De Filipinas a América del Sur

I

Viajes, andanzas y fundaciones del padre Patricio Adell

por Panamá, Venezuela y Trinidad (III)

B. Cartas Dirigidas Al Padre Adell

Carta 1*. Francisco Ayarra a Adell Acusa recibo de seis cartas. Espera noticias e impresiones sobre los lugares que visite. Comenta la situación de y provincias. Es- tán a la espera del resultado de las conversaciones de París

Provincialato de Recoletos. Particular M. R. P. Fr. Patricio Adell Manila, 26 de noviembre de 1898

Mi querido padre Patricio: Ayer recibí tu carta y lacónica del 18 de octubre, escrita en San Fran- cisco de California. He recibido también las que me mandaste desde Hong Kong, Shanghai, Japón, Honolulú y última de San Francisco1. Por todas ellas veo habéis tenido buen viaje, de lo que me alegro en el alma. Quedo también enterado de que han quedado en San Francisco los dos padres y tú con los otros seguiste para Panamá y para esta fecha supongo habréis llegado a Venezuela y luego me comunicarás todas las impresiones que has recibido por esos mundos y el porvenir que nos ofrecen esas repúblicas, pues necesitamos abrir nuevos horizontes. Ya salieron también ocho para España para que desde allí se marchen hacia el Brasil y veremos lo que dicen. Por aquí, chico, mal y cada día peor. De Luzón nada te digo, pues todo está perdido: más de trescientos religiosos prisioneros, inclusos el señor obis- po de Vigan2 y el provisor de Camarines. mal también: todo (excepto la cabecera3) y Negros están sublevados. Todos los agustinos de Pa- nay, excepto cuatro, ya están aquí; de la Occidental de Negros han venido cinco religiosos, todos los demás prisioneros, pero parece ha sido pacífica y no tenemos noticias de atropellos. De la Oriental esperamos se salven la mayor parte. De la Oriental han venido algunos –otros estaban en Dumaguete– en

1 De estas seis cartas sólo se conocen dos: supra, Cartas 17 y 18. 2 Sobre el número de muertos y prisioneros: Angel Martínez Cuesta, «La Iglesia y la revolución filipina de 1898», en Recollectio 21-22 (1998-1999) 19-82, esp. 31-49; Desde 1888 era obispo de Vigan José Hevia Campomanes (1841-1904). Cayó en poder de los insu- rrectos el 15 de agosto 1898 en Aparri y no fue liberado hasta mediados de diciembre 1899: Manuel González Pola, «José Hevia Campomanes, obispo de Nueva Segovia», en Studium 39 (Madrid 1999) 289-332. 3 Sería evacuada por los españoles días más tarde, el 24 diciembre 1898: Harper’s History of the War in the Philippines, Manila 1979, 74-77. 312 correspondencia del PADRE ADELL una lorcha. Sólo tengo noticias de que llevaron prisioneros tres4. De Bohol llegaron ayer 22 y sólo faltan siete; dos de Cebú ya están aquí; los de Min- danao siguen por allí porque el señor gobernador no quería dejarlos salir. Veremos lo que resulta5. En Luzón ha desaparecido ya la religión; y los clérigos, la mayor parte, obedecen no al arzobispo, sino a Aguinaldo. Esto es un verdadero cisma. Un día de éstos saldrán unos diez agustinos para Colombia por la mis- ma ruta que nosotros y parece que de España van también algunos6. Los franciscanos, la mayor parte han ido para España y desde allí es de esperar que se marchen muchos a América, porque España presenta mal cariz7. Aquí el convento e iglesia, llenos de soldados y más de ochenta religio- sos. En San Sebastián los yanquis; nosotros, tres celdas y la iglesia. Esperamos con ansia la resolución de París para ver cómo queda esto y qué rumbo toma. Los corellanos que fueron a España con el objeto de seguir a América, supongo irán al obispado de Goyaz. Supongo te comunicará nuestro padre Íñigo. Que te conserves sin novedad, que te salga bien la misión que llevas. Mis cariñosos recuerdos a todos los padres y tú manda cuanto gustes a tu afectísimo y amigo8. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

4 En Negros, donde residían unos setenta recoletos y el mismo Adell había trabajado seis años, la revuelta estalló el 5 de noviembre. Los religiosos de la parte occidental caye- ron casi todos en poder de los revolucionarios. Los de la parte oriental lograron escapar. Sólo los párrocos de Hibaiyo y Guijulngan fueron capturados por revolucionarios llegados de Isabela y conducidos a Bacólod. Tras unas semanas de cárcel en Bacólod y trabajo agrí- cola en Granja Modelo de La Carlota, fueron liberados el 2 de febrero y al día siguiente embarcaron rumbo a Manila: Ángel Martínez Cuesta, History of Negros, Manila 1980, 442-57. 5 Más noticias sobre la suerte de los prisioneros en Licinio Ruiz, Sinopsis histórica de la provincia de San Nicolás de Tolentino de las Islas Filipinas 2, Manila 1925, 343-61; J.L. Sáenz, Los agustinos recoletos y la revolución filipina, Marcilla 1998. 6 Salieron de Manila en diciembre de 1898 y llegaron a Colombia a principios de febrero de 1899. 7 Apolinar Pastrana, «Franciscanos españoles repatriados con motivo de la revolu- ción filipina de 1898»: Archivo ibero-americano 35 (1975) 1-52, 369-404. 8 «Recibida 12 febrero 99». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 313

2*. Francisco Ayarra a Adell Parece que América se queda con todo el archipiélago. Espera noti- cias: hay jóvenes deseosos de pasar a América

Provincialato de Recoletos. Particular M. R. P. Fr. Patricio Adell Manila, 2 de diciembre de 1898 Mi querido padre Patricio: Ya que no sale el vapor donde van los diez agustinos hasta esta tarde, tomo la pluma para ponerte cuatro líneas más. Aquí seguimos lo mismo, esperando nos digan de París cómo quedamos, si bien los periódicos y telegramas aseguran que América se queda con todo, y pronto sabremos [si] podemos seguir aquí, aunque pocos, o no. Esta tarde salen trece para España, y luego saldrá [otra] tanda tanto o mayor que ésta. Aquí tengo una porción de jóvenes. Esperan que los mande a América. Por eso espero que me digas qué porvenir nos ofrece eso, para cuántos hay colocación y a qué se pueden dedicar, el temperamento o clima, si se puede mantener con lo que se saque, si hay celebración, el idioma y costumbres de la gente, pues es muy conveniente estar al tanto de todo. Espero también que me dirás cuánto cuesta el viaje, pues si se manda más gente, es conveniente estar al corriente de todo. Los otros que fueron con rumbo al Brasil ya hará quince días están en Madrid. No sé cuándo saldrán y qué noticias nos comunican, pues mientras no nos den datos y antes las primeras expediciones nada se puede hacer: esperar y aguantar la mano. No sé si te ha comunicado el padre Eugenio Gil, cura de Panglao, murió hace más de un mes. Hoy se embarca el padre Pedro Corro para España y pronto se embar- cará también el padre Simeón Mendaza9. Me despido hasta que reciba carta tuya y a tu afectísimo hermano y amigo10. Fray Francisco Ayarra

9 Simeón Mendaza (1852-1902), natural de Santa Cruz de Campezo. Desde 1873 a 1898 ejerció el ministerio sacerdotal en pueblos de Mindoro y Luzón, fuera de los tres años en que fue prior de Marcilla (1891-94). Al estallar la revolución sus feligreses le ayudaron a escapar de los revolucionarios y refugiarse en Manila. En diciembre de 1898 manifes- tó deseos de regresar a España y con esos mismos deseos seguía en julio de 1899, cf. S. Mendaza, Carta a. Í. Narro, Manila 14 julio 1899: Agoar, caja 35, leg. 4. Pero continuó en Manila, donde murió en febrero 1902: Sádaba, 582-83. El p. Eugenio, párroco de Panglao desde el 26 octubre, 1897, murió en Tagbilaran el 18 octubre: Sádaba, 642. 10 «Recibida 12 febrero 99». 314 correspondencia del PADRE ADELL

PD. Con los padres agustinos (entre ellos va el padre Marcelino To- rres11, sobrino del nuestro12) le mando el cajón de libros que dejaste. Ellos te lo mandarán si averiguan tu paradero. Tuyo ex corde. Fray Francisco

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 3*. Íñigo Narro a Adell Ha recibido tres cartas suyas y una del p. Moleres. Se están prepa- rando dos expediciones para Brasil

Madrid, 5 de diciembre de 1898

Mi estimadísimo padre vicario provincial, fray Patricio Adell: Efectivamente he recibido tres cartas de usted de Manila, Nagasaki y Panamá. De San Francisco, del padre Moleres13. Veo con placer cómo dispone usted la gente a fin de enterarse y enterar- nos de lo más conveniente. El padre Moleres se las promete felices en San Francisco California. Le escribí continuara dándome noticias: aquello …… vaya … Panamá…, de ninguna de las maneras. Nuestro padre Mariano Bernad, con el padre Ma- nuel Simón, padre Gregorio Gil, padre Eugenio Galilea y otros más, saldrá quizá el 5 de enero de Barcelona para Goyaz (Brasil). Remito a usted copia de la carta del señor obispo sobre lo que en ella promete; en otra que recibí ayer nos da la dirección del seminario y todas las parroquias, si queremos, no como parroquias, sino como misiones. A Goyaz podía usted dirigirse con toda su comitiva: el itinerario es, en vez de Río Janeiro, a Todos Santos, de Santos a San Pablo, todo como dice la que acompaño.

11 Marcelino Torres (1868-1911), de Calahorra (La Rioja). De 1892 a 1898 fue párroco en la isla de Panay. Al estallar la revolución se refugió en Manila. En diciembre de ese mismo año se embarcó para Colombia, a donde llegó en febrero del año siguiente. En Co- lombia trabajó en Mompós y fundó comunidades agustinas en Magangué y Barranquilla. En 1911 regresó a España herido de muerte. Falleció en Cádiz cuando acababa de poner pie en la Península: Elviro Pérez Jorde, Catálogo de los religiosos agustinos, 1901, 666; Vela 7, El Escorial 1925, 686-89. 12 Andrés Torres (1843-1919), natural de Calahorra. De 1866 a 1877 trabajó en pa- rroquias de Bohol, y Negros. En 1878 tomó posesión de la nueva parroquia de La Carlota, en la que permaneció, con alguna interrupción, hasta 1898, en que la revo- lución le obligó a retirarse a Manila. Desde 1901 hasta su muerte, ocurrida en Marcilla, vivió en los colegios de España: Sádaba, 529; Avellaneda, 401. 13 Supra, III. Memoria, nota 79. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 315

Deseo salud al padre Marciano y a todos. Por todos pide al Señor su afectísimo y menor hermano14. Fray Íñigo Narro de la Concepción Véase conmigo dice el padre Mariano15.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 4*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 19 de diciembre de 1898

Ha recibido el cablegrama en que le anunciaba su llegada a Panamá. También le han llegado otras dos cartas. No las ha contestado por haber estado ocupado en la acomodación de los 30 misioneros llegados de España. Se alegra de que se hayan hecho cargo de las misiones del Darién, regadas por la sangre de nuestros mártires. Envía los dos primeros volúmenes de sus Apuntes: Agoar, caja 81, leg. 1.

Carta 5*. Íñigo Narro a Adell Aprueba el contrato celebrado con el obispo de Panamá. Quizá a pri- meros de febrero pueda enviarle cuatro religiosos. No haga caso de la carta en que le hablaba de trasladarse a Brasil

Madrid, 25 de diciembre de 1898

Amado hermano, padre Patricio: Poseo su apreciable con copia del contrato, que apruebo en casi todas sus partes; y digo en cuasi porque, según instrucciones del venerable defini- torio y propio convencimiento, no podemos aceptar parroquias como parro- quias, sino como misiones16. Veré de complacerle mandando por ahora los cuatro religiosos para el complemento de los diez del contrato y cuyos gastos abona ese dignísimo se- ñor obispo. Si me es posible, saldrán los cuatro de Barcelona el 5 de febrero en vapor italiano de la compañía La Veloce, de suerte que podrán llegar a Colón a últimos de mes. No llevarán fondos porque no dispongo de ellos. Ahí, en Colón, dispondrán de que haya persona que los dirija y subministre todo lo que necesiten.

14 «Recibida 12 febrero 99». 15 «La recibí 27 de febrero 99». 16 En las instrucciones del 19 agosto 1898, el definitorio provincial sólo hablaba de residencias: supra, VI. Acta. Sin embargo en el Contrato II, 2, se aceptaba la parroquia de Chepo: supra VII. Contrato. 316 correspondencia del PADRE ADELL

El hermano organista, fray Manuel, se halla en Bogotá17. Veré si me es posible complacer a usted. No haga caso de mi carta que le habrán entregado en Caracas18. Le mando por este correo, al colegio de padres escolapios, los últimos números de El Siglo Futuro, del 5 al 24 de diciembre. El padre Bernad, con doce o más, se dispone a marchar a Goyaz (Brasil) y el padre Gregorio Gil con el padre Eugenio Galilea a Pará (Brasil). Hay mucho que escribir, y es Pascua. ¡Buen año 99! le desea su afectísimo hermano19. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 6*. Víctor Ruiz a Adell Le gustaría seguirle, pero la obediencia le retiene en Marcilla. Se congratula con él y le anima a renovar las glorias de la antigua Reco- lección. «La disposición de algunos jóvenes repatriados deja bastante que desear»

Colegio de Marcilla. Rectoral M. R. P. Fr. Patricio Adell Día de la Expectación [de 1898]20

Mi querido padre Patricio: Recibí la muy grata de usted y ¡ojalá no la hubiera recibido! Mi gusto hubiera sido salirle a usted al encuentro. La obediencia dispone otra cosa. No me queda sino resignarme. Mi renuncia siempre está dispuesta, sin embargo de que no me puedo quejar de esto. Pero es poco para mí la vida del colegio. Aunque no me invita, bien sabe usted que estoy con los que trabajan. Ánimo, padre Patricio; bien por sus gestiones. Mirando al cielo y al ca- minito, que es la cruz, no le faltará valor para implantar la Recolección por esos páramos y desiertos, aunque principiando por donde le abran las puer- tas. Al Darién, Caracas y Casanare. Tenemos nuestras glorias en el primero

17 Supra, IX. Correspondencia A, nota 71. 18 Carta 3*, en que le decía que se trasladara a Brasil. 19 «Recibida 24 febrero a las 10 de la mañana». 20 17 de diciembre. Sin año. Lo deduzco de la carta misma. Está escrita antes de que partiera para Brasil la primera expedición, que salió de Marcilla el 23 enero 1899: Décadas 1, 69; también Jesús Berdondes, «Apuntes históricos sobre la presencia de los agustinos recoletos en el Brasil»: Bpst 74 (1994) 76-101. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 317 y último de estos lugares, y nuestros antiguos mártires, con los nuevos, le alcanzarán, padre Patricio, del Señor la gracia de renovarlas. Parece que el Señor no me quiere por hoy, pero ya sabe que por mí ten- dría como gracia singularísima ir a esa misión y, estando bajo las órdenes de usted, dar con la vida un nuevo testimonio de que todavía hay celo en el santuario y que no ha concluido la raza de los antiguos recoletos. El padre Celedonio21 tampoco compartirá sus trabajos, aunque, más di- choso que yo, irá también a ese hemisferio. Sospecho que irá a la diócesis de Pará o Belem en el Brasil. Para la de Goyaz, Brasil, va nuestro padre Maria- no (otro envidioso o envidiable) con catorce religiosos más: el padre Manuel Simón y compañeros entre ellos. Suplico a usted con toda mi alma me tenga al corriente de sus trabajos y progresos, de la observancia que se implante en esa misión y de todo lo que crea que me conviene saber para no aficionarme a la buena vida. De joven soñé que me martirizaban. Sueño que no se realiza y cuya realidad veo cada vez más lejos. La disposición de algunos jóvenes repatriados deja bastante que de- sear. Basta. Pipila man lang kag magpangayo sa lobusan Ponoan nga tu- gutan sila pagpuyo sa ilang longsod, sulat nila cun dali tugutan, maging paseglar silang mangayo buleto. Cay ahat pa man gin tugutan nga ikuha sa bulan, ang atong guinoo maloo canato, cag ipalayo sa caparian ta sa kong nga patria. Y dumdumon mo ko sa imong mga pagampo og magsugo sa ining igso- on nga canhig nga sundan sa pagtuman sa imon buut ngatan guihapon22. Afectísimo en el Corazón de Jesús. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 4

21 Celedonio Mateo: supra, IX. Correspondencia A, carta 23, nota 65, también infra, Carta 37*. Viajó al Brasil en la segunda expedición, que zarpó de Barcelona el 25 abril 1899 con destino a Uberaba, no a Pará: Décadas 1, 69. 22 En estos párrafos el padre Víctor mezcla los dialectos ilongo y visaya cebuano. Del padre Samson Silloríquez es la traducción siguiente: «Hacen fila para pedir al supe- rior que les permita vivir en sus pueblos y dicen que, si no se lo permiten, se secularizan pidiendo el boleto. En seguida se les permitió sacar el boleto. Que Nuestro Señor tenga piedad y aleje a nuestros sacerdotes de la patria. = Acuérdate de mí en tus oraciones y manda a este hermano tuyo que siempre cumplirá tus deseos». 318 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 7*. Mariano Bernad a Adell

Madrid, 20 de diciembre de 1898

Contesta a la de Adell del 18 noviembre desde Panamá, que llegó con dos para el padre Íñigo y una para Juan Cruz Gómez; también había recibido las del 24 agosto y de 22 julio, ambas escritas en Manila. Habla de los planes para viajar a Brasil y de las dudas del padre Íñigo… No aceptarán parroquias, sino sólo misiones. Cree que se verán en Brasil: «se te ha escrito para que vayáis al Brasil a entenderos conmigo. No sé si ahora, en vista de lo que dices, se cambiará de parecer, porque se han pedido informes. A última hora te diré si se hace algo en otro sentido»23: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 8*. Mariano Bernad a Adell

Madrid, 25 de diciembre de 1898

Contesta a la de Adell del 28 noviembre, recibida en Caracas el 26 de enero 99. ¿Se verán en Brasil?: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 9*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 25 de diciembre de 1898

Sólo ha recibido una carta suya, la del 16 noviembre. «Le suplico que en todas las fundaciones tenga muy presente el bien espiritual de los religiosos, haciendo que éstos vivan en frecuente trato y relación, poniendo siempre dos o tres o, por lo menos, tengan correspondencia frecuente con el superior provincial. Ya me entenderá lo que quiero decirle: evitar a todo trance el ais- lamiento de los misioneros». Exprese su gratitud a los escolapios. Hay más posibilidades en Perú24: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 10*. Indalecio Ocio a Adell Se ha comenzado a levantar casa para la comunidad y se han hecho cargo de la iglesia. Las monjas del asilo Balboa los quieren como ca- pellanes, pero hay que tener en cuenta los servicios del rector de los escolapios. Sería conveniente establecer la cofradía de san José

Panamá, 27 de diciembre de 1898

23 «Recibida 26 enero». 24 «Contestada 26 enero 1899». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 319

Mi querido padre Patricio: Recibí la que escribió después de haber llegado ahí, por la que veo lle- garon con felicidad y que por ahí no va mal la cosa, de lo que me alegro mucho. Aquí seguimos lo mismo que cuando usted marchó. La casita de encima de la sacristía no se compró por fin, porque el dueño después de hecho el con- trato, al hacer la escritura, quiso poner tantas trabas que nos obligó a decirle que de lo tratado no había nada. Hemos comprado lo que había detrás de la iglesia, donde habrá que edificar algo de nueva planta. Ya se ha comenzado a trabajar, pero hasta ahora va muy despacio, porque hay un inquilino que no ha salido todavía. No sé lo que pensará gastar allí el señor obispo, pero hay que gastar bastante, si ha de quedar algo decente, porque lo que hay hoy no vale para nada. Ya nos hicimos cargo de la iglesia y todos los días voy a decir misa. Ya se acordará usted que aquí hay un establecimiento llamado Asilo Balboa, el cual está abandonadísimo. Ahora se van a hacer cargo de él las hermanas de la caridad y desde luego, al vivir allí las madres, desean un capellán que las diga misa todos los días, y enseñe, predique y confiese a los asilados. El señor obispo y una junta de señoras que ha trabajado mucho por ese asilo convinieron en que nosotros nos hiciéramos cargo de todo eso. Yo les expuse que respecto a predicar, confesar, etc., en el asilo no había inconve- niente ninguno, y que lo haríamos con muchísimo gusto; pero que a decirles misa todos los días no podía comprometerme, porque, teniendo una iglesia como tenemos, ha de haber días que necesitemos dos misas en ella, y como por ahora no estamos aquí más que dos, nos encontraríamos con algunas di- ficultades.A demás que es conveniente que los días de fiesta haya dos misas en San José. Hay que tener también en cuenta que el padre rector de este colegio25 va todos los domingos a decir misa a dicho asilo por caridad, y por ciertas palabras que le he oído parece que él se haría cargo de todo eso. Así es que pienso decirles que, puesto que él ha estado haciendo ese sacrificio de ir to- dos los días de fiesta, se lo propongan a él primero, a ver si lo acepta. ¿Qué le parece todo esto? El otro día escribí a Manila y le decía también a nuestro padre provin- cial esto del asilo. Además le decía que convendría mandase todo lo necesario para establecer canónicamente la cofradía de san José por si se creía conve- niente erigirla aquí. Para lo cual me iré enterando poco a poco del resultado que podrá dar y de las condiciones más a propósito para su establecimiento. ¿Ha pedido usted que nos manden gallofas? Porque ya las necesita- mos.

25 Antonio Ribalta (1861-1924). En 1897 había sucedido al fundador, Juan Miracle: Diccionario enciclopédico escolapio 1, Madrid 1990, 660; 2, Salamanca 1983, 463. 320 correspondencia del PADRE ADELL

Se ha recibido telegrama de nuestro padre Íñigo diciendo: «conforme». Llegó el padre Terradas de su expedición, pero ha traído muy poco26. Algo parece que le ha desanimado al señor obispo eso de que no haya traído lo que él esperaba, pero siempre con esperanza de poder salir adelante. Los de Chepo, todos buenos y aquí también, a Dios gracias. Recuerdos de todos estos padres y déselos también al padre Fermín, disponiendo siempre como le plazca de este su afectísimo servidor y menor hermano. Fray Indalecio Ocio

[PD] Les deseo un feliz año nuevo, como también el padre Marciano. Tiene aquí un certificado que no lo quieren entregar si no va el indivi- duo o autoriza a quien se ha de entregar. Ahí va ese papel que deberá firmar de este modo.E n las líneas últimas que están en blanco, donde dice entréguese a, ponga en la primera la fecha; en la segunda, a quién se ha de entregar; y en la tercera su firma. Hágalo y devuélvamelo para recogerlo. Suyo afectísimo y menor hermano. Fray Indalecio Ocio En las líneas del centro, que están en blanco, donde dice recibido, tengo que firmar yo cuando lo recoja.

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 11*. Antonio María Durán a Adell Desearía que los religiosos llegaran a Ciudad Bolívar «antes de la cuaresma». Ha pedido al presidente de la República el pago del pa- saje

El obispo de Guayana. Ciudad Bolívar

2 de enero de 1899

Al muy reverendo fray Patricio, superior de los misioneros agustinos

Reverendo hermano en Jesucristo: He recibido su carta de 15 de diciembre próximo pasado y le reitero que sería para mí muy grato que cuatro de ustedes se viniesen para acá a com-

26 Esteban Terradas: supra, V. Aclaraciones, nota 24; también Diccionario escolapio 2, 541. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 321 partir conmigo las labores del apostolado, y desearía que el viaje se efectuase antes de la cuaresma para utilizar sus servicios en la santa predicación. Yo escribí al señor general Andrade, Presidente de la República, para que les proporcionase el pasaje hasta esta ciudad. Le exijo que hable con él sobre este particular. Quedo su afectísimo en Jesucristo. † Antonio María, obispo de Guayana

Agoar, caja 82, leg. 3

12*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 13 de enero de 1899

No será fácil que puedan encontrarse. En América las distancias son enormes. «Poco o nada es lo que nos conviene sujetarnos a otros poderes. Por eso creo debe evitar a todo trance hacerse cargo de parroquias ni de empresa alguna con trabas y condiciones que perjudiquen en algo nuestra indepen- dencia y libertad en el obrar»: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 13*. Mariano Bernad a Adell

Madrid, 14 de enero de 1899

Contesta a la suya del 10 diciembre de Caracas. Quizá se vean en Brasil. En postdata acusa recibo de su carta del 20 diciembre, escrita en Caracas. Adell recibió ésta en Caracas el 12 de febrero de 1899: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 14*. Silvestra Imas a Adell JMyJ Ella y las religiosas todas esperan con ansia la llegada de los frailes. Harán mucho bien, aunque tropezarán con oposición de los sacerdo- tes diocesanos. Ellas les ayudarán en todo lo que puedan

Maracaibo, 18 de enero de 1899

Reverendo padre Patricio Adell. Caracas

Muy apreciable y estimado padre en Jesús: Recibí su grata del 8 del presente y de seguro que en el mismo día recibirían un telegrama que mandé preguntando por sus huesos, pues nos habían dicho don Bernardo y su esposa que venían ustedes y ya estaba tan 322 correspondencia del PADRE ADELL entusiasmada que creo hubiera llorado de alegría y, a pesar de no tener ha- bitación, hablé con el presidente de la casa, le dije que venían ustedes y que para mí era como si viniese mi hermano; y ya tan contenta de tenerlos en casa, aunque fuera en un cucarachero, y aún los estoy esperando, y todas las hermanas lo mismo; y si no han llegado, ya querrá Dios que lleguen ¿No es verdad? Mucho bien sería el que ustedes pudieran hacerse aquí y creo será una grande misericordia de Dios para esta población, pues ya no veo otro remedio para remedio de sus males que la venida de religiosos y así se lo pido a Dios en mis oraciones y me alienta la esperanza que en ella tengo. Yo no sabía si ustedes ponían colegios y al decirle al cónsul de España que los estaban esperando, me dijo que si ustedes se dedican hacia la enseñanza. Yo le dije que me parecía que sí. Si usted viene, me parece que arreglará la traída de padres, por más que no dejaría de haber dificultades y creo que las mayores serían las que presentasen las sotanas negras, pero lo cierto es que Dios es todo misericordia y yo lo tengo casi por seguro que mandará religiosos, porque si no es así, esto se lo lleva todo pateta, porque el mal prospera mucho y no hay quien enseñe el camino del bien, por más que haya apariencia. Ya nos escribirá y díganos para cuándo viene y esté en el entender que tienen aquí casa y hermanas y que en todo lo que podamos les ayudaremos. Yo estoy muy emparentada con los agustinos. Además del padre Patricio, tengo los dos hijos de mi hermano y gran entusiasmo [tiene] toda mi familia por esa congregación27. Le escribo de prisa porque se va el correo y a cada línea me vienen con una jaculatoria. La madre Ambrosia Barberá28 me encarga muchos recuer- dos y te dice que venga pronto por aquí, y todas las hermanas lo mismo y en particular ésta que sabe le ama en Jesús y se encomienda a sus oraciones. Hermana Silvestra Imas

Hoy escribo a mi cieguita madre Rosa29.

Agoar, caja 83, leg. 2.

27 Sobre la hermana Silvestra Imas: supra, III. Memoria, nota 366. Uno de sus sobri- nos era el p. Ricardo Imas: supra, IX. Correspondencia A, nota 224. 28 Ambrosia Barberá: supra, IX. Correspondencia A, nota 305. 29 Podría referirse a la madre Rosa, la hermana de Adell, aunque no tengo noticia de que predeciera de los ojos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 323

Carta 15*. Íñigo Narro a Adell Ha recibido sus cartas llenas de proyectos. Por desgracia faltan «hombres apostólicos» y recursos económicos. Mañana saldrán de Barcelona 14 recoletos para la diócesis de Goyaz a las órdenes del p. Mariano. Han llegado unos setenta de Filipinas. Quedan más de cien. A Bogotá las dos misiones han llegado bien

Madrid, 25 de enero de 1899

Carísimo padre Patricio: Se han recibido sus cartas a nuestro padre Mariano, padre Floren- tino y a mí dirigidas. Están llenas de proyectos basados en la confianza en Dios, que es omnipotente. Todos esos proyectos se estrellan en la ca- rencia de hombres apostólicos y de medios para los viajes. Nuestro padre Ayarra me dice manda por aquí la paja, dando a entender se queda con el grano para disponer de él luego que el padre Patricio Adell le designe dedicación30. Mañana salen del puerto de Barcelona en un vapor francés y en 2ª clase catorce recoletos para la diócesis de Goyaz. Los preside y lleva mi represen- tación nuestro padre Mariano Bernad. El señor obispo no ha podido dar un céntimo. Cuesta 8 mil pesetas de Barcelona a Santos; de aquí a Uberaba, capital de la diócesis, dos días de ferrocarril. Para esto e instalarse llevan 5 mil pesetas, a que se habrán gastado en equipo y demás otras 5 mil pesetas. Con que … echa cuentas, Patricio. Cinco o seis misioneros tengo preparados para Panamá. No salen has- ta el 5 de marzo, por esperar a que el señor obispo me mande 2 mil francos y me asegure tendrá encargada una persona en Colón que reciba, guíe y subministre lo necesario a los misioneros para ir de Colón a Panamá. Así las cosas. Ya tienen todo listo, excepto el recado para celebrar, que estoy preparando. Se ha escrito al organista padre Silverio y, aunque ha tenido tiempo de sobra para contestar, hasta la fecha no ha respondido ni sí ni no, para Panamá. Han llegado unos setenta de Filipinas. En Filipinas hay más de ciento. Prisioneros: noventa y cuatro; lucha entre y yanquis, que pagarán principalmente los prisioneros frailes. Como aquello no se pacifica, aunque están vendidas las haciendas, no nos dan un céntimo. Se vende esta casa, si hay comprador. En fin… el caos. Los 17 y los 13 llegaron felizmente, gracias a Dios, a Bogotá31. Todo in- seguro ¡Sursum corda!

30 Francisco Ayarra, Carta a I. Narro, Manila, 29 noviembre 1898: Agoar, caja 35, leg. 6. 31 Expediciones octava y novena, que partieron para Bogotá el 17 septiembre y 5 noviembre 1898, respectivamente: Sádaba, 811-19. 324 correspondencia del PADRE ADELL

No tiene cabeza para más su afectísimo32. Fray Íñigo Narro de la Concepción [PD] Copia del sello que llevan a Panamá y Goyaz.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 16*. Francisco Ayarra a Adell Ha recibido dos cartas y el contrato con el obispo de Panamá. Filipi- nas va cada día peor: «esto ha concluido para nosotros». Está prepa- rando una misión de diez o doce religiosos para Panamá con el padre Félix Guillén como presidente. Al ser Panamá parte de Colombia pue- den surgir problemas con la provincia de La Candelaria

Provincialato de Recoletos. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell Manila, 27 de enero de 1899

Mi querido Patricio: Recibí tu carta, escrita en San Francisco de California el 18 de octubre, día en que salías para Panamá, desde cuya fecha nada sabía de vosotros y deseaba saber algo con ansia, cuando anoche me encuentro con dos cartas tuyas, de fecha 17 y 24 de noviembre, juntamente con la copia del contrato que has hecho con el señor obispo de Panamá. Bien, hombre, sea Dios bendi- to por los siglos de los siglos, y que su Santísima Madre y Protector san José nos protejan en nuestra empresa para el bien de nuestra amada provincia de San Nicolás de Tolentino. Hace dos meses te escribí con los padres agustinos que salieron para Co- lombia. No sé si la habrás recibido porque seguimos mal, cada vez peor y creo que esto ha concluido para nosotros. Ya sabrás que además de los padres prisio- neros de Luzón, todos los padres de la costa occidental de Negros están también prisioneros. Total unos 82 y, por más esperanzas que nos han dado, hasta la fecha no quieren soltarlos. Ahora han proclamado los indios su constitución33 y hace días se dice que los indios iban a atacar a los yanquis, pero hasta la fecha

32 «Recibida 24 febrero 99». En el margen inferior izquierdo: «Copia del sello que llevarán a Panamá y Goyaz». 33 El Congreso de Malolos elaboró la constitución de la república filipina entre el 15 septiembre 1898 y el 20 enero 1899: Constitución de la República Filipina decretada por la Asamblea Nacional de Malolos en su solemne sesión de 21 de enero de 1899, Madrid 1899; otra edición en Manila 1934. Sobre su elaboración: Antonio M. Molina, The Philip­ pines through the Centuries 2, Manila 1961, 212; Cesar Adid Majul, The Political and Constitutional Ideas of the , Quezon City 1957; Idem, Mabini and the Philippine Revolution, Quezon City 1996, 165-99. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 325 no se menean. Parece respetan los cánones. Unos y otros en el pecado llevan el castigo. Según parece, tienen bloqueado a Iloilo; tanto éste como Negros pronto experimentan el castigo por el hambre que les espera, pero todo bien merecido. Vamos a ver si dentro de quince o veinte días puedo embarcar de diez a doce religiosos para esa de Panamá. Con ellos irá el padre Félix Guillén de presidente. Éste creo ha de hacer muy buen papel, pues tiene buen carácter, activo y de buen trato, con que espero que te ha de agradar. Llevará también gente. Esto es cuanto cabe. Como Panamá está en Colombia, sea algún inconveniente para esta provincia. Pero es preciso tener presente y sostener que esa vicaría o vicarías que se formen dependan siempre y por siempre de esta nuestra amada provincia de San Nicolás de Tolentino, a la que debemos todo lo que somos, pues es necesario que la sostengamos con todas nuestras fuerzas. Para cuando recibas ésta ya estarás de vuelta de Venezuela y así espero nuevas y buenas noticias. Que te conserves sin novedad y manda a tu afectísimo hermano y amigo34. Fray Francisco Ayarra

PD. Nuestro padre Mariano debe de estar ya en la mar con rumbo a Goyaz, Brasil. Veremos qué dice y noticias da de aquello.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 17*. Medardo Moleres a Adell Tras recorrer la parroquia de Chepo, cree conviene poner religiosos en Pacora y encargarse de las escuelas, cosa común en Colombia. Prevé momentos difíciles con el obispo. Le gustaría ir a Caracas o La Guaira

M. R. P. Fr. Patricio Adell. Caracas

Panamá, 29 de enero de 1899

Mi apreciable padre Patricio: Después de recorrer toda la jurisdicción de Chepo, que tiene más de doce leguas, me vine a Panamá a informar al señor obispo de lo que he visto y proponer el remedio a las necesidades que he encontrado. Al señor obispo le encontré frío y creo que conseguiré poco de él, porque se necesita dinero y el dinero es lo que escasea35.

34 «Recibida 12 febrero 99». 35 No eran sólo ésas las razones de la «frialdad» del obispo: infra, Carta 56*. 326 correspondencia del PADRE ADELL

El ayuntamiento de Chepo me ha pedido nos encarguemos de la escuela de niños y aun cuando lo creo muy conveniente, porque, aparte los 40 pesos mensuales que nos daría, se educaría a los niños como Dios manda, no me he decidido a nada sin contar con usted. Hoy podría encargarse de ella un padre y más tarde un hermano lego. Sería muy conveniente establecer una residencia en Pacora, pueblo en- tre Chepo y Panamá; sin embargo, hay grandes dificultades que vencer. El pueblo es pobre, y los hacendados que podrían ayudar a la manutención del padre viven todos en Panamá y son, según me cuentan, de la cáscara amar- ga. También desean nos encarguemos de la escuela y como para conseguirlo hay que hacer un expediente ante el gobierno de la provincia, he hablado con alguno de los empleados, quienes me han dado esperanza de conseguir lo que se pretende. Eso de que los sacerdotes desempeñen las escuelas no es en Colombia ninguna novedad. Precisamente en el estado del Cauca están todas en ma- nos de una u otra corporación religiosa. Los entusiasmos que usted despertó en todos nosotros con lo del colegio de Maracaibo y seminario de Caracas se nos han ido apagando con su carta del 6 de este mes, que recibidos ayer. Sin embargo, estamos satisfechos, por- que algo y aun algos son las iglesias de Caracas y La Guaira, que creemos habrá aceptado ya usted. Hace ya días me vi sorprendido agradablemente con una carta de nues- tro padre Íñigo que jamás creí merecer de él. Ya le he contestado dándole las gracias, informándole de todo esto y encareciéndole la necesidad de que nos mande gente36. Me decía que a mitades de noviembre salían para el Brasil 12 religiosos bajo las órdenes de nuestro padre Mariano Bernad. Le he pedido al señor obispo una cosa así como circular o cosa parecida anulando en Chepo durante un año los derechos arancelarios eclesiásticos en lo referente a casamientos, y me lo ha negado. Esto, padre Patricio, es horrible. Tengo en Chepo más de dos terceras partes de las familias viviendo en concubinato público, y no puedo conseguir nada de ellos. Recordando usted lo que tenemos hablado, le será fácil adivinar que, aun cuando obedeciendo estoy contento, sin embargo sufro con el estado don- de estoy. Salvo el mejor parecer de usted, siempre para mí digno de respeto, podría ir por La Guaira o Caracas. Aun cuando el señor obispo nos hizo buena acogida, creo, sin embargo, nos ha de ser muy difícil vivir con él en buena armonía, pues tiene muy me- tida en la cabeza la defensa de los derechos episcopales en contra de los privi- legios de los regulares. Por otra parte, en palacio hay quien no nos quiere.

36 M. Moleres, Carta a I. Narro, Panamá, 25 enero 1899: Agoar, caja 35; cf. supra, III. Memoria, nota 96. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 327

Sin ir más lejos, recientemente han visto la luz pública en el Boletín diocesano unos documentos públicos en contra de los padres escolapios im- propios de figurar, por lo sucios, aun en un periódico. Por eso me digo yo: cuando la barba de tu vecino ves pelar, etc. En el asilo de Bolívar, del que ha hablado a usted el padre Indalecio, quería el obispo nada más que celebremos misa para tres madres de la cari- dad con diez o quince pesos mensuales de retribución. Por lo demás, conviene sepa usted que en el asilo no hay más que los pobres enfermos que se dedican por las calles a implorar la caridad pública y a quienes no se puede dar alber- gue en los otros dos buenos hospitales de la población. Cuando contesté a la carta de usted le mandé un pequeño croquis de la parroquia que creo habrá recibido usted. También le decía que mi padre había muerto en julio y había celebrado por su alma diez misas. El hermano Ángel ha estado gravemente enfermo con unas fiebres.H oy está ya bien. En el primer correo de California, que está para llegar, vienen, según los periódicos, diez padres agustinos, que no sabemos si son de los nuestros o de los calzados. Como medio para conseguir mucho en los pueblos es conveniente, como usted ya sabe, la propaganda católica. Le suplico la pida a España porque la que hay aquí es muy cara. A mi regreso a Chepo me llevo unos cuantos miles de la Lectura popular y algunos cientos del Mensajero de Bogotá que he conseguido por aquí. Que se conserve usted bueno y que consiga mucho por ahí le desea su hermano que su mano besa37. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 18*. Santiago Matute a Adell

Panamá, 30 de enero de 1899

«Respecto del pago de pasajes, tengo la pena de decirle que aquí tam- poco pagan nada, y una miseria que el gobierno paga para las misiones de Casanare ha dejado de pagarla por estar exhausto el tesoro hace cerca de dos años. Sin embargo, nada nos falta, y estoy más contento yo con no deberle nada a nadie ni depender en modo alguno del gobierno en lo tocante a recur- sos que si éste nos favoreciese con plata. Nada nos falta, he dicho, y, gracias a Dios, no nos faltará mientras uniti in charitate et observantia vitam co-

37 «Recibida 12 febrero 99». 328 correspondencia del PADRE ADELL munem degentes trabajemos como hasta ahora. Nada, nada, padre Patricio, en estas repúblicas, ningún compromiso con el gobierno ni con arzobispo ni obispos. Obrar por su cuenta sin pedir más que la licencia para obrar. Que no tiene dónde meterse…, misiones vivas en los pueblos, que éstos son agra- decidos. ¿Me entiende?»: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 19*. Indalecio Ocio a Adell † Explica la cuestión del asilo Bolívar. Va a comenzar los siete domin- gos de san José. La novena piensa hacerla «con la mayor solemnidad posible». La casa va adelantada, pero por falta de recursos sólo levan- tarán un piso

Panamá, 1 de febrero de 1899

Estimado padre Patricio: El otro día recibí la suya del 5 de enero, por la que veo están buenos por ahí. El otro día llegué del Darién, donde estuve 17 días con un sacerdote que me dio el señor obispo, el cual había estado por allí algunos años de cura. El trabajo va ser inmenso, padre Patricio, porque los indios están muy lejos de los pueblecitos que hay y por la parte de Tavisa me dijeron que se tarda diez días desde Tavisa para llegar al punto donde ellos están y todo este trayecto de río sin encontrar apenas casa alguna. Por la otra parte, o sea, por el Tuira arriba, están más cerca y dicen que son más mansos. Los pueblos aquellos están perdidos, completamente desmoralizados, y va a costar mucho hacerles entrar en regla. La cuestión de alimentación por allí difícil también: no se encuentra nada y lo poco que hay, carísimo. En fin ya hablaremos cuando podamos. Dios ayudará. Respecto de lo que me dice del Asilo Bolívar no hay que pensar en las cuentas que usted echa, porque no crea usted es algún asilo de niños como el de los agustinos de Malabón, sino que es un establecimiento, el cual ha estado muy abandonado hasta ahora en manos de no sé quién, y en el que recogen a los viejos e impedidos y pobres. Ahora han logrado que pongan allí cuatro hermanas de la caridad para que esos ancianos estén mejor atendi- dos, y como estas hermanas, lo cual es muy natural, quieren oír misa todos los días, se necesita un sacerdote que vaya allí todos los días a celebrar y de cuando en cuando enseñarles y hacerles alguna plática y confesarlos cuan- do a las hermanas les parezca conveniente. Para retribuir a este sacerdote algunas personas piadosas contribuyen con algo, no sé a punto fijo cuánto es. Respecto de predicarles y confesarlos yo les dije que iría siempre que qui- sieran, pero a lo que no me comprometía era a decirles misa todos los días, y esto era lo que yo le preguntaba y le vuelvo a preguntar a usted: si teniendo DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 329 como tenemos una iglesia a nuestro cargo, en la cual debemos procurar todo el culto posible, será conveniente tomar la carga de decir una misa fuera, no estando más que dos sacerdotes y exponiéndonos a que algún día tenga que faltar la misa en una parte o en otra. Por eso contesté yo al señor obispo y a otras personas que me lo suplicaron que respecto de lo demás, a todas horas; pero que a la misa no podía comprometerme. Contésteme qué le parece de esto y si deberé tomar esa carga, no estando aquí más que dos. El domingo próximo comienzo los siete domingos de san José. Espero mucha asistencia. También pienso hacer la novena con la mayor solemnidad posible, aunque sea gastando algo. Procuraré a ver si puedo sacar por alguna parte siquiera para lo que se gaste. La casa ya se está construyendo detrás de la iglesia. Ya tiene la pared, casi todo alrededor, a cinco metros de altura, pero sucede una cosa: que no hay dinero, porque el padre Terradas no trajo como esperaba el señor obispo; y por eso ahora dicen que es mejor dejarla así con el piso bajo nada más, y el año que viene levantar el piso alto. Según ellos piensan, sucede que van a quedar ahora en el piso bajo, además de la portería, saloncito de recibo, cocina y comedor, tres habitaciones muy pequeñas, con lo cual viviendo sólo dos y los sirvientes, no hay dónde meter a cualquiera que llegue. Yo les he propuesto que con el fin de evitar más gastos para después, quitando el te- jado y volviéndolo a poner para levantar el edificio, además que tendríamos nosotros que salir de allí mientras hiciesen la obra, les he propuesto que se haga un presupuesto de lo que costará levantar las paredes del piso alto y que si no es más de 1.500 o 2.000 pesos, adelantárselos yo del dinero que hay aquí, puesto que asegura el padre Terradas que el año entrante habrá dinero. ¿Qué le parece a usted eso? Si no costara mucho un telegrama, podía usted decirme sí o no pronto, para que sigan los trabajos. Usted verá. Acaban de llegar diez padres agustinos de Filipinas que van para Bogo- tá. Me han entregado dos cartas para usted que se las remito ahora. Recuerdos de todos y déselos al padre Fermín y adelante con lo que se pueda por ahí, pero asegurando bien. Siempre suyo. Fray Indalecio Ocio PD. Los padres de Negros, casi todos presos.

Agoar, caja 81, leg. 3 330 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 20*. Íñigo Narro a Adell Acusa recibo de sus cartas. Con los quince religiosos que llegan de Filipinas quizá sobren los que él tiene preparados. Hay 41 recoletos presos en Negros. Los yanquis sólo dominan la ciudad amurallada de Manila. Eustaquio Moreno está moribundo; su hermano Ezequiel, en Roma

Madrid, 5 de febrero de 1899

Amadísimo padre Patricio: Recibo su apreciable del 12 de enero en Caracas. ¡Cuánta paciencia tie- ne que ejercitar! Dios se la otorgará, y con paciencia mucho, si no todo, se alcanza. Enterado de sus idas y venidas, de promesas repetidas y … no cumpli- das, etc. Aquí hay poco donde elegir. El padre provincial me dice: «disponga de pocos; mando lo malo y enfermo». Además, aquí no disponemos de fondos. Llega la noticia de que han llegado a San Francisco California con rum- bo a Panamá 15 recoletos. Yo, confiado en que el señor obispo pagaría el pasaje de cuatro, tengo dispuestos éstos y algunos más, si cuento con fondos. Llegados esos 15 directamente de Manila, ¿qué hago yo de los que tenía dispuestos? Furioso temporal ha habido estos días y temo por los nuestros al Bra- sil. En Filipinas muy mal: 41 recoletos más sufren prisión en las cárceles de , disponiéndose los indios a la guerra con los yanquis, quienes todavía no dominan sino la ciudad amurallada de Manila. Con esto no percibimos un cuarto de la venta de nuestras haciendas. El padre Eustaquio preso en Jaro, no sustentándose sino con líquidos y aun con dificultad. ¿Si habrá ya fallecido? El padre Ezequiel por Roma para tiempo; ahora acudirán los prelados sudamericanos a Roma. Tiene a todos muy presentes en oraciones su afectísimo38. Fray Íñigo de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

38 «Recibida 24 febrero 99». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 331

Carta 21*. Francisco Ayarra a Adell Mañana saldrán doce religiosos para Panamá. Por ahora sólo manda- rá más si el obispo paga los pasajes

Provincialato de Recoletos. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell Manila, 5 de febrero de 1899 Mi querido Patricio: Recibí tus dos extensas y muy gratas del 16 y 25 de noviembre con la copia del contrato que hiciste con el señor obispo, a las que ya contesté y en vista de las buenas noticias que me dabas de Panamá, de [sic] parece se ofre- ce buen porvenir a nuestra amada provincia, tan perseguida en este ingrato país donde hemos trabajado. Mañana saldrán doce religiosos para ésa; el padre Félix irá de presidente. Lleva buena gente y todos ellos se pondrán a tus órdenes como vicario, para que los coloques donde y como más convenga al bien y porvenir de la provincia. Ya supongo estarás de vuelta de tu expedición a Venezuela, y mucho me alegraré el que te haya gustado aquello y hayas encontrado colocación para unos cuantos religiosos, pues con los ocho que fueron, cuatro que ha mandado nuestro padre Íñigo y los doce que se embarcan mañana ya tienes suficiente para todo. De aquí nada te digo, pues los religiosos que se embarcan [saben] todo lo [que] ha pasado, está pasando y la triste situación de los prisioneros, que no sé cuándo podrán conseguir su libertad. Ya, mientras no reciba más noticias tuyas y que sean favorables, no pienso mandar más gente por ahí. No te mando al hermano Hilario porque hace mucha falta aquí, hasta para ayudar a misa; pero más tarde, si hace falta, se puede mandar. Parece que el señor obispo se compromete [a] pagar el pasaje de los reli- giosos. Así está expresado en el contrato. Por consiguiente, si pagare siquiera [el pasaje] de doce los que han ido, bien nos vendría y tendríamos dinero para mandar más. Con que espero harás todo lo [que] puedas en ese sentido. El padre Félix lleva tabacos y cigarrillos para todos vosotros y para ha- cer algún regalillo a las personas pudientes y autoridades. Adiós, Patricio. Que te conserves bueno, que Dios te ilumine y te asista con su divina gracia, y manda cuanto gustes y te plazca a tu afectísimo her- mano y amigo39. Fray Francisco Ayarra

39 «Contesté el 29 de abril desde Trinidad». 332 correspondencia del PADRE ADELL

[PD]. Hermanos que han fallecido

Padre fray Gregorio Bueno Padre fray Eugenio Gil Padre fray Patricio Ruiz Padre fray Serapio Llorente Hermano corista fray Alejandro Marín en España Fray Francisco PD. Ya sabrás que nuestro padre Mariano salió para Brasil, a Goyaz, con 15 religiosos y tres iban a salir para el obispado de Pará.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 22*. Gregorio Sesma a Adell

Macao, 6 de febrero de 1899

Se alegra de sus noticias, tan halagüeñas, y aunque su salud no le per- mitirá serle muy útil, ha escrito al provincial poniéndose a su disposición: «si cree que puedo ser algo útil, que disponga de mí como mejor le parezca. Es- toy, por consiguiente, dispuesto a embarcarme para ésa siquiera para cuidar de la iglesia dedicada a san José. ¡Yo cuidado de su aseo y limpieza. […] Aquí están los padres Cisneros y otros esperando al padre Guillén y demás que se embarcarán para Marsella (acaso) y después para Panamá. Total: doce religiosos; no sé si podré ir con ellos»40: Agoar, caja 82, leg. 4. Fray Gregorio Sesma

Carta 23*. Críspulo Uzcátegui a Adell Les dará ocupación apenas vaque el Carmen de La Guaira, Lourdes de Puerto Cabello, o cualquiera otra iglesia de mi diócesis. También los otros obispados de la República tienen gran necesidad de clero

† Crispulus Uzcategui D. et a.s.g. Archiep. caracensis

Caracas, 8 de febrero de 1899

40 A pie de página: «contesté animándole a venir a La Guaira, que tiene buena tem- peratura para él», e insistiendo «en lo de siempre: que trabajando tiene aquí buen porvenir la corporación. Diga lo que diga el sobrino del padre Torres [un agustino que había escrito en sentido negativo desde Colombia], no he visto más que confirmarme mi primera apre- ciación, siempre escrita a España y Filipinas, y llevo algo visto y hablado». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 333

Reverendo padre Patricio Adell, agustino recoleto

Muy reverendo padre: Consideraré como una fortuna para la diócesis la residencia de ustedes en ella y, al efecto, pueden ustedes contar que al desocuparse la iglesia del Carmen, en La Guaira, Lourdes, en Puerto Cabello, o cualquiera otra de mi diócesis, los colocaré a ustedes allí y ocurriré a la Santa Sede pidiéndole permiso para hacer cesión de ella a la orden. Además, los otros obispados de la República tienen grandes necesidades de clero, y estableciéndose en esta arquidiócesis podrían establecer otras casas en las demás diócesis. Por todas estas razones yo les suplico permanezcan aquí y esperen una iglesia donde fijar su residencia. Para mayor seguridad podré firmar con antici- pación el recurso a la Santa Sede en espera de la desocupación de la iglesia. Dios le guarde muchos años. † Críspulo, arzobispo de Caracas

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 24*. Francisco Ayarra a Adell Con los religiosos de la nueva misión, buenos y escogidos, tienes para varios puestos. Procura «no abarcar más que lo justo. Más vale poco y bien que no mucho y mal, que ha sido nuestra perdición»

Provincialato de Recoletos. Particular Muy reverendo padre fray Patricio Adell Manila, 18 de febrero de 1899

Mi querido Patricio: Ya para estas fechas habrás recorrido medio América y tendrás conoci- miento del cómo anda el mundo. Por tu última, que me escribiste desde Caracas, veo que ahí se nos pre- senta campo ancho y bueno. Loado sea Dios, pues todo lo necesitamos. En vista, pues, de la buena acogida que has tenido y te ofrecen colocación para bastantes religiosos por esas repúblicas, ya ayer se embarcarían 13 religio- sos en Hong Kong directamente para Panamá. Ahora con esa gente, que es buena y escogida, ya tienes suficiente para varios puestos. Pero no hay que ilusionarse demasiado y no abarcar más que lo justo. Más vale poco y bien que no mucho y mal, que ha sido nuestra perdición. Piensa y reflexiona bien ahora al principio, pues de ahí depende nuestro porvenir. Los he mandado directamente por el Pacífico por[que], de mandarlos por Europa, hubieran deseado entrar en España y una vez allí, la mar de 334 correspondencia del PADRE ADELL líos, gastos y disgustos, y con mandarlos directamente todo inconveniente se evita. El padre Félix Guillén espero ha de hacer muy buen papel de presiden- te en población grande, pues tiene muy buen carácter y muy activo y, si sabes aprovecharte de él, has de sacar mucho provecho. Por aquí, chico, mal. Los prisioneros de Negros ya los dejaron libres y ya están en Manila. Algunos, una veintena, ya se están preparando para salir a la Madre Patria. Por aquí, mal. Americanos e indios se están matando de duro. Iloilo lo han quemado todo lo más principal, y los americanos ya son dueños de Iloilo, Jaro y Molo. Los indios están locos. Prefieren quemar todo y morirse antes que entregarse a los americanos. Mucho daño han hecho, pero bien lo pagan y pagarán. Pero la verdad es que son más malos que los salvajes de los bosques. ¡Desgraciados! Adiós, Patricio. Para cuando llegue la hora búscame un rincón bueno y pacífico donde poder concluir mis últimos días, sin acordarme del mundo.A l padre Sesma no sé a dónde le mandaré. El tiempo lo dirá. Procura escribirme todo cuanto puedas dándome noticias de todo, cuan- to más mejor. Adiós, que te vaya bien y manda a tu afectísimo hermano y amigo41. Fray Francisco Ayarra

Am, leg. 116, n. 1.

Carta 25*. Indalecio Ocio a Adell † La orden de ir a Brasil debe de obedecer a algún malentendido. Si se abandona Venezuela no sabe dónde se podrán colocar los que ya están en camino. Urge nombrar un superior. El obispo se disgustó porque no aceptamos el asilo. Panamá es una Babilonia de enredos

Panamá, 21 de febrero de 1899

Estimado padre Patricio: Acabo de recibir la suya y quedo enterado de todo lo que me dice. No entiendo cómo nuestro padre Íñigo le manda ir al Brasil, ni para qué. Pero, en fin, ellos sabrán lo que se hacen. ¿Y usted no había hecho ya algo por Caracas? ¿Y todo queda sin efecto alguno? ¿No tenía usted esperanzas de poder hacer mucho por ahí? Yo creo que aquí ha habido falta de inteligencia entre nuestro padre provincial y nuestro padre vicario general y que no se han puesto de acuerdo en cuanto a esto. Aquí recibió el señor obispo aviso de

41 «Contesté desde Trinidad el 29 de abril». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 335 nuestro padre Íñigo de que el 5 de este mes de febrero saldrían de Barcelona cuatro religiosos para completar el número de diez que se estipuló en el con- trato. Por otra parte, nuestro padre provincial telegrafió al obispo diciendo que estaba conforme con el contrato y que mandaría doce religiosos, de modo que mandan de España y mandan de Filipinas. Si vienen por acá esos doce de Filipinas, creo que sobrarán, porque el señor obispo se encuentra un poco apurado por falta de fondos, de modo que no será posible ocuparlos aquí. ¿Y qué hacemos con ellos? ¿Dónde los mandamos? Yo tenía la esperanza de po- der dirigirlos para Venezuela, pero si se abandona eso, no sé cómo nos vamos a arreglar. No sé por dónde los mandarán, si por acá por América o por Europa. Si los mandasen por Europa, menos mal. Podrían en España dirigirlos para otra parte. Pero si vienen por San Francisco se nos presentarán aquí de rondón. Dígame cómo arreglamos este chiquillo. Escribiré inmediatamente a nuestro padre Íñigo. La casa va adelantando el piso bajo. Para últimos de marzo creo que podremos vivir en ella. El certificado que usted tenía era una quincena del Siglo Futuro. La letra no la puedo mandar hoy, porque no tengo más tiempo que para escribirle y echar enseguida la carta, pues va a salir el correo. Dentro de pocos días saldrá otro correo y en él irá como desea. ¿Cómo quedamos aquí nosotros? ¿Quién manda y quién obedece? Aquí no hay ningún nombramiento. Así es que en caso de necesidad no sé cómo nos hubiéramos de entender. Procure arreglarlo cuanto antes. Aquí hemos de necesitar siempre un hermano lego para la casa y la sacristía. El día que llegue el vapor italiano pienso salir a Colón, pues los que llegan, según noticias, vienen sin fondos. No sé qué gente serán esos cuatro que manda, si serán jóvenes o serán algunos de Filipinas. Al señor obispo parece que le disgustó un poquito el que no quisiéra- mos hacernos cargo del asilo con la misa diaria en él, aunque a mí no me ha indicado nada. Si pudiéramos tener aquí tres o más religiosos se le po- dría complacer, aunque la retribución que dan creo que apenas bastará para mantener a uno más, pues no sé si son 20 pesos. Esta población no me va gustando nada. Es una Babilonia de enredos. Recuerdos a Fermín y sabe queda a sus órdenes su afectísimo y menor hermano que le ama ex corde. Fray Indalecio Ocio [PD]. El señor obispo está en la visita diocesana.

Agoar, caja 81, leg. 3 336 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 26*. Íñigo Narro a Adell Lamenta la lentitud del correo. No llegan ni cartas ni dinero para pagar el pasaje a los misioneros. Estados Unidos ya domina Visayas. Han liberado a los prisioneros de Negros. Malas perspectivas en Fili- pinas, Venezuela, Colombia y España

Madrid, 25 de febrero de 1899

Amado hermano, padre Patricio Adell: Verdaderamente le «tienen en el limbo» no nosotros, sino los empleados en correos. He escrito a usted a Caracas cuatro cartas por lo menos, aun antes de llegar a la residencia de padres capuchinos por conducto de aquel señor eclesiástico que de Ciudad Bolívar pasó a Caracas42. Me lo indicó el padre Enrique. Después los 25 de cada mes le he escrito a la residencia de padres capuchinos. Nuestro padre Mariano también le ha escrito varias veces antes de salir para el Brasil, y … nada. Nuestro padre Juan ha contestado a sus epístolas. Pero lo más extraño es que el 7 de febrero, fecha de sus cartas a nuestro padre Mariano y a mí, ignore todavía lo que el padre Marciano Landa decía a nuestro padre Juan con fecha 13 de enero: «El telégrafo dice desde San Francisco de California que el 5 de enero llegaron de Manila 15 recoletos y que deberán llegar a Panamá a fines de mes»43. Nada más hemos sabido con posterioridad a esta noticia. Yo, para cumplir el compromiso con el señor obispo, tenía preparados cinco, quizá hasta siete, religiosos para marchar el 5 de marzo a Panamá, cuyo pasaje (de cuatro) había de costear el señor obispo. No tengo fondos para los pasajes; sólo mandó nuestro padre Francisco para los 14 que fueron a Goyaz (Uberaba capital de la diócesis). Pedí al de Panamá dos mil francos para los cuatro y que en Colón los esperase alguno para guiarles y subministrarles lo que necesitasen; por eso dilaté la salida hasta el 5 de marzo (mi carta fue el 25 de diciembre). ¡Que si quieres! Ni contestación ni francos, y … no los mando. En Manila hay fondos y gente dispuesta a ir a América. En España ni dinero ni personal dispuesto. Los visayas se han sometido a los yanquis y han dado libertad a los 43 recoletos prisioneros de la Occidental de Negros. ¿Quién sabe si con esto vuelven a sus parroquias un centenar de recoletos, reunidos en Manila? Los tagalos, hechos una furia contra los yanquis, no sueltan a nuestros pobres prisioneros.

42 Régulo Fránquiz: supra, IX. Correspondencia A, nota 110. 43 Eran agustinos que viajaban a Colombia, infra, Carta 27*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 337

Ahí al presente en guerra, según el cable ¿Qué pasará? En Colombia también con temores. En España anuncios fatídicos de revolución y de revolución antirreli- giosa. Si Deus pro nobis ¿quis contra nos?44 Aquí se halla el padre Eustaquio Moreno, libertado de los visayas y sin esperanzas de vida, con un tumor canceroso en el esófago que no permite paso de cosa alguna al estómago. Va viviendo con leche y huevos en lavativas. Aquí está su hermano padre Ezequiel, obispo de Pasto, que para verlo ha venido de Roma y ahora está en cama con el trancazo. Se dispone a mar- char para Colombia el 5 de marzo. Aquí está el padre Florentino hecho un pepe, como él dice, con un tumor (?) en el cuello, sin celebrar ni confesar a las monjas. Aquí estoy yo bueno, gracias a Dios, de correspondencia hasta encima del solideo, y ahora de confesor de monjas. Vaya, hermanico, paciencia por la pérdida de muchas cartas, que lo quiere Dios, que es nuestro Amo absoluto. De vuestra reverencia afectísimo y menor hermano45. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 27*. Indalecio Ocio a Adell † No han llegado recoletos a Panamá. Los anunciados eran agustinos. Hay que estar preparados para recibir a los que anuncia el provincial. Prefiere el seminario de Maracaibo a un colegio en la misma ciudad. Las ocupaciones no le permiten sentarse a escribir sobre el viaje

Panamá, 10 de marzo de 1899

Estimado padre Patricio: He recibido hoy tres cartas suyas, por las que veo sigue usted en Cara- cas, de lo cual me alegro. Me escribe usted en la persuasión de que han llegado aquí no sé cuán- tos religiosos de Filipinas y ya los va distribuyendo usted, pero ha de saber que de eso no hay nada. Aquí no ha llegado ninguno, ni tampoco han pensado en llegar hasta ahora. ¿Sabe usted cuál ha sido la causa del alboroto? Ya sabe

44 Rm 8, 31. 45 «Recibida 20 marzo». En la margen derecha del primer folio el sello de la misión: Círculo con san Nicolás en el centro y alrededor: «Misión de los prov. de San Nicolás de Tolentino de PP. Agustinos Recoletos. América». 338 correspondencia del PADRE ADELL usted que yo estuve en el Darién en el mes de enero. Pues bien, pocos días antes de volver yo, llegó aquí Moleres y precisamente en esos días publicó un periódico de aquí un telegrama que decía que habían llegado a San Francisco religiosos agustinos de Filipinas. Sólo con esto, Moleres y el padre Marciano ya dieron por cierto que eran de los nuestros y que venían aquí. Así es que el padre Marciano escribió a España que a San Francisco habían llegado quin- ce recoletos que venían para acá, cuando no había tales carneros. Los dichos religiosos eran diez agustinos calzados que pasaron para Bogotá. Verá cuál fue la causa de las dudas de nuestro padre Íñigo, de que me escribiera a mí apurado, y que yo tuviera que gastar 17 pesos en un telegrama. Por si acaso llegan por aquí los que anunciaba nuestro padre provincial, siga preparando por ahí en dónde colocarlos. Los que aquí vienen de España, a no llegar otros antes, que lo dudo, están haciendo aquí ya muchísima falta, pues se está pasando el buen tiempo para ir a las misiones. Lo del seminario de Maracaibo me agrada. Respecto a colegio hay que andar con más cuidado, porque suelen ser demasiado exigentes en cuanto a la enseñanza. Yo iría allá de buena gana. Me decía usted en una carta si había recibido dos tomos de los de Bogotá, a lo cual le digo que no he recibido nada. También insiste en si he escrito algo del viaje. No he escrito nada hasta ahora, ni sé cuándo podré hacer algo. Me llaman mucho al confesonario y hay días que no me dejan hacer nada. Ahora estoy dando ejercicios a las ma- dres salesas46, además predico en San José. De modo que ni sé dónde tengo la chola. ¿Cómo quiere que piense en nada del viaje? Después haremos nosotros los ejercicios, y, pasada la Pascua, haremos la novena solemne a san José, pues he trasladado la fiesta al Patrocinio para que sea con más solemnidad y después de eso ¿sabe usted lo que pienso? Pues si puedo, marcharme a Chepo, aunque no sea más que una semana a descansar un poco. La letra ya la mandé. Escriba respecto de lo que haya por ahí, y procure asegurar. Esto promete poco, de modo que si se puede, por ahí hay que apretar. Cuando salga de estos laberintos le escribiré más despacio. Con recuerdos a Fermín disponga como guste de su afectísimo menor hermano que besa su mano. Fray Indalecio Ocio

Agoar, caja 81, leg. 3

46 Salesianas del Sagrado Corazón que dirigían el principal colegio femenino de la ciudad, cf. Relatio Episcopi Panamensis in visitatione ad Limina Apostolorum [1898], VIII: «Adsunt vero religiosæ dictæ salesianæ Sacri Cordis Jesu, Episcopo subditæ et quatuor- decim numero, sub quarum cura extat collegium præcipuum puellarum civitatis»: Asv, Archivo de la Congregación del Concilio, Visitationes, vol. 616, f. 101v. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 339

Carta 28*. Cayetano Fernández a Adell Está a las puertas de Santa Marta, donde piensa hacerse cargo del seminario. No le entusiasma la tarea. Han llegado a Colombia agus- tinos calzados de Filipinas

Bonda, 18 de marzo de 1899

Mi querido padre Patricio: Aquí, en Bonda, sí, señor, me tiene usted con un padrecito hace ya seis días, después de doce de viaje, que corrieron desde el 1º del mes en curso de nuestra salida de Bogotá. En Barranquilla me dijeron que en Santa Marta había epidemia (fie- bre amarilla) que se cebaba en los no aclimatados, especialmente extranje- ros. Seguí, no obstante, y ya cerca de Santa Marta telegrafié al señor obis- po, quien dispuso que temperásemos en Bonda, a dos leguas de la capital, hasta ver si desaparecía el peligro de la infección que ha hecho algunas víctimas, siendo de notar que de cinco chapetones enfermáronse cuatro, de los que murieron dos, más otro que murió en Barranquilla también de fie- bre. Todos estaban recientemente llegados de España con el señor obispo, Celedón. Ya sabrá por el padre Matute que hemos venido llamados por el obis- po para arreglar la enseñanza en el seminario que no tiene ni un alumno. No puedo decirle si nos quedaremos o no, por más que ya hablé con su señoría ilustrísima y habrá vuestra reverencia de esperar nuevas noti- cias mías. Por lo menos, estaremos un par de meses, aunque no hagamos nada, que el tiempo en Colombia vale tanto como el papel moneda que aquí se usa47. Puede escribirme a Santa Marta, casa episcopal. Ya sabrá que en dos tandas vinieron treinta jóvenes de los colegios, y tal vez ahora vengan doce más. El padre Baldomero Real es en Bogotá el superior de los agustinos calzados que vinieron de España y Filipinas. ¡Qué desastres, padre Adell! ¿Quién pagará los vidrios rotos? Væ, væ, væ tibi Corazaim48. Mucho deseo y pido al Señor que le vaya bien y prospere la corpo- ración ahí. Nuestro Desierto de La Candelaria, como que está llamado a ser un baluarte de la Orden: que no falte un buen gobernador de aquella plaza.

47 Sobre el objetivo del viaje y otras circunstancias: supra, IX. Correspondencia A, nota 225. 48 Mt 11,21. 340 correspondencia del PADRE ADELL

¿Qué quiere, padre Patricio? Como no está lejos Semana Santa, se me vienen en tropel los ecos de las lamentaciones. Es verdad que fui siempre tantico pesimista. De esta labor que se nos prepara aquí espero poquísimo resultado. Que me piense mucho delante del Nuestro Señor y que me escriba pron- to. Con recuerdos del padre Jesús reciba los más cariñosos de su afectísimo seguro servidor49. Fray Cayetano Fernández

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 29*. Santiago Matute a Adell † Quiere saber si ha adquirido algún compromiso en Ciudad Bolívar

Bogotá, 23 de marzo de 1899

Muy querido padre Patricio: Estoy en ejercicios, y los encomiendo mucho a Dios nuestro Señor. Me urge ponerle estas dos líneas dejando para otra vez contestar dos suyas que tengo de últimos de febrero. Dígame vuestra reverencia ¿qué hay de Ciudad Bolívar? Si no tiene compromiso adquirido, ¿nos lo podría dejar para nosotros? Avíseme pronto. Afectísimo hermano in Corde Jesu50. Fray Santiago Matute

Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 30*. Eugenio Sola a Adell † Le anima a proseguir la obra. Él está tratando de hacer una funda- ción en Bearín, un pueblo cercano a Estella. Comenta sobre algunos miembros de la misión que está para llegar a Panamá

Monteagudo, 27 de marzo de 1899

Muy querido padre Patricio: Tres cartas de usted he recibido desde que está por esas tierras, y, aun- que ganas no me han faltado para contestarle, alegrándome de su determi-

49 «Contesto 8 de abril, momentos después de recibirla». 50 «Contesté el 8 abril, momentos después de recibirla». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 341 nación y animándole a trabajar por Dios y la corporación, no me he determi- nado hasta hoy, que llevan ésta a mano, por temor de no perder el tiempo y dos reales. Al día siguiente de su santo, concluyendo los santos ejercicios, re- cibí su última, que me parece demasiado lacónica y con cierto tinte de tristeza, lo que fue motivo para que se reflejara algo en mí su estado de ánimo y suplicase algo más al que todo lo puede. No desanimarse, padre Patricio, que no estamos obligados a que salgan bien todas las cosas, sino a poner los medios para que salgan. Por Venezuela me parece que estará aquello bastante mediano, y de cristianos tendrán el nombre, quizá, no más. Como me indica que va a verse con nuestro padre Mariano, él podrá enterar a usted de las peripecias que por aquí han pasado, pues si no estoy ya por ahí, no ha sido por falta de voluntad. En fin, él le enterará a usted. Yo solamente le digo que el portador de ésta es el padre Ojeda, maestro actual de novicios, que va con el ilustrísimo padre Ezequiel. Por aquí se dice que le han mandado a usted una nueva misión a cuya cabeza ha ido el padre Guillén. Van algunos, como el padre Hilario Sán- chez, Lascaray y Bernardino García, connovicio mío, que no me perecen malos. Los demás no sé quiénes son fuera del presidente. Al padre Bernar- dino diga que su padre pasó a mejor vida en el mes de diciembre; que no le he escrito antes porque no sabía dónde paraba; que aunque he sentido no verlo, que me alegro esté por ahí y qué hago de lo que manda con el padre Lasala. Si me lo da para la nueva residencia de Bearín (Estella), no me vendrá mal. Como es usted un poco cegama, se le habrán abierto unos oja- zos, como cuando come natilla y habrá dicho: ¿qué es eso de Bearín? Pues nada, para que se tranquilicen. Cuando despedí a nuestro padre Mariano, en Marcilla, me fui a mi pueblo, que no había estado desde que llegué, y yendo un día de paseo fui a ver la nueva iglesita y casa que los hermanos Lizarraga levantaban a dos kilómetros, poco más, de Estella, jurisdicción de Bearín, que tiene 28 casas, y, viéndolo todo aquello, le dije a Román que qué ocurrencia les había dado en hacer aquello, si iban a llevar frailes o monjas. Empezó así la cosa, de broma, y terminó en veras. Fuimos el padre Ojeda y yo a ver aquello definitivamente y convinimos en las bases para nuestra instalación allí, que será luego que terminen aquello, que estarán ya entarimando la iglesia, y que las aprueban los demás hermanos que parece que las aprobarán. Todo se compone de iglesia, como la de Tulebras, casa bastante capaz –en el piso principal para ocho o diez religiosos– y huerta. Todo concluido y todo nuevo. Adquirimos la obligación de dar la primera enseñanza gratis, pero sin ningún gasto nuestro, a los del pueblo de Bearín. ¿Qué le parece a usted? Ya estoy autorizado para proponer cinco o seis religiosos que me acompañen allí, que pienso señalarlos ahora, en la visita provincial que vamos a tener después de Pascua. 342 correspondencia del PADRE ADELL

De esto ¿qué quiere usted que le diga? Que ha llegado ya mucha gente de Filipinas, y aunque muchos todavía están, después de algunos meses, corriéndola por esos mundos, ya bastantes se han acogido a sagrado. Así que estamos una respetable comunidad, aunque no sea más que por los años. Tiene usted a los padres Cabriada51, Cester52, Sanjuán53, Angós54, Ruices55 (Juan y Eustaquio), etc. etc., de modo que ya ve usted fuera de los que siguen: de manera, que bien podíamos decir aquello de multiplicasti gentem etc., non multiplicasti lætitiam. Casi le digo que se pasa la vida más alegre que en Manila. Si nos viéramos cara a cara quizá le dijera algo, pero por escrito no me atrevo. El rector, en general, bastante bien56. Por lo que si oye usted alguna cosa por ahí, no haga usted caso de algunas noticias que le han debido mandar de aquí algunos que estuvieron en Negros que más les valía tener … más cabeza. De Filipinas nada le digo porque ya le enterarán los que por ahí van a trabajar. Mucho ánimo y valor y no acobardarse por nada que en lo poco que puede ya le ayuda su afectísimo en Jesús. Fray Eugenio Sola

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 31*. Fermín Catalán a Adell

Caracas, 28 de marzo de 1899

Ha visitado a Mons. Durán, quien se ha alegrado de la suspensión del viaje a Brasil. El obispo de Maracaibo ha escrito al padre Lodares, pidiendo tres agustinos57. Le envía una carta del padre Matute: Agoar, caja 82, leg. 4.

51 Manuel Cabriada (1830-1905): Sádaba, 459-60. 52 Calixto Cester (1827-99): Sádaba, 466. 53 Vicente Sanjuan (1835-1917: Sádaba, 483-84; Avellaneda, 393. 54 Vicente Angós (1838-1908): Sádaba, 514; Avellaneda, 354. 55 Juan Pablo (1837-1901) y Eustaquio Ruiz (1836-1900). El primero, natural de Ma- lón, había regresado a España en noviembre de 1898 tras casi cuarenta años de perma- nencia en el archipiélago. En julio 1899 todavía tuvo ánimos para embarcarse rumbo al Brasil, donde murió en octubre 1901 de un ataque cerebral: Sádaba, 496; Décadas 1, 490- 92. El segundo, de Aldeanueva de Ebro (La Rioja), también había consumido casi toda su vida en el ministerio parroquial: Sádaba, 502-03. 56 Mariano Pena: supra, IX Correspondencia A, nota 277. 57 Supra, IX Correspondencia A, nota 151. En estas fechas Adell estaba predicando la semana santa en La Victoria. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 343

Carta 32*. Zoila Teresa Fernández58 a Adell Vivan JM y J Se alegran de que vengan a Ciudad Bolívar. Hay mucha necesidad de predicadores y de un colegio de niños

Ciudad Bolívar, 28 de marzo de 1899

Reverendo padre Patricio Adell de San Macario. Caracas

Muy respetado padre: Recibí su carta que nos ha llenado de gran satisfacción, pues ya ha- bíamos perdido las esperanzas de que vinieran frailes de ustedes para acá; pero ahora veo que pueden venir, de lo cual me alegro, pues hay aquí una abundante mies donde trabajar: almas dóciles que se pierden por falta de instrucción religiosa. Para un alma que tenga verdadero celo por la salvación de las almas hay muchísimo campo donde trabajar y se puede hacer mucho bien. Yo estoy impaciente por que vengan luego, pues conozco la necesidad que hay tanto de padres predicadores como de un colegio de niños, donde puedan instruirse en principios morales y religiosos. Cuando su carta llegó a mis manos, ya el ilustrísimo señor obispo se había marchado para Caracas. Supongo que ya habrá hablado usted con él. No deje de encomendar a estas sus paisanas en el santo sacrificio de la Misa. Tenga la bondad de saludar afectuosamente de nuestra parte a los de- más padres. Las hermanas retornan sus recuerdos y todas deseamos que se encuen- tren bien. Sin más por hoy se despide de usted su más atenta segura servidora en Jesús y María. Hermana Zoila Fernández

Agoar, caja 82, leg. 3

58 Zoila Teresa Fernández (1864-1929), superiora a la sazón de las hermanas de Santa Ana en Ciudad Bolívar (1897-1901). Luego sería provincial de la congregación en América (1901-1904). En 1905 regresó a España, siendo destinada al hospital de Zara- goza, donde murió: Galilea, Fundaciones, 199-212, 317-18; San Ezequiel Moreno, Obras completas 2, Madrid 2006, 369. 344 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 33*. Indalecio Ocio a Adell † Ha llegado un telegrama anunciando la llegada de trece recoletos. Hay que buscarles colocación. Detalla el estado de cuentas. Informa de la salida del rector de los escolapios. Esto le ha disgustado y hasta querría que le llamara a Venezuela

Panamá, 29 de marzo de 1899

Estimado padre Patricio: Recibí su última del 11 de éste, a la cual contesto. Comienzo por decirle que hace unos días estoy enfermo y me encuentro muy débil, pero la cosa no es de gravedad. Ayer recibí un telegrama que venía para usted, expedido en Mazatlán, y cuyo contenido es el siguiente: «Vamos trece sacerdotes. Guillén». De modo que ya ve usted: estos trece llegarán aquí el 11 o el 12 de abril, y ¿qué hacer con ellos? Yo he pensado lo siguiente: que se queden aquí cuatro o cinco, o los que creamos convenientes, y los demás que sigan para ésa en el primer vapor, puesto que ahí por de pronto necesitan ya algunos. Bien podría haber venido usted por acá para haber arreglado este cotarro, de quién se queda por aquí y quién va por ahí. Tampoco en este vapor que acaba de llegar ha venido nadie de España. He puesto a nuestro padre Íñigo un telegrama diciéndole que llegan trece para que no embarque a los siete que me dice iban a embarcar el 5 de abril. Me pregunta usted si el señor obispo nos da a los dos que estamos aquí los 20 pesos y la celebración, a lo cual le contesto que sí, desde el mes de enero. Respecto de la cuenta anda usted trascordado. Cuando llegamos aquí teníamos 359 libras y 43,50 pesos en moneda americana, en lo cual estaba incluido todo. Aquí no sé las que cambió usted, pero cuando yo volví a ha- cerme cargo del dinero y después de haber dado a usted cien libras, me que- daron 242 libras. Después le giré a usted 50, más una que me costó el giro, 51. De modo que me quedan 191 libras. De éstas le advierto que el padre rector, el cual se embarcó para España el día 1 de febrero, me suplicó que le cambiase veinte, y le hice ese favor al cambio corriente, que importaron 250 pesos en plata de aquí. Además, el padre Moleres me entregó 160 pesos en oro americano. En resumen, del dinero que sacamos e Manila, tengo en mi poder 171 libras, 203 pesos [en] oro americano y 250 pesos [en] plata colombiana, correspondien- tes a las 20 libras que cambié al padre rector. Le extrañará a usted tal vez lo que le he dicho que el padre rector se fue para España. La causa es larga de contar; pero el remate fue un decreto que contra él se publicó en el Boletín DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 345 diocesano. Vamos, padre Patricio, se necesita estar en América para ver tales cosas. Desde entonces estoy aquí bastante disgustado. Otra causa de disgusto para mí es el padre Marciano, el cual ya com- prendí desde el principio que no estaba conforme con quedarse bajo mis ór- denes, y aunque él nada me ha dicho, bastante que lo comprendo yo, y por eso quisiera que esto se arreglara de otro modo. Ahora que viene el padre Guillén y que vendrán algunos otros que puedan quedarse por aquí, casi me atrevo a pedirle que me lleve por ahí, aunque, por otra parte, siento el salir de aquí, porque ya tengo mi buena parroquia de penitentes que sentirán mucho el que yo salga de aquí. Ya me han dicho algunas señoras que rogarán a nuestro padre san Agustín y san José para que yo no salga de aquí. También confieso a las madres salesas, las cuales me aprecian de veras. Además, aquí es de toda necesidad el predicar para atraer gente. En fin, si usted estuviera por acá, podríamos resolver lo más conveniente. Ya terminé los Siete Domingos de San José. Pienso comenzar la novena a san José para terminarla con la fiesta del día del Patrocinio. Me canso mucho de escribir, porque tengo muy pocas fuerzas. Así es que me despido hasta otra. Recuerdos a Fermín y mande a su afectísimo menor hermano que besa su mano. Fray Indalecio Ocio

[PD]. Si acaso por cualquier motivo fuese yo por ahí, ¿el dinero que ten- go aquí lo entregaré al que se quede aquí?

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 34*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 31 de marzo de 1899

Carta enviada con el p. Ezequiel: acusa recibo de sus cartas de 9 y 31 de diciembre de 1898, y 23 de enero de 1899. Agradece las buenas noticias del Brasil y del p. Mariano Bernad. Adell la recibió el 19 de abril y la contestó el 22: Agoar, caja 82, leg. 4. 346 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 35*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 1 de abril de 1899

Aunque rendido de trabajo, contesta a sus preguntas. «No usamos cer- quillo en tierra fría, como es ésta de Bogotá, por creer militan las mismas razones que en los colegios de España; sí en tierra caliente, aun cuando en Casanare hay privilegio para que los misioneros puedan usar barba y no usar cerquillo por la dificultad en hacerse con frecuencia una y otro. Usa- mos medias y calzado cerrado por privilegio también, concedido a los que residimos en Bogotá, por lo dañoso de la humedad en este clima. Usamos las mismas túnicas que en España, de lana; los enfermos usan, además, franela o camisetas; en El Desierto, todo lo mismo que en los colegios de España, sin manto, porque es tierra templada; aquí sí usamos manto y para salir som- brero de teja. La vida común en todo su rigor y, ¡bendito sea Dios!, a gusto y satisfacción de todos. Dígame qué más desea saber vuestra reverencia». Le ha remitido el tercer volumen de sus Apuntes: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 36*. Íñigo Narro a Adell † Su carta le «ha devuelto el alma al cuerpo». Las buenas perspectivas que ofrece Venezuela le ha movido a mandarle algunos religiosos, que sería difícil acomodar en Panamá. «Hay un centenar de repatriados por los colegios y por sus pueblos, y van a llegar veinte más. En Ma- nila asusta el gasto»

Madrid, 2 de abril de 1899

Amado hermano: ¡Aleluya! ¡Bastante blando y nervioso me encuentro con la semana san- ta, pero ya pasará con la semana de Pascua. Su carta del 7 de marzo notificándome «que no se marchaba al Brasil» me ha devuelto el alma al cuerpo. Todos, y yo más que todos, lamentábamos su propósito de marcha y abandono de su misión. Ya, a prevención, para que no anduvieran los religiosos en Panamá como ovejas sin pastor había nom- brado mi representante en Panamá al padre Félix Guillén, nombramiento que, con la presencia de usted en Venezuela, queda sin efecto alguno. Con ésta van ocho recoletos a Panamá, que acompañan al ilustrísimo señor obispo de Pasto, pero, llegados directamente de Manila a Panamá tre- ce recoletos, encargándome el padre Ocio «que no mande estos ocho» por no tener donde colocarlos, ni medios de manutención él ni el señor obispo, teniendo en cuenta lo económico del sustento en Caracas, el ofrecimiento de colocaciones ahí por parte de los señores arzobispo y obispos de Guayana y DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 347

Maracaibo, la bondad y caridad de los padres capuchinos de esa residencia, la excitación del padre Baltasar, que me escribe: «¡Ojalá vuestra reverencia mandara todos los más que pueda»…, van los ocho de Marcilla y … si es fácil encontrar en Venezuela la colocación para los ocho o para seis o siquie- ra para cuatro, que queden ahí. Si no fuese esto hacedero y en Panamá no hubiese tampoco colocación, autorice al ilustrísimo padre Ezequiel para que coloque en su diócesis los vacantes. Los ocho que van con el padre Ezequiel son padre José Cardona, pa- dre Pedro San Vicente, padre Joaquín Igúzquiza, padre José Palacios, padre León Ecay –éstos repatriados–, padre Joaquín Barroso, padre Quirino Ortiz, fray Matías Sanmartín. Los trece llegados de Manila a Panamá son: padre Félix Guillén, padre Eusebio Ortuoste, padre Paciente Corral, padre Isidoro Musitu, padre Ber- nardino García, padre Antonio Armendáriz, padre Francisco Mallagaray, pa- dre Julián Cisneros, padre Hilario Sánchez, padre Melitón Martínez, padre Demetrio Ázqueta, padre Miguel Lascaray y el 13º lo ignoro59. Déjese de Brasil y Brasiles y … a organizar esa misión de Panamá y Venezuela. Llegaron a Roma los padres Cabañas60 y Guillorme61 con el hermano Juan62. Cayeron enfermos en nuestra casa hospicio hasta administrar al an- cianito los Santos Sacramentos, incluso la Extrema Unción. Salieron de Roma los tres, llegando a Madrid el día de Jueves Santo; el padre Cabañas paró en casa de su hermano, y en la noche del viernes al sábado, solito y abandonado, expiró. El sobrino me dijo: «he entrado a las 5 de la mañana a darle el te con leche y … le he encontrado cadáver» (RIP). También ha fallecido el 18 de mar- zo en casa de una hermana carnal el repatriado padre Gervasio Burguera63. Hay un centenar de repatriados por los colegios y por sus pueblos y van a llegar veinte más. En Manila asusta el gasto; los prisioneros, prisioneros

59 Era el padre Celestino Falces: supra, IX Correspondencia A, nota 204. 60 José Mª Cabañas (1819-99), natural de Corella (Navarra). Ingresó en la orden en 1842 tras haber militado en las filas carlistas. En 1846 fue destinado a Filipinas, donde permaneció hasta 1899, en que regresó a España. Durante 28 años (1870-98) administró la parroquia boholana de Baclayon, donde dejó huella imborrable: Sádaba, 438-99. 61 Manuel Mª Guillorme (1862-1900), natural de Corella (Navarra). De 1887 a 1899 tuvo a su cargo la administración de varias parroquias de las islas de Negros y Siquijor. En esta última construyó el convento de Canoan. Regresó a España a principios de 1899 y en octubre del mismo años se embarcaba para Brasil con la tercera misión. Fue destinado a la nueva fundación de Batataes, donde murió a los pocos meses: Sádaba, 653; Décadas 1, 485-88. 62 Juan Llorente (1848-1926), natural de Rincón de Olivedo (La Rioja). Residió en Filipinas desde 1873 hasta principios de 1899, en que se regresó a España en compañía del p. Cabañas, pasando por Tierra Santa y Roma. Desde esa fecha vivió casi siempre en Marcilla, donde murió a principios 1926. Dejó escrito un amplio relato de su viaje a Tierra Santa: Sádaba, 588; Avellaneda, 427. 63 Gervasio Burguera (1851-99), natural de Leza (Álava): Sádaba, 588. 348 correspondencia del PADRE ADELL continúan; los medios de sostenimiento van escaseando; lo de Filipinas está muy lejos de arreglarse. Sursum corda! Mil acciones de gracias al padre Baltasar, cuya gratísima carta poseo, con mis más afectuosos recuerdos. Memorias al padre Fermín, de quien mucho se acuerda el que es de vuestra reverencia afectísimo y menor hermano64. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 37*. Celedonio Mateo a Adell † Se alegra de que sus trabajos contribuyan a restañar las heridas de la provincia. Él también se siente llamado a colaborar en esa tarea. En Galicia, cerca de Betanzos, quizá se pueda establecer una comu- nidad

Colegio de Marcilla, 2 de abril de 1899

M. R. P. Fr. Patricio Adell

Mi querido padre Patricio: Recibí la carta que me escribió usted desde Panamá, que me llenó de regocijo, porque vi, como suele decirse, el cielo abierto y me hizo abrigar es- peranzas de que nuestra amada provincia de San Nicolás ha de reponerse pronto de los quebrantos pasados; y Dios nuestro Señor haga que lo pasado nos sirva de lección para ser mejores. Antes que recibiese la carta de usted ya le había escrito a nuestro pa- dre comisario apostólico pidiendo me mandase donde pudiese servir de algo. Juzgo que es un deber de todos el hacer esto para ayudar a los superiores en tiempos tan difíciles. Lo demás lo considero mucho egoísmo y falta de amor al santo hábito. A grandes apuros, grandes sacrificios. Ya estaba designado para ir a Pará, pero luego nombraron para ir allá al padre Gregorio Gil. Pero, por fin, no fuimos ni uno ni otro65. El día 18 del pasado fui a visitar, por orden e nuestro padre Íñigo, un convento que nos ofrecen en Galicia. Se llama monasterio de Monfero. Volví la víspera del domingo de Ramos. Aunque el convento deja bastante que desear, pero lo ofrecen en buenas condiciones y podrán estar allí ocho o diez religiosos sin gastar nada a la provincia, y, estando allí, será fácil poder ex-

64 «Recibida el 19. Contestada el 22». 65 Al fin viajó al sur del Brasil: supra, Carta 6*, nota 21. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 349 tendernos porque no hay más que dos conventos en toda la provincia (Coru- ña). Hoy envío el informe al superior66. No he contestado antes a su carta porque no sabía el punto donde dirigirla. En Betanzos encontré un convento de agustinas recoletas, de la clase de la Encarnación67. Llorando me pedían las religiosas que nuestro superior les mandase, al menos, director de la orden. Betanzos se halla cerca del mo- nasterio de Monfero. Que el Señor le dé fuerzas para trabajar por la gloria de Dios y honra de nuestra corporación. Oremos ad invicem, porque en estos tiempos tienen que entrar en batalla contra el demonio y sus sectas hasta los rancheros. Y no haya miedo, porque está la promesa del Señor: et portæ inferi…68. Que se conserve bueno, y sabe le quiere en el Señor su menor hermano y agradecido amigo que besa su mano69. Fray Celedonio Mateo de San José

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 38*. Antonio Vico a Adell Se alegra de que se hayan instalado en el Darién. Pide informes sobre el estado del territorio y sobre las intenciones de la orden

Bogotá, 7 abril de 1899

Muy reverendo padre Patricio Adell Muy señor mío: He oído con mucho gusto que los religiosos de su orden se han instalado en el Darién con el encargo que les ha confiado el ilustrísimo señor obispo de

66 Santa María de Monfero, monasterio fundado a principios del siglo xi e incorporado al Císter en 1201. En 1882 hubo un intento de restaurarlo con monjes cistercienses, que no cuajó, cf. J. L. López Sangil, «Historia del santuario de Santa María de Monfero»: Estudios Mindonienses 14 (1998); El monasterio de Santa María de Monfero, La Coruña 1999; tam- bién A. Linage Conde, Historia del monacato hispanoamericano, Salamanca 1977, 577. La instalación en él de una comunidad recoleta fracasó por la oposición del arzobispo de Santia- go: cf. I. Narro, Carta a E. Pérez, Madrid, 30 octubre 1899: «Han fracasado las [fundaciones] de Betanzos y de Ágreda, deseándolas las recoletas y oponiéndose el Emmo. de Santiago y Illmo de Tarazona»: Agoar, caja 65. Sin embargo, en 1902, a raíz de una visita a Galicia de Tiburcio Lanas, el restaurador de Valvanera, el mismo arzobispo, que conocía bien a los recoletos, deseaba que los recoletos se hicieran cargo del monasterio: José Manuel Bengoa, San Millán de la Cogolla, Valvanera y el P. Toribio Minguella, Oar, Madrid 2006, 232. 67 Sobre la historia de este convento, cf. María del Carmen Pérez Viña, «Notas para la historia del convento de la Anunciación de Betanzos, 1679-1989»: Recollectio 17 (1994) 107-210. 68 Mt 16,18. 69 Apunte en el margen superior de la primera cara: «Recibida 19. Contesté el 21». 350 correspondencia del PADRE ADELL

Panamá de misionar aquellos pueblos. Estimaría me informara del estado en que los padres han encontrado a dicho país, cómo se han instalado, es decir, en qué condiciones, cuántas residencias han abierto, las probabilidades que tienen de dar desarrollo a la misión, y, en fin, si, dado el caso, su provincia se haría cargo de la misión susodicha como cosa suya independientemente del prelado de Panamá, nombrándose ya sea un prefecto apostólico, ya un vicario apostólico de su orden, para la administración espiritual de ese territorio. En el caso de que no estuviese en su potestad contestar a mi última pregunta, quiera consultar en propósito con el reverendísimo padre Íñigo, a quien saludará en mi nombre. Soy de vuestra reverencia con el mayor aprecio atento seguro servidor70. A[ntonio], arzobispo de Filipos delegado apostólico

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 39*. Santiago Matute a Adell † JMJ Sentiría que fundara en Cartagena, donde su provincia ya ha dado pasos para establecerse. No conviene mezclar las fundaciones de am- bas provincias. «Otra cosa es en sitios cercanos»

Bogotá, 7 abril de 1899

R. P. Patricio Adell. Caracas

Muy querido padre y hermano: Siento positiva satisfacción al recibir carta de vuestra reverencia. Voy a contestar a su última del 3 de marzo. Me propone vuestra reverencia la idea de fundar en Cartagena y ¿cómo se va a figurar que me ha producido la cosa cierta desazón? Me explicaré. Hace ocho años que andamos tras de la Popa. Vea el tomo I de mis Apuntes71

70 A pie de página: «He contestado, 28 de agosto, que la recibí hace dos días, que voy a ver la misión, le pongo en resumen a qué se comprometió el señor obispo y qué nos dio, y que, no sabiendo cómo queda Filipinas y qué será de la hacienda de Imus, no se puede decir qué desarrollo se le podrá dar, pues ni siquiera sabemos cuántos querrán venir a América y quiénes son e ir mejor aquí que al Brasil; que la intención es desarrollarla, pero … Dios nos hará ir viendo las cosas poco a poco»: Agoar, caja 81, leg. 2; también infra, Carta 93*. 71 Santiago Matute, Los padres candelarios en Colombia o Apuntes para la Historia 1, Bogotá 1897, 179-81. Habla de su deseo de restaurar La Popa y reproduce algunas cartas que con ese fin se cruzaron entre los superiores de la provincia y la diócesis de Cartagena. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 351 y, si ya le han llegado, el II y el III72. Serias y graves dificultades han hecho que se verifique aquello de desideria dilata, y estoy en correspondencia con el señor obispo de Cartagena sobre el asunto73. Sentiría, y aquí viene lo de la desazón, que ustedes fundasen en Cartagena. ¡Qué raro!, ¿no? Si todos fueran padres Patricios …, no lo sentiría, pero vuestra reverencia sabe lo que son algunos frailes y, de ser dos provincias diferentes, no se escaparán a la perspicacia de vuestra reverencia los inconvenientes que de ahí podrían con el tiempo surgir. Otra cosa es en sitios cercanos, pero siempre separados. De eso sí tengo ganas y buenos deseos. De modo que suplico al padre Patricio que en lo de Cartagena no piense por ahora y nos lo deje a nosotros exclusi- vamente. Eso no impedirá que para unos y otros sea aquella casa común en un caso dado. En mi anterior le decía algo parecido respecto a Ciudad Bolívar. Esto es para tener una casa fuera de esta República y en favor de la provisión de recursos para las misiones de Casanare. No les reducimos el campo con esto. Sabe vuestra reverencia que campo es el que sobra. Si viera por ahí al amigo doctor don Pedro P. Nates, de quien he habla- do a vuestra reverencia en mis anteriores, hágame el favor de entregarle la adjunta tarjeta. Todos saludan a vuestra reverencia y en especial su afectísimo herma- no en Jesús. Fray Santiago Matute

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 40*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 10 de abril de 1899 Han muerto los padres Gervasio Burguera y José Mª Cabañas. Recibida el 26 agosto y contestada el 28 agosto: recomendaba la venida de dos religiosos para Ciudad Bolívar, dos para Uracoa, dos para El Callao, uno para Upata y dos para La Guaira: Agoar, caja 82, leg. 4.

72 S. Matute, Apuntes 2, Bogotá 1897, 92-94. En el vol. 3 no se alude al tema. 73 S. Matute, Apuntes 4, Bogotá 1899, 122-23, publica una carta sin fecha del obispo de Cartagena, en la que le decía que ya había prometido el santuario a los salvatorianos: «hace quince días contesté al reverendo padre superior de los salvadoristas que me ha pedido las parroquias de la Santísima Trinidad y de la Popa, que, de mi parte, no hay inconveniente en confiarlas a su congregación». En otra carta, escrita en Roma el 26 de mayo del mismo año, le informaba que el general de los salvadorianos ya había enviado tres religiosos a encargarse de ambas parroquias: Ibid, 246-47. 352 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 41*. Silvestra Imas a Adell JM y J Se alegra de que el obispo le haya pedido tres padres. Aquí podrán contar «con las capellanías de la Isla y Beneficencia». Quiere saber si van a llegar pronto

Maracaibo, 12 de abril de 1899

Reverendo padre Patricio Adell de San Macario. Caracas

Carísimo padre en Jesús y María: Después de haber venido el ilustrísimo señor obispo de ésa, me dijo que ha- bía escrito a vuestra reverencia pidiéndole tres padres74. Yo me alegré muchísimo y le dije que podía contar casi de seguro con las capellanías de la Isla y Beneficen- cia y que con ésa ya tenía la comunidad una casa segura con que contar. Me alegraría me dijera vuestra reverencia si la venida de los padres tendrá efecto y para cuándo podrá ser, porque me interesa saberlo, porque si fuese pronto esperaremos y aguantaremos con el capellán que hay y, si hubiese de tardarse mucho, tendríamos que quitarlo. Días pasados me habló un señor para quitarlo, pero yo le dije que pues ustedes estaban para venir y sería mejor esperar para colocar en su lugar un religioso. Le pareció muy bien y toda la sociedad tendrá mucho gusto en ello. Haga la caridad de decirme si por casualidad ahí, en los religiosos que vuestra reverencia tiene a su cargo, está fray Ricardo Imas, porque le escri- bimos dirigiéndole la carta al padre Santiago Matute y éste dice que no está entre los religiosos que él tiene. Todas las hermanas saludan a vuestra reverencia y en especial ésta que le ama en Jesús y María. Hermana Silvestra Imas [PD] La hermana Anastasia Barberá me encarga sus recuerdos.

Agoar, caja 83, leg. 2

74 La carta del obispo (20 marzo 1899) estaba dirigida al capuchino Baltasar de Lo- dares: supra, IX Correspondencia A, nota 151. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 353

Carta 42*. Félix Guillén a Adell † Acusa recibo de su carta en la que le pone al frente de la misión. Da cuenta de la distribución del personal. El padre Marciano se siente a disgusto. «La casita de San José todavía no está concluida». La vida es muy cara. Tendrán muchos gastos y, por tanto, no podrá remitirle todo el dinero. Ha nombrado al p. Cándido maestro de Chepo

M. R. P. Fr. Patricio Adell. Caracas

Panamá, 19 de abril de 1899

Querido padre Patricio: El día 16, domingo, al amanecer llegamos a bahía y cerca de medio día desembarcamos sin novedad, gracias a Dios. El viaje regular, pero muy pesado y molesto desde San Francisco por las muchas escalas que hizo el vapor y detenciones en ellas. Los padres que venimos en esta misión son los siguientes: padres Julián Cisneros, Francisco Mallagaray, Bernardino Gar- cía, Celestino Falces, Melitón Martínez, Isidoro Musitu, Antonio Armendá- riz, Hilario Sánchez, Eusebio Ortuoste, Paciente Corral, Miguel Lascaray y Demetrio Ázqueta. Paciente Corral es organista. Ayer llegó su muy grata75 y con sentimiento vi que me nombraba usted presidente de esta misión de Panamá. Estaba yo muy lejos de pensar en tal cosa, porque tenía usted ya al padre Indalecio, conocedor de todo esto y muy práctico, mientras que yo tengo que principiar el ABC de todo, y, por otra parte, conozco mucho la dificultad de mandar y sólo deseaba ser el último súbdito y trabajar en cualquier misión a que me destinaran en compañía de otro. Cúmplase la voluntad de Dios. En el momento de enterarnos de lo que decía usted al padre Indale- cio, principiamos a dar cumplimiento a lo que nos manda, y determinamos quedaran en San José el padre Bernardino García, que es muy obediente religioso, celoso, trabajador, devoto de san José y muy a propósito para esta población. En Chepo quedan el padre Mallagaray de cura con los padres Hi- lario Sánchez y Cándido, y a Santa María la Real de Darién irán los padres Melitón Martínez, Larrondo, Celestino Falces y Miguel Lascaray. El padre Marciano queda aquí, según usted manda, pero debe usted a todo trance procurar que se marche a España, porque sólo eso desea. Le veo muy disgustado, despegado de nosotros e indiferente y sin ganas de trabajar. Ahora se está celebrando la novena de san José para hacer la fiesta del Pa- trocinio con alguna solemnidad y ni siquiera se acerca a la iglesia. Nosotros vamos a la novena, predicamos todos los días, por la mañana misa cantada y

75 Supra, Carta 65. 354 correspondencia del PADRE ADELL nos sentamos en el confesonario, y él se marcha a paseo cuando quiere; no se le ve en la iglesia ni se une a nosotros. Aquí estará mientras usted disponga, pero sólo servirá para comer, y tal vez nos dé algún disgusto. Dice que escri- bió a nuestro padre Juan, y le contestó que tuviera paciencia. El padre Medardo Moleres no puede acompañar ahora porque no ha ha- bido tiempo para que viniera. El padre Indalecio se queda para acompañarle y al mismo tiempo me pondrá al corriente de todas las cosas de por aquí. El día 8 del entrante sale el vapor para Darién y pensamos ir los dos con los padres Melitón Martínez y Larrondo para estudiar aquello y establecer la misión. Buscaremos una casita en donde puedan estar los cuatro religio- sos y cuando volvamos irán los otros dos: padres Falces y Miguel Lascaray. Así lo hemos convenido con el señor obispo. Las otras cosas que usted encar- ga se cumplirán poco a poco. La casita de San José todavía no está concluida. Tal vez la semana en- trante queden terminados tres cuartos y nos trasladaremos, si lo permite el olor de la pintura. La vida me parece muy cara. Me dicen que no podré encontrar cocinero [por] menos de treinta o cuarenta pesos al mes. Por esto puede ser que me decida a buscar alguna persona que nos dé de comer y nos traiga la comida a casa. Dicen que lo harán por un peso diario cada uno. Veré si lo puedo sacar más barato. A los misioneros he dicho que no busquen ca- prichos y regalos; que hagan un presupuesto mensual con arreglo a los pre- cios de cada localidad, de tal manera que nos quede siempre un remanente para gastos imprevisibles, viajes, enfermedades, etc. El hermano Ángel está con tercianas. Cuando estemos en nuestra casi- ta lo traeré y curaré. Ayer recibí carta de nuestro padre Íñigo y como supone que usted se marchó al Brasil me nombra representante suyo en Panamá y Venezuela. Claro está que este nombramiento queda sin efecto. Dice que el 5 de abril saldrían de España ocho religiosos. Entre ellos nombra a Cardona, Joaquín Igúzquiza, Palacios y no sé quién más. El señor obispo ha entregado al padre Indalecio 300 pesos por el mes de marzo y como estos días se gasta mucho pagando un peso diario cada uno a los padres escolapios, quedará muy poco para poder pasar todos los que es- tamos aquí hasta que veamos lo que me da el señor obispo el mes entrante. Así que no se podrá llevar todo el dinero que tiene, sino que nos tendrá que dejar alguna cantidad, porque además tendremos que hacer algún gastillo para la instalación en la casa, pues no sabemos si el señor obispo nos pondrá siquiera lo más indispensable. Conviene que escriba usted al señor obispo dándole cuenta de todos los nuevos nombramientos. El padre Mallagaray, que es el más antiguo, para Chepo con los otros dos dichos; y el padre Melitón, el más formal y antiguo, DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 355 para Darién con los otros tres dichos, y así estará más contento ese señor, que parece muy bueno. El padre Indalecio me dice que no tiene tiempo para escribir a usted. Ahora se marcha a dar ejercicios a las salesianas. Si puede usted, mándeme papel timbrado para oficios y cartas según manda el definitorio, porque aquí es horriblemente caro y malo. Hoy se me ha presentado el inspector local de Instrucción Pública de Chepo, diciendo que querían que un padre fuese maestro de niños y que el inspector provincial era muy gustoso. He hablado con el señor obispo y tam- bién es su gusto, Por tanto, he puesto al padre Cándido, y le pagarán 40 pesos mensuales. Los de Chepo quieren mucho a los padres y con esto estrechare- mos más las relaciones y nos daremos más a conocer. Por ahora no ocurre más. Daré a usted cuenta de todo lo que suceda. De usted afectísimo menor hermano y súbdito seguro servidor que besa su mano. Fray Félix Guillén

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 43*. Indalecio Ocio a Adell † No viaja ahora a Venezuela, porque Guillén quiere «que le imponga de las cosas de por aquí». Se siente cansado. Los nuevos llegaron sin un cuarto

Panamá, 20 de abril de 1899

Mi estimado padre Patricio: Llegaron los trece que aguardábamos, de los cuales cinco marcharon para Chepo y seis van por ahí. El padre Moleres no ha sido posible que venga todavía porque no ha habido tiempo. Creo que ya le dice el padre Guillén por qué no voy yo ahora, pues quiere que le imponga de las cosas de por aquí, y yo casi me alegro, porque estoy muy cansado y así podré descansar un poco antes de ir por ahí y así poder comenzar otra campaña. Hay algunos días horribles para mí de trabajo y comprendo que necesito un compás de espera. Ya pasé un latigazo de más de dos semanas y estoy temiendo otro. Algo podrán decirle los que llevan ésta. Esta gente ha llegado sin un cuarto y con una inmensidad de equipaje, de modo que entre unas cosas y otras me va costando un dineral. Creo que van a quedar muy pocos cuartos. Me parece que el padre Guillén le dice a us- 356 correspondencia del PADRE ADELL ted algo sobre el dinero, pues quiere que le deje aquí no sé cuánto. Hágase el sueco o dígale que se necesita ahí. Yo cuidado de dejarles aquí lo necesario. Estoy viendo que se va a ver usted contrariado al ver que no voy por ahí, pero con seis algo podrá hacer. No le digo más, pues son las 11 de la noche y estoy rendido. Hace unos días que apenas me dejan rezar. Con recuerdos al padre Fermín se repite de usted afectísimo menor her- mano que besa su mano.

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 44*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 1 de mayo de 1899

Anda muy ocupado. El mes de mayo es otra cuaresma. «Trabajemos cada cual en nuestro campo y adelante, Dios proveerá»76: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 45*. Francisco Ayarra a Adell † Parece que no se nos ofrece tanto campo como te figurabas. Hay que vencer muchos inconvenientes. Con esos 21 religiosos nuevos tienes para algunas residencias y para preparar bien el terreno. Insiste en que obre con calma, sin caer en fáciles entusiasmos. «Más vale poco y bien que mucho y mal». La prensa ha exagerado los choques entre americanos y filipinos

Provincialato de Recoletos. Particular M. R. P. Fr. Patricio Adell Manila, 2 de mayo de 1899

Mi querido Patricio: Anoche recibí tus dos gratas de 25 de febrero y 1 de marzo, dos meses justitos, y me alegro sigas tan bueno y entusiasmado con esa gente tan vo- luble como informal. Conque mucha palabra y mucha promesa, y nada de cumplir; mucho de cristianos de nombre, pero de verdad… Nos quejamos de

76 Esta carta llegó a manos de Adell el 24 de agosto junto con las tres anteriores y la contestó el 29 agosto: «lamentándome de recelos y sospechas, sin nombrar la palabra y di- ciéndole no se han portado bien con la provincia de San Nicolás, que venía desterrada, y a la que deben ellos todo en España. Que yo pude tomar La Popa y no lo hice, y, sin embargo, he hablado y he tirado siempre a acercarnos. Que los que no son como el padre Patricio ni vendrán ni les dejarán ni podrán … más que callar»: Agoar, caja 83, leg. 1; publicada: supra, Carta 99. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 357 los indios de Filipinas y yo creo que éstos han [sic] buenos a ésos; en fin, en todas partes se cuecen habas. Veo por las tuyas que no se nos ofrece tanto campo por ahí como al prin- cipio te figurabas. Hay que vencer muchos inconvenientes, sufrir, padecer y trabajar mucho, para preparar una mies regular por ahora para que después tengamos un campo de abundante cosecha y larga vida para nuestra provin- cia. Los trece religiosos que mandé a Panamá hará ya por lo menos veinte días que llegaron y si te mandaron o te han mandado ocho de España, tienes por ahora suficiente para algunas residencias y, como son gente escogida, puedes hacer buena atmósfera y preparar bien el terreno. Pero por ahora con esa gente creo tienes suficiente y mientras toda esa gente no esté colocada, no creo prudente pidas más gente. Mira, Patricio, conserva la cabeza fresca, para que no te entusiasmes demasiado, pues más vale poco y bien que mucho y mal, con que mucha sangre fría y mucha calma. Ya de aquí no te mando más gente. A España he mandado muchos, pero a muchos no conviene que los manden ahí, porque no valen ni conviene. Ya no esperes gente como la que se te ha mandado. En este convento y San Sebastián estamos 102 religiosos, pero 20 sal- drán para España la semana entrante. Además, 46 prisioneros en Luzón, y 12 en Negros y Marianas. Los demás se han embarcado para España, y en Hong Kong unos ocho. Aquí tienes la corporación. Esto no tiene trazas de arreglarse. En Luzón se baten bien los indios y americanos, y éstos aunque despacio avanzan. En Iloilo, la cabecera y Jaro por los americanos y quietos, sin avances. Sin duda esperan les lleguen más refuerzos. En Negros hay 800 americanos. Hay algo de tranquilidad, pero como están esperando se publiquen su constitución, no sabemos lo que sal- drá de aquel cantón federal. Los principales jefes son Lacson, Luzuriaga y Araneta, y como son masones, poco se puede esperar77. Sin embargo, veremos lo que sale, y si nos queda aquí, aunque sea poquito, alguna esperanza, que será muy poca. Sobre los sucesos ocurridos en Manila y arrabales entre indios y ame- ricanos ha habido mucho, pero [lo] han abultado los cablegramas, que han corrido por todo el calibutan78. Estos días han venido algunos enviados de Aguinaldo para tratar con los americanos. No sé lo que resultará. Me dices de mandar datos al padre Enrique para que escriba y trabaje la traslación de nuestra provincia de San Nicolás a América. Poco a poco, Patricio, no te entusiasmes tanto, piensa y medita mucho las cosas, deja al

77 El batallón Voluntarios de California desembarcó en Bacólod el 4 de marzo 1899. La Constitución estaba ultimada a mediados de julio 1899, pero ante el recelo de los ame- ricanos quedó en letra muerta: A. Martínez Cuesta, History of Negros, 458-60. 78 Mundo en visaya. 358 correspondencia del PADRE ADELL tiempo que aclare las cosas y situación. No hagas como esa gente, hoy que sí y mañana que no. Calma, calma, y nada de precipitación, y así saldrá la cosa a mayor gloria de Dios y bien de nuestra provincia, pues de lo contrario sería edificar sin cimientos, para que al primer ventarrón se cayera a tierra y tapusna79. Con que calma, calma, y la cabeza fresca Adiós, Patricio. Consérvate bueno que Dios te ilumine y te colme con abundantes gracias para mandar a tu afectísimo hermano y amigo80. Fray Francisco Ayarra [PD]. Me dices que el viaje de España es mucho más barato, pero no sé qué te diga. Mil pesos en España cuestan aquí dos mil, muy cerca, por el giro; después los viajes en España a visitar a sus familias, etc., cuestan un dineral y la mar de gastos. Así es que si el viaje cuesta mucho por San Francisco, cuesta más por Europa. En fin, por todas partes mal81.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 46*. Gregorio Sesma a Adell J.M.J. Ha recibido sus cartas y las ha contestado. Otras han desanimado a la gente. Con el triunfo de los americanos en Filipinas, desaparecerá la religión verdadera. También en España ha comenzado la persecu- ción. El 13 se nos embarcará para Marsella y España

Macao, 2 de mayo de 1899

Mi querido Patricio: Te escribí, y lo mismo nuestro padre Santos, y dirigimos la carta a Pa- namá, en los escolapios. Digo esto porque en tu última carta, [cuya] fecha es 6 de marzo en Caracas, dices que no has recibido ninguna. Nos alegramos llegaseis sin novedad y de las noticias que nos dabas en tu segunda carta, escrita también en Caracas. Mas en esta última manifies- tas la desmoralización que reina en la famosa América. ¿Qué se puede espe- rar de un pueblo masón? Que Dios envíe verdaderos misioneros apostólicos, y mucho fruto se podrá esperar. Mas también por ahí habrá persecución más tarde o más temprano, porque los masones harán siempre de las suyas.

79 Fin en visaya. 80 «Contesté desde Trinidad el 29 de abril». 81 Apunte del padre Adell: «Recibidas estas dos el 26 de agosto, contesto el 28. Que colocaciones hay muchas y por ahora no hay más remedio que completar las residencias ya puestas. Le hago relación de todo hasta hoy 28 sobre Guayana, Trinidad, La Guaira ya nuestra, los 30 para Barquisimeto, Santa Marta y Popayán; y si algo quieren se haga, deben mandar dinero a España para pasajes»: supra, Carta 97. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 359

Un sobrino del padre Andrés Torres, agustino, escribió desde Colombia muy mal impresionado y eso ha debido contribuir a resfriar el espíritu de los que pensaban ir por allá82. Por de pronto no hay uno que quiera y se ofrezca espontáneo a ir a América sin ir primero a España, y esta desgraciada na- ción está muy mal. Se teme alguna persecución contra los frailes, porque no los quieren. Puede decirse que la persecución ha principiado ya, porque a los dominicos que quisieron poner en Valencia una residencia los apedrearon, y a los franciscanos los echaron de las residencias que habían fundado ¿Qué te parece? El padre Guillén salió de aquí para Panamá con once o doce, muy bue- na gente, hace dos meses y medio. Por lo visto, no tenéis todavía residencia alguna ahí en Caracas. Nuestro padre provincial me preguntó si iría y estaría gustoso en nues- tra iglesia de San José de Panamá. Le contesté que sí, mas como no será fácil que salgan ya de aquí para aquella tierra, sin pedirla me mandó la patente para Monteagudo, diciéndome que desde allá podré ver mejor lo que más me conviene, si Panamá o algún otro punto, Brasil, etc. Mas como estoy viejo y achacoso, es muy probable que me meta en Monteagudo y morir allá, si es que en España no hay alguna gorda y mande el gobierno cerrar los colegios, pues entonces veríamos lo que Dios disponía, si me iría con Manuel83 o iría a otra parte. Si yo pudiera hacerme cargo de alguna misión, otra cosa sería. Los americanos triunfarán o, mejor dicho, triunfantes en Filipinas, les importa un comino que desaparezca la religión verdadera, como se está vien- do y muchos perderán hasta la fe. ¡Pobre y desventurado país! Para el 13 del corriente nos embarcaremos, Dios mediante, en la Mala Inglesa para Marsella. Seis somos. Se dice que los jesuitas han comprado todas las gramáticas tagalas, prueba que esperan administrar las parroquias de Luzón. Veremos, y menos mal si es así. Tú sabes la política de aquellos padres. Casto está bastante mediano en Monteagudo84. Me temo tenga algún ataque grande de los que solían darle en Filipinas y Dios sabe. Cúmplase su santísima voluntad. Que todo se presente favorable para los buenos cristianos de por ahí, así como también para que se animen por el pronto muchos religiosos para pro- curar la salvación de tantas almas que duermen en las sombras de la muerte y que tanto costaron a Jesucristo etc. etc., deseo muy de veras.

82 Marcelino Torres: supra, Carta 2*, nota 10. 83 Manuel Simón, con quien había convivido en San Sebastián de Manila. En enero de ese mismo había viajado a Brasil: supra, III. Memoria, nota 7. 84 Casto Sesma (1850-99), natural de Corella. Tras 25 años de trabajos apostólicos en parroquias de Bohol y Cebú, regresó a España en octubre de 1898. Para estas fechas ya hacía tres semanas que había fallecido: Sádaba, 570. 360 correspondencia del PADRE ADELL

Afectuosos saludos de nuestro padre Santos, de Gabasa y demás, y has- ta que Dios quiera o hasta la eternidad (si lo dispone así) se despide tu afectísimo hermano y amigo que te desea mucha salud y gracia, y que le encomiendes a Dios85. Fray Gregorio Sesma

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 47*. Ana María Seijas86 a Adell Ave María Lamenta no haber podido saludar a los padres. Envía un obsequio. Desearía verlos a todos antes de que viajen a la Guayana

Puerto España, convento del Rosario, 2 de mayo de 1899

Mi muy reverendo padre: ¡Cuánto he sentido no haber tenido el placer de recibir a los reverendos padres que estuvieron aquí, pero el quebrantado estado de salud, por una fuerte fiebre, no me permitieron [sic] tener ese honor y placer. Estando hoy ya mejor, desearía que ustedes todos vinieran antes de irse para Guayana y no desearía que partan sin haber recibido de nuestro pobre convento, que conoce también las privaciones, pero que quieren que ustedes partan con ellas de lo poco que poseen, enviamos a usted, reverendo padre, esa limosna, aunque bien insignificante, pero que la aumentaremos con ora- ciones, a fin de que encuentren en ese país extraño para ustedes la acogida que ustedes, mis reverendos padres, merecen. Mi comunidad se une a mí para saludarles. Y yo me subscribo, reverendo padre, atenta hermana en el Señor Jesús. Sor Ana María

Agoar, caja 83, leg. 2

85 Glosa de Adell en el margen inferior: «Contesté animándole a venir a La Guaira, que tiene buena temperatura para él, y aquí vería es otra y mejor la administración que con el indio de Filipinas. Son descendientes de españoles, tienen corazón, y el trabajo tie- ne sus satisfacciones. Insisto en lo de siempre: que trabajando, tiene aquí buen porvenir la corporación. Diga lo que quiera el padre Torres, no he visto más que confirmarse mi primera apreciación siempre escrita a España y Filipinas, y llevo algo visto y hablado». 86 Sobre Ana María Seijas y su comunidad: supra, III. Memoria, nota 227. Adell las recuerda a menudo, y siempre con gratitud, tanto en la Memoria como en la correspon- dencia. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 361

Carta 48*. Íñigo Narro a Adell † Casi ninguno de los religiosos que pide en su carta del 7 abril puede viajar a Venezuela P. Fr. Patricio Adell de San Macario Madrid, 5 de mayo de 1899

Amadísimo hermano: Como al escribirme usted con fecha 7 d abril desde Caracas no sabía el refuerzo que se le había mandado –trece directamente de Manila y ocho, no muy buenos, de España–, no me extraña las peticiones que me hace. El padre Corro, en la residencia de Granada; el padre Asín, para el Brasil; pa- dre Julián Moreno, para ninguna parte; el padre Marticorena no ha llegado de Filipinas; el padre Aráiz, en Granada; Santos Leyún no quiere Ultramar; padre Santos Ramírez, con el padre Celedonio; padre Martell y hermano Claudio salieron al Brasil; Joaquín Navarro y Pedro Ibáñez, delicados; el padre Dionisio Pueyo con asma, se ofrece a una residencia en España; el padre Eugenio Sola, vicerrector. ¡Gracias al refuerzo recibido por usted de Filipinas! He recibido la letra de 2.148 francos. Están para llegar veinte padres de Filipinas y prepara el provincial viaje de cien más. El padre Eustaquio va viviendo y bebiendo. De usted y de los que tenga a su lado afectísimo hermano87. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 49*. Ana María Seijas a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 9 de mayo de 1899

Ha escrito cartas de recomendación para los padres que van a Upata. Envía algunos obsequios. Desea que dominicos y recoletos se hagan mañana una fotografía en el presbiterio del convento. Anoche el padre Demetrio las hizo llorar en el sermón: Agoar, caja 83, leg. 2.

87 «Recibida el 19. Contestada el 22». 362 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 50*. Pedro San Vicente a Adell † El obispo viajó a Roma. Dijo que escribiría a Ciudad Bolívar para que los hospeden en palacio. Visitará en Madrid al padre Íñigo. El 3 salie- ron los padres para Maracaibo. Mientras esperan sus órdenes, ellos ayudan a los capuchinos. Quizá convenga desistir de La Guaira

Caracas, 13 de mayo de 1899 Respetable y querido padre Patricio: Recibimos ayer, 12, su apreciable, por la que vemos han llegado con felicidad a Trinidad y vuestra reverencia tan animado por las buenas impre- siones que por ahí recibe. Monseñor Durán se fue a Roma. No sé hasta qué punto habrá descon- certado su marcha los planes que vuestra reverencia llevaba. Lo que dijo sí antes de marchar es que escribiría a Ciudad Bolívar para que los hospe- dasen en palacio. Dijo también monseñor que iría por Madrid a estar con nuestro padre vicario. El señor Navarro88, que también fue a Roma, nos pidió una carta de recomendación para el padre Enrique y se la dimos nosotros en nombre de vuestra reverencia con el folletito que él escribió titulado Los conventos, que nos dio el padre Baltasar. Los padres salieron para Maracaibo el 3. Es de suponer estén por allí. Aquí continuamos el padre Fermín, el padre Palacios y yo con el padre Ocio, que llegó el otro día, hasta que vuestra reverencia disponga algo de nosotros. Estamos contentos. Prediqué yo por primera vez el día de la Ascensión y aquí el padre Palacios en la Vega y el domingo anterior el padre Fermín, y conti- nuaremos ayudando en lo que podamos a los padres capuchinos, que tan cari- ñosos son con nosotros. De La Guaira lo mismo. Se me figura que tendremos que desistir. Es demasiado largo el tiempo de espera, y el señor arzobispo no le da nada a Maldonado y es natural que [éste] no piense en dejarlo Le saludan los otros padres y vuestra reverencia disponga y mande a su afectísimo menor hermano que pide a Dios el feliz éxito en sus empeños y besa su mano. Fray Pedro San Vicente de San José

Agoar, caja 82, leg. 4

88 Nicolás Eugenio Navarro (1867-1960), joven sacerdote de la isla Margarita, afin- cado en Caracas, muy activo en la prensa, en la iglesia y en otras palestras públicas. Era partidario de Mons. Castro, quien luego le encomendaría la dirección del periódico La Religión (1903-16). En 1943 fue nombrado obispo titular de Uzula y en 1952 arzobispo titular de Carpathos. Como deán presidió el cabildo de Caracas desde 1913 a 1960. Como historiador dejó huella profunda en la Iglesia venezolana. En 1929 publicó los Anales Ecle- sásticos Venezolanos, de los que en 1951 hizo una segunda edición corregida y aumentada: Diccionario de Historia de Venezuela 3, 312; Tomás Alcántara Polanco, «Monseñor Nico- lás E. Navarro, el arzobispo sabio», en Venezuela y sus personajes, Caracas 1998, 335-55. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 363

Carta 51*. Baltasar de Lodares a Adell J.M. y J. Agradece su carta y le anima a proseguir a pesar del viaje del obispo a Roma

Caracas, 13 de mayo de 1899

Mi querido padre Patricio: Ayer recibimos su cartita, que nos contentó mucho al saber que siguen bien y animados. Aunque el obispo parece que le trastorna sus planes, no se desalienten por eso: «Diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum», dice san Pablo89. Adelante, mi amado padre, porque Jesucristo a la vanguardia abriéndoles camino. Por acá seguimos lo mismo. Los trabajos de la iglesia adelantan. Se bendecirá el día de la Porciúncula, Deo volente. Llegó otro padre capuchino de Colombia en parecidas condiciones al padre José. Todos le saludamos cariñosamente. Fray Baltasar de Lodares

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 52*. Julián Cisneros a Adell † «A nuestra llegada a esta ciudad […] nos hicieron un recibimiento espléndido». Ha acompañado al obispo a visitar una parroquia. Todos esperan su venida. Necesitan profesores para el seminario

Maracaibo, 15 de mayo de 1899

Mi querido padre Patricio: Hemos recibido su grata del 30 del pasado, escrita desde Trinidad, y nos ha servido de consuelo el ver su letra, saber de su salud y enterarnos de la buena impresión que le ha causado la población de Trinidad. No me parece mala idea la de poner una casa en Trinidad. Enterado también del encargo que me hace sobre el pasaje, cuando el señor obispo de aquí nos hable. Todavía no ha dicho nada y por prudencia no le saqué la conversación.

89 Rm 8,28. 364 correspondencia del PADRE ADELL

Ahora bien, a nuestra llegada a esta ciudad, la impresión que tuvimos no pudo ser más agradable. Nos hicieron un recibimiento espléndido y casi nos anonadaron de tanto agasajarnos. Obedeciendo a un programa prepara- do de antemano, desde que supieron que estábamos en el muelle a bordo del vapor Mérida, tocaron las campanas y se reunió mucha parte del pueblo, ca- bildo, clero y el señor obispo, que nos aguardaba en la puerta de la catedral. Parte del clero fue al vapor a saludarnos y después nos acompañó hasta la catedral. Una vez en la catedral, nos dio la bendición monseñor Marvez, fui- mos al altar mayor donde nos tenían preparadas unas sillas. Entonaron el Te Deum con exposición de su Divina Majestad, y, después de cantadas las pre- ces, me indicó el señor obispo hiciese nuestra presentación y ofrecimiento. Al efecto subí al púlpito y como Dios me asistió hablé al clero y pueblo de Maracaibo, que tanto entusiasmo había manifestado, agradecí en nombre de los padres las muestras de afecto y, sobre todo, al señor obispo tan cariño- sa invitación; me ofrecí a ayudar al clero y a corresponder a tan buena acogi- da, y acto continuo se reservó a su Divina Majestad y salimos de la catedral, despidiéndonos de monseñor y demás en la puerta; y luego a indicación suya fuimos a alojarnos a casa del padre Flores90, en donde su señoría había pre- parado alojamiento para los tres. Hemos predicado ya, y el clero no nos huye; antes bien, nos encarga sermones, etc. El viernes pasado fui con monseñor a una parroquia distante de aquí dos leguas, a la cual fue a hacer la visita. Me llevó para que viese aquello y conociese a la gente. Prediqué y confesé cuanto pude y …, padre Patricio, la gente demostró un afecto tal al hábito que toda la principalía pidió al señor obispo que vayamos allí y precisamente monseñor lo hizo de intento. Así que la cosa me entusiasmó y me sirvió de consuelo en medio de algún ratito de sufrir en estudiar sermones, etc. También me habló su señoría de otra parroquia cerca que creo desea darnos. Soy de opinión que si las cosas no corren prisa por ahí (por no estar el señor obispo Durán, que nos dijeron iba a Roma), se venga a dar una vuelta por acá. Monseñor lo desea en el alma, y la madre Silvestra, más. Ésta nos ayuda mucho y todas las hermanas. El señor cónsul español está a nuestro lado y hasta el señor presidente federal también; todos preparan niños para cuando se instale el colegio. Se ve un grande entusiasmo y desde luego entiendo que hemos caído bien. Me lo dicen el señor obispo, las hermanas y personas de la aristocracia de acá. ¡Sea todo por Dios! Estamos los tres con buena salud y, según nos ha dicho hoy monseñor, la semana que viene nos trasladará a una casa que ha alquilado frente a la Beneficencia, donde están las madres para que nos ayuden.

90 Carlos Flores, párroco durante muchos años de Santa Bárbara. Entre 1884 y 1886 lo había sido de las parroquias tachirenses de Michelena y Colón: G. Santander Ramírez, Historia eclesiástica del Táchira 3, San Cristóbal 1986, 1256 y 1282. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 365

Allí desea que pongamos una especie de escuelita para ir haciéndonos lugar poco a poco hasta instalar el seminario en un local que está preparan- do el señor obispo para palacio y seminario. En dicha casa estaremos y desde luego nos proporciona la iglesia de la Beneficencia, de acuerdo con el cónsul y presidente para que podamos trabajar. Perdóneme que le ruegue el que venga por acá luego, porque desean ver- le para ver de preparar las cosas y un reglamento para el colegio-seminario. Escójanos buen personal: el abogado Lapardina y alguno que sepa in- glés o francés y matemáticas, además de los que necesita para las asigna- turas de nuestra carrera. En fin, cuando venga por aquí, verá el entusiasmo que hay y que el pueblo y clero nos ha de ayudar mucho. Luego veo que el señor obispo necesita ver aquí a vuestra reverencia, no porque no nos manifieste cariño, que ya no puede ser más, sino porque comprendo que le ha de contener mejor en los deseos de instalar escuela o medio colegio, que se la ha metido en la cabeza; y además que creo se deba aprovechar el deseo que muestra de darnos algunos pueblos en los cuales se puede poner nuestro personal. Por lo demás, estamos contentos y nos agasajan mucho, y aun creo que será más cuando nos vean en nuestra casita. Respecto de misas por los padres difuntos, las hemos dicho casi todas el padre Quirino y yo. Van aquí unas cuantas que aún no ha dicho el padre Antonio. Va la lista. Va entrando celebración que nos proporciona el padre Flores, cura de Santa Bárbara, y por esto le mando la lista de las del padre Antonio, como me encarga vuestra reverencia para celebrarlas ahí. Muchos recuerdos de los padres y míos para todos los hermanos de por ahí, y un abrazo de corazón de su humilde hermano91. Fray Julián Cisneros del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

91 Apunte del p. Adell: «Contesté el 1 de julio desde San Félix; avisé quizá vayan Fermín y Palacios». 366 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 53*. Indalecio Ocio a Adell † El 8 llegó a Caracas. En Panamá quieren modificar el contrato. Para discutirlo el obispo, disgustado, ha nombrado representantes suyos al padre Terradas y don Antonio Félez. El arzobispo les ha entregado una parroquia en La Victoria, donde los padres han sido muy bien recibidos

Caracas, 16 de mayo de 1899

Estimado padre Patricio: Aquí me tiene usted desde el día 8 de éste. Como ya le dije a usted, pensaba haber ido al Darién con los padres que se han de establecer allí, pues allí no hay ninguno que lo conozca sino yo; pero llegó el señor obispo de Pasto y me dijo que usted me esperaba aquí y que mientras yo no viniera no salían de aquí. Por lo cual, aunque yo suponía que usted habría salido ya, tanto se empeñaron que me decidí a embarcarme con el vapor francés, aunque el padre Moleres no había llegado todavía a Panamá. Así es que me vine solo. El mismo día que yo llegué salió para Roma monseñor Durán, obispo de Ciudad Bolívar, el cual, según aquí me han dicho, estaba decidido a no ir al Concilio y a regresar enseguida a su diócesis. Pero a última hora parece que pensó de otra manera y se largó para Roma con otros obispos que venían de Colombia y el de Mérida. De modo que no le aguarde por ahí tan pronto. Yo desearía haber hablado con usted pronto, pues en Panamá desea- ban reformar el contrato respecto del punto de las misas. Ya hace tiempo que me dijo el señor obispo que encontraba dificultad para encontrar misas para llenar las condiciones del contrato y no dar misas sino para cinco. No sé lo que habrán hecho después de salir yo, pues quedaron en reunirse un día para tratar de reformar ese punto. Yo advertí al padre Guillén que se sostuviera fuerte, y él me dijo que cualquiera cosa que decidieran sería transitoria, que se lo mandaría a usted y que nada quedaría determinado mientras usted no lo aprobase, de modo que lo que haya hecho supongo vendrá pronto por aquí para que usted lo vea y diga su parecer. Le advierto que el señor obispo se ha resentido de todo y ha nombrado sus representan- tes para tratar de todo cuanto se refiera a las misiones, al padre Terradas y al padre Antonio. Los motivos que aducen para rebajar las misas me parecen demasiado fútiles. El señor arzobispo de esta ciudad nos ha dado la parroquia de La Candelaria de la ciudad de La Victoria y mañana saldrán para dicho pun- to el padre José Palacios y el padre Fermín a hacerse cargo de aquello. El pensamiento del señor arzobispo es de darnos también la otra parroquia DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 367 cuando salga el párroco actual, de modo que nos quedemos con toda la ciudad. Esto lo han trabajado estos buenos padres capuchinos. Yo les he dicho que no queríamos tomar parroquias, pero ellos dicen que lo principal es entrar, sea como quiera; después si podemos arreglarnos de otro modo, nada cuesta renunciar las parroquias. Yo tenía intención de ir con ellos para ver si podría tener vida allí un colegio, pero estoy comprometido para predicar y no me atrevo a faltar. Otro día veré si puedo dar por allí una vuelta. Aquí quedamos el padre Pedro y yo para ir trabajando por aquí y para todo cuanto a usted se le ofrezca. Conteste enseguida desde donde esté y diga a dónde se le pueden dirigir las cartas. Queda de usted afectísimo seguro servidor y humilde súbdito que besa su mano. Fray Indalecio Ocio

[PD]. Dicen que pronto nos van a dar la iglesia de La Guaira. Mando copia de esta misma carta a Ciudad Bolívar para que usted la reciba cuanto antes donde quiera que esté. Escriben los padres de La Victoria que fueron bien recibidos de todos, tanto del presidente como del padre vicario. También los de Maracaibo tuvie- ron un entusiasta recibimiento de toda la población y cantaron un Te Deum a su llegada.

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 54*. Ana María Seijas a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 17 de mayo de 1899

Envía unas cartas para el padre Oliveros y otras personas de Ciudad Bolívar. Espera su visita antes de salir para la Guayana. Aunque pobres, envía una oferta: Agoar, caja 83, leg. 2. 368 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 55*. Silvestra Imas a Adell † J.M. y J. Los padres llegaron a Maracaibo el día 9. Fueron bien recibidos. Por encar- go del obispo ella misma se encargó de buscarles casa y los enseres necesa- rios. Un padre ya ha salido a acompañar al obispo en la visita pastoral

Maracaibo, 19 de mayo de 1899

Reverendo padre Patricio Adell. Ciudad Bolívar Carísimo padre en Jesús y María: El día 9 llegaron los reverendos padres y les hicieron un gran recibi- miento. El señor obispo manifiesta estar muy contento y me parece se ganarán muchas simpatías; que ésa ya sabe usted que es necesaria para poder hacer el bien. Como ya sé lo que somos los religiosos y que en casa ajena estamos mal, le hablé al señor obispo y le dije que a los padres se les debía poner una casa para ellos solos y proporcionarles los medios de ganarse ellos la vida y de tra- bajar en la viña del Señor. Le pareció bien y me dijo que le ayudase yo para ello. A todas nos dio risa cuando me dijo: madre, usted va a ser mi amparo en esta ocasión. Figúrese, padre, qué apoyo de tanta potencia. Le busqué la casa y me hizo que yo fuese con él a verla, me prometió pagar él el alquiler. Es una casita pequeña, de pocas comodidades, pero por ahora me parece mejor así y que ellos se vayan metiendo poco a poco, porque si el señor obispo quitase de pronto alguno de estos curitas de los empleos daría mal resultado, y éste es el parecer del señor obispo y me parece así bien. Para que ellos hagan funciones y confiesen y demás les da la iglesia de esta casa, porque muy pronto se les dará también la capellanía, y la casa que se les pone está a poquitos pasos. Sólo hay que pasar la calle, pues vivimos frente a frente. A mí me ha encargado el señor obispo que me arregle con la casa como pueda o sea con los muebles y demás, que él ya me dará algunos y nosotras pon- dremos otros y a todos nos ayudará Dios. Los primeros días nosotras les man- daremos la comida guisada hasta que se les ponga un cocinero que los cuide. Me parece que es de gran necesidad que ellos tuvieran un hermano lego para que cuidase bien de ellos y las cosas de casa. Cuando yo dije al padre Cisneros en lo que andaba yo con el señor obispo, se alegró mucho y le pareció bien. Todas las hermanas están muy animadas para ayudar y ponerles las cositas hasta que ellos se posesionen y vayan ganando terreno, y yo estoy gazosa por poder hacer algo por estos pobres ministros de Jesucristo. Nada más le digo sino que me encomiende a Dios para que me haga santa, que es lo que deseo en este destierro. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 369

Ya ha marchado un padre de santa visita con el señor obispo y ya me dijo que podíamos confesarnos con ellos y que nos predicasen cuando me pareciese. Ya ve qué de cosas le digo. Lo cierto es que poco a poco me parece que podrá colocar seis o siete padres. Ya tengo presente cuál es la astilla de la madera y con la gracia de Dios no tenga el cuidado. Hermana Silvestra Imas

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 56*. Félix Guillén a Adell † La actuación de Moleres y Ocio ha disgustado al obispo. Con la me- diación del padre Ezequiel «todo ha cambiado completamente». La curia quiere modificar el contrato. «La situación de los misioneros en el Darién es en extremo dificultosa […] Procure hacer contratos en esa región algo más beneficiosos […]U sted y yo nos someteremos con facilidad a toda clase de penalidades, pero no podemos exigir sacrifi- cios tan heroicos» a otros M. R. P. Fr. Patricio Adell del Carmen Panamá, 27 de mayo de 1899

Querido padre Patricio: Anoche volví del Darién e inmediatamente tomo la pluma para dar a usted razón de todo lo que se hace por aquí. Como son muchas las necesidades de esta población y muy poco el clero, el señor obispo ordena las misas los domingos para acudir a todas las partes. Cuando el padre Ocio fue al Darién, vino al padre Medardo y el señor obispo le mandó al padre Suárez para que al día siguiente dijese misa en Santa Ana a las 8 de la mañana. Él contestó que diría misa en San José, porque era re- gular y nada tenía el señor obispo que ver con él, y otras muchas cosas que no estaban bien. Los padres escolapios le aconsejaron que lo hiciese, porque era el prelado el que lo disponía, y si no quería decirla a las 8, que dijese la de 7, y el padre escolapio que tenía la de las 7 diría la de las 8. Él se negó a todo y contestó con más altanería que al principio. Al día siguiente el señor obispo se fue a decir la misa de las 8 por no haber otro sacerdote. El señor obispo lo llevó muy a mal y no quiso recibir en palacio por dos veces al padre Medardo, y a la tercera le dijo que si tenía alguna necesidad que se viese con el secretario y, además, le escribió una carta bastante fuerte (que no he visto), enseñándole su obligación como a párroco. El padre Medar- do comprendió sin duda lo que había hecho y suplicó a los padres escolapios para que intercedieran por él con el señor obispo, pero le contestaron que no podían hacerlo porque ya le habían aconsejado y no quiso oírlos y no querían 370 correspondencia del PADRE ADELL intervenir en un asunto tan delicado y grave. Cuando llegó el padre Indalecio le contó lo sucedido como él quiso y le convenía, y el padre Indalecio dijo al señor obispo que no había sucedido en esa forma y que había sido una mala inteligencia del padre Suárez en lugar de haberle dado una satisfacción. Por otra parte, el padre Indalecio no quiso ceder al señor obispo un sa- cerdote para que dijese misa los domingos en el asilo Bolívar, aun dándole veinte pesos mensuales por este trabajo; y se quejan, padre, de que desde el momento de la marcha de usted se mostró muy reservado con todos y obraba sin hacer caso de nadie, aun en las cosas que más se necesitaba hacerlo de común acuerdo y ayudarse recíprocamente por la falta de sacerdotes. Por estas razones y otras muchas todos les miraban con mucha indiferencia y como si no existiesen los padres agustinos en Panamá. Además, el señor obispo estaba muy enterado de que el padre Medardo disgustaba mucho a la gente de Chepo con su proceder. Por la mañana se marchaba de casa en casa hasta la hora de comer, y lo mismo hacía por la tarde, tratando a la gente con mucha altanería. Todas estas cosas dieron lugar a que el señor obispo escribiera un decre- to el día 2 de enero despidiéndonos de su diócesis. Se lo entregó al padre Te- rradas para su cumplimiento, pero este padre lo tuvo tres días y después se lo devolvió y le calmó diciéndole que considerara todo como cosa de chiquillos y que esperaran a que viniese un superior de los padres agustinos, con quien se pudieran entender, porque con esos jóvenes no lo podían hacer, y era de suponer que pronto llegaría el superior que tanto se deseaba y necesitaba. Así encontré yo las cosas a mi llegada y con los consejos del ilustrísimo padre Ezequiel Moreno, que parece le trajo la Divina Providencia cuando estábamos en ese asunto, todo se ha arreglado muy bien y todo ha cambia- do completamente. El señor obispo está contentísimo y los otros más. Todos marchamos en muy buena armonía y de común acuerdo trabajamos en todas las necesidades de la población. El padre Medardo ya salió para ésa. Tenga usted mucho cuidado en dónde le pone, porque es un joven muy altivo y le dará disgustos. Hasta el momento de su salida ha estado aquí dando mal ejemplo. Todos los días se marchaba a los escolapios y allí daba rienda suelta a su lengua diciendo lo que no debía respecto a nosotros. Esto ha disgustado mucho a los padres escolapios y no le despidieron por prudencia, pero estaban deseando que se marchara cuanto antes de aquí para evitar nuevos compromisos. Otro asunto. Los padres Antonio Félez y Terradas, comisionados por el se- ñor obispo, me citaron a junta para la reforma del contrato del modo siguiente. Quieren declarar misiones las parroquias de Chepo y Darién según pidió nues- tro padre Íñigo, y como el señor obispo ha escrito a todas partes pidiendo misas y le han contestado que no tienen, excepto un señor obispo que le dijo que le daría a ocho reales cada una, pero en papel, que aquí viene a ser a cinco reales, dicen que, en vista de esto, el señor obispo dará misas para seis, sin comprometerse DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 371 a más y que si ésas faltan y él tiene nos dará las que pueda, pero sin compro- meterse por obligación, y por último el contrato perpetuo es nulo y dicen que lo hagamos por diez años, por ejemplo, añadiendo que si durante este tiempo algu- na de las partes lo quisiera rescindir, que avise con un año de tiempo. Quieren también que nosotros cobremos los diezmos y primicias en el terreno de nuestra jurisdicción para que tengamos más medios de subsistencia, porque el señor obispo dice que si nos falta celebración padeceremos mucha escasez y penuria. Yo les he contestado que no puedo deshacer un contrato que mi su- perior ha hecho. Lo único que haré será mandarlo a mi superior para que disponga lo que crea conveniente; y respecto a los diezmos que siga la curia cobrándolos como ahora lo hace, porque los pueblos se resisten a pagarlos y si nosotros les queremos obligar, nos mirarán muy mal, porque dirán que venimos en busca de plata y nuestro ministerio se hará odioso y de ningún provecho. Ahí quedó este asuntos cuando marché al Darién. Otro asunto: las misiones del Darién. El día 8 salí con los padres Malla- garay y León Ecay y he recorrido toda la comarca. Los habitantes son negros y mestizos de Jamaica, Cartagena y otros puntos, habitan las márgenes de los ríos Tuira, Chucunague y otros. Toda la región se divide en dos distritos. El de Chepigana con los pueblos de Chepigana, Tucutí, La Palma y Gerachiese, y el de Pinogana con los de Pinogana, Tavisa y Santa María El Real con un total de habitantes de unas 3.500 almas poco más o menos. Después están los cholos y cunas, indios de buena índole en la parte alta de los ríos; siguen los indios infie- les que llaman mansos y por último los indios bravos, que habitan las regiones más superiores de los ríos a donde no permiten subir a nadie. Con objeto de que los padres puedan aprender algo del dialecto de los bravos he pensado colocar una residencia de dos padres en Pinogana, que es el pueblo más próximo a ellos, y también para que los vayan conociendo porque se comunican allí con bastante frecuencia y porque el mismo pueblo me lo ha suplicado y prometido que les darán casa, y pedirán un padre para maestro de niños con un sueldo de 40 o 50 pesos mensuales, y algo es algo. En este caso tendrá que haber tres padres para que dos puedan recorrer los pueblos del distrito y subir a las minas de oro de Cana, en donde viven muchos trabajadores sin auxilio alguno religioso. Otra residencia de dos padres se pondrá en Chepigana para que atiendan a las necesidades de los pueblos de este distrito, que están muy distantes unos de otros y ocupan la parte baja del río Tuira en su desembocadura en el mar. También me han prometido que les harían casa para vivir. De este modo les será más fácil recorrer todos los pueblos. Como todos los habitantes son advenedizos atraídos por el amor a las riquezas que sacan del cauchú y de la ipecaucasia, ninguno de ellos se dedica a otra cosa. Así que no se encuentra ninguna clase de víveres y la manutención se hace muy difícil. En todos los pueblos residen cuatro o cinco tiendas de chinos y ellos venden arroz a peseta la libra, alguna lata de salmón, sardinas y algún jamón, pero a precios vergonzosamente caros. Gallinas se ven algunas, pero no las quieren vender ni a tres pesos cada una. 372 correspondencia del PADRE ADELL

Alguna rara vez matan algún cerdito, el que se dividen entre todos los vecinos, y con dificultad se consigue una libra que venden a treinta céntimos de peso. La comida se compone de arroz cocido con coco rallado y yamí o yuca, que es una especie de camote cocido con caldo. Por estas razones es necesario mandar a los padres desde Panamá todo lo que han de comer, y aun así me temo que caerán enfermos del estómago por falta de alimentos frescos, y será necesario cambiarles con frecuencia para que se repongan en Panamá y así puedan tirar sin enfermar. Además que tienen que padecer muchísimo en sus correrías por los pueblos y se debe procurar que conserven la salud. Por todo esto, descrito a la ligera, comprenderá vuestra reverencia que la situación de los misioneros en el Darién es en extremo dificultosa y sujeta a muchas y grandes penalidades, teniendo que viajar por los ríos y haciendo noche en los manglares sin poder salir de la pequeña piragua y rodeados de multitud de mosquitos que se les comen sin poder defenderse y comiendo poco y malo. Ésta ha sido la causa de no haber podido residir en esa región clérigo alguno sin haber caído enfermo. Todos han recorrido a la ligera los pueblos, permaneciendo sólo un día o dos en cada pueblo, lo necesario para bautizar a los niños. El Señor nos ayude para que nosotros podamos continuar, pero hasta los habitantes se comen por la falta de alimentos. Si tuviéramos abun- dantes recursos para poder mandarles buenos alimentos se les mejoraría la situación, pero veinte pesos con las pocas misas que se puedan celebrar es una miseria que no alcanza para comprar arroz y alguna otra cosita en vista de los precios tan carísimos que tienen todas las cosas en esta ciudad. Por Dios, padre Patricio, procure usted hacer contratos en esa región algo más beneficiosos que en Panamá, porque usted y yo nos someteremos con facilidad a toda clase de penalidades, pero no podemos exigir sacrificios tan heroicos de estos jóvenes que vienen protestando de que han sido enga- ñados y obligados a embarcarse contra toda su voluntad. Figúrese usted lo que podremos hacer con jóvenes de esas condiciones y lo que escribirán a España, teniendo que sufrir tanto y tan forzosamente. En vista de nuestra situación el padre Ezequiel se llevó al padre Mar- ciano para tenerle en su compañía, y a los padres Melitón y Larrondo para que recorran algunos pueblos y vean si allí se pueden colocar algunos religio- sos. Les mandé que den cuenta detallada de todo para estudiar el asunto. Me dice usted que le mande a los padres Hilario y Falces. Le suplico a usted que no quite de aquí a esos padres, porque son absolutamente necesa- rios en ésta. Además que con ellos está completo el número del contrato de que ya se ha dado cuenta al señor obispo. Por otra parte aquí se necesitan religiosos buenos y trabajadores para evitar disgustos como los pasados. Ya tengo a Cardona, que es inútil para todo y está desesperado, porque le obli- garon a venir contra su voluntad y está echando en cara hasta la misa que celebra. Se le tuvo que mandar a Chepo, porque en Panamá era insufrible tenerle. También están el corista y el hermano Ángel que no sirven más que DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 373 para gastar sin poder destinarlos a cosa alguna. De fondos estamos muy mal para pagarles el pasaje, porque se ha tenido que gastar en la casita compran- do muebles viejos y poquísimos como verdaderamente pobres. Se tiene que gastar para comprar los muebles para Pinogana y Chepigana. Este mes nos dio el señor obispo lo correspondiente a seis padres y, aunque nos pagó el pasaje al Darién y cincuenta pesos más para gastos, ya hemos tenido que echar mano a las misas sin celebrar, y debemos seiscien- tas misas con los difuntos que usted manda. De modo que el mes que viene tendremos que celebrar sin limosna y comer con los veinte pesos que dan a cada uno de los diez y somos doce. Vea usted si lo tendremos que hacer con pobreza y sin regalos. Las circunstancias excluyen los regalos y caprichos. El corista lo tengo de sacristán en San José. El hermano Ángel está en Chepo. Los mandaré cuando estén ustedes desahogados. Al señor obispo hablé sobre los títulos de los padres y me contestó que los pidiera de curas interinos. En que se resuelva el contrato ya será otra cosa. Cuando esto siga una marcha ordinaria ya podremos economizar algu- na cosa. Ahora no se puede, porque todo es necesario comprarlo. No se fíe usted de palabras. Antes de pedir gente a España o Filipinas, exija usted el dinero para mandarlo por delante, y lo mismo haga usted con la colocación, para que cada uno vaya directamente a su puesto. Y así nos libraremos de apuros y gastos que después nos sea difícil pagar. El Señor nos ayudará, pero también nosotros debemos prevenir las cosas y no exigir mila- gros; y, sobre todo, tener algo preparado para cuando venga la gente, porque son pocos los que vienen de buena voluntad y por su gusto, y, al ver esto, protestan, rabian y murmuran contra usted y contra mí. Alguno de ellos ya se quería volver a España. Creo que con esta carta tan extensa contesto a todas las de usted y con franqueza. Sobre La Popa me dijo el excelentísimo padre Ezequiel que ya la había tomado no sé qué corporación92. Sin más mande usted a su afectísimo menor hermano y seguro servidor. Fray Félix Guillén

[PD]. Cuando escriba usted, ponga el sobre del modo siguiente: R.P. N.N. Apartado n. 27. Panamá. Hoy nos ha pagado el señor obispo el sueldo de cuatro más para comple- tar el número de diez por el mes de mayo93.

