Cubierta Berceo 167 alta.pdf 1 13/11/14 09:55

revista riojana de ciencias sociales BERCEO y humanidades

C

M

Y

CM

MY

CY CEO

CMY

K ER BERCEO 167 B 167

167 167 A RIOJANA DE CIENCIAS BERCEO . REVIS T SOCIALES Y HUMANIDADES. Nº 167, 2º Sem., 2014, Logroño (España). 1-256, ISSN: 0210-8550 P. Berceo 167.indb 1 24/11/14 09:33 DIRECTORA: Mª Ángeles Díez Coronado (Universidad de )

CONSEJO DE REDACCIÓN: Jean François Botrel (Université de Rennes 2) Jorge Fernández López (Universidad de La Rioja) Ignacio Gil-Díez Usandizaga (Universidad de La Rioja) Aurora Martínez Ezquerro (Universidad de La Rioja) Ricardo Mora de Frutos (Instituto de Estudios Riojanos) Enrique Ramalle Gómara (Universidad Nacional de Educación a Distancia) Rebeca Ruiz (Universidad de La Rioja) Penélope Ramírez Benito (Instituto de Estudios Riojanos)

CONSEJO CIENTÍFICO: Don Paul Abbott (Universidad de California, EE.UU.) Tomás Albaladejo Mayordomo (Universidad Autónoma de Madrid) Sergio Andrés Cabello (Universidad de La Rioja) Julio Aróstegui Sánchez (Universidad Complutense de Madrid) Begoña Arrúe Ugarte (Universidad de La Rioja) Eugenio F. Biagini (Universidad de Cambridge, Reino Unido) Francisco Javier Blasco Pascual (Universidad de Valladolid) José Antonio Caballero López (Universidad de La Rioja) José Luis Calvo Palacios (Universidad de Zaragoza) Juan Carrasco (Universidad Pública de Navarra) Juan José Carreras (Universidad de Zaragoza) José Miguel Delgado Idarreta (Universidad de La Rioja) Jean-Michel Desvois (Universidad de Burdeos, Francia) Rafael Domingo Oslé (Universidad de Navarra) Pilar Duarte Garasa (Consejería de Educación, Cultura y Deporte) Juan Francisco Esteban Lorente (Universidad de Zaragoza) José Ignacio García Armendáriz (Universidad de Barcelona) Claudio García Turza (Universidad de La Rioja) Francisco Javier García Turza (Universidad de La Rioja) Fernando Gómez (Universidad de Deusto) Fernando González Ollé (Universidad de Navarra) Ignacio Granado Hijelmo (Consejo Consultivo de La Rioja) Isabel Verónica Jara Hinojosa (Universidad de Chile) Mª Jesús Lacarra Ducay (Universidad de Zaragoza) Mª Ángeles Líbano Zumalacárregui (Universidad Pública del País Vasco) Carmen López Sáenz (Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid) Miguel Ángel Marín López (Universidad de La Rioja) Manuel Martín Bueno (Universidad de Zaragoza) Ángel Martín Duque (Universidad de Navarra) José Gabriel Moya Valgañón (Instituto de Estudios Riojanos) Miguel Ángel Muro (Universidad de La Rioja) Mª Isabel Murillo García-Atance (Archivo Municipal de Logroño) José Luis Ollero Vallés (Instituto de Estudios Riojanos) Mónica Orduña Prada (Instituto de Estudios Riojanos) Germán Orón Moratal (Universidad Jaume I de Castellón) Miguel Panadero Moya (Universidad de Castilla- La Mancha) José Paulino Ayuso (Universidad Complutense de Madrid) Carlos Pérez Arrondo (Universidad de Zaragoza) José Luis Pérez Pastor (Instituto de Estudios Riojanos) Micaela Pérez Sáenz (Archivo Histórico Provincial de La Rioja) Antonio Prieto (Universidad Complutense de Madrid) Luis Ribot García (Universidad Nacional de Educación a Distancia) Emilio del Río Sanz (Universidad de La Rioja) Jesús Rubio (Universidad de Zaragoza) Santiago U. Sánchez Jiménez (Universidad Autónoma de Madrid) José Miguel Santacreu (Universidad de Alicante) Soledad Silva y Verástegui (Universidad del País Vasco) José Ángel Túa Blesa Lalinde (Universidad de Zaragoza) Isabel Uría Maqua (Universidad de Oviedo) José Francisco Val Álvaro (Universidad de Zaragoza)

DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: Instituto de Estudios Riojanos C/ Portales, 2 26071 Logroño Tel.: 941 291 187 . Fax: 941 291 910 E-mail: [email protected] Web: www.larioja.org/ier Suscripción anual España (2 números): 15 € Suscripción anual extranjero (2 números): 20 € Número suelto: 9 €

Berceo 167.indb 2 24/11/14 09:33 INSTITUTO DE ESTUDIOS RIOJANOS

BERCEO REVISTA RIOJANA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Núm. 167

PAISAJE Y PAISAJES DE LA RIOJA

Coordinador Jorge Alacid López

Gobierno de La Rioja Instituto de Estudios Riojanos LOGROÑO 2014

Berceo 167.indb 3 24/11/14 09:33 Paisaje y paisajes de La Rioja / coordinado por Jorge Alacid López. –Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 2014.-X p. 256: il. ; 24 cm. Número monográfico de: Berceo: revista riojana de ciencias sociales y humani- dades, ISSN 0210-8550. -- N. 167 (2º sem. 2014) 1. La Rioja - Descripción. I. Alacid López, Jorge. III. Instituto de Estudios Riojanos 913 (460.21)

La revista Berceo, editada por el Instituto de Estudios Riojanos, publica estudios científicos de las Áreas de Ciencias Sociales, Filología, Historia y Patrimonio Re- gional con el objetivo de aportar conocimiento relevante para la investigación y el desarrollo cultural de La Rioja. Estos trabajos van dirigidos a la comunidad científica, así como a otras personas interesadas en estas materias, de los ámbitos regional, nacional e internacional.

Berceo se encuentra en las siguientes bases de datos bibliográficas, directorios y repositorios: APH (L’Année Philologique); CARDHUS PLUS (Sistema de clasifi- cación de revistas científicas de los ámbitos de las Ciencias Sociales y Humani- dades); DIALNET (Portal de difusión de la producción científica hispana); ERIH (European Science Foundation History); ISOC (Ciencias Sociales y Humanidades, CSIC); LATINDEX (Sistema regional de información en línea para revistas científi- cas de América Latina, el Caribe, España y Portugal); MIAR (Matriu d’informació per a l’avaluació de revistes); MLA (Modern Language Asociation database); PIO (Periodical Index Online); REGESTA IMPERII (Base de datos internacional del ámbito de la historia); ULRICH’S (International periodical directory).

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducir- se, registrarse o transmitirse por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotoco- pia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright.

© Copyright 2014 Instituto de Estudios Riojanos C/ Portales, 2. 26001-Logroño www.larioja.org/ier © Imagen de cubierta: J. Laurent. Túnel de las Conchas. 1865. Copia positiva de época. Papel albuminado. 25x 34 cm. Ciudad Real. Colección particular. Diseño de cubierta e interior: ICE Comunicación Producción gráfica: www.mastres.com (Logroño) ISSN 0210-8550 Depósito Legal LO-4-1958 Impreso en España - Printed in

Berceo 167.indb 4 24/11/14 09:33 ÍNDICE

JORGE ALACID Memoria y territorio 7

TEODORO LASANTA MARTÍNEZ, PURIFICACIÓN RUIZ-FLAÑO Los paisajes del viñedo del Rioja: tradición y renovación Landscapes of rioja vineyards: tradition and renewal 13

LUIS VICENTE ELÍAS PASTOR El paisaje del viñedo en La Rioja. Cruce de miradas The landscape of vineyards in La Rioja. Crossing of glances 39

MARTA PALACIOS GARCÍA Los barrios de bodegas tradicionales de La Rioja The traditional wine cellar districts in La Rioja 61

FÉLIX DEL VALLE GASTAMINZA Notas sobre el paisaje fotográfico de La Rioja (1860-1936) Notes on the photographic landscape of La Rioja (1860-1936) 89

CARLOS LÓPEZ DE CALLE, JUAN MANUEL TUDANCA Contemplando Cameros desde la arqueología: actitudes y planteamientos metodológicos en la interpretación del paisaje A gaze upon Cameros through the lens of archaeology: research attitudes and methodological approaches for interpreting landscapes 121

JOSÉ LUIS PÉREZ PASTOR Paisaje y poesía en La Rioja: un recorrido Landscape and poetry in La Rioja: a walkaround 177

FRANCISCO PÁEZ DE LA CADENA Del paraíso terrenal al parque público del siglo XXI. Una aproximación a la idea de jardín From earthly paradise to 21st century public park An approach to the concept of garden 209

IGNACIO GIL-DÍEZ USANDIZAGA Educación y paisaje en La Rioja. Education and landscape in La Rioja 239

