AÑO LXIV

Núm. Extra I

2020 AÑO LXIV

Núm. Extra I

2020

NUESTRA PORTADA:

Diseño y composición: Laura Mantecón Alonso Cabo del Ejército de Tierra (AGR) INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA MILITAR

Año LXIV 2020 Núm. Extraordinario I Los artículos y documentos de esta Revista no pueden ser tra- ducidos ni reproducidos sin la autorización previa y escrita del Ins- tituto de Historia y Cultura Militar. La Revista declina en los autores la total responsabilidad de sus opiniones.

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https://publicaciones.defensa.gob.es/ © Autores y editor, 2020 NIPO: 083-15-111-0 (edición en papel) NIPO: 083-15-112-6 (edición en línea) ISSN: 0482-5748 (edición papel) ISSN: 2530-1950 (internet) Depósito Legal: M-7667-1958 Fecha de edición: septiembre 2020 Maqueta e imprime: Ministerio de Defensa

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DIRECTOR D. Juan Jesús Martín Cabrero, general de Infantería DEM Jefe de la Subdirección de Estudios Históricos CONSEJO DE REDACCIÓN Jefe de Redacción: D. Carlos José Ovejas Amondarain, coronel de Artillería DEM Vocales: Consejo de Redacción Externo: D. Gerardo López-Mayoral y Hernández, coronel D. Martín Almagro Gorbea, R.A. Historia D. José Romero Serrano, coronel D. Miguel Alonso Baquer, general D. José Ignacio Crespo García, coronel D. Jesús Cantera Montenegro, U. Complutense D. Miguel Penalba Barrios, coronel D. Emilio de Diego García, U. Complutense D. Benito Tauler Cid, coronel D. Serafín Fanjul García, R.A. Historia D. Manuel García Cabezas, coronel D. Luis García Moreno, R.A. Historia D. Manuel Rodríguez Arias, teniente coronel D. José Luis Isabel Sánchez, coronel D. Rafael de la Torre Casaponsa, subteniente D. Enrique Martínez Ruiz, U. Complutense D. Faustino Menéndez Pidal, R.A. Historia D. Hugo O´Donnell y Duque de Estrada, R.A. Historia D. Fernando Puell de la Villa, coronel D. José Luis Sampedro Escolar, R.A.Matritense D. Juan Teijeiro de la Rosa, general

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Paseo de Moret, 3. 28008-Madrid. Teléfono: 91 780 87 52 - Fax: 91 780 87 42 Correo electrónico: [email protected] Enlaces directos a la web: http://www.ejercito.mde.es/unidades/Madrid/ihycm/Instituto/revista-historia/index.html https://www.publicaciones.defensa.gob.es/inicio/revistas APP Revistas Defensa: disponible en tienda Google Play http://play.google.com/store para dispositivos Android, y en App Store para iPhones y iPads, http://store.apple.com/es

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Sumario

Páginas

PRESENTACIÓN. Juan Jesús MARTÍN CABRERO, General de Brigada, Subdirector de Estudios Históricos del Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM) y Director de la Revista de His- toria Militar...... 11

Artículos:

− La Legión, historia de una organización para el combate, por don Benito TAULER CID, coronel de Infantería, Diplomado de Estado Mayor, con destino en el Instituto de Historia y Cul- tura Militar (IHCM)...... 19 − La formación de mandos en La Legión, por don Juan Ignacio SALAFRANCA ÁLVAREZ, coronel de Infantería DEM (re- tirado), Presidente de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios...... 47 − La Legión en campaña, por don Salvador FONTENLA BA- LLESTA, General de Brigada de Infantería (retirado), Doctor en Historia...... 73 − La Legión en las misiones internacionales, por don Antonio RUIZ BENÍTEZ, General de División del Ejército de Tierra. Director de Investigación, Doctrina, Orgánica y Materiales del MADOC...... 111 − Las otras Unidades Legionarias, por don Jesús MARTÍNEZ DE MERLO, coronel de Caballería (retirado), Diplomado de Estado Mayor...... 165 − Bases, acuartelamientos, campamentos, fuertes y destacamen- tos de La Legión, por don Arturo LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO, coronel de Infantería (retirado)...... 217 − Normas para la publicación de originales...... 289 − Solicitud de impresión bajo demanda de publicaciones...... 293 − Boletín de suscripción...... 294

Summary

Pages

PREFACE. Juan Jesús MARTÍN CABRERO, Brigadier Gene- ral, Deputy Director of Historical Studies in the Military History and Culture Institute (MHCI). Director of the Military History Magazine...... 9

Articles:

− The Legion, the history of an organization for combat, by Mr. Benito TAULER CID, Infantry Colonel, General Staff gra- duate, assigned to the Military History and Culture Institute.... 19 − Training of cadres in The Legion, by Mr. Juan Ignacio SA- LAFRANCA ÁLVAREZ, Infantry Colonel (retired). Presi- dent of the Brotherhood of Former Legionaries, Spanish Le- gion Veterans...... 47 − The Legion in campaign, by Mr. Salvador FONTENLA BA- LLESTA, Infantry Brigade General (retired), Doctor in His- tory...... 73 − The Legion in the international missions, by Mr. Antonio RUIZ BENÍTEZ, Army Major General. Director, Research, Doctrine, Organic and Materials of the Doctrine Command..... 111 − The other Legionary Units, by Mr. Jesús MARTÍNEZ DE MERLO, Cavalry Colonel (retired). General Staff graduate.... 165 − Legionary basis, barracks, camps, forts and detachments, by Mr. Arturo LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO, Infan- try Colonel (retired)...... 217 − Norms for publishing originals...... 289 − On demand printing of publications...... 293 − Subscription Bulletin...... 294

PREFACE Juan Jesús MARTÍN CABRERO, Brigadier General, Deputy Director of Historical StudiesPRESENTACIÓN in the Military JuanHistory Jesús and MARTÍN Culture InstituteCABRERO, (MHCI). General Director de Brigada, of the MilitarySubdirector History de Estudi Mag- azineos Históricos del Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM) y Director de la Revista de Historia Militar

PRESENTACIÓN

La Legión: “Cien años de valor, el valor de cien años”

El 28 de enero de 1920, y a propuesta del Ministro de la Guerra José Villalba Riquelme, Su Majestad el Rey Alfonso XIII refrendaba en Palacio un Real Decreto por el que se creaba el “Tercio de Extranjeros”. Tras unos meses de enfriamiento de la idea, el 20 de septiembre de ese mismo año se alista el primer legionario y es esta, precisamente, la fecha en la que su fundador, el Teniente Coronel de Infantería, Diplomado de Estado Mayor, José Millán-As- tray Terreros, quiso que se considerara la verdadera efemérides de la creación de lo que hoy conocemos como “La Legión”. Y esa es la fecha en la que hoy en día se celebra su aniversario en todas las unidades de La Legión, dando el máximo valor al verdadero protagonista de esta historia, el legionario. El propio Millán-Astray nos relata los hechos en su libro La Legión, escrito en 1923:

«Iniciada la idea, tuvimos desde los primeros momentos la augusta protección de SM El Rey, que nos alentó con entusiasmo e ilustró con sa- bios consejos. Comunicado el proyecto al entonces Alto Comisario, Gene- ral Dámaso Berenguer, lo acogió con interés y nos prometió su apoyo para mandarla cuando se crease, lo que más adelante cumplió. La gestión duró cerca de un año. Siendo Ministro de la Guerra el Gene- ral Tovar, hicimos un viaje a Argelia a estudiar el “Regimiento de marcha de La Legión Extranjera”, en el que fuimos recibidos con gran afecto y camaradería. Luego supimos que la causa de tan cordial recibimiento era la gratitud que sentían por la acción de nuestro Rey durante la guerra europea, a favor de los prisioneros. Corteses y amables, nos enseñaron cuanto les demandamos, averiguando lo más interesante, que era el sistema de reclu- tamiento, los haberes y el trato a los extranjeros. Al General Tovar sucedió como Ministro de la Guerra el General Vi- llalba, publicándose entonces el Real Decreto de creación del Tercio de Extranjeros. Siendo finalmente el Señor Vizconde de Eza, como Ministro, el que después de habernos honrado escuchando una modesta conferencia que dimos en el Casino Militar de Madrid, exponiendo detalladamente el pro- yecto de organización de La Legión, venció las dificultades que se presen- taban, dictó las bases y ordenó que se organizase, proporcionándonos una inmensa satisfacción, a la que unimos la debida gratitud. Un venturoso día, el Diario Oficial llenaba sus columnas -¡Aquel día tan sabrosas!- con las reglas de constitución del “Tercio de Extranjeros” y pocas fechas después aparecía nuestro nombramiento de “Teniente Coronel primer Jefe”. En fiesta íntima familiar en nuestra casa, se dio lectura a la Real disposición, se nos entregó el bastón de mando y se dieron por vez primera los tres vivas: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!».

Con este número extraordinario, la Revista de Historia Militar quiere rendir homenaje a La Legión en el primer centenario de su fundación y, con ello, a los miles de hombres y mujeres que han servido en sus filas a lo largo de estos cien años de historia, dando lo mejor de ellos, en muchos casos hasta la propia vida. No hemos querido hacer un relato histórico secuencial porque con- sideramos que otras publicaciones han realizado ya ese riguroso trabajo de escribir la historia de esta emblemática y carismática unidad, que no deja indiferente a nadie, por lo que nuestra apuesta ha sido seleccionar seis temas diferentes, quizás menos tratados en publicaciones anteriores, pero que, sin duda, nos relatan la historia de La Legión en diferentes aspectos de la misma y donde esperamos que el lector encuentre detalles no conocidos y le anime a continuar la investigación por estos temas. Comenzamos nuestro estudio con el artículo “La Legión, la Historia de una organización para el Combate” del coronel Benito Tauler, en el que analiza la organización del Ejército en los periodos anteriores a la fundación de La Legión y muestra la necesidad de la creación de una unidad, dife- rente a las existentes hasta ese momento, para ser empleada en la Guerra de África. Afirma que los sucesos del Barranco del Lobo del 27 julio de 1909, muy cerca de Melilla y sobretodo la agitación social que culminó en la Se- mana Trágica de ese mismo año, fueron los detonantes para buscar nuevos procedimientos tendentes a poder disponer de personal de recluta no obliga- toria y evitar movilizaciones apresuradas. El número de bajas de personal de reemplazo en África era enorme y la sensibilidad nacional que produjo este hecho, fue lo que llevó a los sucesos sociales que volvieron a acaecer en algunas partes de España en 1919 y que hicieron necesario la creación de una unidad de voluntarios, que sería el “Tercio de Extranjeros”. El coronel Juan Salafranca, en su artículo “La Formación de Man- dos de La Legión”, hace un recorrido histórico por todas las etapas de la vida centenaria de La Legión y los diversos modos en que se formaba a los cuadros de mando de la misma. La eficaz propaganda inicial decía a la tropa “Podréis llegar a capitanes en las filas de La Legión”. Salvo la etapa inicial, como es lógico, La Legión muy pronto se auto alimentó de cuadros de mando que salían de entre sus clases de tropa, inicialmente se nombraron de forma interina y, de la misma forma, se podía deponer del empleo nom- brado. Toda la tropa, los suboficiales excepto los especialistas, y una gran parte de la oficialidad pertenecían a la “Escala Legionaria”, escala cerrada solo para personal legionario. Se comenzaron a formar con cursos en la propia unidad hasta la creación de la Academia de Formación de Mandos Legionarios (AFML) que tuvo una corta existencia de ocho años, impartió cursos de Sargento, Brigada, Teniente, Capitán y uno incluso de Coman- dante legionario y que se ubicó en Ronda y posteriormente en Málaga. Nos cuenta la “traumática” desaparición de la Escala Legionaria y la integración de sus mandos en las escalas de oficiales y suboficiales. El Tercio de Extranjeros se fundó por la necesidad que España tenía de contar con una unidad militar para combatir en Marruecos, del tipo colo- nial, como tenían otras naciones europeas, especialmente Francia. Su razón de ser, recogida magistralmente en el Credo Legionario, es el combate. El artículo “La Legión en Campaña”, escrito por el general de brigada Salvador Fontenla, hace un recorrido por las diversas campañas en las que ha participado La Legión. Al no ser esta, en su conjunto, una unidad táctica de combate, sino que lo han sido sus banderas (unidades tipo batallón), que actuaban bajo mando, organizaciones operativas y escenarios diferentes, el relato histórico de sus vicisitudes en campaña obliga a hacerlo a través de estas unidades. Así, nos relata la participación de las banderas en la Guerra de Marruecos desde su misma fundación, en los sucesos revolucionarios de Asturias en 1934, en la Guerra Civil donde se alcanzó el mayor número de banderas de su historia con un total de dieciocho y termina con su inter- vención en los territorios de y Sahara, donde se ganaron las dos últimas Laureadas individuales. El general de división Antonio Ruiz Benítez, con una gran experien- cia en las mismas, afirma en su artículo “La Legión en Misiones Internacio- nales”, que la participación en estas nuevas misiones fuera de nuestro terri- torio nacional es el acontecimiento que ha marcado el presente y el futuro de la organización, doctrina, materiales, tácticas, adiestramiento y preparación de La Legión. Desde el año 1992, momento crítico donde políticamente se ponía en duda su continuidad, ha sido empleada, en cumplimiento del Espíritu de Combate de su Credo Legionario, como punta de lanza del Ejér- cito Español en multitud de escenarios, representando y defendiendo los intereses de nuestra Patria allende sus fronteras. Nos relata la organización y desarrollo de cada una de las mismas en las que han intervenido unidades le- gionarias, desde la más lejana en el tiempo hasta las más recientes del Líba- no o Mali, dando constantes muestras de eficacia, cohesión, preparación y entrega sin límites a las misiones que le han sido conferidas en el marco de la ONU, la OTAN, la UE o formando parte de coaliciones multinacionales. Finaliza su artículo con un sencillo homenaje y reconocimiento a las siete bajas legionarias que, fieles a los espíritus del Credo Legionario, dieron su vida en el servicio a España en estas misiones internacionales. La Legión durante muchos años ha sido principalmente una unidad de Infantería de vanguardia pero, como nos relata el coronel Jesús Mar- tínez De Merlo en su artículo “Las otras unidades legionarias”, todas las Armas, actualmenete llamadas Especialidades Fundamentales, formaron o forman hoy en día en las filas legionarias. Algunas, aunque de forma inte- rrumpida, ya lo hicieron desde sus comienzos, como la Caballería, de la que hace un riguroso estudio desde el Escuadrón de Lanceros creado en el año 1925 hasta sus dignos sucesores que constituyen hoy el Grupo de Caballería “Reyes Católicos”. La Artillería ya dio apoyo a La Legión en 1921 a través de las conocidas como “Baterías Gallegas” que, si bien no eran propiamente legionarias, en la época sahariana sí que se constituyeron como Baterías Transportadas y parte integrante de los Tercios Saharianos Tercero y Cuarto de La Legión. Con la creación de la Brigada de La Legión “Rey Alfonso XIII” en 1995, se crean nuevas unidades legionarias de todas las Armas integradas en esta Gran Unidad. Probablemente uno de los temas más desconocidos de los que tratamos en este número especial es el escrito por el coronel Arturo Maturana en su artí- culo “Acuartelamientos y Campamentos legionarios”, en el que nos describe la multitud de ellos por los que han pasado las diferentes unidades legionarias, desde su fundación en la denominada “Cuna de La Legión” en Dar Riffien, cerca de Ceuta, pasando por todos los construidos por los propios legionarios en el protectorado de Marruecos, en Ifni y en el Sahara, hasta los actuales donde se ubican sus unidades en Melilla, Ceuta, Ronda, Viator y Alicante. Trata de determinar qué tienen de diferente a los de otras unidades, qué los ha hecho peculiares y por qué siempre han estado los legionarios tan orgullosos de sus cuarteles. En la última parte de su artículo, trata sobre los diversos destacamentos ocupados en algún momento por fuerzas legionarias en las ac- tuales misiones internacionales. En todas ellas ha compartido y relevado bases y destacamentos tanto con unidades nacionales como con otras de ejércitos extranjeros. Si bien no son instalaciones permanentes y propias de La Legión, no ha querido el autor dejarlas en el olvido por haber sido ocupadas por uni- dades legionarias y formar por ello parte de su historia. Nuestro agradecimiento a los autores, todos veteranos soldados que suman entre ellos muchos años de servicio en el Ejército y en destinos en unidades de La Legión y acumulan unas enormes capacidades y experien- cias y que a la voz de ¡A mí La Legión!, y como reza nuestro “Credo Legio- nario”, nos han permitido contar con su plena disponibilidad y entusiasmo para colaborar en esta publicación extraordinaria desde el primer momento y por el esmero y dedicación que han puesto en sus respectivos artículos. Desde la Revista de Historia Militar deseamos que esta colección de artículos dedicados a las singularidades de La Legión sea del agrado del lector y sirva como aportación a la celebración de su primer Centenario de creación en este año de 2020. Como director de esta histórica Revista, con el inmenso honor de haber sido durante algo más de cuatro años el General Jefe de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII” y como veterano legionario, quiero hacer llegar mi felicitación a toda la gran familia legionaria en este emblemático año que hace el cien de su creación.

General de Brigada (R) Juan Jesús MARTÍN CABRERO Director de la Revista de Historia Militar Subdirector de Estudios Históricos Instituto de Historia y Cultura Militar, Madrid

ARTÍCULOS

The Legion, the history of an organization for combat, by Mr. Benito TAULER CID, Infantry Colonel, General Staff graduate, assigned to the Military History and Culture Institute

Revista de Historia Militar I extraordinario de 2020, pp. 19-46 ISSN: 0482-5748 RHM.01 La Legión, historia de una organización para el combate, por don Beni- to TAULER CID, coronel de Infantería, Diplomado de Estado Mayor, con destino en el Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM)

LA LEGIÓN, HISTORIA DE UNA ORGANIZACIÓN PARA EL COMBATE

Benito TAULER CID1

RESUMEN

Desde el inicio de las operaciones, en el norte de África y tras la tra- vesía en el desierto del “Desastre del 98”, el estado, la sociedad y el ejército presentaban lagunas que hacían que las operaciones militares, a pesar del conocimiento y el valor derrochado, no alcanzaran los resultados debidos, situación puesta claramente de manifiesto en la Crisis de 1909. Era necesario dotar a la sociedad y a su ejército de herramientas ade- cuadas. Se precisaban elementos con capacidad de permanencia en el ejér- cito y conocedores del entorno, no solo territorial, sino cultural, en el que España actuaba. Para ello, nada mejor que contar con los propios indígenas en unidades militares. Pero ellos solos no eran un elemento equilibrado, se necesitaba un segundo componente que debería ser “peninsular”. Ahora bien, las condi- ciones sociológicas del momento, con unidades reclutadas sobre la base de un servicio militar obligatorio “desigual”, tampoco bastaban.

1 Coronel de Infantería DEM con destino en el Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 19-46. ISSN: 0482-5748 20 BENITO TAULER CID

Lo que se requería eran unidades de maniobra técnicamente bien pre- paradas, materialmente dotadas y eficientemente organizadas, instruidas y adiestradas. Es decir, no bastaba con hombres voluntarios, era imprescin- dible que fueran mandados por otros voluntarios y que todos tuvieran un mismo espíritu que les cohesionara y llevara con una voluntad de vencer a la victoria.

PALABRAS CLAVE: España, Desastre del 98, ejército, África del Norte, organización, personal, reclutamiento 1909, servicio militar univer- sal, cuotas, Protectorado, voluntarios, indígenas, peninsulares, “Terceros Batallones”, europeos profesionalidad, eficacia, moral La Legión.

ABSTRACT From the start of operations, in North Africa and after “crossing the Valley of Death” with the “Disaster of 98”, the State, the Society and the Army had deficiencies that made military operations, despite the knowl- edge and courage wasted, not achieving the proper results, a situation that emerged distinctly during the Crisis of 1909. It was necessary to provide the Society and its Army with adequate tools. Elements were needed capable of remaining in the Army, knowing ´s environment, not only territorial, but cultural. For this, nothing was better than having the indigenous themselves in military units. But they alone were not a sufficiently balanced element, a second component was needed that should be “Peninsular”. However, the socio- logical conditions of the moment, with units recruited on the basis of an “unequal” compulsory military service, were not the adequate ones. What were required were technically well-prepared, materially en- dowed, and efficiently organized, instructed and trained maneuver units. In other words, volunteers were not enough, it was essential that they should be commanded by other volunteers, and that all of them possess the same spirit that would draw them together and would lead them with a will to win victory.

KEY WORDS: Spain, Disaster of 98, Army. North Africa, Organiza- tion. Personnel, Recruitment, 1909, General Compulsory Military Service, Quotas, Protectorate, Volunteers, Natives, Peninsular, “Third Battalions”, Europeans, Professionalism, Efficiency, Moral, “The Legion”.

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INTRODUCCIÓN

os ejércitos no son instituciones que viven aisladamente de las socie- dades y de los estados en los que se enmarcan y a los que sirven. La Lorganización militar tiene su base en el marco legal del estado. En el caso de La Legión, no será distinto, por eso, aunque su nacimiento es en el año 1920, para entender su génesis y su razón debemos de irnos a un periodo anterior, toda vez que va a nacer como consecuencia de una situación y de un cuerpo legislativo inspirado en la Restauración 1874. El ejército que hizo las campañas de África va a ser fruto de la Cons- titución de 1876. Constitución nacida para el consenso nacional. En ella so- bresaldrían la figura del Rey y la del Congreso, como encarnación del “poder del pueblo español”, buscando en su articulado unir a todos los españoles bajo una monarquía liderada por el Rey-Soldado. Cánovas buscaba un Rey vigo- rizador de las Instituciones y por encima de cualquier otra figura uniformada. Tras la guerra Franco-Prusiana, los ejércitos europeos, en particular los continentales, van a sufrir una profunda transformación en su organiza- ción, pasando de “herramientas de presente a herramientas de futuro, la gue- rra no se hará con lo que se tiene”, sino con el producto de una organización militar basada en la enseñanza, la instrucción continuada y la movilización. El concepto supera al del “ciudadano en armas de la Revolución Francesa,” ahora los ejércitos y en particular sus infanterías, deben estar compuestas por todos los varones nacionales, pero convenientemente instruidos, arma- dos y dirigidos. Para ser buenos los ejércitos y en especial sus infanterías, ya no basta, como decía nuestro pensador Villamartín, con querer ser buenos, ahora habrá que demostrar que realmente lo son. Se necesitará que el perso- nal esté siempre instruido, lo cual exige continuos y costosas actualizacio- nes de aquel que ha finalizado su periodo “presencial” de actividad en filas. También la nueva sociedad industrial puso en manos de los “nuevos soldados” un armamento y equipo más tecnificado que permite, cuando el hombre esta instruido, desarrollar a las unidades militares, un concepto de movimiento y fuego (de maniobra), mucho más amplio que el practicado en los conflictos anteriores. Además, hay otra novedad, los hombres llamados a filas, y sobre- todo los “re-llamados”, tienen una percepción de la sociedad y de sus deberes para con ella, completamente diferentes a la que tenían los “anti- guos soldados del Rey o los milicianos-ciudadanos” de la primera mitad del siglo XIX. Los hombres llamados a filas en los principios del siglo XX ya se cuestionan los motivos por los que tienen que luchar.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 21-46. ISSN: 0482-5748 22 BENITO TAULER CID

La total sumisión al servicio de la “autoridad” ya no era aceptada. Los hombres ahora lucharían por otros, diferentes, conceptos; nación, pueblo, cuerpo, compañeros... que cubrían el espectro del sentimiento humano. Se había ganado en el sentimiento de pertenencia a un pueblo por el cual se “aceptaba” luchar, pero era más complicado imbuir a la población en los compromisos transfronterizos. Todo lo anterior exige, para que la organización de los ejércitos sea válida, dos elementos: hombres-soldado y dinero, pasando a ser ambos, cada vez más, el nervio indisoluble de la organización militar. Los nuevos ejércitos de movilización total serán de gran exigencia económica, aumentando los gastos de los estados y por ende la presión para los ciudadanos, puesto que no bastaba sólo con la capacidad de movilizar a muchos hombres-reservistas, sino que éstos estuvieran instruidos y dotados de armamento moderno. Además, estas movilizaciones masivas exigían una acción que rebasa ampliamente las capacidades del mando militar, reafir- mando la constante histórica de que la dirección de las guerras es un tema absolutamente del poder político, que exigía la confluencia de todos los sec- tores nacionales y ahora también la aceptación del conflicto por la nación. Si todo lo anterior era necesario, no era suficiente. La nueva sociedad, industrial y más “educada”, necesitaba también que sus hombres, a la hora de prepararse y de resolver crisis, fueran conducidos por auténticos líderes, cuyo poder otorgado por la nación se viera refrendado por los propios soldados. Las nuevas organizaciones necesitan profesionales preparados para dirigir el enfrentamiento, oficiales y suboficiales con conocimientos, técni- ca, y sobretodo cohesionados con la tropa. Los “antiguos mandos y clases” se vieron superados por las nuevas exigencias de las acciones militares, tan- to en los conflictos clásicos como en los irregulares.2

«Los nuevos mandos sólo podrán mandar desde el conocimiento y el respeto al subordinado y así se puede mandar con eficacia; y sólo se pue- de obedecer con provecho, cuando el que ha de hacerlo está seguro de la competencia y de la buena voluntad del que le manda. Sólo este binomio de cualidades puede producir la verdadera disciplina, sin titubeos, hasta vencer».3

2 Recordemos los motines que asolaron a los ejércitos europeos durante y al final de la 1ª Guerra Mundial, con contadas excepciones como Reino Unido y EE.UU. (Nota del autor) 3 Documento inédito, sobre La Legión del General Casas de la Vega, pág. 8.

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CONCEPTO DE ORGANIZACIÓN

Las ideas, por muy buenas que sean, no conducen por sí solas al triunfo en la realidad humana y social. Para avanzar en cualquier campo de acuerdo con la evolución de la sociedad, hace falta disponer, primero del paquete legislativo nacional que “define el campo de juego” con las leyes de diferentes rangos y posteriormente realizar un proceso de organización en el seno de la institución de acuerdo con la legislación En el ejército y en cuanto a legislación en la cúspide, estaba la Cons- titución de 18764 y a continuación las sucesivas leyes constitutivas y las adi- cionales, destacando de las primeras la de noviembre de 1878 y la Adicional de 19 de julio de 1889.5 Con ellas se definió “un nuevo ejército”, buscando la uniformidad del mismo, superando los cuerpos y orígenes diferentes, pero seguía presentando una gran asignatura pendiente legislativa, con repercu- siones sociales muy importantes, que era el sistema de reclutamiento de la tropa: Se seguía sin llamar a todos los nacionales a las filas de la organiza- ción militar, era la primacía del reemplazo de larga duración de un sector escaso de la población, frente al reclutamiento general. El reemplazo de larga duración era, desde el punto de vista económico, la opción más barata, al tener que actuar sobre menos personal. Para empezar a resolver el problema habría que superar y modificar las disposiciones de reclutamiento y movilización en vigor, Ley de 11 julio de 1885 con sus modificaciones de la Ley de 21 de agosto de 1896 y después de que se produjera y magnificara “la Crisis del 1909”, que exigió restañar las heridas sociales que se produjeron, cierto es que la mencionada “Crisis” supuso el principio del cambio. En una primera aproximación, había que elaborar una nueva legisla- ción que diera lugar a una nueva organización del sistema, que llegaría con la Ley de Bases de 1912,6 la cual establecería, en cuanto al reclutamiento,

4 En vigor hasta el Golpe de Primo de Rivera, en 1923. Es la de mayor duración de la Historia de España, 47 años. 5 Supuso el fin del dualismo, un auténtico paso de gigante para restablecer la cohesión del Cuerpo de Oficiales, que en el fondo y en el periodo, era tanto como decirla cohesión del ejército en su totalidad. Esta falta de cohesión resurgiría con las Juntas de Defensa. (Nota del autor) 6 El proceso fue largo con redacción de: Ley de Reclutamiento junio de 1911, Ley de Reclutamiento y Reemplazo en el ejército 19 enero 1912, detallada el 27 febrero de 1912. Con esta Ley de Bases, la Organización del ejército cambió de forma considerable. Así, en cuanto al Reclutamiento, el Servicio pasó a durar 18 años. De los cuales: - Mozos en las cajas de recluta. - 3 años en filas en las Unidades.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 23-46. ISSN: 0482-5748 24 BENITO TAULER CID el servicio militar universal, abandonando el sistema de reemplazos de larga duración que repercutía sobre las clases sociales más desfavorecidas de la nación. La Ley de Bases del 12 no sería la solución perfecta, con sus solda- dos de “cuotas”, pero si un importante avance. El pensador militar, General Almirante en su obra Diccionario Mili- tar7 señala que la “organización” «comprende tanto el Arte militar en tiem- po de paz, como una parte importante del Arte de la Guerra, ya que con ella se define el ejército de operaciones que ha de hacerla influyendo tanto en la estrategia como en la táctica permitiendo el paso rápido de la guerra a la paz, no pudiendo depender de reemplazos ni levas, en los tiempos modernos». Es decir, la organización militar necesita disponer en su seno de ele- mentos permanentes, unidades, que permitan rápidamente al Estado realizar la transición de paz a crisis, proporcionando tiempo y sosiego al resto de la Institución para completarse y formar un todo completo, sin caer en la tenta- ción de crear y mantener elementos extraños a la naturaleza de los ejércitos nacionales.

LAS GUERRAS CHICAS: LA CAMPAÑAS DE MARRUECOS

Las campañas de Marruecos8 presentaron un largo recorrido en el tiempo, 18 años de enfrentamientos de muy diversa intensidad. Se puede decir que estas Campañas presentan dos grandes periodos, cada uno de ellos con una fisonomía totalmente distinta, y subdivididos en varias fases. El hito que las dividió fue la Gran Guerra, que tuvo sus consecuencias en España, entre ellas la Gran Crisis Nacional de 1917 que tendría su punto álgido en la “Huelga General Revolucionaria” de agosto, que afectó a todos los sectores de la nación y al ejército. A la par, y con un recorrido temporal, surgieron las Juntas de Defensa Militares9 que fueron un problema nacional de primer nivel.

- 5 años en servicio activo fuera de filas. - 6 años en reserva. - Y hasta 18 años en reserva ilimitada. 7 ALMIRANTE, J.: Diccionario Militar, edición de 1869. 8 Se desarrollaron en apoyo de las autoridades marroquíes, contra insumisos y rebeldes al Sultán: No hubo declaración de guerra a otro estado. 9 “Las Juntas de Defensa Militares”, organismos de tipo reivindicativo que trataron de aplicar en el ejército y en el país unas imposiciones totalmente en pugna con la disciplina y la vocación de servicio de los ejércitos, «un sindicato militar, legalizado por la claudicación del poder público», MOLA VIDAL, Obras Completas.

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En el primer periodo, las campañas de 1909 a 1914, se harían con el viejo ejército peninsular, y a su lado irían naciendo unidades de volun- tarios indígenas. El ejército español de 1909 era todavía un “cuerpo roto”, en una nación triste y con una total escasez presupuestaria,10 que buscaba su sitio en la sociedad española y que vivía regido por la legislación impe- rante, emanada de la Constitución de 1876 y que veía al ejército más como un elemento de estabilidad interna, un “gendarme interior con misiones de orden público”, que como una herramienta para desarrollar la política na- cional. Era, por tanto, una organización pesada y lenta. Al mismo tiempo y como consecuencia de la escasez presupuestaria, sus unidades se encontra- ban vacías, ya que la solución para recortar gastos era disminuir el tiempo de permanencia de la tropa en las filas de las unidades. Además de recortar el tiempo en filas, la ausencia de campos de maniobras y de tiro, dificul- taba aún más la instrucción, y esto se agravaba por el alojamiento de los regimientos en edificios viejos situados en el interior de las ciudades, que reducían su actividad a teóricas y revistas. Los sucesos de Melilla en 1909 fueron el detonante de una serie de medidas que pusieron de relieve la falta de preparación del Estado para ha- cer frente a una crisis política, que derivó en un intento de solución militar. Se hizo necesaria una precipitada movilización para reforzar la Guarnición de Melilla, que puso de manifiesto cómo las medidas reformadoras de 1904 no estaban realmente implementadas.11 Imposiciones. El fracaso político de la movilización de las “Brigadas”12 de Cazadores condujo a situaciones como los sucesos del Barranco del Lobo, 27 julio de 1909,13 y sobre todo a la agitación social que culminó en la Semana Trágica

10 No habiendo superado el “Desastre de 1898”, desastre más político que militar. 11 En 1904 se establecieron, en el ámbito de la organización, las regiones y 14 “divisiones”, que se complementaron con el establecimiento del Estado Mayor y con la creación de las 3 “Brigadas” de Cazadores, cuya intención era disponer de una fuerza de reacción rápida. 12 Realmente las “Brigadas “no eran una gran unidad, más bien un agrupamiento de 6 Batallones de Cazadores, con el resto de las unidades de las otras armas “adscritas al Cuartel General de la Brigada. Además, los batallones tenían en presencia 275 hombres sobre 850, siendo necesario llamar a los hombres del 3er año en licencia ilimitada, así como a aquellos ya en situación de reserva, muchos de ellos entonces casados y con familia. Un poco mejor se encontraba la “División Reforzada Orozco”, sobre el papel era el elemento resolutivo ante crisis, con sus cuatro Regimientos de Infantería a dos batallones, y cada compañía con 125 hombres de los 200 que debía tener. DEL CORRAL CABALLÉ, Manuel: Crónica de la Guerra de África en 1909, tomo I, pág. 240. 13 Se ha exagerado mucho con la magnitud numérica de las bajas habidas en el combate del 27 de julio, toda vez que hubo que dejar bajas detrás que fueron recuperadas el 27 septiembre de 1909, siendo el total según diferentes fuentes 700 bajas con heridos, incluyendo mandos y tropas. El 27 de septiembre se recuperaron 110 cadáveres, de ellos 98 de tropa. (Nota del autor)

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 25-46. ISSN: 0482-5748 26 BENITO TAULER CID de 1909. Estos acontecimientos, con su carga política en la península, fueron los detonantes para buscar nuevos procedimientos tendentes a poder dispo- ner personal de recluta no obligatoria y evitar las movilizaciones apresura- das, y que esta contribución fuera para toda la sociedad y no para una sola parte de la misma. En 1909 nuestra Infantería estaba dotada básicamente de fusil, con un número muy escaso de ametralladoras en las unidades, organizadas en gru- pos de dos secciones.14 Prácticamente todas las ametralladoras estaban en África, en las unidades de Guarnición o adscritas a las Brigadas de Cazado- res.15 Además, salvo las guarniciones africanas de entidad brigada, en Me- lilla 5.39816 hombres bien instruidos, las restantes unidades se encontraban muy vacías de efectivos17 y con hombres sin instruir. Estas dos condiciones hacían necesario que la oficialidad tuviera que animar y exponerse en ex- ceso, con el consiguiente aumento de bajas y la consecuencia de dejar a las unidades sin mandos en los combates, lo cual, unido a la falta de instrucción, se traducía en una pérdida de cohesión. Poco a poco se reaccionaria, en 1909 se dispone la creación de la Policía Indígena, «para disponer de un elemento disciplinado y apto para cooperar con el ejército Regular»,18 pero el gran impulso, la revolución organizativa, vendría con la creación de los Grupos de Fuerzas Indígenas, el 30 de junio de 1911, de la mano del futuro general Dámaso Berenguer. Desde el primer momento, agrupando tanto Infantería como Caballería, sus tabores se convier- ten en las Fuerzas de Choque del Protectorado, no debemos olvidar que en sus plantillas al menos un 24% eran europeos -entre mandos y tropas de volunta- rios-. Muchos de estos soldados y clases europeos, alistados en Regulares, eran procedentes de las unidades africanas o peninsulares, que una vez vestidos de “garbanzo” se constituían en la argamasa de las “Fuerzas Indígenas”.

14 Llama la atención la organización de las unidades de ametralladoras de infantería en grupos, palabra que no es de uso tradicional en las unidades de Infantería, y que responde al hecho de la disquisición que existió entre asignar las ametralladoras bien a artillería o bien a infantería. 15 Las ametralladoras existentes serían unas 20 en Marruecos. En 1910 se aumentan con las compras, “figurando en las plantillas” 16 grupos de ametralladoras en los regimientos peninsulares. La realidad era que, menos las asignadas a la Escuela de Tiro, todas las demás seguían estando en África (síntesis en España en sus Héroes). 16 GALLEGO RAMOS, E.: La Campaña del Rif, 1909, pág. 72. 17 Plantillas 1909: Regimientos de Infantería de 2 batallones con 397 hombres, Regimientos de Caballería con 363 hombres pero con un número muy escaso de caballos que reducía el regimiento a un sólo escuadrón, en Artillería unos 340 hombres por regimiento, pero casi sin piezas ni ganado. DEL CORRAL CABALLÉ, Manuel: Crónica de la Guerra de África en 1909, Tomo I, pág. 422. 18 Creada por R.D. de 5 de diciembre de 1909 en Granada.

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Con ellos se empezó a hacer un uso muy restrictivo de las Unidades Pe- ninsulares, al objeto de limitar el número de bajas del personal de reemplazo forzoso. Así ocurrió que creados los Regulares como prescindibles, pasaron a ser imprescindibles. Pero al mismo tiempo se empezó a crear una grave y pro- blemática diferencia de calidad entre las unidades nativas y las peninsulares puras, lo cual no sería adecuado para el bien de las operaciones y la seguridad. Mientras tanto, en Madrid no se había parado de trabajar en el aspec- to organizativo de las Fuerzas Armadas y así, se dió el Decreto Oficial del Ministerio de la Guerra número 6, de 9 de enero de 1910, para determinar la constitución del ejército de Guarnición de la Zona Oriental. La clave de este documento era asegurar una entidad suficiente sobre el territorio, para evitar procesos de esfuerzo inadecuados en cantidad y calidad, como ocurrió en el verano de 1909. Tras este documento, vendría la Real Orden Circular del Ministerio de la Guerra por la que se regularizaba en detalle la organiza- ción de las Comandancias Generales de Marruecos, Real Decreto de 25 de diciembre de 1912, D.O. número 92. Los principales detalles eran: La artillería se afectaba19 a las brigadas de infantería, buscando au- mentar la coordinación y el conocimiento mutuo. Era un paso muy impor- tante pero se tendría que avanzar más para llegar a la compenetración entre unidades tácticas de artillería e infantería, de entidad tipo batería y batallón apoyado. Para llegar a esto, tendremos que esperar 11 años y ver la acción de apoyo entre las baterías gallegas y las Banderas del Tercio y la integración de los planes de fuego de artillería y de las banderas como se realizaría en Alhucemas. Se produce la consolidación de los Regimientos de Caballería de las comandancias con seis escuadrones. No sólo era la necesidad táctica de contar con unidades de caballería aclimatadas al terreno, sino también el disponer de elementos que, de forma rápida y dependiendo directamente de los jefes de comandancia/columna, pudieran alterar la situación táctica, incluso el desarrollo del conflicto. Esta medida iba profundizando en el co- nocimiento psicológico que de los indígenas se tenía, a los cuales y en lo relativo a aspectos militares sólo había dos elementos que les infundían el máximo respeto: el conjunto jinete-caballo y la bayoneta, ambos dos capa- ces de producirles pánico. La necesidad de disponer de una masa de jinetes era esencial en las comandancias, razón por la cual los Grupos de Regulares contaron con In- fantería y Caballería. El siguiente paso sería la necesidad de que los jinetes

19 El término táctico de afectado nunca ha supuesto que la unidad pertenezca orgánicamente al mando o unidad que la emplea.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 27-46. ISSN: 0482-5748 28 BENITO TAULER CID europeos recibieran una instrucción de élite,20 para tener, como en Infante- ría, el contrapeso que se acaba de mencionar. Las reformas no sólo se realizaron en África, sino también en la pe- nínsula, y así se ordena que los regimientos de la 1ª y 4ª divisiones tengan 3 batallones cada uno, no se había superado la situación de 1909, y se sigue pensando en “movilizar”. De la misma manera, en 191321 se ordenará que los batallones de cazadores contribuyeran a conformar las guarniciones de las comandancias, lo que supuso la extinción de hecho de las “brigadas mix- tas de Cazadores”. La necesidad de disponer de elementos y unidades de voluntarios eu- ropeos con naturaleza propia se empieza a gestar con el Real Decreto de 10 de julio de 1913, relativo a la recluta de voluntarios para África con premio.22 La idea es adecuada pero no va a dar los resultados adecuados debido a las condiciones económicas, a la rigidez de los alistamientos y a la dispersión de los voluntarios entre el amplio espectro de unidades en que pueden servir, -todas las armas y en servicios-, con lo cual, aunque su núme- ro pudiera ser importante, no tendrían carácter propio en el conjunto de las fuerzas de las comandancias. Si lo anterior iba siendo el reflejo de la cuestión político-militar en el puro ámbito táctico, la Infantería, arma base para el tipo de combate en Marruecos, seguía contando prácticamente solo con unidades de fusiles hasta 1914, cuando las plantillas, teóricas, empiezan a reflejar tanto para los regimientos como para los batallones de cazadores más tipos de unidades que las de fusileros. Los fusileros-granaderos llegarían cuando se dispusiera de unidades instruidas en el asalto y dotadas de granadas, lo cual sería en 1920, apareciendo compañías/secciones de ametralladoras, de especialida- des, de obreros y explosivos, ciclistas... Estos cambios reflejaban algo sumamente importante como era una nueva mentalidad operativa, que reflejaba la necesidad de realizar un tipo de acciones distintas, combinando el movimiento, el fuego y el choque.

20 Los regimientos peninsulares se componían de Plana Mayor y seis escuadrones, tres estaban en armas, uno era mixto armas automáticas (en plantilla 2 secciones de ametralladoras y 2 de fusiles ametralladores), uno más en cuadro y otro en depósito. Los regimientos enviados a las comandancias procedían de “Cazadores”, con su tradición de caballería ligera remontando su origen, en 1803, a los desaparecidos “Dragones”, no desdeñando por tanto el empleo de la carabina y el combate a pie cuando se precisara. 21 R.D. y R.O. Circular de 9 y 25 de abril, que afectan entre otros a los Batallones de “Madrid”, “Barbastro”, “Arapiles”, “Llerena”... y a sus ametralladoras. 22 Previamente existía la Ley de 5 de junio de 1912, D.O. 129.

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El viejo dicho “el fuego es la locura, la bayoneta la cordura” va ir quedando en desuso. Se irán abandonando los despliegues rígidos, lineales, en “guerrillas” de toda la sección o compañía, que no hacían más que expo- ner innecesariamente a muchos hombres y por ende aumentar las bajas. A medida que el ejército, y sobre todo sus oficiales de maniobra, son capaces de poner en el campo de batalla “diversas infanterías” basadas inicialmente en voluntarios indígenas con distintos grados de cohesión, Policía Indígena y Regulares, el aspecto de los combates va a ir cambiando y se van “apren- diendo maneras”. La importancia de la bayoneta en manos de “peninsulares” se va a mantener pero su empleo será diferente, se abandonará la carga frontal ma- siva, para emplearse en los últimos momentos del avance, aprovechando el terreno y cerrando sobre el enemigo, buscando la destrucción del mismo para evitar que este pueda seguir con sus continuos repliegues y fuegos, procedimiento que ocasionaba numerosas bajas. En 1914, con numerosas iniciativas y disposiciones para la organiza- ción de unidades de voluntarios europeos, se empieza a avanzar en un largo proceso de 6 años que terminará por eclosionar en una organización de com- bate, con unas unidades de voluntarios que elevarán el prestigio del ejército a los tiempos de los “Tercios”, cuya disponibilidad de empleo y proyección serán recogidas hasta en el nombre, y cuyo ideario moral será la base para modelar el alma de los nuevos voluntarios. A medida que se fueron organizando y entrando en acción en Marrue- cos las nuevas unidades nativas, y que ciertas unidades europeas conseguían la patina de la permanencia,23 sus cuadros de mando adquirieron el cono- cimiento del tipo de combate, “el saber manera”, y fueron abandonando la rigidez de los reglamentos tácticos para volver a buscar la mezcla típica de la “Infantería de la nación Española”, capaz de formar tanto en “escuadrón en batalla”, como de hacer la “guerra guerreada” que llevó al pináculo de la eficacia al ejército español, sobre la base táctica de las compañías/ban- deras24 que se encuadraban en los Tercios. En organización los nombres tienen su significado, y la palabra “Tercio” se ha usado siempre en todos los “Ejércitos Españoles” para designar unidades cuya estructura, reclutamiento o procedimientos de empleo, eran distintos de las unidades regulares.

23 Las unidades empezarían ya a establecer sus propios depósitos de reclutas. Tal es el caso de los Regimientos de San Fernando, Ceriñola, Melilla y África en 1911. AGMM carpeta 1, año 1911, Legajo 77. 24 Los Tercios eran unidades de justicia, encuadramiento y administración, pero combatían con sus “compañías/banderas”.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 29-46. ISSN: 0482-5748 30 BENITO TAULER CID

El desencadenamiento de la Gran Guerra tuvo repercusiones en todos los niveles relacionados con la Campaña Marroquí en el Protectorado. Así, en los niveles superiores político y estratégico, las operaciones se diluye- ron o retrasaron y en el nivel operativo las acciones absorbieron las nuevas tácticas, medios y procedimientos empleados en los campos europeos y del Medio Oriente. De este modo, como en Francia y en Flandes, se van a imponer la ame- tralladora25 y la fortificación en blocaos, primero en posiciones aisladas y posteriormente en grandes campamentos, constituidos no sólo para frenar a los rebeldes sino para irradiar la potencia ofensiva de las nuevas “columnas”. Estas columnas también variaron, desde las iniciales hasta 1as empleadas des- de 1920, integrando en ellas distintas clases de “unidades de infantería”, de las menos cohesionadas/más ligeras, harcas/policía, pasando a unidades de regulares y finalizando con unidades de europeos, para formar los grupos / destacamentos de asalto, dotados de abundantes armas de apoyo. A todos es- tos elementos de maniobra se les sumarían, caballería, elementos de apoyo de fuego, terrestres y navales, blindados, apoyo de combate y aviación. Otra gran diferencia, que hubo entre las primeras campañas y las que se van a ir desarrollando con posterioridad, es el conocimiento sociológico y de la psicología individual que el ejército Español, primero a través de sus oficiales, después con “sus voluntarios nativos” y finalmente con sus “unida- des de voluntarios”, fue adquiriendo de lo indígena, de su manera de vivir, combatir y también de morir. Esto fue esencial en la zona para conseguir la integración de la población, única manera de conseguir el cumplimiento de la misión dada a España y que el poder político casi encomendó al ejército en la realidad. El conocimiento del ambiente del conflicto era la esencia de la vic- toria, y ella llegaría cuando los “núcleos duros de la fuerza de operaciones”, en todos sus escalones, conocieran las maneras del oponente. Las acciones pasaron de pura conquista a acciones de influencia y dominio. De lo anterior, es fruto la reorganización de las fuerzas que actúan en el territorio por orden de 23 de agosto de 1916, del General en Jefe del ejército de África, donde destaca la importancia de la flexibilidad, dando carta plena al término operativo de “columna” como agrupamiento táctico principal. Se distinguían dos clases de columnas; una que podíamos llamar

25 La evolución de las unidades de ametralladoras se daría al compás de la Guerra en Europa, pasando de los “Grupos”, en 1916, a la compañía de ametralladoras por regimiento y, en 1919, a la compañía por batallón de 6/4 compañías. En Regulares y Caballería la asignación de ametralladoras sería posterior, las primeras asignaciones de ametralladoras a la Guarnición de Melilla y batallones de cazadores. AGMM, Ponencia África, carpeta 18, legajo 98, 1912.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 30-46. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN, HISTORIA DE UNA ORGANIZACIÓN PARA EL COMBATE 31 de índole local y la segunda “columna de plaza” con batallones de infantería peninsular y abundante apoyos de fuego de ametralladoras y munición, con el cometido de actuar como elemento resolutivo tras el choque desarrollado por las diferentes fuerzas indígenas. La siguiente reorganización operativa sería la de mayo de 1917, en la que es de destacar el hecho de que los Grupos de Regulares cuentan con 3 Tabores de infantería y el de caballería, pero, como veremos a continuación, la orgánica de los voluntarios europeos no ha evolucionado, lo cual volcaba completamente el esfuerzo en las Fuerzas Indígenas. En este mismo año de 1917 será cuando las Juntas de Defensa26 rompan sus lazos, no solo con el ejército, sino con el Estado al que sirven, provocando un clima de profundo malestar que irá creciendo en los próximos años en el seno de las unidades de choque y élite que combaten en Marruecos. Al mismo tiempo se producirá la Crisis de 1917 en España, que re- fleja la transformación social producida por la 1ª Guerra Mundial, la cual afectó a la economía, produciéndose una gran inflación, pérdida de salarios, desempleo, y desabastecimientos. Se temió que se implantara un proceso revolucionario y hubo que emplear al ejército, produciéndose algunos cen- tenares de muertos, incluyendo militares. Con mucho reparo se volvió a emplear al ejército por temor al contagio revolucionario, que no se produjo, permitiendo revertir la situación, aunque dejó muestras de gran preocupa- ción y malestar en muchos de los Oficiales que se veían involucrados en actuaciones que no consideraban adecuadas a la misión. La situación de precariedad de medios, de inseguridad por no contar con elementos preparados, y la sensación de cierta desconfianza, fueron mo- tivos de consideración por parte del poder político, que vio la necesidad que tenía de disponer de unas unidades seguras y profesionales para respaldar la autoridad y el poder de la nación, que no tenía.27 Mientras esto ocurría en la península, en Marruecos el foco de las de operaciones con Berenguer pasaría a la zona occidental y posteriormente llegaría, en la zona oriental, “Annual”. Todos estos sucesos van a influir en el marco normativo del Ejército. Después de 1917 llegaría la Ley de Bases de 1918, con su organización en un ejército de 1ª Línea dividido en, ejér- cito peninsular, guarniciones de Baleares y Canarias y el ejército de África

26 Para profundizar, ALONSO IBÁÑEZ, Ana Isabel, Tesis Doctoral “Las Juntas de Defensa Militares (1917-1922)”. MINISDEF. Madrid, 1998. 27 En esta Crisis de 1917, los líderes sindicales pidieron que el salario de los obreros fuera de 4 pesetas diarias, cantidad que posteriormente serviría para establecer el salario básico de un legionario de 2ª, 4 pesetas con 10 céntimos. Documento inédito, La Legión, del general Casas de la Vega.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 31-46. ISSN: 0482-5748 32 BENITO TAULER CID basado en recluta voluntaria. Posteriormente, con “Annual”, fue más clara la necesidad de unidades preparadas en África, dada la dualidad europea e indígena de su recluta, que irá evolucionando para conformar el ejército victorioso de Alhucemas.

LAS UNIDADES DE VOLUNTARIOS

En paralelo a este desarrollo de organización en el nivel táctico, se continuaba con los estudios de alto nivel para determinar la forma de organi- zar las fuerzas en Marruecos. Durante todo el periodo existirán dos tenden- cias; aquellos que pretendían un ejército colonial completamente separado del ejército nacional, y los partidarios de un ejército de África integrado en el nacional pero con sus especificaciones. Así apareció el “Informe ejército colonial de 1 de octubre de 1910”. El punto central a definir era:

«La duración de la permanencia en los territorios ocupados en el norte de Marruecos y la figura jurídica de dicha permanencia, toda vez que de- pendiendo de la figura jurídica y que sí la permanencia era por un tiempo corto, no nos podíamos permitir una organización militar ad-hoc, propia sólo para esos territorios y de un coste difícil de asumir».

El informe se decantaba por unas fuerzas compuestas por voluntarios indígenas y voluntarios, “con premio” de nacionalidad española e infantería de marina. En 1912 la situación de indefinición organizativa continuaba, pero la Ley de Bases había abierto la puerta al reclutamiento de voluntarios no pro- cedentes del servicio general obligatorio.28 A la par se hizo un nuevo esfuer- zo para atraer voluntarios, aumentando la cuantía económica del “premio” y flexibilizando los tiempos de enganche. En este estado de cosas, el 27 de noviembre se firmó el tratado Franco-Español en Madrid, por el que se es- tableció el Protectorado Franco-Español de Marruecos, acabando así con la indefinición jurídica, pudiendo pensar en el establecimiento definitivo de un modelo militar para la zona del “Protectorado” asignada a España.

28 Los voluntarios, según su procedencia, podían provenir de activo (si se apuntaban estando en filas), de paisano y de licenciados de servicio. AGMM, Ponencia África, carpeta 12, legajo 120, año 1913.

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Un mes más tarde de la firma del Tratado, por Real Decreto de 25 de diciembre de 1912, se reorganizan las fuerzas de las comandancias genera- les. El decreto era continuista, se reitera en infantería la “existencia del Gru- po de Ametralladoras, pero sólo para las Unidades Peninsulares”. Con ello cada vez se van agrandando las diferencias entre los tipos de infantería que actuaban en el “Protectorado”: las harcas indígenas amigas, la Policía Indí- gena, los Tabores de Regulares y los Regimientos/Batallones europeos, a su vez divididos en “africanos”29 y “expedicionarios”, teniendo los primeros -por la permanencia en zona de sus hombres- todo el periodo de actividad en filas, por sus superiores plantillas, casi “sin cuotas”, y por la existencia de mayor concentración de voluntarios, un cierto estatus de élite. Prácticamente, todas las autoridades y agentes sociales del momento estaban de acuerdo en que un ejército basado en voluntarios serviría para ahorrar vidas de ciudadanos -lo cual era causa principal de oposición social a las campañas-, y que la utilización de personal indígena resultaba muy adecuada para enfrentarse a un “enemigo” empleando sus mismos hábitos y procedimientos. Las autoridades militares también tenían claro que no se necesitan “parches”, ni tampoco mercenarios, que podían salvar de un apuro en un momento, pero que no tendrían la identidad cultural nacional para integrase en el seno del ejército, no ofreciendo ni continuidad ni calidad. La solución eran unidades de voluntarios profesionales de larga du- ración, conscientes de su idiosincrasia, que harían del servicio su razón de ser, a los cuales apoyarían regimientos metropolitanos, consiguiendo una integridad entre el ejército, el Protectorado con sus habitantes y España. Las unidades voluntarias serían el núcleo de la fuerza en Marruecos. Los voluntarios podían y debían ser peninsulares e indígenas, los prime- ros concentrados en las “regimientos africanos”, esencialmente batallones y escuadrones de maniobra. En esta línea, se trabajó con la idea de que ba- tallones de los regimientos de guarnición en Ceuta y Melilla se nutrieran de voluntarios con premio. Los intentos más importantes se basaron en la idea

29 Conviene recordar que existían a su vez dos clases de unidades de infantería que constituyeron en permanencia las guarniciones de África; por un lado los Regimientos “África”, “Melilla”, “Ceriñola”, “San Fernando”, “Ceuta” y “Serrallo” con batallones a 6 compañías y grupo de ametralladoras y, por otro lado, los “viejos Batallones de Cazadores”, “Las Navas”, “Barbastro”… con cuatro compañías de fusiles y una sección de ametralladoras. También en la guarnición de la Comandancia de Larache había unidades de Infantería de Marina, con sólo dos secciones de ametralladoras por regimiento. Real Decreto de 15 marzo de 1912.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 33-46. ISSN: 0482-5748 34 BENITO TAULER CID de los “Terceros Batallones de Voluntarios”, empezando en 1914.30y31 Poco a poco, había crecido el número de voluntarios en las plantillas, pudiendo estimarse que en los 4 regimientos de infantería de Melilla había, como promedio en revista, entre 350 y 500 hombres, de 1.765 en total. En los dos de caballería unos 250 por cada uno de los Regimientos, 504 en total, existiendo también en los batallones de cazadores, entre 30 y 50. Existían también en el resto de unidades de todas las armas, intendencia, sanidad y apoyo logístico, y en estas tres últimas en gran número.32 El problema por tanto no era la cantidad, existían unos 3.000, número más elevado del que después se consolidó en La Legión, sino que se encon- traban dispersos y no se intentó aglutinar más que a los infantes y jinetes, quedando en sus destinos artilleros, ingenieros, logísticos… Esto iba en contra de la opinión popular, ya que lo que se buscaba era reducir el número de bajas y éstas eran esencialmente en Infantería y Caba- llería, donde deberían emplearse todos los voluntarios. Existió una tercera dificultad sociológica, y es que el hombre que iba a ser el “voluntario nacional” no era bien recibido ni aceptado por algunas partes del ejército y de los cuerpos de Oficiales, ya que algunos pensaban que debido a su procedencia no reunían las mismas condiciones de honra- dez, nobleza y disciplina que los procedentes de remplazo... Los Terceros Batallones de Voluntarios se formaron con suerte dis- tinta en la Comandancia de Ceuta sobre la Base del 3er Batallón del Rgto. Ceuta, y en la Comandancia de Melilla. En esta última, “África”, “Melilla” y “Ceriñola”,33 reunieron los suyos y los de los de “Cazadores” para formar en exclusiva Batallones de Compañías de Fusileros, toda vez que las “má- quinas” quedaron servidas por personal de remplazo. Esto parece un total contrasentido, como hemos visto anteriormente, cada vez más se hacía uso de las unidades de ametralladoras y a los batallones resolutivos de las co- lumnas se les agregaban más ametralladoras, aumentando la proporción de

30 R.O de 30 de mayo por la que se dispone la organización de los 3º Batallones de los Rgto,s de Línea Africanos con voluntarios y en los Rgto,s de Caballería el 1er Grupo, con 2 escuadrones. 31 AGMM, Ponencia África, rollo 275. 32 Los números cambiaban cada mes pero eran muy constantes, se ve que los voluntarios afluyen mucho a unidades de apoyo como la Compañía de Mar 70, Sanidad 180, Depósito de Ganado 30. En Artillería eran en el total de las unidades unos 350 y en ingenieros aproximadamente 350-400. Estos datos corresponden al mes de julio, pero son muy similares en casi todos los contemplados. AGMM, Ponencia África, rollo 275. 33 No se han encontrado datos relativos al “Batallón de San Fernando”, que indudablemente existió, pues lo que sí está registrada es la cuantía de sus voluntarios.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 34-46. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN, HISTORIA DE UNA ORGANIZACIÓN PARA EL COMBATE 35 máquinas por fusileros, siendo habitual que un batallón de cuatro compañías recibiera agregado otra compañía/sección de ametralladoras. En cuanto a los oficiales, para las unidades de voluntarios, se “inten- tó” que fueran adecuados, pero ocurrió lo mismo que con las ametralladoras, la base eran los que estaban y sobre ellos se completaría.34 Parecía como si se quisiera que con la ejecución el proyecto muriera. No era suficiente que en la Orden de Creación35 se afirmara que estas unidades de voluntarios eran “las tropas ligeras” de las Comandancias, las cuales debían de acudir a las situaciones más difíciles, una cosa era la letra y otra la realidad. En cuanto a la tropa, los Batallones se cubrieron con los voluntarios con premio, y si no eran suficientes, con los voluntarios de la unidad sin premio, en tercer lugar con personal de reemplazo de la unidad que quisiera, y en cuarto lugar por sorteo.36 El procedimiento no era malo, era el tradicional, el que con variantes y nombres distintos estaría llamado a funcionar en las nue- vas unidades que desde 1920 se crearían y combatirían en varias campañas. Lo que resultaba necesario, era dotar a esas unidades de un alma, que diera a todos los hombres una identidad, “un espíritu de cuerpo”. Sí esto ocurría con el personal español, todavía era mucho menor la aceptación de los voluntarios extranjeros.37 Los estudios, ya en ese periodo contemplaban, en similitud con países de nuestro entorno, la posible recluta foránea con personal de origen español reclutado en las naciones america- nas. Ya avanzada la Gran Guerra hay estudios en 1917 del EMC38 sobre plantillas que incluían una Compañía de Legión Extranjera dependiente de Ceuta, con unos 200 hombres de tropa y 4 oficiales españoles.39 En cuanto a los estudios sobre este personal extranjero, siguieron con la ley de Bases para la reforma militar y su influencia en la creación del ejército colonial,

34 En Caballería se especificaba que debían de proceder de “activo”. 35 Real Orden de 30 de mayo. 36 Como ejemplo, el 3er Batallón del Rgto. Melilla se formó con 6 Compañías cada una con unos 138 hombres de tropa, de las cuales las 4 primeras eran de voluntarios de distinta procedencia integrando 90 voluntarios con premio, 4 voluntarios sin premio, y 46 procedentes de remplazo. La 5ª y 6ª tenían sargentos, cabos y banda de voluntarios, siendo el resto procedente del reemplazo por sorteo. AGMM, Ponencia África, rollo 281/caja 718 “Origen.” 37 Incluso el general Fernández Silvestre se mostró disconforme con la recluta de personal extranjero. SHM, Historia de las Campañas de Marruecos, Tomo III. 38 EMC, Estado Mayor Central, vuelto a recrearse en 1916. 39 DE DIEGO GARCÍA, E.: “El fin de la Primera Guerra Mundial y la creación del ejército colonial Español”, en Revista de Historia Militar, España y la Gran Guerra, número extraordinario I de 2019, pág. 55. (Estudio relativo al proyecto de creación del ejército Colonial, AGMS, 2º, 10ª, Legajo 17).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 35-46. ISSN: 0482-5748 36 BENITO TAULER CID como señala el profesor De Diego en su estudio sobre la Primera Guerra Mundial y la creación de un “ejército colonial”.40 Los batallones y grupos de voluntarios fracasaron y no fue porque la idea fuera mala; años más tarde el 5º Escuadrón de Alcántara lo desmentirá, sino porqué no se les dio ni el armamento adecuado, ni se puso a su fren- te a los cuadros profesionales adecuados que cohesionaran bajo un Guión a hombres de distintas edades, intereses y procedencias. La institución se equivocó y hubo que seguir pagando el error. También en 1914 las unidades de voluntarios indígenas van a ser ampliamente reestructuradas. El 31 de julio, por circular del Ministerio de la Guerra, se procedió a reorganizar las fuerzas indígenas en cuatro clases distintas, cada una de ellas respondía a una clase de “infantería/caballería” diferente tanto por su dependencia, armamento, organización y cometidos: − Tropas del Majzen (Mehal-las), dependientes del Sultán. − Tropas auxiliares (de permanencia eventual, harkas). − Tropas de Policía Indígena. − Tropas de Regulares: 4 Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas (GFRI). Esto hacía todavía más difícil la idea de equilibrio indígenas-penin- sulares que era fundamental, y contribuyó a potenciar los sucesos de 1921, entre otros factores, al emplearse unidades de Policía constantemente en lo que eran cometidos de infantería de asalto, que necesitaban poder disponer de armas y técnicas adecuadas. Todas estas unidades también tendrán un déficit en relación a las unidades de infantería “peninsular”, como la falta de ametralladoras hasta 1919.41 Nuevamente el futuro, con la “Campaña de Recuperación de Melilla”, volvería a demostrar que con cuatro unidades de voluntarios de las dos distintas procedencias, la realidad de la situación era otra. Tras los esfuerzos iniciales de 1914 por organizar las unidades tipo batallón/grupo de fusiles/sables de voluntarios, se fue abandonando el pro- yecto, quedándose las unidades, sobre todo en Melilla, en nivel compañía/ escuadrón, “desperdigadas” sin ofrecer ese valor resolutivo que al lado de los indígenas hubieran evitado disgustos y bajas. En Ceuta el esfuerzo so- brevivió algo más.42

40 Ibidem, pág. 63, nota al pie núm. 37, señalando las bases 95 a 99. 41 El 22 de agosto de 1919 se constituye una Compañía de Ametralladoras, con personal exclusivamente europeo, en cada uno de los cuatro GFRI. 42 GARCÍA DEL RÍO FERNÁNDEZ, Juan: Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Tetuán nº 1 (1915-1921), pág. 253.

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EN LOS ALBORES DE 1920 Y LA ORGANIZACIÓN DEL TERCIO DE EXTRANJEROS

Entre tanto, las plantillas de la Infantería de Línea seguían establecien- do “regimientos muy pesados y con poca movilidad”, con una plantilla de guerra de tres batallones cada uno de cuatro compañías de fusiles, a las que había que añadir teóricamente una compañía de ametralladoras, (1920-21). Existía una gran masa de fusileros teóricos, de los cuales había que sacar todos los destinos necesarios para la vida y combate de las unidades. No existía en las unidades la figura del oficial destinado, sin mando continuo sobre seccio- nes, que en un momento de emergencia pudiera cubrir bajas rápidamente o impulsar la acción de los sostenes. Los cuadros de eventualidades en los regi- mientos y/o los oficiales en las planas mayores de compañía, fundamentales para cubrir bajas de emergencia, llegarían, pero en 1920. Los regimientos de infantería de las comandancias generales estaban constituidos por tres batallones cada uno, con 6 compañías de fusiles y una compañía de ametralladoras.43 Esta diferencia de plantilla venía dada por la diferencia de cometidos que tenían que desarrollar. Los regimientos penin- sulares estaban concebidos para dar un servicio de guarnición en paz y en guerra, o también para actuar como “expedicionarios en Marruecos o donde fuera”. Así, los batallones peninsulares eran concebidos como un todo capaz de actuar en un solo cometido desplegando en dos escalones, dos compañías en la guerrilla y sostenes, y dos compañías a disposición del mando para hacer sentir su acción. Por contra, en el caso de los batallones de las Coman- dancias, las unidades tenían que realizar dos cometidos al mismo tiempo; por una parte dar los destacamentos y guarniciones de las posiciones y presi- dios y, por otra, integrarse en las columnas de operaciones.44 Prácticamente ⅓ de la fuerza de las unidades de maniobra se encontraba constituyendo los destacamentos de las posiciones en los territorios de las comandancias, por lo que necesitaban orgánicamente dos compañías más. Este sistema permitía ahorrar en planas mayores, es decir, en oficiales y sueldos, pero disminuía la cohesión de los batallones siempre divididos.