Agoar, caja 81, leg. 3

92 Padres salvatorianos: supra, Carta 39*, nota 73. 93 Glosa de Adell: «Recibí esta carta en Caracas el día 14 de septiembre de 1899. Ya hacía tiempo del fallecimiento del padre Félix, y lo sentí pues era digna de contestarse y hacerle entender no estamos en Filipinas … ¡Pobres filipinos y qué cosas tenemos!». 374 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 57*. José A. Pimentel a Adell

Uracoa, 27 de mayo de 1899

La noticia de la próxima llegada de los padres ha causado gran alegría en el pueblo. Ofrece transporte: Agoar, caja 82, leg. 3.

Carta 58*. Fermín Catalán y José Palacios a Adell † A instancias del p. Lodares y recordando su deseo de establecerse en La Victoria, se han hecho cargo –sólo de modo provisional– de una de sus parroquias. Están contentos y se entienden bien con el padre Lazo. Sobre el colegio esperan su parecer Muy reverendo padre Patricio Adell La Victoria, 29 de mayo de 1899

Amado padre: Como ya estará enterado vuestra reverencia por cartas de los padres Pedro e Indalecio el día 17 del corriente nos hicimos cargo de la parroquia de Candelaria de esta ciudad, el padre José Palacios a título de párroco y yo como capellán del Calvario94. Esto ha tenido lugar de la manera más imprevista que se puede figurar. Porque, si bien es verdad que ya habíamos pensado en ello, sin embargo, ya lo teníamos olvidado, cuando el padre Baltasar se empeñó con el señor arzobispo para que trasladando al padre Juan, que se había hecho cargo de esta parroquia, nos la encomendara a alguno de nosotros, Y nosotros, como ya éramos cuatro en La Merced y, por otra parte, monseñor Durán se iba para Roma, teniendo presente lo bien impresionado que vuestra reverencia había quedado de La Victoria, con la idea de fundar más adelante un colegio, no dudamos hacernos cargo de esta parroquia para que con este pretexto podamos ir estudiando el terreno y abrirnos puerta para los fines de vuestra reverencia y en la seguridad de que a vuestra reverencia agradaría nuestra determinación. Ahora deseará saber qué tal nos va por aquí. Pues muy bien, padre Patricio. Ya conoce esto y, sobre todo, al padre Lazo. Con éste nos arreglamos muy bien, le ayudamos en lo que podemos y él está contentísimo, si bien algo receloso, creyendo sin duda que el día de mañana pudiera suceder que nosotros nos encargásemos de las dos parroquias, como nos lo dijo el señor arzobispo al despedirnos. Estamos hospedados en una casa particular, con una señora viuda y buenísima; que sólo pagamos cinco reales diarios por

94 Supra, Cartas 50* y 53*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 375 los dos, para lo cual y otros gastos que nos pueden ocurrir tenemos más que suficiente con lo que nos entra de estipendios y derechos parroquiales. Baste decirle que en quince días, no más, que llevamos ya hemos doblado el capital que trajimos a La Victoria. ¡Qué verdad tan manifiesta es elquærite primum regnum Dei!95. Respecto del colegio hasta ahora no hemos dado paso ninguno. Nos es- tamos quedos, concretándonos únicamente a levantar el espíritu religioso, que por cierto está bien resfriado, y a trabajar en la iglesia que ha estado tan abandonada. El padre Lazo, muy entusiasta con la idea del colegio, quiere que escribamos a la señora de Crespo para conseguir nos ceda algunos terre- nos para la subsistencia del colegio, pero si bien nos parece aceptable esta idea, no hemos querido dar paso alguno hasta que vuestra reverencia esté enterado de todo y nos ordene lo que debemos hacer. Quizá a nuestro padre Íñigo no le agrade nos hayamos hecho cargo de una parroquia, pero como esto ha sido con las miras de establecer colegio y sin que hayamos adquirido ningún compromiso, fácilmente nos podemos desentender de la parroquia y dedicarse al colegio por más que ambas cosas se podían abarcar, teniendo uno de los del colegio el cuidado de la parroquia. En fin, vuestra reverencia determinará lo que crea conveniente. Nosotros no hemos hecho más que venir, como provisionalmente, hasta que vuestra reverencia disponga. Sin otro particular por ahora le saludan respetuosamente, quedando completamente a las órdenes de vuestra reverencia, seguros servidores, me- nores hermanos y súbditos que su mano besan96. Fray Fermín de San José Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 59*. Ana María Seijas a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 31 de mayo de 1899

Han gozado con sus noticias sobre su llegada a Ciudad Bolívar. Ha aten- dido a la hermana de Santa Ana que les recomendó: Agoar, caja 83, leg. 2.

95 Mt 6,3. 96 Apunte de Adell: «Contesté el 1 de julio desde San Félix, diciéndoles aguanten allí hasta saber han dado La Guaira a otro capellán. En este caso se marchen a Maracaibo o vengan a Ciudad Bolívar. Si nos lo ofrecen vayan ellos dos dejando La Candelaria». 376 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 60*. Zoila Teresa Fernández a Adell J.M. y J. Los fieles de Upata están contentos con los padres. También el padre Paciente se siente bien en San Félix. Las hermanas están bien y le saludan

Ciudad Bolívar, 5 de junio de 1899

Reverendo padre Patricio Adell de San Macario

Muy estimado padre: Recibí su carta y me alegro que hayan llegado sin ninguna novedad. Por cartas de Upata veo con gran satisfacción que están contentos allí con los padres y que los aprecian. Quiera Dios nuestro Señor que puedan simpatizar con esa gente, que creo es un poco difícil de contentar. He recibido carta de la madre Silvestra de Maracaibo. Me dice que a los padres hicieron allí muy buen recibimiento, que los quieren mucho. Las hermanas de allí han estado algunos días de retiro. Todas están bien. El padre Paciente me escribió. Está muy contento en su pueblo y se co- noce que está también muy fervoroso y con muchos deseos de trabajar. La Santísima Virgen los ayudará para que puedan sacar mucho fruto de sus trabajos y que todo sea a mayor gloria de Dios nuestro Señor. Las hermanas están bien. Todas se unen a mí para saludarlo, deseando se encuentren bien o, mejor dicho, como Dios quiera, que no nos da nada que no sea para nuestro bien. El ritual se lo mando al padre Paciente para que él se lo mande de allí. No le olvidamos en nuestras oraciones y creo que usted no dejará de enco- mendar en el Santo Sacrificio a esta hermana que lo aprecia en Jesús yM aría. Hermana Teresa Fernández [PD]. Le mando esas cartas y telegramas que le han llegado aquí97.

Agoar, caja 82, leg. 3

97 Apunte de Adell: «Estas contestaciones no me llegaron; se perdieron». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 377

Carta 61*. Agustín Barrau a Adell

Piacoa, 5 de junio de 1899

Con gusto mandará el día 8 una embarcación a Barrancas para que los traiga a «este pobre pueblecito». Hace años que no lo visita ningún sacerdote: Agoar, caja 82, leg. 3.

Carta 62*. José Alejandro Peralta a Adell Ya hay dos misioneros en el Darién. Estudian una pequeña doctrina en lengua de los indios. Ha pedido a París un vocabulario y una gra- mática. Maracaibo le recordará «sus Filipinas». No deje de saludar al doctor Dagnino, «gran apóstol» de la ciudad. Le espera en Panamá, donde su presencia será útil

Panamá, 6 de junio de 1899

M. R. P. Fr. Patricio Adell

Mi estimado padre: Veo por la carta de su reverencia de 30 de abril que si nada ha podido hacer en Caracas por la enfermedad del señor arzobispo, no por eso ha sido infructuoso su viaje, pues ha logrado establecer las misiones de Guayana. Nosotros estamos muy bien aquí con nuestros misioneros, de los que ya hay dos en el Darién y tienen una pequeña doctrina que estudian con el ma- yor interés, pues está en la lengua de esos indios. A París pedí un vocabulario por si lo hay, o una gramática, y espero recibir esto en el presente mes. Si su reverencia llegare a ir a Maracaibo, se acordará allí de sus Fili- pinas. Es uno de los lugares más calurosos que yo conozco. Celebraré que conozca al intrépido defensor de la fe, doctor Manuel Dagnino98, famoso mé- dico. Él es el gran apóstol de Maracaibo, temido, respetado, querido y suma- mente venerado por su virtud y su ciencia. Si su reverencia saliera de Maracaibo sin haber conocido al doctor Dag- nino no habría conocido sino la mitad de Maracaibo. Eso se asemeja a la salida de Roma sin ver al papa, y si tuviese el gusto de verlo y saludarlo, dígale que yo he comisionado a su reverencia para presentarle mis respetos y sinceros augurios por su felicidad y la de su familia.

98 Manuel Dagnino (1834-1901), médico italiano. En 1842, cuando era todavía niño, se estableció en Maracaibo, donde ejerció la medicina con éxito y fue una figura de primer plano en la vida social y cultural de la ciudad desde 1860, en que se doctoró, hasta su muerte, a excepción de los seis años (1870-76) que vivió en el extranjero a causa de su oposición al centralismo de Guzmán Blanco: Diccionario de Historia de Venezuela 2, 3-4. 378 correspondencia del PADRE ADELL

Ya sé que después de la visita a Maracaibo, determinará su reverencia pasar a esta ciudad. Muy bien pensado, porque mis comisionados para en- tenderse con el reverendo padre procurador, padre Terradas y padre Félez, están desempeñando su comisión con demasiado celo, que acaso conviene poner a raya, y el llamado para esto es su reverencia. Le deseo muy buena salud para que logre trabajar eficazmente en su benéfico proyecto de misiones en nuestraA mérica y soy su afectísimo † José Alejandro Peralta

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 63*. Francisco Ayarra a Adell Se pierden cartas. Filipinas «está en completa anarquía. Los ameri- canos van avanzando en Luzón, pero despacio. En Panay Iloilo, Jaro y Molo de los americanos; en todo lo demás, los insurrectos». La Consti- tución de Negros borra «casi por completo la religión». Mientras no se coloquen los 21 religiosos que ha mandado, no enviará más. Descon- fía de los religiosos que le han enviado desde España

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 7 de junio de 1899

Mi querido Patricio: Anteayer recibí tu grata del 4 de abril y por ella veo sigues bueno y an- dando, corriendo y predicando a esa gente casi casi sin Dios y sin religión. Me dices que no recibes ninguna carta mía más las que te mandé con los padres agustinos, lo que siento, pues, además de contestar a todas las tu- yas, te he escrito unas cuantas, comunicando el rumbo de las cosas y sucesos de este desgraciado país, que no puedes figurarte cómo ha quedado y cuál será el fin de todo. Todo el país está en completa anarquía. Los americanos van avanzando en Luzón, pero despacio. En Panay Iloilo, Jaro y Molo de los americanos; en todo lo demás, los insurrectos. En Negros están por todo los americanos, que los han llevado los Luzuriagas, Lacson y Araneta99, pero los trabajadores y no babaylanes los zarandean. Así es que aquello anda muy mal, los españoles casi todos se han escapado a Iloilo, las haciendas abando- nadas y todo revuelto.

99 José Ruiz de Luzuriaga, Juan Arneta (1852-1924) y Aniceto Lacson (1858-1931), hacenderos de Negros. Los tres habían mantenido buenas relaciones con los recoletos, lo que no les impidió ponerse al frente del movimiento independentista: A. Martínez Cuesta, History of Negros, Manila 1980, 444-61; breves noticias biográficas de los dos últimos: E. Arsenio Manuel, Dictionary of Philippine Biography 3, Quezon City 1986, 53-55 y 347-48 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 379

Por Cebú lo mismo. En la ciudad los americanos, y por todo lo demás los indios revueltos. Ahora no sé si los pueblos reconocerán la bandera americana, pues les apremian, y si no bombardeo. En Joló, los americanos. Por todo lo de- más de Visayas siguen los indios solos, saqueando a todo el que tenga algo. Los prisioneros de Luzón cada vez peor y más internados y sin ninguna esperanza de que los suelten. En Negros han publicado su constitución y por ella borran casi por com- pleto la religión. El autor de todo, Luzuriaga. Nadie era capaz de creer que fuera tan malo y de tan malas ideas. Desengaño grande. Los padres jesuitas han abandonado también todo Mindanao, excepto doce que están en Cagayán y Surigao, prisioneros, de modo que ya en la ad- ministración no quedan más que los clérigos y éstos obedecen a quien les da la gana. El obispo de Jaro aquí en el convento100, y el de Cebú en San Fran- cisco101, esperando lo que venga. Por tu última veo con satisfacción que tienes colocación para unos vein- te en Maracaibo y Bolívar y como hace ya tiempo que debieron de llegar los trece que mandé de aquí y los ocho que mandaron de España, has podido llenar todos los compromisos con esos señores obispos y principiar a abrir ca- mino para otros que puedan ir detrás, pues ya, una vez colocados esos 21, ya podrás conocer la atmósfera que hacen en esa gente y mientras no coloques bien a todos ésos, no te precipites a pedir más, porque más vale ir poco a poco y bien que correr mucho y mal. Que se coloquen esos 21, que hagan buena atmósfera y después pronto pueden ir más de España. De la gente que han mandado de España, no sé qué decirte, pero a lo menos te puedo decir que tengas mucho cuidado, con los Igúzquiza, P. y B. Palación [sic= Palacios], sin espíritu religioso y soberbio, y Ecay con cabeza de chorlito. No sé de los demás, pero los trece que mandé de aquí son lo me- jorcito y escogidos. De ellos puedes disponer para los puestos de más compro- miso; para ello entiéndete con el padre Guillén, que es activo, buen deseo y conoce a todos. Los que han ido de España pueden servir para compañeros y ayuda en el trabajo; para lo sucesivo ya he escrito a nuestro padre comisario,

100 Andrés Ferrero, oar (1846-1909), antiguo provincial (1894-97). Preconizado obispo de Jaro el 24 marzo 1898 y ordenado en Manila el 13 noviembre del mismo año, no pudo trasladarse a Iloilo hasta principios de septiembre de 1900: A. Ferrero, Carta al delegado apostólico, Iloilo, 16 septiembre 1900: Asv, Aes, Spagna, fasc. 335, 54r-55, también infra, Carta 241*. El 20 octubre 1903 salía de Iloilo rumbo a Manila y siete días más tarde se embarcó para España. Murió en Marcilla (Navarra) el 22 diciembre 1909: Rampolla Co- rrespondencia, 321-23 y 359-60; R. García, «A propósito del cincuentenario de la dimisión de Mons. Ferrero»: Bpsn 43 (1953) 209-14, 232-34, 246-51, 282-83; 44 (1954) 17-21, 40-44, 89-92; 45 (1955) 31-32, 58-62, 79-83, 103-06, 158-63, 183-87 y 207-09. 101 Martín García y Alcocer, Ofm (1842-1926), obispo de Cebú desde 1886 hasta junio de 1903, en que, tras serle aceptada la renuncia, se le dio por sucesor al sacerdote america- no Thomas A. Hendrick: Hierarchia 8, 417; también la reciente tesis doctoral de Marvin S. Mejía, The Contribution of Thomas A. Hendrick, the American Bishop of Cebu, 1903-1909, to the Church in the Philippines (Universidad Gregoriana 1907). 380 correspondencia del PADRE ADELL diciéndole que mire mucho la gente que manda, y que no acuda a todos los que pidan ir a América, sino a los que convenga, y ya le he mandado antece- dentes del personal que he mandado. A España he mandado ya 140 religiosos y aquí quedamos, entre todos, 80 y 46 prisioneros, que éstos no sé cuándo saldrán, y todavía voy mandando poco a poco a España, pues aquí el gasto es terrible y sin esperanzas de arreglo. El padre prior de este convento está bastante grave102 y si consigue me- jorar algo, lo mandaré a España. En España han muerto el padre José Cabañas, padre Gervasio Burgue- ra, padre Casto Sesma y aquí el hermano general padre Cabrera, clérigo. El padre Gregorio Sesma se embarcó para España el 13 del pasado. Me consta que ha recibido algunas cartas tuyas y de suponer es que se hayan perdido las que él te ha mandado, pues ya sabes lo cumplido que es él para contestar y dar noticias. En Negros los que han hecho la revolución y se han portado pésima- mente mal son don José Luzuriaga, Juan Araneta y Aniceto Lacson. Y no sabemos cuál será el fin de éstos. Adiós, Patricio. Consérvate bueno, anda con mucho tino en pedir gente y colocarla. En España hay mucha morralla, y es mejor que no te manden. Yo bastante le he dicho a nuestro padre comisario, y tú manda a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 64*. Zoila Fernández a Adell † JM y J

Ciudad Bolívar, 11 de junio de 1899

Repite las noticias de la carta de la hermana Teresa103 del día 11. Ha estado con fiebres cinco días. «Cuídese mucho para que no se enferme. Tome todos los días algún fresco o alguna limonada, pues en este tiempo de tanto calor, dan muchas fiebres y es necesario cuidarse y más en esos lugares tan pestosos»: Agoar, caja 82, leg. 3.

102 Mamerto Lizasoain (1854-1913), prior de Manila desde 1897. La enfermedad le obligó a renunciar y a regresar a la Península. En diciembre 1899 se hizo cargo de la nue- va residencia de Puente la Reina y después fue definidor de la provincia de San Nicolás (1805-08) y de la orden (1908-13), en cuyo cargo falleció: Sádaba, Catálogo, 552-53 y Liza- rraga, p. Enrique Pérez, 83. 103 Teresa Zoila Hernández: supra, IX. Correspondencia B, nota 58. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 381

Carta 65*. Bernardino García a Adell JMyJ El p. Félix Guillén falleció anoche tras brevísima enfermedad. No pudo asistirle «en los últimos momentos por ser la fiebre amarilla la que lo llevó al sepulcro» y habérselo prohibido el obispo. La ciudad de Panamá se ha portado muy bien. El obispo ha determinado hacer tres días de rogativas. Los padres de Tumaco están muy contentos

Panamá, 14 de junio de 1899

Mi respetado y querido padre Patricio: Con el más profundo dolor de mi corazón tomo hoy la pluma y no sé cómo explicar lo que en mi corazón pasa, porque está embargado de un sen- timiento grandísimo. Anoche a las 11 de la noche entregó su alma al Criador el padre Félix Guillén después de una brevísima pero terrible enfermedad, no habiendo yo tenido el consuelo de asistirle en los últimos momentos por ser la fiebre amarilla la que lo llevó al sepulcro y, ante el peligro del contagio, el señor obispo me mandó no fuera. Grande fue mi sentimiento, pero ante el consejo y mandato del señor obispo y de otras respetables personas, sufrí en silencio y ofrecí al Señor ese sacrificio de mi deseo. Contentísimo y agradecido estoy a toda Panamá, pues han dado prue- bas muy manifiestas de su cariño a los padres agustinos, pues la casa de San José estaba todo el día invadida de toda clase de personas que se inte- resaban por la salud del enfermo. Tierno era ver y alguna vez me caían las lágrimas al ver las niñas del colegio del Sagrado Corazón de Jesús cuando iba a predicarles en la novena del Sagrado Corazón de Jesús que me ro- deaban todas, y todas a porfía me preguntaban por el enfermo. Casi puedo asegurar a usted que durante su enfermedad se ha estado tentando a Dios por tantas súplicas y comuniones que se han ofrecido por que recobrara la salud, pero Dios no nos ha querido conceder lo que se pedía en unión de tantas almas buenas. Si todos se han interesado, sobre todos está el excelentísimo señor obis- po, quien todos los días iba a visitar al enfermo importunando a los médicos para que se interesaran por salvar al enfermo. Todos trabajaban como bue- nos, los unos con oraciones, los otros con su ciencia, y cuando todos le creía- mos fuera de peligro, vino un acceso de fiebre que le hizo entrar en agonía y se lo llevó a recibir la corona por sus méritos merecida. He escrito a los padres de Chepo y Darién participándoles tan triste noticia y les he aconsejado que cada uno continúe en su puesto y que si siem- pre han de cumplir con sus obligaciones, hoy más que nunca debemos de dar pruebas del buen espíritu religioso que nos anima. Yo me he hecho cargo de todos los papeles que el difunto poseía y como no tenía secretos para mí de 382 correspondencia del PADRE ADELL todo lo referente a las misiones, procuraré cumplir todo lo que hacía y desea- ba hacer, hasta que vuestra reverencia, como superior, disponga quién se ha de hacer cargo de la presidencia de esta Misión de Panamá. Aquí trabajaré como siempre y procuraré que el culto de San José se ponga a la altura que debe estar. He tenido en la catedral durante la novena del Corazón de Jesús cuatro sermones y la limosnita que dieron se empleará en los gastos ocasionados por la enfermedad del padre Guillén. En vista del terrible azote que se está paseando por Panamá, el señor obispo ha determinado hacer rogativas tres días –16,17,18: el 16 en San José, donde habrá sermón; el 17 en La Merced, ídem; 18 en la catedral, ídem–, pues es terrible lo que está pasando y las mismas personas de Panamá dicen que jamás ha sucedido lo que ahora. De los padres escolapios han muerto tres: dos sacerdotes y un diácono. Ya parece que no son tan frecuentes los ca- sos, pero siempre continuamos con prudencia evitando todo lo que sea nocivo y pueda atraer el contagio. No tenemos miedo y estamos resignados con la desgracia que nos da sucedido. Aconsejado por el señor obispo y otras personas he mandado al coris- ta a Chepo104, porque, como procedente de España dicen ser muy posible el contagio, y he encargado venga aquí el hermano Ángel, porque éste ha estado mucho tiempo en Filipinas y no hay tanto temor, pues si es verdad que también [el padre Guillén] estuvo en Filipinas y, sin embargo, le atacó, todos sospechamos que contrajo la enfermedad con el contacto continuo que tuvo con el padre Ojeda y, sobre todo, se sospecha que cogió la enfer- medad en Colón, a donde fue con el señor obispo y parece se mojó y no se mudó. Aquí está conmigo el padre Celestino Falces y le hago se quede aquí hasta que vuestra reverencia determine. Ayer recibí carta de los padres de Tumaco que fueron con el señor obis- po de Pasto. Están muy contentos y muy queridos, y, como el cura murió al día siguiente de llegar ellos, continúan de cura105. El padre Melitón estuvo con calenturas, pero está fuera de cuidado, según me dice el padre Gerardo Larrondo, y éste por el mucho trabajo que tenía dice que estaba un poco me- diano, pero sin cuidado. Tumaco, según esa carta, me dicen que es cabecera de provincia y tienen allí prefecto, audiencia y otras autoridades con quien tratar. Sin más de vuestra reverencia afectísimo seguro servidor y súbdito. Fray Bernardino García de la Concepción

104 Matías Sanmartín: supra, III. Memoria, nota 378. 105 Melitón Martínez y Gerardo Larrondo; el cura fallecido era Rómulo Delgado: San Ezequiel Moreno, Obras Completas 2, 522 (nota). DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 383

PD. Esta mañana celebramos las honras por el alma del padre Guillén, cantando la misa el provisor de la diócesis106. Asistió con capa el señor obispo, a quien se le vio muy afectado107.

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 66*. Baltasar de Lodares a Adell JMªyJ Lamenta haber entorpecido sus planes con la ida de los padres a Coro. El padre Moleres sigue esperando La Guaira. Le esperan el 15 de agosto para la consagración de su iglesia

Caracas, 4 de julio de 1899

M. R. P. Patricio Adell

Mi querido Patricio: Recibí su muy estimada de Barrancas y siento en el alma los trabajos que tienen que pasar. Veremos si cuando venga podemos conseguir ornamen- tos para esas pobres iglesias. Recibí también dos telegramas, los que contesté inmediatamente, pero no se han recibido los otros a que alude el primero de los recibidos. Estamos sin noticias de usted. Por lo que se desprende del telegrama recibido parece que le hemos deshecho, en parte, su planes, lo que sentimos muchísimo. Pero ha sido por hacerlo mejor, aceptando provisionalmente la iglesia de San Francisco de Coro. Yendo están los reverendos padres Indalecio y Pedro. Esta iglesia – pa- recer mío– les conviene a ustedes y, como no era posible esperar por estar sin capellán y una vez nombrado pasaría lo que sucede con La Guaira (que dos veces me habían ofrecido), y ahora que la necesitamos no podemos ponernos en ella. ¡Yo tengo casi toda la culpa de que ahora esté usted contrariado! Por consiguiente, aplíqueme a mí la penitencia que a los padres quisiera dares. Y perdone que esta vez me haya mezclado en los negocios de ustedes, pues no hubo intención dañada. Por otra parte, si acaso a usted no le convi-

106 Sanguillén: supra, III. Memoria, nota 386. 107 «Recibidas las dos en Maracaibo el 26 de agosto. No contesto, porque voy para Panamá. Contesté el 18 desde La Guaira que economicen y confíen en Dios mucho: tra- bajando por Dios no falta; que se dejen de conventos filipinos y gollerías de allá, pues sin ver la casa sé es mejor que cuantas tenemos en América. = Mando avise a Maracaibo y mande a Curazao al corista. Desde allí el p. Julián [Cisneros] pagará. = Le aviso sobre la confesión, oración tarde y mañana, rezo en común, cuidado con los gastos, vida común en todo y por todo, observando todo cuanto se pueda de lo profesado, los libros conventuales, inventario, cosas notables, circulares y de difuntos». 384 correspondencia del PADRE ADELL niere que los padres sigan allí, me comprometo a deshacer lo hecho sin que ustedes sufran nada ni se menoscabe el prestigio de la orden. El padre Medardo sigue aquí esperando conseguir La Guaira u órdenes y oportunidad para trasladarse a ésa. Nuestra iglesia está ya adelantada y le esperamos para la gran fiesta de la consagración, que será el 15 de agosto108. Por acá le recuerdan todos con cariño, en especial su afectísimo y seguro servidor. Fray Baltasar de Lodares, misionero capuchino

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 67*. Francisco Ayarra a Adell Se alegra de que Trinidad le haya causado buena impresión. Le acon- seja calma y que evite aceptar residencias muy distantes entre sí. Pide noticias sobre las ya aceptadas. En Filipinas sólo quedan unos ochenta sacerdotes. En Negros reina la anarquía: han incendiado cin- cuenta haciendas. Bernad ve porvenir en Brasil

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 8 de julio de 1899

Mi querido Patricio: Recibí tu grata escrita en Isla de Trinidad y por ella veo que estás con- tento y satisfecho de los ofrecimientos de esa gente. Más vale así, y yo ce- lebraré en el alma que tus proyectos y esperanzas se realicen a medida de nuestros deseos Deseo con ansia saber cómo los has colocado –los trece que fueron de aquí y los ocho de España–, y sin que ésos estén colocados bien, me parece muy pre- cipitado pedir más gente, pues más vale poco y bien que mucho y mal. Te veo muy entusiasmado de esa isla de Trinidad y resuelto a poner procuración, pero, dispénsame que te diga que esa isla está muy separada y distante de Venezuela, y ¿qué resultado nos va a dar una procuración en aquella isla sin más administración y tan distante de las residencias de Ve- nezuela? Además, veo que vas colocando a los religiosos en residencias muy distantes unas de otras y esto es un mal, porque no será posible vigilar y

108 Breves descripciones de las obras realizadas en Baltasar de Lodares, Los francis- canos capuchinos en Venezuela 3, Caracas 1931, 71-72, y Cayetano de Carrocera, Cincuen- ta años de apostolado de los franciscanos capuchinos en Venezuela, Caracas 1941, 24-27. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 385 observar el comportamiento de los religiosos, y esto hay que evitarlo, pues motivos suficientes tenemos para escarmentarnos.A no ser que cada una de esas residencias [de] que ahora te haces cargo, sea una fuente o principio de un núcleo de residencias que se forme a su alrededor y lo más próximo posible. Conque ya sabes a qué atenerte, procura conservar la cabeza fresca y abarca sólo aquello que podemos administrar y cuidar bien. El otro día escribía al padre comisario y le decía que mandase media do- cena de misales a Panamá y una docena a Venezuela, papel timbrado de oficios y cartas, algunas piezas de tela para hábitos y algunas correas y le mandaba dinero para ello. Supongo lo cumplirá pronto y tan pronto tenga ocasión. El padre Enrique me dice que ha visitado a los obispos de Brasil, Venezuela y Panamá, y es de esperar que tanto el padre Enrique como Rampolla han de tra- bajar con ellos a vuestro favor y apoyo, lo cual será una garantía para vosotros. Desearía también saber si esas residencias dan para mantener, si hay celebración, obvenciones, etc. ¿Qué tal iglesias tienen, cómo están de orna- mentos, y cómo andáis de sirvientes así para vosotros como para las iglesias; si tienen casa parroquial donde vivir, qué comestibles hay y a qué precio y si abundan o escasean. De todo quiero que me des detalles y, si tú no puedes, encárgale al padre Indalecio u otro. Los dos libros de geografía que me pides ya los tengo comprados109 y un día de éstos los mandaré por el correo al maestro, según tu encargo. Por la tuya veo que tratas de colocar gente con el padre Ezequiel. No lo apruebo, pues si él quiere personal, que se arregle con los de Colombia, pero nada de raivelas que sirvan para disgustos. Te repito lo que te tengo dicho varias veces, que las residencias que tomes estén lo más próximo posible y formen un núcleo separado por completo de la provincia de la Candelaria para depender siempre y por siempre de esta provincia de San Nicolás de Tolentino. Esto te lo pido y suplico en bien de nuestra amada provincia. Aquí ya no quedamos más que unos ochenta sacerdotes, y esto no tiene arreglo. En Negros, una completa anarquía. Estos días han incendiado unas cincuenta haciendas. Allí no hay más [que] terror y desolación, sobre todo en la costa occidental. Los legos que quedan aquí no valen para nada, más que Hilario, y a éste no me atrevo [a] dejarlo, por si podemos hacer algo sobre la venta de Imus, pues es el único que puede dar datos de ella. Aquí esperaremos siquiera unos cincuenta religiosos hasta ver si hay que abandonarlo por completo o podrán quedar algunos para semilla, pues hasta ahora todo sigue muy obscuro y sin ninguna luz. Del Brasil me escribe nuestro padre Mariano y, según dice, hay porve- nir allí para mucho, pero es natural tienen que padecer mucho y pasar por muchas provocaciones, y a la gente no le cuadra mucho esto.

109 Supra, IX. Correspondencia A, notas 202 y 203. 386 correspondencia del PADRE ADELL

Los Ortuostes están aquí. Esperan que se haga algo de luz para el porvenir. Basta, Patricio. Consérvate bueno y manda cuanto quieras y te ocurra a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra PD. El padre Calixto Cester se murió en el colegio de Monteagudo el 4 de mayo. Avisa al padre Félix Guillén. Dime si conviene nombrar al padre Guillén vicario o que dependa de ti. Tú dirás110.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 68*. Bernardino García a Adell Siguen las desgracias. El obispo murió ayer y el secretario está muy mal. La casita es insana. Convendría pedir ayuda a Manila

Panamá, 9 julio 1899

Mi querido padre Patricio: Todo son calamidades. El señor obispo murió ayer según decía a usted en mi telegrama; el secretario padre Rueda está muy mal, efecto del senti- miento, y se duda de su vida. No sé qué es esto. Yo estoy muy tranquilo: cúmplase la voluntad de Dios. El señor obispo me había hablado sobre el pasaje de los religiosos, pero antes de estar grave y quedamos en que yo escribiría a usted, pero, visto el desenlace terrible, he comenzado a dar los pasos necesarios para tratar el asunto y algunas otras cosas. El hermano Ángel lo llevé al hospital ayer con fiebre amarilla (aunque benigna); en vista de esto he mandado al padre Celestino a Taboga. No lo mando a Chepo porque dicen es muy fresco y luego es una predisposición para esa enfermedad. Y luego es un lugar cercano, por lo que pudiera suceder. Yo no me voy por no abandonar al enfermo y, por tratar de estos asuntos, no le digo no venga usted, pero casi le suplico que por ahora no venga, pues no sé lo que pasa: que el que viene, al pasar por el istmo, le ataca. Se han dado varios casos y no quisiera que hubiera más desgracias. Yo trabajaré y haré cuanto pueda. La casita que ocupamos es lo más insana que se puede figurar, y yo tra- to de alquilarla y con lo que se saque del alquiler, pagar nosotros el alquiler de la casa de encima de la sacristía, pues tiene mejores vientos. No hay nada todavía sobre el particular, pero me estoy aconsejando qué será lo más con- veniente. Ya avisaré a usted.

110 «Recibida 8 con de octubre; 9 contestada». Cuando esta carta llegó a manos de Adell, Guillén ya había fallecido: supra, III. Memoria, nota 109; IX Correspondencia B, Carta 65*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 387

En previsión del obispo que pudiera venir, no estaría de más que pidie- ra usted algún fondo a Filipinas, pues con lo que nos han dado hasta ahora, únicamente tenemos para comer, no para eventualidades, y siempre sería bueno tener un fondo de reserva para lo que pueda suceder. Dispénseme us- ted esta libertad, pero oigo a todos y todos son de la misma opinión. A última hora me dicen hay probabilidad de salvar al hermano Ángel. ¡Dios nos oiga! Mande a su menor hermano y súbdito que besa su mano111. Fray Bernardino García

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 69*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 9 de julio de 1899

No tiene noticias suyas desde hace tiempo. Supone que habrá estado fuera de Caracas. En Colombia todos siguen bien: Agoar, caja 81, leg. 3.

Carta 70*. Francisco Ayarra a Adell Ve «con disgusto que todo lo que ves te gusta, sin reparar en las con- secuencias». Desaprueba el envío de misioneros a Pasto. «Más vale poco y bien que mucho y mal». Pide relación «detallada de cómo colo- cas el personal, y las distancias de unos puntos a otros, qué medios de comunicación tienen entre sí y con el vicario»

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 11 de julio de 1899

Mi querido padre Patricio: Acabo de recibir tu grata del 15 de mayo, y, a la verdad, me ha disgusta- do muy mucho su contenido. Te he escrito repetidas veces diciéndote que es- cojas residencias o puestos céntricos con el fin de formar núcleos de misiones

111 «Recibidas las dos en Maracaibo el 26 de agosto. No contesto, porque voy para Panamá. Contesté el 18 desde La Guaira que economicen y confíen en Dios mucho: tra- bajando por Dios no falta, Que se dejen de conventos filipinos y gollerías de allá, pues sin ver la casa sé es mejor que cuantas tenemos en América. = Mando avise a Maracaibo y mande a Curazao al corista. Desde allí el p. Julián [Cisneros] pagará. = Le aviso sobre la confesión, oración tarde y mañana, rezo en común, cuidado con los gastos, vida común en todo y por todo, observando todo cuanto se pueda de lo profesado, los libros conventuales, inventario, cosas notables, circulares y de difuntos». 388 correspondencia del PADRE ADELL o pueblos lo más próximos posible y que estas residencias o centros no disten mucho unos de otros para poder vigilar e inspeccionar mejor. Mas veo con dis- gusto que todo lo que ves te gusta, sin reparar en las consecuencias. En isla Trinidad tan pronto llegaste querías poner procuración y luego, como es natu- ral, el desengaño. Ahora me dices que ya estás casi comprometido con el ilus- trísimo señor Ezequiel para tomar misiones en la diócesis de Pasto. Vamos, ¿en qué cabeza cabe colocar unos cuantos religiosos en Pasto, tan distantes de Venezuela y Panamá? ¿Quién los vigila? ¿De quién dependen? Además, no es mucho más conveniente que Pasto dependa de los de Colombia? Sí, por cierto. Pero de Panamá y Venezuela de ninguna manera. Por consiguiente, adjunta te mando orden para que no mandes ningún religioso a la diócesis de Pasto por no convenirnos112. Mas en caso que [lo] creas conveniente, mándame todos los datos que demuestren la conveniencia y espera la autorización Patricio, piensa bien las cosas, no te precipites, vete despacio, bastantes desengaños vamos recibiendo. Más vale poco y bien que mucho y mal. Esas residencias que has tomado, que principien bien, con el trabajo y el ejemplo, y ya vendrá lo demás por sí mismo; con paciencia y vete despacio, y ya no sé qué más decirte. Mientras no tengas colocado todo el personal que tienes, no pidas más a España, sino, conforme haya falta, ir pidiendo. El día 8 de éste falleció en este convento el hermano fray Timoteo Man- rique113 a consecuencia de un ataque seroso a la cabeza. Sólo pudo recibir el sacramento de la Extremaunción. rip. Aquí esperaremos siquiera unos cincuenta religiosos hasta ver si hay que abandonarlo Mándame relación clara y detallada de cómo colocas el per- sonal, y las distancias de unos puntos a otros, qué medios de comunicación tienen entre sí y con el vicario, y ten muy presente que lo que hagas, aunque sea poco, esté bien hecho y bien fundado. Adiós, Patricio. Que te conserves bueno y manda cuanto quieras a tu afectísimo hermano y amigo114. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

112 No contento con esta carta, el 12 julio 1899 Ayarra le envió el oficio que se publica a continuación: Carta 71*. 113 Timoteo Manrique (1848-99). Tras nueve años en los colegios de España (1869- 78), en julio de 1878 fue destinado a Manila, donde desempeñó los oficios de ecónomo conventual y ayudante del procurador general: Sádaba, 610. 114 «Recibida el 28 de octubre. Contesto que ya en mi anterior avisé retiraba los de la diócesis de Pasto y que me perdone los disgustos. Que como no sé qué residencias que- daban, no puedo decir cuántos vicarios se necesitan, sino si hay demás, que soy yo, y me estimaría me relevasen quedándome donde me manden, que no haré padecer más que a los que estén a mi lado»: supra, IX. Correspondencia A, Carta 116. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 389

Carta 71*. Francisco Ayarra a Adell Hasta que no remita el informe solicitado, no envíe religiosos a Pasto ni a otros lugares lejanos. El aislamiento imposibilita la vigilancia del vicario y pone en peligro la empresa «por cuyo feliz éxito viene demostrando V.R. el más ardiente celo»

Provincialato de Recoletos R. P. ex definidor y vicario provincial fray Patricio Adell de San Macario Manila, 12 de julio de 1899

En carta de 15 de mayo pasado me manifiesta V.R . su propósito de enviar a la diócesis de Pasto algunos religiosos con objeto de que allí se dediquen al sagrado ministerio; y puesto que antes de realizar su designio lo pone, como es debido, en mi conocimiento, me creo en el deber de hacerle presente el inconve- niente gravísimo que hay en tener a los religiosos dispersos y en condiciones que hacen de todo punto imposible la vigilancia que sobre ellos debe ejercer el señor vicario provincial, cosa tan necesaria, y aun esencial, para el buen éxito de la empresa que con la ayuda de Dios nuestro Señor tratamos de llevar a cabo. Las Instrucciones sobre fundación de residencias en América no pueden ser más claras y terminantes en orden a que se prefieran para dichas resi- dencias los puntos en que deban estar reunidos varios religiosos; y, ya que esto no sea siempre posible, que no estén muy distantes entre sí los religio- sos y mucho menos lejos de señor vicario, que jamás ha de perder de vista el personal puesto bajo su inmediata obediencia. Por esta razón oficié a V. R. con fecha 3 de febrero último, pidiéndole infor- me sobre la conveniencia de que se nombren nuevos vicarios a medida que vayan creándose nuevas residencias, y sobre los puntos en que deberán residir los que se nombraren, a fin de que ejerzan constante vigilancia sobre las residencias que se les demarquen y los religiosos que en ellas moren115. Ínterin, pues, no remita V. R. el informe solicitado, creo improcedente que envíe ningún religioso a la diócesis de Pasto ni a otros lugares, como éste, distantes en extremo de Panamá y Venezuela y completamente aislados por la falta de comunicaciones, que imposibilita en abso- luto al señor vicario el cumplimiento de su cargo y expone a un fracaso la empresa, por cuyo feliz éxito viene demostrando V. R. el más ardiente celo por la gloria de Dios y bien de nuestra santa amadísima provincia de San Nicolás de Tolentino. Dios guarde a V. R. muchos año. Fray Francisco Ayarra de la Madre de Dios

Libro de Circulares, Comunicaciones y Mandatos del Provincialato. 1897-1912, 161r-62r: Am, libro 20

115 Circular desconocida. Algunos de los temas aludidos en ella los trató en la Carta 21*, del día 5 febrero 1899. 390 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 72*. Indalecio Ocio a Adell † Las circunstancias le han obligado a aceptar la fundación de Coro. Le «fue durísimo tener que salir de Caracas sin poder hablar» con él. Alude a las dificultades del padre Moleres con el obispo de Panamá. No se siente llamado a «ser párroco en Venezuela»

Curazao, 12 de julio de 1899

Querido padre Patricio: Aquí nos encontramos en esta ínsula, en la cual llevamos ya cinco días, y no sé cuándo saldrá alguna embarcación para Coro. Todo parece que nos sale al revés. De los demás no sé qué decirle. Supongo que mi venida por acá le parez- ca a usted mal; pero por mal que a usted le parezca, a mí me parece todavía peor. En ello no he tenido la menor parte. Me opuse desde el principio, pero, a pesar de mi oposición, me trajeron los títulos a casa y me pusieron en la alternativa de romper con todo lo hecho o de embarcarme enseguida para estas tierras, lo que jamás había pensado. Fui dando largas y dejando pasar el tiempo por ver si usted contestaba al telegrama que yo le puse116, mas su contestación no llegó. Cuando recibí su carta en la cual me decía que fuese a Ciudad Bolívar, ya estaba para embarcarme, por lo cual le di la carta al pa- dre Pedro, a fin de que, puesto que él me había traído los títulos y como más antiguo, me dijese qué debía hacer yo: si irme para Ciudad Bolívar o embar- carme para Coro. Él me dijo que le parecía que debíamos venir para acá, por lo cual yo me vine, de modo que ya ve usted que he sido así como arrebatado por un ciclón que al presente me tiene en este pegote. No sé cómo saldrán las cosas, porque he venido contra toda mi volun- tad, contra la de usted y creo que hasta contra la de Dios. A no ser que Dios lo haya dispuesto así para sus altos fines. Mucho deseo tenía de hablar con usted, por lo que me fue durísimo tener que salir de Caracas sin poder conseguirlo. ¿Cuándo podremos echar una parrafada sobre nuestros proyectos? Le digo sobre los nuestros, porque yo también había concebido algún proyecto, y el principal era precisamente sobre Caracas, donde a todo trance necesitamos hacer hincapié por adquirir algo. Yo quisiera verle pronto. El padre Baltasar le entregará a usted una carta del difunto padre Gui- llén. Esa carta la abrió el padre Pedro para ver si acaso en ella decía que venía

116 «Caracas. Junio 4 de 1899. = Superiora del colegio de Las Nieves. = Diga pronto p. Adell nos dieron iglesia San Francisco en Coro, Barquisimeto. Señor obispo extendió tí- tulos párroco y capellán para Indalecio, Pedro. Convendrá aceptar. Llegó Moleres; Fermín, Palacios a La Victoria. Urge venga pronto. Necesito hablarle. Conteste. Indalecio». Nota: «retardado por el mal tiempo»: Agoar, caja 82, leg. 4. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 391 alguno de Panamá y, según eso, podríamos nosotros obrar de otro modo. Pero cuando vio qué era lo que en ella se trataba, volvió a cerrarla en otro sobre. Sé que en ella le da a usted cuenta de los tiberios que pasaron en Pa- namá con el padre Moleres, los cuales tiberios yo los ignoré hasta pocos días antes de salir de allí, porque él no me dijo la verdad de lo sucedido, ni nadie quiso decírmela. No sé lo que le dirá en esa carta, pero supongo que dirá la verdad. Moleres parece que está dispuesto a darle a usted no sé qué explica- ciones, defendiéndose. No sé qué defensa tendrá. Por último, y esto es lo principal de esta carta, le voy a pedir una cosa. Le suplico por Dios, por todo lo que más ame, que en la primera ocasión que tenga me quite de párroco. No valgo para ser párroco en Venezuela. Mán- deme donde quiera y como quiera, pero no me ponga de párroco; sáqueme pronto de este lío en que me han metido sin buscarlo. Nada más me ocurre decirle sino que se conserve bueno y proporcione pronto una ocasión de verle a su afectísimo servidor y humilde súbdito. Fray Indalecio Ocio

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 73*. Íñigo Narro a Adell Comenta su última carta y la de los padres de Maracaibo. Ya han llegado de Filipinas 145 recoletos. «No hay fondos. […] y el horizonte en Filipinas sigue oscuro. Las haciendas no se venden; del hotel ma- drileño nadie ofrece una peseta»

Palacio episcopal de Sigüenza, 15 de julio de 1899

Amado hermano padre Patricio Adell: Tengo a la vista su apreciable, aunque no grata, escrita el 13 de mayo en Puerto España (Trinidad) participándome la partida que les jugó monseñor. Al presente parece que las cosas no están tan mal. Recibo su no tan ingrata de Barrancas, 8 junio, en que me cuenta «que la leche, la carne y todo baratísimo; pueblos pequeños, pero ricos en ganado y buena voluntad: pueden estar a dos en estos pueblos». El padre Julián Cisneros, acompañado de los padres Antonio Armen- dáriz y Quirino Ortiz, escribe desde Maracaibo bien impresionado. «Nos han hecho», dice, «un recibimiento espléndido, y el terreno se presenta bien dis- puesto». ¡Gracias, gracias a Dios! Como me anuncia «su salida para las bocas del Orinoco con objeto de ver a los indios infieles y cristianos» –¡siempre peregrinando!–, me ha pare- cido lo más seguro dirigir mi contestación a las hermanitas de Santa Ana en Maracaibo. 392 correspondencia del PADRE ADELL

Tiene ya facultad para celebrar en altar portátil, comunicable a sus súb- ditos. Ya se está preparando aquí aras pequeñas para consagrar y remitirle; supongo se querrá todo completo; cada altar costará lo menos doscientas pese- tas. Usted me hará indicaciones para remitir esos altares portátiles, que abo- naré con las 2.000 y tantas pesetas que tengo. Si más adelante le fuese posible mandarme más fondos para ver de enviar algunos religiosos…, pues confío no han de faltar vocaciones. Ya han llegado de Filipinas 145 recoletos, pero no hay fondos. Se han sacado ya de Hong Kong $200.000… y el horizonte en Filipinas sigue oscuro. Las haciendas no se venden; del hotel madrileño nadie ofrece una peseta117. En cambio, rumores fatídicos de … degüello de frailes y jesuitas…118. Aquí nos encontramos con el padre Toribio cinco recoletos más: hermanos Félix Barea y Severiano de Blas, padres Julián, Juan Gómez y padre Íñigo. Éste por consejo del médico y padres se vino a Sigüenza, supuesto que con insomnio, inapetencia, diarrea, sudor copioso y gran debilidad no tenía gana de hacer cosa. Aquí me he repuesto bastante y ya puedo hacer algo por las mañanas. Todos los residentes en este palacio saludan afectuosamente a usted y en especial lo hace y pide al Señor la prosperidad en sus empresas apostóli- cas su afectísimo y menor hermano. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 74*. Medardo Moleres a Adell Habría deseado partir para Ciudad Bolívar, pero por consejo del p. Baltasar y del arzobispo se ha quedado en Caracas, donde ha confe- sado y predicado mucho. El arzobispo ha propuesto al p. Maldonado el cambio de la capellanía de La Guaira por nuestra parroquia de La Victoria

La Guaira, 18 de julio de 1899

117 Se refiere a la casa que la provincia deS an Nicolás poseía en la calle Fortuny, n. 5, cf. J. M. Bengoa, «Fortuny 5. Madrid»: Bpsn 94 (2004) 61-122. En diciembre de 1898 el capítulo provincial intermedio había ordenado su enajenación, pero sólo en 1900 encontró comprador. 118 A fines de junio se había producido sangrientos brotes anticlericales en ciudades como Sevilla, Zaragoza, Valencia y Barcelona, que se saldaron con numerosas muertes. Días más tarde Canalejas, 15 julio 1899, Canalejas recogía la agitación popular y la en- caminaba hacia objetivos concretos con su famoso discurso de los cinco ismos: reacciona- rismo, clericalismo, militarismo, regionalismo y capitalismo. En los años siguientes proli- feraron las algaradas anticlericales: J. Andrés, La política religiosa en España, 18-1913, Madrid 1975, 143-85, esp. 153-58; M. Suárez Cortina, «Anticlericalismo, religión y política durante la restauración»: Emilio La Parra–M. Suárez Cortina (Eds), El anticlericalismo español contemporáneo, Madrid 1998, 127-210, esp. 153-65; V. Cárcel Ortí, «Antecedentes histórico-religiosos de la Ley del Candado. Documentación diplomática esencial de 1876 a 1910»: Analecta Sacra Tarraconensia 76 (2003) 315-492; William O’Callaham, La Iglesia Católica en España (1875-2002), Madrid 2004, 52-58. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 393

Mi venerado padre Patricio: Estoy tan lleno de confusiones que no sé por dónde principiar a contar a usted las cosas que conviene saber. Ante todo le pediré mil perdones si se siente contrariado por no estar yo camino de Ciudad Bolívar como ha sido mi deseo, debiendo advertirle que he obrado en un todo por consejo del padre Baltasar y el señor arzobispo que me suplicaron no abandonara Caracas. Ahí le mando a usted copia de un telegrama que el señor arzobispo le dirigió a usted a San Félix119. En virtud de lo que monseñor le dice a usted estoy regentando la parroquia y vicaría de La Guaira, que con el tiempo será nuestra. Por de pronto monseñor quiere permanezca aquí hasta que se arre- gle lo de la capellanía del Carmen. Monseñor ha propuesto hoy mismo al padre Maldonado el cambio de la capellanía por nuestra parroquia de La Victoria. De aceptar el cambio, desea monseñor que uno de nosotros regente la parroquia y yo me encargue del Carmen, permaneciendo otro en el Calvario de la Victoria, donde se pue- de establecer un colegio, para lo cual están muy entusiasmados los vecinos, quienes indudablemente han de contribuir a su instalación, pues me consta están muy satisfechos de nuestros trabajos. El señor obispo de Barquisimeto, a cuya diócesis pertenece Coro, donde están, como usted ya sabe, los padres Pedro e Indalecio, me ha encargado encarecidamente suplique a usted no pase a Maracaibo sin entrar antes en Caracas, pues tiene grandes deseos de hablar con usted para arreglar la ma- nera de que vengan de España un número regular de sacerdotes para varios puntos de su diócesis. El padre Pedro me entregó unos cuantos cuartos que tengo aquí para entregárselos cuando llegue o mandárselos a Maracaibo. También tengo como unas sesenta libras esterlinas que me entregó el padre Indalecio. Supongo sabrá usted que antes que muriese el padre Guillén murieron los padres Cayetano y Ojeda, todos de fiebre amarilla.T ambién fueron vícti- mas de la misma enfermedad tres padres escolapios. Por cable decía el padre Bernardino: «Obispo muerto». Yo se le comuniqué a usted por telegrama a San Félix, añadiendo que el difunto debe ser monseñor Peralta y no nuestro padre Moreno. Tengo grandes deseos de ver a usted, pero al mismo tiempo tengo mie- do, después de lo que le comunicó el padre Félix. Yo le ruego a usted no me sentencie ni me condene hasta que no me oiga circunstancias detalladas del

119 «Rdo p. Patricio Adell. Me interesan en gran manera los servicios del p. Medardo; por tanto le suplico a usted permita se quede para regentar la parroquia de La Guaira ahora y después la capellanía del Carmen: él tiene preparado el viaje y quiere marcharse a Ciudad Bolívar; yo le he dicho no se vaya. † Críspulo, arzobispo de Caracas»: Agoar, caja 82, leg. 4. 394 correspondencia del PADRE ADELL suceso, por las cuales vendrá usted en conocimiento de que no hubo falta ni ligereza de carácter, sino ignorancia. Esto por lo que a mí toca, que por lo referente al padre Indalecio él se lo sabe solo, pues es muy reservado y yo no sé más sino que en semana santa hubo un gran disgusto en la iglesia. En Caracas hemos confesado y predicado mucho y aun cuando yo no debo decirlo, conviene sepa usted que hemos agradado al público tanto, por lo menos, como los demás padres. He comunicado a nuestro padre Íñigo los deseos del obispo de Barqui- simeto y, además, me he permitido pedirle ceremoniales, rituales y misales de la orden120, pues conviene sepa usted que de Panamá no nos dejaron sacar nada de lo que trajimos de Filipinas. Con este motivo le saluda su menor hermano y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 75*. Fermín Catalán y José Palacios a Adell † Moleres «ha contestado que ya tenía dispuesto el viaje para Ciudad Bolívar, pero que monseñor le había mandado a vuestra reverencia un telegrama a fin de que le permitiese hacerse cargo de La Guaira y que, contestado afirmativamente por vuestra reverencia, se trasla- daba a su destino M. R. P. Fr. Patricio Adell. Maracaibo La Victoria, 22 de julio de 1899

Amado padre: Recibimos hace unos días la de vuestra reverencia, fechada en San Félix de Guayana y, conformes en un todo a cuanto vuestra reverencia disponga, escribimos al padre Medardo nos enterase de qué tal seguía lo de La Guaira. Nos ha contestado que ya tenía dispuesto el viaje para Ciudad Bolívar, pero que monseñor le había mandado a vuestra reverencia un telegrama a fin de

120 M. Moleres, Carta a Í.Narro, Caracas, 2 julio 1899: «El señor obispo de Barquisi- meto, a cuya jurisdicción pertenece Coro, nos aprecia tanto que si se dejara llevar de sus naturales sentimientos, nos entregaría la administración de toda su diócesis, pero no lo hace porque no le dejan. Sin embargo, ha dado palabra de entregar la parroquia matriz de Coro, cuando salga el que la administra actualmente, y seis pueblos enclavados en la península que llaman Paraguaná, cuando hayan venido sacerdotes […] Convendría que se nos mandasen algunos ejemplares de nuestras constituciones, ceremonial y ritual; los que trajimos de Filipinas quedaron en Panamá»: Agoar, caja 82, leg. 6. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 395 que le permitiese hacerse cargo de La Guaira y que, contestado afirmativa- mente por vuestra reverencia, se trasladaba a su destino. También nos dice que respecto de nosotros le había puesto otro tele- grama, cosa que nosotros queríamos evitar por no poner impedimentos a las disposiciones de vuestra reverencia que esperásemos la contestación. Noso- tros estamos decididos a dejar esto como ordena vuestra reverencia, pero en nuestro deseo de cumplir mejor con la obediencia y acertar con la voluntad de vuestra reverencia desearíamos nos concretase el punto donde conviene nos traslademos. Tememos presentar nuestras renuncias al señor arzobispo y quizá se disguste algún tanto, pero nosotros no haremos más que callar y obedecer. Por más que hablándole con libertad y prescindiendo de nosotros siempre viera bien una cosa en esa población y una vez que los agustinos se han dado a conocer por estos pueblos del rededor, sentiríamos abandonar esto por completo. Con todo, vuestra reverencia verá. Esto no es más que una insinuación, no obstáculos para vuestra reverencia. Hoy he recibido una carta de una señora de Caracas, Mina Mercedes (quien a vuestra reverencia recuerda), en la que me dice que el padre Artea- ga se va para La Habana y que monseñor Rodríguez le ha dicho con mucho sigilo que la capilla del Corazón de Jesús la reserva para los agustinos, aun- que tiene el millón de pedidos, y recomendados por muy altos personajes. No sabemos en qué quedará. Sin otro por hoy le saludan; esperamos contestación por carta o tele- grama para decidirnos dónde ir. Sus afectísimos menores hermanos y súb- ditos121. Fray Fermín de San José Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 76*. Íñigo Narro a Adell No hay entusiasmo entre los religiosos para viajar a América y tam- poco hay recursos

Palacio episcopal de Sigüenza, 24 de julio de 1899

Carísimo padre Patricio Adell: Me ha llegado hoy su estimada del 22 de junio, escrita en San Félix. Mucho se mueve, muchas colocaciones busca a los recoletos; muchos religiosos reclama. Pero éstos… se hacen el sordo. Mientras no los acobarde

121 «Recibida el 1º de agosto, contestada el 3 que se queden allí hasta ver dándoles cuenta de la muerte del p. Cayetano»: Agoar, caja 82, leg. 4. 396 correspondencia del PADRE ADELL el frío, no hay que pensar en disponer de personal y para entonces, si Dios no nos remedia, no dispondremos de recursos para el viaje. De los fondos que me manda mandaría, con indicaciones de usted, alta- res portátiles y, teniendo las medidas, hábito y pantalones a los de Panamá; pero sin medidas … ¿qué hago? El padre Eustaquio ya bueno, comiendo como un Heliogábalo. Se halla aquí, irá a Alfaro y Zuazo, conventual en Marcilla con cargo de definidor general. Saludan a usted el señor obispo, padre Eustaquio, padre Juan Cruz, padre Julián, hermano Barea y, en especial, su afectísimo hermano122. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 77*. Isidoro Musitu a Adell En El Callao le recibieron «con un entusiasmo indescriptible». Se ne- cesitan tres religiosos con aptitudes para los idiomas

El Callao, 29 de julio de 1899

Mi querido padre Patricio: Ayer por la tarde llegué a ésta después de tres días de andar por esas sabanas. Me recibieron como no esperaba, con un entusiasmo indescripti- ble. Ahora están empeñados en que me quede aquí hasta que vengan los que sean definitivamente destinados aquí.H aga favor de mandarme los que pueda, o dos o tres, pues aquí entiendo que es el único punto en que no hay que preocuparse en si se morirán de hambre o no. Trabajando con verdadero celo y ahínco dentro de ocho o diez años hemos de tener aquí un pequeño Trinidad en cuanto a la religión y al culto. Estoy sumamente entusiasmado. Le agradecería que, quitando padres de donde menos los necesite usted, me mandase uno que reúna las condiciones para Upata, que sabe usted es punto delicado, y dos padres que tengan aptitudes para aprender el francés uno y el inglés otro para poder hacer lo que hacen los padres dominicos en Puerto España. Tiene esto como unos ocho mil habitantes. Además, tiene Licapra, Tumeremo, Guasipati, Cuyuní, etc., todo como unos treinta mil habitantes, más o menos. No sé lo que hacer. Por una parte, no querría dejar a esta gente que tan entusiasmada se muestra por nosotros y, por otra, no querría estar solo

122 Notas al dorso de Adell: «Escribí de Curazao y luego 17 septiembre de aquí, La Guaira, que no mande ropas sino frailes a no venir con monseñor Durán ya, y los que pidió el señor obispo de Popayán. Sólo quiero llenar esto, Maracaibo y Guayana», cf. supra, IX Correspondencia A, Cartas 101 y 102. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 397 por las razones que usted sabe. Después de salir usted, recibí telegrama del doctor Gómez123 exigiéndome que viniese al Callao. Así que contra mi volun- tad me tuve que venir pareciéndome lo más prudente, pues éstos de aquí no cesaban, ya por telegramas, ya por cartas, de pedir que viniésemos. Conque ya ve usted el aprieto en que me veo. El padre Demetrio volvió de Gusi completamente desencantado. Aque- llo está completamente muerto, ni se puede esperar nada absolutamente. Está volviendo al salvajismo la poca gente que hay. A mi regreso a Upata, que será dentro de un mes, poco más o menos, quiero volver por El Palmar para ver lo que se puede esperar de eso e ir calentando el personal que nece- sitamos aquí, en toda esta parte de Guayana. Conforme lo vaya visitando le iré enterando a usted de todo. No se me ofrece más por hoy. Sabe puede usted mandar con toda con- fianza a su menor hermano y súbdito que besa su mano. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 78*. Isidoro Musitu a Adell Se siente solo y angustiado por no saber cómo comportarse en algu- nas ocasiones. «Hay aquí un prurito horrible de querer amalgamar a Dios y al demonio, a la religión y a la impiedad. Por lo demás, bien. Se pueden mantener tres padres»

El Callao, 31 de julio de 1899

Mi querido padre Patricio: Creo que para cuando reciba usted ésta, tendrá ya en su poder mi an- terior, en que le notificaba mi venida a ésta a pesar de mis propósitos de no dejar a Upata hasta no contar con más gente que usted me mandase. Pero me ha sido imposible no acceder a los deseos de esta gente y al mandato del señor provisor. Figúrese usted cómo estaré: solo, sin tener con quien confe- sarme, sin tener quien me dé luces, en un punto en que tantos compromisos hay y que no sabe uno qué hacer. Se ve uno en unas circunstancias en que, por una parte, le parece que transige con Dios y su conciencia, y, por otra, si no transige, no tiene otro remedio que coger la maleta y salir precipitada- mente, sin esperanzas de volver. Figúrese usted que anteanoche, al ir a comenzar el rosario, cae de re- pente muerto en su tienda uno de los comerciantes de más viso de aquí (ale- mán), masón público y amancebado y no sé cuantos hijos, y ayer tengo que ir a hacer el entierro, yendo a cogerlo a su casa, donde me detuvieron lo menos

123 Adrián Gómez: supra, III. Memoria, nota 245. 398 correspondencia del PADRE ADELL un cuarto de hora por no poder desprender los que habían de llevar el cadá- ver a la querida y los hijos, que a gritos y lloros se arrojaban sobre el cadáver abrazándolo.…, y mientras todos los masones por allí poniéndose unas rami- tas con lacito (tengo sospechas de que debe ser señal masónica) por más que yo les había dicho que no iría con el cadáver si llevaban las insignias. ¡Dios mío! Y yo allí muriéndome de pena y de vergüenza delante de Dios, sin saber si estaba profanando mi ministerio y haciendo traición a Dios o podía tolerar eso por evitar mayores males, pues yo, ateniéndome a lo que usted me dijo bajando a San Félix, me atreví a obrar así, exigiendo que no había de ver ninguna insignia masónica124. Dígame, padre Patricio, si obré bien y si puedo obrar de aquí adelante lo mismo, pues, por una parte, yo no querría faltar y, por otra, tampoco querría poner obstáculos, para ir conquistando a esta gente. Veo un gran porvenir aquí para la religión escogiendo dos o tres padres que reúnan condiciones a propósito: mucho celo, mucha autoridad, y al mismo tiempo que se sepan captar las simpatías con su trato y el respeto y veneración de esta gente. Tengo mi plan concebido y grandes propósitos que, si Dios nos bendice, darían dentro de unos años felices resultados, pero no sirvo para esto. Aquí se necesita mucha política para tratar con esta gente y yo no he nacido para eso. Por lo menos hoy por hoy se me hace imposible125. Hay aquí un prurito horrible de querer amalgamar a Dios y al demonio, a la religión y a la impiedad. Por lo demás, bien. El comercio da para mantener dos padres y otro que se puede mantener con las obvenciones muy holgadamente ug may cajun pa nga icatipig para sa atong caparian, sa ubang lunsod ingong sa acong guini- canang nga patay na Guasipati, lugus mabuhi ng duha ca Pari126. Espero con ansia su contestación. La puede remitir a Upata, donde es- taré para fines de agosto. Sabe puede usted cuánto le aprecia su afectísimo menor hermano. Fray Isidoro Musitu

124 Aunque haya que leerlas con precaución, no dejan de ser instructivas las notas que sobre este tema estampó el sacerdote Régulo Fránquiz en el informe que en diciembre de 1897 elevó a la Secretaría de Estado sobre la situación de la diócesis de Ciudad Bolívar: Castillo Lara, Iglesia venezolana. S. xix 2, 536-41. 125 Este hecho produjo una fortísima impresión en el ánimo de Musitu. Hasta llegó a creerse traidor a su conciencia y a los compromisos que había contraído con la Iglesia en el momento de su ordenación sacerdotal. Consiguientemente, decidió abandonar in- mediatamente El Callao. Pero antes quiso manifestar por escrito su turbación a don Luis M. Mora, un señor de su confianza y de autoridad en el pueblo: Carta a Luis M. Mora, y éste consiguió de las autoridades promesa formal de que el suceso no se volvería a repetir: infra, Carta 79*. 126 Frases en dialecto ilongo que significan: «Y en otro pueblo (Guasipati) hay casa reservada para nuestros sacerdotes, que, según mis padres, ya fallecidos, sería suficiente para mantener dos sacerdotes». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 399

Día 1 de agosto. Cada día sigo más desalentado; siento haberle escrito mi anterior en el sentido que lo hice. No veo más que: el primero, soberbia; el segundo, avaricia; el tercero, lujuria. Esto es horrible. No veo luz por ninguna parte. Creo que no tiene remedio esto: o ha de transigir uno con la conciencia o largarse.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 79*. Isidoro Musitu a Adell Últimamente ha cambiado su situación. El jefe civil le ha prometido «que jamás se repetiría ni eso ni ninguna otra cosa que pudiera ser obstáculo a cumplir con mi ministerio». Lo sucedido fue fruto de la ignorancia, no de mala intención. Hay lugar para tres sacerdotes

El Callao, 4 de agosto de 1899

Mi querido padre Patricio: Desde mi última, que creo ya en poder de usted, han cambiado por com- pleto las cosas. Le escribí la adjunta al señor Mora (aquel señor anciano ya, a quien en el Delta, subiendo a Bolívar di la carta de recomendación y que se ha portado conmigo muy bien) y por la noche vino el señor jefe civil a dar- me una satisfacción y prometerme que jamás se repetiría ni eso ni ninguna otra cosa que pudiera ser obstáculo a cumplir con mi ministerio y así que no permitiría ni él ni los demás del Callao saliese dejando el pueblo solo, que le dispensase, que había sido todo lo que había sucedido ignorancia y nunca intención de molestar en lo más mínimo. ¿Qué hago, padre Patricio? Esto, imposible de dejar, y yo solo no quiero estar de ningún modo, y, sobre todo, a treinta leguas de Upata, donde tengo otro padre. Quite a todo trance gente donde pueda usted más fácilmente y mándela para aquí. Como le decía en mi anterior, pueden muy bien vivir aquí tres padres y un lego, sobrando todavía. A fines de agosto vuelvo aU pa- ta, pero para volver inmediatamente con libros, etc. Desde el día que yo me instalé definitivamente, me pasa el comercio de 150 a 200 pesos. Todos los días tengo confesiones de enfermos y sanos. En fin hay que hacer. Adiós, suyo menor súbdito127. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

127 Estas cuatro cartas de Musitu llegaron a manos de Adell el 8 de octubre en la Guaira. Las contestó al día siguiente. 400 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 80*. Medardo Moleres a Adell El 31 de julio se hizo cargo del Carmen de La Guaira. A cambio se ha cedido la parroquia de La Candelaria de La Victoria al p. Maldonado. El arzobispo ha sufrido una recaída. El provisor le ha prometido apo- yo. En América cuenta mucho la persona. Le gustaría continuar en La Guaira durante algún tiempo

La Guaira, 13 de agosto de 1899 M. R. P. Patricio Adell. Maracaibo Mi venerado padre Patricio: En la creencia que usted permanecería en Ciudad Bolívar, le mandé en los primeros días de este mes un telegrama anunciándole que la capellanía del Carmen de La Guaira nos pertenece desde el día 31 de julio, en que me hice cargo de ella con todas las formalidades de la ley128. Estamos, pues, de enhorabuena por haber conseguido lo que usted tanto ambicionaba y que tanto nos interesa. Para conseguir la capellanía ha sido preciso entregar al padre Maldo- nado provisionalmente la parroquia de La Candelaria (en La Victoria). Digo provisionalmente porque el arzobispo y el provisor, lo mismo que el Presiden- te del Estado, desean que con el tiempo toda La Victoria sea para nosotros, y en ese deseo y a fin de que el recuerdo de los padres agustinos no se apague sino que aumente, han convenido en que permanezca en el Calvario el padre Fermín. Se han hecho insinuaciones para que se le asigne un pequeño sueldo mensual y se le levante una casa al pie del Calvario, sobre lo cual ha dado esperanzas que más tarde serán una realidad. El padre Palacios viene a ayudarme hasta tanto no disponga usted de todos otra cosa, pero, ¡por Dios!, padre Patricio, perdóneme si me atrevo a pedirle este favor: no nos mande usted órdenes por telégrafo, pues, como ha sucedido en estos meses, usted se molesta muchísimo con esas órdenes que tal vez se figura desobedecemos y nosotros, por otra parte, sufrimos lo que usted no puede imaginarse por lo que usted sufre y lo que por aquí sucede. El otro día me fui a Caracas a dar las gracias al señor arzobispo, lo que no pude hacer, porque al llegar me lo encontré gravísimamente enfermo. Un ataque como el del año pasado le ha postrado de tal manera que por bien que salga quedará inservible para administrar la diócesis. Fueme preciso hablar con el señor provisor, de quien he quedado sumamente complacido. «Yo espe- ro, me decía, que los padres agustinos han de trabajar en La Guaira con el

128 Su tenor debía de ser parecido al siguiente: «Guaira, 12 agosto de 1899. = Sr. pro. Patricio, agustino. Creyendo permanecería Guayana, anuncié días pasados: recibí formal- mente capellanía del Carmen. Palacios viene ayudarme. Arzobispo gravemente enfermo. Provisor satisfecho nos promete protección. Obispo Barquisimeto pide 30 sacerdotes. Mo- leres»: Agoar, caja 82, leg. 4. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 401 celo y con la prudencia que cumple a los hijos del gran obispo de Hipona y en esa creencia pueden contar con toda mi protección y ayuda. Al conseguir La Guaira han conseguido una gran base de operaciones, trabajen ustedes, que lo demás es obra del tiempo y de paciencia». En esa forma continuó explicán- dose el ilustre provisor y haciendo grandes elogios de nuestra corporación. Tengo 60 pesos de asignación mensual: treinta me paga el gobierno y la cofradía otros treinta. Con ellos pueden vivir aquí dos sacerdotes y si llegara a conseguir lo que llevo entre manos, podrían vivir hasta cuatro, aunque con economía. La cofradía paga al menos doce pesos a monaguillos y sacristanes y el gobierno treinta por arreglar el reloj de la torre. ¿No le parece a usted que todo esto podría hacerlo muy bien un hermano lego? Pues el conseguir eso es lo que me he propuesto y, conseguido, pueden vivir aquí cuatro. Con misas no hay que contar ahora, pues yo en el tiempo que llevo aquí sólo he celebrado seis con estipendio. Me han hablado de fundar un colegio, pero yo dudo que esto sea lugar propio para estudiar por ser muy fuerte el calor. Sin embargo, es la manera de poder realizar este proyecto que podría sernos muy ventajoso. Según mis informes, el enviar a La Guaira ha sido debido a un pacto hecho entre el arzobispo y el padre García para colocar un agustino que suavemente pudiese quitar al padre, lo que afortunadamente he podido con- seguir después de muchos trabajos y de agotar un gran caudal de paciencia, pues en mi vida he visto un hombre ni tan informal ni tan voluble como él, etc. Yo tenía más interés que nadie en conseguir el Carmen, pues creo deber mi salvación de manos de los insurrectos a un escapulario del Carmen que mi difunta madre me mandó hace un año y medio a Zambales129. Si usted no lo llevara a mal, yo le aconsejaría no fuera a Panamá hasta noviembre en que terminan las lluvias. Ahora llueve tan fuerte como en Fi- lipinas. Así que no ha de poder ir ni a Chepo ni al Darién. Andando el tiempo tal vez llegue a tener la inmensa satisfacción de sorprenderle con una nueva adquisición de gran importancia. Por ahora no le digo más sino que nos deje obrar y que en estas tierras en todos los asun- tos entra para mucho la persona. Si no hubiera sido por una persona íntima amiga, creo que no consigo La Guaira. Ahí le mando dos paquetes de cartas. En el mayor van algunas abiertas y así me las entregó el padre Pedro al marcharse a Coro130. Las del pequeño recibí aquí en La Guaira.

129 A Moleres la revolución le sorprendió en su parroquia de Cabangaan. En sep- tiembre de 1897 ya afrontó con éxito una peligrosa incursión de los sublevados: J.L. Sáenz Ruiz-Olalde, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, Marcilla (Navarra) 1998, 104-05. Pero es más probable que aluda a la situación vivida en Olongapó en junio de 1898: Sádaba, 675. 130 Pedro San Vicente: supra, Carta 72*. 402 correspondencia del PADRE ADELL

Una de las hermanas de la caridad que, si mal no recuerdo, se llama Aniana Imas131, es de mi pueblo. Déle usted muchos recuerdos de mi parte y que encomiende a Dios en sus oraciones a mi padre y mi madre que murie- ron hace algunos meses. Aun cuando me siento dispuesto a obedecer a usted en cualquier parte, permítame, padre Patricio, le haga una confesión con la que un hijo se dirige a su padre. Con tantas novedades, con tanto correr de un lado para otro en tan poco [tiempo] me siento agitadísimo, sufro una fuerte agitación nerviosa que me exige reposo y descanso. Así que, si le fuera posible, yo le suplicaría a usted confirmase mi estancia en LaG uaira, donde creo poder hacer mucho bien y ser feliz. Usted, sin embargo, mande como guste en la seguridad de encontrar un fiel súbdito en su menor hermano y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres PD. A nuestro padre vicario y padre Enrique he dado razón de haber adquirido la capellanía y al segundo he pedido facultades (para todos) de los carmelitas132.

131 Aniana Imas (Arellano [Navarra], 1861). Llegó a Venezuela en la primera misión (1890). Durante los diez años que residió en Venezuela trabajó en la casas de la Beneficen- cia de Maracaibo y en Táriba. En septiembre de 1900 regresó a España. En 1908 residía en el hospital de Zaragoza: Galilea, Fundaciones, 310. 132 La dirigida al comisario apostólico, no vicario, era del siguiente tenor: «La Guai- ra, Agosto, 9/99. = Venerable padre nuestro: Al fin, después de siete meses de espera y de abatimientos, la capellanía del Carmen de La Guaira nos pertenece desde el 31 de julio, en que yo me posesioné de ella con todas las formalidades de la ley. = Con la simple ad- quisición de la capellanía hemos dado un gran paso, pero nos falta mucho por andar para que nuestra estancia nos sea ventajosa. = Primeramente, sería muy conveniente, y aun necesario, que el R.P. cediera la iglesia a la corporación, cosa por cierto no imposible, pero sí algo difícil, pues si bien es verdad que ya contamos con el apoyo de su señoría ilustrí- sima el arzobispo de Caracas, sin embargo, el cabildo catedral, cuyo consentimiento es de necesidad, se ha de oponer, aunque no mucho. Para tratar este asunto tendremos en este mes una junta en Caracas, de la que daré razón a V.R. con oportunidad. = Tan conveniente como la iglesia sería el conseguir la administración de la cofradía del Carmen, que, entre otras propiedades, cuenta en esta población con diez casas, las cuales, bien administra- das, producirían para la iglesia una renta anual de cuatro mil duros. Pero a esto hay que renunciar por ser imposible sacar nada. = Figúrese V.R. que de cincuenta miembros que cuenta la cofradía, sólo cuarenta y ocho son masones, y aun esto, con ser rematadamente malo, no es lo peor. Lo peor del caso es que el mayordomo del Carmen ejerce en la maso- nería el cargo de hermano Terrible. = Mucho más inverosímil que esto parecerá a V.R. el saber que ese hermano terrible me propuso me afiliase a la masonería, prometiéndome anticipadamente toda protección. = Aun cuando la carta peque por larga, me ha de permi- tir V.R. le dé algunos detalles que pueden serle útiles. Diré, pues, primeramente que toda la legislación civil de la República, pero sobre todo la referente al matrimonio, al bautizo, entierro y enseñanza es abiertamente hostil al catolicismo. ¡Como que data del año 70 en que el liberalismo reinante cogió las riendas del poder! = La masonería está admitida oficialmente como una institución. De ahí que en todos los pueblos de alguna importancia tenga templos públicos. Aquí en La Guaira hay uno, y, por cierto, bien elegante, ubicado a distancia no lejana del Carmen. = No hay más instrucción religiosa que la que se da en las iglesias. = El clero está desprestigiado y amordazado, pero bien merecido se lo tiene por sus infidelidades y cobardías. Al púlpito, que está convertido en tribuna, no se sube más DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 403

¿Ha recibido usted una extensa carta que le mandé a Trinidad? Vale. Moleres133.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 81*. Fermín Catalán a Adell En La Victoria han tenido buena acogida. En cuanto estén seguros de nuestra permanencia, los fieles delC alvario les edificarán una casita, y no será difícil conseguir subvención del gobierno

La Guaira, 14 de agosto de 1899 M. R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Maracaibo Muy respetable y amado padre: Recibí la muy grata que vuestra reverencia nos dirigió de Maracaibo con fecha 3 del corriente, que me ha contentado muchísimo por la prórroga que nos concede para permanecer en La Victoria. Allí, padre Patricio, nos quieren muchísimo y hacemos muchísima falta. Sobre todo los del Calvario están entusiasmadísimos con nosotros, me quieren hacer una casita en el mismo Calvario y conseguirme una subvención del Gobierno; además de las fiestas, que son bastante frecuentes, y otras entradas que hay, puede muy bien sostenerse una residencia. En este mismo correo le envío una representación que los vecinos del Calvario elevaron a vuestra reverencia y que hace días está en Caracas, por- que a adular a los grandes y a los poderosos según el mundo, ¡y así les pagan! Yo he oído sermones (que llaman conferencias) en los que no se ha mentado para nada ni a Dios, ni a Jesucristo, ni a las Sagradas Escrituras ni Santos Padres ni nada que huela a casto, todo profano. = Puede asegurarse por cálculo que La Guaira suma unas doce mil personas, de las cuales dudo que oigan misa en los días festivos quinientas; en cambio, la masonería cuenta con más de tres mil afiliados. = En un pueblo, pues, de cuyas condiciones mora- les puede juzgar V.R. por lo que le vengo diciendo, vamos a inaugurar nuestros trabajos apostólicos, puesta nuestra confianza en la Virgen delC armen y nuestra vista en el santo hábito que vestimos, el de nuestro padre san Agustín. Nos esperan muchos trabajos y sin- sabores, sobre todo de la prensa impía y masónica, que se complace en mortificar al clero y principalmente al extranjero, pero trabajaremos hasta donde lleguen nuestras fuerzas y si caemos, caeremos como los valientes, luchando contra el error. = Este folleto lleva para V.R. un folleto histórico de la Virgen del Carmen que se nos ha dado. = Con este motivo besa las manos de V.R. el más respetuoso de sus súbditos. Fr. Medardo Moleres del Sagra- do Corazón de Jesús»: Agoar, caja 82, leg. 6. 133 No se conserva la respuesta de Adell. Del apunte que añadió al pie de esta carta al mandársela a Enrique se deduce que su contenido no fue de su agrado: «Contesté que se quedara, que no había recibido ni las cuentas de San Francisco, ni sabía todavía quién le mandó a Caracas, pues nada me dicen de ello ni nuestro p. Íñigo ni nuestro padre pro- vincial, y me picó la curiosidad cuando recibí telegrama suyo desde La Victoria. Y también le decía sentía estuviese cansado, fatigado y nervioso de tanto viajar. Que suponía yo guardaría eso para cuando nos veamos en La Guaira después de mi ida a Panamá. 28 de agosto 99». 404 correspondencia del PADRE ADELL que el padre Baltasar, a quien se la dirigieron, como verá vuestra reverencia en carta que adjunta le remito134, creía que vuestra reverencia venía a La Guaira de paso para Maracaibo, hasta que yo les dije que no, que vuestra reverencia seguiría directo de Trinidad. Nada de las promesas que me hacían los del Calvario ni de las repre- sentaciones quise decirle a vuestra reverencia en mi anterior por no con- trariar sus pensamientos ni poner dificultades a sus disposiciones; y si hoy lo hago no es, padre Patricio, porque se trate de mí. Prescindo de todo ello con toda sinceridad; quiero sí que vuestra reverencia, como superior mío y de todos los recoletos que estamos por aquí, juzgue lo más conveniente para los fines que nos han traído a estas tierras. Yo todavía no me he esforzado en La Victoria, ni he hecho empeño de conseguir la subvención del gobierno y que me levanten la casa por no saber todavía las decisiones definitivas de vuestra reverencia, pero tengo la seguridad que en el momento que yo lo insinúe a los del Calvario lleven a cabo sus proyectos, al instante tendremos una casita y alguna subvención del Estado. Estuve con el señor arzobispo y, en vista de la representación que a su señoría le mandaron para que consiguiese de vuestra reverencia que yo siguiese en El Calvario, me dijo que él estaba empeñado en ello y que iba a escribir a vuestra reverencia. Ahora dirá vuestra reverencia todo son enredos y dificultades para mí. Nada de eso, padre Patricio. Por cuanto a mí toca, yo traté de impedirlo cuan- to me sea posible. Quizá le extrañe me halle ahora en La Guaira. Vine para un par de días a Caracas a ver qué determinación tomábamos: si dejar La Victoria o esperar que vuestra reverencia contestara, y el padre Medardo, que no quiere estar solo y quiere que a él todo le salga bien, me ha hecho bajar a La Guaira a ayudarle en unos compromisos de predicación y arreglar las cositas de por aquí. Así es que estaremos quince días y entre tanto el padre Maldonado irá a hacerse cargo de La Candelaria de La Victoria (por más que dicen que no querrá ir) y entonces el padre José se vendrá a acompañar al padre Medardo (según sus disposiciones) y yo seguiré con mi Calvario como antes. De todos modos, padre Patricio, y con toda confianza le digo que La Victoria es el gran punto para residencia. Ya me dijo el padre Baltasar que si

134 El 28 de julio un grupo de 35 fieles que vivían cerca de la ermita delC alvario ele- varon una representación a Adell abogando por la permanencia de Catalán, que ya «había fundado un catecismo de 160 niños de ambos sexos». Dos días más tarde, temerosos de que su instancia tardara en llegar a manos de Adell, acudieron a Lodares para que se la hiciera llegar y a la vez la respaldara con su intercesión. El 28 de agosto Adell contestó «diciendo que no podía acceder a la petición y que, si bien quedaba por ahora el p. Fermín, no era más que provisionalmente, hasta averiguar si podían estar dos, pues uno solo me era imposible dejar definitivamente en sitio alguno»: Agoar, caja 82, leg. 4. La cuestión desapareció cuando Maldonado renunció a la parroquia de La Candelaria, dejando vía libre al p. Palacios: infra, Carta 96*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 405 nosotros la dejamos, él se encargará de ella. Casi me parece ver ya la casita levantada en El Calvario y la subida fácil, pues pienso arreglar aquello muy bien. Conste, sin embargo, que nada busco, nada quiero para el padre Fer- mín, y que acepto contentísimo toda disposición en contrario. Mis saludos a los padres y de vuestra reverencia siempre seguro servi- dor, menor hermano y súbdito135. Fray Fermín Catalán

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 82*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 14 de agosto de 1899

Moleres ha telegrafiado su ingreso en la capilla delC armen de La Guai- ra. Recuerda el cariño de las monjas de Trinidad. «Por aquí sigo matando ciempiés, alacranes y otros bichos malos, capaces, según dicen, de matar una caballería de un mordisco… Pero conmigo no se meten. No sé si es por la amistad o porque no les gusta mi carne. Esto es lo que menos me preocupa. Algo más me preocupan los amancebamientos … y, sobre todo, el de don Julio. ¿Qué le parece a usted después de venir la dispensa, me dice que me espere tres meses porque tiene que hacer anillos … ¿Si se me escapará? Dios no lo quiera». No da mucho peso a las impresiones de Musitu sobre El Callao. Contrastan con las del párroco anterior, que conocía mejor el pueblo, y con la experiencia que él mismo ha tenido en San Félix: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 83*. Íñigo Narro a Adell Las desgracias de Panamá, su pobreza e insalubridad le mueven a retirar de ella a los religiosos y a distribuirlos en esas residencias. Ha muerto el p. Pío Mareca. Le ha visitado el obispo de Ciudad Bolívar

Padre vicario provincial en Panamá y Venezuela

Palacio episcopal de Sigüenza, 17 de agosto de 1899

Amado hermano, padre Patricio Adell: Aquí me remitieron sus cartas de Puerto España, 13 de mayo; de Ba- rrancas, 8 de junio; de San Félix, 20 de junio; y la última de San Félix, 15 de

135 «Contesto el 28 de agosto: viera y me dijera si podían vivir dos decentemente en El Calvario, pues en caso afirmativo vería si le mandaba uno de Panamá; y si esto no podía, yo pediría a España quien él me indicara; y en casi negativo, esto es, si dos no pueden vivir decentemente avise a Caracas al provisor y vaya a la Guaira, etc. Que no he sospechado nada de lo sucedido en Caracas sea cuenta suya, sino de todos los más antiguos y, al pa- recer, mandones». 406 correspondencia del PADRE ADELL julio, con proyectos de viaje a Panamá por las tristes noticias del fallecimien- to del padre Guillén y señor obispo. El 15 de junio escribí a usted con dirección a Maracaibo (hermanas de Santa Ana). Ésta se la envío a Panamá según su indicación. El difunto padre Guillén me escribe sobre nuevo convenio. Yo, visto lo visto, lo malsano de ese país, lo pobremente que lo pasan nuestros hermanos, el gran peligro de que enfermen y mueran por la falta de alimentos los que están en las misiones –me lo decía el padre Félix–, si por Venezuela se pre- sentan bien y hace falta personal –de aquí por ahora no le puedo mandar–, yo, repito, levantaría el personal de la diócesis de Panamá y lo distribuiría en todas esas residencias de que me habla en la suya de 15 de julio136. El padre Moleres me escribe desde Caracas pidiendo ceremoniales, rituales, constituciones, misales de la orden, etc.137. Si levanta la gente de Panamá, ya queda provisto de estas cosas. El padre Toribio se marchó sin consagrar aras. Los señores obispos de Brasil a pedir religiosos, pero ninguno a mandar medios para el equipo y pasaje de los misioneros. Entre equipo, viaje al puer- to y pasaje cuesta uno mil pesetas. Dios nuestro Señor se apiade de nosotros y nos conserve al padre Pa- tricio Adell. Por aquí con el alma en un hilo, amenazados para septiembre de otro 34 o 35. Las logias lo han decretado y el gobierno con los brazos plegados. Salgo para la visita a los colegios en los que pasaré el mes de septiembre. El padre Florentino, a su regreso de San Sebastián, tocó en Zaragoza y parló largamente con su excelente hermana, madre Rosa. De usted y de todos los que están a su lado afectísimo hermano138. Fray Íñigo Narro de la Concepción PD. El 19 a las 9,1/4 de la noche falleció repentinamente y sin auxilio de ningún género de un ataque al corazón el pobre padre lector fray Pío Mareca de la Concepción. ¡Que Dios infinitamente misericordioso, le haya recibido en su santo seno! Madrid, 23 de agosto. Ayer tarde recibí la visita del ilustrísimo señor Durán. Entró preguntando a la portera: ¿conoce al padre Patricio? Le acom- pañaba un padre capuchino y su secretario, el doctor Navarro139. «Están bien

136 Supra, IX. Correspondencia A, Carta 88. 137 Carta del 2 de julio de 1899: Agoar, caja 82, leg. 6; supra, nota 120. 138 Notas al dorso de Adell: «Escribí de Curazao y luego 17 septiembre de aquí, La Guaira, que no mande ropas sino frailes a no venir con monseñor Durán ya, y los que pidió el señor obispo de Popayán. Sólo quiero llenar esto, Maracaibo y Guayana». 139 Nicolás M. Navarro: supra, IX. Correspondencia A, nota 179. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 407 el padre Patricio y los suyos; en Panamá van a morirse todos». Le dije escri- bía a usted «levantase el campo si había fallecido el señor obispo». Al padre Vega dijeron en Colón habían fallecido los tres que llevó el señor obispo de Pasto.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 84*. Francisco Ayarra a Adell Le parece que los frutos no responden al esfuerzo. Quizá haya que levantar el campo y trasladarse todos a Brasil. La muerte de Guillén desanimará a los religiosos. Ha mandado facultades de vicario de Panamá al p. Bernardino. Para enviarle los títulos espera su parecer. En Filipinas, cada día peor. Quedan 70 recoletos más los prisioneros

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 17 de agosto de 1899

Mi querido Patricio: Desde que me escribiste de Isla Trinidad, no tengo carta tuya, pero sé de España que andabas por Orinoco. Entiendo que corres mucho, pero tus correrías y visitas dan poco resultado, y al último ¿habrá que levantar el campo? Ambut140. Ello dirá. A otra cosa. Hace dos días he recibido carta del padre Bernardino Gar- cía, comunicándome la triste noticia del fallecimiento del padre Félix Guillén (RIP). Van ya dos víctimas en poco tiempo en Panamá. Mal principiamos, y ya difícilmente querrá ir allí la gente, máxime si se agrega a lo malsano de aquello la pobreza y miseria de aquello. En fin, Dios dirá. Supongo que seguirá allí el padre Bernardino y le habrás nombrado como presidente de aquella residencia, pero por si acaso y a fin de que no queden sin superior yo le escribo y le digo al padre Bernardino que tiene todas las facultades de vicario provincial sobre aquella residencia y misiones en Panamá, pero que no le mando los títulos hasta tanto que tú me digas si conviene o no, o lo que más convenga determinar141. Con lo que has visto puedes comprender si tenemos porvenir o no por esas repúblicas o hay que levantar el campo y trasladarse todos al Brasil, donde nos ofrecen campo ancho. No te hagas ilusiones, no quieras abarcar mucho, sino poco y bien, y así espero que me digas clarito qué residencias

140 Palabra ilonga: no lo sé. 141 Todavía tardó tres meses, hasta el 2 de noviembre, en extender al p. Bernardino el título de vicario de Panamá y Colombia: Circular, 2 noviembre 1899: Libro de circulares, mandatos…, 173rv: Am, libro 20. 408 correspondencia del PADRE ADELL has tomado, sus distancias y condiciones, si podemos tener vida o no, y si conviene que en Panamá se nombre otro vicario o no, y cuánto tardan las comunicaciones entre Panamá y Venezuela. A Brasil han ido ya más de veinte padres, y muchos se preparaban en los colegios a pasar al Brasil, pues, según me dice nuestro padre Mariano, allí hay colocación para muchos padres. Muchos obispos le piden religiosos, la gente muy buena, pero muy buena, deseando que vayan padres, y muy afectuosa a los padres. Conque piénsalo bien todo, sin hacerte ilusiones, pues como hasta ahora no tienes nada seguro, la gente se resfría mucho, y así no es fácil que quieran ir por ahí; conque fíjate mucho en lo que te digo. Aquí cada vez peor. El país completamente perdido y con muy pocas esperanzas de mejora. Aquí quedamos setenta religiosos (excepto los prisio- neros). Todos los demás se han embarcado para España. No me extiendo más. Que te conserves bueno y manda cuanto gustes y quieras a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra PD. Las dos geografías ya se mandaron.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 85*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas 20 de agosto de 1899

Contesta su segunda y última carta. Sigue sin novedad. En Barrancas «han concluido ya los tabiques de la iglesia, y estoy viviendo ya en la sacris- tía […] En Uracoa están haciendo casa para habitación del padre […] A Pia- coa pienso ir para el 8 de septiembre, que es la patrona». Aprovechará para bautizar por aquellos pueblos. Les vendría bien «una calesita con un caballo» para poder visitarse de vez en cuando: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 86*. Bernardino García a Adell Continúa la fiebre amarilla. Acaba de morir en nuestra casa Fausto Ibáñez, hermano lego agustino calzado, procedente de Lima. Pospon- ga el viaje. Está en contactos con el obispo de Pasto, que quiere reli- giosos para su diócesis

Panamá, 20 de agosto de 1899

Mi querido padre Patricio: He escrito a usted por lo menos cuatro veces y a ninguna he tenido contestación. De usted he recibido una, fechada en San Luis [sic=San Félix] DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 409 dirigida al padre Guillén, pero como yo estaba esperando contestación a las varias que yo le escribí, por eso no he contestado. Ésta tiene por objeto comunicarle que la fiebre amarilla continúa siem- pre lo mismo y desgraciadamente tengo que comunicarle que un hermano lego agustino calzado, fray Fausto Ibáñez, procedente de Lima en viaje para España, fue atacado en nuestra casa de San José el día 14 del actual, habien- do entregado su alma a Dios en el día de hoy a las 11 de la mañana. Recibió los sacramentos de Penitencia y Extremaunción 142. Creíase ya libre de tan terrible enfermedad, pero una complicación al hígado que ya antes padecía se lo llevó al sepulcro. También el padre Celestino fue atacado de la misma enfermedad el día 28 del pasado julio, pero gracias a la prontitud con que fue atacada la enfermedad, hoy está bueno y a fin de que se restableciera le saqué títulos de cura de Taboga, punto muy saludable, donde por la administración le dan los alimentos. El hermano Ángel está conmigo completamente restablecido. Le suplico, padre Patricio, no venga, pues no quiero más desgracias y está visto que ataca sin comparación a los que llegan de fuera. Confiemos en Dios. De los de Chepo, bien. Los del Darién están buenos, haciendo una co- rrería por todos los caseríos del distrito. Estuvieron con fiebres, pero ya están [sic]. El señor obispo de Pasto me escribió pidiendo religiosos, pero en el informe de los padres de Tumaco me decían que le pidiera los pueblos de Barbacoas y Guapi como puntos de partida. Yo escribí al señor Moreno y le suplicaba me pusiera las condiciones en que los religiosos habían de venir para yo comunicarlas a usted. Todavía no ha contestado, pero no puede ya tardar. Sin más, ruegue usted por nosotros y mande a su súbdito que besa su mano. Fray Bernardino García Basahon mo quini sa senecreto gayud. Naa usa ca tigulang caayo nga nagapahibalo canaco sa labi nga tinago, nga sa ilalum sa singbahan naa pa man ang guinatagoan sa mga Pari Agustinos nga daan. Siya mismo ang nacatabang sa pagtago, daan nga guicatahapan co apang tungod sa mga desgracia wala nacu hilabti bisan usa, apang cay sia ang nacatanao sia ang nacatabang, susihon nato nga walay testigo unya ingon aco iya dili aco magtoo, ug susihon ang pagkabutang aton cania lamang ang magasusi sa labing tinago; naa cono sa subterraneo ug naay totolo ca ingon ug ventana ug atika usa ca asgolla nga pulhan ug sa ilaum naa man cono sing mga

142 No he logrado identificarlo. 410 correspondencia del PADRE ADELL alahas, salapi ug bulauan; ambut ug matood cani nga bagay, apang maayo nga camo ni hermano Angel masasusi mismo; cag icaw; tipigan mo quini nga sulata naco sa guihapon; apan aco magasusi gayud143. Fray Bernardino García Caron ingon ug tunay acong paglaum cay matood ug mga timaan144. Los padres Ángel y Francisco, escolapios, están con la fiebre amarilla, pero ya están en franca convalecencia. Esto es nunca visto en Panamá.

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 87*. Isidoro Musitu a Adell Mientras no haya más religiosos, convendría concentrar en El Callao a los de San Félix y Upata. En El Callao no hay problemas económi- cos. Hay tres tipos de gentes: naturales, europeos y negros

El Callao, 21 de agosto de 1899

Querido padre Patricio: Ya habrá recibido mis tres cartas y ahora le escribo para que sepa cómo estoy. Creo que lo que debía hacerse, no habiendo otros padres que vengan, que se vinieran el de San Félix y Upata, y mientras no haya otros padres abandonar esos pueblos. En esos pueblos creo no hemos de ver provecho alguno ni material ni espiritual: han abandonado la fe o Dios les ha vuelto la espalda. Piense usted lo que dice el santo Evangelio de los fariseos145 y no hay más diferencia que, contra éstos, que son de peores costumbres. Echan la culpa a los sacerdotes, pero no lo crea. Dios da a los pueblos los curas que se merecen. Por lo tanto, creo poder aconsejar, no mandar, a usted que les diga: no teniendo para poner a dos en cada pueblo, váyanse al Callao, porque tenemos prohibido estar uno solo. No pase pena por nuestra manutención, pues en los pocos días que llevo aquí tengo ya más de cien pesos, y si estoy un poco más, pronto serán dos-

143 Visaya cebuano: «Lee esto en secreto. Hay un viejo que me dijo en secreto que de- bajo de la iglesia está todavía lo que escondieron los padres agustinos antiguos. Él mismo ayudó a esconderlo, cosa que me callaba pero por las desgracias no mete mano ni en uno de éstos, ya que él mismo lo ha visto, él mismo ayudó. Entonces averígualo sin decirlo a nadie. Aunque a él le dije que no me lo creía, nosotros debemos averiguarlo clandestinamente. Según él, en la parte subterránea hay tres escondites con joyas y dinero. No estoy seguro de que todo esto sea verdad, pero es mejor que tú y el hermano Ángel mismos lo averigüéis. Ten cuidado con esta carta; yo también voy a averiguarlo». 144 «Diría que hay esperanzas de que todas estas señales responden a la realidad». 145 Podría aludir a Lc 10,10, donde se aconseja al apóstol que abandone el pueblo que no le acoge, o también a Lc 11,21-22, donde se anuncia el castigo a Corozain, Cafarnaún y Betsaida por no haber escuchado los repetidos llamamientos de Dios. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 411 cientos. En 25 días me han entregado cuarenta misas, hay bautismos que hacer y pagan bastante: dos pesos. He hecho dos entierros ya de primera a 32 pesos y todos están contentos, porque no cobro mucho. Hay tres clases de gentes. Naturales de aquí, iguales a los demás pue- blos; europeos, que son muchos, quieren mucho al padre y se portan bien con él, aunque no así con Dios, pero no tan mal como los naturales; y los negros, que son más de ocho mil, que quieren mucho al padre y dicen [que] si me quedo aquí harán casa propia para el cura cerca de la iglesia y todo cuanto se necesite. Traen éstos muchos regalos y limosnas de misa146. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 88*. Joaquín Barroso a Adell

Uracoa, 22 de agosto de 1899

Pide seis libras de cera. Las necesita para los niños que está preparan- do para la Primera Comunión: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 89*. Paciente Corral a Adell Ha recibido algunos encargos. Informa de algunas obras y de la mar- cha de las parroquias

San Félix, 29 de agosto de 1899

Mi estimado padre Patricio Sírvale ésta para manifestarle es en mi poder su grata fecha 3 de agos- to, y por ella veo que va usted haciendo su viaje sin novedad, y doy gracias a Jesús. Que lo termine felizmente y que luego tengamos el consuelo de verle otra vez por estas tierras es lo que deseo. Con esta misma fecha aviso a los padres Isidoro y Eusebio la muerte del padre Cayetano Fernández (e.p.d.). Y por lo que respecta a las misas que debieran decir los de Maracaibo, como son tres los difuntos –Guillén, padre Ojeda y padre Cayetano–, supongo son 36 las que debemos repartirnos y así

146 Traducción del texto original ilongo, hecha por el p. Adell: «Le traduzco para que vea y sepan ahí tanto como yo de todo. No mando abandonar nada y reunirlos en El Callao: 1º, porque se descontentaría el señor obispo, que no conoce aquellos pueblos; y 2º, porque todo el mundo sabe que El Callao da mucho y … abandonar los otros por eso, aunque en ése haya más gente y se trabaje con más provecho, daría lugar a habladurías y murmuracio- nes: que no buscamos más que dinero y si en alguna parte hay que tener en cuenta lo de san Pablo ab omni specie mala abstinete vos [1Te 5,22], es aquí, máxime que ya tengo dispuesto vayan al Callao y Upata el p. Larrondo y el p. Musitu. No estarán solos mucho tiempo». 412 correspondencia del PADRE ADELL que escribí al padre Eusebio, diciéndole diga él 18, y yo diré las otras 18, pues me ha parecido mejor dividirlas entre los dos, puesto que a los demás, creo, que no falta celebración. Así se lo digo también a Musitu, de modo que él me avisará si no está conforme. También he de decirte son en mi poder los métodos de canto, papel de cartas y sobres que usted me compró en Trinidad, y procuraré, como me indi- caba en la suya, pagarlos con lo de la iglesia, aunque casi no me atrevo, pues cuanto más estudio estas tierras, descubro abismos de interés … y que el borracho de marras, de quien a usted le hablé, tenía más razón que un santo. Ya hablaremos cuando vuelva por aquí. Hace pocos días llegué de Upata, a donde fui para quitarme un fuerte catarro que me atacó a principios de éste; y al mismo tiempo para distraer unos días la cabeza, que me la tenían embromada los matrimonios… La fun- ción me ha costado 17 pesos entre bestia y arreos, creo por lo mucho que me quieren … que tratan de hacer una representación al señor obispo para que no me saque de aquí… Vaya usted atando cabos. Vi con satisfacción en Upata que no falta el aprecio al misionero y si- guen los ingresos de mes, aunque la iglesia está paralizada por falta de rea- les…, como dicen. También aquí está parado el trabajo, pero, en cesando las aguas, comenzaremos a hacer adobes para levantar el altar mayor y hacer la media agua que usted sabe. A este fin me echaré a recorrer las casas y calles para ver si saco lo suficiente. Finalmente me escribe el de Uracoa, diciéndome está muy contento y que le están haciendo casa con solar, que le han regalado platos, vasos, cama mecedora, etc. etc., y que está esperando compañero. No son así las noticias que recibo del padre Eusebio, pues el abandono en que tienen l\a iglesia es tal que no se puede ni oír misa por el mal olor…, ¡y luego querían armar a us- ted un pleito si no les dejaba uno! ¿Qué le parece? También se queja la gente de que es muy retraído y nada social…, lo cual se lo advierto en la carta que le escribo dándole cuenta de los difuntos padres. A mediados del entrante me iré a Los Castillos, pueblo pequeño que dista de aquí unas seis horas, a pasar unos días y bautizar y casar los que allí habitan, si quieren. Aquí tengo esperanza de hacer pronto seis o siete matrimonios, y vamos quitando miseria … También pienso irme a las fiestas de Uracoa y Barrancas, si acaso no puede usted mandar por aquí más gente por ahora. Sin más, consérvese usted bueno; y con mis recuerdos para todos los de ésa, usted reciba cuanto guste de este su afectísimo menor hermano y último súbdito en Jesús y María. Fray Paciente de la Sagrada Familia

Agoar, caja 82, leg. 5 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 413

Carta 90*. Íñigo Narro a Adell † Retire a los padres de Panamá «y colóquelos en Venezuela». No esta- mos preparados para colegios. El 11 embarcarán en Barcelona doce religiosos para Río de Janeiro. Los repatriados de Filipinas no se ani- man a «pasar a las misiones de América»

Burgos, 4 de septiembre de 1899

Carísimo padre Patricio Adell: Recibo bajo un mismo sobre sus apreciables de 2 y 8 de agosto en Ma- racaibo. Confirmo la última mía dirigida a Panamá: levante el campo y colóque- los en Venezuela. Todos y en todas partes nos dicen abramos colegios, ¡pero si no estamos dispuestos para esto! La Pardina, enfermo; padres Cañas, Orduña, lectores en San Millán, Ricardo Imas en la residencia de Granada; de Armentia y Gonzalo Pérez no sé cosa alguna. Al obispo de Santa Marta déjele el seminario, que no es ni escuela de primera enseñanza. Se han ofrecido doce para el Brasil y se embarcarán el 11 en Barcelona para Río Janeiro. Yo llegaré a Marcilla el 7 de éste para despedir a los mi- sioneros147. Los repatriados jóvenes en Marcilla, unos locos; los maduros consideran disuelta la provincia. Si el frío no les mueve a pedir pasar a las misiones de América, lo que es el calor del celo por la salvación de las almas no les mueve. Han fallecido en Marcilla el padre Pío y en Manila el hermano Timoteo Manrique. Ambos, repentinamente. Que Dios nuestro Señor conserve a usted para su mayor gloria y bien de nuestra congregación desea y pide al cielo su afectísimo menor hermano. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

147 Era la quinta misión que salía rumbo a Brasil. Sus doce miembros embarcaron en Barcelona el 11 septiembre en el barco Aquitania con rumbo a Santos y Goyaz: Sádaba, 788. 414 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 91*. Rafael Celedón148 a Adell † Deja en suspenso su petición de religiosos para el seminario en espe- ra de la respuesta del delegado apostólico en Bogotá

Santa Marta, 6 de septiembre de 1899 R. P. Patricio Adell de San Macario. Panamá Mi reverendo padre: He tenido el gusto de recibir su apreciable fecha 2 de agosto, de Mara- caibo, y en respuesta le diré que aplazo mi contestación definitivamente para cuando haya recibido respuesta del excelentísimo señor delegado apostólico de Bogotá, a quien he comunicado el asunto. Y como él me proporcionaría sacerdotes españoles para el seminario, no sé si los tenga conseguidos. Oportunamente le avisaré y entre tanto tengamos como en suspenso el arreglo iniciado149. Su afectísimo servidor150. † Rafael, obispo de Santa Marta

Agoar, caja 83, leg. 2

148 Rafael Celedón (1833-1903), preconizado obispo de Santa Marta en el consistorio del 14 diciembre 1891, recibió la ordenación episcopal de manos de monseñor Biffi en la iglesia de San Juan de Dios de Cartagena el 22 mayo 1892. Natural de La Guajira suroc- cidental, fue durante algunos años párroco de Riohacha y escribió una Gramática, catecis- mo y vocabulario de la lengua goajira, que fue defendida por M.A. Caro contra los ataques del novelista Jorge Isaacs: Ospina, Diccionario 1, 538-39, y M.A. Caro, «El Darwinismo y las misiones»: Obras 1, 1049-07, esp. 1.057-59. 149 Una de las primeras preocupaciones de Celedón, al posesionarse de su diócesis (1892), fue la contratación de una comunidad de religiosos que se hiciera cargo del se- minario. A mediados de 1898, durante su estancia en Roma, comunicó sus deseos al p. Enrique, cf. Carta a Í. Narro, Roma, 22 junio 1898: Agoar, caja 38. En octubre le escribió una carta a la que pertenecen los siguientes párrafos transcritos por Enrique a Narro, 15 noviembre 1898: «recordando la respuesta del reverendísimo p. superior general con respecto a personal docente para mi seminario, le escribo la presente para que me diga si, en caso de que el reverendo p. Doré, superior de los eudistas, no pueda hacerse cargo de la dirección del seminario, podría contar con que los reverendos padres agustinos lo tomaran a su cargo, y desearía saber en qué condiciones. La de costear el viaje la doy por sabida. Contésteme pronto para ver si puede arreglarse el asunto a principios del año entrante»: Agoar, caja 38. El 1 marzo 1899 salían de Bogotá dos recoletos para estudiar de cerca la situación, pero la muerte de uno de ellos (5 mayo) y la preferencia de la Santa Sede por los eudistas, que ya regentaban el seminario de Cartagena, truncaron el proyecto: Asv, Aes, Colombia, fasc. 91, 76-109. En noviembre de 1901 el seminario y la diócesis entera seguían aban- donados, cf. A. Vico, Despacho n. 228 a Rampolla, Bogotá, 21 noviembre 1901: Asv, Aes, Colombia, fasc. 109, 30r-36v.: S. Ezequiel, Obras completas 2, Madrid 2006, 638 (nota). 150 «Fecha 9 de octubre avisé lo que me dice nuestro p. Íñigo sobre Santa Marta [su- pra: Carta 90*]: que no había nada ya ante la prohibición de mi superior». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 415

Carta 92*. Bernardino García a Adell JMJ Sigue la fiebre amarilla. Han aparecido otras epidemias. Los padres siguen bien. No ha ido a Santiago de Veraguas para ver el antiguo colegio de los escolapios por ignorar la fecha de su llegada. El obispo de Pasto quiere seis u ocho religiosos. Hay que buscar algún lugar mejor que el Darién. Tumaco podría ser uno de ellos. Se han creado dos bandos en torno a la elección del nuevo obispo

Panamá, 10 de septiembre de 1899

Mi querido y respetado padre Patricio: Hace unos días le escribí a usted. Hoy lo hago para decirle que desde mi última no hemos tenido novedad, gracias a Dios, a pesar de que la fiebre amarilla continúa, sobre todo en bahía, y no es sólo la fiebre amarilla la que nos tiene en jaque, sino que se ha declarado el tifus, alguna que otra perni- ciosa, y, sobre todo, una enfermedad llamada alfombrilla, que lleva bastan- tes a la sepultura. Ninguno de nosotros ha tenido novedad. El padre Celestino ya volvió de Taboga y lo he nombrado capellán del asilo de Bolívar desde el 1º de septiembre, pues al vacar el capellán anti- guo, me presenté al gobernador eclesiástico, con quien estoy en muy buenas relaciones, y me concedió inmediatamente lo que le pedí. Supongo y espero merezca la aprobación de usted. Si no fuera porque he recibido algunas cartas para usted, las cua- les me indicaban que usted quería venir, ya me hubiera ido a hacer un viaje por el interior para ver la casa que en Santiago de Veraguas sirvió de colegio a los padres escolapios151 y al mismo tiempo para averiguar los curatos y clases de los mismos que están vacantes, pues con la revolución del Ecuador me temo vengan por aquí las órdenes religiosas expulsadas y pudiera suceder se quedasen algunos por aquí y cogiesen lo mejor y noso- tros nos quedásemos con el peor hueso, porque el Darién es lo peor de toda la diócesis. Pero como usted no escribe ni nada dice, no me atrevo a salir de Panamá. El señor obispo de Pasto quiere religiosos, seis u ocho. Yo le contes- té preguntándole con humildad qué lugares habían de ocupar y con qué condiciones para yo escribir a usted. Estoy esperando contestación, pero ahora me escriben los de Tumaco que terminantemente mande dos para hacer una correría por el río arriba. Yo no se los puedo mandar: 1º, porque el contrato que tenemos con Panamá está incompleto. Dice que el número de sacerdotes sea diez y no somos más que nueve; y 2º, porque si yo man- dara alguno, podrían tomar esto en Panamá como rescisión del contrato, pues nos quedábamos con siete sacerdotes; y 3º, el señor obispo Moreno me

151 En abril Adell había sugerido esa visita al p. Guillén: supra, Carta 65, nota 172. 416 correspondencia del PADRE ADELL dijo: no quiero al padre Cardona ni a Igúzquiza ni a Ecay; y lo mismo me repiten los de Tumaco y me piden a los padres Cándido y Ángel Lascaray, los únicos que valen algo. ¿Padre Patricio, qué personal queda en ese caso en Panamá? Yo les he contestado que por ahora no les puedo mandar a nadie, pri- mero porque no tengo personal que mandar, y segundo, porque quería po- nerlo en conocimiento de usted. Si usted tiene excedente personal, mándeme usted dos y yo los mandaré a Tumaco, pero me dicen que sean activos y trabajadores, y la verdad es que ya pasaron los tiempos de la holgazanería filipina y por desgracia algunos quieren continuar lo mismo y hoy se llaman a engaño, según le dijeron al difunto padre Guillén. Yo creo que debemos mandar gente a Tumaco y, además, buscar otro lu- gar que el Darién. Podríamos hacer una misión, Chepo y Darién, con cuatro religiosos, quienes debían tener la residencia en Chepo y de dos en dos meses hacer una correría por el Darién a bautizar y casar, pues de esa subida a los indios por ahora es imposible, y al mismo tiempo procurar esa casa-colegio de que he hablado a usted, que está en Santiago. Allí hay muchos pueblos abandonados, y debíamos trabajar esto ahora para cuando venga el obispo nuevo poderlo alcanzar. Ya que de obispos hablo, debo decir que en Panamá hay una escisión entre los católicos y lo que más acibara los ánimos de éstos es que el clero favorece a unos y ha declarado guerra abierta al otro bando. Yo he prohibido a los nuestros se metan en ningún bando y me he colocado en un punto en el cual estoy bien con todos. A todos he dicho que yo recibiré y acataré como a legítimo prelado a aquel que el Sumo Pontífice mande; que yo había venido para trabajar en la viña del Señor bajo la dirección del legítimo pastor, sea éste Juan o Pedro. Todos han aprobado nuestro modo de proceder y con todos estoy bien, con muestras de aprecio de ambas partes. Celebré con muchísima solemnidad la fiesta de nuestro padre sanA gus- tín, celebrando el gobernador eclesiástico y siendo orador sagrado un padre escolapio. Resultó muy buena la fiesta. Hoy he celebrado la fiesta de San Nicolás con bastante solemnidad, celebrando el mismo gobernador, asistien- do los padres escolapios, clero secular, algunos del seminario, y prediqué yo. Hice la bendición de los panecillos: a pesar de encargar seis cientos, no fue- ron suficientes. Sin más de usted afectísimo súbdito que besa su mano. Fray Bernardino García

Agoar, caja 81, leg. 3 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 417

Carta 93*. Antonio Vico a Adell Solicita información sobre el «estado actual» del Darién y pregun- ta «si esa provincia se haría cargo por su cuenta de dicha misión y si sería más conveniente se erigiera en vicariato apostólico como el Casanare, […] o simplemente en prefectura apostólica». Quizá se le podrían agregar las islas de San Andrés y Providencia

Bogotá, 12 septiembre de 1899 R. P. superior de la misión del Darién. Panamá Hace bastante tiempo escribí al muy reverendo padre Patricio y dirigí mi carta al convento de capuchinos de Caracas, Venezuela152. Se me dijo más tarde que dicho padre había estado ausente. Mas pudiendo suceder que mi carta anterior se haya extraviado, dirijo la presente a Panamá renovando las preguntas en ella contenidas. Me refiero a esa misión del Darién. Por conducto del ilustrísimo señor Peralta (q.e.p.d.) recibí copia del contrato pasado entre él y los padres de su provincia y conocí que el reverendísimo prelado alababa mucho la idea que esa misión se organizara en vicariato o prefectura apostólica, independiente del obispado. Y puesto que sea ése el pensamiento de la Santa Sede, vengo a pedirle me dé con la mayor solicitud que le sea posible como un cuadro del estado actual de la misión, indicándome los límites geográficos, el número de católicos, el de indios, el número de casas de la misión y el de misioneros, así como el recibimiento que tuvieron en el Darién y los resultados de la misión, desde que se encargaron de ella. En fin, si esa provincia se haría cargo por su cuenta de dicha misión y si sería más conveniente se erigiera en vicariato apostólico como el Casanare, que está en manos de la otra provincia de la misma orden agustiniana descalza, o simplemente en prefectura apostólica. Si lo primero, yo me esforzaría de conseguir del gobierno la misma dotación de 6.000 pesos como por el Casanare. Esperando su favorable y pronta contestación me suscribo de vuestra reverencia atento seguro servidor153. A[ntonio], arzobispo de Filipos delegado apostólico PD. Después de la catástrofe del Montoya envío en duplicado esta car- ta, no obstante haber recibido del reverendo padre Patricio la suya de 28

152 Supra, Carta 38*. 153 A pie de página: «He contestado [el] 28 de agosto que la recibí hace dos días, que voy a ver la misión, le pongo en resumen a qué se comprometió el señor obispo y qué nos dio, y que, no sabiendo cómo queda Filipinas y qué será de la hacienda de Imus, no se pue- de decir qué desarrollo se le podrá dar, pues ni siquiera sabemos cuántos querrán venir a América y quiénes son e ir mejor aquí que al Brasil; que la intención es desarrollarla, pero … Dios nos hará ir viendo las cosas poco a poco»: Agoar, caja 81, leg. 2. 418 correspondencia del PADRE ADELL agosto desde Maracaibo. Veo en ella las disposiciones de la orden favorables en principio a hacerse cargo de la misión. De éstas tengo cuenta. Desearía además la contestación a los puntos que preceden y si sería fácil agregar al Darién las dos islas de San Andrés y Providencia, unidas hoy a Cartagena. Y ojalá el reverendísimo padre Íñigo Narro se decidiese pronto a favor de la aceptación de la misión. Creo imposible que los padres candelarios ocupen [a] los filipinos en las mismas condiciones de otra vez. Por eso puede dispo- ner ya de su personal. Me alegro que los padres se hayan encargado o se preparen a hacerse cargo de la residencia de Santa Marta. Noto que el gobierno tiene presupuestados 3.000 pesos para la misión del Darién154.

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 94*. Bernardino García a Adell El día 1 murió de calenturas en el Darién el p. Mallagaray. Ecay está enfermo. Manda dos padres a substituirlos. Por ahora no conviene que vivan allí religiosos de continuo. Se podría servir desde Chepo

Panamá, 12 de septiembre de 1899

Querido padre Patricio: Partido mi corazón de dolor escribo a usted para decirle que el 1º del actual murió en El Real del Darién el padre Francisco Mallagaray, víctima de calenturas después de haber recibido los santos sacramentos. En vista de esta desgracia mando al Darién a los padres Joaquín Igúz- quiza y Miguel Lascaray, pues el padre León Ecay está también enfermo y como me dice que, mande o no gente, él se embarcará en el vapor del 22, mando a dichos padres al Darién, y al padre Ecay lo mando a Chepo a res- tablecerse, pues sería una temeridad el que viviera en Panamá, en vista del estado sanitario de la ciudad. Ya escribí a usted el día 10 y le decía que Darién no prometía y ahora me confirmo, pues les tengo que mandar todo y a fin de que puedan comer algo les mando con el vapor carne salada. Pero figúrese usted: carne salada y arroz con coco rallado no creo que pueda hacer ningún provecho; y me parece que todos cuantos vayan han de perder el estómago. Creo que [en] el Darién (por ahora) no es conveniente que vivan de continuo religiosos, pues desde

154 «Contesto el 29 de octubre desde La Guaira a ésta recibida ayer que con la muerte de cuatro religiosos en Panamá se han desanimado en España para venir aquí y se van al Brasil, donde parece se colocan en mejores condiciones. Que nuestro p. Íñigo me indica en ellas abandone Panamá, pero, como no me lo manda, consulto a nuestro padre provin- cial que reside en Manila, donde también están bastante desanimados y que sobre Santa Marta no había ya nada». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 419 que fueron en el mes de mayo no han dicho más que 18 misas de las que me han dado cuenta. No sé si habrán ellos recibido alguna. Pero sí le puedo decir que todas las cartas que he recibido y guardo, en todas me dicen que están enfermos y por último ha venido la muerte de uno de ellos. Me parece que debemos de procurar curatos en la parte de Chiriquí, Santiago de Veraguas, etc. Y que los de Chepo se hagan cargo del Darién, de donde salgan alguna que otra vez periódicamente. Así no tendremos tanta desgracia, pues no puede menos de haberlas, pues no tienen ni habitación ni comida. Dispénseme usted le hable tan claro, pues no hago más que exponer a usted el modo de pensar del padre Guillén y, además, interpreto las cartas de los misioneros del Darién. Ha causado dura impresión la muerte de este padre. De usted afectísimo súbdito. Fray Bernardino García

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 95*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 16 de septiembre de 1899

Pide explicaciones sobre la cantidad y modalidad del envío y otras cosas que le había mandado remitir el p. Ayarra. Llegan malas noticias sobre Panamá: «Por aquí tenemos muy malas noticias de las misiones de Panamá, porque dicen que hace estragos la fie- bre amarilla. Ya me han participado la muerte del padre Guillén, y el padre Luis, agustino, me dijo ayer que el p. Bernardino le participaba la muerte de un hermano lego que del Perú venía a España y al pasar por Panamá había muerto de fiebre155; y además que de los nuestros habían muerto tres, y esco- lapios, cuatro.… Nuestro padre provincial debe tener malas noticias de esas misiones, porque en una carta de agosto me dice que no mande ningún padre a Panamá sin consultarle a él primero». Mejores son las noticias de Brasil, aunque al padre Mariano le toque sufrir algo por parte de los religiosos. Es difícil satisfacer sus peticiones de personal: «Aquí también nos piden personal para fundar colegios, pero es el caso que no tenemos gente disponi- ble para el caso. Bien sabes que nuestros religiosos se destinaban para mi- siones. Así es que los que sobresalían son tan buscados y pedidos que faltan para complacer a todos. En cambio, nos sobra, y mucha gente, que son del

155 Fray Fausto Ibáñez: supra, Carta 86*. 420 correspondencia del PADRE ADELL montón y gracias que la ignorancia de América haga sabios a nuestros reli- giosos. Sin embargo, yo tengo esperanza de que nuevas necesidades hagan a la corporación pensar en satisfacerlas para bien de todos»156: Agoar, caja 82, leg. 4. Carta 96*. José Palacios a Adell † Como Maldonado no ha querido hacerse cargo de la parroquia, se ha decidido a continuar él en ella «hasta saber de nuevo su voluntad». La parroquia es pobre, pero puede sostener a dos religiosos

La Victoria, 22 de septiembre de 1899

Mi respetado padre: Ya creía yo estar a estas fechas haciendo compañía al padre Medardo en La Guaira. Empero el padre Maldonado, después de haber sido nombrado para substituirme en la administración de esta parroquia, vino efectivamen- te a ver cómo era esto, pero le impresionó tan mal que no quiso hacerse cargo. Así que yo, suponiendo que vuestra reverencia no lo llevaría a mal, por más que como vuestra reverencia dijo antes no quería parroquias aquí, me he determinado a seguir administrando ésta hasta saber de nuevo su voluntad. Esta parroquia, por más que es muy pobre, da para ir pasando dos regu- larmente. Hasta ahora nada nos ha faltado. Antes bien, con algunos sermo- nes que hemos predicado en los pueblos de por aquí, hemos podido ahorrar algo. Siempre dispuesto a obedecer las órdenes de vuestra reverencia, espero disponga de mí a su discreción. Su humilde súbdito en nuestro padre san Agustín. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 97*. Fermín Catalán a Adell

La Victoria, 22 de septiembre de 1899

Da las mismas noticias que la carta anterior sobre la negativa de Mal- donado a aceptar la parroquia de La Candelaria. Por consiguiente, siguen ellos en ella y continuarán viviendo juntos: Agoar, caja 82, leg. 4.

156 Contestada el 29, al día siguiente de haberla recibido: comentarios amargos sobre Panamá que se deshace. «Yo creía era el mejor contrato Panamá y esto … se abandonará. ¡Qué será lo otro!». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 421

Carta 98*. José Palacios a Adell Está atravesando momentos de tensión con el p. Fermín Catalán a causa de no haber podido predicar un día el sermón de que se había encargado

La Victoria, 23 de septiembre de 1899 M. R. P. Patricio Adell Mi respetado padre Patricio: Como deber de conciencia debo coger la pluma para darle, si se quiere, un disgusto o, mejor, hacerle participante del que yo en estos días vengo sufriendo; pero, como digo, la conciencia me lo impone y ante ella no valen razones. Vamos al caso. Era el viernes 15 del actual y el padre Fermín, como capellán del Cal- vario, tenía una fiesta en esa capilla.C omo él tuvo que predicar el día ante- rior en la misma capilla, me encargué yo de predicar el día 15 en la misma, pero, por desgracia o no sé por qué, yo estuve con la cabeza delicada esos días y, por más que le hice los esfuerzos que estaban de mi parte, no pude conseguir disponerme para el sermón. Convencido de lo contrario, pasé tres horas de las que teníamos destinadas al sueño la última noche sólo con el fin de conseguir aprenderme mi sermón, pero todo en vano. Madrugué la mañana del 15 con el mismo objeto y volví a darle a mi sermón, pero lo mismo. En fin, que se hacía imposible o me exponía a quedarme plantado en el púlpito. Por lo cual me decidí a no predicar y, a fin de que no se ofen- diese nadie, determiné irme a confesar a unos enfermos de esta parroquia que vivían en un barrio que está a dos leguas de distancia, lo que creí sería motivo suficiente para que creyeran me era imposible predicar esa mañana. Esto fue suficiente para que el padre Fermín se disgustara tanto que por la tarde, cuando volví de confesar a mis enfermos, me respondiera tan fríamente a lo que yo le preguntaba que tuve que callarme y sin saber nada de la fiesta que hizo. No paró aquí la cosa. Pasaron cuatro días casi sin ha- blarnos, y el martes por la mañana ya estaba yo revestido para salir a decir misa y la puerta de la sacristía estaba cerrada como acostumbramos tenerla por los muchachos, cuando llega el padre Fermín, que acostumbraba entrar por la iglesia, empujando con mucho ruido la puerta, y yo me negué (falté) a abrir diciendo que la puerta de la iglesia estaba abierta para todo el que quisiera entrar. Él, que oyó esto, empezó a forzar la puerta de tal modo que logró descerrajarla. Pasó todo esto, y al día siguiente, miércoles, dije mi misa y me fui a desayunar, dejándole todo lo necesario para que dijera misa, lle- vándome en el bolso la llave del armario donde están los utensilios de la iglesia (yo [no] me detuve a oír su misa, porque tenía que acompañar a un padre que quería irse a Cagua esa mañana); él preparó su cáliz para la misa y no se conformó con el purificador que había, me manda pedir la llave para 422 correspondencia del PADRE ADELL coger otro y yo que sabía, lo mismo que él, que, además de aquél, había otro sin usar en el altar donde iba a decir misa, me negué a mandarle la llave. Esto le cayó tan mal que no dijo misa ese día y los demás días hasta hoy se va a decir misa a la iglesia de la otra parroquia. Esto no choca aquí, porque antes de ahora ha ido a decirla otros muchos días a la misma iglesia, porque le han encargado misas allí, pero sí debe chocar el que desde el 15 no va al rosario que yo acostumbro rezar en la iglesia desde el día que me hice cargo de esta parroquia. Juzgue ahora vuestra reverencia lo que su conciencia le dicte y mande como guste a su súbdito en nuestro padre san Agustín. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 99*. Francisco Ayarra a Adell Espera noticias detalladas de sus andanzas. Quizá convenga aban- donar Panamá. Al p. Mallagaray, que ha pedido volver a España, se le podría colocar en alguna residencia más sana. Filipinas sigue en completa anarquía. Se ignora «cuál será la solución final de esto, pero con respecto a nosotros mal»

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 24 de septiembre de 1899

Mi querido Patricio: Por tu grata del 15 de julio, escrita en San Félix, veo que pensabas sa- lir para Panamá, a donde hará ya días que llegaste, y quedo esperando me des noticias detalladas de todo, pues hasta ahora no me satisfacen todas las noticias que me has comunicado sobre nuestro porvenir en esas repúblicas. De Panamá me prometo muy poco o nada, porque, según parece, es muy pobre y muy malsano, y por eso no habrá quién quiera ir allá. La muerte del padre Ojeda y padre Félix ha causado mala atmósfera. El padre Francisco Mallagaray me ha escrito y ha mandado también una instancia al definitorio pidiendo se le conceda permiso para volver a España, toda vez que le atacan bastante las calenturas y que no tiene vocación para esas misiones. El defi- nitorio ha dejado a tu disposición, para que, como vicario, te informes bien del estado de su salud y de su vocación y después con conocimiento de causa le niegues o le concedas lo que más convenga157.

157 El 22 septiembre 1899 Ayarra contestaba a Mallagaray que en sesión del 20 de septiembre el definitorio había estudiado su solicitud de regresar a España por enfermo DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 423

El que vuelva tan pronto a España es un paso poco favorable para esa reciente misión, pero el tenerlo también en un punto malo y con poca salud y con amagos de calenturas, me parece también muy duro. Pues bien, para evitar estos inconvenientes, yo en tu lugar lo sacaría de donde está y lo lleva- ría a Venezuela y le pondría en una residencia buena y sana que le probara bien, y de ese modo se le quitaría la idea de ir a España y se quedaba todo arreglado, y todos contentos. Siempre que pongas dos en una residencia, es- tudia bien sus caracteres a fin de que puedan simpatizar bien. Una vez que has visto toda esa cordillera desde Panamá a Venezuela, has podido conocer las ventajas y desventajas que nos ofrece, y si ves que en Venezuela tenemos vida y que Panamá promete poco, puedes ir trasladando el personal de Panamá a Venezuela y colocarlos en los puntos más céntricos, de tal modo que las residencias estén unas de otras lo más cerca posible para poder vigilarlos mejor y con más facilidad, y que ellos puedan verse con fre- cuencia y expansionarse. Esta advertencia nunca debes de perder de vista. Las misiones de Darién deben de ser muy malsanas y por ese motivo creo será inútil el que [te] empeñes en sostenerlas. Los señores obispos de esas repúblicas deben de tener poco afecto a los frailes, según las voces que corren; no así los del Brasil que piden y suplican con insistencia, pues nuestro padre Mariano ya debe de tener por Goyaz más de treinta religiosos. Después veremos dónde se nos ofrece más ventajas y más porvenir a nuestra amada provincia. El 24 de julio falleció en Tayabas el padre fray Anselmo Ruiz, que esta- ba prisionero, de calenturas. Los demás prisioneros siguen lo mismo158. Aquí quedamos unos 68 religiosos. Todos los demás se han embarcado para España. Aquí la situación del país, mal, en completa anarquía, y nadie puede asegurar cuál será la solución final de esto, pero con respecto a noso- tros mal. De Negros no te digo nada, sino que está completamente perdido, destruido y entregado a Satanás y sus satélites. ¡Pobre Filipinas! Grande es su crimen y traición, pero bien lo paga también. De poner procuración en Trinidad no sé qué te diga, pues mientras en Venezuela no tengamos un porvenir regular y esperanzas de que ha de au- mentar, yo nada te digo, porque hasta la fecha no me satisfacen tus noticias, porque las residencias tan desparramadas y distantes unas de otras no lle- nan nuestro objeto ni, en fin, de la provincia. Dios quiera que las noticias que de paludismo. Al no venir informada por el vicario según exigen las normas 3 y 8 de las Instrucciones para los misioneros de América, acordó dejar en manos del vicario la acepta- ción de su solicitud: Libro de Circulares, 1897-1912, 170r: Am, Libro 20. 158 Anselmo Ruiz (1874-99) era coadjutor de Cajidiocan (Romblón) cuando en julio de 1898 cayó en manos de los revolucionarios. Tras un año de cautiverio en compañía de su párroco y otros doce religiosos, murió víctima de la fiebre en Lucena. En la hora de la muerte no le faltaron ni la ayuda espiritual ni la material: Sádaba, 729; J.L. Sáenz Ruiz- Olalde, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, 202-09. 424 correspondencia del PADRE ADELL me comuniques ahora sean satisfactorias. Así como mandar personal a Pasto no me ha gustado, pues ¿qué hacen allí los dos o tres religiosos abandonados? Basta ya de desengaños. Adiós, Patricio. Consérvate y manda lo que quieras a tu afectísimo ami- go y hermano. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 100*. Bernardino García a Adell JMJ El 22 embarcaron para el Darién los padres Igúzquiza y Lascaray. Envía la respuesta del obispo de Pasto a una suya en la que le pedía en qué condiciones estarían los misioneros en su diócesis

Panamá, 24 de septiembre de 1899

Mi respetado padre Patricio: Fue en mi poder la de usted, fecha 8 del actual, escrita en Curazao, y la verdad que dicha carta fue de mucha alegría, pues como he oído que también estaba por ahí la fiebre amarilla, hubo días que estuve con cuidado. Gracias a Dios no hay novedad. En conformidad con la de usted, cumpliré y obraré según usted me or- dene. Adjunto a usted la última carta del señor obispo de Pasto para que us- ted obre como lo crea más conveniente. Los padres de Tumaco me han escrito dos o tres cartas obligándome a mandar dos o más religiosos, pero, como ya decía a usted en mis anteriores, no mandé: primero, porque aquí, en vez de sobrar, falta personal; y segundo, porque no podía yo cargar con esa respon- sabilidad, pues no ponía el señor Moreno ninguna condición sobre las cuales debía de fundarse el contrato. En vista de esto, le escribí yo suplicándole me dijera qué condiciones quería poner, pues él no era inmortal y pudiera muy bien suceder que en durante su vida estarían perfectamente, pero después la corporación estaría a merced del sucesor. Todo esto se lo suplicaba para mandarle a usted la contestación para que en su vista obrara que tuvieran paciencia, pero mire usted lo que contesta, que total no dice nada159.

159 Se refiere a la carta del 25 de agosto.E n ella el santo ofrecía los pueblos de la costa y dos del interior, situados entre Barbacoas y Pasto. La cuestión económica se podría arre- glar en conversaciones con los pp. Enrique e Íñigo. Adell contestó al santo el 9 de octubre que el provincial había ordenado retirar «los tres religiosos que hay en su diócesis y que, por tanto, mi conversación aquí [La Guaira], y mi carta desde Maracaibo no dicen nada. Soy hijo de obediencia y debo obedecer, aunque lo sienta mucho»: San Ezequiel, Obras Completas 2, 796-97. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 425

A los de Tumaco ya escribí diciéndoles que yo no me movía mientras usted no determinara alguna cosa, que tuvieran paciencia. He tenido carta de Manila y me dice nuestro padre que aquello va a peor cada día; que no hay esperanza de nada y que todavía viven en el convento setenta religiosos; que los prisioneros son 46, pero sin esperanza de ningún género; que en vista de ciertas cosas han desechado de la corporación a los que fueron padres Rada y Goñi; y un tal Teodoro Fernández se escapó del mismo convento de Manila. De modo, padre Patricio, que Manila está mal. Sin más es de usted afectísimo hermano y súbdito. Fray Bernardino García de la Concepción Por aquí sin novedad. Ya embarqué para el Darién el día 22 a los pa- dres Igúzquiza y Lascaray. Iban muy contentos y animados, y espero que no sucederá lo que al padre Mallagaray, pues éste puede decirse que murió de padecimientos morales más que físicos. Fray Bernardino García

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 101*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 25 de septiembre de 1899

Su carta del 29 de agosto es dinamita pura. Las circunstancias explican su tardanza en contestar a sus cartas. El volumen IV de sus Apuntes da fe de sus sentimientos fraternos: Agoar, caja 81, leg. 3.

Carta 102*. Julián Cisneros a Adell † Siguen bien. No es tiempo de colegios. Según un sacerdote español procedente de Santa Marta, el obispo está esperando la llegada de los padres para hacerse cargo del seminario

Maracaibo, 1 de octubre de 1899

Mi amado y respetado padre Patricio: Me descuidé en contestar a su primera carta, fechada en Curazao, y ahora, al recibir la segunda, de La Guaira, le contesto a las dos. Celebramos el que hiciera buen viaje y siga sin novedad particular, así como el que haya encontrado bueno al padre Moleres. Por aquí seguimos bien, gracias a Dios, y de las hermanas no ha ha- bido otra novedad que una de las del hospital de Chiquinquirá sufrió unas 426 correspondencia del PADRE ADELL quemaduras a causa de haberse inflamado un quinqué y de resultas de las quemaduras falleció a los tres o cuatro días. Era una hermana natural de aquí160. E.P.D. La escuela, pues aun no se ha hecho nada, porque, la verdad, las cir- cunstancias no son a propósito para abrir colegios. Tenemos en casa para dar algunas lecciones a dos chicos, uno de don Bernardo y otro sobrino de don Eduardo Boll, pero nada más. Días pasados me entregó la hermana sordica, Elena161, esas dos cartas: una abierta y la otra cerrada, que dijo eran de su hermana y sobrina. Ahora se las remito adjuntas. Deseo que sigan buenas. Seguimos visitando al señor obispo y se muestra cariñoso con nosotros a su modo. El señor Bohl bien, como siempre. Llegó ya el hermano José, franciscano, y hoy espera al otro padre. Aún no nos ha entregado los libritos, etc.; como está tan entretenido en preparar la casita para los padres, se le habrá pasado. Agradecen los padres los recuerdos, y todos deseamos nos encomiende en sus oraciones. Mande a su afectísimo hermano seguro servidor que besa su mano162. Fray Julián Cisneros del Carmen Saludos al padre Medardo. Última hora: acaba de visitarnos un joven sacerdote español proceden- te de Santa Marta y, al preguntarle por el señor obispo de allá, me contestó que estaba enterado de una carta escrita por nuestro superior a dicho señor obispo, y que por lo visto estaba en que fueran padres al nuevo seminario y que los esperaba pronto por allá. Parece que ya escribió a usted a Panamá, de suerte que al parecer la cosa de Santa Marta se presenta bien. ¡Quién sabe si el padre Bernardino le ha de mandar luego la carta del señor obispo de Santa Marta ahí, a La Guaira!

Agoar, caja 82, leg. 4

160 Dolores Luengo, natural de Maracaibo. Había pfesado en 1897 y a la sazón traba- jaba en la cocina: Galìlea, 214. 161 Elena Díaz, nacida en Galdeano (Navarra) el 17 de septiembre de 1860. Llegó a Venezuela el septiembre de 1890, siendo destinada al colegio de Nuestra Señora de la Academia (Maracaibo). En 1898 fue trasladada a la casa de Beneficencia, donde todavía residía en 1908 con los cargos de ecónoma local y secretaria provincial: Galilea, 313. 162 «Contesté el 1 de julio desde San Félix; avisé quizá vayan Fermín y Palacios». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 427

Carta 103*. Eusebio Ortuoste a Adell Siguen sin novedad. Él ya vive en la sacristía, aunque sigue comien- do en casa de los Lehman. Las obras van despacio. En Uracoa están haciendo casa para el párroco

Barrancas, 1 de octubre de 1899

Mi estimado padre Patricio: Acabo de recibir su grata carta que escribió usted desde Maracaibo, y me alegro de saber su paradero. Escribí a usted hace tiempo y la dirigí a Caracas, creyendo que tocaría usted en aquel punto. Creo que la habrá recibido ya. Nosotros seguimos sin novedad alguna, tan buenos de salud. Ya estoy viviendo en la sacristía; concluidos los tabiques del presbiterio, quedó bien el trabajo. Lo demás hay que ir arreglando poco a poco, pues éstos promesas tienen muchas, pero si las cumplen, suele ser tarde. Al padre Joaquín le están haciendo una casa. En Piacoa estuve por septiembre, y esta semana voy por Santa Catalina. Sigo comiendo en casa del señor Lehman, y me dan muchas memorias para usted. Sin más por hoy con recuerdos a todos los padres se despide de ésta [sic] su afectísimo menor hermano y seguro servidor. Fray Eusebio Ortuoste

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 104*. Bernardino García a Adell JMJ No ha mandado gente a Pasto por no tener personal y no «tomar ninguna resolución sin contar con usted». Los religiosos «han ido al azar». En Panamá pagarán los pasajes cuando los pidamos. Siguen en la casita, aunque es insana, por no alejarse de San José. Viven pobremente, tienen oración mañana y tarde, llevan los libros oficiales y trabajan en el culto, el púlpito y el confesonario

Panamá, 2 de octubre de 1899

Mi querido y respetado padre Patricio: Fue en mi poder el sábado la de usted de fecha 18 del próximo pasado, y quedo enterado de todo cuanto usted ordena. Siento muchísimo que se hayan perdido algunas de las cartas que yo he escrito a usted. Con esta fecha escribo al padre Julián sobre el corista y saldrá de aquí el próximo correo para Curazao con las órdenes que usted me comunica. 428 correspondencia del PADRE ADELL

Como usted habrá visto por mis cartas, no he querido mandar gente a Pasto porque no había personal, y, aunque hubiera habido, yo no hubiera tomado ninguna resolución sin contar con usted, que es mi superior. Siempre contesté a los de Tumaco en este sentido, porque, la verdad, han ido al azar y sin ningún contrato ni condiciones. Yo no pienso escribir a señor Moreno mientras que no conteste y pueda decirle la resolución de usted. Respecto a los pasajes le diré a usted todo lo sucedido. Hay ciertas cosas que pasaron en palacio ad intra que no se pueden decir por escrito y enton- ces hablé al gobernador, quien ha dado pruebas inequívocas de afecto, sobre la cuestión. Nos reunimos en la casa cural el gobernador, padre Terradas, padre Félez, el secretario y yo. Me reconocieron la deuda y el padre secretario dijo que me entregaría la cantidad, para lo cual hice una cuenta incluyendo el ferrocarril de Marcilla a Barcelona, vapor de aquí a Colón, ferrocarril de Colón a Panamá con un exceso de doscientas libras de peso de cada uno. Ad- mitieron la cuenta y dijo que me pagaría la cantidad al 125%, pues tenía que mirar por el bien de la diócesis, y le contesté con muy buenas palabras que si obligación suya era mirar por el bien de la diócesis, era también para mí un deber sagrado mirar por mi corporación y que no podía recibir la cantidad al 125%, pues el giro está siempre al 155 o 160 y que mis superiores salían muy perjudicados y yo no podía aceptar lo que se me proponía. El padre Terradas se puso de mi parte e inmediatamente asintieron los demás, el primero de todos el señor gobernador eclesiástico. Quedamos en que pagaría, pero he estado esperando y como no he ne- cesitado nada, pues tenemos para vivir, ni yo le he pedido y él no me lo ha entregado, porque dice está realizando todas las cosas del señor obispo. El otro día me habló el padre Terradas si me había pagado, y le dije que no, y él mismo me dijo: ya lo sabía que están haciendo inventario de todo lo del señor obispo difunto. De modo que no hay ningún temor sobre esto, pues podemos coger el dinero a cualquiera hora que se necesite. Respecto a la casita que ocupamos o sea la que hizo para nosotros, es ca- paz y suficiente para nosotros. Yo estoy contento con ella, y prueba de ello es que, a pesar de que todos los sacerdotes y personas que [nos] conocían querían que tomásemos otra en alquiler, yo no lo quise hacer y aunque ellos decían que era insano, no quise dejarla por no alejarme de San José, y me puse por completo en manos de Dios. Pero, la verdad, padre Patricio, todos dicen que este lugar no es otra cosa sino un relleno de tiempos pasados con las basuras de la población, y eso no puede ser muy sano, pero quemé azufre y puse otros desinfectantes y duermo tranquilo y confiado en Dios y en san José. Poco me ha preocupado quién pueda ser obispo de Panamá, pero era doloroso ver al pueblo católico dividido, y yo siempre contesté que aceptaría y reconocería por tal obispo a aquél a quien la Santa Sede nombrara, que no éramos nosotros ni de unos ni de otros, sino que obedecería y acataría por superior al nombrado canónicamente y en este lugar nadie nos molestó. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 429

No sé por qué me dice usted que yo pensaba que mandarían dinero de Filipinas, pues jamás me ha ocurrido y, además que buenos deben de estar por allí con tanto gasto. El padre Guillén sí era de esa opinión, pero siempre se la quité yo de su cabeza, porque veía la imposibilidad163. Aquí, padre Patricio, se tira la cuerda todo cuanto se puede, y créame us- ted: en Panamá no pasamos hambre, pero tampoco sobra, pues la comida de dos la tomamos tres; a fin de no gastar un centavo más no tomamos ni plátano, y, si antes tomaban hielo, les hablé y suprimí el hielo y únicamente se tomó el día de nuestro padre, no por nosotros sino por los sacerdotes que aquel día asistieron a la función. Legumbres ni nada tomamos y, en vez de patatas, dije al hermano Ángel que pusiera yuca y yame. Dispénseme usted le hable con esta franqueza; y a los de Chepo siempre les estoy escatimando todo cuanto puedo. Respecto del personal que hay por aquí, sólo vale alguna cosilla, de los que usted conoce, el padre Hilario Sánchez, que está de misionero en Chepo. Es muy joven, pero de muy buen criterio. Creo que es el más a propósito para Chepo. En el Darién están ahora los padres Igúzquiza, a quien usted conoce, a propósito para el Darién por lo despreocupado que es y que está acostum- brado a vivir de lo que la tierra da, pero si es verdad que tiene algunas cosi- llas, éstas son contenidas por su compañero, padre Lascaray, que, si no tiene mucha ciencia, tiene muy buena conciencia y él con bromas contiene al padre Igúzquiza. Esto fue lo que me movió a mandar a los dos al Darién, quienes iban muy contentos y animados, pero para que se entere usted cómo estaba aquello incluyo la carta que me escribieron por el último vapor. El que está conmigo, padre Celestino, siendo al mismo tiempo capellán del asilo de Bolívar, vale muy poca cosa, pues siempre está enfermo o enfer- mizo y es de una naturaleza muy débil. Si hubiera un lugar sano, creo que le probaría mejor que Panamá. Hoy creo está bien el personal, pero para completar el número requeri- do por el contrato faltan dos sacerdotes. Desde que llegamos aquí hemos tenido oración mañana y tarde, rezan- do el santo rosario en común; lo mismo se ordenó en Chepo y Darién, y sé que se cumple. Tengo todos libros en regla: cargo y data, inventario, cosas notables, defunciones. No había abierto libro de circulares, porque no he recibido nin- guna. He dejado la primera hoja en blanco para la habilitación del libro. Como el padre Guillén vivía cuando monseñor Moreno se marchó con los religiosos a Pasto, él fue el que se entendió, pero le puedo a usted asegu- rar que dicho señor no pagó otro pasaje más que de Panamá a Tumaco, pues a mí me comisionó para comprar los billetes de los dos. No he oído nada del pasaje de España aquí, pero repito puedo asegurar que no lo ha pagado. Ya yo nada le he dicho, porque no me creo autorizado para ello.

163 En julio se había expresado de modo distinto: supra, Carta 68*. 430 correspondencia del PADRE ADELL

Si tuviera que ir usted otra vez a la Guayana antes de venir aquí, no pase pena por nosotros. Aquí se hace y se trabaja lo que se puede y cuanto se puede, y le puedo asegurar que hacen dar buenas sentadas en el confesona- rio, sobre todo en días determinados, como son los primeros domingos (por el rosario), primer viernes (por el Corazón de Jesús), diez y nueves de mes (por san José) y sic de cæteris. Aquí se cumplirá lo que usted ordene, aunque no pueda venir usted. En vista del estado sanitario de Panamá tuvieron que cerrar el colegio de San Felipe, porque se cebó allí una enfermedad que se llevó diez niñas en pocos días a la sepultura. Nosotros sin novedad, a Dios gracias. De usted menor hermano y súbdito que besa su mano. Fray Bernardino García de la Concepción Ayer se celebró con mucha solemnidad la fiesta delR osario. Asistimos a la función de la mañana a la Merced, predicando en ella un servidor, siendo celebrante el señor gobernador; y por la tarde acompañamos a la procesión junto con los padres escolapios y todos los colegios de niños y niñas. Es una devoción muy popular en Panamá.

