Un Virrey En El Ocaso Del Virreinato Peruano: El Marqués De Villagarcía
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Artículo Un virrey en el ocaso del virreinato peruano: el marqués de Villagarcía María del Carmen Martín Rubio Un virrey en el ocaso del virreinato peruano: María del Carmen Martín el marqués de Villagarcía Rubio Universidad Complutense, Madrid DOI: 10.4438/2340-5724-AMA-2009-17-78 Viceroy at the decline of the peruan viceroyalty: marquis of Villagarcía Resumen Abstract La Guerra de Sucesión, surgida en The Succession War, which took place Europa a comienzos del siglo XVIII, in Europe at the beginning of the 18th motivó que la economía de las colonias C., brought about the American colo- americanas se viera debilitada, debido a nies weakening due to some conces- las concesiones otorgadas, por Felipe V, sions given by Philip V to the belli- en los tratados de paz fi rmados al tér- gerent nations in the peace treaties mino del confl icto. Esa circunstancia, signed at the end of the confl ict. This unida a la gran corrupción existente en circumstance, added to the considera- todas las áreas gubernativas y a incon- ble corruption existing in every gover- trolados ataques de piratas ingleses, pro- nment area and also to the unbridled vocaron que, en 1740, el antes esplen- attacks committed by English pirates, doroso Virreinato peruano se hallara led the magnifi cent Peruvian Vicero- sumido en el caos y la pobreza. En las yalty into chaos and poverty. Along presentes páginas, mediante el estudio these pages, through unprecedented de documentación inédita, se ponen de data research, it is shown how Viceroy manifi esto los esfuerzos realizados por el Villagarcía, the forerunner of indepen- virrey Villagarcía para contener el con- dence, tried hard to restrain the con- trovertido clima social, precursor de la troversial atmosphere which was occu- independencia, que ya entonces se vivía. rring at that moment. Palabras clave: Villagarcía, Felipe Keywords: Villagarcía, Philip V, Ver- V, Vernon, Anson, Jorge Juan, Ulloa, non, Anson, Jorge Juan, Antonio de Pizarro, Lima, Portobelo, Cartagena de Ulloa, Pizarro, Lima, Portobelo, Car- Indias, Paita, La Habana, México, navíos, tagena de Indias, Paita, La Habana, corregidores, minería, azogue, inquisi- Mexico, ships, mayors, mining, quick- ción, impuestos. silver, Inquisition, taxes. [154] ANALES DEL MUSEO DE AMÉRICA XVII (2009) PÁGS. 154-165 UN VIRREY EN EL OCASO DEL VIRREINATO PERUANO: EL MARQUÉS DE VILLAGARCÍA I. Introducción de San Francisco, Observantes de Noya, poco tiempo, preparó los objetos per- Santa María la Real de Arévalo, Cister sonales necesarios para su nueva vida, España comienza el siglo XVIII con de Armentera y Agustinas Recoletas de dejó ordenadas las administraciones una guerra internacional surgida en Vista Alegre. El rancio abolengo de su patrimoniales y organizó el séquito que Europa a causa del problema dinástico familia y las altas funciones desempe- debía acompañarle. del último monarca de la Casa de Aus- ñadas por sus antepasados hizo que En abril de 1735 Villagarcía salió tria, que llevó consigo la entronización fuera preparado para prestar servicios hacia Cádiz junto con el séquito y su de un Borbón, de la cual salió muy a la Corona. Fue “menino” de Carlos segundo hijo Mauro Fernando, pero no debilitada por la pérdida de Gibraltar, II y, al alcanzar la mayoría de edad, pudo llegar hasta el 10 de mayo debido Menorca y las posesiones de Flandes. ocupó cargos de gran responsabilidad, a las lluvias y a los malos caminos. Ciertamente, los territorios americanos entre ellos, el de capitán de infantería En la ciudad, donde se hallaban pre- quedaron al margen de la contienda, del Tercio de Lombardía, el de Caba- parados los navíos Nuestra Señora del pero se vieron afectados por las con- llos Corazas en el Estado de Milán y, en Carmen, “el Conquistador”, y “el Incen- cesiones realizadas en los tratados de dos ocasiones, el de asistente, superin- dio”, en los cuales iba a viajar, tuvo que paz fi rmados a su término y por la casi tendente y capitán general de Sevilla, esperar dieciocho días; mas por fi n, el total incomunicación con la metrópoli en cuyo desempeño hubo de contro- 28 levaron anclas los dos buques. En durante los años iniciales del confl icto. lar el despacho y recibo de las fl otas “el Conquistador”, al mando del capi- Estas circunstancias hicieron que la que transitaban a América. Por haber tán Francisco de Liaño, viajaba el virrey pesada administración colonial, instau- demostrado absoluta fi delidad y honra- con el teniente de navío Jorge Juan rada desde la conquista, continuase sin dez en estos trabajos, Felipe V le nom- y en “el Incendio”, a las órdenes de cambios en la primera mitad del siglo, bró Mayordomo de Semana de Palacio Agustín de Iturriaga, Antonio de Ulloa; a pesar de