Ricardo Garabito Nadar Paul Auster
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
septiembre | octubre de 2007. buenos aires, argentina Revista Megafón | Número .01 | $ 3.80 Libros › Pintura › Fotografía › Paul Auster Ricardo Garabito Nadar Caer sin ruido. Una Retrospectiva. La bohemia en fotografías. “Será él uno de los primeros que incorpo- “Siento y sentí -fielmente ahora incluso “El tesoro que nos esperará en la obra de rará los conocimientos estilísticos y el rea- que recuerdo- que la extensión ó figura éste gran escritor, tiene, como todos los te- lismo pictórico para la construcción de su “El nuevo libro de Paul Auster Viajes por el que predominó en mí durante la visita a soros, el corazón mismo del poeta: validar obra. Cuando la fotografía se consolida Scriptorium quiebra la racha de inobjeta- la muestra de Garabito fue la intimidad. o invalidar sus fundamentos resultará tan como nuevo medio artístico, Nadar tam- bles victorias de sus títulos pasados. La de- Arriesgo aseverar que lo más interesante inútil como querer ignorar el más profun- bién consigue desigualarse: a diferencia cepción radica en el marcado contraste que de este artista es la mirada con la cual nos do de los sentimientos; ellos hablarán por de los artistas contemporáneos, Tourna- se revela al comparar esta reciente publica- expone figuras y cuerpos: en ella conf lu- sí solos, y ellos penetrarán, aún ignorán- chon olvida la pose y los ornamentos y se ción con todo un corpus narrativo previo yen lo más íntimo y personal de la reali- dolos, aún no escuchándolos, aún aunque concentra en la austeridad de la imagen y que consolidó una impronta austeriana.” dad con la que él convive.” los tape la tierra.” el poder expresivo del rostro”. Paul Auster Ricardo Garabito Leopoldo Marechal Nadar 4 ∙ 56 ∙ 7 12 ∙ 15 16 ∙ 17 Editorial N° 01 RESEÑAS › LIBROS4 Caer sin ruido | Paul Auster Dirección: Acaso una nota editorial de una revista literaria - y en especial la de un primer número- Juan Arabia sea menester de vislumbrar los deseos y esperanzas de quien o quienes escriben en ella. AUTORES6 Santiago Dabove Acaso tambien el agradecimiento será otra de las circunstancias que, en necesidad de ex- Un fantástico desconocido Miembros: clamar y expresar una felicidad incumplida, brote como escandalosa y se circunscriba al Leonardo de León placer se realizar una lista infinita de nombres, que de hecho al lector poco le importan. PINTURA8 Ricardo Garabito | Una Retrospectiva Marina Dragonetti Prefiero entonces obviar esos lugares, y recordar en cambio a un autor, que tristemente Nicolás Belinco ha sido olvidado: Lepoldo Marechal. RESEÑAS › MÚSICA10 › Eat Me Drink Me | Marilyn Manson Nicolás Cozzarín Éste último, aparte de dejarnos obras muy valiososas sea en poesía, cuento, novela, tea- › Paul McCartney | La búsqueda de la Leticia Castro tro y ensayo; nos ha dejado su pasión y amor por la lectura. Fue profesor, escritor, hom- melancolía del gran artista bre, artista y poeta. Desafió y retrucó no menos que a Leopoldo Lugones; un rival im- Colaboradores: posible, un monstruo de la perfección. Fue muy amigo de Roberto Arlt, de Xul Solar y ENSAYO12 Leopoldo Marechal Augusto Munaro de otros tantos no menos importantes. Tuvo el honor, acaso, de conocer a nuestro pro- Alejandro César Álvarez cer idealista Macedonio Fernádez. Borges, tras su muerte, no pudo dejar de llorar y ha- RESEÑAS › CINE16 › Cool Hand Luke Juan Mattio cer entrever, entre una mezcla de lágrimas y tabaco, que la política era una “puta” que › Inland Empire Luciana Mellado para nada servía. › El sonido del silencio Esta revista, como Megafón o La Guerra – la última de sus novelas – perseguirá el mismo Producción: fin que en esa ficción se inscribe, es decir, dos batallas paralelas: una física o terrestre, RESEÑAS › TEATRO18 › Variaciones Meyerhold Nahuel Ben Dahan contra los responsables de los desequilibrios que afligen a la ciudad, al país y al mundo, › Un enemigo del pueblo que se resolverán en “asaltos a sus conciencias” en las cuales el Autodidacto ha de usar Diseño: todos los recursos del drama, el humorismo y la poesía que va dictándole su imagina- FOTOGRAFÍA20 Nadar: la bohemia en fotografías. Lisandro Aldegani ción. La otra batalla es la metafísica o celeste, en la que Megafón y sus inolvidables gue- rreros cumplen al llevar a cabo la búsqueda de Lucía Febrero, que no es otra que la mu- ENSAYOS22 Nota sobre Charles Sanders Peirce Revista Virtual: jer simbólica tramada y amada por los poetas metafísicos, como la Beatriz de Dante o la www.revistamegafon.com.ar Laura de Petrarca. Esta misteriosa mujer, a fin de cuentas, no es más que el “intelecto de AUTORES MEMORABLES24 Capítulo 17. Los preparativos amor”, y es evidente que si la humanidad la recobrara, solucionaría “por el amor” todos Contacto: sus problemas contemporáneos. SECCIÓN CREATIVA27 › “La una y mil noches” [email