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 105*. Baltasar de Lodares a Adell

Caracas, 3 de octubre de 1899

Le pide que, si puede y le conviene, se haga cargo en La Guaira de seis gradas de garbito que les han enviado desde España sin haberlas pedido: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 106*. Indalecio Ocio a Adell † Coro está mal en todo sentido. En lo religioso es lo peor de Venezuela. La iglesia apenas tiene lo indispensable «para celebrar, y eso viejo y destrozado». El pueblo es muy pobre. Con la guerra está reducido a la miseria. Ellos apenas tienen para comer

Coro, 7 de octubre de 1899

Estimado padre Patricio: Recibí la suya del 15 de septiembre, por la que veo que todavía está por estas tierras cuando yo le creía ya por Colombia. Yo creía que ya no había fie- bre en Panamá, pues me parece que leí hace tiempo que había sido declarado puerto limpio. Pero por lo visto sigue todavía. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 431

Con que el Corazón de Jesús lo atraparon ¿eh? Me lo estaba sospechando que había de suceder así. Me dice usted que le digamos esto en todos sentidos. A lo que le digo que en todos sentidos está mal. En sentido religioso, figúrese usted a Venezuela y ya ve cómo está; pues bien de Venezuela figúrese usted lo peor, y entonces ha dado con lo que es Coro. Es una población que no piensa en nada serio. En la iglesia, lo puramente indispensable para celebrar y eso viejo y destrozado, y por añadidura prestado. El pueblo es muy pobre, y ahora, con esta guerra y estas revueltas que por aquí tenemos, está en una completa miseria. Hoy por hoy apenas nos da para comer. Pero note que es la materialidad de comer, sin gastarnos un centavo en nada, y así y todo casi nunca podemos pagar a tiempo las cosas que necesitamos, y hay que advertir que esta parroquia es mucho mayor que la otra; no obstante, en tiempos normales creo que se podrá vivir con algún desahogo. De estar aquí, necesitamos la otra parroquia, es decir, nos precisa tener las dos parroquias y hay que hacer algo por conseguirlo. Ahora es inútil pensar en otra cosa, porque esto está perdido y arrui- nado. En tiempo de paz y después que esto se reponga algo, tal vez pueda pensarse en algo más. Por aquí algo voy haciendo con tanto gritarles y machacarles, pero en los hombres muy poco fuera de la buena predisposición y aprecio hacia no- sotros, que algo es. Le participo que aquí hay un revistita personal para la cual escribo a instancia de su director, que es el vicario, y de algunas señoras. Supongo su aprobación, pues a estos mequetrefes hay que atizarles por todas partes. Aquí hace un calor terrible debido a lo cual padezco algo de dolor de cabeza. Por lo demás estamos buenos. Mis recuerdos al padre Moleres y demás padres que por ahí haya y us- ted disponga de su afectísimo servidor y menor hermano. Fray Indalecio Ocio [PD] ¿Es verdad que murió el obispo de Panamá?

Agoar, caja 81, leg. 3 432 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 107*. Paciente Corral a Adell En San Félix van bien las cosas. Lo peor es el llamado matrimonio civil. Las obras están paradas por falta de dinero. Ya llaman al padre, «aunque sea a media noche», para atender a los enfermos. En Upata Demetrio trabaja «como un héroe: con dos horas de catecismo, sin sa- lir de aquella cueva en todo el día, confesando diariamente a devotas etc., etc.»

San Félix, 9 de octubre de 1899

Mi estimado padre Patricio Después de mi más cariñoso saludo paso a manifestarle que con fecha 4 del corriente recibí juntas sus dos gratas: la una que me dirige desde Maracaibo, dándome noticia de las muertes del padre Casto y hermano general (e.p.d.), y la otra que escribe para todos desde La Guaira. Con ésta última me ha sorprendido usted, pues nunca le creí por ésa, conociendo como conocía su plan de viaje al marchar de aquí. Pero queda confirmado una vez más que el hombre propone y Dios dispone. Por consiguiente, nada debe extrañar, padre Patricio, el no haber recibido carta mía, pues las dos que le he escrito contestando a las suyas, las dirigí al colegio de los padres escolapios de Panamá, donde juzgaba estuviese usted hace tiempo. Otro tanto sucede con el padre Musitu. Me consta que va escribiendo varias cartas dándole cuenta de su Callao y que espera las órdenes de usted por momentos. Mas, ¡pobre Musitu! Cuando vea ésta, le van a medrar las na- rices un palmo. ¿Conque desea saber cómo marcho por aquí? Muchas gracias, padre Pa- tricio, y sepa que me encuentro muy contento y con buena salud, trabajando con los matrimonios y otras cosillas que nunca faltan. De aquellos ya van cinco, contando el de don Julio; y espero luego serán ocho. La gente esta, en su mayor parte, no ponen resistencia. Lo único que todo lo trastorna es el ex- pediente de lo que llaman matrimonio civil … ¡y qué solemnidades emplean para hacerlos! ¡Pobres petates! También estoy ya haciendo los preparativos para la Patrona, en- señando a unas niñas novena, letanías, despedida y misa, de modo que ahora no tengo catecismo, contentándome con sólo el rosario, pues ya hi- cieron la primera Comunión unos 42 entre niños y niñas. Los trabajos de la iglesia paralizados ob pecuniæ deficientiam. Estoy esperando mengüe el río para que traigan piedra y ver de arreglar el cuarto sacristía con la limosna de los domingos. La media agua no sé cuándo se hará, tanto más que la escuela ya no es segura, pues todo el personal lo han cambiado. No obstante, aún es probable, porque no faltan quienes están dispuestos a solicitarlo, si es necesario, del Presidente de la República. Pero como las cosas andan tan así …, me parece mejor dejar pasar el tiempo y después ya veremos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 433

Ya hice casillas, he puesto un colgador en el cuarto, también arreglé las rinconadas para los corotos, y un estante para los libros, de manera que ya ve usted si está ya curiosa la habitación… Pero ni por esas se marchan los grillos ni los ciempiés, etc., etc. La otra noche me despertó uno de un palmo y medio, pero se me escapó el maldito. Como llegue a cogerlo, lo mando a España para el gabinete… Mas en poco les va ya, pues estoy criando tres gatitos que me han regalado. Con ellos me distraigo algo, como también con dos pájaros cantadores que tengo y un perico que dice: lorito, real, rrrreal!!! Y yo le digo: sí, eso les hace falta a los de San Félix, real, real. Ya ve, pues, padre Patricio si tengo compañía y estoy distraído. Eso sin contar con los vecinos de la sacristía. El otro día fui a sacar la casulla para celebrar y me encuentro una camisa de culebra ratonada. No crea que me llevé susto. La cogí y la guardo para mandársela a Musitu en una carta. Ahora ¿qué más le diré? Pues que en agosto estuve unos días en Upata para quitarme un fuerte catarro. Allí encontré al padre Demetrio trabajan- do como un héroe: con dos horas de catecismo, sin salir de aquella cueva en todo el día, confesando diariamente a devotas etc., etc. Le reprendí y le dije mirase por hacer aquello suave y llevadero para el que venga detrás. Pero por aquello de no apartarse de lo que Musitu estableció, sigue haciendo lo mismo. Así que el día de la Natividad de María, en que tuvo la Primera Co- munión de niños, cayó en cama, que le duró tres días y me escribía diciéndo- me se le hacía la cura de almas más que insoportable…, que suspiraba por la escuela de San Félix o Ciudad Bolívar… Espero, pues, padre Patricio, que tenga usted esto presente. El padre Isidoro sigue en El Callao, según me dijo el hermano Pacífico, franciscano que usted conoce164. Tiene aspiraciones de hacer iglesia de hie- rro, y convertir aquello en un segundo Trinidad. Amén. Quería que fuera yo por allí, pero no acudí, pues ¿cómo iba a dejar esto y me voy en unos meses en que tanto atacan las calenturas? Afortunadamente, este año apenas ha habido fiebre hasta el presente. De aquí que la gente está extrañada y muy contenta. No obstante, han muerto estos meses unos seis adultos. Todos ellos recibieron los sacramentos muy a tiempo, lo cual no deja de ser consolador, como también lo es el que esta gente va entrando por llamar al padre, aun- que sea a media noche, para que administre los Sacramentos a los enfermos graves. Me van sucediendo cuatro casos de tener que dejar la cama …, en lo que me alegro, pues con ello me demuestran tienen fe. De los padres Eusebio y Joaquín sé que están buenos y contentos en sus respectivos pueblos. ¿Y ahora qué le diré? Que todos deseamos lleve usted una vida tranqui- la y que se cuide mucho, porque esa máquina está ya algo vieja, y es preciso atenderla mucho para que no se descomponga. No se preocupe por nosotros.

164 Infra, Cartas 286 * y 234*. 434 correspondencia del PADRE ADELL

Quien ha estado cuatro meses solo, estará ocho y, si es necesario, más. Dios así lo dispone…, y con esto está dicho todo. Sin más por hoy, comunique mis recuerdos a Moleres y con muchas cosas del señor Briceño, don Julio, tía Antonia y tía Isabel165, reciba usted el cariño de este su último hermano y súbdito en los Sagrados Corazones de Jesús y María. Fray Paciente PD. El obispo no ha llegado todavía. Veré si sube en este vapor. No deje de mandarme alguna obra de la masonería.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 108*. Bernardino García a Adell JMJ Ecay regresó del Darién descontento y agresivo. Igúzquiza por ahora sigue bien. «Los padres de Tumaco han llevado a mal que no haya mandado personal»

Panamá, 16 de octubre de 1899

Mi apreciado y respetado padre Patricio: Adjunto remito a usted varias cartas. En ellas una del excelentísimo se- ñor delegado apostólico que me entregó en manos el padre Gougnon, y como no me creía autorizado para abrirla, se la remito a usted166. Por aquí sin novedad, gracias a Dios, y después de haber cerrado el la- zareto tuvieron que abrirlo nuevamente por haberse presentado algún caso nuevo de fiebre amarilla. El padre León Ecay se vino a Panamá después de hacerse cargo del Real los padres Igúzquiza y Lascaray. Pasó una escena algún tanto desagra- dable, como le contaré a usted. Llegó aquí con deseos de cumplir su voluntad y empeñado en marchar- se a La Guaira, por mil despropósitos que dijo –que si yo no le daba dinero, que pediría; que a él le habían engañado; que él tenía padres a quienes so- correr; despotricó contra los superiores y contra el mismo vicario apostólico, etc., etc.–, le hice ver lo descabellado de su proceder y lo poco conforme con el espíritu religioso y, fundándome en sus palabras, aunque venía enfermo, le mandé fuera a Chepo a restablecerse y que al mismo tiempo hiciera por escrito dirigido a usted todo el capítulo de cargo que dirigía a los superiores

165 Miembros de la familia Briceño, en cuya casa encontró el p. Paciente alojamiento y cariño: infra, Cartas 177* y 180*. 166 Supra, Carta 93*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 435 y después que esperase órdenes de usted en Chepo. Contestó que él se pre- sentaría al vicario apostólico, etc., etc. (sandeces), y yo, por evitar disgustos a usted, le mandé de oficio fuera aC hepo según verá en la copia que le mando. Obedeció y se fue, pero no sería de extrañar el mejor día haga alguna, porque él dijo que no había venido a vivir aquí según se vive, etc., etc. Pongo en conocimiento de usted esto para que vea qué clase de elemen- to es y lo que se puede esperar de su espíritu religioso. La escena pasó en presencia del padre Celestino y hermano Ángel, y los dos desaprobaron su modo de portarse y su modo de barbarizar. Dice que padecía de calenturas. No lo niego, pero también sé por un señor del Darién que se le aconsejó que tomase un específico y que no se viniera y él sin yo llamarlo se vino. Mandé una carta por el vapor Darién, en que le decía que si no tenía una enfermedad que justificara su venida, que continuase en El Real y escribiera un informe sobre el Darién para que usted se enterara. Él me dijo que no habían recibido la carta. Yo he preguntado en la compañía y me dicen que [es] muy difícil se pierdan, y yo, Dios me perdo- ne, casi sospecho que sobre la carta se ha venido Con gente como ésta poco se puede hacer. El padre Igúzquiza hasta hoy se porta bien –no sé mañana–, pero es de la misma escuela y ambos dicen que los engañaron en España. Nuestro padre me escribió y por si era necesario, por estar usted ausen- te, me mandaba las facultades de vicario provincial para obrar con tranqui- lidad de conciencia. Los padres de Tumaco han llevado a mal que no haya mandado per- sonal y, por más que les he dicho que no tengo y que no podía hacerlo, no lo quieren creer. En el correo que sale el 20 pienso decirles que por ahora no es posible, fundándome en lo que usted me manda en su última. La carta que remito a usted de nuestro padre, la encontramos abierta ya en el correo y para que no se pierda las incluyo todas en un sobre. De vuestra reverencia menor hermano y súbdito que besa su mano167. Fray Bernardino García de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 2

167 «Recibida el 28 de octubre». 436 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 109*. Julián Cisneros a Adell JMJ Siguen bien. No es fácil ahora abrir colegio. Dan clase a cuatro niños. Ha muerto don Bernardo. Dionisio Pueyo le escribe desde Brasil que desearía venir a Venezuela

Maracaibo, 17 de octubre de 1899

Mi amado y respetado padre Patricio: Ha llegado una carta para usted y, junto con una esquela que me entre- gó la hermana Elena, la sordica, se las mando adjuntas a La Guaira, supo- niendo que estará ahí. Me alegraré de que siga bueno; nosotros, gracias a Dios, fuera de alguna diarrea que padezco de vez en cuando, vamos bien. El padre Bernardino me escribe que el hermano corista, fray Matías, que está en Panamá, lo envía usted acá, y aquí pagaremos el pasaje desde Curazao, para lo que nos hemos entendido con don Luis, que tiene parientes en Curazao. Por más que con motivo de la guerra nada se puede hacer ahora de abrir escuelas, veremos lo que se puede hacer. Tenemos algunos niños: los dos sobrinos de doña Josefa, un sobrino de don Eduardo Bohl y un hijo del difunto don Bernardo y doña Sofía, que vienen a dar lección a casa, más bien para que no pierdan el tiempo y no anden por la calle. Don Bernardo fue a Curazao a ver si encontraba alivio y al mes, poco más o menos, regresó a Maracaibo y no hizo más que llegar y morir. Figúrese cómo estará doña Sofía. Encomiéndole a Dios. He recibido carta de Dionisio Pueyo168, del Brasil, donde llegó en julio y está en la ciudad de Ribeirão, ayudando a un señor cura con otro religioso, que no dice quién es, y aprendiendo el portugués. El pobre me dice que a ver si puede venir por aquí a ayudarnos en cualquier cosa que él pueda. Como hemos estado tantos años muy bien los dos, sobre todo en lo espiritual, me pide noticias sobre esto y manifiesta deseos de venir, si puede, por aquí. Como ya sabe que hablamos de él cuando estuvo usted por aquí, se lo recuerdo para ver si se le podrá traer. Ya sabe lo que es y que haría buen papel con las hermanas y los enfermos. Como está de por medio nuestro padre Mariano Bernad, no estará de más que usted le escriba a los dos, sin perjuicio de escribir yo también. Dice que el padre Mariano está en el seminario de Uberaba con algunos religiosos; otros, dice que están en la diócesis de Goyaz en curatos; y los otros en la diócesis del Espíritu Santo. No dice más si no es las impresiones semejantes a las nuestras respecto a clérigos del país, etc.

168 Dionisio Pueyo: supra, IX. Correspondencia A, nota 156. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 437

Las hermanas siguen bien y se portan bien con nosotros. Hasta otra y con recuerdos para el padre Medardo, mande como guste a su afectísimo menor hermano seguro servidor169. Fray Julián Cisneros del Carmen Saludos de los padres Antonio y Quirino

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 110*. Eusebio Ortuoste a Adell Ha visitado Piacoa y Catalina, bautizando y casando. Faltan sacras, crucifijos, catecismos y estampas, aunque sean sencillas.E n las casas no hay ni una estampa religiosa, mientras abundan las profanas

Barrancas, 17 de octubre de 1899

Mi estimado padre Patricio: La semana pasada recibí su carta y me alegro siga usted sin novedad; nosotros también estamos buenos, gracias a Dios, aunque con muchas alar- mas, efecto del mucho miedo que hay y creo que al fin no tendremos nada por estos pueblos. Otra carta escribí a usted a Panamá, suponiéndole allí, y en ella le decía que esta gente tiene muchas promesas y si las cumplen siempre es tarde, y así en todo. En Piacoa tuve 9 bautismos y 2 matrimonios y otro que había impedimento y he conseguido dispensa. En Catalina estuve seis días y tuve ocho bautismos, y creía que habría algún matrimonio por haberme dicho querían casarse, y al fin fue que no podía ser por causa de estos trastornos, y aquí sucede lo mismo. Para San Rafael que esperaba, no habrá nada por lo mismo. En fin, con calma y paciencia siempre se conseguirá, pues, por otra parte, se ve que quieren a los padres. Ya sabe usted que aquí faltan sacras y crucifijos, y también hay nece- sidad de Astetes y de estampas, aunque sean sencillas, pues en las casas no hay ni una estampa religiosa siquiera, y sí muchas profanas. Los tres de Lehman me dan muchos recuerdos para usted; y al padre Joaquín le mandé sus cartas. Sigue bueno, y lo mismo el padre Paciente. Con recuerdos a todos los padres de ahí se despide de ésta [sic] su afec- tísimo menor hermano y seguro servidor170. Fray Eusebio Ortuoste

Agoar, caja 82, leg. 5

169 «Recibida y contestada el 2 de noviembre». 170 «Contestada 2 de noviembre desde La Guaira». 438 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 111*. Indalecio Ocio a Adell †

Coro, 18 de octubre de 1899

Manda una carta y una limosna al padre Machado171 y a las hermanitas de los pobres. En Coro siguen sin novedad: mucho calor en la atmósfera y mucho frío en los corazones: Agoar, caja 82, leg. 3.

Carta 112*. Bernardino García a Adell JMJ Comenta su carta sobre los religiosos de Tumaco. El provincial los debe de creer más distantes de lo que están. Tumaco y Panamá pue- den ayudarse mutuamente. No está por abandonar Panamá: «no hay clero y algunos de los que hoy existen quieren retirarse […] Los pa- dres escolapios tienen que levantar el campo en este año»

Panamá, 19 de octubre de 1899

Mi apreciado y respetado padre Patricio: En este momento recibo la de usted y no quiero pase el vapor francés sin contestarla. Siento mucho lo que usted me dice sobre los religiosos que fueron a Pas- to. También a mí me escribió nuestro padre provincial, pero supongo lo hace por ignorar las distancias, pues total no son más que 36 horas de vapor, de modo que habiendo dos vapores mensuales a Tumaco, no están tan distantes los religiosos del superior. Yo me atreví a indicar a nuestro padre provincial que el haber ido religiosos con el señor Moreno fue cosa exclusiva del difun- to padre Guillén y no de usted y que si se aumentaran religiosos en dicha diócesis se podía hacer entre Panamá y Pasto una misión o vicaría siempre dependiente de usted, pues como dicen que la gente de Pasto responde al misionero, Pasto podría dar vida a Panamá y podíamos hacer mucho bien allí y aquí. Como hay vapores dos veces al mes a Tumaco y usted piensa venir por aquí, me parece que no es necesario les mande a los de Tumaco se vengan inmediatamente, sino avisarles para que estén preparados para cuando se les avise. Ellos lo sentirán y yo también lo siento. También sentiría abandonar Panamá, pues la gente ha respondido y creo que esa disposición de nuestro padre Íñigo obedece a que ha recibido carta de alguno de aquí, pues el padre Ecay me dijo que había escrito y sos- pechaba que nosotros habíamos robado la contestación (no hay tal, nuestro

171 Santiago Machado: supra, IV. Extractos de la memoria A, nota 3. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 439 padre Íñigo no ha contestado). A mí me parece que no se debe abandonar esto: primero, por los gastos que representa; y segundo, porque todo se puede arreglar. Pero sí, padre Patricio, conviene pocos y buenos, pero no muchos y descontentos. Además, creo que nos podemos hacer lugar, pues está muy escasa de clero esta diócesis y cualquiera que venga nos ha de mejorar. En la más completa reserva le digo a usted que me consta que los pa- dres escolapios tienen que levantar el campo en este año. Primero están en dimes y diretes con el gobierno de Bogotá y me consta por personas de in- fluencia que el gobierno está muy disgustado por las notas muy acres que el padre Terradas ha dirigido y dicen que en contra del contrato, y un artículo que el padre Terradas ha escrito en el Boletín en contra del Presidente de la República y en contra del delegado apostólico ha completado todo. De modo que si esto sucediera, tal vez nosotros pudiéramos hacernos lugar. Varias personas me han hablado, pero yo he contestado que despacio, que ya se pensará, etc., etc. Cuando usted venga, entonces le enteraré de todo. Aquí sería muy sentida nuestra marcha, pues, repito, no hay clero y algunos de los que hoy existen quieren retirarse. Ya estalló la revolución en el distrito de Santander con bastante pujan- za, pero en Panamá no hay que temer. De usted afectísimo menor hermano y súbdito que besa su mano172. Fray Bernardino García de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 113*. Íñigo Narro a Adell Ya había adivinado sus sufrimientos. Consuélese «con el pensamien- to de que ese mismo ecce ego costó también muchísimo a nuestro Sal- vador». Aconseja levantar el campo en Panamá: «no lo mando, pues las circunstancias podrían aconsejar otra cosa». Propondré el viaje a América a cuantos me indique. «En Filipinas continúa el horizonte encapotado». Los rebeldes piden 100.000 pesos por cada religioso pri- sionero; «los yanquis no permiten se dé un céntimo» P. Fr. Patricio Adell de San Macario Madrid, 25 de octubre de 1899

Amado hermano en el Sagrado Corazón de Jesús: Su grata e interesante carta del 26 de septiembre pasado me llegó hace siete días. De ellos saqué la letra de 51 libras, 19 chelines que, realizada, me han dado 1.645 pesetas. Estas libras para pasajes, cuando se pueda. Sé que nuestro padre Juan tiene orden de nuestro padre provincial de «tener a

172 «Recibida el 28 de octubre». 440 correspondencia del PADRE ADELL disposición de usted para lo que pueda necesitarse 500 pesos». Pregunto: ¿los altares portátiles de que en otras me ha hablado son con todo completo? Si se entiende así, costarán más de 300 pesetas. ¡Con que trabajillos le ha costado y le está costando el ecce ego! Sin ne- cesidad de confesármelo lo sabía. Pero se consuela con el pensamiento de que ese mismo ecce ego costó también muchísimo a nuestro Salvador, y en medio de la privaciones, trabajillos y sufrimientos corporales y morales exclamará: ¡cuánto más padeció Jesús por mí! Y se consolará con la idea de imitar a Je- sús y con la esperanza de llegar más … En mis anteriores le aconsejaba levantase el campo en Panamá, su- puesto el fallecimiento del señor obispo, lo enfermizo del país, lo poco o nada que aquello promete, tanto en lo temporal como en lo espiritual, comparado con lo bien que usted pinta Guayana. Hoy aconsejo lo mismo (no lo mando, pues las circunstancias podrían aconsejar otra cosa). El ilustrísimo padre Ezequiel se llevó los tres que se llevó por aliviar la situación, pues lo pasaban con suma estrechez. Los dos que fueron no pasaron, según carta del señor obispo, de Tumaco, por haber fallecido el párroco, morir muchos y pedirlo el pueblo. «Todos se le van a morir en Panamá», me decía monseñor Durán. Le- vantando los de Panamá, ya cuenta con personal para Venezuela. Sin embar- go, yo hablaré a los padres Ortuostes, si han venido, al padre Vicente Beau- mont, padre Benito Cañas, padre Marcelino Simonena y cualquiera otro que me indique. Pero ¡ay, carísimo! ¡Qué juventud! No tienen de frailes sino el hábito que no quieren dejar por sus fines torcidos y para desprestigiarlo. Los colegios de Marcilla y Monteagudo no son sino [media línea tachada]173. En Filipinas continúa el horizonte encapotado, sin verse el resultado. Los prisioneros continúan y continuarán prisioneros; los tagalos piden por su libertad, ¡qué disparate!, 100.000 pesos por cada religioso; los yanquis no permiten se dé un céntimo por alguno. Tengo el sentimiento de anunciarle el fallecimiento de dos de nuestros hermanos prisioneros: padres Alejandro Laborda de San Camilo y Anselmo Ruiz de la Sagrada Familia, éste fallecido en Tayabas confesado y oleado; del otro no se sabe si recibió los Sacramentos (rypa)174. Si ha llegado el padre José Abad175, le invitaré también y escribiré hasta al indeciso padre definidor general Martín, que se halla en San Millán.

173 Probablemente, aludiría a la asonada que tuvo que soportar en ambos colegios, especialmente en Marcilla, a principio del mes de septiembre: Rampolla, Correspondencia, 140-46. 174 Alejandro Laborda (1855-99), párroco de Calapán (Mindoro), cayó prisionero de los patriotas al rendirse esa plaza. Fue conducido a Batangas, donde murió el 11 julio 1899: Sádaba, 607; Sáenz, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, 199; sobre el p. Anselmo: supra, IX. Correspondencia B, nota 158. 175 Cf. supra, IX. Correspondencia A, nota 237. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 441

Mucho me ha complacido su regreso a Caracas, porque, aunque a usted no le importe morir, por el deseo de salir de este destierro y valle de lágrimas, a mí me importa … y mucho el que viva y viva con salud, si es voluntad de Dios. Ayer recibí carta de su buena hermana, madre Rosa. Que Dios nuestro Señor me lo conserve como desea y pide su afectísimo hermano in sacro Corde Jesu. Fray Íñigo Narro de la Concepción El padre Rafael Corral ya me había pedido la secularización; le he pedi- do contener y va de organista a Motril176.

Agoar, caja 82, leg. 4

114*. Francisco Ayarra a Adell Aprueba su idea de nombrar vicario para Panamá. Insiste en no dis- persar el personal y en abandonar Panamá, Popayán y Pasto. Con el personal «no hay más remedio que tener paciencia». La procuración de Trinidad no es necesaria. La situación de Filipinas es trágica. De los religiosos que han ido últimamente a Brasil poco cabe esperar

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 26 de octubre de 1899

Mi querido Patricio: Es mi poder tu grata del 23 de agosto, escrita en Maracaibo, y por ella veo que corres mucho, infatigable en tus excursiones, aunque los resultados no corresponden a tus trabajos y buenos deseos. ¿Qué quieres? Nuestro es el trabajo, el riego del Señor, y así no hay más remedio que tener paciencia. Por fin dices que has recibido dos cartas mías de las muchas que te llevo escritas, pero ¡qué extraño es que no las recibas o se pierdan a tanta distan- cia y con tantos traslados! La idea que me manifiestas de nombrar otro vicario para Panamá es buena, y no he nombrado antes por contar antes con tu beneplácito. Pero el querer abarcar tanta extensión de terreno y tan distantes unas residencias de otras no me gusta, ni es posible dé buen resultado; y aun quieres exten- derte hasta la diócesis de Pasto y Popayán, y ¿con qué elementos y personal cuentas para eso? Eso es meterte en un imposible, en un fracaso cierto y seguro.

176 Cf. supra, III. Memoria, nota 505. 442 correspondencia del PADRE ADELL

Además, como todas las noticias y cartas que vienen de ahí dan a en- tender que Panamá es muy malsano y muy pobre, que no da lo suficiente para la vida y sin ningún porvenir, ya ninguno pedirá en España pasar a Panamá. Por estos motivos en mis anteriores te he manifestado la necesidad y conveniencia de levantar el campo de Panamá y trasladar todo el personal a Venezuela, y en este mismo sentido te ha escrito nuestro reverendísimo padre Íñigo, según me dice él mismo, y ésta es la medida más acertada que puede darse. Desde Maracaibo hasta Orinoco inclusive tienes campo ancho y suficiente para una comunidad que quiera trabajar.A hí puedes colocar todos los frailes de Panamá y organizar un poco su modo de ser; todo lo demás es perder el tiempo y gastar sin provecho para fracasar la hora menos pensada, con deshonra nuestra y de la provincia. En resumidas cuentas levanta el campo en Panamá, puesto que el se- ñor obispo tampoco ha cumplido su compromiso de pagar los pasajes que prometió, traslada todo el personal a Venezuela y allí colócalos como mejor te parezca y puedas, y si después, para evitar gastos y la mejor observancia y cuidado, crees conveniente nombrar otro vicario, avísame y se hará lo que más convenga. Te quejas del personal por el poco espíritu religioso del que está anima- do, con muy pocos deseos de trabajar por el bien de las almas, pero exigentes y deseosos de pasarlo bien. Ésta es una enfermedad aquí, ahí y en España, y si de allí te mandan más personal, será lo mismo, lo mismísimo y acaso más, conque no hay más remedio que tener paciencia, sacar el mejor partido posible de ellos y dejar a Dios el remedio de los males. Deseas también se ponga una procuración en isla Trinidad. Me parece eso muy prematuro y mientras esas residencias no se aumenten y se organice eso un poco más, no creo haga falta una procuración, máxime teniendo el puer- to de La Guaira. No creo haga ninguna falta por ahora. Después Dios dirá. Me dices también que ahí podíamos vender la plata que tenemos en al- hajas de las iglesias. Pero, ¡hombre de Dios!, ¿no comprendes que en fletes y aduanas nos había de costar más de su valor y, además, exponernos a algún multazo que nos hundieran? Está visto que, a pesar de tanto correr y pade- cer y ver, siempre conservas la cabeza caliente y llena de proyectos. A nuestro padre comisario escribí diciéndole te mandase misales de la orden, papel, telas para hábitos, etc., y me contesta diciendo que te pregun- tara qué cosas os hacían falta para mandártelas. Conque ya lo sabes. Repito: creo lo más acertado retires los padres de Panamá, Popayán y Pasto, a no ser que allí finiquiten por consunción. Nos basta y sobra desde Maracaibo hasta Orinoco inclusive. Aquí quedamos todavía unos 75 religiosos hasta ver cómo concluye este negociado, pues hasta ahora no se ve ninguna luz ni modo de arreglo. Los indios se resisten como demonios a los americanos. Éstos traen muchas fuer- DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 443 zas y muchos elementos de guerra, pero todo les es poco, y, como todo el país tienen en contra, creo que jamás llegarán a dominar como nosotros lo he- mos dominado. Todos los puertos de Luzón están cerrados, y en Visayas sólo Iloilo, Cebú, Dumaguete y Joló están abiertos. En Iloilo y Cebú no avanzan los americanos ni los indios. Cada uno en sus trincheras. En Negros hay mu- chos destacamentos de americanos, pues habrá sólo en Negros más de mil soldados. Sin embargo, aquello sigue muy mal. Luzuriaga, Araneta y Lacson entregaron la provincia a los americanos y ahora los indios se resisten a sujetarse a ellos. Al principio fue contra los curas, después tuvieron que huir los cachilas y detrás los mestizos de los bigotillos, y ahora los indios entre ellos. En fin, principiaron muy mal la revolución, apresando a los curas, pero ahora bien lo pagan todos. Justo castigo de Dios. Los jareños también se portaron muy mal, pero bien lo pagan. Después tuvieron que abandonar la ciudad, y al entrar los americanos se apoderaron de todos los pueblos y sus grandes espejos que dejaron. Ahora las casas, inclu- so el palacio y seminario, están habitados por los americanos, y no dejan que vuelvan a su pueblo a los jareños que andan errantes por el interior, Guima- rás, etc. Con que ya ves cómo Dios los castiga, pero de duro. En fin, el lujo y soberbia de los ilongos y Negros ya quedará bien humillada, pues Dios no les ha podido mandarles una nación más bárbara y opuesta a sus aspiraciones. De la isla de Romblón nada te digo, pues aquello está incomunicado. Sobre la religión del país nada te digo. Ya no ha quedado más que el indígena y estos caballeros andan como ovejas sin cencerro, hechos unos bandidos. En fin, el trabajo de trescientos años, todo perdido y acaso para siempre. Aun cuando se arreglara esto algo, no sé si nosotros podremos permane- cer aquí, pues esto se ha puesto muy mal, y los americanos, según se ve, pro- curan quedarse solos aquí, llevando la contra a todo lo que no sea americano. De nuestro padre Mariano no sé nada. El mes pasado salieron doce re- ligiosos para el Brasil. Pero ¡qué personal! Inútil e inconveniente, la mayor parte. El colegio de Marcilla mal, pues los repatriados estaban medio revolu- cionados. Dios nos ilumine a todos, y nos conceda su divina gracia. Adiós, Patricio. Manda cuanto gustes a tu afectísimo hermano y amigo177. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

177 Apostilla de Adell: «Vea usted la pobreza de Panamá. De los bancos de la iglesia sacan, del obispado celebración segura. Cuando llegué allí, novecientas misas tenía pa- radas y sin celebrar, sin embargo que les dije: si sobra celebración avisen; de un colegio, 25 pesos mensuales; del obispo, veinte pesos para cada uno, misas cantadas, responsos, y 444 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 115*. Pedro San Vicente a Adell † J.M:J «Nuestra iglesia es la más frecuentada, porque ella es donde más funciones se dan y donde más se predica y donde se da catecismo». Todo lo hace el p. Ocio. Él sólo sirve para ayudante o para una mi- sión de La Guayana. En Coro apenas asisten hombres a la iglesia. No se vino por huir de La Guaira sino obligado por las circunstan- cias

Coro, 26 de octubre de 1899

Muy reverendo padre Patricio Adell: Dispénseme no le haya dicho hace tanto tiempo esta boca es mía, pero la causa principal de esta conducta ha sido el no saber a punto fijo dónde se encontraba vuestra reverencia hasta poco hace, cuando desde ésa escribió al padre Indalecio. Yo me encuentro aquí bien, pero no hago aquí más que confesar enfer- mos y asistir al catecismo de los niños. Yo enseño a los niños y él a las niñas; no hago, en una palabra, más que ayudarle en lo más material, porque para predicar él se basta y se sobra a sí mismo, porque aunque predicara todos los días para él sería lo más fácil del mundo. Aún no he predicado más que una plática un domingo. Ahora tenemos todo el mes de octubre rosario con expuesto, que dice no lo había habido nunca, porque aquí no llega la voz del papa. Los domingos, además de la plática del evangelio, predica (este mes) otra del rosario o del Santísimo Sacramento. Nuestra iglesia es la más frecuentada, porque ella es donde más funciones se dan y donde más se predica y donde se da catecismo. Ya va llevando fama por aquí el padre Indalecio. Yo no valgo más que para estar debajo del celemín. Así es que si consigue para nosotros la otra parroquia, que es la principal, por más que ahora ésta la atiendan más, porque hay en ella más culto; si consigue eso, digo, le suplico no me nombre a mí cura de ninguna de estas dos parroquias, porque esto es sobre mis fuerzas. De ayudante es bastante para mí y, si no, para una misión en La Guayana. Yo creo no valgo para más, y, si no, pre- gúntelo al padre Indalecio, que supongo ya me conoce en el poco tiempo que lleva conmigo. Esto es de lo peorcito en indiferencia religiosa, hasta el punto de no asistir casi hombres a la iglesia, sino todo mujeres. El padre Indalecio le habrá enterado ya minuciosamente del estado de este pueblo, iglesia de San

limosnas no pocas. Un cajón grande con ropas de iglesia, misales, cálices y la mar lo dejé, libros… Ni los leerán nunca. Con la celebración sola pasan los capuchinos, y los nuestros, ¡pobrecicos!, ¿no?». ¡Cómo cayeron en Manila en la ratonera!». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 445

Francisco, etc. Yo excuso de hablarle y cansarle más. Sólo le suplico nos sa- que facultad para absolver masones, que no nos dieron. Se me olvidaba decirle que cuando vine aquí no vine huyendo de La Guaira, sino porque no había otro remedio, ya porque el padre Medardo no quería acompañar al padre Indalecio como el padre Baltasar lo deseaba, pues que él había conseguido esto y salía responsable ante vuestra reverencia, y le hubiéramos dado un gran feo si no hubiéramos aceptado. Agradeceremos noticias. Sabe me tiene en todo a sus órdenes y que no le desea sino felicidad en todas sus empresas su afectísimo menor hermano que besa su mano. Fray Pedro San Vicente de San José PD. Recuerdos al padre Medardo Moleres y, si tiene ocasión, le pido a vuestra reverencia diga al padre Baltasar que ya les escribí. Otra PD. La viuda de Falcón, que fue Presidente de la República178, nos tiene preparada una casa para si ponemos colegio.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 116*. Isidoro Musitu a Adell

Upata, 31 de octubre de 1899

Querido padre Patricio: Llegué a ésta de vuelta de mi expedición al Callao (27 de julio) el 17 de este mes. He ido recibiendo sus gratas después de haber escrito a usted hasta cinco cartas que creo que estarán durmiendo el sueño de los justos en Panamá, donde las dirigí, creyéndolo ya allí, cuando me en- cuentro con su telegrama de La Guaira y después con la carta de usted de Maracaibo y después con las de La Guaira. Todo nos sale mal. ¿Qué se ha de hacer?

Continúa en bisaya

No se me ofrece más por hoy. No se apure por los altares portátiles. Mándenos tres o cuatro por aquí y díganos a dónde quiere que se [mande] el dinero. Muchas cosas de don Juan de Dios y su esposa, que dio a luz la semana pasada una niña; de Pío, que continúa tan cariñoso como siempre, al igual que sus padres. Dé mis recuerdos a todos esos padres, en especial al padre Pedro San Vicente, y en Panamá al padre Bernardino, que le escribí en

178 Luisa Isabel Pacano Muñoz, esposa desde 1858 del general Juan Crisóstomo Fal- cón (1820-70), presidente de la República desde 1864 a 1868: Diccionario de Historia de Venezuela 2, Caracas 1997, 310-15. 446 correspondencia del PADRE ADELL junio y aún no me ha contestado, y usted sabe cuanto le quiere su afectísimo menor hermano muchas cosas del padre Demetrio179. Fray Isidoro Musitu Ésta es la sexta. Las otras cinco han de tenerlas en conserva los padres escolapios de Panamá, donde las dirigí.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 117*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 31 de octubre de 1899

Acusa recibo de una carta suya. Hasta ahora se han librado de la gue- rra. El obispo todavía no ha llegado. «Finalmente, he comenzado una subs- cripción para ver de arreglar la pared del altar mayor para la Inmaculada Concepción, pues está muy maluca. De ese modo habrá habitación para los dos que han de estar aquí»: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 118*. Bernardino García a Adell JMJ Las circunstancias le han inducido a enviar a fray Matías por La Guaira y a posponer el viaje de Cardona a La Victoria. En Panamá no se nota la revolución

Panamá, 2 de noviembre de 1899

Mi querido y respetado padre Patricio: Me alegraré se encuentre usted sin novedad. Nosotros buenos, gracias a Dios. Quise sacar pasaje para el corista fray Matías en la compañía La Veloce, pero en este mes no hay vapor y probablemente no habrá el mes que viene y por esta causa, como no hay otra compañía cuyos vapores toquen en Cura- zao, me he determinado mandarlo a La Guaira, porque, de mandarlo a Puer- to Cabello, tiene que estar esperando vapor que lo lleve de nuevo a Curazao y de aquí a Maracaibo y, por otra parte, en Puerto Cabello no hay persona

179 «Le traduzco para que vea y sepan ahí tanto como yo de todo. “No mando aban- donar nada y reunirlos en El Callao: 1º, porque se descontentaría el señor obispo, que no conoce aquellos pueblos; y 2º, porque todo el mundo sabe que El Callao da mucho y … abandonar los otros por eso, aunque en ése haya más gente y se trabaje con más provecho, daría lugar a habladurías y murmuraciones: que no buscamos más que dinero y si en al- guna parte hay que tener en cuenta lo de san Pablo ab omni specie mala abstinete vos [1Te, 5,22] es aquí, máxime que ya tengo dispuesto vayan al Callao y Upata el padre Larrondo y el padre Musitu. No estarán solos mucho tiempo”». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 447 conocida y, además, en el vapor que deberá embarcarse no son de los que van directamente a Maracaibo, resulta que no se podría cumplir lo que usted me encarga de que el flete fuera pagado en Maracaibo, porque, siendo com- pañía distinta no admitirían esa condición y mandándolo a La Guaira tiene casa donde poder esperar vapor que le conduzca a Curazao y no se expone a gastar y pasar tiempo en balde. Expliqué todo esto a los padres Celestino y Ángel, y todos eran de opinión que mejor era mandarlo a La Guiara que no a otra parte, donde no había gente conocida. Comprendo que es un poco más caro el pasaje, pero va a una casa de hermanos. He recibido la de usted del 22 de octubre en que me dice mande al padre Cardona a La Victoria con el padre Fermín Catalán. Yo no tengo inconve- niente en cumplir lo que usted manda, pero nos exponemos a tener algún disgusto, pues aquí no estamos los necesarios para completar el contrato, que exige diez sacerdotes. Somos ocho y si el padre Cardona se marcha que- damos siete solos, de modo que pueden decir que nosotros rescindimos el contrato y éste en una cláusula dice que el superior se compromete a tener permanentemente diez religiosos, de modo que nosotros somos la causa de que suceda cualquiera cosa. Por otra parte, yo no creo que debamos abando- nar esto, porque la situación puede cambiar y lo que conviene es estar listos cuando venga el nuevo obispo, y ya con él y ya trabajando en Bogotá podría- mos conseguir alguna cosa para el Darién. Además, estando el giro tan subido, ¿con qué dinero contamos para la traslación de tanto religioso? Como usted dice que viene y este mes no hay vapor en que se pueda embarcar el padre Cardona, no lo mando, pero si usted quiere que de todos modos lo mande, avíseme usted en el primer vapor y lo mandaré. Dispénseme usted que le haya dicho lo que se refiere al contrato, y aun- que es verdad que yo me alegraría de que usted venga, me parece sería de más utilidad de que viniera cuando el nuevo obispo venga y no ahora. Sin más de usted afectísimo súbdito y menor hermano que besa su mano180. Fray Bernardino García de la Concepción Aquí estamos en revolución y en el departamento existen algunas par- tidas en armas, pero no hay absolutamente nada de temor. Esto está muy tranquilo y todo en el mayor orden181.

Agoar, caja 81, leg. 3

180 «Recibida el 28 de octubre». 181 Aunque ya a fines de octubre había habido alguna algarada, la guerra en elI stmo no comenzó hasta el desembarco de Belisario Porras en Punta Burica el día 31 marzo 1900: Patricia Pizzurno, Antecedentes, hechos y consecuencias de la Guerra de los Mil Días en el Istmo de Panamá, Panamá 1990, 154-58. 448 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 119*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 7 de noviembre de 1899

Ha recibido su carta. «La gente ésta de San Félix cada día más con- tenta, hasta el punto de querer ahora levantar la pared del altar mayor para la patrona, la Inmaculada Concepción. A este objeto se ha abierto una subscripción que no dudo alcanzará a cien pesos. Otrosí, preparan con los niños algunas comedias en beneficio de la iglesia, y así estos pobres feligre- ses se esfuerzan por tener a su misionero contento, obsequiándole además con sus postrecitos de dulce …, que no vienen mal para calmar los nervios excitados algunas veces por los ciempiés. En vista de esto, tengo interés en celebrarles con alguna solemnidad las fiestas de la patrona. A ese fin vengo enseñando a una partida de niñas unos cuantos cánticos que me han servido para el novenario que hicimos a san Rafael y que han dejado a es- tas gentes muy entusiasmadas, pues nunca habían oído cosas semejantes». Para esas fiestas necesita la ayuda de alguno de los religiosos de Upata: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 120*. Isidoro Musitu a Adell † Por todas partes piden misioneros. No puede cumplir la promesa que hizo a los de El Callao. Por nada del mundo quiere estar solo. Espera noticias de Panamá

San Félix, 14 de noviembre de 1899

Mi querido padre Patricio: Aquí me tiene usted desde el sábado pasado que bajé a ver si venían los padres consabidos con el señor obispo, pero sé con sentimiento que con el señor obispo no viene ninguno. De todas partes están suplicando padres y ¿qué vamos a hacer? Hasta aquí, en San Félix, veo que es imposible de- jarlos sin padre. Les di la broma que me venía a llevar para El Callao y por poco me echan los perros, de modo que no tenemos otro remedio que dejar las cosas como están y esperar que vengan otros. Como le decía a usted en mis anteriores tengo todo preparado en El Callao y en Guasipati, de modo que cuando lleguen no tengan que sufrir las zozobras y la indecisión que nosotros sufrimos al principio. ¿Pero vendrán? Qué se yo; muy renitentes parece que están. Hemos caído muy bien en todas partes y hasta los pueblos más lejanos ha llegado la fama, de modo que los que vengan basta que da lamgng nga mana- yo sila182, tienen ya mitad del camino andado para hacer fruto en los pueblos.

182 Visaya cebuano: si son de buena condición. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 449

Con buena voluntad y ganas de trabajar somos los dueños de la situación. Cun panangglet nga quinahanglanon cniano ug salapi adan namo ihalog canimo hasta lima ca gatus ca pisos camé a Padre Paciente ug magatipig pacami ug igo para sa mga gasto hasta sa pagpahalona canila sa mga calongsodan apan quinahanglan nga pinili lagui, sn mahibalo sila magantos183. Díganos algo de Panamá: cómo va aquello, pues estamos en el limbo. Yo le escribí al padre Bernardino en junio y todavía no ha dicho esta boca es mía. No sé si habrá recibido la carta. Estoy contrariado por El Callao, porque les prometí que a todo trance les procuraría padres y ahora me encuentro con que el señor obispo se viene solo, y dirá usted: ¿ y por qué prometes nada? Pues sencillamente porque de otro modo no me hubieran dejado salir, y yo de ninguna manera quiero estar solo, pues nuestra mejor garantía está en estar acompañados. El padre Demetrio está impaciente por que llegue su relevo para bajar a San Félix, que es su sueño dorado. Se le ve sufrir con la cura de almas, y su afición está en la enseñanza. Yo bien quisiera darle gusto, ¿pero qué hago si no viene nadie? No sé qué más decirle, pues le he ido comentando todas las impresiones y debe ya haber recibido mis cinco o seis anteriores. No le ocurra a usted ir a morirse a Panamá y dejarnos en las astas del toro. ¡Vaya un galimatías que se armaría! Déjelo usted para mejor ocasión. Que se conserve usted bien y que no se aburra de andar siempre con su maleta y saco negro por esta empecatada América le desea su menor herma- no y súbdito. Muchas expresiones a todos los padres por ahí, y para usted del padre Paciente. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 121*. Indalecio Ocio a Adell † Sólo «en un caso muy apurado podría estar alguno más» en Coro. Sin la parroquia no podríamos vivir. Si se acepta la otra parroquia se podrá formar una comunidad de cuatro. Es «convenientísimo» abrir residencia en Caracas. Percibe «falta de inteligencia» entre Filipinas y Madrid

Coro, 16 de noviembre de 1899

183 Visaya cebuano: «Por si acaso necesita dinero, mando 500 pesos con el p. Paciente que es el encargado del dinero. Para asegurar la contribución de los pueblos, siempre ha- brá que tener paciencia». 450 correspondencia del PADRE ADELL

Mi estimado padre Patricio: Acabo de recibir la suya del 2 de éste. Y voy a contestar a las preguntas que me hace. La primera, si podría estar alguno más aquí. A esto le digo que absolu- tamente y en un caso muy apurado podría estar alguno más, pero con mu- chas dificultades: 1º, porque no hay habitación; y 2º, porque según está hoy esto de arruinado por la guerra, nos veríamos mal para mantenernos. Me dice usted en segundo lugar si se podría vivir sin ser párrocos. A esto le digo que hoy por hoy, casi imposible; 1º, porque, dejada la parroquia, tendríamos que dejar la iglesia, porque no hay otra para el párroco, y sin iglesia ¿qué hacemos?; 2º, porque aquí no entra otra cosa que los derechos parroquiales; misas no llegan para uno, de modo que quite la parroquia y deberemos echarnos a pedir limosna en una población en que no comprendo cómo viven la mayor parte; en fin, sobre esto yo le diría algunas cosas más si pudiera hablar con usted. Dice luego que por qué convendría coger la parroquia. 1º, porque hoy aquí existe cierto antagonismo entre las que van a una iglesia y las que van a otra, a lo cual dieron lugar los párrocos en la temporada pasada, y por más que se ha remediado ya casi todo, quedan algunos resabios, y esto desapare- cería por completo teniendo las dos parroquias; 2º, porque, de ser párrocos, lo mismo nos da tener una que dos, y teniendo las dos, podría haber aquí cuatro religiosos y desde luego cuanto más mejor; eso, repito, suponiendo que hayamos de ser párrocos. Pregunta además quiénes harían aquí buen papel. A eso le digo que cualquiera que sea buen religioso y no sea tonto. Le parecerá estrambótica la contestación, pero le aseguro que no tengo otra. Ahora viene la gorda, digo la última, que es de órdago y echa la pata a todas. Me dice usted si quiero ir a Ciudad Bolívar con el obispo. ¿Pero quién le inspiró a usted para que me haga esa pregunta? ¿No tiene en cuenta que he hecho voto de obediencia? Yo iré allí donde más útil pueda ser a mi corporación. Si hubiera mirado a mi persona y a mi comodidad, bien sabe usted que yo no estaría en América, y aun aquí jamás hubiera salido de Panamá, donde trabajaba mucho y con gusto, por más de que a alguno disgustase. Yo quise y hubiera querido insistir más en Caracas, porque veía lo muy conveniente que es el que tengamos allí una residencia. Además, es un campo que se presta para el trabajo y se consigue fruto; y yo creo que hubiera conseguido algo, pero me troncharon en medio del camino. Ade- más, veía que yo mejoraba visiblemente con aquella temperatura. Mi pecho y garganta ganaron mucho; hubo tarde en que prediqué tres veces, y, sin embargo, nada sentía, lo cual ya lo voy perdiendo con el calor de aquí. Ya me canso y me molesta la garganta cuando me esfuerzo algo. Le repito que DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 451 me mande donde quiera y donde sea más útil, pero quíteme por Dios el cargo parroquial. ¿Conque la iglesia del Corazón de Jesús no se fue tan lejos? Pues no lo entiendo. Se queja por falta de personal, pero ¿no le mandan de España? Antes tanto empeño en mandar gente ¿y ahora no hay gente? Y en último término, ¿por qué no lo trabajó? Era preferible abandonar esto y tomar aque- llo, que nos es más conveniente. ¿De Filipinas le dicen retire los de Pasto? Eso sí que lo comprendo me- nos y precisamente se los quitan a un obispo de la orden y que está tan dispuesto a ayudarnos. Van comenzando a cumplirse mis sospechas. Hace tiempo que dije que esto no había de salir bien. Noté bien pronto falta de inteligencia entre los de Filipinas y los de Madrid, y por lo tanto falta de un plan fijo bajo el cual se fuera desarrollando nuestra acción. En fin, Dios dé luz a quien la necesita. Queda contestada la suya. ¿Será a gusto de usted? Dios lo quiera. Mis más afectuosos saludos a los padres que haya por ahí; a las madres del colegio del Corazón de Jesús: que me acuerdo mucho de ellas; a los padres escolapios, padre Sanguillén y Gougnon y usted puede contar como siempre con el cariño de este su afectísimo súbdito que besa su mano. Fray Indalecio Ocio El padre Pedro escribió a usted hace poco y supongo que recibiría usted su carta antes de salir de La Guayana. Le saluda afectuosamente. PD. Ahí le remito las cuentas del dinero que trajimos. He procurado de- tallar lo más posible para que usted pueda darlas a nuestro padre provincial. Insisto en animarle para que haga cuanto pueda para coger algo en Caracas. Si algo trae entre manos, no se lo deje escapar. Yo lo juzgo por todos los puntos convenientísimo y digno de nuestra atención. ¿Cuándo podré echar una parrafada con usted para hablar de todas estas cosas? ¿Qué le parece la casita de ahí? Muy pequeña ¿no? Está hecha bajo la base de levantar sobre eso el otro piso, y en ese caso quedaría la escalera en lo que es sala de recibo, y ésta quedaría en la habitación de frente hacia la playa. Trabajé cuanto pude para hacerla de piso alto, y ya había ganado al señor obispo, pero se mezclaron elementos que en esa parte me hicieron toda la contra que pudie- ron. Ya comprenderá usted ahí qué elementos son ésos. Vale. Ocio. Ahí dejé yo mucha parte de mis libros, que me están haciendo muchísi- ma falta. Estoy sin libros y bien ve usted que un hombre sin libros es hombre al agua. Y lo peor es que eran los libros más manuales y que más se necesi- tan. No tengo ni libros de moral. Con esto y con andar de una parte a otra resulta que no hago nada en ninguna parte. 452 correspondencia del PADRE ADELL

Recoja todos los datos que pueda; a ver si podemos ordenar algo sobre «La provincia de San Nicolás en América».

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 122*. Julián Cisneros a Adell † Comenta la enfermedad y muerte de fray Matías. Nuestra «empresa es grande» y no pueden faltar contrariedades. Enviará fondos a Pana- má, aunque no comprende que allá carezcan de recursos

Maracaibo, 16 de noviembre de 1899

Mi querido padre Patricio: Recibí su grata y celebramos todos se encuentre bien, así como también el padre Moleres. Aquí tenemos una novedad desagradable. El joven fray Matías llegó aquí con síntomas de fiebre amarilla, indicados por el doctorA raujo, que vino con él en la goleta. El día de La Guaira fue fatal para él –día de mucho calor– por tener que andar haciendo las diligencias de embarque y por final un aguacero. Después vino muy mal acondicionado en la goleta, con fiebre, y así que aquí llegó estro- peado. Lleva cinco días de fiebre y los dos médicos de la Beneficencia nos han dicho hoy que se ha declarado en él la fiebre amarilla y que está gravísimo. Ya le hemos administrado los Santos Sacramentos en su sano juicio y de hoy a mañana se resuelve la crisis. Siguen los médicos todos de la Benefi- cencia y el doctor Eduardo y todos nosotros haciendo los posibles por sacarlo, pero los médicos auguran mal desenlace. Quiera el Señor tener misericordia de nosotros, y de todos modos cúmplase su santísima voluntad. Según lo que resulte le daré cuenta. Aprovecho la ocasión de que va para La Guaira el padre superior de los padres franciscanos, que se ha pues- to bastante enfermo y no le prueba esto. Nada más le digo sino que se aliente y confíe en sus tribulaciones en Dios nuestro Señor y su Santísima Madre. Que la empresa es grande y tiene que haber contrariedades, y grandes, y tenemos que sufrir mucho, incluso humillaciones para muestra santificación y para el bien de la provincia y gloria de Dios. Lo de la escuela lo llevaremos despacio, hasta que Dios quiera. Enviaré lo que dice a Panamá, pero le advierto que hay que pensar en no quedarnos aquí sin recursos por lo que el Señor pueda disponer. Me extraña que Panamá no tenga fondos. No le digo esto en son de nada, sino que los pa- dres que tengo aquí se apuran si nos quedamos sin ningún recurso para casos DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 453 de enfermedad u otros motivos de gasto de ropa, que los jóvenes han venido desnudos. He tenido que dar al enfermo las camisetas que yo tenía, etc. Que se conserve bueno y mande cuanto guste a su menor hermano y seguro servidor184. Fray Julián Cisneros Al padre Quirino lo mando hoy a la isla por consejo de los médicos, y ya asistiremos al padre los dos restantes. Recuerdos de todos, incluso del enfer- mo, así como también de don Eduardo, don Luis y todos. Misas no entran hace quince días. Estamos celebrando por los padres difuntos. Muchos recuerdos de la madre Silvestra y hermanas. Última hora: las 5 menos cuarto de la tarde acaba de fallecer fray Ma- tías (epd) de fiebre amarilla185.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 123*. Indalecio Ocio a Adell † Pide la revista La Ciudad de Dios: tiene la colección completa. No le habrá sido fácil afrontar el contrato sobre las misiones, que cierta- mente son muy trabajosas

Coro, 26 de noviembre de 1899

Mi estimado padre Patricio: Hace unos días, no recuerdo cuántos, que escribí a usted contestando a la suya del 2 de noviembre, pero me sucedió que se me olvidó decirle que me hiciera la caridad, si a usted le parece bien y lo tiene por conveniente, de recogerme los números de La Ciudad de Dios, que hayan ido ahí desde que yo salí, puesto que ahí me los mandaban. Conservo toda la colección completa desde el principio y es lástima que se extravíen los números. Sólo me faltaba desde que salí de Panamá y que supongo estarán ahí. Ya escribí al padre Bernardino suplicándole me los mandase, pero su- pongo que me habrá sucedido con eso como con los libros: omnia communia, cuando se trata de lo que está al uso del hermano; digo esto porque tengo entendido que una caja que yo dejé ahí clavadita y dispuesta para mandarla hacia acá la desocuparon muy pronto, a pesar de que los que llegaron traje- ron abundantes libros.

184 «Contesté el 1 de julio desde San Félix; avisé quizá vayan Fermín y Palacios». 185 A pie de página Adell da más detalles sobre su viaje de Panamá a La Guaira y Maracaibo. 454 correspondencia del PADRE ADELL

Bien lo estoy pagando yo ahora, pues muchas veces me ocurre consultar ciertas cosas y me encuentro que no tengo dónde, y lo que yo me arreglaría en un cuarto de hora, me cuesta mucho más tiempo. ¿Y cómo anda eso por ahí? Sospecho que habrá tenido algo que hacer respecto de las misiones y del contrato, pues las tendencias de la otra parte bastante marcadas estaban. Si así es, yo creo que es cosa de pensarlo muy bien. Ya creo que le di mi opinión sobre las misiones del Darién. Para mí es obra de muchísimo trabajo por lo muy lejos que están los infieles y las malas comunicaciones, además de lo insano del terreno. En fin, ojalá que se hayan arreglado bien y que se pueda hacer mucho fruto en la salvación de esos po- bres indios. Yo, por mi parte, le aseguro que desde que estuve por allá, todos los días ruego por la conversión de los indios del Darién, porque veo que se necesitan para ello abundantísimos auxilios del cielo. Comunique mis recuerdos a los padres que haya por ahí y usted sabe puede disponer de este su afectísimo y humilde servidor que besa su mano. Fray Indalecio Ocio En la suya decía usted si quería ir con el señor obispo de Ciudad Bolí- var. Pero no me decía con qué oficio.S i es de paje o chambelán o ayudante de mitra o báculo, ¡mire usted qué haré yo buen papel en un palacio episcopal! Y con mi cara de feroche.

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 124*. Francisco Ayarra a Adell Vuelve a reprobar su proceder. ¿Por qué no ha ido a Panamá? Concibe proyectos de imposible realización. En Panamá no hay futuro. Ha nombrado vicario provincial de Panamá al p. Bernardino. En Brasil «hay ya de 40 a 50 religiosos». De algunos «poco bueno se puede espe- rar». Es probable que los americanos debelen pronto la insurrección y que los prisioneros recobren la libertad. No se puede abandonar Filipinas hasta ver el desenlace

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 28 de noviembre de 1899

Mi querido Patricio: Hace dos días recibí tu grata del 27 de noviembre186, escrita en Carmen, y enterado de ella veo que llevas una vida de continuo movimiento por esos mundos o mares de Dios, pero hasta la fecha sin residencia fija.

186 Así en el original. Debe leerse septiembre, cf. supra, Carta 106. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 455

Yo creía que desde Maracaibo hubieses continuado hasta Panamá, se- gún indicabas en una de tus anteriores y yo te lo indicaba para que vieras si convenía o no levantar el campo de Panamá y trasladar toda la gente a Vene- zuela, porque, según parece, aquello de Darién es muy pobre y muy malsano y no habrá más remedio que abandonarlo, pero que has vuelto atrás. Tú sabrás el por qué. Es preciso que te desengañes, que no conviene abarcar demasiado, pues te quejas de que no te mandan gente para los compromisos que tienes para los obispos de Caracas y Guayana, y, sin embargo, quieres abarcar las misiones de Pasto y Popayán y yo no sé dónde más. Concibes proyectos de imposible de rea- lizarlos [sic] y de ahí que todo te sale a medias o, por lo menos, no a tu gusto. Aquí no quedamos más que unos setenta religiosos, hasta ver cuál es la solución final de esto. En España hay muchos, pero no quieren ir a América y, por eso, como te han mandado muy pocos, no te conviene comprometerte mucho. Por eso, desde el principio he reprobado el que mandaras religiosos a la diócesis de Pasto ni a Popayán, porque no has de tener personal para esos compromisos. Por otra parte, sabiendo que por ahí están en guerra y la poca seguridad que ofrece eso, la gente no quiere ir por ahí. Conforme con tus deseos y visto que los de Panamá estaban sin supe- rior, por la mucha distancia que los separa de ti, hace poco mandé al padre Bernardino título de vicario provincial de las misiones de Panamá, que tam- bién te comunicaba a ti. Conque de ese modo quedas más libre y con menos cargo sobre el modo de colocar el personal. Ya os entenderéis los dos, y si es que no se han retirado todos a Venezuela. Por el Brasil hay ya de cuarenta a cincuenta religiosos. Allí está nues- tro padre Mariano, los obispos deseando manden más religiosos, pero han ido unos cuantos que no sé qué resultado darán, pues poco bueno se puede esperar de ellos. A nuestro padre comisario ya le escribiré [sic] te mandara misales de la orden y otras cosillas que os vendrán bien, como telas para hábitos, etc. Aquí estos días van avanzando bien los americanos, y espero que en todo el mes de diciembre den golpe mortal a la insurrección y [es] probable también que los prisioneros que viven consigan la libertad, por lo menos muchos de ellos. Me dices qué hago aquí sin marcharme a España. Pero bien compren- derás que esto no [lo] podemos abandonar de golpe hasta ver el resultado final, y si tenemos que abandonar[lo] por completo o podemos quedar aquí algunos como semilla para el porvenir, pues por todas partes se nos presenta muy oscuro el horizonte y hay que ver si nuestra amada provincia puede subsistir, sea en una u otra parte del mundo, aunque sea pobremente. Por eso, no conviene precipitar las cosas, ni entusiasmarse ni desanimarse de repente; calma, paciencia y el tiempo resolverá todas las cosas según sea la voluntad de Dios. 456 correspondencia del PADRE ADELL

Ya se va aproximando el mes de mayo, y yo suspirando llegue ese di- choso día para poder coger un rincón donde pueda vivir olvidado del mundo, enterrado esperando la muerte. El padre Bernardino García, que he nombrado vicario de Panamá187, es el mejorcito de todos ellos y espero ha de cumplir bien con la misión que se le ha re- comendado. Con él, creo, puedes tener completa confianza y espero también que os entenderéis bien. Tal vez no se entusiasme tanto como tú por las misiones de Darién, porque debes de tener muy presente que aquello debe de ser muy mal- sano y muy pobre, y sólo los que tienen una especial vocación y un ardiente celo por las almas se conformarán en ir allí. Conque no te empeñes en imposibles, si no quieres que todo te salga mal y te estrelles. Conque tú cuidado. Adiós, Patricio. Consérvate bueno y manda cuanto gustes a tu afectísi- mo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

125*. Gregorio Sesma a Adell

Motril, 3 de diciembre de 1899188

Lleva 37 días en Motril, de clima benigno y semejante al de Filipinas. Se van dando a conocer, pero hay mucha frialdad e ignorancia religiosa. Vi- ven en una casa particular alejada de la iglesia. El convento está en manos de un marqués que durante la zafra aloja en él a unas 300 familias189. En los colegios hay mal ambiente y el p. Íñigo está muy disgustado. La situación política de España hace temer una revolución: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 126*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 16 de diciembre de 1899

Están bien de salud. Sólo el padre Quirino sufre de fiebres de vez en cuando. No ha mandado los cien pesos a Panamá porque no hay servicio de giros entre Panamá y Maracaibo. Últimamente no tienen celebración a cau- sa de la guerra. «Al padre Antonio hace algunos meses no pagan más que la mitad del estipendio en la isla y a las hermanas les deben seis meses, porque

187 El día 2 de noviembre, cf. Libro de circulares 1897-1912,173rv: Am, libro 20. 188 1898 en el original. En esa fecha Sesma estaba todavía en Macao. 189 El convento, fundado por los mínimos en 1580, era propiedad del Marqués de La- rios, que poseía en Motril grandes extensiones de caña de azúcar. En diciembre 1907, tras una huelga, lo vendió a los agustinos recoletos, quienes se trasladaron a él el 24 abril del año siguiente: Décadas 1, 179-81. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 457 el gobierno no paga por el trastorno de la guerra […] Esto es un desastre con tanta guerra. El otro día los mochistas190 se levantaron aquí y en horas se apoderaron de cuarteles y policías y cárcel y todo. Nos mudamos a raíz del fallecimiento de fray Matías a aquella casa que recordará usted vimos los dos una tarde cerca de la Beneficencia.A quí estamos sin chicos aún, más que algunos de familias principales que le dije antes, pero lo demás no se puede porque la gente está intranquila»: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 127*. Fermín Catalán a Adell † Sintió no verle antes de salir para Ciudad Bolívar. Es lástima que en España no se animen a venir. La guerra está empeorando la situa- ción en La Victoria

Caracas, 16 de diciembre de 1899 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Muy amado padre: Recibí las dos de vuestra reverencia de La Guaira y la nota de Panamá, y precisamente a los dos días de salir vuestra reverencia con el señor obispo llegué a La Guaira en busca del padre Cardona y cuando pensaba escribir a vuestra reverencia que se viniese a descansar un par de meses a La Victoria, me encuentro con que vuestra reverencia ha regresado de nuevo a la Guayana. No he sentido mucho la no venida del padre Cardona, porque si bien comprendo que hace falta otro padre en La Victoria, me resigno con las cir- cunstancias y la falta de personal hasta que los de España se acuerden de nosotros y de la misión que por su carácter religioso deben desempeñar. Ya escribí al padre León Ochoa191, diciéndole que si quería venir no tenía más que ponerlo en conocimiento de nuestro padre Íñigo. No sé si estará en Es- paña y si habrá recibido mi carta. Veremos. Agradezco muchísimo los libros que nos ha traído, porque verdadera- mente me hacían mucha falta. De las treinta misas que me encarga no puedo hacerme cargo, porque yo todavía debo alguna por religiosos difuntos y en La Victoria para uno siempre hay aplicación. Respecto de mandar de ahí algún padre creo que,

190 Secuaces del general José Manuel Hernández, apellidado El Mocho: infra. III. Memoria, nota 256. 191 León Ochoa (1875-1943), combarcano del p. Fermín en su viaje a Filipinas (1897), permaneció en poder de los revolucionarios de la isla de Negros desde principioss de no- viembre de 1898 hasta el 7 de febrero 1899. En agosto de este año regresó a España, sien- do destinado a las residencias andaluzas, en las que pasó gran parte de su vida. También residió en Brasil y otras residencias de la provincia de Santo Tomás, dejando por doquier señales tangibles de celo y espíritu apostólico: Sádaba, 727-28; Avellaneda, 259. 458 correspondencia del PADRE ADELL como dice muy bien vuestra reverencia, no le sabrá muy bueno al señor obis- po. Con todo, vuestra reverencia verá o, si le parece bien, me permito indicar- le que podría venirse vuestra reverencia. Las cosas por La Victoria, así, así. Con estas guerras está todo muerto y nadie piensa más que en las emociones del día. Yo pensaba regresar ayer, pero han volado un puente y tengo que esperar unos días. Según las instrucciones que vuestra reverencia me daba, aunque nada me habían dicho de La Guaira del pasaje del padre José, al llegar a Caracas entregué a don Carlos Santana cien pesos sencillos y le quité un peso al pa- dre Medardo, porque ya expiraba el plazo y él todavía no tenía nada reunido. También he entregado cien fuertes al padre Baltasar para que se los guarde a vuestra reverencia. A monseñor Durán, y dicho sea de paso, parece que no le agradó que no fuese con él el padre José [Palacios]. Él quiere tener uno radicado con él. Verdaderamente es triste tener tanto personal en España y … A los franciscanos les dan la capilla de la Tercera Orden de San Fran- cisco y Misia Mercedes está empeñada en conseguir la Trinidad para los padres agustinos cuando se marche el padre Lamolla. Sin más, saludos de los padres capuchinos y queda de vuestra reveren- cia respetuoso súbdito que su mano besa. Fray Fermín Catalán de San José

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 128*. Francisco Ayarra a Adell Se alegra de verlo animado. Llegan noticias dispares de La Guayana: «pasar de lo bueno a lo malo o mediano se hace duro». En Brasil han sido bien recibidos. Ya hay allí unos cincuenta. En España hay mucho personal, pero poco celoso. El triunfo de los americanos es seguro, pero la paz tardará en llegar. Nuestro porvenir se presenta obscuro. Los caciques han predispuesto contra nosotros hasta a los pueblos de Visayas

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 22 de diciembre de 1899

Mi querido Patricio: Hace unos cuantos días recibí tu grata del 9 de octubre, a la cual no estoy cierto si he contestado. Por si no, ahí van cuatro líneas. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 459

Quedo enterado de todo lo que me dices, veo que estás contento y sa- tisfecho del resultado de tus gestiones a favor de nuestra amada provincia. Prometes buen porvenir y campo ancho para muchos operarios de celo, vir- tud y amor al trabajo, y yo me alegro muy mucho de todo esto. Pero no todos opinan así. Alguna carta que ha llegado aquí del Orinoco pinta aquello mediano y a mí no me choca, porque pasar de lo bueno a lo malo o mediano se hace duro y amargo. Porque de la buena y sumisa gente de Bohol, donde nada faltaba, pasar a esos pueblos desnudos, sin religión, sin educación y con amplia li- bertad para satisfacer todos los vicios y sin las comodidades de los curatos de aquí, donde nada faltaba, se hace duro. Pero teniendo presente las cir- cunstancias y nuestra situación, qué remedio nos queda que acomodarnos a lo que se presente. Lo peor de todo es el personal, que muchos no tienen ni espíritu ni deseo ni voluntad para servir a Dios y a las almas, y esto es lo peor. Y por eso la gente se resiste el ir a esas lejanas tierras. En España hay mucho personal, pero, esperando a que esto se arregle, no quieren ir a Amé- rica. Pero esto no lleva trazas de arreglo y ni quieren vivir en los colegios. Al último no tendrán más remedio que largarse por esas tierras. Yo nada te puedo decir sobre esas residencias porque no las conozco. Sólo te diré de Darién que, según todos, es muy malo, muy malsano y expues- to a calenturas, y, por lo mismo, además de desacreditar todas esas misiones, no querrá ir ninguno. Por eso, me parece muy conveniente dejar Darién, no así Panamá, porque, según parece, el padre Bernardino ha simpatizado allí y son muy apreciados. Pero como no sé en qué términos te dice el padre Íñigo que se abandone a Panamá, si como consejo o como mandato, no sé qué decir- te. Sólo te diré que mandar el provincial y disponer a la vez el reverendísimo y obedecer a los dos a la vez sobre la misma marcha no puede ser. De ahí que haya disgustos, si en los superiores no hay uniformidad en la dirección. El que los que fueron a Pasto vuelvan a Venezuela lo apruebo, porque ¿qué hacen allí dos religiosos solos? Lo que necesitamos es buscar residencias lo más próximo posible unas de otras y vivir bajo mucha vigilancia, si hemos de tener vida y prestigio. Me dices que mande alguna persona de representación para el día que haya necesidad de substituirte. Está bien, pero ¿dónde están esas personas? El padre Bernardino es buena persona, hace buen papel en Panamá, y si acaso los sacas de Panamá y pasan a Venezuela, puede hacer buen papel ya como presidente ya como vicario, y es, a mi parecer, el más a propósito para esos cargos. Después tienes también el padre Ocio, bastante formal y nada tonto, y por ahora no tienes más remedio que ir pasando con ese personal. De España han ido ya unos cincuenta al Brasil, que son muy bien re- cibidos por los obispos y los pueblos, pero aún queda mucho personal en los colegios, y cuando vean y se convenzan que aquí es difícil la vuelta y en Es- paña no tienen vida, es de esperar que algunos pidan ir a esas tierras. Pero 460 correspondencia del PADRE ADELL no pongas al principio en puntos malos a los religiosos, para que no escriban mal impresionados, sino colocarlos en puntos los mejores posible, y después se puede extender a los infieles. No te hagas ilusiones, que la gente no es de bronce y el celo es muy poco y bastante frío, y así no emprender empresas arduas. Hace más de un mes mandé títulos de vicario de Panamá al padre Ber- nardino García y sentiría que ahora hubiera disgusto entre vosotros por cau- sa de la orden de nuestro reverendísimo padre Íñigo. Bueno será, pues, que la cosa se lleve despacio, sin disgustos y mirando el bien de la provincia, por- que desde lejos y sin exacto conocimiento de la localidad y las circunstancias no es fácil dar disposiciones acertadas. Aquí en la parte norte de Luzón la revolución ya está desecha, y ya el triunfo es de los americanos, si bien la pacificación completa ha de costar y tardar mucho, pues es general ahora la antipatía de los indios a los ameri- canos, pero tarde se acuerdan. Ahora conocen que en el cambio han perdido mucho. Nuestro porvenir se presenta aquí muy oscuro. Los caciques que han hecho la revolución siguen en su odio a los frailes, y, como éstos, vencidos o no por los americanos, influyen en los pueblos, de ahí que los pueblos, en general, nos rechazan aun en las mismas Visayas. Ahora para principios de enero se espera el delegado apostólico, el ar- zobispo de Nueva Orleáns, y veremos qué es lo [que] piensa de nosotros, qué instrucciones trae y cuál es el modo de pensar de los americanos sobre nuestro porvenir192, y resolveremos el completo abandono o lo [que] sea, pues esta situación de tanto fraile no se puede sostener, porque los recursos se concluyen. Anteayer llegaron catorce padres prisioneros del norte, la mayor parte delicados. Todavía nos faltan 26, que están en Batangas y Tayabas. Estos últimos están muy mal y medio muertos de calenturas y disentería. Espe- ramos que para principios de enero irán por allí los americanos y entonces podrán conseguir la libertad193. Para cuando contestes a ésta ya estaré en un rinconcito, sin líos, para no acordarme del mundo sino de mi alma. ¿Quién me relevará? No sé. Los ambiciosos no faltarán, a pesar de los pesares y de lo que puede suceder, ni de las disposiciones que puedan venir. No es fácil augurar. Por tanto, espere- mos y quiera Dios que todo se haga según sea su voluntad. En España, mal, muchos disgustos; los jóvenes repatriados ni quieren ir a América ni vivir en los colegios. Lo que quieren es libertad y dinero. Con- que ya ves cuál es su celo y lo que se puede esperar.

192 Plácido L. de la Chapelle: supra, VIII. Circular, nota 1. 193 Sobre las andanzas y liberación de estos religiosos, que tuvo lugar entre el 20 diciembre 1899 y primeros de marzo 1900: Sáenz, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, 160-213. Los nombres de los primeros liberados al final de esta misma carta. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 461

Con esa disposición de nuestro padre Íñigo de que se abandone a Pana- má, no sé qué decirte. Dios quiera que lo arregles todo bien y sin disgustos en bien de la provincia. Adiós, Patricio. Consérvate bueno, con mucho ánimo y manda a tu afec- tísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra PD. Prisioneros libertados: padres Francisco Moreno, Agustín Pérez, Aniceto Áriz, Pablo Calbillo, Máximo Asensio, Cipriano Benedicto, Félix Pé- rez, Mariano Morales, Víctor Oscoz, Alejandro Echazarra, Hipólito Navas- cués, Valentín Borobia, Hilario Vega, Nicasio Rodeles y Luis Cabello. Fallecidos o asesinados: padre Gregorio Bueno y Serapio Llorente194.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 129*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 23 de diciembre de 1899

Contesta a la suya del 20 noviembre, escrita en Panamá. Ya se han ce- lebrado las 300 misas. Puede quedarse con los estipendios. Por encargo del provincial ha entregado a Íñigo 2.500 pesetas para al- tares portátiles, cuadernos de la orden, etc. Desearía mandarle también reli- giosos, pero no se ofrecen. Partirán cuando se cansen de la holganza o el pa- dre comisario apostólico «se resuelva a mandarlos sin pedirles el beneplácito […] De los padres de que me hablas en otra carta voy a darte conocimiento para que veas los buenos deseos que tengo en complacerte, pero que no pue- do. El padre Lapardina, enfermo y se halla con el beneplácito de Roma en su casa. El padre Ricardo Imas se halla en la residencia de Granada. El padre Martín González, yo nada puedo hacer. Los dos Ortuostes no han llegado a España. Siguen a estas fechas en Manila»195: Agoar, caja 82, leg. 4.

194 En el reverso hay un apunte de Adell: «En cuanto los de Panamá quedaron indepen- dientes, y lo saben en Manila, vea usted, p. Enrique, cómo hacen cambiar de tono a nuestro p. Francisco. Llegué a Panamá e inmediatamente me dijeron con quién se carteaban de Manila, y es claro salió lo que pensaba. Que estaban allá hurgando a nuestro p. Francisco contra el p. Patricio, y ahora ya cambia. ¿Si serán listos? Pero en fin siempre hombres, aun tratando de cosas de tanto interés. = No quiero hacer uso de la autorización de nuestro p. Íñigo, porque bastante tengo con Venezuela, y si me dejaran la Guayana sola, mejor que mejor». Cipriano Benedicto (1856-1930), párroco a la sazón de Antipolo, déjó un amplio relato de la prisión: Hiel y miel. Diecinueve meses bajo el poder del , Monachil (Granada) 1922. 482 pp. 195 Comentario de Adell en el reverso de la carta: «Siempre cartas como ésta en que nadie puede hacer nada por esta misión de Venezuela. Ni el comisario ni el vicario general han podido mandar a nadie ni nada. ¡Parece imposible! Así que no hubo más remedio que mandar uno de aquí y … cuando menos se pensaba, cuando se les esperaba con mucha anticipación para la semana santa, arreglan en Madrid el viaje contra lo convenido aquí 462 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 130*. Eduardo Melero a Adell Envía dimisorias para la ordenación de fray Martín. Íñigo está enfermo

Madrid, 25 de diciembre de 1899

Mi respetado padre Patricio: Nuestro reverendísimo padre Íñigo se encuentra muy debilitado, conse- cuencia de un fuerte catarro, aunque en vía de restablecimiento y contestará a la suya en el momento que se restablezca, que será, Dios mediante, dentro de breve tiempo. Le manda las letras dimisorias para que sea elevado al subdiaconado fray Matías Sanmartín, como lo desea. Deseando que el Santo Niño de Belén le anime y conforte en sus empre- sas evangélicas, está a la disposición de usted su afectísimo menor hermano. Fray Eduardo Melero del Carmen Saluda afectuosamente al padre Adell el que el día de Navidad está sin oír misa. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 131*. Medardo Moleres a Adell

La Guaira, 28 de diciembre de 1899

Remite cuatro cuadernos de misas de la orden que ha recibido del p. Íñigo, quien no envía los altares portátiles «en vista de las malas circunstan- cias por que actualmente atraviesa el país». En La Guaira no hay novedad: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 132*. Íñigo Narro a Adell † «No dé importancia» a las indicaciones de Filipinas sobre gobierno y distribución del personal. Como representante mío en Panamá y Venezuela, puede obrar con entera libertad. Espera indicaciones para enviarle cuatro altares portátiles

Madrid, 5 de enero de 1900 y … la echan a perder. ¿Será que Dios no quiere esta misión o que el diablo la teme? Lo cierto es que en nada tenían que meterse los de Madrid, más que en dar la patente y hasta hoy, al menos, parece la echarán a perder. Somos 27 de abril y nada sé de los que vienen». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 463

Carísimo padre Patricio Adell: He recibido su interesante carta, escrita a la vista de La Popa y, aunque me siento muy débil por el catarrazo pasado, que me ha tenido sin celebrar, ni siquiera oír misa del 18 al 30 de diciembre pasado, le escribo principal- mente para decirle «que no dé importancia alguna a las indicaciones de Fi- lipinas respecto al gobierno y distribución del personal. Obre usted como superior en todo lo que crea ser conveniente. Tiene mi representación en Panamá y Venezuela, aunque no sea conveniente manifestar que el superior inmediato sea el comisario general apostólico por sufragar los gastos de pa- saje del personal la provincia de Filipinas». Tengo entre manos cuatro maletas-altares, que vendrán a costar cada una, con cáliz de copa y patena de plata, portes y flete, 80 pesos. No espero sino indicación de usted para remitirlas. Procuraré proporcionar algún reli- gioso para ahí, aunque desgraciadamente son muchas las defecciones. Buen año nuevo, buen ánimo y es de usted afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 133*. Eugenio Barberiis y otros a Adell Agradecen los servicios de los recoletos y piden que en vez de des- tinarlos a las misiones de la Guayana, llame al padre Ortuoste a Uracoa al lado del padre Joaquín Barroso

Nueva Tabasca, 8 de enero de 1900 Al M. R. P. Fr. Patricio Adell. Colegio de Nieves. Ciudad Bolívar Mi estimado padre Patricio: Los que suscribimos, vecinos de la parroquia de Nueva Tabasca, del distrito Sotillo, en el estado Maturín, a usted con la veneración debida re- presentamos. Desde que usted, como obra de la Providencia, pisó estas poblaciones, se reanimó el espíritu religioso de todos sus habitantes, y éste ha segui- do tomando incremento por la propaganda de la doctrina cristiana ejercida por los virtuosos sacerdotes fray Joaquín Barroso o fray Eusebio Ortuoste, quienes han correspondido dignamente a las aspiraciones religiosas de estos pueblos y a la sabia dirección de usted. Con suma pena hemos sabido hoy que aquellos han sido llamados por usted para ejercer sus funciones en las regiones misionales de Guayana y es por tal motivo que nos permitimos elevar a usted nuestras súplicas a fin de que se digne dejarnos a estos virtuosos padres, trasladando a fray Eusebio Ortuoste a esta parroquia de Uracoa para que, unido a fray Joaquín, conti- 464 correspondencia del PADRE ADELL núen en su sublime misión espiritual, ya porque cumplen estrictamente con ese deber, ya, en fin, porque han sabido con su buena conducta captarse el respeto de los moradores de estas apartadas comarcas. Abrigamos la esperanza de que usted oirá nuestros ruegos y que empe- ñará nuestra gratitud, porque de su bondadosa deliberación nos vendrá un indecible bien espiritual. Eugenio Barberiis196

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 134*. Joaquín Barroso a Adell En estos pueblos se trabaja con fruto, pero está dispuesto a dejarlos e irse a donde le destine, apenas concluya unos compromisos urgentes. No hay que esperar nada de los repatriados residentes en España. El podría conseguir la venida de doce jóvenes que este año habrán acabado la carrera

San Antonio, 10 de enero de 1900

Mi estimado padre Patricio: Estando ayer en San Antonio recibí su carta que me enviaba el padre Eusebio, y en vista de ello me pasé hoy a Uracoa para disponer de todo para cumplir sus órdenes. Mas al saber estos pueblos la determinación de usted me suplicaron el esperar hasta que usted respondiera a sus súplicas que mandaban con el jefe civil de Uracoa, Matías (yerno de doña Rosarito), a quien nombran como representante197. Ellos, al saber su determinación, me preguntaron el motivo, pero veo que me dan causas razonables en contra, porque, como yo le decía a usted en mi última, estos pueblos dan bastante, pero se necesita paz y no guerra para que los de los campos salgan y vengan a bautizar y casarse. En atención a que estoy comprometido en éste a celebrar tres días misa, no puedo por ahora dejar de cumplir el compromiso. He hecho ya diez y siete bautismos, todavía no he podido salir para Caño Verde ni para Tucupita por la guerra, pero si hay paz, se hace bastante. No obstante, si usted determina otra cosa, estoy dispuesto a exclamar con el profeta Samuel e irme apenas termine con esto, que no puedo dejarlo por ahora. He visto en la carta de usted que piensa mandar al padre Paciente o al padre Musitu para España, pero, hablándole con franqueza, le puedo decir,

196 Siguen otras setenta firmas. 197 Carta anterior, firmada por 76 feligreses. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 465 por lo que yo vi y observé al salir de España, que no se puede contar con ninguno de los padres filipinos, porque saben que aquí no han de encontrar las comodidades que tenían en Filipinas y como, por otra parte, están casi siempre de vacaciones, y al volver a los colegios, apenas pasan un mes sin volver a pedir vacaciones, y, si no les conceden se van, como yo lo he visto en algunos, que ni respetaban al superior local ni a los de Madrid. Esto lo vi y oí cuando estuve en Monteagudo en marzo del año pasado, pues si sabían que salía alguno para América, todos le salían al encuentro como le sucedió al padre Ojeda, que en paz descanse, que tuvo que mudar de residencia para el colegio de Marcilla en sus últimos días de permanencia en España, pues el colegio de Monteagudo lo ocupaban unos 60 padres filipinos y entre ellos apenas si hubo tres, excepto los superiores, que iban a coro por la mañana en los días que yo permanecí allí, y observé lo que ya sabía en Marcilla, pero no lo creía. Pregunte ahí al padre Paciente y le dirá que esto que le digo a usted aho- ra, y mucho más que le podría decir, del espíritu de los de España, esto mismo se lo dije ya a bordo del vapor que nos condujo de La Guaira a Trinidad. Por eso le digo que no se puede contar con padres filipinos, pues, aunque se diga otra cosa en cartas, yo se lo puedo decir como testigo ocular y auricu- lar, y los últimos que salieron de España fui yo; y sabiendo todo eso, no me ha causado novedad alguna lo que usted nos decía en sus últimas cartas, que no salían de España. Mas también le digo que al salir yo de España dejé en el colegio de Marcilla a doce jóvenes que ya habrán aprobado el año de teología moral y que ésos era fácil hacerles venir si fuere un religioso prestigioso en quien tuviesen confianza y a quien conociendo ellos no crean que les engañan. Esto lo sé porque al salir me lo dijeron y me encargaron les escribiera con lo que había, pero parece que o se han perdido las cartas que yo les he escrito o quizá no se las han entregado, pues, como le dije yo a usted un día, hay superior que no quería darles la profesión solemne porque no se ofrecían para salir a Colombia. Y yo tengo firme confianza y estoy en la persuasión de que si vuestra reverencia dispone el que yo salga para esa comisión, me los traigo, pues cuento entre ellos [con algunos] de mucha amistad y se vienen como ellos me lo decían. También puedo decirle que si usted cree conveniente que en Ciudad Bolívar no vean a tantos religiosos, se les puede traer de Trinidad a Uracoa, a donde vienen diariamente barcos margariteños y trinitarios, y de aquí hay también ocasiones para San Félix, de modo que si usted cree conveniente eso, yo me pondría ya a trabajar sobre eso, y en dos meses le prometo colocar a disposición de vuestra reverencia a esos doce religiosos. En el colegio de San Millán dejé dos noviciados, que eran 45 religiosos coristas, pero éstos no han estudiado moral, pues este año la están cursando. 466 correspondencia del PADRE ADELL

Los de Marcilla, de doce cinco tienen edad para cantar misa y los res- tantes pueden ya recibir órdenes sacras, pero, como no les daban la profe- sión, no sé si estarán ordenados. Yo con estos últimos tengo bastante influencia moral, de modo que si usted quiere ocuparme en eso, lo haré con celo por la gloria de Dios y honra de la provincia de Sa Nicolás de Tolentino, tan retrasada en estas regiones, en donde se necesitan bastantes operarios para enseñar el evangelio, tan olvidado o, mejor dicho, nunca aprendido de estos cristianos. Tenga, padre Patricio, todo esto que le digo como se lo pudiera decir su mayor amigo, para evitar ilusiones con respecto a los padres de España, pues como de inferior a superior no se lo dijera. Vea usted si es prudente eso del viaje por Trinidad a éste y de aquí a San Félix, pues en cinco u ocho días se hace el trayecto y yo cuento con in- fluencia en los capitanes de los barcos. Dios dé fuerza a vuestra reverencia para poder servir al adelanto de la Recolección agustiniana le desea su menor hermano y amigo in Corde Jesu. Fray Joaquín Barroso de San Agustín

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 135*. Vicenta G., viuda de Grice, a Adell

Uracoa, 10 de enero de 1900

Lamenta que tan pronto quiera retirar del pueblo al sacerdote. Habría sido mejor dejarles «como estábamos con la misericordia de Cristo»: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 136*. Eusebio Ortuoste a Adell En Uracoa se oponen a la salida del padre Barroso. Él esta contento en Barrancas y ya ha arreglado algo la sacristía

Barrancas 11 de enero de 1900

Mi estimado padre Patricio: Recibí su carta y en seguida la mandé al padre Joaquín, pero parece que en Uracoa no le dejan salir por no verse sin padre. Aquí no les he dicho una palabra y sólo pensaba decirles cuando es- tuviera aquí el padre Joaquín, y esto para evitar mil cosas como pasaba en Filipinas. El jefe civil de Uracoa va a hablar con usted, según me ha dicho, y usted nos manda con él lo que hemos de hacer. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 467

Yo estoy contento, me prueba muy bien el pueblo, he arreglado esta sacristía con cemento, y respecto de comer en casa de Lehman, aunque al principio se me hacía costoso, veo que a ellos no les disgusta y sentirán que los abandone. Por eso no les he dicho nada y sólo espero que nos mande para cumplirlo. Sin más por hoy con memorias al padre Paciente y demás conocidos y queda de usted afectísimo menor hermano. Fray Eusebio Ortuoste

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 137*. Baltasar de Lodares a Adell

Caracas, 14 de enero de 1900

Ha recibido la remesa que le ha enviado y le anuncia la instalación de los capuchinos en Maracaibo, «donde están a sus órdenes»: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 138*. Fieles de San Félix a Adell

San Félix, 17 de enero de 1900

Un grupo de 150 feligreses, encabezados por sus autoridades, piden que no permita la salida del padre Paciente, que tanto bien ha hecho en el pueblo desde su llegada: Agoar, caja 83, leg. 2.

139*. Íñigo Narro a Adell † Desconcierto en los colegios. De Roma mandan detener la repatria- ción de los religiosos filipinos. Ha nombrado visitadores de Filipinas a Manuel Mateo y Florencio Aranda. Va a suspender el capítulo

Madrid, 23 de enero de 1900

Amado hermano, padre Patricio Adell: A la vista tengo su estimada, quedando enterado de sus viajes, impresio- nes, fallecimiento de fray Matías, vicariato del padre Bernardino, regreso proba- ble de Musitu o Paciente, hambre de frailes de esas pobres gentes etc., etc., etc. Por aquí defecciones a diario (diez jóvenes tienen solicitada su seculariza- ción). Muchos, de vacaciones con sus familias; los pocos de Monteagudo y Mar- cilla sin observancia regular; prisioneros en libertad; consejo de Roma: no regre- sen más de Filipinas. He ordenado visita, nombrando visitadores [a] los padres 468 correspondencia del PADRE ADELL

Manuel Mateo y Florencio Aranda; voy a dar orden de suspender el capítulo. ¿Quiere más? Los de Pará se marchan, los del Brasil quieren ser párrocos al estilo de Filipinas. Escribo al señor obispo de Amazonas «que no puedo darle religiosos»; al de Goyaz, «que no tengo más que darle». He mandado cuader- nos de misas de la orden al padre Moleres: encargó cuatro maletas-altares que mandaré a Maracaibo (costarán sobre 80 pesos cada una. Las de Santa Ana, me dice su hermana «que no pueden mandar seis hermanas a Batataes, diócesis de San Pablo, como desea nuestro padre Mariano, pues escasea mucho, añade, el espíritu de sacrificio, como ustedes notarán también» (y tanto que lo palpamos). Hoy, el santo del rey, tengo que asistir a la recepción de Palacio invitado por la Regente. Los doce últimos días del año los pasé con un catarrazo, sin poder celebrar ni oír la santa misa. Ya me siento bien, aunque algo débil. Hace punto final su afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

140*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 15 de enero de 1900

Contesta a la suya, escrita en Barranquilla. Ha dado 500 duros al padre Íñigo para la compra de altares portátiles, etc. «Respecto de personal qué más quisiéramos nuestro padre Íñigo y yo sino complacerte, pero, Patricio, esta gente no se mueve en el sentido que todos deseamos, y si alguno pide ir a América, siempre piden ir a Brasil, y quisiera el Señor que aun para el Brasil hubiera vocaciones, pero también escasean, por más que el padre Mariano ya les tiene dispuesto el lugar que han de ocupar a su llegada. Yo esperaba que a la llegada del invierno hubiera sido causa de que la mayor parte se hubieran decidido a ir para esas tierras, pero como la mayor parte se hallan en sus casas y se les da la intención libre para sufragar los gastos, por ser casi todos de familias pobres, algo ha debi- do contribuir esto a no moverse para nada, pues hasta para las residencias de España, tampoco se ve ningún entusiasmo. Yo dispuse que para el 1º de septiembre estuvieran todos en los colegios, y obedecieron y no pensaba dar más vacaciones con el fin de que se animaran a ir aA mérica, pero fue nues- tro padre Íñigo a la visita y hubo tales escándalos que no hubo más remedio por lo pronto que dejarles ir a sus casas, porque, de estar reunidos y demos- trando no tener muchos espíritu religioso, el estar muchos reunidos esto les daba aliento para revolucionarse y pedir la luna. Nuestro padre Íñigo está trabajando por ver de remediar esto con alguna medida radical exigida por las circunstancias, pero en Roma van muy despacio y no sabemos cuánto durará esta situación muy difícil para los superiores». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 469

Ha decidido colaborar en todo con el comisario apostólico, porque la necesidad exige unidad en los superiores. La mayor parte de los repatriados se porta bien, sobre todo los viejos. Están recluidos en Monteagudo sin como- didad alguna: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 141*. Francisco Ayarra a Adell Ha pedido al p. Íñigo que retire la orden de dejar Panamá. El nom- bramiento del p. Bernardino disminuye tus preocupaciones. No le disgusta la idea de nombrar vicario de Maracaibo al p. Cisneros. Los repatriados todavía esperan volver a Filipinas. El delegado apostó- lico tiene buenos deseos, pero la hostilidad contra los religiosos es grande. Noticias sobre presos y muertos

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 25 de enero de 1900

Mi querido Patricio: Hace tres días recibí tu grata del 25 de noviembre, fechada en Pana- má, y por ella veo que, a pesar de los años y goterillas, vas recorriendo esos mundos y abriendo porvenir a nuestra amada provincia, de lo que me alegro mucho. El que los de Panamá abandonen el campo y pasen a Venezuela como [se] te ha indicado, no me parece muy acertado por los compromisos contraí- dos con el señor obispo y así le he escrito a nuestro padre Íñigo, y es de espe- rar que lo deje como está, y una vez que está nombrado el padre Bernardino y está contento, tú descansas también y te libras de ese cuidado y esa carga, y tienes menos que cavilar. No me disgusta tampoco la idea que me manifiestas de que nombre vicario al padre Cisneros en Maracaibo, agregándole los de Coro, Victoria y La Guaira, y tú te quedarías con los de Guayana. Pero tú comprenderás que al principio hay que llevar las cosas despacio para que no suceda que uno lo haga y otro lo deshaga. Por eso, he escrito a nuestro padre Íñigo manifestán- dole tu idea y conveniencia de estas vicarías. Por consiguiente, ten un poco de paciencia, que todo se arreglará. Al principio tiene [que] haber muchas dificultades y deficiencias y hay que ir arreglando poco a poco. Parece que la gente de España se resiste [a] pasar a América, esperando que esto se arregle para volver aquí. Pero esto lleva mala facha de arreglo. Ahora tenemos aquí un delegado apostólico, el señor arzobispo de Nueva Orleáns, buena persona y de buenos deseos, pero, amigo, el país se ha puesto tan mal y le han imbuido tan malas ideas contra nosotros que ya no se ve 470 correspondencia del PADRE ADELL arreglo humano, y más tarde o más temprano, aburridos de España, toma- rán el tole para América. Para cuando recibas ésta ya estaremos cerca del capítulo, y aún no sé si se celebrará o lo qué dispondrá nuestro padre Íñigo, pues la situación y circunstancias por las que atraviesa nuestra amada provincia son tales que todo lo que se diga es poco, y por mucho que se discurra, difícil de acertar198. De todos modos, ya sabrás lo que haya y lo que se disponga. Yo sólo deseo que llegue la hora tan deseada para coger un rincón para estar olvidado de todos y en paz, a ser posible. Anteanoche los clérigos del país, en una recepción que presentaron al delegado apostólico, manifestar[on] sus ideas diabólicas y masónicas contra los frailes y el arzobispo Nozaleda. Dieron un escándalo mayúsculo ante el mundo entero de su salvajismo y un disgusto gordo al delegado apostólico199. Ya han roto la máscara que cubría sus ideas sectarias y antifrailes. Ahora todo son protestas. Veremos los resultados. Los padres Buenaventura Iturri, Maximino Martínez, Manuel Jiménez y Juan Ortiz han fallecido: los tres primeros, ahogados, pues, según noticias, en el mes de mayo se embarcaron en una banca de Zambales para escaparse y no se ha sabido más200. El cuarto, padre Juan Ortiz, lo asesinaron los insu- rrectos en Zambales el 25 del pasado diciembre201. Y a fin de aliviaros algo y tengáis la celebración libre por los 17 padres que hay desde Maracaibo a Guayana, a razón de 16 misas por cada uno, se han celebrado 272 misas en este convento y así os quedáis libres de esta carga, y avisa a los demás.

198 Para estas fechas Íñigo ya había encargado a su procurador en Roma que gestio- nara la suspensión del capítulo ante la congregación de Religiosos y ésta había accedido a su solicitud (8 noviembre 1899). El 11 marzo 1900 Ayarra acusaba recibo del rescripto: Agoar, caja 73, leg. 3, n. 6. Y al día siguiente lo comunicaba a la provincia y confirmaba en sus puestos a los superiores: Libro de circulares, 182rv. Cuatro días después, a petición del delegado apostólico del 16 febrero 1900, la Santa Sede extendió la suspensión a todas las órdenes filipinas: E« x audiencia Ss.mi 13.3.1900. Ss.mus suspendit celebrationem capitulorum regularium indefinite». Al día siguiente la Secretaría de Estado comunicaba la medida a Chapelle por telegrama: Asv, Aes, Spagna, fascículo 329, 66r. 199 Alude a las manifestaciones contra el arzobispo Nozaleda y los religiosos, del 23 enero con ocasión de una recepción organizada por La Chapelle a la que asistieron el arzobispo de Manila, los obispos de Cebú, Vigan y Jaro, los representantes de las órdenes religiosas, el gobernador militar, general Otis, y otros altos oficiales americanos, cf. A. Cacciavillan, «Alle origini della delegazione apostolica nelle Filippine. La delegazione di Mons. Placide-Louis Chapelle (1899-1901)»: Apollinaris 34 (Roma 1962) 312-42; la cita en p. 321, también F. Ayarra, Carta a Santos Paredes, Manila, 12 febrero 1900: Am, leg. 10, n. 5. 200 Los tres perecieron ahogados en aguas de Infanta (Zambales) el 15 mayo mien- tras huían de sus carceleros: F. Ayarra, Carta a Í. Narro, 11 enero 1900: Am, Libro de circulares del provincialato, 1897-1912, 177r-78v: Am, libro 20; J. L. Sáenz, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, 195. 201 J.L. Sáenz, Los agustinos recoletos y la Revolución hispano-filipina, 195-97. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 471

De nuestro padre Mariano hace tiempo que no [tengo] carta, pero, se- gún noticias, sigue en el Brasil, abriendo campo allí. De los prisioneros ya están en el convento 25, que por motivo de las ope- raciones de los americanos han conseguido la libertad202, pero aún nos faltan 15, que están en Tayabas y Mindoro. Supongo no tardarán muchos días en conseguir la libertad. Dios lo quiera203. Adiós, Patricio. Consérvate bueno y fuerte, y manda a tu afectísimo amigo y hermano. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 142*. Medardo Moleres a Adell Desde el día 15 el sueldo del gobierno ha disminuido y la cofradía no paga las deudas. Comenta las ofertas del obispo de Barquisimeto. Él no tiene nada que ver con el préstamo del p. Fermín a Santana. Necesita misas M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar La Guaira, 27 de enero de 1900

Mi venerado padre Patricio: Recibí su favorecida del 2 del actual, a la que correspondo con la pre- sente. Desde el 15 de este mes el sueldo mensual que el gobierno me daba queda reducido a diez o doce pesos. Esto es una gracia que en parte debo al p. G[arcía204]… La cofradía sigue tan negligente como antes y debiéndome 150 pesos. Mañana tienen junta, donde se tratará sobre la conveniencia de entregarme la administración de las casas. El señor obispo Rodríguez se ha comprometido a entregar ciento veinte duros para cada uno de los cinco religiosos. A su llegada entregará en Gua-

202 Llegaron a Manila en dos tandas: la primera la tarde del 18 enero y la segunda en la mañana del día 20 enero: Ibid. 188 y 201-202. 203 Ocho religiosos de este último grupo llegaron a Manila el 1 marzo 1900: Ibid. 213. Sus nombres así como los de quienes quedaban todavía en manos de los rebeldes: infra, Carta 151*. En junio de 1900 todavía quedaban en provincias varios religiosos. Ayarra, Carta 182*, cuenta cinco: los tres de Marianas, el p. Domingo de Pablo que residía en Cuyo, y el misionero de Mindoro. Ninguno de ellos podía considerarse preso. No tiene el cuenta ni a Fernando Cuenca, que gozaba de plena libertad en su parroquia de Talisay (Negros) ni a Juan de Dios Martínez, Elías Goñi y Pedro Chivite que habían preferido quedarse en sus parroquias o deambular por las calles de Iloilo. 204 Moleres sólo apunta la primera letra del nombre. Probablemente se refiere aS an- tiago García, anterior párroco de La Guaira y luego canónigo de Caracas: supra, III. Me- moria, nota 364. 472 correspondencia del PADRE ADELL nare una parroquia y una capilla dedicada al Corazón de Jesús. Si no nos agrada esto, nos entregará una iglesia en Tocuyo. Todo esto sin perjuicio de poner una residencia en Barquisimeto, donde levantará una capilla (para nosotros) del Corazón de Jesús. De ahí el interés que tiene en que uno de los religiosos que vaya entienda de arquitectura. Ha prometido entregarme el dinero para mitades de febrero en que él viene para La Guaira a pasarse una temporada205. No acabo de admirarme de que usted me haga responsable en su carta de que el padre Fermín entregara al señor Santana scien pesos, siendo así que yo nada he sabido. El padre Fermín vino aquí hace cosa de mes y medio, y a las primeras de cambio me dice: «de orden del padre Patricio entregué al señor Santana cien pesos». ¿Por qué, pues, se me hace responsable de un hecho del que estaba completamente ignorante? El mes pasado mandé a usted cuatro ejemplares de misas de la orden, que supongo recibiría. Si le sobran misas de las de Panamá, puede mandarnos, pues por aquí no entra ni una. En este mes hemos celebrado siete con estipendio. Los padres capuchinos están en Los Haticos de Maracaibo y los francis- canos ya han puesto el pie en San Francisco de Caracas. De usted atento y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 143*. Bernardino García a Adell Los escolapios han salido de Panamá. Ecay ha pedido traslado a Bra- sil o España. Al regresar Félez a España, nos encomiendan la iglesia de la Merced

Panamá, 2 de febrero de 1900

Mi respetado padre Patricio: Hace unos días recibí la adjunta como la mando y nuestro padre me decía que me enterara y después la enviase a su destino. Desde su vuelta de usted nada nuevo ha sucedido. Todos estamos bue- nos gracias a Dios. El padre Miguel Lascaray está ahora de visita en el Da- rién según convinimos con el señor gobernador eclesiástico. Ya se marcharon los padres escolapios, de modo que somos necesarios y podemos hacer un poco de fuerza en nuestras pretensiones.

205 Gregorio Rodríguez, obispo de Barquisimeto: supra, III. Memoria, nota 141. Nin- guna de estas esperanzas se realizaron. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 473

El padre León Ecay ha pedido su traslación a España o Brasil fundando su pretensión en motivos de salud (que no existen). La he informado en sen- tido favorable con una notita y me alegraré conceda el definitorio lo que pide. Llamo al padre Cándido a Panamá, porque como el padre Félez se mar- cha a España, nos encomiendan la parroquia de la Merced y de este modo conseguiré que todas las funciones, excepto las parroquiales, se hagan en San José206. Consérvese usted bueno y mande a su menor hermano207. Fray Bernardino García de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 2

Carta 144*. Paciente Corral a Adell El Callao, en decadencia y disgustado del proceder de los sacerdo- tes, les acogió con frialdad. Sin embargo, en Caratal hasta ofrecen la dirección de la escuela. En los barrios de Perú y Chile convendría levantar una capilla

El Callao, 4 de febrero de 1900

Estimado padre Patricio: Después de mi más cariñoso saludo, paso a manifestarle que el día 27 del pasado mes llegamos a ésta. La acogida no pudo ser más fría. Al presen- tarnos al señor jefe civil para ver si el pueblo contribuiría a sostenernos aquí, nos dijo: no se metía más en esto, pues estaba visto que los sacerdotes venían aquí a hacer salapí208 y que luego se marchaban, como había sucedido con el último, o sea, el padre Isidoro, quien tuvo la poca delicadeza de marcharse sin siquiera despedirse de él. Y así y otras cosas. Después de muchas explicaciones, al fin determiné fuéramos al siguien- te día por la jefatura para que, acompañados de él y de un secretario, reco- rriéramos los comercios para ver quién quería contribuir con algo a nuestro sustento. Así lo hicimos. Al siguiente día recorrimos las calles de la población y, a pesar de las quejas de algunos comerciantes que nos echaban en cara haberse marchado el padre Isidoro sin cumplir el mes que había cobrado an- ticipadamente, vinimos a sacar unos 60 pesos. Viendo que con esta cantidad no nos era posible seguir aquí por lo muy cara que es la vida, me marché a Caratal con el fin de ver si aquel pueblo contribuía con algo.

206 Partió para España a principios de marzo: infra, Carta 156*. 207 «Éstos, con quedarse independientes, están sin novedad. Vea lo que dice el padre Moleres que contó el padre Antonio sobre tiranías del padre Patricio. ¡Pobretes! Con ser amigos en Manila de los que se dicen enemigos del padre Patricio … tienen bastante». 208 Dinero en dialecto tagalo. 474 correspondencia del PADRE ADELL

No estaba el jefe civil, pero el encargado de la jefatura inmediatamente me prometió hacer todos los posibles para recoger algo. Al efecto, a los dos días me llamó del Callao y me entregó una colecta de caualsan ca pisos 209, diciéndome que esperaba llegarían a ussa ca gastos210. Quedé sumamente agradecido a este pueblo, y, como no dista más que media hora de El Callao, me he determinado a que el padre Demetrio o yo vivamos allí, ya que éstos son los deseos del pueblo. Quieren también que cojamos la escuela de los niños y les he dicho que por ahora, hasta que no venga más personal, no puede ser, que se lo avisaría a usted para que lo tuviese en cuenta. Igualmente me dice el buen señor que nos hizo la colecta que la gente de Chile y Perú, barrios distantes de Caratal una hora, ansían vayamos algún día, aunque sea de labor, a decirles misa. En vista de esto, y como en esos barrios no hay capilla ninguna, pienso ir pronto a decirles que hagan alguna capilla o alisten algún lugar para ello. Con lo que resulte de mi viaje le avisaré a usted y creo sería mejor me mande monseñor licencia para bendecir tal capilla y así poder celebrarles todas las semanas una misa, cosa muy fácil para nosotros, toda vez que ya disponemos de caballo propio. Le repito que hemos quedado sumamente agradecidos a este pueblo Caratal, pues si no por él nos hubiéramos tenido que retirar del Callao, donde no puede usted figurarse lo muy cara que es la vida.A sciende a usa ca gastus ca pisos211 lo que tenemos que gastar mensualmente. Pues eche usted sesenta pesos la comida sin pan, diez la casa, ocho de pan, otros diez de paja para el caballo, después la lavandera y el queso para desayuno, y algún otro gasto que siempre hay, de modo que como aquí no hay familias, tiene usted que mandar el real por delante hasta para que le hagan una taza de agua caliente … y si bien los negros son aficionados a la iglesia, también es verdad que, como buenos ingleses, tienen el interés metido hasta los tuétanos. Todavía estamos durmiendo sin almohadas, por no haber una familia que sepamos nos las haría o daría con gusto… Así que las tendré que pedir en Guasipati o en Upata. En conclusión, le diré que hoy por hoy, atendidas las circunstancias de decadencia por que atraviesan las minas, no da El Callao más que para un sacerdote y que venga Musitu a poner tres o cuatro…, que le aseguro saldría con buen pelo… Supongo habrá usted recibido el telegrama que le puse a nuestra lle- gada pidiéndole sacras, pues no hay aquí ni en Caratal. Los cuadernos de música de la orden que en ésa me entregó se han per- dido juntamente con el saco de noche, un hábito y la ropa blanca que traía de Bolívar. A la mañana siguiente de mi desembarque en San Félix, fui al res- guardo por el maletín y el saco de noche. Ambas cosas no estaban allí. Al fin, encontré la maleta, que estaba en la casa donde para el correo, pero el saco

209 Visaya cebuano: una cantidad de pesos. 210 Visaya cebuano: para los gastos. 211 Visaya cebuano: cantidad de pesos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 475 hasta la fecha no ha parecido. Alguna mano negra me persigue… Gracias a que los milagros me los había echado al bolsillo. Finalmente, mañana, Dios mediante, marcho para Miamo a fin de ha- cer algunos bautismos y conocer aquello. Sin más, con mis recuerdos para monseñor, las madres y demás cono- cidos, usted reciba cuanto guste de su último súbdito y afectísimo hermano in Corde Jesu. PD. Muchos recuerdos del padre Demetrio y que por aquí hay mucha nigua. El otro día se sacaron seis de los pies. Suyo afectísimo. Fray Paciente PD. ¿Y qué hay de la licencia de binar?

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 145*. Joaquín Barroso a Adell

Uracoa, 5 de febrero de 1900

Acusa recibo de una carta y de varios obsequios para amigos y colabora- dores. Pide los santos óleos, velas y libros necesarios para la iglesia y cuenta las peripecias que hay que pasar para mandar dinero a Ciudad Bolívar. Tan- to él como Eusebio han estado enfermos: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 146*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 8 de febrero de 1900

En su nombre y en el del p. Joaquín Barroso envía cien pesos por medio del alemán Lehman. Pide el arancel de la diócesis para saber a qué atenerse. Celebrará las misas que le remite: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 147*. Amador Briceño a Adell

San Félix, 8 de febrero de 1900

Le parece bien que su hija212 conviva algún tiempo con las hermanas de la caridad en Ciudad Bolívar para asegurarse de su vocación religiosa: Agoar, caja 83, leg. 2.

212 María Briceño: infra, Carta 164*. 476 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 148*. Julián Cisneros a Adell Hay tensión entre las hermanas de la Beneficencia. Los franciscanos se instalaron en Los Haticos, pero se volvieron a Caracas. Les han substituido los capuchinos. Josefa A. de Guruceaga quiere confiarnos un colegio

Maracaibo, 10 de febrero de 1900

Mi estimado y respetado padre Patricio: He recibido su esquela, que me entregó la madre Ambrosia213 y celebro que tengan salud. Aquí seguimos bien, a Dios gracias, y trabajando lo que se puede. Le advierto que estamos sin gallofas; no sé lo que habrá pasado. Supongo que habrá recibido mi carta en la que le hablaba de las reli- giosas de la Beneficencia, etc. Sigue la contrariedad y algunas de las conse- jeras piensan escribir a España, porque esto lleva mal rumbo. De durar la anciana por aquí, van a resultar graves inconvenientes. En esto nadie duda. Con que vea de enterar a su hermana. Las mismas monjas me lo suplican. Vamos a otra cosa. Los padres franciscanos que sabe vinieron a la casa y templo de Los Haticos, propiedad de la señora Josefa, a quien conoce; estos padres levan- taron la casa, porque el superior enfermó, y adquirieron otra residencia en Caracas, y allí se fueron. En lugar de los franciscanos vinieron sin encomen- darse a nadie, más que arreglaron entre los padres capuchinos de Caracas, y aparecieron por aquí el padre Melchor y dos más, que se hospedaron en Los Haticos. Yo sabía ya de qué se trataba por el padre Moleres, que me avisó. Se fueron, pues, los franciscanos y quedaron en el mismo lugar los capu- chinos, pero como no tenían porvenir allí para misiones, etc., pidió el padre Melchor la iglesia de San Francisco de aquí y se la dio. (Dicen que el padre Melchor era en Caracas muy amigo y confesor de este obispo). La gente de Los Haticos se ha molestado mucho de todo esto, y la señora Josefa, que tanto empeño tuvo con los franciscanos, se ha irritado muchísimo de esa especie de informalidad que de veras a mí me ha extrañado algo en unos y en otros214.

213 Ambrosia Barberá. En esa fecha era vicaria provincial interina y superiora de la Beneficencia: supra, IX. Correspondencia A, nota 305. 214 C. de Carrocera, Cincuenta años de apostolado, 66-74, describe las gestiones que culminaron en el intento de los padres franciscanos así como la llegada a Maracaibo del p. Melchor de Escoriaza, José Manuel de Villaverde y Pedro de Ascarza el día 7 de enero de 1900. Los capuchinos se establecieron en Los Haticos, «lugar árido y retirado de la ciudad». Pero ya al mes siguiente se trasladaron a la iglesia de San Francisco, que el obispo, penitente del p. Melchor, puso a su disposición. La entrega canónica de la iglesia y convento «con todos sus terrenos, construcciones, pertenencias y adherencias» tuvo lugar el 23 septiembre 1902. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 477

Bueno, pues, vaya esta historieta por delante. Y ahora le expongo que la señora Josefa me ha propuesto el hacer un contrato con nosotros, dándonos, mientras estemos aquí los agustinos, la casa y la iglesia, en la que podremos, si conviene, poner un colegito de internos o lo que quisiéramos, y al mismo tiempo decir misa los días de fiesta y tener catecismo y demás. Ella misma trabajará para que haya algunos niños de las familias principales de aquí, que estuvieran internos215. Ahora bien, como vuestra reverencia indica que piensa enviar a algún padre para pedir gente a España, vea el modo de hacer lo que pueda para que nos envíe nuestro padre dos o tres que pudieran enseñar inglés, francés y, si se pudiera, dibujo. Yo recuerdo de alguno que pudiera hacerlo y se los voy a nombrar. Para el francés e inglés: el padre Juan Labarga216 debe [de] saber algo; también el padre León Galdeano217 o el padre Gregorio Ochoa218. Para dibujo: creo que alguno de los Arandas219 de Alfaro debe saber dibujo. Luego algún hermano lego para ayudar a cuidar de los niños, etc. Le escribo esto no porque me entusiasme esto del colegio, sino porque quizá pudiera convenir la proposición de la señora. Comprendo que hasta esta proposición ha venido forzada por las cir- cunstancias, pero como en nuestra situación hay que prescindir de amor propio y vanagloria, quizá, repito, nos pudiera convenir220. Siguen los capuchinos diciendo misa un padre los domingos, pero viven aquí, en San Francisco, y aquí es donde ellos trabajan, y la señora desea otra cosa y que no se abandonen Los Haticos. Le dije que escribiría a usted y por eso le expongo la proposición. Ya me dirá usted algo.

215 Josefa A. de Guruceaga: infra, Carta 384*. 216 Juan Labarga (1869-1954). A la sazón residía en Filipinas, donde había llegado en 1891. Después fue prior de Cavite (1903), secretario del vicario provincial (1906), prior de Manila y procurador provincial y misionero en Palawan (1919-28). En 1906 viajó a China para estudiar la posibilidad de abrir una misión. En 1929 regresó a España: Sádaba, 683; Avellaneda, 133; Actaoar 3 (1954-55) 165. 217 León Galdeano (Los Arcos [Navarra] 1874-Manila 1912). Llegó a Filipinas en oc- tubre de 1897, en la última expedición recoleta del siglo xix. Se ordenó en Manila y fue destinado al colegio de San José de Bacólod. En marzo de 1899 regresó a España. Hasta 1904 residió en Marcilla. Luego fue destinado a Lucena (Córdoba) y al colegio preparatorio de San Millán de la Cogolla. En 1906 volvió a Filipinas y allí murió: Sádaba, 729; Avella- neda, 373. 218 Cf. supra, IX. Correspondencia A, nota 168. 219 Eleuterio (1860-1926) y Florencio (1862-1922). El primero era a la sazón vice procurador general de la congregación con residencia en Madrid; y el segundo residía en Manila: Sádaba, 626, 644-45; Avellaneda, 415-16, 427-28. 220 En una apostilla a la carta de Rafael Corral del 26 junio de 1900: infra, Carta 191*, Adell se hizo eco de esta propuesta. Él creía que el padre Quirino y el hermano Gre- gorio eran suficientes para comenzarlo. 478 correspondencia del PADRE ADELL

Siento que por cosas nuestras no pueden venir de Panamá el padre Hi- lario y el padre Lascaray, que harían aquí buen papel. ¡Cómo ha de ser! Allí estarán muriéndose de risa en Chepo… Recuerdos a los padres y mande a su afectísimo menor hermano seguro servidor221. Fray Julián Cisneros del Carmen Los padres están buenos y le saludan

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 149*. Adrián María Gómez a Adell

Upata, 19 de febrero de 1900

Remitirá al p. Paciente la sacra que le envía con su hermana Mercedes. En Upata no faltan disgustos: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 150*. Medardo Moleres a Adell La cofradía del Carmen está dispuesta a entregarle la administra- ción de sus casas. Ha celebrado solemnemente la fiesta de la V. de Lo- urdes. Comenta la actitud del p. Bernardino. Pide sendas dispensas para él y para el p. José Palacios

La Guaira, 21 de febrero de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi apreciable padre Patricio: Para primeros del mes entrante pienso estar administrando las casas que la cofradía del Carmen posee en esta población y que me las cede espon- táneamente. Se trató de entregarme todas, respondiendo yo de todas las cargas de la cofradía, pero he creído más conveniente se quede ella con una y responda con sus alquileres de las fiestas de la patrona en julio. Esto es lo que se está estudiando en estos días y sólo falta escribir el pliego de condiciones en que se me entregan. De lo dicho puede usted deducir las simpatías que por aquí vamos ga- nando. En mi anterior le decía a quién debía (p[adre] G[arcía]) el que el gobier- no me haya limitado el sueldo a quince pesos, después de haber estado un mes, lo mismo que todos los empleados, sin cobrar nada.

221 «Recibida y contestada el 2 de noviembre». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 479

Le incluyo en esta carta un recorte de periódico donde se relatan las fies- tas celebradas en honor de Nuestra Señora de Lourdes. Las utilidades mate- riales que hemos sacado han sido escasas, por la espantosa miseria en [que] se encuentra la población. Sin embargo, estoy muy satisfecho por haber distribui- do cerca de doscientas comuniones en el triduo y en lo que llevamos de mes más de trescientas cincuenta (350). Otras tantas, o más, se distribuyeron en enero. El padre Bernardino me escribió muy vicarialmente respecto de la veni- da del padre León. Está visto que cuanto más necio es uno es más orgulloso y satisfecho está de sí mismo. Por lo que pueda interesarle, también le digo que ha echado a volar por los cuatro vientos el despotismo que usted usó con él hasta tanto no le pasó por los ojos (sic) su título de vicario. Gente de corona, extraña a la corpora- ción, me ha asegurado todo esto. Después de lo que usted ya sabe, monseñor Rodríguez no dice nada. Como ya la cuaresma se nos acerca, bueno fuera dispensara usted al padre José del ayuno y vigilias, pues no anda muy bien de salud y [los] calo- res se van dejando sentir; por lo que a mí no fuera malo me dispensara las vigilias, toda vez que va a ser muy difícil encontrar pescado. De usted menor hermano que su mano besa222. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 151*. Francisco Ayarra a Adell Es preciso contentarse con el personal disponible. No hay que ato- sigarlo. Reafirma su confianza en el p. Bernardino. Filipinas sigue en completa anarquía, a pesar de los esfuerzos del delegado. El 1 de marzo llegaron libres 8 presos. Todavía quedan 7

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 27 de febrero de 1900

Mi querido Patricio: Ayer recibí tu grata del 28 de diciembre y por ella veo que has vuelto de tu expedición a Panamá a ésa de Ciudad Bolívar. Desde que saliste mucho has corrido y, por consiguiente, padecido también mucho. Como ha de ser, Dios te recompensará con creces, que es la verdadera recompensa.

222 Al remitirla al p. Enrique, Adell añadió el comentario que publico como carta 128. 480 correspondencia del PADRE ADELL

Te quejas mucho del personal, y eso que la mayor parte de los que fue- ron ahí eran escogidos. ¿Qué hubiera sido si todos ellos fuesen mandados sin pensar en las cualidades de ellos? Ten muy presente que tenemos un perso- nal muy pobre, y con ese personal no se le va a ninguna parte, y si te mandan de España, serán lo mismo o peor, pues de donde no hay no se puede sacar. Por la misma causa aquí, disgustos; en los colegios, disgustos, y muy gordos; en el Brasil, disgustos y ahí disgustos. ¿Quid faciendum? Rogar muy mucho a Dios, confiar en él. Parece ser que el proceder del padre Guillén no te gustó y el del padre Bernardino así así. Pues yo creo que éste es el más decente y de más valor de los que han ido a esa parte de América, y por eso le mandé el nombramiento de vicario conforme con tus indicaciones y para aliviarte en algo de la car- ga y responsabilidad, y porque el superior, cuanto más cerca, puede vigilar mejor de sus súbditos y enterarse de sus necesidades. Respecto de cálices y ropas que llevaron de aquí, tú tienes la culpa de haberlos dejado en Panamá. Además, mandé 500 pesos a nuestro padre comisario para que os mandara misales, ropas etc., y me contestaste diciendo que lo que querías era religio- sos, pues ¿qué quieres que yo haga? Los quinientos pesos deben de estar con nuestro padre Íñigo para mandaros algunos efectos. Sobre mandarte títulos de vicario para el padre Cisneros no sé qué ha- cer ni cómo acertar, pues mientras no fijes bien las residencias en puestos fijos, no sé si convendrá; pero de todos modos antes de terminar mi tiempo te los mandaré para que hagas el uso que creas conveniente. No te apures por las cartas que escriban aquí. Rarísimo es el que ha escrito aquí a particulares hablando mal de eso; a mí ninguno. Por [eso] no te apures y ten paciencia. La gente, acostumbrada aquí a pasarlo bien, hoy se quejan aquí, en España y en todas partes, porque tenemos mucho personal, pero la mayor parte sin espíritu religioso y sin abnegación, y de ahí muchas quejas. Lo mismo le pasa a nuestro padre Mariano en el Brasil. Le han man- dado unos cuantos inútiles y malos, y por eso tiene muchos disgustos. Por aquí seguimos en completa anarquía. Los americanos tienen mucha tropa, vapores, artillería y demás que no te puedes figurar, pero, con todo, tie- nen para tiempo lucha. Sólo en Negros deben de tener más de dos mil hombres y, sin embargo, ni pueden vivir ni trabajar. Las haciendas, unas quemadas y otras abandonadas; la gente mala, boyante; y la buena, abatida y asustada; y la religión ya puedes figurarte; los clérigos, hechos unos bandidos y trabajando y haciendo escritos a los pueblos para que no vuelvan los frailes a los curatos. Todavía tenemos catorce prisioneros en Tayabas y Mindoro, y uno que se quedó en la Paragua223. Veremos si antes de cerrar ésta llegan algunos de Tayabas.

223 Domingo de Pablo, que gozaba de completa libertad en Cuyo: R. García, «Aporta- ción para la historia de las misiones de Palawan»: Recollectio 1 (1978) 206-07. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 481

El delegado apostólico es una bella persona y nos aprecia mucho, pero si no recaba apoyo del gobierno americano masón, no se podrá arreglar esto. Está muy convencido de lo malos e inmorales que son los clérigos y si se que- dan solos aquí, la religión desaparece muy pronto224. Dios tenga compasión de tantas almas. Indios y americanos, los dos a cual peor, se han portado villanamente, pero bien lo pagan también y aún les queda mucho que pagar. Adiós, Patricio. Ten mucho ánimo, cuídate cuanto puedas y sabes pue- des mandar cuanto gustes y te ocurra a tu siempre afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra PD. No te apures de mandar la cuenta de los gastos que hicisteis en el viaje, pues no hace ninguna falta. Lo gastado está bien gastado, y amén. No apures demasiado a esos fratres, porque, si los apuras, escriben disparatadamente y ya nadie se animará a ir por esas tierras. En España tenemos mucho personal, pero ni quieren vivir en los colegios, [ni] ir a las re- sidencias a trabajar, ni pasar a América, sino que se les dé dinero para vivir donde quieran y nada más. ¡Magnífico porvenir para la provincia! Hoy, 2 de marzo. Anoche llegaron los padres prisioneros: Vicente So- ler, Federico Serrano, Paulino Jiménez, Félix Lacalle, Julián Ortiz, Manuel Gómez, Miguel García y hermano Andrés López. Ahora nos faltan siete: los padres Dionisio Gurbindo, Celestino Yoldi y Pedro López en Marinduque; los padres Vicente Pinilla y Javier Sesma en Mindoro; el padre Agustín Pérez, el de Romblón, se ha quedado muy enfermo en Tayabas; y el padre Domingo de Pablo que se quedó en la Paragua. El padre Pablo Alecha ha muerto en Macao. Las misas que debían de celebrar los padres de Venezuela y Panamá por su alma se han celebrado aquí, y siempre es un alivio para vosotros. Conque ya lo sabes para vuestra satisfacción.

Agoar, caja 82, leg. 4

224 En carta al Presidente Mckinley del 31 marzo 1900 escribía: «El clero indígena desea ardientemente que abandonemos el país y tener de esta manera el camino más expedito para la consecución de sus fines. Si la religión quedara abandonada al cuidado de estos clérigos, el cristianismo no tardaría en ceder el puesto a las más groseros su- persticiones, y el país se cubriría de los más horribles crímenes. La misma ineptitud que se nota en los insurrectos para constituir un gobierno que garantice la paz y el orden, se daría también en sus hermanos los clérigos para la administración espiritual»: Asv, Aes, Spagna, fascículo 330, 57r. 482 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 152*. Íñigo Narro a Adell † No puede ser tan explícito como quisiera. Musitu ha reclutado cinco religiosos en Monteagudo. Embarcarán el próximo mes

Madrid, 3 de marzo de 1900

Carísimo padre Patricio: Aturdido por tanta correspondencia no tengo tiempo de escribir a usted todas mis impresiones. He terminado ahora mismo una larguísima, con bo- rrador y todo, al eminentísimo Rampolla, quien me pide extensos y detalla- dos informes sobre nuestra corporación225. El padre Musitu catequizó a cinco religiosos en Monteagudo para Ve- nezuela. No hay tiempo para que salga el día 5. Son los padres Orea, García, lector jubilado, Ballesteros, Bolea y hermano Mariano. Escribíle a Monteagudo «que no se podía salir el 5 en el vapor italiano; que usted me había significado el deseo de poner uno grave con el padre Medardo y otro con el padre Fermín. Si había frecuente oportunidad para de La Guaira pasar a Ciudad Bolívar, podían ir todos a La Guaira, quedar allí y Victoria los padres Francisco García y Mariano [sic = Clemente] Ballesteros y seguir los otros a Ciudad Bolívar cuando hubiese oportunidad, sin sacar el equipaje de la aduana. Así podrían ir en vapor español con gran economía». Pero se marchó el padre Musitu y … ésta es la hora que ignoro por dónde anda. Es de usted afectísimo. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 153*. Paciente Corral a Adell Él vive en El Callao y Demetrio en Caratal. Saldrá para Guasipati el día 5. Se ven a tercer día. Han comprado dos caballos por 200 pesos. En San Félix continúan la obra de la iglesia

El Callao, 5 de marzo de 1900

Estimado padre Patricio: Sírvate ésta para saludarte, al propio tiempo que para manifestarte seguimos buenos por ésta, dando catecismo a los niños el padre Demetrio en Caratal y un servidor en El Callao.

225 Publicada en Rampolla, Correspondencia, 140-48. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 483

Recibimos su telegrama en que nos concedía licencia para binar. Toda- vía no hemos hecho uso de ella por el mal tiempo, que no me ha dejado ir a Guasipati ningún domingo. Pongo en su conocimiento que compramos dos caballos, que nos han cos- tado doscientos pesos entre los dos. El uno lo compré en San Félix por cuatro onzas. Todos me dicen es barato, pero tendré que volverlo a vender, porque es de mucha sangre para nosotros; el otro lo compré aquí al señor Ciavatti. Es mucho mejor y además muy manso. El día 5 de éste, Dios mediante, irá el padre Demetrio a Tumeremo, a fin de pasar unos días por allí y ver si hay algún bautismo.A l mismo tiempo le encargo me traiga algún pato de oro para el señor obispo. De San Félix llevo recibidas cuatro cartas del señor Briceño. Nos han mandado un cajón de dulces y quinina para que tomemos de cuando en cuan- do. ¡Pobre tío Briceño! No hay en todos estos pueblos familia como ésa. Ahora nos van a mandar almohadas, pues se descuidó el padre Demetrio a indicar- les que aquí no teníamos. También me dice que están rehaciendo la iglesia y que el altar mayor ya está concluido. ¿Harán la media naranja? Así me lo prometieron al despedirme. Veremos. ¿Y qué me dice usted de los ayunos? Nos atenemos a la gallofa por aho- ra, y al padre Demetrio le he dicho que no coma de vigilia los viernes, porque parece que su estómago no está para eso. Como le indicaba en mi anterior, él vive en Caratal y nos vemos un día sí y otro no. Todavía no he podido ir a Perú y Chile, barrios de Caratal, por el mal tiempo, pues aquí llueve bastante, y, cuando no, hace bastante calor. Hasta ahora hemos estado ocupados en la casa y sus enseres. Ya tene- mos tanque, baño y casillas, de modo que ya vivimos con comodidad. Sólo me falta hacer caballeriza. Veremos más adelante, no sea que me empeñe… Sin más por hoy, consérvese bueno, y con mis recuerdos para las madres y monseñor, usted cuanto guste de su afectísimo menor hermano y súbdito. Fray Paciente

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 154*. Víctor Bisquey226 a Adell Informa sobre el precio de algunos objetos litúrgicos. En el futuro los párrocos podrían ponerse de acuerdo y pedir las cosas a Europa

Santa Ana, 6 de marzo de 1900

226 Víctor Bisquey (1853-1901), dominico francés, capellán de las dominicas, enten- dido en el arte de la construcción y afecto a los recoletos. Residía en Trinidad desde 1866: Analecta Ordinis Fratrum Prædicatorum 5 (1900-01) 154-55. Adell, en nota a una carta 484 correspondencia del PADRE ADELL

Querido padre Patricio: Recibí su carta del 27 de febrero hace algunos días. Gracias a Dios, mi salud está un poco mejor que en el tiempo de su visita a Trinidad. No lo sabía todavía de regreso a Ciudad Bolívar. Deseo que todo le sigue a su gusto y que guarde buena salud. Tocante a las anforitas para los Santos Óleos hay de varias clases y de precios varios. Un tubo de tres divisiones en plata $ 5; 2 de 5, a 10 pesos; tres anforitas, una caja de madera con tres anforitas en metal: 2,40, o en plata: $10. Su calderita de plata se podría vender aquí y, si pesa bastante, su valor le pagaría aquí una calderita regular de cobre plateado. Un incensario convenable y costaría de 8 a 10 fuertes. Habría que pagar unos 4 o 5 por importe de ésas. No se encuentran aquí ni calderitas ni incensarios, pero sí le puedo ayudar en eso: podía escribir a Europa y pedirles para usted. Por un cáliz, según que lo quieren todo dorado o parte solamente, aquí piden de 8$ a 12$. Si siguen las cosas bien por allá, les sería ventajoso de ver lo que les necesita a todos, cuanto cada uno puede conseguir, y pues mandar una lista a alguna fábrica de Europa que les mandaría todos sus artículos pedidos por la vuelta del correo.

Víctor, op, parish priest [of] St. Anne

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 155*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 7 de marzo de 1900

Todavía no ha podido viajar a Uracoa por falta de caballos: «las tropas que se los llevan o los ocultan». Está lloviendo mucho. Intentarán cumplir su orden de viajar a Ciudad Bolívar para Semana Santa: Agoar, caja 82, leg. 5.

suya del 8 de agosto 1900 escribió: «Este p. Víctor es un padre de Trinidad, confesor di- rector de las monjas venezolanas, que ahora me parece se me quedan allá con el p. Víctor Ruiz. Vea usted la carta de éste que ahora va. Parece está muy mal éste y ya con todos los sacramentos; quizá haya pasado a mejor vida. Muy bueno es, y nos quiere mucho. Ustedes, me decía, insistan en poner aquí una como procuración, que ya se cansarán estos padres ingleses y se lo concederán. Parece se cumple esto». Murió el 17 febrero 1901: infra, Carta 336*. En Agoar, caja 82, se conservan, además de ésta, otras tres cartas suyas a Adell: infra, 175*, 210* y 231*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 485

Carta 156*. Medardo Moleres a Adell Desde el día 1 administra las casas del Carmen. Según Antonio Félez, en Panamá los nuestros están en mala situación. No comprende la inac- tividad de Cisneros en Maracaibo. Consulta sobre abstinencia y ayunos

La Guaira, 10 de marzo de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Respetable padre Patricio: Conforme anuncié a usted en mi última, desde el día 1º de este mes vengo siendo administrador de las casas del Carmen que la cofradía me ha cedido espontáneamente. Después del padre Castro, yo soy el único capellán a quien los cofrades han dado esta gracia. El padre García ha sido nombrado canónigo y el elegido para substituir- le es el cura de Río Chico, sacerdote francés. El padre Maldonado tiene vara alta en la Casa Amarilla, toda vez que ha sido nombrado capellán particular del Presidente de la República. De paso para España estuvo el que fue cura de la catedral de Panamá, padre Antonio Félez227, y me dice que las cosas en aquella población no son muy favorables a los nuestros. Me asegura, entre otras cosas, que el contrato todavía no está firmado. De ahí que han principado a borrenarlo, suprimién- doles en absoluto la celebración. Yo no sé qué se hace el padre Cisneros por Maracaibo. Los capuchinos, además de la capilla de Los Haticos, se le han adelantado y han cogido tam- bién la iglesia de San Francisco, que quedó vacante en los primeros días de enero por haber sido elegido canónigo el capellán que la servía. Tengo enfermo al padre José a consecuencia de las vigilias y de los ayu- nos, que los guardamos con todo el rigor cuaresmal. Bueno fuera que los mitigase usted un poco, teniendo en cuenta que los capuchinos sólo comen de vigilia los viernes. Así me lo dice fray Santiago228, que lo tengo aquí hace días para arreglarse de una enfermedad que padece. ¿Cuándo llegan los de España? Ya he visto el telegrama del padre Musitu. Soy de usted seguro servidor y menor hermano que su mano besa. Fray Medardo Moleres PD. ¿Recibió los cuatro cuadernos de misas?

Agoar, caja 82, leg. 4

227 Supra, III. Memoria, nota 85. 228 Santiago de Beniarrés (1863-1900), natural de Beniarrés (Alicante). Llegó a Ca- racas en diciembre de 1891 con la primera misión. Murió de tifus el 19 julio 1900: C. de Carrocera, Cincuenta años de apostolado de los capuchinos, 320; M. González García, Estadística de la provincia capuchina de Castilla (1889-1994), Madrid 1995, 38. 486 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 157*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 11 de marzo de 1900

Espera respuesta a dos cartas. Necesitan gallofas. Están bien de sa- lud229: Agoar, caja 82, leg. 4. Carta 158*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 20 de marzo de 1900

Probablemente no podrá viajar a Ciudad Bolívar para Semana Santa, «pues el vapor Bolívar ahora no es seguro»230: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 159*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 20 de marzo de 1900

Manda una ayuda para pagar la misión que ha de venir de España con unas hermanas de Santa Ana que viajan a Ciudad Bolívar. Alude a divergen- cias con una hermana de Maracaibo. A pesar de los servicios que les hacen, es más afecta a los capuchinos que a ellos. El día 22 comienza una tanda de ejercicios para señoras: Agoar, caja 82, leg. 4.

229 A pie de página Adell puso la siguiente glosa: «Contesté al p. Julián sobre Los Haticos o casa e iglesia que doña Josefa regaló a los franciscanos de Jerusalén y éstos abandonaron porque al Presidente le gustó más Caracas que Maracaibo y dio luego a los capuchinos, y a éstos les conviene más San Francisco que Los Haticos. Que diera es- peranzas a doña Josefa, pero que procurase no gastar nada hasta ver cuántos y quiénes querían venir de España. = No conocen el daño que se hace a nuestra corporación con esa indecisión para venir. En el mismo Caracas podíamos ya tener residencia, si estable- ciesen venir dos, cuatro o tres cada mes, avisando con anticipación quiénes venían, pues hay lugar para todos. No todos los sitios para todos, pero sí lugar para todos y … con una marcha regular y escogiendo bien.. Dios sobre todo, que sabe mejor que nosotros lo que nos conviene». 230 Adell atribuyó el proceder de Ortuoste a simple pereza y no dejó de reprochár- selo en una carta que sólo conocemos por la apostilla que puso a la carta del mismo Or- tuoste antes de enviarla a Roma: «Este p. Eusebio con quedarse quietito en Barrancas tiene bastante. Se le dijo que si no le hacían casa se fuese a Uracoa, y ahora supe por el p. Joaquín que él gastó de nuestro dinero para hacer el suelo de la sacristía, donde se propusieron hacerle casa… y allí vive hasta sin excusado. Habla del vapor Bolívar, que lo embargó el gobierno por las cosas de la guerra, pero se arregló y vino, y con él el p. Joaquín, dejando sin semana santa a los de Uracoa, que se la merecen más que los de Barrancas. Por todo esto, llevó el p. Joaquín una carta buena al p. Eusebio, para ver qué determinación toma. Creo será la de quedarse quieto. El egoísmo sabe taparse con capa de bueno y hace lo que le da la gana, y casi nunca lo conveniente. Veremos qué contesta». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 487

Carta 160*. Paciente Corral a Adell † Manda una ayuda para atender a los nuevos misioneros. Demetrio fue muy bien recibido en Tumeremo, que debe ser preferido a San Félix. Entre El Callao y Caratal apenas pueden vivir dos

El Callao, 30 de marzo de 1900

Mi querido padre Patricio: Sírvale ésta de mi más cariñoso saludo, al propio tiempo que para ma- nifestarle recibí su grata y el telegrama que nos dirigió dándonos cuenta de los que venían de España. Algo es algo. La causa de no haberle contestado antes fue el no saber cuándo salía de aquí el correo. Supongo que todavía llegará ésta a tiempo para que pueda proveer a los que llegan de España y salir de apuros … A ese fin le mando ese giro para que lo cobre en casa de Blum y Cª. Por aquí seguimos sin novedad alguna, esperando las sacras que nunca llegan y entretenidos con el catecismo y demás gajes del oficio. El padre De- metrio estuvo en Tumeremo. Vino entusiasmado de aquella buena gente que tanto desean sacerdote. En mi pobre concepto, debe usted preferirlo a San Félix, y además todo familiar. Con respecto a esto, sigo en la opinión de que con dos basta para El Callao y Caratal. Entre los dos pueblos no ha llegado la celebración este mes para uno, conque eche la cuenta… Por otra parte, muy raros los entierros, y matrimonios no se diga. En Guasipati he estado dos veces y el padre Demetrio una. Hay al- gunas familias que tienen sumo interés en que haya sacerdote; ya tienen un cuarto. Para los que aquí vengan no hace falta más que avisarles con tiempo. Aquí pude conseguir dos bastones de palo de oro que guardo para el señor obispo. También he visitado Chile y Perú. Entre los dos pueblecillos dan un contingente de dos mil habitantes. ¡Pobre gente! Sin iglesia ni capilla viven como … usted se puede figurar. Finalmente, el padre Demetrio agradece mucho sus recuerdos, siempre tan trabajador y entregado ahora de lleno a las prácticas hidroterápicas del doctor Weith, aunque esto no quita para que en la comida tome un poco vino tinto caro y malo. Ahí le pone una postdata a fuerza de ruegos. Sin más por hoy, consérvese bueno, dé mis recuerdos para las madres y monseñor. Usted reciba cuanto guste de su afectísimo hermano y último súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia PD. Los caballos están a la orden. 488 correspondencia del PADRE ADELL

Estimado padre Patricio: Recibí sus gratos recuerdos y me alegro mu- chísimo de que siga usted bien. Yo por estas tierras sigo menos mal, pero estoy buscando un cacharro grande para hacer una medicina para curar los callos, pues tengo nada menos que cuatro, de modo que estoy muy bueno para ginetear. Se concluye el papel. Sin más por ahora se despide de usted su menor súbdito. Fray Demetrio Ázqueta Recuerdos a las madres.

Agoar, caja 82, leg. 5

161*. Francisco Ayarra a Adell No te inquietes por las cartas que escriban desde ahí. «No dejo de comprender tus buenos deseos y las muchas dificultades que tienes que vencer». Para afrontarlas mejor conviene que las residencias es- tén próximas unas de otras. Envía una circular sobre las consecuen- cias de la desenvoltura que se emplea en las cartas

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 31 de marzo de 1900

Mi querido Patricio: Ayer, estando terminando de escribir la adjunta circular para mandar- te231, recibí tu grata del 20 de enero juntamente con las cuentas de tus expe- diciones y demás hermanos, las cuales merecen mi satisfacción y aprobación, y que tus trabajos y penalidades de tantas idas y venidas reciban la más completa retribución de Dios nuestro Señor. Comprendo por la tuya que estás algo resentido porque hacemos caso de las malas impresiones que comunican algunos en sus cartas de esas resi- dencias. Pero estás equivocado. No dejo de comprender tus buenos deseos y las muchas dificultades que tienes que vencer al principio. Por eso, siempre te [he] aconsejado calma y sangre fría para no exponerse a un fracaso. Los principios cuestan mucho, y no todo lo que [se] quiere se puede. Por eso, mi empeño de que las residencias que adquieras estén lo más próximas posible unas de otras, pues las ventajas bien las comprenderás. Por tus cartas y las del padre Bernardino comprendo que en esas repú- blicas hay campo ancho para muchos operarios que vayan con verdadero celo apostólico y espíritu religioso, aun cuando hay que sufrir algunas molestias

231 Publicada parcialmente por Alonso-Martínez, 3-6, y reproducida en este estudio: supra, VIII. Circular. En el apéndice se publica íntegra. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 489 y privaciones, mas como algunos, aunque pocos, han escrito algunas cartas pintando eso bastante mal y tal vez hayan escrito también a España en el mismo sentido, y ésta es la causa por que no quieren ir a América muchos religiosos que, estando en España dando un espectáculo bien triste, hace tiempo tenía la idea de escribir una circular reprendiendo a esos pocos para que piensen bien antes de escribir y reflexionen lo que escriben por el mucho daño que hacen a la religión, a la corporación y a ellos mismos. Y por fin ahí te la mando. Supongo que será de tu agrado y así puedes circularla a todos los religiosos que dependen de tu vicaría, a fin de que pongan más cuidado en lo que escriben. Al padre Bernardino en Panamá mando también otra copia igual y si resulta algún bien, Dios lo agradecerá. El padre Larrondo me ha escrito desde Tumaco pintando muy bien aquello y que no conviene abandonar aquello. En su vista le he escrito que sigan por ahora allí. Después Dios dirá. Nuestro padre Mariano escribe también impresionado del Brasil, pero como allí han ido también algunos sin celo ni espíritu religioso, no faltan descontentos y como escriben también algunas cartas muy pesimistas, por eso hacen mucho daño y la gente de los colegios no quiere ir a América. Pero yo creo que al último, aburridos y cansados y acosados por la miseria, no tendrán más remedio que tomar el tole para esas residencias. Aquí el delegado apostólico tiene empeño formal de [que] no salgamos de aquí232, y lo mismo encargan de Roma, pero no sé. Esto no tiene trazas de arreglarse por mucho tiempo. El religioso que ibas a mandar a España, Dios quiera que anime a la gente joven y lleve unos cuantos religiosos, y puedas dar más vida a esas residencias. He estado pensando de mandarte títulos de vicario para el padre Cis- neros u Ocio, para que tú te quedaras más libre y con menos súbditos, pero

232 Ya en agosto de 1898, el nuncio de Madrid se había manifestado contrario a la substitución inmediata del clero regular por el secular, cf. Despacho de Nava a Rampolla, 13 agosto 1898: Asv, Aes, Spagna, fas. 303, ff. 21-24. Rampolla debió de acoger inmediata- mente este parecer, pues a finales de octubre de ese mismo año ya se lo había manifestado a los generales de las órdenes, según se deduce de una carta del comisario general de los recoletos a su procurador en Roma, Madrid, 28 octubre 1898: «Me ruega el provincial que procure adquirir recomendaciones del Emmo. Card. Rampolla; he contestado que “no me atrevo”, pues en Roma están, no sé si diga, tocando el violón, diciendo “que no salgan religiosos de Filipinas ni abandonen sus parropquias”»: Agoar, caja 65. El 4 enero 1900, a los dos días de su llegada a Manila, Chapelle confirmó esa línea de conducta prohibien- do terminantemente la salida de los frailes de Filipinas, a no ser por enfermedad. Ese mismo día se lo comunicaba a los provinciales por medio del arzobispo de Manila: «Por encargo del reverendímo señor delegado apostólico Plácido Luis Chapelle, arzobispo de Nueva Orleáns, participamos a V.R. que desde esta fecha queda prohibida la salida de las Islas de toda persona eclesiástica secular o regular y de cualquier individuo perteneciente a congregación religiosa, sea de varones o de mujeres sin la licencia expresa del señor delegado»: Libro de Circulares del provincialato, 1897-1912, 176v: Am, libro 20. 490 correspondencia del PADRE ADELL hasta ver si va más gente y se consolidan algo más esas residencias, no te los mando, pero pierde cuidado que sin tardar mucho te los mandaré. Ten paciencia, que con ella se gana el cielo, y lo demás ya vendrá. Ten mucho ánimo y calma. A nosotros nos toca sembrar la semilla y después vendrán otros y recogerán los frutos. Pero Dios dará el premio a unos y a otros. Adiós, Patricio. En la adjunta circular no pongo que se copie ni que se circule. Haz del modo que mejor te parezca y manda a tu siempre afectísimo amigo y hermano. Fray Francisco Ayarra [PD]. El padre Agustín Pérez (el de Romblón) se quedó enfermo en Ta- yabas, cuando los demás padres prisioneros pudieron conseguir la libertad, y ya tengo noticias que ha muerto. RIP. Las misas correspondientes a todos los padres que estáis en Venezuela por su alma se celebrarán en el convento, y así quedáis libres de esa carga. Acabo de recibir carta de España en la que me dicen que llegó el padre Musitu con muy buenas impresiones para recolectar gente, y que se habían alistado algunos; más vale así. Dios quiera que persevere Musitu en ese sen- tido, pues hace algunos meses escribió aquí una carta al padre prior que pintaba muy mal eso, y peor a la gente, que causó muy mala atmósfera aquí y desde entonces concebí la idea de mandar la adjunta circular. Además de los elogios que hace en España el padre Musitu, ha escrito también el padre Paciente en buen sentido, según he oído. Más vale así y Dios quiera que la gente se anime a ir a esas residencias. Vale233.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 162*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 2 de abril de 1900

Sigue esperando respuesta a su pregunta sobre la aceptación de Los Haticos y el colegio que allí quiere levantar doña Josefa. La Beneficencia y la isla dan poco trabajo y del obispo nada cabe esperar desde la llegada de los capuchinos234: Agoar, caja 82, leg. 4.