5

Berceo 167.indb 5 24/11/14 09:33 Berceo 167.indb 6 24/11/14 09:33 Berceo 167 61-88 Logroño 2014

LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA*

MARTA PALACIOS GARCÍA**

RESUMEN Los barrios de bodegas tradicionales representan un modelo de creci- miento orgánico ligado al territorio, al medio, a la vitivinicultura y al modo de vida de los pueblos. Forman parte del paisaje rural y urbano de La Rioja y la construcción de las bodegas y los calados ejemplifica la arquitectura tradi- cional de cada zona. La formación y desarrollo urbanístico de estos enclaves vinícolas refleja el estrecho vínculo entre los condicionantes y recursos de un territorio y las circunstancias culturales, económicas y sociales de una región. Como componentes del Paisaje del vino y el viñedo, los barrios de bodegas con sus calados, espacios subterráneos ocultos al exterior, son una muestra de cómo el paisaje visible se configura por el invisible y al igual que las escul- turas de Eduardo Chillida nos hablan del viento que no vemos, las bodegas tradicionales de La Rioja son un exponente de una arquitectura del vaciado. Palabras clave: paisaje, urbanismo, barrio, bodega, cueva, arquitectura, La Rioja, Eduardo Chillida, secuencia, invisible. The traditional wine cellar districts represent a model of organic de- velopment linked to territory, environment, viticulture, wine making and people’s way of life. They are part of La Rioja rural and urban landscape and the building of wine cellars and calados illustrates the traditional architec- ture of each area. The forming and urban growth of these wine settlements reflect the narrow bond between a territory’s determinants and resources and a region’s cultural, economic and social circumstances. As components of the Vine and Wine Landscape, the wine cellar districts with their calados, subterranean spaces hidden from the exterior, are a sign of how the visible landscape is configured by the invisible and just as Eduardo Chillida’s sculp- tures tell us about the unseen wind, La Rioja traditional wine cellars are an exponent of hollowed out architecture. Keywords: landscape, urban planning, district, wine cellar, cave, archi- tecture, La Rioja, Eduardo Chillida, invisible.

* Trabajo realizado dentro de la Beca de investigación sobre la arquitectura en el ámbito de La Rioja: Los Barrios de Bodegas de La Rioja. Las aldeas del vino concedida en 2008 por la Fundación Cultural de los Arquitectos de la Rioja. ** Arquitecta. [email protected]

61 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 61 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

INTRODUCCIÓN El presente trabajo pretende analizar cómo se perciben los Barrios de Bodegas tradicionales como entidad urbana más característica del paisaje del viñedo y el vino de La Rioja. Los Barrios de Bodegas, tal y como se entienden en el ámbito de La Rioja y Rioja alavesa, son enclaves situados en el territorio en el que se pueda localizar un asentamiento de bodegas (espacios vinícolas) de carácter tradicional de forma más o menos concentrada y homogénea, vinculadas a un núcleo urbano de un municipio. Los Barrios de Bodegas han sido valorados en la Declaración del Pai- saje Cultural de Vino y Viñedo de La Rioja1 como elementos de cultura material y distinguidos como Bienes de Interés Cultural, definiéndose co- mo conjuntos urbanos conformados total o mayoritariamente por bodegas. Como se menciona en la exposición de motivos de la citada declaración y en la definición de Paisaje Cultural adoptada en 1992 en la Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO, los asentamiento humanos muestran las interacciones de las obras del hombre y la naturaleza y según se acuerda posteriormente en el Convenio Europeo del Paisaje, se incluye en el con- cepto “cualquier parte del territorio tal y como lo percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales”. Los Barrios de Bodegas tradicionales son una realidad urbana perte- neciente de manera significativa al paisaje del viñedo en cuanto a que son asentamientos humanos integrados en su territorio y en los que se cierra el ciclo de la acción del hombre con los viñedos cultivados en su entorno. Estos barrios tienen en común que albergan bodegas subterráneas, la mayoría excavadas en laderas por las características orográficas del Valle del Ebro, aunque debido a que son estructuras urbanas orgánicas y adaptadas al medio, su tipología varía en cada zona y en cada pueblo, dependiendo de la topografía y geología propias de los distintos ámbitos en que se loca- lizan: cuenca del Ebro y otros valles confluentes que se zonifican en Rioja Alta, Media y Baja. Las bodegas tienen un objetivo claramente funcional: el máximo apro- vechamiento energético natural de la construcción para conseguir un ren- dimiento con un menor coste económico. Su finalidad es disponer de un espacio adecuado para mantener y conservar el vino del año y por ello se localizan en los lugares de cada pueblo que resultan natural y ambiental- mente más adecuados por su orientación, ventilación, accesos, topografía y tipo de suelo a excavar. La bodega tradicional se construye además de ma- nera que resulte económica al utilizar los materiales y técnicas constructivas

1. Resolución de 8 de noviembre de 2013, de la Dirección General de Cultura, de la Con- sejería de Educación, Cultura y Turismo, por la que se incoa expediente para la declaración de bien de interés cultural el Paisaje Cultural del Vino y el Viñedo de La Rioja. BOE nº283, martes 26 de noviembre de 2013

62 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 62 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

En ladera En llano

Fig. 1. Tipologías de bodega tradicional excavada en función de la topografía del terreno. propios locales. En consecuencia, los enclaves de las bodegas tradicionales y su construcción son un ejemplo de arquitectura bioclimática, de apro- vechamiento óptimo de los recursos naturales y humanos y de eficiencia energética. La construcción tradicional de las bodegas aprovechando el terreno existente, teniendo en cuenta la topografía con laderas, cerros tabulares, pequeñas llanuras y mesetas características del denominado surco riojano en el valle del Ebro, ha dado lugar a dos tipos de bodegas características en ladera y en llano (Figura 1), hasta que en la segunda mitad del siglo XIX se construyeron las primeras bodegas con naves para la elaboración de vino de crianza, encontrándose en el Barrio de la Estación de Haro la mayor concentración de estas bodegas centenarias. Las bodegas, que no se situaban en el mismo casco urbano debajo de las viviendas, se excavaban en montículos o laderas cercanas a los pueblos por varias razones, entre ellas por la conveniencia de ubicar la actividad vinícola alejada de las zonas residenciales, porque la tipología de terrenos más blandos facilitaban su excavación y por la conveniencia de ubicar las

63 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 63 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

bodegas en zonas con buena accesibilidad y con una orientación y situa- ción favorables para la conservación del vino, ventaja que se transformó en necesidad en la segunda mitad del siglo XIX ante el auge de la producción de uva y que incrementó de manera exagerada la necesidad de disponer y construir bodegas para la vinificación2. Otra de las razones por la que las bodegas se excavaron en laderas y cerros del monte es por cuestión de la propiedad, dado que estos terrenos solían ser municipales y estériles, y eran cedidos por los ayuntamientos a los vecinos que los solicitaban. La consideración de los barrios de bodegas como conjuntos urbanos y unidades identitarias, tal como se define en la Declaración del Paisaje Cultu- ral de Vino y Viñedo de La Rioja es en algunos casos complejo de delimitar en tanto en cuanto esta unidad implica que este integrada por elementos característicos propios que conforman su esencia, y la ausencia de estos elementos pueden alterar o destruir la entidad. El elemento característico y esencial de esta unidad es la bodega o calado, al considerar que el barrio existe en la medida en que se puede localizar una concentración de estos espacios soterrados dedicados al vino. La característica intrínseca de subterraneidad de las cuevas, y el hecho de que muchos de estos inmuebles se encuentran situados en terrenos públi- cos en ladera, complica la delimitación de la propiedad, que incluya como mínimo descripción de los linderos y superficie, máxime teniendo en cuenta que algunos calados forman una intrincada estructura de pasadizos debajo de calles y construcciones de distintos propietarios. La arquitectura de las bodegas tradicionales no responde a un proceso geométrico constructivo, sino que se genera de manera orgánica por un vaciado del terreno al que se adapta y se trata de un inmueble en el que sus límites están conformados por la capacidad de carga del terreno3. Los límites de los barrios de bodegas son arcifinios4 ya que el contorno está delimitado por las condiciones naturales y topográficas del terreno y su adecuación para ser excavado, así como está condicionado por su me- jor orientación o situación más ventilada que el núcleo urbano principal. El propio suelo configura el contorno de los calados y las condiciones del entorno exterior determinan que en una zona se asienten y concentren las

2. ELÍAS, L.V. ”Los barrios de bodegas” en ELÍAS, L.V. (coordinador), La arquitectura del Vino. El vino y los 5 sentidos, Logroño: Gobierno de la Rioja, 2001. 3. ASENSIO, A. Arquitectura Popular: Hábitat excavado…obsoleto. Publicado en No- viembre 20, 2013. http://theaaaamagazine.com/2013/11/20/arquitectura-popular-habitat-exca- vado. 4. Los territorios de los barrios de bodegas puede decirse que fueron organizados al mos arcifinius, ya que habitualmente no es un territorio que pueda dividirse a la manera romana y es un suelo no limitado. CASTILLO PASCUAL, Mª J., Espacio en orden: El modelo gromático- romano de ordenación del territorio, Logroño: Universidad de La Rioja, 1996

64 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 64 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 2. Vista de y su Barrio de Bodegas. Panorama del paisaje de un viajero desde un avión. Autor: M. Palacios. bodegas, en consecuencia el medio en su conjunto es definitorio para la ubicación de los barrios en unas zonas concretas. No obstante, con el fin de realizar un inventario de los Barrios de Bodegas de la Rioja, es preciso determinar unas características comunes a los enclaves que permitan identificar unas áreas homogéneas respecto al núcleo urbano al que se vinculan, considerando, que la heterogeneidad de las condiciones físicas, la topografía, la condición geológica de los terrenos y las prácticas constructivas determinan la forma de asentamiento de los núcleos de población y de las bodegas.