43 Cada compañía de fusiles tenía 120 hombres de tropa, la compañía de ametralladoras por batallón tenía 50 hombres. Formaban teóricamente los Regimientos con 2.210 hombres de tropa. 44 En la documentación oficial se puede leer en numerosos casos el término “columna volante” para designarlas. Historia de las Campañas de Marruecos, Tomos I, II y III. SHM.

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En cuanto a los batallones de cazadores, que se siguieron empleando permanentemente en Marruecos con carácter de unidad de guarnición, real- mente no presentaban, en cuanto a instrucción y equipo, diferencias apre- ciables con sus hermanos de línea, pero sí las mismas carencias de ganado y material. Contaban con cuatro compañías orgánicas de fusiles y una unidad/ sección de ametralladoras, teniendo por tanto que organizar una compañía “provisional o de posición” con 20 hombres de cada compañía orgánica (1914), a fin de poder atender los cometidos de unidad de guarnición de las posiciones y formar en las columnas. Una vez, que los batallones de cazadores pasaron a ser permanentes en las comandancias, la antigua organización en brigadas mixtas con apoyos adscritos desapareció, con lo cual su grado de adiestramiento con unidades de artillería y zapadores estaba a la altura de las unidades de línea, quedan- do como diferencia cierta “vitola” de unidades de élite, pero sin diferencia alguna real con los regimientos africanos. Con todo esto, la sensibilidad nacional de reducir el número de bajas, el desgaste excesivo en las unidades indígenas no creadas específicamente para el combate regular y los sucesos sociales que volvieron a acaecer en partes de España en 1919, con la necesidad sentida por “la Autoridad” de disponer de unidades de solvencia que fueran capaces por su adiestramiento y disciplina de emplear la fuerza necesaria,45 fueron los tres elementos de- cisivos para allanar rápidamente, en el mismo 1919, las dificultades para la creación de la unidad europea de voluntarios, que se necesitaba en España. Además, la finalización de la Gran Guerra hacia factible la existen- cia de bolsas de personal extranjero instruido en Europa y, por otra parte, habiendo terminado el conflicto, ya no había pegas de que las diferentes nacionalidades, enfrentadas entre sí, llevaran sus conflictos a las filas de la unidad que los englobaba. Se consideraba que el personal extranjero ahorra- ría, inicialmente, personal nacional. A todo lo anterior, y era fundamental, había que sumar la existencia de cuadros de mando con prestigio y experiencia en el mando de indígenas y/o de unidades de abolengo africano y que habían estudiado las unidades de voluntarios de los países de nuestro entorno. Sus ideas ya difundidas empezaron a ser adecuadamente recibidas por las autoridades políticas, en- fatizando que los oficiales españoles eran capaces de obtener al menos los mismos resultados que los franceses con su Legión Extranjera.

45 Esto sólo llegaría con la organización de los “Guardias de Asalto”, por el teniente coronel Muñoz Grandes, que contaron con muchos oficiales formados en las filas del Tercio y Regulares, y en sus filas de tropa con hombres que habían prestado el servicio en África.

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La crisis política se agudizó, provocando que el gobierno resultante se apresurara a encontrar los medios materiales para la nueva unidad de vo- luntarios europeos, que aglutinaría bajo el mando de “oficiales voluntarios” a “voluntarios españoles y extranjeros”. Así, y con la plena aquiescencia política, se funda y crea el Tercio de Extranjeros por Real Orden Circular 04/09/1920 (D.O. núm. 199), permaneciendo su organización general sin cambios hasta 1924. El Tercio de Extranjeros integró un mando de Teniente Coronel Pri- mer Jefe y Jefe de la Plana Mayor de Mando, una Plana Mayor Administra- tiva, integrada por las distintas dependencias de naturaleza administrativa y monetaria,46 y un elemento fundamental, cuatro Compañías de Depósito,47 de amplio dimensionamiento en comparación con los regimientos/batallo- nes regulares. Estas compañías son claves para entender la incorporación e integración de los voluntarios48 a “La Legión”. En ellas y con un pro- grama propio, diferente del resto de las unidades, basado en valores mo- rales (“El Credo”), orden cerrado (disciplina) y tiro (eficacia combativa), se empezaría el proceso de aprendizaje legionario que continuaría en lo que podíamos definir como un proceso de “ósmosis”, técnico y material, en las unidades operativas, similar al aprendizaje de los bisoños en las escuadras de los Tercios en Italia y Flandes. En este proceso el papel de la oficialidad cobraba mayor importancia, atendiendo siempre a todas las actividades de instrucción y adiestramiento49 y siendo los oficiales los responsables direc- tos de impartir la formación moral. Sus unidades tácticas fueron las Banderas, inicialmente tres y después ocho. Esencialmente eran unidades tipo batallón, pero mucho más ligeras que los batallones, con ganado y personal específico para poder ser, de ver- dad, unidades autosuficientes. Recogían, tanto el acervo nacional de las uni- dades de voluntarios españoles integrados en los ejércitos hispánicos, como la dualidad de las compañías de preferencia de los batallones regulares con los dos procedimientos, el primero desarrollado por las compañías de grana-

46 Contabilidad, Caja, Almacén, Apoderación, Hojas de Servicio y Archivo. 47 Posteriormente se reducirá su número, según los periodos, pero la clave era la disponibilidad de sus clases que actuaban como instructores, clavijas maestras en la transformación del voluntario en legionario, es decir, en infante de élite. 48 Además, en ocasiones o periodos, y en una prueba más de la flexibilidad de la organización legionaria, fue el hecho de que los nuevos voluntarios pasaron directamente a las compañías de combate, o el hecho de que compañías de depósito participaran activamente en operaciones tácticas, como ocurrió en la “Campaña de recuperación de Melilla”, lo cual solamente podía conseguirse con éxito si la “ósmosis” funcionaba. 49 La actividad administrativa se realizaba por la oficialidad, cuando finalizaban las actividades tácticas de preparación. FRANCO, F.: Diario de una Bandera. Doncel. Madrid, 1976.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 39-46. ISSN: 0482-5748 40 BENITO TAULER CID deros, fuertemente armadas y resolutivas, y el segundo de las compañías de cazadores, hábiles en el tiro y acostumbrados a actuar más “sueltos”. Siendo más ligeras que los batallones peninsulares, eran al mismo tiempo mucho más potentes50 que ellos. También, en comparación con cualquiera de las diferentes “infante- rías indígenas”, las banderas serán mucho más potentes debido a su dotación de armamento, ametralladoras, fusiles ametralladores, y municiones, y tan ligeras como ellas debido a su instrucción de tiro -muy fomentada- y a su instrucción y adiestramiento en el aprovechamiento del terreno y en sus capacidades físicas de marcha, que harían a los legionarios ser capaces de aguantar las circunstancias del combate, como los “austeros cazadores” alis- tados en las unidades indígenas. Las banderas mandadas por comandantes contarán con un elemento auxiliar del mando la Plana Mayor de Mando (PLM), con un oficial, clases y tropa.51 La estructura de la bandera como unidad tipo batallón estaba com- puesta inicialmente de 2 compañías de fusiles (fusileros-granaderos), como unidades de maniobra y de una compañía de “ametralladoras/máquinas”, con función de apoyo a la maniobra de las otras compañías. En cuanto a cantidad de personal eran menos numerosas que los batallones, 420 hom- bres. Se esperaba de las banderas que actuasen más con la maniobra y el aprovechamiento del terreno, articulando secciones y escuadras con cierta autonomía, que con el ataque frontal puro a la bayoneta. Bien pronto se vio que era conveniente aumentar el número de com- pañías de fusiles en una más, 3 en total, no por el número de bajas, sino porque con tres peones puros de maniobra era más fácil la maniobra por desbordamiento, sin tener que recurrir al empleo como elemento de reserva de las planas mayores de las compañías, que eran mucho más numerosas que las planas de las unidades de Línea y de Regulares. Las planas de las compañías llegaron a contar, en ciertos periodos, con 1 oficial y 50 hombres de tropa. En ellas se aglutinaba todo el personal que las compañías necesita- ban para moverse, vivir y transmitir órdenes, agentes de enlace… Por tanto, no estaban diseñadas para ser empleadas como elementos de maniobra (y si se empleaban en este cometido, las compañías se resentían).

50 La I Bandera, como armamento, llevaba 363 armas largas, 4 ametralladoras Hotchkiss, (deberían haber sido 6, que pronto lo fueron) y una abundante dotación de granadas de mano, 270. Esto estaba en total consonancia con las técnicas europeas de los “Destacamentos de Asalto” que revolucionaron al final de la 1ª Guerra Mundial el combate de la infantería. 51 Un oficial subalterno como ayudante, un suboficial como subayudante y encargado de la oficina, y un sargento al mando del tren de combate.

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Su esencia era la capacidad de maniobrar y moverse por secciones y escuadras con vida propia, y la cantidad52 y calidad de sus fuegos, tanto de las armas individuales como colectivas.53 Con esta combinación las ban- deras buscaban acortar la distancia con el enemigo, magníficos tiradores, como única forma de reducir la exposición a sus “tiros” y, por ende, reducir el número de bajas y destruir al enemigo con la bayoneta, impidiendo que se replegara y se rehiciera. Pronto se harían dueños del terreno y así, el 16 febrero de 1925, D.O. núm. 36, se ordena que a partir de esta fecha, el “Tercio de Extranjeros” se llame “Tercio de Marruecos”. En el mes de mayo se organizan dos nuevas unidades; una de ellas de jinete-caballo (tan temidas por los rebeldes), Es- cuadrón de Lanceros, que pasa a depender como elemento ágil y rápido del jefe del Tercio (ahora un coronel por Real Decreto), y la segunda la VII Ban- dera, que pronto actuará en la maniobra más complicada, el Desembarco de Alhucemas.54 y 55 “El Tercio de Marruecos” perderá pronto cualquier determinativo, hecho palpable de que se le considera una organización eficaz y capaz de actuar en cualquier territorio del estado que la autoridad determine, pasando por Real Decreto de fecha 02 mayo de 1925, D.O. núm. 48, a denominarse Tercio. Se articula en dos legiones, respondiendo a poder realizar dos es- fuerzos tácticos independientes en los dos teatros de operaciones del Protec- torado, si fueran precisos, simultáneos de entidad regimiento reforzado,56 cada una al mando de un teniente coronel. Nuevamente “los prescindibles” se han convertido en “imprescindibles”. La nueva articulación era: − La 1ª Legión, en la zona oriental del Protectorado (Melilla), con las cuatro primeras Banderas. − La 2ª Legión, en la zona occidental (Ceuta), inicialmente con las Banderas V, VI y VII, al poco tiempo, el 01 de enero de 1926, se suma la VIII.

52 Munición, 210 disparos por hombre. 53 Posteriormente recibirán morteros, lo que les dio una capacidad directa e inmediata de batir el terreno no visto, hurtándoselo al enemigo que cada vez era menos dueño del mismo. 54 Conocida como “Valenzuela” en honor del Segundo Jefe del Tercio, Tcol. Valenzuela, caído al frente de sus legionarios en Tizzi-Azza. 55 Las Banderas fueron dotadas de una sección de enlace encargada de las comunicaciones. 56 En denominación táctica actual reglamentaria: agrupación táctica. Con esta organización y en el total del ejército de África, comparando al Tercio con las fuerzas Regulares (15 tabores de infantería), el Tercio constituye con sus 8 Banderas, ⅓ de la punta de lanza del ejército de África, siendo el elemento de equilibrio “europeo”.

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Esta sería la organización con la que se prepararía el Desembarco de Alhucemas y la victoriosa campaña posterior. Para conseguir estos logros la base era la instrucción, la cual era con- tinua y constante, y abarcaba cuatro elementos esenciales; moral con el Cre- do, el tiro haciendo de las unidades legionarias “baterías andantes”, el orden cerrado esencial para potenciar la disciplina y el orden de combate permi- tiendo el aprovechamiento del terreno. Otros dos aspectos eran igualmente importantes; las marchas y el “sport” dirigido por los capitanes. La Legión, con su mentalidad flexible y adaptabilidad al terreno, a los nuevos armamentos y a procedimientos organizativos,57 hizo que fuera la receptora de cualquier innovación, y así, en esta senda, pronto recibirá en sus compañías de fusileros-granaderos los fusiles-ametralladores hotchkiss, lo cual le dará un aumento considerable de potencia de fuego, con capacidad de detención y rapidez de desencadenamiento, también empezarán a prepa- rarse para trabajar con “carros”… Las Banderas integradas en las “Columnas”, perfeccionaron los pro- cedimientos, en particular los de apoyos de fuego. Así, en el momento del Desembarco de Alhucemas,58 el empleo combinado de los cuatro tipos de unidades distintas de infantería alcanzó el techo. En las acciones de las columnas se combinaron esencialmente las unidades de Harca, Mehala, Regulares y Tercio, y en menor medida de Ca- zadores. Se emplearon en función de su potencia y cohesión, cubriendo to- dos los cometidos, desde “levantar” al enemigo, amagar, fintar, alcanzar y ocupar los objetivos y guarnecerlos. Algo más proporcionarían las nuevas unidades legionarias, y fue dar al “Ejército” unas unidades socialmente estructuradas y cohesionadas, don- de, dentro de la disciplina, legionarios, clases, oficiales y jefes combatían y vivían juntos. Además, no solo entre ellos, sino que los generales que man- daban las “columnas” en las que se integraban las Banderas, se rodearon de legionarios, mostrando imágenes que se adelantaban a la época.

57 Aunque las disposiciones vigentes marcaban los tiempos de los compromisos de servicios, también La Legión, al objeto de poder asimilar el sentimiento de repulsa que apareció después del “Desastre” admitió que muchos voluntarios se alistaron con una modalidad de enganche especial, de duración equivalente a la de la campaña. 58 Información más detallada, ver NOGUEIRA VÁZQUEZ, Carlos: “Tácticas de Infantería en la Guerra de Marruecos. El Desembarco de Alhucemas”, en Desperta Ferro, núm. 11.

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El general Saro, que mandaba la columna de desembarco “Ceuta”, cuya vanguardia estaba formada por las Banderas VI y VII bajo el mando del coronel Franco, se fotografía en las lomas que rodean la Bahía de Alhucemas junto a los legionarios y sus jefes tras el desembarco, septiembre de 1925 (archivo fotográfico Tercio 3º)

Dámaso Berenguer, oficial que lo fue todo, en el ejército Español establecía de forma clara un concepto sobre empleo de las distintas clases de unidades definiendo como fuerzas de choque a, Regulares, Policía Indígena Mehal-las y como elementos de la línea a las fuerzas europeas «que había que reservar para las ocasiones decisivas», pero y también dice:«había que crear en Marruecos una doctrina de combate que se adaptara a las características de la empresa utilizando para ello en su mayor rendimiento todos los adelantos de las armas y de los modernos principios de la táctica», y sólo le faltó ponerla el nombre, que otros sí hicieron: LA LEGIÓN.

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LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN

Juan Ignacio SALAFRANCA ÁLVAREZ1

RESUMEN

La formación de cuadros de mando en los cien años de existencia de La Legión ha pasado por diversas vicisitudes, de acuerdo con las cir- cunstancias de cada momento y con la propia organización del cuerpo. Las necesidades de la primera organización obligaron a medidas imaginativas y de aplicación inmediata, la llegada de la paz a Marruecos permitió una orga- nización más regulada. La guerra de 1936-39 provoca una gran necesidad de cuadros de mando. Los largos años de paz vuelven a permitir una enseñanza más regulada. La creación de la Academia de Formación de Mandos Legionarios supuso una verdadera revolución en la enseñanza y la desaparición de las escalas legionarias sustrae a La Legión del sistema educacional, poniéndolo en manos del ejército.

PALABRAS CLAVE: Mando, enseñanza, formación, academia, escala legionaria, ascenso, credo legionario.

1 Coronel de Infantería (retirado).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 47-72. ISSN: 0482-5748 48 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ

ABSTRACT

The formation of scorecards in the hundred years of the Legion’s ex- istence has undergone various vicissitudes, according to the circumstances of each moment and with the organization of the Corps itself. The needs of the first organization forced imaginative and immediate application meas- ures, the arrival of the peace to allowed a more regulated organi- zation. The war of 1936-39 causes a great need for scorecards. Long years of peace once again allow for more regulated teaching. The creation of the Legionnaires’ Academy of Command formation was a real revolution in the teaching and the disappearance of the Legionary Scales replaces the Legionnaires’ Legion from the educational system, put- ting it in the hands of the Army.

KEY WORDS: Command, Education, Formation, Academy, Legion Corps Scale, Promotion, Legionnaire´s Creed.

* * * * *

Fundación

uando el teniente coronel Millán-Astray recibe a los primeros caballeros legionarios alistados, les ofrece solo dos cosas, el título Cde caballeros y la posibilidad de ganar galones y estrellas, estas son sus palabras:

La legión os abre sus puertas, os ofrece olvido, honores, gloria, podréis ganar galones, alcanzar estrellas, pero a cambio de esto tenéis que darlo todo, sin pedir nada, los sacrificios han de ser constantes; los puestos más duros y de mayor peligro serán para vosotros; combatiréis siempre y mori- réis muchos, quizá todos.

Inmediatamente indica cual va a ser el método para alcanzar esos galones y estrellas, en esta arenga también histórica:

En las primeras lomas están los galones de cabo, en las siguientes los de sargento y en las montañas del fondo, las estrellas de oficial o la muerte gloriosa por la legión.

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En toda actividad humana existe un incentivo elemental, cual es la posibilidad de alcanzar dentro de la misma actividad que se desarrolla, co- tas más altas de prestigio y categoría. Esto reviste el peligro de caer en el conocido como “principio de Peter” o de la “mínima incompetencia”, para evitarlo, cualquier institución actúa de dos formas complementarias, selec- cionando el personal que debe acceder a los puestos más elevados, por una parte, y proporcionando al personal seleccionado los conocimientos necesa- rios al puesto a ocupar, de otra. Así, de la misma manera que la promoción intelectual del que, en su día, no tuvo ocasión o no quiso adquirir los conocimientos necesarios para acceder a la universidad, contempla otras vías para que lo logre alcanzada la madurez o, el que obtuvo un determinado título puede alcanzar otro supe- rior, mediante convalidaciones y enseñanzas suplementarias; parece lógico que, quien ha servido a la Patria en los empleos de tropa, reuniendo deter- minadas condiciones, pueda alcanzar los de suboficial y, quien lo ha hecho en esta categoría, tenga la oportunidad de demostrar sus conocimientos y formarse como oficial. De esta forma se une a la experiencia la capacidad técnica en beneficio de la unidad. Cuando el 31 de agosto de 1920 se promulga el real decreto2 para lle- var a la práctica el fundacional de 28 de enero de aquel año, se señalan unas plantillas de jefes, oficiales, asimilados, tropa y contratados.3 Hay que tener en cuenta que en aquel momento las clases de tropa estaban constituidas por suboficiales (era empleo y no categoría), sargentos, cabos y soldados. No nos ocuparemos de los oficiales, por proceder, bien de la academia de Infan- tería, bien de la escala de reserva retribuida, que encuadraba a los proceden- tes de tropa y, por lo tanto, su formación era anterior a su destino al Tercio. En cuanto a los suboficiales, sargentos y cabos, la regla 12ª del reglamento señalaba textualmente:

«En el período de organización de la primera Bandera, el cincuenta por ciento de los suboficiales, sargentos y cabos que figuran en las plantillas de la misma y Plana Mayor del Tercio, procederán de los cuerpos de infantería del ejército y las restantes vacantes se cubrirán con individuos del Tercio que reúnan las debidas condiciones».

El estar previstas vacantes para una sola Bandera, el éxito inicial de la recluta, que excedió con mucho las previsiones de los organizadores, en número que excedía a lo necesario de una sola Bandera (antes de la fecha

2 D.O. del Ministerio de la Guerra nº 195 de 1 de septiembre de 1920. 3 D.O. del Ministerio de la Guerra nº 199 de 4 de septiembre de 1920.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 49-72. ISSN: 0482-5748 50 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ marcada para iniciar el reclutamiento ya se contaba con 554 hombres), y la poca inclinación de las clases de tropa a cambiar de destino, provocaron una escasez de clases para encuadrar a la numerosa tropa de las tres primeras Banderas, obligando a soluciones de circunstancias debiéndose, en primer lugar, seleccionar aquellos que, como decía la regla, reunieran las debidas condiciones, todo ello sin tiempo para ningún tipo de formación. Bien es verdad que los pocos extranjeros alistados (128 en enero de 1921), podían tener experiencia de combate en la recién finalizada guerra europea y que, de Barcelona, donde la recluta alcanzó mayor éxito, muchos se habían fo- gueado en las luchas sindicales.

Cabo 1º cobrando sus obras. Obsérvese la colocación de las divisas sobrepuestas a los galones de cabo

En cuanto a los oficiales, en el Diario Oficial del Ministerio dela Guerra, nº 218 de 28 de septiembre de 1920, se publica la siguiente relación: Comandantes: D. Bahamonde, del regimiento Príncipe, 3. D. Adolfo Vara de Rey Herrán, de la zona de Segovia 40 (comisión mixta). Capitanes: D. Justo Pardo Ibáñez, del regimiento Príncipe, 3. D. Luis Valcázar Crespo, del regimiento Príncipe, 3.

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D. Eduardo Cobo Gómez, del regimiento Saboya, 6. D. Pablo Arredondo Acuña, del regimiento Wad-Ras, nº 50. Tenientes: D. Ignacio Olavide Torres, del regimiento Serrallo, 69. D. Javier Castro Calzado, del regimiento Covadonga, 40. D. Camilo Menéndez Tolosa, del batallón de Cazadores Figueras, 6. Tenientes (E.R.): D. Luis Gracia Bastarrica, de la sección de Ordenanzas del Ministerio de la Guerra. D. Julián Garrido Cañavate, del regimiento Wad-Ras, 50. Alféreces: D. Joaquín Nieves Herrero, del grupo de fuerzas regulares indígenas de Melilla, núm. 2. D. Luis Pardo Ibáñez, del regimiento Órdenes Militares, 77. Como se ve, también insuficientes para cubrir la plantilla ni siquiera de una Bandera, que era de un comandante, tres capitanes y 10 tenientes. Pero al igual que sucedió con la recluta de tropa, las solicitudes de formar parte del nuevo Cuerpo excedieron los cálculos más optimistas, por lo que a medida que se publicaban vacantes eran cubiertas sin ningún problema. Todos ellos unían a su formación académica la adquirida en combate, destacando el comandante Franco, que ya había obtenido dos ascensos por méritos de guerra, y el capitán Arredondo, con una Cruz de 1ª clase de la Or- den de San Fernando. Además el comandante Franco y los capitanes Pardo y Valcázar habían coincidido con el teniente coronel Millán, en su empleo de comandante, en el regimiento Príncipe, lo que les hacía estar compenetrados con el proyecto e incluso haber participado en la organización del nuevo cuerpo.

Campañas africanas

La pronta entrada en combate de las Banderas, impidió la creación de academias para formar a las clases como sucedía en otras unidades del ejército, por lo que, en un principio, todos los ascensos de tropa lo fueron por méritos de guerra, circunstancia ya prevista en la regla 20ª del mismo reglamento:

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«El personal de tropa podrá ascender por méritos de guerra y en tiempo de paz, con arreglo a las disposiciones vigentes, a todos los empleos de primera (suboficial y sargento) y segunda categoría (cabo y soldado) y a oficiales del Tercio de Extranjeros, asimilados a los empleos de alférez y teniente del ejército…».

En octubre del mismo año, esta posibilidad se amplió a capitán4 y en plena guerra de 1936-39 a comandante, siendo el primero en obtenerla el antiguo oficial prusiano D. Carlos Tiede Zeden.

D. Carlos Tiede Zedén, Comandante Legionario, de la escala de tropa, que fue el primero en alcanzar este grado. Al frente de la V Bandera cayó mortalmente herido en los combates de la Casa de Campo; le fue concedida la Medalla Militar Individual. Unos meses más tarde, al ser organizada la XI Bandera, se adopta para su guión, sobre fondo negro, el emblema legionario y, bajo éste, tres barras doradas y una roja, distintivo de permanencia en el Tercio de Tiede, como homenaje a este magnífico legionario

4 D.O. del Ministerio de la Guerra nº 234 de 17 de octubre de 1920.

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Al ser clases de tropa, los sargentos, cabos y legionarios podían ser depuestos de sus empleos, no siendo raro que algún legionario que hubiera sufrido esta deposición volviera a recuperar su empleo en la siguiente acción de guerra. La escasez de clases obligó a crear empleos como el de soldado de 1ª, ya existente en el ejército o el de cabo interino, que desempeñaban el man- do correspondiente a cabo. La necesidad de establecer una categoría más próxima al legionario que los sargentos, aconsejó también crear el empleo de cabo 1º que, en aquella época, no existía en el resto de unidades y que tardaría mucho, hasta 1940, en generalizarse para el resto del ejército. Cu- riosamente, el distintivo de empleo no fue el que posteriormente ostentarían los cabos primeros del ejército, un galoncillo de oro o plata según el arma o cuerpo, sino ese mismo galoncillo de oro añadido encima de los correspon- dientes al empleo de cabo. A los ascensos, junto con los descensos y sueldos, dedica el propio fundador un capítulo de su libro La Legión,5 dedicando otro a destacar su importancia, afirmando textualmente que «los cabos, sargen- tos y suboficiales en La Legión son la médula de ella».6 Durante toda la campaña africana los ascensos continuaron siendo casi en su totalidad por méritos de guerra, pero todavía en campaña, en febrero de 1924, se publica un reglamento para el ascenso por méritos de guerra y en paz del personal de tropa del Tercio de Extranjeros a la categoría de oficial.7 En este reglamento, además de un tiempo mínimo de servicio en el cuerpo, ya se contempla un examen ante un tribunal presidido por un general de brigada, con un coronel de Infantería como vicepresidente, el jefe del Tercio (en aquella época teniente coronel), dos comandantes, dos capita- nes y un subalterno como vocales, actuando el último como secretario. Este examen versaba, para el ascenso a alférez, sobre conocimiento del idioma español, ordenanzas militares, régimen interior de los cuerpos, código de justicia militar, reglamento táctico hasta compañía inclusive, reglamento de campaña, reglamento de tiro, redacción de documentos militares y lectura de planos, considerándose como mérito el conocimiento de árabe vulgar y chelha. Para el ascenso a teniente, las materias eran las mismas pero contem- pladas con mayor amplitud, mientras que para el ascenso a capitán, además de lo anterior, de lo que se examinaban nuevamente, táctica hasta batallón inclusive, detall y contabilidad de compañía y fortificación de campaña.

5 MILLÁN-ASTRAY, José: La Legión. V.H. Sanz Calleja Editores. Madrid, 1923. 6 Ibídem. 7 D.O. del Ministerio de la Guerra nº 32 de 8 de febrero de 1924.

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Como se ve, quedan bien señaladas las materias, pero no la forma de adquirir esos conocimientos. Además de este examen, era preceptiva una re- unión de los subalternos de la bandera, que juzgaban si el aspirante a oficial reunía las características de trato, cultura, valor y condiciones personales necesarias para ostentar dicha categoría.

Domingo Piris Berrocal. Único componente de la escala legionaria que alcanzó el empleo de teniente coronel

Los primeros seis alféreces fueron ascendidos el 16 de junio de 1924 y recayó este ascenso en Julián Patón Medina, Andrés Fuentes Jiménez, Máximo Sueta Nibacor, Carlos Tiede Zeden, Conrado Jimeno Castillo y Juan González Munne. Ya hemos hablado de los empleos de cabo interino y cabo primero, según el propio Millán-Astray, además de completar las plantillas de cabos y sargentos, se les proporcionaba la manera de demostrar en la práctica sus

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 54-72. ISSN: 0482-5748 LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN 55 condiciones para el mando de escuadra y pelotón, lo cual en combate era la mejor forma de examen. No hemos podido constatar cuantos, después del tiempo de prueba, consolidaron sus empleos. Finalizada la campaña, los ascensos se producían, con ocasión de va- cante, a propuesta de los respectivos jefes de unidad, aplicándose para los oficiales el reglamento de 1924 citado más arriba. El licenciamiento de los que se habían alistado por la duración de la campaña, tuvo el efecto contrario de la recluta de los primeros tiempos, pues eran más los que se licenciaban sin haber obtenido ningún ascenso que los que ya disfrutaban de un empleo que les proporcionaba, además de ventajas económicas, la esperanza de seguir progresando en la milicia. La llegada de la paz permite atender a la formación de las clases y oficiales, siempre en el marco de sus banderas, aunque éstas, desde 1925 se habían agrupado en dos legiones, recibiendo el conjunto el nombre de Ter- cio de Marruecos y enseguida el de Tercio, como se explica en otro trabajo de esta Revista.

Segunda República

El gobierno de la república crea por Ley de 4 de diciembre de 1931 el Cuerpo de Suboficiales, con los empleos de sargento 1º, brigada, subayu- dante y subteniente, dejando a los sargentos como clase de tropa. Sin em- bargo, La Legión sigue regulándose por su legislación específica hasta 1933. Al año siguiente se promulga una nueva ley que suprime empleos y ya in- cluye a los sargentos; quedando constituido el cuerpo de suboficiales por los empleos de sargento, brigada y subteniente y así continúa hasta el alzamien- to militar de julio de 1936. Por Orden de 28 de diciembre de 1935 se publica un reglamento re- gulando el ascenso de subtenientes y oficiales que no supone prácticamente ninguna diferencia con lo anterior, limitándose a actualizar empleos y cargos. Durante este tiempo, la formación se sigue desarrollando como se venía haciendo desde la paz de Marruecos y a las propuestas de ascenso le sigue el correspondiente examen. La Legión ve reducidas sus plantillas por la disolución de la VII y VIII Banderas y el Escuadrón de Lanceros en 1932. Por otra parte, se ordena el cierre de la Academia General Militar, agrupándose las de infantería, caballería e intendencia en el Alcázar de To- ledo y suprimiendo las convocatorias de ingreso.

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Guerra de 1936-39

Lo que se había planteado como un alzamiento contra el gobierno del Frente Popular, se convirtió en una guerra. De nuevo se deja sentir la escasez de cuadros de mando que, en esta ocasión, no solo afecta a las clases de tropa y a los ahora suboficiales, sino también a los subalternos, al crearse nuevas Banderas, hasta dieciocho, más una de carros de combate que, incrementada con material capturado al enemigo, acaba la guerra como agrupación. La solución al problema fue la aparición de habilitaciones para el empleo superior y la creación de Oficiales Provisionales. Los habilitados para el empleo superior, ejercían el mando correspondiente a su habilitación y los Oficiales Provisionales obtenían los empleos de alférez, teniente y ca- pitán por la duración de la campaña. Los alféreces provisionales tenían dos procedencias, bien de las academias creadas al efecto, bien de suboficiales a los que se confería el empleo. Para las habilitaciones, el único requisito era haber demostrado en combate su capacidad para ejercer el empleo para el que se le habilitaba, por lo que no se añadía ninguna formación adicional. El decreto que establece las habilitaciones lo expresa claramente:

«Los que acrediten especiales condiciones de mando práctico en las tropas y hayan demostrado aptitudes y valor en las operaciones realizadas, sea cualquiera el tiempo que hayan ejercido el mando correspondiente al empleo del que se hallen en posesión».

Como se ve, esta disposición omitía deliberadamente cualquier re- quisito de antigüedad y tiempo de mando, limitándose a sus condiciones y aptitudes. El objeto era evitar, terminada la guerra, por una parte, exceso en determinados empleos y situaciones más o menos injustas, que podrían producirse al valorar las condiciones y aptitudes. Por otra parte, al comienzo de la guerra, cuando se pensó que iba a tener poca duración, se habían su- primido los ascensos por méritos de guerra que luego hubo que restablecer. Las habilitaciones, no solo tenían el límite de la duración de la campaña, sino que podían cesar en cualquier momento, como expresa otro artículo del mismo decreto:

«Cuando el Gobierno Nacional lo estimare oportuno, los jefes y oficia- les así promovidos cesarán en el desempeño de sus cometidos, reintegrán- dose al empleo que disfrutan en propiedad».

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Quien mandó La Legión durante toda la guerra, D. Juan Yagüe Blanco, empezó como teniente coronel y acabó como general, pero entre uno y otro empleo estuvo habilitado tanto para coronel, como para general de brigada. El mando de La Legión lo simultaneó con el de columnas y grandes unidades. La Legión suponía un atractivo para los alféreces provisionales, gente en general joven e idealista que veía en la unidad el mejor marco para las ha- zañas de que se consideraban capaces, aunque muchos las rubricaron con sus vidas. Una considerable parte de las medallas militares individuales ganadas por La Legión durante aquella guerra lo fueron por oficiales provisionales, algunos por partida doble, como el alférez Andújar que, pese a pertenecer al arma de caballería las obtendría en la V Bandera. Otro oficial provisional, el alférez Juan José Orozco Massieu, obtuvo la mayor recompensa que se puede alcanzar en el ejército español, la Cruz Laureada de San Fernando. Las condiciones para llegar a ser alférez provisional eran: ser suboficia- les, clases o soldados o individuos de las milicias militarizadas, presentes en filas, tener un título académico oficial, como mínimo de bachiller, tener veinte años cumplidos y menos de treinta y aptitud física adecuada. Debían aprobar un curso de aptitud que en principio fue de quince días, con enseñanzas emi- nentemente prácticas y relacionadas con el mando de sección en campaña. Para la formación de estos alféreces se organizaron, en principio, aca- demias en Burgos y Sevilla, si bien las necesidades de la campaña pronto hicieron ampliar el número de academias, incluida una en Riffien, aquel cuartel modelo de La Legión. En cuanto a los suboficiales, aunque de forma similar a los alféreces, se creó el título de Sargento Provisional, La Legión siguió teniendo su pro- pia escala de suboficiales y la mayoría de los ascensos lo fueron por méritos de guerra. Las clases de tropa, casi en su totalidad, ascendieron por méritos o selección entre los más idóneos para el mando. Como ya se anticipó al hablar de los empleos de la escala legionaria de Oficiales, el Decreto del Gobierno del Estado nº 158 de 4 de enero de 1937, amplía éstos al de comandante y curiosamente vuelve a hablar del Tercio de Extranjeros, denominación que había desaparecido en 1925. En el mismo Boletín Oficial del Estado, se concede este empleo al capitán del Tercio D. Carlos Tiede Zeden, que figuraba también entre los primeros que alcanzaron el empleo de alférez. Tres días después de su ascenso murió en el hospital militar de Salamanca a consecuencia de las heridas recibidas mandando la V Bandera. Además de los conocimientos necesarios para los distintos empleos, la existencia de la Bandera Legionaria de Carros de Combate, obligó a la preparación técnica y táctica de los oficiales, suboficiales y tropa destinados

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 57-72. ISSN: 0482-5748 58 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ a servir en la misma en los distintos cometidos de conductores, tiradores, jefes de carro y jefes de unidad, para ello se realizaron los correspondientes cursos en Cáceres. La selección de este personal y su especial interés en aquella unidad, hicieron fácil y rápida esta instrucción, y la Bandera y luego la agrupación, tuvieron una destacada actuación en la guerra, sobre todo a partir de la incorporación de los carros capturados al enemigo, cuyas carac- terísticas eran muy superiores a los que al principio encuadraba la Bandera. De entre los oficiales cabe destacar al teniente D. Daniel Gómez Pérez, más conocido por su apodo de “Bakali”, que ganó la Medalla Militar individual en una acción en la que perdió la vista, teniendo que pasar al cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria, aunque siguió vistiendo toda su vida el glorioso uniforme legionario, incluso en el empleo de general. Creada en 1970 la Compañía de Carros medios AMX-30 del Tercio Sahariano “D. Juan de Austria” 3º de La Legión, como veremos más adelante, la compañía se llamó “Bakali” en honor a este distinguido oficial.

De 1939 a 1981

Finalizada la guerra, desaparecen las Banderas de la XII en adelante, agrupándose las restantes en tres Tercios, como también se contempla en otro artículo de esta misma revista. Estos Tercios se siguen nutriendo, en sus cuadros de oficiales, de los procedentes de la Academia General Militar, tras su paso por la Academia de Infantería, de aquellos Oficiales Provisionales creados durante la contienda, que tras su paso por la academia de Transformación de Infantería se incorpo- ran a la misma escala y los componentes de la escala legionaria de oficiales. Estos últimos, desaparecido el empleo de alférez, que queda limitado a los Oficiales de Complemento y a los alféreces cadetes de las academias militares, ostentarán los empleos de teniente, capitán y comandante. Para el ascenso a los dos primeros será preciso, además de los requisitos de anti- güedad y de la existencia de vacantes, la superación de un curso; este curso lo desarrollan los brigadas y subtenientes para el ascenso a teniente y éstos para el ascenso a capitán, cada uno en su Tercio, bajo la dirección de un oficial profesor y los necesarios para proporcionar los conocimientos de las diversas materias. En 1945 se promulga un nuevo reglamento del Cuerpo de Oficia- les Legionarios, derogando el de 1935 y con importantes variaciones sobre aquel, empezando por la denominación de los empleos que será de teniente legionario y capitán legionario, en lugar de las de teniente, capitán y co- mandante de Tercio como hasta entonces. Otra importante novedad es que, para efectos de mando, cuando concurran oficiales legionarios con otros

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 58-72. ISSN: 0482-5748 LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN 59 cualquiera que sea el arma, cuerpo o escala a que pertenezcan, prevalecerá la antigüedad en el empleo; hasta entonces, los oficiales legionarios se con- sideraban los más modernos en sus empleos. Se señalan plantillas máximas de 4 comandantes, 20 capitanes y 100 subalternos; el reglamento anterior marcaba tantos subalternos como compañías tenga organizadas el Tercio y tantos capitanes como banderas. El preámbulo de este reglamento es suficientemente explícito en lo referente a los ascensos dentro de La Legión, por lo que resulta conveniente transcribirlo:

«Atención primordial ha merecido siempre proporcionar a los subofi- ciales del ejército ocasión para alcanzar el grado de oficial, lo que consti- tuía su legítima aspiración. Es de oportunidad y justicia aplicar esta norma al personal de la legión, ofreciéndole la oportunidad de llegar a los empleos de referencia y, ex- cepcionalmente al de Jefe, premiando así las arraigadas virtudes militares que en todo momento supieron evidenciar. Al propio tiempo de conservar en ellas y de que alcancen en las mismas los empleos antedichos, para el mejor desempeño de ellos y afin de que en todo momento respondan por su preparación y selección a la misión confiada…».

A los efectos de este trabajo, las novedades son todavía más impor- tantes, pues se ordena la creación de una academia en cada Tercio, donde los brigadas seguirían un curso preparatorio de seis meses y otra academia en el “Acuartelamiento de Riffien”, donde desarrollarían el curso de formación. Se limitaban las oportunidades para superar el curso a tres que, agotadas, les obligarían a permanecer en su empleo hasta la edad de retiro, considerándo- se no aptos a los que voluntariamente renunciaran al curso. Para el ascenso a capitán legionario se prevé la creación de una Acade- mia de Oficiales Legionarios en el “Acuartelamiento Central de La Legión”, donde los tenientes seguirían un curso de nueve meses de duración. Igual que para el ascenso a oficial, las oportunidades estaban limitadas a tres. La definición de las materias objeto de los cursos es mucho más espe- cífica que en los anteriores reglamentos, marcando para el curso de ascenso a teniente: − Conocimiento del idioma español: nociones generales de gramáti- ca, ejercicios de redacción y de ortografía. − Aritmética: suma, resta, multiplicación y división de números en- teros, fraccionarios y decimales; sistema métrico decimal y opera- ciones con los números concretos. Razones y proporciones Regla de tres simple.

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− Geometría: nociones generales sobre: líneas, ángulos, polígonos, circunferencia, medidas de las magnitudes lineales y angulares, áreas y volúmenes. − Geografía general de España y Marruecos: desde un punto de vista descriptivo. − Historia universal, de España y de Marruecos: nociones generales. − Ordenanzas militares. − Régimen interior de los Cuerpos. − Contabilidad de compañía. − Código de justicia militar. − Reglamento táctico de infantería, hasta compañía inclusive. − Reglamento de tiro: armas portátiles de infantería; dirección del fuego. − Conocimiento de las armas de acompañamiento de infantería. − Nociones de logística: marchas, acantonamientos vivaques y me- didas de seguridad. − Redacción de documentos militares. − Alfabeto morse y señales telegráficas. − Organización del terreno. − Topografía: lectura de planos, croquis, itinerarios y panorámicas. − Nociones generales sobre fisiología e higiene. Para el empleo de capitán legionario: − Gramática: como en el programa anterior. − Aritmética mercantil: reglas de interés, descuento, particiones proporcionales, etc. − Geometría: como en el programa anterior y nociones sobre pro- yecciones. − Geografía general de España y de Marruecos: desde el punto de vista económico y político. − Historia militar: Gonzalo de Córdoba. D. Juan de Austria. Cam- pañas de Napoleón. Guerra de la Independencia. Guerra ruso- japonesa. Guerra Europea. Campaña de Marruecos. Guerra de Liberación de España. Guerra Mundial. − Pedagogía militar: concepto de la educación y de la instrucción militar, Métodos y procedimientos. Las diversas acciones educa- doras e instructivas. Papel en la organización y conducta de la edu- cación e instrucción de capitán, subalternos, suboficiales y clases.

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− Materias militares, como en programa anterior y además: • Reglamento táctico: hasta batallón inclusive. • Carros de, combate: ligeras nociones sobre el carro y su actuación. • Enlace y transmisiones de la infantería. • Logística. • Acción conjunta de infantería y artillería. • Detall y contabilidad de los cuerpos. • Ocultación y enmascaramiento. • Topografía: levantamientos ligeros. En 1961, declarada desde 1956 la independencia de Marruecos, re- tiradas ya todas las fuerzas del antiguo Protectorado y creados los Tercios saharianos, se reorganiza La Legión. El inspector será el Jefe del Estado Mayor Central, por delegación del Ministro del ejército y la Subinspección se traslada a Leganés (Madrid). En cuanto a los suboficiales, la totalidad de las plantillas, excepto la de especialistas, serán cubiertas por personal de la escala de suboficiales legionarios con los empleos de sargento, sargento 1º, brigada y subteniente. Para el ascenso a sargento y a brigada será necesario igualmente, entre otras condiciones, la superación del correspondiente curso que también desarro- llará cada uno en su Tercio de destino. Tanto los aspirantes a los empleos de oficial como suboficial, debe- rán, al finalizar el curso, demostrar sus conocimientos ante un tribunal de la Escuela de Aplicación de Infantería, que se desplaza a los distintos Tercios. Cuando en 1973 desaparecen las Escuelas de Aplicación, integrándose en las respectivas academias de cada arma, los legionarios se examinarán ante el tribunal de la academia de Infantería. La tropa también sigue cursos para cabo y cabo 1º, pero estos se de- sarrollan totalmente en los Tercios incluido el examen final, como sucede en el resto de unidades del ejército. Como se ve esto representa una formación progresiva y continuada. Además de estos cursos de aptitud para el ascenso, los suboficiales y cabos primeros pueden, en las mismas condiciones que sus compañeros del resto del ejército, aspirar a obtener los títulos de Operaciones Especiales y de Instructor de Educación Física. Al transformarse el tercer y cuarto Tercios en Tercios saharianos, en sus plantillas se incluyen para cada uno un Grupo de Caballería y una Bate- ría de Artillería, lo que obliga a formar a legionarios en el conocimiento de los materiales y formas de actuación de estas armas. Los jinetes lo hacen en sus propios Tercios, con sus oficiales y suboficiales del arma, aunque estos

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últimos fueron sustituyéndose paulatinamente por los de escala legionaria y los artilleros en el Regimiento de Artillería de Las Palmas. Más complejo fue formar a las tripulaciones de los carros AMX-30 cuando en 1970 se crea la compañía “Bakali” en el tercer Tercio. Su primer contacto con los carros lo tuvieron con los del regimiento “Vizcaya” 21 en Bétera (Valencia), aunque los carros de dotación en aquella M-47 de fabricación americana, poco tenían que ver con los que iban a recibir. Pos- teriormente se trasladaron a Francia, al Centro de Instrucción de Caballería en Carpiagne, cerca de Marsella, donde completaron su formación en los distintos puestos de tripulación y participaron en ejercicios tácticos.

La Academia de Formación de Mandos Legionarios

Aunque como queda dicho, todos los cursos para el ascenso a los di- ferentes empleos de la escala legionaria se realizaban en los propios Tercios, el reglamento del Cuerpo de Oficiales Legionarios contemplaba la existen- cia de un centro de enseñanza en el acuartelamiento central, sin especificar más. El general Pallás, que había sido comandante en el 2º Tercio en Riffien antes de fundar las fuerzas paracaidistas del Ejército de Tierra, desde que fue nombrado Subinspector de La Legión se marcó varias metas. La primera volver a crear el 4º Tercio, del que había sido el último coronel, al disol- verse con motivo de la evacuación del Sáhara, pero también la creación de una unidad Legionaria de Operaciones Especiales y una Academia donde se forme a los oficiales y suboficiales de los cuatro Tercios. Su tesón aragonés y su capacidad de convencer al mando, ejercitada en la creación de los para- caidistas, le hicieron conseguir los tres objetivos. Así nació la Academia de Formación de Mandos Legionarios (AFML). Trasladada la subinspección de La Legión de Leganés (Madrid) a Ronda (Málaga), por una instrucción general del Estado Mayor del ejército de 1981,8 se crean en aquella preciosa ciudad serrana, el Tercio de Apoyo “Alejandro Farnesio” 4º de La Legión, la unidad de Operaciones Especiales de La Legión (UOEL) y la Academia de Formación de Mandos Legionarios, de la que nos vamos a ocupar. Además de lo expuesto, la justificación de la necesidad de la acade- mia viene dada porque el desarrollo técnico e industrial hace progresiva la variedad y complejidad de armamento y medios, rápida la evolución de procedimientos, afectando enormemente a La Legión, que siempre ha cons-

8 Instrucción General 13/81 EME (1ª División) de 6 de octubre de 1981.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 62-72. ISSN: 0482-5748 LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN 63 tituido una infantería moderna y que incluye en sus filas, desde 1958, uni- dades del arma de caballería. Además, la sociedad española había elevado rápidamente su nivel cultural y, por una parte, la intención de La Legión de reintegrar a esa sociedad a quien había venido rechazado por ella y, por otra parte, la obligación de formar a los jóvenes españoles que cada año servían en nuestras filas, exigían a La Legión elevar el nivel cultural de sus cuadros de mando. Finalmente, de todos es conocida la lógica preocupación de los ejércitos modernos por mantener y mejorar la condición física de sus efecti- vos; pero, además, La Legión está obligada por dos espíritus de su credo, el de sufrimiento y dureza: “no se quejará de fatiga…” y el de marcha: “será el cuerpo más veloz y resistente”, a que sus hombres tengan unas cualida- des físicas superiores al resto de componentes del ejército. Todo ello crea la necesidad de formar en el triple aspecto, moral, intelectual y físico a los cuadros de mando de La Legión de una manera especial.

En octubre de 1981 nace la AFML (Academia de Formación de Mandos Legionarios), con la finalidad de que el personal legionario pueda realizar los cursos de ascenso a grado superior de una manera uniforme y con un cuadro de profesores fijos. Esta Academia tuvo su primera sede en Ronda, en el Cuartel de la Concepción, y tomó el nombre de “Comandante Tiede”, en honor del primer comandante caballero legionario de escala legionaria. El primer director del centro fué el Tcol. D. José Carranza Manzano. En la foto, el Tcol. Jefe de la Plana Mayor de la Subinspección da lectura a la autorización de entrega del Guión a la Academia por la Cofradía Nuestro Padre Jesús de Arriate

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 63-72. ISSN: 0482-5748 64 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ

Los factores que aconsejaron la creación de la academia fueron: − Recoger el espíritu que marca el Reglamento del Cuerpo de Ofi- ciales Legionarios, aprobado por O.C. (D.O. nº 223), sobre la aca- demia de Oficiales Legionarios en el acuartelamiento central. − Extensión de este concepto al nivel de los empleos de suboficial. − Adaptar los conocimientos de cada empleo al nivel de otras escalas. − Proporcionar a los mandos legionarios un centro de enseñanza donde, con dedicación plena al estudio, puedan desarrollar los dis- tintos cursos que les capaciten para alcanzar un empleo superior. − Unificación de criterios para el control y selección del personal. − Participar inicialmente en el examen de aptitud para el ascenso a cabo 1º; considerando a este empleo como escalón básico para toda la escala legionaria, al objeto de unificar criterios de selec- ción y calificación. − Fomentar la convivencia durante las distintas fases de presente que se establezcan para cada curso, entre los componentes de la escala legionaria procedentes de los distintos Tercios. − Condicionar todos los apartados anteriores al concepto fundamen- tal de mantener las virtudes tradicionales en La Legión e impartir enseñanzas a un elemento humano, que es profesional de estas fuerzas, con todos los conocimientos de orden militar inherentes a su empleo. La academia tiene una doble dependencia, como unidad de La Legión, de la Subinspección, siendo administrada por el 4º Tercio, como todas las unidades ubicadas en Ronda y, como centro de enseñanza, de la Dirección General de Enseñanza Militar y, cuando esta pasa a integrarse en el Ministe- rio de Defensa, de la Dirección de Enseñanza del Ejército. Se articula en, una dirección, a cargo de un teniente coronel -fue el pri- mero en ostentar este cargo el teniente coronel D. José de Carranza Manzano, que había sido comandante en la VII Bandera en Smara-, jefatura de estudios, un comandante, sección de formación de oficiales (SEFO), sección de forma- ción y perfeccionamiento de suboficiales (SEFOPES), centro de difusión y reprografía (CENDISOR) y unidad de instrucción y experiencias (UIE). La unidad de instrucción y experiencias, al mando de un capitán profesor, es una compañía con la plantilla en vigor en aquel momento, más las armas correspondientes a una Bandera y una sección de servicios de Academia, para atender a todo el aspecto burocrático y administrativo de ésta. Constituye un auxiliar valiosísimo en los cursos, en los que se da suma

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 64-72. ISSN: 0482-5748 LA FORMACIÓN DE MANDOS EN LA LEGIÓN 65 importancia a las prácticas, permitiendo en las de táctica que los alumnos se ejerciten en el mando de unidades hasta compañía, en topografía apoyando a los capitanes profesores en los recorridos de campo de los alumnos y en tiro poniendo sus armas a disposición de éstos. En los períodos en que no hay alumnos en fase de presente, desarrolla un exigente programa de instrucción con al menos diez días de permanencia en el campo al mes. La academia empieza a funcionar inmediatamente, en precarias con- diciones de instalación, en el cuartel de la Concepción de Ronda; acuarte- lándose su unidad de instrucción y experiencias en el Cuartel de “El Fuerte”, muy próximo al anterior. En enero de 1982, sin haberse incorporado todavía todos los profesores, se inician las fases por correspondencia de los cursos de ascenso a: − Sargento. − Brigada. − Teniente. − Capitán. En diciembre de 1981 se habían publicado las primeras vacantes de capitán9 resultando destinados ocho capitanes, todos con trayectoria legio- naria previa en los distintos Tercios en enero de 1982,10 efectuando su in- corporación en los primeros días de febrero, pasando los dos más antiguos a encabezar las secciones de formación de oficiales y suboficiales y el tercero a mandar la unidad de instrucción y experiencias, comenzando inmediata- mente a hacerse cargo de los cursos ya en desarrollo en sus fases de corres- pondencia. La plantilla la completaban un capitán de la escala legionaria, uno diplomado en educación física y otro perteneciente al arma de caballe- ría, que impartía las asignaturas de táctica del arma y materiales de dotación en el grupo de caballería. Por orden del General Subinspector de 10 de febrero de 1982, la de- nominación oficial de la academia será: Academia de Formación de Mandos Legionarios “Comandante Tiede”, adoptándose el guión correspondiente a la XI Bandera por corresponder sus símbolos al primer legionario que alcanzó el empleo de jefe, culminación de la escala legionaria, como ejemplo en que de- ben mirarse todos sus componentes. Este guión fue recibido por la academia el 24 de julio de 1982, en el acto de entrega de diplomas a los alumnos que habían superado el primer curso de ascenso a capitán y a brigada.

9  Orden 362/14.592/81 (D.O. nº 277). 10 Orden 362/1.012/82 (D.O. nº 22 de 28 de enero).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 65-72. ISSN: 0482-5748 66 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ

Ronda y su serranía reunían las condiciones ideales para el desarro- llo de unos cursos en que tanta importancia se daba a la práctica, pues la proximidad del campo de tiro de “Las Navetas” facilitaba enormemente las prácticas de táctica y tiro y la dureza de la sierra rondeña era el marco ideal para los recorridos topográficos de los alumnos. Los cursos constaban de una fase de correspondencia de tres meses en sus respectivos Tercios, bajo la tutoría de un oficial, al final de la cual sufrían un examen, cuya superación, para los cursos que no implicaban cambio de categoría (ascenso a capitán y brigada), daba acceso a otra de presente de otros tres meses en Ronda; para los cursos que suponían el pase de tropa a suboficial (ascenso a sargento) o de suboficial a oficial (ascenso a teniente), comenzaba una nueva fase de correspondencia en la misma forma que la anterior, superada esta segunda fase se incorporaban a la academia. Además de este sistema, ya de por si exigente, durante las fases de presente debían superar unas notas mínimas por grupos y otra global, debiendo aprobar en táctica, topografía y tiro por separado la parte teórica y la práctica. Figura importante en los cursos eran los tutores, uno por curso en cada Tercio; ellos resolvían las dudas, velaban por el cumplimiento de los plazos de remisión de los envíos y, en suma, hacían una auténtica labor de profesorado cercana y eficaz. Antes del inicio de cada curso, se les reunía en Ronda con el fin de unificar criterios y para que conocieran a los profesores y la labor de la academia. La academia, no cabe duda fue un revulsivo para la escala legiona- ria, no todos los miembros de la misma, ni siquiera todos los componentes de otras escalas destinados en los Tercios supieron valorarlo. Fuera de La Legión, solo los que conocían su labor pudieron apreciarla, el resto pensó que, como cosa interna de La Legión, sería un “coladero”. Sin embargo, el Jefe de Estado Mayor del ejército e Inspector de La Legión consideró digno de felicitación el trabajo de la academia y lo expreso con el siguiente texto:

«Transcurrido un año desde la creación de la academia de Formación de Mandos Legionarios, ha quedado patente su eficaz funcionamiento, así como la importancia de la labor llevada a cabo en dicho centro de enseñanza. En atención a tan destacadas circunstancias, y en mi calidad de ins- pector de la legión, al propio tiempo que felicito a V.E. como principal res- ponsable de esa actuación, le ruego transmita mi felicitación al director y personal destinado en aquella academia, que por su competencia y dedica- ción han hecho posible el éxito alcanzado, exhortándoles a seguir superán- dose en el cumplimiento de su misión por el bien del ejército y de España».

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Superadas las primeras dificultades de instalación y destinos de perso- nal, entre otras, la academia siguió su trayectoria con eficacia y perseverancia. El plan META, de modernización del Ejército de Tierra, vino a supo- ner un grave problema para la academia, pues se ordenó su traslado desde Ronda,11 cuyas ventajas para el desarrollo de los cursos ya se han señalado, al campamento “Benítez” en Málaga, en su límite con Torremolinos, es de- cir, en plena Costa de Sol, zona ideal para el turismo, pero no tanto para un centro de enseñanza militar. Además, al permanecer en Ronda el Tercio de Apoyo y encontrarse allí la subinspección, todos los apoyos de tropa los pro- porcionaba la unidad de instrucción y experiencias de la academia. Como La Legión no reconoce imposibles, todo se resolvió con el esfuerzo redobla- do de los legionarios y, desplazándose cada curso una semana a Ronda, al campo de “Las Navetas” -del que se ha hablado- y dedicando esa semana de forma intensiva a prácticas de táctica, tiro y topografía, además de realizar estas últimas en las zonas menos pobladas próximas a Málaga.

16 de enero de 1986. El mando decide el traslado de la Academia de Formación de Mandos Legionarios desde Montejaque a su nueva sede en el campamento “Benítez” de Málaga, cerca de Torremolinos. Profesores y alumnos proponen efectuar el traslado del personal a pie, en una larga marcha de tres días a través de la serranía de Ronda. Las fotos muestran dos momentos, en plena sierra, de la magnífica marcha

11 IG 10/85 EME.

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La desaparición de las escalas legionarias de oficiales y suboficiales, de las que hablaremos a continuación, supuso el fin de la academia. A partir de 1991, todos los oficiales (excepto los de la escala de complemento) se formarían en la Academia General Militar y todos los suboficiales lo harían en la Academia General Básica de Suboficiales. El balance es de 10 cursos de ascenso a capitán con un total de 57 aptos, de ellos 36 alcanzarían el empleo de comandante y alguno el de teniente coronel, previo pase a otra escala. La aptitud de teniente, la ob- tuvieron 81, de los cuales 50 ya habían realizado el curso para ascenso a brigada en la academia y 11 el de sargento. El curso de ascenso a brigada lo superaron 113 alumnos, de los cuales 40 habían sido alumnos de ascen- so a sargento y 221 realizaron con éxito el curso para ascenso a sargento. El hecho de haber realizado dos o tres cursos en la academia, favoreció la elevación del nivel cultural de los alumnos. La enorme afluencia de cabos primeros a alguno de los cursos de sargento, aconsejó adoptar el régimen de internado, para lo que se formó una Compañía de Alumnos al mando de un capitán profesor. Además de estos cursos, previstos en la legislación, el hecho de que los comandantes de la escala legionaria no pudieran mandar, accidental o in- terinamente bandera, al no haber realizado el curso de aptitud para el ascen- so a jefe, provocó que se convocara un curso al que asistirían los capitanes próximos a ascender y los comandantes en activo. Como para estos últimos la Dirección de Enseñanza del ejército no justificó el que cobraran dietas, al ostentar ya la categoría de Jefes, debieron desplazarse a Ronda y realizar el curso sin percibir ningún emolumento por ello. Otro problema era que en la academia sólo había un teniente coronel (el director) y un comandante (el jefe de estudios), por lo que ellos fueron nombrados profesores y los dos capitanes más antiguos auxiliares de profesor. También, además de estos cursos, se organizó uno preparatorio para los suboficiales y cabos primeros que aspiraban a los de instructor de edu- cación física, montaña y operaciones especiales en las respectivas escuelas. Este curso se denominó “Curso preparatorio polivalente” y la docencia la desempeñaron los profesores de la academia. Hubo también un “Curso de Operaciones Especiales” que se desarrolló en Ronda bajo el control de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, que desplazaron a Ronda un comandante y un capitán, completándose el cuadro de profesores con un capitán diplomado de operaciones especiales de cada Tercio y uno de la Academia.

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Profesores y antiguos profesores el día de la disolución de la Academia, 30 de abril de 1990

Integración de escalas

La ley 17/89 reguladora del régimen del personal militar profesional,12 declara a extinguir la escala legionaria de oficiales e integra en la escala básica la de suboficiales, lo que significa el final de la academia, al cesar los motivos que aconsejaron su creación. A partir de entonces, todos los oficiales procederán de las que la ley denomina escalas superior y media de oficiales y todos los suboficiales de la escala básica. A los oficiales legionarios se les permitía continuar en su escala hasta su pase a retiro o integrarse en la escala media, si bien no se especificaban las ventajas e inconvenientes de una u otra opción. En general, se integraron en la escala media los oficiales cuya edad les proporcionaba la expectativa de llegar al empleo de teniente coronel, que posteriormente se ampliaría hasta coronel, aunque en aquella ley no se contemplaba. De todas maneras,

12 BOE núm. 172 de 20 de julio de 1989.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 69-72. ISSN: 0482-5748 70 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ no todos los oficiales jóvenes se integraron, prefiriendo la mayoría continuar en su escala de origen. El hecho de que continuara la exigencia de curso para el ascenso a capitán obligó a hacer dos cursos más en la academia de infantería. La integración de los oficiales que eligieron hacerlo en la escala media se hizo con el empleo que cada uno ostentaba, por un prorrateo entre los ascendidos en un mismo año de las distintas escalas que se integraban; especial, legionaria y de complemento. No sucedió así con la de suboficiales, integrados, sin otra opción, en la escala básica, pues para ésta el criterio que se siguió fue el de la antigüedad en el primer empleo de suboficial, es decir, de sargento. Ello supone un doble perjuicio para los legionarios. Por un lado, los que ya eran brigadas a la promulgación de la ley, vieron como los sargentos primeros que iban ascendiendo al empleo de brigada, sin necesidad de curso, eran escalafonados delante de ellos en el nuevo empleo. Por otro lado, los sar- gentos y sargentos primeros, al ascender los procedentes de la Academia General Básica con antigüedad del mismo día que recibieron el despacho y tener que esperar vacante los procedentes de La Legión, éstos quedaban escalafonados a la cola de la promoción ascendida el año que recibieron el diploma. Este agravio, de por sí importante, se acrecentó cuando, con el transcurso del tiempo, los suboficiales de una y otra procedencia optaron a los empleos de subteniente y suboficial mayor, pues el expediente acadé- mico, uno de los factores a considerar, no se tuvo en cuenta, al no aparecer los archivos correspondientes a la Dirección de Enseñanza del ejército, a la cual se remitían todas las actas cuando pasó a depender del Mando de Personal al Mando de Doctrina.

Conclusión

La selección y formación de cuadros de mando, desde los más bajos niveles hasta el mayor empleo, que en cada momento permitía la legislación alcanzar a los legionarios, ha sido una constante en La Legión. En períodos de operaciones, los ascensos por méritos de guerra proporcionaban la posi- bilidad de elegir a los que mejores dotes de mando manifestaban, habiendo adquirido sus conocimientos en la mejor y más dura escuela: el combate. Llegada la paz, hubo que sustituir esa formación práctica por otra empírica, si bien se contaba como formadores a quienes tenían experiencia guerrera.

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The Legion in campaign, by Mr. Salvador FONTENLA BALLESTA, Infantry Brigade General (retired), Doctor in History

Revista de Historia Militar I extraordinario de 2020, pp. 73-110 ISSN: 0482-5748 RHM.03 La Legión en campaña, por don Salvador FONTENLA BALLESTA, General de Brigada de Infantería (retirado), Doctor en Historia

LA LEGIÓN EN CAMPAÑA

Salvador FONTENLA BALLESTA1

RESUMEN

El Tercio, actual Legión, ha sido una unidad militar organizada para ser nutrida por voluntarios, creada para ser una unidad de combate por exce- lencia, y para ser empleada en la metrópoli y en campañas exteriores. Su orgánica, equipamiento y adiestramiento están orientados a conse- guir un óptimo rendimiento operativo. PALABRAS CLAVE: Asturias. Bandera. Ifni. Marruecos. Sáhara. Tercio.

ABSTRACT

The “Tercio”, currently “The Legion”, has been a military unit organ- ized to be manned by volunteers, created to be a combat unit par excellence, and to be used in the metropolis and in foreign campaigns. Its organization, equipment and training are oriented to produce a superior operational perfor- mance. KEY WORDS: Asturias, “Bandera”, Ifni, Morocco, Sáhara, “Tercio”.