protected] (un cuento sobre Bagdad) › J.A. › Empty rooms › Acerca del Escritor › Imaginación Reseñas › Libros Caer sin ruido Por Leonardo de León Paul Auster SABER CONTAR. vez con Brooklyn Follies, el lector de Via- Funes que parece haber encontrado el pro- ción de reprimir ese movimiento y con- Cuando tomamos contacto con la obra de jes por el Scriptorium siente un compues- cedimiento de olvidar el pasado, un pasa- densarlo en la más breve de sus novelas, y un autor que desconocemos y terminamos to contaminante, adormecedor, que se in- do que debe borrarse para evitar funestas en la más recortada de sus escenografías, deslumbrados, nos asalta una sensación miscuye a través de la vía invisible que lo evocaciones que tienden a impregnarse de no colabora con la gradual elevación que que va desde el apresuramiento al temor. une con el libro. Hasta el punto final in- tiempo presente, un pasado que, de recor- sus trabajos suelen adquirir. De un lado está la ansiedad, las ganas de tervienen lógicos mecanismos de defensa, darse en su totalidad, se torna cáustico. Desde lo artificioso o metatextual, el libro encontrar más libros de la misma pluma comprensibles e inútiles procedimientos Hasta el momento, la historia nos atrapa es llamativo; aunque no desde del argu- y repetir el placer de leerlo; pero al mismo por falsear la realidad. Ya cerrado el libro, sin esfuerzo, a pesar de ciertas descrip- mento. En otras experiencias de escritura, tiempo nos asedia, desde el otro lado, el te- comprendemos, no sin decepción, que ciones licenciosas. Pero, a partir de aquí, Auster había logrado amalgamar con de- mor de que esa conciencia literaria recien- todo ha sido en vano. Auster no es Auster, Mr. Blank será visitado por una amplia licadeza de orfebre la variable anecdótica temente descubierta haya sido capaz de y eso es todo. galería de personajes presentes en otras con la variable metatextual o interlibrezca. conmovernos una sola vez. Tememos que Alguien ha caído desde un pedestal, y hay obras del autor, figuras que para el lector Para ello había utilizado a Quinn, el pro- los otros libros nos defrauden. Tememos silencio en la caída. experimentado en Auster son identifica- tagonista de Trilogía en Nueva York, como que el milagro, al repetirse, deje de serlo. bles de inmediato; pero que, para el que un elemento repetido que navegaba (y El norteamericano Paul Auster es uno de EL LIBRO. inicia en este libro el conocimiento de la naufragaba) físicamente o por referencia a los autores que mejor inhibe esa potencial Mr. Blank se encuentra encerrado en una obra austeriana, son más elementos vesti- través de muchas de sus historias. Proba- decepción. Supo cautivar al imaginario habitación que no recuerda. Una cámara dos de interrogación que se suman al am- blemente, el fracaso de Viajes por el Scrip- colectivo desde su primer libro La inven- oculta graba cada uno de sus torpes mo- plio séquito de confusiones y ambigüeda- torium se deba a que el autor volcó por en- ción de la soledad, atreviéndose a un debut vimientos. El espacio está escasamente des previas. El lector adepto puede que se tero su atención a la interconexión de sus literario desde lo autobiográfico de la na- amueblado: una cama, un teléfono, una conmueva al reencontrarse con el Fogg de textos aislados, sacrificando la anécdota, rración, un perfil de escritura que los au- silla giratoria, un escritorio con papeles El palacio de la luna, con el Benjamín Sa- obviando la creación casi avasallante a la tores más reconocidos no se han atrevido y fotografías. La única ventana del lugar chs de Leviatán, con el niño Walt de Mr. que nos tiene acostumbrados. Auster logra a ensayar hasta la consolidación de sus ta- es imposible de abrir. No hay posibilidad Vértigo, con la Anna de El país de las úl- construir una obra alegórica que nos lleva lentos. Supo asombrarnos con la mixtura ni del más tenue atisbo visual de realidad timas cosas, o con el Quinn de la Trilogía a considerar la conciencia creadora como de novela policial y ensayo existencialista exterior, apenas algún sonido recuerda la en Nueva York. Pero todo esto, para el lec- un ser difuso y encerrado, que dialoga con en su Trilogía en Nueva York. Supo presen- presencia de un mundo. El aire encerrado tor principiante, constituye otra instancia sus propias creaciones y que siente en car- tar una versión originalísima del realis- circula sin dirección, y no hay mucho que que se suma a la larga lista de dudas plan- ne propia sus pesares, que cree verdaderas mo mágico norteamericano con Mr. Vér- ver para entretenerse. teadas, incertidumbres que consolidan un las ficciones, que piensa y siente como si tigo. Pero, sobre todo, supo cautivarnos en En ese espacio hermético, opresivo, inmó- estado de repulsión, hasta de abandono, viviera en ellas; pero olvida concretar su cada página gracias a un acto lumínico y vil, inicia la historia.