ Pers. M H Bie­ Pers. M H nes 1 nes 1 3 nes 1 3 nes 1 3 nes 1 3 1975 51 5 1 3 264 18 3 25 - - - - 7 1 0 5 6 2 1 Τ 354 1976 63 4 2 2 305 18 1 2 - - - - 9 5 0 6 14 1 - 5 419 1977 23 6 4 3 284 12 - 1 - - - - 38 3 2 14 72 4 1 2 442 1978 15 8 11 3 437 21 2 6 13 0 0 0 12 3 1 8 74 1 - 3 584 1979 20 6 5 35 383 21 4 3 23 5 0 23 13 9 1 0 131 1 - 1 614 1980 23 3 3 50 469 38 6 30 38 16 4 14 36 9 1 18 111 1 - - 744 1981 45 6 5 23 259 26 2 17 26 7 1 4 30 8 0 6 94 5 1 24 506 1982 31 10 19 190 797 27 6 19 45 10 - 17 12 7 - 12 105 3 - 1 1 047 1983 0 7 15 103 736 30 15 39 36 9 1 8 12 3 0 4 45 1 1 1 879 1984 al 23/3 1 2 3 2 132 7 6 8 1 - - 4 - - - - 5 - - - 148 Total 272 57 70 414 4 066 218 45 150 184 47 6 70 169 48 5 73 657 19 4 39 5 737 1 Pers. = Personas ~ M = Murtoe s 3 H = Heridos Fuente: Informe del Senado sobre el terrorismo. Imprenta del Senado 1984. Anexo n° 6 pág. 217

1>J gada de fotos y de reproducciones con pies muy elaborados y va acompañada de la exaltación de personajes: héroes colectivos (los vikingos, los indoeuropeos y los «paganos» en general), escritores-profetas (Mishima, Montherlant), artistas (Wagner en primer lugar), pensadores (Sorel, Heisenberg, Van der Brück, Gobi• neau, Pareto) o simplemente ... divinidades (Apolo, figura ejemplar). El recurso a la ciencia es constante. Varios comentaristas han denunciado las conclusiones abusivas sacadas de la genética, de la antropología, de la microfísica o de la astrofísica (95). Una gran parte de la extrema derecha profesa esta ideología. 94. Se mencionaron varias veces en la comisión la naturaleza y el ascenso del Frente Nacional dirigido por el Sr. J.M. LE PEN. La elección de diez miembros de este movimiento para el Parlamento Europeo (consiguió, el 16 de junio de 1984, el 10,95% de los votos) produjo manifiestamente cierta preocupación. A este respecto, el ponente quiere recordar la opinión del Sr. Glucksman, esto es, que el hecho de hablar tanto del Sr. Le Pen era tal vez señal de que no había otra cosa que decir. Algunos de nuestros expertos, y en especial la Sra. Chombart de Lauwe, insistieron sobre la cuestión de los origens del Frente Nacional, creado en 1972 por los Sres. Le Pen, Pierre Bousquet de «Militant» (96), Alain Robert de «Ordre Nouveau», François Brigneau (antiguo miembro de la OAS y redactor jefe de «Minute»), Roger Holeindre (secretario general del «Mouvement Natio• naliste du progrès»), y François Duprat (creador junto con Alain Renault de los «Cahiers Européens» (Cuadernos Europeos) y muerto el 18 de marzo de 1978 al explotar su coche en el que había sido colocado un explosivo). El Sr. May citó también el periódico «Présent», cuyo fundador, Roman Marie, es diputado europeo. «Présent» ataca con frecuencia a la Sra. Veil y al Sr. Robert Badinter, al que califica, en su número del 23 de junio de 1983, de «bohemio con la boca manchada de sangre» (97). Varios de nuestros expertos consideran que el Frente Nacional es un intento de reagrupación de diferentes corrientes de la extrema derecha nacionalista. Otros expertos opinan que el principal problema es situar al «Front National» en el espectro ideológico francés. Los profesores Revel, Girardet y Passelecq advirtieron que era demasiado fácil amalgamarlo con los fenómenos de los años 30; los dos últimos veían en el Frente Nacional al herede• ro de una derecha maurrassiana y legitimista con tintes de poujadismo. El Sr. Le Pen, como individuo, se sitúa claramente en esta línea cuando insiste en que se encuentra situado en una «larga cadena» ('8), afirmación típicamente maurras• siana. También su frase preferida «prefiero mis hijas a mis sobrinas, y mis sobri• nas a mis vecinas y mis vecinas a mis desconocidas» ("), encaja en esta defini• ción. En cambio expresa sentimientos xenófobos primarios cuando, por ejem• plo, al ser interrogado sobre el libro de Bernard Stasi «L'immigration, una chan• ce pour la France», declara: «Bernard Stasi es un francés de fecha reciente» C"0).

95. Como indicò la Sra. Chombart de Lauwe, la realidad de los contactos internacionales entre los grupos extremistas se pone de manifiesto con sólo leer publicaciones como «Notre Europe» (órgano de la FANE) que da cuenta regu• larmente de las actividades de grupos neonazis extranjeros. (La FANE, además, había acogido al neonazi Michael Kühnen, recientemente condenado) (""). Dicho esto, no sería exacto convertir a Francia en el centro de una «internacional negra» cualquiera. La reciente detención por robo de Michael Faci, ex secretario general de la FANE y, presumiblemente, uno de los ejes principales de los con-

40 tactos internacionales de grupos neonazis, ilustra sobre todo su aspecto «artesa- nal» (n2).

96. La mayoría de nuestros expertos y de los miembros de esta comisión consi• deraron que era mucho más importante la cuestión del posible aumento de los sentimientos xenófobos en Francia. Sin duda hay que señalar, desde un princi• pio, que la historia política francesa está surcada por innumerables movimientos nacionalistas en el sentido más estricto de la palabra, nacionalismo que por lo demás constituye una tradición transpartidista (103).

97. La xenofobia también sufre altibajos, no todos ellos explicables por la sola cultura política. Varios expertos invitados y en especial la Sra. Chombart de Lauwe, hablaron de «ciclos». A corto plazo, en todo caso, estos ciclos parecen tener una amplitud bastante pequeña. Al pedirles su acuerdo o desacuerdo con la afirmación de que: «Hay demasiados trabajadores inmigrantes», los franceses expresaron su acuerdo como sigue: 54,6% en 1977, 56,9% en 1978, 58,5% en 1981, 60% en 1982, 50,6% en 1983 y 57,9% en 1984 (104). Aunque cualquier encuesta realizada sobre un tema semejante mediante preguntas directas pueda ser aleatoria, la evolución seguida parece señalar un ligero aumento de los senti• mientos xenófobos.

98. La percepción de la xenofobia es realmente más aguda que antes, particu• larmente entre las víctimas de ella: según un sondeo MRAP de marzo de 1984, el 45% de los inmigrantes piensan que el racismo es mayor en la actualidad; el mis• mo porcentaje opina que los franceses son por lo general «más bien racistas»; el 30% afirma haber sido insultado en público, el 6% empujado y el 7% atacado. Las manifestaciones de xenofobia no son, sin embargo, más que una pequeña parte de los males que dicen sufrir los inmigrantes: las condiciones de alojamien• to (53%) y las condiciones de trabajo (44%) están a la cabeza con gran diferen• cia. Finalmente, un 66% de las personas interrogadas dijeron estar bastante o muy satisfechas de vivir en Francia y un 52% deseaban quedarse (10S). Con las precauciones usuales en cuanto al valor de la encuesta, debemos también pre• guntarnos si el cuadro no ha cambiado en los últimos 18 meses, en los que, al parecer, se constata un incremento de los incidentes violentos, aunque estos últi• mos han sido siempre relativamente frecuentes. La opinión pública fue alertada, en octubre de 1982, por el asesinato de un joven árabe, Abdemmbi Guemiah, en una ciudad de tránsito, Nanterre, perpetrado por un habitante de un pabellón cercano. El asesinato verdaderamente absurdo de dos turcos por un joven para• do de 22 años en Chateaubriand, en la región de Loire Atlantique, en noviembre de 1984, causó gran conmoción. El aumento del número de hechos similares dio origen sucesivamente a la organización de la «Marche des Beurs», de la opera• ción «Convergences» y de «SOS-Racisme» con su famoso «Touche pas à mon pote» («No toques a mi amigo»). Desgraciadamente, siguen ocurriendo inciden• tes: en los meses de marzo y abril de 1985 hubo varios: el 6 de marzo tres estu• diantes de bachillerato, uno de ellos armado con un revólver de metralla, agre• dieron a dos jóvenes magrebíes en Neuville-sur-Saône, a unos 15 kilómetros de Lyon (""'). El mismo día, a 20 kilómetros de allí, en Vaux-en-Velin, un colegial, Bardek Barka moría en circunstancias extrañas. El 23 de marzo un marroquí de 28 años era muerto y un joven martiniqués herido en Menton por dos franceses

41 «que no querían a los árabes». También se mencionan actos de vandalismo racista, que conocen a su vez flujos y reflujos. El acto más reciente ha sido el ase• sinato el 28 de septiembre, en Lyon, de un argelino de 23 años por miembros de un servicio de orden de carácter privado invocando explícitamente motivaciones racistas (107). 99. Parece que se ha superado un tabú, según afirma el Sr. Théo Klein, presi• dente del Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF): «No creo que gentes que no eran antisemitas lo sean ahora, pero ciertos sentimientos se liberan hoy día con mayor facilidad. Cuando se expresan sentimientos de dis• criminación, de desprecio, y hasta de odio hacia una categoría cualquiera de la población, otras están amenazadas. Es aquí donde nuestra solidaridad como judíos es efectiva con los inmigrantes árabes» (108). Más adelante analizaremos las causas de la desaparición de los «tabúes». Sin embargo, queremos mencionar ahora el fenómeno generacional (han pasado 40 años desde la caída de los fascis• mos) y la revalorización social de la violencia. Desde este punto de vista, la tenta• ción de un discurso exageradamente simplificador ha podido afectar a veces incluso a las fuerzas políticas parlamentarias (109). 100. No podríamos captar la naturaleza exacta del fenómeno si no viésemos que la xenofobia afecta en primer lugar a los trabajadores del Magreb. El hecho es tanto más preocupante cuanto que la proporción de inmigrantes de origen árabe aumenta constantemente, tanto en la población inmigrante como en la población francesa total (110).

1954 1982 % % Extranjeros procedentes del continente - asiático 2,5 8,0 - africano 13,5 43.5 - europeo 84,0 48,5 en la población total 4,1 6,8

101. A los 1,5 millones de extranjeros del Magreb hay que añadir, para la opi• nión pública, las familias de los argelinos que obtuvieron la ciudadanía francesa ('"), por los acuerdos de Evian, así como los magrebíes de la segunda generación convertidos en franceses por su nacimiento. En conjunto, la comunidad de ori• gen magrebí puede ser estimada en cerca de 3 millones de personas. Ella consti• tuye el blanco principal de las manifestaciones de xenofobia y racismo, debida a una verdadera conjunción de factores: llegada de los jóvenes magrebíes al merca• do de trabajo en un momento de escasez de empleo, mientras que las oleadas de inmigración precedentes se beneficiaron de una coyuntura económica favorable; aculturación efectuada en el momento mismo de la crisis del sistema educativo; peso de todas las incomprensiones acumuladas a lo largo de la guerra de Argelia e imagen degradada del Islam ya fuertemente tergiversada. Los problemas que ha encontrado la comunidad magrebí no existen sólo en términos generales y abstractos, sino que surgen continuamente de las dificultades propias de una

42 comunidad urbana específica, con su tradición de inmigración, su estructura industrial, su sistema de poder, su red asociativa, su configuración urbanística y sus particularidades sociales, religiosas y políticas. André Diligent, alcalde de Roubaix y antiguo diputado del Parlamento Europeo, ha entregado a esta comi• sión un documento sobre los problemas de su ciudad. 102. «Una oleada migratoria alcanza su meta cuando consigue producir una élite, unas clases medias en su propio seno, es decir, cuando «despacha» a sus descendientes por todo el entramado social de la ciudad (...). El marchamo de cada inmigrante recién llegado no es bueno (...). Así los belgas, los «Pot Beurre» como se les llamaba, eran miserables y rechazados porque, como decía la can• ción, no gastaban su dinero en Francia y se traían hasta la mantequilla, porque eran sucios y olían mal, etc. ... Lo mismo ocurría con los «macaronis», los «pol- lak», todos sucios y borrachos, los «pingouins», los «bougnoles», etc. ... ¿Es racismo esta xenofobia que precede a cada nueva integración? En cualquier caso, esta negación, este rechazo de la identidad de origen del otro surge cierta• mente de una conciencia clara pero rechazada de su propia diferencia de origen» ("2). Esta afirmación parece válida no sólo para la ciudad de Roubaix sino para toda Francia, si se tiene en cuenta que en la actualidad un francés de cada tres desciende de inmigrantes de los últimos 100 años. Según la lógica estaríamos asistiendo a una simple crisis de asimilación, que alcanzará su apogeo antes de desvanecerse. Ya el éxito de muchas iniciativas de SOS-Racisme, el agrupamien- to alrededor de nuevos valores (música y aventura) y el aumento de cineastas y escritores «beurs» (de la «segunda generación») son signos convincentes de una nueva síntesis cultural. Queda la cuestión de la especificidad religiosa (Islam) de la nueva inmigración, cuestión abordada por varios miembros de la comisión y expertos invitados, así como por autores tan diferentes como Bernard Stasi, Alain Griotteray y Eric Roussel, aunque no lleguen a las mismas conclusiones C"). 103. El debate sobre la «especificidad islámica» ha tenido en Francia especial virulencia y merece ser tratado. A este respecto aquellos que se preocupan por una presunta «ruptura radical» entre el Islam y nuestras sociedades harían bien en meditar sobre estas líneas de un excelente especialista, Michael Barry: «A pesar de las apariencias, el Islam no es una cultura exótica y ni siquiera pertenece al verdadero Oriente, el de la India y la China. Bebe en las mismas dos fuentes que el cristianismo medieval: las Escrituras semíticas y la filosofía griega. Crece en las antiguas provincias meridionales del Imperio Romano. Su teología se arti• cula según la lógica de Aristóteles. Su mística prolonga la especulación neoplato- niana de Bisancio (...) La filosofía griega no es siquiera un «préstamo», sino más bien un antepasado del pensamiento musulmán: en la época de Alejandro, los centros de especulación helénica fueron Antioquia y Alejandría, cuyas poblacio• nes se convirtieron algunos siglos después al Islam expresándose no ya en griego, sino en árabe (...) En la actualidad Occidente debería insistir más en la compo• nente griega del Islam, con el fin de subrayar su parentesco con nuestra propia cultura. Y con esto no negamos su incontestable originalidad, sino al contrario, la destacamos para entender su alcance» ("4). ¡No sería el menor mérito que el reencuentro de nuestras sociedades con la cultura islámica les ayudara a encon• trar sus propias fuentes!

43 104. También es cierto que el mismo autor escribe: «Pero hacer hincapié en la filiación helénica del pensamiento musulmán permite también calificar de estéril y patética la lucha del integrismo islámico por separarse de un Occidente del que quiere ignorar, trágicamente, que forma parte» (115). Y añade:" si tenemos pre• sente la semejanza entre las culturas de las religiones abrahámicas, la lucha de Jomeini recuerda a la de un Savonarola" ("6). En este contexto, el mensaje apor• tado por los enseñantes venidos de sus países de origen tiene también su impor• tancia y sería absurdo negarlo. Uno de los invitados de la comisión, el Sr. Zwick, de la Liga de las Familias de Bruselas, destacó la importancia de la coo• peración de ciertos dirigentes o jefes religiosos, y las dificultades ocasionadas por la negativa de algunos de ellos ("7). Pero esto no podría ser una excusa, todo lo contrario, para mantener la ignorancia y la incomprensión. El desconocimiento recíproco de las culturas lleva invariablemente a su enfrentamiento.

2.2.5. Grecia 105. Es fácilmente comprensible que la historia reciente de Grecia, marcada por dos dictaduras (la del 4 de agosto, 1936-1941 y el régimen militar del 21 de abril, 1967-1974) y una guerra civil (1947-1949) con sus dolorosas y largas con• secuencias, sea objeto de análisis políticos variados y a menudo contradictorios. Sin embargo, se puede afirmar que el extremismo de derecha, y con mayor razón el fascismo y el nazismo, no han podido nunca echar raíces en la vida política del país. A este respecto es significativo que Grecia, que se encontraba entonces bajo un régimen de dictadura nacionalista no desprovista de un cierto simbolismo fas• cistoide, fuese el único país de la Europa continental que tuvo que afrontar suce• sivamente, en 1940 y 1941, la agresión de la Italia fascista y de la Alemania nazi. La guerra, y la consiguiente resistencia, reforzaron las tradiciones democráticas y liberales del pueblo griego y corroboraron su actitud profundamente hostil hacia las doctrinas y realidades totalitarias de la Europa de entreguerras ("8). 106. Esto no quiere decir que Grecia sea una excepción a la regla, válida para toda la Europa democrática, según la cual una pequeña minoría del cuerpo social puede verse afectada por las doctrinas políticas extremistas. Como siem• pre en casos semejantes, se puede citar en Grecia la existencia de cierto número de grupos de extrema derecha, de importancia variable según el caso y el momento ("9). Se trata principalmente de grupos con efectivos muy limitados que profesan un nacionalismo intransigente, a la vez que anticomunista, antica• pitalista y antiliberal, con matices nostálgicos hacia las dictaduras pasadas. Las referencias abiertas al nazismo y al fascismo no están siempre ausentes de su dis• curso que a veces muestra rasgos racistas, expresados principalmente a través de la exaltación de una superioridad de la raza helénica, pero a veces también a tra• vés de un antisemitismo agresivo. Dos organizaciones representan en especial esta tendencia: a) el K4A (Partido del 4 de agosto), cuyo nombre hace referencia a la dictadura del 4 de agosto de 1936. Fundado en 1965 y de nuevo en 1974, esta agrupa• ción proclama en su programa principios extraídos de la doctrina nacionalso• cialista (l2°). Su presencia en la vida política ha sido insignificante y su activi• dad parece estar en suspenso actualmente. Algunos de sus jóvenes miembros

44 se han reagrupado en la FEP (Fititiki Ethniki Protoporeia, Vanguardia Nacio• nal Estudiantil), organización activa desde 1984 en los medios universitarios. b) el ENEK (Movimiento Nacionalista Unificado), fundado en 1979. Proclama en su plataforma la primacía de la nación, la creación de una civilización basada en el concepto de raza, el valor de la fuerza y de una concepción «heroica» de la vida y acusa de corrupción al sistema político establecido. El ENEK participó en las elecciones europeas de 1984 y obtuvo el 0,09% de los votos en el conjunto del territorio. No se presentó a las elecciones nacionales de 1985. 107. En la actualidad, el EPEN (Unión Política Nacional), representado en el Parlamento Europeo por un diputado (Sr. Ch. Dimitriadis), perteneciente al Grupo de Derechas Europeas, es la formación de tendencia nacionalista más importante. Fundado a principios de 1984, este partido milita, según su progra• ma, por un saneamiento del sistema parlamentario, por una economía basada en la iniciativa privada y en una política social equilibrada, y se declara contrario al totalitarismo. Pero al mismo tiempo, no esconde sus lazos ideológico-políticos con la dictadura militar de 1967-1974. Su objetivo prioritario consiste en la rehabilitación de este régimen y la puesta en libertad de sus protagonistas, que están en la actualidad cumpliendo largas penas de prisión. Sus dirigentes se jac• tan de mantener relaciones privilegiadas con el dictador G. Papadopoulos, del que un mensaje grabado clandestinamente se difundió en la reunión de los miem• bros fundadores del partido (l21). El EPEN obtuvo en las elecciones europeas de 1984 el 2,29% de los votos. Su presencia en el Parlamento Europeo le ha repor• tado desde entonces una cierta publicidad que, sin embargo, no le ha permitido consolidar su apoyo electoral: en las elecciones nacionales de 1985 sólo obtuvo el 0,59% de los votos, porcentaje insuficiente para conseguir una representación parlamentaria nacional. 108. En el momento actual, la actividad de los grupos de extrema derecha se manifiesta sobre todo a través de la publicación de libros y revistas. No dispone• mos de información sobre el circuito de estas publicaciones, que en cualquier caso debe de ser muy limitado. Algunos de estos grupos o personas claramente activas en la extrema derecha han estado implicados en actos de violencia, como por ejemplo, atentados con explosivos contra librerías que venden principalmen• te literatura política de izquierda. Pero la mayoría de los actos terroristas cometi• dos en Grecia desde 1975, incluida una serie de asesinatos, han sido reivindica• dos o atribuidos a organizaciones terroristas de izquierda. 109. No parecen existir lazos de cooperación permanente entre los grupos griegos de extrema derecha y centros extranjeros. Se han podido detectar algu• nos contactos entre militantes griegos y el «» italiano inmediata• mente después de la caída de la dictadura militar de 1967-1974 (l22), pero no existe información que permita suponer que estas relaciones hayan tenido una continuidad. 110. La escasez de inmigrantes no permite valorar los comportamientos indivi• duales y sociales en lo que respecta a las relaciones raciales. La importante colo• nia de estudiantes africanos que frecuenta desde hace tiempo los establecimien-

45 tos de enseñanza superior griegos ha podido insertarse armoniosamente tanto en el ambiente universitario como, de forma más general, en la sociedad. La actitud de la población autóctona hacia las minorías étnicas o religiosas se caracteriza por un espíritu de tolerancia y de xenofilia y está desprovista, por lo general, de prejuicios raciales. También se puede afirmar que los numerosos judíos estable• cidos desde hace tiempo en el país (aunque la mayoría de ellos fue exterminada en los campos de concentración nazis (123) no se han visto enfrentados general• mente a actividades antisemitas (,24).

2.2.6. Irlanda 111. La Comisión no trató de la existencia de movimientos extremistas de derecha en Irlanda (125). Dado que Irlanda es históricamente un país de emigra• ción, la actitud hacia los extranjeros no es comparable a la de otros países del norte de Europa. Además, de los 232 400 extranjeros que vivían en Irlanda en 1981, 187 000 procedían de la Gran Bretaña (en la misma época 470 000 ciuda• danos de Irlanda del Sur vivían en territorio británico) (126). 112. Ahora bien, un sondeo efectuado en febrero de 1981 indicó que el 24% de los irlandeses opinaba que las personas de diferente raza y color debían vivir en barrios separados y el 12% de ellos confesaba tener prejuicios raciales (frente a un 30% de británicos según un sondeo publicado tres años antes) (127). 113. Finalmente hay que observar que Irlanda es el único país de la Comuni• dad que no ha ratificado la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (128).

2.2.7. Italia 114. El extremismo de derecha en Italia sigue marcado por el recuerdo del régimen de Mussolini y por su ideología, en otras palabras, por la expresión arquetípica del fascismo. La ley n° 645 de 20 de junio de 1952, «Disposiciones para la aplicación de la VII disposición transitoria y final (primer párrafo de la Constitución)» intenta reprimir la reconstrucción, bajo cualquiera de sus for• mas, del partido fascista disuelto. El Movimento Sociale Italiano (MSI), funda• do en 1946, mantiene la referencia al régimen difunto. Giorgio Almirante, que dirige el MSI desde su fundación, fue Jefe de Gabinete del Ministro de Propagan• da de la República de Salo. Según el Professor Revelli, experto invitado por la Comisión, el MSI es un partido «antisistema», con ideología violentamente antiigualitaria, jerárquica, elitista y fundamentalmente opuesta al modelo cons• titucional italiano. El MSI está representado en el Parlamento italiano y en el Parlamento Europeo, donde obtuvo el 6,5% de los votos en 1984 (5,4% en 1979) y cinco diputados. El movimiento dispone de una organización juvenil («Fronte della Gioventù»). Los militantes que han roto con el MSI han formado numerosos grupúsculos fascistas y extremistas. 115. Tanto el Sr. Aniasi, Vicepresidente de la Cámara italiana, como el Profe• sor Revelli han señalado la permanencia de una tradición «golpista» en ciertos

46 sectores de la sociedad italiana de la posguerra: intentonas de 1964, en la que estuvo implicado el general Giovanni de Lorenzo; de 1970, dirigida por Valerio Borghese y de enero de 1974; denuncia en octubre de 1974 del jefe de los Servi• cios Secretos (SID) y del general Miceli (129). Esta continuidad permite entender mejor la naturaleza del fenómeno «P2» citado numerosas veces por nuestra comisión. Como constató la comisión parlamentaria de investigación presidida por el diputado demócrata-cristiano Tina Anselmi, en las intentonas anterior• mente citadas se repite desde 1970 el nombre de Licio Gelli, gran maestre de la logia mencionada. Si bien la relación entre «Propaganda Due» y la subversión de derecha es generalmente admitida, el Ministro Scalfaro recordó ante la Comi• sión que, en todo Estado de derecho, para pasar de unas constataciones de serie• dad innegable a la aplicación de los procedimientos judiciales, se exigían todas las garantías apropiadas. 116. La dificultad de llegar a conclusiones judiciales preocupaba por lo demás a todos nuestros expertos, que citaron los cinco atentados más graves general• mente atribuidos al terrorismo de extrema derecha: el atentado de Piazza Fonta• na en Milán, el 12 de diciembre de 1969 (17 muertos, 88 heridos); el atentado de Piazza delle Loggia en Brescia, el 28 de mayo de 1974 (8 muertos, 94 heridos); el atentado contra el tren Italicus de la línea Bolonia-Florencia, el 2 de agosto de 1974 (12 muertos, 105 heridos); el atentado de la estación de Bolonia, el 2 de agosto de 1980 (85 muertos, 200 heridos) y el atentado contra el rápido Nápo- les-Milán, el 23 de diciembre de 1984 (15 muertos, 100 heridos). Si bien el Pro• fesor Revel previno a la comisión identificaciones abusivas (recordando los casos de los atentados de la Rue des Rosiers y de la Rue Copernic, así como el robo de armas en Foix en noviembre de 1981), en el caso italiano la atribución al terro• rismo negro de los actos citados y de muchos otros es muy probable, como seña• ló la comisión Anselmi con respecto a la tragedia del tren italiano. La emulación provocada por la resonancia de los actos de las Brigadas Rojas y la estrategia de tensión seguida desde 1974 aproximadamente (13°) dieron origen a un terrorismo ciego y particularmente mortífero. Además, hay que destacar que el asesinato de magistrados (los jueces Occorsio y Amato), de agentes del orden (Raneo Straullu y Ciriaco di Roma), de militantes sospechosos de «traición» (Ermanno Buzzi y Luca Perucci) han complicado todavía más la búsqueda de la verdad. Tampoco las sentencias judiciales corresponden todavía a la gravedad de las presunciones. El procedimiento judicial relativo al atentado de la Piazza Fontana en Milán, que terminó con un proceso ante el Tribunal de Apelación de Bari, no pudo lle• gar a identificar a los culpables. Mientras que el Profesor Revelli se preocupaba por los fallos y posibles implicaciones del aparato de seguridad del Estado, el Ministro Scalfaro ha situado la cuestión dentro de otra más vasta, la de la difi• cultad del proceso de extradición, de las garantías propias de todo proceso judi• cial y de las implicaciones entre los diversos terrorismos, sin dejar de expresar su preocupación como ciudadano, por haber comprobado la presencia de dos jefes de seguridad entre los miembros de la logia P2. 117. En el transcurso de las diferentes audiencias y en los documentos recibi• dos, se mencionaron especialmente diversos movimientos, entre ellos Ordine Nuevo (Orden Nuevo), creado en 1956 por una fracción disidente del MSI, e inspirado en las teorías de Julius Evola, punto de referencia obligado para la extrema derecha italiana. Se establecieron contactos internacionales con Fran-

47 cia, Alemania, Bélgica, así como con Grecia, Espana y Portugal antes de la res• tauración de la democracia. Cuando en 1974 Ordine Nuovo fue disuelto por el Tribunal de Roma ('31), pasó a la clandestinidad. Una afiliada al movimiento (Orden Negro) fue acusada de los atentados del tren Italicus y de Brescia. Antes, en 1960, Stefano Della Chiaie había fundado Avanguardia Nazionale (Vanguardia Nacional), disuelta en 1976, y había estado implicado en el asesinato de Vittorio Occorsio (10 de julio de 1976). Se detectó la presencia de Delle Chiaie en España (donde poseía un restaurante, «El apuntamiento», refugio para los que compartían sus ideas), en Portugal, en Argentina, en Chile, en Paraguay y en Bolivia, y su nombre apareció en el contexto del tráfico de heroína y de las actividades de Klaus Barbie en Bolivia. Los contactos internacio• nales de Delle Chiaie, incluidos los que mantuvo con Guérin-Serac, veterano de la organización de propaganda de derecha Aginterpress, hicieron que se les denominase «l'Orchestre noir» (Orquesta negra) (I32). Terza Posizione (Tercera Posición) y los Nuclei Armati Revoluzionari (Núcleos Armados Revoluciona• rios), aparecidos hacia 1976-1977, están marcados por la evolución tanto ideo• lógica como estratégica del terrorismo, con una fuerte componente antiamerica• na y antisionista. Los NAR están implicados en el atentado de Bolonia de agosto de 1980, y la mayoría de sus miembros, entre ellos su jefe Giusva Fioravanti, se encuentran actualmente en prisión (133).

118. El Profesor Revelli destacó el dinamismo de una «nueva derecha», cuya idea dominante es la oposición a la «sociedad mercantil» y que utiliza la socio- biología, la genética y la etologia para desarrollar un discurso radicalmente antiigualitario. La renovación del racismo científico se une aquí con la tradición italiana de una especie de «nacionalismo europeo» que convierte a la Europa romana en una entidad superior por esencia al resto de las configuraciones histó• ricas. Desde este punto de vista y según el Ministro Scalfaro, lo que realmente debe atraer nuestra atención es el recrudecimiento de los fenómenos de violencia, cualesquiera que sean las palabras y las máscaras tras las que se oculte, violencia que ataca a los derechos humanos tal como los garantiza la Constitución italiana y tal como los entienden todos nuestros países. Lo que debe ser objeto de una atención particular es la amplitud y la facilidad de la colaboración entre el terro• rismo negro, el terrorismo rojo, la criminalidad organizada, la trama de la droga y la criminalidad común. Prueba de esta facilidad de colaboración es la variedad de los contactos internacionales que tiene establecidos la extrema derecha italia• na. Ya se han mencionado la Grecia de los coroneles, las dictaduras latinoameri• canas y las redes de los traficantes de drogas. Hay que añadir, como recordó el diputado Anias, las controversias abiertas después del fallido atentado contra el Papa y la supuesta presencia de terroristas italianos en Madrid y Barcelona (134), así como la cuestión mencionada por el Ministro Scalfaro sobre la situación de Italia en el centro de la cuenca mediterránea y el papel que desempeña el Gobier• no libio C35). 119. Por otra parte, la opinión pública también se ha visto conmovida por el asesinato racista cometido en julio de 1983. La víctima fue un estudiante de bachillerato de madre somalí y los autores dos campaneros suyos. A pesar de este hecho reciente y aislado, Italia es ciertamente uno de los países de Europa con menor número de incidentes de carácter racial (136).

48 2.2.8. Luxemburgo 120. El caso de Luxemburgo no se menciono en ningún momento ante la comisión. Sin embargo, se señaló el envío, en noviembre de 1984, de amenazas de muerte con la cruz gamada a periódicos y políticos, entre éstos el Presidente del Partido Comunista de Luxemburgo, Sr. Urbany (137). Recientemente se ha hecho notar en Luxemburgo la secta Nouvelle Acropole (Nueva Acrópolis), que ha organizado conferencias y reuniones (sobre la ideología de esta organización véase el apartado 162 infra, y la nota correspondiente ("8). Por otra parte, los diputados luxemburgueses adoptaron en abril de 1985 una resolución con el fin de combatir eficazmente cualquier forma de racismo y de xenofobia y de facilitar la integración en la sociedad luxemburguesa de los inmigrantes, que son propor• cionalmente mucho más numerosos que en los demás países de la Comunidad Europea.

2.2.9. Países Bajos 121. La escena política holandesa de la posguerra ha presenciado la aparición sucesiva de cierto número de formaciones de tendencias más o menos abierta• mente pronazis y racistas. La exposición siguiente, necesariamente sucinta y sin duda incompleta, presenta los datos más significativos en este sector del espectro político holandés (139). 122. Entre los primeros intentos de dar expresión política organizada a las cor• rientes pronazis que habían sobrevivido a la guerra y a la ocupación de los Países Bajos, hay que señalar la creación, en 1953, del N.E.S.B. (Nationale Europese Sociale Beweging, Movimiento Social Europeo Nacional), prohibido en 1955 cuando hizo pública su intención de participar en las elecciones legislativas. El tema central de la campaña de este grupo fue la oposición a la inmigración de indonesios, por lo general veteranos del ejército holandés, por considerar que su presencia era una amenaza para la «comunidad nacional europea» (140). 123. A continuación, antiguos miembros del N.E.S.B. se unieron en 1956 a la N.O.U. (Nederlandse Oppositie Unie, Unión de Oposición Neerlandesa), que participó en las elecciones legislativas de 1956 con la consigna de una Europa «racialmente pura». La revelación de que su dirigente, Paul van Tienen, era un antiguo miembro de las SS parece haber condenado la suerte de esta formación: sólo obtuvo unos 20 000 votos, porcentaje insuficiente para tener derecho a la elección de un diputado, desapareciendo finalmente de la escena política (141). 124. En 1958, antiguos cuadros de la N.O.U. fundaron el Boerenpartij (Parti• do de los Campesinos), que en una línea más o menos poujadista, expresada sobre todo por la oposición a la inmigración y al sistema fiscal, ha sabido conse• guir popularidad y obtener siete escaños del total de 150 del Parlamento (142). El Boerenpartij ha ido perdiendo gradualmente a lo largo de los años 70 su apoyo electoral, para acabar desapareciendo prácticamente de la vida política. 125. En 1971, se fundó otro grupo, bajo el nombre de Nederlandse Volksunie (N. V.U., Unión del Pueblo Neerlandés), que proclamaba abiertamente sus ideas pronazis. Ideológicamente controlado por admiradores del régimen hitleriano,

49 ensalzaba sus ideas y soluciones políticas y ponía en duda la exterminación de millones de judíos en los campos de concentración. Sus efectivos han sido siem• pre muy limitados sin sobrepasar, según una estimación, las 150 personas y su apoyo en la opinión pública no parece haber adquirido importancia (143).

126. Este último hecho puede, según la Sra. Kniesmeyer (144), explicar la crea• ción, con la participación de algunos ex miembros de la N.V.U., de un nuevo partido, el Centrum Partij (Partido del Centro), formación que ha concedido en su programa un lugar preponderante al problema de la inmigración, presentán• dolo con un nuevo lenguaje. Según este programa, los Países Bajos no deberían ser un país de inmigración, sino favorecer la salida voluntaria de los inmigrantes. En apoyo de esta tesis invocan una serie de argumentos que, en la coyuntura actual, no carecen de una cierta popularidad, por ejemplo, que la presencia de medio millón de inmigrantes es un obstáculo para la solución del problema del paro, al tiempo que constituye un factor de aumento de la criminalidad, una amenza para el sistema ecológico nacional y un peligro de «libanización» de la sociedad holandesa. El Centrum Partij, aun cuando sus miembros efectivos ape• nas pasan del millar, ha conseguido un cierto apoyo electoral, sobre todo entre la población obrera urbana, y ha conseguido obtener un escaño en el Parlamento C45). 127. Sin embargo, seria inexacto, según la Sra. Kniesmeyer, atribuir la influen• cia de este partido únicamente a la atracción que sus tesis y consignas sobre la inmigración hayan podido ejercer en ciertos sectores del cuerpo electoral. Una parte considerable de sus afiliados o simpatizantes parece estar compuesta por electores que ven en la expresión de su preferencia un voto de protesta, cierta• mente mal precisado en cuanto a su sentido y sus objetivos. Por último, hay que señalar que en 1984 cierto número de cuadros y afiliados abandonaron este partido para formar un nuevo grupo, el Centrum Democraten (Demócratas del Centro) que parece utilizar el mismo lenguaje en materia de inmigración (146).

128. A pesar de la constante marginalidad electoral de los grupos que incluyen en sus programas tendencias pronazis o racistas, el impacto de tal discurso po• lítico sobre la opinión pública holandesa puede ser relativamente mayor. Los Sres. Van Donselaar, Smeets y Van Weezel (147) citan una investigación demos• copica efectuada en 1981-1982 (entre los alumnos de enseñanza preuniversita• ria), cuyos resultados deberían hacernos reflexionar: un 1,5% de los estudiantes de enseñanza media («voortgezet onderwijs») interrogados se declararon dis• puestos a votar a favor de un partido con tendencias racistas, un 8% expresaron tendencias favorables a la extrema derecha y un 35% no ocultaron su simpatía hacia las ideas claramente autoritarias. 129. Como cabía esperar, no han faltado ni faltan contactos entre extremistas de derecha holandeses y grupos extranjeros de la misma tendencia que, de forma explicable, son prioritariamente organizaciones alemanas y flamencas. Sin embargo, no parece que estos acercamientos hayan podido tomar la forma de una cooperación política organizada (148). Se citó en particular ante la Comisión el caso de un encuentro, hace diez años, entre la Nederlandse Volksunie y el

50 MSI, que terminó en desacuerdo cuando los interlocutores holandeses plantea• ron la cuestión de la repatriación de los inmigrantes de origen italiano (149). 130. Se podrían detectar de forma indirecta actitudes de xenofobia a través del eco que encuentra el discurso racista políticamente organizado en el seno de la sociedad holandesa. Sin embargo, ésto to tendría en cuenta el hecho de que capas sociales más amplias, que no estarían dispuestas a asociarse abiertamente a este discurso portador normalmente de mensajes de extremismo o de autorita• rismo, dejan traslucir en su comportamiento cotidiano cierta intolerancia, y has• ta hostilidad, hacia los grupos étnicos minoritarios, los negros en particular. El «racismo cotidiano» (alledaags racisme, según el sugestivo término propuesto por la Sra. Essed) (l50) parece ser un fenómeno mucho más extendido, que expre• sa una cierta relación de fuerzas sociales e identificable (aunque con dificultad por su carácter latente y menos agresivo) en casi todas las manifestaciones de la vida interpersonal y social. La lucha contra este tipo de xenofobia activa implica una estrategia que se desarrolle tanto en el plano institucional como en el del cli• ma ideológico C51).

2.2.10. Reino Unido 131. Un cierto número de factores propios del Reino Unido matizan las mani• festaciones del fascismo y del racismo en este país: los lazos coloniales han favo• recido una fuerte inmigración en el Reino Unido, continuada durante y después de la transición del Imperio a la Commonwealth. Estos lazos han influido en la actitud de la gente hacia las diferentes minorías étnicas que viven en el país. El sistema electoral del Reino Unido priva a los grupos extremistas de casi toda posibilidad de verse representados, acentuando así el carácter radical de su extremismo, ya exacerbado por la marginalidad de sus ideas en relación con el vigor y la continuidad de la democracia británica. La precoz revolución indus• trial y las tradiciones que engendró en diversas regiones del país han contribuido a modelar una sociedad urbana que es a veces vulnerable, principalmente en períodos de crisis, a la propagación de comportamientos violentos desatados por minorías reducidas en esas regiones. 132. A pesar de que la situación en Irlanda del Norte presenta aspectos que podrían parecer interesantes para este dictamen, no la hemos abordado aquí por dos razones: primera, el conflicto presenta numerosos elementos que no tienen nada que ver con el tema del dictamen; segunda, el problema de Irlanda del Nor• te ha sido objeto de un examen detallado en el dictamen HAAGERUP (doc. 1- 1526/83) aprobado por una mayoría aplastante el 19 de marzo de 1984 por el primer Parlamento directamente elegido ('"). 133. La dimensión y la diversidad de las minorías étnicas en el Reino Unido se deben no sólo a los lazos del país con sus antiguas colonias, sino también a las políticas, relativamente liberales según los criterios europeos, adoptadas en materia de inmigración por los sucesivos gobiernos conservadores y laboristas, así como a la definición inicialmente amplia de ciudadanía del Reino Unido. Debido a estos factores, el Reino Unido ha definido su política en materia de relaciones raciales en una sucesión de «Race Relations Acts» (leyes relativas a las relaciones raciales) ('"). Los medios de gestión de las relaciones raciales son

51 importantes y accesibles al examen del público. Además, las instituciones demo• cráticas parecen estar más dispuestas que en otros muchos países europeos a abordar y a examinar estos problemas. Por otra parte, el Reino Unido tenía una rica tradición en cuanto a la concesión de asilo a las víctimas de persecuciones políticas, tradición emanada de una práctica aplicada a escala relativamente grande a lo largo de los años 30.

Grupos extremistas 134. Desde el punto de vista histórico, el extremismo de derecha está más aso• ciado a los problemas de inmigración que a modificaciones socioeconómicas como el paro. Taylor sitúa el nacimiento de la extrema derecha en el Reino Uni• do en 1902, año en el que se constituyó la «British Brothers League» (BBL) (Liga de la Hermandad Británica) (154). En sus primeros años de existencia, la BBL actuó como un grupo de presión que reclamaba la reducción o el cese de la inmi• gración procedente de Europa del Este. Fue en la parte oriental de Londres don• de tuvo mayor aceptación. La ley relativa a los extranjeros de 1904 (1S5), que limitaba en cierta medida el acceso de refugiados políticos al Reino Unido, privó en parte a la BBL de su razón de ser, y el movimiento tomó un carácter más mar• ginal, nacionalista, antisemita y conservador antes de ser organizado finalmente como movimiento paramilitar racista y nacionalista, que no sobrevivió a la pri• mera guerra mundial (156). 135. Desde entonces, la extrema derecha en el Reino Unido se caracteriza por su gran diversidad, por las querellas fratricidas que enfrentan entre sí a los dife• rentes grupos, por el menguado número de sus aliados y por su falta de apoyo electoral o popular. Incluso en su apogeo, bajo la dirección carismática de Sir Oswald Mosley en los años 30, la «British Union of Fascists» (BUF) no contaba probablemente con más de 40 000 afiliados (157) y los resultados que obtuvo en las elecciones locales, después de la aprobación de la ley relativa al orden público en 1936, mostraron que no tenía más del 20% de apoyo en las diferentes zonas de su feudo de East London y menos todavía en otras zonas (158). Antes de la segunda guerra mundial, se constituyeron otras organizaciones fascistas, pero sus actividades quedaron reducidas al ser encarcelados en 1940 muchos de sus dirigentes. No deja de ser sorprendente que poco después del final de la guerra se reorganizasen grupos de extrema derecha. Aparecieron numerosas organizacio• nes con pocos miembros y un apoyo restringido, que se asociaban y se escindían. 136. Un problema que inspiró sus actividades en los años 50 y les permitió explotar la insularidad de los habitantes de las Islas Británicas fue la creciente inmigración, especialmente de asiáticos y de indios procedentes de la «nueva Commonwealth». El problema alcanzó su paroxismo a raíz de los motines racia• les de Nottingham y de Notting Hill en agosto y septiembre de 1958. El de Mosley, el National Labour Party de John BEAN y Andrew FOUNTAINE y la White Defence League (formadas por antiguos dirigentes decepcionados de la League of Empire Loyalists) reagruparon en esa época a los militantes de la extrema derecha. El National Front nació en 1967 de estos movimientos, de sus descendientes o de organizaciones similares como la Racial Preservation Society, el British National Party (y su cuerpo de élite paramilitar

52 Spearhead) y más tarde (en 1968) el Greater Britain Movement (que dirigía John Tyndall y que publicaba Spearhead) y el National Socialist Movement, que se convirtió en el en 1968, momento en el que para adecuarse a la Ley relativa a las relaciones raciales de la época se suprimieron las palabras National Socialist de su denominación. El National Front ha sido citado con fre• cuencia por los expertos que han participado en las audiencias, así como en las contribuciones escritas recibidas por la Comisión, como la principal organiza• ción de extrema derecha de los años 70 y de principios de los 80. Nacida en 1967 con cerca de 2 000 miembros C59), fue desarrollándose hasta alcanzar la cumbre de su popularidad en el período comprendido entre 1975 y 1977, época en la que alardeaba de tener 20 000 miembros. En las elecciones locales de 1977 obtuvo 230 000 votos, después de haber obtenido el 16,2% de los votos en una elección parcial en West Bromwich en 1976 y el 18% en las elecciones locales de Leicester el mismo año. Antiguos miembros del National Front obtuvieron dos escaños en Blackburn ese año. Las divisiones internas y los conflictos de autori• dad dieron lugar a escisiones y su popularidad electoral cayó a un 0,6% en 1979 y a 0,1% en las elecciones generales de 1983 con un número menor de candida• tos presentados, disminuyendo el número de sus miembros a cerca de 2 000. En 1983 tuvieron un poco más de suerte en lo que se refiere a los escaños del centro de East London, pues obtuvieron el 3,7% de los votos de Newham South (,6()). El National Front publica varios periódicos y panfletos entre los que se cuentan «Bulldog» (condenado en 1981 por incitación al odio racial), «New Nation», «National Front News» y «Rising». Las publicaciones y los documentos presen• tados por los expertos, y en especial por el Sr. Såvitt, ilustran la virulencia de sus temas racistas y su elogio de la violencia (emplea, por ejemplo, las palabras «guerra racial») y hacen pensar que los jóvenes militantes han sido reclutados principalmente en el centro de las ciudades. La «ideología» del National Front está inspirada en la Terza Posizione de los Nuclei Armati Rivoluzionari de Italia, calificada también de «strasserista» (161).

137. El British Movement (de , del que en 1975 fue elegido presidente Michael McLAUGHLIN), que algunos consideran el mayor movi• miento de extrema derecha del Reino Unido después del National Front, posee un cuadro paramilitar y ha publicado principalmente «British Patriot», antisemi• ta, y más tarde «British Tidings». Otro de los grupos de extrema derecha citado por los expertos o en las contribuciones escritas son el British Democratic Party (surgido del National Front y dirigido por Anthony READ HERBERT; Column 88 (constituido en 1970 por veteranos del National Socialist Movement opues• tos a la supresión de las palabras «National Socialist» de la denominación del movimiento, dedicados a constituir un cuadro armado de la extrema derecha y mezclado en el tráfico de armas de las que ha acumulado un arsenal) ('"); la Lea• gue of St. George constituida en 1974 por antiguos miembros del Union Move• ment de Sir Oswald MOSLEY, que cuenta entre sus afiliados a miembros de otros grupos británicos de extrema derecha, sirve de enlace entre grupos de extrema derecha británicos, europeos y americanos y publica la «League Review», que se ha convertido en la «National Review»; el National Party (diri• gido por J. KINGSLEY READ y constituido por antiguos miembros del Natio• nal Front que quieren «repatriar al extranjero a todos los inmigrantes de color o de raza irreconciliables») O63); el New National Front (que cuenta con otros ex

53 miembros del National Front, entre ellos John TYNDALL) el Constitutional Movement (surgido del National Front, al que se le asocian los nombres de Paul KAVANAGH y Andrew FOUNTAINE y que alardea de una política más popu• lista para aumentar su apoyo electoral); el National Action Party (dirigido por Eddy MORRISON y después por Kevin RANDALL, que aun con efectivos limi• tados, manifiesta cierta actividad en Londres donde lleva a cabo atentados y practica la violencia); el SS Wotan (grupo terrorista de derecha); y, por último, la British League of Rights (afiliada a la World Anti-Communist League (,64), y cuyo jefe, el general de división de las Fuerzas Aéreas retirado, Donald BEN• NETT, obtuvo el 6% de los votos de su circunscripción en las elecciones euro• peas de 1979 en una lista de coalición Anti-Common-Market. 138. Estos grupos tienen en común el antisemitismo, el racismo y la adhesión a la doctrina de la conspiración. Aunque el efectivo de estos grupos extremistas sea poco numeroso y aunque sean incapaces de obtener un apoyo electoral importante (algunos ni siquiera lo intentan), los expertos han recomendado vigi• lar el aumento de la violencia y de las persecuciones raciales apoyadas y a veces suscitadas por los grupos extremistas. El clima político general determinado por los grandes partidos políticos puede producir el auge o el ocaso de estos grupos extremistas en la medida en que ciertas ideas que profesan los grandes partidos encuentren eco entre los extremistas o viceversa. Un ejemplo de este fenómeno fue el discurso de Enoch Powell en abril de 1968 sobre las relaciones interracia• les y la inmigración, en el que mostraba su simpatía hacia la desaprobación popular de la inmigración, por considerar que la guerra racial era desgraciada• mente inevitable si continuaba la inmigración de gentes de color. La retirada de su ficticia cartera ministerial no impidió que aumentara el apoyo electoral al National Front ('"). Otro aspecto de este problema es la infiltración, tema abor• dado por varios expertos. En el curso de la emisión «World Tonight» de la BBC, el 5 de agosto de 1982, se examinó un estudio confidencial de jóvenes conserva• dores del gran Londres sobre la infiltración de la extrema derecha en el partido conservador. El informe fue presentado al presidente del partido conservador en enero de 1984, y en él se indicaba que grupos de extrema derecha como Tory Action, Wise, el Swinton Circle y el Focus Policy Group de David Irving se habían infiltrado en el partido. El crecimiento de la nueva derecha en el Reino Unido y en otras partes suscitó los comentarios de algunos expertos. Se dijo que la «Salisbury Review» y el grupo de Peterhouse (Cambridge) estaban compuestos por intelectuales antiigualitarios, autoritarios, a veces nacionalistas, y favorables a la extrema derecha. Los Sres. Såvitt y May comentaron también la infiltración de grupos trotskistas con ideas antisemitas en el Labour Party. El Sr. Kohler observo que los éxitos registrados por el National Front entre 1976 y 1979 se habían producido principalmente en los feudos laboristas y que, por lo tanto, veía en ello más una protesta que un voto racista. También se criticó por esta razón al Social Democratic Party (SDP) C66).

