El Grabado Y Las Arquitecturas Efímeras
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Laboratorio de Arte, 5-tomo 2-1992 http://dx.doi.org/10.12795/LA.1992.i05.24 EL GRABADO Y LAS ARQUITECTURAS EFÍMERAS. CINCO EJEMPLOS DE CENOTAFIOS SEVILLANOS DEL SIGLO XVIII por ROSA MARÍA SALAZAR FERNÁNDEZ Los cinco ejemplos de "arquitectura efímera" que se exponen, fueron construidos a lo largo del siglo XVIII en la ciudad de Sevilla, a excepción del realizado en Ceuta en memoria de Benedicto XIII. Tanto sus artífices como los grabadores que plasmaron tales máquinas y el boato que Jas rodeaba pertenecieron al círculo sevillano. En este trabajo se intenta resaltar la importancia que el grabado tiene como testimonio gráfico dentro del mundo artístico. Five exemples of "Ephimer Architectures" are presented in this paper. Ali of them were building at Seville during the XVIllth century, except one made in Ceuta, devoted to Benedictus XIII. Toe architects and the desiners who made that pieces belonged to the sevillian circle. In this paper one try to show the main paper of the engraving desing among the artistic world. Los impresos que se publicaron con motivo de solemnidades fueron numero sos, ya fuese en la capital del Reino como en provincias. La descripción de este tipo de festejos era tradicional desde el renacimiento; pliegos y folletos daban cuenta detallada de los mismos. A estas publicaciones pronto se añadieron los grabados, bien sueltos o formando parte de ellos, que es el caso que nos ocupa. El siglo XVIII deparó gran número de estas obras, constituyendo verdaderas 1 joyas bibliográficas y documentales • Gracias a esta vertiente podemos conocer, l. FERNANDEZ DELGADO, Javier: Política y Memoria del Buen Gusto. Las fiestas reales de 1789, Rev. Goya, 181-182, pág. 63 y ss. LABORATORIO DE ARTE 5 (1993) 77-100 78 Rosa M. Salazar Fernández por un lado, dibujos, proyectos e innovaciones de artífices, sin los cuales tendría- mos una gran laguna en la Historia del Arte; y, por otros, estos ejemplares constituyeron un vehículo de difusión de los mismos entre diferentes centros culturales, especialmente con Hispanoamérica. A través de ellos llegaron al con- tinente las últimas novedades artísticas que se estaban haciendo en la Península. No debemos olvidar que este tipo de representaciones -generaban verdaderos concursos de diseño, en los que participaban los artistas más representativos de la ciudad. No solamente eran los arquitectos creadores de la obra, también había escultores, pintores, plateros, estofadores, bordadores, e incluso los músicos, los que contribuían a la realización de la máquina conmemorativa. Estas arquitecturas funerarias tienen su origen en las "capellardentes" italia- nas, hechas de madera que imitaban los materiales de piedra o el bronce. En ellas se incluían verdaderos complejos iconológicos a base de pinturas, esculturas y orfebrería. Los borbones las retomaron y las magnificaron, creando un prototipo de máquina que pasa a España en el siglo XVII y se continúa, casi sin variar su estructura, durante la centuria siguiente. Esta suele tener forma de templete, bien de planta circular o poliédrica, que asciende a la manera de una torre; guardan todas las reglas de la arquitectura y los órdenes clásicos, son exentas, estando muy influenciadas por los templetes de las custodias procesionales, diferencián- dose tan sólo en las dimensiones y en la iconografía, donde la Fe es sustituida por la muerte y la Eucaristía por el féretro. Se ubicaron dentro de las iglesias, convertiéndose éstas en escenario de "jue- gos de ingenio" que conjugan lo religioso y lo social y donde el arte sirve para crear espectáculo, consiguiendo una ilusión espacial que transforma los elemen- tos ideológicos en teatrales. En el texto de la descripción del cenotáfio a Bene- dicto XIII, por ejemplo, nos dice: "... en la periferia de tan espacioso teatro...", poniendo de manifiesto con ello que eran conscientes de la transformación que debían sufrir los templos en tales conmemoraciones para convertirse en magnos escenarios, donde ningún detalle profano se escapaba: altares y capillas se enga- lanan con terciopelos, gasas, brocados, luces, música... Cada estamento tenía su sitio en esta pompa y la ciudad contribuía a la misma con los repiques de campanas del resto de las iglesias. Buen ejemplo de ello es la descripción que nos hace Juan Antonio Carrascal sobre las personalidades que participaron en las honras fúnebres de Felipe V de Borbón: "y a todo preparado con el primor, sumptuosidad, y asseo, que pudiera envanecer la mas opulenta Corte del Christianismo, ocuparon sus sitiales enlutados nuestro Ilmo. Prelado con sus Assistentes el Arcediano titular, D. Gaspar Delgado, y el Canónigo Don Francisco de Guevara Vazconcelos al lado de el Evangelio, y al opuesto el Señor Comandante Excelentissimo, conforme a estylo inveterado. Seguiala contigua, y en un tapete por tierra su consorte dignissima la Excelentissima Señora Doña El grabado y las arquitecturas eftmeras. 