Pdf Asia : Alma Y Laberinto : Rusia, Jordania, Siria, Líbano, Turquía
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ASIA, ALMA Y LABERINTO, 4 ASIA ALMA Y LABERINTO ASIA, ALMA Y LABERINTO, 5 ASIA, ALMA Y LABERINTO, 6 JESÚS ALLER MANRIQUE ASIA ALMA Y LABERINTO RUSIA – JORDANIA – SIRIA – LÍBANO TURQUÍA – INDIA – NEPAL – TIBET BIRMANIA – CAMBOYA – CHINA [CON FOTOGRAFÍAS DEL AUTOR] LLIBROS DEL PEXE 2002 ASIA, ALMA Y LABERINTO, 7 Primera edición: septiembre 2002 © Jesús Aller Manrique © Llibros del Pexe S.L. Periodista Adeflor, 3 entlo. F 33205 Gijón 984 19 83 42 [email protected] Diseño: Marina Lobo Maquetación: Yolanda Felgueroso Lillo ISBN 84–89985–90-1 Depósito Legal AS–3371–02 Producción: Apel / Fotomecánica Principado ÍNDICE INTRODUCCIÓN . 11 RUSIA . 15 En el metro de Moscú . 22 JORDANIA, SIRIA Y LÍBANO . 25 Petra, la ciudad rosada . 27 Jerash, la ciudad blanca . 32 La tierra de nadie . 34 Bosra, la ciudad negra . 35 Hacia el norte, campos de batalla . 37 Latakia . 39 Ugarit . 39 Alepo . 41 San Simeón y las ciudades muertas . 42 Palmira . 45 Damasco . 47 Seidnaya . 50 Líbano . 54 TURQUÍA . 57 La costa jónica . 59 Capadocia . 61 Ankara . 63 Estambul . 65 Nocturno desde la Torre de Gálata . 68 PRIMERAS IMPRESIONES DE LA INDIA: MAHARASHTRA Y RAJASTÁN . 71 Bombay (Mumbay) . 73 Ajanta y Ellora . 76 El Rajastán . 80 LOS NOMBRES DE BENARÉS . 85 El Ganges . 89 El templo dorado . 92 El templo de Durga . 94 El Buda en el Parque de los Ciervos . 95 LA INDIA MÁS MUSULMANA; LUCKNOW, AGRA, DELHI . 99 Lucknow . 101 Agra, una ciudad al lado del Taj Mahal . 103 Delhi . 106 NEPAL Y TÍBET . 111 Días antes . 113 El viaje . 113 Nepal . 114 El aterrizaje . 117 Samye . 120 Gyanzê . 123 Xigazê . 126 Lhasa . 129 Montañas, desiertos y ciudades . 132 BIRMANIA Y CAMBOYA . 135 Yangón . 138 Desde la colina de Mandalay . 139 Bagán . 140 Caminos de Birmania . 143 Singapur . 145 En el país de Pol Pot . 146 Ángkor . 148 Epílogo budista . 151 CHINA Y EL TURQUESTÁN CHINO . 153 Frankfurt-Tashkent-Pekín . 155 Pekín, un viaje en taxi . 156 Xi’an . 157 Dunhuang . 159 Turpán . 161 Urumchi . 164 Káshgar . 167 VIGENCIA DEL BUDISMO Y EL VEDANTA . 171 Sutra del gran rey Vivekataramanam . 177 NOTA FINAL . 185 Para Concha y Mario ASIA, ALMA Y LABERINTO, 10 INTRODUCCIÓN e contaba su experiencia en un inglés rudimentario, pero luminoso: “No, yo no nací monje”. Aquel joven de modales correctos tenía a Mveces la mirada de un sabio; otras, su alma naufragaba en una sonrisa sin deta- lles, sin precio. Lo encontramos en una aldea cerca de Yangón, viviendo con otros monjes en un chamizo con pretensiones de monasterio. “Era un niño nor- mal. Demasiado travieso a juicio de la hermana mayor que me cuidaba. Mis padres murieron cuando yo era muy pequeño”. Quise saber qué experiencia había torcido el curso de su vida, le había llevado a dedicarla a la atención de los pobres, de los más enfermos. “Sí. Desde muy pequeño me inquietaba la multiplicidad de los seres, la oculta armonía del cosmos. Llegó a hacérseme insoportable no entender, llevar una existencia perdida en rutinas como espu- ma en el rostro de un mar profundo. Una tarde me senté en postura de medita- ción, y prometí que no me levantaría hasta haber resuelto el enigma, hasta haber descifrado el abigarrado e implacable latido del mundo. Las nubes del monzón viajaban hacia el norte preñadas de lluvia, los arrozales reflejaban la dorada tramoya del ocaso. Pensé entonces que sería una noche fría, y fue en aquel momento cuando ocurrió. Tuve el convencimiento de que frío y calor, dolor y gozo, éxtasis y miseria eran igualmente ajenos a la esencia profunda que buscaba, igualmente engañosos. Supe que debía mirarlos condescendiente y apartarlos a un lado si quería llegar a lo más hondo. No era muy complicado. Todos los seres compartían el misterio del crepúsculo. Leí en su corazón como en un libro abierto. La misma angustia, el mismo miedo, la misma secreta esperanza me hablaba en cada uno. Comprendí que su alma y la mía eran sólo un espejo vacío que reflejaba ecos en la noche”. ASIA, ALMA Y LABERINTO, 11 ASIA, ALMA Y LABERINTO, 12 Anochece en Bagán acido y criado en esta arrogante península de Asia que llamamos Europa, temprano descubrí, sin embargo, que cuando buceamos en busca de los Nhilos profundos que gobiernan la Historia, o si queremos seguir el rastro a las intuiciones fundamentales que nos han enseñado a ver el mundo, no tenemos más remedio que volvernos hacia ese Oriente de donde nos llega todavía el sol cada mañana. Y ahí está para probarlo la imagen imborrable del Buda rebelán- dose contra los brahmanes y poniendo en marcha un mensaje liberador cuya solidez intelectual aún resplandece hoy día. Y ahí está también el orgullo blas- femo de los filósofos jónicos que se atrevieron a pensar por sí mismos y poner las bases del estudio racional de la naturaleza. En Asia se encendieron unas lámparas que todavía nos alumbran. Y el atractivo de estas tempranas muestras ASIA, ALMA Y LABERINTO, 13 de osadía intelectual, de las que no sé si es mayor la de los pensadores griegos o la del príncipe indio, es especial en una época como la nuestra en que todas las ideas parecen derrumbarse a nuestro alrededor. Este libro es la crónica de un intento de buscar con los ojos y con el cora- zón los lugares donde echaron.