Nueva Antropología ISSN: 0185-0636 [email protected] Asociación Nueva Antropología A.C. México

Bravo Lara, Blanca Estela BAJO TU MANTO NOS ACOGEMOS: DEVOTOS A LA SANTA MUERTE EN LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA Nueva Antropología, vol. XXVI, núm. 79, julio-diciembre, 2013, pp. 11-28 Asociación Nueva Antropología A.C. Distrito Federal, México

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Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto BAJO TU MANTO NOS ACOGEMOS: DEVOTOS A LA SANTA MUERTE EN LA ZONA METROPOLITANA DE GUADALAJARA

Blanca Estela Bravo Lara*

Resumen: En este artículo se aborda el culto a la Santa Muerte partiendo de la experiencia de sus devotos, quienes, inmersos en un contexto socio-económico de crisis e incertidumbre, no encuen- tran las respuestas que requieren en las instituciones. La presente propuesta llama a incluir en el análisis del culto a la Iglesia católica, que en el caso estudiado: el área metropolitana de Guada- lajara en México, es la iglesia de origen de los devotos, como una institución que en la cotidianidad del devoto a la Santa Muerte y desde su perspectiva, no ha tenido la capacidad de satisfacer sus necesidades prácticas y religiosas. El artículo retrata las características del culto y su relación con el catolicismo. De igual manera, da cuenta del proceso que lleva al católico excluido e insatisfecho simbólicamente a convertirse en devoto a la Santa Muerte. Palabras clave: Santa Muerte, religión-base, religiosidad-complemento, inclusión-exclusión, cerca-lejos.

Abstract: This article deals with the cult to the Santa Muerte (Holy or Saint ) based on the experience of its devotees, who, immersed in the socioeconomic context of crisis and uncertainty, cannot find the answers they seek in ordinary institutions. The present approach calls for includ- ing the in an analysis of the cult, because in the case of the Guadalajara metro- politan area, worshippers left this Church, which was yet another of the institutions unable to satisfactorily meet the practical and religious needs of its followers. The article portrays the char- acteristics of the veneration and its relation to Catholicism, while it also explains the process that leads a Catholic who feels symbolically excluded and unsatisfied to become a worshipper of the Santa Muerte. Keywords: Santa Muerte (Holy Death), base religion, religiousness-complement, inclusion- exclusion, far-near.

dedo de nirvana; todas las combinaciones INTRODUCCIÓN son posibles, añadiendo, para ser más ecu- ménico, una pizca de marxismo o un paga- Puesto que el individuo posmoderno obe- nismo a medias” (Luis González-Carvajal dece a lógicas múltiples, frecuentemente Santabárbara, 1991: 176-177). prepara él mismo “su cóctel religioso: unas gotas de islamismo, una brizna de judaís- n un mundo que se drena de mo, algunas migajas de cristianismo, un creencias en pos de una secula- rizada modernidad, donde la je- *Licenciada en antropología por la Univer- E sidad de Guadalajara. Línea principal de inves- rarquía católica opta por un discurso tigación: Religiosidad popular. “con pretensiones de lógica y de clari-

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dad, pero desprovisto de aliento nu­ por años y que ahora comparte perifé- minoso” (Mardones, 1996: 45), surgen ricamente junto a otras religiones nuevas formas de fe. Los que “quie­ (Mardones, 1996). ren creer” rediseñan sus creencias en Del culto a la Santa Muerte mucho un intento de llenar la vacuidad racio- se ha dicho. Desde la prensa y la litera- nalizada y excluyente que la religión les tura, principalmente, se ha difundido ofrece. Es entonces cuando el devoto a una imagen superficial y homogeni­ la Santa Muerte surge no solamente zada, tanto del culto y su lugar en la como el ciudadano que no encuentra sociedad, como del devoto tipo adscrito en las instituciones respuesta a sus a él. Doña Enriqueta Romero, con el necesidades prácticas, sino como el primer altar público, y David Romo homo religiosus incompleto y que se Guillén, autoproclamado arzobispo de percibe a sí mismo, en muchos de los la Iglesia Santa Católica Apostólica casos, excluido por la Iglesia católica, Tradicional México-usa (iscat mex- su Iglesia de origen. usa), terminan siendo, en el ima­gina­ Mientras que algunos individuos rio colectivo, personas-emblema de las han decidido ejercer una religión light dos más conocidas vertientes del culto (González-Anleo, 1987: 28-33), algunas a la Santa Muerte: la del devoto que veces con ciertos toques “psico-místico- busca un ritual más cercano y ma­ paracientífico-espiritual-terapéuticos” nipulable, y la del que prefiere el cobijo (Roszak, 1975: 30), otros han tomado de una institucionalidad formalizada. como estrategia —para llenar las ca- Investigadores sociales también han rencias que su religión les significa— puesto los ojos en el fenómeno re­ligioso la incorporación de un complemento del que hablamos. Se han pu­blicado externo a ésta. Dicho complemento les interesantísimos trabajos. Algunos permite experimentar una religiosi- siguen el rastro de los posibles oríge- dad menos disociada de su vida diaria nes, tanto de la devoción a la Santa y de las exigencias prácticas que ella Muerte como de la iconografía rela­ les presenta. Éste es el caso de los de- cionada con el ente descarnado (Malvi- votos al culto de la Santa Muerte, en do, 2005). Los más han analizado la su mayoría católicos, quienes buscan situación socio-económica que enmar- en esta devoción lo que su religión base ca estas manifestaciones de religiosi- no les ofrece. Es debido a la propia his- dad; situación caracterizada por la toria de la Iglesia católica, y a su poder desigualdad, la violencia y las institu- institucional, que ésta carece de una ciones ineficientes.1 Sin embargo, el plasticidad efectiva, capaz de ajustarse análisis no siempre se ha presentado a todas y cada una de las diversas for- de manera clara y oportuna. En ocasio- mas de ser católico. La Iglesia católica no sólo aparece como lejana al creyen- 1 Pilar Castells Ballarín (2008) y Walter te en lo individual, sino que ha venido Calzato (2008) han descrito este contexto clara- mente, la primera para México y el segundo perdiendo el monopolio de la religiosi- para Argentina, situando el auge de la devoción dad y la posición central de la que gozó en un ambiente de precariedad y crisis.