1. SECUENCIAS URBANAS Otra de las posibles definiciones de paisaje, es la base del territorio per- cibido por la población en la cual se disponen cada uno de los elementos resultantes de la interacción de los factores naturales y los humanos. La percepción de los Barrios de Bodegas como un elemento urbano dentro del paisaje del viñedo es inconsciente tanto para la población habi- tual, dado que su apreciación está interiorizada en la memoria visual como para el paisano local, cuya visión se integra en las escenas cotidianas. La población local además forma parte del paisaje, lo influye y lo construye,

65 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 65 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

Fig. 3. Escena 1 del Barrio de Bodegas de Rodezno. Tipología de barrio aislado en ladera situa- do en Rioja Alta. Autor: M. Palacios. como un agente activo y stakeholder5, por ello el paisaje familiarizado le pasa desapercibido. Para ser consciente del paisaje es conveniente percibirlo con una acti- tud distante, por ejemplo la del foráneo o el viajero que llega a un lugar sin conocerlo (Figura 2). Teniendo en cuenta que la comprensión del medio urbano se basa en una acumulación de informaciones recibidas con ocasión de los desplaza- mientos, se ha asimilado el conocimiento del paisaje por el forastero a una secuencia, considerándola como el resultado de una serie sucesiva de mo- mentos perceptivos por la progresiva aproximación a un barrio de bodegas desde el entorno del campo al pueblo, y del pueblo al barrio y a la bodega, secuencia en la que en función del recorrido, el campo visual varía a medi- da que cambia la escala de los elementos del paisaje. Para el análisis secuencial de los Barrios de Bodegas como elemento urbano del Paisaje del Viñedo y del Vino se han diseñado tres escenas, co- mo planos visuales sucesivos: el primero desde la lejanía del campo, el nivel espacial del paisaje; el segundo plano más cercano en el barrio de bodegas, el nivel del espacio urbano y un tercer plano más íntimo en el interior de la bodega, el nivel del calado.

5. Stakeholder: Término inglés que significa parte interesada. Se puede definir como cualquier persona o entidad que puede afectar, ser afectada o estar interesada por la actividad o marcha de una organización, programa o proyecto. Definición similar a la descrita para los interesados o involucrados en la Gestión de programas. SOWDEN, R., Managing successful programmes. Stationery Office. En el caso de estudio puede referirse a todos los agentes impli- cados y afectados por la actividad vitivinícola.

66 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 66 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 4. Bodega en Canillas de Río Tuerto. Tipo- Fig. 5. Cerro del Castillo en San Vicente de la logía de bodega diseminada en llano situado Sonsierra. Tipología de barrio integrado en en la Rioja Media. M. Palacios cerro en la Rioja Alta. M. Palacios 1.1. NIVEL ESPACIAL DEL PAISAJE Como se comenta anteriormente, la situación de los enclaves y la tipo- logía del asentamiento de los barrios se deriva de la tipología constructiva de la bodega, como elemento unitario vertebrador e integrante del asenta- miento del barrio, por lo tanto, en consonancia, se distinguen fundamental- mente dos tipos de barrios, en ladera y en llano. Los asentamientos más habituales son los denominados en ladera (Fig. 3). Se caracterizan porque las bodegas se encuentran excavadas en la- dera o aprovechando un desnivel del terreno, que puede estar en el mismo pueblo o en un emplazamiento cercano al núcleo de población. Los asentamientos en llano son zonas de bodegas situadas en terrenos sin desniveles, habituales dentro de los núcleos urbanos cuya topografía es sensiblemente horizontal así como en aquellas bodegas diseminadas ligadas a campos de cultivo. En el primer caso, las bodegas suelen ubicarse en las propias casas y los calados se excavan debajo de las mismas construcciones, en cambio en las zonas separadas de las áreas residenciales los calados son en muchas ocasiones semisubterráneos (Fig. 4). Esta tipología es la que pasa más inadvertida, en especial si se compara con la variante topográfica de los barrios situados en cerro (Fig. 5), consistente en una estructura en ladera de forma concéntrica alrededor de una elevación situada en el propio núcleo urbano o en otro monte separado del pueblo, cuya silueta es reconocible en el paisaje riojano. Otra clasificación de los Barrios de Bodegas se relaciona con su situa- ción respecto al núcleo urbano: integrado, separado o aislado. En los ba- rrios integrados, las bodegas se sitúan en el mismo pueblo, formando parte de la configuración del núcleo urbano original, siendo esta la morfología de las que se sitúan debajo de las casas o anexas a ellas. En los barrios separa- dos, las bodegas se localizan en zonas concretas separadas del núcleo cen- tral de población, aunque con la expansión urbana ocurrida en las últimas décadas, algunos barrios que en su origen se encontraban apartados en las afueras de los pueblos, actualmente han pasado a formar parte del núcleo

67 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 67 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

Fig. 6: Mapa del Inventario de Barrios de Bodegas de La Rioja. Autor: M. Palacios urbano consolidado. La tipología de los barrios aislados es la más visible en el paisaje rural, son emplazamientos apartados del pueblo, de tal manera que conforman por sí mismos núcleos aislados del principal. Los ámbitos separados o aislados, bien podrían llamarse, por asimilación, polígonos artesanales de bodegas tradicionales, siendo el Barrio de la Estación de Haro, a finales del siglo XIX, por sus naves de elaboración de vino de crian- za, un precursor de las bodegas modernas situadas en polígonos industriales. Recorridas las poblaciones de La Rioja y analizadas espacialmente se- gún su tipología urbana, hasta la fecha se han inventariado 128 enclaves como Barrios de Bodegas6 (Figura 6), y a falta de un estudio similar en la Rioja alavesa, puede asegurase que prácticamente todos los pueblos tienen sus zonas bodegueras, incluida Viana en Navarra, que como Laguardia y Logroño, tiene su casco antiguo horadado de calados. Los Barrios de Bodegas de La Rioja7 se sitúan en el 51% de los 174 municipios riojanos. Estudiada la situación de los barrios desde el punto de vista territorial y del Paisaje, considerado éste según las Unidades del paisaje delimitadas por la Comunidad Autónoma de La Rioja (Figura 7), resulta que el mayor porcentaje de Barrios de Bodegas se ubica a lo largo del Valle del

6. Según el Inventario realizado por la propia autora en el año 2011 para el trabajo de investigación sobre Barrios de Bodegas becado por la FCAR. 7. Barrios de Bodegas de La Rioja, en adelante BBR

68 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 68 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Ebro, y es la Cuenca del Najerilla la segunda zona en porcentaje de barrios localizados y municipios.

Porcentaje sobre el Unidad del paisaje Barrios de total de municipios - cuenca bodegas Municipios con BB

Valle del Ebro 55 32 36,0%

Cuenca del Oja 17 13 14,6%

Cuenca del Najerilla 26 20 22,5%

Cuenca del Iregua 11 9 10,1%

Cuenca del Leza y del Jubera 9 5 5,6%

Cuenca del Cidacos 6 6 6,7%

Cuenca del Alhama y del Linares 4 4 4,5%

Fig. 7: Municipios de La Rioja con Barrios de Bodegas y su localización en las Unidades del Paisaje según las macrocuencas delimitadas por la C.A.R.8 Los 52 Barrios de Bodegas que se encuentran integrados actualmente en el núcleo urbano principal representan aproximadamente el 40% del total, prácticamente igual que los 50 enclaves que se han clasificado como separados. El hecho de que gran parte de los barrios se encuentren integrados en los pueblos muestra que su construcción y la economía vinícola se encuen- tran estrechamente vinculadas al desarrollo urbano, el porcentaje del 39% de barrios separados muestra la necesidad de sectorizar y especializar los asentamientos urbanos en función de una actividad intensiva como la viní- cola y casi el 15% de los que se sitúan aislados, indica que 19 asentamientos de bodegas conforman una entidad suficiente a nivel territorial como para considerarlos un núcleo urbano, teniendo en cuenta que además la mayoría disponen de las infraestructuras urbanas de abastecimiento de agua y de electricidad, así como saneamiento y accesos rodados. En resumen, los datos analizados del inventario de BBR sobre la tipolo- gía de asentamiento predominante en La Rioja revelan que el 58,6% de los barrios inventariados se ubican en ladera, 12,5% de forma similar en cerros y que menos de un tercio se asientan en terrenos llanos.

