Poblamiento De La Cuenca Del Río Zulia
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1 POBLAMIENTO DE LA CUENCA DEL RÍO ZULIA Silvano Pabón Villamizar Historiador UIS 1. INTRODUCCION El presente texto contiene la reconstrucción del poblamiento y recorrido histórico de los asentamientos humanos y unidades territoriales que ocupan la cuenca del río Zulia, desde tiempos hispánicos tempranos hasta los contemporáneos. Se explican los procesos de ocupación del territorio, reconociendo las comunidades indígenas que encontraron los españoles, así como los procesos llevados en la administración, explotación y consolidación de espacios; siguiendo los distintos momentos históricos de esos poblamientos, como el establecimiento de las doctrinas de naturales, las colonizaciones de los llamados blancos y mestizos, y la construcción o institución jurídica y urbanística de las actuales parroquias y municipalidades a lo largo de la Cuenca. Se enfatiza la identificación de los actores sociales y políticos que vivenciaron esos momentos históricos y de poblamiento, así como en los proyectos que pulsaron esos procesos de ocupación del territorio, la consolidación de espacios, apropiación del suelo y los recursos. Entre esos agentes o actores se reconoce el papel de la Iglesia y la religiosidad del pueblo como principales elementos impulsores de estas realizaciones a través del tiempo. Y se estudian las condiciones y los procesos particulares que se dieron en torno a la erección de las doctrinas o pueblos de indios, la erección de las parroquias de blancos y mestizos, la construcción de sus templos parroquiales como elementos aglutinadores de las comunidades, y su incidencia en la organización de la sociedad civil local de cada una de las unidades territoriales modernas. Se valora en forma crítica, tanto para la Colonia como para la República, el papel de la institucionalidad parroquial y religiosa en la consolidación de los asentamientos urbanos y centros poblados rurales, pues aún en estos tiempos contemporáneos es a partir y alrededor del párroco que las comunidades pequeñas se organizan como instituciones jurídicas y político administrativas. Se señala la estrecha e indisoluble relación histórica existente entre los pueblos o doctrinas de naturales —Arboledas, Santiago y Limoncito de los Motilones— y las parroquias de Cucutilla y San Cayetano, como asentamientos y jurisdicciones que a través de las distintas épocas; desde la administración indígena, la agregación de colonos blancos y mestizos, hasta lo relativo a los proyectos de erección parroquial, de unos y otros feligresados. Arboledas y Cucutilla son poblaciones en las que se dieron todos los procesos y rupturas encontrados en las comunidades o localidades de este país; tal como lo son Santiago y San Cayetano. Son históricamente poblaciones tipo como objeto de investigación, con una gran riqueza y sustento documental. En consecuencia, como se trata de una historia que dé cuenta de la construcción de espacios, ocupación de territorios, apropiación del suelo, establecimiento de asentamientos, 2 tanto poblacionales como productivos —agroganaderos básicamente— la explicación comprensiva que se hace parte de la fundación de las ciudades en el Siglo XVI, como primer momento del poblamiento hispánico. Luego se pasa a dar cuenta del establecimiento de las doctrinas de indios en el Siglo XVII como un segundo momento del poblamiento, las parroquias de blancos y mestizos en el Siglo XVIII y postrimerías de la Colonia como el tercer momento. Finalmente el desarrollo y consolidación de los asentamientos y unidades territoriales locales decimonónicas como Mutiscua y Gramalote, así como los asentamientos del siglo pasado: El Zulia, Durania y Puerto Santander. El territorio de la cuenca del río Zulia fue incorporado a la jurisdicción de las ciudades de Pamplona, fundada en 1549, a la ciudad de Salazar de las Palmas, fundada en 1583, y a la ciudad de San Faustino de los Ríos, fundada en 1662. Debe explicarse entonces cómo la ciudad de Pamplona tuvo como base de su economía en sus primeros años, la minería y en segundo lugar la producción agrícola y ganadera, actividades que atrajeron mucha gente de todas partes y de todo tipo, que sirvieron de apoyo para las campañas expansionistas de Mérida, San Cristóbal, Ocaña y Salazar de las Palmas, entre otras. La Ciudad de Pamplona de Indias: El Poblamiento de la Ciudad de Pamplona se verificó con una hueste de españoles autorizados por el Cabildo de la ciudad de Tunja, encabezados por el Capitán Ortún Velasco y el General Pedro de Orsúa, quienes protocolizaron la fundación de la ciudad de Pamplona y la institucionalización de su Cabildo para gobernar los territorios de su jurisdicción; la cual comprendía: "Los pueblos que servían a la ciudad de Málaga, en las provincias de Tequia, desde los vados y pasos del Chicamocha, corriendo el río Sogamoso abajo, hasta la ciénaga que llaman del Bachiller, atravesando a las Sierras del Nacuniste a