2016 REBECA GOMEZ CIFUENTES (Cc By-Nc 4.0)
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(cc)2016 REBECA GOMEZ CIFUENTES (cc by-nc 4.0) AGRADECIMIENTOS No sé cuántas veces he soñado con poder tener entre mis manos el resultado de tantas noches en vela, y por fin ha llegado el momento. Después de tantas páginas repletas de ideas esta es sin duda la más difícil de todas. Primero porque no quiero dejar fuera a nadie de los que me han acompañado en el camino y en segundo lugar porque no puedo evitar que me asalte la nostalgia al saber que ya no me sorprenderá la mañana de la mano de Max Aub. En primer lugar, me gustaría expresar mi agradecimiento a la UPV y a todos sus componentes que me acogieron y contribuyeron a lo que supuso un año mágico en mi trayectoria no solo académica sino vital. Gracias a todos los profesores del Máster en Filosofía, Ciencia y Valores por volver a despertar mi curiosidad. A Andoni Ibarra por enseñarme a canalizar formalmente la tormenta de mis ideas. A Carlos Martínez Gorriarán por aceptar dirigir una tesina “poco científica” y apostar por mí, creo que sin él, me hubiera resultado imposible llegar hasta aquí. A Mikel Iriondo, al que llegué de rebote y ha sido un inmenso placer encontrarlo en el camino. Cada vez que le escucho hablar me recuerda que el objetivo por el que elegí ser profesora fue despertar en alguien el respeto y la profunda admiración que él despierta en mí. Gracias por corregir tanto punto y coma y por esas charlas con las que he aprendido y disfrutado. Uno mira hacia atrás con agradecimiento a los maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos. Gracias a mis compañeros, en especial a Esteban por la luna naranja y la palabra precisa y a Omar porque es muy difícil encontrar a alguien que te haga reír. A mi madre, mi padre, mis hermanos y a mi viejita, gracias de corazón por ser mi refugio y mi alegría. Uno para todos… Y por supuesto mi mayor agradecimiento es para ti, Iñaki, por encontrar la forma de calmar éste alma indomable, por hacer mis sueños realidad y por conseguir que todo valga la pena. Lo único que me da miedo en esta vida es pensar que pudiéramos no habernos conocido. Y por último gracias Luca por llevarme a Nunca Jamás , te devolveré cada minuto perdido. Como cada día a esta hora… lo mejor está por llegar. ÍNDICE Introducción p.3-9 1. Max Aub p.11-43 1.1 Descripción de Max Aub. Trayectoria y aforismos 1.2 La influencia de lo español 1.3 El momento histórico 1.4 Vernet 1940 1.5 Djelfa 1941 1.6 El exilio 1.7 La Guerra Civil española en la literatura de Max Aub 1.8 La ficción y la verdad 1.9 La ficción literaria 1.10 Verdad y verosimilitud 1.11 Perspectivismo 1.12 Su literatura 1.13 La burla literaria 1.14 Rasgos del testimonio indirecto aubiano 1.15 El porqué de su literatura 2. Campo y desubjetivación p.45-67 2.1 Campos de concentración. Origen y situación 2.2 El campo de concentración y la filosofía. La desubjetivación 2.3 La dominación 2.4 La vida en el campo 2.5 El biopoder y la nuda vida 2.6 El estado de excepción y la banalidad del mal 2.7 Biopolítica y negacionismo 2.8 El testimonio 3. Testimonio y memoria p.69-97 3.1 Cambio semántico del término testimonio 3.2 La aporía del lenguaje 3.3 Vivencia y experiencia 3.4 Dependencia epistémico entre receptor y testigo 3.5 La perspectivización de la vivencia; paso previo a la construcción de la cultura de la memoria 3.6 La literatura es la verdadera solución final 3.7 De las distintas subjetividades a la objetividad 3.8 La memoria colectiva 3.9 Los componentes del testimonio 3.10 De la memoria a la Historia 3.11 Una lección de arqueología 3.12 Testimonio y archivo 3.13 La posición vacía del sujeto 4. El arte para hacer frente a la Historia p.99-147 4.1 La vida como obra de arte 4.2 Holocausto y ficción 4.3 Silencio e invisibilidad 4.4 El horror y la palabra 1 4.5 La representación de la tortura 4.6 Ficción e Historia 4.7 Ficción y testimonio 4.8 La noción de autor 4.9 La “muerte” del autor 4.10 La quiebra del texto 4.11 Contar sí, pero ¿cómo? 4.12 Aub, el héroe de las mil caras 5. La obra de Max Aub p.149-295 5.1 La prosa aubiana p.145 a) Aub y Malraux, la similitud al narrar b) Campo cerrado c) El narrador y sus personajes d) Estructura e) Guiños al lector f) Lenguaje 5.2 La poesía aubiana p.192 a) Diario de Djelfa b) El narrador c) Estructura d) Guiños al lector e) Lenguaje 5.3 El teatro aubiano p.220 a) San Juan b) Narrador y personajes c) Estructura d) Guiños al lector e) Lenguaje 5.4 El ensayo aubiano: p.263 a) Manuscrito Cuervo b) El narrador c) Estructura d) Guiños al lector e) Lenguaje Conclusión