Misas De Aguinaldos, Posadas Y Paraduras En Venezuela
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Misas de aguinaldos, posadas y paraduras en Venezuela Fernando CAMPO DEL POZO, OSA Colegio San Agustín, Zaragoza I. Introducción sobre el por qué de este trabajo. II. Origen de la “misa de gallo” y del novenario de Navidad. III. Las misas de aguinaldos, con los agustinos, en México. IV. Las posadas y pastoradas con antecedentes en España. V. Celebración de las misas de aguinaldos en El Carmelo, Estado Zulia, Venezuela. VI. Las “paraduras” con otras fiestas en los Andes Venezolanos. 6.1. Problema con el tambor que se utilizaba en Mérida durante la colonia. 6.2. Paradura del Niño Jesús en el palacio arzobispal de Mérida en 2009. VII. Versos que se cantan en las paraduras de Mérida y otros lugares. VIII. Fiestas de de noche vieja, año nuevo y reyes magos. 8.1. Celebración de la noche vieja y año nuevo con ritos especiales. 8.2. La celebración de la fiesta de los reyes magos. IX. Conclusión. I. INTRODUCCIÓN SOBRE EL POR QUÉ DE ESTE TRABAJO Con más de cincuenta años de espera, se completa un trabajo que se inició cuando tuve la oportunidad de celebrar las primeras fiestas de la Navidad en Venezuela, concretamente en la parroquia de El Carmelo, Estado Zulia, a orillas el Lago de Maracaibo, en 1956. Me sorprendió la costumbre, que había de las misas de aguinaldo o de aguinaldos, como allí se decía, a partir del día 16 de diciembre, antes del amanecer. Acudían muchos fieles, algunos con caminatas de más de 8 km. Lo hacían muy contentos, en grupos, cantando villancicos o “aguinaldos”. Deseaban oírlos desde las dos o tres de la mañana por los altoparlantes de la iglesia y a través de algunas emisoras de radio, como la Voz de la Fe de Maracaibo. Ellos decían que allí se solía celebrar la misa de aguinaldos dos horas antes del amanecer, por lo que procuré averiguar si esto era posible. En el Código de Derecho Canónico de 1917, entonces vigente, (canon 821 parágrafo 1)1 se establecía que podía iniciarse la misa sólo una hora antes del amanecer. Había que atenerse a esta disposición. Los fieles querían que se comenzase antes, como lo hacían ellos cantando “aguinaldos”. Al visitar al venerable obispo de Maracaibo, Mons. Marcos Sergio Godoy, salió a relucir lo de las “misas de aguinaldos” y él alegó que ya el jesuita A. Vermersch afirmaba en el Epítome de Derecho Canónico que se podía celebrar la misa después de media noche por una necesidad, costumbre racional o causa justa. Se alegaba que en algunos monasterios se celebraba la misa después de maitines y laudes, hacia las 2 de la mañana. Había ciertos privilegios, como pude comprobar después, de Pío VI y Alejandro VI a los benedictinos2. El obispo auxiliar, Mons. José Alí Lebrún, que estaba leyendo mi primer opúsculo La Virgen en La Cañada, para darle la aprobación, me hizo la sugerencia de hacer un estudio sobre Nuestra Señora de la Consolación de Táriba, el origen de la correa y las “misas de aguinaldos”, las “posadas” y “paraduras”, que tenían una peculiaridad en Venezuela, lo mismo que en otras naciones de Hispanoamérica, con una posible intervención de los agustinos en México. El, que era terciario agustino, había oído algo de esto a los recoletos. 1 Codex Iuris Canonici, Roma 1918, p. 236. 2 VERMERSCH, A., y CREUSEN, J., Epitome Iuris Canonici, Turín 1924, t. II, pp. 50-51. MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 677 Este mismo obispo me pidió en las Navidades de 1957 que pasase por la casa del Pbro. Lic. José Antonio Zuleta para recoger sus libros y llevarlos a la biblioteca del seminario de Santo Tomás de Aquino. Había fallecido hacía apoco, en un hato de La Cañada de San Francisco, y dejado una buena biblioteca. En algunos de sus apuntes y pláticas se hacía referencia a las “misas de aguinaldos” que había celebrado en Los Puertos de Altagracia y La Cañada, Estado Zulia, Venezuela, donde pasó sus últimos años y se hizo famoso, porque tenía un cañón de esos que se ven en los museos. Este sacerdote había sido coronel militar y revolucionario legalista en Maracaibo3. Sus apuntes y libros fueron mi primera fuente para este trabajo, donde se recogen datos valiosos y experiencias de cómo se vivía la Navidad en Venezuela hace 50 años y su proyección en el presente. II. ORIGEN DE LA MISA DE GALLO Y DEL NOVENARIO DE NAVIDAD La misa de media noche o de “Gallo”, en la fiesta de la Navidad, aparece en una Epístola ad gentes del papa Telesforo del año 147, donde se establece que esa noche santa,”los presbíteros celebren misas y canten el himno de los ángeles: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”4. Esta fiesta se puso en