* * * * *

1 General de Brigada de Infantería (retirado), Doctor en Historia.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 73-110. ISSN: 0482-5748 74 SALVADOR FONTENLA BALLESTA

INTRODUCCIÓN

l Tercio de Extranjeros (Tercio de Marruecos, Tercio o Legión) es una unidad nacida por y para el combate. Se podría decir que todas Elas unidades militares lo son, sí, pero unas más que otras, porque las unidades formadas por tropa de recluta forzosa tienen unas connotaciones políticas y éticas diferentes, orientadas a la defensa nacional más que a em- presas militares exteriores. La razón de ser de las unidades con tropa de reemplazo es princi- palmente la defensa del territorio nacional, deber y derecho de todos los ciudadanos. También se han empleado en campañas exteriores, como en Marruecos para la pacificación del Protectorado español (1909–1927), pero han presentado serios inconvenientes: − A nivel político sus bajas pasaban factura al gobierno de turno que, en ocasiones, fueron inasumibles. − Su condición de recluta forzosa los hace proclive a rechazar parti- cipar en campañas extrametropolitanas, lo que afectaba a su moral de combate y a su rendimiento. − El período de permanencia en filas fue, en muchas ocasiones, de- masiado corto para tener un adiestramiento que los conflictos bé- licos exigían. La falta de un solape adecuado, entre los sucesivos reemplazos, producía un sensible bajón en las capacidades milita- res en el ejército y un parón en las operaciones militares por falta de efectivos, lo que da tiempo al enemigo a rehacerse, cuando no constituye una grave vulnerabilidad (como en Ifni). − No obstante, lo anterior, cuando la tropa de reemplazo ha estado bien encuadrada, con mandos competentes, motivada y ha conta- do con recursos y tiempo para su formación y adiestramiento, ha dado excelentes resultados en todas las campañas militares. Las fuerzas profesionales, y los voluntarios de larga duración, ob- vian los inconvenientes anteriores. Las fuerzas indígenas de las colonias y protectorados tuvieron como misión principal la lucha en la pacificación de territorios extrametropolitanos, aunque ha sido habitual que las potencias colonizadoras las utilicen en toda clase de conflictos, cuando lo han conside- rado necesario: las dos guerras mundiales y nuestros dos últimos conflictos civiles (Revolución de Asturias y Guerra Civil).Tienen, además, la ventaja del conocimiento y adaptación al ambiente de su territorio de origen, pero tienen el serio inconveniente del cruce de intereses y lealtades cuando ope- ran en su territorio, riesgos y ventajas que hay que saber evaluar.

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Por eso, generalmente y desde la antigüedad, los imperios han em- pleado a las tropas coloniales fuera de su ámbito social y político. Otra de las ventajas de las fuerzas profesionales, si están bien discipli- nadas y, sobre todo, sus guarniciones habituales son extrametropolitanas, es que son poco sensibles a la propaganda e infiltraciones subversivas.

El credo legionario

El Tercio de Extranjeros como fuerza profesional abierta, en princi- pio, a todo tipo de recluta, era más versátil y su finalidad fundamental era la guerra, cuando y donde fuera, como inculcaba su Credo, especialmente en los espíritus “del legionario”, “de combate” y de “acudir al fuego”: − El espíritu del legionario: Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el ene- migo y llegar a la bayoneta. − El espíritu de combate: La Legión pedirá siempre, siempre comba- tir, sin turno, sin contar los días, ni los meses ni los años. − El espíritu de acudir al fuego: La Legión, desde el hombre solo hasta La Legión entera acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello. Incluso el espíritu del legionario va en ese sentido conceptual, y no como se ha pretendido de un procedimiento puramente táctico, de despre- ciar la maniobra por el choque frontal y directo. Franco fue su primer jefe táctico y el que formó a La Legión en el combate, porque fue prácticamente su único jefe en los campos de batalla africanos, se caracterizó por operar basándose principalmente en la maniobra (evitando, en lo posible, el choque frontal que tantas bajas produce) y en la sorpresa, consiguiendo los objeti- vos marcados con muy pocas bajas. Considerar que, como erróneamente se ha hecho, es una reivindicación del napoleónico ataque frontal a la bayo- neta, solo ha conseguido aumentar innecesariamente el número de bajas y poner en peligro el cumplimiento de la misión. El credo legionario está basado en las seculares ordenanzas militares españolas, que arrancan en la tradición guerrera germánica (visigoda) y de la Segunda Partida de Alfonso X El Sabio, es un código moral y ético, y no un reglamento de procedimientos tácticos. La confusión entre ambos conceptos puede producir, ha producido, innecesarios derramamientos de sangre.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 75-110. ISSN: 0482-5748 76 SALVADOR FONTENLA BALLESTA

Credo Legionario

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El relato histórico de La Legión La Legión nunca ha sido, desde su fundación como Tercio de Ex- tranjeros, una unidad táctica de combate, sino un cuerpo administrativo. Su estructura básica para el combate ha sido el batallón (denominado bandera) o pequeña unidad fundamental táctica de la infantería. Las banderas legionarias actuaban bajo mandos, organizaciones ope- rativas y escenarios diferentes, y en ocasiones muy alejados geográficamen- te. Lo que complica el relato histórico de sus vicisitudes en campaña que, necesariamente, se debe hacer por cada bandera. Ni siquiera la creación de la Brigada de La Legión (BRILEG) como gran unidad administrativa y táctica, ha resuelto este problema narrativo, porque hay unidades legionarias fuera de su orgánica (en las plazas de Ceuta, Melilla y en el Mando de Ope- raciones Especiales de Alicante) y porque las unidades de la BRILEG están actuando, en muchas ocasiones y en las operaciones exteriores, de forma independiente. El Tercio de Extranjeros fue un cuerpo militar orgánico y homogéneo, cuyas principales funciones han sido administrativas, encuadramiento, for- mación y generación de unidades tácticas (principalmente banderas), para lo que contaba con una unidad de depósito. Lo mismo se puede decir cuando las banderas se agruparon en unidades administrativas tipo regimiento (Ter- cios), y de las organizaciones legionarias superiores a los Tercios: subins- pección y Mando de La Legión (MALEG). Sin embargo, si se puede hacer un relato conjunto y más homogéneo de su organización, reclutamiento, escalas, armamento, vexilología, vestua- rio, acuartelamientos, cancioneros, etc. Se puede decir que La Legión (y los legionarios) ha participado en todo tipo de conflictos bélicos, situaciones tácticas, terrenos, climas y am- bientes. Pondremos algunos ejemplos. Tipos de guerra: − Guerra irregular (Protectorado español en Marruecos, Ifni y Sáhara). − Guerra revolucionaria (Asturias, 1934). − Guerra convencional (Guerra Civil, División Azul). Terreno y clima: − Montañoso (Protectorado español en Marruecos, España, Ifni). − Árido (Protectorado español en Marruecos, España, Ifni). − Desértico (Rif, Ifni y Sáhara). − Ártico (Rusia).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 77-110. ISSN: 0482-5748 78 SALVADOR FONTENLA BALLESTA

− Estepa y bosques (Rusia). − Urbano (Asturias, Guerra Civil). Situaciones tácticas: − Ofensivas (puentes aéreos y marítimos, aproximaciones terrestres, reconocimientos ofensivos, pasos de ríos, golpes de mano, etc.). − Defensivas (defensas de posiciones, contraataques inmediatos, es- coltas de convoyes, fortificaciones, etc.).

La Legión y sus tradiciones

Las unidades militares se componen de cuerpo y alma. El cuerpo es su organización, combatientes, armamento y el material del que disponen. El alma es el espíritu militar de la unidad, también llamado “espíritu de cuerpo”. El espíritu de la unidad no es solamente la suma de los espíritus milita- res de sus combatientes, es mucho más porque tiene un efecto multiplicador. El espíritu militar de las unidades orgánicas es el que proporciona la cohesión interna, fruto del conocimiento y confianza mutua. El alma de La Legión está recogida en su Credo, y fue expresada magistralmente por el alférez provisio- nal Cavero, de la Segunda Bandera (1938): Pero algo inmaterial, tal vez un soplo vivificante de Millán Astray, flotaba en nuestros banderines. Cuando una unidad militar es disuelta, su cuerpo se deshace y su alma muere, y no resucita. Aunque a otra unidad le den, tiempo después, el mis- mo nombre y la misma heráldica. Las unidades militares tienen apego a sus tradiciones, a su historia, uniformidad distintiva, héroes y la memoria de sus caídos. Como la tiene La Legión, porque ha sabido formar un Cuerpo militar único y homogéneo, y ha sabido transmitir en todas sus unidades de nueva creación ese soplo vivificante, aunque de las banderas fundacionales solo hayan pervivido hasta el centenario, sin sobresaltos, la I y la IV. El ejército español fue disuelto por el rey Fernando VII, después de la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, por considerarlo desafecto, y el gobierno del Frente Popular hizo lo mismo, en el año 1936. Además, hay que añadir a lo anterior, los numerosos planes de reducción de los ejércitos, como el plan NORTE. La Legión se puede considerar, desde este punto de vista historiográ- fico, como la unidad más antigua del ejército español, porque las que preten- dan blasonar más antigüedad, han tenido vacíos en su historial. Las unidades disueltas ahora traspasan sus historiales a otras que estén activadas, pero sin su cuerpo ni su espíritu.

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Las unidades de nueva creación, cogen títulos prestados que no les corresponden, no conocen a sus héroes, no tienen los listados de sus caídos en combate (como La Legión tiene su Libro de Oro) y, si los tienen, no van más allá desde su nueva creación, han ido desapareciendo, por mimetis- mo, sus características prendas de cabezas (gorras montañeras, teresianas, lepantos de los carristas) por boinas de todos los colores; también han des- aparecido los banderines de cola, olvidados sus himnos y cancioneros, etc. Sin embargo, han resucitado del baúl de los recuerdos, también por mime- tismo, uniformes de tiempos pretéritos, más propios de las asociaciones de reconstrucción histórica.

LAS CAMPAÑAS DE MARRUECOS (1920–1927)

El Protectorado español en Marruecos, cuando se fundó el Tercio de extranjeros, llevaba ya más de once años de campañas militares. Los avances territoriales eran evidentes en ambas zonas (oriental y occidental). El sector oriental se había llegado a los límites del Rif central, y en el orien- tal se había acorralado al principal cabecilla rebelde, Raisuni. Las perspec- tivas militares y políticas eran buenas. Se habían creado unidades militares profesionales con nativos (Poli- cía Indígena y Fuerzas Regulares Indígenas). Sin embargo, se seguía echan- do de menos a una fuerza de choque profesional y europea, para reforzar la seguridad en cualquier situación táctica, aunque fuera adversa, y el modelo original era el de La Legión extranjera de Francia. La pacificación del Protectorado exigía la ocupación y control de un territorio, cada vez más extenso, para proporcionar seguridad a las cabilas, a los poblados y a las comunicaciones. Las fuerzas españolas, para el dominio del terreno, utilizaron principalmente dos procedimientos tácticos; el de las posiciones defensivas y el de las columnas móviles. Ambos procedimientos, para que resultaran eficaces, requerían que el mando que los planeaba debía dar solución a los graves problemas que cada uno presentaba en su ejecu- ción: − El sostenimiento de las posiciones obligaba a organizar convoyes de abastecimientos, que resultaban muy vulnerables y obligaban a establecer grandes dispositivos de seguridad. − El sistema de las columnas móviles solo resultaba eficaz si era seguido de la ocupación del terreno y el desarme de las cabilas ocupadas.

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Todas las banderas del Tercio estaban operando en la zona occiden- tal, cuando parecía que la contienda se inclinaba decididamente del lado español. Cuando, de pronto, la situación estratégica y táctica cambió radi- calmente, por el derrumbamiento de la comandancia militar de Melilla, en julio de 1921. No sabemos qué hubiera pasado si en este frente hubiera desplegadas fuerzas del Tercio, que seguramente hubiesen hecho de sostén y de nervio, como los antiguos Tercios de Flandes. Las banderas del Tercio tuvieron que cambiar repentinamente de sec- tor para reforzar el oriental y recuperar el terreno perdido, pero ya contra un enemigo más cohesionado -por Abdelkrim-, mejor organizado y armado. Por el otro lado, la presión sobre Raisuni cesó en la zona occidental, y junto a un repliegue generalizado de las posiciones alcanzadas por los es- pañoles, ordenadas por el gobierno, causó el levantamiento general de casi todas las cabilas. La guerra se generalizó en extensión e intensidad, con una mezcla de guerra de guerrillas (hostigamientos, golpes de mano y embosca- das) y combates convencionales, generalmente ocasionados por una tenaz resistencia defensiva de las harcas enemigas.

Melilla 1921, defensa de una posición por legionarios

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Prácticamente desde su fundación las unidades del Tercio, como fuer- zas de choque actuaron siempre en vanguardia de sus respectivas columnas, que mezclaban fuerzas indígenas y europeas, en las que estas eran las encar- gadas de dar consistencia a las organizaciones operativas, particularmente en los momentos difíciles. Se puede considerar que la guerra convencional se generalizó cuando el llamado sultanato del Rif, liderado por Abdelkrim, contó con artillería, ametralladoras, transmisiones telefónicas y la voluntad de luchar sin ceder terreno, cada vez más reducido. Paradigmas de estas operaciones fue el des- embarco de Alhucemas, ensanchamiento de la cabeza de desembarco, y la ruptura de la línea fortificada de Iberloken. La eficacia del Tercio de Extranjeros en los combates, contrastada muy tempranamente, hizo que proporcionara seguridad a los mandos (polí- ticos y militares) de que su empleo era una garantía de éxito, por lo que se organizaron nuevas banderas legionarias, hasta alcanzar el número de ocho. Las banderas del Tercio participaron, de forma independiente o for- mando parte de columnas interarmas (caballería, carros de combate, artille- ría, zapadores, etc.) y apoyo aéreo, en todo tipo de acciones que se dieron en la guerra de Marruecos: − Conquista de poblados (Ámbar y Tuguntz, 1922). − Operaciones de castigo y razias (1921–1926). − Reconocimientos ofensivos (1921–1926). − Apertura de la ruta de Xauen, desde Uad Lau (1924). − Golpes de mano (monte Uixán 1921). − Ataque a posiciones fortificadas (línea Iberkolen 1925). − Socorro a posiciones asediadas (Tifarauín en 1923, Tizzi Aza en 1924, Side Mesaud en 1924 y Coba Darsa en 1924). − Protección de convoyes a las posiciones avanzadas (Tizzi Aza, 1923). − Desembarcos anfibios (Alcazarseguer y Alhucemas, 1925). − Repliegues bajo presión enemiga (Xauen y Xeruta, 1924). − Socorro y defensa de Melilla (1921). − Defensa de posiciones (posiciones de la Muerte 1921, Kala Bajo 1924). La I Bandera del Tercio fue la primera unidad de la historia militar de España que combatió en cooperación con carros de combate, en enero de 1922, en Tanmanchu y Ámbar.

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Finalizado el conflicto las banderas legionarias siguieron haciendo acto de presencia en el Protectorado español, mediante la guarnición en acuartelamientos y destacamentos, y con paseos militares por el territorio.

El Tercio, unidad de combate por excelencia

El Tercio había nacido por y para el combate. Su instructor y su for- jador como una excelente unidad de combate fue Franco, lugarteniente de Millán Astray y primer jefe de la Primera Bandera. Franco mandó más tiempo el Tercio, durante las campañas de Ma- rruecos, que Millán Astray, a causa de sus heridas de combate y por cese en el destino. Pero, sobre todo, porque Franco fue el jefe táctico sobre el campo de batalla en el sector oriental, donde se desarrollaba el ciclo de operacio- nes, mientras que Millán Astray, como jefe del Tercio (unidad no operativa) se dedicó más a la organización y administración, teniendo su residencia oficial en Ceuta, en la zona occidental. Sin embargo, Franco compatibilizó más ser jefe del Tercio y el man- do de agrupamientos tácticos (con banderas legionarias) en las operaciones militares, en ambos sectores.

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Un ejemplo de la anterior afirmación es que, concedido unos días de permiso al comandante Franco por haber finalizado el ciclo de operacio- nes, fue relevado durante su ausencia por el teniente coronel Millán Astray, cuando la norma es que la sucesión de mando sea descendente y no ascen- dente. Regresado aquel de las vacaciones, y por orden del alto comisario, volvió a tomar el mando táctico de las banderas, para el siguiente ciclo de operaciones. Franco fue el principal responsable de la terrible eficacia del Tercio en combate, al que dirigió directa y personalmente (como jefe de bandera, de agrupamientos tácticos y del Tercio) en las operaciones más importantes en las que intervino en Marruecos: − Socorro de Melilla. − Reconquista de Monte Arruit y Sidi Dris. − Retirada de Xauen y de Xeruta. − Socorro y liberación de posiciones asediadas de Tifarauín, Tizzi Aza, Sidi Mesaud y Cobba Darsa. − Desembarcos anfibios de Alcazarseguer y Alhucemas. Franco redactó una se- rie de instrucciones tituladas: “Prevenciones a las Bande- ras” (1923), “Instrucciones generales de paz y guerra” (1924) y las “Instrucciones generales para el régimen in- terior de los cuerpos” (1924), en las cuales quedaron refleja- dos los procedimientos tácti- cos en el combate, normas de disciplina y administración. Manuel Aznar, escribió en el prólogo al Diario de una Ban- dera: «El comandante Franco Bahamonde fue quien la for- mó (La Legión), a imagen y semejanza de su propio espí- ritu».

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La reorganización del Tercio

Las necesidades de las campañas aconsejaron que, reconocido el óp- timo rendimiento operativo del Tercio de Extranjeros, y con vistas a las nuevas operaciones que se avecinaban, se le potenciara y se le diera a una nueva organización más eficiente. El 1 de marzo de 1924, se crearon dos banderas más, lo que situaba la fuerza del Tercio próxima a los 7.000 hombres, motivo por el que el Estado Mayor Central inició el estudio para reorganizar el Tercio en tres unidades independientes, tipo regimiento (denominadas legiones), cada una al man- do de un teniente coronel. Cada legión quedaría adscrita a una comandan- cia general (Ceuta, Melilla y Larache) y cada legión estaría compuesta por tres banderas. Dicha propuesta encontró la firme y razonada oposición del enton- ces jefe del Tercio, teniente coronel Franco, porque consideraba que el mando del Tercio no debía fragmentarse, conservándose bajo un mando único, con el objeto de mantener unificados el espíritu de cuerpo y la ad- ministración. Franco propuso convertir al Tercio de Extranjeros en una unidad or- gánica operativa tipo brigada de infantería, con una bandera de caballería y un grupo de artillería, al que se denominaría Tercio, en vez de Tercio de Extranjeros, estructurado en dos legiones, ubicadas en Ceuta y Melilla, a cuatro banderas. También pretendió para el nuevo Tercio una Bandera de Caballería que prestaría excelentes servicios, dadas las extensas líneas de etapas y para cooperar con las Banderas de Infantería en muchos momentos del combate. Sostenía que las compañías de fusiles tuvieran cuatro sec- ciones, llevando la cuarta seis fusiles ametralladores, y manteniendo su fuerza en 216 hombres, por razones tácticas y por el constante y especial empleo de estas tropas, cuyos efectivos disminuyen desde el principio del combate. Por último, defendió que las compañías de ametralladoras siguieran contando con ocho Hotchkiss y que la sección de morteros dispusiera tam- bién de ocho de estas armas, de modelo Lafitte, en atención a su constante y necesario empleo en campaña, y como resultado de la experiencia (ad- quirida).

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La concepción orgánica de Franco se adelantaba prácticamente, en 70 años, a la creación de la brigada de La Legión, en el 1995, y en más de 80 años para que fuera reforzada con un grupo de caballería, en el 2007. El planeamiento continuó en el año 1925, hasta que el Estado Mayor Central dispuso, el 16 de febrero de ese año, que el Tercio de Extranjeros se denominara Tercio de Marruecos, más acorde con la realidad y con el número de extranjeros alistados. Poco después, en mayo, pasó a denominarse oficialmente El Tercio, y la tropa recibió el nombre oficial de legionarios, que ya era de uso co- mún. La estructura finalmente adoptada fue la de un solo Tercio al mando de un coronel del que dependían dos legiones al mando de tenientes corone- les, adscritas a las comandancias generales de Melilla y Ceuta. Cada legión estaba compuesta por una plana mayor de mando y admi- nistrativa y cuatro banderas. Aunque también las denominaciones oficiales no coincidieron con las que habitualmente, mandos y tropas del Tercio, las designaban. Así, estos llamaban “Legión” a lo que reglamentariamente era “Ter- cio”, y con este nombre a lo que el reglamento había bautizado como Legión. Cada bandera contaba con tres compañías de fusiles (a tres secciones) compañía de ametralladoras con cuatro máquinas Hotchkiss, una sección con dos morteros y una sección de obreros y explosivos, además de otros elementos. La Bandera de Caballería propuesta por Franco se redujo a un escua- drón de 166 hombres a caballo (Escuadrón de Lanceros) dependiente del jefe del Tercio. La plantilla del Tercio sumaba 8.023 hombres (251 oficiales y 7.772 de tropa) y 1.370 cabezas de ganado. Era un mando importantísimo que se asignaba a un coronel, en este caso a Franco, cuando en el resto del ejército, y en el mejor de los ca- sos (regimiento en pie de guerra) un coronel mandaba poco más de 3.000 hombres. Sin contar con artillería, zapadores y otros apoyos de combate y logís- ticos no era viable organizar una unidad táctica estable por encima del tipo bandera. Indudablemente una unidad tipo brigada del Tercio hubiera tenido enormes capacidades de combate, en aquel escenario, y resolutiva, especial- mente en acciones ofensivas.

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Tapiz que existió en el despacho del Coronel del 2º Tercio, con la organización habida hasta el año 1933

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Principales acciones de las unidades del Tercio

− I Bandera. Creada el 7 de octubre de 1920. Participó en el socorro de Melilla, Sebt, Ulad Dau, Taxuda, Nador y Casabona, socorros a Tizzi Aza y Tifarauín, retirada de Xauen y Xeruta. − II Bandera. Creada el 22 de octubre de 1920. Participó en el soco- rro de Melilla, Sebt, Ulad Dau, Taxuda, Nador y Casabona, Ámbar, socorros a Tifarauín y Sidi Mesaud, retirada de Xauen y Xeruta, desembarco de Alhucemas, socorro a Cudia Tahar. Comandante Rodríguez Fontanés, jefe de la Bandera, fue muerto en combate en Ámbar y también los jefes de Bandera Francisco Borrás Pérez y Manuel Ordaz Sampayo, caídos en Alhucemas (1925). − III Bandera. Creada el 23 de octubre de 1920. Participó en Buharrat, Draa Hachin, socorros a Tizzi Aza y Sidi Mesaud, retirada de Xauen y Xeruta, desembarco de Alhucemas, socorro a Cudia Tahar. − IV Bandera. Creada el 1 de octubre de 1921. Participó en monte Magán, socorros de Tizzi Aza y Sidi Mesaud, retirada de Xauen y Xeruta. − V Bandera. Creada el 1 de noviembre de 1921. Participó en Taza- rut, retirada de Xauen y Xeruta. − VI Bandera. Creada el 1 de agosto de 1922. Participó en el desem- barco de Alhucemas. − VII Bandera. Creada el 1 de mayo de 1925. Participó en el desem- barco de Alhucemas. − Escuadrón de Lanceros. Creado el 16 de febrero de 1925. Partici- pó en las últimas operaciones de limpieza del territorio. − VIII Bandera. Creada el 1 de enero de 1926. Participó en las últi- mas operaciones de limpieza del territorio.

Recompensas y bajas

Las unidades del Tercio participaron en más de 900 acciones de gue- rra, en las que consiguió 13 cruces laureadas de San Fernando individuales, 4 medallas militares colectivas (Tercio, I, II y IV banderas) y 49 indivi- duales.

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Millán Astray, el fundador, predijo en el espíritu del credo de La Le- gión que «La Bandera de La Legión será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios». Efectivamente, de 20.893 hombres que pasaron por las filas del Tercio en las campañas de Marruecos, 8.096 (39%) tiñeron con su sangre la Bandera de La Legión, 2.000 (9,6%) abrazaron definitiva- mente a su más leal compañera. Es el mayor timbre de gloria del Tercio y de La Legión.

14 de noviembre de 1934. Legionarios de la 19ª compañía, junto con un Sargento de artillería y varios guardias de asalto, disparan contra el convento de las Carmelitas de Oviedo, donde los sublevados ofrecieron una tenaz resistencia

LA REVOLUCIÓN DE 1934

La revolución que estalló en España en octubre de 1934, aunque solo tuvo graves incidencias en Cataluña y en Asturias, propició la primera inter- vención guerrera de las fuerzas del Tercio fuera de África. El Tercio fue creado como fuerza eminentemente extrametropolitana o colonial, pero pronto su presencia se hizo necesaria en la metrópoli.

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Las guarniciones militares peninsulares resultaron insuficientes para sofocar la virulenta revolución que se produjo en Asturias y la región de Barcelona porque estaban mal dotadas, mal preparadas y algunas infiltra- das por el movimiento subversivo. También fueron llamadas las Fuerzas de Regulares Indígenas, creadas con la misma finalidad, pero con un recluta- miento diferente. La III Bandera salió de Melilla el 7 de octubre, en un vapor civil, para desembarcar en Barcelona al día siguiente. Una compañía reforzada se diri- gió, sin solución de continuidad a Vich, Ripollés y Granollers, restablecien- do el orden público en aquella comarca y desarmando a los sediciosos que, fácilmente, fueron reducidos. Resuelto el problema en Cataluña, la Bandera recibió la orden de dirigirse a la región de Asturias, donde los revoluciona- rios se habían hecho fuertes y estaban presentando dura resistencia. La V y la VI banderas embarcaron en Ceuta el día 8 de octubre, en el crucero Miguel de Cervantes, para desembarcar en el puerto de Gijón (El Musel), el día 10 y se unieron a la columna mandada por el teniente co- ronel Yagüe. Ese mismo día reconquistaron la zona que separaba el puerto de El Musel y Gijón y esta población, a pesar de enfrentarse a grandes masas de rebeldes y de una feroz lucha callejera. La columna, con las tropas legionarias, siguió progresando hacia Oviedo limpiando la ciudad y el valle de Nalón de enemigos. Haciendo constar que las banderas tuvieron que hacer todos los transportes a brazo, al no poder embarcar los mulos. La III Bandera fue trasladada, en ferrocarril, hasta el puerto de Paja- res, desde donde participó en la pacificación del Principado. Después, y ante la amenaza de un motín en la base naval de El Ferrol, en noviembre de dicho año, fue trasladada a dicha plaza, y su sola presencia bastó para sofocarla. Dada por finalizada esta campaña, por el gobierno de la República, las banderas legionarias fueron retornando a sus acuartelamientos africanos, cuando se fue considerando que sus servicios no eran necesarios en la pe- nínsula. Durante esta breve pero dura campaña, las tropas legionarias fueron transportadas por vía marítima y por ferrocarril, con una rapidez de respues- ta modélica. Su sola presencia fue una acción disuasoria en Cataluña y en El Ferrol. Sin embargo, se combatió fuertemente contra un enemigo correoso y bien dotado de armas automáticas (se habían apoderado de la fábrica de ar- mas de Trubia) y explosivos, en campo abierto y en lucha urbana (especial- mente en Gijón y Oviedo), con un clima adverso, una orografía montañosa e intrincada y que, por no poder transportar los mulos, todo el armamento y las municiones la tuvieron que transportar los legionarios a brazo.

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La gran ventaja de las fuerzas legionarias en este tipo de conflictos re- volucionarios fue su estricta disciplina militar, como mejor vacuna para las infiltraciones subversivas, como había ocurrido en la Marina y en algunas unidades del Ejército, incluidos algunos mandos. Las recompensas más señaladas fueron 6 medallas militares indivi- duales, con un coste de 59 bajas, entre ellas 13 muertos.

LA GUERRA CIVIL (1936–1939)

Menos de dos años después de la Revolución de Asturias, la presencia legionaria fue nuevamente necesaria en la península, a causa de la Guerra Civil (1936–1939). Fue una guerra convencional y de alta intensidad, con el empleo generalizado de la aviación, carros de combate y el transporte motorizado y por ferrocarril. El Tercio, en julio de 1936, estaba organizado en una Inspección del Tercio, con sede en Ceuta, y dos Legiones. La 1ª legión en la zona oriental del protectorado, formada por tres banderas (I, II y III), y la 2ª legión en la zona occidental con otras tres banderas (IV, V y VI). Las necesidades de la Guerra impulsaron la creación de 12 Banderas más, hasta la XVIII. Las ban- deras tenían tres compañías de fusiles, con un total de unos 590 hombres, pero las necesidades de la guerra hicieron que recuperaran la 4ª compañía de fusiles (suprimida en la reforma de Azaña), y que las banderas alcanzaran unos efectivos de 800 combatientes.

El paso del estrecho de Gibraltar

Fracasado el intento de hacerse con los resortes del estado mediante un alzamiento militar, en julio de 1936, pero tampoco sofocado este, se im- puso la solución de las armas, mediante una guerra civil. Las fuerzas legionarias se hicieron necesarias, y con urgencia, en la península, pero ahora, con el grave inconveniente que el estrecho de Gibral- tar estaba controlado por buques de guerra obedientes al gobierno del Frente Popular. El paso era arriesgado pero imprescindible. Las primeras tropas le- gionarias lo hicieron en un puente aéreo, entre Tetuán y los aeródromos peninsulares de Sevilla (II, IV y V banderas) Jerez de la Frontera (parte de la VI Bandera), y Granada (otra parte de la VI Bandera); y otras (I y parte de la IV y V) lo hicieron por un convoy marítimo que forzó el paso del estrecho

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 90-110. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN CAMPAÑA 91 el 5 de agosto de 1936, desde Ceuta a Cádiz y Algeciras. Estos contingentes legionarios, aunque reducidos, consiguieron consolidar una base de opera- ciones en Andalucía occidental y una base de partida para la “Marcha sobre Madrid”, que se inició el 2 de agosto con una columna formada en base a una bandera del Tercio.

La Armada del Ejército Nacional consiguió desbloquear el paso del Estrecho, el 29 de septiembre de ese mismo año, por lo que las comunica- ciones entre ambas orillas se normalizaron.

La Marcha sobre Madrid

La Marcha sobre Madrid fue una guerra de columnas y de movimien- to. Se formaron cuatro columnas (las tres primeras mandadas por jefes de bandera del Tercio), que marcharon, sobre todo las primeras, con los flancos al descubierto y con superioridad aérea enemiga, que les obligaba a moverse de noche y asaltar al amanecer los objetivos marcados, así como adoptar una actitud defensiva durante el arco diurno. Es de resaltar la iniciativa y la peri- cia de mantener una actitud claramente ofensiva con manifiesta superioridad aérea enemiga.

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La resistencia enemiga se fue haciendo cada vez más organizada y tenaz, conforme las columnas se acercaban a Madrid. En esta “marcha de aproximación”, con constantes combates, parti- ciparon prácticamente todas las banderas existentes entonces, excepto la III Bandera que fue enviada a Asturias, seguramente por ya conocer el terreno desde la campaña anterior.

Acciones ofensivas Además de la marcha sobre Madrid, las unidades de La Legión parti- ciparon en todas las grandes ofensivas: − Ataque a Madrid, frontal y por envolvimiento. − Reducción del Frente Norte (1937). − Ofensiva de Aragón, con explotación del éxito y persecución (1938). − Ofensiva contra Valencia (1938). − Ofensiva final (1939).

Acciones defensivas Aunque en todas las ofensivas hubo temporalmente actitudes defen- sivas, y contraataques enemigos que hubo que rechazar, las operaciones de- fensivas más importantes con participación de fuerzas de La Legión fueron: − Defensa de Granada. − Cabezas de puente de Talavera y Toledo.

Grandes batallas La Legión participó en todas las grandes batallas que se dieron, bien fueran por iniciativa propia o del enemigo: − Batalla ofensiva del Jarama (febrero 1937). − Batalla defensiva de la Granja (junio 1937). − Batalla defensiva de Brunete (julio de 1937). − Batalla de Teruel (invierno 1937–1938) con una fase defensiva y otra ofensiva. − Batallas ofensivas de Alfambra y de Aragón (marzo y abril de 1938). − Batalla ofensiva del Ebro (otoño, 1938).

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Acciones especiales También conocidas como casos particulares en la batalla: − Combate en áreas urbanizadas. Esta difícil y cruenta modalidad de lucha la practicaron las unidades del Tercio en Badajoz -que fue tomada al asalto- y Toledo para liberar a su alcázar (ambas ciudades amuralladas), Oviedo -asediada-, y en la entrada a Madrid por la Ciudad Universitaria. La lucha en la Ciudad Universitaria se convir- tió en una defensa en zona urbana, que duró el resto de la contienda, con una sorda y dura guerra de minas y contraminas. − Cruce de ríos Sabiñánigo (septiembre, 1937), Ebro por Quinto (marzo 1938) y Huerva (marzo, 1938). − Golpe de mano en la cabeza de puente de Toledo (mayo, 1937). − Reconocimientos ofensivos por la Cuesta de la Reina (octubre, 1937). − Ataque a posiciones fuertemente organizadas, en la batalla del Ebro. − Limpieza del terreno y persecución de huidos en Asturias.

Principales acciones de las unidades de La Legión − I Bandera. Convoy de la Victoria, frente de Extremadura, libera- ción de Toledo y de su Alcázar, frente de Madrid (batalla del Jara- ma), Guadalajara, batalla de Brunete, Belchite, frente de Toledo, frente de Alto Aragón, Tremp, batalla del Ebro. − II Bandera. Frentes de Extremadura, Norte, Aragón y Cataluña. Jefe de la Bandera caídos en combate: comandante Francisco Je- rés Espinazo (Talavera de la Reina 17-10-1936). − III Bandera. Frentes de Toledo, Asturias (liberación de Oviedo), Aragón, batalla del Ebro y frente de Cataluña. − IV Bandera. Frente de Extremadura, toma de Badajoz, frente de Madrid (ciudad Universitaria, Cuesta de las Perdices y batalla del Jarama), y frentes de Aragón, batalla de Teruel, frentes del Ebro (ocupación de la Casa de los Catalanes) y Cataluña (ocupación de Lérida). − V Bandera. Frentes de Andalucía y Extremadura (toma de Bada- joz), toma de Toledo y liberación del Alcázar, y frentes de Ma- drid (batalla del Jarama), Teruel, Levante y Cataluña. Jefes de la Bandera caídos en combate: comandante Carlos Tiede Zeden

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(Casa de Campo de Madrid, 23-11-1936), capitán Miguel de León García Caballero (Caspe, 26-03-1938) y comandante Fernando Álvarez Pacheco (Cervera de Lérida, 17-01-1939). − VI Bandera. Frentes de Andalucía, Extremadura, Madrid (ciudad Universitaria y batalla del Jarama), Toledo (defensa de la cabeza de puente), Ebro y Cataluña. − VII Bandera. Reactivada en Talavera de la Reina en septiembre de 1936. Frentes de Madrid (batalla del Jarama), Aragón y Cataluña. Jefe de Bandera caído en combate: capitán Rafael González Pérez Caballero (Pozuelo de Alarcón, 13-12-1936). − VIII Bandera. Reactivada en Tauima (Marruecos) en septiembre de 1936. Frente de Madrid (batalla del Jarama). Jefe de bandera caído en combate: alférez Manuel Gragera Vargas Zúñiga, en la batalla del Jarama (24-02-1937). − IX Bandera. Creada en Talavera de la Reina en diciembre de 1936. Frente de Madrid (ciudad Universitaria). Jefe de Bandera caído en combate: comandante José Niño González (Pozuelo de Madrid, 04-01-1937), fue el primer caído en combate de la Bandera. − X Bandera. Creada en Talavera de la Reina en enero de 1937. Frente de Madrid (batalla del Jarama). − XI Bandera. Creada en Talavera de la Reina en febrero de 1937. Frentes de Andalucía (Córdoba) y Ebro. − XII Bandera. Creada en Talavera de la Reina en febrero de 1937. Frente de Madrid. − XIII Bandera. Creada en Talavera de la Reina en julio de 1937. Batalla de Brunete, y frentes de Cataluña y Aragón. − XIV Bandera. Creada en Talavera en agosto de 1937. Frentes de Madrid y Cataluña. − XV Bandera. Creada en Zaragoza en agosto de 1937. Frentes de Aragón (defensa de Peñas de Aholo) y Cataluña. − XVI Bandera. Creada en Talavera de la Reina en octubre de 1937. Frentes de Aragón y Cataluña (bolsa de Bielsa).

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− XVII Bandera. Creada en Talavera de la Reina en enero de 1938. Frentes de Aragón y Cataluña. − XVIII Bandera. Creada en Talavera de la Reina en abril de 1938. Frentes de Aragón y Cataluña. − Agrupación de Carros de Combate. Creada en el Castillo de Hi- guejuelas (Cáceres) en febrero de 1937. Frentes de Madrid, Norte, Aragón y Cataluña. − Compañía de Lanzallamas. Creada en Cubas (Madrid), marzo de 1937. Frentes Norte (toma de Oviedo), Centro, Aragón y Cataluña (defensa del puente de Serós). Aunque nunca hizo falta emplear sus lanzallamas. − Bandera de Depósito en Talavera de la Reina. Defensa de esta po- blación.

Consideraciones tácticas Las banderas de La Legión tuvieron al principio de la guerra gran protagonismo porque las operaciones eran llevadas a cabo por pequeñas columnas, en las que ellas eran peones fundamentales como elementos de maniobra y de choque. Conforme el conflicto fue aumentando en intensidad, también fue aumentando la entidad de las unidades, hasta las grandes unida- des superiores de cuerpo de ejército y ejército. Las banderas no actuaron encuadradas en una misma unidad superior. Operaron en frentes y organizaciones operativas diferentes (columnas, re- gimientos, brigadas, divisiones, cuerpos de ejército y ejércitos), cambiando de dependencia táctica cuantas veces se consideró oportuno para adaptar los medios a la misión. Igualmente, esta premisa es extensible al resto de bata- llones, banderas de la falange y Tercios (batallones) de requetés. Las banderas legionarias actuaron generalmente en divisiones dife- rentes, y como mucho dos en una división, pero siempre en unidades tipo brigada o regimiento táctico diferentes. Con las excepciones de la 61 Di- visión que, en la reorganización del 10 de diciembre de 1938, uno de sus regimientos estuvo formado por cuatro banderas (XIV, XVI, XVII y XVIII) en el frente de Aragón; y después la 62 División con las banderas XIV, XVI y XVIII en una misma agrupación táctica, en el frente de Cataluña.

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Las palabras que más se repiten en los diarios de operaciones de las banderas son “seguridad” y “vigilancia”. Porque siempre lo primero que hacían sus unidades, cuando no avanzaban, era montar el servicio de segu- ridad, aunque fuera después de una dura jornada de combates y de bajas. Las banderas de La Legión, al finalizar la guerra, habían realizado: − Aerotransportes tácticos, desde Tetuán a Sevilla, Jerez de la Fron- tera y Granada. − Transportes marítimos, forzando el Estrecho de Gibraltar, desde Ceuta a Cádiz y Algeciras. − Marcha sobre Madrid. Guerra de columnas y de movimiento con superioridad aérea enemiga. − Lucha ofensiva y defensiva en áreas urbanizadas en Badajoz, To- ledo, Oviedo y Madrid. − Participado en todas las grandes batallas; Jarama, Granja, Brunete, Teruel, Aragón y Ebro. − Defensa de posiciones a toda costa en Garabitas (Casa de Campo de Madrid), espolón de Vaciamadrid, cabeza de puente de Toledo, Peñas de Aholo, etc. − Operaciones de explotación de éxito y persecución (Aragón), gol- pes de mano y paso de ríos (Segre, Ebro, etc.).

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Las banderas de La Legión fueron empleadas en esta guerra como fuerzas de choque, sufrieron una enorme cantidad de bajas, y tuvieron mu- chas ocasiones para cubrirse de gloria, a costa de sangre. Las unidades de La Legión intervinieron, en esta contienda, en 3.042 hechos de guerra, sien- do premiadas por su actuación sus unidades con 6 cruces laureadas de San Fernando y 17 medallas militares colectivas, mientras que sus componentes lo fueron con 8 cruces laureadas y 155 medallas militares individuales reco- nocidas. Las bajas sufridas fueron; muertos, 6 jefes, 375 oficiales, 403 subo- ficiales, 2 CASE y 6.859 de tropa; desaparecidos, 6 oficiales, 9 suboficiales y 761 de tropa, que oficialmente fueron dados por muertos en combate. El número oficial de caídos en combate asciende, en total, a 8.421. Los heridos: 18 jefes, 924 oficiales, 1.231 suboficiales y 10 CASE, 27.789 de tropa, mu- chos de estos mutilados. Las bajas totales fueron 37.393. Aunque, las cifras anteriores habría que definirlas mejor, mediante el contraste de datos.

El repliegue a sus “cuarteles de invierno” Terminada la guerra hubo la necesaria y correspondiente reducción de fuerzas legionarias, y su regreso a sus guarniciones africanas. Aunque algu- nas las hicieron con retraso, por permanecer para las labores de limpieza de guerrilleros y huidos, con algunos combates de baja intensidad.

LA DIVISIÓN AZUL (1941–1944)

España permaneció neutral en la Segunda Guerra Mundial, como lo había hecho en la Gran Guerra Europea, por lo que ninguna unidad militar orgánica española participó en ninguno de ambos conflictos bélicos. Sin embargo, el gobierno español autorizó que, para no romper la neutralidad, una división de voluntarios, no orgánica, participara junto al ejército alemán, exclusivamente para combatir a la URSS en el Frente del Este (1941–1944). Esta gran unidad tuvo el nombre oficial de “División Española de Voluntarios para luchar contra el Comunismo” (DEV), que va- lía bien como definición, pero no como denominación, por lo que fue más conocida popularmente con el sobrenombre más gráfico de “División Azul”, nombre con el que ha pasado a la historiografía y al imaginario popular. El reclutamiento en la DEV de los cuadros de mando, como su propio nombre indica, se hizo con voluntarios procedentes de los ejércitos, y de forma excepcional con reservistas procedentes de la vida civil. La participa- ción legionaria en la División Azul fue muy alta, a pesar de las dificultades

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 97-110. ISSN: 0482-5748 98 SALVADOR FONTENLA BALLESTA administrativas impuestas por el alto comisario, a causa del riesgo de una invasión del Protectorado español por las fuerzas aliadas. No se conoce el número exacto de legionarios ni de oficiales destinados en La Legión que formaron parte de la DEV, pero se puede estimar que superó los 1.500 hom- bres, sin contar los oficiales que, con una clara trayectoria legionaria, enton- ces no estaban destinados en La Legión, por ascenso o por la disolución de banderas, al terminar la Guerra Civil. La División Azul, y los legionarios encuadrados en la misma, partici- paron en una guerra convencional, de una extensión e intensidad, como no se había dado antes ni se ha conocido después. Además, encuadrados en un ejército extranjero, a gran distancia de la metrópoli y en un ambiente muy inhóspito, bien por el frío ártico o por el terreno embarrado, por el deshielo, con grandes plagas de insectos y mosquitos. La División Azul entró en línea en octubre de 1941, en el frente nor- te, cuando la ofensiva alemana ya había sido frenada y la superioridad de combate del Ejército Rojo de la URSS era, cada vez, más evidente. Había tomado la iniciativa, tenía superioridad numérica, aérea, artillera y de me- dios acorazados. Además de enfrentarse a un enemigo correoso y aclimata- do a unas situaciones de frío extremo, y a la vida y combate en grandes y frondosos bosques. La DEV y sus componentes legionarios participaron principalmente en: − La marcha de aproximación al frente ruso, desde Alemania, en tren, automóvil, hipomóvil y a pie. − Cruce, en fuerza, del río Wolchow, establecimiento y defensa de la correspondiente cabeza de puente, en unas condiciones climáticas y de fortificación infernales. Cabe destacar, por la alta participa- ción de legionarios, el intento de asalto de los cuarteles de Mu- raweskia, que causó muchas bajas (octubre a diciembre de 1941). − Defensa de la línea del río Wolchow ante la constante presión del Ejército Rojo (diciembre, 1941). − Contribuir a la reducción y limpieza de la bolsa del Wolchow, pe- netración hecha por los rusos en el frente germánico, al norte del sector de la División Azul (primavera verano de 1942). − Ocupar posiciones defensivas estáticas, sin obstáculos naturales al frente, en el bloqueo de Leningrado (de otoño de 1942 a otoño de 1943). − Cerrar la brecha abierta al ejército alemán, enero de 1943, en la batalla del lago Ladoga.

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− Victoria defensiva de la batalla de Krasny Bor (10 de febrero de 1943), ante una superioridad soviética aplastante. − Lucha de contraguerrillas y limpieza de partisanos en la retaguar- dia de la primera línea del frente. Fue la principal misión de La Legión Española de Voluntarios (conocida como “Legión Azul”), unidad tipo regimiento interarmas, que se quedó cuando fue reti- rada la DEV del frente, hasta marzo de 1944. La participación de legionarios estuvo repartida entre todas las unida- des de la DEV, pero inicialmente tuvo mayor concentración en el regimiento 269, por su zona inicial de reclutamiento, y en el batallón de reserva móvil, que por su condición de reserva (o apagafuegos), intervino en todas las gran- des operaciones. La Legión contribuyó con más de 150 caídos en combate, además de los heridos y mutilados, cuyas cifras aún no se han determinado.

LA INDEPENDENCIA DE MARRUECOS (1956–1961)

La independencia de Marruecos (1956) supuso que España dejaba sus responsabilidades administrativas y de seguridad, en el Protectorado Espa- ñol, y debía abandonar las guarniciones militares en territorio marroquí, de forma paulatina. Entre 1956 y 1961 el ejército español siguió guarneciendo sus anti- guos cuarteles del Protectorado, porque y aunque su presencia en los mis- mos tenía los días contados, al ser Marruecos ya independiente, había que hacer el traspaso de la soberanía de forma controlada y con seguridad para las poblaciones europeas. Una medida acertada por parte de las autoridades españolas porque, sin duda, evitó los atentados y numerosos asesinatos que se cometieron en la misma etapa en el Marruecos francés contra la pobla- ción europea que vivía en el Protectorado Francés. Las unidades con recluta nativa tuvieron problemas de disciplina, con casos de sedición, que fueron controlados, y tuvieron que ser desarmadas, gracias a la presencia y actitud de las banderas de La Legión. El repliegue de los acuartelamientos de Marruecos a las plazas de Ceuta y Melilla se hizo de forma escalonada y en orden, sin graves inciden- tes. Otras banderas pasaron a Ifni y Sáhara español, donde la evolución de la situación política y nuevas amenazas exigían su presencia, en un ambiente similar al de Marruecos.

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IFNI (1957–1958)

La independencia de Marruecos (1956) afectó inmediatamente a la situación geopolítica y militar de Ifni, un pequeño enclave español en el sultanato marroquí, agravado por la gran proximidad étnica entre las pobla- ciones de ambos territorios, circunstancia que no se daba en el Sáhara. Todos los poblados de Ifni celebraron la independencia de Marruecos con manifestaciones, pero con la particularidad que fueron hostiles contra los españoles, y con la vulnerabilidad de que la mayoría de la tropa del Ejército (Tiradores de Ifni) y de la policía eran nativos, proclives a la causa marroquí. Esta nueva situación aconsejó reforzar militarmente Ifni, así como el Sáhara español y Canarias, como retaguardia inmediata y base logís- tica. El Ejército español estaba entonces ya muy mal dotado, con arma- mento muy anticuado y desfasado, por falta de recursos económicos y por el desarrollo armamentístico provocado por la Segunda Guerra Mundial. Aunque tenía cuadros de mando con amplia experiencia en combate (África, España y Rusia), el paso del tiempo había ido renovando a los man- dos subalternos. El rey de Marruecos había organizado un ejército irregular, y teóri- camente descontrolado, para atacar a las posiciones francesas y españolas de los territorios que se quería anexionar. Estas fuerzas “descontroladas” recibieron el nombre de “Ejército de Liberación”. Elementos de este ejército se habían infiltrado impunemente en el territorio y entre la población de Ifni. El día 23 de noviembre de 1957, al amanecer, el Ejército de Libera- ción pasó de los sabotajes, asesinatos y pequeñas acciones aisladas, a un ataque general por sorpresa, coordinado y simultáneo, en todo Ifni. Fracasó en la capital, Sidi Ifni, pero los pequeños puestos del interior y fronterizos, fueron asaltados o sitiados por las bandas rebeldes. La situación requirió el refuerzo del territorio con unidades proceden- tes de Canarias y de la Península. El mismo día, 23 fuerzas de la VI Bandera empezaron a ser trasladadas por vía aérea desde El Aaiún, donde estaban de guarnición, hasta Sidi Ifni, pero llegaron ya iniciadas las hostilidades.

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Un grupo de legionarios de la VI Bandera y tiradores de Ifni durante la campaña de Ifni

Las operaciones Netol y Gento

La necesidad más urgente era liberar a los puestos asediados, y que estaban resistiendo con muchas dificultades, para lo cual se planearon y eje- cutaron dos operaciones sucesivas, denominadas “Netol” y “Gento”. La operación Netol comenzó el 1 de diciembre de 1957, tenía como objetivo liberar los puestos de Arbaa de Mesti, Telata y Tiliuín, situados al sur de Ifni. La VI Bandera fue en vanguardia de la columna de liberación, pero la marcha fue lenta por la dura orografía del terreno y el continuo movimiento. Una sección de paracaidistas que había salido en socorro de Telata, había sufrido una emboscada antes de alcanzar el puesto y se encontraba asediada, con sensibles bajas, y fue liberada por los legionarios, en su camino hacia el puesto. La posición de Tiluiín fue reforzada por una compañía de paracai- distas, mediante el primer salto paracaidista de guerra del ejército español (29 de noviembre de 1957), y la VI Bandera, el 3 de diciembre, consiguió romper el cerco. Después, todas las unidades, y todo el personal civil, se replegaron sobre la capital de Ifni (5 de diciembre).

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Finalizada la operación Netol y sin solución de continuidad, comenzó la operación Gento para liberar a las posiciones asediadas en el sector norte de Ifni (Tiugsa y Tenin de Amel-lu) para, una vez conseguido, replegarse sobre Sidi Ifni. Una compañía de paracaidistas que marchaba en socorro de Tiugsa, sufrió una emboscada en Alat Ida Usugun (5 de diciembre) y la VI Bandera tuvo que salir urgentemente en su apoyo, sin tiempo de reponerse de la ope- ración anterior. Posteriormente fue emboscado un destacamento de zapado- res con la misión de reparar la pista de Sidi Ifni a Tiugsa, la Bandera acudió también en su apoyo, entablando duro combate contra la banda rebelde, numerosa y abundantemente dotada de armas automáticas y morteros. La patrulla de zapadores fue liberada, pero con numerosas bajas por ambas partes. Tiugsa fue liberada el 7 de diciembre.

Las operaciones Diana y Pegaso

Liberados los destacamentos, la decisión era no recuperar el terreno perdido, ni los puestos exteriores, y defender la ciudad de Sidi Ifni, a toda costa, para lo que se decidió fortificarla. Se organizó una posición defensiva, con una línea exterior apoyada en la costa y en forma de semicírculo con la capital como centro, con un ra- dio de unos 6 km y unos 20 km2 de extensión, y formada con cinco centros de resistencia, defendido cada uno por un batallón. La operación “Diana” tuvo como objetivo una rectificación, a van- guardia, de la línea defensiva y de dos centros de resistencia. La VI Bandera participó en esta operación de la rectificación de frente, y quedó de servicios de guarnición y de fortificación del centro de resistencia de Aid Iferd, en el que rechazó frecuentes ataques enemigos. La operación “Pegaso” comenzó el 19 de febrero, consistió en un reconocimiento ofensivo en fuerza. La VI Bandera de La Legión y la II de Paracaidistas recibieron fuego enemigo, pero tomaron sus objetivos al asalto. Un lanzamiento paracaidista de una compañía en Erkunt, hizo que el enemigo se retirara -ante el riesgo de ser envueltos- y el repliegue se hizo sin novedad, aunque la operación costó algunas bajas. La VI Bandera había participado en columnas de socorro, reconoci- mientos ofensivos y defensa de posiciones, en las que tuvo en total, en esta campaña, 57 bajas de combate, de las que 9 fueron muertos.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 102-110. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN CAMPAÑA 103

SÁHARA (1957–1958)

Las banderas legionarias II (Cabo Jubi o Villa Bens), IV (Villa Cis- neros), VI y XIII (El Aaiún) fueron las unidades legionarias que estaban de guarnición en el Sáhara cuando empezaron las hostilidades, aunque la VI, como ya hemos visto, fue trasladada para reforzar Ifni. El conflicto del Sáhara fue una lucha de guerrillas, donde prevalecie- ron los sabotajes, emboscadas, golpes de mano y hostigamientos. Las hostilidades comenzaron en el Sáhara, el 25 de noviembre de 1957, cuando fue duramente hostigada una sección de la XIII Bandera, que guarnecía la cabeza de playa de El Aaiún, ocasionándole 4 heridos. Poco después, una emboscada a un convoy, el 30 de noviembre, es- coltado por una compañía de la XIII Bandera, en las Dunas, entre Cabeza de Playa y El Aaiún, tuvo varias bajas, entre ellas la de su capitán. El ataque fue rechazado. La IV y la XIII banderas participaron en la defensa de El Aaiún, en los ataques de tanteo de los días 22 y 23 de diciembre de 1957. Un agrupamiento táctico al mando del capitán Jáuregui, con dos com- pañías de la XIII Bandera, hizo un reconocimiento ofensivo el 22 de diciem- bre sobre el Meseied, en la Saguia al-Hamra. La banda armada enemiga se retiró ante el ataque legionario. El día 13 de enero de 1958, la XIII Bandera recibió la orden de rea- lizar un reconocimiento ofensivo sobre Edchera, en el margen de la Saguia al-Hamra. La bandera fue emboscada por un fuerte contingente enemigo que había preparado minuciosamente el terreno. El combate fue empeñado y las bajas de la Bandera fueron cuantiosas, 48 muertos (entre ellos el capitán Jáuregui) y 64 heridos. La IX Bandera fue enviada al Sáhara, como refuerzo, el 15 enero de 1958, después y como consecuencia del combate de Edchera. La Legión se dedicó a hacer operaciones de limpieza y detener a par- tidas rebeldes que, desde nuestro territorio, hostigaban a las posiciones fran- cesas.

La operación Teide

España y Francia acordaron hacer una operación conjunta, denomi- nada por los españoles “Teide”, para desalojar por la fuerza a las bandas enemigas del Sáhara español.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 103-110. ISSN: 0482-5748 Las banderas II, IV, IX y XIII, participaron en la operación Teide, que comenzó el 10 de febrero y tenía como objetivo la limpieza de bandas armadas enemigas en el territorio del Sáhara español: − La II Bandera ocupó Tufidiret, capturando un importante depósito de armamento, municiones, víveres, hospital de campaña, vehícu- los y materiales de campamento. − La IV Bandera encontró fuerte resistencia en Uad El Jat, que con- siguió vencer. − La IX Bandera participó en la toma de Tennuca, en el sector sur. − Esta operación tuvo la particularidad de que se empleó, por pri- mera vez España, el uso de helicópteros para la evacuación de heridos.

Balance

El resultado final de esta campaña fue que se restableció la autoridad de la administración española en todo el territorio del Sáhara español. Las banderas de La Legión habían participado en acciones de ataques a posicio- nes ligeramente organizadas y defendidas, reconocimientos ofensivos a pie y motorizados, y limpieza del terreno de enemigo. Las bajas legionarias fueron 151 en total, 52 muertos y 99 heridos, la mayoría en el combate del 13 de enero. Obtuvieron dos cruces laureadas individuales en dicho combate. Posteriormente, el 28 de marzo de 1961, una compañía de la XIII Bandera, reforzada con caballería legionaria y nómadas, interceptó a una partida de guerrilleros promarroquí, al norte de Smara. La partida fue dis- persa, con dos muertos y seis heridos, por un cabo legionario herido. LA LEGIÓN EN CAMPAÑA 105

SÁHARA (1973–1976)

El 1 de octubre de 1958, poco tiempo después de finalizar el conflicto de Ifni y del Sáhara, hubo reorganización de plantillas de los cuatro Tercios. El Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión, se trasladó del Krimda (La- rache) a El Aaiún, mientras que el Tercio Alejandro Farnesio, 4º de La Le- gión, lo hizo desde Villa Sanjurjo (Alhucemas) a Villa Cisneros, ambos con la nueva denominación de Tercios saharianos. Se crearon, dentro de cada uno de estos Tercios, un grupo ligero blindado de caballería, y también dos baterías transportadas de artillería, pero su dependencia orgánica fue breve (1958-63). Más tarde, en 1970, se organizó, en el 3er Tercio, la compañía de infantería de carros de combate franceses AMX-30, con el nombre de “Bakali”. Este Tercio que también contaba con una sección de música. Para aprovechar la experiencia adquirida por los legionarios en la vida, movimiento y combate por terreno desértico, y a la vez ahorrar los cuantiosos gastos de transporte, se decidió que las banderas expedicionarias no regresaran a sus Tercios de origen en el norte de África. Tampoco se des- plazarían las banderas de los Tercios desde el Krimda y Villa Sanjurjo hasta el Sáhara. Lo harían tan solo los respectivos coroneles con sus dos planas mayores, mando y administrativa. Además, se trasladaron unos 300 legiona- rios (procedentes del 3er Tercio) y futuros componentes de las dos baterías. De este modo, con carácter efectivo del 1 de octubre de 1958, la II Ban- dera del 1º y la IV del 2º, se convirtieron respectivamente en las VII y VIII del 3er Tercio sahariano con sede en El Aaiún. La IX Bandera que, al finalizar la operación Teide, estaba en Aargub (sector sur del Sáhara), pasó al 4º Tercio sahariano con cabecera en Villa Cisneros. La XIII Bandera independiente se trasladó de El Aaiún a Sidi Ifni, en sentido contrario a la VI, que lo hizo de Sidi Ifni a El Aaiún, donde se disolvió, para completar el 3er Tercio. El 4º Tercio inicialmente sólo contó con la IX bandera, hasta el año 1961 que se volvió a reorganizar la X. Los Tercios del Sáhara fueron totalmente motorizados, lo que les pro- porcionaba gran movilidad para el escenario donde estaban desplegados y previsto que actuaran.

Nueva situación geopolítica

La independencia de Argelia y su nuevo gobierno, aunque teórica- mente no estaba alineado con ninguna de las dos grandes potencias (EEUU

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 105-110. ISSN: 0482-5748 106 SALVADOR FONTENLA BALLESTA y URSS), estaba en la práctica más inclinado por esta última, dado el carác- ter socialista de su nuevo régimen. Sobre el Sáhara español, y su población, confluyeron dos fuerzas geopolíticas. El interés, por un lado, de Argelia de alcanzar el Atlántico, respaldada por Libia y La URRS, y de envolver a Marruecos por el sur, con el que tenía conflictos fronterizos. Por otro lado, la expansión imperialista de Marruecos, respaldado por su aliado EEUU, que no estaba interesado que la influencia soviética alcanzara el Océano Atlántico. España y el pueblo sa- haraui en el medio, el primero en peligro de entrar en una guerra no deseada para defender un territorio que, de una forma u otra, había que abandonar; y el segundo dividido entre Oriente y Occidente, pero con un claro rechazo a la presencia española, cada vez más evidente y agresiva. A España sólo le quedaba una opción sensata, abandonar el territorio, con el mínimo coste posible, y que se entendieran entre ellos.

El incidente de Jata Rambla

Una manifestación no autorizada, el 17 de junio de 1970 en los arra- bales de El Aaiún, fue organizada por partidarios para la concesión de la independencia del Sáhara español de forma rápida y expeditiva. La convocatoria llegó a reunir unos 3.000 manifestantes que, cada vez más exaltados, azuzados por agitadores, exigieron entrevistarse con el delegado gubernativo que, a su vez, era gobernador militar del territo- rio. Éste, ingenuamente, se presentó escoltado por la policía territorial, pero fueron desbordados y sorprendidos por los independentistas, que los apedrearon y consiguieron herir a varios oficiales de la policía. Las autori- dades españolas tuvieron que abandonar precipitadamente el lugar. El gobernador militar, seguramente de forma precipitada, ordenó que saliera una compañía de La Legión y disolviera la manifestación. Esta salió y cuando llegó ante la manifestación, fue recibida también a pedradas. Una hirió al capitán de la compañía, y la reacción de los legionarios fue automá- tica, abrieron fuego, provocando la desbandada general, dejando en el suelo dos muertos y unos 20 heridos. Este incidente de Jata Rambla impulsó al movimiento independentis- ta, que decidió crear una organización clandestina y subversiva, denomina- da “Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro” (Frente Polisario). Esta organización lanzó un manifiesto que terminaba diciendo: “la libertad se logra con el fusil”, es decir, mediante la lucha armada.

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El conflicto armado

Este conflicto fue contra el Polisario y las patrullas marroquíes infil- tradas, pero con una escala más reducida en comparación con la sostenida en la guerra de 1957–1958. En esta ocasión no hubo grandes operaciones militares, ni combates de envergadura. El 20 de mayo de 1973, siete saharauis del Polisario atacaron el pequeño puesto español de Janguet Quesat, un pozo a 43 km al sur de la frontera con Marruecos, guarnecido por seis policías territoriales, también saharauis, a los que sorprendieron mientras confraternizaban. Los captura- ron y robaron el armamento, municiones, material, etc., más tarde les de- jaron libres. La primera acción del Polisario había sido un éxito, al menos propagandístico. Las bandas del Polisario, apoyadas por Argelia, contaban con santuarios en Argelia y Mauritania. Marruecos, por otro lado, decidió iniciar una lucha de golpes de mano en territorio saharaui español, bajo falsa bandera, desde la frontera norte. Inicialmente la actitud del Ejército español fue pasiva, limitándose a repeler los ataques de hostigamientos de las posiciones, y a reforzar éstas. Una partida del Polisario, en diciembre de 1974, intentó dar un gol- pe de mano sobre la población de Tifariti, muy cerca con la frontera de Mauritania. Fracasado el intento, fue perseguida por una fuerte patrulla de la policía territorial, la que de forma imprudente se internó, sin seguridad alguna, en un punto muy apto para emboscadas, que fue lo que ocurrió. La patrulla, que sufrió bajas y fue fijada, pidió refuerzos por radio. Los re- fuerzos llegaron en helicópteros y por vía terrestre, entre ellos dos secciones de La Legión. Durante esa noche, la mayor parte de la banda enemiga consi- guió exfiltrarse, pero en las labores de limpieza del terreno, al día siguiente, se hicieron cinco prisioneros. Tuvimos un muerto y dos heridos. Las actividades de hostigamiento del Frente Polisario fueron aumen- tando, con el tiempo, especialmente en la zona noreste del territorio: Hausa, Echdeiría y Tifariti, donde se enviaron unidades de La Legión para reforzar estos destacamentos. Asimismo, aumentó la actividad de las infiltraciones de saboteadores y comandos marroquíes que: − Por el norte minaron las pistas saharauis, próximas a la frontera marroquí, ocasionando cinco muertos españoles, cuando un vehí- culo ligero pisó una de las minas. Otra mina hirió a dos legionarios de la VIII Bandera, y otra ocasionó la muerte de un legionario y cinco heridos, de la misma bandera.

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− Se capturó a una compañía marroquí que, sin permiso, se presentó ante la posición española de Mahbes, próxima a la frontera con Argelia, con participación de unidades de La Legión. − Un comando dio un golpe de mano contra el puesto de Hausa, donde casualmente estaba vivaqueando una compañía de la IX Bandera. − Un destacamento del Ejército marroquí infiltrado en el Sáhara, fue capturado por una patrulla del 4º Tercio, en las proximidades de Hagunia.

La Marcha Verde

El rey de Marruecos puso en ejecución la “Marcha Verde”, con el apo- yo político, de inteligencia y logístico de los EE.UU. Esta marcha, supues- tamente pacífica, estaba compuesta por unos 350.000 civiles y su objetivo era adentrarse en el Sáhara, bajo administración española, para contrarrestar el informe del Tribunal de la Haya, que se oponía a la adhesión del Sáhara por Marruecos. El Mando Unificado de Canarias, a fin de contrarrestarla, planeó una operación para ejecutar dentro del territorio del Sáhara español, pero para impedir que sobrepasara una “frontera militar”, definida por alambradas, campos de minas, y guarnecida por unidades del ejército español, con un potente plan de fuegos a vanguardia, donde participaron las unidades de La Legión. Sin embargo y en contrapartida, el día 28 de octubre de 1975, España abandonó los puestos de Mahbes, Tifariti, Edcheiria y Hausa, provocando inmediatamente la lucha abierta entre el ejército marroquí y las patrullas del Polisario, para el control de los mismos, de los pasos y del territorio. Todo ante la inhibición del ejército español. La Marcha Verde se introdujo en territorio del Sáhara español el 6 de noviembre, por dos frentes, con una amplitud máxima de 2 km, sin alcanzar la “frontera militar”. El rey Hasan II de Marruecos ordenó el cese de la marcha, el día 9, y su repliegue al territorio marroquí. El 14 de noviembre se firmaban los acuerdos de Madrid, por los que España entregaba la administración del Sáhara, a Marruecos en el sector norte y a Mauritania en el sur.

