REPOBLACIÓN DE LA VILLA DE CiABROVILLAS . 28:1

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REPOBLACIóN DE LA VILLA DE GARROVILLAS. ESTUDIO GEOGRÁFICO.

Bajo tres aspectos me permití recomendar (1) la carta de repo- blación de la villa de Garrovillas (11 Febrero, 1340): el histórico, el geográfico y el lingíiistico . Del histórico he apuntado lo sufi- ciente para que otros, más afortunados, hallando las fuentes del documento, despejen todos los datos del problema y lo resuelvan por completa . Para ilustrar el geográfico acompaño un croquis del termino señalado en el privilegio do Alfonso XI á Garrovillas. En él van señalados todos los sitios notables que han llamado la atención de los anticuarios y personas estudiosas. La estación de Cañaveral, perteneciente á la linea férrea de Madrid-Cáceres-Portugal, se encuentra situada entre el arroyo Pizarrosa y la calzada romana llamada. vulgarmente de la Plata. Esta calzada atraviesa la línea por lo alto de la trinchera primera que toca con el andén . Desde este sitio pueden tomarse dos cami- nos para ir al punto de partirla llamado la Silla (2) en el deslinde designádo en el privilegio: uno, retrocediendo á tomar el arroyo Pizarroso, arriba hasta el punto en que se divide en dos, de los cuales el de la derecha conduciría al puerto de los Castaños y el de la izquierda á la Silleta. El otro camino, desde lo alto del des- inonte ya mencionado, siguiendo la calzada arriba hasta los huer- tos, dejándola á la derecha y siguiendo por la carretera hasta el puerto de los Castaños, desde el que, dirigiéndose al O ., por cima de los cercados, se puede ir al dicho punto de partida, lla- mado la Silleta de Cañaveral, quedando á la izquierda y por bajo

(1) BOLETÍX, tomo XXXIV, Pág. 146. (2) «E su término es este que ecmienza de somo da sierra de eanaverado da sylla » BOLETiN, tomo xxxiv, páó. 142. Togo XXXIV . 19

290 SOLETiN DE LA REAL AÇADEíMIA DE LA HISTORIA .

el castillo llamado en el privilegio Castillo de Grima . Desde la Silleta, continuando en dirección á poniente al cerro Macadilla, nombrado en el deslinde de Galisteo, se deja á la derecha el con= vento del Palancar, fundado por San Pedro de Alcántara, hoy ocupado por religiosos. En él se conserva el edificio primitivo, y es digno de verse por sus diminutas dimensiones, pues su iglesia, teniendo tribuna ó coro alto, presbiterio, copula y todo lo corres- pondiente, no tiene más que 2 m . de ancha y su longitud pro- porcionada. A su coro alto y á doce celdas da entrada el claustro; éste rodea á un patio de 2 m . escasos de luz, y de él se baja por una estrecha escalera, situada en un ángulo, á todas las demás dependencias necesarias . Es una miniatura . También se deja â la derecha la villa del Porteiuelo hasta encontrar el arroyo del castillo (Cantil viejo), que pasa por la población, y tornando la dirección al S, se deja á la derecha el santuario de Villasbuenas, de donde procede la venerada imagen en Garrovillas del Cristo de las Injurias, llamaría así porque la apedrearon unos judíos cuando estaba en este santuario. De aquí va á pasar el Tajo por el vado Llano; y siguiendo por donde está enarcado en el croquis, va por Santo Domingo, por el S. de Altagracia, por entre y 1tlouroy á cruzar otra vez el río, entre y Talabán por el punto en que el arroyo Pizarroso tributa. sus aguas al Tajo . Desde este punto no seguía el arroyo Pizarroso arriba, senUn hoy sigue el término del Cania- veral, sino que, después de seguirle algo, le dejaba á la derecha y, pasando por baja de San Bonito, iba á buscar la calzada en el punto en que la corta el camino de Cañaveral al santuario de, San Bonito, cuyo camino tiene un puente romano sobre el Guadacín. De aquí seguía la linde la calzada arriba, segün el privilegio lo dice, hasta volver á la Silleta del Cañaveral . Dentro de este redondel, como dice el privilegio, o en sus inmediaciones, van señalados los puntos de que hay escrito algo por las personas ó en los documentos siguientes : En la contestación al interrogatorio de 1775, dada por D. Fran- cisca Narciso Geut y D . Francisco de Granda Rivero, manuscrito existente en el archivo municipal de Garrovillas, 'se dan noticias del convento de San Francisco, de la ermita de la Magdalena,