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nes, el discurso para abordar el tema LA SANTA MUERTE EN LA ZONA enturbia el análisis profundo del fe­ METROPOLITANA DE GUADALAJARA nómeno y parece tender a considerar al culto a la Santa Muerte más como pro- Cada religión debe considerarse desde el ductor o, por decir lo menos, como perpe- punto de vista de sus seguidores, e investi- tuador del contexto en que está inmerso, garse cuál es su concepción de lo sobre- que como producto de él. Se presenta la natural y como todo se interrelaciona y se devoción como imbatible vínculo de de- armoniza (Lluis Duch, 2001: 20-21). lincuencia. Cuantiosa ha sido la discusión en Si bien el culto a la Santa Muerte no torno al culto. Sin embargo, sendos puede ser constreñido a rígidas delimi- huecos quedan todavía en lo que res- taciones geográficas, ni en su práctica, pecta a los devotos, quienes terminan ni en su estudio, sí podemos afirmar siendo los silentes protagonistas de que, salvo contadas excepciones,2 este esta alteridad narrada. fenómeno ha sido analizado principal- En el presente trabajo no se quiere mente en la zona donde empezó a co- abonar a la ya de por sí crasa concep- brar difusión masiva con los altares ción del culto a la Santa Muerte como callejeros. Así pues, el centro de México uno propio de pobres, criminales, ho- es, por excelencia y desde hace tiempo, mosexuales y prostitutas que viven en reconocido como la casa del culto a la exclusión por libre elección. Por su- Santa Muerte. En su trabajo sobre los puesto, tampoco persigue como meta barrios marginales de la ciudad de Mé­ central demostrar una realidad en ex- xico, Oscar Lewis (1964) ya hacía men- tremo contraria, en la que el devoto se ción de la devoción a la Santa Muerte. torne en víctima indefensa de su reali- Sin embargo, el culto está presente en dad. El presente corre con la simple gran parte del territorio nacional, tan- aunque no fácil tarea de analizar a los to en ciudades de frontera —que como devotos a la Santa Muerte, tanto en su regiones de tránsito legal e ilegal se ser grupo dentro de la totalidad social tornan en espacios de incertidumbre como en su individualidad particular carentes de una cohesión social arrai- dentro de las colectividades a las que de gada, donde convergen toda clase de alguna u otra manera se adscribe, par- historias de vida y con ellas una plura- ticularmente las religiosas. lidad de creencias— como en ciudades Se reconoce la pertinencia de pen- de rancias costumbres y credos domi- sar al creyente como individuo-par­te nantes. de una sociedad en crisis económica y de De este último tipo es ejemplo Gua- seguridad, pero se exhorta a incluir en dalajara, que aun cuando se encuentra el análisis al devoto como sujeto indivi- actualmente sumida en un ambiente dual que reclama su derecho a una re- ligiosidad, ya sea formando parte de 2 Carlos Navarrete (1982) describió el culto una Iglesia o en el ámbito privado y do­ a Rey, ser descarnado que se ve- méstico. nera en un templo católico en Chiapas.

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de alarmante violencia, es una de las han dado abundante material gráfico ciudades más conservadoras del país. a los medios de comunicación. Entre Con un contexto de inseguridad, el las imágenes con más rating destacan predominio evidente de la religión ca- las de la Santa Muerte. En estos sitios tólica y el aumento en número de los se han encontrado desde pequeñas seguidores a la Santa Muerte, dicha imágenes de La patrona custodiando urbe resulta ser un interesante espa- un cargamento de droga, hasta elabo- cio para el análisis del culto. rados altares repletos de ofrendas. La investigación de la que surge Como protectora de narcos, la ima- este artículo se realiza en la zona me- gen de la Santa Muerte propia de los tropolitana de la ciudad de Guadalaja- no devotos en la zmg no difiere en gran ra (zmg). Es decir, no se limita a las medida de las imágenes de culto que fronteras geográficas de la ciudad ca- tienen estos grupos en el resto del país. pital, sino que el trabajo de campo En entrevista, una vecina del templo abarca zonas de Guadalajara, Tlaque- de la Santa Muerte en la zmg refirió paque, Zapopan y Tlajomulco, y fue “Ese templo es para puros narcos. Por- realizado en el año 2010. que los narcos son los que creen en la Santa Muerte”. A pesar del cotidiano LAS CARAS PÚBLICAS DE LA SANTA contacto, al menos visual, con el san- MUERTE tuario de la Santa Muerte y con las personas que asisten al recinto, ya que Como impronta de los medios de comu- su negocio se encuentra frente al lugar, nicación, la población en general tiene la entrevistada tiene una concepción ciertas concepciones o advocaciones de del culto gestada al margen de su expe- la Santa Muerte, a las que ni el devoto, riencia directa. “Ese no es templo. El ni el no devoto a esta deidad en la zmg templo está a unas cuadras más y es de son ajenos. Santa Muerte como patro- nuestra santísima madre la Virgen na de narcotraficantes, Santa Muerte de Guadalupe”, concluye desde su tien- como nueva tendencia esotérica y la da de abarrotes, en la cual se exhibe un Santa Muerte de la iscat Mex-EEUU. Cristo y una Virgen de Guadalupe con sus respectivas veladoras (entrevista, La patrona 22 de mayo de 2010).