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La Operación Golondrina

El fin de la presencia militar en el Sáhara supuso el repliegue de todas las tropas, civiles, propiedades muebles y recursos logísticos. Unos 12.000 militares, 10.500 civiles, 14.600 toneladas de material y 3.470 vehículos de todas clases. También se repatriaron los restos cadavéricos de los españoles sepultados en los cementerios del Sáhara. La maniobra logística de repliegue se denominó “Operación Golon- drina” y se realizó por vía aérea y marítima. El 3er Tercio, con la VII y VIII banderas y el Grupo de Caballería, fue transportado a Puerto Rosario (Fuerteventura), dejando su condición de sahariano. El 4º Tercio fue disuelto, pero la IX Bandera fue enviada a Ceuta para convertirse en la VI del 2º Tercio; la X paso a Melilla y al 1er Tercio, para convertirse en III Bandera, y su Grupo de Caballería se desplazó a Puerto Rosario, para fundirse con su grupo hermano.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 109-110. ISSN: 0482-5748 110 SALVADOR FONTENLA BALLESTA

BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 110-110. ISSN: 0482-5748 The Legion in the international missions, by Mr. Antonio RUIZ BENÍTEZ, Army Major General. Director, Research, Doctrine, Organic and Materials of the Doctrine Command

Revista de Historia Militar I extraordinario de 2020, pp. 111-164 ISSN: 0482-5748 RHM.04 La Legión en las misiones internacionales, por don Antonio RUIZ BE- NÍTEZ, General de División del Ejército de Tierra. Director de Investiga- ción, Doctrina, Orgánica y Materiales del MADOC

LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES

Antonio RUIZ BENÍTEZ1

RESUMEN

Las misiones internacionales han marcado un punto de inflexión en el presente y el futuro de La Legión. Su espíritu de cuerpo y su moral basados en su código de conducta, el credo legionario, han sido y siguen siendo funda- mentales para afrontar con éxito las misiones que le son encomendadas. En un momento de cambios trascendentales en España, La Legión fue y ha seguido siendo desde entonces, la unidad elegida por los diferentes go- biernos de nuestra Patria para ser desplegada como punta de lanza del ejército español en los cuatro confines del planeta, donde ha sido ejemplo de eficacia, preparación, entrega y sacrificio en aras del cumplimiento de su misión. Las misiones internacionales han sido el mejor ejemplo de la tradi- cional vocación expedicionaria de La Legión, y un magnífico escaparate para demostrar que a lo largo de sus cien años de historia ha sabido conjugar tradición y modernidad al servicio de España.

PALABRAS CLAVE: Legión, Credo Legionario, misiones internacio- nales, evolución, tradición y modernidad.

1 General de División del Ejército de Tierra. Director de Investigación, Doctrina, Orgá- nica y Materiales del MADOC.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 111-164. ISSN: 0482-5748 112 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

ABSTRACT

International missions have marked a turning point in the present and future of The Spanish Legion. His esprit de corp and morals based on his code of conduct, the Legionnaire Creed, have been and continue to be fun- damental to successfully face the missions entrusted to him. At a time of momentous changes in Spain, The Legion was and has remained the unit chosen by the different governments of our country to be deployed as the spearhead of the in the four corners of the planet, where it has been an example of effectiveness, preparation, delivery and sacrifice for the fulfillment of its mission. International missions have been the best example of the traditional expeditionary vocation of La Legion, and a magnificent showcase to show that throughout its hundred years of history it has managed to combine tra- dition and modernity at the service of Spain.

KEY WORDS: Legion, Legionnaire Creed, international missions, evolution, tradition and modernity.

* * * * *

INTRODUCCIÓN

a vocación expedicionaria de La Legión ha sido una constante desde su fundación. Las acciones en socorro de Melilla tras el Desastre de LAnnual, la XIII Bandera independiente en Ifni, o las Agrupaciones y Banderas en la época sahariana, así lo atestiguan. Pero es, sin duda, su par- ticipación en las misiones internacionales, el acontecimiento que ha marca- do el presente y el futuro de su organización, doctrina, materiales, tácticas, adiestramiento y preparación. Desde el año 1992, La Legión ha sido empleada, en cumplimiento del espíritu de combate de su credo legionario, como punta de lanza del ejército español en escenarios tan diversos y complicados como Centro América, los Balcanes, Oriente Próximo y Medio y África Subsahariana, representando y defendiendo los intereses de nuestra Patria allende sus fronteras.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 112-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 113

Desde la inicial misión en El Salvador, con participación de oficiales del Mando de La Legión (MALEG) y de los cuatro Tercios, hasta las más re- cientes del Líbano o Mali, La Legión ha sido ejemplo de eficacia, cohesión, preparación y entrega sin límites a las misiones que le han sido conferidas en el marco de la ONU, la OTAN, la UE o formando parte de coaliciones multinacionales. Su esfuerzo y dedicación se han visto reconocidos, no sólo por nume- rosas recompensas y homenajes nacionales e internacionales, sino también a través de los testimonios cercanos y sinceros de las innumerables víctimas de los conflictos a las que han protegido, alimentado, socorrido, curado, alegrado y consolado de los devastadores efectos de las guerras que han padecido. La tradicional cercanía y alegría legionarias han sido el mejor bál- samo para restañar las heridas provocadas por años de sangrientos conflictos en los cuatro puntos del planeta en los que han desplegado las unidades de La Legión. En este camino transcurrido de casi treinta años, La Legión ha contri- buido con la sangre de sus legionarios a la paz y seguridad mundiales y así, un total de 7 oficiales, suboficiales y caballeros legionarios, han dejado sus vidas en el cumplimiento de estas nuevas misiones, entre ellos, el tenien- te de infantería D. Arturo Muñoz Castellanos, primer fallecido de nuestras FAS en misión internacional. Sirva este artículo de homenaje y reconocimiento a todos aquellos que, fieles a los espíritus de nuestro credo legionario, dieron su vida, su sangre y sus ilusiones en servicio a España, encuadrados en misiones inter- nacionales, en las filas de La Legión.

LOS ANTECEDENTES

La situación en Marruecos, había llevado al teniente coronel Millán- Astray a proponer al Ministerio de la Guerra la creación de una unidad ar- mada, formada por personal voluntario español y extranjero que paliara las enormes carencias que el ejército de África presentaba en motivación, mo- ral, preparación, armamento, material y equipo y que sustituyese, además en un escenario tan demandante como el marroquí, a los soldados de recluta obligatoria. En ese contexto, y tras no pocas dificultades, el 28 de enero de 1920 se promulga el real decreto fundacional de la nueva unidad, pero no es hasta el 20 de septiembre de ese mismo año, cuando se alista el primer legionario, tomándose desde entonces como ésta, la fecha fundacional del cuerpo.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 113-164. ISSN: 0482-5748 114 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Apenas con unos meses de vida, La Legión es requerida para sus primeras acciones que no son otras que escoltas de convoyes y tareas secun- darias ante la falta de confianza del mando en la fuerza recién creada. Pero será a partir de entonces cuando La Legión tenga la oportunidad de empezar a escribir la leyenda de honor y gloria que desde entonces la ha acompañado a lo largo de sus cien años de existencia. Corría julio del año 1921, cuando el protectorado español en Marrue- cos era un hervidero de revueltas cabileñas contra la autoridad española, que desembocaron en la zona oriental en el Desastre de Annual. La Comandancia General de Melilla se había derrumbado y las harcas rifeñas estaban a escasos kilómetros de la ciudad, amenazando claramente a lo poco que quedaba de la guarnición y a la población civil, haciendo cundir el pánico entre ella. En la zona occidental, el teniente coronel Millán-Astray recibe un mensaje cifrado que le ordena que se dirija con la recién creada I Bande- ra desde Rokba Gozal, donde se encontraba acantonada, hasta Tetuán y posteriormente a Ceuta, lugar en el que se le agregaría la II Bandera, del comandante Fontanés. Los nuevos legionarios son puestos a prueba, y en cumplimiento de sus espíritus de marcha y de sufrimiento y dureza, la Iª Bandera recorre los casi 100 kilómetros del itinerario en menos de veinti- cuatro horas. La Legión tiene que socorrer a Melilla. De la dureza de este movimiento dan fe los testimonios de algunos de sus legionarios, recogidos por los cronistas de la época:

«La marcha se va haciendo insoportable, pues llevamos andando des- de las tres de la madrugada con sólo dos horas de descanso y las plantas de los pies son una pura llaga. Por fin llenos de fatiga y con grandes alar- gamientos de la columna y muchos agotados llegamos al Fondak sobre las doce de la noche, después de una marcha de diecisiete horas sin parar.

La brutal marcha con la que La Legión evitó que las tribus de Abd el-Krim arrasasen Melilla

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 114-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 115

Cuando llegamos al campamento, se nos ordena montar las tiendas y se nos da un rancho caliente que nadie recoge, de cansados que estamos. A las cuatro de la mañana, como se había prometido, se emprende de nuevo la marcha con grandes dificultades por el estado de los pies y hasta que no se calientan, los tormentos son insufribles, pero pronto con el an- dar, nos olvidamos de ellos. Los oficiales nos animan y nos jalean para levantarnos el ánimo y pronto surgen las canciones, los chistes y las bromas que van alegrando el camino y permiten aumentar el ritmo de marcha. A las diez de la mañana del día 23 llegamos a la plaza de Tetuán y luego a Ceuta».

Tras su llegada a Ceuta, los legionarios forman en el Cuartel del Rey, primer acuartelamiento de La Legión, y su Jefe, el teniente coronel Millán- Astray, les arenga de la siguiente forma:

¡Legionarios! De Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave; quizá en esta empresa ten- gamos que morir todos. ¡Legionarios!, si hay alguno que no quiere venir con nosotros, que salga de la fila, que se marche, queda licenciado ahora mismo… Legionarios. Ahora jurad: ¿Juráis todos morir, si es preciso, en socorro de Melilla? - Sí, juramos. - ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!

Las unidades legionarias embarcan en el vapor Ciudad de Cádiz. Les acompaña el general Sanjurjo. En Melilla la situación es caótica, un oficial de la plaza se acerca al buque y les informa de que la población está aterrorizada, por lo que es necesario infundirles todo el ánimo posible. Los legionarios van encaramados a los palos y agitan sus gorrillos y banderines, la banda de música toca canciones legionarias. Millán-Astray, sin ni siquiera haber aban- donado el barco todavía, desde la borda, ordena que cesen los cánticos y vivas y se dirige a la población que expectante le observa desde el muelle:

«Melillenses, os saludamos. Es La Legión que viene a salvaros; nada temáis; nuestras vidas os lo garantizan. Manda la expedición el más bravo y heroico general del ejército Español: el general Sanjurjo. Vienen detrás de nosotros los Regulares de Ceuta, con el laureado teniente coronel Gon- zález-Tablas y artillería de montaña, ingenieros y fuerzas de Intendencia. ¡Melillenses! Los legionarios y todos, venimos dispuestos a morir por vosotros. Ya no hay peligro. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!».

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 115-164. ISSN: 0482-5748 116 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Los legionarios desembarcan en el puerto de Melilla para defender la ciudad de los ataques de Abd el-Krim

Las palabras del fundador y la sola presencia de los Legionarios, in- funden tranquilidad en la población que les ve descender del barco a la ca- rrera y desfilar a los sones deLa Madelón, por las calles de la ciudad. Inmediatamente se ocupan las posiciones defensivas en el campo ex- terior de la ciudad, se construyen blocaos y trincheras y se montan convoyes para alcanzar los reductos más fuertes y así proteger la desguarnecida plaza. Este episodio es quizás una de las muestras más palpables de la voca- ción expedicionaria de La Legión desde su fundación.

LOS INICIOS DE LAS MISIONES INTERNACIONALES, EL CONTEXTO HISTÓRICO

Las Fuerzas Armadas (FAS) españolas han cumplido más de treinta años desde el inicio de su participación en misiones internacionales; tras este periodo, su presencia en este tipo de operaciones constituye, quizás, la imagen más habitual, reconocible y prestigiosa que percibe la sociedad española actualmente. Para ello, ha sido necesario un triple cambio trascendental: 1º) En el plano internacional, se han producido una serie de trans- formaciones radicales respecto a la situación existente a finales de la década de los ochenta del pasado siglo. 2º) España ha optado por una integración participativa en la defen- sa occidental colectiva a una escala sin precedentes. 3º) Se ha producido una enorme evolución en las FAS españolas en un corto espacio de tiempo.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 116-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 117

Estado miembro de Naciones Unidas (ONU) desde 1955 e integrante del Comité Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz desde diez años después, España no había participado de ningún modo en las opera- ciones internacionales auspiciadas por la ONU; ni siquiera en el capítulo de “otras contribuciones” en las que, sin embargo, sí participaban países como Alemania o Japón, a pesar de tener serias restricciones constitucionales para su actuación exterior. A partir del año 1985, el gobierno español presidido por Felipe Gon- zález, manifestó su intención de llevar a cabo una participación activa en las misiones internacionales de la ONU, dentro de un replanteamiento de las políticas exteriores y de defensa; siendo ratificada por el presidente del go- bierno ante la Asamblea General de Naciones Unidas en su reunión plenaria de 1985 y por S.M. el Rey el año siguiente en el mismo foro. Este largo proceso culminó en 1988, nada casualmente si se atiende a un doble proceso: Por una parte, la segunda mitad de la década de los ochenta se carac- terizó por la integración plena de España en el conjunto europeo, lo que en ocasiones ha sido denominado como la “transición exterior”. La incorpora- ción de España a la Comunidad Económica Europea tuvo su correlación con la plena integración en la OTAN; lo que aquella supuso para la normaliza- ción y expansión de nuestra política exterior, ésta lo fue para la maduración de las políticas de seguridad y defensa en España. Por otra parte, esta época coincidió con un periodo de transición mili- tar, cuyos hitos normativos fueron, en primer lugar, la entrada en vigor de la L.O. de Criterios Básicos de la Defensa Nacional (enero de 1984) y a partir de junio de ese mismo año, de la Directiva de Defensa Nacional, primer texto sistemático de planeamiento de la Política de Defensa, actualizado a partir de ese momento al comienzo de cada legislatura. Este doble proceso, junto con las negociaciones al más alto nivel a las que debieron hacer frente de forma conjunta los Ministerios de Defensa y Exteriores, dieron buena muestra de las responsabilidades internaciona- les que España estaba dispuesta a asumir, lo que a su vez, nos granjeó una creciente legitimación exterior. Responsabilidad y legitimación sentaron las bases de coherencia entre la política exterior española, la política de defensa y la seguridad nacional. Una vez culminada la incorporación de las instituciones internacio- nales en el ámbito político y finalizada una importante evolución en el ám- bito castrense, España estaba en condiciones de iniciar su participación en misiones internacionales. Aunque al principio fue modesta, a través de gru- pos reducidos de asistencia a la ONU y observadores de paz, la dimensión

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 117-164. ISSN: 0482-5748 118 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ que en los años siguientes alcanzaría la participación española, permitiría a nuestras renovadas FAS mostrar su alto nivel profesional y humano, a la vez que les exigiría un extraordinario esfuerzo de adaptación a unos escenarios y unas misiones muy exigentes y muy distintas a las tradicionalmente desa- rrolladas hasta entonces.

LA LEGIÓN COMO PUNTA DE LANZA DEL EJÉRCITO EN LAS MISIONES INTERNACIONALES

En ese periodo, el Ejército de Tierra español estaba formado mayo- ritariamente por personal de reemplazo. En el seno de la sociedad empieza a extenderse la objeción de conciencia como una tendencia que aumenta considerablemente entre los jóvenes que son llamados a filas. Circunstancia que, junto a las imágenes de personal de reemplazo formando parte de la tripulación de una fragata de la Armada española en las operaciones de em- bargo marítimo durante la Primera Guerra del Golfo, no conforman el clima social más propicio para el envío de este personal a los futuros escenarios internacionales. Las únicas unidades que disponen en ese momento de personal pro- fesional son La Legión y la Brigada Paracaidista, lo que les hace ganar una importancia capital a ojos del gobierno y la sociedad, toda vez que el ejecu- tivo decide involucrarse e intensificar la presencia española en el contexto de las misiones internacionales de la ONU. Además, La Legión dispone de un elemento fundamental: su sólida es- tructura moral basada en su código de conducta, el credo legionario, «base es- piritual de La Legión, médula y nervio, alma y rito de ella, en el que se rinde culto al valor, al honor, a la disciplina, al compañerismo y al amor a la Patria».2

LA LEGIÓN EN CENTROAMÉRICA

El Salvador

La historia de Centroamérica está plagada de hechos convulsos. Des- de su independencia del imperio español, los pequeños países que se ubican entre Méjico y Colombia, han padecido multitud de guerras, golpes de esta- do y revoluciones que han marcado su torturada existencia. Modernamente

2 MILLÁN-ASTRAY, José: La Legión. Pp. 23-29.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 118-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 119 han sido campo de experiencias para diversas aventuras políticas auspicia- das por diferentes intereses encontrados. A lo largo de su reciente historia contemporánea, los diferentes gobiernos o movimientos armados recibieron apoyos de Estados Unidos, la URSS o Cuba. En 1987, los presidentes de Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Sal- vador y Nicaragua se reunieron en la localidad guatemalteca de Esquipulas, con el fin de buscar soluciones para encontrar la paz duradera en el virulento istmo centroamericano. Meses después, el Secretario General de Naciones Unidas determinó que la verificación de estos acuerdos de seguridad se en- marcase en un proceso típico de una operación de mantenimiento de la paz. Tras las misiones de la ONU para Centroamérica (ONUCA) y la de la ONU para Haití (ONUVEH), el 31 de diciembre de 1991 se firmaba en Nueva York, en la sede de la ONU, un compromiso entre el presidente sal- vadoreño y los máximos representantes de los cinco movimientos guerrille- ros que componían el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN), para finalizar las hostilidades que duraban ya más de 12 años en el pequeño país centroamericano. Los acuerdos especificaban que la guerrilla sería desmilitarizada en un proceso que se produciría entre el 1 de febrero y el 31 de octubre de 1992. Las fuerzas policiales bajo control militar debían desaparecer, mientras que las propias fuerzas armadas deberían reducir a la mitad sus efectivos. El 20 de mayo, el Consejo de Seguridad de la ONU determinó la creación de la misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salva- dor (ONUSAL), destinados a verificar el cumplimiento de los acuerdos Paz firmados pocos meses antes. Días después, la ONU solicitaba a España la ampliación del número de observadores destinados a ONUSAL, la mayoría con el general español Suanzes Pardo que ejercía el mando, procedentes de ONUCA.

Los jefes y oficiales de La Legión que participaron en la misión de ONUSAL, antes de su embarque en la Base Aérea de Torrejón

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 119-164. ISSN: 0482-5748 120 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

En este sentido, España puso de manifiesto su naciente intención de participación en el contexto internacional con la aportación a la Misión de Naciones Unidas en El Salvador (ONUSAL), del mayor contingente de los países contribuyentes, con una aportación inicial de 101 observadores, de los que La Legión, en una alarde de oportunidad y visión de futuro, gracias a su entonces General Subinspector, Reig de la Vega, aportó el mayor número de observadores, en un total de 17 Jefes y Oficiales de La Legión, con repre- sentación del Mando de La Legión (MALEG) y los cuatro Tercios. El proceso de verificación se desarrolló en tres fases: − Durante la primera, los guerrilleros se reagruparon en las denomi- nadas áreas de reunión, hasta un total de cincuenta, con presencia y acompañamiento constante de los observadores militares desar- mados, por exigencia expresa de la guerrilla. − En la segunda, los guerrilleros volvieron a reagruparse, esta vez en los denominados Centros de Verificación, en los que en unos contenedores de Naciones Unidas depositaron su armas y se les filió y se les dotó de unos carnets confeccionados por los propios observadores, como único documento identificativo, pues alguno habían nacido incluso en la clandestinidad. − Ya en la tercera, se procedió a la desmovilización del personal de la guerrilla y su reinserción a la vida civil, bien en el medio rural o en el urbano, a su elección, dotándoles de utensilios y aperos a tal efecto. El despliegue por todo el país fue muy rápido, ya que los observado- res apenas tuvieron cinco días para reconocer el terreno que les había sido asignado y establecerse antes de la fecha señalada para el inicio del mandato de la misión. Al finalizar su misión, el general Suanzes, jefe de la misma, manifestó:

«El papel de los militares españoles ha sido decisivo, por varias ra- zones. Por su preparación muy alta, por compartir con el salvadoreño la misma lengua, las mismas raíces históricas, que facilitan en gran manera la colaboración en un proceso de este tipo… Y porque la aportación en número de hombres ha sido la mayor de todas, lo que significa que oficia- les españoles han ocupado puestos de responsabilidad, y en algunos casos fundamentales para el éxito de la misión».3

3 REDÓN, Pedro: El Ejército de Tierra en misiones de paz. Edición del autor. Barcelona, 1997.

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LA LEGIÓN EN LOS BALCANES

Bosnia-Hercegovina La guerra de los Balcanes propiciada por el desmembramiento de la antigua Yugoeslavia, motivó la intervención del Consejo de Seguridad de la Organización, que el 14 de septiembre de 1992 dicta la resolución 776, en la que se disponía el envío de fuerzas multinacionales en misión humanitaria a Bosnia-Hercegovina, donde el horror de la guerra y el sufrimiento de la población civil habían hecho acto de presencia meses antes.

Los primeros BMR de la AGT Málaga patrullan el bulevar de Mostar, línea de confrontación de croatas y musulmanes El 28 de agosto de 1992 España, dispuesta a avalar con hechos su com- promiso de colaborar en la consecución de un orden internacional más estable y seguro, decidió su participación activa en las fuerzas de protección de la ONU, cuya misión se denominó UNPROFOR II, el 28 de agosto de 1992. La apuesta de España era muy ambiciosa y en pocas semanas se debía organizar una unidad de mil hombres que reuniera altas dosis de profesionalidad y pre- paración para afrontar tal ambiente de riesgo e incertidumbre patentes. Ante esta situación, y no sin serias dudas e incertidumbre, el gobierno decidió que fuese La Legión, que entonces contaba con mayor cantidad de profesionales, españoles y extranjeros, la elegida para este importante reto. De esa manera, en caso de bajas, la repercusión social se estimaba de menor impacto que si los heridos y muertos fueran soldados de reemplazo. El 4 de noviembre de 1992, zarpaba desde el puerto de Almería, rum- bo a los Balcanes, la Agrupación Táctica Málaga, al mando de coronel D. Francisco Javier Zorzo Ferrer, pero el proceso de organización y generación del contingente no fue, ni mucho menos, sencillo. La Legión estaba en ese momento sumida en un importante proceso de transformación, en el que entre otras circunstancias influía la aplicación de la Ley 17/89 que declaraba a extinguir la escala de oficiales legionarios, integraba la escala de suboficiales en la del cuerpo general y suprimía el

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 121-164. ISSN: 0482-5748 122 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ sistema de reclutamiento específico de La Legión, impidiendo de esa ma- nera el alistamiento de personal extranjero, y estableciendo que aquellos legionarios que no llevaran más de ocho años de servicio, no tenían garanti- zada su permanencia hasta la edad de retiro. Además la figura del voluntario especial que venía a sustituir a los antiguos legionarios, que firmaban un compromiso inicial de dieciocho meses, prorrogables exclusivamente hasta los seis años, no había dado los frutos esperados. En cuanto al encuadramiento de la tropa profesional, el mayor por- centaje de personal profesional de La Legión procedía del antiguo sistema de reclutamiento, pero se encontraba distribuido entre los cuatro Tercios. Además, las unidades de La Legión tenían una variada dependencia orgá- nica, con el Mando de La Legión y el Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión, dependientes de la recién creada Fuerza de Acción Rápida (enero de 1992); el Tercio Gran Capitán 1º de La Legión, dependiente de la Coman- dancia General de Melilla; el Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, depen- diente de la Comandancia General de Ceuta y el Tercio D. Juan de Austria 3º de La Legión, dependiente del Mando de Canarias. En lo que se refiere a unidades de apoyo, La Legión en ese momento estaba exclusivamente compuesta por unidades de Infantería, y carecía de unidades de las otras armas que le pudieran proporcionar las capacidades necesarias en funciones de combate esenciales tales como mando y control, comunicaciones, zapadores o logística. Por todo ello, se decidió constituir un contingente heterogéneo en base a unidades de los Tercios 1º, 2º, 3º y 4º, con refuerzo de unidades de la Brigada Paracaidista y de diversos regimientos de transmisiones y unidades logísticas. Quizás este aspecto fuese uno de los mayores retos a que tuvo que hacer frente la generación del contingente para lograr la adecuada cohesión indispensable para el cumplimiento de cualquier tipo de misión y especial- mente la primera que se afrontaba. El 9 de septiembre se concentraban en la base militar “Álvarez de Sotomayor” las unidades que iban a formar parte de la AGT, tal y como recuerda su jefe el entonces coronel Zorzo: «Estando todavía en la fase de concentración en Almería, en esa dura fase, fue cuando mi General Jefe de la recién creada FAR, el General Mu- ñoz-Grandes, me preguntó durante un paseo en una charla íntima: - Javier, ¿tú crees que los legionarios lo van a hacer bien? Yo le contesté: - Mi General, son legionarios, y tú sabes de sobra como son y como lo hacen».4

4 TOGORES SÁNCHEZ, Luis Eugenio: Historia de La Legión Española. La Infantería legendaria de África a Afganistán. La esfera de los libros. Madrid, 2016.

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La misión fundamental que se asignó a la Agrupación es la de colabo- rar en la entrega de ayuda humanitaria que realizaba la agencia para ayuda a los refugiados de la ONU, ACNUR. Una misión absolutamente novedosa y completamente diferente a cualquiera de las de combate convencional para las que las unidades legionarias estaban tradicionalmente preparadas, equi- padas y adiestradas. Ello requirió una preparación específica y demandante para todos los miembros del contingente, en la que se esmeró la formación de los conductores para la conducción en nieve y hielo, las técnicas de nego- ciación el manejo de intérpretes, el conocimiento del entorno de la misión y hasta las mínimas nociones de serbocroata para tratar de evitar los puntos de control (check points) de las diferentes entidades y facciones en conflicto. Como material vehicular principal se eligió el Blindado Medio de Rue- das (BMR), entonces de dotación exclusivamente en los Tercios africanos (1º y 2º), por lo que fue necesario desarrollar cursos acelerados de conduc- tores para aquellos que no disponían del carnet necesario para manejarlos, trasladarlos a la base de concentración en Viator (Almería), revisarlos, po- nerlos a punto y adecuarlos al color y los distintivos de la ONU para que pudieran ser claramente identificados en el desempeño de sus cometidos. El armamento individual y colectivo fue revisado y dispuesto para su empleo a la llegada a la Zona de Operaciones (ZO), como primera herramienta de autoprotección. El despliegue suponía un verdadero reto logístico, con empleo de medios aéreos, navales y finalmente terrestres hasta alcanzar los diferentes enclaves elegidos previamente en el Área de Responsabilidad (AOR) asig- nada a la Agrupación española, que englobaba la peligrosa ruta del río Ne- retva, vía principal de acceso desde la costa dálmata croata hasta la capital Sarajevo y en la que se encontraban desplegadas unidades armadas de las tres entidades contendientes (serbios, croatas y bosniacos), y que hubo que ir abriendo progresiva y penosamente tras múltiples retenciones, conversa- ciones y mucha paciencia, mediante interminables convoyes por tramos de carretera minados, bajo el hostigamiento por el fuego de unidades armadas y en condiciones climatológicas infernales que provocaron, al principio, gran cantidad de accidentes, por fortuna, sin víctimas mortales. Además, el centro de gravedad del despliegue se estableció en Mostar, capital de la Hercegovina, ciudad dividida en dos zonas por la guerra entre croatas y bosniacos musulmanes, siendo escenario de sangrientos comba- tes, destruyéndose durante los mismos el máximo símbolo de la ciudad, el puente Stari Most que le da nombre. El general Zorzo también relata en sus memorias como un mes antes de la llegada del contingente español, en una reunión en el Cuartel General de UNPROFOR, en Zagreb, para proceder al reparto de las zonas de responsabilidad de los diferentes contingentes, un

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 123-164. ISSN: 0482-5748 124 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ general norteamericano de los marines comentó a uno de los militares espa- ñoles que la zona que querían asignar a nuestras fuerzas, era potencialmente la más peligrosa de todas, una auténtica ratonera.

Caballero Legionario de la AGT Málaga distribuye ayuda humanitaria

El 4 de noviembre partía desde el puerto de Almería el grueso del contingente a bordo del transporte de ataque Castilla, con destino a Split, a donde llegó el 8 del mismo mes. A partir de ese mismo momento comen- zaron los despliegues de las unidades, en primer lugar en Jablanica, primer destacamento español en el AOR. Cuando llegaron los españoles a su Área de responsabilidad la ruta del Neretva era intransitable. Los convoyes de ayuda humanitaria tenían que utilizar pistas de montaña, acondicionadas por nuestros zapadores, ya que en muchos casos la línea de frente de los combates era la propia carretera, que era conocida como “la ruta de la muerte”. Pero gracias al esfuerzo, el tesón y el valor sin límites de los legionarios, la ruta se fue abriendo paulati- namente, multiplicándose por tres la llegada de ayuda humanitaria. La eficacia en el desarrollo de sus tareas queda reflejada en la opinión del general francés Morillon sobre los legionarios españoles:

«Los legionarios, los que con rostro marcado y mirada dura están des- plegados en el gueto musulmán, están entre los más valerosos encontrados en Bosnia-Hercegovina. Bajo bombardeos pasaron una noche con el casco bajo la nuca, calzadas las botas y el arma al alcance de la mano en una

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antigua tienda destruida de la ciudad vieja. Barbudo, fornido, como un borriquillo de Asturias, el capitán Navarro acepta proporcionar ayuda a una pareja de reporteros franco-españoles que ha logrado infiltrarse en el dispositivo croata, hasta llegar al gueto. A despecho de los bombardeos, tanto más mortales cuanto que son efectuados a bocajarro, los hombres del capitán permanecen sin vacilar. Esa es su misión».

La manera de ser, la alegría legionaria y su cercanía e identificación con los más desvalidos, abrieron muchas puertas y, en impresión de mu- chos testigos presenciales, salvaron muchas vidas en el transcurso de las misiones desarrolladas. Sobre todo, cuando esa actitud comenzó a calar hondo entre las tres entidades en conflicto que veían como esos hombres de extraños gorrillos, solidarios, deferentes, implicados, valientes, austeros, imparciales, justos y temerarios, desarrollaban sus misiones pero además, compartían sus ra- ciones, reconstruían escuelas, curaban enfermos, auxiliaban a huérfanos, distribuían medicinas, amparaban con sus vidas a refugiados. Todo ello les hizo ganarse el respeto y el cariño de todos sin excep- ción y les permitió volver a poner el nombre de La Legión, la sagrada uni- dad a la que representaban, en el lugar de la historia que le correspondía. En una carta dirigida al Ministro de Defensa español García Vargas, el embajador de los niños en Mostar en aquella época, decía:

«Estuve observando, Sr. Ministro a sus soldados en Split cuando saca- ban a los bebés de los camiones durante su evacuación a España, la cual fue organizada por la MPDL. Estuve observando a sus soldados, jóvenes de veinte años, llorando al pensar en el destino de estos niños. Desea- ría, querido señor, que todos los ejércitos del mundo pudieran ser como el suyo. Puede estar orgulloso de ellos».

Los múltiples incidentes y enfrentamientos en los que se vieron involucrados los tres bandos en esta época, motivaron ataques alternati- vos que provocaron cientos de muertos, tanto entre las unidades armadas, como entre la población civil, desencadenando una escalada de violen- cia progresiva. Este ambiente de violencia provocó las represalias contra los observadores internacionales y contra los contingentes militares de la ONU, lo que provocó incluso la toma de rehenes internacionales y su uti- lización como escudos humanos.

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En este clima de violencia generalizada, a la AGT Málaga la susti- tuyó la AGT Canarias, al mando del Coronel Morales Díaz-Otero, comen- zando el relevo el 20 de abril de 1993. Si bien el conflicto entre serbios y croatas se había estabilizado, los antiguos aliados croatas y musulmanes comenzaron una confrontación interna que dejó centenares de muertos y múltiples acciones de castigo contra la población civil, siendo el epicentro de las operaciones la ciudad de Mostar, en el AOR de la AGT española, que fue objeto de constantes intercambios de sangrientos bombardeos entre unos y otros. La ciudad quedó definitivamente dividida en dos, con la línea de confrontación fijada en el Bulevar, donde ambos bandos se atrincheraron constituyendo una red de túneles y galerías que llevaban a reductos fuer- temente fortificados, desde los que grupos de contendientes se hostigaban día y noche. La difícil situación de los legionarios españoles se vio tachonada de hechos y actitudes heroicas, entre las que podemos destacar la actuación de la sección mandada por el teniente Monterde, del 4º Tercio de La Legión:

Cuando se desplazaba al mando de su sección realizando un patrulla al norte del destacamento de Jablanica, se topó de golpe con un grupo de croatas, entre los que se encontraba personal armado, que huían de su pueblo, Radesine, que había sido atacado, arrasado y quemado la noche anterior por un grupo armado musulmán, con fama de especialmente vio- lento denominado Los Cisnes Negros, y que ahora les perseguían. Eran aproximadamente unas 200 personas, entre las que se encontraban ancianos, mujeres y niños, supervivientes de la matanza en su pueblo y que al ver a los cascos azules, arro- jaron las pocas armas que tenían y se metie- ron bajo los BMR de la sección, suplicando el amparo de los españoles. Apenas minutos después, los Cisnes Negros se presentaron en la zona, con actitud amenazante, apun- tando sus armas contra los civiles y los componentes de la sección, reclamando al teniente la entrega de los que consideraban prisioneros de guerra. El teniente tras infor- mar de la situación al puesto de mando de la Agrupación, se acercó a los musulmanes, Teniente D. Arturo para enfriar los ánimos y tratar de rebajar Muñoz Castellanos

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la tensión, pero los musulmanes no se avenían a razones. En uno de los momentos de máxima tensión, el teniente Monterde ordenó a su sección que apuntase sus armas individuales y colectivas contra los elementos más exaltados de los Cisnes Negros, lo que unido a su excepcional firmeza, conjugada con unas grandes dosis de sangre fría y diplomacia, logró con- vencer a unos y otros para que depusieran las armas y acataran las reso- luciones de la ONU. En una acción heroica, los legionarios del teniente Monterde arriesgaron sus vidas para salvar las de apenas 200 croatas.

Pero este tipo de acciones no siempre tuvieron un final feliz. El 11 de mayo, la sección del teniente Muñoz Castellanos, del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión, realizaba una misión consistente en trasladar medicinas y plasma sanguíneo al hospital musulmán de Mostar, recibiendo fuego de mortero, siendo alcanzado el teniente, cuando regresaba al BMR después de haber cumplido su misión. Los legionarios de la tripulación de su vehículo de mando, notaron la ausencia del teniente y pese a seguir recibiendo fuego, en cumplimiento del espíritu de compañerismo de nuestro Credo Legionario “con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos”, volvieron a buscarlo, no encontrándolo en la primera inspección del lugar, pues los musulmanes, dándolo por muerto, lo habían cubierto con una manta. Tras proseguir la búsqueda, encontraron a su teniente cubierto y aún con vida, procedieron a evacuarlo para su posterior traslado a España, donde falleció dos días después, en el hospital militar Gómez Ulla. Se convertía así en el primer caído de La Legión y de las Fuerzas Ar- madas españolas en una misión internacional de paz, pero lamentablemente no sería el último. El 11 de junio, cuando se encontraba realizando una patrulla al frente de su sección, el teniente de infantería D. Jesús Aguilar Fernández del Tercio Gran Capitán 1º de La Legión, fue herido mortalmente en el cuello por un disparo de francotirador croata, cuando cruzaba el puente de Tito de Mostar, que separaba la parte croata de la musulmana, escoltando un convoy que transportaba medicamentos al hospital musulmán de la ciudad. El 30 de junio, el destacamento de Jablanica fue atacado con granadas de mortero, resultando muerto el C. Legionario José León Gómez que se encontraba de centinela, siendo heridos muy graves tres cabos y dos legio- narios, entre los que destacó sobre manera la actitud el Cabo C. Legionario André Corneille, del Tercio D. Juan de Austria 3º de La Legión, que estando herido muy grave y con parte de la masa intestinal fuera de su cavidad, no consintió ser atendido hasta que no lo hubieran sido sus compañeros heridos.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 127-164. ISSN: 0482-5748 128 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El tributo que la AGT Canarias pagó en el cumplimiento de su misión fue muy alto: 10 muertos y 58 heridos resultó su aportación a la paz en esas tierras, atormentadas por años de oído y guerra ininterrumpidos. A su regreso a territorio nacional, la AGT Canarias fue recibida por S.M. el Rey D. Juan Carlos I, en el puerto de Málaga, dirigiéndoles la si- guiente alocución de bienvenida: «Quiero que mis primeras palabras sean para daros la bienvenida a España tras haber desempeñado con éxito una misión dura, que se ha de- sarrollado en un ambiente extraordinariamente difícil. En efecto, durante la estancia de la Agrupación Canarias en Bosnia- Hercegovina, la guerra ha llegado a su paroxismo, con los antiguos alia- dos enfrentados entre sí y con un incremento de la dureza de los combates que se ha traducido, lamentablemente, en un aumento de los sufrimientos de la población civil. En medio de esta situación confusa, en continuo cambio, habéis con- servado en todo momento la sangre fría, observando una estricta neutra- lidad, sin tomar partido por ninguno de los bandos y ayudando a veces más allá de la medida de vuestras fuerzas a las víctimas del conflicto, con independencia de su origen o de su religión. En el año que prácticamente ha transcurrido desde que desembarcó en Split el primer casco azul español, hombres y mujeres de muy distintas unidades de nuestro Ejército han llevado a aquellas tierras un poco de esperanza en una guerra para muchos inexplicable, con una dedicación ejemplar que os honra y que ha hecho que todos los españoles se sientan orgullosos de vosotros. Vuestra presencia en la antigua Yugoeslavia ha respondido a un obje- tivo muy concreto, colaborar con los esfuerzos de Naciones Unidas para poner fin a la guerra que asola a esa región de Europa. Como contingente de Naciones Unidas habéis sabido manteneros por encima de las banderías y de los criterios, en gran parte falaces, que han convertido en enemigos a quienes hasta hace poco eran vecinos que con- vivían pacíficamente. Habéis intentado estar siempre donde había más víctimas inocentes, dando testimonio y ejemplo frente a quienes las originaban. Desgraciadamente, habéis pagado por el estricto cumplimiento de vuestro deber el precio más alto: la pérdida de diez de vuestros compañe- ros: Nada puede mitigar el dolor de sus familias ante estas muertes, pero quiero que sepan que todos los españoles compartimos su pena y nos in- clinamos ante unas vidas sacrificadas en un acto de servicio tan generoso como es ayudar al que sufre, socorrer al herido o alimentar al necesitado.

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La Agrupación Canarias, al igual que la Málaga, ha hecho esto y mu- cho más, manteniendo sus posiciones a pesar de los bombardeos, escoltan- do convoyes bajo el fuego, mediando entre las partes a la búsqueda de la paz que todos deseamos para la antigua Yugoeslavia. Gracias a sus esfuerzos, la ruta del Neretva, la que es ya la ruta es- pañola, puede continuar abierta en puertas del invierno, cuando la ayu- da a la población será absolutamente esencial para mantener con vida a decenas de miles de personas. Esta es la herencia que a costa de tantos sacrificios habéis dejado a vuestros compañeros de la Agrupación Madrid. Estoy seguro de que ellos sabrán cumplir tan bien su misión como vosotros y vuestros antecesores. Desde aquí les envío un entrañable saludo y mis mejores deseos de éxito, que quiero hacer extensivo también a las fuerzas de la Armada y del ejército del Aire que en una labor tan eficaz como callada han hecho posible vuestro trabajo. Esperamos que las negociaciones diplomáticas que sobre este conflic- to se están desarrollando obtengan el resultado que todos anhelamos y que la paz vuelva a reinar sobre todo nuestro continente. Este es mi más firme deseo y constituiría la justificación última de vuestros esfuerzos. Gracias en nombre de España y bienvenidos de nuevo a casa».

En honor a sus méritos y al excepcional grado de cumplimiento de su misión, el 21 de mayo de 1993, les fue concedido el Premio Príncipe de As- turias de Cooperación Internacional 1993 a las Agrupaciones Tácticas Má- laga y Canarias por su “labor humanitaria y su contribución eminente para una solución pacífica del conflicto bélico”. El jurado hizo expresa mención a la labor de los más de 1.000 soldados españoles desplegados en Bosnia- Hercegovina de la siguiente forma: «su tarea humanitaria y de interposición entre los contendientes es ejemplar, hasta llegar al sacrificio de la propia vida, y refuerza la sintonía del ejército con el pueblo español. Dentro de la extrema complejidad que presenta el dramático problema de la antigua Yugoeslavia, cuyo desenlace es imprevisible, el jurado considera necesario resaltar y estimular la labor humanitaria que están desarrollando». El entonces Ministro de Defensa, Julián García Vargas, expresó, en nom- bre del Gobierno, su satisfacción por este premio a los “soldados de la paz”. Entre noviembre de 1996 y abril de 1997 La Legión volvió a Bosnia- Hercegovina, constituyendo la Brigada “Almería” (SPABRI), pero ahora en circunstancias muy diferentes. Su actuación como punta de lanza constituyendo las AGT Málaga y Canarias, provocó la decisión, trascendente para su futuro, de la creación de la Brigada de La Legión. Sobre la base del Mando y Estado Mayor del

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Mando de La Legión (MALEG), por entonces de guarnición en Málaga, se constituyó su Mando y Cuartel General; el Tercio D. Juan de Austria, de guarnición en Fuerteventura y el Tercio Alejandro Farnesio, de guarnición en Ronda, pasaron a constituir sus unidades de maniobra, con la VII, VIII y X Banderas; para las unidades del núcleo de apoyos, se optó por integrar a las unidades procedentes de la Brigada XXIII que se disolvería. Como ubicación se decidió la Base Álvarez de Sotomayor, en Viator, Almería, por sus condiciones y cercanía al puerto y aeropuerto de la ciudad, además de por las excelentes condiciones que el Campo de Maniobras y Tiro “Álvarez de Sotomayor” ofrecía para la instrucción y el adiestramiento de la Brigada. El 1 de junio de 1995, la ya fundada Brigada de La Legión, formó en el patio de la Base, dando así inicio a su fase de creación, que culminó con la celebración del aniversario fundacional de La Legión, el 20 de septiem- bre de 1996, cuando en ceremonia presidida por SS.MM. los Reyes D. Juan Carlos I y Dña. Sofía, la Brigada adoptó oficialmente la denominación de “Rey Alfonso XIII” en homenaje al monarca que impulsó decididamente su creación. Nuevamente La Legión daba una lección de entrega y eficacia, cuan- do, apenas con un año de existencia como Brigada, era requerida para des- plegar como tal en una misión internacional. Para su mando se escogió al general Zorzo, que con su tremenda experiencia y sus extraordinarias dotes para las relaciones internacionales, supo culminar una misión tremendamen- te exitosa, aunque no exenta de incidentes graves que a punto estuvieron de dar al traste con el proceso de paz y estabilización en esas castigadas tierras. Su despliegue abarcaba las zonas croata, musulmana y serbia, con especial presencia en Mostar, y su Cuartel General en Medjugore. Entre sus vicisitudes más importantes destacaron: los reasentamientos de familias musulmanas en el corredor de Stolac, zona mayoritariamente croata; los ata- ques con armas contra carro en la plaza de España de Mostar a una patrulla del grupo táctico que a punto estuvo de costar la vida a la tripulación de dos BMR con su alférez Cantón al frente; o los incidentes de febrero de 1997 en Mostar con los graves disturbios que se produjeron como consecuencia de la muerte de un imán musulmán o las constantes requisas de armamento. Durante el desempeño de sus cometidos y tareas la Brigada realizó 14.500 salidas, recorrió 1.427.000 kilómetros -lo que equivale a 35 vueltas al ecuador terrestre-, entregó 422 toneladas de alimentos, 2.000 kilos de ma- terial sanitario, 13.000 lotes de material escolar, 17.000 juguetes y 30.000 litros de agua.

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Entre junio y diciembre de 2003 La Legión volvió de nuevo a Bosnia. Una Compañía del Tercio Gran Capitán constituyó la Compañía de Reserva de la Brigada Multinacional Sureste, haciéndose cargo de la misión desarro- llada hasta entonces por una compañía mixta italo-alemana, con tareas muy comprometidas y de reacción inmediata entre otras, colaborando en la bús- queda y captura del líder serbio Radovan Karadzik, buscado por el tribunal internacional de La Haya como criminal de guerra. Nuevamente, entre septiembre de 2005 y enero de 2006, ya formando parte de las fuerzas de la Unión Europea (EUFOR), en el marco de la Opera- ción “ALTHEA”, La Legión volvía a Bosnia, esta vez formando parte de la AGT Ceuta, al Mando del teniente coronel Ortiz Díaz-Hellín, participando en diversas misiones para el control del tráfico de armas y explosivos. Con una ceremonia en octubre de 2000 en Sarajevo, la entonces ministra de defensa Carmen Chacón ponía fin a la presencia de unidades militares en Bosnia-Hercegovina, tras más de dieciocho años de esfuerzo, tesón, sacrificio y entrega sin límites de las unidades españolas, dejando como legado el agradecimiento eterno de esas gentes que tanto deben a los españoles y en particular a La Legión, que supo contribuir con su espíritu y su sangre a su estabilidad, bienestar y paz.

Albania

Albania ha sido, desde el final de la segunda guerra mundial, un país encerrado en sí mismo. Un férreo régimen gubernamental le privó de su conexión a Europa y de poder avanzar al ritmo de sus vecinos. Cuando la URSS colapsó en 1990, se inició una falsa etapa de florecimiento económi- co y social, basado en un sistema piramidal en el que participó prácticamen- te toda la sociedad, desde los más modestos inversores hasta los políticos.

Desembarco del GT “Serranía de Ronda” en el puerto de Durres

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 131-164. ISSN: 0482-5748 132 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El anunciado derrumbe ocurrió a primeros de 1997. Albania afronta- ba un abismo económico que hacía presagiar lo peor. Viendo lo que se acercaba, la Unión Europea y el Consejo de Europa decidieron intervenir, pero ya era tarde. A principios de marzo estalló una rebelión popular que dio al traste con las últimas esperanzas. Las masas populares se adueñaron de la calle y, ante la pasividad de las fuerzas de seguridad, asaltaron las comisarías, los cuarteles y los polvo- rines y las armas comenzaron a circular libremente. El gobierno, impotente para hacerse con la situación, cedió el control del país a los revoltosos, al tiempo que pedía ayuda a la Comunidad Europea para salvar lo que quedaba de las estructuras políticas, sociales y económi- cas del país. Ante el cariz de los acontecimientos y dada la avalancha de refugia- dos que arribaba a sus costas, Italia se planteó el envío de una fuerza de protección y de ayuda humanitaria. A partir de la constatación internacional de que la crisis humanitaria constituía una amenaza para la paz y seguridad de la zona, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el 28 de marzo el envío de una fuerza internacional de protección, liderada por Italia, para controlar la llegada y distribución de la ayuda humanitaria y para restablecer la situación. La fuer- za estaría compuesta por un total de 2.500 efectivos. El Gobierno español aprobó el 4 de abril la participación de un con- tingente compuesto por 300 efectivos de La Legión, que desembarcaría en el puerto de Durres, en el norte de Albania. Ello motivó la organización y despliegue del GT “Serranía de Ron- da”, en base a la X Bandera de La Legión, al mando del teniente coronel Alonso Marcili y reforzado por zapadores y personal y medios de transmi- siones de la Brigada de La Legión (BRILEG). Los buques de la Armada, Hernán Cortés y Aragón, fueron los encar- gados de transportar el grueso de la fuerza compuesta finalmente por 325 militares y un centenar de vehículos, de ellos 45 BMR, zarpando de Málaga el 9 de abril, para llegar al puerto italiano de Brindisi tres días después. Como componente de la Fuerza Internacional de Protección, las mi- siones que se le encomendaron estaban relacionadas con la entrega de ayuda humanitaria y la protección y seguridad de la Comisión Internacional para Albania, así como de los miembros de la OSCE que formaban parte de la misión de esta organización encargados de supervisar el normal desarrollo del proceso electoral.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 132-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 133

Estos observadores estaban desplegados por todo el país, por lo que la unidad legionaria podía ser requerida para protección o auxilio de cualquie- ra de ellos en caso necesario. Esta circunstancia obligó a permanecer en constante estado de alerta, efectuando patrullas por carreteras en un estado de deterioro considerable, realizar escoltas de convoyes o tener previsto ejecutar acciones de rescate de personal ante la posibilidad de ser tomados como rehenes. Las bandas armadas, formadas por verdaderos profesionales del cri- men organizado, constituían la mayor amenaza para el cumplimiento de la misión, dado el alto índice de criminalidad que imperaba en el país, y la falta de capacidad de la policía y el ejército albaneses para mantener el control de la situación. Una vez constituido el GT, se procedió al despliegue del destacamen- to avanzado y posteriormente, tras un largo viaje por mar hasta el puerto italiano de Brindisi, desembarcar posteriormente en el puerto albanés de Durres, al que llegaron el 15 de abril de 1997, con su armamento, material y equipo, procediendo a realizarse un desembarco en toda regla sobre los pantalanes del puerto. Desde su llegada a ZO las dificultades para el cumplimiento de la mi- sión fueron enormes. Las restricciones a los movimientos nocturnos motiva- das por los toques de queda, las constantes amenazas de las bandas armadas, los ataques a la población civil y a las comunidades religiosas y los incon- venientes de tener que escoltar, acompañar y proteger a una gran cantidad de observadores internacionales desplegados en multitud de localizaciones, complicaron tremendamente el desarrollo de la misión. En el aspecto logístico, la situación no era mejor: las tareas de man- tenimiento constantes a los ya veteranos BMR, la imposibilidad de realizar explotación local de recursos, dadas las malas condiciones del país, o las necesarias prevenciones sanitarias en el consumo de agua, hicieron de esta misión un auténtico reto desde el punto de vista logístico. Finalmente y tras cumplir con los cometidos asignados, el 21 de julio de 1997, el GT “Serranía de Ronda”, embarcaba en el puerto de Durres, de regreso a territorio nacional, a bordo de los buques Aragón, Hernán Cortés y Pizarro. Durante los cuatro meses que permanecieron en ZO, el GT contribu- yó a poner los cimientos de la consolidación de la estabilidad y seguridad en el país, mediante el desarrollo de 560 misiones, y 60 escoltas de convoyes, 65 misiones de seguridad y la distribución de más de 1.500 toneladas de ayuda humanitaria.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 133-164. ISSN: 0482-5748 134 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Kosovo

La mecha prendida en Bosnia-Hercegovina rápidamente se extendió a otros territorios de la antigua Yugoslavia, la guerra iniciada como conse- cuencia de las declaraciones de independencia de Eslovenia y Croacia, se tralasladó a Bosnia-Hercegovina y posteriormente a Kosovo, región en la que se asentaban la mayoría de los albaneses que fueron reconocidos por el mariscal Tito en la última constitución del estado como entidad étnica y cul- tural diferenciada. Sin embargo, los serbios la consideraban como la cuna de la nación serbia, puesto que muy cerca de su capital, Prístina, los príncipes serbios derrotaron al imperio otomano en la batalla de Los Mirlos.

Destacamento del GT. Valenzuela en la Serrería de Istok

La intervención de la OTAN en la guerra de la antigua Yugoslavia provocó la retirada del ejército federal yugoeslavo y, con él, toda la estruc- tura del estado, creando un vacío de poder y dando lugar a un conflicto entre los albanokosovares y los serbios de Kosovo. En el momento del estallido de la guerra, Kosovo tenía una pobla- ción aproximada de dos millones de habitantes, de los cuales la mayoría eran albanokosovares; con la precipitada salida del ejército yugoeslavo, se produjo también el exilio, prácticamente en masa, de la población minorita- ria serbia, que vivía fundamentalmente en las ciudades. La resolución 1244 de la ONU propugnaba el regreso seguro y libre de todos los refugiados y personas desplegadas a sus hogares, tarea a la que se dedicaron las fuerzas internacionales desplegadas a partir de 1999, con un éxito desigual, pues si bien propiciaron el regreso de los albanokosovares, no se logró con los serbo-kosovares.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 134-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 135

La fuerza multinacional estaba compuesta por contingentes de Italia, Reino Unido, Francia, Portugal, Rusia y Alemania; a España se le solicitó la aportación de un Grupo Táctico que se integraría en la Fuerza Internacional de la OTAN en Kosovo (KFOR). Una vez más, a España y a La Legión se les reservaba una de las zonas más deprimidas y pobres de la región, sus poblaciones estaban arrasa- das, sus habitantes habían huido a las montañas y el vacío institucional había provocado la ausencia de una administración que se antojaba indispensable para lograr la estabilidad. La zona se encontraba regada de cadáveres pro- ducto de la represión de ambos bandos y las condiciones de inicio de la misión no eran las más adecuadas.

Patrulla de legionarios en Kosovo auxilia a niños huérfanos y desamparados

La unidad designada para cumplir la misión fue la VII Bandera Valen- zuela, junto a efectivos de la Bandera de Operaciones Especiales, Maderal Oleaga y una sección del Grupo Antiterrorista de la Guardia Civil, todo ello al mando del teniente coronel García Valón, desplegando los primeros efectivos en junio de 1999. El GT desplegó en la zona de Istok, con sus compañías desplegadas cubriendo su área de responsabilidad, en una zona donde la ley y el orden brillaban por su ausencia. La tarea de los legiona- rios españoles fue ingente y variopinta; tuvieron que proteger poblaciones y lugares sagrados serbios, reasentar desplazados, hacer tareas policiales e incluso dirimir en conflictos por tierras y pertenencias entre los propios albaneses, algunos de los cuales, ante la falta de autoridad provocada por el vacío de instituciones y policía estatal, se habían hecho con el control de la situación, aplicando métodos y procedimientos de represión y extorsión contra sus propios correligionarios.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 135-164. ISSN: 0482-5748 136 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

En el año 2000, el mando de la misión en Kosovo, fue asignado a un general español, y como consecuencia de ello, se solicitó a España la aportación de un GT de reserva operacional con capacidad para operar en todo el Teatro de Operaciones. Una vez más, La Legión era la elegida para formarlo y en concreto, la VIII Bandera, sobre cuya estructura se organizó el GT de reserva “Colón”, al mando del teniente coronel Palomino Calcerrada. Tras una fase de concentración y organización muy densa y acelerada, el GT desplegó en la localidad de Mitrovica. Una vez más, la zona elegida era un verdadero avispero, con poblaciones arrasadas, odios ancestrales, vengan- zas, desplazados y refugiados civiles viviendo en condiciones infrahumanas y un estado de calma tensa que en cualquier momento podía dar lugar a confrontaciones armadas ante la más mínima provocación. Como siempre, La Legión, con la inestimable ayuda de los ingenieros españoles de la AGT que en ese momento desplegaba en Istok, construyó su propio acuartelamiento en el denominado Barrio Gitano de la ciudad, en el que sólo quedaban en pie la estructura externa de dos edificios, que fueron habilita- dos con maderas y cartones por los legionarios para que sirvieran de dormitorio. El GT fue reforzado con un escuadrón de Caballería procedente de la AGT, pasando a desarrollar misiones de patrullaje, escoltas a reasentamien- tos, protección de lugares e intervención como fuerza de reacción en el área de responsabilidad de la Brigada francesa. Los comienzos fueron muy duros, con muestras palpables de desconfianza e incluso, desdén, por parte de serbios y albaneses que culpaban permanentemen- te a los españoles de sus condiciones de vida y escasa seguridad. Para agravar aún más la situación, se declaró una zona de exclusión de seguridad, bajo responsabi- lidad española, en el centro de la ciudad, en la que no estaba permitido el uso de teléfonos móviles ni ningún tipo de con- centración o manifestación, lo que obligó al GT a tener que intervenir en algunas ocasiones desarrollando operaciones de control de masas, con medios antidistur- bios. Finalmente, gracias al buen hacer, la dedicación y el espíritu legionarios, se cumplió la misión de manera sobresalien- Protección de puntos sensibles te. y controles de carreteras en Kosovo

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 136-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 137

Finalmente, el 1 de abril de 2001, la Agrupación Táctica Farnesio al mando del coronel Muñoz Muñoz, se constituyó en base a Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión, desplegando desde marzo hasta septiembre de 2001, como contribución española a la KSPAGT-V de la OTAN. Su misión principal consistió en la verificación de la retirada de Ko- sovo del ejército Yugoeslavo y crear las condiciones necesarias para el re- torno de refugiados y desplazados a sus hogares.

Macedonia

La operación “Essential Harvest” fue concebida como una acción preventiva de la comunidad internacional para evitar el estallido de violen- cia en Macedonia, entre las minorías macedonia y albanesa, enfrentadas en la zona norte junto a Kosovo.

Legionarios españoles y franceses compartiendo misiones en Macedonia

La Compañía Austria, perteneciente a la VII Bandera Valenzuela, al mando del capitán Ferrera Arribas, había sido organizada y preparada para servir de refuerzo a la AGT Farnesio, en Kosovo, a la que se había incorpo- rado el 21 de marzo. El 27 de agosto fue enviada a Petrovec, en Macedonia, donde se hizo cargo de los BMR que se encontraban allí depositados como material de repuesto y que serían los materiales principales con los que con- tó, acuartelándose en Brazda, al norte de Skopje, junto a unidades de La Le- gión Extranjera francesa y otras alemanas, hasta su regreso el 3 de octubre de 2001, comenzando a operar bajo mando italiano, siendo su misión princi- pal la supervisión del campamento de entrenamiento kosovar de Kurbalija.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 137-164. ISSN: 0482-5748 138 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El 26 de septiembre, la Compañía Austria regresó a Istok para inte- grarse de nuevo en la AGT Farnesio. El balance de su misión fue altamente positivo, habiendo requisado un total de 600 armas de fuego, ametralladoras pesadas, armas contra carro, e incluso un carro de combate T-55. Las condiciones del cumplimiento de la misión fueron muy compli- cadas, tanto por la dependencia orgánica bajo la que fue integrada, como por los numerosos retos logísticos que tuvo que afrontar y el complicado entorno en el que tuvieron que desplegar. Los legionarios de la Compañía Austria cumplieron, como los mejo- res, una vez más, con el Espíritu de Disciplina de nuestro Credo: «Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir».

LA LEGIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Irak

Tras la guerra Irano-Iraquí, con unas sangrientas tablas en el enve- nenado tablero de ajedrez de oriente próximo, después de una contienda de casi una década entre 1979 y 1989, y desencadenada la revolución iraní, que produjo el derrocamiento del Sha, en beneficio del régimen de los ayatolas. El mundo occidental tomó partido claramente por el régimen de Sadan Hus- sein, como una manera de contraponer el creciente poder del régimen teo- crático iraní, al que veían como una amenaza, no sólo regional, sino global, para los intereses occidentales. Este idilio apenas duró unos meses, ya que en agosto de 1990, recién acabada la confrontación anterior, el líder iraquí invadió el pequeño pero rico país vecino de Kuwait, propiciando la intervención internacional lidera- da por Estados Unidos y desencadenándose así la Primera Guerra del Golfo. Tras la operación “Tormenta del Desierto”, los iraquíes fueron expulsados de Kuwait y obligados, mediante resolución de la ONU, a destruir sus arse- nales biológicos y químicos, así como sus vectores de lanzamiento. Los ataques del 11-S de 2001 contra los EE.UU., trajeron como conse- cuencia un posicionamiento de la comunidad internacional contra los países a los que se les acusaba de albergar o apoyar a los movimientos terroristas, entre los que se encontraba Iraq. Sadam Husein había estado jugando un peligroso juego de incumplimientos y violaciones de las resoluciones inter- nacionales, entre otras las relacionadas con las armas de destrucción masiva, lo que provocó una ofensiva diplomática liderada por los EE.UU. que pro-

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 138-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 139 pugnaba una nueva intervención en Iraq. Tras aprobarse una resolución de la ONU en la que se instaba a Iraq a cumplir con lo establecido en anterio- res resoluciones, la aparición de cabezas de misiles iraquíes potencialmente capaces de ser usados para el lanzamiento de armas de destrucción masiva, precipitó el desarrollo de los acontecimientos, poniéndose en marcha el 19 de marzo de 2003, la operación “Iraqui Freedom”, resultando una derrota iraquí sin paliativos. El 21 de marzo, el gobierno presidido por José María Aznar, decidió el envío de un contingente conjunto formado por los buques de la Armada (BA. Galicia, la fragata Reina Sofía y el Marqués de la Ensenada), y unos efectivos de unos 900 militares, que llegó al puerto de Umm Qasr, para desarrollar la misión denominada “Sierra Juliet”, en principio con un perfil claramente humanitario. El mando del contingente terrestre se le otorgó al comandante Bayo Cerdán, de la VII Bandera de La Legión. En unas condiciones climáticas verdaderamente extremas, donde la temperatura raramente bajaba de los 40º, los marinos y soldados se dedicaron a la entrega de ayuda humanitaria y material sanitario, así como saneamiento y reparación de ciertas infraes- tructuras muy dañadas por el recién finalizado conflicto. Los meses transcurrieron, hasta que en julio de 2003, España decidió aumentar su apoyo a los EE.UU., haciéndose con la responsabilidad de la provincia de Nayaf, integrándose un contingente aproximado de 1.300 mi- litares, en una División polaca. La unidad de entidad Brigada, al mando del general Cardona, se denominó Brigada Plus Ultra y sus cometidos principa- les serían los que contribuyeran a la seguridad, estabilización y reconstruc- ción del país. Se había iniciado la operación “India Foxtrot”. Una vez más, La Legión era requerida como componente principal del contingente, y su aportación consistió en 120 militares al CG de la Bri- gada, y 360 pertenecientes a la VII Bandera Valenzuela, constituyendo el grupo táctico D. Juan de Austria, al mando del teniente coronel García Va- lón, que había ostentado también el del primer contingente desplegado en Kosovo. En la brigada española se integraron además contingentes de países iberoamericanos: 370 hondureños, 360 salvadoreños, 350 dominicanos y 115 nicaragüenses. El transporte, de nuevo un verdadero reto logístico, se realizó me- diante el traslado del personal en avión hasta Kuwait y del material vía ma- rítima a bordo de los trasportes Galicia y Pizarro. Tras una breve estancia en Kuwait, los legionarios viajaron a Diwaniya para instalarse en lo que había sido un antiguo y desvencijado cuartel del ejército iraquí.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 139-164. ISSN: 0482-5748 140 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El entorno operativo en el que habría de iniciarse la misión parecía estar escogido especialmente para La Legión. La ciudad recibió a las unida- des legionarias con temperaturas que oscilaban entre los 45 y los 60º C. La población civil se manifestaba abiertamente hostil a la ocupación de lo que consideraban ejércitos extranjeros, a los que culpaban claramente de las pé- simas condiciones de vida y a la falta de luz y agua que padecían inmediata- mente finalizada la guerra. La zona de despliegue, con mayoría de población chií, era las más radical y peligrosa, en la que campaban a sus anchas, antes de la llegada de los legionarios, las milicias controladas por clérigos, entre las que destacaba la del ayatolá Muqtada al Sadr, que apenas iniciado el des- pliegue comenzaron a hostigar a las fuerzas españolas con fuegos nocturnos de morteros y de armas automáticas y contra carro. Para su control, la brigada se desplegó en las localidades de Nayaf y Diwanija, en esta última, y fiel a la tradición legionaria de construir sus propios acuartelamientos, se construyó Base España, fortificándose los pun- tos más sensibles, con técnicas muy semejantes a las empleadas en la cons- trucción de blocaos, tradicionales fortificaciones de la época fundacional en Marruecos, en la que los Legionarios, una vez más fieles al cumplimiento de los espíritus de su Credo, trabajaron sin descanso hasta conseguir unas condiciones de seguridad más que aceptables.

Espíritu de sufrimiento y dureza: «No se quejará de fatiga, ni de do- lor, ni de hambre, ni de sed ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden».

Los constantes ataques de la insurgencia pusieron claramente de ma- nifiesto desde el principio, que en aquella misión habría que cumplir come- tidos más allá de la ayuda humanitaria: El día 19 de agosto era asesinado el capitán de navío Martín-Oar, encargado de la coordinación de la distri- bución de la ayuda humanitaria y de misiones de enlace con la ONU y las ONG que operaban en Irak. A principios de septiembre comenzaron las misiones en el exterior de las bases, mediante la realización de patrullas mixtas de legionarios con marines norteamericanos; a medida que se iba dominando la situación estas patrullas comenzaron a alternarse con otro tipo de cometidos tales como seguridad de puntos sensibles, escoltas de convoyes, requisa de armas, dis- tribución de ayuda humanitaria o reparación de infraestructuras, o las más novedosas como la de formación de un batallón iraquí de defensa civil, mez- cla entre la Guardia Civil española y la Guardia Nacional Norteamericana,

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 140-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 141 inculcándoles las formas y el estilo legionario en sus desfiles, formaciones y ademanes, hasta el punto, que el día de la graduación del batallón, éste desfiló con un borrego como mascota, regalo de los legionarios. Las acciones directas sobre los legionarios se fueron incrementando y así, la noche del 13 al 14 de octubre, la patrulla mandada por el sargento Baldomero Belmonte Giménez, fue atacada, repeliendo la agresión y ha- ciendo un prisionero que había resultado herido previamente. Por estas y otras acciones los legionarios fueron reiteradamente citados y felicitados en la orden de la Brigada. El 8 de diciembre, comenzó el repliegue del GT D. Juan de Austria de ZO, completándose el relevo de la Brigada I por la II el 19 de diciembre, cuando el GT abandonó la ZO. La amplia panoplia de las misiones desa- rrolladas durante el tiempo de duración de su misión, la multitud de accio- nes de fuego en la que intervinieron, la infinidad de requisas de armamento y munición en la que participaron, las inclemencias meteorológicas, y los innumerables retos logísticos que debieron afrontar, dan idea del nivel de dificultad en el cumplimiento de la misión. La Brigada Plus Ultra II se constituyó en base a la Brigada de Infante- ría Mecanizada XI, de guarnición en Badajoz, otorgándose su mando al ge- neral de brigada Coll, pero por orden del gobierno de la nación, se incluyó a una compañía de La Legión procedente del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión, la compañía Millán-Astray, integrándose en el GT Extremadura y relevando así a una compañía del Tercio D. Juan de Austria 3º de La Le- gión. Los enfrentamientos con la insurgencia se recrudecieron, participando la compañía legionaria en la mayoría de las acciones de combate. Como claro ejemplo de ello, al cabo 1º Pastor Sánchez Romero, le fue concedida la cruz al mérito militar con distintivo rojo, por hasta diez hechos relevantes de combate, durante los 47 días que permaneció en ZO. Una vez más, La Legión supo cumplir con los sagrados preceptos que encierra su Credo Legionario.