233 A continuación añade Adell: «La circular de que habla en ésta nuestro p. Francis- co procuraré mandarla». 234 Según una larga glosa que puso a esta carta al enviársela a Enrique, Adell con- testó que la falta de personal obligaba a elegir y en ese momento era preferible aceptar la parroquia que ofrecen en Caracas a Moleres. En Maracaibo no hay obligación ni con el obispo, que no pagó los pasajes prometidos, ni con las hermanas, que ya cuentan con capuchinos españoles. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 491

Carta 163*. Medardo Moleres a Adell Comenta la asignación de iglesias a capuchinos, franciscanos y domi- nicos. En La Guaira ha habido cambio de párroco y tienen problemas económicos

[La Guaira, abril de 1900235] M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre Patricio: Al regresar de La Victoria, donde he predicado algunos sermones en semana santa, recibí su favorecida del 9 de los corrientes. En ella encuentro un párrafo incomprensible para mí: «El padre Anto- nio, etc.…». Tal vez haya querido decir usted el padre Cisneros, que se ha de- jado escapar de las manos la iglesia de San Francisco de Maracaibo, hoy en poder de los capuchinos, como ya he dicho a usted en una de mis anteriores. Los franciscanos cogen la capilla de la Santísima Trinidad el 1º de mayo. El dominico padre Izaguirre murió en Nueva York el 26 de marzo y con ese motivo la capilla del Corazón de Jesús ha quedado en el aire. ¿Quiere usted que trabajemos lo que se pueda por conseguirla?236 La familia Linares de Caracas me ha ofrecido la parroquia de La Can- delaria. ¿Qué quiere usted que haga si llega por aquí el padre Orea? La fami- lia de referencia tiene el derecho de patronato sobre la parroquia. Estamos viviendo de milagro, pues no cobro más que medio sueldo del gobierno y eso tarde; misas no hay; y las casas, aun cuando están en mi poder, hasta la fecha no he hecho más que sacar inquilinos morosos que las habitaban. El padre García, que ya se había declarado en oposición clara y ter- minante, gracias a Dios, se nos fue. Ahora tenemos un francés, del cual no quiero aventurar pareceres. Sólo le diré que cuenta con muchas relaciones entre los hombres del gobierno. El general Castillo, que ¿usted conoció? por ahí237, es íntimo suyo. Si el padre Orea llega, creo no podremos vivir aquí los tres por la sen- cilla razón de que mientras la paz no venga no hay materialmente medios de subsistencia. Si puedo, me iré a predicar por estos pueblos de Barlovento, donde conozco ya varios curas.

235 Carta sin fecha en el original. De su contenido se deduce que es de la segunda o tercera década de abril. Es posterior al 26 de marzo, en que murió el p. Izaguirre, a la Pascua que ese año cayó en 6 de abril, e incluso al 9 de abril, fecha de la carta citada de Adell, y anterior al 1 de mayo, fecha en que los franciscanos se hicieron cargo de la capilla de la Santísima Trinidad de Caracas. 236 Sobre este tema: supra, III. Memoria, nota 145. 237 Supra: III. Memoria, nota 182. 492 correspondencia del PADRE ADELL

Me dicen que en estos días entregan al padre Indalecio la parroquia matriz de Coro y la vicaría. Estoy preparando unas fiestas para los días 4, 5 y 6 de mayo, que se aplicarán por el buen resultado de nuestros misioneros en esas tierras. Soy de usted atento y seguro servidor. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 164*. Paciente Corral a Adell † Al fin no fue a Miamo. Han celebrado la Semana Santa con gran solemnidad y contento del pueblo, pero en toda la cuaresma sólo ha habido 44 confesiones. Desearía recibir alguna revista de Roma

El Callao, 15 de abril de 1900

Estimado padre Patricio: Después de desearle haya pasado felizmente la semana santa y las Pas- cuas de Resurrección, paso a manifestarle que con fecha 1 del corriente, o sea el martes santo, recibí sus dos gratas del 23 de febrero y 12 de marzo. Como ya no era posible llegase para el Jueves Santo el padre Demetrio, según us- ted me indicaba, no quise mandarlo. Con respecto a las sacras he de decirle que aquí no han llegado todavía ni con cristal ni sin él. No sé qué habrá hecho de ellas el doctor Gómez. De Miamo no puedo decirle nada, porque no fui. Escribí al señor jefe civil y me contestó que era muy necesario fuese por allí un sacerdote. Pero que me esperara a que él me avisara cuándo había de ir, pues los hombres estaban todos en la montaña por entonces con el negocio del balatá o leche de purgo. Según me dicen, en septiembre suelen cesar en ese trabajo. ¿Con que está hecho todo un cura de Santa Ana? Algo es algo …, y que Jesús le dé mucha salud para trabajar mucho en esa parroquia. Paso ahora a contestar la del 12 de marzo. Ya recibimos el telegrama en que nos decía venían cuatro, pero no sa- bíamos si habían embarcado en Barcelona el día 5 de marzo, pues usted no lo decía en tal telegrama. Tal vez el telegrafista lo omitió por elegancia. Los caballos se están poniendo flacos, a pesar de que gasto ocho pesos mensuales para darles paja. Los hubiera mandado a la sabana, pero como espero de un día a otro orden de usted de mandarlos a San Félix para los que vienen de España… De ahí que no me he atrevido a sacarlos de casa. Al fin no he cambiado el brioso.M e dicen que es lástima me deshaga de tal ani- malito, tanto más que no tiene malas mañas; únicamente que es muy vivo… DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 493

Por lo que hace a los ayunos y demás, no necesita mandarme la circular, pues la tenemos. Supongo habrá usted pedido ya al padre Enrique nos sus- criba a alguna revista de Roma de las que usted sabe. A mí me han venido tentaciones de escribirle …, pero ya se me han olvidado las señas o dirección. Por aquí seguimos con salud, a Dios gracias. Hemos hecho la Semana Santa con toda solemnidad. La gente ha quedado muy satisfecha. El día de Pascua tuve la primera comunión de 16 entre niños y niñas… Lloró bastante la gente… Contando todos, unas 40 confesiones en toda la cuaresma. ¿Qué le parece? … Es este lugar muy sui generis … Las costumbres como en nin- guna parte … No hay familia, y así que a Isidoro trabajo le mando… Verá usted qué pronto pierde el entusiasmo antiguo. El padre Demetrio, después de estar un mes en Caratal, vive ahora conmigo en El Callao y sube todas las semanas tres o cuatro días a tener catecismo. La contribución de Caratal a la segunda vez bajó a 44 pesos. Veremos a la tercera. Creo disminuya todavía. Las misas en el mes de marzo no llegaron para uno, y este mes, a pesar de estar a 15 hoy, sólo han entrado cinco… Vaya usted calculando… Confe- siones, como puede suponer, van ya a menos…, de modo que me confirmo cada vez más en la opinión de que aquí con dos bastan Espero me avise usted cuándo llegan los de España para mandar los caballos a San Félix. ¿Con que ya ha conocido a la hija de Briceño? ¿Y qué le ha parecido mi María?238 ¡Cuánto la habrá estudiado la madre Teresa!239… No sé si su pa- recer será como el mío: que ha de ser buena monjita. Ahora le escribo a San Félix cuatro letras por no tener más tiempo. Finalmente, el padre Demetrio agradece sus recuerdos y se los devuelve centuplicados. Sin más por hoy, dé mis recuerdos para las madres y monseñor, que le guardo dos palos de oro muy bonitos; y usted, padre Patricio, cuanto guste de su afectísimo in Corde Jesu su último súbdito. Fray Paciente PD. ¿Recibió el giro de cien pesos que le mandé? Para la casa Blum y Cª era240.

Agoar, caja 82, leg. 5

238 Un billete suyo, junto con una carta de su padre a Adell, en Agoar, caja 83, leg. 1. 239 Zoila Teresa Fernández, superiora del colegio de las hermanas de Santa Ana en Ciudad Bolívar: supra, IX. Correspondencia B, nota 58. 240 El p. Adell agradeció el detalle en una amplia nota que añadió a la carta al re- mitírsela a Enrique: «Mira si se porta bien este p. Paciente. Le avisé venían cinco y me manda los cien pesos sin yo pedírselos, pues ni sospechaba los podría tener». 494 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 165*. Julián Cisneros a Adell Maracaibo, 16 de abril de 1900

Con la elección de la madre Matea241 para superiora ha mejorado mu- cho la relación con las hermanas. El obispo ofrece la iglesia de San Felipe, situada en el centro de la ciudad, pero muy deteriorada. Los capuchinos no la han querido, porque su reparación exige grandes desembolsos. El modo de actuar del p. Melchor le parece muy agresivo. Domina totalmente al obispo: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 166*. Francisco Ayarra a Adell Muerte de dos religiosos. Mariano sigue bien en Brasil por el «campo que se nos ofrece por allí, pero muy descontento del perso- nal […]; ha devuelto ya dos a España». El capítulo está suspenso. Íñigo hará los nombramientos principales. No se espera que en Filipinas mejore la situación. «Por Negros […] tienen la plaga de la langosta»

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 22 de abril de 1900

Mi querido Patricio: No hace mucho te escribí y para que veas que no me olvido de vosotros, vuelvo a ponerte cuatro letras. Ya sé que el padre Musitu llegó a España a recolectar religiosos y que en Monteagudo se presentaron cinco. Nada más sé, pero me alegraré que haya llevado siquiera una docena y que sean de mucho espíritu y abnega- ción religiosa para trabajar por Dios y por las almas. Porque has de saber que en España tenemos una cuadrilla que más valiera que no los tuviéra- mos, y Dios quiera que alguno o algunos de éstos no te los hayan mandado. No sé si te he comunicado, creo que no. El día 4 de febrero murió en Tayabas el padre Agustín Pérez, cura de Odiongan, que estaba de prisionero. Según dos franciscanos, en cuya compañía y presencia falleció, padeció mu-

241 Matea Crespo, nacida en Nava de Boa (Soria) el 21 septiembre 1859. A su llegada a Venezuela en septiembre de 1890 fue destinada al hospitalito de Chiquinquirá en Ma- racaibo. Luego trabajó en San Antonio del Táchira (1892-96) y Mérida (1896-97). En 1897 fue maestra de novicias y luego superiora de Trujillo (1898-1900) y de la Beneficencia de Maracaibo (1900-05). En 1905 regresó a España, siendo destinada a la casa noviciado de Zaragoza: Galilea, Fundaciones, 246-47, 315. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 495 cho, pero murió muy conforme y resignado, con la muerte de los justos, en su sano juicio y pronunciando los nombres de Jesús, José y María242. rip. El jueves santo a la 1 y media de la mañanita murió en este convento el padre Lorenzo Cordón de un ataque al corazón. Sólo recibió la absolución sub conditione y la Extremaunción. rip. Por estos dos difuntos se han celebrado en este convento 120 misas por cuenta de los religiosos que están en tu vicaría y así quedáis libres de esa carga, y auat243 para gastos. Por si faltan algunos tú cuidado. Acabo de recibir carta de nuestro padre Mariano. Sigue bueno, bastante satisfecho del Brasil por el mucho campo que se nos ofrece por allí, pero muy descontento del personal, pues ha devuelto ya dos a España por perjudicia- les244. ¡Buen consuelo! Ya sabes que el capítulo está suspenso y no sé hasta cuándo seguirá así. Supongo que nuestro padre Íñigo hará los nombramientos de los principales, a lo menos. Dios proveerá. Aquí tan mal como siempre y con muy pocas esperanzas de que esto se normalice. El indio tal antipatía tiene al americano que casi lo veo imposible el que simpaticen nunca, y tanto de unos como de otros van muriendo bastante. Por Negros muy mal, y ahora para aumento de sus males tiene la plaga de la langosta y, sin cosecha, buena hambruna les espera. Adiós, Patricio. Consérvate sin novedad y manda cuanto gustes a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

242 Agustín Pérez (1849-1900), cura de Odiongan (Romblón) desde 1894. Murió en Balong-Balong, barrio del pueblo de Lucban: Sádaba, 567-68. 243 Ilongo: estorbo. 244 Eran Gregorio Albo y Miguel Gregorio Jiménez. No he dado con la carta de Bernad a Iñigo –en la colección de Agoar faltan las cartas de 1900–, pero sus nombres aparecen en la carta de éste a Bernad del 5 mayo 1900: Agoar, caja 84, leg. 1. El primero viajó e Brasil en la tercera misión, que zarpó de Barcelona con rumbo a Belem do Pará el 17 junio 1899. El segundo partió de Barcelona el 11 septiembre del mismo año con destino a Santos y Goyaz: Sádaba, 787-88. Ninguno de los dos se acomodó en Brasil, cf. M. Bernad, Carta a E. Pérez, 18 abril 1900: Agoar, caja 68. El 2 septiembre 1902 Albo obtuvo permiso para vivir extra claustra durante un año. En septiembre 1903 se le concedió otro año de prórroga: P. Corro, Carta a M. Bernad, Marcilla, 13 septiembre 1902; Registro, 33. Jiménez obtuvo rescripto de seculariza- ción ad annum el 5 mayo 1902. Se incardinó en la diócesis de Jaén y fue canónigo en Baeza. 496 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 167*. Quirino Ortiz a Adell Ha servido tres meses la parroquia de Santa Bárbara. Se siente a disgusto en Maracaibo. Al ver nuestra inactividad, el obispo nos ha marginado. Los capuchinos, que apenas llevan dos meses en la ciu- dad, se alzarán con el santo y la limosna

Maracaibo, 25 de abril de 1900

R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado Padre: Según parece, al llegar estas letras a sus manos lo encuentro regentan- do una parroquia de esa ciudad. Lo mismo, puede decirse, hace tres he es- tado haciendo yo en Santa Bárbara de esta capital en substitución al padre Flores, que salió a Curazao a hacerse una operación en los ojos. El trabajo de la cuaresma, exquisito; y las gentes, agradecidas. ¡Lástima no aprovechar estas favorables disposiciones que después no volverán! En este estado las cosas, vivo muy contrariado. Por otra parte, el señor obispo nos ha dado media vuelta, sin duda al ver la inactividad en nosotros, siquiera para pedir, porque se cumplió al pie de la letra el refrán del que no llora no mama con los padres capuchinos. No hace dos meses están entre nosotros, se alzarán con el santo y la limosna. Hoy tienen a San Francisco, templo céntrico y que podía haber sido nuestro mucho ha. ¡Cómo ha de ser! No estamos en Filipinas ni tratamos aquí con indios. No obstante, algunos no quieren salir del rutinarismo filipino ni dejar hábitos y costumbres que en un alejado pueblo podrían pasar, en poblaciones jamás. Para todo, calma, cal- ma, y después, al ver los resultados, se desatan en palabras injuriosas contra el señor obispo y los mismos capuchinos, y lo más triste es delante el paje del mismo señor obispo, aquel negrito de quien recordará, que precisamente no bien ha oído algo lo dice todo a los curas y aun al mismo obispo. Y esto un día y otro día, hasta con los mismos curas, nuestros naturales enemigos. ¡Qué más desean saber que se censura las disposiciones del ordinario y se le tiene en muy poco para después tomar la avalancha contra estas mismas imprudencias! Por otra parte, con las dichosas hermanas tenemos continuamente una camorra; si no con unas, con otras; y todo esto me causa pena, fasti- dio. Ya he perdido totalmente mis ilusiones por Maracaibo, de modo que me atrevo a pedirle disponga de mí a iguales gasto [sic] para cualquiera residencia. Ya que estamos lejos de nuestros padres tengamos siquiera paz. No denigro a nadie, los amo y quiero, y hasta interiormente habemos caridad. Lo difícil es la consolidación de la residencia continuando de este modo las cosas. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 497

Me limito a esperar su resolución. Entre tanto hago votos al cielo por que todo sea a mayor honra y lustre de la corporación245. Su hijo menor en san Agustín Fray Quirino Ortiz de Z.

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Carta 168*. Julián Cisneros a Adell † Indalecio Ocio y Paciente Corral harían buen papel en Maracaibo: el primero como predicador y el segundo como profesor de inglés y piano. Con Quirino han surgido cuestiones que pueden perturbar la comunidad

Maracaibo, 26 de abril de 1900

Mi querido y respetado padre Patricio: Acabo de leer con placer su grata del 9 y veo que para todos hay trabajo en la viña del Señor. Que el mismo Señor nos lo bendiga. Celebro también lo que dice de los padres que están para llegar o habrán ya llegado. Si no viniese algún joven que sepa inglés, ¿no podría venir Paciente? Y ahora que los capuchinos se nos ponen de frente, ¿no vendría algún buen predicador como el padre Indalecio Ocio? Sabe usted la importancia que esto tiene y por eso le digo lo de esos padres. Paciente podría enseñar piano e inglés, pues ya comenzó a aprender algo en Manila. La Beneficencia con la nueva superiora marcha bien y nosotros podre- mos descansar siquiera algo. Pero … Dios nuestro Señor nos quiere mu- cho…, a juzgar por lo que nos regala. Cuando el espíritu se tranquilizaba respecto al asunto de la madre Ambrosia, ahora tengo un pesar dentro de la misma casa nuestra. El padre joven comienza a dar guerra.

245 Adell compartía gran parte de estas críticas. Lo da a entender en muchas de sus cartas al provincial y lo estampó con toda claridad en la glosa que añadió al dorso de esta carta: «Todo esto que cuenta éste lo vi yo en Maracaibo. De ahí mis lamentos a Filipinas de no conocer yo al p. Julián y que me pareció no servía para donde estaba con su p. Antonio, que son de los que a dextris et a sinistris hablan claro. Y en América no hay nada claro más que el chocolate. No me extraña que delante del séquito dijeran hasta barbaridades del señor obispo, pues le tenían allá en conversación, creyendo el p. Julián que sabiendo chismes estaba al tanto de … qué sé yo. Lo que es que se ve uno en la necesidad de jugar con las cartas que le dan… o le llegan. Dígame usted qué extraños deben ser los fracasos. Ni me extrañan, ni me atemorizan, gracias a Dios». De todos modos, la carta de Quirino obedecía, al menos en parte, a un desencuentro con su prior, que había recibido quejas sobre su modo de proceder en el asilo y no aprobaba sus visitas a casas particulares: infra, Carta 168*. 498 correspondencia del PADRE ADELL

La madre Matea, que es la superiora, la que, como le escribí, me parece excelente religiosa y la llamada por Dios para esto, va poco a poco encau- zando las cosas; y al querer arreglar el asilo de huérfanos y huérfanas que sabe usted está en los altos de la Casa Beneficencia, me suplica que llamase la atención al padre Quirino sobre que las niñas del asilo, según le habrán avisado, cuando el padre pasaba por debajo del asilo para ir a celebrar o a sus quehaceres a alguna iglesia, salían las niñas a las ventanas y en público gritaban llamándolo, etc. Se lo advertí y se molestó. Yo ya le había amonesta- do con la mayor caridad que tuviese poca familiaridad con las niñas, porque nos miraba todo el mundo a ver por dónde respirábamos y que debíamos to- dos tener cuidado. Le supo mal. Finalmente el otro día me avisó la superiora de que las niñas estaban inaguantables, porque sin duda el padre joven les sopló algo de lo que le habíamos avisado. Me suplicó, pues, la madre que, si podía ser, que ya sea el padre Antonio, o ya bien su servidor, las confesásemos o dirigiésemos a las niñas a ver si se enderezaban. Se lo propuse y se calló, pero … me ha dicho una religiosa, a quien él se confía mucho, la hermana Aniana246, del mismo asilo, que había oído al mismo padre Quirino que había escrito a vuestra reverencia pidiéndole le mudase de residencia247, y esto me ha producido un disgustazo, porque tengo la conciencia de que aquí se le ha tratado con caridad, pero muy grande. Por lo mismo que está en cierto modo solo y no tiene jóvenes con quien solazarse y jugar, he procurado no molestarlo y hasta darle gustos inocentes de pájaros, jaulas y cosas de jóvenes. Pero, padre Patricio, me convenzo una vez más de que los que no han pasado por las tribulaciones de Filipinas no saben padecer y van a ser nuestra cruz. No hay humildad porque no han recibido los porrazos que hemos llevado nosotros». [Sigue con consideraciones semejantes, deplora sus visitas a casas par- ticulares, sobre todo desde que está ayudando en la parroquia de Santa Bár- bara y termina con una apreciación general]. «En resumen el joven no es malo, pero le falta mucha humildad, porque nos ve a los dos no meternos con nadie: el padre Antonio en la isla dando sus ejercicios y teniendo contentas a las monjas; yo por aquí haciendo lo que puedo y pidiéndole ayuda sólo cuando me veo muy apurado. Ve que el padre Antonio va y viene a la isla todas las semanas, cosa que es pesada, él se ocu- pa de cuatro o cinco niños, sin que yo le apure ni nada, dándole los gustos que quiere, con tal que sean inocentes, y comprendo que no le llena ahora esto, y no le llenará nada mientras no sea más humilde en la realidad, como por de fuera él manifiesta.

246 Aniana Imas: supra, IX. Correspondencia B, nota 131. 247 Supra, Carta 167*. Aunque no pedía expresamente el traslado, dejaba traslucir que lo deseaba. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 499

Así como al padre Antonio a las buenas he logrado ganarlo y creo que él está contento trabajando, el joven no es lo que debe ser. Y esta locura que ahora hace y el desagrado con la superiora que me ha contrariado, me indi- can que vamos a tener guerra dentro de casa. Yo no le he hablado así en tono de autoridad, así que no sé el porqué de su actitud. Desde ahora tendré que irle corrigiendo y no dejarlo de la mano, y a vivir y nada más. Va esto, pues, para prevenirle, y después usted dispondrá. Que tenga salud y nos encomiende a Dios, desea su menor hermano seguro servidor. Fray Julián Cisneros del Carmen [PD]. Recuerdos a los padres si han llegado.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 169*. Íñigo Narro a Adell † El retraso de la misión no es culpa de Musitu. Detalla los gastos que ha ocasionado. En Colombia se han disparado los precios de forma alarmante. Ni en España ni en Filipinas van bien las cosas

Madrid, 1º de mayo de 1900

Amado hermano padre Patricio Adell: Tengo a la vista su apreciable de 8 de abril pasado y le veo un poco des- corazonado con el retraso en la llegada de la misión. En su tardanza no tiene culpa el padre Isidoro, ni alguno. Fueron las circunstancias. Con cuatro o seis días de tiempo no podía prepararse la misión de seis –Bolea ha desistido y en su lugar marcha el joven organista padre Rafael Corral– para embarcarse el 5 de marzo. Se dispuso el 5 de abril en el vapor ya anunciado «Centro Améri- ca» y, a última hora, se anuncia la suspensión de la salida hasta el 5 de mayo. Esto es lo ocurrido. Los misioneros son ya graves y han de servirle bien. Lo recibido del padre Musitu son 4.200 pesetas. Dicen que luego se arreglará otra misión. Las gastos de la presente se acercarán a 7.000 pese- tas. Pienso pedir a nuestro padre comisario248 3 mil para ayuda. Los gastos en Monteagudo, más de quinientos pesetas; los libros, más de quinientos; la ropa blanca, más de quinientos; compra de oro para Ciudad Bolívar desde Trinidad más de quinientos; para imprevistos, más de quinientos; pasaje de seis sobre 3 mil pesetas; estameña para hábitos y túnicas, quinientos. Mande lo que pueda para otra.

248 Juan Cruz Gómez, comisario, vicario provincial y ecónomo de la provincia filipina en España: supra, IX. Correspondencia A, nota 43. 500 correspondencia del PADRE ADELL

Nuestros hermanos de Colombia me tienen apenado el ánimo. Según noticias, «van ganando los revolucionarios» y ya en marzo estaban por las nubes hasta los artículos de primera necesidad. El hambre se presenta en todos sus horrores. ¡Una libra de sal doce pesos! El giro a mil por ciento con tendencia al alza; ahora he pagado una cuenta de encargos del año 98 por el ilustrísimo Casas, que me decía él abonaría en Bogotá, y al presente me ruega pague yo, porque allí importaría un capital. Son 4 mil pesetas, que en Bogotá serían ¡40 mil! ¡Qué perspectiva! Por aquí unos, dando mal [ejemplo] en los colegios; otros, pidiendo vaca- ciones; éstos, ancianos y achacosos, excusándose de vivir conventuales y ¡23 jóvenes repatriados secularizados! En Manila y San Sebastián, 94 religiosos, gastando mensualmente ¡6 mil pesos mensuales! Todavía quedan siete en poder de los tagalos249. Que Dios nuestro señor otorgue salud a usted para emplearla en el ser- vicio del Señor y santificación de las almas, le desea este endeblillo hermano que ha estado 37 días sin rezar, celebrar, ni ayunar, comenzando con trabajo a decir misa el día de Pascua, su afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 170*. Francisco Ayarra a Adell Las circunstancias pueden explicar el proceder de Bernardino: no «todos tienen tu naturaleza, tu celo y tu fuerza de voluntad». Hay orden expresa del papa de que no salga ninguno de Filipinas. Hay muchos robos y asesinatos. Los americanos sólo «dominan el terreno que pisan». La diócesis de Cebú es la única que se ha mantenido. Si quedan los clérigos solos, en pocos años desaparece la religión católica

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 1 de mayo de 1900

Mi querido Patricio: Anoche recibí tu grata del 23 de febrero y por ella [veo] sigues sin nove- dad y siempre animado, de lo que [me] alegro infinito, pues en estos tiempos de tantas pruebas y contrariedades, si uno se desanima y flaquea en su em- presa, basta para que deshaga todo. Con que ánimo y adelante.

249 Noticia atrasada. Los últimos prisioneros recobraron la libertad a primeros de marzo 1900: supra, IX. Correspondencia, nota 203. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 501

Veo que no estás muy conforme con el proceder del padre Bernardino en Panamá y no llevas a bien el que no lleve adelante lo de las misiones de Darién. Yo no sé qué opinar, porque si aquello es tan malsano y sin recursos para la vida y por ese motivo los [religiosos] no quieren ir ni estar allí, ¿qué va a hacer? No creas que todos tienen tu naturaleza, tu celo y tu fuerza de voluntad para hacer frente a tales dificultades y privaciones. Por eso, no todo lo que se quiere se puede hacer, sino lo que buenamente se puede conseguir. De esas tierras de América unos escriben bien y otros mal, pero, tenien- do presente las cualidades de unos y otros, entiendo que por ahí hay vida y colocación para muchos. Por eso, te mandé una circular hace poco repren- diendo a ésos que escriben tan mal sin motivo fundado para ello, y no puedes figurarte el daño que hacen. Sé que Musitu se fue a España en busca de religiosos y que el 5 de abril se embarcaba con cinco religiosos. Vaya, no son muchos, pero siempre es un refuerzo y tal vez otros se animen también de los muchos que hay en Espa- ña. Pero encarga mucho cuando pidas religiosos que no manden ninguno de aquellos que no han de hacer más que escandalizar. Para malos, más vale que no te los manden. Aquí seguimos todavía unos 110 –de éstos cinco prisioneros en Mindoro y Marinduque– y tenemos orden expresa del papa y del delegado apostólico de no salir ninguno de aquí, y así no tenemos más remedio que esperar. Aho- ra, con el relevo del general Otis, que se vuelve a América, y una comisión civil que debe de llegar a mediados de este mes, el delegado espera encontrar algo de apoyo y que podremos volver a provincias250. El tiempo lo dirá. Pero sólo te digo que todo Filipinas está muy mal, pues hasta los indios no pue- den vivir, porque en todas partes no se ve más que robos y asesinatos. Ya los americanos ya están en todas las provincias, pero no dominan más que el terreno que pisan, y a los que se separan un poco de sus destacamentos los escabechan en seguida. Los americanos, si no cambian de rumbo, no llegarán a dominar y, por consiguiente, mal también. Yo me alegraría que no abandonáramos las islas, aunque fuera en pe- queña escala para el día de mañana, porque hoy en todas partes nos persi- guen: aquí, en España, en Brasil, Venezuela, Colombia, etc., en todas partes guerra a los frailes y por eso nos conviene tener residencias en muchas par-

250 Elwel S. Otis (1838-1909), gobernador militar de Filipinas desde el 29 agosto 1899. La Chapelle desconfiaba de él.E n sus cartas al presidente McKinley lo consideraba «absolutement incapable de protéger interests votre government» (telegrama del 20 enero 1900) y hostil a la religión. Aunque últimamente ha cambiado de proceder, convendría removerlo (Carta del 31 marzo 1900): Asv, Aas, Spagna, fascículo 330, 47r y 55r-17r. Fue relevado por el general Arthur MacArthur (1842-1912) el 5 mayo 1900: James H. Blount, American Occupation of the Philippines, Metro Manila (Filipiniana Reprint Series 24) 1986, 268; William C. Forbes, The Philippine Islands, Metro Manila, Filipiniana Reprint Series 12 (edición abreviada) 1986, 56. 502 correspondencia del PADRE ADELL tes para que así, si nos echan de una parte, podamos [ir] a cobijarnos a otra, y así vivirá nuestra amada provincia. ¿No te parece bien así? Ya lo creo. Anoche llegó aquí una carta de Bogotá y pinta aquello muy mal. Dice que ocho religiosos de los nuestros estaban presos y que tres se habían escapado a Venezuela. Dios se compadezca y no tengan otra hecatombe como la de aquí. En isla de Negros, completa anarquía: las haciendas, la mayoría incen- diadas o abandonadas, y los hacenderos viviendo en los pueblos donde hay destacamentos americanos o en Iloilo; muchos robos y muertes, los ricos se han quedado pobres y muchos pobres se han hecho ricos y campean. Los obispos de Jaro, Vigan y provisor de Camarines están en Manila. El de Cebú hace un mes se volvió a su diócesis. Es la única diócesis y clero que se ha mantenido bastante bien, pero los clérigos de las demás diócesis, la mayoría peor que los mayores bandidos. De ahí el empeño del delegado que no salgan de aquí los frailes, porque si aquí se quedan los clérigos solos, en muy pocos años desaparece por completo la religión católica. Por eso su empeño de que nos quedemos. Nuestro padre Mariano, trabajando mucho por el Brasil, pero con dis- gustos también por parte de algunos frailes que [no] debían de haberlos mandado, porque con individuos podridos no se va a ninguna parte. Para que no digas que nadie se acuerda de ti, ahí te mando un paquete del diario Libertas. No vale gran cosa, pero allá va. Adiós, Patricio. Consérvate bueno y manda a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 171*. Joaquín Barroso a Adell

Uracoa, 2 de mayo de 1900

Conviene que el p. Eusebio siga en Barrancas por ser el puerto de estos pueblos. Envía 60 fuertes y encarga la adquisición de objetos para él y para la iglesia: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 503

Carta 172*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 3 de mayo de 1900

Insiste en el tema de la carta 168*. Convendría que llamara suavemen- te la atención a Quirino antes de que aumente su retraimiento de la comu- nidad: Agoar, caja 82, leg. 4251.

Carta 173*. Fermín Catalán a Adell Pregunta por los nuevos misioneros. Ha experimentado la soledad y espera con ansia a un compañero. La población entera nos mira con simpatía. Ha emprendido obras de mejora en la iglesia

Caracas, 3 de mayo de 1900 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Muy amado padre: Ya había decidido escribir a vuestra reverencia para saber qué había sobre la llegada de nuevos padres, porque, según me dijo el padre Medardo cuando estuvo aquí en semana santa, se había recibido un telegrama anun- ciando su venida. Pero, según veo en la de vuestra reverencia del 14 último, no han llegado a ésta todavía. Yo no sé nada de ellos ni si efectivamente han llegado a La Guaira, como supone vuestra reverencia, pero me ha faltado tiempo para escribir allí reclamando mi compañero, según las indicaciones de vuestra reverencia, porque verdaderamente que sólo los religiosos, liga- dos por las mismas reglas e hijos de un mismo santo padre, podemos prestar- nos, como lo he venido experimentando en los seis meses que llevo al frente de esta parroquia, sin tener con quién consultar mis dudas y allanar las dificultades que tantas se le ofrecen a uno, sobre todo cuando es novicio como yo en el ejercicio de tan alto ministerio y de tantísimas responsabilidades. Y ahora me explico o encuentro una de las causas de la preponderancia del clero regular sobre el secular, y es esa cooperación fraternal que nosotros encontramos siempre en nuestras empresas la que hace se nos hagan suaves las más pesadas cargas y nos encontremos siempre con ánimo de sobrellevar otras mayores, contando con el pronto auxilio de nuestros hermanos. Motivo más para dar gracias a Dios por habernos llamado a la religión, aun conside- rado un punto tan secundario, que se me presenta a la memoria ahora que he vivido alejado de mis hermanos y he sentido la falta de ese gran beneficio.

251 En glosa a esta carta y a la anterior Adell recordaba que él había previsto los peligros y expresaba su voluntad de retirar a los religiosos de Maracaibo siempre que se concretase la oferta de una iglesia en Caracas: «si nos dan el curato en Caracas, allá irán ellos». 504 correspondencia del PADRE ADELL

Me alegro muchísimo al ver que ha escrito ya vuestra reverencia para que venga para La Victoria el padre Ballesteros. Yo no le conozco, ni sé si es mayor o menor que yo, pero tengo esperanza de que habrá perfecta armonía. Vuestra reverencia nada expresa acerca de nuestro régimen y a decir ver- dad desearía una instrucción que nos manifestase la voluntad de vuestra reverencia para estar uno más tranquilo y obrar de perfecto acuerdo con el superior. Pero ya hay tiempo, que todavía no ha llegado, y vuestra reverencia sabe mejor que yo lo que más conviene. En esta parroquia, y en la población toda, cada día nos manifiestan mayores simpatías, sólo que con mi carácter de cierto retraimiento, quizá no nos aprovechemos de ellas, pero como neque qui plantat est aliquid, neque qui irrigat, sed qui incrementum dat Deus252, espero de su gran bondad nos ayudará para hacer alguna cosa a gloria suya y bien de las almas, que des- graciadamente tan olvidada está la primera y descuidado el segundo. Ahora, además de la primera refacción, que hicimos cuando llegamos a hacernos cargo de esta iglesia, que en tal mal estado la encontramos, he emprendido algunas obras y tengo proyectadas otras, entre ellas el bautis- terio, que ya está para terminar; cinco nichos que han abierto en el inte- rior de la iglesia para dar colocación a otras tantas imágenes, que estaban arrinconadas por la sacristía y en casas particulares; el campanario, en proyecto, porque el que hay no tiene trazas de tal, sino porque tiene cam- panas; una capilla a san Antonio; y un altar al Sagrado Corazón de Jesús, también en proyecto y conforme se vaya pudiendo, según las limosnas de los fieles. Y ya supondrá que todo esto me habrá valido los títulos de progresista, ilustrado, liberal y otras palabras huecas, que tanto juegan en estas repú- blicas progresistas y amantes de la civilización. ¡Loado sea Dios! Y más vale caer en gracia que en desgracia, pero esto poco me llena; al contrario, estoy muy apenado porque espiritualmente deja mucho que desear la parroquia y de este progreso es de lo que hemos [de] tener que dar cuentas a Dios. Sin más por hoy, dispense vuestra reverencia estas expansiones y man- de a su menor hermano y súbdito que su mano besa. Fray Fermín Catalán de San José PD. El padre Indalecio nada me ha escrito sobre las misas de que vues- tra reverencia me hablaba en su anterior. A mí me han faltado algunos días aplicaciones de limosna y las he aplicado pro religiosis defunctis Ordinis Nostri y, nominatim, últimamente cuatro por el alma del padre Buenaven- tura Iturri, y, si algún día me queda vacante, seguiré aplicando por religiosos difuntos de nuestra orden que se hallen más necesitados o por quienes tenga obligación y no haya aplicado. Siempre quedan días libres y si vuestra reve-

252 1Co 3,7. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 505 rencia tiene que celebrar todavía por algún religioso, puede encargarme, que yo las aplicaré. Fray Fermín Catalán de San José Agradecería mucho me enviase un estado de los religiosos, si tiene so- brantes.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 174*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 3 de mayo de 1900

«Si me pasa algo en este pueblo, me iré a Uracoa, como dice usted en la suya. Aquí han comulgado 15 niñas y un niño. Hice todos los oficios de sema- na santa y en ellos recogí 30 pesos, que se los mandaré con una persona de confianza»:A goar, caja 82, leg. 5.

Carta 175*. Víctor Bisquey a Adell

Puerto España, 10 de mayo de 1900

Envía encargos de los misioneros de la Guayana: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 176*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 10 de mayo de 1900

«He hecho con el p. Quirino unos ejercicios espirituales y su asunto pa- rece que toma buen aspecto, no obstante que no me ha dado ninguna explica- ción en absoluto de su modo de portarse últimamente. En parte, lo atribuyo a su genio poco expresivo». Las obras de las hermanas de Santa Ana van bien encaminadas bajo la dirección de la madre Matea: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 176b*. Julián Cisneros a Adell Ha visitado al sacerdote Ramón Jáuregui, fundador y rector del cole- gio de La Grita. Desearía entregarnos su dirección

Maracaibo, 11 de febrero de 1900

Mi querido padre Patricio: Escribí a vuestra reverencia cuatro letras con el vapor Mérida y hoy, por una casualidad quizá providencial, me apresuro a aprovechar otro vapor noruego que sale esta tarde. 506 correspondencia del PADRE ADELL

Es el caso que esta mañana he estado a visitar a un tal doctor padre Jáuregui, que tiene montado un colegio de buen prestigio en La Grita, que se halla en el estado Mérida. Y este señor sacerdote me ha expresa- do, en el seno de la confianza, que él marcha a Roma y varios puntos de Europa, y no piensa volver a su tierra: quizá se quede en Europa de reli- gioso. Esto no es seguro. Pero sí que él no vuelve a su colegio; y como es dueño del tal colegio, y es su rector y fundador y director, tiene el gusto de ofrecérnoslo todo, todito: el edificio, que, según noticias, es suntuoso; el material del mismo o sea el mobiliario; el oratorio grande que está dentro del colegio; y desea en el alma que al salir él tomemos nosotros la dirección, dándonos posesión de todo, para lo cual ha dado plenos po- deres al secretario del obispado de aquí, porque, como digo, se marcha él para Roma, etc. La gente del pueblo de La Grita dice que es muy buena, que no falta celebración, que la vida es allí barata. En fin, la proposición es muy buena. La cuestión, para nosotros, es la del personal para montar el colegio, o más bien para continuar la marcha que él mismo le ha dado. Las asignaturas parece que son: filosofía, matemática, idiomas, incluso el latín y griego, y además las de la segunda enseñanza o preparación para el bachillerato. A mí se me figura que con cuatro o cinco elementos, como el padre Fran- cisco García, el padre Indalecio Ocio, el padre que está con éste mismo en Coro, que ha explicado latín, y alguno más, se podría comenzar, y utilizar para inglés, francés y álgebra algún profesor de los que tiene el mismo cole- gio hoy día, hasta que se cansen y se marchen, y mientras tanto pudiéramos tener nosotros algún elemento para reemplazarlos. Esto me parece mejor que lo de Los Haticos de aquí, porque es colegio acreditado, buen temperamento, fresco, edificio bueno y grande, además la vida fácil, según me ha dicho el padre Jáuregui. Y finalmente supongo que por allá habrá campo para colocar personal para dar misiones y trabajar. Creo que es muy rico aquello. La dificultad que veo más grande puede venir de parte del obispo de Mérida, a quien usted conoce algo, pero ya veré cómo me podría valer de alguna familia de aquí, a quien sé que él aprecia mucho –la de D. Amper–, que nos quiere mucho a nosotros, y todos se confiesan aquí; y quizá el mismo obispo de aquí podría recomendarnos, si quiere. La cuestión será el personal, pero ya digo a usted lo que a mí me ocurre de los padres Francisco García, acaso el padre Martín, y los padres Ocio y su compañero. El padre Jáuregui está entusiasmado y desea de corazón que vayamos los agustinos a continuar su obra. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 507

Bueno, me ha dicho él mismo que ahí, en la catedral, hay un diácono y un subdiácono que se han educado en su colegio, y que ellos le pueden ente- rar a usted de lo que al colegio se refiere. Conque no le digo más, sino que se entere por ellos de lo que el colegio es, y no dude que lo que el padre Jáuregui nos da es cosa que merece la pena, y lo da con espontaneidad. El asunto padre Quirino, pues voy observando y sin hacer mucho caso veremos: sí se repone de su indisposición. Le abraza así como a los demás padres que ahí haya su afectísimo se- guro servidor. Fray Julián Cisneros [PD]. Le he dado una carta para el padre Enrique Pérez, al que entero del asunto.

Am, legajo 116, n. 1

Carta 177*. Amador Briceño a Adell Ha enviado a Paciente su carta. Su hija María Jesús sigue con deseos de ser religiosa

San Félix, 12 de mayo de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado señor amigo: Recibí su grata nota, en que me recomienda la remisión de su carta al padre Paciente, la cual he dirigido ya a su destino con persona segura. Celebro la venida de los nuevos sacerdotes. ¡Quiera Dios que usted no olvide este pobre pueblo para mandarle un pastor espiritual que tanto ne- cesitamos! Mi hija María de Jesús no varía en su propósito de ser monja. Ojalá sea ésta una verdadera vocación. Yo celebro infinito que elS eñor me dispense el altísimo favor de hacer a mi hija sierva suya253. Aquí me tiene, mi buen padre, completamente a sus apreciables órde- nes.

253 Tras vencer algunas dificultades, ingresó en las dominicas de Puerto España a primeros de marzo de 1901: infra, Carta 348*. En junio Musitu la encontró muy contenta: infra, Carta 393*. En Agoar, caja 82, leg. 5, se conserva un billete suyo, sin fecha, dirigido al p. Adell. 508 correspondencia del PADRE ADELL

Mamá, mi esposa, María de Jesús y toda mi familia le saluda con el mayor afecto. Besa su mano su muy atento seguro servidor y amigo254. Amador Briceño

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 178*. Medardo Moleres a Adell Teme que la iglesia caraqueña de La Candelaria vaya a otras manos: la familia Linares desea entregarla a los franciscanos y éstos a mí. El obispo prefiere al cura de la catedral. Posible donación de la iglesia del S. Corazón a los dominicos. Va poniendo orden en los alquileres de las casas de la cofradía

La Guaira, 13 de mayo de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre: Paréceme que lo de La Candelaria se quedará a última hora en pro- yecto como otras tantas cosas. Hay gran interés en quitar al párroco actual y, aun cuando la familia Linares desea entregarla a los franciscanos y éstos a mí, monseñor quiere darla al padre Rodríguez, cura de la catedral, y la catedral a su secretario, padre Caballero. Así están las cosas en la actua- lidad. Yo haré todo lo posible por conseguirla y oportunamente avisaré a usted y a los de Maracaibo. Con respecto al Corazón de Jesús le diré que monseñor Rodríguez, que, por hallarse en Maiquetía hace ya algún tiempo, apenas si pasa semana sin que me hable de misioneros (los nuestros) para Guanare, etc., pero que no se resuelve a dar un centavo, como tantas veces se lo tengo dicho. Última- mente ha escrito una extensa carta al general de los dominicos a Roma y en concreto le dice que, a pesar de haber muerto el padre Izaguirre, desea que los hijos de santo Domingo vengan a Caracas. Bien informado de esta carta,

254 En el reverso de la carta Adell escribió: «Este señor Amador es una familia muy buena. En su casa tienen mientras arreglan habitación para el cura, y todos son pocos para agasajar y cuidar al cura. La María es un ángel. Quiere ser hija de la cari- dad, y creo lo será. Se conservan en casi todos los pueblos alguna que otra familia así, calcadas en las costumbres antiguas españolas, y da gusto tratar con ellas y … roban verdaderamente el corazón. Abundan en estos pueblos familias de esas preservadas por Dios en su infinita misericordia para vergüenza de tanta corrupción e ignorancia venezolana». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 509 he escrito al padre Enrique para que vea lo que puede hacer e Roma con el general dominicano255. Conviene sepa usted además que a raíz de la cesión que hiciera mon- señor a favor de los dominicos, amigos del padre A[rteaga] y muy allegados al gobierno actual hicieron un expediente probando que la cesión era nula, expediente que se hubiera publicado en la prensa a la llegada del padre Iza- guirre y como el motivo por el cual se inició fue la amistad que se le profesa al padre A[rteaga], fácil es suponer que mientras éste viva, será muy difícil alcanzar la capilla. Tales son las últimas noticias que respecto a uno y a otro asunto he podido conseguir después que recibí su carta del 6 de mayo. Como quiera que por cartas de España tenía yo conocimiento de la muerte de los padres Ortiz, Maximino, Iturri y Manuel Giménez, celebré las misas antes que usted me escribiera. Otro tanto me ha sucedido con el padre Alecha. Salimos a 20 o 25 misas por mes con estipendio y estamos con 15 pesos de sueldo. Las casas, mejor dicho, los inquilinos, se van arreglando poco a poco y en este mes pienso cobrar unos 70 pesos. Hay algunas vacías por haber echa- do de ellas a inquilinos malos pagadores. Después [de] haber celebrado solemnemente las fiestas de la Conver- sión de nuestro padre san Agustín y Patrocinio de san José como puede usted ver por el adjunto programa, estamos celebrando las Flores de María, predi- cando dos o tres veces por semana, y tenemos gran concurrencia de fieles256. Sin más que contarle por ahora me despido de usted seguro servidor y que su mano besa. Fray Medardo Moleres PD. María Catalina está gravemente enferma y su hijo anda también muy delicado. Una y otro le devuelven agradecidos sus recuerdos y se enco- miendan a sus oraciones. Los padres franciscanos están en la capilla de la Santísima Trinidad desde primeros de este mes. El padre San Vicente me escribe de Coro sumamente disgustado. Vale.

Agoar, caja 82, leg. 4

255 Carta desconocida. La última carta que se conoce de Moleres a E. Pérez es del 7 marzo 1900 y no alude a esta cuestión: Agoar, caja 82, leg. 4. Tampoco consta que Enrique hiciera gestión alguna con el general de los dominicos. 256 Una copia del programa en Agoar, caja 82, leg. 4. Por la mañana había misa solemne con sermón a cargo del nuevo vicario de la ciudad, padre Larrouyet, y de un ca- puchino; y por la tarde rosario con sermón y cantos en honor de san José y san Agustín. 510 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 179*. Bernardino García a Adell Las tensiones con el gobernador eclesiástico quizá les obliguen a re- tirarse de Panamá. Pregunta si en Venezuela habría colocación para todos. Ha abierto una escuela a la que «concurren bastantes niños»

Misión de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de PP. Agustinos Recoletos en América. Panamá

15 de mayo de 1900

Mi respetado padre: En cumplimiento de [las instrucciones de] nuestro padre provincial que me dice: «si fuera necesario salir de Panamá, póngase en contacto con el padre Patricio y traslade a los religiosos a Venezuela», le escribo a usted para que si por desgracia llegara ese caso, me diga usted a dónde hemos de dirigir nuestros pasos y si podremos ser colocados ahí todos los que es- tamos aquí. Esto se está poniendo muy mal, pues cierta camarilla domina por com- pleto al señor gobernador eclesiástico, que es un pobre hombre y no tiene acción alguna, sino que es gobernador por el padre Rueda. De ahí que esto está muy mal y, si continúa la vacante, se perderá por completo. No quiero molestarle refiriendo todo lo que aquí sucede y lo revuelto que se encuentra. Sólo le diré que nos quitaron la celebración (poco me importa, pues me sobra con la que recojo). Yo en una nota al gobernador eclesiástico reclamé y pedía una indemnización hasta la llegada del nuevo obispo, y la contestación ha sido no contestar nada a lo que preguntaba y pedía, sino un hato de mentiras y hasta injurias, diciendo que nosotros he- mos sido causa de la pérdida de la finca deC hepo, que rendía si no pingües ganancias, sin embargo era una garantía que contrarrestaba los gastos; que los muebles de la Providencia eran buenos; que la máquina de vapor se ha perdido por la indolencia, por no aceitarla. De todo ello han llevado la contestación debida, probada por testigos que han declarado el estado lastimoso en que todo se encontraba cuando el padre Moleres se hizo cargo; y quién cogió y dónde están los buenos muebles que antes estaban de La Providencia. Algún día enseñaré a usted copia de todo, pues todo lo guardo257. Todo es envidia, porque ven que tenemos las simpatías del país y que los hom- bres de bien se han apartado de ellos por el desarrollo que se observa en ellos; y ha aumentado esta envidia, porque han visto que el excelentísimo señor delegado está de nuestra parte y quiere de todos modos que seamos independientes del obispado formando una prefectura apostólica. Como

257 Gran parte de esa documentación se conserva en Agoar, caja 81, leg. 2. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 511 este señor me pidió informe y me mandaba que le hablara con franqueza todo lo que al Darién concierne, porque quiere mejorar las condiciones hi- giénicas del mismo, ha recabado del gobierno mayor cantidad de los tres mil pesos que el gobierno da para las misiones. Por esto se han atufado y por otras cosillas que indican la nula simpatía de estos clérigos para con los extranjeros. Máxime si éstos visten hábito que en todas partes hace sombra. De todo he dado cuenta al excelentísimo señor delegado, mandándole copia de todas las comunicaciones que han mediado; y aun cuando creo que no llegará el caso de tener que abandonar esto, quiero prepararme para todo evento y por eso le escribo a usted preguntándole si podremos pasar a Vene- zuela, llegado el caso. Entre el padre Celestino y yo hemos abierto una escuela donde concu- rren bastantes niños y si contara con personal, podríamos sacar mucho pro- vecho, pues como el único colegio de Panamá es seglar, los padres no quieren colocar a sus hijos en él porque no dan clase de religión. Sin más, en espera de su contestación, se repite de usted afectísimo hermano que besa su mano. Fray Bernardino García de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 180*. Paciente Corral a Adell Ha vuelto a San Félix, donde ha encontrado muchos enfermos. Deme- trio se queda solo en El Callao. La enfermedad del albañil ha obliga- do a interrumpir las obras de la iglesia de San Félix. Manda alguna cosilla para el obispo

San Félix, 16 de mayo de 1900

Mi querido padre Patricio: Reciba ante todo mi más cariñoso saludo y paso desde luego a manifes- tarle que en virtud de una carta en que el señor Briceño me manifestaba la gravedad de don Pedro Belisario y de la tía Isabel de don Julio, me puse en camino para este pueblo, a donde llegué ayer martes por la tarde. Mucho me he alegrado de venir, pues encuentro que son muchos los enfermos graves que hay, debido a la influenza o trancazo que ataca por aquí bastante. Allí quedó solito el padre Demetrio y en la despedida le encargué se cuidara mucho para que no enfermase mientras durase mi ausencia. Así me lo prometió. 512 correspondencia del PADRE ADELL

Al llegar aquí me dijo el señor Briceño me mandaba con un correo una carta de usted, la que no he recibido por no encontrarme en el camino con los carros que la llevaban. En vista de esto, telegrafié al padre Demetrio leyera mis cartas que llegasen allí; y como supongo (por la que usted escribió a Briceño) que usted pedía los caballos para cuando llegasen los de España, le decía también en mi telegrama que mandara pronto el otro caballo, pues los padres embarcaron el 5 de éste en Barcelona. De aquí puede usted deducir que he venido solo desde El Callao y que hay aquí un solo caballo. Encuentro aquí la obra de la iglesia sin terminar, pues el albañil se fue gravemente enfermo a Ciudad Bolívar. Así que ahora vivo en casa del señor Briceño hasta que quite la tierra de los cuartos. Vea si puedo acomodarme en alguno de ellos. Han trabajado bastante esta pobre gente y siguen reco- giendo para la media agua…, pero por ahora todo se ha suspendido por la enfermedad del albañil y de la tía Isabel, quien es el alma para los trabajos de la iglesia. En Upata me encontré con el padre Gómez y no me acordé de pregun- tarle por las sacras. Tampoco las que me mandó Briceño habían llegado a mi salida del Callao. Ahí le mando adjunta una carta del padre Gómez para el señor obispo, que me la entregó porque le dije subiría yo a Ciudad Bolívar, pero como he desistido de ello por los muchos enfermos que hay, se la mando a usted para que haga mis veces. Él no da podido subir ahora a Ciudad Bolívar porque tiene a su hermana con catarro y además están con mucho entusiasmo ha- ciendo el mes de María, de modo que lo ha dejado el venirse a Bolívar para el correo siguiente. Me entregó también seis pesos con dos reales, o sea cinco fuertes para dárselos al obispo por una dispensa; yo también tengo que pa- garle otra de matrimonio en El Callao. De modo que le dará usted al obispo diez fuertes por las dos dispensas y asunto concluido. También le mando a usted esos palos de oro para que se los entregue al señor obispo, si usted quiere, pues ya sabe me los suplicó a mi despedida, le proporcionara algún palo de oro. María de Jesús me da muchos recuerdos para usted … Ahora está muy contenta, porque tiene a su padrecito en su casa. ¡Pobrecita! Es una niña. Voy a ver si la quito esas cosillas, fruto de la educación, tan llena de mimos. Su padre cada vez más contento de que se consagre a Jesús. Todos me dan para usted muchos saludos. Sin tiempo para más reciba cuanto guste de su afectísimo hermano y último súbdito. Fray Paciente A las madres lo que quiera. En el correo irá otra.

Agoar, caja 82, leg. 5 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 513

Carta 181*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 26 de mayo de 1900

El proceder del p. Quirino en el asilo no es del agrado de la nueva su- periora de la Beneficencia, madreM atea. Es de buen corazón y trabajador, pero, como joven, parece un poco imprudente. Actualmente está ayudando al p. Urdaneta en la parroquia de Santa Bárbara: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 182*. Francisco Ayarra a Adell Más tarde o más temprano no quedará otro «remedio que dirigirse a esas repúblicas de América». En Brasil también hay campo, aunque la conducta de algunos haya creado dificultades. El papa quiere que los frailes permanezcan en Filipinas. Él duda de que sea posible. En España tampoco habrá lugar para nosotros

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 4 de junio de 1900

Mi querido Patricio: Hace días que no recibo carta tuya y como sale mañana el vapor para España, te escribo estas líneas por si llegan a tu poder. Hasta la fecha no sé nada de si volvió o no el padre Musitu con los cinco religiosos que estaban listos o si se aumentó el número. Pero supongo que ya estarán ya ahí, y con ese refuerzo darán un buen empuje de adelanto a esa residencia o misión, y Dios quiera que les haga buena impresión y que les pruebe bien, para que de ese modo otros se animen también y se prepare campo ancho. Pues un poco más tarde o más temprano los frailes, si han de vivir y comer, no tendrán más remedio que dirigirse a esas repúblicas de América. Del Brasil me dicen que allí hay también vida para muchos que vayan con celo, abnegación y espíritu religioso, pero como fueron unos cuantos sin nada de eso, por eso han probado mal y han tenido que volver a España algunos por inconvenientes e inútiles, y, como es natural, nuestro padre Ma- riano ha tenido que sufrir y padecer mucho por ese motivo; y como estos malos además hablan todo lo peor que pueden, han sido la causa para que otros muchos no quieran ir allí y sí seguir en los colegios comiendo la sopa boba. Pero esto se ha de concluir sin tardar y entonces veremos qué rumbo tomamos los frailes. Aquí cada día seguimos peor. No podemos abandonar esto por ahora por mandato del papa, pero como cada día se va poniendo peor el país, los 514 correspondencia del PADRE ADELL masones y katipuneros nos tienen odio mortal y con los americanos, todos protestantes, no hemos de [en]contrar apoyo alguno, ni han de llegar a pa- cificar esto por muchos años, o nunca. Por eso creo que nuestra salida de aquí está ya decidida, y sin tardar mucho tendremos que tomar el tole para España. En España nos querrán como aquí y no tendremos otro remedio que todos dirigirnos hacia América. Mañana salen cuatro para España y entre ellos el hermano Hilario, que, debido a falta de ejercicio, está mediano, pero una vez que salga de aquí pronto se pondrá bueno. Si te lo mandaran, ahí te serviría de mucho para obras, que es muy inteligente. Conque a pedirlo y si te mandan salamat sa Dios258. Todavía quedamos aquí 104 religiosos, entre ellos dos prisioneros en Mindoro, uno en la Paragua y tres en Marianas. Todos los demás están en España. Aquí la política de los americanos con los indios es de atracción. Cogen o se presentan los cabecillas y bajo palabra de honor los dejan en libertad y bajo capa de amigos les hacen la guerra. El indio se ha acostumbrado en todas las provincias a modo de guerrillas, y les han [hecho] muchas bajas a los americanos. Adiós, tuyo ex corde. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 183*. Paciente Corral a Adell † Musitu y Rafael Corral han salido para Upata. La iglesia de San Félix sigue paralizada debido a la partida del albañil. Agradece los libros que le ha enviado

San Félix, 9 de junio de 1900

Estimado padre Patricio: Reciba en ésta mi más cariñoso saludo al propio tiempo que le mani- fiesto puede embarcar con el portador los objetos que tiene en ésa para las residencias del interior. El padre Isidoro, con el padre Rafael, salieron de aquí el jueves en la mañana para Upata.

258 Visaya cebuano: Gracias a Dios. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 515

Los trabajos de la iglesia siguen paralizados, debido a que el albañil de Ciudad Bolívar no viene. Parece que tendrán que dirigirse a la autoridad de ésa para que le obliguen a venir y cumplir el contrato. Cuando pasaron los padres no le puse telegrama porque el padre Isido- ro escribió a Briceño mandándole telegrafiar a monseñor. Me fue imposible visitarlos en el vapor por tener que asistir a una moribunda, que estaba en sus últimos momentos. Me alegraré que todos ustedes gocen de la más per- fecta salud. Por aquí sigo bueno y contento, organizando los cantores para la iglesia y dando catecismo todos los días a los niños. La familia del señor Briceño siempre tan cariñosa y tan caritativa para los padres. Aquí pasaron el día los tres, y creo que el padre Rafael se fue bien impresionado, pues se hubiese quedado con gusto aquí. Toda ella le saluda afectuosamente y se pone de nuevo a sus órdenes. Ya recibí la obra de Planas259, el catecismo en ejemplos y el tratado de la tribulación. Muchas gracias y que Dios se lo pague, padre Adell. El padre Demetrio me escribe que está muy bueno de salud, a pesar de que la influenza está atacando por allí bastante. Sin más reciba, con mis saludos para los padres todos, usted reciba cuanto guste de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral PD. Me dice la madre Teresa con el padre Isidoro que me dirija yo a la superiora de Maracaibo para el asunto de María de Jesús260. Espero me mande la dirección, pues no la sé.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 184*. Rafael Corral a Adell

Upata, 10 de junio de 1900

Él y sus compañeros llegaron a Upata el día 8. Les recibieron muy bien, pero sólo de palabra, «pues si no llevamos dinero, no comemos». Reserva sus impresiones para más adelante: Agoar, caja 83, leg. 5.

259 Juan Planas, op (1810-86), catequista catalán, autor de obras ascéticas y pre- dicables: A. Collel, Escritores dominicos del Principado de Cataluña, Barcelona 1965, 269; Diccionari d’Història eclesiàstica de Catalunya 3, 106. Algunas de sus obras más populares eran Arte pastoral, Catequista orador, Jesucristo predicado, Cura en el púlpito y Misionero apostólico. No consta cuál de ellas llegó a manos del p. Paciente. 260 María de Jesús Briceño, que aspiraba a ser hija de la caridad de Santa Ana: supra, Carta 177*. 516 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 185*. Fermín Catalán a Adell Se alegra de la llegada de los nuevos misioneros. Desea la compa- ñía de alguno de ellos, «no por el trabajo material, que no es mucho, sino por esa expansión familiar que tanta falta me hace». La iglesia caraqueña de La Candelaria no será para nosotros. Por ahora no es posible abrir escuela en La Victoria. Envía una carta de un joven que quiere ser hermano lego

Caracas, 15 de junio de 1900 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi muy amado padre: Ante todo le felicito por la llegada de los cinco padres que vuestra re- verencia me participa, y me alegro muchísimo de que puede tener ya más desahogo y, sobre todo, algún reposo, que por cierto buena falta le hace a vuestra reverencia, que de tan buen modelo nos sirve para que no nos que- jemos y, lo que es yo, me resigno a todo tan sólo con acordarme de vuestra reverencia, porque considero y tengo en nada esta mi soledad con todos sus aburrimientos en comparación de lo que vuestra reverencia viene arrostran- do física y moralmente. Sí deseo que venga lo más pronto posible un padre, no por el trabajo material, que no es mucho, sino por esa expansión familiar que tanta falta me hace, pero espero resignado y le agradezco con toda mi alma lo tenga en cuenta. Bien sería nos dieran la Candelaria de Caracas, pero no lo crea, padre Patricio. Ya pasamos el noviciado y esos embrollos no cuelan, por más que el padre Medardo se empeñe. Muy plausible me parece la idea de la escuela primaria con propósito de que estuviésemos tres en esta población, no de otra manera, y me he echado a formar proyectos y consultar con la señora de la casa respecto del local y demás piezas para nosotros y la escuela, pero francamente hoy por hoy no es posible. La idea agradaría muchísimo a la población y la casa donde vivo es magnífica, pero como vive también la señora de la casa y no le convienen los arreglos que yo le hago, ni aun a nosotros tampoco, porque tendríamos que pagar más, me parece que lo más acertado es dejar el propósito para más adelante. Por ahora que venga un padre no más y dispuesto a acomodarse a la estrechez; quiero decir, a pisar terreno firme para luego poder dar un vuelo y después volar con toda seguridad y sobre todo vayamos piano para que, según el adagio italiano, lleguemos lontano. Hace falta un padre de modos y formas, que sepa tratar con la gente y ganarse simpatías, pero sin que él se dé cuenta de ello. Creo que el padre Roldán vendría muy bien; digo, creo, porque no le conozco más que de vista, aunque me parece que como él ha estado bien, quizá no se amoldase aquí. En fin, todo son suposiciones. Yo DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 517 no quiero más que trabajar por la gloria de Dios, bien de las almas y honra de nuestra corporación, y para mejor cumplir con estos fines que venga un padre que me sirva de luz y guía, porque todo proyecto que yo formo me parece descabellado y me quedo quieto. Lo que también nos vendría bien es una casa sola para nosotros, aunque en tal caso estuviésemos salida por entrada, pero no encuentro casa de condiciones. Cuando venga el otro padre veremos. Por este mismo correo le escribe a vuestra reverencia un mozo llama- do Rafael Botero, a quien debe conocer porque estaba de cocinero en casa del doctor Lazo cuando vuestra reverencia vino para Semana Santa. Dice que aspira a ser hermano lego nuestro. Él tiene muy buen fondo y hasta algo exagerado; se ha educado y estado cuatro años con los salesianos de Bogotá, de donde es él, y ya lo iban a llevar al noviciado, pero como los legos salesianos no llevan hábito, él se resistió y salió de ellos. Dice que ésta es la única causa. Me visita con frecuencia y al manifestarme su determinación, le he dirigido a vuestra reverencia para que le conteste si puede o no tener esperanza. Él quiere vivir conmigo, pero como él se ha hecho algo ridículo en esta población por sus exagerados juicios o, mejor dicho, porque con todo el mundo se mete y a todos les dice que si son buenos, que si son malos, que deben ser así, que deben ser de la otra manera, lo cual, aunque en sí es muy loable y originado de buena intención, sin embargo comete muchas y mortificantes imprudencias y además ha dicho, y al mismo presidente del Estado, que quiere ser agustino y que le dé recomendaciones ante vuestra reverencia. Por eso no lo quiero tener en casa. Únicamente teniendo casa aparte, le podríamos tener como cocinero, pero no ni como donado ni como aspirante a ser hermano lego. Si vuestra reverencia cree que podría tener esperanzas, se lo dice buenamente, pero no le indique la idea de que se ven- ga con nosotros. Creo que sería un buen lego, pero había de pasar un buen noviciado, y en toda regla. Yo tengo reservados como 120 fuertes para lo que pueda ocurrir y vues- tra reverencia disponga, y dos podemos seguir bien en la forma que tenemos hasta ahora, y deseando que los nuevos padres, a quienes saludo, correspon- dan a los propósitos de vuestra reverencia, me reitero de vuestra reverencia humilde súbdito que su mano besa. Fray Fermín de San José

Agoar, caja 82, leg. 4 518 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 186*. Tomás Martínez a Adell Persecuciones que han sufrido él y sus compañeros Rufino Pérez y Gabriel Arano desde el 16 noviembre 1899, en que los revolucionarios se apoderaron de Orocué, hasta mayo 1900, en que llegaron a Ciudad Bolívar

Ciudad Bolívar, 18 de junio de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. En la Ciudad Respetado y querido padre: Ya que no nos fue posible, por circunstancias especiales, comunicarnos con nuestro superior en Colombia, padre Santiago Matute, para haberle pasado una narración detallada de los sucesos que tocante a nosotros ocu- rrieron en Orocué, capital de la Intendencia de Casanare, donde residíamos durante el actual movimiento revolucionario, voy a hacerlo a V.R., ya que la Divina Providencia, por una especie de milagro, nos ha traído a esta ciu- dad, donde con indecible contento hemos sido sorprendidos con la presencia de V.R. y sus dignos compañeros, padres José Orea, Clemente Ballesteros, Francisco García, y hermano Mariano Torrellas. Tranquilos estábamos el hermano Gabriel Arano y el que esto escribe administrando aquel curato que por voluntad de Dios y de nuestros supe- riores nos tocó en suerte cuando ardió el primer chispazo de la revolución, que ya en el resto de la República estaba muy adelantada. Era el día 16 de noviembre del año pasado cuando entraron los primeros revolucionarios a aquel pueblo sin resistencia alguna, porque los pocos empleados del gobierno desaparecieron, vista la imposibilidad de atacarlos. Esto contribuyó a que su entrada fuera bastante pacífica. El día 20 llegaron otros, pero de distinta manera y con muy malas in- tenciones. Robar y atropellarlo todo era su consigna, siendo nosotros sus pri- meras víctimas. Como un torrente desbordado cayeron sobre nuestra casa, so pretexto de que allí debía haber elementos de guerra. Presos nosotros por aquella chusma de soldados, buscaron y rebuscaron a su satisfacción por toda la casa su imaginario armamento y el oro que, según ellos decían, debíamos tener escondido, llegando hasta el ridículo de excavar las habita- ciones. Mas bien pronto se convencieron que no había ni lo uno ni lo otro, y nos devolvieron la libertad hasta con honrosas frases por nuestra superior conducta. Sin embargo, no respetaron las dos únicas bestias que teníamos para el ejercicio de nuestro ministerio, a pesar del reclamo que hice de ellas. Llevábamos unos días de tranquilidad cuando de repente se presentó en el pueblo un general llamado Avelino Rosas, famoso por su crueldad y bandidaje261. Llegar él y dar la orden de apresarnos todo fue uno. Yo exigí

261 Avelino Rosas (1856-1901), aventurero colombiano, ascendido a general en 1887, conocido por su pericia y arrojo, de los que dio muestras en la guerra de Cuba combatiendo DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 519 el porqué de aquella medida tan peregrina y cruel, pero en vano. «Es orden superior», se me contestó con dureza. Pedí que me dieran licencia para sumir a nuestro Amo Sacramentado, porque ignoraba [sic] aquel nuestro porvenir oscuro y tampoco. «Es orden superior de que inmediatamente vayan para el cuartel», fue la contestación. Entonces no pude contenerme y me eché a llorar, pensando en la suerte de nuestro Señor Sacramentado. Como era ya algo noche, el pueblo no pudo apercibirse de nuestra injus- ta prisión. Sin embargo, corrió en seguida como un rayo, y aquellos feligre- ses, que nos apreciaban de corazón, sintiendo lo indecible y ya que pudieran ablandar aquel corazón de bronce, se los veía afanosos por mitigar nuestra dura prisión con regalos de toda especie. Llevábamos como unas dos horas en- cerrados en inmundo y tenebroso calabozo cuando se me acercó un conocido y me dijo que en aquel momento acababan de llegar los padres Marcos Bartolo- mé y Pedro Fabo, también en calidad de presos. Nosotros tuvimos un instante de tristeza y alegría a la vez, y todos nuestros deseos eran tener la dicha de vernos con nuestros queridos hermanos y darles un estrechísimo abrazo. Al efecto rogamos hasta que a duras penas nos fue concedido el permiso. Aquella entrevista momentánea no es para describirla sino más para sentirla. Desgraciadamente, duró muy poco, pues creyeron que así gozába- mos, y sus deseos eran vernos sufrir. Así que pronto vino la orden de separa- ción y no tuvimos más remedio que despedirnos con harto dolor de nuestros corazones, volviendo nosotros a nuestra primera cárcel. ¡Oh qué noche aque- lla tan horrible! Solos los dos, sin más compañía que unos soldados beodos que roncaban que daba miedo, y cuando despertaban prorrumpían en pa- labras las más soeces, sin ninguna consideración a nosotros. Yo no dormí pensando en nuestro Amo. ¡Ah!, me decía para mis adentros, ¡quién pudiera burlar por un instante la vigilancia del centinela para ir a la iglesia y poner en lugar seguro a Nuestro Señor! Pero no podía y ello me causaba más dolor que todos los sufrimientos materiales que pesaban sobre nosotros. ¡Ah! Y las hermanas ¿qué se habrán hecho? ¿Cómo quedaban ahora sin el padre que les dijera la misa y les suministrara el pan de los fuertes? ¡Pobrecitas, cuánto debieron sufrir! Tres días permanecimos en aquella cárcel sin comunicarnos por com- pleto con el pueblo, y apenas si dejaban que nos llevara el alimento necesa- rio. Luego nos vino la orden de pasar a otra cárcel, la misma donde estaban los otros padres, pero en distinta pieza, con el objeto de mortificarnos más. Así que nos sentíamos, pero no nos veíamos. Dos días duramos en aquella cárcel menos dura que la primera. al lado de Maceo. En noviembre de 1899 regresó a Colombia y se unió a los revoluciona- rios. Sobre su actuación en Casanare: N. Casas, Hechos de la revolución en las misiones de Casanare, Bogotá 1900; Pedro Fabo, Liberaladas de una revolución, Pamplona 1914; A. Vico, «Despacho al cardenal Rampolla», 24 abril 1900: Asv, Secretaría de Estado, año 1902, rúbrica 251, fasc. 2, 118-20. 520 correspondencia del PADRE ADELL

A causa de tener que abandonar el pueblo el general Rosas, se nos pro- puso por orden suya o dar una fianza de cinco mil pesos oro cada uno o con- tinuar en la cárcel hasta tiempo indefinido. ¿Mas quién habría en el pueblo que pudiera fiarnos por tan fuerte suma? Nadie. Así que no tuvimos más remedio que someternos de nuevo a los rigores de la prisión hasta que Dios Nuestro Señor tuviera compasión de nosotros. Entonces resolvió aquel hom- bre inquebrantable ponernos a todos juntos en la cárcel pública. ¡Bendito sea Dios! Siquiera nos consolábamos con estar con todos reunidos en un mismo punto. Como no sabíamos hasta cuándo duraría aquella nuestra situación, re- solvimos llevar una vida como en el claustro. La oración nos confortaba y nos daba ánimos para llevar en paciencia y resignación aquella vida verdade- ramente penosa. Nos acordábamos con frecuencia de los santos mártires y más de una vez suspiramos por el martirio. ¡Ah, sí, ojalá que lo hubiéramos conseguido! Pero tal vez no estábamos bien maduros aún; tal vez no éramos dignos. Mas siempre nos quedaba el gran consuelo de sufrir algo por la cau- sa de Dios. Porque no hay que negarlo: nos molestaron mucho, nos hicieron sufrir lo indecible, pues nos tenían en una piezucha sin ventilación ninguna, casi sin luz, y en medio de un calor enorme, que casi nos asfixiábamos, y todo por el capricho de un hombre que se gozaba en vernos sufrir sólo porque éramos frailes. ¡Bendito sea Dios! El cielo se lo recompense, puesto que nos proporcionó algún mérito para el cielo. Mas el pueblo clamaba irritado, pues le constaba que no teníamos cau- sa, sabía que éramos inocentes. Pero ¿qué podía hacer ante la fuerza bruta? Protestar, y no más que protestar. Por fin, tanto suplicaron al general que se vio precisado a darnos libertad. Una vez libres, y habiendo salido de la población el tal Rosas, nosotros aprovechamos la ocasión, pedimos pasaporte y tratamos de retirarnos a la cordillera. Mas entretanto llegó una noticia alarmante: que el general Rosas regresaba derrotado con fines los más si- niestros. Por consejo de algunos amigos salimos de la ciudad para internar- nos en la espesura del monte mientras pasaba aquella borrasca que sería peor que la primera. Mas, ¡oh desgracia la nuestra! Unos días estuvimos allá, en aquel destierro, viviendo a la intemperie y amenazados a cada paso por tantos animales feroces que habitaban aquellos dilatados bosques. Sólo Dios fue testigo de todo lo que sufrimos durante esos días de verdadera amargura. Viendo ya que la tal noticia era falsa, nos vimos precisados a salir, y unos a pie y otros mal montados en medio del silencio de la noche nos echamos por aquellos inmensas llanuras seguidos de un buen baquiano. Después de cinco días, rendidos de cansancio y de aquellos soles abrasadores y mal comidos, llegamos a Nunchía, donde encontramos a algunos de nuestros misioneros. Allí descansamos y nos repusimos de tan pesado y molesto viaje. Unas noticias que llegaron asegurando la presencia de la gente del go- bierno en Orocué y, por tanto, la fuga de nuestros enemigos, movieron al DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 521 padre Marcos Bartolomé, provicario entonces de Casanare (pues el señor obispo tuvo que huir a Bogotá), a volverme a mandar para dicho pueblo en compañía del padre Rufino Pérez y hermano Gabriel Arano, noticias que, como verá luego V.R., resultaron falsas. El objeto único de nuestro regreso a Orocué era continuar con el ejerci- cio de nuestro ministerio sacerdotal en santa paz y tranquilidad, pues este pueblo llevaba ya como unos dos meses sin sacerdote. Íbamos asegurados por un pasaporte que, al retirarnos de allí [nos dio] el que entonces hacía de jefe civil y militar. Al llegar a un hato, llamado «La Candelaria», nuestra primera operación fue enviar un peón a la superiora de las hermanas de Orocué para darles aviso de nuestra próxima llegada y enterarnos, a la vez, de la situación de pueblo, pues ignorábamos en absoluto qué clase de gente habría. Lo que sí sabíamos era que no había la tal gente del gobierno, como nos habían dicho en Nunchía. Estábamos esperando su vuelta cuando de repente nos vimos sitiados por cinco hombres armados con orden superior de presentarnos en seguida donde estaba un tal comandante. Mas como faltaba una de las bestias, que era la que había llevado el peón a Orocué, confesé sencillamente las cosas. Así que el hermano Gabriel tuvo que ir a pie hasta la casa del comandante, que fue más de una hora de camino. Llegamos allí y no había tal comandante. Ya por fin cansados de esperar, llegó el hombre. Sin saludarnos siquiera y sin decirnos el para qué de nuestro llamamiento, mandó soltar nuestras bestias y echarlas a la brigada. Enterado de nuestra mandada del peón a Orocué, juzgó pésimamente la cosa, e inmediatamente puso un posta con el fin de cogerlo junto con la correspondencia (la contes- tación a mi cartica), que consiguió muy bien volviendo el mismo posta y la contestación de las hermanas al jefe de Orocué. Era el anochecer y viendo que el señor comandante no tenía ánimo de hablarnos y temiendo, por otra parte, no fuera a dejarnos a pie en aquel desierto, salimos nosotros mismos a su encuentro. Después de mil rodeos nos vino a decir que nos consideraba como comisionados del gobierno y que íbamos a Orocué con fines contrarios a la revolución.N osotros le hicimos ver con franqueza y sencillez nuestro verdadero objeto, y logramos, al parecer, convencerlo de la verdad. Con respecto a las bestias le hicimos ver que no eran nuestras sino de unos señores liberales de Nunchía que nos las habían fletado y debido a eso, sin duda, nos las entregó al día siguiente. Biense puede decir que todo el tiempo que estuvimos en La Candelaria fue en ca- lidad de presos. Al día siguiente, muy de mañana, nos pasó una orden para entregásemos los bayetones o cobijas, de suerte que nos dejó sin qué cubrir- nos. El Señor Liévano, que así se llamaba el jefe, nos recibió muy bien y nos ofreció toda clase de garantías mientras no viniera fuerza superior a él. Así lo cumplió. Pero el día Jueves Santo por la noche sucedió que a la hora de tinieblas, un muchacho dio a otro un golpe en la cabeza. El muchacho lesionado era 522 correspondencia del PADRE ADELL hijo del señor alcalde, quien al saber la cosa se puso furioso, maldijo a la Iglesia y a los frailes y añadió: ¡qué rochela ese ésa que están haciendo en la iglesia? En seguida dio parte al señor jefe civil, señor Liévano, y se conoce que aquél le pintó lo sucedido tan feo y alarmante que al día siguiente me pasó una nota muy dura, prohibiéndome en absoluto toda función religiosa pasadas las 5 de la tarde. Como, según eso, no nos daban tiempo para pre- parar los pasos en orden a la procesión de la Soledad, y, por otra parte, la hora que ellos me marcaban no era a propósito por el mucho calor que a esas horas suele hacer en Orocué, resolví no hacer nada. El pueblo se enteró pron- to de lo sucedido e, indignado, ya estaban para echarse sobre el jefe y darle una paliza. Las mujeres le insultaban y ponían de vuelta y media. Entonces el jefe, y un general Carrizosa, que acababa de llegar, se pusieron furiosos e iban a estrellarse contra nosotros, pero Dios no los dejó. Sin embargo, nos trataron de nuevo de altaneros y que nos iban a desterrar para Venezuela. Y no contentos con eso, me pasaron otra nota muy insolente y atrevida, en la que me culpaban de todo lo acaecido en el templo, dábanme consejos y avisos como a ministro de Jesucristo y finalmente me amenazaban con el destierro. Estábamos gozando de relativa calma cuando una tarde se presentó en casa un capitán con orden del general para que inmediatamente nos presentá- semos en la jefatura. Una vez allá, el tal general nos insultó cuanto quiso y por medio de testigos falsos quiso hacernos figurar como políticos y estaba en dis- posición de apresarnos. Yo tomé la palabra y con toda franqueza e ingenuidad, y sin ningún temor, le hice ver nuestra inocencia y que estábamos dispuestos a sufrir todo, hasta el mismo destierro. Él me contestó que eso corría de su cuen- ta, y que yo era un altanero. Después se metió en cuestión religiosa, diciendo que el gobierno conservador confundía malamente a la Iglesia y el Estado, que éstos debían antes estar separados, etc., etc.: la cantinela de siempre. Nosotros, por prudencia, nos hicimos los sordos ante tan estupendas majaderías y barbaridades, porque ¿qué íbamos a contestarle, predispues- to como estaba contra nosotros? Sin embargo, siempre nos obligó a hacer un documento, en el que nos obligábamos bajo nuestra palabra de honor a no inmiscuirnos en absoluto en la política. ¡Qué ridícula timidez! Como si tuvieran que temer cosa alguna de tres pobres frailes indefensos y en un aislamiento como aquel! Cierto día me vinieron a avisar que al otro lado del río Meta había una enferma moribunda que deseaba confesarse, pero supiéronlo los progresistas y humanos y no me dejaron cumplir con mi deber, y así manifestaron una vez más ser muy consecuentes con la doctrina liberal. Y henos aquí atados de pies y manos para el cumplimiento de nuestro ministerio sacerdotal. Ya no faltaba más sino el destierro, que dentro de poco pondrán en práctica, porque sí y no, más que por sí, porque éramos un elemento malo, según ellos decían; pero la verdadera razón era porque éramos frailes y no nos podían ver ni pintados. Mas Dios es testigo de que cumplíamos con nuestros deberes. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 523

Al otro día dan un decreto público en que los frailes aparecíamos presos en disposición de expulsarnos muy lejos y nos arrojarían a una isla del Meta para que pereciéramos de hambre. Mas Dios que mira por los suyos por en- cima de todas las malignas maquinaciones de los hombres, puso a nuestra disposición un modo de evadir tan gratuito como inhumano castigo. Esa no- che salía para Venezuela una embarcación, en la que fuimos generosamente acogidos por el dueño, y así dejamos burlados los vanos intentos de aquellos hombres, a quienes deseamos que el cielo abriera sus ojos y se convirtieran. Al día siguiente, inmediatamente que advirtieron nuestra fuga, enviaron una comisión tras de nosotros con el fin de cogernos presos y devolvernos al pueblo, mas ya era tarde: el ángel del Señor nos llevaba ya muy lejos. Y henos aquí, río Meta abajo, en una embarcación incómoda con muy poco bastimento y en rumbo a un mundo desconocido en absoluto para no- sotros, debiendo atravesar por entre multitud de tribus errantes de salvajes de instinto feroz y sanguinario. Esto, mirando no más que humanamente, debía de horrorizarnos y obligarnos a desistir de nuestra atrevida empresa, pero nosotros lo mirábamos bajo otro aspecto. Dios estaría con nosotros y, por consiguiente, nada teníamos que temer. Cierto que no nos faltarían trabajos mil, mas nosotros, conformes en un todo con la voluntad de Dios, aceptamos de antemano aquel cáliz de amargura que se nos ofrecía, en la convicción de que, llevados en paciencia, nos serían meritorios para el cielo. Por otra parte, nos consolaba la idea de que aquella dura medida no era hija de alguna irre- flexión o capricho nuestro, sino obligada por el antojo de algunos hombres sin Dios y sin ley. Mas Dios sabe sacar de los males bienes y todo sucede por su voluntad o por lo menos lo permite, como en nuestro caso. Siete días anduvimos sin ver un solo cristiano. Sólo navegábamos de día, porque era muy peligroso caminar de noche por el peligro de dar con un tronco y trambucar. Así que llegada la tarde atracábamos en una playa, hacíamos de comer, que se reducía a un sancocho de carne seca con gusanos y yuca. Enseguida nos poníamos a buscar un sitio seco, donde tendíamos nuestras cobijas y sin más techo que el firmamento estrellado unas veces y toldado por densas nubes las más trabajábamos por quedarnos dormidos, lo cual no era muy fácil por aquellas inmensas moles de zancudos que nos comían los pies, las manos y la cabeza, llegando hasta atravesar la ropa con su venenoso aguijón. Por otra parte, el sobresalto en que estábamos por el inminente riesgo de caer en manos de los indios, que por todas partes nos tenían cercados, nos hacía estar sobre sí, a pesar de no faltar uno o dos que vigilaban sin cesar toda la noche. Debido a ese cuidado y a la bulla que ha- cíamos para hacer creer a los indios que éramos muchos, pues ellos temen en semejantes casos, tuvimos la gran suerte de que ninguna noche fuimos por ellos molestados, a pesar de tenerlos siempre muy vecinos. Y así, con esas in- comodidades y otras muchas que en obsequio de la brevedad dejo pasar por alto, anduvimos siete días hasta llegar a un caserío de racionales, llamado Buenavista. 524 correspondencia del PADRE ADELL

Aquí estuvimos descansando como unos cuatro días mientras conse- guíamos modo de continuar nuestro viaje, pues hay que advertir que íbamos limpios de dinero. Entre tanto aprovechamos el tiempo, administrando el bautismo a varias criaturas, celebrando el santo sacrificio de la misa y ha- ciendo, en fin, todo el bien que pudimos. Dios quiso que al cabo de los cuatro días se nos presentara una buena ocasión de proseguir el viaje en una curia- rita que iba para Mata de Guanábano, primer caserío perteneciente al terri- torio de Venezuela. A fin de hacernos con algunos reales de plata venezolana, nos vimos en la necesidad de vender nuestros coroticos y peroles, y así nos hicimos con algo, aunque poquito, por si acaso. Ese mismo día llegamos a dicho caserío y empezamos a pisar tierra de Venezuela. Nos recibieron muy bien y nos proporcionaron manera de ir más adelante y metidos de nuevo en una embarcación pequeñita seguimos. Debido a un torrencial aguacero que nos cayó, no pudimos llegar ese día al Orinoco y nos quedamos como a tres o cuatro horas de distancia. Pero ¡qué noche aquella! Aislados de agua en una playita, con una noche oscura y lloviendo sin cesar, sin modo de prender candela para hacer algo de comer ni ropa con que cubrirnos, hubimos de aguantar toda aquella noche hasta que amaneció. Sin más alimento que un cafecito amargo, nos embarcamos de nuevo, y adelante. A las cuatro horas exactas entrábamos en el soberbio Orinoco. Ca- minamos hacia abajo como una hora y dimos con un caserío o medio pueblo llamado Geraramaco. Aquí descansamos unos días y pusimos algunos bau- tismos, cuyos derechos nos sirvieron de no poco después. Allí encontramos a un señor muy fino y bueno que iba para San Fernando de Atabapo. Este señor nos orientó y nos prometió bajarnos hasta Ciudad Bolívar, siempre que esparáramos su regreso de San Fernando. Aunque se lo prometimos, no pudimos cumplirlo, porque todo nuestro afán era llegar cuanto antes a Bolívar para obtener del señor obispo licencias para administrar. Tuvimos la buena suerte de que al saber la gente que por allí andaban tres padres, vinieron a por nosotros con el fin de que les bautizáramos unos chiquitos.A sí que pronto volvimos a embarcarnos para abajo. Como íbamos en curiara li- gerita sufrimos algunos sustos al pasar los raudales que llaman de Cariben. Era especial el manejo de nuestra pequeña curiara al pasar por entre esos raudales, guiando la pequeña curiara por entre aquellas piedras enormes que ocasionaban torbellinos inmensos y montes de agua, que parecía querer tragarnos, yendo la curiarita a merced de una corriente espantosa. Pero más que todo la Providencia era la que nos llevaba. Después de unas horas llegamos a unas casitas que quedaban a la orilla del río y administramos el bautismo a unas seis criaturas, algunas de ellas de once y de doce años de edad; y luego continuamos nuestro viaje hasta un punto que llaman El Tigre. Aquí también bautizamos a unos chiquitos. Debido a la escasez de recursos tuvimos que hacer largas escalas, mientras Nuestro Señor nos favorecía y así es como también pudimos conocer perfec- tamente y palmo a palmo el Orinoco. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 525

Por fin, pudimos reunir unos realitos y con ellos continuamos nuestra marcha hasta llegar a un pueblo llamado La Urbana. Pero la noche antes estuvo fatal y espeluznante: a media tarde nos sorprendió un gran chubasco; las olas eran tales que semejaban a las del mar alborotado. Nuestra curia- rita, llevada como una paja, parecía que a cada momento iba a sucumbir; ya las olas la iban tragando y nosotros, casi perdidas las esperanzas en lo humano, recurrimos a Dios, quien pronto vino en nuestro socorro. No lejos de donde nos encontrábamos divisamos una playita y el patrón se enderezó para ella, logrando llegar sin novedad. Esta playita era tan pequeña que a veces las olas la bañaban y, por lo tanto, a nosotros también; y allí debíamos pasar la noche sin más cobija que dos malos paraguas para los tres. Así que amanecimos como enfermos, y lo malo que no hubo modo de hacer un mal café. Y así con toda nuestra confianza en Dios, continuamos hasta llegar a dicho pueblecito de la Urbana. Al hombre que nos trajo tuvimos que darle la poca plata que traíamos, y ¡otra vez limpios! Aquí nos vimos precisados a implorar la caridad pública que, gracias a Dios, no nos faltó, y pudimos pasar hasta Caicara. A los tres días de estar aquí llegó un vapor «El Apure», donde obtuvimos pasaje hasta Bolívar, com- pensándonos Nuestro Señor de alguna manera el final de nuestro viaje, ya que todo lo demás había sido tan lleno de trabajos y sufrimientos. Mas hoy damos gracias a la Divina Providencia que, a pesar de los pesares, nos ha traído con bien esta ciudad, donde, sin pensarlo, nos encontramos con nues- tro queridos hermanos en religión. Perdone V.R. esta mal escrita carta. Siento no haber podido disponer de más tiempo y de mejor salud para no haber omitido muchas cosas de interés; y aun las que acabo de escribir se hubieran podido perfeccionar y darles un tinte mayor de gravedad, pues todo lo que se diga es poco para ponderar lo que el partido liberal revolucionario de Colombia nos hizo sufrir, sin más causa que por ser sacerdotes que cumplíamos bien con nuestro deber. ¡Dios nuestro Señor los perdone! Afectísimo hermano y súbdito en el Señor. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 187*. Rafael Corral a Adell

El Palmar, 20 de junio de 1900

«Creo obrará en su poder la que le dirigía desde Upata, de donde parti- mos [él y Musitu] después de pasar siete días, para este del Palmar, a donde nos obligó [a] ir los muchos ruegos de gente de este pueblo, que verdadera- mente deseaban un cura». Él se quedó en El Palmar y Musitu siguió para 526 correspondencia del PADRE ADELL

El Callao. Le han asignado una pensión de 25 pesos mensuales: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 188*. Isidoro Musitu a Adell † El 20 llegó a Upata. Dejó a Rafael Corral en El Palmar. Demetrio quizá se instale en Guasipati

El Callao, 22 de junio de 1900

Mi querido padre Patricio: Anteayer llegué a este pueblo después de haber estado ocho días en Upata, donde vemos el mismo cariño absolutamente que cuando estábamos allí. El objeto de mi demora fue dejar algunos corotos que no necesitaba aquí y tomar otros que necesitaba. Pero se detuvieron mucho en San Félix y no pude hacerlo, sino que tuve que salir antes de que llegaran. Me vine por El Palmar, donde dejé acomodado a Rafael con la comida y 25 pesos mensuales. Vi que la gente estaba animadísima y que a él le gustó mucho, de modo que lo más conveniente me pareció dejarlo allí. Me dijo que todos los meses ven- dría a visitarnos. Respecto a Demetrio estoy dudando si mandarlo a Guasipati, donde están empeñadísimos que vaya (con 50 pesos). Lo dejaré a su voluntad: que haga lo que le parezca. Respecto de todos los pueblos estos el dador, con quien he hecho mi viaje y que es un excelente amigo y católico de verdad, le impondrá en todos los detalles. Por hoy no tengo tiempo para más; además, que todo lo que yo le pudiera decir, el señor general Palma se lo ha de decir mejor. Hasta otro día se despide con recuerdos al padre José Orea, padre Ba- llesteros, padre Paco y hermano Mariano su afectísimo menor súbdito que sabe cuánto lo quiere. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 189*. Demetrio Ázqueta a Adell †

El Callao, 23 de junio de 1900

En una especie de postdata de la carta anterior, habla de la llegada de Musitu con muchas noticias. Lamenta la desgana imperante en los colegios de España. Le preocupa la marcha del mundo: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 527

Carta 190 *. Indalecio Ocio a Adell † Están sin noticias de nadie. Conviene que la orden asuma la parro- quia matriz de Coro. El obispo no se opondrá. De otro modo, sería preferible salir de Coro: «dejar ésta o alcanzar las dos. ¿Y cuándo llegará el día que me quite de párroco?»

Coro, 25 de junio de 1900

Mi estimado padre Patricio: Recibí la suya de no sé qué fecha, en la cual daba cuenta de algunos padres difuntos y añadía que las misas que por ellos debíamos celebrar ya estaban aplicadas. Tiempo hace que debía haberle escrito, pero se fue pasando el tiempo, Aquí estamos en el limbo, sin saber nada de ninguna parte, ni de allá ni de acá, ni sabemos si han llegado los que usted decía que estaban para llegar. ¿Y qué vida llevan por España nuestras cosas? ¿Y de Filipinas no se sabe nada? ¿Y el capítulo provincial nos ha dado algo de nuevo y de bueno? ¿Quién es el ponoan262 en estos desgraciados tiempos? Hace ya tiempo que le escribí diciéndole que convenía que pidiéramos la otra parroquia de esta ciudad y administrar las dos. Pero como entonces se encontraba usted con otras atenciones, no es extraño que no lo tomara en cuenta. Ahora vuelvo a insistir en lo mismo, y como el tiempo me ha ido enseñando algo más, me atrevo a exponerle francamente mi parecer, que es bien sencillo: o dejar esta parroquia y largarnos con los bártulos para otra parte o procurar conseguir también la otra. Opino como siempre he opinado que una parroquia con dos religiosos así aislados no nos resuelve ningún problema. Teniendo las dos, podrían re- sidir aquí cuatro o cinco o más religiosos, con lo cual se podría pensar en algo más y se podría hacer mucho bien a toda esta región. Yo creo que la dificultad no será muy grande. Por de pronto con tres se puede atender a las dos parroquias, puesto que nunca ha habido aquí más de dos. El conseguirlo del obispo, creo que no costaría mucho; por parte del pueblo, menos todavía. El pueblo es nuestro. Soy de parecer que, dado el estado de ignorancia en que esto se en- cuentra, lo que nos conviene es instalarnos en pueblos grandes, cuanto más grandes mejor, porque mientras en pueblecitos pequeños para unos cuantos miles de almas se necesitan unos cuantos misioneros, que, trabajando mucho consigan poco fruto, puesto que no pueden estar continuamente con ellos; en

262 Visaya cebuano: jefe. Actualmente se escribe punoan. Ocio ignoraba que el capí- tulo de abril de 1900, en que se habría de haber elegido el nuevo provincial, había sido suspendido: supra, IX. Correspondencia B, nota 198. 528 correspondencia del PADRE ADELL poblaciones grandes con menos individuos se conseguirá más fruto y más estable, puesto que pueden estar siempre bajo la vigilancia del pastor. No di- gamos de otras ventajas espirituales y materiales, para ellos y para nosotros. Repito con toda la convicción posible: o dejar ésta o alcanzar las dos. ¿Y cuándo llegará el día que me quite de párroco? Por aquí estamos buenos a Dios gracias. Trabajo no falta y calor tam- poco. Dé mis afectuosos recuerdos a los padres que haya por ahí y bien sabe que puede disponer de su inútil súbdito. Fray Indalecio Ocio

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 191*. Rafael Corral a Adell

El Palmar, 26 de junio de 1900

Los fieles llevan los difuntos directamente al cementerio sin darle cuen- ta ni de su fallecimiento. No hay entradas de pie de altar y, aunque le dan la comida y 25 pesos al mes, su situación es precaria. Ha abierto una escuelita con la ayuda de un muchacho. Por ahora sólo tiene seis alumnos, pero espera algunos más: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 192*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 28 de junio de 1900

Acusa recibo de una carta y de una circular. Ante la necesidad en que se encuentra mandará alguna ayuda, pero pequeña: «ahora los ingresos se reducen a alguna misa y algún bautizo». La subscripción mensual produce 25 pesos. Los trabajos de la iglesia siguen paralizados, ahora por falta de peón que ayude al albañil. Ha oído que el padre Barroso está muy enfermo en Tucupita y que quizá haya muerto: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 193*. Víctor Ruiz a Adell

Monteagudo, 1 de julio de 1900

Sólo espera la orden del superior para embarcarse e ir a ponerse a sus órdenes263. Hace tiempo que había pensado ofrecerse para trabajar en Vene- zuela. No se lo había comunicado, porque corrían rumores de que querían enviarle a Brasil: Agoar, caja 82, leg. 5.

263 Supra, IX. Correspondencia B, Carta 6*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 529

Carta 194*. Íñigo Narro a Adell En agosto mandará tres religiosos de valía

Madrid, 5 de julio de 1900

Estimado padre Patricio Adell: Mi norabuena por la feliz llegada de esos seis. En agosto voy a mandar a usted tres valientes: los padres Víctor Ruiz, Pedro Ramos y Ángel Martínez. He escrito a su hermana Rosa y no me contesta. Poco importa. Usted entrega en Maracaibo lo que tengan que mandar y aquí se me entrega para otra misión, que, Dios mediante, se compondrá. Sin tiempo para más –es hoy la séptima–, saluda a mis amados herma- nos el que es de usted afectísimo264. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 195*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 11 de julio de 1900

Al no recibir carta suya, supone que andará colocando a los padres re- cién llegados, de quienes no tiene noticia alguna: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 196*. Paciente Corral a Adell † Se alegra de que estén trabajando en el seminario. Envía 30 pesos. Escribirá a Maracaibo sobre la aceptación de María de Jesús Briceño,

264 A continuación Adell estampó el siguiente comentario: «Recibo con ésta, p. Enri- que, su grata del 26 de junio con las estampitas para María de Jesús [Briceño], y vea usted qué casualidad con el mismo vapor vino el padre Paciente y al leerla le leí su parrafito y quedó satisfecho. En el programa se rogaba a los fieles que aplicaran los cultos «por el feliz éxito de las misiones que los padres agustinos tienen a su cargo en las inmediaciones de los ríos Orinoco, Meta y Apure». = No creo llegue la sangre al río en Maracaibo y me parece se callarán los nuestros. En Filipinas estábamos mal acostumbrados, tenemos resabios tremendos, que le hace a uno tirar el gorro, pero … es Dios tan bueno…: va solventando las dificultades Él solo. Estos días no puede usted figurarse cuánto he sufrido con el carácter del p. Francisco García… pues llega Paciente y me dice: al p. Francisco esto le prueba mal –algo hay que decir, p. Enrique–; yo iría con éste. Me callé, fui a palacio: al p. Paco le prue- ba mal, quiere irse a San Félix. No se acordó del colegio y dijo: bien. Me vuelvo a casa con el correo en la mano y recibo ésta de nuestro p. Íñigo. Ni con candelitas: el p. Víctor en estas circunstancias ¿y los otros dos? Tenía que suplir Upata, y cátatelos ahí. = ¿Qué más ha de hacer Dios? Estoy contento… y hasta otro zamarrazo, que vendrá por donde uno menos se piense. Ruegue usted a Dios que esto continúe como hasta hoy, y las almas lo agradecerán. Se pasma uno cómo hace Dios las cosas. = No sé si podré escribir más; sobre todo, oracio- nes, que Dios hace el resto. = Suyo pero de corazón con afectos de todos. Fray P. Adell». 530 correspondencia del PADRE ADELL

No tiene prisa y «hasta sentiría se me marchara pronto por la utili- dad grande que aquí reporta» San Félix, 12 de julio de 1900

Estimado padre Patricio: Recibí a su tiempo su última y en contestación he de decirle me alegro hayan pedido los cuatro padres más, que me dice. De ese modo acabaremos de estar solos … que tan pesado se hace en esta tierra. Me alegro también estén trabajando en el seminario y que poco a poco se vayan realizando los planes de monseñor. Con respecto a lo que me dice del padre Enrique, agradezco su buena voluntad y veré si me determino a escribirle. Ahí le mando con un tal Pablo Zabala unos 30 pesos, que es todo lo que le puedo mandar, quedándome con lo suficiente para el pasto. Finalmente, tocante a María de Jesús veré lo que me dice la madre Am- brosia y el padre Cisneros, a [quienes] pienso escribir sobre el asunto. De todos modos, no corre tanta prisa, y hasta sentiría se me marchara pronto por la utilidad grande que aquí reporta. Ella es la que va recogiendo para la media agua, la que ha hecho y recoge la subscripción mensual; y así ella es el alma de todo… ¡Pobre familia! Todos los días me obsequian con algún regalo y siento en el alma no poder corresponderles con algo. En fin, Dios se lo premia todo.A pe- nas les indiqué estaba usted falto de recursos, el señor Briceño me daba diez pesos para mandarle, pero no se los quise tomar… Bastante se gastan conmigo. Los trabajos de la iglesia continúan, a Dios gracias. Después de ter- minados, veremos si hacemos la media agua. Con una sala, un cuarto y un corredor: así me la quiere hacer la familia del señor Briceño. Sin más reciba, con mis recuerdos para todos padres, usted mande cuanto guste a su afectísimo menor hermano y súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia PD. Parece que el padre Isidoro dejó en El Palmar al padre Rafael con 25 pesos mensuales y la comida… En cambio, Guasipati, impaciente y can- sado de esperar padre, como se lo prometimos. Con el señor Hermógenes Hurtado, que tiene una hija en el colegio, puede mandarme el escritorio, si le parece. Falta no me hace. Lo que me hace falta es tabaco y callicida. En la botica alemana dan tres frasquitos por cuatro reales. Fray Paciente

Agoar, caja 82, leg. 5 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 531

Carta 197*. Clemente Ballesteros a Adell

Soledad, 13 de julio de 1900

La iglesia está en mal estado. Faltan amitos, cíngulos y rituales. Los demás ornamentos son escasos y deteriorados. Tampoco tiene entradas. Si manda unos días al hermano Mariano, se podrían hacer algunos arreglos: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 198*. Íñigo Narro a Adell † «En agosto, si hay vapor a Trinidad, saldrán los padres Víctor, Ramos y Ángel Martínez». Florentino confiesa a tres comunidades de monjas

Madrid, 14 de julio de 1900

Amadísimo en Jesús padre Patricio Adell: Enterado por la suya del 17 de junio de la presentación de los tres co- lombianos. ¡Gallofas ni para un remedio! Ahora se imprimirán seiscientas para el año próximo. Para agosto, si hay vapor a Trinidad, saldrán los padres Víctor, Ramos y Ángel Martínez. El padre Víctor le descansará; éste llevará oro para el pa- saje de Trinidad a Ciudad Bolívar. Paga el viaje de los tres de Monteagudo a Barcelona, y mil pesetas para ayuda de los pasajes. He escrito al padre Toribio para ver si puede en vez de las treinta aras, tres. También veré si pueden llevar crismeras de plata. El padre Florentino, muy ocupado con las confesiones de tres comuni- dades, de las cuales dos son de hermanas de Santa Ana. Estoy en correspondencia con su óptima hermana, madre Rosa, sobre fondos. Hoy nada puedo decirle. Es de usted afectísimo y menor hermano. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4 532 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 199*. J.M. Oliveros265 a Adell Pide le haga algunos servicios

Doctor Oliveros. Presbítero

15 de julio de 1900

Reverendo padre Patricio en Jesucristo: Tengo un bautismo del campo, del cual soy yo el padrino, y le suplico el favor, que le agradeceré mucho, de mandar un padre hoy domingo a la 1 para que me haga dicho bautismo. Comprendo que la hora es muy pesada, pero a la gente del campo hay que tenerla mayor paciencia. Le recuerdo también que a las 3 y media de hoy debe mandar un padre a confesar aquí, a la catedral. Y le recuerdo los dos padres para las dos misas del martes próximo, Deo volente. Soy su amigo y hermano en Cristo nuestro Señor. J.M. Oliveros, presbítero

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 200*. Antonino Caballero a los recoletos de Ciudad Bolívar Les saluda en nombre de los misioneros de Casanare. Da noticias de los avatares que han padecido durante la persecución. Desearía man- tener comunicación con los de Ciudad Bolívar. Pueden escribir aquí o al Amparo. «En ambas partes somos muy conocidos»

Guadualito, 17 de julio de 1900 RR. PP. Agustinos Recoletos. Ciudad Bolívar Habiendo tenido conocimiento, por algunos señores que han llegado de esa población, acerca de la llegada a ésa de algunos padres de nuestra corpo- ración, me dirijo a todos en general, por no saber los nombres de cada uno en particular, para felicitarlos por su llegada a nombre de todos los padres que existimos en Casanare y de todos los que estamos en Colombia, ya que por las circunstancias de la guerra, tal vez no hayan podido hacerlo hasta la hora presente. Comenzaré, pues, por darles conocimiento de los tres que residimos en Arauca, cuya población tuvimos que abandonar el 12 de noviembre del año pasado después de haber estado en la cárcel ocho días fray Antonio Sibelo y el que suscribe. El padre Pablo Alegría logró pasarse a este lado de Venezuela,

265 Supra: III. Memoria, nota 249. De 1915 a 1933 fue párroco de Güiria: J. M. Bengoa, Un fraile riojano en la Revolución filipina. Pedro Bengoa y Cárcamo, Zaragoza 1998, 215. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 533 logrando evadirse de los vejámenes e insultos por los que tan injustamente nos hicieron pasar los revolucionarios colombianos. ¡Sea Dios bendito por ello! Hace como unos veinte días recibí una carta del padre Pedro Fabo, que me escribe de Manare y me decía que el señor obispo, que es el padre Nicolás Casas, se había ido para Bogotá, y que cinco padres están en Támara, otros cinco en Manare, otros cinco en Nunchía y tres en Orocué. Los demás en Bogotá y en nuestro convento del Desierto de la Candelaria. Todos los que estamos en Casanare hemos tenido que sufrir alguna cosa, pero, gracias a Dios, estamos buenos y creo que pronto podamos ocupar nuestro puesto. Para ponernos en comunicación y nos escriban con frecuencia debo ad- vertirle que tanto a este pueblo, que está sobre la margen del río Apure, como El Amparo, que está enfrente de Arauca, pero a este lado de Venezuela, sobre la margen del río Arauca, vienen directamente vapores procedentes de Ciudad Bolívar y podemos comunicarnos con frecuencia, principalmente en tiempo de lluvias. Escríbanme a vuelta de correo, sea aquí, sea al Am- paro, porque en ambas partes somos muy conocidos. Ahora, por si acaso no estuviéramos aquí, porque tenemos que recorrer otras partes pueden reco- mendar la carta, en El Amparo, a Natividad Espinosa; y si escriben aquí, que también tiene el nombre de Periquera, pueden recomendarla a Jesús Antonio Ramírez. Consérvense buenos como desea su afectísimo y menor hermano que los ama en Jesús y María y nuestro padre san Agustín266. Fray Antonino Caballero de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 201*. Tomás Martínez a Adell Fueron bien recibidos. En carta al obispo cuentan algo del viaje. Han pasado los días limpiando y arreglando la iglesia. «La fiesta del Car- men, que hicimos muy solemne, también nos ha llevado mucho tiem- po». No les faltará el pan, pero tampoco les sobrará. Más adelante mandará informe detallado de todo. No tienen harina para hostias

Cantaura, 20 de julio de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado padre: Por fin, aunque con mil trabajos y sufrimientos, llegamos sanos y bue- nos al lugar de nuestro destino. Así se lo comunicamos al día siguiente por medio de un telegrama.

266 Sobre este tema: supra, III. Memoria, apartados 22 y 26, con las notas correspon- dientes. 534 correspondencia del PADRE ADELL

Como también escribimos al señor obispo, a él le contamos algo de nues- tro viaje y del recibimiento que se nos hizo. En estos días nos lo hemos pasado sumamente ocupados en arreglar y limpiar la iglesia, pues estaba algo desordenada y sucia. También hemos hecho el inventario. La fiesta del Carmen, que hicimos muy solemne, tam- bién nos ha llevado mucho tiempo. Así que no le extrañe nuestra tardanza en escribirle. La gente está muy contenta y feliz con nosotros, y también lo estamos nosotros con ella, a Dios gracias, pues parece bastante sensata y de buenos sentimientos religiosos. Esperamos, confiados en Dios, que con nuestra pre- dicación y ejemplo será todavía mejor. Ya hemos tenido algo quehacer en el confesonario. Con respecto a recursos pecuniarios, si bien no nos falta el pan de cada día, sin embargo creemos que no nos abundará mucho, pues que reina suma pobreza y muchas cosas hay que hacerlas gratis. Más adelante podremos darle un informe detallado de todo. En estos días saldremos uno u otro para Urica. Ya están avisados y nos mandarán bestias. En seguida iremos a los otros pueblos. Al padre José, que sentimos mucho no poder enviarle ni los tabacos ni el cacao. No lo primero, porque son muy malos, y lo segundo no lo hay. ¿Podemos nosotros vestir el escapulario del Carmen a la gente que lo pida? Saludes a los padres y hermano, al doctor Oliveros y a las personas conocidas. De vuestra reverencia afectísimo súbdito [en] el Señor. Fray Tomás Martínez del Romero PD. Pro pace et recto ordine videtur mihi valde necessarium ut inter nos superiorem instituas: nihil enim dixisti nobis circa rem; et quamvis nihil ingratum inter nos, Deo adjuvante, locum habuit, tamen bonum esse illud in posterum. Utinam responsio tua tamquam propria sit et spontanea. El mismo Háganos el favor de mandarnos un poco de harina para hostias, pues aquí no se encuentra. Sólo decimos una misa por eso. Puede, si le parece bien, mandárnosla con el portador de esta carta267.

Agoar, caja 83, leg. 1

267 Adell echó en falta algún detalle sobre su viaje y les pidió que suplieran la falta en la carta siguiente. También les recordó su interés por Aragua y Barcelona, donde le interesa de modo especial «iglesia del Carmen, que no es parroquia». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 535

Carta 202*. Joaquín Barroso a Adell En posdata acusa recibo de la carta y encargos que reclamaba en el cuerpo de ella. Denuncia al obispo la actuación del p. Ginestra en su parroquia. En Tucupita estuvo enfermo

Uracoa, 20 de julio [de 1900]268 Mi estimado padre Patricio: Dos son las cartas que he escrito a usted y a ninguna de ellas he tenido contestación. No sé de seguro si han venido los padres de España ni qué padres269. No sé tampoco si me han traído los libros que pedí a España. Tampoco he sabido si usted recibió lo que el padre Enrique le mandaba de Roma, y que usted me iba dar mi parte. Con el mismo portador escribo al obispo sobre lo que le decía a usted en mi última: que el padre Ginestra ha estado en Tucupita haciendo bautismos y presenciando matrimonios sin pedirme permiso270. El padre Eusebio estuvo aquí por el Corpus. Le saluda la señora Vicenta y doña Rosarito. Es de usted afectísimo menor hermano. Fray Joaquín Barroso de San Agustín Acabo de recibir por fin las suyas, gracias a Dios. Lo del altar portátil no le puedo decir nada por ahora, pero en celebrando las fiestas, si no hay guerra, se lo pagaré. Pues el padre Ortuoste dice que pida yo por mi cuenta el otro que usted dice que le queda. Si usted quiere, me lo envíe en este bar- co, que lleva ésta, pero ya le digo que por ahora no puedo pagarlo, porque en Tucupita me fue mal. Después de tres días embarcado me dio al llegar el dengue o gripe, con calentura, y el pueblo estaba lo mismo: enfermos todos. Además, ya le decía lo del padre Ginestra. El padre Ortuoste dice que recibió el altar, pero que no se puede andar mandando de aquí para allá, que lo pida a usted el otro, que más tarde se lo pago. Van tabacos. Suyo afectísimo. Fray Joaquín Barroso

268 Sin año en el original. La alusión a la misión recién llegada de España permite fecharla en 1900. 269 Se refiere a los cinco reclutados enE spaña por el p. Musitu: pp. Francisco García, José Orea, Clemente Ballesteros y Rafael Corral y hno. Mariano Torrellas. Habían llegado a Ciudad Bolívar a finales de mayo. 270 Sacerdote corso, párroco de Güiria. Volvió a su tierra a mediados de 1901: infra, Car- tas 318* y 399*. Luego debió de volver a la diócesis. Guevara Carrera, Apuntes, 148, coloca su muerte en Irapa durante el pontificado deM ons. Durán, es decir, antes del 16 de julio de 1917. 536 correspondencia del PADRE ADELL

[PD]. Al mismo tiempo tiene que delegarnos usted la facultad de poder decir misa con dicho altar en el campo. No deje de mandármelo. Cuando yo salga por los campos en pasando las lluvias, puedo recoger para pagarle el altar, si me lo manda. Además, en Tucupita hay iglesia, pero nada más, sin ornamento ni nada, y es un trastorno el llevar en baúl todo. Las sacras que yo traje para Barrancas y éste son dos juegos, cuatro pesos. El de aquí lo paga doña Vicenta, el otro lo llevarían para El Callao271. Fray Joaquín Barroso

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 203*. Íñigo Narro a Adell

Madrid, 21 de julio de 1900

Amado padre Patricio: Tengo su apreciable de 17 de junio con la noticia de la llegada de los tres religiosos de las misiones de Casanare; de los otros de Colombia … ni palabra. ¡Dios los ampare! Su buena hermana, madre Rosa, siguiendo las indicaciones de usted, me ha entregado mil pesos, cien pesos se ha quedado como pequeña indem- nización de los gastos con la misión del padre Musitu. Note usted que mil pesos billete del banco no llegan a ochocientos pesos oro. Lo advierto para que sepa lo que ha de entregar a las hermanas de Maracaibo. La misión hay que pagarla en francos, y la del padre Musitu por cada cien francos tuve que pagar 129 pesetas. Estoy algo impaciente por ignorar aún si hay vapor italiano para Tri- nidad a principios de agosto. He preguntado dos veces a Barcelona y no recibo órdenes. A los padres Víctor, Ramos y Martínez quizá se añadirá el padre José Ibáñez. El padre Juan Pérez (a) Zúñiga272 se ofrece también, pero me dijo el padre Musitu «que por sus antecedentes no sería del agrado de usted». El calor tiene desganado y debilitado a su afectísimo. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

271 En su respuesta Adell le recomendaba usar tonos más comedidos. 272 Supra, IX. Correspondencia A, nota 309. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 537

Carta 204*. Clemente Ballesteros a Adell

Soledad, 21 de julio de 1900

La iglesia está en mal estado. No hay ni amitos, ni cíngulos, ni ritual y los demás ornamentos son escasos y malos. Tampoco hay entradas. Le han prometido 60 bolívares mensuales, pero falta el decreto de asignación. Si le manda unos días al hno. Mariano podían hacer algunos arreglos. El 28 saldrá a Mamo a celebrar la fiesta de su patrona, santaR osa273: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 205*. J. M. Guevara Carrera a Adell

Maturín, 21 de julio de 1900

Se alegra de que los recoletos se hayan hecho cargo de Cantaura, «pue- blo tan querido para mí». Saluda a los pp. Joaquín Barroso e Isidoro Musitu: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 206*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 26 de julio de 1900

Ha recibido el altar portátil. Le vendrá bien porque está a punto de salir para Curiapo. Le manda cien pesos por medio de Lehman274. Los números del periódico manileño Libertas que ha recibido los ha enviado al p. Joaquín: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 207*. Francisco Ayarra a Adell † Celebra la llegada de los misioneros y el ofrecimiento de los ex su- periores de Marcilla. El comisario pagará los pasajes. Importa elegir bien a los misioneros. Sobre el traslado de Maracaibo a Caracas dis- pón «como creas conveniente». De Filipinas sólo pueden salir los en- fermos. «Katipuneros y masones […] nos hacen tal guerra que difícil veo que esto se arregle y podamos quedarnos aquí […]. Filipinas no volverá jamás a ser lo que era»

273 En una apostilla a esta carta Adell no da crédito ni a estas ni a otras afirmaciones de los recoletos sobre la pobreza de sus respectivas parroquias. 274 Esta vez Adell, en apostilla del 3 de agosto, reconoció el esfuerzo que todo ello suponía: «Hasta ahora no se portan mal y van mandando lo que pueden para las necesi- dades y gastos en esta casa y demás, que tanto necesitamos hasta llegar a establecernos, Deo volente. No son medianas las privaciones impuestas hasta hoy, más si se mira nuestro modo de ser en Filipinas y las comodidades que aquí no tenemos». 538 correspondencia del PADRE ADELL

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 27 de julio de 1900

Mi querido Patricio: Ayer recibí tus dos muy gratas del 12 de mayo y 4 de junio y son, de todas tus cartas, las que en menos tiempo han llegado aquí. Me alegro mucho que hayan llegado sin novedad los cinco que fueron con el padre Musitu y que les pruebe bien y estén contentos, y que no escriban después renegando de todo, como han hecho algunos. Por ese motivo mandé la carta circular a todas las residencias de América, para hacerles comprender el mucho daño que hacen los que escriben disparatando y pintando las cosas diferentes de lo que son. Tengo noticias de que el rector y vicerrector de Marcilla, relevados ya, se habían ofrecido a ir a Venezuela a tus órdenes275. Si éstos se marchan, es de esperar que otros se animen también, de lo que me alegraré. Con respecto al pasaje no te apures. El comisario tiene encargo de pagar los pasajes como se ha hecho con los que han ido. Sólo sí le tengo encargado y reencargado tanto al comisario como a nuestro padre Íñigo que no manden gente inútil e inconveniente, pues éstos, además de causar muchos gastos, no harían más que destruir en lugar de edificar y no estamos para eso. A nuestro padre Mariano le mandaron al Brasil unos cuantos inútiles y malos, y el resultado fue muchos disgustos y escándalos y después vuelta a España. Por eso, no quiero ni tú debes de desear que te manden de ésos, sino útiles y de espíritu para que sean de provecho. Si los cinco que han ido ahora escriben en buen sentido, es de esperar que otros de los colegios se animen también al entrar el invierno, por no pasar los fríos. Con respecto de la traslación de los de Maracaibo a Caracas, yo no pue- do disponer nada por no conocer la localidad ni las circunstancias de los pueblos ni de la gente. Por eso, dispón o manda como creas más conveniente, pues mi parecer es que cuanto más cerca y reunidos estén los religiosos, tanto mejor y más conforme con nuestros deseos y bien de la corporación. En vista de esto, dispón lo [que] mejor te parezca. Aquí seguimos sin poder salir si no es los enfermos, pues el delegado apostólico no quiere abrir la puerta con la esperanza de que podamos que- darnos aquí. Pero el país se ha puesto tan mal y los katipuneros y masones de aquí, ayudados por la masonería de España y Londres, nos hacen tal guerra que difícil veo que esto se arregle y podamos quedarnos aquí. Añade a esto que los clérigos, con rarísimas excepciones, son los mayores bandidos y katipuneros; y los americanos, además de ser más salvajes e indiferentes, lo que desean es que aquí quede nadie más que ellos. Pero americanos como los

275 Víctor Ruiz y Pedro Ramos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 539 indios bien lo pagan su traición y para mucho tiempo tienen guerra, y creo que jamás simpatizarán. El señor obispo de Jaro trata de embarcarse para Jaro la semana en- trante. No sé cómo le recibirán, pues los clérigos están empeñados en que no vaya, porque están mejor así como ovejas sin pastor. ¡Pobre Filipinas! ¡Y pobre religión de Filipinas! Nuestros trabajos y sudores el diablo los ha llevado, y Filipinas no volverá jamás a ser lo que era hace cuatro años. ¡Altos juicios de Dios! El padre Musitu me escribieron que volvía con cinco religiosos al mes siguiente de llegar a España, pero después he visto que tardó bastante a embarcarse. Nada me han dicho de los motivos de su tardanza. Bueno es que haya campo ancho en ésa para muchos religiosos, pues muchos, cuando se desengañen de que aquí no tenemos vida y se cansen de España, han de pe- dir pasar a América. Lo malo es que tenemos mucho personal –unos inútiles por su edad y achaques y otros, bastantes, por falta de espíritu religioso–, [que] no han de servir en ninguna parte más que de estorbo y carga pesada. ¡Cómo ha de ser! ¡Paciencia! El martes próximo se embarcarán para España el padre Bernardo Muro, padre Gregorio Aperte, por delicados de salud; y el padre Aquilino Rubio276 a recoger su buleto, que lo tiene concedido. Ya de los definidores no quedan aquí más que Bergasa y Torres. Nuestro padre Santos también marchó a España. Ya creo te comuniqué que nuestro padre Íñigo había suspendido la ce- lebración del capítulo y a los pocos días llegó un telegrama del papa suspen- diendo los capítulos electivos de todas las corporaciones de Filipinas y así estamos y seguimos hasta que otra cosa se disponga. Basta ya. Consérvate bueno y valiente, y manda cuanto gustes a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 208*. Isidoro Musitu a Adell † Rafael se quedó en El Palmar. «Esto está rematadamente mal en to- dos los sentidos. Las minas paradas, mucha gente en la montaña con la goma […] Antes […] podían muy bien vivir aquí dos y uno en el Caratal». Éste último está muerto, y El Callao casi. Demetrio salió para Upata

276 Aquilino Rubio (1873-1902). Adquirió el boleto el 4 mayo de 1900. Volvió a la orden, en febrero 1902 viajó al Brasil, y allí murió el 30 agosto 1902: Sádaba, 711; Décadas 1, 492-93. 540 correspondencia del PADRE ADELL

El Callao, 5 de agosto de 1900

Mi querido padre Patricio: A mi llegada escribí a usted con el general Palma, con quien hice el viaje hasta aquí y por cierto que me pareció muy buen cristiano y ésta es la hora que no he recibido contestación. ¿Cómo es eso? ¿Andan mal por ahí? También me extrañó la venida de los dos padres y hermano de Casanare. Dígame si ha habido alguna cosa por allí. Al padre Rafael lo dejé en El Palmar. Ya creo le había escrito a usted en las condiciones que quedó: 25 pesos y la comida. Creo que no le parecerá a usted mal. Él quedó contentísimo y ellos siguen lo mismo con él. ¡Ojalá sigan todos así! Esto está rematadamente mal en todos los sentidos. Las minas para- das, mucha gente en la montaña con la goma, de modo que no sale ni la cuar- ta parte que antiguamente. Antes, según lo que escribía a usted el año pasa- do, podían muy bien vivir aquí dos y uno en el Caratal (o N. Providencia) a media legua escasa de aquí. Hoy éste último puede considerarse muerto por completo, y El Callao casi. Uno puede sostenerse bien, más no. Los de Gua- sipati están empeñados en que vaya uno de nosotros con cincuenta pesos; la comida cuesta 25 y no es buena. De modo que resultaría como en El Pal- mar, si fuese seguro, pero no me merece ninguna confianza.E stá agonizando ese pueblo. Dentro de diez años habrá desaparecido. En Tumeremo también quieren cura, pero es pueblo muy pequeño y no creo que se pueda sostener. En fin, esto es un desecho todo. Upata mismo no sé si podrán permanecer mucho tiempo. Hay una miseria espantosa, sobre todo con la aristocracia, que es la que nos tiene más afecto. Si tuviésemos sueldo del gobierno, podríamos ver de detener la disolu- ción que se viene sobre esta sociedad corrompida y sin Dios, que está tocando las consecuencias de su impiedad y, por otra parte, estaríamos más indepen- dientes en los pueblos. Pero habiendo de estar a la merced de los pueblos, lo veo insostenible. El año pasado estaba yo en la íntima persuasión que Ingla- terra se quedaba con toda esta parte de Guayana, sobre todo al saber que los Estados Unidos eran los árbitros en la contienda. Por eso, mi interés por El Callao, que hubiera sido en ese caso el foco principal de la inmigración. Pero no habiendo sucedido lo que yo creía casi seguro, todo queda en peor estado que antes, pues la guerra lo ha asolado todo. El jueves recibimos el telegrama del padre Paciente, en que, de orden de usted, me decía que fuese el padre Demetrio a Upata y el viernes por la mañana, aprovechando un carro de mulas, salió de aquí a ver si puede llegar a decirles misa hoy. No sé si habrá llegado a tiempo. De modo que ahora me quedo solito, y ¿quién vendrá por aquí? Yo lo mandaría a Guasipati, a ver si puede sostenerse, o a Tumeremo. En fin, que procuraría que estuviese aquí lo menos posible, pues dos aquí estamos prietos. Usted lo ha de disponer todo. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 541

Adiós, Patricio. No tengo ganas de escribir, ya por haberme quedado solo, ya también por algunas humillaciones por que me ha hecho pasar esta maldita gente y que no se las cuento a usted por no aumentarle sus sufrimientos. Hasta la suya se despide su menor súbdito que besa su mano. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 209*. Francisco Ayarra a Adell † Con la llegada de los tres candelarios y los que llegarán de España ya puede formar una vicaría regular. Al principio no conviene destinar- los a lugares difíciles. Le preocupa la situación de Colombia y China

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 7 de agosto de 1900

Mi querido Patricio: Ayer recibí tu muy grata del 18 de junio anunciándome la llegada de los tres candelarios. Ellos se habrán alegrado [de] encontrarse en vuestra com- pañía después de tantas fatigas y trabajos, y tú te habrás alegrado también al contar con tres religiosos más sin saber cómo, y yo también me alegro, pues ya puedes formar una regular vicaría, y si de España se embarcan ahora los rector y vicerrector relevados son alguno más. Ya no tienes que apurarte de personal, máxime si ésos que han ido ahora escriben bien y bien impresionados para que otros se animen. Lo [que] has de procurar es que escriban bien impresionados para que otros se animen, y que no disparaten abultando las dificultades que se pre- sentan por ahí, como han hecho algunos, y por ese motivo te mandé aquella carta circular reprendiendo y para que antes de escribir lo piensen bien en las consecuencias. Al principio conviene también colocarlos lo mejor posible y no abarcar demasiado, sobre todo [no] poniéndo[los] en misiones y puntos malos hasta que tengas bastante personal, porque has de tener muy presente que el es- píritu religioso está muy resfriado y no todo lo que sea bueno y agradable a Dios se puede a ojos cerrados abarcar. No, Patricio, basta que, aunque a paso lento, se vaya adelantando y echando buenas bases para que poco a poco se pueda recoger el fruto apetecido, pues no por correr mucho se adelanta más, sino yendo a paso seguro. 542 correspondencia del PADRE ADELL

El 27 del pasado contesté a la tuya del 4 de junio y desde cuya fecha nada de particular ocurre. Supongo que los tres candelarios se quedarán ahí definitivamente, pero siento que no me digas cómo se llaman. Los de Panamá no sé cómo andarán, pues por aquí han publicado un telegrama diciendo que los revolucionarios habían entrado en Panamá277 y que seguían para Bogotá. Mal aspecto pre- sentan las cosas. Por todas partes no hay más que guerra y exterminio. Dios se compadezca de la Iglesia y de los misioneros. Aquí por China, según todas las noticias, muy mal aspecto presenta la situación. Ya han asesinado a un obispo, varios misioneros y muchos cris- tianos, y las residencias de los misioneros, todas destruidas. Muchos de los misioneros se han refugiado en los puertos, y si sigue enredándose, que creo seguirá, la China va a ser el teatro donde se va a derramar a torrentes la san- gre, y la labor de tantos misioneros, trabajos y fatigas llevará el mismo rumbo que el de Filipinas278. Dios lo permite así, pues cúmplase su santa voluntad. Me dices que dé orden para que en España paguen los pasajes de los que quieran ir a Venezuela. Ya te dije en mi anterior que el comisario tenía esa orden para pagar los pasajes, y ahora te digo lo mismo. Lo que le tengo muy recomendado es que no permita que vayan personas inútiles e inconve- nientes, como ha pasado en el Brasil, y en esto debes de estar conforme con- migo. Que vayan todos los que estén animados de un poco de celo y espíritu religioso, pero los que no, que se queden donde estén. Si acaso dispones que los que [están en] Maracaibo pasen a Caracas y se puede formar una vicaría independiente de ésa y conviene así, avisa y todo se hará según tus deseos. Pero yo creo que eso conviene llevarlo despa- cio, hasta que se formalicen las residencias y se vea lo que nos convenga; en fin, con conocimiento dirás lo que más conviene. No me extiendo más. Que te vaya bien y manda cuanto gustes a tu afec- tísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

277 Desde el 31 marzo 1900 en que Belisario Porras desembarcó en Bahía, la ciudad de Panamá vivió en el temor de una pronta invasión. Pero tras varios lances favorables, las tropas liberales fueron derrotadas el día 26 de julio en la batalla de Puente Calidonia y obligadas a capitular: Pizzurno, Antecedentes, hechos y consecuencias de la Guerra de los Mil Días en el Istmo de Panamá, 157-63. 278 Claude Soetens, L’Église Catholique en Chine au xxe siècle, París 1997, 20, hace el siguiente balance de la revuelta de los Boxers: “A Pékin l’assassinat du ministre d’Allemagne, le 20 juin 1900, marque le début du siège des legations étrangères. Depuis six jours, le centre missionnaire du Peitang connaissait le même sort, qui dura deux mois. Le mouvement, qui s’étendit à une bonne partie de la Chine, coûta la vie à 30.000 chré- tiens chinois (dont 6.000 dans le vicariat de Pekin), à plus de 100 prêtres et religieuses du pays, à 5 évèques et 45 religieux et religieuses étrangeres». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 543

Carta 210*. Víctor Bisquey a Adell

Puerto España, 8 de agosto de 1900

Envía encargos a los misioneros de la Guayana. «Recibí su última y cuando vendrán los padres de España, el padre María José279 les dará los reales que les necesitarán. Los recibiremos aquí con mucho gusto, como her- manos»: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 211*. Fermín Catalán a Adell Celebra la difusión de la orden por la Guayana. Él ha pasado mo- mentos difíciles. El pretendiente colombiano sigue comportándose de modo extraño

La Victoria, 8 de agosto de 1900 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi muy amado padre: En mi poder la de vuestra reverencia del 13 de julio, que me ha alegra- do mucho al ver lo bien que se van presentando las cosas en esa diócesis y el incremento que van tomando nuestros hermanos en el cumplimiento de nuestro sagrado ministerio; y por cierto la recibí en días que había tenido yo un terrible disgusto, que, gracias a Dios, ya pasó, pero que me impresionó muchísimo. Fui víctima de calumniosas invenciones urdidas por una de esas tre- mendas y terribles mujeres que por tiempo aparecen para llevar a cabo si- niestros planes premeditados y fraguados en odio a nuestra santa religión y a su ministerio. La historia es larga de contar y no me detengo en ella, y bástele saber que, lejos de perjudicarme en nada, todo lo contrario: causó profunda indignación en la ciudad y la señora protestante, o lo que fuese, tuvo que salir de aquí, echada por los policías. Días pasados han atacado mucho en La Restauración Liberal280 al clero extranjero. Pero nada dicen en particular y de los agustinos de Guayana, que ya son 14, no he visto nada. Ahí le envío un recorte de crónica del mis- mo periódico tomado de otro de esa ciudad para que conozca a esos buenos señores y si les aprietan los clérigos281. También he oído que está por ésa un

279 Marie-Joseph Grillet: supra, IX. Correspondencia A, nota 208. Era párroco del Rosario desde 1888. 280 Periódico publicado en Caracas desde 1893 a 1903 bajo la dirección de C. Arias Sandoval. Se le consideraba órgano oficioso del gobierno: Diccionario de Historia de Vene- zuela 3, 589. 281 El suelto hablaba de la demanda interpuesta contra el presbítero Feliciano Fer- nández y de las andanzas de otro presbítero, Ramos Morillo, por el Amazonas y las calles 544 correspondencia del PADRE ADELL minorista o subdiácono llamado Santamaría, quien después de haber hecho por Tinaquillo no sé qué fechoría, se refugió en Ciudad Bolívar282. Entregué la esquela al colombiano, que sigue cada día más estrambó- tico y me tomo la libertad [de enviarle] otras dos adjuntas para que vuestra reverencia, que tiene mayor facilidad, se las remita a los interesados. Nada me ha comunicado vuestra reverencia de las disposiciones del capítulo provincial y quiénes son los nuevos superiores, que todavía no sa- bemos nada. Sin otro particular, con saludos a todos los padres, me repito de vuestra reverencia su menor hermano que su mano besa. Fray Fermín de San José

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 212*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 9 de agosto de 1900

Está informando al p. Francisco García de las costumbres locales. Si- guen comiendo en casa del señor Briceño. Ya terminaron las obras de la igle- sia. La gente pregunta por la apertura de la escuela: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 213*. Medardo Moleres a Adell No espera conseguir la parroquia de Coro. Está poniendo al día los alquileres de las casas de la cofradía. Con la nueva división admi- nistrativa local, tanto el cura como él se han quedado sin sueldo. Ha mejorado la ornamentación de la iglesia

La Guaira, 9 de agosto de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre: Aun cuando tengo pocas esperanzas de alcanzar un feliz éxito en lo referente a Coro, haré cuanto esté de mi parte, aprovechando para ello la circunstancia de hallarse en estos momentos en Caracas el provisor de Bar- quisimeto. De monseñor creo que hay que esperar poco, pues, habiendo su- frido nuevos quebrantos en su salud, más está para ocuparse en medicinas que en proveer curatos. Esto, aparte de que aprecia mucho al cura de la otra parroquia. de Ciudad Bolívar. 282 Durán le ordenó de sacerdote el 6 enero 1902, cf. Víctor Ruiz, Carta a Adell, Ciu- dad Bolívar, 17 y 30 diciembre de 1902: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 545

Todos los obstáculos se allanarían si lo que hoy por hoy es una esperanza fuera dentro de poco una realidad. Me refiero con lo dicho a nuestro párroco de La Guaira, venerable padre Fernando Larrouyet, que es uno de los candi- datos para el cargo de teniente provisor de Barquisimeto. Si esto, como queda dicho, fuera un hecho, podríamos en Barquisimeto con cuanto deseáramos. A la hora en que usted guste, puede disponer de los cien pesos que le entregué al padre Maldonado. La cofradía me es deudora de 250 pesos por lo menos, de los cuales creo poder resarcirme para Navidades. Encargado, como usted ya sabe, de las rentas de la iglesia, mi primer trabajo fue echar de las casas media docena de inquilinos morosos, quienes, figurándose que las casas de Dios son primi capientis, llevaban seis, ocho y diez meses sin pagar un centavo de alquiler. Ahora tengo varios alquilados a buenos pagadores en 95 pesos mensuales. Estamos viviendo poco menos que de milagro. El gobierno, después de habernos tenido sin sueldo mes y medio a principios de año, de haberlo redu- cido a la mitad, ahora vuelve a suprimirlo por completo desde el 1º de julio. La causa de esta segunda suspensión es la siguiente. Con la nueva división territorial que se ha hecho, La Guaira ha sido agregado a Caracas, perdiendo con esto el municipio la autonomía política y administrativa que antes tenía, y como el municipio era el que nos daba el sueldo, quitado el municipio, nos hemos quedado a la luna de Valencia. En estos momentos anda por las oficinas de Caracas una instancia que sobre este asunto hemos presentado el cura y yo, porque también el cura se ha quedado in albis. Pintar al óleo el altar mayor, platear una docena de candeleros y la lám- para de metal que había y mandar traer de España una efigie de madera del Sagrado Corazón, que espero esté aquí para octubre, después de celebrar con gran solemnidad los meses de mayo y junio, han sido los trabajos que hemos hecho últimamente. Todos los gastos han sido donación de los fieles. Que se conserve usted bueno y con recuerdos a los padres de por ahí se despide de usted atento y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 214*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 10 de agosto de 1900

Le escribe con Alvariño. Él le contará la expedición a Curiapo, de donde acaba de regresar: Agoar, caja 82, leg. 5. 546 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 215*. Eusebio Ortuoste a Adell † Pide consejo sobre el modo de proceder en el bautismo de los indios de Curiapo y Piacoa

Barrancas, 12 de agosto de 1900

Mi querido padre Patricio: Anteayer, a mi llegada de Curiapo, escribí a usted con el señor Alvariño y recibirá y se enterará de lo que en ella le digo. Ahora le escribo con el general civil de Curiapo, que acaba de llegar, so- bre muchos indios adultos que hay en Curiapo sin bautizar, y espero que us- ted me diga si les administraré el sacramento del bautismo instruyéndoles en lo más principal, porque que aprendan el padre nuestro, etc., es imposible, según dicen los vecinos de allá, puesto que no tienen doctrina alguna en su lengua y son cafres gayud sa huna huna283, según he observado. Contésteme usted pronto sobre esto con el mismo dador de ésta, pues pienso ir a Piacoa pronto284. Suyo afectísimo menor hermano y amigo. Fray Eusebio Ortuoste

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 216*. Paciente Corral a Adell † Consulta sobre la ida a El Tigre y Morichal, campos del estado de Maturín, donde hay muchos sin bautizar. Si el obispo le deja libre, irá a unos campos de Uracoa, a unas seis leguas de distancia, «donde esperan 7 u 8 matrimonios que hacer y unos 24 niños que bautizar»

San Félix, 13 de agosto de 1900

Estimado padre Patricio: Reciba en ésta mi cariñoso saludo, al propio tiempo que le manifiesto se me ha presentado un hombre llamado Aniceto Pérez (y ésta es la segunda vez que viene, pues el año pasado también se presentó), suplicándome hagamos la

283 Bisaya cebuano: realmente de mente. 284 No conocemos la respuesta. Pero de la apostilla que puso a esta carta parece de- ducirse que se limitó a aconsejar que consultara algún libro de moral. Tampoco él debía de tener ideas muy claras sobre el asunto: «Que conociendo como conoce lo que son los indios, consulte los autores de moral. Cuando yo estuve en Surigao no bauticé a un negro que se empeñó en ello, pero que nada sabía. Estas razas de indios y negros si pudiera uno estar con ellos para, pero… abandonados luego…». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 547 caridad de ir uno a unos campos del estado de Maturín que los llaman El Tigre y Morichal grande o largo, donde dice hay muchos sin bautizar, hasta adultos inclusive. Algunos, los más pudientes, van a ir a Mamo, pues han oído que va el padre de Soledad, pero la mayor parte se quedarán sin ir por ser grande la distancia que hay de dichos campos a este lugar. Él ha traído un niño de nueve años, que he bautizado aquí, y hemos quedado en que le avisaré a usted y, según su determinación, le escribiré a él para que prepare bestias y vengan por mí en la primera quincena de septiembre. Distan de aquí esos campos 24 leguas a caballo. Dígame, pues, usted, qué le parece. Y si quiere entenderse di- rectamente con ese señor, no tiene más que poner Estado Maturín, Señor Ani- ceto Pérez en Río Claro, y entregar la carta al jefe civil de Soledad, para que se la mande en la primera oportunidad. Así me ha dejado encargada la dirección. Sería bueno, de ir allí, obtener facultad para dispensar de las proclamas. Si el obispo no me lleva, iré también estos días a unos campos del distri- to Uracoa, distantes de aquí unas seis leguas (río abajo), donde esperan siete u ocho matrimonios que hacer y unos 24 niños que bautizar. Le he hablado al padre Francisco, por si acaso yo no estoy, y me dice que no se atreve a casar, no siendo párroco propio; que si el obispo le autoriza, iría… Le hablaré, pues, al obispo en el vapor y le mandaré las facultades con alguno del resguardo. En eso hemos quedado. Pues, señor, Musitu no respira; pero también se queda sin periódicos. Por aquí seguimos bien, con nuestro bataal, pelo…285 Familia Briceño, empeñada en no cobrarnos nada por la comida; así que les daremos dos mensualidades para que puedan terminar la casa para diciembre. Sin más por hoy, con mis recuerdos a todos, usted cuanto guste de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 217*. Antonio Sibelo a Adell Lleva nueve meses en Guasdualito. Saluda a todos los hermanos. De- searía recibir noticias de todos ellos

Guasdualito, 14 de agosto de 1900

Queridísimos padres y hermanos: El principal objeto de la presente es saludar a todos ustedes con el más cordial afecto y desearles toda clase de felicidad, especialmente la gracia y la ayuda del Señor con todos sus inestimables carismas y dones.

285 548 correspondencia del PADRE ADELL

Supe vagamente que varios de mis hermanos habían a ésa llegado el día primero de junio. Unos me decían que de España y otros que de Filipinas, y los padres que estaban en Orocué, sean de donde sean, siempre son mis hermanos, a quienes suplico humildemente tengan la caridad de recibir este mísero, aunque afectuoso, saludo, que les hubiese antes enviado, pero que no pude hasta hoy, que se me presenta la oportunidad de hacerlo con el señor don Vicente Guarino, que nos tiene mucha estimación. Pueden todos ustedes suponer la alegría que inundará mi corazón si ustedes tienen la bondad y yo la dicha de recibir, aunque sean dos letras de sus bondadosas manos y de sus generosos corazones. Este indigno hermano está en Guasdualito desde hace nueve meses, que tuvimos que abandonar la casa después de sufrir un poquito por el ho- nor de Nuestro Señor Jesucristo. Esperamos que el Señor pronto nos abra las puertas de nuestra morada. Somos tres: el padre Antonino Caballero, el padre Pablo Alegría y el que a todos ustedes abraza cordialmente, su menor hermano en Jesús. Fray Antonio Sibelo del Pilar Laus Deo.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 218*. Juan Cruz Gómez a Adell

San Millán de la Cogolla, 15 agosto 1900

Contesta a dos suyas de 17 junio y 16 julio. Las misas gregorianas se están diciendo en San Millán. «Te repito que ayudaré en los gastos de viaje, etc. Pero, por Dios, manda algo si puedes para ayudar algo y que los padres de aquí tengan mejor opinión, cada vez más, de lo que eso es, porque en este sentido la venida del p. Musitu hizo mucho para variar la opinión desfavora- ble que se tenía de eso»: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 219*. Medardo Moleres a Adell

La Guaira, 16 de agosto de 1900

El capellán del vapor Libre de Panay le comunicó ayer que el día an- terior había muerto al fondear el vapor en Puerto Cabello el p. Gerardo La- rrondo, misionero en Tumaco. Él mismo le administró los sacramentos y le dio cristiana sepultura286: Agoar, caja 82, leg. 4.

286 El difunto no era Larrondo, sino su compañero Melitón Martínez: supra, V. Acla- raciones, nota 13. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 549

Carta 220*. Isidoro Musitu a Adell Le extraña que no haya recibido ninguna de sus tres cartas. Está sufriendo humillaciones indecibles. Tras la muerte de Mora el pue- blo ha dado un cambio radical. «Es la hez de las tres razas: europea, corsa y venezolana»

El Callao, 20 de agosto de 1900

Querido padre Patricio: Recibí su grata del 31 del pasado y me extraña lo que usted dice: que me estoy calladito. Ya es la tercera ésta que escribo a usted: la primera al llegar la mandé con un tal general Julio Palma, que vino conmigo casi todo el ca- mino y se portó muy bien conmigo y parecía muy buen católico. Me extraña que no entregase a usted la carta. La segunda escribí a usted en el correo anterior, en la que le daba cuenta del recibo del telegrama de Paciente en nombre de usted para que mandase al padre Demetrio a Upata, y también le decía lo del Palmar. Se empeñó don Juan que viniéramos el padre Rafael y yo por allí y que él nos acompañaría, que aquello estaba muy bien etc., etc. Efectivamente vinimos y el padre Rafael se enamoró de aquello, parece que la gente está también contenta con él. ¡Ojalá sigan él y ellos así! En cambio, yo desde que llegué no he hecho más que sufrir humillaciones que si me hubieran dicho hace unos años que las había de pasar, hubiera contestado que antes la muerte, porque me hubiera parecido que era desprestigiar el ministerio, y aun ahora, si hubiéramos estado en otras circunstancias y de mí hubiera dependido, no hubiera proseguido aquí. Me equivoqué el año pasado. Aquel señor Mora para quien me dieron recomendaciones me tomó verdadero cariño, y como él era el mandarín del pueblo y sin él nadie podía mover ni pie ni mano, al verlo a él de mi parte, todo el mundo aparecía amigo. Pero muerto él, ha aparecido lo que era El Callao. Esto es la hez de las tres razas: europea, corsa y venezolana; los negros más de una mitad protestantes; de los católicos, exceptuando una pequeña parte, los demás son mucho peores que los mismos protestantes. Ang mga dacongtao sa tribunal dautan nga la bihan, labi na ang usa nga niño ug mansebado sa totolo ca babaye sa atubangan satibuoc nga longsod; naamad, sucad, sa pagmancho sa nga pare adon macucha nia ug capusla- nan salimbahan ug sa mga titipigan nia ang inamotan; cuhaon nia ang mga dahan dahan sa simbahan ug dadaron nia sa balay sa (ilang ponoan man daguay cadon) maoda canay ipang cabuhian, busa acó nagasogod sa tuig sa pagpaha lago sa simbahan sila ni P. Paciente y P. Demetrio na gadayon sa pagpalago ug sa pagabut naco mao apot uala287. Ya llevo tres semanas solo y estoy triste. No me atrevo ya a proponerle nada, porque me equivoqué por completo. No tengo ganas ni de escribir: tan

287 Visaya cebuano: 550 correspondencia del PADRE ADELL desanimado estoy y aun avergonzado por algunas cosas que me han hecho, por las que he quedado en el pueblo rebajado … ¡Qué se va a hacer! Fiat voluntas tua. Adiós, padre Patricio. Dé recuerdos a todos esos padres y usted sabe cuánto lo aprecia su afectísimo menor súbdito. Fray Isidoro Musitu

[PD]. Cada bajada de vapor hay correo para aquí. ¿Por qué no escribe? Es el único consuelo que tengo. Le mando esa carta que tenía escrita para el padre Ramos y como me dice usted que en agosto se embarcaban, ya deben de estar a esta hora cerca de Trinidad. Se la entrega cuando llegue. Adiós.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 221*. Julián Cisneros a Adell † En lo material nada les falta. El apostolado no le satisface, sobre todo desde la llegada de los capuchinos, quienes ahora se encuentran en dificultades.C onviene entrar en la enseñanza. Hay tensión entre las hermanas y el director de la Beneficencia

Maracaibo, 21 de agosto de 1900

Mi estimado padre Patricio: Recibí su carta a su tiempo y respecto al padre Quirino, como quiera que hace bastante tiempo que está más tranquilo, no le he dicho nada. Vere- mos cómo sigue, porque aquí no le falta trabajo. A doña Josefa hablé sobre el asunto de la iglesia de Los Haticos y ella está en aguardar y esperar. Cuando a vuestra reverencia no le mandan personal, creo que a mí no me harán mucho caso. Sin embargo, escribiré a ver. Aquí, en cuanto a lo material, no nos falta lo necesario, pero comprendo que, de no poder hacer algo en la enseñanza, no merece la pena el que se con- serve esta residencia, sobre todo atendiendo a que hay ya padres capuchinos, que cuiden de la dirección de las hermanas. Se ha frustrado para el padre Melchor y Baltasar lo que han hecho por conquistar al señor obispo de acá, porque les manda el general que se retiren y que esto pertenece a los de Guarero, esto es a la provincia de Valencia. Así que han perdido el tiempo y a nosotros nos han, por lo menos, desanimado, porque solos hubiéramos hecho algo por aquí; pero ahora… El obispo ha escrito a Roma para que no quitasen al padre Melchor, pero no ha conseguido nada, y tiene que tratar a los de Guarero por no ha- DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 551 bernos apoyado más a nosotros. Ahora él me llama y se arrima a nosotros, pero … como es de poco arranque, no espero mucho de él. No le hago caso alguno de palabras que se lleva el viento al ver que la iglesia de San Felipe y la dirección del Apostolado, que me ofreció antes del llegar el padre Melchor, todo vino abajo de un golpe. Creo que no han procedido con talento los de Caracas y, sin conseguir ellos nada, a nosotros nos han perjudicado, porque con tanto bombo y tonte- ría con el padre Melchor, nos ha tenido olvidados288. No deja de haber personas que nos aprecian, y si se pudiese hacer algo en la cuestión de colegio, tendríamos un buen lugar aquí, pero si no, no ha- remos más que procurar el bien de las hermanas y lo nuestro no prosperará. Bueno es dirigir a religiosas, pero es mejor para lo que nosotros perseguimos abrir campo, y aquí no lo hay, porque esta diócesis es pequeña. Aquí no hay más que la capital, que se puedan sostener dos o tres con la misa y las cape- llanías. Según he oído, los de Guarero hasta piensan traer los coristas que tie- nen en Guarero para poderlos mantener aquí, mientras concluyen la corre- ría, pero dudo que el obispo lo consienta, porque no se podrán mantener todos. Don Eduardo, el presidente de la Beneficencia, que sigue apreciándonos mucho, como siempre, está disgustado con la madre Ambrosia por la cuestión del colegio, que se vino abajo, que no suelta un real, y ellos se ven apurados para pagar los intereses de los fuertes que pidieron prestados para levantar el colegio. Le ha amenazado hasta con tirar a las hermanas, y ha escrito a la superiora de España para ver si les ayudan a pagar la deuda. Yo no me he metido en ese asunto, si no es en calmar a don Eduardo, porque voy entendiendo lo que son monjas, y me concreto a confesarlas y nada más. Los padres, buenos, y me encargan recuerdos para todos ustedes. Si hubiese colocación por ahí, no crea que me daría ningún mal rato en colocarme donde vuestra reverencia quiera y guste. No dude mandarme como al último joven y le aseguro que no me seduce esto. Que se conserve bueno y ruegue a Dios nuestro Señor por su menor hermano seguro servidor. Fray Julián Cisneros del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

288 Al fin, los capuchinos siguieron en Maracaibo. Sólo abandonaron la ciudad en 1904, expulsados por el presidente Castro: C. de Carrocera, Cincuenta años de apostolado, 88-89; L. G. Castillo Lara, El centenario de la diócesis del Zulia (=Boletín Cihev 8 [1996]) 107-109. 552 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 222*. Paciente Corral a Adell † Informa desde Puerto España sobre las cuentas del viaje de los últi- mos misioneros y sobre la posible instalación de una procuración en la ciudad. Las dominicas le tratan bien

Puerto España, 21 de agosto de 1900

Estimado padre Patricio: Después de saludar a usted paso a manifestarle llegamos a ésta sin novedad y para la fecha he visitado cuantas personas me determinaba en la suya. Todos han agradecido sus recuerdos y se los devuelven con creces. Me dicen en la agencia que los padres agustinos pagaron su pasaje en Ciudad Bolívar y que, según las cuentas que en dicha agencia figuran, el valor de pasaje fue de 76 fuertes y 87 centavos. También el padre Víctor me dice cree se embarcaron aquí sin pagar en virtud de un papel que usted mandó al presbi- terio hacía tiempo para que los padres lo presentaran en la agencia. El obispo, por otra parte, me ha dicho que consiguió del que está al frente de la agencia en Ciudad Bolívar una rebaja de la mitad para los cinco padres que llegaron en mayo, y que ese señor de Bolívar en las cuentas que pasa a esta agencia de Trinidad tiene que poner el pasaje de los padres con un descuento del 25%, que es lo que les concede el derecho, para que así no le cojan en la trampa… Esto es cuanto puedo decirte sobre el caso. Aquí, según la agencia, no pagaron nada. Con respecto a la procuración, el superior del presbiterio me dice que él lo desea mucho. El padre Víctor también cree que el arzobispo accederá muy fácilmente si se le explica bien nuestro objeto. No hay que decirle que así les podremos ayudar a predicar y confesar, ¡¡porque entonces es difícil que acceda!! Esto vendrá después. El obispo, delante de mí, le manifestó al padre Víctor los deseos que tiene de que pongamos aquí una casa, y que le hablará al arzobispo para que nos lo conceda… Como ahora no está aquí, lo deja para cuando volvamos en octubre. Entonces le hablaré, me dice. Las madres, siempre tan cariñosas. Me dice la madre Ana que ella me dará el copón para la iglesia de San Félix. Ahora está todavía bajo la impre- sión de la muerte de su madre. La cieguita falleció el día 12 de éste, casi de repente. Me encarga la tenga presente en sus oraciones (RIP). Me dicen en la agencia del vapor italiano que este mes no viene. De con- siguiente, tendré que seguir con el obispo, quien piensa marchar el 26 para Carúpano. El superior del presbiterio, empeñado en que los padres vayan a parar allí…, pues en mayo, con la muerte del padre superior, no pudieron recibirlos289. Así se lo dejó encargado al padre Víctor en carta que dejó escrita aquí.