En el imaginario compartido, la advo- La santísima cación más fuerte que tiene la Santa Muerte es la de protectora de crimina- La Santa Muerte “esotérica” es, por les. Los numerosos cateos en “casas de cierto, la que mueve el lucrativo nego- seguridad” —como se ha llamado a los cio de mercancías relacionadas con lugares donde se retiene a secuestra- ella. La imagen “de bulto” o estatuilla dos—, los decomisos de droga y armas de la santísima ha sido incorporada a y las revisiones a las ostentosas resi- rituales adivinatorios y de sanación. dencias u otros escondites de narcos Desde hace algunos años la figurilla de

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la santa se ha convertido en asiduo tes- tigo de “trabajos”, con magia blanca o negra, en los cubículos de brujos, brujas y chamanes. Es en estos términos, de imagen amuleto, en los que apare­ce en programas de televisión que tienen una línea esotérica y paranormal. En el Mercado Corona, por ejemplo, uno de los más emblemáticos de la ciudad de Guadalajara —y del estado de Jalisco—, se encuentran varios loca- les que, junto con curaciones, limpias y adivinaciones, ofrecen todos los objetos necesarios para la realización de tales actos rituales. Sin embargo, una cosa es vender imágenes, velas, lociones y libros identificados con la santa, y otra muy distinta “trabajar” con ella. Du- rante las entrevistas en el lugar, repe- tidamente se señaló a una mujer en el local de su propiedad: es “la que traba- ja Santa Muerte”. La referencia fue dada, invariablemente, con la previa Fotografía 1. Santa Muerte monumental al petición de no revelar jamás a esta per- interior del Mercado Corona. sona la fuente. Custodiado por una imagen de la Santa Muerte de más de ra. Así pues, no es difícil entender que dos metros de altura que mira al sur- el mercado se haya destinado históri- poniente, resalta el puesto que nos in- camente, además de a la venta de dicaron. La imponente estatua no está plantas medicinales, al comercio de ar- dispuesta, como el resto de mercan- tículos religiosos. Sin embargo, al reco- cías, para ser exhibida; no está a la rrer los puestos del mercado se aprecia venta, protege e impone temor (foto- una transformación: es evidente que grafía 1). Detrás del puesto hay un cu- la mercancía en demanda está relacio- bículo pequeño donde se atiende a los nada con los rituales del culto a la Santa clientes que esperan turno. “Se hacen Muerte, no del catolicismo tradicional. trabajos de magia negra”, reza un car- Los espacios que tiempo atrás exhi- tel manuscrito en la entrada del local. bían a la Virgen de Guadalupe, san El Mercado Corona está situado en Martín Caballero y hoy pleno centro de la ciudad, muy próxi- están ocupados por imágenes de la mo a varios de los templos más repre- Santa Muerte. “La gente sigue creyen- sentativos y tradicionales de la urbe, do en Dios, pero le tiene más fe a la incluyendo la Catedral de Guadalaja- Santa Muerte que a los demás santos

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deje ver el futuro o le dé buena suerte, pero sin ningún compromiso de fe con la santa a la que quema incienso, al mismo tiempo que medita en posición de yoga y escucha música new age. Aunque el Mercado Corona es un centro donde convergen tanto devotos fervientes como consumidores de bie- nes esotéricos —estos últimos en su mayoría de clase media y alta—,3 pre- fieren sitios más discretos para buscar el consejo trascendental, por ello es po- sible encontrar librerías esotéricas y consultorios particulares en toda la zmg y casi en ninguno de ellos falta la ima- gen de la Santa Muerte (fotografía 3). En ambos casos, devotos y consumi- dores de bienes esótericos, y ambos es- pacios, los públicos expuestos y los que brindan cierta reserva; las mercancías esótericas, principalmente la figura de la Santa Muerte, atraviesan por un Fotografía 2. Mujer/Muerte gestando. proceso que les confiere otro valor (Appadurai, 1991). El contexto ritual: […] Es lo que más se vende”, explicó oraciones a media voz, incienso, spray una locataria del mercado. La santísi- armonizante, facilita la metamorfosis. ma de cuerpo completo y en diferentes La figura, antes mercancía, mediante colores, acordes al favor que se le pedi- la “preparación” se convierte en san­ rá, los cráneos de cera y hasta figuras ta-talismán, en objeto-símbolo. No es femeninas, mitad esqueleto, mitad ser un asunto menor el hecho de que la encarnado, con un avanzado embarazo (fotografía 2), acaparan los estantes, 3 Con el concepto clase, en este caso, se hace cediendo un mínimo espacio a los san referencia a una situación estamental (Weber, Malverdes y a uno que otro san Judas 1996). No se alude a una categoría exclusiva- Tadeo, quien se resiste a abandonar el mente económica. Se trata de personas que de monopolio de los favores difíciles. generaciones atrás les viene el patrimonio eco- nómico, el prestigio de apellido y/o una educa- El consumidor de los bienes esotéri- ción profesional. Al Mercado Corona acuden cos relacionados con la Santa Muerte personas ostentosamente vestidas, cubiertas de no es forzosamente un devoto a ella. Se joyas y con accesorios de pieles exóticas que son trata del individuo que busca el ritual, los llamados “nuevos ricos”, por haber obtenido sus recursos económicos repentina o reciente- la oración, la fórmula mágica que trai- mente. Ellos tienen un alto poder adquisitivo, ga a sus brazos al ser deseado, que le pero no es a ellos a quienes aludimos.