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según la crónica de la Orden de Alcántara, del puente de Alconé- tar y de un miliario colocada á su entrada y otro á media legua . Los autos del debate entre el concejo de Garrovillas y D . Diego de Guzmán, conde de Alba de Aliste, habidos en 1514 y existen- tes en el archivo municipal, dan noticias del égido Floriana y de los despoblados Monrobel y Prescrïbán. Masdeu en el tomo xix, páginas 20 y 21, se ocupa de la ermita de Nuestra Señora de Tiebas, y el Diccionario de Madoz de la primera destrucción del puente de Alconétar. Viu, en sus Antigüedades de , tomo i, y en el Diccionario de Miñano, escribe de Túrmulus ó Túmulos, del puente Mantible, Torre de Floripes, vado del Ciervo, Aguas Muertas y demás sitios citados en la historia fabulosa de los Doce Pares de Francia ; y además, del pueblo quemado y sus ladrillos hechos piedra pómez, del despoblado del arroyo de la ó Higala y del castillo de los Lucillos. D, Felipe León Guerra, en su opúsculo impreso en Coria en 1883, de Notas á las antigüedades de Extremadura, por don José Viu, hace referencia del despoblado Pedro Hurtado, Turmuli, Puente Mantible, Cerro del Castillo quemado y su piedra, pómez,. despoblado de los Villares, del otro que está en el arroyo de la Higuera, del cerro de la Horca., castillo del puerto de Cañaveral y de las vagas de Guadacfn ó de Garrate y sus túmulos. D. Vicente Barrantes, en el Aparato Bibliográfico, letra C (casar), se ocupa de la ermita del Prado, de Nuestra Señora de Almonte, de San Benito, de Pedro Idurtado y de la Lancha de Valdejuan . D. Jeronimo de Sande, en el indice manuscrito que yo poseo de las monedas de su colección, que hoy me pertenecen, menciona el despoblado de San Blas, el del Encinejo, el de las corraladas de la Casita, el de frente á la Bóveda de los Romeros, el que está al pie del cerro Garrote, el de los Villares, el llamado de San Benito, el del arroyo de la Higala y el que está contiguo al cas- lillo de Alconétar. Ahora haré una ligera mención de las cosas notables de cada uno de estos sitios, señalados en el croquis, principiando por la parte N . En la presa del molino situado entre el pueblo de y

992 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA . la calzada romana hay una piedra con una inscripción, ya cono- cida !1), sirviendo de corredera á la compuerta . En el despoblado de la dehesa Encínejo, situado entro los. caminos que van de á Holguera y Riolobos, en un cerro y á. orillas de un arroyo, á media legua al oriente de Torre_. joncillo, se han encontrado monedas romanas de Diocleciano,. Marco Aurelie$, Severo, Alejandro, Decio, Galieno, Maxencio Y Decencio, esto es, anteriores al año 353 . En la parte S . de Torrejoncillo se encontró un vecino el, año 1838 una olla llena de monedas de cobre ; entre las cuales las había de Teodora y Helena, hijas de Constantino Cloro, de Crispo,. Flaccidia, Constantino, etc., hasta el alzo 395 . El castillo de Cañaveral o de Grima, está arruinado en un, cerro al 0. y muy próximo al puerto de los Castaños ; en sus. 3,ainas é inmediaciones se encuentran bastantes monedas roma- nas . De este despoblado proceden la ce Augusto, sin nombre de. localidad (con reverso de planta de anfiteatro) ; la de Domiciano, -le plata, y una celtíbera que atribuyen á Castulo (2), que perte- necieron á la colección de D . Jerónimo de Sande. Cerca de sus. ruinas y de la calzada se descubrió la lápida romana sepulcral de- la pag . 26 de las Notas á Viu, de D . Felipe León Guerra (IHüb- ner, 796) . En el cerro alto, que está al saliente y forma el puerto de los Castaños, dicen que hay las ruinas de otro castillo; yo no he- subido, pero he visto bien marcado el ancho y antiguo camino que, saliendo de la calzada romana, conduce á la cima del cerro. Es probable que este punto estratégico, llamado Puerto de 103 Castaños, estuviese defendido por el castillo de Grima y por este otro, situado en mayor elevación, al que llamarían en tiempos pasados castillo de Grima alto, de donde tomaría Grimaldo su nombre, pues los primeros señores de este pueblo eran Trejos da apellido y no Grimaldos. Al abrir los cimientos para construir la ermita de Nuestra Señora de Tiebas, una legua al SE . d e Casas de Millán, se encon-

(l) BOLI?TíN, tamo XXIX, pág. 546. (2) Hübner, }ianzsnaentn, linguae iberécae, núm . I1S.