Vínculos internacionales 139. Los expertos describieron dos aspectos de estos vínculos internacionales: la ambigua actitud de ciertas Embajadas árabes y ciertos grupos palestinos frente a los grupos de extrema derecha y la complicidad entre los Núcleos Armados

54 Revolucionarios de Italia y el National Front, la League of St. George, etc. (167), así como entre los grupos neonazis alemanes y belgas y el British Democratic Party (l68) y Column 88 (169). David Irving, del Focus Policy Group, reconoce haber asistido a reuniones de la Deutsche Volksunion nazi y colabora, a través de su secretario particular, con el buscado terrorista de los Núcleos Armados Revolucionarios Italianos, Roberto Fiore (170). Estos hechos también fueron cita• dos por el Profesor Revelli, por el Sr. Aniasi y por el Sr. Scalfaro, quien destacó los problemas de la extradición.

Antisemitismo y discriminación racial 140. El antisemitismo es un fenómeno minoritario y limitado en Europa. El Sr. Såvitt señaló que en el Reino Unido había una media mensual de 15 inciden• tes antisemitas. Aparte de las llamadas telefónicas y los actos de violencia dirigi• dos a escolares o estudiantes, las sinagogas y los cementerios constituyen los blancos preferidos de estos incidentes. El Sr. May citó una lista de incidentes antisemitas en diferentes países europeos (171). 141. También es preocupante la publicación de ciertas obras como «The Hoax of the Twentieth Century» (La mistificación del siglo XX) (Arthur Butz) o «Did Six Million Really Die?» (¿Murieron realmente seis millones de personas?) (Richard Harwood, seudónimo de Richard Verrall) (172). Sin embargo, más inquietantes que la existencia de grupos marginales son los esfuerzos sistemáti• cos que se llevan a cabo para explotar las manifestaciones específicas de desi• gualdad social, de desconfianza, de xenofobia y a veces de violencia. El dictamen de 1984 de la comisión sobre la igualdad racial citaba el último estudio del Policy Studies Institute (PSI), del que se deducía que, si bien la situación había mejora• do algo, persistían graves desigualdades en materia de empleo, vivienda, educa• ción y otros servicios, desigualdades a las que han contribuido las discriminacio• nes basadas en motivos de orden racial. El dictamen de la comisión Swann, Edu• cation For All confirmó estas afirmaciones. En un comentario sobre un reciente informe del PSI, «The Times» calificaba de «muy sombrío» el estado actual de las relaciones raciales en el Reino Unido (,73). 142. El testimonio escrito del Dr. LAYTON-HENRY sobre los atentados racistas comienza con una llamda: «La violencia contra las personas y contra los domicilios privados está considerada generalmente como uno de los crímenes más graves ... La violencia de inspiración racial no provocada, la persecución y la intimidación deben ser consideradas entre las más graves manifestaciones del racismo y del prejuicio racial». En octubre de 1985 estas palabras cobraron un significado especial en el Reino Unido a raíz de los motines y las muertes en Bir• mingham Handsworth, en Londres (Brixton, Peckham y Tottenham) y en Liver• pool (Toxteth) y de la violencia y las muertes en los incidentes puntuales de East London entre otros. Antes del estudio del Ministerio del Interior sobre la fre• cuencia de los atentados racistas en 1981, diferentes organizaciones habían ela• borado informes o expedientes entre los que destacaban el documento titulado «Blood on the Streets» (Sangre en las calles) (1978) del Bethnal Green and Step• ney Trades Council, el expediente de la comisión contra el racismo, que agrupa• ba a todos los partidos políticos y recogía más de 1.000 atentados racistas en

55 todo el territorio del Reino Unido, y el informe del Dr. KAHN, secretario gene• ral de la Federación de Organizaciones de Pakistán, estos dos últimos de 1981. En un informe de 1981 del Ministerio del Interior se leía (174): «Las opiniones expresadas por los representantes de las minorías étnicas sobre los atentados raciales reflejan un sentimiento general de miedo y aprensión hacia el futuro (...) En todos los lugares que hemos visitado nos han denunciado vio• lencias raciales, abusos y persecuciones (...) En numerosos lugares nos dijeron que las familias asiáticas tenían demasiado miedo a salir de su casa al atardecer para dirigirse a los principales centros comerciales de la cuidad durante los fines de semana, que es cuando se reúnen las bandas de jóvenes skinheads (...) En tér• minos absolutos, el número de atentados raciales ha aumentado». 143. En su contribución escrita, el Dr. LAYTON-HENRY concluye que «no hay duda de que los atentados racistas, la violencia y las persecuciones se extien• den por todas las regiones del Reino Unido donde se han establecido los asiáticos y los negros. La situación es particularmente grave en Londres, y sobre todo en el East End ... Es seguro que esos incidentes son más numerosos que los que han sido denunciados y registrados ... Muchas víctimas tienen la impresión de que la policía acoge favorablemente tales quejas ... El papel de la policía (en la lucha contra estos atentados) es fundamental». 144. Los brotes de violencia con tintes raciales parecen ser bastante frecuentes y, aunque están limitados a ciertas regiones, crean un clima de malestar. Consti• tuyen la base de una subcultura de machismo y vandalismo, favorecen la agresi• vidad de grupos skinheads y de gamberros y, sobre todo, permiten que los gru• pos anteriormente citados exploten estas situaciones (175). Los factores que favo• recen el recurso a la violencia son las dificultades que encuentra la policía para controlar esos fenómenos, la desconfianza de las minorías étnicas hacia la poli• cía y los prejuicios de que hacen gala ciertos miembros de las propias fuerzas de la policía (176). Algunos incidentes menores tratados de forma inadecuada pue• den desembocar en enfrentamientos de gran magnitud. Los motines que tuvieron lugar recientemente en Birmingham Handsworth, en Brixton, en Peckham y en Tottenham (septiembre/octubre de 1985) confirman de forma trágica esta ase• veración. El interesante informe de Lord SCARMAN sobre los disturbios de Brixton en 1981 aborda estos problemas (177). Numerosos observadores estiman que hemos asistido en los últimos años a un aumento del número de atentados racistas, incluidos los asesinatos, en algunas partes del país, particularmente en el East End de Londres. El Sr. Douglas HURD, Ministro del Interior, anunció después de un encuentro con los Altos Comisarios de la India y de Bangladesh y con el Embajador de Pakistán, el 25 de septiembre de 1985, que uno de los asun• tos prioritarios del Comisario de la policía metropolitana de Londres eran las medidas de lucha contra los atentados racistas. 145. Sin excusar en modo alguno estos incidentes violentos, el Dr. LAYTON- HENRY los explica por la cultura patriotera que es particularmente fuerte en los barrios donde la clase obrera de origen inglés lleva establecida mucho tiempo y donde la frustración y el rencor están especialmente desarrollados debido al paro y a la crisis económica. A veces, la presión resulta explosiva para las minorías étnicas particularmente afectadas por el paro y víctimas del patrioterismo.

56 146. Se puede decir que los motines que tuvieron lugar en Handsworth, Brix• ton y Tottenham en 1985 comenzaron en circunstancias parecidas (un incidente en el que estuvo mezclada la policía). Además de la policía fueron blanco de la violencia otros intereses. Se respetaron las propiedades de ciertas autoridades y organizaciones, lo que tal vez no sea indiferente. Sin querer analizarlo en detalle ni recomendar soluciones, el Consejo de investigación económica y social seña• ló, en su reciente informe sobre los centros urbanos, la posibilidad de poner fin al deterioro de la situación en esos barrios. Aunque la policía pone en práctica muchas de las recomendaciones de Lord SCARMAN, el foso de recelo y de des• confianza entre ciertas minorías y la policía sigue siendo infranqueable.

147. La violencia en el deporte, particularmente en los estadios de fútbol, es una de las manifestaciones inquietantes que han llamado la atención de nuestra comisión. Simón Wiesenthal había señalado este problema durante la audiencia de febrero de 1985. Los trágicos sucesos del 29 de mayo de 1985 en el estadio de Heysel en Bruselas, aceleraron la presentación del informe provisional de la Sra. Larive-Groenendaal en julio de 1985 y provocaron la votación de dos resolucio• nes de urgencia en junio de 1985 (178). El Presidente y el ponente de nuestra comi• sión de investigación tuvieron ocasión de ponerse en contacto con la Comisión parlamentaria belga que realizó una investigación sobre la tragedia bajo la presi• dencia del Sr. R. Collignon. El Presidente de nuestra comisión ha recibido del club de fútbol de Liverpool, de Searchlight y de otras fuentes, pruebas de que partidarios del British Movement y de la organización extremista italiana Ordine Nuovo estaban presentes y no permanecieron inactivos durante el partido.

148. Fenómeno complejo en cuanto a sus causas, la violencia manifestada en los partidos de fútbol amenaza con adquirir un carácter endémico y crea condi• ciones propicias a la acción de formaciones o grupúsculos extremistas y de otras categorías de individuos socialmente marginales (hooligans, skinheads). Estas organizaciones intentan reclutar afiliados en la masa de jóvenes espectadores al tiempo que se esfuerzan por mantener una cultura de violencia a través del con• trol de «footballfans» (hinchas del fútbol) militantes. Por otra parte, una cierta cobertura política, limitada en principio a la utilización de insignias y palabras nazis o fascistas, permite a los autores de actos de violencia alcanzar un cierto grado de paroximo psíquico y adoptar una fisonomía propia en el marco de una masa políticamente amorfa pero potencialmente explosiva (179).

149. La comisión parlamentaria belga no refleja en las conclusiones de su dic• tamen la eventual complicidad de grupos extremistas, a pesar de que algunas personas que intervinieron en las audiencias así lo manifestaron (18°). En cambio, el informe provisional del juez Popplewell, encargado de la investigación sobre los sucesos de Bradford y de Birmingham (11 de mayo de 1985) se refiere a testi• monios de personas responsables que implican a «activistas políticos» en esos sucesos (difusión de octavillas del National Front, espectadores con insignias nazis). El Sr. Popplewell considera que varios jóvenes «footballfans», que parti• ciparon en manifestaciones de racismo durante los partidos, tenían un conoci• miento muy vago de la política de grupos como el National Front o el British Movement, y añade que se propone investigar con mayor profundidad este aspecto de la situación (181).

57 150. El hecho no es nuevo. En febrero de 1981 la Asociación de Fútbol del Reino Unido se comprometió a realizar una investigación sobre el número cre• ciente de afirmaciones de que los grupos racistas reclutaban a sus miembros entre los jóvenes hinchas del fútbol. El National Front había realizado campañas de distribución de octavillas a la entrada de los estadios de fútbol en 1978, y su periódico «Bulldog» incluye desde 1980 una rúbrica titulada «En el frente del fútbol». En Hooligans Abroad (182), Williams y sus colaboradores enumeran las actuaciones de los miembros del National Front, del British Movement y del Bri• tish National Party (BNP) durante los partidos de la Copa del Mundo en España y durante partidos en Dinamarca y en otros lugares.

Discriminación racial 151. Algunos expertos han afirmado que el racismo de Estado o el racismo ins• titucionalizado existe en el Reino Unido, afirmación que ha provocado un deba• te en comisión, especialmente durante la audiencia del profesor Parekh y del Sr. Kohler. El primero citó cinco cuestiones que deben retener la atención: 1) la defi• nición de nacionalidad; 2) el hecho de que las mujeres migrantes no están autori• zadas a hacer venir a su cónyuge o novio de su país de origen; 3) el hecho de que las personas a cargo de ciudadanos instalados en el Reino Unido no están autori• zadas a entrar en el país como debería ser; 4) el considerable aumento de expul• siones del Reino Unido y 5) el mantenimiento de la repatriación como una opción política en el Reino Unido. En opinión del Profesor Parekh cada uno de estos problemas tiene su origen en prácticas estatales o gubernamentales. A su juicio, si el Estado ofrece un perfil racista a la colectividad, tiende a legitimar los atentados racistas. La repatriación no figura entre las opciones políticas de nin• gún gran partido del Reino Unido, pero ha sido preconizado por los grupos extremistas marginales. A raíz de los recientes incidentes de Brixton, el Sr. Enoch Powell mencionó la fórmula de la repatriación. La Primera Ministra, Sra. Thatcher, rechazó oficialmente la posibilidad de considerar tal solución (183). Varios expertos estimaron que la discriminación era inherente a ciertas leyes o prácticas administrativas y que la interpretación de disposiciones no discrimina• torias también puede ser discriminatoria. Se señalaron a la atención de la Comi• sión puntos como la casi ausencia de magistrados negros (IS4) y el escaso número de policías negros (18î) y de cuadros sindicales negros. En opinión de Stephen Rose, los migrantes son objeto de discriminaciones parecidas en toda Europa. «Las minorías étnicas de Europa son instaladas en las escuelas y en las viviendas más mediocres, en las regiones socialmente más desfavorecidas, y se les niegan los derechos fundamentales del ciudadano ...» (1S6). Martin Såvitt citó el caso de la persecución y no reconocimiento de una asociación de estudiantes judíos cuya constitución no había sido ratificada por la Unión de Estudiantes por ser contra• ria a la política de la Unión, ya que ésta había adoptado una resolución según la cual sionismo es sinónimo de racismo, lo que coincide con la resolución, viva• mente discutida, de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En opinión del Sr. Såvitt se trataba de un ejemplo de las «ocasiones que aprovecha la derecha facista y la izquierda fascista para desacreditar a las comunidades judías». Sur• gieron divergencias entre los expertos al examinar hasta qué punto ha mejorado esta situación: las leyes sobre la igualdad racial, aprobadas a partir de 1965 no han transmitido el mensaje de compromiso del Gobierno contra las desigualda-

58 des, porque el mensaje de rechazo al inmigrante que contienen las leyes sobre la inmigración era mucho más fuerte. En cualquier caso, el observador objetivo reconoce que los esfuerzos realizados por los sucesivos gobiernos a fin de esta• blecer un marco institucional para la igualdad racial han sido tenaces y construc• tivos. De hecho, la mayoría de los expertos reconocieron que las instituciones y las estructuras creadas en el Reino Unido en el ámbito de las relaciones raciales no exigen cambios profundos, aunque son susceptibles de mejora (187). 152. La actitud del público hacia las minorías étnicas y la inmigración no se ha medido de manera regular en Europa, pero en el Reino Unido ha sido mejor estudiada que en muchos otros países. Michal Billig ha estudiado las opiniones xenófobas de los jóvenes de 15 a 16 años de los West Midlands. Entre 1980 y 1984, este autor observó que se duplicaron las simpatías hacia el National Front, simpatías explícitamente vinculadas a la amenaza del paro (188). Un estu• dio de 1984 indica que un gran sector del público opina que el Reino Unido dista de ser una sociedad donde reine la igualdad de oportunidades. Los prejuicios raciales y de clase y las discriminaciones son consideradas como realidades exis• tentes en alto grado, y como importantes obstáculos para la promoción. Cerca del 90% de la población estima que existen prejuicios contra los asiáticos y los negros (...). Cerca de una tercera parte de la muestra afirma tener prejuicios con• tra la gente de otras razas (..). Más del 40% de la población estima que los pre• juicios raciales aumentarán en el decenio de los 80 y una tercera parte que se mantendrán en su nivel actual ... (189). 153. A primera vista puede parecer que el racismo está más extendido en el Reino Unido que en muchos otros países de la Europa occidental. La voluntad de celebrar un amplio debate público sobre las relaciones entre las razas a todos los niveles políticos y sociales puede dar a veces una idea desproporcionada de la magnitud de estos problemas. Por otra parte, la respuesta que ha dado a estos problemas la política general de los gobiernos parece más profunda y coherente en el Reino Unido que en otros países.

2.2.11. España 154. La relativa facilidad con la que España ha salido del régimen franquista, corporativista y autoritario, ha sorprendido a muchos observadores. El recuerdo del desgarro engendrado por la guerra civil ha ocultado el hecho central: a saber, que social y políticamente España compartía todas las características de las democracias vecinas. 155. Todas las investigaciones realizadas desde 1974-1975 revelaban una aspiración general hacia una transición pacífica y el rechazo de los órganos representativos del antiguo régimen, pero también de movimientos extremistas en general (19°). 156. No menos fuerte era el deseo, claramente expresado, de defender la democracia, importante diferencia en comparación con la situación de la Segun• da República, donde, aunque el hecho republicano era aceptado por la mayoría

59 de los ciudadanos, pocos de ellos se mostraban en cambio dispuestos a tomar partido en su favor, al menos en la primera mitad de los años 30 ('91). 157. Ciertamente ha habido convulsiones debidas a algunas tentativas de gol• pe de Estado, siendo la más notable la del 23 de febrero de 1981, dirigida por el teniente coronel Tejero. En octubre de 1982 fue desarticulada otra conspira• ción. A pesar de ciertos análisis alarmistas (192), en la actualidad parece totalmen• te excluido un golpe militar. 158. En el plano electoral, las elecciones de 1982 consagraron la desaparición del franquismo. En las elecciones de 1979 tuvo lugar la asociación de Fuerza Nueva, fundada en 1976 por Blas Pinar, procurador entonces en las Cortes fran• quistas, con la Falange, bajo el nombre de «Unión Nacional». Juntas consiguie• ron el 2% de los votos. Se observará que los resultados menos malos de la Unión Nacional (Castilla, Santander y Valladolid) correspondían a los «puntos fuertes» de la Falange en 1936 (que entonces obtuvo menos del 1% de los votos) (193). La extrema derecha dispone, sin embargo, de militantes jóvenes y activos, y puede todavía congregar a miles de personas en ciertas ocasiones. Por otra parte, perió• dicamente se registran casos judiciales de escondrijos de armas o de incendios de sedes de partidos políticos y de sindicatos (194). 159. Recientemente se ha señalado el nacimiento de un nuevo partido de extre• ma derecha, Juntas Españolas, presidido por el director del periódico «El Alcá• zar», D. Antonio Izquierdo. 160. Tal vez convenga hacer un paréntesis a propósito de la participación de numerosos antiguos ministros y personalidades de la época franquista en la vida política actual. Tal es el caso del Sr. Fraga Iribarne, presidente del partido con• servador Alianza Popular, del Sr. Suárez, ex Primer Ministro y presidente del Centro Democrático y Social o del nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, D. Francisco Fernández Ordóñez. Mientras que en el resto de Europa se pone en duda a veces la legitimidad democrática de tal participación, en España esto no ocurre. Por lo tanto, los intentos de juzgar la evolución democrática española en función de la evolución de la popularidad de dichas personalidades están absolu• tamente injustificados (19í). 161. Por lo que respecta a las conexiones internacionales de la extrema dere• cha española, la Sra. Chombart de Lauwe destacó el papel desempeñado por el CEDADE (Círculo Español de Amigos de Europa). Fundado en la República Federal de Alemania en agosto de 1965, bajo la égida de una sociedad wagneria• na, por varios responsables militares y profesionales de los regímenes hitleriano y mussoliniano, siguió desarrollándose en España, con Madrid como sede y principal filial. Tras ella se ocultarían otras organizaciones con siglas explícita• mente nazis y está organizada en tres niveles diferentes con un total de unos 2.500 miembros. La organización, que cultiva el «paneuropeísmo» y el antisemi• tismo C96), tiene representaciones en América Latina y relaciones con los grupos extremistas «duros» de toda Europa (197). 162. También merece señalarse la actividad de la secta Nueva Acrópolis, que actúa en 27 provincias españolas y tiene unos 1.000 miembros. La revista «Tiempo» ha denunciado el hecho de que Nueva Acrópolis recibe, a través de

60 diversas filiales, subvenciones de la Comunidad de Madrid (198). Fundada en el Perú y dirigida en España por una ciudadana argentina, la secta tiene su sede internacional en Bruselas y desarrolla su actividad en 17 países europeos y 17 latinoamericanos. Aparentemente dedicada a la especulación filosófica, desar• rolla una ideología neonazi (199). 163. El problema vasco merece especial atención. Es de todos sabido que el terrorismo de ETA-militar y, aunque en menor grado, el contra-terrorismo del GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) constituyen sin duda la principal amenaza para la democracia española. El terrorismo negro del GAL contra los militantes de ETA o del GRAPÒ refugiados en territorio francés ha provocado, entre julio de 1978 y marzo de 1985, la muerte de 27 personas (2"°). Otro atenta• do a finales de septiembre en Bayona causó la muerte a otros cuatro refugiados vascos. Este atentado fue también atribuido al GAL. Las recientes detenciones practicadas parecen indicar que el GAL ha reclutado la mayor parte de sus efecti• vos en los medios del pequeño bandidaje (201). 164. En cuanto al terrorismo inspirado por ETA, varios expertos consideran que históricamente es un producto del integrismo carlista (202), apoyado por una teoría de la «pureza de sangre» inspirada en las tesis de Gobineau (Caro Baroja habla de «racismo democrático») (2M). En el caso que nos ocupa, el racismo va unido a la violencia y su rechazo constituye el mejor antídoto contra esta misma violencia. 165. Por último, parece que todavía quedan vestigios de racismo contra las comunidades gitanas. Como ejemplo citaremos que en el colegio «Severo Ochoa» de Madrid, la entrada de niños gitanos tuvo que efectuarse con protec• ción policial (204).

2.2.12. Portugal 166. La situación actual en Portugal apenas se planteó ni en la comisión ni en los documentos recibidos. El análisis de la evolución de la democracia portugue• sa que sucedió a la dictadura salazarista (1933-1974) desbordaría con mucho las atribuciones de esta comisión. El extremismo de derecha recoge un porcentaje electoral completamente despreciable. El grupo menos insignificante es Orden Nova, fundado en 1980 por Gilbert Santos e Castro, antiguo jefe de comando en Angola. Este grupo proclama un fascismo revolucionario y un hipernacionalis- mo. Parece que mantiene estrechas relaciones con Fuerza Nueva en España. Disuelto en la actualidad, sigue actuando en la clandestinidad, traduciendo las publicaciones de la CEDADE con destino a Brasil. Por otra parte, se ha detecta• do la aparición de un grupúsculo neonazi, Mocidades Patriótica, presente en algunos encuentros internacionales.

2.3. Otros países europeos 2.3.1. Austria 167. El extremismo de derecha austríaco posee, según B. Galanda, una base histórico-política inédita: el concepto de la «nación alemana» (Deutsches Volk).

61 Este concepto, cuya consecuencia es la negación de la existencia de una nación austríaca propia, se expresa, entre otras formas, en la legitimación de la anexión, en 1938, de Austria por Alemania («Anschluss») y de la presencia y actuación de la Alemania nazi en Austria de 1938 a 1945 (205). 168. En la actualidad existen por lo menos 50 grupos de extrema derecha cuya importancia varía según los casos (206). Como ejemplo de formación radical con tendencia neonazi se puede citar el AUS (Ausländer-Halt-Bewegung, Movimien• to para la Prohibición de Extranjeros), cuyo núcleo activista se compone princi• palmente de miembros de una organización disuelta por las autoridades en 1980 por hacer propaganda neonazi contra el Estado (Kameradschaft Babenberg). Mediante un discurso racista agresivo y a menudo mezclado con cantos nacio• nalsocialistas prohibidos, el AUS intenta reclutar miembros sobre todo entre los jóvenes, en las escuelas o en los estadios de fútbol, al tiempo que atribuye las dificultades económicas y sociales a la presencia de ciertas categorías de inmi• grantes. Parece que su apoyo en la opinión pública y sobre todo en el cuerpo electoral es muy limitado. En efecto, en las elecciones de 1981 para la Primera Cámara (Nationalrat), esta organización se presentó en la circunscripción de Viena y sólo obtuvo el 0,4% de los votos (207). 169. Otros dos grupos de cierta importancia parecen mantener estrechas rela• ciones con el AUS. El primero es el NDP (National Demokratische Partei, Parti• do Demócrata Nacional), creado en 1966 a raíz de una escisión del Freiheitliche Partei Oesterreichs (Partido Liberal Austríaco) (20S). 170. El NDP ha participado varias veces en las elecciones comunales y regio• nales sin llegar nunca a obtener los votos necesarios para conseguir un escaño. De todas formas hay que recordar que el dirigente de este partido, N. Burger, fue en 1980 candidato a la presidencia de la Federación y obtuvo 140.000 (3,2%) votos, resultado que asombró a la opinión pública del país (209). 171. La segunda agrupación es la ANR (Aktion Neue Rechte, Acción Nueva Derecha) activa desde 1974 en los establecimientos de enseñanza superior aus• tríacos. Este grupo consiguió obtener un escaño en las últimas elecciones para la representación nacional de estudiantes. Hay que mencionar que dos organiza• ciones estudiantiles presentaron un recurso contra este grupo ante el Tribunal Constitucional austríaco, por considerar inconstitucional la participación de for• maciones de tendencia neonazi en estas elecciones (21°). 172. Se puede afirmar que la actividad del extremismo de derecha organizado se produce de forma aislada en la sociedad austríaca. Los grupos de derecha extremistas registrados oficialmente como partidos políticos no encuentran eco en el cuerpo electoral (2n). 173. Los dos grandes partidos del país, el Partido Socialista (Sozialistische Par• tei) y el Partido Popular ( Volkspartei) mantienen posiciones claramente antifas• cistas (212). No ocurre lo mismo hasta cierto punto con el Partido Liberal Austría• co (Freiheitliche Partei Oesterreichs) donde, al lado de un ala liberal que parece predominar de momento en la formación, existen claras corrientes nacionalistas teñidas por la ideología de una comunidad nacional y cultural pangermánica (213). Tal vez haya que situar sobre este telón de fondo el reciente incidente de la

62 acogida dispensada por el Ministro de Defensa austríaco, Sr. Frischenschläger, miembro de este partido, al criminal de guerra Walter Reder, que acaba de ser puesto en libertad por las autoridades italianas tras un largo período de prisión. Se sabe que este asunto suscitó vivas protestas en Austria y en el resto de Europa, y el gesto del Ministro de Defensa austríaco ha sido criticado por casi toda la opinión pública de su país (214). Varios miembros del Parlamento Europeo envia­ ron al Gobierno austríaco una carta con la reacción en este sentido de los parla­ mentarios europeos, a propuesta del Sr. D. Ducarme, diputado del Parlamento Europeo y miembro de la comisión (21í). 174. Los grupos de extrema derecha austríacos disponen de contactos más o menos tradicionales con las organizaciones paralelas de la República Federal de Alemania ("''). También se observa que los fenómenos que se manifiestan en esta parte del espectro político alemán repercuten, aunque con un cierto retraso, en la escena política austríaca. En Austria se reparte material de propaganda neo­ nazi procedente de la República Federal. 175. Tambien existen lazos de cooperación entre los grupos de extrema dere­ cha austríacos y organizaciones de tendencia similar con sede sobre todo en España y en los Estados Unidos. Además, Austria ha sido escenario de manifes­ taciones internacionales neonazis, bajo la forma de reuniones de veteranos de las SS o de seminarios con participación de miembros de organizaciones extranje­ ras. El historiador revisionista británico David Irving, invitado a unas conferen­ cias por extremistas de derecha a finales del año pasado fue, sin embargo, rápi­ damente expulsado por las autoridades del territorio austríaco (217). 176. Si bien se puede afirmar que el extremismo de derecha organizado atra­ viesa un período de regresión en Austria, en cambio se observa la presencia de tendencias xenófobas bastante extendidas. Aunque no están oficialmente articu­ ladas, estas tendencias tienen por blanco a los trabajadores inmigrados, si bien el número de éstos está disminuyendo. A su presencia se atribuye el paro, que no es considerable en Austria y, en general, las dificultades económicas y sociales. Este sentimiento difuso es el que intenta explotar el activismo de los grupos racistas Γ). 177. Igual que en el pasado, también se puede constatar en Austria cierto anti­ semitismo, aunque los judíos sólo representen en este país el 0,1% de la pobla­ ción. Este «antisemitismo sin judíos» sigue siendo en todo caso una actitud inte­ lectual y psicológica subyacente que al parecer va perdiendo importancia, espe­ cialmente entre las generaciones jóvenes y en las capas sociales más instruidas gracias a una educación cívica democrática y a un diálogo político e histórico claro (2I9).

2.3.2. Noruega 178. En 1981, el asesinato de dos simpatizantes neonazis puso de relieve la existencia de dos grupos rivales, uno de los cuales tenía conexiones con el grupo Hoffmann de la RFA (22°). En mayo de 1984, las amenazas dirigidas a una vein­ tena de escuelas de la capital noruega hicieron que la policía tuviese que proteger en especial a los hijos de inmigrados durante la celebración de la fiesta nacional.

63 Otra de las manifestaciones esporádicas fue, en junio de 1985, la inscripción de símbolos nazis en la sinagoga de Oslo.

2.3.3. Suécia 179. Los grupos extremistas de derecha tienen una audiencia insignificante en Suécia. Uno de los principales problemas es sin duda la publicación de documen• tos antisemitas blasfematorios distribuidos por toda Europa y América del Nor• te («Jewish Information», «Arab News», «Bible Research»). Su responsable, Dietlieb Clüwer-Felderer, miembro del «Institute for Historical Review» (EE.UU.) (cf. nota 53 supra) fue condenado el 20 de diciembre de 1982 a diez meses de prisión. Su condena se vio seguida de actos de vandalismo organizado (221). Por otra parte, Suécia cuenta con un partido nacionalsocialista (Nordiska Rikspartiet o Nasjonalt Rikspartiet), fundado en 1956 y dirigido por Görun Assar Oredsson (partido que organizó dos manifestaciones antes de las últimas elecciones), y un partido «nacional demócrata» del que no estaría alejado un pequeño movimiento antiinmigración (BSS) fundado en 1979. 180. Finalmente hay que señalar que una irrupción de enfrentamientos de carácter racial en agosto de 1982 en Estocolmo, en los que participaron numero• sos skinheads, condujo al Gobierno sueco a elaborar un programa educativo especial contra la xenofobia.

2.3.4. Suiza 181. La presencia en Suiza de un número importante de extranjeros (14,5% de la población total) ha dado pie a una serie de referendums desde 1970. En 1970, 1974, 1977 y 1981, el electorado rechazó propuestas para reducir la población extranjera residente en Suiza o para modificar de nuevo en un sentido desfavora• ble la situación especial de los trabajadores temporeros. En 1982, el electorado helvético rechazó por escasa mayoría una propuesta que intentaba suavizar la reglamentación relativa a los trabajadores extranjeros en Suiza, oponiéndose a las recomendaciones de todos los grandes partidos políticos y en contra de una ley aprobada por el Parlamento Helvético en 1981. Detrás de muchas de estas acciones se encuentran dos partidos políticos: Nationale Aktion gegen Über• fremdung von Volk und Heimat (Acción Nacional contra el Dominio extranjero sobre el Pueblo y la Patria), partido de protesta nacionalista creado en 1961, y Republikanische Bewegung (Movimiento Republicano) creado en 1970 y dirigi• do por el Sr. James Schwarzenbach, que estaba anteriormente al frente de Action nationale y que reivindica la antigua tradición helvética republicana, es decir, la oposición a la influencia y a las ingerencias extranjeras en los asuntos helvéticos. Estos dos partidos están representados en el Parlamento Helvético desde 1969. Juntos obtuvieron el 3,4% de los votos en las elecciones de 1983, lo que supone 5 de los 200 escaños del Consejo Nacional. Este resultado marcó una progresión con relación a 1979, cuando con el 2% de los votos y 3 escaños alcanzaron el nivel más bajo de su apoyo electoral (222). 182. El Nouvel Ordre Européen (NOE, a veces denominado Noiwel Ordre Social), una de las asociaciones neonazis transnacionales, tiene su sede en Lau-

64 sanne (22H). La Comisión recibió notas detalladas sobre las actividades de los Lobos Grises en Suiza (véase el 2.3.5. infra). 183. Interesantes estudios efectuados entre 1980 y 1981 mostraron que en Sui• za, como en muchos otros países europeos, persistían sentimientos antisemitas latentes (prejuicios muy marcados en el 5 a 6% de la población y prejuicios característicos en el 21-22% (224). El informe del Sr. Krieps al Consejo de Europa recuerda el gran debate que provocó la proyección de «Holocausto» y las amena• zas y ataques que tuvieron lugar a continuación contra varios objetivos judíos

2.3.5. Turquía 184. Los expertos abordaron el problema del extremismo de derecha en Tur• quía, mencionando principalmente las actividades de los Lobos Grises en Alema• nia, en Suiza y en Italia. Sin embargo, este grupo no es más que uno entre los ocho movimientos de extrema derecha, los 25 movimientos de extrema izquier• da y los 20 grupos de integristas islámicos, de nacionalistas armenios o de kur• dos con los que cuenta el país (226). Entre las razones invocadas más a menudo por los partidarios del régimen turco para explicar el golpe de Estado militar del 12 de septiembre de 1980 y el ritmo actual de retorno a la democracia parlamen• taria multipartidista, figura el deslizamiento hacia la anarquía debido a las acti• vidades de los grupos terroristas de izquierda y de derecha. Bajo el régimen mili• tar se disolvió el Parlamento, se prohibieron los partidos políticos y se suspendie• ron los derechos fundamentales. Varios miles de personas fueron detenidas en Turquía a lo largo de este período y se llevaron a cabo procesos que en numero• sos casos condujeron a condenas de pena capital y a ejecuciones, en virtud de dis• posiciones de la ley marcial relativas a actos de felonía cometidos contra el Esta• do, disposiciones tomadas directamente del código criminal del régimen fascista italiano de entreguerras. Aunque las elecciones legislativas de noviembre de 1983 y las elecciones locales de marzo de 1984 revelaran que las restricciones que pesaban sobre las actividades de los partidos políticos se habían suavizado (227), Turquía sigue viviendo bajo un régimen autoritario, lo que confirma la supervivencia de tendencias de extrema derecha en la Europa contemporánea. 185. El Partido de Acción Nacional (Milliyetci Hareket Partisi-MHP), que ya no tiene carácter oficial, alardeaba de tener 300.000 afiliados y 16 escaños en la Asamblea antes del golpe de Estado militar. Algunos de sus miembros estuvieron implicados en actos de violencia pero también resultaron ser ellos mismos el blanco de tales actos. Diversas organizaciones deben su constitución a este parti• do, entre ellas la Federación de Asociaciones Idealistas Democráticas Turcas, la Gran Sociedad Ideal y los Lobos Grises. Según Wilkinson, estos últimos consti• tuyen una amenaza de violencia, de odio entre comunidades y de conflictos más importante que los grupúsculos marginales que se reúnen en Dixmude (228), por• que son ellos los que han creado organizaciones en diversos países de Europa occidental, especialmente en la RFA. Algunas de estas organizaciones mantienen estrechos contactos con los neonazis alemanes. Los Lobos Grises han alcanzado un grado de notoriedad tal vez desproporcionado con su importancia numérica, y todo ello a raíz del intento de asesinato del Papa Juan Pablo II por Ali Agca.

65 Ello no impide que, según una acusación lanzada por el fiscal militar en el proce• so al coronel Turkes (dirigente del MHP), los Lobos Grises sean responsables de haber organizado o perpetrado 694 asesinatos entre los años 1974 y 1980. Su notoriedad aumentó cuando se dijo que esta organización estaba en conexión con los servicios secretos búlgaros, y tal vez de otros países de la Europa del Este, para el intento de asesinato del Papa. La existencia de la conexión búlgara ha sido discutida y se esperan los resultados del proceso. La comisión de investi• gación ha recibido una voluminosa documentación sobre las actividades de los Lobos Grises en Alemania, por conducto de IG Metall, el sindicato metalúrgico de la República Federal de Alemania, y en Suiza. Las informaciones aparecidas en el «Info-Türk» de junio de 1985 hacen pensar que la organización también desarrolla su actividad en Bélgica por intermedio de Türk-Federasyon con base en Frankfort, cuya última reunión tuvo lugar en Castrop-Rauxel, Alemania, el 18 de mayo de 1985. En esta reunión se aprobó una resolución de apoyo a su antiguo presidente Serdar Celebi (juzgado actualmente en Roma por haber parti• cipado en el intento de asesinato del Papa). 186. Al constituir una importante comunidad migrante, los turcos suelen ser más a menudo las víctimas que los instigadores de discriminaciones raciales. Sin embargo, el caso de los armenios y los kurdos, así como el de la persecución y desmembramiento de una comunidad griega numerosa y floreciente en Turquía, demuestran que estas minorías han sufrido mucho a lo largo de los siglos, llegan• do incluso esos sufrimientos al genocidio de los armenios en 1915. Aunque exis• tan multitud de pruebas, las acusaciones relativas a este genocidio no han sido nunca reconocidas por los sucesivos gobiernos turcos (229). Los grupos armenios han estado activos en numerosos países de Europa occidental, reivindicando atentados contra diplomáticos turcos y contra particulares y organizaciones favorables al Gobierno turco.

2.3.6. Europa oriental 187. El ponente no va a analizar a los países de Europa oriental del mismo modo que ha analizado a los demás países europeos, pues estima que nos encon• tramos aquí frente a una situación fundamentalmente diferente: mientras hasta este momento se trataba de identificar ciertas amenazas que pesan sobre el orden y los valores democráticos pluralistas, ahora nos encontramos ante sociedades en las que ese orden y esos valores no son aceptados. Al igual que el Sr. Glucks- man, el ponente estima que el concepto que se impone aquí, es el de totalitaris• mo, y al igual que el Profesor Voslensky, estima que el totalitarismo escapa al espectro democrático derecha/izquierda. Los propios términos de las atribucio• nes de la Comisión no se adaptan en este caso a las situaciones que habría que describir y valorar. 188. Puesto que a menudo se ha mencionado en los debates de la comisión y en las memorias recibidas, el ponente quiere, sin embargo, llamar la atención sobre una situación específica: la de los judíos en la Unión Soviética, situación citada especialmente por el Sr. Wiesenthal. Los 1,18 millones de judíos en la URSS no tienen derecho ni a su historia, ni a su religión ni a su lengua. En 1984 y en los dos primeros meses de 1985, la policía soviética detuvo bajo diversas alegacio-

66 nes, a varias personas que enseñaban el hebreo en privado. Estos ense• ñantes fueron condenados a penas de prisión que oscilaban entre 18 meses y 4 años, a lo que en el caso de algunos (Yakov Mesh, Yosef Berenstein, Mark Nepomniashchy) se añadieron graves sufrimientos tanto mentales como físicos (2!0). El Parlamento Europeo ha denunciado muchas veces estas prácticas (231). 189. El informe del Sr. Hugoson, aprobado por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa el 26 de septiembre de 1985, señalaba: «La situación de los judíos en la URSS no ha mejorado desde 1982; por el contrario, ciertos signos hacen pensar que ha empeorado; sólo 896 judíos han podido abandonar la Unión Soviética el año pasado; la represión de los activistas judíos se ha inten• sificado particularmente desde el mes de julio de 1984; la cultura judía (en el sen• tido más amplio de la palabra) está en peligro; una campaña antisemita, bajo la apariencia de una lucha contra el sionismo, se encuentra en su apogeo en los medios de comunicación (...). Se ha constatado que el número de judíos que ejer• cían una actividad en los soviets locales en 1983 se ha reducido a menos de la mitad con respecto a 1967. (...) Algunos publicistas soviéticos han llegado a acu• sar a los «sionistas» de haber ayudado a Hitler a subir al poder y de haber cola• borado con el exterminio de los judíos por los nazis en la segunda guerra mun• dial (232). 190. Los judíos no son la única comunidad que tiene que sufrir en la Unión Soviética prácticas discriminatorias. La política de «rusificación» ha afectado también a otras nacionalidades y ha constituido uno de los motivos de protesta alegados a menudo por los disidentes. Así el Sr. Vladimir Bukovsky envió desde la prisión en diciembre de 1973 una carta al Sr. Alexei Kosygin, entonces Presi• dente del Consejo de Ministros, para protestar contra la «rusificación» que había conducido al internamiento de «numerosos armenios, lituanos, ucrania• nos, judíos y tártaros, entre otros, a campos de concentración y a prisión» (233). En 1982, el Parlamento Europeo se interesó particularmente por la situación rei• nante en las Repúblicas Bálticas (234).

191. En lo que respecta a la situación en Polonia, un texto escrito por Adam Michnik la víspera de su condena (235) confirma las afirmaciones de nuestros expertos y permite valorar mejor la amplitud de los diversos fenómenos forzosa• mente comprimidos a lo largo de esta exposición: «Los verdaderos héroes (de este proceso) son los directores de escena de la SB (policía política) y su fiel colaborador, nuestro juez Krzysztof Zieniuk, Presiden• te además del Tribunal de Gdansk. Krzysztof Zieniuk es un fascista. Empleo este calificativo a disgusto, consciente de las asociaciones que comporta. Pero sus métodos son tan clásicos y conocidos en la historia de la jurisdicción hitleriana (y estalinista) que este término resulta el más exacto. Se refiere a una época en la que las sentencias las pronunciaban bandidos con toga. (...) En un informe poli• cial sobre mi persona, adjunto al expediente, un ubek de Varsovia, el sargento Andrzej Solecki, tuvo la gentileza de definir mi nacionalidad como «judía». No podía haber más que un criterio para esta definición: las leyes raciales nazis. Calificando a las gentes con este criterio, los nazis exterminaron a la familia de mi padre. (...) El antisemitismo comunista no es un fenómeno nuevo en la vida polaca. Trasplantado de la Rusia estalinista, siempre ha tenido una doble fun-

67 ción. Siempre ha sido la ideología natural de los simples con mentalidad fascista empleados en la policía política y en el aparato del partido. También ha servido como instrumento para comprometer a Polonia en el mundo. Un maldito instru• mento ...» (236). 192. Por otra parte, a finales de 1981, el seminario de Solidaridad dedicaba un señalado artículo a los problemas de los bielorrusos. En Polonia viven unos 450 000 ucranianos, bielorrusos, lituanos, judíos, checos y eslovacos. La situa• ción de la minoría alemana en Polonia es también objeto de constante atención

193. Se habló varias veces de la situación de la minoría húngara en Rumania. El Consejo de Europa votó, en septiembre de 1984, una resolución sobre la situación de las minorías en este país. El Sr. Carol Kiraly, responsable político caído en desgracia, declaró en una carta abierta al Primer Ministro rumano: «Después de habernos desembarazado de los judíos, intentamos de la forma más directa posible desembarazarnos de los sajones y de los suabos. Sólo quedará el problema de los húngaros» (23S). El Sr. Kiraly se refería especialmente al cierre de la sección húngara de la Universidad de Cluj en Transilvania en 1977, a la supre• sión de la lengua húngara y al nombramiento de rumanos para casi todos los car• gos importantes en las ciudades de mayoría húngara (239). El Profesor Lajos Takacs hizo observaciones similares y pidió en particular la creación en el Parla• mento rumano de una comisión permanente para las minorías, así como la rede• finición del estatuto de estos últimos (240). En 1984 se dijo que las relaciones entre Rumania y Hungría eran las peores que habían existido desde 1945, debi• do a las demostraciones de chauvinismo con que Rumania celebró el 65° aniver• sario de la anexión de Transilvania. 194. Por lo que respecta a Bulgaria, la prensa ha dado recientemente una cierta publicidad a las medidas de «bulgarización» de la minoría turca tomadas por las autoridades. Las medidas por las que se ha obligado a cambiar el patronímico han provocado motines que, según las informaciones, condujeron a la muerte de 40 a más de 500 turcos (24'). Los cursos de lengua turca y la práctica de la reli• gión islámica han sido totalmente prohibidos (242). Estas medidas han sido denunciadas al Parlamento Europeo y en septiembre de 1985 se presentó un informe al Consejo de Europa (243).

195. Se han expresado temores similares sobre la suerte de la minoría griega que vive en Albania (244).

196. El panorama étnico de Yugoslavia es el más complejo de todos. Los suce• sos que ha protagonizado la población albanesa de la región de Kosovo son del dominio público. Dos tercios de los 1.600.000 albaneses de Yugoslavia viven en esta región, formando el 80% de la población. La región de Kosovo tiene una renta por capita de un tercio del total de la República de Serbia (1Ai). La reivindi• cación nacionalista también es muy fuerte en Croacia, donde han tenido lugar últimamente numerosos procesos. Hacia 1975-1976 la suerte del nacionalismo serbio atrajo la atención pública. De forma más general, el proceso, en agosto de 1983, de 13 «musulmanes contrarrevolucionarios» en Sarajevo reveló la existen• cia de un «problema islámico».

68 197. Existen igualmente numerosas minorías (alemanes, ucranianos, polacos, bohemios) en Checoslovaquia que son objeto de prácticas discriminatorias (246). 198. Lo mismo ocurre en Hungría, donde viven cerca de 220.000 alemanes, 110 000 eslovacos, 100.000 eslavos del Sur y 25.000 rumanos (247).

2.4. Los contactos internacionales 199. En los informes nacionales, en la medida de lo posible, hemos indicado los contactos existentes entre grupos similares. Es indudable que existe un inter• cambio continuo de información entre organizaciones que se conocen muy bien unas a otras. Algunas ocasiones, como el encuentro anual de Dixmude en Bélgi• ca el último domingo de junio o el «contra-aniversario» del 8 de mayo, favorecen claramente estos contactos (248). 200. En el resto del mundo, América del Norte constituye una base cómoda para las publicaciones prohibidas en otros sitios (249). En cuanto a América Lati• na, no se ignora el número de antiguos nazis que ha albergado. Por otra parte, se han mencionado varias veces en la comisión las consecuencias para Europa de la situación en Oriente Medio: lo menos que se puede decir es que la intensidad de los conflictos actuales hace que ciertos participantes no tengan demasiados escrúpulos a la hora de elegir sus conexiones y la naturaleza de la propaganda empleada (25u). Ahora bien, las diferencias, al menos potenciales, entre «naciona• lismos» rivales en última instancia, los continuos conflictos entre los dirigentes verdaderos o supuestos que aspiran a la hegemonía, la caída de las últimas dicta• duras europeas o la probable irregularidad de los ingresos financieros, son otros tantos factores que se oponen a la tesis de una «internacional negra» organizada, poderosa, con una estrategia constante y definida. No hemos podido encontrar ni rastro de una internacional de este tipo (2SI). Esta afirmación no quiere decir que no exista realmente un cierto «sincretismo» entre las tesis desarrolladas por las diferentes organizaciones (como por ejemplo, la difusión de los temas de «Terza Posizione») ni niega los daños que puedan causar algunos activistas pro• fesionales, por muy confusos o hasta contradictorios que sean sus objetivos estratégicos. Resumiendo, los contactos parecen tener un carácter «pragmático» (plagios ideológicos, distribución de publicaciones, asilo provisional, suminis• tros puntuales de armas) e irregular, más que revelar una estrategia sistemática.