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ta o se escucha en algún noticiero, no existe aquí una presencia significativa de la organización. Lo que acontece en esta Iglesia y en su jerarquía es, para las personas de la región, “noticia de México (la capital), no de Jalisco” ni de su cotidianidad. Incluso al devoto a la Santa Muerte le resultan totalmente ajenos los problemas que esta orga­ nización religiosa viva frente a la Se- cretaría de Gobernación y la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Públi- co, e incluso la reciente captura del lí- der David Romo, acusado de colaborar con grupos criminales. En la zmg el cul- to tiene vida propia y destino indepen- diente. Inclusive los rituales de misa, sacramentos y rosario que tienen lugar en Tlaquepaque, Jalisco, en el santua- rio principal de la región y dirigidos por una especie de jerarquía eclesial, continúan practicándose —a pesar de Fotografía 3. Ofrendas a la Santa Muerte. los conflictos y gracias a las maniobras adaptativas de sus oficiantes. Sobre es- Santa Muerte, que durante varias tas estrategias, y el impacto que ellas genera­ciones ha recibido culto en Mé­ han tenido en la comunidad de devo- xico, al ser materializada en mercan- tos, se volverá más adelante. cías pueda ahora, como objeto, ser recombina­da con otros objetos-símbo- EL CULTO lo, y con ello facilitar las nuevas formas de esoterismo y religiosidad a la carta. En el pasado, la presencia pública de la Iglesia se logró al precio de sacralizar El ángel de la muerte todo. Hoy debe conseguirse aprendiendo a vivir religiosamente lo profano (Luis Gon- La última de las facetas públicas de la zález-Carvajal Santabárbara, 2000). Santa Muerte está relacionada con la iscat Mex-EEUU, y que se ha venido A pesar de que los resultados de la in- ostentando como la Iglesia oficial del vestigación fuente de este artículo, culto a la Santa Muerte. Para el habi- como los de cualquiera, buscan (al me- tante de la zmg ésta es, posiblemente, nos parcialmente) postular explicacio- la más ajena de sus caras. Más allá de nes “hacia afuera”, estos resultados lo que se lee en un diario, alguna revis- han sido consecuencia de un trabajo de

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exploración focalizado en la definición imagen visible del santo no representa identitaria que el fiel creyente a la a un ser cuya vida es imitable, sino a Santa Muerte hace de sí mismo en un intermediario que, sin dejar de per- comparación con otros creyentes, de la tenecer al mundo de lo sagrado, es jerarquía de su culto, de los no creyen- apropiado por ellos y redefinido como tes, de los medios de comunicación y uno más cercano con quien se entabla principalmente de la Iglesia de la que una relación acorde a su cotidianidad. provienen. Así pues, resulta más fácil para un ca- tólico asimilar la ritualidad propia del La Iglesia de origen culto a la Santa Muerte, sobre todo cuando sus prácticas han sido las pro- Por Iglesia de origen entendemos la pias de una religiosidad de mandas, Iglesia de la que proviene el devoto y exvotos, velas, manipulación de las representa la religión que ha practica- imágenes,5 etcétera. do toda su vida, o al menos una parte Es importante señalar que la Igle- significativa e inmediata anterior a su sia católica se categoriza como Iglesia nueva adscripción religiosa. En este de origen por la utilidad del concepto caso, los devotos a la Santa Muerte en para señalar algunas características la zmg tienen como Iglesia de origen el tanto del devoto como del contexto pre- culto católico. vio a su incorporación al culto a la San- La Iglesia católica, a diferencia de ta Muerte. De ninguna manera esta otras iglesias importantes en la zmg, co­ categorización la califica como Igle­ mo Testigos de Jehová o de la Luz del sia abandonada, pues el devoto a la Mundo, tiene similitud con la devoción Santa Muerte no es un devoto conver- a la Santa Muerte en el uso de imá­ so. Por el contrario, el devoto a la Santa genes para el culto de latría;4 de he- Muerte se sigue asumiendo como cató- cho, tanto para la adoración como lico. Afirma creer en Dios y en la Vir- para la veneración las ha implantado gen; pero de “otra manera”. Así, la Iglesia y pro­movido históricamente. Sin em- católica o el catolicismo quedan reduci- bargo, como señala Marzal (2002), dos de religión proveedora espiritual mientras para la teología católica los total a una religión-base que el devoto santos, declarados como tal en un pro- completa con una religiosidad-comple- ceso que los valida institucionalmente, mento. El devoto, partiendo de su his- son ejemplos de vida e intercesores ante Dios; para los católicos populares la 5 En el catolicismo son comunes prácticas no oficiales como la de hacer nudos en el cordón de la vestimenta del santo, ponerlo de cabeza, vol- 4 No está de más apuntar que el culto de la- tearlo hacia la pared o poner su estampa boca tría o adoración se ofrece exclusivamente a abajo y una veladora encima hasta que se ob- Dios. Además, en la Iglesia católica existe el cul- tenga el milagro que se le está requiriendo. Lo to de dulía que se rinde a los santos, el culto de mismo pasa con la Santa Muerte, a cuya efigie hiperdulía que se rinde a la Virgen María y el se le desatornilla y separa una de sus manos, de protodulía a San José. Estos tres llamados misma que no es recolocada en su lugar hasta veneración. conseguir el favor de amor solicitado.