Espíritu de Combate: «La Legión pedirá siempre, siempre combatir sin turno, sin contar los días, ni los me- ses, ni los años».

Patrulla a pie

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 141-164. ISSN: 0482-5748 142 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El 11 de marzo de 2004, nuestra Patria fue golpeada por la garra cruel del terrorismo yihadista, cuando un comando islamista provocó la explosión de diferentes artefactos explosivos a bordo de trenes de cercanías en dife- rentes estaciones de Madrid y alrededores. Dos días después se producen elecciones generales en España, resultando ganador el PSOE y siendo elegi- do presidente el Sr. Zapatero, anunciando la retirada de las tropas españolas destacadas en Iraq. El tercer contingente de relevo estaba en esas fechas finalizando su periodo de preparación y el día 6 de marzo salen oficialmente los prime- ros efectivos, vía Kuwait hacia la ZO. Nuevamente La Legión se vuelve a encontrar con su sino. El tercer contingente le vuelve a corresponder a las unidades legionarias. En esta ocasión se le otorga el mando de la Brigada al general Muñoz Muñoz, que en ese momento ostentaba ya el mando de la BRILEG. El GT se constituye en base a la X Bandera Millán-Astray, co- rrespondiéndole su mando al teniente coronel Álvarez Gaumé. Apenas con unos días de despliegue sobre el terreno, comienzan los primeros ataques y emboscadas contra las compañías del GT. El día 18 de abril, el gobierno de la nación acordó la retirada de las tropas españolas en Irak, pasando la Brigada Plus Ultra III a transformarse en el Contingente Nacional Para el Repliegue (CONAPRE). La situación en la que se debía realizar la operación era muy complicada; la insurgencia conocía a través de la prensa internacional la orden de repliegue del contingente español, lo que restaba mucha iniciativa a la hora de planear y conducir las operaciones; los movimientos deberían realizarse a través de rutas enormemente largas y plagadas de minas y artefactos explosivos improvisados (IED), a lo largo de las cuales, la insurgencia montaba numerosas emboscadas. Además, este repliegue debería simultanearse con el mantenimiento de las nece- sarias capacidades operativas para hacer frente a los constantes hostigamientos del enemigo sobre las bases y patrullas del contingente. Frente a esto, lejos de adoptar una actitud pasiva, se optó por lo contrario, montando operaciones noc- turnas en base a patrullas exteriores con el cometido de impedir o neutralizar los ataques nocturnos a las bases desarrolladas por la insurgencia mediante morte- ros, armas contra carro y ametralladoras. Con este panorama, los legionarios se aprestaron a preparar una ope- ración de repliegue, ya complicada de por sí, simultaneando las misiones tácticas con las logísticas dirigidas éstas a la preparación del armamento, munición, material y equipo para su embarque en los vehículos del con- tingente y su traslado a territorio nacional. Únicamente una unidad con los fundamentos morales que le da su código de conducta, el credo legionario, es capaz de cumplir una tarea tan peligrosa e ingrata como la que en aquel momento se encomendó a los legionarios de la Brigada Plus Ultra.

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Espíritu de Disciplina: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

A lo largo de este periodo, las acciones de combate se multiplican, llegando a producirse ataques directos u hostigamientos, prácticamente a diario, como ejemplo de ellos, traemos a colación el del ataque a la base Al-Ándalus, el día 25 de abril, de los hechos reflejados en el diario de ope- raciones de la unidad:

Sobre las 0130 se produjo un ataque con granadas de mortero, que im- pactaron en la parte superior del edificio de mando, dañando las antenas de los aparatos de comunicaciones vía satélite e inutilizando el tendido telefó- nico. Los pelotones del sargento Paz Inglada y del cabo 1º Alcalde, tuvieron ocasión de responder, junto con los elementos de la PLM de la Compañía, a las acciones del enemigo neutralizándolas. Durante la acción, el cabo 1º Alonso, tirador selecto de la compañía, ostentaba el mando de dos puestos dobles sobre la terraza del edificio. En el momento del ataque se encontraba de turno de descanso; al oír las explosiones de mortero, acudió de inmediato a su puesto, impactando en ese momento una granada de mortero a escasa- mente 8 metros de su posición, seguidas de dos más, recibiendo un impacto de metralla en su pómulo derecho. A pesar de ello, se mantuvo en su puesto, en condiciones de responder al fuego durante las siguientes descargas de munición de mortero que recibió su posición. Con su ejemplar comporta- miento arrastró a los hombres bajo su mando, dando pruebas de valor ma- nifiesto, manteniendo en todo momento la entereza y serenidad, acudiendo el primero a cubrir el puesto, en cumplimiento de su misión y del deber de socorro al hallarse de servicio en el puesto el C.L. Morilla Andrades.

El cabo 1º Alonso sería atendido días después, cuando la situación lo permitió, para que le fueran extraídos los fragmentos de metralla.

Espíritu de Combate: La Legión pedirá siempre, siempre combatir sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años.

Una vez decidido el repliegue, las órdenes eran que todas las tropas españolas estuviesen en Kuwait antes del 30 de mayo, para ello, debían re- correrse más de 600 kilómetros a lo largo de las rutas Tampa y Jackson que unían Bagdad y Diwaniya con Kuwait, respectivamente. La operación de repliegue comenzó el 13 de mayo, realizándose el día 18 el último convoy, sufriendo los legionarios un total de 15 emboscadas y numerosos ataques con armas contra carro y granadas de mano.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 143-164. ISSN: 0482-5748 144 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

El día 20 se arrió la bandera española por última vez en Base España, por parte de dos legionarios, siendo recogida personalmente por el Jefe de la Brigada, general Muñoz Muñoz. El 21 de ese mismo mes salieron en heli- cóptero y por tierra los últimos legionarios de Irak, habiéndose completado en un tiempo récord una delicada y peligrosa operación de repliegue bajo presión enemiga, sin lamentar ningún muerto. Al cabo de los años La Legión volvería a Irak, y nuevamente sería en base a la misma unidad que constituyó el último contingente que abandonó esas tierras en 2004, el Tercio Alejandro Farnesio, 4º de La Legión, al man- do de su coronel, Salom Herrera, entre febrero y julio de 2015, con la misión de entrenar a la 92 Brigada Iraquí , que pocos meses después demostraría su valor y preparación en la sangrienta toma de Ramadi. Una nueva rotación de La Legión, esta vez al mando del coronel Ce- peda Lucas, Jefe del Tercio D. Juan Austria 3º de La Legión, regresaría a esta Zona de Operaciones para cumplir su misión entre noviembre de 2017 y mayo de 2018.

Líbano

Este territorio desde la antigüedad ha sido un crisol de religiones y culturas, lo que unido a su posición estratégica como puente entre Oriente y el Mediterráneo, lo ha hecho objeto de interés, cuando no de codicia, de no pocos imperios y poderes. Dominado por el imperio otomano primero y objeto del colonialismo europeo después, tras su independencia de Francia en 1943, su frágil paz se ha visto quebrada en diferentes ocasiones. Tras el derrumbe del imperio otomano como consecuencia de su de- rrota en la Primera Guerra Mundial, Francia se hizo cargo de la adminis- tración del territorio, favoreciendo a la población cristiana -hasta entonces mayoritaria- y dotando al país de una constitución que instauraba una repú- blica presidencialista que establecía; un presidente cristiano maronita, un primer ministro musulmán sunni y un presidente del parlamento musulmán chií. La tutela francesa favoreció el desarrollo económico y cultural de la mayoría cristiana, pero prendió la mecha de los enfrentamientos religiosos, fundamentalmente con la minoría chií. Hacia 1975 la comunidad musulmana comenzó a demandar más dere- chos y, sobre todo, un cambio en el reparto de poder, lo que provocó los pri- meros enfrentamientos entre las milicias cristianas y los grupos musulmanes suníes y chiíes, apoyadas por los palestinos, la guerra civil estaba servida.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 144-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 145

En 1978 el ejército israelí realizó numerosas incursiones en territorio libanés para impedir las agresiones desde territorio libanés, apoyadas por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), llegando hasta la línea que delimitaba el río Litani, en el sur del Líbano. Tras diferentes ocupaciones israelíes de territorio libanés, en junio de 2006, se produjo un nuevo ataque israelí, que no obtuvo los resultados de contiendas anteriores: tras cuatro intensas semanas de conflicto, el Consejo de Seguridad de la ONU dictó la resolución 1701 que instaba al cese de las hostilidades entre Israel y el grupo armado libanés Hizbulá, al tiempo que proponía el envío de un contingente de 15.000 cascos azules y el apoyo a las Fuerzas Armadas Libanesas para mantener la paz. El Gobierno español se adhirió a la resolución de la ONU, compro- metiéndose a organizar un contingente de 1.100 militares, de los cuales La Legión aportaría 710, siendo una vez más la elegida para abrir una nueva misión en un escenario tan demandante como el avispero libanés. Además, España, en un claro paso adelante más en el contexto internacional, se com- prometía a liderar una brigada multinacional, haciéndose cargo de uno de los sectores de responsabilidad más importantes de toda la misión. En esa brigada se integrarían un batallón indio, un batallón nepalí y un batallón indonesio. La brigada se denominó “Brigada Multinacional Este” y, para el despliegue de la base principal, se escogió la localidad de Marjayoun, donde se edificó la Base Miguel de Cervantes. Ante la situación de escalada de la violencia producida en territorio libanés, la ONU dotaba a sus fuerzas de un mandato con mayor capacidad de actuación, pudiendo reaccionar no sólo como medida de autoprotección, sino con capacidad de repeler cualquier acto hostil contra su integridad y seguridad personales. La principal misión consistía en apoyar al ejército libanés en el mantenimiento de la paz, el control de los pasos fronterizos y la persecución del tráfico de armas. Para ello, se deberían ocupar una serie de posiciones fijas desplegadas a lo largo del Área de Responsabilidad asigna- da y realizar constantes patrullas a pie y motorizadas, impidiendo cualquier tipo de actividad ofensiva de Hizbulá sobre territorio israelí, en la zona al sur del río Litani. Para el Mando se eligió al entonces General Jefe de la Brigada de La Legión, el general García Sánchez, apoyado para ello por parte de su Cuartel General, y con unidades de la Brigada de La Legión, eligiéndose para for- mar el Grupo Táctico a los componentes de la X Bandera Millán-Astray del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión, al mando del teniente coronel García-Vaquero, que desplegarían en Zona de Operaciones entre septiembre de 2006 y marzo de 2007.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 145-164. ISSN: 0482-5748 146 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Los comienzos de cualquier operación son difíciles y ésta no iba a ser una excepción; la necesidad inmediata de despliegue y, sin solución de conti- nuidad, iniciar las misiones y cometidos asignados, obligó a las unidades de La Legión a vivir en condiciones realmente duras durante los primeros me- ses, acantonadas sobre el terreno, a medida que se iban edificando las nuevas instalaciones que se irían ocupando paulatinamente, circunstancias agravadas por las adversas condiciones meteorológicas del frío invierno libanés. Como ha ocurrido en otras tantas misiones internacionales, si bien las fuerzas españolas no tenían un enemigo definido, sí que las misiones enco- mendadas se desarrollaban en un permanente estado de tensión entre los di- versos actores que intervenían e intervienen en el conflicto: principalmente los estados de Líbano e Israel, pero también Siria, las milicias de Hizbulá y los refugiados palestinos y sirios, por no mencionar las constantes tensio- nes entre las tres comunidades religiosas principales, Cristianos, Chiíes y Sunníes, pudiendo en cualquier momento derivar la situación, en un corto periodo de tiempo, hacia una escalada de tensión incontrolable que afectaría a las unidades de la ONU desplegadas. El sector de responsabilidad español, con una superficie de casi 360 kilómetros cuadrados, y guarnecida por 26 posiciones de la ONU, era uno de los más castigados por los bombardeos israelíes, y en él se asentaba una enorme variedad de población chiita, cristiana maronita y ortodoxos, suni- tas, drusos y sirios, todo ello bajo el dominio y la presencia constante de Hizbulá, que ante el vacío de las instituciones estatales, se había hecho con el control tras la última contienda con Israel. Casi de inmediato, los legionarios comenzaron a toparse con los inci- dentes más comunes, tales como: violaciones de la Línea Azul (Blue Line), línea de separación establecida por la ONU entre Israel y Líbano y no re- conocida como frontera oficial por ninguno de los dos estados; accidentes de tráfico constantes; tráfico de armas; lanzamientos de cohetes o misiles desde asentamientos ocultos por parte de Hizbulá; violaciones del espacio aéreo del Líbano por parte de Israel; y comportamientos no amistosos de la población local con las fuerzas de la ONU, entre otros. Pero, una vez más, La Legión, sabiendo conjugar la eficacia de su preparación para el combate con unas buenas dosis de empatía con la situa- ción supo ganarse el respeto y la confianza de todas las partes en conflicto, alcanzando un elevadísimo nivel de eficacia en el cumplimiento de las mi- siones que se desarrollaron: detectando depósitos de municiones, levantan- do minas, explosivos improvisados y trampas para dejar expeditos caminos y carreteras, reconstruyendo escuelas e infraestructuras, atendiendo en los puestos de socorro a heridos y enfermos, restableciendo la confianza y la

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 146-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 147 seguridad entre las partes, y difundien- do la cultura y la lengua españolas es- tableciendo el denominado “Programa Cervantes”, de aprendizaje del español entre la población civil. Nuevamente, el general García Sánchez regresaría al Líbano como Jefe de la Brigada Libre Hidalgo V, entre abril de 2008 y agosto de 2008, en cuyo contingente se integraron los legiona- rios de la VIII Bandera y del núcleo de apoyos de la BRILEG. Punto de control de una patrulla Para la operación LH XVI, el legionaria en Líbano GT se formó en base a la Comandancia General de Ceuta, integrándose en el mismo legionarios de la IV Bandera “Cristo de Lepanto” del Tercio Duque de Alba 2º de La Legión. El general Martín Cabrero, General jefe de la BRILEG, fue el desig- nado para el mando de la Brigada Libre Hidalgo XXIV, entre noviembre de 2015 y mayo de 2016, incluyendo unidades de la X Bandera Millán-Astray, al mando del teniente coronel Ferrera Arribas y unidades del núcleo de apo- yos de la BRILEG.

La población civil, una de las grandes preocupaciones de los legionarios

Finalmente, la BRILEG volvió a constituirse como unidad base de la generación para la Brigada L/H XXXII, entre noviembre de 2019 y mayo de 2020, esta vez al mando del general Llago Navarro, Jefe de la BRILEG.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 147-164. ISSN: 0482-5748 148 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

LA LEGIÓN EN ORIENTE MEDIO

Afganistán

Afganistán es un país inhóspito con una geografía agreste y montaño- sa, y una estructura social medieval, regido por un sistema tribal feudal, que ha sido escenario de múltiples conflictos a lo largo de la historia.

Vigilancia y control de una concentración de notables

En 1978 se estableció un gobierno apoyado por la URSS, que derivó en una cruenta guerra civil, en la cual, en 1998, tras casi diez años de conflic- to, fueron derrotadas y expulsadas del país las tropas soviéticas, tomando el control los talibanes, islamistas radicales, apoyados por Arabia Saudí e Irán. El 11 de septiembre de 2001, los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York mataron a más de 3.000 personas. Osama Bin Laden, jefe del grupo islamista Al Qaeda, fue rápidamente identificado como el respon- sable y localizado en alguna parte de Afganistán. Los EE.UU. reclamaron su entrega, pero los talibanes, islamistas radicales que dirigían Afganistán y protegían a Bin Laden, se negaron a entregarlo. Un mes después del 11 de septiembre, Estados Unidos lanzó una ofensiva que comenzó con ataques aéreos sobre Afganistán.

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Tras estos ataques iniciales, y auspiciado por EE.UU., el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la resolución 1378, autorizando el envío de un contingente multinacional con la finalidad de poner fin al régimen talibán y apoyar la creación de un gobierno interino que propiciase la implantación de un sistema democrático en el país. La coalición internacional liderada por EE.UU. puso en marcha la denominada operación “Libertad Duradera”, que supuso la derrota del régimen talibán y el intento de democratización de la sociedad afgana, mediante la implantación de un régimen pro occidental, tratando simultáneamente de neutralizar los reductos de Al Qaeda que aún se mantenían en el país. En la conferencia de Bonn, el 5 de diciembre de 2001, los represen- tantes de los diferentes grupos armados afganos que participaban en el con- flicto, solicitaron a la ONU el despliegue de una fuerza internacional para el mantenimiento de la paz y la seguridad en la capital Kabul y alrededores. Para intervenir en Afganistán, se creó la Fuerza Internacional de Asis- tencia para la Seguridad (ISAF), con la misión principal de garantizar la estabilidad de la región y proporcionar apoyo al nuevo gobierno afgano, ga- rantizando la seguridad del personal de la ONU, la libertad de movimientos y la entrega de ayuda humanitaria. Los años de guerra, las rivalidades entre fracciones incluso aliadas, los constantes ataques de los talibanes, o las miles de minas que poblaban el territorio afgano, algunas de ellas procedentes aún de la guerra contra los soviéticos, configuraban un entorno operativo muy peligroso para el desa- rrollo de la misión. Además y para mayor complejidad, en el país se vivía una guerra civil larvada con un ala oficialista apoyada por la comunidad internacional y liderada por el presidente Karzai, y los talibanes. En ese contexto, el consejo de ministros español aprobó el envío de un contingente militar a Afganistán, al mando del general Coll Beneján, en ese momento Jefe de la Brigada de Montaña Aragón I, y en el que además de unidades de montaña, y otras, se integraron efectivos de la Bandera de Operaciones especiales “Maderal Oleaga” XIX de La Legión. Tras la retirada de las tropas de Irak, el gobierno autorizó el desplie- gue de un contingente de alrededor de 500 militares en Afganistán, que a comienzos de 2005 se hizo cargo de la base de Herat, instalándose la mayor parte en la zona de Qala i Naw, que distaba 130 kilómetros de Herat. Nuevamente España se hacía cargo de una de las zonas más compli- cadas del país, con una numerosa presencia de la insurgencia talibán, gran influencia social en la zona, y con un enorme poder e influencia en los cul- tivos de opio, una de las principales fuentes de financiación del movimiento insurgente, haciendo del Área de Responsabilidad española uno de los esce-

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 149-164. ISSN: 0482-5748 150 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ narios más demandantes en los que hasta ese momento se habían desarrolla- do las misiones internacionales españolas. Las cometidos iniciales en los que debían involucrarse los españo- les se centraban en las tareas de reconstrucción de infraestructuras y en- trenamiento del nuevo ejército afgano (ANA). Posteriormente y una vez evolucionada la situación, se reestructuró la misión pasando a organizarse equipos de reconstrucción provincial (PRT), que fueron desplegados en las provincias de Herat y Bagdhis, debiendo simultanear estos cometidos con constantes enfrentamientos contra la insurgencia, que se manifestaba espe- cialmente violenta durante el buen tiempo que coincidía con la recolección de la cosecha de opio. La Legión ha sido la unidad que más veces ha participado en este escenario, organizando la misión ASPFOR XIII en la que participó la AGT “Almería”, al mando del coronel Alonso Miranda, jefe del Tercio D. Juan de Austria 3º de La Legión, y cuyo contingente principal se organizó en base a la VIII Bandera, entre enero y junio de 2006; la misión ASPAFOR XIX, con la AGT “Valenzuela”, al mando del coronel Pérez García, jefe del Tercio D. Juan de Austria 3º de La Legión y con el contingente principal en base a la VII Bandera, entre marzo y julio de 2008; como ASPFOR XXV entre marzo y julio de 2010, al mando del coronel Martín Bernardi, jefe del Ter- cio Alejandro Farnesio 4º de La Legión; y finalmente ASPFOR XXX entre enero y junio de 2012, al mando del coronel Demetrio Muñoz García, jefe del Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión. A lo largo de este periodo de permanencia en Afganistán, La Legión contribuyó además a la estabilidad del país mediante la generación de una serie de equipos de monitorización y enlace (OMLT), de diferentes especia- lidades: − Logística: CSS/GARRISON, entre octubre de 2009 y mayo de 2010, al mando del teniente coronel Lamsfus Galguera, jefe del Grupo Logístico de La Legión. − Infantería: 6/1/207, entre junio y diciembre de 2010, al mando del teniente coronel Salgado Romero, jefe de la VIII Bandera “Co- lón”. − Cuarteles Generales: HQ III/207, entre septiembre de 2011 y abril de 2012, al mando del teniente coronel Manso Serrano, jefe de la Bandera del Cuartel General de la BRILEG. − Infantería: 2/3 entre octubre de 2011 y abril de 2012, al mando del comandante Martel Gómez, de la VIII Bandera “Colón”.

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Durante todo este periodo, desde el primer repliegue hasta el último, las unidades de La Legión han contribuido a la reconstrucción de infraes- tructuras tales como centrales generadoras de electricidad, alcantarillado, saneamientos sanitarios, hospitales, escuelas, carreteras, al principio con muy escasos medios, procedentes la mayoría de las veces de donaciones de entidades y organismos españoles solidarios con la situación del país. Además todo ello simultaneado con los cometidos tácticos, tales como el es- tablecimiento de destacamentos de seguridad avanzados, patrullas y escoltas de convoyes, desminado de caminos y carreteras. Durante el desarrollo de los mismos, las unidades legionarias fueron constantemente hostigadas y sus destacamentos atacados por la insurgencia talibán en numerosas ocasiones. En junio de 2012 los legionarios componentes de ASPFOR XXX dejaron Afganistán, procediéndose muy poco tiempo después a la retirada total del contingente español, abandonando momentáneamente España ese escenario. En abril de 2018 los componentes de la Bandera de Operaciones Especiales “Legionario Maderal Oleaga” XIX de La Legión, regresaron a Afganistán encuadrados dentro de un contingente en el marco de la ope- ración RSM para contribuir al entrenamiento, asesoramiento y asistencia (TAA) en el nivel táctico a las Fuerzas Especiales de Seguridad Afganas (ASSF). Entre sus cometidos más importantes se encontraban: asesora- miento en el planeamiento y conducción de las operaciones, tanto en bases afganas como fuera de ellas; apoyo de inteligencia durante el planeamiento y la conducción; elaboración de instrucciones y guías para los jefes de las unidades de operaciones especiales afganas; asesoramiento de Lecciones Aprendidas (LLAA) tras la ejecución de las operaciones y su aplicación en futuros planeamientos y el apoyo mediante el empleo de capacitadores. La última de las rotaciones aportada por unidades de La Legión a esta operación comenzó su despliegue en noviembre de 2019, estando prevista su finalización en mayo de 2020.

LA LEGIÓN EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA

República Democrática del Congo

La República Democrática del Congo, antiguo Congo Belga, es un enorme país con una extensión aproximada de cinco veces España, situada en el corazón del continente africano, en la región de los Grandes Lagos.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 151-164. ISSN: 0482-5748 152 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Torturado por las secuelas de una terrible guerra civil, que había co- menzado como un conflicto interétnico, pero que, inevitablemente, había salpicado a los países limítrofes y que había provocado cinco millones de muertos, convirtiéndolo en el conflicto más sangriento desde la Segunda Guerra Mundial, afrontaba en 2006 un reto y a la vez una oportunidad única en su historia. Inmediatamente después de proclamada la independencia de Bélgica en 1960, y tras largos años de convulsa historia en la que destacan los ase- sinatos de varios de sus presidentes, o las matanzas interétnicas, entre otros graves acontecimientos, el país afrontaba por primera vez unas elecciones democráticas. Tras la independencia, 20.000 cascos azules permanecieron en el país hasta 1964 para garantizar la independencia e integridad del territorio, con un resultado de 195 muertos entre sus filas. A resultas de una guerra interétnica en 1998, en 1999 la ONU aprobó la resolución 1.279 por la que se daba carta de naturaleza a una misión de observación, que fue ampliada por la resolución 1.291 del año 2000. El despliegue de cascos azules se reducía al mínimo dados los te- mores por miedo a las posibles bajas dada la situación de inestabilidad del país.

Visita a una escuela de Kinshasa

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 152-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 153

En julio de 2003 la Unión Europea, a petición de la ONU, envió una fuerza de despliegue rápido con unos efectivos de 1.500 militares, que fue retirada en septiembre ante la violencia desatada por los grupos étnicos y la imposibilidad manifiesta de cumplir la misión encomendada, agravada con la posibilidad de sufrir una gran cantidad de bajas. Ante la perspectiva de la celebración por primera vez en su historia de unas elecciones presidenciales y legislativas, nuevamente la ONU volvió a solicitar a la Unión Europea el despliegue de una fuerza militar para apoyar el evento electoral que se identificaba como trascendental para el futuro del país por toda la comunidad internacional. La situación interna no hacía albergar demasiadas esperanzas de éxito en el proceso. Las múltiples alternancias de poder gracias a golpes de estado con asesinatos de los presidentes del país, unidas a la corrupción endémica y las desavenencias entre los distintos grupos guerrilleros y étnicos, habían sumido al país en un auténtico caos. Los enfrentamientos entre los partida- rios de los dos máximos líderes, Joseph Kabila y Jean Pierre Bemba, hacían presagiar el comienzo de una nueva guerra civil en un territorio donde el sentimiento de pertenencia a una determinada etnia estaba mucho más arrai- gado que el de la nacionalidad congoleña, estando poblado por más de cien de estas etnias y en el que se hablan cinco lenguas diferentes y múltiples dialectos. En ese complicado entorno, la ONU emitió la resolución 1.671 en apoyo del incipiente proceso democrático, a la cual se sumó la Unión Eu- ropea, que en abril de 2006 decidió el envío de un contingente militar que respaldase el papel de la ONU y de su misión ya desplegada en territorio congoleño, la Misión de las Naciones Unidas para el Congo (MONUC). España se adhirió al requerimiento de la UE decidiendo el envío de un con- tingente que formase parte de la fuerza destacada en el país. El mando de la operación se otorgó a un teniente general alemán, que lo ejercería desde su cuartel general en Potsdam, siendo designado para el mando de las fuerzas en presencia un general de división francés, cuyo cuartel general desplegaría en la capital del país, Kinshasa, y que tendría a sus órdenes contingentes de Francia, Alemania, Bélgica, Polonia y España. Además de ello, se contaba con unas fuerzas de reserva operacional en Ga- bón y unas reservas estratégicas en Europa, con capacidad de intervención en caso de agravamiento de la situación. La misión suponía un verdadero reto y una vez más La Legión fue la elegida, y más en concreto, la VII Bandera, en base a la cual se constituyó el Grupo Táctico “Valenzuela”, al mando del teniente coronel Ruiz Benítez, que desplegaría en el país africano entre julio y noviembre de 2006.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 153-164. ISSN: 0482-5748 154 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

La misión se concebía con una doble finalidad: − Apoyar y dar garantías a la claridad y desarrollo democrático de las elecciones a realizar el 30 de julio en la RD del Congo. − Apoyar a la MONUC en todo momento, antes y durante las elec- ciones. Para el cumplimiento de la misma la UE decidió establecer una fuer- za combinada, de tal manera que, a requerimiento de la ONU, se pudiera proporcionar una respuesta visible y creíble que mejorase las capacidades de reacción rápida de MONUC en la República Democrática del Congo, du- rante y después del proceso electoral, asignándole los siguientes cometidos: − Mostrar la fuerza en la capital. − Asegurar la libertad de movimientos. − Estar en disposición de apoyar a la MONUC. − Tener prevista la ejecución de una operación de carácter exclusi- vamente nacional, de extracción de personal civil español no com- batiente (NEO). − Tener previsto desarrollar operaciones en Puntos de Aplicación (POA) fuera de la capital. − Contribuir a la seguridad del aeropuerto de la capital.

El contacto con la población civil como medida para ganar confianza

El contingente español constituido por 130 militares, desplegaría en la capital, con carácter permanente, pudiendo hacerlo mediante transporte

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 154-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 155 aéreo en diferentes puntos de aplicación del país, si la situación lo requería, constituyendo la unidad de reacción rápida del contingente, al mando del capitán Ríos Blanco; debiendo mantener una sección en un tiempo de reac- ción máximo de una hora y a la compañía en su totalidad, en uno de 6 horas. Además el contingente español debía estar dotado de una Plana Mayor, con elementos de enlace vía satélite con territorio nacional y de enlace interno, dos células de estabilización sanitarias, dos equipos de desactivación de ex- plosivos y un equipo de apoyo y gestión logística del contingente. Las distancias entre el territorio nacional y la zona de despliegue (5.000 Kilómetros) y la escasez y el estado de las infraestructuras viarias del país, hacían de la misión un verdadero reto logístico. Para el traslado del material, armamento y equipo del contingente, que debía estar ya dis- ponible a la llegada del mismo, prevista para el mes de julio, se optó por un transporte marítimo a bordo de un buque contratado por la Unión Europea, encomendándosele su ejecución al Grupo Logístico de La Legión, al mando del teniente coronel Bayo Cerdán. A tal efecto, se estableció un destacamen- to de seguridad a bordo del buque, trasladándose el resto del personal en avión hasta la capital, para luego continuar hasta el puerto fluvial de Boma, sobre el río Congo. Así, tras hacerse cargo de todo el material, emprender un movimiento motorizado de dos jornadas entre el citado puerto y la capital, y trasladar, en un movimiento logístico modélico, todo el material con el que el Grupo Táctico debía cumplir su misión. La llegada del GT se produjo el día 14 de julio, decidiéndose que el contingente español se ubicaría en la Base Aérea de N´Dolo, en el centro de la capital, junto al resto de los contingentes que componían la fuerza europea; una vez desarrollados los pertinentes reconocimientos previos de la ciudad -en la que para hacernos una idea vivían aproximadamente nueve millones de habitantes-, comenzaron sin solución de continuidad los patru- llajes, las misiones de escolta y la presencia constante de día y de noche de los legionarios españoles en la capital y los diferentes puntos del país a los que fueron destacados. Al principio, la acogida de la población fue hostil, hacia unos sol- dados con unos extraños gorros con borla, cuya presencia era interpretada como un nuevo intento de colonización de los europeos, tema este muy sen- sible en la forma de ser y de pensar de la población congoleña; pero poco a poco, a base de mucho esfuerzo, sacrificio y entrega, los legionarios, ba- sados en su estricta profesionalidad y sentido del deber, aderezados con la tradicional cercanía y alegría legionarias, fueron ganándose la confianza de la población, y con ella, la eficacia en el cumplimiento de su misión.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 155-164. ISSN: 0482-5748 156 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

A medida que la primera vuelta de la cita electoral se fue acercando, el ambiente en el país, y especialmente en la capital, se fue crispando. Si bien la jornada electoral del 30 de julio se desarrolló sin incidentes dignos de mención, el retraso en la promulgación de los resultados por parte de la comisión electoral independiente promovió un clima de agitación que des- embocó en los disturbios más graves, que a punto estuvieron de dar al traste con todo el proceso y de provocar el estallido de un nuevo conflicto civil. El resultado de los comicios había arrojado una victoria por mayo- ría relativa del candidato preferido por la comunidad internacional, Joseph Kabila, sobre el segundo favorito, Jean Pierre Bemba, lo cual, según el mo- delo electoral congoleño, abocaba a una segunda vuelta electoral, en la que se enfrentarían ya los dos candidatos más votados, exclusivamente. En ese contexto, la localización del voto había arrojado una división del país en- tre los partidarios de los dos candidatos más votados, provocando luchas y enfrentamientos internos con el resultado de numerosos muertos y heridos. Los más graves de estos disturbios tuvieron lugar la noche del 21 de agosto de 2006, cuando el vicepresidente del país y candidato Bemba, se hallaba reunido en su residencia en el centro de la capital con el alto repre- sentante de la ONU y de la UE, además de los embajadores de EEUU, Ale- mania, Japón, Francia y Bélgica, entre otros, cuando el lugar fue atacado por unidades de la Guardia Presidencial Republicana, verdadera guardia preto- riana del presidente Kabila, que con carros de combate, armas automáticas y contra carro, pretendían asesinar al candidato Bemba. El asedio se inició a las 15.30h., y ante la gravedad de la situación fue alertado el batallón uru- guayo que formaba parte de las fuerzas de MONUC, que salió de su acuarte- lamiento a las 17.45h. Siendo solicitada la ayuda de la Compañía española, la cual abandonó su acuartelamiento a las 17.55h., con la misión de desple- gar a lo largo de la avenida 30 de junio, principal arteria de la capital, y ase- gurar, en colaboración con la Compañía uruguaya, un corredor de seguridad situándose en medio del fuego cruzado de ambos bandos contendientes, que armados con ametralladoras, morteros, lanzagranadas, carros de combate y fusilería, desencadenaron la jornada más peligrosa de esos complicados días. Durante la intervención, uno de los BMR fue alcanzado por el fuego de los adversarios. Los legionarios reaccionaron con extraordinario valor y temple al no responder al fuego, logrando, sin embrago, disuadir de su acción a los contendientes, cuando orientaron las ametralladoras pesadas de sus vehículos hacia los orígenes de fuego.5

5 Diario de Operaciones. VII Bandera Valenzuela de La Legión. Almería, 2006.

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Como consecuencia de esa valerosa acción y en coordinación con el batallón uruguayo, todo el personal diplomático y la totalidad de los rehenes pudo ser rescatado sano y salvo y conducido a un lugar seguro. La compañía permaneció desplegada durante toda la noche, hasta ser relevada, a la maña- na siguiente, por fuerzas de MONUC, pertenecientes al batallón de Ghana. El capitán Ríos, jefe de la compañía y el teniente Rubio, jefe de la sección cuyos vehículos recibieron el fuego enemigo, fueron recompensados poste- riormente con sendas cruces al mérito militar con distintivo azul. El excepcional comportamiento de todos los participantes en la ope- ración que dio como resultado la liberación del personal que se encontraba retenido, haciendo gala de una extraordinaria profesionalidad, templanza y preparación para afrontar una situación tan delicada como la que supuso la interposición entre los contendientes en una zona de fuego cruzado y la con- tribución a la extracción del personal VIP que se encontraba retenido en el interior de la residencia del Sr. Bemba, se plasmó en el rotundo éxito de una operación muy difícil, que requirió de una excepcional coordinación sobre el terreno, circunstancia que sólo fue posible por los lazos culturales, idio- máticos y de plena sintonía entre el batallón uruguayo y la fuerza española. El Ministro de Defensa español en aquella época, el Sr. Alonso, afir- mó sobre los hechos:

«Si no hubiera sido por la brillante intervención de los legionarios españoles, en los graves incidentes del 21 de agosto, se habría producido allí una chispa que hubiera producido un enfrentamiento muy serio, con graves consecuencias dentro del país y fuera de él».

Patrulla motorizada por las calles de Kinshasa

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 157-164. ISSN: 0482-5748 158 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

La finalización de la misión no fue más fácil que su comienzo, de- biendo realizar el GT un movimiento logístico consistente en dos jornadas de marcha, a fin de trasladar todo el material, armamento y equipo desde Kinshasa hasta el puerto de Boma, siendo embarcado en un buque fletado por la UE para la repatriación conjunta de todo el material del resto de los contingentes internacionales. Finalmente, en noviembre de 2006, el GT regresó a España, dándose por finalizada la misión.

Mali

Seis años después, brevemente, La Legión regresó al África Subsaha- riana. En septiembre de 2012 la ONU estableció la resolución 2.085 a fin de apoyar la restauración del orden constitucional y la integridad territorial en Mali, dentro del compromiso europeo de lograr la seguridad en la zona del Sahel ante la creciente amenaza yihadista. En enero de 2012, los rebeldes tuaregs se unieron al Movimiento Na- cional para la Liberación de Azawad (MNLA) y se levantaron en armas contra el poder central de Bamako, exigiendo la secesión de la región de Azawad, tradicionalmente reconocida tan sólo como una entidad cultural por parte del gobierno maliense. En pocos meses, toda la parte septentrional del país había sucumbido a la ofensiva de los rebeldes y los yihadistas. En junio de 2012, los yihadistas tomaron completamente el control de la revuelta tuareg e impusieron cruelmente la sharia en toda la región norte de Mali, produciéndose en ese momento desplazamientos masivos de la po- blación desde el norte hacia el sur de Mali y otros países limítrofes. Ante la petición de apoyo del gobierno de transición, Francia puso en marcha la operación Serval, que con la colaboración de las fuerzas malienses y chadianas, consiguió frenar el avance de los grupos islamistas radicales. En pocas semanas, la reacción internacional desbordó a los yihadistas que, oponiendo poca resistencia, abandonaron sus reductos del norte, camu- flándose entre la población, refugiándose en sus antiguos santuarios en el Sahara o huyendo fuera de las fronteras malienses. Todos estos acontecimientos condujeron a la aprobación por parte del Consejo de Europa de una resolución de fecha 13 de enero de 2013, en la que se establecía la estructura y objetivos de la operación EUTM Mali. EUTM Mali constituye el pilar militar de la estrategia de la UE en el país, que incluye otros campos como el desarrollo político y humanitario. Para alcanzar los objetivos estratégicos de la misión, EUTM Mali articula sus actividades en torno a cuatro pilares fundamentales: − Instrucción de las unidades militares malienses.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 158-164. ISSN: 0482-5748 LA LEGIÓN EN LAS MISIONES INTERNACIONALES 159

− Asesoramiento a todos los niveles de las Fuerzas Armadas ma- lienses. − Contribución a la mejora del sistema de enseñanza militar de for- mación, desde los centros docentes hasta nivel ministerial. − Asesoramiento y formación de los Cuarteles Generales de la Fuer- za Conjunta del Grupo de apoyo (G5) del Sahel. Para cumplir estos cometidos, y subordinados al Jefe de la Fuerza (Force Commander), se establecen cuatro grandes bloques de unidades: el equipo de entrenamiento y formación, el equipo de asesoramiento, las uni- dades de protección de la fuerza y las unidades sanitarias. El primer mandato de la misión se puso en marcha el 17 de enero de 2013 y, desde el primer momento, España decidió participar en la lucha con- tra los grupos yihadistas que intentaban hacerse con el control del país. La Legión fue enviada de nuevo para colaborar en la formación de las fuerzas armadas malienses, junto a tropas de Francia, Hungría, Polonia, Chequia, Italia, Gran Bretaña y Finlandia.

Patrulla legionaria en Mali

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 159-164. ISSN: 0482-5748 160 ANTONIO RUIZ BENÍTEZ

Inicialmente se desplegó una fuerza de protección compuesta por tres secciones de franceses y una de españoles, más un equipo polaco de desactivación de explosivos. Su misión como sección de protección con- sistió en: proporcionar seguridad a los equipos multinacionales encargados de entrenar y reorganizar al ejército maliense en la base de Koulikoro, a 50 kilómetros de la capital Bamako; la escolta de convoyes; responsabilizarse de la seguridad de la base y constituirse en compañía de reacción rápida (QRF) en caso de necesidad. El mando de la sección se le otorgó al teniente Escobar Barrio, de la 6ª compañía de la VIII Bandera “Colón”. Esta unidad permaneció en zona de operaciones entre marzo y septiembre de 2013. Nuevamente, entre julio y octubre de 2016 se contribuyó con una sec- ción de protección, al mando del sargento 1º D. David Muñoz Rodríguez, de la VIII Bandera del Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión. Entre noviembre de 2017 y mayo de 2018, la contribución de La Le- gión subió a una compañía de protección, al mando del capitán García Gabal- dón, del Grupo de Caballería Acorazado II “Reyes Católicos” de La Legión.

Legionario posando con juventud local

Ya en el marco del cuarto mandato de la operación, que dio comienzo el 14 de mayo de 2018, y con el objetivo de apoyar al grupo de apoyo G5 Sahel, a través de actividades de formación, adiestramiento y asesoramiento, se organizó en base a la X Bandera de La Legión, un contingente al mando del teniente coronel Sánchez Pérez, jefe de la misma, para constituir un equi- po de entrenamiento y formación del ejercito maliense a fin de proporcionar instrucción y adiestramiento a las unidades y centros docentes militares con el objetivo de mejorar la capacidad de liderazgo y conducción de las operaciones de los oficiales y suboficiales malienses,

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Además, también se aporta una compañía de protección de la fuerza, que es la encargada de proporcionar la seguridad necesaria a los miembros de la misión EUTM Mali en el ejercicio de sus funciones, así como a las instala- ciones temporales o permanentes ocupadas por estos, en las bases de Bamako y Koulikoro. Este contingente comenzó su misión en noviembre de 2019 es- tando prevista su finalización en mayo de 2020.

EL TRIBUTO La dedicación y entrega de La Legión en cuantas misiones le han sido encomendadas ha tenido un alto precio, y siete de sus componentes han perdido la vida en cumplimiento de las mismas, a modo de homenaje, estos son sus nombres: Teniente de Infantería D. Arturo Muñoz Castellanos, pertenecien- te al Tercio Duque de Alba 2º de La Legión. Componente de la AGT Cana- rias, en Bosnia-Hercegovina. Teniente de Infantería D. Jesús Aguilar Fernández, del Tercio Gran Capitán 1º de La Legión. Componente de la AGT Canarias, en Bosnia- Hercegovina. Caballero Legionario D. Francisco Jiménez Jurado, perteneciente a la Bandera de Operaciones Especiales C.L: Maderal Oleaga XIX de La Legión, del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión. Componente de la AGT Canarias, en Bosnia-Hercegovina. Caballero Legionario D. José Manuel Gámez Chinea, pertene- ciente al Tercio D. Jaun de Austria 3º de La Legión. Componente de la AGT Canarias en Bosnia-Hercegovina. Caballero Legionario D. José León Gómez, perteneciente a la X Bandera Millán-Astray del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión. Componente de la AGT Canarias en Bosnia-Hercegovina. Caballero Legionario Javier del Castillo Peinado, perteneciente a la X Bandera Millán-Astray del Tercio Alejandro Farnesio 4º de La Legión. Componente de la KSPAGT “Farnesio” en Kosovo. Cabo Caballero Legionario Yeison Felipe Ospina Vélez, pertene- ciente al Grupo de Artillería de Campaña de la BRILEG. Componente de la Brigada UNIFIL V, de UNIFIL en el Líbano. La Bandera de La Legión. Será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.

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EPÍLOGO

La Legión acaba de cumplir cien años y a lo largo de su ya dilata- da historia, desde sus comienzos en Marruecos hasta las últimas misiones internacionales, ha sabido conjugar perfectamente tradición y modernidad. A lo largo de este siglo, las tácticas, técnicas, procedimientos, armamento, material y equipo han cambiado sustancialmente, pero, sin duda, su espíritu se ha mantenido inmutable. El “Credo Legionario”, que tal y como lo definía su fundador es la base espiritual de La Legión, ha sido y sigue siendo el norte y la guía de todos los que formaron, forman y formarán en sus filas. Españoles y extran- jeros de todas las nacionalidades, orígenes y religiones se han abrazado al Credo Legionario como norma espiritual de conducta. Únicamente de esta forma se entiende que en unos momentos complica- dos para el futuro de La Legión fuese precisamente ella la elegida para constituir el mayor contingente de fuerzas que España enviaba a una misión internacional, en un escenario tan complicado como el de la antigua Yugoeslavia. Desde aquel ya lejano año 1992 hasta hoy, La Legión ha constituido la punta de lanza del Ejército de Tierra español en los cuatro confines de la tierra, en escenarios tan complicados y dispares como Bosnia-Hercegovina, Kosovo, Iraq, El Congo, Afganistán, El Líbano o Mali. En todos ellos ha sido un ejemplo de profesionalidad, entrega, valor y sacrificio, lo que le han valido el reconocimiento, no sólo de la sociedad a la que sirven y de la que forman parte, sino el de las poblaciones a las que han ayudado, curado, pro- tegido, alimentado y alegrado, fruto de la tradicional solidaridad y alegría legionarias y el respeto y consideración de los ejércitos aliados y amigos con los que han compartido penalidades en el cumplimiento de sus cometidos diarios. De estas misiones internacionales La Legión ha sabido extraer multitud de Lecciones Aprendidas que en un proceso continuo de retroa- limentación ha sabido implementar hasta llegar a ser esa unidad de élite, permanente, preparada y dispuesta para ser empleada donde los intereses de España lo demanden, sin renunciar a su esencia fundacional y a su marcada personalidad. La Legión ha demostrado en el contexto de las misiones internacio- nales que es la principal y primera unidad del ejército Español, tal y como la concibió su fundador, preparada y dotada para el cumplimiento de las misiones más arriesgadas. Por ello, entre otras razones, La Legión entra en su segundo siglo de existencia tal y como comenzó, siendo una unidad pionera y mirando al fu- turo sin olvidar el pasado. Su designación como Brigada experimental de la futura fuerza del año 2035 del Ejército de Tierra así lo atestigua.

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The other Legionary Units, by Mr. Jesús MARTÍNEZ DE MERLO, Cavalry Colonel (retired). General Staff graduate

Revista de Historia Militar I extraordinario de 2020, pp. 165-216 ISSN: 0482-5748 RHM.05 Las otras Unidades Legionarias, por don Jesús MARTÍNEZ DE MERLO, coronel de Caballería (retirado), Diplomado de Estado Mayor

LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS

Jesús MARTÍNEZ DE MERLO1

RESUMEN

Exposición orgánica e histórica de las otras Armas distintas a la In- fantería encuadradas en La Legión. La Caballería con el primer Escuadrón de Lanceros, pasando por los Grupos Saharianos y sus subsiguientes trasla- dos, primero a Fuerteventura, y luego a Ronda hasta su disolución en 1987. Las baterías transportadas legionarias y sus antecedentes de los años veinte. La formación de la Brigada de Infantería Ligera Reyes Católicos, II de La Legión, con todos sus apoyos de fuego, combate y logísticos. Final- mente la nueva creación del grupo de caballería legionario en 2006.

PALABRAS CLAVE: Tercio, Legión, Escuadrón de Lanceros, Grupos Saharianos de Caballería, Baterías Transportadas, Brigada de La Legión.

ABSTRACT

Organic and historical presentation of those Branches other than In- fantry that belong to “La Legion”. Cavalry with the first Lancers´ Squadron,

1 Coronel de Caballería DEM (retirado).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 165-216. ISSN: 0482-5748 166 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO going over the Saharan Groups and their subsequent displacements, first to Fuerteventura, and then to Ronda until their dissolution in 1987. Legionnaires transported batteries and their precedents in the years 1920. The formation of the Legion´s “Reyes Catolicos” II Light Infantry Brigade, with all its fire, combat and logistical supports. Finally the new formation of the Legionary Cavalry Group in 2006.

KEY WORDS: “Tercio”, Legion, Lancers´ Squadron, Saharan Caval- ry Groups, Batteries Transported, Legion Brigade.

* * * * *

Primera parte: LA CABALLERÍA

ANTECEDENTES

a Legión fue creada en 1920 a lo largo de un proceso legislativo que duró prácticamente un año hasta que se publicó su orden fundacional Lel 28 de enero bajo el nombre de Tercio de Extranjeros. Como unidad voluntaria y de choque fue organizada como un regi- miento de infantería con tres batallones que tomaron la denominación de ban- deras. Antes de finalizar el año ya se habían formado las tres “reglamentarias”. Pero como ya ocurría en las tropas destacadas en Marruecos, los regi- mientos no dejaban de ser un órgano de organización y administración, sien- do el batallón la unidad táctica por excelencia, con sus dos o tres compañías de fusileros y compañía de máquinas. De esta forma, como ya sabemos, en 1921 se creaban otras dos banderas, y una sexta en 1922. Por ello, la fuerza del Tercio alcanzó el equivalente de dos regimientos. En 1925 el Tercio, denominado de Marruecos el 15 de febrero y Ter- cio simplemente el 2 de marzo, fue reorganizado. Las operaciones militares en el Protectorado obligaron al Tercio a adecuarse a la situación y, por RO.de 16 de febrero de 1925, hubo una importante reorganización. El mando había pasado de teniente coronel a coronel y se crearon dos unidades “adminis- trativas”, una en la comandancia general de Ceuta y otra en la de Melilla. Estas nuevas unidades se denominaron legiones, al mando de tenientes co- roneles con cuatro banderas cada una, con lo cual cada una de ellas podría ser considerada como un regimiento. Pero además se creó una nueva unidad dependiente directamente del jefe del Tercio: El Escuadrón de Lanceros.

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EL ESCUADRÓN DE LANCEROS

Observamos que el escuadrón depende directamente del Jefe de Ter- cio, jefe institucional de La Legión, como comienza a denominarse ini- cialmente a la tropa. Llama la atención que fuera denominado de lanceros cuando de los 30 regimientos de Caballería existentes en la fecha, solamente ocho tuvieran tal especialidad. No obstante en aquellos años toda la caba- llería estaba dotada de arma de fuego con independencia de su instituto. El arma de fuego de las unidades montadas había sido la carabina Máuser de 7 mm modelo 1895 y veinte años más tarde fue sustituida por el mosquetón máuser modelo 1916 del mismo calibre, aunque evidentemente tal sustitu- ción en las unidades se llevó a cabo a lo largo de varios años.2 En 1925 existían en el Protectorado tres regimientos de caballería permanente que pertenecían al instituto de cazadores: el regimientos Alcán- tara nº 14 en Melilla, el Vitoria 28 en Ceuta y el Taxdirt 29 en Larache. Los dos primeros a seis escuadrones y el tercero a cuatro, además de uno de ame- tralladoras por regimiento, sumando un total de 16 escuadrones de sables. Pero además en cada uno de los cinco Grupos de Regulares Indígenas había un Tábor de Caballería con tres escuadrones, lo que sumaba otros 15 escua- drones, alcanzando toda la Caballería en el Protectorado los 31 escuadrones de sables y tres de ametralladoras, además de las unidades expedicionarias en su caso. Por eso también nos llama la atención la necesidad de crear un escua- drón más. Quizá no fuera necesario por “táctica”. Sabemos que en el Protec- torado las organizaciones de combate eran temporales a base de compañías o batallones que podían contar con unidades de caballería y apoyos de fuego y combate dando lugar a las famosas columnas. ¿Por qué se quiso crear un solo escuadrón exclusivamente de legionarios? Realmente no lo sabemos, pero parece que los “celos” entre fuerzas especiales algo tuvo que ver. Si un grupo de regulares, unidad tipo regimiento, contaba con tres tabores de infantería y uno de caballería no había razón para que el Tercio, por entonces también unidad tipo regimiento, no lo tuviera. El único problema orgánico es que para 1925 el Tercio se había “desdoblado” en dos Legiones, una en la Comandancia General de Ceuta y otra en la Comandancia General de Melilla y quizá la lógica orgánica pudiera aconsejar un escuadrón en cada Legión.

2 El mosquetón máuser no solamente sustituyó a las carabinas de 1895 en los cuerpos montados. También fue de dotación en las unidades de infantería, pero solamente para los puestos que no eran propiamente fusileros. Por ello, el soldado fusilero siguió dotado del fusil máuser modelo 1893 hasta 1939.

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En cualquier caso el escuadrón fue organizado en el acuartelamiento de Dar Riffien, dentro del “territorio” de la 1ª legión. El mismo diario oficial señala la plantilla del escuadrón, que es fiel reflejo de las plantillas de la caballería de la época, e incluso de las actuales unidades montadas de las Fuerzas Armadas. Sin embargo le otorga el máximo de efectivos. La unidad elemental de la caballería es la escuadra, de composición fija con ocho ji- netes al mando de un cabo. La unidad básica es la sección con subalterno y sargento que puede tener tres o cuatro escuadras, es decir 24 ó 32 de tropa y finalmente el escuadrón puede disponer de tres o cuatro secciones. En este caso el escuadrón dispone de cuatro secciones a su vez a cuatro escuadras.

El Escuadrón de Lanceros en parada. Escuadra, banda y escuadrón

La sección disponía de 1 subalterno, 1 sargento, 4 cabos, 1 herrador, 1 trompeta, 1 legionario de primera y 25 legionarios de segunda. Su ganado consistía en 1 caballo de oficial y 33 caballos de tropa. Tanto el herrador, como el trompeta y el legionario de primera tenían número dentro de una escuadra. Es importante señalar que trompeta y herrador formaban parte orgánica de la sección ya que, después de todo, sus tareas no dejaban de ser las de agente de transmisión o la atención rápida a cualquier incidencia en el herrado del ganado. No podemos olvidar que además de su material de herraje específico, cada jinete llevaba una herradura de repuesto en su equipo de montura. Por su parte la plana mayor del escuadrón disponía de un capitán, un subalterno médico y otro veterinario, un sillero/guarnicionero, un suboficial,

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 168-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 169 un cabo furriel, un forjador, todos, ellos plazas montadas a excepción del maestro sillero, once legionarios de segunda montados (un practicante y diez conductores) y trece legionarios de segunda desmontados.3 El carro de escuadrón reglamentario, modelo 1910 (ROC de 14 de enero), disponía aproximadamente de un 10% de material de guarnicionería como correas, cinchas y riendas, ronzales, morrales de pienso, cadenas de brida, tirantes y cordones de sable y ceñidores, También disponía de cajas de herraduras, botiquín y cestos de víveres. Además, para misiones de com- bate avanzado, el carro se quedaba con una sola pareja en retaguardia y se empleaba la otra para llevar en baste los cuatro cestos de dotación. Estos cestos eran dos para poder hacer una comida, otro con pan o galleta, otro para comida de oficiales y otro para botiquín. Evidentemente todo este ma- terial normalmente estaba en el repuesto del escuadrón y el carro solamente se cargaba en campaña. Además del escuadrón propiamente dicho, se había creado una Sección de Depósito con los mismos efectivos que una sección del escuadrón. La ROC autoriza al Ministerio de la Guerra a aumentar hasta un 15% la fuerza del Tercio si hubiera motivo para ello. También es conveniente aclarar que las plantillas se iban alcanzando poco a poco en especial en las unidades de recluta voluntaria, por lo que no disponemos del dato de la for- mación completa del escuadrón, aunque ya hay testimonios gráficos de 1925 donde apreciamos una parada del escuadrón en Riffien. Inmediatamente se buscó un guión para el Escuadrón al parecer ins- pirada por el coronel jefe del Tercio. Su elemento principal es la Banda dra- gonada de Castilla, creada en 1332 por Alfonso XI y fue elegido el diseño del escudo de los Reyes Católicos en ambas faces. En una de ellas figura el yugo y la F de Fernando y por la otra las nueve flechas y la Y de Isabel, con la leyenda de Tanto Monta. Años después en la heráldica de los Reyes Católicos se determinó el escudo de España entre 1938 y 1981. Dado que la vigente Constitución se aprobó en 1978 es evidente que no existe un escudo constitucional y otro no constitucional; lo único constitucional son los co- lores de la bandera de España definidos en el artículo 4.1 de la Constitución española y por tanto cualquier otros colores no son constitucionales.

3 Los conductores eran tropa montada que a su vez llevaba del diestro a los caballos de carga. Se requerían jinetes muy experimentados. La tropa desmontada estaba formada por siete asistentes, dos rancheros y cuatro carreros. Sumaba la plana mayor 3 caballos de oficial, 14 de tropa, 10 de carga y 6 de tiro. Los caballos de carga eran 4 para municiones, 2 para equipajes de oficiales, 1 para equipajes del suboficial y sargentos, 1 de agua, 1 de cocina y 1 botiquín. Los caballos de tiro eran 4 para el carro de escuadrón y 2 para el carro cocina.

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Debido a que posteriormente se crearon otras unidades de caballería en La Legión con heráldica similar, todos ellos fueron conocidos de forma no oficial con el nombre de Reyes Católicos hasta que ya en el siglo XXI recibió este nombre de forma oficial. El guión del escuadrón era de medidas similares a los de una unidad montada, aproximadamente 50x50, y fue entregado por el teniente coronel jefe del Tercio D. Francisco Franco Bahamonde al capitán D. Pedro Sánchez Tirado que, procedente del regimiento Taxdirt nº 29, fue nombrado primer jefe del Escuadrón de Lanceros del Tercio.

Guión del Escuadrón de Lanceros (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

A pesar de la plantilla marcada, el escuadrón se organizó para actos como cualquier otra unidad de caballería con una escuadra de batidores con caballos castaños y una banda de al menos 8 trompetas y un maestro con sus caballos tordos como se puede advertir en varios documentos gráficos de la época, así como el portaguión. Para este “aumento ceremonial” podía dis- poner las plazas montadas de la plana mayor donde existían 14, o cualquier otra solución que daba la vida diaria del cuartel. El escuadrón ya estaba organizado cuando el 8 de septiembre de 1925 se produjo el Desembarco de Alhucemas. Sin embargo no fue designado para la operación. No había muchas posibilidades de dar agua al ganado y de hecho los mulos de los trenes de combate de las unidades de infantería no pudieron desembarcar hasta varios días más tarde, obligando a las tropas a “escalar” las escarpaduras con todo el material y medios logísticos a brazo. Las dificultades logísticas impidieron a los jinetes compartir gloria, aunque realmente, de las siete banderas legionarias, solamente participaron dos banderas de la 2ª Legión de Ceuta y dos de la 1ª Legión de Melilla.

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A mediados de 1926 Ab-Del-Krim se había rendido a las tropas francesas pero la campaña no había terminado. Hubo que esperar al mes de julio de 1927 para que finalizase la Guerra del Riff. Y en este año y medio, los jinetes del escuadrón participaron en distintos combates por las zonas de Xauen y Bab Taza. Tras la reforma militar del gobierno de la II República en 1931 tuvo su aplicación en las fuerzas del Tercio al año siguiente. Por Orden Circular de 27 de diciembre de 1932 (DO n1 305) sobre las nuevas plantillas del Ejército de África, en el apartado 7 se especifica:

7. El Tercio se constituirá con dos Legiones, a tres Banderas cada una de cuatro compañías, según especifican los estados núm. 6, suprimiéndose el escuadrón de Caballería del mismo.

En los estados correspondientes las banderas quedaban organizadas en tres compañías de fusiles y una de ametralladoras y morteros. La primera aventura de la Caballería en La Legión había terminado.

LOS GRUPOS LIGEROS BLINDADOS

Antecedentes: El Escuadrón de Autoametralladoras Cañón

Aunque estos grupos constituyeron nuevamente la Caballería Legio- naria, no fue la primera unidad de caballería en el Sáhara. Desde 1940 había un Escuadrón de Autoametralladoras Cañón de guarnición en Aaiún y con dependencia administrativa del Grupo de Tiradores de Ifni. Este escuadrón estaba organizado en dos secciones y estaba dotado con 8 vehículos blinda- dos procedentes de la Guerra Civil. Sabemos la plantilla, pero no sabemos con exactitud el material del que estaba dotado. Entre las fichas de material de automoción que se conservaron en la sección de automóviles del enton- ces Mando Superior de Apoyo Logístico, y que en los trabajos de remodela- ción en 1998 fueron esparcidas por los suelos de los pasillos, se recuperaron las ocho fichas pertenecientes al escuadrón.4

4 Sus matrículas comenzaban en la ET-98152 y terminaban con la ET-98159. En todas ellas constaban con unas ruedas de tracción 2x4. Sin embargo hay testimonios gráficos de que al menos cuatro eran del modelo soviético BA-6 de 2x10 armadas de torre con cañón y parece que las otras cuatro eran Unión Nacional Levante dotada de una torre con ametralladora como se puede apreciar en un fotograma del Nodo.

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Este escuadrón quedó disuelto a mediados de 1956, justo cuando lle- gaba al territorio la nueva XIII Bandera de La Legión, considerada la reser- va motorizada del territorio. Sin embargo no se creó un nuevo escuadrón de caballería mecanizado del tipo de los existentes en los regimientos de la División de Caballería en lugar de vehículos blindados. Este escuadrón podría haber dispuesto también de dos secciones y al estar dotado de vehí- culos ligeros 1/4, hubiera sido un escuadrón que no necesitaría demasiados medios y una unidad muy flexible para las patrullas por el territorio o para acompañamiento a unidades tipo batallón.

Los Grupos Expedicionarios

A partir de la agresión de noviembre de 1957 se dispuso el alistamien- to de dos Grupos de Caballería pertenecientes a los regimientos Santiago y Pavía de la división de Caballería. La composición general de ambos grupos era la misma: un escuadrón de plana mayor, un escuadrón blindado y un escuadrón mecanizado a base de ligeros 1/4 que era como se llamaba en aquellos años a estas unidades. Uno de los problemas de muchos analistas es que quieren ver los términos con las denominaciones actuales y mani- fiestan que era un eufemismo decir que la caballería tenía en 1959 unidades mecanizadas porque no había ningún blindado para ello. Es cierto que a partir de 1965 la palabra mecanizado se asociaría a las unidades dotadas de blindados tipo M-113 y similares, pero hay que retroceder en el tiempo y ver las denominaciones de la época. Una lectura al Reglamento Táctico de la Caballería Tomo II 1ª parte, de agosto de 1960, definía en el artículo 12 los medios de la caballería como: jinetes, mecanizados (sobre vehículos ligeros todo terreno), de autoametralladoras, de carros, de cañones contracarro, de ametralladoras antiaéreas, de ametralladoras, de morteros y de cañones sin retroceso. Se extendía sobre las características de estas unidades y es sor- prendente que en lo referente a unidades a caballo y mecanizadas (que las estudia en el mismo apartado), formaban el tipo de unidades para todas las misiones, que su armamento fundamental era el fusil ametrallador, que la misión principal de las unidades de vehículos ligeros era la protección a los carros y que el combate preferencial de estas unidades era el combate pie a tierra y excepcionalmente a caballos o haciendo fuego de sus fusiles ametra- lladores desde los vehículos en movimiento. Cada Grupo tenía como oficiales un comandante, tres capitanes y sie- te tenientes. Sin embargo los escuadrones blindados iban a ser diferentes. El regimiento Santiago recibió 9 autoametralladoras M-8 y una de mando

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M-20 procedentes de Francia y el regimiento Pavía organizó una plana ma- yor y una sección de carros de combate M-24 y dos secciones de semioru- gas. Para ello se juntaron los 10 carros de este modelo que existían en toda la división y se eligieron los 7 mejores, que resultaron pertenecer cuatro al Santiago y tres al Pavía. En ningún caso hubo un “rebaño” de otros tres ca- rros de unidades desconocidas para completar la errónea cifra de 10. Ambos grupos recibieron además varios semiorugas de procedencia “surplus” de- nominados M-5 cuya característica externa más importante era que carecían de la torreta donde iba emplazada la ametralladora de 12,70 de los modelos M-3 A-1 procedentes de ayuda americana. Otra diferencia menor era que la delgada coraza no estaba remachada sino en una soldadura “lisa”. El grupo Santiago fue desembarcado en la playa del Aaiún y el grupo Pavía en Villa Bens.5 Mandaban los escuadrones blindados los capitanes Pérez Blanco y Pérez Montenegro, largamente entrevistados por este autor durante mucho tiempo y al que confiaron muchas de sus fotografías con estos medios.

El capitán Pérez Blanco del Grupo Santiago con la única M-20 que ha existido en España

5 Siempre ha habido disparidad de las fuentes con los medios blindados de los grupos, especialmente del Regimiento Pavía. Este autor visitó en 1991 el entonces archivo de la II Brigada de Caballería en Aranjuez y encontró un documento donde se expresaba la composición del Grupo Expedicionario del Pavía: 7 carros (4 del regimiento Santiago), 12 semiorugas (2 del Rg. Automóviles de la RG y 9 de la Base de Villaverde denominados “Diamond” y uno “Whitte” de la base de Torrejón), 4 CSR del 75 (del Inmemorial y del León). De otras fuentes conocemos que el Grupo Santiago llevaba al menos 4 semiorugas. Desconocemos las vicisitudes posteriores de este archivo.

