La Virtud De La Studiositas Y El Conocimiento 107 La Studiositas En Tomás De Aquino 107 1
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Contenido Presentación 95 Índice de la Tesis doctoral 99 Universidad de Navarra Facultad Eclesiástica de Filosofía Bibliografía de la Tesis 101 FUENTES: OBRAS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO 101 FUENTES SECUNDARIAS 101 La virtud de la studiositas y el conocimiento 107 LA STUDIOSITAS EN TOMÁS DE AQUINO 107 1. EL DESEO DE CONOCER: VICIO O VIRTUD 107 2. EL DESEO DE VERDAD 118 David VÁZQUEZ RAMOS 3. LA VIRTUD DE LA STUDIOSITAS EN TOMÁS DE AQUINO 148 LA CURIOSIDAD EN TOMÁS DE AQUINO 177 1. EL VICIO DE CURIOSIDAD EN TOMÁS DE AQUINO 179 2. EL DESPERTAR DE LA CURIOSIDAD EN EL MUNDO MODERNO 183 La virtud de la studiositas 3. LOS DELEITES Y LA CURIOSIDAD 189 CONCLUSIONES 195 y el conocimiento Índice del Excerptum 197 Un estudio desde Santo Tomás de Aquino Extracto de la Tesis Doctoral presentada en la Facultad Eclesiástica de Filosofía de la Universidad de Navarra Pamplona 2011 Ad normam Statutorum Facultatis Philosophiae Universitatis Navarrensis, perlegimus et adprobavimus Pampilonae, die 18 mensis octobris anni 2010 Dr. Henricus MOROS Dr. Sergius SÁNCHEZ-MIGALLÓN Coram tribunali, die 15 mensis octobris anni 2009, hanc dissertationem ad Lauream Candidatus palam defendit Secretarius Facultatis Sr. D. Eduardus FLANDES Cuadernos Doctorales de la Facultad Eclesiástica de Filosofía Vol. XXI, n. 2 Presentación Resumen: El deseo de conocimiento es algo propio Abstract: The desire of knowledge is proper to the del ser humano. La virtud de la studiositas regula este human being. The virtue of studiositas regulates this apetito de saber: en parte frenando el deseo descon- appetite of knowing. On the one hand it slows the trolado de todo conocimiento, en parte empujando al uncontrolled desire of all knowledge, and on the hombre a conocer aquello que le conviene saber, y a other it encourages man to know that which be- realizar el esfuerzo que eso siempre lleva consigo. La hoves him to know and to make the effort that this studiositas, como virtud moral, tiende a hacer virtuoso always entails. Studiositas as a moral virtue tends to ese deseo de conocer. Como toda virtud, ordena las ac- make the desire of knowing virtuous. Like all virtues, ciones del hombre según la recta razón; pero además, it orders man’s actions according to right reason. parte de su cometido es proporcionar a la prudencia Moreover, part of its duty is to provide prudence with el conocimiento que necesita para poder rectificar las the knowledge that it needs so as to rectify human acciones humanas. Proporciona el conocimiento para actions. It adequates knowledge to act well. The actuar bien. Su vicio opuesto es la curiosidad, que en el opposed vice is curiosity, which deep down signifies fondo significa una huída de la verdad. fleeing from truth. Palabras clave: studiositas, deseo de conocer, conoci- Key words: Studiositas, desire of knowing, knowledge, miento, estudio, verdad, curiosidad. study, truth, curiosity. El deseo de conocimiento aparece como un buen resumen de la dinámica humana: conocer y amar lo más alto, lo más grande, lo mejor. La virtud de la studiositas regula ese deseo de conocer, de manera que conduzca al ser humano a alcanzar el conocimiento de las verdades en las que, de alguna manera, se juega la vida, porque son las más importantes. La génesis del presente estudio tiene su razón de ser en la problemáti- ca planteada por la epistemología de la virtud angloamericana. Dicho pensa- miento ha tratado de salir al paso del actual escepticismo imperante también en la propia filosofía. Sin embargo, la definición de conocimiento, frecuente- mente utilizada, como «creencia verdadera justificada» parte, asimismo, de una situación inicial escéptica. Tratan de recuperar la verdad desde un punto de partida en el que ya se ha puesto en duda toda verdad. Pero es poco menos EXCERPTA E DISSERTATIONIBUS IN PHILOSOPHIA CUADERNOS DOCTORALES DE LA FAcultAD ECLESIÁSTICA DE FILOSOFÍA / VOL. 21 / 2011 / 93-197 95 ISSN: 1131-6950 DAVID VÁZQUEZ RAMOS que imposible recuperar la verdad desde ese postulado, a pesar de los intentos serios que se han llevado a cabo para explicar por qué conocer la verdad im- porta. La inmediación del conocimiento es necesaria para que pueda existir el mismo conocimiento. Sin una verdad inicial desde la que poder pensar, no es posible conocer. La profesora González-Ayesta estudia este problema en su libro sobre la verdad como bien. Esa obra ha sido el punto inicial de la tesis doctoral. El conocimiento de la verdad tiene un componente moral que es preciso diluci- dar, una relevancia que nos ha parecido motivo suficiente para llevar a cabo el presente estudio. Alcanzar la verdad no es simplemente alcanzar el fin de una potencia (la inteligencia), porque las verdades que el ser