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toria de vida y en función de sus cat lo usa) para atraer la atención de necesidades, confecciona un sistema las personas y así hacerse de segui­ de creencias y prácticas que parten de do­res y quizá, inclusive de medios la religión católica y a las que va ado- económicos. sando elementos del culto a la Santa [La muerte] no es la sustancia, es Muerte. Este sistema “a la medida” le accidente […] la muerte, en sí, no permite mantener la lealtad a Dios o a existe. Hablar de la Santa Muerte es Jesucristo, quien siempre está por en- una personalización completamente cima de la Santa Muerte y sin cuyo indebida […] No existe la muerte; poder ella no hace nada, así como a las existe el ser que muere. […] la desca- enseñanzas maternas y a la tradición lificación es para la creencia, no para familiar. Del mismo modo, esta confec- las personas [que creen en ella] (en- ción acomodaticia permite al devoto no trevista, 12 de abril de 2010). sólo añadir la Santa Muerte a su santo- ral, sino ubicarla de segunda en jerar- La jerarquía católica insiste en quía: justo después de Dios y a la par o deslegitimar al culto mediante una ligerísimamente sobre alguna advoca- racionalización que va desde la expli- ción mariana, más frecuentemente la cación de la muerte como fenómeno Virgen de Guadalupe. Aunque la santa biológico y no un individuo físico, has- se encuentre en el segundo peldaño en ta el llamamiento a reconocer que el la estratigrafía de esta nueva religiosi- verdadero santo de la Buena Muerte o dad, ella ocupa el lugar sagrado prime- muer­te santa es san José, el padre pu- ro y central en la vida cotidiana del tativo de Jesús, argumentando que él sí devoto. Es feroz protectora en un am- existió y murió en santidad. A pesar de biente de riesgo, condescendiente facili- que el representante de la Iglesia ca­ tadora de los anhelos mundanos e tólica en la Diócesis de Guadalajara implacable ejecutora del castigo. afirmó que los jerarcas son responsa- bles de ver por las necesidades de los La devoción para la Iglesia católica más pobres e ignorantes y que el in- cumplimiento de este deber, en muchos Para la Iglesia católica la devoción a la casos, lleva a estas “desviaciones”, la Santa Muerte es una devoción sin fun- mayoría de declaraciones que altas je- damentos, errónea en totalidad. El rarquías hacen respecto del culto a la prefecto y profesor del Seminario Ma- Santa Muerte son evaluaciones que yor de Guadalajara, Francisco García obvian su contexto. Velarde explica: La Iglesia católica para el devoto Me parece que, en el fondo aquí, es el instinto religioso de las personas que El devoto, por su parte, no es mudo a veces, a veces buscan un poquito lo objeto juzgado: tiene una opinión acer- raro, lo extraordinario, lo que se sale ca de la Iglesia que no duda en emitir. un poquito de lo convencional (la is- Si bien, de manera general, los devo­

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tos pueden ser divididos en dos tipos vida a la espera de una recompen- —quie­nes participan en los ritos que sa en la otra. una jerarquía mediadora provee en el santuario de la Santa Muerte y los que Del no derecho para el no igual optan por ejercer un culto privado, do- méstico y directo—, ambos son cons- Los devotos con características de vida cientes de los aspectos que en la Iglesia fuera de los lineamientos estableci­ católica no le son satisfactorios. Santos dos por la Iglesia católica ven mermados ineficientes en materia de milagros y sus derechos religiosos. Aunque esta jerarquía que no guarda coherencia limitación es aplicada por los jerarcas con la doctrina que predica son quejas católicos en el caso de negar el derecho comunes durante las entrevistas a de- a unirse en matrimonio a una pare­ja del votos a la Santa Muerte. mismo sexo o el de celebrar segundas Algunos, como Ricardo, admiten no nupcias a un divorciado, las más de ser asiduos a los rituales católicos y las veces tal exclusión es auto apli­ expresan su repudio al clero y a católi- cada. El creyente sabe que por “estar cos “fanáticos e hipócritas”: en pecado” no tiene derecho legítimo de recibir la comunión, aun cuando la Para mí la religión católica está en decisión final de hacerlo o no es suya. decadencia, tantas cochinadas. Si nos Es esta percepción de ilegitimidad, in- vamos a eso uno puede decir: mejor troyectada en el creyente por la Iglesia creer en Dios. O sea cumples con lo católica, lo que le excluye en lo profun- básico, los sacramentos […] pero así do y deja “incompleta” su religiosidad. de que voy cada ocho días a misa [dice La categorización dicotómica cerca-le- que no con la cabeza] porque yo sí, o jos de Walter Calzato es aplicable en sea me defraudaron. [¿Asistes a la este sentido: “Lo lejos, en este caso, se- misa de la Santa Muerte?] Yo no voy a rían las instituciones que pretenden ninguna iglesia (entrevista, 24 de representarnos; se incluyen religiones abril de 2010). oficiales donde la santidad cobra un sentido lejano, donde la liturgia y la Sin embargo, a partir del análisis ética se interponen entre el devoto y el de las experiencias expresadas por los santo. Lo cerca es aquella experiencia diferentes devotos entrevistados, se religiosa donde el devoto entabla con el reconocen dos constantes abarcado- santo una relación de proximidad” ras: (Calzato, 2008: 31). La religiosidad es una característi- 1) La privación de derechos religio- ca de toda cultura humana, pues de un sos a creyentes con estilos de vida modo u otro todas y cada una aceptan no aprobados por la Iglesia. que la realidad muchas veces se mani- 2) Exaltación, como virtud en el cre- fiesta de manera “extraordinaria e in- yente, de la aceptación resignada timidatoria” (Duch, 2001: 19); cada a condiciones adversas en esta individuo en esa cultura es de entrada

