Misas de aguinaldos, posadas y paraduras en

Fernando CAMPO DEL POZO, OSA Colegio San Agustín, Zaragoza

I. Introducción sobre el por qué de este trabajo.

II. Origen de la “” y del novenario de Navidad.

III. Las misas de aguinaldos, con los agustinos, en México.

IV. y pastoradas con antecedentes en España.

V. Celebración de las misas de aguinaldos en El Carmelo, Estado Zulia, Venezuela.

VI. Las “paraduras” con otras fiestas en los Andes Venezolanos.

6.1. Problema con el tambor que se utilizaba en Mérida durante la colonia. 6.2. Paradura del Niño Jesús en el palacio arzobispal de Mérida en 2009.

VII. Versos que se cantan en las paraduras de Mérida y otros lugares.

VIII. Fiestas de de noche vieja, año nuevo y reyes magos.

8.1. Celebración de la noche vieja y año nuevo con ritos especiales. 8.2. La celebración de la fiesta de los reyes magos.

IX. Conclusión.

I. INTRODUCCIÓN SOBRE EL POR QUÉ DE ESTE TRABAJO

Con más de cincuenta años de espera, se completa un trabajo que se inició cuando tuve la oportunidad de celebrar las primeras fiestas de la Navidad en Venezuela, concretamente en la parroquia de El Carmelo, Estado Zulia, a orillas el Lago de Maracaibo, en 1956. Me sorprendió la costumbre, que había de las misas de aguinaldo o de aguinaldos, como allí se decía, a partir del día 16 de diciembre, antes del amanecer. Acudían muchos fieles, algunos con caminatas de más de 8 km. Lo hacían muy contentos, en grupos, cantando villancicos o “aguinaldos”. Deseaban oírlos desde las dos o tres de la mañana por los altoparlantes de la iglesia y a través de algunas emisoras de radio, como la Voz de la Fe de Maracaibo. Ellos decían que allí se solía celebrar la misa de aguinaldos dos horas antes del amanecer, por lo que procuré averiguar si esto era posible.

En el Código de Derecho Canónico de 1917, entonces vigente, (canon 821 parágrafo 1)1 se establecía que podía iniciarse la misa sólo una hora antes del amanecer. Había que atenerse a esta disposición. Los fieles querían que se comenzase antes, como lo hacían ellos cantando “aguinaldos”. Al visitar al venerable obispo de Maracaibo, Mons. Marcos Sergio Godoy, salió a relucir lo de las “misas de aguinaldos” y él alegó que ya el jesuita A. Vermersch afirmaba en el Epítome de Derecho Canónico que se podía celebrar la misa después de media noche por una necesidad, costumbre racional o causa justa. Se alegaba que en algunos monasterios se celebraba la misa después de maitines y laudes, hacia las 2 de la mañana. Había ciertos privilegios, como pude comprobar después, de Pío VI y Alejandro VI a los benedictinos2.

El obispo auxiliar, Mons. José Alí Lebrún, que estaba leyendo mi primer opúsculo La Virgen en La Cañada, para darle la aprobación, me hizo la sugerencia de hacer un estudio sobre Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, el origen de la correa y las “misas de aguinaldos”, las “posadas” y “paraduras”, que tenían una peculiaridad en Venezuela, lo mismo que en otras naciones de Hispanoamérica, con una posible intervención de los agustinos en México. El, que era terciario agustino, había oído algo de esto a los recoletos.

1 Codex Iuris Canonici, Roma 1918, p. 236. 2 VERMERSCH, A., y CREUSEN, J., Epitome Iuris Canonici, Turín 1924, t. II, pp. 50-51. MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 677

Este mismo obispo me pidió en las Navidades de 1957 que pasase por la casa del Pbro. Lic. José Antonio Zuleta para recoger sus libros y llevarlos a la biblioteca del seminario de Santo Tomás de Aquino. Había fallecido hacía apoco, en un hato de La Cañada de San Francisco, y dejado una buena biblioteca. En algunos de sus apuntes y pláticas se hacía referencia a las “misas de aguinaldos” que había celebrado en Los Puertos de Altagracia y La Cañada, Estado Zulia, Venezuela, donde pasó sus últimos años y se hizo famoso, porque tenía un cañón de esos que se ven en los museos. Este sacerdote había sido coronel militar y revolucionario legalista en Maracaibo3. Sus apuntes y libros fueron mi primera fuente para este trabajo, donde se recogen datos valiosos y experiencias de cómo se vivía la Navidad en Venezuela hace 50 años y su proyección en el presente.

II. ORIGEN DE LA MISA DE GALLO Y DEL NOVENARIO DE NAVIDAD

La misa de media noche o de “Gallo”, en la fiesta de la Navidad, aparece en una Epístola ad gentes del papa Telesforo del año 147, donde se establece que esa noche santa,”los presbíteros celebren misas y canten el himno de los ángeles: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”4. Esta fiesta se puso en lugar del culto al sol, porque, para los cristianos, Cristo era el nuevo sol de justicia y de salvación, con la Santísima Virgen, como aurora de salvación, según aparece en los Santos Padres de la Iglesia5.

Dentro de la tradición hispánica, en el concilio de Zaragoza del 3806, se acordó tener cultos especiales desde el día 17 hasta la Navidad y la Epifanía, dando origen a los octavarios y novenarios a partir del día 16. Hay constancia del octavario de misas antes de Navidad, en el primer decreto del décimo

3 OCANDO YAMARTE, G., Historia del Zulia, 3ª edic., Maracaibo 2004, pp. 405-406. El P. Zuleta llegó a ser general de división y capellán general del ejército en Venezuela. Entre sus libros estaba un buen Diccionario de Derecho Eclesiástico, París 1858, con aditamentos del Derecho español, editado en París en 1858, que me donó Mons. José Alí Lebrún, por el servicio prestado, junto con sus apuntes. 4 Lc 2,1. Cf. GRACIANO, Decreto, de consecratione, dist. 1, cap. 18, en el Corpus Iuris Canonici, Turín 1776, t. I, p. 118. 5 CULMAN, O., Origen de la Navidad, Madrid 1973, pp. 24-42, donde aparecen testimonios de Filócalus, san Clemente de Alejandría, san Ambrosio san Agustín y otros Santos Padres. 6 TEJADA, J., y CONZALEZ, F. A., Colección de Cánones de la Iglesia Española, Madrid 1850, t. II, pp. 425-426. Se imponía la celebración previa a la Navidad y hasta el 6 de enero. Esto iba contra los priscilianistas, que no querían celebrar estas fiestas y se escondían incluso en los montes.