los graves acontecimientos y, por último, Virrey del Perú el 16 de ambos marinos se dirigían a Quito para surgidos en todo el sur del continente, diciembre de 1734, cuando ya había integrarse en una misión científi ca fran- de los que se desprendía la necesidad heredado el título de Marqués de Villa- cesa, que tenía previsto medir el grado de establecer urgentes reformas en las garcía. en el meridiano. antiguas estructuras gubernamentales. Según correspondía a su noble Al cabo de 43 jornadas de nave- Como consecuencia de esa situa- estirpe, Antonio José contrajo nupcias gación llegaron sin ningún obstáculo ción, la sociedad peruana se encon- a los 26 años, el 15 de febrero de 1694, a Cartagena de Indias. Allí descansa- tró marcada por innumerables facto- con la ilustre dama extremeña Clara ron unos días y el 25 de julio “el Con- res negativos, los cuales sumieron a Benita de Monroy y Barrionuevo, Mar- quistador” se hizo de nuevo a la mar. la mayoría de las gentes en el caos y quesa de Monroy y de Cuzano, también Aunque encalló en el bajío de las Tor- la pobreza, excepto a algunas fami- “menina” y dama de la reina madre tugas, no muy distante de Cartagena, lias dineradas que continuaron mante- Mariana de Austria. De la unión nacie- gracias a la pericia del capitán Liaño, niendo el control de la economía. Las ron ocho hijos, pero sólo lograron vivir el mismo día continuó navegando. reformas administrativas no se llevaron tres pues, a pesar de su privilegiada Ya sin ningún contratiempo, el navío a cabo hasta la segunda mitad del siglo, situación social, no pudieron sobrevivir arribó a Portobelo, en Panamá, el 4 de por lo que en las cinco primeras déca- a las frecuentes epidemias de tifus, pes- agosto y seguidamente puso rumbo das, a los gobernantes no les quedó tes y gripes que entonces se producían. a esta capital. Sus tripulantes aguar- más opción que valerse de las decanta- daron allí, desde el 16 de agosto al 4 das instituciones locales y de los recur- de septiembre, a la nave “Almiranta” sos a su alcance, sin apenas contar con III. El viaje a Perú de la Armada Real de las Indias, que ayuda de la Corona. Bajo esas adversas llegaba a las órdenes del comandante circunstancias, el Marqués de Villagar- No cabe duda de que Felipe V debió general Jacinto de Segurola para tras- cía se vio obligado a gobernar el Virrei- de valorar muy positivamente la efi ca- ladar al virrey a tierras peruanas. Aun- nato peruano de 1736 a 1745. cia demostrada por Villagarcía en los que el trayecto era corto, por las fuertes importantes empleos que le entregó corrientes y los vientos contrarios, “la durante su juventud y madurez; de otra Almiranta” no pudo arribar a Paita, la II. El Marqués de Villagarcía forma no le habría elegido para gober- primera ciudad costera del Virreinato, nante de un territorio tan levantisco hasta el 21 de noviembre y como no Antonio José de Mendoza Caamaño como siempre había sido Perú, máxime se había previsto el retraso, los viaje- y Sotomayor, Marqués de Villagarcía, cuando tenía ya una edad avanzada: ros apenas tuvieron víveres durante nació el 13 de marzo de 1667 en el sesenta y siete años, lo que en esa ese tramo. A partir de Paita, el virrey pueblo segoviano Vegas de Matute. Era época signifi caba ser un anciano. Qui- recorrió en literas, proporcionadas por Caballero de la Orden de Santiago, ter- zás por tal motivo, Antonio José rechazó los corregidores de las provincias que cer Marqués de Villagarcía, Vizconde el nombramiento, pero se vio obligado atravesaba, los entonces inhóspitos de Barrantes, Conde de Monroy y de a aceptarlo ante fuertes presiones reci- caminos del norte peruano; fi nalmente, Cusano; Señor de Vista Alegre, Ruvia- bidas del Monarca. Desde luego, Felipe el 3 de enero de 1736 entró en Lima. nes, Lamas, Fuentes, Valdesar y Villana- V no se equivocó; el nuevo virrey Había tardado siete meses y veintidós sur, y además patrono de los conventos estaba pletórico de energías, ya que, en días desde que salió de Madrid. ANALES DEL MUSEO DE AMÉRICA XVII (2009) PÁGS. 154-165 [155] MARÍA DEL CARMEN MARTÍN RUBIO IV. Recibimiento en Lima la corrupción de los funcionarios esta- Lima y, sobre todo ello, la incorregible tales. La producción minera se hallaba corrupción de las autoridades aduane- Pero Villagarcía no entró aquel día en en mínimos debido a la falta de mano ras, que permitían la entrada de mer- la capital del Virreinato. El protocolo de obra barata para el laboreo de las cancías extranjeras y el impago de aran- ordenaba que primero se instalase en minas y, por idéntica razón, también celes sobre las llagadas desde España. un palacio militar, situado en el puerto las haciendas agrícolas veían mermadas de El Callao, con objeto de que fuera sus cosechas. Obviamente, estas cir- cumplimentado por las autoridades cunstancias habían acarreado el empo- VI.