2.5. Balance de la situación a) Fascismo 201. La investigación ha confirmado que en los países democráticos europeos existen sectores susceptibles de asociarse a las ideologías extremistas de derecha. La posición ideológica varía mucho de un país a otro, en función de su historia política, cultural y social. Le repercusión de estas ideologías varía también clara• mente, tanto en el espacio como en el tiempo.

69 202. Algunas organizaciones militantes confieren una expresión radical a las aspiraciones de estos sectores: propagan una ideología autoritaria, antidemocrá• tica y antiigualitaria, en cuyo último rasgo doctrinal, el criterio racial desempeña un papel principal. Practican a menudo la violencia, que se manifiesta en forma de enfrentamientos, amenazas, a veces asesinatos, y de grupos paramilitares. Además estas organizaciones se caracterizan por frecuentes cambios de siglas, de estructuras y por numerosas escisiones y fusiones. Sus miembros tienen diferen• tes orígenes: antiguos nacionalistas o miembros de partidos fascistas «históri• cos» entre los de mayor edad, nacionalistas intransigentes, a veces marcados por el «síndrome colonial» y jóvenes marginados en busca de una afirmación de su personalidad. Una de las principales funciones de todas estas organizaciones es dar una cobertura política a las tendencias individuales o sociales hacia la agresi• vidad y la violencia. 203. En la inmensa mayoría de los casos, estas organizaciones sólo tienen un apoyo electoral restringido, por no decir insignificante. Aunque las apariciones electorales, a veces coronadas por el éxito, parezcan por lo general limitadas y precarias, no deja de ser verdad que ejercen cierta influencia sobre las actitudes y estrategias de otras formaciones políticas. Los sondeos y los indicios son tan complejos de interpretar, que resulta difícil evaluar las dimensiones del marco favorable al extremismo de derecha. El potencial electoral del extremismo de derecha parece ser limitado. 204. El paso eventual de grupos militantes al extremismo terrorista plantea un problema suplementario: el último decenio ha demostrado que el terrorismo negro imita muchas veces al terrorismo de cualquier origen. En particular, un brote a veces alarmante del terrorismo de izquierda, unido a un perfecciona• miento en la organización de sus acciones, han contribuido a crear un ambiente propicio para el recurso generalizado a la violencia por parte de los grupos extre• mistas. La confusión endémica de las tramas terroristas comporta, a través del desarrollo de los terrorismos izquierdistas o islámicos, un riesgo de prolifera• ción, reforzado por ciertos avances tecnológicos (ya se ha citado la existencia de redes informatizadas de distribución de informaciones malsanas en los Estados Unidos, véase la nota 249 infra). 205. Estos grupos no mantienen por lo general conexiones sistemáticas con el extranjero, pero las relaciones de colaboración ocasional son múltiples y están impuestas especialmente por la perpetración de actos terroristas. Por otra parte, algunas organizaciones alemanas mantienen una cooperación más permanente con organizaciones hermanas en el extranjero. Se observa sobre todo el desarrol• lo de un «terrorismo de importación» principalmente en Alemania Federal y en Francia. b) Racismo 206. Los grupos militantes de extrema derecha poseen por lo general una com• ponente racista. A este respecto, su característica más frecuente sigue siendo el antisemitismo, sin que por ello falte la hostilidad hacia otras comunidades étni• cas. Esta componente se basa en diferentes «teorías» de superioridad racial de base étnica, nacional o europea. Las modalidades de este racismo militante

70 dependen en gran medida del volumen y del carácter de la inmigración en cada país, cuando existe un porcentaje significativo de inmigrantes. Entonces la inci• tación a la «guerra de las razas» puede resultar un instrumento de movilización y de notoriedad más amplias. 207. En un plano diferente, existen en los Estados europeos elementos racial• mente discriminatorios que se pueden encontrar en la legislación, en la jurispru• dencia y tal vez y sobre todo en las prácticas administrativas. Esta situación pre• senta unas características que permiten hablar a veces de discriminación racial institucionalizada, pero sería muy exagerado hablar, en el caso de la Europa democrática, de un «racismo de Estado». La única forma de racismo de Estado que hemos encontrado en la práctica real en el contexto geográfico de nuestra investigación ha sido sin duda el antisemitismo de la Unión Soviética. 208. Por otra parte, existen actitudes discriminatorias que pertenecen a la vida cotidiana, pública y privada, y que son especialmente intensas en las regiones de fuerte inmigración. Estas actitudes van unidas a un aumento de los sentimientos de xenofobia, registrado por los sondeos, a veces de forma alarmante. Con la ayuda de la crisis económica y social, la xenofobia se convierte en un tema de explotación política. El problema no es fácil de resolver: la realidad política con• temporánea basada en la legitimidad del Estado nacional y de su propia cultura atraviesa una fase de mutación. Por otra parte, la xenofobia, en tanto que men• talidad y actitud de desconfianza o de intolerancia hacia las comunidades extranjeras y sus miembros, mentalidad y actitud de perfiles difíciles de trazar, no debe ser asimilada al racismo, caracterizado por una hostilidad agresiva y deliberada hacia las mismas comunidades extranjeras. Tampoco se debe identifi• car xenofobia con extremismo de derecha, pero en muchos casos la xenofobia no puede por menos de ser asimilada al racismo. 209. Finalmente, hemos podido apreciar síntomas de difusión de un discurso racista o fuertemente elitista pseudocientífico (véase el apartado 41 supra). El relativo resurgimiento de este discurso nos parece que no está unido tanto a una eventual renovación temática como al aumento de los sentimientos xenófobos, que ofrece un campo de difusión propicio y produce una demanda de legitima• ción científica.

2.6. Estudio de las causas 210. En la síntesis precedente de las situaciones existentes se han hecho necesa• riamente algunas alusiones a la investigación de las causas. Por lo demás, esta última tiene que ser de carácter general. Un estudio causal con bases científicas debe explicar un conjunto de hechos, de sucesos, de fenómenos estrictamente delimitados, mientras que nuestra investigación se caracteriza por la amplitud, las ambigüedades, la agrupación de situaciones. En compensación, nuestra investigación permite trazar un panorama en el que se insertarán con mayor faci• lidad (al menos así lo esperamos) los estudios de casos, las investigaciones y las explicaciones específicas.

71 211. a) EI extremismo de derecha — La fascinación malsana del pasado, la pervivencia del adoctrinamiento de Estado y la presencia de individuos comprometidos con regímenes abolidos constituyen otras tantas secuelas de la historia que pueden contribuir a la per• manencia del extremismo de derecha. A ello hay que añadir la existencia de ciertas dictaduras hasta época reciente. — Esta permanencia ha sido considerada por algunos de nuestros expertos (Sres. Scheuch y Wisenthal) como una especie de «patología normal» de las sociedades democráticas, a la que ciertamente no hay que acomodarse pero tampoco intentar erradicar por completo. — También puede considerarse como una causa «accidental» la explotación por parte de las demás fuerzas políticas de la presencia continuada de núcleos de extremistas de derecha y de sus fluctuaciones. La amplia variedad de la esce• na política incita a veces a los partidos a realizar maniobras con fines electo• rales. En efecto, esa presencia reaviva los recuerdos del pasado y, como con• secuencia, el reflejo de reagrupación, que diferentes fuerzas intentan explotar en su beneficio. Esta confusión confiere al extremismo una publicidad que contribuye a su permanencia. — Tal explotación es en la actualidad tanto más peligrosa cuanto que el «reflejo de reagrupación» es mucho menos eficaz que antes, y por lo tanto no podría contrarrestar el efecto publicitario causado. En los trabajos de la comisión se ha tratado mucho de un fenómeno generacional importante: 40 años después del fin de la segunda guerra mundial, los tabúes que impedían la expresión de ciertos temas o discursos están tal vez a punto de desaparecer. Las secuelas de la historia perviven más tiempo que la memoria histórica. Esto es una hipóte• sis que no tiene nada que ver con la magia, sino con una verdadera renova• ción de la cultura democrática. — Finalmente, el apoyo que el extremismo (y en especial el terrorismo negro) puede recibir del extranjero no es un factor despreciable, como tampoco lo son los apoyos y conexiones ocasionales entre los diferentes grupos. 212. b) El racismo — Las causas del racismo son difíciles de identificar, valorar y ponderar, ya que unas son muy generales y otras son propias de una cierta situación local o de una época. Además hay que distinguir entre tipos y niveles de racismo extre• madamente diferentes, y así lo hemos intentado hacer al analizar las defini• ciones y al estudiar la situación. — Por lo que respecta a lo que podríamos llamar «racismo salvaje», componente de las ideologías extremistas, su destino está intrínsecamente unido al de estas últimas. Lo mismo cabría decir del antisemitismo si no existiera un sustrato de prejuicios, real pero cuya importancia no debería sobreestimarse, y, por otra parte, un antisemitismo institucionalizado (URSS). Además, el antisemi• tismo se identifica rápidamente con lo que llamamos al principio racismo fun• cional (252). — La parte de racismo inherente al miedo espontáneo ante el extranjero, en tan• to que ser desconocido con reflejos incontrolados de protección social o indi-

72 vidual, merece también nuestra atención. Varios de nuestros expertos opina• ban que la desconfianza y el rechazo de toda otra forma de ser no tienen explicación, en la medida en que esos sentimientos constituyen un hecho uni• versal. ¿Cómo se podrían entonces superar esta desconfianza y este rechazo? Esta era la cuestión esencial. — La gravedad de la cuestión es aun mayor por la amplitud de la movilidad internacional, debida a su vez a causas políticas (persecuciones, anexiones territoriales, cambios de régimen), económicas (diferencias de nivel de desar• rollo económico, división internacional del trabajo) e históricas (pasado colo• nial de Europa, principalmente). — Por otra parte, la difusión de actitudes racistas o xenófobas se explica por el contexto social general en el que se han desarrollado la mayoría de los flujos migratorios. Hay que observar aquí que algunos de los agravios formulados son tan generales, que no indican tanto el problema concreto de una comuni• dad específica, como un malestar común al conjunto de los países europeos que en el pasado importaron mano de obra extranjera: no basta observar que las políticas de inmigración llevadas a cabo a lo largo de los años 60 han care• cido, por lo general, de visión de futuro. Debemos aún añadir que los movi• mientos de inmigración tuvieron lugar al tiempo que cuatro crisis específicas afectaban al país que los acogía: • una crisis urbanística, consecuencia del fuerte crecimiento natural y de las dificultades específicas de un crecimiento económico acelerado. La inadapta• ción y la incomodidad de las condiciones de vida, de transporte y de aloja• miento, así como la degradación del medio ambiente urbano afectaron en pri• mer lugar a las poblaciones desplazadas; • una crisis educativa: la democratización de la enseñanza, el rápido crecimien• to de la población escolar y las crisis de los valores que hasta entonces habían sostenido al sistema educativo hicieron la aculturación de los recién llegados aún más difícil que antes, cuando los puntos de referencia y los modelos que se pretende imitar no se ponían tanto en duda; • una crisis cultural: la observación precedente no sólo es válida para la escue• la, sino también para el conjunto de las instituciones sociales. A este respecto, la desconfianza y la hostilidad hacia las poblaciones inmigrantes no proceden verdaderamente de una confianza excesiva de nuestras sociedades en sus modelos y capacidades propias, sino más de una indecisión o hasta de una angustia más o menos disfrazadas; • y finalmente una crisis económica: esta última ha desempeñado, sin duda alguna, el papel de catalizador, pero sus consecuencias en materia de xenofo• bia no hubieran sido las anteriormente descritas sin el sustrato ofrecido por los tres factores precedentes. Además, es normal que en circunstancias econó• mica y socialmente difíciles, el cuerpo social pierda coherencia y solidaridad, y que se desarrolle una marginalidad de múltiples y dolorosas consecuencias. 213. Por otra parte, los factores históricos e internacionales contribuyen en cada país a modelar las reacciones tanto de los nacionales como de los extranje• ros, y la importancia de estos factores ha quedado perfectamente ilustrada en el caso de la comunidad magrebí en Francia.

73 214. Resumiendo, hacemos nuestro el análisis de Véronique de Rudder: «El racismo 'del blanco mezquino', muy estudiado en los Estados Unidos, procede menos del número de extranjeros que de la alteración de la imagen que los habi• tantes autóctonos tienen y quieren dar de sí mismos. (...) El rechazo es una res• puesta a la devaluación sufrida» (253). 215. En consecuencia, sólo quedan por comprender las formas particulares que adopta este rechazo, y principalmente la violencia que lo acompaña. Sólo se puede señalar a este respecto que la violencia hacia las comunidades inmigrantes no es independiente del contenido global de la cultura de los estratos sociales, de las generaciones y de las regiones. Los autores de un estudio sobre el «hooliga• nismo» (gamberrismo) en el fútbol inglés señalaban la aparición de un estilo de vida que valora el consumo elevado de alcohol, el machismo, la solidaridad de los habitantes de un mismo territorio, hinchas de un mismo equipo, y asocia la práctica de la violencia a un placer de naturaleza casi sexual (254). 216. Es evidente que este comportamiento no puede por menos que reflejarse en la actitud observada frente a los extranjeros. Las prácticas xenófobas no se desarrollan como un parásito en el interior del cuerpo social, sino que aumentan e ilustran las taras que ya tenía. 217. Por ello, el conjunto de fenómenos que se tratan en este dictamen sólo puede comprenderse a diferentes niveles complementarios entre sí: como una amenaza (ligada a un fenómeno generacional de fluctuación de la memoria his• tórica) contra las normas tradicionales de la tolerancia, como ya la definía Spi• noza en 1670: «Es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gober• narlos de tal forma que, profesando abiertamente opiniones diferentes y opues• tas, vivan sin embargo en armonía» (25S); como una reacción a un sentimiento de inseguridad, a una sensación de declive económico, demográfico y cultural (repliegue social que amenaza con incrementar aún más la marginalización ya existente); como una reacción en los momentos más penosos de la crisis y como un problema específico de islotes sociales y las microculturas que éstos engen• dran. La ponderación de los diferentes factores depende de la configuración exacta de cada una de las situaciones que se presentan en el marco de este dictamen.

2.6.1. Situación económica y ascenso de los movimientos extremistas 218. Todavía queda algo que añadir sobre la relación entre los fenómenos estudiados (fascismo y racismo) y las condiciones económicas: éste ha sido un punto mencionado con frecuencia en los trabajos de la Comisión. Aunque la agravación de las condiciones económicas no constituya siempre la razón princi• pal del aumento de las fuerzas antidemocráticas dentro de una sociedad, sí es cierto que el paro o la inflación, cuando alcanzan un cierto umbral producen, entre otros efectos, una crisis de confianza que se puede extender rápidamente del sistema socioeconómico al sistema político, hasta tal punto funcionan al unísono las instituciones de una sociedad. La relación entre la tasa de paro y la evolución del voto nazi es impresionante (256):

74 ' 16 I I 14 ΛI 12 \ O lü «/Ν 1 o ■s. u :T3 * {KJ tu "-t ^^ ï fi J¿^ §4 \, / \J,KJ J Vs^ 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933

219. La comparación con otros países muestra, sin embargo, que la relación así sugerida sólo es válida cuando, por una parte, la degradación de las condicio­ nes económicas alcanza un nivel crítico y, por otra, se conjuga con otros factores (grupos organizados, ambiente internacional, cultura e historia política, y crisis cultural e institucional) (257).

Paro 1928-33 (media anual expresada en porcentaje de la mano de obra) 1928 1929 1930 1931 1932 1933 Alemania 8,6 13,3 22,7 34,3 43,8 36,2 Estados Unidos 4,4 3,2 8,9 15,9 23,6 24,9 Reino Unido 10,8 10,4 16,1 21,3 22,1 19,9 Francia 4,0 1,0 2,0 6,5 15,4 14,1 Suécia 10,8 10,2 11,9 16,8 22 4 23,3

El análisis del período reciente parece indicar que lo que es capaz de erosionar los reflejos democráticos (2Í8) es más el temor al paro y a una recesión a largo pla­ zo que los efectos de las actuales dificultades económicas . 220. Se puede producir así un fenómeno de radicalización cuando ciertos sec­ tores de la población, los jóvenes principalmente, se sienten privados de toda perspectiva de empleo estable y, en consecuencia, de toda posibilidad de verda­ dera inserción social. Esta no es más que una de las causas potenciales de la radi­ calización de los discursos y comportamientos y no la única que determina las modalidades culturales y políticas de dicha radicalización. Una de estas modali­ dades consiste en la designación de una «cabeza de turco» a la que se considera responsable del deterioro de la situación en su conjunto, papel que algunos atri­ buirán rápidamente a los trabajadores inmigrados y a sus familias, o a cualquier

75 grupo considerado como marginal o «cuerpo extraño». A este respecto, las ten• siones que resultan de la situación económica se alimentan de los prejuicios y las dificultades preexistentes. Más importante que la situación económica puede ser la forma en que la sociedad reacciona al desafío de dicha situación, sabiendo o no movilizar nuevas reservas de energía, de inventiva y de solidaridad. Los movi• mientos extremistas han surgido a veces en períodos de expansión, porque se impugnaban la forma y el reparto de dicha expansión. El extremismo no ataca nunca una sola dimensión del medio al que se opone, sino a la moral social en su conjunto. La crisis económica constituye ciertamente un factor esencial de la potencialidad extremista, pero es un factor demasiado íntimamente ligado a las demás dimensiones del análisis para que se pueda aislar arbitrariamente.

2.7. ¿Hay un ascenso del fascismo y del racismo? 221. Los términos de las atribuciones de la investigación nos llevan a preguntar• nos sobre la existencia de un ascenso de los fenómenos a los que se refieren esas atribuciones. No se puede hablar de un ascenso del fascismo organizado, sino que éste presen• ta ciclos irregulares, flujos y reflujos durante los cuales ciertos grupos con pre• tensiones de novedad emplean tácticas conocidas desde hace mucho tiempo. Las estadísticas que hemos podido consultar muestran una fuerte disminución del número de militantes miembros de organizaciones extremistas de derecha duran• te la mayor parte de los años 70, número que hoy día se encuentra estabilizado y hasta en algunos casos en ligero aumento. En todos los casos, sus efectivos representan un porcentaje absolutamente ínfimo de la población. 222. Al mismo tiempo se observa en ciertos países la radicalización de algunos movimientos extremistas, que se manifiesta tanto en sus discursos como en sus actos, y que a veces les ha conducido al terrorismo. Esta radicalización debe referirse a un contexto general de valoración de la violencia verbal y hasta física, y de un laxismo más o menos explícito frente a todas las formas de extremismo. Creemos que esta tendencia está hoy día en franco declive en todo el escenario político, pero en su momento desató un proceso cuyos efectos perduran hasta hoy y pueden llegar a dar, aunque sólo sea de forma esporádica, bruscos estalli• dos. La radicalización de ciertos grupos, que les ha alejado a veces de sus movi• mientos originales, ilustra un ciclo propio del extremismo de derecha, en el que se plantea de forma más o menos acuciante la elección entre la participación legal y la acción violenta. Una vez hecha la elección, tanto a nivel individual como colectivo, ésta no se puede explicar sistemáticamente por simples razones de estrategia, sino que puede remitir también a un código ético y político interno (259)· 223. El apoyo electoral a los grupos más extremistas sigue siendo muy limita• do e incluso insignificante. La aparición de algunas formaciones hasta ahora casi ausentes de la escena electoral va esencialmente unida a la explotación de temas políticos ambiguos, en especial la xenofobia, sin que en este momento sea posi• ble apreciar el alcance de los cambios que pueden aportar esos movimientos elec• torales.

76 224. AI parecer, los problemas estudiados no han tenido por consecuencia un aumento de la recusación del sistema democrático: en abril de 1985, el 51% de los ciudadanos de la Comunidad se mostraban satisfechos del funcionamiento de la democracia en su país, frente al 48% en septiembre de 1973 (el porcentaje de no satisfechos pasó del 46% en 1973 al 45% en 1985) (260). 225. En cambio, la xenofobia está en progresión ascendente, en la medida en que se registra al menos un aumento de la intolerancia hacia ciertas comunidades inmigrantes ajenas a la Comunidad. Esta intolerancia se manifiesta con distintas intensidades según las diferentes comunidades inmigrantes. Resulta difícil afir• mar que la pertenencia o no de los inmigrantes a un Estado miembro de la Comunidad sea un factor de moderación o de intensificación de las manifesta• ciones de xenofobia. El diferente tratamiento jurídico que se aplica, en virtud del derecho comunitario, a cada una de estas dos categorías de inmigrantes, no parece desempeñar todavía un papel apreciable en la determinación de los com• portamientos sociales en este ámbito. 226. La aparición de una tentación xenófoba crea ciertamente un terreno explotable por el extremismo de derecha y por todas las formaciones que apues• tan abiertamente por la xenofobia. Sin embargo, no podríamos olvidar que las demás fuerzas políticas, con una visión a corto plazo de las coyunturas electora• les siempre inciertas, se acomodan a menudo con excesiva facilidad al nuevo dato que introduce en la vida política de los países europeos la expresión de sen• timientos xenófobos mal dominados. Un fantasma de nuevo cuño se cierne hoy sobre la Europa política: la xenofobofilia. Esta palabra es apropiada no sólo para quienes contribuyen a fomentar los sentimientos xenófobos para explotar• los políticamente, sino también para quienes, desaprobando la aparición de las tendencias xenófobas, no dejan de intentar sacar provecho político de ellas.

77 3. LA ACCIÓN CONTRA EL FASCISMO Y EL RACISMO

3.1. Introducción 227. Aun siendo fenómenos que comparten ciertos rasgos ideológicos y que se asocian a menudo en sus manifestaciones históricas, el fascismo y el racismo son, sin embargo, categorías de comportamiento político y social diferenciadas. Su crítica en el plano de la reflexión y su control en la acción exigen medidas intelectuales y el recurso a medios de resistencia y de combate diferentes, aunque en última instancia tales medidas y recursos tienen su inspiración y su legitima• ción en el principio de la democracia y del respeto de los derechos humanos. Además, para esbozar la acción contra el fascismo y racismo en la Europa con• temporánea y, más allá, en el mundo que nos rodea, será necesario en principio examinar cada uno de estos dos conceptos. 228. También será necesario identificar la acción contra el fascismo y el racis• mo en cada uno de los niveles en que se organiza y manifiesta la vida política contemporánea en Europa: niveles internacional, europeo, comunitario y nacio• nal. Es cierto que estos niveles no son autónomos ni están aislados; al contrario, están cada vez más sujetos a una interpenetración y a una interdependencia mutuas que tienen su origen, por un lado, en la institucionalización cada vez más amplia y profunda de las relaciones entre los Estados europeos y, por otro, en el movimiento cada vez más intenso, a través de las fronteras, de las ideas, de los modelos políticos y sociales y de la información. Como se verá, esta interpene• tración y esta interdependencia acabarán por multiplicar los medios de acción reforzando su eficacia. Pero la acción contra el fascismo y el racismo siempre es concebida y ejecutada, en cada uno de estos niveles, en función de los datos que le son particulares. Esto es válido por definición sobre todo para el nivel nacio• nal, concepto que encierra la multitud de comportamientos estatales en la mate• ria. El análisis y la apreciación que vamos a emprender se referirán, por lo tanto, en cada uno de los niveles indicados.

3.2. La dimension internacional 229. La acción internacional en relación con el objeto de la investigación es, esencialmente, la que llevan a cabo las organizaciones con vocación universal: la Organización de las Naciones Unidas y los organismos especializados.

3.2.1. Racismo y discriminación racial 230. La Organización de las Naciones Unidas ha desplegado una actividad particularmente enérgica para realizar y fomentar la igualdad racial. Las fuentes normativas de dicha acción se encuentran ya en la Carta de las Naciones Unidas, cuyo preámbulo proclama la fe de los Estados firmantes «en los derechos huma• nos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana» (261). Pero es a partir de 1948 cuando se aprueban en el seno de la Organización una serie de textos internacionales muy importantes: Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948; Convención del 9 de diciembre de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (262); Declaración de las

78 Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial (26)); Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, el 21 de diciembre de 1965 (2M); Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, de 16 de diciembre de 1966 (265); Pacto internacional de derechos civiles y políticos, de 16 de diciembre de 1966 (266); así como el Protocolo facultativo de dicho Pacto (267); y Convención Interna• cional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid, de 30 de noviembre de 1973 (268). 231. En este contexto debemos citar otras cuatro convenciones, concertadas bajo los auspicios de organismos especializados. En primer lugar, Convenciones de la Organización Internacional del Trabajo: Convenio n° 111 relativo a la dis• criminación en materia de empleo y ocupación (269); Convenio n° 97 relativo a los trabajadores migrantes (revisado en 1949) (27°); y Convenio n° 143 sobre las migraciones en condiciones abusivas y la promoción de la igualdad de oportuni• dades y de trato de los trabajadores migrantes (271); y por último, la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza, apro• bada por la Conferencia General de la UNESCO (272). 232. Si bien estos instrumentos constituyen la parte esencial de la acción de carácter normativo llevada a cabo por la ONU, la OIT y la UNESCO no son, sin embargo, los únicos textos de dichas organizaciones en esta materia. La lucha contra las diferentes manifestaciones del racismo y de la discriminación racial y los esfuerzos para conseguir la igualdad racial a nivel universal han inspi• rado, de hecho, una serie casi interminable de actos aprobados por estas organi• zaciones a diferentes niveles (273). 233. El instrumento internacional más importante en cuanto a la lucha contra el racismo y la discriminación racial sigue siendo la Convención internacional, de 21 de diciembre de 1965, sobre la Eliminación de todas las Formas de Discri• minación Racial. Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965 y abierta a la firma y ratificación el 7 de marzo de 1966, la Convención entró en vigor el 4 de enero de 1969. En agosto de 1984, 124 Estados eran partes contratantes de la Convención (274); entre ellos estaban los Estados miembros de la Comunidad Europea, salvo Irlanda, así como España y Portugal.

234. La Convención se divide en un preámbulo y tres partes: la primera parte (artículos 1 a 7) define la discriminación racial y enuncia las obligaciones de fon• do que las partes contratantes se comprometen a cumplir; la segunda parte (artí• culos 8 a 16) se refiere a los mecanismos y medidas de aplicación de la Conven• ción; la tercera parte (artículos 17 a 25) comprende las cláusulas finales habitua• les.

235. Por «discriminación racial» la Convención entiende «toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico, que tenga por objeto o por resultado anular o menosca• bar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los dere• chos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, economica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública» (párrafo 1 del art-

79 ículo 1). En cualquier caso, la Convención no es aplicable a las distinciones, exclusiones, restricciones o preferencias que se basen en la nacionalidad, es decir, en la calidad de ciudadanos o no ciudadanos de una de las partes contra• tantes (párrafo 2 del artículo 1). 236. La Convención obliga a los Estados Partes a «eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a promover el entendimiento entre todas las razas (párrafo 1 del artículo 2), a «prevenir, prohibir y eliminar» el apartheid en los territorios bajo su jurisdicción (artículo 3); a condenar «toda la propaganda y todas las organizaciones que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superio• ridad de una raza o de un grupo de personas de un determinado color u origen étnico, o que pretendan justificar o promover el odio racial y la discriminación racial, cualquiera que sea su forma», y, con este fin, a declarar actos punibles por la ley la incitación al odio y a la discriminación raciales, así como los actos dirigidos directa o indirectamente contra cualquier raza o grupo de distinto color u origen étnico, y a declarar ilegales y a prohibir aquellas organizaciones y activi• dades que inciten a la discriminación racial (artículo 4) (275); a garantizar la igual• dad racial en el disfrute de una serie de derechos fundamentales (artículo 5); a asegurar protección y vías de recurso eficaces contra la discriminación racial (artículo 6); y a tomar «medidas inmediatas y eficaces» en la esfera de la ense• ñanza, la educación, la cultura y la información para promover los objetivos de la Convención y el respeto de los derechos fundamentales (artículo 7) (276). 237. En cuanto a los mecanismos de su aplicación, la Convención prevé la obligación de los Estados Partes de presentar informes periódicos, en principio bianuales, sobre el modo en que cumplen sus compromisos frente a la Conven• ción (artículo 9). Estos informes son examinados por el Comité para la Elimina• ción de la Discriminación Racial, compuesto por 18 expertos «de gran prestigio mora] y reconocida imparcialidad», elegidos por dos Estados Partes entre nacio• nales de los Estados Partes, los cuales ejercerán sus funciones a título personal (párrafos 1 y 2 del artículo 8). El Comité presenta un informe anual sobre sus actividades a la Asamblea General de las Naciones Unidas (párrafo 2 del artículo 9) (277). 238. Si un Estado Parte considera que otro Estado Parte no cumple las disposi• ciones de la Convención, podrá señalar el asunto a la atención del Comité. La comunicación desencadena un procedimiento de conciliación y de solución amis• tosa del litigio (artículos lia 13). En todo caso y según el párrafo Io del artículo 14, todo Estado Parte puede declarar que reconoce la competencia del Comité para recibir y examinar comunicaciones procedentes de personas o grupos de personas comprendidas dentro de su jurisdicción que alegarán ser víctimas de violaciones, por parte de ese Estado, de cualquiera de los derechos estipulados en la Convención. El Comité no tiene competencia para recibir comunicaciones «individuales» salvo que diez de los Estados Partes como mínimo se vean afecta• dos por la declaración prevista en el párrafo 1 ° del artículo 14. Cuando el 16 de agosto de 1982 Francia presentó la décima declaración a este efecto, entró en vigor ese mismo día el artículo 14 de la Convención (278). 239. El sistema de informes periódicos nacionales y su examen por el Comité garantiza un cierto control en la aplicación de la Convención. Sin embargo, no

80 hay que sobrestimar su eficacia. Los informes son redactados por las administra• ciones nacionales y su contenido, tanto por la plenitud de las informaciones como por su exactitud, puede variar considerablemente de un caso a otro. Por otra parte, el examen de los informes por el Comité tiene sus límites, marcados no sólo por la servidumbre de procedimientos y técnicas sino también por la composición geográfica y, hasta cierto punto, política del órgano (279). 240. Por otro lado, no hay que olvidar que la eficacia de la Convención varía de un estado a otro, según el sistema de relaciones entre los tratados internacio• nales y el derecho nacional que esté en vigor en cada Estado Parte. En aquellos Estados en los que los tratados están incorporados al derecho interno, la Con• vención se convierte en parte integrante del ordenamiento jurídico nacional. En la medida en que sus disposiciones tienen un efecto inmediato, pueden ser invo• cadas por los particulares ante las autoridades judiciales y administrativas nacio• nales. Por el contrario, en aquellos Estados en que los tratados internacionales no están incorporados al sistema jurídico nacional, la Convención constituye una fuente de obligaciones internacionales para el Estado contratante en cues• tión, pero no engendra directamente derechos para los particulares. 241. Hay otros órganos de Naciones Unidas y organismus especializados que se ocupan de cuestiones relativas a la discriminación racial. Este es el caso, fuera de la Asamblea General, del Consejo de Seguridad y del Consejo Económico y Social, sobre todo de la Comisión de Derechos Humanos, del Comité de Dere• chos Humanos, de la Subcomisión de lucha contra las medidas discriminatorias y de protección de las minorías, del Comité especial contra el apartheid, y de órganos creados en el seno de instituciones especializadas como la OIT y la UNESCO.

3.2.2. Extremismos de derecha y regímenes autoritarios 242. Si bien la acción de Naciones Unidas y de los organismus especializados en la lucha contra la discriminación racial es sin duda considerable — aunque se caracterice por una plétora de manifestaciones y de actos no siempre coordina• dos entre sí y a veces inspirados en objetivos políticos particularistas —, no es así en lo que se refiere a la actitud de la Organización frente a los sistemas de ideas y a los regímenes autoritarios, en especial de tipo fascista (2"°). Aunque no sea justificable desde el punto de vista de los principios, esta situación es explica• ble: al ser universal, la Organización de Naciones Unidas abarca toda la gama de regímenes, incluidos los regímenes dictatoriales y totalitarios más duros, de todas las orientaciones políticas. Así, su acción contra el extremismo político y la violación de las libertades democráticas se limita a declaraciones que emanan de la Asamblea General y de otros órganos de las Naciones Unidas, declaracio• nes que condenan el nazismo, el fascismo y sus reapariciones, así como todas las «ideologías y prácticas totalitarias» sobre todo en relación con aspectos racistas. Pero no parece probable que la presencia en la escena política mundial de re• gímenes totalitarios desencadene una acción en el seno de Naciones Unidas. Existe una contradicción fundamental en la actitud de la Organización: por una parte, multitud de textos emanados de ella proclaman solemnemente el compro• miso de Naciones Unidas con las libertades fundamentales, incluidas las inhe• rentes a una sociedad democrática (281). Por otra parte, la Organización de las

81 Naciones Unidas sigue siendo inactiva e inoperante ante las continuas y flagran• tes violaciones de dichas libertades por parte de gran número de sus Estados miembros. No hay nada nuevo en esta afirmación. Reiterarla constituye, en todo caso, un deber elemental de franqueza política en un análisis realizado en el seno del Parlamento Europeo.

3.3. La dimensión europea 243. Por dimensión europea de la lucha contra el fascismo y el racismo enten• demos la acción desplegada en el marco y bajo los auspicios del Consejo de Europa. La acción de la Comunidad Europea será tratada aparte (28:). El Consejo de Europa, organización que reúne actualmente a 21 Estados euro• peos, entre los que se cuentan los 10 Estados miembros de la Comunidad Euro• pea, España y Portugal (283), es particularmente activo en la lucha contra las doc• trinas y los regímenes políticos autoritarios (229a), así como contra el racismo y la discriminación racial. Su actividad se desarrolla a cinco niveles: Asamblea parla• mentaria, Comité de Ministros, mecanismos de protección de los derechos humanos, elaboración de convenciones e iniciativas de reflexión y de debate. 244. La Asamblea parlamentaria y el Comité de Ministros del Consejo de Europa adoptaron entre 1966 y 1984 una serie de acuerdos (recomendaciones, resoluciones, declaraciones), referentes a los temas de nuestra investigación (284). Entre dichos acuerdos hay que citar en particular la Resolución de la Asamblea parlamentaria 743/1980 relativa a la necesidad de combatir la reaparición de la propaganda fascista y de sus aspectos racistas y la importante exposición de motivos del Sr. Robert Krieps sobre la que se basa (28S), así como la recomenda• ción de la Asamblea parlamentaria 968/1983 relativa a las actitudes y movi• mientos xenófobos en los países miembros frente a los trabajadores migrantes (286), basada en el informe del Sr. R. Müller (287). 245. Nunca se subrayará demasiado la importancia que revisten para el objeto de nuestra investigación la Convención Europea de los Derechos del Hombre (título oficial: Convención para la Salvaguardia de los Derechos del Hombre y las Libertades Fundamentales) y sus mecanismos de control y de sanción (288). La Convención es, sin duda, el instrumento más eficaz para la protección de los derechos fundamentales. Por su naturaleza, la Convención constituye en su con• junto un poderoso medio de acción contra las tendencias políticas autoritarias y la discriminación racial. Pero además contiene ciertas disposiciones dirigidas más directamente hacia esos objetivos: el concepto de «sociedad democrática» es uno de sus fundamentos normativos (289); en su campo de aplicación la Conven• ción prohibe, según su artículo 14, toda discriminación por razones, entre otras, de raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional o pertenencia a una minoría nacional, contiene una serie de cláusulas que consa• gran tanto las libertades públicas inherentes a la democracia (290) como la prima• cía del derecho (291); y proclama, por último, el principio de la democracia parla• mentaria (292). 246. La eficacia de la Convención Europea de los Derechos del Hombre reside, sin duda, en su mecanismo institucional de control y de sanción, compuesto

82 principalmente por la Comisión y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Existen dos tipos de demandas que pueden interponerse ante la Comisión y, eventualmente, al Tribunal: la demanda «estatal» presentada por un Estado Par• te contra otro Estado Parte, y la demanda «individual», principal palanca del mecanismo. Esta permite a cualquier individuo, organización no gubernamental o grupo de personas que se consideren víctimas de una violación de uno de los derechos reconocidos por la Convención presentar un recurso contra el Estado contratante presunto autor de la violación. La demanda «individual» garantiza así a los particulares el acceso efectivo al sistema de protección de los derechos humanos. El punto débil del mecanismo reside en el hecho de que dicha deman• da sólo puede ser presentada contra los Estados Partes que hayan declarado específicamente reconocer la competencia de la Comisión Europea de los Dere• chos Humanos para recibir demandas «individuales» (293). Pero hay que señalar que todos los Estados miembros de la Comunidad, salvo Grecia, así como Espar na y Portugal, han hecho la declaración relativa a la demanda «individual».

247. Entre los casos llevados ante los órganos de Estrasburgo relacionados con las libertades democráticas hay que mencionar: el «asunto griego» presentado ante la Comisión Europea de los Derechos Humanos por Dinamarca, Noruega, Suécia y los Países Bajos contra el régimen militar griego (294); las demandas pre• sentadas por Dinamarca, Francia, Noruega, Países Bajos y Suécia contra el régi• men militar turco (295); la demanda presentada por el partido comunista de Ale• mania relativo a la disolución de dicho partido por sentencia del Tribunal Cons• titucional alemán í29*); la demanda X contra Italia referente a una tentativa de reconstitución del partido fascista (297); las demandas Glimmerveen y Hagenbeek contra los Países Bajos relativas a las actividades políticas asociadas a Ia Neder• landse Volksunie (298). Es interesante subrayar que en los tres últimos asuntos, la Comisión estimó que las autoridades nacionales interesadas estaban en su dere• cho, según la Convención, de limitar el ejercicio de ciertas libertades cuando éste tenía por objeto la «destrucción de los derechos y libertades reconocidos en la (...) Convención» (artículo 17 de la Convención). «El objetivo del artículo 17», observa la Comisión, «es el de evitar que agrupaciones totalitarias puedan explo• tar en su favor los principios establecidos por la Convención (299). El asunto Glimmerveen y Hagenbeek contra los Países Bajos, antes citado, resulta igual• mente interesante desde el punto de vista de la discriminación por motivos de raza. También se refieren a la discriminación racial las demandas relativas a los asuntos de los Asiáticos de Africa oriental (ciudadanos del Reino Unido y de las Colonias ('"") contra el Reino Unido), así como el asunto Abdulaziz, Cabales y Balka Dali contra el Reino Unido (3U1); C"2).

248. Como es sabido, el Consejo de Europa ha realizado una obra considera• ble con la elaboración de una larga serie de convenios relativos a multitud de temas. Muchos de estos acuerdos afectan directa o indirectamente a las materias de nuestra investigación. Entre estos últimos hay que mencionar en particular la Convención europea relativa al estatuto jurídico de los trabajadores migrantes ("").

249. El Consejo de Europa ha tomado la iniciativa de organizar numerosos debates y conferencias y de encargar estudios referidos directa o indirectamente

83 al tema de nuestra investigación. En este aspecto podemos citar la Conferencia sobre la defensa de la democracia contra el terrorismo en Europa — trabajos y problemas (12-14 de noviembre de 1980) (304) y la Conferencia sobre la intole• rancia en Europa (9-11 de diciembre 1980) (3US). El Coloquio sobre los derechos humanos délos extranjeros en Europa (17-19 de octubre de 1983) (306) y la Con• frontación sobre «los extranjeros en Europa: ¿amenaza o triunfo?» (20-21 de marzo de 1984) (307).

3.4. La dimensión comunitaria 250. Para intentar esbozar la acción de las Comunidades Europeas en los temas objeto de la investigación hay que plantear primero un problema de deli• mitación de la competencia comunitaria: definido por los tratados, el campo de acción de la Comunidad no parece referirse, a primera vista y al menos directa• mente, a temas como la lucha contra el extremismo de derecha o el racismo. El antiguo Comisario Sr. Ivor Richard insistió largamente sobre este aspecto del problema en su intervención ante nuestra comisión (3l)8). 251. En todo caso, la acción comunitaria en los sectores que interesan a nues• tra investigación se plantea a dos niveles: ¿ha llevado a cabo la Comunidad tal acción? ¿Tiene competencia la Comunidad y en qué medida para extender su acción y enfrentarse a los problemas que plantea la existencia de tendencias extremistas de derecha y racistas en el seno de sus Estados miembros? En esta parte del trabajo vamos a intentar responder a la primera pregunta. La segunda pregunta, relativa a las perspectivas de una futura acción comunitaria, será tra• tada en la parte cuarta del informe (309).

3.4.1. Extremismo de derecha 252. La Comunidad Europea es una organización de Estados basada en los principios de la democracia, de la primacía del derecho y del respeto de los dere• chos humanos y de las libertades fundamentales. Estas características, que están enunciadas en términos muy generales en el preámbulo del Tratado constitutivo de la Comunidad Económica Europea, han sido confirmadas en varias ocasiones a nivel de las diferentes instancias comunitarias (31°). 253. Se puede afirmar igualmente que la calidad de Estado miembro de la Comunidad supone el carácter democrático del Estado en cuestión. La confir• mación de este principio viene avalada de dos modos: de un lado, por la actitud de la Comunidad en el caso de dos países, Grecia (3n) y Turquía (312), vinculados a la Comunidad por acuerdos de asociación que aspiran a la adhesión, cuando estos países tuvieron un régimen autoritario; y, de otro, por la redacción del dic• tamen de la Comisión sobre la adhesión de Grecia, dictamen que hacía del carác• ter democrático del Estado candidato condición fundamental para su pertenen• cia a la Comunidad (313). 254. Numerosas medidas aprobadas por el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión (3'4), así como una importante jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (3I5), afirman la vincula• ción de la Comunidad a los principios de la democracia pluralista, la primacía

84 del derecho y los derechos fundamentales. En este aspecto hay que hacer la siguiente distinción: en primer lugar, la Comunidad debe adaptar su acción a los principios democráticos y respetar los derechos fundamentales. Los principios democráticos y los derechos fundamentales forman parte integrante del ordena• miento jurídico comunitario y su violación por un acto comunitario entraña la ilegalidad de dicho acto. En segundo lugar, los Estados miembros deben a su vez adoptar los principios de la democracia y garantizar los derechos fundamentales. Esto es a la vez condición y consecuencia de su pertenencia a la Comunidad. Por ello parece justificado concluir que la Comunidad, tanto como organización internacional que como agrupación de Estados, es por esencia incluso hostil a toda tendencia política extremista y autoritaria.

3.4.2. Racismo y discriminación racial 255. La vinculación de la Comunidad a los principios democráticos y al respe• to de los derechos fundamentales tiene consecuencias determinantes para defi• nir su actitud en el plano de las relaciones raciales. Obligada jurídicamente a conformarse a los principios derivados de la Convención europea de los Dere• chos del Hombre y a las tradiciones constitucionales de los Estados miembros (·"'), la Comunidad debe abstenerse estrictamente de toda discriminación racial en su acción ("7). Pero su deber no termina en esta obligación de abstención, sino que entraña también aspectos positivos que deben ser expresados por políticas dirigidas hacia la consecución, cada vez más completa y efectiva, de la igualdad racial en los campos circunscritos por los tratados ("*). Reivindicando una mayor amplitud de la delimitación de sus competencias, el Parlamento Europeo se ha manifestado en repetidas ocasiones y a través de sus propios medios de expresión tanto en contra de las apariciones de racismo en la Comunidad y fuera de ella como a favor de actitudes y acciones que tienden a fomentar la armonía racial. 256. A nivel del Consejo y de la Comisión, la acción comunitaria se ha centra• do sobre todo en el problema de los inmigrados. Habiendo adoptado en el pasa• do ciertas medidas en favor de los trabajadores migrantes (319), la Comunidad parece ahora dispuesta a adoptar una política ampliada y más sistemática en esta materia. En su comunicación al Consejo titulada «Orientaciones para una políti• ca comunitaria de las migraciones» (,2°), la Comisión trazó las grandes líneas de un programa de acción en favor de los trabajadores migrantes, concediendo prioridad a los inmigrados procedentes de los Estados miembros, pero propo• niendo a la vez medidas para el conjunto del fenómeno migratorio. Este impor• tante documento ha dado pie a un largo debate en el seno del Parlamento Euro• peo suscitado por el dictamen de la Sra. F. Marinaro y su propuesta de resolu• ción adoptada por una gran mayoría (321). El Consejo aprobó el 16 de julio de 1985 una resolución que definía la política que pensaba seguir en esta materia (,22). Seguidamente la Comisión tomó, en virtud del artículo 118 del Tratado CEE, la decisión de 8 de julio de 1985 por la que se establece un procedimiento de notificación previa y de consulta sobre las políticas de migración frente a países terceros (32!). Esta iniciativa de la Comisión chocó con las objeciones de ciertos Estados miembros que han impugnado su buen fundamento, en derecho comunitario, ante el Tribunal de Justicia.

85 257. Sea como sea, la Comunidad no parece haber alcanzado los límites de su competencia en los temas objeto de la investigación. El Parlamento Europeo, como también las grandes estructuras paracomunitarias, tales como el Consejo Europeo o el mecanismo de la Cooperación Política europea, están indudable• mente habilitados para ampliar el horizonte de su acción en este campo. Pero ni siquiera las instituciones principalmente investidas del poder de decisión, a saber el Consejo y la Comisión, disponen de amplios márgenes de maniobra por una interpretación teleologica de los textos que definen sus competencias, recurrien• do en caso de necesidad al establecimiento de poderes implícitos, antes de emprender una modificación de los tratados. Nos reservamos algunas reflexio• nes sobre el tema para más adelante (324).

3.5. La dimensión nacional 3.5.1. Introducción 258. En el marco de este dictamen será obviamente imposible efectuar una exposición completa de las medidas y mecanismos institucionales en vigor en Europa en los temas objeto de nuestra investigación. Estas medidas y mecanis• mos son múltiples y variados. Se extienden a lo largo de numerosas ramas del derecho y se integran en los sistemas jurídicos nacionales respectivos, cada uno con su fisonomía y estructura propias. Un estudio de derecho comparado de tal envergadura no podría ser tema para un dictamen parlamentario, mucho más amplio por su temática y que debe ser redactado en un plazo muy breve. El ponente se propone, por tanto, dar una visión selectiva y sintética de la situación y formular algunas apreciaciones generales, que serán seguidas de recomenda• ciones (32S).

3.5.2. Extremismo de derecha 259. Los sistemas jurídicos de los países europeos presentan una gran variedad en cuanto a las medidas que adoptan para hacer frente a las tendencias políticas extremistas. Existen cuatro categorías de razones, como mínimo, que explican las diferencias constatadas: razones históricas, en primer lugar, válidas para los países donde el nazismo y el fascismo han constituido en el pasado no sólo la ideología dominante sino también una forma de poder; razones jurídicas, en segundo lugar, que se expresan en la concepción y los hábitos jurídicos naciona• les; en tercer lugar, razones relativas al grado de presencia de los fenómenos que se desea combatir an cada país; y razones políticas, en cuarto lugar, y otras con• sideraciones que determinan las opciones y las prioridades entre los medios a uti• lizar en su caso.