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traron en 1&87 las tres inscripciones que copia Masdeu en el tomo xlx, páginas 20 y 21, por las que pretende que en este sitio hubo un templo dedicado al Máximo Jupiter Capitolino. Cerca de la ermita de San Benito, situada entre la calzada romana, el río Tajo y el arroyo Pizarroso, se ven las ruinas de Monrobel, en el cual estuvo de muy niño, en una boda, un anciano que declara en la información abierta en el año 1514, en los autos del pleito de Garrovillas con D . Diego Enríquez de Guzmán, conde de Alba de Aliste, sobre el Ogido de Floriana. De sus ruinas procede una moneda de la colección de Sande conme- morativa de una concordia : Paulus Lepidus-Te7"e~atíus Paullus . En el otro despoblado, junto al cerro de Garrote, del que tam- bien se ocupa la información sobre Floriana, llamándole Prescri- ban, se encontró una moneda de Mérida dedicada á Augusto ; perteneció á la colección Sande. En las vegas de Garrote, ó del arroya Guadacín o Guadancil . que de los dos modas se nombra y creo que el más propia es of primero, porque este arroyo recibe las aguas de Cañaveral y de la Silleta, que corren al S., y el otro que de la Silleta corre hacia el N . y pasa por 1Tolguera le llaman del Acín ; á una dehesa del mismo modo, y el despoblado del Encinejo debió llamarse Acinejo . Este concurso de nombres parecidos da lugar á sospechar que hubo próxima al nacimiento de los dos arroyos alguna población llamada Acín, por la que se llamase al uno arroyo de Acín y al otro Guadacin, esto es, río de Acín . En esta vega, dice D . Felipe León Guerra en su opúsculo de Nota á Viu, pag . 211, ocurrió «que mandó en 1874 un vecino de »Garrovillas á un criado que destruyera, para hacer un corral ,)donde encerrar vacas, unas grutas o cuevas que había en aquel »sitio de su propiedad ocultas entre la multitud de altas tamujas }que allí se crían; y cuando lo ejecutaba el criado oyó venir al »suelo una cosa con sonido metálico, que vió era un cuchillo de zpiedra que llevó luego á su amo con la noticia de lo ocurrido . mParticipóselo éste á su amigo D. Jerónimo Sande quien, sin »parar con operarios y herramientas, fue allá y encontró que era »aquello un dolmen 0 vivienda de gente de la edad de piedra,

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294 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA . »habiendo hallado en su recinto más cuchillos y puntas de lanza »y de flechas de sílice., hachas de piedra, y como cuentas de colla- res de piedras finas de varios colores, agujereadas, y además »pizarritas con caras y manos y caracteres desconocidos, figurado »todo ello toscamente con rayas» . Todo esto, menos las pizarritas con caras y manos y caracteres desconocidos, es hoy de mi propiedad. Las hachas y dernas ins- trumentos percutidores son de piedra diorita sin pulimentar,. entre los cuales se distingue por su rareza una gubia perfecta- mente hecha. Los instrumentos para cortar y aserrar son de cuarcita ó de piedra de fusil, y tan perfectamente hechas las sierras, que pueden funcíonar en los cuerpos tan duros como el acero; las puntas de flechas son de cuarcita . Además de lo men- cionado por León Guerra, se encontraron objetos de cerámica, muy tosca, formando vasos de 5 y 12 cm. de diámetro; pendien- tes de cobre nativo, una punta de lanza y un cuchillo de la misma forma que los de cuarcita . Se halló además una cosa de la que tampoco hace mención, que son las dos pizarras, cuyo dibujo al tamaño natural es adjunto, en el cual, por haberse encontrada con ellas las .otras con los dibujos de caras y manos, que demues- tran la afición de aquellas gentes al dibujo de figura, me he atre- vido á completar con puntos lo que yo atrevidamente supongo que les falta, figurando guerreros de tipo así como asiria. Sigue el Sr. Guerra diciendo; ó más bien dicho escribiendo,, que «la figura del dolmen era un cuadrilongo con las esquinas »redondeadas; formadas las paredes, no de granito, que allí no, »hay, sino de grandes pizarrones de diversas anchuras, de pie »clavados en aquel suelo calizo arenoso, y de igual materia el »techa, defendido todo por un terraplén empedrado y en declíve »y teniendo al E. la entrada, en que hay un pozo de dos metros »de hondo y uno de ancho . A cosa de 50 metros al N. halló otro »más conservado, de figura circular {la de la cámara es rectangu- »lor), teniendo 2 metros y 34 centímetros de N . á S., y 3 metros »y 1 decímetro de E. á C)., compuesta de 9 grandes y gruesas »pizarras, en pie, clavadas en el suelo, no labradas ni de igual »anchura, teniendo la que más de esto 1 metro, elevándose el »techo, de la forma que el otro, 1 metro y 55 centímetros, y arro-