79 Maria Quesada, acompañada de la Señora Doña Josepha su hija unica; a poco distrito, y ante el portatil pulpito prevenido, seguia por aquel lado la Ciudad en sus bancos, cubiertos de negro, frente de esta; y en su taburete, que como a Teniente de Rey se le reservaba, sin olvidar para esta la distincion, que merece por su ilustre Cuna, estaba el Brigadier Don Juan Joseph Palafox y Centurion, Coronel de el Regimiento de Murcia. Continuaban las dos primeras filas las dos Familias Religiosas de San Francisco, y Trinitarios; y cerrada el lucidissimo congresso el venerable Cabildo en su Choro con el resto de todo el Clero ocu- pando los asientos mas propinquos a los anunciados, Coroneles, Tenientes Coro- neles, Caballeros y Capitanes, con el total de la lucida oficialidad...". En todo este escenario y como engalanamiento del monumento aparecían los emblemas, jeroglíficos y epitafios (discursos moralizantes); su temática va desde las divisas de la persona honrada (sus virtudes, escudos de Ordenes y casas nobiliarias) hasta toda una simbología del poder imperante. Unido a este complejo iconográfico está, como una constante de este tipo de arquitectura efímera, la simbología de la fugacidad de la vida: la tumba es consi- derada como un microtemplo que alberga relojes con alas (rapidez con que llega la muerte), el esqueleto, calavera, etc... (las riquezas no son nada, la muerte siempre triunfa) y los cirios (subraya la vida apagada). Para nuestro trabajo hemos escogido cinco libros narrativos de fiestas fúne- bres impresos en Sevilla, donde se describen los túmulos realizados, cuatro en esta capital y uno en Ceuta, a lo largo de este siglo. Todos ellos albergan graba- dos, como complemento gráfico del acontecimiento contado en el texto. Los grabados que nos ocupan, son a buril y sólo aparecen en ellos el monu- mento, prescindiendo de todo el entorno circunstancial que los rodeó. Por ello era necesario transcribir el texto original para apreciar la magnitud y el boato de este tipo de conmemoraciones. El orden escogido para su exposición es el crono- lógico, ya que texto y grabado siguen una evolución del gusto estético de los años de esta centuria. Antes de ello, cabe señalar que estos impresos constan de las siguientes partes: descripción de las glorias realizadas en vida por el difunto; reunión y decisión de la comunidad para organizar el funeral; y, por último, descripción del ceremonial; procesión, música, programa decorativo del templo y el túmulo, y por último un breve resumen de las personas asistentes al mismo. 80 Rosa M. 1 Salazar Fernández MONUMENTO FUNERARIO DE LUIS XVI 2 Este grabado lo incluimos en nuestro artículo por considerarlo de gran impor- tancia para el análisis de los restantes. Omitimos su descripción ya que la doctora María José del Castillo 3 recientemente publicó un trabajo excelente sobre el mismo, en el que hace un estudio exhaustivo sobre el monumento que realiza Jerónimo Balbás y que aparece en el impreso grabado por el artífice Xpl. Guerre- ro de León, del que sólo conocemos esta plancha. MONUMENTO FUNERARIO A BENEDICTO XIII ° Las exequias de Benedicto XIII se celebraron en Sevilla en los día 5 y 6 de junio de 1730. Se acordó levantar un monumento funerario en el convento de San Pablo por haber pertenecido el Pontífice a esa Orden. La máquina era cua- drada de forma piramidal de tres cuerpos de altura, teniendo 9,13 metros de alto, 4,56 metros de ancho y 5,91 metros de longitud. El féretro iba en el tercer cuerpo; el conjunto se adorno con esculturas, pinturas, a la manera de los reta- blos, y platería. Los colores predominantes eran el rojo y la plata. El resto del templo se engalanó de terciopelo negro y oro con multitud de antorchas y velas. Todo ello unido a un complejo esquema iconográfico que exaltaba la vida del difunto y la orden dominica: dipticos, epitafios, escudos de predicadores, cachorrillo de plata con hacha encendida, ramos de azucenas igual- mente de plata, trofeos, tiaras, mitras, capellos, borlas, etc. En el grabado sólo aparece una firma, Félix Berlingeu, sin especificar fecit, inventit y deliniavit, por lo que creemos debió ser el autor del proyecto de cenotafio, y a su vez grabador de la plancha. La descripción que su autor hace es la siguiente: "Todos los Altares de la Iglesia, i Capillas de el Compas vistieron en sus frentes terciopelo, de negro atezado color, i perfilado con franjas de oro; trasla- 2. Grabador y dibujante: Xpl. Guerrero de León. Inventor: Jerónimo Balbás. Impresor: Juan Francisco Blas, impresor mayor. Medidas: 565 x 330 mm. Técnica: Buril. 3. CASTILLO UTRILLA, María José del: Jerónimo Balbás y el Mausoleo de Luis XIV en Sevilla, Rey . Laboratorio de Arte, 1989, n. 2 2, pág. 115 y ss. 4. Descripción de las suntuosas exequias i oracion funebre que a la feliz memoria de el Sr. Benedicto XIII Pontifice Maximo, del Sagrado Orden de Predicadores, consagró el Real Convento de S.