289 Philip P. Gannon (1864-1900). DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 553

También escribo a Moleres por si acaso van a La Guaira. Finalmente, sus vecinas, Herrera, nº 3, me han hecho el hábito. No ha sobrado tela y por la hechura les he dado dos fuertes. Si a usted le parece poco, puede darles más ahí, porque no tengo dinero, y he tenido que pedir al padre del Rosario diez fuertes para zapatos… y si me ocurre algo en el camino. No sé qué más decirle y si se me olvida algo. Sin más, con mis recuerdos para todos, especialmente al hermano Ma- riano y padre José, usted mande como guste a su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 223*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 23 de agosto de 1900

Contesta a dos suyas (27 agosto y 4 octubre). No lo ha hecho antes por- que anda mal de la vista. Hay interés por enviar personal, pero se topa con muchas dificultades. «Ya sabes que a los que destinamos para esas tierras, se les abona el pasaje. Sin embargo de esto, te recomiendo no eches en olvido ayudar a esa atención con las economías que hagáis por ahí». Hará las gestiones sobre el consulado de España, aunque con poca esperanza: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 224*. Tomás Martínez a Adell Urica ha venido a menos. No puede «sostener un sacerdote». Admi- nistró cien bautismos. «Nada de confesionario ni de matrimonios, y eso que todas las noches les predicaba e hice cuanto pude por atraer- los […] El templo lo tienen en un completo abandono […] Santa Rosa es aún más pequeño y de menos recursos»

Cantaura, 24 de agosto de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Bolívar Estimado padre: Recibí su carta, fecha el 31 del pasado, y quedamos muy conformes con su contenido. Acabo de efectuar una correría por Urica y sus contornos, y en ella em- pleé un mes. Así que tuve ocasión y tiempo para imponerme de su situación actual. Ese pueblo en otro tiempo debió ser una gran cosa, pero hoy por las 554 correspondencia del PADRE ADELL guerras, enfermedades, veranos largos y, principalmente, por la inmoralidad y desorden que allá impera, ha venido tan a menos que resulta ser un pueblo muy inferior e incapaz de sostener un sacerdote ni por espacio de un mes, como me pasó a mí. Todo el quehacer se redujo a administrar el bautismo a cien muchachos, y la mayor parte tuve que hacerlos gratis por la extrema pobreza a que por las causas ya mencionadas han sido reducidas esas gentes. Pero nada de confesionario ni de matrimonios, y eso que todas las noches les predicaba e hice cuanto pude por atraerlos. Luego partí para algunos vecindarios y me sucedió lo mismo y lo que saqué fue una buena calentura, que aún me dura, por los muchos trabajos que pasé, como hambres, mojadas etc., ya por los caminos, ya también en las mismas veredas. El templo lo tienen en un completo abandono, y los murciélagos y otra clase de asquerosos bichos se han adueñado de él. Como no tenían cerradu- ras las puertas, las gentes han tenido el atrevimiento de irse robando las cosas de la iglesia. Y como no tienen ánimo de mirar por él, es muy posible que se caiga pronto. Los enseres de la iglesia, fuera de una custodia y los pasos de Semana Santa y algunas otras imágenes, están muy deteriorados y no sirven para nada. Yo hice el inventario que con los otros de los demás pueblos y otras cu- riosidades procuraré mandar a vuestra reverencia más adelante. De suerte que por lo que hace a Urica no sirve de ninguna manera para poner padre de asiento, porque no es capaz de mantenerlo. De Urica me pasé a Santa Rosa. Yo pensé estarme cinco días, pero resul- tó que la gente estaba avisada para el 30, día en que se celebra la fiesta de la patrona, y resolví regresar a Cantaura, quedando comprometido a volver para esa fecha. Y entonces me demoraré unos días. El pueblo de Santa Rosa es aún más pequeño y de menos recursos que el de Urica. Cuando vaya y vuelva, le enviaré una relación de ese pueblo. Sobre Cantaura el padre Rufino podrá enterarlo a su satisfacción de palabra, lo mismo que de San Joaquín, donde él estuvo. La ida del padre a allá la hemos creído muy conveniente y provechosa, como le dirá. Sin más por hoy termino la presente suscribiéndome de vuestra reve- rencia atento súbdito. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 555

Carta 225*. Íñigo Narro a Adell † El 4 de septiembre embarcarán en Barcelona cuatro nuevos misione- ros. Todos «son excelentes, pero el p. Víctor es una verdadera alhaja». Siguen las dificultades en los colegios. En Manila todavía hay 103 religiosos. En un baúl van los encargos

Madrid, 25 de agosto de 1900

Queridísimo hermano padre Patricio: Tengo el singularísimo placer de comunicar a usted que el 4 de sep- tiembre se embarcan en el puerto Barcelona y vapor italiano para Trinidad y después Ciudad Bolívar los padres Víctor Ruiz, José Ibáñez, Pedro Ramos y Ángel Martínez. No me atrevo a mandar a La Guaira al padre José Ibáñez por si no congenia con el padre Medardo. Pasados unos meses, confío poder mandarle otro refuerzo y entonces, con instrucciones concretas del que ha de quedarse en La Guaira, se quedará. El padre Roldán le nombré rector de Monteagudo, difícil cargo que des- empeña a maravilla. Poseo su apreciable de 30 de julio y también la del padre Antonino Ca- ballero. Todos los cuatro padres que ahora le mando son excelentes, pero el padre Víctor es una verdadera alhaja. Tenía dos mil pesetas y me ha entre- gado mil para parte del pasaje. Paga el tren de los cuatro a Barcelona; paga el pasaje de Trinidad a Ciudad Bolívar. Y es celoso, fervoroso y trabajador como pocos. Con muchos como el padre Adell y padre Víctor ¡otro pelo nos luciría! En esta misión deseaban ya marchar los padres Juan Pérez (a) Zúñiga y Juan Latorre. El primero me dijo el padre Musitu que no lo quiere usted ahí; al segundo le he dicho: «aguarde a otra misión, que no se hará esperar, y en el entretanto vaya al colegio a reponerse física y moralmente. El padre Zúñiga insistió y pregunté su parecer al padre Víctor, y me contestó: «mi juicio particular es que sus antecedentes no le favorecen nada; que es muy difícil ponerlo al frente de una residencia o misión; pero que está dispuesto a trabajar. Sin embargo, comprendo que el padre Adell no lo querrá en Ve- nezuela». Yo, lidiando con tantos frailecicos y tantos secularizados ad annum et interim que el hambre les hace mirar al colegio, pero no pienso admitirlos porque no vuelven con las disposiciones del hijo pródigo. Por Manila aún quedan 103 recoletos gastando una enormidad (sobre 8.000 pesos mensuales) y sin permitirles Roma salir, con la esperanza … 556 correspondencia del PADRE ADELL

Que Dios nuestro Señor le otorgue abundantes gracias y fuerzas corpo- rales para dirigir esa misión desea y pide al Dador de todo bien quien mucho le estima. Su afectísimo Fray Íñigo Narro de la Concepción PD. En baúl consignado al padre Ángel Martínez van los libros que pide al amigo don Gregorio, menos los folletos del padre Cappa, que ahí los abo- rrecen y cuestan sesenta pesetas. He encargado a Sevilla las dos mil hojas para propagar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que pide el padre José Orea. Si llegan a tiempo, irán en el baulillo. Todo irá en baúles menudos, como usted encarga.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 226*. Paciente Corral a Adell † Mons. Durán habló a los dominicos en favor de nuestra procuración en Trinidad. En Carúpano le han recibido con entusiasmo. Detalla el itinerario de la visita: Margarita, donde pasará veinte días, Ca- rúpano de nuevo, Río Caribe, Trinidad, Barrancas y San Félix «para seguir al interior»

Carúpano, 29 de agosto de 1900

Estimado padre Patricio: Después de saludar a usted, paso a manifestarle llegamos a ésta con felicidad. En el presbiterio dejé su carta y otra mía al tenor de ésta que le ad- junto, para que el padre superior las entregase al padre Víctor a su arribo a Trinidad290. Monseñor ha quedado muy agradecido a los padres dominicanos y delante de mí le habló al vicario general de nuestra procuración, quien le contestó no habría inconveniente por parte del señor arzobispo. A la vuelta hablaremos con él y sería bueno nos concediera un permiso por escrito … Veremos. La madre Ana me consiguió un bonito copón para la iglesia, pero tengo que decir 30 misas por su madre. En ello quedamos. En este pueblo me ha gustado mucho el entusiasmo con que han recibido a su señoría. Aquí estaremos tres o cuatro días y marcharemos a Margarita,

290 En esa carta participaba al p. Víctor, que venía al frente de una nueva expedición de misioneros, que había dejado dinero al padre María José, párroco del Rosario, y le en- cargaba que visitara a los dominicos, quienes les alojarían en su convento. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 557 donde piensa pasar veinte días. De allí volveremos aquí para ir a Río Caribe y después nos volveremos a Trinidad para tomar el vapor del 17 de septiem- bre y desembarcar en Barrancas. De modo que en la primera quincena de noviembre estaremos, Dios mediante, en San Félix para seguir al interior. Sin más, con mis recuerdos para todos, usted mande cuanto guste a su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 227*. J. M. Guevara Carrera a Adell Agradece su carta y se declara amigo de los agustinos. Pide su conse- jo sobre la aceptación de una canonjía y ayuda para Maturín en caso de aceptarla. En Maturín, ciudad de unos 8.000 habitantes, la gente es piadosa

Maturín, 30 de agosto de 1900

Pro. J. M. Guevara Carrera Al R. P. Sr. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi querido padre: Hoy es para mí día de fiesta, porque he tenido el grato placer de reci- bir carta suya. Doy gracias al Señor que conserva a ustedes sin novedad, como las doy a usted que no olvidó mis exigencias con respecto a Cantaura y Soledad. De Cantaura tengo cartas, en que me dicen mucho bueno de los reverendos padres. También me ha escrito fray Tomás. La providencia ha permitido, según me dice, que el gobierno dejara complacido a monseñor. Si es la voluntad de Dios y conviene al amado prela- do mi vuelta a Bolívar, iré con gusto: a mí me es muy grato obedecer. Mas si me ordena permanecer aquí, tampoco me veré contrariado, porque yo veo en todo la voluntad de Dios. Mas si sucede lo segundo, entonces apelo a su generosidad para rogarle me mande un padre. Yo vivo muy bien con los agustinos. Maturín tiene de siete a ocho mil habitantes. Son muy piadosos y puede conseguirse mucho fruto de penitencia y bendición. ¡Sabe!, en las novenas del Carmen me volví predicador. Tuve sermón todas las noches y las comuniones fueron muchas. Aquí se distribuye el Divino Pan todos los días y para las misas diarias que hubiera habría concurrencia. Así pues, si monseñor me deja, a usted toca mandarme compañero, por- que con franqueza, padre mío, yo no me entiendo bien con nuestro clero. 558 correspondencia del PADRE ADELL

Ruegue mucho por mí en el Santo Sacrificio delA ltar, escríbame siem- pre y cuente que tiene en mí, no un amigo, sino un hermano más, un hijo que lo quiere como a un buen padre. Con respecto al asunto canonjía aconséjeme con franqueza. Suyo de corazón. El padre Guevara Cuando escriba a los padres Joaquín e Isidoro, salúdelos de parte mía.

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 228*. Indalecio Ocio a Adell † Lamenta que no se hayan dado pasos para tomar la parroquia de Santa Ana. Ahora es tarde, pero se podría probar. Pide autorización para tratarlo con el obispo. El provisor es opuesto a los españoles y si, como se espera, se hace cargo pronto de la diócesis, es fácil que reclame la parroquia que administramos

Coro, 31 de agosto de 1900

Mi estimado padre Patricio: Hace ya bastante tiempo que le escribí, y nada he sabido después de su persona ni de nuestras cosas. Le decía en dicha carta que era necesario trabajar por tomar las dos pa- rroquias de esta ciudad o, si no, dejar la que tenemos. Le decía también que la cosa no sería muy difícil conseguirla, puesto que bien veía yo la situación en se encontraba el vicario y párroco de Santa Ana y comprendía que no podía per- manecer aquí mucho tiempo. De ahí es que yo esperaba que para cuando él se determinase a dejar la parroquia, ya lo habrían trabajado ustedes y la cosa ven- dría como por la mano. Pero después de mucho esperar, la primera noticia que tuve sobre el particular fue que habían nombrado a otro sin que nadie hablase en favor nuestro. Digo, sí, también sé que el padre Moleres fue a hablar sobre el asunto algunos días después de estar nombrado el otro, pudiendo haberlo hecho antes. ¡¡¡Actividad pasmosa!!! ¡Si estaremos viviendo todavía en Filipinas! El provisor que hoy gobierna la diócesis quiere a los españoles … cuan- to más lejos mejor. Tengo entendido que pretendió quitarnos de aquí y man- darnos a un pueblacho de Paraguaná291. ¡Qué cándido el mozo! ¡y qué gran economista! ¿Quién le habrá metido a él a mandarnos a ninguna parte?

291 Águedo Felipe Alvarado (1845-1926), recién elegido provisor y vicario general. El 17 de noviembre sería elegido vicario capitular, cargo que desempeñó hasta 1910, en que fue preconizado obispo de la diócesis: Hierarchia 9, 80; Carlos Felice Cardot, Noticias para la historia de la diócesis de Barquisimeto, Caracas 1964, 88-95. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 559

Con esas intenciones bien se ve que el día que falte el obispo, que está muy malo292, o el día que pueda hacerle una jugarreta, estamos expuestos a que nos quite de aquí, si sigue él de provisor. De modo que soy de parecer que antes que nos marchen debemos marcharnos. El pueblo nos quiere y lo senti- rá, y eso es lo que se podía haber aprovechado, puesta la alternativa de dar- nos las dos parroquias o dejar ésta, pero ya es tarde. Si usted me autoriza, yo escribiré al obispo sobre el asunto, le expondré bien nuestras intenciones, previniéndole que estamos decididos a dejar esto, si no podemos conseguir más. Tal vez así saquemos algo, aunque creo que ahora ya es tarde. Contésteme pronto sobre eso para no perder el tiempo. Mis saludos a todos los padres, lo mismo que del padre Pedro, y que- da completamente a sus órdenes su afectísimo seguro servidor que besa su mano. Fray Indalecio Ocio

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 229*. Isidoro Musitu a Adell Sufre por la irreligiosidad de El Callao, pero lo hace con resignación, en expiación de sus pecados. Pide noticias sobre los llegados de Co- lombia. Explica el pago de los pasajes de Trinidad a Ciudad Bolívar

El Callao, 3 de septiembre de 1900

Mi querido padre Patricio: Delante tengo su grata del 25 del pasado y, después de leída, digo … Dominus est, quod bonum est in oculis suis faciat293, que dijo Helí cuando Samuel se presentó a intimarle las disposiciones de Dios respecto de él. No sé lo que pretende Dios de nosotros en esta tierra. Aunque no me puedo convencer que hemos de permanecer aquí, me supongo que Dios nos ha traído como última prueba de su bondad y, si no se aprovechan de ella, entregarlos definitivamente en manos de sus locas pasiones, que los han de llevar a su ruina temporal y eterna, como creo que no ha de tardar a suceder. Efectivamente, padre Patricio, que es dura nuestra situación y si me dieran a escoger entre la muerte y esta vida, con mil amores preferiría la muerte. Es terrible esto de vivir entre esta gente tan impía, tan corrompida, tan sin Dios, haciendo uno de Jeremías tan inútilmente como él. Sólo le que- da a uno el consuelo de que está uno aquí por la voluntad de Dios. Pero, por

292 Gregorio Rodríguez. Murió el 16 de noviembre de ese mismo año mismo año: Car- dot, Noticias, 54; supra, III. Memoria, nota 141. 293 1S 3,18. 560 correspondencia del PADRE ADELL otra parte, como se ve uno tan lleno de miserias, no sabe uno si es por culpa propia el que esta gente siga así en su incredulidad, ni si lo que le parece a uno celo y cumplimiento de su deber es soberbia y amor propio. ¡Qué se va a hacer! No hay otro remedio que seguir con la cruz a cuestas hasta que Dios nos la quite de encima con una buena muerte, pues sólo faltaba que después de tanto sufrir tuviésemos la desgracia de errar el camino. No se preocupe por mí, deje obrar a Dios y que Él vaya disponiendo las cosas según sus altos fines. Él dispone todo y es nuestro lazarillo, que nos guía sin saber dónde hemos de ir a parar, pero siempre ha de ser a cumplir sus altos designios. Además de que siempre me acuerdo de unas palabras que el padre Sánchez me dijo en cierta ocasión hace algunos años ya y que nunca he olvidado. ¿Donde irá el buey que no are? Por otra parte, ya me figu- raba yo que Dios me había de hacer pasar por muchos aprietos y trabajos. Le he hecho muchas, y, por consiguiente, tenía que pagárselas todas. Así que no me coge de susto … ¡Ojalá que con eso quedemos en cuenta corriente! Repito, pues, que no padezca usted por mí, pues, aunque sufriendo, es- toy tranquilo y diciendo como el baturro de su tierra: «Señor, venga más si nos conviene». En cuanto a los pasajes de Trinidad a Bolívar pagué dos, descontando el 25% que me rebajaron. Los otros cuatro iban a cuenta del señor obispo que había conseguido sacarlos por la mitad, esto es a diez pesos cada uno: 40 pesos todos, que es lo único que debemos, pues, como digo, ya pagué yo los dos restantes. VISAYA294 No me dice usted nada de los que vinieron de Colombia. ¿Cómo fue eso? Ni qué dicen de Cantaura, cómo los recibieron, si están contentos, etc. En todas las cartas que he escrito he encargado, desde que estaba en España, que las dirigiesen a Bolívar, de modo que ustedes ahí se tomarán la molestia de remitírmelas. De España no sé nada. Paciente no me mandó los números del Siglo Futuro que usted me decía. ¿Y cómo siguen los padres de ahí. ¿No están bravos conmigo? ¡Pobreci- llos! Crea usted que padezco más por ellos que por mí. Anímelos usted a que tengan paciencia y se ofrezcan a lo que Dios disponga de ellos y por lo que los ha traído aquí. El barrilito de vino de misas que traje de España llegó aquí la mitad, y la otra mitad, agua chirle, de modo que no ha servido para nada. Por no tirarlo, me lo voy bebiendo. ¡Pobre M. Rosa295! ¡Tanto interés por el vino para que se perdiese! Ahí, entre las botellas que traje, hay una de arrope que ni me acordé de decirle a usted; no la vayan a usar como vino de misas.

294 295 Rosa Adell, hermana del p. Patricio. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 561

Adiós, padre Patricio, pues ni gana de escribir tengo; pues aunque spi- ritus quidem promptus est, caro autem infirma296. Si tiene usted algún rato desocupado, hará bien en emplearlo en escribir a quien sabe cuán de veras le ama, su menor súbdito. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 230*. Joaquín Barroso a Adell † Ha recibido los encargos, pero faltan algunos. Ha avisado a los feli- greses de la visita del obispo. La guerra ha arruinado a los pueblos. En San Antonio no necesitan sacerdote

Uracoa, 3 de septiembre de 1900

Mi estimado padre Patricio: Recibí la suya el 25 del pasado y junto con ella cuanto usted me mandó, pero he notado que faltan dos cuadernitos, el uno correspondiente al psalte- rium y el otro [al] commune sanctorum, y todos dos son de necesidad. Ya me había avisado el padre Eusebio del viaje de monseñor y de la in- tención de hacer su visita pastoral por estos pueblos, por lo cual he avisado ya a sus habitantes. El ritual de que le habla el padre Víctor lo he recibido yo por el río, pues él me lo mandó con una goleta de este pueblo. Ya me habían hablado de que el padre de Soledad salía para Mamo y otros vecindarios, y usted dice que él tiene el cuarto altar portátil, pero es mejor que lo siga usando él, y nosotros nos remediaremos con el que está en Barrancas, pues el padre Eusebio termina su visita, según dice, en enero, y yo pienso salir en ese mismo mes, y nos sirve para los dos por aquí. Además que los pueblos no quieren gastar, porque están completamen- te arruinados por la guerra y los crecidos derechos que han impuesto des- pués de ella. Aquí la venta del ganado está monopolizada a los hatos de Bombal y Santa Clara, y ni para el uso de la casa se puede matar sin pagar diez reales. Cada res paga tres centavos por mes, y todos los artículos de primera necesidad están muy subidos por los grandes impuestos y, como la riqueza de aquí es únicamente el ganado y no les dejan vender ni matar, están arrui- nados todos.

296 Mt 26,41. 562 correspondencia del PADRE ADELL

El padre Eusebio me envía una de usted y en ella dice que vienen pa- dres de España y que quizá ponga uno en San Antonio. Mas por lo que yo he visto en el tiempo que llevo aquí, es suficiente para todo el distrito con dos, como estamos, pues en San Antonio y Barrancas no necesitan de padre más que en la fiestas. Yo he visitado varias veces San Antonio; varios domingos he ido a decir misa y a bautizar, avisando con tiempo a los vecinos, y, sin embargo, nadie se ha presentado a bautizar, porque los dejan para la fiesta, y las hijas de don Pedro, las únicas que han ido a misa, como si la obligación de oír misa se redujera a las fiestas tan sólo. Esto dicen ellos y así lo creen en todos los campos, pues, como usted sabe, San Antonio es pequeño y más son los habitantes de los campos que los del pueblo, y ni los unos ni los otros tienen necesidad de padre. Por tanto, sería un mal paso el poner padre en San Antonio ni aquí, porque uno puede vivir regular, pero dos aquí no podremos vivir ni regular, no digo decente- mente, ni regular. De suerte no se deje llevar de lo que digan los de por aquí, pues ellos en cada caserío querrían un padre, pero, y después… Yo mismo avisé a don Pedro para que vinieran a buscarme en Pascuas del Espíritu Santo, pero nadie mandó a buscarme, de suerte que no fui a San Antonio, y eso que don Pedro parece un buen señor, pero, padre Patricio, a los hombres no se pueden conocer en unos días. Estoy todas las veces que voy a San Antonio porfiándoles en que todos los primeros domingos de mes diré misa y me quedaré hasta el viernes y, sin embargo, no quieren entrar, porque, llegando la fiesta, se hacen ropa y demás, y entonces bautizan, mandan a decir sus misas, y hasta otro año en fiestas. Yo estuve este año en San Antonio unos días antes del Corpus y avisé a los principales que me vinieran a buscar para celebrar el domingo infraocta- va, y nada, esperando el padre Eusebio y yo aquí la curiara, y nada. Por fin, vi llegar a don Pedro, pero no venía a buscarme, sino a una diligencia propia. Por eso le digo y estoy sumamente convencido que no pueden vivir dos padres aquí, ni juntos en Uracoa, ni separados, y si usted oye a estos ame- ricanos quisieran en todos los caseríos un padre para dejarlo morirse de hambre a mengua, como me dice la señora Vicenta. Por otra parte, padre Patricio, puede usted tranquilizar su conciencia, porque nos visitamos muy a menudo el padre Eusebio y yo, y cualquiera no- vedad que hubiera al momento salimos a socorrernos. Antes que me olvide, las sacras me prometió doña Vicenta de pagarlas, ya veré si un día de éstos le toco sobre eso. Hace como veinte días no tengo celebración ninguna, porque antes en- traba alguna misa que otra, pero ahora ni una. ¡Cómo ha de ser! Están unos DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 563 cuantos arruinando estos pueblos con todos los medios que pueden, pero Dios sobre todos. He recibido una cartica del padre Eusebio que dice que, según el jefe civil de Curiapo, usted se hallaba algo enfermo, pero que no era de cuidado. Vea si consigue ahí celebración. Soy de usted afectísimo seguro servidor y amigo297. Fray Joaquín Barroso de San Agustín

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 231*. Víctor Bisquey a Adell

Puerto España, 5 de septiembre de 1900

Envía encargos de los misioneros de la Guayana: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 232*. Indalecio Ocio a Adell † «Antes de conseguir la otra parroquia, aquí no hacemos nada tres ni cuatro. Con dos sobramos». Desea tratar el asunto con el obispo o el provisor

Coro, 6 de septiembre de 1900

Mi estimado padre Patricio: Acabo de recibir la suya del 24 de julio, de modo que tardó cerca de mes y medio, y, aunque le escribí hace unos días, vuelvo a escribirle hoy. Me indica en la suya que ha escrito usted para que venga aquí alguno, a lo cual le digo que de ningún modo por ahora. Antes de conseguir la otra parroquia, aquí no hacemos nada tres ni cuatro. Con dos sobramos para esto. El negocio se nos ha puesto malo, por lo mal trabajado que ha sido hasta ahora, y aunque el sacerdote que han nombrado para vicario no pasa de ser una nulidad, ha de costar removerle. Es necesario moverse un poco si hemos de conseguir ventajas. Si usted me autoriza, yo deseo tratarlo personalmente con el obispo o con el provisor, y hasta desearía tratar con usted de palabra todas estas cosas, que parece que por carta no nos entendemos bien. Pero, de autorizarme, ha de ser de modo que pueda dejar esto si no nos dan la otra parroquia, y ponerlos en la

297 En una glosa a la carta, Adell recordaba ciertas resistencias de su autor a salir de Uracoa. Querría poner más religiosos en Coro, «pero no parece tan fácil». 564 correspondencia del PADRE ADELL alternativa de escoger: o las dos o ninguna. No hay que dormirse; contésteme con claridad sobre esto. Las 23 libras que me dice mande a Maracaibo no sé cuándo podré man- darlas, porque aquí no hay muchas ocasiones. Pero procuraré hacerlo cuanto antes. El día de nuestro padre san Agustín lo celebramos con toda la sun- tuosidad posible: gran misa a toda orquesta, asistencia del gobierno y en el sermón les di un golpe que concluyó de atraernos las simpatías de toda la ciudad. Le repito que no mande aquí ninguno mientras no consigamos más, porque no tenemos dónde vivir. Aunque no me encuentro en disposición para darle a usted consejos de ninguna especie, no obstante, la confianza y el deseo que tengo de que esto marche bien, me hace recordarle su propósito de procurar que los religiosos que vengan de España sean buenos y, sobre todo, prudentes y cuanto más ta- lento mejor, que de eso se pagan mucho por aquí. Mejor pocos y buenos que… Ya habrá sabido que murió nuestro compañero Gerardo298. Fue el pri- mero que sucumbió de nuestra expedición. Dios le haya acogido en su gloria. Mis recuerdos a todos los padres y sabe le estima ex corde su afectísimo servidor que besa su mano299. Fray Indalecio Ocio

Agoar, caja 81, leg. 3

Carta 233*. Fermín Catalán a Adell

La Victoria, 7 de septiembre de 1900

Pide alguno de los religiosos que acaban de llegar. Ojalá que mande al p. Víctor. Estos días le acompaña el capuchino Leonardo de Destriana300: están trabajando en la regularización de matrimonios: Agoar, caja 82, leg. 4.

298 Gerardo Larrondo, que había salido con ellos de Manila. En realidad el muerto era Melitón Martínez. Falleció en Puerto Cabello a fines de agosto de 1900: supra, V.Acla - raciones, nota 13. 299 «Contesto a éstas dos: que vea bien la cosa, pues en Venezuela no fuerzan los señores obispos la máquina para nada. Que vea lo que duró al señor arzobispo darme El Carmen, cuando ya en diciembre me lo prometió. = Tuve que tragar saliva y aguantar, aun sabiendo que los frailes hablarían. Es lo primero que aprendí en Venezuela: a esperar, y si se me pasa una ocasión por tardanza de correos o cosa parecida, espero otra». 300 Leonardo de Destriana (1851-1947), natural de León y llegado a Venezuela en 1893. Trabajó durante muchos años en Cuba, Puerto Rico y Venezuela, «dando misiones, haciendo por miles los matrimonios de concubinarios, fundando catecismos, etc., etc. Ha sido también un propagandista de la prensa católica como pocos»: C. de Carrocera, Cin- cuenta años de apostolado de los padres franciscanos capuchinos, 14; M. González García, DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 565

Carta 234*. Hermano Pacífico Bermeo aA dell

Cantaura, 10 de septiembre de 1900

Las familias principales de Aragua desean que los recoletos se hagan cargo de su parroquia. Los padres de Cantaura le tratan con gran caridad301: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 235*. Francisco Ayarra a Adell † Con los recién llegados puedes vivir desahogado. Desea los nombres de los colombianos y un “estado” de los ministerios. «Aquí muy mal: los indios […] ciegos por su independencia y contra los frailes; los americanos, indiferentes y masones, nos quieren, pero de lejos». Es- peran el permiso del delegado «para sacudir la sandalia». El obispo de Jaro se ha instalado en Iloilo. El de Manila viaja a Roma

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fr. Patricio Adell 11 de septiembre de 1900

Mi querido Patricio: Acabo de recibir tu grata del 13 de julio y por ella veo con satisfacción que sigues animado en abrir campo ancho por ahí a nuestra pobre provincia de San Nicolás. Con los cinco que fueron de España y los tres de Colombia ya puedes formar una pequeña vicaría y, según me dicen de España, ahora deben de estar algunos más en viaje para esa vicaría, y poco a poco se irá aumentando, pues la gente tiene poca vocación para vivir en el claustro y conforme se vayan cansando y desengañando de que no hay más remedio que trabajar para comer, ya irán tomando el rumbo para esas repúblicas. Dime cómo se llaman los tres que han pasado de Colombia, y supongo que ya se quedarán ahí bajo tu obediencia. Me alegraría también un estado de los religiosos que tienes ahí y los puntos donde residen para saber dónde están y ver si otros se animan a ir por ahí. Comprendo también que al principio tiene que haber algunos descon- tentos, algunos disgustillos y muchas dificultades que vencer, pero ¿qué va- mos a hacer? Con paciencia se vence.

Estadística de la provincia capuchina de Castilla (1889-1994), 22. En páginas anteriores, III. Memoria, nota 124, última frase, he atribuido a Melchor de Escoriaza algunos rasgos de este religioso. 301 Este hermano franciscano, que recorría Venezuela recogiendo limosnas para Tie- rra Santa, había conocido a Adell en La Merced de Caracas. 566 correspondencia del PADRE ADELL

Aquí muy mal; los indios cada vez peor y más ciegos por su independen- cia y contra los frailes; los americanos, indiferentes y masones, nos quieren, pero de lejos. No parece sino que todos los demonios del infierno se han jun- tado para desacreditar y hacer la guerra a los frailes. Los periódicos masones y protestantes no pueden figurarte cómo nos ponen.A sí es que esto ha con- cluido para nosotros. Veremos cuándo el señor delegado nos abre la puerta para sacudir la sandalia y abandonar a esta desnaturalizada e ingrata raza malaya. Me dices que nuestro padre Juan pague los pasajes de los que se em- barquen para ésa, pero ya te tengo dicho que el comisario tiene orden de pagar los pasajes de todos los que quieran ir. Sólo le digo que no mande religiosos inútiles física y moralmente, porque no harían más que destruir lo hecho y desacreditarlos, como ha pasado en Brasil, pues sabes que estoy tan interesado como el primero por el adelanto y prosperidad de esas resi- dencias. Hoy hace ocho días se embarcó el señor obispo de Jaro. Sólo sabemos que llegó bien y sigue sin novedad. Se ha instalado en Iloilo por estar ocu- pados por los americanos el palacio y seminario. Los clérigos de allí están hechos unos bandidos y dejados de la mano de Dios. Ayer celebramos la fiesta de san Nicolás. Hubo bastante concurrencia, sobre todo de frailes. Celebró de pontifical el excelentísimo señor delegado apostólico y nos acompañó a comer en el refectorio. Es muy entusiasta y de- fensor acérrimo de los frailes, pero contra el salvajismo de los americanos se estrellan todos sus esfuerzos. Se dice y se asegura que el señor arzobispo se marcha a Roma muy pronto. También éste ahora defiende muy bien a los frailes y se manifiesta tan fraile como los demás o más, y está desengañadísimo de los clérigos. Y tanto éste como el delegado han de crear en Roma una terrible atmósfera contra los clérigos, pero todo es ya tarde, porque han dado antes el golpe mortal contra nosotros. Ya te mandaré un paquete de Libertas para que te entretengas. El pa- dre Ortuoste no dice nada de si recibe o no el que le mandan sus hermanos. Dame alguna noticia más detallada de vuestro modo de ser por ahí, y de esos pueblos y sus edificios, que supongo no valdrán mucho. Adiós, Patricio. Consérvate bueno y manda a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 567

Carta 236*. Julián Cisneros a Adell † Ha pedido a España varios religiosos. Ahora el obispo cuenta más con ellos. Quirino le acompañó en la visita. Él le acompañará el próximo mes. Le ha pedido la iglesia de San Felipe. Las hermanas atraviesan momentos difíciles, pero la casa de Maracaibo marcha bien

Maracaibo, 12 de septiembre de 1900

Mi querido padre Patricio: Con placer recibí ayer su grata del 27 de julio y me alegro de que haya escrito pidiendo al hermano lego administrador para enviarlo a Maracaibo. Yo le conozco y sé lo que vale y más de una vez he pensado en él, porque co- nozco también su espíritu, puesto que yo le instruí al entrar en Monteagudo. Así que hoy mismo escribo a España pidiéndolo también. Escribí hace quince días pidiendo a nuestro padre cuatro padres para Los Haticos. Le explicaba lo del contrato de doña Josefa y que aquí podría- mos hacer algo. Hasta escribí al padre Martín y a otro padre lector joven a ver si se animaban. Parece que el señor obispo nos necesita ahora más. El otro día me suplicó que le acompañase a la visita juntamente con el padre Melchor, que aún está por aquí. Como yo estaba con la novena de nuestro padre san Agus- tín dando una misión que por cierto atrajo a la gente, le mandé al padre Quirino, el cual predicó varios días en un pueblo crecido, en donde confirmó varios días el señor obispo. Hoy me ha hablado de que le acompañe al mes que viene juntamente con el padre Melchor de marras a otro pueblo, en donde va a confirmar, y le he complacido en fin. Yo creo que esto obedece a que sabe que el padre Mel- chor no va a estar mucho tiempo aquí y va halagándonos, reparando el olvido en que nos ha tenido. Le he pedido una iglesia que hay cerrada al culto, la de San Felipe, para cuando pueda conseguir algún dinero del gobierno para repararla. Me dijo que sí nos la daría en que pudiera conseguir una casa contigua a la iglesia. Lo de las cartas de don Eduardo pidiendo a España dinero, lo sabía por él mismo. Yo lo voy amainando, porque lo veo a veces muy disgustado con la madre Ambrosia, y la verdad opino que le deben ayudar las superioras de España a pagar intereses de lo que tomaron a préstamo, porque a ellos les apuran y ahora todo el mundo anda mal de cobres. Más vale que le envíen alguna cantidad que no que pierdan estas casas, porque quizá en un momento de arrebato pudieran maltratarlas. 568 correspondencia del PADRE ADELL

Han salido doce hermanas para España después de haber levantado las casas de Trujillo y de Mérida. Aquí marcha bien con la madre superiora y se van arreglando las cosas. Le saludan todas así como los padres Antonio y Quirino, y mande a su menor hermano seguro servidor. Fray Julián Cisneros del Carmen Le hablé en una carta del colegio de La Grita que el padre Jáuregui daba, pero cuando nada me ha dicho usted, será que no le dará importancia302.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 237*. Rafael Corral a Adell

El Palmar, 15 de septiembre de 1900

Ha recibido su carta del 31 de julio. Comprende sus apuros económicos, pero él sólo después de la fiesta, «que es el 29», podrá enviarle 50 pesos: «pago 30 pesos por la comida, no me llega a 40 pesos lo que me dan y aquí todo está por las nubes» : Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 238*. J. M. Guevara Carrera a Adell Le ha echado en falta en unos momentos en que necesitaba su ayuda. Se ha debatido entre la aceptación de la canonjía y el cariño de la gente de Maturín, y la precariedad de las comunicaciones ha dado lugar a malentendidos. Pide que le ayude a interpretar la voluntad del obispo, que es lo que más desea

Maturín, 20 de septiembre de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi querido padre Patricio: No sabe su caridad cuánto he sufrido su ausencia en estos días en que mi juventud ha necesitado muy mucho los consejos de su experiencia. Con el nombramiento de canónigo he tenido que sostener luchas tre- mendas con mi corazón. De un lado, monseñor Durán, prelado generoso, de

302 Comentario de Adell al dorso: «Le contesto me alegro vaya bien aquello, y que no me acuerdo me haya dicho nada de La Grita, pues yo desde Caracas, antes que ellos llegasen, ya hice diligencias por si podía coger el colegio ese. Somos hombres y conque se vaya el padre Melchor, quedarán contentos. Después saldrá otro grano y vamos tirando y pasando. = Le digo vea con buenas relaciones le ayude el municipio para la iglesia de San Felipe, que el gobierno… y son tres: Beneficencia, Haticos y San Felipe. Ello dirá, y algo quedará, pues creo más prudente ir dejando obrar y … estar yo a verlas venir, mientras no vea cosa más peor». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 569 quien no desearía separarme un solo instante y a quien quiero al igual de mi buena y abnegada madre; y del otro todo un pueblo, Maturín, en masa, pi- diéndome la renuncia hasta el caso de apostrofarme de ingrato, porque dicen que desprecio el cariño y respeto que me profesan por el deseo de ocupar un puesto mayor, no comprendiendo ellos que ese puesto me proporciona la sa- tisfacción de ver diariamente al noble apóstol a quien debo mi ser moral. Yo supongo que habrán cansado a su señoría con cartas y representaciones, que yo no he podido impedir que vayan, porque al querer hacerlo se me ponen de frente la familia y los muchísimos amigos. Sólo a una persona he autorizado para entenderse con su señoría en este asunto, a don Ángel Núñez, y eso porque se me aseguró de manera po- sitiva por un señor Velázquez de Margarita que yo sería removido para otro curato y por otro curato yo no dejaría gustoso a Maturín; ahora por perma- necer al lado de su señoría lo dejo todo. Cuando monseñor pasó para Margarita me escribió desde Trinidad con la señora Julia Acosta y en esa carta me aconsejaba que renunciara la ca- nonjía y yo lo hice desde el 20 de septiembre último. Cuando el padre Romero me escribió anunciándome su nombramiento para cura de Maturín fue con fecha 17 de septiembre: aún no tenía monseñor conocimiento de mi renuncia, y de allí que yo me alarmara hasta exigirle por telégrafo al señor Núñez de Cumaná que se dirigiera a su señoría. Ahora a otra cosa. Yo lo que deseo en este asunto es que su señoría quede satisfecho de mi proceder. Renuncié en atención a la ya citada carta de su señoría, fecha 21 de agosto, y a otra de don Pepe Arroyo, fecha 14 de septiembre. Si me dirigí a don Ángel Núñez fue porque ya yo había renunciado y monseñor, sin saberlo aún, podía nombrar otro cura, y yo no quedaría ni en- tre mis amigos de Maturín, ni al lado de su señoría ilustrísima. Yo en este asunto no he hecho más que seguir las indicaciones de su señoría, en cuya voluntad veo la voluntad de Dios y cuyos deseos tienen para mí la fuerza de un mandato. La alarma mía, con motivo de la carta del padre Romero, fue porque, como ya le he dicho, con fecha 21 de agosto recibo una carta de monseñor en que me aconseja renunciar. Inmediatamente, en atención a ella, renuncié; después no recibo ninguna más de su señoría y sí, cuando menos lo esperaba, la de Romero en el sentido dicho. Por supuesto, me dije, monseñor no ha recibido mi carta en que le anuncio haber renunciado adjuntándole una copia de mi comunicación al ministro y, sin saber esto, creyendo lo contrario habrá dictado las órdenes conve- nientes. Por eso me dirigí a don Ángel, y don Ángel en mi nombre a su señoría. Ya le he referido los pormenores de este asunto. Si acaso en él he come- tido alguna falta al ilustrísimo señor obispo, ayúdeme a conseguir me per- done, lo que no creo difícil, dada la gran caridad del ilustrísimo señor obispo. 570 correspondencia del PADRE ADELL

Ahora esto es reservado. Usted con su experiencia procure conocer si monseñor tiene interés o deseo de que yo vaya a la canonjía y avísemelo, que si es así, me voy inmediatamente, porque yo lo que quiero es complacer a monseñor y como en esto el bien es para mí. Aquí me veo en el caso de decir que no quiero ir a Bolívar, porque si digo lo contrario, se me ponen bravísimos. Pero si monseñor lo desea, para que nadie se disguste aquí yo voy como de paseo y después de allá todo se arreglaría buenamente. El gobierno no me ha acusado recibo de la renuncia, lo que prueba que no está admitida. Suyo de corazón. El padre Guevara Conteste pronto a Trinidad.

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 239*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 20 de septiembre de 1900

En Piacoa, de donde volvió el día 15, no pudo hablar con el general Barrau, que estaba en Catalina. En Barrancas faltan ornamentos e incluso ritual y preces para recibir al obispo: Agoar, caja 83, leg. 5.

Carta 240*. José Orea a Adell † Pide formas. Van disminuyendo las fiebres.E n San Félix escasea todo

San Félix, 20 de septiembre de 1900

Estimado padre Patricio: Recibí su telegrama al que no contesté porque momentos antes de reci- birlo había mandado yo el que supongo usted recibiría pidiéndole hostias, y, al no decirle nada de particular, supuse que interpretaría usted que, a Dios gracias, no tenía novedad, como así es en efecto. La subida extraordinaria del Bolívar nos sorprendió a todos, parando aquí tan poco rato que no nos dio tiempo para escribir. La vuelta para Tri- nidad fue otra sorpresa mayor, pues lo hizo por la noche sin parar aquí ni silbar siquiera, de modo que si supimos que había pasado fue por la casua- lidad de que el comandante del resguardo estaba despierto a aquella hora y, al divisar una luz en medio del río, se apercibió de que era el Bolívar. No deje de mandarme hostias con alguna balandra que venga para aquí o, lo más tardar, a la vuelta del Bolívar, porque aquí hay mala harina y nadie DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 571 sabe hacerlas. Las calenturas van cesando, tanto que desde que estoy aquí no me han llamado más que para un negro moribundo que no encontró ni quien le trajera a la iglesia, sino que medio podrido ya lo llevaron derecho para el cementerio. Gracias a que cuando por casualidad me avisaron y fui a verlo, comprendiendo que no podía vivir más que alguna hora, ya no me separé de él hasta que expiró, y después de la recomendación del alma y de- más, le recé el responso y, como digo, con él se fue al cementerio. Dígale al padre Francisco que, si se decide a venir según convinimos, que se traiga mi silla larga o la del padre Clemente, si hemos de estar sen- tados los dos con alguna comodidad, pues ya sabe que aquí no hay más que una medio cómoda. A juzgar por los días que llevo aquí, si el cura hubiera de pagar la comi- da, me parece que no le sobraría mucho para comer malamente. No he hecho, gracias a Dios, ningún entierro, ningún bautizo ni nada que tenga alguna re- tribución. Me han dado tres misas y no de a dos o tres pesos como las que dice que le daban al padre Paco, sino de a ocho reales y gracias. Así es que dígale al padre Paco que venga cuanto antes pueda para ver si vuelven aquellas misas tan bien remuneradas y así hacemos esta pobre vida menos amarga. Expresiones al padre Paco, Mariano y a todos que pregunten por mí, como dicen los soldados, y usted mande a su afectísimo hermano que besa su mano303. Fray José Orea

Agoar, caja 83, leg. 5

Carta 241*. Francisco Ayarra a Adell † Pide un estado de los curatos y del personal «para tener una idea de esa tierra […] Quién sabe si todavía me animaré a ir por ahí a dejar los huesos». Filipinas sigue mal. En Brasil se ha comenzado peor que en Venezuela. Ferrero sigue en Iloilo: «mucho tiene que padecer». El delegado queda al frente del arzobispado. «Persiste en que no sal- gamos de aquí, con la esperanza de poder volver a administrar». Él duda de que llegue ese momento

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fray Patricio Adell 22 de septiembre de 1900

303 Adell no pudo menos de comentar estas noticias al enviar la carta al p. Enrique: «El p. Francisco García vino aterrado de las calenturas en San Félix; va allá el p. Orea y vea usted: ya no hay. Aquél trajo dinero y decía se pueden mantener muy bien dos allí y aún sobra. Va éste … y vea usted. Ate cabos, que yo … la mar». 572 correspondencia del PADRE ADELL

Mi querido Patricio: He recibido tu grata sin fecha, pero debe de ser de últimos de julio y por ella veo sigues bueno y animado, colocando poco a poco la gente en esos pue- blos y preparando campo para más religiosos. Ya deben de estar para llegar a ésa unos cuatro más, según me indican de España, y con ellos puedes llenar dos o tres rincones más y así hinayhinay304 se arreglará la cosa. Cuando recibas ésta, mira si me puedes mandar un estadito de los cura- tos que has recibido y cómo está el personal colocado para tener una idea de esa tierra y gente y productos, pues [como] tanto esto como España presenta tan mal cariz, quién sabe si todavía me animaré a ir por ahí a dejar los hue- sos por esos andurriales. En España tenemos aún mucho personal apto para trabajar, pero, ami- go, no quieren salir a trabajar ni a América ni residencias, sino comer, beber, fumar y no hacer nada, la gran vida. Pero de este modo no podemos subsistir por falta de recursos, y yo no sé cuál será la suerte de la provincia sin tardar mucho. Aquí, muy mal. El país está en completa anarquía. No se oye sino mi- seria, robos, secuestrados y asesinatos. Todos los días hay combates entre americanos e indios, y así sigue la broma. En Manila está el foco del mal, y desde aquí manejarán los katipuneros la insurrección de todas las provin- cias. Así es que si los americanos no cambian de rumbo y principian a cortar cabezas a los katipuneros y las contemplaciones se cambian en rigor, pues de lo contrario ni ahora ni nunca dominarán los americanos. Pero éstos son unos tauos tauos, más sucios, informales y degradados que los indios. Así es que los indios van a ser esclavizados, dirigidos y gobernados por una raza más degradada que ellos. ¡Justo castigo de Dios! En Brasil no se ha principiado tan bien como en Venezuela. Por ahí se mandó buen personal y escogido, pero a Brasil mandaron unos cuantos inútiles y muy malos. Así es que nuestro padre Mariano, después de pade- cer mucho, ha devuelto a España unos cuantos y aun quedan algunos para devolverlos, y esto los ha desacreditado. Por eso, les tengo encargados en España que no manden más que a los que valgan para trabajar y edificar y no para destruir. El martes, 25, se embarcan para España el señor obispo de Vigan y para Roma el señor arzobispo. Éste se ha demostrado ahora defensor de los frailes y se le han empachado los clérigos indígenas y en Roma los ha de poner en muy mal terreno. Y esto haciendo justicia, pues se están portando peor que si fueran bandidos y criminales, excepto los de Cebú, que se [han] portado morigeradamente y sumisos al obispo, pero de los otros todo lo que se diga es poco.

304 Cebuano: despacio. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 573

El señor obispo Ferrero hace quince días que está en Iloilo. Los de Jaro se han portado tan mal que no ha querido ir allí, y ya seguirá vi[vi]endo en Iloilo. Según me dice, la gente se presenta bastante bien y los clérigos, que han hecho una terrible propaganda para no querer ni frailes ni obispos frai- les, sino indios, se iban presentando poco a poco. Mucho tiene que padecer, pero ¡qué remedio queda! El señor delegado apostólico queda encargado del arzobispado y persis- te en que no salgamos de aquí, con la esperanza de poder volver a adminis- trar, pero lo dudo mucho, pues hasta la fecha se presenta el horizonte muy oscuro y sin señales de claridad. Vamos a ver si para últimos de este mes se resuelve esta situación y rompemos la marcha para alguna parte, porque los recursos se concluyen y hay que buscar para comer. Te mando dos paquetes de diarios para que te diviertas unos cuantos días. Basta, y manda cuanto gustes a tu afectísimo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 242*. José Ibáñez a Adell

Puerto España, 24 de septiembre de 1900

Llegó a Puerto España el día 21 en compañía del p. Víctor Ruiz. Él le dará detalles del viaje. El 26 prosigue para La Guaira y La Victoria: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 243*. Tomás Martínez a Adell Ha escrito el informe sobre Cantaura y anejos. Aunque parezca pesi- mista, no lo es. Aragua es el doble que Cantaura, pero está mal aten- dida. El cura es anciano y descuidado. Tienen un magnífico templo en construcción, pero con él poco adelantará. La gente quiere a los agustinos

Aragua, 29 de septiembre de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Respetado y estimado padre: Hace dos días me encuentro en esta ciudad bueno y sano, gracias a Dios. Vine a cumplir con su voluntad, ya que varias veces nos encargó este viaje. En Cantaura dejé al padre Rufino un cuaderno en que informo deta- lladamente a vuestra reverencia de todos los pueblos que nos fueron enco- 574 correspondencia del PADRE ADELL mendados, inventarios de todas las iglesias, etc., etc., el cual cuaderno in- forme debe mandar él a vuestra reverencia en la primera ocasión que se le ofrezca305. Paréceme bueno advertir a vuestra reverencia que aun cuando el tal in- forme parece algo pesimista, no hay tal. Cuento las cosas tal cual realmente han venido sucediendo. Sin embargo, debo agregar a todo ello que no estoy por que se abandone del todo Cantaura, que si bien no es capaz de dar para dos pa- dres, pero sí perfectamente para uno, teniendo a su cargo los otros pueblos de San Joaquín, Santa Rosa y Urica. Mas ahí está el inconveniente: dejar a uno solo en ese pueblo tan aislado. Pero en fin eso es cosa de vuestra reverencia. Lo que disponga, eso se hará. Por lo demás, con mucha paciencia y constancia se puede conseguir bastante en lo espiritual en ese pueblo que, por otra parte, es grande, como capital de distrito. Lo que sí es que no hay que esperar asignen una suma al padre, porque es lo cierto que la gente es muy apretada. Refiriéndome ahora aA ragua, diré, primeramente, que estoy posado en la casa del señor don Pedro Miguel Parés, persona muy recomendable por sus virtudes y posición, quien tuvo la amabilidad y galantería de anticiparse a ofrecerme su casa luego que supo que deseábamos visitar este pueblo, y, no contento con eso, nos mandó bestia y lo necesario para efectuar el viaje. Él y su señora esposa, doña Nieves Suárez de Parés, se esmeran en cuidarme de una manera indecible. El mismo día que llegamos, por la tarde, fui a visitar al señor cura, doctor Menela, italiano, quien me recibió de un modo atento. ¡Pobre cura! Con solo verlo ya se forma uno una idea de lo que es: estaba vestido de secular, y me dicen que lo encontré decente, porque lo ordinario es que vaya indecente306. Yo quisiera hablarle respecto a ese cura de un modo claro y detallado, pero me temo no faltar. Creo bastará decirle que es un verdadero lupus ra- pax, y que, en vez de edificar, desedifica de un modo sistemático y pertinaz. ¡Y ya lleva cuatro años con esa empresa! Niega todos los dogmas de nuestra santa religión, no sólo en privado, sino también públicamente y ejerce su ministerio modo protestante, y peor todavía. Cum mulieribus valde coinqui- natus et hoc notorium est omnibus. Sin embargo, aún hay fe en Israel: no ha podido descatolizar, después de tanto tiempo sino a los de su temple y calaña. La mejor y mayor parte de la población hase mantenido fiel a su religión y llora todos los días la desgracia de su pueblo, y pide a voz en grito padres de los nuestros, únicos, según ellos, que podrán poner dique a tanto mal y resu-

305 El p. Rufino cumplió con el encargo el día 6 de octubre: infra, Carta 248*. 306 Nicolás Mennella, párroco de Aragua desde 1896 a 1903. Era de edad avanzada y ya casi decrépito, «andando muy débil del cerebro, menguado en la memoria y falto de fuerzas físicas para el trabajo parroquial. Esto fue motivo de que el culto decayese nota- blemente y de que los enseres de la iglesia vinieran muy a menos, así que los aragüeños (en esta vez con parte de motivo) no estaban muy satisfechos»: Manuel Acereda La Linde, Historia de Aragua de Barcelona, del Estado Anzoátegui y de la Nueva Andalucía 4, Ca- racas 1965, 205. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 575 citar el espíritu religioso, acabado en unos, agonizante en otros y únicamente animado en una buena porción escogida. ¡Que vengan los padres agustinos! es el grito unánime y el deseo general de este pueblo. Y más ahora que ya co- nocen lo que somos y están prendados de nuestra conducta y celo apostólico. Si de ellos dependiera, ya no me dejarían ir de aquí. Aragua es dos veces mayor que Cantaura en todo. Así es que perfecta- mente podría haber dos padres, y más, que existen vecindarios y pueblitos cerca de aquí, que podrían también administrar. Don Pedro Miguel Parés, por de pronto, nos ofrece su casa y recursos para la primera temporada, mientras los padres se hicieran con modos de vivir y se convencieran de que realmente podrían vivir con holgura. Tienen un templo en construcción, ya muy adelantado, el cual termina- do será una maravilla; y tienen buen ánimo para proseguirlo. Sólo esperan que los padres se hagan cargo del curato. Mas todo esto no puede realizarse mientras esté el doctor Menela aquí. Así que es preciso que vuestra reverencia diga algo sobre el particular a su señoría ilustrísima: que es cuestión de conciencia y que el honor de nuestra religión lo pide en modo imperioso el echar lejos, muy lejos, a ese hombre, que se avergüenza de llevar el nombre de cura de almas. Por supuesto que mi modo de ser aquí en estos días es sumamente cau- teloso, de suerte que ni la gente ni el señor cura mismo se han apercibido del verdadero objeto de mi venida, y apenas lo consideran como una visita de correrías. Con todo, la gente está muy impaciente y secretamente quieren valerse de mi humilde órgano para entenderse con vuestra reverencia, supli- cándole que, en cuanto dependa de vuestra reverencia, acelere cuanto le sea posible la venida de los padres a esta población. Yo aún pienso demorarme aquí unos días, ya que el señor cura me ha dado permiso para ejercer mi ministerio y es posible que él tenga algún fruto espiritual. Adjunta va en esa tarjeta de don Pedro para vuestra reverencia307. Cuando regrese a Cantaura volveré a escribirle de nuevo sobre el mismo asunto y otras cosas. Ojalá le llegue pronto el cuaderno informe del que le hablé al principio, pues creo satisfará a vuestra reverencia porque le hablo de todo. Sin más por ahora me subscribo de vuestra reverencia humilde súbdito en el Señor. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

307 En ella Pedro Miguel Parés, jefe civil y militar del pueblo, manifestaba su deseo de que el p. Martínez reemplazara «al cura que tenemos». 576 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 244*. Demetrio Ázqueta a Adell Se excusa de no haberle escrito antes. Agradece sus noticias. Desea- ría conseguir obras de predicación. Pide algunas facultades

Upata, 30 de septiembre de 1900

Mi estimado e inolvidable padre Patricio Recibí su grata y muy apreciada carta el día 28 del actual, si bien la fecha de la carta era del día 9 de éste. No se puede imaginar, mi buen padre Patricio, el contento que experimenté al recibir en mis manos su anhelada, aunque inesperada carta. ¡Me alegró tanto, tanto…! Me dice mi buen padre Patricio que un cura debe saber escribir y pro- barlo con obras, y que como yo no pruebo con obras que sé escribir, está en la persuasión de que no sé escribir. Es verdad, padre Patricio, que yo no le he escrito, pero no crea que ha sido por otra cosa, sino porque le tenía a usted, así, cierto respeto, y como yo nunca le había escrito, pues siempre lo hacía el que estaba conmigo, de ahí es que ahora que estoy solo, tampoco lo había he- cho, pero únicamente lo dejaba de hacer por lo que ya le he dicho. Así, pues, ahora que lo hago, estoy muy contento y me alegra esto muchísimo, mi buen padre Patricio. El padre Isidoro me escribió y me decía que salían de España varios padres con dirección a Venezuela. Que san Nicolás les traiga con bien. Lo que me dice usted de los pobrecitos presos me alegra sobre manera. ¡Pobrecitos! ¡Cuánto habrán padecido! Pero, gracias a Dios, porque Dios ya se ha compa- decido de ellos. Hablando no hace mucho tiempo, el padre Isidoro y yo de Filipinas, me decía él que todavía tenía una esperanza de ir a pasar su andas, pero le voy a escribir lo que usted me dice para que no abrigue esa esperanza irrealizable. Espero pronto por aquí al señor obispo y también espero venga mi estimado padre Patricio. Tendré, o por lo menos procuraré tener, muy arregladito todo lo que usted me indica. Saludé a don Juan y demás, y ellos a la vez retornan sus saludos. Como usted sabe, aquí tengo que predicar con bastante frecuencia, pero resulta que como no tengo obras de sermones, tengo que trabajar algunas ve- ces un poquito. Escribí al padre Isidoro preguntándole si sabía dónde podría conseguir Planas o alguna otra por el estilo, y me contestó que no había ni en Bolívar ni en Trinidad. Si usted me proporcionara ese alivio, yo se lo agrade- cería muchísimo. También quería, y deseo me conceda, si no tiene inconve- niente, facultad para dispensar votos, promesas y juramentos para bendecir e indulgenciar rosarios. Yo se lo suplico con todo mi corazón que, si no tiene ningún inconveniente, me haga el favor de concederme estas facultades. Escribí a la hermana Teresa, y no me ha contestado. Le agradecería también muchísimo le preguntase y me dijese si recibió mi carta, pues era DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 577 un asunto grave el que se lo comunicaba en la carta, o mejor dicho, me encar- garon se lo comunicara a la hermana Teresa. Adiós, padre Patricio, ruegue mucho por este su fiel y humilde súbdito que se somete con gusto a su voluntad. Fray Demetrio Ázqueta PD. Espero de su bondad que me contestará pronto.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 245*. Íñigo Narro a Adell (fragmento) † Acusa recibo de una carta suya. En noviembre saldrán tres o cuatro nuevos misioneros, que él se encargará de colocar

Madrid, 3 de octubre de 1900

Carísimo padre Patricio: Me ha llegado su apreciable de 10 de septiembre en 20 días. Yo no me atreví a dejar en La Guaira al padre José Ibáñez por no saber si sería santo de su devoción. Siento los mayores gastos con esto ocasionados: 4.307,75 con libros. ¿Para qué pide tanto libro? Equipo y pasaje. Con 770 pesos oro que entregue a las hermanas de Santa Ana en Mara- caibo están bastante pagadas las 5.000 pesetas aquí entregadas. El oro está en España al 30% de premio. Si con los 770 pesos hubiera ahí sacado una letra de 3.950 francos, hubiera aquí sacado más de 5.000 pesetas. Enterado de las variantes del padre Paco y chinchorrerías del Orea. Carísimo, hay que decir: «ésta es mi cruz». No está todo listo para que salgan por el vapor italiano del 5 de octubre. Saldrán el 5 de noviembre, si la compañía no nos da el petardo del 5 de agos- to. Tengo en lista a los padres Silverio, Juan Vicente, Luis (=Félix] Abaurrea, Juan Latorre y, si se mejora, Ángel Martínez. ¿Quién irá a La Guaira o Victo- ria con el padre Fermín Catalán? Estoy por el padre Ángel o Juan. Un joven para que no cese de mandar el padre Fermín. Yo me temo se pierda el bien que está haciendo el padre Medardo, si se le sobrepone el padre José Ibáñez. ¡Somos tan miserables! Pide usted cosas como si fuera un potentado. He encargado tres o cuatro aras. Le parece están por aquí a centenares. En Sigüenza ya no quedan, en Zaragoza no hay, en Madrid tomé dos a 25 pesetas cada una. ¡Y dura tres horas la consagración! También tengo encargado un altar-misión, un cáliz de plata, dos barriles de 45 kilogramos vino de viñas… ¿No le pide el cuerpo más libros? 578 correspondencia del PADRE ADELL

Su buena hermana, madre Rosa, tan campante. Por aquí, carísimo, pasando las de Caín. En los colegios muchos, prefi- riendo la sopa boba a trabajar según su estado; trabajarían si los emolumen- tos fuesen para sí, pero siendo para el convento… quiá. Los presidentes de las residencias de Motril y Granada no cumplían o satisfacían, y ha habido necesidad de relevarlos con Belaza y Sesma. Filipinas no lleva trazas de arreglarse y en el entretanto 97 recoletos en Manila ¡gastando…!

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 246*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 4 de octubre de 1900

Está arreglando la iglesia. Hará lo posible para recibir bien al obispo: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 247*. José Orea a Adell

San Félix, 5 de octubre de 1900

Se siente bien en San Félix. Urge el envío de hostias, porque en San Félix la harina es mala y ninguno de los dos sabe hacer hostias: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 248*. Rufino Pérez aA dell

Cantaura, 6 de octubre de 1900

El viaje de regreso a Cantaura fue «penosísimo». En su visita a San Manuel, situado a diez leguas de Cantaura, administró cuarenta bautismos y confesó a unas quince personas. Envía un informe en forma de cuaderno en que el p. Tomás relata «los hechos más notables de Cantaura y demás pueblos de nuestro cargo»308: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 249*. José Ibáñez a Adell Relata su viaje a La Guaira, su entrevista en Caracas con el doctor Castro y su llegada a La Victoria. El p. Fermín le estaba esperando. La Victoria le ha dado buena impresión

La Victoria, 6 de octubre de 1900

308 Cuaderno que contiene todos los sucesos más notables de la parroquia de Cantau- ra, Cataura, 10 julio 1900. Cuaderno en 8º de 33 páginas: Agoar, caja 83, leg. 1. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 579

M. R. P. Fr. Patricio Adell Muy estimado padre Patricio: Por el padre Víctor y por mi carta de Trinidad vería me embarqué el 26, llegando el 29 a La Guaira. El 2 vine a Caracas, acompañándome el padre Medardo, hospedándonos en la residencia de los padres capuchinos, de los que he salido agradecidísimo, porque se han portado como si fueran herma- nos. Luego de llegar estuvimos a ver al señor arzobispo, que no fue posible, y al doctor Castro, que si no me hubieran impuesto en algunos detalles habría salido muy satisfecho de tanta atención y amabilidad. Me dio licencia para confesar con los casos reservados, etc., pero verbalmente, porque las cartillas estaban en el equipaje y orden para venir aquí no la tenía. Dijo que con una carta de usted sería bastante, pero tuve que decirle lo que había sucedido y que la orden para que yo viniera aquí desde Trinidad se la comunicaron al que venía de presidente y que nada podía presentarle. Me indica la conve- niencia de que usted escriba para así poder darme las licencias por escrito. Teniéndolas verbalmente, no corre prisa. De todos modos usted hará lo que le parezca. Después de asistir y ayudar a los capuchinos en la fiesta de san Fran- cisco, ayer me vine a este pueblo o ciudad, encontrando al padre Fermín en la estación tan contento de verme llegar. En Trinidad estuve dos o tres días con algo de destemplanza y casi fie- bres, pero desde entonces me encuentro bien. Tan nuevo aquí, nada le digo fuera de mí. Llegado a La Victoria, más adelante le escribiré más extenso. Este pueblo me ha gustado bastante, así que estoy tan contento. El padre Víctor me indicó la conveniencia de que viniese aquí con la maleta, dejando el equipaje en La Guaira. Así lo dije al padre Medardo, pero lo embarcó para aquí y yo no quise insistir. Consérvese bueno. Muchos recuerdos a los padres Víctor y Ramos y demás padres y entretanto queda a sus órdenes menor hermano y súbdito309. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

309 «Ésta es la primera del p. José Ibáñez. Parece bien impresionado, y yo tengo ya cerca de Caracas religioso a quien encargar cuanto me ocurra. Le voy enterando poco a poco y como ahora Caracas ha quedado mal con los temblores, no me atrevo a mandarle una instancia que tengo hecha para el presidente sobre el vicariato. Pero ello irá dicien- do y espero que Dios, por los ruegos de nuestro san Nicolás, nos ha de conceder eso y ya estaríamos aquí en firme, aunque no creo ya tan fácil que nos saquen, pues donde no hay agustinos, piden; y donde los hay no dan señales más que de conservarlos = Creo que el p. José servirá bien en La Victoria y Dios irá haciendo lo demás». 580 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 250*. José Orea a Adell En vista de que Paciente está cansado y el pueblo desea que se quede para la fiesta de la Inmaculada, en adelante acompañarán al obispo él y Francisco García, siempre que a usted le parezca bien

San Félix, 7 de octubre de 1900

Estimado padre Patricio: Enterado de la suya que me reservo. En vista de que el padre Paciente está ya cansado y el pueblo está muy deseoso de que se quede para los preparativos de la fiesta de la patrona, la Inmaculada, salimos con el señor obispo el padre Paco y yo. El padre Gómez hace también todo el viaje por tierra con monseñor, de modo que yo, si puedo seguir todo el viaje, acompañaré a monseñor hasta Bolívar, que parece son sus deseos, y, de no poder aguantar, me quedaré por algún pueblo, esperando sus órdenes. A pesar de todo esto, si usted desea disponer otra cosa, parti- cípelo al padre Paciente, que se queda aquí, para que él me lo diga a mí, o a mí directamente, como crea más conveniente, en la inteligencia de que me encuentro indiferente para todo. Recuerdos al padre Víctor, y usted disponga como guste de su afectísimo hermano que besa su mano310. Fray José Orea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 251*. Pablo Alegría a Adell † El 27, tras cinco días de navegación, llegó a este poblado. Manda al- gunas cartas. Si se detiene el vapor, podrá darle más noticias

Chiricoa, 7 de octubre de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell Muy estimado y reverendo padre: Después de cinco días de navegación durante los cuales no hubo con- tratiempo alguno, a Dios gracias, llegué a este vecindario el 27 y hoy, apro-

310 Adell encontró sensata la propuesta: «He aprobado cuanto aquí dice el p. José Orea y van con el señor obispo el p. Orea y p. Paco. Llegaron bien a Upata, según telegra- ma que por ahí verá usted, y, según me dicen, monseñor va entusiasmado con los padres agustinos y anda diciendo por los pueblos que no quiere más clero que agustinos en su diócesis. No sé qué habrá de verdad, pero sí es posible que lo diga, porque la verdad es que el clero que por aquí hay es poco y … En cuanto vuelva de la visita, veré cómo está sobre lo del vicariato, que quizá tenga olvidado, pero yo no lo olvido». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 581 vechando el regreso del mismo vapor, tomo la pluma para saludar a vuestra reverencia en unión del padre Paco y hermano Mariano. Adjuntas remito a vuestra reverencia esas cartas y le agradecería se sirviera dirigirlas oportunamente a sus respectivos dueños. Creo será éste el último vapor y si se para bastante (lo que no creo) podré decir a vuestra reverencia algunas noticias, pues deben escribirme varios amigos y familias a quienes yo escribí en la subida del mismo vapor. Ninguna noticia he tenido tampoco de los otros dos padres que me acompa- ñaban en Arauca, lo que me tiene algo intranquilo. Es cuanto se me ofrece decir a vuestra reverencia por hoy. Mis cari- ñosos saludos al padre Paco y hermano Mariano. Encomiéndeme a Dios en sus oraciones, mientras lo hace del mismo modo con vuestra reverencia su afectísimo y menor hermano in Corde Jesu311. Fray Pablo Alegría de San José

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 252*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 7 octubre 1900

Agradece cuanto ha hecho por los misioneros de Casanare312: Agoar, caja 81, leg. 3.

311 «Vea usted ésta del p. Alegría y podrá ver cómo andan nuestros pobres de Casa- nare. Éste, como es sacerdote y se las vantea bien y nada dijo, sino que venía [a] hacer una visita, le dejé ir, pues tiene uno miedo [de] meter la hoz en trigo no suyo. Al otro pobre Sibelo, cuya carta verá usted que va con éstas, ya le llevo escrito dos para que se venga cuanto antes. El que me trajo la carta dijo padece mucho. Pero ¿por qué no se vino en el vapor?, preguntéle yo y me contestó: dijo que si tenía la sotana así o asaz. Pero hombre de Dios, qué sotanas (hábitos) ni qué niño muerto. Y el vapor no vuelve ya a Amparo. He hablado con el capitán yo mismo y me dice: si yo le esperaba, creía que venía, y a última hora me dice que los corotos … ¡Vaya por los corotos! Le he escrito diciéndole que aquí se podrá ordenar, que como vicario de nuestro padre Íñigo le mando venir y que nosotros abonaremos gastos y todo. He entregado carta al capitán y le he dicho: mándela por propio para que se baje pronto donde usted llegue, por poco agua ya en los ríos y tráiganmele. Yo abonaré a usted todo. ¡Tanto como se gastó en Filipinas en vapores fletados! Yo mismo fleté uno allí a cien pesos diarios para Bohol, y aquí me los dejan solos y subdiácono pa. ¿Qué le parece a usted? Adell». 312 Tampoco esta carta, sumaria y ligera, satisfizo aA dell: «Vea usted, p. Enrique, si después de tanto tiempo y casualmente al estar de viaje se pone a escribir y de prisa. Ya dije a usted lo que había. Pero, gracias a Dios, no me quejé más que a nuestro p. Íñigo. Nada he dicho sobre el particular a Filipinas, porque, de decir algo …, vamos, hay quien hubiera gozado. Yo me esperaba mandaría uno para avistarse con nosotros cuando llegué de Filipinas y … el desengaño fue tremendo para mí. Pero aun le propuse tomar La Popa y… nos la cogieron por ser yo tonto». 582 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 253*. Julián Cisneros a Adell † El obispo de Mérida ofrece varias parroquias. Ha contestado que en principio estamos dispuestos a recibirlas, con tal que ayude a pagar el pasaje y a usted le parezca bien. Ha pedido tres padres a España para abrir el «medio colegio» que ofrece doña Josefa en Los Haticos, y ha escrito a algunos otros. La asistencia prestada al p. Olivares le ha ganado la simpatía de la Adoración Nocturna

Maracaibo, 8 de octubre de 1900 Mi querido padre Patricio: He recibido en el último correo sus dos gratas del 10 y 24 de septiembre, y por más que no nos dice nada de cómo se van colocando por ahí los padres que van llegando, supongo que eso marcha bastante bien. Sea Dios bendito. Ahora le voy a dar cuenta de un asunto que nos puede interesar. Por conducto de la familia de don Julio O. Amper, cónsul francés y con la que sabe usted que estamos muy buen relacionados, ha escrito el señor obispo de Mérida, monseñor Silva. ¿Quién lo creyera de no verlo? Ha escrito a dicho señor preguntándole si iríamos los padres agustinos a gusto a ha- cernos cargo de algunas parroquias de su diócesis. Voy a ponerle copia de su carta, puesto que don Julio me autorizó para ello, para que vuestra reveren- cia pueda juzgar bien y resolver. «Quiero exigir de usted», dice a don Julio, «un servicio, caso de que sea posible. Deseo que usted tantee el terreno y vea si los padres agustinos que hay en Maracaibo, hablándoles usted en mi nombre, querrán venir a mi diócesis a hacerse cargo de unas parroquias. Las parroquias que les ofrezco son de tal posición topográfica que pueden ser servidas por dos o tres padres, sin necesidad de que vivan separados, sino que, fijando su residencia en la más central, puedan hacer excursiones en las otras, según las necesidades, pasando en ellas el tiempo que sea necesario. Di- chas parroquias son: Manchachí (centro), Libertad o Canagua, Macutui, Arica- gua y Santa Bárbara, del Llano de Barinas. Si quisieran echar recorridas más largas por el llano, podrían ir a la vicaría del Alto Apure y ponerse en contacto con los padres agustinos que están en Colombia. Si se manifestasen dispuestos a venir, les escribiré directamente, dándoles los demás informes que soliciten». Esto es lo que dice el prelado de Mérida. Por mi parte, contando con la anuencia de vuestra reverencia, autoricé a don Julio D. Amper para que de primera intención le diese esperanzas de que iríamos con gusto los padres agustinos a recibir dichas parroquias, con tal que nos ayu- dase lo que pudiese en el pago de pasajes de los padres que el superior mande a las parroquias en cuestión y que mientras tanto yo escribía a vuestra reverencia. Claro está que esta proposición, en el caso de que nos ayude algo en cuestión de viajes, me parece buena, tanto más porque, según se desprende DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 583 de la carta, esas misiones se podrían extender más y tienen el atractivo de estar cerca de las misiones de la provincia de La Candelaria. Veré lo que contesta a don Julio, y tendré a usted al tanto de lo vaya sabiendo. Por lo visto, alguien le ha dicho al señor obispo (quizá alguna de las monjas de Mérida, que se han vuelto a su tierra y dejado esta congregación) que no estamos muy a gusto en Maracaibo y acaso saldríamos de aquí, pero para el caso es lo mismo que seamos nosotros u otros padres los que puedan ir a Mérida, y en este sentido dije a don Julio que sobran padres que se pue- dan hacer cargo de aquello para que se anime el señor obispo. Aquí se ve que el Señor, en medio de la crisis por que atraviesa la pro- vincia, no nos abandona. Escribí hace quizá un mes a nuestro padre pidiéndole en nombre de vuestra reverencia, esto es, indicándole que vuestra reverencia me autori- zaba para ello, tres padres que se necesitaban para abrir un medio colegio, indicándole al efecto el contrato que nos proporciona doña Josefa de Los Ha- ticos, y que aunque al principio pudiera haber alguna dificultad pecuniaria para los padres del colegio, con las dos capellanías se les podría sostener, puesto que nos costaba a nosotros muy poco la manutención, casa, etc. También escribía al padre Martín a ver si se animaba a venir, porque aquí estaría muy bien atendido. Lo mismo escribí a un padre lector joven, padre Lozares, que aquí podría hacer su papel, porque sabe el idioma francés y es buen orador; en fin, veremos lo que contesta nuestro padre. En cuanto al padre Juan Latorre, del cual me habla vuestra reverencia en una de sus cartas, y que lo pidió a nuestro padre, le debo decir, sin inten- ción de oponerme a sus disposiciones, que para las necesidades de Maracaibo no es a propósito. Le conocí mucho en los colegios y no sirve más que para ayudar en alguna parroquia. Además de lo que por mi parte he podido obser- var, el padre Quirino me dijo que es condiscípulo suyo y que no tiene disposi- ción más que para la administración de alguna parroquia, etc. Aquí tenemos que apencar y trabajar mucho y en una población como ésta la gente se paga de formas y como los padres capuchinos traen personal escogido, porque ésta es la verdad, puesto que ellos me lo dicen, creo que es conveniente el mirar a quien se manda para acá. Otra cosa es el hermano lego fray Gregorio313, porque sé que es dispues- to y tiene sus formas, etc. Yo le conozco muy bien, porque se admitió estando Manuel Mateo y yo en Monteagudo.

313 Gregorio Navas (1851-1920). Desde finales de 1887 hasta agosto de 1898 residió en Filipinas, donde estuvo encargado de vigilar a los obreros durante la construcción de la iglesia de hierro de San Sebastián. A la sazón residía en Marcilla. En 1906 volvió a Filipi- nas, donde murió : Sádaba, 658-59; Avellaneda, 409. 584 correspondencia del PADRE ADELL

Ahora, después de lo que le escribo, me someto a que disponga lo que vuestra reverencia crea más conveniente. Desde el año pasado han sucedido algunas cosas por aquí, que debe saber vuestra reverencia para que vea que el Señor nos protege, a pesar de la frialdad del señor obispo, debida a los malditos reales que no nos pudo dar para ayudarnos: frialdad que se aumentó con la venida del padre Melchor. Ya le dije en una carta que el padre Melchor con el afán de empujar al padre Olivares314, para que les dejase a ellos la iglesia de San Francisco, en donde estaba la Adoración Perpetua al Santísimo, tuvo varios choques con dicho padre y hubo disgustos. El señor obispo partió por el camino del centro y quitó al padre Olivares la dirección de la Adoración, y lo dejó de subdirector nada más, quedándose el obispo con la dirección principal. Sabe usted muy bien que no teníamos nosotros ninguna relación con el padre Olivares por prudencia y discreción. Desde que hubo entre él y el padre Melchor algunos rozamientos, no sé por qué el padre Olivares vino a Santa Ana a confesarse conmigo y a consolar- se. Hice juicio que, viniendo el padre espontáneamente, yo no podía ni debía hacer otra cosa que recibirle y consolarle, sin meterme absolutamente en nin- gún embrollo. Así sucedió hasta que el padre Olivares enfermó de gravedad y claro es que me llamó para prepararse para morir. Murió hace tres semanas en mis manos. Ahora bien, como las señoras de la sociedad de la Adoración Perpetua que pertenecen a la alta sociedad de aquí, vieron los servicios que hice al difunto padre Olivares, han pedido en pleno al señor obispo que ne- cesitan al padre agustino para director de la Adoración. En sus fiestas que se celebran aún en San Francisco no quieren que predique más que el padre agustino y que celebre el padre agustino, y claro es que yo voy a servirles, pero sin meterme en ninguno de sus disgustillos con los padres capuchinos. A todo esto el señor obispo, a quien servimos en todo cuanto nos manda, parece que desea que el padre Melchor de marras sea el director de la so- ciedad, pero tiene miedo y no se atreve porque tiene a la sociedad en contra. Yo me estoy en mi casa. Si me buscan, voy; y si me dejan, quieto me es- toy. Dejo a Nuestro Señor que disponga de todo como sea de su agrado. Pero vea vuestra reverencia cómo el Señor nos rodea de cuidados. A pe- sar de nuestro genio y carácter, la gente nos busca. Creo que no estamos para disgustar a la gente y dejar el campo libre al padre Melchor, que no haría por nosotros otra cosa. Hasta otra. Le aprecia de corazón su menor hermano seguro servidor. Fray Julián Cisneros del Carmen

314 Nicolás M. Olivares (†1900). Fue secretario de Román Lovera, obispo de Mérida, a quien en 1881 acompañó en la visita a los pueblos del Táchira: G. Santander Ramírez, Historia eclesiástica del Táchira 3, San Cristóbal 1986, 1.153, 1.357. En 1877 no gozaba de buena fama: Castillo Lara, Iglesia venezolana. S. xix 2, 210, 306. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 585

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 254*. Medardo Moleres a Adell La hostilidad al clero extranjero no permite esperar fundación al- guna ni en Caracas ni en ciudad alguna de la República. Nuestra única salida sería conseguir del gobierno el vicariato de la Guaya- na. Para eso es necesario legalizar nuestro carácter de religiosos españoles ante nuestro gobierno y el de la República. Ambas cosas son fáciles

La Guaira, 8 de octubre de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre Patricio: Como complemento de los telegramas que estos días he mandado315, le diré que habiéndose ocupado la prensa del clero extranjero en sentido poco favorable en estos meses, las cosas se han puesto de tal manera que hoy por hoy es de todo punto imposible conseguir nada en la arquidiócesis; y mucho menos en Caracas. Otro tanto debo decirle respecto a las demás diócesis. Supuesta, pues, esta imposibilidad y siendo conveniente, según usted me lo ordena, establecer una residencia en la capital, he ideado, de acuerdo con el padre Baltasar y de otras personas que por nosotros se interesan, un plan que, dadas las circunstancias actuales, es el único que ha de darnos resultados prácticos. Legalizar nuestro carácter de religiosos españoles ante nuestro gobier- no y el de la República forma la base de ese plan. Lo primero está ya arre- glado con nuestro ministro español en Caracas; lo segundo se arreglará, Dios mediante, en esta semana en la conferencia que, acompañado del ministro, tendré con el Presidente. En la conferencia veremos cómo podemos conseguir: 1º, que el gobierno forme en La Guayana un vicariato o prefectura apostólica; 2º, que se nos dé el nombramiento de «Misioneros españoles de La Guayana», a ser posible con sueldo y, como consecuencia necesaria de ésta, la fundación de una casa en Caracas con el carácter de «Procuración de las misiones». Todo lo que no sea obrar con arreglo a este plan es en estos momentos edificar sobre arena o formar castillos en el aire. Nuestra situación en La Guaira se ha hecho por demás precaria. Care- cemos de celebración casi todos los días; lo del sueldo ni se ha arreglado ni se

315 Cuatro telegramas sobre las dificultades económicas que atravesaba La Guaira debido a la suspensión del sueldo estatal, la enfermedad del arzobispo y la muerte del capuchino Olegario de Barcelona: Agoar, caja 82, leg. 4. 586 correspondencia del PADRE ADELL arreglará; y las casas no producen, porque nadie quiere pagar los alquileres (esto de no pagar alquileres es un mal general en toda la población). El gobierno venezolano acaba de autorizar solemnemente la creación de seminarios en todas las diócesis316. También tiene resuelto prohibir la entrada de los dominicos, que pretenden el Corazón de Jesús. A fin de evitar discordias conviene me mande usted un documento para que lo represente a usted ante las autoridades, así civil como eclesiás- tica, en el asunto en que nos ocupamos. Estoy esperando llegue por aquí la madre Ambrosia de paso para esa capital. A su llegada le entregaré los cien pesos, por más que tal vez los ne- cesite más adelante, porque, repito, estamos mal. Me dicen que en España se han encargado de celebrar por nosotros las misas de los difuntos. ¿Qué hay de esto? ¿Y el padre Cándido Pérez es verdad que murió? ¿Y los misales llegaron a manos de usted? Terminaré esta carta diciéndole que el padre Dávila, cura que era de Coro, fue echado de allí por los judíos y los protestantes, y aun cuando con tiempo me presenté a monseñor Rodríguez pidiéndole cumpliera la promesa, dándonos la parroquia, él, cediendo a las exigencias del general y ex ministro Paciano, no me hizo caso y se la entregó a un venezolano, sobrino del susodi- cho ministro. Créese que no permanecerá allí mucho tiempo, porque no tiene condiciones para el caso. Monseñor Rodríguez está ahora en Margarita. ¿Quiere usted que le escriba o vaya a la isla a pedirle en forma las iglesias de San Carlos y Gua- nare, que nos tiene prometidas, por si acaso (y contra lo que por ahora con- viene) llegan impensadamente más padres? Si las cosas se arreglan y continuamos en La Guaira, por cuestión de economía en el culto convenía me mandara usted uno de los tres organistas que hay por ahí. ¡Qué bien vendría por aquí mi antiguo compañero de pro- vincia zambaleña, el padre Ramos! En ese caso y supuesto el deseo de usted de poner uno más en Maracaibo, según me lo dice en su última carta, el padre José317 podía ir a Maracaibo o a Coro. Usted verá lo más conveniente a los intereses de todos. Con recuerdos a todos los padres, particularmente a los recién llegados, me repito de usted atento y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres del Corazón de Jesús

Agoar, caja 82, leg. 4

316 Supra, III. Memoria, nota 160 317 José Palacios: supra, III. Memoria, nota 201. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 587

Carta 255*. Antonio María Durán a Adell † El p. Paciente se está ganando las simpatías de los pueblos. Pide al p. Víctor Ruiz o Félix Abaurrea para dar misiones por el interior. Man- da cien misas

Carúpano, 10 de octubre de 1900

Mi muy estimado padre Patricio: Al embarcarme ya para Trinidad le dirijo la presente para saludarle en unión del padre José sin olvidarme del leguito Mariano, y manifestarle que hasta la fecha hemos hecho un viaje feliz, esperando en Dios que así será también hasta llegar a ésa después de haber recorrido el interior. El padre Paciente va dejando muchas simpatías por estas tierras con su predicación y en todas partes me piden se lo deje de cura. Desearía que al regreso de este mismo vapor me mande usted al padre Víc- tor Ruiz o padre Félix para que, en unión del padre Paciente, me acompañe por el interior, donde harán misiones en los pueblos en que haga la visita pastoral. Finalmente, ahí le mando cien misas para que usted las haga decir cuando crea conveniente. Sin más, consérvense buenos todos y usted sabe cuánto le aprecia su afectísimo amigo y prelado. † Antonio María, obispo de Guayana

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 256*. Paciente Corral a Adell † Se encuentra bien, aunque cansado. Por todas partes han sido bien recibidos. Se han hecho más de 6.000 confirmaciones. Hace algunos encargos. Está alojado en los dominicos. El arzobispo ha viajado a Europa enfermo

Trinidad, 16 de octubre de 1900

Estimado padre Patricio: Tomo la pluma para saludarle al propio tiempo que manifestarle me encuentro bueno, si bien algo cansado de tanto predicar, etc., etc. Ya puede dar gracias el padre José de haberse quedado en ésa, pues no me parece le hubiesen pintado muy bien los vientos de Margarita. Por todas partes hemos sido recibidos con mucho entusiasmo y las con- firmaciones hechas ascenderán a más de seis mil. 588 correspondencia del PADRE ADELL

Con ésta recibirá otra del señor obispo que le escribió desde Carúpano diciéndole mande a vuelta del vapor al padre Víctor a San Félix con el fin de acompañarle los dos por el interior y hacer misiones en todos los pueblos318. Usted verá lo que más conviene, pero me parece que el padre Víctor no estará para hacer tales cabalgatas y así me ha dicho también el señor obispo, quien, enterado de lo muy grueso que está, me encarga le diga a usted no lo mande a San Félix sino que mande otro. Por Trinidad todos buenos. Estamos en el presbiterio y el señor obispo en el Gran Hotel. Los padres siempre lo mismo y las madres tan cariñosas. De don Julio Anduze319 y Montenegro muchos recuerdos y algo más. Llevo nueve misas cantadas. Pueden ir celebrándolas ahí, si a usted le parece. Ya supe tuvo calenturas el padre Francisco: no le ha valido el ron y tanto cuidarse. Ahí le mando una piedra de destilar y otra dejo en Barrancas para su- birla a San Félix, que buena falta hace. El arzobispo de ésta marchó para Europa enfermo, de modo que lo de la casita … quedó en agua de borrajas. El superior interino del presbiterio, en otro tiempo subprior, me dijo él, es muy gustoso de que tengamos aquí una casa, pero que a ello se oponen otros. La colonia venezolana, suspirando como siempre por que haya algún padre que les predique y pueda confesar en español. Sin otra cosa por hoy mis cariñosos recuerdos a todos, y usted cuanto guste de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 257*. Fermín Catalán a Adell

La Victoria, 16 de octubre de 1900

Está feliz en compañía del p. José Ibáñez. Éste ya ha tenido fiebres. Escríbale para que asuma el puesto de superior que le corresponde. Han cambiado de domicilio. El ministro de España en Caracas, muy buen señor, quiere levantar un hospital para españoles. Pregunta con cuánto podrá con- tribuir: Agoar, caja 82, leg. 4.

318 Supra, Carta 255*. 319 Comerciante natural de la península de Paria, establecido en Puerto España. En postdata a la carta 318*, Adell escribe que era muy rico y que en su primer viaje a Trini- dad le había dado diez libras esterlinas. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 589

Carta 258*. Isidoro Musitu a Adell Guasipati, donde ha hecho la fiesta, pide un padre. Ramos es más apropiado que él. Se pueden ver todas las semanas. El 17 sale a hacer una correría por barrios que distan de 25 a 30 leguas. El vino que trajo de España se ha perdido

El Callao, de octubre de 1900320

Mi querido padre Patricio: Al volver de Guasipati de hacerles la fiesta, me encontré con su grata del 9 de septiembre con la de nuestro padre provincial y, enterado de todo, veo lo escaso que anda de salapí321. Si yo pudiese sacar todo el bulauan322 que hay, correría a llevárselo a usted. Pero la cosa anda mal. Como le digo, estuve en Guasipati y sabiendo que venía otro padre para El Callao, se empeñaron que le telegrafiase a usted para que me quedase. Yo les dije que era mejor que lo hiciesen ellos, con la mira de que así hubiese una firma más de ellos obligándose a sostener el padre, y así lo hicieron. De modo que debió ser error lo que me dice usted que recibió un telegrama fechado en 15 de septiembre (si no es que hayan sido dos los que han man- dado, que creo que no); fue en 5 de octubre323. Efectivamente que están muy entusiasmados con el cura. Yo creo que entre el padre Ramos y yo mil veces más a propósito el padre Ramos que yo para Guasipati. Yo creía que venía el padre Ángel, y por eso fue pidiéndome a mí; si no yo le hubiera telegra- fiado a ver si podía quedarse el padre Ramos, pues esta maldita lengua me pierde siempre, y aquí conviene hablar poco y siempre generalidades que a nadie pueden herir. Así que creo que aquí creo que no haré nada, pero en Guasipati, con un sistema de atracción cristiana, creo que sí se puede hacer bastante, pero yo con este maldito carácter mío todo lo echo a perder. Por lo demás yo estaría mucho más contento allí, pues por lo menos tengo una por- ción de familias tan afectas a nosotros como en Upata y aquí no cuento con ninguna absolutamente, pero sacrificaré gustoso mi gusto particular al bien del pueblo y de nuestra corporación. Además que, estando el padre Ramos en Guasipati, nos podemos ver todas las semanas, pues no cuesta con una bestia al trote más de dos horas y media. A mí me cuesta tres, pero al paso. Pero en todo quiero que obre usted con completa independencia. Sólo que me

320 Sin día. Es posterior al 5 de octubre, fecha del telegrama citado en la carta. 321 Dinero en tagalo. 322 Visaya cebuano: oro. 323 Efectivamente el telegrama de Guasipati era del día 5 de octubre. Estaba con- cebido en los siguientes términos: «Llamamos Musitu para fiesta pueblo. Desearíamos quedar aquí. Sabemos viene padre al Callao. Garantizamos cincuenta pesos mensual y casa. Esperamos contestación inmediatamente. Del comercio y pueblo contesta pagada. Carlos J. Siegert». Adell contestó el día 8: «Recibido suyo 5. Va padre Callao, Musitu queda ahí. Adell». 590 correspondencia del PADRE ADELL ha parecido conveniente decirle lo que antecede, pues no está de más que tenga presente mi carácter. El padre José [Orea] me telegrafió deS an Félix para que le mandase los caballos, pero no sabía que el mejor de ellos (costó 125 pesos) se murió picado de algún bicho venenoso, y el otro lo tiene el padre Rafael, que dice que ven- dría aquí todos los meses y no ha estado desde mediados de julio, y Demetrio me dice que tampoco a Upata ha ido, de modo que ni sé para qué lo querrá. Aquí no podemos estar sin bestia, pues yo querría verme con el padre Ramos o todas las semanas o cada quince días, de modo que estoy mirando el modo de conseguirla. El miércoles 17 me voy a hacer una correría por unos barrios que hay a 25 o 30 leguas, y voy a ver si consigo bestia, que por aquí valen muy caras y, al mismo tiempo, a ver cun macatigon ug madiot nga salope nga icapadala canino 324. Seguramente que ya será a mediados de noviembre cuando regrese, pues tengo que recorrer cuatro o cinco lugares distantes 18 o 20 leguas unos de otros. Si viene el padre Ramos ya está todo preparado, de modo que será como si yo estuviese. Le mandé con Trujillo (el correo) bestia para que viniese y se le perdió la carta y así que no se presentó al padre José, además de que un rayo le inutilizó en el camino no sé si una o dos bestias. Todo se vuelve contratiempos, pues yo hubiera salido tranquilo deján- dolo aquí, tanto en cuanto a lo espiritual, como en cuanto a lo material, pues tengo que dejar la casa abandonada y el viaje puede ser que dure un mes. Hay muchos caseríos en las sabanas y hace una porción de años que ningún padre los ha visitado. Llevo mi altar portátil (el otro lo tiene el padre Deme- trio en Upata), que veré de pagarlo a mi regreso. Me parece muy a propósito para Upata el padre José. Le escribo en este mismo correo animándolo a subir. Estoy en la misma creencia que usted: que si sube no baja. El correo nacional está tronado, de modo que lo que ustedes me mandan por él, me hacen pagar un real por carta y me llegan después de un mes. Hable usted con Trujillo, correo particular nuestro (del Callao y pueblos del tránsito), que se comprometió a traer y llevar toda nuestra correspondencia gratis y pronto y de toda confianza.A hora puso una bestia ensillada para el padre que venía, pero sucedieron los percances que le he dicho arriba. No sé si le dije que el vino de misas que traje de España llegó perdido. Se conoce que no lo encabezaron. No queda más papel. Ruegue mucho por quien sabe usted cómo está tanto tiempo y ahora por esos andurriales … y que tanto lo quiere. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

324 Visaya cebuano: si se puede conseguir algún dinero y mandarlo. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 591

Carta 259*. Julián Cisneros a Adell † Le recuerda que el p. Jáuregui ha ofrecido el colegio que fundó en La Grita

Maracaibo, 15 de octubre de 1900

Mi querido padre Patricio: Por su carta del 2 de octubre entiendo que no recibió usted mi carta de mayo, en la que hablaba de una oferta que nos había hecho el doctor padre Jáuregui, del colegio de La Grita, según como él lo dejó. Voy a ver si recuerdo lo que decía a vuestra reverencia. Hablando con el padre Jáuregui nos dijo que habiéndose decidido él a abandonar su colegio de La Grita y sabiendo que nosotros pensábamos abrir algún plantel de enseñanza, deseaba que nos hiciésemos cargo de dicho co- legio, dándonos el local, que era suyo, y el mueblaje con la librería y todo lo que había en dicho establecimiento, con la condición de educar nosotros en el colegio a unos sobrinos suyos. Respecto a la entrega de dicho colegio autorizaba al señor secretario de este obispado y le daba plenos poderes para que después de consultar a vuestra reverencia, en el caso de aceptar, en cualquiera hora nos hiciera la entrega de todo el padre secretario, padre Molina. Como dijo que pensaba ir a Roma, le di una carta para el padre Enrique Pérez, a fin de que le tratase bien y se enten- diese con él en todo lo tocante al colegio, enterando de todo a nuestro padre325. Como el padre Jáuregui se ha detenido por acá por ciertos incidentes y como yo he estado esperando contestación de usted, nada más hemos tratado con él. Pero supongo que siempre está en cedernos el colegio. Yo también me permitía indicar a vuestra reverencia que teniendo tanta importancia dicho colegio, estimaba que era conveniente el recibirlo y por el pronto se podían dedicar a su dirección los padres Francisco García, Indalecio Ocio y el joven Quirino o alguno de nosotros cualquiera, porque como el padre Jáuregui había dejado en el colegio varios profesores de francés, inglés y ma- temáticas, etc., estos profesores seglares podían seguir ayudando hasta que se cansasen quizá, y entre tanto se pudiera proporcionar personal nuestro. Allí nos dijo el padre que no falta celebración para los padres y trabajo de confesonario y predicación. Finalmente advertía yo a vuestra reverencia que la dificultad principal estaba en si el señor obispo de Mérida, que tiene el único derecho sobre el colegio de elegir el rector y nada más. Esta dificultad, le decía yo, que se po- dría resolver por medio de la familia de don Julio Amper, a quienes él quiere

325 Julián Cisneros, Carta a E Pérez, Maracaibo, 10 de mayo de 1900: Agoar, caja; supra, Carta 177*. Sobre este tema: supra, III. Memoria, nota 155. 592 correspondencia del PADRE ADELL mucho y a nosotros nos aprecian también mucho y esperaba que el señor obispo de Mérida al fin nos autorizara para establecernos allí. Vea usted cómo las cosas se van calzando unas con otras. Ya escribí a vues- tra reverencia en el correo pasado que el señor obispo de Mérida desea colocar- nos en su diócesis y, por lo tanto, nos permitiría establecernos en el colegio. Ahora vea vuestra reverencia lo que convenga. Yo bien comprendo que nuestro personal se está haciendo, pero quién sabe si el Señor quiere que se comience a hacer algo por ahí ya en ese sentido. Me dijo que nos daría cuenta del nuevo personal del capítulo y se le olvidó. Por aquí trabajando y gracias a Dios tenemos salud. Recuerdos de los padres para todos y vea en qué puede servirle su me- nor hermano seguro servidor326. Fray Julián Cisneros del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 260*. José Orea a Adell

San Félix, 19 de octubre de 1900

Ha recibido y entregado al p. Francisco García las 40 hostias. En San Félix están sin caballo. Espera destino, ya sea de párroco, ya de compañe- ro. Preferiría lo último. Va aprendiendo que para sobrevivir aquí hace falta «mucha flema»:A goar, caja 82, leg. 5.

Carta 261*. Tomás Martínez a Adell Se detuvo unos doce días en Aragua. Predicó y confesó mucho. Una casa hace de capilla. El templo, en construcción, será una maravilla. Los aragüeños, cansados del cura, nos recibirían encantados. Miguel Parés ofrece a los padres casa y alimentación durante un año. Nada saben de Colombia. Cree que se habrá entendido con el provincial

Cantaura, 19 de octubre de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado padre: De Aragua escribí a vuestra reverencia una carta que mandé con unos que iban para Soledad y que el padre Clemente Ballesteros debía remitírse-

326 Adell comentó el contenido de esta carta y el de la anterior en una larga apostilla estampada en el reverso de la carta de Cisneros del 24 de noviembre 1900. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 593 la, pues a él iba recomendada. En dicha carta daba cuenta a vuestra reve- rencia del objeto de mi ida a aquella población, decíale algo sobre el padre Menella, cura de allá, y ponía en su conocimiento las buenas disposiciones de aquella gente a favor nuestro327. Así que en la suposición de que dicha carta estará ya en sus manos, poco me queda por decirle respecto a esa cuestión. Duré en Aragua como doce días. Como el señor cura puso a mi disposi- ción el curato durante los días de mi permanencia, aproveché tan buena oca- sión para ejercer el ministerio, sobre todo el de la predicación, que, gracias a Dios, dio magníficos resultados, pues se confesó mucha gente. Verdadera- mente yo gocé en aquellos días, pues era tanta la afluencia de gente cuando predicaba que se llenaba hasta la calle. No tienen iglesia sino una gran casa que hace de capilla, de la misma ca- pacidad que Santa Ana de Bolívar, pero tienen un templo en construcción que, terminado, será una maravilla. Fáltale todavía la cubierta y ornato interior. El ningún interés del actual cura ha hecho que tal obra quedase paralizada. Los aragüeños quedaron tan contentos y satisfechos de mi visita que me costó trabajo desprenderme de ellos. Las esperanzas que les di, de parte de vuestra reverencia, de que tal vez pronto tendrían padres agustinos, fue lo único que los movió a dejarme volver a Cantaura. Ellos querían enviar a vuestra reverencia una petición manifiesto, suplicándole la tal gracia, pero yo la sustituí con la carta arriba mencionada. Están cansados de pedir les quiten el cura que tienen, porque el daño que está haciendo moralmente en aquel pueblo es inmenso. El señor obispo debe estar impuesto de la escan- dalosa conducta de ese cura, y yo tuve ocasión de ver fundadas las protestas que contra él vienen haciendo personas muy buenas y cristianas. Dentro de mi carta iba una tarjeta para vuestra reverencia de don Pe- dro Miguel Parés, persona influyente, rica y virtuosa, en cuya casa estuve hospedado los días de mi permanencia, pues ya antes de ir tuvo la fineza de ofrecernos su casa y hasta mandó bestia. Fui tratado regiamente en esa casa. Dicho señor ofrece por su parte a los padres que fueren casa y alimen- tación durante un año, mientras se hicieran con recursos y pudieran vivir de por sí, o, como él decía, mientras los padres se convencieran de que Aragua es capaz de mantener a dos. Nada hemos vuelto a saber de Colombia. Enseguida de llegar aquí, es- cribí al padre Matute, tal como nos lo aconsejó vuestra reverencia, pero no sabemos si habrá recibido la tal carta. Suponemos que vuestra reverencia ya tendrá arreglado con nuestro padre vicario nuestro asunto y que en Colom- bia estarán también sabedores de todo. Ojalá se digne vuestra reverencia de decirnos algo sobre eso, ya que nosotros estamos indiferentes y dispuestos a todo. El padre Rufino y hermano Gabriel, buenos.

327 Supra, Carta 243*. 594 correspondencia del PADRE ADELL

Memorias a los padres, y vuestra reverencia mande a su afectísimo y menor súbdito en el Señor. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 262*. Pedro Ramos a Adell

El Callao, 28 de octubre de 1900

Tras la mayor cabalgata de su vida llegó ayer a El Callao. Musitu está visitando unos pueblecitos de la parroquia. Pide un ara y el reglamento del Apostolado de la Oración con autorización para instalarlo en la parroquia: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 263*. Demetrio Ázqueta a Adell

Upata, 29 de octubre de 1900

Agradece su carta y el envío de algunas facultades. No llegó la de dispen- sar votos y promesas. La espera por creerla necesaria, por más que Ramos le dijera que como religioso ya tenía facultad para hacerlo: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 264*. Pedro Ramos a Adell

El Callao, 2 de noviembre de 1900

Aprovecha la ida a Ciudad Bolívar del señor Casanova para recordarle el encargo de las aras y pedir «algún catecismo algo amplio y todo lo que quiera». Musitu debe de estar por Guasipati: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 265*. Antonio Sibelo a Adell † Agradece en el alma su carta. Es solamente subdiácono. Lleva un año rodando por el mundo sin apoyo alguno. «Los otros dos son sa- cerdotes»

El Amparo, 3 de noviembre de 1900

Mi querido hermano padre Patricio: Cinco días ha tuve gran placer al recibir la gratísima de usted, fecha 22 de agosto, en la que vi rasgos de verdadera caridad, la que debiera informar todos los corazones de aquellos que pertenecen a una orden religiosa. Créame, padre Patricio, mejor marcharía yo para ésa que mandaría una carta, pero … DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 595 no me mandan. Sobre todo después de haber recibido la suya, sería para mí un gran placer ver y abrazar a usted y hablar acerca de muchas cosas ad aurem. Ya comprendo, padre Patricio, ya comprendo lo que me diría acerca de algunas cosas, y dejo en silencio lo mucho, mucho que yo pudiera hablar, que estoy viendo, experimentando y sufriendo. Quejas muy justas son las de usted. Dejémoslas a Dios; que todos, pa- dre, tenemos algo y quizás mucho. Vea, padre, yo soy (por lo joven que entré en religión) solamente subdiácono, llevo un año rodando por el mundo sin recursos y sin ningún apoyo. Los otros dos son sacerdotes328. Ni se acuerdan de mí y yo así voy dando vueltas, pero Dios … Felicito a los que venido hayan de España, a todos los que abrazo cor- dial y fraternalmente y los felicito segunda vez, si están bajo las órdenes de V. R., padre Patricio, a quien me glorío conocer por la carta que recibí de usted. El señor obispo, padre fray Nicolás, todavía por Bogotá, sin intención de vernos, y los tres de Arauca todavía fuera de nuestra casa, y yo en las circunstancias que arriba le dije, padre Patricio. Deseo mucha prosperidad a mis hermanos de Guayana y que Dios les tenga en su santa protección y les ampare en todas sus necesidades. Padre Patricio, reciba un fuerte y cariñoso abrazo y en él la expresión del más puro amor que le tiene su hermano en nuestro gran padre san Agustín. Fray Antonio Sibelo del Pilar Loado sea Dios. PD. Padre Patricio, ésta la mando a vuestra reverencia por conducto de don Felipe Hernández, persona de muy buenas prendas y que recomiendo a V. R. como verdadero y buen amigo mío. Recíbalo como V. R. recibiría a mí mismo. Adiós.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 266*. Íñigo Narro a Adell † Se alegra de la llegada de los misioneros. Cree que seguirá habiendo voluntarios. El 5 de diciembre saldrán S. León, J. Vicente y F. Abau- rrea. Llevarán libros, música, vino…

Madrid, 5 de noviembre de 1900

Carísimo hermano padre Patricio Adell: Tengo a la vista su apreciable de 4 del pasado octubre con la grata noticia de la llegada a Ciudad Bolívar de los padres Víctor y Pedro Ramos y vuelta a Trinidad del padre José Ibáñez.

328 Antonino Caballero y Pablo Alegría: supra, III. Memoria, notas 482, 512 y 513. 596 correspondencia del PADRE ADELL

Confío no han de faltar religiosos que se ofrezcan a pasar a Venezuela; no así al Brasil. Después de haber dado palabra el agente en Barcelona de La Veloce de que saldría vapor para Trinidad el 5 del presente, a última hora vienen con la embajada «no sale vapor». Tienen que diferir su salida hasta el 5 de diciembre, si sale vapor, los padres León, Vicente y Garrido, digo Abaurrea. No mando a Maracaibo al padre Juan Latorre por ser aniñado, tener muy mala letra, pero que es religioso ejemplar y hará buen compañero con el padre Medardo Moleres. Los padres Ángel Martínez y lector Francisco Lozares –que está para decidirse a ir al colegio de Maracaibo–, todos tres los mandaré a La Guaira. Juan Latorre podría quedarse con el padre Moleres y los otros dos dirigirse a Maracaibo, abonando el pasaje el padre Medardo, según me dijo usted. El padre Silverio León y compañeros llevarán un altar-misión ya com- prado. He escrito a Barcelona que retiren del altar-maleta las dos casullas dobles y pongan cuatro sencillas de los cuatro colores. El cáliz, todo de plata, bien trabajado, de estilo gótico, bonito, para Santa Ana, ha costado 41 pesos, 29 céntimos o 206 pesetas. He preguntado si las crismeras de plata tienen tres compartimentos, para encargar unas cuantas. Están preparados tres ba- rrilitos de a 32 litros uno con vino para misas, en tres cajas. Tengo comprados papeles de música por valor de 64 pesetas, y los tres tomos de canto llano, que hay muy pocos ejemplares, por 32 pesetas. Todo para que lo lleve el padre Silverio. Tengo también seis aras consagradas a diez pesetas cada una. Me pregunta el padre capuchino de Barcelona: ¿quiere vuestra reveren- dísima que mande a La Guiara el vino y el cáliz? El 15 sale vapor para Ve- nezuela. He contestado «no convenir». Dejaban lo indicado en La Guaira y de éste puerto a Ciudad Bolívar … eche usted. Ya indiqué rotulaban las cajas: «vino para misas». De Filipinas, después de gastar mucho, tendrán que venirse los religio- sos. De Colombia sin noticias. De usted afectísimo, con mi felicitación a los padres Víctor y Pedro por su feliz llegada. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 597

Carta 267*. Medardo Moleres a Adell El terremoto del 29 de octubre ha causado graves daños en las ca- sas de la cofradía y, sobre todo, en su iglesia, según el ingeniero Ur- daneta. Ha encargado otro informe. Quizá ahora la cofradía ceda la propiedad de iglesia y casas. También se podría tomar alguna de las parroquias arruinadas del litoral. En Caracas, al estar cerradas casi todas las iglesias, no será difícil abrir una capilla

La Guaira, 7 de noviembre329 de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre Patricio: Tranquilizados algún tanto los ánimos, hemos principiado a apreciar los desastres causados por el terremoto de la madrugada del 29 del pasado. Por lo que a nosotros toca le diré: 1º, de las nueve casas que posee la co- fradía, cuatro se han desplomado en su mayor parte; 2º, las otras cinco están completamente agrietadas y para su recomposición son necesarios bastante recursos. Calcule usted por esta parte mi desconsuelo ahora que acabo de gastarme doscientos cincuenta pesos en arreglarlas para tener buenos in- quilinos. Pero esto, con ser mucho, no es gran cosa comparada con la iglesia que ha quedado en esta forma: 1º, la pared del sur con un gran número de grietas en todas direcciones; 2º, la del altar mayor está poco más o menos lo mismo en su mayor parte; 3º, la pared que da al jardín de la casita que habitamos está desplomada algunos milímetros desde la puerta hasta la sacristía; 4º, la misma pared desde la puerta hasta el coro toda machacada y agrietada; 5º, la torre y el frontis no han sufrido casi nada; 6º, hay cinco columnas rotas y dos de ellas tenemos que apuntalarlas, cuando haya quien quiera trabajar, para evitar se nos vengan al suelo y con ellas parte del techo. Éste ha sido el informe emitido por el ingeniero señor Urdaneta, que de orden de las autoridades ha examinado los edificios públicos de la población. Por si acaso son algo exageradas yo he comprometido a don Pedro Ber- naola para que haga otro reconocimiento y a su dictamen me atendré, pues, como usted sabe, es un hombre práctico y de conciencia. Si el dictamen de don Pedro es como el del ingeniero, creo que hemos terminado de estar en La Guaira y puede usted disponer de nosotros como guste. Me dice usted en su última carta que vea la manera de conseguir re- sidencia en pueblos buenos de la arquidiócesis y, como el terremoto ha tras-

329 Octubre en el original. Las noticias sobre el terremoto, que tuvo lugar el 29 de octubre, indican que se trata de un error. 598 correspondencia del PADRE ADELL tornado nuestros planes, le voy a proponer lo que me ocurre respecto a este particular. Sospecho que no sería difícil ahora que las autoridades eclesiásticas y la cofradía del Carmen cediesen la propiedad de la iglesia y de las casas y en ese caso deseo saber: ¿la corporación nuestra aceptaría la propiedad de esas ruinas con todas sus cargas? Los pueblos de Macuto, El Bajo, Caraballada, Naiguatá, Guapire y Guarenas, que tendrán como unos 25 mil habitantes, han sido arruinados en su totalidad, circunstancia por la cual sospecho que los curas los abando- narán y nadie querrá ir, y en ese caso y supuesto que, según usted me dice, vienen luego más misioneros, ¿la corporación cargaría con la administración de esos pueblos arruinados? Su administración exige grandes sacrificios y los resultados han de ser escasos en mucho tiempo. Todavía hay otra cosa que me ha ocurrido y es la siguiente. Todas las iglesias de Caracas, excepción hecha de la Merced, han sido cerradas y así continúan, porque están muy malas y por lo que se refiere a Santa Teresa, Santa Rosalía y La Candelaria ya han dado órdenes de demolerlas, pues se van cayendo a pedazos. De ahí la necesidad de abrir capillas públicas donde se pueda. Supuesto, pues, este estado de cosas y esa necesidad, paréceme nos daría resultados prácticos el abrir nosotros una capilla alquilando una casa en cualquiera de estas tres parroquias, sobre todo en La Candelaria, donde por razones particulares referentes al párroco y que no pueden fiarse a una carta, se necesitan más sacerdotes. En los actuales momentos y según las noticias que yo tengo de Ca- racas lo que acabo de decirle es lo único que se puede hacer. En usted está ahora el disponer lo que crea más conveniente y acertado. Después de oír a don Pedro Bernaola que viene mañana o pasado, si su informe es igual al del ingeniero, tengo pensado marcharme a la Merced o a La Victoria, quedando aquí el padre José ayudando al cura, cuya salud está quebrantada, hasta que lleguen las órdenes de usted, que espero pronto. Monseñor Rodríguez está gravísimo330; lo mismo está el arzobispo. Al Presidente se le rompió un hueso al caerse de un balcón de la Casa Amarilla. Otro tanto sucedió al arcediano del cabildo. Con recuerdos a todos los padres me despido de usted atento y seguro servidor. Fray Medardo Moleres del Corazón de Jesús

Agoar, caja 82, leg. 4

330 Murió el 16 de ese mismo mes: C. F. Cardot, Noticias para la historia de la diócesis de Barquisimeto, 54. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 599

Carta 268*. Antonio María Durán a Adell

San Félix, 7 de noviembre de 1900

Esa misma tarde sale para la visita de Upata. Manda que asigne al jo- ven ordenando Calasanz Quintana la habitación de la sacristía ocupada por el joven Tomás: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 269*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 7 de noviembre de 1900

Ha pasado dos meses con calenturas. Ya está mejor. La guerra le ha impedido ir a Piacoa, donde pensaba detenerse una temporada. Pronto le remitirá algún dinero por medio del señor Lehman: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 270*. Paciente Corral a Adell † Francisco García y José Orea acompañarán al obispo en la prosecu- ción de la visita. Él se queda en San Félix. El obispo desearía el tras- lado de Ortuoste a Ciudad Bolívar. Comenta sobre algunos encargos

San Félix, 8 de noviembre de 1900

Estimado padre Patricio: Sírvale ésta para saludarle al propio tiempo que manifestarle hemos convenido, como le dirá el padre José, en que él y el padre Francisco Gar- cía sigan con su señoría por el interior, por ser éste el gusto de monseñor, fundado no sé decirte en qué: tal vez por verme algo cansado, tal vez por condescender con las cosas de estas gentes que dicen tanto me quieren. En fin, lo cierto es que, después de tener la maleta preparada para seguir en vista de la suya que dirige al padre José, al fin y al postre me he quedado aquí, dispuesto a lo que usted determine después de sabido esto. Mucho me alegro de las buenas noticias que nos da, pero qué sé yo… ¿No se habrá entusiasmado algo el padre Medardo? Quiera Dios todo llegue a efecto, que lo dudo. Ahí le mando eso de las misas cantadas a tres pesos. Lo restante lo gas- té en la piedra de destilar que aquí tengo. Monseñor quiso darme 25 pesos para desempeñar en algo mi trabajo, pero no los acepté, diciéndole no había hecho más que cumplir una obligación que me impuso la obediencia. A las madres del Chain les dejé encargado me mandaran seis yardas de una tela que les viene de Europa a propósito para hábitos, pues el que me 600 correspondencia del PADRE ADELL hicieron al salir está todo estrujado y manchado con el barullo de las confir- maciones y demás faenas. Voy a ver si escribo al padre Víctor de Trinidad para que me compre un misal, un incensario y un ritual, como el que le mandó al padre Joaquín. ¿Le parece a usted será mejor que los traigan de España? Supongo que habrá usted recogido la piedrita de destilar que mandé en el vapor. Es regalo del padre Devito en Río Caribe. Buena falta le hace al padre Eusebio, pues en Barrancas se bebe un agua muy sucia. De haberlo sabido, allí se hubiera quedado. Al salir quedó el padre Eusebio con calentu- ras tercianas. Creo que con su ida a Uracoa se le habrán quitado. El señor obispo está en que usted lo quite de Barrancas y lo lleve para que ayude en Santa Ana, pues dice no sirve para cura en estas tierras. Así también opina del padre Paco, y está en que se le tenga ahí para el seminario. Todo lo cual se lo advierto a usted para su gobierno. No sé si se me queda algo por decir de cuanto puedo decirle en una carta. Así pues, usted dispensará si no satisfago bien sus deseos; puede pre- guntar cuanto le agrade. Finalmente, agradezco los recuerdos del padre Víctor y Mariano, y que los reciban de mi parte por centuplicados, y usted juntamente con cariñosos recuerdos del padre Vázquez331 que le manda desde Margarita, reciba cuanto guste de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia Muchos recuerdos de Briceño.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 271*. Ana María a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 11 de noviembre de 1900

Manda saludos para los padres Víctor Ruiz, Pedro Ramos y demás. No le ha sido posible hacer el encargo del p. Oliveros. Se han mudado a la parte nueva del convento: Agoar, caja 83, leg. 2.

331 Eduardo de Jesús Vázquez, natural de Margarita, vicario de la isla durante mu- chos años. En 1909 la nunciatura lo tenía por uno los mejores sacerdotes de la diócesis, «de virtud eminente a la vez que de sólida ilustración, humildad sin límites e integridad de carácter que no ceja un átomo en el cumplimiento del deber. El padre Vásquez es el sacerdote por excelencia que tiene actualmente Guayana a su servicio»: Castillo Lara, Iglesia venezolana. Siglo xx 2, 523; 3, 139, 205. En octubre de 1915 todavía seguía al frente de la vicaría de la isla. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 601

Carta 272*. Íñigo Narro a Adell † Ha suspendido el viaje de dos misioneros en espera de la decisión del p. Lozares. Anuncia el envío de varios encargos

Madrid, 12 de noviembre de 1900

Mi amado hermano padre Patricio: Confirmo mi anterior del 5 de los corrientes. En espera de si se decide a marchar a Maracaibo el padre Francisco Lozares, suspendo el mandar los padres Ángel Martínez y Juan Latorre. Am- bos, me informan, son buenos religiosos, aunque no de gran salida. Si sale vapor el 5 de diciembre de La Veloce para Trinidad –todavía no lo aseguran en la agencia–, marcharán los ya anunciados y llevarán vino para misas, altar-maleta completo, seis aras consagradas y con funda, seis cris- meras de plata con tres compartimentos cada una, cuatro casullas –blanca, encarnada, morada y negra–, el cáliz de plata, música, Pérez332, reglamento de las conferencias. Ya puede preparar francos o libras esterlinas. La mando por conducto del padre Medardo. De usted afectísimo hermano. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción Ahí necesitan las cartas cincuenta céntimos. Por no llevarlos he tenido que abonar por sus últimas al padre Juan y a mí una peseta.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 273*. Medardo Moleres a Adell Está sumido en un mar de dudas. Habiendo prevalecido el informe de Urdaneta, las autoridades han ordenado clausurar la iglesia hasta su reparación. Comenta la actuación de la cofradía. Siguen los tem- blores. En Caracas se va a demoler alguna iglesia y se han cerrado varias

La Guaira, 12 de noviembre de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre Patricio: En este maremagnum de informes, de proyectos y de puntos referentes al estado y arreglo de la iglesia estoy hecho un mar de confusiones y sin saber a qué carta quedarme. Por una parte, en vista de tantas dificultades como se

332 Pascual Pérez Gascón: supra, IX. Correspondencia A, nota 311. 602 correspondencia del PADRE ADELL ofrecen a nuestro porvenir, me vienen ganas de dejar todo y marcharme con la música a otra parte. Por otra, me vienen deseos de prescindir de todos y encar- garme yo solo de todo lo referente a la iglesia. Lo más acertado, sin embargo, es informar a usted de todo para que usted resuelva lo que crea más conveniente. Le diré, pues, que, según don Pedro Bernaola, las averías que ha su- frido la iglesia son graves, aunque no tanto como dijo el ingeniero señor Urdaneta. Lo mismo que don Pedro opinan otros maestros de obras de la población, pero como el informe que ha prevalecido es el del ingeniero, las autoridades tienen resuelto lo siguiente: apuntalar los dos pilares y los dos arcos que están más averiados y cerrar la iglesia hasta que haya fondos con que arreglarla. ¿Cuánto tiempo se pasará en esto? Los más optimistas opi- nan que será cuestión de cuatro a seis meses. Ya se ha formado una junta para recoger fondos en la población. El gobierno nacional ha prometido su apoyo a todas las iglesias y ha nombrado director de las obras al susodicho señor Urdaneta. La cofradía se ha ocupado de la iglesia, pero valiera más que no se hubiera ocupado nada. Ha resuelto … ¿Sabe usted lo que ha resuelto? Ha resuelto llamarse andana, es decir, que no tiene que ver nada con la compo- sición de la iglesia. Con respecto a las casas tiene dispuesto vender una, si hay quien la compre, para arreglar las otras y ha nombrado una junta de señoras para que se encarguen de pedir real en la población con destino, no a la composi- ción de la iglesia, sino de las casas. Por lo que mira a las casas le diré ya en definitiva que, aun cuando la autoridad ha mandado demoler parte de dos, no se han demolido por falta de recursos. Otras dos están poco más o menos como las anteriores y sus inquilinos, como es natural, las abandonaron. Las cinco restantes piden una composición que costará, según los presupuestos que tengo a la vista, como unos trescientos a cuatrocientos pesos. De lo dicho hasta aquí puede usted deducir nuestra situación actual y nuestro futuro porvenir en La Guaira. Han transcurrido ya quince días desde el terremoto y todavía no ha habido uno en que no se haya sentido temblores más o menos intensos, así que vivimos en continua alarma, y la población y con ella nosotros dormimos al sereno en las plazas públicas. El obispo de Maracaibo está para llegar aquí. A su llegada le entregaré la cajita que trajo para él el padre Musitu y que yo recibí hace unos quince días. Le incluyo en ésta esos recortes de periódicos para que se informe de lo que se ha hecho respecto a las iglesias de La Guaira333.

333 Uno de los dos recortes incluía el acta del 5 de noviembre, por la que se consti- tuía una Junta local encargada de recoger ayudas para la reparación de los templos de la DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 603

La iglesia de la Trinidad, que [ha] sufrido mucho con los temblores, está administrada por los padres franciscanos desde el mes de enero. Dicen que éstos se van a Valencia. El gobierno ha dado órdenes para demoler Santa Rosalía (toda entera) y el Calvario, y la mitad de Santa Teresa, La Candelaria y Altagracia. Las demás permanecerán cerradas hasta que se arreglen, menos las Mercedes y San Francisco, que, por haber sufrido poco, están ya abiertas al público. Que se conserve usted bueno y con recuerdos a los padres de por ahí se repite de usted atento y seguro servidor que su mano besa334. Fray Medardo Moleres del Corazón de Jesús

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 274*. José Orea a Adell La visita va desarrollándose bien. El p. Francisco predica muy bien. Desaconseja el traslado a Upata del colegio de las madres

Upata, 13 de noviembre de 1900

Estimado padre Patricio: Aprovechando un propio que sale para San Félix, le escribo estas cuatro letras para decirle que nos encontramos desde antes de ayer en este pueblo de Upata sin novedad alguna, a Dios gracias. El pueblo ha preparado un gran recibimiento a monseñor y parece estar entusiasmado. El padre Francisco hace la expedición contento con sola la obligación de predicar y ya lo ha hecho dos veces: una en Alta Gracia, donde ciudad. El otro publicaba otra acta del 12 noviembre con los nombres de las señoras de la Junta Central Directiva a la que la cofradía encargaba la colecta de fondos para reparar las casas de la cofradía. 334 Al dorso de la carta Adell añadió, al enviarla a Roma, la siguiente glosa: «A ésta del padre Moleres contesté que no se desanimara por ello y que viera si ahora nos daba el señor arzobispo la iglesia y adherentes del Carmen con el consentimiento del cabildo, exponiendo que, formando como formamos comunidad, podíamos arreglarla o siempre la miraríamos como cosa nuestra, y todos ayudaríamos, pero que aun no dándonosla canó- nicamente yo no quería abandonarla. Así lo creía decoroso, conviniéndonos como nos con- viene tener allí residencia. Que hablase con la autoridad eclesiástica sobre ello. = Desde que vi no podía tener culto, predicar, menearse y darse tono … ya me sospeché no haría nada, pues el pobre es así. Mucha bulla, mucho alboroto, como si las gentes entraran en el cielo con ello. ¡Qué pobres somos y cómo entendemos las cosas! Sin duda ninguna que debe sufrir y padecer lo que no es decible. Como se agarró al faldón del arzobispo para quedarse allí donde la obediencia no lo llamaba, ¿por qué ahora no lo coge para que nos dé la iglesia? Cuando nos salimos de la obediencia, velay, lo que le pasa al pobre religioso. = A mí me pasa eso con él; no te lo lleves, mira que te hará sufrir ése en América, me decía nuestro padre provincial en Manila. ¡Mira que no le conoces! Si te lo quieres llevar, llévatelo, pero, Patricio, te acordarás». 604 correspondencia del PADRE ADELL monseñor ofició de pontifical, y otra ayer aquí enU pata. Lo hace admirable- mente y viene a resultar el personaje más saliente de los que acompañamos a monseñor, y a la verdad que en el terreno científico ninguno podemos dis- putarle la primacía. Estamos, pues, todos de enhorabuena. Monseñor ofició el domingo de pontifical en Alta Gracia a instancias de un antiguo amigo suyo, de alta significación que allí reside y que se llama general Olmeta y que tiene grande empeño en que vaya allá un padre que se haga cargo de la escuela, a quien dice podrá reunirle unos 40 pesos. Ya quería que me quedase yo, pero yo voy primero a recorrer todos estos pueblos y después usted me dirá lo que hacemos. El señor obispo trata, llevado del mejor deseo, de trasladar a este pue- blo el colegio de las madres. Yo creo que por más que esta gente ahora parece está entusiasmada, la cosa no se realizará. Pero aunque hubiera posibilidad de llevarse a efecto, yo creo por muchas razones que no puedo indicar aquí que no se debe hoy por hoy llevar a la práctica semejante idea, porque sería exponerlas a grandes penalidades y tal vez a un completo fracaso. En fin, nada más por ahora, sino que reciban todos los recuerdos de monseñor y demás, y usted muy especialmente los de su afectísimo hermano y amigo que besa su mano335. Fray José Orea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 275*. Ana María a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 14 de noviembre de 1900

Pide un padre para que les dirija los ejercicios de fin de este año o prin- cipios del próximo. Desearía al padre Víctor Ruiz, pero no se atreve a pedir tanto336: Agoar, caja 83, leg. 2.

335 Adell no ocultó el agrado con que leyó esta y las siguientes cartas del padre José: «Por arte de birlibirloque fue el p. José a San Félix y velay ahora por El Callao, Guasipati y nada menos que a Tumeremo. El caso es que vaya escribiendo e informando, que, como verá por éstas, no lo hace mal, y luego ello dirá. Yo creo que las circunstancias influyen mucho en los hombres. No quiso ir a Cantaura y ahora anda contento por partes peores. ¡Cuánto mejor lo hace Dios que nosotros! Es de experiencia, de algunos años y no creo me haga ninguna barrabasada, porque al fin y al cabo no es niño». 336 Adell recibió esta carta junto con la anterior y, sintiéndose obligado a complacer a la hermana, decidió encargar los ejercicios al p. Víctor: «Estas dos cartas son de unas mon- jas exclaustradas por Guzmán aquí en Venezuela, y ellas se refugiaron en Trinidad, donde poco a poco andan haciéndose el convento y la iglesia. El p. Víctor de que aquí se hace mención es francés y habla perfectamente el español. Es el confesor y director de ellas, pero hace mucho tiempo que vive como de milagro, y es casi el único dominico que las apo- ya, siendo ellas también dominicas. Están muy apenadas por si muere, porque la mayor parte de los dominicos de Trinidad les están diciendo que por qué no educan jóvenes, pues parece no quieren comprender monjas que sólo se ocupen de Dios y con Dios. Ya ve vuestra DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 605

Carta 276*. Tomás Martínez a Adell Explica el origen y contenido de su cuaderno-informe. No están des- alentados

Cantaura, 15 de noviembre de 1900 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Bolívar Estimado padre: Antier recibí su carta, fecha 16 de octubre, contestación a mi carta-cua- derno, y a la que le mandé desde Aragua. También recibimos los catecismos. En obsequio a la verdad me permito hacer notar a vuestra reverencia que el contenido de esa carta cuaderno no fue escrito sino en obedecimiento a una orden de vuestra reverencia, concebida poco más o menos en estos términos: «Escríbanme todo: marcha de los asuntos del ministerio, adelantos materiales y espirituales, impresiones, etc. etc.». Declaro nuevamente que no fue pasión alguna ni prontitudes de carácter lo que me inspiró el tal informe, sino sencillamente por dar gusto a vuestra reverencia. Ciertamente que iba muy pesimista, pero cierto, certísimo todo lo que escribía. Mas eso no quiere decir que estemos desalentados. Prueba de ello es que no hemos aflojado un ápice en nuestra empresa y la gente cada día nos estima más. Don Pepe Arroyo, que lleva esta carta, podrá corroborar lo dicho. Nosotros, que estuvimos en Casanare, sabemos perfectamente apreciar la gran diferencia que existe entre esto y aquello: allá sufrimos lo indecible y prácticamente aprendimos que el progreso moral de los pueblos es obra de la paciencia y del tiempo. Luego aquello de la carta mal podía ir en son de queja o de disgusto. El padre Rufino y el hermano Gabriel andan por Santa Rosa de visita. De vuestra reverencia afectísimo y menor súbdito en el Señor337. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

reverencia, p. Enrique, que ahora mismo nos piden quien les dé ejercicios por la enferme- dad del p. Víctor, su director. Como les debemos muchos favores y no tengo confianza en los cinco que vienen, aprovecho la ocasión para darles el gustazo completo, mandando en el vapor al p. Víctor Ruiz. Son muy buenas monjas; a nosotros nos quieren mucho, y han hecho y hacen cuanto pueden. Son venezolanas. La priora es la madre Ana. Es una santa Teresa y saldría abante con cualquier cargo; es atentísima con nosotros siempre y si bien nos costará más de cincuenta pesos, apenco por ello, porque se los debemos. Adell». 337 Al comentar esta carta al mandarla al p. Enrique, Adell volvió a dar muestras de cierta ligereza a la hora de formular juicios y deducir consecuencias: supra, IX. Correspon- dencia A, Carta 170. 606 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 277*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 15 de noviembre de 1900

No puede remitirle más que 50 pesos, porque hizo bastantes gastos con el obispo durante los diez o doce días que se detuvo en el pueblo. El p. Joa- quín está bien. Él piensa visitar Catalina. Sus hermanos le mandan periódi- cos de Filipinas. Sigue la guerra, pero ya han librado a todos los prisioneros. En Manila hay 90 recoletos: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 278*. Francisco Ayarra a Adell † Recibió la carta con la noticia de la muerte del p. Melitón. Con los últimos llegados podrás ocupar rincones «que no vendrán mal para el porvenir […] Ya no nos queda otro camino que el de América y algunas residencias de poca monta en España». A pesar de que el delegado sigue empeñado en que esperemos, nuestra permanencia es ya imposible. Habrá que trasladar el provincialato a España

Provincialato de Recoletos. Manila. Particular M. R. P. Fr. Patricio Adell 17 de noviembre de 1900

Mi querido Patricio: Hace tres días recibí tu grata del 9 de septiembre, comunicándome la muerte del padre Melitón Martínez (aunque tú pones Gerardo Larrondo) en- terrado en Puerto Cabello. Ya sabía que estaba enfermo (rip). La residencia y dependencias de Panamá mal nos han probado, pero qué vamos a hacer. Dios nuestro Señor lo dispone así, pues cúmplase su santísima voluntad. Con los tres padres que últimamente salieron de España… Ya los ten- drás ahí, y con ellos habrás ocupado algunos rincones más, que no vendrán mal para el porvenir y para cuando vaya más gente que creo no tarde mucho, pues esto cada día está más rematadamente mal, y ya no nos queda otro camino que el de América y algunas residencias de poca monta en España. Aquí hay muchos que dicen que irían contentos a América, van a Es- paña y ninguno quiere ir, sino estar en el colegio comiendo, bebiendo, etc., sin hacer nada más que su santa voluntad. Ésta es nuestra actual situación, bien triste por cierto. Mas como así no podemos seguir, porque los recursos se concluyen, dentro de muy pronto habrá que decirles: a trabajar donde la obe- diencia le destine, y al que no quiera obedecer, tolle quod tuum est et vade338.

338 Mt 20,14. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 607

No veo otra solución y así le he escrito a nuestro reverendísimo padre Íñigo. Habrá muchos disgustos, pero qué vamos [a] hacer. Aquí, cada día peor. De los americanos no hay que esperar nada. La maso- nería tal incremento ha tomado y de tal modo ha declarado la guerra a la religión y a las corporaciones que ni podrás figurarte; el terror y el miedo al puñal del asesino de tal modo ha cundido por todas las provincias y pueblos que los buenos, aunque son muchos, no se atreven [a] abrir la boca y sobre todo hablando de los frailes. Así es que si Dios no hace un milagro, esto concluye para nosotros. El delegado, a pesar de todo, sigue trabajando y empeñado en que es- peremos, pero yo creo que, sin tardar muchos meses, se ha de convencer de que se hace imposible nuestra permanencia aquí, y así espero nos abrirá la puerta para España. Una vez en España, muchos dirán que no quieren ir a América, pues que se marchen a sus casas a buscar la vida. Recibí también la tuya del 27 de agosto y por ella veo que no estás del todo conforme con el proceder del padre Bernardino en Panamá. Vamos, no hay que resentirse por pequeñeces. Ya sabemos que todos tenemos nuestro modo de apreciar las cosas, y mientras trabaje bien y observe buena conduc- ta, no hay que apurarse ni incomodarse. ¡Ojalá que todos los fratres observa- ran el mismo celo y actividad del padre Bernardino! En Granada tu ex súbdito de San Sebastián, padre Gil339, nos ha coro- nado de lodo sucio, y lo han quitado más que a escape. Merecía ser colgado del pescuezo, como hacen los americanos. Como esto no se ha de arreglar, creo que el provincial tendrá que tras- ladarse a España y desde allí atender a todo, y esta medida creo de absoluta necesidad340. Adiós, Patricio. Consérvate bueno y manda muchas noticias a tu afectí- simo hermano y amigo. Fray Francisco Ayarra

Agoar, caja 82, leg. 4

339 Gregorio Gil (1864-1932), superior de la residencia de Granada desde su funda- ción en febrero de 1899 hasta mayo del 1900. Antes había trabajado con fruto en Filipinas durante trece años. En mayo de 1901 le destinaron a Brasil, donde desarrolló una gran actividad, tanto el campo estrictamente ministerial como en la prensa y en la construcción de iglesias y casas curales. En este último campo fueron especialmente fecundos los trece años (1918-31) que pasó al frente de la nueva fundación de Franca: Sádaba, 642-43; Ave- llaneda, 461; Bpst 80 (2000) 441-45. 340 Era éste un deseo que Adell había expresado varias veces: supra, IX. Correspon- dencia A, Cartas 106 (nota 240) y 109. Ayarra lo había expuesto un mes antes en carta al comisario apostólico del 19 octubre 1900: «Permíteme que te indique otro asunto de interés y muy digno de pensarlo. Sea la que fuere la solución nuestra en Filipinas, yo creo que el provincialato debe de instalarse a España […] El provincial, residiendo en España, podía desde ahí con mucho más conocimiento de todo y más acción atender a Filipinas, América y las residencias de España. El asunto es de mucho interés, y por lo mismo piensa y consulta con las personas que te parezca y, si estás conforme con mi parecer, procura trabajar en Roma para que todo se haga en regla»: Agoar, caja 35, leg. 6. 608 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 279*. Paciente Corral a Adell Impresiones sobre Carúpano, isla Margarita, Río Caribe, Barrancas y Uracoa, con particular atención a los sacerdotes. En Margarita in- auguraron «una hermosa iglesia» a la Virgen del Valle, a la que tie- nen mucha devoción. Ortuoste ha caído en la desidia

San Félix, 19 de noviembre de 1900

Estimado padre Patricio: En mi poder su grata y en contestación a ella, por lo que hace a mis im- presiones en mi expedición, ¿qué quiere que le diga? Pues que Carúpano es casi como Ciudad Bolívar. Tiene su gran iglesia, y hay un cura viejito, dema- siado poco para la administración de aquel pueblo. Allí no me senté en el con- fesonario y sólo prediqué dos veces, viendo con gusto que iban bastantes a la iglesia y que había bastante entusiasmo en los días que allí permanecimos. De aquí pasamos a Margarita. Su primer pueblo que tocamos fue Por- lamar, bastante grande por cierto y en estado de prosperar más. Su iglesia, pequeña y muy desaliñada; el cura, un tal Romero, bastante joven y activo, pero con pocas simpatías, poco calibutan341 y algún tornillo ¿qué se yo? Tal vez a la fecha haya salido de allí. Dejé conocidas, entre otras, la familia Mo- rao, que hace viajes con frecuencia a ésa en una hermosa goleta. Pasamos de aquí al valle del Espíritu Santo, donde está la mejor perla del Oriente, Nuestra Señora del Valle, linda imagen, y la devoción a ella es universal en toda aquella tierra. Acaban de construirle una hermosa iglesia, que el señor obispo bendijo en el día de la fiesta, 8 de septiembre; la concu- rrencia fue numerosísima y en todo el mes de septiembre y octubre no faltan allí extraños que vienen a visitarla y dar misas. El lugar es pintoresco y me parece que aquello está llamado a ser un gran santuario. El cura de allí es a la fecha el padre Vázquez, con la salud muy delicada, y creo sea este motivo para que no dure mucho tiempo. Él fue quien dio las cien misas para los agustinos, y algunas que me dio también a mí y que ido celebrando. Mucho recuerdan aquellas gentes a los padres capuchinos, a quienes no trataron muy bien. Pero creo están arrepentidos, y al muchacho que les puso encima la mano, lo miran no sé cómo. Vi la cruz que ellos pusieron en un monte muy elevado, pero no tuve ánimo de subir allí. En fin, me gustó mucho aquel pueblecito, cuya gente lloraba a lágrima viva cuando nos veníamos por aquí. Después de pasar la fiestas que nada hubieran dejado que desear si no hubiera habido tres muertos…, nos marchamos a la Asunción, capital del territorio, donde residen las primeras autoridades. Allí vi las ruinas de la colonia española, que todos lamentan. Vi también el convento de San Fran- cisco, que les querían dar a los capuchinos para residencia. Está en mal

341 Visaya cebuano: mundo. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 609 estado. La iglesia, buena, como hecha por los españoles, y el cura es un tal padre González, que lo dejamos bastante enfermo y parece que no está muy contento, pues me dijo se iría para su diócesis de Calabozo, si el obispo no lo sacaba pronto de allí. De este pueblo seguimos al Norte, pueblo de bonita posición y tempe- ratura fresca. Su iglesia es poco más o menos como ésta, y el cura un tal padre Real, que tiene allí mucha parentela, pero también mucho campo que recorrer… De aquí seguimos a Juan Griego, puerto principal. La iglesia, pequeñi- ta, y el cura que no puede ya con los años. Se llama Valeri de apellido. Finalmente nos llegamos a San Juan, pueblo de los dátiles. Su cura, padre Marcano, de mucho talento y de mucha virtud, según cuentan, pero de muy poca salud, como que para que no se acabe de matar lo trae monseñor a ésa para hacerlo magistral o doctoral. No me acuerdo. Es éste el único pueblo donde he confesado algunos hombres, hasta de bigote; en los demás que si quieres, mutatis mutandis parejos man tanang342, que dirían los de allá… Desde aquí regresamos al Valle para dejar la isla, marchándonos en la goleta de Morao a Río Caribe. Este pueblo es bastante grande; su iglesia, hermosa, y el cura un tal Alvins343, que en otros tiempos estuvo por El Callao. Después de pasar cuatro días, nos volvimos a Carúpano, tomamos el Holan- dés y nos vinimos para estas tierras, a Barrancas. Aquí las impresiones del recibimiento fueron bastante medianas. Como el señor obispo se las contará a usted, las omito y sólo le diré que el padre Eusebio se llevó un buen regaño de monseñor, que me parece vaya en extre- mo su desidia o apoltronamiento y que todos ganaríamos con que se moviese un poco más. Al contrario, en Uracoa nuestras impresiones fueron muy gra- tas, y todo estuvo muy bien. Allí vi el cabán del padre Eusebio que mandó para trasladarse cuando usted se lo ordenó, pero hasta la fecha… Creo que ni el padre Eusebio tiene muchas ganas de ir ni el padre Joaquín las tiene de tenerlo junto a él, aunque es verdad se queja de que el padre Eusebio no vaya más a verle, a pesar de las veces que él ha venido a Barrancas. En conclu- sión, le diré que cada día estoy más convencido de que a todo trance debemos estar de dos en dos, aunque sea abarcando poco terreno. De este modo creo se evitan muchas cosas que perjudican bastante al número 1 en el orden de

342 Visaya cebuano: todos iguales. 343 Crisanto Darío Alvins, natural de la isla Margarita, doctor en teología (marzo 1896) y ordenado en 1897. En ese mismo año fue destinado a la parroquia de El Callao. En 1909 fue nombrado magistral de la catedral y en ese puesto seguía en 1923: Guevara Carrera, Apuntes, 94, 101, 145, 149, 159. Sus relaciones con el obispo Durán no fueron fáciles, al contrario que con el delegado apostólico Carlos Pietropaoli y Mons. Sixto Sosa: Castillo Lara, Iglesia venezolana. S. xix 2, 536-41; S. xx 3, 290, 305, 379, 390, 404, 420, 435, 583; y 4, 107-08. 610 correspondencia del PADRE ADELL la caridad y estaremos más lejos de deficiencias muy tristes que comienzan a asomar … ¡Ojalá sea una ilusión mía! Pero se lo prevengo, padre Adell. Agradezco los recuerdos del padre Víctor y de Mariano. Se los devuelvo centuplicados. A Pepita, que agradezco de nuevo sus manzanas y que estaban muy sabrosas. Aquí ya están armando la casa. Veremos cuándo la concluyen. La familia del señor Briceño, como siempre. María se irá probablemente al convento en el próximo enero. Algo nos valdrá para conseguir allí procura- ción. Tendré que acompañarla, si usted me lo permite, pues su papá no podrá ir con ella. Sin más, consérvese bueno y mande como guste a su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente de la Sagrada Familia PD. En una carta que aquí encontré me participan la muerte de mi que- rida madre (e.p.d). Les agradeceré la encomienden a Dios en sus oraciones.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 280*. José Ibáñez a Adell Agradece la confianza que le ha demostrado al nombrarlo superior. Los temblores y la visita del capuchino Leonardo de Destriana le han tenido muy ocupado. La iglesia matriz ha sufrido bastante; la suya, poco. Se siente a gusto en La Victoria

La Victoria, 19 de noviembre de 1900

Muy querido padre Patricio: En mi poder su grata contestación a la que le escribí desde Trinidad y la otra de fecha 5 de este mes, escrita después de recibida la que le escribí desde aquí luego de llegar. Le agradezco el que me haya designado para mandar esta residencia por más que no me encontraba mal de compañero y subordinado, que es la si- tuación en que me puse desde que llegué. Hasta el 1 de diciembre no me hago cargo, porque le he dicho al padre Fermín que antes arregle las cuentas. A lo que parece, hay de existencia como 200 fuertes, y le digo esto por que sepa lo que hay y pueda disponer si los necesitara, caso de que no tenga como dice. Por aquí hasta la fecha no tengo motivos para estar descontento y la re- sidencia también porque no hay duda que las gentes dan pruebas de que nos estiman. Poco a poco, sin grande estrépito, nos iremos haciendo lado. En todo este tiempo, desde los temblores, hemos tenido bastante quehacer, pues el mie- DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 611 do que se apoderó de muchos hizo que bastantes hayan venido a confesarse y, como nuestra pobre iglesia Dios ha querido que no sufriera apenas nada, la gente para todo lo que fuera confesión ha venido a ella. Hemos tenido las roga- tivas muy concurridas, que me sorprendió ver tanta gente y tan devota en un pueblo como La Victoria que tiene bien poco de religioso. Prediqué dos veces en la plaza frente a la iglesia que no sabe usted la violencia que tuve que hacerme. Los sermones fueron de circunstancias, pero sin destapar la caja de los truenos y de los rayos y parece que habría sido mejor, porque aquí dicen que es costum- bre también con nosotros que en esos casos el orador lance reventadores desde el púlpito para entretenimiento y tal vez para solaz de esta clase de gentes. He visto a los reverendos de alrededor, todos la mar de atentos y ha- ciendo votos por nuestra prosperidad. Yo también muy amable con todos y convencido de que importa estar bien y que siempre da lo mismo sin pasar de cierto límite y guardar el pan debajo del brazo. Con el doctor Lazo estoy a partir un piñón. Me encuentra algo dúctil y sobre todo servicial, y sin duda cree que no me percato de sus marrullerías e informalidades, y eso le encan- ta. Yo paso hasta por que me coja del brazo, cosa que siempre me ha reventa- do, pero creo yo con él es conveniente hacer cuanto se pueda por no romper. Estos días estamos muy ocupados con los expedientes matrimoniales para unos veinte casandos. Con la venida del padre Leonardo, capuchino, con recomendación del jefe de la República y autorización para todos del arzobispo y, sobre todo, con el temblor, a la gente le ha dado por casarse. En otros pueblos la fórmula civil la han simplificado en cuartos y molestias hasta lo último y se han hecho muchos matrimonios, pero aquí y en El Consejo, a pesar de ser el pueblo del doctor Darío, no hay manera que cedan y nosotros tenemos que ha- cer los expedientes y andar de la ceca a la meca para vencer los obstáculos que todavía ponen las autoridades y hasta los que se van a casar. Y sepa que por aquí son la mayor parte de los que viven juntos, los que están amancebados, viviendo tan tranquilos. Filipinas cuando lleve cuarenta años de independen- cia supongo que en esto como en otras cosas habrá progresado tanto como esta gente, porque me parece que se llevan un pelo de conejo. Siento las dificultades de aquí, además de que los matrimonios se quedan sin hacer, porque el padre Leonardo, en vista de que esto presentaba mala cara, se marchó a los otros pueblos y ha celebrado matrimonios a cientos sin poder conseguir que venga. No es porque yo crea él había de resolver el problema (él así también debe creerlo), sino para que cargara también con una responsabilidad que tal vez él trate de echarnos a nosotros, porque, dicho sea de paso, el padre Baltasar me gustó muchísimo, pero este otro no me convence del todo344. Nada me dice usted del temblor. Sin duda ahí debió [de] ser poca cosa. A mí me pilló en Cagua, que fui tres días para ayudar al padre Leonardo y fue cosa terrible. La iglesia del doctor Lazo, tan hermosa, ha sufrido bastante

344 Adell, en postdata a la carta anterior del p. Paciente, alude a divergencias entre ambos capuchinos. Sobre este religioso: supra, Carta 233*, nota 300. 612 correspondencia del PADRE ADELL y está cerrada. La nuestra, como le digo, muy poco: sólo una abertura en la clave del arco del presbiterio; así que no se cerró un momento. En La Guaira la cosa ha sido más grave, según escribe el padre Moleres desde Caracas. Eso le falta ahora a aquella residencia, ya que por la manera de ser del pueblo y la falta de casa tenía menos atractivos. Aquí, luego de venir yo, el padre Fermín alquiló una casa que para lo que aquí se usa es buena. Cuesta ocho pesos y es barata, porque los alquileres son muy caros. La comida la traen de una casa que llaman Hotel Italiano. Se llevan un peso para los dos y nos cuidan bastante bien. Yo prefiero esto a tener que lu- char con cocinera y despensa, y cada día estoy más contento con arreglarnos así. Como usted dice que tal vez venga por aquí para Pascuas no sigo es- cribiendo. Ya hablaremos cuando venga. Dice que llegaban cuatro, pero no quiénes. ¿Es alguno de ellos el padre Sesma? ¡Cuánto me alegraría de verlo por aquí! Porque es de los que cuadran por estas alturas en las que los frailes es preciso que estén muy metiditos dentro del hábito y nada más. Muchas cosas a los padres Víctor y Ramos, si están por ahí; lo mismo a los demás padres y lo que quiera de su menor hermano y súbdito. Fray José Ibáñez [PD]. El padre Fermín me encarga diga a usted que recibió su carta y mande sus recuerdos. Desde que llegué y supe había el libro que usted me recomienda, El Gran pecado de Venezuela, quise leerlo, pero no he podido. El padre Fermín compró cuatro. Dos fueron a Roma, uno usted y otro el padre Cisneros. El padre Fermín me dice que usted tiene muchas facultades. Por si no viniera, le agradecería me dé algunas, las que crea más prácticas; entre ellas, las de decir misas en altar portátil. El doctor Lazo está en este momento aquí y me encarga le mande un saludo grandote bajo los [palabra ilegible] de la religión y que se encomienda a sus oraciones.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 281*. Antonino Caballero a Adell

Guasdualito, 23 de noviembre de 1900

Todavía están sin noticias de Colombia. Se dice que las fuerzas del go- bierno están cerca de Arauca. Nada saben de la congregación. Se alegra de su venida y pide una gallofa para el próximo año y vino para celebrar345: Agoar, caja 83, leg. 1.