678 FERNANDO CAMPO DEL POZO concilio de Toledo del 656, con el establecimiento de la “traslación de la fiesta de la Madre de Dios -Encarnación- al 18 de diciembre”7. Esto promovió el origen litúrgico de las antífonas de la “O”, porque comienzan con esta letra “Oh”, exclamación, a partir del día 17, en el oficio divino de vísperas, con la devoción a Nuestra Señora de la Esperanza y de la O, como en Otengá, , con la cara de Isabel la Católica, a la que se daba cierto culto8.

Durante la época visigótica se tenían representaciones de pastoradas y adoración de los reyes magos, que se incrementaron durante la Edad Media con las Cantigas del siglo XIII y las pastoradas en los reinos de León, Castilla y Aragón, donde siguen aún celebrándose en Ribagorza, lo mismo que en los Oteros de León y en otros pueblos. Se ha dicho por algunos historiadores, como Arturo Dávila, y con bastante razón, que el origen de las misas de aguinaldo se remonta a la época visigótica e incluso a la romana, como hemos visto que sucedió en Zaragoza, aunque tendrán su peculiaridad y se propagarán oficialmente con los agustinos en Nueva España durante el siglo XVI.

Del octavario se pasó al novenario, como preparación para la Navidad, con los misioneros españoles y portugueses en las Indias occidentales y orientales. El primer agustino, que arribó al Nuevo Mundo en 1527, fue el P. Fray Vicente de Requejada, natural de Zaragoza, que celebraba estos días con especiales cultos, para la celebración de la Navidad. Se tiene noticia de que los villancicos navideños del 25 de diciembre de 1530, les gustaban mucho a los aborígenes de Acarigua, Estado Portuguesa, Venezuela, donde se bautizaban para hacerse partícipes de las alegrías navideñas. El P. Requejada murió en Villa de Leyva (Colombia) y fue enterrado en la catedral de Tunja, donde se conserva el tríptico ante el que celebraba misa y cantaba los villancicos baturros9.

Los agustinos van a extender el octavario o de preparación para la Navidad, dando realce a las llamadas misas de aguinaldos, en México, a mediados del siglo XVI, como vamos a ver luego, y también las posadas o paraduras en Venezuela, donde procuraron sustituir los ritos idolátricos por cultos cristianos, injertando a veces ceremonias de la Iglesia Católica en tradiciones paganas. Se sustituyó el culto al sol (ches) por la Eucaristía en Mucuchíes y el de la luna (chía) por la Inmaculada en Mucurubá. Esto lo hizo el P. Bartolomé Díaz a finales del siglo XVI, en los Andes venezolanos, conservando ritos y

7 Ibíd., pp. 404-409. 8 CAMPO DEL POZO, F., “Santuarios marianos en el Nuevo Reino de Granada” en Provincia Agustiniana de Nuestra Señora de Gracia, II, Bogotá 1993, p. 571. 9 CAMPO DEL POZO, F., Historia documentada de los agustinos en Venezuela durante la época colonial, Caracas 1968, p. 9.

MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 679 danzas indígenas, que marcan una tipicidad en las fiestas del Corpus y Navidad10. Hicieron lo que hoy se llama inculturación. Costumbres y tradiciones hispanas de la Navidad se extendieron e injertaron en ritos ancestrales y paganos, especialmente en Nueva España, Venezuela y otras naciones.

III. LAS MISAS DE AGUINALDOS, CON LOS AGUSTINOS, EN MÉXICO

Las misas de aguinaldos, tal como hoy las conocemos, surgieron en México con motivo del octavario y novenario previo a la Navidad. Se denominaron primero de “aguinaldo” y luego pasaron a llamarse de “aguinaldos” por las canciones, que tenían como fin la preparación para la Navidad. Se sustituyeron los cultos idolátricos e inhumanos de los aztecas con las “misas de aguinaldos”. Cuando los agustinos españoles llegaron a México en 1533, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. A esto se unía el culto a otros dioses como Huitzilopochtli, al que ofrecían un líquido condimentado con sangre humana. Algunos ritos, largos y solemnes, con sacrificios cruentos, se celebraban cantando y bailando11. La vida entera de los indígenas estaba amalgamada con sus creencias idolátricas, que los misioneros agustinos procuraron sustituir por las misas de aguinaldos y otras ceremonias atractivas de la Navidad12. Comenzaban el día 16 de diciembre y terminaban el día 24 con la misa de medianoche o de “Gallo”.

Cronistas agustinos, como el P. Juan de Grijalva, relataron cómo los religiosos de su Orden celebraban estas misas con villancicos, catequesis especiales, enseñanza cívica y la hospitalidad para atraer a los aborígenes y darles algo mejor que lo que tenían, salvando incluso vidas humanas13. Esto se logró mediante las llamadas misas de aguinaldo y las posadas, que se celebraban en el atrio de las iglesias con un templete o capilla abierta, como sucedía Actopan y en Santa María de Xoxoteco. Luego se generalizaron en el último cuarto del siglo XVI por otros religiosos y presbíteros en México y otras partes de Hispanoamérica. Se celebraban las misas de aguinaldo antes de amanecer. Estas misas tuvieron buena acogida y se generalizaron, según afirma el P. Juan de Grijalva, “porque como la hora es tan alegre, y la devoción

10 Ibíd., pp. 56-51. 11 CASO, A., El pueblo del sol, México 1953, pp. 23-24. Hay mucha bibliografía. 12 JARAMILLO ESCUTIA, R., Huellas Agustinianas. Compendio de Historia de Orden de San Agustín para América Latina, México 2002, pp. 107-112. 13 GRIJALVA, J. de, Crónica de la Orden de N. P. S. Agustín en las provincias de la Nueva España, 2ª ed.. , México 1924, pp. 218-220. La primera edición es de 1624.

680 FERNANDO CAMPO DEL POZO tan grande, y tanta la solemnidad con que se cantan, fue tan grande la frecuencia de los fieles y el aplauso con que se recibieron”14.