lugar del culto al sol, porque, para los cristianos, Cristo era el nuevo sol de justicia y de salvación, con la Santísima Virgen, como aurora de salvación, según aparece en los Santos Padres de la Iglesia5. Dentro de la tradición hispánica, en el concilio de Zaragoza del 3806, se acordó tener cultos especiales desde el día 17 hasta la Navidad y la Epifanía, dando origen a los octavarios y novenarios a partir del día 16. Hay constancia del octavario de misas antes de Navidad, en el primer decreto del décimo 3 OCANDO YAMARTE, G., Historia del Zulia, 3ª edic., Maracaibo 2004, pp. 405-406. El P. Zuleta llegó a ser general de división y capellán general del ejército en Venezuela. Entre sus libros estaba un buen Diccionario de Derecho Eclesiástico, París 1858, con aditamentos del Derecho español, editado en París en 1858, que me donó Mons. José Alí Lebrún, por el servicio prestado, junto con sus apuntes. 4 Lc 2,1. Cf. GRACIANO, Decreto, de consecratione, dist. 1, cap. 18, en el Corpus Iuris Canonici, Turín 1776, t. I, p. 118. 5 CULMAN, O., Origen de la Navidad, Madrid 1973, pp. 24-42, donde aparecen testimonios de Filócalus, san Clemente de Alejandría, san Ambrosio san Agustín y otros Santos Padres. 6 TEJADA, J., y CONZALEZ, F. A., Colección de Cánones de la Iglesia Española, Madrid 1850, t. II, pp. 425-426. Se imponía la celebración previa a la Navidad y hasta el 6 de enero. Esto iba contra los priscilianistas, que no querían celebrar estas fiestas y se escondían incluso en los montes. 678 FERNANDO CAMPO DEL POZO concilio de Toledo del 656, con el establecimiento de la “traslación de la fiesta de la Madre de Dios -Encarnación- al 18 de diciembre”7. Esto promovió el origen litúrgico de las antífonas de la “O”, porque comienzan con esta letra “Oh”, exclamación, a partir del día 17, en el oficio divino de vísperas, con la devoción a Nuestra Señora de la Esperanza y de la O, como en Otengá, Colombia, con la cara de Isabel la Católica, a la que se daba cierto culto8. Durante la época visigótica se tenían representaciones de pastoradas y adoración de los reyes magos, que se incrementaron durante la Edad Media con las Cantigas del siglo XIII y las pastoradas en los reinos de León, Castilla y Aragón, donde siguen aún celebrándose en Ribagorza, lo mismo que en los Oteros de León y en otros pueblos. Se ha dicho por algunos historiadores, como Arturo Dávila, y con bastante razón, que el origen de las misas de aguinaldo se remonta a la época visigótica e incluso a la romana, como hemos visto que sucedió en Zaragoza, aunque tendrán su peculiaridad y se propagarán oficialmente con los agustinos en Nueva España durante el siglo XVI. Del octavario se pasó al novenario, como preparación para la Navidad, con los misioneros españoles y portugueses en las Indias occidentales y orientales. El primer agustino, que arribó al Nuevo Mundo en 1527, fue el P. Fray Vicente de Requejada, natural de Zaragoza, que celebraba estos días con especiales cultos, para la celebración de la Navidad. Se tiene noticia de que los villancicos navideños del 25 de diciembre de 1530, les gustaban mucho a los aborígenes de Acarigua, Estado Portuguesa, Venezuela, donde se bautizaban para hacerse partícipes de las alegrías navideñas. El P. Requejada murió en Villa de Leyva (Colombia) y fue enterrado en la catedral de Tunja, donde se conserva el tríptico ante el que celebraba misa y cantaba los villancicos baturros9. Los agustinos van a extender el octavario o novena de preparación para la Navidad, dando realce a las llamadas misas de aguinaldos, en México, a mediados del siglo XVI, como vamos a ver luego, y también las posadas o paraduras en Venezuela, donde procuraron sustituir los ritos idolátricos por cultos cristianos, injertando a veces ceremonias de la Iglesia Católica en tradiciones paganas. Se sustituyó el culto al sol (ches) por la Eucaristía en Mucuchíes y el de la luna (chía) por la Inmaculada en Mucurubá. Esto lo hizo el P. Bartolomé Díaz a finales del siglo XVI, en los Andes venezolanos, conservando ritos y 7 Ibíd., pp. 404-409. 8 CAMPO DEL POZO, F., “Santuarios marianos en el Nuevo Reino de Granada” en Provincia Agustiniana de Nuestra Señora de Gracia, II, Bogotá 1993, p. 571. 9 CAMPO DEL POZO, F., Historia documentada de los agustinos en Venezuela durante la época colonial, Caracas 1968, p. 9. MISAS DE AGUINALDOS, POSADAS Y PARADURAS… 679 danzas indígenas, que marcan una tipicidad en las fiestas del Corpus y Navidad10. Hicieron lo que hoy se llama inculturación. Costumbres y tradiciones hispanas de la Navidad se extendieron e injertaron en ritos ancestrales y paganos, especialmente en Nueva España, Venezuela y otras naciones.