REPOBLAMN DE LA VILLA DE GARROVILLAS . `

»palo todo por el terraplén y enrollado con salidos de 20 metros »50 centímetros E . á O ., y 15 metros y 80 centímetros de N. á S. »Su entrada cae al E. y la forman dos enormes guijarros y enci- ma dos grandes pizarras, teniendo delante como un atrio y »debajo el pozo también para defensa . » De este túmulo, que tiene en su entrada los dos enormes gui- jarros, es el plano adjunto . Dice además, el Sr. Guerra, en su relación, de cuya exactitud no dudo, porque he visto la mayor parte de lo que refiere, que «este dolmen fue destinado á encerrar becerros, y el anterior á »servir para fabricar el corral proyectado para vacas . En la misma »vega vió D . Jeronimo además otros tres dólmenes, á que solo »faltaba el techo y algo del terraplén, y restos de otros cinco (to- »dos estos se ven hoy entre la línea férrea y la carretera), y en el cerro de la Horca otro, y otro en el del Cantador; y en las demás »cerros inmediatos, le dijeron los labradores y pastores, que tam- bién los había parecido aquello una población de tan remotas »gentes. Otro dolmen así había visto, en 1884, en el sitio llamado »Otanda, del mismo término, el propio D. Jeronimo, á cuya »amistad debo estas noticias y algunos de los objetos encontra- dos . Viu habla en la página 244 de dólmenes ó actas cerca de »Valencia de Alcántara y en la dehesa de Ilayorga, como los »generalmente descriptos y no como estos .» Creo, sin embargo, que los últimos indicados, ó generalmente, descritos, son lo mismo que éstos (y perdóneme la buena memo- . ría de mi amigo el Sr . Guerra), aunque aparentara otra forma: porque ha desaparecido el terraplén y empedrado, como puede comprobarse en los que, adornas de los citados, hay en esta pro- vincia en la dehesa boyal de la Zarza, entre el pueblo y la fronte- ra de Portugal ; y fuera de ella en los de Antequera y otros pun- tos muy conocidos ; pues bastaría desnudar del empedrado y te- rraplén a uno de éstas que están completos, para que aparezca de la forma de los otros, generalmente conocidos . En la página 75 de la Vetonia, de D . Joaquín Rodríguez, inserta una descripción muy bien hecha por el Sr. Malo de Molina, de otras dos soberbios túmulos, cuyas cámaras están formadas de la misma manera ; Pero con piedras de granito de 5 varas de largas, situados confor-