8. Estudio y cartografía del paisaje de la Comunidad Autónoma de La Rioja realizado por la Escuela Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid (2005)

69 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 69 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

La percepción de estos barrios como conjunto urbano se concibe por- que, “con su volumetría incide en el entorno natural, provoca su ruptura o lo complementa, llegando incluso a difuminarse con él” 9 , como por ejem- plo aquellos que se encuentran separados, aislados o situados en cerros co- mo los de San Vicente de la Sonsierra, Medrano o , que conforman conjuntos edificatorios mimetizados. En cambio, en la mayoría de los BBR su volumetría está oculta, se adapta al medio natural, o los edificios que asoman sobre la tierra se pierden dentro de la masa construida del entorno de manera camaleónica. En estos escenarios, el anonimato es casi evidente, salvo para los lugareños, que conocedores de las entrañas de sus pueblos, como Logroño, , y pequeñas localidades como Villarroya, saben que debajo de sus casas se encuentran recónditos estos espacios.

1.2. NIVEL DEL ESPACIO URBANO La diferencia entre el espacio en el nivel del paisaje rural y en el nivel urbano es que el primero contiene todas las estructuras particulares de la vida y del acción del hombre y que su espacio existencial se encuentra más concentrado a nivel urbano. En este espacio urbano la naturaleza ha sido delimitada, pudiendo considerar que el entorno exterior está fabricado por el hombre para un fin específico, tiene un carácter comunitario y participa- tivo, y es un lugar de intercambio, de bienes, servicios e ideas. Kevin Lynch define los distritos10 como áreas que el observador puede penetrar mentalmente y que son reconocibles por tener algún carácter de identificación común. El Barrio de Bodegas como distrito o entidad urbana se deduce porque es un sistema organizado orgánicamente y ordenado por acumulación, una hilera o un anillo o una combinación de estas estructu- ras.11 Para delimitar la entidad del barrio, la definición de su contorno es necesaria, no obstante la demarcación de un barrio es difícil porque la bo- dega no se ve, su elemento intrínseco es interior y subterráneo, por lo que es necesario recurrir a los elementos exteriores invariantes que como hitos o mojones nos señalan dónde hay una bodega. Además de la agrupación de pequeñas construcciones de una altura y la imagen de las cubiertas de teja a un agua siguiendo la pendiente de las laderas (Fig. 11), existen otros componentes identificatorios como son los huecos de entrada y salida, ele- mentos de accesibilidad y chimeneas de ventilación del aire encerrado en el interior de las cuevas. Cualquier elemento aislado situado en un espacio abierto es un punto de referencia y las llamadas tuferas, zarceras o , construcciones

9. SEGOVIA, A., Colores y texturas: Arquitectura tradicional en La Rioja, Logroño: Cole- gio Oficial de Arquitectos de La Rioja, 2008. 10. En este trabajo los distritos son los barrios de bodegas. 11. Concepto de espacio urbano. MARTÍNEZ CARO, C., Arquitectura urbana: Elementos de teoría y diseño, Pamplona: E.U.N.S.A., 1985

70 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 70 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 8. Tuferas para la ventilación de los calados en Briñas y Camprovín. Autor: M. Palacios exteriores de los sistemas de aireación de los caños subterráneos que surgen en superficie, son las que a simple vista denotan la existencia de bodegas en el paisaje de los barrios de bodegas. (Fig. 8) Otra parte integrante del paisaje urbano de estos barrios son las venta- nas por las que se vierte la uva directamente a los lagares, que dependiendo de la situación del lago y teniendo en cuenta que la mayoría de las bode- gas se construyen en ladera estas ventanas se pueden situar en la fachada principal junto a la puerta de acceso a la bodega o en un nivel superior en la zona trasera. En el barrio de Bodegas de Rodezno, como en tantos otros, además de la tipología tradicional constructiva en ladera, se observan en las traseras de las edificaciones las ventanas para el vertido de la uva y las tuferas de los calados situados debajo del camino (Fig. 12). No obstante, en algunos barrios como en Quel12, el barrio de Santa Bárbara de , o Entrena, un diferente sistema de volcado de la uva realizado desde un plano superior a las bodegas por una especie de chi- menea con una ventana lateral o una mansarda, dibuja en el paisaje urbano una silueta con pequeñas torres. Los accesos a las bodegas también disponen de sistemas de ventilación, ya sea con huecos, muchos triangulares, abiertos sobre los dinteles de las entradas o por rejas de ventilación en las propias puertas o (Fig. 9) (Fig. 10)

12. Sobre el Barrio de bodegas de Quel se encuentra editada una completa publicación dirigida por el arquitecto J. Marino Pascual Vicente en el que se analiza este barrio como ejem- plo singular en La Rioja, en PASCUAL VICENTE, J.M., Los Barrios de Bodegas: El Ser de La Rioja. Quel, Logroño: Universidad de La Rioja, 1996.

71 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 71 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

Fig. 9. Accesos a bodegas en la Villa de Ocón y Cordovín. Autor: M. Palacios.

La arquitectura exterior que conforma las calles y caminos de los ba- rrios de bodegas es en general de pequeñas dimensiones, a excepción de aquellos pueblos en los que las bodegas se encuentran integradas en el núcleo urbano y excavadas debajo de las edificaciones de viviendas, casas señoriales e incluso iglesias como es el caso de la parroquia de Nuestra Se- ñora de la Asunción en Briñas. No obstante, a pesar de su pequeña escala, en la construcción de las bodegas y los calados se encuentran representa- das las tradiciones constructivas de La Rioja, diferenciadas en cada zona y reflejando la evolución de los sistemas de construcción utilizados en cada época, hasta nuestros días. Si bien los terrenos de la cuenca del Ebro en su tramo riojano se en- cuentran en general caracterizados por arcillas, areniscas y conglomerados, al analizar el territorio se ha dividido La Rioja en tres zonas denominadas Alta, Media y Baja, que comprenden áreas con características geológicas similares y que a su vez condicionan la tipología de los asentamientos ur- banos, los materiales y las técnicas constructivas utilizados en cada zona. En la Rioja Alta (Cuenca del Ebro noroccidental, Cuenca del Oja y del Tirón) predominan los cerros de tipo tabular con superficies estructurales de estratos de arenisca, que son fácilmente extraíbles de cantera, lo que da lugar a la utilización de mampostería y sillería de piedra arenisca. En esta zona, aún siendo la de menor superficie, se encuentran el 28,1% de los BBR.

72 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 72 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 10. Accesos a bodegas en Cervera del Río Alhama y . Autor: M. Palacios. En la Rioja Media, (Cuenca del Ebro norte, Cuenca del Najerilla, Cuenca del Iregua) donde se localizan el 39,1% de los enclaves con bodegas, los terrenos se caracterizan por ser más arcillosos hacia el valle lo que da lugar a la utilización del adobe y el ladrillo además de mampostería tosca de ca- liza y canto rodado. La Rioja Baja (Cuenca del Ebro nororiental, Cuenca del Leza y del Ju- bera Cuenca del Cidacos, Cuenca del Alhama y del Linares), además de ser la zona más amplia, y cuyos municipios son de mayor superficie, cuenta con el 32,8% de los barrios de bodegas. En esta zona predominan los terre- nos arcillosos y de aluvión en las zonas bajas, y la construcción tradicional utiliza adobe, ladrillo y mampostería de piedra caliza y canto rodado, revo- cándose y encalándose los paramentos tanto al interior como las fachadas. Las prácticas constructivas se distinguen tanto en la composición del caserío de los pueblos como en la arquitectura de las edificaciones más singulares de los mismos como son las casonas, iglesias, monasterios, etc. La construcción tradicional y la arquitectura dependían de la explotación y utilización de los medios y recursos cercanos, por lo que dada la escasez de datos históricos sobre la construcción de las bodegas y otras construcciones consideradas modestas, los estudios realizados sobre edificios singulares y notables de La Rioja, aunque a otra escala, nos sirven para analizar las téc- nicas constructivas de cada zona. En los datos estudiados sobre la construcción de distintos templos de la Rioja Alta, Media y Baja se observa la relación existente entre el incremento en la explotación de las canteras, el auge económico en la construcción y la prosperidad del viñedo. La explotación de las canteras estuvo ligada al cultivo de la vid, durante su esplendor entre los siglos XVI al XVIII, debido a que la mejora en el cul- tivo especializado de la vid como producto destinado a la comercialización favoreció un aumento en el nivel de vida. Por el contrario a partir del 1890 cesan las explotaciones de las canteras como consecuencia de la emigración de la población motivada por la ruina económica causada por la plaga de la filoxera en el viñedo. La construcción de las bodegas y su proliferación en

73 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 73 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

Fig. 11. Escena 2.1 del Barrio de Bodegas de Rodezno. Vista exterior de una construcción de bodega tradicional. Autor: M. Palacios.