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“un posible homo religiosus como con- pies armas, el escudo del equipo favori- secuencia de su insuperable contingen- to de futbol, llenarla de billetes o joyas, cia” (ibidem: 99) Así pues, en un acercarle la foto del amante codiciado, intento por darle sentido a esa reali- son algunas de las prácticas que po- dad y ejercer control sobre ella, el hom- drían resumirse en el hecho de ofrecer bre echa mano de la ritualidad. a la Santa Muerte los placeres que el Algunos, con pequeños altares en la fiel desea para sí. Otros elementos y clandestinidad de su cuarto, cumplen colores usados, manzanas, cuarzos, in- con un breve ritual diario: “pues yo le fusiones de plantas son más bien los rezo, le pongo su veladora, su manzana que el esoterismo de los libros de ora- y su churrito de mota. Se pone bien ciones y los altares virtuales (internet) contenta” (“B”, entrevista personal, 24 han universalizado. de mayo de 2010). Hay, también, quie- Una coincidencia entre los relatos nes hacen del culto un ritual de 24 ho- iniciáticos personales de los seguidores ras: del culto a la Santa Muerte entrevis­ tados es que su devoción no es el re­ El bato ya no tenía vida. Él antes se sultado de su elección, sino más bien dedicaba a vender droga y poquitas de haber sido elegidos. Es decir, no so- armas. Siempre le ponía su veladora lamente dejan de ser excluidos, sino a la Muerte en la noche y si en la ma- además fueron seleccionados para ser ñana amanecía apagada hablaba por incluidos. La Santa Muerte se mani- teléfono y cancelaba todas las entre- fiesta de manera personal y directa en gas y se encerraba todo el día. Si veía un milagro, una aparición, un sueño. que la veladora estaba a todo dar, Este evento es el que desencadena la pues salía al jale. Dice que a veces la fiel veneración: “Yo pos sabía de ella veía que como que sonreía y pos ese [La Santa Muerte], pero cuando la lim- día hacia un chingo de lana. […] Al piaba [una imagen que pertenece a su principio tenía a la Santa Muerte, a hermana] me daba hasta escalofríos. un Malverde y a san Juditas, pero Le ponía sus ofrendas y todo, pero has- dice que la muerte se empezó a enojar ta que se me apareció en sueños la sen- y a decirle en su pensamiento que no tí. Desde entonces la sigo y voy a las los quería y el bato los mandó a la misas cada mes (entrevista a devota, chingada y le dejó el altar para ella 24 de abril de 2010). sola (entrevista a Luis, padrino de ex- devoto en Alcohólicos Anónimos, 14 de De la cruz del más acá mayo de 2010). y la recompensa en el más allá

Los ritos varían de acuerdo con el El segundo aspecto de la Iglesia católi- devoto. Ahumar la imagen con un ca que el devoto a la Santa Muerte puro, ponerle un cigarro en la mano, cuestiona es su compulsivo llama- ofrecerle un vaso de tequila o mezcal, miento a la renuncia de los bienes y colgarle rosarios al cuello, poner a sus placeres mundanos. El exhorto de clé-