296 BOLETiN DE LA REAL ACADR111A DE LA HISTOLIA . me se sale de Trujillo, por el camino de la Madroñera, más allá de la huerta de Papa-Naranjas, tornando una calleja á la izquier- da que desemboca en un llano, en el cual se encuentran, el uno abierto y el otro sin abrir, con su terraplén correspondiente. No sé si continuará sin explorar este último . El terraplén con el empedrado les da tanta consistencia que re. listen fácilmente las inundaciones de los ríos, tales como el Rue- cas y el Guadiana, en cuyas márgenes, del término de Don Benito, me han referido que han visto los muchos que hay en ellas en- biertos por las aguas, y aparecer despuës de la inundación sin detrimento alguno . Yo no los he visto ; pero á los que me han dado noticia de su forma (extrañándose de ella porque, parecién- doles monuculos empedrados construídos para eras, no tienen la forma conveniente para trillar las mieses, á causa de ser esférica), conociendo, por sus relaciones, sil destino, no les he querido de- cir que son túmulos como estos de que nos hemos ocupado, para que no los abran y se conserven hasta que personas que sepan apreciarlos los exploren . De muchos túmulos, que había en las vegas de Garrote cuando se construyó la calzada romana inmediata, debiOse originar el nombre de îurmulos á la mansión próxima . El Turuñuelo es el cerriel del Torruño castil viejo (1) mencio- nado en el deslinde . Está inmediato al cordel ó camino pastoril por el que transita el ganado, y cerca de allí pasa el río por un puente de barcas de los que llaman lurías . En lo alto del cerro hay las ruinas de un castillejo . La ermita de la Magdalena, fuë un templete romano inmediato á la entrada del puente Mantible, en la que, según la Crónica de la Orden de Alcántara, había unas letras que maniîlestan haber sido dicho puente obra de Julio César; hoy no existen ni siquiera los escombros de la ermita . Entre ella y el puente estaba el mi- hario LXII. Del que se han ocupado Viu y otros muchos, era otro distinto conmemorativo de reparaciones. El puente romano, llamado vulgarmente Mantible, permaneció

(t) Bars ríN, tomo xxxiv, pág . 142, línea antepenúltima .

REPOBLACIóN DE LA VILLA DE GARROVILLAS . 29% intacto, según se lee en el Diccionario de Madoz, hasta el año 1230, en cuya época, habiendo el rey de Leen D . Alonso IX perseguida á. los moros hasta la villa de Galisteo, que sitió y tomó, 5e retiraron los enemigos d la villa de Alconétar y la destruyeron . Después de esta cortadura y su reparación, lo cortarían otra vez antes del 1340, según se deduce del privilegio de Garrovillas, y rehabilitado segunda vez, lo derribaría alguna crecida de las aguas, y no la mano del hombre, porque se ven debajo del agua las pilas enteras con sus arcos, que . se conoce han sido despedi- das de sus fundaciones de hormigón, haciéndalas girar como charnela el impulso de las agùas . Alrededor de las ruinas de este puente van señaladas los sitios cuyos nombres figuran en la histo- ria fabulosa atribuida á Turpín, cuyos orígenes pueden verse ilus- trados en el tomo vi del 130LETíN (1) por el Sr. Fita, y de los que se valió el seudónimo Dorningo Turpín, en el sigla xvz para for- jar el libro titulado Los Doce Pares de Francia, del que se ocupa Viu en sus Antigüedades de Extremadura y en sus notas el Dic- cionario de Miñano. Viu, Guerra y otros varios hablan del cerro del castillo quema- do; en que se encuentra piedra pómez, dicen unos, y otros dicen que ladrillos y pizarras tan poco pesados que tirados al Tajo los lleva la corriente de las aguas sobrenadando como á sus espumas. Algunos han supuesto que serían productos de volcanes, hoy apa- gados en aquellos cerros, por abundar estos extraños materiales i° ocupar gran extensión en los alrededores del puente. La supo- sición de que eran ladrillos tan lineros que nadaban, me excitó el deseo de conocerlos para ver si estos ladrillos eran como los que dice Vitrubio que se hacían en España, en una población que llama Calentum, los cuales, como éstos, eran menos pesados que el agua. No pude resistir este deseo y fui á reconocer los sitios . Dos cerros hay que, los naturales del país, llaman del Castillo .quemada: uno muy cerca de la estación del Tajo, entre la línea férrea, el río y la carretera ; en el que recogí algunas pizarras, hechas, por el calor que habían sufrido, tan porosas y de tale ,

{ll Páginas ?~3-28~.