Fig. 12. Escena 2.2 del Barrio de Bodegas de Rodezno. Vista de la fachada posterior de la bo- dega con las ventanas para verter la uva al lagar y la tufera para la ventilación del calado. Autor: M. Palacios. ciertas zonas estuvo por lo tanto ligada a los mismos factores que los que determinaban la evolución de las canteras. En la cuenca del Ebro, los afloramientos de las canteras se abren sobre todo en los escarpes de los cerros. En la zona de la Rioja Alta y Media se han encontrado referencias bibliográficas de canteras en los siguientes munici- pios y términos: Ábalos, , Tirgo, Cuzcurrita, , Fonzale- che, Buicio, Atamauri, Portilla, Valdegastea, Santa Cruz, Villarica, San Millán, Rodezno, Zarratón, Baños, , Cordovín, Cerezo y . En

74 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 74 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

el término de Logroño se han localizado 74 canteras de las que se extrajo arenisca para la construcción, que actualmente se encuentran abandonadas. En lo referente a la tipología edificatoria de cada zona, la arquitectura religiosa representa un exponente de los materiales y métodos constructi- vos, que eran utilizados asimismo en la construcción de las edificaciones del entorno, teniendo en cuenta que, salvo gremios más especializados, los mismos canteros y obreros que trabajaban en la construcción de las iglesias podían realizar los lagares y calados de las bodegas, tanto debajo de las viviendas como en los aledaños de los pueblos. En la Rioja Alta, la iglesia de San Esteban de Ábalos fue edificada entre los siglos XVI y XVIII sobre una antigua fortaleza medieval y está construida con sillares de arenisca unidos por mortero de cal. El convento de Nuestra Señora de la Piedad de Casalarreina se construyó prácticamente entre el año 1514 y 1524, fundamentalmente con fábrica de sillería de piedra caliza blanca y arenisca calcárea amarilla… No se ha podido encontrar informa- ción sobre la procedencia de la piedra, aunque sí sobre los canteros que la trabajaron. Evaluados el corto periodo de su construcción, la abundancia de material en la región y los medios de transporte de la época se ha podido comprobar experimentalmente que la piedra se obtenía de los afloramientos más cercanos y accesibles.13 En la Rioja Baja, en contraposición, la fábrica de la iglesia de San Mi- guel de Alfaro es en su mayoría de ladrillo, incluidos pilares, muros y bó- vedas, encontrándose al exterior a cara vista y en el interior revocado con yeso, bien como estuco o como enlucido. La iglesia, resultado de varias construcciones realizadas en fases, se inició a mediados del siglo XVI y fue acabada a finales del siglo XVIII. El ladrillo era fabricado con arcilla de la zona y fueron encontrados restos de los hornos cerámicos a pie de las canteras de arcilla de San Martín y de Las Praderas de Tambarría en Alfaro. El zócalo de piedra de sillería sobre el que asienta el ladrillo se realizó con sillares procedentes de canteras de arenisca del entorno cercano. En Ca- lahorra, la catedral de Santa María, que se erige sobre la primitiva iglesia, es también el resultado de diversas construcciones, iniciada a finales del siglo XV hasta ser finalizada en el año 1704 con la reconstrucción de la fachada. Se encuentra construida con piedra arenisca, labrada en forma de sillar, pro- cedente en su mayoría de las canteras de Villar de , así como de Los Agudos y Sartaguda. Está documentada la utilización constante de la piedra del Villar de Arnedo en y otros lugares de la Rioja Baja. El color predominante de la piedra arenisca es el rojo.14 Los dos templos analizados en Logroño, por Pavía Santamaría y Caro Calatayud respectivamente, son a su vez una muestra del tipo de piedra uti-

13. PAVÍA SANTAMARÍA, S., Material de construcción antiguo de Logroño y la Rioja Alta: petrografía, propiedades físicas y alteración, Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 1994. 14. CARO CALATAYUD, S., Piedra, ladrillo y mortero: Características y alteración: Alfa- ro, Calahorra y Logroño, Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 1994.

75 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 75 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

lizada en la ciudad y posiblemente en su entorno más cercano. La Iglesia de San Bartolomé, cuya parte más antigua data del siglo XII, fue finalizada en el siglo XVI. La fábrica de esta iglesia es en su mayoría de sillería de piedra arenisca amarilla y la torre campanario de estilo mudéjar, fue construida en cuatro cuerpos compuestos de sillería y ladrillo. La catedral de Santa María de la Redonda iniciada en el 1516 y finalizada en el siglo XVIII. Está cons- truida con sillares de piedra arenisca calcárea con un color predominante amarillo-ocre y gris. No se han encontrado documentos que indiquen las canteras utilizadas para la construcción de la catedral, aunque existen indi- cios que señalan hacia canteras situadas en el otro lado del río Ebro, como en el monte Corvo de Logroño o en el término de Oyón en Álava.

1.3. NIVEL DEL CALADO Se supone que Isaura, ciudad de los mil pozos, surge sobre un profundo lago subterráneo. Donde quiera que los habitantes, excavando en la tierra largos agujeros verticales, han conseguido sacar agua, hasta allí y no más lejos se ha extendido la ciudad: su perímetro verdeante repite el de las orillas oscuras del lago sepulto, un paisaje invisible condiciona el visible, todo lo que se mueve al sol es impelido por la ola que bate encerrada bajo el cielo calcáreo de la roca.15 El paisaje urbano de los Barrios de Bodegas se percibe de manera in- completa si uno no se adentra en el interior de una bodega y en el calado (Fig. 13). La arquitectura de la bodega subterránea no es plenamente visible desde el exterior. Sin embargo, como obra de arquitectura es inseparable de su entorno ya que se concibe obligatoriamente a partir de un sitio concreto y sus circunstancias, que constituyen elementos básicos para su programa de necesidades y desarrollo. Por lo tanto, la relación entre la bodega y su entorno es una relación biunívoca e inseparable. La morfología del barrio formado por un conjunto de bodegas se ca- racteriza por ser una agrupación de parcelas excavadas frente a parcelas construidas. La arquitectura de las bodegas y sus calados, se genera por el vaciado, el excavado del terreno y el espacio que se crea no es visible desde el exterior, su existencia se intuye en el conjunto de la ladera, cerro o tierra donde se genera, en las calles y caminos del barrio, pero el espacio solo se percibe al adentrarnos en la tierra. Reminiscencias de estos espacios singulares encerrados en la profun- didad de los barrios de bodegas se perciben en algunas de las obras de Eduardo Chillida. Para la exposición El viento que no vemos16 albergada en la bodega CVNE de Haro entre abril y septiembre del 2014, se escogieron ocho esculturas del artista guipuzcoano en las que se puede aprehender la relación entre naturaleza, tierra, espacio y vino como en las tres obras

15. Isaura. Las ciudades sutiles. CALVINO, I., Le città invisibili, Turín: Ed. Einaudi, 1972. 16. El título de la exposición se basa en el aforismo escrito por el propio artista Eduardo Chillida “Tú creaste el tiempo, el espacio, la gravedad, la luz y el viento que no vemos”.

76 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 76 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 13. Escena 3 del Barrio de Bodegas de Rodezno. Vista del interior de un calado excavado en roca caliza. Autor: M. Palacios. Escuchando la piedra III (1996), Lo profundo es el aire XVIII y XIX (1998), esculturas en las que por primera ve, Chillida fue consciente de introducir el espacio dentro de un bloque de piedra al horadar los bloques macizos hacia el interior. “No hablo del espacio que está fuera de la forma, que rodea al vo- lumen, y en el cual viven las formas, sino que hablo del espacio que las formas crean, que vive en ellas y que es tanto más activo cuanto más oculto actúa”17 De la misma manera que el escultor plasma el arte de la desocupa- ción del espacio esculpiendo volúmenes de vacío, las bodegas como obra arquitectónica se generan al cavar y sacar tierra de la montaña y en este proceso de excavación se mete espacio y aire al terreno. La arquitectura de los calados se genera por el vaciado, no por la construcción, siendo los cerramientos de este edificio el propio terreno. Por ello, los Barrios de Bodegas, conformados al exterior por el terre- no donde se asientan y al interior por los calados, configuran una entidad arquitectónica en la que la relación tierra y espacio habitado es indisoluble y a la vez una entidad urbana en la que el vínculo con el lugar y el tiempo son condiciones necesarias de su existencia y permanencia.

17. Reflexiones sobre la obra del artista Eduardo Chillida. MADRIDEJOS, S., SANCHO OSINAGA, J.C., “La paradoja del vacío”, Circo 6 (1993), pp. 1-8.