260. Desde el punto de vista de su contenido, los mecanismos institucionales se distinguen en varios planos: en primer lugar existen los sistemas jurídicos que siguen disponiendo de mecanismos de prevención y de represión destinados a combatir específicamente las formas contemporáneas del fascismo y el nazismo. En el extremo opuesto existen sistemas jurídicos que han creado dispositivos dirigidos indistintamente contra todo tipo de extremismo político incompatible con el orden democrático o que lo amenace. Desde otro punto de vista, existen

86 sistemas jurídicos que utilizan en mayor o menor grado los medios que ofrece el derecho penal y otros que se limitan a introducir sanciones puramente adminis­ trativas o civiles. Debe hacerse una tercera distinción en cuanto a los mecanis­ mos de control y de sanción: pueden ser judiciales o administrativos pero, por regla general, los legisladores nacionales prefieren recurrir acumulativamente a los dos tipos de mecanismos, tanto por motivos de naturaleza política como en razón de limitaciones constitucionales. 261. La primera categoría de normas jurídicas relativas al extremismo de dere­ cha corresponde a las disposiciones sobre el carácter democrático de las forma­ ciones políticas y, en particular, de los partidos políticos. En este aspecto se pue­ den señalar como ejemplo el artículo 21 de la Ley fundamental (1949) de la República Federal de Alemania (organización interna de los partidos que respon­ den a principios democráticos, conformidad con el orden fundamental libre y democrático), la XII(J) disposición transitoria y final de la Constitución de la República Italiana (prohibición del partido fascista) y el artículo 49 de dicha Constitución (creación de partidos para contribuir por el método democrático a la determinación de la política nacional), el párrafo Γ del artículo 29 de la Cons­ titución (1975) helénica (la organización y acción de los partidos políticos debe servir al libre funcionamiento del régimen democrático) y el artículo 6 de la Constitución española (los partidos expresan el pluralismo político; su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley; su estructura interna y su funcionamiento deberán ser democráticos). Algu­ nas de estas disposiciones relativas al carácter democrático de los partidos políti­ cos no están dotados de mecanismo de aplicación, por lo que siguen siendo una especie de «leyes imperfectas». Otras, por el contrario, están dotadas de procedi­ mientos de sanción. La ley fundamental alemana, por ejemplo, prevé (párrafo 2 del artículo 21) la posibilidad de disolución de partidos por sentencia del Tribu­ nal Constitucional Federal por motivos de no conformidad con la Constitución. De modo análogo, el derecho italiano (Ley n" 645 de 20 de junio de 1952) intro­ duce sanciones judiciales para aquellas formaciones políticas que sean considera­ das tentativas de reconstitución del partido fascista C26). 262. Las disposiciones nacionales relativas a la legalidad de las asociaciones de todo tipo también son aplicables en este caso. Estas disposiciones autorizan a los poderes públicos judiciales o administrativos a declarar ilegales las asociaciones que persigan objetivos contrarios a la ley y a los principios democráticos consti­ tucionales, así como las agrupaciones paramilitares. A título de ejemplo pode­ mos citar la ley belga de 29 de julio de 1934 (prohibición de milicias privadas), la ley francesa de 30 de enero de 1936 (disolución de las agrupaciones de combate y dé las milicias privadas), los artículos 18 y 19 de la ley irlandesa (1939) relativa a los delitos contra el Estado, párrafo 2 del artículo 9, de la ley fundamental ale­ mana (,27), el artículo 46 de la Constitución portuguesa (prohibición de asocia­ ciones de tipo militar o paramilitar o que proclamen una ideología fascista) y el párrafo 2 del artículo 22 de la Constitución española (prohibición de asociacio­ nes secretas o de carácter paramilitar). 263. El derecho penal es un poderoso medio de lucha contra el extremismo de derecha. La mayoría de los sistemas jurídicos europeos se limitan a recurrir a las disposiciones de derecho penal común pertinentes, por ejemplo, a las disposicio­

87 nes relativas a infracciones del orden público o a la participación en actividades de asociaciones prohibidas. La legislación antiterrorista ofrece también posibili• dades de procesamiento y represión. No obstante, algunos sistemas jurídicos nacionales han desarrollado un aparato de disposiciones penales adaptado a las características particulares de las situaciones de que se trata. El ejemplo más notable lo ofrece sin duda el derecho de la República Federal de Alemania. Una serie de disposiciones del Código Penal (en particular los artículos 84 y siguien• tes) califican como delitos punibles una serie de comportamientos que corres• ponden a la actividad típica de los grupos extremistas: entre otras, participación en la actividad de organizaciones prohibidas, producción y difusión de material de propaganda extremista y utilización de insignias nazis y fascistas (328). 264. El dispositivo institucional — legislativo, judicial, administrativo — constituye para los regímenes democráticos un importante medio de defensa contra los peligros del extremismo político. Deber ser objeto, país por país y a nivel de comparación europea, de estudios sistemáticos por parte de las institu• ciones nacionales y europeas. El Parlamento Europeo debe asumir su parte en esta acción, tal como nos permitimos sugerir más adelante (329).

3.5.3. Racismo y discriminación racial 265. Casi todos los Estados miembros de la Comunidad Europea poseen den• tro de su derecho cláusulas generales, de carácter constitucional en principio, que prohiben la discriminación por motivos de raza. Además, en su calidad de países partes de la Convención Europea de los Derechos del Hombre y, eventual• mente, de pactos internacionales sobre los derechos fundamentales, están com• prometidos de un modo u otro a alinear su derecho con los principios consagra• dos en estos instrumentos en materia de igualdad racial. 266. Lo cierto es que en una época relativamente reciente, los legisladores de los países europeos han introducido en sus respectivos sistemas jurídicos leyes o disposiciones especiales que condenan las diferentes formas de discriminación racial y la incitación al odio racial, y que fomentan una igualdad racial cada vez más efectiva y completa. Estas iniciativas se deben fundamentalmente a que tales países pertenecen al sistema de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. Como hemos visto (33°), esta Con• vención obliga a los Estados contratantes a tomar dos tipos de medidas; por una parte, condenar en el plano del derecho penal una serie de comportamientos racistas o racialmente discriminatorios y, por otra, crear condiciones de armonía e igualdad raciales en su seno. 267. No vamos a repetir aquí los compromisos internacionales de los países europeos por lo que respecta a la lucha contra la discriminación racial (331) ni las diferentes repercusiones según los países (";) que tales compromisos tienen sobre el derecho interno respectivo. En esta parte del dictamen vamos e referirnos exclusivamente a las disposiciones legislativas nacionales y a los mecanismos estatales en la materia. 268. La protección contra la discriminación racial y contra la incitación al odio racial puede estar basada, según el caso, en disposiciones de derecho común constitucional, civil, administrativo y penal. Así, las disposiciones constitucio• nales o civiles sobre el respeto debido a la persona humana o sobre el derecho a la personalidad, como también las relativas a la protección penal del honor de las personas vivas o muertas, son eventualmente aplicables a los casos de discri• minación racial. Subsiste, sin embargo, la necesidad de adoptar disposiciones especiales directamente referidas al problema de las relaciones entre razas. A fin de satisfacer esta necesidad, pero también para cumplir al tiempo las obligacio• nes contraídas en virtud de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Eliminación Racial, los legisladores de los países europeos han adoptado una serie de medidas legislativas: la ley de 18 de febrero de 1971 que modifica ciertas disposiciones del Código Penal (Países Bajos); la ley n° 72- 546 de 1 de julio de 1972 «relativa a la lucha contra el racismo» (Francia); el artículo 266b del Código Penal modificado en 1971 (Dinamarca); la ley n° 654 de 13 de octubre de 1975 (Italia); la Race Relations Act (Reino Unido, 1976) ("'); la ley n° 927/1979, completada por la ley n° 1419/1984 (Grecia); la ley de 9 de agosto de 1980 que añade al Código Penal los nuevos artículos 454 y 455 (Luxemburgo); la ley de 30 de julio de 1981 sobre la represión de ciertos actos inspirados por el racismo y la xenofobia (Bélgica); y los artículos 130 y 131 del Código Penal (República Federal de Alemania). 269. Esta legislación especial contra el racismo y la discriminación racial intro• duce reglamentaciones que se extienden, según los casos, por varios dominios, pero su principal objetivo es el de condenar penalmente las manifestaciones de racismo y la incitación al odio racial, así como los casos de discriminación racial. Algunas de estas leyes disponen que los delitos previstos sólo pueden ser perse• guidos previa denuncia de la persona o grupo de personas agraviadas. Otras per• miten que sean perseguidos de oficio por el ministerio fiscal. La ley francesa antes citada autoriza (artículo 5 - II), bajo ciertas condiciones, a las asociaciones «que se propongan por (su) estatuto combatir el racismo» ejercer los derechos reconocidos a la parte civil para ciertas infracciones que prevé. La ley belga antes citada (artículo 5) extiende esta facultad también a las asociaciones «cuyo pro• pósito según su estatuto sea el de defender los derechos humanos». Cabe señalar que esta legislación está sometida al control de conformidad con los compromi• sos que los respectivos Estados contrajeron al ratificar la Convención Internacio• nal sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, control que ejerce el Comité previsto por esta Convención. 270. La simple existencia de una legislación no significa ciertamente que las soluciones que consagra se impongan en la práctica. La realización de los objeti• vos de legislador depende en gran medida de la actitud de las autoridades admi• nistrativas encargadas de poner en práctica dichas disposiciones, pero también de la interpretación que quiera darles el juez. Muchos de nuestros expertos han subrayado que, a pesar de la intervención eficaz en sí del legislador, la discrimi• nación racial sigue infiltrándose en cierta medida en la vida cotidiana (334). 271. Aparte de las medidas legislativas y de los mecanismos administrativos y judiciales de derecho común que deben ponerlas en práctica, se han creado insti• tuciones especializadas nacionales para hacer frente directamente a los proble• mas que plantean las relaciones interraciales. El ejemplo más significativo es la Commission on Racial Equality, creada en 1976 en el Reino Unido en virtud de

89 la Race Relations Act de 1976. Este organo tiene como misión trabajaren pro de la supresión de la discriminación, fomentar la igualdad de oportunidades y el establecimiento de buenas relaciones entre personas pertenecientes a grupos raciales diferentes, controlar la aplicación de la Race Relations Act y proponer, si fuera necesario, enmiendas a la ley. La Comisión despliega una actividad que abarca varios dominios de la vida social, y está autorizada a iniciar investigacio­ nes sobre situaciones que comporten presuntamente discriminaciones raciales (33S).

3.5.4. Observaciones generales 272. La acción nacional en el plano institucional se caracteriza por la creciente intervención de los legisladores. Aunque el ordenamiento jurídico presente en tal o cual país fallos o lagunas en materia de igualdad racial, o si aún permite que subsistan situaciones de discriminación racial implícita o explícitamente, no sería inexacto afirmar que la labor institucional realizada en este campo por los Estados miembros de la Comunidad es, en general, satisfactoria. No obstante, es un esfuerzo que debe proseguirse con continuidad y perseverancia y que debe aprovechar constantemente la experiencia acumulada y renovada, así como la participación de todos los interesados en el diálogo sobre el que debe basarse Γ). 273. Dicho esto, no hay que subestimar ni sobrestimar la importancia de la ley y de los mecanismos jurídicos pertinentes. En primer lugar, no hay que olvidar que cualquier medida, sea de carácter negativo o positivo, que tienda a eliminar la discriminación racial en un régimen democrático, debe basarse en última ins­ tancia en una norma de derecho. Desde este punto de vista, le ley constituye un instrumento indispensable y omnipresente. Pero además se pide que la ley asuma en este aspecto otra función: la de instrumento de prevención y represión de comportamientos extremistas y racistas o racialmente discriminatorios. Hay que tener en cuenta dos consideraciones: una, la represión del extremismo político y del racismo no debe sobrepasar los límites de la libertad que debe garantizar un régimen democrático a las personas bajo su jurisdicción (337). La represión de las fuerzas que amenazan a la democracia no debe llevar a reducir el fondo demo­ crático que constituye la quintaesencia política de Europa. Hay que evitar la aplicación de medidas preventivas y curativas «homeopáticas» que terminan por privar a la democracia de la higiene política que se pretende precisamente prote­ ger. En segundo lugar, en esta lucha contra el extremismo político y el racismo, que constituye una labor eminentemente política para nuestra sociedad demo­ crática y que, por consiguiente, adopta la forma de una confrontación intelec­ tual de las fuerzas democráticas contra las fuerzas antidemocráticas, el recurso de la función represiva del derecho sólo debe ser una «ultima ratio» (3,s), aunque al mismo tiempo sea un medio abocado a desempeñar en este contexto un importante papel (339). La definición de este papel se funda en la búsqueda de un delicado equilibrio entre la salvaguardia de las libertades fundamentales y la elección de medidas para hacer frente a aquellos comportamientos que aprove­ chan dichas libertades para desplegar una acción cuyo efecto es destruir esas libertades (34°).

90 3.6. La educación — La educación cívica 274. El Ministro francés de Educación Nacional, Sr. Jean-Pierre Chevène• ment, citaba en un reciente discurso la siguiente opinión de Montesquieu: «Solo en un gobierno republicano es donde se necesita todo el poder de la educación (...). La virtud política es la renuncia a sí mismo, que siempre es muy penosa. (...) En las democracias, el gobierno está confiado a cada ciudadano. Pero el gobierno es como todas las cosas del mundo: para conservarlo hay que amarlo (...) Todo depende, pues, de establecer en la república ese amor: y la educación debe estar atenta para inspirarlo» (341). De hecho, todos están de acuerdo en que la educación es sin duda el terreno más propicio para eliminar de una sociedad los gérmenes del racismo y de la intolerancia y para dotar a los ciudadanos de los medios intelectuales y morales para una decisión libre y razonada. De la calidad de un sistema de enseñanza depende igualmente el desarrollo de la conciencia democrática nacional y la capacidad de resistencia a las tentaciones fascistas y, en sentido más amplio, totalitarias. El sistema de educación de una sociedad democrática contemporánea debe inspirarse en valores emanados de la dignidad de la persona y de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Debe esforzarse en poner en práctica esos valores, tanto en el plano de las estructuras y su organización como en el del contenido de la enseñanza que imparte y los métodos pedagógicos que aplica (342).

275. Los problemas que plantea la función educativa frente a los fenómenos fascistas y racistas se sitúan en diferentes planos señalados en el curso del trabajo de la Comisión: a) El objetivo antidiscriminatorio de la escuela, la igualdad de oportunidades que se propone lograr, constituyen una dimensión integrante de la herencia democrática europea. Aunque la escuela no logre a menudo sus objetivos, su reafirmación y los esfuerzos realizados para alcanzarlos contribuyen grande• mente a establecer un clima de confianza en las instituciones sociales. b) La lucha contra las tentaciones fascistas y racistas pasa igualmente por el con• tenido general de la educación, que no debe, sobre todo, distorsionar las rea• lidades extranjeras, en su historia y cultura actuales, ni difundir imágenes dis• criminatorias (como la de la situación de las mujeres tal como aparecía y aún sigue apareciendo a veces en los libros de texto), proporcionar las bases histó• ricas, científicas, literarias y filosóficas que permitan a los alumnos y a los estudiantes desarrollar una reflexión personal e interiorizar los valores que regulan la vida de una sociedad democrática. c) La cuestión de una educación específica de la democracia y de los valores humanos, tanto personales como sociales, que permiten edificar una sociedad libre, abierta y no discriminatoria, interviene en el contexto antes definido. En nuestros países europeos ha encontrado un lugar en enseñanzas de diverso tipo, progresivamente marginadas, si es que no lo fueron ya desde un princi• pio. Sin embargo, está resurgiendo el interés por lo que debería ser el conteni• do de una educación cívica, en sentido amplio, es decir, una educación que comprenda el aprendizaje de las reglas fundamentales de la vida en sociedad, la iniciación a los macromecanismos políticos y sociales, la conciencia de los derechos humanos y, para los países de la Comunidad, el conocimiento de la

91 historia y de los principios de la construcción europea y de los mecanismos comunitarios (343). 276. Estas diversas dimensiones de la acción educativa han hallado expresión en los textos emanados de las instituciones internacionales. El artículo 26, pár• rafo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos especifica que «la edu• cación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el for• talecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamenta• les. Favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las nacio• nes y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las acti• vidades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz». En el párrafo 1 del artículo 13, el Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 16 de diciembre de 1966 estipula que «los Estados Partes en el pre• sente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educación» y recoge los principios enunciados sobre este tema por la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial menciona la educación como uno de los cam• pos en los que «se pondrá particular empeño en impedir las discriminaciones fundadas en motivos de 'raza, color u origen étnico'» (párrafo primero del artí• culo 3). La misma Declaración estipula en su artículo 8: «Deben tomarse inme• diatamente todas las medidas efectivas, en las esferas de la enseñanza, de la edu• cación y de la información, para eliminar la discriminación y los prejuicios racia• les y para fomentar la comprensión, la tolerancia y la amistad entre las naciones y los grupos raciales». Estos mismos principios son reiterados en el artículo 7 de la Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discri• minación racial, adoptada el 21 de diciembre de 1965 y puesta en vigor el 4 de enero de 1969 (344). La UNESCO sigue siendo la institución internacional más directamente dedicada a cuestiones de educación. El artículo 1, párrafo 2, apar• tado b) de su Acta constitutiva invita a la organización a «fomentar el ideal de la igualdad de posibilidades de educación para todos, sin distinción de raza, sexo ni condición alguna social o económica». Su acción en este campo dio como resultado, en especial, la Convención de 14 de diciembre de 1960 relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza, así como la Reco• mendación de 1974 sobre la educación para la comprensión, la cooperación y la paz internacionales y la educación relativa a los Derechos Humanos y las liberta• des fundamentales (34S). La UNESCO organiza también importantes seminarios y mesas redondas. En especial hay que señalar la mesa redonda de Ginebra del 5-9 de noviembre de 1979, dedicada a la enseñanza relativa a los problemas de la discriminación racial. La mayoría de los participantes habían subrayado en par• ticular que la enseñanza relativa al racismo debería tener más en cuenta el con• texto social en el que se inscribe, ayudar a los grupos dominados a resistirse a la violación de sus derechos y estar vinculada a la enseñanza de los derechos huma• nos.

277. A raíz de la Directiva del Consejo de las Comunidades Europeas de 25 de julio de 1977 (77/486) sobre la escolarización de los hijos de los trabajadores migrantes con obligación escolar (346), así como de diferentes acuerdos interna• cionales sobre las transferencias de mano de obra, se instituyó en varios países europeos con elevada población inmigrada la enseñanza de las lenguas y culturas

92 de origen, enseñanza que se imparte en horario normal o «fuera del horario esco­ lar». Esta estructura tiene particular importancia en el contexto intracomunitá­ rio, ya que, a título de ejemplo, el 50% de los niños italianos o de padres italia­ nos que viven en Francia siguen actualmente dicha enseñanza (347).

278. Los debates en Comisión, y en especial el intercambio entre la represen­ tante del Servicio de los Trabajadores Extranjeros y de la Migración de la Pro­ vincia belga de Limburgo, así como los documentos comunicados, han permiti­ do reseñar algunos de los problemas que plantea actualmente la definición de una política de educación en un contexto multicultural con vistas a la problemá­ tica del aprendizaje democrático y de la no discriminación: a) Una política educativa global: la representante del Servicio de Limburgo insis­ tió en que la iniciación a culturas minoritarias y el aprendizaje de la democra­ cia intracomunitária no deben llevarse a cabo únicamente en aquellas clases o regiones en la que exista un número significativo de niños procedentes de minorías culturales, sino en todas las clases y regiones y en la medida en que esta enseñanza debe facilitar la comunicación en todas las situaciones socia­ les. No es evidente que esta dimensión esté recogida plenamente en las políti­ cas educativas de los diferentes países europeos. b) El aprendizaje de la lengua: el dominio de la lengua es el vector esencial de comunicación y de igualación de oportunidades. Se siguen debatiendo los méritos comparados de los diferentes métodos de aprendizaje: educación básica en la lengua natal, immersion inmediata en la lengua del país huésped, ciclos de enseñanza suplementarios en la lengua natal o en la lengua de aquél. En realidad, la razón de ser del debate desaparece más o menos cuando se agotan los flujos de inmigración, pero subsisten no obstante importantes zonas de ignorancia lingüística que constituyen un factor potencial de dificul­ tades y tensiones (348). c) También se ha evocado el problema del incremento de sentimientos de xeno­ fobia y de racismo en el entramado social de la vida escolar (349). Se han regis­ trado síntomas de desprecio, temor y, en ocasiones, de hostilidad ante una competencia que se juzga desleal en un mundo en el que el temor al desempleo pesa fuertemente sobre el adolescente. En este aspecto, la atención de los enseñantes a los signos cotidianos de hostilidad y discriminación es capital.

279. Los principios de estos tres niveles de acción educativa se encuentran en todos los países comunitarios. Su aplicación es más o menos imperiosa y difícil en función de la importancia y diversidad de los grupos de origen cultural o étni­ co diferentes que se hallan presentes en un territorio y de las tensiones que pue­ den derivarse eventualmente. La literatura sobre el tema de la educación en un contexto multicultural es abundante y pone de relieve las múltiples dificultades de principio y de método ("")■

280. Entre las diversas medidas nacionales que se han puesto en práctica hay que señalar, en Gran Bretaña, las medidas que siguieron a la presentación del informe Swann: consideración de la diversidad étnica del país en el curso de la formación de enseñantes, apoyo a proyectos de investigación de las ciencias de la educación y a las iniciativas locales, recopilación de estadísticas sobre los proble­

93 mas y logros de las diferentes comunidades étnicas (3ÍI). Por su parte, Francia creó en septiembre de 1981 las «zonas de educación prioritaria» (ZEP) en aquel• las áreas sociales en las que el fracaso escolar era particularmente importante. Las ZEP tienen como objeto combatir la discriminación, ofreciendo a la vez medios materiales más importantes y confiriendo a los enseñantes la posibilidad de elaborar un proyecto educativo que tenga en cuenta las realidades de la zona cubierta (352). También en Francia, la Escuela Nacional de la Magistratura imparte enseñanzas sobre «la represión del racismo» y sobre los derechos huma• nos. En la RFA, la prevención del odio racial y las ideologías totalitarias pasa por los Centros de Educación Política sostenidos financieramente por el Gobier• no federal y los Länder, y controlados por ellos (353). Las escuelas de los Países Bajos imparten cursos de historia mundial, se editan folletos y se organizan diversas iniciativas dirigidas a las minorías étnicas (354). En Italia, el Ministerio de Educación incluye la educación cívica en la formación de los enseñantes y fomenta los programas de investigación en el sector de los derechos humanos y de la discriminación racial. Diversas sociedades, entre las que se cuenta la Socie• dad Italiana para las Organizaciones Internacionales (SIOI), contribuyen a sensi• bilizar a la opinión pública italiana (355). Bélgica se preocupa por la formación lingüística de los hijos de los trabajadores migrantes (356). Los demás países de la Comunidad también han puesto en práctica ciertas acciones específicas (357). 281. Así pues, aunque el papel de la educación no pueda ser más esencial en la formación de la conciencia democrática, los retos a los que se enfrentan los siste• mas educativos de los distintos países europeos parecen gigantescos. Hay que observar que, aparte de los problemas específicos antes señalados, la cuestión del éxito del sistema escolar en su conjunto condiciona profundamente el éxito del eventual resurgimiento de los sentimientos extremistas y xenófobos. Una sociedad, cuyo sistema educativo parece estar en grave crisis, puede convertirse rápidamente en una sociedad de soluciones radicales o del «cada uno para sí.» En semejante contexto, el reforzamiento de la educación cívica podría parecer artifical si no se cuida de mejorar paralelamente la educación general y las posi• bilidades de éxito que ofrece ésta.

3.7. Los medios de información 282. La responsabilidad moral de los órganos de información en la prevención de los fenómenos fascistas y racistas ha sido subrayada con frecuencia y ampli• tud. Por regla general se atribuyen tanto a la prensa escrita como a los medios audiovisuales: la posibilidad que ofrecen de abrirse al mundo y de provocar la curiosidad y el respeto hacia las culturas extranjeras; la memoria histórica, de la cual son buenos testimonios la proyección de Holocausto y los debates que susci• tó, según recuerda el Sr. Krieps (3^8); y la oportunidad que ofrecen estos medios de dotar de toda su amplitud al debate democrático a través de tribunas y deba• tes. 283. No obstante, se le hacen también graves reproches: la presentación del mundo exterior favorece a menudo a las culturas sociales dominantes. La fre• cuente dramatización de la información distorsiona las realidades que expone, a riesgo de provocar el desprecio, la incompresión y la animosidad. En especial se

94 desvía la información sobre las minorías, ya que se refiere a las fechorías en que algunos miembros están implicados y presentan de modo incompleto los proble• mas de dichas comunidades, olvidando casi totalmente los logros realizados en su seno. El problema se duplica cuando el tratamiento de la actualidad deteriora la imagen del país de origen (dificultad de la que se resienten fuertemente, por ejemplo, los refugiados iraníes). Por último, debido al tratamiento sensacional que se da a los actos violentos, la relevancia que se concede a sus autores y la naturaleza de las obras de ficción que a veces se difunden, los medios informati• vos y de ocio estarían desarrollando una cultura de la violencia, que comporta una especie de fascinación malsana. 284. Sobre este último punto el Sr. Yves Michaud observa: «La solidaridad de la violencia y de sus imágenes no es nueva, evidentemente: la violencia no consis• te sólo en neutralizar a los adversarios causando destrozos, sino que sirve de advertencia o de amenaza e imprime marcas para quienes quedan indemnes. (...) Pero este juego de imágenes, por mucho esfuerzo que se haga, sigue siendo vago, arriesgado y nebuloso, a merced de los relatos de los viajeros, o de los relatos de sus relatos, de los éxodos, al ritmo de los mercados o de las asambleas. La exten• sión de las posibilidades de comunicación y el dominio que se puede alcanzar en su manipulación han modificado profundamente la situación» (3í9). Es evidente que el eco encontrado en los medios es una de las mayores incitaciones al desar• rollo de las acciones terroristas. A veces se reclama un código deontológico que defina las condiciones de información de los actos violentos, y es indudable que la reflexión sobre el dominio de las consecuencias de ciertos tipos de información no ha llegado a su término. En este aspecto, y en su resolución del 1 de octubre de 1980 relativa a la necesidad de combatir la reaparición de la propaganda fas• cista y de sus aspectos racistas, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Euro• pa «llama la atención de los periodistas y de los responsables de los medios de masas sobre su responsabilidad con respecto a la propagación en la opinión pública de informaciones que por su naturaleza favorecen el desarrollo de reac• ciones de carácter racista y elitista» (apartado 7) (36°). A nuestro juicio, esta lla• mada debe entenderse con referencia no a la difusión de información como tal, sino a su selección y manipulación, en la medida en que éstas incitan a la intole• rancia y al odio raciales. 285. Sea como fuere, resulta difícil apreciar en su conjunto la acción de los medios informativos en el campo que nos preocupa y descubrir el modo en que siguen modelando la conciencia democrática de un país. Los sobresaltos de la información y de su tratamiento, así como la diversidad de públicos y modos de recepción, confieren a la acción de los medios una ambigüedad consecutiva a su propia naturaleza.

3.8. La reacción social organizada 286. En el período de posguerra, una de las constataciones más frecuentes fue la debilidad de las reacciones sociales ante el aumento del fascismo y de las ten• dencias antisemitas y racistas. En aquel momento nacieron en muchos países europeos grupos ad hoc, preocupados por prevenir y eventualmente reaccionar

95 contra cualquier recrudescencia de las ideologías y movimientos incriminados. Nosotros distinguimos la acción de tales grupos de la reacción política llevada a cabo directamente por los partidos democráticos y de la reacción estatal, que comprende tanto el aparato legislativo como la acción de las estructuras admi• nistrativas.

287. La acción de grupos organizados frente a la intolerancia y la discrimina• ción no data, sin embargo, de después de la última guerra: la afirmación de los derechos y de los principios democráticos contra los prejuicios nacionalistas y arbitrarios alcanzó su expresión arquetípica en el asunto Dreyfus, cuyas conse• cuencias desbordaron ampliamente las fronteras francesas. Consecuencias de esta experiencia fueron la Ligue des Droits de L'Homme (Liga de los Derechos del Hombre) y la Ligue Internationale contre l'Antisémitsme (LICRA) (Liga Internacional contra el Antisemitismo). Hay que añadir además que la forma y el peso respectivo de las reacciones políticas, estatales y sociales varían mucho de un país a otro en función de su historia y de las eventuales amenazas que pesen aún sobre su sistema democrático. En este contexto merecen atención especial los grupos de resistencia a las dictaduras europeas de la posguerra, Grecia, Espa• ña, Portugal y Turquía.

288. En el curso de sus trabajos, la Comisión se ha entrevistado, directa o indi• rectamente, con varias organizaciones que siguen atentas a las lecciones de los sucesos de la preguerra y de la guerra. Se pueden citar en especial, y sin pretender establecer un inventario, el Mouvement contre le Racisme et pour l'Amitié entre les Peuples (Movimiento contra al Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP, Francia), el Mouvement contre le Racisme, l'Antisémitisme et la Xéno• phobie (Movimiento contra el Racismo, el Antisemitismo y la Xenofobia) (MRAX, Bélgica), fundaciones y centros de documentación como la Anne Frank Stichting (Países Bajos), el Dokumentationsarchiv des Österreichischen Wider• standes (Austria), o la Federación Internacional de Resistentes, así como varias de las asociaciones de resistentes y antiguos combatientes. La misión de muchos de estos movimientos se ha enriquecido y modificado en el curso del tiempo, sobre todo en el momento del proceso de descolonización y con la llegada masi• va de trabajadores extranjeros a ciertos países de la Comunidad. En ese mismo período y después se crearon numerosas asociaciones de apoyo a los inmigrantes y de lucha contra la xenofobia. Así, la Comisión ha recibido documentos y testi• monios del Runnymede Trust (Gran Bretaña), del Minority Rights Group, de diversas asociaciones belgas, algunas oficiales (Vlaamse Overleg Comité over Migratie — VOCOM), otras privadas (Ligue des Familles, Caritas Catholica), y de numerosas asociaciones con vocación muy específica o de ámbito local, que a veces se reagrupan en una estructura coordinadora (como es el caso en Francia, de la Fédération des Associations de Soutien aux Travailleurs Immigrés — FAS• TI). La red de asociaciones de defensa, de «monitoring» (vigilancia), de los Action Committees, parece particularmente densa en Gran Bretaña, donde hay que señalar por cierto la existencia de una revista («Searchlight») dedicada exclu• sivamente al extremismo de derecha. Por el apoyo que aportan a las comunida• des de migrantes y por la llamada que lanzan a los principios de los derechos fun• damentales y de la dignidad del hombre, las iglesias de estos países desempeñan también un papel primordial (3M).

96 289. La cuestión del color político de los tipos de asociación antes menciona• dos se planteó desde su aparición. De hecho, muchas de estas asociaciones man• tienen lazos más o menos estrechos con los partidos o movimientos políticos, lo cual no desacredita en absoluto su actuación, pero plantea un dilema: una estra• tegia consensual con bajo nivel de politización corre el riesgo de basarse en prin• cipios frágiles y fluctuantes; un discurso más francamente político quizá sea menos coherente, pero su audiencia es más reducida y su mensaje más discutido. En los últimos años dos nuevos elementos han venido a enriquecer los términos del debate. El primero consiste en el desarrollo de grupos socialmente activos en el ámbito de los derechos humanos. Las formas que adoptan son diversas: (Am• nistía Internacional, la Comisión Internacional de Juristas, los comités de vigi• lancia del cumplimiento de los acuerdos de Helsinki, la Acción de los Cristianos para la Abolición de la Tortura, Internationale Gesellschaft der Menschenrech• te), pero todas ellas contribuyen a reforzar una sensibilidad más atenta ante una concepción tangible e inmediata de la noción de derechos del hombre, y a partir de ésta, de la democracia. El segundo elemento consiste en la abolición progresi• va de la distinción implícita en la acción de los últimos decenios entre «comuni• dades protegidas» y asociaciones «protectoras»: el fenómeno que Françoise Gas• pard y Claude Servan-Schreiber denominan con justicia «el fin de los inmigra• dos», es decir, la inserción real de las comunidades inmigradas en el entramado social y cultural de los países huéspedes ha contribuido mucho a ello. Gracias a esto, la reacción social es más diversa y más compartida que antes. 290. Es la confluencia de estas dos preocupaciones — consenso sobre realida• des concretas y participación global más allá de las diferencias políticas — la que explica probablemente las formas que ha adoptado una asociación como SOS Racisme, cuyo rápido crecimiento en numerosos países europeos da fe de la evo• lución de las opiniones públicas. Un intercambio de opiniones entre los miem• bros de la Comisión y los representantes franceses y belgas de la asociación ha demostrado que las opiniones divergían a veces en cuanto a lo que debería ser hoy la acción social organizada, y en especial las relaciones que debe mantener con la acción y los movimientos políticos. Sea como fuere, al actual éxito de las iniciativas del tipo SOS — Racisme demuestra una vez más que la reacción social contra el discurso y los movimientos extremistas siempre han dependido en gran medida del clima cultural global.

3.9. La acción cultural 291. En realidad, el debate en torno al racismo y al fascismo no ha sido nunca sólo político, sino desde sus comienzos cultural e incluso literario. Los temas en torno a los cuales gira tratan en gran medida de las pasiones humanas, de la representación del pasado, del poder de la retórica y del mantenimiento de los símbolos. Es un dato constante en todos los debates políticos, pero aún lo es más cuando se trata de movimientos e ideologías que hacen virtud de la irracionali• dad. 292. La lucha cultural contra las tentaciones fascistas se ha organizado desde siempre alrededor de la figura de un intelectual cuyos rasgos han sido modelados por los círculos filosóficos de las luces, en el centro del trabajo de creación de la

97 cultura europea moderna, por el romanticismo politico, la herencia del asunto Dreyfus y las corrientes neokantianas. Desde el punto de vista tradicional, expresado en un Charles Péguy o un Julien Benda, el intelectual no interviene en el campo político y social sobre la base de una competencia técnica cualquiera, sino por la responsabilidad que estima como suya de dar testimonio de determi• nados valores intemporales. Cuando las expresiones culturales del fascismo someten el derecho a ¡a fuerza y la exigencia de lo universal al particularismo his• tórico, el intelectual «entra en resistencia» animado por una convicción de la que ya dio testimonio Pascal: «Es una extraña y larga guerra aquélla en la que la violencia trata de oprimir a la verdad. Todos los esfuerzos de la violencia no pueden debilitar a la verdad, y sólo sirven para hacerla más manifiesta. Todas las luces de la verdad no pueden detener a la violencia, y sólo la irritan aún más. Cuando la fuerza combate a la fuerza, la más poderosa destruye a la más débil; cuando se opone el discurso al discurso, aquéllos que son verdaderos y convincentes confunden y disipan a aquéllos que sólo tienen vanidad y mentira» (362). 293. Esta tradición «humanista» alimentó antes de la guerra las protestas anti• fascistas de personalidades tan diferentes como Thomas Mann, Robert Musil, Stefan Zweig, André Gide, Georges Bernanos, Miguel de Unamuno y tantos otros. Tras la segunda guerra mundial, las grandes figuras del antifascismo mez• claron a las preocupaciones de sus antecesores aquéllas que se derivaron de la lógica propia del marxismo, del personalismo cristiano, de los movimientos de descolonización y de una nueva concepción europea de la democracia. Estas influencias aparecen, de modos muy diversos, en el Jean-Paul Sartre de «Réflexions sur la question juive», en las obras de Heinrich Boll, de Albert Camus, en revistas como «Esprit» en Francia o «Cuadernos para el Diálogo» en España. En todo caso, paralelamente se desarrolla cierta impaciencia frente a las afirmaciones y discursos un tanto automáticos que surgen bajo cobertura del antifascismo: recordemos la crítica que Platón hace a Sócrates hablando de sus encuentros con poetas y artesanos: «cada uno de ellos, por ejercer su arte a la perfección, se juzgaba también de una sabiduría perfecta en todo lo demás, y para las cosas que tienen más importancia». La reacción antirracista se encuen• tra reforzada con «profesionales» tales como los científicos reunidos bajo los auspicios de la UNESCO, biólogos y antropólogos en especial. Las teorías de la acción política y de la democracia se hacen también más positivas, tomando prestado en gran medida de la investigación politològica americana (Robert Dahl, Charles Lindblom, Sidney Verba, etc.) ('") y orientándose hacia el estudio del funcionamiento y de las disfunciones del orden democrático. 294. Por último, bajo el choque de la reacción antistalinista y más tarde bajo el del descubrimiento de las «voces bajo los escombros» (disidentes de la Europa del Este, Soljenitsin en primer lugar), el intelectual antifascista se transforma progresivamente en intelectual antitotalitario. Este es indudablemente el acervo más positivo de la aventura intelectual de las posguerra: la lucha por la dignidad humana no está dividida, desafía las etiquetas políticas, religiosas, sociales y nacionales; se libra en todos los frentes, lejanos y cercanos; la responsabilidad personal de todos está comprometida, «a pecho descubierto», por así decirlo, sin refugio, pretexto o atenuación posible. Esta lección merece sin duda ser difundi• da en todo el cuerpo político y social.

98 4. REFLEXIONES GENERALES Y RECOMENDACIONES

4.1. Reflexiones generales 295. Los términos del mandato de la Comisión le imponen la misión de exami• nar los «medios de combate» contra los grupos fascistas y racistas. La orienta• ción de los trabajos de la Comisión, al igual que los análisis precedentes, nos lle• van a entender este aspecto del mandato en un sentido amplio y a examinar los medios para luchar contra los diferentes aspectos de los fenómenos fascistas y racistas y contra los factores que contribuyen a su mantenimiento y, a veces, su crecimiento. 296. Como se ha visto, estos medios adoptan y deben adoptar múltiples for• mas. Los grupos fascistas y racistas presentan, tanto en su acción como en su dis• curso, peligros específicos cuya evaluación ya hemos realizado. La lucha contra esos peligros, en el espíritu que ya esbozamos al analizar los medios jurídicos, debe ser enriquecida y precisada constantemente. Tal será el objetivo de las siguientes recomendaciones. 297. No es menos cierto que, a lo largo de la investigación, estos grupos han aparecido no tanto como causas de tal o cual malestar social, sino como sínto• mas de esos males. Este aspecto se manifiesta a dos niveles: en la medida en que algunos de esos grupos desempeñan la función de instrumentos de protesta, ésta se expresa por medio del compromiso militante o por el voto, por confuso que parezca a veces; y en la medida en que dichos grupos explotan las tendencias xenófobas, racistas y eventualmente autoritarias, tendencias que pueden excitar y hacer creíbles, pero que son anteriores a su acción. Estas tendencias preexis• tentes exigen a su vez tratamientos distintos: el racismo y la discriminación racial constituyen formas de compartamiento externo que el derecho puede aprehender y que los mecanismos jurídicos pueden reprimir. Pero tal no es el caso de la xenofobia. Esta es un sentimiento o un «resentimiento» latente, una actitud anterior al fascismo y al racismo que puede prepararles el terreno pero que, por sí misma, no entra en el campo del derecho y de la represión. Como se comprenderá, la diversidad de fenómenos, factores y medios de acción debe ser objeto de un estudio más sintético, de modo que las recomendaciones formula• das no se limiten a una simple colección dispar, sino que correspondan a una voluntad política coherente y firme. 298. Aunque su extensión sea aún abarcable, los fenómenos sobre los que debemos informar — persistencia de grupos extremistas, violencia ejercida por algunos de estos grupos, nuevas y crecientes manifestaciones de xenofobia, debi• lidad y ambigüedad de la acción del aparato institucional y de las fuerzas políti• cas y sociales tradicionales —, no dejan de ser síntomas de un problema inédito con el que se enfrentan las democracias europeas: la creciente intensidad de las transferencias e intercambios humanos y culturales en un marco jurídico y social que a menudo está desfasado frente a la amplitud de las mutaciones. En otras palabras, tanto el análisis de la situación y sus causas como el análisis de la acción realizada nos llevan a una crisis específica: el desbordamiento progresivo de las sociedades cerradas a medida que se van desarrollando el intercambio humano y las confrontaciones interculturales.

99 299. El desbordamiento de las sociedades cerradas se observa en primer lugar dentro del marco comunitario. Sin embargo, en este caso, los cambios provoca• dos por una interdependencia política, cultural, social y económica creciente se realizan bajo el control de un sistema jurídico y político que, a pesar de sus fla• quezas, proporciona los instrumentos necesarios de impulso y regulación. 300. Pero no sucede así con los cambios que desbordan o atraviesan el marco comunitario. En primer lugar, entre tales cambios hay que señalar el difícil pro• ceso de integración de los trabajadores migrantes y sus familias en el entramado social de una Europa que la unificación comunitaria ha convertido ya, de hecho y de derecho, en plurietnica y pluricultural. Como observó el Comisario SUTHERLAND, existen actualmente en los diez países de la Comunidad 12,5 millones.de inmigrados, trabajadores y miembros de sus familias, frente a 12 millones en 1974 (364). De ellos, 9 millones son originarios de países terceros, constituyendo los turcos, yugoslavos, argelinos, marroquíes y tunecinos los gru• pos nacionales más importantes. Los españoles y portugueses ascienden a cerca de 1,5 millones, con lo cual, tras la adhesión de España y Portugal, los inmigra• dos procedentes de países comunitarios ascenderán a 5 millones. Este cuadro permite obtener dos conclusiones: por una parte, se constata la estabilización relativa de la cifra total de inmigrados en el último decenio, por otra, el porcen• taje de inmigrados de origen comunitario aumentará en un tercio con la próxima ampliación. Así pues, la Comunidad debe definir su futuro teniendo en cuenta la presencia en su seno de varias comunidades étnicas y su deber de trabajar en pro de su inserción en la sociedad europea (365). 301. Si añadimos a estas cifras las de ciudadanos nacionales, que son aún con• siderados y se consideran a sí mismo como miembros de minorías «extranjeras» (el caso de Gran Bretaña y Francia en particular), y si tenemos en cuenta la amplitud de otras mutaciones surgidas en los últimos decenios, y en especial la intensificación de los intercambios de información sobre otras partes del mundo, podremos medir la importancia del choque cultural que viene afectando a Euro• pa desde el momento en que inició la aventura de su unificación. Es natural pen• sar que hay que buscar en este estado de cosas la causa de una serie de disfuncio• nes de nuestros sistemas nacionales y de numerosas manifestaciones del extre• mismo político contemporáneo. 302. Estas transformaciones se producen en condiciones ciertamente únicas en la historia: por regla general, las migraciones y las transferencias se producían en un contexto que ignoraba los derechos y las libertades tal como las reconoce la democracia europea, o bien en un contexto de repoblación y edificación nacio• nal como el que rigió el desarrollo de los Estados Unidos, aunque las condicio• nes y las consecuencias de los movimientos migratorios en este último país y en Europa presentan más similitudes que en el pasado (366). 303. La unicidad de condiciones en que se efectúan las mutaciones que aquí recogemos redundan en honor de Europa. Todos los individuos, sean origina• rios o no de uno de los países comunitarios, que están presentes en el territorio de la Comunidad son automáticamente titulares de los derechos fundamentales. Esto dista de suceder en el caso de los ciudadanos comunitarios que se encuen• tran en los territorios de sociedades no democráticas, cuyos derechos, por ese

100 mismo hecho, están siempre en peligro de ser violados. Aún está muy lejos de conseguirse el objetivo de la indivisibilidad del espacio y de la realización univer• sal de los derechos humanos. 304. Sin embargo, no deja de ser cierto que frente a las mutaciones antes des• critas, nuestros instrumentos intelectuales e institucionales presentan graves ina• daptaciones. Uno de los actuales resortes de las tentaciones fascistas y racistas consiste en ignorar la herencia democrática dentro de la cual, y a pesar de todas las imperfecciones señaladas, se han desarrollado hasta el momento esas transfe• rencias y mutaciones. Es cierto, no obstante, que hacer caso omiso de los proble• mas y resistencias con que tropiezan las transformaciones es arriesgarse a exacer• bar esos mismos problemas y resistencias, minando así de otro modo el sistema democrático. 305. Las reacciones tanto institucionales como sociales a los retos que plan• tean las mutaciones aquí descritas, así como a la explotación política de las difi• cultades que conllevan, han surgido de modo disperso. Al arsenal preventivo y represivo que intenta garantizar el respeto a las reglas de juego democrático se han sumado medidas ad hoc dirigidas hacia ciertos sectores de la población o algunos objetivos específicos. Mientras que se había iniciado una reflexión de conjunto sobre los principios y consecuencias de la construcción comunitaria, se olvidaba tomar en cuenta la nueva visión del mundo que comportaban tanto esa misma construcción como los intercambios y transferencias humanas y cultura• les que surgían a nivel internacional y a través del orden comunitario. 306. El ponente desea sugerir aquí que un enfoque más global de ciertos fenó• menos que hasta el momento sólo han tenido parcialmente en cuenta las instan• cias comunitarias es no sólo un derecho de dichas instancias, sino también y sobre todo una necesidad imperiosa. Este nuevo enfoque podría ser denominado política europea de las relaciones intercomunitarias. Por este concepto de rela• ciones intercomunitarias entendemos las relaciones entre las comunidades cons• tituidas por los diferentes parámetros — étnico, cultural, religioso, histórico — y que se identifican como tales. Esta política tendría como misión reunir en torno a principios y objetivos coherentes lo que habitualmente se conoce por «política comunitaria de migraciones», la acción en favor del respeto de los derechos y libertades fundamentales, determinados planes de la cooperación política (rela• ciones con los países de fuerte inmigración) y políticas educativas, sociales y cul• turales. 307. Aunque las razones para presentar este concepto se distinguen claramente de las consideraciones anteriores, es bueno recordar las principales de ellas: los movimientos fascistas y racistas y, más ampliamente, antidemocráticos se nutren de las disfunciones de los sistemas nacionales y del sistema comunitario. En este aspecto, el problema más preocupante del momento reside en la dificultad del paso de sociedades donde se encuentran modelos culturales y sociales diferentes y todos legítimos. Estos modelos no separan sólo a los grupos, sino que compi• ten dentro de un mismo individuo o dentro de una misma capa de población. Su interdependencia y su confrontación toman forma dentro de las sociedades nacionales y, con más motivo, de la Comunidad. La instalación progresiva y más o menos explícita de comunidades hasta ahora en situación «migratoria» en

101 una situación «minoritaria» es una de las razones, aunque no la única, de la cri- sis de identidad cultural que afecta a amplios segmentos sociales. Proponer una política de regulación de las relaciones entre comunidades es, a la vez, intentar reforzar las normas jurídicas del intercambio democrático — esas mismas que las tendencias fascistas y racistas rechazan — e inventar los instrumentos que exigen las diversas implicaciones de las relaciones intercomunitarias. Alrededor de este concepto pretende exponer el ponente las recomendaciones que siguen. 308. Por último, parece justificado sugerir que las respuestas a los retos que plantea el objeto de nuestra investigación sólo pueden ser formulados dentro del concepto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. En este trasfondo, cuyos orígenes son los mismos que los de las tradiciones políticas y filosóficas de Europa — en lo que han adquirido de dimensión universal — se pueden y se deben encontrar los preceptos del comportamiento político que con• viene seguir y los principios del modelo de sociedad que siempre buscará, en la diversidad de su historia y de sus aspiraciones, el hombre democrático.

4.2. Recomendaciones del ponente 309. Las recomendaciones que se formulan a continuación sólo presentan una parte de un abanico virtualmente infinito. La imaginación política siempre lo podrá enriquecer. La razón política debe definir en su interior las elecciones y prioridades que se imponen.

4.2.1. A nivel institucional a) Ratificar las convenciones internacionales relativas al objeto de la investiga• ción (ONU, UNESCO, OIT, Consejo de Europa) para los países que aún no lo hayan hecho. b) Hacer declaraciones y ratificaciones relativas a las demandas «individuales» (artículo 25 de la Convención Europea de los Derechos Humanos, artículo 14 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Protocolo facultativo referente al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), para los países que aún no lo hayan hecho (367)· c) Cumplir plenamente los compromisos contraídos en el marco de las conven• ciones internacionales a nivel de derecho interno. d) Revisar y adaptar constantemente la legislación nacional relativa a la lucha contra el extremismo político, el racismo y la discriminación racial (368) y vigi• lar su aplicación efectiva. e) Crear vías de recurso efectivas en materia de litigios referentes a la discrimina• ción racial. f) Seguir, analizar y evaluar la aplicación, por parte de las autoridades adminis• trativas y judiciales, de la legislación indicada en d). g) Extender el beneficio de la asistencia judicial gratuita efectiva y el asesora- miento jurídico gratuito a los recursos relativos a los litigios sobre discrimina• ción racial.