29 8 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA . poco peso, que nadan efectivamente mientras se saturan de agua ; pero se ven muchas que el aspecto de piedra pómez no le tienen mas - que á un lado ó punta, y en la parte opuesta se presentan con la compacidad y aspecto igual á las demás que forman el cerro. Esto, y los pocos restos de construcciones que allí subsis- ten, y su situación', me hacen creer que estas pizarras proceden de las paredes de hornos de fundición antiquísimos, destinados á la fabricación de puntas de lanzas . De que son antiguos me per- suade la circunstancia de que enseñaron una moneda de las feni- cias atribuídas á Vama (1), que momentos antes de yo llegar ha- bían encontrado en el mismo buen estado que otra igual que yo poseo, procedente de la inmediata villa de Garrovillas ; y juzgo que lo que se fundía en los dichos hornos serían lanzas de bronce, por una punta que hoy tiene un vecino de dicha villa encontrada cerca del otro cerro, que también llaman del Castillo quemado, la cual es de bronce y de la forma igual que las que se ven repre- sentadas en las monedas ibéricas . La situación de estos hornos es muy buena para esta fabricación ; los remansos del Tajo les ofre- cían abundante y fino lodo para los moldes, y el estar situados á la orilla del río, pero á bastante altura, les proporcionaba facilidad para el acarreo del combustible y del metal, tal -vez producto de algunas minas de cobre que explotaran allí próximas, pues hacia el sitio que llaman Valle de los Herreros, no hace mucho que descubrieron y denunciaron filones de este metal, y el zinc abun- da en la comarca. El otro cerro del Castillo quemado está un cuarto de legua más arriba de Alconétar, en la orilla opuesta del Tajo, cerca del vado del Ciervo y frente al egido de Floriana, per- teneciente á la villa de Alconétar, contiguo al castillo que hoy se conserva ruinoso en la confluencia de los dos ríos Monte y Tajo, al que la fábula dicha y los naturales del país llaman Torre de Floripes . Las corraladas de la Casita están tres cuartos de legua al N0, de Garrovillas, cerca de la era de la Tabla o Talla y de la Luria, en donde se ven vestigios de una población antigua, y aún se

(1) Hübner, Monumenta linguae ibeg ,ieae, núm . 136 .

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REPOBLACIÓN DE LA VILLA DE GARROVILLAS . 299 conservan trozos de las paredes de las casas . Entre estas ruinas recogió Sande una de las monedas acuñadas en Mérida, con el reverso de templa, dedicadas á Augusto . Este despoblado era, se- gún creo, el Garro que díó nombre á la villa; que . le llamarían así por habitar y actuar en él los garradores ó cogedores del im- puesto por el paso del río y el del término de la villa, portazgo, castillería, etc. San Blas es un despoblado un cuarto de legua al N0 . de Garro- villas, en el cual, en 11 de Diciembre de 1818, se encontraron una vasija grande llena de monedas de cobre perfectamente conserva- das, según Viu dice, que pesaron 6 arrobas, de las que él te- nía 300 . De este despoblado proceden 205 monedas, todas impe- riales, acuñadas antes del 408, que fueron adquiridas por Sande, en distintas ocasiones, las cuales pertenecen hoy á mi colección . La existencia en tiempos de los romanos de esta población, la anterior y otra al pie de la Bóveda de los Romeros, todas en el camino pastoril, nos puede hacer presumir que la Luria y este camino son anteriores al puente de Alconétar y la calzada roma- na de la Plata. En el despoblado Los Villares, un cuarto de legua al 0 . de Garrovillas, se hallaron una moneda de plata de Vespasiano y una inscripción sepulcral (Hübuer, 52'75) de Anio Triteo hijo de Caturón . Del despoblado del Arroyo de la Higala,-ó Higuera, dan noti- cias Viu, pág. 95 de sus Antigüedades, D. Felipe León Guerra y D. Jerónimo de Sande. El primero dice que bajo la dirección de D. Manuel Amado, cura párroco de Garrovillas se encontraron hasta 1 .000 monedas de plata, que comprenden desde el 240 an- tes de Jesucristo,. hasta el Triunviro Antonio; el segundo dice, que Amado mandó muchas á Viu y él tiene algunas, y que Son- de también las tiene. Sonde, dice que este arroyo está una legua al E. de Garrovillas á la izquierda de donde vierte sus aguas en Araya, en donde se encuentran las ruinas, y que en la. primavera de 1828 se encontraron las primeras monedas, y se siguen encon- trando cada vez que llueve. Este señor coleccionó en diversas fe- chas, hasta 21, que san de la misma época que dice Viu . En el despoblado de Santa Catalina, dice Sande, que encontró