77 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 77 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

Fig. 14: Cuba en un Calado del Ba- rrio de bodegas de . Autor: M. Palacios 2. DIMENSIONAR LAS BODEGAS Según Kent C. Bloomer y Charles W. Moore en su libro Cuerpo, Memo- ria y Arquitectura18, el hombre como individuo mide y ordena el mundo partiendo de su propio cuerpo. Por ello, la percepción humana del espacio arquitectónico, entendiéndolo como cerrado, frente a un espacio natural abierto o un espacio urbano donde la naturaleza ha sido delimitada respon- de a las necesidades psicofísicas del hombre. Partiendo de la premisa de que las bodegas son espacios ocultos, el conocimiento visual de la magnitud de estos volúmenes y de los espacios urbanos que generan es complicado. No obstante, teniendo en cuenta su función original, la manera de dimensionar este territorio subterráneo se mide, no por su extensión, si no por su capacidad para almacenar cántaras de vino. La unidad de medida es el volumen, no la superficie en m² o por hectáreas como puede ser el de la extensión de un núcleo urbano. Así como la entidad de una población se mide por su número de habitantes, la de un barrio de bodegas se valora por su capacidad de producir y almacenar vino. (Fig. 14) El dimensionado tiene una finalidad netamente económica, arancelaria y tributaria, ya que el aprovechamiento crematístico de las bodegas se mide

18. BLOOMER, K.C., MOORE, C.W., Cuerpo, Memoria y Arquitectura, Madrid: Hermann Blume, 1980.

78 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 78 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

por la capacidad de elaborar y almacenar cántaras de vino, potencial que se controla por la cantidad de cubas de vino existentes en cada localidad mediante el aforo del vino. La capacidad de producir vino de un pueblo se puede averiguar por la existencia de datos relativos al diezmo eclesial sobre la producción de vino y conocer, en su caso, la cantidad de vino que resultaba. Asimismo las alca- balas se cobraban en función de la explotación vinícola y de la capacidad de almacenar la producción en tinas, como las que percibía la Condesa de Nieva, durante buena parte del siglo XIX19, para ello los peritos del catastro realizaban una relación de la producción estimada de cántara por fanega en función del tipo de cultivo y la calidad del vino. Para evitar fraudes fiscales se controlaba también que la medida de capacidad del envase que se utilizaba para trasegar y vender el vino se ajus- tara a un sistema de medidas vigente, que en el caso de Logroño, durante el Antiguo Régimen, eran las del Reino de Castilla. Con el fin de conocer el resultado de la nueva cosecha y calcular la recaudación del año siguiente se disponían comisarios para realizar la cala y cata del vino que se encuba- ba durante los meses de octubre y noviembre de ese año, que medían la cantidad de vino guardado en las bodegas, aunque distinguiendo el nuevo del viejo, ya que diferían en el precio. Los cuberos acompañaban a los co- misarios en esta labor de inspección, para comprobar que el vino que se guardaba en las bodegas era el que el propietario había jurado tener. En el caso de Haro, por los censos realizados se sabe que en el año 1669, poseía 116 bodegas, 65 cuevas y cuatro bastardas, con un total de 43.308 cántaras, que aumentaron hasta la cantidad de 54.584 en el año 1683 y hasta 167.832 en el año 1805.20 La importancia de un pueblo se podía medir en función de su aporta- ción de cántaras de vino. Tal es así, que la Real Sociedad Económica de La Rioja daba derecho a un voto en las Juntas para cada municipio y dos a los que contribuyesen con más de 90.000 cántaras de vino. En 1790 Cenicero fue el único que consiguió esta cantidad, hecho que nos da una idea de la importancia que siempre tuvo la viticultura para esta localidad. El tamaño de los barrios aumenta a medida que es necesario alma- cenar más vino cuando se incrementa la superficie de viñedo plantada o las cosechas, como ocurre a finales del siglo XVIII en que se dieron muy buenas vendimias siendo la de 1785 excepcional. La creciente necesidad de construir nuevas bodegas es debida a la caducidad anual del vino cose- chero, que además de su utilización para el autocosumo, requiere venderse

19. MENDIOROZ LACAMBRA, A., “La evolución urbana de tres pequeños municipios de la Rioja Alta vinculados a la industria del vino: , Grañón y Sajazarra)”, Cuadernos del Marqués de San Adrián: revista de humanidades 7 (2010), pp. 41-50. 20. ARCHIVO MUNICIPAL DE HARO, Disposiciones Duque de Frías. Aforos de cosechas de vino de respectivos años. Leg. 3110/8, 3110/9 y 3111/11.

79 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 79 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

anualmente para no perder las ganancias de la producción y tener espacio para la próxima cosecha. El siglo XVI es un periodo de expansión económica en La Rioja por el comercio de exportación de vino y lana, lo que permite que se acometan más obras e infraestructuras. Posteriormente, debido a que la guerra de Flandes afecta al comercio de lana, durante el siglo XVII se produce un auge en el cultivo del viñedo y el comercio del vino y se puede ver en los protocolos notariales, por la abundancia de contratos para la construcción de nuevos lagares, cubas, cubos y prensas la expansión de la industria del vino, sobre todo durante las dos primeras décadas del siglo. El cultivo del viñedo que tuvo un gran desarrollo en La Rioja entre los siglos XVI y XVIII fue un monocultivo en algunos municipios como en Logroño, Navarrete y Fuenmayor, y su población llegó a sentir de manera regular la falta de abastecimiento de cereales. Para hacernos una idea de la importancia del vino en la economía y so- ciedad de Logroño, según F. Brumont y S. Ibañez Rodríguez todos los habi- tantes de la ciudad participaban de alguna manera en el comercio del vino. La oligarquía vinatera, mercaderes, artesanos y tenderos tenían las bodegas, y los pequeños propietarios, como los jornaleros, estaban a merced de los primeros porque no disponían de bodegas ni lagos bien para vender la uva o para hacer el vino arrendándoles lagos y cubas. Gremios artesanales y profesionales liberales invertían también en el comercio del vino, vendían vino o alquilaban bodegas y arrendaban las cubas. El clero, eclesiásticos y órdenes monásticas, también eran propietarios de bodegas distribuidas por la ciudad de Logroño, como se da cuenta en las calas y los protocolos no- tariales de principios del siglo XVII. En Logroño, disponer de una bodega suponía una fuente de ingresos o un ahorro por no tener que alquilar lagos y cubas. Las bodegas situadas debajo de las casas no eran siempre utilizadas por los que vivían en ellas, ya que si estos vivían en alquiler, el propietario de la bodega se la reservaba para su uso. Por otra parte, a los maestros canteros que construían lagares y bodegas se les pagaba en función de la capacidad en cántaras del lago construido. Una vez finalizado el lago, se llenaba y se esperaba a ver cuan- tas cántaras de vino salían del mismo. En el Archivo Histórico Provincial de Logroño se tiene constancia de la existencia en esta ciudad de muchas bodegas y cuevas. Por los registros guardados de calas y catas de los vinos encubados en Logroño y El Cortijo se pueden conocer las bodegas construidas debajo de las calles y sus alrede- dores, sus propietarios, la cantidad de vino almacenado en ellas, el número de cubas, el tipo de vino, etc. La bodega característica tiene una bóveda de cañón corrido construida con sillería isódoma. La mayoría contaban con un caño, aunque podía haber dos comunicados entre sí por un paso, como es el caso de las existentes en el edificio que alberga la sede del Colegio de Arquitectos de la Rioja en la calle Barriocepo, antigua Casa Palacio del

80 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 80 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Marqués de Legarda. La calle Ruavieja en el siglo XVII tenía una alta concen- tración de bodegas, donde abundaban las propiedades de familias nobles y las bodegas disponían de mayor capacidad por cántaras de la ciudad. En las traseras de la Iglesia de Santiago se situaba una cueva con una capacidad de 1.530 cántaras de vino (1606-1607) y la bodega de Francisco de Soto, regidor en varias ocasiones, destacaba por tener trece cubas, la mayor de 280 cántaras y la menor de 190, con un total de 1.688 cántaras. La cala y cata de 1606 es una especie de guía de las bodegas de Lo- groño, calle por calle, Se calaron en total 2.906.498 litros de vino y llegaron a contabilizarse 208 bodegas, 18 cuevas en el entorno y 11 cuevas más en el Barrio del Cortijo. En la cala y cata de 1623 se contabilizan 212 bodegas intramuros de Logroño. Durante el siglo XVI se ha estimado que Logroño podía producir unas 300.000 cántaras de vino (4.800.000 litros) y sus aldeas otras 100.000 (Lar- dero, y Villamediana), de las cuales la mayoría se dedicaban para el comercio.21. Esta cantidad se ve incrementada considerablemente, por el crecimiento de la superficie del viñedo y las buenas cosechas, llegándose a producir en el período de 1778 a 1798, más de 60 millones de litros de vino, 3.750.000 cántaras, el doble de la media de los últimos 25 años del siglo XVIII.22 En el resto de La Rioja, a mediados del siglo XVIII, en municipios como el de Cenicero, con 1.050 habitantes, se contabilizaron 110 cuevas propie- dad de 90 vecinos, en las que sólo había lagos en 57, es decir, casi la mitad de las bodegas no tenían lago. En Murillo del río Leza, en la misma época con 850 habitantes tenía 97 bodegas. En la Rioja Baja, en 1751, en el barrio de bodegas de había 358 bodegas y solo 13 dentro de la población, con una capacidad de almacenaje a finales del siglo XVIII de 68.167 cánta- ras.23 En Quel, en el año 1750, según el Catastro de la Ensenada constaban 224 bodegas identificadas con una capacidad de 50.000 cántaras. Casi un siglo después, según una fuente del Archivo Histórico de La Rioja en 1860 en el mismo municipio se contabilizaban 204 cuevas para guardar vino y teniendo en cuenta la Memoria estadística de 1861 se estima que era nece- sario almacenar 60.000 cántaras, un 20% más que en 1750. Sin embargo, en

21. BUSTOS TORRES, S., El trabajo y los trabajadores en Logroño entre la peste y la gran crisis castellana: 1599-1630, Tesis doctoral, Universidad de La Rioja, Logroño, 2013. 22. LUENA LÓPEZ, C., “Autarquía y mercado. La diversificación del Rioja en el Siglo XVIII”, Brocar 28 (2004), pp. 73-99 23. GÓMEZ URDAÑEZ, J.L., “La Rioja de los hidalgos”, trabajo enmarcado en el proyecto de investigación OTRI: Antonio Larrea, alma del Rioja. Financiado por la Fundación Dinastía Vivanco-Universidad de la Rioja. 2012-2013.