102 h) Definir y adoptar una política de medidas institucionales positivas que tenga por objeto establecer órganos nacionales especializados en materia de relacio• nes interraciales (autoridades de investigación y conciliación, defensor del pueblo (ombudsman) comisiones de investigación y de iniciativa). i) Avanzar hacia la edificación de un espacio jurídico europeo, en el espíritu de las resoluciones ya votadas a este efecto por el Parlamento Europeo, con el fin de hacer frente a la acción y a las complicidades entre organizaciones extre• mistas y terroristas en la ejecución de actos y la difusión de material de propa• ganda fuera de la ley, y para defender los principios fundamentales de la democracia con todos los medios que ofrece un Estado de derecho. j) Trabajar en pro de una definición más amplia de las competencias y responsa• bilidades comunitarias en el área de las relaciones interraciales por medio de una interpretación teleológica de los tratados basada, entre otra cosas, en la búsqueda de la utilidad práctica de las disposiciones correspondientes y de los poderes implícitos de la Comunidad Europea, así como mediante el recurso al procedimiento del artículo 235 del Tratado CEE y, si fuera necesario, mediante la revisión de los Tratados. k) Fomentar las iniciativas de la Comisión en el ámbito de los problemas señala• dos en la investigación. 1) Introducir las cuestiones señaladas en la investigación en el área de interés de los mecanismos paracomunitarios, tales como el Consejo Europeo y la Coo• peración Política europea. m)Contribuir a la elaboración y aprobación de una declaración común de las instituciones políticas comunitarias contra el racismo, la discriminación racial y la xenofobia y en pro de la armonía en las relaciones entre todas las comunidades que viven en Europa conforme al espíritu de la propuesta de la Comisión y de la resolución del Consejo. n) Promover la función del Parlamento Europeo como instancia de reflexión, de debate y de iniciativa políticos en las materias que afectan al respeto y la con• solidación del orden democrático, la lucha contra el racismo y la armonía en las relaciones entre todas las comunidades que se encuentran en Europa.

4.2.2. A nivel de la información a) Encargar una investigación de derecho comparado sobre los diferentes instru• mentos jurídicos que han establecido los países de la Comunidad para hacer frente a los fenómenos que comprende la investigación, y sobre la efectividad de dichos instrumentos. El Parlamento Europeo debe alentar la realización de tal proyecto. b) Crear en cada Estado órganos de información sobre los medios jurídicos de protección contra los fenómenos de discriminación, racismo e incitación al odio y a la violencia raciales. Mejorar la difusión de la información sobre las vías de recurso internacionales, europeas, comunitarias y nacionales, utilizan• do todos los medios de información y comunicación y, en particular, las posi• bilidades tecnológicas que ofrecen la telemática y la informática.

103 c) Realizar uno o varios estudios demoscópicos, el el marco de Eurobaròmetro, sobre el estado actual de las relaciones entre las diferentes comunidades que viven en Europa. La investigación debería incluir preguntas sobre el modo en que se perciben los contactos con comunidades ajenas a la del encuestado, así como sobre la percepción de los valores democráticos. Garantizar los fondos necesarios en el presupuesto comunitario. d) Realizar estudios puntuales sobre algunas unidades urbanas de la Comunidad en las que las comunidades minoritarias tienen una fuerte representación, con el fin de comparar tanto los problemas detectados como las estrategias aplica• das. e) Suscitar la reflexión sobre la deontologia de la información frente a los fenó• menos de violencia y, en particular, de violencia racial. El Parlamento Euro• peo podría tomar la iniciativa de organizar un coloquio sobre este tema. f) Llamar la atención a los responsables de la información a todos los niveles sobre la importancia de la función que desempeñan los grandes medios de comunicación en la eliminación de los prejuicios raciales y en la promoción de la armonía en las relaciones entre las comunidades que viven en Europa. Ase• gurar una representación justa de las comunidades minoritarias en los meca• nismos de información.

4.2.3. A nivel de la educación a) Fomentar el objetivo de no discriminación a todos los niveles en las estructu• ras y políticas educativas. b) Reforzar considerablemente la importancia de la educación cívica a lo largo del programa escolar con el fin de promover la vinculación a los valores y a la práctica de la democracia y del pluralismo, la tolerancia y el respeto mutuo entre los seres humanos, así como el sentido de responsabilidad cívica. c) Tener en cuenta, en los proyectos de redacción de un manual de educación cívica europeo, las preocupaciones que manifiesta la presente investigación. d) Dedicarse especialmente a la formación cívica de los educadores. Hacer que conozcan los principios y orientaciones de los textos jurídicos pertinentes para el tema de la investigación. Sensibilizarles frente al problema de las rela• ciones entre niños y adolescentes pertenecientes a comunidades distintas e ini• ciarles en los métodos pedagógicos adoptados. e) Favorecer el aprendizaje de lenguas y culturas minoritarias, en una perspecti• va de apertura hacia las comunidades minoritarias y el mundo extracomuni• tario. f) Introducir un aprendizaje más precoz de la historia contemporánea que trans• mita una imagen exacta de los crímenes perpetrados por los fascismos y tota• litarismos europeos y, en especial, de los actos de genocidio cometidos por los regímenes totalitarios. Alentar una iniciativa comunitaria para la redacción de un manual europeo de historia contemporánea sobre la base de los traba• jos y realizados por el Consejo de Europa y por la UNESCO.

104 4.2.4. A nivel de la acción de las fuerzas sociales a) Crear un Foro intercomunitario cerca de las Comunidades Europeas, según el modelo del Forum-Jeunesse (Foro-Juventud). b) Fomentar el diálogo y los encuentros entre las personas, instituciones y aso• ciaciones europeas que luchan contra el racismo y en pro de los derechos humanos, y asociar a este diálogo a los sindicatos, las organizaciones profe• sionales y demás instituciones interesadas... c) Favorecer el intercambio y el diálogo entre las diferentes religiones y confesio• nes, tanto para fomentar el espíritu de tolerancia religiosa mutua como para promover una reflexión común sobre la existencia de creencias diversas en la sociedad europea contemporánea. El Parlamento Europeo podría tomar la iniciativa de una conferencia sobre este tema. d) Profundizar la reflexión sobre la responsabilidad de las formaciones políticas democráticas frente a los problemas que plantea la presente investigación e intentar deducir los principios de una ética del debate sobre el tema. En este aspecto, el Parlamento Europeo podría desempeñar un papel esencial.

4.2.5. Orientaciones de un debate general a) Convertir los problemas planteados y las soluciones esbozadas en un dato constante y prioritario que se tenga en cuenta en la definición de la política nacional y comunitaria en el plano institucional, económico y social, así como en el de la educación, la cultura y la información. b) Organizar la reflexión y el debate en el seno del Parlamento Europeo en torno a los problemas que plantea la presente investigación, y definir las responsabi• lidades políticas internacionales, nacionales y comunitarias en este ámbito. c) Intentar detectar las zonas de tensión en la Europa pluricomunitaria, identifi• car sus problemas y definir sobre esta base los equilibrios políticos y sociales necesarios. d) Ampliar el debate estableciendo un diálogo en las instancias internacionales competentes y buscando reciprocidad de trato en las relaciones entre los Esta• dos miembros de la Comunidad y los países terceros.

4.2.6. La Comisión de investigación pide a las comisiones competentes del Parlamento Europeo que profundicen la reflexión aquí iniciada y las propuestas presentadas. El dictamen y, en particular, las recomendaciones que presenta pueden inspirar sin duda iniciativas parlamentarias en forma de propuestas de resolución o de preguntas orales con debate, iniciativas que surgen eventualmen• te de la acción conjunta de diferentes grupos del Parlamento poniendo de relieve la existencia de un consenso más allá del color político. Por ende, la Comisión pide al Consejo, a la Comisión, a los Gobiernos y a los Parlamentos nacionales, así como a todas las fuerzas democráticas de Europa, que estudien estas pro• puestas y saquen las conclusiones prácticas pertinentes, teniendo presentes la importancia y la urgencia de los retos a los que, también en este ámbito, se enfrente la Europa comunitaria, así como el deber de vigilancia democrática y las responsabilidades políticas que le incumben.

105 5. CONCLUSIONES

5.1. Cuarenta años después de la victoria sobre los regímenes nazi y fascistas, en la Comunidad y en otros países de la Europa occidental, grupos e individuos hacen suyas las ideologías propias de aquellos regímenes, o algunos de sus aspec• tos, sobre todo en sus componentes racistas y antidemocráticos.

5.2. La magnitud de tales grupos sigue siendo en general reducida. La multipli• cidad de sus estructuras, cuyas causas residen en sus disensiones ideológicas, sus perpetuas querellas personales y las prohibiciones de que pueden ser objeto, esconde a duras penas la debilidad de sus efectivos y la modestia de su logística. Se puede afirmar que estos grupos están tanto más marginados cuanto más radi• cales son su ideología y su comportamiento.

5.3. Aunque algunos de estos movimientos, en los que la totalidad o parte de sus tesis responde al calificativo de «extremismo de derecha» llegan a obtener una representación local o parlamentaria, en general su audiencia sigue siendo muy limitada y no puede quebrantar seriamente a las democracias europeas.

5.4. Además, el extremismo de derecha ha sufrido el contragolpe de la caída de las dictaduras griega, española y portuguesa. La actitud de la Comunidad ha contribuido a restablecer la democracia en esos países. En este aspecto, la última ampliación de la Comunidad va a consagrar el fin de los regímenes autoritarios de derecha surgidos en Europa en los años treinta. Por lo que se refiere a la situa• ción en Turquía, país asociado a la CEE y que aspira a la adhesión, el Parlamen• to Europeo ha expresado en varias ocasiones su preocupación y la condena de las violaciones de los derechos humanos que se resgistran en ese país.

5.5. En los últimos años, los individuos y movimientos situados en el extremis• mo de derecha se han orientado hacia una acción violenta y a veces asesina que ha afectado sobre todo a Italia y a la República Federal de Alemania. Estas manifestaciones deben ser consideradas dentro del desarrollo de un clima gene• ral de tolerancia inconsiderada frente a los fenómenos de violencia, de extremis• mo y de devaluación del orden constitucional.

5.6. Además, ciertos temas del extremismo de derecha han adoptado reciente• mente una expresión más explícita y quizás más amplia que antes. Tal es el caso de un racismo presuntamente «científico» que, mediante amalgamas, generaliza• ciones abusivas y, a veces, simples mitos o invenciones, esquematiza y absolutiza las diferencias entre los individuos y los grupos humanos e intenta edificar sobre la base de estas «teorías» una justificación de la segregación racial.

5.7. Entre los otros temas que han aparecido o reaparecido en los últimos años hay que señalar: la negación del genocidio perpetrado por el régimen nazi, la ine- luctabilidad de la «guerra de las razas», la reaparición de la posición «nacional- revolucionaria», también llamada «tercera posición» o «strasserismo», que mez• cla un neutralismo bastardo con una teoría del «socialismo nacional», un antise• mitismo virulento, enmascarado a menudo bajo un discurso «antisionista» y la glorificación de la violencia «purificadora» y «liberadora». Algunos de estos ras-

106 gos contribuyen a crear un movimiento terrorista que escapa a las clasificaciones políticas tradicionales, clasificaciones que por cierto no son operativas en cuanto se alejan del espectro de los movimientos democráticos.

5.8. Para definir el contorno exacto del fenómeno hay que observar que los diversos extremistas se enfrentan a menudo entre sí para intentar exarcebar las oposiciones y las polarizaciones. Además, el contexto internacional, y sobre todo las referencias a los regímenes totalitarios y dictatoriales, contribuyen a dramatizar los enfrentamientos internos en la Europa democrática.

5.9. Existen contactos entre las diferentes agrupaciones de extremistas de dere• cha europeas y entre algunos de estos últimos y el continente americano y Orien• te Próximo; como también existen contactos con organizaciones de extrema izquierda o con los servicios estatales de las dictaduras comunistas y otras. Estos contactos facilitan apoyos logísticos puntuales y un cierto sincretismo en el dis• curso de los diferentes grupos. Sin embargo, las diversas rivalidades e incompati• bilidades limitan la amplitud de tales contactos. La tesis de una estrategia inter• nacional coordinada entre estos diferentes movimientos no está avalada por pruebas y parece difícilmente compatible con la naturaleza de los hechos expues• tos.

5.10. Más inquietantes parecen el aumento de sentimientos más o menos difu• sos de xenofobia y de tensiones entre las diferentes comunidades. Las comunida• des inmigradas se ven duramente afectadas por estos fenómenos: signos cotidia• nos de desconfianza y de hostilidad, discriminación incesante, a pesar de los esfuerzos legislativos realizados, en la búsqueda de vivienda y trabajo y en la prestación de servicios y, con frecuencia, violencias de origen racial que pueden llegar hasta el asesinato. Los efectos de estos fenómenos se ven aún más reforza• dos por el hecho de que las minorías afectadas demuestran a menudo, con razón o sin ella, muy poca confianza en las instituciones a las que pueden recurrir para hacer valer sus derechos o garantizar su protección.

5.11. El desarrollo de este clima se debe a un malestar social global cuyos ele• mentos son difíciles de separar y valorar y cuya composición puede variar según la situación. A los sentimientos tradicionales de desconfianza frente al Extranje• ro se añaden el miedo al futuro y un reflejo de seguridad que a menudo hacen que se replieguen sobre sí mismos, los perjuicios que puede causar el tratamiento de la información, tanto nacional como internacional, y a veces una espiral de violencia donde agresión y protección se encadenan de modo casi inevitable. El conjunto de todos estos componentes se encuentra esencialmente en los centros urbanos en crisis donde las condiciones urbanísticas, económicas y sociales alte• ran gravemente las posibilidades de diálogo y tolerancia.

5.12. Algunos movimientos intentan dar una expresión radical a los resenti• mientos y aspiraciones que provocan estas mutaciones sociales y culturales. El riesgo de que tengan éxito tales tentativas podría aumentar si los partidos demo• cráticos, con una visión muy corta, intentan maniobrar con las potencialidades que comporta cualquier modificación del equilibrio electoral y si prefieren los

107 encantos de la retórica a la búsqueda de soluciones adaptadas a la realidad en un espíritu de paz civil y de diálogo democrático.

5.13. El clima de desconfianza y xenofobia que surge en ocasiones no debilita por el momento el nivel general de confianza frente a las instituciones democráti• cas. Tal confianza podría llegar a erosionarse, quizá menos por la acción de esas «secuelas de la historia» que son los grupos obsesivamente vinculados a los re• gímenes e ideologías totalitarias del pasado que por medio de un «fenómeno generacional» que atenuara progresivamente la conciencia del mal que ocasio• nan dichos regímenes y del carácter pernicioso de sus ideologías. Este fenómeno generacional, como la atracción de movimientos de protesta en general, puede explicar indudablemente la importante proporción de las capas de edad más jóvenes en la composición militante de las agrupaciones extremistas de derechas. El apego a los valores democráticos está expuesto a los golpes que pueden asestar• le todos los extremismos y todas las tendencias totalitarias más allá de las clasifi• caciones políticas tradicionales.

5.14. Se han realizado importantes esfuerzos desde el final de la guerra a nivel internacional, europeo, comunitario y nacional a fin de elaborar los instrumen• tos jurídicos necesarios para erradicar toda forma de racismo y de discrimina• ción y para defender los derechos fundamentales. A pesar del modesto carácter del éxito obtenido, y las dudas y errores cometidos en la definición de una políti• ca de migraciones, sobre todo en los últimos años, los Estados de la Europa occi• dental y la Comunidad Europea siguen trabajando para prevenir y reprimir los discursos y acciones fascistas y racistas y para eliminar las formas de discrimina• ción que subsisten.

5.15. Sin embargo, el recurso de los particulares a los medios jurídicos elabo• rados sigue siendo dificultoso. Además de las dificultades de procedimiento, las prácticas administrativas forman a menudo una pantalla entre los principios y las realidades. Las víctimas potenciales de las situaciones que se intentan supri• mir son las primeras en sufrir dicho estado de cosas.

5.16. En la Europa oriental la situación es fundamentalmente distinta: aparte de la negación sistemática de los derechos fundamentales y de los valores demo• cráticos, negación inherente a la naturaleza del régimen, se observan numerosos casos de discriminación, incluso persecución, contra las minorías étnicas presen• tes en un espacio geográfico que siempre ha conocido graves confrontaciones interculturales. El caso más flagrante sigue siendo el de la situación de la comu• nidad judía en la Unión Soviética, donde la conducta de las autoridades puede ser legítimamente calificada de racismo estatal.

5.17. Por lo que se refiere a la erradicación de toda forma de discriminación y a la educación en la tolerancia y los valores democráticos, el éxito de las políticas educativas depende estrechamente de la concepción y de los resultados del siste• ma educativo en conjunto y de la confianza que inspira en este aspecto. Por regla general, la educación cívica en sentido amplio — y en especial la prevención de prejuicios racistas y la iniciación a los derechos del hombre y a los valores demo• cráticos — no recibe toda la atención que merece.

108 5.18. Los medios de información, cuya misión es esencial en el funcionamiento de cualquier sistema democrático, desempeñan un importante papel por el modo en que cumplen o dejan de cumplir su labor de representar socialmente a las minorías y, en sentido más amplio, por la imagen que las diferentes capas de la población reciben unas de otras. La percepción de los fenómenos de violencia depende en gran medida del tratamiento que les dan los medios informativos. La reflexión deontológica debe ser profundizada en este punto.

5.19. Los grupos e instituciones que asumen como misión prevenir el fascismo y el racismo y la defensa de las minorías asumen también un trabajo de informa• ción y de representación de máxima utilidad. Este trabajo es bien cumplido cuando se efectúa en un espíritu de diálogo, de pluralismo y de atención a las aspiraciones de la opinión. La aparición de nuevas formas culturales de resisten• cia a la intolerancia y a la discriminación debe ser reconocida y fomentada.

5.20. La responsabilidad de todos los ciudadanos, y en especial la de los diri• gentes de la opinión, no puede ser ni delegada ni atenuada cuando está en juego la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos. Las considera• ciones de oportunidad políticas deben ser excluidas en tales casos.

5.21. La amplitud de los movimientos de población registrados en los últimos decenios y la inserción de nuevas comunidades en el entramado social de los dife• rentes países europeos, las mutaciones culturales en curso y, en especial, la cre• ciente apertura a las realidades internacionales, son otros tantos factores que piden la definición de una nueva política global que garantice la inserción de las nuevas minorías en las sociedades nacionales de Europa y asegure la evolución armónica de estas últimas en el respeto y profundización de los valores democrá• ticos. Una política europea de relaciones intercomunitarias debe hallar su lugar dentro de una verdadera política de Unión europea.

109 6. RECOMENDACIONES DE LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN Con tai fin, la Comisión desea hacer las siguientes recomendaciones:

6.1. A nivel institucional a) Ratificar las convenciones internacionales relativas al objeto de la investiga• ción (ONU, UNESCO, OIT, Consejo de Europa) para los países que aún no lo hayan hecho. b) Hacer declaraciones y ratificaciones relativas a las demandas «individuales» (articulo 25 de la Convención Europea de Derechos Humanos, artículo 14 de la Convención Internacional sobre le Eliminación de todas las Formas de Dis• criminación Racial, Protocolo facultativo referente al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) para los países que aún no lo hayan hecho. c) Cumplir plenamente en derecho interno los compromisos contraídos en el marco de las convenciones internacionales. d) P.evisar y adaptar constantemente la legislación nacional relativa a la lucha contra el extremismo político, el racismo y la discriminación racial y vigilar su aplicación efectiva. Identificar y eliminar a nivel europeo las formas de discri• minación racial que existen en las legislaciones nacionales. e) Crear vías de recurso efectivas en materia de litigios referentes a la discrimina• ción racial y garantizar a las organizaciones interesadas el derecho de cons• tituirse parte civil. f) Seguir, analizar, evaluar e inventariar la aplicación, por parte de las autorida• des administrativas y judiciales nacionales, de la legislación indicada en d). g) Extender el beneficio de la asistencia judicial gratuita y efectiva y el asesora- miento jurídico gratuito a los recursos y procedimientos relativos a los litigios referentes a la discriminación racial. h) Definir y adoptar una política de medidas institucionales positivas a nivel nacional que tenga por objeto crear órganos nacionales especializados en materia de relaciones interraciales, en el caso de que no existan tales órganos, para proteger a las víctimas y evitar manifestaciones de discriminación racial. i) Avanzar hacia la creación de un espacio jurídico europeo, en el espíritu de las resoluciones ya votadas a este efecto por el Parlamento Europeo, con el fin de hacer frente a la acción y a las complicidades entre organizaciones extremistas y terroristas en la ejecución de actos y la difusión de material de propaganda perseguidos por la ley, y para defender los principios fundamentales de la democracia con todos los medios que ofrece un Estado de derecho. j) Trabajar en pro de una definición más amplia de las competencias y responsa• bilidades comunitarias en el área de las relaciones interraciales por medio de una interpretación teleologica de los tratados basada, entre otras cosas, en la búsqueda de la utilidad práctica de las disposiciones correspondientes y de los poderes implícitos de la Comunidad Europea, así como mediante el procedi• miento del artículo 235 del Tratado CEE y, si fuera necesario, mediante la revisión de los Tratados. Dar curso a la comunicación de la Comisión al Con• sejo relativa a una política comunitaria de migraciones, sobre la que el Paria- HO mento ya ha emitido su dictamen, así como a las resoluciones votadas por el Parlamento Europeo sobre ese mismo tema. k) Fomentar las iniciativas de la Comisión en el ámbito de los problemas señala• dos en la investigación. I) Llamar la atención de los mecanismos paracomunitarios, tales como el Conse• jo europeo y la Cooperación Política europea, sobre las cuestiones señaladas en la investigación. m)Contribuir a la elaboración y aprobación de una declaración común de las instituciones políticas comunitarias contra el racismo, la discriminación racial y la xenofobia y en pro de la armonía en las relaciones entre todas las comunidades que viven en Europa, conforme al espíritu de la propuesta de la Comisión y de la resolución del Consejo. Establecer un año europeo consa• grado al objetivo de la armonía intercomunitaria, en cuyo marco se concede• rían créditos comunitarios para la organización de conferencias y otras mani• festaciones en pro de la lucha contra el racismo, la discriminación racial y la xenofobia, y con el fin de fomentar la tolerancia y el respeto mutuo entre las diferentes comunidades que viven en Europa. n) Reforzar la participación del Parlamento Europeo como instancia de reflexión, de debate y de iniciativa políticos en las materias que afecten al res• peto y la consolidación del orden democrático, la lucha contra el racismo y la armonía de las relaciones entre todas las comunidades que viven en Europa. o) Iniciar un proceso de mayor integración en las actividades del Consejo de Europa y de las Comunidades Europeas en los ámbitos objeto de la investiga• ción. p) Preparar una guía para informar a las minorías étnicas sobre las posibilidades de obtener ayuda comunitaria. q) Aplicar a la reagrupación de las familias de inmigrantes los principios del res• peto a la vida familiar e invitar a los gobiernos de los Estados miembros a desistir de los proyectos de repatriación forzosa de los inmigrantes.

6.2. A nivel de la información a) Encargar una investigación de derecho comparado sobre los diferentes instru• mentos y prácticas jurídicas que han establecido los países de la Comunidad para hacer frente a los fenómenos que comprende la investigación, y sobre la efectividad de dichos instrumentos. El Parlamento Europeo debe alentar la realización de tal proyecto. b) Crear en cada Estado órganos de información sobre los medios jurídicos de protección contra los fenómenos de discriminación, racismo e incitación al odio y a la violencia raciales. Establecer medios de coordinación de dichos órganos a nivel europeo. Mejorar la difusión de información sobre las vías de recurso internacionales, europeas, comunitarias y nacionales, utilizando todos los medios de información y comunicación y, en particular, las posibili• dades tecnológicas que ofrecen la telemática y la informática. Establecer en todos los puntos de entrada a los Estados miembros de la Comunidad reper-

111 torios que recojan, en las lenguas apropiadas, las denominaciones, direccio• nes y números de teléfono de los servicios de asesoramiento y asistencia jurídi• ca previstos para los migrantes, los inmigrados, los refugiados y quienes bus• quen un hogar de acogida. c) Realizar uno o varios estudios demoscópicos, en el marco de Eurobaròmetro, sobre el estado actual de las relaciones entre las diferentes comunidades que viven en Europa. La investigación debería incluir preguntas sobre el modo en que se perciben los contactos con comunidades ajenas a la del encuestado, así como la percepción de los valores democráticos. Garantizar los fondos nece• sarios en el presupuesto comunitario. d) Realizar estudios puntuales sobre algunos centros urbanos de la Comunidad en los que las comunidades minoritarias tienen una fuerte representación o en los que las investigaciones han constatado un elevado nivel de racismo, con el fin de comparar tanto los problemas detectados como las estrategias aplica• das. e) Suscitar la reflexión sobre la deontologia de la información frente a los fenó• menos de violencia y, en particular, de violencia racial. El Parlamento Euro• peo podría tomar la iniciativa de organizar un coloquio sobre este tema. f) Llamar la atención de los responsables de la información a todos los niveles sobre la importancia del papel que pueden desempeñar los grandes medios de comunicación en la eliminación de los prejuicios raciales y en la promoción de la armonía en las relaciones entre las comunidades que viven en Europa. Ase• gurar en los órganos públicos de información una representación justa de las comunidades minoritarias.

6.3. A nivel de la educación a) Fomentar el objetivo de no discriminación a todos los niveles de las estructu• ras y de las políticas educativas. b) Reforzar considerablemente la importancia de la educación cívica a lo largo del programa escolar con el fin de promover la vinculación a los valores y a la práctica de la democracia y del pluralismo, el espíritu crítico, la tolerancia y el respeto mutuo entre los seres humanos, así como el sentido de responsabili• dad cívica. Establecer programas de formación especiales, basados en estos principios, para los funcionarios de la administración que trabajen en las zonas potenciales de tensión racial o que se ocupen de problemas y necesida• des de individuos que pertenecen a comunidades minoritarias. c) Tener en cuenta, en los proyectos de redacción de un manual de educación cívica europeo, las preocupaciones que manifiesta la presente investigación. d) Dedicarse especialmente a la formación cívica de los educadores. Hacer que conozcan los principios y orientaciones de los textos jurídicos pertinentes para el tema de la investigación. Sensibilizarles frente al problema de las rela• ciones entre niños y adolescentes pertenecientes a comunidades distintas, ini• ciarles en los métodos pedagógicos adaptados y ponerles especialmente en guardia contra la aparición de ideas racistas a través de la manipulación sutil de la lengua.

112 e) Favorecer el aprendizaje de lenguas y culturas minoritarias, en una perspecti• va de apertura hacia las comunidades minoritarias y el mundo extracomuni• tario. Controlar la aplicación integral por parte de todos los Estados miem• bros de la directiva comunitaria sobre la enseñanza de la lengua y de la cultu• ra del país de origen durante el horario escolar normal. f) Introducir el aprendizaje precoz de la historia contemporánea que transmita una imagen exacta de los crímenes perpetrados por los fascismos y totalitaris• mos europeos y, en especial, los actos de genocidio cometidos por los regíme• nes totalitarios. Alentar una iniciativa comunitaria para la redacción de un manual europeo de historia contemporánea, sobre la base de los trabajos ya realizados por el Consejo de Europa y por la UNESCO. g) Ampliar los programas de intercambios internacionales de jóvenes como medio para fomentar la tolerancia y la comprensión. h) Poner a disposición de las escuelas situadas en zonas de elevado porcentaje de inmigrados un personal especialmente formado y material didáctico de cali• dad para evitar las dificultades en materia de enseñanza que pudieran originar problemas raciales y sociales.

6.4. A nivel de la vida económica y de la acción de las fuerzas sociales a) Hacer que los Estados europeos desarrollen una política cuyo objetivo sea dar trabajo a todos y garantizar la paz social; definir dicha política de modo que sea capaz de poner fin a las crisis económicas y sociales susceptibles de poner en peligro la democracia. b) Invitar a las instituciones y asociaciones que luchan contra el racismo, así como a las organizaciones de inmigrados, los sindicatos, las organizaciones profesionales y las demás instituciones interesadas, a fomentar la creación de un Foro comunitario cerca de las Comunidades Europeas, según el modelo del Forum-Jeunesse. La misión de tal organismo sería particularmente asegu• rar el intercambio de informaciones y mejorar la coordinación y el reparto de las tareas a nivel de acciones e investigación. El Foro estaría financiado con cargo al presupuesto de las Comunidades. c) Favorecer el dialogo y los encuentros entre las personas, instituciones y aso• ciaciones europeas que luchan contra el racismo y en pro de los derechos humanos, y hacer participar en ese diálogo a los sindicatos, las organizacio• nes profesionales y demás instituciones interesadas. Fomentar, a nivel del Parlamento Europeo, la reflexión y el debate con miras a sensibilizar más a la opinión pública en los temas abordados por la Comisión de investigación y sobre las conclusiones a que ha llegado esta última, y en especial a las respues• tas institucionales — es decir de las fuerzas del orden y de las magistraturas — al terrorismo. d) Favorecer el intercambio y el diálogo entre las diferentes religiones y confesio• nes, tanto para fomentar la tolerancia religiosa y espiritual mutua como para promover una reflexión común sobre la función de las diversas confesiones en la sociedad europea contemporánea.

113 e) Profundizar la reflexión sobre la responsabilidad de las formaciones políticas, de sus representantes electos y de sus dirigentes, frente a los problemas que plantea la presente investigación, e intentar deducir los principios de una ética del debate sobre el tema. En este aspecto, el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel esencial.

6.5. Orientaciones de un debate general a) Convertir los problemas actuales planteados y las soluciones esbozadas en un dato constante y prioritario que se tenga en cuenta en la definición de la polí• tica nacional y comunitaria en el plano institucional, económico y social, así como en el de la educación, la cultura y la información. b) Organizar la reflexión y el debate en el Parlamento Europeo en torno a los problemas que plantea la presente investigación, y definir las responsabilida• des políticas internacionales, nacionales y comunitarias en este ámbito. Orga• nizar en dos años, y luego periódicamente, un control sobre la evolución de la situación en cuanto a los problemas objeto de la investigación, así como sobre el grado de aplicación de las recomendaciones que contiene el presente docu• mento. c) Intentar detectar las zonas de tensión en la Europa pluricomunitaria, identifi• car sus problemas y definir sobre esta base los equilibrios políticos y sociales y las estrategias de acción necesarias. d) Ampliar el debate estableciendo un diálogo en las instancias internacionales competentes y buscando una reciprocidad de trato en las relaciones entre los Estados miembros de la Comunidad y terceros países.

6.6. La Comisión de investigación pide a las comisiones competentes del Parla• mento Europeo que profundicen la reflexión aquí iniciada y las propuestas pre• sentadas. El dictamen y, en particular, las recomendaciones que presenta pueden inspirar sin duda iniciativas parlamentarias en forma de propuestas de resolu• ción o de preguntas orales con debate, iniciativas que surjan eventualmente de la acción conjunta de diferentes grupos del Parlamento poniendo de relieve la exis• tencia de un consenso más allá del color político. Por ende, la Comisión pide al Consejo, a la Comisión, a los Gobiernos y a los parlamentos nacionales, así como a todas las fuerzas democráticas de Europa, que estudien estas propuestas y saquen las conclusiones prácticas pertinentes, teniendo presentes la importan• cia y la urgencia de los retos a los que, también en este ámbito, se enfrenta la Europa comunitaria, así como el deber de vigilancia democrática y las responsa• bilidades políticas que le incumben.

114 ANEXO I

I. NOTAS

Introducción (1) Por decisión de la Mesa ampliada de 22 de mayo y 10 de julio de 1985, las atribu• ciones de la Comisión de investigación fueron ampliadas para permitir la elabora• ción del dictamen en buenas condiciones. La recogida de información se cerró a finales del mes de junio de 1985. (2) D.O. C 315 de 26. 11. 1984, pág. 35. (3) Documento de la Mesa 2/BUR/AX/0257/1. (4 PE 93.492/rev. sobre la prohibición de grupos extremistas en los Estados miem• bros de la Comunidad; PE 94.425 sobre las disposiciones jurídicas y constituciona• les de los Estados miembros dirigidas a luchar contra el odio racial; PE 93.493, con• junto de preguntas orales y respuestas escritas del Parlamento Europeo; PE 94.443, textos adoptados por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y por el Comité de Ministros del Consejo de Europa. (5) Véanse las tres resoluciones del Parlamento Europeo de 14 de febrero de 1985, D.O. C 72 de 18. 3. 1985, págs. 65 a 70.

Fascismo: definiciones (6) J. LINZ «Some Notes Toward a Comparative Study of Fascism in Sociological His• torical Perspective»: Fascism: a Reader's Guide, LAQUEUR W. (ed.), Londres, Wildwoodhouse, 1976, págs. 3 a 21. (7) PAYNE S. G.: «The Concept of Fascism» — en LARSEN S. U. et al. — Who Were the Fascists — Bergen, Universitetsforlaget, 1980, págs. 14 a 25. (8) «Dictamen sobre la situación de las mujeres y hombres homosexuales frente al aumento del fascismo y el racismo», 18 de marzo de 1985. (9) Audiencia del 18 al 20 de marzo de 1985; vid. anexo 4. (10) M. CLEMENZ, Gesellschaftliche Ursprünge des Faschismus, Francfort 1972. D. EICHOLTZ, Geschichte der deutschen Kriegswirtschaft, Berlín 1969. (11) La Tercera Internacional, en 1935, describió al fascismo como el estado final del imperialismo del capital monopolístico. Daniel GUERIN publicó en 1936 Sur le fascisme, que desarrolla esta tesis. Véase Alan S. MILWARU «Fascism and the Eco• nomy», en W. LAQUEUR (ed.), Fascism: a Reader's Guide, págs. 413 y 414. (12) Eugen WEBER, entre muchos otros, ve en el fascismo más bien un movimiento de resistencia al desarrollo capitalista y a los cambios sociales que conlleva ( Varieties of Fascism, Nueva York, 1964). A. SCHWEITZER ha intentado dar una vision del apoyo prestado al nazismo por numerosos pequeños y medianos industriales, opuestos al «big business» (Big Busi• ness in the Third Reich, Bloomington, Ind., 1964). La tesis de una colusión entre los medios de la gran industria e Hitler es atacada con violencia y meticulosidad por Henry Ashby TURNER, Big Business and the Rise of Hitler, Oxford University Press, 1985. En cuanto a los resultados de los estudios de sociología electoral, han sido resumidos del siguiente modo por Seymour LIPSET: «El votante nazi típico ideal en 1932 era un trabajador autónomo protestante que vivía en una granja o en una pequeña comunidad y que había votado previamente por un partido centrista o regionalista fuertemente opuesto al poder y a la influencia de los grandes patronos y de los grandes sindicatos». (Political Man, Berkeley, 1963, pág. 149).

115 (13) Alan S. MILWARD, op. cit., pág. 411. ¿Se podría decir que el objetivo o la función del fascismo italiano era acelerar la llegada del capitalismo industrial? Quedaría por explicar por qué la tasa de crecimiento del presupuesto del Ministerio de Agricultu• ra, hasta finales de 1939, sólo fue inferior al de Guerra, Aviación, Interior y Justicia (ibid., pág. 428). (14) A este respecto hay que recordar la distinción que establece entre organizaciones nacionalsocialistas/nazis, por un lado, y fascistas, por otro, el artículo 9 del Trata• do de Estado (15. 5. 1955) que restablece una Austria independiente y democrática, firmado por Austria y las potencias aliadas. La distinción va más allá de la simple delimitación histórica de dos fenómenos y se refiere a su diferente sustancia políti• ca. Disposiciones similares se encuentran en los tratados de paz firmados con los Estados de la Europa del Este. Historiadores como Poliakov y Zeev Sternhell sitúan el nazismo en una línea ideológica continua en Europa. Otros (Shulamit Volkov, Raoul Hilberg) insisten en las especificidades del nazismo tal como se manifestaron en la terrible «solución final». Luc Rosenzweig (Libération, 25 de abril de 1985) sitúa con razón la película Shoah de Claude Lanzmann en este debate histórico. También es interesante la lectura del análisis de R. SCHMIDT «Nationalsozialis• mus — ein deutscher Faschismus?» en Politik und Zeitgeschichte, Beilage zur Wochenzeitung «Das Parlament», 30 de marzo de 1985, pág. 13 y sigs. (15) La referencia a los hermanos Strasser se encuentra a menudo en los movimientos ingleses e italianos especialmente. En cuanto a Alemania, el Verfassungsschutzbe- richt de 1984 observa: «Desde hace algunos años Adolf Hitler no es ya la figura principal incontestada del conjunto nacional-socialista. Es más bien un socialismo en el sentido de la fase precoz de revolución nacional del nacional-socialismo el que adquiere cada vez mayor atractivo. Es de los hermanos Otto y Gregor Strasser y de otros nacional-socialistas de los primeros tiempos de quienes algunos ideólogos neo- nazis toman la idea de un socialismo alemán, asociado en 1984 a campañas antiim• perialistas». (16) Este rasgo emana sobre todo de la jurisprudencia de los tribunales supremos federales de la República Federal de Alemania relativa al extremismo de derecha. V. DUDEK y JASCHKE, Rechtsextremismus, I, pág. 23 y sigs. Véase también la jurisprudencia italiana, citada más adelante en 261. Al precisar el método de trabajo, la comisión estimó que era preferible renunciar a buscar una definición demasiado teórica del fascismo, y optó por un enfoque pragmático del concepto, que debía incluir tam• bién los fenómenos del nacionalsocialismo y del neonazismo. Véase PE 94.269.

Racismo: definiciones (17) UNESCO, Four Statements on the Race Question, Paris, UNESCO, 1969 — Third statement. Véase también la siguiente observación: «las técnicas de clasificación for• man parte del método científico. Ante un conjunto tan complejo como los miles de personas que nos rodean, es natural intentar definir grupos y reagruparlos en «razas» distintas. Pero sucede que cuando queremos basar esa clasificación en el patrimonio genético de los individuos o de los pueblos, sólo obtenemos una visión difusa, separaciones imprecisas (...). La respuesta del experto en genética es clara: para él, la palabra «raza» no tiene prácticamente contenido». JACQUART Albert — «A la recherche d'un contenu pour le mot «race»: La réponse du généticien» — ÖLENDER M. (ed.), Pour Léon Poliakov, le racisme, mythes et sciences, Bruselas, ed. Complexe, 1981, págs. 31 a 40. Hay un excelente resumen de las aberraciones cometidas en nombre de la investiga• ción de la «superioridad genética» en GOULD, S.J. — The Mismeasurc of Man — Nueva York, Norton, 1981

(18) UNESCO, ibid., Fourth statement,

116 (19) Véanse las referencias citadas en la nota 17, así como: S. ROSE et al., Not in our Genes, 1984, Penguin Books, la colección de la revista Le Genre Humain (Bruselas, ed. Complexe). (20) Ibid. (21) Pensées, Brunschwig 93. (22) En Le Genre Humain, n° 12, pág. 127. (23) Claude LEVI-STRAUSS, cuyo artículo «Race et histoire» es quizá el más notable entre los publicados sobre el tema del racismo por la UNESCO en 1950, observa en el prólogo de uno de sus últimos libros que no se podría acusar de racismo a las cul• turas «a las que su fidelidad a ciertos valores hace parcial o totalmente insensibles a otros valores (...) Esta incomunicabilidad relativa no autoriza, por supuesto, a opri• mir o destruir los valores que se rechazan o a sus representantes, pero dentro de estos límites no tiene nada de indignante. Quizá incluso pueda representar el precio que es necesario pagar para que los sistemas de valores de cada familia espiritual se conserven y encuentren en su propio fondo los recursos necesarios para renovarse (...) (las culturas) no se ignoran, se toman prestadas en ocasiones, pero para no perecer es necesario que, bajo algún otro aspecto, persista entre ellas cierta imper• meabilidad». (Le Regard éloigné, París, Pion, 1984, pág. 15). Y Lévi-Strauss invita a sus lectores a dudar, con sabiduría, con melancolía si se quiere, «del advenimiento de un mundo en el que las culturas, embargadas por una pasión recíproca, sólo aspi• ren a ensalzarse mutuamente, en una confusión en que cada una perdería el atracti• vo que pudiera tener para las demás y sus propias razones de existir» (ibid., pág. 16). (24) Al igual que el fascismo, el racismo es utilizado como «concepto de lucha» en el plano político tanto nacional como internacional. Quizá haya que apreciar a la luz de esta consideración la Resolución 3379 adoptada por la Asamblea General de las Nacio• nes Unidas el 10 de noviembre de 1975, que define el sionismo como una «forma de racismo». Véase sobre esta Resolución I. MEYER, The UN Resolution equating Zionism with Racism: Genesis and Repercussions. INSTITUTE OF JEWISH AFFAIRS, Research Report N° 1, abril de 1985. Aunque ha sido muy criticada (véase las observaciones de los Sres. May y Såvitt, audiencias PE 97.446/An., pág. 2 PE. 448/An. págs. 20 y sigs.), esta resolución ha facilitado en cualquier caso la expresión de sentimientos antisemitas a través de la crítica del Estado de Israel y ha contribuido por ello a crear una confusión entre antisionismo y antisemitismo. Es interesante citar acerca de esta resolución el siguiente comentario: «Bajo su for• ma política es totalmente evidente que el sionismo es un movimiento nacionalista del tipo que era corriente en ciertas regiones de Europa en el siglo XIX, y que se extendió a una gran parte de Asia y de Africa en el siglo XX. No es más racial ni más discriminatorio que otros movimientos de este tipo: de hecho, lo es menos que la mayoría de ellos puesto que se basa en una entidad definida en principio en términos más religiosos que étnicos. La ley rabínica define al judío como un individuo que ha nacido de madre judía, sea cual fuere el origen religioso o racial del padre, o un indi• viduo debidamente convertido al judaismo. No es una definición racial: para el racista, los padres son al menos igual de importantes que las madres, y la identidad no puede ser cambiada a voluntad. El sionismo ha aceptado siempre esta definición de judío y las leyes del moderno Estado de Israel reconocen al convertido al judais• mo como un judío y a un renegado del judaismo como a un no judío. El sionismo es ciertamente una forma de nacionalismo y, así pues, el Estado de Israel puede practi• car algunas formas de discriminación que no son raciales en la medida en que esta palabra tiene un sentido preciso en nuestra época. La acusación contraria de que el antisionismo es una forma de antijudaísmo, también es falsa. El sionismo es una ideología política que los judíos y otros pueden aceptar o rechazar como les parezca. Hay buenos y fieles judíos que no son sionistas o que incluso son antisionistas, y la

117 actitud antisionista no significa necesariamente que quien la defienda sea antisemi• ta» (Le retour de l'Islam, París, Gallimard, 1985, pág. 121, versión original de este texto en: «The Anti-Zionist Resolution», Foreign Affairs, octubre de 1976, págs. 54 a 64). (25) Cf. LINZ, J. «Political Space and Fascism as a late-Comer» en LARSEN S.U. (ed.), Who were the Fascists, Bergen, Universitetsforlaget, 1980. (26) Véanse Resoluciones del Parlamento Europeo sobre la situación en Africa Austral, DO C. 68 de 14. 3. 1983, pág. 42; DO C 46 de 20. 2. 1984, pág. 79; DO C 72 de 18. 3. 1985, pág. 82 y 83; y DOC 122 de 20. 5. 1985, págs. 115 a 119 y debate sobre la situación en Africa Austral y las propuestas de resolución B2-819/85, B2- 820/85, B2-821/85, B2-824/85, B2-836/85, B2-838/85, B2-856/85 (A 27, PE 99.573 de 11 de septiembre de 1985), todas ellas caducadas tras su votación. LA SITUACIÓN Y SUS CAUSAS: ADVERTENCIA (27) Ver, por ejemplo, Verfassungsschutzbericht 1983, págs. 11 a 184. (28) Cf. el dictamen de la Sra. Marie-Jane PRUVOT (PE 89.163/déf. N° 2). La Comunidad Europea REPUBLICA FEDERAL DE ALEMANIA (29) Véase la literatura citada por P. DUDEK y H.-G. JASCHKE, Entstehung und Ent• wicklung des Rechtsextremismus in der Bundesrepublik, volúmenes 1 y 2, 1984, vol. 1, págs. 488 y sigs. (30) Contribuciones de los profesores SCHEUCH, GRESS, VON KIELMANSEGG, MAY, MUELLER, VOSLENSKY, WIESENTHAL, HORCHEM, STRAUSS, LUMMER, HENNIG y KUEHNL. Véanse también las notas presentadas por los miembros de la comisión Sres. F. SCHWALBA-HOTH y F. L. Conde VON STAUFFENBERG, Doc. PE 95.459 y 98.111. (31) Los Verfassungsschutzberichte (en adelante VS Bericht) son informes anuales, sobre el extremismo de izquierda y de derecha y sobre el contraespinonaje, elaborados por el Servicio de Protección de la Constitución (Verfassungsschutzamt) federal y publi• cados desde 1961 por el Ministerio federal del Interior. El ponente quiere agradecer al Secretario de Estado parlamentario Sr. Spranger que le proporcionara el Informe 1983 y las pruebas de imprenta del Informe 1984. Para una valoración jurídica y política de los VS Berichte, véase F. GRESS y H.-G. JASCHKE, en la obra citada a continuación, nota 32, pág. 61 y sigs. Véase también LICHTENSTEIN, en The Extreme Right, págs. 80 y 81. (32) F. GRESS y H.-G. JASCHKE, Rechtsextremismus in der Bundesrepublik nach 1960 — Dokumentation und Analyse von Verfassungsschutzberichten. Prólogo de E. Lutz, Mitglied des Bundestages, Pressedienst Demokratische Initiative, Nr. 18, 1982. (33) Esta obra (citada en la nota 29) constituye una monografía notable por la riqueza de su información y por la calidad de su análisis. (34) Véase supra, nota 30. (35) VS Bericht 1983, pág. 113 y sigs., VS Bericht 1984, pág. 130 y sigs. (36) Para un cuadro detallado de las revistas y su tirada véase VS Bericht 1984, pág. 133 y sigs. (37) En virtud de una decisión de 7 de diciembre de 1983 del Ministerio Federal del Inte• rior, por actividades hostiles a la Constitución (Verfassungswidrigkeit), véanse tam• bién las notas de los Sres. SCHWALBA-HOTH y STAUFFENBERG antes citadas, nota 30. La ANSNA ha presentado ante el Tribunal Constitucional Federal un recurso de anulación de esta decisión.