Estas misas tuvieron su mayor auge con la aprobación eclesiástica de Roma, cuando era prior de Acolman, el P. Fr. Diego de Soria. Al ser nombrado procurador de la Provincia en España y Roma consiguió del papa Sixto V el breve Licet is de cuius munere, del 5 de agosto de 1586, que concedía veinte años y cuarenta días de indulgencias para todos los asistentes15. Para el año 1624, las misas de aguinaldo se habían extendido por toda Nueva España y hasta en los conventos de monjas: “La devoción fue tan grande y la alegría espiritual tan extraordinaria, que en pocos años no hubo iglesia ninguna en todo el Reino, así de españoles como de indios, donde no se cantasen, y aunque la indulgencia sólo se ganaba en nuestras iglesias, la frecuencia de los fieles en todas, es tan grande que ya no hay diferencia de la Mar al Río, antes es tan grande la solemnidad, las músicas y las demostraciones de alegría que hay en los monasterios de monjas que parece suya la devoción”16. Se procuraba seguir el método agustiniano sobre el modo de Catequizar a los ignorantes de san Agustín17 y según la organización iniciada por Vasco de Quiroga con el P. Alonso de Borja en el Hospital-Escuela de Santa Fe, donde se llevaba vida comunitaria, usando cantos y oraciones, que diariamente se ejecutaban en el marco de una pauta para el aprendizaje catequético y vivencia de la Navidad, recordando que los nueve días estaban simbolizando los nueves meses que llevó en su seno al Niño Jesús y como espera, que explica el origen a Nuestra Señora de la Esperanza18. Al terminar los agustinos repartían fruta y dulces, como signo de gracias, que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús. Se trataba de un transplante navideño del novenario español en Nueva España (México) dando origen a las misas de aguinaldos.

IV. LAS POSADAS Y PASTORADAS CON SUS ANCEDENTES HISPANOS

En México se recordaba a México y la Santísima Virgen buscando una posada o alojamiento, como en Belén. Los agustinos convocaban al pueblo

14 Ibíd., pp. 618-619. 15 METZLER, J., America Pontificia. Primi saeculi evangelizationis 492-1592, Ciudad del Vaticano 1991, t. I, pp. 1284-1486. 16 GRIJALVA, J. de, Crónica, pp. 545 y 519. Se pone grafía moderna. 17 CAMPO DEL POZO, F., “La catequesis pastoral en el De catechizandis rudibus” en Estudio Agustiniano, 7 (1971) 105-127. 18 BASALENQUE, D. de, Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán del Orden de N. P. S. Agustín, 3ª ed., México 1963, pp. 55-56 y 199.

MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 681 en el atrio de sus iglesias y conventos, donde hacían la novena con el Santo Rosario y cantos. A esto se unían representaciones, basadas en el Evangelio, como recuerdo del peregrinar de María y José de Nazaret camino de Belén para empadronarse y pagar el tributo. Se acomodaba y continuaba la práctica iniciada en el convento de Ocuituco, cuyo capítulo de 1534 ordenaba la especial vigilancia de un fraile para enseñar a los niños con la colaboración de indígenas. Había algunos bien preparados para catequizar. Se formaban cuadros de catequistas indígenas, sus principales auxiliares, que suplían a los frailes en su ausencia19. Las prácticas de Alonso de Borja se van a extender por los agustinos, según el ensayo hecho en Santa Fe, de México, con la ayuda de Vasco de Quiroga. La catequesis se hacía durante todos los días del año, mañana y tarde, especialmente en la Navidad. Nada más amanecer se juntaba todo el pueblo y rezaba la doctrina cristiana. Para la catequesis, se reunían los fieles divididos por sexos, con el control de los ancianos indígenas y catequistas, que impartían sus conocimientos y se tenían las oraciones matutinas y vespertinas dirigidas de ordinario por un fraile. Se pasó luego a los barrios, donde se tenían los cultos al lado de una cruz o de una imagen, que se habían colocado previamente20. Esto pasó a realizarse también en Michoacán y demás conventos de los agustinos21. Se vivía el novenario previo a la Navidad con especial alegría mediante villancicos, que llamaban aguinaldos. Las posadas se celebraban también del 16 al 24 de diciembre.

Las posadas comenzaban con el rezo del Santo Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes formaban dos filas, que terminaban en dos niños, portando unas imágenes de la Santísima Virgen y san José, como los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividían en dos grupos: uno entraba en la casa y el otro pedía posada imitando a san José y la santísima Virgen al llegar a Belén. Los peregrinos recibían acogida por parte del grupo que estaba en el interior. Luego seguía la fiesta con el canto de villancicos o aguinaldos y se solía terminar con dulces o golosinas que se daban. Esto pasó a hacerse luego con una piñata especialmente para los niños. Las posadas era un medio de preparación con alegría y oración para acoger a Cristo en nuestro corazón y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús. Estas tradiciones pasaron a los Andes venezolanos con algunos variantes, incluso con fines benéficos y parroquiales mediante “pastoradas” y “paraduras”, como luego veremos.

19 GRIJALVA, J. de, Crónica, pp. 64-67. 20 Ibíd., p. 226. Cf. CAMPO DEL POZO, F., “Don Vasco de Quiroga y sus pueblos- hospitales”, en Galicia en Madrid, 88 (2008) 25-33. 21 JARAMILLO ESCUTIA, R., Los Agustinos de Michoacán l602-1652, México 1991, pp. 261-269.

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Las pastoradas venían a ser un complemento de las posadas. Solían consistir en una representación teatral, recordando a los pastores que, al ver la estrella, como los reyes magos, fueron a ofrecer sus donativos “aguinaldos” al Niño Jesús. Se trataba de un acto popular presidido por el párroco y autoridades. En América, intervenían los caciques, con diálogos de los pastores entre sí y con José y María. Hay buenas colecciones de pastoradas en distintas regiones como Aragón, Castilla y León, etc.22. Estas tradiciones pasaron de España a sus colonias de América, como México y Venezuela, donde se canta: “si la Virgen fuera andina y san José de los Llanos, el Niño Jesús sería, un niño venezolano”.

Las misas de aguinaldos y las posadas facilitaron conversiones masivas en México, lo mismo que en Venezuela, donde han ayudado a conservar la religión católica y a vivir la alegría de la Navidad en muchos pueblos, incluso en algunos que estuvieron sin sacerdote durante muchos años. Se establecieron en Puerto Rizo en 1654 con una fundación del deán, D. Pedro Lizano.