81 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 81 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

1947 se crea la bodega cooperativa en Quel y con ello las bodegas dejan de cumplir la función para la que fueron construidas.24 Comparativamente con Quel, Pradejón, a finales del siglo XVIII y prin- cipios de XIX llegó a producir 2.000 cántaras de vino, lo que demuestra que el vino en este municipio era un elemento complementario de la economía cerealista. Posteriormente, a finales del siglo XIX, coincidiendo con la am- pliación de superficie de viñedo a cultivar en el municipio, las viviendas que se construyeron tenían bodega debajo de cada casa.25 Los barrios de bodegas tradicionales son el resultado de una economía de subsistencia y el reflejo de una estructura de propiedad y explotación agrícola minifundista. Huetz de Lemps describió la estrecha ligazón entre la viticultura y la pequeña propiedad en el Alto Ebro. Esta relación se puede apreciar hoy en día en que a medida que se desciende la cuenca del Ebro en La Rioja, el tamaño de la propiedad, la de los pueblos y los términos municipales aumenta. La existencia de pequeños propietarios como un signo de identidad del Rioja desde el comienzo se refleja además en el análisis de las calas y catas realizadas por los comisarios que controlaban la recaudación por los datos de la dispersión de la explotación del viñedo y el vino. En base a los Amillaramientos realizados en el periodo 1860-1990, las cifras analizadas sobre la estructura social de los agricultores de La Rioja a finales del siglo XIX y principios del XX 26 indican que dos tercios de los campesinos eran asalariados y no disfrutaban de ningún tipo de propiedad agrícola y además no todos los propietarios eran autosuficientes y podían vivir de sus parcelas. En la segunda década del siglo XX ya no quedan casi viticultores puros, se diversifican los cultivos y los comerciantes compradores de vino se diri- gen a las bodegas de tipo industrial.27 El 12 de marzo de 1922 se coloca en Haro la primera piedra de la Bodega Cooperativa de los Sindicatos Agrícolas Católicos de la Rioja Alta, de la que podían ser todos socios28 y la primera cooperativa vinícola de la Rioja Baja nace en Quel en 1947. La implantación de las bodegas cooperativas es el inicio de la decadencia de los barrios de bodegas tradicionales, el pequeño viticultor va abandonando la producción

24. Según el estudio histórico realizado sobre el Barrio de Bodegas de Quel por Emilio Barco y Luis Vicente Elías para la publicación: PASCUAL VICENTE, J.M. (dir.), Los Barrios de Bodegas: El Ser de La Rioja. Quel, Logroño: Universidad de La Rioja, 1996. 25. RABASCO POZUELO, P., “El urbanismo en Pradejón”, en GÓMEZ URDAÑEZ, J.L. (coord.), Pradejón Histórico, Logroño: Ayuntamiento de Pradejón/Universidad de La Rioja, 2004. pp. 198-209 26. ALONSO , J.J., “La agricultura riojana en la crisis finisecular”, Brocar 23 (1999), pp. 147-166. 27. MEES, L., “La vitivinicultura en Navarra y La Rioja: Economía, Sociedad y Política de Intereses (1850-1940)”, Aldizkaria 6/7 (1992), . pp. 147-181. 28. RUIZ ESCUDERO, A., “Religión, Tierra, Patria y Hogar: Esplendor y caída del catoli- cismo social agrario en la Rioja (1910-1928)”, Berceo 138 (2000), pp. 229-261.

82 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 82 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

del vino cosechero en su bodega y la va relegando para conservación del vino para autoconsumo o ya solo como un espacio de reunión con familia y amigos. Hoy en día, la elaboración de vino de crianza en los barrios de bodegas tradicionales es una actividad prácticamente inexistente, salvo casos excep- cionales como el de la Bodega Lecea que continúa produciendo y criando vinos en el Barrio de las Cuevas en el cerrillo de Verballe de San Asensio, que tiene catastradas más de trescientas bodegas29 en una extensión de 0,67 hectáreas. En la actualidad, aproximadamente el 60% de los Barrios de Bodegas analizados en el Inventario de BBR no mantienen su uso específico para bodega, y de los nuevos usos el más relevante es el de merendero, obser- vándose que algo más de una cuarta parte de los antiguos barrios bode- gueros se destinan a este uso de ocio, porcentaje que probablemente se ve aumentado si se tiene en cuenta el uso mixto y que coyunturalmente el uso de bodega desaparece progresivamente por la falta de actividad agraria y vinícola. Por lo tanto, la valoración de las dimensiones y la magnitud de las bodegas por las cántaras de vino ha dejado de tener sentido en unos espacios que ya no albergan vino. Para apreciar el valor de las bodegas, es necesario hoy por hoy mirar estos espacios desde otras perspectivas que nos permiten apreciar otras dimensiones.

3. CONCLUSIÓN La evolución del cultivo del viñedo, los avatares de la producción vi- nícola y las transformación socioeconómicas en el mundo urbano y rural se reflejan en el desarrollo de los BBR, desde el aumento del número de bodegas para incrementar la capacidad de almacenamiento en épocas de buenas cosechas, hasta su posterior decaimiento por diversos motivos como el cambio de elaboración y consumo del vino cosechero al de crianza, la aparición de las bodegas cooperativas y la emigración rural. La arquitectura de las bodegas tradicionales no tiene nombre y apelli- dos, pero es identificable con un lugar y un tiempo, ya que es fruto de una actividad colectiva, más o menos espontánea, como respuesta a una nece- sidad, la de elaborar y almacenar vino, y que se ha adaptado al entorno y a sus circunstancias. Según John Brinckerhof Jackson en “Descubriendo el paisaje verna- cular”, no todos los objetos del paisaje son realmente visibles, para el am- bientalista la topografía y la vegetación tienen visibilidad, para el arquitecto son los edificios, todo lo demás es solamente un fondo-segundo plano, y todos los objetos en ese fondo parecen sumergidos en una especie de invisibilidad. No obstante, dependiendo de nuestra especialidad, interés o conocimiento interpretamos el paisaje, encontramos un significado o senti-

29. GARCÍA DE LA RIVA, A., “Los rostros del Rioja”, Belezos 19 (2012), pp. 4-13.

83 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 83 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

do de los elementos que vemos y el contexto en el que se encuentran y nos encontramos nos ayuda a intuir y comprender, sin ver. Se puede decir que en el Paisaje del Vino y el Viñedo, los Barrios de Bodegas, salvo algún enclave excepcional de barrio situado en cerro, en general pasan prácticamente desapercibidos a los ojos del espectador, unas veces porque las construcciones exteriores de las bodegas se han mimeti- zado con el resto del caserío de los pueblos y en otras ocasiones porque el entorno se encuentra tan deteriorado y abandonado, que no se concibe como paisaje, y ni se mira ni se ve. Un barrio de bodegas, cuyo elemento substancial del conjunto es sub- terráneo, está condicionado en el momento de apreciar su panorama ya que los calados, como construcción, no se ven desde el espacio exterior. Por lo tanto, para poder interpretar su existencia en el paisaje es clave identificar elementos exteriores que inicialmente sirvan para ubicar las bodegas en el entorno superficial, ya que esta localización previa en el lugar, a modo de hitos o señales, nos indican que hay algo dentro, en el interior de la tierra. Estos elementos, a modo de invariantes arquitectónicas, que nos hablan de las bodegas y calados tradicionales soterrados, son básicamente aberturas para permitir la entrada y salida a la bodega, puertas pequeñas para las per- sonas, ventanas para verter la uva al lagar, y las tuferas o zarceras, a modo de chimeneas para ventilar los calados con el fin de mantener la condicio- nes higrotérmicas idóneas para la conservación del vino. Dichos elementos son muy modestos si los comparamos con el valor de los espacios arquitec- tónicos que conforman las cuevas subyacentes y ocultas del paisaje exterior. El paisano riojano tiene muy interiorizado en su mente el paisaje de los barrios de bodegas, ya que conoce los calados, y aunque no las ve al exterior ya las conoce en el interior. Por otra parte, para el foráneo o el des- conocedor de la existencia de estas cuevas, resulta complicado apreciar el paisaje de las bodegas tradicionales, así como interpretar, a simple vista, las señales exteriores presentes en el entorno. Sólo cuando uno se adentra en el interior de los calados es capaz de percibir el paisaje invisible que existe debajo de la tierra. El uso social y de ocio ha transformado muchas bodegas en merende- ros, manteniendo con vida y actividad los barrios, y aunque a veces a costa del deterioro estético de los pueblos, han conseguido transformar el paisaje humano. Los calados permanecen ocultos e invisibles y en ocasiones sólo dan señales de su existencia cuando afloran problemas en el exterior. En- tonces los conflictos causados por su abandono, la falta de mantenimiento adecuado, el cambio de uso o la instalación de nuevas infraestructuras, su- ponen una toma de conciencia de su existencia y de su complejidad. Los Barrios de Bodegas, aunque ya no son solo lugares de producción y conservación de vino, pueden revalorizarse y aumentar su significado a medida que son reutilizados de distintas formas y distintas gentes a lo largo del tiempo (Fig. 15). El paisaje urbano de estos barrios puede estar formado