118 (38) VS Bericht 1984, pág. 141 y sigs. (39) VS Bericht 1984, pág. 143. (40) VS Bericht 1984, pág. 143. VS Bericht 1983, pág. 127. (41 ) Se citan las organizaciones COBRA (Comité objectif d'entraide et solidarité avec les victimes de la répression antinationaliste, Francia), HNP (Hulpkomitee voor natio• nalistische politieke gevangenen, Bélgica) y COPFAC (Committee to free patriots and anticommunist political prisoners, Estados Unidos), LICHTENSTEIN, en The Extreme Right, pág. 87, VS Bericht 1984, pág. 143. (42) VS Bericht 1984, pág. 144; VS Bericht 1983, pág. 128. (43) VS Bericht 1984, pág. 145 y sigs. (44) El DRP fue el primer intento serio de reagrupar a los elementos extremistas de dere• cha en la República Federal de Alemania. Fundado en 1950, participó en las eleccio• nes a nivel federal y en los Lander en los años cincuenta con éxito considerable. Sin embargo, ha ido perdiendo apoyo progresivamente, siendo una de las razones su implicación en actos de profanación antisemitas perpetrados en 1959. Véase la exposición de DUDEK y JASCHKE, vol. 1, pág. 281 y sigs. Aunque en la parte dedicada al extremismo de derecha, los VS Bericht citan regularmente las activida• des del NPD, éste sigue funcionando como partido legalmente reconocido. En varias ocasiones se ha intentado recusar que sea conforme a la Constitución ante el Tribunal Constitucional Federal, pero nunca se ha llegado a tomar una decisión a este efecto. DUDEK y JASCHKE, vol. 1, pág. 244 y sigs. Estos mismos autores citan [pág. 349) una decisión (1978) del Tribunal administrativo de Baden-Wür- temberg que constata que el NPD no persigue objetivos hostiles a la Constitución (Verfassungsfeindliche Ziele). Pero una sentencia reciente del Tribunal administra• tivo federal que estatuye en materia de disciplina militar ha juzgado, en cambio, que el NPD persigue objetivos incompatibles con el orden fundamental democrático y liberal (unvereinbar mit der freiheitlichen demokratischen Grundordnung). VS Bericht 1983, pág. 135. (45) Para una selección de material de propaganda anticomunitaria, véase VS Bericht 1983, pág. 132. (46) Ha recibido por ese concepto la suma de 1,8 millones de marcos alemanes, lo que le ha permitido sanear, al menos a corto plazo, su precaria situación financiera: VS Bericht 1984, págs. 130 y 149. (47) DUDEK y JASCHKE, vol. 1, pág. 285. (48) «Die NPD — Aufstieg und Niedergang», DUDEK y JASCHKE (nc 29), vol. 1, pág. 281. (49) Según los servicios de seguridad, los miembros de la DVU ascendían en 1983 a más de 11 000 (1982: 10 000), VS Bericht 1983, pág. 137. (50) VS Bericht 1983, págs. 137 y 138. (51) VSBericht 1984, pág. 154. (52) VSBericht 1984, pág. 154, KRIEPS, Rapport de l'Assemblée parlementaire du Con• seil de l'Europe Doc. 4590 y resolución 743 (1980), pág. 11 ; DUDEK y JASCHKE (nota 29), vol. 1, pág. 52. M. LICHTENSTEIN, en The Extreme Right, pág. 82, constata una tirada de 130 000 ejemplares por semana y un círculo de lectores próximo al medio millón. (53) Término técnico que denota la «revisión» de la historia para rehabilitar el nazismo. Véase INSTITUTE OF JEWISH AFFAIRS, Research Report N° 1, marzo de 1982, pág. 1, y N° 4, mayo de 1982, págs. 1 y sigs. (54) VS Bericht 1983, págs. 137 y 138.

119 (55) Su oferta cubre todas las formas posibles de comunicación: libros, periódicos, colec• ciones de imágenes, biografías, discos, cassettes, DUDEK y JASCHKE (nota 29), vol. 1, pág. 35, VSBericht 1983, pág. 139. (56) VS Bericht 1983, pág. 139, VS Bericht 1984, pág. 154. (57) VS Bericht 1983, págs. 139 y 140, VS Bericht 1984, pág. 155. (58) VSBericht 1983, pág. 141. (59) VS Bericht 1983, pág. 141, VS Bericht 1984, pág. 157. (60) VS Bericht 1983, págs. 141 y 142, VS Bericht 1984, pág. 157. (61) VS Berief 1984, pág. 158. (62) VS Bericht 1983, págs. 143 y sigs., VS Bericht 1984, págs. 159 y sigs. (63) VS Bericht 1984, pág. 160. (64) VS Benc/jr 1983, págs. 146 y sigs., VS Biribí 1984, págs. 162 y sigs. (65) VS Bericht 1984, págs. 162 y 163. (66) SCHEUCH, Audiencia pág. 1, VS Berief 1983, pág. 158, VS Bericht 1984, pág. 170. (67) VS Bericht 1983, págs. 171 y sigs., VS Berief 1984, pág. 168. (68) VS Berief 1984, págs. 167 y 168. (69) Véanse las informaciones que proporciona FIR, 40 ans après, pág. 61. Véase Jewish Chronicle News Service, 30 de abril de 1985 y estos encuentros son objeto de con• troversias políticas. (70) Propuestas de resolución B2-772/85, B2-1460/84, B2-1336/84 entre otras. (71) GRESS y JASCHKE (nota 32), págs. 9, 68. (72) GRESS y JASCHKE (nota 32), págs. 68 y 69. (73) GRESS y JASCHKE (nota 32), pág. 69. (74) VS Bericht 1984, págs. 128, 148, E. HENNING, Testimonio pág. 1, GRESS, Audiencia págs. 10 y 11. (75) Cf. R. KUEHNL, Testimonio, págs. 1,2,8. Véase también SCHWALBA-HOTH, Nota (nota 30 supra), pág. 5. (76) SCHEUCH, Audiencia passim. Véase también la conclusión del profesor GRESS, Audiencia, pág. 16. (77) SOZIALWISSENSCHAFTLICHES INSTITUT NOWAK UND SORGEL. La in• vestigación fue encargada por el Ministerio federal del Interior y realizada en 1981. (78) Véase LICHTENSTEIN, en The Extreme Right, pág. 79. (79) Véase STAUFFENBERG, Nota (nota 30 supra), pág. 5. Véase también SCHEUCH, Audiencia, págs. 6 y 7. Véase también «How popular is neo- in Germany?, INSTITUTE OF JEWISH AFFAIRS Research Report N° 6, mayo de 1981, págs. 1 y sigs. (80 DUDEK y JASCHKE (nota 29 supra), pág. 482 y cubierta pág. 4. (81 Véase para datos estadísticos sobre la población inmigrada VS Bericht 1983, pág. 162. (82) SCHEUCH, Audiencia, pág. 7 y sigs.

120 BELGICA (83) El caso del WNP ha sido relatado por René HAQUIN, Des Taupes dans l'Extrême- Droite, La Surêté de l'Etat et le WNP (Bruselas: EPO), 1985. (84) La nostalgia de los tiempos de la colaboración se refleja también a través de esta información publicada en Résistance Unie, órgano del servicio de información de la Fédération international des Résistants (N° 1 11 1985): «Han tenido lugar en 1984 en Bélgica los siguientes encuentros SS: «Sturmgeschützabteilung Langenmarck» (26 de febrero de 1984 en Gante); «Nordwesttreffen» (31 de marzo de 1984 en Krachten); «Recontre des camarades de la Waffen-SS» de la 3' compañía de la legión «Langenmarck»; «Commémoration aux morts dans le 'Ehrenpark' de Stekene» (27 de mayo de 1984) que pretendía la rehabilitación de las unidades SS flamencas que combatieron en el frente oriental» (pág. 5); véase Micro BENJAMIN y Jean-Michel DETHY, L'ordre Noir, les Néo-Nazis et l'extrême droite en Belgique, París-Bruse• las, Pierre de Meyer, 1977. Véase también: ANNE FRANK STICHTING, op. cit., pág. 41 y nota de la Sra. VAN HEMELDONCK al ponente, que recoge 31 casos de incidentes y atentados atribuidos al VMO-Odal entre 1979 y 1984. (85) Nota de la Sra. VAN HEMELDONCK al ponente. (86) Xenofobia observada especialmente a la entrada de las discotecas, según ha señala• do el Sr. Bruno Angelo, asistente en el Servicio de Trabajadores Extranjeros y de la Migración de la provincia de Limburgo, y como se señala en un reciente artículo de Soir (1-2 de junio de 1985, pág. 4). La discriminación a la entrada de las discotecas ha sido objeto de un reciente proceso en Malinas, que movilizó a 150 jóvenes mar• roquíes por un lado y a militantes del Vlaams Blok por otro (De Morgen, 27 de sep• tiembre de 1985). (87) Hay que señalar que el 27% de los extranjeros que residen en Bélgica viven en Bru• selas. Como observa el Sr. Zwick, la población de Bruselas cuenta con un 25% de inmigrados (45% de hijos nacidos de padres inmigrados). Según una encuesta publi• cada por Soir e\ 25 de marzo de 1985, el 87,5% de los bruselenses opina que por lo que se refiere a los inmigrantes, «existe un malestar». El 54% opina que la política social que se les aplica es «demasiado generosa», el 22% que se debería combatir el racismo, y el 66% que los hijos de los inmigrados se deberían integrar en la sociedad belga. (88) Sobre este punto en concreto hay un proceso abierto desde hace tres años. El Sr. Karel Van Miert interrogó a la Comisión sobre el tema en una pregunta escrita (N° 1187/84) de 22 de noviembre de 1984. (Respuesta de Lord Cockfield, en nombre de la Comisión, de 18 de febrero de 1985.)

DINAMARCA (89) Para el debate que suscitaron las declaraciones de Mogens Glistrup, acerca de los musulmanes especialmente, véase Information, 22 de abril de 1985.

FRANCIA (90) René REMOND, Les Droits en France, Paris, Aubier-Montaigne, 1982, págs. 206 y 207, y, desde una óptica diferente, Philippe BURRIN, «La France dans le Champ Magnétique des fascismes» — Le Débat, noviembre de 1984, págs. 52 a 72. (91) Véase en especial Zeev STERNHELL, Ni Droite, Ni Gauche, l'Idéologie Fasciste en France, Paris, Seuil, 1983. Igualmente: R. J. SOUCY — «The Nature of Fascism in France» — Journal of Contemporary History — enero de 1966. (92) El número de tales grupúsculos es importante. Para un cómodo resumen véase ANNE FRANK STICHTING — The Extreme Right in Europe and the United Sta• lli tes — Amsterdam, 1985, págs. 51 a 61. Para análisis más detallados se pueden citar: — Joseph ALGAZY — La Tentation Néo­Fasciste en France — París, Fayard, 1984. ■— Alain ROLLAT — Les Hommes de l'Extrême Droite — Paris, Calman­Lévy, 1985. — Jean­Marc THEOLLEYRE — Les Néo­Nazis — Paris, Messidor, 1982. (93) Informe del Senado sobre el terrorismo, Imprimerie du Sénat, primavera de 1984. El anuario Political Dissent cita entre los grupos de extrema derecha tenidos por res­ ponsables de acciones violentas a: Groupe Action Jeunesse, Club Charles Martel, Delta, Faisceaux Nationalistes Européens (fundado en septiembre de 1980 tras la disolución de la FANE), Honneur de la Police, La Mangouste, Nouveau Front Nazi, Odessa, Organisation pour la Libération de la France, Mouvement Nationa­ liste Révolutionnaire. La mayoría de estos grupos sólo es conocida por haber reivin­ dicao una acción violenta determinada. (94) Debates del Senado francés del 4 y 15 de noviembre de 1980. Véase también el infor­ me del Sr. KRIEPS al Consejo de Europa, págs. 9 y 10. (95) Cf. Pierre THUILLIER, Les biologistes vont­ils prendre le pouvoir? et DAR WIN ET CO., Bruselas, Complexe, 1982. El profesor Girardet señala, por cierto, que el ana­ tema lanzado sobre la sociedad americana por la nueva derecha es en gran medida función de su rechazo de toda sociedad basada en el concepto de «melting­pot» (cri­ sol). (96) El Sr. Pierre Bousquet es un antiguo miembro de las Waffen­SS. Cuando se le pregun­ tó acerca de este hecho el 13 de febrero de 1984 en Antenne 2, el Sr. Le Pen declaro: «El Sr. Bousquet quizá haya sido antiguo miembro de la SS, pero yo soy de los que están a favor de la reconciliación de los franceses y de los que 20, 30 ó 40 años des­ pués de la guerra sólo se interesan por una cosa: saber si quieren servir al país». La Sra. Chombart de Lauwe recordó que el grupo Militant había abandonado el Frente Nacional en 1982 para crear un «Parti nationaliste français» donde se encuentran varios antiguos miembros del Parti Populaire Français de Doriot. (97) ROMAIN MARIE — en realidad Bernard Antony — ha escrito también: «El mundo moderno se caracteriza por una nueva intrusión del fenòmeno judío. Los judíos están en el centro de nuestros debates actuales. Marx y Rothschild son un poco las dos caras de la misma moneda (...). Otro aspecto del problema judío es la tendencia de los judíos a ocupar todos los puestos clave de las naciones occidentales». (PRÉ­ SENT, N° 35, diciembre de 1979). (98) Face à la Trois, FR 3, 6 de julio de 1985. (99) Así fue en L'Heure de la Vérité, A 2, 13 de febrero de 1984 y en Face à la Trois, FR 3, 6 de julio de 1985. Tampoco se podría hablar de un verdadero «culto al jefe», sea cual fuere la popularidad del Sr. Le Pen entre los miembros del Frente Nacional. Véase la encuesta de l'Express, «Le Pen et les siens», 1 de marzo de 1985. (100) Radio Monte­Carlo, 17 de febrero de 1985. Es interesante reproducir la respuesta de algunos políticos franceses a la pregunta planteada por la asociación SOS­Racisme: «A su modo de ver, ¿es el Frente Nacio­ nal un partido político racista?» (Le Monde, 15 de marzo de 1985). J. Chaban­Delmas: «Si no racista en su totalidad, al menos tiene resonancias racis­ tas inaceptables». J. P. Chevènement: «Sí». F. Doubin: «Es un superracista que practica una intolerancia generalizada, opuesta a todos aquéllos que no estén construidos sobre el mismo esquema que él y sus ami­ gos».

122 L. Jospin: «Es un partido antiinmigrantes y a menudo xenófobo, en donde muchos de sus dirigentes esconden por precaución su racismo y su antisemitismo». C. Labbé: «El Frente Nacional desarrolla temas a los que soy sensible acerca de una serie de valores nacionales. Pero al mismo tiempo, y por medio de algunos de sus representantes, desarrolla por desgracia un racismo primario tanto más condenable cuanto que forma parte de una cierta demagogia política y puede afectar a las clases menos evolucionadas». J. Lang: «Sí». J. Lecanuet: «Dudo en expresar un juicio categórico porque no escribe, no formula, los dogmas racistas que hemos heredado del siglo XIX y XX, del hitlerismo. Pero su manera de achacar todas las dificultades del empleo o los problemas que se traducen en inseguridad a los residentes extranjeros en Francia es un modo de abordar el pro• blema que, en efecto, tiene connotaciones de racismo». G. Marchais: «Evidentemente. Es un peligro muy grave. Es evidente que la crisis que atravesamos constituye el fundamento del desarrollo de Le Pen. Y el agrava• miento de la crisis en los últimos tiempos, el paro, las dificultades de vida, etc., inducen naturalmente a Le Pen y a los suyos a buscar chivos expiatorios. Y natural• mente comenzaron y siguen por los inmigrados; aunque también son los jóvenes, los parados, los comunistas, y por qué no la República?». M. Rocard: «En este sentido, y como no deja de exclamar que nuestros males vie• nen del extranjero, sí». P. Seguin: «Sí». O. Stirn: «Absolutamente. Es un partido político racista que hace abuchear el nom• bre de Simone Veil llamándola judía, y que hace abuchear el mío asociándolo a mi tío-abuelo, el capitán Dreyfus». J. Toubon: «Creo que buena parte de sus dirigentes y de sus tesis son efectivamente racistas. Pero es difícil juzgar a una formación que sólo se expresa mediante interpe• laciones y anatemas». S. Veil: «Las tesis del Front National, racistas y xenófobas, afirman que ciertas cate• gorías de personas, por el simple hecho de ser «extranjeros a la comunidad nacio• nal» contribuyen a agravar las dificultades del país: inseguridad, gastos de la Seguri• dad Social, paro, pérdida de valores morales. Al señalar así chivos expiatorios, res• ponsables del deterioro del país, estas tesis incitan a la discriminación y al odio con• tra las personas o pueblos afectados». Hay que citar también numerosas declaracio• nes sobre este tema del Sr. LE PEN. Por ejemplo, durante la emisión «L'heure de vérité» (Antenne 2, 13 de febrero de 1984), y al ser interrogado por el Sr. J. SER- VAN-SCHREIBER sobre el supuesto "contenido racista" de las afirmaciones que había hecho durante su campaña electoral sobre el Morbihan, el Sr. Le Pen respon• dió: «No, no lo creo. Se han contradicho por tal cúmulo de declaraciones explícitas sobre que yo considero a todos los franceses, sin distinción de color, raza y religión, como hermanos de la nación, que creo que no puede haber equívoco. Quiero preci• sar además que no soy xenofobo, que el hecho de que quiera más a los franceses y a Francia no significa que odie a los extranjeros, ni que deteste a los demás países».

(101) Señalemos también el arresto en París del militante neonazi del grupo Hoffmann, Godfried Hepp en abril de 1985. El Frente de Liberación de Palestina ha realizado una gestión oficial con la Embajada de Francia en Túnez para solicitar su libera• ción. (Libération, 16 de abril y Io de julio de 1985).

(102) El periódico Liberation de 16 de noviembre de 1984, que sigue el itinerario y los contactos de Michel Faci, escribe: ¿«De qué vive? Su arresto responde, al menos en parte, a esta pregunta: robos de todo tipo. Recientemente intentó vender por medio de uno de sus amigos su colección única de fotos de reuniones de neonazis en unifor• me».

123 (103) Sobre este punto véase: Le Nationalisme français, 1871-1914, textos seleccionados y presentados por Raoul GIRARDET, París, Colin, 1966; Eugen WEBER, The Nationalist Revival in France 1905-1914, Berkeley, University of California Press., 1968. Jean-Paul SARTRE describe muy bien el espíritu subyacente a un determinado nacionalismo: «Sólo un francés, hijo de franceses, hijo o nieto de campesinos, es capaz de poseer realmente. Para poseer una casa en un pueblo no es suficiente haberla comprado con buen dinero: hay que conocer a todos los vecinos, a sus padres, a sus abuelos, los cultivos circundantes, saber labrar, pescar, cazar (...). Ser francés no es sólo haber nacido en Francia, votar, pagar los impuestos; es sobre todo tener el uso de la inteligencia de esos valores». Jean-Paul SARTRE, Réflexions sur la Question juive, Paris, Gallimard, 1954, págs. 100 y 101, y 98. Este espíritu ampliamente extendido, sistematizado y endurecido, ha alimentado y sigue alimen• tando el antisemitismo y la xenofobia en todos los medios. Un libro reciente nos recuerda los estereotipos que alimentan el cine del Frente popular: los ingleses cari• caturizados y los judíos, banqueros fatalmente, aparecen hasta en «La gran ilusión» de Renoir, François GARÇON, De Blum à Pétain, Paris, Cerf, «7ème Art», 1985. (104) Sondeos del Instituto AESOP compilados por Gérard MERMET, en Francoscopie, París, Larousse, 1985, pág. 166. (105) Sondeo MRAP-SOFRES, marzo de 1984, recogido en G. MERMET, op. cit., pág. 170. (106) Libération, 20 de marzo de 1985. (107) Por ejemplo, saqueo de un club deportivo por tres franceses nacidos de padres arge• linos, con inscripciones racistas, signos nazis y mención del movimiento Occident, en abril de 1985 en Le Havre. (Libération, 26 de abril de 1985). Véase también Liberation, 30 de septiembre de 1985. (108) Le Monde, 4 de abril de 1984. (109) Entre diciembre de 1980 y febrero de 1981, una serie de asuntos que puso en entre• dicho la actitud de los alcaldes comunistas frente a los inmigrados sacudió a Fran• cia: el alcalde de Vitry emplea un «bulldozer» (de hecho, una pala mecánica) para demoler la casa de unos inmigrados a quienes quiere desplazar a un municipio próximo. A raíz de ello, aunque los alcaldes comunistas de Seine-Saint-Denis piden «que los municipios que los rechazan escandalosamente acojan a los inmigrados» (es decir, los municipios de derecha), también piden un nuevo reparto del volumen de la ayuda social que permita beneficiarse de ella también a los trabajadores france• ses» (Le Monde, 1/1/1981). La Federación de Ille-et-Vilaine del P.C. se opone a la construcción de un centro islámico en Rennes (Le Monde, 12/1/1981). El Comité central declara: "Se ha alcarrzado el punto critico; la administración giscardiano — especialmente con su Ministro Stolerú y sus prefectos — sigue favoreciendo, a pesar de sus declaraciones, la entrada de trabajadores inmigrados en Francia en pésimas condiciones y siguen concentrándolos en guetos. Esta política agrava los problemas de las relaciones humanas, de las cargas sociales, de la escolaridad y del paro (Le Monde, 15/1/1981). Un periódico expresa la voluntad de las oficinas HLM de Nanterre y de Saint-Denis de limitar el realojamiento de personas originarias de los DOM-TOM (Libération, 16/1/1981). El municipio de Ivry-sur-Seine decide apli• car una cuota en las colonias de vacaciones «para limitar y reducir el peso de la inmi• gración», declara el teniente de alcalde (Le Monde, 30/1/1981). Acusándola de tráfico de drogas, el alcalde de Montigny-lés-Corneilles expone a una familia mar• roquí a la vindicta pública. El alcalde de Dammarie-lés-Lys solicita el cierre de una casa de inmigrados. En Bernard STASI, «L'inmigration, une chance pour la France, Paris, Laffont, 1984, págs. 25 a 30. Sobre las elecciones municipales de marzo de 1983, véase Alain ROLLAT, Les hommes de l'extrême droite, Paris, Calman-Lévy,

124 1985: «El miedo ha dado sus frutos (...) El Alcalde UDF de Toulon, Maurice Arreck, afirma que su ciudad debe 'negarse a ser el cubo de basura de Europa' y el futuro alcalde de Saint-Etienne, François Dubanchet (UDF) dice que 'hay que aca• bar con la delincuencia bronceada' (pág. 91). (El MRAP denunció al alcalde de Toulon por haber hecho afirmaciones de carácter racista, pero ha sido absuelto por el Tribunal de Primera Instancia de Montpellier a raíz del juicio de 19 de noviembre de 1984).

(110) Op. cit. en G. MERMET, op. cit., pág. 166. ( 111 ) A principios de 1982, un documento de la Secretaría de Estado para los repatriados titulado «Siete meses de reflexión y de acción», señala: «El número de franceses musulmanes y de sus hijos puede estimarse en 300 000, de los que 127 000 tienen dificultades materiales muy graves (...) Más del 40% de esta población, es decir 120 000, tienen menos de 16 años y el 22%, es decir 66 000, entre 16 y 25 años (media nacional: 23% y 14%) (...). Los estudios realizados en las zonas de fuerte concentración demuestran que el 65% de los jóvenes entre 18 y 25 años están actualmente sin trabajo. Este porcentaje alcanza casi el 80% si contamos el grupo entre 16 y 18 (media nacional: 13% de los jóvenes entre 18 y 25 años)». Citado en la pág. 103 en Saliha ABDELLATIF, «Etre Français musulman en Picardie», CRIS• PA, la France au Pluriel?, Paris, éd. L'Harmattan, 1984, págs. 100 a 109.

(112) VILLE DE ROUBAIX, L'immigration à Roubaix, Constat et Perspectives, mecano• grafiado, págs. 21 a 23. Los rasgos que aquí se describen presentan analogías con los de numerosas entidades urbanas en varios países de la Comunidad: Roubaix, según André Diligent, es «rica por sus diferencias». Siempre ha sido una ciudad de inmigración, principalmente belga, polaca, italiana, portuguesa, pero desde mitad de los años sesenta se ha hecho esencialmente argelina. Se estima que las personas de nacionalidad argelina son 9 500, a lo que hay que sumar 2 500 francomusulmanes, 1 500 argelinos naturalizados franceses, cerca de 6 500 niños nacidos después del 1 ° de enero de 1963 de familia argelina — es decir, una población de origen argeli• no cercana a las 20 000 personas (casi el 20% de la población total de la ciudad), y todo ello en un medio duramente castigado por la crisis y muy poco cualificado: 18% de parados, 40% de hogares exentos del impuesto sobre la renta, 72% de la población con un nivel de formación igual o inferior a estudios primarios, 76% de la población activa de Roubaix eran obreros no cualificados, empleados no cualifi• cados o personal de servicio; por último, el fracaso escolar es crónico.

(113) «Mienïras que la inauguración de una pagoda en Vincennes no provoca ninguna emoción, la edificación de una mezquita en cualquier lugar de Francia da lugar a interminables y entristecedoras controversias. Algo parece oponerse en el incons• ciente francés profundo a la menor afirmación de la presencia del Islam en nuestro país, presencia que es sentida como una forma de agresión por parte de muchos de nuestros compatriotas. El problema de los inmigrados será vivido en un clima de tensión mientras el país no logre librarse de esa intolerancia». B. STASI, op. cit., págs. 147 y 148. «Nunca hasta ahora se había enfrentado Francia con un problema semejante: asimilar millones de hombres, de diferente religión, empeñados en con• servar sus raíces originales (...) el despertar — auge y afirmación — del Islam es indiscutible en Francia y en otras partes». A. GRIOTTERAY, Les Immigrés, le Choc, París, Plön, 1984, págs. 105 y 106. «A largo plazo, no es imposible que la religión de Mahoma cambie de cara y entonces, cuando en Francia cientos de miles de inmigrados hagan suya esa creencia, nos enfrentaremos con una situación gra• ve». E. ROUSSEL, Le Cas Le Pen, París, Lattès, pág. 139.

(114) Michael BARRY, Le Royaume de l'Insolence, Paris, Flammarion, págs. 61 a 63. (115) «Md., pág. 63.

125 (116) Ibid., págs. 65 y 66. Añade: «el jomeinismo se parece mucho a un fascismo verde» (pág. 83). (117) Véase también Esprit, junio de 1985, que da otros ejemplos de este fenómeno.

GRECIA (118) V. A. LENTAKIS, Organisations paraétatiques et (dictature du) 21 avril, Atenas, 1975, Katris, 1960-1970, El Nacimiento del Neofascismo en Grecia (en griego), edición revisada, Atenas, 1974, B. VACALOPOULOU — GIULIANO, El Neofas• cismo en Grecia (capítulo adicional a la traducción en griego de la obra de G. GODI, Neofascismo en Europa) Atenas, 1975, págs. 275 y sigs., Revista Anti, N" 17/1975, Fascismo griego, con artículos de G. SEFERTZIS, A. LENTAKIS, M. PATRINOS, P. SERVAS, págs. 9 y sigs., A. KOSSONAS, en Anti, N° 258/13/4/1984, págs. 9 y sigs., D. KYRTATOS, en Dekapenthimeros Politis, número fecha el 5/10/1984, págs. 24 y sigs., P. BOUCALAS y N. XYDAKIS, en Dekapenthimeros Politis, número fechado el 13/12/1984, pág. 12 y sigs. Las fuen• tes accesibles de informaciones relativas al estado actual de los temas de la investiga• ción son muy limitadas. Los ensayos históricos y artículos de revista arriba citados contienen, a pesar de la exactitud de sus informaciones, análisis políticamente ten• denciosos. V. LENTAKIS, Organisations paraétatiques, pág. 386. Esta obra sigue siendo en todo caso y con mucho la más completa y sistemática sobre el tema para el período anterior a la dictadura militar de 1967-1974. Véase también el interesante análisis de C. PANAGOPOULOS en la revista Epikentra, N° 44/1985, págs. 70 y 71. (119) Según P. BOUCALAS y N. XYDAKIS (N° 118 supra), pág. 19, se podrían contar entre 1967 y 1984 unas 150 organizaciones fascistas, realistas o próximas a la dicta• dura militar cuya vida no excedió de unos cuantos meses y que desaparecieron por falta de lectores. (120) Una organización llamada Chrissi Avgi (Alba de oro) hace abiertamente el elogio del régimen nazi. Véanse sus publicaciones, Nuevo Orden Europeo (en griego), G. METAXAS, La otra cara de Europa (en griego). (121) FIR, 40 Ans après, pág. 23. Le Pen fue en diciembre de 1984 huésped de una reu• nión en Atenas del grupo de las derechas europeas, que provocó violentas manifes• taciones de protesta. Durante una conferencia de prensa celebrada al final de dicha reunión, el presidente del grupo, Sr. Le Pen, reclamó la puesta en libertad de los dirigentes de la junta militar detenidos, calificándolos de «prisioneros políticos». The Guardian, 7 de diciembre de 1984, The Times, 7 de diciembre de 1984. Véase también Neue Zürcher Zeitung, 12 de febrero de 1984, Dekapentimeros Politis, N° 29, 14 de diciembre de 1984, págs. 12 y sigs. (122) Véase la revista Anti, N° 17/1975, págs. 14 y 15. (123) La ley 846/1946 abolió «para las sucesiones de los judíos de nacionalidad helénica desaparecidos durante la guerra por motivos de persecuciones raciales del enemigo» el derecho sucesorio ab intestato que pertenecía al Estado en caso de ausencia de herederos. Los bienes sucesorios así acumulados fueron cedidos a un organismo creado por real decreto de 28/29 de marzo de 1949 y destinados a prestar ayuda a las comunidades judías de Grecia. Sobre la gran comunidad judía de Salónica, véase A. NAR, Las sinagogas de Tesalónica Nuestros cantos (prólogo de G. IOANNOU, Salónica, 1983 (en griego), pág. 13: «Durante más de cuatro siglos, Salónica fue el refugio de los judíos perseguidos de Europa», así como el conmovedor relato de G. IOANNOU, La capital de los refugiados, 3a ed., Tesalónica, 1984 (en griego), pág. 58 y sigs. (124) Bien es verdad que no han desaparecido totalmente las manifestaciones antisemitas esporádicas. Véase el cuadro que presenta M. MAY en la audiencia, nota 171 y la

126 carta publicada en Le Nouvel Observateur, número del 13 a 19 de septiembre de 1985, pág. 18. El incendio que destruyó en 1983 una serie de almacenes pertene• cientes a la comunidad judía de Tesalónica fue reivindicado por el «Combate nacio• nal socialista griego», organización por lo demás desconocida. Algunas editoras de prensa nacionalista han publicado libros antisemitas. La invasión del Líbano por el ejército israelí en 1982 desencadenó una oleada de críticas y protestas contra Israel teñidas a veces de tonos antisemitas. Las garantías dadas entonces por el Gobierno parecieron disipar las inquietudes de la comunidad judía. En 1984, el Parlamento votó una ley que calificaba de infracción penal los actos de discriminación por moti• vos de religión y la incitación al odio religioso.

IRLANDA (125) Existe, sin embargo, un National Socialist Irish Workers Party que edita una publi• cación, Phoenix, y material de propaganda. (126) Sobre los prejuicios a los que tienen que hacer frente los irlandeses que viven en el Reino Unido, Cf.: INFORMATION ON IRELAND, Nothing but the same old Story, the roots of anti-irish racism, Londres, 1985. (127) Lansdowne, market research, omnibus survey, febrero de 1981, muestreo de 1 400 personas. Véase también Sunday Independant, 12 de junio de 1983. (128) Véase párrafo 233.

ITALIA (129) Véase Franco FERRARESI (a cura), La Destra Radicale, Milán, Feltrinelli, pág. 101. (130) Ibid., pág. 71 sq. Estadísticas sobre el terrorismo político en Italia en: Quaderni del- l'Annpia, N° 4, «Atti del Convegno Regionale sul Terrorismo a Roma e nel Lazio, Roma, 23 a 24 ottobre 1981», pág. 84 sq. Véase también R. CHIARINI, P. COR• SINI, Da Salo a Piazza della Loggia, Milán, F. Angeli, 1983. (131) La conclusión de la decisión del Tribunal de Roma de 9 de febrero de 1974 define con mucha exactitud los reproches hechos a Ordine Nuovo y a los movimientos afi• nes: «El movimiento político Ordine Nuovo (Orden Nuevo) ha reconstituido el par• tido fascista por medio de una organización central y periférica y de instrumentos de prensa y propaganda. Las ideologías que propaga Ordine Nuovo son asimilables a las ideologías fascistas en la medida en que se derivan de la armonización entre la doctrina del nuevo orden y la doctrina fascista, bien vinculándose con la tradición fascistas, bien adhiriéndose al totalitarismo fascista, al racismo, a la oposición a la democracia y a los partidos, a la violencia, a la exaltación de los principios, símbo• los y métodos propios del partido fascista disuelto». (132) Véase M. LINKLATER, I. HILTON y N. ASCHERSON, The Fourth Reich: Klaus Barbie and the Neo-Fascist connection (Londres: Hodder & Staughton) 1984, pág. 203 y sigs. (133) También se puede mencionar el grupo Ludwig («últimos herederos del nazismo» y «consagrados a la muerte de los que traicionan al verdadero Dios»), recordado por M. Aniasi; este grupo ha reivindicado desde 1979 el asesinato de 28 personas, sacerdotes, rabinos, homosexuales o prostitutas. El Sr. Krieps observa en su infor• me al Consejo de Europa: (en Italia) «Por ciertos aspectos, como la violencia y el antisemitismo, es difícil distinguir la extrema izquierda de la extrema derecha. Logran un mismo resultado: la muerte y la mutilación de cientos de víctimas inocen• tes, cuyo último ejemplo es el insensato atentado con bombas de la estación de Bolo• nia. El fin que persiguen a corto plazo — la destrucción de las instituciones del Esta• do democrático — es también el mismo» (pág. 13).

127 (134) Véase también Tiempo, 13. 5. 1985. (135) Claudio Mutti, expulsado del MSI en 1973, creó el periódico Lotta di Popolo que no esconde sus simpatías por el régimen libio y que ha traducido el «pequeño libro verde», una de las fuentes de «Terza Posizione». (136) Véase el cuadro del Sr. MAY, nota 171 infra, en cuanto a los incidentes de carácter antisemita en Italia.

LUXEMBURGO (137) FEDERATION INTERNATIONAL DES RESISTANTS, Résistance Unie, N° 1/2/1985, pág. 30. Véase también Le Républicain Lorrain, 28. 11. 1984. (138) Véase nota 199 infra.

PAÍSES BAJOS (139) Para una descripción más completa y detallada de las agrupaciones de extrema dere• cha holandesas, véase J. VAN DONSELAAR, H. SMEETS, M. VAN WEEZEL, en The Extrema Right, pág. 29 y sigs. Véase también J. KNIESMEYER, Audien• cia, pág. 3 y sigs. FIR, 40 ans après, págs. 30 y 31. G. GADDI, Neofascism in Europe (traducción al griego de B. Vacelopoulou — Giulano), Atenas, 1975, págs. 208 y 209. (140) VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, pág. 29. (141) VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, pág. 29. (142) VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, pág. 29. (143) VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, págs. 29 y 30. J. KNIESMEYER, Audiencia, pág. 3. (144) J. KNIESMEYER, Audiencia, págs. 3 y 4. VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, pág. 33. (145) J. KNIESMEYER, Audiencia, págs. 4 y 5. (146) J. KNIESMEYER, Audiencia, pág. 7. (147) VAN DONSELAAR, SMEETS, VAN WEEZEL, The Extreme Right, pág. 37. (148) The Extreme Right, pág. 33. (149) J. KNIESMEYER, Audiencia, pág. 9. (150) Ph. ESSED, Alledaags Racisme, Amsterdam, 1984. (151) Ph. ESSED, Audiencia, pág. 1 y sigs., 8.

REINO UNIDO (152) J. O. C 117 de 15. 7. 1985, pág. 211 y sigs. Ponente: Sr. HAAGERUP (Doc. 1-1526/83). (153) Las Race Relations Acts de los años 1965, 1968 y 1976 y las leyes sobre la naciona• lidad que han definido a las comunidades con derecho a ciudadanía de iure, por ejemplo, la British Nationality Act, 1981. (154) TAYLOR, S. The National Front in English Politics, Londres, Macmillan, 1982, pág. 5.

128 (155) Ann Dummett ha observado que la ley relativa a los extranjeros de 1904 era la pri• mera medida de control de la inmigración adoptada en el Reino Unido en tiempos de paz y que se aplicaba específicamente a la entrada de judíos provenientes de Rusia, Polonia y Rumania: «un ejemplo más del antisemitismo que existe de modo endémico en Europa desde hace mil años». Véase Audiencia, anexo 4. (156) Un grupúsculo de miembros conservadores disidentes formó el National Party en 1917 con un programa basado en «el imperialismo xenófobo». La mayoría de ellos se unió al partido conservador en las elecciones de 1918 y el partido fue disuelto en 1921. Véase D. BUTLER y J. FREEMAN, British Political Facts 1900-1967 (Lon• dres, Macmillan), 1968. (157) BENEWICK, R., The Fascist Movement in Britain, Londres, Allen Lane, 1972, citado en Taylor, S., op. cit., pág. 6. Sir Oswald Mosley (diputado, más tarde conservador no inscrito entre 1918 y 1924, diputado laborista de 1926 a 1931) fundó el nuevo partido con otros seis diputados que abandonaron el partido laborista cuando el memorándum de Mosley sobre la resolución del problema del desempleo fue rechazado por el gabinete. Tras haber perdido tres de sus seis miembros fundadores pocos días después de su crea• ción, y tras incorporarse a él un liberal y un conservador, el nuevo partido presentó candidatos a 24 escaños en las elecciones generales de 1931 y obtuvo 1. El partido tomó la denominación de British Union of Fascists en 1932, no participó en las elec• ciones generales de 1935 y fue proscrito en 1940 tras haber participado en las elec• ciones parciales de 1939 y 1940. Sir Oswald Mosley creó el Union Movement en 1948 y se presentó candidato a su primer escaño parlamentario en las elecciones generales de 1959 (que perdió). No obtuvo ningún éxito electoral hasta 1966. Véa• se C. CROSS, The Fascists in Britain y D. BUTLER y J. FREEMAN, British Politi• cal Facts, 1900-1967, 2' edición (Londres, Macmillan), 1968, y R. McKENZIE, British Political Parties (Londres, Mercury Books), págs. 438 y 439.

(158) Grupo fascista fundado en el Reino Unido tras la revolución fascista italiana de 1922, los Stamford Fascists (con base en la zona Este de Londres) lograron ganar tres elecciones locales, dos en 1924 y una en 1927. Los demás grupos, los British Fascisti, los National Fascisti y la Imperial Fascist League siguen siendo grupos disi• dentes marginales de escaso tamaño. (159) TAYLOR, S., op. cit., pág. 18, y Paul WILKINSON, The New Fascists (Londres: Pan Books), 1983, pág. 74. (160) Ivor CREWE y Anthony FOX, British Parliamentary Constituencies: A Statistical Compendium (Londres: Faber & Faber), 1984. Fue en Leicester donde obtuvo el resultado más notable: frente a dos candidatos de otros partidos, le faltaron al candidato del NF 18 votos para obtener un escaño. En Blackburn — donde lo obtuvieron Kingsley Read y otro antiguo miembro del NF — el triunfo se obtuvo en una circunscripción que contaba con varios escaños y donde el partido conservador local no presentaba tantos candidatos como escaños había. El Sr. Michael STEED, «The National Front Vote», Parliamentary Affairs, vol. XXXI, 1978, págs. 282 a 293, Chris HUSBANDS y J. ENGLAND, «The Joker in the Pack»: The Efforts of «National Front Intervention», New Statesman, 20 de abril de 1979, págs. 542 a 545, y «The Hidden Support for Racism», New Sta• tesman», 11 de mayo de 1979, págs. 674 a 676, asi como C. HUSBANDS y S. TAYLOR, op. cit., págs. Ila 140. Algunos elementos hacen pensar que el apoyo electoral a los candidatos de extrema derecha es particularmente elevado, no necesa• riamente en las regiones donde es numerosa la población inmigrante, sino en las regiones vecinas a éstas. Esto hizo pensar que la proximidad favorece la tolerancia, pero no excluyó la aparición de puntos de tensión extrema en esas regiones. La afia- liación y el apoyo electoral disminuyeron drásticamente a partir de 1977. Sin

129 embargo, en octubre de 1985, algunas organizaciones antirracistas indicaron que las organizaciones de extrema derecha están renaciendo con respecto al pasado reciente: se ha intensificado el esfuerzo de reclutamiento y su presencia se manifiesta con más frecuencia. Véase Searchlight, octubre de 1985. (161) ANNE FRANK STICHTING, The Extreme Right in Europe and the United States, Amsterdam, 1985. (162) TOMLINSON, J. Left, Right, the March of Political Extremism in Britain, Lon• dres, Calder, pág. 61 y sigs. Las caricaturas antisemitas publicadas en Socialist Worker (noviembre de 1982), Socialist Worker (N° 937) Militant (agosto de 1982), etc., están muy próximas a los temas abordados en Nationalism Today (noviembre de 1982 y 1983) o en New Nation (otoño de 1981). Véase también la participación extremista en la manifestación antisionista de septiembre de 1983, tal como la pre• senta National Front News, N° 51. El papel desempeñado por la Embajada de Irán en el Reino Unido en la publicación y distribución del Protocol of the Elders ofZion en ¡man ilustra las similitudes y ha sido señalado por algunos expertos. (163) H. W. DEGENHARDT (compilador) y A. J. DAY (ed.), Political Dissent: An International Guide to Dissident, Extra-Parliamentary, Guerrilla and Illegal Politi• cal Movements (Londres: Longman), 1983, págs. 494 y 495. (164) Paul WILKINSON, The New Fascists (Londres: Pan Books), 1983, pág. 165 y sigs. (165) Véase Harold WILSON, The Labour Government 1964-1970: A Personal Record (Londres: Weidenfeld and Nicolson), 1971, pág. 525 y sigs. (166) Véase COCHRANE, R. y BILLIG, M. «Extremism of the Centre: The SPDs young followers», New Socety, 20 de mayo de 1982. (167) ANNE FRANK STICHTING, op. cit., pág. 92 y 93. Searchlight, marzo de 1985, pág. 6; Nationalism Today. (168) En el curso de una entrevista realizada durante la emisión de World in Action de la ITV en julio de 1981, Willy Kraus, que había sido condenado a cuatro años de pri• sión en la República Federal de Alemania por actividades nazis, explicó que el anti• guo miembro de la dirección del FN Anthony Read Herbert, del British Democratic Party, podía proporcionar armas por intermedio de terceros. Durante dicha emisión se estableció un nexo entre la League of St. George y la existencia de refugios segu• ros en Londres a disposición de terroristas italianos de derecha. (169) DEGENHARDT, H. W. Political Dissent, pág. 494, establece una vinculación entre Column 88 y grupos terroristas de derecha activos en Italia, grupos palestinos y la Vlaamse Militantenorde de Bélgica. (170) Véase ANNE FRANK STICHTING, op. cit., y Paul WILKINSON, The New Fas• cists. Véase también el testimonio de Ray Hill en la Conferencia del Grupo Socialis• ta en Londres, 29 de marzo de 1985.

(172) Esta publicación también aparece bajo el título Six Million Lost and Found (seis millones de personas perdidas y vueltas a encontrar); véase el catálogo de Historical Review Press, cuyas publicaciones se dividen en diferentes secciones: «historia revi• sionista», «nacional-socialismo», «raza y antropología». (173) The Economist, 7 de julio de 1984, pág. 25, BROWN, C. Black & White Britain, Londres, Heinemann Educational Books, 1984. (174) HOME OFFICE STUDY GROUP, Racial Attacks, Londres: HMSO, noviembre de 1981. (175) La violencia racial merece un examen más profundo. Véase en especial BROWN, C, op. cit., págs. 247 a 263; KLUG, F. Racist Attacks, Londres, Runnymede

130 (171) Lista de incidentes, antisemitas durante los años 1981, 1982 y 1983 Europa 1981 1982 1983 I. Austria 28 32 23 2. Bélgica 28 26 19 3. Gran Bretaña 314 312 221 4. Chipre 1 5. Dinamarca 2 11 9 6. Finlandia 7 5 2 7. Francia 100 116 93 8. Rep. Federal de Alemania 88 120 88 9. Grecia 20 34 17 10. Irlanda - 1 1 11. Italia 70 95 28 12. Luxemburgo 1 13. Países Bajos 8 52 20 14. Noruega 1 7 7 15. Portugal 3 1 16. España 16 10 10 17. Succia 11 8 7 18. Suiza 6 22 7 TOTAL 699 855 554 Fuente: M. MAY: contribución escrita a la tercera audiencia de la Comisión de investigación (18, 19 y 20 de marzo de 1985).

Trust, febrero de 1982. Las estadísticas de la policía revelan efectivamente un aumento de los atentados raciales. Commission for Racial Equality, Annual Report 1984, págs. 26 y 27. TRUEBLOOD, C. J. Racial Attacks and Harassment in Cheethma: A brief Report and Case Summary f or Chettham/Crupsall Community Workers Group, enero de 1982. GREATER LONDON COUNCIL, Racial Ha­ rassment in GLC Estates in Tower Hamlets — Emerging Patterns (noviembre 1983­ 1984), Londres: GLC 1985, y declaraciones del Dr. Zig LAYTON­HENRY sobre «Racial Attacks in England», abril de 1985 y LAYTON­HENRY, Ζ., «Racial Attacks in Britain», Patterns of Prejudice, vol. 16, N° 2, 1982. Véase también declaración del BRITISH COUNCIL OF CHURCHES (Division of Community Affairs, Community and Race Relations Unit) a la comisión de investigación, y pro­ grama de radio BBC4 «World This Weekend» del domingo 13 de octubre de 1985. The Economist, 14 de septiembre de 1985, págs. 33 y 41, y The Economist, de 5 de octubre de 1985, págs. 24 y 29. (176) Véase The Economist, 14 de septiembre de 1985, pág. 33. The Times, 20 de octu­ bre de 1985, citaba a un inspector de policía: «Somos la presencia visible que queda al final del día. El blanco identificable. No puedo imaginar que haya un motín en la Oficina de la vivienda o de la educación; se hará contra la policía que representa el punto culminante de todos sus problemas». Véase también Karim MURTI «Obser­ ving the Brixton Riot», New Society, 4 de octubre de 1985, pág. 6 y sigs., Martijn HARRIS, «Looking back on the Riot», New Society, 4 de octubre de 1985, pág. 8 y sigs., y E. Ellis CASHMORE «What lay behind the Birmingham Riots», New Socie­ ty, 13 de septiembre de 1985, págs. 374 a 376. (177) Lord SCARMAN The Brixton Disorders 10­12 April 1981, Londres: HMSO Cmnd 8427, noviembre de 1981. Según un estudio realizado por la Universidad de Shef­

131 field, el 0,54% de los miembros de las fuerzas de la policía en Inglaterra y en el País de Gales pertenecen a minorías étnicas (The Times, 2 de noviembre de 1984). The Times Special Report sobre la policía de 2 de octubre de 1985 indicaba que en la Policía Metropolitana en 1984 había 271 oficiales de grupos étnicos minoritarios; de 10 296 candidatos a la policía en 1984, había 400 de grupos étnicos minorita• rios; 36 llegaron a ser policías de entre 1 219 nuevos reclutados. Leon Brittan, Ministro del Interior, declaró: «Es indudable que estos estudios han demostrado que en algunos sectores de la policía existen actitudes racistas, igual que en el con• junto de la sociedad. Lo que es más sorprendente es constatar que en su mayoría estas actitudes no afectan al comportamiento. Lo cual no significa que tales actitu• des estén justificadas o que no sean lamentables, significa que debemos actuar para remediarlo» (Daily Telegraph, 10 de diciembre de 1984). Véase también COMMU• NITY ALLIANCE FOR POLICE ACCOUNTABILITY, Annual Report 1984, London Tower Hamlets. (178) Véase D.O. C 229 de 9. 9. 1985, pág. 99 y sigs., y D.O. C 175 de 15. 7. 1985, pág. 211 y 212. (179) Véase, por ejemplo, VS Bericht, 1984, págs. 157 y 158. (180) Véase el dictamen de la Comisión Collignon de fecha 9 de julio de 1985, pág. 73 y sigs., y también las informaciones proporcionadas sobre el tema por el Sr. Nothomb, Ministro del Interior (págs. 23 y 24), Brouhon, alcalde de Bruselas (pág. 25) y el general Bernaert, comandante de la gendarmería (pág. 27). (181) Véase Commmittee of Inquiry into crowd safety and Control at Sports grounds, Interim Report, Presidente: Juez POPPLEWELL, Londres, 1985, pág. 39). Véase también el resumen de prensa que acompaña a la declaración del Sr. FORD, Presi• dente de nuestra comisión, con motivo de la conferencia de prensa que celebró en Estrasburgo el 12 de junio de 1985. Time, número de 10 de junio de 1985, Le Mon• de, 16 y 17 de junio de 1985, págs. X y XI. (182) WILLIAMS, J., DUNNING, E. & MURPHY, P. Hooligans Abroad: the Beha• viour and Control of English Fans in Continental Europe, Londres RKP 1984; Rap• port de la commission d'enquête du Parlement belge sur la tragédie du Heysel; Rap• port intérimaire del juez POPPLEWELL sobre la violencia y la seguridad en los esta• dios de fútbol. (183) International Herald Tribune del martes 1° de octubre de 1985, pág. 2. (184) KING, M. y MAY, C. Black Magistrates: a study of selection and appointment, Londres, Cobden Trust, 1985. (185) SCARMAN Report and Commission for Racial Equality, Annual Report 1984, pág. 31. Véase también notas 176 y 177 supra. (186) Véase S. ROSE, Audiencia, anexo 4. (187) Véase Informe anual 1985 de la COMMISSION FOR RACIAL EQUALITY. El Policy Studies Institute y su predecesor PEP emprendieron varios sondeos sobre los aspectos de las relaciones raciales en Gran Bretaña, sobre la discriminación racial y sobre la inmigración; véase también los estudios de Social and Community Planning Research. Algunas compañías británicas de encuestas han presentado los resultados de los estudios sobre estas cuestiones, ya examinados brevemente (véase nota 160). Véase también Michael BANTON White and Colored: The Behaviour of the British People toward Colored Immigrants (Londres: Jonathan Cape), 1959. E.J.B. ROSE, Colour and Citizenship: A Report on British Race Relations (Londres: Oxford Uni• versity Press), 1968; D.J. SMITH, Unemployment and Racial Minorities (Londres: Oxford PSI 1981 y C. BROWN, op. cit., nota 173. F. TEER y J. SPENCE, Politi• cal Opinion Polls (Londres: Hutchinson) 1972, capítulo 5, págs. 121 a 126.