345 Esta carta no llegó a manos de Adell hasta el 28 enero 1901. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 613

Carta 282*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 24 de noviembre de 1900

Pide instrucciones sobre el modo de contribuir a saldar las cuentas con las hermanas de Santa Ana: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 283*. José Orea a Adell Ha llegado a El Callao con Musitu. El obispo llegará a principios del próximo mes tras visitar El Palmar, Miamo y Tumeremo. Es probable que Musitu se quede en El Callao y Ramos vaya a Guasipati, que «está atravesando una crisis espantosa». Por estos pueblos hay lugar para unos doce religiosos. Espera órdenes en El Callao

El Callao, 25 de noviembre de 1900

Estimado padre Patricio: Anoche llegamos a este pueblo el padre Musitu y yo, y como hoy mismo va a salir el correo, aprovecho el tiempo que queda para hablarle algo de nuestro viaje. En Upata hemos estado una semana enterita, oficiando también de pontifical el señor obispo. La estancia allá ha sido por todos conceptos agra- dable, saliendo todos muy contentos. El lunes pasado, 19, salió el señor obispo y comitiva para El Palmar, Mia- mo, Tumeremo y Callao, pero como ya llevaba suficiente acompañamiento y yo no me sentía con fuerzas para tan larga expedición, le dije que me venía con el padre Musitu a preparar alguna cosa en Guasipati y Callao, esperándole en este último punto, a donde suponemos llegará a primeros del entrante. El padre Musitu, después de entregar esto al padre Ramos y sin ha- cerse cargo de Guasipati, salió de expedición por El Manteco, yendo a parar a Upata a los dos días de haber llegado nosotros, y ésa es la razón por que hemos venido los dos juntos desde Upata. Ahora el padre Musitu, haciendo uso de lo que usted le dice en su carta, de que le es indiferente el que se que- de en El Callao o vaya a Guasipati, parece estar más inclinado a quedarse en El Callao, por creer al padre Ramos más a propósito para Guasipati, y como quiera que al padre Ramos le es también completamente indiferente el quedarse aquí o en Guasipati, es casi seguro que a la llegada aquí del señor obispo, quede la cosa arreglada en esta forma. En Guasipati hay que trabajar mucho, porque es un pueblo que, si no está agonizando, por lo menos está atravesando una crisis espantosa, tanto moral como material. Se conoce que ha tenido tanta o más importancia que Upata y la posición topográfica desde luego es más bonita, pero hoy parece un cuartel de inválidos y la poca gente que se ve parecen todos convalecien- 614 correspondencia del PADRE ADELL tes, y no tiene más [que] hambre y vicios. Esto no obstante, creo que con la presencia del cura se reanimará. De este Callao no le puedo decir nada porque nada he visto, pero por lo menos aquí hay vida y, en general, por lo que voy viendo y las noticias que voy adquiriendo de unos y otros, creo que por toda esta parte se podrán colocar con más o menos comodidad unos doce religiosos, porque así se acor- tarían un poco estas distancias tan enormes, y, si había algunos que no esta- rían muy bien, estarían cerca de otros que lo estuvieran y podrían prestarles alguna ayuda, si es que de ella tenían necesidad. El señor obispo piensa continuar su viaje por Gury a Ciudad Bolívar, viaje, según dicen todos, penosísimo y que a mí me impone mucho; así es que si él no tiene inconveniente, pienso quedarme por aquí, y después si acaso, más despacio, irme hacia San Félix o a donde usted y él determinen. Tengo además en cuenta que si vamos el padre Paco y yo a Bolívar y el co- legio no se instala, tenemos que salir de ahí para una parte o para otra. De todos modos, usted recibirá ésta poco más o menos cuando el obispo llegue a este pue- blo, y puede decirme por telégrafo si aprueba mi idea de quedarme por de pronto por aquí o quiere que siga a Bolívar, que en este último caso, sea acompañando al obispo por Gury, o sea por San Félix, yo llegaría al mismo tiempo que él. Sin más por ahora, recuerdos del padre Musitu y padre Pedro para to- dos, y usted mande a su afectísimo hermano y amigo que besa su mano. Fray José Orea PD. Por conducto del padre Francisco recibirá usted 150 pesos que me manda el padre Musitu, fruto de su expedición por El Manteco.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 284*. Íñigo Narro a Adell † Con los terremotos se suspenderá lo del vicariato. Tiene preparada una estatua del S. Corazón encargada por Moleres. Remite algunas cuentas. En Colombia la guerra ha causado más de 20.000 muertes

Madrid, 27 de noviembre de 1900

Carísimo padre Patricio Adell: Poseo dos apreciables de usted: 6 de noviembre y 29 de octubre. Me parece que con los terremotos se quedará en suspenso lo del vica- riato. El padre Moleres me tenía encargada una estatua del Corazón de Je- sús, que ayer iba a ser puesta en el tren para Barcelona y La Guaira, y con la DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 615 catástrofe, ¡Dios sabe cuándo irá! Es bella sobre toda ponderación. El padre Moleres se arregló para establecer el Apostolado de la Oración y ahora me encargaba 300 estampitas para otros tantos escapularios del Apostolado. Los pesos que debía entregar a las hermanas de Maracaibo son 770 al 30% en que se pagaron los pasajes. Al presente está más alto. 500 pesos al 30% son 130 650 duros 200 pesos al 30% son 60 260 duros 50 pesos al 30% son 15 65 duros 20 pesos al 30% son 6 26 duros 770 cambio son 231 1.001 Van seis aras consagradas, la maleta-altar, seis crismeras, cáliz de pla- ta, tres tonelitos de vino para misas, tres tomos canto llano de Pérez; Esla- va346, música. Sólo esto importa cien pesetas. Las aras, más de 60 pesetas. En fin, ya mandaré a su tiempo la cuenta de todo.Al padre Zarauz347 en Barcelona he remitido 3.000 pesetas. Por Colombia todavía en Guerra. Han muerto de uno y otro bando más de 20.000 hombres. He recibido carta del ilustrísimo padre Ezequiel: ni un tiro han oído en Pasto348. El padre Eustaquio, muy medianillo, pero vive. Por Filipinas de mal en peor. Por ésta sin novedad. De usted afectísimo hermano. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 285*. Demetrio Ázqueta a Adell

Upata, 27 de noviembre de 1900

Las ocupaciones le han impedido escribir antes. El pueblo tributó un gran recibimiento al obispo, a quien él acompañó luego en su visita a El Pal- mar. En Upata predicó todas las noches con mucho lucimiento el p. Francisco García. Le gustaría quedarse con el libro de Segneri349 por necesitarlo él más que el p. Corral: Agoar, caja 82, leg. 5.

346 Hilarión Eslava (1807-78), sacerdote y músico navarro, autor de numerosas com- posiciones musicales. Es probable que Íñigo se refiera a aquí a su popularMétodo de solfeo. 347 José María de Zarauz (1858-1936), a la sazón presidente de la residencia de los capuchinos en Barcelona. Con frecuencia actuó de encargos del p. Iñigo en Barcelona. 348 San Ezequiel Moreno, Obras completas 3, 46-49. 349 Probablemente se refería a su Quaresimale, cf. infra, nota 393. 616 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 286*. Pacífico Bermeo aA dell †

Calabozo, 27 de noviembre de 1900

Agradece las atenciones recibidas en Ciudad Bolívar. No ha podido en- tregar la carta a fray Antonio Sibelo, que debe de encontrarse en El Amparo. Se la llevará una persona de toda confianza:A goar, caja 83, leg. 2.

Carta 287*. Ana María a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 28 de noviembre de 1900

Agradece que haya acogido sus deseos. Todas esperan ansiosas al p. Víctor; también algunos seglares. Ella cuidará de su hospedaje: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 288*. Tomás Martínez a Adell Consulta sobre la solicitud del párroco de Barcelona, que quiere que le substituya durante un mes. Están celebrando la novena de las Inmaculada. Cada día asisten más fieles a las funciones. «La orden agustiniana ha caído en este país como lluvia primaveral»

Cantaura, 30 de noviembre de 1900 R. P. Fr. Patricio Adell. Bolívar Estimado padre: Son en mi poder las dos suyas, fechas de 15 y 20 del corriente, y quedo enterado de ellas. Ésta tiene por objeto comunicar a vuestra reverencia que el señor cura de Barcelona350 me acaba de suplicar vaya para allá con el fin de que lo re- emplace en su curato por espacio de un mes, mientras él hace un salida por el interior. Yo le mandé decir que no podría obrar por sí solo, que era preciso dirigirse a vuestra reverencia por telegrama o por carta, pidiéndole esa gracia. No sé si lo hará. En caso de hacerlo, vuestra reverencia haga lo que mejor le parezca y su prudencia le sugiera. Si comprende que se podría y que convendría a fin de adquirir relaciones con esa importante población, ordene vuestra reverencia que será prontamente obedecido. Si no se puede o no es conveniente, quedaremos conformes con su parecer. De todos modos, yo

350 Juan Miguel Lárez. Siguió en Barcelona hasta 1926, en que, ya muy anciano, se retiró a Caracas, siendo substituido en Barcelona por salesianos italianos: La Linde, His- toria de Aragua 4, 288; también Castillo Lara, Iglesia venezolana. S. xx 3, 420, 428, 434, 442, 541, 542, 545, 546. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 617 suplico a vuestra reverencia se digne avisarme por telégrafo a fin de obrar más ligero351. Por aquí, gracias a Dios, no hay novedad. Actualmente estamos hacien- do la novena de la Inmaculada, cuya asociación hemos reorganizado, cons- tando ya de cincuenta socias. Se prepara una buena fiesta para su día, y se confesarán todas las socias. El pueblo comienza a moverse con la predicación. Ya los domingos, so- bre todo en la noche, se ve la iglesia casi llena; gracias a Dios, hemos llegado hasta dominar los ánimos y ganado todas las voluntades. ¡La gracia de Dios venga sobre ellos! La orden agustiniana ha caído en este país como lluvia primaveral des- pués de larga sequía. ¡Bendito sea Dios por ello! El padre Rufino anda todavía por Santa Rosa. Lo espero en estos días, Apenas venga, me iré yo para San Joaquín, y luego en enero uno u otro ire- mos a Urica. Estamos convencidos de que perro parado no topa hueso. Recibí también los periódicos. ¡Ojalá que nos siga mandando! Salúdalo el hermano Gabriel. Vuestra reverencia hágame el favor de saludar a los padres y hermanos. De vuestra reverencia humilde y menor súbdito352. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 289*. Íñigo Narro a Adell † Los coristas de San Millán son muy jóvenes. Mire bien si le conviene tenerlos ahí

Madrid, 1º de diciembre de 1900

Carísimo padre Patricio:

351 El párroco de Barcelona solicitó a Adell el permiso en telegrama del 3 diciembre. Adell contestó: «Telegrafío Cantaura concediendo permiso pedido por usted. Adell». Con la misma fecha telegrafió también al p.T omás. 352 Al enviar esta carta al p. Enrique, Adell añadió la siguiente glosa: «Como verá por los telegramas, fue a Barcelona y allí le aviso de mi pensamiento sobre esa población grande. Tiene iglesia no parroquial de la Virgen del Carmen. Desde Barcelona se podría salir a pre- dicar y confesar; de esa manera se podría poner una residencia numerosa. = Si dura ahora allí le digo me avise, que quizá pueda yo combinar vaya allí, después de darles ejercicios, el p. Víctor Ruiz. = Los de Aragua, pueblo grande, los de Barcelona, mayor, ya vienen pidiendo re- ligiosos, y los de Cantaura, que no les quite al p. Tomás. Nada menos que un ex presidente de este estado vino a hablarme sobre el particular con cartas y recomendaciones de Cantaura». 618 correspondencia del PADRE ADELL

El padre Silverio353 será portador de 15 gallofas para los de Casanare. Me pedía usted los jóvenes estudiantes de San Millán. Le advierto que son muy jóvenes, «de 20 y 21 años». Si a pesar de esto, quiere cargar con ese mochuelo, se los iré mandando poco a poco. Su hermana, madre Rosa, reelegida. Ya le dirán los recién llegados que en el hospicio se han hospedado. De usted afectísimo. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 290*. Íñigo Narro a Adell † Al retrasarse el vapor añade alguna noticia y comentario a la carta anterior

[8 de diciembre de 1900]

Carísimo padre Patricio: Recibo su apreciable de 19 de noviembre y, retrasándose la salida del vapor italiano hasta el 10, escribo el día de la Purísima Concepción. Tengo la vista y cabeza débil a consecuencia de una hemorragia por la nariz desde el domingo. Hoy con tapones he celebrado. Siento la situación del pobre fray Antonio Sibelo y ¡ojalá pueda salir! ¡Todavía tan mal en Casanare! El ilustrísimo padre Ezequiel me dice: «no hemos oído un tiro en Pasto, y estamos como antes»354, pero Tumaco por los liberales todavía. ¿Y qué hacemos con el Corazón de Jesús para El Carmen de La Guaira? Celebro que el señor obispo esté contento de nuestra administración. Va la mar de encargos. No llevan sino cincuenta liras y una libra esterlina. De usted afectísimo. Fray Íñigo

Agoar, caja 82, leg. 4

353 Silverio León. Salió de España rumbo a Ciudad Bolívar el 10 de diciembre: supra, III. Memoria, notas 496 y 529. 354 San Ezequiel Moreno, Obras completas 3, 48. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 619

Carta 291*. José Orea a Adell † El obispo le envía a Tumeremo. Desde allí le informará de cuanto suceda en esos pueblos. Trasmitió a Musitu su deseo de contar con una relación circunstanciada de su visita: es impresionable y cambia fácilmente de parecer. Ramos se queda en El Callao y Musitu va a Guasipati

Guasipati, 10 de diciembre de 1900

Estimado padre Patricio: Son las 12 del día. He pasado toda la mañana acompañando a monseñor a sus visitas, el correo sale esta tarde, y no tengo más tiempo que para decirle cuatro palabras y darle las noticias más salientes, porque a los dos o tres días de recibir ésta llegarán a ésa monseñor y compañía, y le enterarán de todo. Pues bien, padre Patricio, monseñor, después de muchas vacilaciones y cambios de parecer, ha dispuesto que yo vaya a Tumeremo a organizar aquel pueblo. Parece han demostrado mucho interés en que vaya un padre y, aunque al pronto pensó castigar a Palmar y mandar a Tumeremo al pa- dre [Rafael] Corral, pensándolo después mejor, ha dispuesto dejar al padre Corral en Palmar y que yo vaya a Tumeremo. Allá, pues, voy con tan buena disposición con que hubiera ido a Altagracia, Upata o Manteco, y allí me tendrá usted hasta que dispongan otra cosa. Le tendré al corriente de todo, no sólo de Tumeremo, sino de todos estos lugares que creo haber conocido algo. He dicho al padre Musitu su encargo de que le mande una relación circunstanciada de su expedición y demás, pero también le advierto a usted que el padre Musitu recibe en un mismo día veinte impresiones diferentes y no merece grande crédito en sus informes, pero, en fin, entre unos y otros procuraremos tenerle al corriente de todo. El padre Pedro se queda, por fin, en El Callao, y el padre Musitu aquí, en Guasipati. No sé si será para mucho tiempo, por lo mismo que le he indi- cado arriba de él. Para el 20, Dios mediante, debe llegar monseñor a Bolívar. Todos estos pueblos han hecho brillante recepción y lleva muy buenas impresiones. Nada más por ahora que afectuosos saludos de monseñor y demás, y muy especiales de su afectísimo hermano y amigo que besa su mano. Fray José Orea PD. De lo que usted me indica del doctor Gómez no hay nada, ni mon- señor está dispuesto a ello. Tan pronto como tenga proporción mándele una ara al padre Corral del Palmar. No sé si éste nos dará pronto algún disgusto. Saludos al padre Víctor y Mariano. 620 correspondencia del PADRE ADELL

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 292*. Paciente Corral a Adell † Comenta las dificultades de los capuchinos en La Victoria. A los pa- dres de María Jesús los ve fríos acerca de la vocación de su hija. Or- tuoste no quiere ir a Uracoa. «El p. José gustó mucho a esta gente; no así el p. Francisco». Parece que en Upata ponen colegio con Demetrio de profesor. Teme que se tuerzan las cosas en el uso del dinero

San Félix, 12 de diciembre de 1900

Estimado padre Patricio: Recibí la suya a su debido tiempo y en contestación he de decirle que la circular de nuestro padre con la carta adjunta la mandé al padre Isidoro al Callao, como usted me lo decía, después de haberla copiado aquí en el libro destinado para ello. Si la ha recibido o no Musitu, nada sé, pues no me ha vuelto a escribir desde que se metió por el interior. ¿Con que los capuchinos por La Victoria? Se conoce que cantan dema- siado claras las verdades… En Margarita a limonazos y algo más anduvie- ron. Por cuyo motivo se retiraron del Valle del Espíritu Santo. Sin embargo, aquellas gentes los recuerdan bastante, y es indudable hicieron mucho bien con tanto matrimonio como hicieron, aunque el ponoan355, ¡pásmese usted!, dice que no está por esas cosechas de matrimonios, y esto lo oye la gente non sancta. Y figúrese usted ¡¡cuidadito con la m[asonería]!! Con respecto a María de Jesús, usted me avisará cuándo va para Cara- cas y así me evitará el ir, aunque los gastos serían de parte de ella en caso que fuera. Pero no tengo muchas ganas de bajar ese río abajo y qué sé yo. Los padres de María, bastante fríos. ¿Será un desengaño más? Veremos. En enero sabremos. Y qué me dice usted? ¿Vendrá alguno para las misas de aguinaldo y Pascuas? ¿Se queda ahí el padre Francisco? Ahora para la Inmaculada es- tuvo el padre Joaquín; así que la celebramos con bastante solemnidad. Me dijo que se lleva muy bien con el padre Ortuoste y que no tiene ningún in- conveniente de estar con él, pero, según parece, él no quiere ir a Uracoa por temor a que después se pongan bravos los de Barrancas. ¡Tanto lo quieren o se quieren a sí mismos! Por aquí sin novedad, ahora cadon, nagahigalo acó nga ang mananam- bal mising lonsod dunay canaloan ca pisos, pensión que le pasa el lonsod desde que aquí vino hace ocho meses y, en cambio, sa pare napolo ug lima, o

355 Visaya cebuano: jefe. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 621 caluhaan según356. ¿Qué le parece a usted? ¡Y eso que tanto quieren al padre Paciente! Finalmente, en la primera ocasión propicia le mandaré un despertador para que me lo arreglen en ésa, pues a mi vuelta lo he encontrado todo des- hecho…, y eso que me dijo el padre Paco no lo habían tocado de donde yo lo había dejado… ¿Qué si lo llegan a tocar? El padre José gustó mucho a esta gente; no así el padre Francisco, y se comprende muy bien, a pesar de su mucho saber. Si lo manda usted por aquí, servirá para tener la misa cantada los domingos, mientras yo toco. Para más, nada, pues en el poco tiempo que por aquí estuvimos, llegué a convencerme de ello y quedé desencantado. Sin embargo, nos llevamos bastante bien y charrábamos a veces como dos loros: para que usted no tenga ningún incon- veniente en estar con él de compañero. De Demetrio supe está bueno y, según noticias que por aquí han corrido, parece que en Upata ponen colegio: director, un tal Palacios… y Demetrio, catedrático. Nada de esto me dice él en su carta. Pero es cierto que en correo pasado llevaba una persona de este pueblo un papelito suyo para que le com- prase en Trinidad un Liberatore357, un curso de física, un diccionario ilustra- do Campano358, un Soláns359 y no sé qué otro libro… Nada me decía tampoco en su carta de esta compra, lo que me extrañó. Pero esto sí es cierto, pues me enseñaron sin quererlo sus apuntes. Supongo que usted estará enterado de todo, y, por si acaso no lo está, se lo digo para su gobierno. ¿Y qué hay de caballos? Me decía Demetrio había comprado Musitu dos: uno para Guasipati y otro para El Callao. Por otra parte, el del Palmar parece que se apropia el que yo compré aquí… De modo que si quiero ir a Upata o el de Upata venir aquí, tendremos que esperar al ferrocarril. ¿Y ésa fue la intención al comprar los caballos? ¡Ay, ay, ay cómo empiezan las cosas a torcerse, y aguárdese usted! Con respecto al salapí… ¿seguirá la buena fe que hasta ahora hemos tenido? Dios lo quiera…, y todo usted lo sepa… Se- gún me dijo el padre Francisco, en las cuentas que el padre José entregó a él halló de deficiencia unosnapolo ca pisos360, no me acuerdo bien. Usted puede

356 Visaya cebuano: ahora me siento desfallecer y necesito un curandero al que en todo lugar hay que pagar algunos pesos; la pensión que le pasa el pueblo desde que llegó hace ocho meses, en cambio el padre pasado pagó cinco o más. 357 Matteo Liberatore (1810-92), jesuita italiano, autor de un Compendium Logicæ et Metaphisicæ, Roma 1868, muy usado en este tiempo. Desde 1880 se reeditaba con nocio- nes de Ética y Derecho Natural: Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesús 4, Bruselas-París 1894, 1.774-03; Diccionario histórico de la Compañía de Jesús 3, 2.353-54. 358 Lorenzo Campano, Diccionario general abreviado de la lengua castellana que abra- za los términos literarios y del lenguaje usual y las voces usadas en las ciencias y oficios, París 1880. 359 Joaquín Soláns (1836-99), autor de varios libros litúrgicos, entre ellos un Manual litúrgico, Barcelona 1871, varias veces reeditado. 360 Visaya cebuano: unos pesos. 622 correspondencia del PADRE ADELL preguntarles. Todo se lo advierto, padre Adell, para el mayor bien de todos. Por lo demás, me son enojosas estas advertencias en sumo grado, porque bien sé que entre los hombres suele pagarse caro todo esto. Pero Dios ve mis intenciones, que al fin se las manifiesto a usted para mi mayor tranquilidad. Sin más por hoy, con mis recuerdos a Mariano y demás, usted disponga como guste de su afectísimo menor hermano y amigo361. Fray Paciente Corral

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 293*. Ana María a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 12 de diciembre de 1900

Como la comunidad hará los ejercicios del 4 al 14 de enero, el p. Víctor debe llegar en el vapor del día 4: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 294*. Medardo Moleres a Adell Está angustiado por el proceder de la cofradía y la marcha de las cosas en La Guaira. Hasta el párroco le es totalmente hostil. Lamen- ta haber desaprovechado la ocasión de erigir el vicariato. Es preciso abrir capilla en Caracas, cosa fácil y oportuna en este momento. Qui- zá conviniera que le relevara el p. Ibáñez

La Guaira, 15 de diciembre de 1900 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi apreciable padre Patricio: Sumamente angustiado por las contrariedades en que vivo, tomo la plu- ma para dar a usted explicaciones del telegrama que le mandé días pasados362. Principiaré por decirle que si no fuese porque en usted viese una autori- dad que acato y respeto, ya habría dejado esto, yéndome con la música a otra parte, donde seguramente sería mejor tratado. La iglesia, a pesar de mis deseos, está conforme la dejó el terremoto, es decir, casi casi inservible. La junta que se nombró para la reparación de los templos de la ciudad no ha hecho nada; mejor dicho, está haciendo lo que

361 Al mandar esta carta a Roma, Adell rebajaba esas alarmas –«yo creo que hasta ahora no vamos mal»–, y no daba mayor peso a la posible apertura de un colegio en Upata. 362 «La Guaira, 12 [diciembre] 1900. Para padres agustinos. Recibí carta. Piérdese oportunidad vicarial o residencia capital. Mandé Maracaibo. Vivimos de prestado. Vida, culto dificilísima por supresión absoluta auxilio gobierno. Cofradía, cuyas casas están in- servibles, iglesia cerrada. Detalles. Moleres»: Agoar, caja 82, leg. 4. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 623 hizo el perro del hortelano. La cofradía ha hecho mucho, pero todo remata- damente mal. Principió por suspenderme el culto, como lo atestigua el adjunto docu- mento, copia exacta del que me mandó. Después ha principiado a publicar una serie de artículos violentos contra mi reputación, dirigidos a conseguir que esta sociedad pida a las autoridades competentes nuestra expulsión de La Guaira y finalmente ha tentado que la justicia procediese contra mí por haber abierto la iglesia al culto hace algunos días. Todo esto, con ser de suyo doloroso, no lo fuera tanto si no viniera auto- rizado, tácitamente por lo menos, por gente que viste sotana, pues conviene sepa usted que el que me profesó amistad aparente –a juzgar por lo visto–, en la actualidad se me ha declarado enemigo franco y enemigo terrible, que es por cierto el sujeto a que aludo. O me marcho o los tumbo a todos. Tales fueron las últimas palabras que me dirigiera en una riña a la que él de intento –fíjese bien– me provocó en mi propia casa. No cumplió lo primero, pero está trabajando para lo se- gundo, aprovechando el desquiciamiento en que quedó todo con el terremoto. Y no crea de que tenga la menor razón; lo que hay es que el poco culto aquí existente, la frecuencia de sacramentos, etc. etc., lo teníamos en El Carmen, debido a nuestra solicitud en el servicio de la iglesia. No tema usted ninguna imprudencia de mi parte en este asunto. Mi defensa está en mis antecedentes y, por otra parte, teniendo en cuenta el proceder que siempre han practicado los capuchinos en sus contrariedades y, no olvidando que aquí represento a todos, he optado por callar y por hacer el bien en todo cuanto pueda. Entrando ahora en otro género de consideraciones, dígame, padre Patricio, suspendido de hecho el sueldo de la cofradía, como lo acredita el documento que le incluyo, y sin ayuda del gobierno, ¿de qué van a vivir los religiosos en esta población? ¿Con qué recursos han de sostener el culto? Los capuchinos son hoy en Caracas lo que son porque a fuerza de desinterés y de promover el culto han aumentado la piedad. ¿Qué prestigio vamos adquirir nosotros si por falta de recursos nos estamos cruzados de brazos? Y no es que el pueblo no quiera dar; lo que hay es que no tiene. A nadie cedo en deseos de servir directamente a la Santísima Virgen del Carmen, pero en los momentos actuales son tantas las dificultades, tan- tos los inconvenientes que yo no veo para ellos solución satisfactoria. Para estas fechas el dinero está en Maracaibo. Hace tres días entregué la administración de las rentas de la cofradía, quedándome debiendo tres- cientos cuarenta pesos y sesenta centavos (340,60), que ha prometido pagar- me cuando arregle sus cosas, es decir, nunca, porque su proceder tradicional ha sido éste: primero, deber, después fustigar a los capellanes para que se vayan y después no pagar. 624 correspondencia del PADRE ADELL

Celebro que al fin haya convenido conmigo en lo del vicariato, pero me temo que, si tardamos, nos quedaremos con un palmo de narices, dada la inconstancia de las personas y de los gobiernos. Hace unos meses, cuando yo se lo anuncié a usted por telégrafo, la cosa dependía de usted. Bastaba nada más que confirmar una autorización hecha a cualquiera de nosotros; más adelante, veremos lo que sucede. Hay otra cosa que yo quisiera exponerla a usted sin que de mi parte haya ningún interés personal en conseguirla. Me refiero a la apertura de una capilla en Caracas, cosa muy fácil y oportuna en estos momentos en que casi todas las iglesias están cerradas y ha de darnos resultado. La autoridad eclesiástica concedería el permiso (lo sé muy bien) al momento (además de que ni siquiera es necesario después de lo dispuesto en el concilio latino ame- ricano363); tengo la seguridad de reunir recursos para instalarla. Sólo sería algo difícil el permiso de la autoridad civil. Para terminar todo le voy a exponer a usted francamente mis deseos. Si a pesar de las grandes dificultades que por aquí se han presentado, usted quiere que esto no se abandone, yo le suplicaría a usted me cambiara con el padre Ibáñez, siempre que él, después de informarse de este estado de cosas, convenga en el cambio. Con recuerdos a todos esos padres me repito de usted menor hermano, seguro servidor que su mano besa364. Fray Medardo Moleres

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 295*. José Orea a Adell † El 14 llegó a este pueblo, siendo bien recibido. La gente está muy contenta y asiste numerosa a las funciones de mañana y tarde. El pueblo es pequeño, pero hay bastante gente en los campos. Piensan construir una iglesia más capaz

Tumeremo, 20 de diciembre de 1900

Estimado padre Patricio: Supongo le habrán contado toda la historia y el modo que vine a este pueblo. Por consiguiente, voy al grano.

363 Este último inciso no reflejaba las disposiciones del concilio Plenario de Améri- ca Latina, que había confirmado la prohibición de «hacer nuevas fundaciones, edificando nuevas iglesias o abriendo colegios o escuelas, sin expresa licencia del Ordinario local y de la Silla Apostólica» (canon 301). 364 En un amplio y desabrido comentario a esta carta Adell inculpaba de la situación a la autosuficiencia e individualismo con que Moleres se había conducido en La Guaira. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 625

Este pueblo dista doce leguas de El Callao en dirección al Cuyuni. Es pueblo bonito y, aunque tiene poca gente en el radio del pueblo, tiene mu- cho y buen caserío por fuera, a diferentes distancias del pueblo, porque hay mucha agricultura, bonitos conucos y gente acomodada [que] prefiere vivir por el campo. La iglesia es muy chiquita, la más chiquita que tengo vista, sin púlpito ni confesonario, pero la gente parece está animada para hacer otra nueva de mayores proporciones, muy buena, y, sea por la novedad o sea porque realmente tienen afición a la iglesia, el caso es que tanto a misa como al rosario por la noche se llena la iglesia y oyen con gusto lo que se les dice y pregunta de catecismo. Me han asignado el haber mensual de 50 pesos, recogidos casi todos aquí en el pueblo, y me dicen que, andando el tiempo, puede ser que aumen- ten, pero con tal que no disminuyan yo estaré contento. El principio ha sido bueno, pues ya me han entregado 25, correspondientes a este medio mes de diciembre. Aquí la cuestión de casas está muy mal y hoy estoy en una habitación pequeña dividida en dos, que me cuesta 8 pesos, pero estoy inde- pendiente. La comida me la facilita la familia Carballo, familia que conocen monseñor doctor Gómez y padre Francisco. Me cuesta 30 pesos haciéndome mucho favor, pues no me hubiera sido fácil encontrar quien me la hubiera proporcionado por ese precio. Esa misma familia es la encargada de la lim- pieza y arreglo de las ropas de la iglesia, por ser muy buena familia y que lo vienen haciendo hace muchos años. En fin, padre Patricio, que la gente está entusiasmada y yo voy a ver de sacar el mayor partido posible de este entusiasmo y asegurarnos este pueblo que promete muchísimo. Pero que no me prometo estar mucho tiempo por el aislamiento grande en que se encuentra y que yo no puedo a todas horas echarme al campo doce leguas de caballo y eso cuando mejor estoy; así que cuando llegue personal, mande uno a El Callao, donde pueden vivir dos con holgura, y ese padre podrá venir aquí y relevarme a mí en caso necesario. Por lo demás, yo estoy contento y no tengo motivos para otra cosa, dadas las muestras de consideración y aprecio de que soy objeto por parte de todos. No pido el baúl, porque es imposible llegue aquí, y ni pienso tal vez pedirlo nunca, porque ya he visto los grandes inconvenientes y gastos que cuesta. Salude a monseñor, a quien también escribo, al padre Víctor y Mariano, padres Gómez y Paco, sin olvidar a Pepita y familia, y usted disponga de su afectísimo hermano y amigo que besa su mano. Fray José Orea PD. Si monseñor cae en la cuenta, que lo dudo, tal vez le extrañe el que me encuentre ya en Tumeremo, porque habíamos quedado en que yo haría las misas de aguinaldo en Caratal, cerca del Callao, y vendría a celebrar aquí el Año Nuevo. Pero teniendo yo en cuenta, entre otras cosas, la circunstancia tan favorable como ésta de las misas de aguinaldo para hacer la entrada en 626 correspondencia del PADRE ADELL el pueblo y la de poder venir, como lo hice, en compañía de dos señores muy influyentes y casados del pueblo, opté por venirme, y creo haber acertado. Llegué el 14 por la tarde. El 16 me enteré de las personas más salientes de la población y les dediqué, mediante una tarjetita, las misas de aguinaldo, poniendo a dos familias en cada dedicatoria: misas rezadas, porque no hay elementos para otra cosa. Y a medida que voy celebrando, voy recibiendo otra tarjetita de los interesados con una monedita de cinco pesos. De modo que aun en la suposición, tal vez gratuita, de que hubiese librado mejor en Caratal, creo haber obrado perfectamente, porque esto mismo lo he explota- do yo con éstos para hacerles ver que los he preferido a ellos y están locos de contento. También tienen aquí dispuestas grandes fiestas para los días 31 y 1º del entrante como despedida del siglo que caduca y entrada del nuevo, y tal vez, de haberme quedado en Caratal, no hubiera podido venir ni para esos días. En fin, se lo digo para que si acaso monseñor le hablara algo sobre el particular, esté enterado y sepa a qué atenerse. Hasta otra que procuraré no se haga esperar y tal vez sea con más de- talles. Fray Orea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 296*. Pedro Ramos a Víctor Ruiz

El Callao, 21 de diciembre de 1900

Ha estado con fiebres y luego ocupado en la visita del obispo.Ahora está bien y contento, aunque la vida de párroco no le satisface. «La gente … vaya… Si no se trata de sacramentos, bien: acude a la iglesia y me guarda atenciones, pero, hermano, en cuanto a moral, está esto como puede supo- nerse […] Ahora estoy celebrando las misas de aguinaldo con un rumbo de morteretes, de dinamita mañana y tarde, campaneo y música por dentro y fuera de la iglesia que saca a la gente de quicio y la lleva a misa, porque la iglesia se llena de negros y blancos, ricos y pobres, grandes y pequeños. Lo que me consuela es que me ponen la iglesia los mismos donantes hecha un jardín de flores y macetas. Los villancicos es lo que más les gustan. Los blancos no pueden ver a los negros, que están en mayoría, y esto me ha de producir algún disgusto». El 25 irá a celebrar la tercera misa en un pueblo cercano: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 627

Carta 297*. Pedro Ramos a Adell † Aunque acaba de llegar y Musitu podrá informarle mejor, da alguna noticia sobre el origen, población, barrios, distancias y producciones del pueblo. Seguirá informando

El Callao, 23 de diciembre de 1900

Mi respetable padre Patricio: Recibí su última carta a la que paso a contestar después de saludarle deseándole pase felices pascuas y buena entrada de siglo. Que el Santo Niño le conceda sus gracias y que a todos nos llene de un santo celo para trabajar por la gloria de Dios y bien de las almas. Como ya sabe, me he quedado en El Callao. El padre Isidoro le dará los datos que pedía referentes a Guasipati. Si quiere datos del Callao, el padre Isidoro se los podrá dar mejor que yo, a no ser que aguarde algún tiempo para informarme. No obstante, le diré lo poco que conozco. En nombre de El Callao debiera ser El Callado, apodo que le daban a un operario de Caratal o Nueva Providencia, pueblecito distante de aquí media legua, porque los sábados llevaba a vender oro a la compañía y no sabía de donde lo traía ni a nadie decía nada y le apodaron El callado, de donde dicen tomó el nombre el pueblo y, como la pronunciación es bastante andaluza, en vez de Callado dicen Callao. Este pueblo está situado en una cuenca rodeado de montes que antes fue, según dicen, un lago alimentado por el río que pasa junto al pueblo que tiene el mismo nombre de El Callao. Llegó tiempo en que ésta se llenó y re- bosó por la parte más baja y pasando al otro lado del monte y por la fuerza del agua se fue abriendo paso y éste es el río. La población la forman unas 6.000 [almas] distribuidas entre éste, Na- cupay (fue pueblo antiguamente), barrio de 8 casas; Caratal, ya citado, con unas 40 casas; Chile, que tiene compañía minera, de unas 60 casas, distante legua y media; Perú, de unas 30 casas y una legua de distancia; y Panamá, de unas 12 casas y una legua de camino. En cada casa se calcula una familia, aunque algunas tienen dos. También corresponden a este pueblo en lo civil y eclesiástico el pueblo antiguo (hoy barrio de 20 casas) de Tupuquen; Potrero, barrio de unas 16 casas; El Cuyuni y El Dorado, que no sé su población; y una porción de hatos diseminados por la parte sur, así como los citados arriba. La mayoría de la población del Callao son negros, excepto en los hatos que son venezolanos, procedentes de las Antillas inglesas y francesas, Trinidad, San- ta Lucía, Martinica, Dominica, etc., y los idiomas, por tanto, que se hablan son el castellano, el más común; el inglés y el patuá, francés corrompido o pronunciado a lo indio. Siguen los venezolanos en una cuarta parte; después corsos en una quinta parte, y algunos ingleses y franceses. 628 correspondencia del PADRE ADELL

Es población enteramente comercial y trabajadora en las minas e in- dustrial; en Caratal, Chile y Perú, lo mismo; en los barrios y hatos restantes ya tienen, aunque poco, siembras de caña y yuca; algo, muy poco, de café y cacao; y ganado vacuno, no mucho. Entre los negros hay bastantes protestantes (de los ingleses); los demás son cristianos a su modo, efecto de la poca instrucción religiosa –acaban de darme una misa para que [a] la querida de uno con la que tiene un hijo se le quite de la cabeza el irse con otro que le ofrece más. Ése desde luego dice de casarse con ella–, que han tenido y de ahí la poca frecuencia de sacramentos (del matrimonio nula, porque les exigen en lo civil 25, 40, 80 y hasta más de 100 pesos, o sea lo que lleva el abogado, los dependientes, etc. etc.) y las mu- chas supersticiones y tonterías en que creen y bastante indiferencia religiosa. Sin embargo, he notado que el padre o cura es muy apreciado y se le guardan, aun por los mismos protestantes, más consideraciones que a nadie. Los blancos tienen bastante antipatía a los negros y de ahí esa lucha que se nota aun en la iglesia, no consintiendo aquellos que éstos se pongan delante. En la iglesia los negros hacen de cantores y sacristanes. El clima es bastante templado, mucho más agradable que el de Bolívar, oscilando el termómetro entre 25 y 20 grados Réamur y debido a esto, quizá, y al viento norte, que es el reinante estos meses al menos (supongo que de junio a octubre será sur), esto es saludable, a pesar de los montes llenos de vegetación. Llueve bastante en los meses de julio, agosto y septiembre; en los de- más no faltan lluvias, aunque una o dos veces al mes. De modo que no falta agua en los aljibes. Corregiré y aumentaré estos apuntes. Aquí se estrellan los caracteres fuertes y Dios no permita que el padre Musitu tenga un fracaso, de lo que él está convencido por su carácter es- pecial, porque si el señor obispo accede a quitar o cambiar gente, ya puede pedir muchos a España, porque, pasada la buena impresión del momento, se cansarán al ver a otro y pedirán. Esta gente es así, y hay que estar sobre avi- so. El del Palmar está algo abatido por la indiferencia de la gente y la falta de medios de subsistencia: esto para su gobierno. Recuerdos y felices pascuas con buena entrada de año a los padres Paco y Clemente y hermano Mariano, y vuestra reverencia mande a este su me- nor hermano que le ama en Jesús. Fray Pedro Ramos PD. Los padres José y Musitu tienen también misas de aguinaldo con pompa de morteretes, etc. Recibí el ara y nada más. Supongo que los libros o catecismos se queda- ron en Upata. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 629

Dispense la forma en que le escribo. Estoy de prisa y hay que atender a muchas cosas. Vale.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 298*. Íñigo Narro a Adell † Adjunta los gastos de la misión y de los encargos. El comisario le ha entregado 3.968 pesetas. «Si puede, me remite en francos el importe de los encargos para fondos de otra misión»

Madrid, en el día de la Natividad [de 1900]

Amado hermano padre Patricio: Dos líneas nada más para expresarle mi deseo de que en el nuevo año Dios nuestro Señor le colme de bendiciones, de salud espiritual y corporal, y prospere en Venezuela nuestra misión. Le adjunto los gastos de la misión y de los encargos, entregándome nuestro padre Juan la cantidad de 3.968 pesetas. Si puede, me remite en francos el importe de los encargos para fondos de otra misión. Saludo a todos afectuosamente su hermano. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Gastos de la misión: padres Silverio, Vicente y Abaurrea pesetas Baúl-mundo, ropa, sillas, tabaco 100 Viaje de Monteagudo a Barcelona 150 Hospedaje de ocho días en Barcelona 84 Despacho central, barcas, coches, equipajes 101 A la mano para imprevistos, francos y libra 97 Maleta-altar, cera, vino y hostias 415 Pasajes a Trinidad, con cambio e impuesto 1.680 suma 2.627 Encargos llevados por esta misión pesetas céntimos Libros y papeles de música y reglamento 100 Cuatro crismeras de plata 100 Cuatro casullas: blanca, negra, carmesí, morada 200 Cinco aras ya consagradas a 10 pesetas 50 Un cáliz de plata sin consagrar, cucharilla 206 Tres barriles de vino para misas: 100 litros 100 Importe de los tres barriles 19 Flete a Trinidad del vino moscatel seco 37 suma 836 Suma total 3.463 630 correspondencia del PADRE ADELL

A nuestro padre comisario he puesto la cuenta de todo hasta 500 pese- tas de Trinidad a Ciudad Bolívar y, rumboso, me ha entregado pesetas 3.968. Cuando pueda, manda la cuenta de los encargos. De usted y de todos esos mis hermanos afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Nota de los gastos de la misión de padres Víctor, pesetas-céntimos Ramos e Ibáñez

Biblia al padre Adell 26 Libros de Roma y de don Gregorio [del Amo] 278 50 Hojitas de propaganda al padre Orea 16 Estameñas para hábitos, mantos y túnicas 586 50 Costuras y equipo en Monteagudo 158 75 Tren de Monteagudo a Barcelona 150 Coches, fonda, barquillas en Barcelona 125 Para imprevistos a la mano 255 Tres pasajes a Trinidad, con cambio e impuesto 1.625 Altar-misión 462 Pasaje de Trinidad a Ciudad Bolívar 625 Suma total 4.307 75 Quedó estameña negra y blanca para equipar de hábitos, manto y tú- nicas a los cinco alistados.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 299*. Eusebio Ortuoste a Adell

Barrancas, 26 de diciembre de 1900

Pide medicinas y tela para hábito. En ocho días que pasó en Catalina sólo hizo 4 bautismos y un matrimonio. A los niños «parece» que los traen a bautizar a Barrancas: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 300*. Tomás Martínez a Adell En Barcelona le han recibido muy bien. Desean recoletos, al igual que los de Aragua. Uno puede vivir en la parroquia del Carmen. En Cantaura sienten su ausencia. En enero visitará Bergantín y Santa Inés. Quizá se pueda colocar en ellos a un padre: dicen que son pue- blos buenos

Barcelona, 27 de diciembre de 1900 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 631

M. R. P. Fr. Patricio Adell. Bolívar Estimado padre: Como sabrá, estoy aquí desde el 7. Se hicieron las fiestas, muy buenas, y se confesó bastante gente. Yo prediqué el día 8 por la noche. Yo quise volverme enseguida para Cantaura, donde se quedaron bas- tante bravos con mi salida, pero el padre Lárez y algunos amigos se pusieron por delante y me atajaron el paso. Manifiestan deseos vehementes no ya de que me quede una temporada, porque dicen que esto siempre es poco, sino para siempre; que la parroquia del Carmen está a nuestra disposición, para lo cual están dando pasos con el Presidente y creo que con el obispo. Este último creo yo más correcto y necesario. Entiendo que con un pequeño sueldo que asigne el Estado al padre que estuviere en el Carmen, podría vivir holgadamente; y si no, creo que Dios no faltará, pues sé que los vecinos de esa parroquia están muy entusiasmados; y con el padre Lárez aquí, que es muy bueno, no le faltaría para vivir por de pronto. Lo que sí es cierto que sería muy acertado tratar de colocar aquí un padre, y también muy necesario, pues hay bastante quehacer. De Aragua me escriben y me reclaman para allá y precisan venir algu- nos para que no me deje ensanjonar por Barcelona. Los de Cantaura, muy bravos e impacientes por mi pronto regreso. Me dicen que no se amañan sino conmigo. Haga vuestra reverencia lo que mejor le parezca. El padre Matute me escribe con fecha de octubre y me dice que iba a tratar con el señor Casas nuestro asunto, y que nos volverá a escribir la re- solución definitiva. ¡Hágase lo que Dios quiera! En los primeros días de enero partiré por disposición del padre Lárez a visitar los pueblos de Bergantín y Santa Inés, y de ahí seguirá hacia Can- taura. Yo veré si en esos pueblos se podrá colocar otro padre, pues me dicen que son muy buenos. Deseo estén sin novedad y agradecería que vuestra reverencia me escri- biera sobre todos los puntos que he apuntado. De vuestra reverencia afectísimo y menor súbdito365. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

365 La glosa que puso al pie de esta carta antes de enviársela a Enrique muestra que Adell no quedó satisfecho. «Vea usted qué informes después de estar en Barcelona un mes entero. Son jóvenes y … no puede uno fiarse para nada. Cuando fueron a Cantaura ya le dije: mire que yo tengo puesta la mira en Barcelona. No sé cuántas veces se lo he repetido, y cuando estuvo aquí el otro, el p. Rufino, ya le dije: han hecho muy mal en no ir aA ragua y Barcelona. A las mil y quinientas van y … cataplum. ¿Será eso que no les gusta esto y quieren volverse a Orocué? No lo sé; sea lo que quiera, pero que no se conducen bien ni me hacen nada a derechas. Eso sí es verdad. ¿A qué vienen las bravuras de los de Cantaura, de los de Aragua y de los de Barcelona por él? Date tono, Mariquita, date tono. ¡Pobre hu- manidad! Ahí va copia de mi contestación a ésta. Adell»: supra, IX, Carta 177. 632 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 301*. Paciente Corral a Adell † Ha recibido su carta y encargos. Le ha escrito el obispo, contento del recibimiento que le han dispensado los pueblos. Las obras de la igle- sia no avanzan. El padre de María Jesús no apoya su vocación. Le gustaría acompañarla a Trinidad

San Félix, 27 de diciembre de 1900

Estimado padre Patricio: Después de desearle hayan pasado felizmente las Pascuas, paso a manifes- tarle recibí su grata con las otras dos para el padre Isidoro y padre José. Tam- bién recibí la Biblia y los periódicos, e irán para Upata en la primera ocasión. Parece que el padre José se queda en Tumeremo, según me escribe. También me escribió monseñor muy contento del recibimiento que por esos pueblos le han hecho. Dice que ha sido mejor que en Margarita, Carú- pano y Río Caribe. En esta misma balandra le contesto. La casa está in statu quo. Me parece que al paso que van llegarán otras pascuas y aún no estará concluida… ¿Qué le parece: sería bueno ausentarme de aquí una temporada y dejarlos sin cura hasta que no hagan casa? Yo creo sería conveniente hacer una cosa semejante. El padre Tomás de Cantaura me escribe diciéndome no sabe todavía a qué bando pertenece, que le es indiferente quedarse aquí o irse para allá…, y que usted nada le ha dicho todavía. ¿Y qué hay de gallofas? Habrá que usar la misma hasta que lleguen las nuevas? Finalmente vamos al asunto de la buena María de Jesús. Ella, muy ani- mada de irse pronto; su mamá y abuela también; su papá, señor Briceño, le dice que ella haga lo que quiera…, que ya es mayor de edad …, pero que ni la acompaña ¡ni tiene para pagarle el pasaje! Y eso se lo dice algo bravo. ¿Qué le parece a usted? ¿Será verdad? ¿O pocas ganas de que se vaya monja? Creo que esto último. ¡Pobre María! Se la pasa llorando continuamente. En vista de esto, he determinado con su mamá y ella darle o prestar- le el pasaje. Lo que no me parece mucho dar después de comer en su casa ocho meses sin quererme tomar un céntimo por ello, quedándome así íntegra la mensualidad. Y creo que, aunque yo la hubiese acompañado a mis expensas, hubiera quedado siempre debiéndoles, porque, además de recogerme ella la mensualidad y darme gratis de comer, nos han hecho otros favores que no se pagan con dinero… Pero como usted creo lo sabe todo y, sin embargo, me dice no estamos para gastos, a ello me atengo y sólo le exijo, si usted conviene, en que me telegrafíe inmediatamente si usted va a Caracas para que ella salga al va- por y baje con usted a Trinidad; y si no, que el padre Víctor coja camarote para DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 633 ella en el vapor del martes, si es que él va a Trinidad y me lo participen con tiempo por telegrama para que ella se prepare y marche con él. Allí las monjas están dispuestas a recibirla sin dote, pues la conocen y a todo trance quieren te- nerla entre ellas lo antes posible. Sé que a su marcha la casa de Briceño y este pueblo queda sin vida, pues era el alma de todo para la iglesia y el cura. Pero no me importa. Ante todo, su vocación, a la que se opone todo este pueblo carnal… Sin más por hoy, consérvese usted bueno y pase felizmente las salida del siglo xix y entrada del xx. Esto es lo que le desea su último súbdito y menor hermano. Fray Paciente Corral Aquí tengo a su disposición mucha la gatos ca pisos366 próximamente. Si usted necesita, avise. Si vienen los padres, ¿pediré los caballos? Mejor sería que usted pusiese un telegrama a Musitu, porque me parece que a mí no me hará caso. ¿Y el día 1º de enero habrá que binar? No me acuerdo del tenor del de- creto de Roma. Fray Paciente Corral Son doscientos pesos lo que dice arriba.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 302*. Pedro San Vicente a Adell El vicariato apostólico y la dirección del seminario de Ciudad Bolívar aumentarán nuestro servicio a las almas y nos granjearán el aprecio del pueblo. Su ocupación se reduce a confesar, enseñar el catecismo a los niños y preparar algunos para el seminario. De la predicación se encarga Ocio. Espera noticias suyas

Coro, 3 de enero de 1901

Muy respetable y querido padre Patricio: Como hemos dado principio a un nuevo año y a un nuevo siglo, justo es me dirija ahora al menos, después de tanto tiempo, a V.R. deseándole mucha felicidad en este nuevo año y pidiendo al Señor bendiga sus generosos es- fuerzos por el bien de la Iglesia y de la corporación. El padre Medardo en una carta suya me indicaba que el gobierno estaba trabajando por fundar un vicariato apostólico en el Alto Orinoco y dárnoslo a nosotros, los recoletos. Ojalá que así sea, porque entonces unidos podremos trabajar con más provecho y utilidad de los pueblos.

366 Visaya cebuano: una cantidad de pesos para gastos. 634 correspondencia del PADRE ADELL

También tengo entendido que el seminario de esa ciudad va a ser servido por nuestros hermanos y a ese fin han venido los últimos padres de España. No cabe duda que este servicio prestado en esa diócesis ganará la confianza, el respeto y el amor del clero y pueblo para nuestra corpora- ción y nos abrirá el camino para nuevos ensanches en este vastísimo país, tan descuidado y retrasado en todos sentidos, sobre todo en lo religioso y moral. Excusado es manifestarle que estoy a sus órdenes en todo y en todos momentos. Mi ocupación aquí, padre Patricio, si desea saberlo, se reduce a confesar enfermos, confesar en la iglesia, educar unos cuantos niños para que sirvan en la iglesia, esto es, darles escuela, disponer algunos de ellos para entrar en el seminario, enseñar el catecismo a los niños los domingos, preparándolos para la primera comunión, porque predicar no es necesario, toda vez que él se basta a sí mismo y aquí no hay quien encargue sermones como ahí, en Caracas, porque los pueblos están muy distantes y no se presentan ocasiones sino en la cuaresma y eso en nues- tra propia iglesia. Aquí vamos dando impulso bastante a la religión y se van aumentando de día en día las confesiones y comuniones, pero los hombres están tan reacios como el primer día y, por otra parte, no puede ser nunca mucha, porque la iglesia es pequeña y muy calurosa, y de ma- las disposiciones. Nada más tengo que comunicarle que sea de interés. Al contrario, de vuestra reverencia es de quien esperamos nos comunique alguna noticia de nuestros adelantos por ahí y que le agradeceré mucho. Tenga a bien saludar a los padres que están por ésa, y V.R. mande y disponga de su afectísimo e ínfimo súbdito que su mano besa. Fray Pedro San Vicente

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 303*. José Ibáñez a Adell Comenta las reacciones a la actuación del p. Leonardo en la cuestión de los matrimonios, la situación creada en La Guaira y la posibilidad de coseguir el vicariato. En La Victoria no se necesitan más religio- sos, aunque uno dúctil y buen predicador no sobraría. No tienen no- ticia de las otras casas

La Victoria, 5 de enero de 1901

Mi querido padre Patricio: En mi poder su carta anterior, que no contesté por creer que usted esta- ría de viaje para aquí, pero ayer recibí la suya del 19 próximo pasado y por ella veo que la cosa va más despacio. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 635

En mi anterior ya le indicaba que no había querido meter mucha mano en eso de los matrimonios y por fin dio su resultado, pues el Presidente del Estado se fue con una comunicación a Caracas en la que se ocupaba del pa- dre Leonardo y de los capuchinos, de su modo violento, y hasta indicaba que, de seguir el padre como hasta el presente, se vería en la necesidad de expul- sarlos del territorio del Estado367. Supongo que usted se enteraría, porque de ello se ocupó la Restauración Liberal. Yo me alegré mucho de haberme hecho algo el sueco, porque nosotros, tan nuevos aquí, no tenemos raíces y no es- tamos en las condiciones de los capuchinos para contrariedades de ninguna clase y habría tenido un grande disgusto si los agustinos, como nos llaman, hubiéramos figurado en la causa. Por eso, me preocupó unos días el inciden- te de La Guaira, del que supongo estará enterado y que por un comunicado he visto últimamente que no tenía importancia y que ha terminado. Nada me ha dicho el padre Medardo ni tampoco le he dicho ante el temor de que, aun siendo como consejo, pudiera dar lugar a creer que iba a donde no me llamaban. Pedí a Caracas El gran pecado y me enteré de lo que hay sobre la Gua- yana. Sin duda que para nosotros sería bueno conseguir lo que los capu- chinos tienen concedido y que por lo que me dijo el padre Leonardo se ve no tienen interés ninguno en hacerlo efectivo. Ya me habla en una carta el padre Medardo lleno de entusiasmo, al que nada le contesto porque no me hablaba de si los capuchinos estaban conformes con sus gestiones, con los cuales será necesario contar, tanto porque la concesión está todavía a su favor cuanto porque, si no tienen en ello inconveniente, sus gestiones para que nos la concedan a nosotros serán, ante las autoridades de aquí, por las influencias que gozan, de mucho peso y valimiento. Ésa sería la manera más fácil de conseguir San Francisco. De otro modo lo veo difícil. Mucho me alegraré que el señor obispo piense a su vuelta como pensaba a su partida respecto del interés por que se erija el vicariato. De todos modos yo creo que será lo mejor que usted se venga para todo lo que sea gestionar en Caracas el asunto del vicariato. Yo estoy todavía muy distante de tomar la embocadura a esta gente. Nada sé si han llegado a La Guaira los dos padres que van para Mara- caibo. Usted no me dice quiénes son los que componen la expedición de los cinco o seis, y no sabe cuánta curiosidad tengo en ello no por otra cosa sino

367 En una nota del 21 noviembre de 1900, Francisco de Alcántara, presidente del Estado, denunciaba al ministro de Relaciones Exteriores la violación por el capuchino de importantes formalidades de la Ley de Matrimonio Civil y le acusaba de promover, «so pretexto de moralidad […], escándalos con prédicas intolerantes y subversivas en cierto modo». La respuesta del ministro, R. Cabrera Malo, 22 noviembre 1900, urgía el cumpli- miento de esas formalidades y amenazaba con la expulsión a sus infractores: «La Repúbli- ca no puede aceptar el absurdo de que tenga derecho a residir en su territorio individuo alguno que se considere desligado de la obediencia a sus leyes y desconozca de cualquiera manera la soberanía nacional». 636 correspondencia del PADRE ADELL por saber quiénes vienen, teniendo en cuenta la especial manera de ser de esto que dista tanto de Filipinas. Mientras no tengamos por aquí más que La Candelaria, tanto como falta no hace más personal, porque, aun cuando pudiéramos conseguir que el padre Lazo nos encargara la cuaresma, que lo veo difícil, nosotros sal- dríamos avante. De todos modos, habrá que hacerlo, aunque no sea más que por amor al arte. Por la comida y demás no hay cuidado, pues por lo que observo desde que estoy encargado entra para que puedan pasar tres, pero hay que mirar, teniendo en cuenta lo que son estas gentes, la manera de cohonestar la presencia de tres en una parroquia como La Candelaria, así que por ahora uno que tenga carácter bastante dúctil para tratar con el padre Lazo y pueda manejárselas en el púlpito regularmente, no estaría demás. De todos modos, en vista de lo que digo, usted hará lo que mejor crea y sobre todo si viene luego ya verá lo que nos conviene. Estos dos meses no te- nemos por qué quejarnos. Con la celebración y algunos sermones que hemos predicado aquí y fuera, la parroquia pobre, pero siempre ayuda, vamos pues tirando no del todo mal. El pueblo, respetuoso, aunque con cierta frialdad, que tal vez la mayor parte de ella sea sólo porque estamos acostumbrados a otra cosa. ¿Qué hay de Filipinas, de España, de la Guayana, de las otras resi- dencias y de la vicaría del padre Bernardino García? De nada sabemos una palabra, como si hubiéramos caído en un pozo. Poco antes de salir de España contesté a nuestro padre Mariano. Por el padre Sola368 debió saber estaba aquí. No tengo noticias de él ni de Brasil. Es verdad que desde que salí de Filipinas no he escrito a nadie. Los privilegios sobre la cuaresma que pueden usar los regulares con permiso del superior será bueno que usted nos los conceda. ¿Qué hay de gallofas? El padre Fermín dejó el papel donde estaban consignadas las facul- tades que usted le dio en la secretaría del arzobispado y no se acuerda ahora sino de pocas. Cuando escriba, haga el favor de consignarlas en su carta para estar cierto de las que tengo. Le incluyo el artículo que se ocupa del asunto de los matrimonios369. Al padre Víctor le dice usted muchas cosas y mis ex- presiones al hermano Mariano y padre Clemente.

368 Eugenio Sola: supra, IX. Correspondencia A, nota 38. 369 Adell añadió el siguiente comentario: «vea en ese recorte cómo las gastan por aquí también los liberales. No faltan Canalejas ni Romero Robledo. Podrán ser todo lo draco- nianas las leyes civiles de Guzmán, pero al diablo le gustan y sus imitadores las defienden. No sé qué diga, pero el p. Leonardo, que ya en España, dio disgustos a los capuchinos sobre esas cosazas liberales; en Venezuela he visto ya tres veces ocuparse de él los periódicos, si bien nunca tan fuerte como ahora en este recorte. Creo tendrán que hacerle callar, pues la Magdalena todavía no está para tafetanes. Con el tiempo … no diré yo que no, pero hay que confiar, que no siempre Satanás se las ha de vantear solo». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 637

Que usted y todos los demás padres de por ahí tengan felices pascuas y un fin y principio de año y siglo lleno de toda clase de venturas es deseo de su menor hermano. Fray José Ibáñez [PD]. Le saluda el padre Fermín, ocupado en preparar los Reyes, escu- deros, burros enjaezados, etc., etc., para una cabalgata, toda de niños, que sin duda estará bonita y ha de gustar. Arriba les choca que en esta parroquia tan pequeña y pobre haya ánimo y humor que no se ve en la llamada matriz. El doctor Lazo a todo contesta que no hay real. Los ratos de ocio los dedicamos al idioma inglés, que alguna vez vendrá bien.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 304*. Ana María a Adell

Puerto España, convento del Rosario, 6 de enero de 1901

Agradece el envío del p. Víctor Ruiz para dirigirles los ejercicios: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 305*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ El arzobispo está fuera y no podrá hablar con él sobre la residencia. Las dominicas quieren pedir un recoleto para capellán y confesor. Los venezolanos desean un sacerdote español

Puerto España, 6 de enero de [1901]370 M. R. P. Fr. Patricio Mi querido padre Patricio: Llegué a ésta bien, sin novedad, y aún no había salido del vapor cuando supe que los padres estaban allí hacía días «nga nanaysuyo hila sa halapitan VISAYA371 El superior de los padres dominicos es nuevo y hace de gobernador ecle- siástico, pero aguardamos al señor arzobispo el día 23372. Me dicen que no podré hablar con él, sobre todo respecto a la residencia, por salir el vapor en

370 Sin año en el original. El contenido de la carta obliga a fecharla en 1901. 371 372 Gabriel M. O’Farrel, nacido en Irlanda en 1852. Salió de Trinidad en 1901. 638 correspondencia del PADRE ADELL la misma tarde para ésa. Espero que vuestra reverencia me diga si me he de volver en esa fecha, una vez que los ejercicios estarán terminados, o he de esperar ocasión para hablar con monseñor. Hasta ahora no he visitado más que al señor Anduze a causa del tiempo cerrado en lluvias. Me quedaré con el altar portátil y como vienen sin aras, no lo enviaré a La Guaira hasta que usted me avise. La madre Ana no está ya de superiora. Terminó su trienio el 18 de di- ciembre y quedó en su lugar, según constituciones, la subpriora. Créese que la madre Ana será reelegida o impuesta por el ordinario. Día 8. Hoy me ha dicho la madre Ana que piensa pedir al señor arzobis- po que uno de los padres españoles desempeñe el cargo de confesor y cape- llán de la comunidad. Que ella ha echado sus cuentas y está segura de que la comunidad puede sufragar los gastos y, aunque no pueda proporcionar casa, procurará que las familias venezolanas la ayuden. El señor Suárez, como han oído los padres, ha hecho que insistiesen con monseñor para solicitar sacerdote español. Por mi parte, he contestado a ambos que usted vería bien poner aquí dos sacerdotes y que no dejaba yo de comprender la necesidad que tenían de uno que les ministrase en castellano. Como el señor arzobispo está por llegar, espero que en vista de lo que dejo dicho me dé instrucciones. Por mi parte, si la cosa ellos y ellas la arre- glasen, creo que no hay necesidad de presentar el bulto y hacer la petición. Pero quizás, de volverse pronto, pudiera ser que todos se enfriaran. Ruego al Señor que le ilumine a usted para acertar en lo que sea más conveniente para la gloria de Dios y bien de la corporación. Mis recuerdos a los padres Francisco y Clemente con hermano Torrellas y hasta su contestación se repite de usted afectísimo menor hermano y súb- dito que le ama in Sacro Corde Jesu y besa su mano. Fray Víctor Ruiz PD. Mi modo de pensar es que si no me detienen, debo volverme. Pero si la madre Ana insistiera por que me quedase, se podría quizás acceder a su súplica, sobre todo si fundaba su petición en la enfermedad del padre Víctor y pedía ella la continuación. Usted verá si le dice a ella algo, como poniéndola en camino, en atención a la necesidad presente de la comunidad. Víctor Ruiz

Agoar, caja 82, leg. 5 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 639

Carta 306*. Demetrio Ázqueta a Adell

Upata, 8 de enero de 1901

«Respecto a lo que me dice usted de lo concerniente a nosotros, también lo haré, aunque muy bien comprende usted mi insuficiencia». Pide dispen- sa del ayuno para él y también que la negocie con el obispo para sus fieles: Agoar, caja 83, leg. 5.

Carta 307*. Paciente Corral a Adell † Escribirá la crónica de la parroquia. Los barrios de Bocas del Tigre y Morical Largo están más de cerca de Uracoa y el p. Joaquín ya tiene licencia del obispo para visitarlos. San Félix sólo tiene el barrio de Los Castillos

San Félix, 10 de enero de 1901

Estimado padre Patricio: Recibí su grata del 23 de diciembre, a la que contesto diciéndole que procuraré escribir lo que usted me dice, no habiéndolo hecho hasta ahora más bien por pereza que por otra cosa, pues siempre he tenido esos deseos y se iba pasando el tiempo sin realizarlos373. En la primera ocasión que tenga le mandaré unos pares de alpargatas que aquí tengo, pero me parece le vendrán a usted pequeñas. Con respecto a lo que usted me indica de hacer una expedición, he de decirle, en primer lugar, que no tengo caballo; en segundo lugar, que Bocas del Tigre y Morical Largo, lugares de donde me solicitaron el año pasado, según le avisé a usted, ya no hay caso, pues le tocan más de cerca al padre Joaquín y, cuando estuvimos en Uracoa, le pidió ya licencia al señor obispo para irse por allí y visitar estos lugares de la jurisdicción de Maturín. El señor obispo se la concedió diciéndole que no tenía necesidad de escribirle al cura de Maturín. Este pueblo no tiene campos que se merezcan la pena de ir. Sólo Los Castillos, con una docena de casas que nada valen. Allí he ido una vez en curiara y me vine sin hacer un solo bautismo. A Upata deseo irme unos días, pues me escribe Demetrio tiene muchos deseos de verme. Si puedo adquirir un caballo, me voy en la segunda quin- cena de enero.

373 Por una nota de Adell consta que el padre Paciente alude aquí al informe sobre el estado de las parroquias. 640 correspondencia del PADRE ADELL

Por aquí he pasado las pascuas bien; que así le haya sucedido a usted, como se lo deseaba en carta que le mandé con una balandra que llevaba los baúles del señor obispo. ¿La recibió usted? Desearía saberlo. La casa está armada. Ahora tratan de ponerle limiche, después harán las ventanas y puertas y últimamente la embarrarán. ¿Cuánto tiempo se invertirá? No sé decírselo. Ya comencé a advertirles las determinaciones del Concilio, empezando por los sacramentos. La mayor parte y casi todos mao canaco; bisan374 no falta quien pone peros. Creo va a sacarse bastante fruto de él. Que así sea. Muchas otras cosas le diría, pero las dejo para mejor ocasión. Del copón no se preocupe usted, pues ya está arreglado todo; y arreglaré también lo que vaya comprando para esta pobre iglesia, sin perder de vista nuestro san Nicolás de Tolentino. Sin más por hoy, consérvese bueno y mande como guste a su menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 308*. Pedro Ramos a Adell † Pide libros devotos, estampas, novenas, medallas e imágenes de san- tos populares. Servirían para desterrar otra clase de láminas. Estos pueblos difícilmente pueden sostener dos sacerdotes. Manda el in- ventario de las iglesias del pueblo y de Caratal

El Callao, 10 de enero de 1901

Mi amado y respetable padre Patricio: Recibí su afectuosa del 25 último y, enterado, paso a contestarle. El ara ya la recibí, pero el relicario se quedó en Upata para que el padre Demetrio lo mandase al padre Rafael, que no tenía. Monseñor me ofreció una, pero habrá que recordárselo. No es fácil encontrar personas [que] pa- guen estas cosas, así como altar portátil, porque no les dan importancia. Sin embargo, aquí se necesitan crismeras, porque las que había del altar portátil que el padre Isidoro dejó por El Manteco se las llevó el padre José. De las cosas que más aceptación tendrían, al menos en éste, y que es muy conveniente, son los objetos piadosos como escapularios, rosarios, estampas grandes para cuadros, libros de visitas, novenas, devocionarios etc., que los pagan al contado. Por tanto, le agradecería me mandase 500

374 Visaya cebuano: ya los conozco, pero… DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 641 escapularios del Carmen, 200 de la Purísima, y medallas y estampas, las que le parezcan, para desterrar en parte láminas obscenas y milagros que ofrecen a los santos. Otro de los medios para infiltrar la devoción y algo más de piedad sería tener imágenes en la iglesia (aquí sólo hay la Virgen del Carmen, san José, la Purísima y un crucifijo), porque se les podría hacer con concurrencia novena y fiesta; pero no dejo de compren- der que eso no es tan fácil. Sin embargo, si llegase alguna imagen de ésas milagrosas –santa Rita, san Vicente Ferrer, san Antonio, el Sagrado Corazón de Jesús–, o que están de moda, yo creo que aquí las costearían con gusto y quizá otras más pequeñas para las casas. Mándeme, si puede, 50 ejemplares del Manual del cristiano, editado por el Apostolado de la Prensa, y los precios a que se pueden vender aquí, lo mismo que de los escapularios etc. No hay cera por aquí y necesitamos para la misa. Yo les podré mandar a los padres José e Isidoro. Veo por su carta que se ve animado de mandar más gente por aquí y no sé hasta qué punto convendrá o será perjudicial para sus fines, porque por aquí con dificultad podrán mantenerse dos. Por otra parte, el trabajo se reduce a algunos días o temporadas, y eso que yo tengo algunos pueblecitos cercanos y aquí no digo que no. Pero fíjese en este dato. En esta temporadi- ta habré sacado 160 pesos de misas de aguinaldo cantadas, etc., pero entre comida, alquiler de dos meses y pagar unas cuantas baratijas necesarias mías, del padre José para Tumeremo y padre Musitu para Guasipati, se han tenido que pagar unos 200 pesos, de modo que estoy per ista375, y le advierto que no he gastado un céntimo en natividad para decir he probado el turrón o las nueces, etc. De aquí puede deducir de los demás y lo que yo creo: que si se ha de mandar algo ahí, no será posible estar dos por ahora, y eso que yo le pedía uno. No obstante, entérese, preguntando a otros antes de hacer nuevos gastos, que parece que no, pero que aquí hay que hacerlos buenos para el equipaje nada más. Hoy se ha marchado de este el padre Rafael para Upata, a donde va, según me dice, a recibir órdenes de vuestra reverencia, porque, atendidas las muchas privaciones (¡!), no puede vivir allí. ¿Podrá influir algo su carácter? Le mando adjunto el pobre inventario de las iglesias de El Callao y Caratal o Nueva Providencia. Fíjese y vea qué poco valen. Como en la visita dijeron que se mandase el inventario, podría tomar copia y ésos mandárselos a monseñor. No escribo a nadie invitándole a que venga por aquí, porque creo que son muchos los que lo desean y si no vienen será porque dejan que desear y por no haber con qué traerlos, porque allí tienen la idea de que por aquí hay más vida y porvenir.

375 Sin blanca, sin dinero. 642 correspondencia del PADRE ADELL

Sin más por ahora puede mandar cuanto guste a su afectísimo menor hermano que le ama en Jesús y besa su mano376. Fray Pedro Ramos

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 309*. Tomás Martínez a Adell Vuelve a informar sobre la parroquia del Carmen de Barcelona: cén- trica, buena iglesia, pocos ornamentos… «Por sí sola con dificultad podrá sostener a un padre», pero con sus pueblos y caseríos tiene recursos para dos. Si le llaman de Colombia, está dispuesto a irse

Barcelona, 11 de enero de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Bolívar Estimado padre: No recuerdo en qué fecha escribí a vuestra reverencia, pero sí me acuer- do que fue hace poco. En dicha carta exponíale la cuestión de la parroquia El Carmen de esta ciudad. O no la recibió o, si la recibió, tal vez la creyó defi- ciente, según deduzco de la carta del padre Víctor, que ayer llegó a mi poder. Volviendo, pues, al mismo asunto, debo decir a vuestra reverencia lo si- guiente: la parroquia del Carmen comprende casi la mitad de la población y viene quedando bastante céntrica. El templo está completo y su construcción es demasiado lujosa. Lo único que no está completo es la ornamentación. Ca- rece de casa cural, pero éstas y otras pequeñas dificultades que podría haber, podrían allanarse pronto, una vez estuvieran los padres aquí. La parroquia de por sí sola con dificultad podrá sostener a un padre; en cambio, dependen de aquí algunos pueblos y caseríos que podrían suministrar recursos para dos, más otros dos pueblos que también podrían agregarse y que son de bas- tante consideración: Bergantín y Santa Inés de Bergantín. La disposición de los parroquianos del Carmen a favor nuestro mani- fiesta ser excelente y una vez que estuvieran los padres entre ellos todavía sería mejor y con el desarrollo de la piedad con la predicación y el ejemplo crecería más aún; y tras ello lo demás. Dos padres de las mejores condiciones de bondad y de ciencia son los que se necesitan aquí, porque abundan los doctores y los indiferentes.

376 Adell no esperaba estas «advertencias» de un religioso a quien estimaba: «éste me mandó ya cien pesos cuando volvía el p. Francisco de la visita, cuyo dinero yo no esperaba y, sin embargo, véale usted desanimadillo de poder tener otro consigo. ¿Qué será esto? En mi concepto, no es más sino que somos filipinos …, y aquí no estamos como allá. ¿Pero eso qué? Yo digo y ojalá no estemos nunca aquí como allí. ¿Es que tan mal estábamos? Según y como se entiendan las cosas». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 643

El padre Lárez está muy a favor nuestro y sus deseos son de que cuanto antes vengan dos padres (por ahora). El padre es muy bueno, y creo que los que vengan congeniarán muy bien con él, como me ha sucedido a mí. Él se ha empeñado mucho en que yo me quede de una vez con él, y por eso me está dilatando poco a poco mi regreso a Cantaura, y lo mismo la gente. El padre Lárez me dice que escribirá a vuestra reverencia en estos días por el correo de Cantaura. Pero no espere manifestación de ninguna especie, porque bastante buena voluntad y disposiciones favorables me ha manifes- tado; y luego que la política los tiene muy distraídos y revueltos. Así que puede entenderse de una vez con el padre Lárez. Es posible que en uno de estos días realice mi vuelta a Cantaura. Ya le dije que el padre Matute me escribió, y me dice que esperemos la resolución del señor Casas, y que nos avisará. Si nos llamaren, yo estoy dispuesto a irme; los demás no sé. De vuestra reverencia afectísimo menor hermano en Jesús. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 310*. José Ibáñez a Adell Está dispuesto a viajar a La Guaira, pero no cree que pueda hacer algo allí. Moleres no está dispuesto a escuchar, a pesar de que su pre- sencia en La Guaira sea contraproducente. Comenta la situación. No ve fácil la adquisición de una iglesia en Caracas

La Victoria, 16 de enero de 1901

Mi estimado padre Patricio: Hoy recibí su carta anterior en la que me indica la conveniencia de que haga un viaje a Caracas y La Guaira. A mí poco me importaría ir y tal vez vaya luego de unos días, pero además de que ninguna autoridad tengo con el padre Moleres para que se hiciera lo que a mí me pareciera más conveniente, convencido como está también de que tiene diplomacia para darme a mí y a los demás, mi presencia allí no ha de quitar la animosidad y antipatía que, a pesar de su buen deseo, se ha creado en la sociedad del Carmen, compuesta de masones y con el bueno y solapado de Larrouyet con el que tanta y tan poco meditada confianza han tenido hasta ahora. Aparte de las generales de la ley, me parece que en este asunto hay mu- cho de personal, pues el celo e interés del padre Medardo, que yo soy el pri- mero en reconocer, no siempre ha sido todo lo conveniente y oportuno que las circunstancias del país y, sobre todo, de La Guaira exigían. Por eso creo que ya en La Guaira el padre Medardo poco podrá hacer ahora y después, pues 644 correspondencia del PADRE ADELL con su manera de ser especial, más a propósito es para agriar la cuestión más de lo que está que para encauzarla, y utilizarlo en punto donde haya quien le dirija y mande, y así sin duda que dará resultados. En La Guaira y aquí, si viniera, sucedería antes de mucho una historia: no tiene idea de las realidades del medio en que vive. Necesita comprimirse y desde luego él no lo ha de hacer, necesita que se lo den hecho. Como compás de espera más o menos largo, el padre Palacios puede servir en buenas condiciones: conoce aquello, contra él no hay, que yo sepa, animosidad y hasta sigue amigo y, sobre todo, entusiasta de Larrouyet. Sin duda que lo último es raro después de lo sucedido al padre Medardo, pero a veces hay que echar mano de las cosas más raras si así conviene. Por ahora y hasta que pueda hacerse lo que convenga definitivamente, ésa creo es buena solución. Como usted, no estoy por abandonar La Guaira, por más que me parece es punto que proporcionará más contrariedades que ventajas. Me dice encarga al padre Medardo vea si consigue para nosotros la iglesia con las de la ley, y nosotros nos encargaremos de arreglarla. Como están los ánimos en La Guaira, y el cabildo poco menos que en disolución, no creo sea la ocasión más oportuna para conseguir nada estable. Además, siempre será eso dificultoso. Precisamente parece que parte la animosidad por alguna proposición de ese género que el padre Moleres le hizo al mayor- domo, pensando con eso que la corporación se iba a apoderar de todo. La igle- sia no será de la cofradía, pero ésta tendrá manera de evitar que el cabildo la entregue, aun suponiendo que tuviera en ello interés. Como le decía en mi última, la residencia en Caracas, de venir, será con el vicariato. En la otra me decía usted que el 20 llegaba el señor obispo. Escribe el 31 y nada me dice y tenía interés para saber si pensaba a la vuel- ta como antes de salir respecto de su interés por la erección del vicariato, porque usted no sabe lo que desconfío de estas gentes, aunque sean obispos. Dice que me hago el sueco sobre una porción de cosas y de ir o no a La Guaira en vez de Medardo, etc., etc. Algo de esto entendí en Trinidad y, sobre todo, con el encargo de que dejara mi equipaje en La Guaira, pero usted nada me dijo ni entonces ni después y como, a decirle verdad, La Guaira desde el primer momento no me gustó absolutamente nada, no había de hablarle de eso. No me sorprende la proposición del padre Medardo. Sin duda que en La Victoria estaría mejor de lo que está hoy en La Guaira, pero también pudiera suceder que esto antes de mucho fuera una segunda edición de aquella. Dice usted que no quiere y en eso hará perfectamente. Me encarga le diga si hace falta otro para la cuaresma. Yo le hablaba de esto en mi última. Tanto como falta no hace, porque para las necesidades de la parroquia y lo que ocurra de fuera el padre Fermín y yo podremos hacerlo, pero uno de las condiciones que le indicaba no estaría de más. Si usted cree DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 645 que sería bueno saliera el padre Medardo, puede mandarlo aquí, que se esté la cuaresma hasta que otra cosa disponga. Vino aquí el padre Palacios y me enseña carta de usted para el padre Medardo, en que dispone marche a Maracaibo cuando pasen los que van des- tinados allí, quedándose en La Guaira el padre Latorre. Esto es una contra- riedad para lo que le digo arriba, pero como no es seguro que vengan, todavía puede verificarse. Nada sabe de su carta y nada le digo de lo que le escribo en ésta. Pondré a usted un telegrama para que le diga que se espere, porque si de todos modos ha de ir no le faltará ocasión. La iglesia del Carmen no parece ha sufrido mucho, pero con las cosas que pasan me parece hay interés en que se cierre y tal vez lo consigan y, si esto se verifica, ¿cuál es la situación de los padres allí? Tal vez presuman que en ese caso los padres se marcharán y luego ellos se encargarán de pro- bar que está buena y la abrirán con capellán de su agrado. Por eso, deseo quitar obstáculos que den lugar al cierre y después veremos lo que conviene hacer en mejores condiciones y más despacio. Al proponer al padre Palacios, no creo que se haga como solución definitiva; lo creo conveniente, como digo arriba, para un compás de espera más o menos largo y en vista de las cir- cunstancias en que se encuentra, sobre todo con Larrouyet, que me parece es el alma negra de todo, o y ante el temor de que La Guaira se cierre de seguir así. Allí no hará otra cosa que procurar pasarlo lo mejor posible, sin preocuparse gran cosa de nada, pero el objeto es dar una capa al toro y para eso está bien. Me alegra eso de Barcelona. ¿Quién fue allí? Al encargarme nada diga sobre lo que me escribe, añade: «todos predicamos para nuestro convento». ¿Se refiere a los capuchinos, en vista de la buena voluntad con que yo los creo respecto de nosotros, como le indiqué a usted? ¿No estaría bien que el padre Medardo fuera a Maracaibo si allí hace falta gente? ¡Porque La Guayana, en donde me pareció que debía estar desde que pude observar sus viajes, estancias y vueltas por Caracas está tan lejos y cuesta tan caro! Consérvese bueno. No se quejará de que no he escrito. Recuerdos a to- dos y mande lo que quiera a su menor hermano. Fray José Ibáñez [PD] ¿Y las gallofas? Mande por lo menos dos. Le saluda el padre Fermín.

Agoar, caja 82, leg. 4 646 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 311*. José Orea a Adell † El Distrito Roscio se ha declarado independiente con el nombre de Distrito Yuruary. Su primer gobernador es el general Rodil, de malos antecedentes. Le ha pedido licencia para trasladar a Tumeremo los ornamentos de la iglesia de El Cuyuni. En Altagracia no puede soste- nerse un cura. Sólo lo quiere el general Olmeta

Tumeremo, 18 de enero de 1901

Estimado padre Patricio: He recibido sus dos cartas de 18 y 31 del pasado diciembre y he visto con sentimiento que continúan los entorpecimientos de siempre en cuanto a la llegada de los padres. Yo, a Dios gracias, sigo bien de salud, que es lo principal. Lo demás se va trampeando como se puede. Supongo estará usted enterado de que lo que era Distrito Roscio lo han declarado independiente con el nombre de Distrito Yuruary con su gober- nador, general Rodil, de muy malos antecedentes en todo este distrito, pero que parece, según me han dicho algunos que han hablado con él, que está completamente cambiado y bien dispuesto. Allá veremos. Hace tres días le escribí particular y oficialmente, saludándole y ponién- dome a sus órdenes, y pidiéndole autorización para hacer traer a Tumeremo todos los efectos de iglesia que existen en El Cuyuni, que ya creo son pocos, pero creo que hay dos campanas regulares, algunas ropas que ya están aquí, candeleros y el copón que hay aquí, que también es de allá, y le digo al go- bernador que yo me haré cargo de todo bajo inventario para poder devolverlo si llegare el caso de necesitarse, como, por ejemplo, si tuviese efecto lo de la vicaría, pero esto último yo no lo he dicho aunque lo tengo presente. Me habla usted para lo sucesivo de Altagracia, etc. Voy a decirle lo que opino respecto de este punto. Existe allá un señor general Olmeta, antiguo amigo de monseñor, de buena posición e influyente en política. Este señor, pues, fue el que demostró mucho interés en que fuera un padre y me indicó a mí precisamente. Yo, si así hubieran dispuesto, hubiera ido a Altagracia como he venido a Tumeremo. Pero creo decididamente que allí no se puede mantener un cura, porque no hay comercio ni lo habrá mientras exista Ol- meta, que tiene aquello monopolizado. Lo único que podría suceder, y sería mucho, [es] que dicho señor Olmeta se comprometiera a darle de comer, en cuyo caso sí podría estar uno. Pero si esto no sucede, de ninguna manera, porque en Altagracia no se ha visto entusiasmo en ninguno más que en dicho señor, y aquí, por regla general, podrá haber cura donde haya algunas casas de comercio, que son las interesadas en sostener cura por la cuenta que les trae; pero donde no haya comercio, con mucha dificultad, porque los entu- siasmos de esta gente son muy pasajeros, y no crea que lo digo por esto, pero DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 647 es porque llevo todavía poco tiempo y además hay pulperías interesadas en sostener un cura. La ventaja que tiene Altagracia sobre otros puntos es que está cerca de Upata, donde pueden sostenerse dos y, en último caso, el que fuera destinado allá, podría pasar temporadas en los dos puntos. Esto no obstante, si cuando me releve de aquí quiere o quieren que yo haga la prueba en Altagracia, la haré porque el sitio es bonito y probar poco cuesta. Otro dato para la historia y para su gobierno, por si acaso hubiera per- sonal disponible. Por aquí en los pueblos que he visto, que son todos los que tenemos, no pueden sostenerse dos más que en Upata, El Callao y, si acaso, en San Félix: en este último, por la baratura de los efectos todos; y en los dos primeros, porque son pueblos de bastantes ingresos. Todos los demás, inclu- so Guasipati, no pueden sostener más que uno, porque todo sale muy caro y, sobre todo, aquí, en Tumeremo, que es el último pueblo y si uno quisiera tomar vino en la comida le costaría por lo menos cuatro reales diarios, Ahora, que habiendo, verbi gratia, dos en Upata y otros dos en El Callao, podrían hacer sus pruebas en los barrios anexos a dichos pueblos y si daban resulta- do, mejor que mejor, y, de no darlo, siempre tenían donde refugiarse. Ésta es mi humilde opinión, porque voy estudiando un poco esta gente y esta tierra. No sé qué más decirle por ahora, así que voy a concluir suplicándole haga presentes mis recuerdos a monseñor, madres, padres y demás; y usted mande lo que quiera a su afectísimo amigo y menor hermano que besa su mano. Fray José Orea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 312*. Pedro Ramos a Adell † Pide facultad para exponer el Santísimo durante el carnaval. Ha que- dado instalado el gobierno del nuevo distrito. Pide un libro. No ha recibido la circular de Ayarra sobre las cartas particulares

El Callao, 19 de enero de 1901

Mi amado y respetado padre Patricio: Le escribo para que, si tiene facultades, me conceda exponer el Santísimo los días de carnaval, porque aquí, por lo que oigo, los celebran en grande, y digo esto porque chicos y grandes ya están contando los días que faltan. Supongo que aquí harán el loco y menos mal que a divertirse se redujese el carnaval, pero creo que el diablo no perderá ocasión tan propicia para sacar todo el fruto posible. Por lo mismo, he pensado celebrar esos días, mañana y tarde, funcio- 648 correspondencia del PADRE ADELL nes de desagravio y darles solemnidad con el fin de atraer a la gente y evitar que, al menos mientras están en la iglesia, no contribuyan a acibarar el Divino Corazón. Hasta ahora no sé qué resultará ni cuándo tendré las funciones de la tarde. Si no las tiene y lo cree conveniente, las pide a monseñor. Ya sabe que tenemos estos pueblos declarados «Territorio» con gober- nador y leyes especiales, que rigen en el territorio Margarita. No conozco éstas ni al nuevo gobernador, general Santiago Rodil de Bolívar. También ha tomado posesión de la Jefatura de este pueblo un joven de Maracaibo: no se ha presentado mal y ha manifestado interés por la iglesia, desde luego, en lo material. Ya veremos y Dios haga que por su medio se arregle esto algo. Si tiene El Catequista del padre Mach377, hágame la caridad de mandárme- lo, porque si ya lo remitió, se quedaría en Upata, donde, por lo visto, hay libros de todos o allí se quedan los que manda. Hágalo, pues, directamente. Hay días que tengo que explicar dos veces el catecismo: en un colegio y en la iglesia. En una de las suyas me preguntaba si había llegado la circular de nues- tro padre Francisco. Si antes no me acordé, lo digo ahora, que hasta la fecha no ha llegado. Según me dice el padre Isidoro, recomendaba que no se diesen malas noticias de estos pueblos y en esa parte no hay cuidado por lo que a mí hace. El martes 22 salgo para Tumeremo a ayudar al padre José a celebrar la fiesta de la patrona, que es el 26. Recuerdos a los buenos hermanos y mande cuanto guste a su menor hermano que le ama en Jesús y besa su mano. Fray Pedro Ramos

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 313*. Rufino Pérez aA dell Se excusa del telegrama, escrito en un momento de abatimiento. La vida religiosa no ha cambiado gran cosa

Cantaura, 19 de enero de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi estimado padre: Leí con gusto su carta, la que me llenó de consuelo. Todo cuanto usted me dice de paciencia y más que podía haberme pues- to en su carta lo merezco. Sé que me porté muy mal y la pena que me ha que-

377 José Mach (1810-85), Tesoro del catequista, Barcelona 1882; sexta ed. 1891. Era un jesuita español, autor de varios libros de espiritualidad sacerdotal: Diccionario históri- co de la Compañía de Jesús 3, 2.455-56. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 649 dado por tamaño disparate que cometí, poniendo un telegrama tan loco378, ha sido muy grande, aunque ya no tiene remedio. Suplico, pues, a usted me dispense y no recuerde tal cosa, pues lo hice en momentos en que me veía muy contrariado y enfermo. Yo estoy dispuesto a estar solo, no un mes, sino años, si la obediencia lo ordena, pues sé que ella es la voz de Dios. En fin, la causa de todo esto fue que el padreT omás, como me decía en una carta, estuviera gozando, temperando y etc., y yo aquí metido trabajan- do sin poder chistar la boca, no que me disgustara por estar solo, pues tengo inclinación más bien para entenderme solo. Dispense todo y cuente con que me miraré un poco más para esas cosas emanadas de algunas sugestiones del espíritu maligno. Su afectísimo y menor hermano que no lo olvida. Fray Rufino PérezS an José PD. En casa murió el anciano que nos acompañaba, después de larga enfermedad. El hermano Gabriel cae con mucha frecuencia con fiebres; yo también he estado una semana con las fiebres; ahora estamos un poco más alentados. La gente sigue tan indiferente como antes para la cuestión religiosa y lo sensible es que aquellos que con su pluma y palabra blasonan de querer a los padres, de que la religión arriba y abajo, sunt diaboli. Yo espero que trabajando cambien de sentir y sean mejores cristianos. Al padre Tomás lo espero en estos días379.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 314*. Demetrio Ázqueta a Adell

Upata, 21 de enero de 1901

Con don Luis Grisolía envía al obispo dos cálices recién dorados para que los consagre en cuanto pueda. «El 19 de éste llegaron a ésta los padres Juan y Félix. El padre Félix irá el 24 para Tumeremo y el padre Juan se que- da, como usted sabe, al cargo de la parroquia de aquí»: Agoar, caja 82, leg. 5.

378 Supra, IX. Correspondencia A, nota 335. 379 La respuesta agradó a Adell: «De hombres el pecar, de cristianos arrepentirse. Ya le he dicho que me alegré de su contestación». 650 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 315*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Comenzó los ejercicios el 6. Las perspectivas para fundar en Trini- dad son buenas. Las dominicas siguen empeñadas en ello. El nuevo prior le habló de la parroquia de Caura. El arzobispo, que llegó el 23, quiere verlo

17[-24] de enero de [1901]380

Mi querido padre Patricio Como ya sabe vuestra reverencia, principié los santos ejercicios de la comunidad el día 6, fiesta de losR eyes. Mi trabajo ha sido oír la confesión de las religiosas y predicarles dos veces al día. Además, predicar al pueblo los domingos y confesar la gente que me lo pedía. Hasta ahora, prescindiendo del contento de las religiosas, todo se pre- senta bastante bien para nuestro propósito de tener aquí una casa, desde la que se pueda atender a las peticiones y necesidades en esa misión y hospe- dar a los padres que se presenten. El martes 8 ya se me presentó la madre Ana manifestando que ella y las demás religiosas estaban resueltas a pedir que me quedare para confesor de ellas. Dije que era religioso, hijo de obediencia, dispuesto a todo, pero que por mi parte no habría inconveniente alguno. El mismo día manifestó el señor Sucre que ellos volverían a instar a monseñor para que les concediera un sacerdote español y suplicarían que me quedara aquí. El día 10 el padre superior pasado del presbiterio me dijo que él había hablado al nuevo prior para que él lo hiciera con monseñor para que nos concediera la parroquia de Caura y yo pudiera confesar a las religiosas. Le agradecí sus buenos oficios y le dije que suponía que vuestra reverencia no pondría obstáculo. El 15 llegó el vicario gobernador eclesiástico, padre O’Farrel, y me dijo que me detuviese quince días más para saber la resolución de monseñor a la petición de las religiosas y que él vería con gusto que me quedase de confesor de la comunidad. El tiempo dirá. El 17, encabezamiento de ésta que terminaré cuando sea preciso echar- la al correo, se me presenta la madre Ana diciéndome que el señor Sucre y el señor Montenegro le han avisado que desean tener una reunión de unos cuantos venezolanos para pedir a la comunidad que encabece una petición con el fin de conseguir de monseñor que yo me quede aquí. Conforme con la madre Ana, ésta les contestará que habiendo hecho su instancia particular

380 Sin año en el original. El contenido de la carta obliga a fecharla en 1901. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 651 la comunidad, será quizás más conveniente que ellos hagan otra por separa- do, porque siendo dos solicitudes, será más fácil el resultado favorable. En el mismo día visité al señor Evaristo Montenegro, pero no pude verle por estar ausente. Saludé a su señora, Merche, que se mostró muy afable. Día 22. En estos días ha continuado la misma situación de esperanza y resolución de presentarse una comisión de personas benévolas a monseñor a pedirle que les conceda que me quede aquí para atender las necesidades de la colonia venezolana. Se presentará a los cinco o seis días de la llegada de monseñor. Sin embargo del deseo de las madres de que sea yo quien me quede, según piensa la madre Ana, no es conveniente ni nombrar que pudiera venir otro religioso. Hoy están encaprichadas con uno, y para monseñor quizás fuera más difícil conseguir que nos quedáramos dos. Así es que por ahora no piensan hablar de capilla ni de nada para no aumentar dificultades, deján- dolo para más adelante. Aunque penoso para mí estar solo y sin socio, sin embargo reconozco que aquí no hay dificultad verdadera, donde hay tantos sacerdotes a la mano, mien- tras que en los pueblos están verdaderamente solos y sin quien los confiese. Pagué ya los gastos de la fonda, 28 dollars y centavos con el dinero que me entregó el padre Silverio (tres libras y 28 chelines cheque), más el dinero que tenía el padre Marie Joseph [Grillet]. Las epactas salen hoy para sus destinos y la maleta-altar la detengo. En estos días no faltan confesiones y he predicado los tres domingos, Ignoro si predicaré el siguiente. Veremos. Las madres no me cuidan a la moda gallega, sino con un esmero que yo no merezco ni me conviene. Ya les digo que no me cuiden tanto, que estoy mejor con algo que no tenga buen aspecto y sí mala cara. Mañana llegará el señor arzobispo. Se proyecta recibirle con mani- festación pública de regocijo, mas como no sería difícil que la Reina Victoria muriese antes –ayer estaba muy mal–, no se haría manifestación pública a la entrada de monseñor. Si puedo, mañana comunicaré si hubiera alguna nueva impresión. Si no, cerraré ésta, deseándole completa salud, lo mismo que a los padres y hermano Mariano. Se me había olvidado que el 16 escribí a nuestro reverendísimo acerca de esto y diciéndole que a otro correo le giraría el dinero que vuestra reve- rencia me encomendó. El padre Víctor [Bisquey] está muy grave. Recibió el domingo la Santa Unción, está un poco más aliviado dentro de su estado de gravedad. La comunidad pidió al vicario general eclesiástico que me nombrase confesor suyo por tres años. 652 correspondencia del PADRE ADELL

Día 24. No ha habido manifestación pública a la llegada de monseñor por muerte de la reina. No he hablado con él personalmente, pero me ha cau- sado buena impresión haberme dicho que me esperaba en palacio. Supongo que le habrán enterado del deseo de las religiosas. De vuestra reverencia humilde súbdito y afectísimo menor hermano en Jesucristo381. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 316*. Isidoro Musitu a Adell Sufre unas calenturas que cada ocho o diez días le ponen al borde de la muerte. Está cansado y aburrido. Espera la muerte como una liberación. Cuando se sienta mejor escribirá la crónica

Guasipati, 21 de enero de 1901

Mi querido padre Patricio: Ya he recibido dos o tres de usted y no he tenido ganas de contestar, pues creía que no había necesidad, pensando desde hace tiempo que me hu- biera aplicado ya las cuatro misas. En mi viaje por la sabana cogí unas calenturas que cada ocho o diez días me ponen a la muerte y nunca concluyo de morir, por más que yo lo deseo. Ayer fue la última, con vómitos y diarrea, subió el termómetro a 40 y tres décimas y casi nunca baja de los 40. Cuando me dan, me deja por unos días completamen- te estropeado, sin ganas ni aun para nada. Espero que alguna de ellas será la última. Estoy cansado y aburrido de vivir esta vida inútil… y algo peor. Cuanto tenga ánimo, escribiré lo que usted me encargó sobre mi viaje y sobre esta parroquia. Por ahora no tengo ánimo ni la cabeza para nada. Pídale a Dios que me lleve, pero con una buena muerte. Siendo así, cuanto antes mejor. Sin ánimo para más se despide de usted su afectísimo menor súbdito que su mano besa. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

381 Glosa de Adell en el reverso: «Ya me preocupa quién mandaré con el p. Víctor y lo pesado que se me ha de hacer estar sin él aquí, ya para el colegio o seminario y ya para mi gobierno también. Pero… ¿qué le haremos? Vea usted si ve bien lo de la residencia en Puerto España. Si los de Manila vinieran… Allí los hay buenos para todo. ¿Cuándo levan- tará el interdicto el delegado de la Santa Sede? No se sabe, pero dicen no puede tardar, porque faltarán recursos». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 653

Carta 317*. Ana María a Adell Pedirán al arzobispo que les dé al p. Víctor Ruiz por capellán. El do- minico está muy grave. Han salido contentísimas de los ejercicios

Puerto España, convento del Rosario, 23 de enero de 1901

Mi muy estimado padre: Cuatro letras para anunciarle que nuestro querido y buen padre Víctor se queda hasta que obtengamos una decisión a nuestra petición382. El padre, dominico, muy grave, y ¡cuanto no será mi dolor y mi tristeza! Pero Dios sabe templar dando un consuelo. Es padre bueno y amante y sabe lo que el cora- zón de su débil hija puede soportar. Esperamos que el padre Víctor, agustino, le reemplazará para nosotras. Así lo tengo plenamente pensado. Muy apura- da escribo con la llegada de monseñor, preparándole un regalo que nos hará obtener el permiso deseado y una contestación favorable a nuestra petición. Reciba saludos de la comunidad que ha salido de los ejercicios conten- tísima. Dios se lo pague. Acuso al padre Víctor por no haber querido recibir nada y habernos prohibido mandarle a usted una suma para sus buenas obras. He comprendido lo que nos dice, que si se queda aquí ya, la comunidad se ha comprometido a hacer lo posible por él. Yo seré la primera en servirle y no permitir que nada le falte. ¡De aquí al cielo! Bendiga a su hija. Sor Ana María, religiosa dominica

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 318*. Julio Anduze383 a Adell

Puerto España, 23 de enero de 1901

Agradece su carta del 14. Pide con insistencia que se haga cargo de los curatos de Güiria, Irapa y Yagüaraparo. Ya había manifestado ese deseo a Musitu y Víctor Ruiz. El párroco de Güiria, el corso Ginestra, está para volver a su tierra; en Irapa hay sacerdote, pero se le podría buscar otro cu-

382 En ella pedían al arzobispo que les dejara de capellán al p. Víctor. Éste había via- jado a Puerto España con intención de aprovechar la ocasión para buscar alguna coloca- ción, según anota Adell en el dorso de la carta 304*: «Aprovechando esta ocasión he dicho al p. Víctor Ruiz que, si tiene alguna excusa, se quede por allí aún más tiempo para poder hablar con el señor arzobispo, que llega a Puerto España el 23 de éste». 383 Comerciante natural de la península de Paria, establecido en Puerto España. 654 correspondencia del PADRE ADELL rato384; «en Yagüaraparo no hay cura párroco: de cuando en cuando viene un padre de Río Caribe a decir misa, bautizar, etc., pero es lo cierto que la residencia permanente de religiosos en esos lugares colmaría a sus habitan- tes de júbilo y de satisfacción, y que la Iglesia ganaría considerablemente»: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 319*. Tomás Martínez a Adell † Como ya habrá recibido sus cartas anteriores, se limita a repetir que en Barcelona esperan a los padres con los brazos abiertos. El Carmen podrá sostener a dos religiosos

Cantaura, 24 de enero de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado padre: Acabo de recibir su grata, fecha 10 de los corrientes, y quedo enterado de su contenido. Por la vía de Trinidad escribí a vuestra reverencia desde Barcelona y en esa carta, creo, suministraba todos los datos que me pedía, ya por la carta del padre Víctor Ruiz, ya también por otra que recibí de vuestra reverencia estando todavía en Barcelona. Dicha carta la dirigí a Trinidad conforme a las instrucciones que me daba el padre Víctor. Supongo la recibiría y, por consi- guiente, espero que vuestra reverencia quedará satisfecho, pues le expongo la situación de Barcelona en lo concerniente a la parroquia del Carmen y todo lo demás que desea saber. A pesar de lo revuelta que andaba la política en los días que estuve, que nadie se cuidaba de otra cosa que de la guerra, pude vislumbrar el buen deseo y aprobación universal de los feligreses del Carmen por la pron- ta presencia allí de los padres agustinos. Tal era la gana que tenían que a mí no querían dejarme salir de allá y el señor cura de hecho me nombró cura del Carmen, pues tenía facultad para ello. Mas yo no pude acceder a tantos deseos, porque debía contarse primero con vuestra reverencia. Manifestación pública de la gente pidiendo padres creo no la habrá, y es preciso aprovechar la buena disposición actual a favor nuestro. Natural-

384 Ignacio Certad, párroco de Irapa desde 1897 a 1904: Porfiriad el Camino, Irapa. La tierra y la gente, 22. Se ordenó de sacerdote durante la sede vacante (1888-91) que siguió a la muerte de Manuel Felipe Rodríguez. En 1896 se doctoró en teología y fue nombrado canónigo de la catedral de Ciudad Bolívar. En octubre del año siguiente fue desposeído del cargo y destinado a la parroquia de Irapa. Poco después salió de la diócesis: Guevara Carrera, Apuntes para la historia de la diócesis de Guayana, 86, 87, 92-97, 147. En algu- nos ambientes se le tenía por masón: Castillo Lara, Iglesia venezolana. S. xix 2, 548, 551. Entre 1892 y 1914 pasaron por Irapa nada menos que 30 párrocos, todos ellos con carácter de interinos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 655 mente, al principio el padre o padres que vayan tendrán que trabajar y sufrir mientras se hacen campo ya con sus buenos ejemplos y con la labor activa, ya también con sus tratos finos y buenas amistades. Barcelona es pobre de por sí, pero es muy grande y, por lo mismo, algo cae. Agréguense ahora los pue- blos que quedan a su cargo, que son varios, entre ellos dos de significación, como Bergantín y Santa Inés. Lo que sí no tiene la parroquia del Carmen es casa. Lo demás de iglesia creo está completo. En fin, como es cierto que las cargas se enderezan en el camino, lo principal es que vayan los padres, que éstos sean buenos y que no sean más de dos, por lo menos por ahora. Así me indicó el señor cura. En fin, como creo habrá recibido mi carta por medio del padre Víctor, en la que le hablo de todo por extenso, termino aquí la presente. Sin más por ahora saludo a todos. De vuestra reverencia afectísimo menor hermano in Corde Jesu. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 320*. Tomás Martínez y Rufino Pérez aA dell Transcriben una carta de Matute. Si no hay contraorden, están dis- puestos a volver a su provincia. Por ahora siguen a sus órdenes

Cantaura, 30 de enero de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado padre: Acabamos de recibir una carta del padre Santiago Matute, que tenemos el gusto de transcribírsela al pie de la letra. Dice así: «Mis queridos padres Tomás y Rufino: vuestra epístola del 25 de octubre próximo pasado ha llegado a mi poder hace pocos días, y podrán suponer mi alegría al recibirla. Ya contesté a la que me escribisteis a raíz de vuestra llegada a esa hospitalaria tierra. Un padre de los de Filipinas que trajo la última misión y que tiene licencia de nuestro padre Íñigo, os llevará recur- sos con que poder volver por la costa a esta capital. Esto es lo que tengo resuelto, si nuestro padre Íñigo no dispone otra cosa. ¿Cuándo será? Pues apenas haya paz y tranquilidad. Entre tanto trabajad ahí como buenos. = Os abraza cariñosamente vuestro afectísimo hermano en el Señor. = Fray Santiago Matute».

Según esta carta, manifestamos a vuestra reverencia que si no hay contraorden por parte del superior general, nosotros estamos dispuestos a volver a la provincia de La Candelaria conforme a lo resuelto por el padre provincial de ella en la carta transcrita. 656 correspondencia del PADRE ADELL

Mientras tanto tenemos el gusto y satisfacción de quedar a las órdenes de vuestra reverencia, como lo hemos hecho hasta el presente. De vuestra reverencia afectísimos hermanos en el Señor385. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero Fray Rufino Pérez de San José

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 321*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Tiene licencias para confesar a las hermanas por tres meses prorro- gables. Las monjas le han preparado casa. Ha llegado Rafael Corral con ánimo de secularizarse. El arzobispo no le acepta en su diócesis. Pide libros

Port of Spain, 30 de enero–5 de febrero de1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi querido padre Patricio Nisi granum frumenti ceciderit in terra et mortuum fuerit ipsum solum manet386. Con esto quiero llevar a vuestra reverencia que se ha obtenido, mejor dicho, las religiosas han conseguido que monseñor autorizara que yo oyese las confesiones a la comunidad por tres meses. Mirando las cosas con ojos de hombre no parece mucho, pero los que conocen la situación dicen que es el segundo paso hacia adelante y que todo hace esperar que Dios y los hombres nos concederán siquiera por lo menos perpetua, pero que es nece- sario dar gracias por el beneficio recibido y achantarse si queremos que Dios nos asista y sus instrumentos no se asusten. Las religiosas preparan para mí habitación. Es capaz: una sala dividida con persianas para recibidor y cuarto de estudio y una pieza para dormidor; tiene baño, etc. Bastante para uno y utilizable para más en caso de necesi- dad. Esto se debe a las religiosas después de Dios. No lo pagaremos bastante, pues soy de parecer que debemos corresponder a las religiosas, sometiéndo- nos a las circunstancias y esperar más de Dios sin forzar la máquina, pues podría fallar o descomponerse. Iré a ver a monseñor y, según lo que observe, así diré a vuestra reve- rencia si conviene que le escriba dando las gracias y reiterándole que sola-

385 Aunque ya lo había previsto, Adell sintió la noticia. Pero supo reaccionar: «Si allá los necesitan», escribió, al mandar esta carta al p. Enrique, «mejor estarán en su provincia ya constituida y más bien podrán hacer allá». 386 Jn 12,24. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 657 mente deseaba que hubiere algún religioso aquí que recibiera a los padres que vinieran de España. ¡Quién sabe si de esa manera se consigue más! Y si así no fuese, no nos pesará de haber atropellado las cosas. Hoy escribo al padre Enrique diciendo lo que hay y que, para el caso de que pidan padres españoles, pida el favor al general de que manifieste que nosotros no tenemos interés en fundar aquí residencia, sino en que haya uno o dos sacerdotes para recibir a los religiosos que tengan que detenerse para esperar vapor. 31. Preséntase el padre Corral387; le digo que continúe su viaje a Es- paña y contesta resueltamente que él no va a Europa y que está decidido a conseguir la secularización, pero entre tanto estar por donde quiera con su hábito o continuar aquí bajo, cono388, mi protección y ayudándole con mis ruegos a monseñor. Éste no le admite ni creo le permite celebrar; he hablado con el padre O’Farrell, no estaba monseñor, pero hoy 1 le he hablado, y el señor arzobispo no lo quiere en su diócesis. En este mismo día me traslado a mi nueva habitación después de haberme despedido de los padres del presbiterio. Quizás no estará de más que vuestra reverencia le escriba dando las gracias al padre superior, quien, desde luego, después de la madre Ana, ha sido el instrumento de que se ha valido la Providencia. Se presenta hoy el padre Corral y en la confianza de que lo que haga será lo menos malo que en este asunto se puede hacer y ateniéndome a la práctica observada por mandato de nuestro reverendísimo, si otra cosa no se puede, le exijo al padre Corral la carta pidiendo la secularización y los hábi- tos que tenga, dejándole que vaya donde quiera, excepto aquí o en Venezuela. Dios quiera que este percance no eche por tierra lo que vamos ganando aquí y ahí. Avísole para que lo ponga en conocimiento de nuestro reverendísimo, que es especie que corre en la gente consabida venir a América para pedir desde aquí la secularización. Día 3. Habito en la calle York Street, n. 5 –si el Señor se apiada, confío será por mucho tiempo–, junto a la casa de Sucre y cien pasos del conven- to. Si acaso yo no continuase, pido al Señor que no falte religioso nuestro aquí. Hasta ahora los venezolanos no han hecho nada por mi estancia aquí. Dirigidos y aconsejados, al menos, por don Julio Anduze, que dijo se debía dejar toda la acción a las religiosas por ser en sí bastante y no exponerse a crear dificultades. Pienso aprovechar la ocasión que se presente para hablar a monseñor. El padre Corral sigue en su propósito de no ir a España. Le he pedido una carta pidiendo a nuestro reverendísimo la secularización y los hábitos.

387 Rafael Corral: supra, III. Memoria, nota 505. 388 Interjección en dialecto cebuano: según él. 658 correspondencia del PADRE ADELL

No sé lo que haré, pero a fin de quitarlo, si por otra cosa no puedo pasar, le pagaré el viaje no sé hasta dónde, con tal que se vaya lejos. Me resistiré cuanto pueda, diciendo que yo sólo puedo ayudarle para ir a España. Día 4. Ayer por la noche también prediqué. Hoy no ha aparecido el padre Corral. Indudablemente no tiene prisa y pensará después echarme el mochuelo de la fonda. El señor Anduze me tiene hablado de la carta que dirigió a vuestra reverencia sobre la conveniencia de poner religiosos en los pueblos del golfo de Paria, como Güiria y otros389. Desde luego todo es bueno, pero nos falta personal dispuesto y si los del cabisayen o catagalog cun 390 no vengan, me pa- rece que los de España tardarán y a lo Corral quizá. Dios quiera que vuestra reverencia tenga mejores noticias. Entregué el dinero al señor Anduze para que lo cambiara para no per- der mucho. Incluyo las tres libras que me dejó el padre Silverio. Irá el dinero a España en la quincena. Día 5. El padre Corral no ha aparecido por aquí desde el domingo por la mañana. No quisiera que se pasara el día de mañana sin zanjar esa situa- ción, pero se conoce que está buscando influencias para otros países, antes de entregar el hábito. Mi querido padre Patricio, en resumen, estoy aquí porque las religio- sas y, sobre todo, la madre priora han conseguido de monseñor que les oiga las confesiones por tres meses prorrogables. Los padres del presbiterio creen que esto continuará. Por hoy no se debe hablar ni de compañero ni capilla. Los mismos venezolanos han moderado sus ímpetus y esperan de la acción de las monjas y de las circunstancias, y yo, sobre todo, de Dios. Las religiosas me han buscado habitación y respecto a mis necesida- des ellas las cubren como saben hacerlo las monjas, inmensamente más de lo que yo quiero. Dios se lo pague, porque nosotros, por mucho que hagamos, no les pagaremos la ocasión que nos preparan para tener aquí un religioso o dos que atiendan a nuestros asuntos. Si zanjo la cuestión Corral, enviaré el dinero cuanto antes a España. Ya está cambiado. Lo hubiera mandado para el 7, si el padre Corral no me entorpeciera. Si es fácil, mandaré mañana las crismeras por alguno que se llegue a ésa. Le suplico me diga vuestra reverencia lo que le parezca sobre mi modo de pensar respecto a la solución que me determino a dar al asunto del padre Corral. Atrevida es, pero creo que es la única conveniente el no dejarlo con el hábito hecho un tulisán por todas partes.

389 Supra, Carta 318*. 390 Visaya cebuano: los de visayas y tagalos. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 659

Puede ser que sea conveniente que le escriba al padre superior dán- dole las gracias por la parte que ha tenido en mi venida y estancia. Además de la influencia que tiene con monseñor, es quizás hombre para el porvenir en esta diócesis. Recibí carta del padre Tomás de Barcelona, mas como no me dice nada de particular y en este correo le mando una del dicho padre, no le envío la que me escribió. Aquí no falta trabajo, pero es llevadero. Me alegraré que ahí tengan también en qué ocuparse. Mis respetos a monseñor y demás conocidos, inclusas las religiosas, y recuerdos a los padres Silverio, Clemente y Paco, sin descuidar al hermano Mariano, y con mis afectos para vuestra reverencia reciban el corazón de su afectísimo y humilde súbdito y menor hermano que besa su mano. Fray Víctor Ruiz de San José PD. Padre Patricio, hágame el favor de mandarme la relación de libros, mejor dicho, los libros que dice la relación siguiente: Biblia Scaramelli391. Avisos de Santa Teresa. C[atecismo] del padre Deharbe392 . P. Segneri, Cuaresma393. Ojea y Máiquez, Reinado de Jesucristo394. De Ecclesia [de] Masella [sic]395. Perrone, Compendio396. Berardi, Praxis confessariorum397. Morán398.

391 Giovanni B. Scaramelli sj (1687-1752), autor de varios tratados de ascética y místi- ca: S. Dalle Fratte, Vita e formazione: l’accompagnamento personale in G.B. Scaramelli sj, Milán 1999. Las obra solicitada podría ser su Direttorio ascetico o su Direttorio mistico, am- bos publicados en Venecia en 1754. El primero fue traducido al español por Manuel García, 4 vols, Madrid 1789-90; y en compendio, Madrid 1866; el segundo lo tradujo Pedro Bonet, Madrid 1791; ediciones posteriores, 4 vols, Madrid 1876: C. Sommervogel, Bibliothèque 3, 1.204-05, y 7, 690-93; Palau y Dulcet, Manual del librero hispano-americano 20, 196-97. 392 Josef Deharbe sj (1810-71), Gran Catecismo católico, 5 vols, Madrid 1891-95. 393 Paolo Séñeri sj (1624-94), Quaresimale, Florencia 1679; ediciones posteriores; ed. española del jesuita Juan Mª Sola, Barcelona 1892. 394 Santiago Ojea y Maiquez, Reinado de Jesucristo, Madrid 1890. 395 Camilo Mazzella sj, card. (1833-1900), De Religione et Ecclesia, Roma 1892. 396 Giovanni Perrone sj (1794-1876), Prælectiones teologiæ dogmaticæ in compen- dium redactæ, 5 vols., Roma 1845; muchas reediciones posteriores. 397 Emilio Berardi (1831-1916), Praxis confessariorum seu universæ tgheologiæ mo- ralis et pastoralis tractatus theoricus-practicus, 2 vols, Bolonia 358. 398 José Mª Morán (1804-84) op, Teología moral según la doctrina de la Iglesia, santo Tomás y san Alfonso Mª de Ligorio, 3 vols, Madrid 1884. 660 correspondencia del PADRE ADELL

Lehmkul, Compendio399. Santi400. El protestantismo401. Si me envía alguna otra obra predicable, no me vendrá mal. Aquí hay de todo y no está de más meter de vez en cuando alguna que quite preocu- paciones o ignorancias a gente ilustrada. Los papeles manuscritos no me estorbarán, porque hay algunos que los [he] hecho con mimos en las cosas de religiosas.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 322*. Julián Cisneros a Adell † La contestación de Lozares supone el aborto del colegio. El obispo no ve más que a los capuchinos. Los pueblos ofrecidos por el obispo de Mérida son muy malsanos

Maracaibo, 31 de enero de 1901

Mi querido padre Patricio: Comienzo con felicitar a vuestra reverencia y a los padres por la entra- da del año nuevo, que deseo sea fecundo en verdadera felicidad para todos y que en él conceda nuestro Señor mucha prosperidad a nuestra provincia. Al fin, he recibido carta de nuestro padre comisario y del padre Lozares, y, después de tanto esperar, me escriben muy desanimados… Veo que por allá no se echan las cuentas como tenemos que hacerlas aquí; esto es, que por no poder hacer las cosas con toda perfección, no se animan a hacer nada. Que no tenemos personal y que no podemos hacer competencia, etc., etc., ya lo sabemos. Si supieran que el Señor nos ayuda tanto, por lo mismo que nos faltan medios… y que todos tenemos obligación de poner algo de nuestra parte para comenzar a trabajar y ayudar a la provincia … El padre Lozares dice que vendría si pudiera traer personal competen- te, si aquí se les prepara un colegio espacioso y con todo lo necesario para po- der explicar bien, y se les diese un buen trato a los catedráticos y se formase una junta de los tres catedráticos más antiguos, que con vuestra reverencia

399 Augusto Lehmkul sj (1834-1918), Theologia moralis, 2 vols, Friburgo de Brisgovia 1883. 400 Francesco Santi (1830-85), Prælectiones Juris Canonici juxta ordinem Decreta- lium Gregorii IX, 5 vols, Roma-París 1877-80. 401 Jaime Balmes (1810-48), El protestantismo comparado con el catolicismo en sus relaciones con la civilización europea, Barcelona, 4 vols, 1842-44. Al parecer eran libros de su uso, que él mismo había traído de España y se habían quedado en Ciudad Bolívar. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 661 nombrase al rector, y que se le diese opción, en el caso de fracasar el colegio, para volverse a España o para explicar en algún seminario etc., etc., etc.402. Total, que en unos países, en los que encontramos el terreno muy árido, quie- re que se encuentre ya roturado, regado y dispuesto para … pasarlo bien. Me lamento más de ver cómo están los ánimos en España que de ver que ha fracasado el proyecto del tan gastado colegio. Ahora bien, me creo obligado a preguntarle para tranquilidad de los padres que tengo aquí y para mi tranquilidad: en vista de que no se espera ayuda para hacer algo de enseñanza y esta residencia no tiene porvenir, por- que se ve que el obispo no ayuda a darnos iglesia, de suerte que esto no ha de adelantar ¿qué hacemos? ¿Hay colocación ahí para nosotros? Esto, sin espe- ranza de colegio, no nos parece de provecho, atendida la conducta del señor obispo. Nos consiente, pero aquí no hay más que padre Melchor y nada más. Óigame. ¿Se acuerda vuestra reverencia de lo que le escribí sobre la Adoración Perpetua de aquí?403 A pesar de que las señoras querían que fuera el agustino quien dirigiese a la sociedad de la adoración, pasó por encima de todo, nombró otras directoras de la sociedad y puso al padre Melchor y san se acabó. Aún hay más. Sabe vuestra reverencia que teníamos bastante gente que venía a confesarse a Santa Ana. Pues bien, el señor obispo ha estado enviando a la gente a los capuchinos, aconsejando, etc. Esto nos lo han dicho personas de confianza. Por final le diré que, habiendo venido de Roma que los capuchinos de Guarero se hicieran cargo de la residencia de Maracaibo, adquirida por el padre Melchor, el señor obispo reclamó a Roma, y por lo que ha hecho se deduce que algo ha venido de allá, porque los de Guarero se han vuelto a su retiro, y aun se dice que Guarero lo va a dar a los de Caracas. Con el padre Melchor aquí no levantamos cabeza, porque la tiene él muy vizcaína. De lo de Mérida me he ido informando que es el clima muy malsano; esto es lo que nos ofrece el señor obispo de allá. Creo que una vez que hizo la visita diocesana, enfermaron todos los que fueron con el prelado, y éste no cayó con fiebre, porque se volvió a escape.E so de mandar gente al matadero es duro. Vea, pues, padre Patricio, lo que le parezca mejor y escríbanos, porque ya puede comprender cómo nos hemos ido sosteniendo. Me han dicho las

402 En carta del 21 febrero 1901 dirigida, al parecer, al comisario de misiones, Juan Cruz Gómez, Lozares era más claro: «Como en mi última decía a vuestra reverencia, no me siento animado a ir; de antiguo he notado en mí una repugnancia grande y no sé si decir natural a aquellos países, y esto mismo puedo repetirle hoy. = En vista de lo expuesto, confío que N.P. Iñigo desistirá de su pensamiento, como humildemente se lo suplico por medio de vuestra reverencia»: Agoar, caja 82, leg. 4. 403 Supra, Carta 253*. 662 correspondencia del PADRE ADELL hermanas que va a ésa de superiora la madre Carmen404 y quizá le acompañe la madre Ambrosia, que ya salió de vicaria provincial. Recuerdos de los padres y mande a su menor hermano que besa su mano. Fray Julián Cisneros del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 323*. José Orea a Adell † Con permiso del gobernador ha traído a Tumeremo ornamentos y otros objetos de El Dorado. Mañana saldrá hacia El Cuyuni para ver- lo y traer campanas y algún otro objeto de su iglesia, que está en ruinas. El viaje será penoso: dista más de veinte leguas

Tumeremo, 2 de febrero de 1901

Estimado padre Patricio: Hoy mismo he recibido su carta a la vez que otra del señor obispo, y como mañana saldrá el correo y yo también pienso, Dios mediante, hacer un viaje largo y penoso, la contesto hoy mismo. El día 26 del pasado hicimos el padre Pedro y yo la fiesta de este pueblo, Nuestra Señora de Belén. Él cantó la misa, predicó, y entre los dos cantamos gozos, salve y qué sé yo cuántas cosas más. También me dijo el padre Pedro que Abaurrea había llegado a Upata y, según he escrito a usted, le dije al pa- dre Pedro que el padre Abaurrea quedase en El Callao, donde no sólo no será gravoso, sino que se buscará perfectamente la comida con sólo ir a celebrar los domingos a Caratal y rezar el rosario por la tarde. Me contestó el gobernador accediendo a mi solicitud respecto de hacer- me cargo de todos los corotos pertenecientes a la iglesia del Dorado405 y ya obran en mi poder muchos utensilios que había depositados en este pueblo y que importarán unos 300 pesos o más. Éstos eran cuatro casullas buenas, con sus adherentes; una capa blanca, manteles, cortinas de damasco, cáliz y otras menudencias. Mañana por la tarde, Dios mediante, emprenderé el viaje arriba citado al Cuyuni, en compañía del jefe civil y otros que nos acompañarán. El viaje, muy penoso, porque dista de aquí más de veinte leguas y, la mitad precisa-

404 Carmen Castán, natural de la provincia de Teruel. Desde su llegada a Venezuela en 1890 había estado dedicada a la enseñanza. En 1901 se hizo cargo del colegio de Ciudad Bolívar. En septiembre de 1903 regresó a España. En 1908 residía en Forcall (Castellón): Galilea, Fundaciones, 313-14. 405 Supra, Carta 311*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 663 mente es montaña, pero ya que estoy aquí y Dios me da la salud que ni yo mismo esperaba, quiero verlo y ver al propio tiempo la Estación inglesa que está allá mismo. Vamos a traernos también las campanas y ver si hay algún otro objeto aprovechable, pues dicen que allí ya no hay gente, y que dentro de poco tiempo la iglesia, que parece es muy bonita, estará rodeada de bos- que y, por consiguiente, todo se habría perdido. Me dicen hay también buen altar y un bonito sagrario y como aquí, en Tumeremo, no hay más que una capillita pequeña, sin casi altar ni sagrario, preciso traerme este último para ir arreglando esta iglesia, que, Dios mediante, pienso que la agrandemos o la hagamos nueva, aunque esto último me parece más difícil. A mi regreso, pues, le contaré mis impresiones406. Por ahora sólo le diré que, según mi juicio, somos ya bastantes religiosos por aquí y que si vienen otros o vienen más, no tengo inconveniente en decir que nos perjudicaremos. Está muy bien que haya uno de repuesto en El Callao, otro en Upata, y si acaso otro en San Félix, pero nada más, y estos excedentes podrán tal vez ocuparse más tarde y mientras tanto hacer sus expediciones por los anexos a la matriz, pues no es muy conveniente que vean dos juntos en una parte mucho tiempo seguido. Recuerdos a todos y mande a su afectísimo. Fray José Orea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 324*. Eusebio Ortuoste a Adell

Uracoa, 3 de febrero de 1901

Hace veinte días se vino a Uracoa porque en Barrancas no le abando- naban las fiebres.E n Uracoa se siente mejor. No hay más novedades: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 325*. José Ibáñez a Adell Moleres ha conseguido la apertura de la iglesia. La cofradía se siente burlada. Es celoso, activo y tiene buen fondo, pero su vehemencia choca con el modo de ser de la gente. No debe volver. Palacios podría substituirlo. Larrouyet, «con más tacto y peores entrañas» que él, es el alma del conflicto. Hablará al delegado apostólico del vicariato, pero sería mejor que viniera él a Caracas a tratar el asunto

La Guaira, 4 de febrero de 1901

406 No pudo cumplir su promesa. Regresó del viaje herido de muerte. Falleció el 28 de febrero: supra, III, Memoria, nota 490. 664 correspondencia del PADRE ADELL

Mi estimado padre Patricio: Como le prometí en mi última ya estoy en La Guaira antes de lo que pen- saba. El 26 sábado por la tarde, me encontré con el telegrama del padre Me- dardo desde Caracas diciéndome: «Interesa venga usted mañana». Le contesté por telégrafo también que iría el lunes, porque el domingo tenía compromiso para predicar. Llegué el lunes a Caracas y no encontré al padre Medardo. Poca gracia me hizo la cosa y me habría vuelto a La Victoria. Pero ya que estaba allí, el miércoles vine para informarme de las historias de esta residencia. Como yo temía y le dije en mi última, la orden de cerrar la iglesia no se hizo esperar. El padre Medardo, interesado como está en todo lo del Carmen su amor propio, se fue a Caracas a gestionar la apertura que al principio se presentaba difícil, pero después, gracias a la intervención particular del mi- nistro de España, se consiguió ordenaran a estas autoridades que la iglesia se abriera. Cuando creyó que nada se conseguiría puso el telegrama, porque parece quería no volver e ir a La Victoria unos días y, conseguido el permiso, tenía interés en venir para dar en la cabeza a éstos. Llegué aquí y me pareció sería bueno se fuera a La Victoria unos días y ver yo en mejores condiciones lo que hay y lo que en mi concepto se debe hacer. El sábado 2 se marchó. Supongo estará 15 o 20 días. ¿Y qué le diré de los misterios de La Guaira? Sin duda que el padre Me- dardo es celoso, activo, se interesa por todo lo que se relaciona con su misión, tiene buen fondo y, sobre todo, buena voluntad, pero no está al tanto de la ma- nera de ser especial de esta gente y de las circunstancias del país. Vehemente, quiere que todas las cosas se resuelvan cuando y de la manera que él desea, sin la prudencia necesaria para callarse lo que no conviene manifestar. Cree que el padre, ocupándose de su misión en sus cosas sin exhibirse, hace el triste papel y nada consigue; que es preciso tener muchos servicios, ir de aquí para allí, ocuparse de todo y de todos, andar siempre a vueltas con las señoras para con- seguir cualquier cosa, porque dice son la gran palanca, en lo que tiene razón, pero sabiendo manejarlas. Con todas estas cosas se ha clareado mucho, enaje- nándose las simpatías, no sólo de los masones, sino también de otras personas. Así que tan pronto llegué a Caracas, el padre Baltasar, que yo no dudo un momento de su buena voluntad para con nosotros, lo primero que me dijo sin rebozo de ninguna clase fue la conveniencia de que saliese de aquí. Fui a saludar al padre Castro y, sin hablarle del asunto, me dijo lo mismo, y yo insisto también en lo que le decía en mi última: que debe salir porque con sus intemperancias más a propósito es para echar a perder lo que está bien que arreglar lo que necesita arreglo, y colocarlo donde tenga que obedecer. Esto también me lo indicó el padre Baltasar, confirmando la idea que yo le expuse en mi última. Es una verdadera lástima, porque con otro carácter menos absorbente y más humilde en cualquier parte haría buen papel, porque tiene otras buenas cualidades. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 665

Ya le dije que la iglesia está abierta por orden de Caracas. Esto ha mor- tificado mucho a los masones de aquí y, como el padre Medardo dijo que para ello había interesado al ministro español, están que trinan creyéndose jugue- tes de los extranjeros. Ya ha salido un suelto en El Heraldo sobre ello y parece que van con no sé qué informes de ingenieros a Caracas para hacer ver que la iglesia es un peligro407. Yo me he fijado bien y me parece que las grietas que tiene en otras ocasiones se habrían tapado con cuatro cuartos, y la iglesia y la gente habría quedado tan fresca, sin ocuparse más de la cosa. Yo las arreglaría, porque es cuestión de poco, pero después de la polvareda que se ha movido, no sé hasta dónde pasarían por ello y sería dar motivo a una nueva historia. De todos modos, hablaré con el padre Castro para lo que dice sobre el particular. ¿Y qué se deberá hacer en vista de todo? Yo creo que, sin embargo de lo convencido que estoy de que esto en todos tiempos ha de abundar en contra- riedades con muy pocas ventajas, no debe abandonarse hasta última hora. El municipio en los presupuestos que ha mandado para su aprobación a Ca- racas consigna 50 bolívares quincenales a la cofradía para ayuda de la paga del capellán y con eso ya puede vivir; de no percibir nada, era imposible. La fórmula en [que] consignan los cuartos es rara, porque siempre fue para el capellán directamente y creo que la han puesto así para crear dificultades. De estar el padre Moleres seguramente que se resistirán; estando otro, tal vez no, y entonces puede seguir. Como le decía en mi anterior, puede quedarse el padre Palacios, pero de una manera interina, hasta que otra cosa se resuelva. No es el hombre que conviene para dejarlo definitivamente, pero para ir trampeando sirve. No obstante las cosas que han pasado, está a partir un piñón con Larrouyet y esto facilitará su situación, porque sigo creyendo hoy más que ese señor es el alma del asunto, con más tacto y peores entrañas que el padre Medardo. En su última leí: a todo esto se hace usted el sueco, etc. No me fijé bien y tomé como usted vería el rábano por las hojas. Después comprendí lo que us- ted me decía. Recibiría un telegrama sobre el embarque del padre Palacios. Como no han llegado los de España, por eso sin duda no ha dicho nada. ¿Y cómo es que no llegan? Seguramente tienen miedo con eso de los temblores y de la guerra, porque una y otros supongo irán por allí muy abultados. Por aquí se habla de que eso anda muy revuelto, algunos dicen que la cosa es seria, los periódicos nada dicen. El padre Fermín me escribe y dice tengo en La Victoria carta de usted. Espero recibir la suya, porque ya desde Caracas le dije me venía por aquí. Pienso estarme por aquí unos días, a pesar del poco aliciente que esta tierra tiene para mí. Le escribiré antes de marcharme.

407 Alude a la carta abierta del ingeniero Ricardo Mosquera García, firmada en La Guaira el 26 enero y publicada en El Heraldo el 5 febrero 1901. Tras advertir que sólo la curiosidad y el deseo de servir al pueblo le habían llevado a examinar el templo, subra- yaba su «estado ruinoso y amenazante […], el inminente peligro y la amenaza de perder completamente este templo, que en mi concepto amerita inmediata y urgente reparación». 666 correspondencia del PADRE ADELL

Hoy 8. Esperando sus cartas no he mandado ésta al correo. Hoy han llegado. Recibiría mi carta del 22 y por ella vería que el telegrama que usted recibió ni era desde Valencia ni para que se quedara aquí el padre Medardo sino el padre Palacios, pues, de no haberlo puesto y venir los destinados a Maracaibo, se habría embarcado. El padre Moleres ni me ha dicho haber recibido el telegrama que usted le mandó. El señor Tonti llegará de un día para otro a Caracas. Según se presen- ten las cosas, hablaré con él sobre el asunto del vicariato. No sé nada de la Guayana; ya me ocuparé del mapa por más que no sé en qué puntos tenemos misioneros. Dudo mucho que el señor Durán venga a Caracas y si está en buenas disposiciones quién sabe si nos convendrá que eso suceda. Hasta ahora el probable [arzobispo] es el señor Castro, pero tiene enemigos y eso pudiera dar lugar a un tercero en discordia. Para el asunto del vicariato creo valía la pena se llegara por aquí; yo estoy en el aire, sin saber a qué concre- tarme en el momento que me digan qué es lo que pedimos. Por de pronto lo que tienen concedido los capuchinos en el mismo modo y forma. Varias veces hemos hablado el padre Fermín y yo de la conveniencia de poner una escuela. Para eso era preciso otro. ¿Pero quién será ése? ¿Un fili- pino? Condiciones especiales debía reunir para que diera resultado. Uno de San Millán quizá será mejor. Pero que sea de los que pueden subir al púlpito. Mucho se preocupa usted por que venga gente. Yo estoy que no me llega la camisa al cuerpo, como suele decirse cuando vienen nuevos, no por el nú- mero sino por la condición. Creo que harán más dos elegidos que cuatro sin esa circunstancia. Observo por los de La Guaira que no se despojan lo que se necesita de los hábitos de coquillo, y eso, como lo ha dado aquí, dará también mal resultado en otras partes. Se me olvidaba hablarle del padre Larrouyet. Estuvo a verme y fui tam- bién a su casa. No salí mal impresionado y, a pesar de la campaña que ahora mismo se hace contra la iglesia del Carmen, cree que todo terminará. Para su conocimiento le advertí que mientras yo esté nada haré ni diré sobre la campaña que siguen, que si alcanzan de Caracas el cierre de nuevo, como tal vez lo consigan, se cerrará, pero que la sacristía es muy capaz con puerta a la calle, bien grande y hasta con su coro, se habilitará y como la torre está en perfecto estado, tocaremos las campanas y el culto seguirá lo mismo, sin líos ni historias de los que soy muy enemigo. No es la política del padre Medardo, que la llamará envilecimiento, pero yo no lo creo así. ¿Con que el padre Corral pide el buleto? ¿Por qué lo mandaron aquí debiendo estar convencidos de que su estancia en la corporación ya desde Manila estaba prendida de alfileres? El padre Fermín me escribe instándome que vaya. Hoy, cuatro sermo- nes, y al padre Medardo le parece aquello triste y habla de volver. Quizá ten- ga que marcharme luego. Yo lo sentiría, porque aquí lo único que hará será echar la cosa a perder. Cuando reciba ésta, si en vista de lo que digo, cree DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 667 usted que procede hacer lo que recomiendo respecto de quién ha de estar en La Guaira o escribe luego, si hay correo, o pone un telegrama. Si llegaran los misioneros para Maracaibo, el padre Moleres me dijo que debían mandar de allí los pasajes; nada han mandado. Él me dice no tiene cuartos, los abonaré de La Victoria y usted después arregla la cosa como le parezca. Del padre Medardo creo que puede usted disponer desde luego. En La Victoria, por mí, no tendría inconveniente estuviera, pero el padre Fermín, con quien estoy contentísimo y tengo interés en que no esté disgustado, no lo quiere y, después de todo, hay allí mucha paz y tranquilidad para que por uno más se perturbe. Me parece que no se quejará de esta carta, que por su extensión tiene honores de lata; ya me perdonará. Otra será más breve. El padre Baltasar está aquí. Lo tengo muy contento y obsequiado. Ha venido a predicar a Mai- quetía. Muchas cosas a todos y usted mande a su menor hermano. Fray José Ibáñez [PD]. Escríbame a La Victoria.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 326*. Juan Cruz Gómez a Adell

Madrid, 5 febrero 1901

Contesta a la suya del 18 diciembre. Trabaja por mandar religiosos, pero es difícil encontrar voluntarios. Todavía hay esperanzas de poder volver a Filipinas. «El padre Bernardino de Panamá me manda un cablegrama diciendo: «fiebres cuatro.T arda obispo. Determine». De común acuerdo nuestro padre Íñigo y yo le contestamos hoy que levanten el campo en Panamá y vaya todo el personal a Venezuela y ponerse a tus órdenes y obediencia; que vayan de dos o de tres en tres, y que se dejen en Panamá, donde sólo no se adelanta nada, sino que es muy malsano y va a concluir con la vida de todos los re- ligiosos. Si el padre Bernardino se decide, en vistas de las cartas de aquí a levantar el campo, ya te va buen refuerzo». En España la atmósfera es antirreligiosa. «No te extrañe te repita que del sobrante que tenéis por ahí me mandes para gastos de los que vayan a Venezuela; y tú dirás: este padre Juan siem- pre lo mismo. ¿Y qué quieres que haga? Tengo 190 religiosos y todos comen de la provincia. Por otra parte, me dices que los de Maracaibo tienen dinero para abonar el pasaje de tres o cuatro, que allí les mande; el lego que está con los que fueron ahí de Colombia, escribe que tienen 800 pesos oro ahorrados y todos así. Pues bien, qué quieres que yo te diga sino que no seáis gravosos 668 correspondencia del PADRE ADELL a la provincia hoy que tiene tantos gastos con el numeroso personal y aquí y en Manila sin celebración de estipendio, etc.»: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 327*. Antonino Caballero a Adell † JHS Las instancias del obispo y del p. Vargas le han movido a quedarse en San Fernando

San Fernando, 5 de febrero de 1901

Mi amado y respetado padre Patricio: Estando ya de marcha para ésa en compañía de fray Antonio Sibelo, ha llegado el señor obispo de Calabozo408 y como el padre Vargas409 se ha portado muy bien con nosotros, y no estamos casi sacerdotes, me ha parecido conve- niente quedarme aquí por ayudarle y al mismo tiempo poder hablar con el señor obispo acerca de la parte limítrofe que pertenece al Viento, pueblo que pertenece a la administración de Arauca. Los motivos que me movieron a ir para ésa se los diré muy despacio, pues pienso ir en la primera vuelta que haga el vapor Caura. Lo demás le irá contando algo fray Antonio. Me quedo con mucho sentimiento, pero ¿qué hacer? Hay también que responder bien a los beneficios que recibimos. Consérvese bueno y contento. Saludes para todos los padres de este su afectísimo y menor hermano que lo ama in corde Jesu410. Fray Antonino Caballero de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 328*. Demetrio Ázqueta a Adell

Upata, 7 de febrero de 1901

Agradece dos cartas y el envío de dos cálices ya bendecidos así como su intención de sacarle de Upata y destinarle a otro punto que sea de su agrado. Puede destinarle donde quiera: «estoy dispuesto a hacer todo lo que usted quiere y siempre estoy muy contento obedeciendo las órdenes o insinuaciones de mi amado superior». Antes se sentía a disgusto en Upata por estar solo,

408 Felipe Neri Sendrea: supra, III. Memoria, nota 515. 409 Rafael Antonio Vargas, párroco de San Fernando: supra, III. Memoria, nota 514. 410 Adell comentó esta carta conjuntamente con las del obispo Sendrea y del sacerdo- te Rafael María Vargas –Cartas 329* y 335*– en carta a Enrique Pérez: supra, IX. Corres- pondencia A, Carta 187. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 669

«pero ahora que estamos dos, yo estoy muy contento y desearía me dejase usted aquí». Le prueba mejor que San Félix y El Callao, y se ha encargado de varias asignaturas en el colegio que acaban de abrir: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 329*. Felipe Neri Sendrea a Adell Jesús Puede establecer una misión en su diócesis. Pide la permanencia del p. Antonino Caballero

San Fernando, 10 de febrero de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Muy reverendo padre: Le saludamos muy afectuosamente en nuestro Señor Jesucristo con motivo de ofrecerle nuestra diócesis y, de un modo especial, la parte del Apu- re. Aquí puede establecerse una misión sirviendo al mismo tiempo ocho o diez parroquias que están vacantes. Pueden venir dos o tres padres. Le suplicamos deje por aquí al padre Antonino Caballero, que es un buen elemento y muy querido en estos lugares. Nada les faltará con la voluntad de Dios. Sírvase contestarnos. Le desea salud y prosperidad411. † Felipe Neri, obispo de Calabozo

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 330*. Paciente Corral a Adell † Agradece el envío de varios encargos. El suegro de Briceño está mo- ribundo. Ha escrito al obispo con algunas preguntas y una consulta. Quisiera saber a qué atenerse en la cuestión del ayuno y en la reco- lección de fondos para la iglesia

San Félix, 12 de febrero de 1901

Estimado padre Patricio: Recibo su grata y en contestación le diré que recibí los cálices, las velas, la Lectura Dominical412, los periódicos y las estampas. Éstas ya las mandé a

411 Adell le contestó por medio del p. Antonino Caballero, dándole esperanzas de que en el futuro podría contar con religiosos agustinos: infra, Carta 342*, nota 426. 412 Revista madrileña, fundada (1889) y dirigida hasta poco antes de su muerte por Francisco de P. Garzón sj (1850-1919). Llegó a tirar 35.000 ejemplares: Diccionario histó- rico de la Compañía de Jesús 2, 1.586-87. 670 correspondencia del PADRE ADELL

Upata con las instrucciones debidas. Lo demás irá cuando haya ocasión, que no siempre hay. En el correo pasado no le escribí a usted porque ya le escribía en la ba- landra República dos cartas con los corotos del padre Francisco, y de ello le avisé por telegrama. ¿Lo recibió usted? Al Palmar no sé cuándo iré; hay en casa del señor Briceño un enfermo grave, su suegro. Está sacramentado y no escapa de ésta –adjuravit–; espe- raré a después. Bisan ver la cosa maculi usa ca tauo del Palmar naingon nga usa ca familia nagatinoha sa pagcamatay ni tudelano y sa calog sa D., este cogio sa dahan sa Guasipati labong sa dahan sa Upata, y por eso, nacaabut dinhis y el hinungdan, usa baye matangbug cono413. ¿Conque qué le parece a usted? Cualquiera va ahora con el mismo equo, con el mismo Corral y con el mismo hábito…414. No obstante, si usted me manda, a todo estoy. Pero abrigo bastante dosis de caharhad415 o no sé cómo se dice. En el correo le escribí al señor obispo diciéndole si nos vendía a San Fé- lix una de las imágenes de san Juan para la semana santa; que me mandara los dos libros que dispuso en el auto de visita le pidiese, uno para difuntos y otro para las pastorales y mandatos de su señoría, y pidiéndole consejo para el bautismo de un adulto infiel que no podía instruir por no saber venezolano ni inglés, culí, casado en la infidelidad y con una niña que cristiané el otro día. Su esposa también la bautizaron, según parece, en Upata, aunque creo en las mismas condiciones que se halla él. Vea usted, si le parece, qué le dice monseñor de todo esto. Y ahora que viene la cuaresma, dígame también, padre Adell, si es nece- sario pedir otra vez la facultad para dispensar los ayunos, pues en la pasto- ral del año pasado así lo decía el señor obispo. Nada dice el concilio de tal res- tricción… Y a propósito del concilio, aquí les he prohibido recoger limosnas para la iglesia y la casa, como la manda el concilio ad evitandos abusus416. Hable usted con el señor obispo para que me dé licencia por escrito para ello; y así poder seguir recogiendo, pues así lo dispone el concilio que bien sabe lo que se hace…, sobre todo en este punto. Finalmente agradezco los recuerdos de todos los padres y se los de- vuelvo centuplicados. Don Amador Briceño y familia le corresponden con los suyos. Suyo afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral de la Sagrada Familia

413 414 Alusión a Rafael Corral, que se había visto obligado a salir precipitadamente de El Palmar: supra. III. Memoria, n. 24 con las notas. 415 Visaya cebuano: 416 Acta et decreta Concilii Plenarii Americæ Latinæ, cánones 799-808, regulaban la cuestación; los cánones 801 y 808 prohibían ejercerla sin permiso del Ordinario. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 671

PD. El Siglo Futuro me ha gustado mucho; siga mandándomelo para ver qué sucede al fin. Demetrio me escribe con bastante dolor de cabeza y de estómago y que muy gustoso saldría para Trinidad… La carta que usted me incluía para él se la llevaré yo, pasado miércoles de ceniza, Deo volente, y entonces veré si me llego al Palmar, aunque tanta sequía hay por allí, según dicen, que vale cinco reales una lata de agua. ¿Y cuándo manda usted por aquí algunos? Ya veo que la cosa es difícil, pero estas distancias y esta solea… cansan, créalo usted. Suyo ex corde Fray Paciente Al fin llegaron los baúles del padreR afael, todos deshechos, e inservible el uno; el señor Briceño le facilitó el otro y se los llevó. Hoy embarcó Chulia.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 331*. Alfredo Contreras a Adell

Valencia, 12 de febrero de 1901

Era un diácono ordenado el año anterior por monseñor Durán. Al no con- seguir en otras diócesis la promoción al presbiterado, pide a Adell que inter- ceda para que Durán acceda a ordenarlo en la suya417: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 332*. Tomás Martínez a Adell

Cantaura, 12 de febrero de 1901

No ha recibido contestación a sus cartas de 24 y 30 de enero. Todos es- tán bien de salud y trabajando «en bien de estos pueblos. En estos días salgo yo para uno de los vecindarios de este pueblo a visitar a esas pobres gentes. El p. Rufino también debe salir pronto para Urica»: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 333*. José Ibáñez a Adell Tras el informe de dos ingenieros y la intervención del gobernador, el provisor está decidido a cerrar la iglesia. Intentará dejar abierta la parte que no corre peligro. Es preciso retirar a Moleres de La Guaira y substituirle con Palacios

Caracas, 13 de febrero de 1901

417 Lo ordenó el 6 enero 1902, cf. Víctor Ruiz, Carta a Adell, Ciudad Bolívar, 17 di- ciembre 1902: Agoar, caja 81, leg. 5. Era natural de Mérida. Murió en Puerto Irapa duran- te el pontificado de Durán: Guevara Carrera, Apuntes, 148. 672 correspondencia del PADRE ADELL

Mi estimado padre Patricio: Después de echar mi última en el correo, recibí un telegrama del pro- visor diciendo viniera a la mayor brevedad. Ya supuse para qué sería. Los trabajos de los masones habían surtido efecto y la iglesia estaba de nuevo en peligro de ser cerrada. Llegué y me dio para que la viese una comunicación del gobernador, incluyéndole otra de la cofradía que le mandaba un informe de un ingeniero con su croquis y todo, quien afirmaba que la iglesia estaba en peligro inminente de venirse abajo y que era el mandar cerrarla para evitar- me desgracias. El gobernador mandaba al provisor para que obrara según el caso exigiese. Lo vi decidido a cerrarla, habilitando la sacristía, pero por fin accedió a que fueran dos ingenieros, informaran y obrar según su informe. Pensando sobre esto me pareció que sólo conseguiríamos gastar los cuartos de la comisión, que no serían pocos y habíamos de pagarlos nosotros sin resultado, porque después de un informe como el dado, lobos de una ca- mada no se habían de morder mucho, y en otra entrevista quedamos en que se habilitase la mitad anterior que no parece ni hay peligro, aislando la parte del presbiterio. Así no se cerraba la iglesia y podía la cofradía estar tranquila del peligro que dice tiene. En ese sentido procuraré arreglar la cosa, aunque yo no las tengo todas, porque el objeto es obligar que se cierre. Ayer han cam- biado de gobernador y esto demorará algo la resolución. Hablándome el padre Castro de los misterios de La Guaira, me dijo ca- tegóricamente que deseaba que el padre Moleres no volviera allí. Quiso que pusiera un telegrama a usted, pero ante la duda de que con un telegrama es- cueto usted se decidiera, quedando yo en mal lugar y el asunto en peor, le dije que yo escribiría, pues, estando el padre Moleres en La Victoria, no había para qué precipitarse; que escribiría también a éste si decía de volver, aunque, como yo ninguna autoridad tenía sobre él, podría, sin embargo, venir. Entonces me dijo que podía decirle de su parte que deseaba permaneciera en La Victoria. Después de esto, enterado el padre Medardo de que el asunto de la iglesia se había echado a perder, telegrafió diciendo: «espero detalles asunto iglesia. Si no recibo, iré mañana». Le contesté que estaba arreglado, que no viniera y que le escribía. Ya le he escrito diciéndole cómo está el asunto. No le hablo cla- ro sobre lo que me dijo el padre Castro, pero lo doy a entender bastante para que, si tiene cabeza, se esté en La Victoria. No tengo, sin embargo, grande con- fianza y pudiera estar aquí de un momento a otro, pues él cree que todo lo sabe y puede, y lo único que hará será echarlo a perder y envenenar más el asunto. Aunque soy un mero particular, creo que no tengo más remedio que in- tervenir en este asunto, fundándome también en que para algo me dijo que viniera a Caracas y La Guaira para ver y decirle lo que hubiera en este asun- to. Sin embargo de lo que le decía en mi última respecto del buen concepto que me merece el padre Moleres, su carácter y sus intemperancias hacen que sea de absoluta necesidad salga de aquí y lo coloque en un punto donde se li- mite a obedecer, que es lo que él trata de evitar. En puntos como Caracas, La DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 673

Guaira o Maracaibo no hará otra cosa que ponernos en mal lugar, haciendo ver que los agustinos somos unos absorbentes, entrometidos, ambiciosos, y hasta en ridículo como podría demostrárselo con casos bien raros, pero que no hay para qué en una carta. Esto que le digo está en la conciencia y en la boca de todos los que lo conocen, de manera que es preciso poner remedio y pronto. El mejor, como ya le indicaba desde La Victoria, será llamarlo a la Guayana. Allí podrá estar en las condiciones que necesita. Estamos pretendiendo el asunto del vicariato y necesitamos del buen concepto de las autoridades eclesiásticas y civiles, y un prójimo así nos per- judicará grandemente, porque él no puede vivir sin farolear en una forma que se hace antipático a todos y podían creer que todos los agustinos éramos cortados por su patrón. Todo esto que le dije no es opinión mía; es la suma de lo que he podido observar en los demás. Después de ver cómo podría hablar al padre Baltasar porque ignoraba lo que pensaba sobre el asunto, le abordé encontrándolo muy dispuesto en nuestro favor. Quiere que esté aquí para cuando llegue el nuncio y después hablarle, pero ese señor no llega. Veremos cómo se presentan las cosas; que habrá que ocuparse de ellas con calma, porque estamos en un país como de árabes en eso de dar tiempo y largas a las cosas. Si no le pongo un telegrama antes, sería conveniente, en mi sentir, que luego de recibir estas sugerencias telegrafiara llamando a Moleres. Él debe tener dinero para ir, pero si dice que no tiene, yo le pagaré el viaje con lo que hay en la residencia de La Victoria. De llamarlo, será bueno me autorice para pedir los títulos de La Guaira para el padre Palacios o pedirlos usted al padre Castro, también por telégrafo, que el padre Castro no pondrá obstáculo. Todavía tendré, me parece, que escribirle sobre este enojoso asunto que nos ha puesto de bien mal humor, yo que tan contento y tranquilo estaba en La Victoria. Consérvese bueno, vea si puede venir por aquí y entretanto queda suyo menor hermano. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 334*. Pedro Ramos a Adell

El Callao, 14 de febrero de 1901

Encarga una imagen del Corazón de Jesús418. Félix Abaurrea ha pasado una semana con él. Se ha vuelto para que pueda venir Musitu que anda con

418 Esta imagen le acarreó algunos sinsabores, porque temió no poder pagarla. Con el apoyo de Adell pudo superar las dificultades. La bendijo a mediados de abril de 1902 en 674 correspondencia del PADRE ADELL fiebres, cuya persistencia atribuye, en parte, a su impaciencia. Lamenta el proceder del p. Rafael Corral. Al no haber gallofas no siempre hay certeza sobre las fiestas de precepto. La crisis del comercio dificulta la colecta de la asignación al párroco: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 335*. Rafael A. Vargas a Adell Está muy necesitado de sacerdotes. Le ofrece las siete parroquias de la vicaría de San Fernando. En caso de aceptar el obispo añadirá dos más

San Fernando, 16 de febrero de 1901 R. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi respetado padre y hermano: Me tomo la libertad de hacerle estas letras, aprovechando la segura ocasión de fray Antonino, para tener el placer de dar a usted un afectuoso saludo, aunque no tengo la honra de conocerle. También tengo el placer de ponerme completamente a las órdenes de usted y demás hermanos que le acompañan. Pasemos a otra cosa. Nos dice el Evangelio: petite et accipietis, quærite et invenietis, pulsate et aperietur vobis419. Esto me anima a solicitar de fray Patricio, como superior y representante del padre vicario general de España, me haga la señalada caridad de concederme a los reverendos padres Antoni- no Caballero y Antonio Sibelo para el desempeño del ministerio de las parro- quias de esta vicaría, que consta de siete, y en el caso usted nos mande a los sacerdotes indicados, espontáneamente monseñor me ha ofrecido agregar a la vicaría dos parroquias más. Aquí hay mucho trabajo y estoy solo; así pues espero de su reconocida bondad no desatenderá nuestra súplica; así se lo suplico por el amor de Dios. Mucho desearía que el padre Caballero nos viniese a ayudar a la sema- na mayor, pues, como he dicho a su paternidad, estoy solo. En espera de su grata y satisfactoria contestación me suscribo su hu- milde servidor y hermano420. Presbítero Rafael A. Vargas

Agoar, caja 83, leg. 1 medio del entusiasmo de todo el pueblo, que abonó los 300 fuertes que costó, contento de poseer una imagen «tan hermosa y acabada que difícilmente se encuentra otra igual en Venezuela»: P. Ramos, Carta a P. Adell, El Callao, 17 abril de 1902: Agoar, caja 83, leg. 5. 419 Mt 7,7; Lc 11,10. 420 A pie de página Adell añadió este comentario: «Desde aquí, Ciudad Bolívar, a San Fernando tardan cuatro días los vaporcitos que ahora navegan por estos ríos. De modo que ni nosotros nos acercamos demasiado, ni creo podríamos hacer otra cosa que ayudarles en lo poco que pudiéramos, que no pueden tener inconveniente en coger esa vicaría». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 675

Carta 336*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Participa la muerte del p. Víctor Bisquey, la reelección de la m. Ana y la partida de Rafael Corral. En Trinidad sólo puede haber, a lo más, dos religiosos. Por ahora puede estar solo

Puerto España, 18 de febrero de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi querido padre Patricio. Tengo el sentimiento de participar a vuestra reverencia la muerte del padre Víctor de Santa Ana. Ayer fueron los funerales, que estuvieron muy concurridos. Verdaderamente que resultó un día de luto para la población ca- tólica. Desde monseñor hasta la última religiosa, tienen verdadera pena por la muerte del padre Víctor, que por sus virtudes tanto se había hecho querer. Confío que desde el cielo también nos ayudará a nosotros421. El padre superior del presbiterio me ha encargado dé a vuestra reve- rencia las gracias por su epístola. En el convento se hizo la elección el sábado último y resultó elegida por unanimidad nuestra protectora madre Ana. Espera que las oraciones de vuestra reverencia la ayudarán a llevar la carga y a desempeñar su cargo a satisfacción del Señor. Estamos en pleno carnaval y mañana haré las diligencias para enviar- le el papel, crismeras y gallofas. El día 8 mandé el giro libras 39,87 o sea 189 fuertes y 26 céntimos. Era mejor enviarlo en libras. De la cantidad en oro, pesos 293,68, se rebajó la cantidad de 104,30 para el pasaje y trenes del padre Corral hasta Saint Na- zaire y Marcilla. Lo hice así, porque otra cosa hubiera sido una gran broma. Los gastos en ésta entre hotel, médico, embarque y activar su salida ascen- dieron a 15 fuertes, que los pagué yo para no disminuir más el giro. Salió el padre Corral con fiebre, pero no grave, y como no tenía muchas ganas de volver a la Península y sí de continuar aquí, a las 11 de la mañana estaba sin decidirse y a las 12 en el vapor. ¡Dios le guíe! Leí las dos cartas y comprendí que la una está escrita en Filipinas y la otra en Roma, y nosotros estamos por aquí. Sepa vuestra reverencia como comentario que le pedí los hábitos al padre Corral y que en su lugar pediría a nuestro reverendísimo que le concediera tener los religiosos, al menos en al- gunos puntos, solos mientras las circunstancias no le aconsejaran otra cosa. El padre Corral se decidió a dar el paso por temor de no poder continuar sin socio o ir de compañero.