84 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 84 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

Fig. 15: Calado del ayuntamiento de Navarrete. Usos alternativos de una bodega: Teatro y de- gustación de vino. Autor: M. Palacios. por lugares contemporáneos y anacrónicos, teniendo en cuenta que la gen- te tiende a ligar viejos y nuevos lugares en su tarea de habitar el mundo.30 Para aprehender el paisaje donde un lugar está inmerso, no basta con observar la representación bidimensional de un mapa o una imagen. Los paisajes y el tiempo nunca pueden estar solo ahí afuera y ser neutrales, ya que su percepción es siempre subjetiva. Para comprender un lugar es nece- sario estar ahí, desde nuestra propia corporalidad y experiencia. Si el Paisaje del Vino y el Viñedo tiene que ver con algún sentido de lugar, es con la arquitectura de las bodegas tradicionales, un elemento que simultáneamente moldea parte de ese paisaje y es la expresión de una acti- tud cultural hacia el mismo. Desde la perspectiva del habitar, construir o excavar bodegas para el vino, al igual que edificar casas, es parte de morar en un lugar. La forma en que la gente construye surge de un contexto específico y de las relaciones con el entorno, y los Barrios de Bodegas y su arquitectura camuflada en el paisaje, conforman unos espacios pensados para ser tangibles, visibles y sensibles, en los que todavía hoy, transcurrido tanto tiempo, nos adentra- mos para disfrutar de una copa de vino.

30. ALVAREZ LARRAIN, A., “Somos en el mundo… seres, materialidad y paisaje”, La Zaranda de Ideas 8(1) (2012), pp. 9-30.

85 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 85 24/11/14 09:34 marta palacios garcía

BIBLIOGRAFÍA ALONSO CASTROVIEJO, J.J., “La agricultura riojana en la crisis finisecular”, Brocar 23 (1999), pp. 147-166. ÁLVAREZ LARRAIN, A., “Somos en el mundo…seres, materialidad y paisa- jes”, La Zaranda de Ideas 8 (2012), pp. 9-30. BRINCKERHOFF JACKSON, J., Discovering the vernacular landscape, New Haven: Yale University Press, 1984. BLOOMER, KC., MOORE, C.W., Cuerpo, Memoria y Arquitectura, Madrid: Hermann Blume, 1980. BUSTOS TORRES, S., El trabajo y los trabajadores en Logroño entre la peste y la gran crisis castellana: 1599-1630., Tesis doctoral, Universidad de La Rioja, Logroño, 2013. CALVINO, I. Le città invisibili, Turín: Editorial Einaudi, 1972. CARO CALATAYUD, S., Piedra, ladrillo y mortero: Características y altera- ción: Alfaro, Calahorra y Logroño, Logroño: Instituto de Estudios Rioja- nos, 1994. CASTILLO PASCUAL, Mª J., Espacio en orden: El modelo gromático-romano de ordenación del territorio, Logroño: Universidad de La Rioja, 1996. ELÍAS, L.V., La elaboración tradicional del vino en La Rioja, Logroño: Unión Editorial S.A., 1982. ELÍAS, L.V. (coordinador), La arquitectura del Vino. El vino y los 5 sentidos., Logroño: Gobierno de la Rioja, 2001. FERNÁNDEZ DE LA PRADILLA MAYORAL, C., “El viñedo en La Rioja duran- te el siglo XI”, Berceo 22 (1992), pp. 62-67. GALLEGO MARTÍNEZ, D., La producción agraria de Álava; Navarra y la Rioja desde mediados del siglo XIX a 1935., Tesis doctoral, Universidad Complutense, Madrid, 1986. GÓMEZ URDÁÑEZ, J.L., “La Rioja de los hidalgos”, trabajo enmarcado en el proyecto OTRI: Antonio Larrea, alma del Rioja. Fundación Dinastía Vivanco-Universidad de la Rioja. 2013. IBÁÑEZ RODRÍGUEZ, S., “La necesidad de medir. La metrología agraria del Antiguo Régimen en la Rioja”, Brocar 19 (1995), pp. 131-163. LUENA LÓPEZ, C., “Autarquía y mercado. La diversificación del Rioja en el Siglo XVIII”, Brocar 28 (2004), pp. 73-99. MADRIDEJOS, S., SANCHO OSINAGA, J., “La paradoja del vacío”, Circo 6 (1993), pp. 1-8. MARTÍNEZ CARO, C., Arquitectura urbana: Elementos de teoría y diseño, Pamplona: E.U.N.S.A., 1985.

86 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 86 24/11/14 09:34 LOS BARRIOS DE BODEGAS TRADICIONALES DE LA RIOJA

MAS HERNÁNDEZ, R., “Los paisajes urbanos españoles” en MARTÍNEZ DE PISÓN, E., MURIEL GÓMEZ, J.L., RUBIO RECIO, J M., MATA OLMO, R., MAS HERNÁNDEZ, R., VOZMEDIANO GÓMEZ-FEU, R., La Conserva- ción del Paisaje, Sevilla: Fundación Biodiversidad, 2004. pp. 199-247. MEES, L., “La vitivinicultura en Navarra y La Rioja: Economía, Sociedad y Política de Intereses (1850-1940)”, Aldizkaria 6/7 (1992), . pp. 147-181. MENDIOROZ LACAMBRA, A., “La evolución urbana de tres pequeños mu- nicipios de la Rioja Alta vinculados a la industria del vino: Fuenmayor, Grañón y Sajazarra”, Cuadernos del Marqués de San Adrián: revista de humanidades 7 (2010), pp. 41-50. PASCUAL VICENTE, J.M. (dir.), Los Barrios de Bodegas: El Ser de La Rioja. Quel, Logroño: Universidad de La Rioja, 1996. PASCUAL VICENTE, J.M., “Los barrios de bodegas: el gran patrimonio de La Rioja oculto”, Belezos 15 (2011), pp. 51-56. PAVÍA SANTAMARÍA, S., Material de construcción antiguo de Logroño y la Rioja Alta: petrografía, propiedades físicas y alteración, Logroño: Institu- to de Estudios Riojanos, 1994. RABASCO POZUELO, P., “El urbanismo en Pradejón”, en GÓMEZ URDA- ÑEZ, J.L. (coord.), Pradejón Histórico, Logroño: Ayuntamiento de Prade- jón/Universidad de La Rioja, 2004. pp. 198-209 RUIZ ESCUDERO, A., “Religión, Tierra, Patria y Hogar: Esplendor y caída del catolicismo social agrario en la Rioja (1910-1928)”, Berceo 138 (2000), pp. 229-261 SEGOVIA, A., Colores y texturas: Arquitectura tradicional en La Rioja, Lo- groño: Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja, 2008.

87 núm. 167 (2014), pp. 61-88 Berceo ISSN 0210-8550

Berceo 167.indb 87 24/11/14 09:34 Berceo 167.indb 88 24/11/14 09:34 Si quiere comprar este libro, puede hacerlo directamente a través de la Librería del Instituto de Estudios Riojanos, a través de su librero habitual, o cumplimen- tando el formulario de pedidos que encontrará en la página web del IER y que le facilitamos en el siguiente enlace:

Formulario de pedido Cubierta Berceo 167 alta.pdf 1 13/11/14 09:55

revista riojana de ciencias sociales BERCEO y humanidades

C

M

Y

CM

MY

CY CEO

CMY

K ER BERCEO 167 B 167

167 167 A RIOJANA DE CIENCIAS BERCEO . REVIS T SOCIALES Y HUMANIDADES. Nº 167, 2º Sem., 2014, Logroño (España). 1-256, ISSN: 0210-8550 P.