V. LA CELEBRACIÓN DE LAS MISAS DE AGUINALDOS EN EL CARMELO

Las misas de aguinaldos se celebraban, en 1956, una hora antes del amanecer en El Carmelo, La Cañada, Estado Zulia, Venezuela, como se ha observado al principio, y los fieles deseaban que se iniciasen no una hora antes del amanecer, sino dos horas antes, incluso desde las 2 ó las 3 de la madrugada. Generalmente se comenzaba entre las 4 y las 5 de la mañana, aunque desde unas dos horas antes se cantaban y se oían los “aguinaldos”. Su origen se remontaba ciertamente a los tiempos de la colonia, lo mismo que el culto a la Virgen del Carmen y la Inmaculada23.

Al tratarse de una costumbre que procedía de la época hispánica, intenté averiguar su origen, lo mismo que el de algunos vocablos, que no se usaban en España o tenían otro significado. Así, la palabra “aguinaldo” significa en Venezuela no sólo regalo navideño, sino más bien “canción de Navidad o villancico”. Quienes cantan los aguinaldos se llaman “aguinalderos”. De ahí que en Venezuela haya predominado lo de misas de aguinaldos, aunque también se dice de “aguinaldo, como en otras naciones de Hispanoamérica.

22 BELTRAN MARTINEZ A., Introducción al folklore aragonés, Zaragoza 1980, t. II, pp. 171-268; LOZANO PRIETO, V., Autos sacramentales y folklore religioso en León: pastorada, reyes magos y pasionario, León 1985, donde pueden verse algunas pastoradas. 23 CAMPO DEL POZO, F., La Virgen en La Cañada, Maracaibo 1957, pp. 13-16.

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Conviene tener esto en cuenta, lo mismo que las gaitas maracaiberas con el cuatro, la tambora, las maracas, la charrasca24 y el furruco25. Ya desde el mes de noviembre comienzan a organizarse grupos para cantar “aguinaldos” y las “gaitas” del Zulia, como anticipo de la Navidad con aire musical, rebosante de alegría, de gozo y de piedad. Hay gaitas maracaiberas o zulianas que son aguinaldos. Una gaita típica era: “Ya viene la cabra mocha de Josefina Camacho”, que se cantaba y bailaba con un ritmo especial26. Era y es un anticipo de la Navidad, como las “tamborradas” anuncian la Semana Santa en Aragón.

Una sorpresa fue que se llenaba la iglesia y no cabía la gente. Había más fieles que los domingos. Acudían ancianos, jóvenes y niños, tanto hombres como mujeres. Solían acudir con una cobijita, porque, según ellos, era época de “hielitos”, cuando en realidad no se bajaba de los 22 ó 23 grados. Ciertamente que en esa época se notaba el fresco, algo que uno agradecía. Eran muchos los que querían confesarse y se atendía a los que buenamente se podía. Incluso llegaban a santificarse algunos hogares con motivo de estas fiestas, procurando que celebrasen el matrimonio canónico.

Previamente se mandaban sobres felicitando las Navidades. Se les hacía ver que la Virgen era como la aurora de salvación, que nos trajo al sol de justicia y de paz: Jesucristo. Se notaba que asistían a las “misas de aguinaldos” para vivir las tradiciones y costumbres navideñas según lo había hecho sus antepasados. Se procuraba darle a la Navidad una vivencia de la fe con significado interior y no sólo el exterior. Se debía preparar nuestro corazón para el renacimiento de Jesús por la gracia, recordando a la familia de Nazaret. Por eso se ponían los nacimientos en las iglesias y en muchas casas, junto con el árbol de Navidad por influencia norteamericana. Había mucha propaganda de las tiendas. Se decía que estas fiestas las habían inventado algunos vividores para divertirse y los comercios para vender. Casi todos reconocían que había mucho significado cristiano detrás de cada una de estas tradiciones, como las misas de aguinaldos, y que se trataba de vivir estas fiestas con el sentido profundo que tienen para los cristianos. Así, el 24 de diciembre, no sólo era un festejo más, sino que se fomentaba un verdadero amor a Dios y al prójimo.

24 La charrasca o charraspa es un instrumento musical, que consiste en una pieza cilíndrica de madera o metálica, con ranuras trasversales, sobre las que se resbala rítmicamente un palito, produciendo un sonido vibrante. 25 El furruco o furro esta hecho de madera, en forma de barrilito, con una membrana de cuero atravesada por un palo, que al subir y bajar produce un sonido sordo. 26 Esta gaita antañona y popular se cantaba en 1960 por los estudiantes de la universidad del Zulia, en La Ciega, parroquia de santa Lucía, en las Navidades, cerca del Empedrado, donde surgieron las gaitas, como Ya viene la cabra mocha, cuyo original era de Pradelio Hernández.

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Esa noche santa, unos a otros se felicitaban las Pascuas navideñas con un abrazo de paz y salud. El día de Navidad, un grupo de niñas, vestidas de blanco como ángeles, con un Niño Jesús en la cuna, iban visitando las casas y cantando “aguinaldos” y les daban una limosna o pequeño aguinaldo, con el que se les ofrecía un ágape en la casa parroquial. Quedaba un remanente que se utilizó para conseguir una pintura con plantas tropicales, que hacía de telón de fondo del Nacimiento de la iglesia de El Carmelo. Un plato típico era la o hayaca, que cosiste en un elaborado con masa de maíz y relleno con guiso de carne de carne, envuelto en una hoja de plátano. Afirmé en cierta Navidad, que si según el novelista ruso Fiodor Dostoievski, “la salvación del mundo vendría por la belleza”, para los cristianos “vendrá por la justicia y caridad”, que nos traen la paz de Navidad con el amor de Dios hecho Niño para darnos ejemplo de vida. Me lo recordaba no hace mucho un antiguo amigo venezolano mediante un correo electrónico.

Todos los años, al llegar el mes de noviembre, las emisoras de radio empiezan a poner gaitas y “aguinaldos” que se extienden por toda Venezuela. Aunque cantan preferentemente a su región, como sucede en el Zulia, también cantan a la Virgen de Chiquinquirá, santa Lucía y la Navidad. Lo hacen al Niño Jesús, como eje polarizador de la Navidad, con amalgama de hechos religiosos, políticos y amorosos.