421 Supra, Carta 154*. 676 correspondencia del PADRE ADELL

Respecto a poner aquí otro religioso, me parece, además de prema- turo, dañoso para el porvenir. Esto está nada más que en embrión y por lo mismo en situación falta de seguridad. Es necesario ir muy despacio y desde luego no tener aquí más aspiraciones que, lo más, dos religiosos, pues hay que tener en cuenta que mi permanencia aquí es solamente una concesión a las religiosas en que se les permite que pueda yo oír sus confe- siones por tres meses. Para el amor propio esto no es nada agradable, pero, procurando no hacerle caso y confiando en Dios, repito el encabezamiento de mi anterior nisi granum frumenti422. Estoy convencido que así son las obras de Dios, quien sólo sabe hasta dónde puede llegar esto con principios tan humildes si por nuestra parte no entorpecemos las obras de Dios con nuestra actividad. No pido compañero, pues está claro que no hay ley que por un tiempo tan limitado nos obligue a buscar compañero. Aunque, como confío, mon- señor hiciere la misma concesión, por mí estoy dispuesto a no buscar socio mientras las cosas sigan lo mismo. Quisiera que otros se cansaran antes que yo. En el momento en que yo fuera el primero, habría motivo para temer. Espero en Dios y nada más, y si esto es de Dios, Él sabrá hacer las cosas divinamente. A Pepita mis recuerdos y que cumplí su deseo de visitar a la madre de Antonio. Me fue muy satisfactoria la visita, pues estaban esperándome. Está bien toda la familia. Mis afectos a los padres y con deseo de que vuestra reverencia padezca lo menos posible, se despide hasta otra afectísimo menor hermano, amigo y súbdito que besa su mano. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 337*. Juan Vicente a Adell

Upata, 19 de febrero de 1901

Ha estado cuatro días en El Palmar. Tras informarse detenidamente sobre la conducta del p. Rafael, cree «falso y mentira todo cuanto de él se ha dicho y escrito que pueda revestir alguna gravedad». Todo parece proceder de su enfrentamiento con Ricardo Parra, su antiguo amigo, quien ha propa- lado toda clase de especies contra él. Incluso llegó a desafiarle públicamen- te. «Para mí Rafael se marcha de miedo más que por otra cosa»: Agoar, caja 82, leg. 5.

422 Jn 12,24. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 677

Carta 338*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 20 de febrero de 1901

Remite once onzas de oro. Demetrio prefiere ir a Ciudad Bolívar o quedarse de compañero en Upata a viajar a Trinidad. Está esperando res- puesta a la suya del día 11. No ha ido al Palmar: el p. Juan, que ha viajado allí para celebrar un matrimonio, podrá informarle de todo: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 339*. José Ibáñez a Adell Moleres quiere presentarse en Caracas. Ha hablado al delegado del vicariato. Ahora no tiene tiempo, porque todo se lo absorbe el asunto del arzobispo, pero le ha escuchado. Pide una memoria sobre la situa- ción de la región y nuestras posibilidades, cosa que él no puede hacer. Convendría su presencia. La Guaira sigue en el aire

Caracas, 22 de febrero de 1901

Mi estimado padre Patricio: De La Victoria me escribe el padre Medardo diciéndome que vendrá luego (a pesar de los pesares y del provisor) y que él me traerá dos car- tas que tengo allí de usted. Habría hecho mejor no pensar en moverse y mandar las cartas. Me dice ha recibido carta de usted y que por algo que le dice supone que en las cartas para mí debe venir resuelto lo que antes le propuse a usted. No las he visto, pero supongo que, siendo contestación a la mía del 22 de enero, sin duda que estará resuelto, pero no lo que él se figura. Veremos. Llegó ayer el señor nuncio y en la estación me presentó el padre Baltasar, que tiene con él grande predicamento desde la anterior vez que estuvo aquí. Esta tarde estuvo en La Merced y hablamos con él sobre el asunto del vicariato, que yo tenía que gestionar durante su estancia. Me dijo que por unos días sería bueno no ocuparse de eso, porque está con el asunto del arzobispo, que es el principal de su misión, sin que le quede tiempo para nada, pero que no tenga cuidado, que ya [hará] todo lo que pueda hacerse para arreglar un asunto, que lo estima muy conveniente. Sólo me preguntó cuántos padres había en la Guayana. Le dije quince a ojo y gracias que no se le ocurrió hacer más preguntas, porque si no me quedo lucido. Me encarga usted que si viene el nuncio gestione con él el asunto del vicariato sin decirme qué es la Guayana, cuántos padres hay, dónde están, cuál es la situación actual de los misiones, qué es lo que puede esperarse, qué debería hacerse para mejor conseguir el resultado que ahí se proponen, 678 correspondencia del PADRE ADELL detalles en fin de lugares, personas y cosas y, sobre todo, instrucciones lo más concretas posible para yo poder saber con ese señor y con el gobierno a qué atenerme. Con decirle a usted que si me piden en virtud de qué auto- rización represento a los padres agustinos recoletos para que tenga alguna garantía lo que yo diga, tendría que contestar que los represento bajo mi palabra de honor. El nuncio sin duda que nada me pedirá de este asunto, estando el padre Baltasar a mi lado, pero sí que me ha pedido ya que vaya haciendo una especial memoria de lo que pedimos, modo, manera y término de la petición, elementos con que contamos y podemos contar, qué exigimos y qué prometemos, etc., etc., etc., y detalles de la extensión, situación de los lugares, cuántos, dónde, etc., etc., aunque esto sólo para tener idea de la cosa. Figúrese usted qué memoria podré yo presentarle sin saber ni siquiera cuán- tos padres hay en la actualidad, Creo que valía la pena el que usted se viniese; sin embargo, de no poder, yo haré de manera que se saque lo que se pueda de las circunstancias. Lo de que Ciudad Bolívar fuera la cabecera del vicariato, eso ya me parece más difícil y en eso había de estar muy por ello el obispo de allí en el informe que sin duda se le había de pedir. De todos modos, se tentará la idea para ver si conviene avanzar o no. Seguramente que le pondré un telegrama pidiéndole datos para que los mande en la primera oportunidad que se ofrezca ahí, aunque no sean todos, pero luego de recibir ésta, los manda más detallados y eso lo encarga al padre Víctor, que tiene más paciencia que usted, por lo menos para escribir, porque cuando usted me escribe parece que lo están corriendo, que apenas si termina nada. Lo del Carmen sin resolver todavía y a manera que el tiempo pasa, ese asunto me va repugnando más, y por cosas y personas yo me llevo se- rios desazones como si estuviera convencido de la importancia de aquello. Menos mal si el padre Palacios me llenara el ojo, ¡pero quiá! Tengo ganas de ver las cartas de La Victoria para ver qué peso ha hecho en su ánimo lo que le decía respecto del padre Medardo. Convénzase que todo lo que no sea sacarle de esta atmósfera y llevarlo a donde tenga que hacer lo que le manden y que no se preste el lugar a visitas, será andarse por las ramas. Muchas cosas al padre Víctor y demás padres. Escriba pronto y largo, y categóricamente consigne en un papel que me autoriza para gestionar el consabido asunto. Entretanto mande a su menor hermano. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 679

340*. Íñigo Narro a Adell † Lozares se niega a viajar a América. Adoptará medidas serias

23 de febrero de 1901

Carísimo padre Patricio: Por la de Lozares podrá ver su espíritu religioso423. Escribiré a algún otro para ver si se animan. Proyecto una resolución de- finitiva: adentro y afuera. El que no obedezca, mandándole ir a América, ex- pulsarlo, y esto con la autorización de Roma. Lo he propuesto al señor nuncio. Tantearé la conveniencia de mandar directamente a Trinidad la caja de libros que me encarga y, si conviene, la consigno al padre Víctor. Usted dirá. Por aquí, fríos extraordinarios, temores de más y mayor algarada con- tra las órdenes religiosas. Escribirá los sábados por Lisboa y Trinidad su afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción [PD]. Los padres Ángel Martínez y Juan Latorre424 tienen mala letra; si no se encuentra otro apto para el colegio en Maracaibo, podría destinarse de los que allí hay y ser substituido por los recién llegados.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 341*. Antonino Caballero a Adell Ha recibido varias cartas. Tras quince meses de aislamiento creyó necesario viajar a Ciudad Bolívar. Pero al pasar por San Fernando y ver la necesidad que tenía de sacerdotes, acogió la solicitud del pá- rroco y del obispo de quedarse entre ellos. Aconseja aceptar la vicaría que ofrece el obispo San Fernando, 24 de febrero de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi amado y respetado padre Patricio: Ayer por la tarde recibí las dos gallofas con una carta para el padre Ale- gría, otra de fray Antonio y la de nuestro padre Íñigo, que leí con sumo placer

423 En esa carta, Monteagudo, 21 febrero 1901, Lozares manifestaba a Íñigo su «re- pugnancia, grande y no sé si natural, a aquellos países». Al remitírsela a Enrique, Adell añadió la siguiente apostilla: «Guarde usted éstas para recomendación de cuánto trabajan los lectores por la provincia de San Nicolás»: Agoar, caja 82, leg. 4. 424 Ninguno de los dos viajó a Venezuela hasta el año siguiente. El primero lo hizo en enero, en compañía de los pp. Julián Moreno y Eugenio Galilea; el segundo en febrero junto con el p. Bruno Capánaga: Alonso-Martínez, 20. 680 correspondencia del PADRE ADELL por saber algo de su salud, pues hacía tanto tiempo que nada sabía ni de él ni de los demás padres y hermanos. Sea Dios nuestro Señor bendito, porque nos lo conserva. Roguémosle todos por su salud y por el bien de nuestra corporación. Al salir de Guasdualito, pueblo distante de Arauca como de tres a cua- tro leguas, me dirigía juntamente con fray Antonio Sibelo a ésa para comuni- carle tanto a usted como a nuestro padre Íñigo minuciosamente todo cuanto nos había sucedido a nosotros los padres misioneros de Casanare residentes en Arauca, por más que algún tanto ya les dio noticia de ello el padre Pablo cuando estuvo en ésa. Yo hubiera permanecido hasta que las cosas se hubie- ran asentado más, hasta poder ir a ocupar nuestro puesto lo más pronto que nos hubiera sido posible, pero ya las cosas se iban prolongando demasiado: quince meses sin saber nada ni del señor obispo Casas, ni de los demás pa- dres de Casanare, ni de Bogotá, para un súbdito que no está esperando sino las órdenes de su superior para cumplirlas, creo que es tiempo suficiente para estar algún tanto intranquilo sin saber a veces qué resolución tomar. Así que lo que más me movió a ir en primer lugar fue ir en busca de un superior que hiciera las veces de nuestro padre Íñigo. Así es que tan pronto como supe que usted estaba revestido de todas sus facultades, me determiné a ponerme en marcha hacia ésa, porque las cosas de la frontera se iban po- niendo de mal en peor, como ya supongo le habrá enterado fray Antonio. Por ese motivo y porque veía yo algún peligro, bien fundado, en la persona de los misioneros, por que no nos hicieran sufrir tanto o más que lo que habíamos sufrido, mandé llamar al padre Alegría, que hasta el presente no ha venido para ir los tres a ésa, suponiendo que habría trabajo para todos. Pero suele decirse, y con mucha razón, que no hay mal que por bien no venga. Al llegar a ésta de San Fernando, que es población muy crecida, nos encontramos con el padre Rafael A. Vargas, que está solo y medio enfermo, el cual nos recibió muy bien y a quien tenemos mucho que agradecer. Además, la divina Providencia dispuso también que encontrásemos aquí al dignísimo señor obispo de Calabozo, a quien pertenece todo esto, y que nos trató con el mayor cariño, cosa que es mucho de agradecer. Tan pronto como supo que éramos agustinos recoletos, tomó todo el interés posible por que me quedase aquí acompañando al padre Vargas y que, mandando nuestro padre Íñigo dos padres más, dejaría recomendada a nuestro cuidado toda la vicaría, que se compone de siete pueblos, y que aún le agregaría dos pueblos más. Para esto le advierto que nos conviene bajo todos respectos, tanto en lo espiritual como en lo material. En lo espiritual no sólo por salvar esas almas que están abandonadas, sin sacerdote, sino también se nos prepara una buena viña de indígenas por catequizar y convertir; y en lo material, porque con eso pode- mos estar en contacto y comunicación frecuente con los de Casanare y éstos con los padres nuestros de Venezuela y éstos con nuestro padre Íñigo, pues la vicaría corresponde casi toda a la línea fronteriza con Colombia por la parte del Viento, que es donde termina nuestra jurisdicción perteneciente a Arauca. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 681

El mismo señor obispo, por indicación mía, le escribe a usted una carta y el padre Vargas le dirige también dos cartas casi en el mismo sentido425. No le escriben directamente a nuestro padre, porque suponen que tardaría mu- cho en venir la contestación y porque suponen que lo que haga usted, nuestro padre Íñigo lo dará por hecho. Mucho es el deseo de verlos y abrazarlos para comunicarles todo nues- tro modo de vivir en Casanare y la conveniencia de tomar esto que nos pro- pone el señor obispo para ponerlo a nuestro cuidado. No todo se puede decir por escrito, y por lo mismo pensaba habérselo comunicado de palabra lo más pronto posible, pero a veces sucede que cuanto antes desea uno que se cum- plan sus deseos, tanto más se tarda en que se cumplan. Estando ya de mar- cha para ésa en el vapor, se pone más enfermo de la vista el padre Vargas, se va aumentando el trabajo de la cuaresma, él no puede confesar porque se en- ferma, cuatro colegios –dos de niñas, otros dos de niños– están preparándose para la confesión, las familias me suplican lo mismo. Así que me he visto en la necesidad de decirle al padre que yo y el mismo padre le escribiésemos a usted manifestándole la necesidad de quedarme para ayudarle en este santo tiempo de cuaresma, suponiendo que ahí hay bastantes sacerdotes y que tal vez por ahora aquí se encuentran en mayores necesidades. Por fortuna, en todas partes que hemos estado aquí, en Venezuela, nos han dado muestras de estimación, y nada nos ha sucedido, aunque hemos tenido que caminar bastante, hasta Pedraza, aun en tiempos en que la polí- tica no estaba muy tranquila. Si no lo llevan, pues, a mal, me quedaré aquí todo el tiempo de cuaresma y en la primera ocasión que haya después de la semana santa, me pondré en camino para ésa hasta ver la resolución que tome nuestro padre respecto a esto. No deje usted de contestarle al señor obispo, lo mismo que al padre Var- gas, porque se puede dar por resentido y esto no nos conviene. No estará de- más por decirlo que en Casanare creo que ya hay padres más que suficientes para administrarlo bien, y más ahora que ha quedado todo tan arruinado. Por otra parte, el Gobierno poco o ningún interés toma por ese territorio, porque, además de ser pocos los habitantes, casi todos se manifiestan enemigos del go- bierno y aprovechan cualquier bochinche para hacer sufrir y maltratar a todos los que son amigos del orden, no respetan sacerdotes ni misioneros. En Arauca se han cometido hasta sacrilegios, y gracias podemos dar a Dios nuestro Señor y a la Santísima Virgen María que no haya habido asesinatos de alguno de los padres que lamentar; a lo menos nosotros no hemos llegado a saber. No deje de contestarme en la primera ocasión que tenga dándome noti- cia de todos los padres y hermanos. Adjunto le mando también unas cartas que me recomendaron para el señor obispo de Guayana. Una de ellas es pi- diéndole al señor obispo las cartillas o títulos para un estudiante que piensa

425 Cartas 335* y 342*. 682 correspondencia del PADRE ADELL seguir la carrera de sacerdote con el prelado de Calabozo. Este estudiante es el p. Niño, a quien conoce fray Antonio y me exigió por favor que yo le trajese la contestación o se la mandase aquí al padre Vargas. Sin más por hoy consérvese bueno en compañía de todos los padres y hermanos, como lo desea su afectísimo y menor hermano que lo ama en Cristo Jesús. Fray Antonio Caballero de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 342*. Rafael A. Vargas a Adell Pide que apruebe la permanencia del p. Antonino en su parroquia durante la Semana Santa

San Fernando, 24 de febrero de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario Mi respetado hermano y amigo: Vuelvo a molestar su atención por la necesidad apremiante en que es- toy, cuya necesidad es la siguiente. Me encuentro enfermo hace pocos días y al mismo tiempo solo, sin más compañero que el padre fray Antonino, y, estando este sacerdote ya para embarcarse en el vapor, le supliqué se dignara por caridad acompañarme en esta cuaresma y semana mayor y que yo esperaba de su reverencia no lo daría por mal hecho en vista de mi salud tan quebrantada. Así pues por sí y a nombre del ilustrísimo prelado de esta diócesis le suplicamos acepte la quedada del padre Antonino, que yo le ofrezco que, pasada la semana santa, en el primer buque que salga para esa capital saldrá el padre. Antes de terminar debo decirle a su reverencia que mi peor padecimien- to por hoy es la vista y afección emorroidal, que no me permite estar sentado por mucho tiempo. Queda su afectísimo en espera de su grata contestación y mientras tan- to suplico a usted bendiga y ruegue mucho a Dios y su Santísima Madre por este pobre sacerdote que sin tener el placer de conocerle ya le quiere de corazón. Su amigo y hermano que le abraza426. Presbítero Rafael A. Vargas

Agoar, caja 83, leg. 1

426 A pie de página Adell añadió este comentario: «Con ver el mapa de Venezuela, se comprende que o a los de Colombia o a nosotros para ayudarles es convenientísima la vica- ría ésta. Por aquí puede estar en comunicación todo el año, pues aun ahora, que es cuando el Orinoco lleva menos agua que en todo el año, suben y bajan los vapores. Así podría DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 683

Carta 343*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 27 de febrero de 1901

«Por este correo escribo al p. Tomás encargándole que aproveche la primera ocasión que tenga para volverse con el padre Rufino y el hermano Gabriel a cualquiera de nuestras residencias que les permita el acceso a su destino del cual partieron, pues el ilustrísi- mo señor Casas me urge y les ordena volver»: Agoar, caja 81, leg. 3; Arch.Cand, caja 202, p. 323.

Carta 344*. Pedro Ramos a Adell El día 28 murió en Tumeremo el p. José Orea. Le absolvió sub con- ditione. El pueblo ha sentido mucho su muerte, para la que estaba realmente preparado

Tumeremo, 2 de marzo de 1901

Mi respetable y amado padre Patricio: Tengo el sentimiento de comunicarle la triste noticia de la muerte de nuestro hermano padre José Orea de la Virgen de los Mártires, acaecida el 28 de febrero último a las 4 y tres cuartos de la madrugada sin poder recibir los sacramentos, que tanto deseaba, pero haciendo actos de fe, esperanza y, sobre todo, de caridad; y esto no es suposición, sino realmente así, ya por lo que me aseguran todas las personas, ya porque conservó el habla y el juicio hasta una media hora antes de morir, que fue lo que duró la agonía, y hasta esos momentos se le vio dar con frecuencia golpes de pecho, repetir jacu- latorias fervorosas, rezar el santo Rosario contestando con claridad y con una conformidad con la voluntad de Dios que edificaba a cuantos le oían. Padre, le decía una mujer, Dios no permitirá que se muera antes que llegue el padre Pedro. Y si así dispone, cúmplase su santa voluntad y ustedes ten- gan paciencia, contestó, porque le querían de verdad y le manifestaban el dolor que tenían en perderlo. Así que al llegar yo a eso de las 5 encontré la casa llena de gente llorando todos desde los más pequeños hasta de lo más principal. Adoremos los altos juicios de Dios nuestro Señor. Todo ha sido contra- tiempos por no disponer de bestias, por estar, efecto del verano, en la saba- na. El miércoles 27, cuando se agravó, que fue hacia las 9 de la mañana, se echaron a buscar bestias y hasta las 3 de la tarde no pudo salir el parte con bestia y hombre del jefe civil. A las 10 y media de la noche salí del Callao evitarse lo de ahora con Casanare, que llevan quince meses sin comunicación. Ya aviso al p. Antonino informe cuanto hay, pues me parece se tomará y a él mando mi contestación al señor obispo dando esperanza que tendrá agustinos en su diócesis». 684 correspondencia del PADRE ADELL y al llegar a las 5 de la madrugada, oigo que comienzan a tocar a muerto. Le hallé todavía caliente y, quién sabe, quizá con vida y le absolví sub con- ditione. Después de rezar un rato escribí al padre Isidoro427 y al médico, que venía, pero por ser la bestia mala tuvo que volverse. Escribí otra vez y mandé con nuestro caballo que llegó al Callao y, como no le pareció prudente venirse sin quitar el Santísimo, tuve que hacer solo los oficios de sepultura acompañado de todo el pueblo, que no había dormido por la noche por velar al padre. Después de rezar el rosario en la iglesia por la noche del 28, les invité a rezarlo delante del cadáver, a lo que se prestaron, y después les eché una platiquita. Hasta que no se enterró estuvieron cerradas las pulperías por orden del jefe civil y levantaron un precioso catafalco, costeando los gastos de cera los vecinos. El oficio fue todo cantado y el acompañamiento al cementerio con mucho orden y edificación. Los lloros se repitieron al darle sepultura y cuando se saca la conversación de él es por demás la competen- cia en alabarlo. Hoy he celebrado la misa del día 3º y he avisado a los padres para el miércoles 10 a fin de celebrar el 7º con alguna solemnidad. Yo estoy convencido, padre Patricio, que el padre José está gozando de Dios. Él estaba preparado para la muerte que le preocupaba y por eso pidió que le mandase uno; él se confesó como acostumbraba la última vez que nos vimos aquí el 28 de enero y por lo mismo quería estar cerca de nosotros. La gente está edificadísima y antes de poner la tapa al féretro pasaron a besarle la cara, etc., etc. Como el padre Félix venía destinado aquí, él se quedará, a no ser que vuestra reverencia disponga otra cosa, y nosotros nos iremos a nuestros si- tios. Tendré que girarle algo con lo de la imagen del Corazón de Jesús, a no ser que le parezca mejor girar a otra parte, porque creo puedo hacerlo sin quebranto de giro, aunque fuese a Trinidad. Recuerdos gratos a todos los hermanos, y vuestra reverencia mande y pida por su menor hermano que le ama en Jesús y le desea paciencia, etc., etc., para gloria de Dios y nuestro bien. Fray Pedro Ramos PD. Recibí su cartita en que me habla de las velas de cera que el padre Paciente creo que las mandará con el catecismo. Ya contestaré. Vale.

Agoar, caja 82, leg. 5

427 El billete se conserva en Agoar, caja 83, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 685

Carta 345*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Ha pedido licencia al comisario apostólico para vivir solo durante su permanencia en Trinidad. Predicará la cuaresma en la parroquia del p. Perdomo

Port of Spain, 4 de marzo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi amado padre Patricio: Llegó el Bolívar y no recibí carta de vuestra reverencia, lo que si bien nada tiene de particular, pues mi epístola no necesitaba contestación, yo de- seaba saber si los encargos de relojes, epactas, crismeras cuatro (envié unas con la maleta a La Guaira) y papel de fumar habían llegado a sus manos sin novedad. Supongo que los recibiría, mas como no las entregué yo personal- mente, siempre me asalta el temor de si no llegarían a sus manos. Al ver que en la última me decía vuestra reverencia que podía hacer gestiones en los colegios para que viniera conmigo algún religioso a fin de evitar responsabilidad de mi parte, escribí a nuestro reverendísimo, expo- niendo la situación, para que concediera licencia de vivir solo por el tiempo de mi licencia aquí428. Sospecho con fundamento que se pidieron padres y que, de no venir, prorrogarán la licencia. El padre Perdomo me invitó a predicar los sermones de cuaresma en su parroquia, y acepté con la condición de que hablara con monseñor, como así lo hizo. Pido a Dios que le conceda salud a vuestra reverencia y provecho en sus trabajos de cuaresma. La comunidad sigue bien; y la madre Ana, tan infatigable como siem- pre, se encomienda a sus oraciones y a las de los demás religiosos. Le ama con todo el corazón y se repite humilde súbdito y afectísimo menor hermano en Jesucristo, que su mano besa. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5

428 V. Ruiz, Carta a Í. Narro, Puerto España, 21 febrero 1901: «Como aquí no faltan sacerdotes con quienes confesarme y, por otra parte, está en las facultades de vuestra reve- rendísima la licencia temporal necesaria para vivir extra claustra, espero que vuestra reve- rendísima tendrá a bien el que yo continúe aquí, aun sin compañero. Escribo en este sentido porque el p. Patricio en su última me dice que puedo dirigirme a los colegios interesando a algún joven para que venga conmigo. Como todo esto lo juzgo yo prematuro, a fin de evitar- me algo que pudiera no ser escrúpulo, le suplico que tenga por bueno mi proceder. Creo obrar lo más conveniente para el bien de nuestra amada congregación»: Agoar, caja 81, leg. 5. 686 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 346*. Isidoro Musitu a Adell Desde el 16 está en El Callao, a donde llegó con la esperanza de ha- llar remedio a unas fiebres muy fuertes. La muerte de Orea, solo, le espanta. Teme que después de tanto padecer se le pida dura cuenta de la administración de los sacramentos. Volverá pronto a Guasipati. A Abaurrea le atacan mucho las fiebres

El Callao, 4 de marzo de 1901

Mi queridísimo padre Patricio: Aquí me tiene usted desde el 16 del pasado que me vine aquí según el telegrama de usted429. Al principio se reducía a tener cuatro o seis días malos cada dos semanas, pero después ya la cosa se puso más fea y apenas tenía un día bueno, vómitos y diarreas con calenturas que me ponían a la muerte. Se me puso la cabeza que aquí se me quitaría, pues yo lo achacaba al agua y, efectivamente, desde que llegué no he sentido el menor síntoma de calentura. Ya estaba preparando para regresar a Guasipati cuando oímos el runrún de que el padre José (q.e.p.d) estaba enfermo y, por más que nos extrañaba que no escribiese dándonos noticia, determinamos que al día siguiente fuese el padre Pedro. Esto era antes del rosario. Al salir del rosario (a las 8) aparece un despacho de Tumeremo diciendo que el padre José estaba grave, que pro- curásemos ir uno y llevar un médico, pues el caso era serio. Visto esto, salió el padre Pedro a las 10 y media de la misma noche. A la noche siguiente, a las 10 y media llega otro despacho del padre Pedro que adjunto remito a usted430. No pudo, pues, llegar para prestarles los últimos auxilios. Ah, eso es te- rrible, y estando aquí dos y sabiéndolo él… Esto me tiene anonadado. ¡Pobre! Después de hacer el sacrificio que hizo, de dejar el colegio con sus ventajas espirituales y comodidades que, como enfermo, tenía sólo por animar a los jóvenes y sanos a que viniesen a América, venir a morir abandonado, sin un sacerdote a su lado… Eso es terrible. Eso, eso, padre Patricio, me tenía pre- ocupado en Guasipati. Les parecía, infelices, que era miedo el andar siempre con mi termómetro y al llegar a los 40º telegrafiar al padre Pedro.S í que ten- go miedo a la muerte por lo terrible de sus consecuencias y, por eso, no quiero morir sin un padre a mi lado, para que me ayude a dar bien el salto, pues, por otra parte, estoy tan harto de vivir que no puedo con esta insufrible carga.

429 El 5 de febrero Musitu había telegrafiado aA dell manifestándole que su salud no le permitía seguir en Guasipati y pidiendo substituto. Adell le autorizó a retirarse a El Callao y encomendó la parroquia de Guasipati al p. Félix Abaurrea: Agoar, caja 83, leg. 1. 430 «Mi querido p. Isidoro: nuestro buen hermano p. José ha muerto a las 4 y media de la madrugada. Yo he llegado a las 5, de modo … Dios le tenga en su gloria. Ésta es la segunda que te mando, porque la primera no ha llegado ahí; se ha vuelto el mandatario con la que iba para ti y para el doctor Barrios: todos son contratiempos. He aguardado para hacer el entie- rro por la mañanita. Ponte, pues, en camino. Si ves que el caballo rucio no puede más, que se quede ahí a cargo de alguno y el hombre que venga como pueda, aunque le des algo. Participa la triste noticia a nuestro amigo Etcheverry. Avisa también a Bolívar»: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 687

El padre Félix también me tiene preocupado. Me parece que no le ha probado bien esto. Creo que dentro de algún tiempo se le desarrollará franca la tisis, y es una lástima, porque es de buen componer y creo que no ha de hacer mal papel por aquí. Creo que ya recibiría el telegrama que mandé para los padres del trán- sito hasta usted sobre la muerte del pobre padre José el 1º de éste, pues aunque no hay corriente entre Upata y San Félix pero podían aprovechar un carro cualquiera y hacerlo llegar cuanto antes, por lo menos antes que ésta. Estoy completamente desalentado. No sé cómo obrar con esta gente. A cada paso lo ponen a uno entre la espada y la pared. No sabe uno a qué ate- nerse, pues aquí no sirven libros ni moral, ni cánones, ni rúbricas, ni nada, de modo que no sabe uno si después de tanto sufrir se va a ver en apuros gordos por haber echado las margaritas a los puercos. Ahora mismo tengo uno que me tiene desesperado. Una enferma de Upata amancebada con un negro de aquí que ni quiere casarse con ella y ni hay dónde ponerla ni él quiere sacarla de su casa. ¿Qué hago? Según la moral, es incapaz de sacramentos mientras no se case o se aparte … Y mil casos por el estilo que lo ponen a uno no sé cómo. ¡Ah, muerte, muerte, si no fuera por lo que te sigue, creo que estaría uno deseándola con el ardor que el navegante desea el puerto! Pero … ¿qué es lo que nos espera detrás de ella? Eso es desesperante. Adiós, padre Patricio. Hasta otra que le escriba, Deo volente, desde Guasipati, a donde iré dentro de dos o tres días. Sabe cuánto le quiere su menor súbdito. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 347*. Medardo Moleres a Adell No es el llamado a informarle del lío de La Guaira. Ibáñez y Palacios lo harán. Puede disponer de él. No le convienen ni las parroquias ni los lugares solitarios

La Guaira, 6 de marzo de 1901 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi apreciable padre Patricio: Aceptado por usted en parte el cambio que le propuse hace ya dos me- ses, el padre Palacios quedó ya encargado de la iglesia y en su poder he deja- do también todos los libros. No he de ser yo el que informe a usted detalladísimamente del gran lío que desde primeros de octubre he sostenido contra el cura del pueblo y el ma- yordomo hasta primeros de febrero, en que, cansado ya de sufrir y enfermo, me 688 correspondencia del PADRE ADELL fui espontáneamente a La Victoria; a los padres Ibáñez y Palacios he encargado hagan ellos el informe. Repito que yo no he de dar informe porque, además de que parecería interesado, me parece que usted ya no se fía de mis palabras. Disponga de mí como crea conveniente, pero le ruego tenga presentes estas dos cosas que una triste experiencia me ha enseñado en Filipinas: 1ª, Las parroquias me martirizan. 2ª, El vivir en lugares solitarios me inutiliza. Soy de usted menor hermano y súbdito que su mano besa. Fray Medardo Moleres PD. Por lo que pueda interesar a usted, le digo que la pastoral del señor Durán ha sentado muy mal. Otro tanto ha sucedido con el cargo de goberna- dor eclesiástico que usted ha ejercido. Hoy por hoy está resuelto el nombramiento de obispo auxiliar a favor del padre Castro. El padre González ha renunciado al obispado de Barquisi- meto y en su lugar (se dice) ha sido puesto el padre Andrade. Vale431.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 348*. Paciente Corral a Adell † Siente no haber recibido respuesta a sus consultas. Los de Maracaibo se quejan de que se les tiene aislados. El 4 viajó María Jesús a Trini- dad para ingresar en el monasterio

San Félix, 7 de marzo de 1901

Estimado padre Patricio: Sirvan estas líneas para saludarle y acusarle recibo de su última, de- masiado breve para lo que esperaba. Nada me dice usted de los ayunos, nada del permiso para las colectas de limosnas, nada del caso que consulté del bautismo del infiel, etc. Ya supongo lo que será. Paciencia, Paciente.

431 A pie de página Adell estampó el siguiente comentario dirigido a Enrique Pérez: «La pastoral de que aquí habla el p. Moleres y que dicen va firmada por mí, la vi yo cuando me la mandaron para leerla en la parroquia de Santa Ana, y firmada aquí, en esta pobre casa, por el p. Francisco. ¿Qué le parece a usted? Firmada por mí y sin saber yo nada. = Lo mismo sé yo del cargo de gobernador eclesiástico ejercido por mí. Lo sé ahora, que me lo dice éste. Y no se ría usted de estas cosas y gentes americanas que no saben ni por dónde andan. ¡Pobre América! = A ésta del p. Moleres nada contesto en absoluto. ¡Pobrecito, en- fermo y todo de tanto bregar!». Ramón González, párroco de Petare, de poca cultura y vida moral poco recomen- dable, fue presentado para abispo por el General Castro, pero no logró el nombramento pontificio: C. Felice Cardot, Diócesis de Barquisimeto, 76-77; Castillo Lara, Iglesia vene- zolana. s. xx/2, 92, 109 y 148. Virgilio Z. Andrade era el canónigo magistral. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 689

Me escriben de Maracaibo. Muy disgustados están por allí de ese aban- dono en que se les deja: sin saber ni quiénes vienen ni a dónde van, ni quié- nes mueren, etc., y que se les mande una gallofa siquiera por amor de Dios …, que han escrito varias veces a Ciudad Bolívar y que nada se les contesta. Por si acaso, se lo digo a usted. Me dice el señor Trujillo murió en Tumeremo el padre Orea y que el señor gobernador le mandó al médico y medicinas, pero llegaron tarde (rip). ¡Acabó de padecer! María de Jesús les manda a todos un cariñoso adiós. Marchó el 4 de éste en una balandra para Trinidad a fin de ingresar religiosa. ¡Venció elC orazón de Jesús! Después de tanto bregar. Finalmente, la familia del señor Briceño agradece sus recuerdos y se los manda centuplicados. El señor Briceño, enfermo; ya está mejor; y que no le suscriba a La Lectura Dominical, porque está ya suscrito a La Revista Popular432. ¿Y qué es del despertador? Aquí no llega y me hace falta. Si no viniera el padre Antonino y fray Sibelo es cantador, bien pudiera mandármelo para esta semana santa, pues aquí no hay más cantores que el cura, con quien contar. Sin más, que se conserven buenos todos ustedes les desea su afectísimo hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 349*. Pedro Ramos a Adell † El p. José murió de su antigua enfermedad agravada durante su sali- da a El Dorado. El p. Félix quedó encargado de Tumeremo

El Callao, 8 de marzo de 1901

Mi amado padre Patricio: El sábado último, 2 de los corrientes, le participé la triste noticia de la muerte de nuestro buen hermano padre José, que, aunque no pudo recibir los sacramentos por descuido o por creencia errónea de que no era grave la enfermedad, podemos creer que está gozando de Dios, ya porque él vivía

432 Revista popular, semanario católico de orientación tradicionalista, fundado en Barcelona en 1870. A finales de 1895 tiraba unos 8.000 ejemplares: A. Bavona, «Informe sobre el estado de la prensa periódica en España» [diciembre 1895], en V. Cárcel Ortí, León xiii y los católicos españoles, Pamplona 1988, 805-91; la cita en p. 857. 690 correspondencia del PADRE ADELL preparado y preocupado con la muerte, y esto me consta por conversaciones tenidas entre los dos. Pero no le dije por olvido que había fallecido de la enfermedad antigua de catarro intestinal, agravada ahora con el viaje de 18 a 20 leguas al Cuyuni o Dorado. Le comenzó a molestar la irritación interior y para curarla tomó purgantes y vomitivos que le descompusieron el vientre sin darle importancia porque ya lo había tenido otras veces que tomaba cosas irritantes. Pero como se sentía bien y él creía que la enfermedad antigua se había curado, a pesar de esa indisposición no guardó reposo, entreteniéndose en limpiar el bosque cercano a la iglesia, donde iba a levantar casa y esto aun en las horas de más calor, quemando toda la maleza y sin abstenerse de comer en abundancia nísperos, sandía y caña. Y así debía [de] ser, porque yo encontré todavía de esas frutas en la casa. Efecto de todo esto, las deposiciones eran todo sangre que le debilitaron hasta matarlo, sin quejarse lo más mínimo, que es lo que más admiraba a la gente. El miércoles 27 se agravó y entonces es cuando me llamaron y él que lo supo se alegró sobre manera; pedía a Dios que yo llegase a tiempo, preparándose en tanto con toda clase de actos de virtudes. También le decía que había encontrado 150 pesos y que algo le giraría, pero ha habido que hacer algunos gastos. Entre ellos, se mandó hacer una caja sencilla, porque no había donde llevarlo, y por ella piden 55 pesos, ha- ciendo mucho favor, había que pagar 30 pesos de la comida, etc., y había que dejarle algo al padre Félix para sus necesidades. El 6 de éste fueron los padres Isidoro y Félix y celebramos con nocturno y misa el día 7º. Yo me volví con el padre Isidoro, y el padre Félix se quedó encargado de Tumeremo, al parecer contento y dispuesto a trabajar. He recibido las velas y el catecismo y me quedo con una de las aras que ha traído el padre Félix. Ya veré de dónde sacaré dinero para estas cosas, pero conviene que mande los objetos piadosos que yo le decía para poder pagarlos. Si las velas valen caras y se puede conseguir cera sola más barata, es preferible ésta, y aquí haré yo velas tan buenas como las de ahí para estos tres pueblos. Las que he hecho las han visto los padres y les han gustado. Como el tiempo va malo, nosotros gracias que saquemos para los gastos ordinarios, pero no obsta para que cuando se pueda mande algún padre para que nos ayude en caso de enfermedad, etc., pues aquí se pueden mantener dos con tal que sean buenos. Recuerdos gratos a los hermanos de ahí y no se olvide de escribirnos, que con eso nos ayuda y consuela. Si para hacer uso de las facultades que nos concedió se necesita licencia del obispo, pídala en general para todos, y que no ande con restricciones, teniendo en cuenta cómo está esto. Suyo afectísimo menor hermano en Cristo. Fray Pedro Ramos DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 691

[PD]. Siga mandando El Siglo [Futuro] y alguna revista, si le viene. Recibo en este momento su carta. Enterado. Si puede, mande sellos porque aquí no los hay y por el timbre piden un real.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 350*. Pedro Ramos a Adell † El gobernador, que ha visitado estos pueblos, les ha pedido los títulos de curas, que él debe reconocer «como real patrono». Escribe al obispo pidiéndolos. Ha sido atento con nosotros

El Callao, 12 de marzo de 1901

Mi amado y respetable padre Patricio: El señor gobernador de este territorio ha estado a visitar estos pue- blos, y en una conferencia particular que ha tenido conmigo me ha pregun- tado si tenía títulos de cura, necesarios, según él, para poder reconocerme como tal y poder ordenar a las autoridades que nos ayudasen y atendiesen con las distinciones y preeminencias de autoridad eclesiástica, y que al obrar así, lo hacía como real patrono, como también lo había exigido como gobernador a los médicos, para evitar que uno cualquiera pudiese abusar, ya tomando el título de sacerdote, ya el de párroco. Debo advertirle que es un hombre recto y le gusta obrar con justicia; al menos, esto es lo que se observa y como ha estado con nosotros sumamente deferente. Él quisiera recomendarnos y apoyarnos como autoridad, además de que tiene que dar cuenta al gobierno supremo de los sacerdotes que están encargados de las parroquias. Lo mismo ha hecho con el padre Félix en Tumeremo, añadiendo que él, por su parte, seguirá atendiéndonos como a tales hasta que nos lleguen los nombramientos, y que escribirá al señor obispo recordándole un requisito tan necesario como son los títulos para que no abusen de la autoridad dioce- sana, que es la que él solamente reconoce. Fíjese en esto, pues, según me dijo él, había oído algo de si teníamos un superior encargado de esta parte y él no conocía a otra autoridad eclesiástica que al obispo de Guayana. Hasta ahora ha dado pruebas de sentimientos religiosos, nos ha distinguido y nos ha recomendado que le ayudemos desde el púlpito a moralizar a los pueblos, de modo que, aunque en este proceder se le quisiera suponer celoso de su autoridad, esto, según mi parecer, ha de redundar en bien nuestro. Con este objeto, pues, escribo al señor obispo, diciéndole que el señor go- bernador exige la presentación del título como real patrono. Ahora a vuestra reverencia toca el hablar con monseñor para extender el título como misio- 692 correspondencia del PADRE ADELL neros y con facultades para cualquier parroquia o sólo para las que estamos asignados. Supongo que los padres Isidoro y Félix escribirán también en el mismo sentido. Para aprovechar mando ésta por carro de mulas a San Félix . Si se acuerda, pregunte a monseñor si tienen por ahí dos dalmáticas viejas blancas, que aquí las arreglaremos para que nos sirvan en las fiestas de los pueblos, y si hubiese negras también se utilizarían. El padre Isidoro se marchó bien de salud a Guasipati. Sin más, afectos a los padres y [se] encomienda a su oración su atento menor hermano que besa su mano. Fray Pedro Ramos [PD]. Si alguno manda por aquí, que sea bueno.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 351*. Tomás Martínez a Adell Tanto él como Rufino visitan los vecindarios vecinos. Convendría nombrar a uno cura de Urica con Santa Rosa, y al otro, de Cantaura y San Joaquín. Nada sabe del padre que debería venir de Colombia a recogerlos

Cantaura, 12 de marzo de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado y querido padre: Aprovecho la presente ocasión para escribirle estas cuatro letras. Gracias a Dios no hay novedad. En días pasados estuve recorriendo algunos vecindarios. El padre Rufino anda de visita por los pueblos.A ctual- mente se encuentra en Urica, cuyos habitantes, deseando tener semana santa, me han escrito diciéndome que cuentan con el padre, supuesto que está por allí. Yo la haré aquí, en Cantaura. Este pueblo me parece que va en progreso espiritual. Ya están cumpliendo con el precepto de la confesión; predico dos veces por semana y concurre mucha gente. Estamos preparando una buena semana santa. Es posible que el conductor de esta carta, general doctor Eduardo Apon- te, de Urica, le indique la conveniencia y necesidad de nombrar cura fijo en dicho pueblo de Urica, que se encargará también de Santa Rosa; y al de Can- taura dejarle San Joaquín. Así sí creo quedaría bien la cosa. Siempre esperamos que venga el padre de Bogotá conforme nos lo anunció el padre Santiago para realizar nuestro regreso a Colombia, si Dios DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 693 y los hombres no disponen otra cosa. ¿Vuestra reverencia no ha sabido nada de ese padre? ¿Y del padre Lárez de Barcelona? ¿No le ha escrito? Sentiría que no lo hubiera hecho, porque eso indicaría que dicho padre no me habló con sinceridad. Saludes a los padres, y vuestra reverencia mande a su afectísimo súb- dito y hermano en el Señor. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 352*. Tomás Martínez a Adell Envía una carta de la esposa del jefe civil de Aragua pidiendo frailes agustinos

Cantaura, 13 de marzo de 1901

Padre Patricio: Aunque ayer escribí a vuestra reverencia, pero hoy vuelvo a hacerlo a fin de remitirle la carta adjunta, que acabo de recibir deA ragua. Y me supli- can la ponga en manos de vuestra reverencia para que se imponga y luego la entregue al señor obispo. La carta es de la esposa de don Pedro Miguel Parés, de quienes le tengo hablado. Juzgue vuestra reverencia por ahí cómo desean que vayan padres agus- tinos. Sólo falta que quitaran al padre Menella, quien, según voz común, no se porta bien. De vuestra reverencia afectísimo súbdito y hermano en Jesús. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero PD. Ojalá se digne contestar enseguida433.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 353*. Juan B. Castro a Adell Extenderá título de capellán para el p. Palacios. Espera que remita la tensión en La Guaira. Allí se necesita un padre prudente y paciente. En La Guaira domina la masonería y los cofrades del Carmen han estado siempre en conflicto con los capellanes

Caracas, 13 de marzo de 1901

433 Adell remitió la carta a Roma con otros muchos papeles. Por la nota de acompa- ñamiento consta que expuso el asunto al obispo, pero hasta esa fecha éste todavía no le había contestado. 694 correspondencia del PADRE ADELL

R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi reverendo padre: He recibido la atenta carta de usted y con mucho gusto atiendo a la petición que en ella me hace. Ya he mandado extender el título al padre Pa- lacios, y espero que con esto se tranquilicen por ahora las discordias de La Guaira. Digo por ahora, porque allí se necesita un padre de mucha pruden- cia y paciencia. La población de La Guaira está dominada por la masonería y los hombres de la cofradía del Carmen han vivido siempre en reyertas y escándalos con los capellanes. Le digo todo esto para que usted vea bien qué religioso puede ir a ocupar ese puesto. Le desea toda prosperidad en Nuestro Señor Jesucristo su afectísimo amigo y hermano434. Juan B. Castro

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 354*. Ana María a Adell El p. Víctor está predicando en un pueblo. Lo quieren muchísimo y esperan poder retenerlo más tiempo

Puerto España, convento del Rosario, 13 de marzo de 1901

Mi muy estimado padre viejito: En esta semana está el buen padre Víctor Ruiz predicando una misión en Tumpuna. Creo que no le veré hasta el 19. Haré todo cuanto pueda por obtener de monseñor un tiempo más prolongado en su estadía aquí. Dios proveerá. Decirle, mi buen viejito, lo que es este padre sería inútil. Usted lo conoce mejor que yo. En días tan amargos como los que he atravesado435, lo he encontrado a Él y ¿quién se lo pagará sino Aquél por quien trabaja? No sé qué hacer cuando pienso que llegará el día en que nos deje. Sin embargo, grandes son mis esperanzas, y él mismo las abriga, y siempre me regaña por mi poca fe. Esperemos todo de Dios. Inútil sería la pena que tenemos con la muerte de nuestro padre Víctor, dominico, hace hoy 22 días. Pero el corazón de nuestro buen Dios nos preparó un consuelo para que no nos afligiéramos tanto.A mbos se parecen mucho y mi confianza es sin límites en nuestro nuevo padre.N unca me parece que lo cuido suficientemente y siempre le digo que me angustia creer que sufre algo

434 El 8 abril Adell la mandó al Enrique, aprovechando el dorso del papel para comu- nicarle algunas noticias que constituyen la carta 195. 435 Alusión a la muerte de su madre, ocurrida el 12 agosto 1900: supra, Carta 222*, y quizá también a la del dominico Víctor Bisquey, acaecida el 16 febrero 1901: supra, Carta 336*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 695 por causa nuestra. Es incomprensible y nada dice: callado siempre sobre sus necesidades; dígale que pida y se deje cuidar. Mil saludos a todos los padres: Silverio, Juan, Félix, hermano Mariano y a todos los otros que no recuerdo sus nombres. Al compañero del padre Víctor Ruiz, que pasó con él, le dice que a donde nos hubiéramos figurado que hubiéramos tenido este hombre tan bueno, tan santo y que lo queremos muchísimo. Yo estoy tratando de quererlo menos, porque sé lo que me va a costar si tiene que dejarnos. Dios no lo quiera. Adiós, buen padre. Dígale al padre Oliveros que aquí tengo más estam- pitas para él, que se las enviaré más tarde. Muchísimas ocupaciones no me permiten escribirle ahora. Su hijita que ruega por usted. Bendiga a su hija. Sor Ana María, religiosa dominica

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 355*. Medardo Moleres a Adell Envía unas notas sobre su actividad y su conflicto con la cofradía de El Carmen

La Victoria, 15 de marzo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi venerado padre Patricio: Tomadas de mis diarios le remito esas notas436 y le ruego tenga la aten- ción de leerlas despacio y compararlas después con las fechas de las cartas que mutuamente nos hemos cruzado usted y yo. Soy de usted menor hermano y seguro servidor que su mano besa. Fray Medardo Moleres del Corazón de Jesús

Agoar, caja 82, leg. 4

436 Eran las comunicaciones que le dirigió la cofradía el 3 diciembre 1900 así como la que al día siguiente elevó al provisor del arzobispado y las órdenes del jefe civil de La Guaira sobre la clausura de la iglesia (1 diciembre 1900 y 24 enero 1901). También man- daba un estadillo con las confesiones y comuniones que había administrado en El Carmen desde enero de 1901 hasta el cierre de la iglesia, en octubre del mismo año. Arrojaban un total de 2.214 confesiones y 3.904 comuniones. El mes más activo fue el de abril con 302 confesiones y 480 comuniones. 696 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 356*. Isidoro Musitu a Adell Aunque tenga que dejar al pueblo sin las funciones de la Semana Santa, acatará su orden de ir a Ciudad Bolívar. Quizá no pueda llegar para el domingo de Ramos

El Callao, 18 de marzo de 1901

Querido padre Patricio: Anteayer, sábado, recibí su grata última en la [que] me manda ir por ahí para semana santa. Yo lo he sentido, no por mí, sino por los de Tumere- mo. Ya conoce usted a esta gente. Ellos no se preocupan de que haya padre para confesar, etc. ni en la hora de la muerte. Pero, en cambio, es de absoluta necesidad en Navidad y los días santos. Siquiera no hubiera muerto el padre José, hubiera quedado todo bien. Pero usted lo dispone y, por tanto, adelante. ¿Pero cuándo llegaré? Eso sí que no sé. Estoy esperando que pase un carro para meterme en él, porque el caballo no aguanta hasta San Félix y como el vapor ya habrá pasado para cuando llegue tendré que esperar balandra. Pero llegaré siempre, Deo volente. La cuestión es que pueda llegar para el domingo de Ramos. Tengo tantas ganas de hablar con usted que lo daré todo por bien em- pleado. La cuestión es que no me repitan las calenturas en el viaje, que en- tonces sería peor. Desde que llegué al Callao ya no me han vuelto a dar. Hasta que nos veamos, si Dios quiere, se despide su afectísimo menor súbdito. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 357*. José Palacios a Adell Ayer presentó los títulos al vicario y al mayordomo. Éste no opuso reparos, pero dijo que la cofradía nada puede pagar. En el pasado con- flicto hubo mucho de personal. Con el tiempo y un poco de paciencia todo volverá al cauce normal

La Guaira, 18 de marzo de 1901 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado padre: Recibí su carta del 10 del actual, en la que me anuncia la muerte de los padres Eustaquio y José437. Roguemos por ellos, esperando que Dios nuestro Señor los corone en su gloria, si no los ha coronado ya.

437 Eustaquio Moreno y José Orea, fallecidos el 1 y 28 de febrero, respectivamente. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 697

Me dice vuestra reverencia que vea de arreglar el viaje hasta Mara- caibo a los padres que parece deben llegar en abril. Yo haré los posibles por cumplirlo así. Creo que no faltará quién anticipe el dinero necesario para el caso, siempre que no haya en esta casa-residencia, que será lo más probable, pues por ahora nada se cobra de la cofradía ni los 25 pesos que paga el mu- nicipio. ¡Si hubiere siquiera celebración! Pero hasta eso falta. El padre José Ibáñez me escribió hace unos días diciéndome que me encargara de esta iglesia, que así lo disponía vuestra reverencia. Así lo hice y a los dos días me mandaron los títulos. Ayer los presenté al vicario y junto con él fui a presentárselos al señor mayordomo, quien me dijo que no tenía nada que oponer sino que por ahora nada podía pagar la cofradía, que más adelante veríamos. Ya el padre Medardo le habrá comunicado a vuestra re- verencia lo que este señor mayordomo trabajó por la prensa a fin de que los padres agustinos salieran del Carmen. En esta cuestión, a mi modo de ver, hubo algo de personal y ello es que mientras el padre Medardo ha estado fuera de La Guaira, nada han publica- do y hoy creo que no tengan disposición de escribir los que antes escribieron. Yo espero que con la ayuda de Dios, que nunca falta, y con un poco de pruden- cia todo se ha de arreglar y podremos vivir aquí lo mismo que antes. Habrá que sufrir algunos meses quizá, pero ¿dónde no se sufre? Mande vuestra reverencia a su menor hermano y súbdito. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 358*. Víctor Ruiz a Adell

Puerto España, 18 de marzo de 1901

Ha recibido sus cartas de 18 de febrero y 10 de marzo. «Estoy plenamen- te convencido de que no conseguiremos nada en ninguna parte si incondicio- nalmente no nos ponemos en manos de Dios y no hacemos la resolución de padecer hambre y desnudez con más la abnegación de ver que de nuestras penas no sacamos provecho ni fruto en las almas. En lo material no debe- mos poner siquiera la intención, pues el cætera omnia dabit vobis no puede faltar». No será fácil substituir al p. Demetrio Ázqueta, joven y trabajador. «Respecto a San Isidro … sería bueno principiar por enviar uno todos los días a decir misa y confesar, con intención de volver a Santa Ana. Si en San Isidro le necesitan, cuando vieran que el sacerdote o se volvía a Santa Ana o no tenía qué comer ni lugar donde descansar media hora, se moverían a pedirlo y se podría entonces poner condiciones»438. Siente la muerte de José

438 Sobre esta iglesia, situada a las afueras de Ciudad Bolívar, y los planes de Adell sobre ella: Supra, III. Memoria, apartado 23, y IX. Correspondencia A, Cartas 146, 147 y 184. 698 correspondencia del PADRE ADELL

Orea y Eustaquio Moreno. Las dominicas ya son 18; seis de ellas son postu- lantes, todas venezolanas: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 359*. Paciente Corral a Adell † Habla de algunos encargos. Pronto se techará la casa. El jefe civil quiere que se concluya pronto. Reanudará la cuestación por las ca- lles. Siente que no le escriba con plena franqueza. Está contento en San Félix, pero sigue dispuesto a ir donde le mande

San Félix, 19 de marzo de 1901

Estimado padre Patricio: Recibí su grata del 10 y por lo que veo tomó usted por lo serio mi ante- rior, lo que siento mucho, y por ello le pido mil perdones. Escribí a Maracaibo al padre Antonio, contestando a todas sus pregun- tas… Recibí el despertador, pero el Concilio y la manta no. Todavía no ha llegado el señor Ramón Fuentes o el padre Pedro que usted llama. Parece que lo echaron de la balandra. Tengo en cuenta su préstamo, y bueno es que usted sepa es un taou tauo, según dicen. Me escribió el padre Víctor de Trinidad, preguntándome si encargaba la Dolorosa a Barcelona. Le contesté que sí. También le mandé el despertador para que lo arreglasen, y ahora le escribiré para que abone unos reales que debo al arcapita, y yo se los abonaré. Me olvidé decirle a usted que unos cinco pesos de los reales que le mandé eran de las estampas. Bueno es que lo sepa. Me alegro de lo que usted me dice de Rafael. Aquí, sin embargo, han escrito confirmando lo que le indiqué. Una tal Estefanía Rodríguez matam- bug cono439. Los baúles de él llegaron el día que él embarcaba y se los llevó ¿Habrá marchado a Europa? Lo dudo. La casa, recibiendo agua y sol… Ahora en Resurrección le pondrán te- cho, pues hemos encargado 1.800 pencas de timiche. El señor jefe civil está bastante interesado en que se concluya pronto, y me apura que pida permiso para que pidan limosna. Nada extrañe usted esto, pues lo prohibí para evitar abusos que he venido presenciando: personas que a todo el mundo piden y a nadie dan cuenta… Les eché en el púlpito lo que dice el concilio que prohíbe se recojan limosnas por las calles y casas sin permiso escrito del ordinario (salvos los privilegios de las órdenes mendicantes). Se quedaron calladitos. En la iglesia siempre sigo recogiendo, y ahora les diré tengo la competente autorización para pedir por las calles y casas y nombrar al efecto a quien me parezca.

439 Visaya cebuano: gordo entre comillas. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 699

El señor Briceño ha sido nombrado mayordomo de fábrica. No quería aceptar el cargo, pero le dije que aceptara y aceptó. Su suegro salió de su en- fermedad y está ya bueno. Agradecen sus recuerdos y le mandan un saludo. Siempre los mismos para conmigo. Necesito dos libros parroquiales: uno para las pastorales y otro para las defunciones. En el auto de visita está mandado se pidan. Ahí va esa solicitud. Véala y, si le parece, se la entregue al señor obispo. Yo creo que en asuntos gubernativos no es necesario tales formalidades. Mándeme usted picadura y tabacos, pues estoy fumando tagarminas o mataquintos, por no tener aquí más. Finalmente, no sé si me engañaré, pero me parece que usted desea sacarme de aquí, a lo que deduzco por sus indirectas. Mucho siento que usted no tenga franqueza o no sé qué decir para hacer de mí lo que dé la gana. Cónstele que lo mismo me importa estar aquí como ahí, como allí, o donde quiera, siempre que sea del agrado del superior. Si usted lo hace creído de que aquí no estoy contento, se lo agradeceré en el alma y sepa que lo estoy, y que me tiene sin cuidado lo que puedan decir de mí cuatro bichos partidarios del diablo. Estoy enterado de lo que el pobre Gordón ha escrito al señor obispo, y lo que él con su amigo Rengel y algunos consectarios … me han calumniado. Todo me tiene sin cuidado, y lo úni- co que les deseo es que Dios les perdone. A veces me aburre la soledad, aunque ya no tanto, pues tengo dos muchachitos conmigo y con ellos me distraigo. De modo que ya usted ve mi situación. Del pueblo en general no tengo quejas, pues va aumentando en ellos la religión y esto me sa- tisface. Sepa, pues, padre Patricio, que no me gustan sus indirectas, sino que quiero abrigue la seguridad que donde usted me ponga es donde más contento estaré. Sin más por hoy, que se conserve bueno y pase felizmente los días san- tos le desea su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral de la Sagrada Familia PD. Recuerdos a todos los padres. Recibí las pastorales y el paquete de La Religión; que mande el padre Paco el inventario de la iglesia; creo lo tiene él. No sé si se me queda algo en el tintero.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 360*. José Ibáñez a Adell No se ha gestionado la cuestión del vicariato. No comprende el con- sejo del p. Enrique. Se ha perdido una buena ocasión. Moleres ha tomado a mal su substitución. No es fácil tratar con él

La Victoria, 20 de marzo de 1901 700 correspondencia del PADRE ADELL

Mi querido padre Patricio: Convencido de lo mucho que nos convenía lo del vicariato para legalizar y justificar nuestra situación en Venezuela, trabajaba con fervor en Caracas y las cosas iban tan bien como podía desear: era cosa de esperar un poco y todo se habría arreglado sin tener Roma más que decir placet. Pero recibí su carta, que fue un verdadero jarro de agua. Sin autorización y hasta sin instrucciones ni podía ni debía seguir adelante. El padre Baltasar, empeñado en seguirlos a pesar de todo, porque así nos convenía, y tuvimos una entrevista con el minis- tro español, pero ya estábamos en el caso de dar pasos comprometiéndome, y dije: hasta aquí llegan las personas serias, como dice un personaje famoso, a La Victoria. No sea cosa que yo avance y los frailecicos me dejen después en medio del arroyo, que otras cosas más raras se cuentan en el mundo, y hasta quién sabe si me colgarían el milagro de que tanto interés no sería todo por amor al arte, habiendo un vicariato de por medio. Me vine, pues, y aquí me estoy. El padre Enrique tendrá razón –que lo trate la Santa Sede con el go- bierno–, pero si nadie solicita el asunto y nadie lo gestiona con, de, en, por, sin, sobre, ¿lo ha de resolver la Santa Sede? Estando el nuncio en Caracas, como el que ha de resolver el caso, después de todo, es el Gobierno, las cir- cunstancias eran preciosas. Si no las aprovechamos, la culpa no es mía. Desde que estoy en Venezuela no escribo al reverendísimo. Pensé hacer- lo desde Caracas, hablando del vicariato, pero desistí. ¿Qué piensa de esto al no contestar autorizando para que se gestione aquí el asunto? Teme que aquí todo lo dieran hecho en cosas y personas, no dejando a la autoridad de allí lugar para manifestarse? Porque en el mundo pasan cosas muy raras. Hoy recibo su carta del 10 de éste y en ella veo que hice bien con lo que hice. Eso de … dejar que el delegado apostólico arregle el asunto con el gobierno y luego … nosotros trabajar para que nos lo dieran … parece algo así como bro- ma. Y es raro que el padre Enrique lo aconseje, entre otros cosas, porque ¿cómo se a va a meter el delegado en libros de caballería sin que nadie se lo pida? Enterado de que ha pedido títulos para el padre Palacios. El padre Me- dardo lo ha llevado muy a mal. La manera de sacarlo la considera deshonro- sa y su situación desairada ante sus relaciones de La Guaira y Caracas. Eso dice él. Ya pensaba algo en España; ahora con eso hace hincapié y quiere a toda costa marcharse. Supongo le escribirá a usted pidiéndoselo. En España estará cuatro meses y, como no mandará, pronto querrá ir a Colombia, Bra- sil o a los cuernos de la luna. Si antes de que hubiera revolución, no estaba bien en Filipinas y pidió venir por aquí440, figúrese cómo se encontrará en un colegio de España a estas alturas. Le dije quedase aquí de residencia. No parece entiende eso lo que signi- fica.T endré paciencia como usted me aconseja. Para que se convenza que sé

440 Había solicitado permiso para viajar a Colombia en tres ocasiones (noviembre 1892, febrero 1893 y julio 1896). Pero en ninguna de ellas lo había conseguido: San Eze- quiel Moreno, Obras completas 1, 534-35 (nota). DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 701 tenerla todavía creen aquí hasta los más allegados que el padre Fermín es el jefe. Quería salir de Puerto Princesa para no bregar con ciertos elementos; sucesos acaecidos después en España llevaron a mi ánimo lo que no tenía ni le hacía falta, y hoy solamente aspiro a estar en condiciones de no llevarme disgustos: bastantes me he llevado. Así que no sea tan fácil tener paciencia en ese terreno. Hoy está más tranquilo. Ha dicho que usted por fin accede a lo que él le había pedido, de manera que no sé por qué se molesta. Le indiqué le convenía ir a La Guayana: no parece que esté por eso. En sus pensamientos, palabras y obras revela el juicio que de sí tiene y quizá La Guayana la crea poca cosa. Para mandar imposible, para obedecer dificultoso y, a pesar de otras buenas cualidades, no hará más que sufrir él y hacer sufrir a los demás. Está aquí humillado. Yo antes sus ojos debo ser un pobre diablo; será bueno que usted resuelva luego lo que deba hacerse. Recibí la relación de las indulgencias, etc. que tiene por Roma y puede conceder esas facultades a sus súbditos. Supongo que me las concede a mí, pero ¿no habría sido mejor decirlo en una carta o poner al pie de la relación que me las concedía? ¿Y al padre Fermín? Recibido el altar. ¿Es verdad que cuesta cien pesos? Antes ya no pareció serio a fuerza de llevar las cosas al último extremo, así me perecerá todavía menos. Será bueno que escriba al padre Medardo y José. El padre Moreno ya estaba descontado, pero no el padre Orea. ¿De qué ha muerto? ¿De calentu- ras? ¿Y los de España no se animan a venir? Muchos harán bien: quizá esto no les probara. Muchos recuerdos al padre Víctor y demás padres, y usted cuanto quie- ra a su menor hermano Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 361*. Bernardino García a Adell La insalubridad de Panamá ha movido a los superiores a dejar en sus manos el retirar a los religiosos y trasladarlos a Venezuela. Esperará, porque el fin de la guerra y la llegada del nuevo obispo mejorarán la situación. Sólo envía a León Ecay. Está en conversaciones con el delegado sobre la misión del Darién. Mons. Ezequiel quiere doce re- ligiosos

Vicaría provincial de la misión de PP. Agustinos Recoletos. Panamá. Particular

Panamá, 22 de marzo de 1901 702 correspondencia del PADRE ADELL

M. R. P. Patricio Adell de San Macario, vicario provincial de Recoletos en Venezuela. Ciudad Bolívar Mi respetado padre Patricio: Antes de entrar en materia le saludo de la manera más cordial, deseán- dole perfecta salud. Yo, bueno, a Dios gracias. Como las enfermedades, o sea, las fiebres continuaban, pues llegué a te- ner cuatro enfermos a un tiempo, me vi en la precisión de dar parte a España por medio de un cablegrama para que determinasen, y me contestó nuestro padre comisario por carta facultándome para obrar según crea en concien- cia y me dicte mi prudencia: hasta para levantar el campo, si es necesario, haciendo pasar los religiosos a Venezuela a órdenes de vuestra reverencia; de ningún modo a España, ni aun por motivos de salud. Ante esta recomen- dación, envío al padre León Ecay, que se encontraba enfermo en Colón, a las órdenes de vuestra reverencia441. Lo mando a Trinidad porque nuestro padre comisario dice sea a dicho Puerto. Tengo las órdenes dadas al Darién y Chepo, y espero contestación de España para obrar, pues el mismo día que envié el cablegrama escribí dando parte de todo minuciosamente, cuya contestación espero. Sensible me sería abandonar Colombia, porque ahora precisamente ter- mina la revolución y es cuando se pueden arreglar las cosas, pero como yo in- diqué al padre Ecay volviera al Darién y esperar la llegada del obispo que ya está nombrado (padre Junguito, con quien creo y espero poder mejorar esto), me dijo que temía recaer. Como por otra parte esta atmósfera de Panamá no es buena para su salud, prefiere ir a Venezuela a probar si eso le prueba me- jor y nosotros esperaremos la llegada del obispo y después determinaremos. El excelentísimo señor delegado me pide diez religiosos para unas mi- siones con un contrato entre la Santa Sede y el gobierno de Colombia, gastos de instalación y viajes por cuenta del gobierno. Le he contestado que acepto, pero deseo ver antes las condiciones. Yo ya mandé las mías con aprobación de los padres. No sé qué me contestará, pero ya no puede tardar. El señor Moreno me pide doce para inmediatamente que la revolución termine. Yo mandé a Pasto al padre Larrondo a tratar personalmente, pues tenía que ir a dar parte de lo sucedido en Tumaco y me escribe muy animado. En vista de todo esto me determino a esperar. Que se conserve usted bueno y ruegue por sus hermanos de Colombia y me repito de usted afectísimo seguro servidor que besa su mano442. Fray Bernardino García de la Concepción

Agoar, caja 81, leg. 2

441 León Ecay: supra, III. Memoria, nota 526; IX, Correspondencia A, Carta 194. 442 Tampoco esta carta del p. Bernardino, que parece ser la última que se cruzaron entre sí, fue del agrado de Adell. Al remitirla a Roma estampó la siguiente glosa: «Vea DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 703

Carta 362*. Medardo Moleres a Adell Propone modos de pagar la deuda que tiene con la Obra Pía del Apos- tolado de la Oración. En siete puntos hace un resumen puntilloso de su conflicto con la cofradía de Carmen y tilda de precipitado el proceder de Adell

La Victoria, 25 de marzo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi venerado padre: Meses antes de que ocurriera el terremoto, giré a nuestro padre vicario general cien pesos (100) para principiar a pagar una imagen del Sagrado Co- razón de Jesús, que por encargo de la Obra Pía del Apostolado de la Oración le pedía para la iglesia del Carmen. Mas como a consecuencia del terremoto juzgué imprudente traer la imagen de gran costo (doscientos pesos costaba) para una iglesia en ruinas y como, por otra parte, me era imposible el reunir los otros cien pesos que faltaban para hacer el pago íntegro, escribí a nuestro padre vicario no me la mandara. Al informarse de todo esto, el escultor ven- dió, como era natural, la imagen. De todo lo que precede puede usted deducir que soy deudor de cien pesos a la Obra Pía del Apostolado, pesos que, como usted ve, están en poder de nuestro padre vicario general. Ahora bien, ¿cómo cree usted que puedo pagar esa cantidad a mi acreedor La Obra Pía? ¿Le parece a usted prudente que esta residencia la pague? Haciendo así, se reduce todo a significar que La Victoria enviaba a España los cien pesos que pagaba en La Guaira al Apostolado. Del padre Palacios no hay que esperar nada en mucho tiempo. ¡Bas- tante hará con mantenerse! Me urge pagar ese dinero, pues los periódicos me han mortificado tanto por ese motivo. Soy de usted atento y seguro servidor menor hermano que su mano besa. Fray Medardo Moleres PD. Ruego a usted encarecidamente fije su atención en los siguientes datos: 1º. Las autoridades me clausuraron la iglesia el 24 de enero después de haberlo intentado inútilmente en diciembre; el 28 del mismo mes conseguí abrirla. usted si tendrán calenturas en Panamá cuando se quitan los frailes para formar luego vicariatos y qué sé yo qué más. ¿Y si a mí me da la gana de devolverlo? Pues cátate a un fraile de ceca en meca. Sin autorización de nadie me lo manda diciendo que el comisario… ¿Quién será ese señor cuando Venezuela no tiene en España comisario ninguno». 704 correspondencia del PADRE ADELL

2º. El 4 de febrero me vine enfermo a La Victoria y regresé a La Guaira a últimos de mes. 3º. En los primeros días de marzo, puesto de acuerdo completo con el mayordomo, que, partidario y amigo del cura, se ha convencido de que la razón está de mi parte, organicé las funciones de semana santa. 4º. Me preparaba para volver de nuevo a La Victoria espontáneamente, lo mismo que la vez anterior, cuando recibí la carta de usted y precipité el viaje. 5º. Ya en La Victoria me encuentro con que el padre Ibáñez tenía una carta de usted, en la que se disponía mi estancia definitiva en esta pobla- ción. 6º. No extrañe usted que estando ya casi arreglado todo en La Guaira, pues la razón tarde o temprano llega a abrirse paso por sobre todas las difi- cultades, me haya disgustado por haber salido inesperadamente de aquella población. 7º. Un par de meses más de espera y mi salida hubiera sido para mí satisfactoria, mientras que ahora me es dolorosa, toda vez que mis pro- veedores en aquel pueblo quedan desautorizados ante la sociedad guareña, ante mis amigos y, lo que es más triste, ante mis hermanos de hábito, y ha dejado usted a los capellanes que allí vayan a merced de caprichos de curas perversos. Finalmente, tengo para mí que no tardará usted en palpar las tristes consecuencias de sus últimas disposiciones que (dispénseme y no se moleste si se lo digo) me parecen precipitadas. Se me olvidaba decirle que el 14 de marzo le mandé un telegrama supli- cándole suspendiese estas disposiciones, cuya contestación estoy esperando, como también espero algún escrito de usted que apruebe o repruebe mi con- ducta en La Guaira referente al mayordomo y al cura443.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 363*. José Palacios a Adell El día 22 le dijo el mayordomo que no reconocía su nombramiento. El provisor Castro dice que él debe apoyar al gobernador. Intentará abrir una capilla en una plazuela de la ciudad

La Guaira, 28 de marzo de 1901

443 Moleres, además de denunciar en la prensa la hostilidad del cura de La Guaira, interpuso contra él una demanda en la curia arzobispal, que el provisor no creyó oportuno proseguir en momentos en que encontraba grandes dificultades para imponer su autori- dad en el cabildo. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 705

M. R. P. Patricio Adell. Mi respetado padre: Llegó por fin a abortar la muy maldita masonería. Cuando ya todos estábamos tranquilos al parecer y al ver el rumbo que tomaban las cosas, se descolgó el señor gobernador con una orden, en la cual disponía se clausura- ra la iglesia de Nuestra Señora del Carmen hasta tanto sean reparados los daños que en ella causó el terremoto del 29 de octubre. Los señores del trián- gulo quedaron tan indignados del proceder del padre Medardo cuando éste apeló al gobernador contra la orden de clausura que había dado el señor jefe civil, que después han agotado todos los medios para dejar burlado al padre Medardo y a cuantos en estos días se les ponen de frente. Sucedió luego que el gobernador que por influencias del ministro español accedió a los deseos del padre Medardo y dio orden verbal de que se abriera de nuevo la iglesia. Todo quedó tranquilo al parecer. El padre Medardo, muy satisfecho de sus gestiones, no se preocupó más, cuando podía haber trabajado algo por reunir algunos fondos para entrar a componer algo en la iglesia. Los señores…, tra- bajando sordamente y protestando contra la orden del gobernador . En esto relevan al gobernador y ponen al que estaba de administrador de la aduana de este puerto, amigo de los señores… Figúrese los esfuerzos que éstos harían para conseguir su propósito teniendo a su favor la autori- dad. El resultado fue que lograron que el señor gobernador dio la orden de clausura el día 22 del actual. Para esta fecha ya había pasado yo oficialmen- te los títulos de capellán. En mala hora. El mismo día 22 me contestaba el mayordomo, de orden de la cofradía, que se abstenía por ahora de reconocer en ese cargo al reverendo padre fray José Palacios, puesto que la cofradía no podía atender a gasto ninguno de la iglesia ni del capellán. En la misma fecha pasó comunicación al señor provisor diciéndole lo mismo que a mí, con la diferencia de que al señor provisor le decía que sólo podría reconocer el nombramiento en el caso de que el capellán se comprometiera a vivir sin ero- gación alguna de la cofradía y expuesto al peligro de ruina que amenazaba la iglesia. En este estado de cosas me he presentado al señor provisor en ocasión precisamente en que él me iba a llamar por telégrafo ¿y sabe vuestra reve- rencia lo que me dijo? Allá va: 1º. Me hace leer la comunicación que le había pasado la cofradía y otra que había recibido del gobernador dándole en esta última cuenta de la orden de clausura de la iglesia y pidiéndole, al final de ella, apoyo en el asunto. 2º. Viene en segundo término la solicitud del padre Castro y se me des- carga diciendo que él no podía menos de apoyar al gobernador y de consi- guiente que nada podría hacer en el asunto. ¡Pobre iglesia venezolana! Sometida en todo al capricho de cualquier gobernante, sea o no de alta posición, sea o no sea masón. Vista su actitud, yo 706 correspondencia del PADRE ADELL le dije que si le parecía bien que yo habilitara una capilla provisional hasta ver qué se podía conseguir en pro de la iglesia, y a esto únicamente fue que accedió dándome como capellán del Carmen la autorización por escrito. Así están las cosas, padre Patricio. ¿Qué le parece hasta qué punto han llegado los asuntos? Se perdió el mejor tiempo para haber recogido algo para la composición de la iglesia que a lo sumo puede costar 500 pesos. A lo sumo, digo, porque lo principal con 200 se puede remediar. Espero que vuestra reverencia me diga lo que he de hacer. Entretanto yo habilitaré un oratorio en una casa de la plazoleta que hay poco más arriba de la iglesia y veré la manera de poner en movimiento algunos resortes (esto con sigilo), porque los señores ni harán ni dejarán hacer para ver de conseguir algo para la com- posición de la iglesia, y si esto me da resultado, pediré autorización al señor provisor para entrar en la composición. Dígame qué le parece. Su afectísimo menor hermano y súbdito. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 364*. Félix Abaurrea a Adell

Guasipati, 31 de marzo de 1901

Sintió mucho su salida de Tumeremo por sentirse en él muy bien de salud y, sobre todo, porque había preparado con mimo la Semana Santa y esperaba recoger mucho fruto. Tumeremo es el pueblo en que más fruto se puede recoger. En Guasipati no encuentra colaboración para preparar la Se- mana Santa444. Ha distribuido los cíngulos y fiadores que le mandó entre las parroquias de Soledad, San Félix, Upata, El Callao, Guasipati y Tumeremo: Agoar, caja 82, leg. 5.

444 Dos semanas más tarde repetía en carta a Musitu la desazón que le produjo la orden de salir de Tumeremo y la frialdad que encontró en Guasipati. Esa orden «me cayó medianamente mal, porque ya sabes no simpatizo yo mucho con este pueblo. Vengo a ésta y todo el mundo se cierra a la banda y nadie quiere prestarse para ayudar en la Semana Santa. Encuentro con que los altares están sin cubrir y hasta el miércoles santo nada se hace, por más que hablé con la presidenta de la Unión Católica. Llegó el Domingo de Ra- mos y, por supuesto, la bendición de las Palmas fue rezada, porque, aun cuando se escribió a Callao para que viniese algún cantor y por más que hizo el p. Pedro, nadie se prestó. = Yo ya había hecho propósito de no hacer nada y así lo dije a don José Mª Romero, y el miérco- les santo, al ver ellos mi frialdad, hicieron todo cuanto pudieron para conseguir del Callao un cantor, que al fin vino. Todo se tuvo que hacer en ese día, así que en todo él salí de la iglesia. Hemos hecho buenamente lo que se ha podido, pero no me han quedado ganas de volver a repetir, puesto que aquí en la generalidad de los guasipatenses ni hay religión ni devoción ni aun respeto. El jueves santo hice la Exposición del Monumento y apenas se veía un cristiano que hiciese una visita. Es más, todo el día tuve que estar haciendo de policía… »: Agoar, caja 83, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 707

Carta 365*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ El arzobispo nos ha concedido la parroquia de Maracas, a unas diez millas de Puerto España. Cree que se debe aceptar. Tiene iglesia y casa parroquial. Es más de lo que podíamos esperar

[1 de abril de 1901445] M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi querido padre Patricio: El día 10 del corriente mes llega aquí un dominico español de Ocaña, de modo que vino a tiempo la carta de vuestra reverencia para monseñor446. A pesar de todas las dificultades, me presenté con las cartas, la solicitud en latín escrita y una declaración mía en castellano, y después de no poco hablar, de insistir monseñor en que nada podía conceder, que tenía las ma- nos atadas y que dependía todo del general de dominicos, y yo, por mi parte, exponerle nuestra necesidad y la resolución de acudir al mismo general, él me propuso darnos una parroquia, Maracas, que dista unas diez millas de aquí, se habla mucho español y se hace el viaje la mitad por tren y lo restante en coche. Me dijo de ir yo a visitarla. Tiene iglesia y presbiterio y desde luego resulta económico. Le contesté dándole las gracias y que no había la necesi- dad de ver el pueblo; nos bastaba su palabra y el afecto que nos tiene, pero que escribiría a vuestra reverencia proponiendo la solución, aunque confiaba que vuestra reverencia aceptaría. Me dijo que también él escribiría en este mismo vapor en el mismo sentido. Creo que se debe aceptar porque todo es principiar, las bases para la vida seguras, la ocasión por hoy está aprovechada y en situación de no des- perdiciar las que en adelante se puedan presentar. Si hubiera seguido consejos, no tendríamos nada, porque nadie me daba esperanzas. Creo que monseñor hace hoy lo que puede; mañana será Dios quien agrande el agujero. Quizás mande con el padre Ecay la lengüeta del armónium. No detengo al padre León por no echar a perder el negocio, mostrando interés en él, pero él dirá a vuestra reverencia que, fuera de lo que hoy nos da, no podemos esperar nada. Por mi parte, creo que se debe aceptar, pues la entrada es en

445 Sin fecha en el original. Tomo la fecha de la postdata de la carta. 446 Debió de llegar a finales de abril. El 23 todavía no había llegado: V. Ruiz, Carta a Í. Narro, Puerto España, 23 abril 1901: «En estos días debe [de] llegar un padre domi- nico español, natural de Calahorra». En carta del 7 de mayo al mismo corresponsal ya le informaba de su llegada: «llegó por fin el padre dominico español, natural de mi pueblo»: Agoar, caja 81, leg. 5. 708 correspondencia del PADRE ADELL buen sentido y en paz, lo cual me parece muy buena señal. Escriba, pues, a monseñor aceptando, si vuestra reverencia no tiene otras razones, y considé- relo como un favor que quizás en otra ocasión no se nos concedería, aunque lo pidiésemos447. Espera su contestación así como también para monseñor lo más pronto su afectísimo menor hermano y súbdito que le ama en el S. Corde Jesu. Fray Víctor Ruiz de San José PD. Maracas pertenece a la parroquia de San José y se dividirá para nosotros. ¡Gloria a san José! 1 abril. Puerto España. Cada vez que pienso que en la ciudad, por mu- cho que se hubiera conseguido, hubiera sido licencia para vivir, sin facultad para moverse en ningún sentido y siempre con ojos extraños encima, consi- dero que san José nos prepara la cosa mejor que nosotros.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 366*. Íñigo Narro a Adell † Comprende su deseo de dejar el gobierno al p. Víctor, a quien también él estima, pero conviene esperar. Pronto enviará religiosos a Mara- caibo. En Colombia continúa la guerra. «En España hay verdadera furia contra las congregaciones religiosas». Las posibilidades que se abren en San Fernando son interesantes

Madrid, 3 de abril de 1901

Amado hermano, padre Patricio Adell: Tengo a la vista su carta de 28 de febrero, y, aunque nos hallamos en santos ejercicios, paso a contestarla. Conocí al señor obispo por haberse dignado llegarse por esta residencia con un padre capuchino. Pues … un indio. A sus idas y venidas, promesas y olvidos ¿qué he de decir a usted? Que se arme de paciencia, de prudencia y de dulzura en las contestaciones. A su deseo, bien justificado por cierto, dada su edad y achaques, de dejar la cruz del mando …, ya le propuse el religioso que en esta suya me propone usted para sucederle en el gobierno. Conozco las excepcionales dotes del pa- dre Víctor, pero … un poco más de espera. ¿Se marchará? ¿O se quedará en Puerto España? Y si puede quedarse, ¿quién le substituye, si él substituye a

447 Adell, que tanto había deseado instalarse en Trinidad, no tardó en secundar las indicaciones del p. Víctor: supra, IX. Correspondencia A, Carta 193. Éste dio cuenta de estas negociaciones al comisario general apostólico en carta del 23 abril 1901: Agoar, caja 81, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 709 usted? Confiemos en Dios que le otorgará todo lo que necesita para continuar algún tiempo más al frente de esa corta falange de misioneros. A Venezuela aún se animan los padres de los colegios; al Brasil … no tanto. Tenía seis dispuestos para el Brasil y recibo contraorden del padre Bernad. Escriba al padre Julián «que tenga paciencia, que no se precipite, que no abandone Maracaibo». Tengo dos dispuestos para Maracaibo; no fueron ya por no prestarse el padre Lozares. No los mando ahora por esperar el resultado de los de Panamá. Aunque fueran, como quiera que desde La Guaira habían de dirigirse a Maracaibo, no podía con ellos mandar los cuatro barriles de vino para misas y harina para las hostias; pero el 5 de cada mes parte de Barcelona La Veloce, y por 35 francos o sea 48 pesetas lleva hasta Trinidad un volumen de metro cúbico. Hallándose el padre Víctor en Puerto España, podría consignarle los cuatro barriles de vino, harina y los libros que me pedía y otros de propaganda. Espero indicacio- nes de usted. En Colombia continúa la guerra y seguirá, según anuncio del ilustrísi- mo padre Nicolás, por todo este año y con temores de que a la postre triunfen los liberales. En España hay verdadera furia contra las congregaciones religiosas. ¡Qué perspectiva tan sombría! Dios nos asista en especial a usted y a su afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción PE. Todo cuanto me propone sobre San Fernando, padre Antoni- no, fray Sibelo… etc., lo veo muy bien. Los de La Candelaria siempre pertenecerán, hasta que otra cosa no se disponga, a dicha provincia. Si conceptúa usted conveniente mandar a San Fernando a alguno de sus súbditos, súbditos seguirán siempre de usted. De unos y otros cuidará y mandará usted, pues por lo crítico de las circunstancias y las distancias no puede gobernar el padre Matute, ni el vicario apostólico, que continúa en Bogotá. Se celebran los sufragios por nuestro amado difunto, hermano fray José Orea de los Mártires (Ripa).

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 367*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 3 de abril de 1901

Remite una carta recién recibida con quejas sobre fiebres. Quizá fuera de Musitu. Otros las hemos sufrido más fuertes: Agoar, caja 82, leg. 5. 710 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 368*. Tomás Martínez a Adell Matute y Casas ordenan su regreso a Colombia. Embarcarán este mes en Barcelona rumbo a Barranquilla. Envíe pronto reemplazo. El pueblo sentirá nuestra partida. Se despide y agradece las atenciones recibidas

Cantaura, 9 de abril de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Estimado y querido padre: Ésta tiene por objeto manifestarle lo siguiente. En este momento aca- bo de recibir una carta del padre Santiago Matute, en la que nos ordena efectuemos cuanto antes nuestro regreso a Colombia, sin esperar al padre filipino que nos anunciaba. Según esta orden, en este mismo mes pensamos ponernos en camino, embarcándonos en Barcelona con dirección a Barranquilla. Así que suplico a vuestra reverencia mande en seguida nuestro reemplazo de padres a este lugar. A los padres de Arauca los suponen ya en Casanare, en su propia resi- dencia. El señor obispo Casas me escribe también y me recomienda diga a vues- tra reverencia «que tiene vivos deseos de que se acabe esta guerra para vol- ver a Casanare y de allí encaminarse a Ciudad Bolívar a darle un estrecho abrazo, así como a todos los demás padres y hermanos de ahí». Y en otra par- te dice que «si no fuera por el deber que tengo de atender a las misiones nada les diría sobre su vuelta, sabiendo que en manos del padre Patricio Adell están perfectamente (como yo lo estuve y lo recuerdo con mucho placer)448; pero el deber se me impone». Ésas son sus palabras. Padre Patricio, de una vez nos despedimos de vuestra reverencia y le suplicamos nos dispense en todo y que nos vamos muy agradecidos de vues- tra reverencia. Comprendo que Cantaura se va a poner furioso apenas sepa lo que hay; y por eso nos iremos con disimulo, sin decirles nada449. Atienda vuestra reve- rencia a este pueblo, que quiere mucho a los padres agustinos y merece que éstos los administren.

448 En el trienio (1879-82), en que Adell presidió la comunidad de Monteagudo, Casas fue uno de sus profesores: Sádaba, 803; infra, Carta 398*. 449 La noticia transcendió inmediatamente. El 24 de abril el pueblo entero dirigió una instancia al delegado apostólico en la que lamentaba la salida de unos sacerdotes que «venían desempeñando sus cometidos con contracción ejemplar y contentísimos está- bamos en la creencia de que perdurarían en el desempeño de sus magisterios» y le pedía que intercediera para que fray Tomás y fray Rufino volvieran «a ocupar sus puestos […], mereciendo como hasta ahora nuestro amor, nuestra confianza y nuestros respetos»: La Religión, Caracas, 10 agosto 1901. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 711

Suplico a vuestra reverencia entere al señor obispo en nuestro nombre de lo que hay. Si algo tiene vuestra reverencia que comunicarnos urgentemente puede hacerlo por telégrafo y hasta por este mismo correo. Mando la cajita de los Santos Óleos para que los mande o bien con el mismo correo o de una vez con los padres que vengan para acá. También va una dispensa–petición, cuya concesión la hizo al padre Rufino el doctor Gómez por medio de una carta ahora tiempos, pero que por varios inconve- nientes no se le había podido mandar antes. Adjuntos van cinco pesos que dieron por la dispensa. De vuestra reverencia menor hermano en Jesús. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 369*. José Ibáñez a Adell Ha recibido la carta en que le explica su proceder en el asunto del vicariato. La posta en palio merecía haber arriesgado. Han predicado bastante durante la Semana Santa. Comenta la situación de Moleres en La Victoria. Desearía noticias de rebus fratrum

La Victoria, 9 de abril de 1901

Mi querido padre Patricio: En mi poder la suya del 10 de marzo, en la que me dice el por qué de no mandarme las instrucciones y la autorización que le pedía para la gestión del asunto vicariato. Dada la conveniencia que nos reportaría para legalizar y justificar nuestra situación en Venezuela, creo valía la pena de hacer una pequeña hombrada, caso de que usted no pueda tanto, y oficiar de superior. Aquí me parece que no habían de ser muy exigentes y nada nos habrían pedido quedando la cosa arreglada y luego en España habrían pasado por el hecho, sobre todo estando ya consumado. El que no se expone no pasa el río. Pero qué hemos de hacerle. Otra vez será. Pasó la Semana Santa, predicando los sermones que han pedido y aun más. No sé el fruto que habrán sacado los fieles; nosotros, no todo el que debíamos esperar, dado el trabajo, porque esta gente no entiende de delica- dezas y no hay manera de que esas cosas se traten y regateen como si fueran higos. Todos no podemos ser Lazos, ni conviene tampoco. Éste no se ha por- tado del todo mal.

Desde Aragua Tomás dirigió el día 23 de abril una sentida carta de despedida a don Luis Felipe Guevara, jefe civil y militar de Cantaura, que fue publicada días después en El Propagandista, periódico de Maturín. 712 correspondencia del PADRE ADELL

El padre Medardo ha trabajado. Si tiene auditorio, es entusiasta por predicar. Terminada la semana santa, le dio por irse a La Guaira para ha- cer entrega, por más que ya la tenía hecha, fuera de firmar. Le hice ver que no había lugar para ese viaje, entre otras cosas porque el padre Palacios nada decía de querer se le hiciera la entrega, y además que cualquiera que fuera la disposición de usted respecto de él, había de ir a La Guaira y entonces firmaría lo que fuera preciso. No se convenció, porque su objeto me parece es estar por Caracas, también La Guaira, y salir de aquí que, no obstante he procurado no le fuera pesada aquí su estancia, no se aviene con sus hábitos de mandar. Aunque en teoría es muy subordinado, el haberme opuesto habría dado lugar a una situación violenta, sobre todo no creyendo él clara su dependencia de aquí, y le dije que allá él, y que por tener en cuenta algunos casos no me oponía y cargara él con la responsabilidad si ante usted alguna había. No me encuentro en situación de llevarme dis- gustos. Se estará, pues, por Caracas un mes esperando que usted disponga y si nada dispone, se volverá, y luego de veinte días irá de nuevo, etc., etc. Tanta importancia da a lo que dirán sus relaciones en Caracas y La Guaira sobre haberlo sacado y, sin embargo, rabia por estar allí. El diantre que lo entienda. España, Maracaibo y hasta Trinidad por haber muerto no sé qué capellán y poder ir él allí para arreglar si algo se necesita en orden a una residencia. Todo bulle en esa cabeza. De la Guayana parece que no se acuerda. Me dijo había escrito a usted sobre los cien pesos de la imagen que se encargó a Madrid. Parece quiere que esta residencia pague otra vez sus ge- nialidades. ¿Por qué dio orden que no se trajera la imagen, teniendo ya cien pesos y tantas relaciones y simpatías para lo que faltara? Por dar en la ca- beza y salirse con la suya, el amor propio que tantos disgustos le ha costado y le costará. Yo le encargué que se ocupe de la imagen y vea de sacar algo a la famosa cofradía de lo le debe para abonar esos cien pesos y evitar que piensen cualquier cosa sobre el dinero. Días pasados leí en El Pregonero se había dado orden de cerrar El Car- men; ya no he leído más. Esperaba carta del padre Palacios y nada dice. Yo me estoy quieto para ver lo que hay del asunto. De haber algo, creo lo habría escrito. Tal vez sea sólo cosa de periódicos. No he preguntado para que no crea el padre Palacios que pienso intervenir en el asunto. Ello dirá. ¿Qué resultará en Filipinas de la prisión de Aguinaldo?450 ¿Será un de- talle nada más? Nada me dice de nada, por más que surjan las preguntas de rebus fratrum.

450 Emilio Aguinaldo, presidente del gobierno revolucionario de Filipinas, había caído en manos de los americanos el 23 marzo 1901 y el 19 abril juró fidelidad al gobierno ameri- cano: James H. Blount, American Occupation of the Philippines, Metro Manila (Filipinia- na Reprint Series 24) 1986, 336-40; A. M. Molina, The Philippines through the Centuries 2, 236-37. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 713

Espero resolverá respecto del padre Medardo lo que estime más con- veniente sin mucha tardanza. Tal vez le digan algo de Madrid, porque él ha recibido dos cartas del reverendísimo en pocos días y sin duda habla del asunto, porque la última no se la dirige al Carmen sino a la Merced. Muchos recuerdos al padre Víctor y demás padres, y usted mande a su menor hermano y súbdito. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 370*. Pedro Ramos a Adell † Lamenta que no hayan llegado las estampas, novenas, rosarios… Mientras envíe las cosas por Upata no llegarán a tiempo. La gente de Tumeremo está bien dispuesta. Fue un error sacar de él a Félix Abaurrea

El Callao, 11 de abril de 1901

Mi respetable y amado padre Patricio: Terminadas las funciones de Semana Santa le escribo para contestar a las suyas de marzo. Las estampas no han llegado ni llegarán mientras no las mande el de San Félix directamente aquí, y lo siento porque se hubieran despachado bas- tantes, pues así lo han efectuado unos turcos que las han vendido a 6 reales, a 7 y hasta a 10. De Upata es difícil encontrar proporción de mandar las cosas a éste. ¡Lástima que no haya estampas, rosarios, escapularios, devocionarios, novenas y libros para lectura! Necesito un Mes de María, si puede ser como el de los colegios, que se conoce por las preciosas consideraciones que tiene. Aquí son aficionados a novenas y devociones por el estilo, y hay que aprovecharlas. Ahora mando al padre Víctor 38 libras o 239 pesos, tres reales y medio para pagar las aras, cíngulo, fiadores (2), cera, etc. En ellos van 94 –se reco- gerán más– para la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. En la adoración de la Cruz el Viernes Santo se sacaron 42 pesos que destino a la iglesia, si no dispone otra cosa. Sea inter nos: el padre Rafael, que tanto se quejaba, he sabido que man- dó a España trece onzas y tres duros. Que sirva de lección y no entusiasmar- se porque venga mucha gente, sino que sea buena, pues me parece haber oído y creo así es que en España lo que quieren es que salga gente, sea la que quiera. Vamos a la cuestión Tumeremo. Ahí está el padre Musitu y, sin embar- go, le diré que respeto muy mucho su determinación. Pero ya sabe lo que so- 714 correspondencia del PADRE ADELL mos los hombres. Aquí hemos dicho que ha tomado esa resolución porque no lo conoce. No sabe que es el pueblo donde más fruto espiritual se puede sacar, donde hasta los pobres se sacrifican dando 4, 6 y 8 reales, porque están con- vencidos de la necesidad de sacerdote, donde la gente es sumamente sencilla y religiosa, donde relativamente hay más casamientos. En estos tiempos de miseria no hay que pensar en que puedan vivir dos, pero no lo habían de pasar mal si los tiempos buenos fuesen seguros. Yo sentí verdaderamente el que quitase el padre Félix, porque ya estaban creídos y preparados para la Semana Santa en todos sentidos, y es por demás lo tristes que se quedaron. De esto le habrá hablado el padre Félix, y quizá algo destemplado, efecto de la impresión que le causara el abandono del pueblo en esos días, cuando se preparaba para confesar, etc. No obstante este pequeño desahogo, disponga lo que crea prudente. Si aquí quiere poner dos, bien estarán, porque pueden mantenerse y en ciertas temporadas son necesarios. Supongo recibiría mi carta en que le decía que el señor gobernador nos pedía los títulos. De más está decirle que puede disponer, al menos de mí, para donde quiera y como quiera. Se necesita aquí una casulla negra, porque la única que hay está muy deteriorada. Ahora que si la manda a Upata no me pregunte si la he recibido. Ahora quizá menos mal, porque creo que está el padre Juan. Si le parece, mande la correspondencia por el correo del oro, porque ofrece seguridad y prontitud, al menos cuando haya algo de importancia. ¿Qué hay de dalmáticas, de que le hablaba en mi última? Mándenos para poder utilizarlas, que nos vendrán muy bien. Sin más por ahora, queda a sus disposición su afectísimo menor herma- no que le ama en Jesús. Fray Pedro Ramos

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 371*. Antonino Caballero a Adell † JHS El obispo ha comprendido las razones que impiden el envío inme- diato de dos religiosos. En Arauca la situación ha empeorado. Su presencia en San Fernando es necesaria, por estar enfermo el pá- rroco. Saldrá a recorrer la vicaría para poder informarle. Si le nece- sita en Ciudad Bolívar, está dispuesto a dejarlo todo. Sibelo puede continuar ahí

San Fernando de Apure, 13 de abril de 1901 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 715

R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi amado y respetado padre Patricio: Recibí su estimada carta, en la que me mandaba adjunta la que dirigía vuestra reverencia al señor obispo y, en conformidad con lo que vuestra re- verencia me indicaba en la carta, le escribí también dándole alguna pequeña explicación sobre el motivo por el cual no podía vuestra reverencia mandarle pronto los dos padres que él solicitaba, pues, como es natural, y así lo com- prendió cuando yo le dije algo de palabra, necesitaba ponerlo en conocimien- to de nuestro padre Íñigo. Adjunto le mando una carta a nuestro reverendísimo padre Íñigo. No se la dirijo a él directamente, porque no sé la dirección. Así es que puede enterarse vuestra reverencia de su contenido y mandársela por el correo451. Otra casi en el mismo sentido voy a ver si le puedo poner a nuestro padre Santiago. Las cosas en Arauca se van poniendo de mal en peor. Acabo de recibir en estos momentos una carta del padre Pablo [Alegría] con fecha 2 de abril y me dice: «que varios padres de Casanare han sido presos últimamente en estos días, y se cree serán fusilados» –no sé en qué se fundará o de dónde lo habrá sabido–, y que el comercio de Arauca está cerrado, que los propietarios y dueños de hatos y demás personas de consideración están de este lado. El me escribe de Guasdualito, lo que me es raro que, sucediendo tales cosas permanezca tan cerca del fuego, pues en ese caso podría sucederle tal vez alguna cosa. Me dice que actualmente está en Arauca el mismo que nos puso presos y que quería formarme consejo de guerra A juzgar, pues, por esto, no hay esperanzas de ir para Arauca. Aunque el padre está interesado en que no salga de aquí, yo siempre tengo la idea de ir lo más pronto a verlos y abrazarlos. Mucha es la falta que le hago al padre Vargas, pues él está enfermo y no puede atender a las necesidades de la parroquia. Ya me ha indicado el ir yo a recorrer los pueblos de la vicaría, cosa que creo muy conveniente para saber qué número de habitantes hay, qué pueblo, etc., etc., y si se podrán o no sostener los dos o tres padres que el señor obispo quiere y desea que vengan: uno para estar aquí, o dos, y otros dos para los pueblos de la dicha vicaría. Así es que entonces le podré dar relación de todo y aun quisiera dársela personalmente. Me ha dado para celebrar misas gregorianas y hasta me ha encargado ya el sermón de san Antonio con tanta anticipación. Todo tal vez por ver si desisto del viaje, pues yo le he manifestado que quiero verlos pronto, que es lo más justo y lo más racional. Así es que si le hago falta, mándeme llamar, aunque otra vez tenga

451 A. Caballero, Carta a Í. Narro, San Fernando de Apure, 14 abril 1901, describe con bastante detalle la suerte de los tres misioneros de Arauca desde el 30 octubre 1899, en que el pueblo cayó en poder de los revolucionarios colombianos, hasta el presente y le informaba sobre las posibilidades que se abrían a la orden en la región del Apure: Agoar, caja 95. 716 correspondencia del PADRE ADELL que volverme; o si quiere me quede aquí hasta que venga contestación, me lo dice resueltamente. Respecto a la venida de fray Antonio no la creo conveniente. Ahí puede estar un poco más sujeto y repasar para cuando tenga que ordenarse y tam- bién para que a vuestra reverencia le tendrá un poco más respeto y le guarde más consideración. Mis gratos recuerdos al padre Paco de su ayudante de misa y al padre Silverio con el hermano Mariano. A todos les desea salud y bienestar este suyo afectísimo y menor hermano que lo ama en Corde Jesu. Fray Antonio Caballero de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 372*. José Palacios a Adell El 15 se vio obligado a entregar todos los objetos a la cofradía. No le ha sido posible abrir el oratorio. El provisor, cuyo proceder no entien- de, ha cedido a todas las exigencias de la cofradía. Mañana volverá a entrevistarse con él. Ahora vive en casa del cura

La Guaira, 19 de abril de 1901 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado padre: Recibí su carta del 8 del mes en curso el día precisamente en que me vi obli- gado a entregar los objetos todos de la iglesia a los señores: el día 15 del actual. En mi anterior le decía que de un día a otro habilitaría un oratorio provisional. No ha sido posible hasta la fecha. Como tropezaba con algunos inconvenientes, pensé dejarlo hasta después de la semana santa, en la es- peranza de que el señor provisor, vista la actitud que tomaban los señores, cortase por lo sano y tomara una resolución definitiva respecto a la cofradía; pero antes, por el contrario, ha cedido de tal manera que los ha dejado hacer sencillamente lo que han querido. Yo subí a Caracas el mismo día en que le escribí a vuestra reverencia, el 28; dejé la llave de la iglesia en la casa parroquial y la de la entrada del patio, como se necesitaba para que el relojero entrara a dar cuerda al reloj, se la entregué al mayordomo. Di cuenta inmediatamente al provisor y me encar- gó que dijera al cura de La Guaira que si le pedían la llave de la iglesia los señores, no la entregase mientras no recibiera aviso de Caracas. Así lo hice. Pasan algunos días cuando el lunes santo me dicen que el cura de La Guaira me llama por teléfono. Corro inmediatamente y me dice que ha entregado la llave de orden del provisor. Voy al poco rato a casa del provisor y me dice que no. No quise preguntarle más y me retiré. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 717

En uno de estos días hablo con el penitenciario452, a quien yo conocía algunos meses hacía, me pregunta por los asuntos del Carmen y yo le cuento algo. ¿Y sabe vuestra reverencia lo que me dijo? Es lo que sigue. «Usted cree que el padre Castro ha de hacer nada? No, el padre Castro no se mueve ni da un paso». ¡Cuánta razón tenía! «Mire, padre José, yo le arreglo con el minis- tro de Cultos, no diga nada y un día de éstos vamos allá». Yo accedí y él habló con el ministro, le impuso del asunto y le pidió audiencia para la mañana siguiente y allá me fui con él y hablé como una hora, imponiéndole de todo lo que me pareció prudente comunicarle respecto del proceder de la cofradía, de sus pretensiones y del derecho que pueden tener sobre la iglesia y sus in- tereses. Me oyó con atención y me dijo que ya tenía estudiado el asunto, pero que para tomar la medida que él creía necesaria necesitaba una nota oficial del padre Castro. Ya hace algunos días que yo le había dicho al padre Castro que si se podría hacer algo por medio del ministro y me contestó que no era necesario. Por esta razón yo no me atreví a decirle más y el penitenciario me dijo que él se encargaba de hablarle pero sin decirle que yo había dicho nada. Yo no sé si le dijo algo. El caso es que el padre Castro nada ha hecho. Regresé de Caracas el día 10, llegué a casa del cura y éste me dijo que llamara por teléfono al secretario y le dijera que se informara con el provi- sor y me hiciera el favor de decirme si era verdad que había dado tal orden, puesto que, habiendo estado yo en su casa después de haber entregado la llave el cura y habiéndole preguntado si había habido alguna novedad, a lo que me respondió que no, tenía yo motivo para dudar si aquella orden había sido supuesta. Así lo hice y el secretario habló con el provisor y me contestó por teléfono: primero que sí y al día siguiente me vuelve a llamar y me dice que no. No había modo de entenderse: yo no sé si era que el padre Castro se había arrepentido de haber dado tal orden o qué era lo que pasaba. En la tarde del 10 voy a casa del mayordomo por la llave del patio y no sólo me la negó sino que me dijo también que la cofradía no tenía que ver con capellán ni con vicario ni con provisor… Me vi pues obligado a vivir en casa del cura. Como yo tenía las llaves de los escaparates y ellos querían incau- tarse todo, el día 11 pasan una comunicación al jefe civil exigiéndole que me cite a la jefatura y me obligue a entregarlas. Esto lo hacen sin habérmelas pedido antes: es verdad que yo no las hubiera entregado antes de recibir orden de Caracas. Di cuenta detallada de todo lo que pasaba al señor provi- sor y éste me mandó entregarlas el día 13, prometiendo obrar con energía y arreglar el asunto. Entregué, pues, las llaves de los escaparates y delante de mí revisaron todo lo de la iglesia, comparándolo con el inventario y resultó que había más de lo que constaba.

452 Luis Avelino Piña: Castillo Lara, La Iglesia venezolana. S. xx, índice de nombres. Continuó de penitenciario hasta 1919, en que presentó la dimisión: Avs, Aes, Venezuela, fasc. 62, exp. 342. 718 correspondencia del PADRE ADELL

Acto continuo tuve que sacar todo lo nuestro de la casita y bajarme con ello a casa del cura, porque ellos no pueden permitir que ningún capellán viva en casa de la iglesia, estando ésta cerrada y expuesta a venirse al suelo. Como el padre Castro prometió arreglar el asunto, yo estoy esperando que me diga algo y he aquí que hoy recibo una carta del secretario diciéndome que el provi- sor tiene que hablar conmigo y que, por lo tanto, vaya a Caracas. Mañana en la mañana iré a ver lo que dice. Aquí paro la historia. El 28 le volveré a escribir. Suyo afectísimo menor hermano. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 373*. José Palacios a Adell Castro le llamó a Caracas para pedirle «una relación minuciosa de todo lo ocurrido desde el día en que la cofradía desconoció mi nombra- miento». No espera nada de él –sólo piensa en la mitra–, y tampoco del p. Baltasar», identificado ahora conC astro. Las indiscreciones de Moleres hacen desesperada nuestra posición

La Guaira, 21 de abril de 1901 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado padre: Le escribí el día 19 en la creencia de que el correo Mala Real salía el 20, pero resulta que cuando sale es el 22 en la mañana, y esto es motivo para que yo pueda añadir algo a lo que le digo en la otra. Terminé mi anterior diciéndole que el padre Castro me llamaba a Caracas. Yo, por una parte, podía creer que era para hacer algo en nuestro favor, mas, por otra, no podía convencerme de ello después de haber observado su comporta- miento en todo el curso de los acontecimientos del Carmen, y por desgracia resul- tó lo segundo. Así como me hizo o quiso hacerme ir a su casa cuando se efectuó la clausura de la iglesia únicamente para decirme que no podía menos de aprobar la orden del señor gobernador, igualmente ahora me ha llamado para decirme que le mande de oficio una relación minuciosa de todo lo ocurrido desde el día en que la cofradía desconoció mi nombramiento como capellán. ¿Qué le parece? Yo, figurándome algo parecido cuando recibí la carta del secretario lla- mándome a Caracas, llamé a éste por teléfono y le dije que me hiciera el fa- vor de darme alguna luz sobre lo que deseaban hablar conmigo. Me contestó que no sabía para qué me llamaba el padre Castro, pero que hablaría con él y me avisaría. Esperé todo el día y en vista de que nada me avisó me fui a Caracas ayer en la mañana y, como me contestó lo que ya le he dicho, regresé en la tarde. El caso es que la comunicación oficial que desea el padre Castro ya la tenía yo medio hecha y ya también se lo había yo manifestado al padre DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 719

Medardo que está en Caracas, encargándole se lo avisara al padre Castro. Hice, pues, un viaje inútil y tuve que gastar lo que en estos momentos no debo ni apenas tengo posibilidad de hacer. ¿Y el padre Castro hará algo con el oficio que yo le voy a comunicar? Esto es lo primero que se le ocurrirá preguntar a cualquiera, y yo, según mi pobre parecer, creo que no, porque puedo hacer la siguiente pregunta: ¿el padre Castro tendrá buena voluntad para con los agustinos recoletos? Y luego ésta: ¿el padre Castro, si hubiera deseado hacer algo, no lo hubiera hecho ya? Creo, padre Patri- cio, que por ahora nada conseguimos ni tampoco podemos esperar gran cosa del padre Baltasar, pues éste hace ya algún tiempo que no hace otra cosa que traba- jar para el padre Castro, pensar con el padre Castro y acceder a todo lo que dice el padre Castro y apoyar en todo al padre Castro. Cuando se efectuó la clausura de la iglesia propuse al padre Castro la idea de que me autorizara para principiar a reparar los desperfectos de la misma, pues ya contaba con varias ofertas que me habían hecho para ello, y ¿qué le parece me contestó? No…, no…, no…, eso no puede ser, no se meta con aquella gente (cofradía) y qué sé yo qué más me dijo en el mismo tono y sentido, y el padre Baltasar, que estaba presente, nada replicó. Sucede luego lo que ya le he referido y nada ha hecho ¿y vuestra re- verencia sabe por qué? En una sola y breve cláusula está contenido, en la siguiente: el padre Castro sólo piensa en la mitra, que ve llegar sobre su cabeza, y le parece que por cualquier cosa que haga se malquista las volun- tades y se le escapa la mitra. Nada, pues, podemos esperar mientras no se resuelve la cuestión de la mitra, mas como cada día que pasa las dificultades van en auge y los señores del triángulo de todo se aprovechan ¿quién sabe si ya nada dará resultado a nuestro favor? Hay otra nota que nos perjudica: el padre Medardo. Estuvo éste aquí a primeros de marzo y, hablando con uno de los cofrades, se atrevió a decirle que yo era el responsable de todo lo que había sucedido contra nosotros, que él sentía sobre manera que el mayordomo se hubiera disgustado con él sin haberle dado motivo por su parte; que si él tenía alguna queja contra los agustinos, era debida a mi indiscreción y que él no era responsable de mis actos. ¿Tendría razón el padre Medardo para desprestigiarme de esa manera y desprestigiar nuestro hábito? Y ¿sabe vuestra reverencia lo que sucedió y en lo que se apoya el padre Medardo para expresarse así? Lea lo que sigue. Estaba yo una tarde en casa del cura y estaba conmigo un sacerdote español y conversando estábamos con el cura cuando se presentó el mayor- domo. Hablando de unas y otras cosas, salió a relucir la iglesia del Carmen y el padre Medardo, por consiguiente. Esto ocurrió en diciembre por los días en que el mayordomo estaba preparando una colección de artículos que luego publicó con la firma Un católico. Los cofrades y algunos más se habían propuesto hacer salir del Carmen al padre Medardo y luego a todos los agustinos que pudieran venir detrás, como vuestra reverencia habrá podido apreciar por los artículos a que me 720 correspondencia del PADRE ADELL refiero y que supongo habrá leído, pues el padre Medardo me decía que se los remitía todos junto con la relación minuciosa de todo lo que estaba ocu- rriendo. Es el caso, pues, que el mayordomo principia a deshacerse en contra del padre Medardo, y yo tengo que defenderle y defender nuestro hábito. Hablando el padre Medardo con el mayordomo a los pocos días del temblor del mal estado en que había quedado la iglesia, le manifestó la idea de que si deseaba la cofradía ver reparada pronto la iglesia, se podía llegar a un acuerdo entre ella y la corporación de agustinos recoletos, cediendo a favor nuestro todos los derechos que la cofradía pueda tener sobre la iglesia y sus intereses, quedándose la cofradía sólo con una casa. Esto fue lo que les hizo moverse a todos vientos y trabajar en todos sentidos para salvar, dicen ellos, la iglesia y los intereses de la misma, amenazados por el padre Medardo y demás agustinos. Y llegó el día en que el mayordomo quiso hablarme contra el padre Medardo, y yo tuve que rebatirle una infinidad de cosas que me dijo contra él en presencia del cura y del otro sacerdote español, y por esto dice el padre Medardo que se desagradó el mayordomo con él, cuando el desagrado provino, si no en todo, al menos en su mayor parte de aquella proposición que se atrevió a manifestarle. Quiere decir que por cumplir yo con mi deber y defenderle de todos los cargos que publicó contra él en el periódico El He- raldo el señor mayordomo y de algunos más que no publicó (que no fue otra cosa lo que yo rebatí a ese señor), por esto únicamente soy yo el responsable de todo lo ocurrido. Nunca creí yo que el padre Medardo se hubiera expresado de aquella manera ni mucho menos que lo hubiera repetido como lo repitió en la misma casa y al mismo señor el día 17 de abril. Pero no es esto solo. Ese mismo día le había dicho yo lo que vuestra reverencia me escribió de los 500 pesos para que él, que subía a Caracas el 18, hablara detenidamente con el padre Bal- tasar y me escribiera si el padre Baltasar veía prudente dar algún paso en ese sentido. A las pocas horas estuvo en la casa que he dicho y salieron por su boca los 500 pesos. En seguida ese señor cofrade se lo comunicó al mayor- domo y en la noche se reunió la cofradía para tratar el punto y disponerse a contrariar lo que los agustinos quieran hacer más adelante. Vea, pues, cómo estamos. Hay otra cosa. El padre Medardo, que no puede vivir tranquilo si no figura en todo, tenía que figurar en la cuestión de la mitra. Se dice hace algunos días que el padre Núñez453, arcediano, es candidato para ese sillón tan codiciado, y el padre Medardo, que tanto quiere hacerse notar, no sólo en Caracas, ha procurado desprestigiar al candidato en algunas casas de fami-

453 Buenaventura Núñez, arcediano desde 1899. Había sido secretario del arzobispo Uzcátegui y a la sazón aspiraba a sucederle. En 1915, siendo vicario capitular (1915-16), volvió a ser uno de candidatos a la sede arzobispal, contando incluso con el apoyo del gobierno, pero la oposición del delegado apostólico le cerró las puertas. Noticias sobre su vida en los cuatro tomos de Castillo Lara, La Iglesia venezolana. S. xx, índice de nombres; Nicolás M. Navarro, Anales eclesiásticos venezolanos, Caracas 1951, 526. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 721 lia que luego lo han hecho saber, sino que también aquí ha hecho lo mismo. Esto, como puede ver vuestra reverencia, no nos favorece nada. Esta es la situación actual en que nos encontramos por aquí. Yo vi- viendo en la casa del cura y la cofradía trabajando lo que puede contra los padres agustinos, teniendo de su parte las autoridades de aquí y al gobernador de Caracas, y el padre Castro sin hacer nada por nosotros. Los de la cofradía llegaron a decir que compondrían la iglesia para las fiestas de Carmen, pero que no quieren capellán agustino, que ya han tenido y conocido a uno y no quieren más, porque con los agustinos en su iglesia tienen amenazados sus intereses; que el día que tengan compuesta la igle- sia pedirán capellán, pero que no sea agustino, ni fraile ni extranjero, sino secular y venezolano. Con todo esto puede apreciar vuestra reverencia lo que podremos hacer en La Guaira en lo sucesivo. Quedo como siempre a lo que vuestra reverencia disponga de su afectísi- mo seguro servidor, súbdito y menor hermano en nuestro padre san Agustín. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 374*. Antonino Caballero a Adell Envía una carta para que se la remita al p. Matute. La situación de Casanare no le permite regresar allí. Informará sobre la vicaría, que quiere recorrer pronto. Su aceptación será especialmente útil para los misioneros de Casanare

San Fernando de Apure, 24 de abril de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi amado y respetado padre Patricio: Recibí su estimada carta por la que veo siguen todos gozando de buena salud. Yo, aunque estuve algunos días primero con unas pequeñas calentu- ras y después con catarro, actualmente me encuentro ya bien, de lo que doy gracias a Dio nuestro Señor. Adjunto le mando una carta al padre Santiago mía y otras del padre Pablo con el fin de que se entere de la situación deA rauca, motivo por el cual no podemos determinarnos a ir al lugar de nuestra residencia, pues cuando yo lo creía todo en paz, van llegado noticias de que la situación anormal en Colombia se va prolongando, y se prolongará aún algunos meses, según me dicen, y más aún en Casanare, aunque no sé qué habrá de cierto en esto. Si comprende que la carta puede llegar al padre Santiago puede mandarla, y si no la guarda en su poder hasta tanto que se le presente una ocasión propicia. 722 correspondencia del PADRE ADELL

Respecto a la vicaría de que otras veces le he hablado, le daré noticias más detalladas cuando yo vaya a recorrer esos pueblos, que será pronto, y además pienso decírselo al señor obispo, que estará aquí pasado maña- na, pues éste no deja de comprender que para estar dos o tres padres no debe faltarles, por lo menos, lo necesario para que se puedan alimentar y vestir. Por lo que me han indicado, creo se pueden mantener muy bien tres o cuatro padres y que a los pueblos de Casanare es a quienes más nos conviene por ser límites con la jurisdicción de dicho territorio. Pero eso no debe ser obstáculo para que si por algún inconveniente no pudié- ramos los de Casanare, vuestra reverencia los mande, ya que con tanto empeño nos solicita el señor obispo, pues todos somos hermanos de una misma congregación y el bien de uno debe redundar en bien de los demás, pues lo que debe de animarnos a todos es la gloria de Dios, la salvación de las almas y el bien de nuestra corporación, aunque para conseguir estos efectos tengamos que ofrecer a Dios algunos sacrificios.A quí no conocían padres agustinos. Mis recuerdos a los padres y al hermano Mariano, lo mismo que a fray Antonio y demás padres que por mí pregunten. Su afectísimo y menor hermano que lo ama en Corde Jesu. Fray Antonio Caballero de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 375*. José Ibáñez a Adell Aunque era pesimista, nunca creyó que la cuestión de La Guaira hubiera tenido desenlace tan fatal. Suena para arzobispo B. Núñez, poco amigo de frailes. Medardo le dice que ha sido destinado a Trini- dad o Ciudad Bolívar y que los padres de Panamá vienen a Venezue- la. Fermín está visitando caseríos de la parroquia

La Victoria, 25 de abril de 1901

Mi estimado padre Patricio: En mi poder su carta del 8 de marzo en la que explica el por qué de no determinarse más en lo del vicariato. En adelante ya será otra cosa, si de Manila y Madrid lo dejan al criterio de usted lo de gestionarlo o no. Como habrá observado, siempre he sido pesimista en el asunto de La Guaira, pero tampoco creí que la cosa tuviera la solución que me dice el pa- dre Medardo y que –así alude– le habrá escrito a usted. A pesar de la poca confianza que tengo en la formalidad que se usa en todo aquí, pensaba que habría en la autoridad eclesiástica más interés por sus derechos, y resulta que el provisorato, según me dice el padre Moleres, ha entregado la iglesia del Carmen a la cofradía. No sé cómo estarán las cosas, porque hace tiempo DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 723 que no me escribe el padre Palacios, pero supongo que eso habrá complicado mucho nuestra permanencia allí. Añádase que se susurra [que] el candidato para el arzobispado es el pa- dre Núñez, tan amigo de frailes como pudieron ya observar los capuchinos, y resulta que las cosas para todos se presentan algo oscuras. Dios proveerá. El padre Medardo, que, como le dije, está en Caracas, me escribe y dice que en la de usted le indica lo llamará pronto a Trinidad o Ciudad Bolívar y que pedirá el equipaje que tiene aquí. Mucho me alegra esté tan dispuesto y ya no piense en España. Aunque no le gusta ser párroco, ahí no faltará en qué emplearlo. De hoy a mañana espero al padre Fermín que se fue hace unos doce días para una expedición a los caseríos dependientes de la parroquia. Me escribió que estaba muy bien y satisfecho de la gente, muy diferente de esta rectoría tan civilizada. Me dice el padre Medardo le escribe el reverendísimo que algunos de Panamá desean ir a España y que les han dado orden de que se vengan a La Guaira. El parece escribió que se desembarque en Curazao para Maracaibo. Me habla de que usted no quiere que los cien pesos de la famosa imagen los pague esta residencia. Me alegra eso, entre otras razones porque aquí hace algún tiempo entra poca celebración, la parroquia no da apenas, porque na- die quiere pagar y no es cosa de andar, como un padre Lazo, a bofetones. Así que vamos viviendo y nada más. Gracias a los sermones, pero éstos son muy eventuales. Consérvese bueno, mis recuerdos al padre Víctor y demás padres y us- ted lo que quiera de su menor hermano y súbdito. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 376*. León Ecay a Adell † El paludismo ha vuelto a atacarle. Si se repite, tendrá que buscar sitios fríos, que le permitan recobrar la salud. Sólo así podrá ser útil a la comunidad. Ahora «no hago más que servir de estorbo e incomodar a los demás». Su enfermedad es «una prolongada caricia por parte de Dios»

Upata, 30 de abril de 1901454

454 1900 en el original. Por la vida del p. Ecay y una carta del p. Juan Vicente de esta misma fecha: infra, Carta 377*, consta que Ecay llegó a Upata en abril de 1901. En ese mes de 1900 él estaba todavía en Panamá; y el p. Juan Vicente, en España. 724 correspondencia del PADRE ADELL

Mi respetable padre Patricio: Después de un feliz viaje desde San Félix a ésta, me atacaron las fie- bres con bastante intensidad y durante el primer ataque me castañearon los dientes como castañuelas y después de copiosísimo sudor cesó la fiebre como a las dos horas y media del ataque. Al día siguiente con la misma canción, aunque no tan fuerte y se despidieron hasta ahora. Desde entonces, que fue el día 24 del actual, hasta ahora estoy muy débil de fuerzas y si vuelve la fiebre, de ningún modo puedo permanecer en ésta. Ya lo sé que no es enfermedad de muerte, pero como viene llovien- do sobre mojado, me van minando poco a poco y cada día más me pide el cuerpo un lugar o clima frío, y por fin tendré que tomar el tole con bastante pena y sentimiento a otra parte, y, una vez curado, podré servir de algo a la corporación, pues de este modo no hago más que servir de estorbo e incomodar a los demás, y no puedo dedicarme a trabajo alguno que sea de mi provecho particular ni de provecho general. Así que le ruego encarecida- mente se tome todo el interés verdaderamente paternal que le caracteriza por el menor y último de sus súbditos para que, si Dios quiere, desaparezca de mí esta especie de nostalgia que siente mi ánimo atacado de continuo por la melancolía y decaimiento producidos por los repetidos golpes del paludismo. Le advierto, padre Patricio, que, si quiere disponer de mí para lo que sea, puede hacerlo con la mayor tranquilidad, porque veo en efecto que nues- tra corporación está pasando por la prueba y tenemos que hacer algún sacri- ficio, que no rehúyo por ser una manifestación palpable del amor y desvelo divinos hacia toda nuestra corporación. En este sentido, sí, trabajaré todo lo que esté de parte mía, advirtiéndole que mi genio lo mismo es para estar solo que para estar acompañado, aun en medio de esta enfermedad que es una prolongada caricia por parte de Dios sin yo merecerla, y que la considero como efecto de mis continuas faltas. El padre Juan sigue sin novedad y yo me voy fortaleciendo poco a poco. ¿Qué es del padre Isidoro? ¿Tendré que substituirle en Guasipati? Sea lo que Dios quiera. Sin más por hoy mis recuerdos a Marianico y padre Silverio, y usted me encomiende a Dios en sus oraciones como yo lo hago por usted. Es el mayor favor que puedo pedirle y dándole las gracias anticipadas se despide hasta la suya su menor hermano in Corde Jesu. Fray León Ecay de la Purísima Concepción

Agoar, caja 82, leg. 5 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 725

Carta 377*. Juan Vicente a Adell

Upata, 30 de abril de 1901

Hace unos días llegó León Ecay. Tiene terror a las fiebres y en ellas se escuda para dispensarse de muchos trabajos. Sólo le han atacado dos días y no han superado los 38 grados. Él sale mañana para El Palmar. Allí se de- morará algunos días. Hay mucho que hacer y se necesita «mucha paciencia y algún tiempo» para conseguir algún fruto455: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 378*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Maracas es para nosotros. Si viene a aceptar la parroquia, causaría buena impresión en el arzobispo, y eso podía sernos útil más adelan- te. También convendría que fuera a La Guaira o Caracas: «a veces basta la presencia del superior para vencer todas las dificultades»

[Puerto España], 1 de mayo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi amado padre Patricio: Vea ésas dos que acabo de recibir. También me han asegurado que mon- señor ha escrito a su vicario general que el pueblo de Maracas es para los agustinos. Por el modo con que lo realiza se ve claramente su buena voluntad y que lo del Puerto le debe ser poco menos que imposible. Quizá antes de la salida del vapor hable con el padre Farrell y pueda dar a vuestra reverencia más detalles. De todos modos, es mi parecer que no esta- ría mal que vuestra reverencia viniera a recibir lo que monseñor nos da. Así quedaba en su ánimo una buena impresión que se podría aprovechar cuando, el día que yo u otro hablase inglés, se presentase ocasión de tomar otra parro- quia más próxima al Puerto. Además, podría vuestra reverencia ir hasta La Guaira o Caracas y, conociendo lo que somos, arreglar esa residencia, pues a veces basta la presencia del superior para vencer todas las dificultades. Acabo de hablar con el vicario general, quien me ha dicho que a la llega- da del padre español vaya a hacerme cargo del pueblo, pero que vaya antes a verlo todo y enterarme de lo que haya. Suyo afectísimo. Fray Víctor

Agoar, caja 82, leg. 5

455 La impresión de Ecay era diversa: L. Ecay, Carta a P. Corral, Upata, 30 abril 1901: «Aquí estoy de más desde el día que llegué, porque Juan se lo hace todo y no está muy conforme con que estemos dos por falta de recursos»: Agoar, caja 83, leg. 5. 726 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 379*. Víctor Ruiz a Adell

[Primeros de mayo de 1901]456

El panorama en Maracas no es muy halagüeño. Por primera vez ten- drá que comer fuera de casa. También él ve la necesidad de estudiar inglés y lo está haciendo. Como todavía no ha llegado el dominico español, que viene para confesor de las religiosas, a él le han prolongado las licencias. Durante la semana de Pascua ha estado con fiebres. Ya está mejor:A goar, caja 82, leg. 5. Carta 380*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 2 de mayo de 1901

Ha remitido el ejemplar del Concilio Plenario a Upata, de donde se envia- rá a otras parroquias. Tratará de cumplir sus disposiciones, incluso las relati- vas a la masonería457. Le gustaría tener compañero, pero no hay trabajo para otro, sobre todo tras la entrega de la escuela a un laico. No ha podido visitar los campos porque el p. Ecay se llevó el caballo a Upata. Se alegra de la parroquia de Trinidad, que tan útil será para los venezolanos: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 381*. Íñigo Narro a Adell † Pronto le llegarán más religiosos. Los libros son caros. Queda ente- rado de los planes sobre el seminario de Ciudad Bolívar y El Carmen de La Guaira. El proceder de Matute es natural. Quiere abrir casa en Manizales. En Colombia sigue la guerra y la moneda está por los suelos

Madrid, 3 de mayo de 1901

Amado en Jesús resucitado, padre Patricio: Poseo su apreciable del 8 de abril con la agradable noticia de haber dado curato al padre Víctor el bondadoso señor arzobispo. He escrito al padre Bruno Capánaga, aunque no he tenido contestación, «si está dispuesto, luego que se restablezca por completo, a pasar a Venezue- la». Si se decide, mandaré los tres: éste y los padres Ángel Martínez y Juan Latorre a La Guaira. Para trasladarse de La Guaira a Maracaibo, usted dará oportunamente las órdenes al efecto y dispondrá los medios. Enterado de las

456 Sin lugar ni fecha. Parece datar de primeros de mayo 1901. El año es seguro; el mes y el día los deduzco de las alusiones a la pascua y al dominico español, que debió de llegar a Trinidad el 5 de mayo, o al menos entre el 23 abril y el 7 mayo: V. Ruiz, Cartas a I. Narro, 23 abril y 7 mayo 1901: Agoar, caja 81, leg. 5. 457 En la carta ya citada del 30 de abril Ecay dirá a Paciente que no se hacía gran caso de ellos: «Aquí se están muriendo de risa los dos tomos del concilio pleno sudamericano». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 727

«historias» y de que el padre Paco explicará moral, confesará a las monjas, les dirá la misa y vivirá con el señor obispo en compañía del padre Demetrio, que explicará gramática. Me alegraré logre lo que se propone sobre la iglesia de El Carmen en La Guaira. Muchos y muy costosos son los libros que pedía; de propaganda católica y muy económica son los del Apostolado de la Prensa. Ya me dirá lo conveniente. Queda encargada la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Hay que mandar lo menos mil francos. Sin contar «caja, embalaje, portes a Barcelona, declaración consular»… Desde La Veloce a Puerto España cuesta setenta francos. Es verdad, el padre Moleres me mandó –no llegó a quinientos fran- cos– 514 pesetas, que tengo a disposición de quien corresponda. Los padres de La Candelaria proyectan una residencia en Manizales (Colombia). No me extraña reclame el padre Matute los de Arauca. ¡Buenos están para pagos! Los cambios al 1.500%, los comestibles por las nubes, y la guerra todavía coleando. Ahora me piden de Barcelona por ampliación del órgano encargado antes de la guerra, 4.000 pesetas, que cuestan en Bogotá ¡60.000 pesetas! He contestado que aguarden y dispensen. ¡Con que por ahí le ha caído el padre León Ecay! No le sacará de muchos apuros. ¡Siquiera estuviera tranquilo! Por aquí cada día más atropellos a los religiosos, cuya extinción han firmado las sectas. ¡Sursum corda! De usted afectísimo hermano. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 382*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Por fin está fijo en la isla, aunque sea en un lugar de privaciones, soledad y algunas penas, debidas a la ignorancia del idioma. La casa parroquial hace de capilla en espera de que se termine la iglesia. Por ahora no conviene ninguno más

Maracas, 13 de mayo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi amado padre Patricio: Estoy por fin fijo en esta isla. No sé lo que Dios tendrá dispuesto para más adelante. Hoy esto no es sino un lugar de privaciones, soledad y algunas penas (por falta de idioma), aunque tranquilo. 728 correspondencia del PADRE ADELL

Aquí hace falta de todo. No hay nada y, como las cosas no están cerca, no es fácil proveerse de lo necesario. Por otra parte, el presbiterio hace de iglesia, así que casi no me puedo mover. Si la iglesia se termina pronto, tendré una casa con sala y tres habita- ciones y se podrá ir al Puerto con relativa facilidad, sobre todo en tiempo de secas; en el de lluvias hay que tropezar con diez ríos sin puentes458. Necesito santos (misas) de la orden, crismeras y lo que me mande. El baúl lo recibí y el dinero lo dejé en poder de la madre Ana. Me parece que por ahora no es conveniente que venga alguno, pues la casa está sirviendo de iglesia, y en la parte de medios para vivir no pue- do decirle nada: el pueblo es pequeño, pobre y nueva parroquia. Ya le daré cuenta de lo que haya. Cada viaje al Puerto cuesta por lo menos 4 fuertes, sin contar la vitualla. La letra del padre Ramos la mandé hace días. Para nuestras cosas o encargos le tengo hablado de un cuñado de la madre Ana, empleado en la aduana. Ya sabe que estoy completamente a sus órdenes y que espero me tenga al corriente de lo que deba conocer para cumplir sus deseos en esta isla. Suyo afectísimo menor hermano que besa su mano. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 383*. Julián Cisneros a Adell †

Maracaibo, 14 de mayo de 1901

Ha estado delicado de salud. Pide algunas facultades ministeriales. «Por aquí andamos trabajando por conseguir la iglesia de San Felipe, que nos da el señor obispo, pero la cosa está algo cruda, porque parece que es propiedad (sic) de una familia y pide 12.000 pesos por ella. Se está trabajan- do a ver si el gobierno del Estado nos da algo». Los de Guarero se retiran y el padre Melchor continuará en Maracaibo. Envía relación de las cantidades entregadas a la madre Ambrosia: Agoar, caja 82, leg. 4.

458 Las obras avanzaron rápidamente, ya que el 27 de ese mismo mes de mayo el arzobispo de Puerto España pudo bendecir la nueva iglesia en una función solemne a la que asistieron el obispo de Curazao y ocho sacerdotes, entre los que Ruiz notó la ausencia de algún representante dominico: infra, Carta 387*; V. Ruiz, Carta a I. Narro, Maracas, 31 mayo 1901: Agoar, caja 81, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 729

Carta 384*. Josefa A. de Guruceaga a Adell Quiere saber si, al fin, puede llegan los profesores que prometió para abrir el colegio. Ya no puede esperar más de dos meses

Maracaibo, 15 de mayo de 1901 R. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado padre: Hace poco más o menos un año que hablé en ésta con el reverendo pa- dre fray Julián para darles la capilla y casa que poseo en el campo llamado Los Haticos con el fin de que establecieran allí un colegio para niños. El padre Julián me contestó poco tiempo después que le había escrito a usted acerca de mi proposición459, que usted la aceptaba y que se pedirían a Espa- ña dos o tres profesores de idiomas, que, dicho sea de paso, es lo más conve- niente aquí, pues la mayor parte de los jóvenes siguen la carrera mercantil. Quedé, pues, en la creencia de que pronto se realizaría el ardiente deseo de ver fundado el colegio. Pero pasan meses y meses y vamos de esperanza en esperanza, y nada se realiza, hasta el punto de que el mismo padre Julián va perdiendo la esperanza de que los profesores pedidos lleguen. Como mi deseo, al dar este paso, es la educación (cristiana ante todo) de mis dos sobri- nos, y éstos se van haciendo ya hombrecitos, yo deseo que usted me diga con franqueza si los padres vienen o no. Para acortar el tiempo le suplico que su contestación sea por cable. Si la venida de los padres es cuestión de uno o dos meses a lo más, me hace el servicio de poner un cable así: «Josefa Guruceaga, Maracaibo. Sí». Si usted no tiene completa seguridad de que puedan estar aquí dentro de uno o dos meses, me pone un cable que diga: «no». Entonces resolveré mandar los niños al colegio salesiano de Valencia. Yo creo que no les irá mal en el colegio, sobre todo si vienen buenos profesores de idiomas, pero es preciso activar la cosa, pues ya los padres de familia se están cansando de esperar. Le suplico, pues, de nuevo me ponga el cable inmediatamente para saber a qué atenernos. Deseo se conserve bien y mande a su afectísima en el Señor. Josefa A. de Guruceaga

Agoar, caja 83, leg. 2

459 Supra, Carta 148*. 730 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 385*. Feligreses de Cantaura a Adell Piden religiosos agustinos. Sugieren los nombres de Medardo Mole- res y José Palacios. El provisor Castro apoya la solicitud

Cantaura, 20 de mayo de 1901 R. Fr. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Reverendo padre: Acéfala como ha quedado nuestra iglesia parroquial por la ausencia de los inolvidables padres fray Tomás Martínez y Rufino Pérez, de quienes quedamos muy satisfechos por su intachable conducta en el ejercicio de su ministerio, recurrimos hoy de nuevo a usted en solicitud de otros sacerdotes de la misma orden que se hallan en Caracas, llamados fray Medardo Moleres y José Palacios, sobre quienes tiene usted plena jurisdicción, los que están muy dispuestos a complacernos por habérselo así manifestado a un comisio- nado nuestro a aquella capital, a cuyas diligencias contribuyó en mucho el doctor Castro, de quien le va la tarjeta adjunta, calcada en el mismo sentido. Contamos con que su paternidad nos atenderá por segunda vez, influ- yendo con su señoría ilustrísima para que haga a la brevedad posible el nom- bramiento en los antedichos reverendos padres agustinos de curas de estas poblaciones, como lo eran los mencionados Martínez y Pérez. Somos sus afectísimos atentos y amigos460. Luis F. Guevara461

Agoar, caja 83, leg. 2

460 Glosa de Adell al enviar la solicitud a Roma: «En los otros dos papeles va la ex- plicación por que no mando a Cantaura. A éstos contesto: hablé con monseñor; me dijo lo pensaría y nada me ha dicho. Pero el p. Clemente dará la explicación a la hermana de Luis Guevara [Amalia Guevara de García que en 25 mayo 1901 intercedió ante Adell por sus paisanos] en Soledad, y ésta se lo escribirá a su hermano y ellos cuidado luego con el señor obispo, y si puedo haré vaya a Aragua uno de Trinidad y … ¿se forzará la caldera? ¿Reventará? Ello dirá, veremos. = Para la de don Julio [Anduze] de Trinidad… lleva ins- trucciones Musitu». Según nota autógrafa del 2 de junio al p. Enrique, Adell estaba disgustado con el obispo, que se negaba a entregarle la importante parroquia de Aragua, a pesar de las rei- teradas súplicas de sus habitantes y de la incuria del párroco que la regentaba. En otro papel de la misma fecha añade: «podíamos mandar dos a Aragua y uno a Cantaura. De esa manera el más joven iría con frecuencia a Cantaura desde Aragua y podría confesarse. Se quedó parado monseñor. Pues bueno, si no quiere quitar al cura de Aragua, yo los pondré, pues hay una familia que los recibe y tendrá en su casa a los padres. Contestación: no se puede uno fiar, pues éstos prometen y no cumplen. Lo pensará. Van quince días y nada dice». 461 Siguen otras 25 firmas. Luis F. Guevara era el jefe civil y militar de Cantaura. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 731

386*. León Ecay a Adell

El Callao, 26 de mayo de 1901462

Mi estimado padre Patricio: Recibí su muy grata y, enterado de ella, le participo que no sigo el viaje para Tumeremo porque el señor gobernador de Guasipati me prohíbe estric- tamente ejercer mientras no vea títulos de cura de Tumeremo extendidos para mí, de modo que los espero en este correo aquí, en El Callao. Espero que no se dilate esto, porque, de lo contrario, va a resultar alguna seria complica- ción, y los títulos mándelos a mí mismo. Suyo afectísimo menor hermano463. Fray León Ecay

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 387*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Pide urgentemente un padre. Lo necesita porque le han encargado dos parroquias

Maracas, 27 de mayo de 1901

Mi querido padre Patricio: Son las 2 de la tarde. Hoy mismo ha sido la bendición de la iglesia en la tarde: he cantado la misa, he preparado todo, donde todo hay que hacerlo. Le pido por Dios que me envíe al padre que pueda para servir esta parroquia o la de Caura. Quizás nos hagamos necesarios. Venga en el vapor siguiente un padre y lo que no se concede de un modo, se concede de otro464.