p.297-303 Bibliografía p.305-315 2 INTRODUCCIÓN El estudio que abordamos en las páginas siguientes destaca la importancia de la producción y circulación de las representaciones de lo acaecido en los campos de concentración. Esencialmente, si lo pretendido es la construcción de una memoria colectiva que aleccione y sea capaz de evitar que la Historia vuelva a repetirse. Una política de la memoria nos remite necesariamente a una política de la representación. Previa a toda recuperación memorística, es necesaria una construcción discursiva del acontecimiento. Es a través de la representación del desmoronamiento de la subjetividad que se produce en los campos como el sujeto se construye en el discurso. A la enunciación del testimonio se le otorga una función terapéutica y a la puesta en escena de una experiencia individual se vincula una experiencia colectiva, lo que la dota de legitimidad. Se pretende generar una reacción de “toma de conciencia” tratando de que el lector se vea reflejado en la víctima. La víctima, sólo alcanza a representarse el aquí y el ahora, descontextualizando el afuera. Parece como si en el momento mismo en que el sujeto comienza a desmoronarse como efecto de la dinámica concentracionaria, el texto se cargase de subjetividad. Agamben en su trilogía Homo Sacer , analiza el campo como el regulador de la desconexión de varios elementos: el régimen jurídico, el territorio y la nuda - vida despojada de su sentido político, sobre los que se asienta el mundo moderno. Es lo que él mismo denomina estado de excepción . El campo de concentración se abre en el momento en que el estado de excepción pasa a convertirse en regla y la política se transforma en biopolítica . Los campos producen la figura del musulmán , situado entre lo vivo y lo muerto, entre sujeto y objeto, obligándonos a replantear la ética tradicional y a revisar el conjunto testimonial. El testimonio es el responsable de la separación entre el viviente y el lenguaje y testimoniar es dar cuenta del proceso radical de esa desubjetivación. Se construye de esta manera un nuevo sujeto tan potente como para negarse a sí mismo hasta llegar a la imposibilidad de utilizar el “yo”. A pesar de que corremos el riesgo de dividir la experiencia mostrando cada caso como único y vaciando la memoria social de su dimensión colectiva, es muy complicado dejar de testimoniar tras la vivencia de tal horror. 3 Poema y testimonio se ven así unidos en una misma lucha contra la realidad espeluznante y contra lo que se esperaría de un discurso político comprometido. Por la función oblicua de su testimonio, la poesía logra reunir al sobreviviente y al testigo y, devolviéndole la palabra a los que la han perdido, sugiere a su modo lo que el testimonio no logra decir, transformándose en testimonio del testimonio. Ahí donde la prosa explica, el poema comprende. Se ha tratado de exponer la idea de que el lenguaje simbólico del testimonio indirecto resulta ser, si no la única, sí la mejor salida que encuentra Max Aub para expresar su experiencia concentracionaria. La poesía ahuyenta sus demonios y le permite sobrellevar, si se nos permite usar este verbo, un medio completamente hostil para el ser humano. Incluso autores como Semprún que opta por el relato autobiográfico reconocen que la única posibilidad de transmitir parcialmente la sustancia de la experiencia ontológica radica en la expresión artística. Este trabajo se ocupará de las nociones de campo y desubjetivación , puesto que esos dos términos nos guían irremediablemente por una red conceptual bastante compleja a través del problema sociopolítico de los campos de concentración en el siglo XX y hemos elegido a Max Aub como hilo conductor del dolor y el encargado de, mediante su literatura, volver a dotar al hombre de la humanidad robada. La existencia de los campos de exterminio, hoy por hoy, es aceptada por la inmensa mayoría; sin embargo, hay quien afirma que no constan pruebas para establecer su citada existencia, salvo los testimonios de los supervivientes, de cuya veracidad desconfían. Esta corriente es conocida como negacionismo del holocausto o revisionismo , lo que es considerado delito en varios países europeos, y está penado con prisión. Se considera a Paul Rassinier como el iniciador de esta corriente, al publicar, en 1950, el libro Le Mensonge d’Ulysse . Los revisionistas avalan su teoría en la falta de documentos firmados por Hitler que denotasen que lo referido al exterminio hubiera sido cierto, hasta 4 el punto de considerar al Führer como un juguete roto, como una “víctima” más del movimiento fascista.