los brazos del Orma, hasta la Laguna de Maracaibo, y por Sierras Nevadas cuarenta leguas adelante hasta el pueblo de Maracaibo y hasta dar con el nacimiento del Apure"1. Una vez protocolizada la fundación de la ciudad, trazada su plaza, calles y repartidos los primeros solares, la hueste conquistadora se convierte en una institución corporativa de carácter civil. El Capitán General Pedro de Orsúa se autodesignó como primer Justicia Mayor, y como tal nombró los alcaldes, regidores y demás dignatarios del cabildo. En aquel momento se había realizado una parte importante del proyecto; se había ganado la tierra y unos cuantos repartimientos de indios, pero venía lo más arduo de la empresa: levantar el poblado, trazar caminos con los asentamientos ya consolidados y asegurar los suministros y la solución a necesidades básicas del nuevo asentamiento hispánico. En el proceso poblador fue de vital importancia asegurar el mayor número posible de repartimientos de indios, y el control efectivo en todo el vasto territorio, asegurar los caminos y vías de comunicación con las ciudades vecinas y sus encomiendas y "aposentos". Así, Pamplona se convierte paulatinamente en un fuerte, base para la expansión hispánica en el territorio nororiental del Nuevo Reino y en el actual Occidente Venezolano. 1 SIMÓN, Pedro. Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales y del Mar Océano. Bogotá: Banco Popular; 1986. Tomo III. Pág. 312 3 Una vez asentada la ciudad el Cabildo se preocupó por la cosa pública, el orden institucional y social de sus gobernados sin perder de vista sus fronteras y pueblos marginales no sometidos, más aún cuando cada día se requería de mayor cantidad de mano de obra nativa para labrar las minas y fomentar las actividades agrícolas y ganaderas, necesarias para sustentar la población urbana y los distritos mineros. Elaboró sus propias ordenanzas de minas e instituyó alcaldes y visitas periódicas a las mismas, delimitó sus ejidos, proveyó las huertas, estancias para ganado y de pan coger, sin descuidar los suministros y servicios básicos de la población. Esta expansión hispánica a partir de Pamplona se presentó como resultado de la vocación aventurera y pobladora de los veteranos conquistadores pamploneses. Vocación que persistió en el alma de muchos vecinos, y que plasmaron en tres proyectos concretos: el proyecto del Capitán Juan Rodríguez Suárez, fundador de la ciudad de Mérida, 1558; el del Capitán Juan de Maldonado, fundador de la villa de San Cristóbal en 1561; el proyecto del Capitán Francisco Fernández de Contreras, fundador de la ciudad de Ocaña, en 1570; y, el proyecto poblador del Capitán Alonso Rangel, fundador de la ciudad de Salazar de las Palmas, año de 1583. De Pamplona además, recibieron apoyo fundamental los proyectos poblacionales de la ciudad y gobernación del Espíritu Santo de La Grita en 1576, del Capitán Francisco de Cáceres y el de San Faustino de Los Ríos, del Capitán Francisco Jimeno de los Ríos en 1662. Pacificar y sujetar los indígenas, para disponer de esta mano de obra indispensable para la minería y labores agrarias, se convirtió en una prioridad para el gobierno y los vecinos de Pamplona. Esta necesidad de agudizó a partir del año de 1557, año en el que se verificó el decaimiento o baja en la producción minera de Páramo Rico, con la consecuente crisis económica en todos los frentes de la producción y el mismo comercio. Se urgió de inmediato por la búsqueda de nuevas minas y la expansión de la frontera hispanizada, pacificando y sujetando grupos indígenas marginales que aún no “habían dado la paz”. Con esta idea el Cabildo de la ciudad, en sesión de Marzo 15 de dicho año, "trató que por cuanto en términos de esta ciudad, en la provincia de Sierras Nevadas, se ha informado por los naturales, tienen noticias que hay minas muy ricas y por los procuradores de esta ciudad se pide las vayan a buscar, muchas veces acordaron que por cuanto al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Majestad, y bien de esta república conviene que se fuese a buscar las dichas minas..."2. La Ciudad de Salazar de las Palmas. A la preocupación de los pamploneses por asegurar el tránsito comercial hacia el río Zulia, desde cuyos puertos se descendía en busca de la culata del lago de Maracaibo, se debe la fundación de la ciudad de Salazar de las Palmas en 1583. Un año antes, el gobernador del Espíritu Santo de la Grita (fundada en 1573), el capitán Francisco de Cáceres, había encargado a su maestre de campo y vecino de Pamplona, el capitán Alonso Esteban Rangel, la pacificación de los indios quiriquíes y motilones que estorbaban la navegación por dicho río. Este presentó en la Real Audiencia unas capitulaciones para la conquista y pacificación de estos indios, asegurando además el camino hacia las minas auríferas de las bocas de Guira, las cuales fueron aceptadas el 27 de 2 PÁEZ COURVEL, Luis Eduardo. Primer Libro de Actas del Cabildo de la Ciudad de Pamplona en la Nueva Granada, 1552 – 1561.