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rigos a devotos a optar por cargar re- íntimo del devoto, por lo que parece signadamente “la cruz que les tocó” se pertinente volver ahora al culto públi- magnifica ofensiva en una sociedad co y su liturgia en el santuario a la donde las carencias no son optativas, Santa Muerte en la zmg. sino parte del día a día. El ahora devo- El templo de la Santa Muerte se lo- to a la Santa Muerte desea un bienes- caliza en el municipio de Tlaquepaque, tar en la vida actual, ya no se conforma en Las Juntas, uno de los barrios más con la promesa de la recompensa eter- pobres de la zmg. En el santuario todo na. Su realidad le obliga, en palabras es sincretismo: blasfemia y fervor, esté- de Maffesoli (2005: 36), a “convivir con tica y vulgaridad, ostentación y mise- el mundo y su entorno, integrando el ria. Es, como señala Lara (2008: 294): dolor y la muerte en la vida, al tiempo “[…] la búsqueda de nuevas expresio- que se elogia el goce en el presente y el nes y discursos religiosos heterodoxos momento”. y sincréticos, que se han ido configu- Para adeptas y devotos la Santa rando desde la base, desde la práctica Muerte es la santa a quien sin pudor cultural libre e imaginativa […]”. puede solicitar salud, dinero, amor, im- El lugar fue una bodega que se ha punidad y un buen morir. La Santa venido acondicionando como capilla, Muerte se convierte en la santa cerca- gracias a los donativos de los devotos y na, accesible, íntima, con la que se pue- a regalos recibidos como pago de “man- de ser sincero; la santa con la que se das”. Como lugar de culto tiene cuando pueden hacer trueques, ante la cual menos cinco años de antigüedad, y a se puede reconocer la inevitabilidad de mediados de 2008 el sitio ha recibido la la muerte al mismo tiempo que se so­li­ visita mensual de Juan Díaz Parro- cita prórroga. El devoto ya no tiene que quín, quien se presentó inicialmente resignarse al encarcelamiento del hijo como obispo de la iscat Mex-EEUU; porque éste es culpable, a una vida de además, en entrevistas de prensa re- violencia al lado del ser con quien la Igle- cientes ha declarado que hasta hace sia católica lo unió “hasta que la muer- unos meses seguía siendo exclusiva- te los separe”, a una vida de celibato o mente sacerdote, debido a que quien clandestinidad debido a sus preferencias fuera su superior, David Romo, se negó sexuales o a la pobreza material; todo a ordenarlo obispo. Dijo también que ello con la esperanza de una posible fue separado de la iglesia como resul- felicidad en el más allá. tado de diversos conflictos con el líder de la organización religiosa. Sin em- Una nueva liturgia bargo, Díaz Parroquín conservó la pla- za de la zmg y ahora es obispo de la Hasta aquí, al menos brevemente, se Iglesia Católica Ortodoxa de Curas Sa- han explorado las insuficiencias que pa­ nadores, que él preside (Ríos y Lozano, ra el devoto a la Santa Muerte tiene la 2011). Hasta la fecha Díaz Parroquín Iglesia católica. De manera general se sigue oficiando misa los días 22 de han presentado elementos del culto cada mes, dejando a cargo de las misas

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dominicales a la sacerdotisa Daena Elba Vázquez. A pesar de lo tentador que resulta, no nos detendremos en este dato sino para señalar que el he- cho de que devotos de origen católico acepten a una mujer como sacerdote es parte de la no exclusión que buscan en el culto. Cuando se visita el lugar, cuya su- perficie no mide más de 40 m2, se es re- cibido por una pila de agua bendita que, al pie de un grafiti del Sagrado Co- razón de Jesús (fotografía 4), contiene una figurilla de la Santa Muerte su- mergida en sus aguas. Al otro extremo del local, una mesa hace las veces de altar durante la misa, y sirve de base para tres figuras esqueléticas coloca- das ahí para recibir ofrendas (fotogra- Fotografía 4. Pila de agua bendita Templo de fía 5). Al centro, y al frente del lugar, la Santa Muerte, Las Juntas. una figura de la Santa Muerte de ta-

Fotografía 5. Figuras sobre el altar del Templo a la Santa Muerte, Las Juntas.

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Fotografía 6. Efigie principal, Templo a la San­ Fotografía 7a. Ofrendas en el Templo de la ta Muerte, Las Juntas. Santa Muerte, Las Juntas.

Fotografía 7b. Ofrendas en el Templo de la Santa Muerte, Las Juntas.

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maño “natural” ocupa la sede principal, vestida de encaje rojo (fotografía 6). La misa en el santuario o Templo de la Santa Muerte no difiere en mu- cho de la católica oficial actual en México. Los tiempos de la misa, sus oraciones y actos rituales son ejecu­ tados en el mismo orden y de manera muy similar. A ellos simplemente se va añadiendo alguna alusión a la San- ta Muerte usando por lo general uno de sus nombres más positivos: “la Niña Blanca”. La apropiación de esta forma litúrgica brinda una estructura forma- lizante, y a la vez provee un espacio ri- tual legitimador de su jerarquía y dota de cierta “institucionalidad” al culto. Sin embargo, y a pesar de su aparente semejanza, destacan para su conside- ración algunos elementos. En una de las ceremonias presenciadas al mo- mento del acto de contrición o arrepen- Fotografía 9a. Primera comunión, Templo de timiento de los pecados, el celebrante la Santa Muerte, Las Juntas.

Fotografía 9b. Primera comunión, Templo de la Santa Muerte, Las Juntas.