300 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA . una lápida sepulcral con este letrero : Anniae Bouti f(ilia) h(ic) sita) e(st) . S(it) t(ibi) t(erra) l(evis) . [Gancinus] Niloci f(ilius) u[xori] f(ecit) . No he podido ver esta inscripción, ni averiguar su paradero. En otro despoblado que está una legua al S . de Garrovillas, luego que se pasa la cuesta derecha del arroyo de Araya, por el camino de Cáceres, frente á la Bóveda de los Romeros, se encon- traron, en varias veces, 4 monedas imperiales acuñadas del 169 al 416. De este puente, llamado bóveda, como se han llamado á los más antiguos de España, harían uso los romeros; y de la Luria, cuando el de Alconétar estuviese destruido, para ir á San- tiago de Galicia en sus romerías. De él no quedan señales ni ras- tros de su existencia antigua, aunque subsiste la memoria. Tres cuartos de legua al N. de Casar de Cáceres, está el despo- blado que llaman Pedro Hurtado, de que hacen referencia León Guerra y el Sr . Barrantes en su Aparato bibliográfico . Del Castillo de los Lucillos dice Viu, páginas 132 y 133, que hay muchos restos y se han encontrado muchas monedas ; y León Guerra, que estuvo allí y no vio nada de particular . Quizá no lo viese Viu y se refieran sus noticias confundidas con las de algún castillejo de la Dehesa de los Lucillos . Alrededor de la ermita de Altagracia he visto algunos sepul- cros abiertos en la roca granítica de los muchos que hay por allí próximo . Está este santuario cerca de la estación del Casar de Cá ceres y muy próximo á la venta de la Perala y al arroyo Valde- j uan, que cruza la punta más baja de la gran piedra llamada Lan- cha de Valdejuan, á que se refiere el Sr. Barran tes en su Aparato, tomo I, pag. 452 ; de ella y otras piedras inmediatas de forma ex- traña, y de la figura que tenía la oscilante destruida ya por las manos listas de hombres bárbaros y torpes, que estuvo sobre la lancha de Valdejuan, tengo el gusto de remitir unos dibujos . En todo este terreno granítico presentan las rocas formas extra- ordinarias, debidas á la descomposición que sufren en sus partes más blandas, que suelen ser las más próximas á sus lechos ó asientos . La desaparición de estas partes más blandas presta á las más duras, que se conservan, formas que más parecen obra del hombre que de la Naturaleza . Esto ha motivado que algunos se

REPOBLAGIóN DE LA VILLA DE GARROVILLAS. 30 hayan engallado y creído ver en todo este afloramiento granítico muchos monumentos megalíticos: menires, dólmenes, altares dcr sacrificios de los druidas, y otras cosas que no existen más que en sus acaloradas imaginaciones. Paro aunque se vaya previnien- do contra todo lo que pudiera dar lugar á una idea falsa, como yc-> iba al visitar por primera vez este sitio, es difícil sustraerse á las ideas fantásticas, hijas locas dula imaginación, nacidas á la vista de una piedra casi plana un poco en rampa descendente de N . á S ., de 300 pasos de largo por 50 de ancho, teniendo al lado oriental otras cuatro colosales señaladas con el núm . f, que parece que están colocadas y hechas á propósito como elevadas plataformas, para presenciar desde ellas alguna fiesta o ceremonia que se hi- ciera con la piedra oscilante colocada sobre el gran plano de la primera, en el sitio señalado con el núm . 3. La piedra movible tenia la forma que se indica en el dibujo ; la movía fácilmente un niño, á pesar de su mucho peso y grandes dimensiones. Las dos enormes piedras situadas sobre la punta inferior de la gran lan- cha (así llaman en el país las piedras planas que afectan natural- mente la forma de losa), señaladas con el núm . 6, parecen hechas y colocadas para que sirvan de puente muy cómodo para pasar el arroyo: las dos son sensiblemente planas y juntan por sus bordes, de tal manera, que hay que aprovechar algunos trozos de junta más abiertos para ver el agna que corre por debajo. Las piedras números 1 y 2, son parecidas á las de la dehesa de Lácara, cerca. de Algarrovílla de Mérida, de que se ocupa el Sr . Barrantes en su Aparato. La núm . 1 tiene una pila con su desagüe, á la que se puede subir por dos puntos opuestos utilizando sus toscas grade- rías ; y la núm . 2, que es la más baja, tiene dos desagües; pero na tiene escalones . En las inmediaciones de v Se- gura, hay muchas peñas con pilas semejantes á estas, que los campesinos creen que han podido servir para pisar uvas ; pero yo las he examinado detenidamente y no pueden servir para este uso, porque los desagües que tienen no están en disposición de poder recoger fácilmente el mosto, y en algunas imposible . Estas pilas se confunden fácilmente con las naturales que se forman en las rocas al descomponerse algunos de sus puntos más blandos ; Pero los campesinos y los que tienen la costumbre de verlas natu-