132 (188) COCHRANE, R. y BILLIG, M., «I'm not National Front Myself, But...» New Society, 17 de mayo de 1984. En cualquier caso, conviene distinguir entre racismo y fascismo: «Tradicionalmente, el fascismo es considerado como la política de la per• sonalidad, basada en la admiración a un dirigente fuerte. Por lo general, estos jóve• nes conocen a las personalidades pero no las políticas de los principales partidos. A la inversa, conocen la politica pero no a las personalidades de los partidos fascistas. La expulsión aparece como un símbolo sorprendente sobre un telón de fondo políti• co por lo demás vago y mal definido» (pág. 256). También se ha señalado el curioso fenómeno del racismo a la inversa: «se piensa que los asiáticos se manejan mejor que los niños blancos. A menudo se reconoce que ello se debe a una mayor aplicación en la escuela, a un mayor y más largo esfuerzo en el trabajo, es decir (que es lo sorprendente) a una superioridad intelectual» (Ibid.). La mezcla de observaciones chistosas y observaciones serias en las opiniones racistas expresadas es sorprendente: «Haga un favor a alguien: mate a un pakistani; los chi• cos del BM son grandes y valientes y todos merecen tener un esclavo negro». Entre las mujeres, las opiniones están razonadas hasta cierto punto: «Tengo amigos que quisieran quedarse en este país, pero si hay que escoger entre expulsarlos a todos o quedarnos con todos, preferiría expulsarlos a todos», págs. 256 y 257. Véase tam• bién BILLIG, M. Fascists: A social Psychological View of the National Front, Lon• dres: Academic Press, 1978. (189)JOWEL, R. & AIREY, C. British Social Attitudes: the 1984 Report, Londres, Gower, 1984.

ESPANA ( 190) Sobre el período de transición, Cf. Raymond CARR y FUSI AIZPURA, Juan Pablo: Spain Dictatorship to Democracy, Londres, Allen and Unwin, 1981. Sobre la naturaleza del régimen franquista: — P. PAYNE: Falange: A History of Spanish Fascism, Stanford University Press, 1961. — J. LINZ: «From Falange to Movimiento Organización: The Spanish Single Party and the Franco Regime, 1936-1968, págs. 128 a 203, en S.P. HUNTINGTON y C.H. MOORE: Authoritarian Politics in Modern Society, Nueva York: Basic Books, 1970. (191) En este aspecto, la crisis española de los años treinta debe ser incluida en el contexto del auge de los fascismos, pero no es su consecuencia. No se trata ya del auge de un partido fascista (éste existe y obtiene el 0,4% de los votos), sino de la creación de zonas de violencia independientes de todo conflicto social que, unidas a la inestabili• dad de los gobiernos y a la división y relativa corrupción de los partidos, favorecen la idea de la llamada al ejército. Hay que señalar que en la historia política española se observan varios casos de grandes cambios no acompañados por ningún fenómeno de movilización (Cf. Raymond CARR, Spain 1808-1959, Oxford University Press, 1966, y J. LINZ, El Sistema de Partidos en España, Madrid, Narcea, 1976. (192) Por ejemplo, un artículo de Vorwärts de 2 de febrero de 1984 afirma que el ejército cuenta con tal número de franquistas en su seno, que el Ministro de Defensa no podría tenerlos en cuenta sin bloquear el «carrusel» de puestos en su conjunto. (193) P. LETAMENDIA, Les Partis Politiques en Espagne, Paris, PUF, 1983, pág. 95. (194) Para la región de Granada, Cf. la encuesta de Cambio 16 de 15 de abri! de 1985. (195) También hay que señalar el grupúsculo dirigido por Antonio TEJERO, Solidaridad Española. Su antena financiera, Solidaridad y Naturaleza, intenta realizar operacio• nes inmobiliarias (Cf. El País, 8 de noviembre de 1984, pág. 19).

133 (196) Artículo 31, N° 7, abril de 1985, págs. 13 y 14. (197) Ejemplos: «Los vínculos entre extremistas de derecha o neonazis españoles y sus homólogos de Alemania o de Europa occidental partían en primer lugar del Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE), que enviaba material de propaganda neonazi a la República Federal de Alemania. Con motivo del 50° aniversario de la subida al poder de Hitler, el 30 de enero, el CEDADE publicó bajo el título «50° aniversario del nacional­socialismo» un número especial también difundido por el territorio de la República Federal». RFA, Verfassungsschutzbericht 1983, pág. 150. Hay que observar además que la estimación del número de afiliados, directa o indirectamen­ te, a la CEDADE varía considerablemente. (198) Tiempo, 13 de mayo de 1985. (199) Presentación en Fanny CORNUAULT, La France des Sectes, París, Tchou, 1978. Hay que señalar que la propaganda de la secta se realiza también (en Francia al menos) indirectamente a través del turismo: organismo VDT («Voyages Découver­ tes Traditions») y «REVES — vacances» (cuya publicidad es remitida en especial al mundo médico). También se observa la existencia del grupo «Edelweiss», fundado por un reincidente, González Arenas, es un grupo cuyas actividades han sido denun­ ciadas en una propuesta presentada por la Sra. Dury, miembro de la Comisión de investigación (doc. 2­1450/84). G. Arenas, perseguido actualmente, niega la acusa­ ción de neonazismo formulada respecto a su grupo (El País, 29 de julio de 1985). (200) Cambio 16, 10 de junio de 1985, pág. 53. (201) Ibid., págs. 48 a 58 y Libération, 16 de abril de 1985. (202) Cf. las Obras Completas, Buenos Aires, ed. Sabindiar­Batza, 1965, de Sabino de Arana y Goiri (nacido en 1864): «Si al final de estos tiempos de esclavitud ha reso­ nado el grito de independencia, sólo ha resonado por Dios», pág. 1333. Se observa en las formas extremistas de los discursos independentistas (que lanzan muchos exseminaristas) una fusión, como unidad única, del pueblo vasco, el pueblo elegido (referencias al Antiguo Testamento) y del proletariado. Hay que señalar también la importancia de la tradición milenarista del País Vasco. (203) José Miguel DE AZOLA, «El hecho vasco», págs. 213 a 283 (en especial págs. 230 a 239) en J. LINZ (ed.), España: un presente para el futuro, vol. 1, Madrid, Institu­ to de Estudios Económicos, 1984. Véase también Hans­Jürgen PUHLE, «Baskischer Nationalismus», en WINKLER, Η. Α. (ed.), Nationalismus in der Welt von heute, Gotinga, Vandenhoeck & Ruprecht, 1982, págs. 51 a 81. (204) El País, 12 de enero de 1985.

AUSTRIA (205) B. GALANDA, Audiencia, pág. 5, The Extreme Right, pág. 69. (206) B. GALANDA, Audiencia, pág. 7, The Extreme Right, pág. 69, 40 Ans après, FIR, pág. 1. Además de las organizaciones citadas en el texto, se pueden mencionar el OTB (Oesterreichischer Turnerbund, Federación austríaca de gimnasia), cuya publicación Bundesturnzeitung ha sido declarada por la justicia como portadora de un contenido neonazi (B. Galanda, The Extreme Right, pag. 70), así como la AFAO (Arbeitsgemeinschaft Freiheitlicher Akademikerverbände Qsterreichs, Comunidad de trabajo de asociaciones universitarias liberales de Austria) (Galanda, en The Extreme Right, págs. 69 y 70). Sobre el extremismo de derecha austríaco en general véase la publicación Dokumentationsarchive des Oesterreichischen Wider­ standes, Rechtsextremismus in Oesterreich nach 1945, 5J edición, 1981, prólogo de Erwin Lane, Ministro federal del Interior.

134 (207) B. GALANDA, Audiencia, págs. 7 a 8, The Extreme Right, pág. 71. (208) Sobre esta formación, véase la nota anterior. (209) B. GALANDA, Audiencia, pág. 8. (210) El recurso se basa fundamentalmente en el Tratado de Estado (Staatsvertrag) de 15 de mayo de 1955 concluido entre las potencias aliadas y Austria, por el que se resta• blece una Austria independiente y democrática. El artículo 9 del Tratado prevé en particular la disolución y la prohibición de organizaciones nazis y de tipo fascista, así como la obligación del Estado austríaco de establecer medidas de desnazifica- ción. (211) B. GALANDA, Audiencia, págs. 10 y 11. Según las investigaciones que se citan más adelante (nota N° 218), el porcentaje de simpatizantes del nazismo disminuye cons• tantemente en Austria. Los viejos nazis que siguen aprobando el conjunto del siste• ma sólo representan un porcentaje insignificante (0,1%). Por el contrario, el núme• ro de personas que se identifican con la nación austríaca y el de las que se declaran dispuestas a defender el sistema parlamentario aumenta constantemente. El porcen• taje de la población susceptible de reclutamiento por las organizaciones neonazis sólo asciende al 2%. Según el Dr. Heinz KIENZL, responsable de la Sozialwissen• schaftliche Studiengesellschaft, «el fascismo ha muerto» en Austria. Véase Tiroler Tageszeitung, Innsbruck, número fechado el 5. 7. 1985. (212) B. GALANDA, Audiencia, pág. 10, The Extreme Right, pág. 76. (213) B. GALANDA, Audiencia, pág. 10, The Extreme Right, pág. 76. No obstante, Cf. S. WIESENTHAL, Audiencia, págs. 9 y 10. (214) B. GALANDA, Audiencia, pág. 10. (215) Véase Actas de la Comisión, Reunión del 31 de enero, PE 95 896 y PE 96 081. (216) B. GALANDA, Audiencia, pág. 12, The Extreme Right. (217) B. GALANDA, Audiencia, pág. 11. (218) B. GALANDA, Audiencia, págs. 11 y 12. Las informaciones sobre actitudes antise• mitas en la sociedad austríaca son, no obstante, contradictorias: según las investiga• ciones llevadas a cabo por dos instituciones austríacas de estudios sociales (Institut für empirische Sozialforschung, Sozialwissenschaftliche Studiengesellschaft), el por• centaje de personas que declaran abiertamente posturas antisemitas ha disminuido del 13% en 1972 al 10% en 1982. Entre los jóvenes, en particular, el porcentaje es del 5% (véase Tiroler Tageszeitung, Innsbruck, número fecha el 5. 7. 1985). Por el contrario, según las informaciones del EEC Monitor, publicación del BIPAC (Bri• tain-Israel Public Affairs Committee), N° 102, enero-febrero de 1984, pág. 10, un sondeo realizado por la Universidad de Viena revela la persistencia en el seno de la sociedad austríaca de sentimientos y prejuicios antisemitas mucho más acusada. Sobre este sondeo véase también B. GALANDA, The Extreme Right, pág. 69. (219) En 1982 se perpetraron atentados con explosivos principalmente contra empresas pertenecientes a judíos en Viena y en Salzburgo, con la colaboración de un conocido extremista alemán, Eberhard Weil. El proceso subsiguiente puso de relieve las rela• ciones de los neonazis y de los extremistas de derecha con el NPD y el ANR. Se pro• nunciaron contra los culpables penas de entre tres meses con sobreseimiento y cinco años de prisión mayor — para Weil —, 40 Ans après, FIR, pág. 2. Véase también S. WIESENTHAL, Audiencia, pág. 11.

NORUEGA (220) Frankfurter Allgemeine Zeitung, 3 de marzo de 1981. En 1980, el dictamen del Sr. Krieps al Consejo de Europa indicaba: «En Noruega el viejo partido de Vidkun Quisling, el Natjional Samling, conserva a sus antiguos partidarios en la sombra. A

135 los miembros neonazis del Norsk Front les ha resultado más fácil lanzar una bomba en Oslo el 1° de mayo que recoger las 3 000 firmas necesarias para participar como partido en las elecciones. Este movimiento intenta recoger y utilizar un partido que existe pero que dormita, el «Partido demócrata noruego» (pág. 15). Algunos obser• vadores conceden algo más de importancia al Norsk Front.

SUÉCIA (221) Análisis del caso Felderer en Index on Cesorship, vol. 13, N° 2, abril de 1984 y Searchlight, mayo de 1983.

SUIZA (222) KEESING'S CONTEMPORARY ARCHIVES, 6 de agosto de 1982, pág. 31636 y 6 de julio de 1979, pág. 29704. Para más detalles sobre el sistema de referéndum, véase Alois RIKLIN (ed.) Handbuch Politisches System der Schweiz, vols. I y II (Berna: Editions Paul Haupt), 1983. (223) El Verfassungsschutzbericht (RCH) de 1984. Por otra parte, en agosto de 1985 el Sr. Ernst Meister, antiguo vicepresidente de la «Action Nationale» del Cantón de Zurich, creó en Zurich un «Parti National Socialiste». Este grupúsculo sólo contaba con media docena de miembros (Le Monde, 17. 8. 1985). (224) Interesante estudio tanto por su metodologia corno por su resultado: M. MAY, «Can prejudice be measured? Two cases studies on in Switzerland.» Research Report, Institute for Jewish Affairs, diciembre de 1981, N° 18. Los por• centajes para la RFA son: 6-7% de la población está muy de acuerdo con las afirma• ciones antisemitas y 15-19% con características antisemitas menos pronunciadas. Véase S.T. ROTH, «The German mind and right-extremism: a comment on recent findings», Encounter, septiembre de 1981. (225) Dictamen del Sr. Krieps, op. cit., pág. 8. Véase nota 52 supra.

TURQUIA (226) H. DEGENHARDT (ed.), Political Dissent. (227) Véase el proyecto de dictamen redactado en nombre de la Comisión política sobre la situación de los derechos del hombre en Turquia, ponente: Sr. BALFE (PE. 98 572), págs. 15 a 17. (228) WILKINSON, P. The New Fascists, Londres, Pan Books, 1983. (229) KUPER, Leo, Genocide: its political use in the Twentieth Century, Harmonds- worth: Penguirn Books, 1981, en particular el capítulo 6: «Genocidal process: The Turkish Genocide Against Armenians», así como el proyecto de dictamen redactado en nombre de la Comisión política sobre la solución política de la cuestión armenia, ponente: Sr. VANDEMEULEBROUCKE (PE 97 248/B), que será examinado dentro de poco en Comisión. Véase también «Tribunal permanent des Peuples, le Crime de Silence, Le Génocide des Arméniens», París, Flammarion, 1984, CHA- LIAND, G. y TERNON, Y., Le génocide des Arméniens, Bruselas, Complexe, 1980, J.M. CRAZOU, Arménie 1915, un génocide exemplaire, Paris, Flammarion, 1975.

EUROPA DEL ESTE (230) The American Jewish Committee, «Submission to the European Parliamentary Commission of Inquiry», págs. 3 y 4. Quisiéramos añadir el extracco siguiente de «L'appel des Juifs d'Union Soviétique aux Juifs d'Occident» (difundido por el «Comité de solidarité avec les Juifs d'URSS», BP 26, 75860 Paris, Cedex I. «¿Nece• sita hechos? ¿Pero cómo podemos enseñar la laringe ensangrentada de Anatoli

136 Chtcharanski tras su huelga de hambre en prisión? ¿Acaso podemos hacerle tocar las costillas rotas de Zakhar Zunshain en el gulag siberiano o la ceguera de Yossif Berenstein, de Kiev, cuyos ojos reventaron en la cárcel? ¿Quién podría atravesar los muros de las clínicas psiquiátricas, de los tribunales, de las celdas de prisión, y de las alambradas de los campos de trabajo para ver el dolor y la angustia de Nadeja Frad- kova, Yossif Begun, Yacov Mesh, Yuri Tarnopolski, Alexandre Kholmianski, Yacov Levin, Mark Niepomniashschy y Iouli Edelstein?» (Le Monde, 12 de enero de 1985). También hay que citar el notable «dossier sur la persécution des Juifs» publicado por los Cahiers du Samizdat editados en Bruselas (N° 108, enero de 1985). (231) Does. 1-0115/84; 1-0023/82; 1-0810/82; 1-1024/83; 1-0536/82; 1-1117/82; 1- 1364/82. (232) Consejo de Europa, doc. 5445, ponente: Sr. HUGOSSON. (233) Political Dissent, pág. 39. (234) Dictamen del Sr. Habsburg, Doc. 1-0656/82. (235) El Parlamento Europeo denunció el proceso que se intentó iniciar contra Adam Michnik, Bodgan Vis y Wladgslav Frasyniuk en dos resoluciones adoptadas en junio de 1985 (doc. B-2-450/85 y Enm. 1 a los docs. B2-479/85 — 508/85). (236) Reproducido en Libération, 20 de junio de 1985, pág. 22. (237) Síntesis publicada en Die Welt, 22 de mayo de 1985. (238) The Times, 20 de septiembre de 1985; Political Dissent, pág. 33. (239) Ibid. (240) Political Dissent, págs. 33 y 34. (241) The Sunday Times, 17 de febrero de 1985. Véase también el proyecto de dictamen de la Sra. VAN DEN HEUVEL (PE 94 657/85). (242) Los miembros del cuerpo diplomático en Sofía estiman que-quizá las autoridades se hayan visto empujadas a adoptar recientemente medidas radicales porque están pro• fundamente preocupadas por la tasa de crecimiento de la población turca, que es del 2% anual, mientras que la media nacional sólo es del 0,5%. Muchas escuelas turcas han sido cerradas y se han suprimido las clases de lengua turca. Se han eliminado las fiestas islámicas y las ceremonias religiosas tradicionales. Se han cerrado las mezqui• tas y sólo las que presentaban un interés histórico se han salvado de ser demolidas. Se han cerrado los cementerios musulmanes. Esta campaña, aunque no haya sido recogida por la prensa búlgara oficial, no es un secreto para los búlgaros. Uno de ellos me dijo la semana pasada: «Los turcos han tenido su ocasión durante 500 años. Ahora nos toca a nosotros». Peter Godwin, The Sunday Times, 17 de febrero de 1985.

(243)'PEDoc. B2-61/85, Consejo de Europa: doc. 5446/1985. (244) PE Doc. 2-1879/84, y proyecto de dictamen de la Sra. VAN DEN HEUVEL. (245) Political Dissent, págs. 60 a 62, Financial Times, 21 de mayo de 1981 y 5 de febrero de 1982. (246) Visión de conjunto de RENNER; «The National Minorities in Czechoslovakia after the Second World War», Plural Societies, vol. 7, N° 1, 1976, págs. 32 a 41. (247) Radio Free Europe Research, Hungría (18 de abril de 1978). Visión de conjunto sobre la situación en Europa del Este en STROEBINGER, Rudolf: Roter Kolonialismus, Zurich, Interfrom, 1981.

137 LOS CONTACTOS INTERNACIONALES (248) La reunión del 8 de mayo de 1985 se celebró en Aquisgrán «convocado por el Movi• miento Europeo, un frente común de acción que reúne como miembros de pleno derecho o como miembros afiliados a una decena de organizaciones europeas, del FAP y de la Wiking Jugend» (Notre Europe, junio de 1985) — sobre la concentra• ción de Dixmude, ibid., julio-agosto de 1985). Se han presentado al Parlamento Europeo proyectos de resolución contra la celebración de reuniones de antiguos nazis en Alemania Federal.

(249) El Sr. Simon Wiesenthal señaló, entre sus respuestas a los miembros de la comisión, el número de envíos de material con destino a Europa efectuados por Garry Rex Lauck desde Lincoln, Nebraska. También en conexión con Estados Unidos se observa la constitución en Idaho, West Virginia, de dos bancos de datos informati• zados que difunden informaciones racistas y en particular antisemitas por acceso telefónico al ordenador. (Véase R. Genn, Patterns of Prejudice, vol. 19, N° 3, julio de 1985 y Jewish Chronicle, 29 de marzo de 1985). Entre los grupos americanos se observa la influencia de ciertas sectas (Identity Church) violentamente antisemitas, así como la importancia de los robos para la financiación de sus actividades (entre 4 y 5 millones de dólares robados por el grupo «Order»). Véase The Economist, 27 de abril de 1985 e International Herald Tribu• ne, 19 de abril de 1985. (250) Véase en especial las secciones relativas al Reino Unido, Alemania, Italia y Francia. Sobre las relaciones, confusas, entre neonazis y facciones presentes en el Líbano (tráfico de camiones militares alemanes reformados hacia Beirut por el grupo Hoff• man), véase, entre otros, Israelitisches Wochenblatt, N° 31, 5 de agosto de 1983, Searchlight, noviembre de 1982, Innere Sicherheit (RFA), septiembre de 1981. «Asala ha publicado en el último número de su periódico 'Armenia' documentos que indican que el jefe neonazi Hoffman fue, a principios de los años ochenta, miembro de la OLP 'Agence Télégraphique Juive', 24. 4. 1985». Entre otros hechos, Paul WILKINSON señala los siguientes: «En 1969, Jean Bireault, un belga que había sido secretario del movimiento neonazi La Nation Européenne, asumió las funcio• nes de consejero de la organización palestina Al-Fatah (...). También en esa época, el FPLP reclutò a un antiguo dirigente nazi para su campo de entrenamiento de Basra en el sur de Irak (...). En enero de 1970, durante el proceso en Winterthur (Suiza) a tres terroristas del FPLP que habían sido detenidos, se presentaron pruebas de la existencia de estrechas relaciones entre el partido nazi helvético, en particular de uno de sus fundadores, Françoise Geroude, y Al-Fatah (...). El corresponsal en Bonn de Yediot Aharonot señaló que en enero de 1978 cuatro miembros de los gru• pos nazis habían sido arrestados. Eran sospechosos de fraude a partir de Estados árabes en beneficio de miembros de la OLP en Alemania. Fueron cogidos en flagran• te delito y al menos un neonazi estaba en posesión de un carné de miembro de la OLP». (The New Fascists, Londres, Pan Books, págs. 125 y 126.)

(251) Por ejemplo, la «World Union of National Socialists» es uno de los grupos que reclaman el liderazgo sobre los neonazis a escala mundial. Su secretario general, Paul Heinrich Rijs-Knudsen (Dinamarca) escribe en una circular interna que la WUNS es esencialmente «una organización que reúne a miembros individuales (...). La WUNS no ha tenido nunca servicios propios. La mayor parte del trabajo es reali• zado por el personal del White's People Party nacional-socialista de Arlington en Virginia». Aunque su objetivo a corto plazo sea la producción de «material de cali• dad», su objetivo a largo plazo sigue siendo la formación «de activistas profesiona• les». Se observará que la apreciación que aquí se formula sobre las vínculos interna• cionales coincide con el dictamen de la Sra. Kniesmeyer de la Anne Frank Stichting cuando la comisión la interrogó sobre este punto.

138 ESTUDIO DE LAS CAUSAS (252) Véase el apartado 47 supra. (253) Véronique DE RUDDER, en Le Monde, 20 de enero de 1981. (254) John WILLIAMS, Eric DUNNIG, Patrick MURPHY, Hoolingans Abroad, Lon­ dres, Routledge &c Kegan, 1984, págs. 12 a 16. Véase también los apartados 147 a 150 sobre el estadio Heysel. (255) SPINOZA, Traite Théotogico­Politique, cap. 20.

SITUACIÓN ECONOMICA Y ASCENSO DE LOS MOVIMIENTOS EXTREMISTAS (256) KALTEPLEITER, Werner, Wirtschaft und Politik in Deutschland, Colonia, West­ deutscher Verlag, 1968, pág. 37, Reproducido en LINZ, J. y STEPAN, Α., The Breakdown of Democratic Regimes: Europe, Baltimore, John HOPKINS University Press, 1976, pág. 51. (257) LINZ y STEPAN, ibid., pág. 52. (258) Un aspecto conexo, abordado en la comisión por el profesor Mandel, es en particu­ lar el de las relaciones entre el mundo industrial y el mundo político, especialmente los gobiernos extremistas. Sobre el período hitleriano, un libro reciente parece hacer un examen completo (Henry ASHBY TURNER, German Big Business and the Rise of Hitler, Oxford University Press, 1985). Véase también la recensión del libro de M. TURNER realizada por Alan MILWARD en Times Literary Supplement, 5 de julio de 1985.

¿HAY UN ASCENSO DEL FASCISMO Y DEL RACISMO? (259) En la medida en que puede ser realmente medido, el potencial electoral de los parti­ dos fascistas y extremistas de derecha sigue siendo el menor del espectro político de la Comunidad a excepción, en algunos países, del extremismo de izquierda. Hay que referirse a Eurobarometre N° 21, que intenta medir el potencial máximo de cada una de las etiquetas políticas. No hay que olvidar, sin embargo, que el verda­ dero sentido de estas etiquetas y las realidades políticas que representan varían con­ siderablemente de un país a otro. Véase un intento de interpretación de estos datos en: INGLETHART, RABIER,J. R., «The withering away of Marx: changing poli­ tical cleavages in Western nations», documento presentado al XIIIo Congreso de la Association Internationale de Science Politique, París, julio de 1985. (260) Eurobarometre N° 23, junio de 1985. Sólo tres países registran un descenso del sen­ timiento de satisfacción, muy ligero en Irlanda e Italia y muy fuerte en Bélgica (aun­ que en este país se registra una recuperación neta tras el mínimo alcanzado en 1981). LA DIMENSION INTERNACIONAL (261) Carta de las Naciones Unidas, preámbulo: «... reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y de mujeres, y de las naciones grandes y pequeñas...». Párrafo 3 del artículo 1: «Realizar la coope­ ración internacional (...) en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión». Véase también el párrafo 1 b) del articulo 13, el artículo 55 c) y el artículo 76 c), Tribunal Internacional de Justicia, Avis Consultatif sur Namibie, C.I.J. Recueil 1971, pág. 57, párrafo 131. (262) Entró en vigor el 12 de enero de 1951. (263) Proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1963.

139 (264) Entró en vigor el 4 de enero de 1969. Véase infra el apartado 233 y sigs. (265) Entró en vigor el 3 de enero de 1976. (266) Entró en vigor el 23 de marzo de 1976. (267) Entró en vigor el 23 de marzo de 1976. (268) Entró en vigor el 18 de julio de 1976. (269) Entró en vigor el 15 de junio de 1960. Véase también la Recomendación N° 111/1958 de la Conferencia Internacional del Trabajo. (270) Entró en vigor el 22 de enero de 1952. (271) Adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo el 24 de junio de 1975. (272) El 14 de diciembre de 1960. Véase C. HADJICONSTANTINOU, La Convención de la UNESCO relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la ensenñanza, Tesis, Salónica, 1962 (en griego). El 14 de diciembre de 1960, la Con• ferencia General de la UNESCO aprobó la convención relativa a la lucha contra la discriminación en la esfera de la enseñanza. En 1974 se aprobó una Recomendación sobre la educación para la comprensión, la cooperación y la paz internacional, y la educación relativa a los derechos humanos y a las libertadas fundamentales. (273) Para un inventario sistemático de estos instrumentos, véase Compilation of united Nations resolutions and decisions relevant to the struggle against racism, racial dis• crimination and apartheid, Second World Conference to combat racism and racial discrimination (Geneva, 1-12 agosto 1983), Pre-session, documents A/Conf. 119/15, Part I: Security Council resolutions, pp. 42, Part II: General Assembly resolutions (1946-1978), pp. 200, Part III: General Assembly resolutions (1979- 1982, pp. 196, Part IV: Economic and Social Council resolutions, pp. 71, Part V: Commission of Human Rights resolutions, pp. 113. (274) Véase la lista de estos Estados en Report of the Committee on the Elimination of racial discrimination, United Nations, General Assembly, Official Records: Thirty- ninth session, Supplement No. 18 (A/39/18), pág. 133 y sigs. (275) Véase J.D. INGLES, Study on the implementation of Article 4 of the Convention on the Elimination of all Forms of Racial Discrimination, United Nations A/Conf. 119/10, 18 de mayo de 1983. (276) Véase G. TENEKIDES, Study on the implementation of article 7 of the Convention on the Elimination of all Forms of Racial Discrimination, United Nations, 1983, A/Conf. 119/19, 8 de junio de 1983. (277) Véase a título de ejemplo el Documento antes citado en la nota 274. (278) Véase el documento citado en la nota 274, págs. 1 y 137. De los Estados miembros de la Comunidad Europea, han hecho hasta ahora la declaración del artículo 14 los siguientes: Países Bajos, Italia y Francia. El Comité ha admitido ya la primera comunicación «individual» que está siendo examinada. (279) Véase TENEKIDES, Recueil des Cours de l'Académie de Droit International de la Haye, tomo 168, pág. 459 y sigs. (280) United Nations Action in the Field of Human Rights, Nueva York, 1983, índice, Vo Nazi, Nazism y sobre todo pág. 42 y sigs., así como la reciente Resolución 39/114 de 14 de diciembre de 1984 de la Asamblea General sobre las medidas que se deberían adoptar contra las actividades nazis, fascistas y neofascistas, y contra toda otra forma de ideología y práctica totalitaria basada en la intolerancia racista, el odio y el terror, Official Records of the General Assembly, Thirty-ninth Session, Suplemento N° 51. Recogiendo los términos utilizados en esta Resolución, la Asamblea General condena de nuevo y expresa su determinación de oponerse a toda

140 ideología o práctica totalitaria que prive al pueblo de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. (281) Véase, entre otros, la Declaración Universal de Derechos Humanos, párrafo 1° del artículo 21; párrafo 2 del artículo 26, artículo 28 y párrafo 1° del artículo 29. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, párrafo Io del artícu• lo 1, artículo 4, párrafo Io del artículo 5 y artículo 13. Pacto Internacional de Dere• chos Civiles y Políticos, párrafo Io del artículo 1, artículos 14 y 21, párrafo 2 del artículo 22 y artículos 25 y 26. Véase también la referencia de la nota precedente.

LA DIMENSION EUROPEA (282) Véase el apartado 250 y sig. (283) Los otros Estados miembros del Consejo de Europa son: Austria, Chipre, Islândia, Liechtenstein, Malta, Noruega, Suécia, Suiza y Turquía. (284) Según el artículo 3 del Estatuto del Consejo de Europa, todo Estado miembro de la organización debe aceptar los principios de primacía del derecho y de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales. Además, el artículo 8 del Estatuto establece que el Estado que infrinja gravemente el artículo 3 puede ser suspendido de su derecho de representación, invitado a retirarse o, por último, ser excluido de la Organización. En este aspecto hay que recordar la actitud del Consejo de Europa frente a los regímenes autoritarios europeos: España y Portugal sólo fueron admiti• dos como miembros del Consejo de Europa cuando se restableció en ellos un régi• men democrático. A raíz del golpe de Estado militar del 21 de abril de 1967, Grecia fue obligada a retirarse del Consejo de Europa el 12 de diciembre de 1969. Sobre la acción política y los numerosos actos aprobados por el Consejo de Europa relativos al régimen militar griego véase la notable síntesis de Jean SIOTIS, La Grèce sur le chemin d'Europe, Mélanges Fernand DEHOUSSE, vol. 2 (La construction euro• péenne), 1979, pág. 73 y sigs., 76 y sigs. Entre los documentos elaborados en la Asemblea Parlamentaria, hay que consultar sobre todo los dictámenes del Sr. VAN DER STOEL, 1968 (Doc. 2384), 1968 (Doc. 2467), 1969 (Doc. 2525), 1969 (Doc. 2637 y 2638), 1970 (Doc. 2719), 1971 (Doc. 2892). Véase también, sobre la acción de los mecanismos de Estrasburgo para la protección de los derechos huma• nos, las referencias en la nota 296 infra. Sobre la actitud de la Asamblea parlamen• taria frente ais régimen militar turco, véanse, entre otros, los dictámenes del Sr. STEINER, 29. 9. 1980 (Doc. 4621), 27. 1. 1981 (Doc. 4657), 1. 10. 1981 (Doc. 4784), 11. 3. 1982 (Doc. 4865), 30. 9. 1982 (Doc. 4965), 14. 1. 1983 (Doc. 5008), 19. 9. 1983 (Doc. 5117), 7. S. 1984 (Doc. 5208), 25. 3. 1985 (Doc. 5378), de los Sres. URWIN y STEINER (25. 1. 1982 (Doc. 4841 revisado), del Sr. BAR• DENS 24. 1. 1983 (Doc. 5014) y del Sr. STOFFELEN 8. 5. 1984 (Doc. 5216), así como las recomendaciones 904 (1980), 936 (1982), 938 (1982), las directivas 392 (1980), 395 (1981), 397 (1981), 413 (1982), 406 (1982) y las resoluciones 757 (1981), 765 (1982), 794 (1983), 803 (1983), 822 (1984) y 840 (1985). Véase tam• bién, sobre la demanda presentada ante la Comisión Europea de Derechos Huma• nos contra Turquía por Francia, Dinamarca, Noruega y Suécia, la nota 297 infra.

(285) Véase la recopilación preparada por el Parlamento Europeo para nuestra comisión, Doc. PE 94 443 de 12 de diciembre de 1984, a la que hay que añadir las resolucio• nes adoptadas el 26 de septiembre de 1985 por la Asamblea parlamentaria y relati• vas a la situación de ¡os judios en la Unión Soviética (dictamen del Sr. HUGOSSON, doc. 5445 de 26 de julio de 1985) y la situación de las minorías étnicas y musulma• nas en Bulgaria (dictamen del Sr. ATKINSON, doc. 5444/1985). (286) Véase la recopilación citada supra, nota 285, pág. 22. (287) Véase el documento citado supra, nota 285, pág. 24.

141 (288) Consejo de Europa, Asamblea Parlamentaria, doc. 5107 de 12 de septiembre de 1983. (289) Véase también la Carta Social Europea. (290) Convención, apartado 2 del artículo 8, apartado 2 del artículo 9, apartado 2 del artículo 10, apartado 2 del artículo 11. (291) Artículos 9, 10 y 11. (292) Véase Preámbulo, apartado Io del artículo 5, artículo 6, y las disposiciones citadas supra, nota 290. (293) Protocolo adicional N° 1, artículo 3. (294) Sobre este asunto, véase Consejo de Europa, el asunto griego, vol. 11,12 (anexos), II 1, II 2 (anexos), Estrasburgo 1970, The Greek Case, Yearbook of the European Convention on Human Rights, 1969, Kiss-Vegleris, «L'Affaire grecque devant le Conseil de l'Europe et la Commission européenne des droits de l'homme», Annuaire Français de droit international, XVII (1971), pág. 889 y sigs., Mertens, «Les orga• nes du Conseil de l'Europe et le concept de «démocratie» dans le cadre de deux affai• res grecques», Revue belge de droit international, VII (1971), págs. 118 y sigs., Sio- tis, loc. cit. (supra, nota 284). (295) Estas demandas (9940 a 9944/82) fueron presentadas el Io de julio de 1982 ante la Comisión Europea de Derechos Humanos. Fueron declaradas admisibles el 6 de diciembre de 1983 (decisión de la Comisión sobre la admisibilidad de 6 de diciem• bre de 1983), y siguen estando pendientes ante la Comisión. Véanse los comunica• dos del Secretario de la Comisión Europea de Derechos Humanos de fechas 2. 7. 82, 6. 12. 83, 29. 6. 84, 28. 1. 85, 5. 2. 85, 15. 3. 85 y 14. 6. 85. (296) Esta demanda (N° 250/57), que impugna la conformidad con la «Convención Europea de Derechos Humanos» de la sentencia de 17 de agosto de 1956 del Tribu• nal Constitucional Federal de Alemania por la que se disuelve el Partido Comunista de Alemania por motivos de anticonstitucionalidad, fue declarada inadmisible por decisión de la Comisión Europea de Derechos Humanos de fecha 20 de julio de 1957. Véase el texto de la decisión en Commission européenne des droits de l'hom• me, Documents et décisions (Annexe de la Convention, tomo Io), 1955-1956- 1957, La Haya, 1959, pág. 222 y sigs. (297) El demandante había fundado en 1968 en Italia un movimiento político cuya doctri• na y programa se inspiraban en los del partido fascista, habiendo incluso adoptado sus emblemas. Habiendo sido procesado y condenado en virtud de la ley italiana N° 645 de 20 de junio de 1952, que prohibe la reconstitución del parado fascista, pre• sentó una demanda (N° 6741/74) ante la Comisión por violación de una serie de disposiciones de la Convención Europea de Derechos Humanos. La Comisión declaró inadmisible la demanda por decisión de 21 de mayo de 1976 (véase Com• mission européenne des droits de l'homme, Décisions et rapports, vol. 5, Estrasbur• go, 1976, pág. 83 y sigs.). (298) Los demandantes negaron ante la Comisión que fueran compatibles con la Conven• ción Europea de Derechos Humanos ciertas sanciones que les habían sido impuestas por estar asociados a las enstructuras y a la política considerada racialmente discri• minatoria de la N.V.U. Sobre esta formación véase supra el apartado N° 125. Las demandas (números 8348/78 y 8406/78) fueron declaradas inadmisibles por deci• sión de 13 de diciembre de 1979 (véase el texto de la decisión en Commission euro• péenne des droits de ihomme, Décisions et rapports, vol. 18, pág. 187 y sigs.). (299) Décisions et rapports (arriba citado, nota 299 b), pág. 205. Véase también la sen• tencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el asunto Lawless (fondo), sentencia de Io de julio de 1961, parte «en derecho», párrafo 6, pág. 45.

142 (300) Para estos asuntos, véanse las decisiones de admisibilidad de la Comisión Europea de Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1970 (Annuaire de la Convention européenne des Droits de l'Homme 13/1970, pág. 929 y sigs.), de 6 de marzo de 1978 (Décisions et rapports, vol. 13, pág. 17 y sigs.), así como la Resolución DH (77) 2 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, en Collection of Resolutions adopted by the Committee of Ministers in application of article 32 of the European Convention for the protection of Human Rights and fundamental freedoms 1959- 1979, Strasbourg 1979. Véase también la decisión de admisibilidad de 17 de marzo de 1981 relativa a la demanda N° 8008/17 (Digest of Strasbourg, Case — Law relating to the European Convention on Human Rights, vol. 1, pág. 170). Conseil de l'Europe, Commission européenne des droits de l'homme, Bilan de la Convention Européenne des Droits de l'Homme, 1954-1984, Estrasburgo, 1985, pág. 154 y sigs. Es interesante señalar que la Comisión observa en la citada decisión de 10 de diciembre de 1970 que la discriminación por motivos de raza puede, en determina• das circunstancias, representar por sí misma un trato degradante en el sentido del artículo 3 de la Convención.

(301) Sobre este asunto véase el Dictamen de la Comisión Europea de los Derechos Humanos adoptado el 12 de mayo de 1983 y la sentencia de 28 de mayo de 1985 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En relación con la legislación británica sobre la inmigración y en particular con la reagrupación de las familias de los inmi• grados, este asunto ha planteado cuestiones de discriminación racial. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta ese agravio, y la Comisión y el Tribunal concluyeron final• mente que existía una discriminación por razón de sexo. Véase, en cualquier caso, la opinión disidente de los Sres. Carrillo, Melchior y Weitzel, miembros de la Comi• sión, Dictamen pág. 38, que opinan que existe discriminación racial. A raíz de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, el Gobierno del Reino Unido modificó su legislación adaptándola a la parte dispositiva de la sentencia. Véase Sta• tement of changes in inmigration rules, laid before Parliament on 15 July 1985 under Section 3(2) of the Immigration Act 1971, London, Her Majesty's Stationery Office. (302) Otros dos asuntos relacionados con el objeto de la investigación están actualmente pendientes ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Glasenapp y Kosiek contra la República Federal de Alemania). Véanse los dictámenes de ¡a Comisión Europea de Derechos Humanos sobre estos asuntos adoptados el 11 de mayo de 1984. Los demandantes habían sido despedidos de sus puestos de enseñanza por fal• ta de lealtad al orden constitucional en razón de la pertenencia del primero al NPD (sobre este partido véase más arriba números 47 y sigs.) y del apoyo del segundo a ciertas acciones del Partido Comunista de Alemania (KPD). Véase también la sen• tencia de 25 de abril de 1983 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el asunto Pakelli contra la República Federal de Alemania, párrafos 43 a 45. (303) Véase el texto de la Convención en Conseil de l'Europe, Série des Traités européens, N° 93, vol. IV (1975-1982), Estrasburgo, 1983, pág. 69 y sigs. Esta recopilación (vol. I a IV e Indice Volúmenes I y II) contiene otros acuerdos relacionados, aunque indirectamente, con el objeto de la investigación: Convención N° 19 (establecimien• to), Acuerdo N" 25 (circulación de personas), Acuerdo N° 31 (supresión de visados para los refugiados), Convención Europea para la Represión del Terrorismo (1977). En cuanto a las firmas y ratificaciones de estas convenciones, véase Conseil de l'Europe, Affaires juridiques, Etat des signatures et des ratifications de ces Con• ventions et Accords du Conseil de l'Europe, 15 de mayo de 1984 y DIR/JUR (85) 1, 10.4.1985. (304) Council of Europe, Parliamentary Assembly, Conference on the Defence of Demo• cracy against terrorism in Europe: Tasks and Problems (Strasbourg, 12-14 Novem• ber 1980), Compendium of documents, 1981.

143 (305) Council of Europe, European Youth Centre, Conference on intolerance in Europe, 9 a 11 de diciembre de 1980. (306) Conseil de l'Europe, Droits de l'Homme, Actes du colloque sur «les droits de l'hom• me des étrangers en Europe», Funchal — Madère (Portugal), 17 a 19 de octubre de 1983, Estrasburgo, 1985. (307) Conseil de l'Europe, Assemblée parlamentaire, Confrontation sur «les étrangers en Europe: Une menace ou un atout?», Estrasburgo, 20 y 21 de marzo de 1984, Compte rendu des débats, Estrasburgo, 1984. Véase también, en el marco de los trabajos de la comisión de migraciones, refugiados y demografía, el dictamen del Sr. R. Müller sobre las acritudes y movimientos xenófobos en los Estados miembros frente a los trabajadores migrantes (Doc. 5107 de 12 de septiembre de 1983) y el proyecto de recomendación presentado por la Comisión a la Asemblea Parlamenta• ria, ibid., adoptado como Recomendación 968/1983 por la Asamblea Parlamenta• ria, supra, nota 287.

LA DIMENSION COMUNITARIA (308) I. Richard, Audiencia, passim. Reunión pública de 18 de diciembre de 1984; véase también el discurso pronunciado por el Sr. P. Sutherland en Dublin el 11 de abril de 1985 ante el Congreso anual de la Irish Episcopal Commission for Emigrants (PE 98 372). (309) Véase infra, 4a parte, Recomendaciones 4.2. (310) El 5 de abril de 1977 el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo adoptaron una declaración común sobre la protección de los derechos fundamentales en la Comunidad Europea (DO C 103 de 27. 4. 1977). En el Consejo Europeo, en Copenhague, el 14 de diciembre de 1973, se aprobó una declaración sobre la identi• dad europea (Bull. CE 12-1973). Doce meses más tarde en París, el Consejo Euro• peo no pudo dar curso a las propuestas relativas a la creación de un estatuto de ciu• dadanía europea, pero decidió perseguir este objetivo de modo pragmático. Esta declaración suscitó en el Parlamento Europeo un debate sobre la elaboración de una carta de derechos especiales para los migrantes de un país de la CE. que residan en algunos de los otros Estados miembros (dictamen SCELBA, DO C 299 de 12. 12. 1977). Con miras a las primeras elecciones europeas de junio de 1979, el Consejo Europeo aprobó una declaración sobre la democracia el 8 de abril de 1978 (Bol. CE 4-1978). (311) Véase SIOTIS, citado supra nota 299 a). Del mismo autor «Le Parlement européen et la dictature en Grèce: 1967-1974» en «Le Parlement européen», Atenas 1978, pág. 179 y sigs. Entre los documentos aprobados por las instituciones comunitarias hay que citar la resolución del Parlamento Europeo de 11 de mayo de 1967 (DO 103 de 2. 6. 1967). (312) Véase Bull. CE 9-1980, págs. 56 y 57, en el que figuran la declaración de la Comi• sión de 12 de septiembre de 1980 y la declaración de los Ministros de Asuntos Exte• riores reunidos en el marco de la cooperación política el 15 de septiembre de 1980, sobre la evolución de la situación en Turquía. El Parlamento Europeo aprobó el 18 de septiembre de 1980 una resolución en la que expresaba su profunda preocupa• ción por esta situación (DO C 265 de 13. 10. 1980). Por otra parte, el Consejo aprobó formalmente las decisiones tomadas por el Consejo de Asociación el 30 de junio de 1980, decisiones reafirmadas por el Consejo de Asociación el 3 de diciem• bre de 1980, de mantener las relaciones existentes y de proseguir la aplicación de dichas decisiones; la Comisión decidió no recomendar al Consejo la conclusión del 4o protocolo financiero CEE-Turquía en diciembre de 1981, a raíz del encarcela• miento del antiguo Primer Ministro turco, Sr. Bulent Ecevit — véase Bol. CE 12- 1981. El 8 de julio de 1982 el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre la

144 situación política en Turquía (DO C 238 de 13. 9. 1982) subrayando la importan• cia de la vuelta a la democracia parlamentaria pluralista para la mejora de las rela• ciones CE-Turquía. (313) Véase el dictamen de la Comisión, de 23 de mayo de 1979, sobre la solicitud de adhesión de Grecia a la Comunidad, asi como el dictamen, de 31 de mayo de 1985, relativo a la adhesión de España y Portugal y la declaración del Consejo Europeo de 23 y 24 de marzo de 1981 ¡Maastricht) sobre España. (314) Véanse los documentos y declaraciones citados supra, nota 310. (315) Véanse, entre otras, las sentencias Stauder (12. 11. 1969, asunto 29/69, Recueil 1969.419), Internationale Gesellschaft (17. 12. 1970, asunto 11/70, Recueil 1970.1125), Nold (14. 5. 1974, asunto 4/73, Recueil 1974.491), Defrenne (15. 6. 1978, 4/73, Recueil 1974.491), Hauer (15. 6. 1978, asunto 44/79, Recueil 1979.3727), National Panasonic (26. 6. 1980, asunto 136/79, Recueil 1980.2033), Kent Kirk (10. 7. 1984, asunto 63/83, aún no publicado en el Recueil). BEUTLER, BIEBER, PIPKORN, STREIL, Die Europäische Gemeins• chaft — Rechtsordnung und Politik, 2a edición, 1982, pág. 198 y sigs. (316) Véanse las referencias dadas en la nota 313. (317) Véanse las referencias dadas en las notas 310, 313 y 315. (318) Véase el apartado 2 del artículo 27 del Estatuto de Funcionarios, según el cual los funcionarios son elegidos sin distinción de raza, religión o sexo. Para la discrimina• ción por motivos de religión, véase la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en el caso Prais (sentencia de 27. 10. 1976, asunto 130/75, Recueil de la jurisprudence de la Cour 1976, pág. 1589). Véase también la declara• ción dirigida el 21 de marzo de 1977 por los Gobiernos de los nueve Estados miem• bros de la Comunidad al Secretario General de las Naciones Unidas con motivo del día para la eliminación de la discriminación racial. (319) Véase la Resolución del Consejo de 9 de febrero de 1976 referente a un programa de acción en favor de los trabajadores migrantes y sus familias (DO C 34 de 14. 2. 1976, pág. 2), Resolución del Consejo de 27 de junio de 1980 relativa a orientacio• nes para una política comunitaria del mercado de trabajo (DO C 168 de 8. 7. 1980, pág. 1), Directiva 77/486/CEE (DO L 199 de 6. 8. 1977, pág. 32), Comunicado final de la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de 9 y 10 de diciembre de 1974 (París, punto 10, armonización por etapas de la legislación sobre extranjeros), Consejo Europeo de 25 y 26 de junio de 1984 (Fontainebleau), programa de acción social comunitaria a medio plazo (DO C 175 de 4. 7. 1984, pág. 1, importancia de los problemas de migración). (320) COM(85) final (Io de marzo de 1985). (321 ) Resolución del Parlamento Europeo de jueves, 9 de mayo de 1985, sobre la comuni• cación de la Comisión al Consejo relativa a las orientaciones para una política euro• pea de migraciones (DO C 141 de 10. 6. 1985, pág. 462) y dictamen de la Sra. MARINARO (doc. A2-4/85). (322) Diario Oficial N° C 186 de 26. 7. 1985, pág. 3. (323) Diario Oficial N° L 217 de 14. 8. 1985, pág. 25. (324) Véanse 4'Parte, Recomendación 4.2.1. j).