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declaró el perdón de los pecados de to- CONCLUSIÓN dos los presentes, haciendo hincapié en el derecho a comulgar que ahora te- Oración de la justicia Santa Muerte bendita, nían por su arrepentimiento directo protectora de los débiles y desamparados. ante Dios, sin la necesidad de una con- Madre de la justicia eterna, dueña de la sabi- fesión particular. Invitó, también, a la duría, tú, que miras en el corazón del malo y comunión a las parejas que sin estar del bueno, a ti señora me acerco para implorarte justicia. casadas eran aceptadas por Dios, ya A ti, Santísima Muerte, que, según él, lo importante es cómo solicito la imparcialidad de tu balanza. viven y no la firma en un papel. Evi- Señora mía ve mi corazón, dentemente, se trata de una Iglesia de escucha mis ruegos que salen de la necesidad, aceptación, según declaró en entrevis- haz que tu justicia se haga sobre la Tierra ta David Romo, máxima autoridad de la iscat: “[…] una devoción libre de jui- (Altares, ofrendas, oraciones y rituales a la cios morales que acepta a sus adeptos Santa Muerte, 2006: 55-56). tal y como son, sin ninguna distinción y libre de imposiciones y órdenes que El culto a la Santa Muerte en la zmg tie- los obliguen seguir algún patrón […] ne vida propia; vive una dinámica par- una oportunidad para que sus adeptos ticular con características específicas; mejoren su vida” (Becerril y Flores, es un culto de jerarquías autogestoras; 2008: 62-63). de devotos con origen marcadamente Al momento de hacer las peticiones, católico y con el que no dejan de estar el oficiante suplicó de la siguiente ma- vinculados. Sin embargo, desde la mira- nera: “[…] por los hermanos en la cár- da de una sociedad que, además de cel, para que los que no puedan salir conservadora, se alimenta de lo que vivan dignamente y los que sí pue­ los medios de comunicación “crean”, el dan logren su completa libertad, por culto y sus seguidores siguen siendo, todos los sacerdotes y obispos que nos como en “todas partes”, cosa de narcos, dedicamos al culto de la Santa Muerte asunto de criminales. Incluso cuando y a sus devotos, para que en las fami- el uso de la imagen se considera licen- lias haya dinero, salud, amor y armonía cia esotérica no pierde su tonalidad […] te pedimos por los policías, judicia- sombría. No obstante, el culto va más les y escoltas […]” (misa del 22 de allá y no se liga forzosamente a la cri- mayo de 2010). minalidad; el culto acompaña y cobija Los sacramentos son administrados a la persona en exclusión y fuera de en el lugar con pocas o nulas restriccio- norma, ambas de manera más simbó- nes. El sacramento del matrimonio a lica que jurídica. personas del mismo sexo o a contrayen- El devoto a la Santa Muerte necesi- tes de segundas nupcias; bautismos y ta y busca lo que todo ser humano, dar primeras comuniones sin necesidad de sentido a las experiencias que enfrenta confesión o una instrucción previa y en su diario vivir, dar un orden simbó- obligatoria. lico al caos (Geertz, 2003). Ya lo dijo

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Ricardo, con la mirada perdida y la voz Santa Muerte, una gran protectora”, pausada, cuando le preguntamos por tesis de licenciatura en comunicación y qué creía en la Santa Muerte: “Yo la periodismo, México, fcpys-unam. utilizo para […] como para creer en Calzato, Walter Alberto (2008), “San La algo. Porque hay veces que necesita- Muerte (Argentina). Devoción y existen- mos creer en algo”. El seguidor de la cia. Entre los dioses y el abandono”, Li- “Niña Blanca” encuentra en su venera- minar. Estudios Sociales y Humanísticos, ción un espacio espiritual donde es vol. VI, núm. 1, enero-junio, pp. 26-39. aceptado y al cual es llamado: la Santa Castells Ballarín, Pilar (2008), “La Santa Muerte lo escogió a él. Un sueño, una Muerte y la cultura de los derechos hu- aparición, la recomendación de alguien manos”, Liminar. Estudios Sociales y en el momento justo son señales in- Humanísticos, vol. VI, núm. 1, pp. 13-25. equívocas de que ella no sólo no exclu- Duch, Lluis (2001), Antropología de la reli- ye, sino que elige e incluye a la persona gión, Barcelona, Herder. tal y cual es y actúa. Geertz, Clifford (2003), La interpretación El devoto a la Santa Muerte es un de las culturas, Barcelona, Gedisa. ser religioso en exclusión material y González-Anleo, Juan (1987), “Los jóvenes espiritual. Se trata de un creyente de y la religión light”, Cuadernos de Reali- este mundo, con necesidades que no dades Sociales, núms. 29-30, pp. 28-33. han sido solventadas satisfactoria- González-Carvajal, Luis (1991), Ideas y mente por las instituciones, ni las del creencias del hombre actual, Santan- Estado, ni las religiosas. Es un indivi- der/Sqal Terrae (Presencia Social). duo que no admite ser despojado de Lara Mireles, María Concepción (2008), Dios y excluido de un mundo de creen- “El culto a la Santa Muerte en el entra- cias y religiosidad que le permiten li- mado simbólico de la sociedad del ries- diar con la realidad adversa de su go, Anuario coneicc de Investigación de cotidianidad. El devoto a la Santa la Comunicación, núm. XV. Muerte no acepta la realidad que le es Lewis, Oscar (1964), Los hijos de Sánchez, impuesta desde afuera con santa resig- México, fce. nación. Es tan consciente de la inevita- Maffesoli, Michel (2005), La tajada del bilidad y cercanía de la muerte, como diablo: compendio de subversión pos- de lo lejana e incierta que es la vida moderna, México, Siglo XXI. eterna. Malvido, Elsa (2005), “Crónicas de la Buena Muerte a la Santa Muerte en México”, BIBLIOGRAFÍA Arqueología Mexicana, vol. XIII, núm. 76, noviembre-diciembre, pp. 20-27. Appadurai, Arjun (ed.) (1991), La vida so- Mardones, José María (1996), ¿A dónde va cial de las cosas. Perspectiva cultural de la religión?: cristianismo y religiosidad las mercancías, México, Conacyt/Gri- en nuestro tiempo, Santander/Sal Te- jalbo. rrae. Becerril Romero, Lucía Denisse y Santia- Marzal, Manuel María (2002), Tierra en- go Jesús Flores Romero (2008). “La cantada: tratado de antropología religio-

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