302 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. rales, porque habitan en terreno granítico, saben muy bien distin- guirlas . No es fácil averiguar qué uso se ha hecho de estas piedras; pero por la circunstancia de encontrarse en sitios en que abunda, ó ha podido abundar el arbolado, porque en la mayor parte de ellas cabe cómodamente á tenderse una persona, y por la proximidad á cementerios romanos, en que se suelen encontrar urnas cinera- rias, me han hecho sospechar que sirviesen para la cremación de los cadáveres, de manera que pudieran recogerse fácilmente sus cenizas . Esta suposición, si fuera acertada, despojaría de mucho interés é importancia á estos monumentos, porque dejaría de suponérsele altares druídicos de sacrificios y otros usos de más remota antigüedad; pero se aviene más á la manera de pensar de los que no quieren añejar las cosas para aumentar su mérito y creen que no es necesario remontarse mucho años en el curso de la historia para llegar á la Edad de Piedra en algunos puntos de nuestra Península, sin que por esto merme la importancia y va- lor de los monumentos y restos de su industria que se descubran para conocer sus desconocidas costumbres . La hechura de ciertas cosas, que hoy nos maravillan, ríos parecerían de muy poco ¡no- rito si conociéramos los procedimientos que emplearon para con- seguir lo que hoy nos parece tan difícil . Todavía dudo yo de que la piedra, oscilante de que nos ocupamos, la que hay en la sierra de Montanches (1), la, del Bodegón, cuyo sitio va señalado en el croquis, y otras semejantes, deben su cualidad de moverse fácil- mente á la mano del hombre; todo lo más que de artificio huma- no me atrevo á admitir, es que han utilizado piedras ya muy dis- puestas, naturalmente, para dejarlas apoyadas sobre otras en su centro de gravedad, de manera que luego fueran movidas fácil- mente. Esta, idea la sugiere la vista de la situada en el num . 5 . Es periforme ; está apoyada por su delgada punta que coincide con la línea vertical que pasa por su centro de gravedad: si á esta piedra se la dieran tres fuertes puntos de apoyo y la punta sobre que hoy descansa se cortara, y se preparara en la piedra que se apoya un hoyo en el sitio en que hoy tiene su punta, en cuyo

(1) Véase el dibujo de esta piedra oscilante y su explicación, en el tomo xr del Bo- LETfx, páginas I9 y 280.

REPOBLACION DE LA VILLA DE GARROVILLAS. 303

centro se dejara un pequeño resalto, ó se pusiera una piedra pe- queña y dura ; dejando luego caer la piedra sobre este lecho así preparado, quedaría en él apoyada sobre la línea de su centro de gravedad y con el movimiento apetecido, sin poder volcarse, y sin haber tenido que hacer difíciles maniobras, ni emplear mu- chos operarios. No se concibe que hayan elevado algunas de estas piedras á tan altos asientos, siendo hoy imposible hacerlo con todos los adelantos de la ciencia . De la calzada romana me limito á señalarla en el croquis y á señalar con cruces llenas los sitios donde hay todavía miliarios, ó se sabe de cierto que los hubo hasta hace poco ; y con cruces de puntos donde no los hay y debiera haberlas, por completarse en ellos la medida de la milla. ; pero advirtiendo que admito como cierto el miliario de junto al matadero vieja de Cáceres, que se- gLin la historia manuscrita de esta villa, citada por M . Cortés-, marcaba 44 millas de distancia á ltlérïda, y la rectificación que hace señalando á Sorores 24, en lugar de 26 ; y también admito ciertas las 62 millas que la Crónica de la Orden de Alcántara dice se leía en el miliarío próximo á la entrada del puente de Alcone- tar; así como también admito como positivo, que 2 .000 pasos an- tes de estuvo el miliario 102, segun asegura el Dr. Se- púlveda. Todo ello me parece lo más acertado; aunque se oponga algo â lo generalmente admitido, después de repetidas comproba- ciones que he hecho de las distancias recorriendo este camino de Mérida á Caparra, que son los dos puntos más ciertos .

Plasencia, 19 de Enero de 1892.

VIGENTE PAREDES. Correspondiente.

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