Había cultos especiales con gaitas, el día de santa Lucía, el 13 de diciembre, y después incluso en tiempo de Navidad. En la parroquia del Carmelo, una familia prestaba la imagen de santa Lucía, a veces mediante un donativo o limosna. Se hacía su fiesta en la iglesia y se continuaba con gaitas y parrandas en casas particulares. Se procuró evitar los abusos existentes.. Había también aguinaldos y gaitas en el culto a san Benito el negro o de Palermo, cuya fiesta solía celebrarse el 27 de diciembre.

En 1957, después celebrarse la misa a san Benito en la iglesia de El Carmelo, salieron sus devotos con el santo negro y volvieron a la iglesia por la tarde. Eran más de 200 hombres, que seguían bailando con el santo mientras bebían aguardiente. La sorpresa fue que a la puerta de la iglesia echaban ron pampero en la cabeza de la imagen. Se consideró una irreverencia. Como no se sabía entonces su significado, se avisó al prefecto, que estaba al lado de la iglesia y se les quitó la imagen. Esto salió por la prensa con críticas adversas. Se les devolvió para evitar males mayores y cuando se supo que le echaban aguardiente en la cabeza al santo, como despedida, con la promesa de dejar de beber en un año, algo que no cumplían. Se procuró poner remedio a los abusos sin éxito, porque siguieron las parrandas y tocatas que duraban toda la noche con hechos lamentables. Algunos años después, el párroco sucesor

MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 685 inauguró su capilla con un muerto, debido a los excesos de la bebida, por lo que se recordaron los tiempos pasados y las advertencias hechas anteriormente para evitar abusos.

VI. LAS PARADURAS CON OTRAS FIESTAS NAVIDEÑAS EN VENEZUELA

Se celebraba la Navidad durante la época colonial y todavía principios del siglo XXI, en la ciudad de Mérida y en los Andes venezolanos, Táchira y Trujillo con las “paraduras” y otras fiestas navideñas, que llaman la atención, junto con las misas de aguinaldos, a las que he tenido la oportunidad de asistir. Sucedía algo parecido en los pueblos de Barinas y Zulia, que habían adoctrinado los agustinos.

En 1962, el benemérito P. Pablo Barnola, jesuita, preguntaba sobre quiénes habían adoctrinado y evangelizado los Andes venezolanos, donde había cultos especiales, como las paraduras27. Al decirle que habíamos sido los agustinos, me pidió que lo estudiase, porque era digno de conocerse esto. Se vivían las misas de aguinaldos, las posadas y las paraduras, casi como en México. Tenía bastante documentación la familia de Don Tulio Febres Cordero, que me habló de las “posadas” y “paraduras” para vivir devotamente la Navidad y como obra benéfica, según se ha observado anteriormente. La paradura era una especie de fiesta familiar y religiosa con el pesebre y el Niño Jesús que se lleva en un paño elegante, paseándolo por la casa y por la calle, en procesión, hasta colocarle de nuevo en el pesebre de pie. Había cánticos especiales con cohetes, triquitraques, piñata, etc. Suele hacerse todavía en fiestas familiares, de barrio, ermitas, parroquia, etc. Se celebran desde el 24 de diciembre hasta el 2 de febrero. En las posadas se hace la búsqueda de alojamiento, como en México. Las pastoradas tienen mucho parecido a las de España. Las “paraduras” tienen algunas afinidades, con sus matices y diferencias. En algunas de ellas se hace desaparecer la imagen del Niño Jesús y luego se le busca hasta encontrarle, haciendo entonces una manifestación de alegría con el canto de “aguinaldos”. Finalmente se coloca en la cuna, a veces de pie.

6. l. Problema con el tambor que se utilizaba en Mérida durante la colonia

En la ciudad de Mérida sucedió algo interesante con motivo del músico que tocaba el tambor para los aguinaldos, en las fiestas y posadas o paraduras,

27 CAMPO DEL POZO, F., Historia documentada de los agustinos, p. 21.

686 FERNANDO CAMPO DEL POZO durante la época colonial. Lo malo era que el tambor y el tamborilero llegaron a resultar gravosos, cuando se creía que era algo estupendo y hasta rentable. Cada vez que había fiesta, se buscaba al tambor y al tamborilero, que solía estar hospedado, como vamos a ver, en alguno de los conventos o monasterios que había en Mérida,

En cierta ocasión, los agustinos mandaron recaudo a los jesuitas pidiendo prestado el tambor para una “paradura” y la fiesta de Ntra. Sra. de Gracia. Los jesuitas enviaron una misiva diciendo que iba el tambor, sin el tamborilero, y que donaban el instrumento generosamente. Los agustinos agradecieron esta donación y habilitaron para tamborilero a un criado negro, que ayudaba al sacristán en los oficios de la iglesia. Les llegó a resultar gravoso el tamborilero a los agustinos, porque se lo solicitaban en todas las fiestas y “posadas” y se quedaban sin ayudante del sacristán.

Los agustinos estaban dispuestos a desprenderse del tambor a todo trance. Se presentó una buena ocasión cuando sus vecinas, las clarisas, pidieron el servicio del instrumento para las fiestas navideñas. El prior de los agustinos dijo que les dejaba el tambor y se lo regalaba. Las monjas agradecieron el regalo y celebraron muy alegremente la Noche Buena, san Juan y algunas fiestas seráficas. Ellas cantaban “aguinaldos” y piadosos romances al son del tambor y las panderetas.

Pronto se dieron cuenta las monjas de que el regalo resultaba gravoso, porque tenían que alimentar al tamborilero con ausencias para ir a tocatas y tener que abrir la clausura a horas intempestivas. Pensaron que sus hermanos franciscanos les remediasen de tal pesadumbre; pero el Padre guardián, que reservadamente sabía lo que pesaba el tambor, sin llevarlo a cuestas, se excusó como pudo. Las desconsoladas monjas vieron una oportunidad con motivo de las fiestas de san Vicente Ferrer, cuando pedieron los dominicos prestado el tambor. Al ofrecérselo en donación, se rió el prior con sorna y luego se lo devolvió diciendo que habían sido ellos las primeras víctimas, antes que los jesuitas y los agustinos. Acudieron las mojas al Vicario Judicial, Don Luís Dionisio Villamizar quien, después de pedir informes y de estudiar el caso, dictaminó una sentencia que se puso en verso: “Que no sirva más de balde / lo manda el juez superior / que deben sonar los reales, / antes que suene el tambor”28.