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La autoametralladora M-8 no era un mal vehículo. Tenía a sus espal- das una quincena de años, por lo que fue calificado de “antigualla”, aunque no parece que hoy pueda recibir tal calificación un material diseñado en 2005. No obstante quedaba ya un poco superado por ser demasiado ligero (8 tm) incluso en 1944, cuando la caballería norteamericana recibió en Las Ardenas el empuje de las 70 tm de los Tiger II del 501º SS batallón del teniente coronel Peiper. Un cañón de 37 en una torreta abierta y con una co- raza demasiado ligera y unas ruedas “normales” era muy poco incluso para las misiones de exploración.6

Una de las M-8 supervivientes en el entonces Regimiento Villaviciosa, 1986

Por su parte el carro de combate M-24 tenía la misma antigüedad y era una máquina ligera con aceptable blindaje y con un cañón de 75 corto que mejoraba muchísimo el carro M-3 “Stuart” hasta entonces encuadrado en las unidades ligeras en la II Guerra Mundial. Sin embargo sus medios de

6 El problema del Squadron fue que en teoría debería haberse enfrentado a unidades ligeras alemanas. Sin embargo se encontraron por sorpresa que en su sector la vanguardia alemana la encabezada el Batallón SS 501º que arrolló fácilmente a las patrullas de caballería desplegadas en amplio frente. Las conocidas fotografías tomadas posteriormente con autoametralladoras y semiorugas destruidos junto a soldados alemanes pertenecen a esta unidad.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 174-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 175 puntería y la longitud de su cañón ya habían sido totalmente superados una década después de finalizado el conflicto. Como curiosidad digamos que el cañón disponía de un estabilizador de tiro, aunque no permitía el tiro en movimiento. A España habían llegado 31 carros en 1956; los 14 primeros fueron destinados a la unidad “estrella” de la caballería: El Grupo de Dragones de Alfambra de la División Acoraza- da, con dos escuadrones ligeros blindados y un escuadrón de carros medios. Diez fueron destinados a la División de Caballería que solo pudo formar una sección en Santiago y otra en Pavía (en los regimientos Calatrava y Al- mansa se había formado un escuadrón de M-47). Quedaba una sección más en el regimiento Castillejos y dos ejemplares en la Unidad de Instrucción de Hoyo de Manzanares. En cualquier caso y para las necesidades contra bandas irregulares, ambas máquinas eran medios lo suficientemente disuasorios para cumplir las misiones previstas, aunque el enemigo tampoco se acobardó, contándose 19 impactos en una de las AAC y heridos algunos tripulantes sobre todo cuando alguna máquina quedó averiada en lugares difíciles y hubo que eva- cuar bajas y armas.

Carro M-24 y Camión Oruga Blindado M-5 en el entonces Regimiento Villaviciosa. El Grupo Pavía dispuso 7 de los primeros y 12 de los segundos

Finalizadas las operaciones, donde participaron varias banderas le- gionarias expedicionarias, se produjo una gran reorganización de los Tercios para también adecuarse al nuevo despliegue ya solamente circunscrito en el norte de Africa a las plazas de soberanía. Varias banderas fueron disueltas y otras cambiadas de numeración. De esta forma los Tercios 3º y 4º aban- donaron Krimda y Villa Sanjurjo para trasladarse a Aaiún y Villa Cisneros. Ambos Tercios dispondrían de dos banderas y un Grupo Ligero Blindado de Caballería.

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La organización de los Grupos Ligeros Blindados de La Legión

Indudablemente los grupos tuvieron que ser creados por la Instrucción del EMC que reorganizaba las tropas en el territorio sahariano. Sin embargo las fuentes aluden a las órdenes circulares de 22 y 29 de agosto (Diario Ofi- cial nº 191 y 198), pareciendo que cada grupo fue creado en distinta fecha. Ello no responde a la realidad, ya que consultados los diarios oficiales men- cionados, en el primero se publican las vacantes de nueva creación de jefes, oficiales y suboficiales de ambos grupos (y de las baterías legionarias) y en el segundo se especifica que todas ellas serían de libre designación. Las denominaciones que se usan en este primer diario oficial son las de Primer Grupo Ligero Blindado del tercer Tercio Sahariano y Segundo Grupo Ligero Blindado del cuarto Tercio Sahariano. Posteriormente, a lo largo de otras publicaciones de vacantes y destinos, hemos encontrado nu- meraciones arábigas y romanas tanto en los grupos como en los Tercios, así como la inclusión del término sahariano en cada uno de ellos.7 Posteriormente las vacantes de suboficiales fueron anuladas para que los peticionarios no perdieran sus destinos y publicadas de nuevo por un pla- zo máximo de seis meses. Este sistema no debió funcionar muy bien, puesto que todavía en 1963 se publicaban vacantes de suboficial de caballería en los grupos. Los Grupos se organizaron con los materiales de los Grupos Expe- dicionarios de los Regimientos Santiago y Pavía. Para su constitución se contaba con los 7 M-24, la AAA M-20, las 9 AAC M-8, una docena de semiorugas, un centenar de vehículos ligeros 1/4 y varios camiones de di- ferente tipo procedentes de los dos grupos expedicionarios. La prioridad inicial de medios fue para el grupo del 3º Tercio, pero al menos dos carros M-24 y algún semioruga fueron trasladados a Villa Cisneros, donde uno de ellos está fotografiado ante un barracón que señala a una compañía de la IX Bandera, fotografía que se conserva en la Hermandad de Antiguos Caballe- rods Legionarios de Madrid.8

7 En el D.O. 191 se publicaban las vacantes para estos grupos: Una de teniente coronel, una de comandante, cuatro de capitán y una quincena de tenientes para cada uno de ellos. También se publican 4 de brigada y 40 sargentos para el I grupo y 4 de brigada y 32 de sargento para el II Grupo. 8 Este autor habló en 2013 con el suboficial de caballería que llevó los carros a Villacisneros, lamentando no recordar su nombre. La confirmación de este dato se encuentra en la fotografía mencionada. Existe otra donde se sitúa la foto de un M-24 y un semioruga en El Aargub.

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PLANTILLA GENERAL DEL ESCUADRÓN LIGERO BLINDADO, 1960

Mando Mando. Capitán 2 Vehículos ligeros TT y un blindado y Plana Pelotón Mando 2 Vehículos ligeros TT y dos motos Mayor de mando Pelotón Servicios y Tren Vehículos Mantenimiento, sanidad y tren Subalterno Un vehículo todo terreno

Sección Pelotón de Exploradores Cuatro vehículos todo terreno Mixta Pelotón Blindado Dos blindados (carros o bien AAC) Pelotón de Protección Un semioruga Subalterno Un vehículo todo terreno Sección de Armas Pelotón CSR del 75 Dos vehículos todo terreno de Apoyo Pelotón Morteros 81 Dos vehículos todo terreno

El grupo disponía de un escuadrón de plana mayor con los elemen- tos de mando, enlace y servicios y dos escuadrones ligeros blindados. El Escuadrón Ligero Blindado era una unidad nueva para la caballería españo- la salvo en el Grupo de Dragones de Alfambra perteneciente a la División Acorazada. Por ello la caballería legionaria se anticipó a la reorganización de 1959/1960.9

Los seis blindados de un escuadrón: 4 AAC y 2 M-24 (sólo uno visible) en secciones mixtas. Al fondo, en la polvareda, se adivina un semioruga de protección de una de las secciones

9 Hasta 1959 los regimientos de caballería encuadraban material homogéneo en escuadrones orgánicos y en maniobras se constituían los elementos de combate (partidas) con medios de diferentes escuadrones. Con esta nueva forma de organizarse los escuadrones ya estaban articulados orgánicamente con vehículos de distintas características, por lo que la organización táctica ya estaba prácticamente constituida.

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Los vehículos todo terreno siguieron siendo los jeeps 1/4 de los gru- pos expedicionarios y alguna "Dodge" hasta su sustitución en 1961 por los nuevos Land Rover que se adquirían para diversos organismos del Estado. Los estadillos consultados en esas fechas no hacen distinción entre los de modelo 88 y los de modelo 109. Sabemos por el historial del I Grupo que inicialmente fue dotado con un centenar de vehículos 1/4, una treintena de 3/4, 11 autoametralladoras, 5 carros de combate y 13 semiorugas. Muchos analistas han discutido sobre si el material disponible era suficiente para dotar los escuadrones a tres sec- ciones. Con independencia de las vicisitudes diarias del material, la respues- ta es afirmativa. Con el material que habían dejado los expedicionarios se completaba perfectamente la plantilla del I Grupo para sus dos escuadrones ligeros blindados con tres secciones mixtas y la de armas.10 Si bien el Gru- po I estaba prácticamente al completo de platillas no ocurría lo mismo con el II Grupo pues quedaban ya apenas medios blindados, por lo que recibió material blindado para una sección y poco más. El resto a base de vehículos rueda (como se ha citado en nota 8). Como los carros que había en Aaiún eran cinco, algunas fuentes son de la opinión de que se creó una sección independiente en el escuadrón de plana mayor. Según plantilla y algún testimonio gráfico no era así, aunque pudiera serlo en la práctica de la vida cuartelera y más aún cuando los carros fueron muy poco utilizados.11

Instrucción de los nuevos jinetes legionarios

10 Con los vehículos ligeros, 4 carros de combate, 8 autoametralladoras M-8 y 6 semiorugas se cubrían perfectamente las plantillas de los dos escuadrones. Había incluso un poco de material blindado sobrante para enviarlo a Villa Cisneros como se ha citado en nota 7. 11 Ver fotografía publicada por la Asociación de la 4 Compañía de Transmisiones expedicionaria con el título regreso de un convoy. Sin duda se regresa al Aaiún tras un desfile. El primer plano de la fotografía es un semioruga legionario y tras la curva que oculta a gran parte de su sección, excepto el morro de una autoametralladora, se aprecia perfectamente una sección mixta con carros y se distingue con dificultad otra sección más con carros. Evidentemente se trata del 1º Escuadrón al completo de desfile.

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En noviembre se publicaron los destinos de los dos jefes de ambos grupos que curiosamente eran hermanos: Arias Bulnes y Valentín Bulnes. Poco después se publicaron los destinos de los oficiales. En el I Grupo el comandante José Arantegui, los capitanes Velasco del Pozo, Suárez Pas- cual, Hilario Benito, Blanco Valencia y diez tenientes. En el Grupo II el co- mandante Loma Autrán, los capitanes Díaz Bertrana, Rodríguez Enríquez, Bédmar Jiménez, Julio Colmenares y once tenientes. Aunque hubo algunos tenientes antiguos de las promociones 6ª y 7ª, la gran mayoría formaban parte de la 12ª promoción salida de la academia en diciembre de 1958.

Detalle de instrucción de los nuevos jinetes legionarios

También se publicaron los destinos de suboficiales del Arma y Espe- cialistas, donde se dio el caso curioso que el número de voluntarios para el I Grupo fue realmente escaso, por lo que la mayoría tuvieron el destino for- zoso, mientras que el Grupo II sucedió todo lo contrario, todos los sargentos fueron voluntarios. No podemos determinar esa diferencia, salvo cuestión administrativa, sobre todo cuando todos los suboficiales inicialmente iban destinados por un máximo de seis meses sin perder destino como hemos señalado anteriormente. Tras un año desde su constitución, el 12 de agosto de 1959 el II Grupo Blindado se trasladó al puesto del Aargub que fue su primera guarnición. El mando y PLM ya se encontraban en Villacisneros.

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Los guiones de los grupos en 1959 (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

No sabemos cuándo se ordenó pintar el material de color desierto.12 Debió ser pronto aunque tenemos una portada de prensa de de 1961 con los carros sin pintar pero que probablemente sería una foto de archivo, ya que en esa fecha los carros ya habían regresado a la península. En abril de 1960 los 7 carros M-24 causaron baja en el Sáhara y pasaron destinados a sus uni- dades de origen. Sabemos que varias autoametralladoras fueron baja y entre ellas una por una mina y quedaron en el territorio. Algunas fueron utilizadas por los jefes de escuadrón.13 Por Orden de 25 de junio de 1959 publicado en la Colección Legis- lativa nº 148, ambos Grupos recibieron su Guión. El del I Grupo en campo de plata la banda de Castilla en sable dragonada en oro, acompañado del yugo también en oro. El del II Grupo igual en campo de sable. En ambos una bordura en oro con letras en sable con la leyenda «Tanto Monta Monta Tanto». En la otra faz se encuentran las Armas de los Tercios 3º y 4º respec- tivamente. Sus dimensiones eran de 55 x 55.

12 Manuel Campo Ruiz publica una foto (web mili Sáhara) donde se aprecian dos carros con la particularidad de que uno está pintado de arena y el otro todavía no. 13 Las investigaciones iniciales de este autor tuvieron errores groseros por falta de medios en la investigación y confusiones de los testigos. A mediados de los 80 este autor escuchó a un testigo que algunas de las torres de los M-24 fueron enterradas como defensa del aeropuerto. La información era totalmente errónea. Al parecer el testigo se refería a las viejas torres del Escuadrón AAC (1940-1956), que tampoco es veraz en su totalidad, aunque en un recorte de No-Do se aprecia una de ellas (completa) en el perímetro defensivo del Aaiún en marzo de 1958. Lamentablemente estas informaciones fueron copiadas sin más comprobaciones y así aparecen en algunas obras de autores de prestigio.

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En la Instrucción General 160-115 del Estado Mayo Central sobre la reorganización del Ejército de maniobra de enero de 1960 ambos grupos figuran como "Ligeros Blindados Saharianos", muy probablemente para no confundirlos con los Grupos Ligeros I y II de guarnición en Ceuta y Melilla de nueva creación. No obstante en los diarios oficiales de destinos y vacan- tes se suele simplificar a grupo ligero blindado. En 1961 se destinan a los grupos ligeros blindados saharianos un nuevo vehículo que hasta el momento se había utilizado como remolque de piezas de artillería. Se trataba del camión blindado C-15 TA de origen canadiense del que se recibieron unos 170 vehículos en 1948 tras la crisis del bloqueo de Berlín. Los regimientos de artillería 13 y 19 de la División Acorazada y de la División de Caballería recibieron 36 camiones para do- tar a sus tres grupos. También llegaron otros camiones para dotar a otros regimientos artilleros y Escuelas de Aplicación. En la misma ayuda "agrí- cola" de 1949 llegaron un millar de vehículos Willys CJ-3A (Civilian Jeep) prácticamente nuevos que cambiaron totalmente la fisonomía de los cuatro regimientos de la División de Caballería.14

Camiones C-15-TA denominados Triumphy durante un ejercicio de tiro en Mahbes

14 Ver archivo del No-Do. La presentación de estos camiones fue en desfile del 1 de abril de 1948. Los jeeps no los encontramos filmados hasta el desfile de 1951.

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El conflicto de Ifni-Sáhara había puesto de manifiesto que las tropas iban demasiado expuestas sobre vehículos ligeros.15 Alguien debió recordar que existían estos camiones con blindaje dedicados a remolcar piezas de artillería y pensó que aún con una docena de años a sus espaldas podrían tener un gran poder de disuasión si se les colocaba una ametralladora sobre el techo. Y de esta forma 17 camiones fueron destinados a cada uno de los grupos blindados de Ceuta y Melilla y 74 lo fueron al Sáhara. Su estado era más o menos aceptable por lo que cambiaron totalmente la plantilla de los grupos que tuvieron que adaptarse a los nuevos medios. En los escuadrones se mezclaban los vehículos 1/4 con 15 camiones blindados en cada uno. De los aproximadamente 170 Triumpys recibidos, solamente queda hoy un único ejemplar, que tras pasar por el Museo del Desnarigado de Ceuta fue cedido al regimiento Villaviciosa en 1986 y de ahí a la Base del Empecinado de Valladolid.16 Según un estado del E.M. del Sáhara, relativo al conflicto de 1961, donde aparecen todos los vehículos existentes en el territorio, cada Gru- po tenía en plantilla 64 Land-Rover (sin especificar modelos), 6 camiones Ford-K y 35 Triumpys, de los que había 32 en existencias. Por todo ello la especulación de algunos analistas sobre si los grupos necesitaban menos vehículos y algunos pasaron a las banderas o a las baterías transportadas, carece de fundamento. En este estadillo podemos además observar el estado de los mismos, y así vemos que en el Grupo I había 23 en servicio y 9 ave- riados y el Grupo II había 17 en servicio y 15 averiados (tres de ellos en la base de Canarias). Las cuatro banderas legionarias disponían de 54 camio- nes Ford-K cada una. La nueva sección disponía de un pelotón de exploradores y un pelo- tón protección. El primero con cuatro vehículos ligeros donde se fueron re- cibiendo sucesivamente diferentes tipos de Land-Rover tanto de modelo 88 como 109, siendo los clásicos de aletas redondeadas. El pelotón protección encuadraba otros cuatro camiones blindados junto al del jefe de sección. De esta forma cada escuadrón contaba en plantilla con 15 camiones y posible- mente 16 si el capitán también disponía de uno de ellos.

15 Así sucedió el 13 de febrero con una de las secciones del escuadrón mecanizado del Grupo Santiago al mando del sargento Soto por baja accidental de su oficial. A pesar del apoyo de las secciones AAC, el enemigo abrió fuego sobre la vanguardia muriendo el sargento y dos de sus soldados. 16 En 1997 los archivos donde se conservaban las miles de fichas de los vehículos del Ejército español, quedaron tirados por los pasillos con la reforma del Palacio de Buenavista. Este autor consiguió rescatar, entre otras, 170 fichas de los camiones donde constan sus características técnicas, sus matrículas, los cambios de unidades que tuvieron y su fecha de baja y desguace.

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También ha sido sustituido el armamento individual. El mosquetón Máuser modelo 1943 ha dado paso al fusil de asalto "Cetme" modelo B con el nuevo calibre de 7,62, lo que trajo posteriormente la sustitución de las ametralladoras Alfa por las MG-42 de Oviedo. Tras los acontecimientos del 11 de febrero de 1961 con el secuestro de una decena de ingenieros por parte de elementos marroquíes, se ordenó por una parte el refuerzo de unidades expedicionarias y por otra el refuer- zo de parte de las fuerzas legionarias de Villa Cisneros. Por todo ello el II Grupo Ligero Sahariano partió hacia el norte el 8 de marzo al mando del teniente coronel Sandoval y Coig para reforzar todo el dispositivo. El trasla- do se hizo por tierra escoltando un convoy de camiones mientras que la IX Bandera se trasladaba por vía marítima. El coronel Mariñas nos relata las di- ficultades del paso del "arenal de Lamarque". Llegados al Argub se reunió el grupo completo y continuaron su marcha con grandes dificultades. Cerca de Bir Nazaran fueron sorprendidos por un fuerte siroco que originó la pérdida de 12 vehículos de 140 que llevaba el convoy. Tras la recuperación de toda la columna finalmente llegaron al Aaiún (realmente al oasis del Messeied) tras seis días marcha, donde fueron revistados.17 Sabemos de un zaragozano llamado Valero Ibáñez corredor ciclista, alistado en el Tercio y fue destinado a Villacisneros.18 Nos relata las vici- situdes del traslado del escuadrón del capitán Cebollino, hijo del laureado capitán Cebollino en el socorro a Igueriben en 1921. Comenta que fueron destinados a la zona de Edchera y que comenzaron a construir el fuerte mientras que el I Grupo estaba destacado en puestos fronterizos y patrullas. Conocemos también que ambos grupos se relevaban en los destacamentos. El legionario Valero fue licenciado a los dos años y es desde hace muchos años un destacado veterano en la Hermandad zaragozana. El teniente coronel Sandoval nos completa la información y relata que a la llegada vivaquearon en Messeied y que finalmente el mando orde- nó llevar el vivac a la orilla norte del la Saghia. Tras los reconocimientos en busca de agua, finalmente se establecieron en la zona de Edchera don- de inmediatamente empezaron la construcción de un fuerte. De esta forma el II Grupo trazó su planta y primeros edificios y que los legionarios lo denominaron Fuerte Chacal. Esta zona había sido testigo de los combates

17 El coronel Mariñas hace su relato en la Revista Ejército nº 575 y alude al libro del Teniente Coronel Sandoval y Coig con el título Sáhara: Abandono o traición? 18 https://www.graorivas.es La pequeña historia de una gran persona. En el amplio relato se acompañan varias fotografías. Una de ellas es de la sección de armas de uno de los escuadrones donde podemos ver un Land-Rover 109 con un cañón sin retroceso de 75.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 183-216. ISSN: 0482-5748 184 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO de enero y febrero de 1958, especialmente en el combate de enero con la XIII Bandera de La Legión. Dentro de los documentos del Estado Mayor del Sáhara hay uno espe- cífico del Jefe de Automovilismo en el que se clasifican todos los vehículos y las misiones que deben cumplir, así como los distintivos a llevar para el control por la Policía Militar. También disponemos de un documento interno del estado mayor del Sáhara muy curioso, donde se menciona el cambio de organización en las unidades legionarias.19 Muy interesante es también el documento "táctico" de la 3ª sección en el que se detallan las medidas de defensa. El Sector del Sáhara se divide en el subsector Río Rojo al norte y subsector Río de Oro al sur, y como puntos interesantes podemos ver los siguientes: − Impedir a toda costa infiltraciones marroquíes por la frontera. − Responder fulminantemente a cualquier ataque a puestos militares. − Mantener núcleos de reserva en Aaiún, Smara y Echdeiría. Dentro de este despliegue el I Grupo se encontraría en Echdeiría como reserva de la zona este del subsector Río Rojo con un escuadrón en Mahbes. Como reserva del Sector se encuentra el II Grupo blindado en Edchera. A partir de 1963 la calma vuelve al territorio pero el II Grupo no re- gresa a Villa Cisneros hasta marzo de 1964 cuando quedó definitivamente asentada la organización de las unidades de la nueva Agrupación de Tropas Nómadas y permitió a los Tercios regresar a sus guarniciones desde donde las unidades siguen con sus despliegues y patrullas. Sin embargo es necesa- ria una profunda reorganización de la Caballería sahariana. Necesita nuevas plantillas y sobre todo necesita nuevos materiales. Esta reorganización coin- cidió con la gran reforma militar de 1965 que es bajo la que se encuadraron los que hoy tienen 75 años cuando eran jóvenes tenientes. Esta reforma estaba realmente muy bien estructurada pues aunque ha habido muchas reformas posteriores, la reforma del 65 mantuvo sus líneas básicas hasta la entrada del siglo XXI. No fue una reorganización bajo el modelo francés como se puede leer frecuentemente.20

19 El documento no tiene fecha, pero debe ser de finales de 1963. Manifiesta que en el momento de su constitución cada Tercio tenía dos planas mayores de agrupación y que la bandera quedaba como unidad de encuadramiento, mientras que la unidad táctica sería la compañía dotada orgánicamente de camiones. Sin embargo al suprimirse las planas mayores de agrupación, será la bandera la unidad fundamental de empleo táctico, pero será desprovista de medios de transporte orgánico. El transporte quedará centralizado a nivel de la Unidad de Automóviles. En los grupos blindados se suprime el escuadrón de plana mayor y se sustituye por una sección de la misma clase. 20 No hay artículo que no haga referencia a este modelo francés llevando, según nuestra opinión, a un error de concepto. Solamente respondía al modelo galo la organización

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LOS GRUPOS LIGEROS SAHARIANOS

No hay ninguna ruptura orgánica con los grupos anteriores. Se trata de un cambio de denominación aunque se aprovechó todo ello para hacer una gran renovación del material. Hay algunas fuentes que resaltan la "pér- dida" de la denominación blindada como si los grupos dejasen de serlo. Creemos que en tales fechas la caballería ya lo era en su totalidad y no nece- sitaba añadidos en su denominación oficial. De hecho los grupos recibieron más y mejores medios blindados que aumentaron sus capacidades tácticas. Otro aspecto importante fue la sustitución de los Cetme modelo B por los de modelo C, los CSR de 106 que pronto sustituyeron a los de 75, las ametra- lladoras MG-42 y los morteros Ecia.

Las nuevas Panhard H-90 y H-60, seña de identidad de los Grupos Saharianos

Los nuevos medios blindados eran de fabricación francesa y se co- nocieron por sus siglas AML (Auto Mitrailleuse Legére) de las que existían dos modelos iguales en su chasis y con distinta torre. El modelo H-90 estaba armado de un cañón de 90 mm, de igual calibre que los carros M-47 y M-48, aunque de menor longitud de tubo. Tenía un alcance eficaz de 700 m dispo- niendo de munición rompedora y perforante, y como elemento de puntería un visor a la estima. Realmente era el blindado que mejor calificación obtu- vo en la relación peso-potencia de fuego. Con estos medios la mejora de las unidades saharianas dotadas con cañón era evidente: se había pasado de un cañón de 37 procedente de 1940 a un cañón de 90 de nuevo diseño.

primaria de las fuerzas en los grandes grupos conocidos como Intervención Inmediata y Defensa Operativa. En la estructura de las unidades (compañías, batallones, regimientos, brigadas) no se sigue ningún modelo específicamente francés. Según un documento interno de directivas de la Jefatura del EMC a la dirección General de Organización y Campaña se estudiaron todos los modelo occidentales adecuados a la orografía española, por ello, además de los 7 batallones de carros, hubo menos batallones mecanizados (3) y más batallones motorizados, fundamentalmente a pie, a expensas de motorizar en camiones de su brigada (13).

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Por su parte el modelo H-60 disponía de un mortero de retrocarga de este calibre, con posibilidad de hacer tiro con puntería directa hasta 300 en tiro tenso y por saltos de alza, complementado por un reductor de gases, en tiro curvo por el primer sector. Podía hacer tiro con puntería indirecta por el segundo sector pero no era su forma normal de empleo. Sus granadas aunque de pequeño calibre podían hacer cierto daño a medios sobre ruedas o personal a pie a cubierto. Ambas llevaban tres tripulantes; conductor, tirador y jefe de vehículo/cargador y disponían de ametralladoras coaxiales, la H-60 con dos y la H-90 con una. El modelo de ametralladora era nuevo en nuestro ejército ya que se trataba de las máquinas NF-1 de dotación en los vehículos blindados del ejército francés. Ya en los carros AMX-30 fabricados en Es- paña se sustituyeron por ametralladoras MG-42. Realmente curioso era el mortero de la H-60. Como se ha dicho era de retrocarga y el cierre tenía una cierta semejanza al cerrojo de los antiguos fu- siles. Para el tiro tenso no había gran dificultad pues se contaba con una mira graduada de 100 a 300 metros. Para el tiro con el sistema de salto de alza se seguía el procedimiento de buscar la horquilla correspondiente moviendo los dientes del alza con la esperanza de haber calculado bien la distancia y hacer las menos correcciones posibles. Una vez encuadrado ligeras modifi- caciones en el regulador de gases, tanto aumentando como disminuyendo, centraba el tiro y una buena tripulación podía poner seis granadas en el aire a unos 1.500 metros, que dada la estabilidad que proporcionaba la torre apenas tenían dispersión. La H-90 además incorporaba lanzanieblas en la torreta. Sin embargo fueron unas máquinas al menos complicadas. Resulta- ban menos "asentadas" que sus predecesoras las M-8 que eran más anchas y con un centro de gravedad más bajo con un tren de rodaje de seis ruedas. Ello les daba a las Panhard una cierta inestabilidad y mayor posibilidad de vuelco. También con cierta complicación para conducir y una cierta pro- pensión a averiarse su sistema de embrague. Sin embargo había un pequeño grupo de mecánicos que habían trabajado en la Panhard antes de alistarse a La Legión y fueron los grandes mecánicos de estas máquinas. En un ejerci- cio nocturno en abril de 1972 el teniente Aurelio Nieto del II Grupo falleció a bordo de una autoametralladora.

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Sección Mixta del 2º Escuadrón del GLS II del 4º Tercio. Teniente Oruña-Jáuregui

El grupo estaba organizado con un escuadrón de plana mayor y dos escuadrones ligeros. El escuadrón de plana mayor tenía tres secciones. La sección de mando con los elementos para constituir el puesto de mando del grupo con sus medios de transmisiones y protección donde se incluía un pelotón CSR. La sección de autoametralladoras H-90 de cañón estaba formada por seis máquinas y finalmente la sección de servicios disponía de pelotones de municionamiento, de carburantes, de algibes, de mantenimien- to y equipos de sanidad y de víveres. El material pesado sumaba en plantilla 8 camiones, dos cisternas, dos algibes y una grúa. Una década más tarde dispuso de una sección antiaérea. Por su parte cada escuadrón disponía de una sección de plana mayor con pelotón de morteros de 81 y pelotón se servicios y de tres secciones mixtas. La nueva sección mixta estaba formada por:

Mando: Subalterno en vehículo rueda tipo LR-109 Pn. de Exploradores 2 H-60 Pn. CSR 2 LR-109 con CSR de 106 y vehículo de munición Pn. Protección 2 LR-109 de 2 escuadras con ametralladoras ligeras

Era una sección muy maniobrera con dos máquinas blindadas y dos vehículos de protección manteniendo los dos CSR por si aparecía algún po- sible enemigo con vehículos acorazados de cañón. En un reportaje gráfico sobre La Legión se puede apreciar que también se utilizó el vehículo Land- Rover 1.300 con las escuadras de protección. En este reportaje, en color, puede apreciarse el avance de unidades del grupo con tiro con MG-42, CSR y con la H-90. Posteriormente llegarían los denominados LR "militares".

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Anverso de los nuevos guiones de ambos grupos (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

Cada grupo disponía por tanto de 6 H-90, 12 H-60, 14 CSR de 106 y 4 morteros de 81. No cabe duda de que la potencia de los grupos blindados saharianos proporcionaban a cada Tercio un unidad rápida, ágil y potente. La gran cantidad de equipo que exigía una patrulla de varios días por el desierto hizo que en la mayoría de los casos los vehículos todo terreno 1/4 que marcaba la plantilla fueran sustituidos por Land-Rover del tipo 109 ya casi desde su fundación, combinando ambos modelos según el momento. La llegada al I Grupo del entonces capitán Lobo, procedente de Nómadas, hizo que los grupos legionarios tomasen muchas costumbres de las patrullas nómadas como el empleo de jaimas o redes en los vehículos, que en 1974 se habían adaptado en Grupos y Banderas. En un momento que no hemos podido determinar, pero quizá entre 1965 y 1970, ambos Grupos renovaron sus guiones. Por una parte se adap- taron en tamaño a los guiones de las Banderas y por otra recuperaron en una de sus faces su color carmesí original del primitivo Escuadrón de Lanceros. La única diferencia entre los guiones fue que en el Grupo I la banda drago- nada fue de color plata y la del Grupo II fue de color azul. En la otra faz, en sable, seguían figurando las Armas de cada Tercio. Estas unidades fueron escuela legionaria para gran parte de la oficiali- dad de caballería, pues su permanente cobertura al 100% hacía que más del 30 % de tenientes de cada promoción tuviera su destino en estos grupos. Cada vez que existía una baja de oficial inmediatamente se publicaba la vacante para su relevo que era cubierta con gran celeridad. Esta proporción fue au- mentando a medida de que el tiempo de permanencia en el empleo de teniente se iba acortando cada vez más, por lo cual podemos estimar que gran parte

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 188-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 189 de los tenientes de caballería entre 1970 y 1975 habían estado destinados en Legión y un número menor en Nómadas, lo que podía sumar más del 50% de cada una. A primeros de los setenta los jefes de cada Grupo eran los tenientes coroneles Joaquín Valencia Remón en el I Grupo y Ricardo Oñate de Pedro en el II. Las patrullas se compaginaban con otras actividades como podemos comprobar en una fotografía de un concurso hípico en Villacisneros donde recibían premios los tenientes del II Grupo Blanco Areán, Bellido, Ferrete y Milans del Bosch con su chapiri legionario.

Cap. Cárdenas del 2º Escuadrón del I GLS con suboficiales en patrulla, 1975

Los grupos continuaron con su vida diaria de instrucción, patrullas y escoltas hasta que la tensión en el territorio fue aumentando a partir de 1970. Por una parte sabemos que fue creada una compañía de carros de carros de combate y que fue dotada del carro francés AMX-30, en ese momento el carro más moderno que disponía nuestro ejército. Llama la atención su encuadramiento directamente dependiente del 3º Tercio en lugar de ser en- cuadrada en el grupo de caballería como tercer escuadrón. Pero en aquellos años la clasificación de carros ligeros para la caballería y medios para la infantería era una circunstancia de peso aunque no era totalmente cierta.21

21 En 1974 las unidades de infantería disponían de 108 M-48 y 270 M-47 sumando 370 carros medios. Las unidades de caballería solamente sumaba 90 M-47. La caballería

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Menos aún lo fue cuando veinte años después se puede leer en el Diario de Sesiones de las Cortes que el carro AMX-30 era el mejor posible para la ca- ballería española. Para entonces estos carros ya no eran nuevos y arrastraban grandes problemas que trataron de solventarse con su reforma. Las patrullas habituales de los grupos saharianos eran normalmente de entidad sección y vigilaban pasos de punto obligado o reforzaban las bases de Nómadas. En ocasiones salía el escuadrón completo para cubrir un itinerario y muchas veces reforzado con las H-90 del escuadrón de plana mayor. En 1974 el I Grupo estaba al mando del teniente coronel José de Tra- vesedo y Martínez de la Riva con el comandante Camilo Fernandez Trench como segundo y en el II Grupo figuraban el teniente coronel José de Tuero y de Reina y el comandante Juan Castresana García.

Tte. Alonso Iglesias en los últimos días del Aaiún junto a una columna con VTT

En agosto de 1974 el II grupo nuevamente acudió a la zona norte como sucedió en 1961 y se alojaba de nuevo en Fuerte Chacal totalmente remodelado. Los dos grupos de caballería sumaban cuatro escuadrones lige- ros con 12 secciones mixtas con los siguientes medios blindados: 24 H-60, 24 H-90, sin olvidar a los 24 CSR que sumaban en total.

sumaba además unos 185 carros M-41. Había algunos carros más en enseñanza y experiencias, lo que daba un total aproximado en todo el ejército de 112 M-48 y 380 M-47.

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A medida que la tensión aumentaba los grupos fueron reforzados. Ambos grupos duplicaron sus H-90 formando una nueva sección más. De hecho los diarios oficiales publicaron dos vacantes de teniente en cada gru- po de nueva creación. Sin embargo en el I Grupo sabemos que no solo se duplicaron pasando de 6 a 12, sino que su historial señala que dispuso de 14 H-90, pasando dos de ellas a formar parte de la sección de reconocimiento del batallón de carros expedicionario.

Otra vista en los movimientos de repliegue. Columna de H-90 y VTT en sus últimos movimientos

En los días de la "Marcha Verde" llegaron al territorio ocho vehículos de transporte de personal Panhard denominados M-3 VTT con capacidad de transporte de un pelotón. Aunque muchas fuentes hacen constar que se reci- bieron cuatro para cada grupo, los ocho fueron encuadrados en el I Grupo tal y como hace constar el historial del 3º Tercio. Dada su fecha de llegada, el recuerdo de estos vehículos está muy difuminado en la memoria de muchos de los oficiales, cuestión que no tiene nada extraño pues a partir del 15 de noviembre las unidades tuvieron un largo peregrinar de repliegue en replie- gue.22 En los últimos días de la elaboración de este artículo hemos podido

22 El refuerzo de autoametralladoras se hizo con efectivos de algunos Grupos DOT, (Defensa Operativa del Territorio), como el V o el IX, que habían recibido las H-90 a mediados de 1974. Incluso se renovaron las H-60 más desgastadas, al menos las del I

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 191-216. ISSN: 0482-5748 192 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO contar con el testimonio del general de brigada Rafael Esparza Arroyo, por entonces teniente del I Grupo, que nos ha aclarado definitivamente la histo- ria de estos vehículos:

Me cupo el honor de estrenar el VTT M-3, vehículo blindado sobre ruedas de la casa Panhard para transporte de pelotón, de la misma familia que las auto ametralladoras, que fue de algún modo el precursor del BMR. Con ellos se crearon, sobre la marcha y de manera totalmente improvisa- da, dos secciones “mixtas mecanizadas”, en denominación no oficial, que tenían un pelotón de AML-90 y 3 de VTT, además del de mando. Eran una especie de “sección pesada” (completamente acorazada) para emplearse como reserva. Llegaron muy al final y solo se emplearon para patrullar las calles de El Aaiún. El fin de la presencia española en el Sahara impi- dió desarrollar un procedimiento de empleo y acabaron en los RCAC 3 y 10. Aunque no respondían sino a una “orgánica sobrevenida” (es decir a la adaptación a una situación que empeoraba por momentos) fueron muy bienvenidas pues suponían un gran paso en las capacidades del Grupo en general y de los Escuadrones en particular.

No hubo tiempo para mucho más. Los acontecimientos posteriores no forman parte de este trabajo. Los capitanes Repollés Cobeta, López Moya, Girón Arribas y Cárdenas Utor fueron los últimos capitanes saharianos del I Grupo y los capitanes García Ganges, Bueno Martín, González Carmona y Milans del Bosch los del II. A primeros de enero de 1976 se había terminado la presencia española en el Sáhara. Tras la orden de abandono comienza el repliegue ordenado de todas las fuerzas allí desplegadas. De forma que el I Grupo Ligero Sahariano es el último en salir de el Aaiún en dirección a Villacisneros el 27 de diciembre de 1975. En estos últimos días del año sólo permanecerán en Villa Cisneros los dos Grupos Ligeros Saharianos, embar- cando definitivamente el I Grupo el día 4 de Enero de 1976 en el trasporte Galicia y el día 11 lo hizo el II Grupo en el buque de desembarco L-13 Con- de de Venadito, ambos con rumbo a Fuerteventura.23

Grupo. En cuanto a los VTT M-3, afortunadamente el testimonio del general Esparza nos aclara completamente, no solo el número recibido, sino su distribución. 23 Aparte de los jefes y capitanes mencionados, fueron los últimos tenientes saharianos del I Grupo: Rodríguez de la Fuente (26), Aguilera García (28), Esparza Arroyo (28), Obregón Calvo (28), Membrillo Becerra (28), Velázquez Rivera (28), Benéitez Espinosa (29), Alonso Iglesias (29), Ruiz de Eguilaz-Mondría (30) y Gómez Prado (30). Los del II Grupo fueron: Rodríguez Sánchez (26), Ladegui San Mamés (27), Bauzá Rico (27), Álvarez Álvarez (27), Artero Pamplona (28), Bernabé López (28), Romay Ibáñez (28), Morales Cobo (28), Fernández Oruña-Jáuregui (28), Corisco Domínguez (29), Marín Meana (29), García González (29) y García Benavides (30).

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Unos 450 oficiales de caballería salieron de la Academia de Vallado- lid entre 1958 y 1975 y de ellos unos 140 fueron legionarios, los que supone una proporción de un 30% como media. Si a ellos sumamos los destinados a tropas nómadas y otros puestos, podemos concluir que el 40% de los ofi- ciales de caballería fueron saharianos. El Sáhara en general y La Legión en particular fueron un sello distintivo en la mitad de los oficiales de caballería de aquella época. Algunos cumplieron sus dos años reglamentarios, otros lo ampliaron y otros repitieron destino como capitanes. Por ello hubo algunos que superaron los 15 años en La Legión sahariana. Entre ellos los capitanes Blanco Valencia, Coca Fernández, Repollés Cobeta, e incluso suboficiales de 1958 que ingresaron en la Academia de Caballería a través de la Acade- mia Auxiliar de Villaverde, como el teniente Beneito Abellán, posteriormen- te capitán en Fuerteventura, y otros compañeros.

EL GRUPO LIGERO DE CABALLERÍA DEL TERCER TERCIO DE LA LEGIÓN

En el momento del repliegue en Tenerife se encontraba el Grupo Li- gero DOT XI que curiosamente había recibido desde su fundación, diez años antes, una docena de triumpys y algunas autoametralladoras M-8, evi- dentemente fuera de toda plantilla, que en su día tuvieron los grupos legio- narios. En 1974 siete triumpys todavía seguían en servicio causando baja al año siguiente.24 El grupo DOT XI fue disuelto con lo que el número de unidades tipo grupo de caballería en Canarias no sufrió variación. Previo a la orden de abandono de las tierras saharianas se produjo la reorganización de las fuerzas legionarias. Las Banderas VII y VIII del 3º Tercio habían llegado a Fuerteventura el 2 y el 8 de diciembre respectiva- mente. El 4º Tercio Sahariano quedó disuelto y sus Banderas IX y X salieron en el transporte Aragón el 16 de diciembre y tras una breve escala en Las Palmas arribaron a Ceuta y a Melilla el 20 y 21 respectivamente, donde cambiaron sus numeraciones. En enero, reunidos los dos grupos de caba- llería en Fuerteventura, quedó disuelto el II Grupo Ligero Sahariano por lo que su material y el sobrante de plantilla fue enviado a la península poco tiempo después. Parece que antes pasaron por Tenerife, donde determinadas fuentes hacen constar el desguace de alguna H-90, troceando su cañón, dato

24 Los triumpys destinados al Regimiento Alcántara de Melilla habían causado baja en 1974. En fechas similares causaron baja los del Regimiento Montesa de Ceuta, aunque algunos todavía se encuadraron por un tiempo muy breve en el Regimiento Mixto de Ingenieros nº 7.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 193-216. ISSN: 0482-5748 194 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO ciertamente extraño que no hemos podido comprobar y que pudiera referirse a alguna de las antiguas M-8.25 En febrero quedaron disponibles todos los mandos del II Grupo di- suelto y los de mayor antigüedad en el destino del I. También se confirmaba el destino del comandante y uno de sus capitanes y eran retenidos un capitán y varios tenientes hasta que llegasen sus relevos a lo largo de 1976. Fueron los primeros tiempos del Grupo en Fuerteventura de reorganización y aco- plamiento de plantillas. Su orgánica seguía siendo la misma: un escuadrón de plana mayor y dos escuadrones ligeros. En marzo se publicaban vacantes para el teniente coronel, tres capi- tanes y diez tenientes. Los capitanes fueron destinados a mediados de abril pero las de teniente todavía tardaron un tiempo y salvo algún retenido que solicitó de nuevo vacante, los dos destinos siguientes tuvieron que esperar hasta agosto con la salida de los campamentos de reclutas de los tenientes de la XXXI promoción. Ello fue debido a que el Grupo pasó a ser considerado como una unidad más del Arma, con la excepción de ser vacantes de libre designación, por lo que su cobertura de vacantes seguía la misma tónica que en el resto de unidades dejando de recibir oficiales con urgencia al ser baja uno de ellos como ocurría en territorio sahariano. Desde 1976 se dispuso que los tenientes de la escala legionaria fue- ran destinados a los grupos tras un cursillo sobre el Arma de Caballería, así como que pudieran pedir destino los oficiales de la nueva escala media y los oficiales permanentes de la escala de complemento. Mientras tanto se recibía al teniente coronel D. Manuel Blanco Valencia como nuevo jefe del grupo. Hay fuentes que manifiestan que al Grupo del 3º Tercio se le dio la misma plantilla que tenían los grupos ligeros DOT. Sin embargo en 1976 la diferencia era muy clara entre ambos: el grupo del Tercio estaba al mando de un teniente coronel y tenía un escuadrón de plana mayor y dos escuadrones ligeros, mientras que los grupos ligeros DOT seguían con la misma plantilla básica de 1965, con mando de comandante y organizados en una sección de plana mayor de grupo, un escuadrón ligero y una sección de carros ligeros en cuadro. Esta sección de carros independiente solamente la tenía activada el Grupo DOT VI. Lo que ocurrió es que entre 1977 y 1980 la estructura de los grupos ligeros DOT fue cambiando a medida que hubo nuevas com- pras de material Panhard. Fueron reorganizados para finalmente disponer cuatro años más tarde de un escuadrón de plana mayor, un escuadrón ligero

25 Dos fueron entregados al regimiento de instrucción Calatrava y tres a cada uno de los regimientos Montesa y Alcántara. Posteriormente se pudieron ver en acuartelamientos en las Vascongadas. Finalmente fueron empleadas por las fuerzas de Orden Público.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 194-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 195 y un escuadrón de carros ligeros, todo ello al mando de un teniente coronel. Pero a pesar de estas similitudes las plantillas eran distintas. El grupo del 3º Tercio tenía dos escuadrones ligeros y el nuevo grupo DOT tenía un es- cuadrón ligero y uno de carros. Lo que es cierto es que los escuadrones ligeros de ambos eran muy similares.26 De esta forma siguió disponiendo de la misma plantilla que había tenido en tierras saharianas y contaba con 14 H-90 y 12 H-60 como elemento blindado. El capitán de escuadrón disponía de una H-90 y las nuevas secciones mixtas disponían de pelotón de H-90, pelotón de H-60 y pelotón de fusileros, causando baja el pelotón de CSR.

Nuevo guión del Grupo del 3er Tercio. Ambas faces de color carmesí (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

En 1977 el teniente coronel Blanco Valencia fue destinado al Cuarto Militar y el nuevo jefe del grupo fue el teniente coronel D. Rafael Casas de la Vega hasta 1979 seguido por el teniente coronel Díaz de Figueroa hasta 1982. El grupo continuó haciendo su programa de instrucción y patrullas isleñas. Los nuevos tenientes de la escala activa ya pertenecieron a las pro- mociones de la 31ª a la 36ª. En 1980 su historial contaba ya con más de 30 años de antigüedad dependiendo del 3º Tercio. Mientras tanto en Ronda fue reactivado el 4º Tercio, como unidad de apoyo y aquellos tiempos fueron de cierta incomprensión entre autoridades y La Legión, especialmente para el 3º Tercio de Fuerteventura.

26 La reasignación de medios tras el abandono del Sáhara y nuevas adquisiciones hicieron que en 1978 dispusieran de 13 autoametralladoras (7 H-90 y 6 H-60), formando un poderoso escuadrón. Al recibir posteriormente un escuadrón de carros M-41, los grupos DOT se transformaron en una unidad una gran potencia de fuego y blindaje en cada Región Militar. Fueron todos suprimidos por el Plan META.

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Como parte de las reformas legionarias que se avecinaban, el 13 de noviembre de 1985 el Grupo de Caballería del Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión, abandonaba las tierras de Fuerteventura. Bajo el mando del teniente coronel Sanz de Merlo, 7 oficiales, 20 suboficiales y 250 legio- narios eran despedidos en Puerto del Rosario con las formalidades propias legionarias. El buque “Ciudad de la Laguna” levaba anclas y el grupo dejaba de pertenecer al Tercio en el que había estado encuadrado desde 1958. Tras su desembarco en Málaga continuaron su viaje por la serpenteante ruta se- rrana hacia Ronda, sede del reactivado 4º Tercio Alejandro Farnesio de La Legión. El 16 de noviembre, el grupo pasó a depender del Tercio rondeño y sus materiales Panhard H-90 fueron trasladados a Madrid, donde comen- zaba la solución provisional para dotar con sus torres a parte de los nuevos vehículos de exploración de caballería.

Desembarco en Málaga de las H-90

EL GRUPO LIGERO DE CABALLERÍA DEL TERCIO ALEJANDRO FARNESIO 4º DE LA LEGIÓN

Nuevamente volvían tiempos difíciles para el grupo en Ronda, dedi- cado otra vez al encuadramiento u organización de la unidad. Tampoco el Estado Mayor tenía una idea muy clara de cómo organizar y de qué medios dotar a la nueva unidad. Tras el ascenso a finales de enero del teniente coro- nel Sanz de Merlo, tomaba el mando de la caballería del 4º Tercio el teniente coronel D. Lorenzo Alonso Vicente de la 15 promoción.

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El primer año del grupo en Ronda fue difícil. Estaba acuartelado en "El Fuerte", a las afueras de la ciudad, con sus secciones disminuidas en las H-90. En febrero de 1987 el Grupo quedó acuartelado en la base de Montejaque y finalmente recibió los BMR/VEC con la torre de cañón de 20 mm que habían estado en servicio en los escuadrones ligeros de Montesa y Alcántara y disueltos por la nueva reorganización. Estos vehículos de reciente dotación a la caballería española, estaban bien protegidos, disponían de un arma muy poderosa para las misiones de re- conocimiento sobre vehículo, aunque a nuestro parecer eran demasiado vo- luminosos para constituir un pelotón de cuatro vehículos de reconocimiento sin combinarse con otros vehículos igualmente blindados pero de menores dimensiones. Las capacidades de reconocimiento pie a tierra quedaban limi- tadas, más aún cuando se suprimió el puesto de uno de los exploradores por motivos de seguridad por el giro de la torreta. Estas torres comenzaron a dar problemas con los cañones de 20 y mientras se buscaba una solución para llegar al cañón de 25, se buscaron "viejas torres conocidas" que se habían quedado sin cometido. De esta forma se aprovecharon las 90 torres de las Panhard H-90 para dotar los VEC desarmados de los regimientos Almansa y Villaviciosa.27

VEC con la torreta H-90 Panhard, seguido de VEC con torre Otto Melara y cañón de 20

27 Los VEC comenzaron a ser entregados a las unidades de caballería a partir de 1984. Dado que no se solucionaban los problemas de la torre llegaron tal y como los entregaba la factoría ENASA (Pegaso) de Valladolid. Una gran plancha de madera cubría el enorme diámetro donde iría instalada la futura torre. En 1985 los talleres de chapa del Villaviciosa “fabricaron” una tapa metálica dotada de escotilla, con un soporte de antena y otro para una MG-42. La vida cuartelera las denominó Tapa Operativa Transitoria. En 1987 se les instaló la torre de las antiguas Panhard-H-90.

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De esta manera el grupo disponía de unos medios más potentes que los que tuvo en el Sáhara y en Fuerteventura, De haber comenzado en este año las misiones internacionales muy probablemente el grupo hubiera sido sin duda la mejor unidad para encuadrar un escuadrón en las futuras Agru- paciones Tácticas expedicionarias y hubiera tenido el futuro asegurado. Sin embargo en 1986 las cosas no se veían igual. Por una parte el futuro de La Legión todavía era incierto y por otra se seguía pensando en una fuerza de proyección inmediata muy ligera. No se preveían misiones de verificación o de imposición de la paz en territorios más o menos hostiles. Fueron años de cierta incomprensión entre todas las Instituciones im- plicadas; el Estado Mayor del Ejército, el Arma de Caballería y La Legión. Estaban por entonces de moda las denominadas Fuerzas de Intervención Rápidas, en las que unidades ligeras se infiltrarían en retaguardias enemi- gas a bordo de helicópteros y en las que en principio no cabían las fuerzas dotadas con medios blindados. Y medios blindados se proporcionaron al Grupo Reyes Católicos. Más aún; estaba la pretensión de dotar al grupo con un escuadrón de carros de combate M-41 que estaban en Segovia en pleno proceso de renovación y acondicionamiento. Desde 1984 los casi 180 M-41 llenaban los patios de Segovia sin saberse muy bien lo que iba a suceder con ellos, existiendo varios proyectos, entre ellos dotarlos de un lanzador doble de misiles Tow. Este autor en una visita a la Base sobre 1988 y observando en la cadena de montaje el acondicionamiento de una veintena de M-41 con la misma configuración que ya tenían, preguntó con extrañeza cual iba a ser su destino y se le respondió que estaban destinados al grupo de caballería del Tercio. Si eso es así o fue una especulación no podemos confirmarlo. Por todas estas razones el Grupo del 4º Tercio no casaba ni con el concepto de fuerzas ligeras, ni con el concepto de caballería ligera y pocos adivinaban en el horizonte las nuevas misiones en las que se iba a implicar el Ejército español. En estas misiones serían precisas fuerzas con el menor reemplazo posible por cuestiones de otra índole. Esta fuerza, legionaria o paracaidista por su voluntariado, no estaba dotada más que de vehículos ligeros sin capacidad de protección al viejo estilo de 1965, y nadie adivinaba que la fuerza tendría que ser "blindada". Al no saberse todas estas cuestiones y seguir pensando en fuerzas muy ligeras de proyección, a juicio de muchos, sobraba una unidad de caballería blindada en las fuerzas de intervención rápida. En 1988 se ordenó la desactivación del Grupo y el 30 de junio se realizó su última formación bajo el mando del teniente coronel D. Lorenzo Alonso Vicente y la entrega de su guión al museo legionario. Los mandos fueron pidiendo destino y el último día de diciembre, los que no lo habían conseguido quedaron todos disponibles.

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Tras 20 años la Caballería dejaba de nuevo a La Legión y hay quien piensa que la disolución del grupo era la antesala de la disolución de La Legión, aunque en nuestra opinión esa situación ya se había resuelto en esa fecha. La Legión debía reformarse y realmente lo hizo "sin apenas ruido". Curiosamente el Regimiento Numancia de Barcelona, que desde ha- cía casi 10 años había recibido los M-47 E, por entonces en la mayoría de las unidades de Caballería, recibió la orden de entregar sus carros de gas-oil y recibir una veintena de carros M-41, modelo que en su día entregó a la Base de Segovia. Nadie se podía creer este cambio tan sorprendente. Sin duda había que dar destino a esos carros cuyo coste de renovación había que amortizar. En 1990 el regimiento Numancia entregó sus carros "nuevos" con cañones de 90 para cambiarlos por otros antiguos, por muy renovados que estuvieran, de calibre 75. Con ellos realizó el traslado a Zaragoza donde se iba a reunir la nueva Brigada de Caballería Castillejos II creada en 1986. Cuando en 1995 la primera expedición de la AGT. Canarias partió hacia Bosnia, y un escuadrón con 16 VEC de la Brigada de Caballería Cas- tillejos acompañó a las fuerzas de La Legión y posteriormente a otras agru- paciones, resultó ser que en La Legión no había Caballería.

Como anécdota podemos citar que la última unidad montada de La Legión fue una sección de Policía Militar legionaria para la vigilancia del campamento de Montejaque. Sus brillantes desfiles dotados con lanza en los días festivos del 4º Tercio recordaban en todo el sabor del viejo Escuadrón de Lanceros.

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Segunda parte: LA ARTILLERÍA SAHARIANA

ANTECEDENTES28

Trágicas jornadas se vivieron en Melilla en julio de 1921. El gobierno ordenó la movilización de un batallón por regimiento y el traslado de tropas regulares y legionarias que combatían por la Yebala. El batallón expedicio- nario del Regimiento de Infantería La Corona, de guarnición en Almería, salió el primero ya que tenía la ventaja de estar en un puerto a ocho horas de viaje en la ruta comercial diaria con la plaza a punto de sucumbir. Pocas ho- ras después desembarcaba Tercio y Regulares que llegaban de un largo viaje desde la Yebala y se daba consistencia a la línea defensiva. Las tropas iban llegando y el peligro de sitio quedó atrás, pero para avanzar hacia Monte Arruit donde aún resistía su guarnición, la situación era mucho más comple- ja. Batallones expedicionarios se agolpaban en los campamentos sin tener lazos orgánicos ni plantillas cubiertas, ni mandos superiores para agrupar los 40 batallones. A primeros de agosto se realizó un Consejo de Guerra de Oficiales Generales y se decidió no socorrer la plaza sitiada ya que el avance sobre Monte Arruit suponía un gran riesgo, sobre todo al no haber llegado todas las unidades para completar más de 40.000 hombres. Entre esta fuerza expedicionaria de todas las Armas y Cuerpos, llegan también grupos expedicionarios de artillería. Entre ellos un grupo del Regi- miento de Montaña nº 3.29 El regimiento se había creado en Lugo en 1893 y había recibido un estandarte con los colores nacionales, lo que entonces fue una novedad puesto que la Artillería había conseguido el privilegio (junto a Ingenieros) de mantener los antiguos estandartes morados y solamente los regimientos de nueva creación se iban adaptando a la norma promulgada en 1844. Sin embargo los escudos bordados tenían los diseños antiguos y además estaban orlados con motivos artilleros.

28 CAMPO LOARTE Enrique: Revista Ejército, nº 874, 2014. Además de estar reflejada la historia de la artillería legionaria en diversos artículos de la Revista de La Legión, el teniente coronel Campo Loarte firma un artículo muy detallado sobre su historia en esta Revista. 29 Las primeras unidades de artillería de montaña se crearon en 1837 con el nombre de brigada que por entonces se daba a una unidad de cuatro baterías al mando de un comandante. En 1860 se pasó a la denominación de regimiento y en 1875 estaban organizados el 1º en Barcelona, el 2º en Madrid y el 3º en Vitoria, quedando posteriormente el de Madrid reformado. En 1893, con la nueva organización militar, pasaron a de nuevo a tres, por lo que se creó el nuevo nº 3 de montaña en la plaza de Lugo.

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Estandarte del 3er Regimiento de Montaña (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

Fue dotado de la pieza de montaña de 8 centímetro proyectada por el entonces teniente coronel D. Augusto Plasencia aunque tuvo que ser cons- truida por la casa Krupp al no contarse en España con la técnica del acero. Con un alcance de unos 3.000 m participó en la 3ª Guerra Carlista y podía ir a lomo o en "limonera".30 Todavía se pudo ver el cañón de 8 cm. en algunos pasajes de la guerra civil como por ejemplo en los primeros días de 1936 en La Coruña o en Irún. Estas piezas fueron sustituidas a partir de 1895 por el cañón de montaña Krupp de75, de acero y tiro rápido M-1896 para la campaña de Cuba. Su poderoso cañón era muy inestable ante la ligereza de la cureña y pronto también fueron sustituidos por las piezas montaña Sch- neider de 7 cm. Md. 1908 de dotación en los tres regimientos de montaña peninsulares y en los grupos de montaña de los regimientos de Ceuta y Me- lilla. El regimiento se había trasladado a La Coruña en 1899. El grupo expedicionario coruñés estaba al mando del comandante D. Leoncio de Aaspe Vaamonde y estaba formado por la 3ª, 4ª y 6ª baterías al mando de los capitanes Quiroga y Losada, Casado Veiga y Argudín Zaldi- vea. Embarcaron en La Coruña el 26 de julio de 1921 en el buque Antonio de Satrústegui y llegó a Melilla el 30 de julio. También llegaban tres grupos más de los regimientos 4º Ligero en Granada, 1º de Montaña en Barcelona y del Mixto de Ceuta.

30 SÁNCHEZ GÓMEZ, Félix: El Arma de Artillería en el reinado de Alfonso XII. Ministerio de Defensa, 1991.

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Reorganizadas todas las fuerzas, ajustados los mandos y puestos al completo de carros, carruajes, pertrechos y ganado, las tropas se pusieron en movimiento. Las Banderas Legionarias tuvieron en casi todas las ocasio- nes el apoyo directo de estas baterías, siendo felicitados por los respectivos mandos. Parece que el mismo Franco escribió en su libro Diario de una Bandera: "Estas baterías gallegas son la Artillería de La Legión", frase que se extendió a las nuevas baterías de otras rotaciones que apoyaron a las fuerzas legionarias en los sucesivos combates. Finalizada la campaña, cam- biados los materiales por el Schneider 105/11 y ganada la Medalla Militar, el grupo regresó a La Coruña. La reforma republicana de 1931 produjo la disolución de este regimiento.31

LAS BATERÍAS TRANSPORTADAS

Como se ha expuesto anteriormente finalizada la campaña de Ifni/ Sáhara quedó La Legión reorganizada con los nuevos 3º y 4º Tercios Sa- harianos de La Legión. La posibilidad de que en estos Tercios se formasen Agrupaciones Tácticas hizo que cada uno dispusiera de un grupo de caballe- ría ya estudiado, y una batería de artillería. Realmente los Tercios Legionarios disponían desde 1940, además de las doce compañías de sus respectivas banderas, tres compañías más. Una de cañones de infantería (acompañamiento), otra de cañones contracarro y otra de ametralladoras antiaéreas que formaban las compañías 13ª, 14ª y 15ª de cada Tercio, que al crearse las compañías de plana mayor tomaron los números 16ª, 17ª y 18ª. Los nuevos Tercios saharianos no organizaron estas compañías y se trató de buscar para las nuevas baterías la pieza que más se asemejara al cañón de acompañamiento, por entonces un 75/13 ya casi en desuso. De esta manera fue elegida la pieza de 105/11, obús de montaña ya empleado en el fin de la guerra de África y en la guerra civil y que por 1959 seguía de dotación en diversas unidades ya finalizando su vida operativa. Una de ellas era el Regimiento Mixto de Artillería nº 93 de guarnición en Tenerife.

31 Las tropas de montaña quedaron reorganizadas en dos brigadas mixtas en ambos extremos pirenaicos, por lo que solamente eran necesarios dos regimientos de montaña, el nº 1 de Bar- celona y el nº 2 de Vitoria, ambos dotados con dos grupos de 24 piezas Schneider de 105/11. Esta pieza también dotaba con la misma organización a los regimientos de Ceuta, Melilla y alguna unidad menor más.

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La pieza no disponía de ruedas neumáticas y a nada que se sepa algo del desierto o de campo en general, su remolque más allá de distancias de desfile o de cambios de asentamiento era imposible. Esta circunstancia ya se había visto en la guerra civil, donde por una parte se fabricaron unos ca- rrillos elásticos para piezas de campaña en largos recorridos y por otra fue muy común ver las piezas de este calibre subidas sobre camiones, tal y como se puede ver en documentos gráficos de la columna anarquista que salió de Barcelona para la conquista de Zaragoza. De esta forma nacieron las baterías denominadas transportadas, con sus tablones y eslingas para poder subirlas sobre camiones. Así eran de- nominadas en los diarios oficiales donde se publicaban sus vacantes y sus destinos. La tropa legionaria designada para estas baterías se había trasla- dado al regimiento de artillería 93º de Tenerife que disponía de un grupo con este material para instruirse durante dos meses. Mientras los legionarios hacían sus primeros ejercicios de tiro se publicaron las vacantes de cuadros de mando en las mismas fechas que los de caballería. La 1ª batería llegaba a Cabeza de Playa el 16 de diciembre recién destinados sus mandos artilleros. Sus primeros capitanes fueron D. Ricardo Fortún Sanz, diplomado de EM, para la primera batería y D. Manuel Méndez Encinas para la segunda, con tres subalternos por batería.

Batería legionaria (foto, Manrique, a través de Óscar Bruña)

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A finales de 1963, debido a la disolución de las "Agrupaciones legio- narias" dentro de los Tercios, por Instrucciones generales internas quedaba disueltas las dos baterías legionarias. Sus obuses de 105/11 quedaron inte- grados en la nueva Agrupación de Artillería del Sáhara, con una batería en Aaiún y otra en Villacisneros y una batería antiaérea.32 Pero no fueron los últimos legionarios "artilleros". En 1975 el Regi- miento Mixto de Artillería 95 (heredero de la antigua Agrupación del Sáha- ra), tuvo que utilizar todas las piezas disponibles incluidas las que estaban en parque. Ante la carencia de camiones orgánicos, el Tercio agregó varios camiones con sus correspondientes conductores, al menos para una de las baterías. Estos fueron los últimos legionarios artilleros del Sáhara.33

1975. La artillería del Sáhara regresa a los métodos de las baterías transportadas. Último componente: el conductor legionario

32 El Regimiento de artillería 19º de la División de Caballería (llamado cariñosamente 19º a caballo) dejó los caballos en 1950 y desde ese año se podía ver en los desfiles de Madrid sus nuevas piezas de 105/26 Reinosa modelo 1943 remolcadas por Triumpys. Estas piezas eran evidentemente españolas aunque estaban inspiradas en el LeFh-18 alemán. Para la campaña del Sáhara llevó un grupo de dos baterías a las que podemos ver en un No-DO de marzo de 1959 en Aaiún En la filmación aparecen dos de los cuatro montajes antiaéreos de 12,70, que también fueron llevados al territorio, observando que los montajes van directamente subidos en las cajas de los camiones. 33 En 1973 llegaron al Sáhara dos baterías de montaña de 105/14 Otto-Melara para sustituir a las 105/26, muy castigadas por el polvo que se introducía en los bujes del tren de rodaje. En unas maniobras de 1972 las baterías recorrieron 1.000 Kms. en menos de una semana. Con el 105/14 se pudo volver a subir a las piezas sobre los camiones como en las antiguas transportadas.

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Tercera parte: LAS NUEVAS UNIDADES LEGIONARIAS EN 1995

Consideraciones generales

La intervención legionaria en 1992 y 1993 en las dos primeras Agru- paciones de intervención en el exterior bajo la boina azul de la ONU pro- dujeron que gran parte de las suspicacias contra La Legión por gran parte de sus tradicionales detractores quedasen poco a poco en el olvido. Quizá quedaba pendiente hacer una mejor racionalización de su estructura y podría organizarse una brigada completamente legionaria con dos Tercios, dejando los otros dos en sus tradicionales plazas de Ceuta y Melilla. En 1995 comenzaba a ponerse en práctica el denominado Plan Norte que articulaba la Fuerza en cuatro grandes grupos: La Fuerza de Maniobra, La Fuerza Movilizable, la Fuerza de Defensa de Área y la Fuerza Específica de Acción de Conjunto. Dentro de la Fuerza de Maniobra se creó la Fuerza de Acción Rápida donde se encuadrarían tres brigadas "pie a tierra". Ya se contaba con una brigada aerotransportable y otra paracaidista, por lo que se decidió crear una tercera haciendo una reorganización legionaria. Esto evidentemente era nuevo pues la brigada legionaria, como cual- quier otra, debería ser dotada de la misma estructura y de los mismos apoyos. Ahora tendría que haber legionarios artilleros, de ingenieros, de transmisio- nes, y de unidades logísticas. Debido a la existencia de la brigada motori- zada XXIII en el campamento de Viator, Almería, se decidió que gran parte de la brigada legionaria tuviera sus instalaciones en este acuartelamiento. Para ello solamente se disolverían los cuatro batallones de infantería, de los que uno era un magnífico batallón de carros M-48 A/5, y se mantendría la estructura de apoyos de fuego, combate y logísticos. El 1 de junio de 1995, el Mando de La Legión, heredero de la antigua Subinspección de La Legión, se trasladó de Málaga a Almería y se consti- tuyó la Brigada de La Legión “Rey Alfonso XIII”. Para organizarla se tras- ladaría desde Fuerteventura al 3º Tercio de La Legión con sus Banderas VII y VIII, mientras que en Ronda, en el 4º Tercio, quedaría la X Bandera como tercer batallón de maniobra de la nueva brigada. Quedaba por organizar los apoyos de la brigada y no se perdió mucho tiempo en pensar cómo hacerlo. Aunque no todas las opiniones fueron uná- nimes la decisión se decantó por constituirlas inmediatamente y ya habría tiempo de hacer los ajustes precisos. Y así, de esta forma, el Grupo de Ar- tillería, el Batallón Mixto de Ingenieros y el Grupo Logístico de la Brigada XXIII cambiaron sus uniformes el 3 de julio de 1985. Solamente quedaba por crear el Batallón de Cuartel General que posteriormente obtuvo el privi- legio de denominarse Bandera.