462 1900 en el original. De su contenido y de las cartas de Ramos y otras del mismo Ecay se deduce que es de 1901. Fue en ese año cuando Ecay fue destinado a Tumeremo y cuando el general Rodil comenzó a airear el problema de los títulos: supra, Carta 350*. 463 Adell glosó ampliamente esta carta: supra, IX. Correspondencia A. Carta 204. 464 Al dar cuenta al comisario de la bendición Víctor comentó su incómoda situación personal, Carta a I. Narro, Maracas, 31 mayo 1901: «¿Y ahora qué le diré yo de esto? Tengo que hacerme el desentendido y quizá hasta el insensible. He llevado unos días pensando sobre la ausencia esa de los padres dominicos en la bendición de la iglesia de esta parro- quia hecha por monseñor con asistencia de monseñor obispo de Curazao y ocho sacerdotes entre seculares y de la congregación del Espíritu Santo. Ningún dominico, con la circuns- tancia de que el padre dominico español pidió licencia y no se la concedieron. Esto no es imaginación y, unido a lo que en diferentes ocasiones he oído, estoy convencido de que poco puedo esperar de ellos. Me considero intruso. = Sin embargo, dejando a Dios obrar y procu- rando aprovechar la ocasión, he pedido al p. Patricio que me mande otro, a fin de atender a otra parroquia mucho mayor que ésta, que monseñor ha puesto o piensa desde mañana 732 correspondencia del PADRE ADELL

Oiga mi súplica: me encargan dos parroquias. He aceptado, pero he ha- blado con monseñor para pedir otro padre. Venga, pues, que es una necesidad. Le ama su afectísimo465. Fray Víctor Ruiz

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 388*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ El periódico oficial del arzobispado ha publicado su nombramiento de párroco de Caura. Para la otra parroquia podría venir el p. Musitu

Maracas, 31 de mayo de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Amado padre Patricio: Como acabo de recibir las dos adjuntas y la una viene tan retrasada, escribo ésta para no detenerla yo y hacer que lleguen cuanto antes. Estoy bien. Quizás mañana añada una postdata sobre lo de Caura. Suyo afectísimo, menor hermano, súbdito y amigo. Fray Víctor Ruiz PD. Maracas, 1 junio. Acabo de leer que yo me haré cargo de Caura hasta la llegada de otro religioso. Venga uno y confío que Dios nos ayudará para no quedarnos parados. Venga uno. El padre Musitu no lo hará mal. La noticia es del periódico oficial del señor arzobispo. Fray Víctor poner sobre mis hombros. ¿Había de rehusar y poner dificultades a la primera prueba venida del señor arzobispo? Acepté con mucho gusto, pero le supliqué que me concediera llamar otro religioso para compartir la carga o ponerlo al frente de la otra parroquia. No sé en qué parará todo, pero hay que estar dispuestos a dejar pasar la tormenta, pues los dominicos no creían que yo me quedara aquí; después han dicho que la parroquia no la ha- bía dado a la corporación, sino a mí, de modo que, en viniendo otro, ignoro qué dirán. Pero me parece que obré lo que las circunstancias me aconsejaban, y todo se reduce, si no nos quedamos con la otra parroquia, a que se quede aquí conmigo, dando gusto a monseñor de cuidar de esa otra parroquia, en la que se habla más español que en ésta y hacerse lugar en su ánimo»: Agoar, caja 81, leg. 5. En carta del 23 abril 1901 se había referido a la resistencia del obispo a concederles una iglesia en Trinidad: «fundándose en el contrato hecho por su antecesor con el maestro general de los dominicos, se empeña en no conceder licencia para estar en la ciudad para administrar; sería contra el convenio»: Agoar, caja 465 Al dorso Adell escribió: «Con ésta sale para Trinidad el p. Musitu con orden de si se pueden colocar allí, queden el p. José Palacios y el p. Medardo Moleres para que apren- da inglés. Si no, que sigan aquí». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 733

PD. Monseñor señala asignación al párroco de aquí. Por la misma ra- zón es de suponer que la asignará a Caura, que ya era parroquia y la tenía asignada.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 389*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Musitu llegó con fiebre muy alta. Ya se ha recuperado. El arzobispo «le recibió muy bien y partió para Maracas, donde llegó contento». Caura es mayor que Maracas, pero éste es más frío y está más acerca de Puerto España

Caura, 10 de junio [de 1901]466 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi querido padre Patricio: Llegó el padre Musitu al Puerto con mucha fiebre el jueves por la ma- ñana; a las 12 pasadas me telefonearon avisándome su llegada y estado; a las 5 ya estaba yo en la ciudad. Encontré bien al padre (dormimos en el hotel por necesidad, al día siguiente yo vine a esta parroquia para verla y estar mientras el padre Mu- situ siga con calenturas. Él se presentó a monseñor, que le recibió muy bien y partió para Maracas, donde llegó contento y sigue como de pascua. ¡Bendito sea Dios! Esta parroquia es mayor que Maracas, pero quien no busque dinero preferirá Maracas a esto. Esto tiene la ventaja de que tiene teléfono y será más fácil tener coche para los viajes, pero aquello quizás sea mucho más sano y con más facilidades para surtirse del Puerto de lo necesario. Me he hecho cargo del dinero y le digo que, si se quiere con interés, en seis meses no se puede tocar el dinero; pero yo creo que, reservando cien pesos, quizás convenga ponerlo a interés, pues no veo razón para perder el interés. No creo que se pueda poner a nombre de tres. Probaré a hacerlo de la manera más segura. Por ahora no conviene aquí ninguno más. Confíe vuestra reverencia que aprovecharé las ocasiones para ir adelante, pero venimos pidiendo una agujero para procuración y lo que deseo que me muevan mucho para que el agujero se agrande y multiplique. Ya avisaré a tiempo. Si nos quedamos con

466 Sin año en el original. Lo deduzco de las alusiones al viaje de Musitu y la acepta- ción de la parroquia de Caura. 734 correspondencia del PADRE ADELL esta parroquia, hemos ganado mucho, pues será fácil aumentar. No tengo papel. De vuestra reverencia humilde súbdito y amigo. Fray Víctor Ruiz

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 390*. Pedro Ramos a Adell † El 27 de mayo llegó el p. Ecay. Está contento y trabajando. Pronto saldrá para Tumeremo

El Callao, 10 de junio de 1901

Mi amado y respetable padre Patricio: Recibí su última del 22 de mayo último y, aunque no hay nada de impor- tancia que decirle, le escribo para contestarle. Hizo bien en no comprar la casulla, no porque no se necesite, sino para evitar nos pase otra como la de la imagen, que yo lo siento, pero que, pensa- do bien todo y vistos todos los recursos de que podía disponer, no es posible pagar esa cantidad. Confieso que hubo en mí ligereza y poca previsión para haberle especificado. Si nuestro padre Íñigo no quiere quedar en mal lugar y accede a que se pague de lo nuestro, así se hará, pero una imagen de esa clase es mucho lujo. En fin, vuestra reverencia es bueno y lo arreglará. El padre León llegó aquí el 27 de mayo un poquito contrariado con motivo de los títulos467, pero poco a poco se fue convenciendo de que no había que tomarlo con tanto entusiasmo y ya está tan conforme, trabajando, que aquí nunca falta, a Dios gracias, en qué ocuparse. Ayer precisamente celebró la fiesta delS antísimo en Caratal y estuvo predicando más de una hora. Yo también asistí después de la misa de aquí y resultó una fiesta solemnísima. La iglesia parecía un jardín y la procesión, los altares, la compostura, la concurrencia y, sobre todo, la cooperación de todos me encantó. Cuando vaya a saludar al señor obispo dígaselo. Acaba de recibir los títulos y está tan contento. Creo que si algún resabio ha traído, se le quitará porque ve nuestro modo de ser, además de que esto le gusta. Hasta ahora, a pesar del trabajo (lo repito) en el arreglo de la iglesia y funciones, no le ha repetido la fiebre.U n día de éstos irá a Tumeremo. Se acerca la fiesta del Carmen y nos vendrían bien unas dalmáticas blancas, aunque viejas. Ya están en mi poder 124 estampas para los fines que ya sabe. Pienso darlas a dos y dos reales y medio. Supongo que algo se olvidará y si así es ello saldrá cuando quiera.

467 Supra, Carta 386*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 735

Que Dios nuestro Señor le conceda fuerzas y gracias para sobrellevar la carga que le ha dado para su mayor gloria y bien de estos recoletos, son los deseos de su afectísimo seguro servidor que le ama en Jesús y besa su mano. Fray Pedro Ramos [PD]. El 13 es san Antonio y con ese motivo saludo a fray Antonio y le deseo toda clase de felicidades y mucho celo por la salvación de las almas. Al señor obispo, al contestarle a una suya, aprovecho la ocasión para felicitarle. Dígale también, si quiere, que el día 23 de mayo bendije la nueva casa des- tinada a jefatura civil de este pueblo en presencia del señor gobernador, etc.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 391*. León Ecay a Adell † JMJ Llegaron los títulos de cura de Tumeremo. Va contento. Que Dios «disponga lo que más me conviene; malo será que me dé un berrinche y muera sin los últimos auxilios, como murió el p. Orea»

El Callao, 10 de junio de 1901

Estimado padre Patricio: Con esta fecha me dirijo al señor obispo por carta felicitándole por su santo y participándole que he recibido los títulos de cura de Tumeremo y pronto paso a hacerme cargo. Por ahora me encuentro bastante bien de salud, pero algo debilitado a consecuencia de la influencia de las aguas que aquí se van pronunciando de día en día y que influyen bastante en la predisposición de mi paludismo para el ataque de las fiebres.S ea lo que Dios quiera. Marcho gustoso a Tumeremo y que él disponga lo que más me conviene, y malo será que me dé un berrin- che y muera sin los últimos auxilios, como murió el padre Orea, que en paz descanse, y si Dios lo tiene predispuesto, que se cumpla su divina voluntad. Mándeme el padre Guri468, que no tengo. Con mis recuerdos al padre Silverio, a Marianico, padres Paco y Áz- queta se despide su menor hermano in Corde Jesu. Fray León Ecay

Agoar, caja 82, leg. 5

468 Jean Pierre Gury (1801-66), Compendium theologiæ moralis, auctore Joanne Pietro Gury sj, in seminario Valsensi professore. Editio septima ab auctore recognita et Antonii Ballerini ejusdem Societatis in Collegio Romano professore adnotationibus locu- pletata, Roma 1866. Ediciones posteriores en Roma (1874), Barcelona (1882, 1884, etc.): Sommervogel 1, 845. 736 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 392*. Íñigo Narro a Adell † El papa ha admitido su renuncia y nombrado comisario a Mariano Bernad. Todavía no han llegado los decretos. No manda las novelas por ser inmorales. El 5 de julio enviará un paquete con libros y otros encargos

Madrid, 12 de junio de 1901

Mi estimado padre Patricio: Poseo su apreciable de 26 de abril con la interesante del padre Anto- nino que, copiada, remito al padre Santiago Matute, a fin de que el padre Antonino y compañeros queden en esa república. Tanto más hoy que, según me notifica el padre Santiago, «han sido expulsados de Casanare los padres todos de aquella región». Carísimo, ya el papa ha admitido mi renuncia y nombrado comisario apostólico a nuestro padre Mariano Bernad. Todavía no han llegado los decre- tos. Pidamos a Dios sea para su mayor gloria y bien de nuestra congregación. Le remito el recibo del Siglo Futuro, el recibo de la Revista Eclesiásti- ca469 y factura de los libros remitidos por el correo. Las novelas encargadas por el amigo empleado en correos las pedí a don Gregorio del Amo470, quien no se prestó a encargarlas por ser malas. Tampoco los señores Subirana Hermanos471 por el mismo motivo. Encargué al padre de Zarauz472 y con fecha 10 de este me escribió de Barcelona: «Parece ser que las novelas son inmorales». No las mando. Ya dije «hay bastante para la imagen hasta Trinidad». Tengo aquí para mandar con los libros una caja de escapularios, cíngu- los, fiadores, rosarios y medallas, que me remitió su hermana madre Rosa, importante: Cíngulos y fiadores: 16 pesetas Rosarios y medallas 68 Y escapularios 210 [Total] 294 pesetas que aboné.

469 No existía en España revista de ese título. Al menos, no aparece en la lista elabo- rada por el secretario de la Nunciatura en diciembre de 1895. Podría ser la Revista Católi- ca de Barcelona o, más probablemente, la Revista Popular de Sardá y Salvany: supra, IX. Correspondencia B, nota 432. 470 Librero madrileño de quien desde hacía decenios se servían los agustinos recoletos. 471 Empresa editorial barcelonesa fundada en 1845 por Jaime Subirana (1817-62). En 1890 cambió su título primitivo por el de Subirana Hermanos: Diccionari d’història eclesiàstica de Catalunya 3, Barcelona 2001, 481. 472 Supra, XIX. Correspondencia B, nota 347. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 737

Esta caja, con las cajas [de] libros, si lo permite mi salud, algo averiada por catarro intestinal, las mandaré a Trinidad el 5 de julio. Este mismo día saldrán los barrilitos de vino y harina para hostias. Con la debilidad y el calor no tiene uno humor para más. Su afectísimo hermano. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 393*. Isidoro Musitu a Adell Llegó enfermo, pero ya está bien. Maracas es un pueblecito de 2.000 almas desparramadas por las haciendas de cacao. La gente es ama- ble. Su situación es precaria por ser transitoria. Caura es más pueblo. Está a unas tres horas de distancia. La mayoría habla español. Están estudiando inglés. Víctor ya se deja entender

Maracas, 10 junio de 1901 Caura 21 de junio

Mi querido padre Patricio: Salí de ésa, como usted sabe, con la calentura que no fue gran cosa. Al día siguiente ya fue cosa más seria, pues subió a 40 y medio. Al día siguiente, jueves, llegamos a Trinidad y otra vez me repitió fuerte. Llamé por teléfono al padre Víctor y vino a las 5 de la tarde. Al día siguiente después de la misa, se fue él para Caura para hacer la fiesta delC orpus. Yo había de ir allí, pero no sabía él cómo estaba aquello, ni qué medios de subsistencia había, ni qué temperamento era aquel para mis calenturas. Así que prefirió ir él primero para cerciorarse de todo. Yo me quedé para hablar con monseñor tanto sobre mi venida como sobre esa determinación del padre Víctor, pues lo contratado era que yo iría a Caura y el padre Víctor seguiría aquí. Hablé pues con monseñor y no puso ninguna dificultad en el cambio, sino que lo dio por bien hecho y a las dos horas me metí en el tren para San José (2ª estación del tren; 1ª San Juan). En San José ya me estaba esperando un coche por orden de una señora de aquí, pues sabían por el padre Víctor que venía enfermo; y efec- tivamente el cuerpo estaba mal, aunque la calentura no había hecho más que amenazar, pero conforme fui subiendo hacia aquí (como una legua y media de San José a Maracas) la calentura se fue quedando rezagada y la debió coger la rueda del carruaje, porque al llegar a este pueblo ya no ha- bía más señal de ella que la debilidad, pero un apetito escandaloso hasta hoy que por si acaso sigo tomando la quinina, pero sin el menor síntoma de la calentura. 738 correspondencia del PADRE ADELL

Es un pueblecillo éste que quizá no llegue a 2.000 almas, desparrama- das por toda la jurisdicción, de modo que ni siquiera hay una calle. Es un continuo cacaual, lo que constituye su vida. Siempre me estoy acordando de Negros por las haciendas de caña, que aquí son de cacao. Los hacenderos, buenos y cariñosos con el cura y deseando que vaya uno a su casa. Si necesita uno carruaje, puede contar uno con el de ellos, aunque como hay de alquiler, claro está que antes de molestar a nadie ha de preferir éstos. La situación es sumamente delicada. Gracias a lo largo que es el padre Víctor, se ha podido meter por aquí, pero no hay que pensar por hoy en poner a ninguno más. Estamos con carácter transitorio y con eso está dicho todo; las circunstancias no permiten más, pero déjeme entrar, etc. Lo que conviene es que tenga usted preparado alguno ahí por si forte. Creo que de todos el más a propósito es el padre Pedro Ramos: que se dedique al inglés (encárgue- selo mucho y cuando el padre Víctor lo llame que venga inmediatamente). Es carácter inmejorable para aquí, pues entiendo que una palabra lo puede echar todo a perder. Los padres dominicos se muestran muy hostiles, excepto el padre español, que se muestra demasiado favorable y podría ser que eso, en vez de favorecernos, nos perjudicase. Es un carácter lo más parecido al mío, y con eso está dicho todo. Pero ahí está el padre Víctor capaz de dar cruz y raya a todos. No sabía que valiese tanto en todos sentidos. Es necesario tratar a los hombres para conocerlos. Aquí por todas partes es el ídolo de todos. No está con usted en lo de Cantaura. Dice que una vez que estén allí, los sucesos se han de precipitar por sí mismos, pero, de lo contrario, Dios sabe cuándo llegarán. Ténganos usted al corriente de lo de Manila, pues aquí estamos en el limbo, y lo mismo de lo de por ahí. La madre Ana, siempre lo mismo, aun si cabe más ahora. Vi a la María de San Félix. Está contentísima. No me pare- ció tan mal: ya dijeron que había estado peor. Desde San Félix vine con Tomás Cova (dígaselo a Demetrio). Viene a ver si puede, realizando todo lo que tiene en Upata (es hijo de doña Gabrie- la), pueden venirse todos a vivir por aquí. Mucho pierde el cura de Upata si se verifica eso. En cambio, yo me alegraré, pues creo que alguna o algunas de las hijas irían a hacer compañía a María y en ese caso creo que nosotros nada perderíamos aquí. Después de escrito lo anterior, me repitió la calentura el domingo bas- tante fuerte. El martes me vine aquí a Caura. Éste es el pueblo donde estaba el difunto padre Simeón473, hermano del padre María Josef del Rosario. Es mejor pueblo que Maracas, por lo menos tendrá doble de habitantes. No sé si monseñor se determinará a dárnoslo. Mucho tendríamos andado en ese caso. Por bien empleado se podría dar, aunque fuese medio año de estar so- los, aunque no estamos lejos: directamente está como unas dos leguas uno

473 Simeón Grillet (1851-1900): Catálogo de la provincia dominica de Lyon. Año 1898, 13. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 739 de otro, pero es preferible rodear una legua o una y media por no pasar estos cerros, que casi hay que subir a gatas. De modo que aun rodeando no costará más de tres horas. Cada 15 días pienso ir a visitarlo, y para un apuro tene- mos teléfono. Yo aquí en el presbiterio y el padre Víctor a cinco minutos del presbiterio de Maracas. La gente aquí, todavía creo que es mejor que en Maracas, sobre todo para nosotros: su inmensa mayoría habla español. Sin embargo, estoy apren- diendo inglés por si mañana u otro día se ofrece otro punto a que poder echar mano, estar dispuesto para ello. El padre Víctor ya se entiende con ellos: torpe todavía, pero sale del paso. Hasta otra se despide con muchos recuerdos ahí para todos su afectísi- mo menor súbdito que sabe cuánto le quiere474. Fray Isidoro Musitu

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 394*. Paciente Corral a Adell † Ha recorrido siete vecindarios con unas mil almas. Muchos no habían visto nunca a un sacerdote. Hizo tres matrimonios y 80 bautismos

San Félix, 13 de junio de 1901

Estimado padre Patricio: De vuelta de esos campos me encuentro sin novedad, recibo los perió- dicos y los mandaré a Upata con la piedra en la primera oportunidad. He recorrido los siguientes vecindarios: Los Pozos, El Chocuto, Cardoncito, Río Claro, Las Cocuisas, El Velón y Chaguarama, que compondrán un to- tal de 800 a 1.000 almas y sólo le diré que no tienen memoria de haberlos pisado sacerdote alguno, de modo que muchas personas ahora vienen a conocer lo que es un sacerdote… Discurra usted por ahí cómo estarán en materia de religión. Hice tres matrimonios y unos 80 bautismos, la mayor parte gratis et pro Deo, y otros al fiado. ¿Qué se iba a hacer? ¡¡Pobres gen- tes!! Me interné unas 30 leguas o algo más, y nada me ha faltado por ellos. Encuentro el equipaje del padre Isidoro que mandaré en este vapor para Trinidad. ¿Pero a quién lo recomiendo? Veremos

474 Glosa de Adell: «Vea usted también, p. Enrique, cómo andamos en Trinidad. Lo veo muy natural, pues las corporaciones también somos envidiosillas. Así tendrá usted ahí más datos que yo aquí. Teniendo constancia y … mala intención, como suele decirse, algo se conseguirá, creo yo. A Dios rogando y con el mazo dando. = No se fastidie usted de cartas; a mí no me importa gastar en correo». 740 correspondencia del PADRE ADELL

Sin más con mis recuerdos para todos; usted cuanto guste de su afectí- simo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 395*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Da cuenta del dinero. Musitu está bien en Caura. No cree que se restablezca en Margarita y quizá haya que enviarlo a España. Ni Moleres ni Palacios le entusiasman

Maracas, 22 de junio de 1901

Amado padre Patricio: Anoche recibí la muy grata de vuestra reverencia, fecha 15. Me he enterado de la circular y haré lo que desea si se presentan por aquí los de La Guaira475. Dinero del padre Pedro Ramos: giré 182 pesos; debe estar en poder ya de nuestro reverendísimo. El primer dinero, el que vino con el baúl, lo deposité en el convento de Rosario y la madre Ana, según carta de la sema- na pasada, ha tomado 150 pesos prestados. La cantidad traída por el padre Musitu, como éste le había avisado al señor Anduze del dinero que llevaba por temor de morirse (en la misma tarde del Corpus tuve que ir buscándolo) la entregué el 20 de éste al señor Anduze para que la cambiara por billetes de aquí para ponerlos después en el banco. La cantidad es corta para que le pueda causar mal efecto y creo que no me faltarán explicaciones para convencerle que el objeto era las misiones de Venezuela. Por otra parte, me abrirá las puertas del banco y me será más fácil llegar a buen término. Comprendo el pensamiento de ponerlo a nombre de dos o tres padres, pero esto no es fácil y, siendo tan módica la cantidad, no podemos esperar hoy accedan a nuestro deseo. Mas el temor de perder ese dinero se disuelve po- niendo el dinero a nombre del procurador en Puerto España de los agustinos descalzos de Venezuela. En caso de muerte o cambio de personal, el oficio o el religioso que lo desempeñe puede seguir disponiendo del dinero depositado. No lo pondré a interés hasta tanto que yo esté seguro de no necesitarlo. Musitu está en Caura –lo dejé el 20– bien. Estoy seguro de que en Margarita no se pondrá bien y quizá tendríamos que enviarlo a España. In- telligenti pauca. Yo preferiría que no quedara ninguno de los dos que vienen aquí, tanto por lo que acabo de decir cuanto porque, si el cambio para ellos es

475 Padres Medardo Moleres y José Palacios. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 741 favorable, principiarán contentos y entre tanto vuestra reverencia antes de que respiren puede preparar el personal. El padre español de la capa negra me temo que le ocurra llamar com- pañeros en algún tiempo. Aco nagahalad caniang madiot nga salapi. Sia nala manni usa lamang ca diot, simala sa cong suguiton476. Los demás están con el prior sang nga477 padres muy descontentos por haber permitido que me quedara aquí, pero él tampoco está contento con ellos, conó. Lo encuentro conmigo siempre muy contento; me dice que vuelva otra vez a ver a Caura, aunque yo me vine aquí para evitar, por mi parte, no dar motivo a que de dos parroquias hagan una sola. Estoy completamente identificado con el pensamiento de vuestra reveren- cia. Aprovecharé todo lo que conduzca a aumentar aquí el personal, pero para que el día de mañana en medio del huracán que se pueda levantar, no lo perda- mos todo, sería conveniente quizás enviar un nombramiento de procurador de los padres agustinos descalzos de Venezuela en Puerto España, dar conocimiento de ello, al mismo tiempo que las gracias, a monseñor, y eso sería echar una ancla que quizá ya no fuera la autoridad de monseñor suficiente para levantarla. Esto es América, hay lucha de razas y no está de más poner todos los medios para asegu- rar nuestra existencia aquí al propio tiempo que nuestra expansión. Creo que ese paso lo puede dar nuestro reverendísimo y si pusiera algún reparo, lo da vuestra reverencia auctoritate qua fungor. A mí me gusta apretar los hilos de la malla y apretar todos los cabos, pero no quiero correr mucho. Así es que hasta que no vea que monseñor da definitivamenteC aura y después una pausa no me parece bien y sí muy expuesto llamar o detener algún otro padre. Dinero recibido en el baúl 180 dólares Entregado a mi venida a la madre 75 dólares Id. a la misma en 1º junio 1901 37,25 Todo esto lo deposité en el convento, de lo que ha tomado la madre 150 dollars y ha pagado algunos encargos hechos para la iglesia; de lo que yo he traído o ella me ha mandado aquí no sé el importe. El dinero traído por el padre Isidoro y unas cuatro monedas entrega- das por mí al señor Anduze se descompone de la manera siguiente: 24 onzas de oro de 15, 50 20 de 20 bolívares 33 libras esterlinas 1 id. id. para Victoria 4 piezas de 5 dólares oro americano

476 Ofrezco algo de mi dinero, algunos pesos. Aunque es poco, lo hago de corazón. 477 Visaya cebuano: de los. 742 correspondencia del PADRE ADELL

Todas estas piezas canjeadas en billetes lo impondré en el banco en depósito hasta que otra cosa me diga vuestra reverencia o vea manifiesta ventaja. Si puedo, aún añadiré alguna mínima cantidad, de modo que se com- pleten los 700 dollars y quede a mi disposición lo que me guarda la madre. Hasta ahora no sólo he vivido del país, sino que creo haber ayudado a los gastos, tanto en los del padre Rafael, como en los de los padres que han venido: León y Musitu. Con afectos a los padres y alegrándome de lo de Margarita, se repite afectísimo hermano y humilde súbdito y amigo que su mano besa. Fray Víctor Ruiz PD. El cuñado de la madre Ana se llama Enrique Caraciolo. Aduana. Enrique es en inglés Henry. PD. Parece que se trata de inmigración española procedente [de] Puerto Rico o Canarias para esta colonia. De todos modos, yendo despacio, quizás aquí consigamos quedarnos, pero se trata con gente ex nostris servis Dei, y, por lo mismo, hay que andar con pies de plomo. Hasta ahora se me cruzan los huesos con los famulos Dei nostri.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 396*. Félix Abaurrea a Adell † Hace un encargo y relata el enfrentamiento entre el antiguo gober- nador, general Rodil, y el nuevo, apoyado por el general Zapata. Este es el dueño del pueblo

Guasipati, 24 de junio de 1901

Estimado padre Patricio: El motivo de dirigirle estas líneas no es otro sino el de saludarle y al mismo tiempo suplicarle un encargo que me han hecho. Los vecinos de un pueblo próximo a éste o sea El Miamo me han supli- cado le escribiese a usted para ver de conseguir una casulla encarnada con sus adherentes y una capa blanca. Para todo cuentan con 40 pesos recogidos entre la gente que se dedica al purgo. Usted verá la cosa y le suplico me con- teste en el próximo correo para hacerlo saber a los interesados, si se consigue o no. Además le diré cómo estamos por ésta. El gobernador que teníamos era de genio áspero y fuerte y, según dicen, estaba preparado para matar a un tal general Zapata y engrillar al que DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 743 venía a relevarle y mandarlo para Caracas, pero el mismo día que llegó el nuevo gobernador, acompañado de Zapata, que fue el 22 de éste, a los pocos momentos de llegar salió Zapata a la calle y no sé qué palabras le dijo el general Rodil: creo que fueron que se desarmase y que si no haría uso de la fuerza. En cuanto oyó esto Zapata y sus amigos, que aquí son la mayor parte, comenzaron a tiros en medio de la plaza contra el gobernador Rodil y le pagaron cinco balazos hasta que lo dejaron tendido, y gracias a que el gobernador Silva N. se interpuso, que si no lo concluyen. Una vez repuesta la gente, nadie quería arrimarse a levantar a Rodil, porque tenía muy pocas simpatías. Lo que hacían era decir que lo dejasen muriese como un perro rabioso, pues no era otra cosa. Sin más recuerdos a todos los padres de ésa. Mande a su súbdito y me- nor hermano. Fray Félix Abaurrea

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 397*. Íñigo Narro a Adell † Anuncia el envío de varios encargos. Remite cartas para el obispo de Calabozo y otros corresponsales

Madrid, 25 de junio de 1901

Carísimo padre Patricio Adell: Sin carta de usted a que responder escribo para anunciarle que el 5 de julio saldrán para Trinidad seis cajas con destino a Ciudad Bolívar, pero consignadas al padre Víctor Ruiz, párroco de Maracas, en Trinidad. Cuatro contienen cuatro barrilitos de vino para misas; una lleva dos latas de a dos litros con harina para hostias; una caja encierra los libros de su lista, que acompaño y los encargos suyos a las hermanas de Santa Ana: muchos esca- pularios, cíngulos, fiadores, rosarios y medallas; el sexto cajón contiene los libros de propaganda del Apostolado de la Prensa. El egregio padre Víctor se enterará, antes de reexpedirlo a Ciudad Bolívar, sobre las declaraciones y modos para que lleguen sin percance ni inconvenientes a poder de usted. Adjuntas breves cartas para el señor obispo de Calabozo, señor cura de San Fernando de Apure y padre Antonino Caballero, que usted cuidará lleguen a su destino. Nombrado nuestro padre Mariano Bernad comisario general apostólico, se despide como tal de usted su afectísimo hermano. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción 744 correspondencia del PADRE ADELL

En virtud de instrucciones del padre Víctor dirijo los libros a Ciudad Bolívar. Cuidado con escapularios, etc.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 398*. Nicolás Casas a Adell † Agradece sus delicadezas con los misioneros de Casanare, rememora tiempos pasados juntos en Monteagudo y expresa el deseo de encon- trarlo un día en Ciudad Bolívar. Le ha escrito un par de veces, pero sus cartas no deben de haberle llegado

Bogotá, 28 de junio de 1901 M. R. P. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi querido padre Patricio: Dar a vuestra reverencia las más expresivas y cordiales gracias por el cariño fraternal con que acogió a mis pobres padres misioneros de Casana- re en la tribulación grande en que se vieron, es el objeto principal de estas líneas. ¡Dios nuestro Señor lo bendiga por tanta bondad y le pague abundan- temente en la tierra y el cielo tanta misericordia! Por supuesto que conociendo como conozco, gracias a Dios, a vuestra re- verencia, esperaba sin la menor sombra de duda que obraría como ha obrado con nuestros hermanos; y sé que por ellos y por todos, sean y estén donde quiera, está dispuesto a hacer siempre lo mismo, y más que se ofrezca, por- que bien a fondo conocí en el colegio su verdadero espíritu de amor a la cor- poración. Es el mismo que, gracias Dios, he tenido y tengo en mi alma, here- dado de vuestra reverencia y otros padres; pero, sobre todo, recibido de Dios. El otro objeto es significar a vuestra reverencia lo más expresivamente que me es posible que siempre soy para vuestra reverencia y demás padres el mismo (el mismo Colás, que me decían el buen padre José y Cayetano); es de- cir, el mismo en el entrañable cariño y afecto de hermano; sin que un momen- to siquiera se haya debilitado por ausencia y distancias de lugar y tiempo. Apenas tuve noticia, y noticia vaga no más, de su llegada a Ciudad Bo- lívar, le escribí desde Támara, poniéndome a su disposición, así como todas nuestras casas, ministerios y misioneros, pero desgraciadamente la carta o no ha llegado a sus manos o sería muy tarde. La envié primero a Orocué para que de allí se la remitieran. Mas después de mucho tiempo de tenerla allí, me la de- volvieron. Luego la remití a nuestro padre Íñigo para que se la enviara a donde estuviera, si no se encontraba en Ciudad Bolívar. Qué fue de ella después, no sé. Otra vez oí que por revueltas de ese país se había venido vuestra re- verencia y otros padres al Apure y pensando que enseguida se pasaría por Arauca, escribí al padre Antonino diciéndole que desde el momento en que DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 745 entraran en Casanare los padres de Venezuela les dijese que tenían toda clase de facultades para administrar en el territorio, pero le añadía: «enví- enmelo cuanto antes acá con otro padre, porque deseo vivamente abrazarlo». Tenía el propósito de bajar a Ciudad Bolívar a visitarlo y estar unos días en su compañía y la de los padres, pero me ha sido imposible lograr mi deseo. Espe- ro que algún día lo lograré, si se restablece la paz y la comunicación por vapor. Entre tanto sepa que siempre y por siempre tiene vuestra reverencia y demás padres a su completa disposición a este su afectísimo hermano. † Fray Nicolás Al padre Francisco y al hermano Torrellas, que sé están ahí con vuestra reverencia, mi cariñoso saludo (por este mismo correo escribo al obispo). En esta temporada de destierro para mí, fuera de Casanare, he escrito una obra sobre el liberalismo que ahora se está imprimiendo478. En que esté acabada, tendré el gusto de dedicarle un ejemplar.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 399*. Julio Anduze479 a Adell

Puerto España, 26 de junio de 1901

El párroco de Güiria, padre Ginestra, se embarcará el 30 en Trinidad con rumbo a su tierra natal. Es buena ocasión para pedir al obispo esa pa- rroquia. Así lo desean las principales familias de la localidad, que pronto dirigirán al obispo la correspondiente instancia: Agoar, caja 83, leg. 2.

Carta 400*. Paciente Corral a Adell † Se alegra de la asunción de ministerios en isla Margarita y da alguna noticia sobre sus pueblos. Son sanos y darán trabajo a ocho religiosos, que, además, podrán vivir cerca unos de otros. La nueva casa parro- quial de San Félix está parada por falta de recursos

San Félix, 26 de junio de 1901

Estimado padre Patricio: Recibí su grata con los periódicos y en contestación le diré que me ale- gro vayan a Margarita Palacios y Moleres480. Creo que nada les faltará en

478 Nicolás Casas, Enseñanzas de la Iglesia sobre el liberalismo, Bogotá 1901; reim- presa en Barcelona 1902. 479 Comerciante natural de la península de Paria, establecido en Puerto España. 480 Moleres no fue destinado a Margarita, sino a isla Trinidad. 746 correspondencia del PADRE ADELL

San Juan, cuya gente es, a mi parecer, la mejor de aquella isla. Es el pueblo único en que confesé algunos hombres, cosa rara por esas tierras. Bien se conoce lo que ha trabajado el celoso padre Marcano481. Con respecto a lo demás sepa usted que Juan Griego y Porlamar son los pueblos más grandes de aquella isla, puertos de mar, donde creo pueden estar muy bien dos y no les faltará trabajo. También debe usted fijarse en el Valle del Espíritu Santo, cuyo santuario está llamado a ser gran cosa –me parece– por la mucha devoción que en aquellas tierras tienen a la imagen de la Virgen que en él se venera. Durante las fiestas, en septiembre, hay trabajo para tres o cuatro misioneros, y no estarán descansando. Acabo de recibir carta de aquel pueblo y un bonito vaso que lleva grabada la imagen de Nuestra Señora del Valle. ¡Pobre gente! Todavía les dura la impresión del año pasado. ¿Y qué más le diré? Pues que todos aquellos pueblos tienen la ventaja de estar próximos unos de otros, que aquellas tierras son muy pintorescas, si bien no tan feraces como éstas; que el clima es saludable y fresco, aunque por San Juan no faltará en invierno alguna calentura por estar rodeado de monte; que las iglesias son bastante regulares, excepto la del Porlamar, que es muy pequeña, pero, según tengo entendido, están haciendo otra en la ac- tualidad; y finalmente, creo que caben muy bien ocho sacerdotes entre los pueblos que recorrí, a saber: Porlamar, El Valle del Espíritu Santo, La Asun- ción, El Norte, Juan Griego y San Juan. Todos están en una línea. No sé qué decirle más, si no es que La Asunción, capital del territorio, es un conjunto de ruinas del tiempo de España. Todavía existen las paredes de los conventos de religiosos y religiosas que hubieron allí. También hay un colegio a cargo de no sé quién. Muy útil debe ser para aquella isla. ¿Con que el padre Silverio ya no cabe en Upata? Pues ate usted cabos. ¿No será que el negro porvenir, al decir de León xiii, amedrenta los ánimos y les infunde la idea de mirar cada cual por el número 1º? Pues puede ser que haya algo de esto. En fin, nadie mejor que usted puede observar las tenden- cias de todos y que Dios nos conserve en unión y caridad. Por lo que hace a los campos que he recorrido, podemos hablar más des- pacio, cuando nos veamos, que será pronto. Quisiera bajar a Trinidad para unos encargos en cualquier correo de éstos, si usted no dispone otra cosa. ¿Y qué dice usted? Pienso comprar con una limosna de treinta pesos que me ofrecen un misal y un incensario. ¿Encargaré misal romano o de la orden? Con respecto a Isidoro ¡si durara! No creo que le dure mucho la alegría. Usted sabe cómo es mejor que yo. Bueno sería que estuviese otro con él, pues parece que las calenturas le siguen… y ¡quién sabe! Me alegro de que vengan tres más, pero no me dice usted quiénes son. Con ellos se irán llenando las deficiencias.

481 Silvano Marcano Maraver: supra, III. Memoria, nota 255. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 747

Finalmente, por aquí la casa viento en popa. Supongo que luego estarán hechos la sala y el cuarto; por ahora no se puede terminar por no haber real. Sin más mis recuerdos a todos, y lo que guste de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral de la Sagrada Familia PD. Mándeme usted papel de fumar, porque no tengo nada. La piedra y los periódicos ya fueron a Upata; las sillas irán tres al Ca- llao en primera oportunidad.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 401*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Musitu saldrá para Carúpano el 10. Moleres está en Caura. No le agradaría la venida de Barroso a Trinidad. Aquí todas las parroquias son ad nutum Episcopi. Da indicaciones prácticas. Convendría nom- brar procurador mientras vive este arzobispo

Maracas, 5 de julio de 1901

Mi amado padre Patricio: Recibo la muy grata de vuestra reverencia, fecha 30, a la que tengo gusto de contestar con estas breves líneas. El padre Isidoro embarcará el 10 para Carúpano y el padre Moleres está en Caura. Hasta ahora no dice nada monseñor de entregarnos la parro- quia, ni yo pienso pedirla, pues mientras esté ahí el padre es como si fuera nuestra y espero que si él es prudente y no hace manifestaciones, no habrá dificultad. Encargué a mi hermano las casullas y le escribiré que ponga capas. El telegrama que vuestra reverencia mandó al padre Baltasar lo inter- pretaron de modo que Margarita se convirtió en Maracaibo, y allí pensaba dirigirse el padre Palacios. Avisé en seguida al padre Baltasar para que lo dirigiera a Margarita482. El padre Musitu me pide cien pesos para los gastos que se les puedan originar allá. Se los entregaré, mas veré si no disminuyo las cantidades man- dadas por vuestra reverencia. La madre me guarda 212 pesos, de modo que aún podría atender a los padres; pero si bien obro con toda libertad, siempre deseo tener instrucciones.

482 Infra, Carta 413*. 748 correspondencia del PADRE ADELL

Pregunté por el señor Suce o Sucre y me dijo que no conocía tal per- sona. En El Puerto he hablado con la señora que hace los encargos a las madres para que cuando alguno tenga necesidad de ir a la ciudad haya una casa donde almorzar o dormir en un caso excepcional. Ya me dijo el señor Anduze que le había escrito sobre el curato de Güi- ria y salida del párroco para Córcega483. El padre Barroso, conó, anuncia su venida para Puerto. Ignoro si será broma, pero, si es verdad, me temo que no será para bien. Dícese que ha teni- do alguna dificultad con el deG üiria y, si es como dicen, es una ligereza algo grave. Parece que mandó avisar y poner carteles para que en los barrios ese sacerdote no administrara los sacramentos. En lugar de darle facultades, si acaso las necesitara, que las tenía del obispo, pensó en los reales de bautis- mos y casamientos. Dios ilumine a ese joven484. Cuando llegue el padre Latorre, le mandaré a Margarita, a no ser que me diga otra cosa. Quizás allí convenga tener uno de sobra, si son dos las parroquias que han de administrar y tiene vuestra reverencia uno dispuesto para lo que se presente. Además, ignoro si Palacios habrá salido para Mara- caibo. Las parroquias rurales de esta isla son ad nutum y no se entregan a las corporaciones. Por otra parte, si Maracas, conó, es sólo para mí por la cuestión del dinero y para nuestra permanencia aquí, soy del parecer que se debe mandar nombramiento de procurador, y yo lo mandaría por conducto del arzobispo o al menos con oficio para él. Ya sabe vuestra reve- rencia que él no está bien, tiene cerca de 70 años y ahora se queja de los in- testinos. Asegurar, creo que es un deber; no nos sorprendan desprevenidos. A Musitu hace más de quince días que no le ha dado la fiebre. Ha en- gordado, tiene buen color y no parece estar enfermo. Yo sigo bien. Moleres vino con ganas de ir a ésa, mas le dirigí para Caura. No sé cómo lo hará por aquí. Pero de todos modos, creo que después de unos meses podrá ir por ahí. Por hoy que se le pase la fiebre. Se encomienda a las órdenes de vuestra reverencia y le ama in Sacro Corde Jesu su afectísimo menor hermano y súbdito y amigo que besa su mano. Fray Víctor Ruiz

Agoar, caja 82, leg. 5

483 Supra, Carta 399*. 484 Supra, Carta 202*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 749

Carta 402*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 8 de julio de 1901

Doña Josefa se ha quedado contenta de su carta. Pero desde que se ha enterado de que los pp. Moleres y Palacios están libres en Caracas desea co- menzar el colegio con ellos. Palacios podría comenzar a estudiar francés. Mole- res haría buen papel en el púlpito, pero teme que su carácter cause problemas. Muy útil sería Ocio. Quirino desea ir a Trinidad a estudiar inglés. El trato con la priora de las hermanas de Santa Ana no es fácil: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 403*. Juan Vicente a Adell

Upata, 9 de julio de 1901

La disminución del producto de la subscripción mensual, que en junio apenas superó los 23 pesos, impide la presencia de dos religiosos y aun hace difícil la de uno: «podrá tal vez ir tirando un mes o dos, o acaso más, pero tiene que salir, pues los derechos parroquiales son casi nulos: un bau- tismo y dos misas rezadas he tenido hasta la fecha en este mes». Incluye la lista de los suscriptores, indicando los que se han dado de baja: Agoar, caja 81, leg. 5.

Carta 404*. Íñigo Narro a Adell † El envío de los encargos ha sufrido un retraso inesperado. Los nuevos misioneros no saldrán hasta octubre. Interceda con el obispo para que ordene a Antonio Sibelo

Madrid, 11 de julio de 1901

Amado hermano padre Patricio Adell: Poseo su apreciable de 15 de junio pasado y … vaya de demoras y deten- ciones. Cuando yo pensaba que los barriles de vino, latas de harina viajaban hacia Trinidad, y las dos cajas de libros, escapularios etc., a Ciudad Bolívar, recibo ayer la adjunta del padre capuchino485. ¡Todo sea por Dios! Pronto proyectaba mandar a Venezuela los padres Ángel Martínez, Juan Latorre, Bruno Capánaga y quizá Eugenio Galilea… Recibo carta del padre Bruno «que necesita asegurar su salud, no pudiendo marchar hasta octubre»; y en eso hemos quedado. No resultará así la mala impresión que hubieran

485 Sería una carta del p. Zarauz: supra, IX. Correspondencia B, nota 347. No se conserva. 750 correspondencia del PADRE ADELL recibido al no haber nadie que les recibiese en La Guaira. Para octubre ya hallará nuestro padre Mariano quien en breve debe llegar a Roma486. Enterado de sus planes que ojalá tengan pronta realización. Guardaré su carta para informar a nuestro padre Bernad. Y los padres de Casanare, expulsados todos, ¿por dónde andan? He recibido de fray Antonio Sibelo en Soledad una muy atenta carta. Haga usted cuanto pueda con el señor obispo de esa diócesis para conseguir le ordene de presbítero, y sea esto contestación a la muy respetuosa y piado- sa de fray Antonio. Dios nuestro Señor le comunique fuerzas para llevar con mucho mérito y gran acierto la cruz desea y pide al cielo su afectísimo en Jesús. Fray Íñigo Narro de la Concepción PE. Acompaño también la de fray Antonio Sibelo.

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 405*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Musitu salió para Trinidad. A Moleres le pesa la soledad de Caura. Íñigo será relevado pronto. En Trinidad no nos quieren y tenemos que extremar la prudencia

[Maracas, 9-15 de julio de 1901]487

Mi amado padre Patricio: Tengo escrito a Caracas para que los padres que lleguen a La Guaira, Ángel y Bruno Capánaga vayan a Margarita y Latorre venga por aquí a dis- posición de vuestra reverencia.

486 Mariano Bernad (1838-1915), recién nombrado comisario apostólico (8.6.1901), salió de Ribeirão Preto (10.7.1901) rumbo a Roma, donde llegó a mediados de agosto. Fue recibido por León xiii y se entrevistó con los cardenales Rampolla, Vives y Gotti, quienes le comunicaron algunas instrucciones sobre el ejercicio de sus funciones, cf. José J. Lizarraga, «Mariano Bernad, último comisario apostólico de la Recolección (1901-1908)»: Los agusti- nos recoletos en Andalucía y su proyección en América, Granada 2001, 427-85; también en Bpsn 91 (2001) 75-145. 487 Sin lugar ni fecha. Los días los tomo del texto de la carta. El mes y el año los deduzco del contexto. Está escrita al día siguiente de la salida para Puerto España de Paciente y Musitu. Paciente llegó a su destino antes del día 25 de julio: infra, Carta 411*; y Musitu, a Margarita el 10 u 11 de julio de 1901: supra, Carta 401*, e infra, Carta 414*. El 21 de junio Moleres todavía estaba en Caracas: infra, nota 490. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 751

Ayer salieron para El Puerto con el fin de ir a sus destinos los padres Musitu y Paciente. Este último me entregó cinco onzas que di al padre Isi- doro para sus gastos. Hoy escribe Moleres diciéndome que aquello, Caura, no le ha causado impresión halagüeña, que él no ha nacido para esas imponentes soledades, ni para Caura, pero que procurará imponerse a sus inclinaciones. Supongo que el menor inconveniente será cuando esto se resuelva, esto es, si nos dan Caura, que venga a Bolívar y, si ahí no puede ser, a otra parte. Me escribe nuestro padre Íñigo, y nada dice de la venida de los tres padres. La carta es de 3 de junio, pero añade que confía que pronto será rele- vado en el cargo por nuestro padre Mariano. Hasta aquí fecha 9. Hoy 15, tengo en mi poder dos cartas de nuestro padre para vuestra reverencia, y las mando para que les dé dirección. Creo que la corresponden- cia para vuestra reverencia la deben mandar directamente, porque, si me la envían a mí, padece mucho retraso. Aviso al Puerto para que las epactas [¿?] no sufran entorpecimiento y si puede ser que hagan el trasbordo sin el conocimiento. Ya le habrá referido el padre Paciente la situación de aquí. Todo cuidado es poco. Sabemos que no nos quieren aquí. Dios nos dé prudencia a los que aquí estemos para no dar nosotros motivo de disgusto. Sabe que le ama en Jesús y es de vuestra reverencia afectísimo menor hermano y súbdito que su mano besa. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5 752 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 406*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ

Maracas, 20 de julio de 1901

Las dificultades encontradas para ingresar dinero en el banco a nombre del procurador o de dos o tres religiosos le han movido a ponerlo a su nombre. Manda la cuenta de sus gastos desde su llegada «sin contar los de manu- tención ni limpieza, que creo no llegan a dos chelines diarios. Monseñor me entregó 111 dollars por las dos parroquias»488. No conviene que los religiosos viajen a Trinidad sin necesidad real: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 407*. Antonino Caballero a Adell † El obispo de Calabozo ofrece la iglesia del Carmen en la capital y ocupación para «doce o catorce padres» que dieran misiones en su diócesis. Tras visitar tres puntos de la vicaría, él cree que en ella no podrán vivir más de dos o tres religiosos: los pueblos son pequeños y están arruinados por las guerras. Espera órdenes para saber a qué atenerse

San Fernando, 21 de julio de 1901 R. P. Fr. Patricio Adell de San Macario. Ciudad Bolívar Mi amado y respetado padre: Con el joven ordenando que estuvo en ésa hará como cosa de un mes le dirigí una carta, pero ya a última hora, cuando el dicho joven regresó y estuvo de marcha para Calabozo, me manifestó con alguna pena que se le había extraviado la carta, por cuyo motivo no se la había entregado a vuestra

488 «Gastos hechos fuera de la manutención y limpieza. Dólares chel[ines] céntimos Limosna 3 Gastos del padre Corral 15 Gastos del p. León Ecay 4 Id. p. Musitu 5 3 Venida a Maracas 8 2 Viajes al Puerto y Caura 17 Entregado al p. Musitu al quedarse en Caura 10 Id. al p. Moleres 25 Un pantalón 4 Un parasol 1 3 Un impermeable 8 Sirviente de Caura 8 2 100 catecismos inglés 2 --- 16 1 Nuevo Testamento --- 3 4 devocionarios --- 3 TOTAL 116 --- 16 DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 753 reverencia. Éste ha sido el motivo por el cual no le he escrito desde entonces, extrañándome yo más bien porque no recibía su contestación. Aprovecho, pues, esta ocasión para manifestarle poco más o menos lo que en dicha carta le decía. Primero, que tuvimos el placer de tener aquí en nuestra compañía todo el mes de mayo al señor obispo, el cual me manifestó de palabra que me autorizaba para decir a usted que si quería ir usted a Calabozo con alguno de los padres, él ponía a su cargo de muy buen grado y con la mejor voluntad la iglesia de Nuestra Señora del Carmen con tres casas que tiene dicha iglesia, de las cuales una pueden ocupar los padres y las otras dos arrendarlas a be- neficio de la misma iglesia. Me manifestó también que es una iglesia buena y grande, que estarán bien y que cree que nada les ha de faltar. Aún más: y que él podría emplear a doce o catorce padres en dar misiones en algunos puntos de su dilatada diócesis. Él es bueno y, ya que ha sido tan generoso con nosotros, convendría que usted le escribiera a él directamente y se entendiesen con respecto a estas ofertas que nos hace, de donde puede resultar un bien no pequeño para mu- chas almas y dar a conocer por medio de buenas obras nuestro santo hábito, que todavía no conocen por estas partes, de donde puede resultar algún bien para nuestra corporación agustiniana. Para escribirle al señor obispo puede hacerlo por esta vía de San Fernando a Calabozo, pues de aquí sale directa- mente el correo para Calabozo todos los jueves. Yo estuve en tres puntos de la vicaría y, a juzgar por éstos, creo podrían vivir no más que dos padres, porque, además de ser pequeños los pueblos, aunque son bastantes, están arruinados por causa de las guerras. Sin em- bargo, cuando yo vaya podremos hablar sobre este particular más despacio y comunicárselo a nuestro padre vicario o al superior que usted juzgue con- veniente. Aquí no hay sino la iglesia parroquial y una pequeña capilla dedi- cada al Sagrado Corazón de Jesús. Hay otra regular dedicada a san José en construcción, pero impidió el gobierno seguir sus trabajos por estar situada cerca de la casa del gobierno. Por esta causa se marchó un poco disgustado el señor obispo, pero con la esperanza de proseguirla más adelante. Con respecto a mi ida para ésa, mucho, muchísimo la deseo, no tanto por verlos y abrazarlos, cuanto por saber a qué atenerme, si estar aquí o ir a Arauca, en donde, según me dicen, está todavía el señor que nos puso presos, o ir para Bogotá, pues en cuanto a mí tengo la dicha de no tener voluntad propia, sino la de mis superiores, en la cual reconozco la voluntad de Dios. Por lo único que estoy aquí un poco tranquilo es por lo que me decía usted que me estuviera aquí hasta recibir contestación. Así es que yo deseo saber a qué debo de atenerme. Aquí, por supuesto, no quieren que me vaya, y el primero es el padre en que ni desea que yo vaya ni aun a ésa, porque le parece que ya tal vez no vuelva. Mucha es la falta que hace aquí uno o dos padres más. Hace como mes y medio que estoy, se puede decir, solo, porque el padre Vargas ha estado enfermo a resultas de una operación seria que le 754 correspondencia del PADRE ADELL hicieron, de la cual no está todavía bien curado, y éste es el motivo por el cual se ha opuesto a que me fuera en este viaje para ésa, no obstante de tener todo listo. Me dice que en el otro viaje que vaya el vapor ya estará él mejor y que entonces podré ir. Él le escribe también ahora, manifestándole esto mismo. Me recomienda le diga a usted que con una señora manda un misal y un epistolario para que se los haga encuadernar, que cuando yo venga llevaré el importe de lo que cuesten. Los manda con anticipación para ver si para cuando yo llegue están ya concluidos. Con respecto a las misas veré de llevarles algunas. Aquí tienen la costumbre de encargarlas para cierto día fijo y determinado, motivo por el cual no he podido reunir todavía las que yo desearía enviarles. Yo le diré al padre que en adelante, si él tiene sobrantes, en vez de mandarlas decir a otros, se las mande a usted. Sin otra cosa de particular consérvese bueno en compañía de los demás padres y hermanos. Saludos para todos de este su afectísimo y menor herma- no que lo ama in Corde Jesu. Fray Antonio Caballero de la Purísima Concepción P.D. Van dos misales y un epistolario. Dentro de uno de los misales van unas cintas para registro del uno. Me recomienda el padre que le haga el favor de decirles a los encuadernadores le pongan registro a los otros dos. Vale489.

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 408*. Pedro Ramos a Adell † Ha celebrado dignamente la fiesta del Carmen. Ecay debe de estar bien en Tumeremo

El Callao, 22 de julio de 1901

Mi amado y respetable padre Patricio: Aunque me llame molesto, le pongo dos letras, pues nada de particular ni interesante tengo que decirle. Por aquí sin novedad y bien, a Dios gracias. La gente va entrando, aun- que despacio. Por lo demás, nada falta, aunque tampoco sobra, porque el tiempo no da más. Sin embargo, vamos tirando, porque Dios es muy próvido. Algún día nos arreglará la cuenta… Se ha celebrado bastante bien la fiesta y novena delC armen con ayuda del padre Félix. El de Tumeremo, sin duda, por pereza, no vino, a no ser que diga por vergüenza, porque se comprometió a predicar y días antes dice que

489 Adell envió la carta a Roma con una extensa glosa, que constituye la carta 210. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 755 si no recibía pronto sus libros no podía, y eso que tenía libros míos. Yo quería que hubiera venido para saber cómo le iba; pero, aunque no ha venido, me dicen que no está enfermo y de medios de subsistencia debe [de] estar bien, porque yo le avisaba para que si acaso le probaba mal en cualquier sentido, que se viniese por aquí. Estos días se han vestido bastantes escapularios del Carmen y eso que andan muy escasos y caros; con que si ahora llegan con los tres padres que dicen vienen, puede mandar los que quiera, diciendo el precio a que se han de vender. He recibido dos sillas que me ha mandado el padre Paciente. Una se queda aquí y la otra la mandaré a Guasipati. Sin más por ahora, recuerdos a esa buena gente y escriba lo que quiera a su afectísimo menor hermano que le ama en Jesús y besa su mano. Fray Pedro Ramos del Corazón de Jesús

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 409*. Félix Abaurrea a Adell

Guasipati, 22 de julio de 1901

Pide que interceda con Paciente para que le devuelva los arreos de mon- tar que llevó Musitu cuando viajó a Ciudad Bolívar pasando por San Félix. Paciente no ha respondido a ninguna de sus tres reclamaciones: Agoar, caja 82, leg. 5. Carta 410*. Íñigo Narro a Adell † Tan pronto llegue el p. Mariano, se nombrará al p. Víctor procurador en Trinidad. Mandará dimisorias para Antonio Sibelo. Informalidad de la Compañía La Veloce. Informa sobre encargos y cuentas

Palacio episcopal de Sigüenza, 24 de julio de 1901

Amado hermano padre Patricio Adell: Refugiado aquí, huyendo del insufrible calor de nuestra residencia de Madrid para poder hacer algo, he recibido la apreciable de usted, fecha 30 de junio pasado. Me pide en ella «mande al egregio padre Víctor Ruiz nombra- miento de procurador de los agustinos descalzos de Venezuela», añadiendo «que es conveniente le tenga por lo que pueda tronar». Estoy en vísperas de resignar el cargo en nuestro padre Mariano Bernad, quien debe hallarse próximo a Roma para recibir instrucciones. Aquí ni tengo el sello de oficio, que, a tenerle, haría el nombramiento en esta misma fecha. Que tenga un 756 correspondencia del PADRE ADELL poco de espera y tan pronto llegue nuestro padre Mariano, se le dará dicho nombramiento. ¡Qué ingleses tan ingleses! Veré si para el correo por La Veloce puedo mandar las dimisorias para el subdiácono fray Antonio Sibelo. Tropiezo con la falta del sello. Haré por ex- tenderlas aquí y mandarlas a Madrid para sellar. En tal caso quizá mandase el nombramiento de procurador a favor del padre Víctor Ruiz. Los padres Ángel Martínez, Juan Latorre y Bruno Capánaga no salen hasta octubre por necesidad de reponerse el padre Bruno. Como hay tiempo, puede usted detallar donde han de desembarcar. Los vapores de la compañía masónica La Veloce hacen tantos marros que me aconseja el padre Víctor «mande todo por Santander en la Trasat- lántica francesa», pero ésta es mucho más costosa. Los libros, vino, harina no pudieron embarcarse el 5 de julio. Todo está listo para embarcarlo el 5 de agosto, si la compañía no hace marro. Las dos cajas libros –una de pro- paganda, otra de libros de don Gregorio y cosas de las hermanas de Santa Ana, escapularios, etc.– van, por consejo del padre Víctor, a Ciudad Bolívar. El vino y harina van al padre Víctor. Dice usted: «El padre Juan a Trinidad, los padres Bruno y Ángel a Cu- razao». Esto tiene el inconveniente de marchar separados y sin obtener re- baja. En la Trasatlántica española irían por la mitad de precio a La Guaira. El señor obispo y padre Florentino le saludan con su afectísimo menor hermano. Fray Íñigo Narro de la Purísima Concepción PE. Recibo carta del padre Medardo Moleres, en que me dice que «en vísperas de marchar a Trinidad por orden de usted ha tenido que devolver a la señora presidenta de El Apostolado de la Oración los cien pesos que el año pasado me giró para la imagen del Corazón de Jesús y como carecía casi por completo de aquella cantidad, ha pedido prestados al superior de los padres franciscanos de Tierra Santa 320 francos»490, que por encargo de dicho padre superior y del padre Medardo he mandado a Roma para entregar al padre Mariano Fernández491. No me mandó 500 francos, sino 400 y pico, que, ne- gociados, saqué 514 pesetas. Ahora entrego 320 que al 40% son pesetas 448. Restan 66 pesetas. Me place la respuesta del señor provisor de Caracas. ¡Suum cuique!

Agoar, caja 82, leg. 4

490 Medardo Moleres, Carta a I. Narro, Caracas, 21 junio 1901: Agoar, caja 82, leg. 6. 491 Religioso franciscano de la provincia de Santiago, futuro subsecretario de la Or- den. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 757

Carta 411*. Paciente Corral a Adell

San Félix, 25 de julio de 1901

Al llegar a San Félix procedente de Ciudad Bolívar, ha encontrado muchos enfermos. Ha enterrado a tres y el cuarto está muy grave. Pide un cuaderno de música. La construcción de la casa avanza. En el próximo mes terminarán la sala y el comedor: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 412*. Víctor Ruiz a Adell Llegaron los padres colombianos. En Maracas sólo estuvieron unas horas. Tuvo que pagarles el pasaje entero. En el banco sólo quedan 200 pesos. Musitu llegó a Margarita

[Maracas], 1 de agosto de 1901

Mi amado padre Patricio: Llegaron los padres. Estuvieron en Maracas horas por haber avisado el padre Marcos que volvieran los padres inmediatamente, que salía vapor inmediatamente. Pero aún tardaron tres días y algo más. No se pudo sacar el pasaje por medio del cónsul de Colombia; así que hubo que pagarlo todo. ¡Dios sea bendito! Entregué al padre Marcos 700 pesos de los del banco, de modo que estoy esperando me mande para reponerlos, pues si he de tener cuenta con el banco habrá que pagar492. Ya sabe vuestra reverencia que para vivir aquí no se necesita más de lo que nos da esto, aunque pude dejar en banco 250 y pico, pero no conviene sacarlos sin una extrema necesidad. Entregué a la madre un cheque de 111 dollars por si acaso el padre Medardo necesita algo. Eso es lo que queda para atender a las necesidades, una de ellas el pago de una imagen para San Fé- lix, llegada de Francia. Lo mismo sucede en España con respecto al banco, que para tener cuenta corriente se necesita un depósito. Tener un depósito sólo para unos días, como hubiera sucedido ahora, es una miseria; así que procuré quedasen allí los doscientos pesos que se necesitan para cuenta corriente. El padre Musitu no dice nada de Margarita. Sólo sé, de referencias, que llegó.

492 El superior de los misioneros reconoció sus servicios, así como los del p. Adell, en carta al superior general, cf. Marcos Bartolomé, Carta a Í. Narro, Isla Trinidad, 2 de agos- to 1901: «Para terminar no estará de más que le signifique que por el p. VíctorR uiz hemos sido acogidos con las mismas muestras de aprecio y cariño que por el p. Patricio Adell. Si no hubiera estado aquí, nos habría sido imposible seguir adelante»: Agoar, caja 95. 758 correspondencia del PADRE ADELL

Cuídese mucho y sabe vuestra reverencia que le ama su más humilde súbdito y afectísimo hermano que besa su mano. Fray Víctor Ruiz de San José

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 413*. José Palacios a Adell Estaba a punto de embarcarse para Maracaibo cuando recibió su te- legrama destinándolo a Margarita. Llegó el 26 de julio. Musitu le informará con mayor detalle

San Juan Bautista, 7 de agosto de 1901 M. R. P. Patricio Adell. Ciudad Bolívar Mi respetado y estimado padre: Después de tener todo dispuesto para embarcarme para Maracaibo, obedeciendo su orden trasmitida por telégrafo al padre Baltasar, recibí una carta del padre Víctor, en la que me decía que debía pasar a Marga- rita a encargarme de la parroquia de San Juan493. Entonces fue que puse un telegrama a vuestra reverencia, cuya contestación recibí el 22 de julio último, cuando ya estaba preparado para embarcarme el día 23. No pude cobrar en el banco la suma que vuestra reverencia me decía, porque en La Guaira ni en Caracas habían recibido orden para abonar tal cantidad. En vista de esto, el cura de La Guaira me dio los 40 pesos esperando co- brarlos en el banco con el telegrama que vuestra reverencia me puso el 22. Así fue que embarqué el 23 y llegué a Porlamar el 26, donde supe que el padre Musitu se había hecho cargo de la parroquia de San Juan. Llegué a San Juan y no me preocupé de escribir hasta hoy, creído de que el padre Isidoro lo haría, pero éste tampoco ha podido hacerlo hasta hoy, por lo que él le dirá. No tengo otra cosa que manifestarle por cuanto el padre Isidoro le infor- mará de todo cuanto crea prudente y del caso. Saludos a los padres, y vuestra reverencia consérvese bueno y mande a su súbdito y hermano en nuestro padre san Agustín. Fray José Palacios del Carmen

Agoar, caja 82, leg. 4

493 Supra, Carta 401*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 759

Carta 414*. Isidoro Musitu a Adell El 13 del pasado llegó a San Juan tras pasar dos días en Porlamar con el párroco. Las impresiones de Paciente eran demasiado optimistas. Esto es pobre, aunque la gente es sencilla y en su parroquia bien ins- truida. Las fiebres le han puesto al borde la muerte. Pide facultades

San Juan Bautista, 7 de agosto de 1901

Mi querido padre Patricio: Ayer recibí la primera de usted desde que salí de ahí, de modo que la que usted dice que me escribió se ha perdido. Llegué el 13 del pasado a este pueblo después de haber estado dos días en Porlamar y en Valle del Espíritu Santo, hablando con el vicario, padre Vázquez, muy afecto a nosotros. La impresión que me causó esto no fue tan halagüeña como al padre Pa- ciente494. No es lo mismo venir de visita con monseñor que venir de cura. Son cinco los pueblos con curas: Porlamar, Valle del Espíritu Santo, Juan Griego, La Asunción y El Norte. Punta de Piedra, que es anejo de éste de San Juan Bautista, no sé si podrá sostener cura. De todas maneras con éste y el anejo se pueden mantener bien, según creo, dos. [En] los otros cuatro creo que pueden mantenerse a dos cada uno. Las distancias son de aquí al anejo de 5 a 6 leguas y a Porlamar y el Valle lo mismo, poco más o menos; a los demás pueblos hay legua y media o dos leguas. Las circunstancias de ellos, fuera de éste, que mer- ced al trabajo ímprobo del padre Marcano, ha mejorado muchísimo y, sobre todo, los niños que están muy instruidos (quizá como no hay pueblo en la Re- pública) y una porción de gente piadosa de verdad de ambos sexos (cosa rara como sabe aquí), los demás pueblos son muy difíciles, dominados por la impie- dad y la masonería, de modo que no es mucha la diferencia de estos pueblos con Upata. Sólo la diferencia que veo es los humos aristocráticos que allí exis- ten y en estos pueblos no; que por ambas partes tiene ventajas y desventajas. Las primeras impresiones fueron malísimas: las gentes como le digo; la comida misérrima: carne de chivo salada (cuando la hay que, no es siempre ni mucho menos), pescado salado (cuando hay, que tampoco es siempre por estar esto al interior). De modo que algunos días …, si hubiese podido ver por un agujero la comida que me ponían delante, creo que casi se le hubiera saltado alguna lágrima. La casa sin puertas ni ventanas (ahora ya tenemos casa desde que llegó el padre Palacios), el trabajo ímprobo. Así que el 28 del pasado me repitió la calentura pero como de ordinario. El 30 otra vez, pero como nunca me había subido, con principios de congestión, con 41º de calen- tura y delirando como un loco, el padre Palacios con el termómetro constan- temente a ver si pasaba de ahí para administrarme. Yo, los momentos que tenía medio lúcidos, queriendo prepararme para confesar y sin poder hacer nada y sintiéndome morir asfixiado sin poder respirar. En fin, que me con-

494 Supra, Carta 400*. 760 correspondencia del PADRE ADELL vencía que me moría y moría sin confesión. Estoy en la persuasión que, si viene otra, lo contarán ustedes, que yo se lo contaré a Dios en la otra banda. En fin, ya se pasó por ahora. ¡Quién sabe si ésta que le escribo es la última! Hablé con el padre Vázquez y quedamos en que pida facultad a Roma para celebrar las misas de Nuestra Señora del Valle dentro de seis meses (6) entre los sacerdotes de la isla. Lo creo necesario para la honesta sustenta- ción de los curas, y no tendría que mandarlas a Caracas y otras partes. Así que si usted tiene facultad para nosotros, mándenosla a vuelta de correo y pídala mientras a Roma para el padre Vázquez y demás padres de la isla. Hágalo, se lo suplico, y déjeme obrar, que usted sabe que si no lo hago bien, será por otra cosa, pero no por falta de voluntad. Creo que sería conveniente (o mejor, necesario) que sacara una orden a monseñor para el vicario (padre Vázquez), para que cuando vaque el curato de Porlamar me lo entregue a mí para poner a quien crea conveniente y us- ted podría (si no vienen frailes de España, como me lo figuro) dar orden a los dos de La Victoria para que, al telegrafiarles yo, se viniesen inmediatamente, pues las impresiones que de aquello tengo son peores que medianas y luego solos allá y aislados no conviene495. Mándeme las facultades que consiguió usted, pues no me las han man- dado con el equipaje de Guasipati, y cuadernos de rezos. Adiós, padre Patricio. Sabe cuán sinceramente lo quiere su afectísimo menor súbdito. Fray Isidoro Musitu [PD]. Muchas expresiones a los padres Silverio, Paco, Clemente y De- metrio y hermano Mariano, y al padre Marcano dígale que lo quiero mucho, aunque no tengo el gusto de conocerlo.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 415*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, agosto de 1901

Han llegado algunas facultades ministeriales. Doña Josefa sigue insistien- do. Si los padres no llegan pronto, se entenderá con salesianos u otros. No cree

495 Cuando vacó el curato de Porlamar, el obispo se olvidó de su promesa de entregar toda la isla de Margarita a los recoletos y lo encomendó a un sacerdote secular. Adell lo comenta en la glosa que añadió al enviar esta carta a Roma: «El señor obispo me dijo nos daba toda la isla, y yo me alegré de ello, pues, si bien son pobres los pueblos, están cerca. Vacó Porlamar, fui a mandar al p. Silverio, pues sabía habían ido allí tres de los cande- larios, y dice el señor obispo que … no había nada de lo dicho. Esto … mata los mayores entusiasmos, que pueda uno tener. Y lo que dice en ésta Musitu sobre Porlamar es que oyó la promesa de monseñor». DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 761 que se le deba dar excesivo peso a ese colegio. Paciente haría mejor papel en Maracaibo enseñando música e inglés que en San Félix: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 416*. Luis Forero a Adell † Por consejo del p. Baltasar, en vez de seguir a Colombia, tres religio- sos han viajado a Isla Margarita. Suplica que pague sendas deudas que han contraído con el párroco de La Guaira y un español

Carúpano, 10 de agosto de 1901

Muy querido padre: Con el querido paisano que le entregará ésta, tengo el gusto de escribirle para saludarlo y comunicarle que desde La Guaira resolvió el padre Marcos, por consejo del padre Baltasar, capuchino, que nos repartiésemos en distintos lugares, porque así lo exigían las circunstancias de la República de Colombia496. En consecuencia, hermano Diácono, fray Julián y el que esto escribe fuimos des- tinados a Margarita. Como no había fondos para el viaje en el vapor holandés, el padre Larrouyet, cura de La Guaira, nos prestó sesenta y dos pesos sencillos (62 pesos), lo cual comunico a vuestra reverencia para los efectos consiguientes. Item, el querido paisano y portador, E. Echeverría, nos prestó aquí dos onzas (41 pesos sencillos) que tendrá la bondad de entregar por un si acaso. No le digo más por ahora. Perdone vuestra reverencia todas estas pe- ripecias. Todos tres saludamos a vuestra reverencia y demás padres de ésa, agradeciéndoles tantos sacrificios como han hecho por nosotros y encomen- dándonos en sus oraciones al Señor. Su hermano. Fray Luis de la Purísima Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 417*. Valeriano Tanco a Adell

La Victoria, 10 de agosto de 1901

Agradece las atenciones recibidas en Ciudad Bolívar –«muchos de no- sotros nos hubiéramos quedado contentos bajo su obediencia, siquiera hasta que se hubieran arreglado las cosas de la guerra de Colombia»– y relata brevemente su viaje a La Victoria, donde llegó el día 9. En Trinidad se hos- pedaron la mayor parte del tiempo en el hotel América. El 5 de agosto par- tieron todos juntos para La Guaira, donde, a indicación del p. Lodares, se dividieron. A él le han enviado a La Victoria, donde permanecerá hasta que los superiores dispongan otra cosa: Agoar, leg, 83, leg. 1.

496 Infra, Carta 418*. 762 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 418*. Baltasar de Lodares a Adell JMyJ Creyendo imprudente el viaje simultáneo de tantos frailes a Colom- bia, aconsejó al p. Marcos que algunos se quedaran en La Victoria, Margarita, Coro y Maracaibo

Caracas, 19 de agosto de 1901 R. P. Patricio Adell Mi querido padre: Estando predicando en La Guaira, me encontré con padre Marcos Bar- tolomé y demás compañeros, y como me pareció desatinado su viaje a Bogotá, dado el estado de aquel desgraciado país, les hablé de La Victoria, Margarita, Coro y Maracaibo, y aceptaron el consejo. Parece era lo que ellos esperaban. Los tres que fueron a Margarita quedaron debiendo al señor cura de aquella parroquia, padre Larrouyet, 61 pesos, más 40 que dejó al padre José Palacios. Para La Victoria fueron destinados dos que aún están aquí. Recibimos los títulos del señor Francisco. Dios se lo pague. ¿Cuándo viene por acá a visitar estos pobres frailes? Un cariñoso saludo a monseñor Durán y disponga de su afectísimo y seguro servidor. Fray Baltasar de Lodares, misionero capuchino La deuda toda con el padre Larrouyet son 104 pesos, pero no tiene prisa497.

Agoar, caja 83, leg. 2

Carta 419*. José Ibáñez a Adell Considera acertado el consejo del p. Baltasar. A La Victoria llegó fray Valeriano Tanco. Comenta el préstamo de Larrouyet a los que fueron a Margarita. La situación de Colombia puede tener consecuencias graves

La Victoria, 21 de agosto de 1901

497 Glosa de Adell: «Dijeron quedaban dos en Victoria, dos en Maracaibo, dos en Coro y tres para Margarita para evitar… Parece quedaron los de Victoria y Margarita, teniendo que apresurarme a sacarlos, pues hacía poco habían llegado Musitu y Palacios, [y] suponía estarían faltos y … dice el p. Víctor: escribe el p. Marcos llegaron nueve bien a Barranqui- lla. ¡Qué cabezas, Señor!». En realidad, fueron cinco los que se quedaron en Venezuela: tres en isla Margarita, 1 en La Victoria y 1 en Caracas. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 763

Mi querido padre Patricio: Recibí su última, escrita cuando salían los candelarios. Al pasar por La Guaira estaba el padre Baltasar allí y al enterarse de quiénes estaban en el vapor, se fue a él y les hizo presente cómo estaba Colombia para poder entrar en ella 14 y con traje de tales. En su vista determinaron que tres fueran a Margarita, dos a Coro, dos a Maracaibo y dos aquí. No sé hasta donde habrá sido acertada la determinación. Yo creo que 14 y con hábito, como parece están las fronteras por la parte de Venezuela, habría sido expuesto o por lo menos podrían haberse encontrado en situación difícil. Algunos de los que pensaban quedarse en Curazao, si les era posible, tratarán de ir a Bogotá. El padre Baltasar me dijo sería bueno, para evitar llamar la atención, que me fuera yo o bien el padre Fermín a Caracas y que se vinieran los dos aquí. Acababa de llegar de allí y le dije que pensaba no podré dar lugar a nada fuera el que quedara en Caracas el padre Robustiano y se viniera para aquí fray Valeriano Tanco, subdiácono. Ayer llegó, nada escribe el padre Baltasar. Tal vez no le ha gustado el que no fuéramos uno, pero ¿qué le hemos de hacer? El mismo padre Baltasar me dice que el presbítero Larrouyet pagó 104 pesos por el viaje del padre Palacios y tres más, sin duda los últimos a Mar- garita. El del padre Palacios me extraña, porque al marcharse le di 15 pesos y me los devolvió desde La Guaira por el padre de la Trinidad, porque usted le había girado para el viaje. Había estado en Caracas tres meses y medio y con celebración. Me pidió 25 pesos y porque lo creía con cuartos, como porque yo tenía pocos, sólo le di 15. Sin duda, no le gustó la rebaja. Larrouyet debió darle el pasaje y él me los devolvió con pretexto de la letra de usted, creyen- do sería un regalo por los servicios que le había prestado, y ahora trata de cobrarlos. Esto es lo que yo pienso. Veremos. Advierte que no corre prisa en absoluto. Así que ya me dirá usted lo que deberé hacer caso de que usted no pueda abonarles. Parece que deben pagarse pronto. Por lo que oigo al recién llegado, me he convencido de que la misión de Colombia, después de los años y de tantas cosas, no era ni de cien leguas lo que yo me había figurado. Para mí ha sido una verdadera decepción. Veo lo de la renuncia de nuestro padre Íñigo y nombramiento de nuestro padre Maria- no. Buena breva le han endosado para que descanse de su expedición al Bra- sil. Lo de Colombia parece que va a dar más juego de lo que en un principio se temía. De complicarse la cosa con los Estados Unidos no sabemos a dónde podría llegar, y que si bien las consecuencias definitivas no son las que más parecían preocuparnos, antes de que éstas llegaran podíamos sufrir mucho. Los padres anunciados de España sin duda ya no vendrán con las no- ticias que habrán llegado de la situación de las tres repúblicas que fueron la Gran Colombia y que algunos tratan lo sea. Por aquí sigue el malestar y se nota una pobreza extrema con trazas de ser más. Nosotros nos vamos defendiendo, que no es poco a estas alturas, y mil gracias sean dadas a Dios. 764 correspondencia del PADRE ADELL

Consérvese bueno, roguemos por que lo de Colombia no vaya adelante, pues, por lo que me ha dicho fray Valeriano de ahí, un mal resultado allí podrá complicar nuestra situación. Dé muchos recuerdos a todos y es suyo menor hermano y súbdito. Fray José Ibáñez El padre Fermín me encarga «que le ponga muchas cosas».

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 420*. Paciente Corral a Adell † Cuenta sus impresiones sobre el p. Juan Vicente, párroco de Upata. «Creo que no le va a probar bien esta tierra. ¡Ojalá me equivoque!»

San Félix, 22 de agosto de 1901

Estimado padre Patricio: Recibí su grata con el vino de misas. Estuve en Upata. Mis impresiones danhan caayo498. El padre Juan como harto de soledad y ahora, después de la Asunción, me dijo se iría con su amigo Francisconi por El Manteco. ¡Dios quiera haga mucho fruto! Supe que escribe para España ingon499 al padre Galdeano500. Por aquí se pasa ingon samanga iros501: no es extraño escriba el padre Adell bien desde Bolívar, pues es la única parte donde está maayo502, siempre pidiendo a los fratres. Esto no es lo que dijo Musitu, etc. ¿Qué dice usted? A pocos así, arreglados. Esto, padre, para que usted esté al tanto de todo… Traje calimansi ca pisos lamang503; dijo que no había más. ¿Es esto mayor que Upata? Según me dijo, en todo el tiempo desde que llegó había hecho siete u ocho bautismos, sa libro naquita 85504; defunciones, según él, 3, y en la nota que me facilitó mi amigo Sánchez son 10, uno de solemnidad, y me advirtió eran más, pero que había habido descuido del es- cribiente en asentar las partidas. Matrimonios vi que eran 4: uno en Upata, otro en Palmar, otro en Manteco y otro en Pilar. En Palmar 17 bautismos, naquita sa libro; en El Manteco unos cuantos me dijo. Éstos son los datos estadísticos que puedo mandarle. Usted dirá o preguntará a él.

498 Visaya cebuano: tantas. 499 Visaya cebuano: según. 500 León Galdeano: supra, IX. Correspondencia B, nota 217. 501 Visaya cebuano: según la cuchara, es decir, según las circunstancias. 502 Visaya cebuano: bien. 503 Visaya cebuano: lemoncitos por un peso. 504 Visaya cebuano: en el libro vi 85. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 765

Por lo que hace a la pensión le diré que se acuerdan mucho del padre De- metrio y sintieron bastante que lo sacaran. Eso es el todo. Ya hablé a la señorita Lilia y demás. No sé si harán caso. Ahora el señor Sánchez trata de arreglar ha- bitación para el cura detrás del altar mayor. El día que yo salía mandó limpiar aquello, tan oscuro: Demetrio sabe. El organista se retiró por un disgusto que tuvo con el padre Juan, y también los ha tenido con ocasión del púlpito y de un entierro. En fin, padreA dell, esto es cuanto puedo decirle, y usted verá lo mejor. Creo que no le va a probar bien esta tierra. ¡Ojalá me equivoque! Por aquí contento, haciendo un semillero de lechugas y coles para mi conuco, que lo cercaré luego que terminen la sala y el cuarto. Será a últimos de éste o principios de septiembre. Sin más, que se conserve bueno y con mis recuerdos a todos, usted lo que quiera de su afectísimo menor hermano y último súbdito. Fray Paciente Corral El señor Briceño quiere mandar el pago de la Revista Popular a España. ¿Cómo se arreglará? Será bueno que…

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 421*. Tomás Martínez a Adell † Agradece las atenciones recibidas durante su estancia en Venezuela

Bogotá, 25 de agosto de 1901

Estimado padre: No puedo menos de recordar con bastante gratitud a vuestra reverencia y por eso tengo el mayor gusto en dirigirle ésta con el fin de saludarlo muy cordialmente y poner en su conocimiento que hace ya 35 días que estamos por aquí, buenos y salvos, a Dios gracias. Yo quise escribir a vuestra reverencia enseguida de llegar, pero caí en- fermo y hasta hoy que me siento mejor, es que he podido hacerlo. Al señor obispo Durán escribí dos cartas de agradecimiento y despedida desde Aragua y otra de Barcelona. Pero por si acaso no las recibió, hoy le mando otra. Mucho recordamos a vuestra reverencia y hemos referido a nuestro su- perior todas las finas atenciones con que nos honró vuestra reverencia al llegar por primera vez a Ciudad Bolívar, y luego después todo el tiempo que permanecimos por ahí. Por aquí no hay novedad, a Dios gracias: todos los padres y hermanos están bien. 766 correspondencia del PADRE ADELL

Reciba saludos del padre Rufino y hermanoG abriel, y vuestra reveren- cia hágame el favor de darlos a todos los padres de ésa y hermano. De vuestra reverencia afectísimo y menor hermano en nuestro padre san Agustín. Fray Tomás Martínez de la Virgen del Romero

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 422*. León Ecay a Adell † No puede pagar la subscripción al Boletín eclesiástico. Si sus gestio- nes no producen fruto tendrá que salir de Tumeremo. Pide folletos de propaganda católica

Tumeremo, 31 de agosto de 1901

Mi estimado padre Patricio: Sin tiempo para escribirle en el correo próximo pasado, después de haber recibido un fárrago de Boletines Eclesiásticos y haberme enterado de su contenido, paso a comunicarle que no puedo yo pagar la cantidad deter- minada en el primer número del citado boletín, porque aquí no gano todavía ni siquiera para pagar mi alimentación y alquiler de casa, que, todo reunido, forma la suma de 36 pesos mensuales: 30 que tengo que pagar a la familia Carvallo y 6 para el cuarto que ocupo a la señora Eufemia F. de Sifontes. Esto mismo comunica usted a su señoría, advirtiéndole que estoy dispuesto a todo, porque lo mismo me importa tener salud, como la tengo ahora, y no tener qué comer, que tener qué comer y no poder comer por enfermo. Hasta ahora no me ha repetido la fiebre, pero voy enflaqueciendo bastante.A unque no siento la fiebre, estoy muchos días inapetente. De seguir en Tumeremo como sigo hasta ahora tendré que salir de aquí. Voy a tocar todos los resortes que hay que tocar y, si no saco lo suficien- te para satisfacer mis necesidades, me veré precisado a presentarme en El Callao y del Callao seguir para Ciudad Bolívar. Ya le escribiré lo que resulte de mis gestiones y si puedo seguir o no aquí. Mándeme folletos de propaganda católica, porque aquí hay muchos ignorantes que tienen cara de ilustrados y no se quieren arrimar a la iglesia, y a éstos quiero mandarles algunos de esos folletos. Sin más por hoy consérvese bueno y mande al menor de sus súbditos y servidor. Fray León Ecay PD. ¿Y qué de los de Panamá? Les tengo compasión, porque van a des- aparecer todos del mapa a consecuencia de fiebres, excepto la trinidad o, DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 767 mejor dicho, trimurti panameño: Bernardino, Celestino y Ángel. Si en mí es- tuviera, hoy mismo los sacaba de allí. No obstante, escribiré al padre Bernad pintándole la situación al natural y el desequilibrio monacal, si a usted le parece prudente. Y mándeme algún sello para el exterior, pues aquí no hay; en El Callao tampoco hay. Valeat omnibus vobis505.

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 423*. Antonio Sibelo a Adell † Está esperando medios de llegar a Bogotá. Mientras tanto no puede menos de agradecerle las atenciones que con él ha tenido

Honda, 2 de septiembre de 1901

Reverendísimo padre Patricio: Agradable me es cumplir con la dulce obligación de saludar a vuestra reverencia en compañía de los demás padres que están en ésa. Llegados a esta población el día 1 de septiembre después de un penoso viaje. Ahora aguardamos posibilidad para proseguir a Bogotá, pues nos fal- tan tres días y no encontramos medios de ir. Sea lo que Dios quiera. Todos mandan a vuestra reverencia sus afectuosos recuerdos y un fuer- te abrazo. Reciba de mí, padre Patricio, mil abrazos, de quien sabe jamás olvidará su paternal amor hacia mí, mil veces demostrado con los hechos. Suplícole, padre, me remita las que a ésa vayan llegado para Bogotá, y de aquí me las mandarán. Besándole sus manos y abrazándole fuertemente se despide de vuestra reverencia quien no le olvida506. Fray Antonio Sibelo del Pilar

Agoar, caja 83, leg. 1

505 Glosa de Adell: «El p. José Orea estuvo contento y satisfecho, como puede usted ver por las cartas ahí, y este León ni en Upata ni … en el cielo, me parece, estará contento. ¡Pobre! ¡Frailecicos! Ya habrá usted visto amenazaba venirse a Ciudad Bolívar buscando fresco –Risum teneatis– para desde aquí a … Ello dirá. Pidamos a Dios tenga compasión de nosotros y estas pobres almas, tan necesitadas como están … y … tan impertérritos los religiosos, porque aquí se tiene que trabajar y sufrir». 506 El mismo día escribía de modo aún más cordial a Clemente Ballesteros, con quien había pasado meses felices en Soledad. 768 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 424*. Juan Vicente a Adell † No puede pagar las contribuciones que se le han asignado para el seminario y el Boletín eclesiástico. La parroquia no da ni para man- tenerse

Upata, 3 de septiembre de 1901

Mi estimado padre Patricio: En mi última comunicaba a usted mi situación en esta ciudad de Upa- ta, en donde no podía vivir un sacerdote con la pensión que el pueblo da de 20 a 25 pesos mensuales, por ser casi nulos los derechos parroquiales, cuando en el penúltimo correo recibí el Boletín diocesano, en donde piden nada me- nos que 20 bolívares mensuales para el seminario y 4 para el sostenimiento del Boletín… Yo que pensaba dirigirme a usted para que hablase con monseñor Du- rán (por más que creo sabrá mi situación en esta población por el doctor Gómez, a quien la tiene comunicada doña Amalia de Fajardo) para que escri- biese a sus amigos a fin de que pueda vivir con alguna decencia el sacerdote, me encuentro con que sobre no poder apenas sostenerme, por lo cual me están preparando las personas piadosas un rincón de la sacristía, en donde habitar, a fin de quitarme diez pesos de alquiler de casa (por no haber para pagarlos) y quede para pagar la comida, lavada, etc., me encuentro con lo arriba dicho. En el último correo me escribió el señor Domingo M. Navarro, pidién- dome la contribución obligatoria señalada para el sostenimiento del Boletín. Padre Patricio, suplico a usted comunique a su señoría mi imposibili- dad y crítica situación en esta población. También le suplico haga el favor de entregar para el seminario la cantidad siguiente que ya tengo en mi poder: Particulares Don Antonio Rodríguez 1 bolívar Doctor Toribio Ibáñez 1 bolívar Cofradías Apostolado de la Oración 1 bolívar Nuestra Señora del Carmen 1 bolívar Hijas de María 1 bolívar Santa Teresa 1 bolívar Total 6 bolívares ¿Y qué tal se halla el padre Demetrio? Celebraré se encuentre ya resta- blecido del trancazo. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 769

Con mis cariñosos recuerdos para los padres y hermano Mariano, soy de usted afectísimo menor hermano y súbdito seguro servidor507. Fray Juan Vicente

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 425*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ

Maracas, 5-11 de septiembre de 1901

Hace algunas consideraciones sobre el alojamiento de los religiosos en Puerto España, los ornamentos pedidos a España y el proceder el p. Moleres. Tras 10 días en Maracas el p. Silverio viajó contento a Guanta. Iñigo escribe que Bernad está para llegar a Madrid. «Marcos Bartolomé también escribe que llegó con ocho más sin novedad a Barranquilla después de haber dejado cinco por consejo del p. Baltasar en La Guaira para distribuirlos […] En mi anterior le hablaba de dificultades con mi paisano dominico con respecto a confesonario. Habló monseñor y desde luego el paisano descubrió que no sabía lo que traía entre manos. A pesar de no haberme acercado al Puerto en un mes, las dificultades no cesan.E n mi poder la de usted del 3. Me hallo bien, pero apuradito. No me arrimo al Puerto para dejar pasar la tempestad. La ida del paisano a monseñor, casi en queja contra mí, sin tener razón, ha excitado los ánimos. ¡Soy agustino! Ésta es la cuestión. Siento muchísimo lo del p. Ortuoste y pido al Señor que con la compañía se mejore»508. PD en visaya: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 426*. Santiago Matute a Adell

Bogotá, 7 de septiembre de 1901

Agradece su ayuda a los misioneros de Casanare. Ayer, 6 de septiem- bre, llegaron a Bogotá. Vuelve a lamentar que Adell continúe recordando su supuesta falta de atención con los llegados de Filipinas: Agoar, caja 81, leg. 3.

507 Apostilla de Adell: «Estuvieron dos en Upata siempre y les sobraba dinero que mandaban aquí. Desde que llegó éste… siempre quejándose y … mandó ya 50 pesos. ¿Quiere estar solito? Me parece que sí». 508 Se refiere a los primeros síntomas de enajenación mental: supra, IX. Correspon- dencia A, nota 428. 770 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 427*. Antonio Sibelo a Adell

Bogotá, 10 de septiembre de 1901

Llegado a su destino, no puede menos de volver a agradecerle todas las finezas que con él ha tenido:A goar, caja 83, leg. 1.

Carta 428*. Marcos Bartolomé a Adell † Llegado a Bogotá, le agradece de todo corazón «cuanto hizo a favor de sus hermanos». No cuenta detalles del viaje porquen espera que se publiquen pronto

Bogotá, 12 de septiembre de 1901

Mi querido y pensado padre Patricio Adell: Desde Puerto España escribí a vuestra reverencia dando cuenta del recibimiento que nos hizo el buen padre Víctor, de los obstáculos que se nos presentaron a última hora y, si mal no recuerdo, del día de nuestra salida509. Interminable haríame, padre mío, si fuera a exponerle los nuevos trabajos e inconvenientes que se sucedieron después para continuar nuestro viaje, pero suponiendo que los publicarán no tardando mucho, no me detengo ahora re- latándolos, concretándome únicamente a saludarlo de nuevo y darle un Dios se lo pague por todo cuanto hizo a favor de sus hermanos, quienes, como yo, le aprecian de corazón y ruegan al Señor por la prosperidad de esa incipiente provincia, cuyos miembros han dado pruebas inequívocas de verdadero amor y desinterés. Tanto nuestro padre Santiago Matute como el señor obispo le están su- mamente agradecidos, y el segundo espera una ocasión propicia para hacerle una visita y establecer con vuestra reverencia estrechas relaciones en orden a las misiones de Casanare510. Mis recuerdos de todos para el señor obispo, los padres Francisco, Silve- rio, Clemente, Demetrio y hermano Mariano, y vuestra reverencia reciba un abrazo del menor de sus hermanos. Fray Marcos Bartolomé de la Soledad

Agoar, caja 83, leg. 1

509 Carta desconocida. Al parecer, no llegó a manos de Adell: infra, nota 518. En cam- bio, he podido ver la que con fecha 2 de agosto escribió al comisario general apostólico: Agoar, caja 95. 510 Supra, IX. Correspondencia B. Carta 398*. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 771

Carta 429*. Íñigo Narro a Adell † Le sorprende que no le hable de los misioneros de Casanare. Pronto mandará la imagen del Sagrado Corazón: es muy hermosa. ¿Se verán pronto por España?

Madrid, 14 de septiembre de 1901

Amado hermano padre Patricio Adell: Poseo la apreciable de usted de fecha 13 de agosto. No deja de extrañarme el silencio de usted sobre el paso por Ciudad Bolívar del padre Marcos Bartolomé y sus trece compañeros desterrados de Casanare y encarcelados primero y luego despedidos de Venezuela. El padre Marcos y sus compañeros, agradecidísimos al señor obispo y a usted: «En Ciudad Bolívar fuimos acogidos por el padre Patricio Adell y el señor obis- po con las mayores muestras de aprecio y cariño. El primero, no satisfecho con habernos alimentado y vestido de pies a cabeza por haber llegado casi desnudos, y algunos enfermos, nos dio los recursos necesarios para efectuar nuestro viaje; el segundo fue para nosotros un verdadero padre, rebajándo- se hasta el extremo de ir personalmente a sacarnos de la cárcel, en donde por intrigas de algún enemigo nuestro se nos había detenido»511. ¿Qué tal lo pasarán los nuestros en Colombia y aun en Venezuela con la nueva guerra? A todos pongo todos los días bajo el patrocinio de san José y la Virgen San- tísima. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que es hermosa y devota en superlativo grado, saldrá de Madrid el 20 de éste, después de haberla ad- mirado Madrid, y de Barcelona el 5 de octubre en vapor de la compañía La Veloce, pues me dicen de Barcelona «saldrá vapor»; consignada irá al padre Víctor. Yo ignoro lo que costará el flete aT rinidad, que no será flojo por tener que pagar en francos, que están por las nubes –a más de 40%–. Sin embargo, pienso haya suficiente para todo hastaT rinidad. Todavía no me han mandado la cuenta de los cuatro toneles de vino y harina para hostias, pero no hay que apurarse. Para la misión de Venezuela entregaré a mi sucesor, nuestro padre Bernad, más de 13.000 pesetas. Así compensa Dios nuestro Señor el buen comportamiento religioso de usted para con sus atribulados hermanos. ¿Quién sabe, carísimo, si al fin y a la postre, descargando la cruz en hombros del padre Víctor, tenemos el consuelo de vernos por esta desgraciada España?512

511 Son frases de la carta que le había dirigido Marcos Bartolomé desde Puerto Es- paña el 2 agosto; cf. supra, III. Memoria, apartado 22; y IX, Correspondencia B, nota 495. 512 Cuatro días antes, el 10 septiembre, Adell había sido nombrado definidor general: supra, I. Biografía, nota 33. 772 correspondencia del PADRE ADELL

Hasta la vista (nuestro padre aún por Roma) su afectísimo. Fray Íñigo Narro de la Concepción

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 430*. Pedro Ramos a Adell

El Callao, 16 de septiembre de 1901

Ha recibido su carta del día 3. Tendrá en cuenta cuanto le dice del p. León, a quien no favorece su carácter. El consejo municipal le ha asignado 15 fuertes mensuales en una ordenanza llena de alabanzas para él513. Le vendría bien un compañero, siempre que sea bueno: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 431*. Luis Forero y Diácono Jiménez a Adell † A pesar de la pobreza de la región, agravada por la falta de lluvias, Musitu los acogió con gran caridad. El español no sólo no les prestó dinero, sino que, al parecer, abrió la carta que le dieron y la modificó a su modo. Van contentos a Cantaura

Cumaná, 21 de septiembre de 1901

Nuestro querido padre Patricio en nuestro buen Jesús: Recibimos la de vuestra reverencia en ocasión en que nos encontrá- bamos los hijos de nuestro padre san Agustín celebrando las fiestas de la Santísima Virgen del Valle, cuando nos sorprendió la de vuestra reverencia, que nos llenó a todos de regocijo y alegría, pues nuestra situación en aquella isla no era nada halagadora. La escasez de recursos raya casi al extremo, la gente se encuentra muy pobre y afligida por la falta de lluvias. A nosotros nos recibió el padre Isidoro en medio de su pobreza como a hijos queridos de nuestro gran padre. Al vernos a nosotros en tan triste situación más de una vez le arrancamos las lágrimas del corazón. ¡Pobre padre Musitu, que tiene un corazón de oro! Dios nuestro Señor le dará la recompensa por lo mucho que ha hecho por nosotros. Por la mucha escasez que había en San Juan determinó el padre Isi- doro repartirnos. Así es que al padre Luis lo mandó para La Asunción con el padre González, a fray Julián lo mandó para el Valle con el padre Vázquez, y yo me quedé acompañando al padre Isidoro y José en San Juan. El mismo

513 El 10 de septiembre el concejo municipal de El Callao asignó sesenta bolívares al p. Ramos mensuales «como ayuda» a su sostenimiento «en atención a sus correctos proce- deres en el delicado desempeño del ministerio que ejerce»: Agoar, caja 82, leg. 5. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 773 día, día de la octava, recibimos la de vuestra reverencia y en el mismo correo recibimos otra del padre Marcos, en que nos daba cuenta de Curazao que se- guían nueve para donde estaba el padre Matute. Así es que el que trastornó el viaje para seguir fue el padre Baltasar, que a la sazón se encontraba en La Guaira, se hizo cargo del padre Robustiano y del corista fray Victoriano Tanco, los llevó para La Merced. El padre Baltasar nos facilitó 61 pesos para seguir nuestro viaje: se los pidió al padre Larrouyet, cura de La Guaira. El tal paisano no nos dio ni un centavo ni le pedimos. Lo que parece que hizo fue romper la carta y volverla a copiar a su manera, resultando uno de tantos pícaros que corren por el mundo. Nos prendió en el anzuelo, quitándonos los 41 pesos. ¡Todo sea por Dios! El padre Isidoro está muy afligido con sus calenturas. En las fiestas del Valle le dieron tres días muy violentas y para eso decía que el padre José le ayudaba muy poco, al fin maula. Predicó el padreI sidoro en los días de las fiestas seis sermones, el padre Luis siete, fray Julián dos; resultado que todo el peso de la fiesta lo llevaron los hijos de nuestro padre san Agustín. Con lo que le dieron al padre Luis tenemos para hacer nuestro viaje, aunque al señor cura no se le fue la mano, pues parece de puño cerrado. Por su trabajo le pagó al padre Luis 25 pesos, habiendo celebrado diez días a la intención del padre Vázquez. Hizo cincuenta bautizos, todo el resto del día en el confe- sonario, etc. También le dio ocho misas cantadas de a tres pesos; de rezadas le dio veinte; total: 69 pesos. Sin embargo, tenemos que darle gracias a Dios que, aunque nos haya probado tanto, no nos ha abandonado. También sabrá que nos embarcamos en Porlamar en una goleta pequeña y enfrente a Coche nos cogió un ciclón que duró dos horas. Estuvimos a punto de naufragar. Allí nos encomendamos a Dios y a todos los santos. La Virgen Santísima y san Nicolás nos salvaron: más gracias a Dios. Nosotros, por nuestra parte, vamos muy contentos a cumplir con la obediencia, a trabajar por la gloria de Dios, la salvación de las almas y por el honor de nuestra corporación514. En todo seremos obedientes al padre Sil- verio y procuraremos en todo darle gusto para que reine la paz y si, como hombres pecadores, vemos alguna cosa en nuestro padre haremos como los hijos buenos de Noé: lo cubriremos con la capa y lo custodiaremos. Dios nues- tro Señor, que nos ha sacado de tantos sufrimientos, nos dará la recompensa. Aquí en Cumaná nos encontramos con el padre Guevara515 y con el cura de Porlamar, quienes se dirigen para Caracas. En Porlamar quedó nombrado cura interino el padre Palacios. Lo nombró el vicario, padre Vázquez. A nues- tra salida no había llegado a Porlamar por más que ya tenía orden del padre

514 Iban destinados a la parroquia de Cantaura, a las órdenes del p. Silverio León: infra, Carta 436*. 515 José María Guevara Carrera: supra, III. Memoria, nota 448. 774 correspondencia del PADRE ADELL

Musitu para ello. El buen padre Guevara nos habla mucho y bien de vuestra reverencia. En este mismo correo recibirá carta suya. Memorias a los padres Paco y Demetrio y hermano Mariano y padre Clemente, y vuestra reverencia reciba un abrazo de sus hermanos en nues- tro padre san Agustín. Fray Luis Forero de la Purísima Concepción Diácono Jiménez de la Concepción

Agoar, caja 83, leg. 1

Carta 432*. José Ibáñez a Adell El trabajo y las calenturas le han impedido visitar al obispo de Ca- labozo, que está en Valencia. Le visitará apenas mejore. El cónsul de Colombia en Curazao permitió el embarque de los nueve religiosos

La Victoria, 24 de septiembre de 1901

Mi estimado padre Patricio: En mi poder sus dos cartas con el encargo relativo a lo de Calabozo516. Indagué si estaba monseñor en Valencia y supe que sí y que había escrito a Cagua estaría allí y permanecería dos días para primeros de éste. Quise aguardar viniera para evitarme el viaje a Valencia, pero pasaban los días y nada se decía de venir; procuré averiguar cuándo vendría y de Valencia me dijeron que pensaba estarse por Valencia y sus alrededores, y con más probabilidades en el valle de Aragua, hasta diciembre [en] que volvería a Calabozo. Desde luego pensé ir a Valencia, pero tenía que predicar el 15 y apenas si pude llenar el compromiso, porque unas calenturas que ya me andaban rondando, recuerdo sin duda de los quince años de Balábac y Paragua segui- dos, echaron por tierra mis planes. Estoy mejor –hace dos días que no tengo calenturas–, pero no puedo ni salir de la habitación. Tan pronto esté en con- diciones de hacer el viaje, que supongo luego de algunos días, iré a Valencia y escribiré a usted lo que haya sobre el asunto, pero he querido hacerlo ahora, porque podía demorarse más de lo que yo pienso y ya es bastante lo que he tardado. No tengo grandes confianzas en que se embarque gente para aquí con las noticias que llevará el cable sobre la guerra de Venezuela y Colombia. Ayer hubo carta desde Sabanilla al embarcarse para subir el Magda- lena. Parece que al llegar a Curazao, el cónsul de Colombia les dijo podrían llegar a Bogotá y todos siguieron. Si todos se hubieran marchado, creo ha-

516 Supra: IX. Correspondencia A. Carta 215. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 775 bría sido también mejor. El padre Robustiano se quedó en Capuchinos y ha hecho de manera para marcharse a la Trinidad: le venía pequeño Capuchi- nos. Escribe diciendo se ha comprado un hábito de a tres pesos vara y pide camisetas, navaja de afeitar e indica real también. Parece que le falta un sentido. Este joven que vino aquí, allí se anda también. ¡Vaya con los colom- bianos! Hoy la letra es doble peor que de ordinario, pero no puedo hacerla mejor. Tenga paciencia. Consérvese bien y mande a su menor hermano. Fray José Ibáñez

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 433*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ No cree que la m. Ana esté contra nosotros, aunque su carácter y su juventud quizá no nos favorezcan en este momento. Al tener sacerdo- te dominico español, los venezolanos ya no nos necesitan

Maracas, 27 de septiembre de 1901 M. R. P. Fr. Patricio Adell Mi querido padre Patricio: En mi poder su muy atenta del 21 del corriente. Haré cuanto me indica, pero no iré al Puerto hasta primeros de mes y hablaré con Caraciolo517. No estoy conforme con el padre Paciente en su juicio. Lo que yo digo es que la madre Ana es joven y le falta lo que dan los años. Con su carácter pue- de no favorecernos, pero no obrará nunca, al menos por hoy, con tal ánimo, ni quizás sospecha. Don Julio, Sucre… tienen padre español que deseaban. No es extraño que, no ignorando lo poco favorables que nos son los del presbiterio, no tomen nuestro asunto con interés, pero no creo que estén contra nosotros. Hoy día no podemos esperar que nos ayuden a hacer casa ni cosa por el estilo, pero no los juzgo contrarios. ¿Por qué cuando llegaron de Filipinas tomaron con calor nuestra causa? Porque les convenía; hoy no tienen interés y no se pondrán de frente por nosotros. Aquí estoy como puede figurarse en una parroquia nueva, pequeña, po- bre, muy diseminada y después de una cosecha mala. Después de mañana es

517 Enrique Caraciolo, agente de aduanas y cuñado de la m. Ana, priora de las domi- nicas: supra, Carta 395*. 776 correspondencia del PADRE ADELL san Miguel, patrón del pueblo. No he invitado a nadie, porque no me parece bien. Me favorece ser domingo y todos están ocupados. Moleres intenta predicar en inglés este domingo; yo no puedo hablar, porque no tengo ocasiones de practicar el inglés. Esta gente no habla inglés o lo habla muy mal. Apenas si vamos para nada al presbiterio. 2 octubre. Desde el 28 estoy con fiebres; confío que esto desaparecerá pronto. Me siento mejor, pero no estoy bien todavía. De vuestra reverencia afectísimo amigo y hermano. Fray Víctor

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 434*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 28 de septiembre de 1901

Dios quiera que lleguen los padres de España para el colegio. El padre Quirino podría ir a Coro a estudiar teneduría de libros o algo semejante, para lo que está dotado. Necesitaría también un par de hermanos de obe- diencia. Los capuchinos son ahora doce, porque se les han unido los de Gua- rero: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 435*. Robustiano Gil a Adell † JMyJ Se quedó en Caracas por consejo del p. Baltasar. El 9 de septiembre se trasladó a la iglesia de la Trinidad. Tiene poco trabajo. «Se pone incondicionalmente a sus órdenes»

Caracas, 1 de octubre de 1901

Muy estimado padre: Acabo de recibir carta del padre Luis Forero y del hermano Diácono comu- nicándome su viaje a Cantaura en compañía del padre León. Me ha servido de mucho consuelo en medio del aislamiento en que me hallo; me alegro muchísi- mo de que vuestra reverencia haya tenido con ellos tanta amabilidad proporcio- nándoles colocación. Esto me anima a apresurar el pensamiento que ya tenía formado de escribirle y ponerme bajo su obediencia. No lo hice antes por estar aguardando carta del padre Matute, como me decía el padre Marcos en una carta que escribió desde Barranquilla, en que también decía que seguían adelante. Viendo, pues, que no me escriben por estar aquello malo, me resuelvo a escribirle (aunque supongo que ya sabrán de nosotros por una esquela DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 777 que mandé al padre Demetrio) y, a la vez que le saludo a vuestra reveren- cia y demás padres, me pongo incondicionalmente a sus órdenes, deseando trabajar cuanto pueda por la gloria de Dios en bien de la corporación y de las almas. He sabido que vuestra reverencia ha sido nombrado definidor general, por lo que le felicito y pido a Dios sea por mucho tiempo para bien de nuestra Recolección, y que en su lugar queda el padre Víctor (a quien escribí a Trini- dad, pero nada sé si la recibió o no). Si se ve con él o le escribe, salúdelo de mi parte. Me dijo también el padre Baltasar, que me dio tal noticia, que vuestra reverencia iría pronto a Madrid y que el padre Víctor vendría a Ciudad Bo- lívar. De todos modos, sea vuestra reverencia, sea el padre Víctor, cuenten conmigo cuanto antes (y aun con fray Valeriano que está en La Victoria, si se ha de ordenar). En ello me harán mucho favor, porque quiero trabajar algo. Estoy medio aburrido, sin oficio ni beneficio y luego sin ganar ni un centavo, ni siquiera celebración, porque hay mucha hambre en Caracas. Ya le diría el padre Luis Forero cómo fue el desembarcar y que yo me venía a Caracas. Con los padres capuchinos estuve hasta el 9 de septiembre, pero como vinieron de España seis padres más, me pasé a vivir con el padre Ramón García a la Trinidad, consintiendo el padre Baltasar. Aquí estoy bien, pero eso de no hacer nada es un poco aburrido. Apenas llegamos, escribimos al padre José Ibáñez y Fermín, y nos con- testaron que podía ir fray Valeriano y que yo me quedase y así estamos, sin novedad, desde el primer día. Nos hemos escrito unas tres veces, pero no ha venido ninguno a Caracas. Me dice el padre Luis desde Cumaná que el día 18 sufrieron un temporal terrible, que todos se creían ahogados. Nada más por hoy, muchísimos recuerdos al padre Demetrio, al herma- no y señor obispo y secretario; y vuestra reverencia reciba un abrazo de su afectísimo y menor hermano en Jesús y María. Fray Robustiano Gil de los Dolores Dirección: Capilla de la Trinidad, Caracas Si me mandan llamar me facilitará el viaje, mandando lo necesario o pidiéndolo a alguna persona de su confianza518.

Agoar, caja 83, leg. 1

518 La situación ofreció a Adell ocasión para una de sus cáusticas apreciaciones: «¡Lo que ha sucedido a estos pobres muchachos dejados en La Guaira a la ventura y sin recurso de ninguna especie, sólo el padre Marcos lo sabe. Ni siquiera me escribió como pudo desde el vapor o Curazao o Barranquilla, diciendo que se quedaban y cómo. No sé si éste estaba destinado a La Victoria con sus hermanos o a Caracas con los capuchinos. Desde Trinidad, como no llegó Musitu, le escribí diciendo fuese a Maracas con el otro. Y en el Saint Laurent en que yo me embarqué llegó Musitu a Trinidad. No le vi, pues fue al Lazareto». 778 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 436*. Silverio León a Adell

Cantaura, 9 de octubre de 1901

El día 3 llegó a Cantaura en compañía del p. Luis Forero y del h. Diá- cono Jiménez, siendo muy bien recibidos. Están contentos. El pueblo les ha gustado. En la iglesia no se ven hombres: Agoar, caja 82, leg. 5.

Carta 437*. Luis Forero a Adell †

Cantaura, 9 de octubre de 1901

Llegado al término de su viaje, reitera las noticias de su carta anterior sobre la pobreza de la isla Margarita, las calenturas de Musitu, la dispersión del grupo que viajaba a Colombia y el engaño del paisano. El p. Silverio ne- cesita el libro de sermones que se dejó en Ciudad Bolívar y algunos panegí- ricos: Agoar, caja 83, leg. 1.

Carta 438*. Pedro Ramos a Adell † Su nombramiento le ha sorprendido, «no porque lo crea inmerecido (está muy acertado), sino porque, como somos egoístas, queremos lo bueno para nosotros solos». Pide la dirección del p. Víctor, manda di- nero y alude a encargos y objetos religiosos

El Callao, 14 de octubre de 1901

Mi amado y respetable padre Patricio: Enterado de su última, me ha sorprendido su nombramiento, no porque lo crea inmerecido (está muy acertado), sino porque, como somos egoístas, queremos lo bueno para nosotros solos y de ahí el sentimiento natural de que nos deje. Por lo demás, bien reflexionado, lo creo un bien para nuestra amada corporación y espero que de su cooperación, sobre todo en las presen- tes circunstancias, lo ha de resultar y muy [sic]. Ya tiene buena necesidad de hombres celosos. Que Dios nuestro Señor les ilumine, les aumente el celo y con mi más cordial enhorabuena le llene de sus gracias. Como no estoy muy seguro de la dirección de la carta al padre Víctor, me ha parecido mejor mandarle ahí el adjunto para que se lo mande o lo lleve vuestra reverencia a Trinidad. De esa cantidad, la mitad o 102 pesos son del padre Félix y la otra mitad la puse yo con lo que el padre León trajo de Caratal en los días que yo estuve en Guasipati a predicar por el Santo Rosario. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 779

El señor gobernador no sólo me dijo pediría exención de derechos de aduana para la imagen sino también que me daría una limosna, pero para pedirlos él necesita saber quién la manda, de dónde, a quién viene consig- nada a Bolívar, y, si es posible, el peso y clase. Lo mismo le digo con respecto a las casullas, y, para que pueda pedirlo pronto, aproveche la primera opor- tunidad para mandar esos datos al padre Félix y, si puede por telégrafo, mejor. Aquí vino el padre León [Ecay] hace diez días a curarse del hígado. Ya está bien y piensa salir un día de éstos para Tumeremo, salvo cambio de circunstancias. Compré un poco de cera en velas, pero se necesita. Mire, pues, a ver si nos manda. Que lleve buen viaje, felicite a nuestro padre Mariano y con recuerdos y saludos a los demás padres de Madrid y de ahí, se despide su afectísimo menor hermano que le ama en Jesús y besa su mano. Fray Pedro Ramos

Agoar, caja 82, leg. 5

439*. Luis Forero a Adell

[Cantaura, mediados de octubre de 1901519]

El día 14 salieron para Santa Rosa el p. Silverio y el hno. Diácono. Él se ha quedado en Cantaura, donde se siente feliz y sin otro deseo que traba- jar por la gloria de Dios y el buen nombre de la congregación doquiera sea la voluntad de los superiores. Seguirá escribiéndole a Madrid y espera que no dejará de contestar a sus cartas. Pide un totum y le felicita por su nuevo oficio:A goar, caja 83, leg. 1. Carta 440*. Félix Abaurrea a Adell

Guasipati, 14 de octubre de 1901

Aunque no han faltado disgustillos, ha celebrado con gran solemnidad y fruto la fiesta de la Virgen del Rosario, patrona del pueblo. Le ha ayudado el p. Pedro Ramos. Los comerciantes han suspendido sus aportaciones, pero va tirando con los 30 pesos que recibe de la gobernación y del concejo: Agoar, caja 82, leg. 5.

519 Sin fecha ni lugar en el original. Ambos datos aparecen o se deducen del texto de la carta. 780 correspondencia del PADRE ADELL

Carta 441*. León Ecay a Adell La disminución de los ingresos no se deben a su mal carácter sino al disgusto que causó en el pueblo la salida del p. Abaurrea. Quisiera convertirse en «un panal de dulzura», pero ni aun así le aceptarían todos. Pide que Dios le ilumine en su nuevo puesto

El Callao, 14 de octubre de 1901

Estimadísimo padre Patricio: En contestación a su muy grata del correo antepasado le manifiesto que nada hay de lo que usted supone en su carta respecto a la violencia de carácter o cosa parecida en mí, que haya causado yo mala impresión al llegar a Tumeremo. Motivó sí la frialdad e indiferencia que observaron conmigo al llegar allí (y aún existe algo de eso) la orden recibida por el padre Félix es- tando en Tumeremo, y en puertas de la Semana Santa, de abandonar aquello para hacerse cargo de Guasipati. Tan a mal lo llevaron en Tumeremo que se creyeron un juguete del que disponía el traslado del padre Félix, llegando al extremo de decirme perso- nalmente en una casa cuando abría yo la subscripción mensual para aten- der a los gastos de mi manutención que su familia nada daba (y nada da) y que los comerciantes allí estaban dispuestos a lo mismo, y, en parte, está sucediendo así como me lo advirtieron, porque aquellos que contribuían con cinco cuando estaban el padre José y el padre Félix, hoy no contribuyen con dos. He creído oportuno darle estas explicaciones que no se las habrá dado alguno todavía para que no lo atribuya el caso a una causa extraña. Hoy me encuentro en tales circunstancias que no puedo quejarme ni hay motivo para ello por esa parte, pero el día que salga de Tumeremo creo que no han de llorar porque se queden sin cura. Si me pagaran los derechos estolares podría yo mandarle a usted al- guna cantidad después de pagar mi alimentación, etc., pero ellos se creen eximidos de pagar derechos estolares por lo mismo que contribuyen con una mezquindad mensual y, como decía usted y lo sabía yo, y lo sé perfectamente, que tenemos que vivir de la benevolencia del público, no quiero ponerme fuerte para cobrar los derechos de estola. ¿Qué vamos a hacer? Yo quisiera, padre Patricio, convertirme en un panal de dulzura para todos mis feligreses, pero creo que ni convirtiéndome en miel había de gustar a ciertos individuos por aquello de que más vale caer en gracia que ser gracioso. Por lo demás es- toy dispuesto a todo lo que viniere, quia non sunt condignæ passiones hujus temporis ad futuram gloriam quæ revelabitur in nobis520. He venido a pasar unos días con el padre Pedro en El Callao y un día de éstos regreso para Tumeremo.

520 Rm 8,18. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 781

Sin más reciba mi más cordial enhorabuena por el cargo de definidor general con que ha sido distinguido por el eminentísimo señor cardenal Rampolla en nombre de la corporación, y rogaré a Dios para que le ilumine y le dé su gracia a fin de que sus gestiones todas en provecho de nuestra desvencijada corporación tengan feliz éxito y sea para mayor gloria de Dios en su Divino Corazón, a quien deseo me encomiende en sus oraciones como yo lo hago todos los días por vuestra reverencia. Su afectísimo menor hermano y servidor. Fray León Ecay de la Purísima Concepción

Agoar, caja 82, leg. 5

Carta 442*. José Ibáñez a Adell Se alegra de su nombramiento: la Guayana es muy dura para sus años y el nombramiento supone una rectificación de la dirección to- mada en 1897. Con el obispo de Calabozo se entrevistará en La Vic- toria

La Victoria, 18 de octubre de 1901

Mi querido padre Patricio: En mi poder su carta del 8 de éste, en la que me dice su marcha a Espa- ña y la causa. Reciba mi enhorabuena tanto por lo que un nombramiento tal significa como porque después de los años de Filipinas y su edad no le ha de convenir gran cosa seguir en los trotes de la Guayana. La cosa me ha conten- tado. No sé por qué me parece que supone cambio de decoración, rectificando el plan que se estableció en mayo del 97. Séales la tierra ligera. Yo estoy mejor, pero sin acabar de ponerme bueno del todo. Hágase la voluntad de Dios. Podía haber ido ya a Valencia, pero el señor obispo viene a La Victoria el 25 y me ha parecido será mejor aguardar y tratar del asunto como si natural- mente se presentara, y así se queda mejor, caso que por alguna circunstancia no cuajara. Después veremos la manera de cómo han de ir los colombianos a San Fernando. No me parecen muy dispuestos, pero creo que luego de poco irán y por tierra, sobre todo cuando el de Caracas521 reciba carta de usted que su- pongo le dirá lo mismo. Que lleve feliz viaje y que el invierno le trate bien. A nuestro padre Mariano dice todo cuanto quiera. Yendo usted, para qué le voy a escribir. Es- pero que aprovechará algún rato perdido en escribirme, aunque poco, según

521 Padre Robustiano Gil. 782 correspondencia del PADRE ADELL acostumbra; que yo le corresponderé con creces y entre tanto queda suyo menor hermano. Fray José Ibáñez Mi querido padre Patricio522: Como se ha ido enterando por las cartas del padre José, seguimos bien por aquí y yo muy contento con él, gracias a Dios, y alegrándome la noticia de su nuevo nombramiento, por el que se verá aliviado de los muchos trabajos que ha tenido que pasar en tantas idas y venidas en estos … [seguía en otro papel que se ha extraviado].

Agoar, caja 82, leg. 4

Carta 443*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 24 de octubre de 1901

Espera que desde Madrid seguirá favoreciendo a la residencia de Mara- caibo, donde la gente les aprecia y el obispo ya les trata mejor. Pronto le acom- pañarán en una misión. La gente espera frailes para el colegio, donde harían buena labor Luis Cabello, José Lapardina, Federico Serrano, Mariano Morales, Cipriano Benedicto, León Galdeano, Gregorio Ochoa … : Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 444*. José Palacios a Adell

Punta de Piedra, 5 de noviembre de 1901

Acusa recibo de su carta del 15 de octubre con la noticia de haber sido nombrado definidor general. Le felicita, pero siente su salida de Venezuela, donde tanto ha trabajado por asentar a la orden. No recuerda si y por qué dejó de redactar el relato sobre la residencia de La Guaira: Agoar, caja 82, leg. 4.

Carta 445*. Víctor Ruiz a Adell † JMJ Hay oposición a la salida de Moleres de Trinidad. Ha encomendado nuestros asuntos en la isla a Musitu. Antes de salir para España piensa concentrar el personal y sujetar a todos a un superior local

Ciudad Bolívar, 10 de marzo de 1902523

522 Fragmento de una postdata. Parece ser de Fermín Catalán, compañero del p. Ibáñez en La Victoria. 523 Esta carta es posterior a la salida de Adell de Venezuela. La transcribo porque muestra un deseo de modificar notablemente la presencia de la comunidad en Venezuela. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 783

M. R. P. Fr. Patricio Adell. Madrid Mi querido padre Patricio: Sin ninguna a que referirme, tengo el gusto de participar a usted que los padres llegaron ayer aquí. Digo los padres, porque el padre Bruno está aquí en atención a que nos avisaron de que si salía el padre Moleres de Tri- nidad, perderíamos Caura primero y después Maracas. Así me lo anunciaba el padre Musitu, a quien escribí que se encargara de nuestros asuntos, pues no creía que él ni el padre Bruno podrían hacerse lugar con los padres dominicos, ni tampoco en El Puerto. Por otra parte, el vicario general, en ausencia del señor arzobispo, ponía dificultades para la salida y sólo dijo que es el tempus accedendi. Si no recibo órdenes detalladas de nuestro reverendísimo padre pienso antes de salir de Venezuela524: 1. Señalar la residencia habitual en El Callao a los padres Juan Vicen- te, Félix, León y Latorre para que administren las parroquias de El Callao, Guasipati, Tumeremo, Miamo y barrios, a la disposición del padre Pedro Ramos. 2. Que los padres residentes en Ciudad Bolívar, incluyendo al padre Paciente, administren Santa Ana, Soledad y San Félix. 3. En Margarita, los padres Palacios, Gil y Ciriza a las órdenes del pa- dre Palacios. 4. Al comunicarles la residencia habitual mandarles que todos los emo- lumentos que se reciban se entreguen al padre superior de la resi- dencia. Como estamos tan adelantados de cuaresma, creo que no saldré de aquí antes de Jueves Santo, mucho más si viene vapor el 25 de éste. El 3 llegaron a Maracaibo el padre Galilea y el padre Julián Moreno, que no pudo embarcar en Colón. El padre Ángel también está en La Victoria. Han llegado bien todos los encargos, pero las imágenes están en El Puerto. Monseñor sigue tan contento, sobre todo con los dos nuevos más para Semana Santa. He entregado todos los encargos excepto el de la señora Barrueta. Todos le dan las gracias.

Atento a la tradición comunitaria de la orden, el p. Victor quiso recoger a los religiosos en algunos centros y someterlos a la dirección de un superior local. Pero con su salida las aguas volvieron a su primer cauce. 524 En sesión del 30 de enero el consejo general le había nombrado provincial de la pro- vincia de San Nicolás con residencia en España. Continuó en Venezuela hasta primeros de abril y tomó posesión de su cargo el 23 de junio en el convento de Marcilla: Sádaba, 600-01. 784 correspondencia del PADRE ADELL

En primera oportunidad haga usted el favor de mandar un Año Cristia- no de Croiset525, que cuesta unos ocho o diez pesos. Con mis cariñosos respetos a nuestro reverendísimo, le desea a usted que la primavera le reciba bien su afectísimo menor hermano que le ama in Cristo Jesu. Fray Víctor Ruiz de San José PD. Los recién llegados hablan ya de las determinaciones nuevas526.

Agoar, caja 82, leg. 5

525 Jean Croiset sj (1656-1738), Exercises de piété pour tous les jours de l’année, con- tenant l’explication du mystére ou la vie de saint de chaque tour …, 12 vols, Lyon 1712-20; traducido a todos los idiomas; en español: Sommervogel 2, 1661-86. 526 Alusión a la voluntad del nuevo consejo general, instalado en octubre de 1901, de restablecer la observancia. En el mes de enero dedicó al tema siete sesiones. En la última, del día 27, dictó unos Mandatos para los colegios de España que insistían en el silencio, la oración, la vida común, el peculio, la pobreza, las recreaciones, etc. Muchas de esas normas las recogió posteriormente en los Reglamentos para la provincia de la Candelaria (19 abril 1902) y las residencias de la provincia de San Nicolás en Venezuela, Panamá y Trinidad (27 mayo 1902), cf. José J. Lizarraga, «Mariano Bernad, último comisario apostólico de la Recolección (1901-1908)»: Los agustinos recoletos en Andalucía, 427-85. ApÉndice

1. Cuatro nuevas cartas

Publico en este apéndice cuatro cartas que, al estar traspapeladas en ca- jas diversas del archivo general, no habían caído en mis manos. Las tres prime- ras son del padre Adell y datan de su último año de vida filipina.S on, ante todo, como tres nuevas ventanas que nos permiten percibir con claridad la inquietud con que la comunidad siguió el progresivo afianzamiento de la revolución. Pero a la vez testimonian también el celo apostólico de su autor y, por si fuera nece- sario, confirman su deseo de que la orden traspasara el estrecho confín filipino y buscara nuevos horizontes, especialmente en Asia. China, Japón y España son los nombres que acuden espontáneamente a los puntos de su pluma. Esta última actitud me ha movido a darles cabida en esta colección, que muestra con claridad los escollos que él y sus esforzados compañeros tuvieron que superar para convertirlos en realidad. Los hubo de todos los colores y matices, y no fue el menor la dificultad de desprenderse del individualismo que durante más de un siglo había caracterizado la vida entera de los recoletos filipinos. En la cuarta el padre Julián Cisneros da cuenta al padre Adell de ha- berse entrevistado con don Ramón Jáuregui, quien le ha ofrecido la dirección de un colegio que él había fundado en La Grita, en el estado de Mérida.

Carta 12 a. Adell a Íñigo Narro † Pide que gestione la aplicación a la basílica del Carmen de Manila de la indulgencia toties quoties concedida a las iglesias de los carmelitas

Priorato de San Sebastián. Particular M. R. P. Íñigo Narro, comisario apostólico de Recoletos San Sebastián y agosto 25 de 1897

Mi respetado y amado padre nuestro: Hace pocos días escribí a vuestra reverencia y ahora otra vez por un asuntico de esta iglesia. En el almanaque explicador apareció este año, el 15 de julio, esa hoja que mando a vuestra reverencia. Miré la Revista Carmeli- tana1 y en el número 215 del 2 de julio del 92 a páginas 154 y 155 del tomo 16 de dicha revista hay un breve de Su Santidad en que efectivamente concede

1 Revista Carmelitana, editada en Barcelona entre 1876 y 1893: A. Bavona, «Informe sobre el estado de la prensa periódica en España» [diciembre 1895], en Vicente Cárcel 786 correspondencia del PADRE ADELL la indulgencia de toties quoties el día 16 de julio en las iglesias de carmelitas calzados o descalzos. Esta iglesia es del Carmen, dedicada a la Virgen con ese título. En ella está la cofradía del Carmen, como sabe vuestra reverencia, y la venerable orden tercera con sus noviciados, sus profesos, con sus libros corrientes, su procesión los segundos domingos de cada mes; misa cantada con salve y le- tanía cantada todos los sábados; misa solemne todas las festividades de la Virgen y del Señor; todos los días clásicos más las festividades principales de nuestra buenísima Madre, misa de terno, gran sermón. No se podría, pues, padre nuestro, conseguir que una iglesia tan carme- litana y tan antiguo ya, y por la que tanto ha gastado nuestra corporación en este siglo, casi rehaciéndola tres veces, ¿no se podría conseguir en Roma que nuestro Santísimo Padre extendiese ese privilegio de toties quoties del 16 de ju- lio en los carmelitas, se extendiese a esta iglesia casi tan carmelita como aqué- llas? ¿cómo nos la habíamos de arreglar para ello? ¿No nos haría ese favor? Aun ahora mismo sábados y festividades de nuestra bendita y querida Madre es muy concurrida, es privilegiada por estos habitantes. Casi todos los días se ve quien de la puerta al altar suben de rodillas y, si no es uno, son cuatro a la vez. Todos los días tenemos confesiones y comuniones (que yo recuerde, creo son dos días solos que no he dado la comunión, y hay tres padres más que dirán lo mismo, y aquello redundaría en el mayor culto a María. Además que no hay aquí iglesia de carmelitas ¡Y tantos fieles priva- dos de ese privilegio! Vamos que yo creo quiere la Virgen del Carmen tener ese hermoso privilegio en esta iglesia para el 98. ¿Será así, padre nuestro? Lo pedirá vuestra reverencia por nosotros, y nosotros y la Virgen, que paga bien, se lo agradeceremos. Esto lo sabe nuestro padre Francisco. He visto el primer tomo sobre nuestros buenos hermanos de Colom- bia2. Nos ha gustado aquí mucho y que sigan y así meriten. ¿Y qué dice nuestro padre Juan, a qué alturas andamos de cartujas zaragozanas y residencias en Gijón, Guadalajara, alta Navarra, y …? Mucho podrá hacer vuestra reverencia con nuestro padre Francisco. Sigue bien y bueno. Dios nos lo conserve. Mis recuerdos a los padres nuestros, Florentino y demás. Vuestra reve- rencia sabe cuánto le ama y respeta siempre su mal discípulo que besa su mano. Fray Patricio Adell de San Macario

Agoar, caja 82, leg. 4

Ortí, León XIII y los católicos españoles, 856; Diccionari d’Història eclesiàstica de Cata- lunya 3, 230-31. 2 S. Matute, Los padres candelarios en Colombia o apuntes para la historia 1, Bo- gotá 1896. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 787

Carta 12 b. Adell a Enrique Pérez † A ruegos de Rosa Rozas, viuda de José Zaragoza, pide que gestione en Roma la confirmación del privilegio de celebrar misa en su casa. No se ha sabido combatir la revolución. Ha muerto asesinado el p. Baldomero

Priorato de San Sebastián. Particular M. R. P. Enrique Pérez San Sebastián y noviembre 23 de 1897

Mi estimado padre Enrique: No se extrañe usted me dirija molestándole, pues para algo ha de servir uno y de alguna manera se ha de dar uno tono, y dispénseme la franqueza. Don José Zaragoza, que tenía el oratorio de que habla el adjunto pliego, hizo muy buenos servicios a este convento y se interesó mucho por la Virgen del Carmen. Su mujer, que vive, es camarera y gasta en honor de la Virgen con serlo, y es claro tiene que estar el prior de este convento en relaciones frecuentes con la familia esa y con la doña Rosa Rozas de Zaragoza, que de visita a su casa me enseñó el oratorio, y, padre, me dijo, como murió mi ma- rido José Zaragoza, ahora no podemos mandar decir misa aquí, y la de estos filipinos. Si usted escribiera a Roma… Bueno, mujer, contesté, y cumplo, pa- dre Enrique. No sé si me dijo que los capuchinos se habían interesado, y que nada; siguen sin poder mandar decir misa. Ahí va, padre Enrique, ese resumen de cuando y cómo tenía la conce- sión y cuantas concesiones. ¿No se podría conseguir algo? Aunque adelanta- re usted derechos, pierda usted cuidado, pues a estos filipinos que pueden, les importa poco el dinero, como ella se dé pisto de tener en casa misa. Si sin instancia de ella y certificados de conducta o religiosidad no se puede conseguir, ¿qué documentos habrá que mandar? Ella y su familia toda se confiesan y comulgan en esta iglesia y con frecuencia, pues viven cerca. Dispense usted la molestia, padre Enrique. Hay cosas de que uno no puede prescindir con estos filipinos, y esto ella lo agradece como usted no puede creer. Que se conserve usted bueno y bien le desea de corazón su afectísimo amigo, seguro servidor y menor hermano in corde Iesu. Fray Patricio Adell [PD]. Algo difícil es decir a usted en qué anda esta rebeldía, pues así como hubiera sido posible que no hubiera estallado, aun saliendo a luz fue fácil ahogarla hasta sin darle tiempo de vestir pañales; y sin embargo, toda- vía hay gentes por el campo o campos y estamos en guerra. ¿Serán misterios 788 correspondencia del PADRE ADELL masónicos o tramas liberales político-religiosas o qué serán estas cosas? Con el tiempo y datos que se podrían recoger, algo así quizá saliera, pero … el caso es que al padre Baldomero, por no querer irse con ellos ni renegar de su fe y su España le dieron dos puñaladas en O’Donnel, donde estaba misione- ro, y de ellas murió3.

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 12 c. Adell a Enrique Pérez † No ha recibido contestación a su petición sobre el privilegio de ora- torio privado. La revolución avanza. Lamenta la inercia de la orden

Priorato de San Sebastián. Particular M. R. P. Enrique Pérez San Sebastián y marzo 10 de 1898

Mi respetado y amado padre: Recibí su grata del 7 de enero y, atento a ella, por el correo pasado man- dé a vuestra reverencia la gallofa de este año, compuesta por el padre Félix Guillén. Esperaba me trajese, según me dijo doña Rosa, mi petición para el oratorio y hasta la fecha no ha llegado. Sé que estuvo ella con el señor arzobispo para hablarle sobre ello, pero hasta ahora nada más ha dicho. Irá siempre como decimos por aquí. Los periódicos de aquí y de allí se cansan de hablar de la paz, pero don- de dejan libre a la masonería, imposible siempre la paz. No se oyen batallas, se cantó el Te Deum, pero … hay siempre un rum rum capaz de imponer a cualquiera. Lo cierto es que muchas familias del país, españolas, venden sus fincas y se embarcan para España, y entre tanto nosotros lamentándonos mucho, sabiendo la mano que tiene el liberalismo y la masonería y en todo y … ¡quietos! ¿Qué le parece a usted? ¿Qué costaría buscar misiones en China, Japón o los cuernos de la luna? Dios nos valga e ilumine. Escribí yo al padre Guillén sobre el apartado que ponen hace años en la gallofa, y usted verá en el día 21 de enero, diciéndole que no debía ponerse, pues la iglesia es de la Virgen del Carmen y no está, como la primera, dedi- cada a San Sebastián. Me contesta que es preciso consultar a la congrega- ción para cambiar el titular de la iglesia. Yo creo que no, pues la corporación no hubiera hecho los inmensos gastos hechos si no fuera por la Virgen del

3 Baldomero Abadía (1871-97), párroco de O’Donnel (Tarlac) desde mayo de 1896. Murió el 31 octubre 1897 a manos de una banda de insurrectos que le torturaron salvaje- mente: Sádaba, 692. «Contestada 7 enero 98» DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 789

Carmen, y al bendecirla el señor arzobispo al Carmen la dedicó. Se cayó una iglesia, para poner titular a otra que se levante, así sea en el mismo sitio, ¿hay que pedir permiso? Yo hago caso omiso del Calumpang y rezo como los demás. Lo que sí es verdad que aquí se arma un batiburrilo con las misas del novenario en enero. Los tres primeros días, 21, 22 y 23 hay patente desde las 5 de la mañana a las 7 de la tarde, y como generalmente los nueve días y en particular los tres primeros son los ex provinciales y el provincial quienes cantan la misa y en los demás días siempre padres graves, unos del Santísimo, otros de la Virgen del Carmen, y yo creo que del día, pues no hay privilegio ninguno en este archivo ni reminiscencias de tal privilegio, y aun hay una advertencia manuscrita el día 21 que dice los tres días del Santísimo, no dice por qué ni yo lo sé, pues como son días de segunda clase, creo no se puede. He estado mirando libros y pienso anotar la nota. ¿Qué me dice usted de todo esto, padre Enrique? ¿No sería fácil conseguir misa de la Virgen los nueve días? Yo escribiría a nuestro padre Iñigo. Escrito todo lo anterior, me dicen que esta noche han salido tropas para Zambales: se dice han asesinado la guarnición de allí; que Pangasinán está mal y La Laguna peor. En Imus ni nos pagan canon ni tributos y así en otros pueblos. Esto está malo, y repito: nosotros quietos, y con elementos para misiones en China y conventos en España, por más que haya quien opine que no. De usted afectísimo menor hermano y amigo in corde Iesu4. Fray Patricio Adell

Agoar, caja 82, leg. 3

Carta 176*. Julián Cisneros a Adell

Maracaibo, 10 de mayo de 1900

«He hecho con el p. Quirino unos ejercicios espirituales y su asunto pa- rece que toma buen aspecto, no obstante que no me ha dado ninguna explica- ción en absoluto de su modo de portarse últimamente. En parte, lo atribuyo a su genio poco expresivo». Las obras de las hermanas de Santa Ana van bien encaminadas bajo la dirección de la madre Matea: Agoar, caja 82, leg. 4.

4 «Recibida 12 abril. Contestada 20 abril». 790 correspondencia del PADRE ADELL

2. Circular del padre provincial a los religiosos residentes en las repúblicas del sur de América

Esta circular está parcialmente publicada en páginas anteriores. La tomé de Alonso-Martínez, único texto que conocía al redactar esas páginas. Después he tenido ocasión de examinar en el archivo de la provincia de San Nicolás, Marcilla (Navarra), el Libro de Circulares, Comunicaciones y Man- datos del Provincialato, 1897-1912, donde está trascrita íntegramente (ff. 183v-88r). Su lectura me ha desvelado las lagunas del texto de Alonso-Mar- tínez y esas deficiencias me han movido a reproducirlo de nuevo.

A todos los religiosos de nuestra provincia de San Nicolás de Tolentino, residentes en las Repúblicas del Sur de América

Amadísimos padres y hermanos en Nuestro Señor Jesucristo. Desde que esta religiosa provincia determinó enviar evangélicos opera- rios a las repúblicas del Sur de América y en conformidad con lo dispuesto por el venerable definitorio en sesión del 19 de agosto de 1898, se organizó y salió la primera Misión para esas vastas y dilatadas regiones, en algunas de las cuales tanto se distinguieron en tiempos anteriores no pocos varones ilustres de nuestro reformado instituto agustiniano5, dignos de eterna memoria, nada me ha embargado tanto el ánimo y ocupado mi atención tan preferentemen- te como la situación de aquellos hermanos míos que, respondiendo genero- samente al llamamiento que se les hizo en días bien aciagos por cierto, así como para nuestra amada corporación, como para las demás que han venido ejerciendo el sagrado ministerio en este archipiélago, sacrificándose gustosos en aras del amor de Dios y del prójimo, acometiendo con varonil esfuerzo la dificilísima6 empresa de abrir a esta santa provincia de San Nicolás de Tolen- tino nuevo campo en que pudiese llevar7 la cristiana y civilizadora misión que desempeñara en Filipinas por espacio de cerca de trescientos años. Ciertamente he abrigado siempre la más firme8 esperanza de que, sien- do esta empresa del agrado de Dios, no le había de faltar la protección de lo alto. Esa protección divina con la cual no hay dificultad, por insuperable que parezca, que no pueda vencerse; y contando, además, con la fiel cooperación de los religiosos alistados para llevarla a cabo, no dudé un momento de que, en plazo más o menos breve, tendría su realización más completa; habiendo

5 Alonso-Martínez: agustino. 6 Alonso-Martínez: difícil. 7 Alonso-Martínez: llenar. 8 Alonso-Martínez: segura. DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 791 contribuido poderosamente a consolidar más y más tan fundadas esperan- zas la confianza que me inspiran los religiosos encargados de organizar y dar forma a las residencias que se funden en esas repúblicas. La reconocida competencia de esos religiosos, el celo que les distingue, su acendrado amor a nuestra provincia de San Nicolás de Tolentino y el buen deseo que les anima en orden a la más pronta realización de lo acordado por el venerable defini- torio, son ciertamente buena garantía de que, haciendo todos cuanto esté de nuestra parte, se obtendrá el apetecido resultado. Sin embargo, al considerar la magnitud de la obra proyectada, la nove- dad que la misma ofrece y constituye, por decirlo así, su peculiar carácter, la premura con que hubo de procederse a su ejecución a causa de las excepciona- les circunstancias por que a la sazón atravesábamos en Manila, la escasez de recursos con que, humanamente hablando, contábamos para llevar adelante una empresa tan colosal y gigantesca, la carencia absoluta de relaciones que nos pusiesen en contacto con los señores obispos en cuyas diócesis se habían de fundar las proyectadas residencias, siquiera en Madrid y Roma ya se hu- biesen dado algunos pasos con dicho objeto, y, por último, los mil obstáculos y dificultades y contrariedades sin cuento con que suelen ir selladas las obras en que más se interesa la gloria de Dios y la salvación de las almas, permi- tiéndolo así el Señor para que brille más la gloria de su poder y se vean más patentes los efectos de su adorable Providencia; al considerar, digo, todo esto, no he pedido menos de preocuparme seriamente ante la sola idea de que pudiere fracasar o, por lo menos, de que no alcanzase el éxito deseado una empresa, a la cual, además de la gloria de Dios y la salvación de las almas, iba estrechamente vinculado el porvenir de nuestra amada Provincia. Causa de esta preocupación ha sido igualmente, aparte de la gran dis- tancia que me separa de VV.RR., y por lo cual me ha sido completamente imposible apreciar por mí mismo las circunstancias que concurren en las nuevas fundaciones, la divergencia de pareceres que durante algún tiempo se ha echado de ver en las cartas que, recibidas de América, pues al paso que en unas ha dominado la nota optimista, hanse recibido otras de un pesimis- mo desconsolador en extremo, habiéndome sido forzoso suspender todo juicio acerca de lo que pudiese haber de verdad en uno u otro sentido hasta tanto que, recibidos los informes necesarios y comparados entre sí, me fuese dado formar un juicio exacto o, por lo menos, el más aproximado a la verdad, tanto sobre la situación de VV.RR. como sobre el porvenir que pueden ofrecer para nuestra corporación las residencias fundadas hasta el presente y el ulterior desarrollo que para lo futuro podemos prometernos de esa Misión de la pro- vincia de San Nicolás de Tolentino en América. En vista de las razones expuestas no ha de extrañar a VV.RR. que durante los 19 meses transcurridos desde que se organizó la primera expedi- ción de religiosos destinados a trabajar en la viña del Señor en esas repúbli- cas, no me haya determinado a dirigirme a VV.RR. por medio de circulares, 792 correspondencia del PADRE ADELL

ínterin no pudiese hacerlo con verdadero conocimiento de causa, como hoy, por la misericordia de Dios, creo hallarme en condiciones para ello9. Efectivamente10, hecho un detenido estudio sobre todos y cada uno de los informes dados en cartas recibidas por diversos conductos, bien pesados los motivos en que unos y otros se apoyan y establecida entre ellos, como es consiguiente, la proporción debida, sin perder de vista, como es natural, el espíritu y tendencia que en las aludidas cartas se reflejan, he podido conven- cerme plenamente de que si los religiosos que pasan a América van decididos a trabajar con el mayor ahínco en el puesto que les designe la obediencia, re- sueltos a sufrir las penalidades y privaciones que son inherentes al sagrado ministerio y constituyen el más preciado patrimonio del misionero católico, y animados de un celo ardiente por la gloria de Dios, bien de las almas y por cuanto pueda contribuir a que nuestra amada provincia sobreviva al gran cataclismo que acaba de sufrir en Filipinas, por necesidad tienen que pros- perar las fundaciones llevadas a cabo recientemente en esas repúblicas, y hasta me atrevo a afirmar, sin temor de ser racionalmente desmentido, que lo que hoy llamamos Misión de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en América, puede ser mañana la misma provincia, tan llena de vigor y lozanía como en sus más felices tiempos. Y siendo esto así, ¿cómo podríamos dejar de tributar a Dios las más rendidas gracias, de ensalzar la gran misericordia que ha usado con nosotros, de corresponder con toda fidelidad al singularí- simo favor que nos ha dispensado y finalmente de llenar en la medida de nuestras fuerzas los altos designios de su Providencia sobre nuestra santa provincia de San Nicolás de Tolentino, la cual si en Filipinas se ve, como las demás corporaciones religiosas, perseguida y calumniada, tiene en cambio en esas repúblicas ancho y dilatado campo en que pueda desplegar su apos- tólico celo y llenar su misión evangelizadora con más copioso fruto que el que pudiera esperar por mucho tiempo de este ingrato pueblo filipino?11 La situación religiosa del Archipiélago en nada ha mejorado desde que salieron de él12 vuestras reverencias, y la guerra, promovida por los sectarios del Katipunan contra las corporaciones, no es menos encarnizada ahora que en los días de la más completa revolución y anarquía. Y si bien es cierto que el reverendísimo señor delegado de Su Santidad en estas Islas viene soste- niendo brillantísima campaña en favor de los institutos regulares y muestra decidido empeño en que continúen al frente de estas cristiandades, en aten- ción a que ellos han de ser, como lo fueron hasta hoy, el más poderoso auxiliar y sostén de la Religión Católica en Filipinas13, desgraciadamente hay sobra-

9 Alonso-Martínez omite los dos últimos puntos. 10 Alonso-Martínez omite el adverbio. 11 Alonso-Martínez: este suelo filipino? 12 Alonso-Martínez omite: de él. 13 Placide L. de La Chapelle, arzobispo de Nueva Orleáns y delegado apostólico en Fi- lipinas desde enero 1900 hasta marzo del año siguiente, se mostró siempre muy cercano a DE FILIPINAS A AMÉRICA DEL SUR 793 dos motivos para temer que tan laudables intentos se vean frustrados en gran parte por las maquinaciones de los perversos, no siendo aventurado el afirmar que jamás volverán a reconstituirse14 las corporaciones religiosas de Filipinas en la forma de subsistencia que han tenido hasta que sobrevinieron los acontecimientos; y desde luego se puede asegurar que ha de transcurrir muchísimo tiempo hasta que podamos contar con las suficientes garantías, no diré de estabilidad y permanencia, pero ni aun de la seguridad personal necesaria para ejercer el sagrado ministerio, en un país que tan inicuamente ha tratado a los que eran sus padres en la fe y a quienes debía15 gratitud eter- na, asesinando sacrílegamente a unos, reteniendo a otros en el más duro cau- tiverio y haciendo de todos blanco de sus iras y víctima de su furor sectario. Ha de transcurrir, digo, muchísimo tiempo, a causa de que, siendo la llaga muy honda y reciente, no es posible que se cicatrice16 tan pronto como se hubiera podido creer en un principio, so pena de que se haga una cura en falso y sean más funestas aún, si cabe, sus consecuencias. La razón que acabo de exponer encierra indudablemente un motivo poderosísimo para que todos procuremos cooperar eficazmente a que esas nuevas fundaciones prosperen y lleguen a alcanzar el mayor desarrollo posi- ble hasta llenar cumplidamente el fin a que se encaminan. Y si a lo dicho se agrega que la situación en España no es ciertamente más halagüeña que la de Filipinas, y que el estado de cosas allí, por lo que hace al porvenir que pu- dieran17 prometerse las corporaciones consagradas al ministerio parroquial en este archipiélago, no puede ser más triste y deplorable, como de ello nos da testimonio la correspondencia que se recibe la Península, forzoso es con- fesar, mis amados padres y hermanos, la necesidad en que nos hallamos de trabajar por la conservación de18 esas residencias, por la fundación de nuevas y por el aumento de la Misión de América, base principal para el porvenir de esta religiosa provincia a que tenemos honra de pertenecer. Bien sé que la mayor parte de los religiosos asignados a esas residen- cias no dejan de comprender esta necesidad y que, animados del mejor deseo, muestran el más vivo interés en llenar cumplidamente la misión importantí- sima que se les ha confiado y en cooperar eficazmente a la más pronta y feliz realización de tan santa empresa; mas tampoco se me oculta que algunos, lejos de trabajar con celo y entusiasmo en una obra tan del agrado de Dios, son con su apatía e indolencia una rémora que ha de entorpecer necesariamente la buena marcha de esas nuevas fundaciones, siendo lo más triste que los tales las órdenes religiosas: A. MARTÍNEZ CUESTA, «La Iglesia y la Revolución filipina de 1898»: Recollectio 21-22 (1998-99) 50-51. 14 Alonso-Martínez: reconstruirse. 15 Alonso-Martínez: se debía. 16 Alonso-Martínez: cicatrice. 17 Alonso-Martínez: pudiera. 18 Alonso-Martínez: en. 794 correspondencia del PADRE ADELL no sólo no muestran interés alguno por el adelantamiento de las residencias, sino que aun tratan, al parecer, de poner todos los medios para que no prospe- ren, exagerando notablemente las penalidades y trabajos (que es precisamen- te lo que ellos más rehúsan) y propalando en sus cartas cuantas especies, por absurdas que sean, creen a propósito para disuadir a los demás religiosos de que coadyuven a que se lleve a cabo tan santa y meritoria empresa. Ahora bien, como es para mí altamente satisfactorio elogiar el compor- tamiento de los primeros, que, como he dicho, constituyen, por dicha nuestra, la mayoría, así, por el contrario, no pudo menos de reprobar con toda mi alma el indigno proceder de estos pocos, bien acreedores, por cierto, a la más se- vera corrección y castigo, y a los cuales indudablemente hubiera valido más quedarse en un convento, trabajando en su propia santificación, ya que es- tán muy lejos de poseer las dotes necesarias para el apostolado. ¿Creen, por ventura, que el superior no se ha hecho cargo de las dificultades que ha ha- bido y habrá que vencer en las nuevas fundaciones, cuando de buena fe, con sana intención y rectitud de criterio se han expuesto, para que ellos traten de fingir las que no existen o de exagerar las que necesariamente se han de ofrecer en la realización de una obra de tanta importancia? Espero, pues, que en adelante, ayudados de la divina gracia y estimulados con el ejemplo de los buenos, procurarán no sólo conducirse como tales, sino también deshacer el mal efecto que en los demás han producido con sus cartas, interesándose más bien en lo sucesivo por que vaya el mayor número posible de religiosos a trabajar en esa porción de la viña del Señor, que el Gran Padre de Familias, en su infinita misericordia, ha querido encomendar a nuestro cuidado19. A todos ruego encarecidamente aúnen sus esfuerzos para que la obra co- menzada no muera; antes, por el contrario, llegue a20 su perfección y complemen- to, ya que en ella va nada menos que la vida de nuestra provincia de San Nicolás de Tolentino. Ajústense en un todo a la norma21 de conducta que la perfección de nuestro estado y la excelencia del sagrado ministerio exigen de22 vuestras reverencias, y estén seguros de que, obrando de esta manera, Dios coronará su obra con el más brillante éxito y derramará sobre todos sus celestiales gracias, con las que podamos alcanzar, y de hecho alcancemos, el fin de nuestra vocación, como así lo pide al Señor incesantemente este menor hermano de vuestras reve- rencias, que se encomienda en los sacrificios y oraciones de todos. Convento de S. Nicolás de Tolentino de Manila, 1 de abril de 1900. Fray Francisco Ayarra de la Madre de Dios.

Am, Libro 20, ff. 183v-188r

19 Alonso-Martínez omite los dos últimos puntos. 20 Alonso-Martínez: hasta. 21 Alonso-Martínez: a las normas. 22 Alonso-Martínez: a.