28 Ibíd., pp. 32-36. Cf. FEBRES CORDERO, T., Archivo de Historia y variedades, Caracas 1931, II, pp. 50-52, donde aparece el informe de los jesuitas que ya habían sido suprimidos.

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La fiesta de los Santos Inocentes se ha celebrado de distintas formas, incluidas las tradicionales inocentadas. En el Estado Lara de Venezuela, en Sarare, un pueblecito, como un nido de cigüeñas entre montañas, se venera un cuadro de los Santos Inocentes con una cofradía que celebra su fiesta con bailes ancestrales y típicos, denominados Los Zagozanos, por repetirse Ay Zaragoza, en verso de cuarteto que cantan con “a lará, la ra lá, Zaragoza”. Quizás lo haya llevado alguna familia maña. Por allí anduvo el P. Requejada en el siglo XVI. Los actos comienzan de noche como a las cuatro de la mañana. Desde una casa, que tiene el cuadro, se lleva hasta la iglesia, donde se celebra la misa todavía de noche con cantos y tocatas especiales, a las que sigue la procesión, recordando la matanza de los Santos Inocentes por Herodes. Se celebra también en Cubito, cerca de El Tocuyo. Es un complemento de las “misas de aguinaldos”.

La vivencia de la Navidad en Venezuela, especialmente en los pueblos andinos, tiene connotaciones especiales con las posadas y paraduras, en las que salen niños ataviados como si fuesen la Virgen, san José, los Reyes Magos, los pastores y ángeles. Esto hace que el pueblo se reencuentre con sus tradiciones cristianas en las que no faltan los romances, décimas, coplas y hasta copas con bebidas espirituosas.

6.2. Paradura del Niño Jesús en el palacio arzobispal de Mérida en 2009

El día 2 de febrero de 2009, a las tres de la tarde, tuve la suerte de asistir y participar en la tradicional “paradura” del Niño Jesús, que estaba en el nacimiento del palacio arzobispal de Mérida. Desde tempranas horas se habían congregado bastantes merideños en los espacios libres de la plaza de Bolívar y palacio arzobispal. Unos eran colaboradores y otros buscaban sitio para instalarse.

Me informaron que, como en años anteriores, desde el 7 de enero se habían entregado unas 500 tarjetas a invitados entre instituciones, organismos públicos y privados de la ciudad de Mérida. Se contaba con los asiduos colaboradores de la Arquidiócesis, Archivo y Museo. Las puertas estaban abiertas a los turistas y a cuantos deseasen participar o quisiesen unirse a la celebración. Dª. Lola Febres Cordero de Sánchez y la Dra. Ana Hilda Duque eran las principales anfitrionas y tuvieron la amabilidad de invitarme a la “paradura” en horas de la mañana, mientras hacía consultas en el Archivo Arquidiocesano. Al lado del nacimiento había muchos dulces y golosinas que habían preparado previamente la Señora Carmen Carretero y sus colaboradoras. Se les encomendó, como en años anteriores, que consiguiesen unos 20 Kgrs de conchas de

688 FERNANDO CAMPO DEL POZO naranjas y otros aditamentos, para colocarlos en bolsitas adornadas con flores naturales y olorosas que perfumaban el ambiente y abrían el apetito. Había agua de y el tradicional “vino pasita” con el bizcochuelo29.

Al salir antes del almuerzo para descansar y respirar aire fresco en la plaza de Bolívar, uno que estaba vestido de rojo y era “chavista” se acercó para saludarme, como sobrino de un sacerdote, al que conocía. La sorpresa fue grande, cuando me dijo que no iba a realizarse la “paradura”, porque la iban a sabotear. En la plaza había cuatro quioscos de propaganda “chavista” con altoparlantes a favor del “sí” y canciones más bien cubanas que venezolanas insistiendo en el voto favorable a Hugo Chávez.

Durante el almuerzo, le dije al arzobispo, Mons. Baltazar Porras Cardoso, que algunos pensaban sabotear la “paradura”. Me comentó que ya estaba enterado por el hijo de un “chavista”. Llegó a informarme que tanto el gobernador como el jefe de la policía le habían garantizado el orden. Y así sucedió. Un cuarto de hora antes de las tres, llegó un destacamento militar que hizo callar a los altoparlantes propagandísticos y dejó despejadas las calles.

La mayor sorpresa, para mí inesperada, fue que Mons. Baltasar Porras Cardoso, mencionó mi nombre, como uno de los cuatro que íbamos a llevar al Niño sobre un paño litúrgico. A mi lado, sosteniendo el paño, iba nada menos que la esposa del gobernador, Dra. Diana Agostinelli, primera Dama del Estado Mérida. Los pastores y reyes magos, representados por niños, primorosamente ataviados, daban un aspecto bucólico Me emocionó la orquesta de Acequias, a la que había oído cantar la Novena y el Rosario a san Agustín a finales de agosto de 1957. Todavía sobrevivían dos músicos venerables que hacían de directores. Había tambores y guitarras con otros instrumentos típicos, como las maracas, la tambora, el furruco y el cuatro. Este conjunto musical amenizaba los distintos misterios del Santo Rosario con melodías alegres, pausadas y quejumbrosas, que le llegan a uno a las fibras íntimas del corazón

Se dio la tradicional paradura con una vuelta alrededor de la plaza de Bolívar. Hubo la grata sorpresa de que bastantes “chavistas”, que habían ido para sabotear el acto, cantaban devotamente los “aguinaldos” y participaban en el Santo Rosario comentado con los misterios gozosos, relacionados con la Navidad y la Candelaria, por lo que todos llevábamos una vela encendida. En esta paradura no se hizo desaparecer a la imagen del Niño Jesús, para hallarla de nuevo, como sucedió en una “paradura” de la parroquia de santa

29 DUQUE, A. H., “XIV Paradura del Niño. Palacio Arzobispal de Mérida, 2 de febrero de 2005”, en Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida, t. IX, n. 25 (2005) 231-232.