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En enero de 1996 llegaron las dos banderas legionarias y para enton- ces las antiguas unidades de la XXIII ya tenían seis meses de instrucción le- gionaria tutelada por la compañía de cuartel general que se había trasladado en junio con el general jefe y que realmente era la única tropa legionaria en Almería hasta el momento. La nueva Brigada Ligera “Rey Alfonso XIII”, II de La Legión, ya estaba constituida. Como se ha expresado, la Brigada de Infantería Ligera “Rey Alfonso XIII”, II de La Legión, quedaba dependiendo orgánicamente de la denomi- nada Fuerza de Acción Rápida, con cuartel general en Madrid y que integra- ba además a la Brigada de Infantería Ligera VI, paracaidista y a la Brigada de Infantería Ligera VII, aerotransportada. Como unidad de caballería, la FAR encuadraba orgánicamente al Regimiento de Caballería Ligero Lusi- tania nº 8. No llegaba a constituirse formalmente una división aunque hubo sus pretensiones. La experiencia de las primeras agrupaciones expedicionarias a los Balcanes hizo ver muy pronto que en estas misiones era evidente que las fuerzas desplegadas tenían que ir "protegidas" por lo que el concepto de fuerza ligera como aquella que sería empleada trasladada en medios aéreos o helicópteros a su área de actuación dejaba de ser prioritaria. Ahora las bri- gadas "profesionales" tenían que cambiar sus métodos de instrucción para comenzar con la instrucción de medios blindados, comenzando la enseñanza de estos materiales. Esto no era nuevo para las entonces denominadas Ban- deras Mecanizadas de los Tercios 1º y 2º, pero si lo era para las banderas del 3º Tercio por entonces en Fuerteventura. La Legión se adaptó a esta nueva forma de actuación con las deno- minadas "Banderas Ligeras Protegidas", del 3º Tercio, curioso artificio del EME para dotarlas en permanencia con medios blindados de ruedas sin ser oficialmente una unidad "mecanizada", propia de la División Mecanizada. En cualquier caso, todas las unidades del ejército español ya se adiestraban con estos medios, fueran paracaidistas, montañeros, aerotransportados, isle- ños o regulares, ya que desde el año 2000 todo el ejército español era profe- sional y todos se relevaron en las misiones para repartir riesgo y gloria. Esto alcanzó igualmente a las Fuerzas de Defensa de Área, organizadas inicial- mente para defender su área geográfica. Incluso alcanzó a los artilleros que para no faltar a estas misiones constituyeron una sección de fusiles dentro de una compañía.34

34 El artificio para denominar a las Banderas VII y VIII “protegidas” fue dotarlas de vehículos BMR, solamente para los fusileros de las compañías, quedando las secciones de armas con sus medios en los vehículos ligeros que ya disponían. De esta forma los BMR tomaban el “papel” de vehículos de transporte.

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Grupo de Artillería

Oficialmente fue constituido el 1 de junio de 1995 y fue su primer jefe legionario el teniente coronel Francisco Nieto Villegas. Su composición orgánica no tuvo variaciones. Organizado con una batería de Plana Mayor y tres baterías de seis obuses. El Grupo XXIII estaba dotado inicialmente del obús Reinosa de 105/26 ya en sus versiones de los años 50, en las que el pri- mitivo recuperador situado por encima del tubo (que lo hacía muy semejante al obús norteamericano M-101, denominado también M-2A-1) se integraba en la cuna por debajo del tubo y se le instalaba un freno de boca. Desde la organización de 1965 fue la artillería orgánica de todas las brigadas y fue la pieza artillera española por excelencia con unas 900 piezas fabricadas, muchas de ellas todavía en uso al albor del nuevo milenio. Esta pieza ha sido escuela para todos los oficiales del ejército español cuando realizaban el ciclo de instrucción de batería en el segundo año de la Academia General Militar. Sin embargo las otras dos brigadas ligeras, la aerotransportada y la paracaidista estaban dotadas de la pieza de 105/14 Otto Melara a las que ya hemos hecho referencia, por ello y aprovechando las disoluciones de las di- visiones de Montaña, el nuevo grupo legionario recibió las piezas italianas. A partir de 1997 esta pieza fue sustituida en las tres brigadas de la Fuerza de Acción Rápida por el cañón ligero remolcado L-118 Light Gun de origen británico. Este cañón fue estrenado en la Guerra de las Malvinas en 1982, tiene una trayectoria tensa y aumenta el alcance teórico desde los 10 Kms. que tenía el Otto Melara hasta los 17 kms., aunque a cambio pasó de los 1.200 kilos hasta los 1.900, prácticamente el mismo del obús tradicional español del 105/26. Evidentemente este grupo tiene un doble historial. Uno de ellos institu- cional por el cual asume todos los hechos de la baterías legionarias entre 1958 y 1963 y sus antecedentes "gallegos". Sin embargo su línea orgánica le hace proceder del Grupo XXIII cuyo origen está en uno de los grupos del nuevo Regimiento de Artillería nº 15 que fue trasladado de Cádiz a Almería.35 En el primer guión del grupo figuraban los clásicos cañones del Arma (cuatro en aspa) con el Sol de Portocarrero almeriense y un galgo. Hay

35 Hubo un primer Regimiento de Artillería nº 15 creado en 1940 en Ronda, orgánico de la división de Infantería nº 22 disuelta en 1960, por lo que el regimiento rondeño quedó disuelto. En 1965 se creó en Cádiz un nuevo regimiento de Artillería nº 15 orgánico de la Brigada de Reserva por transformación del Regimiento de Artillería nº 9 “disuelto” en Melilla. En 1976 su II Grupo se trasladó a Almería. Este grupo fue denominado XXIII cuando en 1985 la Brigada de Reserva se transformó en Brigada Motorizada XXIII.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 207-216. ISSN: 0482-5748 208 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO fuentes que asumen la presencia del galgo con las unidades ligeras. Creemos que no es cierto ya que ninguna brigada ligera tiene el galgo en su heráldica. Sin embargo el citado galgo tiene una existencia histórica ya olvi- dada, puesto que procede de la heráldica de la anterior Brigada de Infantería de Reserva y que finalmente se transformó en la Brigada Motorizada XXIII y así lo podemos constatar con el escudo del Batallón de Ingenieros X de la citada brigada en sus tiempos gaditanos.36 Posteriormente el Grupo recibió su nuevo diseño heráldico que es el que ostenta actualmente y en consonancia con las demás denominaciones ha quedado como Grupo de Escudo del Grupo de Artillería. Artillería II de La Legión. Sección Heráldica del Instituto de Historia y Cultura Militar, IHCM Ingenieros de La Legión

Los ingenieros de La Legión proceden del Batallón Mixto de Ingenie- ros X de guarnición en Cádiz bajo dependencia de la Brigada de Reserva. Este batallón se trasladó a Almería en 1976 con dependencia de la misma brigada, reorganizada y reunida en Viator. En 1985 se transformó en el Ba- tallón Mixto Ingenieros XXIII.37 Hasta la llegada del Plan Norte las unidades de zapadores y transmi- siones de las brigadas estaban formadas por un batallón mixto. Sin embargo, las nuevas disposiciones sobre las Transmisiones separaron ambas ramas pero dentro de la misma Arma de Ingenieros. El Arma de Ingenieros, como

36 Esta justificación de piezas heráldicas proviene de la sección de heráldica del Instituto de Historia y Cultura Militar que lo exige. Esto produce que las unidades asignen a sus piezas y colores una simbología un tanto curiosa sin mayor apoyo que no sea el sentimental para que de esta manera el escudo sea aprobado. En este caso decir que el galgo es característica de una unidad ligera es una justificación cierta, pero no del todo, ya que oculta que realmente el galgo es heráldica heredada de una unidad anterior, que ya nadie recuerda y que es realmente su auténtica justificación. 37 El Batallón Mixto de Ingenieros de la Brigada de Reserva, creada en 1965, tomó el número X por numerarse a continuación de los nueve batallones de ingenieros de las Brigadas DOT. Por ello en su heráldica inicial aparece el escudo de Cádiz con Hércules abriendo las columnas y el galgo anteriormente aludido con la Rosa de los Vientos.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 208-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 209 todas las demás, por entonces perdía tal denominación, por el anodino nom- bre de "Especialidad Fundamental". La separación a que hemos hecho alusión tuvo como efecto que, en las primeras plantillas de Ingenieros, figurasen la Unidad de Zapadores nº 2 y a la Unidad de Transmisiones nº 2, denominaciones nuevas y extrañas en el ejército español. Ambas eran de entidad de las antiguas compañías estando la primera bajo mando de un comandante que actuaba como jefe de ingenieros de la brigada y la segunda bajo mando de un capitán. Con los años estas estructuras se han ido modificando y de esta forma la primera pasó a denominarse batallón de zapadores, al mando de un te- niente coronel, que muy pronto pasó a ser conocida como Bandera de Zapa- dores. Por su parte la unidad de transmisiones recuperó su antiguo nombre de compañía de transmisiones, atravesando por distintas dependencias, bien directamente del mando de la brigada o bien formando parte orgánica de la bandera de cuartel general. Desde los años de la creación de los ingenieros legionarios hasta la fecha han evolucionado profundamente, por lo que además de sus clásicas misiones de franquear o instalar obstáculos, tienen unas unidades muy es- pecializadas sobre todo en la desactivación de explosivos, una de las tareas más difíciles que se han tenido que desarrollar en el curso de las operaciones en el exterior. Por su parte la compañía de transmisiones dejó atrás los an- teriores equipos de finales del siglo XX y se abre al nuevo siglo con una tecnolo- gía que permite asegurar el ejercicio del mando adaptándose a las circunstancias más adversas posibles. En enero1999 la Unidad de Zapa- dores recibió su primer guión, así como el banderín para su compañía en la loca- lidad de Olula del Río, cuya corporación municipal hizo la correspondiente dona- ción. Con el tiempo la nueva Bandera de Zapadores ha recibido su nuevo guión, donde curiosamente aparece en su parte inferior el tradicional galgo de la antigua Brigada de Reserva transformado en un Unidad de Zapadores de La Legión lince. (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé)

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 209-216. ISSN: 0482-5748 210 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO

Grupo Logístico

Procede directamente del Grupo Lo- gístico XXIII al crearse dicha brigada en 1987, ya que la anterior Brigada de Reserva se apoyaba, como todas las Brigadas DOT, en los órganos logísticos regionales. Su or- gánica era igual a la de los grupos logísticos de todas las brigadas. En el nuevo milenio hubo ligeros cambios de orgánica, por lo que el Gru- po Logístico II de La Legión ha quedado formado por Mando y Plana Mayor, Com- pañía de Mando y Personal, Compañía de Abastecimiento, Compañía de Manteni- Grupo Logístico de La Legión (dibujo de Juan Álvarez Abeilhé) miento, Compañía de Transporte y Compa- ñía de Sanidad. Los cambios producidos en el Ejército Español en el nuevo milenio hace que mucho de los materiales del Grupo Logístico nada tengan que ver con aquellos con los que el grupo inició su andadura. La heráldica del grupo es similar al de muchas unidades logísticas, con su campo en sinople (verde), la pica legionaria, mientras que el clásico yelmo de escudero de las unidades logísticas ha sido sustituido por el clásico morrión español del siglo XVI.

Bandera de Cuartel General

Brigadas y divisiones siempre tuvieron bajo el mando directo del ge- neral una compañía del Cuartel General. La Legión, como institución bajo el mando de un general de brigada también tuvo la suya desde sus tiempos africanos o desde su traslado a Madrid como Subisnspección, o como Man- do de La Legión posteriormente en Málaga. Sin embargo con la implantación del Plan Norte, debido a que en brigadas y divisiones pasaron a disponer de unidades de inteligencia y uni- dades de NBQ, se decidió crear una unidad tipo batallón que agrupase estas unidades, así como otras unidades tipo compañía independientes, como la compañía de defensa contracarro de cada brigada y que de esta forma fueran administradas orgánicamente desde un batallón y no directamente desde el Cuartel General.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 210-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 211

De esta forma nació el Batallón de Cuartel General de La Legión que pronto fue denominada Bandera de Cuartel General. Nuevas reorganizacio- nes cambiaron la estructura de sus unidades origi- nales, muchas de las cuales tuvieron entidad tipo compañía. A su vez la Compañía de Transmisiones quedaba como unidad independiente que años des- pués volvería a la Bandera. Con todos estos cambios la Bandera ha quedado estructurada en Mando y Plana Mayor, Compañía de cuartel General, Compañía de Inteli- Bandera Cuartel General gencia, Compañía de Defensa NBQ, Compañía de (dibujo de José Luis Rodríguez Ossorio) Transmisiones, Compañía de Defensa Contracarro, Sección de Policía Militar y Unidad de Música -a la que se agrega la Banda de Guerra formada por componentes de todas las unidades de la Brigada-.

GRUPO LIGERO ACORAZADO DE CABALLERÍA REYES CATÓLICOS II DE LA LEGIÓN

Tuvieron que pasar otros 20 años sin que La Legión dispusiera de su Caballería. El concepto de Fuerzas Ligeras entre las que se encontraban la Bri- gada Paracaidista, la Aerotransportable y la Legionaria se iba transformando según se incrementaban las misiones de paz que habían comenzado en 1992. Pero todo ello no hacía necesario crear de nuevo un Grupo de Caba- llería para la brigada legionaria, ya que por entonces ninguna de ellas tenia caballería orgánica. La organización del Plan Norte había determinado que el regimiento Lusitania fuera la unidad de caballería que formase parte de la estructura orgánica de la FAR. Tuvo que venir una reorganización gene- ral posterior, que suprimió la gran unidad división y a su vez reorganizó la caballería que tuvo como efecto la inclusión de un grupo en cada una de las brigadas. De esta forma se generó la reorganización de la caballería que no es objeto de este trabajo.38

38 Confusas y complejas fueron las reorganizaciones del Ejército español tras el año 2000. La FAR y la división mecanizada fueron disueltas tomando el anodino nombre de Fuerzas Ligeras y Fuerzas Pesadas al mando de generales de división. Desde este momento y con la supresión de otras organizaciones de mando, las brigadas quedaban independientes y en todas ellas se incluyó un grupo de caballería de dos escuadrones. Tras una decena de años y dado que en los organismos internacionales nadie entendía tan extraña organización, Fuerzas Ligeras y Fuerzas Pesadas se organizaron como dos divisiones de nueva creación que dispone el ejército español actualmente.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 211-216. ISSN: 0482-5748 212 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO

Para la creación del nuevo grupo, la IG 5/2007 dictó que con el II grupo del disuelto Regimiento de Caballería Numancia nº 9 se constituyera el grupo de caballería legionario. Hubo un momento en que por nostalgia zaragozana se pensó darle un nombre asociado al regimiento disuelto pero finalmente se impuso la lógica. El Grupo era legionario y recuperaba su guión con las Armas de los Reyes Católicos que, desde 1925, con sus modi- ficaciones, siempre tuvo en sus guiones hasta su última disolución. Estaba claro que su denominación tenía que responder a su tradición legionaria y así fue denominado Grupo de Caballería de Reconocimiento Reyes Católi- cos de la Brigada Alfonso XIII II, de La Legión. Como consecuencia Real Decreto 416/2006 de Organización y Des- pliegue de la Fuerza, de 11 de abril de 2006, se creó el Grupo de Recono- cimiento y a finales de 2007 se trasladaban los primeros componentes de la nueva unidad desde Zaragoza a Ronda. El 1 de enero de 2008 quedaba formalmente constituido el grupo bajo el mando del teniente coronel D. José Luis Sánchez Martínez-Falero y recuperaba su guión.39 El grupo fue dotado de los VEC con cañón de 25 y los vehículos Cen- tauros con un poderoso cañón de 105, quedando a la espera de recibir los nuevos vehículos de adquisición de información. Las posibilidades de estos medios aumentaron en gran medida las capacidades de la brigada. El grupo, aunque acuartelado en la base de Montejaque, no era una unidad orgánica del 4º Tercio sino que dependía directamente del lejano cuartel general de la brigada en Almería. Tras la marcha de Martínez-Falero tomó el mando el teniente coronel Juan Luis Sanz y Calabria, hijo del teniente coronel que trasladó el viejo Grupo del 3º Tercio a Ronda en los lejanos días de 1985. Reorganizaciones posteriores de las unidades de caballería en las dis- tintas brigadas, trataron de igualar las nomenclaturas de todos los grupos. El término de "reconocimiento" aplicado inicialmente, aunque fuera completa- do con el término de caballería, fue finalmente eliminado, a nuestro entender con acierto, ya que no se puede confundir una misión de la caballería con todas las que puede realizar el Arma. Además, aunque la organización de los grupos de todas las brigadas era la misma, la caballería volvía a las deno- minaciones de ligero acorazado y acorazado que, a nuestro entender fueron

39 Hemos encontrado también alguna disparidad en los guiones del Grupo desde sus tiempos de Fuerteventura, sobre todo en el número de flechas y en a las abrazaderas alrededor del asta. Aunque no afecta en forma alguna a su simbología, hay guiones con cinco flechas y otros con nueve, así como distinto número de abrazaderas. Hemos observado que el Grupo desfila con un guion, pero en su Panhard H.90 también desfila un guion que es el original en depósito en el Museo de La Legión de Ceuta.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 212-216. ISSN: 0482-5748 LAS OTRAS UNIDADES LEGIONARIAS 213 muy confusas desde 1985 incluso hasta hoy. La diferencia que observamos entre lo ligero acorazado y lo acorazado es que los primeros disponen de VEC y de Centauros de 27 tm con un cañón de 105 y los segundos de los mismos VEC y de carros Leopardos de 60 tm con cañones de 120. Los gru- pos dotados de Centauros estaban integrados en las brigadas ligeras y los dotados de carros de combate en las brigadas pesadas. Aquellos que eran independientes tomaron la numeración de su brigada.

Centauro y VEC con torre TC-25 de dotación en el Grupo Reyes Católicos De esta forma el grupo legionario fue denominado definitivamente como Grupo Ligero Acorazado de Caballería Reyes Católicos II, de La Le- gión. Su plantilla cuenta con 24 oficiales, 59 suboficiales y 225 damas y caballeros legionarios.40 Su organización es: − Mando. − Escuadrón de Plana Mayor: • Sección de mando y transmisiones. • Sección de abastecimiento. • Sección de mantenimiento. • Equipo de asistencia sanitario. − 2 Escuadrones ligeros acorazados con: • Tres secciones ligeras acorazadas (pelotones de VEC y de Cen- tauros). • Sección de exploración y vigilancia (nuevo vehículo VERT). • Pelotón de morteros pesados con dos piezas. Con esta plantilla el Grupo de Caballería tiene las máximas capacida- des para facilitar el la vigilancia, el reconocimiento y la potencia de fuego necesaria para poder cumplir con las misiones de la caballería en beneficio de la Brigada de La Legión.

40 Su plantilla está formada por un teniente coronel, 3 comandantes, 7 capitanes, 13 tenientes, 1 suboficial mayor, 6 subtenientes, 10 brigadas, 11 sargentos primeros, 31 sargentos, 3 cabos mayores, 16 cabos primeros, 90 cabos y 116 legionarios.

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LOS OTROS LEGIONARIOS

Pero no solamente han existido legionarios de Armas combatientes distintas a la Infantería. Desde su creación, como todo cuerpo armado, ha dispuesto de todos los elementos de los Cuerpos de los Servicios así como otros elementos inherentes a la propia legión. Ya en sus primeras plantillas constan un médico en la plana mayor del Tercio y cada Bandera contará con un médico, un veterinario y el per- sonal contratado de las clases de herradores, forjadores y silleros. Todavía no existe una unidad de Música, pero cada compañía dispone de las plazas correspondientes de cornetas, tambores y educandos para poder formar sus respectivas Bandas de Guerra. Las plantillas de 1925 ya disponen de una unidad de música en la plana mayor del Tercio con un oficial director y 19 clases de tropa músi- cos. Cada una de sus dos Legiones centralizan en su plana mayor, tres ve- terinarios y un capellán y en cada una de sus Banderas dos médicos, y las clases contratadas de dos armeros, dos herradores, un forjador y un sillero/ guarnicionero. Médicos y capellanes, por su cercanía a la línea avanzada en los momentos más duros del combate, formaron parte eterna de la his- toria de La Legión, alcanzando algunos de ellos la más alta condecoración española. Reorganizado el Tercio en tres unidades tipo regimiento en 1939, cada uno de ellos dispuso de su propia Música como ocurría en todos los regimientos de la infantería española. Poco a poco las músicas fueron disminuyendo en su número y pasaron a depender de los gobiernos militares aunque agregadas a uno de los regimientos. Para La Legión quedó una sola que se agregó al Tercio Duque de Alba. Posteriormente se trasladó a Málaga al Mando de La Le- gión y posteriormen- te a Almería donde se ha transformado en la Unidad de Música de la Brigada de La Legión, manteniendo cada Tercio su Banda de Guerra. Fotograma de la película francesa “La Bandera”, 1935. Formación en Dar Riffien

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Con independencia del Escuadrón de Lanceros, el Tercio de 1925 su- maba en números redondos de 150 caballos de oficial y 700 mulos. Todos los oficiales de compañía eran plazas montadas como puede apreciarse en la película francesa “La Bandera”, rodada en 1935, con una secuencia impre- sionante de una formación en el patio de armas de Dar Riffien. Pero hay más componentes de La Legión, tal cuales fueron las mu- jeres que siguieron a sus filas como siguieron a los viejos Tercios, como cantineras y cuidadoras. Muchas fueron famosas y algunas fueron filiadas con derecho a camisa legionaria, incluso recibieron galones y condecora- ciones pues nunca abandonaron a los legionarios en primera línea de fuego. El general Dávila nos relata hechos de algunas de las más conocidas como Juana Miró fotografiada en el desembarco de Alhucemas, Rosario Vázquez, o Rosetta Holdria. También se nos relata el alistamiento del legionario Pedro Pérez que realmente era Petrita. Finalmente nos habla de la “Peque” que siguió a La Legión desde el inicio de la guerra y sus restos descansan desde 1999 en el panteón legionario del acuartelamiento García Aldave. Hoy las mujeres forman parte de La Legión, primero como oficiales médicos y posteriormente en todos los puestos en plantilla. Todos aquellos denominados en las plantillas de hace 100 años como “contratados” forman hoy el Cuerpo de Especialistas del Ejército de Tierra y se integran en las unidades como un elemento más, por lo que forman parte inherente a La Legión.

CONCLUSIÓN

Desde aquellos primeros jinetes del Escuadrón de Lanceros, hemos seguido la trayectoria de los grupos de caballería y baterías saharianas, para llegar finalmente a nuevas unidades legionarias de apoyo de fuego, combate y logístico de la Brigada de La Legión. A ellos se suman los componentes de Cuerpos y Servicios como los médicos, veterinarios, capellanes y “con- tratados”. Todo ellos complementaron de una u otra forma a la fuerza básica de la infantería legionaria, desde sus primeros tiempos, como Tercio, hasta la creación de unidades regimentales en los cuatro Tercios legionarios ac- tuales.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 215-216. ISSN: 0482-5748 216 JESÚS MARTÍNEZ DE MERLO

FUENTES DOCUMENTALES

Colecciones Legislativas Diarios Oficiales Revista Ejército Revista de La Legión Memoriales de Caballería Instrucciones Generales del EMC y del EME Reglamentos y Orientaciones para el combate de Unidades de Caballería Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM): Subdirección de Estudios Históricos: Historiales de los Cuerpos Archivos Militares Bibliotecas Militares Páginas web legionarias Páginas web saharianas Otros foros de historia militar

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 216-216. ISSN: 0482-5748 Legionary basis, barracks, camps, forts and detachments, by Mr. Ar- turo LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO, Infantry Colonel (retired)

Revista de Historia Militar I extraordinario de 2020, pp. 217-288 ISSN: 0482-5748 RHM.06 Bases, acuartelamientos, campamentos, fuertes y destacamentos de La Legión, por don Arturo LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO, coronel de Infantería (retirado)

BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y DESTACAMENTOS DE LA LEGIÓN

Arturo LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO1

RESUMEN

El presente artículo aborda un somero estudio de las Bases y Destaca- mentos que ha utilizado La Legión desde su fundación hasta nuestros días. Lógicamente son cientos de ellos y resulta materialmente imposible hacer una reseña de todos. En un principio se trata de determinar el porqué del estudio de esas instalaciones, que tienen de diferente a los de otra unidades, que los ha he- cho peculiares y porqué siempre han estado los legionarios tan orgullosos de sus cuarteles. De la cuna de La Legión en Dar Riffien hasta la base más moderna de la actualidad hay una constante evolución, que va algo más allá de lo puramente arquitectónico, tratando de adaptarse a las necesidades de cada momento pero sin olvidar lo que nos dice nuestro Credo, el Espíritu de Acudir al fuego y el que nos marca el de Sufrimiento y Dureza,… “trabajará en lo que le manden”. Se trata los acuartelamientos y campamentos que tuvo La Legión en sus primeros años de creación por todo el Protectorado de Marruecos y como quedó después de la independencia de ese territorio y la creación de los cuatro Tercios.

1 Coronel de Infantería (retirado). [email protected]

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 217-288. ISSN: 0482-5748 218 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

A continuación la época de Ifni/Sáhara y sus Tercios, hasta llegar al final de la estancia de La Legión por aquellas tierras. Ceuta, Melilla y Fuer- teventura, con sus Tercios, hasta la aparición de nuevo del 4º Tercio en Ron- da y la BRILEG en Almería. La participación de La Legión en las misiones internacionales, con un nuevo modelo de Base/Campamento finaliza el presente artículo. PALABRAS CLAVE: Acuartelamiento, campamento, base, destaca- mento, fuerte, fundación, legionario, Tercio, Banderas, Sahariano, organiza- ción, creación, despliegue, poblado legionario, el credo legionario.

ABSTRACT

This article presents a brief study of the Bases and Detachments em- ployed by the Legion from its foundation to our days. Of course, there are hun- Retrato de Alfonso XIII dreds of them and it is physically impossible to make an outline of all of them. en uniforme legionario Firstly, we will try to determine the reason for studying these facilities, which difference do they have from those of other units, what has made them peculiar and why the legionaries have always been so proud of their barracks. From the Legion´s cradle in Dar Riffien to the most modern contem- porary base there is a constant evolution, which goes something beyond the purely architectural fact, trying to adapt to the needs of each moment but without forgetting what our Creed tells us, the Spirit of Answering to the fire and the one that sets that of Suffering and Hardness, ... “he will work in whatever they order him”. We deal with the barracks and camps the Legion had in its first years of formation throughout the Protectorate of Morocco and how they stood after that territory´s Independence and the formation of the four “Tercios”. Then comes the Ifni/Sahara epoch and its “Tercios”, until reaching the end of the Legion’s presence in those territories. Ceuta, Melilla and Fuerteventura, with their “Tercios”, until the formation of the 4th “Tercio” in Ronda and the Legion Brigade (BRILEG) in Almeria. The Legion’s participation in international missions, with a new Base / Camp model, ends this article. KEY WORDS: Barracks, camp, base, detachment, fort, foundation, Legionary, “Tercio”, “Banderas”, Saharian, organization, creation, deploy- ment, legionary village, The Legion´s Creed. * * * * *

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A continuación la época de Ifni/Sáhara y sus Tercios, hasta llegar al ra a comienzos de 1920 y más final de la estancia de La Legión por aquellas tierras. Ceuta, Melilla y Fuer- concretamente el 28 de enero teventura, con sus Tercios, hasta la aparición de nuevo del 4º Tercio en Ron- Ecuando el rey Alfonso XIII fir- da y la BRILEG en Almería. ma el Real Decreto por el que se crea La participación de La Legión en las misiones internacionales, con un el Tercio de Extranjeros, un nacimien- nuevo modelo de Base/Campamento finaliza el presente artículo. to que había empezado a gestarse casi cuatro años antes en junio de 1916 con PALABRAS CLAVE: Acuartelamiento, campamento, base, destaca- la propuesta del General Luque de crear mento, fuerte, fundación, legionario, Tercio, Banderas, Sahariano, organiza- una legión extranjera. ción, creación, despliegue, poblado legionario, el credo legionario. La aparición del Tercio en ese momento de nuestra historia, inmer- sos en la ocupación del Protectorado, ABSTRACT supuso un orden nuevo, moderno y This article presents a brief study of the Bases and Detachments em- práctico de lo que era una unidad de combate. Sin entrar en un estudio deta- ployed by the Legion from its foundation to our days. Of course, there are hun- Retrato de Alfonso XIII llado del recién creado Tercio, ya que dreds of them and it is physically impossible to make an outline of all of them. en uniforme legionario no es objeto de este artículo, si se pue- Firstly, we will try to determine the reason for studying these facilities, den reseñar diversos aspectos que pueden calificarse como innovadores. which difference do they have from those of other units, what has made them El más innovador e importante fue la aparición del Legionario, ex- peculiar and why the legionaries have always been so proud of their barracks. tranjero o español de 18 a 40 años de edad, imbuido del Credo Legionario From the Legion´s cradle in Dar Riffien to the most modern contem- definido por su creador en su obra La Legión como la base espiritual de La porary base there is a constant evolution, which goes something beyond the Legión, médula y nervio, alma y rito de ella. purely architectural fact, trying to adapt to the needs of each moment but En su orgánica, presenta sustanciales diferencias comparada con la without forgetting what our Creed tells us, the Spirit of Answering to the correspondiente en las unidades de infantería existentes.2 fire and the one that sets that of Suffering and Hardness, ... “he will work in Al Tercio creado se le asigna una plantilla total de 1836 legionarios y whatever they order him”. lo manda un teniente coronel, en las otras unidades de infantería un teniente We deal with the barracks and camps the Legion had in its first years coronel mandaba un batallón. of formation throughout the Protectorate of Morocco and how they stood Las fuerzas de Regulares, contaban con una compañía de ametralla- after that territory´s Independence and the formation of the four “Tercios”. doras a nivel Grupo, o lo que es lo mismo, una compañía de ametralladoras Then comes the Ifni/Sahara epoch and its “Tercios”, until reaching por nueve de fusiles. the end of the Legion’s presence in those territories. Ceuta, Melilla and Las compañías del Tercio son de 223 legionarios duplicando a las Fuerteventura, with their “Tercios”, until the formation of the 4th “Tercio” in compañías de infantería que son 106 soldados. La compañía de ametralla- Ronda and the Legion Brigade (BRILEG) in Almeria. doras contaba con cuatro Hotchkiss en dos secciones, y si contamos con The Legion’s participation in international missions, with a new Base los legionarios de los órganos de Mando y Plana Mayor y la Compañía de / Camp model, ends this article. Depósito hace un total de 582 legionarios, al mando de un comandante. La KEY WORDS: Barracks, camp, base, detachment, fort, foundation, Bandera tiene escasa capacidad de maniobra, le faltaba a su Jefe un elemen- Legionary, “Tercio”, “Banderas”, Saharian, organization, creation, deploy- to más para organizar una reserva y dar profundidad al despliegue. Por todo ment, legionary village, The Legion´s Creed. 2 Ballenilla y García de Gamarra, Miguel: La Legión 1920 – 1927. Fajardo el Bravo S.L. Lorca * * * * * (Murcia), 2010. Págs. 44, 45 y 46.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 219-288. ISSN: 0482-5748 220 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO ello el 8 de agosto de 1921 se corrigió esta carencia ampliando la Bandera en una compañía de fusiles más, quedando la proporción de 3 a 1. Además las ametralladoras se duplicaron pasando a tener ocho, ganando potencia de fuego. Unos años más tarde, en 1925, se integran los morteros. La base ternaria es la que terminaría imponiéndose en la orgánica de las unidades de infantería y aún hoy sigue vigente. Otros aspectos novedosos, no menos importantes, que contribuyeron a conseguir el necesario y deseables espíritu de cuerpo y el orgullo de perte- nencia a La Legión fueron los que definían sus condiciones de vida. − Remuneración, los haberes son de aumento progresivo, el recién llegado tiene hoy dos pesetas diarias para la comida, 85 céntimos para ahorro y vestirse y 1,25 pesetas en mano. Se aumenta al tercer y cuarto año la soldada en mano, y después del quinto año, si se reengancha, vuelve a aumentar. Las primas son de 600 ó 700 pe- setas por 4 ó 5 años y se cobran, la mitad al ingresar y el resto por terceras partes, al finalizar los tres primeros años de su servicio. Los ahorros sobrantes de los 85 céntimos para la ropa, a los que se une una cantidad de 225 pesetas como primer fondo, es lo que se llama el ahorro de la masita.3 − En cuanto a la manutención, el Comandante Franco, en sus Instruc- ciones Generales, de La Legión Extranjera dice “Seguir la marcha de La Legión, haciendo que la co- mida del soldado tenga la buena calidad y variación acostumbrada, vigilando muy constantemente la buena marcha administrativa de la misma, y utilizando los dos solda- dos de compra nombrados por tur- no, que deberán firmar la papeleta y esta ser colocada diariamente en sitio visible”. Las de infantería en sus movimientos comían rancho en frío y al Tercio se le asignaron “cocinas rodadas de campaña” que solucionaron el problema de la comida en caliente.4 Tcol. Millán Astray 3 Millán Astray, José: La Legión. Centro Geográfico del Ejército. Pág. 58. 4 Tcol. Franco: Legión Extranjera, Instrucciones Generales. Arturo Sierra. Ceuta.

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Millán Astray en su obra La Legión, nos dice “De todas suertes, en La Legión se come muy bien y los cocineros son verdaderos chefs que presen- tan variados menús y platos de repostería. El café es la obsesión”. − La uniformidad y el equipo fueron muy novedosos. La autono- mía que dispuso el Tercio le permitió escoger un tejido caquiver- doso más adaptado al terreno, confeccionando una guerrera de cuello abierto en vez del cuello alto cerrado y rígido y una camisa abierta y reman- gada. Como prenda de abri- go, el capotemanta y para marchar la alpargata bota. En cuanto al equipo se adoptó el correaje de lona, tipo inglés, Cornetín de órdenes 2º Tercio, (Mills adquiridos en Gibraltar) Javier Pelayo en sustitución del de cuero.5 − El porte y marcialidad del legionario en acto de servicio, forma- ciones y desfiles con su velocidad de paso, fueron desde un primer momento aspectos identificativos que marcaron un sello propio e inconfundible. Llegamos así al aspecto que es objeto de este artículo y que siempre ha sido señal característica, sus acuartelamientos, campamentos y fuertes legio- narios. Una preocupación constante de todo Mando en La Legión ha sido la mejora de sus instalaciones. Para ello en numerosas ocasiones el legionario ha tenido que alternar el fusil y la instrucción con la construcción, mantenimiento y mejora de las mismas. Como veremos cuando se trate de cada uno de ellos, el acuartelamiento o campamento es algo más que una serie de locales, es el lugar en que el legionario cuando finaliza su horario de instrucción, adiestra- miento, preparación física y técnica, descansa y se relaja. “Cuartel” aparece en el diccionario como “instalación destinada a dar residencia a los soldados”. La Legión desde un principio le da un concep- to más amplio y práctico. El acuartelamiento siempre que las razones de seguridad lo permiten, se transforma en una pequeña ciudad en la que no falta un poblado legionario en el que vive la tropa casada, que disponía de alcalde, normalmente un oficial legionario, su escuela al frente de maestros legionarios, la enfermería con su personal sanitario que atendían tanto a los

5 Ballenilla y García de Gamarra, Miguel: op. cit., pág. 48.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 221-288. ISSN: 0482-5748 222 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO legionarios como a sus familias, se facilitaba la instalación en las inmedia- ciones de pequeños comercios y cantinas que hacían más fácil y entretenida la vida en aquellos lejanos, solitarios e inhóspitos lugares. Recordemos las palabras del Comandante Franco preocupado por las condiciones de sus acuartelamientos cuando en Melilla se dirigía a su Co- mandante General.6

«Si necesario es para todo Cuerpo disponer de cómodos alojamien- tos para su tropa y amplios locales para su dependencia, es mayor en La Legión Extranjera, pues la calidad del soldado, perteneciente a todas las esferas, su edad, el pasar de su vida toda en el Ejército, el formar en sus fi- las soldados extranjeros acostumbrados a buenos cuarteles en las colonias de otros países y muchos legionarios que pertenecían a La Legión France- sa que dispone en Sidi-Bel-Abbes, Oran, Tlemecen y otros de espléndidos acuartelamientos, hacen que no encontrando el descanso y comodidad en el mismo, deserten buscando un cambio o mejora de vida».

Señalados estos aspectos innovadores más significativos, La Legión, comienza su andadura y demostrará con su comportamiento en el combate el porqué, la justificación, la necesidad y el acierto de su creación. Ya sólo queda esperar la aceptación que tendrá tanto en España como en las principales naciones del mundo. La respuesta no tarda en llegar, se produce casi instantáneamente. Se recibe un telegrama de Barcelona que dice «doscientos enganchados al sólo anuncio de la creación de La Legión» y tres días más tarde la cifra era de cuatrocientos. Sobre una plantilla de 1.768 de clases de tropa, aparecen en la lista de revista del 1 de enero de 1921, 1.699 legionarios.7 Arriban a Ceuta tras una azarosa travesía y son recibidos por el Te- niente Coronel Millán Astray, comienza así el peregrinar de las unidades de La Legión por tantos y tantos acuartelamientos, campamentos y fuertes.

Primeros Acuartelamientos de La Legión

POSICIÓN “A”/GARCÍA ALDAVE (CEUTA) Picacho con recinto fortificado, situado a 3 km de Ceuta, databa de 1860 cuando el Ejército de Operaciones construyó unos barracones provi- sionales que recibieron el nombre de Posición A.

6 Ballenilla y García de Gamarra, Miguel:, op. cit., pág. 203. 7 Ibídem, pág. 52.

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En 1909 se amplió con nuevos ba- rracones de madera y entre 1915 y 1920 sirvió como recinto sanitario con una capa- cidad de 200 convalecientes del Ejército. En el año de 1919, cambia de deno- minación y pasa a llamarse García Alda- ve en honor al general del mismo nombre que fue Comandante General de Ceuta. Ha sido ocupado por múltiples unidades, Parque y Maestranza de Ar- tillería (1942), Destacamento del 5º Regimiento de Fortificaciones, cuarte- lillo de la Guardia Civil, y Grupos de Regulares de Ceuta nº 3 (1959) y el de Tetuán nº1. Allí se albergaron los primeros legionarios de las I, II y III Banderas, pero su escasa capacidad obligó a su traslado a Dar Riffien quedando sola- mente la Compañía de Depósitos que al convertirse en Bandera también se fue a Riffien. En el año de 1961, fue ocupado por la IV Bandera del 2º Tercio hasta el 2008.

CUARTEL DEL REY (CEUTA)

El primer cuartel que ocupó La Legión en septiembre de 1920 en Ceuta, plaza Colón, donde se instaló el Mando y Plana Mayor Adminis- trativa así como el Banderín Central de Enganche que permaneció allí hasta 1940 en que se trasladó a Ma- drid. Fachada del viejo Cuartel del Rey, También fue sede de la Ins- en Ceuta, donde se alistaron y vistieron los primeros legionarios pección y Subinspección hasta su traslado a Madrid, en 1959. Allí se reunieron las Banderas I y II el 23 de julio de 1921 para em- barcar en el Ciudad de Cádiz y acudir en el socorro a Melilla.

CAMPAMENTO DAR RIFFIEN (CEUTA)

A poco más de una docena de km de Ceuta en dirección a Tetuán, se asentó el campamento de Dar Riffien y más tarde cuartel del mismo nombre, que fue considerado como la cuna de La Legión.

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La Legión encontró un campa- mento militar, a mitad de su transforma- ción en un acuartelamiento, lo que obligó a una intensa actividad desde el momen- to de su llegada en 1920 hasta el año de 1945 con el Coronel Jefe del 2º Tercio Fernando García-Valiño convirtiéndolo, no ya en la cuna de La Legión, sino en el verdadero hogar para miles de legiona- rios. Entre los años de 1923 y 1927 los ingenieros militares fueron los en- cargados de dirigir las obras, destacando entre ellos los Ca- pitanes Federico Martin de la Escalera y Luis Feliú Oliver. La entrada inicial del cuartel no era la que se hizo famosa, al- menada sobre el arco central, ya que se modificó en 1926, agregando dos torres y dos ga- ritas. Pero poco a poco, los le- gionarios, impulsados por sus mandos sabiendo que en los períodos de descanso, además de la instrucción táctica, técnica y física, no podían estar ociosos, fueron ampliando hasta conseguir un acuartelamiento moderno y modélico de la época. Llegaron a construir la estación del ferrocarril Ceuta- Tetuán, de estilo neoárabe. El acuartelamiento llegó a tener capacidad para 3.000 hom- bres. Su guarnición permanente en tiempos normales, era una Bande- ra de Depósito y otra de Descanso. Posteriormente fue sede de la 2ª Legión y 2º Tercio. Se construyó un grupo es- colar, a cargo del Capellán y tres legionarios maestros que atendían a un centenar de niños del poblado. Patton en Riffien 1943 Al ritmo que crecía el acuartelamiento, el resto de la ciudad sufría un crecimiento de naturaleza incontrolada que escapaba a la supervisión mili- tar, donde se hicieron famosos los barrios de “Villacuernos”, “Villalatas”, la zona de “Love Street” o calle del amor, bautizada por los legionarios espa- ñoles, la calle de las Lobas.

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La sanidad también recibió especial atención con la construcción de una enfermería, con capacidad para atender la convalecencia de los muchos legionarios heridos o enfermos y los pendientes de Tribunal Médico. Junto a la enfermería se levantó una estación sanitaria de desinfección y desin- sectación por la que pasaban los legionarios de nuevo ingreso y los que regresaban del campo. Además el acuartelamiento disponía de taller de ajuste y reparación, fraguas mecánicas, cerrajería, lampistería, herrería, fontanería y forja artís- tica, carpintería, ebanistería, serrería, sastrería y guarnicionería. Al finalizar la guerra se benefició de una gran expansión, principal- mente en su granja agropecuaria, gracias principalmente a la labor del Co- mandante Badía. Esta, llegó a ser considerada granja modélica de la época. En junio de 1927, y poco antes del ascenso a General de Millán Astray, la Duquesa consorte de Alba, visitó Riffien y su granja, para apreciar en per- sona la modernidad de tan exitosa instalación que se consideró ejemplo de explotación agrícola en el Protectorado. Como datos de la granja se puede afirmar que contaba con, 150 000 árboles frutales y repobla- ción, grandes exten- siones de cultivo de cereales, 800 cabezas de ganado porcino, vacuno, lanar, cone- jos y aves. Muchos fueron los acontecimientos y visitas que allí se pro- dujeron, resaltando los siguientes: − El 31 de octubre de 1920, en el llano del río Tarajal se celebra la Jura de Bandera de todos los legionarios de la I, II y III Banderas. Como no disponen de Bandera propia, lo hacen con la del Regi- miento de Infantería Serrallo nº 69. − El 5 de octubre de 1927, la reina Victoria Eugenia, en presencia del rey Alfonso XIII, entrega al Tercio su primera Enseña Nacio- nal. En su alocución, la reina dice «La Bandera que recibís lleva en cada puntada de sus bordados las gotas de sangre heroica que los hombres a que se destina ofrecieron como anticipo a la gloria con que llega a vuestras manos».

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Unidades que se crearon en Dar Riffien

− I Bandera, creada por R. O. de 4 de septiembre de 1920. El 16 de octubre se tras- lada a Dar Riffien. Su Jefe el Comandante Francisco Franco Bahamonde. − II Bandera, creada por R.O. de 4 de septiembre de 1920. El 22 de octubre se tras- lada a Dar Riffien. Su Jefe el Comandante Fernando Cirujeda Galloso. − III Bandera, creada por R.O. de 4 septiembre de 1920. El 23 de octubre se traslada a Dar Riffien, Su Jefe el Comandante José Candeira Sestelo. − IV Bandera, creada por R.O. de 26 de julio de 1921. El 1 de octubre se organiza en Dar Riffien. Su Jefe el Comandante Emilio Villegas Bueno. − V Bandera, creada por R.O. de 26 de julio de 1921. El 15 de noviembre se organi- za en Dar Riffien. Su Comandante José de Liniers y Muguiro. − VI Bandera, se crea el 1 de septiembre de 1922. Su Jefe el Comandante Enrique Lucas Mercader. − VII Bandera, se crea el 1 de mayo de 1925. Su Jefe el Comandante Gregorio Verdú Verdú. − Escuadrón de Lanceros, se crea por R.O. de 16 de febrero de 1925. Su jefe el Capitán Pedro Sánchez Tirado. El 1 de mayo comienza su Diario Operaciones. − VIII Bandera, se crea el 1 de enero de 1926. Su jefe el Comandante Luis Carvajal Aguilar. − Riffien fue ocupado ininterrumpidamente, por unidades del Tercio, 2ª Legión del Tercio y definitivamente por el 2º Tercio. Se abandonó el 21 de febrero de 1961 siendo las últimas unidades que lo ocuparon, la 2ª Cia y el Mando de la IV Ban- dera.

Campamentos / Destacamentos en operaciones

CAMPAMENTO DE UAD LAU (Sector Occidental)

El campamento es un conjunto de pequeñas y ruinosas edificaciones morunas, antigua residencia de las harkas del rebelde Raisuni y cuenta con un pequeño hospital, cuadras, parque de Intendencia y estación de radio. Pertenece al territorio de Yebala (Tetuán), a dos km de la playa.

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Es ocupado por la I Bandera el 6 de noviembre de 1920, relevando a los Regulares que lo guarnecían y perma- necen en él durante cinco meses y 24 días en que se preparan para entrar en combate. Fue el primer destacamento de la IV Bandera que lo ocupó en octubre de 1921. El 22 del mismo mes se reúne en el destacamento con la III Bandera para integrarse en una columna de ope- raciones. En este campamento La Legión dejó huella de su afán reconstructivo, se convierte en un hermoso campamento, de aspecto legionario con una granja y una huerta, el primer destacamento de La Legión, que tuvo que dejar para acudir en socorro de Melilla.

DESTACAMENTO DE ZOCO EL ARBAA DE BENI HASSAN (Sector Occidental)

Ocupado por la II Bandera el 1 de enero de 1921, permaneciendo en él durante 6 meses dedicándose a los servicios propios de campaña.

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BEN KARRICH Y DESTACAMENTO DE DAR AKOBBA (Sector Occidental)

La III Bandera, la última en abandonar Riffien, alcanza Ben Karrich permaneciendo allí hasta febrero de 1921,momento en que continua la mar- cha hasta alcanzar y establecer el campamento de Dar Akoba donde se de- dican a servicios de descubiertas, patrullas y protección de caminos en tanto que sus hermanas las Banderas I y II combatían para la reconquista del te- rritorio en la zona oriental.

Las Banderas, se integran en las Columnas, pero el Mando todavía no los emplea en misiones de combate, y se afanan en abastecimientos, forti- ficación, etc. No se les concede el honor de la vanguardia, los legionarios se descorazonan. Su primer muerto en acción de protección de aguada, fue el Cabo Caballero Legionario (CL), Baltasar Queija de la Vega de la II Bandera. Más tarde es la III Bandera y por último la I Bandera, las que entran en combate.8

En julio de 1921, ante la angustiosa situación de las tropas en la zona de Melilla, el Alto Comisario ordena suspender las operaciones que se estaban efectuando contra Raisuni y la salida inmediata de La Legión y Regulares de Ceuta para acudir en socorro de Melilla. En el sector orien- tal se darán las mayores proezas legionarias. Dado el resultado de la actuación de La Legión, la necesidad de un mayor número de unidades y el rotundo éxito del voluntariado para La Legión, hace que en el año de 1921 se creen dos nuevas Banderas, la IV y la V, un año más tarde la VI Bandera. En 1925 la VII y el Escuadrón de Lanceros y al año siguiente la VIII Bandera.

CAMPAMENTO DE DAR DRIUS (Sector Oriental)

Situado en la llanura de Dar Drius, linda con el Guerreuau, por donde cruzaban las caravanas de camellos. Allí se alzan dos campamentos distintos y bien definidos, el Campamento General, que alberga a fuerzas de todas las armas y servicios y el Campamento de La Legión.

8 Asensi López Blanco, Jesús: 20 de septiembre de 1920. Fajardo el Bravo S.L. Lorca (Murcia) 2013 pág. 59 y 69

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Donde no había más que unas tiendas de campaña, los legionarios en apenas tres meses, levantan el pintoresco recinto almenado, con sus cubos y tambores en los ángulos de posición, con sus cuadras y cocinas cubiertas, sus casas y sus chabolas; anchas calles de tierra apisonada, limpias hasta la exageración para las formaciones y distribución de comida, que se hacía de pie. En la calle de entrada estaban las cantinas y pequeños negocios.

En marzo de 1922, se encuentran destacadas en el campamento las Banderas I y II. Con motivo del aniversario de la fundación de La Legión, en sep- tiembre de 1922 se concentran las Banderas I, II y IV, y en la formación se celebra la consecución de la segunda Medalla Militar. En su alocución Fran- co dice «por las gloriosas jornadas de los montes de Tizzi Azza,… acaban de ser recompensadas uniendo a nuestra Bandera, cien veces gloriosa, la segunda Medalla Militar».

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CAMPAMENTO LEGIONARIO DE BEN TIEB (Sector Oriental)

Emplazado en la zona de Melilla, a pocos kilómetros de Dar Drius, al pie del monte Yubel Udia, se encuentra la cabila de Beni Ulichek y allí el campamento de Ben Tieb, que era considerado como el mejor destacamento de todos los de vanguardia o temporales, como los de Zoco el Arbaa de Beni Hassan, Uad Lau, Dar Akoba o Bab Tazza. Fue guarnecido por primera vez por la II Bandera en noviembre de 1922 dedicándose a trabajos de fortificación, hasta su relevo a finales de año por el Regimiento de Infantería de Melilla nº 59. En noviembre del año de 1923, se concentran en el campamento las Banderas I, II y IV. En diciembre del mismo año acude también la III Ban- dera que se encontraba en Dar Riffien. En noviembre del año de 1924, el campamento de Ben Tieb se con- vierte en el punto de partida para inmediatas operaciones ofensivas.

El campamento era un enorme rectángulo con murallas de piedra y argamasa convenientemente aspilleradas, y en sus esquinas unas torres cha- tas para emplazamiento de ametralladoras. Fuera de la puerta y en el suelo un gran emblema de La Legión. En el centro del campamento, a un costado de la plaza de armas, una pequeña casa para el Mando, y en toda la exten- sión, las tiendas cónicas sobre una circunferencia de mampostería y el palo clavado en un sostén de tronco o de ladrillo de un metro de alto, lo que ampliaba la capacidad y comodidad del alojamiento. Calles amplias, tiradas a cordel, para las formaciones. Fuera de las murallas, campos de deportes, instrucción, tiro,… Del campamento se destacaba una compañía, a la zona de Dar Mi- zzian para dar seguridad al mismo. Fue el mejor construido, el que logró una mayor posibilidad de acuarte- lamiento y el que tuvo, en fin, en su seno mayores contingentes de legionarios.

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Reorganizaciònes de La Legión

− R.O. de 16 de febrero del año 1925. La denominación oficial del cuerpo es “Tercio de Marruecos”. − R.O.de 2 de marzo del año 1925. La Legión pasa a llamarse “El Tercio” y sus hombres “legionarios”. Su estructura es la siguiente: Un Tercio al mando de un coronel con dos legiones: • Primera Legión en Melilla, con las Banderas I, II, III y VIII (en Tahuima). • Segunda Legión en Ceuta, con las Banderas, IV, V, VI y VII (en Riffien). − R.O. de 16 de febrero del año 1925, se crea en Riffien el Escuadrón de Lanceros. Su capitán Pedro Sánchez Tirado. Dependiendo directamente del Coronel Jefe del Tercio. Su Diario de Operaciones comienza el 1 de mayo. − Las Banderas VII y VIII y el Escuadrón de Lanceros se suprimen en diciembre de 1932. − Orden de 15 de junio de 1934. Nueva estructura para La Legión. Una Inspección y dos Legiones: • 1ª Legión, en Tahuima. • 2ª Legión, en Dar Riffien.

El 19 de julio de 1927, se produce la Paz de Bab Tazza. La actividad de La Legión en este período de tiempo, se puede cuantificar en su inter- vención en 505 operaciones de guerra, 85 convoyes y 309 defensas ante agresiones, lo que representa 899 hechos de armas, sumando 2000 muer- tos y 6096 heridos lo que hace un total 8096 bajas.9

Período de la 2ª República y de la guerra de 1936 a 1939 (Talavera de la Reina)

El 7 de octubre del año 1934 sale de Melilla para Barcelona la III Bandera. El 8 de octubre del año 1934 salen de Ceuta para Asturias la V y VI Banderas. En el período de la guerra civil, se crearon hasta la XVIII Bandera más la Bandera de Depósitos. Todas ellas en Talavera la Reina, excepto la VIII que nació en Tahuima y la XV que se creó en Zaragoza.

9 Ballenilla y García de Gamarra, Miguel: op.cit., pág. 133.

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Una vez ocupada la ciudad manchega, el Mando de La Legión, ante la necesidad de crear nuevas unidades y cubrir las bajas, decidió constituir en dicha ciudad una Bandera de Depósitos, que atendía las peticiones de las Banderas con el personal procedente de los hospitales, de las mismas Banderas o de la recluta voluntaria. También les proporcionaba el corres- pondiente vestuario. Talavera se convierte así en la población base de La Legión, cuya importancia cabe destacar por los admirables servicios que rindió. A comienzos de 1937, el batallón de carros estaba integrado en su totalidad por legionarios y pasó a denominarse Bandera Legionaria de Ca- rros de Combate. También existió una compañía Anticarros, al mando del teniente de La Legión Valls Moreno. En el pueblo de Cubas (Madrid) y por orden del Jefe de La Legión, se creó el 14 de marzo del año de 1937 la Compañía de Lanzallamas, a las órdenes del capitán Esteban Gilaberte Ara. Durante la guerra y por OC de 8 de mayo de 1937 (BOE 203) se cam- bia oficialmente la denominación de Tercio por la de La Legión.

Organización de La Legión al acabar la guerra

Inspección de La Legión: Teniente General Jefe del Ejército de Marruecos (Sección de Música y Banderín Central de Enganche).

Tres Tercios: 1º en Tahuima (I, II, III, X y XI), 2º en Riffien (IV, V y VI) y 3º en Larache (VII, VIII y IX), desapareciendo siete Banderas. El 1º y 2º Tercio cuentan además con una Agrupación Mixta.

Compañía de Depósitos.

La Inspección en Ceuta y el Banderín Central de Enganche en Madrid, en el Puente de Vallecas, calle Molinuevo nº 7 y 9.

En diciembre de 1943 se asignan denominaciones a los Tercios, Gran Capitán, Duque de Alba y Juan de Austria respectivamente y en 1947, se ordena la disolución de las X y XI Banderas quedando los tres Tercios a tres Banderas.

En octubre de 1950, se ordena la creación del 4º Tercio, (Banderas X, XI y XII) en Villa Sanjurjo (Alejandro Farnesio) más una Agrupación Mixta.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 232-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 233

El Repliegue del Ejército español de Marruecos

España y Marruecos firmaron en Madrid el 7 de abril de 1956 la Declaración Conjunta Hispano-Marroquí que significaba la independencia de la zona de Protectorado español10

Plan de Repliegue

Se establecieron seis fases:

1ª Fase (del 10-IV-1956 al 31-XII-1956): Repliegue de los campa- mentos y destacamentos dispersos a las guarniciones principa- les.

2ª Fase (del 1-I-1957 a1 18-I-1958): Suprimir la estructura orgáni- ca previa con la disolución de las Circunscripciones, reducción de unidades y constitución de seis Agrupaciones Tácticas (AGT).

3ª Fase (del 18-I-1958 a1 3-VII-1959): Repliegue a Ceuta y Melilla de las Agrupaciones Larache y Villa Sanjurjo.

4ª Fase (del 3-VIII-1959 a1 11-III-1960): Repliegue a Ceuta y Me- lilla, con la totalidad de la tropa de reemplazo peninsular, de las Agrupaciones Tetuán y Nador, quedando en territorio marroquí exclusivamente los Tercios de La Legión.

5ª Fase (del 27-V-1960 a1 20-VII-1960): Repliegue a Ceuta y Me- lilla de parte de estos Tercios, permaneciendo en Marruecos los destacamentos siguientes: 1 Zona Ceuta: Riffien, Kudia Fede- rico, y Punta Leona. 2 Zona Melilla: Gurugu, Tauima, Zoco-el Had, Tamizut y Taxdir.

6ª Fase (del 27-I-1961 a1 31-VIII-1961): Repliegue de los últimos destacamentos.

10 Albert Salueña, Jesús: “Repliegue del Ejército Español de la zona norte del Protectorado Ma- rroquí (de 31 de abril de 1956 a 31 de agosto de 1961)”. Taller de Estudios Mediterráneos. Universidad Autónoma de Madrid.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 233-288. ISSN: 0482-5748 234 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 234-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 235

Acuartelamientos 1ª Legión / 1er Tercio

CAMPAMENTO DE TAHUIMA (MELILLA)

En el Diario Oficial de 15 de junio de 1934 es la primera vez que en esta publicación aparece el nombre de Tahuima ligado a la 1ª Legión del Tercio. Campamento situado a 4 km de Nador, su cuartel fue casa solariega del Tercio y en ella habitaron la 1ª Legión del Ter- cio y el 1er Tercio. Conquistada por la 4ª compañía de la II Bande- ra, a las órdenes del Comandante Franco (Millán Astray había sido herido días antes en las Tetas de Nador), el 23 de septiembre de 1921, en las operaciones para re- cuperar el aeródromo del mismo nombre y la 4ª Caseta. Desde esta pequeña cota a orillas de Mar Chica, cercana a la línea de ferrocarril y al este de la carretera de Nador- Zeluan, se dominaba esta última, Bui Arg y Barraca. En 1950, mandando el Tercio el Coronel Serrano Montaner y, en los trabajos de explanación del patio de armas, apareció una gruta en el mon- tículo rocoso que se demolía. Ordenó Serrano alicatarla y el Comandante Piris le propuso colocar un sarcófago, ilumi- nado con antorchas, para ho- menaje y recuerdo de todos los legionarios muertos en campaña. Al coronel le pa- reció acertada la idea y se lo comunicó al Fundador que le pidió que su ojo, depositado en el museo en Riffien, se trasladara a esa cripta sin inscripción alguna. Así se hizo y para darle sentido a esa cripta se em- pezaron a rendir homenajes a los Caídos de La Legión, todos los sábados, y ese fue el origen, del Sábado Legionario.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 235-288. ISSN: 0482-5748 236 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Este campamento desde su ocupación en 1921, estuvo siempre ocu- pado por unidades legionarias, de la 1ª Legión y del 1er Tercio, hasta su en- trega a Marruecos, en la 6ª fase del plan de retirada el 28 de febrero de 1961.

Tahuima. Vista general de la piscina

El ojo de Millán Astray, se volvió a colocar en el Museo de La Le- gión y más recientemente se devolvió al 1er Tercio siendo depositado, en su acuartelamiento Millán Astray en “un lugar indeterminado”. Fue, con el de Dar Riffien, uno de los acuartelamientos más admira- dos de La Legión en su época, y si a uno se le conocía como “cuna de La Legión” el otro era “la casa solariega de La Legión”. Como aquel, contaba con todo lo necesario para proporcionar al legionario el máximo bienestar con dormitorios amplios y soleados, comedores, cocinas, enfermería, talle- res de todo tipo, cantina y una extraordinaria piscina que era la joya del acuartelamiento. Disponía en sus inmediaciones de un poblado legionario así como una buena granja.

Tahuima. Edificio dedicado a Escuelas y Academias

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MACIZO DEL GURUGÚ (MELILLA)

En este macizo montañoso, el 1er Tercio mantenía unidades en las siguientes posiciones: Campamento de Hardu, Fuerte Tazuda, Cota 804, Fuerte de Takigriat, Fuer- Fuerte de Takigriat te de Bas-Bel y Fuerte de Kol La, desde las que se dominaba todo el períme- tro defensivo de Melilla. El 31 de agosto del año de 196l, la I Bandera fue la unidad que abandonó la posición desde el cam- pamento de Harddú, sien- Fuerte de Bas-Bel do esta Bandera, la última unidad del Ejército Español que abandonó Marruecos. Realizó el último arriado de la Bandera, que quedó custodiada en el museo del Ejército, como símbolo de la retirada de nuestro Ejército de esos territorios.

Fuerte de Kol-La Campamento de Hardu

ACUARTELAMIENTO VALENZUELA (MELILLA)

Antiguo campamento de Intendencia, inicialmente llamado “Pajares” y que los legionarios de las I y III Banderas, rebautizaron en diciembre de 1963 como “Tcol. Valenzuela” cuando lo ocuparon.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 237-288. ISSN: 0482-5748 238 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Allí permanecieron hasta 1966, año en el que la I se trasladó junto a la II Bandera al acuartelamiento actual del 1er Tercio -la III había sido disuelta allí el 31 de agosto de 1965-. Ocupado por la III Bandera desde que se reactivó en 1976, con el personal de la X Bandera que llegó a Melilla procedente del Sáhara. Perma- neció hasta 1985 y fue relevada por el 2º del Grupo de Regulares de Melilla nº 2.

FUERTE DE CABRERIZAS / ACUARTELAMIENTO MILLÁN ASTRAY (MELILLA)

Inicialmente campamento de Cabrerizas por ser la denominación de la zona en la que se aposentaba. Se convirtió en Fuerte de Cabrerizas en el año de 1893 por la necesidad de crear una defensa de los límites de Melilla que se fijaron en el año de 1859 por el acuerdo entre Marruecos y España, donde el Rey de Marruecos cede a la Reina de España, “el pleno dominio y soberanía” del territorio próximo a la plaza española de Melilla. Estos lí- mites fueron trazados tomando como base el alcance del tiro del cañón del 24´´ (alcanzó 2.900 mt). En el inter- valo de 1956-61 y con la independen- cia de Marruecos, unidades como el Alcántara 14, Regulares 2 y 7 y dis- tintas compañías de la I y II Bandera, abandonan sus acuartelamientos de Marruecos para alojarse en el actual de Millán Astray. En el año de 1966 los Regulares abandonan el acuartelamiento, y pasan las tres Banderas de La Legión a alojarse de nuevo en el que va a ser su acuartelamiento definitivo. En el cincuenta aniversario de La Legión, año de 1970 y con la pre- sencia de los entonces Príncipes de España, se inaugura el mesón del legio- nario, la piscina y los campos de deporte.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 238-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 239

Tras la cesión del Sáhara, la X Bandera del 4º Tercio se traslada a Melilla en diciembre de 1975 y se transforma en la III Bandera que estaba desactivada. En 1985 y en virtud del Plan META, vuelve a disolverse.

En el año de 2009, se disuelve la II Bandera. Actualmente su acuartelamiento recibe el nombre de “Base Discon- tinua Núcleo Millán Astray”, donde se alojan el Mando y Plana Mayor, la I Bandera, la Compañía DCC y la cuarta compañía de fusiles de nueva crea- ción en la I Bandera.