humano conoce son las coordenadas de su mundo; vive con ellas, en ellas. En la medida en que el hombre es responsable de su propio conocimiento, en esa medida el conocimiento contiene una dimensión constitutivamente moral. Y de esta manera, será al mismo tiempo lo más humano en el conocimiento, y también más libre. La comprensión humana más profunda pasa por la comprensión de las pasiones y los hábitos: cómo las estructuras volitivas e intelectuales pueden crecer siempre más y elevarse a través de los hábitos. Podemos decir, por tanto, que el principal interés de este estudio es situar en la dinámica humana la moralidad del conocimiento de la verdad. Santo Tomás de Aquino trata de la virtud de la studiositas en la II-IIae de la Suma Teológica. No dedica otras obras para tratar de esta virtud; sólo se menciona en otros lugares aislados. El pensamiento del Aquinate, por la amplitud del horizonte y su comprensión del hombre y de la realidad, es la escuela elegida como guía para la comprensión del hombre y de la moral en lo relativo al conocimiento. El modo de vida humano es precisamente una vida de conocimiento y amor. Es su modo concreto de vivir. Pero con ello aparece inmediatamente la libertad humana. La acogida y el reconocimiento de la verdad, de lo que las cosas son independientemente del sujeto que las conozca, es de capital importancia para poder vivir una vida plenamente humana. Y con la libertad, aparece también la responsabilidad moral en el conocimiento. La virtud de la studiositas viene iluminada, por contraste, con el estudio del vicio moral de la curiosidad tal como lo entiende Santo Tomás. En la primera parte de este trabajo se analiza detenidamente la moralidad del deseo de conocer y las disposiciones hacia la verdad que se encuentran en 96 CUADERNOS DOCTORALES DE LA FAcultAD ECLESIÁSTICA DE FILOSOFÍA / VOL. 21 / 2011 PRESENTACIÓN el hombre. Se estudia asimismo su lugar en el cuadro antropológico de los apetitos y deleites. En el ser humano todas las potencias tienen su correspon- diente deleite o gozo. El más elevado o espiritual debe ser el más indicativo del logro de la vida. Sin embargo, los deleites más sensibles son más intensos, debido a su necesidad para la pervivencia personal o generativa. Esta parte finaliza analizando la relación de lastudiositas con el conocimiento prudencial. Como virtud que tiene por objeto el conocimiento necesario para actuar bien, la studiositas proporciona a la prudencia todo aquello que precisa saber. Aquí está el punto central de esta virtud. Su objeto es el conocimiento desde el punto de vista moral: qué cosas es preciso conocer, cómo ordenar el apetito de saber, de conocer toda la realidad. Dado que la prudencia es una virtud inte- lectual que versa sobre las acciones humanas, sólo en la medida en que el hom- bre se ejercite en el conocimiento necesario para poder llevar una vida humana podrá la prudencia corregir dichas acciones. Necesita del conocimiento que le otorga la virtud moral de la studiositas. El vicio de la curiosidad centra la segunda parte. Partiendo del estudio que hace Santo Tomás en la Suma Teológica, hemos pretendido entender la cu- riosidad en relación con los apetitos y deleites del hombre. Como una defor- mación del deseo recto de conocimiento, ha tenido diversas manifestaciones y justificaciones a lo largo de la historia. La huida de la verdad es quizá como mejor se podría definir a este vicio. La actitud curiosa no acoge la verdad de las cosas; simplemente las consume, sin dejar que le afecten en su vivir. Es mero espectador que cada vez necesita nuevos y más variados espectáculos que nun- ca terminan de satisfacerle y de ese modo se incapacita para una deliberación sensata acerca de su actuación, bien porque se adelanta al placer del futuro bien porque se queda sólo en el gozo del presente. Y de ese modo su vida no adquiere la suficiente profundidad. La studiositas resulta una virtud a través de la cual el hombre desarrolla su vida en torno a la verdad. Significa darse la posibilidad de vivir conforme a uno mismo y a los demás, conforme a lo que son las cosas. Solamente la consideración metafísica de la realidad nos lleva a poder afirmar que es precisamente el ser de las cosas lo que marca las posibilidades de éstas en su desplegarse en el mundo. Las cosas no se han dado a sí mismas el ser. Del mismo modo, el ser humano debe descubrir en qué consiste su ser, quién es, para así poder actuar como persona. Fruto de este proceso de conocimiento, de descubrimiento, el ser humano se encuentra con que posee distintos niveles tanto cognoscitivos como volitivos. CUADERNOS DOCTORALES DE LA FAcultAD ECLESIÁSTICA DE FILOSOFÍA / VOL. 21 / 2011 97 DAVID VÁZQUEZ RAMOS De este modo hemos descubierto un modo más profundo según la cual el hombre debe conocerse a sí mismo, y el único conocimiento que vale la pena es aquél que nos conduce a ser mejores.