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Rita, en Caricuao, Caracas, el día 18 de enero de 2009, a las tres de la tarde, y en la antigua iglesia de san Agustín, actualmente del Perpetuo Socorro en Mérida, el día 31 de enero del mismo año. Coincidían todas las paraduras en el canto de villancicos venezolanos (aguinaldos) y el Santo Rosario, con el reparto de bolsitas, dulces y diferentes bebidas como agua de panela, limonada, vino, etc.

VII. VERSOS QUE SE CANTAN EN LAS PARADURAS DE MERIDA

En las paraduras de Mérida se cantaron los siguientes versos:

Dulce Jesús mío, ¡Rey de las naciones ¡Vida de ni vida, mi Niño adorado. Enmanuel preclaro, mi sueño adorado, ¡Ven a nuestras almas! de Israel anhelo, mi constante amigo, ¡Ven no tardes tanto! pastor de rebaño! mi divino hermano! ¡Niño que apacientas ¡Ven a nuestras almas! ¡ Oh Sapiencia suma con suave cayado ¡Ven no tardes tanto! del Dios soberano ya la oveja arisca, (Siguen otros versos) que al nivel de un Niño ya el cordero manso! te hayas rebajado! ¡Ven a nuestras almas! Despedida30 ¡Ven no tarde tanto! (Varía según los lugares) ¡Ábranse los cielos ¡Adiós Niño hermoso ¡Oh Divino infante y llueva de lo alto, nacido en Belén, ven para enseñarnos bienhechor rocío por todos los siglos la prudencia que hace como riego sano! de los siglos amén! verdaderos sabios! ¡Ven hermoso Niño! Dulce Jesús mío, etc. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven Dios humanado! ¡Ven no tardes tanto! ¡Luce, hermosa estrella, En este año nuevo brota flor del campo! Te pido un favor: ¡Oh raíz sagrada ¡Ven a nuestra almas! sácanos con bien de Jesé, que en lo alto ¡Ven no tardes tanto! divino Señor. presentas al orbe Dulce Jesús mío, etc. tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño Ven que ya María Todos los presentes, que has sido llamado: previene sus brazos que te acompañamos, “lirio de los valles, que su Niño tengan el año que viene

30 Estos versos se cantaron también en Caricuao, Caracas, con algunas variantes y añadiduras. Se iba haciendo referencia a los principales asistentes, especialmente a los músicos. “A este conjunto/ que ha tocado tanto/ que el Niño Jesús/ le cubra de amparo. Se acomodaban los versos según las circunstancias y los asistentes. Se repetían en su mayor parte.

690 FERNANDO CAMPO DEL POZO bella flor del campo” !en tiempo cercano! aquí te esperamos ¡Ven a nuestras almas! [Hay variantes]. Dulce Jesús mío, etc. ¡Ven no tardes tanto! Ven que ya José Hoy a los padrinos, ¡Oh lumbre de oriente, con anhelo sacro les damos las gracias, sol de eternos rayos se dispone a hacerse han parado al Niño que entre las tinieblas de tu amor sagrario! el Rey de esta casa. tu esplendor veamos! ¡Ven a nuestras almas! Dulce Jesús mío, etc. ¡Niño tan precioso, ¡Ven no tardes tanto! dicha del cristiano Canten un versito luzca la sonrisa ¡Del débil auxilio, al pie el calvario. de tus[bellos] labios! del doliente amparo, Se acaban los versos ¡Ven a nuestras almas! consuelo del triste y sigue el Rosario. ¡Ven no tardes tanto! luz del desterrado! Dulce Jesús mío, etc.

El acto del palacio arzobispal de Mérida resultó muy concurrido con un ágape compartido y fraterno de todos los asistentes, a los que fue despidiendo uno por uno Mons. Baltazar Porras. Estaba allí también el obispo auxiliar, Mons. Alfonso Márquez Molina, que asistió a la procesión y hacía también de animador. Ni que decir tiene que ese día ya no se cenaba y que todos volvían contentos con las ganas de celebrar la “paradura” el próximo año, aunque algunos les acompañaremos solamente con el grato recuerdo de haber participado.

VIII. FIESTAS DE NOCHE VIEJA, AÑO NUEVO Y REYES MAGOS

A las misas de aguinaldos les siguen otras tradiciones en Venezuela, como la quema de un muñeco, que representa al año viejo o pasado, mientras se preparan para recibir el año nuevo con bienestar, como se hace en los Estados Mérida y Táchira.

8.1. Celebración de la noche vieja y año nuevo con ritos especiales

La noche viejas suele ser un una fiesta familiar con cena especial y recuerdo de los antepasados. Se tuvo la misa de media noche y año nuevo, que resultó ser un poco conflictiva, porque asistían algunos un poco bebidos. La costumbre de comer 12 unas, como en España, se está imponiendo, para garantizar el cumplimiento de doce deseos. Resulta acogedora y emocionante la felicitación de año nuevo, que se suele hacer con un abrazo, deseando prosperidad y salud.

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Hay otras tradiciones especiales como la de tomar un puñado de lentejas y tenerlas en la mano cuando llegue el año nuevo para tener prosperidad; sacar las maletas a la calle para tener un nuevo año lleno de viajes, romper las copas para dejar el pasado atrás con esperanza de nuevos horizontes en el año que comienza, etc. En algunos lugares se quema un muñeco, que se llena de pólvora y se enciende al llegar las doce, haciendo estallar fuegos artificiales, lo que se llama el “cañonazo”.

El día de año nuevo era de cordiales felicitaciones con el cántico del villancico o aguinaldo: “un feliz año para ti, un feliz año para ella, un feliz año para todos, un feliz año”. Y se repetía.

8.2. La celebración de la fiesta de los reyes magos

La fiesta de los reyes magos ha tenido y tiene sus buenas tradiciones, como una continuación de las misas de aguinaldos y la adoración de los pastores. Hay celebraciones especiales con teatros, cuyas piezas, a veces en verso, se conservan. Entre los días 4 y 7 de enero, en el Estado Trujillo, se celebra la llegada de los reyes magos con velorios que duran toda la noche. No faltan los cánticos y ofrendas al Niño Jesús. Luego se celebraba una misa de madrugada, como triduo de espera a los reyes magos. Ha decaído esta fiesta en los lugares, donde el día 6 pasa a ser día de trabajo.