Tercio “Duque de Alba” 2º de La Legión CAMPAMENTO EL MONTE Y EL JARAL (CEUTA)

Ocupado por la V Bandera al re- gresar del Protectorado hasta octubre de 1962 que lo deja para trasladarse al Serrallo, después Serrallo-Recarga y posteriormente sólo Recarga. En abril de 1963 lo ocupa la unidad de reclutas del reemplazo de 1962, los 333 reclu- tas del Servicio Militar Obligatorio que fueron al 2º Tercio, y pasó a ser de nuevo el cuartel de la V Bandera cuan- do los reclutas juraron Bandera en junio. Permanece allí hasta noviembre de 1965 que se traslada a Recarga. En ese momento se instala nuevamente la unidad de reclutas que se mantiene en el Monte hasta marzo de 1966 que se transforma en Unidad de Instrucción y el campamento pasa a llamarse el Jaral. En 1976, lo ocupa la recreada VI Bandera, con el personal de la IX Bandera procedente del Sáhara, hasta 1986 que el Plan Meta la disuelve y se entrega el cuartel al Regimiento Mixto de Ingenieros nº 7.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 239-288. ISSN: 0482-5748 240 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

ACUARTELAMIENTO SERRALLO-RECARGA (CEUTA)

La actual sede del Tercio “Duque de Alba”, tiene su origen en la cam- paña de África de 1859, constituyendo la principal línea de defensa. Tras la firma de la paz de abril de 1860, se convierte en el Cuartel Principal de los fuertes que defienden la nueva frontera. El 19 de noviembre las tropas españolas ocuparon el Serrallo, un an- tiguo palacio musulmán. En el ruinoso palacio se establece el Cuartel Ge- neral y posteriormente fue destinado a penal según Real Decreto de 26 de diciembre de 1889. El 14 de diciembre de 1941, se habilita con urgencia el Cuartel De- fensivo del Serrallo para lazareto. En 1943 se habilita como almacén de In- tendencia siendo ocupado al año siguiente por una compañía de Intendencia del IX Cuerpo de Ejército. En enero de 1961 se aposentaron allí fuerzas de la VI Bandera del 2º Tercio tras la retirada del Protectorado. Después se instaló el Mando, Plana Mayor Administrativa del 2º Tercio y la IV Bandera, hasta su traslado, en junio del año de 1961 a Garcia Aldave. Tras la disolución de la VI Bandera en el año de 1966 sólo lo ocupó el Mando y PLM del Tercio, ya que la V Bandera ocupaba Recarga y la IV García Aldave.

En diciembre de 1997, se inician los trabajos de la construcción de la actual entrada al acuartelamiento, tomando como modelo el cuerpo de guardia del cuartel de Riffien, siendo efectuadas las obras por los propios legionarios dirigidos por el Comandante Caballero Legionario D. Joaquín Miranda Raposo. Llamado hoy Acuartelamiento Serrallo-Recarga, en el se alojan el Mando y PLMM del Tercio “Duque de Alba” 2º de La Legión, la IV Bande- ra “Cristo de Lepanto” y la Compañía DCC.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 240-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 241

CUARTEL DE GARCÍA ALDAVE (CEUTA)

Ya tratado al comienzo la inicialmente conocida como Posición A, pronto recibió el nombre de García Aldave. Fue ocupado por los legionarios de la VI Bandera del 2º Tercio desde julio de 1960 cuando abandonaron el despliegue del Protectorado. Lo compartió con la IV Bandera hasta junio de 1961 año en que la VI se traslada al Serrallo, después Serrallo-Recarga para posteriormente quedar en Recarga, y sólo lo ocupa la IV hasta el año 2008 que se trasladó a Recarga con la disolución de la V Bandera.

CAMPAMENTOS DE ALCAZARSEGUER - PUNTA CIRES - T´ZELATA DE ANYERA (CEUTA)

Estos campamentos aparecen ocupados en 1945 por el 2º Tercio en el mapa del despliegue del Ejército de Marruecos del General Varela, en ese momento Alto Comisario de España en Marruecos. Los dos primeros por una compañía y el tercero por una sección. Incluidos en el Plan de Retirada, Alcazarseguer se retiró en la 2ª fase entre el 1 de enero de 1957 y el 18 de enero de 1958. Los de Punta Cires y T´Zelata de Anyera lo hicieron en la 3ª fase en 1958.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 241-288. ISSN: 0482-5748 242 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

DESTACAMENTO DE KUDIA FEDERICO (CEUTA)

Destacamento al oeste de Riffien, fue ocupado inicialmente, por una compañía del 2º Tercio en diciembre de 1959 y abandonado el 11 de febrero de 1961 por la 3ª compañía, una sección de ametralladoras y un pelotón de morteros de 81 mm de la IV Bandera.

El Biutz - posición de Federico. Esta posición estaba situada unos 6 km al oeste de Ceuta. La foto fue tomada en junio de 1916

DESTACAMENTO DE CONDESA (CEUTA)

Destacamento dominante de la cuesta de acceso a Riffien junto a Cas- tillejos, al comienzo del pueblo, en la parte sur del mismo y al norte de Riffien. Tras la batalla de Castillejos (enero de 1860) el General Prim situó su campamento en esta loma, después de tomarla, donde había una construc- ción llamada casa de la Condesa. Fue ocupada, en relevos, por unidades tipo compañía del 2º Tercio.

En el momento de la retirada, el 21 de febrero de 1961, lo ocupaba una sección de la 2ª compañía de la IV Ban.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 242-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 243

DESTACAMENTO DE LA RESTINGA (CEUTA)

Posición más al sur de Riffien, entre este y Cabo Negro, que fue ocu- pado por destacamentos del 2º Tercio. Lo guarnecía una compañía. Se aban- donó en marzo de 1960.

DESTACAMENTO DE KUDIA TAIFOR (CEUTA)

Posición situada en la zona de Cabo Negro, más al sur de la Restinga, siendo el más alejado de Riffien siguiendo hacia el sur la costa mediterránea. Fue ocupada por unidades del 2º Tercio (en 1945 alojaba a una compañía). Cambió de dependencia años más tarde volviendo a ser destacamento legio- nario en agosto de 1959. Se abandonó en diciembre de 1959.

CAMPAMENTO RINCÓN DEL MEDIK (CEUTA)

Situado en la zona de Cabo Negro y cercano al destacamento de Kui- da Taifor, es ocupado por la V Bandera en septiembre de 1959, siendo aban- donado en enero del año siguiente.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 243-288. ISSN: 0482-5748 244 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Tercio “Juan de Austria” 3º de La Legíón en Larache CAMPAMENTO DEL KRIMDA, “TIERRA ROJA” (LARACHE)

Acuartelamiento a 15 km de Larache, fue asignado en esta ciudad al Tercio D. Juan de Austria como consecuencia de la nueva organización de La Legión publicada en el Diario Oficial del 23 de diciembre de 1939, pero que no lo ocupó hasta 1945.

Proyecto del General de Ingenieros San Juan, aprobado por el Alto Comisario Teniente General Orgaz Yoldi siendo inau- gurado en 1946. Pegado al cuartel se cons- truyó el poblado legionario y numerosos comercios y cantinas. En Larache se man- tenía la Representación del Tercio, que en- tre otras cosas llevaba la granja y vaquería. Los oficiales y suboficiales vivían en Larache en Casinillos hasta que se construyeron sendas residencias. Desde 1940, hasta que se terminó de construir el cuartel del Krimda, ocupó diversos acuartelamien- tos compartidos con otras unidades, como los de Ca- ballería de Regulares en Larache, el de la barriada de Nador (Larache), Aumara (Larache) y Aox (Arcila). Allí se albergaba la Plana Mayor, la Agrupación o Bandera Mixta y las VII y VIII Banderas, ya que la IX estaba ocupando el campamento de T´Zenin de Sidi Yamani.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 244-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 245

Larache, vió nacer, crecer y morir a dos unidades del Tercio, la Ban- dera de Posición creada con motivo de los incidentes de Tánger y la Agru- pación Mixta. Durante muchos años el Tercio en Larache se aprovisionaba de su propia granja, la de Sidi Ferián y la del Chirimoyo en el Krindam que proporcionaban carne, leche, ver- dura y fruta. Diariamente se nom- braban servicios para atender a tales necesidades como, Pelotón de leña- dores, de cazadores, para tejar y fa- bricar ladrillos, etc. Con la independencia de Ma- rruecos, se entregaría este acuarte- lamiento que fue abandonado por el Pelotón de castigo en el acuartelamiento 3º Tercio al trasladarse al Sáhara en de El Krimda 1952 1958, cumpliendo la 3ª fase del Plan de Retirada.

CAMPAMENTO DE T´ZENIN DE SIDI YAMANI (LARACHE)

Más que un campamen- to era un auténtico cuartel con edificios de dos plantas que- lle gó a albergar a las tres Banderas simultáneamente, aunque nor- malmente era ocupado por una Bandera que se relevaba cada seis meses entre el Krimda y T´Zenin. Se afirma que fue en este campamento cuando lo que se llamaba hasta ese momento cantina u hogar pasó a conocerse como “Mesón del Legionario”. Por regla general, casi todas las expediciones de reclutas hacían en el campamento el período de instrucción. Las Banderas que per- manecían en el campamento contaban con su propia granja. Se abandonó durante la 3ª fase del Plan de Retirada cuando el Tercio se destacó al Sáhara en 1958.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 245-288. ISSN: 0482-5748 246 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

ACUARTELAMIENTO DE ALCAZARQUIVIR/AUMARA

Además del campamento de T´Zenin, en la última etapa del Tercio en Larache también mantuvo destacada una Bandera en Alcazarquivir al objeto de que hubiera presencia española ya que a pesar de contar con un Grupo de Regulares, la población española no era tan numerosa como en Larache, siendo el porcentaje de indígenas superior al 90%. Por tal motivo el Alto Co- misario decidió que una Bandera del Tercio fuese destacada a Alcazarquivir y un Tabor de Regulares pasara al Krimda. El acuartelamiento era un antiguo hospital en las afueras de la po- blación. En Aumara también se destacaron unidades del Tercio en una zona situada al sur de Larache, casi a mitad de camino entre esta ciudad y la de Alcazarquivir. Extensa llanura donde estuvo situado el Campo de Aviación guarnecido por el Ejército del Aire.

4º Tercio Alejandro Farnesio en Villa Sanjurjo (Alhucemas) ACUARTELAMIENTO DE VILLA SANJURJO (ALHUCEMAS)

La ciudad de Villa San- jurjo, nació con ocasión del des- embarco de las tropas españolas en Alhucemas en septiembre de 1925. Desde un principio tuvo raíces legionarias pues fue la VI Bandera la primera en desem- barcar en aquella costa. El 19 de octubre de 1950 comienzan los primeros trabajos para organizar el 4º Tercio y el 9 de junio de 1951 se crea y orga- niza el Tercio en base a las Banderas, X (Millán Astray), la XI (Comandante Tiede), la XII (Cabo Sucesos Terrero) y la Agrupación Mixta (Capitán Arre- dondo). Ocupó las instalaciones del antiguo cuartel del Regimiento Africa nº 53, ubicado en la avenida del Generalisimo Franco, el Malmusi Alto , y la Agrupación Mixta en Malmusi Bajo. La meseta de Malmusi Alto, es una explanada utilizada por el Tercio para la instrucción de los legionarios, para lo cual se simularon carros de combate de cemento, se cavaron trincheras y se alambró una parte de la zona.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 246-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 247

Desde enero de 1952, destaca una de sus compañías a la Isla de Alhu- cemas (situadas a 3 millas) relevándose entre ellas, cada 2 meses. El 3 de enero de 1953 y en la montaña de Malmusi, se hizo entrega de la primera Enseña Nacional, al 4º Tercio Alejandro Farnesio.

En junio de 1956 marcha con destino al Aaiún, la 3ª compañía de la XII Bandera. Fue abandonado en la 3ª fase del Plan de Retirada en 1958, cuando se trasladó el Tercio al Sáhara, y ocupado por unidades del 1er Tercio que lo entregan en julio de 1959 al Regimiento de Infantería nº 52. El 1 de octubre de 1958, pasa a denominarse Tercio Sahariano Alejan- dro Farnesio 4º de La Legión.

CHAFARINAS – ALHUCEMAS – VÉLEZ DE LA GOMERA

Cuando Ceuta y Melilla eran, además de Plazas de Soberanía, deno- minadas Plazas Mayores, a las islas y peñones españoles en el norte de Afri- ca, se les llamaba Plazas Menores. Algunas de estas han sido por épocas, ocupadas en exclusividad por unidades legionarias dada su cercanía a las mismas. Otras, de manera intermitente o esporádica. Pero la huella legionaria ha sido depositada en todas ellas a lo largo de nuestra centenaria vida, por lo que podemos considerar que también forman parte indeleble de nuestra historia. Las islas de Alhucemas que conocemos como “Peñón de Alhucemas” estuvieron ocupadas por unidades del 4º Tercio desde su creación has- ta su traslado al Sáhara, siendo ocupada entonces por la II Bandera.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 247-288. ISSN: 0482-5748 248 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

El 10 de abril de 1922, una sección de la 13 Compañía de la I Bandera, con ma- yoría de argentinos, se destacó al Peñón de Vélez de la Go- mera a punto de caer en manos rifeñas y lo defendió hasta evitar su pérdida. Fueron relevados después por un destacamento de la II Bandera. Los peñones fueron entregados al Regimiento de Infantería Melilla nº 52 en septiembre de 1960 y en ocasiones también ha participado en su seguridad el Grupo de Regulares de Ceuta nº 54. En Chafarinas también ha dejado su impronta La Legión, sin ir más le- jos actualmente está siendo ocupada por una unidad del 1er Tercio de Melilla.

CUARTEL DE LEGANÉS (MADRID)

A principios de 1950, se creaba la Subinspección de La Legión, y tomaba como sede Ceuta. En 1959 se traslada a Madrid, a Puente de Vallecas, calle Moli- nuevo 7 y 9. Al año siguiente al cuartel de Leganés junto al Banderín Central de En- ganche, que estaba en Madrid desde 1940. Allí permaneció hasta su traslado a la pla- za de Ronda (Málaga) en 1981, siendo el General Subinspector de La Le- gión D. Tomás Pallás Sierra se despide de Leganés con un acto en el que se entrega el acuartelamiento al Regimiento de Infantería Motorizable Saboya nº 6, presidido por el Teniente General Jefe del Estado Mayor del Ejército.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 248-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 249

De Marruecos al Sáhara (transformación de unidades)

1er Tercio (Tahuima) I y III Banderas se mantienen en su ubicación. II en noviembre de 1957 Bandera expedicionaria al Sáhara. 2º Tercio (Dar Riffien) IV en junio 1957 Bandera expedicionaria al Sáhara. V Bandera se mantiene. VI en noviembre de 1957 Bandera expedicionaria al Sáhara. 3º Tercio (Larache) VII y VIII Banderas se mantienen. 4º Tercio (Villa Sanjurjo) IX en enero de 1958 es destacada al Sáhara. X Bandera forma la II del 1º Tercio. XI y XII e disuelven y pasan al 1º y 2º Tercio.

Creación de unidades saharianas − XIII Bandera Esta Bandera se volvió a crear en junio de 1956, en base a una compañía de cada uno de los tres primeros Tercios, finalizando su organización a finales del mismo año. Su primer jefe fue el Comandante Juan Martínez Guirado. Se organizó desde un principio, con carácter independiente. Se instala en el Aaiún. En septiembre de 1958 llega a Ifni y lo abandona en julio de 1969. Por la IG 165/142 de 10 Julio de 1965, se modifica el nombre de Bandera pasando a denominarse “Bandera General Mola, XIII de La Legión”. Fue disuelta en junio de 1969, arriando la Bandera el Capitán Aroldo Lázaro Abar- día en presencia del General Vega Rodríguez y General Mohamed Ufqir. − 3º Tercio Sahariano (Aaiún) (creación 1 octubre de 1958) • VII Bandera: es la II Bandera del 1º Tercio destacada en el Sáhara y parte de la VI (cambio de guiones). • VIII Bandera: es la IV Bandera del 2º Tercio destacada en el Sáhara y parte de la VI (cambio de guiones). • I Grupo Ligero de Caballería (de nueva creación). • Batería Transportada nº 1 (de nueva creación hasta 1964). • Compañía de Carros Bakali (a partir de 1970). − 4º Tercio Sahariano (Villa Cisneros) (creación 1 octubre de 1958) • IX Bandera: es la IX Bandera del 3º Tercio destacada en el Sáhara (cambio de guiones) crea la X Bandera. • X Bandera: creada en 1961. Por similitud con el 3º Tercio. • II Grupo Ligero de Caballería (de nueva creación). • Batería Transportada nº 2 (de nueva creación hasta 1964). − Las Banderas VII y VIII del 3º Tercio (Larache) se trasladan al 2º Tercio en Riffien, transformándose en la IV y VI Banderas. • La XI y XII Bandera del 4º Tercio, en Villa Sanjurjo se disuelven y su personal pasa al 1º y 2º Tercio respectivamente.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 249-288. ISSN: 0482-5748 250 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Fotografías cedidas por el Gral. Bataller Alventosa

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 250-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 251

XIII Bandera (Aaiún/Ifni) CUARTEL DE LA XIII BANDERA (SIDI IFNI) Ocupado por la XIII Bandera en sep- tiembre de 1958, después de haberlo dejado la I Bandera Paracaidista, permaneció hasta la retrocesión del territorio de Ifni al reino de Ma- rruecos en el año 1969. La Bandera se disolvió en ese momento, pasando sus legionarios a engrosar los Tercios 3º y 4º saharianos en Aaiún y Villa Cisneros respectivamente. El acuartelamiento estaba situado en las inmediaciones de Sidi Ifni, al pie del Bulalán, consiguiendo, como es norma en La Legión, poseer un acuartelamiento magnífico, dotado e toda clase de servicios y comodidades, mereciendo especial mención el moderno campo polideportivo, con pistas para todo tipo de ejercicios físico-militares.

Tercio Sahariano 3º de La Legión (Aaiún) EL CUARTEL DE RAYER MANSUR (AAIÚN)11 Su construcción se inició con la única fuerza militar que había en la zona, el Tabor de Tiradores de Ifni, con el Comandante Sandino al frente, logrando un acuartelamiento modelo, realizando una serie de obras en- caminadas a mejorar las condiciones de vida de los que albergaba, tales como viviendas y granja agrícola y ganadera. En el año de 1956 fue ocupado por la XIII Bandera Independiente de La Legión en el Africa Occidental Española (AOE), que lo compartió el mes de agosto de 1958 con la VI Bandera a su regreso de Ifni, donde también había compartido cuartel con sus hermanos paracaidistas de la I Bandera. En septiembre marcho la XIII Bandera a Sidi Ifni, al cuartel de la I Bandera Paracaídista, que regresó a las Palmas de Gran Canaria. Durante su estancia en el Sáhara el Tercio D. Juan de Austria ocupó desde 1958, el cuartel de “Rayer Mansur”, donde se alojaba la VI Bandera. Allí permaneció el 3º Tercio Sahariano, hasta su traslado a Sidi Buya en octubre de 1963. Desde entonces fue ocupado por la Policía Territorial y después por el Regimiento de Artillería nº 95.

11 Bataller Alventosa, Vicente. Tercio “D. Juan de Austria” 3º de La Legión. Un Tercio Nómada. Artes Gráficas GUTEMBERG, Almería S.L. Almería. Págs. De 246 a 258.

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CUARTEL DE SIDI BUYA (AAIÚN)

En un principio sólo era un campamento, un vivac con tiendas cónicas y cocinas de campaña de la época. Más tarde llegó a convertirse en un auténtico acuartelamiento legionario, amplio, cómodo y dotado de la infraestructura y Sábado legionario en Sidi Buya en el Aaiún medios necesarios para conse- guir el mayor rendimiento de la unidad así como el bienestar de los legionarios. Contaba con un espléndido poblado legionario de 55 viviendas, con su alcalde al frente, colegio y cír- culo recreativo. También contaba con una granja. Los famosos torreones de la entrada se estrenaron en 1975. Las unidades del Tercio, por Banderas, compañías o sec- ciones recorrieron todo el extenso territorio e hicieron ocupaciones y relevos en todos los Destacamen- tos que existían y dado el número de ellos, sería excesivamente ex- tenso describirlos. Estos fueron Aargub, Aguenit, Angala, Ausert, Bir N´Zaran, Daora, Guelta Zemmur, Ha- gunía, Echdeiria, Hausa, Mahbes, Miyec. Tichla, Sequen, Tah, y Tifariti.

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CUARTEL DE SMARA (SÁHARA)

Smara, o como se la conocía, la ciudad santa de Smara, que significa “lugar de juncos”, data de fi- nales del siglo XIX, cuando el llamado Sultán Azul, construyó una alcazaba y una mezquita. A 215 km del Aaiún se tardaba unas seis horas en trasladarse de una ciudad a otra. Cuando llegaron los primeros legiona- rios se instalaron en el Fuerte y la Alcazaba. Cuartel que alternaban las dos Banderas hasta que el Teniente Co- ronel Lago, solicitó y fue aprobado (1964), guarnecerla permanentemente. De este modo, acometió una serie de mejoras y los legionarios alternando ejercicios, maniobras, nomadeos, relevos, etc. lo convirtieron en modelo de acuartelamiento. Se construyeron unos edificios llamados “catenarios”, obra de arte de la ingeniería militar, que fueron muy prácticos para las tempera- turas que se alcanzaban en la zona. Por ello el instituto de Estudios Estraté- gicos de Londres lo reconoció como “Modélico”. Allí permaneció la VII Bandera hasta el abandono del territorio en diciembre de 1975 dirigiéndose hacia Fuerteventura y cumplir una nueva etapa en la historia de La Legión. El acuartelamiento fue ocupado por uni- dades del Ejército Marroquí.

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FUERTE CHACAL (EDCHERA)

Situado en la orilla norte de la Saguia el Hamra, en la zona de Edchera, se situó para controlar el vado que unía Edchera con el oasis del Messeied. Su denominación oficial era “Fuerte General Pérez de Lema” más conocido por Fuerte Chacal. Se trataba de un fuerte tipo medieval, cuadrangular, con muros de adobe y torres en los vértices, siendo construido después de los combates de Edchera. Fue el acuartelamiento del I Grupo Ligero Blindado de Caballería del 3º Tercio Sahariano y algún tiempo por Tropas Nómadas.

En el año 1974 y dada la situación en la zona, el Mando ordenó que la IX Bandera del 4º Tercio, se trasladara desde Villa Cisneros hasta el norte del territorio tomando como base fuerte Chacal. Seis meses más tarde la relevó la X Bandera del mismo Tercio y por la gravedad de la situación fue preciso que de nuevo acudiera la IX Bandera, así como el II Grupo Blinda- do de Caballería reuniéndose en el fuerte Chacal la práctica totalidad del 4º Tercio, situación que duró hasta diciembre de 1975 que se replegaron a su sede en Villa Cisneros.

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Tercio 3º en Canarias CUARTEL DE LAS REHOYAS (LAS PALMAS DE GRAN CANARIA)

Situado en las Palmas de Gran Canaria, en él se constituyó una Ban- dera de Descanso, constituida con una compañía del 3º Tercio y otra del 4º Tercio que se relevaban cada 15 días. Posteriormente fue el acuartelamiento de una Bandera paracaidista destacada por períodos de dos años.

CUARTEL DE MATA (LAS PALMAS DE GRAN CANARIA)

Fue durante muchos años la Representación de los Tercios Saharianos proporcionando desde esa ciudad todo lo que los Tercios requerían. Cuando se disolvió el 4º Tercio, permaneció la Representación del 3º Tercio ubicado en Fuerteventura. Quien no recuerda al inolvidable Capitán Caballero Le- gionario Palmero, representante y conseguidor de todo cuánto hacía falta, incluso de Legionarios. También al Capitán Legionario Aranda que falleció víctima de un fatal accidente con un camión en el interior del cuartel. La Representación acogía a todos los legionarios que tenían que des- plazarse de Fuerteventura a Las Palmas por cualquier motivo, principalmen- te visita al hospital, marcha de permisos, etc.

CUARTEL DE PUERTO ROSARIO (FUERTEVENTURA)

La isla de Fuerteventura, de la provincia de Gran Canaria, conocida popularmente como isla majorera, acogió, en un principio con cierta reti- cencia, a los legionarios del 3º Tercio, cuando España abandonó el terri- torio del Sáhara. Se instaló en Puerto Rosario en el cuartel que hasta ese momento había ocupado el Regimiento de Infantería Fuerteventura 56. Los primeros legionarios que llegaron a la isla fueron los de la VII Bandera, un 4 de diciembre de 1975, le siguieron el resto de unidades y el 8 de enero con la llegada de la VIII Bandera se finali- zó la reorganización del 3º Tercio que quedó con: Mando y PLMM, VII y VIII Banderas, Grupo Ligero de Caballería, Compañía de Plana Mayor y Compañía de Destinos. Había que sumarle la Uni- dad de Corrigendos.

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Su Coronel era Don Tomás Pallas Sierra, carismático Jefe, que pos- teriormente fue General Subinspector de La Legión e impulsor de nuevas unidades, como lo fueron los nuevos Banderines de Enganche, la Academia de Formación de Mandos Legionarios (AFML) y la Bandera de Operacio- nes Especiales (BOEL). El Grupo Ligero de Caballería se trasladaría a Ronda en 1985 y se desactivó tres años más tarde. Las reducidas insta- laciones no eran suficientes para albergar a la totalidad de las fuerzas del Tercio por lo que fue preciso que las dos Banderas se instalasen en tiendas cónicas. Alternando salidas, ejercicios y manio- bras se construyó una nueva avenida con barracones Fillod (barracones metálicos prefa- Tcol. Rubio Ripoll al frente de la VII Bandera bricados), apoyados por un destacamento de Zapadores de las Palmas, y que sirvieron de alojamiento a las Banderas. Siguieron las obras hasta conseguir, como siempre lo ha- bía hecho, un acuartelamiento legionario modélico. Disponía también de su “poblado legionario” a base de Fillod, en los que por una modesta renta vivían los legionarios con familia. Veinte años duró exactamente la etapa del Tercio en Fuerteventura, etapa de transición, entre lo que había sido La Legión en el Sáhara y La Legión en la modernidad. Etapa en la que el Tercio vio cómo se reducían drásticamente sus recursos y medios materiales y humanos, a pesar de lo cual y teniendo como referente el Credo Legionario, logró salir adelante y ser siempre una unidad dispuesta para intervenir en todo aquello que se le mandara, como fue la participación en las nuevas misiones internacionales.

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El 13 de octubre de 1977, SS.MM. los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, visitaron el Tercio. En diciembre de 1995, el 3º Tercio se desplaza a Almería a integrase en la Brigada de La Legión Rey Alfonso XIII, siendo ocupado el acuartela- miento por el Regimiento de Infantería Soria nº 9.

CAMPAMENTOS LEGIONARIOS EN FUERTEVENTURA

Campamento de Betancuria Fue el primer campamento que se instaló nada más llegar a la isla y se constituyó, a base de tiendas de campaña para acoger e instruir al primer reemplazo de reclutas que se presentaba así como a la primera expedición de voluntarios. Se situó en el término municipal de Betancuria, donde se instruyeron hasta tres reemplazos. Se encontraba en la zona suroeste de la isla, a 600 metros de altitud, a 30 kilómetros de Puerto Rosario y prácticamente la única zona en la que abundaba la lluvia. El terreno fue cedido temporalmente por la Alcaldesa del municipio. Campamento de Tefía Situado en el centro de la isla, en terrenos del Cabildo, se instaló el nuevo campamento de reclutas en base a una pequeña y ruinosa edificación y con tiendas cónicas en medio de una gran llanura pedregosa, los Llanos de Tefía, que pocos años antes había sido el escenario de un lanzamiento paracaidistas (Operación Maxorata) en el que fallecieron catorce Caballe- ros Legionarios Paracaidistas. A diferencia del campamento anterior, aquí la sequía era total. Su primer jefe fue el Capitán Caballero Legionario, Don Fernando García Martin y se abandonó en 1979.

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Campamento Valenzuela Situado a 6 kilómetros de Puerto Rosario, en el Matorral, cerca del aeropuerto, se construyó este campamento semipermanente para la Unidad de Instrucción de Reclutas. Donde no había más que pedregales y montícu- los surgió un nuevo campamento y a la distancia de seguridad conveniente se construyó también un nuevo polvorín para el Tercio. Se inauguró oficialmente en diciembre de 1980, con la celebración de una Jura de Bandera. En la alocución del acto, el Coronel en referencia a la nueva instalación, decía “este campamento, ha sido costeado totalmente por el Tercio y construido únicamente por manos legionarias con enorme trabajo y esfuerzo, pero también con un gran amor e ilusión”.

Se abandonó en 1995, al trasladarse el Tercio a Almería.

4º Tercio Sahariano Alejandro Farnesio en Villa Cisneros CUARTEL DE VILLA CISNEROS (Sáhara)

Por Orden de la Superioridad el 1 de octubre de 1958 en Villa San- jurjo al 4º Tercio se le cambia de nombre por Tercio Sahariano Alejandro Farnesio IV de La Legión. El Grupo Ligero de Caballería II se integra en el Tercio junto a una Batería Transportada ambas transformadas en unidades legionarias proce- dentes de U, s de Caballería y Artillería destacadas en el Territorio. El 12 de agosto de 1959 el II Grupo Ligero Blindado del Tercio, se incorpora en el Argub procedente de su guarnición en el Aaiún.

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El 14 de Abril de 1964 queda constituido en Villa Cisneros por Plana Mayor de Tercio, Compañía de Destinos, IX Bandera, X Bandera y II Grupo Ligero Blindado. Con anterioridad, a finales de noviembre de 1961, estando de jefe accidental el Tcol Álvaro Ál- varez del Manzano, apostó fuerte y realizó el traslado de la unidad desde el vetusto y sólido fortín, que fue el primer acuartelamien- to de La Legión en la ciudad, al nuevo y modélico emplazamien- to aun en obras, y en el historial del Tercio correspondiente al año 1962, podemos leer “durante el presente año coopera todo el Tercio a la construcción de su nuevo acuartelamiento, dedicándose al mismo tiempo a instrucción, Patrullas de Reconocimiento y atendiendo a los destacamentos del Argub, Bir-Nazaran, La Güera, Edchera, Echdeiria, Hagunía, El Rana, y Mahbes Escaiquima”. El acuartelamiento es construido a escasos 3 kilómetros de la ciu- dad, apoyado y defendido en la ría de Villa Cisneros. Amurallado con sus correspondientes almenas todo el recinto excepto la zona apo- yada en los acantilados.Tenía un perímetro de 1920 metros y una superficie de 155.000 metros cuadrados. Estaba construido alrede- dor de un gran patio de armas, al que se accede entre dos torreo- nes en su fachada principal y en

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 260-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 261 la que se podía leer “Legionarios a luchar, legionarios a morir”. El patio de armas totalmente asfaltado de 170 metros de largo y casi 10 000 metros cuadrados de superficie. Todas las edificaciones eran barracones tipo “cate- narios” que constituían los alojamientos de las compañías así como los que se utilizaban para la vida y servicios del Tercio, mesón, comedores, cocina, frigorífico, lavandería, etc. El acuartelamiento también disponía de campos de deporte, piscina olímpica, biblioteca y cine. La mayor parte de es- tas instalaciones fueron cons- truidas con el esfuerzo diario de los legionarios por compa- ñías al completo, desde el ca- pitán al más moderno de los legionarios, como la piscina olímpica, excavada a pico y pala en la dura roca de la península de Dahala. Los que participaron en la construc- ción, recuerdan su semejanza a una obra faraónica, donde Las cocheras construidas en los muros ininterrumpidamente una ca- que cerraban el extenso recinto dena humana de legionarios picaba mientras otros paleteaban piedra y arena extraída y un tercer grupo, sin detenerse, recibía lo paleteado en parihuelas formadas por medios bidones de depósitos de aceite de 200 litros colocados encima de tablones que a brazo y en permanente movimiento iban arrojando a la ría.

Poblado legionario A unos 250 metros de la muralla norte del acuartelamiento, disponía de 55 viviendas para alojamiento de caballeros legionarios de tropa que con familia en el territorio la solicitasen, contaba con dos tipos de casa de acuer- do al número de miembros familiares y se asignaban según los requisitos es- tipulados. Las viviendas estaban en perfectas condiciones de habitabilidad,

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 261-288. ISSN: 0482-5748 262 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO dotadas de cocina, comedor, servicio, dos o tres habitaciones, y patio. Se les suministraba agua a diario por el servicio de aguada del Tercio, relle- nando el aljibe que cada vivienda tenía. Preocupación constante del mando fue atender y cubrir las necesidades de las familias del poblado legionario, prueba de ello que llegó a contar con, escuela, piscina, bar, parque infantil y círculo recreativo, disponía de un servicio de autobús para trasladar a Villa Cisneros a los alumnos que acudían al Instituto o Grupos Escolares, y a los que necesitasen desplazarse para realizar sus compras a diario. Contaban con un alcalde, que velaba por la armonía de la convivencia.y buen uso de instalaciones y servicios.

Fotografías cedidas por el Gral. Blond Álvarez del Manzano

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4º Tercio en Ronda (Málaga) CUARTEL DE MONTEJAQUE / LA CONCEPCIÓN / EL FUERTE

En el momento del traslado de la Su- binspección a Ronda en el año de 1981, La Legión se hizo cargo de tres acuartelamien- tos. Dos de ellos, la Concepción y el Fuerte estaban dentro del casco urbano y el tercero a escasos km de la ciudad. Se crean allí, la Academia de Forma- ción de Mandos Legionarios (AFML) y la Unidad de Operaciones Especiales de La Legión (UOEL). Esto obliga a recrear el 4º Tercio pero como Tercio de “Apoyo” Alejandro Farnesio para colaborar y sostener esas nuevas unidades. Todas las unidades creadas ocuparon los cuarteles de la Concepción (donde se aloja la Subinspección), el Fuerte (se instala la UOEL donde antes estuvo la COE nº 92) y Montejaque (AFML y la Bandera de Servicios). La Subinspección creó la Sección Montada de la Policía Militar. El Cuartel o Campamento de Montejaque, toma el nombre del bello pueblo del mismo nombre enclavado en la agreste serranía rondeña. An- teriormente había sido centro de formación de la antigua Instrucción Pre- militar Superior (IPS) que pasó posteriormente a denominarse Instrucción Militar de la Escala de Complemento (IMEC) y dado que tenía un plan de formación distinto a los anteriores, dejaron de utilizar este campamento. El 20 de septiembre de 1981, se celebra el aniversario con una for- mación en el Campamento de Montejaque al que se le ha construido una entrada similar a la de Dar Riffien y se rebautiza el campamento con el nombre de “Campamento Gabeiras” por el apoyo recibido por el Teniente General Inspector. En 1985, la Subinspección se traslada al campamento Benítez en Torremolinos (Málaga), junto a la AFML. La ya Bandera de Operaciones Especiales (BOEL) se traslada a Montejaque, abandonándose también el cuartel de la Concepción, quedando todas las unidades legionarias de Ron- da, concentradas en Montejaque. En ese mismo año y en virtud del Plan META, el Grupo Ligero de Caballería se traslada a Ronda, al acuartelamien- to del Fuerte, después de abandonar Fuerteventura y el 4º Tercio pierde el carácter de “Apoyo” y pasa a ser “Operativo”. Se disuelve la XIII Bandera. El 30 de junio del año de 1988, el Grupo Ligero de Caballería Reyes Católicos” queda desactivado.

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CAMPAMENTO BENÍTEZ (Málaga)

Ubicado en el distrito de Churriana, junto al lími- te de Torremolinos ocupa una extensión de 290.000 metros cuadrados. Recibe el nombre en memoria del héroe de Iguiriben, Cruz Laureada de San Fernando Comandante Julio Benítez Benítez. Fue cedido por el Ayuntamiento de Málaga al Ministerio de la Guerra en 1925 para la instalación de un campamento militar del Ejército de Africa y revierte a la ciudad de Málaga en 2005.

La IG 10/85, del EME (Plan META), traslada la Subinspección y la Academia de Mandos Legionarios (AFML) de Ronda al campamento Be- nitez. La AFML, permanece en el campamento hasta su disolución en 1990. La IG 9/88, del EME, transforma la Subinspección en Mando de La Legión (MALEG) en 1989 y permanece en el campamento hasta su traslado a Almería en 1995. Este año es el de la creación de la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de La Legión, por lo que el General, en ese momento Mando de La Legión, se traslada con su Cuartel General y Estado Mayor a Viator (Almería).

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La Legión en Alicante ACUARTELAMIENTO “ALFÉREZ ROJAS NAVARRETE” (Rabasa, Alicante)

Situado en Rabasa, Alicante, es el cuartel donde se aloja, desde 1999 el Mando de Operaciones Especiales (MOE) y entre las unidades que lo componen se encuentra la Bandera de Operaciones Es- peciales “Maderal Oleaga” XIX de La Le- gión. Allí continua y a principios de 2018 de nuevo recuperó su calidad de “Bandera Legionaria”. Está compuesta de Mando y PLMM, COE de PLM y 7 Equipos Opera- tivos de diversa especialización.

La Legión en Almería BASE “ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR” (Viator, Almería)

La Base "Álvarez de Sotomayor" se empezó a construir en 1924 ter- minándose las obras en 1929. Fue inaugurada por el General Primo de Ri- vera, como un campamento de tránsito para las unidades que iban y volvían de África. Las unidades que han ocupado el campamento a lo largo de la historia han sido varias. Allí se instaló en primer lugar el Regimiento de Infantería de la Corona nº 71, que venía de participar en la Guerra de Ma- rruecos. Este regimiento pasó a llamarse más tarde Nápoles nº 24.

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Durante la Guerra Civil se convirtió en Centro de Militarización de las Milicias, creándose numerosas unidades del Ejército Republicano. En diciembre de 1964 se crean en Almería el CIR nº 6 para la IX Re- gión Militar y el nº 17 para Melilla. En el año de 1978 y tras la disolución del CIR se creó la Brigada de Infantería de Reserva y, por el Plan Norte, se convirtió en 1985 en la Brigada de Infantería Motorizada XXIII. En 1995 se creó la Brigada de Infantería “Rey Alfonso XIII” II de La Legión, instalándose en esta base. Desde entonces conviven las siguientes unidades: Brigada de La Legión “Rey Alfonso XIII con el 3º Tercio, Bande- ra de Cuartel General, Grupo de Artillería, Bandera de zapadores y Grupo Logístico; USBA “Álvarez de Sotomayor”, Batería de Municionamiento y Servicio de Transporte de la AALOG 21, Comandancia del Campo de Ma- niobras y CECOM 22/10.

La Base debe su nombre al General Fernando Álvarez de Sotomayor (1844-1912), natural de Cuevas de Almanzora, antes Cuevas de Vera, (Al- mería), que fue veterano de la Guerra de Marruecos y el autor del proyecto del campamento original que no llegó a ver iniciado. Gran científico e in- ventor, desarrolló en 1878 el “Cañón Sotomayor”, hecho en acero español y calibre 78,5 mm fue superior a los mejores cañones de otros países.

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Está situada en el término municipal de Viator, separada 2 km del pueblo y a 11 km de la capital de la provincia. La base tiene un perímetro de 4.200 metros y ocupa una extensión de 55 hectáreas. Aunque parte de su infraestructura sigue en pie, la base ha su- frido una remodelación muy importante, dotándola de nuevas instalaciones y medios que facilitan en gran medida la preparación física y técnica de los legionarios.

Dispone de un campo de maniobras declarado en 1974 de interés para la Defensa y actualmente tiene la consideración de campo de maniobra y tiro de Interés General. Con una extensión aproximada de 6.000 hectáreas, cuenta con un campo de tiro para carros de combate, cuatro campos de tiro de armas individuales y dos para tiro instintivo. Puede ser empleado táctica- mente por una unidad tipo brigada. En 2005 se construyó un polígono de combate en zonas urbanizadas, que cuenta con torre multiusos, casa de goma, calle de tiro, polígono urba- nizado y todo lo necesario para una completa preparación en este tipo de combate.

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Otro concepto de acuartelamiento

La ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuer- zas Armada, dice en su Exposición de Motivos, apartado II, la total profe- sionalización de las Fuerzas Armadas para conseguir que estas sean más operativas, más flexibles, más reducidas y mejor dotadasa. El l Real Decreto 247/2001, de 9 de marzo, adelanta la suspensión de la prestación del servicio militar, pasando al 31 de diciembre de 2001. Esto trajo consigo una profunda modificación en muchos aspectos, el legionario en general ya no “vive” como antes en los locales de sus compa- ñías junto a todos sus compañeros y con el consiguiente servicio de orden que se señalaba, Oficial y Suboficial de Semana, Cuarteleros, Imaginarias, etc. salía a la ciudad o localidad en la que se encontraba, a las horas marcadas de paseo debiendo regresar a la hora estipulada. Hoy, como un componente profesional más de nuestras Fuerzas Armadas, fija su domicilio libremente y acude a su unidad en el horario que tengan señalado. No obstante para los que lo desean, todos los acuartelamientos disponen de locales perfectamente diseñados, a modo de residencias, en las que el legionario dispone de todo lo necesario para una vida cómoda y para lo que no necesita inversión alguna. Esto puede parecer que con este nuevo modelo, se pierde un poco la convivencia entre todos los componentes de la unidad y entre los cuadros de mando y la tropa en particular y lo que es lo mismo un menor conocimiento entre ellos y entre los legionarios y sus mandos. Esta dificultad se subsana con una intensa jornada de trabajo, muchas salidas para ejercicios, manio- bras y principalmente con la participación de las unidades de La Legión en las misiones internacionales en las que por períodos de unos seis meses conviven muy estrechamente en escenarios muy distintos a los habituales y en condiciones muy duras no exentas de peligro. Los acuartelamientos han quedado relegados a ser “el lugar de traba- jo” al que acuden diariamente y en el que se encuentra todo lo necesario para la instrucción diaria. Actualmente todos los acuartelamientos de La Legión están adaptados a este nuevo concepto.

Bases en el exterior (misiones internacionales)

Desde el año de 1992 hasta la actualidad, La Legión ha participado en la práctica totalidad de las misiones internacionales, bajo bandera de distin- tas organizaciones internacionales como Naciones Unidas, la Organización del Atlántico Norte, EUROFOR, de la Unión Europea y otras.

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En todas ellas, ha compartido y relevado Bases, tanto con unidades del propio país como con unidades de otros ejércitos de múltiples naciones. En la mayoría de las misiones, La Legión ha sido la vanguardia del Ejército Español, desplegando en primer lugar y contribuyendo a garantizar el esta- blecimiento de un entorno seguro para facilitar el retorno de la normalidad política y social a países devastados por la guerra, así como proteger y pro- porcionar el reparto de ayuda humanitaria a miles de refugiados. Como hemos visto en la organización de los campamentos de La Le- gión, estos se iniciaban siempre a base de tiendas de campaña, normalmente cónicas y a partir de ellas y con tiempo suficiente se empezaba a construir el campamento. Hoy día, sin dejar de lado las citadas tiendas que todavía son necesarias, ha aparecido nuevos elemento que facilita en tiempo y espacio la construcción o montaje de un campamento o destacamento. Se trata de los contenedores y de los módulos prefabricados. Existen tantos modelos de contenedores y módulos como necesidades existan, así tenemos contenedores y módulos alojamiento, comedor, cocina, sanitarios, almacén, talleres, incluso para la instalación de la atención sanitaria, quirófanos, enfermerías, farmacias, etc. Se despliegan rápidamente y son mucho más cómodos y funcionales.

Zonas de despliegue de unidades legionarias

BOSNIA-HERZEGOVINA AGT “Málaga” y AGT “Canarias”

Comienza la participación de La Legión en los Balcanes con la AGT “Málaga” desde octubre de 1992 y la releva la AGT “Canarias” que perma- nece hasta septiembre de 1993, ambas por períodos de seis meses. La Legión durante el tiempo que permanece en zona cambia su “go- rrillo legionario” por el “casco y boina azul” color de la organización al amparo de la cual se lleva a cabo la misión en ese territorio, la Organización de Naciones Unidas (ONU). La Legión al igual que en su tiempo fundacional se jugaba mucho, tenía que demostrar a los incrédulos que a pesar de su falta de experiencia en este tipo de misiones supranacionales y su escasa participación con uni- dades de otras naciones, seguía siendo la vanguardia de nuestro Ejército, perfectamente preparada para cumplir en este caso, una misión de paz al servicio de la ONU. Para un mejor cumplimiento de la misión, ambas Agrupaciones des- plegaron en Divulje, Dracevo, Jablanica y Medjugorje.

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Destacamento de Divulje (Croacia) Se ocupa a la llegada de la Comisión Aposentadora de la AGT Mála- ga, a finales del mes de octubre de 1992. Se trataba de una base aeronaval, próxima al pueblo de Trogir (costa Adriática), del Ejército Yugoslavo que había sido abandonada en el proceso de independencia de la República de Croacia. Esta base es ocupada por la Unidad de Apoyo Logístico (UAL) y se comparte con unidades de UNPROFOR (Francia, Gran Bretaña y Holanda) y una pequeña unidad de guarnición del ejército croata. Próxima al aeropuerto de Split, semanalmente se recibía una estafeta aérea que llegaba desde territorio nacional con la que se aseguraba la cadena logística desde España, Desde este destacamento daba el apoyo logístico al resto de la agrupación. Cuando la situación lo permitía el destacamento acogía a una unidad tipo compañía de la AGT de descanso. La comida se efectuaba en caliente a base de cocinas de campaña con personal de la UAL.

Destacamento de Jablanica (Bosnia- Herzegovina) Eran las instalaciones del club de fútbol de la localidad que tras inten- sos y continuos trabajos se transforma en un pequeño destacamento en el que se albergan un subgrupo táctico, destacamento logístico, unidad de transmi- siones, sección del escuadrón y sección de zapadores. Su Jefe es un Coman- dante de la AGT.

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En uno de los muchos bombardeos que sufría la localidad resultó muerto el CL José Luis León Gómez del 4º Tercio y 14 heridos, todos ellos pertenecientes a la AGT Canarias. Tenía capacidad para unos 150 hombres.

Destacamento de Dracevo (Bosnia- Herzegovina) Dracevo es una pedanía de Capligna, próxima a Metkovic, en la que se instaló el destacamento aprovechando un antiguo almacén textil y unas plataformas de cemento de unas casas inacabadas. Se constituye a base de 45 contenedores tipo vivienda y sanitarios, ocupa una extensión de 15.000 metros cuadrados. Aloja el destacamento al Mando del GT con un S/GT, destacamento de la UAL, unidad de Transmisiones, sección del ELAC y sección de Zapa- dores. Su Jefe el Mando del GT. También se trasladó allí el Escalón Médico Avanzado (EMAT), el ór- gano sanitario de mayor importancia de la AGT. La comida se efectúa por contrato con un catering de la localidad.

Destacamento de Medjugorje (Bosnia- Herzegovina) Se trata de un complejo hotelero con 50 bungalows dobles y edificios generales de cocina, comedor, bar, lavandería, etc. que eran atendidos por personal civil.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 271-288. ISSN: 0482-5748 272 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

En él se instala el Mando de la AGT con la PLMM, ELAC (-), Cía. de Transmisiones (-), Equipo de desactivación de explosivos (TEDAX) y el Equipo Económico Administrativo. La comida la proporcionaba por contrato el complejo hotelero. La zona era un lugar no oficial de peregrinación católica, desde la aparición de la Virgen María en la colina de las apariciones en 1981.

SPABRI III Almería

En diciembre de 1996, la Brigada Almería despliega en Bosnia-Herze- govina con dos Grupos Tácticos, “Viator” (en base a la VIII Bandera) y “Eji- do”, Compañía del 3º Tercio, un Escuadrón de Caballería del Lusitania nº 8.

La UAL en base al Grupo Logístico. Unidades de transmisiones, zapadores y núcleo de operaciones especia- les de la BOEL. Ocupan destacamentos de las AGT,s legionarias y otros nuevos: − Medjugorje, el Cuartel General de SPABRI III y elementos de apoyo. − Mostar, el GT Viator. − Trebinje, el GT Ejido. − Dracevo, la UAL. − Nevesinje, una compañía de los GT,s. más tarde pasaría a Stolac.

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Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 273-288. ISSN: 0482-5748 274 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

ALBANIA Acuartelamiento de Durres y acuartelamiento de Lezhe (Operación ALBA) Para dar respuesta a la crisis humanitaria originada en Albania en 1.997, el Consejo de Seguridad de NN UU mediante las Resoluciones 1101 y 1104 autorizó el establecimiento de una Misión y la creación de una fuer- za multinacional que desplegara en aquel país con la misión de asegurar y facilitar la llegada y distribución de ayuda humanitaria y crear un ambiente seguro para el trabajo de las Organizaciones Internacionales, en especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) durante la supervisión de las Elecciones Generales. El contingente español estuvo compuesto por un Batallón de 250 efectivos formado sobre la base del Tercio “Alejandro Farnesio” 4º de La Legión y su X Bandera y un Escalón Logístico de 75 efectivos designados por el Mando de Apoyo Logístico del ET, además de diverso personal inte- grado en el CG del Comandante de la Operación (COMALBA). El Grupo Táctico de La Legión enviado a Albania desembarcaba el 16 de Abril en el puerto de Durres, a unos 40 kilómetros de Tirana. Los dos buques que transportan a los soldados españoles, habían zarpado dos días antes del puerto italiano de Brindisi, al que llegaron procedentes de Málaga. Ambos buques atravesaron el Adriático integrados en una flota multinacio- nal de una decena de buques. Fue, según recordó el teniente coronel Alonso Marcili, la primera operación anfibia de La Legión desde el desembarco de Alhucemas en 1923. Durante la primera fase de la operación, el contingente español per- maneció en Durres y a continuación su despliegue iba a ser en la localidad de Lezhë, a unos 80 kilómetros al norte de Durres, y se estacionaron en antiguos cuarteles del Ejército albanés. Durante su permanencia en la Zona de Operaciones entre el 15 de abril y el 20 de julio de 1997, La Legión realizó 386 escoltas a convoyes de ayuda humanitaria y equipos de la OSCE, y 152 misiones de reconocimien- to y seguridad de rutas.

KOSOVO Las unidades de La Legión que desplegaron en ese territorio fueron: − GT Valenzuela, KFOR OTAN (junio de 1999 a enero del 2000). − GT de Reserva Colón, KFOR OTAN (julio a noviembre del 2000). − AGT Farnesio, KFOR OTAN (marzo de 2001 a septiembre de 2001).

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 274-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 275

Despliegue. El 26 de febrero de 1999, el Consejo de Ministros aprueba el des- pliegue de tropas españolas en Kosovo y una vez más La Legión es la van- guardia para detener la catástrofe humanitaria que se estaba produciendo en esa zona con el enfrentamiento entre la milicia armada albanokosovar y el ejército yugoslavo.

Fue un 22 de junio cuando el GT Valenzuela, junto a la Compañía de Zapadores de La Legión (integrada en un regimiento de ingenieros mul- tinacional) y una unidad de la BOEL formaron parte de la Brigada Mul- tinacional Oeste y desplegaron en la provincia de Istok, con una zona de responsabilidad de 470 kilómetros cuadrados. − Unidades: PLMM AGT, PLM GT, ELAC, Cia. Austria, Cía. Ser- vicios, Cía. Apoyo, Unidad de transmisiones, Unidad de inteli- gencia, Unidad de asistencia sanitaria, policia militar y Equipo de desactivación de explosivos. − Alojamiento: 261 corimec (unidad de asistencia sanitaria no in- cluido). − Combustible: 1 centro de carburante, 2 depósitos de 25.000 l. y de 9.500 l. − Cocina: 2 contenedores arpa de 600 plazas. − Agua: red local + 10 depósitos con una capacidad total de 90 000 litros.

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− Electricidad: 3 grupos electrógenos de 230 kva. − Unidades: Compañía del GT. 1 puesto de socorro. − Alojamiento: 26 corimec. − Combustible: 1 cisterna DE 6.000 l. − Cocina: no hay, la comida en termos de Istok.Agua: 2 depósitos de 25.000 l. − Electricidad: 2 grupos electrógenos de 165 kva + red local. − Unidades: 2ª Compañía del GT. 1 Equipo de estabilización. − Alojamiento: 36 corimec. − Combustible: 1 cisterna de 9.500 l. − Cocina: propia. − Agua: red local + depósito de 25.000 l + 1 depósito de 5.000 l. − Electricidad: 1 grupo electrógeno de 165 kva y red local. − Unidades: 3ª: 72 corimec. − Combustible: 1 cisterna de 9.500 l. − Cocina: no hay. La comida en termos de ISTOK. − Electricidad: 2 grupos electrógenos de 165 kva + red local.

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Base España (ISTOK)

Base modelo, financiada por España, acoge a todas las unidades de nuestro país desplegadas en Kosovo. Fue inaugurada en mayo del 2002 por el entonces Rey D. Juan Carlos de Borbón y Borbón. Con un área de actuación de 470 kilómetros cuadrados fue construida sobre 18 hectáreas, frente al aserrade- ro del destacamento de Istok, por una empresa asturiana, bajo la dirección del Mando de Ingenieros del ET, con módulos prefabricados, cuenta con más de 20 pabellones que proporcio- na a los residentes todo lo necesario para vivir sin tener necesidad de salir al exterior: cocinas, comedores, biblioteca, sanitarios, enferme- ría, gimnasio, campo de depor- tes, etc. El 19 de septiembre de 2009, finaliza la participación del contingente español en KFOR.

KINSHASA (CONGO)

Campamento de N´DOLO (Operación Echo-Charlie) Un contingente, compuesto por un total de 130 efectivos, 90 de los cuales pertenecían a una Compañía de Infantería de “reacción rápida” de la VII Bandera del Tercio “Don Juan de Austria” 3º de La Legión, se desplazó a la República Democrática del Congo el 14 de julio de 2006 y alcanzó su opera- tividad antes de finales de ese mes, para desarrollar la operación Echo-Charlie. Estuvieron ubicados en el cam- pamento de N´Dolo, en la capital del Congo, Kinshasa para garantizar un proceso electoral libre.

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IRAQ

Base España (DIWANIYA) y Base AL-ANDALUS (NAYAF). Operación Iraquí FREEDOM Unidades de La Legión que participaron en el territorio de Irak: − Grupo Táctico Juan de Austria, Brigada Multinacional Plus Ultra I (agosto a diciembre de 2003). − Compañía de Refuerzo Astray, Brigada Multinacional Plus Ultra II (diciembre 2003 a abril 2004). − Contingente de apoyo al repliegue, Brigada Multinacional Plus III (de abril a mayo de 2004).

Tras la Segunda Guerra del Golfo, la ayuda que el Gobierno español ofreció al pueblo de Iraq comenzó el 20 de marzo de 2003 con el transporte de material humanitario. No obstante, el 27 de abril el Gobierno aprobó la remodelación del contingente enviado a Iraq, de modo que elevaba así a 1300 el número de efectivos fijados en un primer momento. El nuevo con- tingente que desplegaría en las bases de Diwaniya y Nayaf, denominadas desde entonces, Base España y Base Al-Andalus.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 278-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 279

En 2004, tras dos rotaciones, y como consecuencia del cambio de go- bierno, se decide replegar a todo el personal militar de la República de Iraq. En este sentido, el relevo se inicia a mediados de abril, siendo interrumpido el 18 de ese mismo mes al ordenarse el regreso de la fuerza. Se envía un contingente de más de 1000 legionarios y especialistas del Mando de Inge- nieros encargados de desalojar de forma segura las instalaciones y trasladar a Kuwait el material desplegado. El 21 de abril el General Fulgencio Coll entrega el mando al General José Manuel Muñoz, Jefe de la Brigada de La Legión y Jefe del Contingente de Apoyo al Repliegue (CONAPRE), disolviéndose oficialmente la Brigada Plus Ultra II. La prioridad de la misión consistió en que los desplazamientos se realizasen con la máxima seguridad, por lo que se hizo necesario coordi- nar la operación con las fuerzas estadounidenses. La primera fase del replie- gue se materializó el 26 de abril y todo el repliegue. Los últimos efectivos llegaron al puerto de Valencia el 14 de julio de 2004.

Base Gran Capitán (BESMAYAH). Operación Apoyo a Iraq (operación actual) Unidades de La Legión que han participado: − BCP I. Besmayah. Apoyo a Iraq (de febrero a julio de 2015). − BCP VII. Besmayah. Apoyo a Iraq (de noviembre de 2017 a mayo 2018).

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La coalición internacional contra el grupo terrorista Daesh surgió en la cumbre de la OTAN celebrada en Gales en septiembre de 2014. Los primeros componentes del contingente que España aporta a la misión “Apoyo a Iraq” se encuentran ya sobre el terreno el día 22 de enero. El grueso del contingente, formado por personal de la Brigada de La Legión, se instalará en el Building Partner Capability (BPC) de la localidad de Bes- mayah, muy próxima a la capital del país. Ahí, en un centro de adiestramien- to, trabajarán cerca de 200 legionarios del Tercio “Alejandro Farnesio” 4º de La Legión, Grupo de Artillería de Campaña, Grupo Logístico y Batallón de Zapadores, para formar a la Brigada de Infantería iraquí que tienen asig- nada. Los militares españoles se incorporarán en varias rotaciones a lo largo del mes de febrero. Asimismo se harán cargo de la seguridad y protección del personal y las instalaciones, que serán acondicionadas y preparadas por una unidad del Mando de Ingenieros.

En este sentido, y desde la llegada de la primera rotación el 07 de fe- brero de 2015, se inician los trabajos para la construcción de la Base “Gran Capitán”. Así, el 22 de febrero, una vez completado el despliegue de todo el contingente del ET, la Bandera de España es izada en el centro de adiestra- miento de Besmayah y el 14 de marzo, comienza, bajo liderazgo español, el adiestramiento de la Brigada 92, de la 16 División del Ejército iraquí. El 30 de Abril se dan por finalizados los trabajos en la Base Gran Capitán y se celebra en Besmayah una ceremonia en la que se oficializa su nombre.

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MALI

Koulikoro Training Case (KTC). Operación EUTM (operación actual) El 8 de febrero de 2013 dio comienzo la misión con el desplazamiento a Bamako, capital de Mali, de un destacamento avanzado de reconocimiento con la misión de realizar las actividades preparatorias para facilitar el des- pliegue del resto de unidades. Se estableció el Cuartel General Principal en la capital y posteriormente se suma al emplazamiento una Sección de Pro- tección perteneciente al Tercio “Don Juan de Austria”, 3º de La Legión, y su VIII Bandera “Colón” de La Legión.

Para llevar a cabo los cometidos de adiestramiento sobre las unidades del Ejército maliense, en abril de 2013 se puso en pleno funcionamiento el Koulikoro Training Camp (KTC). Si bien desde abril de 2013 ya pequeños equipos de instructores de La Legión fueron desplegados en zona de opera- ciones, las primeras unidades de La Legión fueron acogidas en dicho campo de entrenamiento en noviembre de 2017, como consecuencia del inicio del despliegue de un Grupo Táctico de Protección de Fuerza.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 281-288. ISSN: 0482-5748 282 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

AFGANISTÁN

Base Ruy González de Clavijo (QALA I NAW) En las operaciones ISAF y Resolute Support Mission (RSM), opera- ción actual.

Base González de Clavijo Durante la etapa de ISAF, La Legión ha ocupado 2 bases o acuartela- mientos principales. La primera de ellas, denominada “PRT Qala i Naw”, se ocupó el 19 de agosto de 2005, y se ubicaba sobre una antigua instalación militar del ejército afgano sita en el centro de la ciudad. La segunda y dado que la situación del “PRT Qala i Naw” no era la más idónea, el 28 de julio, España acuerda con el gobierno de Afganistán financiar y entrenar a una compañía del ejército afgano y la construcción de un acuartelamiento a las afueras de Qala i Naw, la Base PSB “Ruy González de Clavijo”, inaugurada el 13 de julio de 2010. A principios del año 2010, el Mando de Ingenieros del ET, inicia, a las afueras de la ciudad, la construcción de la nueva base/ acuartelamiento. Asimismo, como consecuencia de la misión a desarrollar en la pro- vincia de Badghis, las fuerzas españolas y entre ellas las de La Legión, ocu- paron hasta 3 puestos de combate avanzados o “Combat Operating Posts” (COP) de forma ininterrumpida. Estos puestos se ubicaban en las localidades Sanga- Tesh Ludina, Moqur y Darre i Bum. COP Bernardo de Gálvez

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 282-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 283

En este sentido, si bien la COP de Moqur, denominada COP Rickets, fue establecida sobre una instalación del ejército afgano, tanto la COP de Ludina como la COP de Darre i Bum fueron construidas por el Mando de Ingenieros del ET. A este respecto, fuerzas del 4º Tercio de La Legión y de su X Bandera, pertenecientes a la Agrupación ASPFOR XXV, fueron quie- nes iniciaron la construcción de la COP de Ludina en el primer semestre de 2010. Esta COP recibió el nombre de COP “Bernardo de Gálvez”. Para apoyar la defensa de esta COP, se construyó un puesto de observación/de- fensa sobre la colina dominante en la zona. Este OP recibió el nombre de OP. Vigocho.

Operación Vigocho

Finalizada la misión ISAF y transferidas todas las responsabilidades y cometidos de reconstrucción a las autoridades afganas, las COPs fueron transferidas al ejército afgano en las fechas que se relaciona: − 01 de febrero 2013: Entrega de base/COP Darre i Bum. − 21 de febrero 2013: Entrega de las bases de Bernardo de Gálvez (Sanga tesh–Ludina) y COP Rickets (Moqur). − 25 de septiembre de 2013: Transferencia de la base Ruy González de Clavijo.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 283-288. ISSN: 0482-5748 284 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

LÍBANO

Base Miguel de Cervantes (MARJAYOUN). Operación actual

La Base española Miguel de Cervantes constituye el Cuartel General de la Brigada Multinacional de FINUL en el sector Este.

Inaugurada en noviembre de 2006, fue construida por el Mando de Ingenieros del ET, siendo la BRILIB I, organizada en base a la Brigada de La Legión, la primera unidad en ocuparla.

Se han albergado en ella además de unidades de las Fuerzas Armadas Españolas, otras de Francia, Fidji, India, Nepal y El Salvador. Es la base más internacional que nunca ha tenido España. Se puede decir que es la joya de la corona de todos los destacamentos en los que ha desplegado el Ejército español.

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 284-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 285

Dispone también de cuatro grupos electrógenos que garantizan el fluido eléctrico, y el abastecimiento del agua se ha solucionado con la ex- cavación de un pozo del que se pueden extraer hasta 8.000 metros cúbicos diarios, suficientes para cubrir la demanda de la base. Para evitar problemas todo el agua pasa por una planta potabilizadora. Además cuenta con cuatro depuradoras. La Legión ha participado en esta misión con: − Brigada de La Legión, de octubre de 2006 a marzo de 2007, al mando del General de Brigada Juan Bautista García Sánchez. − Brigada de La Legión, de abril a agosto del 2008, al mando del mismo general. − Brigada Libre Hidalgo XVI (BRILIB XVI), Comandancia Gene- ral de Ceuta, GT IV Bandera del 2º Tercio, de febrero a julio de 2012. − Brigada de La Legión de noviembre de 2015 a mayo de 2016, al mando del General de Brigada Juan Jesús Martín Cabrero. − Brigada de La Legión, desde noviembre de 2019 a junio de 2020, al mando del General de Brigada Marcos Llago Navarro.

Patrulla de cascos azules españoles en un vehículo blindado por la calle que separa a israelíes y libaneses en Kafer Kela, tras la construcción del muro israelí

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 285-288. ISSN: 0482-5748 286 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 286-288. ISSN: 0482-5748 BASES, ACUARTELAMIENTOS, CAMPAMENTOS, FUERTES Y… 287

Sólo quiero expresar mi agradecimiento a todos los que han hecho posible este artículo, ellos saben quiénes son, pero no quiero dejar de mencionar al Teniente Coronel de Infantería (retirado) Francisco José Tortosa Antón que desde su puesto de responsable del Museo de La Legión en Almería ha sido mucho más que un colaborador. A todos muchas gracias

Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 287-288. ISSN: 0482-5748 288 ARTURO LÓPEZ DE MATURANA LEONARDO

BIBLIOGRAFÍA

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Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2020, pp. 288-288. ISSN: 0482-5748 Norms for publishing originals

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Domiciliación bancaria a favor del Centro de Publicaciones del Ministerio de Defensa. (Rellene la autorización a pie de página). Incluyo un cheque nominativo a favor del CENTRO DE PUBLICACIONES DEL MINISTERIO DE DEFENSA. Transferencia bancaria / Ingreso en efectivo al BBVA: “CENTRO DE PUBLICACIONES DEL MINISTERIO DE DEFENSA”. Nº de Cuenta: 0182 – 7378 – 19 – 02 0000 0366 Al recibir el primer envío, conocerá el número de suscriptor, al cual deberá referirse para cualquier consulta con este Centro. En ______, a _____ de ______de 2019.

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ENTIDAD OFICINA D.C. NÚMERO DE CUENTA

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  EJEMPLAR PARA ENVIAR A LA SUBDIRECCION GENERAL DE DOCUMENTACION Y PUBLICACIONES MINISDEF   Deptº. de Suscripciones, C/ Camino los ingenieros nº 6 28047 - Madrid Tfno.: 91.364 74 21 - Fax: 91 364 74 07 - e-mail: [email protected]

CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ------CORTAR ----- CORTAR ----- CORTAR ----- CORTAR ----- CORTAR ---- CORTAR ---- CORTAR ---   EJEMPLAR PARA QUE Vd. LO ENVÍE AL BANCO  

SR. DIRECTOR DEL BANCO/CAJA DE AHORROS:

Ruego a Vd. de las órdenes oportunas para que a partir de la fecha y hasta nueva orden sean cargadas contra mi cuenta nº ______abierta en esa oficina, los recibos presentados para su cobro por el Centro de Publicaciones del Ministerio de Defensa - Revista de Historia Militar

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AÑO LXIV

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