LA DIMENSION NACIONAL (325) Véase infra, apartados 4.2.1. a 4.2.6. (326) Véase supra, nota 297 (asunto en instancia ante la Comisión Europea de Derechos Humanos).

145 (327) Véase también el artículo 20 de la ley alemana sobre asociaciones (Vereinsgesetz). VSBericht, 1984, pág. 23. (328) Véase H. H. KALINOWSKY (y otros), Rechtsextremismus und Strafrechtspflege, Bundesministerium der Justiz, 1985. Se ha planteado un animado debate político en la República Federal de Alemania en torno a un proyecto de ley que modifica la ley penal y cuyo objetivo es, entre otros, «criminalizar» la negación de los actos de genocidio perpetrados por el régimen nazi («Ausschwitzlüge»). Las disposiciones propuestas deberían completar el apartado 131 actual del Código penal alemán que castiga los actos de apología de los crímenes nazis. Sobre este proyecto de ley véase S. ROTH, Making the denial of the Holocaust and crime in Law, INSTITUTE OF JEWISH AFFAIRS, Research Report N° 1, marzo de 1982, pág. 1 y sigs., Patterns of Prejudice, 19 (1985) 2, pág. 41 y la literatura citada ibid. nota 1, Frankfurter All• gemeine Zeitung, 1° de marzo de 1985, pág. 1. Hay que señalar que el Tribunal Supremo alemán juzgó, en su sentencia de 18 de septiembre de 1979, que la nega• ción del holocausto puede constituir un insulto y un acto de desprecio hacia las per• sonas que se identifican con las víctimas de la persecución nazi, S. ROTH, ibid., pág. 5, Pattern of Prejudice 14 (1980) 1, pág. 32, e Israel Yearbook on Human Rights (Anuario de Derechos Humanos) Vd 13 (1983), pág. 208, 223 y siguientes.

(329) Véase 4a parte, Recomendaciones 4.2.2. a). (330) Véase supra, apartado 257 y siguiente, 260 (Dimensión internacional). (331) Véase supra, apartado 260. (332) Véase supra, apartado 264. (333) Como resultado de la primera y segunda Race Relations Acts respectivamente de 1965 y de 1968. Véase también nota 153. (334) La presentación y el análisis de la jurisprudencia nacional relativa al objeto de la investigación, y en particular a la eliminación del racismo y de la discriminación racial, no pueden ser tema de este dictamen. El ponente se limita así a dar ciertas referencias que ilustran, por una parte, la variedad, actualidad e importancia de este aspecto de la cuestión y, por otra, la necesidad de realizar un estudio sistemático de la aplicación jurídica y administrativa de la legislación relativa a nuestro tema. Se pueden encontrar referencias a la jurisprudencia en los informes periódicos que los Estados participantes en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial presentan al Comité establecido por dicha Convención (véase supra apartado 203 y sig., 207). Las publicaciones de la Commission for Racial Equality también son una fuente de información preciosa en este ámbito (véase, por ejemplo, Review of the Race Relations Act 1976: proposals for a change, Londres, julio de 1985). La Sra. Pau-Langevin, experta invitada por la Comisión, ha puesto a nuestra disposición un expediente elaborado por el MRA? que contiene numerosas referencias a la jurisprudencia francesa en materia de racismo y discriminación racial, entre las que se pueden citar las decisiones siguientes: Tribunal de primera instancia de Lyon, juicio de 30 de septiembre de 1981 (discriminación racial en materia de empleo) y juicio de 20 de febrero de 1980 (discriminación racial en la prestación de servicios), Tribunal de primera instancia de Reims, juicio de 8 de mar• zo de 1982 (discriminación racial en la prestación de servicios), Tribunal de apelación de Poitiers, sentencia de 31 de marzo de 1983 (discriminación en materia de vivienda), Tribunal de primera instancia de Montpellier, juicio de 19 de noviembre de 1984 (caso del Sr. Arreckx, alcalde de Toulon, véase supra nota 95, in fine), Tribunal de primera instancia de Cusset, ¡uicio de 1° de julio de 1983 (incitación a la discriminación racial), Tribunal de primera instancia de Belfort, juicio de 5 de diciembre de 1980 y Tribunal de primera instancia de París, Sala 17, juicio de 28 de octubre de 1982 (injurias racistas), Tribunal de pri• mera instancia de París, Sala 17, juicio de 24 de junio de 1981 (incitación al odio

146 racial, negación del holocausto), Tribunal de primera instancia de Paris, Sala 17, juicio de Io de julio de 1981 (caso Faurisson, difamación pública de un grupo de personas por su pertenencia a una etnia, nación, raza o religión determinadas; nega• ción del holocausto, véase S.J.R. en Patterns of Prejudice 15, (1981) 4, pág. 51 y sigs.), Tribunal de primera instancia de París, Sala 17, juicio de 4. 3. 1981 (caso Frederiksen, difamación pública contra un grupo de personas) y Tribunal de prime• ra instancia de Amiens, Sala 3'- juicio de 31 de octubre de 1984 (caso del Front National). Véase igualmente la jurisprudencia citada por S. ROTH en Patterns of Prejudice 17 (1983) 4, pág. 49 y sigs., el mismo autor, ibid., pág. 52 y sigs., sóbrela jurisprudencia holandesa relativa a la cuestión de las declaraciones de no-coopera• ción con Israel («Non-Jew Declaration») que las empresas con relaciones comercia• les con los países árabes están obligadas a presentar (Cf. la propuesta de resolución art. 47 del Reglamento presentada por el Sr. de Vries, PE 97.684, 29 de abril de 1985, y la referencia al asunto Fläkt). Sobre la distinción entre antisionismo y anti• semitismo, véase la jurisprudencia citada por M. MAY, ibid., 16 (1982) 2, pág. 45 y sigs. Una sentencia del Tribunal de apelación de Francfort, de 8. 1. 1985 (Neue Juristische Wochenschrift 1985.1720), considera que la prohibición de entrar en un restaurante dirigida contra personas de origen turco por medio de un cartel redacta• do en turco y en alemán sí constituía una discriminación racial, pero no un acto que atente contra la dignidad de las personas afectadas, según los términos del apartado 130 del Código Penal alemán. Otras referencias a la jurisprudencia alemana, ibid., pág. 1721. Un examen general de la jurisprudencia nacional permitiría afirmar que la aplicación de la legislación relativa al tema de nuestra investigación por parte de los jueces nacionales es más bien satisfactoria, aunque presente fallos y puntos débi• les. El estudio y apreciación crítica sistemática de esta jurisprudencia es un aspecto importante de la lucha contra el racismo y la discriminación racial. Véase infra la Recomendación N° 5.21.2 a).

(335) Véase Review of the Race Relations Act, documento citado en la nota precedente.

(336) Véase supra, Recomendación N° 4.21.1 d). (337) Véase la cláusula «debidamente en cuenta» («due account») del artículo 4 de la Con• vención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial: «Los Estados partes condenan toda la propaganda y todas las organizacio• nes que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superioridad de una raza (...) y con ese fin, teniendo debidamente en cuenta los principios incorporados en la Decla• ración Universal de Derechos Humanos, así como los derechos expresamente enun• ciados en el artículo 5 de la presente Convención, tomarán entre otras, las siguientes medidas (...)». (338) Véase el Ministerio Federal de Justicia en la publicación citada supra, nota 329, pre• facio. (339) Véase KALINOWSKY, citado supra, nota 329, pág. 279. (340) Artículo 17 de la Convención Europea de Derechos Humanos, artículo 30 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, párrafo Io del artículo 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Cf. también los casos citados supra, notas 297, 298 y 299.

LA EDUCACIÓN — LA EDUCACIÓN CIVICA (341) MONTESQUIEU, De l'Esprit des lois, L. IV, cap. 5 (citado en: discurso del Sr. J. P. CHEVENEMENT en el coloquio «Etre citoyens» de 22 y 23 de noviembre de 1984, en Paris), PERICLES, Epitafio, 40: «Consideramos al ciudadano que no par• ticipa en la vida política no como un tranquilo, sino como un inútil».

147 (342) Véase Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sentencia de 7 de diciembre de 1976 (Asunto Kjeldsen, Busk Madsen y Pedersen), Serie A, vol. 23, párrafo 53. (343) Véase, entre otros, el boletín trimestral de la UNESCO, Enseignement des Droits de l'Homme. Sobre la educación en la tolerancia, véase: Centre des Nations Unies pour les droits de l'homme, Séminaire sur la promotion de la compréhension, de la tolé• rance et du respect dans les domaines se rapportant à ¡a liberté de religion ou de con• viction, celebrado en Ginebra, 3 a 14 de diciembre de 1984, Naciones Unidas, Nue• va York, 1984. El tema de una «educación cívica europea» ha sido objeto de varias propuestas de resolución. 144) Véase la referencia dada supra, nota 276. 345) Véase supra apartado 255 y nota 272. 146) Véase supra apartado 280 y notas 352 y 357 sobre la escolarización de los hijos de los migrantes. Ì47) Cf. Alain PIERROT, «L'Ecole française et les étrangers», Esprit, junio de 1985, págs. 143 a 154. Î48) Hay que recordar el debate actualmente en curso en Estados Unidos sobre la educa• ción bilingüe. El Secretario de Estado de Educación, Sr. William J. Bennett, ha declarado en particular: «Como ciudadanos de un mismo país, debemos tener una lengua común. En Estados Unidos esta lengua es el inglés. El orgullo cultural no se debería comprar al precio del dominio del inglés, nuestra lengua común. El dominio del inglés es la clave de las perspectivas individuales en América». El retroceso even• tual del concepto de bilingüismo ha provocado las protestas de varios senadores y congresistas (International Herald Tribune, 27 de septiembre de 1985). Ì49) A título de ejemplo: COCHRANE, R. y BILLIG, M., «I'm not National Front myself, but...», New Society, 17 de mayo de 1984. 1Í0) Gilles KLEIN ha compilado la bibliografía, «Ressources for multicultural educa• tion: an introduction», Schools Council Programme 4. i^l) Informe Swann sobre la educación de los niños procedentes de minorías étnicas, Londres, 1985. Comentando los resultados de este informe, Sir Keith Joseph, Secre• tary of State for Education and Science, ha dicho: «Debemos esforzanos en mejorar la situación siguiendo tres líneas de política general. Primero, el fracaso escolar no está limitado a las minorías étnicas (...) Nuestras políticas escolares están concebi• das para elevar el rendimiento de todos los alumnos y sortear los obstáculos que se oponen a un mayor éxito y que son comunes a todos (...) Segundo, estamos decidi• dos a dar a los alumnos de las minorias étnicas las mismas oportunidades que a todos los demás para beneficiarse de lo que las escuelas pueden ofrecerles. Estamos removiendo los obstáculos que entorpecen esas oportunidades, en particular pro• moviendo una buena práctica en l.i enseñanza del inglés como segunda lengua. Ter• cero, deseamos que las escuelas preserven y transmitan nuestros valores nacionales de una forma que acepte la diversidad británica y fomente la tolerancia y la armonía racial» (The Times, 15 de marzo de 1985). Véase también Committee on the Elimi• nation of Racial Discrimination (CERD), Reino Unido, octavo informe periódico, 1984. Véase igualmente Commission for Racial Equality, Annual Report 1984, págs. 22 a 24. (352) CERD, Francia, sexto informe periódico, 1982. (353) CERD, Alemania Federal, octavo informe periódico, 1984. Hay que señalar, en particular, para este tema la obra de la Bundeszentrale für Politische Bildung, Bonn. De las numerosas publicaciones de este organismo: Die Menschenrechte — eine Herausforderung der Erziehung, Bonn, 1981, BRACHER, FUNKE, JACOBSEN (ed.), Nationalsozialistische Diktatur 1911-1945: Fine Bilanz, Bonn, 1983, 856 págs.

148 (354) CERD, Países Bajos, sexto informe periódico, 1984. (355) CERD, Italia, cuarto informe periódico, 1983. (356) CERD, Bélgica, cuarto informe periódico, 1982. (357) Véase en especial CERD, Dinamarca, sexto informe periódico 1983, Luxemburgo, tercer informe periódico, 1983; Grecia, séptimo informe periódico, 1984.

LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN (358) Véase supra, nota 286. (359) Yves MICHAUD, Violence et Politique, París, Gallimard, 1978, pág. 47. (360) Véase supra, nota 286.

LA REACCIÓN SOCIAL ORGANIZADA (361 ) Entre las organizaciones que actúan a nivel europeo y que han sometido documenta• ción a la Comisión, citaremos al «Comité européen pour la défense des réfugiés et immigrés», con sede en Basilea. Por otra parte, las organizaciones propias de las minorías merecerían un tratamiento particular. En este aspecto, la Comisión se ha beneficiado sobre todo de la experiencia del Board of Deputies of British Jews.

LA ACCIÓN CULTURAL (362) PASCAL, Lettres à un Provincial, duodécima carta. (363) Hay una buena recensión crítica de esta literatura en Brian BARRY, Sociologists, Economists and Democracy, Princeton University Press, 1978. La obra más clásica sigue siendo la de Robert A. DAHL, A Preface to Democratic Theory, Yale Univer• sity Press. Las opiniones más recientes sobre la literatura europea en este tema se encuentran en: LECA, J. y GRAWITZ, M. (eds.), Traité de science politique, Paris, PUF, 1985, vol. 1 (en especial los artículos de Jean Leca y de Georges Lavau).

REFLEXIONES GENERALES (364) La cuestión de la inmigración ilegal es un factor que debe tenerse en cuenta en el examen global del fenòmeno migratorio. La dificultad a la hora de obtener datos estadísticos sobre las entradas ilegales (véase COM(85)48 fin., pág. 14.1 no permite, sin embargo, medir su efecto sobre el flujo de migración. Sobre este tema, Cf. la decisión de la Comisión 85/381/CEE de 8 de julio de 1985 (citada supra, nota 323), párrafo 2 del artículo 1, y la resolución del Parlamento Europeo votada a raíz del dictamen MARINARO (citado supra, nota 321), artículo 7. (365) Véase el discurso del Sr. P. SUTHERLAND de 11 de abril de 1985 en Dublin ante la Irish Episcopal Commission for Emigrants, PE 98 372/An., pág. 5, Cf. supra, nota 308. (366) Para una visión del debate sobre la inmigración tal como se plantea actualmente en Estados Unidos, véase Time, 8 de julio de 1985, «Special Immigrants Issue: The Changing Face of America», y las cartas al director de los números siguientes.

149 ANEXO II

RELACIÓN DE TEMAS DE REFLEXION

A. El Parlamento Europeo ha instituido una comisión especial de investigación encargada de estudiar el ascenso del fascismo y del racismo en Europa y de presentarle un dicta• men sobre las siguientes cuestiones: 1. El crecimiento y la importancia de los grupos fascistas, racistas y afines en Europa, tanto dentro como fuera de la Comunidad; 2. Las relaciones y vínculos que existen entre dichos grupos; 3. La relación entre sus actividades y el racismo en los Estados miembros; 4. La relación entre el ascenso del fascismo y del racismo y el deterioro de las condicio• nes económicas y sociales: pobreza, desempleo, etc.; 5. Examen del aparato ya establecido por los gobiernos de los Estados miembros para reaccionar contra esas organizaciones; 6. Los medios que permitan combatirlas. A continuación figura una relación de puntos sometidos a la reflexión, entre otras, de las personas invitadas a las audiencias de la comisión de investigación. Esta relación, que no es exhaustiva, sólo indica aquellos dominios a los que la Comisión concede un particular interés. B. 1. a) ¿Qué considera usted como expresiones de fascismo, de neonazismo y de racis• mo? b) ¿Piensa usted que existen formas afines de actividad política que tengan, a su jui• cio, efectos similares e igualmente peligrosos? 2. ¿Se encuentra entre quienes estiman que existe actualmente un ascenso del fascismo, el neonazismo o el racismo en Europa?

C. En lo que concierne a los grupos fascistas, racistas y afines (punto 1) y sus organizacio• nes (punto 5), ¿cuáles son para usted los aspectos más importantes que desea presentar a la comisión de investigación sobre las formas y la extensión de tales fenómenos en general y más especialmente sobre lo que sigue? a) La propagación de la ideología fascista y de sus métodos de acción. b) Las actitudes derivadas de distinciones por motivo de: — raza — color — orígenes o descendencia nacionales, étnicos o geográficos y los actos cometidos por personas — en público — en privado — individualmente — colectivamente — en el ejercicio de una función pública, incluidas las de las autoridades nacionales y locales con el fin de, o que hayan tenido como resultado, provocar o incitar a — la discriminación racial — el odio racial — la violencia racial.

150 c) Las asociaciones cuyos objetivos o actividades lleven o inciten a la discriminación, al odio o a la violencia racial — que actúen con o sin estatuto o reconocimiento legal — que hayan sido perseguidas • de oficio por las autoridades • a raíz de una denuncia. d) Los casos, que no hayan sido objeto de sanciones legales o de persecuciones legales, de — negación de un bien o un servicio a una persona, o imposición de una condición a su oferta en razón de consideraciones de orden racial, ideológico, filosófico, reli• gioso o político — negación de empleo o despido de una persona en razón de su raza, pertenencia política o ideológica, o por sus convicciones religiosas o filosóficas, — impedimentos al ejercicio de una actividad económica por una persona en razón de su raza, pertenencia ideológica o política, convicciones religiosas o filosóficas, — almacenamiento y tratamiento informático de datos que indican el origen racial, la pertenencia ideológica o política, las convicciones religiosas o filosóficas. e) Las asociaciones o los grupos que militan en favor de la rehabilitación de las teorías y prácticas fascistas — dando una gran publicidad a informaciones que favorecen el desarrollo de reac• ciones elitistas o racistas, — apoyando o difundiendo doctrinas que glorifican la autoridad del guía, la prima• cía del orden sobre la ley, la sustitución del pluralismo por una ideología reden• tora única, la superioridad basada en la raza, la nacionalidad, la ideología u otros criterios, — debilitando, paralizando o denigrando el funcionamiento de las instituciones democráticas.

D. ¿Qué testimonios aportaría usted para confirmar o invalidar la hipótesis de una rela• ción entre el ascenso del fascismo y el racismo y a) el deterioro de las condiciones económicas y sociales, b) otros factores políticos o sociales como la inmigración, las persecuciones políticas o religiosas, c) el mal funcionamiento de las instituciones democráticas? ¿Qué importancia concede usted a cada uno de estos factores?

E. ¿Es suficiente el aparato ya utilizado por los gobiernos, locales o nacionales, la Comu• nidad, e! Consejo de Europa o las organizaciones internacionales, para reaccionar ade• cuadamente frente a estas organizaciones o a estas actividades? En caso afirmativo, ¿qué aspectos de este «aparato» le parecen a usted particularmente eficaces? En caso negativo, ¿qué mejoras podrían o deberían ser introducidas?

F. ¿Por qué otros medios se combaten las actividades de estas organizaciones? ¿Existen otras soluciones aún no utilizadas? En caso afirmativo, ¿cuáles son? ¿Cómo podrían ser aplicadas? ¿Cuáles podrían ser sus efectos? ¿Qué posibilidades tienen de ser adopta• das por las autoridades competentes?

151 ANEXO III

A. Testimonios orales presentados a la comisión de investigación en el curso de tres audiencias públicas y una reunión pública Mr Bruno ANGELO Foreign Workers and Migration Service, Provincial Council of Limburg, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 Mr Aldo ANIASI Vice-President, Chamber of Deputies, Italy — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 and transcript Mr Paolo ADOURNO European Trade Confederation, Brussels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207 Mrs Marie-José CHOMBART National Centre of Scientific Research, Paris, France de LAUWE — oral submission at the hearing of 30-31 January 1985 (see summary in PE 96.081) — written submission, PE 95.472 and transcript PE 99.847 — written submission (explanatory notes, pamphlets, articles) — audio-visual submission (video film shown on 30 Ja• nuary 1985) MrJefCLEEMPUT Caritas Catholica, Brussels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 — joint written submission, PE 99.258 Mr Peter COLDRICK European Trade Union Confederation, Brussels, Belgium — Oral submission; minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207 Mr Harlem DESIR «SOS-Racisme», Paris, France — oral submission; minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207 — written submission (newspapers, pamphlets, badges) Mr Bruno DUCOLI Centre Socio-Culturel des Immigrés de Bruxelles, Brus- sels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 Mrs Ann DUMMETT Runnymede Trust, London, U.K. — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395) — oral submission, transcript — written submission, PE 97.410, and evidence (see section D below) Mrs Philomena ESSED Author «Everyday Racism», Amsterdam, — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript — written submission, PE 97.411 — written submission (see section D below)

152 Mrs Brigitte GALANDA Documentation Archives of Austrian Resistance, Vien• na, Austria — oral submission at the hearing of 30-31 January 1985 (see summary in PE 96.081) — written submission, PE 95.606 — written submission (explanatory notes and pamphlets — see section C below) Prof. Raoul GIRARDET Institute of Political Studies, Paris, France — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript (unedi• ted) Mr André GLUCKSMAN Author, Paris, France — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript (unedited) Prof. Franz GRESS Frankfurt University, Frankfurt, Germany — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript — written submission (PE 96.696) Mrs Joke KNIESMEYER Anne Frank Institute, Amsterdam, Netherlands — oral submission at the hearing of 30-31 January 1985 (see summary in PE 96.081), transcript — written submission (reports, pamphlets, books — see section D below) Mr Mervyn KOHLER Help the Aged, London, U.K. _ — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript Prof. Ernest MANDEL Centre for Political Science, Free University of Brussels, Belgium — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript — written submission, PE 96.670 Mr Michael MAY Institute of Jewish Affairs, London, U.K. — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (sec summary in PE 97.086), transcript — written submission, PE 97.448 — written submission (books, pamphlets, articles, pu• blications, see section D below) Mr Gaétan de MOFFARTS Vlaamse Overleg Comité over Migratie (VOCOM), Brussels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 — joint written submission PE 99.258 Dr Günter MÜLLER Bundestag, Bonn, Germany — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript,

Mrs Daniela NAPOLI Official, Commission of the European Community — oral submission; minutes of the meeting of 22-23 Ja• nuary 1985, PE 95.235 and minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207

153 Prof. André MAYER Free University of Brussels, representing the Movement Against Racism, Antisemitism and Xenophobia (MRAX), Brussels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PL 98.246 and transcript — joint written submission PE 99.258 Mr Bill NICOLL Director-General, Secretariat, Council of Ministers of the European Community — oral submission; minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207 Mr George William O'BRIEN Official, Commission of the European Community — oral submission; minutes of the meeting of 22-23 Ja• nuary 1985, PE 95.235 Prof. Bhikhu PAREKH University of Hull, Kingston-upon-Hull, U.K. — oral submission at the hearing of 30-31 January 1985 (see summary in PE 96.081) — written submission PE 95.607 Mr Olivier PASSELECQ Institute of Political Studies, Paris, France — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395) — transcript, PE 96.399 Mrs George PAU-LANGEVIN Movement against Racism (MRAP), Paris, France — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript PE 99.436 Prof. Marco REVELLI Turin University, Turin, Italy — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), — written submission, PE 97.445, transcript — written submission (books, articles, pamphlets — see section D) Mr Jean-François REVEL Journalist, Paris, France — oral submission at the hearing of 30-31 January 1985 (see summary in PE 96.081), transcript Mr Ivor RICHARD Commissioner, Commission of the European Communi• ties — oral submission; minutes of the meeting of 17-18 De• cember 1984, PE 94.618 and transcript Prof. Stephen ROSE Department of Biology, Open University, Milton Key• nes, U.K. — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086) transcript — written submission, PE 97.447 — written submission (articles, pamphlets — see section D below) Mrs Marie-Claire ROSIERS Foreign Workers and Migration Service, Provincial Council of Limburg, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 — written submission (pamphlets, articles — see section D below)

154 Mr Yannick SAMSUN «SOS-Racisme» — Belgium — oral Submission; minutes of the meeting of 25-26 April 1985, PE 98.207 — written submission (newspapers, pamphlets, badges) Mr Martin SÅVITT Commission on Anti- Semitism, World Jewish Congress- Europe, London, U.K. — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript — written submission, PE 97.446 Mr Oscar Luigi SCALFARO Minister of the Interior, Rome, Italy — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript — written submission Prof. Erwin K. SCHEUCH University of Cologne, Germany — oral submission at the hearing of 30/31 January 1985 (see summary in PE 96.081), transcript PE 100.068 Prof. Michail VOSLENSKY Institute of Contemporary Soviet Research, Munich, Germany — oral submission at the hearing of 18-20 March 1985 (see summary in PE 97.086), transcript, — written submission Mr Simon WIESENTHAL Jewish Documentation Centre, Vienna, Austria — oral submission at the hearing of 25-26 February 1985 (see summary in PE 96.395), transcript — written submission (pamphlets, documents) Mr Jacques ZWICK Ligue des Familles, Brussels, Belgium — oral submission; minutes of the meeting of 13-14 May 1985, PE 98.246 — written submission.

B. Testimonios presentados por escrito a la comisión de investigación Individuales BILLIG, Mr Michael. Department of Social Sciences, Loughborough University, U.K. BONHAM-CARTER, Mr Mark, Previous Former Chairman of Race Relations Board, London, U.K. de CARA, Dr. Yves, Lyon, France COLLUTTI, Mr Enzo, Milan, Italy DILIGENT, Mr André, Mairie de Roubaix, France GRAF von KIELMANSEGG, Prof. Dr. Peter, Cologne University, Germany HENNIG, Prof. Dr. Eike, Gesamthochschule Kassel, Kassel-Oberzwehren, Germany HORCHEM, Mr Hans-Josef, Hamburg, Germany KOBBEN, Mr. A.J.F., Prof. Cultural Anthropology, Het Centrum voor onderzoek van maatschappelijke tegenstellingen, Leiden, Netherlands KÜHNL, Prof. Dr. Reinhard, University of Marburg, Germany LAYTON-HENRY, Dr Zig, Centre for Research in Ethnic Relations, U.K. LUMMER, Mr Heinrich, Der Senator für Inneres, Berlin, Germany MOSONYI, Pierre, London, U.K. QUAZZA, Mr Guido, Turin, Italy SCHWALBA-Horn, SEIDEL, Dr. Gill, University of Bradford STAUFFENBERG, Count, Member of the European Parliament

155 STEINHAUS, Don. Federico, Merano, Italy STRAUSS, Prof. Dr. Herbert, Technische Universität Berlin, Germany VAN MIERT, Karel, Brussels, Belgium WEBER, Eduard WILKINSON, Prof. Paul, Professor of International Relations, Aberdeen University, Scotland, U.K. Por organizaciones AMERICAN JEWISH COMMITTEE, New York, U.S.A. AMNESTY INTERNATIONAL, London, U.K. ANTI DISKRIMINATIE OVERLEG, Utrecht, Netherlands ARBEITERWOHLFAHRT BUNDESVERBAND, Bonn, Germany ARCHIVIO MICHELETTI, Lombardia, Italy ASSOCIATION DE SOUTIEN DES TRAVAILLEURS IMMIGRANTS (ASTI), Luxembourg BRITISH COUNCIL OF CHURCHES, London, U.K. CATHOLIC ACADEMY OF SCHWERTE (Rhineland North, Westphalia), Germany CENTRE FOR ANTI-SEMITIC RESEARCH, Berlin, Germany CHURCHES COMMITTEE ON MIGRANT WORKERS IN EUROPE, Brussels, Bel• gium COMITE EUROPEEN POUR LA DEFENSE DES REFUGIES ET IMMIGRES (CEDRI), Basel, Switzerland COMMISSION FOR RACIAL EQUALITY (CRE), London, U.K. EUROPEAN NETWORK OF WOMEN, Brussels, Belgium EUROPEAN TRADE UNION CONFEDERATION (ETUC), Brussels, Belgium FEDERATION INTERNATIONALE DE LA RESISTANCE/INTERNATIONALE FÖDERATION DER WIDERSTANDSKÄMPFER, Vienna, Austria INTERNATIONALE DE LA RESISTANCE, Paris, France ISTITUTO NAZIONALE PER LA STORIA DEL MOVIMENTO DI LIBERAZIONE IN ITALIA, Milan, Italy JOINT COUNCIL FOR THE WELFARE OF IMMIGRANTS, London, U.K. LANDELIJKE FEDERATIE VAN WELZIJNSSTICHTINGEN SURINAMERS, Utrecht, Netherlands MOVEMENT AGAINST RACISM, ANTISEMITISM AND XENOPHOBIA (MRAX), Brussels, Belgium MOUVEMENT CONTRE LE RACISME ET L'ANTISEMITISME ET POUR LA PAIX (MRAP), Paris, France NEDERLANDS CENTRUM BUITENLANDERS, Utrecht, Netherlands SEARCHLIGHT, London, U.K. WORKING GROUP ON INTERNATIONAL AFFAIRS OF THE BREED PLAT• FORM, Utrecht, Netherlands

C. Documentos recibidos de los parlamentos nacionales o del Parlamento Europeo BELGICA Publications au Moniteur belge — Loi interdisant les milices privées et complétant la loi du 3 janvier 1933 relative à la fabrication, au commerce et au port des armes et au commerce des munitions Moniteur belge des 6 et 7 août 29 juillet 1934 — Circulaire concernant le Code de la nationalité belge Moniteur belge du 14 août 1984 6 août 1984 Chambre des Représentants — Session 1972-1973 Projet de loi interdisant les milices privées et les groupes qui tendent par leurs agisse• ments à troubler l'ordre ou la sécurité publique 3 novembre 1972

156 — Session 1974-1975 Proposition de loi modifiant la loi du 29 juillet 1984 interdisant les milices privées, et portant dissolution de ces milices 27 février 1975 — Session 1980-1981 Proposition de loi tendant à réprimer certains actes inspirés par le racisme ou la xéno• phobie 22 janvier 1981

Sénat — Session 1979-1980 Proposition d'institution d'une commission d'enquête chargée d'étuder les problèmes relatifs au maintien de l'ordre en général, et plus spécialement au respect et à l'applica• tion de la loi de 29 juillet 1934 interdisant les milices privées et complétant la loi du 3 janvier 1933, relative à la fabrication, au commerce et au port des armes et au commer• ce des munitions 14 novembre 1980 Discussion et vote 19 mars 1980 — Session de 1980-1981 Enquête parlementaire relative aux problèmes posés par le maintien de l'ordre et les milices privées 24 juin 1981

DEUTSCHLAND

Bundestag: 10. Wahlperiode 1984 — Gesetzentwurf eines Einundzwanzigsten Strafrechtsänderungsgesetzes (21. Str.ÄndG), 18. 1. 1984, 10/891, 11.4. 1985,10/1286 — Plenarprotokoll 10/67, 67. Sitzung — Donnerstag, den 12. April 1984 — Plenarprotokoll 76. Sitzung, Mittwoch, 27. Juni 1984: Fragestunde — MdlAnfr 33, 22. 6. 84 Drs. 10/1656, MdlAnfr 34, 35, 22. 6. 1984, Drs. 10/1656 — Kleine Anfrage des Abgeordneten Krizsan und der Fraktion DIE GRÜNEN „Wehr• sportsgruppe des Uwe Jürgens aus Bergen/Kreis Celle" Drs. 10/1825, 2. 8. 84 — Schriftliche Fragen und Antworten Drs. 10/1931, 31. 8. 84 — Frage Nummer 11,12 — Schriftliche Fragen und Antworten Drs. 10/2052, 28. 9. 84 — Frage Nummer 14 10. Wahlperiode 1983 — Plenarprotokoll 10/7, Mittwoch, den 18. Mai 1983, 7. Sitzung, Fragestunde, MdlAnfr. 25, 13. 5. 83, Drs. 10/55 — Schriftliche Fragen und Antworten Drs. 10/101, 27. 5. 83 — Frage Nummer 7, 8, 9, 10 — Plenarprotokoll 10/13, Mittwoch, den 15. Juni 1983, 13. Sitzung, Fragestunde, MdLAnfr 19, 20, 21, 10. 6. 83, Drs. 10/137 — Schriftliche Fragen und Antworten Drs. 10/255, 15. 7. 83 — Frage Nummer 20, 21, 22,23 — Kleine Anfrage des Abgeordneten Reents und der Fraktion DIE GRÜNEN „Politische Protektion von Waffen- und Drogenhandel" — Plenarprotokoll 10/31, Donnerstag, den 27. Oktober 1983, 31. Sitzung, MdlAnfr 119, 120, 21. 10. 1983, Drs. 10/507 — Kleine Anfrage des Abgeordneten Reents und der Fraktion DIE GRÜNEN „Verbot der „Aktionsfront Nationaler Sozialisten (ANS)" Drs. 10/994

157 — Plenarprotokoll 10/66, Mittwoch, den 11. 4. 1984, Fragestunde, MdlAnfr 29, 30, 6.4. 1984, Drs. 10/1253

FRANCE Sénat — Questions Sénat et réponses des ministres — Question orale sans débat de M. René MARTIN 15.11. 1984 — Question orale sans débat de M. François AUTAIN 15.11. 1984 — Question orale sans débat de M. Charles LEDERMAN 19.10. 1984 — Question orale sans débat de M. Charles LEDERMAN 16. 12.1983 — Question écrite de M. Pierre Christian TA1TTINGER 8. 1. 1982 — Question écrite de M. Gilbert BELIN 12.2. 1981 — Question écrite de M. Gilbert BELIN 8.1.1981 — Questions orales avec débat jointes de Mme Cécile GOLDET, M. Marcel DEBARGE, M. Charles PASQUA, Mme Hélène LUC, M. Francis PALMERO, M. Charles LEDERMAN 14.10.1980 — Question orale avec débat de Mme Irma RAPUZZI 24. 4.1979 — Question écrite de M. Fernand LEFORT 3.1.1979 — Déclaration du gouvernement 9.10. 1980 Sénat — Session 1980 - 1981 RAPPORT fait au nom de la commission des Lois constitutionnelles, de nr 370 Législation, du Suffrage universel, du Règlement et d'Administration géné• rale, sur le projet loi modifiant la loi du 1" juillet 1901 relative au contrat d'association en ce qui concerne les associations dirigées en droit ou en fait par des étrangers — Session 1980-1981 RAPPORT fait au nom de la commission des Lois constitutionnelles, de nr 382 Législation, du Suffrage universel, du Règlement et d'Administration géné• rale, sur le projet de loi relatif aux conditions d'entrée et de séjour des étran• gers en France — Session 1981-1982 RAPPORT fait au nom de la commission des Lois constitutionnelles, de nr317 Législation, du Suffrage universel, du Règlement et d'Administration géné• rale, sur la proposition de résolution de MM. PASQUA, CHAUVIN, BOURBOING et CANTEGRIT, tendant à créer une commission de contrô• le des services chargés, au ministère de l'Intérieur et de la Décentralisation, d'une mission de sécurité publique — Session 1982-1983 RAPPORT fait au nome de la commission de contrôle des services de l'Etat nr 85 chargés du maintien de la sécurité publique, créer en vertu de la résolution adoptée par le Sénat le 6 mai 1982 — Session 1983-1984 RAPPORT fait au nom de la commission de contrôle des conditions de nr 322 fonctionnement, d'intervention et de coordination des services de police et de sécurité engagés dans la lutte contre le terrorisme, créée en verru de la résolution adoptée par le Sénat le 18 novembre 1983 — Session 1980-1981 PROJET DE LOI modifiant la loi du 1" juillet 1901 relative au contrat nr 365 d'association en ce qui concerne les associations dirigées en droit ou en fait par des étrangers

158 — Session 1980-1981 PROJET DE LOI relatif aux conditions d'entrée et de séjour des étrangers nr 366 en France — Session 1980-1981 PROPOSITION DE RESOLUTION tendant à instituer une commission nr 23 parlementaire d'enquête sur les activités des groupes d'extrême droite et leurs incidences sur la vie nationale — Session 1980-1981 PROPOSITION DE RESOLUTION tendant à la création d'une commis- nr 28 sion d'enquête sur l'utilisation des forces de police et les complicités dont bénéficient les mouvements se réclamant du nazisme à l'intérieur des services

Assemblée Nationale — Session 1980-1981 PROPOSITION DE LOI tendant à interdire l'apologie du nazisme nr 201

Sénat de la Republique française — RAPPORT du Sénat sur le Terrorisme (Imprimerie du Sénat, Paris), printemps 1984

ITALIA

Camera dei Deputati — Documentazione sull'art. 18 Cost, sulle associazioni segrete Sertembre 1981 — Dipartimento istituzioni

NEDERLAND

Moties voorgesteld in de uitgebreide commissievergadering — Motie van de leden KRAJENBRINK en BUIEKMA nr20 26.1.1983 — Motie van het lid WESSEL-TUINSTRA nr42 1.2.1984 — Motie van het lid VAN ES nr58 27.2.1984 — Motie van het lid VAN ES nr64 5.3.1984

n door de Regering over fascisme en racisme — Vragen van de leden VAN THIJN en JABAAIJ nr539 15.12.1980 — Vragen van het lid SCHOLTEN nr844 12.3.1981 — Vragen van het lid LAUXTERMANN nr906 24.3.1981 — Vragen van het lid M. BAKKER nr 1,092 31.4.1981 — Vragen van het lid VAN DER SPEK nr673 1.5.1981 — Vragen van het lid JABAAIJ nr770 10.11.1981 — Vragen van het lid KRAJENBRINK nr 1,354 18.1.1982 — Vragen van het lid SCHREUDERS nr336 7.5.1982 — Vragen van de leden WORRELL, KONINGS en NIESSEN nrl,176 25.11.1982 — Vragen van de leden VOORHOEVE en WIEBENGA nr 1,177 28.6.1983 — Vraag van de leden VAN ES en VAN DER SPEK nrl,178 28.6.1983 — Vragen van de leden SCHREUDERS en BROUWER nr292 29.6.1983

159 — Vragen van de leden DE VISSER en STOFFELEN nr 678 6.9.1983 — Vragen van het lid UBELS-VEEN 23. 3.1984 — Vragen van het lid GUALTHERIE VAN WEEZEL nr 147 19.11.1984

UNITED KINGDOM

House of Commons Home Affairs Committee — Fifth Report, Session 1980-81, Racial Disadvantage (London: HMSO) 1981 — HC 424-1 — First Repon, Session 1981-82, Commission for Racial Equality (London: HMSO) 1981 HC 46-1 — Second Report, Session 1981-82, Racial Attacks (London: HMSO) 1982 HC 106 — Fifth Report, Session 1981-82, Immigration from the Indian Subcontinent (London: HMSO) 1982 HC 90-1 — Second Report, Session 1982-83, Ethnic and Racial Questions to the Census (London: HMSO) 1983 HC 33-1

Race Relations and Immigration Subcommittee — Session 1984-85: Refugees, Minutes of Evidence, 29 November 1984, 3 December 1984, 10 December 1984

EUROPEAN PARLIAMENT

Resolution adopted on 14. 3. 80 — OJ No. C085, p. 93 — on the urgent signing and ratification of the U. N. Convention prohibiting any form of discrimination against women Resolution adopted on 17. 10. 80 — OJ No. C291, p. 91 — on the terrorist attacks in Europe Resolution adopted on 11. 2. 81 — OJ No. C050, p. 35 — on the position of women in the European Community Resolution adopted on 13. 3. 81 — OJ No. C077, p. 78 — on the UK Government's proposals for immigration controls Resolution adopted on 9. 7. 81 — OJ No. C234, p. 75 — on the prevention terrorism Resolution adopted on 13. 5. 82 — OJ No. C149, p. 70 — on the establishment of a Centre for Friendship amongst the Peoples and the Promotion of Studies on the Resistance against Nazism at Anogia, Crete Resolution adopted on 9. 7. 82 — OJ No. C238, p. 83 — on the European judical area (extradition) Resolution adopted on 15. 9. 82 — OJ No. C267 p. 44 — on combating terrorism Resolution adopted on 13. 1. 83 — OJ No. C042, p. 49 — on destabilizing activities of Eastern countries' secret services on the territory of the Community and the Western World Resolution adopted on 11. 2. 83 — OJ No. C068, p. 120 — on discrimination between single mothers and married women as regards filiation in certain Member States

160 Resolution adopted on 17. 2. 84 — OJ No. C077, p. 74 — on the International Day for the Elimination of Racial Discrimination (21 March 1984) Resolution adopted on 13. 3. 84 — OJ No. C104, p. 46 — on sexual discrimination at the workplace Resolution adopted on 24. 5. 84 — OJ No. C172, p. 153 — on the situation of gypsies in the Community Resolution adopted on 24. 5. 84 — OJ No. C172, p. 174 — on the market of violent and horrific video cassettes Resolution adopted on 25. 10. 84 — OJ No. C315, p. 47 — on the resurgence of terrorism and the need for stronger action at European level

Resolution adopted on 17. 1. 85 — OJ No. C046, p. 48 — on terrorism Proposition de résolution — Doc. nr 1-0737/81 sur les mesures immédiates à prendre suite à l'attentat raciste d'Anvers et a la multiplica• tion des attentats terroristes Proposition de résolution — Doc. nr 1-0743/81 sur la multiplication des actes terroristes d'extrême-droite dans la Communauté

Proposition de résolution — Doc. nr 1-0808/82 sur les pétitions adressées au Parlement Proposition de résolution — Doc. nr 1-1193/83 sur les étudiants grévistes de la faim contre les projets du ministre belge de la justice en matière d'immigration Proposition de résolution — Doc. nr 1-1297/83 sur la montée du racisme et de la xénophobie en Europe Proposition de résolution — Doc. nr 1-1573/83 sur le racisme à l'égard des travailleurs migrants Proposition de résolution — Doc. nr 1-1574/83 sur le racisme à l'égard des travailleurs migrants Proposition de résolution — Doc. nr 2-0586/84 sur l'urgente nécessité d'octroyer à la ville de Liverpool, au Royaume-Uni, le statut de zone faisant l'objet d'une action intégrée Proposition de résolution — Doc. nr 2-1293-84 sur les arrestations recentes en Afrique du Sud Proposition de résolution — Doc. nr 2-1336/84 sur les manifestations nazies dans les pays de la Communauté Proposition de résolution — Doc. nr 2-1460/84 sur les activités du groupe néo-nazi espagol «Edelweiss» Proposition de résolution — Doc. nr 2-1715/84 sur une aide aux groupes minoritaires ethniques (y compris les travailleurs migrants) Proposition de résolution — Doc. nr B2-237/85 sur la discrimination

161 Proposition de résolution — Doc. nr B2-359/85 sur le strict respect des droits de l'homme au sein de la Communauté et de ses institutions

D. Relación de obras consultadas

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173 E. Relación de otros documentos, periódicos, revistas y publicaciones consultados

General interest AGENCE TELEGRAPHIQUE JUIVE ANTI CAMBIO 16 CORRIERE DELLA SERA DEKAPENTHIMEROS POLITIS DIE WELT EL PAIS ENCOUNTER EPIKENTRA ESPRIT FINANCIAL TIMES FRANKFURTER ALLGEMEINE ZEITUNG INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE JEWISH CHRONICLE NEWS SERVICE L'HUMANITE LE DEBAT LE FIGARO MAGAZINE LE MONDE LE NOUVEL OBSERVATEUR LIBERATION NEUE ZÜRCHER ZEITUNG t NEW SOCIETY SUNDAY INDEPENDENT, IRELAND THE ECONOMIST THE GUARDIAN THE TIMES TIEMPO TIME MAGAZINE TIMES LITERARY SUPPLEMENT TIROLER TAGESZEITUNG

Special interest ACTION BRIEFING ALTARE — All London Teachers Against Racism & Fascism Newsletter AR RISGUARDO BRITISH NATIONALIST DIMENSIONE COSMICA — rivista bimestrale di fantascienza ed astronomia DIORAMA LETTERANIO - mensile (Firenze) ELEMENTS: POUR LA CIVILISATION EUROPEENNE: la revue culturelle de la nou• velle droit (Paris) EWYN — alternative femminili: occasional pamphlet FACT FINDER HISTORICAL REVIEW PRESS — Leaflets HOLOCAUST NEWS IMAN (Embassy of the Islamic Republic of Iran, London) La CONTEA — mensile dispolitica e cultural Roma LE LIGUEUR — Hebdomadaire familial du couple, des parents et des jeunes Bruxelles MILITANT MILITIA — periodico mensile Roma NATIONAL FRONT NEWS

174 NATIONALISM TODAY NEW NATION NOTRE EUROPE OXYGENE PRESENT QUEX —ottobre 1978 SEARCHLIGHT — Monthly Magazine London SOCIALIST ORGANISER SOCIALIST WORKER SOLIDARITY SPEARHEAD THE NEWS LINE THE SCORPION — Quarterly London VORWÄRTS

F. Declaración contra el racismo

La société française est confrontée à un problème d'accueil de populations étrangères et de communautés culturelles et religieuses. Des moeurs, des cultures, des croyances de diverses origines souhaitent s'affirmer et coexister dans le concert national, sans perdre de leur spécificité. Une partie du corps social national réagit par des réflexes de peur et d'intolérance se tra• duisant soit par un rejet, soit par une exigence d'assimilation totale. Ces attitudes sont génératrices d'incompréhension, de haine et trop souvent de violence meurtrière. L'effacement du souvenir des catastrophes suscitées par le nazisme et les difficultés sociales et économiques traversées par notre société ont libéré un discours qui a amplifié et banali• sé le racisme. Des idéologies extrémistes discriminatoires trouvent une emprise chaque jour plus grande dans notre pays. Les organisations et associations humanitaires suivantes: Droit de l'Homme et Solidarité Droit Humain Grande Loge de France Grande Loge Traditionelle et Symbolique Grand Orient de France Ligue des Droits de l'Homme (L.D.H.), Ligue Internationale Contre le Racisme et l'Antisémitisme (LICRA) Mouvement Contre le Racisme et pour l'Amitié entre les Peuples (MRAP) se sont rassemblées pour faire face à cette évolution dangereuse et lancer un appel à toute la population. Le Conseil Permanent de L'Episcopat Le Conseil de la Fédération Protestante Le Comité Inter-Episcopal Orthodoxe Le Conseil Supérieur Rabbinique Le Grande Mosquée de Paris qui avaient déjà fait en mars 1984 une «déclaration commune contre le racisme et pour le pluralisme de la société», ont jugé bon de s'associer à cet appel. Ils estiment que certaines manifestations d'intolérance dans la société française sont suffi• samment graves pour que, par-delà leurs différences d'approche, ils unissent pour la pre• mière fois leurs voix et leurs efforts.

175 Ensemble, ils déclarent qu'il est urgent de: — affirmer le respect de l'autre; — se solidariser avec les personnes et les minorités victimes de discrimination, leur recon• naître les mêmes droits à la justice, à la liberté et à l'égalité; — vivre ensemble dans la tolérance des différences et l'enrichissement mutuel pour une société meilleure de laquelle les imigrés ne sauraient être exclus.

Source: Hebdomadaire — No. 2158 — TC — 18 au 24 novembre 1985.

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