Se sigue con la costumbre procedente de España de que el cinco de enero, los niños antes de ir a la cama, coloquen los zapatos en las puertas o ventanas de sus habitaciones para que los reyes depositen sus presentes. Algunos padres les dicen a sus hijos que los colocan ellos recordando los regalos que los reyes magos hicieron al Niño Jesús a fin de que se porten bien. Esto se hacía también por algunos padres en España.

En algunos pueblos andinos de Venezuela, evangelizados por los agustinos, el día 6 de enero, se instalada un templete o escenario para representar diversos pasajes bíblicos que narran la historia de los reyes magos con diálogos y poesías, que pasan de una generación a otra. Al finalizar la representación, grupos musicales y orquestas cantan aguinaldos recordando a los reyes de oriente.

Se sorprenden los procedentes de Hispanoamérica cuando ven las cabalgatas de los reyes magos en España. Allí existieron y han desaparecido en la mayoría de las naciones, por ser día laborable. Se seguía celebrando con mayor solemnidad si caía en domingo. En la parroquia de El Carmelo,

692 FERNANDO CAMPO DEL POZO en 1957, se tuvo una pequeña cabalgata. Hubo también un nacimiento viviente en La Concepción, La Cañada, por el P. Juan Antonio Martínez Iglesias. Se hizo porque se habían realizado en tiempos pasados, según lo recordaban las personas mayores. En esta población no se celebraban las misas de aguinaldos como en El Carmelo, porque coincidían con las fiestas de la Inmaculada, cuyo novenario se hacía después del día 8 de diciembre. De esta parroquia iban algunos a la de Ntra. Sra. del Carmen, que distaba unos 10 km., para asistir a las misas de aguinaldos.

IX. CONCLUSION VALORATIVA

Las llamadas misas de aguinaldo en México y “de aguinaldos” en casi toda Venezuela, tienen un carácter religioso, con aditamentos sociales y una espiritualidad que varía según sus orígenes y regiones. Hay incluso características y diferencias según los evangelizadores. Los pueblos andinos, adoctrinados en su mayor parte por los agustinos, se reencuentran con sus tradiciones y su conciencia formada según la doctrina agustiniana y cristiana, que da sentido a la vida humana con la Encarnación del Verbo, ese Niño Dios que nos da ejemplo y muere para nuestra redención, dándonos una esperanza en la resurrección. La Navidad es una de las dos grandes Pascuas cristianas, que apoyan la alegría de fe. En las misas de aguinaldos se recuerda el nacimiento, infancia y predicación de la Buena Nueva, por Jesús de Nazaret. Su Evangelio sigue siendo un programa para realizar. Los agustinos dejaron la impronta de su carisma agustiniano en los pueblos que evangelizaron insistiendo en el amor “con un alma sola y un solo corazón en Dios”31, siguiendo el ejemplo de los primeros cristianos que “tenían las todas cosas en común y se repartía a cada uno según su necesidad”32. Sigue teniendo actualidad el ensayo de Santa Fe de México por el P. Alonso de Borja y Vasco de Quiroga y su consolidación oficial en Acolman por el P. Fray Diego de Soria, con las misas de aguinaldos y las posadas.

Al escribir estas páginas se ha querido exponer, junto con una experiencia local, el origen los octavarios y novenarios como preparación para la Navidad. Se ha hecho ver cómo se establecieron la “misas de aguinaldo en México” que se extendieron por otros lugres, pasando a llamarse “misas de aguinaldos” en Venezuela, donde hay peculiaridades, al injertarse los fiestas de Navidad en danzas y ritos de los aborígenes, como sucede con las “posadas” y “paraduras” en Mérida y los “Zaragozanos en el Estado Lara.

31 SAN AGUSTIN, Regla, 1, 3. 32 Hech. 4, 32-35.

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Conviene conservar las tradicionales misas de aguinaldos, donde subsisten, y las pastoradas, que se celebraban durante la Edad Media en las iglesias y monasterios. Fueron prohibidas esas representaciones teatrales por el Concilio de Trento en los templos, salvándose algunas como el Misterio de Elche, que tiene su origen en el siglo XIII. Dado su gran valor catequético, se autorizó su represtación en las iglesias por Urbano VIII en 1622. Se pudo ver en la basílica de Nuestra Señora del Pilar, el 11 de septiembre de 2008 con muy buena acogida33. Se trata de un buen vestigio del teatro religioso medieval. Algunas tradiciones y pastoradas con represtaciones teatrales pasaron de España a México y otras naciones, donde han adquirido una naturaleza enriquecedora y especial. Lo que hicieron los agustinos en Nueva España (México) con la misas de aguinaldo fue cristianizar unas fiestas paganas como se había hecho, cuando se fijó el día de Navidad en la del sol, “porque según san Ambrosio “Cristo es nuestro nuevo sol”34.

Los agustinos, al promover las misas de aguinaldos y las posadas, seguían la doctrina de san Agustín, que exhortaba a los fieles “a no adorar el 25 de diciembre al sol, como hacen los pagamos, sino a aquel que lo ha creado”35 y sigue iluminando con una luz especial36. Estas tradiciones navideñas, que surgieron en Zaragoza en el siglo IV, se consolidaron en la época visigótica y se extendieron por España, México y Venezuela, donde aún se conservan, ayudan a revivir el nacimiento de Jesús. Tienen un profundo significado interior y exterior,, mediante el cual, la mayoría de los fieles católicos preparan su corazón con un verdadero amor a Dios y al prójimo en la celebración de la Navidad mediante la misa de Gallo, las misas de aguinaldos, las posadas y paraduras, como se hace en Venezuela.

33 MARTÍNEZ BLANCO, T., “Presentación” del Misteri d`Elx en la catedra-basílica del Pilar, Zaragoza 2008, p. 5. 34 SAN AMBROSIO, Sermón 6, PL 17, 614. 35 SAN AGAUSTÍN, Sermón de la Natividad del Señor, 190, 1, PL 38, 1007, en Los Sermones de san Agustín, trad, por L. Álvarez, Madrid 1929, t. IV, pp. 315-316. 36 SAN AGUSTIN, Tratado de la Santísima Trinidad, 12, 15, en Obras de San Agustín, t. V, trad. por L. Arias, Madrid 1948, p. 691, nota 13, donde se explica el texto de la luz especial o de su propia naturaleza. Cf. JOLIVET, R., Dieu soleil des esprits, París 1934, p. 163.

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